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ISSN 1989-4988
RESUMEN
PALABRAS CLAVE
teresa.mayor@gmail.com
Claseshistoria.com
15/02/2011
Teresa M Mayor Ferrndiz Aspasia de Mileto
(Vicent Andrs Estells: Verso tomado del poema "Un amor, uns
carrers" de su obra"Llibre de Meravelles")
La gran mayora de las noticias que se han conservado sobre Aspasia de Mileto se
encuentran, lgicamente, en textos que nos informan de acontecimientos y de hechos
acerca de los personajes masculinos con los que la Milesia comparti su vida. Quien
ms datos nos proporciona de Aspasia es, claro est, Plutarco, autor de una
"Biografa" de Pericles. El punto de vista masculino (los textos conservados que nos
hablan de Aspasia estn todos escritos por hombres) es normal en el mundo griego,
un mundo machista, misgino y patriarcal, que contempla a las mujeres como meros
apndices de sus maridos o de los amantes a los que se han unido. Incluso una mujer
tan inteligente y de personalidad tan marcada como la reina Gorgo de Esparta es vista
siempre como "hija de Clemenes" y "esposa de Lenidas". Sin embargo hay algunas
figuras femeninas que parecen escaparse de este "segundo plano". Son Safo de
Lesbos, la tirana Artemisia de Halicarnaso y, posiblemente, la valiente poetisa Telesila
de Argos.
Las fuentes griegas conservadas son muy poco generosas a la hora de darnos
noticias sobre Aspasia de Mileto. Sabemos que fue compaera de Pericles desde el
445 a. C., aproximadamente, hasta la muerte de ste, como consecuencia de la
epidemia de "peste" que azot Atenas, en el 429 a. C. Muerto Pericles, se volvi a
casar con Lisicles, un hombre muy rico, pero inculto, que, gracias a las enseanzas
que recibi de ella, lleg a ser un brillante orador. Este segundo matrimonio fue muy
breve, pues Lisicles muri entre el 428-427 a. C., en la guerra de Caria. Pierre Dufour,
un autor francs de finales del siglo XIX, cuyo nombre verdadero era Paul Lacroix
(1807-1884), que escribi una monumental y moralizante Historia de la Prostitucin,
en seis volmenes, obra en su tiempo escandalosa, pero hoy totalmente desfasada,
nos narra este segundo matrimonio de la seductora Milesia con la tpica retrica
decimonnica:
El nombre propio de Aspasia puede derivar del verbo Aspxomai (que significa acoger
cariosamente, saludar, abrazar, besar y amar. Por lo tanto, nos encontramos con un
autntico "nombre parlante", que nos da informacin acerca de la "actividad"
profesional por la que la Bella Milesia era conocida en la ciudad de Atenas. El nombre
de su padre, Axoco, en cambio, podra traducirse como Honrado, Digno, Justo, Recto
o Conveniente. Podra derivar del verbo De la misma raz tenemos el
sustantivo axioma, dignidad, consideracin, honor, categora), que ha
pasado a la Lengua Espaola con el significado de "Proposicin tan clara y evidente
que se admite sin necesidad de demostracin" ("Diccionario de la Real Academia
Espaola", Vigsima Primera Edicin).
Targelia, citada por Plutarco, fue una "hetaira" que actuaba como "agente" del Rey de
los persas, sembrando entre los griegos con los que tuvo relaciones erticas la semilla
del "Medismo". De esta cuestin hablaremos ms adelante.
Conviene aclarar que Plutarco mantiene una cierta aversin hacia la Comedia Vieja.
Su rechazo hacia la comedia de Aristfanes tiene mucho que ver con la dura crtica de
Platn hacia lo Cmico, que se manifiesta en el ltimo libro de su "Repblica" (606 c-d)
y en las "Leyes" (816 d - 935 d). Tal vez en Platn subyace la imagen de su querido
maestro Scrates ridiculizado cruelmente por Aristfanes en "Las Nubes". Sin
embargo Plutarco acude constantemente a Aristfanes. En su "Biografa de Pericles"
cita, adems, a otros representantes de la Comedia Antigua, mucho ms hirientes y
sarcsticos que Aristfanes, que se burlaron de Pericles llamndole "Cabeza de
Cebolla", "Cebolln" o "Amontonador de Cabezas" (" Pericles", III, 2-3). Para el
profesor Robin Lane Fox el significado de estos insultos y de esos chistes jocosos se
puede traducir en la afirmacin de que Pericles tena la cabeza redondeada y
presentaba una calvicie prematura y que se presentaba en pblico con el casco de
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general para, de esta forma, disimular su calva (3). Otro buen ejemplo de estos chistes
cmicos, hoy diramos que propios de una prensa amarilla, son estos dos fragmentos
de Cratino:
Plutarco, en su afn por ser "objetivo" y reflejar la verdad de los hechos, recoge, con
frecuencia, puntos de vista diferentes y, por supuesto, opiniones contradictorias. Por
una parte afirma que:
Esta opinin la recoge Plutarco de los poetas cmicos, que atacaban la poltica
imperialista y expansionista de Atenas y su inevitable choque con Esparta y lo hacan
presentando a Aspasia como una descarada proxeneta. La podemos leer tambin en
Ateneo de Nacratis, en el libro XIII de su "Cena de los Eruditos" (XXV, 570):
El origen de la Guerra del Peloponeso, una guerra que enfrent a griegos contra
griegos, segn Tucdides, se debi al crecimiento militar y comercial de Atenas, a los
desesperados intentos de Esparta por ahogarla y a las intrigas de la polis de Corinto (I,
67-71) que saldra beneficiada de un enfrentamiento Atenas-Esparta, pues, como
escribe Plutarco:
Fue Aspasia una "hetaira", una puta de lujo? Violaine Vanoyeke nos responde
negativamente con estas palabras:
Ya hemos dicho que Aspasia proceda de Mileto, una de las ciudades griegas de Asia
Menor, actualmente en tierras de Turqua, baadas por el mar Egeo. Ciudades que
tenan otras costumbres, ms relajadas, libres y cultas que Atenas. Por eso, para
muchos atenienses, se comportaba, como una hetaira, sin serlo, al asistir a reuniones
masculinas, banquetes, y relacionarse con filsofos como Scrates. Cmo influy
sobre Pericles? Por qu Pericles, un hombre ateniense, educado en los prejuicios
antifemeninos de su poca, permita la libertad de movimientos de su liberal,
inteligente y hermosa mujer? Lo cierto es que Pericles, enamorado de ella, abandon
a su primera esposa y a sus dos hijos, Jantipo y Paralo, y se uni a Aspasia:
nfale tiene distintas genealogas: hija del rey Yrdano, viuda del rey Tmolo. La
leyenda ms conocida habla de ella como reina de Lidia, aunque en el Epiro haba
una ciudad con el nombre de Onfalio. nfale aparece relacionada con el hroe
Heracls. Como Heracls fue presa de una ataque de locura despus de haber dado
muerte a Ifito, el dios Hermes lo vendi como esclavo a la reina de Lidia, nfale, para
que el fuerte hroe dorio entregara el dinero obtenido con su propia venta a los
parientes de Ifito, como reparacin y expiacin de su crimen. En Lidia Heracls iba
vestido con ropas de mujer, con numerosas pulseras y collares femeninos, y trabajaba
en las labores propias del sexo femenino, como cardar lana e hilar. Todo para
complacer a nfale, quien se vesta como un varn y usaba armas masculinas.
Cuando Heracls captur a los bandidos Sileo y Lisiertes y, poco despus, mat a
una enorme Serpiente, que destrua las cosechas del reino de nfale, esta reina lidia,
satisfecha por todos los servicios que el hroe dorio le haba prestado (tambin en la
cama, pues tuvo varios hijos de ste: Lamo, Tirreno, Agelao y Laomedonte), le
devolvi la libertad (7). Los autores hicieron de la esclavitud de Heracls en Lidia una
alegora misgina de con cunta facilidad una mujer hermosa y astuta maneja a un
hombre fuerte y poderoso. As, Luciano de Samsta, en sus cnicos "Dilogos de los
dioses", 13, hace decir a Asclepio lo siguiente:
" Yo, por lo menos, jams he sido esclavo, como t, ni he cardado lana
en Lidia, vestido con una tnica roja y azotado por nfale con una
sandalia de oro.
Con esta alusin a nfale los autores cmicos queran presentar a Pericles como un
"esclavo" de Aspasia, sometido a la voluntad y a los caprichos de la bella milesia,
quien ejercera sobre l algo muy parecido a una especie de poder secreto, bastante
similar a la fascinacin, entendiendo sta en su sentido etimolgico, del latn
fascinatio, -onis: aojo, hechizo y, tambin, atraccin irresistible.
Deyanira aparece como la causante de la muerte de Heracls. Deyanira era hija del
rey Eneo de Calidn y hermana de Meleagro. Deyanira, celosa de Yole, concubina de
Heracls, de la que ste se haba enamorado, impregn una tnica de su esposo con
un supuesto filtro de amor que le dio el Centauro Neso antes de morir. Pero dicho filtro
estaba, a su vez, empapado con el veneno de la Hidra de Lerna. Heracls confiado, al
ponerse la tnica, sinti que su cuerpo se abrasaba, y al no poder quitrsela, porque
se arrancaba su propia carne, muri en una hoguera en medio de horribles dolores.
Deyanira, al saber lo que haba hecho (pues su intencin era otra: conseguir, de
nuevo, el amor de su marido), se suicid, atravesando su corazn con una espada. O
ahorcndose, segn distintas versiones. La tragedia de Sfocles "Las Traquinias" es
una bella versin de este mito de amor, celos y muerte:
"Pero cuando arda la llama que procede del resinoso rbol, rociada con
sangre de los solemnes sacrificios, un sudor le subi a la piel, el manto
se ci muy ajustado a todas las articulaciones, como la obra de un
artesano, y le lleg un convulsivo dolor desde los huesos, devorndole
luego como un veneno de una hostil y mortfera vbora" (8).
El terrible destino de Heracls tuvo lugar en las Termpilas, un lugar donde las aguas,
que salen del interior de la Tierra, queman:
"En torno suyo las rocas, los montaosos cabos de Lcride y los
acantilados de Eubea resonaban"(Versos 786-788).
Hera fue otro de los eptetos que los cmicos otorgaron a Aspasia. La diosa Hera era
hermana y esposa del todopoderoso Zeus. Una esposa vengativa y cruel que
persegua con saa y verdadera obsesin a sus rivales amorosas. Su rencor,
consecuencia de sus celos y de su orgullo herido, por haber sido abandonada,
muchsimas veces, por Zeus, no tena lmites y la llev a conspirar contra el ms
importante de los dioses del Olimpo, su soberano. A Pericles, como hemos ledo, los
cmicos deseosos de devaluar su autoridad como jefe de Estado, le presentan
sometido a una mujer, extranjera por ms seas, Aspasia de Mileto. Y a ella, a su vez,
como afirma Nicole Loraux en su libro Las experiencias de Tiresias (la masculino y lo
femenino en el mundo griego), los cmicos, deseosos de devaluar la figura de
Pericles, la ven como una nueva rfale, una Deyanira y una nueva Hera, todo junto,
todo a la vez, deseosa de ejercer la ginecocracia, que slo permite la
interpretacin parcial de la figura de Heracles (9).
"EL olmpico Pericles (...) acaso no fue por culpa de Aspasia (...) por
quien conturb a toda Grecia, a pesar de que l haba adquirido tan
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Como ya hemos visto, alrededor del 432 a. C., cuando llevaba compartiendo con
Pericles unos quince aos de vida en comn, Aspasia fue acusada de impiedad
("asebea"), la misma acusacin por la que fue condenado a muerte el filsofo
Sctrates, en el ao 399 a. C.. La otra acusacin contra ella era la de suministrar a
Pericles "mujeres libres", para los escarceos erticos de su compaero. Esta segunda
acusacin nos parece muy "extraa" porque Aspasia y Pericles vivan juntos desde
haca mucho tiempo y haban tenido un hijo en comn. Para M. Montouri la verdadera
acusacin podra ser "Medismo"(12), admiracin por la cultura persa, expresada
filosficamente en el concepto "NOUS" de Anaxgoras, elemento ordenador y
regulador del Cosmos (13), que indicara una cierta tendencia a la tirana por parte del
propio Pericles. Plutarco, en sus "Charlas de Sobremesa" (620 C D), seala que:
"Pericles, por su parte, cada vez que era elegido general y volva a
tomar la clmide, ante todo sola decirse a s mismo: "Mira, Pericles, a
libres gobiernas, a griegos gobiernas, a atenienses gobiernas" (14).
Y Tucdides, despus de hablar de la muerte del gran estadista griego, y hacer una
apologa de Pericles, escribe que:
"De palabra, fue aquello una democracia; de hecho, gobierno del primer
ciudadano" (II, 65).
Conviene recordar, tambin, que la ms famosa de las concubinas del prncipe persa
Ciro el Joven (421 - 401 a. C.) fue llamada por ste Aspasia, en honor a la clebre
amante de Pericles. Plutarco nos aclara que fue focea de origen y que su verdadero
nombre era Milto, una palabra que, en griego, significaba "Piedra Roja, "Bermelln",
"Rub"... El rojo es un color solar, el color de la sangre, de la pasin, de las llamas del
fuego y de la inmortalidad. Para los sumerio-acadios era un color terrorfico que
espantaba, por igual, a los demonios y a los espritus de los difuntos (15). El nombre
de Aspasia, literalmente "Cariosa", resultaba ms apropiado para la concubina de un
prncipe persa. Paralelamente, Plutarco, como ya hemos visto, llega a relacionar a
Aspasia con Targelia, una "hetaira" que:
"Hizo proposicin para que se derogase la ley sobre los espurios, que l
mismo haba introducido antes, para que por falta de sucesin no se
acabase su casa y se extinguiera su linaje"(XXVII , 2) .
Pues la desgracia de la muerte de sus dos hijos legtimos del gran lder:
Pericles acab reconociendo legtimamente a su tercer hijo, el que tuvo con Aspasia,
contradiciendo, con su propio ejemplo, la Ley que l mismo haba promulgado, segn
la cual slo poda ser inscrito como ciudadano ateniense aqul cuyo padre y madre
tambin lo fueran. A propsito de este hecho, Pierre Vidal-Naquet, hablando de las
posibles implicaciones polticas de la tragedia griega, se pregunta, retricamente, a
propsito del Ayax (o Ayante) de Sfocles, estratego que tom parte, junto con
Pericles, en la represin de la revuelta de Samos:
Aspasia, como extranjera ("meteca"), pues era de Mileto, no poda dar hijos legtimos a
un ciudadano ateniense. Las mujeres de la polis de Atenas, confinadas en el
"gineceo", transmitan a sus hijos el derecho de ciudadana, porque solamente en
calidad de madres eran reconocidas como ciudadanas participantes y no slo como
miembros pasivos de la comunidad. Aristteles en su "Poltica" (III, l275 b) comenta la
Ley que Pericles promulg en el ao 451 a. C. (17). Una Ley que le trajo no pocos
quebraderos de cabeza y que hubiera excluido a importantsimos polticos anteriores,
como Clstenes, Milcades, Temstocles y Cimn, todos ellos hijos de mujeres
extranjeras.
Este tercer hijo de Pericles y de Aspasia se llam Pericles, como su padre. Aos ms
tarde fue tesorero de la Liga de Delos entre el 410 y el 409 a. C. y "estratego" durante
tres nombramientos consecutivos, siendo ejecutado, injustamente, despus de la
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victoriosa batalla naval, librada contra Esparta, de las islas Arginusas, en el ao 400 a.
C. Fue acusado, junto con otros "estrategos" atenienses, de no haber socorrido a los
nufragos (Jenofonte, "Helnicas", 1, 6-7).
Aspasia, al quedarse viuda, contrajo matrimonio con otro hombre. Plutarco recoge la
opinin de Esquines el Socrtico que dice que:
Y es que Aspasia era una excelente maestra de oratoria, tal y como aparece
(irnicamente) en el "Menexno" de Platn. Y una mujer experta en Economa
Domstica, pues de ella escribe Jenofonte en su "Econmico":
-" Pero aqullos que segn t mismo dices, Scrates, tienen mujeres
que valen Las educaron ellos mismos?
La profesora Ana Iriarte, en su libro "Las redes del Enigma. Voces femeninas en el
pensamiento griego", afirma que:
Cul fue el alcance real de la influencia de Aspasia sobre Pericles? El profesor Jos
Solana Dueso afirma a propsito del "Menxeno" de Platn:
Platn, en muchas de sus obras, hace una crtica feroz de la democracia ateniense y
plasma sus ideales polticos en "La Repblica", donde nos ofrece una sociedad
estratificada jerrquicamente y, al mismo tiempo, igualitaria, clasista y totalitaria,
ligeramente inspirada en el rgimen espartano (25). Su compaero Jenofonte tambin
era partidario de la oligarqua. En su obra "La Repblica de los Lacedemonios" hace
una apologa de Esparta. Es un apasionado de la disciplina, del militarismo y de las
ideas monrquicas. Por su "laconismo" fue desterrado de Atenas. En el ao 394 a. C.
particip, al lado de los espartanos, en la batalla de Coronea, contra la polis de Atenas
(26). Es decir, tanto Scrates, como Platn, como Jenofonte y su crculo de
discpulos y amigos, se manifiestan contrarios al sistema democrtico ateniense (27),
y, por ello, no es de extraar que Platn, en el Menxeno, utilice la irona y la
caricatura para ridiculizar al propio Pericles a travs de su segunda mujer, Aspasia,
aunque ste hubiera muerto muchos aos antes. Tambin Aristfanes y los poetas
cmicos hicieron otro tanto... Plutarco es consciente de esta actitud burlesca de Platn
cuando afirma que:
Si hay que tomar al pie de la letra, es decir, literalmente, las palabras de Platn y las
de Plutarco, que nos informan que Aspasia colabor en la elaboracin de los
Si debo hablar de los mritos femeninos de cuantas quedarn viudas, con una
breve exhortacin lo dir todo: el no quedar por debajo de vuestra ndole natural es
vuestra gran gloria, gloria de la que debe haber el mnimo rumor entre los hombres,
Podemos pensar que el conocimiento que de Aspasia tuvo Platn podra ser una
extraa mezcla de impresiones propias con las que le pudo transmitir Scrates, pues
cuando Aspasia muere, probablemente en el 410 a.C., como ya hemos dicho, el
futuro filsofo era tan slo un despierto adolescente que podra tener tan slo unos
diecisiete aos. C.M. Bowra, en su libro La Atenas de Pericles (29), se formula una
serie de interrogantes que exponemos aqu, modificndolos brevemente, porque este
fragmento del discurso de Pericles se nos antoja un poco misterioso y enigmtico
Fue un desafo de los propios Pericles y Aspasia ante las constantes murmuraciones
y cotilleos de los que eran objeto y con los que les atacaban sus enemigos polticos?
Quera decir Pericles a todo el mundo que su segunda esposa, o concubina, era una
mujer ejemplar? Son, pues, palabras inventadas por el propio historiador Tucdides
que es, al fin y al cabo, quien nos ha transmitido dicho discurso?
Nosotras no educamos a los jvenes de peor manera que ellos . Anda, compara,
si lo crees conveniente, entre Aspasia, la cortesana, y Scrates, el sofista. Decide
cul de los dos fue mejor educador. Vers que Pericles fue discpulo de ella,
Critias, en cambio, de l (31).
Critias, to de Platn, fue el ms sanguinario de los llamados Treinta Tiranos, el
rgimen oligrquico impuesto por el lacedemonio Lisandro.
Es Diotima un personaje histrico, una mujer que existi realmente y que fue,
tambin, maestra de Scrates, como lo fue la famosa Aspasia, la segunda esposa de
Pericles? Jos Solana Dueso recoge, entre otros, los testimonios de Elio Arstides,
Mximo de Tiro y Luciano, que hablan de la existencia real de una Diotima de
Mantinea que no guarda ninguna relacin con Aspasia.
...
"Finalmente, hablando con voz dbil y afeminada, dijo que no era justo
Diocles al excluirlo de la filosofa por ser eunuco, de la que incluso hay
mujeres que participaron. Y trajo a colacin a Aspasia, Diotima y
Targelia para que lo defendieran"(37).
Sin embargo leyendo "El Banquete " y "El Menxeno" de Platn podemos observar el
siguiente paralelismo entre uno y otro dilogo: En "El Banquete" Scrates nos cuenta:
Un nuevo mito acerca del nacimiento del dios Eros, donde le da una nueva genealoga
presentndolo como hijo de Poros (Recurso) y de Pena (Pobreza).
Un discurso que sta acaba de escribir muy semejante a la famosa "Oracin Fnebre"
de Pericles, que recoge el historiador Tucdides en el Libro II de su "Historia de la
Guerra del Peloponeso".
Una simple coincidencia tan slo o algo ms? O son Aspasia y Diotima, como opina
el profesor francs Leon Robin, una misma y nica persona?
Para terminar, quiero sealar, una vez ms, que Diotima de Mantinea y Aspasia de
Mileto son dos mujeres (una real, de carne y hueso, y otra probablemente inventada)
que desempean importantes papeles en algunos Dilogos de Platn. Ambas tienen
tres caractersticas comunes:
Hemos visto que la relacin de amistad entre Scrates y Aspasia est bastante bien
documentada. Para Ateneo (V, 219 BE), Aspasia sera la preceptora amorosa de
Que para ambos ser ella comienzo del amor. Con ella lo
para ti(39).
Es preciso destacar que la imagen de Scrates que nos transmiten estos dos poemas
est muy lejos de la que nos proporciona Platn en su Banquete. En el dilogo
platnico Scrates hace gala, en todo momento, de un perfecto autodominio. Es capaz
de rechazar el bello cuerpo de Alcibades, cuando ste se mete en su lecho y le ruega
que sea su amante. El filsofo intenta que el muchacho cambie su frivolidad por la
verdadera belleza interior. Platn escribe que Alcibades se levant decepcionado,
despus de haber dormido con Scrates, que se nos presenta como el colmo de la
moderacin y el autodominio, como si se hubiese acostado con su padre o su
hermano mayor (219, d). En cambio, en los poemas atribudos a la clebre Milesia,
Scrates, se nos muestra muy inseguro, zarandeado por el deseo, lloroso (baado en
lgrimas), ansioso y a la caza de la persona amada, que no es otro que Alcibades.
La influencia del clebre poema de Safo de Lesbos conocido como Fragmento 31,
donde la poetisa griega enumera los efectos del amor (40), es realmente patente:
no me es posible ,
los odos,
De morir (41).
Por su parte, Aspasia, en sus (casi) probables poesas, se autorretrata como una
especie de alcahueta buena y sabia, dispuesta a ayudar a sus amigos con su
generosidad y sus acertados consejos.
Sin embargo debemos ser muy cautos porque la historicidad de las relaciones entre
Scrates y Aspasia es puesta en duda por Antonio Tovar. Distinta opinin presenta, en
cambio, A. E. Taylor, en su libro El pensamiento de Scrates, donde llega a formular
la interesante hiptesis de que entre Aspasia y Scrates no slo hubo una buena
relacin entre maestra y alumno, sino que, tambin, gracias precisamente a esta
misma relacin, Scrates llegara a manifestarse partidario de una mayor igualdad
entre varones y mujeres, idea que Platn reflejara en el Libro V de su Repblica (42).
Tambin la helenista francesa Claude Moss afirma que Los vnculos entre Aspasia y
Scrates y sus discpulos no se pueden negar, si consideramos que dos de ellos,
Antstenes y Esquines el socrtico, le consagraran un dilogo cada uno (43).
Qu aspecto fsico tendra Aspasia? Cmo sera su rostro? Las preguntas no han
tenido nunca una respuesta. Era Aspasia realmente hermosa como afirma su
leyenda? Si ella fue una mujer bella, posiblemente, aparecera representada en pintura
o en escultura, tal y como sabemos que apareca la hetaira Teodota, a quien el
propio Scrates sorprende posando para los artistas.
Hay muchos bustos y estatuas completas de mujeres pero nunca hemos podido saber
a quines representan porque nunca aparece ningn nombre propio. Sin embargo en
1777 apareci en Italia un busto con un nombre escrito debajo: Aspasia. Se trata de
una herma, un pilar cuadrangular, que actualmente se conserva en el Museo del
Vaticano (inv. 272). La cabeza es redondeada y cubierta con un velo que deja ver una
cabellera cuidadosamente peinada con bucles lacios, separados por rayas regulares.
La expresin de su cara es grave y un poco triste. Se puede dudar de la autenticidad
de esta herma: Algunos creen que la inscripcin es muy posterior a la estatua. Pero
otros afirman que dicha inscripcin es antigua y que nos encontramos con una copia
de un retrato de finales del siglo V a.C.
En el Museo del Louvre hay un busto de una mujer velada con un cierto aire pensativo.
Se sospecha que podra ser una rplica de la Afrodita Sosandra, literalmente
Salvadora de hombres, del escultor Calamis, muy admirada por Luciano. Segn
algunos historiadores la modelo podra ser Elpinice, la esposa de Calias, pero hay
otros muchos que piensan en Aspasia. Es bastante probable que Aspasia fuera
representada por los artistas de su tiempo bajo la forma de Afrodita Sosandra:
pensativa, austera, muy lejos de la brillante hetaira melesia que fascin a los
atenienses en general y a Pericles en particular (47).
(3) Lane Fox, Robin: El mundo clsico. La epopeya de Grecia y Roma, traduccin al
castellano de Tefilo de Lozoya y Juan Rabasseda-Gascn, Barcelona, 2007, Crtica,
Pg. 210.
(4) Ateneo de Nacratis: Sobre las Mujeres. Libro XIII de la Cena de los Eruditos,
Edicin de Jorge L. Sanchis Llopis 3 Edicin, Madrid, 1994, Ed. Akal, Pgs 92-93.
En verdad que Heracles era amado por los dioses, reconocido por los
reyes de la tierra, pero conoca el poder de las mujeres? La Amazona
quiso combatirle en su propio terreno y haba fracasado (...). Yo le
abordara con otras armas, mucho ms dainas y seguras; las armas
femeninas. Bajara la guardia, se dejara vencer por el asombro, la
dulzura y la irresistible voluptuosidad...
(8) Sfocles: Las Traquinias, Versos 765 771, Traduccin de Assela Alamillo,
Madrid, 1986, Gredos, Pgs. 220 221.
(10) Bowra, C.M.: La Atenas de Pericles, Madrid, 1974, Alianza, Pgs 167 168.
Moss, Claude: La mujer en la Grecia clsica, Madrid, 1990, Nerea, Pg. 70. Plcido
Surez, Domingo: Aspasia, la otra cara de la Atenas de Pericles, En Mujeres de la
Antigedad, Jess de la Villa (ed.), Madrid, 2004, Alianza, Pg. 93.
(13) VV. AA.: Historia general de la filosofa griega, Edicin de Carlos Garca Gual,
Madrid, Trotta, Pg. 64.
(14) Traduccin de Francisco Martn Garca, Madrid, 1987, Ed. Gredos, Pg. 74.
(17) Iriarte, Ana: Ciudadana femenina y procreacin en la Atenas clsica, Actas del
IX Congreso Espaol de Estudios Clsicos, I, Madrid, 1996, Pgs. 123 126.
(18) Traduccin de Lus Alberto de Cuenca, Madrid, 1995, C.S.I.C., Pg. 147.
(19) Jenofonte: Econmico, III, 14 16. Traduccin de Juan Zaragoza, Madrid, 1993,
Ed. Gredos, Pg. 167.
(27) El ms radical de los llamados Treinta Tiranos fue Critias, to de Platn, que fue
el ms sangriento de todos ellos. Segn Jenofonte fue el lder de los extremistas y
siempre actu de una manera violenta y sin escrpulos, cometiendo todo tipo de
arbitrariedades y asesinatos. Critias destac, asimismo, como sofista (afirmaba que
el alma era sangre) y poeta. Fue autor de una Constitucin de los Lacedemonios en
verso. Escribi tragedias hoy perdidas, como Ramadantis, Estobeo y Ssifo y
otras obras de difcil clasificacin como Sobre la Naturaleza del amor o de los
amores (Los sofistas. Testimonios y fragmentos, Introduccin, traduccin y notas de
Antonio Melero Bellido, Madrid, 1996, Gredos, Pgs. 399 446). Otro miembro del
crculo socrtico que colabor en la Revolucin Oligrquica fue Crmides, primo de
Critias. Crmides muri en el 403 a. C., junto a Critias. Ambos personajes (Crmides y
Critias) dieron nombre a dos dilogos de Platn. En el Critias se encuentra el
famossimo mito de la Atlntida (108 e 121c), que tambin aparece en el Timeo (27
c 29 d). Sin embargo Platn, en su autobiogrfica Carta VII , se muestra muy
decepcionado y crtico con la poltica de estos dos personajes, con los cuales estaba
emparentado. Su utopa poltica se plasm en La Repblica.
(28) Tucdides: Historia de la guerra del Peloponeso, II, 45, 2, Edicin y traduccin de
Francisco Romero Cruz, Madrid, 1980, Ctedra, Pgs 186 189.
(29) Bowra, C. M.: La Atenas de Pericles, Madrid, 1974, Alianza, Pg.167.
(30) Romilly, Jacqueline de: Los grandes sofistas en la Atenas de Pericles, Barcelona,
1997, Seix Barral, Pgs. 69 100.
(31) Traduccin de Elisa Ruiz Garca, Madrid, 1988, Ed. Gredos.
(32) Platn: El Banquete, Estudio introductorio a cargo de Carlos Garca Gual,
Madrid, 1989, Alianza, Pgs. 10 y 17.
(33) Oeuvres Completes, IV, 1929, Les Belles Lettres, Pg. XXIX.
(34) Cartledge, Paul, Los Griegos, Barcelona 2001, Crtica, Pg. 147.
(35) Solana Dueso, Jos, Op. Cit., Pgs. 40 y 41.
(36) Solana Dueso, Jos, Op. Cit., Pgs. 42 y 43.
(37) Solana Dueso, Jos, Op. Cit., Pgs. 48 y 49.
(38) Gonzlez Surez, Amalia: La conceptualizacin de lo femenino en la filosofa de
Platn, Madrid, 1999, Clsicas, Pgs. 35 y 43.
(39) Ateneo: Banquete de los Eruditos, V, 219, c, Traduccin de Luca Rodrguez-
Noriega Guilln, Madrid, 1998, Pgs. 360 361.
(40) Mayor Ferrndiz, Teresa M: Safo, la Dcima Musa. Su vida y su voz a travs de
sus versos, en Biografas Literarias (1975 1997), Jos Romera Castillo y Francisco
Gutirrez Carbajo (Eds), Madrid, 1998, Pgs. 503 514.
(41) Traduccin (bellsima) de Helena Rodrguez Somolinos que aparece en el libro
Poetisas griegas, Madrid, 1994, Ed. Clsicas, Pgs. 34 y 35.
(42) Tovar, Antonio: Vida de Scrates, Madrid, 1984, Alianza, Pg. 45. Taylor, A.E.: El
pensamiento de Scrates, Mxico, 1980, Fondo de Cultura Econmica, Pgs. 127-
128. Gonzlez Surez, Amalia: La conceptualizacin de lo femenino en la Filosofa de
Platn, Madrid, 1999, Ediciones Clsicas, Pg. 30.
(43) Moss, Claude: Pericles, el inventor de la democracia, Traduccin de Margarita
Senz de la Calzada, Madrid, 2007, Espasa, Pg. 219.
(44) Teofilacto Simocates: Epstolas, 42, Traduccin de M Luisa del barrio Vega,
Madrid, 1999, Gredos, Pg. 90.
(45) Cartledge, Paul, Los griegos, Barcelona, 2001, Crtica, Pgs. 83 y 101 (Leer
atentamente el Captulo V titulado "Pericles de Atenas" y el VI, "Aspasia de Mileto y
Atenas").
(46) Beauvoir, Simone de: El segundo sexo, Traduccin de Alicia Martorell, Madrid,
Ediciones Ctedra, Pg. 155.
(47) Juanna, Danielle: Aspasie de Milet, 2005, Libraire Arthme Fayard, Pgs 72-74.
(48) Robertson, Martin: El arte griego, Madrid, 3 reimpresin, Madrid, 1993, Alianza,
Pgs. 115-117.
(49) Juanna, Danielle: Aspasie de Milet, 2005, Libraire Arthme Fayard, Pgs. 74-75.
Boardman, John : Escultura griega, Barcelona, 1999, Ediciones Destino, Pgs. 79-80.