Aprender A Vivir Juntos
Aprender A Vivir Juntos
Aprender A Vivir Juntos
APRENDER
A VIVIR JUNTOS
Aprender a convivir es una de las principales tareas de la educación
Para llegar a nuestra plenitud como seres humanos necesitamos de otros. Aprender a vivir
juntos es indispensable para realizar cualquier actividad.
Gran parte de la labor que se realiza en cualquier asociación social, educativa o empresarial
requiere que varias personas, con habilidades distintas, se pongan de acuerdo y formen un
equipo de trabajo.
La paz y un mejor futuro para nuestra especie dependerá de que logremos desarrollar en
nosotros y en nuestros hijos habilidades para aceptar las diferencias, entendernos, colaborar
unos con otros y gozar de la convivencia.
A medida que crece, los círculos de relación del niño se van haciendo más amplios
La escuela va ocupando un lugar cada vez más importante en su vida. En la escuela aprende
a participar en grupos y a colaborar con otros, a practicar la generosidad. Ahí surgen sus
primeros intentos para establecer vínculos personales significativos y de iniciarse en la amistad,
una de las experiencias humanas más gratas y significativas.
EJERCICIO DE REFLEXIÓN
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y nos relacionamos. El niño entiende las palabras, pero Un niño puede ser fuente interminable de sorpresas y
también las miradas y los silencios, el tono de voz, los gestos diversión
y los ademanes, nos observa todo el tiempo y adopta muchas Sus risas, sus juegos, sus reflexiones y su curiosidad, nos
de nuestras conductas y actitudes. dan ocasiones de disfrutar cada día, de aprender y de explorar
Además de ser modelos para nuestro hijo, es fundamental el mundo junto con él.
enseñarle a reflexionar sobre sus valores, a tomar decisiones De nosotros depende vivir la paternidad como una carga o
y asumir las consecuencias de sus acciones, así como a como un compromiso lleno de satisfacciones y alegría.
esforzarse para lograr las cosas por sí mismo.
Educar a un hijo es educarse también a Podemos aprovechar este periodo para aprender acerca de
sí mismo los temas que nos entusiasmen
Cuando un niño llega a la primaria, los padres
hemos completado un periodo fundamental
en su educación. Ahora comienza una nueva
etapa en la que hemos de encontrar formas
diferentes de guiarlo.
algunas de las pautas de educación que
habíamos utilizado en la etapa preescolar y
establecer con nuestro hijo nuevas
responsabilidades y formas de diálogo.
Nuestro pequeño se ha convertido en un niño
ávido de conocer y requiere ser tomado en
cuenta en mayor número de actividades.
Podemos aprovechar este periodo para
aprender acerca de los temas que nos
entusiasman y ser para él adultos interesantes
que le informan, le responden y lo cuestionan,
que le ofrecen una conversación rica y le
muestran una vida personal atractiva.
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Esté pendiente de su crecimiento físico Pruebe algunas de las siguientes
recomendaciones
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Guía de Padres
EJERCICIO DE REFLEXIÓN
Los seres humanos tenemos diversas necesidades. Algunas son muy evidentes
(como la sed o el sueño), y de otras no nos damos cuenta tan fácilmente.
Conviene ser concientes de lo que nos hace falta para buscar la satisfacción
en los diferentes aspectos de nuestra vida.
Todos los seres humanos, niños y adultos, tenemos necesidades que debemos satisfacer
para sentirnos bien
Estas necesidades no son lujos o caprichos sino aspectos indispensables para vivir como personas
sanas y felices. Las necesidades requieren ser satisfechas para librarnos de enfermedades y
desequilibrios emocionales, y también para avanzar hacia nuestra realización plena.
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fuerzas y talentos. Hay en ellos un deseo de crecer, de “ser
Esté atento a las necesiades de su hija
grandes”, de dejar atrás lo que ya dominan para medirse con
nuevos retos.
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Pruebe algunas de las siguientes Dese todo el descanso y la atención posible
recomendaciones
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Guía de Padres
EJERCICIO DE REFLEXIÓN
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poder llevarse bien con sus compañeros y ocupar su mente Ponernos en su lugar
en el conocimiento y la creación. Un niño preocupado o triste Por ejemplo, si su madrina le teje un chaleco para su
no tiene la misma energía para aprender que un niño tranquilo cumpleaños, él puede sentirse desilusionado y mostrar enojo:
y contento. “Es un regalo horrible, lo voy a tirar a la basura”. En vez de
decirle: “Está precioso, no seas malagradecido”, nuestra
PARA CUIDAR LA VIDA EMOCIONAL DE NUESTRO HIJO PODRÍAMOS reacción podría ser: “Sé que a ti no te gustan los chalecos
INTENTAR: y que esperabas otro regalo. Sin embargo, es necesario que
Ser concientes de lo que sentimos aprendas que los regalos siempre se agradecen y que las
Los padres tenemos que conocer, sentir y expresar nuestras personas nos los obsequian con cariño”. De esta manera no
emociones para poder enseñar a nuestro hijo a conocer, sentir pasamos por alto sus emociones, y al mismo tiempo lo
y expresar las suyas. educamos.
Hacer caso a los sentimientos del niño Aceptar sus sentimientos sin juicios
Reconocer los sentimientos de nuestro hijo implica escucharlo Es recomendable evitar criticar a nuestro hijo, burlarnos o
con atención, mirarlo a los ojos, dejar de hacer cualquier otra prohibirle que muestre emociones “negativas”.
cosa mientras nos habla. Es necesario que él sepa que para Cuando nos dice: “Estoy furioso. Los compañeros de mi
nosotros sus alegrías, tristezas o enojos son importantes. equipo no me ayudaron a hacer el trabajo”, y le respondemos:
Si su emoción es muy intensa, el niño puede preferir que nos “Tú tienes la culpa por escoger esos amigos inútiles”, le damos
quedemos en silencio junto a él, simplemente acompañándolo a entender que no nos importan sus sentimientos, así que
o que lo dejemos solo. no intentará decir más.
Cuidar el lenguaje de nuestro cuerpo
Cruzar los brazos y las piernas, levantar las cejas, mirar hacia
arriba, fruncir la boca, significa que estamos cerrados a la
comunicación. En cambio, expresiones como: “Ajá”, “Sí”,
Escúchelo con atención mientras le habla
“Mmm”, “Ya veo”, inclinarnos hacia el niño, asentir con la
cabeza, tocarlo y abrazarlo o mostrar una postura que le
indique “Te estoy escuchando”, lo invita a confiar en nosotros.
Ser sensibles a los mensajes corporales de nuestro hijo
Si observamos con cuidado su mirada, la expresión de su
rostro y su modo de caminar, podremos darnos cuenta de lo
que está sintiendo. “Tu voz suena triste, ¿quieres hablar de
eso?” “Tu gesto me hace pensar que hay algo que te molesta,
¿qué puedo hacer para que te sientas mejor?”
Si tenemos dudas acerca de lo que desea expresar nuestro
hijo, podemos poner sus palabras en forma de pregunta para
asegurarnos de que entendimos bien “Me parece que...” “¿Lo
que quieres decir es...?” “¿Tienes miedo de que...?”
No se trata de reproducir sus mismas palabras como una
grabadora, sino mostrarle que tratamos de comprenderlo.
Si nuestro hijo exclama: “¡Detesto a mi maestra!”, y nosotros
repetimos: “Detestas a tu maestra”, él nos contestará molesto:
“Eso es lo que acabo de decir”. En cambio, podemos hacer
el esfuerzo de identificar sus sentimientos y contestar: “Estás Si observamos su modo de caminar,
muy enojado con ella”, “Sientes que no aprecia tu trabajo”. podremos darnos cuenta de lo que está sintiendo
De esta manera el niño entiende mejor lo que le está pasando
y se siente comprendido.
Compartir sus deseos y hacerlos propios
Darle explicaciones lógicas de por qué no es posible comprarle
un balón, nos lleva a una discusión inútil. En cambio, decirle:
“Me encantaría regalarte el balón, sé que lo disfrutarías
muchísimo. Hoy no puedo comprarlo, pero voy a anotarlo en
mi lista de pendientes”, le hará sentir que comprendemos
sus deseos y queremos satisfacerlos, lo cual le permitirá
aceptar más fácilmente la limitación.
No negar o descalificar los sentimientos del niño
Mientras más tratamos de alejar sus sentimientos diciéndole:
“En realidad no sientes enojo, lo que te sucede es…” o “No
llores”, “No grites”, más se apegará a ellos y menos podrá
manejarlos y superarlos.
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No darle consejos
Escucharlo puede ser más útil que ofrecerle una solución Por lo general, los niños quieren que sepamos
cómo se sienten y qué piensan, no que les
demos consejos. Sólo con estar atentos
podemos ayudar al niño a aclarar sus
emociones y sus ideas para que él llegue a
sus propias conclusiones. Escucharlo puede
ser más útil que ofrecerle una solución.
No interrogarlo
Los sentimientos se sienten, no se piensan.
Por eso las preguntas tampoco son una buena
opción. “¿Por qué lloras?” “¿Qué te pasa?”
Las preguntas agregan un problema al
problema. Además de su tristeza o desaliento,
el niño tiene que buscar una explicación. En
ese momento no puede pensar con claridad.
A veces no sabe por qué siente lo que siente,
y si lo sabe, no siempre tiene ganas de decirlo.
Si simplemente lo acompañamos y tratamos
de reflejar su sentimiento: “Supongo que pasó
algo que te hizo enojar”, el niño se sentirá
comprendido y, cuando esté listo, hablará con
libertad.
En cambio, al darle señales de que lo entendemos, como No exagerar nuestras expresiones
asentir con la cabeza o decir: “Te parece injusto” o “Te sientes El niño percibe cuándo nuestro interés es sincero y cuándo
poco apoyado”, el niño percibe que reconocemos lo que siente no lo es. Si le damos la respuesta adecuada pero con frialdad
y que aceptamos su emoción. Así que puede animarse a o fastidio, su confianza hacia nosotros se mermará.
seguir hablando. Si reaccionamos exageradamente: “¡Es algo terrible!”
En realidad, el niño no necesita que estemos de acuerdo con “Pobrecito, debes estar deshecho!”, el niño podría sospechar
él ni que lo aprobemos. Incluso un juicio positivo como decirle: que estamos actuando, o bien, sentirse abrumado por tener
“Tienes toda la razón”, no lo anima a identificar lo que siente que cargar con nuestra aflicción además de la suya.
ni a buscar posibles soluciones. Recordar que detrás de la ira siempre hay otro
Dar un nombre a sus sentimientos sentimiento
El niño siente consuelo al escuchar la palabra que describe Tratemos de averiguar qué está detrás del enojo de nuestro
lo que está experimentando. Nombrar su sentimiento le ayuda hijo: ¿Se siente solo, herido, triste, celoso, inseguro? ¿Tiene
a reconocerlo y entenderlo: “Me parece que te sientes miedo?
decepcionado...” “Me imagino que estás preocupado...” Necesitamos observarlo y escucharlo con atención hasta
Desde luego se requiere mucha práctica y atención para ver encontrar la razón por la que está enojado y darle lo que
más allá de lo que el niño dice y para encontrar el nombre necesita: compañía, consuelo, seguridad, protección.
preciso a su sentimiento. No es lo mismo estar molesto que
furioso, desilusionado que frustrado, triste que angustiado.
Para darle una respuesta adecuada, necesitamos ser sensibles Dejemos que muestre emociones “negativas”
a una amplia variedad de emociones y tener un vocabulario y ayudémoslo a identificarlas
que nos permita describirlas. No tienen que ser palabras
complicadas pero sí lo más exactas posible.
Estar siempre de su lado
Es difícil imaginar lo que el niño siente cuando, en vez de
tratar de comprenderlo, lo culpamos y defendemos a la
persona que provocó su sentimiento.
Si nos dice: “¡Estoy furioso! La maestra no recibió mi trabajo
sólo porque lo entregué un día tarde”, y le respondemos:
“Las tareas deben entregarse a tiempo. Esa es tu
responsabilidad, ella tiene razón”, no nos estaríamos poniendo
de su lado. Apoyarlo sería: “Debes sentirte mal por no haber
podido presentar tu investigación después de trabajar tanto”.
Poco a poco, en la conversación, él mismo llegará a la
conclusión de que existen ciertas reglas y es necesario
ajustarse a ellas.
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No tratar de reflejar los sentimientos si son demasiado Además, si el sentimiento del niño tiene que ver con nosotros,
dolorosos o si el niño no está preparado para enfrentarlos. nos costará más trabajo mantener la calma.
Si nos dice: “¡Qué bueno que no me saqué esa porquería de “¿Por qué siempre tengo que recoger la mesa?”. Nuestra
trofeo!”, el sentimiento oculto puede ser de fracaso, frustración respuesta puede ser: “Te sientes molesto, sientes que no es
o envidia, pero es difícil que en ese momento el niño tenga justo”.
la capacidad de aceptar sus sentimientos. -“Claro que no es justo, a mi hermano siempre le toca lo más
A casi nadie le gusta hablar de lo que le duele o le fácil”.
avergüenza. Debemos saber respetar su silencio y -“¿Te gustaría que los dos tuvieran las mismas obligaciones?”.
nunca forzarlo o invadir su intimidad -“Sí, y no voy a recogerla si él no ayuda”.
Darle la libertad de hablar hasta donde él decida y en el A veces, las respuestas del niño nos desafían a seguir tratando
momento que esté listo, sin presionarlo para que nos cuente de que él se sienta comprendido, para después ayudarlo a
más de lo que quiere. considerar otros puntos de vista y tener una percepción del
Los padres debemos tener la paciencia y el respeto para problema más equilibrada.
esperar el momento oportuno en el cual nuestro hijo esté
listo para la comunicación. Y él debe tener siempre la libertad Se necesita mucha paciencia —con nuestro hijo y con
de aceptar o no nuestro apoyo. nosotros mismos—, constancia, respeto y aceptación,
Proponerle distintas opciones para expresarse para mantenernos dispuestos a entenderlo con una
Cuando el niño está muy alterado, una actividad física como actitud amorosa y serena
correr, golpear el piso con los pies, lanzar una pelota, gritar, Algunas veces sus reacciones y sus respuestas no se parecerán
pegar a un muñeco o un cojín, puede aliviar la tensión. Un en nada a lo que los libros dicen. Otras, no lo entenderemos
recurso excelente es dibujar o escribir los sentimientos. ni se nos ocurrirá qué decirle, pero a medida que practiquemos,
En cambio, frases como: “Deja de gritar”, “Ya cálmate”, nuestra sensibilidad se irá desarrollando y será más fácil
“Contrólate”, no sirven para tranquilizarlo. ayudarlo. Nuestro niño responderá de manera positiva si
Evitar actitudes que cierren la comunicación percibe un interés sincero y un sentimiento amoroso.
Si por ejemplo nuestro hijo regresa de la escuela preocupado
porque sus calificaciones no fueron buenas:
-Quitando importancia a lo que sucedió y haciendo promesas:
“No te preocupes, eso les sucede a todos. Seguro que el mes
próximo te irá mejor.”
-Amenazándolo: “La próxima vez que repruebes te sales del
equipo de fútbol!”
-Comparándolo: “Deberías aprender de tu primo. Ha sido el
primero de su clase desde que entró a la escuela.”
-Ignorándolo: “Vete a tu cuarto y no te quiero oír”.
Siempre podemos encontrar una manera positiva para
hacer sentir a nuestro hijo que estamos
de su lado
“Esto no debe gustarte nada”, “¿Cómo te Podemos encontrar una manera para hacer sentir a nuestro
sientes con esas calificaciones?”, “¿Por qué hijo que estamos de su lado
crees que sucedió?”, “¿Cómo crees que puedes
resolverlo?”, “¿Qué piensas hacer para
mejorar?”, “¿Cómo te puedo ayudar?”
Escucharlo no significa que aprobamos su
conducta, simplemente le demostramos que
nos importa y que estamos dispuestos a
apoyarlo y a colaborar con él. Después de
hablar con nosotros, es probable que el niño
tenga más claridad para ver las cosas y
encontrar soluciones.
No permita que el niño lleve a cabo Trate de ponerse en el lugar de su hijo y de imaginar
acciones agresivas cómo se siente.
Detrás del enojo siempre hay otro Cuando su niño esté afectado por una emoción, no lo
sentimiento. Trate de averiguar cuál es
interrogue en ese momento, no lo critique ni lo haga
sentir culpable.
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Guía de Padres
EJERCICIO DE REFLEXIÓN
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He aquí algunas sugerencias para lograrlo:
No hablemos del niño, hablemos con él Identificar el tipo de mensajes que
enviamos a nuestro hijo
Es común que demos órdenes: “Ya levántate”,
“Acábate la sopa”; interroguemos: “¿Qué
hiciste en toda la tarde?”; amenacemos: “Si
no terminas la tarea, ni sueñes en salir a
jugar”; aconsejemos: “Deberías prestarle el
rompecabezas a tu hermana, así ella te deja
usar sus pinturas ”; critiquemos: “¡Es el colmo
que seas tan sucio! ¿Nadaste en el lodo o
qué?”; demos sermones: “Los niños aplicados
y responsables son los que logran algo en la
vida...”
Este tipo de mensajes no tienen que ver con
nosotros, no comunican nuestras ideas,
nuestros sentimientos o nuestras necesidades.
Así no hablamos con el niño, sino hablamos
de él.
Ser concientes de lo que queremos
comunicar y lo que deseamos obtener
El mensaje debe referirse a nuestros
sentimientos y necesidades; debe expresar
nosotros. Es triste cuando el niño se esfuerza por conseguir lo que nos está afectando. Si estamos hablando por teléfono,
nuestra atención, nos habla, nos llama, y ni siquiera lo lo que queremos es silencio para poder escuchar, no que el
miramos. niño esté quieto; si vamos a tener visitas, queremos que la
En la comunicación afirmativa respetamos y nos damos a casa esté ordenada y limpia, no que nuestro hijo deje de
respetar. Elegimos el momento oportuno para expresar lo jugar. El objetivo de nuestro mensaje sería la comprensión
que necesitamos, exponemos nuestros principios, ideas y y ayuda de nuestro hijo.
sentimientos, pero también consideramos las necesidades, Expresarnos con claridad a fin de que el niño nos
ideas y sentimientos de nuestro hijo. entienda
Ser afirmativos con nuestros hijos significa también compartir La comunicación eficaz es específica, concreta, y nos permite
con ellos los asuntos que les afectan, explicarles algún hecho lograr lo que deseamos. Se limita a expresar nuestros
que ha ocurrido o una decisión que hemos tomado, por sentimientos, aclarar lo que queremos que suceda y a explicar
ejemplo, la próxima llegada de un hermanito, o la nuestros motivos.
determinación de la madre de trabajar fuera de casa, o bien, Es importante incluir tres aspectos en la comunicación:
consultarles y pedir su opinión sobre si construimos una 1) Describir la conducta del niño: “Cuando la ropa y los
nueva habitación o arreglamos su recámara, o si es necesario juguetes están regados en el suelo…”
cambiarlos de escuela. 2) Expresar nuestros sentimientos ante las consecuencias
Conviene que los niños sepan que la familia completa está de esa conducta: “me siento incómoda…”
invitada a participar en las discusiones de los asuntos
importantes; que lo que cada uno de nosotros haga o piense Seamos conscientes de lo que queremos
es parte de la vida de todos los demás. comunicar y lo que deseamos obtener
Para lograr una relación sana y satisfactoria en la familia,
debemos cultivar este estilo de comunicación.
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3) Establecer el efecto o la consecuencia de lo que hace: Debemos estar concientes de que estos mensajes no
“porque es importante para mí vivir en una casa limpia y siempre dan resultado
ordenada...” No garantizan que el niño va a mostrarse cooperativo y
La palabra porque es muy importante. Cuando el niño entiende considerado y que va a cambiar su conducta voluntaria e
la razón de un comportamiento puede encontrar una buena inmediatamente, pero pueden funcionar mejor que otras
razón para llevarlo a cabo. maneras de comunicarnos con él: constituyen una forma
A veces los niños nos dan sorpresas muy gratas. Si decimos: respetuosa de hablar, no ofenden al niño, no lo lastiman o
“La mesa está limpia. Me gustaría que quedara igual cuando lo avergüenzan, y no lo juzgan o lo hacen sentir culpable.
termines tu tarea para que podamos cenar a gusto”. Él puede
contestar con un simple: “Mmm”, pero lo hace. Usar mensajes claros y respetuosos no sólo cambian
la conducta del niño sino que transforman también a
Es probable que la comunicación funcione si hemos los padres
aprendido a escuchar a nuestro hijo. La efectividad del Actuar así nos da más fuerza para enfrentar situaciones, nos
mensaje depende de la calidad de nuestra relación con él pone en contacto con nuestros verdaderos sentimientos; nos
Cuando el niño siente que lo queremos y nos interesa lo que hace más honestos y claros para percibir nuestras necesidades
siente, es posible que esté más dispuesto a escucharnos y y para aceptar que son importantes y tenemos el derecho de
a ser sensible a nuestras necesidades. defenderlas; nos permite conocer mejor a nuestros hijos y
La manera en que nos expresamos corresponde realmente reduce la tentación de maltratarlos o castigarlos.
a nuestro sentimiento. No sirve tratar de fingir una serenidad
que no sentimos. Si el niño está corriendo en la azotea, Es muy agradable descubrir lo dispuestos que están
tenemos que expresar el miedo de que se caiga. Podemos los niños a ayudar y a hacernos sentir bien, cuando
ser firmes y poner límites sin ser ofensivos o irrespetuosos. conocen nuestros sentimientos y necesidades.
No demos órdenes al niño, a menos que sea necesario. Si lo
obligamos a someterse siempre a nuestros mandatos, puede Ser firmes y poner límites no significa ser
volverse pasivo y esperar que alguien le diga qué hacer, o ofensivos o irrespetuosos
bien desobedecer y desafiar nuestra autoridad.
Un buen mensaje centrado en nosotros puede entenderse
como una solicitud de ayuda: “Anoche terminé de trabajar
muy tarde; quisiera dormir un poco más y no puedo hacerlo
con tanto ruido”. Ponemos en manos del niño la decisión de
ayudarnos.
Tampoco le damos siempre la solución. Le dejamos la
responsabilidad de pensar cómo resolver las cosas. Los niños
suelen ser ingeniosos y encuentran arreglos que no se nos
hubieran ocurrido.
Podrían decidir irse a jugar a casa del vecino o comunicarse
con notas escritas o con señas.
Escuchemos con interés las razones que tiene para no cooperar.
A veces el niño prefiere seguir haciendo lo que le gusta y no
está dispuesto a considerar nuestros deseos.
Decimos:“Tus zapatos tienen tierra y están ensuciando el
piso”. Él responde: “No están ensuciando”. Lo entendemos: Los niños suelen ser ingeniosos y
“Te estás divirtiendo y no tienes ganas de interrumpir el juego encuentran arreglos
para limpiarlos”. Y él nos comprende: “No. Bueno, voy a
darles una sacudida”. Al niño le resulta más fácil cambiar si
sabe que entendemos que le cuesta hacer el esfuerzo. Al
escucharlo, bajamos sus defensas para negarse a ayudarnos.
No caiga en la tentación de usar la fuerza o el castigo. “Si
no limpias tus zapatos en este momento, no vas a ir al día
de campo el domingo”. Esta respuesta no es paciente con el
niño ni tampoco con nosotros que estamos intentando cambiar
la manera de comunicarnos. El deseo del niño de ayudarnos
y ser solidario se propicia día a día con afecto y respeto.
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Pruebe algunas de las siguientes No descuide el lenguaje de su cuerpo
recomendaciones
Trate de aceptar puntos de vista diferentes Procure que su comunicación sea clara
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Guía de Padres
V. Resolver problemas y
conflictos en la familia
EJERCICIO DE REFLEXIÓN
¿Qué tipo de problemas suelen enfrentar sus hijos? ¿Y usted? ¿Qué hacen
para solucionarlos? ¿Surgen alguna vez conflictos en su familia? ¿Entre cuáles
miembros de la familia suelen darse estos conflictos? ¿Qué razones los
provocan con mayor frecuencia? ¿Cómo los resuelven?
Los padres desearíamos que nuestros niños vivieran lejos de cualquier problema
Por lo general, tratamos de proteger a nuestros hijos de la frustración o del dolor sin darnos
cuenta de la gran capacidad que tienen para resolver las situaciones difíciles a las que están
expuestos. Antes de que lo intenten, nosotros ya tenemos la solución, les damos una ayuda
que no necesitan o tomamos decisiones que ellos son capaces de asumir.
Cuando hacemos nuestros los problemas de los hijos y tomamos la responsabilidad de resolverlos,
nos echamos a cuestas no sólo una carga sino también una tarea que no los ayuda. Cuando
aceptamos que el problema del niño es de él y no nuestro, podemos apoyarlo mucho mejor.
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concreta y específica, es un gran paso para Hablar con nosotros y sentirse comprendida puede ayudarla
su solución. La clave es escuchar al niño con a poner en claro los sentimientos
verdadera atención y tratar de descubrir lo
que realmente lo aflige, pues a menudo lo
que parece ser el problema no lo es. Hablar
con nosotros y sentirse comprendido puede
ayudarlo a poner en claro los sentimientos y
a comprender mejor su dificultad.
Analizar el problema
Es decir, examinarlo más a fondo para descubrir
su verdadera causa: “¿Quisieras que revisemos
el problema?” “¿Qué sucede?” “¿Cuál podría
ser la causa?”. Es importante ayudar al niño
a identificar cuál es su parte en el asunto.
Al asumir su responsabilidad, en vez de culpar
a otros, adquiere el poder de hacer algo para
resolverlo.
Explorar las posibilidades de solución con
el niño
“Si quieres lograr esto, ¿qué tienes que hacer?”.
Nuestro trabajo como padres es ayudar al
niño a descubrir que cada problema puede
tener muchas soluciones; animarlo a expresar
cualquier idea que llegue a su mente, no
importa qué tan loca o impráctica parezca. A esta fase se le Enseñémosle a agradecer la ayuda y la
participación de los demás en la solución
llama “lluvia de ideas”, y la única regla es no criticar ni
descalificar ninguna aportación.
Si al niño no se le ocurren buenas ideas, podríamos darle
algunas sugerencias como: “Qué crees que pasaría si...”, pero
hay que hacerlo después de que él haya hecho sus propuestas,
y reducir las sugerencias al mínimo.
Elegir una solución
“¿Cuál idea será mejor...?” Conviene discutir y comparar con
el niño las diferentes opciones para que él escoja la que le
parezca más adecuada; ayudarlo a evaluar cada acción que
necesita llevar a cabo y preguntarle: “¿Qué crees que suceda
si haces esto... o esto otro?”
La solución de problemas es un proceso en el que las respuestas
no son correctas o incorrectas. Cada una implica distintos
aspectos positivos y negativos, y es una decisión personal
optar por una solución o por otra.
Establecer un compromiso
El niño tiene que encontrar el momento para actuar, la forma
de hacerlo, el lugar y la situación apropiados: “¿Qué decidiste No siempre resultan las cosas como pensamos. Tampoco
hacer?” “¿Cuándo lo vas a hacer? ¿Dónde? ¿Cómo?” existen garantías de que la solución que eligió el niño sea
De él depende esforzarse honestamente para resolver sus perfecta. Los problemas y las soluciones tienen que revisarse
dificultades; de nosotros, ayudarlo a anticipar los obstáculos y resolverse. Cuando descubrimos que el primer intento no
posibles; a tener claro qué recursos tiene para llegar a la fue satisfactorio, conviene plantear otra solución y modificarla
solución, qué personas están involucradas en el problema y las veces que sea necesario.
quiénes pueden ayudarlo. Reconocer y agradecer la ayuda y participación de los
Cuando se establece un compromiso, es necesario fijar un demás en la solución
plazo para revisar los resultados obtenidos y verificar si el Desarrollar la gratitud permite al niño apreciar y darse cuenta
problema de verdad se resolvió: “¿Cuándo podemos discutir del afecto y solidaridad que lo rodea, lo hace sentirse
de nuevo este asunto?” acompañado.
Examinar los efectos de las acciones Cuando los problemas se resuelven de esta manera, se pueden
Es recomendable preguntar qué ha sucedido, qué ha hecho estrechar y profundizar las relaciones con los demás, haciendo
el niño, si ya solucionó el asunto, cómo sabe que ya resolvió que todos se sientan satisfechos.
el problema y qué consecuencias tiene el haberlo resuelto.
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Sólo es posible aplicar esta forma de solucionar las El primer paso es establecer de quién es el problema.
dificultades si el niño quiere hacerlo y si está sereno Es necesario identificar quién tiene alguna necesidad
No se pueden resolver problemas en medio de una emoción insatisfecha, quién está teniendo dificultades o desea algo
fuerte, por eso es importante que seamos oportunos y que que no se está cumpliendo.
no lo presionemos. Si el problema es suyo, él es quien debe El niño tiene un problema cuando olvidó su cuaderno de
decidir si está dispuesto a enfrentar el proceso de solucionarlo; tareas en la escuela, perdió el suéter, rompió su juguete o
si el problema interfiere con nuestras necesidades, entonces sacó malas calificaciones. En este caso, no hay que crear
los padres somos los indicados para buscar la solución. además un conflicto al hacer nuestra su dificultad, sino ayudar
a nuestro hijo a resolverla usando los pasos descritos antes.
Cuando dos o más personas tienen puntos de vista Otras veces, el niño tiene satisfechas sus necesidades pero
diferentes sobre un problema, surgen los conflictos su comportamiento nos afecta: deja sus cosas tiradas en el
Un conflicto es una situación tensa entre dos o más personas, piso, maltrata un mueble, grita cuando estamos hablando,
en la que sienten que sus necesidades no están satisfechas. nos interrumpe. Entonces el problema es nuestro y es necesario
Los conflictos se deben a que ambas partes creen tener la comunicarle nuestros sentimientos y necesidades —en
razón pues sólo consideran su propio punto de vista y ocasiones de manera enérgica—, para que esté dispuesto a
desconocen lo que el otro piensa, siente y necesita. buscar la solución junto con nosotros: “Tenemos que arreglar
Los conflictos son una parte natural y sana de la convivencia; este asunto pues me siento incómodo e insatisfecho” “Sé que
si los enfrentamos, se convierten en oportunidades de no quieres hablar de esto, pero sería conveniente que
conocernos, acercarnos y apoyarnos. charláramos” “No podemos dejar las cosas así, no estoy contento”.
Algunas familias acostumbran hablar de los problemas y Un requisito para llegar a un acuerdo es escuchar con interés
tratan de solucionarlos, otras los dejan pasar, pretenden que a nuestro niño y hablarle de nuestras necesidades.
no existen o los posponen, esperando que desaparezcan
solos.
La tensión va aumentando hasta que un día
alguien explota
Es natural que los niños y los padres nos resistamos
a enfrentar un conflicto
Cuesta trabajo pasar por el proceso incómodo, y a veces
doloroso, de aceptar nuestra responsabilidad, de buscar
soluciones que satisfagan a todos y de comprometernos a
cambiar nuestra conducta.
Cuando los conflictos familiares se resuelven en el momento
en que surgen, es más fácil solucionarlos pues no se mezclan
con otros asuntos; en cambio, cuando no se atienden, la
tensión va aumentando hasta que un día alguien explota y
el conflicto se hace más grave.
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A veces las posiciones se perciben tan opuestas que
Evitemos las posiciones extremas y opuestas
parece imposible encontrar una solución en la que
todos nos pongamos de acuerdo
Los padres necesitamos salir en la noche, no podemos dejar
solo a nuestro hijo y él se niega a quedarse a dormir en casa
de su tía.
La dificultad está en considerar solamente las soluciones en
conflicto —ir o no ir a casa de la tía, salir o no salir esa
noche—, y no las necesidades en conflicto. Cuando nos
escuchamos y ponemos nuestra atención en lo que cada uno
verdaderamente necesita, pueden surgir acuerdos. Si las
necesidades de ambos están claras, somos capaces de
encontrar mejores soluciones.
Al sentirse comprendido, nuestro hijo puede entender que
no se trata de que sólo él modifique su conducta, sino que
nosotros también estamos dispuestos a cambiar. Si
compartimos el problema, tenemos que compartir también
la solución.
Puede ser que el niño no quiera dormir lejos de casa porque
su grupo de amigos al día siguiente va a reunirse muy
temprano a planear la posada de la escuela y él quiere
participar. Los padres no podemos cambiar la fecha del
compromiso.
Es conveniente invitar a nuestro hijo a buscar juntos una
solución aceptable para todos.
Es recomendable que sea el niño quien proponga las primeras
opciones, pero que no sea el único; todos tenemos que
sentirnos libres para inventar respuestas: se trata de provocar
una “lluvia de ideas”, y mientras más, mejor.
Las opciones podrían ser: pedir a la tía que sea ella quien
vaya a nuestra casa a acompañar a nuestro hijo; regresar
más temprano y pasar por él a casa de la tía; pedirle al vecino
que lo invite a dormir. Cuando las necesidades están claras,
aparecen las soluciones. Entonces es posible analizarlas y
tomar juntos la mejor decisión.
Solucionar en conjunto los conflictos aleja a
los niños de posiciones como: “Todo o nada”
o “Tú o yo”. Es recomendable que sea ella quien proponga las primeras
opciones
26
Permítale enfrentar los problemas solo Pruebe algunas de las siguientes
recomendaciones
Comparta algunos de sus problemas personales Trate de solucionar y negociar los conflictos con su hijo
y cómo los resolvió escuchándose mutuamente y buscando juntos un arreglo
aceptable para ambos.
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Guía de Padres
EJERCICIO DE REFLEXIÓN
Recuerde cómo se llevaba con sus hermanos y hermanas cuando era niño.
¿Estaban mucho tiempo juntos? ¿A qué jugaban? ¿Había pleitos entre ustedes?
¿Se apoyaban unos a otros? ¿Alguno de los hermanos era el consentido? ¿Qué
relación tienen ahora?
En general, los pleitos entre hermanos se originan por cuestiones aparentemente sin
importancia
Un pleito entre hermanos puede comenzar por no querer compartir los juguetes; por conseguir
la “mejor” silla; por ser el último en bañarse; por escoger el programa de televisión; por la
forma en que tratamos a cada uno; por los diferentes permisos que damos al hijo mayor y al
más pequeño, o por las cosas que les compramos o no les compramos.
Hay que tomar en cuenta que los celos tienen que ver con las emociones, no con los
objetos o privilegios
Si un niño piensa que favorecemos a su hermana porque le dimos el mejor regalo en su
cumpleaños, el que le regalemos a él algo mejor no cambia en nada su creencia. Es su
sentimiento lo que tenemos que atender.
Cuando un niño está celoso, lo mejor es ayudarlo a que se exprese francamente: “Sé que te
gustaría quedarte despierto otro rato, como tu hermano, pero es tu hora de ir a la cama; tú
necesitas dormir más que él”. “Te molesta que tu hermana use tus juguetes sin permiso";
"Estás enojada porque salí a dar una vuelta
con tu hermano y quieres que esté contigo".
La forma de resolver los conflictos entre hermanos es la misma Una vez que el niño se siente comprendido,
que se utiliza para solucionar los conflictos con otra persona podemos empezar a pensar, junto con él, en
las posibles soluciones.
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Si los niños no toman la iniciativa para resolver sus diferencias, Los niños tienen que encargarse de
los padres tenemos que intervenir para ayudarlos; no es resolver sus problemas
conveniente dejar un conflicto sin arreglar.
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Ignore los chismes entre sus hijos Pruebe algunas de las siguientes
recomendaciones
Sea lo más imparcial posible No ofrezca soluciones ni consejos a sus hijos cuando
intentan arreglar sus diferencias, sólo escúchelos y trate
de entender a ambos.
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Guía de Padres
EJERCICIO DE REFLEXIÓN
La vida familiar no consiste sólo en resolver conflictos; gran parte del tiempo que
compartimos puede emplearse simplemente en disfrutar el hecho de estar juntos.
Durante un día normal, observe y anote cuáles son las actividades que realiza
con sus hijos. ¿Qué hacen para disfrutar y divertirse juntos? ¿Qué tanto se ríe
con su familia? ¿Cuáles son los mejores momentos del día?
La etapa escolar nos da a los padres excelentes oportunidades para divertirnos con
nuestros hijos
Cuando entra a la primaria, un niño ya es suficientemente independiente como para bañarse,
vestirse, ordenar sus cosas, ayudar en las tareas domésticas, jugar solo y tomar muchas
decisiones. Esto cambia nuestra relación y nos permite periodos más amplios de convivencia
para participar en actividades que todos disfrutemos.
Es una buena época para que los padres disfrutemos con el niño actividades que todavía quiere
hacer con nosotros. El reto es que le resulten agradables y atractivas.
El tiempo que pasamos juntos padres e hijos se aprovecha mejor cuando lo planeamos
A veces no sabemos qué hacer el fin de semana o en las vacaciones, y podemos perder un
tiempo precioso para convivir con nuestros hijos. Resulta menos fácil organizarnos para el ocio
que para el trabajo, pues pensar lo que haremos en los tiempos libres requiere de mayor
imaginación y creatividad.
Sin embargo, acostumbrarnos a preparar actividades fuera de la rutina, como visitar a familiares
o amigos, organizar paseos y recorridos a lugares interesantes, practicar un deporte, participar
en los festejos tradicionales y en las convivencias escolares, da a nuestros hijos sorpresas,
alegrías y placeres inesperados.
El campo nos da ocasiones estupendas para divertirnos juntos, por ejemplo, trepar a un árbol
y comer sobre las ramas (podemos usar una canasta y una cuerda para subir la comida),
inventar personajes que viven aventuras emocionantes en el monte o dibujar mapas para
encontrar tesoros.
Aunque los juegos que surgen todos los días
de manera espontánea pueden resultar muy
La etapa escolar nos da a los padres excelentes oportunidades divertidos, los padres podemos preparar, por
para divertirnos con nuestros hijos lo menos una o dos veces a la semana, alguna
actividad original que nos permita pasar un
rato agradable.
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Nuestras tradiciones y costumbres se enseñan de una Organizar fiestas sin ningún motivo
generación a otra particular cantar juntos, bailar, cambiar la
letra a las canciones, decirlas con mímica,
recitar poemas al revés.
Buscar juegos que a todos nos gusten. Por
ejemplo, esconder un objeto y guiar hacia él
a los “buscadores” con la indicación “caliente”
o “frío” según se acerquen o se alejen de él.
O “dictar” un dibujo igual al que nosotros
trazamos en papel sin que nadie lo viera. Por
ejemplo, si hicimos un gato, podemos decir:
“Dibuja un círculo, agrega dos pequeños
triángulos en la parte superior del círculo,
ahora, un círculo mayor debajo del primero...”.
Y ver quién hace el dibujo más parecido al
nuestro. Otro juego es escribir o dibujar con
el dedo, en la espalda o los pies del niño, para
que identifique de qué se trata.
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El momento de comer es ideal para una convivencia gozosa
polvorones deliciosos para la merienda). Se trata de usar lo Si vamos a tener que esperar en algún lado, conviene llevar
que tengamos a nuestro alcance para crear momentos gratos. con nosotros una libreta y un lápiz para jugar timbiriche,
Otra posibilidad es cubrir la mesa con un mantel de papel gato, submarinos, ahorcados, tripas de gato o laberintos. El
blanco y darles crayolas a los niños. Ese día se vale pintar tiempo pasa muy rápido cuando sabemos utilizarlo.
y comer. Si logramos mantener limpio el papel y nos gustan
los dibujos, podríamos colgarlo como una obra de arte familiar. La variedad de actividades que compartimos en familia
Organizar una cena de disfraces puede mantener ocupados nos permite llegar a conocernos mejor y a estar más
a los niños toda la tarde si cada uno inventa su traje y lo cerca unos de otros
prepara con papeles de color, colores, plumas, trapos, toallas Al final del día, es muy agradable repasar con los hijos lo que
o lo que esté a mano. Tiene que ser sorpresa para los demás. hicimos juntos, cuáles fueron los mejores momentos y qué
meta logramos. Podemos también agradecernos unos a otros
Podemos aprovechar cualquier situación de espera o la alegría que nos dimos.
un viaje largo en el autobús para jugar o contar cuentos:
Narrar una historia inventada entre todos.
Uno empieza con una frase: “Había una vez un pirata...”, y
otro continúa: “que tenía un palacio en el fondo del mar...”.
Los demás van agregando acontecimientos y detalles hasta
que se da por terminada la narración. Cada niño puede
intervenir varias veces. Podemos aprovechar cualquier situación
Coleccionar palabras decidimos un tema, por ejemplo, para jugar
países, objetos, animales, calles o personajes de programas
de televisión. Repasamos en silencio el abecedario en nuestra
cabeza. Cuando uno de los niños grite: “¡Basta!”, decimos
cuál letra estábamos pensando en ese momento. Por ejemplo
“O” con el tema “animales”. Un niño dice: “oso”, otro encuentra
la palabra “orca”, “ocelote”, “hormiga”. “Hormiga es con
hache. No vale”. Cuando no encontremos otro animal,
cambiamos de letra.
Cadena de nombres el primer jugador dice el nombre de
una fruta o verdura: “limón”; el siguiente dice un nombre
con la última letra: “naranja”; el que sigue agrega: “aguacate”,
el siguiente, “elote”, y así hasta que ya no encuentren nombres.
La última persona que encuentre un nombre, dirá cuál es el
siguiente tema.
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La diversión es una parte indispensable Pruebe algunas de las siguientes
para la salud
recomendaciones
No piense en la diversión como pérdida de tiempo, es una
parte indispensable para la salud y para que la vida
merezca vivirse.
Cumpla los compromisos que haya establecido Cocinen juntos. Que su hijo ayude con actividades seguras
como pelar chícharos, revolver el agua de limón o batir
los huevos. Si usted le enseña a manejar las situaciones
que pueden ser peligrosas como cortar con un cuchillo o
encender la estufa, él se sentirá muy bien. Pero supervíselo
cuando esté en la cocina.
Observe a su niño para saber qué es lo Cocinen juntos. Pero supervíselo cuando
que más disfruta esté en la cocina
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Guía de Padres
EJERCICIO DE REFLEXIÓN
¿Qué es para usted la amistad? ¿Quiénes son sus amigos? ¿Hace cuánto
tiempo los conoce? Trate de describirlos. Platique con su hijo sobre sus
relaciones con los amigos, cómo han enriquecido su vida cada uno de ellos,
qué han hecho por usted y en qué los ha apoyado usted a ellos. ¿Conoce a
los amigos de su hijo? ¿Le simpatizan? Pídale que le cuente acerca de ellos.
En la preadolescencia, entre los nueve y diez años, los niños y niñas empiezan a tener
mejores amigos
Con estos amigos los niños comparten secretos
y se dan información que nadie más conoce.
Al llegar a primaria, el niño empieza a hacer verdaderos amigos Esto le da a la relación un encanto y una alegría
que hace mucho bien al niño. Su mejor amigo
lo acompaña, está dispuesto a prestarle sus
cosas, se interesa por su bienestar, es leal,
servicial, no lo acusa y puede confiar en él.
El mejor amigo, con sus conflictos, emociones
y alegrías, es parte fundamental del desarrollo
del niño y lo prepara para sus relaciones de
adolescente y para la intimidad adulta con
los amigos y la pareja.
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Ser miembro de un grupo le da al niño una sensación de evitar”. Esto le muestra al niño nuestra firmeza y autoridad,
de pertenencia y lo hace sentir seguro y aceptado y al mismo tiempo nuestro amor por él y nuestra preocupación
Al inicio de la etapa escolar, los niños forman grupos con por su bienestar.
objetivos poco claros y con miembros que cambian
continuamente, pero a partir de los nueve o diez años, los Al hablar de los amigos o miembros del grupo de nuestro
grupos se vuelven más estructurados y permanentes, y hijo, debemos tener cuidado de no denigrarlos ni
aparecen las pandillas. Los miembros son generalmente del criticarlos
mismo sexo y dejan fuera intencionalmente a los del sexo El niño está identificado con sus amigos, hagan lo que hagan.
contrario. Inventan requisitos especiales para pertenecer; Lo que nos corresponde es explicar las razones por las que
tienen que pasar pruebas para ser aceptados; establecen es inconveniente una determinada conducta, sin calificar al
reglamentos y mantienen normas morales estrictas. Ante amigo o amiga que la llevó a cabo: “Que lástima que Lupita
todo, les preocupa el sentido de justicia. y Arturo decidieran robar en la tienda, eso perjudica a otros
En esta edad los niños se comprometen y se identifican con y puede ocasionarles a ellos problemas serios”. De esta
sus compañeros de una manera muy intensa. Empiezan a manera separamos la conducta de la persona y no agredimos
descubrir en su experiencia el sentido del “nosotros”, pero a los amigos que él aprecia.
al mismo tiempo que adquieren una identidad con su grupo, Es importante tratar de permanecer siempre del lado de
detectan las diferencias de los que no son parte de él. nuestro hijo independientemente de su conducta: “El que tú
Pertenecer a una pandilla los hace enfrentarse con otros y tus amigos arrojaran piedras a la ventana del Sr. López le
grupos. Es común que se organicen verdaderas guerras en ha causado muchos trastornos. Entiendo que es difícil no
las que se vale casi todo. hacerlo cuando todos los demás están metidos en eso de
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Conocer a los padres de los amigos de nuestro hijo nos da una Al niño le toma mucho tiempo aprender
idea de cuáles son los valores y las reglas de las otras familias a expresar y manejar sus emociones
adecuadamente, y en el camino es normal
que se den pleitos y conflictos, seguidos
de reconciliaciones
A los seis o siete años niños y niñas todavía
responden con manazos y jaloneos si se
sienten molestos o frustrados, y lloran
fácilmente por las agresiones de sus
compañeros. Con el crecimiento, disminuyen
los golpes y aumenta la agresión verbal, sobre
todo entre las niñas. Pueden usar palabras
ofensivas, criticar o ignorar a algún compañero
o compañera para hacerlos sentir excluidos.
A menos que sean demasiado frecuentes o
les causen angustia, no hay que preocuparse
demasiado con las peleas de los niños. Es
recomendable evitar involucrarnos direc-
tamente en el problema de nuestro hijo y
enseñarle a resolver los conflictos buscando
acuerdos, sin agredir ni lastimar.
Todos los niños tienen dificultades con
sus amigos de vez en cuando, pero
romper vidrios, pero, ¿puedes pensar en alguna forma de cuando la situación de rechazo se hace permanente,
decirle a tus amigos que no quieres hacer algo, cuando ellos puede trastornar la vida de un niño y hacerla desdichada
te están presionando? ¿Qué crees que deberías hacer ahora, La señal de que existe un verdadero problema es que el niño
respecto al señor López? Me parece adecuado que estés sufre y se angustia por estar solo. Los amigos son un apoyo
dispuesto a disculparte. ¿Piensas que hay otra manera de importante para su autoestima. Un niño sin amigos se siente
que el grupo compense el daño? ¿Quieres que te ayude en triste y pierde confianza en sí mismo aun cuando tenga logros
algo?”. en otros campos.
El niño tiene que resolver un problema complejo: asumir con A pesar de sus esfuerzos por formar parte de un grupo, el
responsabilidad las consecuencias de su comportamiento, niño puede ser rechazado si no tiene las habilidades necesarias
demostrar su lealtad a los amigos y asegurar su pertenencia para relacionarse adecuadamente: si es agresivo verbal o
al grupo. físicamente, si molesta a los demás, si desorganiza o interrumpe
los juegos, o si se muestra demasiado débil o inseguro.
Conocer a los padres de los amigos de nuestro hijo nos
da una idea de cuáles son los valores y las reglas de Quedar aislado del grupo o ser rechazado por los amigos
las otras familias
Esto nos ofrece además la oportunidad de llegar a acuerdos
para fijar límites y permisos a todos los niños del grupo y
descalificar frases como: “A Juanita sí le dan permiso...”,
porque sabemos que a Juanita no le dan permiso. Un niño sin amigos se siente triste y pierde
La costumbre de llevar y recoger a nuestros hijos de los confianza en sí mismo
lugares donde se reúne con sus amigos, le hace sentirse
cuidado y nos permite conocer los ambientes en los que
participa.
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fortalecer su autoestima.
Ayúdelo a desarrollar las capacidades de
convivencia Enseñarle a desarrollar las capacidades de convivencia
necesarias para funcionar adecuadamente en un grupo:
ser honesto en el juego, participar con entusiasmo en las
actividades comunes, proporcionar atención, cuidados y afecto
a sus compañeros, así como apoyarlos en sus problemas.
Tenemos que utilizar todos los recursos a nuestro alcance
para enseñar a nuestro hijo a expresar sus sentimientos de
una manera clara y adecuada, a relacionarse sin agredir ni
perjudicar a otros. Hacerle ver que en lugar de competir: “A
que salto más alto que tú”, “Seguro te gano en las canicas”
o “Yo tengo un avión más grande que el tuyo”, puede acercarse
al otro niño con suavidad, observarlo y percibir cómo se
siente en ese momento: “Qué buen salto, casi llegas a los
tres metros” “Me gustaría jugar contigo a las canicas” “Qué
divertido es volar aviones”.
Ayudarle a manifestar abiertamente su simpatía y
afecto por los amigos hacerles saber que disfruta de su
compañía, comentar lo que le resulte interesante o divertido
y dar muestras de afecto como una palmada o un chocar de
manos.
Quedar aislado del grupo o ser rechazado por los amigos Invitarlo a practicar en familia las habilidades para
puede ser una de las experiencias más dolorosas de la escuchar poner atención a lo que dice el otro, no hacer otra
niñez cosa mientras le habla, mostrar que comprende los
Las consecuencias emocionales del aislamiento pueden ser sentimientos de su compañero. En el capítulo III de este
graves y duraderas. Los niños rechazados necesitan ayuda, apartado (pág. 13) se ofrecen sugerencias para aprender a
pues si no solucionan la situación, pueden volverse aún escuchar.
más introvertidos, o bien, agresivos y desmedidamente Practicar con él la resolución de conflictos seguir juntos
competitivos. los pasos necesarios y procurar que esto se vuelva un hábito
natural en todas sus relaciones, de modo que logre resolver
¿Qué podemos hacer los padres para ayudar a nuestro sus desacuerdos y defender sus derechos respetando los de
hijo a hacer amigos? los demás. El capítulo V de este apartado (pág. 23) sugiere
Los padres tenemos poco que hacer directamente en estas formas de solucionar problemas y conflictos.
situaciones, pero sí podemos ayudar a nuestro hijo a superar Ayudarle a desarrollar su capacidad de conversar hablar
sus dificultades de relación. Tal vez nos resulte útil probarde todo lo que interese a los miembros de la familia: ideas,
algunas de las siguientes recomendaciones: sentimientos, experiencias, problemas, logros, sueños y
Mantenernos cerca de él escucharlo, tratar
de comprenderlo y hacerle sentir que cuenta
Ayúdela a sentirse segura. No la obligue
con nosotros; averiguar las causas de su
aislamiento a través de lo que él mismo nos
diga y hablando con su maestro.
Tratar de no sobreprotegerlo ni exigirle
demasiado; el niño necesita tener encuentros
sociales, pero no debemos forzarlo a vivir
situaciones muy difíciles, pues eso le impedirá
superarlas.
Reforzar su autoestima es fundamental;
crear condiciones para que él adquiera
seguridad y confianza; animarlo y darle apoyo
para desarrollar las habilidades para las que
tenga más facilidad y ayudarlo a distinguirse
en algo especial. Así conseguirá sentirse más
seguro y logrará el respeto, primero de sí
mismo, y luego de sus compañeros. En el
segundo capítulo del apartado Aprender a ser
(pág. 103) se dan algunas sugerencias para
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Propiciar situaciones que favorezcan la convivencia con otros Si el sufrimiento del niño ante el rechazo
niños fuera de la escuela es muy intenso y no logra superar su
dificultad para relacionarse, es necesario
buscar ayuda profesional
Poner en práctica estas sugerencias puede
ayudar a nuestro hijo, pero hay que tener en
cuenta que la responsabilidad de encontrar y
hacer amigos es del niño, que la amistad es
su decisión.
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Pruebe algunas de las siguientes Fomente la relación de su hijo con otros niños
recomendaciones
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Guía de Padres
EJERCICIO DE REFLEXIÓN
A medida que crece, la vida social del niño va abarcando círculos más amplios. Uno
de esos círculos es la familia extensa
Es fundamental que el niño conozca a su familia, que se relacione con sus abuelos, primos,
tíos y otros parientes de una manera personal, que los busque, les pregunte y los quiera. Estos
vínculos pueden llegar a ser muy importantes para él.
Las fiestas tradicionales, los bailes, las ceremonias y los aniversarios son ocasiones excelentes
para que el niño conviva con sus familiares y se haga consciente de que pertenece a una familia
y ocupa una posición dentro de ella.
La familia es un testigo vivo de la historia del niño, de sus orígenes y sus tradiciones.
Cuando los hijos son adoptados, la historia de la familia que lo adopta le proporciona origen,
apoyo, seguridad y confianza.
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Además de escuchar, al niño le gusta contar
a sus familiares sus propios relatos; tiene Interesarnos unos por otros nos ayuda a todos
gran necesidad de elaborar versiones
personales de los hechos y de hacer suyas
las historias que va conociendo.
Así va construyendo su historia, se pone en
contacto con los valores que vienen del pasado
y lo hacen ser lo que es, y adquiere la
conciencia de que forma parte de una tradición
que él tendrá que continuar.
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Debemos enseñarle a aprovechar la electricidad de una
manera racional
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Pruebe algunas de las siguientes Organice reuniones en las que los
mayores puedan narrar anécdotas
recomendaciones
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