1. El documento analiza el proceso de transición a la democracia en Guatemala en los años 1980, cuando se estableció un nuevo modelo de Estado tras décadas de gobiernos militares.
2. La transición formal ocurrió en 1986 con las primeras elecciones después de la dictadura, pero se había estado negociando desde 1982-1985, lo que llevó a una Asamblea Constituyente para establecer nuevas leyes y instituciones democráticas.
3. El nuevo marco legal constituyó el momento fundacional del Estado de derecho en Guatemal
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1. El documento analiza el proceso de transición a la democracia en Guatemala en los años 1980, cuando se estableció un nuevo modelo de Estado tras décadas de gobiernos militares.
2. La transición formal ocurrió en 1986 con las primeras elecciones después de la dictadura, pero se había estado negociando desde 1982-1985, lo que llevó a una Asamblea Constituyente para establecer nuevas leyes y instituciones democráticas.
3. El nuevo marco legal constituyó el momento fundacional del Estado de derecho en Guatemal
1. El documento analiza el proceso de transición a la democracia en Guatemala en los años 1980, cuando se estableció un nuevo modelo de Estado tras décadas de gobiernos militares.
2. La transición formal ocurrió en 1986 con las primeras elecciones después de la dictadura, pero se había estado negociando desde 1982-1985, lo que llevó a una Asamblea Constituyente para establecer nuevas leyes y instituciones democráticas.
3. El nuevo marco legal constituyó el momento fundacional del Estado de derecho en Guatemal
1. El documento analiza el proceso de transición a la democracia en Guatemala en los años 1980, cuando se estableció un nuevo modelo de Estado tras décadas de gobiernos militares.
2. La transición formal ocurrió en 1986 con las primeras elecciones después de la dictadura, pero se había estado negociando desde 1982-1985, lo que llevó a una Asamblea Constituyente para establecer nuevas leyes y instituciones democráticas.
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El momento fundacional del Estado contemporáneo en Guatemala:
el camino de la transición democrática y su incidencia en el tiempo Jahir Dabroy Resumen El presente documento desarrolla una revisión al proceso de transición a la democracia vivida en Guatemala a mediados de los años ochenta, haciendo una evaluación crítica y exhaustiva de los principales sucesos acaecidos y cómo éstos influyeron para que se constituyera un nuevo modelo de Estado. La investigación permitió conocer, por medio de algunos actores directos de la transición, interioridades del proceso. Luego de la década democrática vivida entre 1944-1954, a diferencia de otros estudios, este trabajo ubica el año de 1973 como el inicio de un lento trayecto que tendrá distintos obstáculos y algunos hechos que se convirtieron en catalizadores de la transición. Además, explica cómo el sistema oligárquico-militar generó su propia entropía y dio paso a cambios que resultaron en un sistema nuevo. Se resalta el papel que tiene la clase política en el proceso y la influencia en la nueva Constitución del pensamiento democratacristiano, así como una revisión del nuevo diseño institucional. La investigación también permite conocer el tipo de Estado construido en relación a su evolución histórica, cerrando con las implicaciones que tuvo el autogolpe de 1993, el retorno al orden constitucional y las reformas constitucionales del mismo año que alteraron en alguna medida al modelo original. Palabras clave 1. Estado. 2. Política. 3. Guatemala. 4. Gobierno. 5. Sistema político. 6. Poder. 7. Partidos políticos. 8. Proceso democrático. El momento fundacional del Estado contemporáneo en Guatemala: El camino de la transición democrática y su incidencia en el tiempo Los procesos de transición a la democracia en América Latina han sido bastante heterogéneos en sus características, lo cual parece ser un indicio que para la región se debe de hablar más bien de democracias, pues cada Estado y sociedad han ido comprendiendo de manera distinta la concepción y evolución de la misma. Este fenómeno es ya abordado por autores como Jaime García Cobarruvias (2007), quien plantea que los procesos de transición no son simples y no han tenido la misma manifestación en todos los países. García ubica en los extremos diferentes casos. Por ejemplo, en unos casos fue rupturista (Argentina) en otros institucionalizada y programada (Chile). En otros países como Paraguay fue el resultado final de otro golpe de Estado. Brasil, Uruguay y Bolivia también tienen sus rasgos particulares1. Cabe recordar que América Latina vivió una oleada democrática a mediados de la década del ochenta, donde Guatemala no fue la excepción; sin embargo, el país vivía sus propias particularidades que incidirían en el tipo de Estado democrático que se pretendía construir, así como los alcances que éste tendría. En el caso de Guatemala, la democracia ha sido un proceso de difícil construcción, con más tropiezos que aciertos desde que intentó implantarse como régimen político, aunado a una serie de enemigos internos que de manera abierta o encubierta han tratado de dificultar su consolidación. Este trabajo de investigación tiene como objetivo principal, determinar cuáles han sido las orientaciones y configuraciones que el Estado de Guatemala ha adoptado como resultado del proceso de transición a la democracia de 1985, definida por el autor como el momento fundacional del Estado contemporáneo. Por ello, la investigación tuvo dos objetivos específicos. En primer lugar, identificar los procesos y mecanismos implementados por distintos sectores estudiados en la orientación y configuración institucional de este Estado. Como segundo objetivo específico, determinar 1 Al respecto ver: Garcia, Javier 2007 “Las transiciones a la democracia en América Latina: ejes fundamentales” en < http://iugm.es/uploads/tx_iugm/TransicionesAL.pdf>, acceso 24 de agosto de 2014. 3 las principales implicaciones políticas, económicas, sociales y culturales producidas como resultado de la reconfiguración estatal a partir de esta etapa de democratización. Como marco teórico que da sustento a la investigación se utilizó al neoinstitucionalismo bajo el enfoque de la Ciencia Política. Según autores como Ignacio Molina (1998), este enfoque politológico está orientado a la estructura y funcionamiento de las organizaciones públicas, reconociendo explícitamente el protagonismo del aparato estatal durante el proceso de toma de decisiones, centrándose el estudio en el Estado. La labor investigativa obligó a ubicar a una serie de actores considerados como referentes importantes del proceso de democratización donde se incluyeron a académicos, políticos y militares para que, con base en una guía de entrevista semi-estructurada, pudiesen dar respuestas que aportaran en el conocimiento del proceso de la transición a la democracia, pero entendiendo también el nuevo diseño institucional del Estado de Guatemala, las negociaciones implícitas y las limitantes bajo las cuales se desarrolló la transición2. Es necesario destacar que si bien la transición formal de mandos militares de facto a un presidente civil se da por primera vez en el país en el año de 1986, este traspaso de poder no hubiera sido posible sin un proceso de negociaciones inter elitarias que se vinieron gestando con mayor ahínco entre los años de 1982 y 1985. Esta negociación permitió la convocatoria para la elección libre de una Asamblea Nacional Constituyente, misma que tuvo a su cargo la importante responsabilidad de elaborar una nueva Constitución Política de la República y una serie de leyes de rango constitucional, siendo éstas: la Ley Electoral y de Partidos Políticos; la Ley de Orden Público; la Ley de Emisión del Pensamiento; y la Ley de Amparo, Exhibición Personal y de Constitucionalidad. Este proceso sustentó el momento fundacional del Estado de derecho, pues permitía la participación de distintas opciones políticas, garantizando el respeto por el voto y generando institucionalidad básica para la construcción de democracia por medio de la creación del Tribunal Supremo Electoral (TSE), la Procuraduría de los Derechos Humanos (PDH), la Corte de Constitucionalidad (CC), la Procuraduría General de la Nación (PGN), la Contraloría General de Cuentas de la Nación (CGCN) y el libre juego de poderes del Estado, con funciones claras para el Ejecutivo, Legislativo y Judicial, todos bajo el control civil. Sin embargo, la construcción de un nuevo sistema político requeriría de un proceso que tendría que ver incluso con la reconstrucción del tejido social que vivía por entonces los años más difíciles del conflicto armado interno3 y que tenía como un gran pendiente la agenda social en un país sumido en un alto nivel de pobreza y analfabetismo. 2 Se realizaron nueve entrevistas individuales de alto nivel y se recuperaron 13 transcripciones de entrevistas que en su momento el autor realizara para el Instituto Nacional de Administración Pública (INAP), con varios actores que fueron determinantes en el proceso de democratización; incluso algunas de estas entrevistas recuperadas pertenecen a actores ya fallecidos, ahí radica su importancia (ver anexos). 3 Los años catalogados como los más cruentos en el conflicto armado interno que enfrentó al Ejército de Guatemala y a las tropas guerrilleras entre 1960 y 1996, fueron los inicios de los años ochenta, en específico 1982 y 1983, bajo el gobierno de facto del general Efraín Ríos Montt. Se optó por denominarlo como conflicto Este primer momento fundacional del Estado contemporáneo guatemalteco sería la base necesaria para que en 1996 se firmaran los Acuerdos de Paz entre el Gobierno y la Unidad Revolucionaria Nacional Guatemalteca (URNG), pero también explicaría por qué el escaso cumplimiento de los mismos. Para tratar de comprender nuestro objeto de estudio es necesario ubicar varias etapas que incidieron en la transición y que producto de la Constituyente moldearon por medio de su marco jurídico-normativo, a la institucionalidad estatal en el plano formal, pero que también afectaron e instituyeron a su vez una nueva praxis política que ha determinado el modelo democrático adoptado. Por ello resulta importante revisar estos momentos, los actores más importantes y las principales repercusiones producto de ello. Algunos antecedentes previos a la apertura democrática Producto de la Contrarrevolución de 1954 que impulsaron los grandes terratenientes del país con el respaldo directo de los Estados Unidos de América (EEUU), derrocando a la denominada Primavera Democrática4, Guatemala tuvo nuevamente tres décadas convulsas en extremo (1954-1985). En lo político contaba con una larga historia de intentos y golpes de Estado consumados que generaban una amplia inestabilidad. Esto también afectaba a lo económico, pues la constante ausencia de reglas claras del juego y del grupo que obtuviera mayor beneficio por agenciarse del poder del Estado repercutía en la economía nacional y en sus nexos internacionales. En lo social, existía un alto descontento por la situación de pobreza y exclusión social, que tuvo su máxima expresión en un conflicto armado interno que por aquella época rondaba poco más de veinte años de existencia y que a partir de 1982, en respuesta a las fuertes olas represivas del Ejército nacional, conllevaron a la unidad de cuatro bloques guerrilleros para conformar la URNG5. Diversos autores remarcan lo difícil que resulta establecer una fecha para precisar fehacientemente cuándo se comenzaron a generar condiciones para retomar el camino democrático en el país, que permitiera la entrega del poder por parte de militares a un civil por medio de un proceso electoral legítimo. La última experiencia calificada como democrática y que transformó genuinamente la institucionalidad estatal se ubicaba en la década de 1944-1954 con el triunfo de la Revolución del 20 de Octubre, pero que había sido derrocada producto de la intervención de los EEUU por medio de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) –por sus siglas en inglés-, y de un grupo de grandes terratenientes que apoyaron el golpe de Estado liderado por el teniente armado interno porque dadas las implicaciones internacionales no podía ser calificada como guerra interna. Ver: Convenios de Ginebra de 1949 y Protocolos de 1977. 4 La Revolución del 20 de octubre de 1944 fue un movimiento cívico-militar que derrocó al general Federico Ponce Vaides, luego que éste sustituyera al general Jorge Ubico, quien había estado en el poder de 1931 a 1944, irrespetando constantemente el orden constitucional del país. La caída de los ubiquistas significó las primeras elecciones libres del país. 5 a) las Fuerzas Armadas Rebeldes (FAR) ; b) el Partido Guatemalteco del Trabajo (PGT); c) el Ejército Guerrillero de los Pobres (EGP); y d) la Organización Rebelde del Pueblo en Armas (ORPA), que se fusionaría como Unidad Revolucionaria Nacional Guatemalteca (URNG) en 1982. 5 coronel Carlos Castillo Armas para generar la denominada Contrarrevolución que se cita al inicio de este apartado y que tuvo como fin derrocar el gobierno del coronel Jacobo Árbenz Guzmán, quien había impulsado una reforma agraria mediante el famoso Decreto 9006. Con la Contrarrevolución se asienta el poder militar con el propósito de garantizar los intereses políticos y económicos de dos actores que no podían de manera directa tomar el control del Estado por ausencia de legitimidad. Por un lado, un actor interno, los grandes terratenientes, que son el gran grueso de la actividad económica de aquella época – economía agroexportadora-; por otro lado un actor externo, los EEUU y los intereses económicos en la región, pero sobre todo los intereses políticos en el contexto de la Guerra Fría y la necesidad de tener el control geopolítico de la región. Debido a esto deciden instrumentalizar al Ejército siendo ésta una institución que no les es ajena. Aunque en un plano holístico todos los hechos socio históricos del país pueden estar interconectados para explicar la transición del poder militar al poder civil, autores como Fernando Villamizar Lamus ubican el año de 1978 como punto de referencia por ser lo que él considera como “[…] un año en el cual el desprestigio nacional e internacional del gobierno suscita el querer de un cambio hacia la democracia” (Villamizar, s.a.:5). Esta posición es coincidente con la de Francisco Villagrán Kramer, académico e incluso Vicepresidente de la República de Guatemala en el período 1978-1980, y quien ante el desgaste gubernamental producto las fuertes olas represivas, decide renunciar desde Washington DC, con lo cual deja solo en el mando al entonces presidente general Romeo Lucas García. Sin embargo, hay un año poco estudiado, que los actores entrevistados en esta investigación resaltaron su importancia para la transición a la democracia y éste es el año de 1973. Según Alfonso Cabrera Hidalgo, ex diputado a la Asamblea Nacional Constituyente y primer Presidente del Congreso de la República en el gobierno de la transición –entre otros altos cargos-, ubica este año como referente porque “fija un momento histórico que va a culminar con el establecimiento de una Asamblea Nacional Constituyente y la instalación del primer gobierno democrático, ahí es donde hay un corte histórico para distinguir la dinámica que se produce” (entrevista, 13 de febrero de 2014). El país venía siendo manejado por dictaduras militares que limitaban la participación política, sobre todo para los civiles, pues el Ejército padecía de un efecto mesiánico que de manera directa consideraba necesario mantener el control político; además, estaba restringida constitucionalmente la participación de partidos políticos comunistas7. Para ello imponían a 6 Este decreto buscaba una reforma agrícola mediante las mejoras en la distribución de la tierra ociosa del país por un sistema de compras del Estado a precios registrados en la información catastral. Este proceso de expropiación era pagado, según dicho decreto, con bonos de la reforma agraria. 7 Artículo 27 “El Estado garantiza la libre formación y funcionamiento de partidos políticos cuyas normas y principios sean democráticos. Es prohibida la formación o funcionamiento de partidos o entidades que propugnen la ideología comunista o que por su tendencia doctrinaria, medios de acción o vinculaciones internacionales, atenten contra la soberanía del Estado o los fundamentos de la organización democrática en Guatemala” (Asamblea Nacional Constituyente, 1965). la población candidatos militares, con centros de votación resguardados por tropa y votos que se efectuaban en cajas de cartón, lo cual impedía darles seguimiento por no tener certeza de su contenido, aunado a que el control electoral era llevado por el Ministerio de Gobernación, adscrito a la Presidencia de la República. Este control político militar debía tener un sustento económico y eso lo daban las élites económicas tradicionales del país, quienes no se agenciaban del poder político pero sí respaldaban sus acciones en aras de mantener un statu quo, sobre todo bajo el contexto de la Guerra Fría. A ello debe sumarse un elemento importante del contexto internacional que era el espaldarazo político que otorgaban los EEUU por medio de su Embajada en el país, donde recurrentemente manifestaban mantenerse al margen de estos procesos, pero que implícitamente significaba que les otorgaban garantías para que los comunistas no se agenciaran del poder8. Pero el año de 1973 tendría una característica totalmente distinta y que es mejor ubicada por los entonces miembros del partido Democracia Cristiana Guatemalteca (DCG), la mayor oposición política democrática de aquel entonces. Pese a los altos grados de control de los militares por mantenerse en el poder, la intimidación hacia el pueblo elector era tan fuerte que no habían requerido de gestar fraudes electorales; de hecho actores de la DCG manifiestan que los militares tenían un escalafón para sucederse al frente de la primera magistratura del país: “el ministro de la Defensa nombrado dos años antes de culminar un período de gobierno iba a ser el próximo presidente” (entrevista Alfonso Cabrera, 13 de febrero de 2014). Sin embargo, este régimen militar que se comienza a reconfigurar desde la Contrarrevolución de 1954 y que había logrado su punto máximo de perfeccionamiento con el golpe de Estado por parte del coronel Enrique Peralta Azurdia el 1 de abril de 19639, encontraría una seria dificultad con la candidatura de 1973 del candidato de la DCG, el general José Efraín Ríos Montt. Las elecciones de 1974: búsqueda de la democracia, pero con la ausencia de un candidato presidencial civil Los movimientos de la derecha Para las elecciones de 1974 la derecha más conservadora articulada en el Movimiento de Liberación Nacional (MLN), que era la base política de la Contrarrevolución y el Partido Institucional Democrático (PID) que tradicionalmente era el vehículo electoral de los 8 La revisión hemerográfica de los diarios Prensa Libre y El Gráfico de inicios de la década de los años ochenta sustenta esta afirmación. 9 Quien sucediendo al general Miguel Ydígoras Fuentes suprimió cualquier tipo de organización política comunista y se presentó en solitario para las elecciones de 1964. Cabe recordar que durante su gobierno una Asamblea Nacional Constituyente elaboró una Carta Magna en 1965 abiertamente anticomunista. 7 militares, toman consciencia de que para dar continuidad a su proyecto necesitaban contar con un ablandamiento en al menos una de sus figuras en las candidaturas a presentar10. Por ello, uno de su ideólogos, Manuel Sandoval Alarcón, inicia un proceso de acercamiento con el periodista Clemente Marroquín Rojas, quien había sido Vicepresidente la República entre 1966 y 1970 en el conocido como Tercer Gobierno de la Revolución, encabezado por Julio César Méndez Montenegro11. La razón de ubicar a Marroquín Rojas se explica en que éste no podía ser catalogado de revolucionario (Villagrán, 2004: 52, Tomo II). Sin embargo, al ser el MLN un partido de derecha dura los miembros de éste no coincidían con dicha candidatura. El propio Consejo de Ministros de Estado no otorgó el visto bueno al posible candidato, por lo que Sandoval Alarcón reconoce en un memorándum reservado a Marroquín Rojas, la existencia en el Gabinete de hombres de pelea, haciendo referencia a que gustaban de imponer sus lógicas más que de negociar (“Realización de un plan bien meditado”, en La Hora, Guatemala, 20 de julio de 1973)12. La típica acción del MLN sería por tanto optar por nombrar como candidato presidencial al entonces ministro de la Defensa, general Kjell Laugerud García y como candidato a la vicepresidencia a Manuel Sandoval Alarcón. En consonancia con el apoyo anticomunista, como venía siendo desde las elecciones pasadas, trabajarían en coalición con el PID. La Democracia Cristiana Guatemalteca, la organización como referente y el surgimiento de la figura de Ríos Montt La DCG tomó su propio camino, donde consideraron mediante un documento interno que la única forma en que lograrían abrir una brecha en un sistema político dominado por un Ejército unificado sería buscar vetas de liderazgos insatisfechos dentro de esa propia institución. 10 La figura propiamente de Vicepresidente de la República existe constitucionalmente desde 1966, ubicándolo como el segundo en la línea de mando. Anteriormente existía la figura de Primer, Segundo y/o Tercer Designado. 11 Como ya se ha señalado el primer gobierno democrático se ubica en 1945 con el doctor Juan José Arévalo Bermejo, el segundo gobierno democrático con el coronel Jacobo Árbenz Guzmán en 1951 y el conocido como tercer gobierno democrático al del licenciado Julio César Méndez Montenegro en 1966 por las características que rodearon el proceso electoral, siendo un candidato civil electo en medio de lógicas militares. En el caso de este último con limitado margen de maniobra por parte del Ejército guatemalteco en la práctica política al ejercer la presidencia del país. 12 Este memorándum secreto se conoció por una acción de Marina Marroquín, hija de Clemente Marroquín Rojas, quien intentó crear en los últimos momentos del proceso un partido político que el Tribunal Electoral rechazó por considerar que no llenaba las formalidades del caso de acuerdo a la ley. Marina Marroquín consideró que esto obedecía a una disposición de Manuel Sandoval Alarcón, lo que condujo a tensiones políticas por asuntos que ese documento interno planteaba. El periodista Clemente Marroquín negó que fuera publicado con su autorización, lo cual interrumpió en buena medida la estabilidad del proceso electoral. Para ello contaron con fuerte capacidad organizativa, ya que venían trabajando desde 1955 a lo largo del país y con un fuerte apoyo internacional a nivel de formación de cuadros, especialmente por medio de la Fundación Konrad Adenauer y del gobierno de Venezuela13. Pese a que la democracia cristiana se ubica desde la Ciencia Política en el espectro del centroderecha14, la DCG guatemalteca siempre fue vista como una potencial amenaza comunista, sobre todo por sus ideas progresistas y en buena medida la juventud que por aquella época caracterizaba a varios de sus principales dirigentes. Esto permitió que la DCG convocara a una unidad del centro político a la izquierda no revolucionaria, logrando incorporar a varias figuras reconocidas de la época como Manuel Colom Argueta y Alberto Fuentes Mohr, líderes de tendencia social demócrata15. De hecho la unión de Colom Argueta al proyecto de la DCG y la lucha con el candidato natural de este partido, el licenciado René de León Schlotter, permiten el surgimiento de un tercero que pudiera pelear por la Presidencia de la República. Esto según los entrevistados condujo a que los dirigentes de la DCG se abocaran a Washington DC con el general José Efraín Ríos Montt, quien había sido el Jefe del Estado Mayor en el gobierno del presidente Arana Osorio y quien después de afrontar un sensitivo problema de tierras con una comunidad en las montañas de un departamento del oriente del país (Jalapa), en el que las tropas a su cargo hicieron uso de sus armas fue trasladado a Washington DC como Director de Estudios a la Academia Interamericana de Paz (Villagrán, 2004: 83, Tomo II). Los resabios de la Revolución de 1944 también van a elección El Partido Revolucionario (PR), era el heredero en el sistema de partidos políticos de aquella época que se encontraban actuando dentro del margen de la ley. Así, y pese a contar con un menor apoyo del que tenían las otras opciones políticas se propone la candidatura del coronel Ernesto Paiz Novales, quien fuera director de la Escuela Politécnica durante el período de la revolución de 1944-1954. La candidatura a Vicepresidente recaería en el entonces Secretario General del PR, el licenciado Carlos Sagastume Pérez. La discusión sobre los resultados electorales y su incidencia para el proceso democrático Este proceso electoral conocido ampliamente pero poco estudiado, tiene varios elementos importantes para comprender la evolución que tendría el Estado guatemalteco, así como su sistema político, entendido este último como el sistema de partidos y el sistema electoral. 13 Según Alfonso Cabrera (entrevista, 13 de febrero de 2014), la ayuda de Venezuela se gestó por medio del Ifedec que es un centro de políticas públicas de tendencia democratacristiano y del entonces presidente Luis Herrera Campins, quien gobernó aquel país entre 1979 y 1984. 14 Según Ignacio Molina, la democracia cristiana es una “concepción político-social, remotamente inspirada en las ideas de Tomás de Aquino, originada en la Europa continental como reacción a la aparición del nacionalismo, y sobre todo, del socialismo de masas” (Molina, 1998: 36). 15 Quien por entonces dirigía una facción del Partido Revolucionario (PR), pero que se había retirado de éste. Manuel Colom Argueta fundaría en 1979 el Frente Unido de la Revolución (FUR). 9 Aunado a ello, surgirían figuras determinantes dentro de la vida política guatemalteca aún hoy vigentes. El primer elemento a destacar de este proceso electoral tiene que ver con la necesidad que ubican los partidos políticos, sobre todo el caso de la DCG y del PR, de proponer un candidato presidencial militar. Era obvio que el MLN lo haría de esa manera caracterizando su mensaje autárquico. Esto tiene un fuerte significado, pues sin generar una ruptura dentro de las líneas del Ejército por muy leve que ésta fuera, sería prácticamente imposible alterar el sistema. El segundo elemento fue la discusión sobre los resultados electorales, pues luego de la elección del 7 de marzo de 1974, los primeros informes hacían parecer la irreversible victoria del general Ríos Montt; sin embargo, a la mañana siguiente el Tribunal Electoral dio la victoria al general Kjell Laugerud García del MLN-PID. Los resultados son presentados en