Concepto de Eflorescencia Del Concreto.
Concepto de Eflorescencia Del Concreto.
Concepto de Eflorescencia Del Concreto.
La eflorescencia no causa problemas estructurales, pero puede ser este ticamente objetable
sobre todo en los concretos decorativos. Este feno meno no es tan evidente en los concretos
ordinarios cementos blancos o grises y puede pasar sin notarse. Pero en los concretos de
otros colores, una poca eflorescencia, puede ser la peor pesadilla para el contratista y
propietario de la superficie. En los concretos de colores oscuros, el depo sito de estas sales,
puede tener el efecto de aclarar su tono o decolorarla, en los concretos de color rojo, la
eflorescencia lo hace ver de color rosado, los de colores canela y negro se pueden ver como
grises o incluso blancos. La buena noticia es que este feno meno desaparece con el tiempo
por su propia cuenta, cuando el calcio libre se agote dentro del concreto y la mala noticia
es que esto puede llegar a tardar hasta 15 an os.
PREVENCIN Y CURA DE LAS EFLORESCENCIAS.
Durante la construccio n hay que evitar que los ladrillos se mojen demasiado. En tiempo de
lluvias fuertes hay que cubrir la obra no terminada y el apilamiento de ladrillos a pie de
obra. Esta misma precaucio n debe ser tomada tambie n por el propio fabricante.
Hay que evitar a toda costa que los ladrillos cocidos, y las propias obras, se contaminen por
absorcio n de sales solubles de fuentes externas. El fabricante debe desterrar la pra ctica de
apilar sus ladrillos a la intemperie sobre una capa de cenizas y escorias del horno, ya que
ambas esta n cargadas de sales solubles que pueden pasar a los ladrillos arrastradas por el
agua de lluvia y el constructor debe asegurarse de que la obra no va a ser contaminada por
sales solubles que provienen de suelos salinos, ni de productos industriales, ni de terrenos
que contienen escombros, cenizas, escorias u otros residuos inorga nicos u orga nicos. Las
eflorescencias producidas por contaminacio n exterior suelen ser las ma s graves y las ma s
pertinaces.
Debe evitarse que en la obra se produzcan percolaciones que vuelvan a mojarla por
lugares distintos de los normalmente expuestos. No hay que olvidar que la u nica solucio n
admisible es que la obra se moje exclusivamente por las superficies expuestas a la ma s
ra pida evaporacio n. Si las eflorescencias no desaparecen esponta neamente de la fachada
en un periodo de dos o tres an os y, sobre todo, si persisten manchas localizadas, se puede
sospechar con bastante razo n que existen penetraciones anormales de agua en la obra, lo
cual naturalmente puede ser debido a un defecto del proyecto o a un defecto de
realizacio n. En estos casos, la primera medida correctiva a tomar es la supresio n de dichas
entradas anormales de agua. Es muy probable que con ello quede el problema totalmente
resuelto.
Cuando las paredes eflorescentes esta n protegidas de la lluvia, el equilibrio a que hacamos
referencia en el apartado A) no se establece, y entonces puede ser necesario cepillar la
pared y lavarla con agua pura.
Se emplean diluciones diluidas de a cidos de biles (el a cido clorhdrico puede ser muy
adecuado para hacer desaparecer las eflorescencias de carbonatos). Debe primero
aplicarse un cepillado en seco para eliminar las sales precipitadas, despue s empapar la
pared con agua limpia para impedir que la superficie del muro absorba el a cido en exceso,
a continuacio n, se aplica el a cido diluido y por u ltimo se lava bien el muro otra vez con
agua limpia para arrastrar el exceso de a cido.
CUESTIONARIO: