Juan Gonzalo Rose
Juan Gonzalo Rose
Juan Gonzalo Rose
Confieso que de Juan Gonzalo Rose no saba casi nada. Apenas unas cuantas lneas sobre
su vida, y de su poesa, uno que otro verso que jams llamaron mi atencin, no porque fueran
malos sino porque los le rpido y con cierto desgano.
Lo expresado por Hildebrandt es totalmente cierto, tanto as que, por ejemplo, no figura
en los textos de Comunicacin repartidos por el Ministerio de Educacin; tampoco ha sido
incluido en los currculos de las carreras de literatura o afines (posiblemente San Marcos sea la
excepcin). Asimismo, en los medios acadmicos o crticos su difusin es apenas un oasis en
medio del desierto. Duele decirlo, pero para esa crtica cannica, proclive al amiguismo y
discriminacin, la lrica de Rose es la ltima rueda del coche. Miopa, mejor sera ceguera,
total. Acaso la sencillez es rasgo de mediocridad? Acaso denunciar las injusticias sociales es
motivo principal para subvalorar una determinada esttica? Si a Vallejo lo maltrat Clemente
Palma; a Rose que viva casi en la mendicidad, con un sueldo miserable lo bot del trabajo
Francisco Abril de Vivero, insensible y dspota director del INC de ese tiempo, sumindolo en
un desamparo y depresin atroces.
Quienes conocieron al poeta testimonian que fue una persona de fina y cida irona, de
palabra fulminante y rotunda. Al respecto hay una ancdota muy famosa de un encuentro que
tuvo con Haya de la Torre. Este al verlo, despus de mucho tiempo, le espet:
Usted tambin!
(Ya por entonces, el fundador del APRA haba sumido a su partido en una serie de
componendas y virajes ideolgicos, llegando incluso a pactar con dictadores que los haban
perseguido y victimado. Por estas veleidades, marcadas por el oportunismo ms servil, es que
cientos de verdaderos apristas, de frreas convicciones primigenias, renunciaron a su
militancia, llegando, ms adelante, muchos de ellos, a ofrendar sus vidas en bsqueda de la
justicia social, tan venida a menos y caricaturizada groseramente por la cpula dirigencial
aprista).
II
Grosso modo, se pueden visualizar dos estaciones en la evolucin lrica de Rose. Una
primera, centrada en preocupaciones sociales y de manifiesto compromiso poltico:
1
Mi madre deca:
si matas a pedradas los pajaritos blancos
Dios te va a castigar;
si pegas a tu amigo
el de carita de asno
Dios te va a castigar ()
Hoy me dicen:
si no amas la guerra
si no matas diariamente una paloma
Dios te castigar
No es este nuestro Dios, verdad, mam?
(La pregunta).
O este otro:
2
Si un rosal se muere
herido de aromas
y se hunde en el polvo
su rosa mejor,
el jardn recoge
aquel mismo aroma
y sobre el olvido
dibuja una flor.
Si un amor nos quita
la luz de la vida
y en la despedida
nos llega un dolor
la vida recoge
la luz de esa herida
y en la despedida renace otro amor.
(Si un rosal se muere).
III
En la poesa, como en el resto de artes, se puede ser sencillo pero no profundo o ser
profundo sin ser sencillo. La lrica de Rose es sencilla y profunda al mismo tiempo y, en verdad,
esto es lo ms difcil de lograr. Y esto solo lo logran creo yo aquellos que pueden captar,
llevados por una sensibilidad nica, las esencias que las palabras y las cosas encierran en este
mundo. Aquellos que pueden bucear en su rica interioridad, poblada de un catico mosaico de
imgenes e impresiones, y pueden rescatar de ella el verbo dctil y prstino, despojado de toda
ornamenta intil, artificiosa. Esa es la poesa de Rose, que embelesa desde los primeros versos
y, que por lo mismo, no requiere de una vorgine de palabras para expresar lo esencial:
3
Estoy tan triste ahora
que si alguien se acercase
me amara.
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Me he acostumbrado a ti
como los ros al color del cielo.
Odio lo que se pierde en cada paso;
el tiempo de mi espera, sin esperanzas lleno.
Me he acostumbrado a ti
como la luz del mundo a las ventanas.
Obscurece y no llegas
Ser para maana
Doblo amorosamente mi flor para maana
pues las rosas ya saben esperarte conmigo.
IV
Al igual que Martn Adn tan bohemio y marginal como l , la vida de Rose est
atiborrada de mltiples ancdotas donde hace gala de su chispeante ingenio. Una vez en El
Jinete cuenta el vate Juan Cristbal , en un bar de la Av. Brasil que solamos frecuentar con
Rose, un abogado joda insistentemente para que Juan Gonzalo le recitara uno de sus poemas,
y l le contest: Est bien, pero primero rectame el Cdigo Penal.
4
Cuando trabajaba en el diario Expreso, Rose estaba encargado de crear los titulares. Al
enterarse que un bfalo aprista haba agredido a un profesor izquierdista, tras un debate sobre
Maritegui y Haya de la Torre, donde el seguidor de este qued mal parado; apelando a su
mordaz ingenio, el poeta lo rotul de esta manera: Bfalo vil agrede a profesor.
Desde nio, el poeta gustaba de decir palabras bonitas. Su madre lo consideraba un genio
porque segn contaba cuando estaba en su vientre l haba llorado, y eso solo le poda
suceder a un genio (testimonio de Teresa, hermana menor de Juan Gonzalo, propalado en
Presencia cultural de TV Per el 12 de abril del 2008. A ella justamente le dedic uno de los
poemas ms celebrados de su inspiracin).
Si alguna utilidad se puede extraer de este acercamiento fugaz a la vida y obra de Juan
Gonzalo Rose es que, ojal, se sientan motivados para leerlo. Creo sinceramente que es una
imperiosa y sublime necesidad hacerlo porque una poesa de tan profundas resonancias no
puede cubrirse con el manto de nuestra insensibilidad o indiferencia. Si Rose fue un derrotado
en su vida, reivindiqumoslo tras su muerte.