Elena Mendel

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"Descalza, de puntillas, vuelvo a tener diez aos

y a morirme por dentro de tanta soledad..."

"Battle in the clouds" 1979

Salvador Dal

Resea biogrfica
Poeta y crtica literaria nacida en Crdoba en 1985.
Es una de las voces jvenes de la poesa espaola. Desde el ao 2006 disfruta de una beca del
Ayuntamiento de Madrid en la Residencia de Estudiantes.
Hace parte del equipo coordinador de La Bella Varsovia y colabora como articulista en diversos
suplementos literarios de la prensa espaola.
Su obra, contenida en los poemarios "Mi primer bikini", Premio Andaluca Joven 2001,
"Vacaciones" en 2004 "Tara" en 2006, el cuaderno "Un soplo en el corazn" en 2007 y
"Cuentos erticos de San Valentn" en 2007, ha sido traducida al rabe, ingls, italiano y
portugus, y publicada en algunas antologas.

Aquello en lo que te fijas cuando salimos por las noches

Curso de submarinismo

Escribir quinientas veces el nombre de mi madre

Irne Nmirovsky

Los nios que se mueren

Mi primer bikini

Punto de partida

Sueo sucio #1

Sueo sucio #2

Tara (IV)

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Aquello en lo que te fijas cuando salimos por las noches


Mi madre me ense que la mejor forma de pasar por la
vida era renunciando a la propiedad particular.
Ella me convenci de que podra transformar los balbuceos
en msica de cmara, con mis zapatos.
Tus zapatos son mgicos, me dijo. Pierde uno y ganars un marido.
Vende dos y ante ti se revolvern las semillas de tu reino.
Y yo susurraba: mi reino eterno. Junto a l.
Decid que los comprara de colores para camuflar mi identidad,
sobrios si aspiro a desvelar mis secretos.
No tacones ni zapatos planos ni aerodinamismo; le quiero
suciamente. He descubierto que pasos-pequeos
conducen a una-mujer-seria-con-dos-rayas-absortas.

Descalza, de puntillas, vuelvo a tener diez aos y a morirme


por dentro de tanta soledad.

De "Tara" 2006

Curso de submarinismo
Como anticipo a la prdida,
un corazn que flota y sobrevive
a la riada de sueos encerrados en burbujas.

Como coraza contra la victoria,


agendas que no abandonan su jaula de jabn,
muertas sobre la placa de la ducha.

Hoy es eplogo

las horas construyen su atad junto a mi almohada.

De "Vacaciones" 2004

Escribir quinientas veces el nombre de mi madre

Escribir quinientas veces el nombre de mi madre.


Con un vestido blanco trazar cada una de sus letras por las
paredes de mi dormitorio, por el suelo del patio del
colegio, por el pasillo de la casa ms antigua. Para
recordar mi origen cada vez que yo viva.
En todos los lugares podr besar sus mejillas limpias de
cristal, aunque ella duerma lejos:
sus mejillas cercanas que me dolern all donde acaricie
su nombre escrito.
Tantos das, tantas noches habr de alimentarme
amorosamente con su parbola descalza;
vendr mi madre a arroparme, mujer de humo, con los ojos
tiritando de suerte,
y en cada sueo mis apellidos dolern como un cartel de
bienvenida a un hogar diferente.
Sobre mi cabello, rubio como el de mi madre, la corona que
me cio como hija primognita de Dinamarca.
Me llamar Vaca, en honor a mis muertos; mirar cmo
retozan de acrlico las palmas de mis manos, sangrar
mi lengua a disposici6n de mis muertos.
Gritar quinientas veces el nombre de mi madre para quien
quiera escucharlo, y escribir que bendigo este medio
corazn en huelga mo, pues no olvido:
nac para llorar la muerte de otros.

De "Tara" 2006

Irne Nmirovsky

Para Benjamn Prado

Yo soy Elisabeth Gille llorando tu marcha:


stas son mis cartas de cumpleaos quemadas.
Yo soy tu hija pequea sin regalos de Navidad.
Persiguiendo a los nazis, saltando la valla.
Yo soy David Golder arruinado tras tu muerte.
Yo soy un acorde de piano cualquiera
que, de repente, en Issy-L'Evque suena.
Yo soy Danile Darrieux tirndose a un ministro nazi.
Yo soy la familia Kampf en un baile malogrado.
Yo soy las lgrimas que derramaste
en una cmara de gas en Auschwitz.
Yo soy el espritu de la mala suerte.
Yo soy, como t, una juda atea.
Yo tambin me exili por la guerra.
Y soy un susurro al odo y un cuento de Chejov
y las moscas del otoo en un suburbio de Mosc
y soy un perro y soy un lobo
y soy un trago de vino de soledad...
Y soy tu todo y soy tu nada.
Y soy el cabrn alemn que te mat.
Y el germen de la semilla de tu ser.
Yo tambin me march de Kiev.
Yo soy t y a la vez yo.
Yo soy un insecto que por noviembre
merodea en los crematorios.
Yo soy la elegancia, el clasicismo y la frescura
de la boca que Hitler mand callar un da.
Yo soy Grasset quemando todos tus fonemas
cuando tus hijas an duermen a tu sombra.
Soy tu mano que acaricia sus cabellos
y que, dedos traviesos, imagina un nuevo cuento.
Y digo que este poema es Irne Nmirovsky
lo mismo que yo soy Finlandia en 1918
y t eres un corazn ms en un mundo vaco.

De "Mi primer bikini" 2001


Los nios que se mueren

Los nios que se mueren


pueden elegir entre saltar durante el da sobre camas de
hormign dulce, o comerse las sbanas muy lento, con
los ojos cerrados y felices.
El privilegio de la franela. Dos centsimas de miedo para
que suelten su mano: por la avenida se agarran de la
punta de mis dedos, mordindome, mam.
Ya no tengo piernas y canto muy bajito, buscando en un lugar
cerca de mi padre, as que ellos me hacen compaa
antes de llegar a casa.
Qu alegra en el vestbulo: soy tan blandita que no puedo
morir.
Tengo amigos sin sueo ni pijama. Huelen a vspera de
festivo, y convierten los termmetros en un cuento de
buenas noches, y han muerto y sin embargo
confan en enero igual que en las ventanas y la voz de la
nieve.
As es la vida de los nios que se mueren. Acolchada. Muy
dulce. Es tan bello extinguirse siendo nio...

De "Tara" 2006

Mi primer bikini
Slo yo s cundo sobrevivimos.
Lo s porque mis dedos
se transforman en lpices de colores.
Lo s porque con ellos
dibujo en las paredes de tu casa
mujeres con rostro de epitafio.
Porque, a la caricia de la punta,
comienza el derrame de los cimientos
formando arco iris en la noche.
Porque, al escribir testamentos
en el suelo, se remueven las vsceras
de azcar, y trepan tus races.

Grabo versos de colores fros


en tu piel, de arquitrabe a basa,
y les llueve y los diluye, y compruebo
que la lluvia suena como hacen al caer
las canicas brillantes y naranjas
que cambiaba en el patio del recreo,
poco antes de calzar mi primer bikini.

Hoy guardo las canicas, como un apagado


tesoro, en los huecos de otras espaldas.
Pinto tambin en la terraza de enfrente
un jardn de lpidas clidas y hermosas.
Trazo como una medusa de bronce,
un paraso de cadenas hendiendo en mantillo
el valle diminuto que proclama que es frgil
y sin embargo, dirs t, sobrevive.

De "Mi primer bikini " 2001

Punto de partida
Un poema condenado al ocio.
Sus dieciocho versos montan en autobs
y guardo en la cartera -dibujos animados-
dos pasajes con destino a la garganta.
Tu mvil, apenas unos cntimos, sonrisa:
ganarte as, renegando de Espronceda.

Tus besos son la excusa del verano.

De "Vacaciones" 2004

Sueo sucio #1
Con apenas un ao de vida, mi hija se asoma al balcn: sus
pulmones son una pecera.
Dentro del plstico le flota una piraa; bajo la lengua, una
brjula apunta al suelo:
el mecanismo de la vida de mi hija me vino por correo areo,
desmontado.
Desde un segundo piso, mi hija disfruta con las cosas
brillantes, los estribillos de dos slabas, las alturas. Est
muy mayor para su edad!
Asoma su cabeza entre las rejas del balcn: tiene su mismo
aspecto.
Se lanza frente a l.
Contra el suelo. Tiene su mismo aspecto.

Esta sensacin me salpica los zapatos: como si me atravesaran


el esternn con un cuchillo y extrajesen una porcin
que se exhibiera, por los siglos de los siglos, en una
urna, sobre un cojn prpura;
como si nos inventsemos salmos
para recitar en el colegio, entre segundo plato y postre, yendo
de paseo, al irnos a dormir, al decirnos te quiero y
abrazarnos,
para limpiarte la conciencia cuando untes en tu desayuno
tostadas con la miel de la vida de mi hija,
manual de instrucciones para amortiguar el golpe.
Igual que t, tiemblo.

Ya no puedo llorar.

De "Tara" 2006

Sueo sucio #2
Me arranco la piel seca de los labios. Caen, de mis dedos al
suelo, virutas antipticas y grises. Permanezco unos minutos
con los labios heridos. Tomo el cepillo de dientes elctrico,
enfrento su fuerza a mi silencio. El cepillo, de inmediato,
se ha llenado de sangre. Las llagas crecen como esos familiares
a los que slo visitas de verano en verano. Incmodas; heridas
como valles, un cadver en la piel seca de mis labios.

De "Tara" 2006

Tara

IV

La lluvia forma en su cada toboganes de barro, alumbra


arcenes y calzadas para el trnsito nocturno,
expulsa de su reino a los habitantes ms hermosos, provoca
envidias, desmanes, firmas de tratados.
Transforma, tambin, sus caprichos en notas dispuestas
sobre un tabln de corcho: debo recoger la terraza, ordenar
mis papeles, resguardarme para cuando llegue la tormenta.
La lluvia consigue todo esto
Igual
que el viento decreta qu rboles no sirven, qu hogares
debern pasar la noche en vela, y deshoja tendederos
y peridicos,
e interrumpe el sueo de quienes se piensan a salvo,
golpeando contra los cristales de nuestras ventanas.
Y la muerte
no respeta tu puerta cerrada, derritindose aprovecha los
resquicios translcidos, y se arrastra y se cuela estancada
en el lugar en el que duermes,
ensucindote los pies al despertarte, impregnndote los
huesos y la carne con su olor,
hasta que respiras muy hondo
y decides gritarle sin sbanas, incorporada en el centro de
tu dormitorio, acabando con todo,
aquello que en el fondo busca con su presencia:
ya no temo a la muerte, porque me reunir con Ella.

De "Tara" 2006

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