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IMPORTANCIA DEL ESTUDIO DE LAS AGUAS

SUBTERRÁNEAS

El agua subterránea es utilizada para el abastecimiento de agua potable,


tanto en viviendas individuales, como en aglomeraciones urbanas, en
proyectos agropecuarios para riego y para uso animal; igualmente,
muchas industrias consumidoras de grandes cantidades de agua hacen uso
de este recurso.

Uno de los aspectos que hacen particularmente útil el agua subterránea para
el consumo humano es la menor contaminación a la que está sometida
y la capacidad de filtración del suelo que la hace generalmente más pura
que las aguas superficiales. Además que este recurso es poco afectado por
períodos prolongados de sequía.

La utilización del agua subterránea se ha venido incrementando en el


mundo desde tiempos atrás y cada día gana en importancia debido al
agotamiento o no existencia de fuentes superficiales. Se estima que más
de la mitad de la población mundial depende del agua subterránea como
fuente de agua potable. Grandes ciudades como Bangkok, Mombara,
Buenos Aires, Miami y Calcuta usan el agua subterránea para el
abastecimiento de su población (Coughanowr, 1991). La explotación
acelerada del recurso agua subterránea ha causado muchos problemas en
muchos lugares de la tierra. En Ciudad de Mexico, con una población de
más de 20 millones de personas, el agua subterránea es casi la única fuente
de agua potable. La explotación del acuífero ha producido una baja de los
niveles piezométricos de casi un metro por año, lo que ha traído graves
problemas de subsidencia.

1
En Colombia existen regiones como el Valle del Cauca y el Urabá
Antioqueño donde el agua para riego depende casi que exclusivamente de
las aguas subterráneas. En la primera de las regiones antes mencionadas,
6
se bombean anualmente 1200´10 m³, que representan solo el 40% del
potencial total de los acuíferos lo que da una idea de la magnitud del
recurso de esa zona (Azcuntar, 1992).

En Urabá la explotación del banano (segundo renglón agrícola de


exportación de Colombia actualmente) depende en gran parte de los
recursos de agua subterránea de esa zona. En 1993 el volumen diario de
explotación de agua subterránea en Urabá era de unos 58000 m³, de los
cuales el 65% se usaba en la agricultura y el resto en la industrial y
abastecimiento público (INGEOMINAS, 1993).

En el norte del país, principalmente en los departamentos de Guajira y


Sucre, casi que el agua subterránea es la única fuente de abastecimiento de
agua, para consumo humano. En Sucre el 91.7% del área urbana se
abastece de fuentes subterráneas, captadas a través de pozos profundos. En
promedio se extraen
217.7 L/hab/día (Donado et al
2002)

La región del norte de Colombia donde se utiliza el agua subterránea en


mayor porcentaje para regadío y ganadería es la que corresponde a los
valles del río Cesar y Arigua, (Huggett, 1988).

En los campos petroleros donde hay extracción de petróleo con


recuperación secundaria se usa el agua subterránea en forma amplia,
como en el campo casabe, en el Municipio de Yondó, Antioquia

Sin embargo, todavía en Colombia no está muy desarrollada la


explotación racional de los recursos en aguas subterráneas. En los últimos
años una serie de entidades, tanto a nivel regional como de todo el país,
han impulsado ciertos programas tendientes a conseguir dicho objetivo.
Entre las principales puede mencionarse la CVC en el Valle del Cauca,
e INGEOMINAS con
estudios de evolución de este recurso en regiones tales como la
Guajira.

Las aguas subterráneas en Colombia jugarán en el futuro un papel de


enorme importancia, bien sea como una alternativa tecnológica para la
explotación del recurso, en áreas donde su costo pueda competir con la
utilización de agua superficial, o como única alternativa disponible en
regiones donde el balance demanda-disponibilidad presente situaciones
críticas.

El agua subterránea tiene importancia también como componente esencial


del ciclo hidrológico y como reserva fundamental. Así por ejemplo, a
escala de todo el globo terrestre las reservas en agua están distribuidas
aproximadamente como se muestra en la Tabla 1.1. De dichas aguas el
97.2% es agua salada y sólo el 2.8% es agua dulce que se reparte a su vez en
el 2.2% en agua superficial y el 0.6% en agua subterránea. Del agua
superficial el 2.15% está en los glaciares, el 0.01% en lagos y el
0.0001% en ríos y en corrientes. Del 0.6% correspondiente a agua
subterránea el 0.3% resulta económicamente explotable y el resto se
encuentra a profundidades mayores de 800 m, lo que hace poco viable su
extracción para fines prácticos. De lo anterior puede verse el enorme
potencial que representan las aguas subterráneas como fuente de agua
potable en nuestro planeta.

TABLA 1.1. Distribución del agua en la


tierra.
3 6
km x10 %
Océanos 1320 97.2
Glaciares y nieves perpetuas
30 2.15
Aguas subterráneas a menos de 800 m
4 0.31
Aguas subterráneas a más de 800 m
4 0.31
Desde otro punto de vista, es necesario estudiar el movimiento y distribución
del agua subterránea por los efectos desastrosos que puede causar en las obras
civiles, tales como taludes, minas, fundaciones, etc. El papel desastroso
del agua se traduce en efectos fisicoquímicos de degradación de los
materiales (roca, suelo), acciones mecánicas (fuerzas hidrostáticas y
dinámicas) que en ciertas circunstancias destruyen el equilibrio de macizos
naturales o artificiales (represas, túneles, etc.). Tales rupturas de equilibrio
pueden conducir a catástrofes (Malpasset en Francia, Vayont en Italia,
Villatina y Quebrada Blanca en Colombia) deslizamientos de terrenos,
frecuencia de grandes cantidades de agua en túneles y galerías, que
dificultan los trabajos y aumentan los costos.

La habilidad del agua subterránea para disolver los minerales de las rocas
y redistribuir grandes cantidades de masa disuelta tiene importantes
aplicaciones en la génesis química, economía de la mineralización y trabajo
geológico en general (Domenico, 1987) y es la clave para el transporte de
materiales y calor en procesos metasomáticos. Los procesos metamórficos
no pueden ser totalmente examinados en ausencia de una fase líquida, el
agua es el principal catalizador de las reacciones y recristalización de los
minerales existentes (Yoder 1955, citado por Domenico, 1987)).

Los fenómenos de escurrimiento del agua en el suelo tienen pues una


importancia capital para muchas ramas de la ingeniería: la construcción,
la minería, la hidrogeología.

De lo anterior se desprende la importancia del conocimiento de los recursos


en aguas subterráneas, su hidráulica, la evaluación de las reservas y su
explotación racional y conservación.

A manera de resumen, puede afirmarse que las aguas subterráneas


constituyen un recurso natural de gran importancia para el hombre en
razón principalmente de:

 Su abundancia relativa con respecto a las aguas


superficiales.
 La regularidad de los caudales debido a las características
de su almacenamiento natural.
 Su protección contra las pérdidas por
evaporación.
 Su protección contra la polución superficial a la cual están
constantemente sometidas las aguas de ríos y lagos.
 Su estrecha relación con las corrientes de superficie ya que éstas
obtienen de las capas acuíferas la mayor parte de su caudal.

Para su adecuada explotación deben considerarse aspectos


como:

 Sobrexplota
ción.
 Contamina
ción.
 Uso conjunto de aguas subterráneas y
superficiales.
 Área de
recarga.

1.1. CONCEPTO DE
HIDROLGEOLOGÍA

La definición y los términos utilizados para denominar el estudio de las


aguas subterráneas han variado a través del tiempo. Actualmente se
aceptan como términos adecuados los de hidrología subterránea (para
diferenciarla de la hidrología de superficie, división ésta introducida por
Meinzer en 1942), hidrogeología o geohidrología.

Así pues, puede decirse que la hidrogeología hace parte de la


hidrología general considerando ésta como "la ciencia que trata de las aguas
terrestres, de sus maneras de aparecer, de su circulación y distribución en el
globo, de sus propiedades físicas y químicas y sus interacciones con el
medio físico y biológico y sus reacciones a la acción del hombre",
definición ésta adoptada por el Comité Coordinador del decenio
hidrológico internacional iniciado en 1965 bajo patrocinio de la UNESCO.
Puede entonces definirse la hidrología subterránea como "aquella parte de
la hidrología que estudia el almacenamiento, la circulación y la
distribución de las aguas terrestres en la zona saturada de las
formaciones geológicas,
teniendo en cuenta sus propiedades físicas y químicas, sus interacciones con
el medio físico y biológico y sus reacciones a la acción del hombre".

1.2. LA HIDROGEOLOGÍA EN EL CAMPO DE LAS CIENCIAS

La hidrogeología es una rama del conocimiento que se basa y utiliza


el concurso de muchas y muy variadas disciplinas, una de las principales
es la geología ya que son precisamente las formaciones geológicas las
que constituyen el medio donde se almacena y se mueve el agua
subterránea. Sin un conocimiento básico de ciertos aspectos de la
geología es imposible un estudio de los recursos en aguas subterráneas y
mucho menos su explotación racional.

Otras disciplinas son:

 La hidroquímica que permite el conocimiento de las características


químicas del agua que va a ser explotada, aspecto éste esencial tanto desde
el punto de vista técnico como en lo que se relaciona con la utilización.

 La mecánica de los fluidos para poder estudiar las leyes que rigen el
movimiento de un fluido en un medio poroso.

 La hidrología de superficie ya que los recursos superficiales


están íntimamente relacionados con las aguas subterráneas.

 La climatología para evaluar la precipitación y la


evapotranspiración, factores esenciales desde el punto de vista
cuantitativo, en particular en lo relativo a la recarga de los acuíferos.

 La estadística, en particular con el desarrollo de nuevos métodos


basados en variables aleatorias que permiten estimar los recursos en aguas
subterráneas de una región dada.
1.3. BREVE RECUENTO HISTÓRICO DE LA
HIDROGEOLOGÍA

Aunque teorías oscuras y míticas prevalecieron por miles de años, acerca


del origen de fuentes y manantiales de aguas subterráneas, su utilización es
conocida desde tiempos antiquísimos. En efecto, muchos siglos antes de
nuestra éra los pueblos del Oriente Medio construían obras de captación
de dichas aguas y el uso de los pozos excavados desde la superficie
estaba bastante generalizado.

Tolman (1933) reportó que los chinos construyeron pozos entubados en


bambú, con profundidades de más de 1500 m, con diámetros de 2 a 10 m,
que tomaban hasta tres generaciones para construirse. Se usaron muchos
mecanismos para extraer agua de estos primitivos pozos, empleando la
fuerza humana o la animal. Sin embargo, el sistema más notable de
extraer agua subterránea, no requería ningún tipo de mecanismo: Los
persas, 800 A.C., desarrollaron un sistema de extracción por medio de
túneles y canales que drenaban por gravedad, llamados Kanats. Hay gran
número de Kanats, aún funcionando que cubren regiones áridas del
sudoeste de Asia y Afganistán. En Irán hay hoy en día aproximadamente
22000 kanats que suplen las 3/4 partes del total del agua usada en el país.
P. Beaumont, en 1971, se refería al más largo de ellos, cerca de Zarand.
Este tiene 29 km. de longitud y no menos de 966 pozos a lo largo de su
recorrido; generalmente éstos son poco profundos, sin embargo se han
encontrado algunos cuyas profundidades exceden los 250
m. Los caudales de estos pozos no sobrepasan los 100
3
m /h.

No obstante lo anterior, fue sólo en el primer siglo de nuestra era cuando


el arquitecto romano Marco Vitrubio expuso la primera teorización
correcta e importante, determinando que el agua subterránea se originaba
principalmente de la infiltración de las lluvias y de la nieve que se
funde a través de la superficie y que dichas aguas aparecían luego
nuevamente en las zonas bajas.
Durante la Edad Media y el Renacimiento no hubo avances significativos
en los conceptos teóricos de la hidrogeología, a pesar de los importantes
trabajos
de Leonardo Da Vinci, reconocidos solamente siglo y medio más tarde.
Sólo se desarrolló en occidente la técnica de la perforación de pozos por el
método de percusión, aunque cabe anotar que los chinos ya utilizaban
dicho método desde 1500 años antes. Se desarrolló mucho el uso de los
pozos emergentes o pozos artesianos, los cuales derivaron su nombre de
la región de Artois en Francia que se hizo famosa precisamente por la gran
cantidad de dichos pozos que allí se encontraban.

Como ciencia puede considerarse que la hidrología comienza propiamente


a partir del siglo XVII. Investigadores como los franceses Pierre Perrault
(1608- 1680) y Edmé Mariotte (1620-1684) y el inglés Edmund Halley
hicieron ver el papel de la infiltración, del agua subterránea y de la
evaporación en el ciclo hidrológico. Sin embargo, el inicio de la
hidrogeología sólo puede ubicarse a partir del surgimiento y desarrollo de la
geología a partir del siglo XVIII y de la consiguiente aplicación de ciertos
principios geológicos al tratamiento de algunos problemas hidrológicos,
en particular por William Smith. En 1839- 1840 Hazen y Pouiseuille
desarrollan la ecuación del flujo capilar y en 1856 el francés Henri Darcy
estableció la ley matemática que rige el flujo subterráneo y publicó su obra
"Les fontaines publiques de la Ville de Dijon".

En 1863 otro francés, Jules Dupuit, desarrolla la fórmula para calcular el


flujo del agua en los pozos en régimen permanente, a partir de la
aplicación de la ley de Darcy.

En el presente siglo se ha desarrollado mucho la hidrología subterránea,


en particular sobre la base de la aplicación de la mecánica de los
fluidos al movimiento de los líquidos en un medio poroso. En 1935 el
norteamericano Theis presenta su trabajo sobre el flujo del agua en los
pozos para un régimen transitorio. Después de la segunda guerra mundial la
hidráulica de las aguas subterráneas tuvo avances significativos, debido
principalmente al problema de evacuación de desechos radioactivos de
plantas nucleares, ya que se empezaron a estudiar los efectos que tendría
enterrar éstos en las formaciones geológicas y en las aguas que
almacenaban, lo que obligó a los investigadores a profundizar en el
conocimiento de su hidráulica.
En los últimos años se ha presentado un elemento nuevo para el estudio de
los recursos hidrogeológicos cual es la aplicación de las variables
regionalizadas y la inferencia estadística a tales problemas.

Actualmente puede decirse que hay dos corrientes en lo que se relaciona a


la investigación en hidrogeología: de una parte la investigación matemática
mediante la aplicación de las leyes que rigen el flujo en un medio poroso, y
de otro lado el método naturalista basado en la observación y en la
experimentación sobre el terreno y que ha sido preconizado
principalmente por los geólogos. Sin embargo, un uso apropiado de las
dos metodologías parece ser el camino más correcto para el conocimiento
y evaluación de los recursos en aguas subterráneas.
a)

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