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Termodinámica Técnica
EDITORIAL
UNIVERSITAT POLITÈCNICA DE VALÈNCIA
Primera edición, 2002 – reimpresión 2015
ISBN: 978-84-9705-198-9
Impreso en España
i
Prólogo
El texto que presentamos recoje los conocimientos básicos de termodinámi-
ca y sus principales aplicaciones en la ingeniería térmica. Está pensado como
libro de texto para los cursos correspondientes en los estudios de ingeniería y,
desde este punto de vista, es autocontenido. Las partes de que consta cubren
los fundamentos de la termodinámica, su extensión y aplicación a sistemas
multicomponente y multifásicos, el desarrollo del análisis exergético, y la apli-
cación de éste a los ciclos de las máquinas térmicas. Numerosos ejercicios
resueltos acompañan el desarrollo de cada parte.
La termodinámica en los estudios de ingeniería cuenta con un buen número
de libros de texto. Las características propias del nuestro podemos resumirlas
como sigue.
En primer lugar, naturalmente, hemos querido que su contenido se ajustase
esencialmente a los programas de las asignaturas que cubren esta materia,
y que impartimos en la ETSII de Valencia. Adoptamos como enfoque de
los fundamentos de la Termodinámica la consideración de las variables de
proceso calor y trabajo como magnitudes primitivas, mientras que las variables
de estado energía interna y entropía son deducidas, respectivamente, de la
primera y segunda leyes de la Termodinámica y son empleadas a continuación
para establecer el balance de energía y la desigualdad de la entropía. De forma
análoga la exergía se define como la capacidad de un sistema para producir
trabajo útil, se demuestra que es una variable de estado (una vez definidas
las condiones del estado muerto), y se utiliza para construir una ecuación de
balance, el balance exergético.
En segundo lugar el libro pretende ser útil como herramienta de autofor-
mación, lo que justifica la importancia que hemos dado en él a la resolución
de numerosos ejercicios y a la propuesta de trabajos abiertos, o ‘prácticas’, a
realizar con ayuda de la herramienta informática, y que se describen más aba-
jo. Mostramos en ellos cómo la aplicación de los balances de masa y energía
permite determinar los intercambios de calor y trabajo en un proceso realizado
en unas condiciones concretas, y cómo una línea de razonamiento basada en
la segunda ley de la Termodinámica permite evaluar si un proceso se realiza
en condiciones óptimas desde el punto de vista energético. Hemos pretendido
prestar al menos la misma atención a ambos aspectos.
Esta obra es un libro de texto; no pretende, por tanto, tratar todas las
cuestiones que legítimamente engloba el rótulo de termodinámica aplicada,
sino sólo aquellas que resultan imprescindibles para el desarrollo de los estu-
dios de ingeniería tal y como éstos están en la actualidad configurados. No es
pues un tratado de termodinámica, sino una herramienta para el estudiante,
ii
La cuarta parte de nuestro libro está dedicada al análisis de los procesos que
tienen lugar en las principales máquinas térmicas. El análisis termodinámico
de cada proceso se ha desarrollado con todo detalle, incluyendo ejemplos re-
sueltos. Como mencionábamos antes nos ha interesado especialmente mostrar
cómo puede evaluarse el funcionamiento de una máquina térmica desde el
punto de vista energético. No sólo interesa conocer el rendimiento de una
máquina térmica sino determinar si los parámetros que caracterizan su pro-
ceso son los que conducen al rendimiento óptimo. Este tipo de razonamiento
se basa en rutinas de optimización que hacen uso del análisis exergético. Se
muestra que en cualquier proceso termodinámico las condiciones que hacen
máximo el producto obtenido (sea éste calor, trabajo mecánico o materia)
son aquéllas que hacen que la irreversibilidad del proceso sea mínima. Para
llevar adelante este tipo de trabajo se necesita herramientas de cálculo po-
tentes. Hemos incluido una serie de hojas de cálculo que permiten simular
los procesos básicos. Para la elaboración de este material hemos contado con
ayuda económica de la Universidad Politécnica de Valencia dentro de su Plan
de Innovación Educativa. Las hojas de cálculo están preparadas de manera
que el lector obtiene inmediatamente, además de las modificaciones en los
números calculados, la modificación de la representación gráfica del ciclo y sus
iii
Glosario
θ temperatura
T temperatura absoluta
p presión
V, v volumen, volumen específico o molar
v velocidad
W trabajo de deformación de un sistema termodinámico
w trabajo por unidad de masa o mol
δw forma diferencial del trabajo
Te trabajo de las fuerzas exteriores sobre el sistema
T trabajo total del sistema termodinámico
K energía cinética
Ω energía potencial
U, u energía interna, energía interna específica o molar
E U +K+Ω
Q, q calor, calor por unidad de masa o mol
δq forma diferencial del calor
dθ Q calor intercambiado a la temperatura θ
S, s entropía, entropía específica o molar
G, g energía libre de Gibbs, idem específica o molar
F, f energía libre de Helmholtz, idem específica o molar
R constante universal de los gases
M masa molecular
R R/M
cv capacidad calorífica específica o molar a volumen constante
cp capacidad calorífica específica o molar a presión constante
λ calor latente
ξv, ξl propiedad ξ en estado saturado, vapor o líquido
vi
Prólogo i
Glosario v
2 Balance de la energía 41
2.1 Energía interna. Balance de la energía . . . . . . . . . . . . . . 41
2.2 Balance de energía en volúmenes de control . . . . . . . . . . . 53
ix
x Índice General
8 Exergía 227
8.1 Introducción: la Termodinámica y el análisis exergético . . . . 227
8.2 Las bases del análisis exergético . . . . . . . . . . . . . . . . . . 233
8.3 Capacidad para producir trabajo útil . . . . . . . . . . . . . . . 235
8.4 Estado muerto . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 239
8.5 Exergía . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 240
8.6 Exergía termomecánica y exergía química . . . . . . . . . . . . 245
8.7 Cálculo de la exergía termomecánica . . . . . . . . . . . . . . . 247
8.8 Cálculo de la exergía química . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 252
8.8.1 La exergía química en sistemas no reactivos . . . . . . . 252
8.8.2 La exergía química en sistemas reactivos . . . . . . . . . 256
8.8.3 Exergía química de una sustancia pura. Exergía química
de los elementos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 257
8.8.4 Cálculo de la exergía química de una mezcla a partir de
las de sus componentes puros . . . . . . . . . . . . . . . 260
8.8.5 Expresiones para el cálculo de la exergía química de com-
bustibles . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 261
Bibliografía 531
http://bit.ly/0085_termodinamica
Parte I
Las leyes de la
Termodinámica
Capítulo 1
Funciones de estado y
funciones de proceso
1.1 Introducción
La Termodinámica estudia la relación que hay entre, de un lado, las inte-
racciones de un sistema con su entorno (calor y trabajo) y, de otro, las varia-
ciones en las propiedades del sistema (temperatura, volumen, calor específico,
energía interna, etc.). Se basa en dos principios (las leyes de la Termodinámi-
ca) de los que derivan, de una parte, ecuaciones de balance a las que están
sometidos todos los procesos naturales, y, de otra parte, relaciones necesarias
entre las diferentes funciones de estado (propiedades) de las sustancias. La
Termodinámica fundamenta, pues, las tecnologías de potencia, de una parte,
y la ciencia de los materiales, de la otra parte.
3
4 Capítulo 1. Funciones de estado y funciones de proceso
T := −Te ,
Te = ∆K . (1.1)
Este resultado sigue siendo cierto para un sólido rígido (indeformable). Las
aplicaciones técnicas de la termodinámica explotan la interconversión de calor
y trabajo en procesos cíclicos. Ahora bien, en un ciclo ∆K = 0, de modo
que, de acuerdo con (1.1), también Te = 0. ¿Es imposible la interconversión
deseada, o acaso deja de ser válida la Mecánica? La solución a esta aparente
paradoja consiste en recordar que (1.1) es necesariamente cierta para sistemas
1.2. Trabajo, calor, temperatura 5
Te = ∆K − W , (1.2)
W = p0 ∆V .
Q = Q+ − Q− ,
con Q+ ≥ 0, Q− ≥ 0.
La absorción de calor permite ordenar los niveles térmicos, al establecer
entre ellos una relación de precedencia basada en la interacción térmica. Dire-
mos que un nivel térmico ν 1 precede a otro nivel térmico ν 2 , denotado ν 1 ≺ ν 2 ,
6 Capítulo 1. Funciones de estado y funciones de proceso
si en ningún proceso con interacción térmica entre sistemas con esos niveles
térmicos el sistema de ν 2 absorbe calor del sistema de ν 1 :
ν1 ≺ ν2 : ν 2 “es más caliente” que ν 1 .
La relación de orden ≺ entre los niveles térmicos traduce la asimetría ca-
racterística de la interacción térmica: el calor no puede pasar “de lo frío
a lo caliente” (de ν 1 a ν 2 ), posibilitando la definición implícita1 de “frío” y
“caliente”. La posibilidad de llevar a cabo esta ordenación (es decir, que la
relación introducida sea justamente una relación de orden) traduce una de
nuestras experiencias más fundamentales, y se adopta axiomáticamente como
contenido del la Ley Cero de la Termodinámica. El conjunto ordenado
de todos los niveles térmicos, (H, ≺), se denomina la variedad2 de los niveles
térmicos.
Que todos los niveles térmicos formen un conjunto ordenado, como pro-
pone la Ley Cero, es el hecho fundamental que permite introducir el concepto
de temperatura: ésta es la traducción a números de la propiedad abstracta
“nivel térmico”. La termodinámica fenomenológica no necesita especificar en
más detalle qué es el “nivel térmico”, pero esta propiedad puede identificarse
con alguna medida de la intensidad de la agitación (la energía cinética) de las
partículas microscópicas, o con otras propiedades subatómicas, en según qué
contextos (teoría cinética de los gases, sistemas de spines, etc.). En cualquier
caso, ‘nivel térmico’ es siempre aquella propiedad de la que depende la “ten-
dencia” a la interacción térmica (véanse a este respecto los comentarios de
R. Baierlein en [2]).
La relación de orden que denotamos por el símbolo ≺, introducida en la
Ley Cero, no es una relación numérica; es una relación física, basada en la
absorción de calor. Esta relación puede convertirse en una relación de orden
entre números, <, mediante una escala de temperaturas; con ello convertimos el
conjunto ordenado (H, ≺)–la variedad de los niveles térmicos–en el conjunto
ordenado (R, <)–la recta real, con su orden numérico habitual,
(H, ≺) −→ (R, <) .
1
Para una elaboración de esta sugerencia véase M. Monleón Pradas & J. L. Gómez Ri-
belles, “A new look at the role of heat transfer in the foundations of thermodynamics”,
Entropie 202/203 (1997) 129-133.
2
Empleamos el término castellano “variedad” para traducir el inglés manyfold, o el alemán
Mannigfaltigkeit (que es el que introdujeron Helmholtz y Mach para estos usos, a finales del
siglo XIX). Este término se usa en matemáticas para designar un conjunto abstracto que no
tiene por qué poseer una estructura euclídea global, sino que recibe localmente su estructura
mediante aplicaciones (en nuestro caso, las escalas de temperatura) con espacios euclídeos
modelo (en nuestro caso, R).
1.2. Trabajo, calor, temperatura 7
p ν2
ν1
H
θ = ϑ (ν)
θ1 < θ2
R
Figura 1.1: Representación de la variedad de los niveles térmicos y de las escalas de
temperatura.
ϑ = ϑ(ν) ,
entonces el valor de esa propiedad (el número real θ = ϑ(ν)) puede emplearse
para caracterizar el nivel térmico del sistema. A ese número θ lo llamamos la
temperatura asignada al nivel térmico ν en la escala de temperatura ϑ corres-
pondiente. Una escala de temperaturas es pues una asignación de números θ
a niveles térmicos ν de manera tal que el orden numérico < refleje fielmente el
orden físico ≺ (véase la figura 1.1). Por ejemplo, el producto de la presión p
por el volumen v que ocupa una cantidad fija de un gas depende sólo del nivel
térmico del gas cuando la presión es baja:
pv = f (ν)
(este hecho es aproximadamente cierto para todos los gases a presiones su-
ficientemente bajas). El “termómetro de gas” se basa en esta propiedad, y
en una escala de tal termómetro la temperatura es simplemente proporcional
al mencionado producto, θ = k · (pv), fijando la constante dimensional k (de
dimensiones [grado]/[trabajo por unidad de masa]) el valor convencional de la
temperatura asignado al nivel térmico. Por ejemplo, en la escala de Kelvin,
θt = 273.16 K es la temperatura asignada por convenio a ν t , el nivel térmico
del punto triple del agua; si se emplea un termómetro con N2 como sustancia
termométrica entonces k = 3.3678 K/(J/g), puesto que, experimentalmente
se mide (pv)N2 (ν t ) = 81.109 J/g para el N2 en el punto triple del agua. Es un
hallazgo experimental que, de hecho, cuando por v se toma el volumen molar
en vez del volumen específico, el producto pv en el límite de bajas presiones
8 Capítulo 1. Funciones de estado y funciones de proceso
tiene el mismo valor, para un nivel térmico fijo, en todos los gases. La cons-
tante dimensional k tiene entonces (cuando v es el volumen molar) el mismo
valor para todos los gases una vez se ha fijado el valor numérico de la tem-
peratura de un nivel térmico de referencia; si éste sigue siendo 273.16 para el
punto triple del agua entonces el recíproco k−1 de k vale 8.134 J/(mol K), se
denota por R, y se denomina la constante universal de los gases (en la es-
cala de Kelvin, definida por la elección de 273.16 como temperatura del punto
triple del agua). La temperatura en la escala de Kelvin se denota por T , y, de
acuerdo con esto, queda definida por
1
T (ν) := lim (pv)(ν) ,
R p→0
(pv)(ν)
lim
p→0 T (ν)
es un número, el mismo para todos los gases, sea cual sea el nivel térmico ν.
abajo, dθ Q = mcp dθ); con esta notación se trata de recoger ambas posibili-
dades. Obviamente, la integración de dθ Q para todas las temperaturas da Q
en todo proceso,
Z ∞
Q= dθ Q , (1.3)
−∞
3
en el sentido de Riemann-Stieltjes
4
J.B.Serrin (ed.), New Perspectives in Thermodynamics. Springer-Verlag, N.Y., 1986.
10 Capítulo 1. Funciones de estado y funciones de proceso
W (P P r ) = W + W r = 0 , dθ Q(P P r ) = dθ Q + dθ Qr = 0 :
dθQ = 0
Q
P
∆t
A B A B
θA1 θB1 θA2 θB2
P´
θA2 θB2
A B
Q=0
las presiones de ambas partes han pasado a ser pA2 ≥ pB2 , con pA1 > pA2 y
pB2 > pB1 , y la parte A ha cambiado su volumen en ∆V > 0 mientras que B lo
ha hecho en −∆V . Este es el proceso P del sistema AB que consideramos; se
trata de un proceso irreversible. En efecto: puesto que AB es rígido, W (P ) =
0, de modo que un hipotético proceso reverso de P tendría que restaurar las
condiciones iniciales (comprimir A de nuevo hasta pA1 ) sin aporte externo de
trabajo. Esto es claramente imposible, puesto que tampoco la parte B puede
suministrar el trabajo necesario al encontrarse siempre a menor presión que A.
El proceso descrito es por ello irreversible. Un caso particular de este ejemplo
es la expansión de un sistema contra una presión externa nula.
Puesto que los dos ejemplos descritos (de los arquetipos térmico y mecánico
de proceso irreversible) son tan universales, se presentan tan ubícuamente
como ‘detalles’ de prácticamente cualquier proceso natural más complejo, cabe
preguntarse si acaso existen los procesos reversibles. La respuesta es que sí:
es posible considerar procesos reversibles a todos aquellos que transcurren en
condiciones tales que no aparecen gradientes de temperaturas ni de presiones
(o de densidades) en el sistema que los realiza. Esta exigencia va aparejada
normalmente a la ausencia de efectos inerciales y, por tanto, requiere en general
tasas temporales de realización (velocidades) muy lentas. De manera muy
aproximada, por ejemplo, un proceso de cambio de fase (que se realice a la
temperatura y presión constantes del equilibrio de las fases) es un proceso
reversible.
1.3. Estados. Procesos ideales 13
S W(P ) = 0 S
A B A B
∆t
pA1 > pB1 pA1 > pA2 > pB2 > pB1
P´
A B
W ´(P ´ ) > 0
pA´ pB´
∂p ∂p
dp = dθ + dv =
∂θ ∂v µ ¶
∂p ∂p ∂v ∂v
= dθ + dθ + dp =
∂θ ∂v ∂θ ∂p
µ ¶ µ ¶
∂p ∂p ∂v ∂p ∂v
= + dθ + dp .
∂θ ∂v ∂θ ∂v ∂p
1.3.1 La superficie p, v, θ
La relacion entre las variables de estado presión, volumen específico y tempe-
ratura se puede determinar de forma experimental. En esta sección describire-
mos el comportamiento de sustancias puras en estado líquido o vapor, en los
1.3. Estados. Procesos ideales 15
de fase o una transición de fase. Al líquido que coexiste con un vapor en estas
condiciones se le llama líquido saturado y al vapor, vapor saturado.
El sistema multifásico no es un sistema homogéneo porque algunas de las
variables intensivas no toman el mismo valor en todos los puntos del espacio
que ocupa el sistema, pero cada una de las fases presentes sí lo es, y para
el sistema global o sistema compuesto es posible definir determinados valores
promedio para las variables intensivas. Por ejemplo, en el caso del volumen,
el volumen total encerrado por el cilindro es naturalmente la suma de los
volúmenes ocupados por la fase líquida y la de vapor:
V = V v + V l = mv v v + ml v l
donde, como antes, los supraíndices ‘v’ y ‘l’ corresponden a las fases de vapor
y de líquido respectivamente. Se puede definir entonces un volumen específico
medio para el sistema multifásico como
V mv v ml
v= = v + vl ,
mv + ml mv + ml mv + ml
v = x v v + (1 − x)v l , (1.7)
donde
mv
x= (1.8)
mv + ml
es la fracción másica de vapor, llamada el título de vapor en el sistema.
Hay que tener presente que tanto el título de vapor como el volumen es-
pecífico promedio de un sistema compuesto no tienen las características de
variables intensivas aunque sean un tipo de magnitud específica porque no
son funciones de punto. Tampoco tienen las características de las variables
extensivas porque si se hace una réplica exacta de un sistema multifásico, el
valor de estas variables en el conjunto de los dos sistemas no toma un valor
doble que en cada uno de ellos, sino que mantiene el mismo valor.
Un promedio análogo al del volumen puede definirse para cualquier variable
extensiva del sistema. En el sistema multifásico el valor de cualquier variable
extensiva es la suma de los correspondientes a cada una de las fases, y el valor
promedio de la variable específica correspondiente se calcula a partir del título
de vapor y de los valores de la variable intensiva en cada una de las fases con
una ecuación análoga a la (1.7).
Volviendo al proceso de suministro de calor al agua encerrada en el dis-
positivo de cilindro y émbolo, cuando toda el agua líquida se ha evaporado el
1.3. Estados. Procesos ideales 17
3
3
2
vapor saturado
1
0
0 200 400 600 800 1000 1200
temperatura (K)
Figura 1.4: Diagrama v − T del agua a la presión de 1 atm. La línea recta representa
la ecuación de estado del gas perfecto.
10
1
10bar
0.1
100bar
0.01 221.2bar
500bar
0.001
0 200 400 600 800
temperatura (ºC)
Figura 1.5: Diagrama v − T del agua. La línea continua representa las curvas de
líquido y vapor saturados.
0.2
40
0.1
100
221.2
0
0 200 400 600 800 1000 1200
temperatura (K)
Figura 1.6: Diagrama v − T del agua en la zona de vapor a altas presiones. La línea
continua gruesa representa la curva de vapor saturado. Mediante líneas rectas finas
se representa el comportamiento del gas perfecto. Se aprecia cómo el comportamiento
real se aleja de la ecuación de estado del gas perfecto al aumentar la presión y también
al acercarse a la curva de vapor saturado.
300
temperatura (ºC)
250
200
presión (bar)
200
300
150
375
100
50 600
0
0.001 0.01 0.1 1 10 100
3
volumen específico (m /kg)
Figura 1.7: Diagrama p − v del agua. La línea continua representa las curvas de
líquido y vapor saturadados.
de saturación queda reducida a una curva ya que cuando coexisten dos fases
sólo una de las variables intensivas es independiente y determina el resto de
variables. Esta curva de presión de vapor de la sustancia acaba en el punto
crítico.
Llamemos 1 al estado cuya presión quiere determinarse (θ1 = 135o C), y 2 al estado
saturado a −12o C. Puesto que volumen V = 20 cm3 y masa m no varían, ambos
estados se encuentran sobre la misma isócora,
v1 = v2 ,
y como para estados saturados el dato de una sola variable intensiva determina el
valor de todas las demás, el volumen
v2 = v v (−12o C)
queda unívocamente determinado. Del gráfico del propano leemos que éste es v2 =
142.86 cm3 /g. Ahora las dos variables ya conocidas v1 , θ1 determinan unívocamente
el valor de la presión p1 . En el gráfico leemos p1 = 5.1 bar. Por otra parte, la masa
que ocupa los 20 cm3 será
V 20
m= = = 0.14 g .
v 142.86
` =k+2−f . (1.9)
Así pues, en el caso de una sustancia pura (k = 1), las variables intensivas
independientes en un estado homogéneo (f = 1) son 2, mientras que en un
estado de equilibrio bifásico (f = 2) es una, como hemos visto arriba. Cuando
1.3. Estados. Procesos ideales 23
coexisten tres fases de una sustancia pura ` = 0, lo cual significa que esta
circunstancia sólo puede presentarse para valores (θ, v, p) = (θt , vt , pt ) bien
determinados. A ese estado se le llama el punto triple de la sustancia. La
regla de las fases (1.9) predice asímismo que no pueden coexistir más de tres
fases en el caso de una sustancia pura (lo cual no significa que esta sustancia
no pueda tener un número mayor de fases, sino que sólo tres de ellas pueden
presentarse al mismo tiempo en equilibrio mutuo).
La regla de las fases da el número de variables intensivas que determi-
nan el estado del sistema, con lo que, a través de las correspondientes ecua-
ciones de estado, determinan los valores específicos (o molares) de las diferentes
propiedades del sistema. Para tener el valor total de éstas es necesario cono-
cer, además, la masa del sistema. En general, en un estado cualquiera, dada la
masa del sistema son necesarias adicionalmente dos variables (intensivas o ex-
tensivas) para que el valor de todas las demás propiedades quede determinado
(teorema de Duhem).
f (p, v, T ) = 0 .
pv = RT
pv
z= . (1.10)
RT
Un valor de z próximo a la unidad indica que la ecuación del gas perfecto
puede utilizarse con precisión. La figura 1.8 muestra el valor del factor de
compresibilidad del agua en funcion de la temperatura y presión. Los valores
correspondientes a la fase líquida están muy próximos a cero, ya que el volumen
ocupado por el líquido puede ser varios órdenes de magnitud inferior al que
predice la ecuación del gas perfecto. Todas las isotermas convergen hacia
z = 1 cuando la presión tiende a cero, mientras que las isotermas correspon-
dientes a temperaturas superiores al duplo o triple de la temperatura crítica se
mantienen muy próximas a la recta horizontal con valor z = 1, es decir, para
temperaturas en este orden de magnitud la ecuación de estado del gas perfecto
es válida en un amplio intervalo de presiones, cubriendo hasta valores diez veces
superiores a la presión crítica. Como se verá más adelante el comportamiento
descrito para el agua en esta sección es completamente general. Es por ello
que las sustancias en las que la temperatura y presión críticas son bajas la
ecuación del gas perfecto resulta aplicable en gran número de aplicaciones
prácticas. Es el caso del oxígeno y nitrógeno, componentes mayoritarios del
1.3. Estados. Procesos ideales 25
temp(ºC)
1
200
0.8
300
0.6
375
z
0.4 400
500
0.2
600
0
0 200 400 600 800 1000 800
presión (bar)
aire, también del hidrógeno y del helio. En el Apéndice 3 del presente texto y
en las referencias [8], [10] recogidas en la Bibliografía se encuentran tabulados
los parámetros críticos de gran número de sustancias comunes.
El factor de compresibilidades una nueva función de estado, z = z(p, T ) ó
z = z(v, T ), y su valor en cada estado mide la discrepancia del comportamiento
de la sustancia respecto del del gas perfecto, para el que z = 1 en todo estado.
El factor de compresibilidad puede desarrollarse en serie de potencias de p o
de 1/v:
z = 1 + B 0 (T ) p + C 0 (T ) p2 + D0 (T ) p3 + · · · (1.11)
B C − B2
B0 = , C0 = .
RT (RT )2
Bp
z =1+ , ó p (v − B) = RT . (1.13)
RT
26 Capítulo 1. Funciones de estado y funciones de proceso
En tal caso v0 , v00 representan los volúmenes específicos de los estados saturados
de la sustancia con ecuación de estado v = v(p, T ) que pueden coexistir a la
temperatura T ∗ y la presión p∗ . Puesto que las isotermas de la ecuación del
gas perfecto (lo mismo sucede con las de la ecuación del virial truncada en
el segundo término) son curvas estrictamente monótonas, ello es imposible
que suceda: el gas perfecto nunca cambia de fase. Expresiones analíticas que
predicen polinomios cúbicos para las isotermas sí que están en condiciones
de satisfacer el requisito enunciado. Tales ecuaciones térmicas de estado son
las conocidas como ecuaciones cúbicas de estado, de las que siguen algunos
ejemplos:
ecuación de van der Waals :
RT a
p= − 2
v−b v
ecuación de Redlich-Kwong:
RT a
p= − 0.5
v − b T v(v + b)
ecuación de Berthelot:
RT a
p= −
v − b T v2
ecuación de Dieterici:
RT ³ a ´
p= · exp −
v−b RT v
ecuación de Clausius:
RT a
p= −
v − b T (v + c)2
1.3. Estados. Procesos ideales 27
ecuación de Martin:
RT a
p= −
v − t − b (v − t)2
ecuación de Yu-Peng-Robinson:
RT a
p= − .
v − b v(v + b) + b(v − b)
θ
f
dθ (v+dv,θ+dθ)
(v,θ)
dv v
Figura 1.9: Proceso ideal.
δw := p(v, θ) · dv , (1.16)
con p la presión del sistema en el estado (v, θ). Con ello el trabajo total en
el proceso se obtiene integrando (1.16) a lo largo de la curva Γ representativa
del mismo:
Z
W := m p dv . (1.17)
Γ
Para realizar la integral en (1.17) hay que conocer cómo varía la presión p
durante el proceso, lo cual es posible si se conoce la ecuación térmica de estado
p = p(v, θ) de la sustancia y la variación de v y θ durante el proceso, es decir,
su curva Γ. A (1.16) se le llama la forma diferencial del trabajo 5 , y (1.17) es
una integral curvilínea, o ‘de camino’.
En el proceso elemental (1.15) el calor intercambiado (por unidad de masa)
está dado por la forma diferencial del calor ,
δq := cv dθ + λ dv . (1.18)
δq)v δq)θ
cv = , λ= ,
dθ dv
es ser, respectivamente, el calor intercambiado por unidad de incremento de
temperatura en un proceso ideal elemental realizado a volumen constante, y el
calor intercambiado por unidad de volumen específico en un proceso elemental
5
Nótese que un cambio de temperatura que no vaya asociado a un cambio de volumen
no implica intercambio de trabajo, ya que éste sólo ocurre cuando el sistema vence a o cede
ante una resistencia, es decir, cambia su volumen. Por eso en (1.16) sólo hay un sumando
proporcional a dv.
1.3. Estados. Procesos ideales 29
δq = cp dθ + λp dp , (1.21)
∂v
cp := cv + λ , (1.22)
∂θ
la capacidad calorífica específica a presión constante de la sustancia, cuyo
significado es
δq)p
cp = .
∂θ
a dx + b dy
que en ningún caso son funciones de estado: dependen del proceso puesto que
así lo hacen los integrandos que las definen.
El gas perfecto
El gas perfecto es una sustancia modelo que queda definida por la forma
particular de sus ecuaciones térmica y calóricas de estado, y que corresponde
al comportamiento que poseen los gases reales cuando su presión es suficien-
temente baja. Concretamente, la capacidad calorífica de un gas perfecto no
depende del volumen,
lo cual permite definir una escala de temperaturas, la escala del gas perfecto,
en la que la temperatura asignada al nivel térmico del gas en un estado sea
proporcional al producto pv en ese estado:
T := const · p v .
RT
p(v, T ) = , ó pV = nRT , (1.26)
v
de modo que R = R/M , siendo M el peso molecular de la sustancia (M =
m/n). Como se ha dicho, en el gas perfecto λ(v, θ) ∼ p(v, θ), de modo que se
puede poner
RT
λ=a (1.27)
v
con a una constante dimensional que convierta las unidades de trabajo en
unidades de calor, y así λ·(∂v/∂T ) = aR, con lo que (1.22) queda cp = cv +aR.
Más adelante se verá que, como consecuencia de la Primera Ley, el factor
dimensional que aquí hemos denotado a es en realidad una constante universal
(no depende del gas) de valor a = 0.239 cal/J, de modo que puede escribirse
cp = cv + R (1.28)
RT
δq = cv dT + dv . (1.29)
v
A lo largo de un proceso adiabático ideal las variaciones de (v, T ) deben ser tales que
hagan δq = 0. Por tanto,
RT
cv dT = − dv ,
v
dT R dv dv
= − = (1 − γ) ,
T cv v v
que son las ecuaciones diferenciales de las adiabáticas del gas perfecto. Si cv no
depende de T la integración de estas ecuaciones da, para cualesquiera dos puntos
(T1 , v1 ), (T2 , v2 ) situados sobre la misma curva adiabática,
µ ¶1−γ
T2 v2
= , (1.30)
T1 v1
Las ecuaciones equivalentes (1.30,1.31) son las ecuaciones de las adiabáticas de un gas
perfecto con cv constante.
Llamemos 1 al estado inicial, 2 al estado al final del primer proceso, y 3 al estado al
final del segundo proceso descrito. Haciendo uso de (1.31)2 y los datos del enunciado
obtenemos la temperatura tras la primera compresión, T2 = 466 K. Los volúmenes
molares en 1 y en 2 pueden calcularse entonces con la ecuación del gas perfecto,
v = R T /p:
p = p1 (v/v1 )−γ ,
de modo que,
Z Z v2
W12 = p dv = p1 v1γ v−γ dv = −35.346 atm l/mol .
12 v1
La ecuación térmica de estado permite calcular, a partir de los valores p1 = 8.5 MPa,
p2 = 3.5 MPa, y θ1 = θ2 = 175o C, los volúmenes molares en los estados inicial y final:
v1 = 0.44 l/mol , v2 = 1.04 l/mol .
La integración de la forma diferencial δq = cv dT + λ dv a lo largo de la curva del
proceso, dT = 0, permite obtener el calor:
Z Z v2
dv
Q=n δq = n R T1 = 7954.71 cal .
12 v1 v −b
36 Capítulo 1. Funciones de estado y funciones de proceso
W>0
W>0
Q>0
T = cte
Figura 1.10: La figura izquierda es una representación esquemática del “móvil per-
petuo de primera especie”; la figura derecha representa el “móvil perpetuo de segunda
especie”.
6
De lo contrario, el mar podría emplearse como “fuente” virtualmente inagotable de calor
para producir, sin otro coste, potencia mecánica.
1.4. Las leyes de la Termodinámica 37
7
La situación es análoga a cuando se emplea el kg (unidad de masa) como unidad de
peso (fuerza), ya que el cociente de ambas magnitudes es una constante (la aceleración de la
gravedad). En muchos libros se emplea en esta situación la notación kgf , el ‘kilogramo de
fuerza’, para recordar este hecho.
38 Capítulo 1. Funciones de estado y funciones de proceso
Q Q´
S G S G
W W´
Q + Q´ = 0 W + W´ > 0
W W0
> 0 .
Q Q