Acerca de La Pedagogía de La Existencia
Acerca de La Pedagogía de La Existencia
Acerca de La Pedagogía de La Existencia
1. Presentacion
E
- s todava posible un pensamiento, y un modo de escribir filosfi-
carnente sobre la educacin, que tenga que ver con la experiencia de 10 que
nos pasa, con la transformacin y la experiencia? El propsito de este artcu-
10 es pensar una filosofia de la educacin como disciplina que no es mera-
mente un ejercicio terico acadmico, sino un saber que tiene que ver con el
modo en el que constituimos una existencia singular en constante transfor-
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ALOMA I ACERCA DE UNA PEDAGOG~ADE LA EXISTENCIA. La filosofia de la educacin y el arte de vivir
macin, esto es, como algo que tiene que ver con el relato de 10 que somos
o de aquello a 10 que aspiramos. Para ello, el autor aborda dos cuestiones con
el objeto de esbozar una pedagogia de la existencia (mis all de todo esteti-
cismo o existencialismo).En primer lugar, un intento de comprensin de la
filosofia como forma de vida -en paralelo a una reivindicacin de la relevan-
cia filodfica de la infancia, como metafora del comienzo-,y, en segundo tr-
mino, una meditacin sobre la intimidad del tiempo educativo, entendido
como una temporalidad poticamente vivida.
~ Q u valdria
el empecinamiento en el saber, si so10 hubiera de ase-
gurar la adquisicin de conocimientos y no, en cierto modo y hasta
donde se pueda, el extravio del que conoce? Hay momentos en la
vida en 10s que la cuestin de saber si uno puede pensar de mane-
ra distinta a como piensa y percibir de otro modo que como uno
ve es indispensable para continuar mirando y reflexionando.2
246 P. Sloterdijk, Venir al mundo, venir al lenguaje, Valencia, Pre-Textos, 2006, 19.
M. Foucault, El uso de 10s placeres, Buenos Aires, Siglo XXI Editores, 1984, 12.
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Fernando Brcena I ALOMA
con el arte de conducir una vida que con el modo de adquirir un saber
abstracto o un sistema; cuando aprender a filosofar era quedarse,
como 10s nios, admirado y asombrado (thaumadzein) ante el aconte-
cimiento llamado mundo. Y se trata, tambien, de un acceso al comien-
zo en otro sentido: como reivindicacin de la relevancia filosofica de
la infancia. Pues todo filosofar, y se empieza con el10 cada vez que rei-
teramos las preguntas que nos inquietan, comienza de modo obligado
por reclamar el valor decisivo de las experiencias primeras de sentido
en nuestra infancia: "La niez del hombre se estructura alrededor de
su experiencia bsica de la realidad [...I En esa estructuracibn alrede-
dor del eje bsico, 10 que hay antes toma sin remedio, en la memoria,
la forma de la inocencia. La infancia [...I es primordialmente la reve-
lacion del tiempo, es decir, de la muerte."3 S610 que este regreso al
comienzo siempre se hace tardiamente, pues siempre se comienza con
retraso, aunque casi siempre tambien en el momento (potico) opor-
tuno. Regresamos al comienzo del mismo modo que recordamos la
infancia: cuando queremos dar testimonio de 10 vivido, de 10 anhela-
do o de 10 perdido. Nacer significa ver el mundo por primera vez; pero
ver el mundo por ltima vez tambien supone ver10 como por vez pri-
mera. Tanto por la cercania de la muerte, como por la sensacin de
novedad que provoca una mirada concentrada en un instante, perci-
bir el mundo es quedarse perplejo ante la maravilla, o ante el horror,
de 10 que acontece. Por eso, "nosotros sentimos que somos un
momento, un instante de esa fuerza, de ese acontecimiento de suma
importancia que nos sobrepasa, que esta siempre ante nosotros, siem-
pre mas alla de nosotros. Nosotros co-nacemos al m ~ n d o . " ~
Sin embargo, no es necesario esforzarse mucho para que nos demos
cuenta de que hay algo mis que se ha perdido. Probablemente sea irre-
cuperable e impracticable, pero al menos podemos recordar10 para ins-
pirar de otro modo nuestros pensamientos y prcticas pedagogicas.
Hemos perdido una concepcion del pensamiento filosofico, un modo
de hacer y pensar filosoficamente, que en otro tiempo estaba estre-
chamente ligado a una forma de psicagogia, con la conduccion de
nios y jvenes en formacin hacia 10 mis relevante e inquietante de
si mismos: sus propias existencias. Ahora preferimos preparar expertos
y profesionales competentes. Hemos perdido una concepcion del
hacer filosofico, y creo que tambien del hacer filosofico en educacin,
que tenia que ver con el tip0 de preguntas que, aunque nos vuelven
enigmticos frente a nosotros mismos, nos ayudan sin embargo a con-
**
- G.Colli, Introducci6n a Nietzsche, Valencia, Pre-Textos, 2000, 33.
F. Nietzsche, Schopenhauer educador, Madrid, Biblioteca Nueva, 2001, 30.
Fernando Brcena I ALOMA
-
Valencia, Pre-Textos, 2005.
l5 M. Foucault, La hermenutica del sujeto. Curso en el College de France, 1981-
1982,Mxico, Fondo de de Cultura Econmica, 2002, 28.
ALOMA I ACERCA DE UNA PEDAWG~ADE LA EXISTENCIA. La filosofia de la educacin y el arte de vivir
Ibid., 33.
l 7F'. Hadot, Ejercicios espirituales y filosofia antigua, op. cit., 24.
J.P. Eckerman, Conversaciones con Goethe, Barcelona, El Acantilado, 2005, 25
de enero de 1830.
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Femando Brcena ( ALOMA
modelo a partir del cua1 forjar un arte de vida valido para todos 10s
casos. La vida humana se construye de muchas maneras -es un relato
incesante y discontinuo-, este seria el mensaje final, y ningun modo
de vida es el mejor para todo el mundo. Quien quiera imitar una vida
bella, 10 que tiene que hacer es forrnarse la suya propia. Como escribe
Nehamas: "La imitacion, en este contexto, se entiende como el acto de
convertirse en alguien por sus propios medios; ese 'alguien' en el cua1
uno se convierte tiene que ser diferente al modelo que uno sigue."lg
Como ocurre con otras artes, el arte de vivir no tiene reglas preesta-
blecidas que podamos seguir al pie de la letra. La leccion nos la pro-
porciona el ejemplo de la vida de Sbcrates, que al dejar absolutamen-
te indeterminado el proceso que l mismo sigui6 para crear su vida, al
mismo tiempo presenta en producto final como algo que no necesa-
riamente tiene que ser imitado.
La produccion de uno mismo, la recreacin potica de nosotros mis-
mos, pues todo acto de poiesis es un acto de creacin que hace pasar
algo (en este caso, a nosotros mismos) de la nada al ser, introduce la
novedad radical en una existencia singular.20 Lo "nuevo", aqu, insti-
tuye la infancia como categoria filosfica relevante en nuestros
discursos. El territori0 de la infancia como bsqueda de la inocencia
es, sin embargo, algo extrao e inquietante, pues implica despreocu-
pacin y al mismo tiempo un estado de alerta, ya que 10 desconocido
puede llegar a vivirse como amenaza. Desde el mornento en que dis-
tinguimos bien y mal, nos hundimos en el abismo de la libertad: tene-
mos que elegir libremente entre ambos, no hay otro remedio. "Al
nacer soy traido al mundo, pero a partir de ese momento, con decisin
y firmeza, debo, una y otra vez, guiarme yo mismo."21 Al nacer somos
arrojados al mundo, y desde entonces nuestra vida es un encargo:
hemos de ocuparnos de ella, hacer algo con ella. Todo puede ocurrir:
riesgos, oportunidades, aventuras, xito o fracaso. Con el nacimiento,
accedemos a una suerte de trascendencia, y al mismo tiempo la aven-
tura de existir se incrementa -en sus posibilidades ms ntimas y en su
densidad existencial- por la creciente conciencia de la muerte, enten-
dida como elemento primordial de nuestra finitud; pues "nadie puede
soportar la idea de que su estancia en el mundo sea intil y hasta per-
judicial, si es capaz de pensar sobre la cuestion un instanteU.22A par-
tir de entonces se sabe, desde dentro, que es el tiempo (accedemos a la
*.
l9 Nehamas, El arte de vivir, op. cit., 25.
20 F. Brcena, La experiencia reflexiva en educacin, Barcelona, Paids, 2005.
intimidad del tiempo). Yves Simon ha descrit0 muy bien esta relacin
entre la conciencia dolorosa de la muerte y la necesidad de nuevos
comienzos protectores:
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- 23 Y . Simon, O viajante magnifico, Porto, In-Libris, 2000 (3" ed.), 25.
24 Ibid., 141.
Femando Barcena I ALOMA
-
28 M. Zambrano, Filosofia y poesia, Mxico, Fondo de Cultura Econmica, 1993, 7.
258 29 G. Swift, El pas del agua, Barcelona, Anagrama, 1998.
30 V. Janklvitch, La muerte, Valencia, Pre-Textos, 2002.
Femando Brcena I ALOMA
Cada vez que iniciamos un nuevo gesto en el mundo -con las pala-
bras y con las acciones- interrumpimos la cadena de 10s hechos y
hacemos que un acontecimiento introduzca la discontinuidad en la
narracion del tiempo. Eso es 10 que nos puede pasar a cada uno de
nosotros, en nuestra irreductible singularidad, y eso es 10 que le
pasa al mundo con cada nuevo recin llegado y con cada nuevo
nacimiento. El nacimiento es el acontecimiento por excelencia: un
desafio al mundo. Nuestro comenzar al nacer es silencioso, casi
mundo, y nuestro despertar al mundo se hace a travs del lenguaje,
cuando ya hacia tiempo que estabamos en 61, con 10 cual, comienzo
del ser y comienzo del lenguaje no van juntos, ni son simultneos. Es
el lenguaje 10 que permite que regresemos a ese primer comienzo, 10
que consiente que 10 narremos y que nos 10 contemos. El ser huma-
no, al no estar despierto en su propio nacimiento, no conserva
memoria de su propio comienzo, y por eso, para llenar ese vacio,
cuenta historias, relata, narra. Para que nuestros hijos no queden
emparedados en el vacio, les contamos historias, o les mentimos dia-
riamente con nuestros sueos y 10s compartimos con ellos: "El hecho
de que yo me convirtiera en un profesor de historia", dice uno de 10s
personajes de El pas del agua, "puede relacionarse directamente con
las historias que mi madre me contaba de pequeo, cuando, como la
mayoria de 10s nios, le tenia miedo a laoscuridad."32
ABSTRACT