Eso Que Llaman La Comunalidad

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Eso que llaman: comunalidad


Jaime Martínez Luna
CONTENIDO

PRÓLOGO
Gustavo Esteva.
A manera de introducción: ¿Por qué no te callas?

I. Comunalidad: expresión de nuestro modo de resistencia

II. Comunalidad y autonomía

III. Discriminación y democracia

IV. Comunalidad y autoritarismo

V. Identidad y espiritualidad en pueblos comunales

VI. Comunalidad y comunicación en la organización social

VII. De tu pueblo necesito: Venezuela voltea a la vida comunal

VIII. Conclusiones al vapor: de vuelta al sentido común

Otros documentos:
Declaración de los pueblos serranos zapotecos y chinantecos de la sierra norte de
Oaxaca
Autonomía para los pueblos de la sierra norte de Oaxaca. Propuesta de decreto.
EPÍLOGO Andrés Miguel Velasco
PRÓLOGO. (Gustavo Esteva)

Los bibliotecarios van a tener muy serias dificultades para clasificar el libro que el
lector tiene ahora en sus manos. No encaja bien en los géneros literarios conocidos. ¿Será
una más de las locuras de Jaime Luna?, se preguntarán quienes lo conocen. Y sí, lo es. Pero
es también algo más: el recorrido azaroso por un territorio escarpado, marcado por toda
suerte de señales y acotamientos engañosos, plantados para desorientar a quien se atreva a
incursionar por él.

Escrito en lenguaje extraño, en este texto se usan palabras y estructuras sintácticas


del español pero sin respeto cabal por ese idioma, desafiándolo. En el libro parece
expresarse una vaga conciencia de lo que el idioma significa. “El lenguaje –le escribió el
gran lingüista Lebrija a la reina Isabel en 1492- ha sido consorte del imperio y debe seguir
siendo su compañero. Juntos empiezan, juntos crecen y florecen, juntos declinan”. Lebrija
ofrece a la reina el instrumento –el lenguaje- que permitirá a la reina moldear a su imagen y
semejanza a sus súbditos y dar permanencia y estabilidad a su imperio. Jaime se sabe
penetrado por él, violado en su más profunda intimidad por ese instrumento del imperio que
perdura hasta hoy. ¿Cómo ejercer con él, desde él, la rebeldía que le exige aparecer-se,
mostrar-se, exhibir su realidad en toda su diferencia? Hay a cada paso esta tensión
insoportable entre formas y contenidos que se separan una y otra vez para re-unirse
atropelladamente en conjunción difícil e imprecisa. No se trata de un intento de traducción,
como si se buscara presentar en español lo que se dice y piensa en zapoteco. Es el esfuerzo
de hablar de lo inefable…porque es urgente hacerlo, a pesar de las limitaciones casi
insalvables que impone el español, el idioma de los colonizadores.

La resistencia, dice Jaime, es “una diaria poesía que comparte con la naturaleza lo
dulce y lo amargo de los afectos de cada día” (p.125). Así es el enredado testimonio de
resistencia que aparece en este libro. Se le puede aplicar lo que Jaime dice que fue la
XEGLO: una gran ventana para ver lo que estaba afuera, que también deja pasar la luz para
ver lo de adentro (p.112). Y también la idea de puente, un dispositivo de relación que se
transita en ambas direcciones. Jaime ha pasado buena parte de su vida construyendo
puentes, para que los mundos diferentes que están a uno y otro lado puedan visitarse sin
destruirse. Colecciona aquí algunos de ellos que intentan ser, a la vez,
 puentes entre los propios –para que los suyos, los de la Sierra Norte, puedan ver-se
y pensar-se, en esta mirada hacia adentro- y
 puentes que los abran a otros como ellos –para forjar las amplias coaliciones que es
urgente constituir con quienes se comparte esa mirada hacia adentro- y
 también puentes hacia otros, muy diferentes, en la mirada hacia fuera, con quienes
se quiere trato respetuoso.

A finales de los años setenta, Floriberto Díaz y Jaime Luna, cada quien por su lado,
por distintos motivos y razones, acuñaron la expresión comunalidad. En este libro, Jaime da
cuenta laberíntica de sus relaciones con su propia invención. Escapó, afortunadamente, de
la tentación de definirla. Este libro no es propiamente un intento de expresar o explicar con
claridad el significado o naturaleza de la comunalidad. Relata por qué nació la palabra:
“para explicar el actuar y las razones que expone y ejercita una comunidad” (p.101). Pero
no la reduce a ese argumento. Asocia la palabra con otras. En algunos casos, la asociación
parece equívoca y traerá críticas valederas, dados los usos habituales de los términos que
emplea, por ejemplo cuando apunta que comunalidad es ideología (p.63 y sigs.). El propio
Jaime refuta esa versión. Comunalidad no es el conjunto de ideas fundamentales que
caracteriza el pensamiento de sus pueblos ni conciencia necesariamente falsa, como dirían
las versiones ortodoxas del término ideología. No es, no puede ser ideología lo que es
vivencia o modo de ser (p.130). Jaime está muy consciente de la dificultad, que acota con
precisión. A quienes son como Jaime se les inculcan desde bebés formas de hablar y de
pensar muy alejadas de su realidad y por eso, dice Jaime, su caminar se vuelve “una oscura
y clandestina forma de ser”, que existe y se manifiesta a pesar de los innumerables
obstáculos “que impiden comprender el mundo luminoso que nos orienta…desde nuestra
profundidad” (p.120). Son los obstáculos que Jaime intenta sortear aquí. Porque al hablar
de comunalidad, como al hacerlo de autonomía, habla a la vez de una realidad y de una
esperanza.

Me gustaría mostrar en estas páginas el contexto en que este libro nace, las
circunstancias que pueden condicionar nuestra forma de leerlo.

Estamos al fin de una época. El caos y la inestabilidad característicos del paso de


una era a la siguiente reinan por todas partes. Cobramos cada día conciencia más clara de
que los términos y conceptos dominantes, los que definieron nuestra era, son ya inútiles
para entender lo que ocurre y aún más para lidiar con nuestras dificultades en la transición.
Ante las amenazas muy reales de que el mundo que sustituya al actual pueda sólo acentuar
sus horrores, un número creciente de personas nos empeñamos en concertar nuestras luchas
para organizar funeral apropiado para la era que llega a su fin y para emprender la
construcción del mundo que queremos, no sólo con la idea de que nuestros sueños se hagan
realidad sino también en el afán de impedir que surja el mundo que tememos.

Estamos colocados en la coyuntura extraña en que necesitamos ver al pasado para


encontrar en él anticipación del futuro. Pero no podemos ver lo que sigue como mera
continuación, proyectando hacia delante ese pasado. No podemos tratar de entender el
mundo con elementos de la víspera. Hace falta concebir otra teoría, otra manera de
experimentar la realidad, otros lenguajes, para aprender con otros a ver con claridad lo que
acaba, condición para desmantelarlo con eficacia, y para imaginar, también con otros, el
nuevo mundo, ese mundo en que podrán caber muchos mundos, como dicen los zapatistas.

En una célebre conversación con Chomski Foucault señaló:


Al contrario de lo que piensas, no puedes evitar que yo crea que estos conceptos de
naturaleza humana, de justicia, de la realización de la esencia del ser humano, son
todas ideas y conceptos que se han originado dentro de nuestra civilización, dentro
de nuestro tipo de conocimiento y dentro de nuestro tipo de filosofía, y que en
consecuencia forman parte de nuestro sistema de clases. Y, por lamentable que esto
resulte, no podemos plantear estos conceptos para describir y justificar una lucha
que debería –y deberá, por principio – derrocar los fundamentos mismos de nuestra
sociedad. No encuentro una justificación histórica para esta extrapolación.

Esa es la tarea, actual y urgente. Para la lucha de transformación en que estamos


empeñados hemos de empezar por desechar el sistema conceptual en que hemos sido
educados. Sólo así podemos ocuparnos de desmantelar el régimen que lo produjo y
construir el mundo nuevo.

Pueblos como los que aquí hablan por la voz de Jaime tienen otra procedencia, otra
manera de ser y de pensar. No se dejaron atrapar en ese sistema conceptual, aunque hayan
tenido que padecer la dominación de sus portadores. En su contribución actual, son
continua fuente de inspiración para atreverse a pensar todo de nuevo, de una nueva manera,
luchando a brazo partido contra el peso lingüístico y conceptual que aún nos ata al pasado.

Y si de eso se trata, ejercicios como el que aquí realiza Jaime Luna son
indispensables. Pocos habrá, en Oaxaca, que puedan coincidir con él en todo cuanto
escribe. Habrá fundadas objeciones a su tratamiento de la historia, sea que se utilicen para
ello los cuentos de siempre de los vencedores –que han escrito el relato oficial- o que se
empleen versiones alternativas. Causará inmediata resistencia gremial su propuesta
insistente de que todo empeño educativo quede en manos de las comunidades. Se discutirán
con razón muchas de sus interpretaciones. Pero nadie sensato, en Oaxaca, debería evitar la
lectura de su texto y una cuidadosa consideración de lo que dice.

Daré un par de ejemplos, alejándome de su discurso para concentrarme en los


documentos que anexa. En ellos se muestra, por una parte, la medida en que Jaime es una
antena sensible que sabe recoger impulsos colectivos. Por otra parte, se observan en esos
impulsos las reverberaciones y sedimentos de la presencia de Jaime en la Sierra.
El primero es una Declaración de los pueblos serranos zapotecos y chinantecos de la
Sierra Norte de Oaxaca que constituye una de las primeras reacciones de estos pueblos a la
insurrección zapatista. Formulada el 13 de febrero de 1994 revela una reflexión madura,
largamente acariciada, que ve llegada la oportunidad de reivindicar plenamente autonomía
jurídica y política. Concluye con palabras contundentes:

Nuestra región se ha comportado hasta este momento muy concertador con la


nación, porque hemos heredado el esfuerzo y la convicción de Benito Juárez. Sin
embargo, no se debe olvidar que hemos sido un volcán latente que en cualquier
momento puede hacer erupción, si no se atienden los viejos rezagos de justicia por
los que tantos serranos han dado su vida.

El segundo documento es una propuesta de decreto sobre la Autonomía para los


pueblos de la Sierra Norte de Oaxaca. En una cuestión que se ha abordado extensamente
en los más variados escenarios es difícil encontrar propuestas originales, coherentes y
completas, como la que aquí se expone. No es una propuesta separatista. Tampoco concibe
la autonomía como una forma descentralizada de administrar los poderes verticales del
estado, como sugieren algunos autonomistas académicos para postular la autonomía de
regiones pluriétnicas. Es una auténtica propuesta autonómica, concebida desde abajo y a la
izquierda, para que los pueblos puedan ejercer de derecho la autonomía que han
conquistado de hecho y así logren consolidar esa autonomía y llevarla a todas las demás
esferas de la vida cotidiana. Se trata de conseguirlo en forma democrática y pacífica, sin
tener que hacerlo siempre a contrapelo del régimen dominante,. Como todo el libro, no es
una propuesta acabada. No puede ni debe serlo. Es un documento de trabajo en que se
expresa de manera concreta la novedosa mirada, el gesto singular, el empeño desgarrado
por abrirse paso en la oscuridad, que marcan la vida y obra de Jaime Luna.

San Pablo Etla, marzo de 2008.


A MANERA DE INTRODUCCIÓN: ¿POR QUE NO TE CALLAS?

Hace más de quinientos años, con una espada y una cruz, el rey de España le dijo a todo un
continente; ¡Por que no te callas¡ desenfundó, espada, arcabuz , cruz, razonamiento, valores,
enfermedades, Tecnología, idioma, estructura, y aplastó con ello; sueños y alegrías de un
continente. El Monarca envió a sus soldados a aplastar lo que se encontrara y explotar lo que
hubiere. Se escuchó, se sintió, se sufrió, la prepotencia, la arrogancia, la supuesta superioridad de
una civilización que lo único que le distinguía era su sed de oro.

El tiempo no ha pasado para el monarca, con el mismo lenguaje, el mismo tono, esas mismas
palabras se dejaron escuchar después de centurias, ahora en la República de Chile. No fueron
suficientes trescientos años de explotación bárbara, de despojo y robo de recursos, de explotación
inmisericorde de la mano de obra Americana nativa, para que esta misma obcecación y esta
forma de razonar se volviera a escuchar, ahora dirigidas, quinientos años después, a
representantes republicanos que expresaban la voz y la decisión de sus pueblos .

El “porque no te callas” puede responderse muy fácilmente; “porque estamos vivos”. Pero no es
la falta de respuesta o las muchas que puedan haber, lo importante, lo desgraciado radica en el
ostinamiento hegemónico, en la terquedad de imaginarse superior, en seguirse realizando como
“realeza”. Es el empecinamiento de vernos como seres carentes de ideas, de propuestas, de
conceptos.

Seguimos de pie, y ahora más claros que nunca deseamos construir nuestro propio camino. Pero
ni el “rey” ni sus súbditos, encomenderos, lacayos, sirvientes; lo conciben de esa manera.

América originaria y la que ha surgido de la conquista, ha dejado de ser súbdita, como tal
expresa en su lenguaje lo que considera pertinente. Si existen ministros fascistas en España, es
porque así se ha demostrado, no es solo el lenguaje de un “menor”, sino de un pueblo con plena
conciencia de lo que ve, entiende y por lo mismo, vale.
Lo trágico de la expresión, es que los gobiernos, las élites, las clases económicamente poderosas,
incluso hasta escritores como Carlos fuentes, repiten hasta el cansancio la misma aseveración
cuando se dirigen al pueblo, a las clases desprotegidas, nulificando los orígenes de los pueblos
que habitaban el continente ( antes de la llegada de los soldados de ese monarca), que ahora
vuelve reencarnadamente a pisar nuestros territorios con el mismo afán, el de llevarse todo, hasta
nuestra dignidad.

Preguntémonos todos, sobre el predominio existente de capitales españoles en América latina.


Preguntémonos que nexos tiene el poder español con los afanes del imperio, no sólo en América,
sino en Irak y en prácticamente todo el mundo. Obviamente energéticos, telefonía, industria, etc.

Son estas expresiones las que nos han llevado a buscar la superación del liberalismo occidental
que se inscribe en la educación, en las leyes, en la figura del Estado. Son ellas las que nos han
hecho descubrir lo individual en el marxismo, el liberalismo intercultural, las raíces profundas de
la conquista que explican la globalización. Son estas expresiones las que nos obligan a levantar
la vista a la naturaleza y a la fortaleza de nuestros ancestros. Son ellas las que nos conminan a
buscar nuevas formas de convivencia que derriben la opresión, el sometimiento, la explotación, la
manipulación. Siguen siendo estas expresiones las que nos orientan hacia la dignificación de
nuestro pensamiento, de nuestra energía, de nuestro conocimiento, el dejar de vernos como una
población fallecida bajo los escombros de una civilización depredadora.,

Estas expresiones y muchos elementos estructurales más, nos han llevado a redescubrirnos
incluso a reinventarnos. Somos Comunalidad, lo opuesto a la individualidad, somos territorio
comunal no propiedad privada, somos compartencia no competencia, somos politeísmo no
monoteísmo. Somos intercambio no negocio, diversidad no igualdad, aunque a nombre de la
igualdad también se nos oprima. Somos interdependientes, no libres. Tenemos autoridades, no
monarcas.

Así como se han basado en el derecho y en la violencia para someternos, en el derecho y en la


concordia nos basamos para replicar, para anunciar lo que queremos y que deseamos ser.
Es por ello que también los métodos de investigación y de análisis, tendrán también que ser
diferentes. Lo que dijeron los Presidentes de Venezuela, de Bolivia, de Argentina, de Nicaragua;
no es más que la respuesta inicial que diseña un pueblo latinoamericano para enfrentar las
fuerzas imperiales, del Norte, de Europa, de Asia, vengan de donde vengan.

México, menos Oaxaca está ausente o da oídos sordos a estas manifestaciones de prepotencia. En
todo lugar se debe suprimir la represión unilateral, la que vulnera la sana convivencia, La que
impide el normal desenvolvimiento de las ideas, del florecimiento de los principios que se
comparten. En todo lugar se debe buscar la armonía. Oaxaca es un espacio para la recreación de
un nuevo pensar, de un nuevo hacer. Ya no es tiempo que se siga midiendo nuestra capacidad
con parámetros numéricos provenientes de otras latitudes. La pobreza no se mide solo por las
carencias materiales, también por las espirituales. Los cánones de el buen vivir no pueden
provenir de ámbitos urbanos, de esferas sociales de otros contextos. Se debe entender a Oaxaca
con sus propios patrones de razonamiento.

Sabemos que vivimos una globalización que pretende uniformizarnos, pero no es recomendable
medirnos en función de ésta, sino desde nuestros parámetros, para soportarla o adecuarnos a ella.
No debemos actuar como se afirma que debemos actuar todos. Tenemos nuestra propia cultura a
la que nos debemos, y en ella debemos encontrar los conceptos que nos expliquen. De otro modo
simplemente seremos lo que los otros afirman que somos sin que seamos eso que dicen que
somos.

En los modelos que buscan interpretar lo que somos, se repite la voz del monarca, que pide que
nos callemos para que otros hablen por nosotros, para que otros escriban por nosotros, para que
otros vivan, no nosotros. Es por ello urgente no ver de Oaxaca, solamente la pobreza o la
miseria, suscritas por los otros, la pobreza y la miseria de los esquemas de interpretación
“científica” que vulneran nuestra identidad y que nos señalan como seres de otro planeta que
debe ser destruido.
La Demografía, La Antropología, incluso las matemáticas, responden occidentalmente a la
explicación de nuestra existencia. Estas disciplinas, de ordenamiento mental, son resultado de
una obcecación que busca satisfacer lo enunciado por el poder, por el monarca, por el
individualista que no comprende lo colectivo, lo que se hace “con” y reafirma lo que haga “yo”.
La Antropología es el estudio del Hombre. Nosotros partimos del estudio de la Naturaleza porque
pertenecemos a ella. Nuestro pensar es flor de la Naturalogía. El conocimiento que porta Oaxaca
es Natural, por ello los esquemas para su entender no son únicamente cuantitativos como el
mercado, son cualitativos como la fiesta, la reciprocidad, la complementariedad, el afecto.

Volvamos al sentido común, esta es una tarea obligada para descolonizarnos, es un deber para
entender lo nuestro. Somos autónomos en la medida que nos medimos a nosotros mismos, con
nuestros parámetros, con nuestros valores.

Somos autónomos en la medida que nuestras asambleas representan y consensan nuestras


decisiones. Somos nosotros en la medida que no partimos de lo que otros quieren que seamos,
somos nosotros en la medida de que no hay quien nos diga; como debes vestirte, hablar en
público, caminar, jugar, y hacer tu vida cotidiana. Somos, en la medida que el respeto es agua
cristalina que nos baña y nos hace transparentes. Esto no es poesía, es simplemente la
formulación de porque entre todos no debemos acepar que nos callen, y menos personas que han
tratado de destruir nuestra conciencia.

No vivimos tiempos para aguantar, ni dentro, menos fuera. Quien quiera callar a otro, no
construye; destruye, eso es lo que vemos en un discurso que hemos padecido en siglos.

Oaxaca vive, a pesar de los súbditos, o de los nuevos encomenderos como alguien ya lo decía,
estos son tiempos para subrayar conceptos que la humanidad ha reiterado para no repetirlos, ser
fascista es serlo. Simplemente hay que entender cada contexto. Por ello bien recibida la
enseñanza, señor monarca, ¡calle a sus súbditos ¡ nosotros hemos dejado de serlo.
Un porque de esta historia. “no es fácil decir lo que se hace, las interpretaciones te llevan a
evidenciar un ego. Sin embargo, parece, importante para explicar un proceso amplio”.
I.- COMUNALIDAD: Expresión de nuestro modo de resistencia.

Tenemos siglos discriminados, expoliados, oprimidos, pero estamos de pie. El pensamiento


indígena, ha sido interpretado por pensamientos de raciocinio colonial, incluso antropológico.
Este pensamiento sigue vigente, es más se enriquece, con nuevas seguridades perdidas pero ahora
reencontradas. No es Fácil escribir cuando el pensamiento colonial te lo ha negado, cuando la
literatura también ha crecido en un ámbito mestizo. García Márquez, Octavio Paz. Arguedas,
Vargas llosa, Monsivais, Rulfo, Fuentes, Cortazar,y muchos más, representan algo que es un
pensamiento resultado de la conquista, y que se han adueñado de la verdad de los pueblos.
Nosotros estamos despiertos, y creo que empezamos una nueva Era. Estamos en la planetaria
como bien lo dice Morin. Pero como también los dice Bohom, o en entendemos la totalidad y
pensamos con ella o nos perderemos en la fragmentación, incluso de nuestros sentimientos.

Bonfil, Warman, Floriberto Díaz, Anunciaron verdades sobre la inseguridad. Nosotros tenemos la
responsabilidad de lograrla. No es una verdad Originaria pero sí una verdad social que siempre
estará en permanente debate.

El presente trabajo expone una suma de resistencia y existencia. El primer apartado es un intento
de resumen histórico de nuestro pensamiento y sensación de la vida. El segundo es un esfuerzo de
interpretar la actualidad de nuestras ideas y necesidades. La tercera e una aproximación a las
propuestas que hemos trabajado con los habitantes que nos rodean, y la última quizás son
nuestros sueños.

Entender el pensamiento actual que portamos como habitantes de una región específica (Oaxaca
en particular), nos obliga necesariamente a revisar las fuentes del pensamiento originario, como
también las fuentes del pensamiento que nos fue impuesto. En el violento cruzamiento de dos
civilizaciones, podremos encontrar la explicación del comportamiento actual de nuestros
coterráneos.
Esto, como ustedes se podrán imaginar no es una labor fácil de satisfacer, sin embargo, los
estudios realizados a este respecto, nos pueden ayudar para que de manera sencilla encontremos
una explicación de nuestra manera de pensar y con ello poder participar de manera simétrica o
equitativa el ejercicio del pensamiento y conocimiento actual.

Un primer problema lo encontramos en los conceptos enunciativos que están cargados de la


concepción que se impone al continente americano. Para empezar, a este continente se le
denomina América, simplemente porque quien supuso su existencia llevaba el nombre de
Américo Vespucio. Desde esta membrecía empiezan nuestros problemas, dado que a todo el
continente se le nombra América, y del pasado a la actualidad solo el norte presume como
americano. A últimas fechas el centro y el sur reivindican su pertenencia a un continente que
habitamos todos.

A los hablantes del español se nos llame indoamericanos, latinoamericanos, Hispanoamericanos,


lo real es que somos americanos. Es cierto que no es la misma visión que implantaron los
ingleses, que la que impusieron los españoles. Esto se ha traducido en diferencias no sólo de
idiomas, sino de formas de hacer y concebir la vida. Los ingleses reprodujeron exactamente su
forma económica de vivir e hicieron de Norte América semilla del florecimiento del capitalismo.
Se podría hablar en ciertos términos de dos Américas, una anglosajona, y otra latina.

Viéndolo de otra manera podemos decir que el nombre de “estados unidos de Norteamérica”,
nos mete problema de identidad, porque México es Norteamérica y también lleva el nombre de
Estados Unidos, en este mismo problema están los canadienses que están ubicados en América y
de manera específica en Norte América. Si la identidad es la tierra, entonces todos somos
americanos.

Cuando escuchamos frases como “América para los americanos”, de labios de los ingleses
trasplantados en América, nos damos cuenta que existe una distancia, que no es de territorio, per
sí, de pensamiento. Esto ya es una guerra ideológica política y económica que nos separa a los
habitantes del continente.

Por ello, en el presente texto, independientemente del pensamiento sobre estas diferencias,
denominaremos americanos a todos los pueblos y naciones que existen en este continente y
denominaremos occidentales a aquellos provenientes de otros continentes y de este mismo
continente cuyo poder se fundamenta en el individualismo, la lógica del capital y en el poder
colonial. Esto no significa que necesariamente entendamos como colonizadores a todos los que
provienen de otros continentes, dado que “Estados Unidos de Norte América” se ha convertido
en una fuerza imperialista para todo el orbe, y habitan nuestro mismo continente, pero en la
realidad resultan también colonizadores. En este país, la población originaria que sobrevivió
guardada en reservas territoriales se autodenomina americanos nativos. Este concepto lo podría
utilizar toda población originaria de América, pero es más útil para la que sobrevive en los
EE.UU. Darcy Ribeiro, se preguntaría lo mismo por todo lo que se observa en Brasil. Tanto los
habitantes de Alaska, como los de la Patagonia, somos americanos, esta es la cuestión. Somos o
no somos.

Pareciera más conveniente hablar de los de dentro y de los de afuera, no para discriminar sino
para analizar comportamientos y pensamientos. Nuestra reflexión pretende ser totalizadora, es
decir comprender el todo, no solamente las partes. Pudieran ser más precisos nuestros
razonamientos, si entendemos que estamos hablando de sociedades que de fuera se imponen a
otra, que es de dentro y que se suele resistir, además que en este cruzamiento siempre se da una
adecuación de carácter histórico. Los fuertes y los débiles En cada momento nacen una nueva
sociedad y una nueva cultura.

El segundo problema lo hayamos en el concepto indio o indígena. Se nos denomina a los propios,
a los que ya habitábamos este continente; indios, simplemente porque Colón pensó que había
llegado a la India, continente o región que los conquistadores buscaban. Más tarde, los gobiernos
nos nominan indígenas, titulo que ha sido asumido por los pueblos originarios (o por lo menos
sus dirigentes e intelectuales) que habitaban el continente antes de la llegada de los españoles,
ingleses y portugueses. Tenía mucha razón el Maestro Bonfil cuando afirmaba que lo indio es
una “noción colonial”. Son estos los conceptos que en primera instancia nos meten ruido, porque
enturbian nuestra identidad.

Debemos tener conciencia que el enfrentamiento de dos civilizaciones, necesariamente condujo a


la existencia de una tercera que guarda una profunda contradictoriedad y adecuación de
principios, que a la fecha nos siguen identificando, pero también separando. Es esta tercera
civilización el foco de interés del presente trabajo, cuestión que nos exige la revisión de textos
pero fundamentalmente de hechos concretos que van definiendo histórica y contextualmente la
identidad de nuestros pueblos.

En resumen, entendemos a América como un continente que habitamos todos, los del norte, los
del centro y los del sur, todos somos americanos. Lo indio o Indígena es para nosotros una noción
colonial, por ello, mencionaremos y utilizaremos el concepto de pueblos originarios, el que
entenderemos indistintamente como pueblos indígenas, dada la sumisión que se ha hecho de este
concepto a nivel internacional. Eso no significa, que se obscurezca la diferencia entre
pensamientos, racionalidades y resistencia entre los habitantes de este continente.

Lo originario no lo identificamos como puro o único, sino de origen, dado que damos por hecho
que tratamos de explicar una tercera civilización, que guarda en sus fundamente otras dos, cuyos
principios no han desaparecido del todo, y que en su historia tiende a crear nuevos conceptos
identitarios.

Otro concepto que es necesario esclarecer es el de Estado-Nación. Lo pensó Hidalgo Morelos,


Guerrero.

Álvarez, Juárez, Ocampo y Muchisisisimos más. Este concepto derivado de la mentalidad


occidental, invade regiones a capricho del hombre. Un Estado es el resultado de intereses, pero
también de una visión que tiene al hombre como el centro del universo, cuestión que
ampliaremos más adelante. El Estado-Nación se confronta con el de región, que es determinada
por la naturaleza y que se determina por relaciones naturales que producen culturas específicas y
economías integradas. Diríamos que (adelantándonos un poco a lo que más adelante
reflexionaremos), el Estado-Nación es una noción homólatra y el de región, es una noción
naturólatra. El estado-Nación predetermina y se adjudica el origen de la persona, la región
especifica su identidad. Estas dos nociones pueden ser parte de un solo proceso histórico y social,
pero en los hechos entran en profundas contradicciones.
Resulta curioso, pero el Estado-Nación para su explicación se fundamenta en la individualidad, es
decir, es la identificación de intereses individuales, y la región, se fundamenta en la comunalidad,
es decir, en una definición que comparten habitantes de un área geográfica específica.

Como ustedes podrán ver, desde el inicio se empiezan a dibujar dos visiones distintas, que a
través de la historia conforman una tercera, nueva y diferente, contradictoria quizás, pero con
una personalidad nítida que es suma de interacciones tanto culturales, como de valores, proceso
en el cual una ha estado subordinada a la otra. Por ello, dilucidar sus fundamentos así como sus
interacciones es para este trabajo, la materia prima de la que arrancaremos hasta acercarnos lo
más posible a su definición. Para ello debemos de manera humilde entender lo que sigue.

La elaboración de teorías es el diseño de maneras de comprender el mundo que nos tocó vivir,
teorías que son trascendidas por otras nuevas teorías. Con esto, queremos decir que estas
reflexiones son un acercamiento, porque siendo estrictos diríamos que todo conocimiento o
verdad es apenas una traducción (individual y colectiva) de la realidad, como lo afirma el
Maestro Morín.

Las raíces del pensamiento colonial.

Empezaremos nuestra reflexión con la visión colonial. Es la hegemónica, la que se nos ha


impuesto. Es la que se nos sigue imponiendo. La llegada de los españoles entre otras muchas
cosas, significó nuestra entrada a la era planetaria. Antes del final, se pensaba, se elucubraba de
otros mundos, pero nadie podía asegurarlo. Los vikingos (me imagino pobladores del continente
europeo pero también asiático), se dice que ya tiempo atrás habían llegado al norte del continente,
pero fue la llegada de Cristóbal colón y sus hombres los que señalan el nacimiento de esta nueva
era. La era planetaria. Vale la pena preguntarse, ¿a que venían? A descubrir, a conquistar, a
mercadear, ¿a que?

Empecemos por dejar en claro que los conquistadores provenían de un Estado monárquico,
tenían Rey. Su religión era la católica. Es decir tenían un soberano y además en su creencia, la
existencia de un solo dios; Jesucristo.
El cristianismo en sus orígenes se expuso como fuerza social y de pensamiento ante el Emperador
Romano, pero mucho más tarde, esta fuerza se diluyó en el individuo, dentro de un régimen
monárquico, los reyes de una u otra forma o eran católicos, o protestantes, esto según la época y
la región de dominio. Esta situación social y política explica la extensa duración de la
monarquía. Es decir, con esto se comprende porqué se impone la monocracia, representada por el
monarca y un solo dios.

Las religiones monoteístas, encuentran en el hombre la deidad que puede guiarles en su vida y la
posibilidad de salvarles en la muerte. De esta manera la monarquía y el monoteísmo, encuentran
coincidencias para su reproducción en el tiempo y en el espacio. Es esta mentalidad, creencia,
ideología, comportamiento lo que viste a los conquistadores.

Entre sus objetivos, la conquista no sólo es la obtención de mercados, sino de productos, tales
como las especies que se sabía podían conseguir en la India. Y lo más obvio, el oro, que ya para
ese entonces era el metal utilizado de manera central en las transacciones del mercado.

En las aspiraciones colonizadoras, encontramos no sólo una visión de la vida, monócrata, sino
una suma de intereses económicos, que encontraron y realizaron en el continente descubierto. La
ambición de oro, y la visión individualista, es lo que marca para siempre (deseamos que no) a
América. Lo que marca a una civilización que era totalmente diferente, como ya lo veremos.

El europeo, al tomar a Dios a imagen y semejanza del hombre, se endiosa así mismo. Los valores
que reproducen esta visión, son en esencia homólatras, es decir que adoran al hombre, a sus
capacidades, a sus potencialidades. Lo conciben como el centro del universo, y giran en torno así
mismos, en la imagen de su dios y de su monarca.

Con la interpretación de la ciencia positiva , en otro momento histórico, la revolución francesa


enfrentada a la monarquía, enriquece los argumentos individualitarios al emitir los derechos
fundamentales del hombre, que si bien abrían una nueva concepción del hombre libre frente al
régimen monárquico, reproducen en esencia la imagen del hombre como la síntesis de la
capacidad de dominar al universo.
René Descartes, en el siglo XVII, separa con argumentos científicos, al hombre de la
Naturaleza.”Pienso luego existo” decía, es decir primero era el hombre, sus ideas, su cerebro,
luego lo demás, la naturaleza, su existencia real. Esto nos lleva entender a la Naturaleza, como
mercancía, como materia prima, como objeto de compra y venta. La naturaleza desde esta visión
sólo es una materia a dominar, a aprovechar, a manejar en beneficio del hombre. Esta
concepción es la que priva en la mentalidad colonizadora. Y es esta misma mentalidad la que
impone a América. De entrada, Hernán Cortés por medio de las armas y más tarde a través de la
iglesia, impone valores individualitarios, que tienen a la cabeza del poder; al monarca, al dios
cristiano, y como tal, al hombre mismo.

Militarmente, una a una, van dominándose las regiones. La iglesia católica se empieza a
empotrar. En la economía surgen los monocultivos, en explotaciones salvajes. Primero la
minería, luego la ganadería, enseguida, la caña, el tabaco, el algodón, la cochinilla. Todo
producto susceptible de comerciar. La agricultura introducida muestra la mentalidad mercantil
del hispano, demuestra el enfoque; obtener ganancias de un trabajo que es orientado para la
venta, no para la reproducción del trabajador, sino para la obtención de utilidades. Esta lógica
productiva, exige competencia mercantil, tecnologización para hacer rentable la producción. Aquí
se ve el enfrentamiento de hombre a hombre, la naturaleza pasa a un plano secundario. El
conquistador arranca del conquistado, productos y alimentos, fundamentalmente; oro. Al no
encontrarlo fácilmente, orienta sus ambiciones a la explotación de la tierra. La naturaleza
convertida en materia prima de un proceso agrícola, empieza a ceder ante los embates de los
colonizadores que presumen de un razonamiento depredador.

De esa manera empieza el hispano a reproducir su existencia, con el algodón exige la confección
de su ropa, con el sudor del conquistado edifica sus ciudades y se alimenta, con el oro mantiene
su relación de poder con su monarca, con la cochinilla, La caña y el tabaco amansa fortunas
obtenidas de su venta.

La religión hace lo suyo. Era importante organizar el trabajo y por lo mismo lo prioritario era
concentrar al colonizado. La fundación de la iglesia era otra de sus prioridades además de ser un
pretexto ideal para concentrar. Con esto se consolida la edificación e integración comunitaria
aunque también la de control.
Con la iglesia llegó la lecto-escritura, había que aprenderse el rosario, la misa, toda la
parafernalia para la adoración del Dios católico y de sus santos. Había que arrancarles el demonio
que traían dentro “aquellos salvajes” que habían conquistado. La lecto-escritura era la mejor
herramienta para aquella “masa de ignorantes” que tenían enfrente, de paso aprenderían el
español, etcétera. La escritura que había sido ejercitada por nahuas, zapotecos y mayas, es
brutalmente desaparecida, con ello la lecto escritura del español se convierte en el nuevo medio
de comunicación que se impone y desarrolla con el auspicio de la imposición del catolicismo.

Lo más grave de todo, fue la extensión de una visión centrada en el hombre.

La iglesia apoyó a los corregidores, a los soldados que tenían tierras en repartimiento, a los
virreyes, en el control de la gente, en la organización del trabajo.

Los lideres originarios, en la primera época fueron perseguidos y casi exterminados, después
fueron utilizados para la organización del comercio, tanto de los productos de dentro para su
venta como de los productos de fuera para consumo interno. De ahí que el nombre de “cacique”
por un tiempo haya sido representativo de la resistencia de la civilización originaria, más tarde
fueron simples comerciantes incluso acaparadores de tierras y de cierta cantidad de dividendos.

Los franciscanos, los dominicos, los jesuitas, etcétera, tenían procedimientos diferenciados en el
trato a los colonizados, pero en general lo que hemos apuntado es coincidente en todas las
ordenes religiosas, pues provenían de las mismas creencias, de los mismos dogmas. No obstante,
sus diferencias en el tratamiento de su “encomiable” labor, se pueden observar en las regiones
que habitaron e impartieron “sus enseñanzas”.

Un aspecto central de la imposición de estos valores coloniales, es el sentido del poder, del poder
de un hombre sobre otro. La sumisión a un dios, a un maestro, a un corregidor, a un virrey, A un
rey. Es decir, entender que siempre tienes a otro hombre que es superior a ti, a quien le debes
obediencia, no solo respeto, sino sumisión. El poder lo vemos y lo sentimos ahora en el padre de
familia, en el maestro de escuela, en el cura, en el diputado, en el funcionario, en el Senador, en
el Presidente de la república, etcétera.
El sentido del poder no es el mismo que el de autoridad. Y es el poder lo que heredamos de la
imposición de valores coloniales. De ahí que el sentido vertical de la estructura social que
vivimos, esté enraizado en principios de poder religiosos monócraticos. Esta verticalidad, expone
la competencia entre los seres humanos, La competencia por el sobresalir, por el figurar, por el
ser superior a los demás, por el poder. De ahí que la competencia sea un valor derivado de la
verticalidad, de la individualidad, como también del mercado, de la rentabilidad, de la eficiencia.

Si bien es cierto que la colonia sienta las bases del capitalismo actual, debemos aclarar que
durante ésta etapa, la rentabilidad era cosa poco desarrollada, diríamos, se podía hablar de un
mercantilismo salvaje. Con los conquistadores llega también lo más lacerante del pensamiento
mercantil, la mayor afrenta a la naturaleza; la propiedad privada.

La propiedad privada se expone fundada en las aspiraciones de los soldados de Cortés, de los
nobles que les acompañaron en la aventura, de los enquistados en la estructura monárquica, De
los clérigos que también eran integrantes de una estructura vertical de la iglesia. Con La
propiedad también la competencia, el poder, etcétera. Todo esto, aunque paulatinamente lo fue
absorbiendo la población originaria.

En la definición de la propiedad como manera de pensar, mete sus manos la monarquía. Para los
reyes, no todo era repartible, se ordenó la integración de repúblicas habitadas por españoles y
otras por los “indios”. Esto detuvo la voracidad vulgar de los colonizadores sobre la tierra,
cuestión que siglos más tarde la Independencia libera. Sin embargo el principio de propiedad,
empieza a ser un valor enfrentado al usufructo que existía en la mente de la población originaria.
Que es propiedad, lo que un individuo piensa que es el, pero de que se apropia, de lo que tiene y
de lo que quiere tener. Esto es un pensamiento ajeno, es la necesidad de manejar, de moldear, es
un sentimiento que se impone, que no se comparte, por lo mismo es ajeno. Lo propio es lo que se
da, no lo que se guarda.

La propiedad no se refiere únicamente a la tierra o al territorio. La propiedad en la manifestación


concreta de la individualidad, del dios hombre. “esto es mío” se repite en toda dimensión no sólo
para hablar de la casa, de la ropa, las alhajas, de los animales, de instrumentos incluso de
personas, Lo mío, no es “lo Nuestro” que se practicaba en aquellas tierras recién conquistadas. Y,
el yo, la primera persona no solo se expone en el lenguaje sino en la visión, “Yo soy” es la
identidad. El yo y el mío, se convierten en los valores a reproducir en todas las dimensiones del
conocimiento, de la apreciación y de la sensibilidad ante la vida. De aquí que la propiedad sea
esencia de esta manera de comprender el mundo, el que se impone a una concepción distinta, La
propiedad va de la mano de la mercancía, “como esto es mío, yo puedo regalártelo o vendértelo, a
ti a otro yo.”

Esta reflexión nos lleva evidenciar que el yo y el mío son las caras del individualismo, y de la
propiedad. Esta concepción alarga su existencia hasta nuestros días, pero también, la mentalidad
originaria nos muestra su vigencia es estos nuestros tiempos. Veamos pues de manera general lo
que expone la visión de los habitantes de los pueblos originarios.

Las raíces del pensamiento originario

A la llegada de los españoles, existía en el centro de los que hoy es México, la civilización
Mexica, que tenía el control de muchos otros pueblos. Región aparentemente controlada por una
Tripe alianza, Lo Mexicas, Los de Texcoco y los de Tlacopam, Principalmente del sur del actual
territorio Mexicano. Las características de estas civilizaciones radicadas en una amplia región
conocida como Mesoamérica, son similares. Sus deidades eran múltiples pero todas ellas
representando figuras míticas de una mezcla de animal y hombre. Estatuas, que evidenciaban un
politeísmo fuertemente enraizado en la naturaleza. Tenían algo (podríamos decir), semejante a
rey o emperador. En esta región se habla de muchos reyes lo que relativiza el concepto. El centro
o la cúspide de la autoridad y sus rituales, eran más orientados a la dinámica de la naturaleza, su
escenografía más vinculada a la vista natural. Sus pirámides más que guarda secretos, eran
centros de exposición de rituales en honor a la madre naturaleza.

Su pensamiento estuvo desde siempre vinculado a la naturaleza, Se concebían seres emana nados
de cada territorio, el territorio era el poseedor, no el hombre. La explicación del significado de la
vida se obtenía de su relación con la tierra, el sol, o las faces de la luna, etcétera. Su pensar
siempre giraba en torno al día y la noche. No tenían dioses hombres. Históricamente
determinados, eran deidades provenientes de tradiciones orales que fundamentaban el nacimiento
o la muerte de fases de la naturaleza. Su escritura era ideográfica, copiaban la vida misma y su
simbología giraba en torno a lo natural.

A la llegada de los conquistadores, las civilizaciones mesoamericanas ya no estaban en la cúspide


de su gloria cultural militar y económica. (Esto según los historiadores) Los españoles
encontraron a los zapotecos, a los mixtecos integrados en señoríos, tenían a un “señor” que era
su mediador con la naturaleza, era su gran conductor, a quien le debían su ser y era el sabio que
conocía los secretos del tiempo y del espacio.

Estos grandes señores, inicialmente representaron la parte más activa de la resistencia,


inmediatamente después se convirtieron es una especie de nobleza representativa bajo esquemas
hispanos de organización política. De estas familias salieron los primeros gobernadores, que por
desgracia no duraron mucho ante los estragos de las enfermedades, epidemias que nacieron por el
contacto con una raza que obviamente provenía de un contexto totalmente diferente, aclimatado y
con costumbres alimenticias y sanitarias diferentes. Esto disminuyó grandemente a la población
originaria, y como tal, la mano de obra que explotaban los conquistadores.

El ser y nacer en un ámbito natural, permite a la persona hacerse y entender su dependencia de la


naturaleza que lo rodea. El pensamiento que se ejercita, esta directamente vinculado a lo natural,
porque se vive rodeado de ello, no únicamente de seres humanos establecidos. Se tiene relación
directa con la tierra de la que se obtiene el alimento y por lo mismo se comprende que es de quien
se depende.

La explicación de su origen no lo encontraban en razonamientos elaborados por otras gentes


como ellos, sino en lo que miraban, no en lo que estaba escrito, sino en lo que experimentaban.
Los muertos se regresaban a la tierra, no se pensaba en lo celestial, pero si en la lluvia y el frio
que llegaba. Los señoríos en ese entonces se puede afirmar que tenían un “señor” como ya se
apuntó, pero no debemos olvidar que esta comprensión se da en términos occidentales, pues los
historiadores parten de esos conceptos y de esas estructuras de pensamiento, Un señor puede ser
la interpretación de un señor feudal, como en la edad llamada media en Europa, pero aquí el
señor simbolizaba conocimiento e integración de la comunidad, no era un discurso plasmado ex
profeso. No era un ser que personificaba el poder, pero si la autoridad. No se imponía, se
construía con base en el conocimiento.
El nacer en asentamientos humanos pequeños, permitía experimentar la necesidad de
sobrevivencia de manera conjunta. Es decir, al nacer en comunidades pequeñas ligadas a la tierra
hacía que la cooperación, la reciprocidad, la solidaridad se diera como un elemento natural de
relación humana y con ello en la mente del hombre floreciera “el nosotros”, porque en verdad se
dependía de los demás, se podía vivir gracias a los otros. Cualquiera podría afirmar que esto se da
en todos lados, y es cierto, pero la comprensión de la dependencia no es la misma en todas partes.

La economía de los pueblos originarios (zapotecos y mixtecos particularmente), giraba en torno a


cultivos que eran producidos para el consumo directo. Es decir se producía lo que se necesitaba y
lo que se lograba como excedente se intercambiaba. Los tianguis, o los mercados ubicados en
lugares populosos o estratégicos, eran lo lugares para intercambiar productos que el núcleo
familiar o comunal no obtenía con su propio sudor. Con esto podemos afirmar que no se producía
para la venta sino para la sobrevivencia y el intercambio. Es cierto, parte de sus excedente se
ofrecían al “señor” y su familia, o al gobernador como más tarde se nombro, o bien para el
pueblo que estaban bajo control. Es decir, los excedentes eran usados para el tributo, pero
fundamentalmente para el intercambio, se puede decir que pasaba .lo mismo que ahora con los
impuestos, pero este era en especie. Desde ese momento el excedente era para la compartencia,
por lo mismo para la fiesta. Esto se entiende de manera sencilla. La relación con la naturaleza
entera festividad. Los elementos de la naturaleza son diversos, por lo mismo los pretextos o
motivos de celebración eran muchos. Los españoles encontraron en la fiesta una manera vulgar
para la concentración, y esa fue la fiesta.

Como puede pensarse para todo lugar, los cultivos agrícolas responden a las características de la
naturaleza. Esto en la región Oaxaqueña es sobre determinante. Los cultivos comerciales que se
introdujeron con la conquista no encontraron terrenos fértiles, Por lo contrario, una gran
resistencia a ellos. La ganadería menor como puede imaginarse, abundó de manera inmediata en
la Mixteca, en la sierra se logro algo de algodón y más tarde la cochinilla. No olvidemos que
orográficamente Oaxaca es la reunión de las dos cordilleras más grandes del país, cosa que le
señala una escabrosidad sobresaliente, con mínimos planos para la agricultura comercial salvo los
valles centrales, en donde a pesar de sus características, no se convierte en un centro de
producción agrícola de importancia.
Por su parte, la “religión” originaria o indígena, en un proceso de adecuación con la religión
católica impuesta por los españoles, reinventa sus celebraciones en sus lugares sagrados ahora
dedicados a los santos cristianos. Todo esto hace que la producción agrícola se oriente al
consumo celebrativo, al dispendio en las fiestas, y que la economía mantenga su personalidad no
mercantil, pero si de consumo inmediato.

En los pueblos originarios no existe la propiedad privada.( Los estudios históricos afirman lo
contrario). El colectivo “nosotros” explica el usufructo colectivo de la tierra. El “señor” era
poseedor del conocimiento pero no de la tierra. Por lo mismo la tierra era de todos, colectiva,
Comunal. No había linderos, es decir la tierra que se usaba era para eso, para aprovecharse y
entrar en relación con ella. Las tierras se poseían en la medida que se trabajaban. El trabajarla
era la única forma de tenerla, es por ello la profundidad en la relación con ella, el territorio que la
implicaba y la territorialidad que producía en los afectos de los pobladores originales.

Tanto conquistadores como historiadores parten de razonamientos que hacen resaltar la


propiedad, en estos casos, de una nobleza que es identificada por los españoles, a usanza de lo
que ellos traían como concepto de propiedad de la nobleza que los gobernaba. He aquí que
aparecen los “caciques”, lideres de cada poblado a los que identificaron como los señores de la
nobleza nativa. Por cuestiones estratégicas, los hispanos les conservaron sus privilegios, sus
disque propiedades, que nunca se explica porque lo son. Se puede pensar que los caciques de
alguna manera pudieron tener motivos para proteger en su nombre a las tierras, al ver la
voracidad en los colonizadores, principalmente en los soldados de cortés que se adjudicaron
tierras de repartimiento y encomiendas. La conceptualización que se usa no deja en claro el
verdadero papel que jugaban los caciques con respecto de sus comunidades, lo que si es cierto es
que estos eran personajes con un estatus especial y que los españoles les validaron y otorgaron
como fruto de su ascendencia “noble”.

Los mayéques y macehuales eran los que trabajaban la tierra y los “nobles” eran atendidos en
servicios y productos. Bien pudo ser una estrategia para retener para las comunidades los tributos
obligatorios exigidos por los colonizadores, y no tanto porque se sintieran con derecho a ello.
Haya sido como haya sido, el caso es que los caciques poco a poco fueron dando más poder a los
“principales” con la autorización del gobierno colonial, y los principales empezaron a ceder
mayores responsabilidades a los macehuales (comuneros) en los cargos de representación . Los
estudiosos fundamentan sus informes con documentos-informes entregados al gobierno virreinal,
pero nosotros sabemos cuanto hay que mentir al poder para conservar lo propio.

No fue lo mismo en la Mixteca, que en los Valles Centrales como en la Sierra. La llamada
nobleza pareciera estar asentada más en los Valles que en la Sierra.- Los linderos fueron
definidos por la corona, supuestamente para delimitar las “propiedades” de los nobles, y es por
ello que con el paso de los días estos linderos fueron apareciendo como una dádiva de la corona
española.

En la región de la Sierra no se observa gran diferenciación de caciques y los llamados


macehuales (en lengua náhuatl), Comuneros podríamos decir ahora, Lo que permitió que a lo
largo de los siglos, todos los comuneros de manera rotativa pudieran tener el privilegio de
representar a sus comunidades. Es decir el ascenso de los campesinos a la dirigencia de sus
comunidades se puede entender como algo natural dada la suma de integrantes que exigía el
cabildo de marca española. Esto propició la maduración del modelo político que priva en la
actualidad y que es un componente comunal de gran importancia para la reproducción de una
actitud comunalitaria que evita que la política sea de oficio, de élite o hereditaria.

Con esta religiosidad, que también es importante analizar si es espiritualidad, Con una economía
limitada a lo poco mercantil que ofrecía la naturaleza circundante y una organización política más
horizontal, podemos descubrir la fortaleza de la comunalidad que se expuso en estos territorios
antes y después de la llegada de los españoles. Dicho de 0tra manera, Los valores impuestos por
los españoles, en esencia eran contrarios a los de los pueblos originarios. Mientas unos
practicaban una religiosidad monoteísta, los americanos eran politeístas, mientras unos imponían
la propiedad privada, en la tierra conquistada ésta no existía, Mientras unos acostumbraban a
respetar a una nobleza, los otros sí tenían jerarquías pero eran determinadas bajo otros criterios.
Esto visto separadamente nos da una imagen más clara de las personalidades enfrentadas a lo
largo de toda la colonia, Veamos ahora, también de manera general que es lo que se observa en la
época independiente.
El mundo criollo independiente.

Antes de seguir, es importante señalar que lo que aquí se analiza no se da de la misma manera en
todo el territorio Mexicano. La Nación en principio ni tiene la misma orografía, ni existen las
mismas condiciones políticas y económicas como las que se dan en el sur y principalmente en
Oaxaca. Como ya se ha mencionado, Oaxaca es un espacio particular por su orografía, por su
diversidad lingüística, lo que promueve obviamente mecanismos de resistencia singular ante las
presiones del Exterior. Los valles agrícolas se localizan en el centro de México, en puebla Y
también en el norte. De ahí que la respuesta nativa ante la conquista no sea la misma en todo
México. Sin embargo, los principios, valores enfrentados y los reacomodos, son parecidos en lo
general, pues responden a patrones culturales de dos civilizaciones que actúan en el cruzamiento
intercultural según las particulares circunstancias de cada caso. Con esto, en principio deseamos
afirmar, que los ánimos independentistas no se dan con la misma agudeza en el norte, el centro
que en el sur. Me atrevería a decir que en Oaxaca, con el auge que privaba en la producción y
venta de la cochinilla, es donde menos pudiera imaginarse una energía para la independencia. No
así en Occidente y en el norte en donde las condiciones eran desastrosas en extremos, y en donde
el pensamiento liberal Europeo se había desplegado con mayor fuerza. Esto lo podemos
comprobar observando los lugares en donde inicia la movilización hacia la independencia;
Guanajuato, Jalisco, Morelos y Guerrero.

La independencia como movilización armada llega a Oaxaca a través de Morelos y se inicia por
la costa. Los protagonistas son un ejército insurgente y una ejercito de realistas, como se les
denominaba a los soldados de la corona.

La independencia es encabezada por criollos y mestizos, la población originaria, en Oaxaca por


lo menos, no asistió a la guerra, pero lo tuvo que hacer de manera obligada ya avanzada la
contienda. Por cierto este fenómeno se observa en casi en todos los períodos de la historia del
Estado.

Existen muchos fundamentos para explicar el movimiento por la independencia. En general, el


gobierno virreinal, mostraba ya un avanzado estado de descomposición, la corrupción por la
venta de la cochinilla era tal que las medidas dictadas por el nuevo soberano Fernando VII, no
eran atendidas en la colonia. La situación entre la población originaria era francamente
insoportable, todas las medidas que se dictaban para detener la voracidad de los funcionarios, los
alcaldes mayores, incluso los clérigos, recaían en los hombros y en una mayor explotación, de la
población indígena. Tal grado de corrupción existía en el sector clerical, que fueron clérigos
quienes encabezaron el movimiento de independencia. Hidalgo y Morelos de muchas maneras
expresan el hartazgo que existía en el sector de la iglesia. La situación era exagerada en
Guanajuato, Jalisco y Guerrero, no tanto en Oaxaca en la que prevalecía una producción
campesina orientada al autoconsumo, y la producción mercantil no encontraba desatarse dado la
orografía peculiar de este Estado. Las haciendas hispanas o criollas de los Valles Centrales no
alcanzaban a surtir el comercio de la ciudad de Antequera. Incluso en el campo ganadero era
necesario obtener este producto en otros Estados o regiones.

Criollos comerciantes y hacendados, se disputaban el poder de una república que nacía con
mucha sangre de por medio. Se conforma la corriente conservadora que buscaba en primera
instancia proteger sus privilegios, es decir sus propiedades, el control de sus haciendas y
fundamentalmente el de los productores indígenas que estaban dedicados a la grana y no tanto a
la siembra del maíz. Se puede afirmar que el añil es el producto que introdujo con más fuerza el
capitalismo en Oaxaca, dado que toda la familia podía participar en el cultivo y esto, a pesar del
control corrupto que se ejercía sobre su comercialización le permitía a la población 0riginaria,
desahogo para la satisfacción de una parte de sus necesidades.

La historia mestiza, como bien lo afirma Dalton, escribe y describe una historia de arreglos
dependiendo del bando que manifiesta mayor fuerza militar, los clérigos, cuando los insurgentes
están arriba están con ellos y lo mismo si los realistas lo están. Cualquiera puede encontrar en
estas actitudes una posición oportunista y acomodaticia de comerciantes y hacendados y
clérigos.

La presencia o las ideas de la población originaria no aparecen por ningún lado. Se habla de
coroneles, de generalísimos, de intelectuales, de comerciantes de sacerdotes, en fin, pero de
población nativa; nada. El coronel Antonio de león, Carlos María Bustamante, Murguía, y
muchos nombres más, que los hemos oído por el hecho de que algunas calles de la ciudad llevan
su nombre, tales como Tinoco y Palacios, Armenta y López, etc. engrosan las páginas de una
historia que pareciera un partido de futbol en donde sólo se ven a las estrellas. Observamos lo
anterior porque es esta la historia que impide conocer el rol que juega la población originaria en
la definición de su propio devenir.

Es en l823, que criollos y mestizos en Oaxaca empiezan a delinear la política de un federalismo


radical. Es el primer Estado que se auto nombra Estado libre y soberano. Es importante señalar
esto porque esta posición se manifiesta en otras etapas de la historia y tiene que mucho que ver
con las relaciones que entabla con la población originaria. Es en esta etapa que Oaxaca empieza
el proceso de estructuración de su constitución. Mucho tiene que ver la presencia de protagonistas
como Iturbide y Santa Ana para que esto suceda. Sin embargo las diferencias entre las dos
civilizaciones empiezan a condensarse, a revolverse. Así sea el papel que les toca jugar a cada
quien, la diferencia persiste.

Una de estas grandes diferencias que persisten a pesar de la independencia, que firma Iturbide y
el Virrey O, Donojú, es lo que se refiere a la educación. En tiempos de la colonia, los que podían
instruirse eran los hijos de gente acomodada, de comerciantes, de hacendados, de españoles, y
esto se hacia en seminarios eclesiásticos. Con la independencia esta situación continuó pero ahora
nace la orientación liberal y republicana que da pie al nacimiento en el 26 del instituto de
Ciencias y Artes, Instituto en el cual se cuela Benito Juárez, a pesar de los obstáculos que de sus
tutores tiene que superar. Quienes generan esta institución son precisamente la generación
escribiente de la constitución y que dan inicio a una etapa distinta de pensamiento, pero que en
esencia se fundamentaba en los ideales sembrados por la revolución Francesa y la norteamericana
que se había independizado de Inglaterra.

En palabras distintas, diríamos que la independencia consolidó la suma de principios que se


habían introducido en el período colonial, que si bien el individualismo cristiano, monarcal y
mercantil, cambió de conceptos, los nuevos enriquecieron este individualismo, complejizando su
definición aún más. Nuevamente la lógica del pensamiento se centraba en el hombre. Occidente
volvía a imponer el razonamiento de que debía existir una sola cultura universal. Si se quería
estar a su altura, se tenia que saber leer y escribir, y los intelectuales criollos y mestizos de ésta
época reproducen con alta fidelidad estos principios. Más tarde, Juárez García entre ellos.
No deja de ser extraño que un Indígena llegue al poder en estos tiempos que sólo permitían
sobresalir a criollos y mestizos. Benito Juárez García se hace gobernador en el 46 y es reelegido
hasta el 52. Más tarde presidente de la corte de Justicia de la Nación y en 1958 Presidente de la
república. Un indio, resulta paradójico verdad ¿Lo interesante no sólo es eso, sino que es el que
encabeza las leyes de reforma, Leyes que enriquecieron la libertad de pensamiento, la igualdad
como propósito y la fraternidad Como bandera. Todos, principios heredados de la Revolución
francesa. Además de asumir la democracia como mecánica política y la república como modelo
de integración nacional. Un indio que centra su interés en la soberanía, en la separación del clero
del Estado, el que cancela fueros y ministerios militares y religiosos, en fin, quien da imagen y
personalidad liberal a la naciente república Mexicana.

La historia de cómo Juárez García logra todo esto, que no solo es él, sino toda una generación de
intelectuales, abogados, comerciantes, incluso religiosos, no deja de ser interesante para
conocerla, pero no es tema del presente trabajo, Lo central para nosotros es comprender la
pujanza, la importancia, y la trascendencia que esta obra política tiene para la consolidación de
una visión de la vida. Juárez García es quizás el personaje que delinea nuestro presente, pero es
también quien esconde y clandestiniiza la visión de los seres que lo trajeron al mundo: Los
Zapotecos. Incluso la interpretación que nosotros le estamos dando a la obra de Juárez, evidencia
el enfoque individualizador de la historia. Es decir, el interpretar un cambio en el pensamiento
sea resultado o atribución de una sola persona, significa que nuestra visión esté centrada en el
individuo.

La historia la hacemos todos, los que aparecen y los que no. Esto está demostrado en la historia
individualizadora que oculta el trajín de la muchedumbre que está en la batalla, las masas que son
conducidas en muchas ocasiones sin su voluntad. El ocultamiento de aquellos que se quedan en
casa, de aquellos que producen para los que están en el frente de guerra quienes tampoco son
mencionados. La historia vista desde los héroes y lideres, será siempre a visión de los
vencedores, es importante, como Dalton lo señala, que se escriba la otra historia, pero también
tiene razón de que ésta será escrita por los vencidos. Es esto lo que intentamos hacer aquí. Es por
ello que podemos afirmar que la intención de la población originaria no era la independencia,
sino la satisfacción de su veneración por su territorio, muestra de ellos es la constante demanda
de certificación oficial del suelo que pisaban, lo mismo que una normal paga por el trabajo que
realizaban, como también la búsqueda de respeto a sus decisiones internas y locales. Incluso las
arengas los pronunciamientos, aunque van dirigidos a todos, son pocos quienes los leen, pues la
mayoría es analfabeta para beneplácito de los protagonistas.

El mundo originario en la independencia.

Después de tres siglos de colonización muchas cosas que eran nuevas en principio se vuelven
costumbre. La visión politeísta, no desaparece pero se adecúa a la religiosidad cristiana. En la
región mixe por ejemplo, los sititos sagrados prehispánicos se conservan, se asiste a la iglesia
pero también se adora lo sagrado natural, incluso los cultos se revuelven, se da ofrenda en la
iglesia y de la misma manera en la cueva. Las festividades se celebran en los días coincidentes
con prácticas cristianas. Las cofradías y las cajas comunales se convierten en mecanismos de
ahorro, que son usurpadas por los colonizadores en momentos de dificultad. La organización
política se da pausadamente, en beneficio de una mayor participación de la comunidad. La
tenencia de la tierra que en un principio no es entendida como propiedad, se convierte en
demanda lógica para la seguridad comunitaria.

La estructura social durante los primeros veinte años de independencia, no parece m0dificarse
mucho al interior de las comunidades. La movilidad entre estratos, estamentos, razas es múltiple.
Lo mismo existen capas de españoles ricos como de españoles pobres, está presente lo que queda
de los caciques ya en franca decadencia. Los nobles que tantos privilegios habían obtenido
durante el período de la colonia, ya en este momento eran prácticamente ausentes, Lo mismo se
da con los principales, cosa muy distinta sucede con los macehuales o comuneros que
francamente ascienden en la pirámide social. Hay comuneros ricos y comuneros pobres, Los que
no tenían tierra más que las comunales administradas por los barrios o cofradías, empiezan a
acapararla con múltiples mecanismos, se encuentran también comuneros pobres que sobreviven
con base en la ayuda mutua comunal. Entre peones también se dan las diferencias y la esclavitud
casi no aparece. Toda esta movilidad social se logra dar tanto por factores de la producción como
por las políticas de la corona, así como el cruzamiento a través del matrimonio y las aspiraciones
de ascenso que va evidenciando la práctica de la individualidad y la competencia. Todos estos
elementos permiten reformular la estratificación y se empieza a delinear la part0icipación
horizontal en la comunidad, tanto en la política como en la economía.

La tenencia de la tierra que antes de la conquista, no se expresaba como propiedad y menos


privada, se da con el papel estratégico que juegan los caciques y la nobleza, cuyo roll, como ya
decíamos había sido interpretada bajo los criterios del pensamiento español, empieza a
manifestarse como tal, ante esto las cofradías empiezan a legitimar tierras de la comunidad en
honor de los santos cristianos, y mas tarde, esta empieza a repartirse a los españoles, se empieza a
vender a hacendados, a rancheros, a principales y macehuales o comuneros. Todo esto permite
que la tierra se convierta en un bien de seguridad, que con el paso de los días se oriente a su
comunalización ante el derrumbe económico tato de caciques como de nobles y de soldados
españoles que la habían obtenido vía repartimientos y encomiendas. Los cambios en las leyes de
la colonia, abren la posibilidad social armando a los comuneros de una certera posibilidad de
apropiación de la tierra y su consecuente labor, que obviamente beneficiaba al el comercio. Lo
que se quería era mayor producción y en el territorio Oaxaqueño las posibilidades agrícolas son
limitadas dada su agreste geografía.

Con la independencia y con la nueva constitución de Oaxaca, Se modifica el aparato de control,


aparecen los distritos y los jefes políticos. El cabildo permanece con una mayor y horizontal
participación de los habitantes de cada comunidad.

Los planos geográficos son utilizados para los monocultivos, pero en la mayor parte del Estado
esto no se da ante una orografía excesivamente agreste y con mínimos medios de comunicación.
La comunidad resiente su obligación de aportar soldados para la guerra, pero lo hace cuando así
las condiciones se lo permiten. Su producción después de la caída del comercio de la grana
cochinilla, vuelve a orientarse a la agricultura de autoconsumo. Se vuelve al maíz, al frijol, al
telar, a la artesanía.

Lo que sucedía en las revueltas y de quien las encabezaban, las comunidades solo se enteraban
cuando iban al mercado, o cuando alguno de sus hijos era llamado a filas, o cuando el marido era
contratado de soldado. Su preocupación constante para esos tiempos era no perder la parcela que
los mantenía. Las leyes de reforma pusieron en peligro la tenencia comunal, pero había que
entender que sus tierras no tenían el atractivo necesario como las de los valles de Tehuacán
Jalisco, Morelos, que permitan cultivos mercantiles de importancia. A pesar de las órdenes de
repartir la tierra y que esta se asignará individualmente, esto no se dio. No tenía caso si entre
todos podían resolver las necesidades y sus linderos eran claramente establecidos. Las cajas de la
comunidad eran los bancos que hacían la fiesta y en ese entonces no se veía la obligación de
mandar a los hijos a la escuela, incluso ni a la iglesia.

Y aunque con la llegada de Juárez a la gubernatura significó mayor interés de los liberales por
disminuir el analfabetismo, esta práctica no se generalizó, eran pocas las escuelas y en la Sierra
muchas más que en otras regiones. Siendo Presidente Juárez en 1867, se emite una ley que obliga
a la educación. Pero esta decisión se toma en el centro, para que llegara a los rincones
oaxaqueños era difícil, más aún ante la falta de maestros en cada región.

Los caminos no llegaban a las comunidades, sólo a aquellas zonas de donde se podía extraer
algún recurso de mercado. Las comunidades resultaron fortalecidas hacia sus adentros, pues
mientras más lejos se sintieran y estuvieran de la violencia se podía contar con condiciones
favorables para vivir en paz. Todo esto promovió mayor organización, mayor producción para el
consumo inmediato, y para el intercambio en sus tianguis. Podríamos afirmar que mientras en las
batallas se dirimían los intereses de las clases acomodadas, claro con la sangre de inocentes
nativos, en la comunidad, la paz permitía el crecimiento espiritual, festivo y un cierto
distanciamiento de movimientos en los cuales no sentían comprometidos sus intereses. Las
comunidades que estaban ubicadas cerca de puntos estratégicos para la guerra si que la vieron
difícil. Tanto su trabajo como sus vidas estuvieron en peligro y muy activos con los constantes
levantamientos. Lo que si es cierto es que el movimiento de Independencia nada tenia que ver
con la población originaria, ni el que un indio (Juárez), estuviera en el centro de la movilización.

Muchos se preguntaran, ¿entonces de donde salían los soldados que luchaban en las guerras de la
independencia¿ Los soldados eran extraídos de las capas de los peones, de lo macehuales pobres
y principalmente de aquellos que no tenían un ligazón con el trabajo agrícola o productivo, eso se
entendía en virtud de que la guerra también implicaba obtener cierto pago. Era obvio que a las
comunidades se les exigía la dotación de hombres ‘ara la guerra y estos eran los delincuentes, los
que tenían algún tipo de dificultad socias, y muchos que habitaban en lugares de importancia
estratégica como ya se anotó.
Las fiestas de barrio no se suspendieron y mucho menos la fiesta de fiestas, la del Santo patrón de
la comunidad. Aunque la producción era exigida para la guerra, los cultivos de la cofradía y el
dinero de las cajas comunales permitían la reproducción cotidiana de estos eventos. Es
importante señalar que en algunos poblados llegaban a realizarse hasta veinte celebraciones, esto
ratifica que la fiesta jugaba en la mentalidad de los comuneros una fidelidad profunda a las
prácticas comunalitarias, máxime que el participar activamente en ellas, desde esos tiempos hasta
en la actualidad es una manera de obtener prestigio y con lo mismo el ascenso social. Este interés
por el ascenso social refleja la influencia de los valores inyectados por los conquistadores, valores
que en tiempos anteriores eran prácticamente ausentes.

Los valores empiezan a mezclarse, Era importante el dinero para la fiesta, pero lo fundamental
era el compartir el trabajo. Esto que de manera aparente es fácil de entender es difícil
comprender. Para nuestros ancestros y en la en la actualidad es; el trabajo. Obtener prestigio es
trabajar. El discurso significa pero no trasciende. Si hay algo profundo en el que hacer cotidiano
de la población originaria, es que su sensibilidad no se fundamenta en el texto, pero si en el
sudor. Esto puede entenderse como una elevada capacidad de resistencia incluso de entender el
ser explotado. Es una elevada capacidad de resistencia incluso de entender el ser explotado. Yo
no creo todo esto como una justificación de la resultante de una situación colonial, sino como una
explicación del pensamiento que hasta nuestros días prevalece en nuestra comprensión de la vida.

El pensamiento actual de lo originario.

Los trabajos que aquí presentan, son reflexiones elaboradas desde ángulos y perspectivas
diferentes, que inciden en la necesidad de ordenar el conocimiento regional. La importancia de su
integración, radica en que se convierten en material de consulta para el desarrollo de proyectos
participativos que están diseñados para el desarrollo y bienestar regional.

Leídos de manera integral, estos materiales se nos ofrecen como resultados de una investigación
cotidiana, de una actividad intelectual comprometida en todos los ámbitos de la vida comunitaria.
Son estas las razones que nos llevan a presentarlas como materiales sustanciales para la reflexión
en torno a la propuesta de los pueblos indígenas sobre autonomía y autodeterminación, pero sobre
todo para la comprensión de la vida de las comunidades indígenas y su modelo de organización
socio-política interno, todo esto en un momento de mucha importancia y trascendencia que se
caracteriza por la profundo desconocimiento que posee la sociedad y el gobierno sobre la
problemática y forma de vida indígena.

Sirvan pues estos documentos para ilustrar el proceso de los pueblos Zapoteco, Mixe y
Chinanteco en su lucha por condiciones de vida mas justas, mas dignas Esto no significa que lo
que se anota es definitivo, simplemente son razone, occidentales pero también propias. Esto es
una visión que puede ser cuestionable, criticable pero logrará respeto, en la medida del respeto
que exista.
II.- COMUNALIDAD Y AUTONOMÍA.

Quizás, en ningún momento de nuestra historia, los pueblos indígenas habíamos tenido una
coyuntura histórica tal, en la que el análisis sobre nuestra autodeterminación fuera la ventana más
segura para garantizar nuestra sobrevivencia como pueblos, como sociedad. La
autodeterminación ha sido un sueño eterno de nuestras comunidades, algunas, por cuestiones
geográficas o también organizacionales, hemos logrado mantener cierto margen de esta
autodeterminación, la cual siempre ha sido resultado de una tensa relación con el Estado-Nación.
La gran mayoría de las comunidades indígenas hemos padecido la subyugación, exterminio
territorial y físico, y unas tantas más: el homicidio cultural. Consideramos que éste es un
momento muy importante para describir y así, desde la práctica, entender lo que es o fue nuestra
autodeterminación, también dibujar la autodeterminación que deseamos, la autodeterminación a
la que aspiramos. No me es fácil generalizar, debido a la multiplicidad de procesos que se han
padecido en aras de la autodeterminación, sin embargo, podemos partir de nuestra experiencia
directa, hablar de la que hemos enfrentado en la Sierra Norte de Oaxaca y de ahí desprender
algunos comentarios que pudieran ser de utilidad para entender lo que se ha dado en otros
ámbitos.

Nuestra autodeterminación existente

Esta autodeterminación la encontramos más claramente en lo político. Nuestras comunidades han


estado organizadas de manera tal, que cuentan con instancias de participación muy precisa y
cristalina. La asamblea, es la máxima autoridad en la comunidad, es la reunión de todos los jefes
de familia, en la que intervienen también las mujeres. En ella participan lo mismo silentes que
parlantes, los mismo trabajadores del campo que artesanos y profesionales. En la asamblea se
trabaja siempre por consenso, aunque en muchos casos y por cuestiones prácticas se use el
mayoriteo. La elección de las autoridades no refleja ninguna intención o lineamiento partidista, se
fundamenta en el prestigio y éste; en el trabajo. El trabajo y la capacidad en el tequio, en el
campo, en la coordinación, en la obediencia, en el pensamiento, en fin en todos los ámbitos del
trabajo. Las autoridades como tal responden a un plano de participación que lo mismo los
estimula que les presiona, máxime si se toma en cuenta que la realización de cargos o los
desempeños públicos no garantizan un ingreso económico, es más, la norma es que el cargo sea
un trabajo gratuito y permanente al servicio de la comunidad. Algunos compañeros han señalado
que si estos cargos fueran remunerados por el Estado, éste no tendría facultad para realizarlo
tanto en su precio, como por su calidad. La representación política en una comunidad es el
resultado de una convivencia directa y diaria, es el conocimiento profundo de cada ciudadano,
pues este demuestra sus capacidades desde niño. Los de avanzada edad, que han demostrado su
entrega y capacidad son tomados en cuenta para dirigir indirectamente o bien para orientar el
devenir de cada autoridad en turno. Muchos libros se han escrito sobre esta caracterización, pero
son pocos los que ha podido leerlo y asimilarlo como una organización política que sin poder
explicarse como democracia, permea toda la vida cotidiana de nuestros pueblos.

Esta organización política ha tenido la presión de adecuarse al Estado-nación, ¿cómo? mediante


pactos o acuerdos. La comunidad permite que las autoridades que haya elegido participen en las
planillas del partido del poder, siempre y cuando respeten su decisión interna. Dicho de otra
manera, la comunidad cede su presencia en un ámbito externo a la comunidad, siempre y cuando
se le respete el interno. De ese modo nuestras comunidades, que no rebasan los siete mil
habitantes y en su mayoría en promedio son de dos mil, garantizan su autodeterminación política.
La autodeterminación política es la que observamos en nuestra región de manera más evidente,
aunque como ustedes comprenderán, está limitada en su expresión regional, es decir, no puede
participar en otro nivel, el cual sí lo aprovecha el poder para nombrar a dirigentes que más
convengan a sus intereses. Con esto estamos hablando de autodeterminación política limitada al
ámbito comunitario. Por ahora dejemos esto aquí y veamos que pasa en los otros ámbitos, como
son: lo territorial, la económica, la educativa, la jurídica, y la cultural.

El territorio base de la autodeterminación.

Lograr la autodeterminación territorial ha sido la lucha que más sangre ha consumido. El esfuerzo
que más vidas se ha llevado y esto tiene una explicación nodal, es el territorio, la base de la
reproducción física y social de cualquier pueblo. Esto nos queda mucho más claro con lo que han
padecido nuestros hermanos de Chiapas y como tal su acción y su forma de responder ante esta
situación.

Sin territorio no hay pueblo. Antes de la llegada de los españoles a nuestro continente, es posible
que la presión sobre la tierra no haya sido tal como en nuestros días, es posible que nuestros
ancestros hayan sido más nómadas aunque no se puede pensar ortodoxamente en esta línea,
porque es posible que los territorios estuvieran determinados, bajo otras normas, claro, pero
determinados. El caso es que en la actualidad, el hecho de que en Chiapas exista una guerra,
demuestra la necesidad de la tierra, el argumento ya es viejo como el mismo sueño Zapatista,
pero también tan actual como el sueño de los nuevos zapatistas con quienes en términos generales
todos los pueblos indígenas nos identificamos. En nuestra región la guerra por la tierra ha
enfrentado a comunidades enteras, no tanto a propietarios, quizás por lo agreste o por su baja
rentabilidad. El caso es que el 90% de la tierra es comunal, es decir es protegida y usada con
órdenes y designios comunales. Esto le da a nuestra región una característica muy especial, que le
permite reproducir su autodeterminación política con mayor vehemencia y seguridad. Aquí la
guerra ha sido, como ya lo dijimos, entre pueblos, pues bien, desde esta perspectiva, estamos
pensando que la autodeterminación territorial está también cerca de nuestra esencia social. Al
interior de cada comunidad, existe siempre el uso familiar, tenencia, de carácter tradicional que
cada comunidad respeta con todas las de la ley, pero la ley comunitaria. En los últimos cincuenta
años, la presencia del estado ha llevado a que cada familia con tal de garantizar la seguridad de su
propiedad le haya llevado a registrarla, aún olvidando el estatuto jurídico de su tenencia, sin
embargo, esto no es más que otro juego que realiza la comunidad ante las trampas del Estado o si
no son trampas por lo menos vericuetos para uno sentirse seguro de lo que tiene. Las broncas
entre las comunidades son las que más sueño nos ha quitado, familias enteras de vecinos, se han
visto enfrentados, el tiempo en sano y ha ido calmando muchos de estos conflictos, sin embargo
en un quince por ciento de nuestras comunidades, aún vemos este tipo de actitudes y de rencores.
El uso de cada predio lo decide cada familia, lo puede vender, ¡claro! siempre tendrá encima la
mirada de la comunidad y ésta estará celosa de que extranjeros se alleguen o compren bienes que
sólo pertenecen a la comunidad, sin embargo la libertad de vender está ahí, limpia y cristalina, y
esto no se debe al 27 constitucional sino a las mismas leyes internas.
Los predios comunales, ¡cuidado! esos si son sagrados y esos ni el diablo los puede tocar, para su
uso se tiene que refrendar la pertenencia a la comunidad y además un profundo respeto a ella. La
tierra comunal es en verdad sagrada y esto nos remite una dimensión que desgraciadamente los
hermanos chiapanecos ya no tienen, la seguridad sobre la madre tierra.

La autodeterminación territorial tiene desde esta perspectiva dos dimensiones si es que no tres, la
primera es que la propiedad es de la comunidad, la segunda, es que puedes usarla en términos
familiares, y la tercera que todo lo puedes arreglar al interior. Por ello mismo la
autodeterminación es posible siempre y cuando tú cuentes con el consenso de la comunidad y así
mismo participes de las decisiones a través del trabajo. Esta autodeterminación no hace a un lado
el peligro de lo que anuncia el 27 constitucional, el que se pueda vender, pero si la comunidad
esta integra y no permite lo anterior, el margen de peligro disminuye considerablemente.

Con todo esto lo que empezamos a afirmar es que la autodeterminación territorial puede ser
posible sin la injerencia del Estado mexicano, y como tal puede ser una nueva relación frente al
Estado-Nación y una nueva manera de auto determinar la vida de nuestros pueblos y una exigente
manera de hacernos a nosotros mismos.

¿Será posible la autodeterminación económica?

Los pleitos de tierras entre Zapotecos, Chinantecos y Mixes, pueden ser dirimidos entre nosotros,
siempre y cuando no intermedie una autoridad gubernamental a la que cada comunidad se adhiera
con tal de llevar ventaja en la realización de sus intereses, ¿pero eso es posible en la economía?;
¿es posible en la materialización de nuestros intereses vivenciales?; ¿en el esfuerzo diario que
hacemos por sobrevivir todos los días? Aquí empezamos con los problemas, sí, porque lo
recomendable sería que trabajáramos la tierra de acuerdo a nuestras naturales necesidades. Sin
embargo, la pertenencia a un sistema económico más amplio, nos hace la vida más compleja.
Para empezar, el maíz, es nuestra principal fuente de alimento o por lo menos lo sigue siendo a
pesar de las broncas que aquí señalaremos. Nuestras tierras, verdaderamente agrestes, se fueron
trabajando con el sudor de nuestros abuelos y todavía por aquellos años de los sesenta, nos
mantenían en pie, incluso podíamos trabajar nuestra ropa de manera tradicional, hacer nuestros
huaraches, nuestros huipiles, nuestros mecapales de manera sencilla y fácil. El mercado llegó con
materias más baratas, el trigo lo empezamos a cambiar por trigo en polvo proveniente de la
ciudad, lo mismo sucedió con la ropa, con el calzado, las verduras las empezamos a importar. De
paso nuestros viejos vieron que era más fácil irse al extranjero que quedarse en el pueblo a sufrir
lo que ya no se podía. Nuestra producción de maíz bajó irremediablemente, y de pase llegó una
empresa del Estado que empezó a vender un maíz mucho más barato que el que nosotros
producíamos. Todo se descompuso.

Pero el problema mayor ya venía de atrás. Se nos educó para la siembra del café, y efectivamente
en algunas comunidades vimos que la venta del café nos permitía construir casas más grandes,
incluso algunos empezaron a explotar a otros de nuestra propia gente. Así crecieron pueblos, se
enriquecieron personas y familias, pero el problema llegó a su momento cuando el precio del café
bajo irremediablemente, simplemente porque nosotros no teníamos injerencia en la definición de
este precio y ahí se jodió todo. Nuestros sueños de caminos para sacar al café se quedaron
enclaustrados y fué así como empezamos a entender que la economía no estaba en nuestras
manos. Un ejemplo fue la minería, más tarde la Silvicultura. Platiquemos algo de esto.

Desde tres siglos atrás, los españoles pensaron que nuestra región era rica en recursos minerales,
no se equivocaron, de ello vivieron algunas decenas de familias y fundamentalmente de nuestro
sacrificio. En el presente siglo todavía la empresa de Natividad llegó a contratar a más de
quinientos trabajadores y así reproducir la explotación de un recurso nuestro, que siempre estuvo
en sus manos.

El oro verde empezó a traer por allá de los cuarenta, pequeños empresarios integraron aserraderos
en Ixtlán y no recuerdo en que otro lugar. En 1955 el Estado mexicano declara concesionado
nuestro bosque a una empresa en sus inicios Canadiense, más tarde de capital estatal; por 25
años. Teníamos la madera, pero sólo podíamos vendérsela a Fábricas de Papel Tuxtepec. Esto
tiene una larga historia que muchos y más en nuestra región, conocen mucho más que yo, el caso
es que al finalizar los 25 años, las comunidades lograron detener la voracidad del estado que
quería seguir beneficiando a empresas de su interés. Ahí empezó una nueva lucha, más
comunitaria y por lo mismo más consensada, empezaron nuevos problemas internos, no lo
negamos, pero a fin de cuentas, nuestros.
Volviendo a nuestro tema, creemos que la autodeterminación económica tiene verdaderos
vericuetos, enunciemos algunos: La producción de básicos, es menospreciada, por todos, los
niños no quieren reproducirla porque sus propios padres han creído que no ayuda mucho, otros
granos como el trigo y el frijol, enfrentaron retos en sus precios que debilitaron o minaron el
ánimo para reproducirlos.

Por otra parte, la minería no resolvió las grandes necesidades de empleo. Esto había que pensarlo
un poco más, porque los recursos minerales según tenemos información; son múltiples. Por otra
parte, el bosque enfrenta los problemas de la recesión mundial y sus precios no alientan la
producción y además la lógica de las Empresas Comunales existentes hasta la fecha, no permiten
que el sector madure y logre una nueve etapa, bueno, los culpables lo debemos reconocer,
también somos nosotros pero también el mercado al que dependemos, sin embargo, la
Silvicultura, bien organizada, nos podría llevar a horizontes nuevos y más fructíferos.

Para terminar, o para empezar a terminar este apartado que merece mucha reflexión, lo que
pienso es que es la autodeterminación que más inteligencia requiere de todos los serranos, que es
la autodeterm la más definitiva, es la económica. Estoy seguro que una Sierra Juárez organizada
lo puede lograr, pero esto tiene que estar en la mente de todos, y en la necesidad y en la seguridad
de todos. La autodeterminación económica es vital y es la que mayor cuidado merece, si puede
ser una autodeterminación que garantice la sobrevivencia infinita de nuestras futuras
generaciones, pero esta deberá de conseguirse con la participación de todos.

La autodeterminación educativa.

En la década de los veinte y treinta, se contó con un sistema educativo fuertemente comunitario.
Existían maestros municipales, y la comunidad tenía la libertad de escogerlos, incluso aportaba
parte de sus salarios. Los maestros, ante la ausencia de materiales de carácter pedagógico, se
basaban en la experiencia comunitaria, es decir, el alumno estaba más cerca de su cultura. El uso
de su idioma más que una línea de trabajo resultaba una necesidad ante el apabullante
monolingüismo. Las enseñanzas, reflejaban una intensa relación con el trabajo y el juego.
Muchos de los principales o caracterizados de las comunidades que en la actualidad orientan la
vida de nuestros pueblos fueron educados bajo este sistema, es más la mayor parte de terrenos
comunales fueron determinados en aquélla época bajo el liderazgo de aquéllos antiguos maestros.

A principios de la década de los cincuenta y ya bien entrados los sesenta, el centralismo de la


educación empezó a minar y a deteriorar este sistema educativo, pleno de realizaciones.

La burocracia en pleno se presentó en los años de lo sesenta y setenta, muchos modelos


educativos fueron eslabonándose sin razón ni siquiera con consulta, esta situación empezó a
generar en los maestros una autonomía, es decir un proceso sin ley. Se empezaron a no respetar
los postulados, pero lo peor fue el hecho de que no había brújula. El trabajo de los educadores
empezó a ser una simple respuesta a los designios del centro. La realidad de todo esto proceso,
convirtió al proceso educativo en un camino sin rumbo, y si, en una secuela de vicios que al
interior del magisterio se convirtieron en demandas de carácter personal y nunca de carácter
educativo. Siempre hubo las excepciones, pero la realidad fue tajante, la educación ya no reflejó
la personalidad de la comunidad. Esto lo han escrito muchos, sólo debe bastarnos con recordarlo.

La autonomía en materia educativa suele entenderse de manera práctica en la vuelta al pasado.


Sin embargo nosotros pensamos que no, la vuelta al pasado significa evaluar lo logrado y así
diseñar un futuro educativo más libre, más comunitario. Pero aquí empieza el problema. En este
momento toda iniciativa de educación comunitaria afecta de manera directa al magisterio.

En primer lugar porque atenta contra sus intereses sindicales, fundamentalmente porque el
magisterio dio una lucha de reivindicación democrática muy importante en la década de los
ochenta. Esto los ha hecho estatuas inermes a la posibilidad de entender que han perdido la
sensibilidad, o bien de que han perdido la preocupación sobre su oficio.

Todo esto ha pasado tan inmediatamente que es muy difícil afirmar los pros y los contras de su
propio proceso. Otros lo han hecho. A nosotros nos corresponde analizar lo que hemos estado
esperando de ellos y lo que aún no hemos encontrado.

En este momento toda iniciativa de educación comunitaria afecta de manera directa al magisterio.
En primer lugar porque atenta contra sus intereses sindicales, fundamentalmente porque el
magisterio dio una lucha de reivindicación democrática muy importante en la década de los
ochenta. Esto los ha hecho estatuas inermes a la posibilidad de entender que han perdido la
sensibilidad, o bien de que han perdido la preocupación sobre su oficio.

Todo esto ha pasado tan inmediatamente que es muy difícil afirmar los pros y los contras de su
propio proceso. Otros lo han hecho. A nosotros nos corresponde analizar lo que hemos estado
esperando de ellos y lo que aún no hemos encontrado.

A partir de todo esto, consideramos que la autodeterminación en materia educativa tiene relación
con el hecho de que la comunidad se encargue de manera directa de la educación. Esto parece
fácil, para algunos, pero también muy difícil para otros.

El caso es que los maestros pueden ser seleccionados en función de nuestras prácticas
comunitarias es decir; de la lealtad al trabajo y del compromiso que los individuos preparados y
no precisamente los letrados, tengan acceso a determinar la educación de nuestros niños, siempre
y cuando respondan a la necesidad de relacionar los valores y los principios de nuestra cultura
con la información que de manera global nuestros hijos deben recibir.

Esto rompe con la vieja metodología escolarizada del poder, también rompe con los ritmos de la
escolarización enclaustrada, también rompe con el poder del sabio frente al ignorante y también
rompe con la autoridad de arriba hacia abajo. Todo ello debemos romper. Pero para ello hemos
de caminar muchas brechas. La misma cantidad de brechas como las que existen en nuestra
región y en otras.

Es tiempo de entender que la comunidad debe cargar responsabilidades intelectuales, el que


somos sociedades que tenemos pasado y futuro, que somos conjuntos humanos que somos
sensibles para el progreso. El mundo debe sabe que no somos pueblos que estamos encadenados
a ser virtualmente mano de obra barata y sacrificio para que otros vivan más que cómodos.

La autodeterminación educativa, esta en la puerta de la vista, de la lengua y del pensamiento.


Creemos en ella y sabemos que podemos hacerla. Lo que necesitamos es simplemente confianza.
En lo que queremos, en lo que señala nuestro futuro. En lo que soñamos, que a fin de cuentas es
la reminiscencia, y lo que decidimos, que es en la infalible verdad de que el sistema educativo
actual ha llegado a su fin.
Nuestros derechos y la autodeterminación jurídica y cultural.

Esta última parte, de ésta nuestra primera reflexión, nos lleva a lo más escabroso de nuestra
realidad, la cuestión que se refiere a los derechos humanos, o a nuestros derechos elementales
como humanos. Quizás desde la llegada de los aztecas al Valle de Oaxaca, los derechos humanos
han sido verdaderamente violados. Sin embargo, no es hasta la llegada de los españoles, que este
concepto empieza a nacer en nuestra rabia como una necesidad imperante. Prácticamente nos
exterminaron, no pudieron del todo y por ello estamos ahora platicándoles nuestras desgracias y
nuestras esperanzas, pero si, nos demostraron que la barbarie no tiene límites en aquellas culturas
que desean ser hegemónicas. Nuestra realidad actual es que la cultura mestiza también quiere ser
hegemónicas y que México se adjudica el papel de cultura mestiza.

Como siempre, fuimos pueblo que recibió los peores agravios, asesinatos, violaciones, etc. Nos
duele, pero nos resistimos al castigo porque no lo merecemos. Los compañeros del Ejército
Zapatista de Liberación Nacional afirman: "No pedimos limosnas ni regalos, pedimos el derecho
a vivir con dignidad de seres humanos, con igualdad y justicia como nuestros antiguos padres y
abuelos."

Esta declaración se hubiera entendido sensata o por lo menos informada hace más de tres siglos.
El caso es que esta declaración se da en este siglo, en este año y en este mes. Los serranos,
Zapotecos, Chinantecos y Mixes, podemos preguntarnos muchas cosas. ¿Donde está la justicia?
¿Porque la cárcel es la única alternativa? ¿Porque todo castigo tiene que entenderse como
prisión? Cuanta gente ha comentado que cuando alguien mata a otro deja una viuda, en nuestros
pueblos el asesino puede estar castigado cumpliendo la alimentación de la viuda, la ley encarcela
al asesino y lo que logra es dejar en la orfandad no a una viuda sino a dos y a los hijos de ambas.

Con todo esto, lo que queremos decir es que la justicia, es y debe de ser oportunidad para nuestro
conocimiento. La justicia no es un simple acuerdo legal, que siempre es materia de negociación
entre discurso y forma, es más bien la respuesta popular de lo que debe hacerse y como tal la ley
legítima, la que todos aceptan y la que todos respetan. No es recomendable seguir los parámetros
que la sociedad general nos ha inculcado porque tiene una fuerte identidad de autoritarismo,
negociación. Componenda y corrupción, es necesario entender que la justicia la pueden decidir
los hombres y no solamente los letrados porque éstos de ella viven, sino también aquéllos seres
que desde su práctica social empiezan a destilar atinaciones de gran envergadura.

El derecho tradicional lo hemos ejercido siempre. Sin embargo, pensamos que no es posible
seguir dependiendo de las decisiones de reglamentos y leyes que no retoman nuestra experiencia.

Las cárceles para nosotros nunca han sido una solución por lo contrario, un nuevo problema. Lo
mismo ha sido la burocracia gubernamental que considera su conocimiento como el centro del
poder, no de la reflexión sino de la componenda y por lo mismo de corrupción. Nuestro derecho
está ahí estacionado, aprovechado cuando nuestros viejos lo consideran conveniente y éste, no
afecte el ritmo general de nuestra cotidianidad, lo demás siempre estará ensuciado por los
preceptos de una justicia que tiene formalización, pero nunca una realización social.

¿Puede haber una autodeterminación jurídica entre nuestros pueblos? Yo digo que sí. Lo
importante es un acuerdo y un pacto con el Estado. En principio para la desaparición de las
cárceles, es decir de éstas instituciones que se llaman "Centros de Readaptación Social," que las
agencias del ministerio público y los juzgados dejen de existir y por lo mismo reproducir la
secuela de corruptelas a las que nos han tenido sometidos durante siglos.

La autodeterminación es a fin de cuanta seguridad en nosotros mismos. Es la posibilidad de


regirnos, son las ganas de hacer una sociedad diferente y más armónica. Desde esta perspectiva la
autodeterminación tienen que entenderse como trabajo cotidiano de todos y de una nueva manera
de entender el futuro.

Nuestra autonomía

Desde lo que hemos escrito, la autodeterminación es una realidad y además una esperanza.
Tenemos relativa autonomía política, porque la gozamos en términos comunitarios, tenemos
autonomía territorial y esta es responsabilidad de las fuerzas comunales. Tenemos serias
preguntas sobre la autodeterminación económica, pero no sabemos hasta que punto este
problema, será reflexión o trabajo cotidiano.

En realidad, nunca nos habíamos preguntado sobre el futuro de nuestra autodeterminación. Este
momento histórico nos agarra igual que a los nuevos Zapatistas, ya que nuestra
autodeterminación la habíamos buscado, pero nunca lo hubiésemos pensado como un proyecto
general. Este es el dilema, sin embargo estos comentarios lo que buscan es empezar a entender lo
que de manera efectiva es y puede ser la autodeterminación.

Tomen estas reflexiones como propuesta, no siempre segura, pero eso si, con ganas de avanzar en
lo que desde hace muchos años hemos estado pensando desde cualquier rincón de este Sierra.
III.- DISCRIMINACIÓN Y DEMOCRACIA.

Este porvenir, este futuro no es del cosmos


sino de mi siglo, de mi país, mi existencia.
De ninguna manera
me propondré la preparación
del mundo que me sobrevivirá.
Pertenezco irreductiblemente a mi época.
--Frantz Fanon, 1966.

Al reflexionar sobre la discriminación y democracia en un Estado multiétnico, no nos vamos a


referir a la realidad individual que enfrenta la población india de México en 1994, sino a las de
las colectividades, comunidades, organizaciones, que día a día reformulan su relación con un
Estado-nación que en el discurso reivindica la pluralidad y en la práctica insiste en la
uniformización social y económica.

Tampoco nos referiremos a la explicación histórica de este fenómeno, ya que los pueblos indios
actuales son el resultado permanente de las imposiciones culturales y económicas del Estado
moderno, por lo tanto no son cúmulo de reminiscencias sino de relaciones sociales actuales
siempre diferentes, permanentemente sustentadas en intereses que impiden o por lo menos
limitan el desarrollo pleno de la sociedad indígena, quien también tiene sus propuestas de
desarrollo, quien también tiene propuestas innovadoras de convivencia social.

Nuestra experiencia se limita de manera precisa a una región del Estado de Oaxaca, sin embargo
hemos compartido estas reflexiones con comunidades y organizaciones de varias regiones del
Estado, así mismo con organizaciones y pensadores indígenas de todas las regiones del país, es
así que si recalco las experiencias directas de mi región de origen éstas se sustentan en lo que se
refleja de varios estados del país. Subyace a todo este planteamiento el concepto de comunalidad,
conducta que explica nuestro ser indígena, concepto que por cierto hemos desarrollado en otros
trabajos, pero que baña la presente reflexión.
Nuestro sagrado territorio comunal.

La organización del estado revolucionario, tuvo que ceder de algún modo a las presiones de los
campesinos que encabezó Emiliano Zapata, claro, benefició en gran medida a la pequeña
propiedad representada por la gente de Carranza, sin embargo, en este proceso las comunidades
indígenas pudieron colar la defensa de sus territorios comunales. Si bien es cierto que en la
actualidad el territorio de lucha zapatista, es mayoritariamente mestiza, en aquellos años, nuestros
hermanos nahuas fueron un gran sustento para sus políticas.

Si bien los territorios comunales habían sido realidad de muchos años atrás, la lucha zapatista
permitió su sobrevivencia, tan es así que en la constitución quedó estipulado de manera muy
precisa los tres regímenes de propiedad: la pequeña propiedad, la ejidal y la comunal.

Siempre se consideró que los territorios comunales eran improductivos, pero estos eran
defendidos reciamente por una población que en aquéllos años no podían ser atendidos por el
Estado moderno. Es por eso quizás que la inmensa mayoría de territorios comunales se
mantuvieron y los que no, fueron repartidos en pequeña propiedad y otros muchos convertidos en
ejidos. La propiedad comunal está ubicada y se le encuentra en las áreas más refundidas, en zonas
de baja productividad agrícola, en regiones agrestes y alejadas de la comunicación. Todos los
territorios susceptibles de ser capitalizables quedaron en manos de unos cuantos, lo comunal
quedó conferido a una población plenamente discriminada del progreso general de la nación.
La discriminación del territorio comunal se demuestra en la ambigüedad manifiesta en la ley de la
reforma agraria, proceso que desemboca en los noventa con las modificaciones al Artículo 27, en
donde se señala que los territorios comunales indígenas serán materia de protección por parte del
Estado, sin que esto se afirme como una garantía, por lo contrario resultan susceptibles de vender
siempre lo acuerde su asamblea quien deja de ser la máxima autoridad para convertirse en un
simple órgano de gobierno. Es decir, si en los setenta ambiguamente se le garantiza la
sobrevivencia, en los noventa se les pone en venta; y decimos que se les pone en venta porque el
proceso económico nacional señalado como neoliberal, posibilita que los recursos hasta ahora no
descubiertos y habidos en zonas de territorio comunal, fácilmente puedan ser de interés de los
grandes capitales, aparte de esto la extrema pobreza que padecemos, de la que más adelante
comentaremos aumenta las posibilidades de su enajenación paulatina, y por lo mismo, del
exterminio de las poblaciones que en ellos viven.

Desde otra perspectiva, el territorio comunal ha sido para los pueblos indígenas no únicamente un
patrimonio para su sobrevivencia, sino la fuente misma de su realización cotidiana. La tierra para
la comunidad no significa una mercancía sino una relación y expresión profunda de su visión del
mundo. La tierra no es una cosa, sino la madre misma de la comunidad. El territorio es sagrado y
además el espacio para la reproducción de la diferencia. Para la sociedad mestiza, la tierra es
mercancía y un elemento más de uniformidad, de individualidad, de seguridad económica. Para
los pueblos, la tierra es de todos o para las futuras generaciones.

La discriminación con respecto del territorio se demuestra precisamente en el trato que se le da.
Los afanes liberales tienden a la homogenización y no al respecto a la pluralidad. Se sigue viendo
al territorio comunal como un obstáculo para el desarrollo, no como posible aporte de nuevas
relaciones con la naturaleza, menos individualizadas y sí, más respetuosas de la protección y
conservación del medio ambiente y de la biodiversidad.
Las posibilidades de la democracia en México, encuentra de manera concreta un reto en el
tratamiento a los territorios comunales. Un Estado democrático debe estar fundado en la
pluralidad, en la libre expresión cultural de sus conjuntos sociales y del profundo respeto a las
particularidades. El territorio comunal es una de ellas, por ello democracia es y debe entenderse
así como el respeto a la libre relación de los hombres con la tierra, con su entorno. No sobra
recordar que la lucha de los Zapatistas chiapanecos en 1994 encuentra en la defensa de su
territorio una de las esenciales motivaciones de su guerra. Lo mismo sentimos el resto de los
pueblos indígenas. Por ello, buscamos la democracia, lo primero es el respeto a la pluralidad,
realidad del México actual.

Nuestra irracionalidad económica

Ser pobre en cualquier rincón equivale a ser indio. Tanto en ciudades, en los cordones de miseria,
como en las ciudades de provincia, como en lo más profundo de las áreas rurales mestizas. Ser
pobre es ser indio. Creo en verdad que vivimos dentro de una sociedad nacional verdaderamente
cínica. Los factores que han promovido la pobreza en las comunidades indígenas han llegado del
exterior.

En primer lugar, la usurpación de nuestras mejores tierras, la explotación desmesurada de nuestra


mano de obra, los factores de comercialización que elevan los costos de nuestros productos y
elevan el consumo de los de manufactura industrial, la educación que privilegia la formación
individual frente a la cooperación comunitaria, los medios de comunicación que hacen énfasis en
el triunfo individual y discrimina el éxito colectivo, las leyes, etc. Todo llega de fuera.

Definitivamente, no tenemos espíritu empresarial. Pero esto no es malo como se ha querido


afirmar. Veamos por partes esta cuestión:
En primer lugar, nuestra economía esta dirigida hacia dos aspectos: el autoconsumo y los factores
de acumulación hacia la compartencia con la comunidad. Consideramos que la tierra nos da lo
que necesitamos y que si nos da más, la producción la debemos compartir principalmente en las
fiestas o en las celebraciones de barrio o familiares.

De ahí que la acumulación no signifique capitalización; por lo contrario una oportunidad para
hacer comunidad. Cualquiera podría decir: ¡Ah, que tontos! entonces ¿Cuándo van a dejar de ser
pobres? ¡Claro! y en ello radica la diferencia. No nos sentimos pobres, nos lo han hecho sentir y
nos han vuelto cada vez más pobres en realidad.

La imagen del desarrollo es otra cosa más, occidente, con todo y su heterodoxia, ha pensado que
lo que debemos tener son las comodidades de un mundo urbano, de un mundo que privilegia las
comodidades y no la relación o convivencia armónica entre los hombres.

La comodidad, la acumulación, son valores que no sentimos como necesarios, sin embargo poco
a poco nos lo han venido introduciendo por todos los poros de la vida cotidiana.

La discriminación hacia nuestra economía, es la peor discriminación de la que somos víctimas.


Es ella, la culpable de nuestra extrema pobreza. Esta discriminación y, nuevamente como
referencia, llevó a los Zapatistas chiapanecos a levantarse en armas. Tienen razón, así no estemos
todos en las mismas condiciones como para seguirlos de manera inmediata.
Mientras no se entienda esto y se deje de promover programas asistenciales como el Pro campo y
algunos de solidaridad, no vamos a poder encauzar nuestra verdadera personalidad económica. Si
en lugar de que nos siguieran asistiendo con maíz de la Conasupo, elevaran nuestros precios de
garantía de tal modo que lo pudiésemos vender a precios respetables, o bien, si en lugar de
garantizarse la revolvencia de los créditos en función de la propiedad, nos permitieran diseñar
nuestros propios programas de producción, la cosa cambiaría. Sin embargo el modelo ya está
establecido, es más importante el indio como mano de obra barata en el centro, norte y en el
vecino país, que en la comunidad. Esto no va a resolver los problemas para alcanzar la
democracia, menos aún si las medidas económicas se siguen tomando desde criterios de
rentabilidad, de productividad, de capitalización, y si los propios intelectuales, aquí entre nos,
"imparciales", nos siguen llamando agentes antieconómicos.

De nueva cuenta aparece ante nosotros la contradicción entre pluralidad y uniformidad. La


economía actual, representa el intento de globalizar, de uniformizar, de alinear, y nuestros afanes,
fuertemente ligados a la protección de nuestros recursos naturales, siguen reivindicando una
relación social armónica, horizontal, de compartencia, de convivencia.

Pese a todo seguimos considerando que esta es la propuesta que los pueblos indios tenemos y
debemos reivindicarla, a pesar de que para el Estado sea más fácil regalarnos toneladas de
cemento, que sólo cubren y asfixian el suelo y no resuelven los problemas básicos.

Quizás para muchos de ustedes, esta sea una vulgar propuesta utópica fuera de tiempo y
sustentada en un pasado remoto. No, no es cierto. Al principio afirmamos que nuestros
razonamientos obedecían a condiciones de éste siglo y de manera concreta las del presente año.
Si consideran que nuestra propuesta comunitaria se fundamenta en lo ideal, en la perfección,
están equivocados. Nuestras comunidades no son puras, precisamente porque somos un resultado
permanente de presiones externas y energías internas que nos dibujan una situación nueva cada
vez.
En muchas de nuestras comunidades la economía está controlada por el comercio, por el poder
político de élites o grupos, por maestros que heredando los mejores vicios de occidente se
convierten en líderes nefastos o en caciques, en última instancia.

También compartimos espacio con los narcotraficantes, y principalmente con los políticos
representantes de partido, en algunos casos hasta con terratenientes, finqueros o acaparadores y
vendedores de tierras. Cada comunidad enfrenta su propia realidad, pero en lo general podemos
afirmar que existen patrones de comportamiento, de realización que compartimos todos. Unos
tienen sus territorios comunales garantizados, otros están en trámite, a otros se les ha sido
usurpado, en fin es muy variada nuestra realidad social. Pese a ello consideramos que nuestra
propuesta es viable, si es que la entendemos en su justo contexto. Pongamos algunos ejemplos:

En lo que se refiere a bosques; en un buen número de comunidades, hemos integrado nuestras


empresas comunales. Alguien diría entonces -- ¿No que no son empresariales? no, no es eso,
hemos tenido que crearlas ante la presión de los tala montes, ante la presión de la S.A.R.H., de las
concesiones federales. (ahora SEMARNAT)es cierto, la madera vale mucho y como tal nuestras
empresas son verdaderas empresas colectivas, las ganancias las dirigimos a comprar maquinaria,
camiones de transporte, a construir nuestros edificios institucionales, sólo en algunos casos nos
llegamos a repartir alguna utilidad. Todo está dirigido hacia obras de beneficio social. Otra cosa
es que el problema de la recesión ha hecho que nuestras utilidades a la fecha hayan disminuido
considerablemente.

Si hablamos del café, muchos de ustedes ya conocerán la historia. Baja el precio, el que es fijado
fuera de nuestras fronteras, y nuestra economía vuelve a sacudirse. El café se nos impuso,
abandonando los predios y la producción de maíz para garantizarnos algo de liquidez para la
compra de productos que no producimos. Se nos impuso técnicas, el consumo de fertilizantes,
etc.

el caso es que estamos jodidos si es que el modelo productivo y comercialización del café a nivel
internacional no cambia.
El caso de las minas tiende a parecerse al de los bosques, sin embargo pocas son las comunidades
que hemos emprendido este camino. El caso del maíz ya lo hemos comentado lo mismo que el
del frijol y el del trigo. Sólo resta afirmar que con estas políticas económicas, lo que hemos
perdido es mayores posibilidades de ser autosuficientes.

En resumen diríamos que la discriminación hacia nuestra racionalidad económica no parece abrir
cauces sanos para nuestro desarrollo, por lo contrario nos conduce a la globalización y más aún
en este momento con el tratado de libre comercio, que se presenta ante nosotros como la puntilla
para enterrar nuestras posibles utopías.

Sólo sabemos que no habrá democracia real si no se hace respetar nuestros intereses económicos,
nuestros afanes de compartencia y se permita desarrollar nuestra propia y libre creatividad
económica.

Nuestra (deseada) desintegrada organización

Una de las tácticas para garantizar el control político sobre nuestros pueblos ha sido la
desintegración de la organización regional, es el establecimiento por sistema de una atomización
social. En el discurso, se pretende eliminar esta desintegración y atomización, en la práctica las
políticas en todos los órdenes la consolidan. Es por ello que encontramos en 1944, una población
india totalmente desarticulada, desintegrada, desorganizada. El paternalismo oficial ha hecho que
se nos inventen cúpulas nacionales, que se capten a algunos líderes y que se inventen otros. Esta
historia ya la han platicado muchos de nuestros compañeros, no nos detendremos en ello.

La atomización ha significado para nosotros la contracción política. Tenemos el control político


de nuestra comunidad, en general, pero no se nos permite tener el regional, el querer lograrla ha
hecho correr mucha sangre. La nota roja de todos los periódicos de fe de lo dicho.
La contracción ha permitido desarrollar una organización fuerte y sólida. La máxima autoridad de
nuestras comunidades es la asamblea general. Independientemente de las costumbres de cada
pueblo indígena, la asamblea está integrada por las cabezas de familia, de los jóvenes mayores de
18 años, de las viudas. Es esta asamblea quien nombra a sus órganos de gobierno. A partir de
estos órganos se ejecutan las decisiones colectivas y se intentan resolver cada uno de los
problemas a los que se enfrenta cada comunidad.

La significación del poder en una comunidad indígena a diferencia de lo que se representa en un


mundo mestizo rural o urbano es muy diferente. En nuestras comunidades el poder es un servicio,
es decir es la ejecución de lineamientos de una asamblea, de una colectividad.

En el otro, significa el ejercicio de las decisiones de la propia autoridad que ha sido elegida a
través de mecanismos electorales poco controlados por la sociedad. El poder de un pueblo indio,
es el resultado de un desempeño ciudadano, en el otro, es el resultado de una relación de grupo
que detenta o aspira al poder. Para acceder al poder indígena, se tiene que demostrar trabajo, una
actitud individual frente a los compromisos comunitarios, actitud personal dentro de la familia
extensa, frente al barrio, cofradía, etc.

Un poder que cuando se tiene es únicamente obedecer, cumplir y trabajar. Una autoridad en
comunidad es prácticamente un empleado al servicio de todos,

un empleado al que no se le remunera, al que no se le permite diseñar, y cuando esto se da, lo


diseñado puede realizarse sólo si existe la consulta. Por lo contrario, el poder político en las
sociedades rurales mestizas o urbanas es lo contrario, es la posibilidad de ejecutar sus propias
ideas, satisfacer sus personales intereses, la consulta no existe. Se aspira porque existe una
remuneración ilimitada, hecho que explica el ascenso de la corrupción como expresión del poder
público.
Lo que se afirma, permite ver lo que se da en la comunidad si bien expresa una marcada afición
por el consenso, la compartencia, la decisión colectiva, es limitada también para los afanes de
carácter individual por más sanos que estos sean.

Cualquiera podría preguntarse: ¿qué será lo más recomendable? El poder que viene y responde a
los de abajo, o el poder que supuestamente lo eligen desde abajo pero que representa a los de
arriba nos permitimos reflexionar sobre nuestra distancia de la democracia como modelo global
de comportamiento y lo que pretendemos entender como la fórmula que respeta la diversidad de
actitudes políticas. Es decir, hasta ahora la democracia ha sido el interés porque toda la sociedad
participe de las decisiones nacionales mediante mecanismos ya muy bien diseñados, aunque poco
respetados por el partido en el poder. Nosotros sostenemos que la democracia es el respeto a la
pluralidad política y como tal la compartencia de la diversidad dentro del Estado-nación,
permitiendo el desarrollo de todos los modelos de convivencia política que puedan existir en el
país. A la distancia de dos siglos de vida republicana, poco se ha hecho al respecto. El mayor
avance ha sido una pequeña modificación al Artículo Cuarto Constitucional, que si bien señala
una cierta libertad cultural a los pueblos indígenas, no garantiza el respeto en lo económico, lo
político y lo jurídico.

Frente a la solidez de nuestra organización comunitaria, la regional representa nuestro talón de


Aquiles o nuestra parte más débil. El Estado mexicano ha tenido mucho cuidado en que no
estemos juntos, en que no tengamos fuerza política. Ha dado sus mejores esfuerzos por
separarnos, por mantenernos desintegrados. Todos los esfuerzos por construir lo regional
realizados durante las últimas seis décadas, fueron etiquetados como movimientos subversivos,
socializantes, comunizantes, nunca fueron entendidos desde otra perspectiva. Siempre, para el
partido en el poder, hemos sido víctimas de partidos de oposición, nunca hemos tenido ideas
propias, menos aún líderes honestos. Insisten en señalar que se nos sigue engañando, o incluso
que fuerzas internacionales nos movilizan. Para muestra, analicen lo que se dijo en el inicio sobre
el levantamiento de los compañeros en Chiapas. Si esto se afirma en 1994, imagínense lo que se
decía en los sesenta.
1.- Pese a ello, nuestros esfuerzos por construir la organización regional no han cedido. En la
mayoría de los casos nuestras organizaciones han librado batallas de corto alcance, en la mayoría
hemos sido derrotados, pocas veces hemos salido victoriosos. Pero nuestra guerra sigue adelante.
Es por ello que ahora la autodeterminación, la libre determinación o la autonomía como se quiera
entender, aparezcan ante nuestras mentes como una nueva forma de garantizarnos la
sobrevivencia y como una garantía para la defensa de la pluralidad y la diversidad. En estos
esfuerzos, nuestros obstáculos inmediatos son los partidos políticos. No estamos en contra de la
vida republicana y de sus mecanismos partidistas. Lo que exigimos es el respeto a nuestras
propias formas de elección de representaciones regionales. Dada a la desintegración a la que
hemos estado sometidos, sabemos que nos es fácil integrar nuestras organizaciones regionales y
mucho más difícil la reestructuración de nuestras etnias.

Debemos dejar en claro que no pretendemos volver al pasado. No pretendemos reconstruir las
naciones prehispánicas. Por ello mismo hacemos más énfasis en nuestras organizaciones
regionales que representan realidades pluriétnicas a las que también se incorporan los mestizos y
los criollos. Tampoco planteamos la separación de la nación, ni la creación de estados dentro del
Estado mexicano.

La discriminación debe ser suplantada por la aceptación, por el reconocimiento a nuestra


existencia política diversa. Si la discriminación ha significado uniformización política, podríamos
decir, aunque suene paradójico, que deseamos discriminar a la sociedad nacional para que seamos
tratados por igual y de esa manera se mantengan claras las diferencias y el apotegma liberal cobre
vigor en estos tiempos difíciles; -- "El respeto al derecho ajeno es la paz."

Educación y comunicación en alianza.

La discriminación que impacta más allá de las colectividades y se hunden en el individuo


mostrando sus más grotescas expresiones, surgen de la educación y de la comunicación masiva
que recibimos los pueblos indios.
Independientemente de lo que haya sido en el pasado, a principios de este siglo, tuvimos una
experiencia educativa muy fuerte y positiva. Los maestros eran elegidos por la comunidad,
incluso, esta les pagaba su salario que salía de la bolsa de cada padre de familia. En esta
experiencia se vio que cuando el maestro partía de la naturaleza y la cultura comunitaria, ésta,
podía ser más útil, más reforzadora de la comunalidad.

Este fue un momento que la educación estuvo bajo la responsabilidad de la comunidad. El gusto
duró muy poco. El Estado mexicano no podía soltar el venero para la implantación de su modelo
de pensamiento; y se nos vino un nuevo desastre.

Los principios de integración, asimilación nacional de aquéllas sociedades diversas y su


integración a un sólo modelo económico aceleró el proceso uniformizado y nos metió a una
dinámica de la cual aún no podemos sacudirnos. El contenido de la educación hacia nuestros
pueblos se integró de los valores nacionales, de las cualidades de la conquista, de las victorias
criollas, de los aciertos mestizos, pero nunca de los aportes de nuestros pueblos indígenas.
Todavía en la actualidad, los contenidos siguen siendo bárbaramente genocidas, discriminantes
de la existencia india. Se privilegia el valor de occidente y su conocimiento, se insiste en el
individuo y se pierde la comunidad. Son únicamente importantes los héroes nacionales. Los
esfuerzos de los pueblos son tratados al nivel de caricatura, más aún los héroes y hechos
regionales resultan inexistentes. Se parte de que la competencia es lo mejor y no la compartencia
comunitaria.

Con todo esto qué respuesta se puede esperar de la sociedad mestiza. Las víctimas inmediatas lo
representan nuestros hermanos que para estudiar salieron como Juárez a las ciudades más
cercanas o a la ciudad de México. No es extraño que previo al año del 68, el Instituto Politécnico
Nacional fuera señalado como la escuela para los de provincia y para los indios y la universidad
para los sectores urbanos y clases medias. Cuantos de nosotros no estudiamos en una vocacional
por atender estas expresiones de discriminación grosera: el naco, indito, Oaxaco, son apenas
algunos de los apelativos que tuvimos que enfrentar los que proveníamos del sector rural e
indígena.
Pero hablemos de la discriminación de las colectividades. Con la educación oficial, el primer
efecto que se observó, fue la desvalorización del trabajo campesino, se abandonaron las parcelas
escolares, los talleres creados en los años treinta fueron desechados. Llegaron “modernas”
técnicas para fortalecer el conocimiento adquirido en el pizarrón, la prohibición del uso de
nuestros idiomas, la solarización estatal y federal de la labor del maestro, en fin todo lo que era la
comunidad. Este fue un proceso lento pero firme, paralelo al desarrollo de nuevas ideas de cómo
debía ser nuestro progreso e integración educacional y cultural a la nación. Llegó la radio
comercial y más tarde la televisión y todo se complicó más.

En la actualidad, pese a los esfuerzos indigenistas, por muy buena fe que estos representan, con la
educación bilingüe y bicultural, las radios indigenistas, la desintegración comunitaria que parte
de la educación sigue su marcha.

De nuestro lado, lo que hemos logrado es que a través del trabajo cotidiano y del sostenimiento
de nuestras instituciones internas, la educación comunitaria de algún modo se haya logrado
reproducir, deteniendo de algún modo los efectos nocivos de la educación formal. No logramos
detener todo, pero si afianzamos algunos aspectos que estamos consientes de no perder. El
problema se agiganta en la educación media y superior. En estos niveles, los valores
individualizantes arrecian sus efectos, causan desaliento y múltiples expresiones discriminatorias.
De entrada las especialidades agropecuarias se siguen reproduciendo en el salón y en el pizarrón,
aún teniendo la naturaleza al lado. Esto de las especialidades técnicas no responde a las
necesidades regionales y los jóvenes se convierten en mano de obra semipreparada para irse al
vecino país del norte. Obviamente y con los valores absorbidos en el salón los jóvenes emigrados
aunque fracasen en sus sueños individualizados ya no regresan con la consonante pérdida
comunitaria de su capacidad y energía.
Si habláramos de los niveles tecnológicos y universitarios, el problema se complica. El
profesional no encuentra fuente de trabajo que le contrate sus servicios. Las únicas son las
instituciones gubernamentales que lo convierten en una máquina de llevar recados, en el mejor de
los casos, y en el peor, de simple burócrata. Peor nos va si se es abogado, médico o arquitecto,
estos definitivamente se quedan en la ciudad. Con todo esto, ¿Que es lo que podemos esperar de
la educación actual? Y esto sin hablar del magisterio, que se cuece aparte.

La federalización de la educación significó para nosotros la descomunalización de los maestros.


Los privilegios laborales, en sus inicios y la necesidad de mejores oportunidades de trabajo en la
actualidad, ha hecho que las comunidades pierdan a sus mejores hombres y mujeres.

La inmensa mayoría están ahora radicando cerca de la ciudad, y por ello es normal ahora ver que
un maestro zapoteco esté en una escuela Chatina, etc. los movimientos de carácter laboral, la
comunidad las resiente pero en verdad no sabría que decir al respecto, en si es mejor que los
maestros dejen más tiempo libre a los niños o que estos sigan permanentes edificando
conocimientos que a la larga sólo individualizará a seres comunitarios y hará competidoras a
personas compartidoras. De alguna manera, podemos afirmar que lo que los niños aprenden en el
salón, lo desaprenden en la calle y el hogar. Esto obviamente no pasa en los niveles medio y
medio superior. Esta dialéctica educativa de alguna manera ha permitido la enseñanza de la
compartencia, sin embargo cada vez es más complejo el asunto con la llegada de los medios
masivos de comunicación.

Los principios y valores que nos introduce la radio, la televisión y los medios impresos son
difíciles y casi imposibles de detener. Nuevamente la falta de respeto a las culturas regionales se
convierte en la expresión neta de la discriminación. No podemos decir que el Instituto Nacional
Indigenista no haya hecho esfuerzos en este terreno, al contrario aplaudimos los realizados, pero
estos aún son muy pequeños y desintegrados. La nación ha decidido vender la libertad para
transmitir señales, esto reafirma su posición homogenizadora, globalizadora y ratifica su poco
interés por una nación plural rica en expresiones culturales propias y creadora de diversidad de
modelos de vida que garanticen un futuro más compartido.
En la actualidad, algunas regiones contamos con emisoras, incluso con centros de producción de
video. Aún con pocos recursos, la resistencia en estos campos se seguirá dando. Sin embargo,
insistimos, no podrá haber democracia si se sigue despreciando a nuestras sociedades en el
ejercicio de su propia libertad de expresión, como tampoco podremos derrotar a nuestros
enemigos eternos que se fortalecen con el uso de estos medios.

En última instancia ahí están los medios, más de fuera para adentro que de dentro para fuera. De
cualquier modo nuestra cultura no creemos que se deba seguir tratando como se ha tratado.
Estamos de acuerdo que este país tiene una raíz y ésa somos nosotros.

Sin embargo el hecho de pintarla, contarla, bailarla o teatralizarla y no tratarla o enfrentarla hace
de esta cultura una caricatura y una verdadera vergüenza para quien la ostenta o la comenta.
Nuestra cultura no es ni la mejor forma de ser escrita en español, como tampoco la perfecta
manera de escribirla en zapoteco. Es simplemente nuestra cultura. No estamos en el mercado de
lo mejor dicho, o de lo mejor escrito. Estamos en nuestra realidad y esa es la que cuenta. Y lo que
deseamos es que nuestra realidad cuente para toda la sociedad mexicana. Nuestros médicos
aprenden diariamente.

No en una temporada escolar, aprenden a chingadazos, porque esa es la escuela que siempre
hemos tenido de las expresiones eternas. El conocimiento que se obtiene, como siempre, se hace
a un lado, se desprecia, se discrimina, se aparta, lo mismo sucede en todos los campos de la
inteligencia. El resultado es que "No aportamos". Aunque sí lo estemos haciendo y nuestra voz
quede apagada con el sonido de los motores, los programas de la televisión y las canciones de
moda.

Nuestros derechos humanos y el quinto infierno


El salvajismo de la sociedad nacional pareciera estar concentrado en el ejercicio de la ley. El
Estado dialoga con nosotros a través de un lenguaje críptico, indescriptible e inaprensible. Por
eso siempre salimos perdiendo. Ni siquiera la dignidad salvamos. Los delitos en la comunidad se
resuelven platicando, comentando, analizando. La ley nos hace ver que las cosas no se platican,
se ejecutan, se ejercen, se dictaminan. No importan las razones, lo que importa es el estado de
derecho. Es decir la base de quien dictamina. Esta situación nos ha llevado a interminables luchas
que por desgracia no nos ha conducido a nada. Sólo a entender que entablamos un diálogo de
sordos. No hay peor discriminación que la que se ejerce en la realización de las leyes.

En este campo hay mucho que decir. En principio debemos afirmar que tenemos también nuestras
propias leyes. Lógicas de pensamiento construidos por siglos, maneras de entender la vida que
nos ha llevado a resolver un sinnúmero de problemas internos. Sin embargo ese derecho y ese
conocimiento se deshecha para imponer los razonamientos escarbados y desarrollados en ámbitos
distintos al nuestro, a experiencias que no parten de nuestra realidad. Los centros de readaptación
social, no nos sirven, por lo contraria afectan. Sin embargo ahí están, como ejemplo de lo mejor
que ha desarrollado la sociedad. Nos da vergüenza su existencia, porque es la mutilación misma
de nuestras capacidades.

En nuestras comunidades enfrentamos el sinnúmero de delitos que pueda haber, pero así mismo
encontramos la cantidad de soluciones que existen. Nuestras leyes la ejercen a quien le toca
ejercerlas, no son gente especializada, son personas a quien le toca temporalmente ejercerlas.
Estamos convencidos de que mandar a la cárcel al asesino de un compadre es convertir a las
comadres en dos viudas, por eso mismo los castigos se dictaminan pensando en ello y no
solamente en una ley establecida sin dialogación.
El enfrentamiento de las leyes "positivas" y las nuestras no solamente se dan en el campo de lo
ridículo, como es cuando no tenemos traductor, sino en la base misma de los principios que se
cualifican. Siempre se razona en términos del derecho individual, nunca se piensa en el derecho
comunal, es decir siempre se razona en término de los intereses de un individuo y se entiende que
toda actitud deviene de un interés individual, nunca se incorpora la posibilidad de entender que la
actitud es resultado de un hecho social y más bien comunal, que por lo mismo amerita un
tratamiento distinto.

A eso se debe que las cárceles estén repletas de hermanos que estando dentro no llegan a entender
sus delitos como suyos, ni tampoco a desarrollar una actitud comunalizadora. La cárcel los
individualiza y como tal de nueva cuenta los separa de la comunidad. Eso es lo que hace la
cárcel. Una nueva afrenta a la cultura de los pueblos indígenas.

No quisiéramos discutir si esto es válido en una sociedad mestiza o urbana para mayor exactitud,
sin embargo, creemos que para la nuestra no lo es, por eso afirmamos nuestro derecho a imaginar
que dentro del estado de derecho del que tanto se habla, exista la posibilidad del ejercicio de
diversas modalidades de justicia, y que estos sean realizados por las distintas sociedades que
conforman la sociedad mexicana.

La autonomía, libre autodeterminación o autodeterminación, sería en este caso el marco jurídico


más adecuado para concretar este tipo de libertades. El Estado mexicano no debe temer sus
resultados, más bien debe estar atento a sus frutos porque podrían ser un ejemplo de como
conducir una sociedad compleja sin tantos papeleos, porque pareciera ser que nuestra sociedad
nacional se realizara exclusivamente sobre papel.

Nuestros sueños y la autonomía


Hace poco un intelectual se preguntaba si los indígenas estábamos reclamando una autonomía
subsidiada, es decir una autonomía de caricatura. Identificar autonomía con autosuficiencia es
una trampa de discurso. Es el clásico señalamiento que le hace un padre al hijo que quiere tomar
sus libres determinaciones. Nosotros no tenemos padre, la patria se ha creado a nuestro pesar.
¿De donde salió el recurso para que este intelectual se formara? Sencillo, de la sangre de muchas
generaciones, no solamente de su familia. El no tiene papá, pero si tiene una sociedad que lo
cobija y esa sociedad lo somos todos, entonces ¿Por qué no puede subsidiarse una autonomía? Si
a fin de cuentas entre todos nos estamos subsidiando.

Estas falacias son las que hacen que uno reafirme que la sociedad mestiza insiste en hacernos
creer que los indígenas debemos desaparecer.

Padecemos una permanente discriminación sistemática y además argumentada por sus notables
inteligencias. No se nos olvida el trato que le dio un premio nobel a la lucha de nuestros
hermanos chiapanecos.

La autonomía para nosotros es una posibilidad de crecer más sanos, sí, aunque no lo crean, libres
de interminables contaminaciones, incluso para que de esa manera discriminemos a la sociedad
restante, no como lo han hecho con nosotros, sino más bien en el sentido más constructivo, el
tratarse como sociedades iguales, con los mismos derechos y las mismas obligaciones. ¿Por qué
se nos entiende como menores de edad? Si esto no es una familia, esto es la historia de
sociedades que se relacionan y se enfrentan y obtienen como resultado un nuevo estadio social y
económico. Nuestro reclamo que no se entienda como un lloriqueo porque no le estamos
escribiendo al adulto para que nos resuelva las cosas, estamos hablando de adulto a adulto para
que nuestras relaciones sean más constructivas.

El no entender el sentido profundo de nuestro reclamo autonómico es no entender nuestros afanes


democráticos, es empecinarse en la necesaria exterminación de nuestros pueblos, es creer que el
futuro de la humanidad es el futuro de nuestros vecinos del norte, es creer que no tenemos origen
y patria, en tirar a la basura la sangre de tantas generaciones que nos han forjado, es no sembrar
para el futuro, aunque este futuro sea nuestro y nos estemos suicidando.
La discriminación empieza donde la incomprensión del valor de nuestro territorio, de la
invalidación de nuestra racionalidad económica como de la inconformidad sobre nuestra
organización social y de la falta de respeto a nuestro derecho a ejercer la justicia. Todo es
discriminación y reafirmamos nuestra convicción de que no habrá democracia si la sociedad
nacional no entiende la diferencia, la pluralidad y el derecho que tenemos los pueblos indios a
diseñar nuestro propio futuro.

Guelatao de Juárez, Oax., el 30 de mayo de 1994


IV.- COMUNALIDAD Y AUTORITARISMO

Desde su origen, los pueblos de Mesoamérica han tenido que enfrentar diversas formas de
autoritarismo. La armonía o una democracia plena en términos exactos no han existido. Las
comunidades indígenas, por su pensamiento y acción son las que más cerca están de haberla
logrado, es decir, son ellas los que desarrollaron espacio, relaciones e instancias que pudieran
favorecer el ejercicio de la armonía y un buen gobierno.

Con la llegada de occidente a tierras indias del nuevo continente, los espacios para el ejercicio de
la armonía se vieron socavados y en una buena parte eliminados. No obstante, la resistencia de
nuestros pueblos permitió la conservación clandestina de estas instancias que en la actualidad
evidencian un perfil de más desarrolladas posibilidades para alcanzar nuestro bienestar y
felicidad.

Ante la conquista española, nuestras comunidades desarrollaron un fuerte sistema de resistencia-


adecuación que les permitió en cada década dibujar una imagen nueva, siempre cambiante, en
donde los valores positivos de ambas culturas fueron concatenando nuevas realidades. Para
nuestra fortuna, en este proceso, los valores principios o instancia que favorecían la posibilidad
de la armonía fueron quedándose a pesar de los intereses económicos imperantes en la
mentalidad colonizadora. La adecuación permanente de nuestros pueblos, nos ha permitido
cohabitar con formas de organización social diferentes a la nuestra, y como tal participar de una
amplia sociedad plural y diversa, una sociedad en lo general autoritaria y en la que nuestra
ubicación resulta la más desfavorecida y de extrema pobreza. Pese a ello el cultivo de las
relaciones que nos orientan hacia la democracia, los hemos seguido reproduciendo y
desarrollando y cada vez con más sistema y con mayor claridad.
La comunalidad es la ideología que actualmente portamos los pueblos indios del sur de México,
la que hemos logrado exportar a las grandes ciudades, a través de la acción que realizan nuestros
hermanos que han tenido la necesidad y el interés de emigrar. No es extraño que en ciudades tan
grandes como la ciudad de México y Los Ángeles California, nuestra comunalidad se exprese en
todo su colorido y esencia, pese a la adversidad que ofrecen los espacios urbanos.

Lo interesante del cómo hemos logrado reproducir una ideología frente a un imperante ambiente
de autoritarismo, se explica en razón de las características que tienen las relaciones hombre-
naturaleza así como las características de nuestra orografía y la virtud de nuestra organización
social.

No es gratis que el modelo de nuestra organización comunitaria se este planteando como modelo
de acción en todo el país a través del Programa Nacional de Solidaridad, y tampoco es gratis que
sean las comunidades indígenas quienes hayamos logrado un mejor modelo para la conservación
de la naturaleza. Todo se ha logrado abanderándonos en la comunalidad, ideología que en la
actualidad la podemos ofrecer como otra nueva y renovada alternativa, en contra del
autoritarismo y en favor de una democracia real.

La geografía

El proceso de despojo que sufrimos las comunidades indígenas nos empujó a las regiones más
agrestes y arrinconadas del territorio, ahora nacional. En estas regiones, donde nadie podía pensar
que era posible sobrevivir, encontramos el apoyo de la fraternidad de la madre tierra y de sus
hijos. En estas zonas encontramos infinidad de recursos naturales que permitieron nuestra plena
aunque también difícil sobrevivencia. Conocimos los secretos de esta naturaleza, cuestión que
ahora se refleja en el hecho de que sean las únicas regiones mejor conservadas. Donde hubo oro,
llegó occidente, donde hubo tierras para ser explotadas llegó el hombre blanco, el mestizo mal
formado, el maleante queriendo hacerse rico de la noche a la mañana.
Esta geografía nos hizo más fuertes e independientes sin embargo para muchos se convirtió en la
tumba. Los abuelos empezaron a sistematizar el conocimiento de esta naturaleza, descubrieron y
desarrollaron con ella una relación horizontal una relación armónica de mucho respeto.

Fue de esta manera que este medio ambiente se convirtió en un elemento más para nuestra
existencia. Los Mixes nunca fueron conquistados por las armas. Encubiertos en este tipo de
territorios, los Huicholes aún siguen protegidos.

Donde llegó el régimen de plantación (café, tabaco, etc.) llegó también la discordia, la envidia, la
avaricia, la individualidad donde no llegó se conservó la diversidad, el diálogo, lo colectivo.

El proceso de defensa de estas tierras describe de manera física como un colectivismo natural
permitió la defensa de amplios territorios que hoy son señalados como reservas de la biósfera, en
ellos todavía sobrevive la más amplia variedad de seres vivos, animales y plantas que conviven
con el hombre en una verdadera unidad. Todo esto puede sonar a romanticismo pero sólo hace
falta revisar la información científica de los recursos naturales que se encuentran en América
Latina para demostrar fehacientemente lo que estamos afirmando.

Pero nada ha sido fácil, el papel del Estado en los países de América sigue siendo el mismo desde
la llegada de los españoles: guardián de los intereses cupulares, protector de los sueños de
grandeza del hombre sobre la naturaleza, regulador de las relaciones entre los débiles y los
poderosos siempre en alianza con estos últimos. Por ello creemos que esos Estados están cavando
su propia tumba, con el etnocidio está permitiendo la muerte futura de sus hijos. Con nuestra
muerte se está acabando lo poco que queda vivo en el continente. Autoritarismo y una esencial
falta de democracia es lo que caracteriza la relación que mantiene el Estado con todos los grupos
étnicos, a pesar de ello seguimos convencidos de tener quizás una de las únicas alternativas
posibles para la convivencia social y fundamentalmente una muy vieja y armónica relación con la
naturaleza.
Por todo lo anterior consideramos que la comunalidad, que es nuestra manera de pensar se
origina en la historia del despojo, en la obligada relación que hemos mantenido con los territorios
que nos dejó la conquista y la exagerada explotación de la tierra. Es decir la comunalidad es
también fruto de la resistencia a la historia colonial.

No debemos olvidar que vastos territorios inicialmente indígenas hayan sido usurpados y estén
ahora convertidos en desiertos. Ha pesar de que es todos conocido esta barbarie sigue siendo la
tónica natural del desarrollo económico mundial. Los resultados de la cumbre de la tierra en Río
de Janeiro lo ratificaron y con ello se mostró la anti natura lógica de un mundo que ya debe
detener su loca carrera y por un rato reflexionar en los efectos de su haber.

Ya no quisiéramos recordar los dramáticos capítulos de la conquista y lo que sigue sucediendo en


Guatemala, en Bolivia. Esta geografía del horror hacen aún más dignas las alternativas que la
sociedad india ofrece a Occidente. Una cultura que siempre vio con desprecio nuestra
sobrevivencia y nuestra riqueza moral.

El territorio comunal

Uno de los aspectos que nos debe hacer reflexionar para entender el actual pensamiento de los
pueblos originales, es el hecho de que en estas zonas, es donde se ha mantenido con mayor fuerza
la tenencia comunal de la tierra.

Lo comunal es una tenencia que ciertamente los colonizadores le confirmaron a nuestros pueblos,
pero ésta de muchas maneras era ya una exposición natural de lo que significaba la tierra para
nuestros ancestros.
Después de la conquista este régimen de tenencia siguió recibiendo muchas agresiones. Próceres
patrios formados en las escuelas criollas independentistas de aquéllos años hicieron sentir su
desacuerdo.

En la actualidad el Estado mexicano sigue viendo en la tenencia comunal un obstáculo para el


desarrollo, una barrera para hacer eficiente el uso de la tierra, un verdadero escollo para el
desarrollo económico que aporte más utilidades, genere más empleos y garantice una mayor
derrama económica en beneficio de los habitantes de cada nación. Pese a ello la resistencia de
nuestros pueblos no cede. Recientemente los nahuas lograron una movilización amplia para
impedir que sus tierras fueran invadidas por las aguas de una empresa hidroeléctrica. Los
Zapotecos erradicaron el sistema de concesiones para la explotación del bosque. Amplios
territorios mixes siguen siendo defendidos a costa de su propia vida. La resistencia sigue
entendiendo que la tierra no solamente es un bien económico, sino principalmente la madre que
nos aporta todo. Una madre con quien deseamos tener una relación igualitaria y de profundo
respeto.

En estos territorios pareciera que el tiempo no pasa, se siguen viendo las ofrendas antes de iniciar
el cultivo, las fiestas en las cosechas, las ceremonias para garantizar la caída de las lluvias. ¿Será
que seguimos siendo un pueblo ignorante? ¿Será que somos muy necios y que no queremos
cambiar? Todo lo contrario siempre cambiamos pero también siempre encontramos en el respeto
a la tierra el único principio que nos garantiza el bienestar, el principio que sana nuestros
corazones y con ello aseguramos el mañana. Es cierto estos principios ya no se nos ofrecen en
toda su nitidez precisamente porque vamos cambiando. En la actualidad ya explotamos el bosque
como nunca lo hubiésemos pensado y le extraemos riqueza que aún no sabemos a ciencia cierta
que hacer con ella. Ahora reconocemos que el café se convirtió como otros cultivos en una soga
al cuello. Hemos llegado a desbastar amplios territorios en la siembra del maíz para asegurar la
comida de nuestras familias; debemos aceptar que hemos perdido algunos valores de nuestra
relación con la tierra, pero estamos seguros que los rescataremos a través de nuestra propia
organización.
Un ejemplo de esto lo constituye la nueva minería comunal estas minas que siempre fueron
aprovechadas por los usurpadores. Tuvieron que pasar siglos de aprendizaje para que ahora estas
minas sean una posibilidad de ingreso para nuestras familias. Lo mismo está sucediendo en
aquéllos campos en donde ya no cosechábamos el maíz con calma hemos ido encontrando en la
historia tecnologías abandonadas que ahora estamos ocupando en nuestro beneficio. Lo comunal
de nuestro territorio abre la posibilidad de encontrar soluciones, para la búsqueda de alternativas.
Estamos seguros que este régimen de tenencia no llegó de occidente y no fue nunca un discurso,
es una realidad tejida por los siglos y por el sacrificio de decenas y más generaciones. Lo
comunal es la fortaleza de la comunidad y el espacio que la recrea, es el suelo donde crece
nuestro futuro, es la cuna de nuestro pensamiento natural y a fin de cuentas la oportunidad para
pensar un mundo futuro diferente más cerca de nosotros, pero también más cerca y necesario para
el mundo.

Cabe subrayar que lo comunal hizo de nuestra organización social un tejido de una mayor
posibilidad armónica no exenta de contradicciones, no exenta de estratificaciones pero más cerca
del diálogo; más cerca del consenso, de la reflexión colectiva y de una horizontal toma de
decisiones.

Lo comunal marca el ritmo de producción y abre espacios innovadores para la educación de


nuestros hijos. Lo comunal por todo lo dicho es para nosotros un elemento fundamental para
entender nuestras nuevas potencialidades.

Nuestra vida asamblearia


La gran mayoría de las comunidades de Mesoamérica seguimos siendo pequeñas. La presión
sobre nuestra tierra, el atractivo de nuestra mano de obra barata, la reciente y apabullante
disminución de nuestras facultades curativas ha hecho que nuestras comunidades cuando mucho
rebasen el número de cinco mil habitantes. Estos espacios sociales han permitido que exista la
posibilidad de una vida asamblearia es decir que la población encuentre en su reunión la
posibilidad de crecer y reproducirse. La asamblea es el momento de reunión de toda la
ciudadanía, el lugar donde se toman las decisiones y la oportunidad para el ejercicio, para una
plena por así decirlo democracia. Es probable que este concepto no sea representativo de lo que
en nuestras asambleas sucede lo que si es cierto es que es una instancia que se fundamenta en el
consenso, en la diversidad y en la pluralidad. La asamblea para nosotros es el foro en donde la
capacidad individual del parlante como del silente se conjuga y en cada momento se encuentran
en un nuevo momento de coexistencia. En la asamblea participan los letrados como aquéllos que
no han ido a la escuela. Todos tenemos las mismas oportunidades seamos hombres o mujeres.
Las viudas y solteras también tiene en la asamblea la posibilidad de participación. Claro no en
todas las comunidades se da de la misma manera lo que aquí se afirma, sin embargo la
generalidad de las comunidades autóctonas tienen en la asamblea la posibilidad de realización
social.

La asamblea es dirigida siempre por la autoridad ejecutiva que elige ella misma, representantes
temporales que tienen un año, dos o tres para demostrar sus capacidades para el ejercicio del
poder comunal. La asamblea no sólo es una posibilidad de participación sino algo más, una
obligación ciudadana. Una obligación para el ejercicio del poder social. Nada se decide fuera de
ella salvo aspectos más limitados que no la ameritan. El hablar mucho en una asamblea es
símbolo de prepotencia o bien de adecuada capacidad para dirigir al pueblo porque cada palabra
que se emite debe ser ratificada con su práctica en el trabajo colectivo, quien no lo hace es
disminuido en su prestigio es tomado como charlatán y nunca el pueblo pondrá en él sus ojos
para el ejercicio del poder.
La asamblea en aquéllas comunidades más grandes y más urbanizadas es utilizada por las fuerzas
políticas formales es decir los partidos políticos. Es común que en éstas se observe la generación
de grupos casi siempre bien identificados por sectores de poder económico o político. En lo
general para nosotros participar de las contiendas políticas es una señal de envilecimiento aunque
se tenga la seguridad de que sólo a través de ello se pueda conseguir un bien para la comunidad.
La existencia de la asamblea ha sido utilizada por el Estado mexicano de manera muy inteligente.

El partido oficial (ahora ya no tan oficial) ha encontrado en ésta un excelente espacio para
negociar el voto.

Las promesas de obras o luchas sostenidas por la comunidad son hábilmente negociadas para
lograr que el voto les favorezca. No es raro también que de manera consciente y en algunos casos
ingenuamente, los propios ejecutivos nombrados por la asamblea se encarguen de materializar el
fraude electoral.

Hay comunidades que se encargan de llenar todas las boletas de la votación en beneficio de un
sólo partido. Con esto la comunidad negocia su relativo grado de independencia y garantiza su
autonomía interna con el nombramiento democrático de sus representantes.

En otras palabras podemos afirmar que la comunidad cede el poder político externo para
garantizarse el interno. Es preferible para nosotros votar por un diputado que ni siquiera
conocemos a que un partido político se inmiscuya en el nombramiento de nuestras autoridades.
Todo lo anterior se ha venido cocinando mediante el registro de nuestros representantes
comunitarios en el partido, que esté en el poder. En algunos casos puede suceder lo contrario, es
decir que estos sean inscritos en otros partidos. Cuando esto último se da, la comunidad se ve
enfrentada a una inmensidad de presiones muchos de estos casos ustedes los conocen
perfectamente.
Por último cabe agregar que la vida asamblearia permite contar con una arena en donde contener
las presiones gubernamentales para discutir la validez o lo propicio de las propuestas de
desarrollo. En éstas se enfrenta uno a las permanentes intenciones del Estado por conducir
nuestro desarrollo, por orientar nuestro camino y es la asamblea la que siempre nos permite la
defensa de nuestras ideas. No siempre esta defensa es abiertamente parlante, en muchos de los
casos son una verdadera exposición de lo silente. Es decir casi siempre las propuestas del Estado
son respondidas con fuertes silencios que se resuelven en nuestros propios idiomas con una
colectiva y significativa parlantería, al final se sabrá si se acepta la propuesta o no.

Los efectos de esas relaciones han desembocado en verdaderos juicios que terminan de manera
trágica como también en contraparte en violentos asaltos de la policía o ejército; no sobra decir
que cuando las iniciativas en discusión definen intereses claramente identificados y que van en
favor afectando intereses de grupos de poder de la comunidad la respuesta común del Estado sea
el uso de la policía o del ejército o bien la detención o asesinato de nuestros dirigentes.

Visto desde cualquier ángulo la existencia de nuestra asamblea es un elemento más que
reproduce nuestro comportamiento comunitario y refrenda nuestra comunalidad.

La elección de nuestros representantes

Para que un ciudadano ostente nuestra representatividad es necesario que desde niño haya
mostrado un profundo respeto por la comunidad. La formación de un ser humano inicia a los seis
años, primero cuidando la iglesia, tocando las campanas, realizando labores agrícolas. Esta
formación va introduciendo a los niños y a las niñas un espíritu especial. Conforme el tiempo
pasa las comisiones que se realizan se diversifican. Obviamente cada comunidad tiene sus
particularidades, sin embargo podemos afirmar que la educación radica en el trabajo comunitario.
Educación-participación, educación-trabajo, trabajo-representatividad van siempre de la mano. El
trabajo en el campo, el trabajo en la iglesia, el trabajo en el ejercicio del poder son algunos
aspectos de una pedagogía que sin estar sistematizada de manera formal recibimos de nuestras
comunidades, ésta también resulta una pedagogía política.

De adolescentes los jóvenes empiezan a mostrar sus particularidades su interés mayor por el
trabajo físico o su inclinación por lo intelectual. En ambos casos la capacidad en el ejercicio
político tiene que ser también plasmado en el trabajo y en la participación. En este proceso se
selecciona y ubica al ciudadano en las dos líneas mencionadas pero que requiere ratificación
entre sí. Desde los diez y seis años se puede ascender a puestos auxiliares en el ayuntamiento o
bien en la agencia municipal y como ya se dijo el comportamiento hace que la comunidad le de
una u otra tarea según sean sus inclinaciones personales. Algo importante es que ningún
ciudadano busca la representatividad por sí mismo, más bien lo lógico es negarse a él, es decir
oponerse al cumplimiento de estos cargos. Lo contrario es símbolo de querer ascender o tener
apetito político, cuestión peligrosa para un terrenal. Lo político más bien se explica en función de
la militancia en partidos políticos y ser diputado no precisamente significa tener prestigio, más
bien ser un extraterrestre con muchas armas que pueden apuntar en contra de la comunidad.

México cuenta aproximadamente con más de dos mil municipios y un número enorme de
agencias municipales. El no haber autoridad intermedia entre el municipio y el gobernador del
estado significa que tener la municipalidad sea una brillante oportunidad de soberanía política,
pero también un riesgoso ejercicio del poder si se responde a la lógica de los partidos políticos.
En todo el país la mayoría de las comunidades indígenas son agencias municipales, es decir
dependen de municipios mayores sin embargo, un dato curioso salta a la vista, en un estado de la
república su nombre: Oaxaca existen aproximadamente el 25% de todos los municipios del país.
Oaxaca con 570 municipios puede demostrar porqué en él han florecido con mayor fuerza las
ideas que aquí se han venido exponiendo.

En Oaxaca existen municipios de menos de mil habitantes esto significa una enorme posibilidad
para la reproducción de la comunalidad. En este estado un ayuntamiento de manera normal está
integrado por no más de siete funcionarios:
el alcalde quien es la persona más grande y orientador del cabildo, el presidente quien es el
ejecutivo, el síndico quien es el agente del ministerio y tres regidores. Son pocos los casos
comunitarios en donde se encuentran a más de cinco regidores, equipo que es nombrado por la
asamblea para ejercer el poder durante uno o tres años. Tanto el alcalde como el síndico, los
mayores o los auxiliares, que aquí se conocen como topiles son en lo general de la línea de
ciudadanos operativos, diestros en el trabajo físico pero con efectiva participación. Los regidores
y el presidente en lo general representa la línea de los intelectuales pero obligados a demostrar
sus aptitudes en los trabajos rudos.

La representatividad comunitaria se debe entender como el ejercicio para la representación. Cada


integrante del cabildo no recibe ninguna remuneración y de manera general funge como si fuera
un equipo de empleados al servicio del pueblo. Todos deben hacer de todo, es decir participar de
todo tipo de tareas: gestión, administración, coordinación, ejecución, etc. Exigir la división de
áreas o de especialidades por ahora será una actitud mal vista digamos modernizadora y en contra
de las costumbres.

El ejercicio del poder se viste fuertemente de la costumbre, el modo cotidiano de tomar acuerdos
que sobresale por su ritualidad o la realización de eventos establecidos siglos atrás en el que
participa toda la población de acuerdo a la división de sectores sociales: campesinos, artesanos,
músicos, maestros, etc.

Uno no puede tener prestigio en una comunidad si es que no respetamos la suma de tradiciones y
costumbres y si no participamos horizontalmente en la representación. Aunque la toma de
decisiones se entienda de manera vertical, la consulta permanente, la plática y el consenso nos
demuestran una horizontalidad en la toma decisiones, realidad de acción política que emana de la
comunalidad.
No quisiéramos dejar la idea que al interior de esta estructura no existan contradicciones,
adversidades incluso conflictos que lleven a la comunidad a problemas por décadas; recuerdo un
caso que se dio en un pueblo llamado Yalalag; zapoteco de la sierra en donde el pueblo se dividió
por problemas económicos y políticos, el conflicto llevó a la comunidad a una riña de más de
cincuenta años hasta que las fuerzas sociales fueron recompuestas y restablecido el consenso de
la mayoría. En la actualidad ésta es una comunidad que padeció la reducción de su población,
pero está de pie y con nuevos y más innovadores proyectos alentados por su comunalidad que fue
agazapada durante mucho tiempo.

Las divisiones internas en una comunidad indígena en la mayoría de los casos está relacionada
con la existencia de caciques, personajes aliados a grupos de poder político central o estatal que
pretenden, y en muchos casos logran usurpar la riqueza de la comunidad (tierra, producción, etc.).
Este fenómeno ya muy analizado del ámbito rural mexicano creo que ha ido desapareciendo
lentamente. Muchas comunidades después de sangrientos enfrentamientos han rehecho su
consenso y vuelto a la costumbre.

Pese a todo, la representatividad es resultado de una asamblea y es el valor político más


importante que deseamos heredar, las comunidades autóctonas, a la sociedad iberoamericana y
mundial.

Consejo de ancianos

La participación en la estructura política le permite al ciudadano ofrecer sus atributos personales.


Los muy trabajadores, los sistematizadores de la historia, los conocedores de la naturaleza, los
rezanderos, los comerciantes, los maestros, etc. Todos y cada uno aportan su experiencia y van
siendo elegidos para desempeñar una actividad especial: la de consejero. Ser consejero no
necesariamente significa ser anciano, fundamentalmente debe entenderse como trabajador al
servicio de la comunidad sin ningún otro interés más que desarrollarlo.
Los consejos de ancianos se integran de acuerdo a la decisión de la mayoría de la población, pero
de manera específica por decisión del cabildo en turno. En esta decisión el cabildo suma sus
preferencias por quienes han de ser de quien van a recoger el consejo necesario para la toma de
decisiones. No se les llama para cualquier cosa. Se les aprovecha para cuando las cuestiones a
decidir son complicadas; por ejemplo para la definición de los límites con otra comunidad, para
resolver casos de asesinatos, para superar, hacer a un lado o adoptar una tradición, para los
rituales más significativos, en fin para aquellos asuntos en los que el cabildo sienta que necesita
auxilio.

Los consejos de ancianos han resuelto problemas vitales no sólo para la vida comunitaria sino
también regional. Un consejero se supone que tiene una visión no normal, que tiene un
conocimiento no general, un consejero es a fin el depositario de la comunalidad y el fiel defensor
de los principios de convivencia social y las determinaciones más importantes. Gracias a ello el
consenso sigue como norma el trabajo con pedagogía y la ritualidad como muestra de
espiritualidad.

Esta instancia como en todo proceso no está exenta de dificultades y de errores sin embargo es la
forma ancestral de ejercer el buen gobierno y por lo mismo significa una verdadera garantía para
la democracia comunitaria. En algún momento un gobernador llamó a este consejo "El senado de
la comunidad" consideramos que puede tener relación con el término pero la experiencia dista
mucho de cómo se llega a ser senador en una sociedad antidemocrática y autoritaria a la que se da
definida por el trabajo y el comportamiento cotidiano. A fin de cuentas podíamos decir que aquí
lo pequeño nos presenta la posibilidad de una representación social más cercana a la democracia
cuestión que por desgracia no es frecuente en las grandes sociedades urbanas.

El tequio cotidiano

Todo el quehacer comunitario tiene relación con el trabajo, por ello mismo la reproducción o
mantenimiento físico es un trabajo específico, este se denomina tequio.
El tequio es la faena que cada ciudadano otorga dependiendo de las facilidades una o dos veces al
mes, es el trabajo que permite la realización de obras de servicio general: obras de
embellecimiento y de servicio tales como escuelas, clínicas de salud, abastecimiento de agua, etc.
El tequio es programado por el cabildo o la autoridad municipal y se realiza coordinado por el
síndico municipal. A él asisten todos los padres de familia, madres solteras y viudas. Los
primeros tienen la faena más duras y las mujeres actividades de otro orden; preparar agua,
comida incluso muchos casos participa en la siembra como también de la cosecha.

El tequio es la institución que evidencia de nueva cuenta el comportamiento del ciudadano si no


asiste tiene que pagar una multa o bien reponerlo en otro día. En algunos casos se encarcela al
individuo que no asiste. Cabe señalar que esta labor está penada por la constitución general de la
nación pero se ejercita a pesar de todo.

Los aspectos negativos del tequio lo han señalado principalmente personas descomunalizadas
porque se le considera una práctica autoritaria incluso antidemocrática. Se sienten obligados por
el pueblo a cumplir con el tequio a pesar de que la constitución lo prohíba. Sin embargo nuestra
concepción es diferente.

Se deber afirmar que la diversidad y la pluralidad cultural distan mucho de ser respetadas por los
Estados nacionales. Esto no sólo se ve en México sino que en Guatemala y en Bolivia los casos
son extremos. Sin embargo resulta paradójico y de alguna manera alentador el hecho de que en
México la experiencia asamblearia y representativa, aunada a la práctica del tequio se haya
convertido en estos últimos años en un nuevo modelo de trabajo para las regiones denominadas
de extrema pobreza.
Veamos esta cuestión por partes. Por un lado los Estados nacionales iberoamericanos tienen
como característica la imposición de modelos de comportamiento individual, empresarial, de
eficiencia y un alto contenido mercantil. Por su parte las sociedades tradicionales refuerzan sus
modelos tradicionales colectivos, el respeto a la diversidad, a la tierra y a un uso más que nada
equilibrado de su potencial y relegan la obtención de beneficios económicos y tecnológicos a lo
simple y necesario. Desde esta perspectiva no se puede esperar más de los Estados nacionales que
imponen decisiones que violentan los principios básicos en nuestras comunidades. Con esto se
explica el porqué las constituciones ni respetan las costumbres o la diversidad cultural ni tampoco
refuerzan la reproducción ni los valores que van en sentido inverso a sus intenciones a lo que
ellos llaman sus necesidades.

Por el otro lado nos encontramos que las prácticas como el tequio que aparece ante los ojos
occidentales como antidemocrático, resultan ser los únicos factores que han permitido a las
sociedades propias, comunitarias o indias la solución de añejas necesidades. El tequio para estas
sociedades representa la alternativa para el desarrollo y el bienestar. Esto último, lo descubre el
Estado mexicano durante los últimos años e inicia una labor de reconocimiento a la diversidad y
a la pluralidad cultural.

La modificación que se le da al artículo cuarto constitucional nos llega como una primicia
institucional de un Estado más diverso quizás más democrático o más inteligente.

El Estado mexicano tiene ante sí el reto de superar los enormes rezagos en la mayoría de su
sociedad principalmente en aquéllas regiones en donde se manifiesta con mucha evidencia la
extrema pobreza y encuentra en nuestro micro sociedades los mecanismos propios para un
autodesarrollo. Es entonces cuando el tequio se vuelve la varita mágica y es por ello que ahora el
tequio y todo lo que aquí se ha expresado que es la comunalidad se empieza a exportar aún sin
conocerse a profundidad las maneras propias y originales para desarrollarlas.

Existen corrientes del pensamiento que consideran que usar el tequio como bandera de desarrollo
de los propios pueblos es esterilizar su propia efectividad y beneficiar al Estado en lugar de
detener su acción en detrimento de las comunidades indígenas.
De lo que si estamos seguros es que nuestros propios hermanos, presionados a emigrar han sido
los portadores de esta comunalidad y la están reproduciendo en núcleos urbanos de mucha
importancia. No es extraño encontrarse en la ciudad, al frente de muchos comités de solidaridad,
a indígenas emigrados realizando acciones mediante una organización aprendida en sus
comunidades de origen como tampoco es raro haber visto ante el terremoto del 85 a muchos
indígenas y mestizos darse a la tarea mediante comportamientos emanados de este tipo de
culturas comunitarias.

La solidaridad comunitaria

Durante los últimos seis años, en México (se habla de 1990) a todo se le ha dado por llamar
solidaridad. En esta ocasión nosotros quisiéramos deslindar lo que entendemos como solidaridad
y lo que es la comunalidad. De principio pensamos que la solidaridad es un acto voluntario e
individual. Por lo contrario la comunalidad es una ideología emanada de acciones establecidas en
muchos casos de manera obligatoria. El ir a la asamblea en la comunidad, el hacer los cargos, el
dar sus tequios son pautas de obligación ciudadana que reproducimos con mucha conciencia pero
que nos han sido inyectadas como líneas de comportamiento, por lo contrario la solidaridad la
ejercemos en un ámbito libre, es decir actuamos por iniciativa propia, personal para corresponder
a la solidaridad del otro. En nuestras comunidades esta solidaridad la conocemos como ayuda
mutua en zapoteco como "gozona".

En cada idioma propio existe la palabra de ayuda mutua. Entendemos la solidaridad cuando al
vecino se le ayuda a hacer su casa cuando para la boda de un compadre se contribuye
económicamente con un bien a consumir o con trabajo. Por solidaridad o ayuda mutua
entendemos el apoyar a la familia de un ciudadano fallecido aportando trabajo, granos o dinero e
incluso para rescatar un accidentado. Sin embargo la comunalidad de muchas maneras es
institucionalidad refleja un cierto grado de autoritarismo pero ejercido y decidido por todos. En
ésta el individuo es colectivo de principio a fin mientras que el autoritarismo en otro tipo de
sociedad, suele responder a necesidades de orden personal o grupal, de facción.
Otro aspecto solidario que encontramos entre nuestras comunidades es el apoyo entre comunidad
y comunidad, esto se da principalmente en la realización de las fiestas o ante alguna tragedia
poco común. La solidaridad o la gozona en la fiesta significa que la banda y su autoridad asista a
otra y ofrezca sus servicios su alegría y con ello su trabajo. De esta manera se logra que las
fiestas se llenen de colorido y música, se llenen de solidaridad; quizás el evento comunitario que
concentre el significado de su acción y la institucionalidad comunitaria o la comunalidad sea la
fiesta. Esta es el resultado del trabajo agrícola o artesanal comercial y productivo de un año. La
fiesta y los rituales que cada uno desarrolla.

No podemos competir de manera comercial, ni tampoco pensar en quien manda a quien por lo
contrario encontramos en todos la necesidad de sobrevivir como seres diferentes y cercanos, y
que quede claro a todos nos afecta el impacto del pensamiento occidental, también nos afecta el
intento globalizador que se da al pensamiento indio que no queremos que se nos imponga y
menos con modelos occidentales ya muy gastados.

La comunalidad no la entendimos en este ni en el siglo pasado, lo heredamos antes de la llegada


de Cristo porque desde antes se venía posibilitando esta necesidad de armonía que las sociedades
modernas han roto de manera dramática. ¿Cuáles son los valores que nos unen y de qué manera
podemos ponerlos en acción respetando el proceso histórico de cada quien? Es esto lo que en la
actualidad nos preocupa a la sociedad originaria. No pretendemos crear modelos de pensamiento
que nuevamente se le impongan a otras sociedades. "Si estamos en Guatemala no queremos
entrar a Guatepeor".

Conclusiones de un posible futuro

Antes de concluir esta intervención quisiera señalar algunos de los retos y provocaciones que
enfrentamos en este momento. No creemos estar en la mejor de las situaciones para enseñar,
aunque si lo podemos hacer. Tenemos problemas que aún no tienen solución y es lo que les
quiero comentar:
La comunalidad es cierto es la ideología, pensamiento, acción que nos ha permitido enfrentar y
resolver infinidad de retos y problemas que nos ha deparado la historia, sin embargo, la
comunalidad también ha significado localismo, nacionalismo en pequeño o más bien micro.

La comunalidad nos ha llevado a enfrentar posibilidades de desarrollo en comunidad, pero esto


ha hecho que cada pueblo sea casi una nación. Por todo esto nos enfrentamos y nos preocupa lo
regional y este sí es un verdadero problema. A través de la comunalidad poco a poco vamos
resolviendo los problemas locales pero los que tenemos que enfrentar regionalmente están ahí en
manos de los que siempre nos han sujetado. Un ejemplo de esto es precisamente la explotación de
los bosques, cada comunidad ha logrado ser una empresa forestal pero el problema de mercado lo
enfrentamos todos, el problema de caminos también, etc. no es posible enfrentar enemigos
mayores desde la localidad. Tenemos la necesidad de una unión mayor y de una definición del
futuro con una mayor claridad.

Otro problema que se nos viene encima cada tres o seis años es la representatividad política
regional. Esta sigue siendo decidida desde fuera. Aquí si el autoritarismo gubernamental nos ha
dividido de manera permanente no tenemos líderes regionales porque nuestra costumbre lo
impide pero tampoco hemos tenido la avaricia representa el momento culminante de una labor
que implica todo: el trabajo familiar, el trabajo grupal, el trabajo municipal, y sobre todo el
desempeño de una suma de ritualidades que tiene que ver con la religión cristiana y también con
la prehispánica; lo mismo se festeja a los santos que al sol, a la tierra o a la luna.

La fiesta es parte de la identidad comunitaria, es el reflejo del espíritu de todos. Todos trabajamos
para ello. Lo mismo sembrando que coordinando las actividades, lo acumulado en un año se
arroja para el goce de todos. Lo organizado durante el año se muestra en la fiesta. Las habilidades
construidas por años se regodean en la fiesta. Diría que nuestras fiestas son el botón que nos
identifica y refleja el respeto y la solidaridad que nuestra actitud ha sembrado en las comunidades
que nos circundan.
La fiesta es la significación para el trabajo, para el goce por ello mismo subrayamos que el
trabajo es la significación de la comunidad en todas sus dimensiones, sólo que en la fiesta
encontramos lo mismo solidaridad que comunalidad en un punto culminante.

Las particularidades de nuestras culturas.

La antropologización de la vida indígena ha sido la culpable de la extrema pulverización de


nuestras identidades. En lo general, los grupos étnicos, comunidades o pueblos autóctonos como
se nos quiera llamar compartimos valores substanciales que a través de este escrito hemos tratado
de explicar. Los antropólogos (conste, su servidor es Antropólogo) tienen la tendencia de partir
de rasgos particulares para explicar la vida de cada pueblo y esto hace más complejo el
entendimiento de lo que somos y de lo que podemos proponer al resto del mundo.

Un ejemplo llano de lo que queremos exponer es el usar la diversidad de lenguas para mostrar la
gran complejidad existente. A tal grado ha llegado esta corriente que considera que solo aquél
que habla una lengua propia es indígena los demás o son mestizos o son remedo de indígena o de
autóctono. Nosotros consideramos que bajo los valores particulares como lengua, vestimenta,
música, danza, etc., subyacen valores que son comunes que los propios indígenas tenemos que
ordenar. A los Zapotecos de Oaxaca no nos separa nada de los compañeros Cree de Canadá, los
Zuni de Nuevo México, los Mayas de Guatemala, los Mapuches de Chile o los Kariña de
Venezuela.

Tenemos idiomas diversos y prácticas rituales diferentes o bien vestimentas o bailes de colorido
distinto pero a todos nos acerca: la necesidad de reivindicar nuestra relación con la tierra, la
defensa de nuestros territorios, el enfrentar el autoritarismo de nuestros opresores, o bien las
imposiciones de una modernidad necia que se niega a entender el valor de nuestra filosofía. A
todos nos une el consenso, el diálogo, el ánimo y la realidad de la horizontalidad, a todos nos
llena la de estar en el poder.
Sin embargo es el gran reto para todas nuestras comunidades, los dirigentes nacionales siempre
serán caricatura porque nuestro pueblo aún no ha definido el cómo debe el autóctono hacer
política.

El Estado sencillamente usurpa nuestra integridad con modelos nacidos de nuestra realidad pero
al final de cuentas no encontramos la salida. Este es un reto para la democracia y para el
vencimiento del autoritarismo.

Otro problema es como enfrentar la voracidad de la racionalidad capitalista, es decir como


proteger nuestros recursos y al mismo tiempo mantener nuestra lógica frente a la naturaleza. Más
ahora cuando el capital amenaza tragarnos de manera muy valentonada, cuando los tratados de
libre comercio aprietan la posibilidad de extinguirnos, más ahora que las democracias tienen más
símbolo económico que otra cosa.

Otro de los problemas graves que no logramos resolver es la trágica educación que nos invade a
través de los medio de comunicación. En esto hemos hecho algo ya contamos con algunos
espacios y aparatos transmisores de radio pero aún no logramos enfrentar y ganar el gusto de
nuestros propio hermanos enajenados con la radio comercial.

Sabemos que este es un tiempo de reflexión de intercambio y de investigación.

Creemos estar en el umbral de proponer siempre y cuando se abran los poros de Occidente y se
reste la necesidad de imponer modelos que ya han demostrado la emoción de la generalidad de
nuestras posibilidades de sobrevivencia. Sin embargo hace falta trabajar más en la
sistematización de estas esperanzas.

El autoritarismo lo podemos tener a flor de piel de aquí para allá y viceversa pero es necesario
primero abrir las posibilidades de intercambio de experiencia y de enfrentar con mayor fuerza a
los instrumentos que laceran nuestra imaginación y los principio de nuestros pueblos.
Se han ensayado caminos y creo que debemos seguirlo haciendo pero ahora con nuestras propias
posibilidades viéndonos hacia adentro hacia el mundo que un día pensamos superar e incluso
abandonarlo. Los indígenas estamos convencidos que la defensa de nuestra geografía seguirá
siendo la base para el desarrollo de nuevas ilusiones, como la defensa de nuestro territorio; la
posibilidad de existencia real para nuestras familias. La vida asamblearia enorme posibilidad de
consensar nuestras convicciones, incluso nuestras emociones y encontrar en ello nuevas formas
que si tengan relación con la democracia. El respeto a nuestros viejos que no se entienda como el
respeto a la simple tradición sino a la acumulación del conocimiento que todos tenemos derecho a
lograr.

Consideramos que el trabajo físico al lado del intelectual abre perspectivas nuevas de
imaginación entre los seres que somos diferentes. El no satanizar y sobrevalorar nuestras
diferencias superficiales y en el ordenamiento de lo que todos somos podría recaer la manera más
adecuada para no estigmatizarnos y si encontrar caminos comunes y amplios en los que se
permita la pluralidad y la democracia. Por lo demás espero que lo que aquí se ha expresado sea de
utilidad para todos los lectores.
V.- IDENTIDAD Y ESPIRITUALIDAD EN PUEBLOS COMUNALES.

Trabajo presentado en la ciudad de la Antigua Guatemala. 2007.

En tiempos de globalización la identidad tiene una mayor diversidad de determinantes. Un primer


elemento es la comprensión que se tiene de la relación con el territorio. Donde se nace donde se
habita, De ahí que las poblaciones en primera instancia tiendan en definirse como: costeños,
serranos, Vallistas, istmeños, etc. En segundo lugar impera el criterio lingüístico, Principalmente
en regiones de población originaria. Se puede ser zapoteco, mixe, Chinanteco de acuerdo al
idioma materno que uses. En tercer lugar está la organización social que te forma y reproduce.
Como síntesis podemos afirmar que, se da la identidad con base en la comunidad concreta quien
te ve nacer y en muchos casos te registra la existencia. Sin embargo dentro de una globalización
que se consolida con la conquista, la identidad se vuelve un proceso en constante movimiento. El
reflejo de la identidad no es lo mismo en la ciudad que en el campo, dentro del país o fuera de el.
No es lo mismo la identidad cuando se practica la oralidad y la imagen como mecanismo de
comunicación, que cuando se practica la lecto- escritura, como también no es lo mismo estar
acomodado económicamente, que depauperado.

La identidad también se diversifica según la formación que adquiere la persona. De todos es


sabido que la educación oficial ha operado sobre la base de la homogenización, con la intención
de imponer un solo modelo de pensamiento. El surgimiento de los Estado-Nación ha sido
acompañado de esta homogenomía (la ley de que todos deben ser lo mismo). Los pueblos
originarios han cargado con la peor de las partes en este proceso. Sin embargo estos mismos
acontecimientos han llevado a la comunidad a la resistencia, y como tal a la adecuación, en cada
caso para la defensa de la identidad.
Desde esta perspectiva, la identidad depende del contexto concreto en el que se desenvuelve la
persona. No es lo mimo la personalidad que ostenta un dirigente campesino, que un miembro del
ejercito, siendo ambos de la misma región incluso de la misma comunidad y hablen el mismo
idioma materno. Como tal se puede afirmar que es el contexto el que determina la identidad, a
esto se añade la sensibilidad particular de cada persona.

El refrán de que “adonde vallas has lo que vieres” sintetiza nuestros razonamientos.

Todo esto nos lleva a afirmar que es el contexto geográfico y social que habite cada persona, la
que determina su identidad.

Pero eso no quiere decir que en el contexto que se habite desaparezca la identidad primaria, la
que forma a la persona. Muchos elementos identitarios suelen ser reproducidos en contextos
ajenos.

Nacer comunero y habitar como ciudadano la ciudad, no te hace perder tu calidad de comunero,
máxime si mantienes las reglas de relación con las obligaciones en tu comunidad con su
0rganización social y como tal, sigues gozando de los derechos que la comunidad te ofrece como
lo es el acceso a la tierra. Todo esto ha provocado que la comunalidad que portas en tu conducta
se extienda a la ciudad o a tu nueva residencia, aun en condiciones adversas. Muestra de esto son
las organizaciones de zapotecos, mixtecos, que nace en los Ángeles; california, en chicago, en la
Cd. De Mexico.etc. La identidad primaria se reproduce según el contexto que se habita.

Por otra parte, la identidad debe comprenderse en su apreciación histórica, su cultura, su


educación, sus esfuerzos por defender su territorio, etc. El comportamiento se modifica aun más,
dentro de un proceso de globalización intenso. Así mismo los constantes intercambios e
interrelaciones entre diferentes contextos, obscurecen posibles originalidades identitarios. La
música el vestido, la lengua, los hábitos provocados por la lógica mercantil que impera provoca
que la identidad sea un proceso en constantes cambios, aunque también selectivos.
En un proceso de selección, independientemente de sus propios cambios, aparecen las
instituciones que fundamentan la reproducción de la comunalidad. El mantenimiento del
territorio, la defensa de la asamblea, el respeto a los cargos de representatividad, la
responsabilidad en el trabajo comunitario, y la participación en la fiesta, alimentan planos
identitarios de carácter primario, seleccionados por su trascendencia histórica y por dar base y
energía a procesos de resistencia ante la imposición de valores y modelos de vida no aceptables
por la comunidad.

Esto último, ha permitido en Oaxaca la existencia de más de cinco mil comunidades y 418 de un
total de 570 municipios, en las que se observa la representatividad vía un régimen que el Estado
ha denominado de “usos y costumbres”, que en esencia son sistemas normativos internos o
comunalicracia según la nomenclatura que se deriva de la apreciación del concepto comunalidad
el que explica el comportamiento de los pueblos originarios

Existen muchos factores negativos que obstaculizan una identidad diáfana; el racismo, la
economía la educación de Estado, la globalización, la tecnología son algunos de estos factores.

Sin embargo, desde cualquier punto de vista que se tenga, es la identidad primaria una de las
únicas alternativas para enfrentarse o adecuarse a la globalización. La perspectiva de lo regional
con una identidad organizacional y con un territorio común identificado, más que el panorama
lingüístico, da fortaleza a la resistencia. Es por ello que para la resistencia de los pueblos
originarios; la comunalidad, en estos momentos, es la mejor herramienta cultural, para enfrentar
los efectos nocivos de la globalización. La comunidad organizacional, la comunidad en el trabajo,
más que lo lingüístico, (empeño obstinado de los indigenistas y de los indios profesionales) son
el baluarte de la resistencia a través de la comunalidad, la que es nuestra identidad en constante
movimiento, pero identidad al fin.
La identidad y la espiritualidad son procesos de expresión que van de la mano en los pueblos
originarios. Espiritualidad es lo opuesto a religiosidad. La espiritualidad implica reconocer que la
naturaleza que nos rodea tiene vida y por lo mismo se habita un mundo animado. La montaña, la
cueva, la barranca, el rio, adquieren presencia y significante para los humanos. La espiritualidad
deviene de una comprensión politeísta de la vida. Esta visión explica la compartencia de la vida
con la naturaleza circundante, reflejo de una comprensión integrada a la tierra, por lo tanto es
naturolatría que encuentra variedad de deidades, no así la religiosidad que implica sometimiento
a una sola deidad humana, llámese, Jesucristo, Alá , Buda, etc. La religiosidad sitúa al hombre
como centro del universo. Por ello en lugar de ejercitar la compartencia edifica la competencia.
Por lo mismo se reproduce a través del mercado. Visto de otra manera podemos decir que la
espiritualidad comparte o se fortalece con la comunalidad .y la religiosidad se explica en la
individualidad. La comunalidad lleva implícita la búsqueda de la armonía, por su parte la
individualidad supone el conflicto, baste recordar el asesinato de Jesucristo, las cruzadas, la santa
inquisición, etc.

Espiritualidad le identifica alma a la naturaleza y la religiosidad la cosifica, la hace mercancía, la


somete. La espiritualidad integra, la religiosidad separa. Por eso la espiritualidad y la
comunalidad unifican y reúnen la diversidad y la religiosidad separa y parte en pedazos, el
conocimiento, la política y la sociedad. Por ello de la espiritualidad deviene la comunalicracia y
de la religiosidad la democracia. La primera es calidad, la segunda cantidad.

La espiritualidad no debe entenderse como una expresión religiosa, sino una comprensión
diferente de la vida. Esta es la gran diferencia entre lo que es un pueblo originario portador de
una filosofía comunal y un pueblo portador de una filosofía individual. Comprenderse integrado
o parte integrada a la naturaleza, no es lo mismo que sentirse centro o el amo de la naturaleza.

Mesoamérica es un territorio espiritual. El sur de México y la Centroamérica originaria, es un


espacio que ha reproducido espiritualidad, claro, con las obvias diferencias entre el campo y la
ciudad y sus permanentes contradicciones con la religiosidad.
Un espacio espiritualizado; comparte, consensa, acuerda, un espacio religiosizado; compite,
confronta disiente, por ello el espacio espiritualizado conduce a la comunalicracia y el
religiosizado orienta a la democracia.(para muestra analicen; labor de Papas, Monseñores y
beatas) La primera al trueque y la otra al mercado. La primera busca el respeto, la segunda el
sometimiento, La primera logra y genera autoridad, la segunda forja y genera poder. La primera
se identifica como región, la segunda como Estado-Nación. A una la define la naturaleza, a la
otra el hombre y la sociedad. La espiritualidad reproduce la ayuda mutua y la reciprocidad, la
segunda el comercio y el plus valor. Una es interdependencia, la otra independencia. Una es
integración la otra desintegración.

Por todo esto, la espiritualidad es una expresión identitaria que se reproduce según el contexto, y
por el contrario la religiosidad se impone de sociedades que ven en el hombre el centro de todo.
Es por todo esto que la vida, la economía y la cultura de los pueblos originarios se orientará a la
sobrevivencia digna y la vida de los pueblos impuestos se dirigirá hacia la eficiencia, la
rentabilidad y tendrá como instrumento central la acumulación de capital, en beneficio de pocos
y en perjuicio de la gran mayoría.

Para terminar, cabe preguntarse, ¿Espiritualidad y comunalidad son sinónimos de pobreza?


¿Religiosidad e individualidad son sinónimos de riqueza? YO CREO QUE NO. El proceso actual
de nuestras vidas es aún más complejo de lo que suponemos. Pero no basta reproducir el
pensamiento de Marx o, percibir y reproducir la comunalidad actual de los pueblos originarios.
Es necesario entender a profundidad ¿porque permanece la compartencia rodeada de la
competencia? Estas preguntas debemos responderlas en la resistencia cotidiana, frente a las
imposiciones del mercado la sobrevalorización del capital controlado por una minoría, frente a
una gran mayoría que no cede en sus aspiraciones de equidad, de la búsqueda de respeto a su
espiritualidad y la incesante reproducción de su comunalidad sea cualquiera el contexto que le
cobije.

Centro de Apoyo al Movimiento Popular oaxaqueño A.C.

Fundación Comunalidad A.C.


Agosto 2007
VI.- COMUNALIDAD Y COMUNICACIÓN EN LA ORGANIZACIÓN
SOCIAL.

La oralidad en la reforma del estado.

Desde la llegada de los españoles a nuestro continente, hemos padecido una suma de
imposiciones, una de ellas es la lecto-escritura. Desde ese momento, La oralidad y la imagen han
sido entendidas como símbolo de ignorancia. Las diversas constituciones que ha generado nuestra
nación, han sido una muestra de la asumida superioridad de la lecto-escritura. Solo los “sabios”
que tienen como instrumento la escritura, han conocido los secretos de las legislaciones, la
importancia de los dictados, la trascendencia de la lectura. Es por ello que podemos afirmar que
el diseño para el comportamiento de la sociedad mexicana, ha sido labor de una élite escribana y
que las grandes mayorías de mexicanos hemos vivido la obscuridad de la luz de las leyes.

Juárez García hizo lo suyo, impuso la educación escolarizada para todos sus compatriotas,
¿para que¿ “para que salieran de su ignorancia y para que no fueran víctimas de la injusticia”.
Estos argumentos los subraya el artículo tercero constitucional actual. Nuestros ancestros, salvo
el caso de los mayas, mexicas y zapotecos efectivamente carecían de escritura. Sin embargo,
tenían a la oralidad y a la imagen como sus verdaderos medios de comunicación. ¿Quién no se
acuerda del jeroglífico, de las imágenes de sus deidades, de su pictografía.¿

Ustedes podrán preguntarme ¿a que viene todo esto? Es muy simple, quiero llamar la atención de
todos en la oralidad y la imagen actual, la que llena el cerebro de los mexicanos, la que moldea su
carácter, sus emociones, sus ideas y que se ha convertido en un verdadero y jugoso negocio para
un par de familias; me refiero a la radio, la televisión, la telefonía y el internet.
Lo que en sus tiempos, Juárez García imaginó como la reproducción de la ignorancia y el
sojuzgamiento, en nuestros tiempos (la oralidad y la imagen electrónica) sigue cumpliendo la
misma función. Los legisladores, Los ejecutivos, con nuevos y entusiastas bríos centran su
atención en la lecto-escritura, en la excelencia académica, en la fundación de Bibliotecas, en
campañas gigantescas para que no haya mexicano que no sepa leer y escribir.

Definitivamente padecemos un síndrome liberal escribano. Paradójicamente, mientras la élite se


empeña en seguir imponiendo la lecto-escritura, la radio y la televisión enajena seriamente
nuestros cerebros con una cultura, con una ideología, con una argumentación que nos conduce
sin remedio a un consumismo voraz.

Con esto, no queremos mostrarnos como opositores de la lecto-escritura, sino como promotores
de una integralidad en la comunicación.

Queremos que la Reforma el Estado, legisle el respeto al derecho de las comunidades a integrar,
operar y administrar sus propios medios de comunicación electrónica, que ha sido una respuesta
comunitaria firme, al débil atractivo popular que significa la lecto-escritura.

A la mayoría del pueblo mexicano, no le atrae leer, por eso prefiere la radio, la televisión, las
revistas con monitos, con fotografías, etc. Ojalá y estuviera equivocado.

Si lo que buscamos, con base en el respeto a la diversidad cultural, es un verdadero proceso


intercultural simétrico, horizontal, es momento que abramos nuestra imaginación a aquellos
aspectos que le den seguridad a la ciudadanía, que valoren lo que tienen y con esos principios
participemos en el ejercicio de las ideas y de los hechos de manera equitativa.
Estamos consientes que no es suficiente que la ley Oaxaqueña de educación ya registre el
principio de comunalidad, de que se cuente en Oaxaca con una ley de derechos de los pueblos
indígenas, de que exista el acuerdo 169 de la OIT, de que el artículo segundo de la constitución
reivindique la existencia de nuestras raíces indígenas, incluso de que a recientes fechas la ONU
haya firmado la declaración de derechos de los pueblos indígenas. Si cotidianamente no
seguimos resistiendo ante la negación de nuestros derechos, nuestro país seguirá a la deriva.

Son estos los argumentos que nos llevan a proponer una Ley de Radio y Televisión que abra las
posibilidades a todos los sectores sociales, para el ejercicio de sus ánimos de comunicación,
haciéndose cumplir lo que ya está establecido en el artículo segundo de la carta magna. Así
mismo que se obligue el Estado a respaldar y apoyar todos los esfuerzos de los Pueblos Indígenas
para el desarrollo de la oralidad y la imagen, herramientas que profundizan sus conocimientos y
fundamentalmente sus valores.

Dicho de otra manera, el que a la par del fomento de la lecto escritura, se formulen programas de
apoyo para el ejercicio de la radio y la televisión comunitaria. Desde cualquier ángulo por el que
se le vea, resulta incongruente, injusto e inequitativo, que un duopolio o dos familias, incidan
mucho más en la educación de los mexicanos, que un Estado, que tiene entre sus obligaciones el
alimentar el conocimiento de la sociedad, y por lo contrario, reprima, vía requisitos, o
cancelación, el esfuerzo permanente que realizan los sectores más empobrecidos a través del
cultivo de la oralidad y la imagen, instrumentos que han sido base de la comunicación desde que
el hombre tomó conciencia de sus facultades, herramientas que dentro de la modernidad
tecnológica se usan en su perjuicio, manejo y sometimiento.
El reconocer la trascendencia de la oralidad y la imagen para la educación del pueblo mexicano,
nos lleva también a ratificar que Oaxaca, por su orografía, por su historia, conserva y reproduce
una cosmovisión singular que le diferencia del resto de la nación; esta es su comunalidad. Sus
maestros comunitarios e indígenas por excelencia, lograron que la comunalidad se inscribiera en
la ley estatal educativa como un Principio. Esto nos conduce a establecer la necesidad que esta
filosofía de la vida comunal, se ejercite en los contenidos educativos. Es preciso señalar, que
Oaxaca está habitado por seres comunales, que con base en la comunidad satisfacen sus
elementales necesidades, y que son estos principios los que deben ejercitarse en la búsqueda de
alternativas económicas, políticas (como ya se dio en materia electoral con el régimen de “usos y
costumbres”), y educativas. Lo comunal es una propuesta no sólo para Oaxaca que la reproduce
de manera natural, sino para México y el mundo. Reconocer esta visión comunal de la vida, es
reconocer y valorarnos a nosotros mismos. Es participar en un proceso intercultural con el aporte
de nuestros niveles autonómicos, auténticos, y principalmente del esclarecimiento de nuestros
objetivos de vida.

Estamos consientes de que la interculturalidad solo se podrá dar, si existe respeto y


reciprocidad, pero también es necesario comprender que este proceso es un duelo de fuerzas y
conocimientos, que justifican la resistencia, ante factores impositivos, en una adecuación
constante de valores y conocimientos, que reafirman nuestra identidad .

Nos duele la emigración, pero se sigue imponiendo la privatización de la tierra, los recursos
naturales, el agua, los energéticos. Se sigue imponiendo la lecto-escritura, y el manejo de la
oralidad y la imagen electrónica se la dejamos a intereses privados.

Es tiempo de pensar en nosotros, en nuestros heredados conocimientos, en nuestra comunalidad.


Es tiempo que en la constitución se observe un verdadero proceso intercultural. Es tiempo de
mostrar nuestras capacidades, de comprender e inscribir nuestro ser comunal en la reforma del
Estado.
Sabemos que no es lo mismo legislar para el Norte que para el Sur. Nuestra nación nos ofrece una
multiculturalidad impresionante, es por ello que las Reforma del Estado debe emprenderse
desde esa diversidad, la cual no es obstáculo para la conquista de nuevos estadios de bienestar,
por lo contrario, es una fuente rica en alternativas de convivencia social, siempre y cuando
fundamentemos esta labor en el respeto y la reciprocidad.

La comunalidad, la oralidad y la imagen comunitaria, rural y urbana, electrónica o no, están ahí
como abrevaderos de nuevos tiempos. Si nos reconocemos en estas reflexiones, quizás Benito
Juárez García, no se sienta tan frustrado, y nuestros hijos, nos lo premien.

2007, Guelatao.

La historia del chisme

La búsqueda de mecanismos que permitan organizar, integrar, a la sociedad para la


transformación de condiciones que a nuestros ojos limitan su crecimiento, su creatividad en el
logro de mayor bienestar, es la motivación que nos conduce a elaborar ideas, propuestas y
realizar actividades.

Platicárselas en esta ocasión es nuestro propósito

En 1979 recién empacado de la universidad, fui invitado a dar clases en un esfuerzo organizativo
de jóvenes de varias comunidades de la región, que deseaban lograr un nivel escolarizado para
mejorar sus percepciones y la calidad de sus enseñanzas. Recuerdo muy bien entre los alumnos
dirigentes, a Anselmo Martínez, a Francisco Sigüenza, a Mario Molina y a muchos más que no
recuerdo sus nombres. Entre las clases que tuve oportunidad de ofrecer en aquellos cursos, que
por cierto cargaban fuerte entusiasmo por crear una verdadera educación “indígena”, (como ya se
conocía desde aquellos tiempos), obtuve como propuesta, el establecimiento de una emisora de
radio.
Por aquellos años, se había inaugurado la primera estación de radio indigenista en tlapa Guerrero,
con la anuencia de Carmen Romano, esposa del presidente López Portillo.

Por otra parte, las ganas de diseñar la educación indígena en el periodo de Luis Echeverría,
obtiene en la creación de la radio indígena, un aporte de mucha importancia.

Es básico comentar que en este mismo periodo, los esfuerzos establecidos en Oaxaca, para la
realización de la educación indígena, (promovidas en el periodo de Víctor Bravo Ahuja como
secretario de la SEP quien funda el IISSEO), empiezan a mostrar resultados. Los egresados del
IISSEO, se convirtieron en promotores del INI y luego maestros de la SEP. Esta historia, es tan
larga como grandes sus intervenciones en el plano educativo en todo el Estado, el estado de estos,
lo viviremos en varios puntos de estas pláticas.

La noción de Radio Indígena, se plasmó en un salón de clases, pero será hasta 1980, que toma
forma en nuestras ideas y nuestras propuestas. En esta experiencia educativa (la de Guelatao en
1977), participan varios personajes que años más tarde siguieron sobresaliendo en este curso de
ideas y de propósitos. Estuvo, Juan José Rendón quien ya había sido Director General de
Educación Indígena. Demetrio Saavedra, quien desempeño varios cargos de carácter social como
Agente de Ministerio, como Juez y otros, Fernando Melo que muchos años después resulta
responsable de la política indigenista en el estado. Víctor García, quien ha sido Presidente
Municipal de Guelatao y hoy es oficial del registro civil. Otro maestro en matemáticas, en
español cuyos nombres no recuerdo. Durante estos años, aires de renovación se percibían en el
centro coordinador indigenista, recuerdo que la llegada del antropólogo Jesús Rubiell Lozano al
CCI, permitió iniciar el saneamiento de una burocracia que en el plano de una educación
indígena estaba molestando seriamente el ánimo de los entonces promotores. Debemos aclarar
que ésta experiencia es distinta, a la que se deriva y se concreta como Coalición. Esta es regional,
la segunda tiene relevancia estatal.
La vinculación con promotores indígenas (la estatal), que en ese momento ya habían constituido
una Coalición de Maestros y Promotores Indígenas de Oaxaca, (CMPIO)( organismo que tenía
como asesores a 2 personajes que de ahí darían mucho que hablar, “Francisco Abardía y
Fernando Soberanes” se da a través de Paco Abardía con quien mantenemos una relación
cercana, en varias etapas de lo que aquí platicamos.

Nuestro empeño en la defensa de los bosques, lo realizamos en primera instancia como asesor de
San Pablo Macuiltianguis, en donde se emprendió la primera empresa comunal forestal
lográndose aprovechar solamente el encino ya que en esos tiempos, los bosques comunales
estaban concesionados a FAPATUX.

Esta labor la compartíamos con acciones en los cursos de maestros indígenas, otras con la
“coalición”. Al final de 1979 me dieron el cargo de topil en mi comunidad al mismo tiempo que
nacía mi primera hija; Julia.

La movilización que se expone en estos cuatro años pueden ser claramente interpretados como
consecuencia del reconocimiento que la población “indígena” requería y demandaba, una
educación diferente y específica. La noción antropologizada de indígena, por un lado respondía al
respeto a la diferencia y por otro revelaba una connotación discriminatoria. Visto esto desde una
u otra óptica, origina un proceso en el que participan obviamente los etiquetados como
“indígenas” quienes por poseer un idioma propio les garantiza ser incluidos en un proceso
educativo que les discriminaba bajo una bandera de respeto a lo diverso.

Estas condiciones nos presionan a incidir en la definición de la especificidad de la educación


indígena. En primer lugar, se debía educar al “indígena” en su propia lengua, para ello había que
emprender la lecto-escritura de los idiomas maternos. Por otra parte, era necesario entender lo
que podía ser la educación indígena como educación normal. (Por cierto, esta situación aún no se
aclara). Nosotros claramente identificamos a la educación indígena como educación comunitaria,
es decir, aquella que se adquiere en el cotidiano existir de la comunidad, y la región como espacio
de realización.
Desde nuestro punto de vista, la contradicción estriba en si la educación indígena es un
planteamiento de educación gubernamental, o si ésta, desde un razonamiento contrario, es
educación comunitaria. La disyuntiva sigue siendo actual; ¿es más importante el salón de clases o
el trabajo y la vida cotidiana en la comunidad? ¿Es más importante recibir educación o
intercambiar experiencias? Esta suma de preguntas reafirmaron la seguridad de emprender
caminos alternos, y es con esto que llegamos a 1980.

Con la integración de la energía regional para la defensa de los bosques, surge la posibilidad de
diseñar nuevos proyectos, uno de estos y pensado en una educación comunitaria, es el
establecimiento de una radio. Un medio que revalorara lo propio y encontrará la solución a viejos
problemas, pero que además se sustentará en las preocupaciones y en la participación de todas las
comunidades a través de sus autoridades. Con este propósito y aprovechando la cercanía con un
grupo de jóvenes recién egresados de la UAM diseñamos un programa de trabajo que permitiera
por un lado que ellos hicieran sus tesis y por el otro contáramos con el proyecto técnico para la
creación de una emisora de radio.

La presencia regional de estos jóvenes; Manuel Hinojosa, Judith Urbina, María Eugenia Vicencio
y Mari Carmen Incera, enriqueció no solo la labor de comunicación sino todas las actividades que
se había trazado la “Organización en Defensa de los Recursos Naturales y desarrollo social de la
Sierra Juárez” (ODRENASIJ). Organización que ha pasado a la historia por la victoria obtenida
en la recuperación del aprovechamiento forestal comunal que estaba en manos de empresas de
capital gubernamental.

En 1982 fue Pedro Vásquez Colmenares como gobernador quien se comprometió a apoyar el
proyecto de radio, pero tampoco el INI representado por Pedro Martínez Lara, tuvieron los
recursos para emprenderlo, la gestión llegó a hasta Margarita López Portillo directora de la RTC.
(Radio, Televisión y Cinematografía).
La vida de la ODRENASIJ llegó a su fin en 1984, el proyecto no fue obtenido. Lo poco que se
logró en materia de educación y cultura, solo se redujo al establecimiento de una media docena
de salas de cultura, que significaban pequeñas bibliotecas con materiales educativos, experiencias
que no se miran en la actualidad por ningún lado. No obstante, en ese momento, las salas
funcionaron como estímulo comunitario para una educación semienclaustrada, menos formal y
de mayor acceso a los jóvenes con aspiraciones de lectura, y sobre todo de intercambio. Es
necesario aclarar que estas salas fueron resultado de un programa federal, que la organización
aprovechó para ampliar su presencia en las comunidades.

La elaboración de contenidos que debían difundirse a través de una radio, dio propuestas desde
estos tiempos. Estos se obtuvieron mediante talleres de consulta a la par de las asambleas
generales de la organización, que mes a mes se realizaban en las comunidades integradas. El
empeño, seguía siendo el hecho de fortalecer la educación comunitaria a través de la radio.
Reproduciendo lo propio, y la información externa, que se considerara adecuada para el
fortalecimiento de lo comunitario.

Entre 1979 y 80 con la “coalición” surgió una actividad que dejaría onda huella en posteriores
quehaceres. La capacitación de los maestros y promotores bilingües, reclamaban materiales
educativos, entre ellos; música o cantos infantiles. Con la oportunidad de tener la capacidad de
hacer canción, nos vimos invitados o presionados por un viejo maestro que la “coalición” tenía
desde sus tiempos en el IISSEO; Jerry Morris, quien, ante la falta de material musical para formar
a los “compas” me invitó a hacer canciones infantiles.
En respuesta yo le entregué una primera “Campesino” y una segunda la hicimos en una de las
clases. Así nació “El tequio”. En esa canción y de manera improvisada realizamos lo que más
tarde llamaríamos “talleres de creación colectiva” La “coalición” por su parte se convocó a si
misma a un concurso de poesía o canción. Los trabajos, seleccionados, me fueron entregados para
su musicalización, en este concurso se produjeron:“luna, lunita” “el mecapal” y “arriba la raza
dormida” canciones que en 1982 y con el apoyo de un viejo pero joven amigo; Joaquín López
Chapman, se grabaron en un acetato, el que se complementó con canciones que paralelamente
habíamos creado con la misma temática. La grabación de este disco que se tituló “así es mi
pueblo” fue un acierto de gran envergadura tanto para la “coalición” y sus asesores como para los
que realizamos la impresión el disco. No tardamos ni quince días en distribuirlo en todo el estado,
con un tiraje de cinco mil ejemplares.

La necesaria conceptualización.

Desde que regresamos a la región en 1979, nuestro compromiso se fincó en auxiliar a una
comunidad (San Pablo Macuiltianguis) para el aprovechamiento de sus recursos. Sin adentrarnos
en esta historia al igual que la realizada en 1980 con muchas comunidades, debemos señalar que
nuestra preocupación era entender lo que sucedía en la comunidad, no solo como una
responsabilidad o exigencia académica sino como compromiso común y corriente de alguien que
desea saber qué hacer para entender y participar en un ámbito social que se le requiere.
Resultaba fundamental saber cómo operaba una comunidad en el aprovechamiento de sus
recursos naturales, bajo la premisa de que se consideraba injusto que su economía no mejorará a
la luz de la explotación de su naturaleza por agentes externos, fueran de gobierno o no.
Macuiltianguis exigía para sí los aprovechamientos forestales.

Desde la educación escolarizada que habíamos recibido, nosotros creíamos que resultaba lógico
organizar a los trabajadores del monte para que estos obtuvieran mejores ingresos por su trabajo y
mejores condiciones para la realización de su labor en el monte.
Sin embargo, la relación directa con la comunidad nos hizo ver que los propietarios del bosque
eran ellos, que las decisiones de vender o no su madera, se tomaban en asambleas en las que
participaban trabajadores del monte y muchos que no, maestros, comerciantes, campesinos, etc.,
es decir, las decisiones sobre la explotación del bosque eran negociadas por una asamblea
general coordinada por un Comisariado de bienes comunales, elegidos por la misma asamblea, y
que sin embargo, como comunidad estaban obligados por decreto presidencial, a vender su
madera a una sola empresa y este era FAPATUX.

O sea, que el problema central no radicaba en las condiciones de trabajo de los cortadores, sino
en la obligada explotación que pesaba sobre la comunidad en su conjunto.

Entender esto, hizo cambiar radicalmente nuestro pensamiento y como consecuencia nos vimos
en la necesidad de proponer nuevos conceptos, que permitieran explicar la realidad que teníamos
enfrente. Es decir, si queríamos mejorar las condiciones de trabajo en aras de un mayor bienestar
para los trabajadores, lo importante era partir de la comunidad porque era ella quien en su unidad
podía conseguir mejoras, incluso romper relaciones con la empresa concesionaria y no solamente
los trabajadores quienes no tenían una relación directa con la empresa FAPATUX. Los
cortadores eran asalariados de la comunidad, no de la empresa.

Descubrir la riqueza de la comunidad en el plano del aprovechamiento de sus recursos naturales


que a su vez poseía de manera comunal, nos abrió un espectro formidable de reflexión, no solo en
la economía sino también en la educación, en la salud, en la comunicación, etc.

Dicho de otra manera, descubrimos que el control de la dinámica social estaba en la comunidad y
como tal la tarea era explicar el funcionamiento de esta y exponer su pensamiento, dar luz a su
comportamiento con base en conceptos nuevos. Fue así como en 1979 propusimos el concepto de
Comunalidad para explicar el actuar y las razones que expone y ejercita una comunidad.
En 1980, el concepto nos sirvió también para ir dibujando los contenidos de la educación
comunitaria, con esto entendimos el valor diferenciado de la participación política de las
comunidades en su liberación de la política gubernamental de concesiones forestales, y en el
diseño de una real, educación indígena. Lo indígena ahora lo entendemos, es una particularidad
cultural del hacer comunitario. Es decir, toda educación indígena es comunitaria pero no toda
educación comunitaria es educación indígena. Lo comunitario es esencia y forma, lo indígena es
más forma. Sin extendernos en esto, lo que queremos argumentar es que toda la actividad que
desplegamos desde 1980, es encaminada a la educación comunitaria, a enriquecer la educación
escolarizada y es en este proceso que insistimos en la comunicación como un aporte técnico más
para fortalecer la educación comunitaria, y por lo mismo la comunalidad.

Este concepto se plasmó muy claramente en la actividad que manifestaron las comunidades
integrantes de ODRENASIJ. Este proceso, en otro momento y con base en lo que platicábamos
más atrás, pudiésemos haberlo entendido como la integración de individuos, de trabajadores
partícipes de un proceso de producción como lo era la producción forestal. Nos pudimos haber
imaginado un sindicato, una unión de cortadores, una organización campesina, o una instancia
obrera al servicio de una empresa. No, pues no, a la convocatoria emitida (con la que surgió
ODRENASIJ), acudieron comunidades, si, así como se lee, comunidades, a través de sus
representantes, fueran estos municipales, comunales, delegados, en fin, el caso es que eran
representantes elegidos en una asamblea. Estaban ahí, no solo por demandar la solución de sus
problemas, sino porque les tocaba estar porque su asamblea así lo había decidido. Podían ser
profesionales, comerciantes, maestros, campesinos, burócratas, en fin, podían ser cualquiera, pero
asistían como representantes de su comunidad, y en ella estaban todos, no un gremio, un núcleo
de amigos, unas familias, no, en la reunión había de todo tipo de representantes. En esto radica
precisamente la importancia del concepto comunalidad. Es esta la integradora de una
organización en forma y en esencia, un estilo y un ritmo en comprensión y debate, es el todo y las
partes, pero, de esto ustedes lo podrán leer en la amplia literatura que ya se ha construido desde
entonces.
El nacimiento de ODRENASIJ le tocó a Eliseo Jiménez Ruiz como gobernador. Pobre general,
realmente no entendía de lo que sucedía, solo atinaba a amenazar al entonces presidente
municipal de Guelatao.

No era raro, el gobernador se consideraba un papá, un jefe, un patrón, un cacique del estado, todo
menos un representante del pueblo. Menos Jiménez Ruiz quien había llegado al puesto en
sustitución de Zárate Aquino, gobernador que había sido sustituido ante el reclamo de varios
sectores sociales de Oaxaca. Realmente el general lo que sabía era mandar, venia de una “loable”
empresa, el aniquilamiento de Lucio Cabañas, Guerrillero Célebre, pero Oaxaca y menos la sierra
iban a ser ejército a su mando.

En 1982 ascendió Pedro Vásquez Colmenares y tuvo un mejor tratamiento o comprensión de lo


que sucedía en la Sierra Juárez, se pudo hablar con él y las cosas, no nos podemos quejar,
marcharon bien para la organización, escuchó las demandas e intervino en lo que pudo, no era
mucho lo que podía hacer porque casi todo dependía de la federación en ese entonces, el
presidencialismo y el partido en el poder tenían todo el sartén por el mango.

López Portillo había llegado a la presidencia, sin un candidato opositor y fue el último heredero
de algunas ideas de un gobierno “revolucionario” con una economía mixta, (de ahí que las
concesiones forestales en aquel momento protegían a una empresa estatal) después vino el
neoliberalismo aunque paradójicamente con este se liberó y se logró el aprovechamiento comunal
de los bosques serranos y en gran medida los nacionales.

Es en este periodo que se da un pequeño pero interesante esfuerzo de organización cultural en


Guelatao. Con mucha energía se integró un grupo de danza, se creo una biblioteca, obviamente lo
que más se recuerda son las parejas que surgieron de ahí, por ejemplo; Carlos y Malena, Miguel
Ángel y Cefermina, Ángel y Mago, también se logró la creación de una casa de la cultura
Zapoteca-Chinanteca
que aunque vivió poco tiempo con el apoyo de la entonces naciente Unidad de Culturas
Populares, dejó huella y como patrimonio, Dejó dos colecciones de fotografía histórica (mapas y
eventos) y un archivo histórico, (donado por el C. Ricardo Hinojosa quien lo obtuvo en el
mercado “la lagunilla”), de quien fuera gobernador del estado; Genaro V. Vásquez, nombre que
por cierto, este grupo de jóvenes adjudico a la biblioteca, mismo que ostenta en la actualidad.
Por cierto el gobernador Vásquez Colmenares es hijo del también ex gobernador Genaro V.
Vásquez.

Que curioso ¿no?

En materia de video, estando al frente de ODRENASIJ, tuvimos el gran privilegio de que se


realizara una película en 16 Mm., bajo la dirección de un colectivo que encabezó Paco Chávez y
que en la actualidad se puede conseguir en la videoteca o cineteca nacional, bueno al menos eso
deseamos, su nombre es “nosotros los serranos”.

En aquellos años y después de terminar el trabajo en Macuiltianguis con la entrega de la empresa


comunal de mangos de herramientas, el instituto tecnológico de Oaxaca nos contrató para
investigar y enseñar cuestiones de antropología, metodología y planificación regional. En estos
mismos años se cocinaba la candidatura de Heladio Ramírez López como sucesor de Vásquez
Colmenares quien no terminó su gestión y dejó en su lugar a Jesús Martínez Álvarez. Como
maestro del tecnológico, fuimos invitados por Diódoro Carrasco para integrar un posible plan de
desarrollo de la Sierra Juárez, ocasión que nos permitió consolidar relaciones con dirigentes en el
distrito de Villa Alta y Mixes.

Es importante mencionar, aunque esta sea otra larga historia que contar, que en los ochenta al
mismo tiempo que ODRENASIJ, también nacieron Pueblos Unidos del Rincón y CODREMI,
además de la asamblea Zapoteca-Chinanteca del distrito de Villa Alta. Todas estas
organizaciones reflejan la comunalidad en toda su magnitud. Es decir, fundamentan su estructura
organizativa en representantes-autoridades elegidos en asamblea.
Cuando entendemos esto podemos afirmar que en toda la región no está separada la Sociedad del
Estado y menos aún, estos separados de la naturaleza, de ahí que sus demandas o sus problemas
representan una integralidad, una totalidad. No son demandas específicamente laborales, como se
da en las clases trabajadoras en un proceso industrial o productivo. Las demandas son
coincidentes, caminos, protección comunal de recursos, mejoría en la atención de la salud, a la
educación, edificación de espacios públicos, etc. Es decir aspiraciones o necesidades
comunalitarias, como ahora las estamos denominando.

El poder político lo ejerce la sociedad civil en la medida que sus representantes lo son por
obligación y de acuerdo a la valoración de la comunidad. No reciben una paga por ello, por lo
tanto su labor no se vuelve oficiosa. Esto explica el contenido de una educación comunitaria
frente a una educación escolarizada, que específica, que separa en forma y contenido la
enseñanza. Son estas las cuestiones que van enriqueciendo nuestra labor en la comunidad, ya sea
regional o comunitaria. Es también en este proceso que nos incorporamos al campo de la cultura
popular. Siempre, y ahora conscientemente hemos estado en contra de la elitización de la cultura.
Es decir, no concebimos que la cultura es solo lo que consumimos del exterior, a través de la
escuela, los libros, los medios como la radio la televisión y ahora el Internet. La cultura la
hacemos todos, todos tenemos cultura y la producimos según el contexto que nos rodea.

Con esta visión emprendimos la coordinación de promotores de cultura popular e indígena con el
apoyo de la SEP, lo que ahora es apoyado por CONACULTA.

Fue en este periodo que trabamos relación con diversos jóvenes, hombres y mujeres dedicados a
rescatar y fortalecer valores, principios, patrimonio, instituciones, que ante la avalancha de los
medios de comunicación privada y las escuelas, se estaba perdiendo dentro de la comunidad. Con
todo el esfuerzo que realizan estos compañeros no fue mucho lo que se logró porque se hacía de
manera aislada y aún más, no contábamos con un instrumento integrador, como más tarde lo
significó la radio. De nueva cuenta, la necesidad integradora, aparecía, al igual que en 1978, con
los maestros bilingües.
Lo indígena siempre ha estado ahí, es la primera aproximación, es el vestido, el peinado, es la
parafernalia, incluso el idioma. Y todo ello son múltiples explicaciones y representaciones que el
hombre le da a la vida. La educación comunitaria no es ni popular ni indígena, es cultura
producida en comunidad y punto. La cultura elitista refrenda su personalidad individual, pero sin
entrar en este debate que en el mundo aún no termina, afirmamos de toda la cultura, es colectiva,
y lo que se genera en la comunidad responde a esta personalidad, nace para fortalecer el
entramado social de una comunidad que lo expone como comunalidad. Con aciertos y con errores
podemos decir que cumplimos con nuestra encomienda en culturas populares, pero el quehacer
político, como oficio no está hecho para nosotros, y el conflicto, la competencia, la manipulación,
los intereses, me permitieron hacer camino al andar y es en ese momento que nace uno de los
proyectos más relevantes en el que hemos participado; TROVA SERRANA.

Se inicia lo artístico comunitario.

ODRENASIJ en 1984 tomó la decisión de detener su existencia. Heladio Ramírez fungía como
gobernador, los maestros de la “coalición” trabajaban intensamente el material musical que
habíamos grabado y entraban a ser vanguardia de lo que ahora es de todo conocido como
“movimiento magisterial”. Pueblos unidos se mantenía unido con la responsabilidad de una
cooperativa de transporte, CODREMI cambió de nombre por el de asamblea de pueblos mixes
(ASAM) y nosotros, comisionados por la SEP aunque pertenecientes todavía al Instituto
Tecnológico de Oaxaca, decidimos emprender un proceso que reflejaba, no solo el nuevo
momento sino las ideas y preocupaciones que como antecedentes ya mencionamos.

El impacto de la música de “así es mi pueblo” entre muchos detalles sembró el interés en Ángel
García y de Mario Paz para cantar las canciones en grupo y se dio la primera oportunidad en
1985 al ser invitados a Santa María Yahuiche a la fiesta tradicional del 8 de diciembre.

En esta cantada participó también Jaime Alcántara acompañado de su mandolina. Fue esa noche
que de manera espontánea surgió Trova Serrana.
Como por arte de magia se sucedieron las presentaciones para radio y televisión, en
comunidades, principalmente en fiestas, en apoyo de organizaciones, de instituciones, poco a
poco, Trova empezó una larga carrera que implicó producción de música, presentaciones, giras,
etc.

En 1988, el gobierno del estado de Oaxaca tenia la dirección de cultura y bienestar social que
encabezaba Rubén Vasconcelos, en ella trabajaban Jaime y Felipe Pacheco, dos técnicos que
dentro de sus intereses y ánimos personales habían impulsado la integración de un modesto
estudio de grabación de 16 canales, fue en este estudio que Trova realizó sus dos primeras
grabaciones “me espera un pueblo” y “vámonos juntando todos”. En esta grabación se estableció
una dinámica muy enriquecedora. La comunalidad se dio otra vez en los hechos. En primera
instancia se contó con Joaquín López (Chas), varios músicos que en ese momento integraban
otros grupos y se presentaban en el “sol y la luna”, sitio de reunión que nos juntó a centenares de
bohemios, artistas, intelectuales y gente de todo tipo. Músicos como Paul Cohen, Gil Gutiérrez,
Alfonso Rojo, fueron incorporándose a la grabación que gracias al contexto convirtieron a las
grabaciones en frutos verdaderamente comunales, bajo el sello de Trova Serrana, con la íntegra
participación de Ángel García y Mario Paz. La edición de estas obras se dio con la intervención
decidida de “pentagrama” Marca empresarial que desde esos tiempos ya impulsaba música de
carácter no mercantil, es decir, apoyaba a aquellos que tenían una producción no lucrativa, pero
que a fin de cuentas y por su valor requieren de una justa difusión. La venta de estos productos si
dejan utilidades pero no tan escandalosas como las del tipo básicamente mercantil.

“Pentagrama” pude ser identificada como una empresa social en la cual Modesto López y Oscar
Chávez plasman sus verdaderos principios con la sociedad y el futuro de esta. Sin embargo no
podemos negar que la experiencia que adquirimos, tanto con la coalición con la grabación de “así
es mi pueblo” como con la edición de estos dos primeros acetatos de Trova Serrana, se nos metió
el mosquito de crear nuestro propio estudio de grabación y de contar con nuestro propio sello que
más tarde fue “YETZI QUERIU”. La comunalidad en la producción de música también tuvo
relación con la comunalidad que provenía para el abasto de productos alimenticios.
Retrocediendo un poco, debemos incorporar a nuestro cuento la aparición del programa
CONASUPO-COPLAMAR. Ya dijimos que en 1977-78 trabamos relación con Jesús Rubiell,
siendo este director del entonces Centro Coordinador Indigenista de Guelatao. En 1980, Jesús
reaparece como alto funcionario de un programa amplio que emprendía el entonces Instituto
Nacional Indigenista COPLAMAR, que en su versión alimentaria diseñó la relación de la
entonces CONASUPO, de la cual brotó un programa de abasto rural de fuerte envergadura.
Estando al frente Jesús Rubiel, Carlos Moreno, Fernando Peón, Carlos Rojas, aparece en Oaxaca
una camada de técnicos, antropólogos, economistas, sociólogos, agrónomos, etc.

En diversos puestos de operación. Fue necesaria su vinculación con organizaciones que existían
en todas las regiones de Oaxaca. Entre estos personajes sobresalen, Eduardo Torres, Fidel
Morales, Benjamín Maldonado Tomas Cruz Lorenzo, Fernando Melo, Tereso, Don Arcadio, ya
fuera como supervisores, promotores o presidentes de almacén o de consejo comunitario de
abasto. Desde fuera o desde dentro, fueron integrando un proceso comunalitario, sin que en ese
momento se reconociera como tal, en este participaron personas insertadas en la estructura del
INI. La existencia del programa permitió que varios compañeros contribuyeran de tiempo
completo a un proceso amplio, Filemón, Víctor, Rafael, Juanito, Teodoro, y otros más articularon
perfectamente sus labores en el programa y al mismo tiempo lideraron a ODRENASIJ. Es
importante subrayar que la visión comunalitaria, vomitaba protagonismo. Unos como
autoridades, otros como técnicos, otros como simpatizantes fueron encontrando la manera más
amplia para impulsar lo que a todos nos reunía, el fortalecer lo propio desde cualquier ángulo,
impulsar la participación para un mayor bienestar de la sociedad. Mucho se hubiera podido
hacer, pero dejó de hacerse, quizás por falta de oficio, por falta de claridad teórica o bien por la
inercia que encierra todo proceso atado a mecanismos de control. Una derivación de toda la
reflexión que envolvía este proceso se da con la insistencia en la creación de la radio. En 1985,
Roberto Martínez Luna, Presidente Municipal de Guelatao, vuelve a poner fuerza en la gestión,
pero ahora desde el ayuntamiento. Mientras esto se da (y que por cierto se logra hasta 1989),
Trova Serrana, participa en otro proceso comunalitario de importancia.
En la Mixteca, teniendo a un Mixteco como gobernador, se realiza el programa “lluvia, tequio y
alimentos” (su nombre lo dice todo, un programa basado en la organización comunalitaria y en
una institución comunalitaria como el tequio, en una región con mucha sed y una aridez
impresionante) se encauza un programa para retener la poco agua de lluvia rescatable para la
producción de alimentos. En Tlaxiaco, con la técnica de producción musical colectiva nace el
tema “vámonos juntando todos” título del segundo acetato que se graba en 1988. Con este
programa logramos conocer todos los distritos de Oaxaca. Cantábamos en asambleas
organizativas o de evaluación. Todas las asambleas eran con autoridades nombradas (aunque
todavía no existía el sistema de usos y costumbres lo que hoy hemos titulado comunalicracia).

Enrique Astorga, quien dirigía el programa, no nos soltó a lo largo de 1986 hasta 1990. Ahí
conocimos a otro equipo humano muy comprometido con la visión comunalitaria. El programa
se desarrolló en la Mixteca, la Costa, el Istmo, sierra Sur y en la sierra norte o de Juárez, como se
quiera decir, muchos detalles se dieron en estos tiempos, es necesario reafirmar que se ofreció el
programa a esas regiones y de ello el grupo Trova Serrana logró una fuerte consolidación. El
logro de XEGLO, o sea, la radio para la sierra, fue uno de ellos.

Recién entrado como presidente de la república; Carlos Salinas de Gortari, se empezó a negociar
el dinero para Oaxaca, por un lado estaba Jesús Rubiell representando a la federación y por el
otro Diódoro Carrasco, representando a Oaxaca, como secretario de planeación. La dificultad
para lograr la radio era que para Heladio como para Diódoro, lo prioritario era el apoyo para los
campesinos. Claro, no había duda, aquello representaba mayores recursos para la CNC. Es decir,
el PRI. Y por el otro, a pesar de su papel estratégico, la instalación de una radio no se oía como
importante para el desarrollo. Esto explicó el porqué Jesús Rubiell al ver el clima de la
negociación consideraba necesario que el proyecto esperara un año más, y fue ahí donde aparece
oportunamente nuestro desempeño con el programa “lluvia y tequio”. Heladio le pidió a Enrique,
que a Trova Serrana se le invitara el 20 de marzo a Tlaxiaco para cantarle a Salinas en su
primera visita a Oaxaca.
El hecho a nosotros nos parecía otra jalada folklórica de Heladio, sin embargo cuando se lo
comentamos a Rubiell este salto de alegría, nos dijo “ahí está la oportunidad” nosotros estábamos
invitados a cantar, pero también a regalarle un disco al presidente, momento que utilizamos
perfectamente para solicitarle la radio para Guelatao. Obviamente ni Heladio y menos Salinas
esperaban una solicitud de tal naturaleza, el caso es que al siguiente día, 21 de marzo, ya en
Guelatao, nuestro presidente municipal Leonardo Santiago, al arribar Salinas a Guelatao hizo
entrega de una solicitud firmada por más de treinta comunidades que Víctor García y Aldo
González habían ya elaborado, aprovechando, los empeños organizativos de lo que más tarde
sería la UNOSJO.

En una reunión de trabajo en voz de un representante de UNOSJO se cerró la gestión, de la cual


ya estaban informados; Carlos Rojas y Arturo Warman, quienes acompañaban a Salinas en la
Reunión. Los cabezones (Heladio y Diódoro) aunque no entendieron nada, en boca del
Presidente Salinas tuvieron que aprobar públicamente, la creación de la radio.

Con esta decisión, cantidad de cosas se nos vinieron encima, pero lo más importante es que nueve
años más tarde, se había logrado un proyecto que muchos deseábamos y que en la actualidad ya
muestra frutos de enorme magnitud.

El periodo que va de 1989 a 1990 se llenó de inmensa actividad, por un lado, un equipo
trabajando el diseño de la radio, por el otro la creación de un estudio de grabación y por el otro
TROVA SERRANA entró en su fase de festivales de canto muevo y se graba la primera
producción de música infantil.

Se inician las trasmisiones de radio.

El responsable de las emisoras del INI era Carlos Plasencia. A él enviaron para el diseño del
proyecto. Con él se definieron objetivos, tipo de equipo, él fue quien propuso o autorizó, una isla
de edición de video. Pero el programa de trabajo, capacitación integración de contenidos,
redacción de documentos, ya fue responsabilidad de Eduardo Valenzuela.
En este primer momento participaron compañeros que propusieron el entonces director del CDI,
y otros por parte nuestra. Iniciaron el equipo, Fernando Ramos. Francisco Luna, Carlos Martínez,
Alberto Pedro García, Javier García, Emma Diego, el Cotzocón, estuvimos también Ricardo, el
cuñado de Sergio Madrid, Estanislao García, Ángel García y su servidor. Tiempo después se
agregaron más; Valentino Reyes y otro que por el momento no recuerdo. Tiempo después se
definió quien iba a participar de tiempo completo y quien de tiempo parcial, quien adentro y
quien desde fuera. El proceso fue muy rico ya que permitió centrarnos en lo que se deseaba
tomando en cuenta lo que diez años atrás, habían propuesto Manuel Hinojosa y su equipo de la
UAM. Ya cerca del 21 de marzo de 1990, llegó el mentado ingeniero Monir, responsable de la
antena y del equipo trasmisor. Con muchos nervios y con información básica, salimos al aire, con
la nueva visita del Presidente de la República, Carlos Rojas como Subsecretario de Programación
y presupuesto, y Arturo Warman como director General del INI y los dirigentes de más de veinte
organizaciones y decenas de autoridades municipales y comunales de toda la región fueron
testigos del acto. La fiesta se puso en grande como era de esperarse, en mi casa, como lo había
sido el año anterior, la gente se volvió a reunir para festejar.

Este proceso, representó para todos los fundadores un verdadero reto. Muchas preguntas estaban
por responderse, ¿que desarrollo queríamos¿ ¿Qué era lo que necesitábamos¿ ¿Cuáles eran los
valores nuestros más importantes¿ todo estaba para diseñarse. Es en este momento en el cual se
nos permite o nos permitimos entender la suma de valores y principios con que contábamos y que
sin quererlo, de muchas maneras o los ocultábamos o se nos hacia ocultar o bien se nos habían
suprimido. Este el gran salto hacia la valoración de lo propio. Si de alguna manera ya habíamos
tomado conciencia de que los conceptos aprendidos en la Universidad eran inútiles para explicar
nuestra situación, incluso, de que habíamos ya propuesto el concepto de Comunalidad para
subsanar esta profunda inexplicación de lo nuestro, el reconocernos en todas las dimensiones de
la vida requería de tiempo. La radio, XEGLO, se convirtió en una gran ventana, que no sólo nos
permitía ver lo que estaba afuera, sino que permitía la luz para mirar hacia nuestros adentros.
Una aproximación inmediata hacia nuestro mundo comunal interior lo fue la música de Trova
Serrana, la siguiente el concepto de la música de banda, con quien de manera inmediata
alternábamos en las fiestas. Para la radio, la música de banda se convirtió en símbolo, música
construida, interpretada comunalmente, fue la primera referencia de lo que significativamente
propio se balbuceaba en las letras de Trova. El ejercicio de construcción de una barra
programática nos llevo a la ineludible tarea de la información. Era necesario tener información de
todo lo que aconteciera en la región, no sólo del acontecer externo, fundamentalmente de lo
nuestro. Ahí se diseño por primera vez la idea de corresponsales comunitarios, informadores de
cada comunidad que revalorando su trabajo, nos dieran un panorama de su acontecer diario.

Y fue aquí donde empezamos la difícil tarea de eliminar el ocultamiento de nuestros valores.
Debemos reconocer que el trauma de la conquista, incluso de lo heredado del período de la
reforma, el porfiriato y la revolución, había sembrado en nosotros el problema de no poder ser
nosotros en todos los foros. Pensábamos que siempre había que ser como los de afuera querían
que fuéramos, con ello abandonábamos, tecnología, vestimenta, música, comida, pensamiento,
ética, en fin casi todo.

Si bien es cierto que los que integrábamos el equipo inicial de la radio, proveníamos de distintos
procesos formativos, pues habían personas que tenían licenciatura, había otros que apenas tenían
el bachillerato, todos nos convertimos en una unidad que se proponía descargar lo que se
deseaba, sin tener muy claro como caminar un camino al que se nos había negado alumbrar. De
alguna manera era emprender un camino que se nos había prohibido valorar, como el saber que
teníamos un valor que era necesario difundir. Reconocer la cultura propia no es fácil después de
más de quinientos años de imposición política, económica pero sobre todo intelectual y cultural.
La idea de la radio, no llegó de fuera, ya platicamos de esto, por lo mismo el diseño de lo que
debía de hacerse, no podía llegar de fuera.

Claro, se tomaron experiencias que de alguna manera coincidían con el reto que enfrentábamos,
el manejo del equipo de transmisión era como tener un juguete nuevo pero desconocido.
Poco a poco fuimos ensayando técnicas mas técnicas, así salió el noticiero, “el arriero informa”,
el programa de avisos “cordillera”, nombres utilizados en nuestra vida cotidiana que fueron
despertando nuestras capacidades. Producimos nuestro primer programa de contenido
“encuentro” y mas tarde hicimos una revista a la que denominamos “veredas”. El primer director
fue Aldo González. Aun sin experiencia emprendió la travesía con el apoyo de la entonces
dirección de radio del INI.

El proyecto original que se integró en 1982, proponía que el órgano directivo de la radio lo fueran
las autoridades municipales y comunales, al realizarse el proyecto, y habiendo sido financiado
por el INI (Gobierno Federal) la dirección y su diseño quedó bajo su mando. Por nosotros no
había cuete, entendíamos que aquello era gobierno, y eso era todo. Lo que se debía de hacer era
trabajar con nuestros ideales en la mano. Ni siquiera nos pasó por la mente que ese procedimiento
era un paso más en la ya larga trayectoria de usurpación que el Estado hace de nuestras
facultades, de nuestro compromiso para manejar nuestras intenciones y orientar su determinación
con base en los razonamientos centrales del poder. El mecanismo, fundado en nuestra
ingenuidad, nos hizo aparecer de nueva cuenta como ignorantes e incapaces para diseñar nuestro
propio camino. Pese a todo emprendimos la marcha, a veces riendo de los aciertos otras llorando
los errores o dificultades para avanzar en el reconocimiento de nosotros mismos, como región
con pensamiento y acción propios.

Se aparece la acción fonográfica.

Ángel García integrante de Trova Serrana con la asesoría amorosa de Joaquín López Chapman
alias el “Chas” que tenia como comida favorita pato a la naranja (gansito y fanta), emprendieron
el trabajo.

Ángel fue el núcleo detonador de este proceso, consideraba que el registro de la música era
sustancia cultural. Así se comprendió y emprendimos paralelamente a la creación de XEGLO la
integración de YETZI KERIU que inicialmente fueron cuatro paredes y un techo que albergo
aparatos de grabación que iniciaron su labor de manera espectacular.
La banda de San Melchor Betaza llego a grabar bajo la dirección de Narciso Lico Carrillo. De ahí
se desprendió todo una obra fonográfica que en la actualidad abarca más de 400 producciones. En
ese estudio trajinaron autores regionales, cantores regionales y estatales, nacionales e
internacionales y sigue aún en plena labor.

Entre ellos estuvo “Son Caminos” de Venezuela; Baltasar Velasco de la Costa, Eco Serrano, el
CECAM de Tlahuiltoltepec, Corsario de Oaxaca (del difunto Salomón Zarate), más tarde un
disco con Trova Serrana, Chanta Vielma de la Costa, Ulises Velasco, Hebert Rasgado, y muchos
artistas más. Esta experiencia permitió entender la diversidad musical que muestra Oaxaca.

Aparece la acción videográfica

El trabajo de video nace con XEGLO “La voz de la Sierra” gracias a la brillante iniciativa de
Carlos Plasencia. Con la existencia de un equipo de edición ¾ u-matic, y video cámaras Hi 8.Los
compañeros se vieron motivados a cultivar la imagen. Recursos tecnológicos no apreciados pero
si reconocidos a través de la televisión. Tener una cámara y recorrer comunidades permitió a este
equipo de trabajo formarse y elaborar producciones de una brutalidad natural. Algunos de estos
fueron: Juan José García (Ojo de Agua A.C.), Tonatihu Gutiérrez, Carlos Martínez, Héctor
Lorenzo Inocente, Alberto Cruz Luna, Javier García Pérez, Fernando Martínez y Raúl Mendoza,
con un fuerte apoyo de Javier Pérez, Felipe Bringas, Alicia, el Brujo y muchos más que se
anotaron como maestros. En este proceso también se construyo un equipo de actores infantiles
entre los que sobresalen Luna Martínez Andrade, Claudia García, Marco Aurelio, Juliana
Martínez, Jesús Luna, Josué García y muchos más. Esta experiencia sembró lo que en poco
tiempo se convirtió en CANAL 12 “Nuestra visión”. El antecedente inmediato de esto fueron
cuatro videos, el primero sobre Recursos Naturales, el segundo sobre Medicina Tradicional, el
tercero sobre Cafeticultura y un cuarto de Cultura; videos que fueron expuestos en principio en la
CUMBRE DE LA TIERRA realizada en Río de Janeiro, Brasil.
Este trabajo ofreció la seguridad de emprender una serie de televisión que se denomino
REVISTA DE LA SIERRA y que fue difundida a través de Canal 12 Nuestra Visión y a nivel
estatal a través de CANAL 9 en ese entonces IORTV Instituto Oaxaqueño de Radio y Televisión,
etapa primaria de la Televisión gubernamental del estado de Oaxaca. Quiero recordar que
paralelo a esto se estaba grabando el disco “Mucho más de 500 años” (1994) de Trova Serrana.
Virgilio Caballero quien era director de IORTV estuvo en el estudio y al consultarle sobre la
necesidad o la posibilidad de traducir una canción nuestra elaborada en zapoteco nos respondió lo
siguiente: “Cuando los Beatles nos tradujeron una canción, por lo tanto no es importante la
traducción” y por eso en la grabación la versión quedo exclusivamente en zapoteco.

REVISTA DE LA SIERRA se construyo con un esfuerzo colectivo que implico el


reconocimiento de la cultura propia. En ese proceso se formaron más videastas y se logro
mantener una producción a lo largo de más de un año ya bajo la dirección de Corporación
Oaxaqueña de Radio y Televisión CORTV; de Héctor Parker. En esta misma etapa se realizó la
serie TELEPRIMARIA que fue compartida con organismos de videastas de todo el estado pero
que significo para nuestro proceso, la consolidación de capacidades y visión sobre la educación
de nuestros hijos.

“NUESTRA VISIÓN” (Canal 12) feneció por una sencilla razón. No había dinero pero además se
logró que CORTV instalara un re transmisor de 1000 watts en la región. Lo chistoso del asunto
fue que Corral de Piedra es una Torre transmisora propiedad de TV Azteca. TV Azteca tenía un
conflicto con Televisa por la frecuencia 13 y se apoyo de esta intención para que Gobierno del
estado le apoyara y saliera en Canal 12. Nosotros estábamos transmitiendo en Canal 12 pero que
diferencia nosotros lo hacíamos con 50 watts y TV Azteca entro con 20,000 watts. Nuestro canal
fue totalmente borrado y nosotros con ganas de descansar nos fuimos de vacaciones (1996-1999).

Aparece la radio comunitaria

Ante los avatares de hechos insatisfactorios y satisfactorios, volvimos al aire casi al año 2000
pero ahora con la intención de una radio comunitaria.
Yo le decía a Ángel “¿para que otra radio si ya tenemos XEGLO?”, él de manera muy firme
afirmo que teníamos también nuestra propia posibilidad, es así como nace Estéreo Comunal.
Nacimos con 50 watts.

En paralelo Raúl Mendoza y su servidor Jaime Martínez Luna, emprendimos una gestión ante
INDESOL (Instituto Nacional de Desarrollo Social) en la cuál como aprobadora de proyectos
estaba una amiga conocida desde los 80; Xóchitl Ramírez quien posibilito el apoyo financiero
para un transmisor que no tenía mayor expectativa que 100 watts; el objetivo no era llegar a un
amplio margen de comunidades sino a un núcleo pequeño con el que pudiéramos tener relación.
Llegaron los técnicos y la sorpresa fue que se nos informo que el transmisor que habían instalado
no era de 100 watts sino de 300 watts en FM. Me sorprendí, me llene de miedo pero era ya una
realidad y desde entonces y a finales de 2000 empezamos a transmitir con la fuerza que tenemos
ahora.

Nuestro empeño de transmitir radio nos llevo a experimentar miles de locuras. Transmitimos
desde el cerro con una caseta, con una antena con luz pero con muchas necesidades, eso implicó
el entretejimiento de nuevos equipos de trabajo; hombres y mujeres que se prestaron a transmitir,
incluso a jugar con la transmisión.

Salimos al aire inicialmente y cuando mucho llegamos a ocho pueblos, esto cambio radicalmente
cuando se estableció el nuevo equipo que nos permite en la actualidad llegar a más de 40
comunidades.

El contenido de los programas tanto de radio como de televisión reflejan dos aspectos:
Revaloración de lo propio y resistencia cultural. Lo primero significa el reconocimiento de lo que
tenemos, de lo que somos, pensamos y soñamos. Es entender la realidad que vivimos. Lo
segundo es lo que aspiramos. Esto tiene relación con el desarrollo industrial, con la falta de
fuentes de empleo, con el abandono en la agricultura, con políticas generales que dañan de
manera cotidiana a nuestras comunidades, pero que como siempre hemos sostenido; a mayor
sofisticación de los mecanismos de imposición, mayor sofisticación ahora en nuestros
mecanismos de resistencia.
La resistencia ha sido profunda y va desde los abuelos: Don Eliseo, Don Constantino, Hilario,
Luis Ruíz, Don Pío Quinto, Doña Ofe, Rebeca, Josefina y muchos más pero también la nueva
generación Ángel García, Beto “Tiburón Mágico”, Javier García Pérez, Alejandro Ruíz, Víctor
Robinson, Victor García, Jaime Martínez Luna, Rolando Villa, Estanislao García, Nestor
Hernández, Francisco Luna, Fernando Vargas, Jesús Luna, Martir León, Kendy Hernández,
Maria Magdalena Andrade, Salvador Aquino, Álvaro García “El capitan tlacuache”, Elena (Bety
Pérez), Alaín Santiago, Adela Díaz Arcos, Cristina Andres, Arturo Guerrero, Gustavo Ramírez,
Elias Ramírez, Josué Mendoza, Ándres Martínez Andrade, Cecilio Ruiz alias el “tex”, Jesús
Jacinto, Raymundo, Cecilio Ruíz, Heydi Pérez, Dalia Morales y muchos compañeros más que se
nos escapan en la agenda.

La programación inicialmente estuvo diseñada para ser de 12 horas con contenidos informativos
de discusión y de atención a personajes tanto gubernamentales como políticos, como
institucionales, en este momento estamos transmitiendo 24 horas y no lo niego “es un sacrificio
para todo el equipo”. Debo ser sincero cuando digo estamos me siento como la mosca.El sustento
de esta emisora resume el privilegio de vivir una región. Por lo mismo puede promover una
economía regional. Esto no es ser una emisora comercial, esto significa el desarrollo de una
región. Significa alentar potencialidades económicas de trabajadores y labradores de la vida
cotidiana. No implica lucro, significa una estrategia para estar todos conjuntamente.
Comunalidad es el baluarte conceptual que atiende, que entiende y que sistematiza el
comportamiento de todos. No es la perfección pero si una aproximación a la armonía.

Otro elemento más.

Paralelamente a todas las actividades que hemos descrito apretadamente, surgió la fotografía y el
diseño. Llegaron hasta nuestra fundación becarias japonesas.

Su objetivo era investigar asesorar y acompañar nuestro proceso de comunicación. Con la


participación de artesanas de Tabehua, diseñaron figuras de barro, que representaban el colorido
de todo Oaxaca.
Fruto de ésta relación y de la participación de recién egresados de la UAM; Arturo Guerrero,
Tonatihu, Gutiérrez y Ramón Troncoso, se habilito un espacio para un laboratorio de fotografía y
otro más para el trabajo de artes plásticas. Este último estuvo atendido por tany García, quien
integró equipo con Rolando Villa. Con el laboratorio de fotografía se logró imprimir un
calendario con producción fotográfica de las japonesas y los compañeros de la UAM

Fruto de esta experiencia fue la conformación de un taller de fotografía. En este taller bajo la
asesoría de Mariana Resemble, conjugaron esfuerzos una decena de niños que participaban en
otras actividades aledañas tales como tele primaria .El taller logró un impacto estatal y nacional,
una de sus integrantes; Luna Martínez Andrade, logró un premio nacional. Esto de alguna manera
siguió alentando o animando a nuevos equipos de trabajo en la comunicación. El camino se había
abierto en varios frentes que permiten soñar en mayores avances y también en nuevos derroteros
para la revaloraciónj de principios y valores que son la esencia de nuestra existencia, la
demostración de nuestra identidad y de las capacidades que por siglos se han visto reprimidos ,
marginados. Esta es la hora de entendernos, de comprendernos, de valorarnos, y así dignificar
nuestro derecho” a vivir como nos plazca”, tal y como lo dice la canción “mucho más de
quinientos años” de Trova serrana.

A últimas fechas hemos empezado a vomitar publicaciones que tuvieron su origen una década a
tras con las revistas: GUZIO, y TITZA QUERIU. La labor editorial de aquí en adelante, será una
muestra del paso que llevamos. Poetas, escritores, diseñadores, fotógrafos, encontrarán en
nuestras páginas el espacio necesario para extender su creatividad,

De todo este proceso ya tenemos comunicólogos, videastas, fotógrafos, pintores, actores,


técnicos, investigadores, que si bien no pueden mantenerse del trabajo en nuestra organización, lo
hacen en cualquier lado y como pueden, pero no pierden la relación con la comunidad con el
proceso que los ha formado.
Comunicación Profunda

Desde tiempo atrás hemos padecido apelativos de ser Indígenas, originarios, nativos, de que
crean y de creer no saber a ciencia cierta que somos, y de serlo, porqué somos lo que somos.

El conocimiento, la información, la forma de sentir y pensar, se nos ha impuesto a través de


muchas instancias: Estado-Nación, Educación, Iglesias, Códigos, Partidos. Es cierto, no han
logrado convertirnos del todo, aquí estamos y caminamos con nuestros pies, quizás no a nuestro
ritmo, pero si, con nuestra propia energía.

Las formas de razonar se nos inculca desde bebés, y reproducimos modelos de pensar que están
muy alejados de como percibimos la realidad y en verdad somos. Es ésta la profundidad que el
maestro Bonfil encontró en nuestro caminar, esta obscura y clandestina forma de ser, lo que
somos a pesar de la innumerable suma de obstáculos que nos impiden comprender el mundo
luminoso que nos orienta, si, desde nuestra profundidad.

Los poetas, los cantores, los pintores, lo han señalado desde siempre. En nuestro ser se revuelca
un sabio al que no le permiten hablar, y menos ofrecer conocimiento a los que desean
desaparecernos, a los que ostentan el poder.Sin embargo, nuestra energía pareciera multiplicarse
desde la profundidad, Pareciera decirnos que estamos vivos y que tenemos una razón, una forma
de ver la vida que no sólo es útil a nuestra gente, sino a todos los habitantes del planeta.

Los conquistadores y su ciencia positiva, los literatos y su sensibilidad individualizada, los


economistas y su estrategia expansiva de mercado y posesión, no desean entender la diversidad
existente en todo el universo. Los adelantos de su ciencia tecnológica martillean nuestros
principios con tal precisión que nos obligan a aceptar que estamos equivocados, que nuestro
destino es obedecer, que nuestro mañana es seguir sus orientaciones. Sus promocionales no nos
dejan dormir, menos soñar. Con todo esto, seguimos en resistencia.
Conceptos como libertad, igualdad, Fraternidad, democracia, desarrollo, sustentabilidad, equidad
de género, oprimen nuestra energía y creatividad. Nos inventan religiosidades terrenales, a la
par, de las celestiales que padecemos desde hace quinientos años. Nos han acostumbrado a
defender su lógica de pensamiento, y nos hacen reproducirla ante nuestros alumnos que al igual
que nosotros, no alcanzan a liberarse.

Lo macabro de este clandestinage, es que al no liberarnos, no valorarnos, no comprendernos,


el tener como herramienta de trabajo; un micrófono, una cámara, una computadora, o una pluma,
provoca que demos continuidad a que la imposición y que ésta se vuelva eterna y con ello,
infinita nuestra opresión.

Es tiempo de voltear la tortilla. Es momento de volver al sentido común, es urgente escribir


nuestra propia historia, es necesario integrar nuestros valores y principios, con base en nuestra
oralidad e imagen. Así sea en español, pero ejercitar en nuestro pensar los conceptos propios que
subyacen en la epistemología de la comunalidad.

Lo importante no es sólo conocer las herramientas halladas en el campo del enemigo, sino
utilizarlas con nuestra manera de razonar. La naturaleza para nosotros no es una mercancía, es
nuestra totalidad, El tiempo no es producción, es vida, nuestro caminar no es lineal es circular. El
sabor del alimento no es lo que cuesta en moneda, es lo que nos nutre y nos relaciona con el todo.
La vestimenta no se escoge, se necesita para compartir el clima con el mundo. La canción no es
lo que se repite sino lo que deja huella en el espíritu, La mujer y el hombre no son solo
reproducción, es la complementariedad para la conquista de la vida. De nada servirán los
micrófonos y las cámaras si repetimos el discurso que se nos ha impuesto. De nada servirá la
tecnología si no se sitúa al servicio de nuestra creatividad.

Es por ello que la formación de nuestros hijos comunicadores, deberá ser Naturalógica, no
únicamente antropológica, porque con la antropología volvemos a situar al monoteísmo, al
individuo como el centro único de nuestras aspiraciones y comprensiones.
Nuestro pensamiento es natural y comunal no es de competencia, es de compartencia, la
propiedad no es individual, si es que hay, es comunal. El comercio no es negocio es intercambio,
por ello La libertad no existe pero si la complementariedad. La democracia republicana debe
tener como raíz o cimiento la realización de la comunalicracia. No es una utopía pensar en
ciudades comunales y con ello pensar que la comunalidad pueda invadir espacios
individualitarios urbanos. A la igualdad inyectemos la diversidad y lo plural. A la fraternidad
consolidémosla con la reciprocidad.

Es urgente, proponer un modelo educativo propio de comunicación, que consolide lo avanzado


por indígenas, originarios, nativos o como se nos quiera nombrar, para todas las disciplinas
habidas y por haber, no solo para el ejercicio de nuestro pensar profundo, sino para reeducar a los
que hemos padecido las enfermedades que ha generado la impuesta civilización individualitaria,
entre ellas la fragmentación, la parcelación de un conocimiento que es natural y total. Este
modelo debe implementarse mediante una estrategia pedagógica que trascienda los espacios
delimitados por la mentalidad nacional, individualizadora y mercantil, Debe impulsar el
derrumbe de fronteras que separan el intercambio intenso de la diversidad y la compartencia.

En esta era globalizadora, es hora de trascender la queja la denuncia, el reclamo como único
sustento de los contenidos a ejercitar, para elevarnos a la propuesta conceptual y participar
equitativamente en el debate por el devenir de todo el planeta.

Somos consientes de los aportes trascendentales que ofrecen experiencias como Telesur, Canal
11, canal 22, Las radios comunitarias, Las públicas, y todos aquellos medios con buen ambiente
de criticidad en el análisis de procesos, pero no es suficiente, ante la avalancha de argumentos en
pro de la privatización y la injerencia de los grandes capitales trasnacionales en el manejo de los
medios de comunicación. Para ello, repetimos es más que urgente la formación de una nueva
generación de comunicadores que rescaten de la profundidad de lo propio, los argumentos y
experiencias necesarias para un futuro más armónico del universo.
Viendo lo que se quiere ver.

Fuimos invitados a observar el trabajo de mirar, ordenar, editar y difundir lo que se percibe desde
varios poros geográficos del planeta. No nos cabe duda que todos reparamos en lo que nos
interesa, nos gusta, nos duele. Para decidir la imagen que deseamos reproducir, nos aferramos o
dependemos de todo aquello que nuestro cerebro ha guardado a lo largo de nuestra vida, y que se
sintetiza en nuestra mente como una suma de efectos que se van transformando hacia delante o
hacia atrás como la propia vida.
Una cámara de cine o de video retrata todo lo que sucede a nuestro alrededor pero somos
nosotros con nuestros traumas y nuestras utopías, quienes seleccionamos y editamos el resultado
que conscientemente deseamos obtener. Después de haber visto la gran parte del material que fue
inscrito en el festival latinoamericano de cine y video indígena, no tengo duda de la diversidad de
contextos, temáticas, situaciones, como también de las coincidencias en las preocupaciones, en
los afanes, en los intereses que cargan cada uno de los que trabajan con la cámara.

Un análisis general de estos productos de cine y video, refrendan de manera muy precisa, una
orientación básica que podemos identificar como un camino que va de la naturolatría a la
homolatría, es decir de la adoración a la naturaleza a la adoración del hombre. La mayor parte del
trabajo realizado se revela naturólatra en distintos momentos, contextos, en formas de
interpretación.
Desde esta posición se puede afirmar que los cineastas buscan claramente la exposición de
porqué el ser humano debe reconocer su dependencia, su amor, y su preocupación por la
naturaleza.

El signo de los últimos dos milenios o más, se expresa en sentido contrario, en su obsesiva
identidad homólatra, del cual hace depender su felicidad. Dicho de otra manera, estamos
atravesando un parte aguas del conocimiento, de la percepción, de la explicación del presente y
del devenir de la humanidad. Reproducir un homocentrismo es no tomar en cuenta los riesgos
que corre el planeta. Esta perspectiva, ha llevado al conjunto de los videastas en este festival a
enfocar hacia el otro lado, al naturocentrismo, señalando en sus productos, los enormes
obstáculos que sus esperanzas traen en el pensamiento actual, y en el modo de vida que se diseña
para el futuro del planeta, el cual de seguir el camino trazado se convierte en oscuridad en
espacio mortal totalitario, carente de sueños y de poesía.

El coincidir en la búsqueda de naturolatría es abrir caminos armónicos respetuosos, recíprocos, de


ayuda mutua, de justicia particular y general, de respeto a la diversidad con la conciencia de
nuestra ciudadanía terrenal.

El homocentrismo mercantil y tecnócrata se deja ver en las masacres de pueblos y regiones


enteras, lo mismo lo vemos en Acteal Chiapas México como en la selva maya de Guatemala, en
Colombia apoderándose de la tierra, como se puede ver con la masacre de los Dakota del sur. La
defensa de la tierra, del territorio, de la naturaleza, es lugar común contra la ambición del
mercado, del poder, del despotismo lo vemos en Guerrero México, a las orillas del patuca en
Honduras, en Sipakapa de Guatemala, con los Mapuches en chile, a las orillas del río maniquí en
Bolivia. Pero esto no detiene la incansable lucha por la recuperación del territorio, como se ve
con los guaranís del Chaco, en Bolivia, o en Brasil, en donde el primer contacto con los blancos
colonialistas significó la pérdida de un territorio que ahora luchan por recuperar. La defensa de la
tierra es motivada por la sed de oro, al establecimiento de hidroeléctricas, la extracción de
hidrocarburos, esto se ve en Perú, ecuador, la amenaza de perder el territorio está en todos lados.
Sin embargo la resistencia se percibe desde lo cotidiano, una diaria poesía que comparte con la
naturaleza lo dulce y lo amargo de los afectos de cada día. Lo encontramos en la dulce
convivencia de los mixes, en la vida de los artesanos como Emeterio en la Argentina, en la selva
amazónica con la cosecha de maní, descubierto por el agutí, como también en el tiempo de las
flores en la provincia de Formosa en Argentina, o bien en el quehacer de los niños de Morelos
México, o la cotidiana sobrevivencia de los habitantes de Yabarana en Venezuela.

La naturaleza, se percibe en todo su esplendor, en lo árido del desierto de Sahara, donde los
Saharahuis se defienden ante las agresiones de los Marroquíes, hasta en la flor de Cempasúchil
ataviando a la muerte en el Istmo de México. Naturaleza no hecha para el mercado, pero
convertida en mercancía, en Quintana roo con el cate, o la coca en Bolivia. La naturaleza
impregna el mito, como vemos en hapunda, que es una leyenda Purépecha de México, en Brasil
donde un eclipse de luna convoca a entender la relación en el cosmos de la menstruación
femenina con la de la luna, o la demostración que el ser gitano en la India tiene su sentido, su
razón de ser, su color, su emoción en el desierto en donde la compañía de un camello o la cobra
son parte de una naturaleza, de un modelo de vida recibido y extraído de la naturaleza que
contextúa a cada sociedad.

La defensa de la cultura propia se da en todos estos testimonios. La visión de los maestros


peruanos que exponen los dos saberes que se enfrentan en las escuelas, afecta de manera
múltiple, principalmente en ámbitos urbanos como los revelan las mujeres inmigrantes en León
Guanajuato. El problema se hace mayor en los sueños binacionales que exponen los Mixtecos y
Chatinos. La educación está en el centro de todo, en el espacio, para la reproducción de
aniquilación de los valores profundos que cada habitante de sociedad originaria porta.

La labor de la mujer se hace presente en todos estos testimonios, en la vida cotidiana, en la


defensa de principios, en la conservación de la memoria histórica, en la defensa de la tierra, unas
veces como líder, otras como intelectual otras como víctima al igual que el hombre, exige el
respeto a la naturaleza en el Ecuador, y ofrece lección organizativa en Bolivia. Como defensora
de la selva y perdiendo el miedo, el festival señaló de manera especifica el papel que juega la
mujer en el devenir de los pueblos originarios.

Tenemos claro que la educación se adquiere tanto en la escuela como en la comunidad, en todos
los espacios que nos albergan en cada geografía, por ello existe la medicina natural como lo
expone en los altos de Chiapas. La cultura está en todo, en nuestra vestimenta, en nuestra danza,
lo mismo pero de diferente manera se ve con los Yaqui, que con los bolivianos con la senda de
sus danzantes.

El modelo de desarrollo que se le ha impuesto a todo el planeta, le plantea a los pueblos


indígenas, disyuntivas de diversos niveles de profundidad, opciones que van desde negociaciones
en las que no se sabe si se gana o se pierde como se nos muestra en el velo de Berta mapuche.
Los grandes capitales creen resolverlo todo con dinero, pero aniquilan principios de gran
profundidad. Los valores se antagonizan y se entablan diálogos de sordos. La crueldad de estas
contradicciones se devela con los Shoshons en Arizona, en donde la población originaria lucha
por la vida y el Estado norteamericano impone la muerte.

Esta contradicción expresa los polos opuestos de la razón y el pensamiento homólatra, Frente a la
resistencia naturólatra, fundada en su relación poética y respetuosa con la naturaleza. Este es el
gran reto que enfrenta el pueblo Boliviano en la actualidad, quien ha logrado elevar a uno de los
suyos a la presidencia de la república, a la cima de una nación que está montada en una montaña
de recursos energéticos del subsuelo, que por ser el motor del desarrollo de los grandes capitales,
ofrecerán todo a cambio de obtenerlos, y con ello destruir la lógica de vida que ha guardado con
tanto celo el pueblo Boliviano. Este país que haciendo región con Venezuela, Brasil, Argentina,
Ecuador, Perú, Chile, Uruguay además de Cuba; enfrentará a corto plazo la presión para un
desarrollo diseñado desde fuera, situando en peligro el enorme valor de la cosmovisión milenaria
de Quechuas y Aymaras.

La polarización de razonamientos que actualmente habitan nuestro planeta, se precisan en todas


las películas y videos que se presentaron en este festival, Esto permite la oportunidad para que
cada país, región, estado, diseñe las estrategias más adecuadas para la salvación del planeta en su
unidad respetando la diferencia, la pluralidad.

No es justo que vuelva a ocurrir lo de la tierra arrasada de Guatemala, o lo que sucede ya


cotidianamente en Colombia con el ejercito, los paramilitares y la guerrilla o que se den otros
Acteal, Atenco, o Oaxaca que con la lucha de sus maestros le ofrecieron a este festival un
contexto de cotidiana resistencia.

Los enfrentamientos de las razones hegemónicas y los de la resistencia, se expresan en todas sus
modalidades, y en este duelo que se manifiestan las mayores coincidencias; entender de manera
distinta a la naturaleza, dejar de creer que el hombre es el dueño de todo, impedir la violación de
los territorios y de los hombres. Encontrar respeto profundo tanto en la naturaleza como en las
culturas distintas, etc. dicho de otra manera, se busca una diferente interpretación de la vida, con
base en el escudriñamiento de la vida misma.

Todos los productos expuestos en este festival, son para consumo de todo público pero sin fines
de lucro. Mucho esfuerzo se habrá que hacer para que estas películas las pueda ver un público
ampliado fundamentalmente por el control de los medios que ofrecen las grandes empresas
televisoras y más en México en donde la radio y la televisión tienen maniatados a los tres poderes
de la república. Bolivia debe concretar una señal que difunda sus mensajes de profundidad, tanto
“una nación clandestina” como “el precio del perdón” que fueron exhibidas fuera de exhibición
oficial, nos demuestra, la alta calidad de largometrajes que produce la interpretación naturólatra.

Sin embargo, resulta necesario crear un sistema intercontinental que difunda esta obra, quizás con
el espacio de telesur, TAL, canal 5 de Guatemala, la red de medios estatales en México, etc.,
podamos con el corto tiempo pensar que este modelo de interpretación de la vida conquiste
espacios, simpatías, y la decisión de encauzarlo a través de la educación libre, si
enclaustramiento. Pero no es solo es la difusión de los productos, sino el enriquecimiento de más
producciones, de la formación de nuevos equipos de trabajo, etc. estoy seguro que todos estos
temas han sido tocados por los organizadores de este evento, sin embargo no sobra señalarlo
como tarea para todos los que hermanamos nuestro trabajo, y las interpretaciones de nuestros
resultados, que estoy seguro son un río que nadie podrá detener y que tanta falta le hace al
planeta, erosionado por el mercado, la tecno-ciencia, la burocracia, los capitales trasnacionales,
etc.

La magna obra que se traza como programa de trabajo este festival para la vida, será para todos
como lo señala uno de tantos hermosos productos del Brasil amazónico; un ritual de vida, no solo
para los que se reivindican en los pueblos indígenas, como para todos aquellos que estamos
comprometidos en lograr el respeto a la diversidad, en la definición de un destino común de una
comunidad de destino, o bien de la comunalidad como la interpretación y la definición del ser y
del devenir de los hombres y mujeres
Del planeta tierra.
VII.- DE TU PUEBLO NECESITO: Venezuela voltea a la vida Comunal

Venezuela quiere algo que nosotros estamos protegiendo. Ella lo quiere para vivir una nueva
etapa en su historia, un momento de mayor satisfacción social. Nosotros eso lo protegemos
porque es quizás el arma más efectiva para nuestra defensa. Ciertamente, estamos hablando de la
Comunalidad.

La historia de Venezuela ha hecho brillar a lo largo de los siglos; la propiedad privada. En


México, esta se está imponiendo en aquellas regiones comunales. En Venezuela los campos,
forjadores de mano de obra barata, han sido abandonados en beneficio de ganaderos y de
agricultores especializados en los monocultivos. Los asentamientos de población llámense:
caseríos, comunidades, fincas, haciendas, parroquias, no han recibido un apoyo o impulso directo
del Estado Venezolano. No tienen, en su mayoría, personalidad jurídica que les permita ser
auxiliados por los programas del Gobierno Central. A esto se debe que en la actualidad la
constitución de la República Bolivariana, justifique la integración de Consejos Comunales, y de
Comités de tierras urbanas, la primera especialmente en las provincias y los segundos en las
grandes concentraciones urbanas. En México se busca la privatización de todo.

En Venezuela, el gobierno central se ha propuesto el logro del Socialismo del siglo XXI, Para
ello considera importante la construcción de una ideología propia que conduzca por el camino de
la democracia y el socialismo. Pero esta no se piensa como discurso a elegir, ni como suma de
dogmas a dictar, sino como un pensamiento construido por la población, por la reflexión del
pueblo, por el reconocimiento del pueblo a su propia experiencia. Tampoco se trata de una suma
de recetas, sino de una concepción clara de lo que se quiere, de lo que se necesita, de lo adecuado
para la obtención de mayores grados de bienestar. Esto es método, herramienta tecnológica,
integración de principios, definición de valores, organización de la participación, orientación de
la energía social, enseñanzas, investigación, en fin, el descubrimiento entre todos de una nueva
manera de vivir, escogida y diseñada por todos.
Por nuestra parte, en México, Contamos con un modelo de pensamiento que hemos heredado de
nuestros ancestros, Una visión del mundo que durante siglos nos ha permitido tener la fortaleza
para resistir los embates de la privatización que se nos ha tratado de imponer desde la llegada de
los españoles. Este modelo de vida lo hemos portado por encima de las visiones socializantes del
siglo XX, y de las percepciones democráticas que se han dado a lo largo de los dos últimos
siglos. Es una suma de principios que al pasar de los días se convierte en bandera de lucha para
todos los sectores sociales más depauperados.

No podemos negar que la Comunalidad, en México es agredida sistemáticamente por la


penetración de los medios de comunicación fundados en los principios del mercado, de la
educación individualitaria y central que impone el estado Mexicano, de una lógica económica
neoliberal que reproduce valores opuestos a los aprendidos ancestralmente. La tenencia comunal
de la tierra aunque mayoritaria en el Estado de Oaxaca, es la minoritaria en la república,
Digamos, que mientras en Venezuela se concibe a la comunalidad como un posible modelo de
vida a construir, en México es un modelo de vida a destruir.

Es esta la situación que nos lleva a madurar un proceso de intercambio de experiencias, que por
un lado abra caminos nuevos de convivencia social política y económica (en Venezuela) y por el
otro (en México), fortalezca los mecanismos de resistencia ante un modelo económico que se
orienta hacia la privatización no solo de la economía sino de la política y del pensamiento.
Privatizar es consolidar la individualización de la vida, es dar continuidad a las grandes
profundidades que separan a los que lo tienen de más y a los que tienen nada, Comunalizar es
pensar por y para todos, es la búsqueda de un mundo más armónico, es comprender que somos el
resultado de los otros y no de nuestra individualidad. En Venezuela empuñemos la comunalidad
para la conquista de bienestar y en México, aprovechemos la comunalidad para la defensa y la no
desaparición de planos de armonía que cada vez brillan más por su ausencia. Para todo esto,
veamos por partes la comunalidad en estos intercambios:
En la educación.

Debemos en principio comprender que la comunalidad no es una suma de normas. Obligaciones


que puedan extenderse simplemente repitiendo un principio o grabándose un valor. La
comunalidad no es una actitud que pueda enseñarse fundándose en el discurso. Por lo contrario
es necesario comprender que es una vivencia, algo que debe ser ejecutado, una acción que puede
ser racional o no, pero a realizar. Es el hecho lo que te lleva a su reflexión, no al revés. La
reflexión es resultado de una acción como tal primero se actúa y en un segundo momento de
analiza.

La educación se ha entendido como un proceso vertical y de poder. Para asumir la comunalidad,


es necesario llevar a cabo un proceso horizontal y sustentado en la autoridad. La comunalidad es
el resultado del conjunto, del trabajo en colectivo, de la labor común. Es el intercambio
permanente de actividades lo que no cierra la posibilidad de la oralidad, como tampoco de la
lectoescritura si esta es resultado de una labor conjunta. La comunalidad tiene una pedagogía
estricta basada en la acción conjunta. Una pedagogía que no permite la individualización del
hacer y del pensar.

Con base en esto se puede afirmar que el espacio adecuado para el intercambio es el taller. Es
decir un espacio que permita la colaboración conjunta de los participantes.

La pedagogía de la comunalidad se sustenta en cuatro acciones o mecánicas básicas: el


reconocimiento del territorio y la territorialidad resultante, La integración de la instancia para la
toma de decisiones (asamblea), la elección de sus representantes, el trabajo colectivo para la
satisfacción de necesidades comunes y la organización del festejo terminal o del proceso. Todo
esto fundamentado en dos valores y principios centrales: El respeto y la reciprocidad.
En la organización.

Sobre la base del respeto y la reciprocidad, podemos visualizar varios niveles de organización.
Los niveles pueden estar diferenciados por actividad, por origen, por edad, por sexo, etcétera. Lo
cierto es que en un proceso concreto, la organización debe darse entre vecinos, de un caserío, de
una comunidad, de una parroquia en fin una integración que dependa del origen y de la cercanía.
Es normal que un vecindario enfrente problemas que le son comunes. Esto puede facilitar pero
también obstaculizar la organización, más si los participantes tienen antecedentes
individualitarios por excelencia. Sin embargo el trabajo conjunto relaja las tensiones.

Otro nivel es cuando se da el encuentro entre representantes o voceros de caseríos, parroquias,


comunidades u organizaciones. En este nivel el avance conceptual puede ser mayor. Puede
lograrse un avance estratégico de importancia municipal Estatal incluso Nacional. Estos
encuentros pueden fundar políticas públicas, programas de gobierno, de trabajo municipal y
micro regional. Esto en el caso de Venezuela, En México también si al demandarse se pudiera
contar con la comprensión del Estado. Para Oaxaca esto puede realizarse si se funda en lo
establecido en la ley Estatal de Educación y en la ley de derechos de los pueblos indígenas. Aún
con esto, es necesaria la exigencia para su realización.

Otro nivel organizativo se encuentra en la academia. Tanto en Venezuela como en México, los
académicos requieren de una seria revisión de su conceptualización. Es bastante obvio que el
lenguaje académico, está plasmado de significantes de origen occidental e individualitarios. A
ello se debe la necesidad de hacer una rigurosa revisión del discurso, pero al igual que en otros
planos, la discusión de la comunalidad debe responder de manera precisa a una pedagogía
estricta. Cuando nos referimos a la academia, estamos hablando de todos los niveles, y no sólo
para los maestros sino también para los alumnos, de estos últimos principalmente los de
educación media y superior.
En la producción.

Tanto Venezuela como México pueden tener cadenas productivas coincidentes, Sin embargo, los
intercambios se pueden localizar en las economías de baja escala, es decir, en aquellas en las que
el productor tenga la posibilidad de intercambiar tecnología y mercados. Los intercambios en
otras escalas responden a otra lógica y por lo mismo requieren de otro tratamiento. Esto no
significa que los intercambios entre empresas no requieran de una reflexión rigurosa de la
racionalidad que les envuelve, es más resultaría saludable para sus dinámicas internas, no así en
su vinculación con el exterior, en la cual la lógica de mercado encauza toda negociación.

Intercambiar experiencias en planos productivos de baja escala, permite la puesta en práctica de


programas vinculados cercanamente a las personas, a los recursos naturales, a posibilidades
tecnológicas realistas y manejables. Esto lleva en paralelo a la reflexión de los factores que
constituyen la comunalidad, y por lo mismo a una mayor efectividad en los intercambios. Un
aspecto central a reflexionar en planos de producción es el valor que se le da al recurso natural.
Es claro que la mercantilización de la naturaleza, ha sido uno de los principios identitarios de la
economía liberal, es por ello que la relación hombre-naturaleza se ha prostituido para perjuicio de
ambos. Sin embargo, la sobrevivencia del hombre depende de la naturaleza, y esto es un interés
que se muestra en ambos países, es decir, la suficiencia alimentaria es prioridad, por lo mismo los
intercambios en este rubro son imprescindibles. Para todos es claro, que la producción de
alimentos responde a condiciones establecidas por los capitales imperiales, sin embargo es una
necesidad que ha de enfrentarse en todos los planos, para garantizar la sobrevivencia de los
pueblos.

La comunalidad en el plano productivo tiene mucho que ofrecer, sin embargo debemos estar
consientes que una economía comunal envuelta de una macro economía de mercado encuentra
serios obstáculos de ejercicio. En México existen empresas comunales, lo que podría escucharse
como una contradicción, sin embargo así es. Las comunidades con tenencia comunal de su
territorio y recursos naturales, han tenido la posibilidad de integrar unidades productivas,
comunales a su interior y mercantiles al exterior, lo que significa una adecuación de lo comunal
en un mundo económico individualizado. ¿Estamos hablando de un socialismo de mercado en el
caso de Venezuela, o bien de una empresa social en el caso de México¿ .No lo sabemos, pero esto
es lo importante a investigar a través de los encuentros.

En la investigación.

Todo encuentro e intercambio de experiencias lo consideramos un proceso de investigación. En


este sentido, los intercambios a realizar constituirán la acumulación de información, la reflexión
de problemáticas y de haceres comunes que pueden arrojar principios y nuevos valores a
ejercitar. Se pueden obtener políticas públicas para ambos gobiernos, y sobre todo programas de
trabajo a ejercitar en cada contexto. La investigación en planos académicos, puede fructificar en
publicaciones, en nuevos principios a extender a través de las instancias educativas en ambos
países. Sobre todo se puede obtener un nuevo conocimiento que ayude a superar el laberinto
individualitarios en el que nos encontramos.

De manera conjunta, enfrentamos los efectos de la globalización económica. Sin embargo son
nuestros contextos y nuestras necesidades los que pueden aportar conocimiento para trascender o
adecuarnos a esta globalización. No podemos pensar en cerrarnos en nuestras economías, por lo
mismo debemos hablar de soberanías relativas o compartidas, y de ese modo abrir nuevos
senderos, para encontrar la solución a nuestras necesidades. Por todo esto resulta central el
intercambiar nuestras experiencias y encontrar las repuestas en nosotros mismos.
VIII.- CONCLUSIONES AL VAPOR

En ello y no solamente en una ley establecida sin dialogación. El enfrentamiento de las leyes
"positivas" y las nuestras no solamente se dan en el campo de lo ridículo, como es cuando no
tenemos traductor, sino en la base misma de los principios que se cualifican. Siempre se razona
en términos del derecho individual, nunca se piensa en el derecho comunal, es decir siempre se
razona en término de los intereses de un individuo y se entiende que toda actitud deviene de un
interés individual, nunca se incorpora la posibilidad de entender que la actitud es resultado de un
hecho social y más bien comunal, que por lo mismo amerita un tratamiento distinto.

A eso se debe que las cárceles estén repletas de hermanos que estando dentro no llegan a entender
sus delitos como suyos, ni tampoco a desarrollar una actitud comunalizadora. La cárcel los
individualiza y como tal de nueva cuenta los separa de la comunidad. Eso es lo que hace la
cárcel. Una nueva afrenta a la cultura de los pueblos indígenas.

No quisiéramos discutir si esto es válido en una sociedad mestiza o urbana para mayor exactitud,
sin embargo, creemos que para la nuestra no lo es, por eso afirmamos nuestro derecho a imaginar
que dentro del estado de derecho del que tanto se habla, exista la posibilidad del ejercicio de
diversas modalidades de justicia, y que estos sean realizados por las distintas sociedades que
conforman la sociedad mexicana.

La autonomía, libre autodeterminación o autodeterminación, sería en este caso el marco jurídico


más adecuado para concretar este tipo de libertades. El Estado mexicano no debe temer sus
resultados, más bien debe estar atento a sus frutos porque podrían ser un ejemplo de como
conducir una sociedad compleja sin tantos papeleos, porque pareciera ser que nuestra sociedad
nacional se realizara exclusivamente sobre papel.
De regreso al sentido común.

NOTA INTRODUCTORIA.

La globalización, entre muchas o pocas cosas que nos ofrece, está la de permitirnos reconocer
que somos habitantes surgidos todos del mismo planeta: La tierra. Esto nos explica el que la
diversidad de culturas, de religiones, como la diversidad de modos de interpretar la vida,
responde a la propia diversidad biológica que el planeta nos ofrece.

Las ideas que se vierten en el presente trabajo, desean exponer la sencillez que puede prevalecer
en el ejercicio del conocimiento, cuando lo interpretamos desde el contexto que lo determina. La
tarea no es fácil, dada la coherente complejidad que los filósofos y científicos le han dado a la
interpretación del hombre, por el hombre, mismo. Deseamos no caer en la misma trampa, ojalá
nuestros razonamientos permitan el retorno al sentido común, que tanta falta nos hace.

DEMOS INICIO.

Los seres humanos, desde la “comunidad científica”, en lugar de tratar de explicar lo que les
rodea de la manera más sencilla, parecieran complejizarlo todo. Incluso lo más nuevo que se lee
dentro del mundo académico suele titularse “introducción al estudio de la complejidad”.

Podríamos estar de acuerdo que el ejercicio del conocimiento es complejo, si es que insistimos en
la necesidad de entender y explicar todos los comportamientos humanos, sus exposiciones o sus
efectos, y con ello establecer leyes que expliquen el movimiento de la sociedad en su conjunto,
en lugar de analizar las causas que de manera diversa los determinan y explican.

La reflexión sobre las causas, o de lo que ocasiona un comportamiento nos puede de manera
simple llevar a utilizar el sentido común, es decir a descifrar la percepción que todos lo que
habitan un mismo contexto, graban y seleccionan en su mente, traducen en su cotidiano actuar, y
reproducen conceptualmente.
Las causas las encontramos en la diversidad de contextos que conforman la agregación social, y
es esta la que tipifica los comportamientos humanos.

Los seres humanos cuando tienen como primera referencia a otro humano, se introducen en el
laberinto del pensamiento de otro ser, que como él, también tiene a otro ser humano como
referencia inmediata. Así el pensamiento se vuelve, entre humanos, un laberinto infinito sin
salida.

Independientemente de la explicación científica del origen y de la reproducción del hombre,


podemos tomar conciencia que los modos de percibir la realidad son tan sencillos que por ser
tales, solemos pensar que navegamos en el error. Si percibimos la realidad a través de la
percepción del otro, resulta lógico que las ideas del otro y las de los otros, integren nuestro
pensamiento. Tenemos claro que lo que percibimos del otro no todo lo registra nuestra mente.
Nuestro cerebro lo recibe, pero nuestra mente lo selecciona, a través de categorías definidas por
interés, afectos, formas, que también nos son inducidas por los otros.

En el largo proceso de hominización, o sea, el recorrido en tiempo y espacio que ha tenido el


hombre a lo largo de millones de años, cada persona vivirá la referencia de lo que le rodea. Si
vive en las montañas adquirirá de ellas sus múltiples enseñanzas, si vive en el desierto lo mismo.
Y si vive rodeado de otros humanos, asimismo y de ellos integrará su pensamiento.

La complejidad, o la complicación que el hombre le da a su pensamiento, dependerá de la


complejidad de lo que le rodea, pero lo complejo, lo tenemos en nuestro propio cerebro, en la
medida que absorbemos la complejidad de los otros.

Muchos afirman que en las regiones denominadas “indígenas” se da de manera natural la


sabiduría, o que el pensamiento campesino está más cerca de la armonía, en contra posición del
pensamiento que desarrolla una persona en la ciudad, que tiene como referencia a una
muchedumbre de seres que cargan en sí mismos complejidades mayores o menores. Esto suena
lógico, si entendemos que la vida indígena, está rodeada o tiene como referencia a la naturaleza.
Resulta obvio que un ser rodeado de naturaleza se explique en función de ella, porque es su
referencia, y lo mismo una gente en la ciudad, desarrolle la complicación porque su referencia es
la complicación de otros que a su vez cargan la complicación de otro más que le antecedieron.

La existencia del homo sapiens, es decir un hombre con conciencia de serlo se hace compleja
porque no descubre que carga en si mismo su homo demens, es decir su brutalidad, expone su
brutalidad ante la brutalidad de su referente, o sea, otro humano y el homo sapiens que ve en la
naturaleza la armonía, tiende a integrarse en ella, su referencia, y explica la vida de esa manera
aunque también percibe la desarmonía de su naturaleza, cuando tiembla, cuando hay eclipses,
tornados, huracanes, etc. y absorbe la desarmonía convirtiendo su interpretación en miedo,
respeto, veneración, mensaje, etc.

La naturaleza genera sus propios principios religiosos, lo que a su vez engendra una moral, una
ética, que reproduce a través de su religión natural, como parte integradora del universo. Eso
explica el porqué de la diversidad cultural, como la diversidad de contextos que abriga la
formación de una persona. El hombre que vive en centros urbanos, al explicarlo todo en términos
humanos elabora también principios de ética y moral homólatra, es decir, el humano lo educa, lo
forma, por eso hace al hombre mismo el centro de su religiosidad.

De manera sintética podemos afirmar que cuando el hombre tenga como contexto central la
naturaleza, su fe y su comportamiento se convertirán en naturolatría, por el contrario cuando
tenga un contexto esencialmente integrado por humanos, su fe, su creencia y su pensamiento será
homólatra.

Desde antes de la era planetaria, la historia escrita o dibujada, nos reafirma la sencillez del
reconocimiento de los contextos del hombre. Los que han hecho del hombre un dios,
normalmente provienen de núcleos urbanos densamente poblados, o de Estados diseñados por el
hombre y gobernados por hombres. La cercanía del hombre con otros hombres, provoca su propia
adoración, como también su repulsa. Ante el control del hombre por el hombre, surge una
religión del hombre para el hombre. Los profetas encuentran en el hombre mismo su salvación, al
no encontrarla en la tierra la ubican en el cielo. Esto es lo que algunos autores han llamado.
Religiones de salvación celeste.

En otros contextos, el hombre al tener como referencia a la naturaleza, en el mar, en la montaña,


en la selva, en el ecuador, en llanuras, tiende de manera natural a diseñar religiones de salvación
natural. y desarrollan el conocimiento naturocéntrico.

Los grandes personajes de la historia escrita nacen de un pensamiento homólatra, urbano. Los
conquistadores, emperadores, escritores en su mayoría, surgen en contextos impregnados de
homolatría, por lo mismo, de una complejidad humana sin límites.

LA EXISTENCIA DE PARADIGMAS

No nos cabe duda que el pensamiento de un contexto u otro, elabora sus propias herramientas
para ordenar el pensamiento. Elabora categorías, conceptos, cuantifica y califica los fenómenos
que observa. Cada paradigma tiende a explicar coherentemente lo que entiende, lo que le
preocupa explicar, por ello el paradigma occidental busca explicar al hombre en su medio y otros
paradigmas buscan explicar la naturaleza en la que vive el hombre desde la naturaleza.

Se ha afirmado hasta la saciedad que el paradigma occidental separa al hombre de la naturaleza,


de sujeto y objeto, de espíritu y materia, de forma y contenido, etc., etc. pero el pensamiento
surge en un contexto en donde la referencia inmediata es el hombre, de ahí que otros filósofos
encuentren como la esencia de lo occidental, la medida; es decir, la comparación, la
cuantificación y por ende el mercado y la acumulación. Mide al hombre y lo controla, y con ello
se adueña de la naturaleza cuantificando su valor y explotándola como una mera cosa. En el polo
contrario, se afirma también que la filosofía oriental se define en lo inmensurable, en la totalidad,
en el universo, en el todo mientras que en occidente se fija en las partes, hace pedazos la totalidad
para entender la vida humana y termina por fragmentar su interpretación como también
fragmenta a los seres humanos.

La histórica lucha entre religión y estado, es decir la lucha inmensa del hombre por la libertad de
pensamiento se da en el contexto homólatra. Ambos modelos de asociación, con base en
principios, normas, dogmas, valores, ritos, símbolos, no son más que modelos de poder, de
control, de sometimiento de actitudes como de pensamientos. Ante el imperio romano surge el
cristianismo, ante la monarquía religiosa aparece la libertad, la igualdad y fraternidad de la
revolución francesa. Ante el capitalismo surge el socialismo, ante el autoritarismo surge la
democracia, todas estas, en suma religiones de salvación celeste y terrestre, exponen una historia
dibujada por el hombre para el hombre.

En otro contexto surgen las que se han llamado religiones politeístas, más acorde a contextos
naturólatras, que no ofrecen un devenir histórico lineal por lo contrario parece mantenerse ahí
contra viento y marea, sin profundos cambios caminando al ritmo del cosmos, de la totalidad , del
universo, entendido ahora como pluriverso, desmantelando al individuo y ofreciendo la
comunalidad. Lo vemos en religiones como la Mixe, Aymará, tibetana, americanas o Asiáticas.
En su mayoría en las grandes alturas o a la orilla del mar, en lugares titulados como
“marginados” “pobres” selváticos” “atrasados” “explotados”; en regiones del sur o en “regiones
subdesarrolladas”. Siempre medidas por entes homólatras de occidente, pretendiendo la
interpretación de totalidades, pero encontrando el necesario respeto a las diversidades, tanto
raciales como políticas, culturales y sociales. Las del norte padecen la presencia de sociedades
naturocéntricas en el ártico, y las del sur padecen las presiones de interés colonial homocéntrico,
que buscan el control de la riqueza natural que es entendida como mercancía. Por todo esto,
podemos asegurar la existencia de dos paradigmas: el homólatra y el naturólatra o natural.

LOS APORTES DE UNO Y OTRO CONTEXTO.

Es indudable que en pleno siglo XXI existe clara conciencia de los grandes aportes de la ciencia
occidental, numérica, matemática, física y química como también biológica, medica, pero pesa
mucho su predominio en el pensamiento mundial por su carácter colonial. La mentalidad
homólatra en su borrachera de poder, le ha llevado a imponer su tecno ciencia, su burocracia
incluso su democracia. Sus aportes al hombre son sobrevalorados por el hombre mismo, tan es así
que está situando en peligro a todo el planeta. Para occidente homólatra y mercantil, la naturaleza
no es más que mercancía al servicio del hombre, como tal, debe ubicarse en un segundo plano.
Primero es la satisfacción del hombre y al último es de la naturaleza, la que no piensa, la que no
siente. Esta subestimación de la naturolatría ha llevado a los propios homólatras a mirar a sus
espaldas, y empiezan en el siglo XX a mostrar preocupación por los excesos de su pensamiento.

No solo el liberalismo y el marxismo del siglo XIX generan fórmulas nuevas de salvación
terrestre, en la actualidad se llegan a inventar disciplinas conceptuales que intentan reconocer el
paradigma opuesto, al naturocéntrico, el americano, oriental, originario y empiezan a proponer a
la biología, a la geografía como disciplinas necesarias, a la sustentabilidad o lo territorial como
concepciones económicas de arrepentimiento. Muchos han sido los avances en las técnicas de
medición, pero pocas para la comprensión de la naturaleza. Se ha avanzado en informática, en
economía, en comunicación, en medición geográfica, aunque estos mismos avances parecieran
controlar a sus inventores, a sus productores. La economía cada vez la entienden menos, la
informática pareciera fuera de control, la tecno ciencia en la rebatinga de las superpotencias, y
todo bajo el signo de la propiedad, que pareciera asegurar el futuro del hombre aunque esté
resultando lo contrario. El planeta se está derrumbando, se está desgastando, se está calentando y
la gran casa que nos da cobijo y sustento a todos; pareciera romperse en pedacitos.

La ceguera del lado homólatra avanza aunque ofrece algunos síntomas de claridad. El concepto
de desarrollo prevalece dentro del pensamiento homólatra, ahora se habla de desarrollo
sostenible, desarrollo sustentable, desarrollo territorial, desarrollo rural, etc. se diseñan métodos
sobre métodos de aproximación, de apreciación, de sensibilización, de planificación y de
investigación, pero todos parten de ver al hombre para el hombre y siempre aparece el Mesías, el
conductor, el verdadero, el transparente, el mero, mero, unos lo ven en el proletariado, otros en
los campesinos, otros en los indígenas. Otros en nuevos héroes, líderes carismáticos. Pierden
fuerza los partidos, las religiones, aunque no se desechan del todo. La democracia campea como
fórmula mágica para la salvación terrestre. Dentro de esta, la naturaleza sigue siendo una última
referencia. Se asoman esperanzas sobre todo en América del sur, con sociedades
mayoritariamente naturólatras, pero rodeadas de amenazas, de presiones sobre su riqueza natural.

Del occidente científico afloran momentos lúcidos, ahora ya se reconoce y se habla de ciudadanía
planetaria o terrestre, se comprende que somos producto del cosmos, del planeta, de que somos
parte integrada a la naturaleza. Ahora se habla de antro política, de eco política, de una necesaria
reforma del pensamiento, pero no se abandonan la libertad, la igualdad, la fraternidad, la
solidaridad, como conceptos centrales de una homolatría que no se explica si no con base en el
contexto que conforma al pensamiento humano. Es cierto, se ha avanzado en la interpretación de
la era planetaria, ahora ya se entiende la necesidad de los mundiólogos, se define el destino
común, pero aún se depende de fórmulas asociativas cuantificables, equilibrio social y político de
poderes, se sigue estimando a la democracia y a la autonomía individual, aunque ahora se atrevan
a ponerle de apellido ciudadanía terrenal e introduzcan la necesaria noción de la totalidad sin
dejar de fundamentarse y desarrollar el conocimiento de las partes.

Se está logrando entender al mundo, al hombre pero desde el hombre mismo, por lo mismo se
hace necesaria la proposición de nuevos conceptos pero que partan de lo sencillo, de lo palpable.
El hombre se ha separado tanto de la naturaleza que parece que ha perdido la posibilidad de la
totalidad. Integrar el conocimiento y no seguir en las partes, en la fragmentación, en la medida,
en la separación, por eso, hoy más que nunca se hace necesario el subrayar el reto urgente de
volver al sentido común, es decir a la sensibilidad natural. Solo de esta manera podremos sacar de
este laberinto no al hombre sino a su pensamiento, que se ha perdido en la penumbra del yo, del
ego, del individuo.

UNA NOCIÓN COMPARTIDA.

Si estamos de acuerdo que el hombre está definido por su contexto deberemos privilegiar el sitio
en el que se desarrolla su pensamiento. Es decir, si es urgente integrar un nuevo paradigma,
debemos partir del contexto natural que abriga al hombre para diseñar las estrategias, las políticas
que formulen de manera sencilla el pensamiento necesario.

En primer lugar debemos desechar la medida como principio de razonamiento. Las teorías
cuantitativas, deberán ser trascendidas por las cualitativas y cuantitativas en su unidad. En
segunda instancia, resulta necesario entender que el pensamiento es resultado múltiple, en
movimiento, conservador, transformador, pero resultado a fin de cuentas de una suma de
presencias que se dan en el contexto. Si vives cerca de la naturaleza tendrás en la marcha del
firmamento, el ritmo para comprender el nacimiento del color, de las plantas que hacen tu
existencia, una magia permanente, un ámbito en el que se da mas la poseía, que la prosa de la
rutina. Un contexto natural, te impregna de ánimo no de prisa, de calor no de sed. El método que
se genera al aprender lo que se mueve ante ti, tiene un ritmo no cronometrado y se vincula
poéticamente al día y la noche. Aunque tu labor tenga un horario adquirirás en la actividad de la
naturaleza su ritmo, tu cerebro lo guardara todo, pero tu mente seleccionara lo necesario para
relacionarte con las personas que te definen, que hacen tu persona.

La naturaleza permite y obliga a la persona a asociarse, primeramente trascendiendo las


necesidades, con actitudes reciprocas, que nos son meramente fraternas, si no necesarias,
obligatorias, generadoras de normas, fundadas en el respeto y por lo mismo en la integración de
la diversidad de sus habitantes. Nos estamos refiriendo a la comunidad territorialmente definida.

La naturaleza ofrece la sobre vivencia pero reclama su cuidado. Todo esto, genera formulas de
convivencia claramente precisadas. Una de ellas es la asamblea, el ámbito de toma de decisiones,
la que exige y obliga a la participación, luego encontramos y como derivación la concentración
del valor de la representación; el cargo. Si, a si se le llama por que pesa una representación
obligada. No es lo mismo que aquella que es el ascender al poder que se convierte en negocio, en
la negación de otro, en la eterna lucha de competencia en donde se ubica en la balanza el discurso
frente a la práctica. El cargo es prestigio, es valor colectivo, definido por el trabajo, es decir,
acción que objetiva la presencia. El trabajo en comunidad es método y esencia de realización
comunitaria. Se da la responsabilidad comunal más que la propiedad comunal. El trabajo
categoriza la existencia en la asamblea, como el trabajo para la toma de la decisión, el trabajo en
el cargo para la coordinación y representación lo mismo que el trabajo intelectual y físico para el
mantenimiento de la comunidad y por ultimo el trabajo para el goce o el trabajo para la fiesta. El
concepto que emana de esta realidad asociativa y que tiene como referencia es: comunalidad.

Suena curioso, que la historia del hombre haya desarrollado con todo excelsitud la individualidad,
concepción que le da poderes inimaginables al hombre, subraya la autonomía individual como el
acto puro de realización humana y es correcto, pero le separa de la realidad, lo aísla y le quita su
naturaleza asociativa todo lo que explica su pensar, que es también una resultante social.
Desde esta perspectiva, podemos afirmar que no existe capacidad de creación individual en la
medida que todo razonamiento o emoción es resultado de un contexto natural y humano
individual y comunal. El hombre no es mas que la suma enriquecida de los otros, es decir, el
hombre es un ser comunal este donde este.

Su plenitud tal vez la encuentre de manera integral en la comunidad natural, no tanto en la


comunidad urbana. El ser individual no existe lo que existe es su circunstancia, su contexto, el
medio que lo determina. Lo que existe es lo comunal, los comunal fragmentado social o
individualmente, pero comunal a fin de cuentas.

Desde esta perspectiva, la comunalidad es el concepto necesario para explicar sencillamente al


hombre en su actuar. Lo comunal se manifiesta en forma y contenido en la vida comunitaria,
modelo asociativo que sobrevive y se reproduce en la regiones apartadas, olvidadas, y que gracias
a ello, se han cuidado para en la actualidad ser veneros de oxigeno, captura de carbono,
biodiversidad alimentaría, forestal, medicinal. Reservorios que generan comportamientos de
normas asociativas y que representan un modelo distinto de pensamiento. Su cercanía a la
naturaleza les inyecta otro ritmo, que el ser urbano no alcanza a comprender y etiqueta como el
“buen salvaje” susceptible de ser apoyado, auxiliado, en su “obligado desarrollo en el combate
contra su pobreza”, es Comunalidad agredida con banderas de libertad, de individualidad, de
democracia. Dicho de otra manera, una comunalidad territorialmente entendida es agredida por
una comunalidad individualizada y florecida en espacios urbanos.

Resulta refrescante concluir que el ser humano es eminentemente comunal, que no se logra
explicar, mas que como discurso que enfrenta el poder homólatra, digamos, otro partido, otro
estado, otra etnia, en lucha siempre de humano a humano, encima de un plano natural que se
percibe secundario, sin embargo, dada la complicación o complejidad que ha generado el
pensamiento egocéntrico y homólatra, el ser comunal encuentra espacios propicios fuera de la
ciudad, lugares donde la naturaleza es la referencia inmediata, esta misma razón y situación
permite que florezca con mayor facilidad una ética planetaria, la concepción de la llamada
ciudadanía terrenal o la de una comunidad de destino.
Partir de la comunalidad como concepto totalizador, nos permite obtener una definición mas
sencilla del hombre y su devenir, para plantear las estrategias y políticas que le garanticen mas
vida al planeta, y por lo mismo a nuestras posteriores generaciones. Comunalidad significa
sentido común lo que hacemos de manera reciproca, de manera cotidiana, que se integra en el
desarrollo del conocimiento que resulta necesario para la sobre vivencia. Partir del concepto
comunalidad, no significa entender un estado armónico estático y eterno, por lo contrario,
descubrir las contradicciones que encierran cada acto y cada percepción del movimiento en su
contexto. Lo que existe tiene que definirse por lo que no existe, como tal se vive la contradicción,
el orden y el desorden en todos los seres vivos. Hay vida por que hay muerte, lo uno esta por el
otro. En esta medida, en lo comunal también hay pasado y futuro aunque siempre vivamos el
presente. Las contradicciones son la fuente del movimiento eterno.

TIEMPOS Y ESPACIOS

La comunalidad se da en tiempos y espacios. No es lo mismo una comunalidad producida en la


ciudad que una en el campo. La ciudad, es reproductora de comunalidades individualizadas, de
seres comunales que escogen individualmente su comunidad y esta se concreta a partir de una
visión básicamente homólatra, es decir integra su comunidad con los individuos que selecciona,
se relaciona, trabaja, y se distrae. La comunalidad en el campo, es resultado de una relación
directa con la tierra, la que le da identidad y le asigna responsabilidades, como derechos y
obligaciones que el colectivo ser dicta así misma. Es aquí, donde la comunalidad tiene un
territorio que le sustenta y reproduce.

La comunidad es el espacio, pero en la ciudad esta se integra de individuos y en el campo de


individuos y de naturaleza. En la ciudad puede hablarse de comunidad universitaria de
comunidad Israelita, etc. pero en el campo todo se refiere a territorio.

El espacio como el contexto define el grado de homolatría o de naturalatría que se exprese. Con
este razonamiento podemos afirmar que en la ciudad prolifera la comunidad humana y en el
campo la comunidad natural. Cuando se habla de comunidades indígenas, a la comunidad se le da
un apellido de carácter cultural, que le identifica de otras comunidades naturales. Pero el
pensamiento que emana de comunidades naturales, son específicamente de mayor significación
naturólatra, sea esta indígena o no. Es su relación con el entorno, o con su contexto lo que le dará
su identidad real.

Es cierto que las comunidades indígenas nos muestran mayor plenitud naturólatra, una
cosmovisión más integrada a la naturaleza, pero no es porque sean indígenas, sino porque son
sociedades que tienen una relación integra a la naturaleza.

Los tiempos que vive una sociedad homólatra, obviamente responde a necesidades creadas por el
hombre mismo. Se utiliza el reloj para cumplir tareas pactadas y determinadas por los seres
humanos, por lo contrario, en el campo, es la naturaleza quien marca el tiempo, y esta marcación
esta sellada por el ritmo del universo. He aquí el gran secreto de la diferencia entere las dos
formas de pensar, la que deviene del diseño del hombre y la que se deriva del diseño natural.

ESTRATEGIAS BÁSICAS PARA LA SOBREVIVENCIA.

Pensar en la sobrevivencia es entender el transcurrir de la vida, entre el nacer y el morir, dicho de


otra manera es realizar un presente que tiene orígenes y futuro. Si todo se explica en fusión de su
contrario podemos afirmar que el hombre vive gracias a la muerte y viceversa, ambas son parte
del todo que se complementa, que se explica en su unidad. La comunalidad por su parte se puede
entender en función de la individualidad pero esto no quita que cada ser humano porte en su
cerebro una comunidad de ideas y referencias que les están determinados. Es decir, en cada
individuo las contradicciones explican una totalidad y como tal en su mente estas naveguen según
cantidad y calidad los estímulos que le fermentan el conocimiento.

Pero de lo que se trata, una ves entendida la comunalidad que llevamos dentro, y que define
nuestro existir, es entender que lo que resulta adecuado ante la convivencia de dos modelos de
aprensión de conocimiento, nos permitamos descubrir lo conveniente para conservar nuestra
forma de vida en tiempo y espacio, es decir, necesitamos diseñar estrategias precisas para
recomponer el todo y a su ves analizar reconociendo las partes.
Si hemos tomado conciencia de la ciudadanía territorial, debemos integrar el todo a partir de sus
dimensiones y de sus aprecios en ambos contextos. El desarrollo puede exponerse desde los dos
modelos de percepción y realización del conocimiento. El desarrollo pensado desde un homólatra
con poder organizativo, financiero, militar y técnico, impone su visión a otro hombre
sometiéndolo dominándolo; dirige enseña y orienta. El desarrollo siempre ha sido la imposición
de religiones terrenales y celestiales que se ejecutan en otros planos religiosos, quizás naturales.

Aunque puede haber dominación sin la imposición de un modelo de pensamiento, como se ha


visto en regiones orientales y americanas, la lógica cuantificable o cuantitativa de occidente le ha
llevado a imponer su pensamiento y el hurto de recursos. Dicho de otra manera, el desarrollo del
mercado que es significativamente homólatra tanto en su formula de estado como en su religión,
lleva en si un carácter arrasador, exterminador en unos mas que otros. Veáse la diferencia entre el
colonialismo ingles y por el otro, el español.

La religión del desarrollo cambia constantemente de tácticas, de métodos, de parafernalia, pero


en esencia sigue siendo la imposición de pensamiento y la explotación de recursos.

El desarrollo siempre a sido imposición e ignorancia, el cristianismo por ejemplo afirmó que los
habitantes de América no tenían alma, a si el desarrollista piensa que la gente en la montaña no
sabe nada, que esta pobre y que esta marginado, como consecuencia se impone la fe de educarlo,
sacarlo de la pobreza e integrarlo a una dinámica económica mas amplia. Esto se realiza incluso
aceptando su potencial organizativo cultural. Primero lo hace con la fuerza de las armas, luego
con la religión, mas tarde con la educación, incorporándolo a la república con métodos
“participativos”, con perspectiva de género, trabajando y observando su potencial comunitaria
micro regional, regional, cultural, etc. Con la misma tendencia pero con discursos mas elaborados
aparecen las ONG´s quienes aparecen en escena como los nuevos Mesías y terminan de
interlocutores en comunidades que por si misma planean su desarrollo desde antes de oír la
palabra planificación. Lo que se afirma no significa que todos pretendan los mismos resultados,
incluso podríamos pensar que algunos ni siquiera toman conciencia de estar perdidos en el
laberinto de la homolatría, o que sean cruzados del arrepentimiento por el grave daño que le
causan al planeta con su manera de pensar.
El pensamiento homólatra, diseña religiones de salvación terrenal, ahí están los liberales, los
anarquistas, los marxistas, los ecologistas, los capitalistas, ahora los sustentables, los territoriales
los rurales etc... Es importante afirmar que no están equivocados, que saben lo que están haciendo
pero es importante descubrir que están presos en su laberinto, que miden que comparan que
evalúan que tecnifican. Su pensamiento es coherente, pero en si mismo fragmentado. Su
pensamiento desarrolla las partes de manera increíble hay la informática mide y aísla todo, pero
asta eso, todo empieza y queda fuera de su control precisamente por que existe otro modelo, otra
referencia, otro paradigma que lo desnuda como fragmento, como prosa, como rutinario, como
herramienta y esta otra forma de pensar es la que emana, brota, surge desde el reconocimiento de
la naturaleza.

Pensar en el desarrollo desde la naturaleza, exige el diseño de nuevas categorías, tiempos,


métodos, programas, políticas, proyectos, pero todo desde la naturaleza. Se que navegamos en el
campo de las utopías de la poesía, del romanticismo pero ni modo. Creo que es momento para
hacerlo.

A manera de resumen y a partir de lo anterior, podríamos afirmar que tanto el hombre homólatra
como el naturólatra tienen un pensar comunal, pero es su contexto el que conforma su percepción
e interpretación de la vida. Pero estos contextos generan intereses distintos que entran en una
contradicción permanente, trascender esta contradicción permitirá definir una estrategia básica y
común para conservar la casa de ambos.

Pondremos a su juicio como inicio cuatro rubros pensados occidentalmente, nos vemos obligados
a hacerlo, por vicio, por rutina, o por estructura mental, porque no negamos nuestra
contaminación homólatra, estos rubros son: educación, organización, comunicación, y
producción.

EDUCACIÓN NATURAL.

Desde que nacemos participamos de un proceso permanente de aprendizaje. El contexto que nos
recibe se encarga de ofrecernos todo tipo de estímulos, desde la demostración de afectos hasta la
violencia. Vivimos y sentimos necesidades, hambre, frió, calor, y lo fundamental para la vida: el
oxigeno. El primer aliento de vida, elemento que produce la naturaleza. De ahí en adelante el
contexto conduce nuestra formación. El distinguir ordenadamente todos los implementos que nos
sirven para compartir la vida la aprendemos; de los primeros maestros, aquellos que están cerca
de nosotros. Pueden ser animales, plantas, hombres, mujeres en fin todo se convierte en mecánica
de aprensión lo que va fermentando nuestro carácter, la personalidad, la forma y contenido de
nuestro pensamiento que esta en un constante movimiento. Entendido todo esto creemos que una
primera afirmación, es que la educación la de el contexto inmediato, que es la integración y
resultado de una multiplicidad de interacciones sociales y culturales.

Pensar una educación desde la naturaleza implica que esto sea solo distintivo del contexto, que se
viva rodeado de sus contribuyentes, aunque en este momento histórico, podemos identificar que
se padece de una suma de conocimientos que no son decididos por la naturaleza, es decir que no
brotan, del contexto propio, si no de contextos ajenos y que nos son impuestos.

Aprender el contexto, implica aprender haciendo, es decir ser haciendo lo que significa, la
observación mediante la acción. Este principio ya ha sido reconocido por la “comunidad
científica”, como tal nos resulta necearía argumentarla mas, sin embargo, una percepción desde la
naturaleza, nos dice que esto es una gran obviedad, que el razonamiento fragmentario,
cuantitativo, ha complicado, ha complejizado hasta el cansancio.

La educación desde la naturaleza, nos exige lógicamente vivirla y aprenderla, para de ella extraer,
la sofisticación que encierra lo multidimensional y lo diverso de su existencia. La naturaleza fija,
sus tiempos, siempre en constante cambio, sus humores, sus enojos y todo va llevando a nuestras
células cerebrales que empiezan a medir su aprendizaje, con el tiempo de la naturaleza.

Los valores de la naturaleza se van convirtiendo en garantía para la sobrevivencia. Cada producto
obtenido del trabajo, va ubicándose en un ritmo de consumo que es diseñado en ese contexto,
desde esos mismos valores. Lo que importa es sobrevivir y compartir la vida con quienes nos
están educando. De ahí que el aprendizaje no tenga un sitio específico para recibirse o realizarse,
está en todo ámbito. Sin embargo, la competencia también al convertirse en valor, promueve la
reunión, el aprendizaje en conjunto. El intercambio de enseñanzas, va haciendo comunalidad, el
sentido común, el quehacer conjunto. Es necesario tener en cuenta que la conjugación de
aprendizaje no necesariamente debe identificarse con el claustro educativo. Cuando este se ha
dado, se ha respondido a la imposición de enseñanzas, se ve claramente en los monasterios para
la inducción religiosa, eso puede darse también en planos habitacionales densos. En otras
palabras, los centros urbanos promueven el claustro, esto se vio en los calmecac aztecas. Ya en el
periodo colonial se ve con mayor nitidez el interés por el adoctrinamiento “del que sabe” al “que
no sabe”. Del colonizador al colonizado, del bautizado al salvaje si alma. Los espacios de
intercambio de conocimientos, no necesariamente requieren de instalaciones, puede ser en
cualquier lugar, en donde la esencia sea el conocimiento intercambiado.

Todo esto puede sonar a poesía, mas si observamos que la educación nacional parte de las
instalaciones, de los mesa bancos, del pizarrón, del libro, del que enseña; el maestro y el que es
enseñado; el alumnado. El maestro es uno, muchos los alumnos. Empieza el desequilibrio,
aparece el poder de información y la formación que se impone. Primero el jardín de niños, luego
primaria, y así hasta la universidad y el postgrado. Todo cronometrado y calificado con números
de preferencia del 0 al 10. Todo cuantificado, a mas escuelas menos ignorantes, pero quien
decide lo que ha de saberse de la naturaleza, es el hombre, el gobierno, la nación que impone sus
intereses. Es aquí donde se demuestra el abandono de la naturaleza por el hombre, deja de
entenderse la naturaleza al alejarse de sus ritmos, de sus necesidades, de sus apremios, y se
convierte en la realización del hombre por y con el hombre.

Con esto, no se busca negar la importancia de los aportes teóricos de la homolatría,


principalmente de aquellos bancos de información que enriquecen el conocimiento aprendido
desde la naturaleza. Tampoco se niega la necesidad de aprender a leer y escribir, matemáticas,
física y química, apoyados de asesores, pero no olvidamos que a pesar de los siglos o milenios de
haberse inventado la lectoescritura sigue siendo de interés de una elite. Esto sucede en todo el
mundo no hay que olvidarlo, por ello, que la oralidad y la imagen siguen siendo la comunicación
real que se da en la diversidad de sociedades que habitan el planeta, la lectoescritura fue una
imposición colonial, es cierto, nos abre a otros conocimientos, pero empobrece el desarrollo
mismo de la experiencia al individualizarse como técnica de comunicación.

Educar desde la naturaleza, implica reconocer en principió, la región y subrayamos, entendemos


como región una delimitación propuesta por la propia naturaleza. No aquello delimitado por
viciosos homólatras, que mas bien responden a pugnas de orden político administrativo que exija
el estado nación homólatramente designado. Las Regiones desde la naturaleza trascienden
diversidades culturales, principalmente lingüísticas. En una región, pueden coexistir varios
pueblos con tradiciones distintas, pero es la naturaleza quien decide, lo necesario, lo organizativo,
sus intercambios, sus afinidades políticas, sus mecanismos de intercambio. Por todo esto y más;
es que la región debe trascender el concepto central de la homolatría la medición, la propiedad
llámese como se llame y convertir estas ultima en responsabilidad. Es decir se trasciende en el
concepto propiedad, cuando se comprende la responsabilidad de su cuidado, de su tratamiento, de
su conservación, de su dinámica. Es esto lo que significa partir de la naturaleza para aprender
procesos educativos entendidos con el sentido común, el de la aproximación obvia al contexto
inmediato.

Esto no será lo mismo en los densos centros urbanos, donde la primera referencia es el hombre y
no la naturaleza. Es necesario pensar en lo primero que se aprende en el campo y en la ciudad. En
el primero la naturaleza en el segundo la gente. Si esto no es así, entonces quizás no estoy en este
mundo.

Partir de la región natural es conocer las necesidades, las propias y las que nos imponen por todos
los medios, que bien puede ser la variedad de presentaciones de un producto mercantil, hasta el
gusto por el hombre o la mujer blanca, lo que se nos convierte también en una necesidad que
deteriora los valores propios de la naturaleza, que determinan el color de nuestra piel.

La naturaleza educa, tratándola, observándola, transformándola, y transformándose uno con ella.


Este razonamiento nos llevaba a entender que todo valor educativo, es acción, trabajo,
movimiento. No es acumulación. Todo “trabajo es” compartencia, convivencia, dar para recibir,
aprender para educar obedecer para mandar sentir para comprender. Cultivar todo proceso de
trabajo es a su ves un acción de investigación, y por lo mismo educación. El sentido común
florece y se reproduce entre todos, se percibe por todos los poros, no se inyecta, por lo mismo no
se impone. No se educa para eliminar la ignorancia, ignorando la educación común.

TODO SE HACE ORGANIZADAMENTE

Cuando el contexto te nutre de estímulos, provoca arreglos en la mente, por lo mismo cualquier
acción es un arreglo mental, un organizar de percepciones, de datos, y de acciones, el hombre
mismo en su actuar ejecuta un resultado organizado, y esta también esta regulada por la
naturaleza que nos rodea. Si la referencia es el hombre nuestros estímulos se arreglaran de esa
manera, si es naturaleza por lo consiguiente; emanara su influencia en ritmo color y olor.

La realización de cualquier labor requerirá de un mínimo organizativo. El nacimiento mismo


requiere un mínimo de actores, al extenderse la actividad humana, resulta lógica la agregación de
familias, de una organización mínima en el trabajo, en la toma de decisiones. De ahí, que por
sentido común la comunalidad vaya surgiendo como el resultado de una mínima organización
social.

La firmeza de una organización social, se explica a partir de necesidades comunes y concretas. La


geografía exige resolver necesidades y esta misma, te ofrece, a través de la investigación; los
métodos para tratarla. La organización comunitaria como tal es el resultado del contexto natural
que hace emerger a una familia y a una comunidad.

La naturaleza también caracterizara los procesos de trabajo que se requieren para la reproducción
del ser humano. Esto nos lleva a afirmar que la organización social es un resultado natural, y que
a través de el, se obtienen los elementos, los acuerdos, las decisiones, las normas, los valores, la
ética, el estado, las religiones que resulten necesarias y dependientes de la naturaleza que nos
abrigue. Con todo esto, la comunalidad se convierte en conducta que no es una simple suma sino
la multiplicación de valores generados de la indisoluble relación entre hombre y naturaleza.

Con todo lo anterior, se explica la organización naturólatra pero, también la homólatra tiene su
propio horizonte organizativo, es decir si se tiene al hombre como referencia y contexto, la
recepción partirá mas del discurso, la doctrina, del convencimiento, el dialogo, el poder, la
competencia, para así conformar una organización definida por relaciones humanas que
trascienden el aislamiento, y construyen Estados, Repúblicas, polis, imperios, etc. etc. todo
basado en la reflexión de lo que cada persona ha seleccionado y se expresa en su actitud. La
organización se deriva del hombre, por lo mismo su diseño lo hace pensando en el, no así cuando
se depende de la naturaleza. Si bien es cierto, que desde ambas perspectivas la organización es
humana y como tal es social, el carácter, la definición la da la referencia inmediata y del contexto
que envuelve a cada núcleo social. Las creencias, los valores, los mitos, dependerán de esas
referencias por lo mismo la organización será estrictamente humana, y responderá a esa visión.

El homólatra cuando pretende el desarrollo de otra sociedad, cree que una comunidad no esta
organizada, incluso cuando la estudia tiende de manera inmediata a separar a la autoridad de la
población. Es decir separa según el contexto del que proviene; Estado y sociedad. No toma en
cuenta la determinación, la injerencia, la educación que fundamenta los valores que amarran la
organización y la representación que ésta diseña, mucho menos certifica los ritos que visten la
Asunción de la representatividad. Imagina a la autoridad, institución, estructura fuera de la
dinámica comunalitaria y al separarla le define oficio, contradicción, poder, etc. y concluye que
en esa comunidad no hay organización y por lo tanto hay que fomentarla.

Es así como aparecen los Mesías, los interlocutores, los políticos, que llevan organización a los
que imaginan desorganizados. Los homólatras portan la bandera de la democracia, de la
revolución, del cambio, del desarrollo, de la libertad, de la igualdad, de la fraternidad, de la
solidaridad, sin ver que hay comunalicracia que por la complejidad de su pensamiento homólatra,
terminan nombrado “usos y costumbres” sin ver la sabiduría que porta la representación
comunitaria, sin entender el trabajo y la responsabilidad que esto implica. Sin comprender el
murmullo asambleario de calidad, para imponer el numero de dedos levantados que se pueden
cuantificar e interpretar como calidad de participación.

El homólatra, por el contexto del que proviene esta desprovisto de herramientas para entender lo
que sucede, los que mas se acercan a ello le denominan complejidad perdiendo con ello el sentido
común. Es cierto que desde dentro, la visión cuantitativa, que ha adquirido poder con el
transcurrir del tiempo, (con los maestros principalmente que fueron formados en el claustro
formal occidental), inicia esa concepción ajena que deteriora la participación natural, naturólatra
de calidad, la que no mide ni separa, si no que une y totaliza. Resultado de este proceso son las
cooperativas, los grupos de crédito, las asociaciones civiles, las unidades de producción, las cajas
de ahorro popular, las sociedades de solidaridad, etc. etc. La homolatría rompe con la
naturolatría, pero se queda y es así como en la actualidad encontramos conviviendo ambas
visiones, compartiendo el tiempo y el espacio.

Las mayores aberraciones de la homolatría se manifiestan en los partidos y en los credos


religiosos, ya sea en la comunidad natural o en la ciudad artificial. Aunque debemos reconocer
que en ambos contextos se tiende a religiocisar el pensamiento que emerge.

EL CHISME SOMOS TODOS.

La forma de llegar a acuerdos, de pulsar la reciprocidad en ideas y acciones esta concentrada en


la comunicación oral y de imagen en lo general la comunicación es un lenguaje propio lo que
incorpora lo que se adquiere de afuera puede ser otro idioma, que se impone o variantes
lingüísticas que se añaden a un vocabulario básico que es interno. Los valores, la memoria, las
normas, adquieren profundidad a través del lenguaje por ello mismo, al analizar los códigos
internos se puede apreciar la influencia del contexto de referencia. En las imágenes expuestas en
el lenguaje, en el nombre de las cosas, en el nombre de las comunidades básicas puede
distinguirse si se parte de la naturaleza o se parte del hombre. En México es fácil entender la
imposición de la visión homólatra pero también la resistencia de la naturolatría, la mayoría de
asentamientos humanos tienen el nombre de un santo, de un héroe, de una persona y en segundo
termino un nombre que revela la naturaleza. Un ejemplo santa cruz YagaVila, Santa lucia del
camino etc.

Obviamente esto revela la existencia de dos visiones o comprensiones del entorno. Evidencia un
resultado colonial pero también la fortaleza de ambas visiones. La comunicación que se hace
necesaria para comunicarse desde la naturaleza, exige en principio el reconocimiento de lo
propio, del entorno, traducirlo a códigos de inmediata inteligibilidad, lo cual no supone una labor
docente ni separada de lo común, por lo contrario debe orientarse a la reproducción de un
lenguaje que surge de la sociedad misma, lo que evidencia valores, normas, técnicas que tienen
un origen y una razón de ser. Los conceptos que la gente elabora de la comunalidad tienen una
explicación, denotan procesos específicos de reflexión, de intercambios.

Con base en esto consideramos importante reproducir lo realmente existente. Sea el instrumento
de comunicación que se ensaye (radio televisión, impresos etcétera), los códigos de lenguaje, son
propios, tienen estructura y son idiomas completos que solo exigen respeto y responsabilidad en
su tratamiento.

Desde esta perspectiva la noción de comunalidad, puede estar o está contenida en la sola
expresión plural del nosotros, esto significa asumir una identidad comunalitaria través de
conceptos que no precisamente esté expresados en códigos lingüísticos ajenos o externos como el
español, el inglés o el francés.

En otros idiomas de amplia cobertura mundial, el concepto comunalidad no suele ser muy usual.
Cabe entonces preguntarnos, cual es el contexto de pensamiento que muestra el yo, con atributo
lógico del razonamiento propio. El ego el yo, sí es muy usual en el griego, el latín, el anglosajón,
pero el nosotros no parece muy practicado. Esto quizá represente un buen nudo de reflexión que
debe ser desatado a futuro.

De lo que si estamos convencidos, es de la trascendencia habitual de la oralidad y la imagen


como instrumentos primarios en la comunicación de las sociedades naturales u originarias, y que
en la actualidad son modernamente reutilizadas a través de la radio y la televisión en públicos
mayoritarios en todo el mundo.

¿PARA QUE TRABAJAMOS?

El hombre necesita sobrevivir y esto lo logra en el planeta del que forma parte o pertenece. Así
sea una persona formada en la naturolatría o bien en la homolatría. De cualquier contexto, su
alimento lo obtendrá del producto del trabajo a través del aprovechamiento de la naturaleza. Sin
embargo los procesos que se dan siguen lógicas y principios diferenciados.

Cuando la producción se diseña desde el hombre, esta de inmediato responde a criterios de


cuantificación, se busca la rentabilidad, con el mercado de los productos, se busca mayor
producción con menor tiempo de trabajo, por lo mismo se trata a la naturaleza principalmente a la
tierra como una cosa, una alcancía, un número, una medida a través de la propiedad, a través de
la valorización del trabajo convertido también en mercancía.

Los más recientes proyectos o programas dirigidos al campo productivo, ven en la cuantificación
del valor del trabajo la formula para la salvación del valor terrenal través de la justicia, y la
democracia, y la equidad. Valores homólatras que dan sentido y acrecientan la valoración de
capitales que en la actualidad hegemonizadamente llevan ese apellido: capitalismo, liberalismo,
marxismo, que son caras de una sola moneda; la homolatría cuantitativa.

Por su parte, la naturaleza genera procesos naturales de una economía de sobrevivencia. Se ve y


se deposita en el respeto profundo de la naturaleza, se mide con tiempos y espacios de la
geografía, que le determina un proceso que no es acumulación para el mercado, sino de consumo
para el intercambio. Se subsanan las necesidades no obtenidas en la producción directa a través
de la reciprocidad y el intercambio. La economía naturólatra, al no ser acumulativa y lineal, es
distributiva y circular, cerrada o en espiral, según sea el proceso productivo.

El consumo personifica a cada modelo de pensamiento. El homólatra depende del mercado y por
lo mismo de la valoración en capital (monedas) su trabajo. Es decir, para consumir requiere de
dinero, y para tener dinero comercializa su energía. Por lo contrario el naturólatra consume lo que
produce y sus excedentes los intercambia para consumir lo que necesita y no produce, es decir
consume su propia energía.

El consumo mercantil es ilimitado, reproduce la producción de mercado y en el incluye su fuerza


de trabajo, hace interminable o insaciable su sed de consumo, mientras que el otro polo, la
satisfacción se logra en el goce pleno y comunal de lo producido. El goce o la fiesta, responde
también a los tiempos de la naturaleza. Para explicar esto, basta con señalar la coincidencia de
determinadas fiestas populares con los ciclos agrícolas.

En la actualidad, liberales y neoliberales, quienes encuentran en la liberación del mercado su


realización homólatra, tienen en el centro de su doctrina a la fuente de empleo, a la
industrialización, a la privatización, a la explotación de hidrocarburos, etc. sobra decir que todo
lo natural, lo comunal, el consenso, la representación, representan un obstáculo para la
implementación de sus principios. Ven en la tecnología la herramienta que les asegura el ascenso,
y para ello, la homogenización, es decir en el desconocimiento de la diversidad, encuentran la
estrategia más rentable. Por ello también la tendencia a la fragmentación, a la separación, al
aislamiento, porque se fundamentan en la individualidad, y como tal, todo rasgo Comunal o
Comunalitario representa para ellos un estorbo.

La pobreza es un criterio numérico que al asumirse, se convierte en estado de ánimo. Luchan en


contra de la pobreza, pero para ver más consumidores de sus mercados, tanto de productos como
de capital. Crear fuentes de empleo, como crear sujetos de crédito, son expresiones de una misma
orientación. Mientras más servicios de salud existen, se puede garantizar mayor consumo de
medicamentos elaborados con criterios mercantiles, mientras más concentrada enclaustrada esté
la educación habrá mayor consumo de productos diseñados para ello, en la alimentación, en la
vivienda, en la vestimenta, en la papelería, etc. etc. no podemos negar que los grandes mercados
sean el antecedente de las grandes ciudades, pero no es el mercado o centro de intercambio el
problema, sino los vicios que se derivan de la concentración social, que desemboca en la
concentración económica, política y administrativa, y sobre todo de humanos.

Cantidad por una parte y calidad por la otra, parecieran ser los signos distintivos de la producción
que se deriva de los dos modelos de pensamiento que estamos analizando. Luego entonces,
resulta lógica la afirmación de que el pensamiento occidental, fragmentario y mercantil, tenga por
esencia a la medida. Y por el otro, el pensamiento no occidental y natural tenga como centro, la
totalidad. Sin embargo, debemos reconocer que en la realidad, ambos modelos de pensamiento
están reciamente imbricados, revueltos, entrelazados y la imagen de cada región responde a la
fuerza que opere con más fuerza, de uno u otro lado. Con ello el planeta expone un variadísimo
espectro de realidades. Lo importante es entender cual de las dos tendencias o modelos, permita
conservar con mayor seguridad, la salud de todo el planeta.

DESARROLLO O EJERCICIO COMUNALITARIO.

El modelo de pensamiento homólatra, que como ya se ha dicho, es acumulativo, lineal y de


asenso, ha encontrado en el concepto: Desarrollo, la fácil manera de representar sus intereses. La
utilización de este concepto se hace más pesada, en tanto que es utilizado para dibujar el
crecimiento o desenvolvimiento de un organismo humano o natural. El hombre crece para
adelante o para arriba, la tierra no crece en cantidad pero si en productividad. Es por esto que el
desarrollo se utiliza para grafiar todo lo que sucede, lo que se da, lo que es medible, lo que va
creciendo, hacia la vida o hacia la muerte.

La enfermedad también se desarrolla, en fin, todo lo que está en movimiento está en desarrollo.
Con todo esto hablamos de desarrollo económico, desarrollo humano, desarrollo político,
desarrollo sostenible, desarrollo sustentable, desarrollo territorial, desarrollo vivencial. Desde esta
perspectiva, lo que no mida, lo que no evolucione, no es desarrollo, o bien se le achaca de
antidesarrollo, se habla incluso del subdesarrollo del desarrollo, pareciera insaciable el uso del
concepto y encierra en sí un laberinto sin salida.

Nosotros creemos que todo desarrollo es movimiento, acción, pero no todo movimiento es
desarrollo. Es por ello, que preferiremos utilizar el concepto de ejercicio, para dibujar la
trascendencia del movimiento. Una acción puede ir para delante o para atrás, para abajo o para
arriba, y no es solamente lineal, puede ser circular, romboide, cuadrado, etc. no es acumulacional,
simplemente es vivencial. De ahí, que a la vida interpretada desde la naturaleza la expongamos
como un ejercicio vivencial, ejercicio educativo, ejercicio comunicacional, productivo, etc. es
decir, la puesta en acción de todo ser vivo que se manifiesta a través del ejercicio.

Por otra parte, mucho se habla recientemente de los modelos de apoyo al ejercicio de áreas
empobrecidas, de lo que significa la responsabilidad social empresarial. Vista esta, desde una
perspectiva económica de rentabilidad, resulta lógico que su preocupación se oriente a que las
acciones, que estos programas denominan de desarrollo, se finquen en la teoría social, vista esta
desde el umbral o su necesidad de sembrar en las sociedades locales la lógica de la empresa, de la
inversión, de la conquista pero con responsabilidad social.

La responsabilidad social vista desde la naturaleza no se observa como un objetivo, como meta o
como método. Es una actitud natural que se tiene, ya que cada acción responde a una necesidad
comunal, social. Es decir, la responsabilidad no es vista como una acción razonada para la
consecución del bien que guía a la acción y de esa manera es tratada la naturaleza, la relación
social, el proceso productivo, y se adquiere en la educación, se ejecuta a través de la
organización, se difunde y se asume por medio de la comunicación y se materializa en cada
acción productiva para la sobrevivencia.

DE VUELTA AL SENTIDO COMÚN.

Cuando se ejercita cualquier acción con la naturaleza, por sentido común se hace con
responsabilidad social. Cuando se emprende un proceso productivo se parte de la necesidad de
sobrevivir, por lo mismo se piensa, por sentido común, no afectar la tierra pródiga que nos
garantiza el cobijo y el sustento. Por sentido común, educamos en la necesidad de ejercitar la vida
y lo hacemos con los elementos que nos ofrece nuestro contexto. La exploración de aditamentos
que no nacen en el entorno propio, complican la realidad que realizamos, complejizando así el
ejercicio del pensamiento.

Volver al sentido común, es como lo decía un viejo maestro ya fallecido, “para qué buscarle tres
pies al gato sabiendo que tiene dos” o bien como lo dijo un poeta laureado, ¿porqué insistimos en
la individualidad a sabiendas que “el yo es plural”.

Para qué elaborar manuales para el estudio pedagógico de la complejidad, si la sencillez


simplemente nos invita a revisar con honestidad el contexto que nos forma, el mundo en el que se
inscribe ese contexto y las partes que lo integran. La incertidumbre al fin y al cabo está en todo,
en lo que se sabe y en lo que se ignora, en lo que se tienes y no se tiene, en lo que se hace y no se
hace, en lo que se piensa y en lo que no se piensa, en la oportunidad y en el riesgo, en la verdad
de la vida y en la verdad de la muerte, en la totalidad y en las partes.
La incertidumbre viaja con nosotros. Es principio de movimiento, de ejercicio y de aventura y la
respuesta nueva que encontramos, será exposición diversa del contexto del que provenimos.

Por todo esto, iniciamos el regreso al sentido común.


OTROS DOCUMENTOS.

Declaración de los pueblos serranos zapotecos y Chinantecos de la Sierra Norte de


Oaxaca

Recibimos con honda preocupación los sucesos que están padeciendo nuestros hermanos
indígenas en el Estado de Chiapas. Si bien la sociedad nacional se ha manifestado sorprendida
por la violenta presencia en el escenario militar y político del Ejercito Zapatista de Liberación
Nacional; nosotros no. El hecho lo hemos considerado como la gran posibilidad para que a los
pueblos indígenas se nos reconozcan nuestras verdaderas necesidades, así como los aportes de
principios y conocimientos que estamos en posibilidades de ofrecer a toda la sociedad.

De todos es sabido el permanente genocidio que se ha ceñido sobre nuestros pueblos. Después de
quinientos años, no se han querido entender los nobles ideales que hemos reproducido y
mantenido los pueblos indígenas, el profundo respeto por nuestra madre tierra y sus herederos la
permanente convicción de consensar nuestra participación, nuestra recia posibilidad de seguirle
dando a nuestro país una identidad cultural digna y gratificante.

Lo que sucede en el Estado de Chiapas, nos invita y nos convoca a una serena reflexión de lo que
somos y de los que queremos ser al futuro, de la impostergable organización que debemos tener
para hacer realidad los sueños que se ha ido enterrando por medio de la violencia, el engaño, la
explotación y la marginación. Tiempos de decisión y de reflexión nos esperan. Por ello emitimos
la siguiente declaración para contribuir al debate sobre nuestro futuro, y el de México.

PRIMERO

Nuestro trabajo y nuestros recursos naturales han sido entendidos únicamente como una
mercancía, un valor y un sudor que sólo sirve para enriqueceré económicamente a algunos
hombres nunca para ennoblecerlos.
El resultado de esta mentalidad ha sido la oprobiosa explotación de nuestros pueblos y la
inmisericorde e irracional explotación de nuestros recursos naturales. Esto lo hemos constatado
en la minería, en la silvicultura, en la salvaje concentración de manejo de nuestros recursos
acuíferos, e incluso en la utilitaria explotación de nuestros alimentos en beneficio de un
desarrollo industrial urbano y ajeno a nuestras necesidades de bienestar.

Esta situación ha expulsado de nuestras comunidades a miles o millones de nuestros hermanos en


busca del pan y del abrigo, condiciones de vida que de manera sistemática se no se ha ido
arrebatando. Pese a ello seguiremos resistiendo, un ejemplo de esto, aunque violento, lo
manifiestan en la actualidad, nuestros hermanos de EZLN. No podemos decir que nos
enorgullece su método de trabajo, pero comprendemos su desesperación,

Para la solución de esta insostenible situación en la que viven nuestros pueblos, hacemos la
siguiente propuesta:

1.- Que le sea reintegrada la tierra a todas aquellas comunidades que demuestren por uso y por
derecho, la posesión de su territorio. Que sea evaluada la capitalización de sus recursos naturales
usurpados y que con su pago, estos recursos sean orientados por los pueblos indígenas en la
dirección que más consideren conveniente.

2.- Que el futuro en el uso aprovechamiento o explotación, tanto de su territorio como de los
recursos que en el existan, sean las comunidades quienes decidan que hacer con base en sus
organizaciones tradicionales, tengan o no un reconocimiento gubernamental. Para la definición de
este procedimiento se puede apelar fundamentalmente a la decisión de sus asambleas y de sus
autoridades tradicionales.

3.- En los casos cuando estos conflictos tengan que ser dirimidos entre las comunidades, que se
nombre un organismo técnico civil para su solución, pero que en ningún caso participe una
autoridad gubernamental, salvo como observador.
Lo mismo en los casos de problemas agrarios internos, estos deberán ser dirimidos a partir de las
propias asambleas comunitarias. QUEREMOS AUTODETERMINACIÓN SOBRE NUESTRO
TERRITORIO.

SEGUNDO

No sólo en este período moderno se nos ha tratado de imponer una organización social ajena a
nuestra cultura, desde hace más de quinientos años este fenómeno se ha observado. A la luz de la
realidad actual, podemos afirmar que esto no puede continuar en aras de homogeneizar esta
sociedad tan diversa y plural. Es tiempo de que se reconozca que es precisamente nuestra
organización social y lo principios que en ella se reproducen lo que ha permitido nuestra
sobrevivencia. La eliminación de nuestro territorio y de las fuentes elementales de vida sigue y
seguirán amenazando nuestra existencia. Nuestra organización ha mostrado bondades que no sólo
son útiles para nuestros pueblos sino para la sociedad en general, por ello es recomendable
recuperarla y darle un impulso verdadero en todos los ámbitos.

Es atreves de ella como hemos de resolver nuestras ancestrales necesidades sin negar tampoco lo
útil que pueda ofrecernos otras sociedades contemporáneas.

Cuando afirmamos la riqueza de nuestra organización social estamos refiriéndonos a nuestra vida
asamblearia, a nuestros mecanismos de representación a nuestro trabajo colectivo y comunitario,
a nuestro conocimiento, a nuestras tradiciones y a nuestras culturas particulares.

La fuerza y reproducción del EZLN se explica en razón de esta organización social, por ello para
su conservación y desarrollo proponemos lo siguiente:

1.- Que la sociedad nacional acepte como legítima y legal nuestra organización social y política.

2.- Que los partidos políticos no sigan dividiendo a nuestras comunidades y adoctrinando sobre la
base de principios occidentales y racionalistas que no tienen que ver nada con nuestra
comunalidad.
3.- Que sea esta organización la que decida el futuro y las características del desarrollo que
deseamos las comunidades indígenas.

4.- Que la representación emanada de esta organización sea tomada en cuenta en el concierto
político nacional. ES DECIR, QUEREMOS AUTONOMÍA POLÍTICA. Esto no quiere decir que
queramos seguir en la antidemocracia, por lo contrario consideramos que el respecto a nuestra
organización en principio fundamental para la democracia.

5.- Proponemos también que las instituciones desarrollistas e indigenistas desaparezcan y que en
su lugar sean las organizaciones las que directamente se relaciones con los técnicos que sus
procesos reclamen. Así mismo que los medios de comunicación que operan en nuestras regiones
pasen a poder de organismos civiles que demuestren interés y capacidad para su operación.

Consideramos que en nuestra región como en otras del Estado de Oaxaca estás propuestas son
plausibles y de fácil realización. Aunque también visualizamos su posibilidad en todas las
regiones indígenas del país.

TERCERO

Desde siempre se nos ha tildado de indios flojos porque no buscamos la acumulación de capital y
menos las comodidades onerosas. Se nos tilda de anticapitalistas incluso de socialistas primitivos.
Sin embargo la realidad es distinta. Toda interpretación occidental o racional de nuestro
comportamiento, tendrá como esencia central la incomprensión de nuestra filosofía económica.
Nuestra relación con la tierra es armónica, por ello convivimos con ella, por eso no la utilizamos
ni la explotamos. No queremos decir tampoco, que el hambre y nuestra situación general en
algunos casos nos hayan llevado a casos extremos.
La presión sobre nosotros, ha provocado que estos principios no se manifiesten en toda su
intensidad y riqueza y que con el paso de los días esta se siga deteriorando en perjuicio de nuestro
futuro y desarrollo. Por ello estamos seguros ahora de afirmar que “la tierra no es de quien la
trabaja sino de quien la comparte y la vive”

El aprovechamiento de nuestros recursos forestales, minerales, acuíferos, faunísticos así como los
ritmos y tecnología que tenemos para el uso de nuestra tierra debe ser respetado en todas sus
dimensiones y categorías. Toda innovación tecnológica deberá ser también decisión de nuestras
comunidades.

La comercialización de nuestros productos así como la de otros productos que podamos generar,
deberán estar bajo la responsabilidad independiente de los consejos comunitarios de abasto y que
sean estos lo que manejen la empresa Diconsa y sus almacenes.

Para el reforzamiento de esta filosofía económica proponemos lo siguiente:

1.- Que lo que deba hacerse en materia de desarrollo, sea decidido por nuestras comunidades y
organizaciones, definiendo lo regional con sus muy particulares intereses y necesidades.

2.- En aquellos casos en donde existen programas de gobierno que se hayan adaptado a nuestras
particularidades, estos sean independizados, es decir que la transferencia de funciones sea una
verdad materializada.

3.- Que los recursos económicos sean entregados para su administración directamente a estas
unidades o uniones de comunidades u organizaciones sin la presencia de ningún intermediario.
En el caso muy particular de nuestra región la entrega de estos recursos debe dirigirse
directamente a cada autoridad municipal, y no sólo a las cabeceras municipales.

4.- Cuando las propias autoridades municipales, consideren benéfica la presencia de una
organización intercomunitaria o grupo civil intermediario, esto deberá respetarse.
5.- Que la administración y aprovechamiento de los recursos naturales renovables y no
renovables pase a poder de las comunidades, sin que medie la presencia de autoridad
gubernamental normativa, dicho de otra manera QUEREMOS CAMINAR HACIA LA
AUTOSUFICIENCIA ECONÓMICA DENTRO DE NUESTROS PROPIOS PARAMETROS.

6.- Que todo lo aquí planteado quede integrado como filosofía tanto en los programas de
gobierno, los cuales deben diseñarse desde nuestras comunidades, así como en todos los
preceptos constitucionales que deban intervenir.

CUARTO

Independientemente de los esfuerzos que se han hecho para que la educación tome en cuenta
nuestras particularidades culturales. Consideramos que la educación en lugar de fortalecernos, ha
minado aun más nuestra organización, nuestros principios y nuestros conocimientos. En la
medida que la atención de nuestros hijos obedece lineamientos institucionales tanto en contenidos
como en métodos y responsables, la participación de nuestras comunidades es nula. Los impactos
negativos de este sistema se ven en el desprecio que se le tiene a nuestra labor campesina, a la
permanente contradicción que existe entre lo que quieren los maestros y lo que queremos
nosotros, (aún con sus excepciones) a la poca relevancia que se le da a la conservación de
nuestros recursos naturales, así como a la falta de respeto que por sistema se tiene de nuestras
tradiciones. Esto se manifiesta en la misma evaluación que se realiza de la educación que se
imparte en nuestras regiones. Evaluación que siempre resulta adversa y no toma en cuenta el otro
lado de la moneda.

Para impedir los permanentes abusos que se expresan en este renglón y con el fin de afianzar
nuestro desarrollo educacional y cultural que responda a nuestras verdaderas aspiraciones,
proponemos lo siguiente:
1.- Deberán crearse consejos educativos, comunitarios, micro regional y regional, para los
diseños de los contenidos educativos que deban trabajarse. Estos consejos educativos serán los
responsables si la educación deba orientarse hacia el trabajo, para el respeto de nuestros valores,
para la participación en nuestras tradiciones y para el tratamiento de los valores nacionales que
también nos sean útiles.

2.- El nombramiento de maestros en cada comunidad deberá ser responsabilidad de estos


consejos, quienes deberán ser seleccionados de acuerdo a nuestras necesidades lingüísticas y
organizacionales.

3.- Los recursos dirigidos a la educación deberán llegar de manera directa y en conjunto con los
recursos que sean utilizados en otras áreas del quehacer comunitario EN RESUMEN LA
EDUCACIÓN DEBE ESTAR EN MANOS DE NUESTRAS PROPIAS COMUNIDADES.

QUINTO

Es evidente el divorcio entre los preceptos constitucionales, y nuestras prácticas tradicionales de


justicia, a pesar del agregado al cuarto constitucional. Esto es más dramático en la aplicación de
las leyes. El nivel de corrupción en los encargados de materializar la justicia del Estado, es tal,
que tiene agobiadas a nuestras comunidades. Si bien es cierto que lo sucedido en Chiapas es una
respuesta a los extremos que aquí se plantean, en todas las comunidades indígenas padecemos
esta misma situación. La tortura, el encarcelamiento injusto así como la formación de los
abogados en las Universidades van de la mano.

Los gobiernos estatales ni siquiera dan cuenta de los acercamientos que a nivel se realizan a
nuestras prácticas tradicionales. Los centros de readaptación, esta más que demostrado, son
centros de aniquilamiento social cultural y económico. Sin embargo existe ceguera y oídos sordos
a nuestra experiencia que podría de mejor manera tratar esos asuntos que ningún otro precepto
legal.
Para la solución de esta permanente violación a nuestros más elementales derechos humanos,
proponemos lo siguiente:

1.- Que desaparezcan los centros de readaptación social y que en su lugar se integren centros o
consejos de justicia comunitaria y regional.

2.- Que en las Universidades desaparezcan las escuelas de derecho o bien que estas tengan una
nueva especialidad como es la del Derecho Comunitario o Tradicional.

3.- Que desaparezcan todas las agencias de ministerio público y juzgados asentados en las áreas
indígenas y que se de paso a los consejos comunitarios y regionales de justicia.

4.- Que los consejos comunitarios y regionales de justicia no tengan ningún intermediario ante el
gobernador y que los recursos económicos destinados a esta tarea sean administrados por estos
consejos. Estos determinaran si es necesario un equipo auxiliar o bien lo hacen de acuerdo a
nuestras tradiciones. QUEREMOS AUTONOMÍA JURÍDICA DENTRO DE UN ESTADO DE
DERECHO QUE RESPETE NUESTRO DERECHO COMUNITARIO.

NUESTRA REGION SE HA COMPORTADO HASTA ESTE MOMENTO MUY


CONCERTADORA CON LA NACIÓN, PORQUE HEMOS HEREDADO EL ESFUERZO Y
LA CONVICCIÓN DE BENITO JUÁREZ. SIN EMBARGO NO SE DEBE OLVIDAR QUE
HEMOS SIDO UN VOLCAN LATENTE QUE EN CUALQUIER MOMENTO PUEDE
HACER ERUPCIÓN, SI NO SE ATIENDEN LOS VIEJOS REZAGOS DE JUSTICIA POR
LOS QUE TANTOS SERRANOS HAN DADO SU VIDA.

Todo lo hasta aquí planteado es un primer borrador sujetos al análisis de intelectuales, técnicos,
autoridades y ciudadanía general en toda la región de la sierra zapoteca y chinanteca de Oaxaca.
La región agradecerá su opinión y sus correcciones.
Autonomía para los pueblos de la sierra norte de Oaxaca.

Propuesta de decreto.

EXPOSICIÓN DE MOTIVOS

PRIMERO.- El estado Mexicano actual, fruto de la Revolución Mexicana y fundado en la


Constitución de 1917, conformó a la Sierra Norte del Estado de Oaxaca, como una región,
integrada de 74 municipios y ciento ochenta y seis comunidades dependientes de estos, y
administrados, a través de tres cabeceras de distrito y regidas territorialmente por lo estipulado en
el Artículo 27 de la Constitución Federal.

SEGUNDO.- A lo largo de 77 años, La Sierra Norte, ha mantenido una pacífica y respetuosa


relación política con el gobierno del estado, cumpliendo con las políticas establecidas y las leyes
que ha regido esta relación. Ha cumplido también con los acuerdos y los esfuerzos que los
diferentes Gobiernos han diseñado en la búsqueda de su desarrollo y plena satisfacción.

TERCERO.- Este periodo histórico, permitió asegurar nuestros bienes territoriales, consolidar
nuestra organización social y política, integrar y clarificar los elementos que constituyen nuestra
economía, definir las líneas que reclamó nuestra educación, administrar sobre bases federales la
justicia, fomentar y desarrollar nuestra cultura.

CUARTO.- La evaluación de este período histórico, nos lleva a la suprema necesidad de ejercitar
cambios profundos en el pacto signado con el gobierno Estatal y federal. El establecimiento de un
nuevo régimen, fundado en los aportes obtenidos en el pasado, que garantice la corrección de los
desaciertos y el logro de un pleno desarrollo acorde a las necesidades actuales, futuras y urgentes
de la sociedad regional, que reoriente las políticas de desarrollo económico y social, que a la luz
de siete décadas demuestran su caducidad.

QUINTO.- Que el marco jurídico más adecuado, es el establecimiento de un RÉGIMEN


AUTONÓMICO para la región pluriétnicas de la Sierra Norte del Estado de Oaxaca. Un
Régimen Autonómico que pacte con el Estado nuevas y diferentes relaciones, bajo principios
muy precisos de auténtica y mutua responsabilidad.
SEXTO.- El Régimen Autonómico, revela la seguridad y la mayoría de edad que ha alcanzado la
región para hacerse responsable de su libre y plena determinación Económica, Territorial,
Jurídica, Educacional, Política y Cultural.

SÉPTIMO.- La Sierra Norte del Estado de Oaxaca, como región pluriétnicas, considera que la
regulación de su patrimonio territorial, es ya una facultad que puede ejercer. Que tiene una
racionalidad económica que desea desarrollar para evitar la emigración y la extrema pobreza.
Que tiene principios de justicia propios para la plena satisfacción de la relación jurídica. Que
tiene capacidad para dictar contenidos educativos con base en la cultura propia y su diferencia a
los nacionales. Que cuenta con una cultura que desea consolidar a través de los medios que pueda
desarrollar libremente, que tiene una organización política sólida que asegura la estabilidad social
y puede pactar orgánicamente su relación con el Estado.

Con base en los motivos señalados, se presenta la presente iniciativa de ley para el
establecimiento de un Régimen Autonómico de la región Pluriétnicas de la Sierra Norte del
Estado de Oaxaca.

TÍTULO PRIMERO
DISPOSICIONES PRELIMINARES

Artículo 1º.- La presente ley se funda en lo estipulado en el Artículo 4º y, 115 en relación con el
133 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, 20, 92, 94, y demás relativos
de la Constitución Política del Estado de Oaxaca así, como lo que establece el convenio 169 de la
Organización Internacional del Trabajo para los Pueblos Indígenas.

Artículo 2º.- El ejecutivo será responsable de la coordinación de las acciones entre instancias que
deban contribuir para la Promulgación de la presente ley.
TÍTULO SEGUNDO
DISPOSICIONES GENERALES

Artículo 3º.- La presente ley se refiere a los pueblos que habitan la Sierra Norte del Estado de
Oaxaca, actualmente integrada en 74 municipalidades, 186 localidades entre Agencias
Municipales y Agencias de policía; en total 260 centros de población, que comparten valores
Culturales, Organizacionales y poseen bienes patrimoniales que integran la región pluriétnicas,
para la aprobación de la presente ley.

Artículo 4º.- El ejecutivo Estatal, los Gobiernos Municipales y el Consejo de representantes,


serán los responsables de ejercer la presente ley, cuidando y haciendo respetar lo que en ella se
estipula, para bien de los pueblos que integran la región que de aquí en adelante ostentará en
nombre de REGION AUTÓNOMA PLURIÉTNICA DE LA SIERRA NORTE DEL ESTADO
DE OAXACA.

Artículo 5º.- Para la atención de los problemas de toda naturaleza que se llegaran a suscitar entere
los Pueblos y Comunidades Indígenas de la Sierra Norte del Estado de Oaxaca; se integrará un
consejo regional de representantes comunitarios que será nombrado en Asamblea General de
Autoridades Municipales de los tres distritos y su ubicación será en el Municipio que designe la
propia Asamblea.

TÍTULO TERCERO
TERRITORIO

Artículo 6º.- El territorio autonómico de la Sierra Norte del estado de Oaxaca, Lo conforma la
suma de superficies de tierras comunales con que cuenta cada Pueblo Integrante.

Artículo 7º.- La propiedad de las tierras comunales de los Pueblos y Comunidades integrantes de
la Región Autónoma de la Sierra Norte, será inalienable, imprescriptible, intransmisible e
inembargable. Con ello se garantiza el libre y pleno desarrollo de los pueblos indígenas.
Artículo 8º.- La máxima autoridad sobre el territorio de cada Pueblo o comunidad Indígena será
su Asamblea General Comunitaria.

Artículo 9º.- El uso y forma de aprovechamiento de las tierras propiedad de los pueblos
indígenas, será decidido mediante Asamblea General comunitaria, sin que en ella intervenga
autoridad extraña a la comunidad.

Artículo 10º.- Los problemas de límites de tierras entre Pueblos y Comunidades, serán resueltos
por un Consejo Regional de Representantes, buscando siempre el advenimiento y armonía entre
las partes.

Artículo 11º.- En cada comunidad habrá un cuerpo consultivo que será designado mediante
Asamblea General Comunitaria, para la atención de los problemas internos de su población.

Artículo 12º.- Los problemas internos que no pudieran ser resueltos por las autoridades
Municipales cuando sean parte o tenga interés en el asunto podrá turnarse al cuerpo Consultivo
de la Comunidad para su atención.

Artículo 13º.- El uso y destino de los recursos naturales renovables o no, existentes dentro del
territorio de un pueblo indígena será responsabilidad de la Asamblea General comunitaria.

Artículo 14º.- La administración de los recursos Naturales de cada Núcleo de Población recaerá
en una autoridad o comisión que previamente nombrará la Asamblea General Comunitaria.

TÍTULO CUARTO
ECONOMÍA

Artículo 15º.- La economía de los pueblos indígenas será libre determinación individual, grupal o
colectiva.

Artículo 16º.- La racionalidad económica en cada pueblo será libre determinación siempre y
cuando no afecte a terceros y ponga en peligro la sobrevivencia de la comunidad.
Artículo 17º.- Todo programa o proyecto económico a realizarse en una comunidad deberá surgir
de la Asamblea General comunitaria, cuidando que estos no obedezcan a intereses personales.

Artículo 18º.- Cada pueblo indígena, deberá tener un plan de trabajo por trienio, el que regirá
tanto la actividad interna y considerará la correcta canalización de recursos provenientes del
exterior.

Artículo 19º.- Para su progreso, las comunidades tendrán la libertad para usar sus recursos
naturales renovables o no, siempre y cuando medie una la decisión de asamblea y que ésta
considere un manejo sustentable de los bienes.

Artículo 20º.- Para su progreso armónico, los planes de trabajo comunitario deberán estar
integrados en un plan de Desarrollo de la región autonómica.

Artículo 21º.- Las distintas Dependencias Gubernamentales, desempeñaran el papel único de


asesor o consultor, siempre y cuando este servicio sea reclamado o solicitado por la comunidad.

Artículo 22º.- Los recursos Gubernamentales deberán ser integrados en una sola administración y
de manera directa a cada Comunidad. Ésta a su vez comprobará su correcta administración.

Artículo 23º.- Será libre determinación de los pueblos o comunidades la decisión de unificarse,
para la realización de actividades de carácter económico que garanticen su desarrollo.

Artículo 24º.- El papel normativo de los organismos gubernamentales, será transferido a las
autoridades elegidas por la Asamblea General de cada comunidad.

TÍTULO QUINTO
ORGANIZACIÓN SOCIAL Y POLÍTICA

Artículo 25º.- La máxima Autoridad en la Región Autonómica de la Sierra Norte del Estado de
Oaxaca, será la Asamblea General de Autoridades legalmente constituidas en cada comunidad.

Artículo 26º.- Para su desempeño, la Asamblea General de Autoridades de la Región


Autonómica, tendrá una ley reglamentaria dictada y autorizada por ella misma.
Artículo 27º.- Como parte del pacto socio político entre los pueblos indígenas y el Estado
Mexicano, los Municipios existentes quedarán acreditados como tales, pero el trato
administrativo tanto de las Agencias Municipales como las Agencias de Policía y Rancherías,
responderán a la ley reglamentaria de la Región Autonómica de la Sierra Norte.

Artículo 28º.- La máxima autoridad social y política de los pueblos o comunidades indígenas será
su asamblea general comunitaria, la cual se integra por la suma de ciudadanos con edades entre
los dieciocho y los sesenta años.

Artículo 29º.- Será la Asamblea General comunitaria quien determine los órganos de gobierno
que considere necesarios para ello tomará en cuenta el valor de la categoría Municipal y de esa
manera garantizar su sano ejercicio social y político.

Artículo 30º.- La autoridad ejecutiva que designe la Asamblea General Comunitaria y le


represente, será quien firme el pacto con los Gobiernos Estatal y Federal.

Artículo 31º.- El régimen administrativo del órgano ejecutivo y los demás que resulten
necesarios, será decidido por la asamblea general comunitaria.

Artículo 32º.- Para la elección de representantes regionales populares, la Región Autonómica se


constituirá en Asamblea General de Autoridades quienes, estarán debidamente acreditados.

Artículo 33º.- Los representantes regionales, serán elegidos de entre los ciudadanos que hayan
cumplido fielmente sus obligaciones sociales y políticas en su comunidad y sean propuestos por
éstas ante el pleno regional.

Artículo 34º.- Los candidatos a representación regional, deberán presentar un estricto plan de
trabajo, que responda a las necesidades y planteamientos de la Región Autónoma que contenga
calendarización y sistema de evaluación social.
TÍTULO SEXTO
EDUCACIÓN

Artículo 35º.- La Asamblea General de Autoridades de la Región Autónoma de la Sierra Norte


será la máxima autoridad quien decidirá sobre la educación que deberá ser impartida en todo el
territorio indígena.

Artículo 36º.- La Asamblea General de Autoridades, tendrá la facultad de nombrar comisiones


específicas para el caso, y éstas quedarán definidas en sus leyes reglamentarias. Su objetivo será
siempre una mayor eficiencia y propiedad en la educación regional.

Artículo 37º.- La selección del profesorado será responsabilidad de las Autoridades


Comunitarias, así como la vigilancia de su trabajo y la atención que esta actividad requiere.

Artículo 38º.- Los Gobiernos Federal y Estatal serán los responsables de aportar los recursos
económicos para la actividad educativa. La administración de los recursos y su correcta
aplicación, será responsabilidad de cada Autoridad Comunitaria.

Artículo 39º.- La evaluación y reorientación de la educación cada trienio será responsabilidad


tanto de la Asamblea General de Autoridades de la Región autonómica como de la autoridad
comunitaria.

TÍTULO SÉPTIMO
CULTURA CONOCIMIENTO Y COMUNICACIÓN

Artículo 40º.- La cultura será patrimonio y ejercicio de cada comunidad.

Artículo 41º.- La cultura será entendida como las facultades de creación conocimiento y
recreación de toda la sociedad regional.

Artículo 42º.- La cultura integrará lo que en este momento la comunidad tenga como patrimonio
cultural, el conocimiento asentado en sus habitantes, y la información que provenga del exterior y
sirva al progreso de la comunalidad.
Artículo 43º.- Cada comunidad decidirá que valores culturales haya que difundirse y convertirse
en patrimonio general.

Artículo 44º.- La Asamblea General de Autoridades de la Región autonómica comprenderá las


necesidades culturales de la región y tendrá la responsabilidad de satisfacerlas, así mismo será
respetuosa de las iniciativas de carácter comunitario en este rubro.

Artículo 45º.- Toda iniciativa que involucre a más de tres comunidades, en el aspecto cultural,
será discutido en la Asamblea General de Autoridades de la región autonómica.

Artículo 46º.- Los derechos de autor de la creatividad cultural de la Región Autonómica, deberá
ser responsabilidad de las comisiones que para ese fin designe la ley reglamentaria de la
Asamblea General de Autoridades de la Región Autonómica.

Artículo 47º.- Para la exposición de resultados culturales, será responsabilidad de cada


comunidad su decisión y tendrá que tomar en cuenta las recomendaciones que en la Asamblea
General Comunitaria se manifiesten.

Artículo 48º.- El conocimiento general será tratado de tal manera que sea resguardado por la
comisión de defensa de derechos de autor que nombre la Asamblea General de Autoridades de la
Región Autonómica.

Artículo 49º.- El conocimiento regional, será entendido como un valor y patrimonio general,
como tal resguardado por todo tipo de autoridad existente, sin que haya autoridad intermedia.

Artículo 50º.- Los medios de comunicación existentes y por integrar, serán propiedad de los
pueblos que integran la Región Autonómica.

Artículo 51º.- La calidad, contenidos, y las formas en el uso de los medios de comunicación serán
responsabilidad de la Asamblea General de Autoridades de la Región autonómica.

Artículo 52º.- La Asamblea General de Autoridades de la Región Autonómica, será responsable


de la gestión de nuevos medios de comunicación y de programas de trabajo que en materia de
comunicación resultes necesaria.
Artículo 53º.- La Asamblea General de Autoridades de la Región Autonómica, podrá nombrar
comisiones que le auxilien técnicamente en este rubro, toda vez que esto se manifieste como
necesario.

TÍTULO OCTAVO
RÉGIMEN JURIDICO

Artículo 54º.- La administración de la Justicia en la región, será responsabilidad de sus habitantes


de acuerdo a los usos y costumbres existentes en cada pueblo.

Artículo 55º.- Será la Asamblea General de Autoridades quienes nombren el cuerpo consultivo
Indígena que estará presidido por un Alcalde.

Artículo 56º.- Quien ocupe este cargo será ciudadano de la Región que de preferencia, haya
cumplido con las obligaciones que marca su comunidad.

Artículo 57º.- Será responsabilidad del Alcalde Regional administrar la Justicia en todos aquellos
casos que lo soliciten las Autoridades Comunitarias.

Artículo 58º.- Cada Poblado designará a un ciudadano Bilingüe que será el traductor de la
variante lingüística de su comunidad, quien será llamado a traducir en los casos que se le
requiera.

Artículo 59º.- En la administración de Justicia, el Alcalde Regional escuchará la opinión de las


autoridades de la comunidad de donde sea originario el infractor y juntos resolverán los
conflictos que se le presenten.

Artículo 60º.- En los casos de suma gravedad será consultado el cuerpo consultivo, para encontrar
la mejor solución a los problemas individuales y comunitarios.

Artículo 61º.- La tarea inmediata del Alcalde Regional, será la de conocer del Estado que guarden
los expedientes de cada preso indígena, recluido en las cárceles de esta región.
EPÍLOGO (Andrés Miguel Velasco)

Como el lector habrá notado, “Eso que llaman comunalidad” invita y convoca a las
comunidades, a los estudiosos de los problemas sociales, y a quienes toman las
decisiones públicas, a una serena reflexión de lo que las comunidades antiguas son y
de lo que pueden ser en el futuro para hacer realidad sus sueños, la mayoría de los
cuales han sido enterrados por medio de la violencia, el engaño, la explotación y la
marginación durante los últimos quinientos años.

El texto que el lector tiene en sus manos proporciona reflexiones acerca de cómo para
el “mundo occidental” el trabajo y los recursos naturales de las comunidades antiguas
preferentemente han sido entendidos como una mercancía, un valor y un sudor que
sólo sirven para enriquecer económicamente a algunos hombres ajenos a las mismas.
El resultado de esta mentalidad y actuación ha sido la explotación: de los pueblos, su
gente, sus tradiciones y de sus recursos naturales, lo cual se refleja actualmente en la
expulsión de miles de hermanos indígenas en busca del pan y del abrigo en otras
tierras.

La solución que el autor propone a esta situación es el retorno, preservación y


enriquecimiento de la comunalidad en todas las regiones oaxaqueñas, y de ser posible,
de todo México y el mundo. Este concepto que el autor define como la ideología,
pensamiento y acción que ha permitido a las comunidades antiguas enfrentar y resolver
la infinidad de retos y problemas locales, regionales y nacionales que la historia les ha
deparado durante los últimos quinientos años; no es algo simple, sino más bien una
sabiduría antigua compleja. Su complejidad proviene de que es un resultado histórico
de la amalgama del territorio, los recursos naturales, la educación y la organización
tradicional de la gente que se identifica con las comunidades antiguas, algunas de
cuyas manifestaciones más notorias y admiradas fuera de su ámbito lo son el tequio, la
guelaguetza, la fiesta popular y la asamblea comunitaria para la toma de decisiones.

Para el autor, la importancia de entender, y sobre todo preservar la comunalidad estriba


en que en el futuro la sobrevivencia y trascendencia de los pueblos antiguos con
respecto al actuar del mundo que los rodea, descansa en mantener la resistencia-
adecuación de este modo de ser comunitario.
Pero este futuro también es complejo, pues exige lograr la autodeterminación de las
comunidades sobre su territorio, su autonomía política, su autosuficiencia económica, y
retomar el control de la educación de sus futuras generaciones con los valores
colectivos comunitarios, no exclusivamente con los valores del mundo occidental. Y si
bien en los últimos quinientos años todos estos temas han estado presentes en la
agenda de la lucha de los pueblos antiguos, en especial el deseo de hacerse del control
de la educación por parte de las comunidades, aparece como uno de los llamados
urgentes de “Eso que llaman comunalidad”, pues es bien sabido que los valores
fundamentales de la sociedad occidental descansan en el individualismo: en occidente
la colectividad está puesta al servicio de la individualidad.

El autor nos recuerda que esta forma de ser tiene su manifestación más acabada en el
“estado de derecho” del capitalismo, cuyos valores supremos lo son la propiedad
privada y la competencia: quien no posee nada, o no es competitivo, está marginado en
esta sociedad. El sentimiento que provoca exaltar la individualidad y relegar la
colectividad únicamente puede ser llenado con “solidaridad” en la sociedad occidental.
Pero con toda la nobleza que conlleva, la solidaridad es un sentimiento y actuar
individual hacia la colectividad. Por eso esta sociedad ha ensayado otras formas de
organización social donde se impulse la colectividad: el socialismo ha sido la expresión
más acabada al respecto; pero el resultado ha sido la imposición del estado, el todo, en
la colectividad, generando o bien al “autoritarismo”, o el denominado “populismo”. “Eso
que llaman comunalidad” nos recuerda que comunalidad no es ni el individualismo ni el
todo impuesto en la colectividad, sino una sabiduría viva que facilita a todos convivir y
colaborar en una colectividad al servicio de todos.

Ahora bien, ¿qué provecho podría tener este saber y actuar en un mundo utilitarista
como lo es la sociedad occidental? La respuesta es que la comunalidad no solo debe
ser el futuro de los pueblos antiguos, sino que para occidente podría significar la
alternativa de organización social que permitiría a las generaciones futuras hacer frente
a dos de sus principales problemas sociales inmediatos: a) la perdida de identidad y de
esperanza en un futuro armonioso ocasionados por la acumulación y competencia
desmedida productos del neoliberalismo y la globalización, y b) el deterioro del medio
ambiente y la pérdida de recursos naturales, cuya máxima expresión hoy en día lo es el
calentamiento global; aspectos ambos que están poniendo en jaque la propia
sobrevivencia no solo de occidente sino de la humanidad entera.
Como es bien sabido, el neoliberalismo, con su resultado consecuente de la
globalización, constituyen la exaltación máxima del individualismo, la propiedad privada
y la homogeneización: en esta ideología y modo de ser la diversidad no tiene cabida.
Esto ha llevado a la sociedad occidental a un punto en el cual la perdida de valores y de
objetivos más allá de la acumulación de capital y la competencia se han convertido en
un tema nodal de su comportamiento, cuya culminación hoy en día es la guerra y los
conflictos internos sin posibilidad de acuerdos colectivos, sino solamente partidarios y
de personalidades, cuyas soluciones parciales solamente llevan a más conflictos. La
comunalidad, que basa su actuar en decisiones colectivas consensuadas y armoniosas,
podría ser la solución a esta situación.

Por lo que respecta al tema del deterioro del ambiente, la perdida de recursos naturales
y el calentamiento global, productos de la ambición ocasionada por la acumulación y el
deseo de tener más y más por parte de la sociedad capitalista, nuevamente la
comunalidad, por antonomasia armoniosa con el medio ambiente, sería la solución,
pues desde tiempos inmemoriales la “Madre Tierra” forma parte de las ceremonias y del
actuar respetuoso de los pueblos antiguos con los demás seres vivos que los rodean.

“Eso que llaman comunalidad” nos recuerda que no será la tecnología, ni la propiedad
privada, la exclusión de la diversidad, ni el incremento del la competencia, del poder
personal o de partidos, como se piensa y actúa en occidente, lo que daría un nuevo
fortalecimiento a los pueblos de la tierra, sino una nueva forma de organización social,
armoniosa con el ser humano y con la naturaleza. Y esta forma de pensar, de
organizarse y de actuar lo es la comunalidad. Mientras esta sabiduría viva persista, los
pueblos antiguos de América con orgullo podrán decir

Nos robarán nuestros frutos,

nos cortarán nuestras ramas,

quemarán nuestros troncos,

pero nunca, nunca arrancarán nuestras raíces,

pues mientras la comunalidad persista, nuestros pueblos antiguos vivirán siempre…Y


seguramente también la humanidad entera.

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