Adminis Traci On
Adminis Traci On
Adminis Traci On
DE ESTUDIOS BIBLICOS
DIVISIÓN ESPAÑOL
ADMINISTRACIÓN
ECLESIÁSTICA
RE 422
NOTAS
(CON PREGUNTAS DE ESTUDIO)
CHURCH ADMINISTRATION, RE 422 2
ADMINISTRACIÓN ECLESIÁSTICA, RE 422
REQUISITOS DEL CURSO
4. Una vez que el Examen Final ha sido realizado con éxito, el estudiante
enviará el Reporte de Actividades al Profesor Guía para certificar que todas
las lecturas y/o asignaciones hayan sido completadas. También deberá enviar el
reporte de lectura del libro complementario.
INSTRUCCIONES:
1. Lea el libro, tomando nota de las preguntas que aparecen al final de cada
capítulo (si las hay), o de las preguntas que el autor despierta en la mente del
estudiante.
2. Escriba un resumen de media página de cada uno de los capítulos del libro.
3. Escriba su opinión acerca del libro, de una página de extensión,
expresando su acuerdo o desacuerdo con su contenido.
0. Al terminar el curso, envíe el Informe de Lectura requerido junto con el
Examen Final y el Reporte de Actividades al Profesor Guía.
PROVEEDOR DE LIBROS:
INTRODUCCIÓN
Sin embargo, en este curso, antes de llegar a la tercera parte, en la cual se tratará
la dinámica de la Administración Eclesiástica, incluyendo las tareas y cómo realizarlas, el
Plan y el fundamento de la administración, consideraremos primero a los líderes de la
empresa o de la congregación local. Todos hemos sido llamados a ser ministros y
sacerdotes, pero ¿dónde encajamos los administradores? ¿Cuáles son nuestros dones
particulares? Y si no tenemos estos dones, ¿podemos desarrollarlos?
El líder visionario, lleno de celo y pasión, por lo general puede lanzar una
organización de personas y emprender la acción inicial. Pero se requiere un líder con
capacidad administrativa y buen juicio para mantener el impulso creado por la visión. En
el pasado muchos hombres y mujeres bien intencionados han ignorado esta sencilla
realidad, y por ello, más de una organización valiosa que inició con una explosión de
entusiasmo, luego se desintegró en un fracaso doloroso y humillante. Nuestro propósito
en esta primera sección tiene dos partes: ayudar a los líderes a fortalecer sus dones
administrativos, y ayudar a los líderes talentosos a ser más minuciosos y efectivos en el
cumplimiento de sus responsabilidades oficiales y administrativas. Para lograr lo
anterior, consideraremos tres aspectos de la administración:
INTRODUCCIÓN:
Efesios 4:12 “...a fin de perfeccionar a los santos para la obra del
ministerio” (Reina Valera 1960)
Otras Versiones:
Romanos 12:6 “Tenemos dones diferentes, según la gracia que se nos ha dado.” (Nueva Versión
Internacional). (También, “Dios nos ha dado a todos diferentes capacidades, según lo que él quiso
darle a cada uno. Por eso, si Dios nos autoriza para hablar en su nombre, hagámoslo como
corresponde a un seguidor de Cristo”).
Romanos 12:3 “...conforme a la medida de fe que Dios repartió a cada uno” 1 Corintios 7:7
“...pero cada uno tiene su propio don de Dios.”
1 Corintios 12:11 “...repartiendo a cada uno en particular como él quiere.”
1 Corintios 12:25 “...para que no haya desavenencia en el cuerpo, sino que los miembros todos
se preocupen los unos por los otros.”
Efesios 4:1 “...que andéis como es digno de la vocación con que fuisteis llamados.”
1. DONES MILAGROSOS:
“De manera que, teniendo diferentes dones, según la gracia que nos es dada, si el de profecía,
úsese conforme a la medida de la fe” (Romanos 12.6).
1 Corintios 12:28.
2. DONES DE CAPACITACIÓN:
0. SABIDURÍA. “Porque a éste es dada por el Espíritu palabra de sabiduría; a otro, palabra de
ciencia según el mismo Espíritu” (1 Corintios 12:8).
3. DONES MINISTERIALES:
1 Corintios 12:28.
A. EXHORTACIÓN. “El que exhorta, en la exhortación; el que reparte, con liberalidad; el que
preside, con solicitud; el que hace misericordia, con alegría” (Romanos 12:8).
A. En programas de visitación.
B. En esfuerzos especiales de alcance evangelístico, tales como
campañas al aire libre.
C. En llamados desde el altar que inviten a las personas a venir a
Cristo.
D. En la plantación de iglesias.
E. En ministerios itinerantes.
F. En muchos ministerios públicos de predicación.
A. En predicaciones de avivamiento.
B. En el pastorado, cuando posee además otros dones adecuados
para el pastorado.
C. En resolución de conflictos dentro de una iglesia con
problemas de pecado.
D. En consejería, para ayudar a identificar el pecado en la vida de
una persona.
E. En predicación, como parte de Equipos de Evangelismo.
F. En ministerios en las cárceles.
G. En ministerios itinerantes.
6. EL QUE IIACE MISERICORDIA. Quien posee el don de hacer misericordia tiene el deseo y la
capacidad dada por el Espíritu de servir a Dios identificándose con y confortando a las
personas que sufren. Esta es la persona que comprende y conforta a sus hermanos en
Cristo. Este don se puede usar:
7. EL QUE SIRVE. La persona que posee el don de servicio tiene el deseo y la capacidad dada por
el Espíritu de servir a Dios brindando ayuda práctica en asuntos físicos y espirituales. Es la
clase de persona que atiende las necesidades prácticas de sus hermanos en Cristo y de la
iglesia. Este don se puede utilizar:
8. EL QUE DA. La persona que posee el don de dar tiene el deseo y la capacidad dada por el
Espíritu de servir a Dios aportando sus recursos materiales, mucho más allá del diezmo, para
el avance de la obra de Dios. Esta es la persona que atiende la necesidad financiera de sus
hermanos en Cristo y de la iglesia. Este don se puede usar:
CONCLUSIÓN
CHURCH ADMINISTRATION,
RE 422 23
Estar donde Dios te coloca,
haciendo lo que Dios quiere,
con los dones que Él te ha dado.
1. ¿Cuál es el ingrediente que hace falta para equipar, preparar y motivar a los
laicos para hacer la obra del ministerio?
2. ¿Cuál es la diferencia en la forma cómo las personas ven la iglesia desde afuera
y desde adentro?
A. Definición de términos.
Existe una diferencia entre objetivos y metas. Por lo general, los objetivos son
considerados como propósitos generales de largo plazo. En contraste, las metas son
pasos específicos y mesurables que demuestran el progreso de una iglesia, negocio u
organización en el avance hacia la consecución de sus objetivos. Los términos metas,
objetivos, y propósitos con frecuencia se utilizan como sinónimos.
III. EL LÍDER-ADMINISTRADOR
Las iglesias que están creciendo por lo general se caracterizan por tres cualidades
importantes:
Pablo creía que los líderes tienen la responsabilidad de ayudar a los miembros de
la iglesia a capacitarse para llevar a cabo su propia tarea en el ministerio.
0. Desarrollando la Motivación.
El líder de Dios ha aprendido que asignar directamente una tarea a una persona, y
esperar que ésta trabaje con disposición, es sólo una parte de su rol administrativo. El
líder también debe motivar y elogiar cuando alguien lo merece – y a veces cuando no lo
merece también.
D. Toma de Decisiones.
Por lo general los líderes de la iglesia enfrentan tres tipos de decisiones: cíclicas,
de confrontación y de innovación.
Las decisiones cíclicas son aquellas que tienen que ver con asuntos de rutina que
ocurren frecuentemente.
El líder creativo es aquel que aprecia los imperativos bíblicos concernientes a las
decisiones que afectan a la iglesia. Es suficientemente organizado para manejar las
decisiones cíclicas con agilidad, de modo que puede dedicar suficiente tiempo y esfuerzo
a las decisiones de confrontación e innovación.
3. Reunir recursos – obtener todo lo necesario para llevar a cabo los planes en
términos de personas, dinero y materiales.
Al considerar estos cinco procesos seculares, surgen siete funciones que tienen
gran valor para nuestras iglesias: planificar, calendarizar, organizar, delegar, coordinar,
presupuestar y evaluar.
A. Planificación Efectiva.
6. Poniendo los Planes en Marcha. Una vez que las personas aceptan las
responsabilidades, se debe pasar a la acción; y una vez que la acción se inicia, el
administrador debe generar suficientes destrezas de liderazgo para asegurar que todas las
B. Estableciendo el Calendario.
Los comités:
Los comités:
A la distribución del trabajo entre los líderes y los obreros se le llama delegar.
Moisés delegó autoridad cuando dividió el trabajo de juzgar a los hijos de Israel. Cada
persona que ocupaba un puesto de liderazgo tenía autoridad sobre el grupo de personas
que estaban a su cargo. Únicamente los problemas más difíciles debían ser llevados
directamente ante Moisés. El principio que se estableció en ese entonces sigue siendo
relevante hoy en día.
Sin embargo, la mayoría de los administradores aprende por experiencia que las
responsabilidades no pueden ser totalmente delegadas. El administrador debe recordar
que, en última instancia, él es el principal responsable, y necesita mantenerse lo
suficientemente cerca del programa para saber lo que está sucediendo.
0. Coordinar.
F. Presupuestar.
Evaluar.
Hay otra función de la administración, diferente de las que ya han sido mencionadas. Es la de
servir como líder-administrador de los edificios y equipo de la iglesia. Esta función involucra dos temas
de importancia – el lugar que ocupan los edificios y el equipo en el ministerio de la iglesia, y la
mayordomía de su uso.
Es interesante el hecho de que la Iglesia del Nuevo Testamento no poseía edificios. Los
primeros cristianos no tenían santuarios ni instalaciones educativas. Los primeros edificios identificados
como cristianos no aparecieron sino hasta alrededor del año 200 d. C. Por lo tanto, no hay directrices bíblicas
concernientes a los edificios de la iglesia. Sin embargo, resulta obvio que el uso de las instalaciones de una
congregación debería regirse por los principios generales de mayordomía bíblica.
Las respuestas a estas preguntas revelan lo que la junta directiva de una iglesia
piensa sobre el ministerio de sus edificios, terreno y equipo. El líder-administrador debe
desarrollar cuidadosamente una filosofía para el uso de las instalaciones y el equipo.
Entonces debe, con el mismo cuidado, guiar a su junta directiva y su congregación a
comprender las posibilidades de lo que Dios puede hacer con Sus posesiones – edificios y
equipo – cuando hombres y mujeres consagrados le dan la oportunidad.
5. ¿Cuáles son tres tipos de decisiones que enfrentan generalmente los líderes de
la iglesia?
6. ¿Cuáles son los cinco procesos que por lo general llevan a cabo los
administradores?
8. ¿Cuáles son los cuatro marcos temporales en los que se expresan los objetivos?
10. ¿Por qué no hay directrices bíblicas con respecto a los edificios de la iglesia?
Fue una combinación ideal tener hombres dotados que asumieran el oficio.
Este nuevo acuerdo tuvo mucho éxito, según fue registrado en Hechos 6:7. “Y
crecía la palabra del Señor, y el número de los discípulos se multiplicaba grandemente
en Jerusalén; también muchos de los sacerdotes obedecían a la fe”.
No fue sino hasta que este ministerio probado tuvo lugar, que Pablo y Bernabé
fueron apartados oficialmente en Antioquía para iniciar el primero de los que hoy
conocemos como los tres viajes misioneros del apóstol Pablo. Nuevamente hombres
dotados asumieron un oficio.
Esta distinción entre don y oficio se observa aún con mayor frecuencia en el
Antiguo Testamento. Cuando Dios llamó a Moisés para dirigir a la nación de Israel en su
salida de Egipto, también escogió a un asistente capaz, Aarón. Observe el uso dramático
del don y el oficio cuando Dios establece una relación de autoridad entre estos dos
hermanos: “Tú hablarás a él, y pondrás en su boca las palabras, y yo estaré con tu boca
y con la suya, y os enseñaré lo que hayáis de hacer. Y él hablará por ti al pueblo; él te
será a ti en lugar de boca, y tú serás para él en lugar de Dios” (Éxodo 4:15-16).
En Números 11:17 leemos la promesa que Dios le dio a Moisés cuando éste
necesitó ayuda para dirigir al pueblo de Israel en el desierto y Dios le dio la orden de
seleccionar setenta ancianos para ayudarle: “Y yo descenderé y hablaré allí contigo, y
tomaré del espíritu que está en ti, y pondré en ellos; y llevarán contigo la carga del
pueblo, y no la llevarás tú solo”.
En Romanos 12:4-6 la manera en que los dones se relacionan con los oficios se
muestra con especial claridad: “Porque de la manera que en un cuerpo tenemos muchos
miembros, pero no todos los miembros tienen la misma función. Así nosotros, siendo
muchos, somos un cuerpo en Cristo, y todos miembros los unos de los otros. De manera
que, teniendo diferentes dones, según la gracia que nos es dada, si el de profecía, úsese
conforme a la medida de la fe ”.
Estos dones de gracia son especiales para quienes los reciben y son dones
especiales dados por Dios. Nuestro entendimiento de Romanos 12:4-6 es que cada
persona posee al menos un don y que los dones de Dios operan en relación con la
personalidad de cada cristiano – la cual también le ha sido dada por Dios. En este pasaje
se mencionan siete dones personales – profecía, servicio, enseñanza, exhortación, dar, presidir y
misericordia. Nuestro enfoque en este estudio se concentra en el don de “el que preside”. Este es
el don personal que indica una habilidad administrativa y se conoce como “don de administración”.
CHURCH ADMINISTRATION, RE 422 43
Como creyentes cristianos tenemos a nuestra disposición, por medio de Cristo y
del Espíritu Santo que habita en nosotros, los atributos personales de Dios Padre. Estas características
se mencionan en Gálatas 5:22-23 y son llamadas “el fruto del Espíritu”.
“Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe,
mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley”. Esto no es algo que Dios nos da por
completo de una sola vez y en forma terminada. Por el contrario, cuando nos unimos a Cristo,
Él nos da la semilla de cada parte de este conjunto para que la cultivemos y pueda crecer.
Estudiaremos esto más adelante, cuando hablemos sobre el desarrollo del don de administración
a la luz del fruto del Espíritu, para una administración más efectiva.
El Don de Administración
Romanos 12:8 dice: “el que exhorta, en la exhortación; el que reparte, con
liberalidad; el que preside, con solicitud; el que hace misericordia, con alegría”.
Esto no se refiere a un puesto u oficio administrativo, sino a un don administrativo
o motivación administrativa. En otras palabras, quien posee este don tiene un enfoque
administrativo de las situaciones. Algunos administradores, debido a su propia personalidad, no
funcionan bien cuando hay desorden. Están hechos para saber cómo van las cosas, a quién deben
reportar, de quiénes son responsables y hacia donde se dirigen. Deben tener un continuo sentido de
dirección – esto es lo que significa operar en “modo administrativo” en un sentido personal. Sin
embargo, esto no significa que todo el mundo debería aspirar al mismo grado de orden,
sensibilidad y planificación a largo plazo. Aprendemos unos de otros y nos complementamos
unos a otros en el Cuerpo de Cristo. Por ejemplo, además de los “modelos administrativos”,
tenemos lo que se conoce como los “modelos proféticos”, que piensan, predican y sirven de
manera diferente. No obstante, los profetas ciertamente necesitan de los administradores, pues
son los administradores los que ayudan a los profetas a mantenerse enfocados, ordenados y
apegados al calendario, de modo que su creatividad no se torne en confusión.
Ambos son administradores efectivos, pero hacen las cosas de manera distinta y
con una perspectiva diferente de la importancia de los objetivos establecidos, los plazos
definidos y el avance o falta de avance del Reino de Dios si los proyectos se realizan o no
en su totalidad.
A menudo tenemos roces bajo el liderazgo de otros, pero al revisar las cuarenta
características de un administrador talentoso, nos damos cuenta de que algunas de estas
cualidades, por su misma naturaleza, tienden a causan fricción. Podemos llegar a ser más
comprensivos y tolerantes con otros, a la vez que desarrollamos nuestro propio estilo
administrativo. Todas las personas involucradas en la administración activa pueden
identificar áreas en las que necesitan trabajar y mejorar mientras continúan sirviendo en
esta área.
Sea cual sea nuestra capacidad actual para el servicio, constantemente estamos
tratando de aprender más y comprender mejor nuestro don personal, con el fin de conocer
y comprender lo que Dios quiere que hagamos y cuál es nuestro lugar en el cuerpo de
Cristo. Hay un rol u oficio específico que Dios ha preparado para nosotros y para el cual,
a su vez, nos ha preparado.
Dios diseñó Su Cuerpo con la misma precisión con que diseñó el nuestro. De
modo que, a la vez que Dios equipa a cada creyente con un don personal, también le
provee a cada individuo un lugar donde puede funcionar dentro del Cuerpo con ese don.
Pastor
¿Cómo funcionaría una persona con el don de administración como pastor? ¿Qué
clase de organización establecería para la iglesia? ¿Dónde estaría su énfasis principal?
Su enfoque administrativo se haría evidente en todo lo que hace, desde presidir las
reuniones oficiales de su junta directiva hasta la forma precisa y ordenada en la que
planifica y conduce el servicio de adoración. Si este pastor altamente organizado que
posee el don personal de administración no cuenta con las finanzas o el personal
necesarios para asegurar que la propiedad de la iglesia esté bien cuidada, y que los
edificios y equipos estén en buenas condiciones, y no cuenta con ayuda para cumplir con
algunas de las responsabilidades que implica el manejo de una organización de forma tan
ordenada, entonces dicho pastor tiene varias opciones:
Misionero
En nuestra iglesia moderna, la persona que más se acerca a la descripción bíblica de un apóstol –
uno “enviado por el Espíritu Santo” – es el misionero. “Ellos, entonces, enviados por el Espíritu Santo,
descendieron a Seleucia, y de allí navegaron a Chipre” (Hechos 13:4).
Consideremos a esta persona que sirve en el oficio de uno que es enviado, al misionero cuyo
don personal es el de administración.
Por ejemplo, si la organización misionera se ha propuesto llevar a cabo los proyectos de establecer
y dirigir una escuela de capacitación bíblica, alcanzar nuevas áreas con el mensaje del evangelio, y
traducir el Nuevo Testamento al lenguaje nativo, entonces este misionero probablemente definirá un
calendario, designará obreros, maestros y demás personal necesario para cumplir con todos estos proyectos
en el menor tiempo posible.
Con el tiempo la escuela se habrá construido, se habrá ministrado en las nuevas áreas, se habrá
aprendido el lenguaje y el Nuevo Testamento habrá sido traducido y publicado. Y, según dice el número 40
de nuestros rasgos de carácter: “Recibe gran satisfacción al ver que todas las piezas de un proyecto encajan y
al ver a otros disfrutando el producto terminado”.
La tercera función que investigaremos es la de los que ayudan. Este oficio poco entendido es de
vital necesidad para el cuerpo como un todo. Frecuentemente escuchamos frases como “Hay
demasiados caciques y muy pocos indios” o “Hay demasiados generales y muy pocos cabos”.
Se cuenta la historia de un hombre de negocios retirado que hizo una lista de las
cosas que había que hacer en la propiedad de la iglesia. Reunió a algunos jóvenes de la
iglesia dispuestos a ayudar y les delegó algunas tareas. El pasatiempo de este hombre era
la jardinería. Él notó que las zonas verdes necesitaban mantenimiento, había que podar
los arbustos y varias herramientas necesitaban reparación. Así que, sin presionar, reclutó
la ayuda de algunos otros, compró los materiales necesarios y se encargó de todo.
Maestro
Las personas con el don de administración que sirven en el oficio de maestros sin
duda producirán estudios y materiales de enseñanza lógicos, bien planificados y
organizados. Cada grupo sabría de antemano lo que sigue y esperaría ansiosamente la
siguiente lección entusiasta y bien planificada.
Administrador
Posibles Desacuerdos
3. El impulso de ejecutar las tareas con rapidez y prontitud a pesar de los obstáculos puede ser
interpretado como falta de sensibilidad hacia las prioridades personales y el agotamiento de los compañeros
de trabajo. Esta situación es parecida a la que se menciona en el punto 2. La palabra clave es “rapidez”.
Cuando los objetivos han sido establecidos y los proyectos marchan según lo planeado, y de pronto el
ritmo empieza a bajar y no se cumplen las tareas en los plazos definidos, en ocasiones se hace necesario que
el líder “presione” un poco más de lo que quisiera. Todos debemos tener presente que estamos hablando del
programa de Dios, el tiempo de Dios y el avance del Reino de Dios.
En ocasiones los administradores deben tomar decisiones que parecen duras e insensibles,
cuando en realidad no tienen tal intención.
4. La habilidad de soportar las reacciones de los demás puede ser interpretada como falta de
sensibilidad. En cualquier esfuerzo que se emprenda siempre habrá personas a las que no les guste lo
que se está haciendo y la manera como se está haciendo. Si bien es cierto el administrador debe ser sensible
a las necesidades y sentimientos de los demás, no debe permitir que el negativismo afecte la tarea que ha sido
encomendada por Dios. Siempre habrá personas que critican desde la banca, pero no están dispuestas a
ofrecer mejores sugerencias, o a involucrarse y ayudar con las tareas. Simplemente critican. Un administrador
capaz anticipa el conflicto y, aunque no lo ignora, no permite que el conflicto y la crítica causen desánimo o
impidan el logro de los objetivos.
1. Espérelos. Algunos líderes piensan que lidiar con las diferencias entre las personas no es parte
de su trabajo. Sin embargo, tratar con el conflicto y la tensión entre las personas es una de las fases más
importantes del ministerio.
3. Entiéndalos. El conflicto puede surgir a raíz de hechos, objetivos, métodos y valores. El área de
conflicto debe ser definida antes de que se pueda lograr un entendimiento. Por lo tanto, se debe identificar la
causa y el tipo de conflicto. Hay que entender que los conflictos pasan por un proceso de desarrollo que se
inicia con la anticipación, pasado luego al conflicto abierto.
4. Anticípelos. Anticipe las diferencias y planifique formas de reconciliar a la gente. Contar con
un manual de políticas y procedimientos por escrito puede ser una manera de anticipar diferencias.
También es útil establecer con claridad las asignaciones de los distintos comités y definir la responsabilidad y
la autoridad de cada comité. Las descripciones de funciones también puede minimizar el conflicto entre los
miembros del personal.
6. Enfréntelos. Siga el modelo bíblico que se encuentra en Mateo 5:23-24 – “Por tanto, si
traes tu ofrenda al altar, y allí te acuerdas de que tu hermano tiene algo contra ti, deja allí tu ofrenda delante del
altar, y anda, reconcíliate primero con tu hermano, y entonces ven y presenta tu ofrenda”. Si alguien tiene algo
contra usted, vaya y reconcíliese con esa persona. Tome la iniciativa y ofrezca sus disculpas si ha cometido un error.
Anime a las personas a expresar sus diferencias, a orar, a actuar de forma redentora y a entregar el conflicto a Dios.
Continuamente debemos recordar que no somos responsables por las actitudes y las acciones que
otros puedan adoptar con respecto a nuestro trabajo, pero sí somos responsables por nuestra propia mayordomía y
productividad. Si permitimos que las opiniones de otros nos paralicen y nos empujen hacia la inactividad, entonces no
seremos mejores mayordomos que aquel que enterró su talento porque tenía temor (Mateo 25:25).
Todas estas situaciones potenciales de conflicto representan áreas en las que debemos tener mucho
cuidado, de modo que no nos volvamos insensibles a los derechos y necesidades de los demás. Estamos
agradecidos por la promesa de Dios de que el Espíritu Santo nos guiará (a todos los administradores cristianos) “a
toda verdad” (Juan 16:13) si permanecemos en Él (Juan 15:7). Con esta certeza, podemos confiar plenamente en
Su habilidad para capacitarnos para guiar y trabajar con sensibilidad con aquellos por cuya administración somos
responsables.
2. ¿Cuáles eran los dos requisitos que los apóstoles y el pueblo buscaban en
los ayudantes especiales?
3. ¿Cuál es la obra que Pablo y Bernabé habían estado haciendo antes de ser
apartados como misioneros?
4. ¿Cuál fue la promesa de Dios para Moisés cuando necesitó ayuda para dirigir al
pueblo de Israel en el desierto?
Romanos 12:6-8 – “De manera que, teniendo diferentes dones, según la gracia que nos
es dada, si el de profecía, úsese conforme a la medida de la fe; o si de servicio, en servir;
o el que enseña, en la enseñanza; el que exhorta, en la exhortación; el que reparte, con
liberalidad; el que preside, con solicitud; el que hace misericordia, con alegría”.
Debemos estar seguros y distinguir ahora entre el don personal, el cual determina
el enfoque de una persona, o la forma como hace las cosas, y los dones ministeriales
dados para edificar el Cuerpo de Cristo. Todo creyente y obrero cristiano ha sido
llamado a servir en uno de estos oficios. El don ministerial de administración es una
función, oficio o ministerio.
El don de enseñanza. Este es otro don que a menudo se puede observar en las
personas que administran. La enseñanza de los principios para vivir una vida práctica de la
manera que Dios lo requiere, y de cómo usar ese poder dinámico para cambiar nuestra propia vida,
es un ministerio importante para los cristianos recién convertidos.
El don de dar. Dentro del Cuerpo de Cristo hay algunas personas que tienen el
don de dar. ¿Ha notado que hay personas cuya vida entera es un ejemplo de dar? Son personas
que dan su dinero, su tiempo, se dan a sí mismos, dan su simpatía y su afecto. Por otro lado,
también vemos personas que se pasan la vida “demandando”. Esta son personas inmaduras y
egocéntricas que no han crecido espiritualmente hasta el punto de poder comprender que es “más
bienaventurado dar que recibir”. El don de dar no es sólo un don especial impartido a algunos,
sino un don que todos deseamos desarrollar conforme crecemos en madurez espiritual en Su
Reino.
El don de misericordia. La persona que posee este don tiene la habilidad especial de
poder identificarse con aquellos que sufren, así como la capacidad de aliviar el dolor y traer
consuelo. Esta persona reacciona ante la gente que actúa de manera insensible e indiferente.
Llora y se conmueve con facilidad. Vemos este ministerio en aquellas personas que tratan de
alcanzar a los que sufren, los hambrientos, los pobres, los solitarios, los adictos y los
indigentes. La compasión que caracteriza a este don también se manifiesta en los ministerios
carcelarios.
Al considerar cada una de estas áreas de “ministerio” quizás podemos ver con
más claridad que cada uno de nosotros (administradores o no) posee un don personal, un don de
gracia, cuyo uso al servicio del Rey produce gran gozo. De hecho, cada miembro del Cuerpo de
Cristo es llamado a servir en una de las áreas de dones ministeriales dentro de su comunidad de
creyentes.
1. E s t a b l e z c a p l a n e s e n s u v i d a q u e l e c o n d u z c a n a s e r v i r. L a a u t o r i d a d y
el servicio son dos caras de la misma moneda. Procure mostrar interés y preocupación
por otras personas. Una simple “palabra a su tiempo” (Proverbios 15:23) puede
significar mucho para las personas a las que estamos tratando de guiar.
(a) ¿Tengo la suficiente seguridad en mí mismo y en mi relación con Cristo para poder
servir a otros en formas positivas sin amenazar mi propia autoestima?
(b) ¿Estoy verdaderamente comprometido a servir a quienes lidero para que desarrollen
su potencial y lo pongan a trabajar?
(c) ¿Estoy dispuesto a enfrentar las nuevas demandas y disciplinas que me impondrá el
servicio?
(d) ¿Estoy dispuesto a realizar diariamente acciones intencionales en las que tenga que
dar de mí mismo y de mi tiempo, que es a menudo el precio que deben pagar las personas
que sirven?
(e) ¿Estoy dispuesto a asumir una actitud de aprender y escuchar para establecer y
fortalecer relaciones entre mi persona y la gente a la que sirvo?
(f) ¿Estoy dispuesto a aceptar como el propósito de Dios que el significado central
de mi vida es el servicio?
(g) ¿Me considero una persona comprometida con el servicio?
(h) ¿Cuáles acciones definitivas y precisas debería tomar para poder servir de una manera
que refleje mejor a Cristo?
Muchas de las decisiones más importantes que debe tomar un administrador son
una elección entre diferentes conjuntos de valores. ¿Cuál debería tener prioridad sobre los
otros y por qué? La siguiente afirmación planteada a un grupo de administradores expresa lo
anterior: “Las horas más solitarias de un administrador son las que debe pasar
escogiendo, no entre lo bueno y lo malo, sino entre dos alternativas buenas. Sus momentos
más creativos son aquellos en los que logra con éxito integrar valores, unificando ideas distintas
para lograr nuevos acuerdos”.
CHURCH ADMINISTRATION, RE 422 58
¿Cómo se llega a la mejor decisión posible en una situación específica en un
momento dado? Si aplicamos el siguiente método de cinco pasos incluso a las decisiones de
menor importancia, aumentará nuestra capacidad para aplicarlo a decisiones de mayor relevancia.
1. Identifique el problema.
2. Escríbalo en el lenguaje más claro posible.
3. Examínelo meticulosamente. Obtenga toda la información que le sea posible.
4. Anote todas las alternativas posibles y a lo que cada alternativa puede conducir.
5. Tome su decisión con base en los hechos examinados por los valores en los que usted cree.
Toda decisión que usted toma es, en última instancia, el resultado de sopesar dos
factores: las ventajas versus las desventajas.
1. ¿Hay algo que alguien más puede hacer mejor que usted?
2. ¿Hay algo que otra persona puede hacer en vez de usted (aún si no lo hace tan bien como
usted)? Limítese a hablar las cosas en vez de asumir las tareas.
3. ¿Hay algo que alguien más puede hacer a un costo menor que usted?
4. ¿Hay algo que otra persona puede hacer en menor tiempo que usted?
1. ¿Tenemos temor de que alguna debilidad personal pueda ser expuesta si delegamos?
Todas estas situaciones son terriblemente destructivas – para nosotros mismos, para
la organización y para el Reino de Dios. Necesitamos superar cualquiera de estos impedimentos para
delegar que pudiera estar presente en nosotros, y avanzar en la obra del Reino.
1. Seleccione las tareas que va a delegar con cuidado y deliberación. Hay una
diferencia entre delegar tareas y deshacerse de trabajos desagradables.
7. Esté preparado para posibles errores. Cuando se presenten errores, nunca les dé la espalda.
Investigue qué salió mal, y más importante aún, por qué. Recuerde, sin embargo, que el énfasis debe ser
construir la confianza de la persona, en vez de destruirla.
Una palabra clave en el proceso de delegar es confiar. Cuando usted delega, le confía por completo el
asunto a la otra persona, junto con la autoridad suficiente para tomar las decisiones necesarias. Un administrador
comparó su día de trabajo con un banco de tiempo. “Cuando delego” – dijo – “hago un deposito de minutos, para
poder hacer un retiro posterior de horas”. Esta es la recompensa invaluable que se obtiene de una delegación
efectiva.
Efesios 1:9-10 – “...dándonos a conocer el misterio de su voluntad, según su beneplácito, el cual se había
propuesto en sí mismo, de reunir todas las cosas en Cristo, en la dispensación del cumplimiento de los tiempos, así
las que están en los cielos, como las que están en la tierra”.
Proverbios 16:3 – “Encomienda a Jehová tus obras, y tus pensamientos serán afirmados”.
Proverbios 16:9 – “El corazón del hombre piensa su camino; mas Jehová endereza sus pasos”.
Jeremías 29:11 – “Porque yo sé los pensamientos que tengo acerca de vosotros, dice Jehová, pensamientos de
paz, y no de mal, para daros el fin que esperáis”.
4. ¿Cuáles son cuatro cosas que hace un líder que cumple el oficio de administración?
7. ¿Cuáles son tres cosas que podemos hacer para aprender a ser líderes y servidores
al mismo tiempo?
8. ¿Cuáles son las dos razones más comunes del fracaso administrativo?
0. ¿Qué significa la expresión “Hago un deposito de minutos, para poder hacer un retiro posterior de
horas”?
1. Creemos que Dios tiene un plan supremo para cada uno de nosotros. Dios se
interesa por nuestra organización al igual que por cada uno de nosotros individualmente.
Creemos que Él tiene un plan para nuestra pequeña organización dentro de la obra de Su
Reino.
5. Hay muchas diferentes formas funcionales que Dios puede usar para hacer
cumplir Su voluntad. Existen y existirán diferentes estilos de liderazgo, métodos de
administración y formas de organización. No hay una “mejor manera” que funcione por
igual para todas las organizaciones, aunque probablemente hay una “mejor manera” para
una organización en particular en un momento particular de su historia.
Una vez que estos dos puntos se han definido, el próximo paso es:
Antes de que la organización pueda avanzar hacia el logro de sus objetivos, debe
pasar por una evaluación. Este proceso es probablemente el paso más importante en la
vida y crecimiento de cualquier organización. El proceso de establecer objetivos basados
en propósitos va de la mano con el proceso de evaluación. A su vez, la planificación y la
corrección también van de la mano. Cuando hablamos de tomar acciones correctivas,
estamos hablando de planificar, de hacer nuevos planes que nos ayuden a lograr nuestros
objetivos.
A veces los proyectos fracasan – o se complican. Esto sucede por varias razones:
5. Puede haber una ausencia de recursos adecuados para llevar a cabo los planes.
Debe existir un balance entre el deseo de ver que algo se realice y la fiel convicción de
que se contará con las personas necesarias para apoyar el proyecto. Esto sucede con
frecuencia cuando nuestros objetivos no han sido priorizados.
Objetivo. Un objetivo es, en primer lugar, una imagen del futuro. Los objetivos
son eventos futuros – no lo que ha sucedido en el pasado. Esta imagen del futuro es en
realidad una declaración de fe. Cuando establecemos objetivos, creemos que éstos son
prácticos y factibles. Un objetivo es un evento futuro del cual podemos medir el progreso
hacia su realización.
Prioridades
1. Conocer a Dios.
3. Ministrar a otros.
Establecer objetivos de corto y largo plazo con base en estas prioridades eternas
puede ayudarnos a construir un legado de oro, plata y piedras preciosas. Puede darnos un
sentido de la necesidad de redimir el tiempo diariamente.
Estableciendo Prioridades
3. ¿Cuáles son las dos actividades más importantes en la vida? Mateo 22:34-
40.
4. ¿De qué manera mi vida podría ser desviada hacia muchas buenas
actividades, descuidando las mejores? Lucas 10:38-42.
2. Manejando la rutina:
3. Ideas de Organización:
No podemos ser todo. ¿Cuál es el rol más importante que debemos cumplir en
este momento?
Puesto que las necesidades y las situaciones cambian, debemos plantearnos estas
preguntas una y otra vez. El ciclo continúa. Vamos a enfrentar nuevos problemas y a
recibir información nueva acerca del mundo en el cual estamos ministrando. Por lo tanto,
necesitamos revisar nuestras prioridades continuamente.
El desafío administrativo es utilizar las fortalezas de cada uno de los grupos, tanto
el institucional como el relacional, y prevenir los peligros que podrían presentarse en la
organización. El grupo relacional puede tener toda clase de buenos sentimientos, pero en
muchos casos muestra muy poco interés en el servicio o el ministerio – están tan absortos
en sus asuntos personales que nunca tratan de alcanzar a los perdidos o necesitados. Por
otra parte, es importante cuidar que las personas del grupo institucional no se agoten, se
“cansen de hacer el bien”, se desgasten o se desilusionen, y que en algunos casos tiren la
toalla por completo porque sienten que nadie se preocupa y que nadie está ayudando, así
que ¿por qué debería hacerlo yo?
La idea de ministerio como uno de los objetivos de los grupos pequeños debe ser
planteada explícitamente desde el principio. Cuando los líderes están capacitados, el
compromiso de encontrar formas de servir o ministrar a otros es evidente. Los grupos
pequeños cobran vida propia cuando las personas empiezan a tener un sentido de
pertenencia y de posesión. Esto es normal. Una vez que el grupo se ha formado, se
empieza a construir la confianza y la cohesión entre sus miembros como resultado de sus
interacciones continuas durante un período de tiempo. Cuando observamos la gran
cantidad de grupos pequeños que operan desde de nuestra organización, nos damos
cuenta de que la necesidad, y el desafío, es incorporar estos grupos al cuerpo principal, y a
la vez hacerlos sentir que son un grupo especial y que tienen parte en las decisiones que se
toman.
1. ¿Cuáles son cinco presupuestos básicos que afectan la forma en que percibimos la
administración?
3. ¿Cuáles son dos razones por las que las personas tienen temor de establecer
objetivos?
0. ¿Cuáles son los peligros relacionados con los grupos institucional y relacional?
Puesto que la iglesia es de Dios, hay ciertas características que deben ser
aceptadas y no pueden ser cambiadas por el voto congregacional ni por un
pronunciamiento de la Junta Directiva.
0. Las mi si on es y el evan gel i smo son con sid erad os como el cumplimiento
del propósito de la iglesia. La razón y el significado de la Encarnación y de la existencia de la iglesia se
encuentran en el amor de Dios por toda la humanidad y en Su deseo de buscar y salvar a los perdidos. Las
Escrituras son muy claras en cuanto a que la iglesia no ha sido llamada a ser un grupo de “santos”
enclaustrados y alejados del mundo, sino a ser una comunidad de personas que marchen a servir al
mundo. Por lo tanto, el administrador no debe concebir su rol como el de servir a la institución, sino el de
capacitar y guiar al grupo para servir a la comunidad y el mundo. Las misiones y el evangelismo involucran el
testimonio laico y están ligados a la naturaleza misma del evangelio y la misión de la iglesia. La
administración eclesiástica centrada en Dios procura involucrar a toda la congregación en la comprensión
y la participación en esta misión. La importancia de la responsabilidad del testimonio laico es
fundamental, por medio de cada creyente que da testimonio diariamente, con su propia vida, en su trabajo y
sus relaciones sociales; igualmente importante es el testimonio de una mayordomía personal en el área
financiera.
Lo primero que se debe decir acerca de la iglesia es que es de Dios; lo segundo que hay que
reconocer es que es para los hombres. El propósito de Dios es que Su obra sea llevada a cabo en y a
través de las personas. La importancia de los distintos aspectos de la vida de la iglesia proviene de la
contribución que cada uno de ellos hace para ayudar a las personas a comprender y aceptar el amor de
Dios. En un enfoque administrativo orientado hacia las personas, es imperativo que las personas sean la
preocupación central del grupo. Lo que les sucede (o no les sucede) a las personas en la vida de la iglesia es
de suma importancia. El significado de la administración orientada hacia las personas se puede entender
mejor si se considera lo siguiente:
c. E s t e c o n c e p t o r e c a l c a l a i m p o r t a n c i a d e l c u i d a d o p a s t o r a l y l a s relaciones
interpersonales en la vida de la iglesia. No sólo es importante que quienes ministran demuestren el amor y
la fe cristianos; también debe haber un entendimiento de la congregación y la comunidad. Es importante
conocer a las personas tal como son en realidad, la clase de mundo en el que viven y el tipo de lenguaje que
entienden. A través de estos medios es posible determinar el grado de madurez o inmadurez religiosa de las
personas de la congregación, y esto a su vez guía las decisiones sobre los temas para los sermones y estudios
bíblicos. Sin embargo, en este punto es necesaria una firme palabra de advertencia contra cualquier
referencia desde el púlpito a cualquier conversación personal o situación relativa a experiencias y
confidencias reveladas gracias al contacto personal.
Otra aplicación práctica de este principio es que los obreros cristianos deberían recibir una
preparación adecuada. Esta preparación debe incluir una adecuada comprensión del evangelio cristiano, seguridad
en los fundamentos doctrinales, un claro conocimiento de las dinámicas de la personalidad, y un auto-conocimiento,
por parte de cada obrero, de sus propias fortalezas y debilidades personales. Sin capacitación es imposible llevar
a cabo una administración orientada hacia las personas.
Los pasajes del Nuevo Testamento que se refieren al liderazgo de la iglesia hablan de
buscar ciertos dones y cualidades, tales como sabiduría y administración, una reputación
piadosa, una familia fuerte, un corazón para la hospitalidad, un espíritu de servicio – personas
“llenas de fe y del Espíritu Santo” (Hechos 6:5). Estas cualidades importan más que la posición y
la riqueza.
Dones. Las personas deberían ser nombradas o invitadas a servir con base en los
dones espirituales que Dios les ha dado. Estos dones son dados por Dios para el bien
Lealtad. Para que los seguidores se comprometan con una tarea, plan u
organización, deben estar convencidos de que el líder los tratará de manera justa y los apoyará en
situaciones difíciles. La lealtad viaja mejor en una calle de doble vía.
(3) Las organizaciones se establecen alrededor de un propósito. Sea cual sea el propósito, debe
haber un claro entendimiento del por qué se está creando la organización, para que ésta pueda llegar a existir.
Las organizaciones se establecen para lograr algo.
(4) Las organizaciones tienden a ser complejas. Mientras más grande es una organización, más
compleja tiende a ser, y son las relaciones humanas las responsables de tal complejidad. Cada vez que un
individuo se integra a la organización, el número de relaciones posibles aumenta dramáticamente. Una
estructura firme y una consistencia absoluta son requisitos que no deben ser obviados.
(5) Las organizaciones existen en medio de un sistema más grande. Las organizaciones siempre
están relacionadas con, o influenciadas por, su entorno o cultura. Es muy fácil olvidar que las organizaciones
cristianas, como grupo, forman parte del Cuerpo de Cristo en general, y que “...ni el ojo puede decir a la
mano: No te necesito...” (1 Corintios 12:21).
Hay muchas formas diferentes de describir una organización. La mayoría de nosotros estamos
familiarizados con el esquema organizacional tradicional de cuadros y líneas. A este tipo de organización se
le conoce como Organización de Estructura Jerárquica, compuesta por personas que ocupan distintas
posiciones.
El otro tipo de estructura organizacional se conoce como estructura de Entorno Facilitador. Esta
estructura parece representar de manera más adecuada a un grupo útil. Cuando hablamos de nuestro entorno,
nos referimos a todas las cosas que nos rodean. Cuando ese entorno es bueno, contribuye a hacer que las
personas sean más efectivas.
La organización de tipo Entorno Facilitador no es estructurada. Más bien, sus límites están apenas
definidos, de manera muy general, por los propósitos y los objetivos de la organización. Esta definición se
refiere a: (1) limitaciones geográficas; (2) la comunidad dentro de cual tendrá lugar la obra del ministerio; (3)
la clase de actividades que se van a llevar a cabo; (4) lo que no se va a hacer; y (5) los cambios que la
organización está tratando de impulsar. Se concluye que mientras más claros sean los propósitos y los
objetivos, mayor será la probabilidad de que la organización tenga una imagen comprehensiva de dónde ha
estado, dónde está ahora y hacia dónde va.
Pero una organización exitosa necesita más que gente motivada. Necesita gente
con capacidades adecuadas. Si las personas no están lo suficientemente capacitadas para
llevar a cabo la tarea que se les ha asignado, no hace gran diferencia en realidad cuán
motivadas estén o cuán bien dirigidas sean. Por lo tanto, si las personas no poseen las
capacidades necesarias, se debe desarrollar un programa de capacitación viable dentro del
grupo para asegurar que los obreros estén bien capacitados y equipados para llevar a cabo
la tarea asignada.
3. ¿Cuáles son los cuatro ingredientes clave necesarios para desarrollar una
organización exitosa?
7. ¿Cuáles son dos tipos de estructura organizacional y cómo se define cada uno?
Los administradores son un factor clave para el desarrollo de una iglesia que
conoce su misión y sabe cómo cumplirla. Cada pastor asume su responsabilidad por
mandato de Cristo y puede cumplirla sólo cuando ve al mundo entero como su ministerio, y
el de su congregación. El pastor no es sólo el instructor, sino también el líder de su
congregación. No sólo debe velar por sus almas, sino también dirigir sus actividades. Si
existen iglesias que no tienen una visión por los perdidos, es porque tienen pastores que
no están cumpliendo a cabalidad el mandato de Cristo.
Una cosa es que un ministro defienda y apoye las misiones, el “Id por todo el
mundo”, y otra muy distinta es que entienda que las misiones son el fin primordial de la
iglesia y, por ende, el fin primordial por el cual su congregación existe. En todos los
programas de la iglesia, la ignorancia es el origen de la debilidad. Conoce y creerás.
Conoce y orarás. Conoce y ayudarás en el frente.
Las misiones son el fin primordial de la iglesia. En este aspecto hay una
responsabilidad sagrada y abrumadora que recae sobre el ministro. Las misiones son el
Dado que el ministro no puede adorar por las personas, es imperativo que la
congregación crezca en su propio entendimiento de la adoración y en su participación en
ella. Una de las preocupaciones del administrador de la iglesia como líder de adoración
es cómo mantener en toda la congregación una conciencia profunda y creciente de la
necesidad de adorar.
En ninguna otra área es más cierta la frase “cosechamos lo que sembramos” que
en el área de la capacitación. El pastor que toma seriamente su oportunidad de capacitar
a su congregación, puede hacer mucho para proveer consistencia y estabilidad a la
misma. La capacitación a fondo de los miembros en las creencias de la iglesia, y en las
prácticas y tareas que se esperan de ellos, no sólo crea una gran fortaleza, sino que
también previene problemas futuros que podrían surgir a raíz de miembros que no saben
lo que se espera de ellos.
4. Los objetivos y los estándares para medir el éxito de las actividades de la iglesia se vuelven
cada vez más semejantes a los de la cultura contemporánea.
5. La iglesia descuida su testimonio profético y se preocupa más por la opinión de la comunidad que
por los requisitos para ser testigos de Cristo.
6. La iglesia puede perder su perspectiva del evangelio integral al hacer demasiado énfasis
en un solo aspecto.
Cuando la adoración y el estudio son esenciales en la experiencia personal de los miembros de la iglesia,
esto se manifiesta claramente en todas las áreas de la vida de la iglesia:
1. Hay deseo y disposición para explorar a fondo el significado del compromiso cristiano (por medio
de los grupos de oración y estudio, y de otras maneras).
5. Los laicos muestran interés en trabajar con el pastor, y unos con otros, para desarrollar y llevar a
cabo programas que enfoquen puntualmente el evangelio cristiano en las necesidades contemporáneas.
10. ¿Cuál es el resultado cuando la adoración y el estudio son esenciales en la experiencia personal de los
miembros de la iglesia?
1. Evangelismo. El tema que sobresale en los dos relatos bíblicos de las últimas
palabras de Jesús a sus discípulos es el evangelismo. En Mateo 28:19 Jesús les da el
mandato: “Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el
nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo”.
Y en Hechos 1:8 Jesús dice: “...pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre
vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y
hasta lo último de la tierra”. Este fue el último punto que Jesús trató con sus
discípulos. Al parecer Jesús consideraba el evangelismo como la razón misma de la
existencia de ellos.
Hay otros pasajes, como 1 Corintios 12, donde Pablo relaciona los dones
espirituales con la edificación. Todos los distintos miembros de la iglesia han recibido
dones. Estos dones no son para la satisfacción personal, sino para la edificación del
cuerpo como un todo. No es sólo el ministro o pastor quien debe edificar a los otros
obreros. Esto nos lleva a las maneras en que los miembros de la iglesia son edificados:
Al parecer, en los tiempos del Nuevo Testamento las personas escogían a sus
ancianos, individuos a los que consideraban aptos para gobernar la iglesia. En la elección de los
ancianos que habían de gobernar la iglesia, las personas estaban conscientes de que a través de
este acto externo estaban confirmando la escogencia que ya había sido hecha por el Señor. En el
sistema presbiteriano se entiende que la autoridad de Cristo es dispensada a los creyentes
individualmente y es delegada por ellos a los ancianos, a los cuales ellos eligen, y quienes a partir
de ese momento los representan. Una vez elegidos o designados, los ancianos trabajan en nombre
de o en el lugar de los creyentes individuales. Por lo tanto, es en el nivel de los ancianos que la
autoridad divina funciona realmente dentro de la iglesia.
El sistema presbiteriano difiere del episcopal en que sólo tiene un nivel de clérigo.
Sólo existe el anciano docente o pastor. No existen niveles más altos como el de obispo. Algunas
personas son elegidas para ocupar puestos administrativos dentro de las asambleas
gobernantes. Son elegidas para presidir o supervisar y generalmente reciben el título de
secretarios del presbiterio. No son obispos y no hay una ordenación especial para tal oficio.
No hay una autoridad especial ligada al oficio. Otra medida de nivelación en el sistema
presbiteriano es una coordinación deliberada entre el clérigo y los laicos. Ambos grupos están
incluidos en todas las diversas asambleas gobernantes. Ninguno tiene poderes o derechos
especiales que el otro no posea.
El principio de autonomía significa que cada iglesia local elige su propio pastor y
determina su presupuesto. Puede comprar y poseer propiedad independientemente de cualquier
autoridad externa. El principio de democracia descansa sobre el sacerdocio de todos los
creyentes, al cual se cree que se renunciaría si la potestad de tomar decisiones se entregara a
obispos o ancianos. La obra de Cristo ha hecho innecesaria la existencia de tales gobernantes,
porque cada creyente tiene acceso al Lugar Santísimo y puede acercarse a Dios directamente.
Más aun, tal como Pablo nos lo recuerda, cada miembro o parte del cuerpo tiene una valiosa
contribución que hacer para el bienestar del todo.
También toma con seriedad la promesa de que el Espíritu Santo que mora en
nosotros guiará a todos los creyentes.
2. ¿Cuáles son los medios de instrucción que la iglesia cristiana utiliza para capacitar
a sus obreros para la enseñanza?
0. ¿Cuáles son las cuatro formas de gobierno eclesiástico que han sido
consideradas como básicas a lo largo de la historia?
7. ¿Quiénes niegan que la iglesia tenga la necesidad de una forma de gobierno concreta o
visible y por qué?
9. ¿Cuáles son tres principios que se encuentran en el Nuevo Testamento con base en los cuales
tratamos de construir el sistema gubernamental de la iglesia?
10. ¿Cuál es la forma de gobierno eclesiástico que más se aproxima a los principios que han sido
establecidos en las Escrituras?
Hemos estudiado mucho acerca del trabajo que necesitamos hacer, la cantidad de
horas que necesitamos trabajar, el dinero que necesitamos dar para comprar los
materiales para que el trabajo se pueda realizar. Tiempo para trabajar, tiempo para orar,
tiempo para hacer, tiempo para dar, tiempo para la familia... tiempo... tiempo... tiempo.
Cada persona dispone de la misma cantidad de tiempo – 168 horas por semana.
La gente capaz suele tener horarios abarrotados. A menudo las personas más exitosas en
una línea de trabajo son exitosas simplemente porque dedican gran cantidad de tiempo a
su trabajo, y este compromiso de tiempo no se altera con facilidad. Las personas que
tienen la posibilidad de organizar su propio horario piensan que todo el mundo podría
dedicar más tiempo a la iglesia si quisiera.
Algunas iglesias tienen la idea de que cada hora disponible durante la semana
debería dedicarse a las actividades de la iglesia. El razonamiento de los líderes de estas
iglesias es que más actividades equivalen a más ministerio. En estos casos, las personas
que asisten a la iglesia pueden llegar a ver el calendario como una agotadora carrera de
obstáculos en la que todo miembro fiel debe participar. Aquellos que no pueden
mantener el paso con todas las actividades son juzgados como apáticos o poco
colaboradores.
Los líderes de la iglesia necesitan dar un alto valor al tiempo de los miembros y
amigos de la iglesia. Debemos aprender a valorar el tiempo de los demás tal como
valoramos el nuestro. Las reuniones deben empezar a tiempo. Las reuniones de los
comités deberían iniciar y finalizar a las horas establecidas. Los miembros de los grupos
de decisión no deberían extenderse demasiado en la discusión de cada asunto. La caridad
cristiana requiere tolerancia para escuchar los discursos redundantes de los demás. Sin
embargo, cada líder debería buscar la ayuda de Dios para abstenerse de hablar
demasiado. Reunir la información necesaria para tomar decisiones correctas toma
tiempo. Compartir ideas toma tiempo. Postergar la acción toma tiempo. Las decisiones
de grupo toman tiempo. No hay un área de ministerio en la iglesia que no requiera de
tiempo. Cada junta a la cual hemos sido elegidos y cada reunión a la que debemos asistir
es importante y consume tiempo.
¿Por qué no considerar nuestro ministerio en la iglesia como una inversión? Las
buenas inversiones pagan dividendos. Nuestros dividendos serán la sensación de un gran
logro alcanzado, la satisfacción de ver a otra familia ganada para Cristo, el presupuesto
cumplido, el nuevo edificio terminado, un creyente nuevo afirmado en su fe, o el
proyecto misionero realizado.
Un destacado político expresó una idea importante que los líderes cristianos
deberían considerar cuando dijo: “La decisión más importante de un líder es qué hacer
con un trabajo cuya función no está bien definida y cuyas posibilidades son muchas – qué
hacer con su tiempo, cómo asignar sus recursos y dónde concentrar sus energías”. Los
líderes de la iglesia deben identificar los recursos disponibles y utilizarlos para alcanzar
objetivos bíblicos.
Teorías X y Y
Por ejemplo, si estamos trabajando con una persona de la cual creemos que no
entiende completamente los requerimientos de su trabajo y que no parece tomar sus
responsabilidades con seriedad, trataremos de comunicarnos con ella de una manera que
compense estas presuntas “deficiencias”. En un caso como este, trataremos de dar a esta
persona instrucciones más detalladas, y supervisaremos su desempeño con mayor
frecuencia que el de otras personas. De acuerdo con McGregor, la implicación de estas
ligeras diferencias en nuestra conducta hacia esta persona (a saber, el hecho de que no
confiamos por completo en ella) son por lo general lo bastante claras para la persona
como para afectar su conducta. Pero en vez de hacerlo más eficiente y responsable, lo
más probable es que ocurra el efecto contrario, porque nuestra conducta es en realidad
CHURCH ADMINISTRATION, RE 422 116
una demanda de sumisión y provee poca oportunidad para aprender a ser eficiente en el
trabajo o para desarrollar un sentido de responsabilidad personal.
Aunque estas dos estrategias son aparentemente muy diferentes, ambas están
basadas esencialmente en la misma suposición, a saber, que el trabajo productivo es una
forma de conducta que no es natural para la mayoría de las personas y que se debe aplicar
algún tipo de presión para poder obtener de ellas un trabajo productivo. El enfoque
coercitivo estimula la resistencia, la apatía y la restricción deliberada de la producción,
mientras que el enfoque persuasivo estimula un sentido de responsabilidad casual por la
producción y compromisos esporádicos de talento y esfuerzo.
Sin embargo, McGregor enfatiza que estos cambios no se logran con facilidad,
pues lo que implican no es tanto un cambio en las tácticas administrativas, sino en las
suposiciones administrativas. Es decir que las condiciones necesarias para el desarrollo
del potencial humano no serán creadas a menos que los administradores entiendan y
crean las suposiciones básicas de la teoría Y (a saber, que el buen juicio y la
responsabilidad pueden ser desarrollados incluso en personas cuya conducta no indica
que posean tales capacidades, y que una atmósfera de tolerancia y confianza es el mejor
escenario para que tal desarrollo tenga lugar).
Los líderes que aceptan la teoría X dedican gran cantidad de tiempo a hablar de
los deberes y las responsabilidades, y de las demandas de Dios. La gente que sirve a
Dios por un deprimente sentido del deber logra realizar algunas tareas, pero no atrae a
otros. Tampoco obtiene la misma satisfacción que aquellos que sirven al Señor
motivados por su amor supremo hacia Él.
RECURSOS HUMANOS
En ocasiones los recursos humanos son difíciles de dirigir; por lo general es más
fácil manejar presupuestos, productos y máquinas. Todos nosotros hemos tenido la
experiencia del personaje de dibujos animados, Charlie Brown: “Amo a la humanidad.
Son las personas las que no soporto”. Pero los líderes tienen que superar el sentimiento
de Charlie, porque el principal negocio de la iglesia son las personas. Las personas son la
verdadera razón de la existencia de la iglesia. Servir a la gente y poner a la gente a servir
es lo que la iglesia ha sido llamada a hacer. Las personas son tanto el objetivo de la
iglesia como el canal a través del cual la iglesia hace su trabajo. El futuro de la iglesia
depende de su habilidad para ganar personas e involucrarlas en su misión.
La clave para el uso apropiado de las fortalezas es que el grupo valore a cada
miembro como un importante regalo de Dios. Y cada individuo debe mantener sus
habilidades firmemente comprometidas en el servicio a Dios. La búsqueda egocéntrica
de poder o posición no tiene lugar entre los creyentes. El cristiano lleno del Espíritu
Santo es gobernado por la motivación de prestar un servicio útil a Dios y a los hombres.
El Compromiso
Debemos hacer una valoración realista de los talentos combinados de las personas
en nuestra organización. No debemos cometer el error de poner a trabajar de inmediato a
personas sin experiencia; pero tampoco debemos caer en el error, casi siempre fatal, de
no tomarlas en cuenta en lo absoluto. “Úsalos o piérdelos” es un eslogan que se aplica en
el área del compromiso. No obstante, las personas nuevas y sin experiencia deben ser
puestas a servir en áreas donde no se sientan fuera de lugar. El compromiso produce
participación; y la participación a menudo incrementa el compromiso.
¿Cuál es el mayor recurso sin utilizar de la iglesia? Son los obreros y los
asistentes que están involucrados únicamente en lo marginal y lo intrascendente. Un uso
más productivo del recuso humano depende de la capacidad de desafiar a la gente a dejar
de ser espectadores para convertirse en participantes. Este grupo de personas debe
cambiar de una postura no participativa y no contributiva de crecimiento hacia adentro,
hacia una postura de participación agresiva en la obra eterna del Reino de Dios. Pero,
¿cómo podemos hacer esto? ¿Es esto posible?
Los líderes deben dirigir a la gente invirtiendo su propio tiempo; deben dirigir con
sus acciones más que con sus palabras. El buen liderazgo consiste en hacer que personas
promedio sigan su ejemplo para lograr un trabajo superior. Como un buen instructor, un
líder produce seguidores efectivos. El servicio cristiano efectivo aumenta en gran medida
cuando los miembros de la iglesia ven a sus líderes involucrados productivamente en un
servicio cristiano significativo.
La motivación ha sido definida como lograr que alguien trabaje con entusiasmo
porque quiere hacerlo. Tal entusiasmo surge cuando las personas son llamadas a realizar
tareas que merecen y demandan su mejor esfuerzo. Cristo mismo, y Su Iglesia,
agresivamente involucrados en un servicio significativo, producen una poderosa fuerza
motivadora.
2. ¿Qué deberían hacer las Iglesias que viven en un ciclo constante de falta de
recursos?
0. ¿Qué es motivación?
RECURSOS ESPIRITUALES
La irrelevancia es la crítica más severa que enfrenta la Iglesia hoy en día. ¿Está
en lo correcto el hombre secular cuando afirma que la Iglesia una vez jugó un papel
importante en los asuntos de los hombres y las naciones, pero que esos días han
terminado? ¿Acaso algunas iglesias dan la indicación de que el mensaje del evangelio ha
perdido su poder para cambiar vidas simplemente porque muy pocas personas llegan a
ser salvas a través de su ministerio? ¿Puede ser que la acusación de irrelevancia tenga
alguna validez?
Aún con sus debilidades la Iglesia es invencible con Cristo como su Señor. Sin
Cristo la Iglesia es inefectiva, no tiene poder y no es más que un club social irrelevante. Con Él
la Iglesia se convierte en el canal de Dios para salvar y bendecir a un mundo necesitado. Sin
Cristo la Iglesia es débil e insípida. Con Él la Iglesia es el canal de Dios para salvación y
significado.
Hay esperanza. Isaías habla de Dios diciendo: “He aquí que yo hago cosa
nueva” (Isaías 43:19). Jeremías dice: “Daré mi ley en su mente, y la escribiré en su corazón”
(Jeremías 31:33). Jesús habla de “nacer de nuevo” (Juan 3:3). Pablo llama al cristiano una
“nueva criatura” (2 Corintios 5:17). Y Apocalipsis habla de “un cielo nuevo y una tierra
nueva” (Apocalipsis 21:1).
Tales preguntas hacen de la herencia de la iglesia una guía importante para los
ministerios presentes y futuros. ¿Cuáles son nuestras “raíces”? ¿Cuál es el fundamento sobre el
cual hemos edificado? Aunque hayamos tenido un buen comienzo, debemos mirar hacia el
CHURCH ADMINISTRATION, RE 422 125
futuro y buscar el liderazgo de Dios para el mañana, arraigados firmemente en los valores del
pasado y buscando las bendiciones y la ayuda de Dios en la expansión futura de la obra.
RECURSOS TANGIBLES
Los Recursos Financieros son para Ser Utilizados. El plan de Dios es que los
recursos que Él provee sean utilizados para edificar Su Reino. El relato bíblico del mayordomo
CHURCH ADMINISTRATION, RE 422 126
fiel, en Mateo 25:14-30, les recuerda a los líderes que los bienes terrenales son para ser
utilizados. En Mateo 25:25-26 Jesús censura al mayordomo que enterró su talento por no haber
obtenido ganancia alguna con él. Al líder cristiano se le ha encomendado el privilegio de
administrar los asuntos financieros de la iglesia de acuerdo con la voluntad de Dios para Su iglesia.
A pesar de que la Biblia está llena de mandatos sobre dar fruto, multiplicar, crecer y
aumentar, muchos de nosotros seguimos pensando que la iglesia es una organización “no
lucrativa”. Este concepto tan limitado debe cambiar, y deberíamos planificar para producir
ganancias para el Reino de Dios.
Una iglesia creía que sus finanzas marchaban muy bien, pues estaba recolectando
$50,000 al año. Un estudio de este tipo reveló que el ingreso de esa iglesia debería haber sido de
$75,000 anuales. Gracias a una mejor comunicación de las necesidades y a una mejor enseñanza
bíblica sobre la mayordomía, el año siguiente la iglesia logró recaudar $63 ,000 y $67,000 el
segundo año.
Una iglesia que posee un templo muy grande pero que no cuenta con un espacio
adecuado para sus actividades educativas o para experiencias de compañerismo, probablemente
será una iglesia de tipo espectador de domingo por la mañana. La iglesia de tipo familiar, que
trata de conducir sus actividades en un edificio pequeño semejante a una casa, probablemente se
desarrollará como una iglesia compuesta por unas pocas familias con un estilo personal de
adoración, educación y compañerismo, pero con poca motivación para alcanzar gente nueva.
Pero los líderes pueden hacer un énfasis exagerado en los edificios. Pueden
exagerar el énfasis en la belleza de los edificios o en las instalaciones llenas de gente. Al
hablar de esta manera tienden a enfocarse en los edificios, y no en el ministerio o la
misión. El interés de la congregación debe ser dirigido hacia su trabajo prioritario de
llevar personas a Dios por medio de Cristo y de ayudar a los santos a madurar en la fe.
1. ¿Cuál es la crítica más severa que enfrenta la Iglesia hoy en día y qué se entiende
por esto?
La Biblia hace énfasis en dos temas centrales: la relación del ser humano con Dios
y sus relaciones con sus semejantes. Los primeros cuatro de los Diez Mandamientos
tratan con la relación del ser humano con Dios, y los seis restantes tienen que ver con sus
relaciones con otras personas. Desde Génesis hasta Apocalipsis, la Biblia nos recuerda
constantemente que estas relaciones deben ser correctas.
Es el segundo de estos temas, las relaciones correctas entre el ser humano y sus
semejantes, el que vamos a considerar ahora. El salmista exclamó: ¡Mirad cuán bueno y
cuán delicioso es habitar los hermanos juntos en armonía! (Salmo 133:1). El líder
cristiano interesado en aplicar los principios bíblicos de administración debe trabajar para
desarrollar y mantener buenas relaciones de trabajo dentro de su grupo u organización.
Todas las destrezas de liderazgo y administración – planificar, organizar, liderar,
seleccionar personal y evaluar – tienen como fundamento las buenas relaciones de
trabajo. Es importante comprender que el tiempo y el esfuerzo invertidos en planificar,
organizar, liderar, seleccionar personal y evaluar serán sumamente improductivos si el
líder no logra desarrollar y mantener buenas relaciones de trabajo. Un director de
personal dijo recientemente que aproximadamente el 90% de los cambios de personal
están asociados directamente con problemas a nivel de relaciones.
Más énfasis en los demás que en sí mismo. El énfasis del estilo de cooperación está
en los demás y en sus necesidades. Esto significa que el objetivo de la relación es servir
a los demás por medio de la satisfacción de sus necesidades. Si cada persona en la
relación aplica Filipenses 2:3-4, las necesidades de todos son satisfechas.
Confianza y respeto mutuos. La gente desarrolla confianza y respeto por aquellos que
satisfacen sus necesidades. Por lo tanto, las personas que operan en un estilo de
relación de cooperación experimentan armonía dentro del grupo o equipo. La gente disfruta
de la compañía de los demás y rara vez las motivaciones son cuestionadas.
· Compromiso personal con la relación. En la medida en que las personas experimentan la confianza
y el respeto mutuos, el uso de sus dones y habilidades, y un sentimiento de realización, desarrollan un
fuerte compromiso personal hacia la relación. Esto significa que mientras más tiempo se mantenga la
relación en un estilo de cooperación, más fuerte se hace. El estilo de relación de cooperación enfatiza el
principio de servir en lugar de ser servidos. Pero las personas no operan todo el tiempo en un estilo de
relación de cooperación. Eventualmente una persona puede llegar a pensar: “En este caso en particular es
más importante satisfacer mis necesidades que las tuyas”. Este compromiso de satisfacer las necesidades
personales en vez de las necesidades de los demás marca el inicio del estilo de relación de represalia.
El estilo de relación de represalia se inicia cuando el egoísmo sobrepasa al servicio. De vez en cuando
todos nosotros caemos en este estilo de relación, al estar más comprometidos con la satisfacción de nuestras propias
necesidades (o con hacer las cosas a nuestra manera) que con la satisfacción de las necesidades de los demás.
El movimiento inicial de la cooperación a la represalia frecuentemente ocurre de una manera sutil, y quizás
desapercibida. Sin embargo, siempre sale a la luz en forma de conflicto. El estilo de represalia involucra lo
siguiente:
· Intentos de hacer que los demás se adapten a lo que usted quiere. En las etapas iniciales del estilo
de represalia hay intentos sutiles de hacer que la otra persona ceda ante sus deseos. Sin embargo, si estas
acciones disimuladas no logran su cometido, se pasa a tomar acciones más fuertes.
· Acciones agresivas hacia los demás. Cuando las personas se tornan más centradas en sí mismas,
emprenden acciones concretas y agresivas en un intento de forzar a los demás a satisfacer sus necesidades.
· Actitudes que ven a las otras personas como objetos en su camino, no como personas con sus propi as
nec esi dades. C onform e l as personas se envuel ven m ás profundamente en un estilo de relación de
represalia, se vuelven más y más
· Conflicto constante. Una vez que se inicia la lucha por la dominación, surge un período de conflicto.
En esta fase del estilo de represalia una persona está tratando de emerger como la figura de autoridad que puede
controlar a las otras partes en la relación. Esta persona asume que controlando a los demás puede asegurar que
sus necesidades sean satisfechas.
· Un eventual ganador y un perdedor. Llega un momento en que una persona emerge como la fuerza
dominante en la relación y todos los demás ceden regularmente a las necesidades de esta persona, mientras que
sus propias necesidades permanecen insatisfechas. En este punto la relación asume un nuevo estilo.
Vale la pena repetir que el estilo de relación de represalia surge de la motivación egoísta de satisfacer
las propias necesidades a expensas de los demás. El individuo emprende acciones agresivas para forzar a otros a
satisfacer sus necesidades y toma medidas de represalia si ellos no acceden a sus demandas.
En una relación de cooperación todos trabajan voluntariamente para satisfacer las necesidades de los demás.
Sin embargo, una vez que una persona gana la batalla por el control y avanza hacia un estilo de dominación, los demás
se ven forzados a satisfacer sus necesidades, mientras que esta persona rara vez satisface las necesidades de ellos.
El estilo de dominación incluye las siguientes condiciones:
· Pérdida del respeto mutuo. Eventualmente las personas involucradas en una relación de dominación
pierden el respeto unos por otros. El dominador ya no respeta a
· El perdedor eventualmente concluye que la situación es irremediable y deja de tratar de hacer que
sus necesidades sean atendidas. En este punto las personas dominadas sienten que han sido rechazadas
y que sus necesidades van a permanecer insatisfechas. Cuando esto ocurre, estas personas dan el
primer paso hacia un nuevo estilo de relación – el aislamiento. Siempre son aquellos que están siendo
dominados quienes inician el avance hacia el estilo de relación de aislamiento.
En el estilo de relación de aislamiento hay una rápida degeneración, caracterizada por las siguientes
condiciones:
· Se interrumpe la comunicación. Una vez que las personas se bloquean mentalmente unas a otras, la
comunicación colapsa. Las personas involucradas en la relación ya no saben lo que los demás piensan o
sienten. Los individuos se alejan y se aíslan unos de otros.
· Problemas no resueltos. La relación es consumida por problemas para los cuales no parece haber
solución. Por ende, los problemas permanecen sin resolver. Nadie está dispuesto a aceptar la
responsabilidad por ocasionar los problemas, y las soluciones propuestas por los individuos siempre son
rechazadas por los demás.
Indiferencia mutua. Conforme las personas se vuelven más egocéntricas, desarrollan menos interés
por quienes que les rodean. Conforme la relación continúa deteriorándose, cada individuo tiende a
pensar sólo en sí mismo y sus necesidades insatisfechas, y pierde todo interés por las necesidades de los
demás. El individuo no puede ver cómo su propio egocentrismo lastima a los demás en la relación – pues
está completamente absorto en sí mismo. Una actitud de autocompasión prevalece en toda la relación.
La relación se termina. En la mayoría de los casos, al llegar a este punto la relación se termina.
Desafortunadamente, una relación que comenzó con un compromiso y un deseo mutuos de satisfacer las
necesidades de la otra persona tiene el potencial de acabar cuando el egoísmo empieza a controlar las
actitudes de los individuos. El compromiso de satisfacer las propias necesidades a expensas de los
demás es el mayor destructor de relaciones. Los resultados finales pueden ser vistos al comparar las
condiciones de las relaciones de cooperación con aquellas de las relaciones de aislamiento.
Todo el mundo experimenta problemas en sus relaciones de vez en cuando; por eso es importante
saber qué es lo que ocasiona tales problemas y cómo se puede regresar a un estilo de cooperación. Muchos
cristianos han caído en el engaño de creer que los hijos de Dios nunca tienen problemas en sus relaciones.
Este pensamiento es muy peligroso, porque lleva a las personas a asumir que si alguien tiene problemas a nivel
de relaciones, esa es una señal de que no es una persona muy madura espiritualmente.
A menudo los cristianos tratan de reprimir sus problemas, en vez de sacarlos a la luz para
enfrentarlos y resolverlos. Debemos tener en mente que la represión de los problemas de relaciones, y la
negativa a enfrentarlos, es lo que denota inmadurez espiritual, y no necesariamente el problema en sí mismo.
La persona madura enfrenta los problemas cuando éstos se presentan y se compromete a encontrar una
solución. Por el contrario, la persona inmadura frecuentemente trata de ignorar los problemas y evita
tratar con los aspectos involucrados en ellos.
Tan pronto como una relación deja de funcionar en el estilo de cooperación se deben tomar los
siguientes pasos: (1) Reconozca el estilo actual de la relación (Santiago 5:16). (2) Reconozca que su egoísmo
es pecado y pida perdón a Dios y a las demás personas involucradas (Colosenses 3:13; Mateo 6:14-15). (3)
Tome la decisión de
Es necesario desarrollar normas para las buenas relaciones, con el fin de mantener
un estilo de relación de cooperación. (1) Ataque el problema, no a la persona. Cuando
las personas no satisfacen nuestras necesidades tendemos a atacarlas, en vez de atacar el
problema. Si atacamos a las personas en vez de atacar los problemas, vamos a hacer que
la relación pase de un estilo de cooperación a un estilo de represalia. (2) Verbalice sus
sentimientos en vez de reflejarlos en sus acciones. Comente cómo se siente y por qué en
vez de comunicar sus sentimientos por su manera de actuar, pues esto sólo conduce a
malos entendidos, resentimientos y más sentimientos heridos. (3) Perdone en lugar de
juzgar. Cuando le traten mal, perdone a la persona que lo hizo. No guarde rencor ni
juzgue a la persona por sus acciones. (4) Comprométase a dar más de lo que pide. La
clave para una relación de cooperación es dar más de lo que se pide. Concéntrese
siempre en satisfacer las necesidades de la otra persona. Si cada uno en la relación hace
esto, todas las necesidades son continuamente satisfechas y la relación permanece en un
estilo de cooperación.
El pastor debe ser una persona madura y poseer un grado razonable de auto-
conocimiento. Debe ser capaz de verse a sí mismo de manera realista, reconociendo sus
áreas de debilidad y sus fortalezas. El pastor que no puede reconocer sus propias
debilidades, ni siquiera delante de sí mismo, seguramente será incapaz de aceptar
gentilmente cualquier crítica de parte de otras personas. La actitud defensiva no sólo se
convierte en una barrera para escuchar lo que le están tratando de comunicar, sino que a
menudo se refleja en una actitud hostil hacia las personas, estorbando así el desarrollo de
cualquier relación personal profunda o significativa.
Nuestro interés por las personas debe ser más fuerte que los sentimientos que uno
pueda tener acerca de sus puntos de vista o de cualquier acto que hayan cometido. Toda
persona debe ser valorada como alguien por quien Jesús murió. La madurez en el amor
Cinco sugerencias que se pueden aplicar al cuidado pastoral son: (1) Acercarse a
las personas; (2) Tener clara la razón por la cual usted está comprometido con el cuidado
pastoral; (3) Aceptar a las personas tal como son; (4) Recordar que la preocupación
principal del cuidado pastoral no es lo que usted dice, sino la forma como se relaciona
con las personas; y (5) Escuchar atentamente con todos sus sentidos, no sólo con sus
oídos. Preste total atención a las personas.
Capacitar a los laicos para darse a sí mismos en servicio activo como un medio de
expresar su fe es de primordial importancia. Muchos creyentes han comprobado que el
servir juntos a través de la iglesia es un medio para el crecimiento personal y mejora las
relaciones unos con otros.
1. ¿Cuáles son los cuatro estilos básicos de relaciones humanas en una organización?
0. ¿Cuál es el resultado de una relación de calidad desarrollada entre el pastor (u otro líder espiritual)
y la gente?
La comunicación ha sido definida como el uso del lenguaje y los signos, como la
transmisión de información y como un medio para influenciar la conducta. Esta es una
buena definición inicial, pero no es completa. En 1 Corintios 14:7-9 encontramos una
definición bíblica: “Ciertamente las cosas inanimadas que producen sonidos, como la
flauta o la cítara, si no dieren distinción de voces, ¿cómo se sabrá lo que se toca con la
flauta o con la cítara? Y si la trompeta diere sonido incierto, ¿quién se preparará para la
batalla? Así también vosotros, si por la lengua no diereis palabra bien comprensible,
¿cómo se entenderá lo que decís? Porque hablaréis al aire”. Es imperativo que el líder, el
administrador y el hombre de negocios cristiano se concentren en la adquisición de
destrezas de comunicación efectiva.
Los tres pasos que corresponden al emisor son: (1) Desarrollar un claro concepto
de la idea o sentimiento que desea comunicar; (2) Escoger las palabras y acciones
apropiadas para comunicar la idea o sentimiento; y (3) Tomar conciencia de las barreras
para la comunicación que existen en el entorno y trabajar para minimizarlas. A su vez,
las tres responsabilidades del receptor son: (1) Absorber la información transmitida,
Tal como se mencionó en los pasos que se requieren del emisor, las barreras para
la comunicación deben ser identificadas y el emisor debe trabajar para minimizarlas. Una
barrera para la comunicación es cualquier cosa que inhibe o distorsiona los esfuerzos para
desarrollar un entendimiento entre individuos y grupos. Algunas de las barreras que se
mencionan con mayor frecuencia son: (1) Desconectarse de la conversación y escuchar
sólo lo que uno quiere escuchar; (2) Permitir que las emociones personales distorsionen
la información; (3) Desconfianza respecto de las motivaciones de la otra persona; (4)
Ruido u otras distracciones; (5) Sistemas de valores y percepciones diferentes; (6) Falta
de disposición para recibir información que está en conflicto con puntos de vista o
convicciones predeterminados; (7) Palabras que tienen diferentes significados; y (8)
Inconsistencia entre las acciones de las personas y sus palabras.
Para comunicarse de manera efectiva hay que hacer un esfuerzo mental y físico.
Desde el punto de vista del administrador, este esfuerzo debe resultar en un
entendimiento – compartir el mismo significado – o no hay comunicación en realidad.
Pocas veces la comunicación se rompe por falta de deseo de comunicarse. La mayoría de
nosotros queremos ser comprendidos, a veces desesperadamente. Sin embargo, puede
parecernos difícil atravesar la nube de confusión que a menudo parece impedirnos hacer
un contacto efectivo con otras personas. Una razón por la que fallamos en hacernos
entender es porque con frecuencia confundimos el vehículo que utilizamos para
comunicarnos con la comunicación misma. Cuando pensamos en la palabra
“comunicación” con frecuencia la asociamos con alguien hablando, con el teléfono, el
telefax o incluso un memorándum. Si percibiéramos la necesidad de mejorar la
comunicación probablemente buscaríamos instalar más y mejores teléfonos, tener más y
mejores conversaciones y enviar más y mejores memorándums. Podemos dar por hecho
que las cartas que enviamos, los boletines que publicamos y los memorándums que
hacemos circular son comunicaciones en sí mismos. Eso no es verdad. En la
administración efectiva hay tres principios que se aplican a la comunicación.
3. El principio de aplicación. Mientras más se utilice y aplique una comunicación específica, mejor
comprendida y recordada será. Algunos de nosotros hablamos mucho pero enseñamos poco, predicamos
mucho pero comunicamos poco. ¿Por qué? Quizás porque decimos las cosas sólo una o dos veces, o una
docena de veces, y no es suficiente. Algunas veces las cosas se deben repetir una y otra vez.
Una de las principales barreras para la comunicación mencionadas es el uso de palabras que tienen
un significado ambiguo o difícil de aclarar. Las quinientas palabras más utilizadas en el idioma ingles tienen
un promedio de veintitrés significados diferentes cada una. Este no es el único problema que encontramos. El
problema que enfrentamos es que tenemos una idea que queremos comunicar. ¿Cómo vamos a comunicar
dicha idea desde el cerebro de una persona hasta el cerebro de otra? Puede ser una idea teológica, una idea
mecánica, una idea filosófica, o de otro tipo. Obviamente, las palabras son el primer recurso. Pueden ser
escritas o habladas, en voz suave o fuerte. Las palabras son el principal instrumento que tenemos a nuestra
disposición para comunicar o transmitir una idea de una mente a otra. Las palabras pueden tener un
significado en la mente del emisor, y otro significado completamente diferente en la mente del receptor.
El Dr. John T. Seamands creció en la India y luego sirvió como misionero durante veinte años en
este país. El decía que muchos de los problemas que enfrentó como misionero se debían a los distintos
significados de las palabras. Por ejemplo, para el cristiano la palabra “pecado” significa una transgresión
voluntaria de la ley moral de Dios; para el hindú “pecado” significa ignorancia o ilusión. Para el cristiano
“salvación” significa liberación de la culpa y el poder del pecado; para el hindú significa liberación del ciclo
de reencarnación. La expresión “nuevo nacimiento” significa para el cristiano una transformación espiritual; para
el hindú significa reencarnación, nacer como un animal o como otra persona en la próxima vida. Por eso es
que es tan importante conocer el lenguaje de la gente y el significado de las palabras que utilizan
comúnmente.
3. ¿Cuáles son los seis pasos básicos que conforman el proceso de comunicación y
cómo se dividen?
Hay varias formas de mejorar la habilidad de escuchar, ya sea que ésta se aplique a
la consejería de los miembros de la iglesia, a escuchar las ideas de un empleado o a
escuchar las necesidades que alguien trata de expresar. (1) No tenga temor de hacer
preguntas para aclaración. El no hacer preguntas de aclaración lleva a falsas
suposiciones. (2) No empiece a formular su respuesta mientras el emisor está hablando.
La mayoría de nosotros somos malos oyentes simplemente porque preferimos hablar que
escuchar. (3) Evite las suposiciones falsas o prematuras acerca de lo que el emisor va a
decir. Si creemos saber lo que una persona va a decir, lo que suponemos que va a decir
es lo que generalmente oímos – sea que la persona realmente lo diga o no. (4) Evite
interrumpir al emisor. Tendemos a interrumpir a otros imprudentemente y olvidamos que
hay un “tiempo de callar, y tiempo de hablar” (Eclesiastés 3:7). (5) Procure minimizar
el “efecto filtrador” de sus prejuicios. Todos tenemos prejuicios que filtran y diluyen
nuestro entendimiento. (6) Procure escuchar las ideas y sentimientos detrás de las
palabras que se dicen. Las palabras son solamente un vehículo a través del cual se
transmiten las ideas y sentimientos. Hay estudios que indican que en ciertas situaciones
tan sólo el 7% del total del mensaje es comunicado a través de las palabras. El 93%
restante se transmite a través del tono de voz y de expresiones o acciones no verbales.
Para que pueda haber entendimiento, el receptor debe entrenarse a sí mismo para
escuchar las ideas y sentimientos que se comunican detrás de las palabras.
Hay tres puntos que el orador debe tener en mente al tratar de dirigirse a sus
oyentes:
8. ¿Cuáles son seis pasos para corregir los malos hábitos al escuchar?
0. ¿Cuáles son tres puntos que el orador debe tener en mente al tratar de dirigirse a sus oyentes?
I. ¿Cuál es su visión?
LA VISIÓN
Todo líder efectivo, ya sea en una compañía u organización, en una misión,
iglesia o negocio, debe tener una convicción fundamental de lo que están tratando de
hacer. Un viejo adagio dice: “Si no sabes a dónde vas, ¿cómo sabes cuando has
llegado?” Debe haber una declaración de propósito y una declaración de convicciones en
la dirección en la que el líder va a guiar la organización. Es necesario desarrollar un
propósito para la organización, porque provee una razón para la existencia misma de la
organización. Adicionalmente, en una era de descentralización, la visión es la clave que
mantiene enfocados a todos en la organización. Un fundamento seguro antes de que el
Si bien es cierto que queremos que la visión tenga un fundamento sólido, ¿de
dónde viene la visión? Generalmente la visión surge de un sueño, o sueños, de lo que la
organización debería hacer y de cómo puede hacerlo. El líder continuamente pasa la
visión a aquellos que están a su alrededor, sabiendo que los sueños, si se presentan
correctamente, son contagiosos. Para que haya un líder, debe haber seguidores. Esta es
la razón por la que los líderes deben tener la visión, la personalidad y el sueño para infundir
a otros lo que ellos ven en el futuro. A su vez, existe la necesidad de continuar desarrollando a
los seguidores, para que puedan crecer con la visión conforme ésta va creciendo. Al
establecer el fundamento y reclutar seguidores, el líder debe saber hacia dónde va, debe
ser capaz de formular su sueño de manera clara y concisa, y de impulsarlo apasionadamente.
Debe haber una declaración o una imagen concisa de hacia dónde se dirige la organización
y su gente, y de por qué deberían sentirse orgullosos de ello. Una visión efectiva es
inspiradora. Esta visión es clara y desafiante, y se orienta a la excelencia. Tiene sentido
y puede pasar la prueba del tiempo; es estable y a la vez flexible. Una visión efectiva
capacita a la gente y la prepara para el futuro, a la vez que mantiene sus raíces en el
pasado. La visión efectiva y la declaración de misión de la organización no pueden ser
impuestas a las masas. Por el contrario, debe haber un grupo de seguidores dedicados, que
tengan entusiasmo, compromiso y orgullo. La visión que es verdaderamente aceptada tiende
a promover la innovación, la toma de riesgos, la capacitación y la delegación. Si los
trabajadores entienden lo que se espera de ellos, y lo que la organización está tratando de
hacer, se hace posible tomar decisiones importantes en niveles más bajos y crear un clima
en el cual continuamente se producen resultados y progreso.
MANTENIENDO LA VISIÓN
Las compañías que tienen patrones de visión son compañías que han sido creadas
para permanecer, y tienen líderes que permiten a sus organizaciones crear y desarrollar
nuevas ideas. El énfasis está en construir una gran organización, no en ganar dinero o
prestigio. Hay una atmósfera que permite que emerjan muchos líderes exitosos y no
solamente un líder carismático. Cuando los líderes cristianos permiten que Dios guíe,
dirija e influencie su liderazgo, por lo general la organización sobrevive por largo tiempo,
aún después de que quienes establecieron el fundamento de la organización han dejado el
liderazgo. El líder puede distinguir cada vez mejor dónde debería concentrar sus energías y
dónde debería permitir que otros se hagan cargo. El líder posee ciertos dones y las
personas a su alrededor poseen dones complementarios. Un líder excepcional aprende
cuándo debe asumir la responsabilidad y cuándo debe delegar – lo que sea mejor para la
organización. Las organizaciones que tienen procesos y sistemas de liderazgo
construidos sobre la base de la confianza, dentro de los límites establecidos por la
rendición de cuentas, tienen mayor probabilidad de florecer. Al confiar en la auto -
disciplina del individuo, el líder crea relaciones de confianza delimitadas por un principio
Cada persona es una creación única; no hay dos personas exactamente iguales.
Los dones de cada persona son únicos y perdurables, como ya se ha mencionado.
Además, las fortalezas de cada persona indican el área de mayor potencial para el
crecimiento. Los empleados de una organización son contratados para cumplir una
función específica, según sus habilidades y la preparación que han recibido. Sin
embargo, esto debería ser sólo el principio. Un empleado nuevo necesita saber lo que
debe hacer y se le deben proveer los materiales y el equipo necesarios para hacerlo.
Posteriormente, el aporte a la organización y el crecimiento dentro de la misma cobran
importancia para la persona. Algunas veces con mucha rapidez, y otras después de un
período de tiempo, el empleado empieza a descubrir cuáles de sus talentos pueden tener
un impacto significativo en la organización. Entonces, una vez que la persona sabe lo
que se espera de ella y puede ver posibilidades para un impacto y crecimiento personal, la
“dimensión grupal” cobra importancia. El empleado se interesa por sus compañeros de
trabajo y por la cultura general de la organización. Finalmente, la persona sabe lo que se
espera de sus talentos como empleado nuevo y sabe cómo encaja en los distintos niveles
de la organización. A continuación, es necesario avanzar hacia un crecimiento a largo
plazo. Este crecimiento a largo plazo ha sido llamado “prevención de la obsolescencia”.
Todo esto es cierto en el mundo de los negocios, y casi sin excepción, las
necesidades y responsabilidades del mundo empresarial se pueden transferir al mundo de
la iglesia y sus ministerios. Pero, ¿en qué se diferencia la iglesia y sus ministerios?
TRANSMITIENDO LA VISIÓN
Ahora llegamos a la tarea más difícil e importante del liderazgo. ¿Cómo podemos
transmitir el entusiasmo de la visión con la que se estableció el fundamento sobre el cual
se han edificado los negocios y las iglesias? En última instancia, el líder de una iglesia,
el presidente de una compañía, o el director de una organización misionera tiene la
tremenda responsabilidad de preparar a la organización para el futuro. Después de
cumplir correctamente con todas las tareas de organización, planificación, dirección,
orientación y apoyo (por mencionar sólo algunas), ¿qué sucede con la nueva generación
cuando hay un cambio en el liderazgo? Sería de esperar que la estructura organizacional
haya desarrollado un modelo descentralizado de trabajo en equipo.
CHURCH ADMINISTRATION, RE 422 165
El estar consciente de las diferencias generacionales dentro de cualquier grupo
puede ayudar a ajustar los cambios necesarios para obtener el máximo efecto. Entender a
la gente que nos rodea es un paso en la dirección correcta. Una idea que prevalece con
mucha frecuencia es que mi manera de hacer las cosas es la manera correcta y la única
manera. Esto no es verdad. Debemos procurar un entendimiento de las características
generacionales y aprender cómo usarlas de manera efectiva al tratar con cada individuo,
para desarrollar así líderes para el futuro. Es un hecho conocido que los líderes de hoy en
día están envejeciendo rápidamente y que se necesitan obreros que vengan a
reemplazarlos.
8. ¿Cuáles son los cuatro grupos de edad presentes en casi todas las empresas e
iglesias?
0. ¿Cuáles son algunas de las cosas necesarias para enfrentar los desafíos del futuro?
(NOTA: Los siguientes libros, comentarios y/o periódicos han sido citados en la
preparación de estas guías de estudio, elaboradas para los maestros que están enseñando
la clase. Se han puesto copias a disposición de los estudiantes, para seguimiento o
estudio por correspondencia, las cuales se venden a precio de costo. No se está cobrando
por el desarrollo de los materiales, ni se están tramitando derechos de autor con miras a
obtener ganancias por su venta o reproducción. Se concede el permiso para la
reproducción, impresión y distribución de este material. También se permite su
traducción, bajo el entendido de que el Instituto Bíblico ha puesto a disposición una copia
traducida para reimpresión y para una distribución potencialmente más amplia.)