1) Los sentimientos juegan un papel central en la vida humana al conformar la situación emocional interna y motivar o inhibir la acción. Intensifican las tendencias y dan o quitan felicidad según los bienes u males presentes.
2) Aunque los sentimientos no siempre son dóciles a la razón, se les puede educar mediante la moderación para que colaboren con las tendencias y la voluntad en lugar de causar anomalías.
3) La variedad de sentimientos produce diversidad de caracteres y los errores en su apreciación
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1) Los sentimientos juegan un papel central en la vida humana al conformar la situación emocional interna y motivar o inhibir la acción. Intensifican las tendencias y dan o quitan felicidad según los bienes u males presentes.
2) Aunque los sentimientos no siempre son dóciles a la razón, se les puede educar mediante la moderación para que colaboren con las tendencias y la voluntad en lugar de causar anomalías.
3) La variedad de sentimientos produce diversidad de caracteres y los errores en su apreciación
1) Los sentimientos juegan un papel central en la vida humana al conformar la situación emocional interna y motivar o inhibir la acción. Intensifican las tendencias y dan o quitan felicidad según los bienes u males presentes.
2) Aunque los sentimientos no siempre son dóciles a la razón, se les puede educar mediante la moderación para que colaboren con las tendencias y la voluntad en lugar de causar anomalías.
3) La variedad de sentimientos produce diversidad de caracteres y los errores en su apreciación
1) Los sentimientos juegan un papel central en la vida humana al conformar la situación emocional interna y motivar o inhibir la acción. Intensifican las tendencias y dan o quitan felicidad según los bienes u males presentes.
2) Aunque los sentimientos no siempre son dóciles a la razón, se les puede educar mediante la moderación para que colaboren con las tendencias y la voluntad en lugar de causar anomalías.
3) La variedad de sentimientos produce diversidad de caracteres y los errores en su apreciación
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REFLEXION SOBRE LOS SENTIMIENTOS
Por Ricardo Yepes Stork,
en "Fundamentos de antropologa", Pamplona 1996
El puesto de la afectividad y los sentimientos en la vida humana es muy central.
Son ellos los que conforman la situacin anmica interior e ntima, los que impulsan o retraen de la accin, y los que en definitiva juntan o separan a los hombres. Adems, la posesin de los bienes ms preciados y la presencia de los males ms temidos significan eo ipso que nos embargan aquellos sentimientos que dan o quitan la felicidad. Es por eso necesario hacer algu-nas consideraciones ms vivenciales acerca de los sentimientos, que pueden ayudar a entender este importante papel que desempean en la vida humana:1) La idea fundamental que podemos obtener de lo dicho hasta ahora es una valoracin muy positiva de los sentimientos: refuerzan las tendencias. Esta valoracin positiva en modo alguno es irrelevante, pues hay una escuela racionalista de tica, representada por Kant y Hegel, que concede a los sentimientos individuales un valor negativo, como si fuesen algo propio de seres dbiles. Esta actitud procede de un cierto dualismo, que ve en lo sensible un rebajamiento de lo humano y olvida que anima forma corpori. El racionalismo tico, y tambin el puritanismo religioso, es rigorista y poco comprensivo con los errores y debilidades humanas: pone el deber por encima de todo.Actualmente tenemos una valoracin de los sentimientos mucho ms positiva y acorde con lo real, frente a mentalidades que los han reprimido, como si fueran una debilidad humana vergonzosa, que se debe extirpar. Los sentimientos son importantes, y muy humanos, porque intensifican las tendencias. El peligro que hoy tenemos respecto de ellos es ms bien un exceso en esta valoracin positiva de ellos, el cual conduce a otorgarles la direccin de la conducta, tomarlos como criterio para la accin y buscarlos como fines en s mismos: esto se llama sentimentalismo, y es hoy corrientsimo, sobre todo en lo referente al amor.2) Sin embargo, el dominio de los sentimientos no est asegurado: es una par-te del alma que no siempre es dcil a la voluntad y a la razn, como ya se ha dicho. Esto es una caracterstica principalisima de la afectividad. Es como un gato domstico, al que hay que amaestrar, pero que tambin puede volverse contra nosotros (el ejemplo es de Platnquin ense a Aristteles a hablar de dominio poltico y gobierno de la razn sobre las dems partes del alma.Los sentimientos pueden ir a favor o en contra de lo que uno quiere; no los podemos controlar completamente si no nos empeamos en educarlos. Esta posible disarmona puede producir patologas psquicas, morales o del comportamiento. Por ejemplo: el miedo a equivocarse genera inhibicin, uno acaba por no actuar; el miedo a engordar puede generar anorexia, y mezclarse con problemas de autoestima. La aparicin o desaparicin de los sentimientos, por tanto, no es to- talmente voluntaria: enamorarse es un ejemplo tpico, la qumica. Cuando uno se enamora cambia todo, en especial el estado de nimo; pero es algo que le sobreviene a uno. Lo mismo ocurre con un desengao amoroso: uno quisiera olvidar, pero no puede, y sufre.Una de las grandes enseanzas de Platn, es mostrar cmo se consigue que los sentimientos colaboren con las tendencias y la voluntad: los sentimientos acompafian, son los grandes compaeros del hombre, aunque no tienen la mayora de edad; cuando se les deja actuar slos pueden crecer desmesuradamente y causar anomalas y patologas. La virtud que los domina se llama sofrosyne, que significa moderacin, sosiego, armona, autodominio, templanza.Los sentimientos son irracionales en su origen, pero armonizables con la razn. No pueden ser conceptualizados ms que en parte, pero de hecho acompaan a los pensamientos y los deseos racionales. Este carcter irracional de los sentimientos, claramente percibido por los pensadores clsicos, es el causante de que en la vida humana no todo sea exacto, matemtico y coherente: hay un ancho margen para la fantasa y el misterio, e incluso para la irracionalidad.3) Los sentimientos producen valoraciones inmediatas, sobre todo de las personas, pero tambin de situaciones que evocan determinados bienes, males, recuerdos: uno se emociona al volver a lugares donde fue feliz hace tiempo, se habla de presentimientos, etc. Esta valoracin espontnea que el sentimiento provoca predispone tremendamente la conducta en un sentido u otro.4) Los sentimientos refuerzan las convicciones y les dan fuerza: cuando las cosas se sienten, son ms nuestras. La diferencia entre un buen profesor y un mal profesor es si est convencido de lo que dice, es decir, si lo siente omo suyo, o recita la leccin como si no le importara. Los sentimientos convocan ms fcilmente la atencin de los dems, hacen que las cosas nos importen, suprime la indiferencia: quien pone pasin en lo que dice o hace, arrastra a otros a escuchar o a seguirle.REFLEXION SOBRE LOS SENTIMIENTOS, 2Por Ricardo Yepes Stork, en "Fundamentos de antropologa", Pamplona 19965) La variedad de sentimientos produce la variedad de caracteres, segn predominen unos u otros. As se conforma una parte importante de la personalidad de cada uno. La intensidad y forma de manifestarse de los sentimientos hacen que predominen en la conducta unas actitudes u otras:a) el apasionado pone pasin e intensidad en lo que hace;b) el sentimental se deja llevar por los sentimientos, no los domina;c) el cerebral y fro es el racionalista inconmovible, inasequible al lenguaje del corazn;d) el sereno es aquel cuyos sentimientos tardan en despertarse. Suele sentir entonces mucho ms que los de lgrima fcil, que suelen ser ms volubles;e) el aptico (apatheia signfica sin-pasiones) es el pasota: siente poco, porque conoce poco, no tiene tendencias ni apetencias, ni metas. Es amorfo o indiferente.6) Lo decisivo es tener los sentimientos adecuados a la realidad: que haya proporcin entre el desencadenante u objeto del sentimiento, y ste mismo, y su manifestacin. Esto exige no engaarse en el conocimiento de la realidad, objeto o desencadenante que los provoca. Este es el origen de las frustraciones, p.e., acerca de la propia inteligencia, y en general, de la propia vala, cuando se piensa, por ejemplo, que uno est por debajo de donde realmente merece estar.Los errores en la autoestima originan sentimientos falsos, de sobreestimacin, prepotencia o frustracin. Lograr una estimacin correcta de la realidad y de uno mismo evita que los sentimientos hagan salidas en falso: poner mucha ilusin en una cosa o persona imposible para nosotros origina frustracin, y que uno ya no intente nada, porque el sentimiento, por decirlo as, se ha desfondado: lo ms difcil en la vida es saber asimilar los propios fracasos. Al paralizado sentimentalmente por un fracaso se le suele decir: la vida sigue.Los errores de apreciacin del objeto de los sentimientos originan tragedias, disgustos y peleas: cuando uno descubre que se ha estado autoengaando, o que una persona no es tan digna de confianza como pareca, viene la ira, la venganza, el despecho, la depresin, etc., y quiz no hay motivo. Otras veces podemos amar apasionadamente realidades que quiz no lo merecen tanto, por ejemplo, un gato, que puede correspondemos slo hasta cierto punto.Para juzgar acerca de los propios sentimientos pueden servir estas reglas: 1) no todas las realidades merecen el elevado sentimiento que tenemos respecto de ellas, sea de temor, amor, aprecio, etc.; 2) muchas realidades merecen mejores sentimientos de los que tenemos respecto de ellas: no debemos despreciarlas o ignorarlas, porque no son tan malas, sino mejores de lo que pensamos; 3) en consecuencia, las valoraciones sentimentales hay que corregirlas y rectificarlas (no todo el mundo es capaz de rectificar sus propias valoraciones, sobre todo cuando son intensas). El mejor modo es tener dominio sobre ellas.7) Cmo se miden o valoran los sentimientos? La presencia o ausencia de ellos no se mide slo por la emocin o perturbacin psquica o anmica, es decir, por un estado de nimo interior, sino tambin por la conducta o manifestacin externa de ese sentimiento, como se ha dicho.La emocin es pasajera y volcnica, intensa, pero se suele pasar con cierta rapidez, porque es ms superficial. En cambio, los sentimientos profundos no desaparecen tanfcilmente, pero tampoco se detectan tanfcilmente mediante estados emocionales: se puede sentir algo muy profundamente y durante mucho sin emocionarse por ello. Por tanto, los sentimientos ms profundos son aquellos que se prolongan en el tiempo: por ejemplo, el amor a los padres. Si creemos no sentir ya nada por esa persona quiz tenemos un acceso de ira, y eso tapa nuestro verdadero sentimiento hacia ella. Los sentimientos se superponen unos a otros. Lo importante es saber que emocin interior y sentimiento no se identifican. La pri-mera es slo uno de sus elementos.Por otra parte, la conducta es un modo, muchas veces involuntario, poco consciente o inadvertido, mediante el cual se manifiestan los sentimientos de modo ms real que en los estados emocionales interiores. Lo que una persona siente por otra no es cuestin de sensaciones, emociones o palpitaciones del corazn, sino que se ve en la conducta, por ejemplo cuando alguien sinceramente afirma que nos aprecia de verdad, y luego acta con indiferencia. Muchas veces el comportamiento delata los sentimientos de modo modo ms directo, visible y autntico que las palabras. Basta ser buen observador y mirar a la cara de la gente, o a los gestos, o a la manera de hablarnos: todo eso est ya diciendo lo que siente por nosotros mejor que sus palabras.8) No todos los sentimientos tienen el mismo valor: hay una jerarqua. El aprendizaje de su dominio incluye saber jerarquizarlos: hay miedos tontos, fobias enfermizas e innecesarias, y temores realmente infundados; es decir, hay sentimientos cuya importancia objetiva es muy pequea. Hay veces que estar triste o alegre es bastante poco relevante.9) La conducta no mediada por la reflexin y la voluntad, es decir, la conducta apoyada nicamente de los sentimientos, el sentimentalismo, produce insatisfaccin con uno mismo y baja autoestima: adoptar como criterio para una deter-minada conducta la presencia o ausencia de sentimientos que la justifican genera una vida dependiente de los estados de nimo, que son cclicos y terriblemente cambiantes: las euforias y los desnimos se van entonces sucediendo, sobre todo en los caracteres ms sentimentales, ya la conducta no responde a un criterio racional, sino a como nos sintamos. El ejemplo ms claro son las ganas (de estudiar, de trabajar, de discutir, de dar explicaciones, etc.). Las ganas como criterio de conducta no conducen a la excelencia, como se ver al hablar de la libertad de eleccin