Libro de Arequipa PDF
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Libro de Arequipa PDF
MAXIMONEIRA AVENDAO
GUILLERMO GALDOS RODRIGUEZ
ALEJANDRO MALAGA MEDINA
EUSEBIO QUIROZ PAZ SOLDAN
JUAN GUILLERMO CARPIO MUOZ
HISTORIA
GENEKALDE
AKEQUIPA
fUNDACION
M. J Bu~TAMANTt: Dt: LA FUENTt:
A MANERA DE PROLOGO
Pocas ciudades del Per tienen una historia tan rica como Arequipa, especial-
mente en su poca republicana; y resulta consecuente que se haya escrito mucho sobre
ella, aunque no en forma sistemtica y orgnica, siendo de lamentar que los numerosos
escritos no hayan sido reunidos . y editados, ponindose al alcance del pblico, al
menos de especialistas. Han quedado all, para publicarse fragmentariamente en aniver-
sarios, muchas veces con nin'anecdtico o meramente ilustrativo. Una simple mirada
a la bibliografa de esta obra comprueba el gran nmero de personas -arequipeos y no
arequipeos-, que se han interesado por la historia de nuestra tierra; pero, pese a ello,
no ha existido hasta ahora una Historia de Arequipa, que la estudie y presente en for-
ma general y orgnica. Es este vaco el que se quiere llenar con la presente obra.
Pero esta obra tambin tiene otros dos propsitos : en primer lugar, cumplir el
anhelo del De Manuel J. Bustamante de la Fuente, fundador de la Fundacin que lleva
su nombre y que es la patrocinadora y editora de ella, de dar a Arequipa su "historia
completa", como l expres en uno de sus escritos al ocaso de su vida. El Dr. Manuel J.
Bustamante de la Fuente am intensamente a Arequipa, cuyo pasado y presente cono-
ca muy bien y por lo mismo lo crea sobradamente digno de ser difundido, tanto as
que ello era uno de los objetivos buscados al crear la Fundacin.
II
Pero antes de tratar sobre el texto que tiene el lector entre manos, permtaseme
detenerme en el hombre a cuya inspiracin y memoria se debe la "Historia General de
Arequipa", y en la Fundacin por l constituda que la ha hecho realidad.
No se trata aqu de hacer la biografa del Dr. Manuel 1. Bustamante de la Fuente.
Para el caso me remito -y recomiendo su lectura- a la "Semblanza de un Peruano ilustre:
Manuel J. Bustamante de la Fuente" , del Dr. Percy Cayo Crdova (Catlogo del Archi-
vo General de la Nacin Coleccin Manuel 1. Bustamante de la Fuente), en la que se
historia la no breve vida de un hombre multifactico, valioso y fecundo en todo senti-
do, cuya vida transcurri de 1887 a 1978. El primer tramo de su vida, hasta 1930, fue
de formacin y desarrollo, especialmente en su profesin de abogado; pero de all en
adelante , sin abandonar su actividad profesional -que me hace considerarlo en el
primer abogado moderno de Arequipa-, intervino activamente en poltica. En un pri-
mer momento, durante una de las etapas ms llenas de incertidumbre y de inestab ilidad
de la historia del Per republicano, segn la consider Jorge Basadre, -que se inici
con la revolucin de Snchez Cerro contra Legua-, presidiendo inclusive una Junta de
Gobierno en Arequipa, que abri paso a la que, presidida por David Samanez Ocampo,
realiz las elecciones generales de 1931 y convoc a la Asamblea Constituyente que
formul la Constitucin de 1933.
Cunto hay que decir del Dr. Manuel J. Bustamante de la Fuente y de su vida
profcua! No fue un conformista, ni se encerr cmodamente en torres de marfil. Su
hondo -y conmovedor- afecto a Arequipa, se patentiza en cada una de sus actividades
de la vida, sin abandonarlo jams. Nunca dej de extraarla y aorarla, ni de lamen-
tarse que, por motivos de salud, 1).0 pudiese regresar a ella.
Escribi con xito un volmen sobre sus antepasados, precisamente titulado " Mis
Ascendientes", y luego dict -entonces ya ciego- "La Monja Gutirrez y la Arequipa
de Ayer y de Hoy" y despus "La Arequipa de Ayer y de Hoy Continuacin". El tema
del primero fue un sonado caso conventual de la primera mitad del siglo XIX, pero en
l y especialmente en el segundo, tambin hay narracin de ancdotas histricas y de
su propia vida , como parte de sus memorias, que lamentablemente nunca lleg a es-
cribir, pues material y de sobra haba en su vida intensa, su participacin en importan-
tes sucesos polticos y su conocimiento y trato con Presidentes , Jefes de Estado ,
polticos y gente que se desenvolvi en los Poderes Pblicos. Pero ya en uno de esos
libros instaba a que se escribiera "la verdadera historia de Arequipa", y posiblemente a
ello se debe que, al crear su Fundacin, la encaminase a la promocin de la cultura
histrica (y tambin jurdica), como avance hacia aquel anhelo . Posiblemente tambin
a lo mismo se debe su decisin de donar su rico archivo epistolar y documental al
Archivo de la Nacin, colocndolo al acceso de historiadores e investigadores.
Para lograr este empeo, la Fundacin convino el 31 de mayo de 1986 con los
doctores Juan Guillermo Carpio Muoz, Guillermo Galdos Rodrguez, Alejandro M-
laga Medina, Max Neira Avendao y Eusebio Quiroz Paz Soldn todos distinguidos
historiadores, con produccin consagrada, en aunar esfuerzos desde sus respectivas po-
sibilidades para lograr una Historia General de Arequipa, que comprendiese "desde el
perodo pre-inca hasta la etapa republicana inclusive; debiendo tratar ponderadamente
los aspectos polticos, administrativos, culturales, sociales y econmicos, involucrando
la informacin principal y necesaria aunque sin pretender que lo sea total y exhaustiva,
si bien estimulando y sealando caminos para futuros trabajos de profundizacin y
especializacin". (Convenio con los lstoriadores autores).
IV
Toman la posta los r1octores Alejandro Mlaga Medina y Guillermo Galdos Rodr-
guez, para tratar sobre el interesante y extenso perodo colonial, remontndose a los
aos previos a la fundacin de la "Villa Hermosa" -que lo era y lo es an-, luego llama-
da Arequipa conforme a la Cdula Real dada en. Fuensalida el 22 de setiembre de 1541 .
De aquellos tiempos son los ttulos de Arequipa : Villa Hermosa, como ttulo de
fundacin, que no dur mucho ms de un ao; Muy Noble y Muy Leal, por provisin
del virrey Francisco Toledo, del 7 de setiembre de 1575; Y Fidelsima, por Real Cdula
de Carlos IV, de 5 de diciembre de 1805 . De esta ltima poca es la Real Cdula dada
en Madrid el 16 de noviembre de 1818, que da al Cabildo el tratamiento de Excelencia
y el uso de uniforme a sus regidores; todo lo cual llenaba el plcido tiempo colonial, en
el largo y apacible lapso comprendido entre el fin de las guerras civiles de los conquis-
tadores y los inquietos das de la Emancipacin y sus precursores.
El perodo Colonial es tratado con un bien logrado estudio no slo del acontecer
sino de la administracin espaola, detenindose especialmente en el Cabildo, la Inten-
dencia, la organizacin eclesistica, la economa, la actividad cultural, la sociedad co-
lonial y la arquitectura arequipea creada entonces; todo ello en sendos interesantes
captulos.
El mismo doctor Eusebio Quiroz Paz Soldn nos hace ingresar a la Repblica,
cuyo primer siglo -el XIX- es el de vida ms intensa y formadora de Arequipa; el que,
en mucho, ha plasmado su personalidad y su imagen. Es un perodo rico en hechos y
en crnicas que los registraron. Abarca de los das de Santa Cruz, Gamarra, La Fuente,
y tantos otros caudillos militares, incluyendo a dos que mucho tuvieron que hacer con
Arequipa y no para bien -Vivanco y Castilla-, pasando por Salaverry y Morn , fusilados
en Arequipa, para cerrar el siglo con dos Presidentes civiles arequipeos: Nicols de
Pirola (caudillo civil) y el ingeniero (toda una novedad en la plyade de presidentes
coroneles, generales y doctores) Eduardo L. de Romaa.
El doctor Juan Guillermo Carpio Muoz toma a su cargo un tema que desarrolla
sugestivamente : la insercin de Arequipa en el desarrollo mundial del capitalismo
(1867-1919), comprendiendo la trascendental construccin del ferrocarril de MolIendo
a Arequipa, para prolongarse luego a Puno y Cusca, La va frrea marc el mayor desa-
rrollo econmico relativo de Arequipa y vertebr el gran Sur del Per, que debi ser en
1989 y 1990 la gran Regin del Sur, en el precipitado y poco eficiente proceso de re-
gionalizacin. Pero, de otro lado, el ferrocarril no ha significado "la felicidad de los
pueblos" que se auguraba en los discursos de entonces .
Tambin desenvuelve el doctor Carpio Muoz un tema que sabe tratar con brillo:
el de la aristocracia arequipea y el juego de sus intereses, que, segn el historiador,
inestabiliz la Repblica inconscientemente. No puedo ocultar mi discrepancia con la
existencia de una nobleza, una aristocracia y una oligarqua arequipea en el perodo
estudiado, creyendo que se estn creando clases y categoras para introducirlas en un
esquema interpretativo rgido.
El perodo republicano de Arequipa hasta la vspera de los '60 de este siglo, est
prolijamente estudiado y relatado por los doctores Quiroz Paz Soldn y Carpio Muoz.
Sus tiempos ms inmediatos ya son contemporneos y , por ende, poco propicios a
contar con una adecuada perspectiva histrica. Forzoso ha sido trazar un lmite entre
1956 y 1960, tal vez si mejor el ltimo ao, despus de los terremotos de 1958 Y 1960,
con-sus gravitantes -para bien y para mal- efectos, y no slo en construccin y arquitec-
tura. Creo que fue Ral Porras Barrenechea quien dijo que el terremoto era el gran edil
de la Repblica peruana. Muchos ejemplos se tienen de ello, pues la catstrofe fue cau-
sa de leyes que dieron ayuda para la reconstruccin. Ningn ejemplo mejor que la
Junta de Rehabilitacin y Desarrollo de Arequipa -ley 12972 -, que respondi plena-
mente a sus dos apelativos: rehabilitacin de los daos, especialmeflte de los monumen-
tos arquitectnicos, bajo una direccin culta e inteligente ; y desarrollo econmico, con
sentido empresarial y de eficiencia. Creo que de tenerse que marcar etapas en la vida de
la ciudad , que no tengan que coincidir con el calendario, 1958-1960, con la Junta de
Rehabilitacin y Desarrollo de Arequipa, ntidamente sealan el comienzo de una, que
el doctor Carpio Muoz ha denominado "la encrucijada del desarrollo", y cuyo captu-
lo no podr cerrarse sino algunos aos despus , quizs si coincidiendo con el fin del
siglo XX, que ya est tan prximo.
1.1.- INTRODUCCION
"A ocho leguas al N.O. de la ciudad de Arequipa y a cuatro del frtil valle de
Vtor, en la cadena de colinas de granito, que le sirven como de escala a la vasta cade-
na de las montaas, dividiendo la llanada de Arequipa de los ridos llanos de Islay y
Vtor, hay unas masas de granito que se extienden por una garganta formada por dos
colinas en el punto de la carretera llamado CORRALONES", escriba MARIANO
EDUARDO DE RIVERO y USTARIZ, en su "Memoria sobre l os Grabados en Masas
de Granito del Alto de la Caldera", dirigida a la Sociedad Anticuaria de Copenhague,
a mediados del siglo XIX (1850-1851). Y, agregaba, que se divisan unos diseos estra-
vagantes, "que parecen haberse hecho con tiza o alguna substancia blanca". Y que
"todo viaj ero ve claramente figuras de hombres, animales, crculos, paralelgramos,
, lneas paralelas o curvas en forma de cruces y hasta letras" ... Describe luego, las ca-
ractersticas ms llamativas y detalles fundamentales de los petroglifos, para afirmar
despus, que de acuerdo a los conocimientos arqueolgicos de la poca, "es imposible
fijar idea alguna, sin esponerse a muchas divagaciones acerca de los autores que hicie-
ron grabar las espresadas masas en sitios tan ridos donde el agua est a cierta distan-
cia" . . . Para concluir en el aspecto temporal, con una observacin atinada, "que
estos jeroglifos no son del tiempo de los emperadores peruanos, y si anteriores a la
aparicin de Manco Cpac en la laguna de Titicaca". (Rivero y Ustariz -1 857) .
En 1905, Max Uhle pas algunos das en Arequipa y visit ciertos sitios de
inters arqueolgico y "consigui unos 21 especmenes como muestra" , (Rowe-1960)
y que fueron publicados por Alfred L. Kroeber en su libro "La Arqueologa Peruana
en 1942". Estas muestras prehistricas, fueron enviadas al Museo de Antropologa de
la Universidad de California. Rowe cita una carta de Uhle a la seora de Hearst (9-9-
1905), en la cual le informa, "Las antiguedades del valle de Arequipa nunca han sido
muy numerosas y, adems se ha destruido gran parte de ellas dentro de los ltimos
aos. Por estas razones me costara mucho tiempo hacer un estudio sistemtico de
las antiguedades de este valle". (Rowe - 1960).
De acuerdo al catlogo de Uhle, los objetos del valle de Arequipa, registrados por
el arquelogo alemn, y descritos por John Rowe, en forma resumida son los siguien-
tes:
En las ltimas tres dcadas Eloy Linares Mlaga, la cristalizado mltiples inves-
tigaciones arqueolgicas, en las diversas provincias del departamento de Arequipa, in-
7
tensificando su inters cientfico por los petroglifos de Toro Muerto. Ha publicado
numerosos artculos sobre diversos temas prehistricos del departamento de Arequi-
pa, destacndo sobre todo dos trabajos: "Sacrificios Humanos en el Antiguo Per",
(1968) Y "Anotaciones sobre cuatro Modalidades de Arte Rupestre en Arequipa" .
(1973).
El trabajo que presentamos en esta oportunidad, es el producto de una labor
sacrificada y sistemtica, de ms de treinta aos de exploraciones y excavaciones pre-
histricas, en las ocho provincias del departamento de Arequipa, tanto en los valles
del litoral como en las cuencas interandinas.
Somos conscientes de que esta seccin del libro, tiene profundas limitaciones ;
y es explicable, por la sencilla razn de que los datos arqueolgicos empricos, son
muy escasos, ya que como hemos manifestado en mltiples oportunidades, la zona
arequipea fue desatendida, no solamente por los cronistas de los siglos XVI y XVII,
$ino tambin por los arquelogos extranjeros y nacionales.
AGRADECIMIENTO
Nuestro reconocido agradecimiento, a la Dra. Vera Penteado Coelho, por su par-
ticipacin en las excavaciones del cementerio de Chavia; al Dr. Rene Santos Ramrez,
por su cooperacin en la investigacin de los caminos Imperiales del Sol; al seor
Andrs Fernndez Chvez, por el revelado y ampliaciones de las fotografas que ilus-
tran el presente trabajo ; al Profesor Miguel Baldrrago, por los dibujos de las puntas de
proyectil y de los planos; a los profesores Edmundo Corrales y Angel Vllanueva, por
su sacrificada colaboracin en las investigaciones prehispnicas de la provincia de
Caravel y de Parinacochas; a nuestros alumnos de los programas acadmicos de Histo-
ria y Antropologa, que participaron desinteresadamente en las exploraciones y excava-
ciones de campo; y a todas las personas, que de una o de otra manera colaboraron con
nosotros, para el mejor xito de nuestras investigaciones arqueolgicas.
1.2.1.- ARCATA
1.- Un ncleo
2.' Dos hachas de mano
30- Cinco raederas
4.- Quince raspadores de formas diversas
5.- Un cincel
6.- Dos agujas
7. Diecisiete puntas de proyectil de diversas formas .
Particularmente por ahora, nos interesa las puntas de proyectil, que de acuerdo a
su morfologa, presentan cinco tipos principales: 1.- Puntas foliceas de base recta, tra-
bajada bifacialmente con un retoque muy fino; 2.- Puntas de limbo triangular y pedn-
culo triangular, bellamente elaboradas en obsidiana; 3.- Puntas romboidales, trabajadas
bifacialmente en obsidiana mediante un retoque muy delicado ; 4.- Puntas foliceas de
base convexa, tambin finament e elaborada; y 5.- Puntas triangulares de base escotada,
hechas en obsidiana pero reto cadas sin mucho cuidado. (Schroeder - 1957).
~ TIPO 1 ~
~
TI PO2 ~
~
TIPO 3
Estos tres tipos se caracterizan por que han sido elaborados bifacialmente y con
retoque marginal por presin directa, permitiendo un acabado admirable. Estas puntas
son muy semejantes a las puntas Toquepala estudiadas por Rogger Ravines, particular-
mente a las categoras P.3, P.4, Y P.S, establecidas por el autor mencionado . (Ravines,
1972). Adems de los tipos enumerados, contamos con dos puntas de proyectil, que
escapan a la tradicin de las puntas foliceas, y que los hemos considerado como los
tipos 4 y 5.
4.- Punta de proyectil pedunculada.- Aunque est rota en la parte media del
limbo , se percibe que la hoja era de forma triangular, el pednculo de forma
rectangular y grueso y base convexa. Fue fabricada en cuarcita blanca y aca-
bada finamente por la tcnica de la presin.
5.- Punta de proyectil de lados rectos y base escotada. Es muy peculiar este
objeto ltico, pues presenta similitudes con el tipo Jabonani, trabajada en cor-
nina, y retocada finamente bifacialmente. Se diferencia de los otros tipos por
tener los lados rectos y base escotada.
I
~. I
F
H l
Es el nombre de lffia de las estaciones de los Ferrocarriles del Sur, dista 139 kil-
metros por va frrea de la ciudad de Arequipa, y a 25 kilmetros de la estacin de
Sumbay. Polticamente pertenece al distrito de Chivay, provincia de Cailloma, depar-
tamento de Arequipa.
Ren Santos Ramrez en el ao de 1970, explorando la "Pampa Pillones" y la
"Estancia Chocco", logr ubicar un campamento abierto alIado de un riachuelo que
cruza la pampa antes mencionada. La llanura tiene 2500 metros de largo por 1500 me-
tros de ancho, y se halla a una altitud de 4384 metros sobre el nivel del mar.
1.2.4.- IMATA
Imata es una estacin de los Ferrocarriles del Sur, pertenece a la jurisdiccin del
distrito de Chivay, provincia de Cailloma, departamento de Arequipa, y est ubicada
a una altitud de 4370 sobre el nivel del mar.
Yurac-Cancha es una pampa de 300 metros de largo por 200 metros de ancho,
que se halla al poniente de la estacin, aproximadamente a 2 kilmetros de distancia.
1.2.5.- JABONANI
Felix Palacios Rios en 1974 investig en una terraza fluvial denominada Tumu-
ku, ubicada en la margen derecha del ro Cuypa-Cuypa, logrando recolectar 901 piezas
lticas. Las puntas de p:oyectil fueron clasificadas en once tipos, de los cuales el nme-
ro 10 fue considerada como Punta folicea alargada de base escotada y considerada co-
mo "una variante del tipo Ayampitn".
En la misma zon" entre los aos 1974 y 1975, Percy Che Pi Salazar descubri el
abrigo de Quelkata, ubicado en la margen izquierda del ro Cuypa-Cuypa y a una
altitud de 4621 metros sobre el nivel del mar. La coleccin ltica corresponde a una
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recoleccin superficial y de acuerdo a la funcin fue clasificada en Puntas de Proyectil,
Raspadores y Cuchilloso Particularmente las Puntas de Proyectil desde el punto de vista
morfolgico dividironse en lO tipos, de los cuales nos interesa sobre todo el tipo
nmero cinco, y fue descrita por Che Pi Salazar como "Puntas foliceas con base
escotada" .
Particularmente nosotros en el ao de 1970, cristalizamos una detallada explora-
cin de la comunidad de Chichillap~, localizando en esa oportunidad la terraza fluvial
de Jabonani asociada a dos grutas o En este sitio prehispnico se logr recolectar 165
ejemplares lticos elaborados, adems de gran cantidad de lascas o sea los deshechos de
talla. Esta coleccin fue analizada cientficamente por Frida Rodrguez Tola, de acuer-
do al criterio tecnolgico o de manufactura y de acuerdo al criterio de funcin . Las
puntas de proyectil fueron clasificadas en 7 tipos, precisamente el tipo 7 nos interesa
en forma especial, pues se trata de las Puntas de lados rectos y base escotada, descrita
por Rodrguez Tola. Estas puntas llamaron la atencin al Dro Dennis Stanford, prehis-
toriador norteamericano de la Smithsonian Institucin, quien consider que posible-
mente podra tratarse de una de las tradiciones ms arcaicas del Area Andinao
B-l
B'
A-'
~
~
Llama la atencin que el Dr. Alberto Rex Gonzalez, en su monografa "La Estra-
tigrafa de la Gruta de Intihuasi", public tres ejemplares de puntas de proyectil frag-
mentadas del tipo que estamos estudiando, y que fueron calificadas por el autor de
"Puntas Atpicas", la descripcin dice: "Presenta ambos lados de11imbo casi paralelos
hasta ms o menos la mitad de su largo, luego se cierran estos lados hacia adentro for-
manao una punta no muy aguda. La base presenta una ligera escotadura. Son pocos los
ejemplares enteros". (Ver: Rex Gonz1ez, Alberto: 1960 - Pg. :251- Figs. 9-10 Y 11).
Lautaro Nez Atencio, arquelogo chileno, en 1983 public una punta com-
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pleta del tipo que estamos estudiando, al tratar sobre la Industria Ltica de la Puna de
Atacama, con la leyenda "Artefacto bifacial presionado, fmiquitado en basalto, de ti-
pologa eventualmente tempr-.ana". La Punta mencionada proceda del sitio Potrero.
(Ver: Nez, Atencio: 1983, pg. 182 . lmina 4, fig. 4).
1.2.6.- PINTASAYOC
En las faldas precordilleranas del nevado Coropuna, a una altitud de 2,500 me-
tros sobre el nivel mar escondida en la quebrada del mismo nombre, se encuentra la
-gruta de Pintasayoc. Pertenece a la comunidad d.e Ispacas, que a su vez corresponde al
distrito de Yanaquigua, provincia de Condesuyos, departamento de Arequipa. Fue la .
seorita Bertha Escobar quien nos inform sobre la trascendencia de las pinturas rupes-
tres de Pintasayoc, cristalizndose la Investigacin arqueolgica en el mes de diciembre
de 1976.
Extraordinaria es-
cena de la caza de
los camlidos. Los
cazadores rodean
a los huanacos.
(Foto : M.N.A. )
Los huanacos fueron d,elineados con color rojo ocre y rellenada toda la figura
con el rojo claro, mientras que los cazadores fueron pintados con el rojo sangre seca.
Adems de las figuras zoomorfas y antropomorfas tenemos tambin motivos geomtri-
cos, al pie del principal cazador. y de un chamn,encontramos doce figuras triangulares
en color rojo claro, hay otra pintura geomtrica a manera de un damero, compuesto
por dieciseis casilleros, ocho en color rojo claro y los restantes en color verde esmeral-
da, separados por lneas blancas. El tamao de las pinturas es variable, por ejemplo los
camlidos son relativamente grandeS, si las comparamos con el arte rupestre de Toque-
pala o Sumbay, as el hu anaco ms grande tiene noventa y seis centmetros de largo
por cincuenta y uno centmetros de alto, otro tiene setenta y ocho centmetros de
largo por treinta y siete centmetros de alto, por supuesto que hay tambin camlidos
pequeos, por ejemplo uno de ellos mide solamente ocho centmetros de largo por
seis centmetros de alto. Las figuras antropomorfas en general son ms chicas y varan
entre ocho y quince centmetros de alto por cuatro y seis centmetros de ancho.
1.- Puntas foliceas de lados rectos y base ligeramente escotada. Fue trabajada
mediante la tcnica de la presin bifacialmente y con retoque muy fmo en
los bordes. Lo sorprendente de estas puntas es que presentan una acanala-
dura en la parte media inferior, mediante tres profundos lascados, que le
dan cierto Rarecido a las puntas clovis de Norteamrica. .
2.- Puntas foliceas triangulares y base ligeramente escotada. Fueron elaboradas
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Qifacialmente mediante la tcnica de la presin y finamente retocadas en los
bordes. Llama tambin poderosament la atencin la peculiar acanaladura que pre-
sentan, y lo ms sorprendente es que se parecen mucho a las denominadas Pseudoflu-
ted points de Lindenmeier, sitio epnimo del complejo ltico Folsom, que se encuen-
tra al norte del Estado de Colorado en Estados Unidos. (Ver, :Wilmsen, Edwin and
Frank Roberts Jr, "Lindenmeier, 1934 - 1974" - Washington 1978 -Pg . 118 Figs.
a y b).
A-l
A-2 B-2
~
C-l
~
C-2
1.2.8.- SUMBA y
Es una estacin de los Ferrocarriles del Sur, que polticamente pertenece al dis-
trito de Cayma, provincia y departamento de Arequipa. Dista 113 kilmetros y medio
de la capital del departamento , considerando la va frrea, y por carretera est a slo
88 kilmetros. Las coordenadas geogrficas para la estacin de Sumbay corresponden
a:
Longitud 71 0 22'00" W de Greenwich
Latitud 15 0 59'38" Sur
El relieve est constituido por una altiplanicie cortada al Sur y al Oriente por el
ro Sumbay, y al Oeste limitada por las cuchillas cuarcticas de los cerros Jayune.
Dicha altiplanicie presenta ligeras y suaves elevaciones, y por la seccin del ro Sumbay
est atravesada por quebradas cortas y abruptas.El paisaje es tpicamente alto-andino,
con abundancia de tola, paja brava y pastos naturales. A pesar de la pobresa de la flora
se puede observar aislados grupos de camlidos domesticados por las pampas y laderas
de los cerros cercanos. La altitud es de 4127 metros sobre el nivel del mar.
1.- Formacin Yura constituida por las rocas ms antiguas que aparecen en el
lado occidental de la mencionada planicie, constituyendo los cerros Jayune, y que
comprenden una serie estratificada de cuarcitas y pizarras pertenecientes a la Forma-
cin Yura del grupo Mesozoico, Sistema Jursico. La estratificacin presenta un rumbo
general de N. 350 w, buzamiento de 400 w, precisamente la estacin de Sumbay se ha-
lla emplazada en esta roca.
Las piedras pmez, los tufos sueltos y las cenizas, fueron expelidos a manera
de. erupcin en las postrimeras del grupo Terciario y durante el Cuaternario, deposi-
tndose indistintamente sobre el tufo ltico o ignimbrita en forma de capas delgadas
y sub-horizontales de piedra pmez, tufos sueltos y cenizas, las mismas que se obser-
van en los cortes y terraplenes de la lnea frrea. Su mayor extensin se presenta en
20
~ _ .... -._-----~ , #,1
A 'R E Q U P A
\)
15
16
SUMBAY 17
N I 75 74 73 72 71
el lado norte de la estacin de Sumbay, es posible sugerir que de estas capas obtuvieron
el material par-a preparar la pintura, los hombres prehistricos de Sumbay.
Otras veccs,.a. panic de un21 parcd vertical de roca, el agUl! 30caba la base de esta
ladera y se produce una pequea depresin de uno a lres metros y se denomina abrigo.
En las tres quebradas principales,afluentes del rio Sumbay, margen derecha, he-
mos localizado nueve sitios de ocupacin preccr.imica y para los efec;tos de JIlS futuras
investigaciones las nemas enumerado con las siglas siguientes : Su-l , Sul . Su3, SU4 ,
Su-S, 5u 6, Su-7, 5u8 y Su-9.los sitios arqueolgicos Su-l, Su-3 , Su4, Su-6, y Su7 .
son grutas con beUisimas representaciones de arte parietal. indudablemente la ms
22
importante y llamativa es la Su-3. El abrigo Su-2, carece de pinturas rupestres , pero es
uno de los sitios prehistricos ms trascendentales , pues presenta una alta ocupacin
humana. La Su-S es un campamento asociado a una pequea gruta que presenta vesti-
gios de ocupacin arqueolgica.
I
23
LA ESTRATIGRAFIA
~
8 -2
A-2_
A-' A-2
B-' B-2
En primer lugar limpiamos toda la maleza compuesta por tola, paja brava,
piedras y basura modema que sellaba el contenido arqueolgico y luego con una
zaranda especial procedimos a cernir todo el desmonte, producto de la excavacin
clandestina y esta labor fue ampliamente fructfera logrando la siguiente muestra
arqueolgica:
1.- 9 puntas de proyectil con pednculo ancho, base escotada y desbaste basal bi-
facial, con pequeas aletas laterales en el tercio inferior.
H.-II puntas foliceas con ligero apndice peduncular, base escotada y desbaste ba-
sal bifacial.
III.- 8 puntas foliceas de base escotada y desbaste basal bifacial.
IV.- 7 puntas foliceas pequeas.
V.- 6 raspadores.
VI.- 7 cuchillos raederas.
VII.- 4 cuchillos.
VIII.- 1 perforador.
IX.- 54 segmentos de puntas de proyectil.
En el proceso de todo el trabajo notamos la ausencia absoluta de fragmentos de
cermica. A continuacin nivelamos el pozo abierto por los huaqueros para utilizarlo
como elemento de prueba, con las siguientes medidas: largo 2 metros y metro y medio
de ancho.
1.2.8.4 .1 .- Estratigrafia
El registro cultural de la ocupacin humana alcanzaba una profundidad de 62
28
centmetros como mximo, pero en algunos sectores era variable considerando el ligero
declive entre la gruta y el riachuelo. Lo ms importante y trascendental y que nos faci-
lit nuestra labor, fue que la basura arqueolgica presentaba 4 estratos naturales per-
fectamente definidos.
El estrato nmero uno, est determinado por la presencia de tierra estril , mez-
clada con abundante guano de animales, principalmente las de origen occidental, paja
de puma, restos de los huesos desastillados, fragmentos de madera y vestigios de car-
bn. Este estrato adquiere un color beige claro y su grosor vara entre 6 y 5 centme-
tros. Hay ausencia absoluta de fragmentos de cermica, pero hallamos algunas lascas
de retinita y una cuenta ltica de color azul que surgi en el estrato intermedio entre
el sector uno y el dos de la cala nmero cuatro. En consecuencia los tres estratos si-
guientes son autnti"amente precermicos.
El estrato nmero tres, presenta una faja de tierra blanquesina, con mezcla de
basura arqueolgica compuesta de ceniza, carbn, huesos de camlidos de diferentes
tamaos y generalmente partidos por la mitad . Esta capa delgada es variable, entre 5
centme',ros y 12 centmetros. Los elementos culturales materiales esth representa-
dos por puntas de proyectil, cuchillos y raspadores. La presencia de sustancias blan-
quesinas nos hacen pensar en una posible sedimentacin en pocas de grandes lluvias .
Los cuatro estratos descritos son los nicos que presentan los testimonios de la
presencia del hombre en la gruta Su-3.
SECTOR 2 .-
Estrato 2 .-
5 puntas de proyectil incompletas de retinita (pitchst one) y
base escotada.
3 puntas foliceas complet as, una de cuarzo , base escotada y
dos de retinita (pitchstone) .
1 punta folicea de retinita (pitchstone) y base escotada.
3 raspadores de retinita (pitchstone).
1 cuchillo pequeo de retinita (pitchstone).
1 cuchillo raede ra incompleto de retinita (pitchstone) .
10 fragmentos de puntas de proyectil , 6 de retinita, 2 de
obsidiana y 2 de cuarcita.
19 lascas .
1 hueso trabajado (al parecer un punzn) .
Estrato 3.-
1 punta de proyectil con pednculo, base escotada , con ale-
tas laterales , de retinita.
1 punta incompleta de retinita.
1 perforado de retinita.
2 fragmentos de cuchillo raedera.
4 fragmentos de puntas de retinita.
411ascas .
Estrato 4 .-
2 puntas de proyectil con pedndulo y base escot ada de
retinita.
2 punt as foliceas de retinita, la ms pequea presenta la base
escotada.
7 fragmentos de puntas de retinita.
3 raspadores de retinita.
3 cuchillos de retinita.
2 segmentos de cuchillos de retinita.
2 cuchillos raederas incompletos de retinita .
82 lascas .
1 lmina de hueso trabajado.
12 huesos seleccionados .
SECTOR 3.-
Estrato 2.-
1 punta folicea de cuarcita blanca.
3 puntas fragmentadas , dos de retinita y una de. obsidiana .
16 lascas .
1 hueso trabajado.
1 hueso seleccionado.
31
Estrato 3.-
2 puntas incompletas pedunculadas y base escotada de reti-
nita.
2 fragmentos de puntas, uno de retinita y el otro de cuarcita.
46 lascas.
1 hueso trabajado.
1 hueso seleccionado.
Estrato 4.-
3 puntas pedunculadas de base escotada de retinita, incom-
pleta una.
1 punta folicea de base ligeramente escotada de cuarcita.
2 puntas pequeas, una pedunculada y la otra de forma rom-
boidal; ambas son de cuarcita.
6 fragmentos de puntas , cuatro de retinita , una de obsidiana
y la otra de cuarcita. .
2 cuchillos de retinita.
70 lascas.
SECTOR 4.-
Estrato 1.- Entre el uno y el dos, surgi una cuenta ltica de lapislzuli.
( color verde azulado).
Estrato 2.-
3 puntas de proyectil incompletas, dos ligeramente pedun-
culares, son de retinita y una punta folicea incompleta de re-
tinita.
2 cuchillos de retinita.
7 segmentos de puntas, 6 de retinita y una de palo.
1 ncleo de jaspe.
120 lascas.
1 trozo de madera trabajada.
Estrato 3.-
1 raspador de obsidiana ahumada .
4 fragmentos de puntas de retinita.
1 fragmento de cuchillo raedera de retinita .
46 lascas.
SECTOR 5 .-
Estrato 2.-
1 cuchillo de retinita.
5 segmentos de puntas de retinita.
1 fragmento de cuchillo raedera de cuarcita.
100 lascas.
Estrato 3.-
1 punta folicea con escote basal de retinita.
4 cuchillos raederas de retinita.
32
7 fragmentos de puntas , seis de retinita y una de obsidiana.
62 lascas.
Estrato 4 .-
6 puntas de retinita, dos pedunculadas incompletas con esco-
tadura basal y otra casi completa , tres foliceas y otra rota
en la parte apical y basal.
9 puntas incompletas, siete de retinita y dos de cuarcita.
1 cuchillo de re tinita .
110 lascas .
1 hueso trabaj ado.
S huesos recolectados.
SECTOR 6.-
Estrato 2.-
1 punta de retinita, casi completa con pednculo y base es-
cotada.
S segmentos de puntas de retinita.
1 cuchillo de retinita.
1 cuchillo raedera de retinita.
Estrato 3.-
2 fragmentos de puntas de retinita.
1 segmento de cuchillo raedera de cuarcita.
1 ncleo de retinita.
14 lascas.
1 hueso recolectado.
Estrato 4.-
9 puntas foliceas, cinco de retinita, tres de cuarcita y una de
jaspe .
19 puntas fragmentadas de retinita.
1 cuchillo de retinita completo.
6 cuchillos raedera segmentados de retinita.
1 cuchillo raedera de retinita completo.
1 raspador de palo .
142 lascas .
1 hueso trabajado.
SECTOR 7.-
Estrato 2.-
1 cuchillo raedera de retinita.
2 segmentos de puntas de retinita.
16 lascas .
2 huesos recolectados.
PUNT AS DE PROYECTIL
SUMBAY II-A
A2
Daniele Lavalle nos asombr con su ejemplar informe sobre Telarmachay , palti-
cularmente porque en la figura 7, ilustra una punta tpicamente pentagonal, calificada
por la autora como Punta Atpica Pedunculada , pues dentro de los ocho tipos de la
Clase B I1,Lavalle agreg, "Se suman a stos algunas puntas atpicas (1 por nivel) que
consideramos intrusas en el lugar, y que no fueron tomadas en consideracin para es-
tablecer nuestra tipologa" (Lavalle -1982- Fig. 7 A. a.) . Lo que ms sorprende es que
esta punta pentagonal proceda del nivel VII, y adems es la primera noticia de puntas
Sumbayense en las punas de Junn, o sea en la Zona Alto Andina de los Andes Cen-
trales.
SUMBAY II-B
SUMBAY Il-C
s, S2
A' A2
S2
A2
SUMBAY II-D
SUMBAY II-E
. Son puntas de proyectil que se caracterizan por presentar muescas laterales , que
permiten formar un pednculo de base ligeramente convexa. Por su morfologa es otro
de los especmenes lticos de la Cueva Su-3 de Sumbay , que escapa a toda comparacin
con las complejas piedras talladas, investigadas en el Area Andina. No existen artefac-
36
tos lticos parecidos a las puntas de proyectil del tipo Sumbay U-E, en el Per, ni en
los paises vecinos.
A2 B2
,~
./ \
/\
B~
B2
A-2
PERFORADORES
RASPADORES
Los artefactos lticos conocidos como raspadores son numerosos y se pueden di-
ferenciar tres tipos: raspadores discoidales, ovoides y elpticos o alargados . El primer
tipo est hecho en lascas espesas por la tcnica de la percusin, procurando que el t alla-
do marginal forme un bisel convexo. Si bien las percusiones han sido dadas en una sola
cara, hay en algunos casos trabajos bifaciales. El segundo tipo , se caracteriza por haber
sido tallado mediante la tcnica de la percusin fina y tallado , terminado con retoque
adornando siempre un bi.sel convexo. El tercer tipo es un raspador alargado que ha sido
elaborado de tal manera que en muchos casos puede ser raspador y cuchillo.
CUCHILLOS
8,
A.,
~
8 2
~ A2
Hay casos en que para elaborar un cuchillo han utilizado grandes lascas delgadas ,
con ligero abultamiento en la cara dorsal y cierta concavidad en la cara ventral. El bul-
bo de percusin en muchos casos es notable. Sus mos cortantes han sido finamente re-
tocados por la tcnica de la presin solamente en una cara.
CUENTA LInCA
Son seis ejemplares los artefactos de hueso, recolectados en los diferentes secto-
res y estratos, cumplieron indudablemente diversas funciones.
1.- El primer ejemplar es una lmina de hueso, finamente pulida, de forma semi-
discoidal, originalmente era discoidal y posteriormente sufri rotura por la
parte central, se nota perfectamente las huellas de la divisin. Su largo mxi-
mo es de 38 milmetros, ancho mximo 22 milmetros y grosor medio mil-
metro . A ciencia cierta ignoramos su funcin; posiblemente fue un elemento
ornamental, pero esto es simplemente una sugerencia. Procede del pozo
nmero dos, estrato cuatro.
3.- El tercer ejemplar de hueso trabajado, sugiere haber cumplido el papel de ras-
pador, pues se nota todava las huellas de dicha funcin . Procede del pozo n-
mero cinco y del estrato cuatro . Sus medidas son : largo mximo 14 centme-
tros, ancho 2 centmetros y grosor 12 milmetros. Una de las caras fue fma-
mente pulida.
A.-
Diferentes tipos de Hue-
sos Trabajados, produc-
to de la excavacin de la
Cueva Su-J de Sumbay .
B.-
Pequeos huesos trabajados de la
Cueva Su-J de Sumbay.
C\
C,-
Cuentas de hueso de la
Cueva Su-J de Sumbay.
o
40
5.- Del pozo nmero tres y del estrato tres, se logr extraer un fragmento de
hueso con huellas de haber sido trabajado y utilizado. Los extremos estn pu-
lidos, pero su deficiente conservacin no pennite establecer su fonna original .
Sus medidas son; largo mayor 10 centmetros y medio, y ancho mximo 2
centmetros y medio_
6.- El sexto hueso trabajado es un punzn, procede del pozo nmero dos y del
estrato nmero dos. Sus medidas son : largo mayor 8 centmetros y medio, el
ancho es variable siendo el mayor 23 milmetros.
Solamente contamos con un ejemplar y fue extrado de] pozo nmero cuatro y
del estrato nmero dos. Es un fragmento de madera trabajada , rota en uno de los ex-
tremos y de forma redondeada_ Su largo es de 10 centmetros y medio y el dimetro
de 8 milmetros_ Es discutible el uso de este artefacto. Es importante agregar que en el
extremo no fragmentado, presenta pigmentos de color blanco de origen mineral.
Es admirable desde todo punto de vista la grandiosa belleza del arte prehistrico
de Sumbay, particularmente si consideramos que hace miles de aos antes de Cristo,
las habilsimas manos del hombre sumbayense lograron pintar el mundo mgico de la
caza y la recoleccin de la zona Alto Andina de Arequipa.
Seccin 1.- En esta seccin contamos 11 figuras . De las cuales seis son distinguibles y
cinco poco reoonocibles . Los elementos que lo constituyen son:
8 figuras de camlido$.
2 figuras humanas.
1 felino.
Seccin 2_" 49 figuras constituyen esta seccin. 21 figuras son distinguibles perfecta-
mente y 28 poco claras. Los elememosque lo fonnan son:
1 figura humana en actitud de danzar (un chamn).
45 figuras de camlidos de color blanco_
2 figuras de camlidos de color rojo, superpuestas sobre el color blanco.
1 figura de camlido de color amarillo ocre_
Seccin 3.- Hay dos figuras perfectamente reconocibles . Constituidas por:
1 camlido
1 felino en actitud de perseguir al camlido.
Seccin 4.- Esta seccin esta constituida por 7 figuras de camlidos pequeos; son
cla ras perfectamente 6, y una figura poco distinguible.
Seccin 5_ Esta constituida por 40 fIguras; de las cuaJes 30 son perfectas y 5 poco dis-
tinguibles. Se pueden reconocer:
5 figuras humanas.
35 figuras de camlidos.
Seccin 6.- Se notan 1] figuras de camlidos; una figura perfecta y 10 figuras poco
reconocibles.
4\
Grupo de camlidos en
diferentes aptitudes de
la seccin l.
(Foto: M.N.A.)
Seccin 7.- Esta seccin cuenta con 23 figuras, de las cuales 12 son distinguibles y
11 poco claras. Los elementos son:
2 figuras humanas .
10 figuras de camlidos.
Seccin 11.- Las figuras que forman esta seccin son 11, de las cuales 3 son perfectas
y 8 poco distinguibles. Los elementos que 10 integran son:
1 figura humana.
42
9 camlidos representados.
I figura de felino.
Seccin 14.- Las rguras que constituyen esta seccin son 25 y todas representan ca-
mlidos, 14 son distinguibles y 11 poco claras.
Las habilsimas manos del cazador de Sumbay, lograron representar mediante co-
lores (blanco crema, blanco, amarillo y rojo), la fauna local de aquena poca. Como
consecuencia de una profunda observacin y de un fenmeno de abstraccin pudo
aplicar un motivo tridJmensional a una pared rocosa de dos dimensiones, reproducien-
do a les animales con un sentido naturalista y algunas escenas de caza, fiel reflejo de su
mundo real y de su perenne lucha por la subsistencia.
Cumetidos y l"tJzudores
en diferentes apriwdes
de la .fl'cc"n j.
(Foro: M .NA.)
Diferentes
Representaciones
de los Cam lidos
A. -
Camlidos en plena
carrera
B.-
Camlido s en re poso
c.-
Camlidos en un
gil salto.
(Fotos: M.N.A .)
44
El mayor porcentaje de motivos representados corresponde a la fauna local,
camlidos en general (huanacos, y vicuas), aparece tambin el Suri o and y el fe-
lino . Utilizando el color blanco y teniendo como fondo la pared oscura de la Cueva,
plasmaron las ms bellas expresiones artsticas , delineando las esbeltas figuras de los
camlidos. Estn representados siempre de perfIl en diferentes actitudes, ocupando las
partes ms apropiadas de la roca.
El movimiento veloz fue uno de los temas favoritos de aquellos artistas de las
cuevas, pero tambin la observacin serena capt al animal en reposo y lo pint con
todas sus caractersticas, sobre todo con el cuello recto y alargado, junto a otras im-
genes ms pequeas que estn en movimiento. Lo ms sorprendente en este arte parie-'
tal, es la presencia de camlidos en una vertiginosa carrera, muchas veces en sentido
contrario. Fue tan hbil el autor de estas pictografas, que alarg deliberadamente las
extremidades y el cuello, dando al animal mayor fuerza expresiva en la carrera.
El huanaco herido o muerto fue tambin representado, con una naturalidad ex-
cepcional, notndose las patas dobladas, el cuello y la cabeza a ras del suelo y el cuerpo
alargado.
tograffas nos muestran al Suri en actitud de correr, sobre todo la figura 3, que exhibe
una plasticidad de movimiento que es excepcional.
El felino con su cuerpo alargado y garras en las patas, fue pintado con suma deli-
cadeza en tres magnficas representaciones _ Uno es el ms importante y nos sugiere
asociacin con un huanaco, da la idea de persecusin, ambas imgenes estn en movi-
miento, el camlido con las extremidades delanteras levantadas en plena carrera y el fe -
lino con el cuerpo alargado y enseando las garras en las cuatro patas.
Hermosa representacin
plstica de un Suri o
and andino.
(Foto: M.N.A.)
A .- Representacin realista
de un Chamn
Los pigmentos minerales fueron extrados de las mismas quebradas donde abun-
dan, estas sustancias eran disueltas en agua y antes de aplicar la pintura mezclaban lo s
colores con sangre o grasasde animaies.
Pg.
Presentacin, por el Dr. Jaime Rey de Castro
1. AREQUIPA PREHISPANICA
Por: Mximo Neira Avendao 5
1.1. Introduccin 5
1.2 Los Cazadores y Recolectores Alto Andinos de Arequipa 8
1.2.1 Arcata 9
1.2.2 Huanaqueros 10
1.2.3 Pillones 13
1.2.4 Imata 13
1.2.5 Jabonani 14
1.2.6 Pintasayoc 16
1.2.7 La Aguada 18
1.2.8 Sumbay 20
1.2.8.1 Geologa General 20
1.2.8.2 Geologa Histrica 22
1.2.8.3 La Gruta Su-2 23
1.2.8.4 La Cueva Su-3 26
1.2.8.4.1 Estratigrafa 28
1.2.8.4.2 Complejo Ltico Sumbayense 34
1.2.8.4.3 Las Pinturas Rupestres 41
1.3 Los Cazadores y Recolectores de las Lomas 50
1.3.1 Playa Chira 50
1.3.2 Pampa Colorada 50
1.3.3 Puyenca 50
1.3.4 Quebrada de los Perros 51
1.3.5 Las Lomas de Atiquipa 51
1.4 Las V as Imperiales del Sol 58
1.4.1 La informacin Histrica 58
1.4.2 La informacin Arqueolgica 69
1.5 Arqueologa de Caravel y las Excavaciones en Chavia 82
1.5.1 Arqueologa de Caravel 82
817
Pg,
1.5.2 La Cermica Temprana en Arequipa 90
1.5.2.1 Hachas o Hacha 91
1.5.2.2 Punta Islay 93
1.5.3 La difusin de la Cultura Nasca a los Valles meridionales de Arequipa 95
1.5.3.1 Cabezas Achatadas 95
1.5.3.2 El Estilo Nasca en Pampa Timara 97
1.5.4 Estilo La Ramada 97
1.5.5 Las Excavaciones Arqueolgicas en Chavia 101
1.6 Los Estilos Locales 125
1.6.1 Chuquibamba 125
1.6.1.1 Estilo Wari 129
1.6.1.2 Estilo Ccoscopa 129
1.6.1.3 Estilo Chuquibamba Polcromo 136
1.6.1.4 Estilo Chuquibamba Negro sobre Rojo 139
1.6.1.5 La Estrella de ocho puntas 139
1.6.2 Las Ruinas de Churajn 139
1.6.3 El Estilo Churajn 142
1.7 Arqueologa de Coporaque y las Excavaciones en Chijra 152
1.7.1 Las Ruinas Arqueolgicas de Coporaque 152
1.7.2 Conquista Incaica 154
1.7.3 Las Excavaciones Arqueolgicas en Chijra 155
1.8 Los Collaguas ]67
1.8.1 Los Orgenes 173
1.8.2 Religin 175
1.8.3 Deformaciones Craneanas 177
1.8.4 Lengua 177
1.8.5 Momificacin 178
1.8.6 Vida Cotidiana 180
1.8 .7 Conquista Incaica 181
1.8.8 Los Collaguas en la Colonia 183
2. LA COLONIA 215
2.1 LOS PRIMEROS ESPAOLES EN EL VALLE DE AREQUIPA
Por Alejandro Mlaga Medina 215
2.1.1 Las Visitas-Viajes 215
2.1.2 Diego de Almagro en el Valle de Arequipa 215
2.1.3 Francisco Pizarro en el Valle de Arequipa 216
2.1.4 Pedro de Valdivia y los preparativos para la Conquista de Chile 217
2.1.5 Primeras Encomiendas 218
2.2 La Fundacin de Villa Hermosa 218
2.2.1 Poltica de Poblacin de Espaa en Amrica 218
2.2.2 Fundacin de Villa Hermosa en el Valle de Caman 220
2.2.3 Traslado de Villa Hermosa 221
2.2.4 Nueva Fundacin de Villa Hermosa en el Valle de Arequipa 222
2.3 Ttulos de Arequipa 226
2.3.1 Ttulos de Ciudad 226
2.3.2 Escudo de Armas 226
2.3.3 Ttulo de Muy Noble y Muy Leal 227
2.3.4 Ttulo de Fidelsima 227
2.3.5 Tratamiento de Excelencia 228
2.4 Participacin de Arequipa en las
Guerras Civiles de los Conquistadores 228
2.4.1 La Guerra de Almagro el Mozo contra Vaca de Castro 229
2.4.2 La Guerra de Gonzalo Pizarro contr la Corona 230
2.4.2.1 la Batalla de Iaquito 230
2.4.2.2. La Campaa de Huarina 231
2.4.2.3 La Campaa de Jaquijahuana 231
2.4.3 La Rebelin de Hernndez Girn 232
2.13 CULTURA
Por: Guillermo Galdos Rodrguez 339
2.13 .1 Una Instruccin a salto de mata 339
2.13.2 Alto porcentaje de alfabetos 339
2.13.3 Instruccin cuasi casera 340
2.13.4 Colegios de religiosos 342
2.13.5 Colegio de Educandas 343
2.13.6 La reaccin Lascasiana 344
2.13.7 El da que cambiamos el Calendario 345
2.13.8 Los poetas pe ruleros 346
2.13.9 Los Cisnes del Chili 349
2.13.10 Melgar: Smbolo de la Libertad 351
2.13.11 Esa larga aficin a la Crnica 356
2.13.12 Ventura Travada y Crdova 358
2.13.13 El cronista Juan Domingo de Zamcola 360
2.13.14 Cronista sin quererlo 362
2.13.15 Francisco Javier Echeverra y Morales 363
2.13.16 Pereyra: Dibujante y anticuario 365
2.13.17 La Universidad: Un proyecto fallido 367
2.13.18 El Teatro en Arequipa: Su proyeccin regiortal 368
3. LA INDEPENDENCIA 383
APORTE A LA EMANCIPACION
Por: Guillermo Galdos Rodrguez 383
3.2 La Rebelin de los Pasquines 383
824