El Cielo
El Cielo
El Cielo
EL
CIELO
Randy Alcorn
Una vez menospreci los temerosos pensamientos sobre la muerte, que no es sino
el fin del pulso y de la respiracin, pero ahora mis ojos han visto que despus del
dolor, existe un mundo esperando ser reclamado. Creador de la Tierra, Santo,
djame partir ahora, porque vivir es un arte tan efmero. Y el morir no es sino el
vestirse para encontrarse con Dios, y nuestras tumbas son simples puertas
cavadas en la tierra.
Calvin Miller
INTRODUCCIN
De dnde sac este pastor, que crea en la Biblia y que haba estudiado en un
seminario, tal perspectiva del Cielo? Por cierto que no fue de las Escrituras, en las
cuales Pablo dijo que partir y estar con Cristo era mucho mejor que permanecer en
esta Tierra maldita por el pecado (Filipenses 1:23). Mi amigo fue ms franco acerca de
esto que la mayora, pero sin embargo yo he encontrado que muchos creyentes
comparten los mismos conceptos errneos acerca del Cielo. Nuestra perspectiva no
bblica de que el Cielo no ser un lugar real, terrenal, nos ciega frente a lo que las
Escrituras verdaderamente dicen. Pocas veces omos descripciones que capturen lo
que la Biblia describe como la Nueva Tierra, con una gran ciudad capital hecha con
piedras preciosas; una Nueva Tierra que contiene rboles y ros, y donde las personas
resucitadas entran y salen por las puertas, involucradas en relaciones significativas y
actividades productivas.
El telogo britnico J. C. Ryle dijo: "Le tengo lstima al hombre que nunca piensa en el
cielo".2 Tambin podramos decir, "Compadezco al hombre que nunca piensa
correctamente acerca del Cielo." Creo que es nuestra forma de pensar incorrecta la
que causa que pensemos tan poco acerca del Cielo. Como usted podr ver, el problema
no es que la Biblia no nos dice mucho acerca del Cielo. Es que nosotros no prestamos
atencin a lo que nos dice.
Lo que normalmente pensamos cuando omos la palabra Cielo es lo que los telogos
llaman el Cielo Presente. Para los cristianos, es el lugar al que vamos cuando morimos.
Es el lugar en el que viviremos hasta nuestra resurreccin fsica. Nuestros seres
queridos cristianos que han fallecido estn ahora en este Cielo presente. (No es el
mismo lugar que el purgatorio, que no es un concepto bblico. La Biblia nos ensea
que Cristo pag el precio completo para nuestra expiacin y por tanto nada ms
podemos hacer nosotros.) El Cielo al que iremos cuando muramos es un lugar sin
sufrimiento, pero no es el lugar en que viviremos para siempre. Nuestro hogar eterno,
4
donde Dios vendr a morar con su pueblo, se llama la Nueva Tierra. (Apocalipsis
21:1).
Los seres humanos justos, quienes al principio Dios haba entronado para reinar sobre
la tierra desde el Edn, luego destronados por su propio pecado y por Satans, van a
ser puestos otra vez en el trono con Dios para siempre. "Y reinarn por los siglos de
los siglos" (Apocalipsis 22:5). El pueblo de Dios reinar con l en la tierra, no slo por
mil aos, sino por siempre. As como el ngel le dijo a Daniel, al hablar de un reino
terrenal que reemplazar los reinos actuales de la tierra, "los santos del Altsimo
recibirn el reino, y ser suyo para siempre, para siempre jams!" (Daniel 7:18).
Cristo ser el soberano absoluto y sin rival del universo, y despus entregar a su
Padre el reino que ha ganado (1 Corintios 15:28). Los seres humanos redimidos sern
5
los gobernadores delegados y sin rival de la Nueva Tierra.
En el centro de la ciudad estar el rbol de la vida, tan fsico como era en el Edn, y
comeremos una gran variedad de frutas (Apocalipsis 22:1-2). Un gran ro fluir por la
ciudad. Tanto la naturaleza como la cultura humana sern parte de la Nueva Tierra.
Dios eligi no slo hacer que los humanos fsicos vivieran en una Tierra fsica, sino
que eligi convertirse en hombre en esa misma Tierra. Hizo esto para redimir a la
humanidad y a la tierra, y para disfrutar para siempre de la compaa de los seres
humanos en un mundo creado para ellos, un mundo llamado la Tierra Nueva (Isaas
65:17; 66:22). Ese mundo es el que debemos esperar (2 Pedro 3:13).
Jess les dijo a sus discpulos: "... vendr para llevrmelos conmigo. As ustedes
estarn donde yo est" (Juan 14:3). l usa trminos comunes, terrenales, que indican
espacio para describir el Cielo. La palabra donde se refiere a un lugar, a una localidad.
De igual modo, la frase vendr para llevrmelos indica movimiento y un destino fsico.
Si el Cielo no es un lugar, en el sentido pleno de la palabra, habra dicho Jess que lo
era? Si reducimos al Cielo a algo menos de lo que es, despojamos de significado a las
palabras de Jess. No deseamos algo que no sea un cuerpo, que no sea la Tierra o que
no sea la cultura, sino un nuevo cuerpo, una Nueva Tierra y una nueva cultura sin
pecado ni muerte. Todo esto es parte del anhelo por la resurreccin de los muertos,
que es el corazn y el alma de la fe cristiana (1 Corintios 15).
Jess le dijo a sus discpulos, "En la renovacin de todas las cosas, cuando el Hijo del
hombre se siente en su trono glorioso, ustedes que me han seguido se sentarn
tambin en doce tronos para gobernar a las doce tribus de Israel" (Mateo 19:28). l
podra haber dicho "en la destruccin de todas las cosas", pero en cambio dijo
"renovacin". "Todas las cosas" significa que esta tierra presente est llena de
sugerencias sobre lo que ser la Nueva Tierra. Lo que desaparecer no son la Tierra y
nuestros cuerpos, sino el pecado, la muerte y la maldicin! Pedro predic, [Cristo]
permanecer "en el cielo hasta que llegue el tiempo de la restauracin de todas las
cosas, como Dios lo ha anunciado desde hace siglos por medio de sus santos profetas"
6
(Hechos 3:21). Ver versin completa del libro El Cielo.
Si la palabra Tierra en esta frase significa algo, significa que podemos esperar
encontrar cosas terrenales all incluyendo atmsfera, montaas, agua, rboles,
gente, casas aun ciudades, edificios y calles. (Estas caractersticas familiares se
mencionan especficamente en Apocalipsis 21-22.) As como un automvil nuevo es
una versin mejor del viejo, pero con todos los mismos componentes esenciales:
cuatro ruedas, motor, transmisin, timn, etc.; as tambin la Nueva Tierra ser una
versin mucho mejor de la Tierra antigua, pero con los mismos componentes fsicos
esenciales. La Nueva Tierra ser el lugar de morada de Dios, pero tambin estar
modelada por Dios para que viva all la gente resucitada. Amaremos nuestro hogar
eterno y amaremos estar con Jess y su familia, que ser nuestra familia para siempre.
Jess tena un cuerpo fsico resucitado que le permita caminar, hablar y comer (Juan
21:1-14; Lucas 24:36-43). Se nos ha dicho que nuestros cuerpos sern como el de l (1
Corintios 15:20, 48-49; Filipenses 3:21; 1 Juan 3:2). Despus de su resurreccin, Jess
invit a los discpulos a tocarlo y dijo, "Miren mis manos y mis pies. Soy yo mismo!
Tquenme y vean; un espritu no tiene carne ni huesos, como ven que los tengo yo"
(Lucas 24:39). La resurreccin fsica del cuerpo de Cristo es el modelo de nuestros
cuerpos resucitados en la Tierra resucitada. Despus de nuestra resurreccin no
seremos fantasmas. Seremos seres humanos fsicos. Mucha gente cree que viviremos
mil aos en la vieja Tierra (Apocalipsis 20:17); pero hasta aquellos que estn en
desacuerdo sobre si el Milenio debe ser entendido literalmente, estn de acuerdo que
viviremos para siempre, despus de la rebelin final y el juicio, en cuerpos resucitados
en la Nueva Tierra (Apocalipsis 21-22).
Cuando Dios habla de que nosotros tendremos "cuerpos nuevos" nos encogemos de
7
hombros y decimos: "No puedo imaginarme cmo ser un cuerpo nuevo"? Por
supuesto que no. Sabemos lo que es un cuerpo hemos tenido cuerpo durante toda
nuestra vida! (Y podemos recordar cuando el nuestro se vea mejor.) Podemos
imaginar un cuerpo nuevo, sin dolor ni debilidad. No hemos pasado la mejor etapa;
resucitaremos a una nueva vida y a un nuevo cuerpo en una nueva Tierra, todo ms
all de lo que podramos haber soado. En nuestros cuerpos resucitados seremos tan
fsicos como lo somos ahora. Despus de que la Nueva Tierra sea establecida y
hayamos sido reubicados all seremos fsicos para siempre pero no estaremos
propensos al pecado, la muerte, el sufrimiento ni la maldicin (Apocalipsis 21:4).
Cristo es un carpintero. Los carpinteros no slo crean cosas; tambin arreglan cosas
que necesitan reparacin. Necesitan arreglo nuestros cuerpos, nuestras mentes y
nuestras actitudes? l nos va a reparar. l va a reparar al universo mismo. No
sobreestime el plan de Dios y el trabajo de redencin de Cristo. l nos cre, cre
nuestros cuerpos y la tierra. Y todava no se ha dado por vencido con nosotros,
nuestros cuerpos o la tierra. l se ha comprometido a repararlos... permanentemente.
l nos dar mentes y cuerpos renovados de manera que seremos personas sanas,
llenas de energa y visin, ansiosas de emprender nuevos proyectos para la gloria de
Dios y para nuestro desarrollo. Reinaremos con Cristo sobre la Nueva Tierra donde
ejercitaremos el liderazgo y la autoridad, y tomaremos decisiones importantes. Esto
implica que nuestros lderes nos darn responsabilidades especficas y que nosotros
delegaremos responsabilidades especficas a los que se encuentren bajo nuestro
liderazgo (Lucas 19:17-19). Estableceremos metas, trazaremos planes y
compartiremos ideas. Nuestros mejores das de trabajo en la Tierra actual esos das
en que todo sale mejor de lo que planeamos, cuando todo lo hacemos a tiempo, y
cuando todos en el grupo trabajan unidos y disfrutan la compaa del otro son slo
un pequeo anticipo del gozo que nos traer nuestro trabajo en el Cielo.
CAPITULO 06: CMO SER NUESTRA RELACIN CON DIOS? 8
Ver a Dios ser como ver todo lo dems por primera vez. Descubriremos que ver a
Dios es nuestro ms grande gozo y la vida misma. Cualquier otro gozo del Cielo ser
derivativo, fluyendo de la fuente de nuestra relacin con Dios. Contemplando y
conociendo a Dios nos veremos a nosotros mismos, y a todas las otras personas y
eventos, a travs de los ojos de Dios. Pasaremos la eternidad adorando, explorando y
sirviendo a nuestro gran Dios. Veremos su belleza que nos quitar el aliento en todo y
en todos a nuestro alrededor.
Si se imagina el Cielo eterno como un estado incorpreo, usted tiene razones para
temer el aburrimiento, porque Dios no nos cre para tal mundo. Pero cuando usted
comprenda el significado de la resurreccin de nuestro cuerpo y del nuevo universo,
todo pensamiento de aburrimiento desaparecer. La Nueva Tierra ser un lugar en el
que los impulsos de venir a casa y lanzarse a una nueva aventura, ambos, sern
plenamente satisfechos. Ser un lugar donde constantemente haremos
descubrimientos donde todo es siempre fresco y la posesin de una cosa ser tan
buena como el tratar de conseguirla. Sin embargo, es el lugar en que nos sentiremos
completamente en casa donde todo es como debe ser y en el que encontraremos,
sin disminucin, ese misterioso algo que nunca encontramos completo en esta vida.
No seguiremos estando nostlgicos por el Edn. Por fin experimentaremos todo lo que
9
Dios ha preparado para nosotros; debido a que los gozos del Cielo se desbordarn de
las mltiples facetas de las maravillas de Dios, el Cielo ser interminablemente
fascinante, tal como Dios es infinitamente fascinante. Nos cansaremos alguna vez de
alabar a Dios? Agustn dijo: "No nos cansaremos por las alabanzas a Dios ni por su
amor. Si tu amor fallara, tambin lo hara tu alabanza; pero si el amor resulta eterno,
debido a que la belleza de Dios ser inextinguible, no temas que te vaya a faltar fuerza
alguna vez para alabarlo a l, de quien siempre tendrs el poder para amar."
He incluido dos captulos completos sobre este fascinante tema en el libro El Cielo,
pero tratar de resumir aqu los puntos principales. Los animales fueron parte del
diseo original perfecto para la Tierra y la humanidad. "Dios hizo los animales
domsticos, los animales salvajes, y todos los reptiles, segn su especie. Y Dios
consider que esto era bueno" (Gnesis 1:25). Debido a que los animales fueron una
parte importante de la vida en la primera Tierra y que la Biblia evidencia que Dios
restaurar la Tierra as como a la humanidad, es razonable suponer que los animales
sern parte de la Nueva Tierra. (Por qu no lo seran?) Se nos ha dicho que los
animales, junto con toda la creacin, anhelan la liberacin que ser suya al momento
de la redencin de nuestros cuerpos, en la resurreccin (Romanos 8:29, 23).
Esperan y la anhelan porque ellos sern parte de ella. Al igual que toda la creacin,
incluyendo animales, plantas y la naturaleza misma, cay a la sombra de la
humanidad, as tambin toda la creacin se levantar de nuestras sombras como
beneficiaria de la obra redentora de Cristo. En Isaas 11, 60 y 65 se describen animales
en la Nueva Tierra. (Por razones que explico en el libro, la aplicacin de estos pasajes
no puede ser restringida solamente al reino del milenio.) El plan de Dios para una
Tierra restaurada despus del Diluvioel juicio por aguaresaltaba la presencia de
animales. No deberamos esperar que su plan para una Tierra restaurada despus del
futuro juicio de fuego tambin incluya a los animales? El rescate de la humanidad y los
animales en el arca es una representacin de la resurreccin en la que la gente y los
animales son rescatados para vivir en la Nueva Tierra.
Ya que, de acuerdo con Romanos 8, son aquellos que estn sufriendo y gimiendo
actualmente los que sern liberados, es probable que algunos de esos mismos
animales en la Tierra presente sean restaurados para vivir en la Nueva Tierra. Debido
a que la Nueva Tierra ser terrenal, no deberamos sorprendernos al darnos cuenta de
que tendr animales. Igual que todas las otras creaciones de Dios, ellos declararn sus
atributos y encontraremos gozo en Dios hallando gozo en ellos.
CAPITULO 09: TENDREMOS NUESTROS PROPIOS HOGARES EN EL 10
CIELO?
Jess dijo, "En el hogar de mi Padre hay muchas viviendas... Voy a prepararles un
lugar." (Juan 14:2). Lugar es singular, pero viviendas es plural. Esto sugiere que lo que
Jess tiene en mente para cada uno de nosotros es una vivienda individual que es una
pequea parte de un lugar ms grande. La palabra vivienda (o cuarto) es acogedora e
ntima. La palabra casa o morada sugiere un espacio grande. Eso es el Cielo: Un lugar a
la vez espacioso e ntimo. A algunos de nosotros nos agradan las cosas acogedoras,
estar en un lugar privado. Otros disfrutan un lugar grande, amplio. A la mayora nos
gustan ambos y la Nueva Tierra ofrecer ambos. No es probable que en el Cielo haya
muchas residencias idnticas. A Dios le encanta la diversidad. Cuando veamos el lugar
particular que ha preparado para nosotros no para la humanidad en general sino
para nosotros en particularnos regocijaremos.
Nos daremos cuenta que es verdaderamente nuestra casa ideal, hecha a la medida
para nosotros. Despus de hablar del deseo del siervo astuto de usar sus recursos
terrenales para asegurarse de que "haya gente que me reciba en su casa" (Lucas 16:4),
Jess les dijo a sus seguidores que usaran sus recursos mundanos para ganar amigos
haciendo una diferencia en las vidas de ellos en la Tierra. La razn? "A fin de que
cuando esta se acabe [la vida en la Tierra], haya quienes los reciban a ustedes en las
viviendas eternas" (v. 9). Nuestros "amigos" en el Cielo parecen ser aquellos cuyas
vidas hemos tocado en la Tierra y que ahora tienen sus propias "viviendas eternas".
Lucas 16:9 parece decir que estas "viviendas eternas" sern lugares en los cuales
estaremos y disfrutaremos de la compaa de nuestros amigos.
Debido a que mucha gente no comprende que el Cielo final ser la Nueva Tierra, nunca
se les ocurre tomar este pasaje literalmente. Creen que las "viviendas eternas" son una
referencia general al Cielo. Pero seguramente Cristo no est diciendo que entraremos
al Cielo porque hemos usado nuestro dinero con sabidura! En la parbola, las
"viviendas eternas" son el equivalente del Cielo a los hogares privados en los cuales el
siervo astuto podra quedarse en la Tierra. Ya que Jess nos prometi una casa y
viviendas (o cuartos) y lugares, y sabemos que tendremos cuerpos en una Nueva
Tierra fsica, por qu no deberamos tomar su promesa literalmente?
Jess dijo "Dichosos ustedes que ahora pasan hambre, porque sern saciados.
Dichosos ustedes que ahora lloran, porque luego habrn de rer. Dichosos ustedes
cuando los odien, cuando los discriminen, los insulten y los desprestigien... Algrense
en aquel da y salten de gozo, pues miren que les espera una gran recompensa en el
cielo" (Lucas 6:21-23). Nadie tendr hambre y todos sern satisfechos. Nadie llorar,
todos reirn. Esa es la promesa de Jess. Cuente con ella.
Viviremos eternamente corno seres finitos. Dios, quien es infinito, puede acomodarse
a nosotros entrando en el tiempo, pero nosotros no podemos acomodarnos a la
ausencia del tiempo porque esa es una condicin del infinito. La frase "ya no existir el
tiempo" viene de un himno, no de la Biblia. Apocalipsis 8:1 dice que "hubo silencio en
el cielo como por media hora". Hasta la presencia de la msica en el cielo requiere
tiempo, porque el comps, el ritmo y la pausa son todos componentes esenciales de la
msica, y cada uno se relaciona con el tiempo. (Qu sera de un medio tono o un
cuarto de tono sin el tiempo?) Las canciones, como las conversaciones, tienen un
comienzo, un momento intermedio y un final. Algunas personas sealan a 2 Pedro 3:8
como evidencia de que el tiempo est suspendido en el Cielo.
Pero ese verso se refiere a Dios, no a la humanidad. Cuando dice, "Para el Seor un da
es como mil aos, y mil aos como un da", est hablando de la infinidad de Dios. l
existe fuera del tiempo y del espacio, pero nosotros no. l nos cre para vivir en
tiempo y espacio, como criaturas finitas. El Cielo claramente entra en la secuencia del
tiempo en la Tierra, inclusive los habitantes del Cielo siguen la pista de los eventos en
el tiempo, tanto que se regocijan en el momento en que un pecador en la Tierra se
arrepiente (Lucas 15:7). A los mrtires en el Cielo se les dijo "que esperaran un poco
ms" cuando preguntaron "hasta cundo" deban esperar (Apocalipsis 6:10-11).
Esperar implica el paso del tiempo.
Slo Dios es omnisciente. Dios ve clara y totalmente. En el Cielo nosotros veremos con
mucha ms claridad (1 Corintios 13:12) pero nunca veremos totalmente. Sabremos
mucho ms de lo que sabemos ahora, pero nunca sabremos todo porque nunca
seremos Dios. En el Cielo seremos perfectos, pero no saber todo no es una
imperfeccin. Es parte de ser finitos. Los ngeles justos no saben todas las cosas, y
anhelan saber ms (1 Pedro 1:12). No tienen fallas pero son finitos. No deberamos
esperar desear mayor conocimiento tal como lo hacen los ngeles? Pasaremos la
eternidad obteniendo el mayor conocimiento que buscaremos. Dios nos coloca en las
regiones celestiales "para mostrar en los tiempos venideros la incomparable riqueza
de su gracia" (Efesios 2:6-7).
Esto significa que Dios se revelar a s mismo ante nosotros a lo largo de la eternidad.
Eso parece indicar claramente que aprenderemos en el cielo. Cuando entremos al
Cielo probablemente comenzaremos con el conocimiento que tenamos al momento
de nuestra muerte. (Despus de todo, daremos un recuento de nuestra vida lo cual
requiere conocimiento.) Dios podr corregir y realizar nuestro conocimiento. Imagino
que l nos revelar nuevas cosas y nos pondr en un curso de continuo aprendizaje.
Una vez que estemos en cuerpos de resurreccin con cerebros resucitados, nuestra
capacidad de aprendizaje debera aumentar grandemente. Jess les dijo a sus
discpulos: "Aprendan de m" (Mateo 11:29).
La respuesta es s, por lo menos hasta cierto punto. Despus de estar en el Cielo, los
mrtires gritaban, "Hasta cundo, Soberano Seor, santo y veraz, seguirs sin juzgar
a los habitantes de la tierra y sin vengar nuestra muerte? (Apocalipsis 6:9-11).
Claramente, estas personas en el Cielo no slo recuerdan lo que les sucedi en la
Tierra, sino que tambin saben que Dios todava no ha juzgado a sus perseguidores.
Ellos saben algo de lo que ha sucedido, y de lo que no ha sucedido, en la Tierra desde
su muerte. No sugiere esto que pueden ver los acontecimientos en la Tierra? Cuando
cay Babilonia, un ngel seala los acontecimientos que suceden en la Tierra y dice:
"Algrate, oh cielo, por lo que le ha sucedido! Algrense tambin ustedes, santos,
apstoles y profetas!, porque Dios, al juzgarla, les ha hecho justicia a ustedes"
(Apocalipsis 18:20).
El hecho de que el ngel se dirige especficamente a la gente que vive en el Cielo indica
que estn conscientes de lo que est sucediendo en la Tierra. Cuando los santos en el
Cielo regresan con Cristo para establecer su reino milenario (Apocalipsis 19:11-14),
parece inconcebible imaginar que hubieran permanecido desconocedores de la
culminacin de la historia humana que estaba teniendo lugar en la Tierra. Los que
estn en la Tierra pueden no saber lo que sucede en el Cielo, pero los que estn en el
Cielo no ignoran lo que pasa en la Tierra. Desde luego, en el estado eternal no slo
veremos lo que est ocurriendo en la Tierra, sino que Viviremos nuestra vida diaria
en la Nueva Tierra!
No estoy sugiriendo que se pueda ver el Infierno, pero estos pasajes en verdad
prueban que nada de lo que el pueblo de Dios pueda ver en la Tierra puede arruinar el
Cielo para ellos. La felicidad en el Cielo no se basa en la ignorancia, sino en la
perspectiva. Debemos sentimos animados porque nuestros seres queridos que estn
en Cristo no estn en un estado de ignorancia, sino que estn muy interesados en el
Reino de Dios en la Tierra. Es probable que le animen en nuestro servicio al Rey. En
Hebreos 12:1 se nos dice que "estamos rodeados de una multitud tan grande de
testigos", creando la figura mental de la multitud reunida en un estadio para observar
a los atletas en los campos (aunque podra simplemente referirse slo a los ejemplos
de los santos que debemos imitar).
Estar con Cristo ser el ms grande gozo del Cielo. El otro gran gozo inmediato ser
reunirnos con nuestros seres queridos que han muerto. La certeza de esta reunin es
tan dulce que hace que podamos soportar la separacin. Las Escrituras no dan
indicacin alguna de que haya una erradicacin de nuestros recuerdos que cause que
no reconozcamos a nuestra familia y amigos. De hecho, si no reconociramos a
nuestros seres queridos, el "consuelo" de una reunin en la vida venidera, que se
ensea en 1 Tesalonicenses 4:14-18, no sera consuelo en absoluto. J. C. Ryle dijo de
este pasaje: "No habra motivo alguno para estas palabras de consuelo si no
implicaran el reconocimiento mutuo de los santos. La esperanza con la que l alienta a
los cristianos extenuados es la esperanza de encontrarse con sus amados amigos de
nuevo.
Pero en el instante en que nosotros los que somos salvos nos encontremos con
muchos de nuestros amigos en el cielo, los reconoceremos de inmediato, y de
inmediato ellos nos reconocern a nosotros".3 En la Transfiguracin, los tres
discpulos reconocieron a Moiss y Elas, an cuando no les haban dicho quines eran
y no hubieran podido saber cmo se vetan esos dos hombres (Mateo 17:1-4). Esto
puede sugerir que en forma instantnea reconoceremos a personas de las que
sabemos, pero que no hemos conocido previamente. Si podemos reconocer a los que
nunca hemos visto antes, seguramente reconoceremos a las personas que hemos
conocido!
Jess dijo que las personas resucitadas no se casarn (Mateo 22:30). Sin embargo, la
Biblia deja claro que habr matrimonio en el Cielo. Habr un matrimonio, entre Cristo
y su esposa. Anhelamos un matrimonio perfecto. Eso es exactamente lo que
tendremosun matrimonio perfecto con Cristo. Mi esposa Nanci es mi mejor amiga y
mi hermana en Cristo ms cercana. Acaso le dir cuando la vea en el Cielo "Eras t mi
esposa? Tuvimos hijos? Piensas que ellos me recordarn?" La idea de que no
recordaremos nuestras relaciones terrenales es absurda. Sugiere que nuestra vida
diaria terrenal y las relaciones no tienen consecuencias eternas, mientras que la Biblia
nos ensea lo contrario. Jess dijo que la institucin del matrimonio humano
terminara, habiendo cumplido su propsito de anticipar y reflejar el matrimonio de
Cristo y su esposa (Efesios 5:23-32).
Pero nunca dijo o implic que las relaciones profundas construidas entre las personas
casadas terminaran. De hecho, Nanci y yo nos regocijamos que ambos seremos parte
del matrimonio perfecto con Cristo. Dios es nuestro padre, nosotros somos sus hijos, y
somos hermanos y hermanas de los otros. Somos la esposa de Cristo y l es nuestro
esposo. Por lo tanto, tendremos matrimonio y familia en el cielo. Los que estn ms
cerca de nosotros en la Tierraincluyendo en muchos casos nuestra familia
terrenalnaturalmente sern las relaciones principales con las que comenzaremos en
el Cielo. (Llevaremos al Cielo nuestros recuerdos que son los que nos conectan con las
personas.) A partir de ello nos extenderemos, desarrollando nuevas amistades sin
perder jams las antiguas.
El Cielo es el lugar en que estar nuestra familia y nuestros mejores amigos estarn-
incluyendo muchos a los que todava no conocemos. Nuestra relacin con nuestros
seres queridos ser mejor que nunca. El Cielo es un lugar de ganancia, no de prdida.
(De hecho, podra ser que usted todava no ha conocido al mejor amigo que tendr
jams!)
CAPITULO 18: CMO PODEMOS TENER LA SEGURIDAD DE QUE
IREMOS AL CIELO?
Las encuestas indican que por cada norteamericano que cree que va a ir al infierno,
hay 120 que creen que van a ir al Cielo. 4 Este optimismo se destaca en contraste total
a las palabras de Cristo en Mateo 7:13-14: "Entren por la puerta estrecha. Porque es
ancha la puerta y espacioso el camino que conduce a la destruccin, y muchos entran
por ella. Pero estrecha es la puerta y angosto el camino que conduce a la vida, y son
pocos los que la encuentran". As que el Cielo no es nuestro destino auto-mtico. Nadie
va a all automticamente. A menos que nuestro problema del pecado sea resuelto,
hay un solo lugar al que iremos como nuestro destino automtico, el infierno. En la
Biblia, Jess dice ms que nadie sobre el infierno (Mateo 10:28; 13:40-42; Marcos
9:43-44).
Pecar es estar destituidos de las normas santas de Dios. El pecado fue lo que hizo que
se terminara el paraso del Edn. Y todos nosotros, al igual que Adn y Eva, somos
pecadores. Usted es pecador. "Todos han pecado y estn privados de la Gloria de Dios"
(Romanos 3:23). El pecado nos separa de una relacin con Dios (Isaas 59:2). Hay una
gran brecha entre nosotros y Dios y nada hay que podamos hacer para atravesarla. El
pecado nos engaa y nos hace pensar que lo malo es bueno y que lo bueno es malo
(Proverbios 14:12). Nos hace imaginar que estamos bien cuando no lo estamos. El
pecado tiene consecuencias, pero Dios ha provisto una solucin para nuestro pecado:
"Porque la paga del pecado es muerte, mientras que la ddiva de Dios es vida eterna
en Cristo Jess, Seor nuestro" (Romanos 6:23).
Jesucristo, el Hijo de Dios, nos am tanto que se hizo hombre para libramos de
nuestros pecados (Juan 3:16). l vino para identificarse con nosotros en nuestra
humanidad y nuestra debilidad, pero lo hizo sin ser manchado por nuestro pecado,
nuestro engao de nosotros mismos, y nuestras fallas morales (Hebreos 2:17-18;
4:15-16). Cristo muri en la cruz como el nico justo que poda pagar la penalidad por
nuestros pecados que demandaba la santidad de Dios (2 Corintios 5:21). En la cruz l
asumi el infierno que merecemos para ganar para nosotros el Cielo que no
merecemos. Jesucristo se levant de la tumba venciendo al pecado y conquistando la
muerte (1 Corintios 15:3-4, 54-57). Cuando Cristo muri en la cruz por nosotros, dijo:
"Consumado es" (Juan 19:30, Reina Valera, revisin 1960).
Tan grande es su amor por los que le temen como alto es el cielo sobre la tierra. Tan
lejos de nosotros ech nuestras transgresiones como lejos del oriente est el
occidente" (Salmo 103:10-12). Para ser perdonados debemos reconocer y
arrepentirnos de nuestros pecados. "Si confesamos nuestros pecados, Dios, que es fiel
y justo, nos los perdonar y nos limpiar de toda maldad" (1 Juan 1:9). Cristo les
ofrece a todas las personas el don del perdn,
la salvacin y la vida eterna: "El que tenga
sed, venga; y el que quiera, tome
gratuitamente del agua de la vida"
(Apocalipsis 22:17). No hay ninguna obra de
justicia que nosotros podamos hacer que nos
obtenga un lugar en el Cielo (Tito 3:5).
Venimos a Cristo con las manos vacas. No
podemos tomar ningn reconocimiento por la
salvacin: "Porque por gracia ustedes han
sido salvados mediante la fe; esto no procede
de ustedes, sino que es el regalo de Dios, no
por obras, para que nadie se jacte" (Efesios
2:8-9).