Lección 12 - La Suficiencia de La Expiación de Cristo
Lección 12 - La Suficiencia de La Expiación de Cristo
Lección 12 - La Suficiencia de La Expiación de Cristo
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Leccin
12
La suficiencia de la
expiacin de Cristo
Review and Herald, 11 de diciembre de 1888
1
Y dar a luz un hijo, y llamars su nombre JESS,
1 porque l salvar a su pueblo de sus pecados.
Por lo cual deba ser en todo semejante a sus
hermanos, para venir a ser misericordioso y fiel
sumo sacerdote en lo que a Dios se refiere, para
expiar los pecados del pueblo.
Debiramos meditar en las Escrituras, pensando
seria y sinceramente en las cosas que ataen a
nuestra salvacin eterna. La infinita misericordia
y amor de Jess, el sacrificio hecho por
nosotros, exigen una seria y solemne reflexin.
Debiramos espaciarnos en el carcter de
nuestro querido Redentor e Intercesor.
Debiramos procurar comprender el significado
del plan de salvacin. Debiramos meditar en la
misin de Aquel que vino para salvar a su
pueblo de sus pecados. Nuestra fe y amor se
fortalecern a travs de la contemplacin de los
temas celestiales. Nuestras oraciones sern ms
y ms aceptables a Dios porque estarn ms y
ms mezcladas con fe y amor. Sern ms
EL SALVADOR
en su mano prosperada.
Se crea generalmente entre los judos que el
pecado era castigado en esta vida. Se consideraba
que cada afliccin era castigo de alguna falta
cometida por el mismo que sufra o por sus padres.
Es verdad que todo sufrimiento es resultado de la
transgresin de la ley de Dios, pero esta verdad
haba sido falseada Por lo tanto, aquel a quien le
sobrevena una gran afliccin o calamidad deba
soportar la carga adicional de ser considerado un
gran pecador.
As estaba preparado el camino para que los judos
rechazaran a Jess. El que llev nuestras
enfermedades, y sufri nuestros dolores, iba a ser
tenido por los judos por azotado, por herido de
Dios y abatido; y de l escondieron el rostro.
Isaas 53:4, 5, 10; El Deseado de todas las gentes, pg. 436, Exaltad a Jess, pg. 104
4
Sabiendo que fuisteis rescatados de vuestra vana
4 manera de vivir, la cual recibisteis de vuestros
padres, no con cosas corruptibles, como oro o
plata, sino con la sangre preciosa de Cristo, como
de un cordero sin mancha y sin contaminacin.
Porque si la sangre de los toros y de los machos
cabros, y las cenizas de la becerra rociadas a los
inmundos, santifican para la purificacin de la
REDENCIN A TRAVS DE LA SANGRE PRECIOSA