Manifestacion Estetica Zen PDF
Manifestacion Estetica Zen PDF
Manifestacion Estetica Zen PDF
RESUMEN
Pintura, ikebana, artes decorativas Zen en el hogar, el jardn o la oficina. Existe desde
la segunda mitad del S.XX una sublimacin del Zen, como trmino dotado de unas
ciertas connotaciones de espiritualidad que se asocian en el imaginario a unas
determinadas formas. Una esttica particular recognoscible por y accesible al gran
pblico. Sin embargo, cunto hay en verdad de esttica zen en dicha moda?, existe tan
siquiera una esttica Zen?, y en tal caso, cul es su trasfondo y qu caractersticas
podemos predicar de ella?, es un simple producto de consumo? stas son algunas de las
cuestiones fundamentales que este trabajo pretende abordar.
La escuela Chan surgida en China, encuentra su origen en un episodio de la vida de
Buda con un discpulo llamado Kshyapa. Su recepcin en Japn sin embargo tendra
unas repercusiones sin igual hasta el punto de llegar a adquirir un carcter identificativo
con las esencias de la cultura y el pensamiento nipn, coadyuvando a la construccin del
nacionalismo japons en el S.XX. El Zen es una prctica espiritual que no solo se plasma
en artes figurativas, sino se extiende a otras prcticas culturales como la ceremonia del t,
el tiro con arco o las artes marciales. Se trata por lo tanto de un complejo sumamente
heterogneo que plantea el problema de definir unas notas comunes identificativas a
todas ellas. A esta dificultad se aade su significacin, interpretacin y evolucin a lo
largo de un periodo de casi 1500 aos, su interaccin con algunas corrientes Occidentales
as como la comprensin de un cdigo conceptual a veces de referencias difciles en
nuestra tradicin filosfica. A pesar de ello, el Zen no es sino una mirada a nuestro
interior con el fin ltimo de trascendernos, y en este sentido atiende a una necesidad
universal e intemporal del hombre.
ndice
Introduccin
proceso que conduce a tal identificacin, sealan Clifford y Marcus que todo sistema
textual de representacin cultural es i) algo construido o una moda y ii) fomentado por un
proceso literario metforas, figuraciones, narrativas, etc1. Ciertamente, ambos se dan en el
caso de una esttica Zen, aunque es especialmente el proceso literario uno de los bculos
esenciales de su construccin como tendremos ocasin de ver.
Hemos referido la existencia de dos caminos convergentes, el occidental y el japons.
Ser sin embargo el primero el decisivo en la constitucin de esta especie de topografa
de lo japons, y en consecuencia, la primera va que trataremos de resumir. Ya en el
SXVI, los espaoles y portugueses llegados a Japn, aludan a la esttica japonesa, a su
vez tema recurrente en los escritos de los viajeros del SXIX y primeros del XX. Michael
Cooper, en su obra Rodrigues the Interpreter: An Early Jesuit in Japan and China
(1994), se refiere ya en detalle al discernimiento esttico de la ceremonia del te
(chad), dotado de un vocabulario artstico especfico, a la vez que alude a un cierto
deseo de ascetismo y eremitismo como parte de la esttica japonesa que se manifiesta en
todos los aspectos de la vida cultural del pas. Esta dimensin asctica no debe ignorarse,
y as en la obra de Luis de Guzmn, Historia de las Misiones ((1601), se describan las
prcticas ascticas rigurossimas de los Xamabugis (Yamabushi o guerreros de las montaas)
2.
Esta tnica sera recurrente hasta primeros del SXX en que Emile Hovelaque manifestara
que el ideal que gobierna por entero la vida de los japoneses es una visin que en ltimo
trmino pertenece al orden esttico3 . Y en trminos similares escribiran otros autores
como Kipling o Ernest Satow.
No es pues de extraar que desde mediados del SXIX a la luz de esta sensibilidad, se
despertara en Occidente una fiebre coleccionista de obras de arte japonesas, de la que son
ejemplos coleccionistas como John La Farge, Ernest Fenollosa o Emile Guimet, quienes
contribuiran decisivamente a su difusin y conocimiento en Occidente. Particularmente
1 Clifford, James y George E.Marcus, eds. 1986. Writing culture:the Poetics and Politics of Ethnography.
Berkeley and L.A: University of California Press. Conforme a: The Zen Arts, an anthropological study of
the culture of aesthetic form in Japan, p.17.
2 The Zen Arts, an anthropological study of the culture of aesthetic form in Japan, p.25.
3 Hovelaque, Emile.1928. Les peuples dExtreme Orient.Le Japon. Paris. Conforme a: The Zen Arts, an
anthropological study of the culture of aesthetic form in Japan, p.19.
TRABAJO FIN DE MSTER. MADRID, JUNIO 2013, FACULTAD DE FILOSOFA. UNED 4
LA ESTTICA EN LAS MANIFESTACIONES CULTURALES ZEN EN JAPN
Tan importante es la esttica en la cultura japonesa, que ha sido aceptada por muchos
estudiosos como la caracterstica positiva ms destacada de la cultura japonesa,
constituyendo la esencia misma de la vida japonesa. En comparacin con otras culturas,
la esttica ha sido considerada la expresin nica y esencial de la espiritualidad en
Japn, como lo es la tica en China, la religin en India, y posiblemente la Razn en
Occidente ()4.
Esta triple identidad entre Zen, cultura y Japn alcanzara tal arraigo que es la que an se
transmite en entornos acadmicos (escuelas y universidades), comerciales o en sistema de
representacin visual como fotografas, pelculas, etc. Paul Demieville, en su anlisis de
la obra de Daisetzu Suzuki afirma que casi toda la cultura de ese pas es interpretada en
relacin al Zen, que se convierte as en la clave que permite el acceso no solo a la esttica
(pintura, poesa, etc) sino tambin al militarismo japons5
4 Moore, Charles A. Ed. 1967. The Japanese Mind: Essentials of Japanese Culture and Philosophy.
Honolulu. University of Hawaii Press. p.266-267.
5 Faure, Bernard.1993. Chan insights and oversights; an Epistemological Critique of the Chan Tradition.
Princetown, NJ: Princetown University Press. P.66.
TRABAJO FIN DE MSTER. MADRID, JUNIO 2013, FACULTAD DE FILOSOFA. UNED 5
DAVID ESCAT SNCHEZ
En una lnea paralela, el inters de Occidente por el Budismo se iniciara a finales del
SXIX, con la traduccin de diversos sutras por parte de estudiosos como Max Muller,
Brian Hodgson o Eugene Burnof, siendo el Zen la que alcanzara mayor predicamento de
entre sus escuelas.6 En particular, fueron los textos de Daisetzu Suzuki publicados en los
aos 20 en la revista Eastern Buddhist los que hicieron llegar el Budismo Zen al gran
pblico. Sin embargo, incluso los escritos de D.S. y otros autores japoneses como
Nishida Kintar que publicaban en Estados Unidos, estn probablemente influidos por
estudiosos occidentales bajo cuyas tutoras se formaron al salir de Japn. En esta lnea
occidental tambin fue un occidental, Arthur Waley el primero en establecer una
conexin entre Zen y Arte en Japn en su obra Budismo Zen y su relacin con el Arte
(1922)7.
6 Lopez Donald, S. Ed 1995. Curators of the Buddha. Chicago: University of Chicago Press. Conforme a:
The Zen Arts, an anthropological study of the culture of aesthetic form in Japan, p.27.
7 bid. p.28
TRABAJO FIN DE MSTER. MADRID, JUNIO 2013, FACULTAD DE FILOSOFA. UNED 6
LA ESTTICA EN LAS MANIFESTACIONES CULTURALES ZEN EN JAPN
Primero, implcitamente asume que los Japoneses constituyen una entidad racial cultural
y socialmente homognea, cuya esencia permanece virtualmente inmutable desde los
tiempos de la prehistoria hasta nuestros das. En segundo lugar presuponen que los
japoneses difieren radicalmente de cualquier otro pueblo. En tercer lugar, son
radicalmente nacionalistas, exhibiendo una hostilidad conceptual y procedimental frente
a cualquier anlisis que pueda parecer que deriva de fuentes no japonesas. En un
sentido general, nihonjinron puede ser definido como trabajos de nacionalismo cultural
centrados en el carcter nico de Japn en cualquier aspecto, y que son hostiles tanto
En los aos 30 del siglo pasado , la idea general del Japonismo como reflejo de una
cultura nica la japonesa se haba convertido ya en una mera manifestacin
chovinista, principalmente de consumo interno en un nuevo perodo de creciente
nacionalismo. En el mbito de la esttica, esa cultura nica vena a plasmarse en
conceptos como wabi sabi (), pobreza y soledad, esenciales en cualquier disciplina
artstica. Uno de los soportes intelectuales de este movimiento vino dado con la
publicacin de un nmero especial de la revista Sish en Abril de 1935, llamado El
pensamiento oriental y las artes (Ty shis to geijutsu) el cual contena un artculo
sobre el Zen y las Artes, escrito por Hisamatsu Shinichi, discpulo de Nishida Kitar9,
que iniciara el reconocimiento del Budismo en general y del Zen en particular, en la
esttica japonesa, hasta el punto de no faltar autores como Daisetzu Suzuki que
afirmaran que los principios de la disciplina Zen son intrnsecos a todas las artes
japonesas. Obviamente no faltan crticos que cuestionan tal asercin , como Heinrich
Dumoulin para quin ese maximalismo no representa sino una especie de
reduccionismo que ignora el hecho de que diversas manifestaciones estticas japonesas
como el ukiyo-e, la arquitectura militar o la pintura japonesa decorativa, no se atienen a
esa visin simple, limpia y directa que inspira el Zen. La razn ltima de tal declaracin
radica en su insercin en el contexto del debate ms amplio ya aludido como es el del
dualismo Oriente-Occidente, en el que Suzuki realiza manifestaciones tales como que
Occidente trata de subyugar la naturaleza, a diferencia de Oriente 10 o ciertamente hay
verdad en la asercin de que la mente oriental es intuitiva mientras la occidental es
lgica y discursiva 11. En realidad Suzuki, y los autores que se mueven en la misma
8 Dale, P.N. The Myth of Japanese Uniqueness. 1986. London and Sidney: Croom Helm (with the Nissan
Institute for Japanese Studies, University of Oxford), p.16
9 Nishida Kintaro fue el filsofo japons ms importante del SXX. Estableci en Japn la disciplina tal y
como se practica en Occidente, combin filosofa occidental con fuentes de pensamiento Asitico y
estableci una nueva base para el tratamiento del Budismo en Asia Oriental, situando al zen en el ncleo de
un budismo re-definido.
10 Zen and Japanese Culture, p.334
11 Ibd p.219.
TRABAJO FIN DE MSTER. MADRID, JUNIO 2013, FACULTAD DE FILOSOFA. UNED 8
LA ESTTICA EN LAS MANIFESTACIONES CULTURALES ZEN EN JAPN
rbita, omiten por muchas de las razones que hemos venido explicando la influencia de
diversos conceptos anteriores al Zen, su mutabilidad, y los diversos factores histricos
que en los siglos XIX y XX permitieron su auge como principio esttico.
En definitiva, el Zen como movimiento con implicaciones estticas conlleva un fondo
contextual y doctrinal que se remonta al menos casi dos siglos, con multitud de
percepciones y consideraciones, que se desarrolla paralelamente en Occidente y Oriente,
de forma tal, que pronto alcanzara entidad acadmica en Universidades, Asociaciones, y
Sociedades de todo el mundo, multiplicndose sus estudios y difusin a travs de
investigaciones y publicaciones llevadas a cabo en tal mbito. Hemos citado algunas de
ellas, pero la lista es interminable, si bien el objeto de anlisis tiende a referirse al:
- Zen como pensamiento global. Ejemplos: Abe, Masao.Zen and Western Thought.University
of Hawaii Press.1989; Buswell. R.E. The Zen monastic Experience. Princetown University
Press.1992;
y negro), y da cuenta de los distintos autores y sus obras a lo largo de la historia y hasta
sus das.
Esta referencia ejemplificativa pone de manifiesto 3 datos: en primer lugar que la mayor
divulgacin se realiza especialmente a finales del SXX, en segundo lugar, que se hace
principalmente en el mbito acadmico, y a impulso sustancialmente de un selecto
abanico de universidades estadounidenses, y en tercer lugar, como ya se infera de lo que
hemos venido sealando, que son principalmente autores occidentales los que abordan su
estudio. En la mayora de obras, la esttica, en su acepcin de categora filosfica
(occidental), es tratada incidentalmente, a travs de conceptos que tratan de construir,
conectar e interpretar la obra o la representacin cultural especfica en el contexto de la
doctrina budista Zen por medio de algn elemento. No faltan tampoco obras, aunque
minoritarias, que siguiendo las pautas referidas, traen la esttica al primer plano de su
anlisis. Tal es el caso a ttulo ejemplificativo de Pincus.L. Authenticating Culture in
Imperial Japan: Kuki Shzo and the Rise of National Aesthetics. Berkeley and L.A: University of
California Press.1996; Starss, R. An Artless Zen: The Zen Aesthetic of Shiga Naoya (1998);
Theodore de Bary, W. Japanese Aesthetics an Culture. State University of New York Press. 1995
Resulta difcil sin embargo, especialmente con anterioridad al SXX, encontrar obras
globales sobre esttica Zen. Lo ms destacado fue la obra escrita durante la dinasta Ming
por Tung Ch-chang, Hua-chan-shih sui-pi, compuesto de cuatro volmenes, los dos
primeros dedicados a caligrafa y pintura y los dos ltimos a descripciones, biografas,
escritos y dichos diversos. Una de las notas ms relevantes que dimanan de tal obra es la
idea de que tanto la produccin como la apreciacin de una obra Zen requiere haber
alcanzado preliminarmente un estado de xtasis Zen12.
Zen
budista, sino taosta o confucianista. As por ejemplo, en los siglos XIV y XV, los cinco
monasterios Zen en Kyoto, conocidos como las cinco montaas, constituyeron el centro
principal de publicacin de textos confucianos en Japn.
En cualquier caso, la iluminacin (satori) constituye el ncleo fundamental de todas las
escuelas budistas, incluido el Zen, y en este sentido, su consecucin exige una
implementacin tanto verbal, como de accin, viniendo a ser experiencia y expresin una
sola. En esta lnea, toda la disciplina implicada tiende a revelar que Zen es nuestra
experiencia diaria, y no algo impuesto desde el exterior.
Su doctrina debe adems ponerse en conexin con la concepcin de la esencia del ser.
Todas las cosas son compuestas, y en consecuencia transitorias, ya que la composicin de
los agregados es siempre susceptible de cambiar. No existe en consecuencia un elemento
eterno o permanente como puede ser el alma. De hecho, todo en el universo puede ser
clasificado conforme a 5 categorias: forma y materia (rpa), sensaciones (vedan),
percepciones (sa), disposicin fsica o construcciones (samkhra), que incluye las
diversas emociones psicolgicas, facultades, etc., y consciencia o pensamiento consciente
(vina).
El proceso por el que la vida continua y una cosa lleva a la otra se explica a travs de la
idea de la cadena de causalidad (Paticcasamuppda), en la que la ignorancia funciona
como motor dinmico del proceso de muerte y reencarnacin. Al crear la ilusin de que el
individuo permanece, genera estados psicolgicos como el deseo o el aferrarse a lo
material. La posibilidad de esta sucesin sin un elemento permanente como el alma se
explica con una metfora. El monje Ngasena la explica as al rey Menander, que
gobern en el noroeste de India en el S.II a.C:
- Suponga, su majestad, que un hombre enciende una vela con otra, acaso una vela
transmigra a la otra?
- No
- La llama muestra que hay reencarnacin sin que haya transmigracin 13
13 Milindapaha (Ed. Trenckner), p.71. Conforme a The Buddhist Tradition in India, China and Japan, p.25
Todos los fenmenos se originan en la mente, y cuando la mente se conoce completamente, todos
los fenmenos se conocen tambin completamente. La mente conduce el mundo y a travs de
ella el karma se acumula, sea bueno o malo14.
Vale la pena mencionar que esta reconduccin a la mente guarda un cierto paralelismo
con la fenomenologa occidental.
14 Sutra, Ratnamegha, Sikssamuccaya, p.121-122 ,conforme a: The Buddhist Tradition in India, China and Japan,
p.100
TRABAJO FIN DE MSTER. MADRID, JUNIO 2013, FACULTAD DE FILOSOFA. UNED 15
DAVID ESCAT SNCHEZ
La escuela Chan
sin conceptualizacin alguna. Cuando vemos la luna, sabemos que es la luna y eso es
suficiente, pero si tratamos de analizar la experiencia y formular una teora del
conocimiento, entonces nos alejamos del Zen. En otras palabras, se aceptan la cosas tal y
como son.
Por todo ello se impone un sistema de enseanza no basado en la palabra, sino trasmitido
mente a mente, bajo la direccin de un maestro al que el discpulo se somete enteramente.
En este proceso de aprendizaje, la meditacin se acompaa de otros mtodos y
actividades, incluyendo el trabajo fsico para el sostenimiento de la comunidad religiosa.
Tradicionalmente, el origen del budismo Chan se remonta a Buda mismo. En particular a
un episodio en el que sosteniendo una flor ante sus discpulos vio a uno de ellos llamado
Kshyapa sonriendo. Entonces se dara cuenta que tan solo l haba comprendido. Le
entreg la flor y con ella la Ley verdadera, que sucesivamente pasara a travs de 28
generaciones para llegar a Bodhidharma, prncipe de un estado en el sur de India y que
llegara a China en el 520 d.C, convirtindose en el primer patriarca Zen chino. Resulta
difcil sealar donde radica la lnea entre la leyenda y la historia en este personaje, si bien
parece acreditada la existencia de un asceta llamado Bodhidharma, entre el 420-479 d.C ,
cuyas enseanzas centradas en la meditacin se basaban en el Sutra Lankvatta. Sin
embargo, solo a partir del SVIII, sus discpulos comenzaron una escuela con entidad
propia16, aunque en el ltimo tercio de dicho siglo, experimentara un cisma que dara
lugar a las escuelas del Norte y del Sur.
La Escuela del Norte considera que el camino hacia la Iluminacin es gradual,
desarrollndose paso a paso, y constituyendo la prueba del xito en cada paso la
resolucin de un koan. La Escuela del Sur por su parte considera que es un proceso que
se desencadena y se produce sbitamente, enfatizando la ausencia de pensamiento, y la
identidad entre la meditacin (samdhi) y la iluminacin intuitiva (prajn). Su origen se
halla en los escritos de Bodhidharma quin manifestara que la esencia del Zen es
Apuntar directamente a la mente y reconocer su verdadera naturaleza supone alcanzar la
16 El Leng-chia shih-tzu chi, una obra hallada en las grutas Tun-huang, acredita la existencia de la llamada secta
Lanka, iniciada por Bodidharma y hasta Shen-hsiu. Dicha obra pertenece a la escuela Chan del norte, frente a la que
no tardara en surgir una escuela Chan del sur, que establece el formato de las grandes historias que se han conservado
en al posteridad. El Leng-chia shih-tzu chi contiene una serie de sermones y la auto-biografa de Hui-neng (713d.C),
quin alegaba ser el sexto patriarca, todo ello transcrito por su discpulo Fa-hai. El estudioso Hu Shih, sin embargo,
considera que la obra es del SVIII, escrita un seguidor de otro discpulo de Hui-neng, Shen-Hui.
The Buddhist Tradition in India, China and Japan, p.209-211.
Iluminacin aadiendo que hay una trasmisin independiente de las enseanzas. No hay
necesidad de las escrituras17.
El cisma se remonta al quinto patriarca. Este, con el objeto de decidir a quin deba
transmitir la verdad, solicit a sus discpulos que expresaran en verso su propia visin de
la verdad. El poema que su principal discpulo, Shen-hsiu elabor es el siguiente:
Estos versos por su parte niegan cualquier relativismo. Postular la existencia de un ficus
religioso, como algo distinto de un pino por ejemplo, es un error, y lo mismo distinguir
entre un espejo sucio y otro reluciente, ya que ni siquiera se reconoce la existencia del
polvo o de suciedad. El Zen esencialmente consiste en alcanzar la iluminacin intuitiva
inmediata, percibiendo la verdadera naturaleza de uno mismo, que es la de todos, sin
necesidad de la intermediacin de doctrinas, o de reiteradamente pulir nuestros acciones.
Dicho de otro modo, el Zen tiene por finalidad lograr una mirada sobre el misterio de uno
mismo, que no es sino la Realidad ltima en si misma, y el medio de lograrlo no es
mediante la enseanzas de Buda plasmadas en los sutras, ni mediante la creencia en un
17 The Zen teaching of Bodhidharma, translated by red Pine (1987). Empty Bowl, Port Townsend,
Washington. p.31
18 Awakawa. Y. Zen Painting (1970).p.14-15
TRABAJO FIN DE MSTER. MADRID, JUNIO 2013, FACULTAD DE FILOSOFA. UNED 18
LA ESTTICA EN LAS MANIFESTACIONES CULTURALES ZEN EN JAPN
Durante la dinasta Tang, la mayor parte de las sectas budistas disfrutaron del patrocinio
imperial. La escuela Chan permaneci sin embargo al margen, destinando sus centros
ms a la instruccin que al culto. Cuando una reaccin de signo contrario, es decir, de
represin, se produjo, la escuela Chan lograra evitar la severidad de las persecuciones
dada su limitada implicacin en asuntos de Estado. Ms an, encontrara la proteccin de
los brbaros militares del norte, que rechazaban el confucianismo clasista de la capital.
Durante el perodo de las Cinco Dinastas, se desarrollaron diversas sectas Chan, lo que
se conocera como las cinco escuelas y siete casas, siendo las ms relevantes la escuela
Lin-chi, fundada por los seguidores de I-hsan (?-867) que toma el nombre del templo
en el que serva, y la escuela Tsao-tung, fundada probablemente por Liang-chieh (807-
869) y desarrollada por Pen-Chi (840-901).
nosotros. Entre otras cosas advierte contra cualquier actividad ajena a la pasividad de la
vida ordinaria, particularmente contra la inutilidad de la meditacin como medio de
encontrar una respuesta en el exterior, aunque se sostiene su importancia precisamente
como medio de lograr esa respuesta bloqueando cualquier pensamiento. Y en este sentido
pone el ejemplo de aquellos incapaces de distinguir la verdad de la falsedad, que se
inician en el estudio del budismo con ideas preconcebidas, y a la vez dispuestos a asumir
cualquier enseanza sin discernimiento alguno. Se aferran a las palabras y a los
conceptos, como la idea de lo sagrado o de lo puro, y cualquier determinacin conceptual
oscurece el entendimiento y la contemplacin de la verdad al mantenerles en la dinmica
causa-efecto. La clave radica en adquirir conciencia de que nada es producido, incluso la
mente es ilusin. Todo es vaco. No existen Buda, ni el presente, ni el pasado. Nada, y en
consecuencia, nada hay que probar. De ah la inutilidad de cualquier actividad a ello
encaminada. Tan solo cabe aceptarla en esa actitud pasiva frente al da a da. Una vez
que se alcanza esta certidumbre, se conquista la libertad y la plenitud porque nada hay
que pueda predeterminar nuestra actitud, nuestro comportamiento o nuestra mente. La
dualidad o la diferenciacin es un obstculo que se opone a la liberacin del proceso
krmico, es decir , de la cadena del proceso de reencarnacin. Es lo que sucede mientras
se diferencie entre por ejemplo lo sagrado y lo profano, o lo puro y lo impuro. Tambin
los cuatro elementos no son sino un sueo, y solo aquel que logra comprender que no nos
controla podr liberarse del mundo circundante y entonces no habr diferencia entre
partir o permanecer.
Sin embargo basta un asomo de duda para que la tierra se haga manifiesta e impida
nuestra liberacin, un instante de amor para que el agua nos ate, un instante de ira o de
alegra para que el fuego o el viento nos devuelva a los lmites de esta ficcin.20
Hemos visto como el contingente metafsico y filosfico hind era de difcil comprensin
para los intelectuales chinos, de ah que su interpretacin se realizara con arreglo a los
parmetros de sus propias lneas de pensamiento. Esta circunstancia, entre otras, explica
porqu el Zen experimentara un sincretismo con las creencias y prcticas Taostas y las
Mientras que la mayor parte de sectas budistas propugnaba la absoluta fe en algo que
trascenda al individuo como camino a la salvacin, el Zen declaraba que todo hombre
participa de la naturaleza de Buda, y en consecuencia, la bsqueda deba dirigirse hacia
uno mismo a travs de la meditacin. Precisamente la meditacin fue el vehculo a travs
del cual el Zen lleg a Japn a travs del patrocinio aristocrtico, bien como prctica
comn de otras sectas, o como prctica independiente. Sin embargo su consolidacin
sera obra de dos hombres: Eisai (1141-1215) y Dgen (1200-1253). Eisai comenz sus
estudios en el centro de budismo esotrico del monte Hiei. Viajara posteriormente a
China para estudiar Zen en el tempo de Tien-tung shan y regresar como maestro de la
escuela Rinzai (Lin-chi en China) . Tambin trajo algo de suma importancia y al que
haremos continua referencia: el te. Eisai representa un aspecto del Zen como es la
adaptabilidad y el pragmatismo. As, para huir de la presin del Budismo esotrico de la
La escuela Rinzai de Eisai recurra a los kan como medio de alcanzar la iluminacin.
Estos eran dilemas cuya solucin no dependan de la lgica de la razn, y cuyo estudio
poda llevar meses, incluso aos, hasta que de repente, de una manera accidental o
repentina, se alcanzaba a comprender la respuesta de una manera intuitiva. El objetivo era
romper el proceso de lgica que nos ata a las cosas mundanas, despertar el sentido de la
intuicin, y proveer una experiencia de iluminacin sbita. Dgen representaba a la
escuela St (Tsao Tung en China), observando que el koan es una prctica enfocada a
obtener algo particular, y centrada en la percepcin mental. En su lugar, abogaba por la
importancia de la meditacin sentado (zazen) sin nada en la mente, ni siquiera el objetivo
La iluminacin se alcanza no slo a travs de la mente sino tambin del cuerpo, entendida
en el sentido doctrinal del principio de no dualidad o identidad de mente y cuerpo. En
este sentido, el papel que el cuerpo desempea es fundamental, porque para eliminar toda
deliberacin y cognicin mental, es esencial a la prctica meditativa la postura sentada
del cuerpo en una determinada forma, lo que nos llevar ms adelante a entroncar con la
corporalidad como elemento esttico.
Esttica y Zen
A.G. Baumgarten defini por primera vez la esttica en 1735 como la ciencia del
conocimiento sensitivo, aadiendo que el fin de la esttica es la perfeccin del
conocimiento sensible en cuanto a tal: esto es, por tanto, la belleza 25. Es una disciplina
24 Hashida Kunihiko. Shb genz shakui. 2 vols. Tokyo. Sankib Busshorin, 1939-1940. P142. Conforme
a: The Buddhist Tradition in India, China and Japan, p.371.
25 A.G. Baumgarten, Aesthetica, 1 y 14, pp. 1 y 6, conforme a: La esttica en la cultura moderna, p.38
TRABAJO FIN DE MSTER. MADRID, JUNIO 2013, FACULTAD DE FILOSOFA. UNED 24
LA ESTTICA EN LAS MANIFESTACIONES CULTURALES ZEN EN JAPN
misterio. Y en este sentido, cada manifestacin artstica tiene su propio ritmo espiritual y
conexin con ese misterio.
Todo esta teora, en principio podra plantear dificultades a la hora de catalogarse en el
sentido de la Esttica. Por ejemplo, por la posible improcedencia de tal catalogacin y su
subsiguiente anlisis respecto de una serie de manifestaciones estructuradas con arreglo a
un conjunto de conceptos y categoras que son ajenas a su origen. O dicho de otro modo,
podramos discutir la pertinencia de aplicar construcciones filosficas occidentales a
manifestaciones ajenas y carentes de una base conceptual comn con aquella, como
puede ser el arte oriental o el africano. Un segundo problema en el caso particular que
nos ocupa, es el apuntado por Rupert A. Cox en el sentido de que el Zen doctrinalmente
parece en principio rechazar cualquier manifestacin sensorial y por lo tanto artstica
como medio de alcanzar la iluminacin, como puede interpretarse del aforismo munem
mus: no pensamiento, no imagen.27
Finalmente podramos considerar la heterognea diversidad de manifestaciones que
pueden ser catalogadas como Zen: la pintura, la arquera, las artes marciales, la pintura, el
diseo de jardines, la escultura, el esgrima, la ceremonia del te, la caligrafa, etc. Ello es
as hasta el punto de que fueron habituales expresiones como shizen ichimi, esto es la
poesa y el zen son uno, o gazen ichimi, la pintura y el zen son uno, y as sucesivamente.
Ello a priori parece dificultar el establecimiento de una base comn de anlisis. Sin
embargo a este respecto podemos indicar como punto de partida que el conjunto de tales
manifestaciones presentan en comn para su conceptuacin como Zen, el compartir una
serie de rasgos institucionales, sociales y espirituales denotados de sus actos, objetos,
espacios y textos. Tales rasgos no definen en si mismo el arte Zen, pero si sustancian una
idea comn del mismo al estimarse representativos del pensamiento Zen y expresin de
su sensibilidad trascendental, y con ello, como veremos, de la identidad cultural de Japn.
En esta lnea, Rupert A. Cox entiende la esttica en un doble sentido: como una actividad
social y corporal y como un cuerpo doctrinal. As afronta dos paradojas fundamentales
del arte Zen, a saber: cmo actividades que exigen de tal disciplina pueden generar la
introspeccin y recrear experiencias puras de iluminacin espontnea. Y por otra parte, el
hecho de que la interpretacin de las artes Zen basada simplemente en la estructura
27 The Zen Arts, an anthropological study of the culture of aesthetic form in Japan, p.51
TRABAJO FIN DE MSTER. MADRID, JUNIO 2013, FACULTAD DE FILOSOFA. UNED 26
LA ESTTICA EN LAS MANIFESTACIONES CULTURALES ZEN EN JAPN
28 Ibd, p.3
29 Autobiografa de Sshitsu Sen XV, maestro de la escuela de sad Urasenke.
30 La esttica como ideologa, p.52
TRABAJO FIN DE MSTER. MADRID, JUNIO 2013, FACULTAD DE FILOSOFA. UNED 27
DAVID ESCAT SNCHEZ
tiempo una inclinacin hacia el mundo y las civilizaciones antiguas, en una bsqueda de
sus orgenes.
El escenario no es muy distinto en Japn donde la idea de una cultura identitaria japonesa
expresada conforme a la esttica Zen no surge de manera natural o espontnea sino que es
una respuesta que se sistematiza y articula en el periodo Meiji (1868-1912 ) frente a los
cambios sociales que la incipiente modernidad traa consigo, y que coadyuvara a la
constitucin de un movimiento nacionalista. No es de extraar que el advenimiento de la
modernidad opere como elemento catrtico. En Japn representaba entre otras cosas la
imposicin por necesidad de una industrializacin de corte occidental, el desarrollo de un
proceso inexorable de urbanizacin y la sustitucin de los valores tradicionales por otros
sin raigambre en la historia del pas. Esto explica el surgimiento de un romntico
idealismo por el pasado perdido, proceso ste que se reitera cuando los cimientos de lo
contemporneo son sacudidos. A modo de ejemplo, en los 70, el primer ministro
Nakasone habl de la re-fundacin de una nueva era en la que una cultura de dos mil
aos de tradicin reemplazara a la economa como distintivo de la identidad nacional. Un
poco antes, en 1968, a Yasunari Kawabata le fue concedido el Premio Nobel de
Literatura, y en su discurso de aceptacin Japn precioso y yo (Utsukushii Nihon to
Watakushii) desplegara toda la terminologa Zen clsica, conceptos como kyomu (vaco)
o mu (nada), para reclamar una mirada nostlgica al espritu del Japn pre-moderno y
apelar a una esttica japonesa intemporal. La irona en su caso es doble ya que la difusin
de su discurso y la difusin de la esttica que refleja y divulga en sus novelas se posibilita
por elementos de la modernidad misma que critica, como es la sociedad de masas y los
medios de comunicacin, y por otra parte, tal discurso promovera el turismo en Japn en
trminos tales que acelerara la modernidad misma que pretenda combatir.
Paradojas al margen, es importante atender a la terminologa conceptual que las artes Zen
desarrollan. En este sentido existen para empezar dos trminos sumamente reveladores:
okeikogoto o bsqueda esttica y shugyo en referencia a un mtodo asceta de auto-cultivo
personal originariamente ligado a dos de las escuelas de Budismo esotrico: Shingon y
Tendai. Ambas incluan prcticas meditativas y otras como kaihogyo, esto es,
endurecimiento a travs por ejemplo de caminatas por las montaas, andar sobre las
brasas de un fuego, soledad, privacin del sueo, etc. Estas prcticas englobaban dos
mtodos principales: permanecer sentados de continuo (jza zanmai) o permanecer
caminando de continuo (jgy zanmai), en entornos de montaa, lo que permitira
entablar una relacin con el temperamento indmito y primitivo de la naturaleza, cuya
esencia es tambin la nuestra. Ello permitira al asceta integrarse o re-integrarse en ella, y
en ltimo trmino devenir todo uno. Es precisamente de esta connotacin activa de
shugyo que surge la teora del Zen como arte, en la consideracin de que la disciplina de
la repeticin sistemtica de una serie de acciones conduce a un fortalecimiento de la
mente y una transformacin a nivel psicolgico. En el estudio particular de cualquier
modalidad de arte, este proceso se articula en el concepto de d, que podra traducirse
como el camino, el proceso en el que a travs del estudio y prctica de un arte conforme
a una disciplina de repeticin sistemtica pre-establecida, se experimenta una
transformacin fsica y mental con una connotacin espiritual. Conforme a Toyo Izutsu
A cada fase del camino corresponde un cierto estado de espiritualidad, y en cada fase el artista
trata de entrar en comunin con la quintaesencia del arte a travs del correspondiente estado
espiritual y hacerlo florecer en el mbito artstico31.
31 Izutsu in Pilgrim, 1993, p.56. Conforme a : The Zen Arts, an anthropological study of the culture of
aesthetic form in Japan, p.51.
32 Thornhill, Arthur H.1993 Six Circles,One Dewdrop: The Religio-Aesthetic World of Komparu
World.Ed. Brandon, James R. Honolulu: University of Hawaii Press, p.9. Conforme a :The Zen Arts, an
anthropological study of the culture of aesthetic form in Japan, p.62.
TRABAJO FIN DE MSTER. MADRID, JUNIO 2013, FACULTAD DE FILOSOFA. UNED 29
DAVID ESCAT SNCHEZ
de tales modelos, lo que puede llevar toda una vida de prctica. En una tercera etapa
final (ri) , el hombre puede manifestar la esencia de la forma como una proyeccin de si
mismo, lo que en definitiva representa una forma de consecucin del objetivo final del
satori, en cuanto fusin del sujeto y el objeto en el vaco absoluto (sunyat) 33, la
reintegracin de la inseparabilidad original, y con ello el estado primario de puridad y
trasparencia.
Esta experiencia como implcita en toda experiencia trascendente articulada por el Zen,
es la que se ha impuesto en la modernidad, finales del SXIX, principios del XX, siendo
difundida por Suzuki, y otros autores en su lnea 34 que beben de las aguas de un Zen
basado en la experiencia psicolgica del satori, aunque no ha sido ni uniforme ni
constante en su curso histrico. La razn es el esfuerzo por adaptarlo a las necesidades
del hombre moderno, que requiere de un tratamiento ms sistemtico y un resultado. Esto
puede apreciarse por ejemplo en la transformacin que experimenta la forma de
clasificacin tradicional de los Koan implantada por Hakuin, y que ahora se adapta a una
metodologa ms automatizada para facilitar su estudio.
En cualquier caso el principio de unicidad entronca con la teora del Budismo Mahayama
sobre la no dualidad de mente y cuerpo, es decir, que la disciplina fsica afecta en igual
manera a uno y otro. En Japn la teora somtica del no-dualismo se remonta al Budismo
del periodo Heian (794-1185 )35 y se mantendr como una constante del pensamiento
Zen.
manifestaciones artsticas Zen.36 Esto liga con otro concepto como es el de yuge-zammai.
Muchas manifestaciones artsticas Zen, particularmente las grficas, tienen una finalidad
didctica, reproduciendo conceptos, la vida de patriarcas o experiencias que sirvan de
ejemplos, etc. Sin embargo, tambin tienen una connotacin de placer, que es la que
deriva del concepto yuge-zammai. Yuge, en japons alude a un juego o un deporte,
mientras que zammai constituye la evolucin del vocablo samdhi pasado por el tamiz
fontico del chino, y refiere un estado mental de concentracin alcanzado a travs de la
meditacin, y que dota a la mente de libertad al liberarla de toda preocupacin y fijacin
a la realidad externa37. De esta forma, el concepto viene a aludir al estado en que la
mente, a travs de un riguroso proceso de concentracin, alcanza una condicin de
libertad total que le permite ocuparse y entretenerse plenamente con cualquier cosa que
decida. Por eso muchas de las obras de arte Zen son firmadas con el nombre del artista
seguido de la expresin gisha o giboku, algo asi como juguetonamente escrito o pintado
por fulano de tal.
De aqu deriva una de las caractersticas esenciales de las manifestaciones Zen, la libertad
absoluta alcanzada a travs de su anttesis, el rigor y la disciplina. Y esta misma
contradiccin puede advertirse en muchas de las temticas que se reproducen tanto en
poesa como en pintura Zenga, y es el tono burln y humorstico, que encuentra su razn
de ser en la idea yuge-zammai y que en ltimo trmino expresa la consecucin en la
trascendencia del yo.
Corporalidad
Eagleton destac ya el potencial esttico que tiene el cuerpo, ligndolo en cierto modo a
la antropologa marxista, hasta el punto de considerar la revolucin marxista como un
movimiento esttico, ya que con la pretendida abolicin de la propiedad privada, el
proletario que ve su sensibilidad subyugada por una vida automatizada y alienada,
encuentra las condiciones para liberar tal sensibilidad en aras de la creacin y/o el
disfrute esttico.
36 Ibid, p.54.
37 Awakawa, Y. Zen Painting, p.29
TRABAJO FIN DE MSTER. MADRID, JUNIO 2013, FACULTAD DE FILOSOFA. UNED 31
DAVID ESCAT SNCHEZ
El propio Eagleton declara que : Intento en este libro, pues, ligar la idea de cuerpo con
tpicos polticos ms tradicionales como los del Estado, los conflictos de clases y los modos de
38
produccin justamente a travs de la categora mediadora de lo esttico . Y asimismo
aadira que lo esttico constituye tanto una vuelta creativa a la corporalidad como la
inscripcin en ese cuerpo de una ley sutilmente opresiva; representa, por un lado, un inters
liberador por la particularidad concreta; por otro, una forma engaosa de universalismo .39
al mismo tiempo que l, no fuera, sino dentro de su ser41. La intervencin del cuerpo va
ms all de simplemente ensear por medio de la accin, sino que tiene el sentido ms
profundo de tratar de despertar en la mente del discpulo una cierta conciencia de
sincronizacin con el pulso de la Realidad. Y es que en definitiva, su prctica no tiene por
objeto sino hacernos tomar conciencia de que el Zen es nuestra experiencia cotidiana
normal y no algo que haya que buscar fuera de nosotros mismos. Kierkegaard sealaba
que el filsofo construa un palacio, pero estaba condenado a no habitarlo, construido
solo para ser contemplado, y Mencio, refirindose al Tao, sealaba que es tan cercano y
sin embargo el hombre lo busca en la distancia.42
Volviendo al cuerpo, ste tambin refleja, muy en la lnea sealada por Eagleton, la
estructura misma de relaciones en la sociedad japonesa (el posicionamiento y los gestos
durante su prctica, la relacin maestro-alumno, etc) , la subvierte, y articula mecanismos
para reconducir tensiones sociales.
Kendall Brown desarrolla la idea de anti-estructura ritual que comporta por ejemplo la
ceremonia del t, sealando que:
como ritual en comn crea una anti-estructura, en la medida en que personas de muy
diferentes clases sociales son temporalmente tratados de igual o casi igual manera, con el
objetivo de alcanzar una experiencia compartida. La ceremonia subvierte as el orden
social, pero al hacerlo circunscrito en un contexto ritual especfico, sirve como escape de
tensiones sociales43.
Existe una relacin entre el cuerpo de conocimiento, y los diferentes contextos en que se
manifiesta y lo modulan. Por eso, en diversas manifestaciones como la pintura, es
importante atender a la biografa del monje-artista, porque proporciona informacin
esencial para la comprensin de la obra. Ciertamente no faltan autores como Walter
Benjamin que centran la esttica, no en la experiencia prctica, sino en las formas
artsticas y culturales. Sin embargo, como discurso que es del cuerpo y de lo sensible, no
podemos ignorar la experiencia del partcipe, y en este sentido, el repertorio de
movimientos y exigencias fsicas que las representaciones Zen conllevan, tienen por
finalidad agudizar la sensibilidad y la conciencia fsica, lo que a su vez posibilita la
experiencia. Pero a su vez tal repertorio de movimientos enlaza con la universalidad, en
el sentido de que se exige su estricta ejecucin con arreglo a unas formas correctas
prescritas. El cuerpo del conocimiento de tales formas se denomina temae, as que
aprender temae significa el compromiso fsico absoluto con las formas correctas, lo que
lgicamente requiere un conocimiento sobre las propiedades de las formas, si son
demasiado rpidas o lentas, suaves o duras. Ello conduce en principio a una
estandarizacin, y permite definir un cuerpo ideal como aquel que permite ejecutar todo
aquello que los criterios tcnicos exigen. El cuerpo opera as como un instrumento de la
expresin esttica, que se canaliza a travs de largas secuencias de movimientos
ejecutados con arreglo a un orden, un ritmo y unas formas definidas, y que con
frecuencia incluyen diversas partes del cuerpo, lo que incrementa la conciencia sensitiva
sobre el mismo.
Un problema que en este punto puede surgir, es el de una cierta tensin entre lo visual y
lo kinesttico. No es infrecuente que la sensacin de un movimiento y su forma prescrita
no coincidan, lo que viene a poner de manifiesto que el cuerpo no es enteramente
controlable.
Zeami (1363-1443), el maestro de teatro N, escribi Los nueve estados de
aprendizaje. Inicialmente , solo se estudia atentamente lo que el maestro ensea.
Despus empiezan a interiorizarse los movimientos. En los estados intermedios se
comienzan a adaptar, dentro de las formas prescritas, los movimientos al propio cuerpo.
Por lo general, son muy pocos los que progresan ms all de estos estadios, preocupados
por adaptar su cuerpo a las formas . Los que lo logran, pueden transformar
Por otra parte, y an sin llegar a tales estadios, el progresivo estudio del movimiento
permite paulatinamente apreciar otras dimensiones del mismo y potencialmente dotarles
de una significacin diferente. Ya vimos como segn Clifford y Marcus todo sistema de
44 The Zen Arts, an anthropological study of the culture of aesthetic form in Japan, p.93.
45 Foster,S. Choreographing History. 1995. Bloomington and Indianapolis: Indiana University Press.P.15
conforme a: The Zen Arts, an anthropological study of the culture of aesthetic form in Japan, p.96.
46 Yuasa.Y. The body, self cultivation and ki- energy.1993. Albany, State University of New York Press.P.
316-317, conforme a: The Zen Arts, an anthropological study of the culture of aesthetic form in Japan,
p.129.
TRABAJO FIN DE MSTER. MADRID, JUNIO 2013, FACULTAD DE FILOSOFA. UNED 35
DAVID ESCAT SNCHEZ
48 Sshitsu Sen. Tea life, Tea Mind. 1979. New York:Weatherhill inc. p.40
TRABAJO FIN DE MSTER. MADRID, JUNIO 2013, FACULTAD DE FILOSOFA. UNED 37
DAVID ESCAT SNCHEZ
Mmesis
El estado final al que se aspira, lo resume el aforismo de Eisai :shin shin ichinyo, esto es
la unicidad de mente y cuerpo. O en palabras de Dgen: shin jin datsuraku, expulsar
cuerpo y mente. Por ello la practica de las artes Zen, no deben enfocarse con el objetivo
ltimo del perfeccionamiento tcnico en su ejecucin, sino con lo que ha sido
denominada como la actitud somtica. Seala asi Yasuo Yuasa:
51 Gebauer. G y Wulf.C.Mimesis:Culture, Art, Society. 1992 (1995) Berkeley and L.A. University of
California Press. P.2 conforme a: The Zen Arts, an anthropological study of the culture of aesthetic form in
Japan, p.110.
misma. Un ejemplo an ms chocante viene dado por el hecho de que la forma potica
geju, a la que ya hicimos referencia, suele usarse para acompaar representaciones de
calaveras y huesos. En principio ello podra subvertir nuestros criterios de belleza esttica
y armona asociadas al placer de unas determinadas formas. Sin embargo, para el Zen, la
belleza se halla en todas las cosas, y su fuerza radica precisamente en su capacidad para
asociar de forma armnica una calavera, en principio repulsiva, con una flores de
montaa o un arroyo en primavera, lo que refleja la atencin a las cosas como son, sin
disquisiciones doctrinales especulativas ni juicios de valor , y la ntima relacin con la
naturaleza y su tratamiento sin lmites. Ello permite expresar la verdad ltima del
universo, de que todo es uno y lo mismo, y la mera representacin mimtica de la
naturaleza lo es de la naturaleza misma de Buda.52
Esto nos lleva a otra consideracin, como es la del concepto Zen de realidad. El hombre
tiende a definir un concepto de realidad configurada por los elementos sensoriales, y a
revestirla con juicios de valor como los de belleza, fealdad, etc. Sin embargo el Zen
prescinde de formular juicio de valor alguno, y ello le confiere un nuevo sentido de
libertad al no quedar mediatizado por tales juicios. La realidad para el Zen viene dada por
la idea del vaco absoluto, como hemos tenido ocasin de referir, lo que en trminos
estticos se plasma a travs del concepto de ygen, la cualidad de transferir una
profundidad insondable, y el misterio que emana de ella y en trminos formales por la
eliminacin en la representacin de todo aquello que no es esencial, de ah, que con
frecuencia se limite a unos trazos bsicos.
El arte Zen, como representacin de la cultura japonesa, est ligado a un registro esttico,
pero tambin es representativo de la tradicin nipona en cuanto al sistema iemoto, que es
un sistema de organizacin jerrquica, y que en el mbito de las representaciones
culturales Zen , estructura la participacin y determina el estatus de cada partcipe.
Paradjicamente sin embargo, la ejecucin del Zen en todas sus manifestaciones sigue
principios opuestos, reflejando un estado mental y espiritual libre de toda atadura, orden
o jerarqua. En realidad ello supone el planteamiento de la misma cuestin que
anteriormente referimos al aludir a la aparente contradiccin entre la interpretacin
estrictamente sujeta a formas pre-establecidas y la expresin individual. Sintticamente,
en este caso la jerarqua permite constituir una estructura que coadyuva al despertar de
una mayor conciencia de la individualidad y crear las condiciones que posibilitarn la
liberacin mental y espiritual.
Steven Heines en particular declara que : La estructura iemoto fomenta un vnculo de
relaciones exclusivo, jerrquico y no racional , como el que se encuentra en tradiciones
artsticas y esotricas que constituyen el camino (d) de la auto-disciplina y la etiqueta53
El sistema iemoto propicia la intuicin de una unidad de conciencia entre todos los
partcipes a travs de un registro lingstico de conceptos dotados de una cierta mstica
como ishin-deshin (transmisin mente a mente), amae (intimidad y dependencia) , ma (la
presencia espacial y temporal a travs del contraste con la ausencia) o haragei (el camino
que no precisa de palabras).
En concreto, iemoto es un trmino que se refiere al origen familiar o de una casa (ie) que
en definitiva constituye una de las unidades bsicas de estructuracin e interpretacin
antropolgica de la sociedad japonesa. Uno de sus principios fundamentales es el de
sucesin hereditaria, conforme al cual, todo el poder y fuente de legitimidad de la casa o
familia reside en ltimo trmino en un solo individuo, una especie de cabeza de familia, y
sin que la sucesin est necesariamente basada en el principio de primogenitura. Esto
origina una serie de consecuencias, en absoluto infrecuentes, como la fragmentacin de la
casa o la invocacin de mltiples legitimidades a un tiempo. Uno de los casos ms
clebres en la esfera que nos ocupa, acaeci a la muerte de Sen Riky, el considerado
fundador del chad (ceremonia del t), lo que eventualmente llev a la divisin de su
linaje en 3 ramas diferentes, cada una de las cuales subdividida adems en sub-ramas
(honke). Todas ellas se definiran como iemoto, aunque diferenciadas por el estilo de su
53 Heine.S, Ie-ism (Sacred Familism) and the discourse of Postmodernism in Relation to Nativism /
Nationalism/ Nihonism. In Japan in Traditional and Postmodern Perspectives. 1995. Eds, Fu, Charles
Wei-Hsung and Steven Heine. Albany. State University of New yorl Press. p.41-41, conforme a :The Zen
Arts, an anthropological study of the culture of aesthetic form in Japan, p.139
.
prctica. Algo similar, sucedera con las escuelas de pinturas Zen del Norte y del Sur a las
que se hizo referencia anteriormente.
La legitimidad en el marco de la estructura iemoto, no vendra dada nicamente mediante
la sucesin individual, sino tambin a travs del instrumento del asociacionismo, que
permitira el uso de determinados nombres, historias vinculantes y/u objetos histricos -
como una piedra para rallar tinta o una tetera - a determinas ramas o escuelas, lo que
confera a los partcipes en las mismas la sensacin de conexin con un pasado cultural
sumamente rico y profundo.
En la prctica, la vinculacin con el iemoto suele venir dada por la inmersin en una
estructura de relaciones jerrquicamente organizada entre los miembros senior y los
junior, o entre maestro y aprendiz y an dentro de cada categora, existe una organizacin
vertical en funcin del grado o la posicin que se haya alcanzado. Esto se da en los
monasterios, en los centros y escuelas de arte, y determina el comportamiento de cada
individuo en un sentido determinado, y ello, con el objetivo de lograr una convivencia
armnica y prspera. El ncleo transversal que determina tal comportamiento viene dado
por el juego de dos conceptos giri/ninj que equivalen al juego o equilibrio entre las
obligaciones sociales y los sentimientos o empata humana y que se extiende a todas las
relaciones sociales en Japn, si bien con ms nfasis a las relaciones verticales. Giri es el
deber de una persona de comportarse en una forma prescrita frente a otra. El contenido y
la escala del deber varan en funcin de la diferencia y posicin jerrquica de uno y otro,
aunque tambin existe el deber de giri hacia los iguales. Ello, se debe sin embargo ver
atemperado por la idea de ninj, compasin o una cierta empata hacia los sentimientos
del deudor. En cualquier caso, hay un refrn japons conforme al cual el giri es lo ms
difcil de soportar, constituyendo una categora de obligacin moral genuinamente
japonesa, sin races en el budismo o el confucionismo. Sirva como ejemplo el hecho de
que para designar a la familia poltica se usan los trminos padre-en-giri (suegro), madre-
en-giri (suegra) o hermanos-en-giri (cuados/cuadas), lo que a su vez denota una
especie de interpretacin del matrimonio como contrato social, y en definitiva como esta
Antes del periodo Meiji, las artes Zen se desarrollaban a pequea escala, generalmente
dominadas por un iemoto. La fuente de legitimidad y por lo tanto de autoridad resida en
una familia, y en particular en su lder al que trataba de asociarse en una cadena
ininterrumpida de sucesiones con un personaje relevante del pasado, conexin de la que
emanaba su posicin preeminente. Este lder era considerado el padre de toda la familia,
incluidas las lneas de l dependientes, lo que en definitiva confera al desarrollo de las
artes de un carcter patriarcal y personal. En este sentido es importante recalcar que
iemoto no solo debe interpretarse como un modelo estructural organizativo, sino atender
a esa dimensin personal relacional, an ms esencial en el mbito Zen como hemos
tenido ocasin de reiterar en varias ocasiones, en el que la trasmisin es de persona a
persona, mente a mente. Por otra parte si bien estos rasgos han persistido hasta nuestros
das, lo han hecho adaptados a la evolucin de los tiempos asegurando as su
supervivencia a lo largo de la modernidad. Ello ratifica la opinin de Nakane Chie en el
sentido de que el ie simboliza la continuidad y homogeneidad de la estructura social
japonesa, y en este sentido, una de las razones que permiten erigir a las artes Zen en
metfora de la tradicin y cultura japonesas, es precisamente el hecho de aunar y
manifestar de manera visible principios estructurales rgidos y conciencia esttica. Esto
significa que an siendo iemoto una estructura rgida reproducida en todas las
manifestaciones Zen, no se implementa en igual manera, ya que admite una diversidad de
formas de expresin, incluida su asociacin a nombres, objetos e historias. El diseo de la
casa de te constituye un ejemplo de cmo la estructuracin del espacio impone a los
54 Ruth Benedict, The Chrysanthemum and the Sword: Patterns of Japanese Culture. 1946 (ed. 2003).
Madrid. Alianza Editorial. p131 y ss.
TRABAJO FIN DE MSTER. MADRID, JUNIO 2013, FACULTAD DE FILOSOFA. UNED 43
DAVID ESCAT SNCHEZ
El periodo post-Meiji trajo consigo un tiempo de prosperidad, en el que por una parte el
consumo de arte se popularizara, y por otro el Estado se convertira en su principal
impulsor-benefactor, especialmente en el perodo fuertemente nacionalista que precedi a
la guerra del Pacfico, con el fin de constituir una cultura nacional (kokutai). Incluso en
el Japn post-blico este papel protagonista del Estado se mantuvo a travs de dos
instituciones pblicas: La Agencia Cultural del Ministerio de Educacin, fundada en
1968, y la Fundacin Japn de 1972. El 40% de los 200 millones de dlares del
presupuesto con que la agencia contaba en 1980 se destinara a la promocin del arte
japons. Ello se traducira en una comercializacin a escala creciente de arte Zen, que no
hara sino incrementarse con la incorporacin de los grandes almacenes, grandes
multinacionales como las compaas ferroviarias y los medios de comunicacin (como la
cadena de televisin publica NHK) a su difusin y venta convirtiendo el arte Zen en una
cultura de masas. Esta sobre-dimensin pronto hara inadecuado el modelo de escuela-
taller familiar, multiplicndose los talleres y escuelas institucionalmente promovidos en
detrimento de la autoridad personal de un cabeza o lder del iemoto, o lo que es igual, el
concepto de iemoto en el mbito cultural (Zen) sera re-definido institucionalmente. Entre
otras consecuencias, devendra ms popular y menos restrictivo. En el caso del ejemplo
dado anteriormente, las nuevas casas de te podan surgir en bloques de apartamentos o
TRABAJO FIN DE MSTER. MADRID, JUNIO 2013, FACULTAD DE FILOSOFA. UNED 44
LA ESTTICA EN LAS MANIFESTACIONES CULTURALES ZEN EN JAPN
centros culturales lejos de la tradicional atmsfera que podra evocar el linaje de Sen
Riky. La sensacin de adscripcin vendra as casi en exclusiva dado por el estilo en
comn que las diversas escuelas pudieran compartir. La forma en que el nuevo contexto
se constituira tena sin embargo implicaciones ms profundas. Un individuo, en funcin
de su edad y lugar de residencia, poda pasar por diferentes escuelas. Como actividad
extraescolar durante su infancia / adolescencia, a un nivel ms serio durante la
universidad, etc. Es decir, cada edad y lugar se correspondera con un mbito diferente de
responsabilidades, y con ello de demandas y expectativas, dentro del sistema iemoto. Este
se configura as como un sistema de organizacin de individuos en el espacio y en el
tiempo con una significacin que no es uniforme para todos. Moriya Takeshi 55habla de
pseudo-iemoto, en referencia a las asociaciones, academias e institutos, en los que las
relaciones de jerarqua se mantienen, pero en ausencia de un lder y una cadena sucesoria
que les ligara a un personaje o a una tradicin histrica cultural, el prestigio reposa en
otros elementos como el nmero de alumnos, o de artistas all formados que logran
exponer y hacerse un hueco en el mercado del arte o el reconocimiento en forma de
premios. En esta lnea, el Zen como cultura de masas llevara aparejada otra re-
consideracin letal para su concepcin tradicional, esto es, su consideracin como
objeto, independiente del creador y del acto de creacin, con todas las implicaciones que
ello conlleva. Un simple objeto susceptible de ser posedo, valorado econmicamente, y
exhibido como seal de estatus y distincin. Y lo mismo puede decirse de los certificados
que expiden las academias de diversa ndole, lo que conduce a una mercantilizacin
misma de la formacin y el proceso creativo, subvirtiendo los principios originariamente
latentes en el Zen.
los partcipes que conocen y son capaces de usar keigo, pueden mostrarse a los otros de
una forma en particular. Con habilidad, pueden envolverse en la imagen que quieren
presentar al mundo, y la de la persona que tratan de mostrar56.
coordinar el kimono y el obi (cinturn) en funcin del color, la estacin del ao, edad, y tipo de
celebracin, puede constituir un desafo, que cuesta dinero y requiere tiempo, pero que tambin
da satisfaccin a la persona que logra realizarlo correctamente 57.
Ello no obsta para que ciertamente la cuestin de genero sea relevante en la participacin
en las manifestaciones Zen. Originariamente, entre los hombres de alto estatus, el nfasis
no radicaba tanto en el refinamiento como en la disciplina sobre la que en definitiva
descansaba la tradicin jerrquica del ie, tal como se ha reflejado en por ejemplo, las
pelculas de Akira Kurosawa o en mangas, en los que se plasma el cdigo confuciano de
los samuris como cdigo de honor. Aunque en gran medida dicha imagen participa ms
de la leyenda que de la realidad s permite evocar la idea de un individuo solidario en
pleno control de si mismo, lo que en definitiva no es sino la imagen del monje-artista,
asceta y eremita. Esta imagen se completa con la terminologa correspondiente : valor
(konj), espritu (seishin), o sufrimiento (kur) con una fuerte carga esttica y militar de
marcado carcter masculino. En cambio la ceremonia del t ha sido considerada un arte
56 Hendry, J. Understanding Japanese Society. (1987)1995. London and New York. Routledge. p.27
57 Dalby,L. 1993. Kimono:Fashionable Culture.New Haven and London: Yale University Press. p.67
TRABAJO FIN DE MSTER. MADRID, JUNIO 2013, FACULTAD DE FILOSOFA. UNED 47
DAVID ESCAT SNCHEZ
Reigi y kei han persistido con una notable consistencia, configurndose no solo como
elementos de socializacin, sino que permiten tambin la articulacin de sentimientos
individuales, entendiendo la individualidad, no en un sentido egocntrico sino en el
sentido de distincin o gusto personal (shumi no ii). El concepto de distincin proviene
de la teora de Pierre Bourdieu formulada en 1984, acerca de la relacin entre la
actividad artstica y la clase. Los juicios estticos conllevan una actividad de
comparacin y contraste de unos con otros, y es mediante el uso de un vocabulario
esttico que los partcipes pueden crear una identidad social a la par que un sentido de
individualidad. Las diferencias sociales y de clase pueden as crearse mediante la prctica
de diferentes artes. En el mbito del Zen , su prctica puede vislumbrarse como un acto
con la capacidad de crear una barrera social con los no-partcipes, y reafirmar la jerarqua
del sistema iemoto entre los partcipes.
Este en resumen, puede manifestarse en la relacin con el maestro, con el lugar o a
travs del cdigo reigi/kei, pero en todos estos supuestos, aun cuando la formalidad viene
prescrita, queda un margen en su ejecucin que permite que dicha relacin sea tambin
vehculo de la expresin individual, adaptando a ella los principios del iemoto. Acaso sin
embargo esto sea tan solo un ideal, pero lo cierto es que la perpetuacin del iemoto,
tambin en el mbito Zen, depende en ltimo trmino del hombre y es por lo tanto muy
difcil que la propia individualidad de ste no se filtre de un modo u otro en la forma en
que se ejecuta. Adems, las formas comunes de expresin no implican necesariamente
que el significado que se interpreta sea tambin comn. No solo puede ser
malinterpretada sino tambin entendida de modo que pueda tener significados diferentes
para diferentes partcipes, subvirtindose as la ortodoxia iemoto. Pese a ello, iemoto
constituye un concepto esencial para poder sostener la existencia de un carcter
genuinamente japons, y por lo tanto un elemento nuclear de las artes Zen, como
expresin distintiva de la esttica Japonesa que sirve a la construccin de un discurso de
identidad nacional.
Es evidente que las manifestaciones culturales Zen participan en cierta medida de esta
visin, exhibiendo la capacidad de proponer alternativas potenciales susceptibles de
transferirse a otros mbitos, es decir con capacidad de replicarse en esferas a priori ajenas
a su concepcin, denotando as su fuerza expansiva. Jordi Claramonte sugiere tres ideas
diferentes de autonoma que en una especie de evolucin histrica, definen un marco de
relaciones diferentes. Por una parte la autonoma ilustrada que parte de una concepcin
basada en la natura naturas, conforme a la cual los seres naturales se desarrollan
siguiendo unos modelos internos especficos, lo que les confiere una autonoma, tambin
en su actividad creativa, capaz de subsistir frente a lo instituido desde el poder. Muchas
de las notas de esta autonoma se advierten en el arte Zen, que en primer lugar, atiende a
las cosas en lo que son, sin mayores disquisiciones doctrinales, centrndose en el
individuo de una manera introspectiva, no desde el punto de vista del ego, sino en
carcter universal, y por completo ajeno a las estructuras de poder, y con frecuencia, en el
mbito orgnico de la naturaleza, de cuya energa misma participa, lejos del artificio
recreado por la Corte.
Un segundo modelo de autonoma es la calificada como moderna. Reacciona sta con
una tendencia de signo contrario ante el orden burocrtico establecido, propugnando
una anormalidad que la sacuda de su letargo y que con frecuencia se liga a conexiones
revolucionarias. Su nfasis se desplaza del objeto al sujeto desafiante. Pues bien, este tipo
de autonoma, solo de manera muy moderada o sutil se manifiesta en Japn en general, y
con el Zen en particular. Ciertamente fue vehculo de manifestacin de diferentes
sensibilidades estticas y discrepancias polticas con la corte aristocrtica de Kyoto, pero
es caracterstico del carcter y la historia japonesa la elusin de conflictos e histrionismo,
y la tendencia a la integracin de corrientes enfrentadas, como tendremos ocasin de ver
en la esfera especfica del Zen. Ms an, el Zen es una corriente que trata precisamente
de superar toda individualidad, disolviendo est en una unicidad universal.
Una ltima idea de autonoma es la llamada autonoma modal, donde el nfasis se
desplaza a las relaciones que la obra de arte y la percepcin esttica establecen, o mucho
mejor dicho: a las posibles modulaciones autnomas de esas relaciones 59 . Sujeto y objeto
59 Ibid. p.32
TRABAJO FIN DE MSTER. MADRID, JUNIO 2013, FACULTAD DE FILOSOFA. UNED 50
LA ESTTICA EN LAS MANIFESTACIONES CULTURALES ZEN EN JAPN
En esta lnea, es evidente que el Zen como arquetipo de la cultura Japonesa expresada a
travs de unas formas estticas, no es tampoco un fenmeno que surgiera naturalmente,
sino una construccin en cuya culminacin se trata de responder a determinadas
circunstancias histricas que daran lugar a diversas teoras como la del aprendizaje
nacional (kokugaku), la de la poltica nacional (kokutai), o la teora del Japonismo
(nihonjinron).
Su origen sin embargo se remonta muchos siglos atrs. Es en el periodo Heian (794-
1185) cuando las manifestaciones esttico-espirituales empiezan a contar con el
patrocinio de la elite social, principalmente, la corte imperial radicada en Kyoto. En un
principio sin embargo, el inters no radicaba tanto en su dimensin religiosa que
empezara a apreciarse en el SXIV, como parte de una corriente de admiracin hacia todo
aquello que proceda de China (karamono). Es sin embargo en este periodo medieval ,
cuando, al tenor de diversos estudios61, la cuestin del discurso esttico empieza a
constituir en buena medida el resultado de un descontento, que, imposible de plantear en
el mbito poltico , solo poda suscitarse en el cultural.
El trasfondo de esta circunstancia se haya en una doble estructura de poder, algo que no
ha sido infrecuente en la historio de Japn. Si la corte imperial estaba situada en la actual
60 Lukcs, G. Esttica ,Grijalbo, Mexico DF . 1966. Tomo II, p.350, conforme a La Repblica de los fines,
contribucin a una crtica de la autonoma del arte y la sensibilidad, p.31
61 La Fleur (1983), Marra (1991), Goff (1991), Thornill (1993), Brown (1997), Guth (1993),
Sandorfd,Lafleur & Nagatomi (1992) , Parker (1999), Screech (2000), etc, conforme a : The Zen Arts, an
anthropological study of the culture of aesthetic form in Japan, p.201.
TRABAJO FIN DE MSTER. MADRID, JUNIO 2013, FACULTAD DE FILOSOFA. UNED 51
DAVID ESCAT SNCHEZ
Kyoto, en las provincias se desarrollara una aristocracia militar, all enviada para
mantener la seguridad, y cuyo poder crecera lejos de la capital sin lmites. Algunos
nobles militares incluso podan invocar lazos imperiales, como Taira-no-Masakado,
descendiente del emperador Kammu, mientras que otros eran otorgados ttulos nobiliarios
en recompensa por sus servicios prestados. De esta manera, pronto estuvieron en
situacin de desafiar la legitimidad de la corte. Esta tendencia culminara con la
instalacin de una especie de gobierno militar sito en Kamakura. Ambos centros de poder
coexistiran, pero cada uno de ellos denotara distintos principios y sensibilidades, siendo
el ms importante de ellos, el lujo de Kyoto frente a la frugalidad de los bushi, su
disciplina y obediencia. Recordemos que el fundador en Japn de la secta Zen Rinzai,
Eisai, fue expulsado de Kyoto al rechazar entre otros el ritualismo y el escolasticismo de
las sectas ms antiguas asentadas en la capital. Eisai se trasladara a Kamakura donde
encontr la proteccin del Nuevo gobierno militar, fundando el primer templo
exclusivamente dedicado a la prctica Zen (kenninji) e iniciando as las estrechas
relaciones entre la casta militar y el Zen. La posibilidad que se ofreca al individuo
iluminado de vivir una vida libre de angustias y vnculos resultaba muy atractiva para un
colectivo que tena como estandarte la flor del cerezo, metfora de lo efmero de sus
vidas, siempre en riesgo permanente. El hecho de ser adems anti intelectual, en el
sentido de desligarse del estudio de los sutras, de no exigir el apartamiento total del
mundanal ruido, y de instituir la disciplina como medio de alcanzar tal iluminacin no
hara sino coadyuvar a esa simbiosis. El Zen y sus representaciones artsticas, se
convertira as en manifestacin de contrapoder a la corte aristocrtica civil de Kyoto.
En otro aspecto de la misma cuestin surge la cuestin del eremitismo o reclusin como
estado ideal de todo aquel que persiguiera una consecucin asctica, incluyendo a
quienes participaban y patrocinaban las artes. Por una parte, el apoyo oficial a las
manifestaciones artsticas de los eremitas conferan al gobierno oficial una legitimacin
pseudo-religiosa al patrocinar estas manifestaciones ascticas. Pero por otro, retirarse en
reclusin y dedicarse a otros menesteres como los artsticos constitua una seal de
protesta o desacuerdo con el gobierno, y por lo tanto el deseo de alejarse de l. Un
concepto clave en reclusin era miyabi, que a su vez tena una doble connotacin. Por
una parte aluda al refinamiento cortesano, y por otra implica un retiro espiritual y el
total rechazo del poder. Medio siglo despus Yoshida Kenk (1283-1350) tratara de
aunar la doble epistemologa y restablecer la esttica asctica en el mbito poltico
cortesano. Para ello pretendi conciliar la regla budista del retiro espiritual con el
pensamiento budista de afirmacin del mundo y tratar de revitalizar lo que consideraba
un ideal alcanzado en los orgenes del Estado japons durante el periodo Heian. En
cualquier caso, es evidente que miyabi, y la reclusin esttica religiosa es poltica y
semnticamente ambivalente y lo es desde su misma concepcin, ya que en definitiva se
trata de un intento de adaptar unas formas estticas chinas en su raz a conceptos y
significados locales. David Pollack formulara en 1986 su teora sobre la quiebra del
significado62, en que analiza como un mismo trmino puede tener significados
contradictorios y en consecuencia manipularse polticamente especialmente en tiempos
convulsos. Como ejemplo se cita el trmino Goku significando distante, y que se
popularizara en el SXIV y XV por el Shogun Yoshimitsu en el doble juego de por una
parte refinar su corte y hacerla ms aristocrtica y por otro tratar de poner fin a la divisin
de clases.
Durante el periodo Ashikaga (1336-1573) los lazos entre el Zen y el poder se estrecharon.
El patriarca Muso Kokushi (1275-1351) se convirti en el principal consejero espiritual
del shogn Ashikaga Takauji , con lo que la secta Zen prcticamente devino un rgano
oficial del shogunato. Los shogun Ashikaga asumieron el Zen con un espritu de
misticismo y evasin, y al retirarse lo hacan a la soledad de la vida semi-sacerdotal,
aislndose de la realidad que les rodeaba. Todo ello se plasmara en un florecimiento
artstico y cultural Zen en todos los rdenes como expresin de la sensibilidad del
shogunato Ashikaga. En el mbito arquitectnico Ginkakuji, el pabelln de plata, es el
mejor ejemplo de la bsqueda de ese misticismo, el intento de hallar un significado
interior en la naturaleza y en las creaciones artsticas, sugiriendo con ello a los espritus
meditativos la relacin entre la naturaleza y el hombre. Una relacin parecida se explora
en el mbito de los jardines, en los que se pretenda condensar el mundo
62 Pollack,D.Reading against Culture: Ideology and Narrative in the Japanese Novel. 1986. Ithaca:
Cornell University Press, conforme a : The Zen Arts, an anthropological study of the culture of aesthetic
form in Japan, p.202.
TRABAJO FIN DE MSTER. MADRID, JUNIO 2013, FACULTAD DE FILOSOFA. UNED 53
DAVID ESCAT SNCHEZ
esttica cortesana, las prcticas monsticas en los templos Zen o los intereses artsticos
del creador, todo terminaba por subsumirse en la nocin de la tradicin esttico-religiosa.
componer mejores poemas, justo como el monje trata de alcanzar satori a travs del cultivo
personal.el poeta busca la belleza expresada a travs del concepto de ygen 64.
64 Yuasa.Y. The body, self cultivation and ki- energy.1993. Albany, State University of New York
Press.P.24, conforme a :The Zen Arts, an anthropological study of the culture of aesthetic form in Japan,
p.50
TRABAJO FIN DE MSTER. MADRID, JUNIO 2013, FACULTAD DE FILOSOFA. UNED 57
DAVID ESCAT SNCHEZ
65 The Zen Arts, an anthropological study of the culture of aesthetic form in Japan, p.208.
TRABAJO FIN DE MSTER. MADRID, JUNIO 2013, FACULTAD DE FILOSOFA. UNED 58
LA ESTTICA EN LAS MANIFESTACIONES CULTURALES ZEN EN JAPN
embargo, ello no quiere decir que pertenezca exclusivamente al Este. Al contrario, es la base
ms profunda, la raz del hombre, y en este sentido no pertenece ni al Este ni al Oeste 67.
No es de extraar que expresiones como junsui keiken o tyteki mu, utilizadas para
justificar el carcter nico japons, pronto fueran utilizadas para fundamentar una
ideologa nacionalista, sostenindose que el arte Zen reproduce un registro esttico que
describe el carcter japons, de tal forma que aun siendo accesible a no-japoneses, estos
difcilmente pueden penetrar un fenmeno eminentemente no-racional. Ms an, esta
retrica sostiene que la experiencia espiritual universal ,que es la base del ascetismo y en
consecuencia del nacionalismo japons, tiene un carcter intrnseco que el paso del
tiempo no puede diluir, lo que confiere a las manifestaciones culturales Zen un carcter
intemporal y universal, como refleja el hecho de que la terminologa que desarrolla es
ajena a circunstancias sociales e histricas. Paradjicamente puede hablarse de un doble
nacionalismo. As, durante el periodo post-Meiji, el Zen era parte de un nacionalismo
popular y tradicional que se opona al propio Estado y su agenda modernizadora,
constituyndose en una especie de nacionalismo tnico basado en valores culturales y
espirituales. Un ejemplo revelador de estas dos formas de nacionalismo, viene dado con
la evolucin del bud, una parte del bushid o camino del guerrero que alude a las artes
marciales como prctica espiritual en si misma. El bud constituye en si una
manifestacin cultural Zen, basada en principios similares a los que hemos venido
sealando para el chad. La mera interpretacin de katas o series de posturas exigen y
denotan lo que hemos venido invocando al respecto. Pues bien, a finales del perodo
Meiji, las artes marciales eran promovidas por sociedades ultra-nacionalistas como la
llamada Sociedad del Dragn Negro (Kokuryokai) o asociaciones como la de las
virtudes marciales del gran Japn, que gozara de cierta preeminencia durante la guerra
chino-japonesa. En 1911 kendo se convertira en una asignatura obligatoria a nivel
escolar. En este tiempo, las artes marciales se reconvirtieron pasando de ser una especie
de prctica espiritual a convertirse en una forma de ejercicio fsico. En los aos 30, en
pleno apogeo de ideologa nacionalista, empezara a invocarse que el bud constitua una
va de lealtad al emperador y patriotismo, evocando la lealtad del samurai hacia su seor,
67 Suzuki D.T. Zen and Japanese Culture. Edition 2010, Introduction, by Richard M.Jaffe, p.xxi
TRABAJO FIN DE MSTER. MADRID, JUNIO 2013, FACULTAD DE FILOSOFA. UNED 60
LA ESTTICA EN LAS MANIFESTACIONES CULTURALES ZEN EN JAPN
lo que unido a los escritos de algunos intelectuales de la poca como Inazo Nibote,
terminara convirtiendo el bud en instrumento de la poltica nacionalista, exigindose la
participacin en el mismo, hasta el punto de que tras la derrota de Japn en la II Guerra
Mundial, las artes marciales fueron abolidas por las potencias aliadas. Solo a travs de la
re-invencin de su prctica a manos entre otros de Kan Jigor en jud, Gichin
Funakoshi en karated o Moriya Ueshiba en aikid, pudo lograrse una orientacin no-
militarista de su prctica y despertar el inters de otros pases, logrando un
reconocimiento con su inclusin en los Juegos Olmpicos de Tokyo en 1964. Sin
embargo, aunque ello deba constituir un motivo de orgullo nacional, el otro
nacionalismo no tardara en reaccionar, criticando la conversin de esta prctica en una
actividad deportiva que adulteraba su esencia, que no es otra que alcanzar satori.
Discursos similares que alimentaban la teora del Japonismo, fueron habituales en la
dcada de los aos 70 y 80. A nivel oficial, tambin se haca uso de una retrica similar,
aunque de forma ms sibilina. Como pone de relieve Carol Bluck a nivel oficial era
habitual emplear una terminologa cuidadosamente seleccionada para evitar
connotaciones militaristas, tales como minzoku (poblacin tnica), bunka (cultura) o
seikatsu ( nivel de vida). La repeticin de esta semntica y otra afn en distintas
combinatorias y contextos tenan por objeto describir un futuro en trminos de una nacin
cultural un estilo de vida cultural, etc, todo ello reminiscencia del apogeo nacionalista
con el fin de promover el orgullo y apego de las tradiciones, una vuelta a un pasado
idealizado y mtico. En este contexto contemporneo sin embargo, el arte Zen parece
haber perdido su monopolio como manifestacin cultural representativa de tal tradicin.
Incluso algunas tendencias surgidas en el perodo de postguerra se refieren
especficamente a las artes Zen, pero atendiendo exclusivamente a sus formas para
construir un modelo de cultura desligado de la tradicin. Lo cierto es que el Zen presenta
un doble aspecto en cierto modo contradictorio. Por una parte conserva los principios
tradicionales que permanecen y resisten a la modernizacin, pero por otra parte logran
adaptarse y servirse de ella. Primero porque el estilo de vida que genera la modernidad
permite habilitar para ciertos colectivos, el tiempo y los recursos para su prctica,
segundo, porque el sistema de medios de comunicacin permite su difusin y tercero,
porque su mercantilizacin facilita su trfico, pero cambia radicalmente con ello su
La cuestin que aqu se trata de abordar es la posibilidad o no de predicar una esttica zen
de obras contemporneas, y habida cuenta que una gran cantidad de esa pretendida
esttica Zen se genera en Occidente, es obligado hacer una referencia a la presencia o la
influencia del Zen en el pensamiento occidental, o en forma ms equitativa, a dilogos
entre el Zen y la filosofa occidental afn de dilucidar si hay una recepcin, una
convergencia o una sinergia susceptible de manifestarse en una esttica con la entidad de
poder conservar el calificativo de Zen. Aqu vamos referirnos especficamente a dos
marcos de influencia: el caso de Heidegger y sus discpulos y el del Beat-Zen en la
contracultura.
Los contactos intelectuales entre Oriente y Occidente se remontan en el tiempo, y tal vez
los primeros intercambios se produjeran con la expediciones de misioneros jesuita en el
SXVI y su limitada divulgacin de la tica cristiana. Existe una tradicin de
intercambios posteriores de creciente intensidad, y en la que destaca la tradicin
filosfica alemana. Leibniz por ejemplo, siempre mostrara inters en China, escribiendo
sobre pensamiento chino y tradicin, con especial atencin al I Jing (el libro de las
mutaciones) y el confucionismo. Tambin Christian Wolff escribira sobre doctrinas
ticas chinas, Goethe, Kant, Lichtenberg y Herder escribiran ensayos sobre pensamiento
chino y Wilhelm von Humboldt reflexionara filosficamente sobre la lengua china.
Tambin Hegel y Schelling realizaron estudios sobre pensamiento chino, y Schopenhauer
sobre pensamiento asitico y particularmente Indio, siendo el autor en el que ms
claramente se advierte esa influencia oriental. Tambin Nietzsche realizara frecuentes
alusiones a filosofa india y religin, as como a cultura china y japonesa68.
Sin embargo, en lo que a pensamiento Zen se refiere, los contactos ms relevantes se
iniciaron en el mbito de la fenomenologa y culminaron con Heidegger. Tras la Primera
68 Reinhard May, Heideggers hidden sources. East Asian influences on his work. 1996. English translation first
published by Routledge, p.vi.
La actitud japonesa al adoptar la cultura occidental era problemtica bajo todos los
aspectos. Los japoneses no trataron de trasplantar las races de la planta, sino que,
simplemente, cortaron sus flores ms atractivas por lo tanto, las races que hubieran
A ello contribua otro problema fundamental, como es el lingstico. Por una parte,
aunque muchos de aquellos estudiantes japoneses podan leer alemn, tenan ms
dificultades para hablarlo, y de hecho todas sus obras se publicaron en Japons. Pero es
que adems, el ambiente poltico de los aos 30, imbuido de un fortsimo carcter
nacionalista, exiga de los intelectuales que cualquier manifestacin debiera hacerse en
conformidad con la cultura y la ideologa oficial. En realidad la traduccin de la filosofa
occidental en clave local no solo vena impuesta por exigencias ideolgicas, sino que
tambin ha sido histricamente una actitud tpicamente japonesa, lo que dificultaba el
desarrollo de un pensamiento filosfico autnomo, universal y secular.
Una muestra del resultado fueron las conferencias que en 1938 Nishida Kintar
pronunciara sobre el problema de la cultura japonesa en la Universidad de Kyoto
recurriendo a referencias shintostas para ejemplificar conceptos modernos y
occidentales. As por ejemplo, para explicar la esencia de la fenomenologa utilizaba una
expresin de Motoori Norinaga: [El Camino de los Dioses] no consiste en nada ms
que en el camino de dirigirse hacia las cosas70.
De esta manera difcilmente poda transmitirse o lograrse una comprensin precisa,
siquiera aproximada de la Fenomenologa. Heidegger ya se haba percatado de tal
dificultad lingstica en sus conversaciones con sus discpulos japoneses, de forma tal
que la bsqueda de equivalencias semnticas por ejemplo de la categora esttica de iki
- los conduca con frecuencia a un callejn sin salida. Si para Heidegger el habla es: la
morada del Ser, esta dificultad adquira una dimensin ontolgica; habitamos en
moradas distintas, dir a su interlocutor japons en el clebre Dilogo71.
Tal vez, la contribucin ms fructfera a este dilogo entre Oriente y Occidente vendra de
la obra de otro discpulo de Nishida Kintar, Nishitani Keiji, quin tambin conoci a
Heidegger en 1934 y cuya obra La Religin y la Nada ha sido traducida a varios
69 A dialogue on language between a Japanese and an Inquirir. On the way to language. Harper Collins.
San Francisco, segn http://gabrielsarando.forumotion.com/t13-heidegger-y-la-escuela-de-kyoto
70 Ibd.
71 Ibd.
TRABAJO FIN DE MSTER. MADRID, JUNIO 2013, FACULTAD DE FILOSOFA. UNED 65
DAVID ESCAT SNCHEZ
Este intercambio sin embargo fue un camino de doble va. Uno de los discpulos
alemanes de Heidegger, Karl Lwith (1897-1973), seguira el camino inverso,
abandonado Alemania a causa de su origen judo y pasando algunos aos en Sendai
(Japn), donde resultara fascinado por el Zen. Los aspectos ms relevantes de su
72 Nishitani Keiji Chosakushu. Shobunsha. Vol. 20, Tokio 1986, segn http://cuadernosdefilo.blogspot.de/p/retratos.html
pensamiento nos son familiares, afirmando que la naturaleza de las cosas y de los hombre
permanecen inmutable, variando nicamente nuestras interpretaciones de la verdad . El
objetivo de la filosofa sera pues reconocer esa naturaleza eterna de todo lo que hay. De
acuerdo con la concepcin aristotlica, Lwith reconoce en el hombre dos componentes
esenciales, como son la razn y la sociabilidad, pero afirma como su objetivo vital poder
llegar a contemplar la verdad ltima que caracteriza a la naturaleza universal (y
personal), lo que exige vivir de acuerdo a la naturaleza y conducirse rectamente en la
vida de serenidad.
73 Graham Parkes, Introduction, Heidegger and Asian Thought , conforme a: Zen in Heideggers Way, p.7
TRABAJO FIN DE MSTER. MADRID, JUNIO 2013, FACULTAD DE FILOSOFA. UNED 67
DAVID ESCAT SNCHEZ
Japn en 192474, la primera obra de cierta extensin sobre su pensamiento fue escrita por
Kuki Shuzo y publicada en 193375 . Ms an, Japn es el pas donde ms traducciones se
han realizado de la obra Sein und Zeit. De hecho su primera traduccin data de 1939,
es decir, 23 aos antes que la primera traduccin realizada en lengua inglesa.
Pero existen asimismo en su obra otros elementos que habilitan la conjetura. Una de ellas
son las similitudes en el vocabulario, as como en una serie de formulaciones esenciales
en el pensamiento de Heidegger. Un ejemplo que se aduce es el hecho de que su
tratamiento de la muerte, la cada, la facticidad y la temporalidad tal y como se exponen
en Ser y Tiempo, encajaran sin traumas en el ideario Zen. Sin embargo son
especialmente sus ideas sobre el Ser (Sein) y la Nada (Nichts) las que mas similitudes
presentan. Afirma Heidegger que el Ser no puede ser pensado. Es pre-conceptual, no
proposicional y por lo tanto pre-cientfico, una definicin completamente Zen, aadiendo
que el Ser, la existencia, no es un predicado real que pueda aadirse a un concepto,
siendo en consecuencia impredicable. Seala Barret76 que para Heidegger, al filosofa
occidental es un gran error en la medida en que dicotomiza el intelecto del ser, y con ello
elimina la fundamental unidad del ser. Heidegger afirma ir ms all de esa tradicin
occidental, y ese ms all parece ser el terreno filosfico del Budismo Zen. Sin embargo,
Heidegger no logra finalmente sustraerse de la influencia de Hegel y su lgico sistema de
sistemas, y termina tratando de sistematizar formalmente y construir lgicamente un
marco que permita pensar sobre lo que no puede ser pensado, afirmando que su objetivo
es responder concretamente a la pregunta sobre el sentido del ser.
En esta labor comparativa, David Storey analiza una serie de textos de Heidegger que
pone en relacin con el Zen. Vamos a referirnos a dos en particular a ttulo meramente
ejemplificativo. En el primero, Heidegger declara: la liberacin de las cosas , y la
74 T a n a b e H a j i m e , G e n s h g a k u n i o k e r u a t a r a s h i k i t e n k : H a i d e g g n o
s e i n o g e n s h g a k u (A New Turn in Phenomenology: Heideggers Phenomenology of Life),
Shis (Tokyo), October 1924; reprinted in Tanabe Hajime zenshi (Collected Works of Tanabe Hajime),vol.
4:1734, segn Heideggers hidden sources. East Asian influences on his work, p.viii.
75 Shuzo, Kuki Haidegger no tetsugaku (The Philosophy of Heidegger). 1933. Tokyo, segn
Heideggers hidden sources. East Asian influences on his work, p.viii.
76 Barrett, William. Irrational Man. New York: Doubleday, 1958.
apertura al misterio, nunca sucede de motu propio. No nos acontece accidentalmente, sino que
florecen a travs del pensamiento persistente 77, y en este sentido Joan Stambaugh pone de
manifiesto como la idea de Heidegger sobre Austrag, es decir, persistencia, guarda una
gran similitud con lo que Dgen llamaba el esfuerzo sostenido, que es el que permite
completar el ciclo desde la iniciacin en la verdad religiosa, las diferentes etapas de
aprendizaje del discpulo y en su caso llegar a la Iluminacin. 78 En cuanto al equivalente
Zen del trmino liberacin, es el de no vinculacin, y su objetivo no es solo destruir el
proceso de razonamiento lgico, sino evadir todos los fenmenos de percepcin
sensorial, emocional, conceptual, etc y cesar en la identificacin con cualquier entidad
corporal o mental. En esta lnea, en su Carta sobre el Humanismo, Heidegger pone de
manifiesto como objeto y sujeto son trminos inapropiados de la metafsica, que a
travs del proceso de lgica occidental, permite controlar la interpretacin del lenguaje y
los conceptos. A pesar de ello, resulta cuestionable que el pensamiento de Heidegger
pueda calificarse de no-dual.
Sea como fuere, las aportaciones de Heidegger no se limitan a aspectos como los citados,
sino que tambin realizara una contribucin relevante respecto del lenguaje utilizado en
el mbito Zen, particularmente su estilo potico y no racional, como en el caso de los
koan que en consecuencia suelen resultar ininteligibles. Y es que muchas de las palabras
y acciones de los maestros Zen tienen por finalidad precisamente romper la vinculacin
con la lgica y lo inteligible, como hemos tenido ocasin de ver, y uno de los
mecanismos es el hacerlo precisamente a travs de lo que no se dice. En su explicacin
cabe la teora desarrollada por Heidegger sobre la idea de logos (ratio, ley csmica,
lgica, razn) como legein (hablar, decir, articular un tema). Legein sin embargo es un
trmino que va ms all y que en sntesis significa preservar las cosas tal y como se
muestran, lo que conecta con la idea de revelacin , de traer a la luz mostrar, es decir, de
poner a la luz de lo inteligible. Ello sin embargo debe entenderse no en un sentido
esttico, sino dinmico, no estar a la luz, sino de ir saliendo a la luz, lo que a su vez
supone que determinadas facetas quedan an en la oscuridad. Por ello Heidegger seala
77 Heidegger, Martin. Discourse on Thinking. Traduccin, John A. Anderson and E. Hans Freund. New York:
Harper and Row, 1966.p. 56
78 Stambaugh, 1987, - Umehara, Takeshi. Heidegger and Buddhism, Philosophy East and West , vol. 20, no. 3,
Jul y 1970, p.285, conforme a Zen in Heideggers Way, p.xi
En la dcada de los cincuenta y los sesenta, el Zen volvera al primer plano cultural en
occidente en el marco del movimiento contracultural, eso si, esencialmente desprovisto
de su contingente conceptual-filosfico.
La Contracultura en particular se define como:
1. Movimiento social surgido en los Estados Unidos de Amrica en la dcada de
1960, especialmente entre los jvenes, que rechaza los valores sociales y modos
de vida establecidos.
2. Conjunto de valores que caracterizan a este movimiento y, por extensin a
otras actitudes de oposicin al sistema de vida vigente.79
79 RAE
80 Jos A. Snchez, Dramaturgias de la imagen, Cuenca, Ediciones de la Universidad de Castilla-La
Mancha, 2. ed., 1999. p.112
TRABAJO FIN DE MSTER. MADRID, JUNIO 2013, FACULTAD DE FILOSOFA. UNED 70
LA ESTTICA EN LAS MANIFESTACIONES CULTURALES ZEN EN JAPN
en ningn caso propugnaba algo parecido a los principios del Beat-Zen la historia viene
a poner de manifiesto, la posibilidad de diversas concepciones del Zen. El segundo
motivo es an ms poderoso y se apoya en el hecho de que, incluso como el square zen
reconoce, no hay camino, y en consecuencia siempre permanece abierta la posibilidad de
alcanzar la experiencia del satori por otra va. Frente a estos argumentos podra sin
embargo decirse que, an existiendo incluso hoy en da diferentes escuelas de budismo
zen, todas ellas parten de unas premisas comunes innegociables, y que si bien existen,
efectivamente diferentes caminos para alcanzar satori, estos vienen representados por las
diferentes escuelas budistas no necesariamente zen, as que mientras que la iluminacin
es sbita en la escuela Zen, ese carcter sbito puede conseguirse de diferente maneras.
Parece difcil en cualquier caso sostener el carcter no esencial de la meditacin, cuando
la propia semntica Zen alude etimolgicamente a ella. An defendiendo la posibilidad
de un Beat-Zen, Watts se muestra sin embargo sumamente crtico con el Beat-Zen de la
contracultura, cuya razn subyacente se encontrara en lo que llama el ansia de
desafiliacin. En este sentido, el Zen ofreca grandes ventajas a los partcipes de la
contracultura, en comparacin con el Confucianismo, ya que no impone, carece de una
doctrina tica especfica, y en rigor, ni siquiera exige ser aprendido mediante la lectura o
la recitacin de sutras. El Zen se refiere a un mbito ms all del bien y del mal, lo que
permite una relativizacin de todo. Por otra parte, la idea de ruptura con el proceso de
razonamiento lgico vino a interpretarse como una liberacin del pensamiento
convencional. Todo ello llevara a Watts a considerar que en el Beat-Zen existe una
cierta ilegalidad rebelde subyacente, que encuentra con facilidad una justificacin, libre
de cortapisas morales para hacer lo que a cada uno le place, en forma un tanto similar al
modo en que la contracultura ha utilizado la tradicin anarquista dotndola de un carcter
adolescente. El Zen verdadero sin embargo resulta inaccesible al que no ha logrado la
madurez precisa para no necesitar de una justificacin. Los antiguos maestros Zen
conceban la naturaleza como totalidad interrelacionada, de forma que toda criatura y
toda experiencia lo es de acuerdo con el Tao de la naturaleza tal y como es. Ello les
permita aceptarse tal y como son, sin necesidad de justificar nada.
Ciertamente, Marcel Duchamp con su clebre urinario replanteara la cuestin del valor
de una obra como arte poniendo de manifiesto como ello es una construccin social, y en
tal medida su valoracin no puede sino ser relativa. Sin embargo, aqu no abordamos la
cuestin del hipottico valor artstico de una manifestacin cultural Zen o del Beat-Zen,
sino su entidad como manifestacin esttica del Zen.
Por su parte El pensamiento y la obra de autores como Heidegger, Nishitani Keiji o Karl
Lwith constituyen un testimonio valioso de las posibilidades de conexin del Zen con
corrientes del pensamiento occidental, y por lo tanto la viabilidad de su expresin
esttica en una misma categorizacin, es decir, la posibilidad de una esttica zen
occidental, o en la que tambin afloren elementos del pensamiento occidental
concomitantes o compatibles con la doctrina Zen. Sin embargo, ello no desvirta la
aseveracin fundamental de la necesidad de la concurrencia de ciertos rasgos esenciales
en sus manifestaciones culturales conforme a la ortodoxia zen, de tal forma que sin los
mismos, la desnaturalizacin originara una nueva tipologa de manifestacin esttica
distinta de la esttica Zen y sin perjuicio de la concurrencia de ciertas similitudes. Debe
considerarse que a pesar de avances como los referidos, el camino recorrido en el
sincretismo o la convergencia del zen con ciertas corrientes de pensamiento occidental
permanece an lejos de la plenitud evolutiva, no habiendo sido objeto de un desarrollo y
una consolidacin que pudiera permitir una re-interpretacin ulterior fundamentada de
principios esenciales del Budismo Zen, como el de la meditacin o el de la sbita
iluminacin. Dicho de otro modo, no existe al da de hoy argumentos que permitan
relativizar los principios ms ortodoxos del Zen, y en consecuencia ciertos rasgos
inexcusables en la esttica de sus manifestaciones culturales, como de hecho ha sucedido
en el pasado, tal y como ejemplifica la evolucin del sistema iemoto.
A la vista de todo lo expuesto, una cuestin relevante a efectos prcticos que podemos
plantear es la posibilidad de identificar una manifestacin esttica como del gnero Zen,
lo que es especialmente relevante respecto de manifestaciones estticas contemporneas,
por cuanto las obras clsicas pertenecientes al gnero ya han sido categorizadas como
tales. En este sentido ya hemos visto que tales manifestaciones comparten una serie de
rasgos formales, institucionales, sociales y espirituales denotados de sus actos, objetos,
espacios y textos.
relevante en tiempos en que las diferentes sectas budistas pugnaban por prevalecer y
refleja a su vez la iluminacin interior del autor, aspecto al que nos referiremos
posteriormente.
Debemos tambin incluir la poesa, y con ella la caligrafa, que puede constituir una
manifestacin cultural Zen independiente en si misma, o acompaar otras. As por
ejemplo toda pintura o escultura Zen incorpora una inscripcin (san) que adopta una
forma potica budista llamada geju, la cual por una parte recoge alguna enseanza de la
secta en cuestin, y por otra es cauce de expresin de la aspiracin del intrprete y un
modo indirecto de profundizar en el budismo por ejemplo, tratando de desentraar el
significado de un koan o sintetizando una intuicin sobre la verdad ltima, y a la vez,
trasmitiendo la identidad esencial que hay entre el Zen y la poesa (shizen ichimi, poesa y
zen son uno) 82.
84 Ibd.
TRABAJO FIN DE MSTER. MADRID, JUNIO 2013, FACULTAD DE FILOSOFA. UNED 77
DAVID ESCAT SNCHEZ
El primer verso es el esencial y viene a significar que para aquel que ha alcanzado la
iluminacin la naturaleza entera no es sino expresin de las verdades del Budismo. El
segundo verso amplia el primero en el sentido de que no son solo los sonidos y los
murmullos, sino tambin los colores el cuerpo y la forma de Buda. En cuanto al tercer
verso, las escrituras budistas se refieren a 84.000 ilusiones que son causa de sufrimiento
y a otras 84.000 correlativas enseanzas de Buda que nos ayudaran a superarlas, y una
vez superadas surge la cuestin que plantea el verso final, cmo trasmitir la Verdad
Ultima?.
Pues bien, este ejemplo sinttico viene a poner de relieve como sin una comprensin
preliminar del Budismo Zen, se hace inviable su transmisin e interpretacin, es decir, el
juego dicotmico del creador y el espectador. Ms an, para el espectador es
conveniente conocer al autor para poder tener la informacin biogrfica precisa que
permita poner la obra en contexto. La escuela en la que se form, es decir los matices
doctrinales de la secta y el monasterio a los que hubiera podido pertenecer, su vida en
comunidad o como anacoreta, incluso su carcter, excntrico o retrado. En este sentido,
cabe recordar que el Zen ha venido tradicionalmente transmitindose personalmente de
maestro a discpulo, y como es tambin habitual mencionar el maestro bajo cuyo
autoridad se hubiera estudiado, es fcil reconstruir una especie de genealoga del artista
que permita una mejor comprensin de su simbologa y sus matices. En todo caso,
siendo conveniente, no es esencial, ya que la esencialidad radica en la capacidad de
inspirar en el espectador una reflexin meditativa sobre la experiencia Zen.
86 Ibd. 22-23
TRABAJO FIN DE MSTER. MADRID, JUNIO 2013, FACULTAD DE FILOSOFA. UNED 79
DAVID ESCAT SNCHEZ
Tras los bastidores de una manifestacin cultural Zen se advierten otras consideraciones
que pasan en principio desapercibidas a los sentidos. Una es la asuncin de tal
manifestacin como un camino (d) de espiritualidad o de cultivo espiritual. D es un
sufijo que confiere una connotacin cuasi/religiosa y denota la presencia de un trasfondo
de enseanza Zen, y una dimensin esttico-religiosa. En ese camino concurren todos los
elementos que son cauce para alcanzar la iluminacin o el vislumbramiento de la verdad
87 Ibd. p.39
TRABAJO FIN DE MSTER. MADRID, JUNIO 2013, FACULTAD DE FILOSOFA. UNED 80
LA ESTTICA EN LAS MANIFESTACIONES CULTURALES ZEN EN JAPN
En definitiva, todo ello son elementos que deben en teora observarse para poder reputar
una manifestacin cultural Zen desde la ms pura ortodoxia. Sin embargo, con ocasin de
la modernidad se ha dado una evolucin en otro sentido. Ya sealamos que existen
tendencias surgidas en el perodo de postguerra que se refieren especficamente a las artes
Zen, pero atendiendo exclusivamente a sus formas, construyendo as un modelo cultural
desligado de la tradicin. Lo cierto es que es sta una tendencia que se retrotrae al
periodo Genroku, cuando el sistema iemoto vino a reemplazar la metfora del camino
(d) para reinventar la tradicin esttico-religiosa a travs de la figura de la filiacin. De
esta forma se producira un doble efecto. Por una parte el abandono de las
manifestaciones culturales Zen como prctica esttico-religiosa, con un trasfondo
doctrinal Zen. Por otra, el sistema iemoto permitira la proliferacin de talleres y
escuelas a travs del sistema de la filiacin, con lo que la produccin artstica Zen se
hallara en situacin de satisfacer (o crear) un demanda de comercializacin. Ya vimos
como ese cambio desvirta completamente el concepto Zen a la vista de la reflexin ya
sealada de Nishiyama, quin puso de manifiesto como ese cambio representa una
diferencia esencial en el modelo de trasmisin, que pasa de ser un sistema intuitivo y
afectivo basado en una relacin personal, a ser un sistema basado en un proceso de
racionalizacin, en el que la trasmisin del conocimiento se encuentra estructurado y
mediado por la jerarqua y los criterios tcnicos pre-establecidos para certificar la
progresin. La culminacin del proceso no puede ser otro que el de la atencin exclusiva
a las formas, y con ello, la consideracin nica de tales en el objeto, que se desvincula as
del autor y su experiencia, pasando a ser susceptible de ser posedo, valorado
econmicamente, y exhibido como seal de estatus y distincin.
Esta consideracin del Zen en base exclusiva a sus formas podra calificarse por algunos
de neo-Zen. Sin embargo lo cierto es que la forma no define las manifestaciones
culturales Zen, como hemos tenido ocasin de ir viendo, por ms que muestren unos
rasgos habituales que en cualquier caso no le son exclusivos. Ms an, esa evolucin
contempornea desvirta la esencia misma del Zen, hasta el punto de la negacin del
original, ya que prescinde de todos aquellos elementos constitutivos del mismo. En
consecuencia, difcilmente cabra hablar de evolucin, sino en todo caso de
deconstruccin, o de movimiento antittico al Zen, o en otras palabras , una especie de
anti-Zen encubierto en formas que pudieran evocar a la esttica Zen.
Bibliografa
- Addis, S. The art of Zen. Paintings and Calligraphy by japanese Monks, 1600-1925.
Harry N.Abrams, inc. New York, 1989.
- Addis, S. & Daido, J. The Zen art book. The art of enlightenment. Shambhala
Publications , inc. Boston and London, 2009
- Awakawa, Y. Zen Painting. Traducido por John Bester. Kodansha International Ltd.
Tokyo, Ed.1980.
- Benedict, R. The Chrysanthemum and the Sword: Patterns of Japanese Culture (1946) .
Alianza Editorial, Madrid, 2003.
- Brennan Ford, B. The Arts of Japan. The Metropolitan Museum of Art Bulletin, New
Series, Vol. 45, No. 1, The Arts of Japan (Summer, 1987), p. 4-56. The Metropolitan
Museum of Art. http://www.jstor.org/stable/3259426. Ultima consulta 16 de Marzo 2013.
- Chanoyu: the Japanese Tea Ceremony. India International Centre Quarterly, Vol. 3, No.
2 (April 1976). India International Centrep.159-161.
http://www.jstor.org/stable/23001948. Ultima consulta 16 de Marzo 2013.
- Cox, A. R., The Zen Arts, an anthropological study of the culture of aesthetic form in
Japan. RoutledgeCurzon. London and New York, 2003.
- Dale, P.N, The Myth of Japanese Uniqueness. London and Sidney. Croom Helm (con el
Nissan Institute for Japanese Studies, University of Oxford), 1986.
- Faure, Bernard, Chan insights and oversights; an Epistemological Critique of the Chan
Tradition. Princetown, NJ: Princetown University Press, 1993.
- Ludwig, T.M. Before Riky. Religious and Aesthetic Influences in the Early History of
the Tea Ceremony. Monumenta Nipponica, Vol. 36, No. 4 (Winter, 1981), Sophia
University, pp. 367-390, http://www.jstor.org/stable/2384225. Ultima consulta 17 de
Marzo 2013.
- Ludwig, T.M. The Way of Tea: A Religio-Aesthetic Mode of Life. History of Religions,
Vol. 14, No. 1 (Aug., 1974). The University of Chicago Press, p. 28-50
http://www.jstor.org/stable/1061891. Ultima consulta 17 de Marzo 2013.
- Moore, Charles A. The Japanese Mind: Essentials of Japanese Culture and Philosophy.
Honolulu. University of Hawaii Press, 1967
- Reinhard May, Heideggers hidden sources. East Asian influences on his work.
English translation. Routledge, 1996.
- Sshitsu Sen, Tea life, Tea Mind. Weatherhill inc, New Yourk, 1979
- Suzuki, D.T. Zen and Japanese Culture. Princetown, NJ: Princetown University Press
(1959). Ed. 2010
- The Buddhist Tradition in India, China and Japan, Editado por William Theodore de
Bary. Vintage Books Edition. New York, 1972.
- The Zen teaching of Bodhidharma. Traducido por Red Pine. Empty Bowl, Port
Townsend, Washington, 1987
- The Zen teaching of Huang Po, on the transmission of mind. Traducido por John
Blofeld. Grove Press, New York, 1958
- Watanabe, T. From Korea to Japan and Back Again: One Hundred Years of Japanese
Tea Culture through Five Bowls, 1550-1650. Yale University Art Gallery Bulletin,
Japanese Art at Yale (2007), Yale University, acting through the Yale University Art
Gallery, p. 82-99, http://www.jstor.org/stable/40514680. Ultima consulta 24 de Marzo
2013.
- Watts, Alan. "Beat Zen, square Zen, and Zen." Chicago Review 42.n3 (Summer-Fall
1996): 49(8).
- Whitney Hall, J. El Imperio Japons. Traduccin Marcial Surez. Siglo XXI de Espaa
editores, S.A. Madrid, Ed. 2002