Enunciación

Descargar como pdf o txt
Descargar como pdf o txt
Está en la página 1de 45

CATHERINE KERBRAT - ORECCHIONI

LA PROBLEMÁTICA DE LA ENUNCIACIÓN
LA ENUNCIACIÓN 1. LA COMUNICACIÓN LINGÜISTICA1

DE LA SUBJETIVIDAD 1.1. EL ESQUEMA DE JAKOBSON


"Los diferentes factores inalienables de la comunicación verbal pue-
EN EL LENGUAJE den representarse esquemáticamente de la siguiente manera:
CONTEXTO
DESTINADOR MENSAJE DESTINATARIO
CONTACTO
CÓDIGO
Cada uno de estos seis factores da origen a una función lingüística
diferente . . .".
Se ha hecho tradicional comenzar cualquier reflexión sobre el problema de
la comunicación verbal recordando cómo Jakobson (1963, p- 214) encara su
funcionamiento a partir de la enumeración de sus diferentes elementos consti-
tutivos. Es igualmente frecuente proseguir -el precio de su notoriedad— con
una crítica más o menos radical y fundamentada del esquema que acabamos de
mencionar, al que Kuentz tacha un poco ligeramente de "regresivo"2. Es así
que se ha podido cuestionar a Jakobson con motivo de la extensión que le da al
término "código", el cual, aplicado a las lenguas naturales, no denota evidente-
mente, como lo hace en cibernética, un conjunto de reglas de correspondencias

1. La expresión debe entenderse aquí en un sentido relativamente amplio -más amplio en


todo caso que en Lyons (1978, p. 33), que la define como una "transmisión intencional de
informaciones, con la ayuda de un sistema de señales preestablecido "— y que puede des-
bordar el cuadro estrecho de lo que Mounin llama la "semiología de la comunicación"
(frente a la "semiología de la significación").
2. Cf. 1972, p. 25: "También el esquema elaborado por Jakobson y ampliamente difun-
dido hoy como un resultado seguro de la lingüística aparece cada vez más como un mo-
delo regresivo" -pero ¿en relación a qué?
No entraremos aquí en los detalles de una explicación de la génesis de este esquema

EDICIAL (que adapta a la comunicación verbal algunos elementos de la teoría de la información),


ni de una comparación con otros esquemas anteriormente propuestos (Bühler, Shannon y
Weaver): sobre esto puede consultarse Eco, 1972, pp. 39-54.

17
LA ENUNCIACIÓN
LA PROBLEMÁTICA DE LA ENUNCIACIÓN

estables y biunívocas entre significantes y significados. Siguiendo a Mounin, cesidades de su causa, las ambigüedades, de las que la comunicación
Ducrot ataca también, pero por otro camino , el término de "código" (1972 a puede hacer uso intencionalmente pero que puede también evitar, re-
pp. 2-3 y 4-5): chaza el hecho empírico que es el uso cotidiano de la lengua, y ello
"Sucede a menudo que se restringe el sentido de la palabra 'comuni- en nombre del ideal mítico del que ella hace mal en alejarse" (Le
cación' forzándola a designar un tipo particular de relación intersubje- Monde, 7 de julio de 1973).
tiva: la transmisión de la información. Comunicar sería ante todo hacer Por último, sucede a veces que a esta concepción del intercambio verbal se le
saber, poner al interlocutor en posesión de conocimientos de los que reprocha ser ideológicamente sospechosa e influida por una cierta visión sobre
no disponía antes." la circulación de bienes semejantes a la que funciona en economía de mercado.
Ahora bien, para Ducrot tal concepción es demasiado reductora, como lo Pero además de que nunca se dijo claramente si esta crítica se dirige a la comu-
demuestran los "filósofos de Oxford", quienes "estudian los actos de lenguaje nicación lingüística misma y a su funcionamiento en un sistema económico de-
como prometer, ordenar, interrogar, aconsejar, elogiar, etc. [...], considerán- terminado, o al modelo que intenta explicarla - y esta confusión de los niveles
dolos tan intrínsecamente lingüísticos como el acto de hacer saber". Conclu- lingüísticos y metalingüísticos es frecuente entre aquéllos que pretenden desmi-
sión: tificar los modelos lingüísticos—, ella supone demasiado fácilmente que entre la
infraestructura económica y la superestructura simbólica existen relaciones de
"Se dejará, pues, de definir a la lengua, a la manera de Saussure, co- analogía y de determinación inmediatas, concepción simplista que Stalin mis-
mo un código, es decir, como un instrumento de comunicación. Se la mo denunció en 1950: fingir creer que, según el tipo de sociedad en que se in-
considerará, en cambio, como un juego o, más exactamente, como dan-
do las reglas de un juego, y de un juego que se confunde en gran parte serta, habría comunicaciones de trueque, comunicaciones librecambistas, co-
con la existencia cotidiana." municaciones colectivas (?), etc., es recaer en las peores simplezas del "marris-
mo". El único problema es saber si esta concepción del intercambio verbal, que
No hay duda de que la idea es justa. Pero nos podemos preguntar por qué constituye efectivamente un "modelo de realidad" desfasado respecto del
razón, si no es por un decreto terminológico" arbitrario, Ducrot restringe de esa objeto empírico que pretende explicar (y fundamentalmente inadecuado a ese
manera el sentido de "código" (puesto -que las reglas que rigen el "juego'* lin- objeto) da de él, no obstante, una "esquematización" relativamente satisfac-
güístico también están "codificadas", y el de "comunicación": estas considera- toria.
ciones, sin cuestionar en forma fundamental el modelo comunicacional, invitan
simplemente a integrar en la competencia lingüística un componente pragmáti- Por nuestra parte, creemos que la constatación que hacía Roland Barthes ha-
co y a admitir entre las significaciones susceptibles de inscribirse en el mensaje blando de su propio status enunciativo en el "seminario", "Lo quiera o no, es-
a los valores ilocutorios. En todo caso, nada hace pensar que para Jakobson toy colocado en un circuito de intercambio", vale también, si bien en menor
(y el hecho mismo de que él admita al lado de la función referencial otras cinco grado, para la actividad escrituraria; y que todos los elementos que Jakobson
funciones, y especialmente la función conativa, probaría más bien lo contrario) considera como "factores inalienables de la comunicación verbal" lo son efec-
sean solamente informaciones las que se intercambian en el curso del acto co- tivamente, y en particular el emisor y el receptor, que si bien no son siempre
municativo. Tampoco se dice explícitamente, si bien de una cierta manera está identificables, participan siempre virtualmente del acto enunciativo: "La doble
presupuesto (y sobre este punto volveremos dentro de poco) por su concepción actividad de producción/reconocimiento instala las dos funciones de emisor y
del código, que para él los dos actantes de la enunciación "intercambian in- de receptor, complicadas por el hecho de que todo emisor es simultáneamente
formaciones correctamente codificadas y unívocas a propósito de un objeto su propio receptor y todo receptor un emisor en potencia; es por esto que A.
de referencia" (Kuentz, 1975, p. 25), informaciones que debido a ello "pasan" Culioli prefiere designarlos como enunciadores: '[. . .] los dos sujetos enuncia-
en su totalidad; y M. Halle tiene razón en protestar contra la actitud de aque- dores son los términos primitivos sin los cuales no hay enunciación' "(C. Fuchs
llos que a la fórmula "una lengua es un instrumento de comunicación" le dan la y P. Le Goffic, 1979, p. 132): la actividad del habla implica la comunicación y
interpretación extrapolada de "una lengua es un instrumento perfecto de co- la comunicación implica que algo pasa entre dos individuos* (que no obstante
municación" , y al comprobar que no lo es expresan exactamente lo contrario en
una fórmula más discutida aún:
3. En el caso del soliloquio, el emisor y el receptor están substancialmente confundidos,
" 'La lengua no es un medio de comunicación. Existen demasiadas pero permanecen funcionalmente distintos. Además, "con respecto a esto, es notable que
las sociedades repriman por la burla el soliloquio [...] Aquel que quiera expresarse sin te-
ambigüedades, redundancias y rasgos específicos para ser un buen me- mor a ser censurado deberá encontrar un público delante del cual representará la come-
dio de comunicación'. Pero ¿quién pretende que sea un buen medio? dia del intercambio lingüístico (Martinet, citado por Flahault (1978, p. 24): emitir un
¿Cuál es ese paralogismo que comprobando las "imperfecciones" eviden- mensaje sin destinatario es un comportamiento que se considera patológico (y el habla
tes de un hecho humano que tiene una historia y privilegiando, por las ne- verbal se opone en este aspecto al canto, que puede muy "normalmente" ser una actividad
solitaria).

18
19
LA ENUNCIACIÓN LA PROBLEMÁTICA DÉLA ENUNCIACIÓN

nosotros preferimos diferenciar terminológicamente: emisor frente a receptor, Semejante optimismo (el código común sería así el del destinatario, del cual se
hablante frente a oyente, locutor frente a alocutario, enunciador frente a enun- apropiaría el emisor miméticamente) deja de lado con demasiada facilidad las
cia taño. ..) ambigüedades, las dudas y los fracasos de la comunicación. Otros, por el con-
trario, demasiado atentos a esos fracasos proponen un solipsismo radical, como
lo hace Lewis Carroll cuando declara en el apéndice a la Lógica simbólica:
1.2. CRITICA DE ESTE ESQUEMA
"Yo sostengo que es absolutamente el derecho de todo escritor atri-
Dicho esto, podemos sin embargo reprochar a Jakobson no haber considera- buir el sentido que quiera a toda palabra o toda expresión que desee
do suficientes elementos y no haber intentado hacer un esquema algo más com- emplear. Si encuentro un autor que al comienzo de su libro declara:
'Quede bien entendido que con la palabra 'negro' querré siempre decir
plejo con el fin de que "el mapa" dé mejor cuenta del "territorio" 4 . 'blanco', y que con la palabra 'blanco' interpretaré siempre 'negro',
aceptaría humildemente esa regla, aún cuando la juzgara, por cierto, ca-
1.2.1. El código. rente de buen sentido." 6
Dentro de este esquema, el "código" aparece formulado en singular y sus- Reglaexplícita y simple (de sustitución por antónimo), cuya aplicación permite
pendido en el aire entre el emisor y el receptor. Lo cual plantea dos problemas sin demasiadas dificultades compensar lo arbitrario del decreto semántico. Pero
y sugiere dos críticas: nada de eso se da en Humpty Dumpty, cuyo idiolecto se propone ser irreduc-
tible:
"Cuando empleo una palabra f.. . ] , ésta significa lo que yo quiero
(a) Problema de la homogeneidad del código que signifique, ni más ni menos" 7 .
Es inexacto, ya lo hemos dicho, que los dos participantes de la comunica- Actitud provocativa, tiránica, jocosa y desesperada a la vez en la que se basa
ción, aún si pertenecen a la misma "comunidad lingüística", hablen exactamen- una conciencia aguda de los equívocos que Alicia sufre en el país de las maravi-
te la misma "lengua", y que su competencia se identifique con "el archiespa- llas. Nunca llegamos a hacernos comprender por los otros: que podamos, al me-
ñol" de un "archilocutor-alocutorio". ¿Qué amplitud pueden tener las diver- nos, hacernos comprender por nosotros mismos.
gencias existentes entre los dos (o más) idiolectos presentes? Respecto de este Mounin condena en 1951, como reaccionaria y burguesa, esa actitud solip-
punto se dan dos actitudes rigurosamente antagónicas: por un lado, la de Ja- sista:
kobson, quien afirma (1963, p. 33): "Esos simples camaradas parisienses [. . .] sabían por instinto que,
"Cuando se habla a un interlocutor nuevo, siempre se trata, delibera- entre las propiedades de la lengua, se contaba, por una parte, su gran es-
da o involuntariamente, de descubrir un vocabulario común, sea para tabilidad y, por otra, su unidad, ambas necesarias para que la lengua siga
agradar, sea simplemente para hacerse comprender, sea, en fin, para des- siendo un medio de comunicación entre los hombres. En tanto que to-
embarazarse de él, se emplean los términos del destinatario. En el domi- das las manipulaciones formalistas que la burguesía decadente inflige a
nio del lenguaje, la propiedad privada no existe: todo está socializado su lengua hacen de ella, según sus mismos teóricos —los Paulhan, los
[. . .]; al fin de cuentas, el idiolecto no es más que una ficción un tanto Blanchot, los Sartre8— un medio de soledad entre los hombres."
perversa "5: Bourdieu (1975) estima, por el contrario, que el empleo de ese artificio teó-

Incluso en las prácticas glosolálicas, el hablante (que declara no comprenderse a sí mis- 6. Citado por Jean Gattégno en su introducción a Logique sans peine ["Lógica sin es-
mo) postula en general la existencia de un destinatario divino (susceptible, él sí, de desci- fuerzo"] de Lewis Carrol, Hermann, 1966, p. 32.
frar las producciones discursivas del glosolálico). 7. De l'autre cóté du miroir ["Del otro lado del espejo"], Marabout, 1963, p. 245.
4. Alusión a este adagio que repite incansablemente Korzybski y que vale para todo tipo 8. Curiosamente, en esta declaración de Mounin (citada por D. Baggioni, 1977, p. 106),
de producción discursiva: "El mapa no es el territorio." no acude Michel Leiris al llamado, no obstante ser quien da en el prefacio del Glosario
la fórmula más radical de la tesis solipsista:"Una monstruosa aberración hace creer a los
5. El subrayado es nuestro. Observemos que en 1961, Jakobson (citado por Revzin, 1969, hombres que el lenguaje nació para facilitar sus relaciones mutuas. Es con esa meta de utili-
n. 17, p. 29) consideraba que "las tentativas de construir un modelo del lenguaje sin tomar dad que redactan los diccionarios, donde las palabras se catalogan dotadas de un sentido
en cuenta al hablante o al oyente" amenazan transformar el lenguaje en una "Acción esco- bien definido (creen ellos), basado sobre la costumbre y la etimología. Ahora bien, la eti-
lástica": en diez años laficcióncambió completamente de campo . . . Palinodia notable y mología es una ciencia completamente vana que no informa nada sobre el sentido verda-
reveladora de esa "mutación" de la que hablábamos en el prólogo. dero de una palabra, es decir la significación particular, personal, que cada uno debe asig-
narle, según complazca más a su espíritu."

20
21
LA ENUNCIACIÓN
LA PROBLEMÁTICA DE LA ENUNCIACIÓN

rico que es la noción de "lengua común" desempeña un papel ideológico bien


preciso: sirve para enmascarar bajo la apariencia euforizante de una armonía taño legítimo del "buen" sentido). Es verdad, "toda palabra quiere decir lo que
imaginaria la existencia de tensiones, enfrentamientos y opresiones muy rea- yo quiero que signifique", pero al mismo tiempo "toda palabra quiere decir lo
les; negar la existencia de esas tensiones y mecerse en "la ilusión del comunis- que quiere decir" (hay un sentido en la lengua). Hablar es precisamente procu-
mo lingüístico", significa de hecho un intento de conjurar, por el desvío del rar que coincidan esas dos intenciones significantes, esos dos "querer decir".
lenguaje, las diferencias sociales. Pero los dos enunciadores, aun si están dispuestos a conformarse al sentido-
Vemos, pues, que las opiniones difieren, tanto respecto del fenómeno mis- en-la-lengua, no tienen necesariamente de e'l la misma concepción. Por esta ra-
mo como de su interpretación ideológica. Nos guardaremos muy bien de tomar zón, después de haber admitido en primer lugar que la comunicación verbal au-
posición sobre el segundo punto. Eñ cuanto al primero, diremos prudentemen- torizaba una intercomprensión parcial, a continuación debemos insistir sobre el
te que la verdad está en el medio. Por un lado, para tomar el caso del compo- hecho de que esa intercomprensión no puede ser sino parcial. Hay que tomar
nente léxico en el que se reúnen más masivamente las divergencias idiolectales, partido: la intercomunicación (los dialectólogos lo han mostrado hace mucho y
es, sin embargo, innegable que se establece un cierto consenso sobre las signi- lo que es verdad de las confrontaciones de dialectos lo es también, guardando
ficaciones que hace posible una intercomprensión al menos parcial (y la for- las debidas proporciones, de las confrontaciones de idiolectos)es un fenómeno
mulación de los artículos de diccionario); y que las palabras tienen, en la len- relativo y gradual. No hay ninguna razón para favorecer los casos de comunica-
gua, un sentido, o más bien sentidos relativamente estables e intersubjetivos: ción "lograda"10 y considerar como "rebabas" fenómenos tan frecuentes como
"si ubicamos mil personas delante de mil sillas", declara un poco imprudente- los malentendidos, los contrasentidos,11 los quid pro quos. Bien por el contra-
mente B. Pottier (puesto que nosotros mismos hemos constatado algunas des- rio, como lo afirman C. Fuchs y P. Le Goffic (1979, p. 133) siguiendo a Antoi-
viaciones denominativas respecto de esto, que son todavía más espectaculares ne Culioli,
cuando se trata de otros tipos de campos semánticos), "podemos obtener un "la disimetría entre producción y reconocimiento, la falta de coinci-
millón de veces el término 'silla'. En lingüística, esta coincidencia de subjetivi- dencia entre los sistemas de los enunciadores obligan a colocar en el
dad es lo que se llama objetividad." Esta observación, en todo caso, señala el centro de la teoría lingüística fenómenos hasta ahora rechazados como
hecho de que los signos son "necesarios" al mismo tiempo que arbitrarios:9 'fallas' de la comunicación".
aunque no haya ninguna razón "natural" para llamar a un gato "un gato", los Desde un punto de vista metodológico ello quiere decir que esta "idealiza-
usuarios de la lengua española aceptan jugar el juego de las denominaciones, y ción teórica que implica el hecho de identificar la competencia del hablante
la historia no nos depara ningún ejemplo de Humpty Dumpty (cuando Alicia, con la del oyente" (postulado del "m'odelo neutro") no es tan "legítima" co-
ante el enunciado de la "paradoja" antes citada, protesta, desconcertada, que mo lo estima Lyons (1978, p. 71); y que, por el contrario, es preciso admitir
"la cuestión es saber si usted puede hacer que las mismas palabras signifiquen que la comunicación (dual: no hablamos por el momento más que del caso más
tantas cosas diferentes", Humpty Dumpty replica con soberbia: "La cuestión sencillo) se funda sobre la existencia, no de un código, sino de dos idiolectos;
es saber quién es el amo, eso es todo", fórmula que enuncia inmejorablemente por consiguiente, el mensaje mismo se desdobla, al menos en lo que concierne a
el hecho de que en el intercambio verbal se juegan relaciones de poder y de que su significado. En efecto, si se define a la competencia como un conjunto de re-
muy a menudo es el más fuerte quien impone al más débil su propio idiolecto. glas que especifican "cómo los sentidos se aparean a los sonidos" (Chomsky) y
Sin embargo, esto no impide que nadie lleve nunca su dominio hasta pretender si asumimos que esas reglas de correspondencia Ste-Sdo varían de un idiolecto
liberarse de la tiranía de las normas y de los usos y Considerarse único deposi- a otro, y dado que el significante de un mensaje permanece invariable entre la

9. Defendiendo una tesis próxima a la de Humpty Dumpty ¡ la Lógica de Port-Royai té- 10.Estas expresiones connotan el ideal de una comunicación total y transparente (restitu-
conoce (p. 129) que la intercomunicación se funda sobre la "necesidad" de los signos: ción integral en la decodificación de los significados). Pero, ¿por qué sería grave o lamenta-
"A cada uno le es permitido servirse del sonido que le plazca para expresar sus ideas, con ble que fuese de otra manera? Por el contrario, se puede aplicar a todos los lenguajes es-
}tal que lo haga saber. Pero como los hombres no son dueños más que de su lenguaje y no ta verdad que Barthes descubre durante una sesión del I.R.C.A.M. (cf. Le Monde, 2 de
del de los otros, cada uno tiene derecho de hacer un diccionario para sí, pero no tiene de- marzo 1978, p. 15): "Pensábamos tener que afrontar una dificultad, la de tener que
recho de hacerlo para otro, ni de explicar sus palabras por las significaciones qué les habrán aproximar lenguajes considerados diferentes, provenientes de competencias desiguales. Pe-
, sido atribuidas. Es por éso que cuando no se tiene la intención de hacer conocer simple- ro creo que lo que hemos afrontado es sólo nuestro miedo de sentirnos excluidos del len-
mente en qué sentido Se toma una palabra, sino que se trata de explicar aquél en el cual es guaje del otro: lo que hemos comprendido es que este miedo es en gran parte ilusorio:
usada comúnmente, las definiciones que se dan no son de ninguna manera arbitrarias, sino la separación de los lenguajes deja de ser fatal, a partir del momento en que no se le pide al
que están ligadas y sujetas a representar, no la verdad de las cosas, sino la verdad del uso" habla que lleve a cabo toda la comunicación."
(observemos que aquí "arbitrario" se opone a "necesario", y no a "motivado" como en
la tradición saussuriana). 11.Este concepto, así como el de "decodificación aberrante" (U. Eco) tiene, por supuesto,
relación con el proyecto significante* del emisor.

•22
23
LA ENUNCIACIÓN LA PROBLEMÁTICA DE LA ENUNCIACIÓN

codificación y la decodificación, es preciso admitir que en el intervalo que sepa-


1.2.2.E1 universo del discurso
ra ambas operaciones el sentido sufre muchos avatares:
Es inexacto, en efecto, representarse al emisor como alguien que para con-
Ste dej mensaje feccionar su mensaje elige libremente tal o cual ítem léxico, tal o cual estructu-
Sdo! codificado^ •"•Sdo2 reconstruido en la . ra sintáctica, tomándolos del stock de sus aptitudes lingüísticas y abreva en es-
decodificación te inmenso depósito sin otra restricción que "lo que tiene que decir". Aparecen
limitaciones suplementarias que funcionan como otros tantos filtros que res-
No es verdad, pues, como parece decirlo Jakobson (siempre según Fuchs tringen las posibilidades de elección (y orientan simétricamente la actividad de
y Le Goffíc) que el mensaje pase en su totalidad "de mano en mano sin sufrir decodificación); filtros que dependen de dos tipos de factores:
alteraciones en la operación".
(1) las condiciones concretas de la comunicación;
(2) los caracteres temáticos y retóricos del discurso, es decir,grosso modo,
(b) Problema de la exterioridad del código las restricciones de "género".
Aun cuando la modalidad de existencia del código en la conciencia de los Por ejemplo: para analizar el discurso de un profesor de lingüística hay que
enunciadores áigue siendo misteriosa, es seguro —y la presentación chomskyana tener en cuenta:
mejora en este punto la de Saussure y lá de Jakobson— que sólo funciona como
"competencia implícita" de un sujeto (conjunto de aptitudes que éste ha inter- (1) la naturaleza particular del locutor (donde entran en juego numerosos
parámetros); la naturaleza de los alocutarios (su número, su edad, su "nivel";
nalizado).
su comportamiento); la organización material, política y social del espacio en
Habiéndose así multiplicado por dos el constituyente "código" los genera-
que se instala la relación didáctica, etc;
dores individuales que se obtienen deben insertarse uno en la esfera del emisor
(2) el hecho de que se trata de un discurso que obedece a las siguientes res-
y el otro en la del receptor. Se podría incluso considerar que cada uno de los
tricciones: discurso didáctico (restricción de género) que se refiere al lenguaje
dos idiolectos incluye dos aspectos: competencia desde el punto de vista de la
(restricción temática).
producción frente a competencia desde el punto de vista de la interpretación12
(con la primera incluida en la segunda ya que nuestras aptitudes de codificación Del mismo modo, para analizar las producciones infantiles es necesario con-
son más restringidas que nuestras aptitudes de decodificación13), pero es nece- siderar:
sario especificar que la primera es la que figura en la esfera del emisor, en tanto (1) si se trata de enunciados orales o escritos, monologados o dialogados,
que la segunda lo hace en la del receptor (el mismo sujeto hace funcionar una emitidos en situación escolar o no, etc.;
u otra de sus dos competencias según su papel enunciativo). Pero nosotros pre- (2) si se trata de enunciados narrativos, descriptivos, poéticos (naturaleza
ferimos la siguiente presentación: llamaremos "competencia de un sujeto" ala de la consigna estilístico-temática).
suma de todas sus posibilidades lingüísticas, al espectro completo de lo que es Llamaremos "universo del discurso" al siguiente conjunto:
susceptible de producir y de interpretar. Esta competencia, concebida muy ex- (1) (situación de comunicación); (2) (limitaciones estilístico-temáticas).
tensivamente, se encuentra restringida en el caso en el cual el sujeto, cuando Finalmente proponemos, con respecto al modelo de Jakobson, las dos me-
funciona la comunicación, se encuentra en posición de codificador, y también joras o, más modestamente, los dos principios siguientes de enriquecimiento:
por la acción de diversos filtros.14
1.2.3. Las competencias- no lingüísticas
12.Que a veces se llaman "competencia activa" frente a "pasiva" -pero la expresión es A las competencias estrictamente lingüísticas (y paralingüísticas), en las dos
bastante desafortunada, pues la operación de decodificación está lejos de reducirse al regis- esferas del emisor y del receptor, agregamos:
tro puro y simple de significaciones evidentes (éstas, por el contrario, son reconstruidas al
término de un trabajo sobre el significante). — sus determinaciones psicológicas y psicoanalíticas, que desempeñan evi-
dentemente un papel importante en las operaciones de codificación/decodifí-
13.Así, "Koko el gorila" posee activamente 300 palabras; pero pasivamente 200 o 300 cación, pero de las cuales hablaremos poco por falta de competencia en la ma-
más. teria (el funcionamiento de los deícticos nos dará sin embargo un ejemplo de la
incidencia del factor "Psi-"15 sobre las opciones lingüísticas);
14.Por ejemplo, supongamos el caso de un sujeto que maneje una lengua extranjera más
fácilmente en el laboratorio que en la vida real. Llamaremos "competencia" lingüística de
ese sujeto a su competencia de laboratorio y diremos que la situación de comunicación 15.Este morfema (obtenido por la intersección de sus significantes) funciona como un ar-
normal funciona como un filtro que limita sus aptitudes lingüísticas. chilexema que neutraliza cómodamente (intersección correlativa de los significados) la
oposición semántica existente entre psicológico/psicoanalítico/psiquiátrico .. .

24 25
LA ENUNCIACIÓN
LA PROBLEMÁTICA DE LA ENUNCIACIÓN

— sus competencias culturales (o "enciclopédicas", el conjunto de los cono-


cimientos implícitos que poseen sobre el mundo) e ideológicas (el conjunto 1.3. REFORMULACION DEL ESQUEMA DE LA COMUNICACIÓN
de los sistemas de interpretación y de evaluación del universo referencial) que
mantienen con la competencia lingüística relaciones tan estrechas como os- Presentamos a continuación, tras estos comentarios anticipados, la refor-
curas y cuya especificidad contribuye todavía más a acentuar las divergencias mulación del esquema de Jakobson que aquí proponemos:17
idiolectales.

1.2.4.Los modelos de producción y de interpretación competencias competencias


lingüística y REFERENTE lingüística y
Los modelos de competencia lingüística explicitan el conjunto de conoci- paralingüística paralingüística
mientos sobre su lengua que tienen los sujetos;pero cuando esos conocimientos
se movilizan con vistas a un acto enunciativo efectivo, los sujetos emisor y re-
ceptor hacen funcionar reglas generales que rigen los procesos de codificación y EMISOR codifi- MENSAJE- decodi-
canal ficación RECEPTOR
decodificación y cuyo conjunto, una vez explicitado (lo que todavía dista de cación
ser el caso), constituiría los "modelos de producción y de interpretación". Ad-
mitimos provisoriamente la hipótesis de que, a diferencia del modelo de compe-
tencia lingüística, esos modelos son comunes a todos los sujetos hablantes, va- competencias competencias
le decir que todos utilizan los mismos procedimientos cuando emiten/reciben ideológica \~ -j ideológica
los mensajes (procedimientos que incluso serían, según J, Pohl, universales y y cultural y cultural
pancrónicos). Mencionemos además, entre esos dos tipos de modelos, las si-
guientes diferencias:
— En el modelo de competencia, el orden de las reglas no es en principio
relevante;16 por el contrario, en los modelos de producción/interpretación ese
determinaciones
"psi" 4 determinaciones
"psi"
orden desempeña un papel primordial, puesto que se trata de describir proce-
sos genéticos efectivos y efectivamente ordenados en el tiempo. restricciones restricciones
— Los modelos de producción/interpretación se apoyan sobre el modelo de del universo del universo
competencia y su propósito es hacerlo funcionar. Pero todos los hechos que del discurso del discurso
son pertinentes en la competencia no son recuperados de la misma manera por
aquellos dos modelos. Por ejemplo, en tanto todos los sujetos poseen una
"competencia sinonímica" y una "competencia polisémica" (conciencia de la modelo de modelo de
existencia de esos fenómenos y conocimiento de los casos en los que aparecen), producción interpretación
el problema de la sinonimia (opción en la búsqueda onomasiológica) es esen-
cialmente de naturaleza "productiva", en tanto que el problema de la polisemia Observaciones:
(opción en la. búsqueda semasiológica) es esencialmente de naturaleza interpre-
tativa. (a) Nos parece imposible disociar las competencias lingüística y paralingüís-
tica (mímica y gestos) en la medida en que, por lo menos oralmente, la comu-
—. A la inversa, otros factores, distintos de la competencia lingüística, en- nicación es "multicanal": para transmitir las significaciones, los apoyos fone-
tran en juego en la constitución de los modelos de producción/interpretación: máticos y paralingüísticos —que.por lo demás se intersectan a nivel de los he-
competencia cultural e ideológica, datos situacionales, etc.
chos prosódicos- se prestan mutuamente su concurso. En un estudio que tiene
el mérito de partir de la observación de hechos concretos (y en particular de
perturbaciones patológicas), consagrado al funcionamiento del circuito de la
comunicación, A. Borrell y J. L. Nespoulous comprueban que hablar es, en pri-
mer lugar,
16. Se sabe que es sobre esto que Chomsky funda su argumentación tendiente a probar que
la semántica generativa no es más que una "variante notacional" del modelo standard. 17.Esta presentación incluye la "competencia ideológica" de Slakta y las diferentes "ba-
ses" (ideológica, lingüística, analítica, textual) de D. Maldidier, C. Normand y R. Robín,
1972.

26
27
LA ENUNCIACIÓN
LA PROBLEMÁTICA DE LA ENUNCIACIÓN

"proceder a la selección de las diversas categorías de apoyos formales de — Las restricciones temático-retóricas que pesan sobre el mensaje que se va
la comunicación (lengua, gesto, mímica . . .)• Esta operación no se pro- a producir.19
pone favorecer uno de los sistemas semióticos en detrimento de los
otros; por el contrario, nos parecen posibles distintas disposiciones. Es Estos diferentes factores, tal como lo muestra Philippe Hamon (1974, p.
por ello que observamos a veces la co-ocurrencia de los diferentes sis- 119), tienen un carácter relativamente20 restrictivo, carácter que, dice él,
temas en el marco del discurso. Ej.: Mensaje lingüístico +Gesto +Mí-
mica. En otros casos, esos elementos aparecerán alternativamente, to- "los niños [. . .] conciben muy pronto, cuando se dan cuenta de que su
mando esta vez un gesto el lugar de una palabra o de un sintagma" construcción de un mensaje está mediatizada (futrada, predeterminada)
(1975, p. 103). por una serie de imágenes implícitas o explícitas que ellos se forman,
retomando el esquema hexafuncional de Jakobson,
La importancia de los comportamientos paraverbales se manifiesta, entre de ell,os mismos;
otros, en el hecho de que es la dirección de la mirada del hablante18 lo que de- de su discurso
fine prioritariamente al oyente en la comunicación oral y aún de manera más del soporte de su discurso;
decisiva que el empleo del "tú" lingüístico, pues los pronombres personales de la lengua que utilizan;
pueden dar lugar a usos "desfasados" (es el problema de los "tropos" particu- del destinatario;
lares que consideraremos más adelante bajo el término de "enálages"). Cuando de la realidad social y física.
a una persona presente en la situación de comunicación se la denota mediante Estas imágenes pueden estar además, más o menos desmultiplicadas:
un pronombre de tercera persona, llegamos, en efecto, a la conclusión. yo escribo en función de la imagen que mi público se hace de mí mismo
-problema de la "imagen de marca" del escritor, que funciona igual-
— de que esa persona está excluida de la relación de alocución, si la mirada mente como una norma restrictiva [. . .] A cada imagen corresponderá
del hablante no se dirige hacia ella; una serie de restricciones o de servidumbres (de normas) que orientarán
— de que esa persona tiene efectivamente el papel de oyente, en el caso con- el trabajo del emisor".
trario (la tercera persona se explica entonces como un "tropo", que aparece en
los enunciados "hipocorísticos" del tipo " ¡Qué elegante que está mi chiquita
hoy! . . . " ) . 1.4.(AUT0)CRITICAS
Nos parece que nuestro modelo de la comunicación verbal, al darle un lugar
(b) Llamamos "universo del discurso" a algo extremadamente complejo a las otras competencias a las cuales se incorpora la competencia lingüística, y a
y heterogéneo, que abarca: los diferentes factores que mediatizan la relación lengua/habla y permiten la
— Los datos situacionales, y en particular la naturaleza escrita u oral del conversión de una en otra, hace ciertos arreglos positivos al modelo de Jakob-
canal de transmisión, y la organización del espacio comunicacional, objeto de la son. Pero aún no es más que un esquema —demasiado esquemático y demasiado
reflexión "proxémica" (Hall, Moscovici). Conviene precisar que todos estos da- estático.
tos no son pertinentes más que bajo la forma de "imágenes", de representacio-
1.4.1. Las propiedades de la comunicación verbal
nes, que los sujetos enunciadores construyen a partir de ellos, y que es necesa-
rio en particular admitir en su competencia cultural las imágenes (I) que el emi- Esta presentación no muestra ciertas propiedades características de la comu-
sor (A) y el receptor (B) se forman de ellos mismos y de su interlocutor, es
decir, los cuatro elementos que Michel Pécheux(1969) simboliza de la siguien- 19.Es decir que este componente da cuenta a la vez de lo que Todorov (1973, p. 135) lla-
te manera: ma restricciones "enunciativas" y "discursivas", por oposición a las restricciones estricta-
mente lingüísticas.
IA ( A ) (Imagen de A para A): "¿quién soy yo para hablarle así?" 20. Relativamente, pues las restricciones situacionales permiten, sin embargo, en español
IA (B) (Imagen de B para A): "¿Quién es él para que yo le hable así?" un "juego" bastantefluido,a diferencia de la lengua Dyirbal hablada en North Queenland,
IB ( B ) : "¿quién soy yo para que él me hable así?" de la cual Dixon (1971, p. 437) nos enseña que comprende dos variantes con vocabularios
Ig (A): "¿quién es él para que él me hable así?" totalmente diferentes: el Guwal, habla cotidiana no marcada, y el Dyalnuy, lengua espe-
cial usada obligatoriamente en presencia de ciertos parientes "tabú": "The use of one
language or the other was entirely determined by whether or not someone in proscrib
relation to the speaker was present or nearby; there was never any chotee involved."
18. Sobre las reglas que rigen el "contacto ocular" (eye-contact), véanse los trabajos de que determinaba enteramente el uso de una lengua o la otra, era el hecho de que alguien,
Hall y de Schegloff. en relación prohibida con el hablante, estuviese o no presente o próximo; una elección no
era posible nunca"].

28 29
LA ENUNCIACIÓN
LA PROBLEMÁTICA DE LA ENUNCIACIÓN

(Kuentz, 1969, p. 86), la cual puede considerarse tanto en


2.1. CONSIDERACIONES SEMÁNTICAS SOBRE LA PALABRA la lengua como en el habla;
"ENUNCIACIÓN" enunciado 3 = secuencia de oraciones considerada en la lengua (frente a
"discurso": Guespin, 1971, p. 10);
2.1.1. Sentido original enunciado 4 = secuencia de oraciones actualizada (Duboisy Sumpf, 1969,
No obstante, todos los lingüistas están de acuerdo en el sentido "propio" P-3).
que conviene atribuir a este término: En esta polisemia hay, pues, dos ejes involucrados:35 el eje de la oposición
• Benveniste (1970, p. 12): "La enunciación es esa puesta en funciona- lengua/habla, y el eje del "rango" (dimensión de la unidad considerada). Para
miento de la lengua por un acto individual de utilización". aclarar la situación se podría sugerir oponer regularmente según el eje del rango
• Anscombre y Ducrot (1976, p. 18): "La enunciación será para nosotros los términos "oración" y "enunciado", y utilizarlos como archilexemas, neu-
la actividad lingüística ejercida por el que habla en el momento en que habla" tralizando la oposición lengua/habla. Se dispondría así de un conjunto termino-
[pero también por el que escucha en el momento en que escucha]. lógico que comprendería seis elementos:
Diremos, pues, que la enunciación es en principio el conjunto de los fenóme-
nos observables cuando se pone en movimiento, durante un acto particular de oración oración oración frente a enunciado enunciado enunciado36
comunicación, el conjunto de los elementos que hemos previamente esquema- abstracta actualizada abstracto actualizado
tizado. En este laberinto terminológico nos interesa menos tomar posición que in-
Pero Anscombre y Ducrot continúan de este modo: "[La enunciación] es, tentar precisar dónde está el límite entre el enunciado y la enunciación a partir
pues, por esencia histórica, es un acontecimiento y, como tal, jamás se repiten del momento en que la segunda deja de ser concebida como el acto de produc-
dos veces en forma idéntica." Si entre los lingüistas hay acuerdo acerca de su ción del primero, y en el que ambos por lo tanto se aproximan.
"verdadera" naturaleza, también hay unanimidad en reconocer la imposibilidad Diremos que de hecho se trata del mismo objeto y que la diferencia reside
de hacer un objeto de estudio de la enunciación concebida en esa forma: es, en en la perspectiva con que se mira ese objeto:
efecto "el arquetipo mismo de lo incognoscible", pues "nunca conoceremos
más que enunciaciones enunciadas" (Todorov, 1970, p. 3). "El enunciado concebido como objeto-evento, totalidad exterior al
sujeto hablante que lo ha producido, es sustituido [en la perspectiva de
una lingüística de la enunciación] por el enunciado objeto-fabricado, en
2.1.2. Primer deslizamiento semántico que el sujeto hablante se inscribe permanentemente en el interior de su
Es por ello que el término sufre corrientemente, a partir de su valor origi- propio discurso, al mismo tiempo que inscribe allí al 'otro' por las
nal, un primer deslizamiento semántico, de orden metonímico, deslizamiento marcas enunciativas" (G. Provost-Chauveau, 1971, p. 12).
que se explica a la vez por la imposibilidad metodológica de tratar la enuncia- Lucile Courdesses expresa en términos parecidos una idea similar: dice que,
ción en sentido propio y por la motivación del significante (el sufijo -ción de- una vez que se ha renunciado a considerar la enunciación como el acto de pro-
nota en castellano [como -tion en francés] polisémicamente el acto y el pro- ducción del enunciado,
ducto del acto): si bien en su origen la enunciación se opone al enunciado "el problema que se plantea es el de descubrir las leyes de la enuncia-
como un acto a su producto, un proceso dinámico a su resultado estático, el ción partiendo del enunciado realizado. ¿Existen estructuras específicas
denotado del término se ha ido petrificando progresivamente. Así, un texto es de la enunciación, elementos discretos analizables que permitan estable-
tratado como "enunciación", a pesar de que el sentido primero se convierte en cer claramente el proceso de enunciación en el interior del enunciado
marcado respecto del derivado, o sea que está remotivado bajo la forma de "ac- como un hilo de trama invisible pero presente en una tela?" (1971, p.
to de enunciación". 23).
Podemos entonces preguntarnos en qué medida la enunciación se opone to-
davía al final de tal evolución semántica, al enunciado. Antes de responder a 35.!?e trata, en efecto, de polisemia y no de homonimia:
esta pregunta, quisiéramos primero señalar rápidamente que el término "enun- e2/e3: relación de dominio (hiperónimo/hipónimo);
e2/e4: lo mismo;
ciado" es también polisémico. Podemos así distinguir los siguientes usos termi- e3/e4: relación de contraste;
nológicos: el /e4: relación de paite a todo entre los denotados correspondientes.

enunciado 1 = oración actualizada (Ruwet, 1967, p. 368; Lyons, 1976, 36.Ducrot, por su parte, adopta el siguiente sistema terminológico:
pp. 42 y 102; Sperber, 1975, p. 389); oración / enunciado frente a texto / discurso
(abstracta) (realizado"» (abstracto) (realizado)
enunciado 2 = unidad transoracional, secuencia estructurada de oraciones

40
39
LA ENUNCIACIÓN
LA PROBLEMÁTICA DE LA ENUNCIACIÓN

A la lingüística de la enunciación le corresponde identificar, describir y es-


Esa será también nuestra problemática: no pudiendo estudiar directamente tructurar el conjunto de esos hechos enunciativos, es decir:
el acto de producción, trataremos de identificar y de describir las huellas del
- hacer el inventario de sus soportes significantes y de sus contenidos sig-
acto en el producto, es decir, los lugares de inscripción en la trama enunciativa nificados.
de los diferentes constituyentes del marco enunciativo (M.E.)
- elaborar una grilla que permita clasificarlos.
El principio más natural de clasificación parece ser el siguiente:
2.1.3. Segundo deslizamiento semántico (1) enunciado referido al locutor;
Entre estos diferentes constituyentes, hay uno que a menudo privilegian los (2) enunciado referido al alocutario;
teóricos de la enunciación, y la cita anterior de Anscombre y Ducrot lo ejem- (3) enunciado referido a la situación enunciativa.
plifica claramente ("La enunciación será para nosotros la actividad lingüística Adoptaremos este principio, si bien no es enteramente satisfactorio:
ejercida por el que habla . . . " ) : es el emisor del mensaje; privilegio que connota - En efecto, se puede considerar que el locutor y el alocutario son partes
e implica a la vez el término no muy afortunado de "enunciación", pues aun integrantes de la situación de comunicación.
cuando el uso lingüístico pretenda hacer de él un archilexema que neutralice la - Algunos hechos enunciativos, como los que reflejan la relación que el
oposición codificación/decodificación, el uso común ("enunciar" es producir emisor mantiene, a través del enunciado, con el receptor, no se ubican en nin-
más bien que interpretar un mensaje) tiende obstinadamente a contaminarlo.37 guna de estas tres rúbricas.
Es por esto que el término "enunciación", además de la transferencia metoní- - Otros, en cambio, están imbricados en varios de ellos. Es así, por ejem-
mica señalada, se ve frecuentemente afectada por otro tipo de deslizamiento se- plo, que el funcionamiento de los deícticos abarca: el locutor + el alocutario
mántico, que se debe a la "especialización" (reducción de la extensión): en (secundariamente) + la situación espacio-temporal de L (y eventualmente de
lugar de englobar la totalidad del trayecto comunicacional, la enunciación se A). Pero lo que prevalece en su definición es que permiten al locutor apropiarse
define entonces como el mecanismo de producción de un texto, el surgimiento del aparato de la enunciación y organizar alrededor de sus propias coordenadas
en el enunciado del sujeto de la enunciación, la inserción del hablante en el se- temporales y espaciales el conjunto del espacio discursivo. Los deícticos serán,
no de su habla. pues, considerados en la perspectiva del hablante-escritor: es el valor dominante
del fenómeno considerado lo que determinará su pertenencia a tal o cual rú-
2.2. LA ENUNCIACIÓN "RESTRINGIDA" FRENTE A LA brica.38
ENUNCIACIÓN "AMPLIADA" (b) Considerada en sentido restrictivo, la lingüística de la enunciación no se
Según que la perspectiva adoptada admita o no esta restricción del concep- interesa más que por uno de los parámetros constitutivos del ME: el hablante-
to, se hablará de lingüística de la enunciación "restringida" o "ampliada". escritor. Esta es la actitud descriptiva que adoptaremos aquí, al menos en lo
que concierne a la mayor parte de nuestro estudio. Dentro de esta perspectiva
(a) Concebida en forma amplia, la lingüística de la enunciación tiene como restringida consideraremos como hechos enunciativos las huellas lingüisticas de
meta describir las relaciones que se tejen entre el enunciado y los diferentes la presencia del locutor en el seno de su enunciado, los lugares de inscripción y
elementos constitutivos del marco enunciativo, a saber: las modalidades de existencia de lo que con Benveniste llamaremos "la subjetivi-
dad en el lenguaje". Sólo nos interesaremos, pues, por las unidades "subjeti-
— los protagonistas del discurso (emisor y destinatario(s));
vas" (caso particular de enunciatema).
— la situación de comunicación
Esta subjetividad es omnipresente: todas sus elecciones implican al hablante
• circunstancias espacio-temporales pero en diversos grados. Nuestra hipótesis de trabajo será la de que ciertos
• condiciones generales de la producción/recepción del mensaje: naturaleza hechos lingüísticos son desde este punto de vista más pertinentes que otros;
del canal, contexto socio-histórico, restricciones del universo del discurso, etc. nuestra meta, la de localizar y circunscribir esos puntos de anclaje más visibles
Llamaremos "hechos enunciativos" a las unidades lingüísticas, cualquiera de la subjetividad lingüística.
sea su naturaleza, su rango, su dimensión, que funcionan como índices de la 38.La actitud descriptiva que adoptamos aquí se basa, pues, en la hipótesis (admitimos
inscripción en el seno del enunciado de uno y/u otro de los parámetros que aca- que discutible) de que incluso si los diferentes constituyentes del ME coexisten necesaria y
bamos de ennumerar, y que son por esa razón portadoras de un archi-rasgo dialécticamente en todo acto comunicacional, no es completamente ilegítimo, desde un
semántico específico al que llamaremos "enunciatema ". punto de vista metodológico, disociarlos (toda la empresa lingüística reposa, por otra par-
te, sobre tales operaciones de disociación -así los dos planos del contenido y de la expre-
sión, que son, sin embargo, como todos saben, tan "indisociables"como el derecho y el re-
37.Del mismo modo como dice bien Culioli: "el enunciadoi" de un mensaje es, ante todo, verso de una hoja de papel...).
tradicionalmente, su emisor.

41 42
LA ENUNCIACIÓN
LA PROBLEMÁTICA DE LA ENUNCIACIOA

De manera semejante, y tratándose sólo del locutor, son esos lugares de anclaje
(los más manifiestos de la subjetividad lingüistica) (Lecointre y Le Galliot ha-
2.3. RECAPITULACIÓN blan incluso de "puntos perceptibles") los que sé tratará de inventariar.
Acabamos de mostrar que, a partir de su valor original, el término "enun-
Después de haberla restringido tan severamente, elegiremos en un segundo
ciación" sufrió dos tipos de deslizamiento semántico y, correlativamente, la
tiempo la perspectiva descriptiva: reintegraremos los parámetros enunciativos
problemática de la enunciación sufre dos tipos de desplazamiento, de los cuales
previa e injustamente eliminados y mencionaremos un cierto número de traba-
uno nos parece ineluctable (estamos metodológicamente restringidos a la pro-
jos que por diferentes vías contribuyen igualmente al desbroce del campo lexo-
blemática de las huellas), mientras que el otro no es más que coyuntural y pro-
lógico.
visorio; por el momento adoptaremos, pues, esta reducción, pues ella permite,
al limitar el campo de investigación, no perderse demasiado en él.
Al término de esa doble distorsión del concepto, podemos definir del si-
guiente modo la problemática de la enunciación (la nuestra): es la búsqueda
de los procedimientos lingüísticos (shifters, modalizadores, términos evaluati-
vos, etc.) con los cuales el locutor imprime su marca al enunciado, se inscribe
en el mensaje (implícita o explícitamente) y se sitúa en relación a él (problema
de la "distancia enunciativa"). Es un intento de localización y descripción de
las unidades, cualesquiera sean su naturaleza y su nivel, que funcionan como ín-
dices de la inscripción en el enunciado del sujeto de la enunciación.
En un primer tiempo, lo que practicaremos será una lexología restringida:
"lexología", pues tal es el neologismo (formado sobre el griego "lexis") por
medio del cual Roland Barthes (1978a, p. 9) propone bautizar la lingüística de
la enunciación; "restringida", pues de los diferentes parámetros que pueden
considerarse relevantes en el cuadro de esta problemática, retendremos sola-
mente el primero, y concentraremos nuestra reflexión en las huellas del hablan-
te-escritor en el enunciado; restringida también porque nuestro estudio se limi-
tará a las manifestaciones más triviales, en el discurso más "corriente", de la
subjetividad lingüística, y porque las soñsticaciones del discurso literario, que
ciertamente mencionaremos varias veces, no ocuparán jamás la escena princi-
pal de nuestra reflexión, que de esa manera podrá parecer un tanto burda.
Nuestra hipótesis y nuestro método de trabajo serán, sin embargo, los mis-
mos que adoptan, aplicándolos a un texto literario (Jacques le Falatiste), Si-
mone Lecointre y Jean Le Galliot (1972, pp. 222-223):

"Es importante distinguir rigurosamente lo que se dice -el enuncia-


do- y la presencia del hablante en el interior de su propio discurso -la
enunciación. Si esta presencia se sustrae a un enfoque objetivo, la dis-
tinción que precede se revelará como poco operativa. Ahora bien, suce-
de que una serie cuyo repertorio [...] de formas lingüísticas está bien
establecido traduce efectivamente esa apropiación de su propio discur-
so por parte del hablante. En estudios de este tipo, pues, nos vemos
llevados a aislar los sistemas de índices entre los cuales se encuentran los
pronombres personales, las formas verbales, los informantes espaciales
y, en general, el conjunto de modalidades en las que se basan las rela-
ciones entre los interlocutores y el enunciado".

44
43
LA ENUNCIACIÓN
SUBJETIVIDAD EN EL LENGUAJE

titutivos e interpretativos de las "cosas". Contrariamente a la ilusión "isomor-


(2) Esta referencia a los elementos expuestos en (1) es tan indispensable en la fista" y "calcomaníaca" (antes del lenguaje existiría un mundo enteramente
fase de codificación (para seleccionar la unidad lingüística apropiada) como en dividido en objetos distintos y la actividad denominativa consistiría simple-
la de decodificación (para atribuirle un contenido referencial apropiado). mente en adherir etiquetas significantes sobre esos objetos preexistentes), la
(3) Esta referencia es absolutamente obligatoria y las reglas de empleo de lingüística repite y demuestra que las producciones discursivas que autorizan
los deícticos son estables (sin dejar de tener en cuenta, no obstante, el "juego" las, lenguas de ninguna manera podrían ser como un tipo de "análogo" de la
que permiten las enálages). realidad, puesto que recortan a su manera el universo referencial; imponen una
"forma" particular a la "sustancia" del contenido; organizan el mundo, por
Vale decir que consideramos a los deícticos como un sub-conjunto de las "abstracción generalizante", en clases de denotados, sobre la base de ejes se-
unidades "subjetivas", que constituyen a su vez un sub-conjunto de las unida- mánticos parcialmente arbitrarios, y "programan" así de manera obligatoria
des "enunciativas": a la par de Wunderlich, 1972 (quien después de haber des- los comportamientos perceptivos y descriptivos de la comunidad lingüística:
crito toda situación de enunciación como un "9-uplet" [una "nónupla"] re- "Recortamos la naturaleza según las líneas trazadas por nuestra len-
tiene como deícticos sólo tres de esos nueve componentes), y a diferencia de gua [...]: de hecho, nos es imposible hablar sin suscribirnos al modo de
Fillmore, 1973 (que considera, además, la "deixis social"), admitimos única- organización y de clasificación del dato que ha decretado ese acuerdo
mente tres categorías —personal, temporal y espacial79 - de funcionamientos [...]. Ningún individuo tiene la libertad de describir a la naturaleza con
deícticos, en la medida en que las unidades que invistan tienen la triple propie- una imparcialidad absoluta, sino que, por el contrario, se ve constre-
dad de suministrar informaciones indispensables (ya que todos los textos están, ñido a ciertos' modos de interpretación precisamente cuando se cree más
a su manera, "anclados" deícticamente), fundamentales (ya hemos dicho, tras Ubre" (B. L. Whorf80).
Benveniste, que gracias a los deícticos se constituye el sujeto y se estructura el
espacio en que éste se mueve) y rudimentarias a la vez (puesto que si bien todo En este sentido, todas las palabras de la lengua funcionan —para retomar la
tipo de informaciones de índole verbal o extra-verbal vienen a injertarse sobre terminología de Robert Laffont (1976, pp. 98-99), como "praxemas", es decir
esta indicación denotativa poco elaborada, los deícticos permiten solamente la que connotan, en diverso grado ("piedra", "buey", "alma", aun estando todas
identificación de algunos de los constituyentes del marco enunciativo). culturalizadas no lo están en el mismo grado), las diferentes "praxis" (tecnoló-
Pero después de haberlos eliminado, por decreto terminológico, de la cate- gica, sociocultural) características de la sociedad que las maneja, y que conlle-
goría deíctica, nos queda por considerar las otras maneras, más sutiles, en que van toda suerte de juicios interpretativos "subjetivos" inscritos en el incons-
se inscribe en el enunciado la subjetividad lingüística. ciente lingüístico de la comunidad.
— Pero no se trata aquí de las manifestaciones colectivas y, podría decirse,
"catacrésicas" de la subjetividad lingüística (a propósito de la expresión "el sol
poniente", C. Hagége, 1971, p. 225, dice con justicia que la lengua es "una es-
2. LOS SUBJETIVEMAS "AFECTIVO" Y "EVALUATIVO"; pecie de cambalache o de,Museo Grévin81 del conocimiento"). Lo que nos inte-
AXIOLOGIZACION Y MODALIZACION resa son los usos individuales del código común82 y nuestra problemática es la
Antes de proseguir con esta exploración se imponen algunas observaciones
80. Puesto que fueron Whorf y E. Sapir quienes denunciaron con vehemencia la ilusión
preliminares. ¡somorfista ("De hecho, el 'mundo real' está construido en gran medida de acuerdo con los
hábitos lingüísticos de los distintos grupos culturales"), se llama algunas veces "hipótesis
— Naturalmente que toda unidad léxica es, en un cierto sentido, subjetiva, ie Sapir-Whorf' al postulado inverso (que pasa actualmente por verdad establecida).
dado que las "palabras" de la lengua no son jamás otra cosa que símbolos sus-
31. Famoso museo de figuras de cera de la ciudad de París.
79. El funcionamiento de las deixis temporal y espacial no es simétrico, ya que se oponen
según, por lo menos, dos ejes: 82. Coseriu (1966, p. 188) distingue asimismo la subjetividad "constitutiva del lenguaje"
- referencia móvil/fija: TQ no deja de desplazarse en el transcurso de la diacronía de la "apreciación subjetiva individual".
snunciativa, en tanto que el lugar en el que se toma la palabra por lo general no cambia en En realidad, habría que distinguir tres, y no dos, niveles de subjetividad, según que
:1 transcurso del mismo acto de enunciación; se inscriban en el habla/la lengua/la facultad (universal) del lenguaje; cf. P. Henry, 1977,
- referencia obligatoria/facultativa (cf. Genette, 1972, p. 228; y el hecho de que en p. 38: Si es verdad, como lo sostiene Chomsky, que la competencia lingüística tiene bases
la comunicación telefónica, estando dada de entrada la referencia temporal, únicamente universales innatas, ligadas a aptitudes comunes a todos los sujetos humanos, es posible
jl deíctico personal tiene obligatoriamente necesidad -salvo si la voz es suficiente para "en este sentido", dice, "hablar de una forma de subjetividad universal" (de toda la
dar la información- de ser especificado). humanidad).

92
91
SUBJETIVIDAD EN EL LENGUAJE LA ENUNCIACIÓN

• Observemos el siguiente enunciado, de posible producción por un extran-


siguiente: cuando el sujeto de una enunciación se ve confrontado con el proble- jero que se ejercita en español;
ma de la verbalización de un objeto referencial, real o imaginario, y cuando pa- "Usted es muy bonita. Su vestido es colorado".
ra hacerlo debe seleccionar ciertas unidades tomándolas del repertorio léxico y De estas dos oraciones, la primera se percibe como mucho más "normal"
sintáctico que le propone el código, se le presentagrosso modo la opción entre que la segunda, que produce irremediablemente el efecto de una de esas oracio-
dos tipos de formulaciones: nes artificiales que uno machaca cuando aprende una lengua extranjera. Lo que
• el discurso "objetivo", que se esfuerza por borrar toda huella de la exis- ocurre es que cuando predican sobre objetos presentes en la situación de comu-
tencia de un enunciador individual; nicación, las expresiones objetivas, a diferencia de las subjetivas, que no son ne-
cesariamente obvias, están desprovistas de todo valor informativo— excepto
• el discurso "subjetivo", en el cual el enunciador se confiesa explícitamen- cuando están insertas en un contexto argumentativo específico que suspende
te ("lo encuentro feo") o se reconoce implícitamente ("es feo") como la fuen- la aplicación de la "ley de la informatividad": de esta manera, el enunciado pre-
te evaluativa de la afirmación. cedente puede, en rigor, justificarse interpretándolo como "usted es muy boni-
Ejemplo: en un manual de geografía destinado a los alumnos del curso ele- ta, ya que su vestido es colorado y este color le sienta bien".
mental,83 el capítulo referido a "Francia" no se titula así sino "Nuestra dulce • Ciertos términos, por último, parecen fuera de lugar en algunos tipos de
Francia". Esta fórmula está doblemente marcada subjetivamente, si se la com- discurso (científico, lexicográfico, etc.) que pretenden en principio la objetivi-
para con "Francia", más "normal" en este contexto enunciativo (discurso con dad.86 Es así que la presencia, en la definición de "alma" que propone Casares
pretensiones científicas):
en su Diccionario ideológico de la lengua española, de una expresión tal como
• por el uso del deíctico, que implica que es un enunciador francés quien se "sustancia espiritual que informe el cuerpo humano", o la fórmula "religión falsa
dirige a los francesitos (señalando el contexto que se trata de un "nuestra" in- de la India", empleada por le Bouilhet para caracterizar al budismo, o la presen-
clusivo); cia en las definiciones de "negro" que proponen los diccionarios del "Antiguo
Régimen" de expresiones como "esos desdichados esclavos", "esos seres vicio-
• por la utilización del adjetivo afectivo-axiológico "dulce",84 que enuncia
sos", chocan al lector moderno, acostumbrado a definiciones lexicográficas me-
un juicio de valor y un compromiso emocional del hablante respecto del objeto
denotado.
nos groseramente subjetivas. El sentimiento de esta incongruencia puede servir
para postular la existencia de ciertas categorías de subjetivemas (a saber, los ras-
gos [afectivo], [axiológico] y [modalizador]).
- Para llevar a cabo la localización de las unidades que nos parece legítimo —Estas observaciones permiten al mismo tiempo tomar conciencia de que el
considerar como subjetivas, nos fiaremos ante todo —hay que confesarlo sin ro- eje de oposición objetivo¡subjetivo no es dicotónico sino gradual.
deos- de nuestra propia intuición, intuición que es posible eventualmente apo- • Las unidades léxicas están ellas mismas (en la lengua) cargadas con un pe-
yar en comprobaciones (pues sería abusivo hablar aquí de "criterios") tales co- so más o menos grande de subjetividad. Por ejemplo:
mo las siguientes:
• A diferencia de los términos objetivos, cuya clase denotativa tiene con- OBJETIVO SUBJETIVO
tornos relativamente estables, la de los términos subjetivos es un conjunto flui-
do: la pertenencia de x a la clase de los profesores, de los solteros, de los vete- soltero amarillo pequeño bueno
ranos85 o aun de los objetos amarillos es admitida o rechazada más unánime-
mente —y puede verificarse con mayor facilidad— que su atribución a la clase y es evidentemente afirmativa la respuesta a la pregunta de Todorov (1970 a. p.
de los imbéciles o de los objetos de arte. 7): "¿'bueno' involucra al hablante más fuertemente que 'amarillo'?", como
86. Recordemos que, desde nuestra perspectiva, "pretender la objetividad" significa
83. Ma Géographie en couleurs ["Mi geografía en colores"] de P. Valette, E. Personne y "tratar de borrar toda huella de la presencia en el enunciado del sujeto de la enunciación".
B. Le Chaussée, Nathan, 1968 (la ed. 1958). También pretende la objetividad, según F. Giroud (1979), el discurso periodístico ("Con
estados de ánimo no se hace periodismo"), el cual, cuando se permite apreciaciones y
84. Observemos que la predicación está "justificada" argumentativamente: comentarios subjetivos, debe "marcarlos" explícitamente como tales; y también el del "en-
• por el hecho de que la expresión funciona desde hace tiempo como un "cliché" trevistador", según M. A. Macciochi quien declara en ese mismo artículo: "He tratado,
(los "epítetos de la naturaleza" no pueden ser sino "naturales" y justos); aquí, de 'borrarme' al máximo frente a mi tema", expresión de la que es eco la del entre-
• por una especie de audaz deslizamiento metonímico: Francia tiene un clima vistado Giroud: "A mis ojos, el buen periodismo no consiste en ponerse en primer plano,
"dulce" (templado) ->-es un país "dulce". sino por el contrario en borrarse detrás del tema" (notemos que se puede elegir entre bo-
rrarse frente o detrás del tema. . .).
85. Estos términos, al emplearlos metafóricamente, se matizan subjetivamente.

93 94
SUBJETIVIDAD EN EL LENGUAJE LA ENUNCIACIÓN

cual artículo u órgano de prensa (así, uno puede preguntarse qué significa exac-
también lo atestigua el hecho de que, a diferencia de los axiológicos, los nom-
tamente la bonita fórmula —con su quiasmo semántico— de la que se vale Le
bres de color (igual, por otra parte, que los dimensionales) son muy bien tole-
Nouvel Observateur para definirse como "el más objetivo de los diarios de opi-
rados por el discurso científico (y en particular lexicográfico). Asimismo, es
nión y el más comprometido de los diarios de información": más adelante pro-
con todo derecho que Korzybski denuncia, en oraciones como
curaremos contestar a esta pregunta.)
(1) "La flor es colorada" Después de todas estas precauciones oratorias, ya es hora de proseguir con la
(2) "Jorge Duran es un egoísta", exploración de las unidades significantes cuyo significado presenta el rasgo
la impostura que constituye el verbo "ser", que hace como si la propiedad que [subjetivo] y cuya definición semántica exige la mención de su usuario. La lle-
tiene por función atribuir al objeto estuviese intrínsecamente ligada a éste, varemos a cabo distinguiendo, en un primer momento, por razones de comodi-
cuando la verdad es que sólo se constituye en la relación que existe entre el ob- dad descriptiva, las diferentes partes del discurso.
jeto percibido y el sujeto perceptor. Pero el "abuso de lenguaje" es, seguramen-
te, más grave y el porcentaje de subjetividad seguramente más alto en la segun- 2.1. LOS SUSTANTIVOS
da oración que en la primera (para demostrar el carácter relativo de la validez
de esta aserción, Korzybski está obligado, en efecto, a recurrir al ejemplo del La mayor parte de los sustantivos afectivos y evaluativos son derivados de
sapo y, con más convicción, al del daltónico . . . ) Por otra parte, ésa es la razón verbos o de adjetivos: aquí no nos ocuparemos de ellos sino que remitiremos el
por la cual es mucho más efectivo en el segundo caso que en el primero el re- análisis de términos como "amor", "pretexto", "acusación", "belleza", "pe-
medio que aconseja Korzybski contra ese falaz "efecto-de-objetización",87 re- quenez", etc. al de "amar", "pretextar", "acusar", "bello", "pequeño", etc.
medio que permite que el mapa explique mejor el territorio: en (1) Korzybski Queda un cierto número de unidades intrínsecamente sustantivas, las cua-
propone, simplemente, reemplazar "ser" por "parecer"; en (2), la explicitación les nos van a permitir plantear el problema de esos términos peyorativos (des-
del carácter subjetivo de la predicación debe desarrollarse más, ya que la fórmu- valorizadores)/elogiosos (laudativos, valorizadores) que llamamos axiológicos.
la "saludable y científica"88 correspondiente es: "en tales circunstancias y con
referencia a tal persona, Jorge Duran se ha comportado de una manera tal que, 2.1.1. El problema de la categoría axiológica
según mis propios standards, me parece egoísta" (si verdaderamente tenemos Para denominar a un individuo x, yo puedo decir (y en los dos casos hay de-
prisa: "Jorge Duran se comporta habitualmente como un egoísta" —pero la fór- nominación "absoluta", en el sentido que la hemos definido):
mula es todavía demasiado generalizadora y, a menos que se la fundamente es- (1) "es un profesor": el término enuncia una propiedad objetiva del deno-
tadísticamente, abusiva). tado, fácilmente verificable;
(2) "es un imbécil"/"es un genio": estos sustantivos suman dos tipos de in-
• Por otra parte, el porcentaje de subjetividad varía de un enunciado a otro
formación, por lo demás indisociables:
en la medida en que las unidades pertinentes desde este punto de vista pueden
• una descripción del denotado;
estar presentes en mayor número o con mayor densidad— siendo el fin último
• un juicio evaluativo, de apreciación o de depreciación, aplicado a ese de-
(y en cierta medida utópico) de este inventario de las unidades enunciativas,
notado por el sujeto de la enunciación.
tras haberlas provisto de un índice de subjetividad, la elaboración de un méto-
Estos términos, en la medida en que hacen intervenir una evaluación de x,
do de cálculo del porcentaje de subjetividad presente en un enunciado dado.
la cual es solidaria con los sistemas de apreciación del hablante; en la medida en
Esto permitiría zanjar todos esos confusos debates sobre la objetividad de tal o
que su uso, aunque x permanezca invariable, podrá variar de una enunciación a
otra; en la medida, en fin, en que deben ser eliminados de un discurso con pre-
87. Ya que la "Semántica general" podría llamarse con más exactitud, como lo observa tensiones de objetividad, en el que el hablante se rehuse a tomar posiciones res-
Lyons (1978, p. 84), "semántica terapéutica": se trata, en efecto, de una disciplina educa-
tiva, o más bien reeducativa. pecto del denotado evocado, pueden considerarse como portadores de un rasgo
Para una presentación, en francés, de los principios teóricos y aplicaciones prácticas semántico [subjetivo].
de la semántica general, véase H. Bulla de Villaret, 1973.
La descripción de los sustantivos axiológicos plantea un cierto número de
88. La obra más importante de Korzybski (aparecida en 1933), en efecto, lleva por tí- problemas delicados:
tulo Science and Sanity. An introduction to Non-Aristotelian Systems and General Se-
mantics ["Ciencia y Sanidad. Introducción a los sistemas no aristotélicos y a la semántica ^ P u e d e ocurrir que el rasgo evaluativo reciba un soporte significante espe-
general"]. La fórmula es más saludable porque es más justa; y más científica porque ma- cífico: tal es el caso de los términos peyorativos sufijados con "-acho/a" (cf.
nifiesta esa toma de conciencia (de la distancia que separa lo construido de lo vivido) "ricacho", "poblacho", "comunacho", "vinacho"), con "-«te" (cf. "pobrete",
(|uc caracteriza a la actitud científica y que conviene incorporar, según Korzybski, a todos
sus comportamientos lingüísticos. "vejete"), con "-ucho/a" (cf. "casucha", "feúcho" -ejemplo, este último, en el

95 96
LA ENUNCIACIÓN
SUBJETIVIDAD EN EL LENGUAJE

tilísticamente "normales" que designan realidades sexuales o escatológicas tien-


que el sufijo no hace sino reforzar el valor peyorativo del tema) o con "-astro" den a ser percibidos como "vulgares", en la medida en que la desvalorización
(cf. "poetastro", "camastro"), entre otros. que se confiere al contenido acaba por extenderse al significante. No es casual
que el argot adopte de buen grado los términos peyorativos del francés stan-
(b) El rasgo axiológico se localiza en el nivel del significado de la unidad dard: expresa una visión profundamente desvalorizados del mundo.90 Este he-
léxica, el cual se define por su relación triangular con el significante, por un cho no ha sido investigado respecto del lunfardo porteño, pero hay indicios de
lado, y con el denotado, por el otro. que en él ocurre algo semejante. A la inversa, cuando la lengua poética del siglo
- En principio, debe distinguirse cuidadosamente entre las connotaciones XVIII llama "ágape" a un vulgar picnic o "mansión" a una casa cualquiera,
axiológicas y las estilísticas. Comparemos, en efecto, los tres términos obedece ante todo a un imperativo retórico; pero a pesar de que hemos identifi-
"cafetera/auto/tutú": cado la estratagema estilística, ese ennoblecimiento del significante repercu-
• "cafetera" frente a "auto": la diferencia es de orden semántico, ya que el te inevitablemente sobre la representación del denotado: las listas de equivalen-
primero le agrega al segundo término el rasgo de [viejo, mala calidad, mal cias entre palabras comunes y expresiones nobles que proponen los diccionarios
funcionamiento, fealdad . . . ] y connota de parte de L una actitud desfavorable; del siglo XVIII no son tan inocentemente artificiales como podría creerse.
• "auto" frente a "tutu": la diferencia está únicamente en su significante:
los dos términos son equivalentes en extensión y su contenido sémico es idénti-. - Diremos, pues, que entre el Ste y el Sdo hay en principio independencia
co; se oponen únicamente por el tipo de discurso (lengua standard frente a len- de los respectivos sistemas de (des¡valorización, compensada por una tendencia
gua familiar, especialmente dirigida a los niños) susceptible de adoptar uno u parcial a la contaminación.
otro.89 Siendo, por el contrario, estrechamente solidarios uno de otro el significado
Hay evidentes afinidades entre los dos tipos de valores, las que se manifies- y el denotado (puesto que el significado es la imagen lingüística abstracta del
tan, por ejemplo, en el hecho de que denotado, y los semas que lo componen, la imagen de las propiedades pertinen-
• se confunden, a veces, en la descripción metalingüística (es así que no es tes del denotado), entre el significado y el denotado hay solidaridad general de
infrecuente oir que es más aconsejable decir "esposa" o "señora" en lugar de los respectivos sistemas de (des)valorización, compensada por una tendencia
"mujer", considerado "demasiado peyorativo"); parcial a la autonom i'a.
• se sustituye frecuentemente uno al otro en el curso de la evolución dia- Existe una evidencia intuitiva, ampliamente confirmada por los análisis de
crónica (lat. "caballum" = "jamelgo" -> "caballo", ya en el latín vulgar); las "mitologías de lo cotidiano" (el Georges Perec de las Choses ["Cosas"], el
• en una misma sincronía, numerosos morfemas presentan un hecho de po- Barthes de las Mythologies ["Mitologías"], el Baudrillard del Systéme des ob-
lisemia tal que los dos sememas se oponen exclusivamente por el hecho de pre- jets ["Sistema de los objetos"]), de que los objetos referenciales son ellos mis-
sentar, uno, el rasgo axiológico y, el otro, el rasgo estilístico. mos el centro de cristalizaciones axiológicas y el objeto de juicios evaluativos
Ejemplo: la palabra "bulín", que se presta a dos utilizaciones: variables de una sociedad a otra (Hjelmslev, 1971, p. 119: " . . .el 'ser desprecia-
bulín 1: [conjunto de semas que definen el contenido de "casa"] ble' puede ser el perro en una determinada sociedad; en otra, la prostituta; en
+ [mala utilización] (desde el punto de vista de la moral común) una tercera, la bruja o el verdugo, y así sucesivamente. . ."). Así pues, conviene
bulín 2: [conjunto de semas que definen el contenido de "casa"] distinguir, en un primer momento teórico, los valores axiológicos que se locali-
+ [lengua familiar] zan en el nivel de la representación referencial (y que pueden reflejarse en todo
(Cf. " ¡Bienvenidos a nuestro bulín!"). tipo de prácticas simbólicas) y los que se inscriben en los significados léxicos.
De modo similar, "hembra" se considera peyorativo y vulgar cuando se apli- Pero inmediatamente debemos añadir que a partir del referente y gracias a la ac-
ca a una mujer, y como dando un matiz peyorativo y vulgar al tema, se mencio- ción mediatizadora de la competencia ideológica, las connotaciones axiológicas.
na al sufijo "-acho" en las gramáticas del español.
Parecería, pues, que la "barra" que, en principio, separa al significante del 90. Según J. Pohl (1968, pp. 157-158), si en un diccionario del argot francés tomamos
significado no es del todo impermeable: una palabra que tiene la connotación todas las palabras que comienzan con la letra C, constatamos que se reparten de la siguien-
de "vulgar" manifiesta una tendencia a vulgarizar, por contagio, al significado, te manera:
y por consiguiente al denotado al que remite: por el contrario, los términos es- - palabras "desfavorables": 284/"neutras": 98/"favorables": 5 o 6.
De lo que Pohl deduce amargamente: "La observación del lenguaje nos daría razones
para ser misántropo" (al constatar la misantropía de que dan fe los usos lingüísticos).
N9. Notemos que el término "connotación" indica en "viola" frente a "guitarra", y en Pero aun cuando en el léxico general lo peyorativo tenga prioridad sobre lo favorable,
"chafalonía" frente a "joya" dos fenómenos diferentes. Los mismos que hace notar los resultados de la encuesta hubieran sido menos espectaculares si Pohl la hubiese llevado
l'oilorov (1966, p. 9) respecto de las palabras francesas decrincrin frente a violón ["vio- a cabo con referencia a otros niveles de lengua.
lín"| y flingue frente a fusil ["fusil"].

98
97
LA ENUNCIACIÓN
SUBJETIVIDAD EN EL LENGUAJE

ul cabo de cierto tiempo —pues los valores lingüísticos se caracterizan por una sos y, por lo tanto, pueden considerarse como marcados en la lengua, otras pa-
mayor inercia respecto de las representaciones referenciales-, terminan por "pa- labras, como "comunismo", "nacionalismo", "orden" o "disciplina", son ente-
sar" a la lengua. Cuando Cavanna declara (en la revista Charlie-Hebdo del 22 de ramente solidarias, en lo que concierne a su connotación axiológica, con la es-
Julio de 1970) que "la naturaleza es como la justicia, la virtud, el honor, la be- pecificidad del punto de vista ideológico desde el cual habla L -sea porque las
lleza, el hombre, la infancia desdichada, la cultura clásica, el acorazado Potem- "informaciones previas" que poseemos sobre él nos permiten interpretar apo-
kin, la cocina a la manteca y la música sinfónica: no podemos estar en contra", lógicamente un enunciado en sí mismo indeterminado, sea, por el contrario,
el consenso que denuncia caracteriza en primer término la actitud de los fran- porque las propiedades internas del enunciado permiten inferir ciertas caracte-
ceses hacia el objeto-naturaleza, pero la santificación del objeto (es decir, por rísticas del "idiolecto" en que abreva su enunciador. En cuanto a los valores
supuesto, de su representación culturalizada) lleva indirectamente, por metoni- inscritos en el diasistema, nos permiten diagnosticar la actitud (de desprecio o
mia, a la valorización de la palabra. Para el Black Power [el Poder Negro], el co- de reverencia) que adopta en su conjunto la sociedad respecto de tales o cuales
lor negro es "hermoso"; lo que no impide que de su slogan salga embellecida objetos referenciales y el lugar que ocupan en el interior del sistema, muy jerar-
también la palabra "negro". quizado, de sus representaciones colectivas. Nuestra sociedad europea, por
ejemplo, desvaloriza persistentemente la esfera de lo sexual92 y de lo escatoló-
(c)E\ valor axiológico de un término - o , más precisamente, para no seguir gico, valoriza lo "alto" con respecto a lo "bajo", lo "grande" frente a lo "pe-
complicando el problema sumándole el de la polisemia, el valor que se atribuye queño" y, lejos de aceptar que "el trabajo —cualquier trabajo— dignifica" (mas
u uno de sus seinemas- puede ser más o menos estable o inestable. Esto es: hay los proverbios enuncian, muy a menudo, como lo ha mostrado S. Meleuc, una
términos que están claramente marcados, en el interior del "diasistema" inte- "contra-doja"), impone a aquellos que tienen la desgracia de ejercer un oficio
grador de todos los "lectos", con una connotación positiva o negativa; pero al infamante93 la obligación de valerse, prudentemente, de la hiperonimia o, astu-
lado de ellos hay otros que sólo reciben una connotación así en un dialecto, un tamente, del eufemismo94 (que consiste en reemplazar la expresión normal por
sociolecto o un idiolecto en particular. Es por ello que podemos ver cómo se otra mejor connotada).
uxiologiza un término generalmente neutro (Tony Duveñ, Le Bon Sexe ¡Ilustré
| "El buen sexo ilustrado"], Minuit, 1974, p. 9: "He empleado a menudo, a lo 92. Un solo ejemplo, pero espectacular: el de la palabra "boludo", en francés con.
largo de este libro, la palabra 'médico' en un sentido peyorativo, y aun injurio- "la más bella palabra de la lengua francesa (junto con 'loisir' ['tiempo libre'])" para Steve
Masson (alias André Hardellet), quien se hace esta pregunta en Lourdes, lentes.. . ["Pesa-
so ; lo hice por pura comodidad de la escritura y de más está decir que de ningu- das, lentas. . ."] (Pauvert, 1968, p. 19): "Quisiera que los tipos cráneos, los etnólogos, los
na manera ubico en el mismo plano a los autores de la Enciclopedia y a los me- lingüistas, me expliquen por qué esas tres letras se han convertido en el símbolo de la -de
dios que no comparten las opiniones de aquéllos": la lengua funcionaría, por nuestra- estupidez" (reparemos en que, como bello ejemplo de tabú lexicográfico, la pala-
cierto, mucho mejor, si, para cada clase de objetos, discriminase terminológica- bra recién hace su entrada en el Petit Robert en 1977; en español, todavía no aparecen
-ni "boludo" ni "pelotudo"- en la última edición del Diccionario de la Academia).
mente los buenos de los malos...) o cómo se invierte su connotación usual
(Blaise Cendrars: "La publicidad es la más cálida manifestación de la vitalidad 93. Hiperónimos: "Cuando el padre es tornero, es mejor responder 'metalúrgico'; o 'fun-
ile los hombres de hoy, de su puerilidad, de su don de invención y de imagina- cionario', si el padre está empleado en el ferrocarril": éste es el consejo que un sindicato de
ción"). Así como cualquier palabra, no importa cuál, si se encuentra inserta en padres de alumnos brinda a sus adherentes cuando deben llenar las fichas escolares de sus
un co(n)texto apropiado o acompañada de determinados significantes entona- hijos -ya que la institución escolar, si bien no cree que haya oficios tontos, admite en
cambio la validez del proverbio "De tal padre, tal hijo".
cionales o gráficos específicos,91 puede resultar investida por una connotación Eufemismos: cf. los peluqueros que se convierten en "peinadores", los porteros en
(dcs)valorizadora inédita, así también, en el límite, es la clase de la totalidad de "encargados", los pedicuros en "podólogos".
los sustantivos la que viene a instalarse en la clase de los axiológicos.
Pero la inestabilidad de las investiduras axiológicas que se observa en las 94. Diversos ejemplos de eufemismos:
competencias léxicas se debe, sobre todo, a la diversidad de las competencias - en el discurso del ministro de economía, los aumentos de tarifas se convierten en
"reajustes";
ideológicas que reflejan: a diferencia de "racismo", "sexismo", "maquiavelis- - en las traducciones españolas de Homero, los "ojos de vaca" de Hera se convierten
mo", "extremismo", etc., que funcionan normalmente como términos injurio- en "los grandes ojos";
- entre los cosmetólogos y sus clientes, los pelos se metamorfosean en "duvet" y
( las arrugas en "pliegues de expresión";
M, Ej: la entonación enfática (que puede remitir, según el contexto, a una ideología - en el lenguaje de las inmobiliarias, la presencia de una ventana hace al ambiente
humanista o machista) que es posible dar al enunciado de una oración como " ¡Eso es un "luminoso" y una cocina de cuatro metros cuadrados es "grande";
hombre!", entonación con valor de excelencia cuyo exacto equivalente gráfico lo consti- -. para los talles y los pies femeninos, el deslizamiento se efectúa en el otro sentido:
tuye, por ejemplo, la siguiente metagrafía de Balzac (señalada en Rhétorique genérale el valor axiológico de los adjetivos dimensionales varía según el objeto sobre el cual predi-
I "Retórica general"], Larousse, 1970. p. 66): "una femme, una femme, la PHAMME" can.
I "una mujer, una mujer, la MU-JER").

100
99
LA ENUNCIACIÓN
SUBJETIVIDAD EN EL LENGUAJE

racismo o si, funcionando "en segundo grado", pretende ridiculizar a ios que la
(d) La variabilidad de los valores axiológicos susceptibles de llegar a investir emplean en el primero.99
una misma unidad léxica no contribuye en nada a facilitar su análisis. Cuando
Michel Droit define a Cohn-Bendit como "un pequeño boche95 mofletudo y —Quedan, por último, los muchas veces curiosos efectos de la acción del
barrigón", el valor axiológico del enunciado —que se reparte por toda la secuencia contexto verbal: expresión del exceso,100 efectos paradojales de la atenua-
pero se concentra sobre todo en boche- es más que evidente y se requería todo ron, 101 fenómenos de contaminación cotextual (así, por ejemplo, el texto so-
el aplomo de un Droit para atreverse a negarlo (lo que hizo, en efecto, en una ore "la dulce Francia" está hasta tal punto saturado de axiológicos que ese ba-
emisión televisiva del 2 de mayo de 1978: cuando se le reprochó lo despectivo ño connotativo impregna y matiza halagadoramente todas las unidades del tex-
de la oración citada, encontró la siguiente réplica, soberbia en su mala fe y su to, hasta las más objetivamente geográficas en apariencia, viniendo a concen-
humor involuntario: "¿y entonces?, es peyorativo, acaso, 'mofletudo'?"). Pero trarse esas connotaciones axiológico-euforizantes en el dulce nombre de Fran-
hay axiológicos menos groseros, de los que hablaremos más abajo, como tam- cia). Por lo demás, es verdad que no se puede esperar dar cuenta del funciona-
bién de los casos en los que es dable dudar sobre el valor que se debe atribuir a miento de los axiológicos sin tomar en consideración los efectos, a veces
tal o cual unidad significante96- tanto más cuanto que para hacerlo sólo pode- indirectos, del cotexto más o menos amplio y de la dinámica argumentativa en
mos fiarnos de nuestra intuición semántica, apoyada eventualmente en ciertas la que están inmersos.
consideraciones formales (funcionamiento de "pero" y de "hasta"). En ausen-
cia de todo método que permítala localización automática de los axiológicos,97 f^Esta alusión al papel argumentativo de los axiológicos desemboca en el
ésta es aún más incierta porque vienen fácilmente a perturbar la economía de problema más general de la relación que existe entre su valor semántico y su
los valores positivos y negativos ciertos hechos característicos de las lenguas na- función pragmática; relación que se manifiesta en el hecho de que la frecuencia
turales. de los axiológicos en general y de las dos categorías, positiva y negativa en par-
ticular, variará según la perspectiva ilocutoria global del discurso que los toma a
su cargo:
— Tenemos, por ejemplo, los dos fenómenos que Genette, 1976, pone en
evidencia bajo los nombres de "contra-valorización compensatoria" (que con- — Los axiológicos serán naturalmente más numerosos en los enunciados de
siste en valorizar a continuación el término de la oposición que se ha desvalori- intención evaluativa que en los que tienen pretensiones descriptivas.
zado primeramente) y de "valorización por contraste" (lo que quiere decir que
para un mismo sujeto el valor axiológico de un. término variará según la relación — Los discursos de función apologética, como el discurso publicitario cuyo
opositiva dentro de la cual se lo considera: x puede muy bien estar marcado po- fin pragmático er el de hacer más atractivo al producto, para venderlo mejor,
sitivamente en relación con y y negativamente en relación con z). explotarán masivamente la existencia en la lengua de términos encomiásticos.
— Nos encontramos también con el hecho de que, por sus propiedades se- — Simétricamente, los discursos polémicos,102 por el hecho de que se pro-
mánticas, los axiológicos están predestinados a que se los utilice irónicamente ponen descalificar un "objetivo", se caracterizan por movilizar con ese propó-
—basándose la ironía en el hecho de expresar, bajo las apariencias de valoriza- sito numerosos axiológicos negativos apropiados, o "desacreditantes". Tal será,
ción, un juicio de desvalorización— y que los índices de la inversión semántica
que la caracteriza no siempre se dejan localizar fácilmente:98 no sbrapre es fá-
99. Obsérvese que los tenemos que designan a ciertos movimientos pictóricos o a peque-
cil desentrañar si el uso de una palabra como "negro" connota efectivamente Sos grupos de izquierda -impresionismo, cubismo, rebeldes, anarquistas- proporcionan
ejemplos de un mecanismo análogo: la recuperación rcvalorizadora, por parte de los mis-
mos que se constituyeron originariamente en su blanco, de términos empleados al prin-
95. "Boche" es un término muy despectivo para designar, en fiancés, a los alemanes. cipio para desaoreíSiar injuriosamente al adversario.
96. Cf. Apostrophes del 28 de octubre de 1978: Pivot enumera las cualidades ("hábil",
"inteligente", "cortés") y los defectos ("falta de auir-iid", "mal informado", "ciclo- 100. Ya que si la hwít'-fi?* es «úempre una cualidad y la deshonestidad siempre un defec-
tímico") que í rancois Giroud atribuye a Giscard d'Estaiír- en La Comedie du pouvoir to, ¿"ómo pug^e 4g"'jfS. c l, e &V:i"kn es "demasiado honesto" o "demasiado deshonesto"?
| "La comedia del poder"], contra lo que protesta Giioud: 'Tete 'dcisiíniico' no es un de- (ño siendo h<" '.¿ffí patulle?» en ambos Cjisos la paradoja y su resolución).
lecto, ni una cualidad, por otra parte; es neutro."
101. Comp.«erí!">í> >-•' '.'y-""río: "Es una posición fuerte" (~* buena) frente a "es un
97. Osgood (1964), no obstante, propone uno, que CP-OKÍSIT,-,: .,.„<. ^„ÍUÍ-; por más de poco fuerte" (lo que ti»..-«, -. ••. »..-_• ^•"masiado" -• mala).
una razón.
102. Sobre este punto ef. el N° 9 (1980) de t testra revista Linguistique et sémiologie.
98. Con respecto a este asunto, véanse nuestros artículos sobre la ironía (1976 y 1980).

102
101
LA ENUNCIACIÓN
SUBJETIVIDAD EN EL LENGUAJE

presión a la cual el receptor responde a veces, devolviéndole así a su interlocu-


por ejemplo, en el discurso de los adversarios de la lingüística, el término tor ia pelota injuriosa, con "' ¡x vos!" o ' ¡más x serás vos!");
"jerga"; en el de los generativistas, el atributo ele "taxonomista"; en el de los • entonacioiial: siempre es posible, según observa Delphine Perret, interpre-
políticos, "demagógico"103 o "irresponsable" (q'io puede servir tentó a los tar como hipocorístico un término liabitualmente injurioso cuando la entona-
partidos de centro para descalificar a los radicales como a una agrupación estu- ción pide esa interpretación antifrástica; y, a la inversa, la entonación puede
diantil para desacreditar al rector de la universidad) - y a este respecto pode- transformar en injurioso un término habitualmente neutro (es decir que los tres
mos preguntarnos sobre las relaciones que se dan entre los conceptos de "axio- factores que mencionamos aquí como marcas de la injuria no están necesaria-
lógico" y de "injuria". mente presentes los tres ai mismo tiempo, pudiendo la fuerza de uno venir a
Veamos a continuación dos ejemplos de "interacciones": compensar la ausencia de otro).
"Me insultó de una manera terrible y nos trató a todcs de salvajes, La injuria constituye, pues, un empleo discursivo particular de los axiológi-
lo que enfureció a Monsieur Waloumba, [un africano] quien le hizo cos negativos. Pero observemos que se puede pasar insensiblemente del enun-
notar que era una injuria. El doctor Katz se disculpó diciendo que no ciado consíaíativo al enunciado injurioso:
era un termino despectivo" (E. Ajar, Le vie devant soi ["La vida ante sí (1) "lo que usted está diciendo es contrario a la verdad": constatación;
misma"], Mercure de France, 1975, p. 247). (2) "al decir eso está mintiendo": desde que conlleva la idea de una disimu-
lación deliberada, el enunciado se axiologiza y la aserción gira hacia la acu-
"Cuando Jean-Fran$oÍ3 Revel [director de L 'Express} le hacía notar
al secretario general del Partido Comunista Francés que sus palabras sación;
['¿Cuánto le paga el ministro Barre por hacer esas preguntas?'] no eran (3) "usted es un mentiroso": aquí no se trata ya de una caracterización
otra cosa que difamación, obtuvo esta respuesta del señor Marcháis: puntual sino de una calificación injuriosa que pretende enunciar una propiedad
' ¡Oh, Revel! Hace tiempo que sabemos que usted es un canalla'. Sa- intrínseca del denotado; correlativamente, la fuerza ilocutoria del enunciado se
cando la conclusión natural de semejante exceso de lenguaje,el director acentúa;
de L' Express se levantó y abandonó el estudio" {Le Mcnde, 16 de ene- (4) " ¡pedazo de mentiroso!": injuria propiamente dicha.
ro de 1979, p. 40).
Es, pues, muy difícil decir dónde, hablando propiamente, comienza lo ilocu-
Estos ejemplos ponen en evidencia dos cosas: que los términos peyorativos torio: sabemos que Ducrot llama así a aquello que en un enunciado "modifica
están siempre listos a funcionar como injurias y que las injurias tienen que ver la situación jurídica de los interlocutores". Pero si se toma el adjetivo en su
con la pragmática del lenguaje: su propósito es poner al receptor, por un meca- sentido propio, el número de los enunciados ilocutoriamente marcados se redu-
nismo de Estímulo -> Respuesta, en una situación tal que está obligado a ce al caso de las injurias proferidas contra determinadas figuras socialmente san-
reaccionar frente a la agresión verbal (a "sacar la conclusión natural") por la fu- tificadas (magistrados, agentes de policía), a los que no se tiene el derecho de
ria o por la huida. "ofender" ni de "ultrajar", y, en rigor, al caso de lo que Ducrot llama (1973a,
Diremos, pues, que el rasgo axiológico es una propiedad semántica de ciertas p, 125) la "afrenta" (comportamiento discursivo que consiste en poner a la víc-
unidades léxicas que les permite, en ciertas circunstancias, funcionar pragmáti- tima en ía alternativa "jurídica" siguiente: vengarse o quedar deshonrado, y
camente como injurias, siendo la marca ilocutoria de la injuria el resultado que se opone a la "ofensa", la cual no constituye un acto ¡locutorio porque só-
complejo de un conjunto de hechos de carácter lo modifica el "estado psíquico" del receptor) -reducción que se puede consi-
• léxico (los axiológicos negativos constituyen un deposite virtual del que derar demasiado severa y arbitraria.105 Si, por el contrario, empleamos de
se extraen los términos injuriosos);
• sintáctico (en la injuria propiamente dicha, el témdno peyorativo se em- el :aso de la blasfemia -pr- píamente dicha no hay alocutario, sino un destinatario indirec-
plea en función vocativa104 y a menudo en el contexto < pedazo de (x)> , ex- to: Dios). Ej.: decir "miartla" a un agente de policía es expresar la propia exasperación,
pero no es insultarlo ("ultiijar"); por lo tanto, no es ilegal, si hemos de creer en el veredic-
to de un proceso incoado por un agente de policía contra un profesor de Lille que le ha-
bía lanzado esa palabra "gruesa" durante una manifestación: el profesor fue juzgado ino-
103. Según Le Monde de los días 10-11 de diciembre de 1978, la Unión Soviética "pro- cente. Pero pudiera ser que otro tribunal hubiese sentenciado de otra manera: en realidad
testa vigorosamente contra las campañas demagógicas en torno de los derechos del hombre el término es polisémico y la maldición se hace injuria si se dirige manifiestamente a un
que se llevan a cabo en Occidente": democracia de este lado, demagogia del otro. . . tercero (en cambio, "ándate a la mierda" siempre está dirigido y es, por consiguiente,
injurioso).
104. Es sólo por extensión que puede admitirse la existencia de "injurias designativas"
("este salame me ha dicho. . .") (sobre este punto y otros que se refieren al problema <ie 105. El ritual de la afrenta no se encuentra ya en estado puro en las sociedades contempo-
la injuria, véase Delphine Perret, 1968). ráneas. Señalemos, sin embargo, como curiosidad los insultos proferidos por Cassius Clay:
La injuria se opone de este modo a la maldición (analizada por Benveniste, 1974, a ejemplo de las injurias homéricas, son una especie de guante arrojado al adversario.
cap. VIII) como una fórmula de tratamiento frente a una exclamación de uso personal (en

104
103
LA ENUNCIACIÓN
SUBJETIVIDAD EN EL LENGUAJE

mo", "reaccionario", "sucio burgués hediondo", "elemento obstinado", "bosta


manera figurada el término "jurídico", entonces pertenecen a lo ilocutorio no de perro", "serpiente venenosa", "representante típico de la burguesía", etc.,
solamente la afrenta sino también la injuria en general, e incluso todos los funcionan como sinónimos que solamente se oponen sobre el eje de la intensi-
empleos de axiológicos, ya que siempre son susceptibles de influencias perlocu-
dad (en el caso de la "banda de los cuatro", la adecuación denotativa de los
torias sobre el comportamiento del receptor (comportamiento de compra indu-
archi-términos peyorativos "capitalista" y "revisionista" usados para descalifi-
cido por los mensajes publicitarios, respuesta a los sondeos de opinión inducida
carlos era tan dudosa como evidente su eficacia connotativa); se puede hacer la
por la formulación de la pregunta,106 etc.)
misma observación respecto de la palabra "judío", sinónima de "que no está
Con relación a la injuria, señalemos aún lo siguiente: bien" para algunos árabes,110 etc.
- En algunas sociedades y en ciertas circunstancias, el empleo de la injuria — Para que la injuria pueda funcionar adecuadamente (es decir, que el efec-
obedece a reglas tan estrictas que parecen provenir directamente de un manual to perlocutorio que se obtiene concuerde con el valor ilocutorio que se propo-
de uso correcto: así ocurre entre los jóvenes negros norteamericanos cuya habla ne el enunciado), hace falta también que A la perciba como tal, que participe,
analiza Labov (1978), los que emplean un repertorio muy limitado de injurias, por consiguiente, del sistema axiologico de L. Supongamos, por ejemplo, que L
casi rituales, que provienen de un escaso número de temas productivos;107 o en trata a A de "anarquista" y que A le responde con soberbia (como Mastroiani
el universo carcelario chino, en el cual la práctica de la Prueba consiste en en Réve de singe ["Sueño de simio"] de Marco Ferreri) "¡Perfectamente!":
derramar colectivamente sobre la víctima, con el propósito de obtener su Con- L queda pagando y el combate polémico termina por falta de combatientes.111
fesión, un chorro de injurias codificadas con una increíble precisión, como lo
atestigua el siguiente diálogo relatado por Pasqualini: " 'Así, en lugar de estar - Recordemos, por último, la siguiente observación de Bally (1969, p. 199):
reconocido al partido comunista por haber mejorado la situación, usted está "Supongamos a un hombre de mundo cuyo lenguaje es habitualmen-
intentando sabotear su sistema. ¿Se da cuenta de hasta qué punto se ha porta- te correcto y pulido, a quien se le pregunta su opinión sobre un finan-
do como un canalla?' Loo lo interrumpió, con la voz vibrante de cólera. Tenía cista deshonesto; si responde 'Es un atorrante', se tendrá la impresión
que recordar a Chou las reglas del juego. ' ¡No lo trate de canalla!', dijo firme- de un cuerpo extraño alojado en un sistema expresivo enteramente di-
mente ; 'sabe bien que ese tipo de insulto está prohibido durante las sesiones de ferente: intuimos que el sujeto habría empleado normalmente otra pa-
estudio. No podemos emplear ese lenguaje respecto de nuestros compañeros de labra (canalla, miserable, etc.); si ha elegido una más vulgar, es para mar-
car mejor su desprecio":
célula'. Chou bajó un tono en el vocabulario peyorativo oficial. 'De acuerdo.
Huevo podrido, entonces'. 'No', replicó Loo sacudiendo la cabeza, 'ni siquiera cuanto más "bajo" es un término, más tiende a degradar al objeto que denota;
eso. Si quiere, puede tratarlo de mal elemento, o de reaccionario, o de propie- es decir que la connotación estilística puede, en algunos casos, reforzar los efec-
tario asqueroso. De propietario que no merece ni siquiera su nombre. Podemos tos pragmáticos de la connotación axiológica.
tratarlo de rico propietario insignificante' ".108
— En este ejemplo el grado de la calificación peyorativa tiene un papel de- 2.1.2. Conclusiones
terminante, en tanto que no importa el contenido denotativo: se asiste, pues, a Los axiológicos, elogiosos o injuriosos, tienen pues el papel de detonadores
una especie de vaciamiento semántico de la expresión en provecho de la conno-
tación axiológica sola,109 y "revisionista", "fascista", "agente del imperialis- na en el discurso publicitario como una "ganzúa" valorizadora ("Sedal da a tu pelo un
brillo natural").
106. La mayoría de los sujetos interrogados, sin siquiera percibir la contradicción, respon- 110. Como ese Alí que evoca Robert Linhart en L'Etabli ["El tablero"], Minuit, 1978,
den con entusiasmo "sí" a las dos preguntas siguientes, lo que entraña la connotación posi- pp. 149-150: "A cualquier cosa que le diga o le pregunte (que se trate de una comida, de
tiva de los dos sustantivos: algo para fumar, de cualquier cosa) responde vivamente:
(1) "¿Está en favor de la libertad de trabajo? - No, eso no lo hago nunca, es 'judío'.
(2) "¿Está en favor de la solidaridad de todos los obreros en caso de huelga?" Yo. -¿Cómo, es 'judío'?
El. -Eso quiere decir que no está bien, que no hay que hacerlo [. . . ] . Escribir 'judío'
107. David: "Tu madre es tan vieja que tiene telarañas abajo de los brazos". -Boot: "Tu es escribir el árabe al revés. Se escribe parecido, pero en el otro sentido.
madre es tan vieja que puede estirar su cabeza y sacar el culo hacia afuera". Yo. -Díme. Alí, sé lo que digo; yo mismo soy judío.
Y él, imperturbable, asintiendo indulgentemente con la cabeza:
108. Prisonnier de Mao ["Prisionero de Mao"], Gallimard ("folio"), 1976, I, p. 81. (El 'Pero no podes ser judío. Vos estás bien. Judío quiere decir cuando no está bien.'"
subrayado es nuestro).
111. Ejemplo análogo escuchado hace unos años: Li le dice a L2 (vendedor de L 'Humanité
109. El mismo fenómeno puede observarse también (aunque más raramente) con respecto rouge) que no le gusta ese diario y que lo encuentra "stalinista"; respuesta de L2 -propia-
a los axiológicos positivos: la palabra "naturaleza" (y sus derivados), por ejemplo, funcio- mente apaciguadora-: " ¡eso tiene interés!".

106
105
LA ENUNCIACIÓN
SUBJETIVIDAD EN EL LENGUAJE

mos a hablar— de la subjetividad objetivizada, permiten al enunciador tomar


ilocutorios con efectos inmediatos y a veces violentos. Se los maneja, por ello, posición sin confesarse abiertamente como la fuente del juicio evaluativo.
con infinitas precauciones.112 Y es por ello también que el lenguaje culto pre-
fiere atenuarlos con una litote o un eufemismo (sirviendo la litote para los dos Juicio que, sin embargo, no lo compromete más que a él y cuyo carácter
tipos de axiológicos, mientras que el eufemismo atenúa únicamente los peyora- eminentemente subjetivo no puede negar: hacer uso de los axiológicos es, en
tivos), cuyo elogio razonado pronuncia Pierre Larousseen los siguientes térmi- cierta medida, "hablar de sí mismo" (Béranger, en Tueurságages ["Matadores
nos: a sueldo"]* de Ionesco: " ¡Qué hermoso es,qué césped magnífico, este cantero
florecido! . . . ¡Qué olor suave! Sabe, señor arquitecto . . . discúlpeme por ha-
"Así pues, hemos dado a cada artículo una extensión proporcional al
blarle de mí... se le puede decir todo a un arquitecto . . .")• Y hasta se podría
verdadero valor del personaje, pero manteniéndonos, respecto de los con-
temporáneos, en los límites de una apreciación cortés, que no llega nunca pensar que los axiológicos merecerían —en un modelo que pretendiese cuanti-
a una obsecuencia calculada y a través de la cual, no obstante, asoma ficar el porcentaje de subjetividad obrante en un enunciado dado- que se les
siempre fácilmente nuestra opinión. La verdad no gana nada porque se la adhiriera un índice variable (ya que la carga axiológica varía de una unidad a
formule brutalmente y hay susceptibilidades que sería injusto y a veces otra y de una figuración a otra) pero por lo general alto: se trata de operadores
cruel herir invocando como pretexto la imparcialidad. 'Debemos consi- de subjetividad particularmente perceptivos y eficaces, que permiten al hablan-
deraciones a los vivos, ha dicho tan justamente Voltaire; a los muertos te ubicarse claramente en relación con los contenidos afirmados113 y que por
sólo les debemos la verdad'. Sobre este principio hemos regulado nuestros ello mismo conviene evitar escrupulosamente en ciertos tipos de discurso.
juicios" (Prefacio al Grand Dictionnaire universel du XlXe siécle ["Gran Pero fuera del caso de los discursos con pretensiones de objetividad, la ma-
diccionario universal del siglo XIX"]). yoría de los enunciados que se producen en una lengua natural se caracterizan
Encontramos axiológicos en todas las partes de la oración: dentro de poco por la presencia más o menos masiva de los axiológicos, y los comportamientos
tendremos, pues, la ocasión de encontrar otros ejemplos. Pero podemos desde lingüísticos, por la preocupación constante de erigir una barrera terminológica
ahora recapitular algunas de sus propiedades: entre el bien y el mal ("Hay un momento en el cual el liberalismo se convierte
A diferencia de otros tipos de unidades subjetivas (deícticos, verbos moda- en libertarismo'7'Tero hay una línea más allá de la cual la chiquillada se con-
les) los axiológicos son implícitamente enunciativos: vierte en infantilismo" (Baroncelli)/"Hay una palabra que me gusta: promesa.
La palabra vil es compromiso" (F. Nourissier) ), por esa manía evaluativa que
"Cuando insulto a alguien, le aplico un término que debe calificarlo hace notar Genette al referirse al caso especial de los discursos "mimologistas":
o designarlo, a él, pero permitirme a mí que me mantenga al margen, esa "necesidad de valorización (rechazo de la neutralidad) que constantemente
puesto que su fin es convencer lo más posible a mi interlocutor de que hace tomar partido, preferir esto o aquello, una lengua a otra, las vocales a las
es su propio carácter el que es estigmatizado por el insulto y no por su consonantes, las consonantes a las vocales, el 'ordo rectus' o el 'rectus ordo', el
posición con respecto a mí (sin lo cual la vivacidad del insulto se vería
debilitada, presentándose como relativo) [. . .]. En el insulto, pues, y a masculino o el femenino (1976, p. 425); necesidad en la codificación que re-
pesar de su carácter explícito, hay un elemento disfrazado que se podría percute en la decodificación bajo la forma de ese reflejo interpretativo del que
intentar formular como 'soy yo quien lo digo')". tenemos constante experiencia: ¿qué piensa el que habla del objeto del que
habla?, está "a favor" o "en contra"? Es más fácil irritarse por esa necesidad re-
Esta observación de Flahault (1978, pp. 4142) es válida para todos los usos
de axiológicos, ya que por tener que ver con la modalidad -de la que volvere- * Traducido en español como El asesino sin gajes (Buenos Aires, Losada, 1961).
113. Sean los dos textos siguientes:
112. Sobre todo cuando predican con respecto al alocutario. - "Para defender esa mala causa, los partidarios de la eutanasia se apoyan en dos
Imaginemos, por ejemplo, una situación en la que L está obligado (para verificar, sofismas [. . .]; felizmente, la casi totalidad de los médicos rechaza la eutanasia" (Daniel
por teléfono, que no se equivoca de interlocutor) &. describirle A a A: podrá decir sin di- Hervouet, N.A.F., N° 241, 3 de febrero de 1977, p. 3, L'euthanasie en question ["La euta-
ficultad: "es rubia"; con más vacilación y mayores precauciones: "es (más bien) baja" nasia en discusión"]).
-ya que el adjetivo se carga fácilmente con una connotación desfavorable; con mayor di- - "Grenoble. El monumento a los muertos del arco de Francia ha sido profanado
ficultad: "es bonita"; y jamás (si quiere mantenerse en teneno neutral): "es fea": los por sujetos favorables a Baader. En efecto, las inscripciones han mancillado esos muros,
axiológicos se manejan con pinzas. así como los de diversos edificios de la ciudad. Se han fijado afiches que, esta vez, provie-
En cuanto a los que predican con respecto al locutor, una "ley del discurso" exige nen de personas que denuncian las actividades de los terroristas alemanes" (Le Progrés,
que el enunciador no "se tire flores" con demasiada ostentación. 23 de octubre de 1977, p. 4).
De manera general, observemos que los axiológicos muy a menudo están acompaña- Problema: tratar de identificar, a partir de las expresiones subrayadas, la actitud (fa-
dos de modalizadores que sirven para atenuar la brutalidad del juicio evaluativo: "Todo vorable o desfavorable) del sujeto de la enunciación frente al objeto de su discurso.
eso es muy bello, muy cuidado, un poco estetizante tal vez."

108
107
LA ENUNCIACIÓN
SUBJETIVIDAD EN EL LENGUAJE

más legítimo evaluar lo segundo a partir de lo primero que a la inversa, no obs-


fleja que deshacerse de ella:114 sucede muy a menudo que el arsenal de argu- tante lo cual algunos discursos toman, más o menos explícitamente, el camino
mentos desplegados en un determinado discurso tiene por objeto, más que ha- argumentativo opuesto, paradojal y empecinado: el sovietismo está bien puesto
cer la luz sobre una "verdad" cualquiera, cubrir y legitimar a posteriori prejui- que es socialismo y el socialismo, por definición, está bien - y si el "balance"
cios que no se pueden desarraigar. no es totalmente "positivo", es simplemente porque la U.R.S.S. todavía está
Estas investiduras axiológicas nos parecen hasta tal punto características del en el estadio superior del estadio inferior del socialismo, o en el estadio inferior
funcionamiento del discurso en una lengua natural, que hemos formulado en de su estadio superior . . .
otro lugar lis la hipótesis de que su finalidad principal consistiría en hacer ad-
mitir que el objeto del discurso a está bien o mal (B/M); y que se procede a ello 2.2. LOS ADJETIVOS SUBJETIVOS
aproximando a a otro objeto b, que consideramos axiológicamente marcado, y
cuya marca trasladamos indirectamente de b a a. Lo que da el esquema argu-
"Quien dijese que las cosas reales son grandes o pequeñas estaría en
mentativo siguiente (que tiene numerosas variantes): un error. En una proposición así no hay ni verdad ni falsedad. Tampoco
a es b (simbolizando con "ser" una archi-relación que abarca la analogía, la la hay en la afirmación de que los objetos están próximos o alejados.
inclusión, la atribución de una propiedad, etc.); Esta indeterminación hace que las mismas cosas puedan llamarse muy
ahora bien, próximas o muy alejadas, muy grandes o muy pequeñas; que las más
b es B/M/, próximas puedan llamarse alejadas y las alejadas, próximas;que las más
luego grandes puedan llamarse pequeñas y las pequeñas, grandes" (Galileo, ci-
a es B/M —pudiendo tipologizarse los diferentes discursos sobre un mismo tado por Cohén, 1972, p. 440).
objeto (el aborto, la mujer, el socialismo, la "incorrección" lingüística, etc.) se- En otros términos: "todo es relativo" en el uso de los adjetivos.
gún que admitan o rechacen la validez de la relación de conjunción y los postu- No intentaremos aquí un análisis detallado del sistema semántico de los
lados axiológicos (lo que permite engendrar, según la índole particular de la re- adjetivos. Nuestro propósito es mostrar, simplemente, que conviene distinguir
lación, cuatro o seis actitudes discursivas teóricamente concebibles, pero no to- varias categorías de adjetivos subjetivos:
das atestiguadas necesariamente).
Debemos mencionar que este "rebote axiológico" está, en principio, orienta- Adjetivos
do, y lo está de la manera siguiente: argumentando "bien", parece más justo
deducir, a partir de ciertas constataciones empíricas, consecuencias evaluativas objetivos; ej.: subjetivos
que se refieren a entidades más abstractas; es decir que es más "natural" ir de í soltero/casado
lo más fácilmente (objetivamente) evaluable hacia lo más difícilmente (subje- d) l adjetivos de color116
tivamente) observable que efectuar el proceso inverso. Pero ocurre con frecuen- afectivos; ej.:
ai evaluativos
i. macho/hembra desgarrador
cia que las constataciones empíricas están subordinadas a dogmas, a postulados
teóricos indemostrables. Así, por ejemplo, si se admite (lo que no va de suyo)
la validez de la proposición "el régimen soviético es un ré^'men socialista", es
a)
{ alegre
patético no
axiologicos
axiologicos
f bueno
114. Después de haber exhortado a sus lectores, a lo largo de todo un artículo, a "suprimir í grande c) < lindo
del vocabulario los adjetivos que juzgan", Cavanna (Charlie-Hebdo, N° 375,19 de enero de I lejano
1978) la emprende contra los profetas del Progreso, del Sacrificio, de la Grandeza del Des- ^ correcto
' \ caliente
tino del Hombre, y se sorprende "juzgándolos": "¡Poetas mi culo!, ¡bostas hediondas!"
-comentando autocríticamente: "términos peyorativos: ¡metan violín en bolsa!" ^abundante
Se sabe que también Barthes ha manifestado a menudo su negativa a dejarse agarrar
en el lazo de las alternativas axiológicas -lo que exige infinitas precauciones metalingüís-
ticas; cf. 1978 b, p. 39: "El semiólogo, en suma, sería un artista (esta palabra no es 116. Los adjetivos de color son con seguridad menos "objetivos" que las otras dos series
ni gloriosa ni desdeñosa: se refiere solamente a una tipología)." (Observemos al pasar que que citamos como ejemplo. Pero como el eje de la subjetividad es continuo, lo binariza-
esta exigencia de "neutralidad" hace eco a Ernest Renán, cuando pone en guardia: "Esta mos arbitrariamente -tomando en cuenta, sin embargo, algunas constataciones como ésta:
no es una cátedra de polémica ni una cátedra de apologética; es una cátedra de filosofía." hasta el discurso científico, que pretende ser el más cercano al polo de la objetividad, se
Muchas declaraciones de Barthes nos lo confirman: en realidad, el semiólogo sería el ver- permite el uso de los términos que designan a los colores. Se permite también, por lo de-
dadero "nuevo filósofo"). más, el uso de ciertos evaluativos no axiologicos, del tipo de "pequeño". No obstante, la
diferencia es perceptible entre el funcionamiento de "rojo", cuya adecuación denominati-
115. Cf. 1978, pp. 80-82 (hipótesis que desarrollamos en un trabajo que está en curso).

110
109
SUBJETIVIDAD EN EL LENGUAJE LA ENUNCIACIÓN

Aquí sólo nos interesan las categorías (a), (bj y (c), que son relevantes en el en un enunciado lexicográfico, revela a contrario las exigencias del discurso
marco de una problemática de la enunciación y que pertenecen a lo que objetivo.
Hjelmslev llama "el nivel interpretativo del lenguaje". - El valor afectivo puede ser inherente al adjetivo o, por el contrario, deri-
var de un significante prosódico, tipográfico (los ¡ ! ) o sintáctico particular;
así, por ejemplo, el anteponer el adjetivo lo carga muy a menudo de afectivi*
2.2.1. Los adjetivos afectivos (a)117 dad. Ejs.:
"el pobre hombre", "la vieja casa";
- Definición: Los adjetivos afectivos enuncian, al mismo tiempo que una "la pobre casa de una mujer pobre": el segundo adjetivo denota un status
propiedad del objeto al que determinan, una reacción emocional del sujeto social y económico que neutraliza, gracias a los efectos poéticos de la repeti-
hablante frente a ese objeto. En la medida en que implican un compromiso ción con quiasmo y variación semántica, el primer adjetivo, con su connota-
afectivo del enunciador, en que manifiestan su presencia en el interior del enun- ción de piedad por parte del hablante.
ciado, son enunciativos. - Existen algunas afinidades entre las categorías (a) y (c), entre los valores
- En esa medida, están severamente proscritos de ciertos tipos de discurso afectivo y axiológico, entre los mecanismos psicológicos de participación emo-
que pretenden objetividad. Así, en un manual de estilística normativa parauso cional y de (des)valorización.
de los futuros oficiales de la policía judicial (Lambert, 1970) se lee lo siguiente: Es verdad que no se puede suponer:
"es bello" -*• "estoy emocionado, perturbado . . . " : la enunciación del adje-
"El estilo procesal excluye todo rasgo de sentimiento o de emoción. tivo puede suponer una simple constatación, afectivamente neutra (cf. el enca-
Expresiones como 'la pobre víctima', 'un espectáculo lamentable', 'el denamiento posible: "es bello pero me deja frío"); a diferencia del rasgo axio-
cruel asesino', 'el pequeño cadáver', 'una escena horripilante', deben,
pues, desterrarse absolutamente por no tener nada en común con este lógico, el valor afectivo no deberá integrarse al contenido intrínseco del adjeti-
estilo, el cual se caracteriza, por el contrario, por el carácter estricta- vo "bello". Y, a la inversa, "eso me perturba" no implica "está bien, es bello",
mente intelectual de las constataciones y de las investigaciones y por ni la expresión "los desdichados esclavos" aplica a los seres así definidos jui-
una frialdad constante del tono." cios de valor.
Al estilo afectivo se opone el estilo "impasible" o "intelectual", el único "acor- Las dos clases (a) y (cj, pues, no coinciden. Pero se intersectan, ya que algu-
de". El discurso procesal debe esforzarse por eliminar del enunciado toda hue- nos términos ("admirable", "despreciable", "excitante", "irritante",118 etc.)
lla de la enunciación: representa el polo objetivo del lenguaje. deberán admitirse simultáneamente en las dos (son los axiológico-afectivos), en
tanto que otros, fundamentalmente afectivos o axiológicos, se cargarán fácil-
- Otro ejemplo de discurso objetivo: el enunciado lexicográfico. La defini- mente en el contexto con una connotación axiológica o afectiva.
ción de diccionario, tal como se la concibe actualmente, destierra los adjetivos
afectivos. Esta regla estilística, como lo muestran S. Delesalle y L. Valensien su
estudio sobre el tratamiento lexicográfico de la palabra "negro", no es observa- 2.2.2. Los evaluativos no axiológicos (b)
da en los diccionarios franceses del antiguo régimen. En ellos encontramos, al Para poner en evidencia la especificidad de esta clase de adjetivos se pueden
lado de términos peyorativos (categoría (cj ) como "ignorante", "cobarde", invocar algunos criterios como, por ejemplo, su carácter gradual ("el camino es
"haraganes", "viciosos", etc., expresiones como "los desdichados esclavos" que demasiado largo, bastante largo", "es muy largo", "es más largo que el otro"
expresan una reacción de indignación y de piedad por parte del lexicógrafo, frente a "x es más soltero que y " 1 1 9 ), su posibilidad de usarse en estructuras ex-
reacción que, por otra parte, el cotexto se encarga rápidamente de neutralizar.
Y la incongruencia, para un lector moderno, de la presencia de tales adjetivos
118. Cuando en el comentario de la película de Louis Malle sobre la India aparece la ora-
va puede, en último término, verificarse científicamente dado que la "rojidad" ha recibido ción siguiente, referida a la secta de Euroville: "Son irritantes, con su seguridad imper-
una definición "objetiva" en términos físicos, y el funcionamiento de "pequeño", ya que turbable", produce el efecto brutal de una modulación enunciativa: paso de la objetividad
no existe ninguna norma explícita que establezca la dimensión más acá de la cual un obje- (del documental) a la subjetividad (afectiva y axiológica).
to en particular puede clasificarse así.
119. Excepto si se hace desviar metafóricamente el semantismo del adjetivo en el sentido
117.I'lahault denuncia con razón (1978, p. 38) las "alternativas usadas" tales como "cog- "que está apegado a su soltería". Sobre la posibilidad de graduar conceptos que fundamen-
nitivo-expresivo", "racional-afectivo", etc.; pero mientras esperamos que se nos propongan talmente no son graduables, véase Lyons, 1970, pp. 225-226.
otras nuevas, y sea cual fuere el carácter fluido y subjetivo de ese concepto, igualmente Notemos además que algunos adjetivos que hemos considerado objetivos -los adje-
puede prestarnos algunos servicios descriptivos. tivos de color, por ejemplo- son igualmente pasibles de gradación.

111 112
LA ENUNCIACIÓN
SUBJETIVIDAD EN EL LENGUAJE

como lo hace notar Tony Duvert al comentar en los siguientes términos el com
clamativas, etc. 120 . Pero preferimos circunscribirla con más precisión de la portamiento del joven Diego:
manera siguiente:
- Definición: Esta clase comprende a todos los adjetivos que, sin enunciar
un juicio de valor ni un compromiso afectivo del locutor (al menos con respec- "Diego tenía entonces la manía de preguntarme, respecto de todo lo
to a su estricta definición léxica: en el contexto pueden naturalmente colorear- que se utilizaba o consumía (un abrelatas, un encendedor, queso, pa-
se afectiva o axiológicamente), implican una evaluación cualitativa o cuantitati- ñuelos de papel, cerveza, una estilográfica, un tenedor, aspirinas, un
va del objeto denotado por el sustantivo al que determinan121 y cuyo uso se plano de la ciudad, chocolate, una parrilla, crema de afeitar):
basa, por ello, en una doble norma: - ¿Cuánto cuesta?
(1) interna del objeto al que se atribuye la cualidad; [...] Por lo general, la cifra no le bastaba y en seguida hacía otra pre-
(2) específica del hablante - y es en razón de ello que pueden considerarse gunta:
— ¿Es caro?
como "subjetivos".122 Como si el precio no indicara lo caro o barato de un objeto —o, más
En otros términos: el uso de un adjetivo evaluativo es relativo a la idea que bien, como si Diego quisiera conocer a la vez el precio de lo que hay en
el hablante se hace de la norma de evaluación para una categoría dada de las casas de la gente que cree rica, y la opinión que de ese precio tienen
objetos. Vale decir que una frase como "esta casa es grande" debe parafrasearse los ricos.
como "esta casa es más grande que la norma de tamaño para una casa según la Como también yo podría, si oyese a un señor contar que ha perdido
idea que tengo de ella (fundada a su vez sobre mi experiencia personal de dis- cien millones en una operación bursátil, preguntarle a mi vez:
tintas casas)". Del mismo modo, el empleo de "un poco" en "tomé un poco de — ¿Es mucho?, sabiendo perfectamente bien lo que tal suma repre-
vino" (por oposición a la cuantificación objetiva de "tomé un jarro de vino") sentaría para mí si la poseyese. Lo insólito era que Diego tuviese esa
es relativo: actitud frente a los productos más comunes, y se empeñase en saber si
era 'caro' o no que un diario costara un franco.124 "
(1) al objeto que cuantifica "un poco";
(2) a la idea que se hace el sujeto de la enunciación de la norma cuantitati- — Conviene insistir sobre el hecho de que la norma de evaluación que pre-
va: "La designación de una cantidad mediante el empleo de 'un poco'implica supone el empleo de estos términos es doblemente relativa. En efecto, los lin-
siempre, dada la imprecisión de esta expresión, una toma de posición en gran güistas tienen tendencia a señalar sólo uno de esos dos aspectos:
parte subjetiva: lo que uno llama *un poco de vino' otro lo llamará 'mucho
vino'. De nadie puedo decir, pues, que ha bebido un poco de vino sin que ese • Bally insiste sobre todo sobre la idea de que la norma es relativa al sujeto
juicio corra por cuenta mía": no se podría explicitar mejor que lo que lo de la enunciación (sobre la norma de tipo (2); pues): "Todo adjetivo en el gra-
hace aquí Ducrot (1972a, p. 197) el valor "subjetivo" de estos evaluativos, que do positivo está cuantificado con relación a una unidad de medida que cada su-
en cuanto a ello son más informativos123 que sus equivalentes "objetivos", jeto lleva en sí mismo [. . .]. Una montaña es alta o baja según la idea que uno
se hace de la altura de una montaña" (1969, p. 196).
120. También podemos pensar (pero estos criterios funcionan más o menos bien según • Lyons, por el contrario, enfatiza exclusivamente la relatividad de la nor-
los casos) en la compatibilidad con "en qué/ en nada" (cf. Judith Milner, 1977) y en la po- ma respecto del objeto (norma de tipo (1)). Citando a Sapir: "Oposiciones co-
sibilidad de aplicar a la oración la transformación impersonal (cf. Grize, 1977, p. 119). mo las que existen entre 'pequeño' y 'grande', 'poco' y 'mucho', etc. nos dan la
121. No podemos dejar de reconocer que esta definición es un tanto circular: los evaluati- impresión errónea de ser valores absolutos en el campo de la cantidad, a se-
vos son términos que implican una evaluación. . . Pero lo mismo que Ducrot "no pode- mejanza de distinciones cualitativas como 'colorado' y 'verde' en el dominio de
mos [. . .] dar una definición positiva de esta noción" (1975, p. 71). Y, como él, pensamos
que la "evaluación" no implica siempre un "juicio de valor" (en nuestra terminología: la percepción del color. Es una impresión errónea. . ." Lyons comenta en sus-
los axiológicos constituyen una subclase de los evaluativos). tancia: Efectivamente, cuando se pronuncia la oración: "Nuestra casa es gran-
de", se tiene la impresión de que al formular este juicio se afirma una cualidad
122. Como lo atestiguaría, por ejemplo, una frase como ésta: "esas modas son tan jóve- absoluta, que se le atribuye a la casa un tamaño de la misma manera que se le
nes - o tan viejas, como se quiera- como el cine sonoro". predica un color. Pero esta impresión es ilusoria. Reposa sobre una triquiñuela
123. Más exactamente: lingüística: la elipsis. En realidad, "nuestra casa es grande" contiene una com-
• "cuesta cien francos", "mide lm. 80", "tiene 35 años", y
• "es caro", "es alto", "es viejo",
no proporcionan el mismo tipo de información (aquí queremos sólo subrayar el he- 124. Journal d'un innocent ["Diario de un inocente"], Minuit, 1976, pp. 164-165 (el sub-
cho de que la informatividad de una secuencia no es necesariamente proporcional a su pre- rayado es nuestro).
cisión objetiva).

114
113
LA ENUNCIACIÓN
SUBJETIVIDAD EN EL LENGUAJE

La regla parece ser la siguiente:


paración implícita: "nuestra casa es más grande que lo normal". Esto es lo que
explica que, mientras • Si el SN determinado por el adjetivo evaluativo no es genérico, es decir,
si remite a uno o más objetos particulares (definidos o no), entonces la norma

{ macho

es un animal <
i hembra"

son oraciones
de evaluación es el promedio del conjunto de la clase de los denotados a los
que remite el sustantivo.
• Si el SN es genérico, es decir, si representa a la clase en su totalidad, la
norma que interviene es una norma desplazada, relativa a la clase de denotados
gris ( verde" correspondientes al hiperómino del sustantivo.
contradictorias, por el contrario Pero si se observa el funcionamiento real de los evaluativos, es forzoso admi-
tir que la regla así formulada tiene un carácter muy aproximativo. En efecto:
"este pequeño elefante es un animal grande" no lo es, lo que justifica la
• Puede ocurrir que una oración como "ese elefante es grande" no signifi-
paráfrasis
que que es especialmente grande para un elefante sino que es un animal grande
"este elefante, cuyo tamaño es inferior al de un elefante normal, tiene
(e incluso que es un objeto grande, con referencia a mí). Esta ambigüedad pro-
sin embargo, un tamaño superior al del término medio de los animales (1970,
viene de la complejidad profunda - a pesar de las apariencias superficiales- de
pp. 355-356).
la estructura del sintagma nominal (en esta acepción habría que postular, en la
- La noción de "objeto-soporte" con relación al cual se determina la norma
estructura profunda, algo así como: "ese animal, que es un elefante, y en la
de evaluación debe precisarse más, distinguiendo entre el caso en que el adjeti-
medida en que es un elefante,127 es grande- para un animal, pues"; lo mismo
vo se construye de manera absoluta y el caso en que rige un complemento prepo-
vale para "este adolescente come mucho", en que la voracidad se evalúa; según
sicional del tipo "para SN" 125 .
los casos, con relación al término medio de los adolescentes o con relación al
(1) Cuando la clase en cuyo interior se determina la norma está explicitada
de los seres humanos).128
contextualmente, el problema es relativamente simple. Sencillamente hace falta
• Respecto del segundo caso, ya se sabe que un término no posee un sólo
señalar, siguiendo a Chomsky, Ducrot y Zuber, que una oración como:
hiperónimo sino muchos, jerarquizados, y el que interviene en la evaluación
"Santiago es bajo para un francés"
puede estar en diferentes niveles. Ej.:
transmite, además de la información
"Santiago es más bajo que el término medio de los franceses", í una vaca es grande (para un animal)
el sobrentendido: • \ u n a rata es grande (para un roedor, especialmente con relación al ratón).
"Los franceses son más bien altos" (es decir que tienen, término medio, una Para tratar este problema en forma más satisfactoria haría falta, sin duda,
talla superior a la del conjunto de los seres humanos)126. hacer intervenir otras consideraciones enunciativas del tipo siguiente: el objeto
(2) Cuando el adjetivo no comporta una determinación de ese tipo, las co- que define la norma de evaluación es, en general, más familiar para el enuncia-
sas se complican un poco. Comparemos, en efecto, dor que el objeto por evaluar. Es decir, habría que tener en cuenta la compe-
{
y,
el camino es ancho (para un camino)
ese perro es grande (para un perro)
tencia cultural del hablante y también el universo del discurso al que se refiere
la secuencia evaluativa (si la interpretación más verosímil de "Juan es bajo"129
L un elefante es grande (para un animal)
127. Es decir que el sustantivo tiene en este caso una función "explicativa" (y no determi-
< los elefantes son grandes (para ser animales) nativa) con respecto a su actualizadoi.
( un Cadillac es grande (para un auto).
125. SN = sintagma nominal. Aquí consideramos únicamente el caso en que el adjetivo es 128. Otro ejemplo de la complejidad de los mecanismos evaluativos:
atributo, pues el epíteto plantea menos problemas ("un gran perro", "los grandes pe- Lj (un niño). -"Mira cómo es de flaco ese perro.
rros" = con relación al término medio de los perros. Excepción: los casos, bastante raros, L2 (un adulto). -Pero no, no es flaco, es un lebrel; son todos así."
en los que el epíteto no tiene función determinativa, como en las expresiones semi-lexica- Lj no conoce la raza de los lebreles; para él, ese animal es un perro, sin más, y es
lizadas del tipo "un pequeño burgués", "un alto porcentaje"). como tal que lo evalúa. Pero la competencia canina de L2 le permite reemplazar implíci-
126. Ducrot (quien, además, muestra que en "Santiago es bajo hasta para un francés" tamente la palabra "perro" por el hipónimo "lebrel" (efectivamente, es con relación
el sobreentendido se invierte) explica su génesis por la "ley de la informatividad" (1972a, a una especie en particular como normalmente se evalúa la flacura) y rectificar: "este
pp. 140-141), pero la explicación es satisfactoria sólo a medias (puesto que no es evidente (lebrel) no es flaco (para un lebrel)".
que "Santiago es bajo" signifique necesariamente "para un francés"; y que aun si ello fue-
se así, no se ve por qué es precisamente el sobreentendido "los franceses son altos" el que 129. Es curioso que los nombres propios (que plantean el problema de saber en qué
viene a justificar informativamente el sintagma preposicional). medida se puede hablar, respecto a ellos, de hiperónimos) se comporten desde este punto

116
115
SUBJETIVIDAD EN EL LENGUAJE LA ENUNCIACIÓN

es "para cualquiera de su sexo, su edad y su raza"; en algún universo del dis- (3) El adjetivo "largo": 130
curso en particular la norma comparativa, sin estar claramente explicitada, pue- Bierwisch describe así, comparándolo con el de otros adjetivos dimensiona-
de ser más expecífica: sus hermanos y hermanas, los miembros de su familia, les,131 el contenido sémico de este adjetivo:
sus condiscípulos, etc.). (i) "largo"/"ancho" -> [el adjetivo predica con respecto a la dimensión más
grande del objeto] 132 ;
— Observaciones sobre algunos adjetivos evaluativos: (ii) "largo"/"corto" -*• [esta dimensión es superior a la norma].
(1) Los adjetivos de temperatura forman parte de la clase de los evaluatiyos. Pero estas dos características sémicas son, en realidad, insuficientes y es ne-
El uso de "caliente" en "el agua está caliente" está en función cesario agregarles
(iii) "largo"/"alto" -»• [el adjetivo predica respecto de un objeto considera-
• del objeto preciso al que se atribuye la propiedad ("caliente" no implica do horizontalmente]; en efecto: un cigarrillo largo, una nariz larga, pestañas lar-
el mismo grado de temperatura cuando se trata del agua de un baño o de una ti- gas/una casa, un frente altos. Asimismo, a un árbol no se le puede decir "lar-
sana;, go", pero un tronco de árbol acostado puede serlo.
• de la sensibilidad térmica particular del hablante. Este rasgo (iii) parece servir para dar cuenta de la mayoría de los usos del ad-
Cuando estos términos se emplean en meteorología, implican además un ter- jetivo, pero hay excepciones. Ejs.: "tiene la cara larga, pelo largo, una pollera
cer elemento. Ej.: "el tiempo está frío", larga". Para dar cuenta de este valor quizás haría falta postular más bien:
• con relación a mi sensibilidad; (iiii) "largo"/"alto" -> [visión horizontal o vertical descendiente] / [visión
• con relación al "tiempo" (es decir, a la temperatura medio de la atmós- vertical ascendente] (una pollera larga es una pollera que cae cerca del suelo;
fera exterior) normal; tacos altos son tacos sobre los cuales nos encaramamos a mayor altura).
• pero, además, intervienen consideraciones espaciales y temporales (y, en Lo que es seguro es que el análisis de estos adjetivos dimensionales no puede
este sentido, los adjetivos de temperatura son en este uso, parcialmente deícti- llevarse a cabo satisfactoriamente si no es acordando lugar preponderante a las
cos: "el tiempo está frío" = "la temperatura de la atmósfera exterior es infe- consideraciones combinatorias.
rior a la que se esperaría normalmente en este lugar y en esta época", (observe-
mos que la expresión ¡"el tiempo está frío/caluroso para esta época" supone un (4) El funcionamiento del adjetivo "importante", que Jean-Paul Boons
sobrentendido análogo al de "Juan es bajo para un francés", a saber: "en esta (1971) analiza en nueve sememas distintos (que, en realidad, corresponden más
época hace generalmente calor/frío", sobrentendido que no está presente en a efectos de sentido sucitados por la índole particular del referente que a unida-
la expresión elíptica "el tiempo está frío/caluroso"). des semánticas discretas), según que refleje una cuantificación directa o indirec-
ta, métrica u ordinal, es interesante, pues este adjetivo es, a la vez, enfáticamen-
te representativo del conjunto de los evaluativos (p. 206: "decir de un objeto
(2) Además de las dos normas que hemos introducido en la definición de los que 'es importante', que 'tiene importancia', es lo mismo que suponer una o
términos evaluativos, porque caracterizan su funcionamiento común, también más escalas de tamaño implícitas" (que son generalmente "dejadas a un lado"),
pueden intervenir otras normas que varían según el adjetivo empleado. Por "en las cuales el valor acordado al objeto considerado 'importante' es superior
ejemplo, la norma de los medios financieros de que dispone yo para el adjetivo al que se le reconoce a otro u otros objetos sobrentendidos o al valor medio,
"caro", lo que refuerza aún más su status enunciativo:
130. Como muchos otros términos espaciales, este adjetivo tiene también un valor tempo-
"efectivamente, 'caro' es siempre relativo. Incluso cuando se trata de ral que hace ambigua la oración "esta ruta es más larga que la otra". Ya que hay atajos
señalar el precio hay que sobrentender, en el ejemplo dado, 'caro para que alargan (el tiempo en que se la recorre) y rodeos que acortan.
un auto', 'caro para mi presupuesto', [. . .], etc. Por otra parte, es por
esta razón que la expresión 'Es cara', aun cuando sirva para indicar una 131. Tanto para el que habla como para el que describe, estos adjetivos plantean numero-
zona en la escala de los precios, puede señalar zonas bien diferentes, sos problemas que no podemos plantearnos aquí (sobre ellos, véanse entre otros Bierwisch
según quién sea la persona que la utiliza y cuál el objeto de que se (1967 y 1970) y Fillmore (1971, p. 384).
habla" (O. Ducrot, 1975, p. 80).
132. Puede ocurrir que este eje objetivo entre en conflicto con un principio deíctico; y
que el ancho de un objeto se defina con relación a la posición del sujeto enunciante
(dimensión que se extiende de su izquierda a su derecha), como sin duda lo sugiere (ya
que es bien poco explícito y rayano en la perogrullada) el análisis de Greimas en términos
de vista como los sintagmas genéricos: lo que ocurre es que no remiten a una clase de de "lateralidad" y como lo prueba en todo caso la posibilidad de oraciones tales como
objetos de la que podamos establecer el término medio). "tiene la cara más ancha que larga".

118
117
SUBJETIVIDAD EN EL LENGUAJE LA ENUNCIACIÓN

real o imaginario")133 y dueño de un status de excepción, en la medida en que un juicio de valor, positivo o negativo. Son, por consiguiente, doblemente sub-
está a caballo de las categorías de evaluación cuantitativa y cualitativa (para jetivos:
Boons, "importante" denotaría la cantidad y connotaría la cualidad) y en la
medida en que funciona como una especie de archilexema neutralizador del (1) en la medida en que su uso varía (y de manera mucho más perceptible
conjunto de los ejes de oposición que dividen el campo de los evaluativos; de que en el caso de los dimensionales, por ejemplo) según la naturaleza particular
del sujeto de la enunciación, cuya competencia ideológica reflejan;
allí su utilidad y su ambigüedad: el archi-evaluativo positivo "importante" re-
(2) en la medida en que manifiestan una toma de posición en favor o en
cibe por partes iguales todas las ventajas y todos los inconvenientes que carac-
contra, por parte de L, con relación al objeto denotado.
terizan el funcionamiento de los archilexemas.
Es por ello que un modelo que pretenda cuantificar la subjetividad lingüísti-
ca debería asignarles un índice alto, claramente más alto, en todo caso, que a
2.2.3. Los evaluativos axiológicos (c) los evaluativos no axiológicos, que sólo son subjetivos respecto de (1) —e inclu-
so en un grado menor—, ya que es más fácil llegar a un consenso sobre la nor-
ma de tamaño, de precio, de temperatura, etc., válida para un objeto dado, que
- Definición: sobre la norma que permite calificar como "bello" o aun como "útil". Es por
Igual que los adjetivos precedentes, su empleo implica una doble norma: ello también que los axiológicos se eliminarán cuidadosamente de los enuncia-
• referida a la clase del objeto al que se atribuye la propiedad: las mo- dos con pretensiones científicas, que permiten, en cambio, evaluativos como
dalidades de lo bello varían con la naturaleza del objeto en relación con el "grande" o "frío": es que la subjetividad de estos últimos es mucho menos per-
cual se predica esta propiedad, y esta variabilidad de la norma de referencia ceptible -si bien, no por ser discreta deja de existir, como lo nota muy bien
explica la gramaticalidad de oraciones como "esa excelente parodia resulta ser Todorov (1968, p. 114): "El que dice 'este libro es bello'expresa un juicio de
una película muy mala", así como la agramaticalidad de comparaciones del valor y al hacerlo se introduce entre el enunciado y su referente; pero el que
tipo "esta historia es más bella que Susana" (solo se pueden comparar axio- dice 'ese árbol es grande' enuncia un juicio del mismo género, aunque menos
lógicamente dos objetos pertenecientes "a la misma categoría"134 ); evidente, y nos informa, por ejemplo, sobre la flora de su país."
• referida al sujeto de la enunciación y relativa a sus sistemas de evaluación - En los sustantivos axiológicos fuimos llevados a distinguir los que están
(estética, ética, etc.). El funcionamiento de los axiológicos es, pues, desde este marcados en forma relativamente estable por un rasgo de (des)valorización
punto de vista, análogo al de los otros evaluativos ("este árbol es bello" = "más agregado al semema de la unidad frente a los que —en tal o cual idiolecto o en
bello que el término medio de los árboles —o que otros tipos de árboles que tal o cual contexto particulares— sólo ocasionalmente pueden cargarse con una
tomo implícitamente por modelo—, según la concepción que tengo de lo que es connotación axiológica.
bello para un árbol"; "son bellos, los árboles" = "más bellos que otras catego- La misma distinción es válida, naturalmente, para los adjetivos: "bueno" es
rías de objetos"), si bien bastante más fluido: si toda calificación axiológica intrínsecamente axiológico, e incluso cuando no podemos llegar a un acuerdo
presupone una cuantificación implícita, la escala de referencia, en general, se sobre la aplicación a un denotado en particular (es en tanto esto ocurre, preci-
deja a un lado (es decir que las predicaciones del tipo de "bello", más aún que samente, que el adjetivo es subjetivo) de una oración como "esta opción es bue-
las del tipo de "pequeño", procuran pasar por absolutas y se formulan como na para el país", 135 no por ello podemos negar su valor semántico de evaluativo
tales) y no encontramos que se le aplique la regla de la hiperonimia. positivo; valor que se manifiesta claramente, fuera del caso de los evaluativos
Pero, además, y también a diferencia de los adjetivos precedentes, los evalua- puros y exclusivos como "bueno", en los términos que poseen un contenido
tivos axiológicos aplican al objeto denotado por el sustantivo que determinan denotativo más específico y que además se oponen, sobre el eje axiológico, a
otros términos aproximadamente sinónimos ("delgado" frente a "esbelto",
"infantil" frente a "pueril", "ambicioso" frente a "codicioso" o "pretencio-
133. Lo que define la norma de evaluación puede ser, en efecto, el término medio de los
objetos de la clase, pero puede serlo también un elemento privilegiado de esa clase -el lo-
cutor, por ejemplo: "Los jóvenes, para mí, decía un anciano lleno de sabiduría, son los
que tienen diez años menos que yo y los viejos, los que tienen diez años más. Me he movi- 135. "Finalmente, el 27 de enero, en Verdun-sur-le-Doubs, el señor Valéry Giscard d'Es-
do todo a lo largo de mi vida con este método de evaluación y siempre he estado bien ubi- taing, en un discurso de gran calidad y notable importancia, ha esclarecido a los franceses
cado" (citado por P. Viansson-Ponté en Le Monde de los días 18-19 de marzo de 1979, sobre la 'buena opción' que reclamaba el interés nacional. Un pueblo famoso por su inte-
p. 9). ligencia ¿tendrá en cuenta estos hechos, estas propuestas, estos reclamos? Hasta la fecha,
todo pasa como si nada hubiese cambiado desde hace seis meses. ¿Cómo explicar esta
paradoja?" (Jean Lecanuet, Le Monde, 7 de marzo de 1978). ¿Y cómo explicar una
134. La observación es de Zuber (1972, p. 48). Pero todavía haría falta definir lo que hay confusión tan estúpida entre aserciones subjetivas y verdades objetivas?
que entender por "la misma categoría".

120
119
SUBJETIVIDAD EN EL LENGUAJE LA ENUNCIACIÓN

so", 136 etc.). Pero hasta los adjetivos no marcados en la lengua pueden axiolo- Ej.: "Juana es bella pero estúpida".
gizarse en ciertas condiciones de uso y, en cambio, los adjetivos marcados pue-
den ver invertirse su connotación usual (ej.: "una película magníficamente in-
+
moral"). En este caso, por estar el coordinador más o menos impuesto por el código
— Es, pues, el contexto el que se encargará de especificar el valor axiológico lingüístico, no aporta ninguna información especial.
del término, y en especial la presencia de un verbo introductorio como "tratar
de" (del que se hablará más adelante) y la coordinación con "pero". (2) Uno solo de los términos está marcado axiológicamente de manera esta-
Este coordinador desempeña efectivamente diversos papeles.137 El más ble: "Juan es alto, pero buen mozo"
4 j
importante de ellos consiste en expresar una 'denial of expectation' ["nega-
ción de expectativa"] (Bendix, 1966; Lakoff, 1971), es decir, "la contradic- Este es el caso más interesante, ya que el coordinador suministra por sí mis-
ción de una expectativa": la paráfrasis de la secuencia "P pero Q" sería, según mo, indirectamente, determinada información sobre los sistemas de apreciación
Zuber (1972, p. 85), "dado P, es sorprendente que Q". Así, la gramaticalidad propios del hablante (los cuales pueden ser más o menos conformistas u origi-
de una frase como "esta casa es vieja, pero pequeña" reposa sobre la existencia nales: la declaración precedente es más imprevisible que su opuesto axiológico
de una proposición implícita inscrita en nuestra competencia cultural: "Las ca- "Juan es bajo, pero buen mozo").
sas viejas son grandes por lo general, es decir, más grandes que las casas moder- Ejemplos:
nas". Este valor general de "pero" hasta permite, en rigor, dar cuenta de una • "los sonidos encantadores pero filiformes de la pequeña flauta de mi pa-
oración como "Es grande, pero inteligente", en la cual "pero [. ..] es correcta dre" (Marcel Pagnol). + *- ~
únicamente si a una gran talla se la considera generalmente como señal de estupi- • "Filmando por primera vez fuera de Italia, Antonioni acabó por filmar
dez más bien que de inteligencia" dado que - observa Flahault (1978, p. 132), una película muy brillante, pero en la ola de la liberación de las costumbres.. ."
"hay expresiones como 'gran imbécil','grandísimo bruto', que se oponen a la (comentario sobre Blow-up, en Le Monde del 8 de junio de 1978, p. 32): el
expresión 'pequeño demonio', y fácilmente encontramos la confirmación de "pero" sugiere que, para L, la liberación de las costumbres es algo más bien
esta oposición en el universo semiológico de los cuentos, las tiras o las películas malo.
cómicas". Pero este mismo valor no sirve para explicar un encadenamiento co- • "La Comedia Francesa consiguió triunfos con superproducciones del
mo "Juan es grande, pero rubio", ya que esta vez nadie estaría dispuesto a Chátelet muy inteligentes, realizadas por directores extranjeros pero mediocres"
admitir la validez de la presuposición "los hombres grandes son generalmente {La Quinzaine Littéraire, N° 254, I o de julio de 1977, p. 27): así pues, Guilles
morochos". Sandier, autor de estas líneas, los directores extranjeros son mejores, en gene-
ral, que los franceses.
• "Lo que llamamos el "post-gaullismo" es también una oportunidad para
La extravagancia de una oración como esta última no se puede explicar si no la burguesía de desembarazarse de una cierta imagen heroica, nacionalista, pero
se toman en cuenta ciertas investiduras axiológicas y se atribuye a "pero" el también antipetainista, antifascista, imagen que todavía reflejaba si no, por
rol de un operador de inversión: cuándo dos términos predican respecto de un
cierto, Pompidou, al menos de Gaulle y el gaullismo" (Cahiers du cinema,
mismo objeto y están coordinados con "pero", si uno de ellos está marcado ±
julio-agosto de 1974, p. 5): "heroico" es en general positivo y "nacionalista"
sobre el eje axiológico, el otro recibe automáticamente la marca inversa (en
se inclina hacia el polo negativo. Pero la connotación netamente valorizadora
otros términos: este empleo de "pero" presupone que los términos así coordi-
de los dos términos que constituyen el segundo miembro de la secuencia coor-
nados están marcados por un rasgo axiológico opuesto).
dinada prueban retroactivamente que los de la primera están usados peyorati-
Son tres los casos que hay que considerar: vamente.
• "La decoración representa un lugar campestre y, sin embargo, agradable"
(1) Los dos términos son intrínsecamente valorizadores o desvalorizadores.
(Moliere, a propósito del Enfermo imaginario), fórmula que prueba que "sin
embargo" funciona desde este punto de vista exactamente como "pero" y que
136. "Koralnik y Tchéiina ya habían asociado sus nombres a una obra barroca, ambicio- Michel Cournot comenta en estos términos: "Curiosa expresión, que revela el
sa -algunos dirán pretenciosa-, a una 'Salomé' adaptada de Osear Wilde" (Martin Even, poco entusiasmo que manifestaba Moliere por la naturaleza a la que hace en su
Le Monde, 14-15 de setiembre de 1975, p. 8) (los adjetivos, de los cuales el segundo
es mencionado explícitamente como subjetivo, califican a la obra y también, de contra- teatro una sola alusión -entre favorable y desfavorable-, en Tartufo: 'Actual-
golpe metonímíco, a sus autores). mente el campo no está muy florido' " {LeMonde, l°de junio de 1978, p. 15).
(3) Ninguno de los términos es intrínsecamente valorizador ni desvaloriza-
137. Refutación de una presuposición, uso metalingüístico, etc.: sobre los diferentes va-
lores de "pero" [mais en francés], véase Ducrot, 1972a (pp. 128-130) y S. Bruxelles, 1976. dor: en ausencia de toda información de índole entonacional, hay ambigüedad

121 122
SUBJETIVIDAD EN EL LENGUAJE LA ENUNCIACIÓN

en tal o cual contexto.140 Es posible, por ejemplo, admitir que la oración "este
desde el punto de vista de la connotación axiológica (la única información que auto consume mucho" es más débilmente subjetiva que "Pedro trabaja mu-
se puede obtener del "pero" es que ambos términos están marcados como cho", ya que la dosis de nafta que un auto consume "normalmente" está mejor
opuestos). Ej.: definida por el consenso social que la dosis media de trabajo que un individuo
"Juan es alto pero rubio": debe rendir normalmente. Lo mismo ocurre con los axiológicos: siempre es
al enunciador, pues, le gustan los morochos altos o los rubios bajos. posible discutir la afirmación "esta manzana es buena", pero, en cambio, Searle
hace notar que en ciertos tipos de discurso pautado (el del ministerio británico
Señalemos, por último, que "hasta" [méme]l3s tiene un rol exactamente de Agricultura y Pesca) el enunciado evaluativo (2) "esta manzana es de calidad
inverso al de "pero": coordina dos secuencias "que van en el mismo sentido" superior" puede derivarse lógicamente a partir de (1) "esta manzana posee las
(Ducrot, 1972 a, p. 196) -en particular, que tienen el mismo valor axiológico—, características objetivas A, B y C"141 y que se estará más fácilmente de acuerdo
la segunda de las cuales "va más lejos en ese sentido" que la primera: por ello sobre la adecuación referencial de una expresión como "hace buen tiempo"
permite eventualmente dar información sobre el valor que L les atribuye (ej.: la (que generalmente implica que hay sol) que sobre la de una oración como "es
siguiente oración, pronunciada por intrusos que acaban de descubrir el lugar un buen cuadro", "es una buena película".142 No importa que sólo sea en bro-
qus se suponía estaría solo: "Es lindo esto; hasta hay gente" 139 ->es lindo que ma que Musil pueda escribir al principio de L 'Homme sans qualités ["El hom-
haya gente) y sobre su progresión axiológica (ej.: Louis Winitzer, Le monde, bre sin cualidades"] ("Folio", 1973,1, p. 15):
13-14 de noviembre de 1977, p. 9: "La policía se ha incautado este año de
4.000 películas de 15 minutos cada una que mostraban a niños de ambos sexos "Aparecía una depresión encima del Atlántico; se desplazaba de oes-
entregándose a actos heterosexuales, homosexuales y hasta sodomitas"; Tony te a este en dirección de un anticiclón ubicado encima de Rusia y no
Duvert, Quand mourut Jonathan ["Cuando Jonathan murió"], Minuit, 1978, manifestaba todavía ninguna tendencia a evitarlo virando al norte. Las
p. 95: "Sergio sabía desenvolverse; y sus maneras abiertas y sólidas, surisa-,su isotermas y las isóteras cumplían su obligación. La relación de la tem-
atención a las personas, su impertinencia, su vitalidad, seducían hasta a los es- peratura del aire y de la temperatura anual media, la del mes más frío
túpidos, los contrariados, incluso a una parte de las mujeres"). y el mes más caliente, y sus variaciones mensuales aperiódicas, era nor-
mal [. . .]. La presión de vapor en el aire había alcanzado su máximo y
la humedad relativa era baja. Dicho de otro modo, y sin temor de recu-
2.2.4. Observaciones finales sobre la categoría general de los evaluativos (cla- rrir a una fórmula pasada de moda pero perfectamente sensata: era un
ses (b) y (c)): hermoso día de agosto de 1973":
- A los fenómenos que acabamos de considerar (y en particular el funcio- pasar de la enumeración de las propiedades objetivas de un objeto a su eva-
namiento de "pero" y "hasta") los trata Ducrot en términos de "orientación luación axiológica significa siempre efectuar, tomando apoyo en sus competen-
argumentativa": más adelante hablaremos de este concepto y de su tipo de cias cultural e ideológica, un cierto "salto interpretativo"(más o menos audaz,
enfoque. más o menos discutible).
— Tocios los adjetivos evaluativos son subjetivos en la medida en que refle- 140. Así, están usados "objetivamente";
jan algunas particularidades de la competencia cultural e ideológica del sujeto - en el Larousse Medical ["Larousse médico"] (1952, p, 107, artículo "baño"),
hablante, pero lo son en grado variable: en primer lugar porque los axiológicos los adjetivos que dividen la escala de las temperaturas que van de 0° a 45°: helado -muy
están, en conjunto, más marcados subjetivamente que los otros;luego, porque frío - frío - deshelado (sic) - fresco - ligeramente tibio - neutro - caliente - muy calien-
encontramos diferencias de funcionamiento en el interior mismo de las dos cla- te - quemante;
- los adjetivos "suficiente" e "insuficiente" en el contexto < calificación - > y el
ses (b) y (c), por estar más o menos estabilizada en el seno de una comunidad sociolecto del ámbito universitario ("calificación suficiente" frente a "insuficiente" = que
dada la norma de evaluación en la que se basa el empleo de tal o cual término obtuvo una nota inferior/superior a 4).
141. Searle utiliza argumentativamente este ejemplo (1972, pp. 186-187) para oponer los
contenidos proposicionaies (jtrosso modo equivalentes) de (1) y (2) a su fuerza ilocuto-
138. U otras herramientas como: ria (muy diferente).
"no «''lo. . . sino también" ("no sólo es estúpido, sino también derechista"); 142. Nos ocurre a menudo que nos irritamos por la seguridad con que algunos críticos
- "directamente", en " ¡qué concepción vulgar, y directamente politiquera, de la cinematográficos se atreven a insertar juicios de valor perentorios en sus análisis (perti-
política de los comunistas!" (Roland I.eroy, en Frunce nouvells, julio de 1973). nentes, por lo demás), como si fuesen una conclusión natural: tal película es abyecta por-
que explota sin avergonzarse los efectos realistas y/o los efectos de ficción; tal otra lo
139. Observemos que la coordinación "es lindo esto; pero hay gente" indicaría la evalua- es porque lo exterior responde siempre, tautológicamente, a lo interior. . . Sea. Pero,
ción inversa del contenido de la segunda secuencia. en realidad, ¿qué tiene de malo?

123 124
LA ENUNCIACIÓN

SUBJETIVIDAD EN EL LENGUAJE
rior a la norma que la tuya", es decir, presupondría que las dos casas son gran-
des. Si esta descripción es correcta, no se ve bien cómo resolver la pseudo-
- Los evaluativos reflejan la subjetividad de un enunciador, ¿pero cuál? paradoja de que habla Platón, quien se asombra de que se pueda decir: "Mi casa
En general es L 0 —enunciador en última instancia— quien toma a su cargo la to- es más grande que la tuya pero más pequeña que la de Pedro", atribuyendo así
talidad de la secuencia enunciada. Pero daremos dos ejemplos que muestran al mismo objeto, simultáneamente, dos cualidades contradictorias.
que puede ser de otra forma y que el juicio evaluativo puede provenir, sin que Puede, pues, pensarse que en las estructuras comparativas queda suspendida
necesite estar claramente explicitado, de una fuente que no es L 0 : la idea de norma y hay una simple evaluación comparativa del grado en que A
• "Desde entonces, no se lo ve discutir con los hombres importantes de sú está representado en los dos objetos x ey. En este caso, "mi casa es más grande
época (quiero decir: los hombres que son importantes a nuestros ojos)" (Hu- que la tuya" es sinónima de "tu casa es más pequeña que la mía".
bert Juin hablando de Huysmans en La Quinzaine littéraire, N° 221,16-30 de Precisándolo mejor, las posibilidades teóricas son tres:
noviembre de 1975, p. 6): la fuente del juicio de importancia es pues, sin duda,
L0 (que aquí se basa sobre un consenso contemporáneo). Pero el paréntesis x es A
sólo es informativo porque podría provenir también de Li: los contemporá- (a) '
neos de Huysmans.
• "Me gustan las películas malas": en esta confesión de Jean-Francois
Josselin ("Ces merveüleux navets" ["Esos nabos maravillosos"], en Le Nouvel
•{: y es A

La estructura comparativa presupone que los dos términos de la compara-


Observateur, No 620,27 de setiembre de 1976, p. 71) no hay nada que obligue ción poseen la propiedad.
a pensar en una contradicción interna, puesto que —ya lo hemos dicho-
"me gusta" no implica necesariamente "es bueno" ni "es malo" implica "no
me gusta". A lo sumo, este enunciado es levemente paradójico, por el hecho de
implicar una disociación del sujeto enunciante en un sujeto evaluador (a partir
de ciertos criterios más o menos objetivizados) y un sujeto gustador (pero es
<{:
(b)"'
I x es A

1 y no es (necesariamente) A
precisamente sobre una disociación así que reposa, por ejemplo, la noción de La comparación neutraliza parcialmente la idea de norma.
"kitch"). Así pues, "malas" puede muy bien provenir de L 0 . Pero el texto pro-
sigue así: " . . . o, más exactamente, me gustan las películas que se consideran x no es (necesariamente) A

{
malas pero que yo insisto en juzgar bellas, puesto que me gustan". Es así como
queda corregido, por feed-back ["retroalimentación"], el enunciado preceden- y no es (necesariamente) A
te: "me gustan las películas 'malas' ", lo que significa que una secuencia refe-
rida se había deslizado sin previo aviso en la aserción: (La cuarta posibilidad
143
— Los evaluativos en estructura comparada.

{
Sean las estructuras "x es tan/más/menos A como/que y ", en las que A re- x no es A
presenta un adjetivo evaluativo (ej.: "Mi casa es más grande que la tuya"). y es A
Los transformacionalistas tienen por costumbre producir la comparación
por derivación a partir de las oraciones básicas: no puede tomarse en consideración, pues es contradictoria: no es posible afir-
Mi casa es grande 1 mar simultáneamente que x es más grande que y y presuponer que y es grande
Tu casa es grande j pero que A: no lo es).
Ahora bien, en tanto esta descripción es admisible en el caso de los adjetivos De estas tres posibilidades teóricas, ¿cuál es la que se realiza en la lengua?
no evaluativos ("el vestido de María está más roto que el de Juana" y "Pedro Observemos, en primer lugar, que la inserción de "todavía" reúne a todas las
está más enfermo que Juan" implican, en efecto, que los dos vestidos están oraciones en el caso (a): "x es todavía más grande/pequeña que y " presupone
rotos y los dos individuos, enfermos), plantea, en cambio, unn problema cuan- que x ey son, los dos, grandes o pequeños.144
do A es evaluativo y comporta, por ello, una idea de superioridad/inferioridad
con relación a una norma de referencia. En la descripción transformacionalista,
"Mi casa es más grande que la tuya" significaría "Mi casa es todavía más supe- 144. Los efectos semánticos de "todavía" son en realidad más complejos. Así, podemos
oponer "esta solución es todavía mejor que la otra" (por lo tanto es muy buena) a "esta
solución todavía no es la mejor" (por lo tanto no es lo suficientemente buena).
143. Sobre este problema, ver también Lyons, 1970, p. 353; Ducrot. 1972a p 213-
Zuber, 1972, p. 60, y J. - CI. Milner, 1973, p. 38.
126
125
LA ENUNCIACIÓN
SUBJETIVIDAD EN EL LENGUAJE

caria con un enérgico "Pero . . . " (a lo sumo puedo sentirme tentado a agregar
Pero, aparte de este caso particular, parece necesario tomar en cuenta el algo como "eso no cuesta mucho", "no es muy difícil").
carácter "marcado" o "no marcado" de A (un cierto número de observaciones • ¿Presupone, en cambio, que "x es A"? No, para Zuber, ya que es muy
convergentes prueban que los adjetivos positivos funcionan como los elemen- posible decir "La más bella de las francesas no era bella en absoluto" o "La
tos no marcados del sistema opositivo).145 joven más inteligente que haya conocido jamás era, sin embargo, tonta" (en
(1) A es un evaluativo negativo (así pues, marcado): "x es más pequeño que forma parecida Charles Nodier -citado por Genette, 1976, p. 156- puede es-
y ": esta estructura puede considerarse como perteneciente tanto a la categoría cribir que "la ortografía más antigua es la mejor, lo que no le impide ser mala").
(a) como a la (b). No obstante, oraciones como éstas están semánticamente marcadas como un
• Por lo menos es seguro que presupone que "x es A": si el receptor del tanto paradójicas. Parece, por otra parte, que si se piensa que Pedro es feo, ante
mensaje piensa, en efecto, que x es grande, responderá espontáneamente a la el enunciado "Pedro es más lindo que Juan" se tendrá tendencia a replicar "me-
oración "este auto es más pequeño que el otro" con " ¡pero no es para nada nos feo, querrás decir";147 y que "Pedro es tan alto como Juan" constituye
pequeño!" — utilizando ese "pero" que sirve a menudo, según dice Ducrot, para más bien una afirmación sobre la altura de Pedro, como lo prueba la frecuencia
rechazar una presuposición. Por otra parte. "Pedro no es pequeño, pero es más de encadenamientos del tipo " . . . así que podrá alcanzar la botella que está
pequeño que yo", produce el extraño efecto de una oración contradictoria. sobre el armario" (la observación es de Ducrot).
• En una estructura como ésta, ¿y está presentado como poseyendo la pro-
piedad denotada por A? Conclusiones
Ejemplo (tomado del habla real): "Mis palabras serán más confusas —toda-
vía más confusas— que la última vez": la rectificación modesta parece indicar
— Entre el funcionamiento en comparativo de los adjetivos negativos y el
aquí que si faltase "todavía" (desprovisto, si no fuera por ello, de todo valor de los positivos, verificamos una cierta asimetría: los primeros, al estar marca-
informativo) la oración no diría nada de una eventual confusión de las palabras dos, conservan más constantemente su valor polar; los segundos, que no están
dichas anteriormente. Puede ocurrir, sin embargo, que en algunos casos las es- marcados -es decir, están provistos de una elasticidad semántica mayor-, pue-
tructuras de este tipo se inclinan sensiblemente hacia la interpretación: "y es den, en algunos casos, no expresar la idea de una superioridad con respecto a
más bien A". En todo caso, esto es lo que admite Tony Duvert —si bien pode- una norma medía: ello ocurre cuando se trata simplemente de comparar entre
mos preguntarnos nuevamente, ante ese polémico texto,146 si lo hace de buena ellos x ey sin confrontarlos con una norma exterior, en cuyo caso es el término
fe— cuando comenta la siguiente oración, tomada de la Encyclopédie de la vie no marcado el que se elige.
sexuale ["Enciclopedia de la vida sexual"] (Hachette, 1973): "Si un chico se Esta asimetría ha sido puesta en evidencia a partir del ejemplo particular de
aficiona a la masturbación, dice papá, le será más difícil, más tarde, amar a otra los- adjetivos dimensionales, pero también caracteriza al conjunto de los evalua-
persona", en estos términos: "Admiremos ese 'más difícil': se entiende que, pa- tivos. Así,
ra ese papá'amar a otra persona'siempre es difícil" [ ¿realmente esto es seguro?]; • Los adjetivos axiológicos como "útil/inútil", respecto de los cuales afir-
"pero si uno se masturba, será 'más difícil' todavía". ma Ducrot (1972a, p. 214): "En algunos contextos el adjetivo 'útil' -por ejem-
(2) A es un evaluativo positivo (no marcado): "x es más grande que>'": en plo, en la comparación- representa de manera general a la categoría, la escala
este caso podemos vacilar entre una interpretación de tipo (b) (la de Ducrot, de la utilidad, mientras que en otros contextos (por ejemplo, cuando está
parece) y una de tipo (c) (la de Zuber). empleado sólo) remite a una zona polar de la categoría, en este caso la zona po-
• Es evidente, en efecto, que la oración no presupone en absoluto que y sea sitiva. En cambio, el adjetivo marcado 'inútil', en todo contexto en que inter-
grande: aun cuando piense que Juan es más bien pequeño, si escucho la oración venga, remite únicamente al polo negativo de la categoría."
"Pedro es más grande que Juan" no sentirá para nada la necesidad de rectifi- Del mismo modo, "x es más inteligente que y " no dice nada de la inteligen-
cia de y y es más o menos evasiva respecto de la x,148 en tanto que "x es más
145. Es decir que en algunas circunstancias (ej.: "How long is ¡Y?" ["¿cómo es de largo?"],
"Quelle est la longueur/largeur de ce fleuveV ["¿Cuál es el largo/ancho de ese río?"],
"How oíd is heV ["¿Cómo es de viejo = qué edad tiene?"], "¿de qué alto?", etc.) son 147, Cf. el rectificativo insertado en la siguiente oración: "Que Francia, entre las naciones
susceptibles de ver desaparecer su valor polar (suspensión del rasgo [superior a la norma]) industrializadas, sea la que consagra a la cooperación el porcentual más alto - o menos
para funcionar como archilexemas que neutralizan la oposición entre los términos positi- bajo- de su P.N.B. le da al gobierno su buena conciencia..." (Le Monde del 1° de noviem-
vo y negativo; cf. además los ejemplos siguientes: bre de 1975, editorial).
"Acabo de encontrarme con una enana; era así de alta" (gesto ilustrativo);
"El bife que le sirvieron no era más grueso que una hoja". 148. Parece, sin embargo, que el valor polar es más resistente en el caso de los axiológi-
cos (incluso positivos) que en el de los otros evaluativos.
146. Le bon sexe ¡Ilustré, ["El buen sexo ilustrado"], Minuit, 1974, p. 86.

128
127
SUBJETIVIDAD EN EL LENGUAJE LA ENUNCIACIÓN

tonto que y " atribuye muy claramente ax, más disimuladamente a y, la propie- eos de zonas pantanosas en las que se chapalea con gracia o con torpeza, astucia
dad de la tontería;1 9 o candor, delicia o aflicción, y con las cuales, de cualquier modo, hay que arre-
• los verbos evaluativos: glárselas. Un ejemplo: Debo responderle a una persona que me anuncia su visita
"amar/odiar": "odio más a x que a y"." caso (a) (no amo ni a uno ni a otro; dejándome elegir entre diversas fechas de las cuales ninguna me conviene real-
la oración es casi sinónima de "odio todavía más a x que a y ")\ "amo más a x mente. Si le respondo que tal o cual es "la solución que más me conviene", su-
que a y": se puede dudar, como en el caso de los adjetivos, entre las interpreta- giero insinceramente que me conviene; pero si hablo de "la solución que me
ciones (b) y (c); pero la oración no dice que ame especialmente a y (más bien incomoda menos", entonces estoy confesando claramente que, en cualquiera
sugeriría lo contrario).150 de esas fechas, la visita me molesta . . . Prefiriendo (pero sin que me gusten ni
- Hemos visto que cualquiera que sea la naturaleza, positiva o negativa, de una ni otra) la inexactitud de un sobreentendido a la falta de delicadeza de una
A, puede haber equilibrio entre dos interpretaciones concurrentes de la estruc- presuposición, acabo por elegir la primera formulación.152
tura "x es más A que y ": es que de hecho las dos son, en cierta forma, correc- En zonas como éstas es donde se mueven los evaluativos, cuyo uso autoriza
tas, en la medida en que "x es más grande que y" sugiere, sin presuponerlo ver- todo tipo de deslizamientos (de la norma y de la1 fuente de evaluación) que les
daderamente, que x es más bien grande; éste es uno de esos valores semánticos permiten escapar por un hilo de los juicios de verdad/falsedad. Cargado de
fluidos, que el contexto puede neutralizar fácilmente (cf. los ejemplos de Zuber sobreentendidos, pero prudentemente evasivos, los evaluativos molestan, es
sobre la belleza de las francesas y la inteligencia de las jóvenes y la siguiente cierto, al discurso "honesto", pero hacen las delicias del discurso polémico, que
oración de Théophile Gautier: "De todos los amantes que no amé, es el que collSVa siempre una cierta dosis de mala fe. Más arriba ya dimos un ejemplo
amo más151) y que nunca debe describirse con la ayuda del concepto, demasia- (T. Duvert). He aquí otro, que muestra cómo se puede explotar polémica y
do "directo", de presuposición (Ducrot, 1973b, p. 248), sino más bien como humorísticamente la ambigüedad de los evaluativos en comparativo153 -se tra-
una especie de "sobreentendido preferencial". ta de una carta de Boris Vian, publicada en febrero de 1952 en la revista Jaz
Diremos, pues, que "x es más A que y ", Hot:
• si A es un término negativo,
"Volvamos a Francia con el Boletín del Hot Club, que Baudelet me
enuncia que x es A trae justo ahora. ¡Ah!, esto sí que me molesta. Fíjense que ese gran
sugiere (débilmente) que y es más bien A; estúpido de Hugues [Panassié] se ocupa de mí en la última página; se
• si A es un término positivo, pone a citar una de mis ocurrencias llenas de espíritu de otra época para
sugiere (menos débilmente) que x es más bien A oponerla a una de ahora.
(y, a veces, que y es más bien no-A). Parece que en abril de 1948 yo dije que 'Mezz [Mezzrow] toca mejor
que antes de la guerra' y que 'se puede mejorar en cualquier edad', y
Se debe admitir la existencia de grados en la actualización de los valores se- que ahora afirmo que toca 'como un cerdo y que es un insulto al oído,
mánticos: algunos se imponen con evidencia y constancia; otros, simplemente, etc.'
orientan la interpretación en tal o cual sentido, sin que el hablante pueda ser Es verdad, y no reniego de lo que he dicho. Pero decime, payaso,
acusado de mentiroso ni el receptor de contradictorio si interpretan en formas ¿qué tiene de contradictorio? Se trata de una opinión de inflexible
diferentes el enunciado. Se debe admitir la existencia en los espacios semánti- constancia, expresada:

149. Todavía otro ejemplo: si un alumno ve que el promedio de sus notas pasa de 3 (so- 152. Es importante subrayar que las motivaciones de esta elección son tanto lingüísticas
bre 10) a 5, es posible decir, en rigor, que está "mejor"; en cambio, nunca se diría (si no (una presuposición pesa más en la balanza semántica que un sobreentendido) como psico-
es litóticamente) que es "menos malo" si de 4 sus notas saltaran a 8. lógicas.
150. Zuber (1972, p. 6) introduce, por su parte, una distinción -que no nos parece evi- 153. Polémica también (pero nada de humor) en el siguiente "arreglo de cuentas":
dente- entre "amar más", que se atribuiría a (b), y "preferir", que pertenecería a (c). I_i -Finalmente, lo más interesante que tenes es tu historia.
También aquí podemos constatar los efectos curiosos de la inserción de "todavía": L2 (simulando creer que "x es más interesante que y" presupone que y no lo es,
"Amo todavía más a x que a y" remite normalmente al caso (a); pero "todavía amo más a cuando el enunciado es, desde este punto de vista, indeterminado). -¿Querés decir que yo
x que a y" ("todavía prefiero a x antes que a y") a menudo sugiere que no amo ni a uno no soy interesante?
ni a otro. Li. - ¡Pero no! Nunca quise decir eso (pero quizá, efectivamente, lo he "insinuado").
L2. -¿Y qué dirías si te dijese la misma cosa?
151. Mademoiselle de Maupin ["La señorita de Maupin"], Gallimard ("folio"), 1973, Lj. -Diría que es falso, porque mi historia no tiene nada de interesante (es decir que
p. 187 (el superlativo relativo puede asimilarse al comparativo en la medida en que "es para L¡, "x es más interesante que y" implica que x es interesante).
x el que amo más" significa "amo más ax que a todos los otros").

129 130
LA ENUNCIACIÓN
SUBJETIVIDAD EN EL LENGUAJE

a) en el primer caso, con gentileza; (i) presupone, en efecto, "P es bueno para x", mientras que
b) en el segundo, con franqueza. (ii) significa:
Si nos atenemos al texto, tenemos lo siguiente: "x dice que P" ("decir": verbo "objetivo") + "P es falso para L 0 .
1) Mezz toca mejor que antes de la guerra; La diferencia reside, a la vez,
2) Mezz toca como un cerdo. • en la naturaleza del juicio evaluativo (del orden de lo bueno/malo,o de lo
La lógica más absoluta nos enseña que hay una sola conclusión posi- verdadero/falso);
ble, y es la siguiente: • en la fuente del juicio evaluativo, que puede ser el locutor o el agente (o
3) Antes de la guerra, Mezz tocaba peor que un cerdo. actor) del proceso.
¡Vamos, Hugues!, ¿no habla en serio? ¿No ha aprendido nada de lógica Una segunda comparación permite introducir un tercer eje de oposición:
en tanto tiempo?" (üi) "x chula":
Aquí la evaluación, cuya fuente es el locutor, no se refiere ya, como en los
Dejando a un lado lo chistoso, que consiste en tomar al pie de la letra una
dos ejemplos anteriores, a un objeto expresado en el contexto inmediato del
comparación petrificada, la argumentación de Boris Vian es inobjetable: "x
toca mejor que antes" no implica realmente "x toca bien"154 -aún si, como di- verbo, sino al proceso mismo.
jimos, se sobreentiende más o menos; y es sobre la providencial latitud de ese El estudio de los verbos "subjetivos" implica, pues, una triple distinción:
"más o menos" que se basa el chiste de Boris Vian.155 (1) ¿Quién hace el juicio evaluativo? Puede ser:
• El locutor: es el caso de los verbos subjetivos propiamente dichos, del
2. 3. LOS VERBOS SUBJETIVOS
tipo "pretender" o "chillar".
En primer lugar, conviene repetir una indispensable precaución oratoria: el • Un actante del proceso, en general el agente, que en algunos casos puede
empleo de cualquier unidad léxica —y los verbos no escapan a la regla— puede coincidir con el sujeto de la enunciación ("deseo que p"): en esta medida, los
considerarse, en cierto sentido, como subjetivo, y hasta una aserción como "Pe- verbos del tipo "desear" deben incorporarse a la clase de los verbos subjetivos
dro está corriendo" puede prestarse a discusión ("no, está caminando"). Admi- ("subjetivos ocasionales").
tiendo esto, lo cierto es que algunos verbos (como "gustar") están marcados (2) ¿Qué es lo que se evalúa?
subjetivamente en forma más clara que otros (como "comprar"): el carácter
evaluativo del primero aparece, por ejemplo, en el hecho de "me gustan las • El proceso mismo (y de rebote el agente): "x chilla".
amapolas" no implica de ninguna manera que "me gustan las flores", en tanto Los verbos de este tipo son todos intrínsecamente subjetivos
que si compro amapolas eso vale también para su hiperónimo. • El objeto del proceso, que puede ser:
una cosa o un individuo: 'x odia7 ";
Observemos, a continuación, que los verbos le presentan al análisis proble-
mas más complicados que los sustantivos y los adjetivos, cuyo valor evaluativo un hecho, expresado mediante una proposición subordinada: "x desea
eventual queda generalmente a cargo del sujeto hablante. Así lo muestran los que P".
ejemplos comparativos siguientes: (3) ¿Cuál es la naturaleza del juicio evaluativo ?
(i) "x desea que P"; (ii) "x pretende que P": Se formula esencialmente en términos de:
• bueno/malo: se está entonces en el dominio de lo axiológico;
Los dos verbos trasmiten un juicio evaluativo, cuyo status es, sin embargo, • verdadero/falso/incierto: es el problema de la modalización.
diferente por partida doble:
De estos tres ejes, el primero es sin duda el más importante, desde la pers-
pectiva enunciativa que adoptamos aquí. Por ello es que proponemos el siguien-
154. Por el contrario, la oración "Antes de la guerra, Mezz tocaba peor que un cerdo" te principio de clasificación:
implicaría necesariamente que tocaba mal (y, también, que un cerdo toca mal, propo- (a)Los verbos subjetivos ocasionales (que no implican un juicio evaluativo
sición implícita que hay que restablecer en todos los casos para que el razonamiento de
Vian sea perfectamente satisfactorio). más que cuando están conjugados en primera persona):
(1) Evaluación del tipo bueno/malo:
155. A quien no se le escapa, por otra parte, la existencia de este sobreentendido, puesto verbos de sentimiento;
que para justificar su discutible formulación se refugia detrás del eufemismo ("opinión... verbos que denotan un comportamiento verbal: verbos de pedir, de alabar y
expresada. . . con gentileza"), lo que significa confesar que, literalmente, hay una cierta
dosis de "tocar bien" bajo el "tocar mejor". de denostar.

132
131
LA ENUNCIACIÓN
SUBJETIVIDAD EN EL LENGUAJE

(2) Evaluación del tipo verdadero/falso/incierto: (1) La evaluación es del tipo bueno/malo.
verbos de percepción, verbos de opinión. — Verbos de sentimiento:
A la vez afectivos y axiológicos, expresan una disposición favorable o desfa-
(b) Los verbos intrínsecamente subjetivos:
(1) Evaluación del tipo bueno/malo: vorable del agente del proceso frente a su objeto y, correlativamente, una eva-
referida al proceso mismo y/o a uno de sus actantes. luación positiva o negativa de este objeto:
(2) Evaluación del tipo verdadero/falso/incierto: • disposición favorable de x frente a y -*y es bueno para x
verbos de opinar y de juzgar, verbos de decir. Ejs.: gustar, apreciar, desear, querer, ansiar, amar . . . ;
• disposición desfavorable de x frente z.y -* y es malo para x
Observaciones Ejs.: odiar, detestar, subestimar, temer,156 lamentar,157 menospreciar, abo-
- Algunas clases semánticas generales (la de los verbos de decir, por ejem- rrecer . . .
plo) se encuentran afectadas por varios de esos "subjetivemas" a la vez.
- Algunos verbos específicos ponen a la vez en acción la subjetividad del Observaciones
sujeto de la enunciación y la del agente del proceso: así, por ejemplo, el verbo • y representa, según los casos, un objeto concreto o un hecho expresado
"acusar", que pertenece a la vez, como veremos, a (a) (1) y a (b) (2), y el ver- por una proposición objetiva o nominalizada. La mayor parte de estos verbos
bo "subestimar", cuyo funcionamiento semántico es más complejo que el de su admiten los dos tipos de objeto, pero algunos se especializan en una u otra
antónimo (imperfecto) "estimar": construcción (así, por ejemplo, los dos verbos "apreciar" y "despreciar", el
"Pedro estima a su socio": el verbo pertenece, evidentemente, a la clase (a), segundo de los cuales no admite, a diferencia del primero, la construcción
pero no da ninguna información respecto de la actitud de L 0 frente al objeto- < • - que P > ).
socio ; • Si bien el rasgo evaluativo es un verdadero sema, es decir, un rasgo distin-
"Pedro subestima a su socio" = no lo estima (actitud evaluativa negativa del tivo intrínsecamente asociado al semema del verbo, se lo trata a veces (cf.
agente) en su justo valor (justo para L 0 ): este verbo pone en acción a la vez y Zuber) en términos de presuposición. Si se observa, sin embargo, el funciona-
comparativamente los sistemas evaluativos de x y de L 0 y, por lo tanto, perte- miento de la negación —criterio utilizado a menudo para identificar una presu-
nece a la vez a las categorías (a) y (b). posición, pero cuyos límites hasta el mismo Ducrot reconoce-comprobamos
que por lo general ("a Pedro no le gusta el vino") la negación se extiende al ras-
go evaluativo; y que, en el mejor de los casos, afecta ambiguamente, ya sea al
2.3.1. Clase (a): Los verbos ocasionalmente subjetivos.
contenido no evaluativo ("no temo que venga —porque él no se atreve a venir"),
Definición de la clase: comprende los verbos que implican una evaluación ya sea al rasgo evaluativo ("no temo que venga —porque no considero que su
• del objeto del proceso
•por parte del agente del proceso (que puede coincidir con L 0 , y en la 156. Que los verbos de temor aplican a su objeto un juicio de valor se ve claramente en
medida en que lo hace estos verbos se encuentran involucrados en la proble- los siguientes ejemplos:
mática de la enunciación tal como la hemos definido estrictamente) • "¿Se habrían ya convertido los corsos en franceses como los otros? Cuesta creerlo.
•en términos de bueno/malo o de verdadero/falso. ¿Se convertirán? Podemos temerlo." (J. De Barrin, Le Monde, 23-24 de mayo de 1976,
p. 11).
Se los llama a veces • "Mi marido tomó la mano que se tendía hacia él y condujo al desconocido hasta el
• "verbos de modalidad" o "verbos modificantes": expresan, según Bally diván, en el que ambos se sentaron. -Confiesa, recomenzó la voz, que esperabas unas mu-
(1969, p. 197), "la actitud de un sujeto frente a una representación virtual"; jer. . . -Tu última carta me lo había hecho temer; estás misterioso, realmente. - \Temer!
¿no estás decepcionado, entonces"!'" (relato hecho por su esposa del encuentro dramá-
• "verbos evaluativos de actitud preposicional": según Zuber (1972, p. tico-burlesco de Sacher-Masoch con Louis II de Baviera, en J. Deleuze, Présentation de
55), quien toma el término de Russel, estos verbos enuncian una cierta dis- Sacher-Masoch, 10/18, 1968, p. 306) (los subrayados son nuestros).
posición de un agente frente a un objeto; por ejemplo:
"x teme que vengan " -*• la venida de y es "mala" para x; 157. En francés, el verbo "regretter" es polisémico, y según que signifique
"extrañar", "tener nostalgia de" o "lamentar, arrepentirse de" alguna cosa, le aplica a esa co-
"x desea que vengan " -*• la venida de y es "buena" para x. sa un juicio de valor positivo o negativo; esta polisemia es la que permite enunciar, sin
Pero la lista de estos verbos que propone Zuber (ibid., p. 71), en la que contradicción, oraciones como ésta (pronunciada por Francois Chatelet el 4 de diciembre
aparecen en el mismo plano los verbos "creer", "pensar", "sospechar", de 1977, al evocar sus treinta años de enseñanza secundaria): "Non seulementjene regrette
"dudar", "temer", es excesivametne heterogénea. Por nuestra parte, intro- pas ce temps-lá [no sólo no lamenta esos años]: sentido (2), mais mfime je le regrette
duciremos las siguientes distinciones: [sino que hasta los echo de menos): sentido (1)."

134
133
SUBJETIVIDAD EN EL LENGUAJE LA ENUNCIACIÓN

venida sea mala para mí") constitutivo del significado léxico, y esta ambigüe- literalmente una actitud interior de Pedro, pero a veces disimula un "Pedro dice
dad caracteriza esencialmente a las expresiones que denotan el temor ("temer", que lamenta el pasado": más tarde volveremos sobre este delicado problema.
"recelar", "tener miedo de", etc.), como se ve en esta fórmula torpe de Ber- En las diferentes subclases de verbos subjetivos aparece uno u otro de estos
linguer: "no hay que tener miedo de ver a los comunistas tomar el poder en verbos de decir. En lo que concierne a la que aquí nos interesa -evaluación por
Italia".158 parte de x del objeto .y en términos de B/M-, podemos mencionar, entre otros:
• Se entiende que los verbos que componen este campo semántico compor- • los verbos como "lamentarse", "deplorar", "quejarse de", cuyo empleo
tan otros semas, además del rasgo evaluativo, pero éste es el único que aquí nos implica que y es considerado malo por x (y no por L 0 , como lo demuestra la
interesa: no se trata, para nosotros, de proceder al análisis componencial deta- posibilidad de que se diga "x se equivoca al lamentar que P");
llado de todos los verbos que presentan un subjetivema, sino de procurar, sim- • los verbos de pedir, que en algunas circunstancias (así en los Cahiers de
plemente, poner en claro sus diferentes manifestaciones semánticas.159 doléances ["Libros de quejas"] analizados por Slakta, 1971) trasmiten una pre-
- Verbos de decir (que denotan un comportamiento verbal):160 suposición de índole evaluativa (que Slakta expresa de la siguiente forma, p.
Llamamos así al conjunto —más numeroso que el de los verbos llamados 70:
"declarativos", ya que incluye también a los del tipo "pedir" y "ordenar"- de "situación real: mala"/"situación que se pide: buena ¿egítima"),
los verbos que denotan un comportamiento verbal, al que domina el archilexe- • verbos de alabar y de censurar:
ma "decir". Aun cuando algunos de ellos presentan un componente de "senti- "x alabó a y (hizo el elogio de, felicitó, elogió, etc a y'f $wi> 'o tanto,y es-
miento" ("quejarse" — "hacer saber que no se está contento"), los verbos de tá bien a los ojos de x;
decir deben distinguirse de los de sentimiento161 en la medida en que signifi- "x censuró a y (criticó, condenó, acusó a y)": por lo íán.í*? •• ¿stá mal a los
can, además, que el estado afectivo de x se explícita en un comportamiento ver- ojos de x.
bal. Observemos que este eje permite oponer tres categorías de verbos: los que Algunos de estos verbos, que además pueden acarrear un tercer factor inter-
nunca son de decir ("caminar"), los que siempre lo son ("hablar", "decir", viniente z ("x criticó a y por z", "x acusó ay de,z") están analizados muy de-
"preguntar", "criticar", "balbucir", etc.) y los que lo son únicamente en algu- talladamente por Fillmore (1970) y Me Cawley (1973) bajo el rótulo de "ver-
nos contextos ("reafirmar", "repetir", y aun "agregar", "continuar", "termi- bos de juzgar". Dichos análisis ponen en evidencia el hecho de que, además de
nar", etc.) En este último caso el problema consiste en que algunas veces los una evaluación axiológica por parte de x sobre y y z (cuya índole permite opo-
dos valores corresponden a un verdadero hecho de polisemia en tanto que otras ner "citicar — disculpar - acusar" frente a "justificar - felicitar"), estos verbos
veces el valor dicendi debe atribuirse con mayor precisión a un verbo "decir" trasmiten una evaluación modalizante por parte de L0 sobre la relación entre
elidido en la superficie: una oración como "Pedro lamenta el pasado" describe y y z (cuya índole permite entonces oponer "acusar" a todos los otros verbos
de la serie: si se compara, en efecto, "Pedro acusó a María de haber escrito esa
carta" con "Pedro censuró a María por haber escrito esa carta" constatamos
158. Fórmula que Jean Baudrillard juzga "idealmente ambigua", ya que puede significar: que, al emplear "acusar", L 0 sugiere que la legitimidad de la imputación no
"que no hay que temer, porque los comunistas, si llegan al poder, no cambiarán nada está realmente probada a sus ojos, lo que puede parafrasearse en esta forma:
de su mecanismo capitalista fundamental,
que no hay ningún riesgo de que lleguen nunca al poder, en razón de que no lo de- [y responsable de z: incierto para L 0 ]).
sean . . ." (Le P.C. ou les paradis artificíeles du politique ("El Partido Comunista o los pa-
raísos artificiales del político"), Cahier cinq d' Utopie, París, 1978, p. 11). (2) La evaluación (siempre por parte del agente del proceso) pertenece más
Berlinguer, sin duda, entendía la oración en uno u otro de los dos sentidos. En tanto bien al eje verdadero/falso/incierto.
que son los dos valores de la negación los que justifican la respuesta negativa del trompetis- Se trata aquí de los verbos que denotan la manera como un agente aprehen-
ta así entrevistado:
"¿No tiene miedo de tener que tocar bajo la lluvia? de una realidad perceptiva o intelectual: a esta aprehensión puede presentársela
No, ya veremos. Creo que no va a llover y, de todos modos, no es tan grave tocar la como más o menos segura o, al contrario, como más o menos discutible (a los
trompeta bajo la lluvia como tocar el violín, por ejemplo . . ," mismos ojos del agente cuya experiencia se narra).
159. Sobre los verbos franceses souhaiter/redouter/apprécier ["desear/temer/apreciar"! - Aprehensión perceptiva:
puede consultarse Ducrot, 1972c, p. 339 (si bien el análisis es muy sucinto, ya que su úni- "Iba caminando. El sol quemaba": ninguna distancia viene a interponeise
co objeto es ilustrar el principio componencial); y sobre la oposición entre los dos verbos entre el agente perceptor y la impresión percibida.
franceses attendre ["esperar, aguardar"] ¡espérer ["tener esperanza"] podemos remitirnos
a las finas observaciones de Marie-Jeanne Borel, 1975, pp. 144 s. A él, el sol le parecía. ..
160. Para un juicioso análisis de este campo semántico, véase M. Charolles, 1976. Le parecía que . . .
161. Bally (1969, p. 197) opone en forma análoga los verbos "dicendi" a los verbos "sen- ! Tenía la impresión de que . . . " : Estas expresiones ver-
tiendi".

136
135
LA ENUNCIACIÓN
SUBJETIVIDAD EN EL LENGUAJE

- con la condición, sin embargo, de aclarar que Ducrot considera a estos


bales funcionan como índice de subjetividad e indican que la impresión percep- verbos sólo en la primera persona y que, en consecuencia, lo que llama el locu-
tiva es específica del individuo que la recibe. tor corresponde en realidad al agente x depositario de la opinión (que no nece-
Sobre esta base (entre otras) podemos oponer "mirar", verbo siempre obje- sariamente se presenta como verbalizada). Esta precisión se impone con tanta
tivo, y "ver", que cuando está seguido por un atributo objetivo introduce la mayor razón cuanto que un verbo como "saber", que forma parte del conjunto
idea de una subjetividad perceptiva: de los verbos de opinión pero al que Ducrot aquí no considera, comporta ade-
(i) "Miraba el cielo negro": no ambigua; valor objetivo (en estructura pro- más, como veremos en seguida, una evaluación modalizadora por parte, esta
funda: "el cielo era negro"). vez, de L 0 . Pero sólo la relación que estos verbos instituyen entre x y P es lo
(II) "Veíael cielo negro":ambigua.Lainterpretación con predicativo objetivo que ahora nos interesa y es justo que nos interroguemos sobre el lugar que con-
puede parafrasearse: "El cielo le parecía negro, pero le podía parecer de otro viene otorgar a "saber" sobre el eje que especifica el grado de adhesión de x
color a otro observador". a P: ¿hay que asimilarlo, como lo hemos admitido antes, a "creer" o, más bien,
- Aprehensión.intelectual: los verbos de opinión. a "estar seguro (cierto, persuadido, convencido)", que expresan de manera
"Sirviéndole al locutor para informar al destinatario acerca de las opiniones superlativa la adhesión de x, como se ve en la siguiente rectificación de Pierre
de un tercero"162 (Ducrot, 1972a, p. 266), los verbos de opinión indican, al Poujade (entrevistado por Jacques Chancel el 24 de marzo de 1974):
mismo tiempo, cuál es el grado de certeza con el que ese tercero se adhiere a su "— ¿Cree usted tener razón?
opinión: - No lo creo, ¡estoy seguro de que tengo razón!"?
El verbo "saber" no parece tener tal valor intensivo. Pero, al mismo tiempo,
f
estima que P los tipos de argumentos sobre los que parece basarse la modalidad de "saber" y
le parece a x que P x encuentra que P x está seguro de que P que permiten el empleo de este verbo (experimentación científica, pruebas ob-
jetivas, autoridad de una referencia infalible) le confieren una especie de seguri-
1 1 piensa que P está persuadido . . . dad impávida que puede permitirle, en ciertas condiciones, sobrepasar, incluso,
< cree que P está convencido . . . a "estar seguro":
opina que P " - ¿Algunos pájaros son más boludos que otros?
sabe que P - No, todos son igualmente boludos.
- ¿Está seguro?
- Lo sé" (corto metraje de Chaval Les Oiseaux sont des cons [Los pájaros
No siendo nuestro propósito el de analizar detalladamente los diferentes mi- son unos boludos]).
crosistemas que componen el vasto conjunto de los términos enunciativos, sino De hecho, parece que no se pudiera determinar fuera de contexto, y en espe-
el de descubrir los diferentes rostros que puede tomar la subjetividad lingüísti- cial sin tener en cuenta la competencia ideológica de los enunciantes (valoriza-
ca, no es cuestión aquí de investigar cuáles semas son los que oponen entre sí ción de la fe o de la racionalidad), cuál de los dos verbos "creer" (eventualmen-
a estos diferentes verbos ("encontrar" implica, por ejemplo, a diferencia de te superlativizado en "estar seguro") y "saber" es el más "fuerte": expresan
"creer", la evaluación de un hecho del que se tiene conocimiento: compárense dos modalidades, es decir, dos tipos de relaciones entre un sujeto y un conteni-
"¿encuentras que viene mucha gente?" y " ¿crees que viene mucha gente?"). No do de pensamiento fundamentalmente diferente.163
podemos sino remitir al análisis de Ducrot (1975), quien estructura mediante
los cinco ejes semánticos siguientes el conjunto léxico: 163. Observemos, además, en lo que concierne a las relaciones que existen entre estas dos
{considerar, encontrar, estimar, juzgar, tener la impresión, modalidades:
estar seguro, pensar, creer} (p.83): • que, en principio, saber implica unilateralmente creer -excepto para el héroe de
una linda "nouvelle" de Peter Bichsel (Die Erde ist rund ["La tierra es redonda"], en Kin-
dergeschichten ["Historias para chicos"], Luchterland), quien decide pasar el resto de sus
•el verbo implica o no un juicio personal basado en la experiencia, días caminando hacia adelante en línea recta hasta haber vuelto al punto de partida; su
•el verbo implica o no una experiencia de la cosa "en sí misma", objeto es verificar que la tierra es del todo redonda: él lo sabe pero no lo cree,
•el verbo implica o no una predicación original, • en general, pues, se cree lo que se sabe. Pero también se puede, como Don Juan,
•el locutor se presenta o no como seguro de la opinión expresada en la no creer más que lo que se sabe (racionalmente); cf. el célebre diálogo del acto III, esce-
na I:
objetiva, Sganarelle. - "Pero, sin embargo, hay que creer en algo en este mundo: ¿qué es,
•el locutor presenta su opinión como el producto de una reflexión pues, lo que creéis?
Don Juan. - ¿Lo que yo creo?
162. Kstá claro que este tercero puede coincidir con el locutor. Sganarelle. - Sí.

138
137
LA ENUNCIACIÓN
SUBJETIVIDAD EN EL LENGUAJE

• "perpetrar" (es cometer, siempre, una mala acción) y aun "cometer" en


2.3.2. Clase (b): Los verbos intrínsecamente subjetivos la mayoría de los contextos:
Implican una evaluación cuya fuente siempre es el sujeto de la enunciación. "el poema que Pedro acaba de cometer" (observemos que la connotación
que golpea al verbo -cometer, aquí, es hacer algo mal- recae sobre su objeto:
(1) La evaluación es del tipo bueno/malo: los verbos intrínsecamente
al poema en cuestión lo considera malo, no su autor —se trata de un verbo in-
axiológicos. trínsecamente subjetivo— sino el hablante.)
— La evaluación se refiere en primer lugar al proceso denotado (y, de con-
tragolpe, a uno y/o otro de sus actantes): "Quiere cometer un acto de libertad —porque vivimos en una época
Ej.: "los chicos chillan" = "gritan de una manera desagradable".164 en la que los actos de libertad hay que cometerlos, son casi un crimen"
En la medida en que un verbo de este tipo implica una evaluación (Catherine Paysan hablando a Apostrophe, el 22 de setiembre de 1978,
• hecha por el locutor. de su Clown de la rué Montorgueil ["El payaso de la calle Montorgueil"]:
• sobre el proceso denotado (y de rebote sobre el agente que es responsa-
ble de él), la proposición causal, con función metalingüística, hace claramente explícito el
• de naturaleza axiológica: la descripción del proceso se hace en términos valor axiológico que tiene para ella el verbo "cometer");
desvalorizadores, • "reincidir": es reiterar un acto que se considera malo (Casares: "Volver
podemos considerarlo como un elemento de la clase general de los términos a incurrir en un error, falta o delito");
peyorativos. • "infligir" en, por ejemplo, "le infligieron un cruel castigo";
Como sus homólogos adjetivos y sustantivos, los verbos están marcados cla- • "resentirse": "ellibro se resiente de ello" (siempre paramal);
• "fracasar/triunfar":
ramente como peyorativos sólo cuando la connotación axiológica se inscribe
sobre un significante especializado -por ejemplo, un afijo- y/o cuando existe "en los treinta primeros días de su septenio, podría decirse que el
en el léxico una serie de parasinónimos que sólo se oponen sobre este eje (cf. señor Giscard d'Estaing ha triunfado en los campos no económicos,
la serie comerciar/negóciar/traficar mencionada por S. Delesalle y L. Valensi, donde se temía su inexperiencia, y que ha fracasado en el campo eco-
1972, p. 85). Como con los adjetivos y sustantivos, hay que distinguir entre los nómico, en el que no se discutía su competencia [. . . ] . Tal es la parado-
casos en los que el valor axiológico figura de manera estable en el contenido del ja del Elíseo" (LeMonde, I o de octubre de 1974, p. 10):
tema y aquellos en que no aparece sino como urt efecto de sentido ligado a los
caprichos del contexto,165 pasando por los casos intermedios de los términos los verbos "fracasar" y "triunfar", que acompañan a otros términos evaluativos
que, siendo por lo general peyorativos o valorizadores, le permiten al contexto ("temer", "inexperiencia", "competencia"), son, evidentemente, subjetivos,
suspender o aun invertir su valor usual. puesto que implican un juicio de valor que siempre puede estar sujeto a contro-
Veamos a continuación algunos ejemplos de verbos que pertenecen a catego- versia, como lo reconoce el mismo Duverger: "Paralelamente se puede replicar
rías semánticas heterogéneas, pero que implican todos una evaluación más o que ha habido fracaso en el campo económico . . . " ;
menos fuerte o diluida (generalmente negativa) del proceso: • "revolcarse en": "En 1940 la burguesía en cuanto tal se revolcaba en el
• verbos que denotan un comportamiento verbal o paraverbal: "ulular", vichismo" (PolitiqueHebdo, No 162,13 de febrero de 1975, p. 26): siempre es-
"graznar", "vociferar",166 "aullar", "rebuznar", "blablear"; tá mal revolcarse (y la connotación del verbo viene a llenar de descrédito al
» "heder", "apestar": es "oler mal" e incluso "muy mal"; vichismo, y también a la burguesía que sucumbió a él); por el contrario, un ver-
bo como
Don Juan. - Creo que dos trias dos son cuatro, Sgafiarelle, y que cuatro más cuatro • "dedicarse" es en principio axiológicamente neutro: uno puede dedicarse
son ocho." al trabajo tanto como dedicarse a la bebida; sin embargo, cuando escuchamos
164. i 1 sustantivo derivado "chillido" es también manifiestamente peyorativo en la boca, una oración como "se dedicaba a hacer política", no se puede dejar de percibir
por ejemplo, de uri ministro de educación, al tratar de descalificar con ese término las pro- en la expresión una especie de insinuación pérfida: "dedicarse" sería uno de
testas universitarias contra uno de sus decretos. esos verbos que, sin expresarlo en todos los casos, se inclina a la desvaloriza-
ción ;167
165. "En suma, parece hacerse el desentendido [respecto de la tarea que debe cumplir]. • "degenerar": "La lucha social degenera en un enfrentamiento confesio-
Eso es lo que se me dirá de él, pues: 'Se está haciendo el desentendido'. Lo cual, en boca
de obreros que hablan de un componedor, es, con seguridad, un elogio." (R. Linhart, L'
Etabli f'El tablero"], Minuit, 1978, p. 32). 167. El verbo "recurrir", con cierto parentesco con "dedicarse", está marcado como peyo-
rativo, puesto que suele denunciar como "expediente ilícito o despreciable" al objeto de-
166. Cf. "Bajo la pluma [de esas antifeministas], Halimi no habla: ladra o vocifera" (Char- notado por su complemento (ej.: "el 20 °/o de las mujeres recurren al adulterio").
tte-tíebdo, No 392, 18 de mayo de 1978, p. 4).

140
139
LA ENUNCIACIÓN
SUBJETIVIDAD EN EL LENGUAJE
Pero por el hecho de manifestar una preocupación escrupulosa por la exac-
titud denotativa, el hablante deja entender que la corrección reemplaza un em-
nal" (T. F. 1, 22 de setiembre de 1975) - y yo lo deploro; pleo aproximado del verbo "merecer" por un uso más conforme a su valor fun-
• "retroceder": "No obstante, hay una concepción de la enunciación que damental; luego, la segunda interpretación es la correcta.
se debe rechazar, a menos de retroceder teóricamente . . . " (D. Maingueneau, • A la inversa, los términos "riesgo de" y "correr peligro de" presuponen
1976, p. 100).168 en general que el término del complemento pertenece a la categoría de lo malo
Todos estos verbos tienen en común el expresar una desvalorización del pro- (cf. Chirac: "No hay ningún riesgo serio de que sea elegido el señor Mitterand").
ceso que denotan, aun cuando ésta recaiga sobre su contexto actancial. Se opo- En "arriesgarse" aparece la connotación inversa ("Pedro estaba arriesgando su
nen por ello a la categoría siguiente, en la que se incluyen los verbos que impli- triunfo en el concurso"): "arriesgar" es aquí sinónimo de "poner enjuego".
can esencialmente una (des)valorización de sus actantes sujeto y/o objeto, ba-
sándose la diferencia entre las dos categorías simplemente en el modo como se Para terminar, mencionemos todavía algunos ejemplos de verbos cuya con-
reparte sobre sus diferentes segmentos la carga axiológica global del enunciado. notación axiológica cotextual parece relativamente estable:
"•beneficiarse con" y "servirse de": "x se sirve de y"-*-y pertenece en prin-
- La evaluación afecta a uno y/u otro de los actantes comprometidos en el cipio a la categoría de lo bueno;
proceso denotado (y con más frecuencia a su objeto): "infligir": "x inflige^ a z" -* y pertenece a la categoría de lo malo;
• "merecer": "x merece y" -*• y pertenece (en general) a la categoría de lo "privar de" frente a "ahorrar": "No es que privé a mis alumnos de una hora
bueno. Ej.: "Pedro no merece los padres que tiene; o, más bien, sus padres no de clase, sino que se las ahorré" (el ejemplo es de Flahault, 1978, p. 116, n. 1):
se lo merecen", con la corrección indicando claramente en esta oración: uno se priva de algo agradable, pero se ahorra algo penoso;
que "merecer" es axiológicamente ambiguo (se puede decir: "Yo no mere- "soportar": cf. Chateaubriand, reconociéndole a Madame Roland - n o se
cía ese castigo"),
podía ser más galante- "una fuerza de espíritu extraordinaria", acompañada
pero que la estructura "x no merece y "se intepreta preferentemente "x me- de "encanto suficiente como para que se la pudiera soportar";
rece algo menos bueno", es decir que el verbo implica una evaluación más bien "confesar", "reconocer", "admitir": "x ha confesado que P" -> P es malo
positiva del objeto y (luego, una evaluación más bien negativa del sujeto x
("inconfesable").
cuando el verbo está negado).
Esta jerarquía de interpretaciones169 es lo único que justifica la corrección: (2) La evaluación es del tipo verdadero/falso/incierto: los verbos, intrínse-
teóricamente, ambas oraciones son igualmente ambiguas; en efecto, si llamo camente modalizantes.
"interpretación prioritaria" de "merecer" a la que supone una valorización de
y, tengo dos posibilidades de hacer coherente la secuencia oracional: - El caso de los verbos de juzgar ya ha sido considerado antes: hemos vis-
(1) Pedro no merece los .padres que tiene (porque vale menos: interpreta- to que eran a la vez axiológicos (desde el punto de vista de y) y modalizantes
ción prioritaria); o, más bien, sus padres no se lo merecen (porque valen más: (desde el punto de vista de L 0 ), en la medida en que al emplear la estructura
interpretación secundaria). "x critica a y por z" el locutor admite como verdadera la proposición "y es
(2) Pedro no merece los padres que tiene (porque él vale más: interpreta- responsable de z ", en tanto que no se pronuncia sobre la verdad de esta imputa-
ción secundaria); o, más bien, sus padres no se lo merecen (porque ellos valen ción cuando enuncia que "x acusa a y de z ".
menos: interpretación prioritaria).
- Los verbos de decir (aparte de los precedentes).
168. En lo que respecta a estos verbos "transformativos", comparemos: Se reparten de la misma manera, según que el locutor no prejuzgue de la ver-
• "Ravel no cambió de estilo en todo el transcurso de su carrera": lo que es más bien dad/falsedad de los contenidos enunciados por x o que, por el contrario, tome
elogiable; pero implícitamente posición sobre este punto. Tenemos, pues, dos clases: en la pri-
• "El estilo de Ravel no evolucionó", lo cual es más bien lamentable.
mera, encontramos verbos como "decir", "afirmar", "declarar", "sostener"
169. Jerarquía que también aparece en los hechos siguientes: (puesto que la actitud evaluativa de L 0 es completamente independiente del
- "Me pusieron una nota que no merecía" puede significar que merecía más, pero grado de intensidad del comportamiento enunciativo de x); en la segunda, ver-
por lo general quiere decir que merecía menos; bos como "pretender", "reconocer", "confesar", "admitir", "pretextar",
- La fórmula de los cicerones: "x merece que nos desviemos un trecho" significa
que se trata de un lugar que ciertamente no "merece el viaje", pero que aun así presenta "contradecirse", "jactarse", que por ello se pueden considerar como modali-
suficiente interés como para que se vaya allí si uno se encuentra en las inmediaciones. Pero zantes intrínsecos.
también se la puede emplear en sentido inverso, como en la siguiente oración de Jacques
Martin (aclarada con un gesto inequívoco): "Este restaurant merece que hagamos un largo • El verbo "pretender": .
desvío" (para evitarlo): esta interpretación, en efecto, es posible, pero improbable- y "x dice que P"/"JC pretende que P":
son precisamente estas zonas de improbabilidad semántica las que atraen el juego lingüís-
tico.
142
141
LA ENUNCIACIÓN
SUBJETIVIDAD EN EL LENGUAJE

canee"] una relación causal establecida (y discutida por L 0 ) entre dos proposi-
de estos dos verbos, sólo el segundo es subjetivo,170 en la medida en que presu-
ciones.
pone: "P, que x presenta como verdadero, es falso, dudoso o, al menos, discu-
Cuando no se utiliza ninguno de estos dos procedimientos para especificar
tible a los ojos de L 0 ". 1 7 1 '
su campo de acción, puede ocurrir que el enunciado sea ambiguo desde este
Observaciones sobré el funcionamiento de "pretender":
punto de vista: "x pretende que fue a la escuela porque no estaba lloviendo":
(1) A diferencia de "decir", "pretender" no tiene antónimo léxico con
el sema enunciativo del verbo operador puede afectar tanto a la oración objeti-
valor negativo: ^
va en su totalidad (x no fue a la escuela, pues, para L 0 ) como a la subordinada
x dijo que y va a venir \ ^ , . .
r x pretende que y (no) va a venir. causal únicamente (JC fue a la escuela, pero la falta de lluvia no era la verdadera
x niega que y vaya a venir) causa de su asistencia).
(2) Nosotros consideramos que es prioritariamente L 0 quien se encuentra (4) Es absolutamente evidente que el rasgo enunciativo tiene en "pretender"
en el origen del juicio modalizante, pero este análisis no está aceptado con una- el status de una presuposición. Comparemos, en efecto:
nimidad.172 (a) "x pretende que P" y
(3) La base de incidencia de este rasgo de modalización plantea algunos (0)"X miente al decir que P".
problemas de identificación: Las dos oraciones se pueden describir medíante los enunciados básicos:
Normalmente, la presuposición alcanza, descalificándolo, al contenido glo- (i) "x dice que P
bal de la oración objetiva que depende del verbo (la cual puede haber sufrido (ii) "P es (más bien) falso para L 0 .
una transformación infinitiva:173 "x pretende ser el padre de esos chicos"). Se oponen, sin duda, porque (a), a diferencia de (0), no excluye la sinceri-
Pero el sema enunciativo puede tener por base dé incidencia una secuencia dad de x 174 y porque L 0 toma posición más claramente en (0) que en (a) res-
más reducida cuando el verbo "pretender" está intercalado como un inciso pecto de la falsedad de P. Pero es, sobre todo, la transformación negativa de
("había roto la puerta de la habitación de x con el propósito, según pretende, esas dos oraciones lo que muestra que el rasgo evaluativo (ii) tiene en (a) un
de recuperar sus cosas": la modalización afecta exclusivamente al sintagma pre- status de presuposición y en (|3) un status de afirmación.
posicional) o cuando esa secuencia está "enfatizada" por la unidad discontinua (a) "x no pretende que P": la negación alcanza a (i) y mantiene (ii);
"es porque . . . por lo que" ("él pretende que es porque llovía por lo que no (0) "x no miente al decir que P": la negación alcanza a (ii) y mantiene (i).
vino"): en especial, es frecuente que el verbo "pretender" tenga por scope ["al- Cuando emplea "pretender" el hablante se contenta con sugerir cuál es su
actitud frente al hecho problemático, insinuándola bajo forma de presuposi-
170. La siguiente definición del Nuevo pequeño Larousse ilustrado, 1964: "Taumaturgo: ción; cuando enuncia (0) se coloca explícitamente como fuente de evaluación
. . . Dícese del que hace o pretende hacer milagros" muestra que hasta la lexicografía con- de la no veracidad de P.
temporánea se permite algunas formulaciones subjetivas. (5) El verbo "pretender" en primera persona.
171. Sea la oración de Edgar Morin: "Es un cine con escaso presupuesto, que realiza pelí- De acuerdo con el análisis propuesto más arriba, "yo pretendo que P" signi-
culas de vocación o pretensión artística". Un ejercicio de contracción de texto la convier- ficaría que al decirlo estoy pensando lo contrario y que afirmo algo que tengo
te en "Es un cine constituido por películas baratas y que poseen un interés artístico de- por falso. Ahora bien, esta paráfrasis es manifiestamente inadecuada. Por lo
clarado, si bien no siempre alcanzado". La paráfrasis, que transforma en afirmación la
presuposiciones con seguridad demasiado pesada. Pero no es realmente infiel. tanto, es necesario admitir que "pretender" implica dos presuposiciones distin-
tas según la naturaleza de su objeto:
172. M. Charolles, 1976 (pp. 92-93) considera que este verbo presupone que P es falsa para
el "yo", pero también para el "tú"; ahora bien, el receptor no está obligado en absoluto a "x pretende que P":
admitir esa presuposición. afirmación: 'x dice que P"
En cuanto a Berrendonner (1977), formula la presuposición de pretender como "P es presuposición:
on-faux" ("P es falso para un sujeto indeterminado": se sabe que es falso): "pretender"
sería "decir lo que es contrario a la doxa": ahora bien, nos parece que "Pedro pretende (i) si* = no yo: "P es falso (o por lo menos dudoso) a los ojos de 'y°' "\
que P y yo estoy de acuerdo con él" es claramente más extraño que una oración como (ii) si x = yo: "P es falso (o dudoso) a los ojos de no-yo" (ya sea el conjun-
"todo el mundo pretende que P" (pero todo el mundo está equivocado): "Pedro pretende
que P" significa, pues, "Pedro dice que P contrariamente a lo que afirman otros - princi- 174. Es decir que:
palmente yo", es decir que en ese "se" a que se opone Pedro hay una muy clara predomi- "pretender" implica: P es verdadero para x pero falso para Lo;
nancia del "yo". "mentir" implica: P es falso parax y para L 0 .
Observemos que, en español lo mismo que en francés (¿por qué?), no existe ningún
173. Cuando la completiva subyacente al infinito está en futuro, el verbo "pretender" reci- verbo que implique que P es falso para x y verdadero para Lo ("admitir" y "reconocer"
be un valor cercano a "tener la intención de", pero arroja un cierto descrédito sobre la ejemplifican la cuarta posibilidad combinatoria).
seriedad de esa intención y sus posibilidades reales de ejecución.

144
143
LA ENUNCIACIÓN
SUBJETIVIDAD EN EL LENGUAJE

to lingüístico de x sólo si este comportamiento lo induce a pensar que P es una


to de los no-yos en su gran mayoría o algunos elementos muy específicos de gloria para x).
ese conjunto, en los que estoy pensando).175 Pero parece, además, que el verbo "jactarse" comporta, en general, una u
Por lo demás, estas dos presuposiciones pueden reunirse en la fórmula con- otra de las presuposiciones siguientes, que provienen en este caso de la fuente L 0 :
juntiva "P es falso para no-x " ("pretender" = decir lo contrario que los de- (iii) a) "P es falso" (encadenamiento: . . . "pero no hizo nada de eso");
más, decir polémicamente) - pero a condición de añadir que si x =£ L 0 , el b) "el hecho enunciado en P no es valorizador" (encadenamiento: . . .
conjunto de no-* implica un componente L 0 muy alto. "pero no hay de qué jactarse").
A la evaluación que hace x de P se superpone la evaluación contraria de P
• "reconocer", "confesar", "admitir" son antonímicos de "pretender" a que hace el sujeto de la enunciación: el verbo "jactarse" es, pues, intrínseca-
nivel de su presuposición modalizante: implican que "P es verdadero a los ojos mente subjetivo (proviniendo, según los casos, la evaluación de L 0 del eje de lo
de L 0 ". Pero, además, indican que se dan ciertas reticencias que postergan u verdadero o del eje de lo bueno).
obstaculizan el acto lingüístico de x. Por su parte, el verbo "confesar" evalúa
axiológicamente su objeto: uno confiesa sus pecados, errores o faltas, cualquier - Los verbos de opinión
cosa, en todo caso, que sería mejor poder mantener en secreto, porque su ex-
posición contraviene las normas ("confesar su amor") o puede, al exponerse, "x se imagina que p" 178 /'tc piensa que ?"¡"x sabe que P".
perjudicar al sujeto que confiesa.176 Los tres verbos enuncian una actitud intelectual de x frente a P. Considera-
• El verbo "pretextar", como "pretender", comporta siempre un sema dos sólo desde este punto de vista, son sinónimos: en los tres casos* se adhiere
enunciativo, pero lo que impugna L 0 cuando emplea "pretextar" es la validez a su opinión, la tiene por verdadera.
explicativa de una proposición P', que alega x para justificar P: "pretextar" es, Pero si se quiere dar cuenta de la oposición que existe entre los tres, como
en cierta forma, sinónimo de "pretender que es P porque P' ". nos dice claramente nuestra intuición, hay que hacer intervenir además el eje
• Los términos "contradecirse", "contradictorio", contradicción", tienen enunciativo:
una ubicación original en el campo de los evaluativos de verdad: decir de una "P es falso/indeterminado/verdadero para el locutor."
aserción que es contradictoria significa implicar que no puede ser totalmente Reuniendo los dos ejes distintivos que intervienen en el funcionamiento de
verdadera ya que, si es verdadera en algunas de sus partes, es necesariamente los verbos de opinión:
falsa en otras y viceversa. • el eje de la actitud de x frente a la opinión en cuestión (eje considerado
• El verbo "jactarse". Ej.: "Juan se jacta de haber atravesado el río a nado". en a) (2) y representado verticalmente en el cuadro que aparece más abajo) y
El contenido semántico del verbo trasmite la siguiente información: • el eje de la actitud del locutor frente a esa misma opinión (eje horizontal,
(i) "x dice que P" que aquí nos interesa particularmente),
(ii) "el hecho enunciado en P es valorizador para x " (- valoriza x a los ojos se obtiene el cuadro siguiente, tomado-de Ducrot:
de x) 177 (vale decir que L 0 utilizará este verbo para describir el comportamien-
^""^•^^^^ presuposición
opinión opinión opinión
175. En "yo pretendía que P" la presuposición parece ser, según los casos, afirmación ^^"~^^__^ verdadera falsa ni verd..ni falsa
• al contrario de algunos (en la misma época);
• al contrario de mí mismo actualmente (pero después cambié de opinión), ejem-
plo que pone en evidencia las afinidades que hay entre la categoría del pretérito y la de la está seguro
tercera persona.
+ sabe se imagina piensa
cree
176. La siguiente reflexión de Roger Dadoun sobre Le Pull-over rouge ["El pulóver colora-
do"] de Gilíes Perrault (en La Quinzaine littéraire, No 288, 16-31 de octubre de 1978, p. está convencido
18) tiende a sugerir que para la institución judicial, a despecho de la ley, todo sospechoso
es un presunto culpable: "El vocabulario contemporáneo, que Perrault pasa por un cedazo,
lleva el sello de esta metafísica de la confesión: un sospechoso que confiesa "reconoce', - ignora
pero si niega, 'pretende^ "; en otros términos: declararse culpable es, para los jueces, decir
la verdad; declararse inocente es, a príori, decir una mentira. ? sospecha
177.Estos dos rasgos parecen tener el status de afirmaciones, ya que "x no se jacta de P" 178. El verbo "figurarse" funciona como "imaginarse", hasta en la posibilidad que recibe
significa o bien que no habla de ello, o bien que no presenta a P como un título de gloria. en algunos contextos de suspender su presuposición modalizante; así
En cambio, los dos rasgos alternativos que constituyen (iii) son presuposiciones.

146
145
LA ENUNCIACIÓN
SUBJETIVIDAD EN EL LENGUAJE

P es más bien falso.180 Aquí también habría que introducir un grado suplemen-
Observaciones tario, esta vez sobre el eje horizontal:
• El rasgo enunciativo es ana presuposición:179 no lo alcanzan ni la nega- opinión ni verdadera más bien francamente
ción ni la interrogación:
verdadera ni falsa falsa falsa
x no sospecha 1
\ que P (y sin embargo P es verdadera)
x no sabe I • La descripción de Ducrot presenta las cosas en la siguiente forma:
"imaginarse" afirma: "x tiene una cierta opinión"
ix sospecha | presupone: "esa opinión es falsa"
> que P? La descripción de la presuposición es incompleta. Es importante formularla
¿JC sabe J así: "la opinión es falsa para el locutor", sin lo cual el metalenguaje cae en la
trampa del lenguaje. En efecto, si digo "Juan sabe que las centrales nucleares
no son peligrosas", empleo una doble astucia que el código lingüístico permite:
por una parte, presento mi opinión como objetivamente verdadera (es clárala
• Ducrot tiene razón al colocar en el mismo casillero, a partir del eje hori- diferencia entre esa oración y ésta: "Juan piensa que las centrales nucleares no
zontal, "pensar" y "estar seguro": la seguridad de x no prueba de ningún modo son peligrosas y yo también"), y, por otra, la insinúo bajo forma de presupo-
lo justo de su opinión a los ojos de L 0 . Pero el eje vertical merecería un mayor sición. Ahora bien, como lo ha demostrado elocuentemente Ducrot, las presu-
refinamiento: "pensar" y "estar seguro" no describen el mismo grado de adhe- posiciones se presentan como indiscutibles, irrefutables (se pueden refutar las
sión de x a su opinión. En cuanto a "sospechar", que tiende indiscutiblemente afirmaciones explícitas, pero en cuanto a las presuposiciones es, en prncipio,
hacia el + , se puede pensar que no recibe en este cuadro el lugar que le corres- demasiado tarde): encierran al discurso en un "marco" que el destinatario sólo
ponde. O sea que sería preferible admitir, sobre esta escala vertical, cuatro gra- puede cuestionar con procedimientos polémicos que descalifiquen, no sólo la
dos, ocupados respectivamente por: "está seguro - convencido"/"piensa - opinión de L 0 , sino también, lo que es más grave, su comportamiento enuncia-
cree - sabe - se imagina"/"sospecha"/"ignora". tivo global, por lo cual raramente recurre a ellos.
• Por otra parte, ¿tienen exactamente el mismo valor enunciativo "creer"
Estos verbos modalizantes, que tienen la propiedad de permitirle al hablan-
y "pensar"? Parecería que "creer" inclina, más que "pensar", a suponer que te emitir un juicio de verdad/falsedad sobre algunos hechos, sobre algunos con-
tenidos mentales o discursivos explicitados en el sintagma objeto que introdu-
cen, se llaman a veces "factivos":
- en el imperativo ("imagínate/figúrate que me encontré con x"),
- en las oraciones de tipo "¿no te figurabas que vendría, en?", analizadas por Fla-
hault, 1978, pp. 128-131. "Verbos como lamentar, negar, saber, pertenecen a la clase de los
Para un análisis muy refinado de la polisemia de "imaginarse", que presupone tanto verbos factivos-positivos, cuya propiedad original consiste en que se
"es falso que P" como "la opinión que se afirma que posee x es falsa (x se equivoca al pen- supone verdadera la oración que los completa. Verbos como mentir,
sar que P)", véase también Ducrot, 1972a, pp. 273 ss.' aparentar, pertenecen a la clase de los verbos factivos-negativos: tienen
la propiedad de presuponer la falsedad de las oraciones que los comple-
179. Lo que no quiere decir que su decodificación sea más tímida, más riesgosa, más alea- tan." (H. Brekle, 1974, p. 75)
toria. Las presuposiciones - a diferencia de los sobreentendidos- aportan informaciones
tan claras como las aserciones. Sea el siguiente párrafo, extraído del informe Simón: "Un Conviene distinguir, entre los verbos factivos,
cuarto de los entrevistados piensa que esta enfermedad (venérea) no puede contraerse más
que por contacto íntimo con una persona afectada . . . " . En este momento de la lectura • aquellos en los cuales el rasgo modalizante está presupuesto (y que por
uno tiene el derecho de preguntarse: ¿es verdad?, es falso?, están equivocados o tienen ra- ello se convierten para el hablante en un medio -tanto más sutil por estar es-
zón para pensar así? Pero el texto prosigue: ". . . mientras que un entrevistado de cada dos
sabe que ésa no es una condición necesaria". El verbo "saber" borra la ambigüedad: la
opinión precedente es falsa para el locutor, luego es falsa directamente, porque ese locutor
está investido de la credibilidad del hombre de ciencia, quien se levanta contra las supersti- 180. Sobre todo cuando está seguido por un infinitivo: el verbo "creer" cae entonces en
ciones ingenuas y moralizantes. la misma clase que "imaginarse" y se comprende que el cura de Le Femme du boulanger
["La mujer del panadero"] no se dé por satisfecho con la fórmula "subjetiva" empleada
Por otra parte, conviene señalar, siguiendo a Ducrot (1977a, p. 193) que, en algunos por el maestro: "Juana de Arco creyó oir voces", fórmula que connota, en efecto, la idea
casos, las presuposiciones pueden servir de punto de partida al encadenamiento discursivo de que se trata de una alucinación acústica.
(ej.: "No te inquietes. Pedro sabe que María va a venir, podrás entonces verla pronto").

147
148
SUBJETIVIDAD EN EL LENGUAJE LA ENUNCIACIÓN

condido- de pronunciar juicios evaluativos sin que se lo noté, de imponer insi- tender una cierta reticencia de L 0 a admitir la verdad de P; así, si "un hablante,
diosamente verdades más o menos improbables y que no han sido demostra- en lugar de garantizar él mismo, con una simple afirmación, la verdad de P, se
das, de "decir sin decir") frente a aquellos otros en los que presenta el status de contenta con trasmitir las palabras afirmativas de un tercero, parece natural la
elemento explicitado. Al contrario de lo que afirma Brekle, es evidente que conclusión de que ese hablante no puede el mismo suscribir a P; por lo tanto, de
"mentir", y es muy posible que "aparentar".181 pertenezca a la segunda cate- que no cree en su verdad" (A. Berrendonner, 1977, p. 136). Pero también pue-
de extraerse otra conclusión: si L 0 se escuda así detrás de las palabras de un
goría;
tercero, lo hace simplemente por honestidad intelectual (para dar a César lo
• aquellos que contienen un juicio que pertenece a la categoría de lo verda-
que le pertenece) o porque para él esa es una manera hábil en tanto indirecta de
dero (factivos positivos: "saber", "sospechar", "confesar", etc.) frente a los
sugerir su opinión sin tener que salir garante de ella. Por esta misma razón se da
que pertenecen a la categoría de lo falso182 (factivos negativos: "pretender", a menudo la situación opuesta: los verbos declarativos, desde el momento en
"imaginarse", etc.); que no expresan, como "pretender", una actitud de reserva o de rechazo por
• aquellos en los cuales el rasgo modalizante se manifiesta de manera clara parte de L 0 , sobreentienden en mayor o menor grado la verdad-L0, de la pro-
y constante frente a aquellos en los cuales su presencia es más problemática: posición asertiva (así, la oración "El abogado Halimi, evocando las presiones
a pesar de lo que diga aún Brekle, es más que dudoso que "negar" presuponga ejercidas sobre la decisión de los jueces..." sobreentiende discretamente que
siempre la verdad para L 0 de la proposición que introduce. esas presiones tuvieron lugar). En todo caso, esto es lo que constatamos en la
Observemos, de paso, la heterogeneidad de las listas de factivos que se han enunciación periodística, la cual se caracteriza, entre otras cosas, por valerse
propuesto, de manera siempre reconocida como incompleta, por uno u otro de un cierto número de estratagemas que permiten al locutor emitir juicios eva-
autor ("descubrir", "revelar", "enseñar", en Charolles, 1976, p. 93: "darse luativos sin salirse de un relativo anonimato; y una de esas estratagemas consis-
cuenta", "saber", "acordarse", en Kiefer, 1974, p. 89). Es que en la ausencia te en citar a un tercero sin acompañar la cita con un comentario distanciador:
de criterios decisivos es posible vacilar —a excepción de los casos mencionados la ausencia de ese comentario funciona, en general (hay contrdejemplos) como
más arriba— respecto del valor modalizante de la mayoría de estos verbos ope- un índice de adhesión.
radores que, si bien en principio son neutros factivamente, en ocasiones pueden
cargarse con sobreentendidos solapados que orientan hacia tal o cual interpre-
tación, la cual, por otra parte, varía según el contexto,183 y cuyos mecanismos
generadores no se dejan explicitar fácilmente. En algunos casos, cuando la pre-
sencia en inciso de un verbo "decir" no es necesaria para señalar una secuencia 2.3.3. Conclusión sobre los verbos subjetivos.
de discurso indirecto, y en virtud de la ley de la informatividady ese verbo
puede tomar un valor próximo al de "pretender".184 Lo mismo ocurre con los - Hemos estructurado el conjunto de los verbos subjetivos valiéndonos de
otros verbos de decir y con los verbos de opinión : 18s a veces permiten sobreen- los dos ejes fundamentales siguientes:
(1) la fuente de la evaluación: es el agente del proceso (verbos ocasional-
181. En efecto, la negación puede modificar a uno u otro de sus dos constituyentes se- mente subjetivos) o bien es el sujeto de la enunciación (verbos intrínsecamente
mánticos: "Pedro no aparentaba dormir" -porque de veras dormía o porque no pretendía
de ninguna manera simular el sueño. Observemos que el verbo "hacerse pasar por", igual- subjetivos):
mente modalizante (Lucien Jeunesse, "juego de los mil francos": . . . "el cartero [Cheval] (2) el juicio evaluativo proviene del eje bueno/malo o bien del eje verdade-
que se hacía pasar por un arquitecto"), funciona de manera similar desde este punto de ro/falso: estos términos funcionan como archilexemas que recubren éh realidad
vista.
un número considerable de variantes.
182. Estos dos archilexemas "cubren" en nuestro metalenguaje diversas modalidades: No siempre es fácil determinar cuál rasgó de cádá uno dé ésos dos ejes con-
verosímil, posible, cierto/incierto, dudoso, improbable.
viene atribuir a tal o cual elemento:
183. M. J. Borel, 1975 (p. 106) hace notar así que "creer" funciona como un factivo nega- • Eje (2):
tivo cuando aparece en un contexto "refutativo".
Algunos verbos debéri considerarse como modalizantes o como axiológicos,
184. Expresiones como "dicen", "según se dice", "por más que se diga", por lo general según qué aparezcan o iio en un contexto de habla. Así:
comportan igualmente una presuposición factiva negativa, lo mismo que el infinitivo
nominalizado "el decir". (Notemos que "pretensión" no nominaliza a "pretender" en la
acepción de "tener la pretensión de"). considera que aseguran al presidente un contacto con la población", ¿pero lo logran'?:
parece dudoso para LQ) O el más discretamente modalizante "atribuir a" ("el informe
185. O también algunos usos de "considerar" ("esos desplazamientos pedestres, que se atribuido a Krushchev" - quizá equivocadamente . . . )

150
149
SUBJETIVIDAD EN EL LENGUAJE LA ENUNCIACIÓN

de" de Pierre George (Le Monde, 19-20 de enero de 1977): "Una elección trá-
al decir que P gica: ¿condenar a muerte, condenar a vida?" (aun si se le permite la vida, la de
Patrick Henri no puede ser, a los ojos de L¿, más que un infierno).
x se equivoca
al comportarse de esa manera Veamos ahora el ejemplo del verbo "confesar", que es a la vez modalizante
intrínseco (verbo factivo-positivo) y axiologico, puesto que denuncia como una
(= hace mal en actuar así) falta el contenido de la confesión; ¿pero una falta para quién? El diálogo si-
guiente, tomado de Sexpol, N° 18-19 (diciembre de 1977), dedicado a W.
Reich, tiende a probar que, al contrario de lo que podría pensarse, la fuente de
al afirmar que P la evaluación puede ser L 0 , quien sobre este punto se opone a x pero se identi-
"x tiene razón/no tiene razón"<C^"~ (-* P es verdadero/falso para L 0 ) fica con el consenso:187
^~~—~- al irse de casa ( -*• esta partida es una
cosa mala/buena a los ojos de L 0 ) "— (Sexpol): Sin embargo, él mismo no era tan fiel como se lo exigía
a sus compañeras.
^______ por decir que P ( -> P es verdadero — (Use Ollendor-Reich): ¡No, de ningún modo! Yo conocía muy
^ para x) bien a las mujeres con las que mantenía relación.
"x aprueba a y" - < ^ ^ — ¿Y él no hablaba de ello?
(subjetivo ocasional) ~^^^-^_^_^ — No, pero cuando se lo preguntaba, él confesaba.
^"^~-~-^por irse de casa ( -*• x considera co- — ¿Lo confesaba como una falta?
— No, no, naturalmente. Por otra parte, vivía abiertamente con otra
mo un bien la partida de y) mujer cuando todavía estábamos juntos."
Pero incluso fuera de estos casos de polisemia, hay evidentes afinidades en- Otro ejemplo de verbo de decir axiologico: "tratar de": en "x ha tratado a j
tre lo verdadero y lo bueno, lo falso y lo malo, por lo cual toda unidad que de z", el verbo indica que z contiene un rasgo axiologico negativo, que repercu-
denota a uno tiene tendencia a connotar al otro: si el budismo es una "religión te sobre y.188 Pero a ese rasgo ¿quién lo asume? Se podría pensar que al ejem-
falsa", se deduce como consecuencia que es una cosa mala; si el lenguaje está plo de Zuber, "Arthur trató a María de virgen", puede parafraseárselo como
constitutivamente destinado a la mentira, es, por ese hecho, una "herramienta "Arthur tuvo respecto de María un comportamiento verbal de tal naturaleza
mala";186 y los modalizantes negativos ("mistificación", "adulación", "calum- que L 0 pudo sacar en conclusión que, para Arthur, la virginidad es reprensible,
nia", "pretexto", etc.) tienen fuerte tendencia a connotarse peyorativamente. sin que necesariamente lo sea también para L 0 ". No obstante, parece ser lo más
• Eje (1): frecuente que L 0 se encuentre también involucrado en el juicio evaluativo.
Más difícil todavía es, en algunos casos, saber si el juicio evaluativo debe Cuando Christian Bénézech, en el coloquio de A.L.E.P.S. (cf. Le Monde del
atribuirse a x o a L 0 : 9 de diciembre de 1978, p. 26), se lamenta en estos términos: "Se nos trata de
A veces, la duda que se experimenta al tratar de clasificar un elemento entre corporativistas, de retrógrados, de reaccionarios, porque creemos en ideas fuer-
los subjetivos intrínsecos o entre los ocasionales proviene simplemente de su zas ligadas a la dignidad del hombre", es evidente que x considera a esos térmi-
complejidad sintáctica: así, por ejemplo, "condenar" es, sin ninguna duda, un
axiologico ocasional en relación con su objeto directo (me es posible decir
"los puristas condenan este giro" sin que ello signifique que a mí me parezca 187. Lo que confirma esta oración de Le Monde (15 de setiembre de 1978); "son poco nu-
merosas las mujeres violadas que 'confiesan' ": las comillas rechazan la validez del juicio
malo); pero funciona como un axiologico intrínseco con relación al comple- axiologico (la violación no es, para L 0 , "inconfesable") el cual, sin ellas, se remitiría
mento del verbo introducido por "a", como lo muestra esta sombría "bouta- directamente a L 0 .

186. "Que el lenguaje en tanto que herramienta siempre es deficiente, creo que es obvio 188. El funcionamiento axiologico de este verbo es análogo al que hemos destacado ha-
y que no hay nada que dacir de ello, científicamente hablando. En tanto que instrumento blando de "pero":
de la comunicación y del intercambio, del pensamiento y de su expresión, termina siem- - cuando introduce un término axiológicamente marcado en el diasistema ("Arturo
pre por traicionar al pensamiento, por originar malentendidos, ilusiones y errores. Hablar ha tratado a Pedro de negro sucio"), su tenor axiologico es redundante;
en estos casos de una deficiencia del lenguaje, presentarlo como una mala herramienta, - pero cuando el status axiologico del complemenento varía según la competencia
según hacen Bentham o Frege, parece hasta un eufemismo que preserva el espejismo del ideológica del sujeto hablante (ejemplo de Zuber), es el verbo "tratar" el que lleva todo el
lenguaje bien hecho, del instrumento perfeccionado o de un uso razonado de ese instru- peso de la connotación desvalorizadora y el único responsable de la información enuncia-
mento. No es así como podemos acercarnos a la lengua." (P. Henry, 1977, p. 162). tiva.

151 152
LA ENUNCIACIÓN
SUBJETIVIDAD EN EL LENGUAJE

nos como injurias, pero también lo hace L 0 , que por esa razón no acepta su • el verbo "jactarse" implica:
adecuación. una evaluación axiológica positiva vinculada a x
Cuando su uso reposa sobre un consenso ideológico, cuando los dos emiso- una evaluación o bien axiológica negativa ^\
res (x y L 0 ) y los dos receptores participan, según se cree, del mismo sistema de > vinculada a L 0 .
valores, los verbos axiológicos no plantean ningún problema de uso ni de análi- o bien modalizante negativa i
sis. Pero en el caso contrario, tanto el analista como el hablante deben observar
y manipular con extrema precaución el cotexto en que se inserta la unidad eva- 2.4. LOS ADVERBIOS SUBJETIVOS
cuativa. El estudio de los verbos subjetivos nos ha enfrentado con el problema de la
En cuanto a los modalizantes, volvamos sobre el caso de las oraciones del ti- "modalización" y de la "modalidad", respecto de las cuales declara Todorov
po "A él el sol le parecía ardiente", "veía el cielo negro". Hemos admitido, res- (1970, p. 7): "es, evidentemente, la categoría más compleja" y "su estudio
pecto de ellas, sin discusión, que eran ocasionalmente subjetivas, pero en reali- plantea todavía múltiples problemas". "Evidentemente": no discutiremos este
dad son más embarazosas de lo que parece, ya que no indican claramente si el modalizador, plenamente justificado por la proliferación de formas significan-
carácter subjetivo de la impresión perceptiva que denotan debe atribuirse al tes que pueden hacerse cargo de valores modales y por la extensibilidad casi
agente del proceso o al sujeto de la enunciación. Es decir, si "veía el cielo ne- infinita del campo de la modalización. Bally admite en la categoría a un adje-
gro" significa "él mismo tiene conciencia de la subjetividad de su percepción" tivo como "delicioso"; Culioli (1968), a los adjetivos "feliz", "agradable",
o "él no tiene conciencia de ello, sino que soy yo, el locutor, quien introduce "deseable", lo mismo que a sus antónimos; R. Sctrick (1971), a los "aprecia-
esa distancia en el interior de la relación perceptiva". Lo que ocurre es que ta- tivos",que indican "la participación emotiva o afectiva del enunciante" (p.
les expresiones, que describen la experiencia íntima de un sujeto, constituyen, 125); Chabrol (1973) distingue, junto a los "modalizadorcs de la aserción", una
de hecho, una forma implícita de discurso indirecto:189 para tener acceso a esa clase de "modalizadores valorizantes" (bueno/malo, bello/feo), que traducen
experiencia de otro, el sujeto de la enunciación dispone únicamente de lo que en la superficie un enunciado del tipo "apruebo" o "critico" (p. 25); Benvenis-
puede inferir a partir de su comportamiento verbal. Para localizar con segu- te, aparentemente, integra en esta categoría la muy larga lista de verbos suscep-
ridad la fuente de la información subjetiva, el único medio sería el de remi- tiles de regir un infinitivo, y Sctrick, hasta el verbo "dar"; no nos queda más que
tirse a la enunciación original y observar si se formula como "veía el cielo incorporar, siguiendo a Dubois (1969, p. 105), las "transformaciones modali-
negro" (percepción concientemente subjetiva por parte del agente percep- zantes como ser el énfasis y el pasivo facultativo", "el uso de las relaciones de
tivo mismo) o como "el cielo era/estaba negro" (y es entonces el sujeto de la la lengua familiar, popular, literaria", "la oposición terminado/no terminado de
enunciación, refiriendo la experiencia de un tercero, la fuente de la evaluación las formas'verbales" y el problema de "los enunciados referidos de distinto
subjetiva: él veía el cielo negro, pero yo no . . . ) . Como en general es imposible carácter, desde el "pienso que" hasta los realizativos —y los límites de la clase
reconstruir la naturaleza exacta del enunciado original, el problema es insolu- de'los modalizadores viene a recubrir, incluso a desbordar, los de la clase de los
ble: no podemos saber si la expresión subjetiva debe atribuirse al actante com- hechos enunciativos.
prometido en el proceso denotado o al sujeto de la enunciación que lo con- En virtud de una decisión terminológica relativamente arbitraria, reserva-
signa. mos, por nuestra parte, el término de "modalizador" o "modalizante" sólo
Recordemos, por último, que algunas unidades léxicas acumulan varios tipos para los procedimientos significantes que indican el grado de adhesión (fuerte o
de evaluación; por ejemplo: mitigada/incertidumbre/rechazo) a los contenidos enunciados por parte del su-
jeto de la enunciación— vale decir, por ejemplo, para ciertos hechos entonado-
• Los verbos de juzgar como "acusar" y "criticar" implican: nales o tipográficos (como las comillas distanciadoras), para los giros atributi-
una evaluación del tipo B/M, vinculada a x
vos del tipo "es verdad (cierto, probable, dudoso, indiscutible, etc.) que", para
una evaluación del tipo V/F vinculada a L 0 :
los verbos que hemos considerado como "evaluativos sobre el eje de la oposi-
• algunos verbos de decir o de opinión implican:
ción verdadero/falso/incierto" y para los adverbios, muy numerosos, que se
una evaluación modalizante vinculada a x
emparejan con ellos.
una evaluación modalizante vinculada a L 0 ;
La clase de los adverbios ofrece ejemplos de todos los tipos de unidades sub-
189. No hablamos aquí del discurso de ficción - en el cual, por otra parte, la oposición jetivas examinadas precedentemente (términos afectivos y evaluativos, axioló-
entre sujeto de la enunciación y sujeto del enunciado cesa, en cierta medida, de ser perti- gicos o no), pero los modalizadores se encuentran representados en ella de
nente (o, al menos, debe reformularse de manera distinta).

153 154
LA ENUNCIACIÓN
SUBJETIVIDAD EN EL LENGUAJE

posicionales ("ahora bien", "pues", "puesto que", "ya que", "sin embargo",
modo especialmente masivo. Debemos limitarnos, desgraciadamente,190 a enu- "no obstante", "por otra parte", "empero", "en efecto", etc.), cuyo status sin-
merar aquí algunos de los principios que habría que hacer intervenir para cons- táctico es tan problemático como evidente su rol enunciativo. Habría que con-
tituir en base a ellos diferentes subclases: siderar también otras partes de la oración (interjecciones,192 preposiciones,193
— Modalidades de enunciado frente a modalidades de enunciación. conjunciones) además de las que favorece la tradición semántica con el pretex-
André Meunier (1974, p. 13) las opone en estos términos: to de que están más claramente cargadas de contenido denotativo; la división
(MI): Modalidad de enunciación: remite al sujeto hablante (o escribiente) de las partes de la oración que hemos llevado a cabo por razones de comodidad
(M2): Modalidad de enunciado: remite el sujeto del enunciado, eventual- práctica se justifica apenas, por lo demás, en el plano teórico, ya que esta dife-
mente confundido con el sujeto de la enunciación renciación se sitúa en un nivel relativamente superficial y puesto que a todas las
Esta oposición coincide con la que introdujimos para los verbos entre los atraviesan las mismas categorías enunciativas, categorías que es tiempo ya de
subjetivos "intrínsecos" y los "ocasionales", habiendo un único punto respecto recapitular.
del cual estamos en desacuerdo con Meunier: cuando el sujeto del enunciado
resulta coincidente con el sujeto de la enunciación, los modalizadores que remi- Hemos admitido como subjetivos:
ten a él deben considerarse como pertenecientes "ocasionalmente" a MI (es (1) El rasgo semántico [afectivo] (el que mantiene relaciones privilegiadas
molesto considerar, como lo hace Meunier, que "estoy seguro", en "estoy segu- con el rasgo axiológico, sin que por ello deban confundirse ambos).194
ro de que Osear la esperó a María", constituye una modalidad de enunciado . . . ) (2) El rasgo [evaluativo]. En el primer escalón de las unidades evaluativas
figuran dos casos particulares cuyo rol enunciativo es preponderante:
— Modalizadores que implican un "juicio de verdad" ("quizá", "probable- - los axiológicos, portadores de un rasgo evaluativo del tipo bueno/malo
mente", "sin duda", "ciertamente", "con seguridad", etc.), frente a aquellos (que afecta al objeto denotado por esa unidad y/o a un elemento cotextual-
que implican un "juicio sobre la realidad" ("realmente", "verdaderamente", mente asociado);
"efectivamente", "de hecho"). 191 — los modalizadores, portadores de un rasgo evaluativo del tipo verdadero/
— Aún podríamos enfrentar, sobre la base de un cierto número de criterios falso (y que a menudo presentan una connotación axiológica, ya que lo verda-
sintácticos y semánticos, los adverbios "francamente", "sinceramente", "con- dero presupone unilateralmente lo bueno).
fidencialmente", "personalmente" —que pertenecen a la categoría M2; deter-
minan en profundidad, cuando funcionan como modalizadores de enunciación,
a un verbo "decir" elidido en la superficie; y especifican las condiciones y la
naturaleza del hecho de habla-, y la serie "quizá", "probablemente", "sin
duda", "ciertamente", "seguramente", "por supuesto", "evidentemente", 3. LA GRILLA ENFRENTADA AL CORPUS:
"obviamente", "manifiestamente", etc.: adverbios de tipo MI, que constituyen OTROS PUNTOS DE INSCRIPCIÓN DE LA SUBJETIVIDAD
una serie mucho más abierta que la anterior, que determinan más bien en pro- LINGÜISTICA
fundidad, bajo forma adjetival, a un verbo de opinión desaparecido de la super-
ficie ("Pedro vendrá, probablemente" = "me parece probable la venida de El inventario de las unidades subjetivas aquí propuesto ha sido elaborado
Pedro") y que precisan en qué grado el sujeto de la enunciación se adhiere al "incivilizadamente", fiándonos de lo que nos decía nuestra intuición sobre la
contenido de su enunciado (es decir, matizan a los modalizadores más neutros; especificidad semántica de algunos elementos léxicos No sorprende, pues, que
sí/no, con los cuales, por otra parte, son compatibles). se revele como incompleta en el momento en que se intenta aplicar la grilla así
elaborada al análisis de algún corpus en particular.
Dejando a un lado este problema de la modalización, todavía quedaría mu-
cho por decir, por ejemplo, de las expresiones restrictivas y "apreciativas"
(Ducrot), 1972a, pp. 254 ss.) como "apenas", "casi", "no.. . más que", "sólo", 192. Cf. los afectivo-axiológicos " ¡ay!, " ¡tanto peor!", " ¡tanto mejor!", etc.
etc.; de los adverbios ("ya", "todavía", "aún") que no tienen sentido si no es
con relación a ciertas expectativas de L 0 ; de los innumerables conectores pro- 193. Cf., por ejemplo, la oposición "por culpa de" frente a "gracias a".

194. Para un análisis de los "marcadores de satisfacción y de insatisfacción", que constitu-


190. "Desgraciadamente": adverbio axiológico-afectivo. yen "una de las intervenciones menos discretas de la afectividad en el discurso", y a los
que conviene distinguir de los modalizantes y de los axiológicos, véase N. Danjoux-Flaux,
191. Sobre esta oposición, aplicada a los adverbios modalizantes atestiguados en alemán, 1975.
véase M. Perennec, 1974.

156
155
1.1.2. Definición 48
1.1.3. Observación sobre las expresiones cotextuales . 49
1.1.4. Precisiones terminológicas 50
1.2. Algunos deícticos 52
1.2.1. Los pronombres personales 52
1.2.2. Los demostrativos 58
1.2.3. La localización temporal 59
1.2.4. La localización espacial 63
1.2.5. Los términos de parentesco 70
ÍNDICE 1.3. Conclusiones 72
1.3.1. Importancia de los deícticos 72
1.3.2. Dificultades de uso y de análisis 74
PROLOGO 9 1.3.3. Consideraciones psicolingüísticas 86
1.3.4. La categoría deíctica: problemas de extensión . 89
I. LA PROBLEMÁTICA DE LA ENUNCIACIÓN 17 2. LOS SUBJETIVEMAS "AFECTIVO" Y "EVALUATIVO";
1. LA COMUNICACIÓN LINGÜISTICA 17 AXIOLOGIZACIÓN Y MODALIZACIÓN 91
1.1. El esquema de Jakobson 17 2.1. Los sustantivos 96
1.2. Crítica de este esquema 20 2.1.1. El problema de la categoría axiológica 96
1.2.1. El código 20 2.1.2. Conclusiones 106
1.2.2. El universo del discurso 25 2.2. Los adjetivos subjetivos 110
1.2.3. Las competencias no lingüísticas 25 2.2.1. Los adjetivos afectivos (a) 111
1.2.4. Los modelos de producción y de interpre- 2.2.2. Los evaluativos no axiológicos (b) 112
tación . . 26 2.2.3. Los evaluativos axiológicos (c) 119
1.3. Reformulación del esquema de la comunicación 27 2.2.4. Observaciones finales sobre la categoría general
1.4. (Auto) críticas 29 de los evaluativos (clases (b) y (c)) 123
1.4.1. Las propiedades de la comunicación verbal . . . 29 2.3. Los verbos subjetivos 131
1.4.2. La complejidad de las instancias emisora y re- 2.3.1. Clase (a): Los verbos ocasionalmente sub-
ceptora 31 jetivos 133
1.4.3. Las interacciones que se dan entre estos diver- 2.3.2. Clase (b): Los verbos intrínsecamente subje-
sos componentes 36 tivos 139
2. LA ENUNCIACIÓN 38 2.3.3. Conclusión sobre los verbos subjetivos 150
2.1. Consideraciones semánticas sobre la palabra "enun- 2.4. Los adverbios subjetivos 154
ciación" 39 3. LA GRILLA ENFRENTADA AL CORPUS: OTROS PUNTOS
2.1.1. Sentido original 39 DE INSCRIPCIÓN DE LA SUBJETIVIDAD LINGÜISTICA . . . 156
2.1.2. Primer deslizamiento semántico 39 3.1. Corpus periodístico 157
2.1.3. Segundo deslizamiento semántico 41 3.1.1. Intervención por selección 158
2.2. La enunciación "restringida" frente a la enunciación 3.1.2. La organización jerárquica de las informaciones 162
"ampliada" 41 3.1.3. La subjetividad "afectiva" 162
2.3. Recapitulación 43 3.1.4. La subjetividad de tipo "interpretativo" 163
3.1.5. La subjetividad modalizante 168
H. LA SUBJETIVIDAD EN EL LENGUAJE: LUGARES EN QUE 3.1.6. La subjetividad axiológica 168
SE INSCRIBE 45 3.2. Un texto de Georges Pérec 171
1. LOS DEICTICOS 45 3.2.1. Intervención por selección 176
1.1. Problemas de definición 45 3.2.2. Jerarquización de las informaciones 177
1.1.1. Planteo del problema: los tipos de mecanismos 3.2.3. Intervención de tipo afectivo 178
referenciales 45

306
305
3.2.4. Intervención de tipo interpretativo 179
3.2.5. Los modalizadores 185
3.2.6. Lo axiológico 185
3.2.7. El "estilo" 185

III. EVALUACIÓN DEL ENFOQUE DESCRIPTIVO 189


1. LA OMNIPRESENCIA DE LA SUBJETIVIDAD LINGÜIS-
TICA. LA TIPOLOGÍA DE LOS DISCURSOS 189
1.1. La subjetividad lingüística 189
1.2. Ambigüedad de los términos "objetivo" frente a "sub-
jetivo" 191
1.2.1. Subjetividad deíctica frente a afectiva o eva-
luativa 191
1.2.2. Subjetividad explícita frente a subjetividad im-
plícita 193
1.2.3. Otro aspecto de esta ambigüedad 197
1.3. La tipología de los discursos 201
1.3.1. Los hechos enunciativos pertinentes 202
1.3.2. Su aprovechamiento para una tipología 208
2. EL SUJETO DISCURRENTE 220
2.1. El problema del discurso literario y de ficción 220
2.2. El sujeto de la enunciación en el discurso "corriente" . . 228
2.3. La problemática de la formación discursiva 235
2.4. La actividad dialógica 237
3. LA PRAGMÁTICA DEL LENGUAJE 239
3.1. Especificidad de los valores ¡locutorios 241
3.2. Todo el enunciado está ilocutoriamente marcado 242
3.3. Los "signos" ilocutorios 245
3.4. Algunos problemas teóricos 253
3.5. La determinación del sentido global de un enunciado . . 265

CONCLUSIÓN GENERAL 287


Bibliografía (obras citadas) 291

También podría gustarte