Este documento describe tres tipos de escucha musical según Rosolato y su relación con el psicoanálisis. Estos incluyen: 1) la escucha técnica, que implica captar la estructura y reglas de construcción de lo que se escucha; 2) la escucha evocativa, que involucra reminiscencias y asociaciones significativas; y 3) la escucha hipnótica, que puede conducir al éxtasis o trance colectivo. El documento explica cada tipo de escucha y cómo pueden relacionarse con la
Este documento describe tres tipos de escucha musical según Rosolato y su relación con el psicoanálisis. Estos incluyen: 1) la escucha técnica, que implica captar la estructura y reglas de construcción de lo que se escucha; 2) la escucha evocativa, que involucra reminiscencias y asociaciones significativas; y 3) la escucha hipnótica, que puede conducir al éxtasis o trance colectivo. El documento explica cada tipo de escucha y cómo pueden relacionarse con la
Este documento describe tres tipos de escucha musical según Rosolato y su relación con el psicoanálisis. Estos incluyen: 1) la escucha técnica, que implica captar la estructura y reglas de construcción de lo que se escucha; 2) la escucha evocativa, que involucra reminiscencias y asociaciones significativas; y 3) la escucha hipnótica, que puede conducir al éxtasis o trance colectivo. El documento explica cada tipo de escucha y cómo pueden relacionarse con la
Este documento describe tres tipos de escucha musical según Rosolato y su relación con el psicoanálisis. Estos incluyen: 1) la escucha técnica, que implica captar la estructura y reglas de construcción de lo que se escucha; 2) la escucha evocativa, que involucra reminiscencias y asociaciones significativas; y 3) la escucha hipnótica, que puede conducir al éxtasis o trance colectivo. El documento explica cada tipo de escucha y cómo pueden relacionarse con la
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VI.
- Los tres tipos de escucha musical
segn Rosolato y su relacin con el psicoanlisis
Escuchar es interpretar, esto es muy claro para un psicoanalista pero no
evidente de por s; queremos decir que cuando verdaderamente escuchamos captamos disonancias, contradicciones, turbulencias, movimientos inesperados entre nuestro pensamiento y el discurso que escuchamos. En un trabajo previo hemos planteado que para lograr esta escucha necesitamos crear las condiciones necesarias que excluyan la interferencia. En el fondo creamos una situacin que favorece el narcisismo , la concentracin en el yo, en el caso del anlisis en el yo del analizado, en el caso de la msica en el yo propio. Este narcisismo de la escucha es una especie de ascesis que conduce a un goce que se da en la accin interior entre lo sensible sonoro y el sentido de las palabras, es un trabajo que espera una revelacin en el recorrido por una serie de inflexiones de voz interiorizada que sigue su propio ritmo , lo cual, segn Goethe, es el pensamiento.
Pero el pensamiento necesita puntos de referencia y nadie mejor que Guy
Rosolato (cuyas ideas expuestas en Psychanalyse et Musique- Les Belles Lettres- inspiran esta parte de nuestro ensayo), nos remite a los puntos de referencia en su descripcin de los tres tipos de escucha, citados anteriormente, que interactan entre s. Podemos hablar de una escucha tcnica cuando se captura, a travs de los datos sonoros, de sus repeticiones y \ o variaciones, la estructura latente y las reglas de construccin de lo que estamos oyendo, sean asociaciones de un analizante o una pieza musical .
La escucha tcnica conduce a dos tipos de goce: goce de bsqueda y
conocimiento y goce de reconocimiento y de reencuentro. El primero se da en el descubrimiento de nuevas organizaciones perceptivas o percepciones inauditas (vale decir no antes odas), el segundo se da en la identificacin de los temas esperados y sus accidentes. La combinacin de los dos nos da la aprehensin plena de la forma en el aqu y el ahora de la escucha. Un espacio y un tiempo que resumen una trayectoria personal en el inmediato surgir siempre presente del tiempo. Ah el tiempo real y el tiempo musical, o el tiempo de la enunciacin, se confunden y establecen una espera del devenir. La escucha se afina cada vez ms: hay algo desconocido que no se percibe pero de lo cual no se duda, su descubrimiento exige una larga aclimatacin, un escuchar muchas veces durante largo tiempo. Es como un trabajo invisible que teje una amplia red de significaciones.
La escucha tcnica pone en juego el saber y las aptitudes de cada uno y
tambin los lmites del conocimiento. No debe haber exceso de clculo en la bsqueda de leyes numricas o estudio minuciosamente obsesivo de todos los detalles y de formas privilegiadas. Hay que abrirle espacio a lo desconocido, que no se podr captar siempre y en todos los casos.
Un segundo tipo de escucha es la evocativa. Si Freud deca que la histrica
sufre de reminiscencias, Rosolato acierta cuando dice que en la msica se goza de reminiscencias. El tiempo y el ritmo de la msica y/ o del discurso imponen niveles de analogas que surgen de la memoria; as se establecen cadenas significantes o asociativas que soportan la abertura metafrica a una variedad indefinida de significados. Se rompe el esquema del aqu y ahora en favor de la arbitrariedad y autonoma del recuerdo absolutamente personal, con el peligro de conversin en un ensueo que asle de la realidad del momento y se pierda la escucha. Hay que navegar entre Escila y Caribdis, los dos famosos escollos del estrecho de Sicilia; no estrellar la escucha en la demasiada tcnica, ni en la demasiada evocacin. Vale decir: no salirse de la realidad por el polo de lo puramente simblico, ni por el polo de lo puramente imaginario.
El tercer nivel de la escucha linda con la patologa o con la total embriaguez
dionisaca. Se escapa de los referentes tcnicos y evocativos y cae en el trance o el xtasis. Por eso lo denominamos nivel hipntico de la escucha . Guy Rosolato cita a G. Rouget (La musique et la transe Paris Gallimard 1980) en la definicin de tales estados: En el xtasis el aislamiento, o por lo menos el recogimiento y la inmovilidad, exaltan la intensidad de la subjetividad abstracta, en una privacin sensorial, a excepcin de la msica misma, que sin crisis suscita el rellenamiento de un vaco por la rememoracin de una intensidad alucinatoria, en el mximo de gozo, donde el amor y la muerte conjugan su oposicin por el acuerdo(acorde ) de la escucha. Por el contrario el trance necesita la participacin colectiva, el movimiento incluso corporal, la danza, la mezcla de una activacin social, ritualizada con una sobrecarga de incitaciones multisensoriales, para una total puesta en escena de la interioridad sonora. La crisis es la culminacin de una escucha colectiva donde el cuerpo de cada uno es llevado por lo repetitivo de la msica, por el vaco mental, la amnesia en vez de la alucinacin, adviene lo desconocido que colma la metfora histrica del amor y el sacrificio.
Con esta especie de simplificacin y polarizacin de los tres niveles de
escucha queremos mostrar las vas singulares que puede tomar la escucha de la msica y apoyar en ella una comparacin con la escucha psicoanaltica que antes habamos apoyado en la relativa equivalencia de los significantes musicales, y sus bases materiales, con los significantes y fuentes pulsionales que configuran el inconsciente, el cual es el objeto de estudio del psicoanlisis.