Tipos de Mentiras
Tipos de Mentiras
Tipos de Mentiras
TESIS DOCTORAL
PRESENTADA POR:
MARA DOLORES MOLINA JAN
DIRIGIDA POR:
DRA. DA. MARA DOLORES HUESO VILLEGAS
ISBN 978-84-8439-403-7
Nombre y apellidos del autor:
M Dolores Molina Jan
I.S.B.N.:
978-84-8439-403-7
Fecha de Lectura:
17 de Julio de 2006
Calificacin Obtenida:
Sobresaliente Cum Laude por Unanimidad
tesis doctoral
Universidad de Jan
Resumen
Habitualmente se constata que en los ambientes donde el nio/a se desenvuelve se
suele banalizar el hecho de la mentira infantil por considerarse como algo pasajero y
fantstico, omitiendo la intervencin educativa sin tener en cuenta las repercusiones
posibles, segn los casos y circunstancias de cada nio, en el desarrollo de la
personalidad infantil. Por consiguiente se plantea y cuestiona: En el desarrollo
cognitivo y socio-afectivo de los nios de tres a cinco aos se detecta la mentira
como un comportamiento personal, no solo imaginativo y fantstico, reconocido
por los mismos nios, amigos, compaeros, padres, y profesores, susceptible de
observar y tener en cuenta en la intervencin educativa para una eficaz educacin
en valores.
Nios y nias interaccionan con el medio y van estructurando su propia personalidad
y realizan la construccin de los valores que guan su conducta, junto con el desarrollo
de la conciencia moral. La mentira, hecho evidente en nuestra sociedad no es ajena
tampoco al mundo infantil. Autores como Piaget, Kohlberg o Selman, sostienen
que el desarrollo de la personalidad moral se realiza desde un aspecto puramente
cognitivo, planteamiento que es criticado en sus limitaciones por Gilligan o Mestre
entre otras. Por otro lado Gibbs, Hofman, Berkowitz o Harris enfocan este proceso
desde el papel que ejerce la socializacin y en concreto la empata, lo cual junto
con las aportaciones de Lickonan o Goleman confluye en una corriente integradora
donde intervienen no solo los conocimientos, sino tambin la conducta, el carcter,
el razonamiento y las emociones, aspectos que han de tenerse en cuenta para
una mejor intervencin educativa en E. Infantil. En este mismo sentido inciden las
investigaciones del profesor K. Lee en Canad (2003,2004, 2006) y de las profesoras
A. Gervilla (2000, 2002, etc.) y D. Madrid (2003, 2005).
para los tres sectores implicados (nias y nios; familias; y tutores) Todo ello nos
permite llegar a la elaboracin de unas conclusiones que se formulan y puntualizan
en funcin de la intervencin educativa referida a los sectores implicados. Asimismo
se recogen las consiguientes propuestas y posibles limitaciones de la investigacin
para futuras lneas de trabajo.
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Descriptores: mentira infantil; educacin infantil: educacin moral de la infancia;
desarrollo moral en E.I; educacin en valores en E. I; Intervencin educativa en
E.I.; desarrollo infantil y empata; desarrollo infantil y socializacin; orientacin y
tutora en E.I.; padres y tutores en la educacin moral de los nios.
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Anlisis de la mentira infantil propuesta/Mara Dolores Molina Jan
Abstract
It is often confirmed that childrens lie-telling is trivialized in the childs milieu because
it is considered as a passing and imaginary phenomenon. Educative intervention is
omitted without taking into consideration any possible effects on the development
of the childs personality, according to his or her particular case and circumstances.
Consequently, our aim will be to approach and question how childrens lie-telling can
be detected in the cognitive and social-affective development of children from three
to five years of age. Childrens lie-telling is manifested as a personal behaviour, not
only as fantasy or imagination, and can be recognized by the children themselves,
friends, peers, parents, and teachers, and can be therefore observed and taken into
account in educative intervention for an effective education in values.
By interacting with their milieu, children structure their own personality and lay
the foundations of the values that will guide their behaviour, together with the
development of their moral conscience. Lie-telling, which is an evident phenomenon
in our society, is not alien to children. Authors such as Piaget, Kohlberg or Selman
contend that the development of moral personality is effected from a purely cognitive
aspect. Such an approach is criticized for its limitations by Gilligan or Mestre
among others. On the other hand, Gibbs, Hofman, Berkowitz or Harris focus on this
process from the point of view of the role of socialization and, more specifically,
on empathy. This, together with Lickonan and Golemans contributions, converge
into an integrating perspective where knowledge, behaviour, character, reasoning
and emotion are involved. These aspects must be taken into account for enhancing
educative intervention in Elementary Education. Other research projects are also
focused on this same approach, such as those of Professor K. Lee in Canada (2003,
2004, 2006) and Professor A. Gervilla (2000, 2002, etc.) and D. Madrid (2003,
2005).
makes explicit the various stages and resources employed for research in the three
sectors involved (children, family, and tutors). All this allows us to emit a series of
conclusions formulated and clarified which depend on the educative intervention
referred to the implied sectors. Likewise, the resulting proposals and possible
research limitations are specified with a view to future lines of work.
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Keywords: childrens lie-telling; Elementary Education; moral education of children;
moral development in Elementary Education; education in values in Elementary
Education; educative intervention in Elementary Education; child development and
empathy; child development and socialization; orientation and tutorial support in
the moral education of children.
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Universidad de Jan
anlisis de la mentira
infantil propuesta de
intervencin
tesis doctoral
Mis agradecimientos a todas las personas que han
participado de una manera u otra en la realizacin de este
trabajo.
ndice
INTRODUCCIN................................................................................................ 9
1. RELACIN DE CENTROS...........................................................................317
2. CUESTIONARIO DE PINOCHO....................................................................322
3. REGISTRO DE OBSERVACIN TUTORIAL....................................................330
4. CUESTIONARIO DE MAESTOS...................................................................331
5. CUESTIONARIO DE PADRES......................................................................335
6. NDICE DE TABLAS..................................................................................340
7. NDICE DE GRAFICOS..............................................................................345
Introduccin
Anlisis de la mentira infantil propuesta/Mara Dolores Molina Jan 10
Introduccin
As mismo veremos como al ser un tema, que aunque tratado por filsofos ha interesado
a todo el mundo, se ha desarrollado cotidianamente y la psicologa ha intervenido
en l, dando luz sobre los procesos implicados en hechos concretos de mentiras y
especialmente de mentira infantil.
Desde el punto de vista psicopedaggico son abundantes las referencias y los autores
que han trabajado el tema de la mentira infantil, relacionndolo con la Teora de la Mente.
Entre ellos, Ekman (1991,1999), Lewis y al (1989,1993), Shapiro (1997), Rivire y
Nuez (1996), Sodian (1991), etc., que tratan la mentira infantil indirectamente, por
ejemplo en su relacin con las creencias falsas, el engao, la mentira piadosa, la irona y
las frases hechas como es el caso del profundo estudio realizado por Villanueva, (1998).
Tambin han estudiado la mentira infantil la profesora Quecuty et al, en la Universidad
de la Laguna, en los casos de abusos sexuales a menores y las mentiras y los mentirosos
en procesos judiciales.
Los instrumentos utilizados para recoger la informacin oportuna, son en primer lugar,
un Cuestionario para nias y nios sobre el cuento de Pinocho. Se cumplimenta despus
de una lectura visionada y compartida por el profesorado y el nio/a del cuento clsico,
polarizando la vertiente fantstica de la mentira que permita explorar las actitudes de los
nios/as ante los personajes implicados. En segundo lugar, se cumplimenta por parte del
profesorado un Registro de Observacin individualizado de incidencias susceptibles de
revelar la existencia de una mentira. No se aplicar ninguna intervencin pretest sobre
educacin en la sinceridad para intentar el mtodo natural, y no desvirtuar los datos
que procedern a planificarse en situaciones posteriores al anlisis de la realidad.
Tanto el Cuestionario como el Registro han sido validados para esta investigacin.
Anlisis de la mentira infantil propuesta/Mara Dolores Molina Jan 13
Desde lo que Cols y Buenda (1998) definiran como el punto de vista descriptivo,
esta investigacin trabaja sobre realidades de hecho y su caracterstica fundamental es
la de presentar una interpretacin correcta de los datos recogidos. Desde la vertiente
experimental nos permite introducir variables de estudio, manipularlas y controlar el
efecto en las conductas observadas. Son variables experimentales, no comprobadas, en
condiciones rigurosamente controladas, con el fin de describir de qu modo o por qu
causa se produce una situacin o acontecimiento particular.
Esperamos que el trabajo desarrollado, y las conclusiones aportadas sirvan para tener
un conocimiento ms profundo de la infancia, que permita mejorar la labor pedaggica
en todos los mbitos.
PRIMERA PARTE: MARCO TERICO
Primera Parte:
Marco Terico
CAPTULO I
PERSPECTIVAS FILOSFICAS ORIENTATIVAS SOBRE EL
CONCEPTO DE LA VERDAD.
Este captulo se centra en comprender como la verdad y la mentira han sido objeto de
estudio y reflexin a lo largo de la historia del hombre y por lo tanto de la historia de la
filosofa. Como veremos los conceptos que se han relacionado con esta temtica desde
el mundo de la filosofa, son los que actualmente nos cuestionamos en las familias
y en las aulas, a la hora de interpretar la verdad de un hecho o de una afirmacin.
Normalmente relacionamos la verdad con la realidad, aportando matices de objetividad
y subjetividad; nos cuestionamos el lenguaje en relacin con una afirmacin que puede
ser verdad o mentira y tambin las interpretaciones semnticas de las frases que se
utilizan tanto en las afirmaciones como en el dilogo con el que nos comunicamos.
Por ello en este captulo nos proponemos rastrear filosficamente hablando, el concepto
de verdad desde el principio de nuestra cultura occidental. El tratamiento del tema de la
verdad se inicia, probablemente a la vez que la reflexin racional, dentro de los lmites
de objetividad de los sentidos y la mente.
En Occidente antes del siglo VI a.C., las leyendas imaginadas por los pobladores de
la antigua Grecia explicaban los fenmenos naturales utilizando la personificacin de
dichos fenmenos, como nos describe Abbagnano (1984). Es a partir del siglo VII a.C.
cuando el hombre empieza a utilizar la racionalidad, como consecuencia de los cambios
socioeconmicos producidos. A los pensadores de esta poca se les ha denominado
Pre-Socrticos y todos ellos coincidan en que la naturaleza es un kosmo (orden en
oposicin al caos), dinmico y con leyes propias. Se crea la primera escuela filosfica
que es la de los milesios en el siglo VII a.C. dnde destacan personajes histricos como
Tales de Mileto (640 a.C.), que fue el primero que explic el conocimiento racional frente
a lo fantstico o religioso. Anaximandro alcanz a comprender no slo la grandeza del
universo sino la existencia de una Ley que lo gobierna (Apearon) y Anaxmenes explica
el universo con lo infinito y el movimiento perpetuo (el Aire).
Entre los siglos VI y V a.C. destaca Parmnides, fundador de la Escuela Eletica, admirado
por Platn, que advierte ya de la contradiccin entre la verdad de las cosas y la apariencia
de estas, y Anaxgoras que concluye: Todo est en todo y participa de todo y hay una
inteligencia divina separada del mundo y causa del orden del mismo (Abbagnano,
1984). As mismo, con Protgotas, nace el escepticismo (la verdad absoluta no existe)
que propone que a travs de la palabra no se puede llegar a la verdad.
Platn cree, con Parmnides, que hay otra forma de conocimiento propia de la razn
que es el mundo de las Ideas, y que la verdad es la realidad, lo Verdadero es lo que
permanece, lo inmutable, lo que siempre es de la misma manera. La verdad es la idea
(Platn) o la forma (Aristteles) que se halla oculta tras el velo de la apariencia.
Aristteles, (discpulo de Platn), propone que el hombre conoce a travs de los sentidos.
Todo conocimiento comienza en los sentidos, mediante ellos el hombre toma contacto
con las cosas. Pero el conocimiento no se agota en la experiencia.
En el siglo XII las principales obras de Aristteles estuvieron disponibles en una traduccin
latina de la escuela de traductores de Toledo, acompaadas por los comentarios de
Averroes y otros eruditos islmicos.
Las evidentes en s mismas y para nosotros, como las proposiciones cuya verdad
resulta indudable despus de analizar los conceptos implicados. Ej.: la lnea recta
es la distancia ms corta entre dos puntos o el todo es mayor que las partes.
Verdad lgica es adecuacin del intelecto a la cosa.
Y las verdades que, siendo evidentes en s mismas, no lo son para nosotros. A este
grupo pertenece la proposicin Dios existe. Aunque es evidente en s misma (el
concepto de Dios implica su existencia), no lo es para nosotros, pues carecemos de
una comprensin adecuada de la naturaleza de Dios como verdad trascendental.
Su fuerza radica en su capacidad crtica, que pone en cuestin las tesis de la escolstica.
Para Villoro (2005) el pensamiento moderno en su bsqueda de la verdad se defini a
travs de estas caractersticas:
A.- Autonoma del pensamiento respecto al dictado del dogma teolgico. Los filsofos
modernos abandonaron las reglas tenidas por indiscutibles y los mtodos universalmente
Anlisis de la mentira infantil propuesta/Mara Dolores Molina Jan 20
Las enseanzas de los grandes filsofos dejaron de estar respaldadas por las instituciones
polticas o por la Iglesia, penetrando en el pueblo a travs del idioma nacional.
En el S. XVI los avances cientficos y figuras como Coprnico, Galileo y Newton (Ginzo
2002) no podan resolver sus conflictos con la mecnica de Aristteles y demolieron sus
objeciones con una mecnica cientfica moderna y ordenada.
En Descartes (Cassirer, 1984) nos encontramos con tres momentos del mtodo de
bsqueda de la verdad:
1.- El mtodo como camino de bsqueda de la verdad. Usa la duda metdica y constructiva
(no es un escptico), como instrumento para superar la duda misma. Naturalmente no se
propone dudar de cada una de las ideas, algo imposible, sino que cuestiona cada uno de
los fundamentos de estas ideas. Para Descartes solamente podremos llegar a la verdad
cuando se llegue a una realidad de la que no podamos dudar, algo de lo que tengamos
absoluta certeza, comienza dudando de los sentidos, por un hecho patente, stos me
engaan alguna vez, luego, podemos pensar que pueden engaarnos siempre. Con
todo este proceso de duda, quiere llegar a una verdad absoluta, eliminando los prejuicios
(algo parecido a la irona socrtica). Dudar o engaarse implica necesariamente que
estoy pensando; y si estoy pensando es indudable que estoy existiendo. Por tanto
estamos ante la primera verdad indubitable, la de mi propia existencia como verdad
pensante, a partir de la cual va a construir todo el conocimiento: Pienso, luego existo
(Cogito, ergo sum). Ya en su tiempo Descartes recibi la objecin de que el cogito era
la conclusin de un silogismo.
Una vez establecida una verdad indubitable, a partir de la cual va a construir todo el
conocimiento, se pueden intuir conexiones necesarias entre ideas. Es preciso que stas
sean simples, pues slo la relacin entre ideas simples puede ser tambin simple. Y slo
de lo simple hay verdadera intuicin. El resto del conocimiento es deduccin y las ideas
constituyen los elementos bsicos del conocimiento. No conocemos sino ideas.
En el S. XVII el Empirismo, con John Locke parte del principio de que todo conocimiento,
incluso el abstracto es adquirido, y se basa en la experiencia, rechazando las ideas innatas.
El objeto de conocimiento son las ideas, definidas como contenido del entendimiento, ya
que son el resultado directo de la sensacin o la reflexin (ideas simples), o el resultado
de la actividad asociativa de la inteligencia humana (ideas compuestas). No representa
un empirismo radical y acepta el conocimiento por demostracin, no fundamentado en
la experiencia, y la validez de conceptos originados por el sujeto (como los matemticos
o geomtricos). Sus ideas influirn al igual que las de Descartes en los principales
filsofos del siglo XIX y XX.
El S. XVIII influye considerablemente en los filsofos del S .XX que enfocaran el tema
de la verdad desde el punto de vista del fenomenismo, tal es el caso de David Hume,
Anlisis de la mentira infantil propuesta/Mara Dolores Molina Jan 24
que trata de reducir los principios racionales (entre otros la causalidad) a asociaciones
de ideas que el hbito y la repeticin se van reforzando progresivamente.
Las leyes cientficas slo son para los casos en que la experiencia ha probado su certeza,
y no tienen pues carcter universal. La sustancia, material o espiritual no existe. Los
cuerpos no son ms que grupos de sensaciones; el yo no es sino una coleccin de
estados de conciencia. Es el fenomenismo.
En el S.XVIII para Cassirer, (1984) en La Ilustracin, hay que destacar a Inmanuel Kant;
un personaje que va a influir decisivamente en las corrientes actuales de la bsqueda de
la verdad y en la filosofa en general. Con Kant, y desde l se ha aceptado el postulado que
asegura que conocimiento es igual a ciencia, y en tal sentido los procesos pedaggicos
en general, deben centrarse en desarrollar y potenciar las operaciones intelectuales,
valorando los conceptos, los juicios y los razonamientos. En la Crtica de la razn
pura, plantea que el conocimiento nos llega a travs de los canales deformados de los
sentidos; por el contrario, la razn pura, es un saber que no nos llega por los sentidos
sino independiente de toda experiencia de ellos.
Para Kant, Locke estaba equivocado, porque para l No hay nada que est en el
entendimiento que antes no haya pasado por las sentidos y afirma que Leibniz tena
razn al aadir: Nada excepto el entendimiento mismo.
etc.) y con ellas ordena los datos caticos de los sentidos. La verdad es intramental y la
cosa en s (la verdad metafsica, referida al nomeno) permanece incognoscible.
El S. XIX, Nietzsche (Ginzo 2002) considera que para la verdad se ha inventado una
designacin de las cosas uniformemente vlida y obligatoria, y ese poder legislativo del
lenguaje proporciona tambin las primeras leyes de verdad. Aparece por primera vez el
contraste entre verdad y mentira.
El mentiroso utiliza las designaciones vlidas, las palabras, para hacer aparecer lo irreal
como real; dice por ejemplo, soy rico cuando la designacin correcta para su estado
sera justamente pobre. Abusa de las convenciones consolidadas haciendo cambios
discrecionales, cuando no invirtiendo los nombres.
Las teoras filosficas del siglo XX se han sintetizado como afirman Nicols y Frpoli
(1997) por un lado, bajo el lema de Husserl de recuperar la realidad de las cosas
mismas, protagonizado por los existencialismos y por otro los personalismos que
pretenden mostrar la realidad humana al desnudo.
Anlisis de la mentira infantil propuesta/Mara Dolores Molina Jan 26
Esta doble orientacin por la que ha transcurrido la filosofa del XX, ha tenido tambin su
reflejo en el tema de la verdad, que se ha desarrollado ampliamente. Las aportaciones
han sido tan diversas y variadas como las corrientes filosficas que han ido elaborndose
cobrando vigencia sucesiva o simultneamente, algunas con verdadera entidad como
teoras de la verdad en sentido estricto. A ello han colaborado diversos planteamientos
que van como ejemplo desde el marxismo y su carcter social, hasta Zubiri y el
personalismo, u Ortega y su mundo individual.
Las teoras ms importantes del siglo XX que han desarrollado el tema de la verdad
son por un lado las teoras pragmticas de la verdad y por otro las teoras de la
correspondencia, que exponemos resumidas a continuacin.
Desde esta triple acepcin hay que tener en cuenta la relacin del lenguaje con el
concepto de verdad y como adquiere importancia la dimensin pragmtica y semntica
en el nivel lingstico de la comprensin de sta. De aqu que muchas teoras como
veremos a continuacin no entienden la verdad sin establecer conexiones directas con
el lenguaje.
Las teoras desarrolladas principalmente en la segunda mitad del siglo XIX y principios
de XX, cuentan con los autores ms representativos del pragmatismo clsico americano
como son J. Stuart Mill, W. James y Ch. S. Pierce y ms recientemente K.O. Apel y J.
Habermas, y lo son, en la medida en que se centran en el uso del lenguaje, en el
hecho de la accin comunicativa, aunque establezcan una teora ms definida y que
comentaremos ms tarde. Pero para los pragmticos y en concreto como dice Richard
Rorty (1992) toda metafsica, incluido su oponente, el positivismo, habla el lenguaje
de Platn, es decir desde Platn hemos estado plantendonos esta cuestin: Cmo
Anlisis de la mentira infantil propuesta/Mara Dolores Molina Jan 27
Desde las teoras pragmticas, esto significa que la nica forma en que podemos seguir
la empresa de Platn es volvernos pragmatistas, e identificar el sentido de la vida con
obtener lo que se desea, con imponer nuestra voluntad. La nica certeza que nos
recomend Platn es nuestra propia cosmovisin (comunitaria o individual), nuestra
forma de disponer las cosas para su manipulacin y la forma que dictan nuestros
deseos.
Son las que mayor fuerza y vigencia histrica han tenido, y se han convertido en la
referencia respecto a la cual se definen otras concepciones alternativas de la verdad,
sean pragmticas, coherentitas o hermenuticas.
Entre la gran variedad de teoras de la verdad hay que diferenciar las teoras semnticas, las
no semnticas, las pro-oracionales, las teoras fenomenolgicas, teoras hermenuticas,
coherentitas e ntersujetivas, que exponemos a continuacin:
a.- Teoras semnticas de la verdad. Si tomamos el Diccionario de la Real Academia
define la verdad como: Conformidad de las cosas con el concepto que de ellas se forma
la mente. Conformidad de lo que se dice con lo que se piensa o siente.
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Se trata de una forma de relacin entre dos trminos, que cuando coinciden se califica
de verdadera y cuando no lo hacen se conoce como falsa. Adems, uno de los
dos trminos es objetivo (las cosas o lo que se dice) y el otro es subjetivo y est
relacionado con el pensamiento y/o las emociones.
Dentro de esta corriente, son fundamentales las aportaciones de Hilary Putman, que
afirm que toda realidad ejerce una influencia en nuestra prctica y determina el valor
que ella tenga para nosotros. Dicho de otro modo no existe suceso alguno que no
se exprese a s mismo como una diferencia en hechos concretos y en una conducta
consecuentemente definida por la persona, la forma, el lugar y el momento. El objetivo
de la filosofa debera ser, encontrar qu diferencia especfica hara uno u otro principio
universal en tal o cual persona y en instantes concretos de su vida. De esta manera,
surge el concepto de relatividad conceptual, tal y como lo define H. Putnam (1988).
Sus aportaciones se apoyan en Kant cuando afirma que no tenemos conocimiento de las
cosas en s mismas sin una categora fundamentada en el conocimiento absoluto del
yo, que nos permitir clasificar la experiencia. Putnam lo sintetiza diciendo:
Siguiendo con las aportaciones de otros filsofos a estas teoras, nos referimos ahora
siguiendo de nuevo a Nicols y Frpoli, a las que adems aportan un matiz realista
interno, como es la del semntico naturalista, W. v. O. Quine (1951) o la de Davidson
Anlisis de la mentira infantil propuesta/Mara Dolores Molina Jan 29
(1997) que deja planteado el hecho de que una teora del significado satisfactoria debe
dar cuenta de cmo los significados de las oraciones dependen del significado de las
palabras, de cmo, a travs del dominio de un vocabulario finito y de un conjunto de
reglas enunciadas de manera finita, se puede producir y comprender cualquier oracin
de entre una cantidad potencialmente infinita.
Una teora de la verdad para un lenguaje natural debe tener en cuenta el hecho de que
muchas oraciones varan su valor de verdad dependiendo del tiempo en que se las dice,
del hablante, e incluso de la audiencia.
En cierto sentido, una teora de la verdad describe la funcin que cada oracin desempea
en el lenguaje, en tanto esa funcin depende de que la oracin sea potencialmente
portadora de verdad o de falsedad, y esa descripcin se da en trminos de estructura.
Aceptar esta propuesta es dejar de lado el intento de hallar entidades que sirvan como
significados de oraciones y palabras: una teora de la verdad no las necesita. Esto quiere
decir que, en principio, probar la adecuacin emprica de una teora de la verdad no es
ms difcil que para un hablante competente del castellano decidir si oraciones como La
nieve es blanca es verdadero Si y slo si la nieve es blanca son verdaderas, lo que
Anlisis de la mentira infantil propuesta/Mara Dolores Molina Jan 30
abrira la nocin de verdad hacia una relacin y/o adecuacin con el mundo, los objetos
o los acontecimientos. La verdad es propiedad de los enunciados.
Para Russell slo puede decirse aquello cuya negacin tambin es una posibilidad, de
tal modo que averiguar cul de las dos posibilidades sea la verdadera, debe descubrirse
comparando las proposiciones con la realidad. Queda claramente establecido que la
comparacin no consiste en un mero pensamiento: No hay imagen que sea verdadera
a priori. Es decir, la verdad o falsedad de una proposicin no puede establecerse
considerando slo lo que significa sino tambin lo que implica.
Pero en este Empirismo lgico se va ms all del clsico, que define como tarea central
de toda ciencia emprica la de realizar un anlisis lgico de todos sus enunciados. Carnap
particip inicialmente de la creencia en que la nica, o al menos, la principal fuente de
conocimiento se encontraran en la experiencia sensible. Toda proposicin con sentido
real debera pues derivarse de las proposiciones elementales o protocolo (protocolaa:
la realidad).
Son de las oraciones, de las emisiones y de los enunciados de los que podemos hacer
esa afirmacin, ya que oraciones de distintas lenguas o diversas oraciones de la
misma lengua pueden reflejar el mismo estado de cosas, mientras que las mismas
oraciones cuando aparecen en diversos contextos, pueden reflejar distintas cosas. Ya
Austin propuso que se consideraran las afirmaciones como aquello que podemos llamar
verdadero o falso y por su parte Strawson insiste con razn en que son los enunciados
los que deben llamarse verdaderos o falsos.
Sin embargo verdad es una pretensin de validez que vinculamos a los enunciados al
afirmarlos. Una pretensin de validez que puede discutirse o defenderse, rechazarse o
reconocerse.
La segunda cuestin previa segn Habermas (1988) es aclarar la teora de verdad como
redundancia. El autor introduce el trmino discurso con el que se razonan o rechazan
pretensiones de validez problematizadas, de tal forma que en un acto comunicativo
sera redundante.
La tercera cuestin es: Cmo se relacionan los hechos que afirmamos con los objetos
de nuestra experiencia? Para Habermas, los hechos tienen un status distinto que los
Anlisis de la mentira infantil propuesta/Mara Dolores Molina Jan 33
objetos. Hechos son lo que las afirmaciones, cuando son verdaderas, afirman; no son
aquello sobre lo que las afirmaciones versan.
Para autor, con los objetos hago experiencias, los hechos los afirmo, por lo tanto la
teora de la verdad como correspondencia afirma que los enunciados verdaderos deben
corresponder a hechos. Pero la objecin que pone el autor a esta teora es que vista
la correspondencia como tal relacin, sera inversa y no complementaria. Es decir, los
enunciados han de ajustarse a los hechos y no los hechos a los enunciados.
Las experiencias apoyan la pretensin de validez de los enunciados que dan lugar a la
teora consensual de la verdad y conectan con la tica (W.Schulz en su obra Philosophie
in der vernderten Welt, referido Rescher en Nicols y Frpoli, Op. Cit., p. 496. Para
Habermas una pretensin basada en la experiencia no es en modo alguno todava una
pretensin fundada.
Llamamos verdad a la pretensin de validez que vinculamos con los actos de habla
constatativos. Un enunciado es verdadero cuando est justificada la pretensin de
validez de los actos de habla con los que, haciendo uso de oraciones, afirmamos
ese enunciado.
Cuestiones de verdad slo se plantean cuando quedan problematizadas las
pretensiones de validez ingenuamente supuestas en los contextos de accin. En
los discursos en los que se someten a examen pretensiones de validez hipotticas,
no son, pues redundantes las emisiones o manifestaciones acerca de la verdad de
los enunciados.
En los contextos de accin las afirmaciones informan acerca de objetos de la
experiencia, en los discursos se someten a discusin sobre los hechos y es el
desempeo discursivo el que hace referencia a las pretensiones de validez.
En la Tabla 1 se presentan los modelos que para Habermas (1989) no son aclaratorios
de la verdad y por ello los refuta dando una explicacin a cada uno.
Las teoras que desde Aristteles han defendido el modelo de adecuacin no aciertan con
el sentido pragmtico de la verdad, pues la imgenes pueden ser ms o menos parecidas
al original que tratan de representar, mientras que un enunciado que es verdadero, no
puede ser ms o menos prximo o parecido a la realidad ya que no es una relacin
comparativa, ya sea de correspondencia o de copia. Los enunciados inseparables de
la argumentacin estn sujetos a los contextos. Las teoras por lo tanto que derivan
de las de Husserl (1995 en Nicols y Frpoli, 1997) chocan con la universalidad de los
enunciados, ya que como afirma Wittgenstein (Rivera 2005) los significados de las
palabras y de las oraciones tienen siempre un mnimo de universalidad.
Otra caracterstica de la verdad es la rectitud; pretensin de validez que dice que una
norma de accin o de valoracin vigente, es reconocida con razn, que debe estar
vigente. Pero adems, a las teoras que entienden la verdad como xito les subyace un
error complementario. De tal error afirma Habermas (1991) son ejemplo Nietzche, W.
James y F. C. Schiller a la vez que Luhman. Segn esta concepcin la verdad se mide
por el cumplimiento de funciones importantes para la vida, viniendo determinada esa
importancia por su supervivencia en un sistema social.
Por otro lado la inteligibilidad de una manifestacin nada tiene que ver con la verdad, es
una pretensin de validez que dice que dispongo de una determinada competencia de
regla, es decir, dispongo de una determinada competencia, de un lenguaje natural.
situacin ideal del habla es la que excluye las distorsiones en la comunicacin y garantiza
en especial el libre paso entre accin y discurso y/o discursos. La circunstancia de que
nunca podamos tener certeza definitiva acerca de si nos estamos equivocando sobre
nosotros mismos cuando emprendemos un discurso, hace, a lo menos aparecer como
necesario un hilo conductor con ayuda del cual podemos metdicamente superar las
barreras existentes.
La veracidad de una idea no es una propiedad inherente y esttica, sino que la verdad
le sucede a una idea y sta a una forma de pensar y de vivir.
Toda realidad ejerce una influencia en nuestra prctica diaria y determina el valor que
ella tenga para nosotros. No existe suceso alguno que no se exprese a s mismo como
una diferencia en hechos concretos y en una conducta consecuente definida por la
persona, la forma, el lugar y el momento.
Por otro lado, como ha ocurrido con todas las palabras, tambin la palabra verdad
ha cambiado su significado con el paso de los siglos, y la semntica ha realizado su
aportacin.
Adems se han ocupado de ella cientficos, historiadores y filsofos entre otros, cada
uno en su propio contexto histrico y dentro del concepto verdad particular formando
parte del contexto total del pensamiento del autor de que se trate. As al intentar
comprender las diferentes filosofas que le han dado forma a nuestra herencia cultural,
evidentemente surge la pregunta de cul ser realmente la ltima verdad, o el mtodo
apropiado o si, incluso, ser diferente para cada cual. Como vemos la Verdad ha sido
y es un concepto utilizado con frecuencia, tanto en el mbito acadmico como en la vida
cotidiana. Pero es en el mbito de la Filosofa donde adquiere una especial relevancia
en concepciones y teoras. Adems en la historia de la filosofa el problema de la verdad
siempre ha sido objeto de reflexin y se ha trasladado al mbito de lo cotidiano en la
vida personal, familiar, poltica y social.
Lo visto hasta aqu nos permite manipular varias acepciones de la verdad por su
recurrencia y empleo:
Desde cada uno de los puntos de vista expuestos, ya sean de filsofos, historiadores o
moralistas, los temas que guan a la humanidad como es el caso de la verdad, deben
tener un carcter evolutivo y de auto evaluacin, es decir, que la visin de nosotros
mismos y del conocimiento debe adaptarse continuamente, conforme avance la
sociedad y slo aquella que, mediante un proceso de ensayo y error, se pruebe a s
misma como beneficiosa perdurar.
la mente humana, tendemos a pensar que siempre hay una respuesta o interpretacin
ms adecuada y, generalmente, pensamos que es la nuestra. Sin embargo, los criterios
bajo los cuales decidimos qu es y qu no es correcto los elaboramos basndonos en
juicios de valor que responden, a su vez, a nuestra propia experiencia en una combinacin
de espacio y tiempo. As, el pensamiento no es un concepto absoluto en s mismo ni
aislado, sino que existe en funcin de su experiencia y su potencial.
Por eso, praxis, conocimiento y valor, son inmanentes al proceso mismo de revelacin
de la verdad, que se revela y descubre en las relaciones nter subjetivas, en espacios
comunicativos, donde por supuesto, el consenso expresado en forma de dilogo
desempea un lugar especial (Habermas1996).
Considerando los aspectos que acabamos de tratar, indispensables, para el trabajo que
nos ocupa, es necesario resumir aquellos matices integradores de las distintas teoras,
los que desde un punto de vista educativo y pedaggico sern la base para captulos
posteriores y soporte de nuestra investigacin.
Estamos de acuerdo con los matices cognitivos que autores como Habermas, (1981,1984,
1999) establecen como fundamentales a la hora de acceder a los conceptos, ya que las
capacidades cognitivas en sus distintas modalidades harn que el sujeto adquiera y
llegue a ellos con mayor resolucin. Pero tambin consideramos necesario y prioritario
para la adquisicin de valores de verdad, las relaciones inter subjetivas (sujeto-objeto,
sujeto-sujeto), ya que de hecho el mbito escolar las propicia especialmente. Y como
concrecin y definicin de los pensamientos, revindicamos el lenguaje como instrumento
de comunicacin y expresin, facilitador del discurso y as mismo de los deseos.
CAPTULO II
PERSPECTIVAS PSICOPEDAGGICAS DE LA
EDUCACIN MORAL
al medio social, proceso que conocemos como socializacin y que est basado en
factores afectivos. Su pensamiento influy sobre todo en el cambio de centro que se
produjo (Stefhenson y cols., 2001), ya que de la importancia atribuida en un principio
al individuo dentro de la sociedad se pas a poner el nfasis en el grupo como entidad
social.
Por otro lado, el enfoque cognitivo-evolutivo para el que el desarrollo supone importantes
reestructuraciones en el significado que el sujeto da al mundo (hiptesis cognitiva) y el
resultado de las mismas que posibilita formas superiores de adaptacin a dicho mundo
(hiptesis evolutiva). Parte este enfoque cognitivo evolutivo de Europa con Jean Piaget
(1932) desarrollndose posteriormente en sus investigaciones y trabajos, aunque ya lo
encontrbamos tambin en la Escuela progresista americana con Dewey (1921 y ss) y
a su vez fue desarrollado realmente por Lawrence Kohlberg (1969, 1976,1992,etc.),
siguiendo planteamiento kantianos a partir de los aos setenta.
Por lo tanto, para Kohlberg (1992) el desarrollo moral sigue al desarrollo del pensamiento.
Este aspecto de su teora le ha llevado a cosechar muchas crticas ya que el desarrollo
humano no es un proceso que est garantizado por nuestra herencia gentica o marcado
Anlisis de la mentira infantil propuesta/Mara Dolores Molina Jan 42
por la edad, al contrario, ste se produce gracias a la actividad conjunta de las personas,
y se perpeta y garantiza a travs del proceso social de la educacin, entendida sta en
el sentido ms amplio.
Una visin constructivista, plantea que la mejor forma de garantizar los aprendizajes
es ayudar a la nia y al nio a desarrollarse, haciendo ms slidos sus pensamientos y
sus emociones, no solo para lo estrictamente cognitivo sino tambin para el desarrollo
de los valores y de la moral.
Para conocer mejor estos enfoques profundizaremos en las pginas siguientes en las
distintas posiciones e investigaciones que se han desarrollado en estos ltimos aos en
relacin con este tema.
En las tendencias y corrientes de las ltimas dcadas, el estudio del desarrollo moral
se ha guiado por dos teoras dominantes: la teora del desarrollo cognitivo de Kohlberg
(1992) y las teoras de la socializacin de Hoffman (1992) o el aprendizaje social de
Bandura y Walters (1987), entre otros. Por otra parte, actualmente hay que considerar
los estudios realizados ya en 1986 por Leslie, Baron y otros sobre la Teora de la Mente
citados en Dicaprio, (1993) y su proyeccin en el tema que nos ocupa.
Para Lawrence Kohlberg, investigador clave de esta teora, en toda su obra (1972-1997),
el desarrollo moral implica una construccin progresiva del significado moral, y es el
individuo el que manifiesta una orientacin interna logrando una madurez para comprender
el significado intrnseco de las normas y valores. As tender a actuar de acuerdo con esta
orientacin interna. Kohlberg establece unos estadios morales, correlacionados con los
que haba establecido Jean Piaget para el desarrollo, haciendo que coincidan los logros
cognitivos con las adquisiciones en el campo de la moral, es decir a cada una de las fases
del desarrollo intelectual le corresponden una o varias de las del desarrollo moral. Por lo
que puede afirmarse que la caracterstica ms obvia de las teoras cognitivas-evolutivas es
el uso de algn tipo de estadio, de alguna nocin de reorganizacin secuencial relacionada
con la edad en el desarrollo de las actitudes morales.
Sin embargo, la explicacin del desarrollo del juicio moral, aplicando los estadios
presenta serios inconvenientes reconocidos por el propio Piaget ya en 1932 al considerar
que en cada estadio hay desfases horizontales que definen la adquisicin de progresos
que avanzan en un frente irregular (autonoma, dependencia, adquisicin de reglas,
lenguajeetc., ms bien se puede hablar de: desfases que definen un proceso y que se
Anlisis de la mentira infantil propuesta/Mara Dolores Molina Jan 43
repiten para cada conjunto de reglas a cada paso de la conciencia Piaget (1932). Los
estadios no son lineales e iniciada una fase de desarrollo, sta puede detenerse o iniciar
un proceso cclico y no avanzar, o simplemente retroceder ya que hay factores como
por ejemplo la estimulacin, la motivacin, la afectividad...etc., que van a determinar el
avance en el desarrollo del juicio moral, junto a la edad o a la fase de desarrollo.
Como vemos en la Tabla 3, Kohlberg (1976) establece tres niveles de desarrollo moral
y seis estadios con una perspectiva social en cada nivel:
Anlisis de la mentira infantil propuesta/Mara Dolores Molina Jan 44
Piaget y Kohlberg son los investigadores que desde este punto de vista cognitivo, realizan
los estudios ms profundos sobre el desarrollo moral del nio como reflejan Higgings,
A., Power, F. C. y Kohlberg, L. (1984).
Los estudios de Piaget con nios de corta edad, comienzan por el anlisis de las reglas
del juego social en cuanto que son obligatorias para cualquier jugador normal. En una
segunda etapa estudia la mentira infantil (Piaget 1932) y el juicio que de la misma
tienen los nios de diferentes edades.
Piaget insiste en que la conciencia de lo que es bueno o malo llega al nio a travs de
la cooperacin mutua con los dems.
Los estadios son lineales, es decir forman una secuencia invariante en el desarrollo de
cada individuo, y no son acumulativos, ya que nadie puede pertenecer a dos estadios a
la vez. Cada uno de ellos es, pues, un todo estructural.
En un principio los individuos comienzan asimilando las reglas de conducta como algo
que depende de la autoridad externa.
Para Kohlberg, el objetivo del desarrollo es la formacin de la justicia moral y para ello
el sujeto debe ser capaz de asumir roles desarrollando la capacidad de ponerse en el
punto de vista ajeno.
1. El juicio moral a pesar de ser slo uno de los factores que influye en la conducta
moral es el de mayor influencia en la accin moral.
2. De los factores que influyen en la conducta moral, el juicio es el nico y distintivo
factor que determina la accin moral. La voluntad, a diferencia del juicio, no es
distintivamente moral, slo llega a serlo cuando est informada por el razonamiento
moral.
3. El razonamiento moral alcanzado no se pierde nunca, es decir, es irreversible. En
cambio, la conducta moral es situacional y reversible, por lo tanto, se puede perder
segn las situaciones en que se encuentre el sujeto.
Por otra parte nosotras pensamos junto con Sastre, Moreno y Pavn (2003) que la
prueba que Kohlberg aplica en sus investigaciones sobre el desarrollo moral presenta
problemas en el fondo y en la forma.
El cuestionario est viciado de principio en las categoras que presentan los tems. Y
adems omite el hecho infantil como tal, con lo cual se acentan las dificultades propias
del desarrollo moral infantil.
Anlisis de la mentira infantil propuesta/Mara Dolores Molina Jan 48
En cuanto a la forma, la prueba presenta unas cuestiones y para contestar a ellas las
opciones no son libres sino que se califican de forma objetiva y correlacionando con
tareas tradicionales atribuidas por nuestra cultura a un sexo en concreto, y a las que se
responden mediante preguntas cerradas, creando dilemas muy esteriotipados. Adems
como es lgico siempre estarn las cuestiones hipotticas dependiendo del lenguaje,
que es otro factor a tener en cuenta en cualquier interaccin.
Estamos de acuerdo con Kohlberg (1992) al igual que con Moreno, J, E (1986) y otros
investigadores, al reconocer la importancia que tiene el tema de la moral para la educacin
y para la vida, pero no con la teora de los estadios que aplica Kohlberg al proceso
educativo. Si bien Pavn (2003) detecta adems que en la evolucin del pensamiento
de Kohlberg, ste fue disminuyendo la valoracin que le atribuye al desarrollo cognitivo,
plantendose la relacin con la afectividad y con la accin en particular, no profundiz
en las consecuencias que para la formacin del desarrollo moral tienen por ejemplo la
afectividad o el sentimiento de culpa.
Otras crticas desde el punto de vista pedaggico las realizan Rest (1996) que an
asumiendo el modelo de Kohlberg (en Pavn 2003) crea su Cuestionario de Problemas
Sociomorales (DIT). Tambin desde el punto de vista del desarrollo moral corrigen la
postura de Kohlberg autores como Marsch y Stafford (1988, en Pavn 2003) ya que
muchas veces se ha constatado que la motivacin como hemos comentado, vara a la
hora de resolver las cuestiones que se plantean en casos hipotticos y poco reales, no
siendo apropiada a la hora de contestar a dichas cuestiones.
Por otro lado, desde una formacin global de la conciencia moral del ser humano, nos
parece que los estudios de Kohlberg son limitados y en esta afirmacin nos apoyamos
en Gilligan (1992) y Benhabid (1992) que en sus estudios demuestran que los dilemas
planteados por el autor no contemplan el esquema completo de acciones-pensamientos-
sentimientos, que se debe seguir generalmente ante una situacin de conflicto o de
cuestionamiento en un caso. Tambin Amorin y Sastre (2003) abundan en el aspecto
crtico respecto a las investigaciones de Kohlberg.
en sus investigaciones cuenta slo con varones y no con mujeres, y adems que estos
eran occidentales y nacidos en democracias liberales. La hiptesis de que las mujeres
hablan con una voz diferente una voz que la teora tica tradicional ha silenciado,
apareci en el libro de C.Gilligan titulado In a different voice: Psychological theory of
women development publicado en 1982. Adems como demuestra Benhabid (1992)
para estos autores (Freud, Piaget, Kohlberg) hasta ahora, lo pblico se rige por la
justicia y por el hombre, lo privado por el cuidado de las mujeres (nios, ancianos,
casa.) y como sabemos esto no siempre es as.
Adems las sociedades han reproducido a los individuos socializados, es decir, los
hombres se definen en relacin directa con la sociedad (trabajo en...) y la mujer en
trmino de relacin familiar (estoy casada, soy madre de...). Con estas afirmaciones,
Gilligan (1982) nos demuestra que el mundo femenino, en las relaciones y como
consecuencia en los conflictos es relacional y su lenguaje es diferente. Mientras que
el hombre por lo menos hasta este milenio en la cultura occidental, tiene conflictos de
poder y competitividad, las mujeres desarrollan relaciones basadas en la compasin y
en la empata, pero cual es la influencia de la cultura en estos esquemas?
En este mismo sentido de crtica insisten Amorim y Sastre (2003), afirmando que los
dilemas de Kohlberg:
Para las nias y nios hasta los seis aos, en caso de hurto o mentira liberarse
de sentimientos negativos y entregar el objeto, produce en el trasgresor bienestar
personal (Kohlberg), pero no siempre es as.
Para Kohlberg por el contrario como ya hemos visto, el desarrollo moral, se enmarca
en un contexto terico que prioriza la funcin evolutiva del pensamiento lgico en el
desarrollo intelectual y limita considerablemente el pensamiento social. Marca en exceso
la clsica contraposicin entre lo afectivo y lo racional y es quizs su mayor error.
Por otra parte como demuestran Sastre, Moreno y Pavn (2003) las nias y nios,
con la edad van perdiendo ingenuidad y alrededor ya de los tres aos (segn los
casos) pasan a desarrollar habilidades que les permiten esconder los comportamientos
transgresores.
Por otro lado para investigadores como O. Flanagan (l991), las variedades de la
personalidad moral son muy heterogneas y no se pueden homogeneizar, (Teora de los
Modelos Organizadores). Esta Teora presenta sistemas organizados de representaciones,
constituidos por los elementos que el sujeto selecciona como relevantes en una
determinada situacin, por el particular significado que otorga a cada uno dichos
elementos, por las implicaciones que desencadenan, y por las interconexiones que
el sujeto establece entre todos los elementos del conjunto (Moreno Marimon, 1988;
Sastre 1994;).
Los sujetos extraen del enunciado del dilema los datos que consideran pertinentes y
les otorgan un particular significado en el momento de decidir sobre su conducta y
Anlisis de la mentira infantil propuesta/Mara Dolores Molina Jan 51
Entre los tres y los cinco aos, se va formando la idea de un yo privado no observable
por los dems. Comienzan a surgir las rivalidades, los celos, la envidia y los secretos.
Selman explica una evolucin por estadios en la adopcin de perspectivas ante una
situacin personal o social, tal y como hemos reflejado mediante la representacin del
esquema de la siguiente Tabla nmero 5:
Igualmente no pudo explicar desde su teora, las reglas, los paralelismos y pautas de
desarrollo universales que impregnaron sus hallazgos.
Las teoras del procesamiento de informacin sostienen el carcter limitado del sistema
humano de procesamiento de informacin, a la vez que su importancia. El procesamiento
de la informacin se realiza en un almacn a corto plazo, o memoria operativa, en el
que el nmero de elementos al que el sujeto puede prestar atencin al mismo tiempo,
est limitado.
La teora de Case sostiene la existencia de estadios, al igual que las de Piaget y Pascual-
Leone, pero estos estadios estn caracterizados no ya por la estructura lgica que les
subyace, ni por el crecimiento de la energa mental o espacio M, sino por la existencia de
diferentes tipos de operaciones intelectuales bsicas, como son la memoria, la repeticin
y la organizacin que son planteadas y realizadas con el propsito de conseguir un fin:
el recuerdo posterior.
Segn estos autores la competencia cognitiva del nio/a de edad preescolar es bastante
superior a lo que la teora piagetiana haba supuesto. En determinadas situaciones, los
nios pequeos son capaces de utilizar estrategias con el propsito de resolver una
tarea sencilla. Una de las caractersticas de los estudios que han mostrado una imagen
ms competente del nio preescolar, es el uso de contenidos de tareas familiares y
motivantes, cercanas a la vida cotidiana de los sujetos.
de un material estndar pona de manifiesto las diferencias evolutivas que hemos visto
anteriormente.
Algunas de las diferencias individuales han sido teorizadas gracias al concepto de estilo
cognitivo.
Esta teora tiene sus bases en la del aprendizaje social de Bandura y Walters
(1974,1987).
Para ellos el desarrollo moral se refiere en primer lugar a una transmisin al nio de normas
morales y valores por parte de la sociedad, en este caso la orientacin interna refleja una
internalizacin de estas normas y valores que son externas y culturalmente relativas.
Para Hoffman (1992), investigador de esta teora, uno de los puntos centrales de la
misma es la integracin de afecto y cognicin (Mestre, 2001). Para la autora, Hoffman
plantea la empata con otros, como proceso motivacional, que ayuda a la resolucin del
problema del otro. Se desarrolla esta teora de una manera similar a los estadios del
desarrollo cognitivo del individuo, pero el proceso para (Hoffman, 1991), es una sntesis
evolutiva de la empata y del nivel de la comprensin cognitiva del individuo acerca del
otro. Este proceso de sntesis se inicia en el nio desde sus primeros aos de vida ante
situaciones de trasgresin con un distrs (reaccin adversa centrada en uno mismo
ante el estado emocional negativo de otro) global emptico, en el que el nio no tiene
una clara distincin entre el yo y el otro, pues est confundido acerca de la fuente del
distrs o malestar. A partir de aqu progresa a niveles de conducta ms evolucionados
en relacin con lo conseguido en estadios previos.
Los nios pequeos por su parte, an no distinguen entre uno mismo y el otro, y pueden
activar la empata sin ese conocimiento. El desarrollo del malestar emptico corresponde
al desarrollo de un sentido cognitivo de los otros que, segn Hoffman (1992) pasa
por distintos niveles y que pone de manifiesto que el afecto emptico se experimenta
de manera diferente a medida que el nio va atravesando estos niveles. El resultado de
esta evolucin unido al desarrollo socio cognitivo que el nio va a experimentar, da lugar
para Hoffman a cuatro niveles de malestar emptico, que a veces puede ser el causante
de la trasgresin de las normas morales y en concreto del engao y de la mentira todo
lo cual desarrollamos a continuacin:
A. Empata global: los nios muy pequeos pueden sentir malestar emptico a partir
de la mmica, la asociacin directa, antes de adquirir un sentido de los otros como
entidades distintas de uno mismo. Durante el primer ao, el observar a alguien sufriendo
puede dar lugar a una respuesta de malestar emptico global, el nio puede actuar
como si lo que ha ocurrido al otro le ocurriera a l mismo.
C. La empata con los afectos de otro: entre los 2-3 aos con el inicio de la adopcin de
roles y con el desarrollo del lenguaje el nio puede empatizar con emociones cada vez
ms complejas y puede activar la empata a partir de la informacin sobre el malestar
de alguien aunque esa persona no est presente.
D. Empata con la situacin vital de otra persona: al final de la infancia el nio empieza
a tomar conciencia de que otros sienten placer y dolor no solo en la situacin inmediata
sino tambin en su experiencia vital ms prolongada. Aunque sigue respondiendo
empticamente al malestar inmediato de otro, su respuesta puede incrementarse al
darse cuenta de que el malestar de otro es crnico y no transitorio. En este nivel,
el afecto emptico se combina con una representacin mental del nivel general de
malestar o privacin de otro. La vctima no necesariamente ha de estar presente, es
suficiente con que se tenga informacin acerca de ella. A medida que el nio desarrolla
la capacidad de formar conceptos sociales puede tambin empatizar con las dificultades
de todo un grupo.
Este nivel emptico puede proporcionar una base motivacional para el desarrollo de
ciertas ideologas morales o polticas, especialmente en la adolescencia. El nivel emptico
superior incluye un cierto distanciamiento; el sujeto en este caso responde no slo a
partir de la situacin o un estmulo concreto, sino teniendo en cuenta su conocimiento
global del otro.
Anlisis de la mentira infantil propuesta/Mara Dolores Molina Jan 57
Para Hoffman debe haber un paralelismo entre los sentimientos de afectos con los
pensamientos, y entre los principios morales y las tendencias comportamentales.
Es decir hay una relacin entre empata y juicio moral, la empata puede contribuir
sustancialmente al juicio moral y a la toma de decisiones.
Un tema importante en una teora moral es investigar por qu una persona aplica un
principio y no otro en un encuentro moral. Segn el autor, las teoras morales cognitivas
tienen dificultad para contestar a esta cuestin porque carecen de factores afectivos y
motivacionales.
Los estudios de Carlo y cols. (1995), argumentan que las tendencias simpticas pueden
preparar el uso de cogniciones morales preexistentes que reflejen un inters hacia otros.
Los autores apoyan la evidencia de que la simpata est positivamente relacionada con
ambos conceptos es decir con el altruismo y con el razonamiento prosocial, y que el
distrs personal se cree asociado a motivos egostas y por tanto con niveles ms bajos
de razonamiento moral. Los autores concluyen que el razonamiento moral prosocial, la
conducta prosocial, la empata/simpata y la toma de perspectiva interrelacionaban de
una manera significativa a nivel terico.
Fruto de esta diversidad aparecen diferentes autores y programas referidos por Berkowitz
(1985):
Est claro que todas las teoras y sus correspondientes autores tienen un inters comn
que es conocer el desarrollo moral, y ms en concreto el desarrollo de la autonoma
moral que permite a la persona actuar. Sin embargo, Lickona (1991a, 1991b, 1994)
establece cinco componentes que pasaremos a describir, aunque es consciente de que
no representa el nico mapa de la moralidad posible o deseable. Los establece para
representar una taxonoma fundamentada en el lenguaje de la psicologa y en el habla
Anlisis de la mentira infantil propuesta/Mara Dolores Molina Jan 59
comn, intentando poner las bases sobre las que apoyarnos a la hora de concretar.
Estos componentes bsicos son la conducta, el carcter, los valores, el razonamiento y
la emocin.
a.- El autor concibe la conducta como componente central con el que hay que contar
para ser una persona moral, puesto que un argumento razonable sera que una persona
con buenas intenciones que nunca acta con base en ellas, no es plenamente una
persona moral.
c.- Respecto a los valores, Rokeach (1968, 1973) ha llevado a cabo un trabajo
muy valioso sobre este tema. Define un valor como una preferencia permanente
para una conducta en concreto o para un estado final de ser. Ello incluye tanto
un claro componente cognitivo (una creencia), como un componente afectivo (la
evaluacin). Podemos apreciar que los valores y los rasgos del carcter se encuentran
estrechamente relacionados con caractersticas de definicin que se solapan. Quiz la
ms clara distincin es que un rasgo de carcter es una tendencia a actuar de un modo
determinado, y un valor es una tendencia a creer en la bondad o maldad de una accin
o estado de situacin. Este ltimo posee un planteamiento ms cognitivo, basado en
el aspecto de creencia del valor. Asimismo, resulta importante observar que, mientras
Rokeach (1973) opinaba que los valores eran pocos y centrales para nuestro ser,
otros utilizan el trmino mucho ms libremente para referirse a cualquier cosa de la
que estamos a favor o en contra.
Del anterior debate es consciente Lickona que se debera desprender con claridad que
estos cinco elementos no son simplemente dimensiones independientes a aadir. Ser
una persona moral representa contar con estos elementos y poseerlos en equilibrio y
armona, trabajando juntos, es decir integrndolos.
En este mismo sentido integrador quiero por otra parte destacar aqu un aspecto no
menos importante y cuyo cuidado y desarrollo promueve el xito personal y social y que
es conocido como la inteligencia emocional, (Goleman 1995) que no se basa en el grado
de inteligencia de un nio sino en sus caractersticas de personalidad o carcter. El trmino
inteligencia emocional fue utilizado por primera vez (Goleman 1995) por los psiclogos
Peter Salovey (1990), y John Mayer (1990), de la Universidad de Harvard, definida como
la habilidad para percibir, evaluar, comprender y expresar emociones, y la habilidad para
regular estas emociones que promuevan el crecimiento intelectual y emocional.
Por otro lado Goleman (1995) recogiendo las ideas de Gardner (1982) en su desarrollo
de las Inteligencias Mltiples, la define desde otra perspectiva como un subconjunto
de la inteligencia social que comprende la capacidad de controlar los sentimientos y
emociones propias as como las de los dems, de discriminar entre ellas y utilizar esta
informacin para guiar nuestro pensamiento y nuestras acciones.
A lo largo de nuestra vida adquirimos una gran cantidad de conocimientos sociales sobre
el mundo, sobre las personas y sobre nuestras interacciones con ellas, sobre lo que los
otros esperan de nosotros, sobre los distintos roles sociales, sobre nuestra sociedad y su
funcionamiento, y en fin sobre lo que la psicologa ha llamado conocimiento social y su
influencia en nuestra conducta y en el conocimiento integral fsico, cognitivo y socio-moral.
Pero nos preguntamos: los aspectos cognitivos se ven realmente afectados por el
conocimiento social?
Hay muchas diferencias entre las investigaciones sobre el conocimiento cognitivo, guiadas
por planteamientos piagetianos, que se haban centrado en el conocimiento fsico y
lgico-matemtico y que haban prestado poca atencin o ninguna al conocimiento social,
y las investigaciones que actualmente se han realizado, que reconocen la necesidad
de adoptar una perspectiva comn desde donde se expresen psiclogos evolutivos,
psiclogos sociales y cognitivos propiamente dichos.
Hay autores que al realizar investigaciones sobre el conocimiento fsico concluyen que
nias y nios acceden a l con los mismos procedimientos que al conocimiento social
y consideran como Turiel (2002) que la mente es una y como tal conoce. Otras
investigaciones como las de Harris (en Turiel 2002) aseguran que al menos ambos
conocimientos estn ntimamente relacionados. Sin embargo otros autores como Damon
(en Turiel 2002) consideran que lo que marca la diferencia no es el conocimiento sino el
objeto a conocer, y que es por el objeto a conocer, por lo que el conocimiento vara. Por
otro lado Delval (2000), Turiel, Enesco y Linaza (1989), proponen que el conocimiento
social tiene peculiaridades que lo hacen irreducible a los mtodos empricos y otros
concluyen que no son tan grandes las diferencias como podan parecer en un principio y
que son estas diferencias ms bien de grado que de cualidad (Flavell, 1984), ya que los
procedimientos de clasificacin, ordenacin e interpretacin de las conductas sociales
son semejantes a los de las conductas fsicas.
Para Turiel (1984) los individuos obtenemos informacin del entorno social incluidas
las conductas y los estados psicolgicos de los otros (pensamientos y sentimientos)
Anlisis de la mentira infantil propuesta/Mara Dolores Molina Jan 62
En cuanto al dominio moral muchos estudios han puesto de manifiesto que los nios
y nias entre 3 y 5 aos establecen el concepto moral ante las transgresiones ( robar
o mentir) antes de establecer reglas, basndose en interpretaciones o predicciones de
conductas a partir de la informacin situacional de que disponen (Nucci, 1977. Wolfson
y Josephson 1977, en Turiel 1985)
A su vez tambin las investigaciones de Turiel (1984) y Nucci (1981, 1996, 2001), nos
han permitido diferenciar, empricamente, entre tres dominios distintos del conocimiento
social: el dominio de lo personal, el dominio de las convenciones, y el dominio moral:
1.- El dominio de lo personal tiene que ver con nuestros gustos o preferencias individuales,
gustos sobre los que no hay acuerdos, leyes, ni reglas, por ejemplo, el tipo de comida
que preferimos o las pelculas de las cuales disfrutamos. En este sentido Nucci (1981,
1996, 2001) ha demostrado que el dominio de lo personal es un elemento fundamental
en la construccin de la moralidad.
importantes, son por naturaleza arbitrarias, pues no hay nada intrnsecamente malo
o bueno acerca de las acciones que definen. Son simplemente acuerdos sociales que
podran alterarse si el grupo o la sociedad as lo decidiera.
Los diferentes intentos e investigaciones sobre estas cuestiones nos llevan a la Teora de
la Mente (ToM). La expresin teora de la mente, acuada por Premack y Woodruff en
1978 y complementada por los trabajos de Alan Leslie y cols., (1985,1986) se definen
en Baron-Cohen, (1995): un sistema para inferir el rango completo de estados mentales
a partir de la conducta, es decir, para emplear una teora de la mente. Las expresiones
Teora de la Mente, psicologa popular, psicologa intuitiva, capacidad mentalista,
son utilizadas por algunos autores (Baron -Cohen, 2000) como equivalentes.
Otro de los autores que profundizan en esta teora es Dennett, D. C. (1999) que
presenta a los seres humanos como sistemas intencionales con capacidad solucionadora
de problemas. Segn el autor la tarea de explicar la mente no debera ser muy distinta
de la tarea de la crtica literaria (lectura, anlisis o comentarios). La caracterstica
Anlisis de la mentira infantil propuesta/Mara Dolores Molina Jan 64
Para Humphrey (1995), Gmez J.C., y Nez M. (1988) la mejor manera de caracterizar a
los humanos es como Homo psicolgicus. Es un animal psicolgico que vive sintonizado
con los otros, que busca entender al otro a fin de manipularlo y as aumentar ms las
relaciones. Su habilidad para interpretar los comportamientos en trminos de estados
mentales de un agente es el resultado de una larga evolucin. En este salto evolutivo,
los mamferos han desarrollado una historia de millones de aos de vivir en grupos,
en donde los primates y los homnidos, han sido los nicos en poder superponer el
ambiente social y cooperativo al ambiente fsico.
Para Bruner (1995) son las experiencias emocionales las que configuran progresivamente
escenarios de significados compartidos, que se despliegan a modo de formatos.
Rivire (1991), afirma que la captacin de los estados internos de los otros, plantea y
desarrolla los desafos a los que se enfrenta la psicologa cognitiva.
Las acciones humanas son guiadas por representaciones, creencias y deseos internos.
Anlisis de la mentira infantil propuesta/Mara Dolores Molina Jan 65
En este sentido Rivire y cols (1994) sostienen que desde muy temprano compartimos
experiencias. Ya comparte experiencias un beb que le seala a su mam un objeto
con el fin de mostrrselo, con gestos que llamamos protodeclarativos. Con menor o
mayor nivel de complejidad, todo aquel que comparte experiencias, necesariamente
le atribuye al otro un mundo experiencial. Qu sentido tendra si no el hecho de
compartirlas? Es precisamente el ojo interior del que nos habla Humphrey (1986),
la mirada mental referida por Rivire y Nez (1996), es la que nos abre las
posibilidades de desvelar la opacidad de la conducta de los otros, leer sus mentes,
organizar el caos en el que nos sumira la ceguera mental (Baron-Cohen, 1995).
Adems esta mirada mental permite dar alguna interpretacin a las conductas de
las personas y realizar predicciones acerca de sus acciones a la vez que comprender
que poseen deseos, creencias, intenciones; es decir un mundo de emociones y
experiencias diversas.
En los estudios del desarrollo socio-cognitivo de las nias y nios sobre el conocimiento
infantil referido a la mente se pueden identificar tres corrientes:
Las investigaciones de Flavell 1990 a partir de los estudios derivados de las teoras
de Piaget.
Las investigaciones de Flavell en el ao 2000 que las centra en el desarrollo de la
meta cognicin iniciada en los aos 70 (Flavell y cols) junto con los aspectos de la
meta memoria, el recuerdo...etc.
Las investigaciones de Flavell en el 2000 centradas en la teora de la mente de
Pernen (1991). Como explica el autor, una parte de esta corriente se desarrolla
desde la tradicin psicolingustica Shatz, Wellman y Silver (1983) y otras que se
basan en el anlisis de lo que las nias y nios comprenden a partir de relatos o
historias, dnde se encuentran implicados los motivos, las emociones y los engaos
como describen Schank y Abelson (1977) y Neuma (1978) en Adrin (2002)
una investigacin para comprender como los nios y nias de 3-4-5 aos establecen
conjeturas y suposiciones a veces acertadas y otras no (creencias falsas) sobre
acontecimientos reales y como las creencias, los deseos y las intenciones propias y
de los dems se adquieren de acuerdo a un patrn evolutivo bastante fijo a los 3 aos,
respondiendo a una etapa de realismo, que se completa a los 4 aos con la simulacin
del juego simblico y la elaboracin de planes de accin segn Wellman (1994) tambin
con el desarrollo de las emociones.
Perner establece una comprensin puramente lgica intentando que el nio sea un
cientfico en el sentido amplio de la palabra y esto no es as. (Nelson 1996).
Anlisis de la mentira infantil propuesta/Mara Dolores Molina Jan 67
B.- La teora de los mdulos innatos. Est dentro de la misma concepcin pero se
rechaza el que las nias y nios adquieran ninguna teora sobre representaciones
mentales, pero si se piensa que poseen mecanismos innatos que segn Leslie (1987)
permiten conocer durante el primer ao de vida que el cuerpo tiene posibilidades de
movimiento por s solo y en el segundo ao es capaz de entender estados como fingir,
creer, imaginar, desear. Adems se desarrolla el juego simblico.
Este modelo tambin presenta crticas y en concreto Garfield y cols (2001) considera que
los mdulos no tienen que ser innatos y que la experiencia cuenta determinantemente.
Ya que los requisitos sociales Kornifoff-Smith (1994) como el reconocimiento de los
miembros del grupo y su interaccin pueden aportar un punto de unin entre Piaget
y el nativismo de Fodor, (1985) a lo que la autora Kornifoff-Smith (1994) llama
Constructivismo social.
las nias y nios tienen una comprensin de la emocin que dista mucho de ser
egocntrica. Observan como se produce el engao y cmo se siente la persona
agraviada.
Entre los 4 y los 8 aos comprenden emociones secundarias como la culpa, el
orgullo, y la vergenza. Pero en general, la madurez cognitiva no presupone el
conocimiento de las emociones (Harris et al 1989).
Pero a Paul L. Harris (1992) tambin le matizan otros autores (Rivire y cols 1994) al
afirmar que el mundo emocional con los ms cercanos afectivamente es ms fcil y que
se pueden imaginar mejor las creencias y acciones de los ms cercanos.
En suma podemos decir que el nexo de unin entre los distintos puntos de vista desde
esta perspectiva de la teora de la mente es la influencia sociocultural y el desarrollo.
Estas tres teoras que hemos visto son las ms citadas y consolidadas en la literatura de
referencia pero hay otras propuestas y sugerencias importantes.
Por su parte Jrome Bruner (1995) aborda el tema de las relaciones entre explicar
e interpretar, en particular en relacin a cmo los nios son capaces de aprender e
interpretar lo que acontece en la mente de los otros.
Por lo tanto, una secuencia lgica de adquisicin de emociones podra ser la siguiente:
emociones primarias (sin elementos contradictorios), emociones primarias paradjicas
(se plantea la contradiccin moral o social), y emociones secundarias (se resuelve la
contradiccin moral o social con sentimientos de vergenza, culpa, etc.).
A este respecto se puede comprobar en los resultados del trabajo de estos autores,
Bennet y Matthews (2000) que los nios de 5 aos, a pesar de tener an muchas
dificultades a la hora de explicar y conceptualizar las emociones secundarias, muestran
una mayor comprensin de la moraleja del cuento, (ejemplo del dao moral causado
por el personaje del cuento a su perro, a partir de la mentira contada a su madre,
etc.). Esta mayor comprensin de la trasgresin normativa de tipo socio-moral, que se
trasmite culturalmente en ambientes de enseanza informal, sera la base para que en
un proceso gradual, el nio conforme su conceptualizacin de la emocin secundaria
correspondiente y sea capaz de explicarla.
El segundo objetivo del trabajo realizado por estos autores citados (Bennet y Matthews
2000) se orienta hacia la relacin existente entre el desarrollo emocional y otros
desarrollos socio-cognitivos propios de la edad, en concreto la teora de la mente o el
pensamiento preoperatorio piagetiano.
Por otro lado, los lazos defendidos por Abe e Izard (1999 en Villanueva y cols 2002)
entre el desarrollo emocional y otros desarrollos socio-cognitivos propios de la etapa,
parecen confirmarse particularmente en la relacin entre el desarrollo emocional y la
comprensin de los estados mentales segn la perspectiva de la teora de la mente.
Confirmaron que la relacin de las tareas emocionales con las tareas de conservacin
piagetianas parece ser mucho ms dbil, establecindose un gradiente en el grado
de correlacin entre las tareas, que se inicia en los planteamientos ms sociales
(emociones), pasando por determinados aspectos socio-cognitivos (teora de la mente),
hasta llegar a los aspectos ms puramente cognitivos (pensamiento preoperatorio). Ello
sera congruente con la distincin ofrecida en la revisin entre una mente social y una
mente fsica (Gmez y Nez, 1998).
Dentro de la Teora de la Mente en las nias y nios, las creencias falsas, constituyen un
aspecto importante en el desarrollo del conocimiento. En estos ltimos aos los estudios
se han descifrado dentro de la ToM y se ha comprobado como el beb es capaz de imitar
movimientos, de interpretar gestos, de diferenciar entre personas y cosas etc., Flavell
(1999). Pero tambin toman un protagonismo importante los procesos comunicativos y
la atribucin comunicativa a gestos como expresa Bruner (1983) y los actos resultantes
como fruto de la colaboracin entre iguales o no (Bruner 1999).
Con respecto a nuestro tema y por su importancia en el desarrollo del nio nos vamos a
centrar en la formacin de las falsas creencias, los componentes que las hacen posibles
y su evolucin. Es al final del segundo ao cuando nias y nios son capaces de simular
o fingir y de pensar en el mundo tal y como se les presenta (Astington 1993). Es
el momento de la distincin efectiva entre el pensamiento y las cosas, aunque hay
investigadores que matizan esta afirmacin. En situaciones de miedo por ejemplo ya
sean reales o en sueos no consiguen hacer esta diferenciacin hasta los 4-6 aos,
(Wellman y cols 1992).
Los deseos y las emociones primarias (tristeza, alegra, enfado....) son las primeras
en definirse alrededor de los 2 aos mientras que creer,pensar recordar son ms
tardos sobre los 3 aos ( Wellman, 1995).
A esta edad ya las nias y nios establecen relacin entre lo que siente y desean, ej:
me siento bien, si lo consigo y mal si no lo consigo.
Como ya hemos visto (Harris 1992) en los primeros aos de la vida, la comprensin inicial
es situacional y ligada a la experiencia directa. A partir de los 3-4 aos ya son capaces de
explicar las emociones propias y ajenas con relacin a sus deseos. Las nias y nios dan
explicacin de la emocin por la creencia sobre todo a partir de los 5 aos. En este mismo
periodo aparecen las emociones secundarias (orgullo, vergenza, culpa, etc.) Nos parece
interesante la aportacin de Ortiz (1999) complementando este punto de vista al matizar
que tambin hay otros elementos que influyen a la hora de inferir adecuadamente en las
emociones de los dems como son los factores individuales tales como la personalidad, la
experiencia previa, las caractersticas de grupos sociales especficos.
Para Perry (1995) a partir de los cinco aos la comprensin de los conocimientos y las
creencias actan como predictores para diferenciar mentiras de bromas e ironas.
Anlisis de la mentira infantil propuesta/Mara Dolores Molina Jan 72
Las creencias para Wellman (1990), la creencia es una actitud mental de conviccin,
es el pensamiento de que algo es verdadero, es la causa de la conducta real. En las
tareas de creencia falsa, el nio posee una creencia que es verdadera, mientras que la
del personaje (cuento) es falsa. Este tema ha sido muy estudiado por Wellman, Cross y
Watson (2001) y se vieron en la necesidad de ampliarlo concluyendo que predeterminar
la accin con los objetos es ms fcil que predeterminar la accin con las personas
que siempre pueden variar, adems, las situaciones sociales estn determinadas por
mltiples estados mentales de los participantes en esas situaciones y siempre hay que
tener en cuenta las convicciones culturales.
II.6.5.- El conocimiento
El conocimiento necesario como estado mental ser el que afirme o contradiga situaciones
de certeza e incerteza. La nia y el nio han de reconocer las propiedades especficas
de cada palabra dentro de su contexto que le ayude a definir comprender y descifrar
sus acciones y las de los dems. Por lo tanto, en los elementos que intervienen en
la formacin de creencias falsas hay mucha relacin entre la teora de la mente y la
competencia social (Villanueva y cols 2000). Tambin para Garfied y cols (2001) la
ToMM depende del lenguaje y de la competencia social adquirida en conversaciones e
interacciones. Pero adems del papel de la sociedad y de los procesos de socializacin
(Vigostky 1981) es fundamental, la influencia afectiva y emocional desarrollada en
la primera infancia. Dunn y cols (1999) abundan en la importancia de los aspectos
emocionales en la rutina familiar para el desarrollo de la lectura de la mente y afirma
que los comentarios verbales sobre el estado psicolgico, las excusas, los engaos, la
evasin y la capacidad simblica favorecen el desarrollo de la Teora de la Mente. Es
destacable en esta misma lnea el papel de la cultura, para Cole y cols., (1995) la mente
se ha desarrollado entre y por medio de la cultura.
II.6.6.- El engao
La capacidad de engaar como tal es una accin prctica de la vida real, es una habilidad
especial de los seres humanos, pero no slo de ellos pues hay estudios en chimpancs,
de Bustelo (2002) en los que tambin se detecta un nivel de engao propio de los mismos
que aqu no nos detenemos a desarrollar, centrndonos solamente en los humanos y
concretamente en los nios de 3 a 6 aos.
En la conducta infantil para Mitchell (1986, en Rivire 1996) existen niveles de engao
que reflejan su complejidad:
A. Requieren que el sujeto oculte lo que sabe que es verdad al tiempo que expresa
que algo es falso, lo que supone una estrategia a nivel ejecutivo, (Hugbes, 1998).
El engao basado en la accin (factor ejecutivo) supone un nivel ms elevado al
propiamente mental. (Mart 1997).
Como ya hemos dicho para Jurez, es determinante atribuir a los otros conocimientos de
segundo orden y su influencia tambin a la hora de distinguir entre la mentira y bromas
(Sullivan et al, 1995), tales como El hablante mentiroso debe saber que el oyente
no conoce la verdad. Para Leekmam (1991) las nias y nios diferencian mentira de
bromas a los 4-5 aos de edad al igual que Siegal y Peterson (2002).
Como vemos falta la parte ms importante del hecho de mentir que es la intencin del
hablante. En un ltimo estudio la incluy por medio de historietas contadas a los nios
(una con un hecho de intencin y otra no). Tras sus estudios concluyo que los nios de
5-7 aos son capaces de distinguir entre bromas, errores, fantasas., y mentira.
Peterson (1995), por su parte, realiz un estudio con una muestra de nias y nios de
5-6 aos haciendo uso de la intencin del hablante como criterio para definir la mentira
concluyendo que algunos adultos y nios fallaban al atribuir intenciones debido a veces
a falta de memoria.
Por otro lado y desde este mismo planteamiento la profesora Alonso-Quecuty (2002)
asegura que el testimonio de las nias y nios en cuanto a juicios debe ser totalmente
aceptado ya que diferencian entre la verdad, la mentira y la fantasa.
Billow (1981 en Villanueva 2002) encontr un gran uso metafrico durante el juego
simblico en nios de 2 a 6 aos y conforme la nia y el nio crecan se observaba una
disminucin en la utilizacin espontnea de las metforas.
En este mismo sentido cabe hablar de las Historias extraas de Happ (1994) en
dnde distintas historias con mentiras, mentiras piadosas, chiste, fingido, equivocacin,
persuasin, apariencia/realidad, frase hecha, irona, olvido, contra engao y emociones
Anlisis de la mentira infantil propuesta/Mara Dolores Molina Jan 76
Este equipo de California lo que ha comprobado es que, una vez formado ese complejo
asociativo accin/intencin en un sujeto, cuando el otro realiza una accin, las neuronas
espejo provocan en el cerebro del observador la accin equivalente, al mismo tiempo
que el observador integra tambin la intencin que llev al otro a realizar determinada
accin. De esta forma, el otro atribuye naturalmente al observador la intencin que
tendra la accin si la realizase l mismo.
CAPTULO III
LA MENTIRA Y SU VIVENCIA
EN LA EDUCACIN INFANTIL
Captulo III. La mentira y su vivencia en la
educacin infantil
Anlisis de la mentira infantil propuesta/Mara Dolores Molina Jan 78
Segn la Real Academia de la Lengua espaola (22 ED.) mentir es decir o manifestar
lo contrario de lo que se sabe, cree o piensa. Inducir a error.
El anlisis etimolgico del concepto de mentira nos dice que mens procede del verbo
latino mentiri y que se puede traducir como imaginacin y a veces como pensar o
creer aunque ya S. Agustn haciendo alusin al trmino en su obra Contra medacium
(Contra la mentira 420, en Ginzo 2002) la define como lo que se dice contra la mente.
En esta definicin se dan a la vez tres condiciones: la enunciacin de algo falso, la
voluntad de decir lo que es falso y la intencin de engaar.
En este caso hay falsedad material por ser el dicho falso, falsedad formal porque se dice
voluntariamente lo que es falso, y falsedad efectiva por que hay la voluntad de engaar.
Sin embargo, lo esencial en la definicin de la mentira se toma de su falsedad formal,
es decir, de la voluntad deliberada de proferir algo falso.
la mentira en relacin a las ventajas que ofrece siempre la verdad frente a la mentira.
Bascou (1978) juega con el trmino verdad al considerar la mentira como el deseo
de cambiar esta por algo inexacto totalmente contrario o aproximado a la verdad por
mltiples razones sociales, ticas o de conveniencias de mltiple ndole econmica,
poltica, etc. Para Berg y cols (1976) mentir es afirmar algo que se sabe ser contrario
de la verdad. Tambin para Ajuriaguerra y Marcelli (1987), mentir es alterar la verdad
conscientemente.
Por otro lado, el concepto de mentira est relacionado con el de realidad, es decir
se mide la mentira con la realidad en la medida en que la realidad, es la referencia
segura, nica y accesible a todos, es ms los juicios de valor los hacemos sobre lo que
es verdadero, objetivamente lo que es una realidad. Del concepto de realidad hablan
autores como Piaget (1977), Bascou (1978), y Azpilicueta (1991) para el que mentir
es falsear la realidad.
Por otro lado muchos autores utilizan el trmino engao como sinnimo de mentira. Este
trmino est presente como sinnimo ya desde S. Agustn (320) para el que la mentira
es la intencin de engaar expresando (diciendo) lo contrario de lo que se piensa.
Tambin para Armenta (1956), la mentira entraa intencin de engaar, al igual que
para Bakwin y Bakwin (1974). Ms tarde la corriente psicoanaltica hace hincapi en la
intencin de engaar y para Freud (1984), la mentira es un nudo inconsciente donde se
puede leer no slo la verdad del sujeto sino eso que de su verdad le impide confrontarse
con la ausencia de respuesta en el otro. Freud no slo revela la funcin de la mentira
en relacin con el deseo inconsciente de mentir sino que la considera como la forma
consciente en la que la mentira traza la va de accin que va del problema que realmente
la produce (eje: mi madre no me quiere) hacia la construccin del sntoma que la
manifiesta (el hecho en s estoy celoso). Freud no trata la mentira especficamente
pero le da la misma importancia en la infancia que a los celos, a la identidad sexual o al
complejo de Edipo y considera estos aspectos como la causa de que se produzca dicha
mentira.
En este mismo sentido La Frenire (1988) considera al engao, como una competencia
de la inteligencia social que aunque se inicia con intenciones ldicas puede pasar a
consecuencias negativas al establecer alguna violacin de las reglas sociales. As mismo
Whiten y Byrne (1988) mantienen la mentira como el engao tctico intencional cuando
el nio manipula las representaciones mentales del otro y logra quedarse con el objeto
deseado, pero sin embargo sern todos los psiclogos relacionados con la ToMM como
hemos visto en el apartado psicolgico, los que toman la mentira como engao. Entre
ellos Ekman (1991), Leekman (1991), Nuez y Rivire (1994), Sotillo y Rivire (2001),
Madrid (2003).
Creusere (1999) demuestra en sus investigaciones que estos conceptos son aplicados
y utilizados en frases de nias y nios de 3 a 6 aos, habitualmente pero solo se
presentan ante una situacin comprometida frente al adulto o en situaciones del adulto,
para restar importancia a un hecho producido, calificando la situacin como: es una
broma.
No obstante, para algunos autores Sullivan (1987) Winner y Hopfiel (1995) Siegal y
Peterson (1998), las nias y nios diferencian perfectamente entre mentiras y bromas.
Es ms, en los estudios e investigaciones de Leekman (1991) se afirma que las nias y
nios sobre los 4 y 5 aos distinguen entre irona y engao. Reddy (1991) va ms all
y en sus investigaciones concluyen que las nias y nios diferencian entre el bromear y
engaar ya a los 2 aos, (Morales 2005).
Adems, Peter La Frniere (1988, citado por Rivire y Nez, 1996), demostr que los
nios de tres aos eran ms incompetentes a la hora de engaar, que los de cuatro y
cinco, y tambin eran menos capaces de inhibir expresiones emocionales en situaciones
de trampas y engao.
Algunos autores siguen considerando mentira y engao como sinnimos Sikes (2000),
Liniado (2002), y Fragassi (2002) (en Madrid 2005), mientras que en otros estudios
Anlisis de la mentira infantil propuesta/Mara Dolores Molina Jan 81
aparece el concepto de mentira como sinnimo de falsear, fingir, ocultar con la intencin
de dar a entender lo que no es cierto.
Tambin nos parece importante constatar que para otros autores Adler (1997), Sikes
(2000), Liniado (2002), Jopia (2002), an cuando definen el concepto de mentira como
sinnimo de engao o falsedad ponen el acento en la intencin preferentemente como
resume Madrid (2003)
Para otros sin embargo, ser la comunicacin en general como por ejemplo los gestos
o posturas y el lenguaje en particular los que supongan un matiz diferenciador en
sus aportaciones. Piaget (1977), Alonso-Quecuty con Hernndez-Fernndez (1997) y
Gervilla (1987).
a.- Una habilidad mental con la que le sujeto cuenta al crearse creencias falsas en la
mente de los dems.
b.- Una habilidad de ocultacin de lo que sabe combinada con la expresin de algo
que es falso.
Por ltimo aportamos la realizada por Madrid (2005) que la define como la manifestacin
falsa de libre voluntad de expresin con intencin de engaar verbalmente.
Las opiniones estn divididas y adems dependen de los planteamientos iniciales que
tengan los investigadores; por ejemplo, hay investigaciones que consideran ciertas
actuaciones relacionadas con la mentira como conductas innatas, como es el caso de
Fodor. Otros las consideran adquiridas como es el caso de Perskin (1992). Por otro lado,
depende de si el engao es considerado no intencional o es consciente y verdadero.
Los estudios del desarrollo del engao de forma no intencional nos remontan a 1909
con Stern y Stern que consideraban que no apareca ninguna mentira verdadera antes
de los 4 aos, pero s las pseudomentiras (excusas, desobediencias,..etc.). Luego a
partir de 1932 nos encontramos con los estudios de Piaget ya ampliamente comentados.
Unas dcadas ms tarde Labruyre (citado en Sutter, 1976) dice que las nias y los
nios son mentirosos disimulados ya desde los 5 aos. Lewis, Starger y Sullivan (1989)
demostraron que las pseudomentiras se pueden convertir en mentiras intencionadas
por medio de un experimento en el que tocar o no tocar un juego en nios puede
Anlisis de la mentira infantil propuesta/Mara Dolores Molina Jan 83
Tambin Leung A.K, Robson W y Lim, S. T (1992) suben la edad entre 5 y 8 aos
y lo consideran un problema para el futuro. Ruffman, Olson, Ash y Keenan (1993)
consideraron que el engao del nio a los 3 aos no es mentalista (ToMM) sino que lo
realiza para obtener consecuencias positivas y evitar negativas, logrndose un engao
real a partir de los 4-5 aos.
Para Keathnig y Hellpman (2002) la edad varia entre 3 y 6 aos y est relacionada con
la dominacin en el patio y con el liderazgo, sin embargo ya haba estudios de Petit,
Bakshi, Dodge y Cole (1990) dnde la edad corresponda entre 5 y 8 aos.
Anlisis de la mentira infantil propuesta/Mara Dolores Molina Jan 84
Asthington (1991) consideraba que los nios son capaces de predecir acciones y
modificarlas corroborando sus experimentos en 1998 que se producen engaos reales
desde los 4 aos.
Para Ajuriaguerra (1992) la capacidad de mentir se inicia sobre los 3-4 aos, y es
conocida su frase el nio miente como respira es natural en l.
TausK y Freud sitan la mentira o el engao en la misma edad que el nacimiento del
complejo de Edipo.
Gervilla (1987), considera que la nia y el nio en sus primeros aos desarrollan lo que
se conoce como pseudomentiras o actos sin intencionalidad y que es alrededor de los
7-8 aos cuando se desarrolla la mentira propiamente dicha.
Para Stern el nio comete mentiras reflejas relacionadas con su afectividad y su familia
y se amplan en la escuela. Se inician a los 4 aos y es ms tarde de 8-9 cuando son
reales.
El trabajo de Villanueva, Clemente y Adrin (2000) concluye que las nias y nios de 3
aos presentan una accin intencionada.
Como hemos comentado anteriormente en los ltimos estudios realizados por Morales
(2005), los nios y nias engaan a partir de los 3- 4 aos y sobre todo con anotaciones
(dibujos, marcas y escritura). Incluso engaan antes que verbalmente ya que los nios
y nias de 3 aos, segn el estudio de la autora no pueden expresar verbalmente el
engao, y sin embargo asumen la propuesta de engaar a compaeros y amigos con
marcas y dibujos.
Hasta aqu el recorrido que hemos considerado fundamental para entender el concepto
del trmino mentira aplicado a la edad infantil.
Hay estudios que han comprobado, como ya hemos visto, hechos de mentira en primates
y en mamferos superiores como ballenas, delfines, aves en situacin de crianza o de
alimentacin, incluso insectos pero siempre segn estos estudios en relacin con la
proteccin de su supervivencia. Por otro lado Keenan profesor de la Universidad de
Montclair (Harrub 2006) se lament: Muy pocos animales mienten, excepto tal vez
unos pocos simios. La mentira es uno de los sellos distintivos de los seres humanos ya
que en ella intervienen el lenguaje y la conducta moral, y desde ese punto de vista solo
mienten los seres humanos.
Los doctores Hartshore y May (1928 1930) consideraban que la educacin y el ambiente
familiar no son la causa de la conducta. Estos estudios fueron muy criticados al igual que
los de Cadoret y Crowe (1983), los de Cloming Reich y Guze (1978) ya que siguieron la
misma lnea investigadora. Tambin Armentia (1957) ha relacionado estos dos conceptos
la herencia y la mentira, apoyndose en estudios en dnde considera que de padres con
tendencias delictivas los hijos presentaban una tendencia hacia la mentira.
Despus de sostener que toda persona miente, Keenan anot: La persona promedio
dice por lo menos una mentira por da (citado en D Aurizio, 2004).
Para Wallon (1949) las nias se encuentran ms propensas a realizar hechos de mentira,
en la misma lnea presentan investigaciones Epstein & Wyer (1993) pero no podemos
Anlisis de la mentira infantil propuesta/Mara Dolores Molina Jan 86
hacer afirmaciones definitivas con tan pocos estudios experimentales relacionados con la
mentira y el sexo. Por otro lado segn Alarcn (1982) en 3 a 6 aos podemos constatar
que las nias inician este comportamiento ms temprano debido a su mejor manejo del
lenguaje. Hasta los 6 -7 aos los comportamientos van paralelos en nias y nios, es a
partir de los 7 aos cuando el hecho de la mentira se acenta ms en nios.
Hay autores como Le Senne (1957) que consideran que hay caractersticas personales
que favorecen el mentir como son la emotividad y la actividad, que producen un carcter
ms nervioso, ms predispuesto a la mentira.
Pero no todos los autores le han dado al concepto de imaginacin un valor positivo, cuanto
menos relacionado con la mentira. Montessori (1950) afirmaba sorprendentemente que
Hay que eliminarla cuanto antes de la vida de nias y nios.
Anlisis de la mentira infantil propuesta/Mara Dolores Molina Jan 87
Para los autores de la ToM, las nias y nios de 3 y 4 aos tienen la capacidad de
diferencian entre realidad y fantasa (cuentos y vida real) con bastante precisin, es
ms, para Leslie (1987), distinguen entre realidad e imaginacin gracias a un mecanismo
denominado decompiling que es operativo desde el segundo ao de vida. Estas ideas
sobre la fantasa y la realidad nos recuerdan al concepto de juego simblico (jugar a
hacer como si), que aparece sobre los 2 aos de la vida. Comprender la distincin
realidad no realidad es uno de esos tipos de conocimiento.
Entre los 3 - 6 aos de edad, las nias y nios tambin llegan a comprender la distincin
entre seres reales y sobrenaturales. Aunque es cierto que a los 6 aos todava algunos
mantienen ciertas creencias sobre seres sobrenaturales (Harris et al., 1991), y tienden
a no comprenden que los monstruos y fantasmas son entidades imaginarias irreales
(Wellman y Woolley, 1990). Adems de adquirir conocimiento sobre la distincin
realidad-no realidad, los pequeos tambin comienzan a usar este conocimiento con
distintos propsitos. Por ejemplo, demostraron que nias y nios generalmente, usan
su conocimiento de la realidad para explicar acontecimientos fsicos y solo recurren a
explicaciones mgicas cuando un fenmeno contradice sus expectativas o no se puede
explicar con su conocimiento del mundo real. Woolley y Phelps (1994) averiguaron
que muchas nias y nios tambin aplicaban su conocimiento sobre la distincin entre
realidad e imaginacin para responder a preguntas prcticas de los adultos, por ejemplo
cuando rompen un objeto, dicen que ha sido un fantasma.
Delval (1999) destaca la importancia del juego simblico para la representacin de una
experiencia de forma simblica, y para los autores de la ToM el juego simblico es la
demostracin de la capacidad de nias y nios de diferenciar la realidad de la fantasa.
Para Gervilla (1997) una nia o un nio dotado de gran imaginacin y fantasa, con
frecuencia aparece como mentiroso sin embargo para otros autores como Ferraris (2000)
la imaginacin es la reelaboracin de lo ausente y en ella influye la subjetividad.
Anlisis de la mentira infantil propuesta/Mara Dolores Molina Jan 88
Con respecto a la fantasa, Brian Lamb (2004) dice que es cierto que a nias y nios les
gusta jugar con la fantasa, pero tambin conocen la diferencia entre fantasa o realidad
desde la edad de tres aos. Hay bastante evidencia de que desde esa edad, pueden
recordar qu informacin viene de experiencias reales o imaginarias. Sin embargo,
sigue diciendo a Lamb, si el entrevistador crea una situacin que evoca a la fantasa
y hace preguntas cuando estn rodeados de juguetes y muecos o pidindole que
simulen y piensen que este mueco es l y este mueco soy yo es probable que usen
la fantasa ms que cuando se les pregunta en otros escenarios.
Para Antunes C. (2000) la inteligencia operativa, definida como la capacidad que nos
lleva a elegir la mejor opcin para solucionar dificultades y problemas en todos los aspectos
o mbitos de la vida, desde el punto de vista del comportamiento inteligente infantil, est
bastante relacionada con la mentira infantil (a la vez que con la adulta) ya que muchos
actos de mentira lo que pretenden es optimizar o subsanar situaciones que en un momento
determinado pueden presentarse. En este mismo sentido tambin nos interesa la definicin
de Daz Esteve (2001) para el que la inteligencia es actuar con propsito y/o de anticipacin
a diferentes situaciones y operar eficazmente en el medio. Vemos como sta visin de
inteligencia est muy relacionada con la Teora de la mente y con el tema del engao ya que
como mencionamos en el capitulo anterior de bases psicopedaggicas, la mentira juega
con lo que presuponemos que otra persona conoce o no. Tambin autores como Gardner,
(1982, 1983,1993) definen la inteligencia como un factor mltiple (lingstico, numrico,
intrapersonal, interpersonal.) con la capacidad para resolver problemas cotidianos, con la
capacidad para generar nuevos problemas para resolver, y la capacidad de crear productos
y ofrecer servicios valiosos dentro del propio mbito cultural.
Son muchas como vemos las definiciones que hay de la inteligencia, pero nos interesa
sobre todo la relacin con la mentira, de la que hay diversas opiniones, a veces
contrapuestas. El debate pues est abierto entre inteligencia y mentira:
Hanshorne y May (1950), un clsico en este tema, afirman que las nias y nios
inteligentes mienten menos, son ms conscientes de sus limitaciones y de sus
posibilidades.
Por su parte Barton. R, (1976) expone que las nias y nios ms inteligentes
mienten ms para hacer trampas, esforzarse menos y ahorrar energas y lo hacen
de mejor forma para no ser descubiertos.
Tambin la memoria est muy relacionada con la mentira, ya que cuando se realiza un
hecho de mentira la nia y el nio necesitan recordar que opcin se tom, adems si
se ha hecho un relato o discurso, se debern recordar los detalles de dicha actuacin.
El que no est seguro de su memoria, debe abstenerse de mentir deca ya Montaigne
en el siglo XVI.
Anlisis de la mentira infantil propuesta/Mara Dolores Molina Jan 89
Para los autores de la teora del procesamiento de la informacin Hard y Jakson (1999),
la memoria es la base que garantiza el almacenamiento de los contenidos. Adems, la
memoria segn Delval (1997), es una de las capacidades ms importantes para todo
aprendizaje, en especial en edad infantil. Su relacin con la mentira se ve reforzada
ya que los discursos sobre hechos falsos, las ocultaciones, las informaciones falsas o
modificadas, han de ser recordadas para seguir adelante con la conducta transgresora
que se ha realizado.
Por ello no queremos olvidar los sentimientos y la importancia que tienen en el desarrollo
de la persona as como su relacin con los hechos de la mentira. Si entendemos la
autoestima, como el sentimiento de quererse a s mismo, aceptando lo propios logros y
limitaciones, su relacin con el autoconcepto, comprenderemos que est directamente
relacionada con la confianza en s mismo y en los otros, nos sabremos querido/a, es
la aceptacin del resto de nuestro grupo de referencia, la motivacin por el logro,
la superacin, la capacidad de aceptar los propios fallos y limitaciones, si sabemos
qu conocemos de nosotros mismos y que valoramos positiva o negativamente, no
necesitaremos hechos de mentira para relacionarnos con los dems, ya que la autoestima
es un sentimiento que se expresa con los hechos y que se va construyendo en relacin
con los dems.
Por el contrario angustiarse, ser incapaz de ver lo positivo, abrumarse ante cualquier
problema, retirarse, o ponerse una mscara son consecuencias de falta de autoestima
y caractersticas muy propicias para la mentira.
Anlisis de la mentira infantil propuesta/Mara Dolores Molina Jan 90
Los autores que relacionan autoestima y mentira infantil los encontramos ya en 1933
dnde Stern, nos hablaba de relacionar las primera mentiras con la culpa, la evitacin
de regaos y a la autoestima. Tambin Hoogenraad & Mckenzie (1995), y Gervilla
(2000) afirman que parecer como mentiroso un nio/a que quiera ocultar su debilidad.
As mismo se expresa Cataln Vitrina (2000):
Una represin de un deseo o una necesidad con una falta de racionalidad evidente,
fingida u otros
Una negacin e inversin ante una demanda no sublimada.
Proyecciones de miedos, ansiedades.
Un aislamiento real o imaginario como consecuencia de una inatencin selectiva.
Una regresin por celos.
Por el autoengao en el que a veces queremos vivir.
Respecto al lenguaje y la mentira infantil, Victoria Talwar y Kang Lee (2002) han
examinado el comportamiento del mentiroso/a de 3 a 7 aos de edad, pero no como
la mayora de estudios previos que se centran en si se miente o no, fueron ms all e
investigaron si las mentiras de los nios tuvieron xito al engaar a otros.
Por lo tanto, los nios/as de 3 aos pueden estar ms motivados para mentir en
estas situaciones que en el procedimiento de resistencia a la tentacin, pero tambin
que puedan inclinarse generalmente ms a confesar a pesar de la gravedad de su
trasgresin.
Hasta la fecha, no existe ninguna evidencia emprica para confirmar estas posibilidades.
Estudios diseados especficamente pueden ayudar a abordar este tema. Por ejemplo, las
observaciones naturalistas pueden usarse para obtener la frecuencia de las confesiones
de nios/as de 3 a 5 aos despus de cometer las trasgresiones.
Anlisis de la mentira infantil propuesta/Mara Dolores Molina Jan 93
Para Le Gaufey (1995) los seres humanos, hombres y mujeres, tienen que arreglrselas
con el arte de hablar y su necesidad de expresarse. Si hablamos, se puede mentir. Es
importante poder mentir. Esto es algo que cada nio/a descubre con sus experiencias en
la relacin con el entorno. El autor considera el lenguaje como una facultad fundamental
para el ser humano y adems relacionado ntimamente con la mentira.
Tambin Estrada y col (2002) del trabajo realizado con los nios/as dedujeron que la
mentira se encuentra enteramente ligada con el lenguaje.
Muchos son las autoras y autores que concluyen en sus estudios la importancia del
lenguaje para poder mentir, Sutter (1976), Gervilla (2000) Estrada y cols (2002).
Hernndez (2005) en su trabajo reconoce la importancia del lenguaje pero amplia las
posibilidades de mentir y aporta otros factores como las anotaciones ya sean por medio
de la escritura y/o el dibujo para realizar hechos donde aparezca la mentira ya en
nias y nios desde los 3 aos, para el investigador, a estas edades nias y nios ya son
capaces de producir falsas pistas para mentir.
Para seguir comprendiendo los procesos implicados en los hechos de las mentiras nos
cuestionamos situaciones que desde una perspectiva social y desde el mundo del adulto,
hemos de tener en cuenta.
Detectamos los adultos las mentiras de nias y nios?
adultos en detectar las mentiras de otros adultos est normalmente por debajo de 60
% (De Paulo, Stone y Lassiter, 1985; Ekman y O Sullivan, 1991).
Esta pobre proporcin de deteccin de mentiras se consigui a pesar de que se les dijo
a los evaluadores adultos del estudio y que esperaran una proporcin alta de mentirosos
(50%) y fue entonces cuando se les motiv a diferenciar mentirosos de no mentirosos.
Ya que en situaciones de la vida real, los adultos normalmente no esperan que sus
interlocutores les mientan. Adems, hay una carga social y emocional asociada a la
sospecha de que otro individuo mienta (De Paulo y Jordan, 1982), y por lo tanto los
adultos tienden a pasar por alto ciertas pistas que da el mentiroso.
Debe destacarse que el estudio al que nos referimos y todos los previos pidieron a los
adultos que detectaran las mentiras de nios/as que no les eran familiares. Es posible
que los individuos que los conocen (por ejemplo, sus propios padres y profesores)
puedan ser mejores detectando sus mentiras debido a las amplias interacciones de los
adultos con los nios/as.
Los dos anlisis de los comportamientos no verbales de los nios/as sugirieron que:
Aunque estos resultados demuestran que los nios/as de 3 aos son hbiles ejercitando
el control de la comunicacin no verbal, tienen un pobre control de comunicacin
semntica. Al preguntarles sobre su conocimiento del mueco objetivo, en lugar de
simular ignorancia o fingir una respuesta incongruente con su conocimiento verdadero
pero congruente con su mentira, la mayora de ellos se implicaron creando respuestas
inconsistentes con su mentira. Por lo tanto, en vista de estos resultados, parece que
los nios/as menores de 6 aos en su totalidad todava tienen que desarrollar todas las
habilidades necesarias para engaar con xito a los adultos.
En cuanto a la mentira social, hay autores que la entienden como un tipo ms de las
que podemos encontrar y la definen como hipocresa (Pellegrino (1991).
Las mentiras son la base de la sociedad; de hecho, sta funciona gracias a la mentira,
todo el mundo se ha acostumbrado a ella deca ya Twain, M (1884). Tambin y mucho
ms tarde para Mendieta, I. y Goikoetxea J.M. (2003) la mentira cumple una funcin
social y elaboran su tesis aportando sugerencias; en el mismo sentido se expresa Liao
(1989) Gonzlez Marn (2001), Bettetini, M (2002) y otros.
Hay autores que entienden que la sociedad necesita para funcionar un tipo de mentiras,
llamadas piadosas, blancas o mentirijillas que usamos continuamente en nuestras
relaciones y en la vida cotidiana.
Pero mienten ms unas sociedades que otras? Estudios culturales en distintos pueblos
nos orientan sobre el diferente tratamiento que tiene el hecho de mentir, as por ejemplo
en China, en frica en pueblos masais y en algunas zonas de Europa la ocultacin se
desarrolla, pero es ms delito mentir en China que en otras culturas Kang Lee (2001).
Kang Lee (2001), examin si los nios pequeos son capaces de mentir con xito para
esconder sus transgresiones, si son capaces de considerar factores situacionales a la
Anlisis de la mentira infantil propuesta/Mara Dolores Molina Jan 96
Los padres y profesores ensean a los nios formas sutiles y no tan sutiles de contener
su honestidad. Mira que hombre ms raro, dir un nio. No me gusta esto, dir
sobre el regalo de su abuela. No quiero, dice de la comida que no sabe bien. Los
adultos ensean poco a poco a los nios que este tipo de honestidad no es siempre
bienvenida que hay una lnea muy estrecha entre decir la verdad y no herir a otras
personas.
Los nios tambin observan la mentira activa de los adultos en sus vidas. Un estudio de
investigacin de Frances Stott, (2004) descubri que los adultos admiten mentir una
media de 13 veces a la semana.
Durante las ltimas dos dcadas ha habido una extensiva investigacin sobre los
conceptos y evaluaciones morales de la mentira en adultos y nios/as (Lee, 2000).
La literatura existente, sin embargo, segn este investigador, tiene dos limitaciones
importantes. Primero, el conocimiento actual sobre el concepto de la mentira ha derivado
exclusivamente en estudios que implicaban participantes occidentales y segundo,
aunque ha habido una cantidad considerable de investigacin sobre las evaluaciones
morales de la mentira de nios/as occidentales, solamente una (Lee, Cameron, Xu, Fu
y Borrad, 1997) ha examinado las evaluaciones morales de la mentira de individuos no
occidentales.
La principal diferencia transcultural est en situaciones pro sociales, en las que las
nias y nios chinos valoraron menos la verdad, y la mentira ms positivamente que
los canadienses; estas diferencias aumentaban con la edad. Este efecto transcultural
refleja el impacto de un nfasis cultural chino sobre la humildad y la modestia en las
evaluaciones morales de las nias y nios chinos. Adems, con una aculturacin en
aumento, el nfasis en la modestia los lleva a creer que mentir por razones de modestia
tiene un valor moral positivo, mientras que decir la verdad sobre buenos actos es
moralmente indeseable.
Como Lee et al. (1997) se centraron exclusivamente en los nios/as, no est claro si
hay diferencias transculturales similares en el juicio moral entre adultos asiticos y
occidentales en situaciones de modestia.
En cuanto al concepto de la mentira, Lee (2000) afirm de que tanto chinos, al igual
que sus homlogos canadienses, clasificaban una afirmacin falsa sobre un buen acto
como una mentira.
Anlisis de la mentira infantil propuesta/Mara Dolores Molina Jan 98
No queda claro si los adultos chinos hacen las mismas clasificaciones en las mismas
situaciones.
Los motivos por los que las nias y nios mienten son muy variados (Sutter 1976, Ekman
1977, Gervilla 1882, Hernndez 1982, Rivire y Nuez 1999, entre otros) depende,
como hemos visto de muchos factores personales y situacionales, del contexto y de
las ventajas o inconvenientes que se derivan para ellas y ellos. No obstante podemos
enumerar algunos de los mviles ms frecuentes que llevan a nias/os a la mentira ya
sea por situaciones de juego, por conseguir la predileccin del adulto, para evitar un
disgusto, para proteger a su grupo de pertenencia, por inters, por evitar situaciones
vergonzosas o por autoestima, por placer, por timidez o temor para evitar sanciones y
por ser credo ante situaciones cuestionables.
a.- La mentira en la infancia para investigadores como Piaget, o Ekman, se funde con
el juego. Nias y nios juegan desde que nacen, desde la cuna toma conocimiento del
mundo que le rodea, jugando a manipular los objetos que se le dan, pero hacia los dos
aos, aparece un juego particular en el que el nio es capaz de hacer de... a hacer
como, es lo que ya hemos conocemos como el juego simblico.
Para algunos autores, este juego simblico es la primera sede de la mentira, sin
embargo para otros, en este juego es dnde nias y nios ejercitan al mximo su
imaginacin, pero saben perfectamente lo que dicen y hacen son conocidas situaciones
en donde nias y nios afirman: no es verdad, es jugando ! porque es el autor/a de
los hechos.
reivindicacin por parte de nias y nios hacia sus padres para decir que son capaces
de interpretar papeles como nios reales y como nios fantsticos.
Sin embargo es preciso que los padres y educadores no se dejen llevar por estos juegos
infantiles, pretextando su inocencia y su encanto, permitiendo su introduccin en la vida de
cada da, justificando hechos reales con juegos para evitar reprimendas y castigos cuando
se han visto sorprendidos/as en situaciones comprometidas. Resulta curioso comprobar
como tambin a los adultos les interesa justificar acciones por medio del juego.
b.- Los nios y nias tambin son capaces en muchas ocasiones de mentir para perjudicar
a alguien, por tal de conseguir siempre el amor de predileccin de los adultos.
Freud (Lapidus 2005) mostr que nias y nios no eran tan inocentes como se crea.
En particular las rivalidades entre hermanos y hermanas no son siempre palabras
vacas, los nios y nias temen ante todo perder el amor de sus padres o el afecto de
una persona a la que estiman.
As, pues, ven siempre con algo de celo el hecho de que se interesen por ejemplo
un hermano pequeo, una hermana o un compaero. La llegada a la escuela puede
provocar tambin momentos de intencionalidad para perjudicar a alguien.
c.- Nios y nias en sus primeros aos son investigadores natos, su deseo de actuar,
prescindiendo de acudir a la ayuda del adulto, para conocer la realidad, es lo que les
lleva en muchas ocasiones a mentir por saber la verdad. No conocen la verdad y para
ellos la verdad es lo que dice el adulto. Pero muy a menudo el adulto no le dice lo
suficiente y este ltimo desea a veces saber ms y le gusta probar los objetos, las
cosas e incluso a las personas. Est forma de mentira es muy frecuente, y poco conocida
por los educadores, est emparentada con el comportamiento de esos nios que repiten
las palabras escuchadas, sencillamente para saber lo que quieren decir o significar la
reaccin que estas palabras desencadenan en el adulto, la aclaracin de su sentido.
Para Talwar V. y Kang Lee (2002) los nios de 3 aos ya mienten para esconder sus
transgresiones.
e.- Para proteger a uno o varios grupos de pertenencia de cara al adulto, las nias y
nios forman una comunidad relativamente cerrada y tratan en la medida de lo posible,
de preservar esta intimidad sealando la diferencia entre los adultos y ellos mismos. Se
instaura una solidaridad entre ellos. Algunas nias y nios mienten deliberadamente
por su sentido de pertenencia y amor a sus progenitores para ocultar a los otros lo que
ocurre en su familia.
Los educadores y trabajadores sociales que en tales casos, desearan ayudar a la nia
y al nio y sustraerles de situaciones negativas, tropiezan con un silencio con el que
se rodea ese tipo de cosas. No logran los adultos saber realmente lo que ocurre y por
lo tanto ven fracasar su buena voluntad y su accin comprometida en muchos casos.
Es evidente que el grupo familiar desempea por tanto un importante papel y si bien
se puede llegar a mentir dentro del grupo familiar para obtener ventajas afectivas,
tambin ocurre a menudo que se recurre a la mentira para defender o disimular el
comportamiento comprometido de su padre, su madre o su hermano, convencido
plenamente que lo que hace est bien.
f.- Otro mvil es el inters infantil evidentemente afectivo. Se busca por todos los
medios suscitar pruebas de afecto y amistad con la mentira sobre algo falso que le
pasa. Slo buscan acaparar el cario, el inters y la atencin de los dems. A veces se
convierten en observadores de la reaccin que su mentira ha suscitado en los adultos
que le rodean. Para conseguir algo que desea, el nio recurre a la mentira; no vacila,
por ejemplo, en decir que ha trabajado bien en clase para que le compren el juguete
prometido en ese caso, si el adulto le ha acostumbrado a demostrar su satisfaccin con
un regalo. Pensemos que para l, casi no es mentira puesto que efectivamente podra
haber trabajado bien en clase. Adems, descubre que ha faltado poco para que lo que
ha dicho sea verdad, la prueba es que le han credo.
Otro tipo de mentira por inters afectivo nace de la indiferencia de los mayores que rodean
a la nia o al nio. Algunos nios tienen la impresin de ser ignorados o desatendidos,
por lo tanto buscan hacerse los interesantes, y la mentira es un medio de hacerse
notar aunque slo sea para conseguir reprimendas.
g.- En lo referente a mentir para evitar una situacin considerada vergonzosa o por
autoestima, toda persona necesita ser reconocida por los dems, satisfaciendo sus
Anlisis de la mentira infantil propuesta/Mara Dolores Molina Jan 101
Las situaciones habituales de mentira infantil son aquellas en que los padres y los
educadores utilizan el castigo para tratar de dar mayor peso a sus reproches. Por
ejemplo, la censura pblica del comportamiento infantil delante de otros hermanos,
familiares u otras personas; o bien, en la escuela, se le avergenza delante de toda la
clase.
Inevitablemente, para sustraerse a estas situaciones, la nia o el nio debe hacer algo
y utilizar las nicas armas de que dispone, para evitar las reprimendas mediante la
mentira en repetidas situaciones En esa situacin, la mentira infantil pronto se convertir
en hbito y se mantendr en situaciones anlogas con el peligro de transferir la mentira
a mltiples situaciones generalizando este tipo de comportamiento y extendindolo a
cualquier zona de vida y entorno (familiar, escolar, de amistades ..etc.).
La mentira ocasional puede ayudar a veces a salir de un mal paso. Para el nio, igual
que para cualquier ser humano, es difcil soportar el sentirse siempre en situacin de
inferioridad. Por ello, cansado de or de las riquezas o proezas de sus compaeros, se
inventar todo lo que desea.
h.- En cuanto a mentir por el placer de engaar, muchas nias y nios sienten el deseo
de afirmar la propia superioridad sobre alguien y lo hacen a travs de enredar o
gastar una broma y a continuacin burlarse de otra o de otro por su simplicidad o
ingenuidad al creer la historia que le contaban. Si bien este tipo de mentira cuando
es muy elaborada es ms propia de nias y nios de mayor edad, est admitida y
se asemejan a las bromas de inocentes. Algunas son de dudoso gusto y revelan un
puro deseo de molestar. Mediante ese rodeo, recuperan el sentimiento de ser del que
hablbamos en el apartado anterior.
i.- La mentira infantil por timidez o por temor respecto a progenitores, educadores,
personas mayores o ante una situacin que se considera punitiva.
Mentir para evitar reproches y sanciones. Este mvil es el que mejor conocen
los padres y generalmente todos los educadores. Es el ms repetido como causa
principal de la mentira cualquiera que sea. De hecho, lo primero que viene a la
mente cuando un nio miente, es que trata de sustraerse al justo enfado o castigo
de sus padres. Es el caso del nio que oculta un deber escolar concreto o un hecho
no aceptable, porque sabe por adelantado que sus padres no lo aprobaran.
Anlisis de la mentira infantil propuesta/Mara Dolores Molina Jan 102
Mentir para ser credo. A veces la infancia se siente persuadida de que nadie creer
la verdad, bien porque se juzgue demasiado anodina, o bien porque sea demasiado
inverosmil. Entonces para dar ms peso a los argumentos, los arreglan e incluso
buscan otros ms aceptables, todo con el deseo de una mayor verosimilitud y quin
no ha aadido un poco de mentira a una historia para hacerla ms interesante?
Mentir para imitar modelos adultos o iguales que realizan actuaciones que parecen
interesantes. As consiguen llamar la atencin de los otros o manifestar su
admiracin hacia esos modelos adultos o del crculo de amistades.
Son varias las clasificaciones que se han hecho de las mentiras infantiles. Destacamos
la de Gervilla (1987), la de Ekman (1999), la de Jaimes (2002), Ramrez (2002) y
Maguirre (2002) como nos recuerda Madrid (2003). Analizaremos seguidamente los
diversos tipos de mentiras infantiles intentando aunar todos los autores citados en la
siguiente relacin de tipos de mentiras infantiles:
Slo deben tomarse medidas preventivas o remdiales, segn cada caso. Cuando la
fantasa se lleva a un extremo y el nio vive demasiado en un mundo imaginario, ya
hemos comentado como los agentes educativos han de ayudar para que cada vez ms
distinga el mundo real del fantstico.
La fantasa excesiva puede disiparse fcilmente llevando la atencin del nio suavemente
a la diferencia entre la fantasa y la realidad. Cuando se le cuenta un relato fabuloso una
sencilla pregunta como eso es fingido, no es cuento?, es ordinariamente suficiente
para controlar esta situacin; la nia y el nio fantasean para liberarse de un mundo
no interesante o desagradable, pero sin traumas, ni consecuencias negativas. Bien al
contrario sale enriquecido en su inteligencia, su fantasa y otros aspectos o dimensiones
de su personalidad.
La imitacin de los padres o educadores, que animan los hechos para hacer ms interesante
o divertido un relato es una causa comn de mentir. Los padres y educadores amados
y respetados en los primeros aos formativos son considerados como un modelo. Por
ello los adultos relacionados con la infancia deben evitar exageraciones, fantasas y aun
ms mentiras que en un primer momento pueden parecer sin malicia o ser consideradas
sociales, y a veces hasta de cortesa, en presencia de nias y nios. No deben hacer
declaraciones que no sean ciertas, ocultar informacin ni realizar hechos de mentira
en general. Esta es una falta comn y a menudo difcilmente detectable. Constituye
una de las razones ms frecuentes que influyen en que nias y nios no adquieran
un sentimiento de lo verdadero y lo falso adecuado y siempre propiciador de un
desarrollo correcto.
Las mentiras Blancas son ampliamente usadas por los adultos. Nios y nias a menudo
oyen a uno de los padres decir tengo otro compromiso, al responder a una invitacin que
Anlisis de la mentira infantil propuesta/Mara Dolores Molina Jan 104
no desea aceptar. No puede esperarse que el nio sea veraz en todo momento cuando
tales falsedades, por insignificantes que puedan parecer se repiten a menudo. Es incapaz
de apreciar que estas evasiones resultan del deseo de protegerse contra las demandas y
presiones de la vida social que los padres consideran excesivas, pero los pequeos pueden
extender el uso de la mentira blanca a evitar tareas desagradables desviando as la
responsabilidad hacia otros y eludindola conscientemente. Delfos (2001) aconseja no dejar
pasar estos tipos de incidentes para el buen desarrollo de la educacin de la infancia.
La mejor forma de evitar mentir de este modo, es evitar la necesidad de ello. Si los padres
creen que se ha cometido una trasgresin, no deben preguntarle sobre por qu ya que su
incertidumbre da al nio una nueva oportunidad de mentir. Si saben que ha errado, deben
enfrentarlo con el hecho y no preguntarle sobre l, y si trata de negar su responsabilidad
mintiendo, debe ser reprendido por la mentira y por la falta original. Cuando son acusados
de mentir, algunos pequeos admiten su culpa inmediatamente, otros la niegan lo ms
que pueden y luego callan, y otros tratan de escapar a las consecuencias diciendo otras
mentiras. En este caso puede verse la ventaja de no dar al nio la oportunidad de ms
discusin. Los padres y educadores no deben acusar sin estar seguros. Deben sealar la
falta o castigo, si es necesario, evitando as la mentira defensiva.
todo el mundo respeta a una persona veraz. Los padres y educadores deben tener
cuidado de ser completamente honestos en sus tratos con el nio y entre ellos, y que
no deben dudarse de la palabra del nio. La ventaja de la confianza mutua es evidente,
y generalmente tratar de ser merecedor de la confianza que se le ofrece. A veces, las
mentiras defensivas tienen un tono altruista, como cuando por ejemplo mienten para
proteger a un compaero o amigo.
La mentira se usa a veces para llamar la atencin. As, el nio dice una mentira
evidentemente como No he roto el coche; cuando los padres saben muy bien que lo
hizo.
El nio sabe que no ser credo y que puede ser castigado, pero prefiere esto a la
indiferencia de los padres. Si el inters de stos no puede ganarlo con una conducta
apropiada, lo buscan portndose mal. Estas nias y nios pueden segn nos comentan
Leung, Robson & Lim (1992) incluso saber que sern castigados por mentir, pero ellos
prefieren sentir una atencin negativa a ser ignorados por sus padres.
La venganza es una base para la mentira como lo es para robar y para la desobediencia.
El nio desea desquitarse de sus padres y miente para enfadarlos. Replica a la pregunta
de sus padres Qu has hecho? diciendo que ha estado en situaciones perjudiciales,
para la salud o para su seguridad, porque sabe que le est prohibido y que puede
perjudicarle. Obtiene un sentimiento de importancia, de poder decir la mentira y ser
credo, y tambin de ver a sus padres inquietos y enfadados.
Los sentimientos vengativos a menudo surgen como respuesta a los padres autoritarios,
a una llamada de atencin o a una situacin de celos en relacin con los dems, y son
consecuencia de los sentimientos de la nia o del nio de que ha sido injustamente
tratado o de sus celos a causa del inters que muestran los padres por un hermano o
en el colegio al creerse tratado de forma diferente a otros compaeros.
xito en todo lo que la nia o el nio intenta. El pequeo, incapaz de hacer realidad
las esperanzas de sus padres, inventa xitos para tratar de complacer a su familia y
tambin para justificarse en su autoestima. A veces las mentiras son excusas del fracaso
o sustitutos de lo que no se puede hacer. Cuando se exige demasiado puede parecerle
que solo mintiendo puede ocupar su lugar en la familia.
Si un nio o nia traviesos puede hacer ver a sus padres y educadores que destaca en
otra faceta, quizs sea elogiado, y no regaado. Por la repeticin frecuente llega a creer
en su excelencia y esto puede llegarle al punto en que olvide lo que es cierto y lo que
es falso, y se convierta en un mentiroso habitual. Tal conducta mentirosa se evita mejor
si los padres y educadores aprenden a aceptar a los nios y nias con sus mritos y
tambin con sus limitaciones y los estimulan a buscar satisfaccin en otras facetas.
Los nios reaccionan similarmente, cuando son contrariados repetidamente por algn
miembro de la familia, pueden volverse negativitas y negarse a hacer lo que se les
pide dando excusas increbles e inventando falsedades no slo para evitar cumplir, sino
tambin para provocar deliberadamente a la otra persona.
Son tratadas por Sutter (1976) Gervilla (2000), Maguirre (2002) entre otros autores
y son debidas a retrasos intelectuales, psicosis, mitomanas, o neurosis, que tienen su
origen en el desarrollo de la misma nias y nios en su entorno familiar clima de
hogar.
III.4.11.-Las pseudomentiras
Para Suther (1976) son las mentiras autnticas, son afirmaciones o negaciones bruscas,
que invierten, la evidencia de los datos de una situacin real.
Anlisis de la mentira infantil propuesta/Mara Dolores Molina Jan 107
Para Gamble, W. (2001) en sus estudios sobre la mentira en los nios, muestran
una sorprendentemente y sofisticada comprensin de la mentira como herramienta
de comunicacin y relaciones, siendo utilizada como consecuencia para preservar y
mantener relaciones ms amplias, aprenden que este comportamiento ayuda a evitar
conflictos. Si valoran las consecuencias de ser pillados y saben que conlleva riesgo
y que estos riesgos pueden ser muy perjudiciales para las relaciones y prevn las
posibles reacciones negativas se preocuparan de no ser detectados. Gamble concluye:
vuestros nios os mienten a casi todos.
Todos los nmeros y tipos de mentira aumentan conforme el nio madura; sin
embargo, la mayora de las mentiras se dicen para beneficiar a otro o para
proteger los propios sentimientos (mentiras pro sociales)
Los nios dicen ms mentiras pro social a sus iguales. Dicen mentiras ms
interesadas (por ejemplo, para esconder una fechora o protegerse a expensas de
otro) y de autodeterminacin (evitar desconcierto, desaprobacin o castigo) a sus
madres.
No haba diferencia de gnero en los nmeros y tipos de mentiras dichas.
Los nios decan la verdad con ms frecuencia que mentan.
Los nios aprenden a mentir de los adultos quienes, segn Gamble, mienten dos
o tres veces al da. Si los padres quieren educar a un nio honesto, deben,
fundamentalmente, ser conscientes de su propio comportamiento.
Plevyak dice que los padres no deberan esperar a or un cuento chino antes de
hablar con sus hijos sobre la mentira, y deben ayudar a realizar planteamientos con
un dilema moral en escenarios concretos y cercanos. Plevyak aade que las nias y
nios tambin necesitan comprender cundo las acciones no supervisadas estn mal,
sobre todo, recuerda que son muy observadores de lo que los dems hacen, estn
aprendiendo y analizando siempre comportamientos.
Henderson, D. (2003) en esta misma lnea concluye que los profesores ensean la
verdad mediante la escucha activa y tiene la responsabilidad de ayudar al nio/a a
aprender a solucionar problemas por s mismo y de situaciones de los otros.
Los adultos han de tener cuidado al malinterpretar las historias que un nio puede
contar como mentiras y saber si son lo no lo son.
Un tema importante es saber si las nias/os pequeos son crdulos y pueden ser
engaados fcilmente por las mentiras de otros. Este aspecto est muy relacionado con
el apartado que hemos comentado anteriormente sobre la fantasa y la mentira.
Los adultos segn Ekman y Friesen, (1969), usamos un nmero de estrategias para
evitar ser engaados por las mentiras de otros. Una estrategia comn es detectar
inconsistencias entre los comportamientos, verbales y no verbales mostrados por un
mentiroso. Una vez que se detectadas el receptor de una mentira puede tener una razn
para sospechar que el hablante ha mentido, si se han descartado otras posibilidades (por
ejemplo, broma, irona o sarcasmo). Otra estrategia importante segn Lee y Cameron,
(2000), para no ser engaados, est basada en la semntica, es decir nos esforzamos
en comprender lo que significan las palabras y oraciones expresadas por los otros y de
ellas extraer conclusiones.
Pero los individuos pueden usar su conocimiento del mundo para identificar inconsistencias
en el contenido de la afirmacin de un mentiroso. Las inconsistencias como resumen Lee
Anlisis de la mentira infantil propuesta/Mara Dolores Molina Jan 109
Varios investigadores han examinado cmo los nios/as usan inconsistencias entre
afirmaciones verbales y comportamientos no verbales para determinar si creer la
declaracin de un mentiroso/a, (De Paulo y Jordan, 1982; Feldman y White, 1980).
La causa de fallo en las nias y nios pequeos no est clara. Una posibilidad es
que la comprensin de que la informacin no verbal es ms fiable que la informacin
verbal durante una comunicacin inconsistente es en s un conocimiento de desarrollo
tardo. Este conocimiento, nombrado por Rotenberg et al. (1989) como el principio
de consistencia verbal-no verbal, se adquiere durante los aos de colegio elemental
(Rotenberg y Eisenberg, 1997). Los nios ms pequeos puede que todava no hayan
obtenido totalmente este principio y por lo tanto no lo apliquen en este tipo de contexto
engaoso.
Las dificultades de los pequeos para usar el principio de inconsistencia verbal-no verbal
en situaciones engaosas no necesariamente sugieren que sean crdulos y se les engae
fcilmente. Los pequeos pueden lograr evitar ser engaados por las mentiras de otros
si su conocimiento del mundo puede aplicarse para detectar las mentiras. O sea, si
ya han adquirido cierto conocimiento del mundo y la afirmacin verbal del hablante
es inconsistente con su conocimiento, pueden usar esta inconsistencia para decidir no
creer la afirmacin del hablante.
Lee et al. (2002) investigaron si nias y nios pequeos son crdulos y fcilmente
engaados por las mentiras de otros. Especficamente, este estudio examin si los
pequeos creen la afirmacin de un mentiroso cuando esa afirmacin rompe su
conocimiento provocando una distincin entre realidad y fantasa. Se obtuvo una
tendencia consistente con el desarrollo, pues la mayora de nios/as mayores rechazaron
fcilmente una declaracin inverosmil de un mentiroso sobre quin rompi un vaso e
infirieron correctamente el verdadero estado de los hechos que contradeca la declaracin
Anlisis de la mentira infantil propuesta/Mara Dolores Molina Jan 110
Los nios ms pequeos no estn seguros de si los fantasmas creados por su propia
imaginacin se pueden volver reales, y parece aplicable a los descubrimientos del
presente estudio: aunque algunos de los nios de 3 y 4 aos comprendieron la naturaleza
fantstica de los fantasmas como lo hicieron la mayora de los de 5 y 6, el conocimiento
de esos nios ms pequeos sobre la distincin fantasa-realidad podra no estar tan
consolidada como la de los mayores.
Anlisis de la mentira infantil propuesta/Mara Dolores Molina Jan 111
Cabe destacar que aunque los nios de 5 y 6 aos tuvieron xito en la mayora en las
tareas del presente estudio, eso no sugiere que los nios ms pequeos sean totalmente
crdulos o que aceptaran a ciegas lo que les diga un hablante y por lo tanto podran
ser fcilmente engaados por las mentiras de otro. La habilidad para detectar y no
creer las mentiras de otro pueden surgir antes, dependiendo si una mentira provoca
un cierto tipo de conocimiento, y de si el nio/a ha adquirido el conocimiento necesario
a una edad ms temprana.
De hecho, los resultados sugieren que si los nios son informados de lo que puede ser
el verdadero estado de los hechos y que es inconsistente con lo que afirma un hablante,
pueden fcilmente inferir que el hablante tiene una intencin comunicativa engaosa.
Adems, Lee y cols (2000) mostraron que los nios de 3 aos no crean las mentiras
de otro:
Los nios/as tuvieron xito en la primera situacin porque tenan conocimiento especfico
sobre la historia del comportamiento del mentiroso.
Su xito en la segunda situacin fue probablemente porque comprendan los vnculos
casuales entre las intenciones de los individuos y sus comportamientos posteriores
(Wellman, 1992).
Hay otros tipos de conocimiento del mundo que los nios/as pueden adquirir antes de la
distincin fantasa-realidad. Por ejemplo, es posible que nios/as de 5 a 6 aos de edad
puedan tener xito a la hora de evitar ser engaados por las mentiras de otro cuando
las mentiras violan su conocimiento biolgico o psicolgico Por ejemplo, la afirmacin
de que una pequea hormiga o el proceso mental de una persona es responsable de
romper un vaso; Flavell (1995), Flavell (200).
Los descubrimientos del estudio de Lee et al, (2002) sugieren que al menos los
preescolares ms mayores ya no son crdulos. Ya son capaces de detectar mentiras en
el sentido real de la palabra: rechazando una afirmacin de un mentiroso como reflejo
del estado real de los hechos, atribuyendo una intencin engaosa al mentiroso, y,
finalmente, etiquetando explcitamente la afirmacin del mentiroso como mentira.
CAPTULO IV
EDUCACIN EN VALORES: La sinceridad como superacin de la mentira en la etapa
de Educacin Infantil
La educacin es siempre una educacin en valores. Para Cortina (2000), desde una
perspectiva social y contextual, los valores son las cualidades que nos hacen acondicionar
el mundo y hacerlo habitable. Por otro lado para Gervilla. E (1999), desde un enfoque
filosfico-moral, El valor es lo bueno, real o ideal, deseado o deseable, para la persona
y/o la sociedad.
En el mbito educativo se profundiza con trabajos que aclaran los aspectos del valor
con actitudes (Ajzen, Escmez y Ortega, Santos Guerra, Coll, Medrano, Buxarrais y
otros). Como afirma Ortega Ruiz (1986) las actitudes son de suma importancia en el
proceso de socializacin de la persona, es decir la razn de ms peso dentro del inters
que la actitud ha despertado radica en que se piensa, en general, que las actitudes,
en cuanto producto de un proceso de socializacin, influyen o condicionan fuertemente
las distintas respuestas a los diversos estmulos que un individuo recibe de personas,
grupos, objetos o situaciones sociales.
Desde el punto de vista psicolgico hay autores que como A. H. Maslow (1964), M.
Rokeach (1968) y R. M. Williams (1968), entre otros, consideran que los valores han de
situarse en la persona; a esto se enfrentan las sugerencias de Campbell (1963) y otros
autores que sitan a los valores en los objetos.
Desde un punto de vista social, se habla mucho de valores en todos los estamentos de
la sociedad as como de la necesidad de tratarlos en profundidad. Cortina, A. (2001),
los mantiene y considera como valores tradicionales y universales.
Por otro lado, los valores se reformulan marcando desde un punto de vista social la
necesidad de formacin del alumnado en valores para ser miembros autnomos de las
comunidades histricas a que pertenecen. Desde el punto de vista individual considera
como objetivo de la educacin la personalidad, y el desarrollo de una personalidad
autnoma.
Hasta los aos sesenta la bibliografa estuvo presidida por lo que se conoce como el
enfoque tradicional, que entiende la educacin moral y la enseanza de las actitudes y
valores como la interiorizacin de normas y valores absolutos siendo objetivos prioritarios
Anlisis de la mentira infantil propuesta/Mara Dolores Molina Jan 115
que se deben aceptar y respetar como el resultado del proceso de socializacin en una
sociedad y que en un momento concreto marcan el desarrollo de la persona. El proceso
de aprendizaje moral es autoritario y responde al pasado que se presenta conformista
y pasivo.
Este enfoque ha sido muy criticado por algunos autores como Piaget (1972) considerando
posible este planteamiento solo cuando en la infancia en un principio se usan las reglas
morales como si de urbanidad se tratase para que la persona se inicie en el proceso de
socializacin. Tambin para otro autor como Bell y Harper, (1977) ya lo consideraba
abstracto, deductivo pasivo y proclive al adiestramiento.
Los modelos actuales por el contrario, propugnan una educacin para la autonoma por
medio de un anlisis lgico, con razonamientos prcticos como los dilemas morales y el
desarrollo del juicio moral en una propuesta de integracin de los elementos cognitivos
y las habilidades intelectuales, para desarrollar en la persona la autonoma moral.
Para ello, este grupo de investigadores denominado GREM trabajan ocho aspectos
de la personalidad moral, el auto conocimiento, la autonoma y autorregulacin, las
capacidades para el dilogo, la capacidad para transformar el entorno, la comprensin
crtica capacidad de empata, las habilidades sociales y el razonamiento moral.
Estas lneas de investigacin con las que nos identificamos, nos conducen a definir como
objetivos de la educacin moral los siguientes planteamientos:
En Espaa se opt por este modelo integrado en los Congresos de Pedagoga realizados en
el 2003 en Barcelona y en el 2004 en Madrid, conjugando el esfuerzo que han de realizar
escuela, familia y comunidad para optimizar la educacin en valores. Se hizo hincapi
en que la educacin moral tiene como objetivo lograr nuevas formas de actuacin que
siguiendo uno u otro modelo, independientemente deben presentar unas condiciones
indispensables para que sea posible dicha educacin. Estas son la intencionalidad, la
explicitacin y la particularizacin de las propuestas que desarrollamos brevemente a
continuacin.
Los caminos y las vas no pueden justificar los fines. Es evidente que un buen uso del
dilogo, de los mtodos participativos, del ejemplo del profesor son condiciones necesarias
para una adecuada labor de formacin. Pero es condicin tambin necesaria su precisin
en el diseo curricular, en el anlisis del contenido, en los objetivos propuestos, es decir,
tener claro los fines que se esperan en lo educativo. La formacin socio humanista tiene
su propia significacin y lgica y, de lo que se trata es de incorporarla como parte del
Anlisis de la mentira infantil propuesta/Mara Dolores Molina Jan 120
Al final de la dcada de los noventa, nos encontramos con otras propuestas como
la de Oser F. (1996), que considera, que no se debe estimular un estadio superior
de desarrollo del juicio moral (Kohlberg) sin estimular la accin moral y seala otras
prescripciones que, segn los datos de la investigacin emprica, se han de seguir para
una adecuada educacin moral. Son una muestra de la sntesis de modelos que se est
produciendo entre las teoras de la educacin moral.
Ya desde Garca Hoz (1970), Bronfenbrenner (1987), hasta Puig (2003) pasando por
otros psiclogos y pedagogos este hecho es una idea unnime.
Por otra parte el tema de los estilos educativos adquiere entonces importancia
fundamental a la hora de educar en valores. En ese sentido segn el autor, se distinguen
varios estilos educativos (Baumrind, 1971 y Maccoby y Martn, 1983 en Coloma, 1993),
que vienen determinados por la presencia o ausencia de dos variables fundamentales
a la hora de estudiar la relacin padres-hijos: el afecto o disponibilidad paterna a la
respuesta a la relacin padres-hijos y el control o exigencia paterna que se pone en
esta relacin.
Anlisis de la mentira infantil propuesta/Mara Dolores Molina Jan 122
Existen varias clasificaciones sobre el modelo de accin de los padres hacia sus hijos,
y hemos tomado partido por esta que ha supuesto un avance en el modelo tradicional
de clasificar a los padres en autoritarios, democrticos y lesser-faire, ya que en este
modelo se contemplan los modelos pero teniendo en cuenta la respuesta que los hijos
manifiestan en reaccin al comportamiento de los padres. Por ello optamos por el modelo
de Musitu y Cava (2001) que manejando las variables de estilo directivo y no directivo
diferencia cuatro tipos de padres:
Actualmente los padres optan generalmente por una educacin para la libertad,
valorando la comunicacin, el dilogo y la tolerancia, llevados en muchos casos por
el temor al riesgo que lleva consigo hoy estilos y modelos de relacin padres-hijos, y
en otras generalmente por la sensibilizacin e incorporacin de la familia a modelos
ms democrticos. Tambin encontramos bastantes familias con un modelo permisivo-
indulgente que a veces justifican su actitud por las situaciones laborales y las necesidades
de compaginar vida laboral, la familia y el ocio.
El estilo autoritativo recproco descrito, es el que segn las investigaciones actuales como
las de Zeledn (2004), Esteve (2005), aparece como el ms indicado para favorecer
el crecimiento de la hija o del hijo en todas las dimensiones. Ms all de la forma que
adquiera, la familia sigue siendo la institucin cuya funcin fundamental es responder a
las necesidades y las relaciones esenciales para el futuro de la persona y su desarrollo
psquico.
Anlisis de la mentira infantil propuesta/Mara Dolores Molina Jan 123
La familia aparece en este sentido pues como la instancia primera donde se experimenta
y organiza el futuro individual, donde se dan las condiciones bsicas para desarrollarse
el sentido de pertenencia y a su vez en lograrse la necesaria autonoma personal. La
familia se constituye as como el primer paso importante hacia la adquisicin de la
cultura y de la socializacin al organizar el sistema de valores, la manera de pensar y de
comportarse de sus miembros, de acuerdo a la pertenencia cultural y contextual propia
de cada familia.
Somos conscientes de que aunque los objetivos y las actividades referidas a la formacin
en valores en la familia y en la escuela dentro de una misma cultura estn muy
relacionados, existen diferencias, ya que la familia incide en un mbito ms personal
y cotidiano. Por su parte, la escuela adems de centrarse en la individualizacin /
socializacin de cada alumna y alumno en particular, no puede abandonar el aspecto
personal pero profundiza ms en lo social y en lo acadmico con el consiguiente peligro.
Como afirma Delval (2000) este aspecto acadmico est a veces poco relacionado con
la vida cotidiana. Es ms los aprendizajes que se realizan en la familia son naturales no
estn sujetos a programas, lo contrario que en la escuela.
A veces hay discontinuidad entre familia y escuela infantil al tener la familia y las
educadoras/es diferentes concepciones en cuanto a lo que significa educacin, valores,
ajuste, adaptacin, clima educativo del centro (Normativa de Convivencia) esfuerzo
en el rendimiento, comportamientos propios, contenidos y aspectos curriculares de
obediencia, de disciplina o en aspectos puramente acadmicos. Se suscitan tambin
conflictos y tensiones por intromisiones que exceden y bloquean los mbitos de
colaboracin Esto se recoge en un estudio realizado por Oliva y Palacios (1998).
Una propuesta para favorecer las relaciones entre familia y escuela en educacin infantil
para compartir ideas sobre conceptos morales y acadmicos, sera la de involucrar a las
familias en la escuela infantil a travs de:
Pero somos conscientes que la Escuela Infantil ha tenido y tiene a veces situaciones
adversas para poder desarrollar la formacin en valores que de verdad necesita el
alumnado y estas adversidades vienen desde distintas direcciones:
actividades y fiestas que genera en los padres y madres una necesidad de ocio,
intercalado en las diversas actividades curriculares y extraescolares de sus hijos,
reduciendo considerablemente el tiempo de educacin y contacto entre padres-
madres e hijos y procurando un ocio compartido que casi siempre esta elegido
por los adultos. Todo ello agranda la distancia generacional entre padres e hijos,
ampliada por las presiones laborares.
la pequea pantalla 218 minutos al da, pero sus programas preferidos tienen poco que
ver con contenidos dirigidos especialmente a este pblico infantil. Las ofertas infantiles
propiamente dichas escasean en la mayora de las cadenas pblicas y son ignoradas
en las privadas. A falta de estos contenidos, los nios estn abocados a consumir los
mismos productos que los adultos, y muchos de ellos se venden (especialmente las
series) con la intencin de cubrir una franja de edad lo ms amplia posible, dudando
mucho de que el inters de todas las edades no cause daos a los ms pequeos Los
programas ofrecen frecuentemente contravalores: sexo precoz, violencia desmesurada
y conflictos adultos (engaos, intrigas.etc.), que los ms pequeos asimilan para s.
En uno de los trabajos realizados sobre esta temtica (Comitel 2003), los programas
ms vistos por los telespectadores ms jvenes fueron el Festival de Eurovisin,
Operacin Triunfo, Ana y los 7, Los Simpson y las retransmisiones futbolsticas. Los
estudios tambin realizados en Japn, Estados Unidos, Inglaterra o Alemania sobre el
consumo cultural de la poblacin ponen en evidencia que el pblico infantil adquiere y
modela sus actitudes y valores fundamentalmente a travs de la relacin con el medio
audiovisual. Por ello, mucho se ha escrito acerca de los efectos sociales de la televisin
sobre los nios en la construccin simblica destacando que ayuda poco o nada a
que los nios adquieran cuanto antes la diferencia entre realidad y fantasa. Sartori
(1998) definiendo la especie humana, como Homo videns asegura que la televisin solo
genera imgenes y no conceptos dificultando la capacidad de abstraer y negndole al
espectador la posibilidad de realizar comentarios.
Solamente se incide en las imgenes visualizadas del mismo modo en todos los pases
del mundo y as la sociedad en general est teledirigida, sin hablar de los efectos a
todos los niveles (personales, sociales, econmicos y polticos) de la publicidad y su
influjo en la poblacin infantil.
otros, sino principalmente cuestin de revisar la incorporacin y los usos de los medios
de comunicacin por parte de la familia. Es decir, el problema ya no est slo en los
contenidos de los medios sino tambin en las maneras de acceder a tales contenidos
en la familia. El cmo vemos la televisin y actualmente la consola y el ordenador, se
convierte en el problema principal a considerar y no el de qu vemos en la televisin y
en las dems pantallas. Por el contrario hay que detectar qu alternativas se pierden en
la experiencia familiar, qu conflictos de fondo disimula el consumo sobreabundante e
indiscriminado de estos productos. Aguaded (2004) propone la utopa de ensear a las
familias y a los educadores a ver la televisin, y nosotras ampliamos tambin la utopa
a los dems productos como el ordenador y las consolas.
El consumo tiende en los ltimos aos levemente a disminuir pero por el influjo de otros
medios-pantalla, los videos y video-juegos. Los Informes de CEACCU (2005) de anlisis
y seguimiento de los contenidos infantiles TV y derechos de los usuarios: Contenidos
Infantiles. Publicidad y Qu televisin ven los nios? (2004), ya recogan un cambio
de tendencia preocupante. Ante la ausencia de una programacin especfica dirigida
a los ms pequeos se produce el desplazamiento de la audiencia infantil hacia los
programas dirigidos aparentemente a los adultos. En ambos estudios ya quedaba bien
patente el hecho de que los programas infantiles ms vistos no alcanzaban la audiencia
del programa no infantil ms seguido por espectadores de 4 a 12 aos.
Hay que precisar que para que una persona pueda ser considerada como sincera, no
basta slo con decir la verdad. Es una parte de la sinceridad y tambin es condicin
indispensable actuar conforme a la verdad.
La persona sincera posibilita relaciones equilibradas con los dems, asegurando amistades
y encontrndose bien con ella misma y con los otros, facilitando una buena y fluida
insercin social y de aqu su importancia y la necesidad de que los padres y sobre todo
los educadores no sean neutrales y ayudan a su desarrollo en su labor educativa.
Por todo esto el papel de los adultos puede incrementar, prevenir o superar comportamientos
no deseados en nias y nios como es el caso de la mentira. Adems la falta de sinceridad
por parte de los adultos supone en nias y nios la ruptura moral y comprender que
independientemente de los hechos ocurridos podemos manifestarlos como tal o modificarlos
a inters propio. Ya en este captulo, hemos tratado el tema de la educacin, en otros
aspectos. Pero queremos destacar aqu el principio de intervencin preventiva junto al
principio de desarrollo, segn la edad del nio/a y de la intervencin social o contextualizacin,
segn sean las condiciones del medio donde se desarrolle el nio o la nia: hogar familiar,
ambiente y medio escolar, grupo de compaeros y amigos y comunidad.
Los padres deben orientar a sus hijas e hijos desde pequeos a que les cuenten sus
cosas y todas sus cosas ya sean importantes o no para unos y para otros.
Entre las posibles estrategias de prevencin del contravalor de la mentira para padres y
madres, podemos enumerar las siguientes:
Desarrollo de afecto y lazos de unin que van a favorecer las relaciones de apego
entre los adultos-nias y nios.
Clima de confianza y comprensin de los hechos en situaciones propias y ajenas
donde resulten implicadas personas y hechos referentes al tema de la mentira.
Anlisis de la mentira infantil propuesta/Mara Dolores Molina Jan 129
Frente a toda mentira, es necesario educar familias, y centros educativos para que esta
conducta no se repita, lo cual requiere:
- Crear un clima que favorezca la verdad. Atacar de frente la mentira. Sin lograr
antes esta condicin es una empresa llamada al fracaso. Aportarles y hacerles
descubrir salidas diferentes para la situacin que le ha llevado a mentir. Desde
nuestra posicin de padres y educadores, no mentir nunca, ni hacer decir al nio
mentiras sociales por nosotros. Ser sinceros en todo momento educativo.
- Dar al nio el cario que necesita y la atencin que requiere. El clima de equilibrio
afectivo es bsico para un crecimiento sin problemas.
- Darle siempre una nueva oportunidad de actuacin a fin de que con las nuevas
pautas, pueda superar con xito el problema. Ayudar y no juzgar. Vivir en un clima
de confianza mutua que facilite comprender su realidad.
- Analizar las causas de las mentiras. Dada la polivalencia y variedad de las mentiras
infantiles, no se las puede juzgar con criterios simplistas. Habr que comprender
antes los motivos que impulsaron al nio a mentir, el sentido que para l tienen
dichas mentiras, a travs de la comunicacin y el dilogo.
- Recompensar, con refuerzo de tipo afectivo y atencional, las verdades que el nio
expresa, hacindole comprender lo que gana con la verdad.
Anlisis de la mentira infantil propuesta/Mara Dolores Molina Jan 130
- Un castigo excesivo lleva al miedo, y ste le har volver a mentir, cada vez ms y
con ms astucia.
- Hacerle comprender que puede conseguir el mismo fin con otros medios.
- Nunca dejar pasar una mentira. La mentira es demasiado importante para tomarla
a la ligera. Algunos adultos la acogen con indiferencia o aparentan no darse cuenta
y tal actitud evita el choque frontal; pero no hay que olvidar que la nia y el nio,
construye su juicio moral en conformidad con los juicios de los adultos. Una cosa
es buena o mala segn lo que oigan decir a stos, as que es necesario, hacerle
comprender primero por qu la mentira es responsabilidad de l o de ella.
Anlisis de la mentira infantil propuesta/Mara Dolores Molina Jan 131
- Evitar la complicidad. Hay adultos que estimulan la mentira del nio utilizndola
para sus fines particulares. Incitan al nio a mentir con ellos o a mentir en su lugar;
para lograr la colaboracin del nio le chantajean afectivamente con promesas o
amenazas. Por tanto, es un comportamiento nocivo que compromete de forma
importante la formacin moral.
Segn Vexler (2002), la tutora tiene un carcter preventivo y formativo que tiene
como finalidad acompaar al alumnado en su desarrollo, afectivo y cognitivo, teniendo
como objetivos:
Por su parte Gheiler (2000) seala que las competencias que deber tener un buen
tutor pasan por:
Los padres y madres son tambin agentes educativos decisivos en la tutora ya que son
los primeros en educar a su hijo e hija y debe ser continua la interaccin con la tutora
en Educacin Infantil.
Todo esto constituye un proceso gradual de desarrollo personal que no finalizar en los
tres aos de escolarizacin en Educacin Infantil. Por lo tanto la labor de tutora va ms
all del trabajo del tutor o de la tutora. Tambin hay que contar con que el desarrollo de
cada nia y nio depende, de la calidad de la interaccin y del estilo educativo y tutorial
del profesorado.
La tutora, como cualquier otro programa o proyecto, tiene que derivarse del PEC a fin
de que todos se sientan comprometidos en sus fines y objetivos. El PEC tiene como
propsito realizar una prctica educativa transformadora, lo ms coherente y eficaz
posible, teniendo en cuenta la realidad del alumnado de infantil y contexto del centro.
El PEC plantea la idea central, el propsito general que va a guiar la actuacin de
todos los integrantes del centro educativo. Por ello de los elementos que contiene el
PEC consideramos muy importante la explicitacin de la funcin tutorial as como la
elaboracin de la propuesta pedaggica, porque en ellas se mencionan, adems de
los rasgos de identidad del colegio, los perfiles del alumnado, del profesorado y los
principios pedaggicos que guiarn la actuacin de los docentes, las intenciones del
centro educativo en lo concerniente a la orientacin y tutora, intencionalidad que como
hemos dicho debe concretarse en el proyecto curricular de centro (PCC).
El proyecto curricular de centro (PCC) concreta, adecua y realiza a nivel de cada centro
educativo el Diseo Curricular Bsico (DCB) y, por otra parte, operacionaliza el Plan
Anual elaborado en el mismo centro.
Con estos documentos (DCB, PEC y PCC), el profesorado disear el Plan Anual de
Tutora del centro educativo y la programacin de actividades de tutora para cada curso
dentro del Ciclo de Educacin Infantil.
La direccin del centro educativo debe estar comprometida con la implementacin del
sistema de tutora, pues de ella depender que funcione y tenga xito. El director debe
crear las condiciones necesarias para el buen funcionamiento del sistema: a facilitar
la labor y acciones de los tutores. Asegurar la elaboracin del programa anual de cada
tutor. Apoyar y supervisar el desarrollo del plan de trabajo de tutora. Facilitar espacios
para la tutora personal. Facilitar espacios de trabajo para el equipo de tutores.
3. La tutora supone:
En Educacin infantil los profesores y profesoras por el simple hecho de ser profesorado de
esta etapa educativa deben asumir el rol del tutor o tutora y deben tener en cuenta:
Que el profesorado tiene que tener inters en asumir la funcin tutorial.
Cada tutora deber hacerse cargo de un solo curso, y a ser posible se desarrollar
los tres aos consecutivos que dura el ciclo para poder dar continuidad al vnculo y al
acompaamiento en los procesos de desarrollo de las nias y nios a estas edades.
Tutor o tutora debern elaborar un plan de trabajo anual que considere los temas
que resulten ms adecuados a las necesidades del grupo. El grupo de tutores debe
Anlisis de la mentira infantil propuesta/Mara Dolores Molina Jan 137
organizarse dentro del centro educativo para elaborar sus programas, intercambiar
experiencias y atender las situaciones que se vayan presentando.
Ms all de las actividades de capacitacin que se pudiera ofrecer a los tutores y tutoras
ser necesario que tomen la iniciativa de capacitarse en todo aquello que les permita
realizar mejor su labor.
Con frecuencia es captado el profesorado como modelo a imitar (junto con los padres
y madres), sin embargo nunca el tutor/a es un modelo perfecto a copiar, pero si debe
presentar una dinmica de vida empeada en correr a su deber ser como persona. Es en
este sentido el alumnado debe despertar en el profesorado una necesidad de renovacin
y mejora ya desde la infancia para progresivamente en sus aprendizajes y acciones
comprometerse a cultivar el esfuerzo que supone aspirar constantemente a su deber
ser a pesar de su corta edad.
El profesorado tena tradicionalmente una nica funcin que era, dar sentido y
prestigio a su profesin (por medio del contenido), ahora debe conservar esta funcin
de transmisin, pero debe asumir al mismo tiempo otras, ya que por recientes
investigaciones sabemos que el alumnado reconoce la influencia positiva o negativa del
profesorado en su desarrollo y en el aprendizaje escolar y no nos podemos cuestionar
el abandono de la influencia en aras de la perdida de autoridad (entre otros problemas)
tan comentada actualmente.
Anlisis de la mentira infantil propuesta/Mara Dolores Molina Jan 138
Las funciones pues que se le atribuyen al profesorado hoy da para un desarrollo ptimo
de su profesin desde una perspectiva constructivista son:
Los modelos metodolgicos para trabajar los temas transversales pueden ser:
a.- Deductivo, que se iniciar en el proyecto educativo del centro, PCC, hasta llegar
al aula de infantil. Este modelo supone un anlisis del contexto del centro y de las
necesidades educativas propias que de el se derivan, que lleve a una clarificacin
conceptual del profesorado respecto al posible proyecto.
b.- Modelo inductivo, que partiendo de la prctica de cualquier aula implicada en los
temas transversales, lleguen a ser proyectos globales de centro.
SEGUNDA PARTE: ESTUDIO EXPERIMENTAL
Segunda Parte:
Estudio Experimental
CAPTULO V
DISEO DE INVESTIGACIN
Para realizar una programacin adecuada del proceso de investigacin, hemos partido
de una secuencia ordenada jerrquicamente de las etapas y las fases adecuadas, con
el fin de proceder ordenadamente en la estructuracin del diseo. Cada una de las
etapas se interrelacionan mutuamente desde el punto de partida del problema, en su
correspondiente formulacin, pasando por la necesaria fundamentacin de las bases
tericas, tan importantes para abarcar comprensivamente el problema y los estudios
sobre el mismo remontndonos a una actualizacin cientfica que permita avanzar en
su estudio e investigacin.
Para ello se tienen en cuenta los diversos sectores de poblacin implicados en el estudio
familia, profesorado, nias y nios, en los que se realiza y se proyecta el problema a
fin de llegar a una toma de decisiones sobre la forma de proceder, recabar y conseguir
la informacin necesaria.
V.1.3.- Hipotesis.
H.-1: Comprobar como el conocimiento y las actitudes de los nios y nias haca
la mentira pueden ser observados directamente por las profesoras tutoras de
Educacin Infantil en situaciones de la vida diaria en el centro educativo.
Anlisis de la mentira infantil propuesta/Mara Dolores Molina Jan 146
H.-2: Identificar la opinin que sobre la mentira tienen los padres, madres y el
profesorado en Educacin Infantil.
H.-3: Detectar las diferencias respecto a la mentira en cuanto a la edad, el sexo y
algunas capacidades como la inteligencia, la creatividad y el lenguaje de nuestra
muestra.
H.-4: Comparar las respuestas, respectos a diversos aspectos relacionados con la
mentira de padres, madres y profesorado de E. I., para establecer en lneas de
actuacin para un correcto desarrollo de la personalidad moral.
Los pueblos que componen la comarca de la Loma y las Villas, son beda, Baeza,
Torreperogil, Sabiote, Lupin, Ibros, Begijar, Baeza, Rus, Canena, Iznatoraf, Villacarrillo
y Villanueva del Arzobispo.
beda y su comarca viven principalmente del sector servicios, sobre todo comercio y
administracin, que ocupan el 49 % de la poblacin activa. Adems de la agricultura,
fundamentalmente el olivar, ganadera, industria y turismo muy incrementado en los
ltimos aos.
Anlisis de la mentira infantil propuesta/Mara Dolores Molina Jan 147
V. 2. 2 - Caractersticas de la poblacin
Vamos a analizar en los centros educativos tres sectores de la misma. Las nias y nios
de la comarca, los padres y madres, y las tutoras y tutores.
Las nias y nios de esta comarcan tienen las inquietudes y los intereses de la poblacin
infantil de esa edad, tanto en caractersticas afectivas, cognitivas y sociales.
Pero nos gustara destacar que el ocio en estos pueblos de la comarca no es un ocio
infantil y que nias y nios estn sujetos a las preferencias de los padres y madres que
tampoco tienen muchas opciones de entretenimiento.
de Jan, el incremento del la poblacin inmigrante que ha pasado del 04% al 09%
incrementndose tambin la oferta de plazas en Educacin Infantil. Hoy da todos los
nios y nias de 3 aos que demandan voluntariamente la escolarizacin, ya que no
es obligatorio como manifiestan la LOGSE y la LOE, as como las nias y nios de 4 y
de 5 aos, tienen garantizada una plaza escolar en nuestra Comarca, al igual que en
el resto de Andaluca, en centros educativos pblicos (pblicos y concertados). A tales
efectos Andaluca dispuso durante el curso 2004 2005 de un total de 4.578 centros,
de los que 3.715 son de titularidad pblica y 863 de titularidad privada concertada.
Se incorporaron al sistema educativo 75.782 nias y nios de 3 aos, es decir, 6.961
escolares ms que el curso anterior, siendo el porcentaje de escolarizacin de 100% en
la provincia de Jan, as como en Crdoba, Granada, Huelva. Asimismo en el curso 2004
2005 se pusieron en funcionamiento 50 nuevas unidades para el alumnado de 4 aos
y otras tantas de 3 aos.
Tambin constatamos que se han debilitado los lazos afectivos entre padres e hijos
(Caixa 2005) y esta puede que sea una de las causas de la baja natalidad de la poblacin
autctona, adems de que la responsabilidad y las tareas de la casa en esta comarca
mayoritariamente (Informe Jan 2004) las siguen realizando la mujer as como la
educacin y el cuidado de los hijos e hijas.
Aunque el porcentaje de madres que trabajan es bajo al igual que el nivel de estudios,
estas ideas nos pueden dar una orientacin sobre lo que sucede en el contexto familiar.
Otra consecuencia del debilitamiento de los lazos afectivos es constatar que la nia y
el nio no son el centro de la unidad familiar y que por ello no se les dedica ni tiempo
ni importancia y la televisin ayuda a educar o deteriora ms la dbil influencia de los
padres sobre sus hijos e hijas.
As mismo las familias (ningn padre y slo algunas madres) no participan suficientemente
en el centro escolar, se limitan slo a ir al centro, a veces comprometidos por amistad
o compromiso, a participar en los Consejos Escolares. Hay escasa o nula participacin
en AMAS y APAS.
En cuanto a las actividades extraescolares, las familias participan pero solo por
la responsabilidad de cara a la comunidad educativa, siendo esta participacin
predominantemente femenina (madres y abuelas), y escasa o nula desde punto de vista
masculino (padres y abuelos)
En cuanto al ocio, la televisin como ya hemos contado antes es la que marca y preside ese
tiempo. Apenas se leen libros, y tampoco se va al cine ni a espectculos culturales ya que no
hay cine como tal, solo hay salas en beda y un Crculo Mercantil en Baeza donde a veces
en contadas ocasiones se programan sesiones cinematogrficas. En beda se desarrolla el
Festival internacional de Msica y Danza Ciudad de beda que trata de conectar con las
actividades del Conservatorio pero la influencia de este sector es limitado.
El nivel de estudios en general no es alto y hay pocas personas con licenciaturas, algunas
con diplomaturas y la mayora no ha superado la ESO, como muestra el cuestionario
realizado a padres/madres.
Anlisis de la mentira infantil propuesta/Mara Dolores Molina Jan 150
En general la mayora del profesorado de Educacin Infantil son mujeres ya que por
tradicin y cultura las carreras que se dedican al cuidado de la infancia y de los mayores,
estn generalmente copadas por mujeres y la Educacin Infantil es una de ellas. Son
an pocos los varones que nos encontramos hoy en estas aulas, apenas un 14%. No
obstante, la mayora de las educadoras y educadores son poseedoras de la especialidad
en esta etapa educativa confirmando la tipicidad e importancia de dicha etapa. Adems
hay una media de edad de 34 aos, relativamente joven, y la especialidad de Educacin
Infantil que en su nacimiento se define como la etapa educativa que tiene como finalidad
el desarrollo fsico, sensorial, intelectual, afectivo, social y moral de las nias y los nios.
(LOE 2004), es una especialidad relativamente nueva ya que se inici a principios de
siglo. En 1918 son convocadas las primera oposiciones a Prvulos, posteriormente la
UNED creo cursos de especialidad a nivel nacional (1972-1985) y en 1985 se generaliz
a las provincias, desarrollndose en estos aos, profesionales que no han dejado
de formarse y estn considerados como la avanzadilla del desarrollo pedaggico en
nuestro sistema educativo. Son el cuerpo que ms cursos de reciclaje realiza y ms
perfeccionamiento demanda de los CEP (Plan Anual del CEP de beda para el 2005) con
diferencia del recto de colectivos educativos.
Varios son los autores que seguimos principalmente para describir las etapas del
desarrollo infantil de tres hasta los seis aos, aunque cada uno de ellos plantea un
modelo distinto para explicar dicho desarrollo ya que actualmente ningn modelo
terico puede describir la diversidad y complejidad del los fenmenos propios del
desarrollo humano Por ello, nuestra intencin es simplemente destacar algunas de las
caractersticas ms importantes de cada etapa, a travs de autores como Piaget, Wallon
H. y Vigostky, Freud, Bronfenbrenner entre otros clsicos de la psicologa evolutiva, que
Anlisis de la mentira infantil propuesta/Mara Dolores Molina Jan 151
A grosso modo en los primeros aos de vida, de 0 a 2 aos, el desarrollo del nio/
a, a todos los niveles intelectuales, afectivos y sociales, est ligado a su desarrollo
fsico y a su capacidad cada vez ms autnoma de movimiento; y es que, en esta
etapa, lo ms caracterstico es que accin y pensamiento son una misma cosa. Se dan
simultneamente, se aprenden y se estimulan al entrar en contacto con las personas y
las cosas que le rodean.
Veamos estas etapas y observemos mediante los ejemplos del dibujo de la figura
humana que su representacin se corresponde a las etapas de integracin del esquema
corporal.
Entre los 2-3 aos, el nio/a hace garabatos, experimenta con el lpiz o colores el
gesto que realiza y el trazado que hace, por ejemplo lneas desordenadas, circulares,
garabatos y a darles un nombre (es mam o soy yo), aunque no se pueda reconocer
nada. Este aspecto es muy importante porque se tiene la comprensin de que a travs
de los movimientos que realiza representa lo que le rodea o se imagina.
ya que forma parte del resto de las dems capacidades y destrezas que realiza el ser
humano.
Vigostky (1981) describe que a medida que la nia y el nio aprenden a usar palabras,
desarrollan conceptos, esto es, ideas acerca de los objetivos y los acontecimientos que
tienen lugar as como las relaciones visibles que existen entre ellos. El lenguaje sirve
como medio de comunicacin y de pensamiento.
Para autores como Vigostky (1981) y Monfort y Jurez (2002), el lenguaje es socializado
y sirve para la comunicacin (intercambio de informacin, con o sin preguntas u
rdenes). Investigaciones recientes demuestran que el lenguaje de los nios es social
desde muy temprana edad. Vigostky consideraba que el lenguaje abierto se va haciendo
pensamiento verbal interno.
Para Vigostky la pieza clave del desarrollo es la actividad instrumental, que es toda
accin que realicemos con un instrumento (ayuda externa que nos da un agente) para
Anlisis de la mentira infantil propuesta/Mara Dolores Molina Jan 154
Segn este autor las funciones psquica superiores como la memoria, la atencin, la
percepcin, el pensamiento y el lenguaje son producto de la asimilacin individual de
lo que nos ofrece la cultura humana y no slo son funciones heredadas. Para el autor el
aprendizaje es el que estimula los procesos evolutivos internos necesarios para que el
desarrollo sea efectivo, por lo que el desarrollo estar en funcin de este aprendizaje.
La psicologa del nio/a de 2-3 a 6 aos, segn Piaget, pasa de la etapa sensorio
motora a etapa de las operaciones concretas. Representa un salto cualitativo en la
forma de pensar porque trae consigo la funcin simblica: el nio utiliza smbolos para
representar objetos, lugares y personas; puede retroceder y avanzar en el tiempo.
Una caracterstica que aparece a estas edades, siguiendo con la teora de Piaget, es el
juego simblico en donde nias y nios utilizan un objeto con una finalidad distinta a la
real. El juego simblico permite transformar lo real, por asimilacin, a las necesidades
del yo. Le proporciona al nio un medio de expresin propio y le permite resolver los
conflictos que le plantea el mundo de los adultos.
El dibujo tiene gran valor pedaggico, pues es una forma de representacin de la realidad
mucho ms natural que la escritura que es totalmente cultural.
Nos parece importante el papel del lenguaje como controlador de la conducta (mediacin
verbal) en el tema de esta investigacin. Cuando las nias y los nios han aprendido
a usar palabras, el lenguaje se vuelve instrumental: sirve para controlar. Segn los
autores de la TOM, como ya hemos visto se desarrolla desde los 2 a los 6 aos etapa
en la que se encuentran los sujetos de nuestra muestra.
En cuanto al desarrollo moral (Piaget y Kohlberg) y las fases por la que pasa el desarrollo
moral en la nia y el nio de educacin infantil han sido tratadas en profundidad en
el captulo II de este trabajo, por lo que es innecesario volver a repetir esas fases tan
Anlisis de la mentira infantil propuesta/Mara Dolores Molina Jan 157
ampliamente tratadas ya que son el motivo y tema principal como hemos dicho de
nuestro trabajo.
Queremos cerrar este apartado volviendo a insistir en que no existen fechas y plazos
rgidos para el desarrollo humano. Todas las fechas y periodos temporales apuntados
son orientativos. Cada nia y cada nio frecuentemente avanzan ms rpido en unas
reas y se desarrolla con algn retraso en otras. Por esta razn no debemos nunca
considerar el desarrollo infantil como un proceso automtico ni podemos comparar de
forma lineal a dos nios o nias de la misma edad. Justamente por este motivo en
psicologa evolutiva se diferencia la edad cronolgica (aos, meses) de la edad mental
(etapas evolutivas en las que se encuentran nias y nios).
cuentan con mayor fiabilidad y anonimato, pudiendo darse respuestas ms honesta, sin
la influencia del grupo y menos estereotipadas. El profesorado fue preparado al efecto
en una reunin de ciclo, tras el permiso de la direccin de los centros, para garantizar
homogeneidad y tratar de evitar que se proyectaran subjetividades al aplicarlo.
Reunin con los directores y directoras de los centros para pedir su colaboracin y
ofrecerles informacin de la investigacin.
Reunin inicial con las profesoras y profesores investigadores de cada centro.
Presentacin del cuestionario y planteamiento de su realizacin.
Elaboracin de una actividad simulada en una sesin de familiarizacin con el
cuestionario.
Lectura del cuento de Pinocho que realizaron tutoras y tutores,
Tanto los cuestionarios de Pinocho, como los Registros de Observacin realizados por
tutoras y tutores han sido individuales, sin embargo los cuestionarios de madres y
padres se ha entregado uno por familia. Las variables a trabajar han sido la edad, los
estudios, la profesin y el nivel socio econmico.
Presentacin de la investigacin
Presentacin del cuestionario a padres y madres en una sesin informativa
(tutora).
Recogida de los cuestionarios a madres y padres.
Reunin final.
Tras la aplicacin del cuestionario, el anlisis de las respuestas de este grupo piloto
permiti prever que la investigacin permitira entre otras:
La Tabla 7 resume los valores descriptivos referentes a los 18 primeros tems del
cuestionario de Pinocho, en la que el sujeto que menos aciertos ha obtenido ha resuelto
bien 3 tems y el mximo de cuestiones acertadas ha sido de 18 tems.
La frecuencia de aciertos en cada uno de los tems por edades, se presenta a continuacin
en los valores que reflejan los grficos de las pginas siguientes.
Los valores que quedan fuera de los lmites se representan con un crculo (sujetos n
79 y n 64 de 4 aos y el n 89 de 5 aos) porque quedan, relativamente cerca de lo
que se considera normal, y con un asterisco el sujeto n 128 de 5 aos que se pueden
considerar datos atpicos, porque puntan muy bajo en el grupo de nias y nios de su
edad, as mismo apreciamos como la media de aciertos aumenta en la muestra de 5
aos, como se expresa el grfico, en comparacin con las muestra de 3 y de 4 aos.
Una comparativa general nos muestra la Tabla 8 en la que estamos considerando los
tems del cuestionario referidos a la parte primera cognitiva (tems 1 al 18):
Anlisis de la mentira infantil propuesta/Mara Dolores Molina Jan 165
Para establecer si hay diferencias significativas entre los valores de las medias del nmero
de aciertos segn la edad aplicamos la Prueba de Jonckheere-Terpstra. Esta prueba
han sido elegida para establecer la comparacin entre los valores de los grupos y la
variable edad, en varias muestras independientes que proceden de la misma poblacin,
se asume que la variable subyacente, la edad tiene una distribucin continua, y trata de
contrastar la hiptesis nula de que la media es la misma para todas las subpoblaciones
de la muestra. Los resultados obtenidos son los siguientes:
Anlisis de la mentira infantil propuesta/Mara Dolores Molina Jan 166
Este contraste (J-T) realizado para contrastar la igualdad de medias frente a que estn
ordenadas ascendentemente segn la edad nos ofrece un valor p= 0.007 y que nos
lleva a rechazar la hiptesis nula de igualdad de medias, demostrndose tambin que
a mayor edad, se produce mayor nmero de aciertos, es decir existe una diferencia
significativa entre los diferentes grupos de edad que componen la muestra.
La Tabla 10 presenta los valores de dicho contraste y son los siguientes:
Los tems que presentan diferencias significativas frente a la edad son: tem n 4(tablas
17 y 18), n 7 (tablas 23 y 24), n 10 (tablas 29 y 30), n 12 (tablas 33 y 34), n 13
(tablas 35 y 36), n 14 (tablas 37 y 38), n 16 (tablas 41 y 42) y por ltimo el n 17
(tablas 43 y 44). No presentan diferencias significativas el resto de los tems, tem
n 1(tablas 11 y 12), n 2 (tablas 13 y 14), n 3 (tablas 15 y 16), n 5 (tablas 19 y
Anlisis de la mentira infantil propuesta/Mara Dolores Molina Jan 167
20), n 6 (tablas 21 y 22). En el desarrollo de este trabajo vamos a exponer tanto las
relaciones que han presentado diferencias significativas, como las que no como otros
debido a la importancia que tiene constatar ambos aspectos de la investigacin.
Por su parte la tabla 14 expresa un p-valor de 0635 evidenciando que no hay diferencias
en cuanto a los aciertos del tem n 2 respecto a la edad.
La tabla 15 presenta los resultados del tem n 3 con un porcentaje total de aciertos
bastante alto cifrado en un 905%, que pormenorizado en cada una de las muestras es:
en la muestra de 3 aos de 936 %, en la de 4 aos de 841% y en la de 5 aos de
935 %.
Por otro lado la tabla 18 presenta un p-valor de 0014 es decir si hay diferencias en
cuanto a las repuestas dadas afirmativamente y la edad de la muestra en el tem n 4.
La tabla 21 refleja el porcentaje global de los aciertos en el tem n 6 que es del 78%
y en lo que respecta a las muestra de 3 aos el porcentaje de aciertos es de 791%,
en la de 4 aos el porcentaje asciende al 727% y en la muestra de 5 aos recoge un
818%.
As mismo la tabla 23 expone los datos del tem n 7 y su resultado global de aciertos
que es del 81%, y concretamente la muestra de 3 aos alcanza un porcentaje de
aciertos del 694%, en 4 aos del 848% y en la muestra de 5 aos del 891%.
Por otro lado la tabla 24 presenta un p-valor de 0036 permitiendo afirmar que hay
diferencias en este tem con respecto a la edad y el nmero de aciertos.
La tabla 27 desarrolla los aciertos del tem n 9, con un porcentaje de aciertos del 82%
de la muestra global y si atendemos a las muestras de 3,4 y 5 aos nos encontramos
con unos porcentajes de aciertos de 729 %, de 844% y 891% respectivamente.
En cuanto a la tabla 28 expresa el p-valor que es 0108 con el que podemos afirmar
que no hay diferencias en los resultados de los aciertos en relacin con la edad de los
componentes de la muestra.
Anlisis de la mentira infantil propuesta/Mara Dolores Molina Jan 173
Por otro lado la tabla 30 nos presenta un p-valor de 0044 que nos permite afirmar que
existen diferencias en cuanto a los aciertos y la edad de la muestra.
En relacin con tem 11, la tabla 31 refleja el valor de 921% referido a los aciertos
conseguidos de forma global, de manera particular en 3 aos el porcentaje es de 8963%
y en 4 y 5 aos el porcentaje es de 891% y 978%.
Anlisis de la mentira infantil propuesta/Mara Dolores Molina Jan 174
El p-valor que refleja la tabla 32 es de 0216 y por lo tanto los aciertos en este tem no
presentan diferencias en cuanto a la edad.
As mismo la tabla 34 muestra un p-valor de 0004 con el que se afirma que los
aciertos relacionan con la edad en el tem 12.
La tabla 38 presenta el p-valor de 0026, reflejando que la edad est relacionada con
los aciertos en este tem n 14.
La tabla 39 presenta los resultado de la muestra en el tem 15, sta cuestin es acertada
por un 375% del total, siendo en la muestra de 3 aos el porcentaje de 425%, en la
de 4 aos de 341 y en 5 aos de 356%.
El tem 16 en la tabla 41, presenta un porcentaje global del 78%.En lo referente a los
aciertos separados por edades nos encontramos con un porcentaje del 761% en la
muestra de 3 aos, en la de 4 aos con el 659% y en la muestra de 5 aos se eleva
considerablemente a un 913%, son las nias y nios de 4 aos los que registran un
descenso mayor de aciertos, siendo superados por nias y nios de 3 aos.
Anlisis de la mentira infantil propuesta/Mara Dolores Molina Jan 177
Por otro lado en la tabla 42 se muestra un p-valor = a 0014 es decir hay diferencias
con respecto a la edad en este tem.
Por otro lado el p-valor se encuentra al lmite ya que es de 0058 y no est muy claro si
existen diferencias en este tem con relacin a la edad, como nos muestra la tabla 44.
Anlisis de la mentira infantil propuesta/Mara Dolores Molina Jan 178
La tabla 46 refleja en la prueba Chi- cuadrado un valor de p de 0887 por lo que no hay
diferencias significativas respecto a la edad.
Hay que partir en esta segunda parte del estudio-anlisis de las respuestas de las
nias y nios al cuestionario, teniendo en cuenta que este conjunto de tems tienen
como base de su estructuracin las siguientes categoras: percepcin, sucesin, causas
Anlisis de la mentira infantil propuesta/Mara Dolores Molina Jan 179
- Las preguntas 27 y 28 pretenden explorar las respuestas verbales que los nios y
nias dan a los mayores en las que subyace el conocimiento que el nio o la nia
tiene de lo que hacen sus iguales en relacin con el tema que nos ocupa.
En los apartados siguientes vamos a realizar, por un lado un estudio descriptivo de los
tems 20 al 30 y por otro se realizarn las pruebas Chi-cuadrado para ver si existen
diferencias significativas en las respuestas segn la edad.
Anlisis de la mentira infantil propuesta/Mara Dolores Molina Jan 180
del nio/a (lo cual seria duro o agresivo empezar por planterselo directamente a
l o ella en una cuestin que le compromete) sino como algo que puede darse en las
nias y nios en general; por otra parte, la respuesta, sea cual sea, deja a nias y nios
exentos de culpa, y s constata la afirmacin o negacin de lo que viven y observan sin
ningn pudor: Los nios y las nias mienten? (tem 21).
En un anlisis descriptivo de los datos, esta cuestin nos muestra como la mayora de
las nias y nios son conscientes de los hechos de la mentira entre sus amistades, y
con las respuestas al S (22%) de la muestra afirmando radicalmente que este hecho
sucede, debemos considerar las respuestas de la opcin A veces (33%) y resulta que
ms de la mitad de los nios/as (55%) contesten afirmativamente a la existencia del
hecho de la mentira. Adems se evidencia la negacin del hecho de la mentira en los
ms pequeos (3 aos: 36%, 4 aos: 32%, 5 aos: 32) a medida que nias y nios
son mayores tienden a aceptar el hecho.
El grfico 7, muestra esta afirmacin que podemos ver con color verde, solo la parte de
la muestra que claramente afirma que los nios y nias no mienten.
Los porcentajes como expresa el Grfico n 8, varan cuando se les hace a nias y
nios la pregunta de forma personal: T dices mentiras?, y se elevan un poco de
forma que se obtiene que los que afirman que No mienten son el 64% expresado en
el grfico 8 de color verde y reconocen mentir Siempre o A veces un 34% (de color
amarillo), es interesante observar como los valores de las repuestas a la opcin No
y A veces descienden en su porcentaje con la edad de nias y nios (3, 4 y 5 aos
respectivamente) y afirman que No (243%, la muestra de 3 aos, 235% la de 4
aos y 16% la de 5 aos) una proporcin menor segn va avanzando la edad de la
misma forma aumenta el nmero de nias y de nios que con la edad afirman que A
veces mienten (12-14-19% respectivamente)
En esta cuestin (tem 25) intentamos descubrir las causas por las que nias y nios
mienten y la mayora (617% representada en el grfico 9 de color beige) de los que
han reconocido que mienten, (tem 24) optan por la respuesta No lo s es decir se
acogen a la respuesta fcil para no implicarse, ya que la pregunta es directa y tratan de
eludirla. El porcentaje va seguido de un 32% (marcado en el grfico con el color azul),
que saben claramente que es para que no los castiguen ante situaciones comprometidas
y un 65% que lo realizan para poder conseguir algo de los dems, premios, elogios
etc.
C.22. Los nios y nias que mienten lo hacen a los padres, a los amigos y hermanos o
a las profesoras y profesores?
En esta cuestin se plantea a quin va dirigida la mentira y en las repuestas y los datos
obtenidos se establecen descriptivamente que una mayora optan por no contestar,
como refleja el Grfico n 10, ms del 50%, (tal vez llevados por el conflicto personal
que les supone decantarse por alguna de las opciones propuestas). Se establece que
los nios y nias mienten ms a sus iguales, (amigos y hermanos, 29%) seguido del
porcentaje (177%) de A los padres y por ltimo a las Profesoras y profesores
(13%). Un porcentaje destacado, correspondiente al 403% manifiesta que quien
miente lo hace a todas las personas.
Como se ha expresado anteriormente, las opciones de cada uno de los tems desde el
n 20 al n 30 se han presentando bastante discriminantes en sus opciones respecto a
la que es correcta desde el punto de vista moral.
Respecto al interrogante Los mayores mienten? (tem 26) se registra como la mitad
de las nias y nios de la muestra son conscientes de que los mayores mienten, ya
que aunque el porcentaje de la muestra total que afirma que No es de un 55% sin
embargo si tenemos en cuenta que un 22% responde S y un 23% responde A veces
tenemos que los que reconocen afirmativamente que se da el hecho de la mentira en los
mayores asciende a un 45%, con lo cual la muestra presenta una dicotoma.
Si bien por otra parte este 45% constituye una tasa elevada si consideramos que son
capaces ya a esta edad de afirmar que se producen hechos de mentira en los mayores y
a la vez tenemos en cuenta que existen muchos factores en contra de la espontaneidad
que supone atreverse a decir estos hechos.
Anlisis de la mentira infantil propuesta/Mara Dolores Molina Jan 187
Aplicada la prueba Chi-cuadrado (tabla 53) hay que asumir que no existen diferencias
significativas en cuanto a la edad, debido a que el p-valor es igual a 0561.
La ltima cuestin (tem 30) realizada pretende descubrir la problemtica que nios y
nias encuentran a su paso en la continua asimilacin y acomodacin al mundo en el
que estn inmersos, planteando un interrogante a modo de dilema opcional: Qu te
gustara a ti decir, la verdad o a veces hay que mentir? El Grfico 15, en sus respuestas
se observa en el total de la muestra a la mayora de las nias y nios prefieren optar
por la respuesta ideal y tica me gustara decir siempre la verdad (77%) y solo una
minora del 22% responden asumiendo a veces hay que mentir, lo que demuestra que
a pesar de todas las realidades reconocidas por las nias y nios en el cuestionario,
algunos con abrumadora mayora, terminan en el tem 30 eligiendo la verdad o sea el
comportamiento tico-moral deseable y que les gustara.
Anlisis de la mentira infantil propuesta/Mara Dolores Molina Jan 191
Grfico 15. Te gustara decir siempre la verdad o a veces hay que mentir?
Hay que asumir la Ho puesto que aplicada la prueba Chi-cuadrado, con un P-valor de
0670 no se han detectado diferencias significativas en cuanto a la edad, es decir hay
unanimidad en el contenido de las respuestas, mostradas en la Tabla 57.
Para el ltimo comentario hemos decido dejar la cuestin n 19, en la que se les
preguntaba a nios y nias si les haba gustado el cuento, la respuesta es, en un
964%, que mucho. Ya sabamos que los cuentos son muy apreciados por las nias y
nios de todas las edades, y en esta etapa tambin.
El grfico 16 con el color azul muestra este alto porcentaje, que venimos comentando.
Anlisis de la mentira infantil propuesta/Mara Dolores Molina Jan 192
En lo que respecta a la aplicacin del test de Chi cuadrado la Tabla 58 muestra en sus
resultados que no hay diferencias significativas con respecto a la edad, debido a que el
P-valor es de 0576.
El cuestionario (Madrid 2003) tiene el objetivo de detectar la opinin que padres/ madres
y maestras/os, tienen sobre el tema de la mentira infantil, est ya validado y por su
inters lo hemos aplicado a nuestra investigacin. Teniendo en cuenta los bloques o
categoras en los que se estructura hay que destacar los siguientes.
Anlisis de la mentira infantil propuesta/Mara Dolores Molina Jan 193
La situacin civil de la pareja (Grfico 18), nos indica una muestra mayoritariamente
compuesta por parejas casadas en un 87%. Es poco relevante el porcentaje de parejas
de hecho o separadas.
Anlisis de la mentira infantil propuesta/Mara Dolores Molina Jan 194
Grfico 17: Progenitores que contestan. Grfico 18: Estado civil de la pareja.
Desde el punto de vista de cada uno de los miembros de la unidad familiar, el padre
se caracteriza por tener mayoritariamente una edad comprendida entre los 30 y los
40 aos (64%), otro grupo del 24% est comprendido entre 40 y 50 aos, siendo el
porcentaje de los padres que tienen entre 50 a 60 aos, de un 8%. Tambin son escasos
Anlisis de la mentira infantil propuesta/Mara Dolores Molina Jan 195
los padres jvenes ya que los comprendidos entre 20 y 30 aos, slo representan un
5% de la muestra total (Grfico 21).
En cuanto al nivel de estudios de los padres nos encontramos con que casi el 50% ha
cursado estudios primarios, slo Enseanza Obligatoria (ESO) un 4%, hasta Secundaria
el 6%, otro grupo del 20%, han realizado estudios universitarios y el resto tambin
20% ha terminado estudios de Formacin Profesional, (Grfico 22). Por tanto como
podemos ver el nivel de estudios de los padres de la comarca es variado con predominio
de los estudios primarios.
Grfico 21: Edad del padre. Grfico 22: Estudios del padre.
En cuanto a los estudios de las madres como expresa el Grfico 24, vemos un grupo
mayoritario que asciende al 42% aproximadamente que solo tiene estudios primarios;
un 3% ESO, y un 7%, Educacin Secundaria. Pero por otro lado hay un 50% con estudios
superiores es decir un 30% tiene estudios universitarios y el 20 % posee titulacin de
Formacin Profesional.
En comparacin con los padres como podemos comprobar en los Grficos 24 y 22, el
porcentaje de madres con un nivel de estudios superior es mayor que el de padres.
Grfico 25: Sexo del profesorado. Grfico 26: Edad del profesorado.
Con respecto a la edad observamos en el Grfico 26, que casi el 50% del profesorado
estn comprendidos entre los 40 y 50 aos de edad, seguido de un 26.9% que tienen
entre 30 y 40 aos, o sea es un profesorado ya consolidado que no es demasiado joven
en estos momentos y que conoce la etapa educativa en la que trabaja bastante bien,
como veremos en los siguientes Grficos 27 y 28.
Grfico 27: Estudios del profesorado. Grfico 28: Aos de antigedad profesorado
Anlisis de la mentira infantil propuesta/Mara Dolores Molina Jan 198
En lo referente a los estudios con los que accedieron a la funcin docente (Grfico 27)
una gran mayora son maestras y maestros con la especialidad de Educacin Infantil
79.5%, siendo muy pequeo el porcentaje que accedi con otra especialidad (15.4%) o
son licenciados/as (5.1%).
Los aos de profesin (Grfico 28), como ya hemos comentado nos muestran un personal
que est consolidado y que lleva ms de 15 aos en su gran mayora, en concreto
un 62.9% dedicado a este nivel. Que lleven entre 10 a 15 aos de profesin hay un
porcentaje del 20.5% de maestras/os. As mismo llevan trabajando en este nivel entre
1 y 5 aos un porcentaje del 12.8% y entre 5 a 10 aos el 3.8% del profesorado.
V.5.4.- Anlisis de las respuestas generales dadas a los tems (por padres/
madres, maestras/os) en el cuestionario
a.- Anlisis de tems generales dados en el cuestionario de padres mostrados en la Tabla 59.
En cuanto al tem 2 (El nio tiene conciencia clara de lo que dice), un porcentaje
de 46.8% de padres y madres de la muestra consideran que sus hijos e hijas tienen
una conciencia clara de lo que dicen, si a este porcentaje le aadimos un 28.1 % que
consideran que estn muy de acuerdo, el porcentaje de padres que valoran positivamente
esta cuestin se incrementa ascendiendo a un 74.9%.
En el tem n 3, El nio sabe diferenciar lo que est bien de lo que est mal una
mayora del 53.2 % afirma estar Bastante de acuerdo que se hace ms rotunda si
observamos que estn Muy de acuerdo el 30.3 % de padres/madres.
Por tanto una inmensa mayora de padres/madres, el 83.5% piensan que saben
diferenciar lo que est bien de lo que esta mal.
En el tem n 4 El nio sabe bien lo que hace, el 45.3% de los encuestados/as estn
Bastante de acuerdo con esta afirmacin, aunque se matiza el resultado con un 30.9%
de respuestas a la misma que consideran estar Poco de acuerdo con esta cuestin.
b. -Anlisis de las respuestas del cuestionario de padres segn lo contesten por separado
padre, madre o ambos,
La Tabla 60 nos resume los rangos promedio entre los que se encuentran las respuestas
dadas por el padre, la madre o ambos de las nias y nios de la muestra, en las
preguntas generales que se realizan en el cuestionario.
Anlisis de la mentira infantil propuesta/Mara Dolores Molina Jan 200
En cuanto a la cuestin n 4 El nio sabe bien lo que hace, un claro 43.6% est
Bastante de acuerdo y luego se reparten las respuestas un 20.5% que afirman que
est Muy de acuerdo con la afirmacin y un 17.9% que est Poco de acuerdo con
ella.
Ya en la cuestin final En mi clase hay nios que mienten entre la opcin Bastante
de acuerdo con un 38.5% y el Muy de acuerdo con un 37.2 % comprobamos como
las tutoras y tutores de la muestra dan por supuesto el hecho de que la mentira en sus
aulas y en los nios y nias de infantil est presente.
d.- Anlisis de las respuestas del cuestionario de maestros segn los estudios
realizados.
Para comprobar si hay diferencias en las medianas de las respuestas a los tems 1, 2,
3, 4 y 5 de los maestros segn su distinta formacin, realizamos la prueba de Kruskal-
Wallis. Como puede verse en la Tabla 64, no se producen diferencias significativas entre
las respuestas dadas por los maestros Diplomados en E. Infantil, los Diplomados en
Magisterio y los Licenciados.
La Tabla 65 muestra las respuestas dadas por el profesorado a las preguntas denominadas
de generales segn la especialidad cursada y el tem: El nio diferencia lo que esta bien
o lo que est mal segn estudios del profesorado.
Tabla 65. El nio diferencia lo que esta bien o lo que est mal segn estudios del
profesorado.
Como muestra la Tabla 66, se producen diferencias significativas entre las respuestas
dadas por los maestros Diplomados en E. Infantil, los Diplomados en Magisterio y los
Licenciados, con respecto al tem El nio diferencia lo que est bien o lo que est mal
con un p-valor de 0.020.
e.- Anlisis de las respuestas del cuestionario de maestros segn los aos de
profesin.
La Tabla 67 muestra las respuestas dadas por el profesorado a las preguntas denominadas
de generales segn los aos de profesin que lleve en prcticas el profesorado.
Anlisis de la mentira infantil propuesta/Mara Dolores Molina Jan 204
Tabla 67. Respuestas dadas por el profesorado segn los aos de profesin.
Observando la tabla de los rangos vemos que entre el profesorado que llevan entre 5
y 10 aos en E. Infantil, hay una tendencia a creer que el nio/a tiene una conciencia
clara de lo que dice, mientras que el profesorado que lleva ms de 15 aos en la
profesin parece que no estn muy de acuerdo con esta afirmacin.
El primer paso ha sido analizar los tems considerados generales y el profesorado con
la condicin anterior. As en la Tabla 69, aparece la distribucin por rangos de las
respuestas a las preguntas generales del cuestionario segn las conteste el profesorado,
diferenciando el curso en que actualmente ejerce su trabajo.
Como puede verse en los datos que ofrece la Tabla 70, no aparecen diferencias
significativas en las medianas de las respuestas de los maestros y maestras a los tems
considerados segn el curso en el que estn trabajando actualmente.
Anlisis de la mentira infantil propuesta/Mara Dolores Molina Jan 206
En lo referente al tipo de mentiras que dicen nias y nios, las Tablas 71a y 71b, ofrecen
las respuestas afirmativas dadas por padres / madres, tutoras y tutores, identificando
entre los tipos de mentiras propuestas los que consideran ellos que caracterizan las
mentiras de sus hijos/as, o alumnas/os (segn los casos).
Las Tablas ordena los porcentajes de menor a mayor en ambos casos y es fcil comprobar
como estn marcadas con el mayor porcentaje el mismo tipo de mentiras para los dos
grupos de encuestados.
Los tipos de mentiras que creen padres y educadores (p/m) y maestras/os (m) son las
ms frecuentes y coinciden en ambos grupos.
Ambos grupos, (p/m y m) coinciden al responder a los tipos de mentira que caracterizan
las mentiras de sus hijos o de su alumnado.
La Tabla 72 presenta los valores de las respuestas dadas por los grupos de los progenitores
(padre, madre o ambos), segn contesten al cuestionario.
Realizado el test de Chi cuadrado (Tabla 73) y obtenido un p-valor de 0.021, podemos
afirmar que hay diferencias significativas entre las respuestas dadas por los progenitores,
a la pregunta relacionada con la opcin de la mentira patolgica como tipo de mentira
observada en sus hijos.
As mismo la Tabla 74 presenta las respuestas dadas por los progenitores a la mentira
de imitacin presentndola como posible tipo de mentira que realizan sus hijos e hijas
cundo mienten.
Anlisis de la mentira infantil propuesta/Mara Dolores Molina Jan 209
La Tabla 76 presenta las respuestas dadas por los progenitores a la mentira fantstica
como tipo de mentira posible que realizan sus hijos e hijas cuando mienten y los
resultados son los siguientes:
Por otro lado y siguiendo con los diferentes tipos de mentira en lo que respecta a la
Tabla 78 presenta las respuestas dadas por los progenitores (padres, madres o ambos)
a la mentira vengativa como tipo de mentira posible que realizan sus hijos e hijas
cuando mienten, y los resultados son los siguientes:
La Tabla 80 por su parte presenta las respuestas dadas por los progenitores es decir,
padre, madres o ambos, a la mentira antagonista como tipo de mentira posible que
realizan sus hijos e hijas, cuando mienten.
Tabla 81.Chi-cuadrado.
Las tablas siguientes presentan a los maestros en sus diferentes variables, segn sus
estudios, los aos de profesin, el curso que realizan actualmente y el tipo de mentira
que consideran que hay en sus aulas.
Tabla 83.Chi-cuadrado.
d.- Anlisis de los tipos de mentira y aos de profesin que llevan trabajando el
profesorado en Educacin Infantil.
La Tabla 84 presenta las respuestas dadas por el profesorado diferenciando los aos
de profesin y a la mentira de convencin (por conveniencia) como tipo de mentira
posible que realiza el alumnado cuando mienten y los resultados son los siguientes:
Anlisis de la mentira infantil propuesta/Mara Dolores Molina Jan 213
Tabla 85.Chi-cuadrado.
Tabla 87.Chi-cuadrado.
f.- Anlisis de las respuestas del profesorado tendiendo en cuenta el curso actual que
ejerce y la afirmacin: Mentira para proteger su intimidad.
Las maestras y maestros responden a las cuestiones consultadas con los porcentajes
reflejados en los siguientes cuadros:
Anlisis de la mentira infantil propuesta/Mara Dolores Molina Jan 216
Grfico 29 .El nio sabe que los otros Grfico 30. Un nio es capaz de mentir
tenemos pensamientos y conductas
En lo referente a la primera cuestin El nio sabe que los otros tenemos pensamiento
y conducta la inmensa mayora de las maestras y maestros, manifiesta que es la edad
de los 4 y 5 aos (Grfico 29) en la que se aprecia est conducta.
En el tem n 2: El nio es capaz de mentir, (Grfico 30) la edad en la que las maestras
y maestros sitan mayoritariamente esta conducta (44%) est comprendida entre los 2
y 3 aos seguida de un porcentaje tambin importante (42%) que considera que las
nias y nios de nuestras aulas de infantil son capaces de mentir sobre los 4 y 5 aos
de edad, el grupo restante de maestras y maestros (9%) marca la opcin de antes de
los 2 aos, y el resto sugiere los 6-7aos.
En el resto de las cuestiones es decir en los tems n 3: El nio sabe diferenciar la
verdad de la mentira (60%), el n 4: El nio tiene intencionalidad en sus actos (44%)
y el n 5: El nio dispone del lenguaje para expresarse bien (52%), las maestras y
maestros de la comarca sealan la edad comprendida entre los 4 y los 5 aos como en
la que se consiguen las capacidades, referidas a diferenciar la verdad de la mentira, la
intencionalidad de sus actos, y la capacidad del lenguaje para expresarse bien (Grficos
31, 32 y 33).
Anlisis de la mentira infantil propuesta/Mara Dolores Molina Jan 217
Grfico 31. El nio sabe diferenciar Grfico 32. El nio tiene intencionalidad
la verdad y la mentira en su actos.
Grfico 34.El nio sabe que los otros Grfico 35. Un nio es capaz de mentir.
tenemos pensamiento y conducta.
Conviene destacar que en las respuestas a las cuestiones n 1: El nio sabe que los
otros tenemos pensamiento y conducta (Grfico 34), n 2: Un nio es capaz de mentir
(Grfico 35) y n 3: El nio tiene intencionalidad en sus actos, hay un porcentaje
elevado de padres y madres que considera que la adquisicin de estas capacidades
tiene lugar a la edad de 2 a 3 aos.
Como podemos observar en los Grficos 34 y 35 los padres y madres tambin identifican
mayoritariamente la edad de 4 y 5 aos como aquella en la que los nios y nias han
adquirido ciertas capacidades relacionadas con la mentira, como son, saber que los
otros tenemos pensamiento y conducta.
Adems tambin asumen que sus hijos e hijas son capaces de mentir mayoritariamente
a los 4-5 aos. Pero es necesario destacar que hay que tambin que hay un grupo
significativo del 38% de padres que admiten y reconocen que nias y nios son
capaces de mentir a los 2-3 aos de edad.
Los Grficos siguientes 36,37 6 38, tambin reflejan esta situacin, es decir es la edad
comprendida entre 4-5 aos la considerada por los padres como la ms adecuada para
que sus hijos e hijas sean capaces de:
Grfico 36.Un nio sabe diferenciar la Grfico 37.El nio tiene intencionalidad
verdad de la mentira. en sus actos.
c.- Anlisis de las respuestas dadas por las maestras y maestros de infantil a los tems
referidos a las diferentes capacidades desarrolladas por el alumnado y de los estudios
del profesorado en su formacin inicial.
Al analizar los resultados comprobamos que los tres grupos de profesorado optan por la
edad de 4 a 5 aos en un 50% al responder sobre la capacidad de conocer que los otros
tenemos pensamiento y conducta (ToM). Hay que destacar que para los licenciados,
la edad adecuada es como para los dems grupos (4 y 5 aos), pero el otro 50% de
respuestas se divide en partes iguales (25% y 25%), entre los 2 y los 3 aos y antes
de los 2 aos.
Los otros dos grupos de maestros es decir los especialista en E. Infantil y los que realizaron
otra especialidad, dispersan ms la respuesta por todas las opciones, oscilando desde
los 2 hasta los 8 aos la capacidad de comprender que los dems tenemos pensamiento
y conducta (TOM).
Grfico 39. El nio sabe que los otros tenemos pensamiento y conducta.
Cuando son cuestionados los distintos tipos de profesorado segn su formacin, sobre
la edad en la que el alumnado es capaz de mentir (Grfico 40), los licenciados sitan
claramente la edad de la mentira antes de los 2 aos (50%) y entre los 2 y los 3 aos
(50%).
Anlisis de la mentira infantil propuesta/Mara Dolores Molina Jan 221
Por ltimo el grupo formado en otra especialidad, diversifica sus respuestas a lo largo
de todas las edades posibles pero, situando la edad de 4 y 5 aos tambin, al igual
Anlisis de la mentira infantil propuesta/Mara Dolores Molina Jan 222
que el resto de los grupos, como la edad en la que el alumnado se expresa bien con el
lenguaje en un 32%, marcando con un 25% la edad de los 2-3 aos y con otro 25%
la edad de 5-6 aos.
El profesorado que ha cursado otra especialidad tambin presenta esta divisin en sus
respuestas aunque seala con un 50% la edad de 4-5 aos y la edad de 2-3 aos
con un 42%. Es por su parte el profesorado especialista en E. Infantil el que responde
mayoritariamente, con un 63% a est cuestin, situando la edad de 4-5 aos como en
la que su alumnado realiza esta diferenciacin, seguida por la edad de 2-3 aos con un
26% aproximadamente, el 11% restante responde a la edad de 6-7 aos.
Anlisis de la mentira infantil propuesta/Mara Dolores Molina Jan 223
El grfico 43 resume los datos sobre el tem El nio tiene intencionalidad en sus actos
y vemos como el profesorado licenciado sigue mostrando divisin de opiniones entre la
edad de los 4-5 aos con el 50% del porcentaje y el otro 50%, esta vez en la opcin
de respuesta de antes de los 2 aos.
Los especialistas en E. Infantil optan por su parte tambin al 50% por la edad de 4-
5 aos en esta pregunta y con un 25% por la de 2-3 aos. Es el profesorado de otra
especialidad el que reparte ms sus respuestas por todas las opciones posibles pero
afirmando en un 42% que la edad de la intencionalidad para ellos est situada entre
los de 2-3 aos, seguida por un 22% de la edad de 6-7 aos, el resto del porcentaje se
reparte entre las dems edades.
Anlisis de la mentira infantil propuesta/Mara Dolores Molina Jan 224
d.- Anlisis de las respuestas dadas a los tems relacionados con las capacidades del
alumnado y de los aos de profesin del profesorado.
Como muestra el Grfico 44, en cuanto a la respuesta a la pregunta El nio sabe que
los otros tenemos pensamiento y conducta (TOM), el profesorado segn sus aos de
profesin, cuando llevan trabajando entre 5 y 10 aos, contestan con un rotundo 100%
situando esta capacidad entre los 4-5 aos. As mismo el grupo que lleva ms de 15
aos opta por esta misma edad en un porcentaje del 43%, a la vez que el profesorado
ms novel (1-5 aos) y los que llevan trabajando entre 10-15 aos que sealan
tambin esta edad de 4 a 5 aos como la ms adecuada con un 40% del porcentaje de
sus respuestas.
Anlisis de la mentira infantil propuesta/Mara Dolores Molina Jan 225
Grfico 44. El nio sabe que los otros tenemos pensamiento y conducta.
En cuanto a la relacin entre la capacidad de mentir del alumnado y los aos de profesin
del profesorado, el grupo que lleva trabajando, entre 1-5 aos como muestra el Grfico
45, tiene muy claro con un porcentaje del 70% que nias y nios mienten entre los
2-3 aos. Por otro lado el grupo de 5-10 aos tambin contesta mayoritariamente en
un 65% aproximadamente que el alumnado es capaz de mentir entre los 4-5 aos,
y sorprende el 20% de profesionales que llevan entre 10-15 aos trabajando y que
manifiestan que antes de los dos aos el alumnado es capaz de mentir.
El siguiente Grfico 47, nos muestra la edad de la intencionalidad de los actos del
alumnado segn es contestado por los grupos de profesado y los aos de trabajo. En
comparacin con los tems anteriores, la edad se reduce, ya que hay un porcentaje a
tener en cuenta de un 30% aproximadamente de cada uno de los grupos de profesorado
que sita la intencionalidad de su alumnado entre los 2-3 aos de edad. No obstante
el grupo que lleva trabajando entre 5-10 aos, y que estamos viendo en los Grficos
representado con el color verde, vuelve a situar la intencin de los actos entre los
4-5 aos de edad (65%), al igual que el ms veterano con un porcentaje del 50%
aproximadamente de sus respuestas.
Anlisis de la mentira infantil propuesta/Mara Dolores Molina Jan 228
En cuanto al lenguaje como capacidad para expresarse bien, el color verde del Grfico
48, nos confirma la edad de los 4-5 aos como la ms adecuada para los profesionales
que llevan trabajando entre 5-10 aos (67%). Este grupo completa sus respuestas con
un porcentaje del 33% que consideran la edad de 2-3 aos como la ms adecuada. El
resto de grupos dispersa sus respuestas, aunque el grupo ms veterano, con ms de
15 aos de profesin tambin opina mayoritariamente (59%) que la edad en la que su
alumnado usa el lenguaje para expresarse bien es la de 4-5 aos.
El resto de los grupos aunque siguen marcando la edad de 4-5 aos como la ms
adecuada reparten ms sus porcentajes de respuesta entre el resto de las opciones.
Anlisis de la mentira infantil propuesta/Mara Dolores Molina Jan 229
Entre las dimensiones en las que se ha dividido este apartado del cuestionario podemos
sealar:
En las respuestas a los tres primeros tems (6, 7 y 8) respondidos por los padres
/madres, estn Muy de Acuerdo con el 35.6% en el tem n 6: Mentir es decir o
manifestar lo contrario de lo que se sabe, adems esta afirmacin se incrementa con
el 28% que estn Bastante de Acuerdo, con lo cual la mayora de los padres y madres
(63.6%) estn de acuerdo con esta afirmacin.
As mismo, en el ltimo tem n 8 de este bloque los padres y madres consideran en una
leve mayora (57%) no estar de acuerdo con que Mentir es fantasear.
En el tem n 21: Para mentir es necesario ponerse en el punto de vista del otro,
padres y madres consideran que estn mayoritariamente (66.6%) Poco (37.1%) o
Nada de Acuerdo (29.5%) con esta afirmacin, frente a un 33.4% de la muestra, que
est Bastante de Acuerdo (25.8%) o Muy de Acuerdo (7.6%).
As mismo para padres y madres en el tem n 26: La mentira tiene relacin con los
sentimientos presenta una inclinacin mayoritaria (61.5%) hacia las respuestas en las
que expresan estar Poco de Acuerdo (41.5%) o Nada de Acuerdo (20%). Por otro
lado estn Muy de Acuerdo (8.1%) o Bastante de Acuerdo (30.4%), el 38.5% de la
muestra.
Por ltimo el tem n 27: Mentir est bien en algunas situaciones, muestra como
padres y madres estn mayoritariamente (73.1%) Poco de Acuerdo (41.8) o Nada
de Acuerdo (31.3%) con esta afirmacin, coincidiendo en que nunca est bien mentir,
frente a un 26.9% que expresa en sus respuestas lo contrario.
c.- Anlisis de los tems de este bloque que muestran una correlacin positiva. A
partir de ahora en cada uno de los apartados analizaremos los tems que presentan
una relacin significativa, somos conscientes que la informacin que se deduce del
tratamiento estadstico es importante tanto si el anlisis de los tems presenta diferencias
significativas o no, pero elegimos incluir slo los tems con significacin positiva.
El tem n 27 Mentir est bien en algunas situaciones, Tabla 92, los resultados son:
Anlisis de la mentira infantil propuesta/Mara Dolores Molina Jan 232
d.- En el siguiente bloque, en la Tabla 94, se analizan las causas que padres y madres
consideran responsables de las mentiras de sus hijos e hijas, y los resultados son:
Anlisis de la mentira infantil propuesta/Mara Dolores Molina Jan 233
e.- Anlisis de los tems de este bloque que muestran una correlacin positiva.
La Tabla 95 resume los resultados obtenidos en el tem 37: Los nios mienten por mala
influencia de sus padres y las respuestas de los distintos progenitores (Padre, madre
o ambos).
Tabla 95. Los nios mienten por mala influencia de sus padres
f.- En el siguiente cuadro observamos las respuestas de padres y madres sobre las
afirmaciones que se realizan en los respectivos tems (del 42 al 47) en relacin con la
deteccin de mentiras en sus hijos e hijas. Tabla 97.
Anlisis de la mentira infantil propuesta/Mara Dolores Molina Jan 235
En el tem n 42: Mi hijo miente cuando inventa historias en sus juegos, padres y
madres tienen muy claro que sus hijos e hijas no mienten (67.6%) cuando inventa
historias en sus juegos y estn Nada de Acuerdo con esta afirmacin en un 40.4% y
Poco de acuerdo en un 27.2%.
Respecto al tem n 43: Cuando mi hijo miente me doy cuenta por las palabras que
usa, padres y madres consideran que mayoritariamente en un 60.1% estar Muy de
Acuerdo (26.3%) o Bastante de Acuerdo (33.8%).
Por otro lado constituye una excepcin en este bloque, el tem n 56: Mi hijo miente para
evitar un castigo; padres y madres estn divididos, consideran que estn de acuerdo
el 50.3% (Muy de acuerdo 15.8%, y Bastante de acuerdo 34.5%). Responden Poco
Anlisis de la mentira infantil propuesta/Mara Dolores Molina Jan 237
La Tabla 99 resume los resultados obtenidos en el tem 54: La envidia que mi hijo
siente lo hace decir mentiras y las respuestas de los distintos progenitores (Padre,
madre o ambos).
La Tabla 100 muestra los resultados obtenidos en el test de Chi cuadrado y un p-valor
de 0.022, por lo tanto hay diferencias significativas entre las respuestas dadas por los
progenitores y el tem La envidia que mi hijo siente lo hace decir mentiras.
i.- En este bloque analizamos las respuestas de las cuestiones realizadas a padres y a
madres que tratan de determinar la actitud de estos ante la mentira .Los resultados los
muestra la Tabla 101.
Anlisis de la mentira infantil propuesta/Mara Dolores Molina Jan 238
Los padres y madres de la muestra responden a las cuestiones (Tabla 43) que se les
pregunta, mayoritariamente Nada de Acuerdo o Poco de Acuerdo en los siguientes
tems:
Cuando mi hijo miente tomo una actitud de indiferencia o broma (tem 66:
85.1%)
Cuando mi hijo cuenta historias irreales, le regao (tem 67: 77.4%)
Hago que mi hijo se sienta culpable cuando miente (tem, 72: 60.9%)
Por mi comodidad incito a mi hijo a mentir: -Di que no estoy- (tem 74: 96.3%)
Mi hijo ha presenciado mentiras por ser corts o amable (tem 75: 87.3%).
Cuando mi hijo me descubre en alguna mentira se lo reconozco (tem 60:76.2%)
Por otro lado los padres y madres responden afirmativamente en mayora Muy de
acuerdo y Bastante de Acuerdo los siguientes tems:
Cuando mi hijo miente lo castigo (tem 63: 53.3% a favor de la opcin Poco o nada
de acuerdo).
Cuando mi hijo miente me enfado mucho con l (tem 64: 56.4%) a favor de la
opcin Muy de Acuerdo y Poco de Acuerdo.
j.- Anlisis de los tems de este bloque que muestran una correlacin positiva.
La Tabla 102, resume los resultados obtenidos en el tem 61: Soy cmplice de mi hijo
en sus mentiras y las respuestas de los distintos progenitores.
La Tabla 103, muestra los resultados obtenidos en el test de Chi cuadrado y un p-valor
de 0.036, por lo tanto hay diferencias significativas entre las respuestas dadas por los
progenitores y el tem Soy cmplice de mi hijo en sus mentiras
En la Tabla 104, resume los resultados obtenidos en el tem 66: Cuando mi hijo miente
tomo una actitud de indiferencia o broma y las respuestas de los distintos progenitores
(Padre, madre o ambos):
Tabla 104. Cuando mi hijo miente tomo una actitud de indiferencia o broma
Realizado el test de Chi cuadrado como refleja la Tabla 105 y obtenido un p-valor de
0.020, afirmamos que hay diferencias significativas entre las respuestas dadas por los
progenitores, y el tem n 66.
La Tabla 106, resume los resultados obtenidos en el tem 69: En casa tenemos un clima
de confianza donde no hay mentiras y las respuestas de los distintos progenitores
(Padre, madre o ambos).
Realizado el test de Chi cuadrado como refleja la Tabla 107 y obtenido un p-valor de
0.000, afirmamos que hay diferencias significativas entre las respuestas dadas por los
progenitores, y el tem n 69.
La Tabla 108 resume los resultados obtenidos en el tem 70: Delante del hijo decimos
siempre la verdad y las respuestas de los distintos progenitores (Padre, madre o
ambos). Los resultados son:
Anlisis de la mentira infantil propuesta/Mara Dolores Molina Jan 242
La Tabla 110 resume los resultados obtenidos en el tem 71: La sinceridad es un valor
presente en mi familia y las respuestas de los distintos progenitores (Padre, madre o
ambos).Los resultados son:
Realizado el test de Chi cuadrado como refleja la Tabla 111 y obtenido un p-valor de
0.006, afirmamos que hay diferencias significativas entre las respuestas dadas por los
progenitores, y el tem n 71.
Entre las dimensiones en las que se ha dividido este apartado (F) del cuestionario
podemos sealar:
En el tem n 8: Mentir es falsear, una mayora del 60.5% est Poco de Acuerdo un
34.2% y Nada de Acuerdo el 26.3%.
Por otro lado el profesorado no relaciona con la mentira ya que estn Poco de Acuerdo
o Nada de Acuerdo las siguientes capacidades:
Anlisis de la mentira infantil propuesta/Mara Dolores Molina Jan 245
c.- Anlisis de los tems de este bloque que muestran una correlacin positiva.
La Tabla 114 resume los resultados obtenidos en el tem 16: La capacidad de mentir se
relaciona con la creatividad, y las respuestas del profesado en su distinta formacin o
especialidad, ante esta afirmacin presentan los siguientes resultados:
Realizado el test de Chi cuadrado como refleja la Tabla 115 y obtenido un p-valor de
0.034, afirmamos que hay diferencias significativas entre las respuestas dadas por el
profesorado en su diferente formacin, y el tem n 16.
d.- En este bloque tercero, como muestra la Tabla 116 se analizan en el cuestionario
de maestros las causas responsables de la mentira del alumnado y los resultados son
los siguientes:
Anlisis de la mentira infantil propuesta/Mara Dolores Molina Jan 246
e.- Anlisis de los tems de este bloque que muestran una correlacin positiva.
La Tabla 117 resume los resultados obtenidos en el tem 34: Las-malas amistades-
incitan a los nios a decir mentiras segn las respuestas del profesorado teniendo en
cuenta el curso que realiza actualmente. Los resultados son:
Realizado el test de Chi cuadrado como refleja la Tabla 118 y obtenido un p-valor de
0.033, afirmamos que hay diferencias significativas entre las respuestas dadas por el
profesorado segn el curso en el que est actualmente ejerciendo la docencia, y el tem
n 34.
La Tabla 119 resume los resultados obtenidos en el tem 36: La mentira en el nio
es producto de su imaginacin y las respuestas dadas por el profesorado segn los
estudios de formacin. Los resultados son:
Anlisis de la mentira infantil propuesta/Mara Dolores Molina Jan 248
Realizado el test de Chi cuadrado como refleja la Tabla 120 y obtenido un p-valor de
0.023, afirmamos que hay diferencias significativas entre las respuestas dadas por
el profesorado en su diferente formacin, y el tem n 36: La mentira en el nio es
producto de su imaginacin
La Tabla 121 resume los resultados obtenidos en el tem 47: Un ambiente sin tensiones
invita a decir la verdad y las respuestas del profesorado segn los aos de profesin.
Realizado el test de Chi cuadrado como refleja la Tabla 122 y obtenido un p-valor de
0.045, afirmamos que hay diferencias significativas entre las respuestas dadas por el
profesorado y los aos de profesin en este nivel educativo, y el tem n 47.
Por otro lado presenta una divisin de opiniones el tem n 53: 56%, La envidia del
nio le hace decir mentiras
g.- Anlisis de los tems de este bloque que muestran una correlacin positiva.
La Tabla 124 resume los resultados obtenidos en el tem 53: La envidia del nio le hace
decir mentiras y las respuestas por el profesorado y los estudios realizados.
Realizado el test de Chi cuadrado como refleja la Tabla 125 y obtenido un p-valor de
0.001, afirmamos que hay diferencias significativas entre las respuestas dadas por el
profesorado y la formacin especfica, y el tem n 53.
La Tabla 126 resume los resultados del tem 54: El nio miente por maldad y las
respuestas dadas por el profesorado segn los aos de antigedad.
Realizado el test de Chi cuadrado como refleja la Tabla 127 y obtenido un p-valor de
0.003, afirmamos que hay diferencias significativas entre las respuestas dadas por el
profesorado y los aos de experiencia docente en este nivel educativo, y el tem n
54.
La Tabla 128 resume los resultados obtenidos en el tem 57: La mentira del nio se
debe a su imprecisin del lenguaje y las respuestas dadas por el profesorado segn
los estudios realizados o formacin especfica.
Anlisis de la mentira infantil propuesta/Mara Dolores Molina Jan 252
Realizado el test de Chi cuadrado como refleja la Tabla 129 y obtenido un p-valor de
0.002, afirmamos que hay diferencias significativas entre las respuestas dadas por el
profesorado segn su formacin especfica, y el tem n 57.
La Tabla 130 resume los resultados obtenidos tambin en el tem 57: La mentira del
nio se debe a su imprecisin del lenguaje y las respuestas dadas por el profesorado
segn los aos de profesin.
Anlisis de la mentira infantil propuesta/Mara Dolores Molina Jan 253
Realizado el test de Chi cuadrado como refleja la Tabla 131 y obtenido un p-valor de
0.000, afirmamos que hay diferencias significativas entre las respuestas dadas por el
profesorado y los aos de profesin y el tem n 57: La mentira del nio se debe a su
imprecisin del lenguaje.
h.- El bloque del cuestionario reflejado en la Tabla 132 analiza a travs de sus
respectivos tems la actitud de maestras y maestros ante el tema de la mentira en sus
aulas, describiendo conductas de preocupacin, interpretaciones en forma de broma
o gracia, y la coherencia que el profesorado debe mantener ante una situacin de
mentira, obteniendo las siguientes respuestas:
Anlisis de la mentira infantil propuesta/Mara Dolores Molina Jan 254
La mentira del nio no me preocupa por que son falsas mentiras (tem n 59:
86.9%)
Cuando un nio miente tomo una actitud de indiferencia o broma (tem n 62:
87.1%)
He hecho declaraciones inciertas delante de los nios (tem n 67: 83.2%)
i.- Anlisis de los tems de este bloque que muestran una correlacin positiva.
La Tabla 133 resume los resultados obtenidos en el tem 65: Delante de los nios siempre
hay que decir la verdad y las respuestas dadas por el profesorado y diferenciando su
formacin especifica.
Anlisis de la mentira infantil propuesta/Mara Dolores Molina Jan 255
Realizado el test de Chi cuadrado como refleja la Tabla 134 y obtenido un p-valor de
0.033, afirmamos que hay diferencias significativas entre las respuestas dadas por el
profesorado teniendo en cuenta su formacin o estudios especficos, y el tem n 65.
6.- La Tabla 135 por su parte muestra los tems en los que analizamos la deteccin que
de la mentira realizan las maestras y maestros de nuestra muestra y su relacin con
una serie de conductas gestuales y verbales. Los resultados son los siguientes:
Anlisis de la mentira infantil propuesta/Mara Dolores Molina Jan 256
Tabla 135.(Xm68-72)
Sin embargo las maestras y maestros de nuestra muestra se encuentran divididos casi
al 50% cuando se les pregunta si detectan las mentiras de sus alumnos y alumnas Por
las palabras que usan (tem 68:52%Muy de Acuerdo y Bastante de Acuerdo) y Por
las posturas de su cuerpo (tem 71:51.3% Poco de Acuerdo y Nada de Acuerdo).
j.- La Tabla 136 resume el apartado que podemos llamar Otros tems, observamos
como las maestras y maestros estn Poco o Nada de Acuerdo con las afirmaciones
realizadas en los tems n 24, 27, 48, 43, 44, 45 y 46.
Anlisis de la mentira infantil propuesta/Mara Dolores Molina Jan 257
Los tems con los que estn mayoritariamente Poco o Nada de Acuerdo, son:
Existe relacin entre mentir y atribuir pensamiento a otro (tem n 24: 56.7%)
El nio pequeo miente deliberadamente (tem n 27: 76.9%)
Un nio que inventa historias en sus juegos se miente a s mismo y a los dems
(tem n 43: 88.3%).
El nio que miente es un nio inadaptado socialmente (tem n 44:91%).
El nio no miente sino que fantasea (tem n 45: 72.4%)
El nio sabe mentir igual que un adulto (tem n 46: 73.3%)
Las caractersticas del pensamiento infantil impiden al nio mentir (tem n 48:
93.3%).
k.- Anlisis de los tems de este bloque que muestran una correlacin positiva.
La Tabla 137 resume los resultados obtenidos en el tem 43, Un nio que inventa
historias en sus juegos se miente a s mismo y a los dems y las respuestas dadas por
el profesorado segn los aos de profesin.
Anlisis de la mentira infantil propuesta/Mara Dolores Molina Jan 258
Realizado el test de Chi cuadrado como refleja la Tabla 138 y obtenido un p-valor de
0.036, afirmamos que hay diferencias significativas entre las respuestas dadas por el
profesorado, y el tem n 43.
La Tabla 139 resume los resultados obtenidos en el tem 46: El nio sabe mentir igual
que un adulto y las respuestas dadas por el profesorado segn su formacin.
Anlisis de la mentira infantil propuesta/Mara Dolores Molina Jan 259
Realizado el test de Chi cuadrado como refleja la Tabla 140 y obtenido un p-valor de
0.013, afirmamos que hay diferencias significativas entre las respuestas dadas por los
progenitores, y el tem n 46.
El tercer bloque para padres y madres las afirmaciones son rechazadas mayoritariamente:
Los nios son por naturaleza mentirosos, Un nio miente por mentir, adems Un
nio inteligente miente menos y La escuela incita a los nios a mentir y padres y
Anlisis de la mentira infantil propuesta/Mara Dolores Molina Jan 260
maestros estn de acuerdo con esta afirmacin, sabiendo diferenciar cuando mienten y
cuando fantasean.
Para las maestras y maestros: Las - malas amistades - incitan a los nios a decir
mentiras, Los nios mienten por mala influencia de sus padres, El nio utiliza a la
mentira como mecanismo de defensa y Un ambiente sin tensiones invita a decir la
verdad.
Al ser cuestionados los distintos progenitores sobre el tipo de mentira no hay diferencias
en el tipo mentiras de sus hijas e hijos, no obstante como reflejan las Tablas 71a y 71b,
si presentan las presentan la mentira patolgica, la de imitacin, fantstica, vengativa
y antagonista.
Cada comparacin de tems presenta dos tablas, una muestra el recuento, con un primer
nmero en cada celda de la tabla que es la frecuencia. El segundo nmero muestra el
porcentaje de tabla total representado por esa celda. La otra tabla representa los p-
valor del test de Chi-cuadrado.
El test Chi-cuadrado que resume la Tabla 142, realiza un contraste de hiptesis para
determinar si se rechaza o no la idea de que la fila y la columna seleccionadas son
independientes. Dado que el p-valor es superior a 0.10, o sea 0.4490 no podemos
rechazar la hiptesis de que las filas y columnas son independientes. En consecuencia,
no hay relacin entre lo que expresan los padres y los maestros en relacin con el tem
n 6.
La Tabla 143 presenta los datos de la comparacin del tem n 7: Para mentir es
imprescindible que haya intencin de engaar y los resultados son los siguientes:
La Tabla 144, presenta el test de Chi-cuadrado y dado que el p-valor 0.8673 no hay
relacin entre lo que expresan los padres y los maestros en relacin con el tem n 7,
no opinan igual ante la afirmacin de que para mentir es necesario que exista intencin
de engaar.
La Tabla 145 presenta los datos de la comparacin del tem n 8: Mentir es falsear,
los resultados son los siguientes:
La Tabla 146, presenta el test de Chi-cuadrado y dado que el p-valor 0.1867 no hay
relacin entre lo que expresan los padres y los maestros en relacin con el tem n 8,
mentir es fantasear.
Como conclusin de este grupo de tems en los que se han relacionado la definicin de
la mentira, podemos comprobar como los padres y los maestros no estn de acuerdo al
definir la mentira, y ante estas preguntas iguales, sus respuestas no estn relacionadas,
en los tems:
b.- Anlisis de la comparacin de los tems relacionados con las capacidades relacionadas
con la mentira.
La Tabla 147 presenta los datos de la comparacin del tem n Xp17 y a.m. 16:
La capacidad de mentir est relacionada con la creatividad los resultados son los
siguientes:
c.- Anlisis de la comparacin de los tems relacionados con las causas de la mentira,
con afirmaciones, como por ejemplo: Los nios son mentirosos por naturaleza, mienten
por mentir, la sociedad incita a los nios a mentir, mienten por mala influencia de
amigos o de los padresetc.
Iniciamos las relaciones con los resultados aportados por la Tabla 149 que presenta los
datos de la comparacin del tem: Los nios son mentirosos por naturaleza.
Anlisis de la mentira infantil propuesta/Mara Dolores Molina Jan 264
Tabla 149. Comparacin entre los tems Xp29 y Xm28. Los nios
son mentirosos por naturaleza.
As mismo en relacin con el mismo tem, la Tabla 150, presenta el test de Chi-cuadrado
y dado que el p-valor es de 0.2713 no hay relacin entre lo que expresan los padres y
los maestros en relacin con el tem: Los nios son mentirosos por naturaleza.
La Tabla 151 presenta los datos de la comparacin del tem Los nios son mentirosos por
naturaleza, pero esta y algunas tablas que aparecern ms adelante estn colapsadas
(se han juntado varias opciones de respuestas, polarizndolas en De acuerdo y No de
acuerdo, para que las frecuencias observadas sean mayor que cinco.
De esta forma la Tabla 152, presenta el test de Chi-cuadrado y dado que el p-valor
0.1124, 0.1622 con la correccin de Yates, por que es ms preciso (al ser una tabla
2x2). No hay relacin entre lo que expresan los padres y los maestros en relacin con
el tem Los nios son mentirosos por naturaleza.
Anlisis de la mentira infantil propuesta/Mara Dolores Molina Jan 265
La Tabla 153 presenta los datos de la comparacin del tem: Un nio miente por
mentir, los resultados son los siguientes:
Tabla 153. Comparativa de los tems Xp30 y Xm29.Un nio miente por mentir
Por otro lado en la Tabla 155 se presentan los datos de la comparacin del tem Un
nio miente por mentir en una tabla colapsada en donde se polarizan los valores de la
variable de respuesta en De acuerdo y Muy de acuerdo.
Anlisis de la mentira infantil propuesta/Mara Dolores Molina Jan 266
La Tabla 156, presenta el test de Chi-cuadrado y dado que el p-valor es de 0.3232 (con
la correccin de Yates) no hay relacin entre lo que expresan los padres y los maestros
en relacin con el tem: Un nio miente por mentir.
La Tabla 157 presenta los datos de la comparacin del tem La sociedad incita a los
nios a mentir, en padres y maestros:
La Tabla 159 se presenta los datos de la comparacin del tem Los nios mienten por
mala influencia de los padres y los resultados son los siguientes:
Por otro lado en la Tabla 161 se presentan los datos de la comparacin del tem y Los
nios mienten por mala influencia de los padres, los resultados son los siguientes:
Anlisis de la mentira infantil propuesta/Mara Dolores Molina Jan 268
En la Tabla 162, se presenta el test de Chi-cuadrado y dado que el p-valor 0.2184 (tras
la correccin de Yates) no hay relacin entre lo que expresan los padres y los maestros
en relacin con el tem Los nios mienten por mala influencia de los padres
La Tabla 163 presenta los datos de la comparacin del tem La escuela incita al nio a
mentir.
La Tabla 164, presenta el test de Chi-cuadrado y dado que el p-valor 0.584 (con la
correccin de Yates) y vemos como si hay relacin entre lo que expresan los padres y
los maestros en relacin con el tem La escuela incita al nio a mentir.
Anlisis de la mentira infantil propuesta/Mara Dolores Molina Jan 269
Estas tablas que aparecen a continuacin son las correspondientes a los tests de
homogeneidad de los cuatro primeros tems, cuando se refieren a los padres llevan una
p y cuando se refieren a los maestros una m.
As por ejemplo:
Algunas estn tambin colapsadas (se han juntado varias clases), para que las frecuencias
observadas sean mayor que cinco.
La Tabla 165 presenta los datos de la comparacin del tem El nio diferencia la
realidad de la fantasa:
La Tabla 166, presenta el test de Chi-cuadrado y dado que el p-valor 0.1086 hay
relacin entre lo que expresan los padres y los maestros en relacin con el tem 1en p
y en m: El nio diferencia la realidad de la fantasa
Anlisis de la mentira infantil propuesta/Mara Dolores Molina Jan 270
Ip2=tem 2 (El nio tiene conciencia clara de lo que dice) de los padres.
Im1=tem 1 (El nio tiene conciencia clara de lo que dice) de los maestros.
La Tabla 168, presenta el test de Chi-cuadrado y dado que el p-valor 0.3048 no hay
relacin entre lo que expresan los padres y los maestros en relacin con el tem para
padres y maestros: El nio tiene conciencia clara de lo que dice .
La Tabla 169 presenta de forma colapsada los datos de la comparacin del tem n 2:
El nio tiene conciencia clara de lo que dice ya que en la tabla anterior las frecuencias
realizadas en la misma comparacin, eran menor de cinco.
Siguiendo con las causas de la mentira la Tabla 171 presenta los datos de la comparacin
del tem n 3 en padres y en maestros: El nio sabe diferenciar lo que esta bien y
lo que esta mal.
Tabla 171. El nio sabe diferenciar lo que esta bien y lo que esta mal.
La Tabla 172, presenta el test de Chi-cuadrado y dado que el p-valor 0.4340 no hay
relacin entre lo que expresan los padres y los maestros en relacin con el tem n 3:
El nio sabe diferenciar lo que esta bien y lo que esta mal.
Anlisis de la mentira infantil propuesta/Mara Dolores Molina Jan 272
As mismo la Tabla 174, presenta el test de Chi-cuadrado y dado que el p-valor 0.8541
(1.000 Yates) no hay relacin entre lo que expresan los padres y los maestros en relacin
con el tem El nio sabe diferenciar lo que esta bien y lo que esta mal--.
La Tabla 175 presenta los datos de la comparacin del tem n 4: El nio sabe bien lo
que hace. Los resultados son los siguientes:
Anlisis de la mentira infantil propuesta/Mara Dolores Molina Jan 273
La Tabla 176, presenta el test de Chi-cuadrado y dado que el p-valor 0.8101 no hay
relacin entre lo que expresan los padres y los maestros en relacin con el tem El nio
sabe bien lo que hace.
Como resumen de este bloque podemos afirmar que los padres y los maestros estn de
acuerdo en que los nios y nias tienen conciencia clara de los que dicen.
-El nio sabe que los otros tenemos pensamiento y conducta (IPC).
-Un nio es capaz de mentir (ICM).
-El nio sabe diferenciar la verdad y la mentira (IdVM).
-El nio tiene intencionalidad en sus actos (IIA).
-El nio dispone del lenguaje necesario para expresarse bien (IL).
En primer lugar la Tabla 177 presenta los datos de la comparacin del tem El nio
sabe que los otros tenemos pensamiento y conducta (IPC) los resultados son los
siguientes:
Anlisis de la mentira infantil propuesta/Mara Dolores Molina Jan 274
Tabla 177. El nio sabe que los otros tenemos pensamiento y conducta
La Tabla 178, presenta el test de Chi-cuadrado y dado que el p-valor 0.2219 no hay
relacin entre lo que expresan los padres y los maestros en relacin con el tem: El
nio sabe que los otros tenemos pensamiento y conducta
La Tabla 179 presenta los datos de la comparacin del tem Un nio es capaz de
mentir los resultados son los siguientes:
La Tabla 180, presenta el test de Chi-cuadrado y dado que el p-valor 0.3393 no hay
relacin entre lo que expresan los padres y los maestros en relacin con el tem: Un
nio es capaz de mentir
Anlisis de la mentira infantil propuesta/Mara Dolores Molina Jan 275
La Tabla 181 presenta los datos de la comparacin del tem: El nio sabe diferenciar
la verdad y la mentira
La Tabla 182, presenta el test de Chi-cuadrado y dado que el p-valor 0.004, es decir
hay relacin entre lo que expresan los padres y los maestros en relacin con el tem: El
nio sabe diferenciar la verdad y la mentira.
Por otro lado la Tabla 183 presenta los datos de la comparacin del tem: El nio tiene
intencionalidad en sus actos
Anlisis de la mentira infantil propuesta/Mara Dolores Molina Jan 276
La Tabla 184, presenta el test de Chi-cuadrado y dado que el p-valor 0.0345 hay
relacin entre lo que expresan los padres y los maestros en relacin con el tem El nio
tiene intencionalidad en sus actos
La Tabla 185 presenta los datos de la comparacin del tem El nio dispone del lenguaje
necesario para expresarse bien los resultados son los siguientes:
Tabla 185.El nio dispone del lenguaje necesario para expresarse bien
Anlisis de la mentira infantil propuesta/Mara Dolores Molina Jan 277
La Tabla 186, presenta el test de Chi-cuadrado y dado que el p-valor 0.0340 por lo
tanto hay relacin entre lo que expresan los padres y los maestros en relacin con el
tem: El nio dispone del lenguaje necesario para expresarse bien
Debido al bajo valor de las frecuencias en la Tabla anterior, la Tabla 187 presenta los
datos de la comparacin de forma colapsada en el tem: El nio dispone del lenguaje
necesario para expresarse bien y los resultados en este caso son los siguientes:
Tabla 187. El nio dispone del lenguaje necesario para expresarse bien
La Tabla 188, presenta el test de Chi-cuadrado y dado que el p-valor 0.0119 es decir
hay relacin entre lo que expresan los padres y los maestros en relacin con el tem: El
nio dispone del lenguaje necesario para expresarse bien.
Como resumen de este bloque los padres y maestros estn de acuerdo en los tems o
afirmaciones siguientes:
-El nio sabe que los otros tenemos pensamiento y conducta (IPC).
Anlisis de la mentira infantil propuesta/Mara Dolores Molina Jan 278
En relacin con los objetivos propuestos en esta investigacin, el primero era analizar
la literatura filosfica y cientfica desde el punto de vista de la mentira infantil, se ha dado
una visin filosfica, rastreando el concepto de la verdad- mentira, hasta nuestros das.
Hemos tomado conciencia de la importancia del tema que nos ocupa en todas la pocas
de la historia de la filosofa, y constatado como el hombre, en su afn por conocer y
comprender el mundo que le rodea ha buscado explicacin a los sucesos que le ocurren
para llegar a controlarlos e incluso cambiarlos, ya sea por medio de la manipulacin
fsica o psicolgicamente. Ya deca Revel que la mentira mueve el mundo.
Los diferentes planteamientos nos han sugerido propuestas para conocer la verdad y sus
diferentes acepciones segn el filsofo que la estudie. Puede ser sinnimo de engao e
intencin, de coherencia y adaptacin a la realidad. Para algunos la verdad est en el
lenguaje y en la semntica y para otros la verdad y la mentira estn en el dilogo.
Para conseguir el segundo y cuarto objetivo hemos recogido informacin por medio del
Registro de observacin del profesorado, constatando la incidencia de la mentira en los
comportamientos escolares en situaciones naturales y analizando como desde la tutora
se puede incidir en la formacin en valores. En concreto en el valor de la sinceridad
como uno de los objetivos bsicos para el desarrollo armnico de la personalidad, por su
relacin con la autoestima y con los aspectos relacionados con el desarrollo moral como
ampliamente hemos tratado.
La propuesta del tercer objetivo de conocer la opinin de nias y nios sobre la mentira
a travs de un cuento infantil, en este caso el de Pinocho, ha resultado positiva. Ha
sido por medio del cuestionario realizado para tal fin como hemos podido conocer lo
que nias y nios opinan de la mentira. De esta misma forma algunos programas de
Educacin en Valores proponen el comentario y el estudio de casos, para trabajar el
desarrollo moral.
Como hemos expuesto en lo que respecta a los padres y madres tambin se debe
incrementar su participacin en la vida del centro, para actuar con criterios comunes.
Pero debido al cambio de valores que est sufriendo la sociedad es preciso establecer
mecanismos para la formacin de padres y madres desde todos los mbitos La educacin
en valores debe ser objetivo prioritario de la familia pero a sta labor debemos ayudar
todos, empezando por las administraciones, siguiendo por todos los agentes educativos
y terminando por los medios de comunicacin.
Las nias y nios de la muestra dan por hecho la existencia de la mentira desde los 3
aos hasta los 6, tanto desde el punto de vista conceptual, procedimental y actitudinal.
Este hecho es confirmado por los padres, madres y profesorado, con lo que confirmamos
la hipotes de nuestra investigacin.
Anlisis de la mentira infantil propuesta/Mara Dolores Molina Jan 283
pocos los casos que manifiestan que a veces por circunstancias hay que mentir.
Las conclusiones obtenidas del cuestionario de padres y madres y que confirman las
hiptesis son:
Padres y madres afirman que las nias y nios en general tienen conciencia clara
de lo que dicen.
Diferencian bastante bien entre el bien y el mal y saben lo que hacen, pero en
concreto sus hijas e hijos, mienten poco.
Por su parte padres y madres identifican la edad de mentir en los 4 o 5 aos
mientras que la TOM y la intencionalidad en el engao, lo hacen entre los 2 y 3
aos.
En cuanto a la definicin del concepto de mentira, estn Muy de acuerdo en que
Mentir es decir o manifestar lo contrario de lo que se sabe, y que Para mentir es
imprescindible que haya intencin de engaar, pero no estn de acuerdo con que
Mentir es fantasear.
Todos coinciden en que no hace falta ser inteligente para mentir.
No se ha encontrado relacin significativa entre mentira y creatividad.
Padres y madres consideran que estn mayoritariamente de acuerdo con que
Para mentir no es necesario ponerse en el punto de vista del otro, y que no hay
relacin entre mentira y sentimientos.
En relacin con las causas, padres y madres afirman de sus hijos e hijas: Los
nios no son por naturaleza mentirosos, no mienten por mentir.
Padres y madres se encuentra mayoritariamente de acuerdo con la afirmacin
que propone Noto diferencia cuando mi hijo miente, o imagina afirmacin que
no coincide con estudios actuales en donde se ha profundizado en este aspecto
(Adrin, Jurez entre otros).
Padres y madres afirman que la sociedad incita a los nios a mentir.
Son rotundos cuando afirman no estar de acuerdo con la siguiente afirmacin Mi
hijo miente cuando inventa historias en sus juegos.
Respecto a la deteccin de la mentira en sus hijos e hijas los padres ante la
afirmacin siguiente Cuando mi hijo miente me doy cuenta por las palabras que
usa, detectan mayoritariamente expresiones faciales relacionadas con la mentira,
identificando el tono de voz y las posturas del cuerpo.
Por su conducta detectan tambin la mentira, y se muestran divididos ante la
afirmacin de que Mi hijo miente para evitar un castigo.
En cuanto a su labor educativa se manifiestan coherentes: Cuando mi hijo me
descubre en alguna mentira se lo reconozco y preocupados por el tema de la
mentira Me preocupo cuando mi hijo miente en casa Para que mi hijo diga
la verdad le infundimos amor a la franqueza y tenemos un clima de confianza
donde no hay mentiras.
Proponen ser un ejemplo de educacin en valores:
Delante del hijo decir siempre la verdad.
Priorizar la sinceridad es un valor presente en la familia.
Hablar con mi hijo sobre decir mentiras.
Por otro lado reconocen que cuando su hijo o hija mienten los castigan y se
enfadan mucho.
Anlisis de la mentira infantil propuesta/Mara Dolores Molina Jan 286
Las limitaciones que hemos encontrado vienen dadas al comprobar que algunos bloques
de las categoras de padres y madres y de profesorado deberan de haber sido ms
amplios, por ejemplo el bloque de la ToM.
Las propuestas de investigacin destacar que nos parece necesario establecer una
dinmica ms cercana entre los planteamientos filosficos, psicolgicos y pedaggicos
con la realidad concreta del aula de Educacin Infantil, ya que debido al desarrollo
propio de nias y nios y al avance que han supuesto los medios de comunicacin
Anlisis de la mentira infantil propuesta/Mara Dolores Molina Jan 288
Conclusiones generales.
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Quinta Parte:
Anexos
Anlisis de la mentira infantil propuesta/Mara Dolores Molina Jan 317
RELACIN DE CENTROS
COLEGIOS PBLICOS
Baeza
Begijar
Ramn Mendoza:
o 3 aos: 18, 19
o 4 aos: 8, 12
o 5 aos: 8, 23, 28, 30
Canena
Ibros
Iznatoraf
Sto. Cristo de Vera Cruz: No ha salido ninguno
Lupin
Rus
Torreperogil
beda
Santsima Trinidad
o 3 aos: No ha salido ninguno
o 4 aos: 6, 14, 34
o 5 aos: 1, 28
Virgen de Guadalupe
o 3 aos: 24, 43
o 4 aos: 22, 62
o 5 aos: 43, 44
Sebastin de Crdoba
o 3 aos: 18, 22, 35, 45, 47, 50
o 4 aos: 8, 12
o 5 aos:7, 9, 28, 42, 45
Anlisis de la mentira infantil propuesta/Mara Dolores Molina Jan 319
Juan Pasquau
o 3 aos: No ha salido ninguno
o 4 aos: No ha salido ninguno
o 5 aos: No ha salido ninguno
Villacarrillo
COLEGIOS CONCERTADOS
beda
Salesianos
o 3 aos: 6,
o 4 aos: 5, 17
o 5 aos: No ha salido ninguno
Safa
o 3 aos: 6
o 4 aos:11, 28, 44
o 5 aos:19
Anlisis de la mentira infantil propuesta/Mara Dolores Molina Jan 320
Milagrosa
o 3 aos: 20
o 4 aos: 5, 33
o 5 aos: 36, 41
Baeza
Filipenses
o 3 aos: 2
o 4 aos: 4
o 5 aos:10
Villacarrillo
Mercedarias
o 3 aos: 2
o 4 aos: 15
o 5 aos:1
Safa
o 3 aos: 21
o 4 aos: 9, 14, 19
o 5 aos:6, 14, 17, 21, 23
Villanueva
Cristo Rey
o 3 aos: 4
o 4 aos: 5
o 5 aos: 3, 7
Safa
o 3 aos: 4, 9, 16
o 4 aos: 11
o 5 aos: 18
Cuestionarios
Anlisis de la mentira infantil propuesta/Mara Dolores Molina Jan 322
4.- Qu le hizo el Hada Azul a Pinocho para que Gepetto se pusiera contento?
Le dio un tirn del sombrero.
Le regalo unos zapatos.
Le dio un toque con la varita mgica.
21.- Los nios y las nias mienten. Si. No. A veces. (En caso afirmativo realizar la
pregunta 22, en otro caso seguir con la pregunta 23).
24.- T dices mentiras? Si, no, a veces. (En caso afirmativo y a veces realizar la
pregunta 25, en otro caso seguir con la pregunta 26).
26.- Los mayores mienten? Si, no, a veces. (En caso afirmativo realizar la
pregunta 27, en otro caso seguir con la pregunta 28).
27.- Tus compaeros y amigos, mienten? Si, no, a veces. (Si la respuesta es afirmativa,
realizar la pregunta 28, en otro caso seguir con la pregunta 29).
MUCHAS GRACIAS.
Anlisis de la mentira infantil propuesta/Mara Dolores Molina Jan 326
Nombre: _____________________________________________________________
Miente verbalmente.
Otros:
Anlisis de la mentira infantil propuesta/Mara Dolores Molina Jan 327
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Anlisis de la mentira infantil propuesta/Mara Dolores Molina Jan 328
Incidente_____________________________________________________________
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Anlisis de la mentira infantil propuesta/Mara Dolores Molina Jan 329
Interpretacin_________________________________________________________
____________________________________________________________________
____________________________________________________________________
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Cuestionario de maestros y padres
Anlisis de la mentira infantil propuesta/Mara Dolores Molina Jan 331
Anlisis de la mentira infantil propuesta/Mara Dolores Molina Jan 332
Anlisis de la mentira infantil propuesta/Mara Dolores Molina Jan 333
Anlisis de la mentira infantil propuesta/Mara Dolores Molina Jan 334
Anlisis de la mentira infantil propuesta/Mara Dolores Molina Jan 335
Anlisis de la mentira infantil propuesta/Mara Dolores Molina Jan 336
Anlisis de la mentira infantil propuesta/Mara Dolores Molina Jan 337
Anlisis de la mentira infantil propuesta/Mara Dolores Molina Jan 338
Anlisis de la mentira infantil propuesta/Mara Dolores Molina Jan 339
NDICE DE TABLAS
NDICE DE GRFICOS