Texto Mara Viveros

Descargar como pdf o txt
Descargar como pdf o txt
Está en la página 1de 25

1

INTRODUCCIÓN
PERSPECTIVAS FEMINISTAS
DE LA INTERSECCIONALIDAD

Mónica Inés Cejas


Karina Ochoa Muñoz
Coordinadoras

UNIVERSIDAD AUTÓNOMA METROPOLITANA


UNIDAD XOCHIMILCO División de Ciencias Sociales y Humanidades
PERSPECTIVAS FEMINISTAS
DE LA INTERSECCIONALIDAD
D.R. © Universidad Autónoma Metropolitana
Universidad Autónoma Metropolitana, Unidad Xochimilco
Calzada del Hueso 1100, Colonia Villa Quietud,
Alcaldía Coyoacán, Ciudad de México. C.P. 04960
Sección de Publicaciones de la División de Ciencias Sociales y Humanidades.
Edificio A, 3er piso. Teléfono 55-5483-7060
pubcsh@gmail.com / pubcsh@correo.xoc.uam.mx
http://dcsh.xoc.uam.mx/repdig
http://www.casadelibrosabiertos.uam.mx/index.php/libroelectronico
http://dcshpublicaciones.xoc.uam.mx

Los textos presentados en este volumen fueron revisados y dictaminados


por pares académicos expertos en el tema y externos a nuestra Universidad,
a partir del sistema doble ciego por el Comité Editorial del Departamento
de Política y Cultura, de la Universidad Autónoma Metropolitana, Unidad Xochimilco.

ISBN: 978-607- (epub)


ISBN: 978-607- (digital)

Impreso en México / Printed in Mexico


PERSPECTIVAS FEMINISTAS
DE LA INTERSECCIONALIDAD

Mónica Inés Cejas


Karina Ochoa Muñoz
Coordinadoras

UNIVERSIDAD AUTÓNOMA METROPOLITANA


UNIDAD XOCHIMILCO División de Ciencias Sociales y Humanidades
UNIVERSIDAD AUTÓNOMA METROPOLITANA

Rector general, Eduardo Abel Peñalosa Castro


Secretario general, José Antonio de los Reyes Heredia

UNIVERSIDAD AUTÓNOMA METROPOLITANA-XOCHIMILCO


Rector de Unidad, Fernando de León González
Secretario de Unidad, Mario Alejandro Carrillo Luvianos

DIVISIÓN DE CIENCIAS SOCIALES Y HUMANIDADES


Directora, Dolly Espínola Frausto
Secretaria académica, Silvia Pomar Fernández
Jefa del Departamento de Política y Cultura, Esthela Irene Sotelo Núñez
Jefe de la sección de publicaciones, Miguel Ángel Hinojosa Carranza

CONSEJO EDITORIAL
José Alberto Sánchez Martínez (presidente)
Aleida Azamar Alonso / Alejandro Cerda García
Gabriela Dutrénit Bielous / Álvaro Fernando López Lara
Jerónimo Luis Repoll / Gerardo G. Zamora Fernández de Lara

Asesores del Consejo Editorial: Miguel Ángel Hinojosa Carranza / Rafael Reygadas Robles Gil

COMITÉ EDITORIAL DEPARTAMENTAL


Eleazar Humberto Guerra de la Huerta (Presidente)
Clara Martha Adalid y Diez de Urdanivia / Carola Conde Bonfil
Nicté Fabiola Escárzaga / Tadeo Liceaga Carrasco
Eduardo Tzili Apango / Merarit Viera Alcazar
Héctor Manuel Villareal Beltrán

Asistencia editorial: Varinia Cortés Rodríguez


Diseño de portada:
ÍNDICE
Introducción
Mónica Inés Cejas y Karina Ochoa Muñoz 9

I. ENFOQUES INTERSECCIONALES
Presentación: panorama de la interseccionalidad
Mónica Inés Cejas 21

De los estereotipos racistas y sexistas a la interseccionalidad que siempre


da cuenta de la complejidad. Conversación con Mara Viveros
Mónica Inés Cejas y Karina Ochoa Muñoz 24

II. PROBLEMATIZAR GÉNERO, RAZA, CLASE, ETNICIDAD Y SEXUALIDAD:


CONTEXTUALIZANDO Y SITUANDO LA INTERSECCIONALIDAD
Presentación: un elogio a la desencialización, construcciones políticas de la identidad
Delfina Schenone Sienra 41

La(s) experiencia(s) de la racialidad. Conversación con Astrid Cuero


Mónica Inés Cejas 47

Mujeres esclavas afrodescendientes en la Sonora colonial, siglos xvii-xviii


Elisa Idalia Coronel Higuera 57
III. CONOCIMIENTO SITUADO Y CONTEXTUALISMO RADICAL
Presentación: en diálogo a tres voces con Teresa Garzón,
desde el cuidado y la escritura digital
Teresa Díaz y Urania Lanestosa 75

Contextualismo radical y conocimiento situado desde la experiencia.


Conversación con María Teresa Garzón Martínez
Mónica Inés Cejas y Karina Ochoa Muñoz 93

IV. DESCOLONIALIDAD Y FEMINISMOS EN ABYA YALA


Presentación: para empezar el diálogo
Gloria Isabel Figueroa Gómez, Lidia Patricia Guerra Marroquín,
Julieta María Jaloma Cruz y Paola Mendoza Téllez Girón 103

Tejiendo diálogos con los feminismos en Abya Yala


Gloria Figueroa, Lidia Guerra, Julieta Jaloma y Paola Mendoza 106

V. METODOLOGÍA DESCOLONIAL
Presentación: tejer reflexiones sobre metodologías feministas descoloniales
Lina Andrea Bernal Carmona y Gabriela Pedroni 135

Reflexiones metodológicas en torno al tiempo y el espacio.


Conversación con Sofía Zaragocin y Alejandra Londoño
Karina Ochoa Muñoz 142

VI. INTERSECCIONALIDAD DESDE EL BLACK FEMINISM


Y EL FEMINISMO CHICANO
Presentación: desaprendizajes corporizados: la experiencia como horizonte de sentido
Miryam Prado, Yuruen Lerma, Julieta Jaloma y Jaime Géliga 155

Materialismo histórico, The Decolonial Imaginary y teorías feministas chicanas encarnadas


Marcelle Maese 167
VII. DESMONTAR LAS DINÁMICAS DE RACIALIZACIÓN
Presentación: reflexiones sobre la configuración y los efectos de la colonialidad
Karina Ochoa Muñoz 191

El mestizaje en cuestión. Conversación con Laura Catelli


Mónica Inés Cejas y Karina Ochoa Muñoz 196

VIII. CRÍTICAS A LA INTERSECCIONALIDAD DESDE LOS FEMINISMOS


Presentación: My feminism will be intersectional or it will be bullshit!
Reflexiones sobre la interseccionalidad: razones
para continuar teorizando desde ese enclave
Paola María Marugán Ricart 209

Prácticas interseccionales: notas sobre el activismo sudafricano de mujeres


Natalia Cabanillas 220
De los estereotipos racistas y sexistas
a la interseccionalidad que siempre da cuenta
de la complejidad. Conversación con Mara Viveros*
Mónica Inés Cejas y Karina Ochoa Muñoz**

Mónica Cejas: Querida Mara, vamos a empezar con este mente buscando las coincidencias. Leemos a autoras y au-
diálogo-conversación contigo. Como te contábamos, con tores clásicos en las discusiones, pero también nos vamos
Karina impartimos el seminario “Perspectivas feministas por todas las posibilidades enormes que permite la temá-
de la interseccionalidad”, donde reflexionamos al respec- tica, en lo limitadas que son las once semanas que dura un
to. Este espacio sirve además de pretexto para que cada trimestre de la uam. Entonces, más que nada, el progra-
una hable de sus pasiones, de sus temas. Karina te podrá ma es una invitación a leer más sobre interseccionalidad y
contar lo que leemos del lado de sus pasiones, pero obvia- darnos cuenta de que es una perspectiva que existe desde

* Entrevista realizada por zoom el 15 de junio de 2021. en la uam-Xochimilco (2013), en la Universidad Nacional de Córdoba,
Argentina (2016), en The Graduate Institute of Intenational and Deve-
** Mara Viveros Vigoya es doctora en Antropología por la Escuela de
lopment Studies, Ginebra, Suiza (2017). En 2014-2015 estuvo vinculada
Altos Estudios en Ciencias Sociales (ehess) de París; maestra en Estu-
a la Social Science School, del Institute for Advanced Study en la Uni-
dios Latinoamericanos por el Instituto en Altos Estudios sobre América
versidad de Princenton. Actualmente es Presidenta de la Latin Ameri-
Latina (iheal Paris iii) y economista por la Universidad Nacional de Co-
can Studies Association (lasa). Sus intereses de investigación incluyen
lombia. Es profesora titular de la Facultad de Ciencias Humanas de la
temas vinculados con la relación entre las diferencias y las desigual-
Universidad Nacional de Colombia, donde ha enseñado y desarrollado
dades sociales; las teorías de género y sexualidad; los hombres y las
buena parte de sus proyectos investigativos desde 1998, en el Departa-
masculinidades; la biopolítica y las sexualidades; las intersecciones de
mento de Antropología y la Escuela de Estudios de Género, de la cual
género, sexualidad, clase, raza y etnicidad en la dinámica social de las
fue directora en 2010-2012 y 2016-2018. Ha sido profesora invitada en el
sociedades latinoamericanas.
marco de la Cátedra Simón Bolivar (iheal Paris iii), en el ehess (2010),

27
hace mucho tiempo, que se viene trabajando no sólo en Karina Ochoa: Entonces, por ahí va nuestra inten-
América Latina, sólo que ahora le llamamos así. Karina, si sión: no quedarnos en la interseccionalidad, sino más bien
quieres tú continuar… que sea el pretexto perfecto para ampliar el horizonte e ir
Karina Ochoa: Sí, incluso el programa no está dise- viendo cómo se han ido haciendo esos caminos que cru-
ñado de manera unidireccional para entender la intersec- zan por la interseccionalidad, pero también derivan en
28
cionalidad así, en un carril, sino más bien como un tejido, otros lugares. Ésa es la propuesta.
es decir, es la interseccionalidad en diálogo con el debate Mónica Cejas: Por eso habíamos pensado empezar
descolonial, el conocimiento situado, las metodologías fe- con la primera cuestión que tenía que ver con tus andares,
PERSPECTIVAS FEMINISTAS DE LA INTERSECCIONALIDAD

ministas. Por ejemplo, la interseccionalidad en diálogo con que nos contaras un poco más, Mara, de tus andares con
las dinámicas de racialización y los debates que en Améri- las temáticas que venías trabajando. Te encuentras con
ca Latina se han desarrollado, en fin… no se trata de la idea la interseccionalidad. No es que no la conocieras porque
de interseccionalidad como algo fijo, como una tenden- tu trabajo es, si algo lo define: interseccional. Pero ya con
cia que tiene una sola ruta, sino como este telar que tiene todo este andamiaje que se arma en torno a la intersec-
múltiples hilos que se cruzan y que permite que aparezcan cionalidad instituida como una teoría, con autoras clave,
muchas miradas desde los feminismos. Entonces se vuel- etcétera, con una genealogía que es muy del norte, que
ve muy rico y al mismo tiempo nos convoca a ir haciendo es identificada con las afroestadounidenses, pero que no-
estas conversaciones para, justo, ampliar la reflexión. La sotras sabemos que hay otras genealogías posibles y que
idea es que podamos incorporar en este pequeño trabajo tú también nos ayudas y las introduces (Viveros, 2016) y
[en referencia al Cuaderno de Trabajo #] algunas voces que también hay otros andares. Pero el andar tuyo, específico
puedan enriquecer justamente este ejercicio y actualizarlo de Mara, si nos quisieras contar un poquito, ¿cómo fue?
también, porque, efectivamente, te leemos, conversamos Mara Viveros: De acuerdo. Tengo la impresión de que
contigo, aunque tú no lo sepas, hacemos conversaciones en mi caso surge tratando de entender los estereotipos
maravillosas. Pero sabemos que estás planteando nuevas racistas y de darme cuenta que los estereotipos racistas,
ideas que no necesariamente hemos incorporado, pero pues eran sexuados. En particular, yo empecé a trabajar
que nos parece que tendrían que ser incluidas en este es- sobre masculinidades negras y sobre estereotipos que
pacio, pues estas reflexiones que has estado planteando existían sobre los hombres negros como hiperviriles, y me
últimamente se expresaron también en la propuesta que daba cuenta, efectivamente, que eran estereotipos que a
hiciste para lasa 2020,1 por ejemplo. la vez tenían que ver con la sexualidad y que la sexualidad
Mara Viveros: Exacto. estaba muy racializada. Entonces, creo que la primera vez
que escribí algo al respecto fue como en 2001; me acuerdo
que me habían invitado a un evento en el marco de la ce-
1  Latin American Studies Association (lasa) 13 al 16 de mayo de 2020:
“Améfrica Ladina: vinculando mundos y saberes, tejiendo esperanzas”, lebración de los 150 años después de la abolición de la es-
consúltese <https://lasaweb.org/es/lasa2020/>. clavitud; en ese momento era como un tema raro, porque,
digamos, la mayor parte de los participantes eran histo- de los reclamos más fuertes de todas las personas que he-
riadores que trabajaban sobre la esclavización y de pronto mos sido racializadas. Creo que eso es una cosa que sentí
yo hablaba de… si quieres, como de la persistencia de cier- muy pronto, que no era percibida en mi singularidad por-
tas maneras de ver, que se vinculaban con la esclavización, que siempre había sido comprendida como representante
pero que se expresaban, incluso hoy, con lo que eran los o parte de un grupo, el de la “mujer negra”, nunca en mi
estereotipos racistas. Ni siquiera yo pensaba claramante, singularidad. Entonces, creo que esa evidencia es común 29
en ese momento, en términos de la colonialidad. Era, más a las personas racializadas. Por ahí entré a la interseccio-
bien, otra forma de ver persistencias, vinculando más que nalidad, y ya en ese momento escribí algunos textos al

INTRODUCCIÓN
todo la esclavización y las formas de concebir a las y los respecto, como el que habla de la imbricación de los este-
esclavizados también de forma estereotipada. Entonces, reotipos sexistas y racistas en Quibdó (2003).
al pensar en el presente veía cosas que, digamos, hasta Otra cosa que hoy me parece curiosa es que, cuando
hoy subsisten: como esa idea sobre las mujeres negras lú- yo estaba escribiendo el libro de De quebradores y cumpli-
bricas y los hombres hiperviriles que está asociada a los dores (2002), ya estaba citando a Ochy Curiel. No la cono-
imaginarios que existen sobre la esclavización. cía, ni ella era la feminista decolonial del presente, pero ya
Estoy repensando lo que hice ayer desde el hoy, ¿ves?, me parecía muy interesante lo que ella escribía. También
porque cuando yo lo hice, lo hice de la manera más ino- me sorprende hoy la forma en que algo como la intersec-
cente, además lo hacía como alguien excéntrico en ese cionalidad —que entiendo que es complejo y que da cuen-
contexto, como alguien que estaba hablando de cosas un ta de la complejidad del mundo social— en ese entonces
poco raras, en un congreso en donde la mayor parte de me parecía algo evidente, porque era algo que sentía como
quienes participaban eran historiadores, digamos, bastan- una experiencia muy propia, es decir, casi que lo que esta-
te ortodoxos. Y esos temas tampoco eran los temas de la ba teorizando era algo que me había acompañado desde
antropología y del feminismo. En ese sentido, mi lugar era siempre. Eso mismo es lo que hace que las mujeres negras
como excéntrico en muchos espacios… Ahí comienza mi tengan ese lugar de privilegio epistémico en la producción
andar en relación con la interseccionalidad. de un pensamiento interseccional, porque están hablando
Me llama la atención, a posteriori, que muchas perso- de su propia experiencia, de esa “doble conciencia”, si ha-
nas que se acercan al tema del racismo en Colombia tam- blamos en términos de Du Bois, y también de experiencias
bién utilizan esa puerta de entrada, la de los estereotipos. muy concretas, como la del trabajo doméstico, un traba-
Yo creo que es más fácil hablar de los estereotipos que del jo que implica para ellas desarrollar las competencias ne-
racismo estructural en abstracto, por ejemplo, porque es cesarias para poder vivir entre esos distintos mundos —el
más fácil hablar desde un pensamiento situado, y de la ra- suyo propio y el de quienes la emplean—. Esto tiene que
cialización, como una experiencia que también te “otrifi- ver con la interseccionalidad, porque la interseccionali-
ca”; porque los estereotipos también fijan a las personas dad nos lleva siempre a plantear “la otra pregunta”, como
y hacen que pierdan su singularidad, y creo que ése es uno dice Mari Matsuda (1991). Así, cuando hay algo que pare-
ce sexista, hay que preguntarse: ¿dónde está el racismo podría nombrar en términos de sabiduría; ella tenía una
o en esto? Cuando hay algo que parece racista, hay que forma de apropiarse y de defender la importancia de su lu-
preguntar: ¿dónde está el clasismo en esto? La “otra pre- gar social, a pesar de que, como mujer negra y trabajado-
gunta” fue la que hizo Sojourner Truth cuando señaló: “¿Y ra doméstica, era continuamente devaluada en términos
acaso no soy una mujer?”, comparando e interrogando su sociales. Había en la forma en que ella describía su trabajo
30
experiencia de mujer, que había sido esclavizada, con la de un sentido de dignidad muy fuerte, mezcla de orgullo ra-
quienes eran definidas en ese entonces como mujeres. cial y social, y como esta anécdota, te puedo contar otras
Esta reflexión me lleva a hacer un paréntesis. Cuando que son como flashes de cómo fui construyendo un pen-
PERSPECTIVAS FEMINISTAS DE LA INTERSECCIONALIDAD

recién terminé mi carrera como economista, estuve tra- samiento interseccional a partir de estas experiencias tan-
bajando en un proyecto que se llamaba “Acciones para to con mujeres como con hombres afro racializados.
transformar el estatus de las mujeres”. Parte de ese pro- Desde entonces empiezo a desarrollar el trabajo teó-
yecto era brindar información sobre los derechos labora- rico a partir de lecturas, al principio muy desordenadas, a
les de las empleadas domésticas; entonces, con un grupo partir de lo poco que estaba circulando sobre el tema en
de colegas y amigas feministas, sostuvimos esa parte del castellano en ese entonces. En aquel momento no había
programa. Todos los domingos en la mañana, durante elaborado una genealogía, menos aún una tipología, ni es-
casi año y medio, atendíamos a empleadas domésticas y taba pensando en si la interseccionalidad viene del Norte
a sus empleadores, informándoles los derechos laborales o del Sur, estaba trabajando con base en los materiales
de las empleadas domésticas y calculábamos las presta- empíricos y las lecturas disponibles, que eran además muy
ciones sociales a las que tenían derecho esas trabajadoras variadas. Recuerdo haber leído, por ejemplo, a Abdías do
domésticas; porque en ese momento creo que nadie en Nascimento (1978), con su crítica a la mestizofilia brasile-
Colombia le pagaba prestaciones sociales a una emplea- ra, haber utilizado una mezcla de referentes teóricos, que
da doméstica. Por otra parte, lo que a mí también me lla- a posteriori he ido ordenando, sabiendo que en general me
maba la atención al hacer esta tarea, lo que para mí era nutro de las lecturas que responden a mis preguntas más
evidente, era la racialización de las mujeres trabajadoras personales. Eso ha sido un trazo muy fuerte de mi traba-
domésticas. En ese entonces, no me atrevía a formularlo jo; no he hecho nada que no me interpele personalmente.
de este modo porque nadie más lo veía así. Hablar de raza Todo lo he hecho a sabiendas de que, si probablemente no
no era ni usual ni bien visto. Recuerdo mucho a una em- soy ciega ni sorda frente a ciertos asuntos, es porque esos
pleada doméstica afro de las que atendí, que me decía que temas me interpelan, me tocan, y por eso mismo consi-
ella trabajaba en la casa de una gerente y afirmaba: “ella dero que vale la pena detenerme en ellos e intentar decir
será la gerente allá afuera, pero la gerente dentro de la algo sobre ellos. En ese sentido suscribo al planteamiento
casa soy yo”, y me gustaba mucho la forma en que ella se de Patricia Hill Collins (2000) cuando señala las conexio-
apropiaba de su importancia en ese mundo doméstico. Mi nes entre experiencia y conciencia, y dice que el conoci-
fascinación con ella era porque veía en ella algo que hoy miento se crea dialógicamente, a partir de la experiencia
vivida, y no desde un posicionamiento teórico objetivo an- condensa en sus preguntas sobre la feminidad y materni-
terior a la experiencia. dad de estas mujeres. Creo que ésta es una creación inter-
Después, de manera más juiciosa, entre 2006 y 2008 seccional porque comprende que no existen las mujeres
empiezo a escribir pequeños textos sobre la interseccio- brasileras “a secas” y que hay una manera particular de
nalidad, a consignar distintitas reflexiones que reúno en el ser mujer cuando se es negra y esclavizada. Aunque Tar-
artículo que está publicando en la revista Debate Feminis- sila do Amaral o Clorinda Matto de Turner —la escritora 31
ta (2016). En este texto intento rastrear pensamientos y peruana que se interesó por la suerte de las mujeres indí-
acciones de tipo interseccional surgidos desde el siglo xix genas en el Cuzco en la segunda mitad del siglo xix— eran

INTRODUCCIÓN
en Nuestra América, que fui descubriendo gradualmente, mujeres blancas y adineradas, y, como tales, privilegiadas,
para elaborar una genealogía propia de la interseccionali- eran también mujeres conscientes y sensibles frente a la
dad. Porque el pensamiento interseccional no es algo nue- experiencia de opresión. Fue su propia experiencia de esta
vo en nuestra región; corresponde incluso al abordaje que opresión, como mujeres, la que les abrió el horizonte, la
utilizan algunas intelectuales latinoamericanas decimo- posibilidad de entender y ser sensibles a otras opresiones,
nónicas, blancas y de la élite, para describir las realidades étnicas, raciales, de clase. De ahí que las haya incluido en
sociales de nuestros países. Lo hacen desde su empatía esa genealogía latinoamericana del pensamiento de tipo
con las personas, sobre todo mujeres que las rodean en el interseccional.
mundo doméstico. Me refiero a mujeres como Tarsila do En ese texto también me refiero a pensadoras afrobra-
Amaral, esa pintora brasileña modernista, proveniente de sileñas que desde los años sesenta empezaron a mencio-
una familia rica de hacendados paulistas que identificó el nar la triada de opresiones: de raza, clase y género. En esta
papel que ocupaban en su familia las nodrizas, las amas genealogía incluí pensadoras como la afrobrasileña Lélia
de leche. Ella quería ser “la pintora de su país”, un país González que había publicado sus reflexiones al mismo
que buscaba su propia identidad. Cuando veo su cuadro tiempo que bell hooks, pero que hasta hace poco era una
titulado “A negra”, de 1923, me parece evidente que esa autora bastante desconocida, mientras todo el mundo
hipertrofia en ese seno y en esos labios, su manera de re- conoce a bell hooks como representante del feminismo
presentar a esa mujer expresa algo que la marcó también a negro estadounidense. Conocer el pensamiento de Lélia
ella y hace su experiencia distinta, digamos, a la de las mu- Gonzalez, Sueli Carneiro, Jurema Wernek, entre otras, me
jeres burguesas blancas y europeas. La imagino a ella en permitió comprender la extrañeza que me producían cier-
París, intentando hablar de su historia, con todos los lími- tas experiencias en mis viajes a Brasil para hablar de temas
tes y todos los sesgos que puede producir esa experiencia de raza. Recuerdo una vez, que por el año 2001 participé en
de vivir como hija de hacendados en Brasil, pero al mismo un debate con un antropólogo caboverdiano sobre Fou-
tiempo con la sensibilidad, el talento y el deseo de repre- cault y el racismo. En ese entonces, tanto él como yo ha-
sentar a su país con un lenguaje visual nuevo, a través de blamos de la biopolítica y del punto ciego de Foucault que
una mujer negra, el sujeto subalterno por excelencia, que ignoraba la colonización y el imperialismo en su historia
de la sexualidad occidental. Yo había descubierto recien- entendiendo mejor cómo funcionaba el racismo brasile-
temente a Ann Laura Stoler (1995, 2002) y desde allí, des- ño. Entendí por ejemplo que estaba bien aceptada, en par-
de esa crítica, me posicionaba, pero no integraba en esa te, porque llegaba a Brasil vía París, ¿me entiendes? Con
reflexión a estas pensadoras afrobrasileñas, que también una formación académica francesa. En la medida en que
estaban pensando la relación entre colonización y sexuali- fui adquiriendo conciencia de las capas de privilegio que
32
dad, y que de pronto me habrían ayudado a entender esta me hacían aceptable, inteligible y audible en ese contexto
colonialidad del saber sobre la sexualidad. Entendí más académico, fui cambiando mi discurso y mi posición. Aho-
tarde que, pese a la existencia de un buen número de in- ra asumo con toda la seriedad del caso la importancia de
PERSPECTIVAS FEMINISTAS DE LA INTERSECCIONALIDAD

telectuales negras brasileras, me invitaban a mí a hablar poner en el centro de mi trabajo ese tipo de reflexiones,
sobre raza en Brasil porque yo era una mujer negra, pero sobre cómo y quién produce conocimiento, quién tiene la
hablaba del racismo desde una perspectiva externa a Bra- legitimidad para hacerlo.
sil, sin referirme a lo que estaba sucediendo en ese mo- Paradójicamente, por ejemplo, yo conocí las perspecti-
mento en Brasil. vas más afrocentradas del feminismo, no a través de Lélia
Volví a hablar de esto recientemente con Sueli Carnei- Gonzalez2 o de Sueli Carneiro, sino a través de Rita Laura
ro al comentar con ella sobre las luchas que ese grupo de Segato. Los trabajos de Rita Segato están profundamente
mujeres hacía desde los años ochenta y sobre lo difícil que marcados —como ella misma lo dice— por su experiencia
fue para ellas afirmar otras epistemologías no eurocen- docente y de vida en Brasil, por su interés en los temas
tradas en ese contexto. Rastreando la biografía de Sueli raciales y en aspectos tan particulares del racismo de la
Carneiro, nacida hace setenta años en São Paulo, supe por sociedad brasileña como el papel que juegan en ella las
ejemplo que ella vio por primera vez el mar a los 20 años, nodrizas y la institución de la “mãe negra”, actualizada en
y pude imaginar las dificultades que debió enfrentar al in- las niñeras de los niños de clase media. Éste es el tema
gresar a la usp —una universidad pública, tildada como la de su ensayo sobre el Edipo negro. Sólo después de leer
mejor universidad de la región, que tuvo a su cargo la for- a Rita Segato (2013) [[[
[[[añado referencia según bibliogra-
mación de la élite intelectual brasilera—, en la cual, por ]]] me enteré de que Lélia Gonza-
fía, ¿es correcto el dato?]]]
supuesto, estudiaban muy pocas personas negras. A pos- lez (1982) ya había hablado de esta institución de la mãe
teriori, me doy cuenta de no era consciente de todo esto negra, pero lo había hecho desde el punto de vista de las
cuando participé inicialmente en actividades como las que nodrizas, de las amas de leche, de las empleadas domésti-
les cuento, que me movía con cierta inocencia política en cas. Ellas son quienes introducen a los bebés blancos bra-
la academia brasileña [durante el] intercambio con distin- sileños al mundo de la cultura; y es muy interesante que
txs colegas brasileñxs, porque era bien aceptada. Después sean ellas, mujeres negras, las que los introducen al mun-
me vinculé a distintas actividades como las de la Fábrica
de Idéias, una especie de escuela de verano para formar lí- 2  Consúltese <https://www.blogs.unicamp.br/mulheresnafilosofia/
deres y lideresas negros en estudios étnicos y raciales, y fui lelia-gonzalez/>.
do del lenguaje y al de la cultura, es decir, a los dominios El ejercicio de reflexividad sobre las implicaciones de
más androcéntricos de la vida social. Ese particular lugar esa pertenencia de “clase media” ha sido para mí un tra-
que ocupan las mujeres negras en la cultura brasileña es bajo personal fuerte e importante. De hecho, es el tema
lo que explicaría para Gonzalez (1983) [[[ [[[añado referencia sobre el cual he estado trabajando intermitentemente
según bibliografía, ¿es correcto el dato?]]] ]]] su carácter ne- desde 2008 y acabo de terminar un libro sobre las cla-
gro o africanizado, pese a sus prácticas racistas y sexistas ses medias negras en Colombia, que se llama El oxímoron 33
cotidianas. Una brillante reflexión que ameritaría ser me- de las clases medias negras. Movilidad e interseccionalidad
jor conocida. en Colombia, que se publica a finales de este año. En él

INTRODUCCIÓN
Continuando con mis andares, creo que un aspecto describo cómo se fueron conformando las clases medias
particular de mi propia experiencia como mujer negra es negras en Colombia en el siglo xx; los efectos políticos
que yo nací y crecí en un hogar de clase media. Mi padre, y personales que tuvieron en esas nuevas clases medias
negro, era médico, y mi madre, una mujer blanco-mestiza, los cambios que trajo pasar de una identidad nacional an-
era trabajadora social. El significado de la singularidad so- clada en el mestizaje a una redefinición de esta identidad
cial de esta historia, en un país en que ser negro es igual a como pluriétnica y multicultural; también examino el pa-
ser pobre, lo asumí mucho tiempo después. Incluso hasta pel que tuvieron las mujeres negras —como maestras, e
hace unos diez años sentía algo de vergüenza culposa por incluso como microempresarias— en esos procesos de
serlo. Les comparto una anécdota al respecto: en el año movilidad social, las diferencias de género, generación y
2010 estaba impartiendo un taller sobre interseccionali- región en esos procesos y en sus significados. Al escribirlo
dad con Ochy Curiel en la Casa del Chontaduro en Cali, y me di cuenta que es uno de los libros que me ha costado
en algún momento hicimos una ronda, y cada una se fue más trabajo, porque en últimas, es el más autobiográfi-
presentando haciendo referencia a sus historias familiares. co. Mis otros textos lo son menos, aunque también se re-
Muchas de las asistentes eran empleadas domésticas o hi- fieran a procesos de racialización. Esto quiere decir, para
jas de empleadas domésticas, lo cual no es ninguna sorpre- seguir en nuestra conversación sobre interseccionalidad,
sa, pero al escucharlas, me fue entrando angustia porque que entendí que definirme únicamente como “mujer ne-
ya no sabía cómo presentarme, me preguntaba si debía o gra” no era suficiente. Soy, además, una “mujer negra de
no hablar de mis orígenes sociales, porque no quería gene- clase media”, hija de los deseos de mis padres, para los
rar distancias entre ellas y yo; lo hice, creo, que por hones- cuales la educación, lo intelectual, el mundo de los libros
tidad con el grupo y conmigo misma, pero creo que lo dije fue algo muy importante. Mi papá y mi mamá —que desde
también con mucha dificultad. Sin embargo, esa duda me distintas orillas tuvieron una actividad política o cívica, mi
hizo consciente de los límites que tiene la imagen idealiza- papá en torno a los derechos de lo que antes se llamaban
da de la sororidad de las mujeres negras, de las líneas de “las negritudes”, y mi mamá, en torno a los derechos de la
clase que atraviesan esa relación y de mis propias dificulta- mujer— buscaron que sus hijas e hijos se interesaran por
des para encarar en primera persona esas diferencias. el estudio. Ellos lo hicieron porque sentían también que
inculcarnos una buena disposición para el estudio era una Pero, para volver al tema de la interseccionalidad, mi
buena manera de protegernos contra la discriminación ra- propia experiencia de no ser una mujer “a secas”, pero
cial. En cierto sentido, no se equivocaron… tampoco una mujer negra “a secas”, ni una persona de cla-
Otra singularidad de mi historia personal, y de la histo- se media “a secas”, me ayudó a entender muy temprana-
ria de vida de personas hijas de parejas interraciales, tiene mente que mi posición en el espacio social colombiano no
34
que ver con la experiencia de lo negro, porque es muy dis- estaba ligada a un solo eje de desigualdad social. De esa
tinta la transmisión de lo negro si se hace por vía paterna o comprensión temprana se trata el privilegio epistémico
por vía materna. Por ejemplo, yo no tuve una mamá negra de las mujeres negras para entender, desde la experiencia
PERSPECTIVAS FEMINISTAS DE LA INTERSECCIONALIDAD

que se sentara conmigo a peinarme el pelo desde su ex- propia, esa complejidad social y su funcionamiento. Pero
periencia de mujer negra, porque en realidad mi mamá no comprendí también, como académica feminista, que ha-
sabía cómo peinar mi pelo crespo, ni me podía transmitir cer análisis unidimensionales era empobrecer la realidad
una cultura negra a partir de gestos cotidianos, porque no del mundo social y la del mundo propio, porque describir
era la suya. Hablando alguna vez con Mónica Moreno Fi- una experiencia social implicaba referirse a distintos po-
gueroa sobre nuestras experiencias familiares e infantiles, sicionamientos en más de un eje de desigualdad. Entendí
que son bastante similares, concluimos que nuestras ma- que no se puede entender la desigualdad desde un solo
más habían sido absolutamente torpes con nuestro pelo, marco explicativo (de género, raza, clase, edad, etcétera)
y lo único que les interesaba a ellas al respecto era que no y que se debe tener en cuenta la interrelación entre esos
estuviéramos despeinadas. A los 16 años me liberé de esa distintos ejes de desigualdad. Eso es el abc de la intersec-
obligación cuando me corté el pelo muy corto y me con- cionalidad. Después, hay que profundizar más, como nos
vertí en una de las primeras jóvenes que lució el pelo afro invita recientemente a hacer Patricia Hill Collins (2019)
en Cali. Desde entonces lo llevo así y tuve suerte, porque cuando habla de la necesidad de complejizar en términos
para conseguir trabajo no tuve que alisar mi pelo, como teóricos la comprensión de la interseccionalidad, porque
me comparten muchas de las mujeres afros más jóvenes hay muchas simplificaciones sobre la interseccionalidad y
que yo. Bueno, eso tiene que ver también con el tipo de porque cree que la interseccionalidad es una teoría social
trabajo que he hecho desde joven en ámbitos académicos, que puede brindar explicaciones críticas del mundo social
que son sin duda, más relajados con este tipo de exigen- y promover acciones emancipadoras, sean grandes o pe-
cias. Se puede ser profesora universitaria con mi aparien- queñas. La interseccionalidad es un proyecto teórico, po-
cia, pero tal vez si hubiese querido ser gerente de banco lítico y ético amplio, que implica muchos tipos de actores
habría enfrentado algunas dificultades, pero nunca quise sociales, pero hay que entender mejor de qué trata porque
ser gerente de banco. Lo que sí me hubiese gustado es ha- aborda temas complejos, sin simplificaciones. Un ejemplo
ber tenido la posibilidad de explorar más las posibilidades de ellas es pensar las relaciones entre desigualdades en
que ofrece el pelo afro, en términos estéticos, como hacen términos aditivos y desde modelos que suponen que exis-
las nuevas generaciones. ten grupos que encarnan la posibilidad de la súper domi-
nación, y grupos que están completamente despojados de cómo actúas y las experiencias con las mamás y los papás
cualquier posibilidad de agencia; otro ejemplo es imaginar también, ¿qué significa tener papás y mamás que sólo tu-
que los sistemas de dominación social funcionan como vieron la primaria?, mis papás solo tuvieron la escuela pri-
propiedades individuales. Entender el género, la raza, la maria, pero a mi papá siempre le ha encantado leer, fue un
etnicidad, la clase como atributos personales nos impide hombre que leyó mucho, mucho, y para él era muy impor-
poder utilizar de maneras más fructíferas la propuesta de tante el periódico; estaba súper informado, podía discutir 35
la interseccionalidad. de política internacional de manera impresionante. En-
Al respecto, recuerdo que en algunos talleres sobre tonces, sí, yo creo que la interseccionalidad nos da como

INTRODUCCIÓN
interseccionalidad yo misma le pedí a las personas que claves para poder ir más allá de una sola genealogía, es
sacaran un papel y un lápiz y elaboraran una cartografía que la encarnamos. Creo que va por ahí.
corporal mostrando qué los atravesaba, qué los definía y Karina Ochoa: Cómo los marcajes van cambiando,
daba el ejemplo de una silueta corporal que tomaba for- incluso, estos estereotipos a veces los refuerzan también,
ma a partir de elementos como el sexo, la clase, etcétera. por ejemplo, cuando Mara nos decía, “pues yo siendo de
El problema es que las personas participantes en esos ta- clase media…”, pues te ahorraste unas, pero se te compli-
lleres, cuando restituían verbalmente el ejercicio, se des- caron otras. Yo pienso, por ejemplo, yo siendo una mujer
cribían en términos de género, sexualidad, raza, como si mestiza, además, con todo lo que significa el proceso de
fueran el producto de una suma de atributos individuales. mestizaje, en términos del privilegio de blanquitud, pero
Eso no les ayudaba a entender, por ejemplo, las interrela- estoy marcada también por una clase popular. Entonces,
ciones entre esas propiedades ni el carácter generizado y ahí la forma en cómo se mueven los procesos y la configu-
racializado de las instituciones como la familia, la escue- ración de nuestra propia experiencia es otra. Por ejemplo,
la, la iglesia, las instituciones militares. No es que las per- a mí una cosa que me impacta en términos de preguntar-
sonas no lo puedan comprender a partir de sus propias me en relación con mi condición de mestiza es el encuen-
experiencias, sino que el ejercicio requiere lograr que se tro con mujeres indígenas que en el marco del movimiento
apropien de estas experiencias y reflexionen críticamente zapatista nos decían: “su palabra es muy dura y nuestro
sobre ellas y se den cuenta de que sus experiencias de vida corazón no la entiende”. Entonces, ahí los procesos en los
son complejas. Pero mira hasta dónde me llevaste con tu que una descubre que aun cuando puedes compartir esa
pregunta por los andares… condición de ser pobre o de ser de sectores populares en la
Mónica Cejas: Entonces, sí, la interseccionalidad de urbe, que equivaldría a la dimensión de pobreza en lo ru-
golpe aparece como la matriz de opresiones, bueno, un ral, no necesariamente permite los enganches. Como en
montón de claves conceptuales, pero que en realidad te los dos niveles; sí permite la sensibilidad sobre las opresio-
explican mucho, también, quién eres tú, incluso muchas nes, pero al mismo tiempo nos enfrenta también a veces a
de tus experiencias. Esto que decías del cabello, de quién las (im)posibilidades de los encuentros.
te acaricia el cabello o qué ropa vistes o cómo te pones o
Entonces, es súper, súper potente entender cómo es silencio muy profundo sobre la raza. Esto tiene que ver
ese dinamismo, cómo efectivamente no es sumatorio y también con lo que señalaba Mónica de un país como Ar-
tampoco puede ser como tipo ecuación, es mucho más gentina, donde supuestamente no hay negros, pero donde
complejo porque implica procesos de existencia, procesos todo el tiempo se habla del “negro de alma”. Hablar de lo
de existencia que nos atraviesan. Y ahí teorizar se vuelve negro es realmente una forma de enclasar. En Argentina
36
complejo porque además la tendencia [de] la teorización la gente que no parece ser “gente de bien” es negra, y en
es la generalización, entonces, ¿dónde queda la experien- México, también.
cia vivida? Yo creo que ahí los aportes feministas dan mu- Karina Ochoa: Sin duda, yo creo que efectivamente
PERSPECTIVAS FEMINISTAS DE LA INTERSECCIONALIDAD

chos avances; entonces, pensar la interseccionalidad en una de las cosas que ofrece la perspectiva descolonial y la
el marco, por ejemplo, del conocimiento situado o en el perspectiva interseccional es que ponen el tema de la raza
marco del contextualismo radical es necesario, y ahí es en el centro. Sin embargo, cuando dialogan, por ejemplo,
donde se van cruzando los ríos en términos de la propues- con posicionamientos como los de Harding, que no tienen
ta epistémica, porque la interseccionalidad tiene que ser el tema de raza en el centro, se vuelven muy potentes y no
complejizada, pero también tiene que ser complejizada a al revés, es decir, el problema, yo ahí sí coincido, el proble-
la luz de propuestas teórico-metodológicas que también ma es cuando hay perspectivas que no incorporan el tema
vienen del feminismo mismo y no siempre de los feminis- de raza, y entonces, ahí, aunque hagamos los diálogos, de
mos racializados. Hay como una potencia también en esta todas maneras aparece un algo que todavía no lo hace…
posibilidad de ampliar, de hacer el tejido… Mara Viveros: Sí, que no se logra percibir, sí, total.
Mara Viveros: Pero, ¿sabes qué? Hay una pregunta Karina Ochoa: Exacto, pero, cuando, por ejemplo,
que me surge escuchándote, ¿cómo puede existir la in- desde el debate descolonial, que ahí sí hay una claridad en
terseccionalidad sin la raza?, es decir, porque antes no ha- el marcaje, porque además es ontológico, es decir, la línea
blábamos de interseccionalidad, pero en América Latina de racialidad vista desde el debate decolonial nos plantea
la intersección entre género y clase siempre estuvo muy un problema de carácter ontológico, porque la línea de ra-
presente como preocupación; era casi como la marca del cialidad es la que hace a ciertos seres humano, y a ciertos
feminismo latinoamericano, si lo comparábamos con el seres, no humanos, pero es la línea racial y ahí no hay ma-
feminismo estadounidense o con el europeo, aunque en nera de quitarla. En el debate interseccional también, al
el europeo también existía la preocupación por esa inter- elemento racial no hay manera de eliminarlo, es… no sé
sección, pienso en el feminismo socialista. La raza es lo cómo decirlo, lo constituye.
que desdibuja algo que antes parecía más claro; porque Mara Viveros: Totalmente de acuerdo, pero una cosa
es distinto decir que la clase obrera tiene dos sexos a pen- que falta, tanto en los debates descoloniales como en los
sar en términos de qué pasa con esta afirmación cuando interseccionales, es abordar el tema de la blanquidad, por-
se introduce el asunto de la raza, sobre todo, cuando se que yo estoy completamente de acuerdo contigo cuando
hace en América Latina, donde realmente ha existido un dices que la racialidad genera fronteras entre la zona del
ser y la zona del no ser. Sin embargo, nos ocupamos todo Karina Ochoa: No, es muy reciente.
el tiempo de la zona del no ser y muy poco de la zona del Mara Viveros: Lo de raza me parece un tema muy im-
ser, y la zona del ser está constituida también como zona portante y en el último tiempo más, porque se ha reac-
del ser en términos raciales, o sea, es la dimensión racial tualizado el problema del racismo. Tiene que ver con lo
de la zona del ser la que le permite constituirse como zona que hablábamos al inicio, con las crisis, las pandemias, los
del ser. O, por ejemplo, cuando tú hablabas del mestiza- temores que implica el contacto con el otro y la otredad, 37
je, nosotros pensamos que mestizaje y racismo son cosas asuntos que casi siempre están pensados en términos ra-
opuestas y no vemos al mestizaje como una configuración ciales. Otrificar es, por extensión, racializar; otrificar pue-

INTRODUCCIÓN
racista; eso es un supuesto muy fuerte para Latinoaméri- de significar otra cosa, pero hay una inclinación racialista
ca. En resumen, con el tiempo se me ha vuelto imprescin- en la base de ese tipo de pensamiento que genera alterida-
dible hablar de raza. Yo comencé a hacerlo hablando de des. Entonces, para hablar un poco del camino recorrido,
estereotipos racistas y sexistas, estando en una Escuela de hablo cada vez más de raza, sin duda, pero no he dejado
Género, pero al hacerlo evidentemente me estaba alejan- de hablar de género, sino que no puedo entenderlo soli-
do del género y cada vez me interesaba más por la raza, to. Al igual, cuando estoy hablando con colegas que están
y de alguna manera la interseccionalidad fue lo que me solamente trabajando sobre raza, me doy cuenta de todo
permitió continuar siendo parte del proyecto de la Escuela lo que no ven, en relación, fundamentalmente, con la se-
de Estudios de Género. Porque me parece muy importante xualidad.
seguir en un espacio de género, pero entendiéndolo siem- Karina Ochoa: ¿Cómo es ese anclaje…?, ahorita que
pre como un eje de desigualdad que está actuando dentro estabas mencionando, Mara, como dices, cada vez más
de una dinámica social más amplia. Y eso es difícil de ver, el tema de raza se instala en tus preocupaciones, en tus
me doy cuenta, porque algunas mis estudiantes de la es- reflexiones, ¿cómo llega justo a hacer el anclaje con este
cuela me dicen todavía: “Mara, yo no he incluido a la raza debate sobre Améfrica ladina que recuperas de Lélia Gon-
en este trabajo porque no tenía ninguna pertinencia”. Yo zález?, ¿cómo vas haciendo justamente este trayecto ha-
les digo: “pero mira que hablas de gente morena y menos cia ese lugar que ya nos enuncias ahorita de “a ver, cada
morena, ¿desde dónde entonces estás hablando cuando vez es más claro que el término de raza…”?, no sólo en
describes a las personas de esa forma?” Se piensa que para términos de categorización, sino en el entendimiento de
poder hablar de raza hay que hablar de gente negra o de lo que pasa en nuestro alrededor, en nuestro mundo que
gente indígena, e incluso lo indígena nunca se piensa, o está atravesado por este proceso de racialización, o no sé
durante mucho tiempo no se pensó en términos de raza, cómo decirlo, y de racismo estructural, porque no sólo es
sino de etnicidad. Es muy reciente el giro antirracista que racializar, sino que además tiene que ver con el racismo.
vincula lo indígena con lo racial. Para mí es evidente que ¿Cómo vas haciendo ese anclaje?, ¿cómo le vas entrando?,
en México, que ha sido tan indigenista, los indígenas no ¿cómo le metes el diente?
habían sido pensados en términos raciales y creo que no…
Mara Viveros: Yo creo que ha sido gradual porque, in- tí, pero lo leo a la luz de una Silvia Rivera Cusicanqui, de una
cluso, por ejemplo, una de las inquietudes grandes es cómo Gloria Anzaldúa, que están pensando el mestizaje de otra
nombrar esta región que han llamado América Latina y forma; porque parte de lo que Martí piensa en relación con
tú has visto que frente a eso hay muchos debates. Enton- Nuestra América, lo que la define según él, es su carácter
ces, para mí hablar de Améfrica ladina fue como gradual mestizo, pero es un carácter mestizo pensado de forma oc-
38
porque Abya Yala no es un término que me resulta [en lo] cidentalizada, es decir, tendiendo hacia el blanqueamiento.
personal totalmente satisfactorio. ¿Por qué?, porque me En cambio, tanto en Silvia Rivera Cusicanqui como en Se-
parece que Abya Yala habla de algo que es originario y que gato o en Gloria Anzaldúa, el mestizaje es otra cosa, ¿no?
PERSPECTIVAS FEMINISTAS DE LA INTERSECCIONALIDAD

es antes de, y yo me digo, pero es que América Latina es Está orientado por la brújula del Sur, por decirlo así.
precisamente algo después de; o sea, esto no existiría si Aunque me pareció interesante esta formulación, to-
no hay conquista, esclavización y colonización. Entonces, davía había una pequeña insatisfacción que se resuelve
¿cómo nombrar este lugar? Yo lo puedo nombrar con un cuando descubro el término Améfrica ladina. Me encantó
término que me remite a un antes de, pero eso es algo que porque era doblemente disruptivo, con respecto a lo ame-
no me convence totalmente. En un momento también me rindio, como algo impuesto, y porque trasforma esa impo-
parecía interesante la formulación de Nuestra América, sición introduciendo en ella la presencia africana. Además,
y lo que me gustaba de Nuestra América era esa primera me gusta porque se refiere a ese momento “después de”.
persona del plural. Lo digo porque cuando publiqué un li- Me parece que tiene mayor posibilidad que Abya Yala para
bro en Francia sobre “Los colores de la masculinidad”, en dar cuenta de la contemporaneidad de las poblaciones
el subtítulo había puesto algo sobre interseccionalidad en que habitan esta región del mundo y me gusta porque al
Nuestra América y los editores me decían “no, esa frase no cambiar la “t” de “latina” por la “d” crea un juego de pala-
funciona porque, primero, en Francia, América, l’Amérique, bras. “Ladino” en portugués quiere decir juguetón y pícaro,
son los Estados Unidos”. América siempre fue sinónimo de que tiene “mucha inteligencia, astucia y agudeza mental”,
Estados Unidos, “y si es Nuestra América [notre Amérique] así que hablar de ese lugar, de esa Améfrica como una re-
desde Francia es como si los franceses se apropiaran de lo gión ladina, astuta y aguda, es algo que me gusta.
estadounidense”, y dadas las relaciones difíciles que hay Entonces, ese camino que he recorrido para nombrar
entre la academia norteamericana y la academia francesa, la región de donde vengo, la que me ha hecho, responde
pues eso era hielo frito. Y ahí me di cuenta que era muy in- a la necesidad de renombrarla desde un pensamiento si-
teresante y muy disruptivo utilizar el “Nuestra”. En cambio, tuado, y para hacerlo necesité de la categoría raza. Es im-
les decía yo, “yo sí puedo hablar de Nuestra América, me portante utilizarla, por lo que tú dices, porque la raza es
siento autorizada para hacerlo”. “Nuestra América” es, por esa frontera que está delimitando cuáles son las vidas que
supuesto, un apelativo decimonónico y entiendo que Martí importan en este continente, y es parte fundamental de
(1891) no la pensó como yo me la imaginé. En la introduc- esa matriz de poder-saber que configura la modernidad/
ción de este libro explico que escojo el término de José Mar- colonialidad.
Colonialismo y racismo están totalmente imbricados, Mara Viveros: Total, un feminismo materialista,
pero esclavización y racismo también, aunque de manera también.
diferente. Esa diferencia la aborda el texto de Mamdani Karina Ochoa: Por ejemplo, esos diálogos son muy
(2020), no sé si ustedes lo conocen, bueno, tú lo has leído relevantes, pero el tema de la interseccionalidad y el tema
[dirigiéndose a Mónica], y él acaba de sacar un libro don- de, en mi caso, por cuestiones de pasión y cuestiones de
de precisamente compara la situación de los nativos ame- genealogía e historia, pues el debate descolonial; pero son 39
ricanos con la de los african-american e invita a pensar debates que, justamente, pueden ser filtrados o pueden
más esas racializaciones, porque no son iguales, es decir, filtrar, y a la hora de que filtran estas otras perspectivas

INTRODUCCIÓN
son dos grupos racializados, pero de maneras distintas, les dan otra faceta.
han ocupado lugares distintos en ese espacio social esta- Mara Viveros: Pero qué rico que lo pienses de esa for-
dounidense y eso tiene consecuencias teóricas, políticas, ma, yo también creo que eso es algo importante, Karina,
prácticas, sobre la forma en que se estudia la vida de esas pero no todas las personas piensan así. Digamos que son
personas. muy puristas, yo soy la menos purista y creo que al contra-
Entonces, ¿ves?, si yo elimino la raza me impido pensar rio dejarse filtrar y filtrar es una manera de enriquecerse,
ese tipo de situaciones que para mí son fundamentales. De es un poco lo que estás diciendo. Y eso no es tan común.
la misma forma, no podría pensar el género en abstracto. Es Karina Ochoa: No, y en la academia, menos.
una estructura que tiene un anclaje en lugares, en un pen- Mara Viveros: En la academia menos. Me parece
samiento situado, geográficamente y geopolíticamente. fundamental eso de dejarse filtrar y filtrar; eso hace que
Karina Ochoa: Pero que lo sea geopolíticamente podamos tener relaciones con el pensamiento crítico eu-
también está marcado por la raza. ropeo, ¿me entiendes? Es importante que la posibilidad
Mara Viveros: Por supuesto, por supuesto. del pensamiento crítico no sea pensada como una cues-
Karina Ochoa: Por eso esta parte de decir: el conoci- tión localizada en una región particular porque eso podría
miento situado en sí mismo podría teóricamente no poner llevarnos a pensar que en Europa no puede aparecer un
la centralidad en la raza. Pero el debate interseccional y pensamiento crítico, y eso no es cierto. A propósito, en
el debate descolonial son imposibles si entran en diálogo Portugal hay muchas cosas muy interesantes al respecto
con el conocimiento situado reconociendo la imposibili- actualmente.
dad de no poder quitar la raza como un elemento central, Karina Ochoa: En Andalucía, ahora, se están inician-
que se vuelve muy potente y entra la apuesta del cono- do reflexiones muy valiosas que ponen de manifiesto la
cimiento situado, incluso del debate del contextualismo conexión entre las historias del mundo musulmán anda-
radical, un poco la idea de nuestro curso era eso, cómo en- lusí —particularmente su caída— con la historia colonial
trarle a esos diálogos reconociendo que hay horizontes y directamente vinculada a nuestros pueblos. También las
perspectivas donde hay un posicionamiento desde donde compañeras canarias están haciendo los anclajes de su
sí se puede sumar. propia historia con la nuestra; o sea, están planteando
justamente cómo Canarias es parte de ese eslabón perdi- sólo por la lectura que nos hacemos, sino por las conver-
do en el proceso colonial. Así que hoy nos toca entretejer saciones que hacemos que quedan desdibujadas cuando
y mirar cómo la caída del último reducto del mundo mu- lo plasmamos en un texto.
sulmán en lo que hoy conocemos como España (que es el Entonces todas estas conversaciones que son inter-
reino Nazarí de Granada) posibilita el proceso que da inicio conexiones tampoco se explicitan cuando hacemos co-
40
a la empresa colonial, y cómo encaja Canarias en este pro- nocimiento. Yo, muchas veces, en las conversaciones es
ceso. Entonces, empezar a hacer ese ejercicio de contar la cuando digo: “¡aquí está la vaina!” Además, ahorita que
historia mundial, realmente, desde las diversas historias estabas tú conversando, yo ya estaba pensando, a lo me-
PERSPECTIVAS FEMINISTAS DE LA INTERSECCIONALIDAD

que se van articulando, es un ejercicio muy relevante y es jor suena muy extraño, pero también estaba pensando en
un desafío hacerlo no sólo en términos de contarnos esa muchas de las cosas que voy formulando y que de repen-
historia… te digo: “esto es clave para entenderlo”, que no lo explici-
Mara Viveros: Eso que dices me parece clave, arti- to, pero al final se queda como un elemento que va a ser
cular las historias, conectar las historias. Es la crítica que después pensado o no, o profundizado, pero que no que-
hace Fernando Coronil del occidentalismo, que represen- da siquiera registrado en mi inconsciente como producto
ta las diferencias culturales estructuradas en términos de de esta conversación, porque pareciera que es producto de
una oposición entre el Occidente superior y sus otros su- mi genialidad y eso no es real.
bordinados, desconectando sus historias. Mara Viveros: Ah, sí, es terrible, yo creo que sólo pen-
Karina Ochoa: Y eso, si lo llevamos a otros terrenos, samos en conversación, incluso la gente en sus monólogos
al terreno teórico, al terreno reflexivo, al terreno también está conversando consigo misma, con parte de sí misma.
de las interconexiones de cómo las olvidamos en los pro- Pero tienes razón, lo que hacen la escritura y las publica-
cesos sociales y en los intercambios personales; es decir, ciones con autorías individuales es borrar justamente el
cuando tú hablas de tu diálogo con Ochy, pero también de proceso de producción del conocimiento, y lo que ustedes
tu diálogo con Sueli Carneiro o de estos diálogos. De re- están proponiendo con los Cuadernos de Trabajo # es jus-
pente esos diálogos desaparecen como si no fueran parte tamente reestablecer el circuito más cercano a la realidad
de lo que nutren nuestras propias reflexiones y nuestras de cómo se produce el conocimiento. Los paréntesis, las
propias contribuciones en la acción-reflexión, y muchas cosas que quedan latentes y que después alguna retomará
veces estos diálogos son lo que realmente las constituyen. para algo, porque, además, las lee desde sus propias pre-
Yo, lo que te estoy planteando ahora, forma parte de un guntas y ve cosas que las demás no vemos en “esa” frase.
diálogo que hemos tenido entre varias compañeras; con “¡Ah, esa frase!”, pero tú la lees y dices: “pero yo no veo
Moni, con Breny Mendoza, que a su vez tiene diálogos con qué es lo que es esa frase”, pues porque no tengo tus pre-
una taiwanesa-americana que está formulando el tema, y guntas, ¿no? Bueno, ese tipo de cosas que son tan intere-
de repente, yo ni conozco a la tal Shu-mei Shih, pero por santes, que incluyen también el proceso de escritura, es
esa vía yo ya me enteré y, no sé, muchas veces no pasa muy lindo este proyecto, de veras, ¡qué rico!
Mónica Cejas: Mara, muchas gracias, qué linda char- Matsuda, M. (1991). “Beside My Sister, Facing the Enemy:
la, de verdad. Legal Theory Out of Coalition”, Stanford Law Review,
Mara Viveros: No, gracias también a ustedes. Tam- vol. 43, núm. 6, pp. 1183-1192.
bién la medida del tiempo es flexible cuando encontramos Do Nascimento, A. (1978). O genocídio do negro brasileiro:
el placer. Yo ahorita miré el refilón de la hora y dije: “¡ay!, Processo de um racismo mascarado. Río de Janeiro: Paz
no me había dado cuenta”. e Terra. 41
Mónica Cejas: ¡Ay!, es cierto, se nos fue un poquito Segato, R. L. (2013). La crítica de la colonialidad en ocho en-
el tiempo. sayos y una antropología por demanda. Buenos Aires:

INTRODUCCIÓN
Mara Viveros: Se pasó… Prometeo Libros, <http://repositorio.ciem.ucr.ac.cr/
Karina Ochoa: Como agua, pero muy, muy rico. Yo jspui/handle/123456789/123>.
me siento como si me hubiera comido un manjar… Stoler, A. L. (1995). Race and the Education of Desire: Fou-
cault’s History of Sexuality and the Colonial Order of
Bibliografía Things. Durham: Duke University Press, <https://www.
researchgate.net/publication/342156581_Race_and_
Collins, P. H. (2000). Black Feminist Thought. Nueva York: the_Education_of_Desire_Foucault%27s_History_of_
Routledge. Sexuality_and_the_Colonial_Order_of_Things>.
Collins, P. H. (2019). Intersectionality as Critical Social Stoler, A. L. (2002). Carnal Knowledge and Imperial Power:
Theory. Durham: Duke University Press. Race and the Intimate in Colonial Rule. Berkeley: Universi-
Coronil, F. (1999). “Más allá del occidentalismo: hacia ca- ty of California Press, <https://www.researchgate.net/
tegorías geohistóricas no imperiales”, Casa de la Amé- publication/343503990_Carnal_Knowledge_and_Impe-
ricas, vol. 39, núm. 214, pp. 21-49. rial_Power_Race_and_the_Intimate_in_Colonial_Rule>.
Gonzalez, L. (1982). “A mulher negra na sociedade brasilei- Viveros Vigoya, M. (2002). De quebradores y cumplido-
ra”, en M. T. Luz (org.), O lugar da mulher; estudos sobre res. Sobre hombres, masculinidades y relaciones de gé-
a condição feminina na sociedade atual. Río de Janeiro: nero en Colombia. Bogotá: Universidad Nacional de
Graal, pp. 87-106 (Coleção Tendências, 1). Colombia-ces, <https://kolectivoporoto.cl/wp-con-
Gonzalez, L. (1983). “Racismo e sexismo na cultura bra- tent/uploads/2017/02/Viveros-Vigoya-M.-Sobre-hom-
sileira”, en L. A. Machado da Silva et al., Movimentos bres-masculinidades-y-relaciones-de-género-en-Co-
sociais urbanos, minorías étnicas e outros estudos. Bra- lombia-2002.pdf>.
silia: anpocs (Ciências Sociais Hoje 2). Viveros Vigoya, M. (2003). “La imbricación de los estereo-
Mamdani, M. (2000). Neither Settler nor Native. The Ma- tipos racistas y sexistas: el caso de Quibdó”, en Mu-
king and Unmaking of Permanent Minorities. Cambrid- seo Nacional de Colombia, 150 años de la abolición de
ge: Belknap Press. la esclavización en Colombia. Desde la marginalidad a la
construcción de la nación. [Memorias de la VI Cátedra
Anual de Historia “Ernesto Restrepo Tirado”]. Bogotá:
Ministerio de Cultura, pp. 508-529.
Viveros Vigoya, M. (2016). “La interseccionalidad: una
aproximación situada a la dominación”, Debate Femi-
42
nista, vol. 52, pp. 1-17, <https://debatefeminista.cieg.
unam.mx/df_ojs/index.php/debate_feminista/arti-
cle/view/2077>.
PERSPECTIVAS FEMINISTAS DE LA INTERSECCIONALIDAD

Viveros Vigoya, M. (2018). Les couleurs de la masculinité.


Expériences intersectionnelles et pratiques de pouvoir en
Amérique Latine. París: La Découverte.

También podría gustarte