Neumatología-Doct. Del Esp - Santo
Neumatología-Doct. Del Esp - Santo
Neumatología-Doct. Del Esp - Santo
2. PROPÓSITO
Orientar de manera integral (bíblica y teológica) sobre la persona y las
manifestaciones del Espíritu Santo, con el propósito de conocer el incomparable
ministerio de la tercera persona de la Trinidad en la vida de la iglesia y del ministro
cristiano.
3. OBJETIVO GENERAL
Estudiar la persona, los dones y obras del Espíritu Santo desde el trasfondo
bíblico - teológico y su repercusión en la vida y misión de la iglesia.
4. OBJETIVOS ESPECIFICO
4.1 Conocer los nombres, la personalidad y los símbolos del Espíritu
Santo descritos en la Biblia, para la enseñanza doctrinal y .práctica en la iglesia de
hoy.
4.2 Apreciar los dones, las obras, y el fruto del Espíritu Santo en la
historia y la iglesia del Señor.
4.3 Desafiar a los ministros a vivir y motivar a la iglesia a la dependencia
continua del Señorío del Espíritu Santo.
5. OBJETIVOS TERMINALES
Que al fin del curso el estudiante:
5.1 Explique el significado de la naturaleza, los nombres, la personalidad y
los símbolos del Espíritu Santo.
5.2 Identifique la manifestación de los dones, obras y el fruto del Espíritu Santo
en la Biblia y en la vivencia y práctica de la iglesia.
5.3 Aplique los conocimientos bíblico - teológicos del Espíritu Santo en su
vida práctica, así como en lo personal, ministerial, y eclesial.
6.METODOLOGÍA
El curso se desarrollará de la siguiente manera.
6.1 Estudio reflexivo de cada capítulo del módulo y con la Biblia a la
mano. Si es posible también con otra versión bíblica (Versión Popular: Dios
llega al hombre).
6.2 Los capítulos de este módulo se profundizará con la exposición -
diálogo del profesor - facilitador y con las intervenciones de todos los participantes.
6.3 Conteste por escrito las preguntas, las cuales deben presentarlas al
profesor facilitador del curso para su respectiva evaluación.
7. EVALUACIÓN
9.1. Participación en sesiones y actividades (individual y grupal) del curso.
20%
9.2. Presentación de las preguntas para resolver. 30%
2
INDICE
DATOS GENERALES DEL CURSO ................................... 1
BIBLIOGRAFÍA ................................................. 51
3
UNIDAD I:
TERMINOLOGÍA LEXICOGRAFICA
1. Definición General
El diccionario Laorousse, refiriéndose al espíritu lo define así: =
“espíritu del Latín espíritus, es la sustancia inmaterial, considerada por algunas
doctrinas y creencias como el principio de vida” (1).
3. Definición Teológica.
El espíritu es una sustancia inmaterial, distinta del cuerpo. La primera
es la sustancia viviente activa y principio vital que da movimiento a la segunda, es
decir, a la sustancia muerta (el cuerpo), y ésta (materia) es pasiva e incapaz de
moverse por sí sola. Por tanto al espíritu se le atribuye sentimiento, pensamiento, y
acción; el cuerpo en cambio no siente, no piensa, ni se mueve sino lo activan o lo
ponen en movimiento.
UNIDAD III.
NOMBRES DEL ESPÍRITU SANTO
Así como Cristo con sus obras glorificó al Padre en la tierra (Jn. 17:4, 8) e hizo lo
que vio hacer y decir al Padre (Jn. 8:38; 12:49 - 50). Jesús seleccionó a sus
discípulos (Le. 6:12 -
16) , enviándoles a proseguir con la tarea misionera a todo el mundo (Jn. 17:18;
Mt. 28:18 - 19), dándoles autoridad y dones sobrenaturales (Mt. 10:5 - 8; Rom.
4:8), y asistiéndoles con su presencia (Mt. 28:20); el Espíritu Santo también haría
lo mismo en la tierra y en el corazón de cada cristiano, de allí que se le designe al
Espíritu Santo, Espíritu de Cristo (Jn. 17:26). Consecuentemente, el Espíritu
Santo hace posible y real la omnipresencia de Cristo en el mundo y su morada en
los creyentes (Rom. 8:9 - 10; Gal. 2:20), impartiéndoles la vida de Cristo y
produciendo frutos que honren su Nombre, también revela lo de Cristo (Jn. 16:14)
e imparte su poder transformador (1 Cor. 1:24).
sintieron desanimados (Juan 16:5 - 6). Entonces el Señor les animó y les
reconfortó con la promesa de que enviará a otro Consolador, quien sería su
defensor, auxiliador y maestro durante su ausencia y a la vez, el Espíritu Santo
haría posible y real la presencia continua de Cristo en la iglesia y el mundo (Juan
16: 7 - 13).
UNIDAD IV
SÍMBOLOS DEL ESPÍRITU SANTO
5. El aceite.-
En el Antiguo Testamento era muy utilizado el aceite y por lo general
se empleaba en la iluminación, alimentación, remedio y para aliviar o refrescar la
piel (Mateo 25:3; Marcos 6:13; Lucas 10:34). De igual manera el Espíritu Santo en
el orden espiritual fortalece, ilumina, libera, sana, alivia y refresca nuestra vida
(Efesios 3:16; 2 Corintios 4:16).
UNIDAD V
EL ESPÍRITU SANTO EN EL ANTIGUO TESTAMENTO
que la presencia del Espíritu Santo con el pueblo del Antiguo Testamento, fue un
hecho. La Escritura enfatiza de manera especial la relación del Espíritu de Dios
con el pueblo de Israel, cuando dice: “...Mi Espíritu estará en medio de
vosotros...” (Hg. 2:5); “¿Dónde está el que les hizo subir del mar con el pastor de su
rebaño? ¿Dónde el que puso en medio de él su Espíritu?.. El Espíritu de Jehová los
pastoreo...” (Is. 63:10 - 14); “Enviaste tu buen Espíritu para enseñarles... y les
testificaste con tu espíritu” ( Neh. 9:20 -30).
Esto son sólo algunos de los ejemplos que nos declaran el accionar
poderoso, inteligente y sabio del Espíritu Santo en la esfera (de los cielos y la tierra)
Natural (Heb. 11:3). En consecuencia, el Espíritu Santo es el que da vida,
movimiento, fuerza y acción a la naturaleza, así como a las fieras del campo, y a
toda clase de aves y animales acuáticos. Y no sólo les da vida sino que los renueva
y los preserva (Mt. 6:26 - 30; Job. 34: 14, 15; Salm. 104: 28-30).
12
Con justa razón el Salmista levanta su voz para exclamar con temor,
reverencia y asombro y a manera de pregunta, dice: ¿Qué es el hombre? ... le has
hecho poco menor que los ángeles y lo coronaste de gloria y honra. Le hiciste
señorear sobre las obras de tus manos... ¡Oh Jehová Señor nuestro, Cuan
grande es tu nombre en toda la tierra! (Sal. 8:1 -9).
El soplo (ruaj) de Dios en el hombre le produjo vida, he hizo de él un ser
viviente, un ser con una doble naturaleza, una física y otra espiritual; por tanto
diferente al resto de la creación. El Espíritu de Dios hizo del hombre un ser dotado
de inteligencia, y capacidad razonadora; un ser con afectos y emociones y con una
iniciativa emprendedora y creativa, con la capacidad de amar responsablemente y
ser amado. De esta manera, el Espíritu Santo habilitó plenamente al hombre para
relacionarse con su creador, con sus semejantes y así ejercer y cumplir su tarea
terrenal a satisfacción; de manera que no tendría excusas.
4.1En la creación Ya hemos visto en Génesis 2:7; Job 33:4 ;:14 - 15.
Salmos 104: 29 - 30; e Isaías 42: 5, que el Espíritu Santo genera la vida, mantiene
y lleva los planes y propósitos de Dios a su cumplimiento y nada existe que pueda
detener, distorsionar o destruir la obra que viene llevando a cabo en el plano físico
y espiritual.
rey, él jamás los abandonó, más bien, despertó en los gobernantes virtudes y
cualidades que le permitieran gobernar (pastorear) a Israel con inteligencia,
sabiduría y en el temor de Dios.
permaneciendo con ellos y guiándoles (Neh. 9:20, Is. 63:14). Ninguna otra nación
como Israel disfrutó de la presencia general del Espíritu Santo. Las personas
escogidas por él para gobernar a la nación, tuvieron la experiencia bautismal del
Espíritu (I S. 10:6, 10; 16:13, 14). Así el Espíritu Santo estaba en algunos, como
es el caso de Josué (Gn, 41:38; Dn. 5:11); y descendía sobre algunos, como es el
caso de los jueces (Juec. 2:18; 3:10; 6:34; etc); como también llenó a Bezaleel de
inteligencia y conocimiento (Ex. 31:3; 35:31), etc.
Pero Dios había anunciado por medio de los profetas que llegaría el
día, cuando ésta bendición espiritual sería dado a cada persona, sin distinción de
clase, raza o condición social, de esa manera empeñaba su palabra, convirtiéndose
en una promesa, promesa que tuvo cumplimiento en Pentecostés (Joel 2:28 -
29).
UNIDAD VI.
EL ESPÍRITU SANTO EN EL NUEVO TESTAMENTO.
Estos ejemplos antes descritos, nos hacen ver que la característica del
ministerio de Jesús, fue el estar siempre lleno del Espíritu Santo (Le. 4:1). Así
tenemos que Jesús fue ungido por el Espíritu Santo, es decir, fue capacitado de
manera singular para desempeñar su ministerio profético (Le. 4:18, Hec. 4:27).
Cristo se regocijó en el Espíritu Santo, al ver la inescrutable sabiduría de Dios y su
obra para con la humanidad (Le. 10:21). Todo su ministerio estuvo bajo la guía,
dirección y fortaleza del Espíritu, quien lo capacitó, lo ungió con poder para obrar
sanidades, milagros, resurrección de-muertos y expulsión de demonios, sus obras
fueron tremendamente efectivas, que sus discípulos tuvieron de Jesús el siguiente
concepto: “Como Dios ungió con el Espíritu Santo y con poder a Jesús de
Nazareth...” (He. 10:38, 39).
UNIDAD VII.
EL ESPÍRITU SANTO EN LA VIDA Y MISIÓN DE LA IGLESIA.
Estos ejemplos que hemos descrito nos enseñan claramente, que los
Apóstoles obraban con poder, autoridad y osadía, porque.. “Estaban llenos del
Espíritu Santo” (Hch. 13:52); de manera que el Espíritu Santo respaldaba su
ministerio y confirmaba la predicación del Evangelio con señales, milagros y
prodigios, así lo atestiguan las Escrituras: “y hacia Dios milagros extraordinarios
por mano de Pablo (Hch. 19:11 - 12; 14:3).
(2 Cor. 13:14).
UNIDAD VIII.
EL ESPÍRITU SANTO Y EL MINISTERIO CRISTIANO
UNIDAD IX.
EL ESPÍRITU SANTO EN EL PLAN DE SALVACIÓN
En esta unidad enfocaremos nuestra atención a la obra del Espíritu
Santo en el plan de la Salvación, tanto en lo individual como colectiva.
1. En la Regeneración
La obra de la regeneración, por su naturaleza misma es obra
enteramente de Dios (Jn. 1:13) y se le compara con la resurrección espiritual (Jn.
5:21; Rom. 6:13) y también con la creación por cuanto es un acto creativo de Dios
(2 Cor. 5:17; Ef. 2:10; 4:24). Dada la naturaleza del acto del Nuevo Nacimiento,
ésta obra no es llevada a cabo por ninguna acción, voluntad o intervención
humana, sino que es un acto sobrenatural, total y absolutamente de Dios, por
medio del Espíritu Santo (Jn. 3:3 - 7), en virtud de los beneficios logrados por la
obra expiatoria de Cristo. Así la regeneración es completa, instantánea y una sola
vez para siempre e inseparable a la salvación.
2. En la Conversión
Ante el anuncio del evangelio de salvación, el hombre natural no atina a
responder, pues según las Escrituras está “muerto” en sus delitos y pecados (Ef.
2:1), y es aquí donde el Espíritu Santo realiza su formidable obra en el corazón, en
la mente y en la voluntad de la persona (Col. 2:13); es decir, sensibiliza, despierta y
activa sus sentidos espirituales para escuchar y creer al evangelio de Cristo (Hch.
16:14); luego lo lleva al convencimiento de su culpabilidad frente a Dios (Jn. 16:8) y
produce en él la fe salvífica (1 Cor. 12:9). Así la conversión es un cambio de
dirección, de pensamientos y de opinión; es un cambio de conducta, de valores y de
actitudes; en síntesis, es un cambio radical de vida, producida y alentada por el
Espíritu Santo. Él es quien también le comunica el amor (Rom. 5:5), la misericordia
y el perdón de Dios para el pecador (Hch. 2:37; 8:12).
3. En la Santificación
24
4. En la Salvación
La presencia dinámica del Espíritu Santo en la vida del creyente le da
certeza o certidumbre de su salvación (Rom. 8:16; Gal. 4:6); además él es la
garantía o el anticipo (arras) de su salvación que ya ha comenzado a disfrutar (Ef.
1:13 - 14; 4:30). El Espíritu Santo también unge a los cristianos (1 Jn. 2:20 - 27)
para hacer de ellos instrumentos eficientes y fíeles discípulos al servicio de Dios.
7. En el Llamamiento a la Salvación
Como resultado de la obra consumada en la cruz del Clavario, se ha
abierto una Fuente inagotable de salvación, para todo aquel que responda
afirmativamente a la predicación del Evangelio (Jn. 3:16; Rom. 10:8 - 13). Desde
aquel memorable día, la predicación ha sido el medio, por el cual Dios ofrece al
pecador la Salvación (Mt. 28:18 - 20). Pero Dios desea que éstos proclamadores del
Evangelio estén revestidos de poder por el Espíritu Santo (Hch. 1:4), de manera
que sean agentes ungidos, renovados, y poseídos de una nueva visión y una
25
ardiente pasión por los perdidos, que afecten no sólo la vida de las personas sino
que también impacten con el poderoso mensaje de Cristo al país entero.
8. En la Vocación Ministerial
En el ámbito de la vocación ministerial, el Espíritu Santo también cumple
una función primordial. Según las Escrituras, él es quien-reparte los dones
espirituales así como los dones ministeriales a cada uno en particular según su
soberana voluntad (1 Cor. 12:11). El libro de Efesios, refiriéndose a los ministerios
dice. “El mismo, es decir, Cristo ha constituido los cinco ministerios” (Ef. 4:11);
pero es el Espíritu Santo quien se encarga hacerlo realidad en la persona
llamada a desempeñar un determinado servicio a Dios, tal es el caso del
ministerio pastoral (Hch. 20:28).
9. El Testimonio Público
Ciertamente, el aceptar a Cristo como nuestro Señor y Salvador, implica
haber pasado de muerte a vida, de condenación a redención; lo que a su vez
conlleva un compromiso ineludible e impostergable con su causa y esto es el de
comunicar, compartir o proclamar con todo nuestro ser, las buenas nuevas de
Cristo. Esta gloriosa bendición de Dios para un mundo perdido, en crisis y
condenación eterna, debe ser proclamada ¡ahora! Pero lamentablemente la
pasividad misionera o la evangelización puramente formal se está haciendo una
mala costumbre en la vida de la iglesia. Por lo que es impostergable y sumamente
urgente despertar ese espíritu evangelístico y ese celo misionero que caracterizó a
los primeros cristianos, pues la Escritura dice: “y todos los días, en el templo y por
las casas, no cesaban de enseñar y predicar a Jesucristo” (Hch. 5:42).
¿Qué se necesita, entonces, para cambiar ésta realidad? Se requiere
urgentemente, el bautismo del Espíritu Santo, el bautismo de fuego que
ensanchará nuestro corazón de amor a Dios. Nos dará un entendimiento mayor del
amor de Dios, y como resultado una enérgica pasión por Jesús y compasión por la
gente. El ministerio de Dios por medio del Espíritu Santo, traerá gozo inefable y
vivificación a los creyentes cansados y cargados de incredulidad, duda y
frustración. El Espíritu Santo vigorizará nuestra adoración a Dios, nos capacitará
para testificar de las maravillas del Señor con unción, pasión, y autoridad, en
cualquier circunstancia y lugar; ante cualquier persona o personas; es decir,
testificar de Cristo en una dimensión espiritual (y de poder, unción y autoridad)
rebosantes y dispuestos a reafirmar o sellar con nuestra propia vida el mensaje que
proclamamos (Heb. 4:19 - 20; 5:41 - 42).
26
UNIDAD X.
PECADOS CONTRA EL ESPÍRITU SANTO
El Advenimiento del Espíritu Santo dio inicio al tiempo de la gracia y la
buena voluntad de Dios para la humanidad; éste es pues un periodo nuevo, donde
la presencia gloriosa del Espíritu por medio de la iglesia demostrará que el reino de
Dios está en acción. Este tiempo se caracterizará por la obra poderosa del Espíritu
Santo, que traerá beneficios para la humanidad y en el Nombre de Cristo se
producirán curaciones, conversiones y milagros a favor de las personas sedientas
de sanidad y salvación, antes que venga el día de la venganza de nuestro Dios,
éstas son pues señales inequívocas que el reino de Dios es una realidad tangible.
(Le. 4:18 - 19; Joel 2:28 - 31).
Es por ello que algunos biblistas lo llaman a este periodo la era del
Espíritu Santo, porque su accionar se hace patente en el sentido que hace del
hombre (natural) “viejo”, viciado conforme a los deseos de éste mundo, un hombre
nuevo, totalmente nuevo (Ef. 4:24); imparte y renueva una pasión profunda y un
amor absoluto hacia Dios; produce resultados contundentes en la vida de las
personas, en los pueblos y naciones.
perfeccionamiento de los santos (1 Cor. 14:26; Ef. 4:12; Rom. 12:3 - 6; 1 Ped. 4:10).
7:11 - 13).
sabemos la Palabra es espíritu y vida (Jn. 6:3). En ese mismo sentido lo dice,
Esteban, el primer mártir de la iglesia, en su defensa ante un pueblo testarudo y
aferrado a sus tradiciones (Hch. 7:38, 51 - 53).
Las sanidades, los milagros y las señales llevadas a cabo por Jesús,
causaban gran impacto y asombro en medio del pueblo, (Mr. 2:12; Le. 9:42 - 43),
de manera que se tenía el siguiente concepto acerca de su persona: “Jesús
Nazareno, que fue varón profeta, poderoso en obra y en palabra delante de
Dios y de todo el pueblo” (Le. 24:19). Las obras portentosas llevadas a cabo por
Jesús en beneficio de las personas oprimidas por el diablo, eran acompañados
cuando no por un halo (una luz, fulgor o un brillo) tenue, débil o de poca
intensidad, pero perceptible; es decir, toda obra que proviene de Dios (Jn. 3:2),
siempre lleva un cierto grado de revelación e iluminación a la mente de la persona
(Rom. 1:19 - 20); de manera que “endurecer” voluntaria y tercamente el corazón
ante el llamado del Espíritu de Gracia, es “cerrar” el corazón ante la luz de la
verdad, es negar lo innegable consecuentemente, es ubicarse en el umbral del
pecado imperdonable.
Así pues, la reacción negativa del pueblo, antes los hechos poderosos de
Jesús, como evidencias que éstos provenían de Dios, tal como lo expresó Nicodemo:
“Rabí sabemos que has venido de Dios como maestro; porque nadie puede
hacer éstas señales que tú haces, sí no está Dios con él” (Jn. 3:2), revelaban ya
un corazón empedernido y cerrado para la verdad de Dios. Por tanto, negarlos o
cuestionarlos; resistirlos o menospreciarlos de manera consciente, demostraban
pues la dureza del corazón y un rechazo voluntario y permanente a la gracia
salvadora de Dios en Cristo.
Es más, darle crédito o asignarle las obras de Cristo al diablo, era una
calumnia monumental, mentira grosera y una actitud irrespetuosa e irreverente,
que revelaba no sólo una falta de respeto y temor reverencial a Dios; sino una
voluntad, una mente y un corazón contumaz. Cuando el hombre cae en un estado
de incredulidad permanente, se cierra ante toda luz y verdad posible, incluso ante
la misma manifestación de la gracia y el poder de Dios, no queda pues otra cosa,
31
sino la sentencia inexorable de la Palabra de Dios (Mt. 12:31 - 32; Le. 12:10; Jn.
12:37-40).
UNIDAD XI
LOS DONES ESPIRITUALES Y EL MINISTERIO CRISTIANO
1. SIGNIFICADO
Los dones espirituales son una transliteración de la palabra griega
Charis (Caris), significa: “don”, “regalo”, “gracia”, “favor”, “poder”, “oficio”, “misión”.
Son dones sobrenaturales procedentes de Cristo, Señor de la iglesia, y distribuidas
por el Espíritu Santo (1 Cor. 12:11). Todos los cristianos, habiendo recibido la
unción del Espíritu Santo (2 Cor. 1:21; 1 Jn. 2:20 - 27), son receptores de los dones
espirituales, que son capacidades sobrenaturales concedidos a cada creyente en
razón de su servicio y función que tienen dentro de la iglesia (1 Cor. 12:7).
capacita al cristiano para realizar un servicio efectivo en la iglesia (1 Cor. 7:7); así
como para realizar un ministerio particular en la iglesia (1 Cor. 12:28), con la
finalidad de beneficiar a la congregación cristiana en su conjunto.
Recuerde que los dones que Dios, por medio de su Espíritu nos ha
otorgado, se descubren y se desarrollan por medio de la práctica. También a
través de la actividad logramos percibir nuestra habilidad espiritual. Si un
cristiano todavía no descubre cual es el don que Dios le ha dado, entonces no
desperdicie las oportunidades de servir, aunque éstas no se ajusten al campo de
sus habilidades. Pero es posible que Dios le esté preparando para comunicarle
una habilidad que usted aun no lo conoce. Si usted se mantiene activo, seguro
que Dios le concederá otras habilidades espirituales adicionales (Le. 19:24 - 26).A
continuación un cuadro en la que se incluyen los cuatro pasajes bíblicos
referente a los dones del Espíritu.
UNIDAD XII
MANIFESTACIÓN DE LOS DONES ESPIRITUALES
A continuación estudiaremos los dones espirituales y su accionar en el plan de
salvación:
1. Don de Sabiduría.-
Es la manifestación del Espíritu Santo que capacita al cristiano para recibir
y explicar con claridad y profundidad los misterios de Dios (Rom.11:33) y también
lo habilita con una visión profunda acerca de los planes salvíficos de Dios. Hay
mucho misterio en la forma en que Dios trata con el hombre y el cristiano común y
35
corriente, con frecuencia, éste tiene la necesidad de que se le diga algo con respecto
a una situación en particular. Y es a través del Espíritu Santo que la persona
capacitada con este don da la “palabra de sabiduría”. Así mismo la sabiduría como
un don del Espíritu nos ayuda a comprender la verdad divina, aplicándose
inmediatamente a la práctica de la vida cristiana.
3. Don de Fe.-
Ésta no es la fe común a todos los cristianos; sino una fe especial, un don
especial de la gracia que promueve acciones intrépidas. Pablo lo describe como
36
capaz de trasladar montañas (1 Cor. 13:3). Esta es una fe heroica que, por
momentos, se apodera de la omnipotencia de Dios y ejecuta grandes hazañas,
milagros y portentos y está vinculado más a la edificación de la iglesia que a la
salvación de una persona determinada. Este don es activado por medio de una
oración poderosa, en el Nombre de Jesús.
Todo creyente en razón de una nueva vida en Cristo posee una fe que le lleva
a creer y aceptar todo lo referente a Dios y su obra salvadora, así como la
capacidad de vivir por fe; ésta fe a su vez es susceptible a ser desarrollada y
aplicada a cada situación de la vida cristiana que le toque vivir. En cambio la fe
como un don del Espíritu es la capacidad sobrenatural para discernir con
extraordinaria confianza la voluntad y los propósitos de Dios que se relacionan,
sobre todo, con el desarrollo y el bienestar del cuerpo de Cristo. Esta fe, entonces
es la convicción extraordinaria e inconmovible de las verdades reveladas y su
aplicación real, efectiva y pertinente, para hacer realidad los planes y propósitos de
Dios para la iglesia en el cumplimiento de su Misión.
4. Don de Sanidad.-
O de Curación, este don debe ser distinguida de las operaciones de Milagros;
pues el don de sanidad se refiere más a las diferentes clases de enfermedades, que
necesitan diferentes métodos curativos (Mt. 10:1). Los dones de sanidad son un
don permanente del Espíritu para la iglesia, pero sólo será correctamente ejercido
por hombres del Espíritu, de humildad y fe en Jesucristo. El don de sanidad no
indica que al portador de este carisma se le otorga poderes sobrenaturales sobre el
cuerpo humano y sobre las enfermedades. Más bien indica que a la persona
escogida, Dios le ha concedido el privilegio de ser la “vasija” a través del cual será
canalizada las obras de Sanidad por la acción del Espíritu Santo.
Los médicos y los que trabajan en el campo médico pueden adquirir cierta
destreza y desarrollar cierta capacidad natural en las áreas de la medicina, pero la
sanidad misma es un milagro maravilloso del proceso de la vida, la cual
únicamente es controlada por Dios. Muchos médicos cristianos tienen capacidades
naturales y adquiridas, las cuales son completadas por el don de sanidad (1 Cor.
12:8 - 28), pero de igual modo, el don de sanidad en su sentido estricto, es la
capacidad sobrenatural otorgada por el Espíritu Santo a ciertos cristianos en
particular (1 Cor. 12:11), para traer paz, refrigerio espiritual y curación de
enfermedades físicas de origen humano o a causa de alguna opresión demoníaca,
que están afligiendo a los miembros del cuerpo de Cristo.
5. Don de Milagros.-
Este don no es similar a los dones de .sanidad, ya que el primero pareciera
que fuera más espectacular que el segundo (2 Cor. 12:12) y tiene la finalidad de
autenticar la veracidad del mensaje como del mensajero.
37
6. Don de Profecía.-
Este don tiene un doble objetivo; primero comunicar el mensaje de Dios a
sus contemporáneos de manera acuciante e impulsivo; bajo el poder del Espíritu
Santo cuya finalidad puede ser el estimular y alentar a los creyentes o la
manifestación de juicio (Apoc. Caps. 2 y 3; Hech. 13: 1 - 4); segundo, la revelación
inspirada del futuro (Hch. 11:27- 28; 21:11). Como la profecía es una parte de todo
el plan de redención; se hacía necesaria una compenetración inspirada de las
partes más oscuras de las Escrituras, para tener una percepción milagrosa del
porvenir. Así vemos como en ocasiones Dios hacia conocer su voluntad por medio
del profeta (Hch. 13:1 ss), o revelaba un acontecimiento del futuro.
El don de profecía, en consecuencia, tiene un doble elemento; un mensaje
actual y una predicación del futuro. Así mismo, éstos son mensajes inspirados por
el Espíritu Santo, que se dan actualmente en las iglesias locales, y cuya finalidad
es la edificación o aliento de la misma; este don del Espíritu en la actualidad está
potencialmente accesible a todos y a quienes el Señor en su gracia les quiera
otorgar.
7. El Discernimiento de espíritus. -
Este don habilita al que lo ostenta a discernir entre la operación del Espíritu
de Dios y la del espíritu malo, o la del espíritu humano (1 Tim. 4:1; 1 Jn. 4:1).
Esto, es debido a que junto a la inspiración divina se desliza también en el hombre
fuentes humanas y muchas veces ni siquiera el que está inspirado puede distinguir
exactamente entre lo recibido del Espíritu Santo y lo que es de su propia mente.
Para esto es pues necesario el discernimiento de espíritus, como un
complemento pertinente y necesario. El don de profecía era también una forma de
revelación, lo que hizo que la aparición de falsos profetas sea inevitable.
9. Interpretación de Lenguas.-
Este don espiritual es un complemento útil y necesario al don de lenguas;
así como lo es al don de profecía el discernimiento de Espíritus. El que ejerce el
don de lenguas también puede manifestar el de interpretación de lenguas (1 Cor.
14:26 - 29), todas éstas manifestaciones del Espíritu Santo deben llevarse a cabo
en un ambiente de orden, reverencia y obediencia al mandato de Cristo (1 Cor.
14:40). De ésta forma evitaremos interpretaciones que tanto mal le hacen a
nuestras congregaciones dentro y fuera de ella.
Necesitamos pues hoy más que nunca que el Espíritu Santo tome el
control de nuestra vida, mostrando así mismo una apertura al libre obrar del
Espíritu en la iglesia de hoy, a pesar del “encasillamiento” que le imponen, quienes
se hallan en uno y otro bando de este carisma espiritual. El cristiano que ha sido
dotado por el Espíritu Santo con este don, está en disposición de interpretar las
manifestaciones del hablar en lenguas o de la glosolalia no inteligibles de suyo, y
39
UNIDAD XIII
MANIFESTACIÓN DE LOS DONES DE SERVICIO
En 1 Corintios 12:28-31, una vez más Pablo va hablar acerca de la
diversidad, sobre todo en unidad. Comienza con una lista de personas, apóstoles,
profetas, maestros a quienes los clasifica primero, segundo y tercero. Con los
rubros cuarto y quinto, literalmente, “milagros” y “dones de curaciones”, regresa a
los dones; luego, continua con rubros sexto, sétimo, literalmente, “ayudas” y
“direcciones”, que son acciones de servicio. Todos estos dones representan una
gama de “ministerios” en la iglesia. Por último, podemos decir, que los primeros
tres hacen énfasis en las personas que desempeñan esas manifestaciones, mientras
que los últimos cinco enfatizan el ministerio en sí.
Esto debido a que los primeros tres rubros no han de concebirse como “oficios”
ejercidos por ciertas personas en la iglesia, sino más bien como ministerios, que
hallan su expresión en diversas personas; así mismo los dones que siguen no se
expresan en la iglesia separadamente de las personas, sino que son ante todo,
dones de gracia del Espíritu, dadas a diversas personas en la iglesia para su
mutua edificación.
Algunos pues de forma equivocada creen hallar base en l era Corintios 12:28,
para enseñar que los demás ministerios están subordinados al ministerio
Apostólico, cosa que el apóstol nunca quiso decir esto, más bien recalca que aún él
mismo está bajo la autoridad del Espíritu, de esta manera enfatiza que su
autoridad no reside en su apostolado sino en la Palabra de Dios (1 Cor. 7:10).
1. Apóstoles.-
El término apóstol es una transliteración del griego apóstolos, palabra que
se deriva de apostellein, que significa: enviar, estos términos enfatizan los
elementos de comisión, esto es, la autoridad y responsabilidad del enviado. De
manera que, un apóstol es propiamente aquél que es enviado con una misión
definida, en la que actúa con plena autoridad al representar al que lo envió, al
cual también debe dar cuentas.
2. Profetas.-
Es aquel a quien Dios revestía de su autoridad para que comunique su
voluntad a los hombres y los instruya en la verdad. La palabra del Señor,
trasmitida a los profetas de diversas maneras, queda confirmada mediante señales,
por el cumplimiento de las predicciones y por la conformidad con las Escrituras.
Así el profeta no sólo proclama el mensaje de Dios, sino que también predice el
futuro. Todos los mensajes sean que fuera proclamado o de corte predicativo, tiene
que venir directamente de Dios y por revelación especial (Rom. 12:6; 1 Cor. 14:1 -
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3. Maestros.-
Los maestros tenían a su cargo la instrucción de los cristianos en los
asuntos de la fe; es decir, la catequesis o la introducción a las Escrituras. Esta es
la habilidad de enseñar, aunque a veces está en conexión con el de pastorear.
Igualmente, una iglesia local bien organizada que carece de un líder podría
caer en una deficiente dirección o estancamiento, debido a que la iglesia se siente
frustrada por el incumplimiento de las metas establecidas a consecuencia del bajo
porcentaje logrado; asi como el pobre crecimiento y progreso de la iglesia (Rom.
12:8).
8. Exhortación.-
Este don implica la habilidad de animar, consolar y amonestar a las
personas, de manera sabia, respetuosa e inteligente; que lejos de causar amargura,
resentimiento o provocar contención, logre persuadir al creyente a tomar una
actitud correcta frente a Dios y a su iglesia ( Rom. 12:8).
9. Hacer Misericordia. -
Así como el don de ayudar o servir, éste es también un don que implica
socorrer, particularmente a los enfermos y a los afligidos a causa de alguna prueba
o un problema mayor, que están atravesando (Rom. 12:8).
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10. Dar.-
Este don sugiere la idea de ser generoso en el uso de sus bienes o medios
que posee a favor de los necesitados o de los que padecen pobreza, hambre o
enfermedad. Este don debe ser ejercido con sencillez y con una actitud humilde, no
pensando en la recompensa, los reconocimientos o aplausos sino por amor a
Cristo, a quien le debemos todo nuestro ser y nuestra existencia, presente y futura
( Col. 3.23).
Recuerde que “es más bendecido dar que recibir...” (Hch. 20:35) y las
solemnes palabras de Cristo: “dad y se os dará” (Luc. 6:38); • y las palabras del
Salmista que bajo inspiración escribe: “Bienaventurado el que piensa en el
pobre; en el día malo lo librará Jehová (Salm. 41:1).
11. Evangelista.-
E1 vocablo evangelista se deriva del griego euaggelistes, y significa: “un
portador del evangelio, es decir, uno que anuncia las buenas nuevas de Salvación”.
En el Nuevo Testamento el término designa a personas, como es el caso de Felipe
(Hch. 21:8). Este es un don otorgado por el Espíritu Santo a la iglesia (Ef. 4:11);
Timoteo, el joven pastor, fue llamado a hacer obra de evangelista (2 Tim. 4:5).
UNIDAD XIV.
LA OBRA DEL ESPÍRITU SANTO EN EL CRISTIANO.
1. El bautismo en el Espíritu Santo.-
Probablemente ninguna otra doctrina del Espíritu Santo ha ocasionado
más controversias y ha creado más confusión que el bautismo del Espíritu Santo.
Debido esencialmente a que la obra sobrenatural del Espíritu Santo en el interior
del hombre no puede ser escrutado por el hombre. Por ejemplo, la regeneración, la
morada y el sellamiento del Espíritu; el bautismo del Espíritu y la plenitud del
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¿Quién nos va a bautizar en el Espíritu Santo? ¡El Señor Jesús lo hará! (Mt.
3:11; Jn. 1:33). Por lo tanto podemos pedir y recibir en cualquier lugar y en
cualquier momento si estamos preparados (Jn. 14:12; Le. 11:13; Mt. 7:7). Aquí
algunas recomendaciones:
El pasaje bíblico en mención nos dice que cada cristiano es bautizado por
el Espíritu Santo dentro del cuerpo (la iglesia) de Cristo en el momento de su
salvación. Es decir, por el bautismo del Espíritu Santo, el creyente es ubicado o
colocado dentro del cuerpo de Cristo en el momento de ser salvo y así inicia una
nueva y permanente relación con Cristo y en unión viviente con todos y con cada
uno de los cristianos, llamados a la salvación (Hch. 2:47; 13:48).
El cristiano lleno del Espíritu Santo está capacitado para distinguir lo que
no es la voluntad de Dios, de lo que es la “buena, agradable y perfecta voluntad de
Dios” (Rom. 12:2). De la misma forma, percibe los hechos providenciales de Dios
para su vida, aún en las circunstancias que a menudo acarrean situaciones o
experiencias que no son deseadas por el individuo. Aprende a entender el
someterse a la voluntad de Dios, aun cuando ello implique el sufrimiento y caminos
que en sí misma no son placenteras. De manera pues, cuanto más grande sea la
necesidad, las circunstancias, los problemas o las aflicciones del creyente, mayor
es la necesidad de la plenitud del Espíritu.
UNIDAD XV
DONES Y MINISTERIOS Y FRUTOS DEL ESPÍRITU SANTO.
1. Los dones y ministerios del Espíritu Santo.-
Los dones espirituales (carismas) son gracias o dadivas sobrenaturales
concedidas a los cristianos por el Espíritu Santo, para realizar un ministerio
particular en la iglesia. Los dones ministeriales y de ayuda son también carismas
del Espíritu otorgado a ciertos creyentes, para perfeccionar a los santos y para la
edificación del cuerpo de Cristo (Ef. 4:12). De manera que un ministro es uno
llamado por Dios a una posición de responsabilidad que de privilegio, así lo sugiere
el término que se usa para ministro: diakonos “servidor de mesas”; huperetes:
“remeros en un barco”; Leitourgos: “siervo”, usualmente, servidor del estado o en
el templo.
El apóstol Pablo hablando de los dones espirituales insiste en que los dones
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espectaculares (Sanidades, milagros, etc) eran “inferiores” a los que servían para
instruir a los creyentes en la fe y la ética y para evangelizar a los no cristianos. No
se prohíbe hablar en lenguas, pero sugiere que infinitamente superior eran la
exposición inteligente de la palabra, la instrucción en la fe y la ética y la
predicación del evangelio. En síntesis, concluye que el criterio para evaluar el valor
relativo de los dones espirituales era doctrinal (1 Cor. 12:3), moral (1 Cor. 13) y
práctico (1 Cor. 14).
Según las Escrituras los dones espirituales son de carácter temporal más el
fruto del Espíritu es perdurable (1 Cor. 13:8). Así mismo los dones espirituales
están orientados hacia tareas o acciones a favor de la iglesia, en cambio el fruto
está orientado hacia Dios. El carácter cristiano no es pues meramente rectitud
moral o legalista sino la posesión y manifestación de las nueve virtudes del
Espíritu. Así el amor, el gozo y la paz, representan el carácter como el estado
interior de la persona; la longanimidad, benignidad y bondad, es el carácter en
su manifestación hacia las personas; la fe, la mansedumbre, la templanza
identifican el carácter de la persona en su relación con Dios. Tomadas en
conjunto estas virtudes nos ofrecen un retrato moral del Señor Jesucristo. Este
carácter es susceptible de manifestarse en la vida del creyente, debido a su unión
vital con Cristo (Gál 2:20).
ejemplo en el tiempo de Jesús, los fariseos eran hombres que manifestaban una
severa disciplina moral y una intensidad religiosa, pero ninguno de ellos,
dirigiéndose a Dios podían decir: “...yo te he glorificado en la tierra”, como sí lo dijo
Cristo (Jn. 17:4).
UNIDAD XVI
LA OBRA DEL ESPÍRITU SANTO EN EL MUNDO.
En esta parte estudiaremos la obra del Espíritu Santo en el mundo, pero
no del mundo como un todo, sino más bien su operación en relación con los
individuos (Jn. 16:7 - 11).
1.El Redargüir
El Señor Jesucristo en este pasaje describe el ministerio del Espíritu
Santo en el mundo y especialmente el de redargüir, que puede ser traducido
también por reprender o convencer. Esta operación del Espíritu no indica un
simple remordimiento de conciencia ni que haya de producir tristeza en el corazón,
sino más bien presentará acusación contra el mundo. Convencerá, probará la
culpabilidad en la mente, en el propio corazón del individuo, mediante la
iluminación interior; en unos para que crean y otros para su condenación si
rechazan la gracia salvadora de Dios en Cristo.
2. De Pecado
Esta acción del Espíritu Santo no indica el crear un simple
remordimiento o vergüenza acerca de los pecados cometidos, sino principalmente el
pecado de incredulidad, es decir, en vista de la obra expiatoria de Cristo en favor
del hombre que nos ha proporcionado toda clase de bendiciones espirituales, y que
el hombre no crea, sería la forma más exagerada de incredulidad y
rechazamiento de Cristo; consiguientemente sufriría la condenación eterna (Jn.
3:18 - 36). Así el testificar esta verdad en la conciencia del individuo en relación
con el único pecado decisivo, que es el de no creer en Jesucristo, “...por cuanto
no creen en mí” (Jn. 16:9), es una de las operaciones del Espíritu Santo.
3. De Justicia
Es claro que éste pasaje se refiere a la Justicia perfecta de Cristo, que
el Espíritu Santo está comisionado a presentar o iluminar en la mente de las
personas, es decir, que el hombre sea convencido, que hay en Cristo perfecto alivio
y descanso del sentido de pecado, que ésta nueva posición en Cristo (Rom. 5:1),
hace innecesaria todas las obras del mérito humano. Y está basado en una nueva y
vital unión establecida entre Cristo y el hombre.
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4. De Juicio
La muerte de Cristo en la cruz del Calvario tuvo resultados que
transcendieron más allá de lo temporal y físico. Su muerte redentora trajo consigo
la reconciliación de los cielos y la tierra (Col. 1:20). Este es el mayor de todos los
juicios, el cual ya tuvo lugar, puesto que fue llevado a cabo por Cristo como
Sustituto al morir, el Justo por los injustos, trayendo efectos infinitos para todo
creyente en Cristo y que el Espíritu Santo se encargará de iluminar y convencer el
hecho de la redención y la muerte vicaria de Cristo (Rom. 5:8).
7. Qué significa conquistar, resistir y envilecer los dones del Espíritu Santo.
10. Explique la diferencia entre los dones espirituales y el fruto del Espíritu.
BIBLIOGRAFÍA