Panizza La Marea Rosa
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La Marea Rosa
Anlise de Conjuntura OPSA (no 8, agosto de 2006)
ISSN 1809-8924
Francisco Panizza
The London School of Economics and Political Science
F.E.Panizza@lse.ac.uk
La ola de elecciones de los ltimos dos aos ha cambiado el panorama poltico de Amrica
Latina. Una regin que en el pasado cuarto de siglo haba estado dominada por gobiernos de
centro derecha se ha visto teida por una verdadera marea rosa. Gobiernos de izquierda y
de centro izquierda estn en el poder en Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Costa Rica, Per,
Uruguay y Venezuela. Es cierto que no en todas las elecciones recientes han triunfado
candidatos de izquierda. Honduras eligi un candidato de centro derecha en noviembre del
ao pasado. En Colombia el presidente lvaro Uribe logr una resonante victoria en Mayo
pasado y al tiempo de escribir este artculo (Agosto de 2006) en Mxico el candidato de
centro izquierda Andrs Manuel Lpez Obrador parece haber sido estrecha y
controvertidamente derrotado por su rival de centro derecha Felipe Caldern. Pero las
prximas elecciones pueden mostrar nuevos avances de la marea rosa. En Ecuador el
candidato de centro izquierda Len Rolds es el favorito para ganar las elecciones de
Octubre y en Nicaragua mas de 25 aos despus de haber tomado el poder por las armas el
Sandinismo podra llegar a tomarlo por las urnas. Y en una demostracin de que los avances
de la izquierda no son pasajeros en Brasil y Venezuela, Lula da Silva y Hugo Chvez, dos de
los presidentes que iniciaron el giro a la izquierda en la regin, son fuertes candidatos a la
reeleccin.
Argentina del 2002 en el que cinco presidentes en cuatro semanas marcaron una crisis de la
democracia y el fin de la convertibilidad el fracaso del neoliberalismo.
La herencia estructural del neoliberalismo ha dejado a nuestro pas con cientos de miles de
compatriotas en situacin de pobreza, inequidad, emigracin, desempleo, concentracin de
riqueza, desintegracin social, anulando las posibilidades del ejercicio pleno de la ciudadana
y desacreditando la importancia de los valores ticos. 4
1
ODonnell, G. (1994) Delegative Democracy Journal of Democracy 5,1; Kruit, D. (2001) 'Low Intensity
Democracies: Latin America in the Post-dictatorial Era' Bulletin of Latin American Research 20, No.4, pp. 409-
430;Philip, G. (2003) Democracy in Latin America. Cambridge: Polity Press.
2
http://www.latinobarometro.org/
3
Citado en Costa Benavides, J. (2003) La guerra del gas en Bolivia. Representaciones sobre el neoliberalismo
y el rol del Estado en la defensa de los recursos naturales en la crisis de octubre de 2003. En Daniel Mato
(coord.) Polticas de economa, ambiente y sociedad en tiempos de globalizacin. Caracas: Facultad de
Ciencias Econmicas y Sociales, Universidad Central de Venezuela, pp. 233-251.
4
Frente Amplio (2004) Documentos IV Congreso Hctor Rodrguez. Propuesta de Grandes Lineamientos
Programticos Para el Gobierno 2005-2010. [www document] URL http://www.ps.org.uy/
fa/DOC_CONG_FA.htm [accessed 20 June 2006]
2
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Lejos estoy de defender la democracia actualmente vigente en Amrica Latina como una
expresin avanzada del ideal democrtico y mas lejos an estoy de defender el dogma
neoliberal y sus costos sociales. Tambin creo que la divisin de la izquierda latinoamericana
en social democrtica y populista puede ser una forma til de agrupar su diversidad. Pero
quisiera calificar y en el mismo movimiento reformular los anlisis esbozados arriba sobre
las condiciones de emergencia y naturaleza poltica de los gobiernos de la regin. Mi
argumento es que la emergencia de los gobiernos de izquierda y de centro izquierda responde
a un complejo balance de xitos y fracasos de los procesos de democratizacin y reformas
econmicas de las ltimas dcadas y que la divisin de la izquierda entre populismo y social
democrtica no puede ser entendida como referida polos opuestos de un contino poltico-
ideolgico sino a fenmenos polticos de naturaleza diferente. A los efectos de desarrollar
5
Casteeda J. (2006) Is Evo Morales an indigenous Che? New Political Quarterly (Winter)
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este argumento las secciones siguientes ofrecen una breve sntesis histrica de los avances y
retrocesos de la democracia y las reformas de corte neoliberal en la regin. Luego presento
una discusin sobre las caracterizaciones de la izquierda contempornea en Amrica Latina y
finalizo con algunas consideraciones generales sobre sus perspectivas de futuro.
A mediados de los aos 90 Amrica Latina pareca estar al borde de dejar atrs su historia de
turbulencia poltica y econmica. Un horizonte imaginario que articulaba la democracia
liberal, las reformas de mercado y la integracin regional ofreca una mapa de ruta al
desarrollo y reuna un considerable consenso entre las elites polticas de la regin. Ms an,
esta visin recoga tambin considerable respaldo popular como lo demuestran las victorias
electorales de candidatos que compartan esta visin como Fernando Henrique Cardoso en
Brasil, Eduardo Frei en Chile, Julio Mara Sanguinetti en Uruguay y Alberto Zedillo en
Mxico. A ellos haba que sumar otros lderes como Carlos Menem en Argentina y Alberto
Fujimori en Per, quienes an con un marcado tinte populista que los distingue de los
anteriores y en el caso de Fujimori habiendo quebrando la frgil democracia de su pas,
lograron su reeleccin en base al xito de sus reformas econmicas radicales. Mediados de
los aos 90 fue tambin una poca en la cual las relaciones entre los Estados Unidos y
Amrica Latina estuvieron en su mejor nivel en muchos aos. Bill Clinton apareca a Latino
America como un presidente en sintona con los nuevos vientos de la regin, incluyendo un
compromiso con la democracia y los derechos humanos sin las hipocresas y contradicciones
de la guerra fra.
Tal vez el momento culminante de esa visin de la nueva Amrica Latina haya sido la
primera cumbre presidencial de las Amricas que tuvo lugar en Miami en 1994. El
prembulo de la Declaracin de Principios sintetiza lo que fue tal vez el momento de mayor
optimismo histrico de esta visin de futuro:
Por la primera vez en la historia, las Amricas son una comunidad de naciones
democrticas. Si bien nuestro pases enfrentan diferentes desafos en materia de desarrollo,
estn unidos en la bsqueda de la prosperidad a travs de la apertura de mercados, la
integracin hemisfrica y el desarrollo sostenible. 6
6
http://www.summit-americas.org/miamidec-spanish.htm
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En contra del argumento de que los cambios socio-econmicos de los aos 90 debilitaron la
sociedad civil, la democracia contribuy a fortalecerla: si bien los sindicatos han perdido
espacio relativo en la mayora de los pases otras organizaciones sociales han surgido con
considerable capacidad de accin. La descentralizacin poltica de los aos 90 favoreci la
emergencia de nuevos movimientos sociales de raigambre local, mientras que la
globalizacin ha promovido el surgimiento de movimientos transnacionales. Esto ha
favorecido a los partidos de izquierda, algunos de los cuales como el Partido dos
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Existe, sin embargo, otra cara del proceso de democratizacin: los presidentes llegan al
poder por elecciones libres pero desde 1993 catorce de ellos no han podido terminar sus
mandatos constitucionales, en la mayora de los casos como resultado de protestas masivas
callejeras. Corrupcin, baja representatividad y sobre todo los fracasos de cumplir con la
promesa de una vida mejor bajo democracia han fragilizado o an destruido los sistemas de
partidos. Parlamentos, partidos polticos, la administracin pblica y el poder judicial estn
entre las instituciones que despiertan menos confianza en la poblacin, mientras que la
iglesia, las fuerzas armadas y los medios de comunicacin estn al tope de la tabla de
confianza.
Estos y otros indicadores sealan que la democracia en la regin sufre de un severo dficit
institucional. Pero este dficit no afecta por igual a todos los pases. Mientras que pases
como Chile, Uruguay y Colombia, con tradicin de instituciones polticas fuertes han
mantenido un marco institucional slido a lo largo de estos aos y otros como Brasil y
Mxico las han visto fortalecidas (pese a la debilidad del sistema de partidos en el primero y
de las instituciones electorales en el segundo) pases como Bolivia, Ecuador y Venezuela y
en menor medida Argentina han atravesado por procesos de de-institucionalizacin. Como
analizo en detalle mas abajo, la fragilidad relativa de las instituciones polticas es una de las
claves para entender las diferencias de la izquierda en Amrica Latina. Veamos ahora los
logros y fracasos de las reformas de mercado.
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El xito inicial de las reformas de mercado se debe a que las mismas atendieron a algunos de
los problemas ms apremiantes de la poca, principalmente a la necesidad de restaurar el
orden econmico en pases que sufran de hiperinflacin. La baja rpida y radical de la
inflacin benefici a los sectores populares, como lo muestra la inmediata cada en los
ndices de pobreza en los pases que lograron controlarla. El porcentaje de personas viviendo
bajo la lnea de pobreza en Amrica Latina bajo del 48.5% de la poblacin en 1990 a 43.5%
en 1997. 8 Las reformas tambin beneficiaron a sectores de la clase media que tuvieron
acceso al crdito y a bienes importados y especialmente a aquellos que posean las
calificaciones necesarias para integrarse a circuitos laborales internacionalizados. En el
contexto internacional favorable de comienzos de los aos 90s las reformas atrajeron
considerables inversiones extranjeras, las cuales ayudaron a paliar los costos de los ajustes
fiscales y contribuyeron a la retomada del crecimiento econmico luego de la dcada
perdida de los aos 80. El crecimiento econmico promedio de Amrica Latina entre 1990 y
7
Williamson, J, ed. (1990) Latin American Adjustment: How Much has happened? Washington: Institute for
International Economics.
8
Comisin Econmica para Amrica Latina y el Caribe (2006) Panorama Social de Amrica Latina 2005.
www.eclac.cl
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1996 fue de 3.3%, comparado con 1% en los aos 80. 9 Aunque inferior a las tasas de la
poca dorada del modelo de substitucin de importaciones, las cifras de crecimiento no son
insignificantes, sobre todo si se tiene en cuenta que el crecimiento de las economas
industrializadas se enlenteci considerablemente en el mismo perodo. Pero ms all de sus
xitos relativos las reformas no lograron asegurar el desarrollo sostenido necesario para
cerrar la brecha con los pases industrializados o con las economas emergentes de Asia y no
crearon empleos suficientes para reemplazar los destruidos por la apertura comercial y el
achicamiento del estado. Las desigualdades tambin aumentaron en la medida que una alta
proporcin de los empleos creados lo fueron en el sector informal.
No es ciertamente por casualidad que el ascenso de la marea rosa ha coincidido con la media
dcada prdida de fines de los 90 y comienzos de los 2000, cuando la regin registra cifras
negativas de crecimiento econmico per capita. Los defensores de las reformas de mercado
argumentan que la crisis de crecimiento no fue responsabilidad de las reformas como tales,
sino de su implementacin parcial o imperfecta y ponen el ejemplo de Chile como la
economa mas avanzada en la implementacin de las reformas neoliberales y con los mejores
ndices de crecimiento en la regin.
Sin duda los defensores de las reformas tienen un buen caso cuando argumentan que las
reformas fueron implementadas en forma parcial e incoherente. Los pases de la regin
implementaron reformas en grados y ritmos diferentes y las cifras agregadas sobre
crecimiento ocultan variaciones nacionales importantes. Pero para la mayora de los pueblos
latinoamericanos el legado de una dcada y media de reformas de mercado es que las
9
Comisin Econmica para Amrica Latina y el Caribe (2006) Estudio Econmico de Amrica Latina y el
Caribe 2005-2006 http://www.eclac.org/
8
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mismas han prometido demasiado y logrado demasiado poco. Polticamente la brecha entre
promesas y realidades en un contexto de estancamiento econmico y deterioro de las
condiciones sociales proporcion a polticos de izquierda y centro izquierda la materia prima
para una narrativa muy creble sobre los fracasos del neoliberalismo. En esta narrativa los
culpables del fracaso fueron los partidos de centro derecha que impulsaron las reformas en
los aos 90 y sus mentores en las organizaciones financieras supranacionales y el gobierno
de los Estados Unidos. El prrafo inicial del manifiesto electoral de Ollanta Humala en Per
es representativo de esta narrativa:
Los datos son irrebatibles y la realidad, pese a quien le pese, es terca: la aplicacin
sistemtica del neoliberalismo, el modelo del Consenso de Washington en nuestro pas ha
significado una fractura social sin precedentes en la vida peruana. 10
Aunque existan diferencias significativas entre el modelo de desarrollo promovido por las
agencias multilaterales y el de sus crticos de izquierda, la nueva agenda del desarrollo est
mucho ms centrada en los temas que la izquierda ha reivindicado tradicionalmente como
suyos: la construccin de un estado con capacidad de gestin, la necesidad de intervenciones
estatales para corregir las ineficiencias y las injusticias del mercado, la necesidad de integrar
10
Ollanta Uniendo al Per. La Gran Transformacin. Per de todos nosotros. Plan de Gobierno 2006-2011.
22 de febrero 2006.
11
Por una discusin sobre el post consenso de Washington vase, Panizza, F. E. (2005) Unarmed Utopa
Revisited: The Resurgence of Left-of-Centre Politics in Latin America Political Studies 53, 4, (December) pp.
716-734,
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Una diferencia crucial entre el populismo y la social democracia es que mientras muchos
lderes y grupos polticos reivindican su condicin de socialdemcratas prcticamente nadie
acepta la etiqueta de populista. Esto seala la distancia normativa entre los dos conceptos
pero tambin la ambigedad y los equvocos en los usos del populismo. El populismo es un
concepto discutido terica y prcticamente. En sus usos prcticos el populismo est
fuertemente identificado con una tradicin histrica latinoamericana: la gran ola populista de
los aos cuarentas, cincuentas y sesentas dominados por lderes tales como Juan Domingo
Pern, Getlio Vargas y Vctor Ral Haya de la Torre y partidos tales como el Justicialismo,
el Partido Trabalhista, la Alianza Popular Revolucionaria Americana y otros. Como parte de
esa tradicin el populismo qued identificado con el modelo de desarrollo por substitucin
de importaciones basado en el proteccionismo, el intervencionismo estatal y los acuerdos
verticales corporativos entre las organizaciones de clase. Mas recientemente y por la
10
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De la propia naturaleza del populismo como el discurso de los excluidos por el orden
existente se desprende que la condicin de emergencia de la identidad populista es una crisis
12
Dornbush, R. and S. Edwards (1991) Macroeconomics of Populism in Latin America Chicago, Chicago
University Press
13
Esta es una versin ligeramente modificada de la formulada por Michael Kazin (1995) en su libro The
Populist Persuasin. An American History, Ithaca and London: Cornell University Press.
14
Para una discusin mas amplia del concepto de populismo usado aqu ver Ernesto Laclau ((2005) On
Populist Reason, London: Verso y Francisco Panizza (2005) Populism and the Mirror of Democracy, London:
Verso.
11
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12
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de 1998 cultiv su imagen de outsider haciendo campaa contra la partidocracia corrupta que
se haba apropiado de las rentas petroleras. Sus discursos invocan la soberana popular
identificada con la imagen de Simn Bolvar. Como lo expres en una de sus campaas: Yo
declaro que el pueblo es el nico verdadero dueo de la soberana. Yo declaro al pueblo
venezolano como los verdaderos dueos de su historia.. 15 Como presidente Chvez
continu construyendo fronteras discursivas entre su persona como encarnacin de la
soberana popular y sus enemigos, acusando a estos ltimos de esculidos, oligarcas,
conspiradores y fascistas. 16 La retrica anti-neoliberal y anti-norteamericana ha sido
central a su discurso poltico que busca ejercer un liderazgo continental haciendo del
bolivarianismo el punto nodal de una identidad latinoamericana libre de la dominacin
imperialista.
15
Citado en Panizza, Populism and the Mirror of Democracy p.4.
16
Buxton, J. (2005) Venezuelas Contemporary Political Crisis in Historical Perspective Bulletin of Latin
American Research 24, 3.
13
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gobernantes tienen lazos histricos con las organizaciones sindicales, aunque la vigencia de
estos lazos vara considerablemente en los tres casos, entre relaciones estrechas en el caso
del Frente Amplio Uruguayo a una distancia considerable en el caso del Partido Socialista
chileno con el PT brasilero en el medio de la escala. Pero estos lazos no basta para
distinguirlos de las llamadas variantes populistas de la izquierda latinoamericana
contempornea: tanto el partido justicialista argentino como el Movimiento al Socialismo
boliviano tienen fuertes lazos orgnicos con organizaciones sindicales y populares y tambin
las tiene aunque de naturaleza diferente el Movimiento V Repblica venezolano. Por otra
parte y ms all de la adopcin por Chvez del llamado socialismo del siglo XXI con
entonacin venezolana todos los gobiernos de izquierda y centro izquierda de la regin se
mueven en distintos matices del espectro reformista. Y tampoco es atribuible a los gobiernos
populistas radicales contemporneos de Amrica Latina la acusacin de irresponsabilidad
fiscal que ocasion los surtos inflacionarios en la poca del populismo histrico o, ms cerca
en el tiempo, en la primera administracin de Alan Garca, ahora reconvertido en un social
demcrata responsable. Efectivamente los llamados gobiernos populistas han mezclado
polticas econmicas que combinan la ortodoxia fiscal con heterodoxia microeconmica.
Tal vez el contraste entre social demcratas y populistas deba ser buscado no tanto en el
campo de la ideologa sino en el de las variables relacionadas con la fortaleza de las
instituciones polticas y los efectos de las reformas de mercado sobre las respectivas
sociedades. En comn, el PSCH, el FA y el PT han llegado al gobierno en pases en los
cuales las instituciones polticas (entendidas como tal el estado, el parlamento y los partidos
polticos) tienen una estabilidad y capacidad relativamente alta de articular relaciones
sociales complejas en juegos de balances y contrapesos que impiden la concentracin de
poder en el ejecutivo y dificultan la simplificacin del campo social en el antagonismo entre
los excluidos y los poderosos caracterstico del modo de identificacin populista. 17
17
Soy consciente aqu de las considerables diferencias en la legitimidad y capacidad articulatoria de los
partidos polticos y del parlamento en los tres pases y especialmente de la fragilidad de los partidos polticos
brasileros comparados con los partidos uruguayos y chilenos y del descrdito de su parlamento, principalmente
como resultado de los episodios de corrupcin de los aos recientes. Pero el hecho mismo que los escndalos
no hayan creado las condiciones de emergencia de nuevas fuerzas o lderes polticos muestra la creciente
estabilidad del sistema poltico brasilero mas all de sus dficits etico-polticos.
14
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Una vez en el gobierno los partidos de la llamada vertiente social democrtica han adoptado
polticas afines al post Consenso de Washington, que intentan combinar la continuidad con
las polticas pro mercado de las administraciones anteriores con polticas sociales focalizadas
para paliar sus efectos en los sectores ms excluidos de la poblacin. Estas polticas sin
embargo les han creado divisiones internas y conflictos con sus bases de apoyo tradicionales,
principalmente en el sector pblico, marcando tambin significativas diferencias con las
polticas tradicionales de la social democracia.
Conclusiones
El llamado giro a la izquierda de Amrica Latina no puede ser entendido sin analizar los
cambios producidos en la regin por los procesos de democratizacin y reformas de mercado
de las ltimas dcadas. El fracaso de las reformas neoliberales en elevar el nivel de vida de
los sectores populares y las promesas incumplidas de la democracia constituyen el terreno en
15
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