Los Sionas y Secoyas PDF

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LOS SIONAS Y SECOYAS

Su adaptación al ambiente amazónico


Colección 500 Años
Nº9

William T. Vickers
LOS SIONAS Y SECOYAS
Su adaptación al ambiente amazónico
Colección
s00 aÑos

9
:,!

Esta colección se propone ofrecer uq conocimiento serio y


completo de los pueblos indios de Arnérica, en vista del 5e
Centenario de la Conquista del Continente. El enfoque de estas
obras quiere ir más allá de todo concepto,.de "descubrimiento" o
"encuentro de dos mundos", para .reiyindicar los valores de
culturas que han sido margin4qát.pedo siguen vigentes y en busca
de un espacio de übertad y autoexpresión.

Obras de la colección publicadas:

t. Lengwjey Palabras Chatnáücas.


(Bidou, Patrice y Penin, Michel, Coord. ).
2. Aí-Kokn Pé: Tradición oral secoya (Cipolleti, Susana).
3. Grupos Etnicos de Colombia (Telban, Blaz)
4. I-as Religiones Amerindias,500 aiws después. (AA.VV.).
5. Pab lgala: Historias de latadiciónKun¿: (Chapin, Mac).
6. TradicionesCoregtnjes. (Jiménez,Margarita).
7. Sacha Jambi: El uso de lns plantas en Ia medicirw tradi-
cional de los Quichws del Napo (Iglesias p., Genny).
8. Antropología del Ecuadar (Segundo E. Moreno y.)
William T. Vickers

LOS SIONAS Y SECOYAS


Su adaptación al ambiente amazónico

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Colección 500 Años
No9

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. Ediciones ABYA-YALA
. MLAL

1989
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LOS SIONAYSECOYAS
Su adaptación al ambiente amazónico

William T. Vick¿rs

Colección 5ü) años Nq 9 .,

le Edición . Ediciones ABYA-YALA


Casilla 85-13
Quito - Ecuador

. MLAL (Movimienos Laicos


para América Latina)
Roma - Italia

Traducción: Ma¡cela Tamaríz Tormen


Héctor Dueñas

Levantamiento, diagramación
e impresión Talleres ABYA-YALA
Cayambe - Ecuador
A todas las personas que luchanpara defender las tierrasy las derechos
civiles de los irdígenas., sean indígew$ o no.
Un cazador Secoya (a la izquierda) afilando la punta de una lanza con la ayuda de un
hombre Siona.
INDICE
,-. DTCUDN

! o"t^-to.^ f,
''&...r9

Lista de tablas t2
13
Lista de liguras
Lista de fotografías ...-..... l4
Nota lingüística r5
Agradecimientos t7
Introducción 2r

I. EL PROBLEMA 25
26
El Tipo "Cultura de la SelvaTropical"
Crftica Metodológica de Dos Esnldios Clásicos 36

U. EL PLANTEAMIENTO ... 45
La Gente......... 45
LaTierra 49

UI. SU HISTORIA 35
El Perfodo de Precontacto (Antes de 1542) 56
El Perfodo de las Primeras Misiones ......... 60
El Siglo Decinueve 67
El Perfodo Modemo (l9OGPresente) 68

IV TECNOLOGIA DE SUBSISTENCIA: HORTICUL-


77
TURA
77
Int¡oducción
80
Selección del Lugar
Estaciones 87
Linderación 89
Roza 90
Tala 9l
Quema 95
Siembra 98
Desyerbe 101
Cosecha r02
Barbecho 103
Contraticnrpos de la Horticultura 104
Eficiencia en la Horticultura 104

V. TECNOLOGIA DE SUBSISTENCIA: RECURSOS


SILVESTRES... ll3
Caza 113
Pesca y Caza Acuática 12l
Recolección de Animales y de sus Productos r27
Recolección de Productos de Plantas r29
Ritual enlaCaza y Pesca 133
Eficiencia en la Obtención de Recursos Silvestres r37

w. CONTRIBUCION Y ESTRATEGIAS DE SUBSIS.


TBNCIA l4l
Requerimientos de Calorf as t43
Requerimientos de Protefnas r46
Requerimientos de Disribución de Alimentos r47
Un sistema Dinámico 150

VII. EL SISTEMA SIMBOLICO t57


Mito de la Creación 158
Cosmologla 163
Ciencia 166
Shamanismo 168
La Ceremonia del Yagé 173

VIII. ORGAI\IZACION SOCIAL r79


Parentesco 180

l0
La Fiesta de la Bebida 193
Inti ba? iki 205

rx. REPRODUCCION Y DESARROLLO 2r3


Conceptos Sexuales Básicos ... 214
Cortejo y Matrimonio 2r7
Vida de Casado 219
Embarazo y Nacimieno 22r
Polfüca de población 223
Desarrollo individual 227
Mantenimiento 242

X. CULTURA Y ADAPTACION 245

XI. EPILOGO 257


Demarcaciones tcnitorialcs por cl IERAC 259
Peligros Adicionalcs y la Comisión Interinstitucional 26r
Conclusión 2U

APENDICE
I. DATOS CLIMATOLOGICOS PARA LIMONCOCHA Y
SHUSHUFINDI 267
2. ANALISIS DE SI,JELOS 269
3. FLORA 277
4. FAIJNA 301
5. CT.'LTIVOS 32r
6. CONTRATIEMPOS DE LA HORTICULTURA ... v5

BIBLIOGRAFIA 3s3

lt
LISTA DE TABLAS

1. Esfuerzos Laborales por Hectárea para huertos de Policulti-


vos en Shushuñndi (1973-1974) ...... 106

2. Producción por Hectárea para Huertos de Policultivos en


Shushufindi(1973-1974) ... lW

3. Una Comparación de las Horas-Hombre de Trabajo Emplea-


dos en varias Fases de los Cultivos Altemos en América Tro-
pical 108

4. Rendimientos de los Cazadores Sionas y Secoyas en Shushu-


findi (Octubre 1973-Mano 1975) l2l
5. Rendimientos en la Rccolección Anual para una Familia de
Cuatro en Shushufindi ..... 132

6. Contribución Anual Relativa de los Modos de Subsistencia


para una Familia de Cuatro en Shushufindi (1974) 144

7. Producción Anual Estimada para Varios Modos de Subsis-


tenciaen Shushufindi(l974) 144

8. Requerimientos Diarios de Calorfas Estimados para los Sio-


nas y Secoyas de Ecuador (Basados en el Método de Cóm-
puto de la FAO) 145

9. Ingestión Diaria Media para Cinco Individuos en Shushu-


findi (Basada en un It{uestreo de Tres Dfas Cada Una) ...... 147

10. Componentes de la Dieta Siona-Secoya en Shushufindi


(Basados en un Muestreo de Quince Ingestiones Diarias
Individuales) 148

I l. Comparación de Probabiüdades de Cazar para Especies de


Caza Selectas para Estaciones Secas Consecuüvas @ic.
-Mu.19734 y 1974-5) en Shushufindi 151

12
t2. Lluvia en Limoncocha.......... 267

13. Lluvias y Temperaturas para Shushufindi (Octubrc 1973


Sepüembre 1974) 268

14. Muestras de Suelo de los Asentamientos Siona-Secoya


en Cuyabeno y Shushufindi ...... 275

15. Flora ... 278

16. Fauna 3A,

t7. Cultivos de los Sionas y Secoyas 322

r8. Pérdidas de Mafz en Huertos de Muestra 351

19. Pérdidas de Plátano en Huertos de Muesra 351

20. Pérdidas de Yuca en Huertos de Muestra 352

LISTA DE FIGURAS

1. Ubicación de los Sionas y Secoyas en Ecuador Nor - Orien-


tal 48

2. Misiones Jesuitas del siglo Dieciocho entle los Encabellados @

3. Distribución de Rlad-Sexo de los Sionas y Secoyas en Ecua-


dor, Marzo 1975 74

4. Huertos y Solares Sionas y Secoyas en Shushufindi ......... 81

5. Terminologfa de Parentesco Siona (Aguarico), Discurso


Masculino 183

6. Terminologfa de Parentesco Siona (Aguarico), Discurso


Femenino t84

l3
7. Terminologfa de Parentesco Secoya, Discurso Masculino ... 185

8. Terminologfa de Parcntesco Secoya, Discuno Femenino ... 186

9. Terminologfa de Parentesco por Afinidad Siona-Secoya


@iscuno Masculino) ly2

LISTA DE FOTOGRAFIAS
l. Un cazador Secoya (a la izquierda) afiliando la punta de una lanza
con la ayuda de un hombre Siona. Portada.

2. Canoas Sionas y Secoyas entrando un afluente pequeño del rfo


Aguarico.

3. Una vista del rfo Cuyabeno.

4. Una casa Secoya en el rfo Cuyabeno que fue abandonada en 1973


(fotograffa de junio 1974).

5. Un joven Siona-Secoya sembrando mafz en un huerto recién


quemado.

6. Una mujer Secoya preparando la chicha de chontaduro (Bactris


gasipaes).

7. Un joven Siona listo para picar boca chico (Prochilodus sp.).

8. Hombre Secoya pintando un lienzo con diseños inspirados por las


visiones del yagé (Banisteriopsis caapi).

9. El f'nti ba? iki/ Femando Payaguaje en su c¡¡sa. Su esposa Lucrecia


Piaguaje está pehndo yuca (Manihot esculenta).

10. Niños Sionas en su casa.

t4
NOTA LINGUISTICA

La investigación lingüfstica moderna de lenguajes Tukano


Occidentalcs ha sido conducida por Wheeler (1962, 1966, L97O),
Wheeler y Wheeler (1962), y Johnson y Pecke (1962). Langdon (1974)
presenta una excelcnte revisión del estado gcneral de los estudios dcl
lenguaje Tbkano Occidental hasta el presente. Se ha hecho un intento dc
hacer los símbolos lingiifsticos de esta disertación consistentes con
aquellos de Wheeler (1970) y Langdon (1974), un lingüista y un
antropólogo cultural respectivamentc, quienes estudian a los Siona del río
Putumayo en Colombia. Esto se ha hecho con la csperanza de que
disminuirá la confusión para futuros investigadores, y a pesar del hecho
de que los sfmbolos empleados cn mis notas de campo son ligeramente
diferentes. Por ejcmplo, la vocal central alta i se convierte en i en la
disertación,la nasalización de la vbcal se indica como e en lugar de como
e (o q), la oclusiva glotalt es? en lugar de ', y Dy se convierte en ñ.

Debe anotarse, sin embargo, que hay variaciones significativas en


los tratamientos üngrifsticos entre los Sionas del Putumayo, y los Sionas
y Secoyas del Aguarico, quienes son el foco del presente estudio. Hasta
donde ha sido posible, he intcntado transcribir los usos como han sido
escuchados cn la aldea dc Shushufindi en el rfo Aguarico en Ecuador.

Gottal stop. Sonido del habla producido por el cierre momentáneo de la


glotis, seguido por un relajarniento explosivo. No hay equivalente en
castellano por lo que se ha traducido como oclusiva glotal.

15
Además, debe mencion¡¡rse que las escuelas bilingiies establecidas
por el Instituto Lingüfstico de verano en las comunidades Tukano
Occidentales, utilizan un alfabe¡o español modificado que da a algunas
palabras una apariencia notablemente diferente. por ejemplo, /w*í/-
("danta") se convierte en hugqué, lk+naweal (una variedad de mafz) se
convierte en quénahuea,y lyatúl("camote") se convierte en yaji.

Las líneas oblicu¡s /.../ indican partes de palabras, o frases en el idioma


n¡tivo.

l6
AGRADECIMIEI.{TOS

El presente estudio ha sido posible por la ayuda de varias


instituciones y la asistencia de varias pefsonas. Los fondos para el año
inicial de la investigación fueron proporcionados por una beca de la
Fundación de Henry L. y Grace Doherty. Quisiera agradecer
especialmente a la Sra. Alice M. Garrison, secfetaria por el comité de la
Fundación en la Universidad de Princeton, por su asistencia en la
administración de esta donación. Seis meses de trabajo de campo
adicionales y apoyo para escribirla disertación fueron proporcionados por
el Insütuto Nacional de Salud Mental (EE.UU.).

Durante el perfodo de trabajo de campo, desde Sepüembrc de 1973


hasta Marzo de 19?5, yo estuve afrliado al Instituto Nacional de
Antropología e Historia(I.N.A.H.) de Ecuador, y me gustarfa
agradecer a su director, el Arquitecto Hernán Crespo Toral, por sus
agudas observaciones y sugerencias en relación al tema de mi
investigación. Durante el verano de 1972 realicé un reconocimiento
preliminar de los posibles lugares de investigación en Ecuador, y fue el
Arq. Crespo quien primero me sugirió que yo considerara uno de los
grupos étnicos del rfo Aguarico. El fue también de lo más útil en dar
cartas de presentación y otros documentos refercntes a mi afiliación al
I.N.A.H.

Estoy muy en deuda con los miembros de mi comité supenrisor por


su apoyo y gr¡fa durante 1973-76. El Dr. William E. Carter, Profesor de
Antnopologfa y DirecOrdel Cent¡o para Estudios Laünoamericanos en la

t7
Univenidad de Florida, presidente y consejero de mi comité, aportó
invalorables obeervaciorrs aclaratorias sobre el diseflo y marcha de la
investigación, y fuc un crftico cr¡idadoso de mi análisis.

El Dr. Clartes Wagey ñre muy útil at dar sugerencias para la


investigación y la disertación, basadas en sus profrmdós conocimientos
del Amazonas y su gef¡¡c.

Me gustarfa agradeccr a los otlos miembros de mi comité, Dr.


Alexander Moore y Dr. Theron A Nrlñez dcl departamento de
Antropologfa y Dr. Raymord E. crist, profesor Emé¡ito de Geograffa,
por su interÉs en la invesigación, y por sus observaciones analfücas.

La Dra. E. Jean Langdon ha sido muy amable en compartir sus


profundos conocimientos y prblicaciones sobrc los indfgenas Sionas de
colombia- El Dr. Norman E. wh¡tten, Jr. proporcionó información rÍril
sobre cómo acercarre al lugar de investigación y conocer los
rcquerimientos diplomáücos del gobiemo ecuatoriano.

El Dr. Clifford Evans y la Dra. Betty I. Meggers de la Insütución


smithsoniana proveyeron mapas del área de investigación y examinan)n a
fondo las colecciones arqueológicas de superficie hechas en er área. Me
gustarfa espccialmente rcconocer la inlluencia del Sr. Robert J. Agro,
quien me introdujo primero en conceptos antropológicos mientras
servfamos como volunta¡ios del cuerpo dePazen la sierr¿ de Ecuador en
r9u.
El Dr. Daniel Ward proporcionó plantas disecadas e información
sobre el método de rccolectar especfmenes de plantas en los trópicos. Dr.
Timothy Plowman y Dr. Homer V. Pinkley ha prestado generos¿rmente
sus esñ¡erzos en el análisis de los especfmenes botánicos. Con el análisis
de las muestras de suelo ayudarcn el Dr. Kamal Dow, el Dr. R.G.
Poultney, y el Ing. Jorge H. Cáceres del Instituto Nacional de
Investigaciones Agropecuarias de Ecuador, y el Dr. Arvet H.
Hunter de sistemas Agrfcolas Ambientales, inc. de Raleigh, carolina del
Norte.

Jay y Ertith l¡uthian, amigos de los indfgenas Secoyas del rfo

l8
Surta Marfa cutpartiercn sr¡ cqpcimicoto de la cr¡üura, dietpn cqias de
muchos mapas y publicaciws hisóricas orcemie¡rtes a la región

Muchosmic¡¡brcs del lrrstituto Lingüsico de Verano (t.LV.) en


Ecuador nos dieron hospitdidad, a mi esposa y a mf' durante nuestrc
trabajo de campo, incluyerdo a Orviüe y Mary Johnson, Bub y Bobie
Boman, William E<ldy, Roy y Edith Gleason, Carolyn Orr, Mary
Sargent, Mark y Phyllis Newell, Jim y Kat[leen Yost, John e lrene
Harsserna, y Paút y Nomta Duffey.

Gracias a David y Ruth Cha¡rdter, Boyce y Nancy Dnrmmond' y al


Dr. Thomas C. Emmel porenviar implemantos esenciales dufafif nuestro
trabajo de ca¡po. Apoyo logfstico adicional fue dado por mi madre, la
Sra- Mary T. Vickers.

También me gr¡starfa expr€sar mi profundo aprccio a mi esposa


Edite, quien participó en la vida de la selva y contribuyó en la
invesügación por 18 meses, con bt¡ena vo[urtad, valor y paciencia. Ella
obtuvo datos esenciales de las acüvidades de las mujeres y niños de la
cultura Siona-Secoya, y estaba también ligada a la red de información de
las mujeres, que frecuentemente sabfa & eventos importantes a minutos u
horas de haber ocunido. El alcance y la profundidad de la investigación
fueron realzados por su prcsencia-

El estfmulo para pubücar este libro viene de Juan Bottasso y


Ediciones ABYA-YALA.l-eagnde'zco mucho porsu interés y ante todo,
su paciencia. El uaducir mi disertación ha sido una labor grande, y quiero
expresi¡r mis gracias por su diligencia.

Los Sionas y Secoya de Ecuador son los sujetos del presente


esn¡dio, y en el an¿flisis final, fueron ellos quienes contribuyeron con la
información esencial para esta obra. Nosotros encontramos que ellos son
amistosos, abiertos, y gente inteligente de gran encanto e ingenio- En un
momento o en otro, casi todos los habitantes de los poblados de Eno,
Cuyabeno y Shustrufindi ayudaron en el trabajo de campo. Entre los gue
proporcionaron información detallada sobre aspectos especfficos de su
cultura estuvieron: Fernando Payaguaje, Esteban Lucitande, Elfas
Piaguaje, Marfa Yaiguaje, Luis Payaguaje, Delio Yiyucuru, Dionisio

l9
Yiyocuru, Gabdel Piaguaje, Vfctor Yiyocuru, Celestino Piaguaje, Cecilio
Piaguaje, Mailde Payaguaje, Ernilio Lucitande, Simón piaguaje, Genaro
Yiyocuru, Gabriel Yicoyuru, Simón Lucitande, Celinda piaguaje,
Marcelo Piaguaje, Reinaldo Lucitar.rde, Maruja payaguaje, Mauro
Piaguaje, Victoriano Criollo, Fermfn Rogeüo Criollo, Darfo Payaguaje,
Belisario Piaguaje, Enrique Piaguaje, Margarita Piaguaje, Nieve Piaguaje,
Alejandro Payaguaje y Bolfvar Yiyocuru. Nosotros les agradecemos a
todos ellos.

En la prcparación de esta obra he intentado presentar los datos


principales proporcionados por los Sionas y Secoyas de una manera
acorde con sus percepciones. Hasta donde esto ha sido logrado, el crédito
debe ir a mis informantes. Solamente yo soy responsable de cualquier
enor de omisión o de interpretación de estos datos.

Finalmente, el an¿llisis más reciente y la preparación del manuscrito


han sido apoyados por el Centro Multilingiie y Mulücultural, el Centro
Latinoamericano, y el Colegio de Artes y Ciencias de la Univenidad
Intemacional de la Florida en Miami, la Escuela de Investigaciones
Americanas (S.A.R.) de Santa Fe, Nuevo México, y la Dotación
Nacional para las Humanidades (N.E.H.) de los Estados Unidos.
Cristina Finlay y Orlando Pérez ayudalon en la traducción de ciertas
secciones del manuscrito.

?i
INTRODUCCION

Este libro se basa en una investigación de campo entrc los


indfgenas Sionas y Secoyas del nororiente ecuatoriano en los aflos 1973 a
1975,y mi disertación docoral de 1976. Sin embargo, el prcsente textoha
sido aumentado con secciones nuevas, muchas correcciones y nuevas
identificaciones de plantas y animales. Este übro no es solamente una
descripción etnográfica de los Sionas y Secoyas, sino un estudio de su
adaptación al medio ambiente de la floresa trcpical y los rfos amazónicos.
Se presentó información etnogáfica, pero siempre dentro de la estructura
teórica de la ecologfa humana. A veces los datos presentados son muy
técnicos (p. e., calorfas, tipos de suelos y los nomhes cientfficos de la
flora y la fauna).

Espero que este aspecto no desanime a mis lectorcs. I¡s datos


cientfficos rcvelan y documentan el conocimiento fntimo elaborado del
indfgena acerca de la selva, y su adapación compleja a este ambierte.

A fines del siglo 19 y en el siglo 20, el trabajo de hombrcs


eruditos como Ratzel (1885-88), Mason (1896),, Wissler (1917), Sout
(1937), Cooper (1942), y Stewad (1946-59), dio realce a una lista de
rasgos cr¡lturales que pretendfan ca¡acterizar a las sociedades de las selvas
tropicales de las tierr¿s bajas de América del Sur. Resultó un paradigma o
modelo cultural üamado "Cultura de la Selva Tropical", de uso coniente
entre los antropólogos. Las caracterfsücas de organización de este
"Complejo de Selva Tropical" son (l) una tendencia hacia pequeños
poblados con una densidad de población total baja; (2) frecuente

2r
moylml€n¡o dc pobldo* (3) ¡¡pm y boje¡r¡ cndénica; y (4) un nivel
bqfo dc cohcdón nc{o-pdfdca c¡rmiz¡da por mctddcs aúdnmas a
rüvcl.ddamJo&r.

I¡r crplicrcioncr Erc incmn d¡rnzóo dc l¡¡ canaerfsicas de la


cr¡lnus dc ta rclv¡ tropic¡t ¡c dividcn cn vai¡¡ csqrlas oomo aqr¡ellas
quc burcu cEruu hl¡tóri_c¡s, rociológicrs, poioológicas, polfiicas.
o
Ademú¡ hay las tcollas 'natc¡ialistai, qui ur¡scañ intcrpreuciones
conónbr¡ocoló¡icrs.Eprcseme eso¡oo üguye $¡e ús primeros
aoe¡c¡mlcno¡ c¡nfir enado¡ y $|e m hry püfocntc cautas sctologcas,
psioló¡lcas, o histó¡icas del omplejo de la selva úop¡cal. uas b¡cl
hs
ca¡¡cc¡l*ic¡¡ de orgurización se ven como aspecos f¡¡ncionalmerre
depcndicdcr dc un si¡ten¡a o¡ltural adaÉado r lairplcación del medio
dc l¡ rclvr tmplc¡!,- con ¡na acno6ga b¡s¡d¡ cn la caz¡, pos8,
rccolcac'lón, y honiculnrl del tipo llanado "r@a y qucoa'. g pr¡ic¡paf
pu¡to débit de la escuela "ecológica' cs que muct¡os esn¡diosos han
tendido ¡ enfatizar ca¡sEs dc un sob facor para explicar la dinám¡s¿ 6r ¡t
cultun de l¡ sclva tropical @.e. agotam¡ento ¿ei suelo, bo¡ticr¡lu¡ra no
sorif¡able, competcncirpor los rBsunos ribercllos, o agotoierro de la
caza).

I¡s datos cr¡antiutivos y analitcivos prcscnraos cn estc eso¡dio de


los sious y sccoyas l¡rdican que cxpücaciones de un solo factor del
compleJo de la sclva tropical son tot¡lmeme simplistas al ser l8s
condisioncs ccoló$cas altameme variables a través del üempo y el
espacio' y factorec talcs como el 4goamiefi¡o del s¡¡eb,la comperchcia
por la üem y cl agotamicno dela qza, prrden todos servir oomo
facorcs limit¡ntcs en üempos y lugares eryecrncos. También se arguye
gue F oryanlzación soci¡l y el sistcma simbóüoo Sioa-seooya púe$an
ñ¡ttc'lorc¡ rcguladoras importantcs en la adapuión eológica 6ra-¿e esta
8enE.

Lamentablcmcnte, hoy en dfa tanto las comr¡nidades indfgenas


comolaf,orcsüatropic¡l son amee¡azados pord dcsanollo m cmnolado
en el oriente Ecr¡¡oriano. Las riquezas del orieorc, y especiermenrc el
pettúleo' han contribuido mucho a la eco¡pmfa del Bcr¡a¿or, pero los
indfgenas hm rccibido poco beneficio del "boom". Ellos han perdido
tier¡¡¡ omunalc¡ y tBcursos naturales que har ido a emp,resas nacionales

t2
e intemacionales, haciendas, plantaciones de la palma africana,
aserraderos, especuladores de tierras y colonos de otras regiones del pafs.
Algunos ven la selva como un obstáculo para conquistar, y a los
indfgenas como seres sin civilización. Pero en realidad,la floresta tropical
es un recurso de gran importancia y tiene la capacidad de ofrecer muchos
beneficios por siglos, después del agotamieno de su suministro limitado
de petróleo. Y los indfgenas son los sabios de este gran ambiente. La
pérdida de las florestas tropicales del mundo debe constituir una
preocupación para todos los seres humanos. Si las selvas tropicales del
Ecuador son destn¡fdas jamás será posible recuperarlas, y las tierras bajas
sufrirfan erosiones continuas y empobrecimiento de sus suelos,
vegetación, vida silvestre y gente.

William T. Vickers
Octubre 1983

23
CAPITT,'LO I
EL PROBLEMA

Quizá en ninguna otra área del mundo se han adelantado tantas


hipótesis sobre el medio y la ecologfa para dar razón de la estnrctura y
caracterfsticas de la sociedad oomo en las rcgiones de selva tropical de
América del Sur. Con todo, estas explicaciones están basadas en una
investigación cientlfica sorprendentemente escasa. I-as selvas tropicales
continuan consituyendo algunos de los hábitats menos comprcrdidos en
el mundo. Las razones de esto son la complejidad innata de los medios
ambientes de la selva tropical y su relativa inaccesibilidad desde los
centros tradicionales de investigación. En vista de que tantas
interpretaciones teóricas de la cultura de la selva tropical se basan en
pr€supuestos sobre el medio y la ecologfa, es necesaria una nueva
generación de estudios basados en méodos de campo cuantitaüvos y
cualitaüvos detallados. Este esn¡dio es un intento en esa dirección.

Esta investigación trata de los indfgenas Sionas y Secoyas de


Ecuador oriental y de cómo su adaptación a un medio a¡nbiente amazónico
influye en la naturaleza de su sociedad. Sus hallazgos conciemen al
intenso debate actual sobre la historia de la cultura amazónica y a las
importantes fuerzas que configuran las culturas indfgenas de la región El
propósito de este capfnrlo es prcsentar los antecedentes teóricos de la
investigación.Primeramente, se presenta el ma¡co teórico de la "culmra de
la selva tropical". Este es un tipo de sociedad que es anpliamente
conocido, pero no extrañoal debate sobre sus rasgos caracterfsticos y
distribución geogriffica. Luego, hay una discusión de las teorfas que
intentan dar razón de este üpo de selva tropical. Finalmente, se Prcsenta

25
una cltica de las metodologfas empleadas en dos estudios clásicos de
adapfación ecológica de gente de la Amazonfa.

El Tipo f'Cultura de la Selva Tropicalt'


El estudio de los indfgenas de las tierr¿s bajas de América del Sur a
través de los años ha dado realce al concepto de la "cultura de la selva
Ttopical", el cual se ha desanollado desde los intentos de clasificar a los
grupos aborfgenes en árcas y tipos de cultura. Algunas de las contri-
buciones más importantes en la evolución del concepto incluyen la de
Ra¿el (1885-88), Mason (1896), Wissler (1917), Stout (1932), Cooper
(1912), Steward (1946-59), Kroeber (1948), Murdock (1951), Steward y
Faron (1959), y Galváo (1960). Estas contribuciones han sido revisadas
por Galváo (1960) y Dole (1967).

Al evolucionar el concepto de Cultura de la Selva Tropical desde


criterios basados en metos listados de rasgos de elementos, tales como la
presencia de cultivos de yuca, hamacas y canoas, a aspectos más
dinámicos de la culn¡ra, tales como la organización sociopolfüca, una
configuración de rasgos que se dice son caracterfsücos de la culn¡ra de la
Selva Tropical ha aparecido repetidamente en la literatura. Estos rasgos
incluyen:

l. Una tendencia hacia pequeñas aldeas o poblados, y una densidad


de población otal baja (Steward 1948c:6 y 1949:625; Steward y Faron
1959:453; Bennett 1949: 14; Goldman 1963:4; Meggen l97l:99)

2. Frecuente movimiento de poblados y/o migración (Bennett 1949:


14; Forde 1963: 135; Gotdman 1963:3,33; Steward 1949: 675: Steward
y Farcn 1959:293,300; Meggers 1971: 100)

3. Complejos de guerra y/o brujerfa (Meggers 1971: ll0-tt2;


Stewad 1919:7M-705; Steward y Faron 1959: 304, 453); y

4. Un nivel bajo de organización sociopolftica, caracterizada por


sociedades autónomas a nivel de aldea con jefes (Steward
lgt8c: 6;1949:
672,697,700; Steward y Faron 1959: 301, 453).

xt
Wagley rrcs hace un breve rc$rmen de estas caracterfsticas:

Una serie larga de rasgos y paEones de comportamiento, que


nosotros llamamos "Complejo de la Selva Tlopical", difundido de
un grupo a oúo y perfeccionado durante el curso de muchas
generaciones. El suyo fue un sistema ecológico alt¿mente adaptado
al medio Amazónico total. Además, uno puede ver que la
adaptación aborigen de esta selva Uopical con su tecnologfa,
cosechas y la utilización del suelo y de los rfos, prcvee un buen
ejemplo de cómo se pusiercn los lfmites en el desarrollo
sociopolftico en estas culturas. Las aldeas fueron generalmente
situadas en una localidad por cinco a diez años antes
de ser movidas, mientras sus habitantes se procuraban tierras de
selva virgen. La población no era densa; ciertamente no más de un
millón de personas vivfan dispersas irregularmente sobre el área.
La unidad sociopolftica se limitaba a una sola aldea, un grupo.de
aldeas sin patrones de liderazgo suficientemente fuertes como panr
asegurar acción cohesiva o tribal, u, ocasionalmente, a grupos
tribales que vivfan en aldeas mayores situadas en partes
especialmente favorables, la v árzeaorganizadas polfticamente bajo
jefes de tribu. No hubo comercio sobre alguna base regular, y la
guerra era crónica (1974: 12-13).

Mientras las invesügaciones arqueológicas y etnológicas se han


multiplicado en las tierras bajas de América del Sur en los rlltimos años,
ha surgido una cantidad de preguntas con relación al concepto de Selva
Tropical, y acerca de la clasificación de culturas especfficas en las
categorfas "Marginal", "Selva Tropical", y "Circun-Caribe" en el Manual
de Indios Sudamericanos". Steward reconoció las limitaciones de su
clasificación en su corta exposición sobre culn¡ras Sudamericanas:

La clasificación, a[ igual que las anteriorcs, utilizó principalmente el


contenido del elemento general de las culturas en lugar de una
comparación sistemáüca de patrones. Se dio especial importancia a
r¡na u otra caracterfstica en cada caso. Los grupos marginales se
dest¿caron por la carencia de agricultura y por sus culturas
generalmente simples; los gnrpos de Selva Tropical se idenüfican
por su agricultura y por varios rasgos materiales que fueron
adaptados a las selvas uopicales lluviosas; los grupos Circun-

27
caribe y sub'Andirps se caracter¡zarcn por su sistema de clase y
su culO de templo; y los grupos a¡rdinos... se diferenciaron por su
tecnologfa Ar¡dina Central, culn¡ra material, y por su complejo
ri$al (l%9:6ll).

Bamberger (l%8) y Dole (t967) han cuestionado la clasificación


de los grupos Gé como marginales basándose en revalorizaciones de sus
patmnes de subsistencia- Dole escribe:

La diferencia enue el marginal como un tipo de cazador y el de la


Selva Tropical como un tipo de horticultor es realmente una
diferencia en el nivel cultural... Pero, de ningrún modo ha sido
claramente establecido que los "Marginales" en Brasil fueron
meramente cazadores. En efecto, ha llegado a ser cada vez más
claro en los rúltimos aflos... que muchos de ellos, incluyendo los
Gé-parlantes de Brasil oriental, sf cultivaron plantas primitiva-
mente. Además, sus culturas tienen similitudes importantes con el
tipo de Selva Tropical, y difieren fundamentalmente de los
cazadores marginales y recolectores tales como los Fueguinos de
América del Sur austral (1967: XXIV-)Oñ/).

Recientemente ha habido también un mayor reconocimiento del


nivel de desarrollo cultural, conseguido en las áreas de llanuras aluviales
del Amazonas central y más bajo, y en ciertas otras áreas, tales como las
llanuras Mojos en Bolivia oriental. La Llanura aluvial, o várzea,
constituye tan solo un tres por ciento del Valle del Amazonas, pero su
capacidad para la vida humana se debe en gran parte a la rcnovación anual
de su suelo con ei ümo depositado por inundaciones estacionales, y a los
abundantes recursos de vida silvestre asociados con el hábit¿t ribercño.

Aunque la literatura sobre las culturas aborfgenes de la várzea es


escasa (revisado en Meggers l97l), hay poca duda de que este Mbitat
soportó una población más densa que la tierra firme, o áreas
interfluviales, y que hubo rasgos tales como caciques con autoridad sobre
varias aldeas y formas rnás elaboradas de guerra y defensa que indican
un grado m¡ls alto de complejidad socioculturat. Laü¡rap ha postulado un
modelo para explicar las dinámicas de migración en el Amazonas, que

28
está basado en la comptencia enge grupos humams por los pocos
fecunps de la várzea:

El patrún de migración extedor sugerido... puede expücarse meior


por las presiones de población intensas y continuas de la llanura
aluvial en el Amazonas Central, el medio más favorable para el
sostén de la cultura de la selva tropical. Tales expansiones
continuas de grupos que salen a colonizar áreas m¿ls lejanas de la
llanura aluvial, empujan progrcsivamente a grupos mi[s pequeflos'
o militarmente m¿ls débiles, corriente aniba o completamente más
lejos de la llanura aluvial (1975: 93).

Denevan también ha señalado que los grupos de las llanuras


Mojos, en la Bolivia oriental, tuvieron aldeas de larga duración, y
construyemn calzadas y canales a fin de desanollar sus tierras inundadas
periódicanente. El señala¡

... Las uibus Mojos parecen menos singulares y más una parte de
un patrón de poblados agrfcolas densos que pudieron haber
existido a lo largo de las áreas más extensas de las llanuras
aluviales de América del Sur (1966: 346).

Ahora se rcconoce, por tanto, que las culturas de várzea no se


ajustaron a Odas las caracterfsticas tradicionales de la Cultura de la Selva
Tropical, porque ellas tuvieron poblados algo mayores y más
duraderos, y un gndo más alto de organización sociopolftica-

La teorfa "circun-caribe" también ha venido a ser atacada- steward


propuso que los elementos de la Cultura "Circun-Caribe" se han
extendido a lo largo de la costa nofte de América del Sur, y de alll hacia
aniba del Amazonas, elevando el nivel de cultura de la "Selva Tropical"
desde los antecedentes de nivel "Marginal". Las investigaciones
arqueológicas de Rouse (1953) en 1¿s cn¡ciales tie¡ras bajas de la
Guayana, sin embargo, han demostrado que los artefactos de "Selva
Tropical" están más bajos en la estraügraffa que los de "Circun-Cafibe".
Lathrap ha argüido que la formación "circun-caribe" deberfa
abandona¡se en favor de un concepo revisado de "SelvaTropical":

29
Yo no acepto la opinión... de que habfa un agudo contraste en el
nivel cultural entre los grupos "Circun-Caribe"...y... los de
Selva Tropical. Aquellos que asf lo afirman descuidan las
narraciones de los primeros exploradores eu¡opeos... quienes
consistentemente notaron poblaciones densas, unidades pollticas
extensas; jefes poderosos o reyes, sacerdotes, templos e fdolos a lo
largo de la coniente principal del Amazonas... Como habfa grandes
diferencias en el nivel de complejidad cultural entre los grupos
ribereños y los grupos que habitaban las tierras altas
/interfluvialeV,la Cultura de Selva Tropical debe ser definida en
términos de elementos culturales compartidos, antes que como un
nivel uniforme de logro cultural (1970: 4647).

Es evidente que la crfüca del tipo tradicional de la Cultura de Selva


Tropical no se ha hecho para desmoronarla, sino más bien para ensanchar
y redefinir su concepción a la luz de la investigación continua. La
configuración de rasgos uadicionales uülizada para caracteizarla Cultura
de la Selva Tropical es vista ahora como más tfpica de la gente de terra
firme que habitó el territorio alejado de las más extensas llanuras
aluviales, es decir aproximadamente el noventa por ciento del valle det
Amazonas.

Teorlas que eryücan I¿ Cultura dc la Selva Tropical.

Como el presente estudio trata de una tribu del Alto Amazonas, y


no prctende tratar de las condiciones muy especiales de la várzea, es
pertinente el patrón de pequeños poblados y baja densidad de población,
movimiento y migración, complejos de guerra y brujerfa y sociedades a
nivel de aldea. Las explicaciones que han intentado dar razón de estos
rasgos se dividen en dos clases:

1. Aquellas que buscan causas culturales, históricas, sociológicas, o


polfticas (tales como tensiones intemas, competencia por mujeres, y
guerra de venganza), y

2. Aquellas que buscan r¡na causa económica o ecológica. Cada una


de estas aproximaciones se revisarán brevemente, y después se presentará
la tesis de este estudio.

30
Un exponente nomble del pimer acercamiento es Chagnon, quien
describe la selección del lugar para un huerto Yanomamó de la siguiente
manera:

... el área dentro de la cual se selecciona el nuevo lugar es


detemrinada casi exclusivamente por factorcs polfticos.. Un
Yanomamó permanecerfa indefinidamente en el área en la cual se
asentó si no fuera por la amenaza de invasiones repentinas de sus
vecinos en guerra (1968: 39).

y de zu comportamieno migraorio, Chagnon dice:

...una aldea se fraccionará luego de alcarzar una población de unas


150 penonas, porlue las enemistades intemas y las peleas son tan
frecuentes, que la paz solo puede manteners,e con gran dificultad...
Cuandolaaldeallegaatenerde 100 a 150 individuos... las peleas
por mujeres son tan frecuentes, que el grupo elige fraccionarse
antes que intentar mantener una paz intema inestable (1968a: 40-
4l).

Chagnon niega cualquier motivo tenitorial en la guerra de los


Yarpmamó:

Los conflictos no se inician ni se continúan con la ganancia de


territorio como objetivo o consecuencia. Los Yanomamó
ejemplifican un tipo de sociedad en la cual son admiradas la
agresividad y la guerra, pero su compromiso con esta forma de
vida no puede ser explicado en términos de escasez de tierra. El
aspecto crftico de la ecologfa cultural es la existencia de aldeas
hostiles (1968b: ll0, 113).

Hamer ha expresado una opinión similar sobre la guerra entre los


Jfvaros del Ecuador:

La "guerra", según la acepción jfvara, se lleva a cabo no para tomar


venga¡rza sobre un individuo en particular, sino para asegurarse
tantas cabezas como sea posible de una tribu extraña... Un objetivo
de guerra menos enfatizado es el capturar mujeres. No se encontró

3r
ftlfrsúricasodr un¡ guGm qrr pstsiga et apodcnm dc rnircrios
(r9r2z lt2-lt3).

Goldmanumbiénhaexplicado la moüvación para la guena de los


cubcos de colombia cn términos de amques "p.ra .po¿era¡se de
Tuje^rca"
y 'venganza" (19ó3: 162). Í Cf ña inerpetado el
fraccionamiento dc las comunidades o¡beos solo en érminoi de valores
culn¡rales, organización cstn¡cn¡fat y plocesos sicológicos:

El f¡accionamien¡o es un prooeso social objetivo, un producto de


los principios q¡ltr¡rsles cubeos de auorpmfa e igualdad social. Es
promovido, también, por otrc principio cultural quc ...yo
rlc¡cribirla como poca olerar¡cia por la incomodidad frsica. Es
dccir' en ¡userrcia de constrcfrimierro polftico y de necesidad
económica, los Cubcos encuentran más fácil abandonar una
sin¡ación ircómodt que el soportarla (19ó3: Z7g-ZtOr.

Goldmu es muy explfcito en su énfasis sobre el análisis


estructural, y es evidente que él visualiza el sistema social de los cubeos
como si twiera dinámicas independientes de la esfera económica, lo que
solo prcde ser cntcndido por el Análisis inrc¡no de la estnrtura social:

...las sociedades simplemente dedicadas a la horticultura... no son


meras vfcümas de medios inhóspitos.. más bien... ellas
conrtituycn una clase de sistemas culturales con modos
caracterfsticos de equilibrio y adaptación, que no dan alas
fácilmcnte a la cxpansión eco¡rómica y a niveles m¡Ís altos de
integración social y polftica.. Una cultura es solo en parte un
sistema funcional adaptado a la saüsfacción de las necesidades
básicas... Muct¡o de la forma de r¡na cultura r€pr€senta rm esülo de
vida que... rn prede ser explicado simplemenrc en términos de
función, equilibrio, o adaptación Un estilo de vida debe ser
esmdiado en sus propios términos ... (1963: Zgl).

Las declaracio¡¡es ¡nteriores de Ctragnon, Hamer, y Goldman han


sldo prescntadas como ejemplos de un acercamiento "sociológico" (es
decir, no ecológico) en la interpreación de la culn¡ra de la selva Tropical.
El presente €studio argfiirf qr¡e esta aproximación está err¿da y que no

32
hay causas puramente "sociológicas" para aldeas de amaflo reducido, alta
movilidad, guera y brujerfa y para el bajo nivel de elaboración
sociopolftica. Estos no son rasgos irreales, más bien son aspectos
funcionalmente dependientes de un sistema cultural adaptado a la
explotación del medio de la selva tnopical, con una tecnologfa simple, que
es neolfüca en su uso de plantas domesticadas, pEF es paleolftica en su
inventario de herramientas y dependencia de los recunos de animales
salvajes, en lugar de animales domésticos. Un propósito del presente
estudio es demostrar cómo este sistema funciona en el caso especffico de
los Sionas y Secoyas.

La segunda escuela de interpretación de la Cultura de la Selva


Tropical irrcluye a aquellos que buscan una explicación ecológica panr sus
rasgos distintivos. Su principal debilidad es que ellos generalmente han
tendido a enfatizar un solo factor, tal como el agotamiento del suelo, la
agriculura no confiable, la competencia por la tierra, o la obtención de
protefnas, para explicar las dinámicas de la Cultura de la Selva Tropical.
Es decir, estas teorfas son principalmente unifactoriales. I¡s factorcs de
las explicaciones ecológicas unifactoriales de la Cultura de la Selva
Tropical son presentados más adelante.

Meggers presenta un esquema para clasificar la üena en términos


de su potencial agrfcola, y mira al desgaste del suelo como al factor más
limitante en la selva tnopical:

Aquf se puede emprender con la agricultura, pero su productividad


es minimizada por la fertilidad limitada del zuelo... Cuando el ciclo
natural de vegetación es roto por la limpieza, la siembra y la
sosecha, el delicado balance entre lo que se toma y lo que retoma al
suelo se trastoma. El suelo es pobre para empezar, y expuesto
totalmente a los efectos perjudiciales del clima, pierde rápidamente
los nutrientes de las plantas (195a: 803).

Luego. arguye que estas condiciones ümitan el desarrollo de la


Cult¡ra de la Selva Tropical:

El patrón de asentamiento se compone de aldeas semipermanentes

33
compuestas de casas comunales o para una sola familia, de
corutrucción de palo y paja.

Aunque representa un ar¡mento en la seguridad y en el


abastecimiento de comida,la agriculnra de roza-y-quema no es
suñcientemenrc productiva o pennanente en una localidad, como
para soportar grandes concentraciones de población o poblados
sociopolfücos, que se mantienen básica¡nente con lfneas de
parentesco, te.niendo al prirrcipat o jefe una autoridad limitada y con
pocos privilegios si es que los tiene. (1954: 802).

De igual matrcra L¡wie declarú, "La transitoriedad del asentamiento


en una localidad determinada se debe generalmente al agotamiento del
suelo" (l%8: l8).

Para explicar el comportamiento seminómada de los Sirionós de


Bolivia, Holmberg ha sugerido que uno de los factores más importantes
es el rendimiento "esporádico eincierto" del cultivo de roza-yquema, y
el "enome" esfuerzo requerido para limpiar los terrenos agrfcolas (1969:
67). Esa contnoversia será examinada con algún detalle en la parte de este
capftulo que trata de la metodologfa.

El modelo de Lathrap, de migración en el Amazonas es también


unifactorial por el hecho de que postula la competencia por las tierras
aluviales de la llanura que se inundan como el proceso fundamental que
lleva a la distribución y diferenciación de los grupos tribales. La
distirrción entre los Mbitats de las llanuras aluviales y los interfluviales es
válida, pero no todo lo rclacionado con la migración en el Amazonas está
tomado en cuenta en el modelo de Lathrap, ni tampoco la competencia por
los recursos ribercños explica todo acerca de la ecologfa cultural de los
Sionas y Secoyas.

Otra hipótesis unifactorial es que el movimieno y la baja densidad


de población de la selva uopical se debe al agotamiento rápido de los
¡€cr¡rsos protefnicos silvestres en áreas habitadas. Como Hanis sugierc:

Ahora existe un acuerdo general en que el factor limitante en la


población de la selva tropical Amerindia no es un margen

v
declinante de eficiencia de calorfas o una cafda en las raciones de
calorfasa través de la disponibilidad de selvas idóneas pafa huertos
(cameiro 196l). La atenci&r ha cambiado en conformidad al paper
de la obtención de protefna (Ross 1971; Morren 1973; Gross
1975). Estas indagaciones sugieren que los Mbitats de la selva
tropical están caracterizados por una producción total baja de
biomasa animal... pafege verosfmil que la disponibilidad de
biomasa animal es el facor limitante principal... (sin fecha: 15-16).

Siskind también ha citado tos recr¡r'sos de protefna animat como el


factor limitante fu¡rdamental para los Sharanatruas de Penú oriental:

El poblado de curanja ha estado allf por diez a¡'los. Era el lugar de


uná misión Dominicana y, un afio después de que la misión fue
cerrada, la aldea se dispersó. Ha habido conünuas referencias a la
escasez de cacerfa, pero nunca nadie sugirió que fuere diffcü
en@ntrar tierra para suS huertos. Parccerfa que la caza, nO la tietra
agrfcola, es el factor ümitante (1973a:228)-

Las teorfas unifactoriales, tales como aquellas que han sido


discutidagpueden parecer elegantes, pero la evidencia pfesentada por los
Sionas Secoyas indica que ellas son excesivamente simplistas. Este
estudio sugiere que un modelo para explicarlas caracterfticas de la Cultura
de la selvaTropical, dgbe sermás complejo y sofisticado en én4inos de
procesos ecológicos,,si ha de reflejar ta rcalidad de la interacción entr-e el
medio,la cultura y el hombre en la Amazonla.

No hay una sola adaptación al medio. Las condiciones ecológicas


son altamente variables a través del tiempo y el espacio, y la estrategia
y
tecnologfa de subsistecia deben ser suficientemente flexibles como para
competir con las variaciones de los recuÍ'lsos' si una cultura ha de
sobrevivir. La evidencia del estudio de los Sionas y Secoyas indicará que
la cultura está organizada como para tener gran capacidad de flexibilidad
para compeür con las realidades y variaciones ambientales. Presentaré un
cuerpo importante de daOs cuantitativos y cualitativos para apoyar un
modelo de adaptación más complejo. EsOs datos indican que factores
tales como desgaste del suelo, competencia por la tiena u obtención de
p¡otefnas, pueden todos ser factores limitantes válidos en tiempos y

35
h¡nrtr crpcclficot pcro $Fningundc cm¡ F¡dccrplicrcúohcntc
b cnnm¡n dc h Gúürn de la Sclva llopicrl. TmHén a4l¡nctr¡ré que
lr or¡rnlzrdón roclül y cl dccnr ¡inbólio de bc Sion¡s y Scoyas no
son mcmS q$faúmcmr o 'superutruc$ras'pero juegan funciores
ooló¡icu lnponmcr.
Crfilct nclodoló¡lc¡ dc do¡ c¡úudlo¡ clf¡lco¡
Con pocu crccpciw¡,lq c¡ü¡dios de las culturas amazónicas
hü dóo dcnüi¡do aryeñdalcr qr n¡ utmir:m de fgolp¡ ccobgios.
Sin cmbnr¡o, l¡ rñ¡nrtd¡r dc lt&ggpr dc quc'dngút csrr¡dio dc campo
ccoló$crmcnüG oden¡ado ha sido hecho todavfa en las üerras bajas
Am¡zónica¡' (t97 l: 6) m cs del todo exúaI¡ ¡eociltn s¡gu¡€r[e consta
dc un rnlü¡i¡ dc do¡ estudios cl¡lsicos que enfocaron la ecologfa de
subsistsnct¡ de las ¡ociedadcs uazór¡icas.Cada r¡m de esos estr¡dios ha
hccho un¡ contrlbuci& imporü¡ntc a nuestrc conocimiento de la
Am¡zmfa" El propósito aquf no es el desesimarlos, sino m¡ls bien
ilu¡tr¡r l¡ rpccsidad de mejores acelpamienos metodológicos en la
compilación de datos ecológicos, de modo que pueda seguir
&¡anollá¡rdocc n¡clt¡t cmprcnsióa de los oazónios.

Holmbcrg csn¡d¡ó r loc seminómadas Sirio¡rós de Bolivia orienral


en 1910-{1 (1969) en un inrcnto dc investigar la inportancia rclativa de
lo¡ "móvile¡ b¡l¡isos" cn cl aprcndizajc bumam y en las formas
culnrdes. El clpro el pnto ccntnl de su inves¡igeción de la siguiarc
müEra:

Era ló$oo pensar g¡€ donde las mdicim de abastocimiento de


¡ltmGfüt üspsño c inseguro exisie¡un en la sociedad humana las
fir¡strtcioncs y rnsicdader, centrlndosc alrcdedor del móvil del
lumbrc, dcbúan tcrpreüac nrisn¡s rcperctsiors imporurrcs en el
conportmicoto y cn las formas culn¡mles. hr esro yo, tomé
oono pmblcma ¡eneral la invcstigacithr dc la rrlaciür ert¡c el
aspcc[o cconómlco y otros aspectos de la culn¡ra en una socied¡d
quc ñlrtona bojo condiciorr de plwisión alimemicia cscasa e
tnr¡un (1969: XVXD.
Ls diñcultd pan tratar con cl esh¡dio de Holmberg sobre loc


Sirionós, sin embargo, es que nunca se nos dice precisamente cuán
"escasa e insegura" es la provisión de alimento de esta gente. Los datos
de los resursos de subsistencia Sirionó son subjeüvos e imprecisos.

Aunque la agricultura ha sido practicada por muchos años por los


Sirionós... nunca ha alcanzado un grado de desarrollo suficiente
como para evitar el que sigan siendo gente más bien nómada... El
trabajo ffsico neto involucrado en la limpieza adecuada de una
parcela para sembrar es enorme... De aquf que los Sirionós habrán
sin duda obtenido mayor€s r€compensas de recolectar productos
vegetales silvestres y frutas, algunos de los cuales..' son
disponibles y abundantes a lo largo del allo, que las que habrán
logrado de la práctica de la agricultura, cuyos productos son
esporildicos e inciertos (1969: 67).

Estas declaraciones dan lugar a algunas preguntas interesantes,


perc parecen ser inpresiones de Holmberg, antes que conclusiones
generadas por el análisis cuantitaüvo de las actividades de subsistencia de
los Sirionós.

Se dice que los Sirionós üenen una agricultura subdesarrollada,


que requierc de mucho trabajo de entrada y cuyos producos no son
confiables. Esn¡dios modemos del sistema aborigen de roza-y-quema, sin
embargo, concuerdan generalmente en que este método es un modo de
producción confiable y relativamente eficiente (Cameiro 1957, 1964;
Carter 1969; Conktin 1957; de Scilippe 1956; Freeman 1955; Ge'era
t963; Pospisil 963; Rappaport 1968). Por ejemplo, la eficiencia
técnico-ambiental (calorfas producidas por cada calorfa empleada en la
producción de alimenO) de la producción de alimento vegetal con cultivos
altemosdelosTsernbagasMaring,en Nueva Guinea, es de 18:1. Hanis
comenta:

El modo de producción de roza-y-quema permite a los Tsembagas


satisfacer sus necesidades de calorfas con una inversión
notablemente pequeña de üempo de trabajo-solo de 380 horas por
año en el proceso de culüvo por cada productor de alimento. La alta
productividad de las técnicas de roza-y'quema explica la
importancia que sigue teniendo esta forma de agricultura

37
en todas las regiones tropicales del mundo modemo (1971: 2lO-
2rr).

No intento sugerir que el cultivo de los Sirionós es necesariamente


tan eñciente como el de roza-yquema de los Tsembagas, sino más bien
que el cultivo altemo no es inherentemente "esporádico e incierto".

Hay evidencia intema en el estudio de Holmberg que indica que los


Sirionós confiaron hasta un grado considerable en la agricultura:

Aunque urra ctoru Siriondmás o menos petmanente está rodeada


por huertos familiares, de ningrún modo están todos los huertos
plantados justo afuera de la choza. Un cazador que está
acostumbrado a ir... a cierta laguna... puede plantar un pequeño
huerto allf, para tener alimentos vegetales disponibles cuando
regrese en los viajes siguientes... Estas partidas de caza... duran
frecuentemente dos semanas, durante las cuales nosotros harfamos
nuestro cuartel general en sus huertos (1969: 68-69).

Otro punto en la etnograffa de Holmberg que debilita su afirmación,


de que la agricultura Sirionó de roza-y-quema no es conñable, es el hecho
de Ere durante el año que él pasó con ellos, pasaron solo dos meses en
caza nómada y en actividades de recolección (1969: XXII-XXIID.
Holmberg también erró en su creencia de que frutas de la palma de
chonta que comen los Sirionós eran "recolectadas" (1969:64).La chonta
es en realidad una palma que se siembra y sus frutos se cosechan:

El pejibaye (Guilielma utilis o Bactris utitis) es una ddlas


palmas espinosas de tronco, con madera dura y oscura
comunmente llamadas "chonta" en América del Sur. En muchos
casos ha perdido la capacidad de producir semillas fértiles, y se
rcproduce plantando esquejes... Se dice que no se conoce la palma
en un estado realmente silvestre (Sauer 1950: 525).

Estas palmas continúan produciendo, incluso después de que el


terreno de una casa donde fueron plantadas viene abandonado. Los
sionas y secoyas también visitan sus asentamientos anteriores durante ra

38
temporada en que frucüfica la chonta, de modo que la fruta pueda ser
cosechada, como aparentemente lo hacen los Sirionós. La fn¡ta deberfa
considerarse como un producto de cultivo antes que como el de la
recolección de especies silvestres.

La importancia de los alimentos culüvados en la dieta Sirionó es


también evidente en la siguiente declaración de Holmberg:

Aunque la came es el ftem más apetecido en la dieta de los indios,


no es de ningún modo al más abundante. El malz,la yuca, y el
cÍrmote (cuando hay) constituyen una parte importante de la
provisión de alimentos (1969: 76).

Por un lado se nos dice que el rendimiento del cultivo de roza-y-


quema de los Sirionós cs "esporádico e incierto", mientras que por otro'
que los cultivos son una parte importante del abasto de alimentos.

Es posible que puedan eústir otros factores que limiten la eficiencia


del cultivo altemo de los Sirionós. Entre estos se puede incluir la
fertilidad del suelo. Holmberg ciertamente nos dice que la mayor parte de
la üerra consiste de bajfos que se inundan durante la estación lluviosa y
tienen la "capa superficial del Suelo Considerablemente arcillosa", y no
adecuadasparael cultivo (1969: 3). Con todo, hay algunas alturas que
"son consideradas las ¡gás ricas tierras agrfcolas". Holmberg estima la
población total de bs Slhonós en unos 2.000 durante el tiempo de su
ástudio, aunque una cantidad de ellos habfa abandonado el esülo de vida
indfgena. El grupo de Acfba-eoko se componf a¡de 94 individuos y el de
Eantándu de 58. De aquf que con una estimación hipotética generosa de
l/3 de hectárea de tierra en culüvo por persona para satisfacer las
necesidades de subsistencia, y un perfodo de barbecho de veinte años
(calculando un ciclo de siembra-cosecha de dos años en cada parcela),
estos dos grupos no requerirlan más de 313 y 193 hectárqas
respectivamente pa¡a mantener un sistema viable de cultivo altemo (con
un amplio margen de enor). Una vez más, la falta de datos básicos en la
emograffa hace imposible el determinar si habfa zuficiente üerra de altura
disponible.

Quiá la mejor manera de determinar si una sociedad tiene o no

39
provisiones de alimento escasas es hacer un análisis cuantitativo y
cualitativo de su dieta, midiendo la ingestión de calorfas de sus
individuos, o de una muestra rcpresentativa de ellos, por un perfodo de
üempo. Eso comúnmente se realiza anotando los alimentos comidos y el
peso de las porciones consumidas. Los requerimientos de calorfas
ciertamente vafan, por supuesto, dependiendo del tamarlo del cuerpo,
acüvidad ffsica, clima y de si la penona está embarazada o dando de
lactar; pero estas variables pueden tomarse en cuenta con un grado
razonable de prccisión. Si tales datos estuvierur disponibles para los
Sirionós, se aclararfa mucho la ambigüedad del reponaje de Holmberg.

Uno de los primeros intentos mils importantes de utilizar


metodologfa cuantitativa en el esn¡dio de la ecologfa humana aborigen en
el Amazonas fue el esn¡dio de Cameirc sobrc los Kuikuru de la parte alta
del rfo Xingú, en Brasil (1957). En s¡ introducción, él comenta el estúio
comparativo de Kirchoff (1931) sobre las uibus de la selva trcpical de la
siguiente m¡rErzt:

En ninguna pane del arúculo se nos p¡Esenta un cuadro detallado


de la ada¡ación ecológica de gente alguna. Esto no se dice para
desacrcditar a Kirchoff, ya que ninguna rclación que contenga
información de esta clase le era disponible en el tiempo en el gue él
estaba escribiendo (1931) (1957 : 25).

Cameiro se fija la tarea de rcmediar esta situación, al menos en lo


que se refierc alos Kuikuru:

Mi objeto en esta disertación no es demostrar la proposición de que


la subsisterrcia determina la estrucora social, sino miÍs bien indicar
cómo esto ha sido asf en el caso de los Kuikuru... (p. 32).

Aunque es el objetivo formal de Canpim el prcsantar una relación


detallada del sistema ecológico de los Kuikuru, cr¡riosamente ddica casi
toda su atención a la producción de yuca. Es evidente que la yuca es el
cultivo mtts important€, y Cameiro usa datos cuantitativos sobre el
rendimien¡o de la yuca para apoyar sr¡ afirmación de gue son posibles las
aldeas sedentarias y permanentes en el Amazonas. Los únicos otros
culüvos de los Kuikurus parecen ser el mafa el casrote, los frijoles, el ajf,

¿t0
la 6a de azúcar y los árboler senidonestic¡dos enmo er p|quf
(Caryocar butyrosum) y ta mangabr (E¡ncomla ¡peclo¡¡)
(195i: ln,l?A,163, ll5). De la widcia $¡s trlsÚ¡ Cci¡o' be
Kuih¡¡r¡s pa¡ecerfan tcr r¡na mable ñt¡a dc varildad en su dictr cuado
sltivo & rwy
son omparados @D otras socicdades qtp pract¡co el
quema como los lfiskiOs (t¡ietscbam lylt),loc Cupar (W.i¡¡
íXg), bs Tsem@as (Rryryon 1968),los Ha@e (Cdlin 19¡fi,
y los Sionas y Secoyas descritm €n csile esn¡db-

Carreio ms die que los Kt¡itürus 'a¡Fnas GxÉo¡a be m


alimemicios silvest¡es de ¡u habitat, exoep¡o ¡nr el petc.do-..
simplemenrc por una f¡üa de iilerés eo GlbE (1957: lf0- Elb¡ do
cazúr¡¡fns pooos molrtts, cinoo especies e páianc' mor pocoú iro:rnr'
y tanbién rwgeo miel silvestre. Ca¡rin ngire la refr & gc b
kunurus pasan por alO t¡lttos ¡gcutsos alinc6icbc pg¡4ialgt por ef
"priripio del mmr esñsz¡':

Porr¡nidad de tiempo o de labor, la orccüa dc yuca ptrc dc


mr¡cho m¿b alinem que lawa-Elfu r¡rfure üaiD dG
alimemos silvestrcsqt¡e poedcn s ohcoidoc pr la w ole
recoleació¡r conespoden a la n6al6za de erpccialidadcr, me
que a la de alimen¡oe c6ruÉ&.. La ca¡rc dc mm y ofm¡
elimentos silvest¡es se onnsumen por razmc¡ dc rycrio y
sociabilidad y m porloc dictadm de lattoSFaÉb Ct 12+

Uno de los p,roblcmas con el onrpüo dd'mffiffi G¡qE


está basado completamcnte en la coidad dc dimcm co ÚDiñ
dG
calorfas. También es imponame c@sidcfaf elvdorcuatftaivo dG bs
alimemos.Camiro ba scotado A mim las púabc¡ u.
6ftica dd
"prircipio del mm esñ¡erzo':

Dado que la badna de yuca ¡olo qc¡


cdir U
lrb o dTb ib
protefna.. difrcitmenr poede prrwGer sficieuc cudd.d dc
mirp¿ci6os esendabs. Elpescado, cn grncrel ¡ir
un mie
de protefna &l 15% al *%... F¡eae
y cffio que bs Knítúrus
ohi@ la ma¡orpce de ¡us oiúidc
& Gra frcarc (P- 1f4I

... as poeible qrrc ef aümcob ¡ilve¡te oonetmya cu m cdid


importante de vitaminas y minerales a la dieta Kuikuru (p. l2l).

Aunque algunos modos de producción de alimentos pueden ser


menos "eficientes", en términos de la relación dc calorfas gastadas cn su
producción con las calorfas producidas, ellos pueden proporcionar
nutriertes esenciales para el mantenimiento del bienestar ffsico y, por lo
tanto, su conuibución a la dieta no puede ser considerada solamente en
términos de eficiencia en calorfas.

Rappaport t4mbién enfatizú el punto de que los alimentos


producidos menos eficientemente pueden hacer contribuciones
nutrimentales importantes a la dieta:

... la crla del cerdo es costosa en términos del consumo de calorlas


requerido por parte de quien la practica, y... el mantenimiento de
cerdos puede también requerir, como osune entre los Tsembagas,
del cultivo de un número de acres que excede al requerido para el
sustento.de la población humana... la cía del cerdo mejor deberfa
ser considerada como.un medio para convertir carbohidratos en
protefnas y grasa de alta calidad... Los cerdos malayos, como
seflalan Vayda, Leed, y Smith, no pueden ser considerados como
un lujo. F.llos son una necesidad muy valiosa (1968: 66-68).

En el caso del esn¡dio de Cameiro, serfa deseable tener un análisis


más detallado de las contribuciones de cada componente de la dieta, asf
como el consumo de energfa vinculado en la producción de ese
componeme

Los métodos de Cameiro para calcular los factores de entrada-


salida para la producción de yuca también están abiertos a controversia:

En el curso de sus actividades agrfcolas de rutina durante la


estación lluviosa, nosotros pudimos observar a los varones
Kuikun¡s trabajaren zus parcelas de yuca un promedio de una vez
cúa2 ó 3 dfas. Ordinariamente, ellos dejan la aldea m¡fs o menos a
las 7:00 a.m. y rcgrcsan por las 11:30.a.m. Si este patrón de
trabajo se exuapola del año como un todo, lo que crco es vÍllido,
encontramos por simple c¿llculo que el hombre Kuik¡¡ru promedio

42
emplea 657 hons por aflo en tareas agrfcolas (1957: 135-136).

La estructura de la Tabla 4 (1957: 158-159) también sugiere que


Cameiro computó valores "promedio" sobre un pequeño muestreo, y de
allf generó la mayor parte de sus cifras por extrapolación (p.e. el peso
promedio de almidón comestible por tubérculo multiplicado por el
número promedio de tuHrculos por hilera, multiplicado por el número
promedio de hileras en una parcela de ¡rca, multiplicado por el número
de parcelas de yuca, es igual al peso total de almidón comestible
producido por todos los huertos Kuikurus, o sea 83.612.800 gramos).
Llevado al extremo, serfa posible estimar el rendimiento total de yuca a
partir de un muestrco de un n¡Hrculo, o de una hilera de tubérculos. Un
problema importante con los datos de Cameiro es que no es posible
determinar qué porcentaje de la información está basado en mediciones
directas, y qué porcentaje es deducido por extrapolación.

La infercncia de un muestreo no es inherentemente mala, ya que en


la mayorfa de las situaciones es imposible o inconveniente medirtodos los
casos particulares de un fenómeno. El muestreo es casi obligatorio en
estudios ecológicos humanos, porque es imposible para el investigador
estar en todo lugar todo el tiempo. Sin embargo, si se va a hacer una
deducción a partir de un muest¡eo, se debe tener cuidado de que este
sea tan representativo como sea posible. En situaciones de campo,
las condiciones externas pueden imponer limitaciones en las
técnicas que pueden empleane, y como rcsultado los antropólogos usan
una muestra improbable de disponibilidad. Ya que puede quedar alguna
duda acerca del procedimiento, se debe dar información detallada sobre la
metodologfa empleada. En esto se debe incluir la intención o meta del
procedimiento, las técnicas reales de medición y los instrumentos
utilizados, el método de selección de las muestras, el tamafu del muestreo
y cualquier condición o circunstancia especial que afectó la recolección de
datos. En muchos casos podfa no ser posible obtener el muestreo
deseado. Por esto, es importante que las condiciones de la investigación
sean totalmente explicadas. Esto es menos cierto en antropologfa que en
otras ciencias, y es especialmente importante en antropologfa ya que es
frecuentemente más diflcil conüolar las condiciones que se encuentran en
el trabajo de campo etnográfico.

43
CAPITULO II
EL PLANTEAMIENTO

La Gente

LosSionasySecoyassonmiembrosdelgrupoTukanooccidental,
una de las dos ramas de la familia lingüfstica de los Tukano. En
tiempos
fueron gente importante que ocupaba
antiguos,los Tukano occidentales
un Jxtenso territorio. Ellos son mencionados frecuentemcnte en los
relatos de los exploradores, misioneros franciscanos y
jesuitas, y
viajeros.Contodo,sonpococonocidosantropológigamente.Entrc
los Tukano Occidcntales éstaban los CoregUajes de los tributarios del
los
norte del Caquetá, los Tamas y Macaguajes de los tributarios del sur'
Sionas y oyós del río putumayo, los Encabellados del Aguarico y el
del
Napo y ior óotor (Orejón, Payagua) de las cercanfas de la confluencia
Napo y el Amazonas. Además, había muchos gruPos menores o
suMivisiones locales de los grupos principates antedichos'

A la fecha, la mejor información disponible sobre los Tukano


Occidentales es la de los Sionas del Putumayo. Este importante sistema
fluvial ha trafdo a forasteros desde comienzos del perfodo histórico'
primero los Franciscanos en los siglos 17 y 18, seguidos por una
intemrpción durante el siglo 19, y luego la era de la explotación del
caucho durante el siglo 20. Luego del colapso del boom del caucho,
el
área continuó siendó penetrada por blancos, y este proceso recibió un
fmpetu adicional por ef descubrimiento del petróleo el el erea_{et
Orito en
tgog. t-as descripciones o relatos de los Sionas en el siglo 20 incluyen
la de Hardenburg (1910, lgl2), quien describió el perfodo de la

45
explotación del caucho, Castellvi (1939, 1953), Chávez (1958), Calella
(1937,194041), y Mallol de Recasens (1964-65). La invesrigación del
uso de plantas nativas ha sido conducida por el botánico shultes (1942,
1957). Más recientemente, Wheeler, un misionero del Instituto
Lingüfstico de Verano, ha hecho un estudio del lenguaje Siona (1962,
l97O) y Langdon (1974) ha hecho un excelente estudio del sistema
médico Siona. El trabajo de Langdon también contiene datos históricos y
etnográficos de la región del Putumayo. Los otros grupos Tukano
Occidentales son menos conocidos.

El presente estudio trata de los Tukano Occidentales del rfo


Aguarico. El Aguarico es un tribukrio del norte del rfo Napo, el cual es a
su vez uno de los mayores y más importantes tributarios del Amazonas.
Por el tiempo que el mito y la historia registrada pueden abarcar, la tierra a
lo largo de la parte central y alta del Aguarico ha sido el hogar de los
Tukano Occidental parlantes. Sus principales afluentes, el Eno, el
Shushufindi y el Cuyabeno, son también hogares tradicionales de la
cultura Tukano Occidental. Esta área de exuberante selva verde,
atravesada por el rápido y lodoso Aguarico, y por el lento, silencioso y
negro Cuyabeno, es el centro de la presente investigación.

Muchos términos han sido aplicados a esta gente del Aguarico y el


Napo por los forasteros que han entrado en contacto con ellos. Los
primeros Franciscanos y Jesuitas los llamaron Encabellados por su pelo
largo, el que usaban a veces en elaborados tocados trenzados. Los
viajeros del siglo 19 los llamaron Piojé debido a su negación /peohi/
("no hay ninguna"), la cual era supuestamente la respuesta de los indios a
cualquier requerimiento de comida. Estos nombres significan poco para
ellos mismos. "Siona" y "Secoya" son los términos de autoidentificación
que usan estos indios cuando hablan a los forasteros. La palabra Siona
consta de dos morfemas: el sustanüvo /sio-/, que significa "huetto", y el
sufúo /-na/ que indica "movimiento hacia". El significado completo del
término, por lo tanto, es "hacia el huertol". En su propio lenguaje, sin

1. Wheeler y Wheeler (1962) dieron la glosa de "hacia el campo", pero en un


estudio siguiente, uno de los autores cuestionó esta derivación (Wheeler
1970: l4), y sugirió que el nombre "Sion¿" se deriva del rérmino Witoto
"gente perfume".

46
embargo,los Sionas del Aguarico son conocidos como /sa? niwu bf/, o
"gente de rfo arriba", indicando su residencia coniente aniba de la boca
del Aguarico.

El término "Secoya" se ha tomado del rfo llamado /Sekoya/, un


tributario del rfo Santa Marla el cual es un afluente del Napo (ver Figura
1). La tradición oral sostiene que la tierra de origen de los Secoyas es la
quebrada del mismo nombre. El nombre nativo del rfo Santa Marfa es
/wahoyd ("rfo de batalla"; ver más adelante), y en su lengua, los Secoyas
son conocidos como /wahoya báil.

Aunque relacionados, los Sionas del Aguarico, o /sa?niwu báíl, no


deben confundirse con los Sionas del Putumayo, o /gati'ya báíl ("gente de
río de caña"). En base a datos lingüfsticos, análisis genealógicos y
terminología de parentesco, es evidente que los Sionas del Aguarico
tienen una mayor afinidad con los Secoyas que están hacia el este, que
con los Sionas hacia el norte del Putumayo.

A la gente estudiada aquf se hace referencia como "Siona-Secoya"


o "Sionas y Secoyas" para reflejar la realidad social de la región del
Aguarico. A principios de la década de 1940, muchos de los Secoyas del
Santa Marfa emigraron al oeste para escapar de los abusos de un paf rón
blanco, y se establecieron con parientes Sionas en el Cuyabeno. Los hijos
de estos Secoyas se casaron mutuamente con Sionas y Siona-Cofanes en
la aldea de Puerto Bollvar. En 1973, la mayorfa de las familias de PueRo
Bolfvar comerzaron a emigrar a la aldea de Shushufindi en el Aguarico.
Shushufindi fue el lugar de investigación principal para este estudio, aun
cuando se visitaron otros poblados. Los Tukano Occidentales del
Aguarico, por tanto, son originalmente Sionas y Secoyas que se casaron
mutuamente (hay tanbién unos pocos individuos Cofanes, Siona-
Cofanes y Macaguaje en las mismas comunidades). Eüos comparten una
tradición cultural similar, hablan mutuamente dialectos inteligibles de la
misma lengua, y han estado unidos a través del mauimonio por al menos
cuatrc generaciones. Además, el marimonio mutuo se incrementará en el
futuro debido a la estructura de las normas del matrimonio y a la
disponibilidad de posibles parejas de mauimonio. Por estas razones, el
término con guión "Siona-Secoya" se usa al hacer referencia a la cultura
en términos generales, y a elementos culturales compartidos entre los dos

47
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48
grupos originales. El elegir un témino en lugar de otro (como han
ienái¿o a hacer los misioreros) es sacrificar precisión y negar la
importancia de un grupo en favor del otro2. Solo en casos de eventos
triJtóricos especfficos, o dorde un fasgo, práctica o artefacb es asociado
con un grupo, pero no con el otrlo, se empleará los términos simples
"Siona" y "Secoya".

La tierra

El territorio tradicional de los T\¡kanos Occidentales se extendió


sobre un área de aproximadamente 82.0m kilómet¡os cuadrados entre las
lat. loN. a 3"S. y long. 729Ea77"O, en lo que es acn¡almente parte del
Ecuador de hoy, de Colombia y Fenú. Ese tenitorio se extierde al este de
las faldas andinas, y su elevación va de urps 30G100 metros de oeste a
este. La geologfa de la cuerrca del AgUarico está caracterizada por anüguos
lechos aluviales de la era Cuatemaria, que dan paso a sedimentos
Cretáceos-Terciarios y Pateozoicos hacia el @ste, y luego a las
forrraciones metamórñcas de losAndes (Ischopp 1953:23V; Grubb y
otros 1963: 570).

El clima corresponde al de Kóppen Af o hrlmedo tropical (con


ningún mes que sea más seco que 60 mm' de prccipitación)' Los daos
recogidos en Limoncocha (rma base de campo en el Napo del Instituto
Lingtifstico de Verano), 32 kilómetros al sufoeste de Shushufindi'
muestran una precipitación anual media de 3375 ülm. para el perfodo
l97l-74. El mes de menos precipitación para este perfodo fue diciembre,
con un promedio de 172,5 mm. y el mes de más precipitación fue marzo,
con un promedio de 411,3 mm. Hablando en general, la "estación seca"
va desde diciembre hasta febrcro, y la "estación húmeda"' desde maÍm

2. El personal del ILV sc refiere a las comrmidades de Cuyabeno y del


Shushufindi como "Secoyas". Esta prefererria parece descansar en el hecho
de que sus primcros informantes tingüfsticos hayan rido Secoyas. Ellos
también han tenido mcjores ¡esult¿dos convirtiendo a los Secoyas al
Protestsrtismo, por cueto los Sionas del Aguúico h¡r sido mlls resistentes
a sus ensefisrz¡s. Desde rura perspectiva mtropológica, la idc¡rtific¡ción de
est¡s comunidades solo como Secoyas no cs justifrcable.

49
"estación
hasta julio. La gente de la región se ¡efiere a,agosto como a una
seca óorta" (verano), y los da6s de Limoncocha para 1971-74 mUeSüan
una precipitación media para agosto de 253, 8 mm.,lo que está
ligeramente por debajo de la precipitación mensual media de 281,2mm.
para el año entero. Desde la penpectiva de una zona templada, no hay
meses verdaderamente secos, sino más bien meses hrlmedos y meses algo
menos hrímedos. Sin embargo, esto no debe oscurecer el hecho de que
las variaciones estacionales en la lluvia sf üenen una ir¡fluencia importante
en las acüvidades humanas dentro de la región, especialmente en aquellas
relacionadas con la zubsistencia (el cálculo Siona-Secoya de las estaciones
se tratará en el Capfulo IV).

Et Affrdice I contiene datos climaológicos de Limoncocha como


también de los primeros doce meses de trabajo de campo en Shushufindi
(Octubre de 1973 a Septiembre de 1974). Este perfodo de doce meses fue
algo más húmedo que lo usual, oon una precipitación total de 3665 mm.
El otal alto se debió principalmente a las precipitaciones más fuertes que
las usuales de mayo, junio y julio, que terminaron con fuertes
inundaciones en julio, que se llevaron el puente de acero y concreto y la
tuberfa que cruzaban el Aguarico en la carretera Lago Agrio-Coca, como
también destrozaron muchas casas a lo largo de las orillas del rfo. La
temperatura media anual registrada en Shushufindi fue de 25,9oC, con
temperatura máxima media de 31,1oC y una temperatrrra mfnima media de
20,8"C.

La vegetación madura de la región del Aguarico-Napo es del üpo


clasificado por Richards (1952) como de Selva Tropical Lluviosa, y
posteriormente reclasificada por Grubb y otros (1963) como de Selva
Tropical Lluviosa de Tierra Baja. Se caracteriza por tres niveles de árboles
con alturas en el rango de 24-25 metros, grandes enredaderas leñosas,
frecuentes epifitas, y arboles con aletas, algunos de los cuales son muy
grandes (Grubb y otros 1963: 596). Además de esta vegetación primaria,
hay una cantidad de otras asociaciones de plantas que se desarrollan bajo
condiciones ecológicas especfficas. Esto incluye la vegetación secundaria
caracterfstica de las islas y orillas de algunos rfos, la vegetación
secundaria que se desar¡olla en huertos y poblaciones abandonadas, las
asociaciones de áreas de tierr¿s bajas y suelos perennemente inundados, y
las asociaciones de lianas (bejucales) entre otras. Los Siona-Secoyas

50
{{
*{ '}¡

Canoas Sionas y Secoyas entrando en un afluente pequeño del río Aguarico.


son sofisticados en su rcconocimiento y utilización de las varias
asociaciones de la flora (ver Capfulo IV y A$ndice 3). La fauna del área
de estudio es tfpicamente amazónica en cadcter (ver Capftulo V y
Apéndice 4).

El Aguarico, el rfo principal del área de estudio, nace en los riscos


de Pimampiro y Dué de la Cordillera Orient¿l de los Andes. Al descender
las escarpadas pendientes orientales de los Andes, lleva consigo una
pesada carga de fango. Por esta tazón, su agua se caracteriza por el color
pardo lodoso. Solo durante los meses más secos, cuando el rfo decae
dramáticamente, el agua muestra cierta apariencia de claridad. Los
españoles llamaron al rfo Aguarico ("agua rica") porque descubrieron en
su corriente escamas de oro, y hasta hoy se lleva a cabo alguna
prospección a pequefla escala en sus parajes superiores. Los Sionas y
Secoyas lo llaman lhuyü o "rfo grande3".

Por más de la mitad de su curso, el Aguarico es rápido y peligroso.


Hay innumerables chorreras y troncos sumergidos justo debajo de la
superficie del agua oscura. Los riltimos rápidos más peligrosos están
justo aniba de la boca del rfo Eno, a unos 13 kilómetros rfo aniba de la
aldea de Shushufindi. El Aguarico es navegable por 160 de sus 480
kilómeuos (Acosta-Soüs 1965: 23).El Eno en sf es un tributario pequeño
que penetra en el Aguarico desde la orilla derecha (avauando rfo abajo),
como también el Shushufindi rfo abajo. Mientras ambos, el Eno y el
Shushufindi, son más pequeños que el Aguarico, sus aguÍls son similares
en color y la vegetación a 1o largo de zus orillas, es gerrcralmente similar a
la del rfo más grande, exceptuando las asociaciones de sus bancos de
arena e islas con sus caracterlsticos macizos de caña brava (Gynerium
sagittatum).

Un viaje de todo un dfa por canoa rlo abajo desde Shushufindi lo


lleva a uno a la boca del rfo Cuyabeno, que penetra en el Aguarico desde
la orilla izquierda, o lado norte. Este es un rfo que ha figurado
prominentemente en la historia Siona-Secoya, pero que siempre ha sido
rodeado de cierta aura de misterio y presagio. Lo llaman (/siokiya/ que

3. El ío Napo tambiéri se llam¡ lhuyal.

5r
significa "rfo de descho", y explican que se le dio este nombre porque el
agua llwa muclps desperdicios, especialmente hojas de los árboles que
están a lo largo de zus orillas. Para los forasteros, el nombre parcce ¡rílro,
porque las lentas y oscuras aguas del Cuyabeno p¡üecen purias
comparadas a las cargadas de fango del Aguarico. El rfo es sorprendorte
difercnte en apariencia que el Aguarico, el Eno y el Shushrfirdi. Es una
pegefla coniente que naoe comfletamente denuo de la selva, enuE el San
Miguel y el Aguarioo, y oone hacia el este y luego hacia el sur en un
curso sinuoso, retorcido y que da ¡odeos, dobl¡lndose en sf mismo una y
otra vez. Numerosas cochas se han creado por cambios en el cauce del
rfo. Las orillas son bajas, a veces un meüo o dos sobrc el niveÍ del rfo.
Cuando las lluvias empiezan, las corrientes suben e inurdan áreas
grandes por los dos lados, llenando las cochas con pescados. Hay pocos
lugares alrcdedor de las bandas del rfo donde hay elevaciones sobre el
nivel de la inundación.

Las aguas del Cuyabeno son oscuras, no sucias, y la superficie es


calmada. I¡s arboles floreados de color brillante crecen sobresaliéndose
por las orillas, y una irrcreible variedad de pájaros están en evidencia a lo
largo de su cursio, incluyendo el martfn pescador (Ceryte torquata) que
se anoja al agua antes de acercarse a las canoas, y las anhingas de cuello
largo (Anhinga anhinga) que caminan sumergidos por el fondo y sacan
la cabeza al nivel de agua para observar cuando pasan las canoas. por
éstas razones el rfo Cuyabeno üene una belleza s intimidad que son
incomparables.

Rfo abajo de la boca del Cuyabeno entran en et Aguarico dos


tributarios históricamente importantes /sókora/ (en esiañol corrupto,
"Zancudo") por la banda derecha, I lBi?ikiyxl (Lagartococha) por la
izquierda (ver figura l). Es notoria la rúltima, por la confusión de aguas y
terenos pafitanosos.

Cerca de la boca del Aguarico entra por la izquierda la quebrada


Cocaya.

En las primeras décadas del siglo XX habfa un considerable


asentarniento Tukano Occidental al¡ededor del
Panoja por la unión de los
dos rfos Aguarico y Napo. Dururte el período de las misiones jesuitas en

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el siglo 18 habían comunidadcs de los Encabellados más arriba en el
Napo y en la parte baja del rfo Tiputini. Et rfo Santa Marfa cone paralelo
al Napo (por abajo de la boca del Aguarico), antes de entrar por la banda
izquierda, y es la morada tradicional de los Secoyas. Hacia el norte están
el Angusilla (/unkwisiya/) y el Yubineto, dos tributarios del Putumayo
que están habitados actualmente por grupos de Secoyas y Angoteros. En
tiempos aborígenes, el territorio Encabellado se extendfa aún más lejos
hacia el este, hasta el Curaray en el Napo, y el Campuya en el Putumayo.
Al sur dcl Napo, en el Curaray, vivieron los Awishiras, enemigos
tcmidos de los Encabellados. Hacia el este, estuvieron los /Emü bai/ o
"gente mono aullador" (Coto en español), quienes estuvieron
relacionados con los Tukano Occidental parlantes, y hacia el norte, las
Witotoanos.

El propósito de este breve capftulo ha sido el dar una introducción


general al planteamiento de la investigación. Aunque la familia del
lenguaje Tukano no constituye uno de los mayores grupos lingüfsticos de
la cuenca amazónica incluso el territorio de la rama Tukano Occidental está
marcado por variaciones significaüvas en el hábitat y en los recursos. En
los capftulos siguientes se dará información específica sobre condiciones
en lugares especfficos y variantes en la utilización Siona-Secoya de los
recursos.

53
CAPITULO III
SU HISTORIA

Todas las tribus que están a lo largo de este rfo por el


que nosotros hemos pasado... son gente de gran
inteligencia y hombres hábiles según lo que nosotros
vimos y lo que ellos parecen ser por todas las tareas,
que ellos realizan, no solo en tallado sino también en
dibujo y en pintura en todos los colores, muy
brillantes, de tal modo que es algo maravilloso ver.

Gaspar de Carvajal, Agosto 1542


(en Heaton 1934:233)

Históricamente, el Napo y sus tributarios constituyen uno de los


sistemas fluviales más importantes de la Amazonfa. El Napo figuró
prominentemente en los famosos viajes de Francisco de Orellana (1541-
42) y Pedro Teixeira (1637-39), en los esfuerzos de los jesuitas para
instalar misiones durante los siglos 17 y 18, estuvo involucrado en
el boom del caucho a la vuelta del presente siglo, y fue un campo de
batalla en la guena entre Ecuador y Penú en 1941. La interpretación de
sus materiales arqueológicos es el foco del más vigoroso debate sobre la
cultura amazórucahasta la fechal.

l. El la culn¡ra amazónica es principalmente eritre


deb¿te sobre la historia de
Meggers y Evans (1956, 1957, 1958, 1968), y Lathrap (1970, 1972,
1973). Se centra en un des¡c¡¡crdo ¡obre las fu€ntes de la Cultura de la Selv¿

55
La historia de los Encabellados está fntimamente asociada con la
historia del Napo, por cuanto ellos fueron uno de sus más importantes
grupos étnicos. La historia de los Encabeüados puede dividirse en cuatro
períodos para fines de discusión: Perfodo del precontacto (antes de 1542),
Perfodo de las Primeras Misiones (siglos 17 y 18), siglo 19, y el Perfodo
Modemo (1900 hasta el presente).

El Período del Precontacto (Antes de 1542)

La investigación arqueológica de la región del Aguarico-Napo tiene


solo los inicios necesarios. Las excavaciones más importantes hasta hoy
fueron conducidas por Evans y Meggers (1968) en diez lugares en el
Napo y en trcs en el Tiputini. Se identificaron cuatro fases: Yasuní (fecha
de radio-carbono 2.000 + 90 o 50 AC), (+ 1140 + 70 o A.D. 510). Napo
(tres fechas: 742 + 53 o A.D. 1168; 771 + 5l o A.D. I 179; 47O + 180 o
A.D. 1480), y Cotacocha (después del contacto europeo). Hasta ahora no
se ha hecho ninguna asociación definitiva entre estas fases y las culturas
T!¡kano Occidentales. Evans y Meggers han presentado la hipótesis de
que estos complejos de cerámica representan a cuatro tradiciones
independientes que se asentarcn brcvemente en el área, pero que luego se
moviüzaron debido al bajo potencial de subsistencia de la tierra (1968:
108). En general, ellos ven el movimiento como de las tradiciones más
antiguas de alfarerfa de los Andes a las tierras bajas, o del oeste al este.

El m¡ls desarroilado de los complejos de cerámica, la fase del


Napo, fue idenüficado porEvans y Meggen como perteneciente al Estilo
Horizonte Pollcromo, el cual se ha enconuado en una cantidad de sitios a
lo largo de la parte central y baja del Amazonas, incluyendo los famosos
lugares de la isla Marajó en la desembocadura del rfo. Guillin (1936),
Lapiner, y Evans y Meggers (1968: 36) también han recogido vasijas de
la fase Napo de localidades a lo largo del rfo Aguarico. Desde los lugares
hay respectivamente, dos kilómetros aguas aniba de un riachuelo (un
tributario del sur) a setenta y dos kilómetros de la boca del Aguarico, un

Tropical (especialmente el Estilo "Horizonte Polícromo") y las rutas de


migración en el funazon¡s. Estas teorfas son examin¡das eri este capítulo
hasta donde son revelantes para es¡e estr¡dio.

56
lugarjusto rfo arriba de la desembocadura del Cuyabeno y de la del Eno.
Adem¿ls, mi esposa y yo hicimos recolecciones srpeficiales en las aldeas
de Sushufindi y Puerto Bollvarque contienen tiestos con decoraciones al
esilo de la fase Napo2.

En base a sus excavaciones en el Ucayali en Penl, Lathrap ha


conclufdo que la Fase Caimito tambiéri es del Estilo Horizonrc Policromo.
El opina que este horizonte fue llevado por los Tupf-Guaranf parlantes en
una serie de migraciones este-oeste desde el bajo Amazonas hasta sus
tributarios altos (1970: 150). Especfficamente, Lathrap arguye que los
que porta:ron la fase Napo fueron los Omaguas, quienes se separaron del
Napo y "dominaron" la región del Aguarico-Napo (p. 153). Estos fueron
conocidos en tiempos históricos como Omagua-yetes, y los españoles los
encontraron habitando la región del Napo, desde el Coca hasta la
desembocadura del Aguarico, y se dijo gre algunos vivfan en el Cocaya
(un tributario del Aguarico cerca de su desembocadura). Las primeras
fuentes sobrc los Omaguas del Napo han sido compendiadas por Oberem
(1967-68).

Dado que la arqueologfa de la región es tan incompleta, no se


oonoce si cualquiera de las fases identiñcadas por Evans y Meggers son
los vestigios de la gente Tbkano-Occidental. Los lugares donde ellos
excavaron descansan generalmente hacia el oeste del tenitorio tradicional
Tukano-Occidental, pero hay cierta superposición con poblados
Encabellados documentados del perfodo de las primeras misiones en el
Tiputini, y las vasijas de la fase Napo encontradas a lo largo del
Aguarico, y los üestos que yo recogf en el Cuyabeno estftl bien adentr,o
del área considerada tradicionalmente como territorio Encabellado. La
antigtiedad de la gente Tukano-Occidental en el árca no puede ser
eshblecida con certeza hasta que las secuencias arqueológicas de toda la
región sean mejor conocidas, pero todas las indicaciones señalan una
considerable antigüedad de vivienda. Como se ha mencionado

Est¡s recolecciones superfrciales se hicieron a pedido del Dr. Cüfford Ev¿ns


y de la Dra. Betty f. Meggers, y fueron enviada¡ a la Institución
Smithsoniana en Washingto¡¡, D.C. para confrrmr la ide,ntificación y hur
sido incorporadas a l¡s coleccioncs de la Instihrci&.

57
previamente, los Tukano Occidentales fueron un grupo grande que
habilitó un vasto territorio desde el Caquetá hasta el Napo. Estudios
lingiifsticos de Wheeler (1966) indican que la extensión de la sepuación
desde los Tukano Orientales de la región Vaupés de Colombia Oriental
está en el rango de 1500-2000 años. Los relatos de los primeros
misioneros refuerzan la opinión de que el bajo Aguarico fue tenitorio
tradicional Encabellado.

La expedición de Gonzalo Pizano a la "tierra de la Canela" al este


de los Andes, y el viaje posterior de su teniente, Francisco de Orcllana, a
la desembocadura del Amazonas es uno de los hechos más notables de la
Epoca del Descubrimiento. Orellana y sus hombres se separaron de la
partida principal de la expedición en el rfo Coca para buscar provisiones
corriente abajo. Cuando fue evidente que el grupo no podrfa regresar
contracorriente, ellos continuaron navegando. De acuerdo al relato de
Gaspar de Carvajal, un fraile dominicano que escribió el diario del viaje,
las orillas del Napo estuvieron deshabitadas por 200 leguas. Más
adelante, corriente abajo, encontraron poblados y los españoles se
detuvieron en la aldea de Aparia la Menor por un mes, para forjar 2.000
clavos de su equipo, los que utilizaron pam constn¡ir un bergantfn para el
resto del viaje (Cawajal en Heaton 1934). Los cálculos de la ubicación de
esta aldea van desde aniba de la desembocadura del Tiputini (Lathrap
1972: 17-18) hasta el Curaray (Medina en Heaton 1934:61).

A pesar de que los lugáres esümados irara la aldea de Aparia la


Menor caen dentro de 1o que se considera territorio Encabellado, las
interpretaciones actuales de los primeros relatos zugieren que esta capital
fue Omagua (Oberem 1967-68:161; Lathrap 1972: 18-19; Grohs 1974:
2-23). Esta conclusión se basa en el análisis de unas pocas palabras que
parecen ser Omaguas, en el hecho de que Aparia la Mayor (un gran
cacique del Amazonas) probablemente fue una Omagua, y en que Olellana
pudo aprender algo del lenguaje y uülizarlo mientras iba rfo abajo.

No hay evidencia directa que sugiera que alguna de las aldeas


visitadas por el grupo de Orellana fuera Ttkano-Occidental
@ncabellado), pero esta posibilidad cienamente no puede ser descartáda-
Segrin testimonio de las misiones posteriores, sin embargo, los
Encabellados prefirieron ubicar zus poblados lejos de las orillas de los

58
patún de asentamiento tfpico consistfa de grupos de
rfos principales. El
residencia dispenos, localizados en riachuelos y corrientes menores que
alimentaban al Aguarico Napo y Putumayo. El asentamiento básico
consistía de una familia patrilocal, patrilineal extensa, que residfa en una
casa comunal o /hai wi?é/ ("casa grande"). No era inusual para este grupo
el expandirse por la anexión de casas nucleares, cuyos miembros no
formaban una parte integral de otro grupo extenso (debido a
circunstancias históricas particulares, tales como el haber sido huérfanos).
El lídcr del grupo de residencia era el jefe o fnti ba? iki/ ("éste que vive"),
que era el shamán más respetado. Mientras mayor era el poder del fnti
ba? iki/*, mayor tendfa a ser el grupo de residencia, al verse atraidas las
casas independientes por sus aptitudes curativÍls y protectoras.

Si la hipótesis de Lathrap de que las piezas de cerámica de la fase


Napo son artefactos Omaguas es cofrecta, puede ofrecerse el siguiente
argumento hipotético (1): habiéndose separado de los Tukano Orientales
hace unos 1500 a 2000 años, los Tukano occidentales habitan el área aI
norte del Napo y del Aguarico (2); Omaguas beligerantes emigran hacia
arriba del Napo y se establecen cerca de la desembocadura del Aguarico,
en el Tiputini, y hacia aniba del Coca, con los Tukano Occidentales que
se reüran hacia arriba de las conientes menores (A.D. 1168-1542) (3); la
expedición de Orellana desciende por el Napo y contacta los Omaguas en
el Coca y a lo largo del Napo (Dominio de Aparia la Menor);(4) durante el
Perfodo de las Primeras Misiones,las comunidades Omaguas del Coca
son pacificadas, asimiladas o exterminadas y los Omaguas del Tiputini
son llevados al rfo Sanü para lavar oro y posteriormente escapar y
reunirse con los Omaguas en el Amazonas (Oberem 1967-68: 158); y (5)
los Encabellados vuelven a ocupar el Tiputini y el área alrededor de la
boca del Aguarico. Sin embargo, Meggers y Evans creen que Lathrap ha
"malinterpretado totalmente la distribución de los Omaguas"
(comunicación personal). Las respuestas finales a estas y a muchas
otras preguntas relacionadas con la historia de la cultura amazónica
aguardan por investigaciones arqueológicas y lingüfsticas más extensas
sobre ésta poca estudiada región del mundo.

El género que se ha adoptado para las palabras nativas es el que


corresponde a la palab'ra en español. Si el texto
no permite deducir el
gériero, és¡e se eligirá al azar (N. de T.).

59
El perlodo de las himeres Misiones

f¡s Ancr¡tenas del Napo cuidan del cabello con mucho aseo y por
eso los üaman Encabellados. Péinanse todas las tardes, hacen
trcnzas y las enwelven con un tejidiüo en la cabeza. Es gala 4e esta
nación dejar a sus tiempos, n¡elto y bien peinado el cabello sobrc
las espaldas y algrrnos hasta la cinhra

Chanue y Herrera l90l:63


Hay un cuerpo considerable de material publicado sobre los
Encabellados durante el Perfodo de las Primeras Misiones. Algunas
fuentes son narraciones de primera mano (Acufta l89l; Laureano de la
Cruz 1900; Uriarte 1952; Veigil 1785) mientras otr"s son compilaciones
de fuentes originales (Chantre y Herrera l90l; Espinoza pérc2 lgSS;
Gtohs 1974; Maroni 1889-92 Rodrfguez 1684; Steward 1948b; Velasco
1%1). También es probable que haya un considerable material de archivo
no pubücado en eústencia. La calidad de las fuentes es variable. Las
contradicciones más frecueffes se dan en el informe de datos sobre
hechos eqpecfficos y en la ubicación de rfos y aldea,3.

Desde una perspecüva antropológica, el mayor problema con las


narraciones es que ellas conciemen principalmente a hechos, es decir, a
las actividades de los misioneros. Ellas son flojas en detalles
etnogrilficos, contienen escasa o ninguna información sobre parentesco,
organización polftica o creencias religiosas nativas. Sin embargo
contienen alguna información sobrc nombres de lugares, población,
patrón de asentamiento, hechicerfa y asuntos de guerras,la cual es valiosa
para comparaciones con datos contemporáneos. Este es útil para
determinar el tiempo, como también la conünuidad entre el presente y el

3. Groh¡ advierte gue las fecha¡ de Velasco no son confiables (f9?4: 110). La
fue¡rte mt[¡ completa para lodo el per.íodo de l¡¡ misioner es Chantre y
Herrera (1901). Aunque no es url relato de primera ms¡o, estc trabajo es
not¡ble por ru fidelidad ¡ las ñ¡entes originales. C-onriene bastmtes detalles.
muhos de los cuales yo pude coroborar en l¡ infornr¿ción recogida et 1973-
75.

@
ríos principales. El patrón de asentamiento tfpico consistfa de grupos de
residencia dispersos, localizados en riachuelos y conientes menores que
alimentaban al Aguarico Napo y Putumayo. El asentamiento básico
consistía de una familia patrilocal, patrilineal extensa, que residfa en una
casa comunal o /hai wi?é/ ("casa grande"). No era inusual para este grupo
el expandirse por la anexión de casas nucleares, cuyos miembros no
formaban una parte integral de otro grupo extenso (debido a
circunstancias históricas particulares, tales como el haber sido huérfanos).
El líder del grupo de residencia era el jefe o /ínti ba? iki/ ("éste que vive"),
que era el shaman más respetado. Mientras mayor era el poder del Fnti
ba? iki/*, mayor tendía a ser el grupo de ¡esidencia, al verse atraidas las
casas independientes por sus aptitudes curativas y protectoras.

Si la hipótesis de Lathrap de que las piezas de cerámica de la fase


Napo son artefactos Omaguas es conecta, puede ofrecerse el siguiente
argumento hipotético (1): habiéndose separado de los Tukano Orientales
hace unos 1500 a 2000 años, los Tukano occidentales habitan el álea al
norte del Napo y del Aguarico (2); Omaguas beligerantes emigran hacia
aniba del Napo y se establecen cerca de la desembocadura del Aguarico,
en el Tiputini, y hacia aniba del Coca, con los Tukano Occidentales que
se retiran hacia aniba de las conientes menores (A.D. 1168-1542) (3); la
expedición de Orellana desciende por el Napo y contacta los Omaguas en
el Coca y a lo largo del Napo (Dominio de Aparia la Menor);(4) durante el
Perfodo de las Primeras Misiones,las comunidades Omaguas del Coca
son pacificadas, asimiladas o extenninadas y los Omaguas del Tiputini
son llevados al rfo Sanu para lavar oro y posteriormente escapar y
reunirse con los Omaguas en el Amazonas (Oberem 1967-68: 158); y (5)
los Encabellados vuelven a ocupar el Tipuüni y el área alrededor de Ia
boca del Aguarico. Sin embargo, Meggers y Evans creen que Lathrap ha
"malinterpretado totalmente la distribución de los Omaguas"
(comunicación personal). Las respuestas finales a estas y a muchas
otras preguntas relacionadas con la historia de la cultura amazónica
aguardan por investigaciones arqueológicas y lingüfsticas más extensas
sobre ésta poca estudiada región del mundo.

El género que se ha adoptado para las palabras nativas es el que


corresponde a la palab'ra en español. Si el texto
no permite deducir el
género, éste se eligirá al azar (N. de T.).

59
El perlodo de lesPrimer¡s Misiones

[¡s Ancr¡tenas del Napo cr¡idan del cabello con mucho aseo y por
eso los üaman Encabellados. Péinanse todas las tardes, hacen
trcnzas y las envuelven oon un tejidillo en la cabeza. Es gala de esta
nación dejar a sus tiempos, suelto y bien peinado el cabello sobre
las espaldas y algunos hasta la cintura-

Chanue y Herrera l90l:63


Hay un cuerpo considerable de material publicado sobrc los
Encabellados durante el Perfodo de las Primeras Misiones. Algunas
fuentes son narr¿ciones de primera mano (Acuña 1891; Laureano de la
Cruz 1900; Uriarte 1952; Veigil 1785) mienrras otras son compilaciones
de fuentes originales (Chantre y Herrera l90l; Espinozapérez l95S;
Gmhs 1974; Marcni 1889-92 Rodrfguez 1684; Steward 1948b; Velasco
1941). También es probable que haya un considerable material de archivo
no pubücado en existencia. La calidad de las fuentes es variable. Las
contradicciones más frecuentes se dan en el informe de datos sobre
hechos especfficos y en la ubicación de rfos y aldea,3.

Desde una perspecüva anuopológica, el mayor problema con las


narraciones es que ellas conciemen principalmente a hechos, es decir, a
las actividades de los misioneros. Ellas son flojas en detalles
etnográficos, contienen escasa o ninguna información sobre parentesco,
organización polftica o creencias religiosas nativas. Sin embargo
contienen alguna información sobre nombres de lugares, población,
patrón de asentamiento, hechicerfa y asuntos de guerras, la cual es valiosa
para comparaciones con datos contemporáneos. Este es útil para
determinar el tiempo, como también la continuidad enue el presente y el

3. Grohs advicrte que las fechas de Velasco no son confi¡bles (1974: 110). La
fuente más completa para todo el perfodo de l¡¡ misiono es Chantre y
Herrera (1901). Aunque no cs un relato de primera mano, este trabajo es
not¿ble por su fidelid¡d a las fuente¡ originales. Contiene bastantes detalles,
muhos de los cuales yo prerle corrobora¡ en la infqmación recogida q 1973-
75.

@
pasado. La información sobre demograffa y patrón de asentamiento es
particularmente importante para el análisis de la ecologfa culnrral de los
Encabellados y de sus descendientes, los Sionas y Secoyas.

Los Encabellados fueron visitados por los Jesuitas Fener y Amulfi


en 1599 (Steward 1948b: 739) y nuevamente por los padres Simón de
Rojas y Umberto Coronado en 1621. El ütimo llevó un Encabellado sin
nombre y un Awishira de regreso a Quito para exhibirlos, e incluso allf
fue evidente la animosidad entre estos dos enemigos radicionales de las
orillas norte y sur del Napo:

... sacando y bautizando algunos de ellos, que en señal y prueba de


sus espirituales correrfas, sacaron después a Quito; en la cual
ocasión admiraron mucho los nuestros lo encontrado y opuesto que
se mostraban en los naturales conforme lo eran las naciones un
Encabellado y otro Avijira, pues aún después de reducidos al
gremio y unidad de la fe, encontrándose los dos el uno a la
presencia del otro, no podfa encubrir en el semblante la natural
antipatía que hay entre aquellas, y era preciso viviesen divididos,
para no reñir entre sf a cada paso (Maroni 1889-92: 28: 182-3).

En 1635, el Capitán Juan de Palacios y un grupo de soldados y


franciscanos descendieron al Aguarico e intentaron fundar una misión en
un sitio llamado Ante, 18 leguas aniba de la desembocadura del rfo (Juan
de Velasco citado en Espinoza Pérez 1955: 1l-14)4. Sin embargo,
Palacios fue ultrajoso a su manera y los Indios lo mataron junto con
algunos de sus hombres. Aunque ésto no se conoce bien, este acto
condujo a uno de los hechos decisivos en la historia Sudamericana: el
viaje del capitán portugués Pedro de Teixeira desde Gun¡pá a Quito y su

4. Chantre y Herrera señala que el Capitán Palacios fue muer¡o por los
Omaguas (1901: 49). Ot¡as fuentes dicen que sus stacsnteE fueron
Encabellados, y Steward (1948b: 739) y Grohs (1974: l0l) aceptan la
hipótesis de los Encabellados, como t¡¡nbi&r lo h¡ce Oberem (1967-68),
quien revisó la literan¡ra rcbre los Onraguas del Napo.

61
Acto de Posesión, el cual constituyó la base de las reclamaciones
porilguesas sobre el Amazonas5.

Después de la muerte de Palacios, los frailes üego de Brieva y


Andrés de Toledo y seis soldados escaparon rfo abajo y se las ingeniaron
pam navegar todo el trayecto hasta Pará, una hazaña no menos notable
que el viaje de Orellana en 1542. Los portugueses estuviercn
impresionados oon las narr¿ciones de los Franciscanos:

Lo que narraron impresionó, en San Luis, lugar de la


administración que alcanzaba la Amazonfa, el Estado de Marañón y
Gran Pará, el gobemador Jácome Raimundo de Noronha a cuya
presencia se presentaron, oyéndoles el relato minucioso. Habfa
órdenes reales para efectuarse la conquista del rfo. Ordenes muy
positivas que por motivos imperiosos habfan quedado por cumplir.
La ocasión ahora era propicia, con los gufas aparecidos, que se
ofrecfan a regresar a Quito con una expedición (Reis l93l: 33).

Jacome de Noronha escogió al Capitán Pedro Teixeira para


encabezar la expedición de setenta soldados y cientos de indios que partió
rfo aniba eI26 de octubre de 1637.

Cuando la expedición se aproximaba al Alto Amazonas,los indios


remeros y cazadorcs empezaron a huir, y el espirit de corps de los
soldados estaba flaqueando, y muchos cayeron enfermos. Teixeira
decidió establecer un campamento en el Napo y dejar a la mayorfa de sus
hombres allf mientras él prosegufa hasta Quito. Reis (p. 36) ubica este
campamento en la confluencia del Aguarico y el Napo, pero la mayor
parte de las fuentes indican que estaba en la desembocadura del Ailahoya/
o Santa Marfa, "el rfo de los Encabellados" @odrfguez 1684: 121-124,
citado en Espinosa Pérez 1955: 15; Chantre y Herrera 1901: 49; Jimétpz
de la Espada, citado en Espinosa Pérez 1955: 17). Las relaciones entre los
portugueses acampados y los Encabellados no fueron pacfficas:

5. Hay contr,oversia sobre si Teixei¡a en efecto partió desdc Gurupó o Cametá.


Reis revisa las diferentes opiniones (1931: 35).

62
Lapaz con los Encabellados ya no era reqpetada. El desasosiego en
el lugar aumentaba. Pedro de Costa Favella, para garantfa de su
comando, señalaba con sangre y fuego su presencia de
disciplinador fusilando a los Encabellados que pudiera aganar e
incendiándoles las aldeas (Reis 1931: 37).

Teixeira salió de Quito el 10 de febrero de 1639, y rcalizí el Acto


de Posesión durante su viaje de regreso. Aunque el lugar del Auto de
Posse ha sido discutido @dmundson 1922: 32-43), la posición
pornrguesa es clara: "Encarada polfticamente, sirvió como el primer paso
para el ensanchamiento del Brasil porugués en la ocupación enclavada en
la boca del Aguarico" @eis l93l: 39).

En 1654 el Padre Raimundo de Santa Cruz entró en territorio


Encabellado en busca de una ruta que conecte las misiones del Marañón y
Quito @odrfguez 1684:189-193 y Chantre y Herrera 1901: 164-5 citado
en Espinoza Pérez 1955: 12, l7). En un punto su grupo perdió el rumbo
y se envió a la orilla a cinco Jfvaros para que vayan en busca de
direcciones. Ellos se aproximaron a un poblado Encabellado donde todos
excepto uno fueron rodeados, muertos y degollados con hachas de
piedra. El único sobreviviente escapó al rfo y advirtió a la expedición.

El 15 de Julio de 1683 se expidió una Cédula Real que dio a los


Jesuitas derechos exclusivos para misionar a los indios del Napo y del
Aguarico,limitando a los franciscanos al Putumayo (Chantre y Herrera
1901: 316). La actividad de los Jesuitas entre .los Encabellados llegó a su
apogeo en el perfodo comprendido entre 17ú y 1769. Se fundaron no
menos de diecisiete misiones en el Aguarico y en el Napo (ver Figura 2).
Los Jesuitas encontraron a los Encabellados dispenados en pequeños
poblados lejos de los rfos principales. Como el número de misioneros fue
siempre muy pequeño y el tenitorio era grande, ellos pasaban mucho de
su tiempo viajando. Su historia es un record de idas y venidas entre las
diferentes misiones y viajes a la selva para buscar nuevos grupos de
Encabellados de los que se tenfa mticia- La estrategia consistfa en llevar a
los indios desde sus pequeños y dispersos poblados en la selva y
concentrarlos en aldeas o reducciones a lo largo de las orillas del Napo
y Aguarico, para facilitar su catequización

63
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Los padres Jesuitas eran hombres tenaoes que soportaban grandes
fatigas para ponerse en contacto con los Encabellados y motivarlos para
rcubicar sus poblados. Frecr¡entemen¡e viajaban muchos dfas por tierra a
través de bosques y pantanos en busca de grupos de los que habfan
hablado onos Encabellados con los que se habfan puesto en contacto
previamente. Los Jesuitas tenfan mucho éxito en lograr esto, perc
fallaban a la larga porque no podfan vencer las fuerzas centrffugas que
tendfan a separarlas reducciones.

Cada poblado Encabellado individual bajo su jefe, o /fili ba?ikV,


temfa la hechicerfa de ouos Encabellados. Cuando los Jesuitas intentaban
juntar a dos grupos en una reducción, algunos jefes se negaban al
momento. Los padres eran rfgidos en su apego a la doctrina, pero
pragmáticos al uatar con problemas que no podfan controlar. Ellos
permitfan que los grupos recalciuantes fomraran poblados individuales
junto a los rfos, con la espemnza de que eventualmente pudieran ser
persuadidos a unine a las reducciones principales.

Las misiones de los Encabellados eran notables por su


inestabilidad. La gente hufa de ellas a la menor dificultad o provocación.
Un problema mayor era la creciente sucepübiüdad a la enfermedad en las
reducciones, y el hecho de que los Encabellados crefan que la mayorfa
de las enfermedades eran el resultado de hechicertt. La disciplina
impuesta por los Jesuitas y sus asistentes t¿mbién causó dificultades. El
episodio más significaüvo de est€ tipo ocunió cuando el jefe Curazaba
intentó escapar de la misión de San Miguel pero fue detenido por el padre
Francisco Real:

... Curazaba, trátase de escapar al monte con toda su familia.


Quiso disimular la retinda con el pretexto de un puro paseo con
apariencias de que volverfa; mas no pudo encubrir su verdadera
determinación de marpn que un niflo de la escuela no descubriese
las diligencias y prevenciones que hacfa para llevar la familia.
Como esta gente inocente, es siempre fiel al misionero y entra con
celo en las ideas de su maest¡o fue volando al misionero y le avisó
de la resolución cierta de Curazaba. Procuró el padre disuadirle con
todos los modos que supo y pudo el viaje; perc como nada hiciese
mella en aquel duro corazón, se determirú a quitarle la herr¿mienta

65
que le habfa dado, advirtiendo que no se le dejaba el instrumento
por querer rcüra¡se al monte; pero que se le volverfa a dar después
de pocos dfas, sin ellos daba pruebas de desisür de su intento
(Chantre y Herrera l9ol:392).

Frustrado su intento de fuga, Curazaba empezó a usar su influencia


contrael sacerdote, denunciando que alos indios se les estaba enseñando
quichua en la escuela de la misión para que pudieran ser vendidos como
esclavos. Et 4 de enero de 1744,Curazaba y sus seguidores lancearon al
padre Real y a sus dos asistentes, profanaron los objetos religiosos de la
capilla, quemaron el pueblo y regrcsaron a la selva.

Habiendo ofdo de la muerte del padre Real, y temiendo un castigo,


los Encabellados de las misiones de Nombre de Jesús, San Pedro,
Soledad de Marfa, Santa Teresa, Corazón de Marfa, Mártires del Japón y
San Estanislao también huyeron (Chant¡e y Herrera l90l: 396). Solo la
gente de San José, San Luis Gonzaga, San Bartolomé de Necoya, San
Juan de Paratoas y Santa Marfa de Guayoya pennanecieron, debido
principalmente a los esfuerzos del padre Joaqufn Pietragrasa. La tenacidad
de los Jesuitas es evidente en el hecho de que el experimentado, aunque
enfermizo, padre Martfn Iriarte regresó de una convalecencia y asumió la
tarea de intentar restablecer las misiones perdidas. El era el rÉnico que
hablaba fluidamente el lenguaje Encabellado entre los misioneros jesuftas
(Chantre y Herrerra 1901: 398). Iriarte logró algo de éxito, pero las
misiorps nunca alcanzaron su apogeo anterior.

Desde 1746 a 1750 no hubo sacerdotes activos en las misiones,


dejando su rcsponsabilidad en manos del hermano Sánchez, quien intentó
forzu a los indios de San Bartolomé a repoblar San José, y envió a niños
Encabellados a pueblos españoles establecidos, tales como Archidona,
para que vayan a la escuela. Los Encabellados se resistieron a estas
polfticas y las misiones declinaron.'Por 1769 quedaban solo dos misiones
de Encabellados @scobar y Mendoza 1769:60 citado en Steward 1948b:
740).

6
El Siglo Diecinueve

La historia registrada del siglo diecinueve es escasa en comparación


con la del Dieciocho. Hubo poca actividad misionera durante este
perfodo, y las únicas fuentes históricas son los relatos de viajeros
ocasionales. El tenitorio de los Encabellados era esencialmente el mismo,
pero los forasteros se referfan ahora a eüos como los Piojé. El geógrafo
Villavicencio visitó el área en los años 1850 (1958:: 175) y los encontró:

... viviendo de tornrga y vaca marina en el bajo Aguarico. Los


Anguteras vivfan al lado izquierdo del rfo Napo, abajo del rfo
Aguarico, donde cultivaban yuca y plátano. Los del Santa Marfa
estaban pacffica e indusuiosamente sembrando productos agrfcolas
y comerciando hamacas y zarzapanlla (Steward 1948b: 740).

El inglés Simson viajó mucho por el Napo y el Putumayo y


describe asf a los Piojé:

Los Piojé del Napo son, por supuesto, Aucas; pero aquellos que
han estado en contacto con comerciantes - a quienes ellos proveen
de hamacas a cambio de lienzo, cuchillos, etc. - niegan este tftulo,
diciendo, "Auca no ! Santa María runa, Cristiano!" (No
auca! hombre de Santa Marfa, Cristiano!). A la llegada de extraños,
su primera acción es generalmente señalane la nariz con el fndice,
y soplar y aspirar por las fosas nasales para mostrar su limpieza y
que están libres de catarro, mientras dicen, " Huairahué,
huairahué" (Gripe, gripe); porque después de la viruela, no hay
enfermedad que ellos, y también la mayorfa de los indios, teman
más que la gripe y la influenza. Si ellos notan signos de la
afección, o estomudos en sus visitantes, ellos se alarman; si los
estomudos se repiten ellos escapan...

La vestimenta de los hombres consiste de una especie de bolsa o


camisa... que llega hasta abajo de las rodillas, mientras las mujeres
usan una banda de fibra de chambira tejida, de ocho pulgadas de
ancho, alrededor de las quijadas, estando el cuerpo casi totalmente

67
pintado. Los adomos son plumas y collarcs de colmillos de
jaguan, pecal y mono (1886: 193-195).

En el Si$o Decinueve, el contacto de los Encabellados con el


mundo exterior se dternaba enüe los esfuerzos misionales de los Jesuitas
y el tráfico esporádico con comerciantes de rfo, intercambiando productos
forcstales y hanacas por herramienüs de hierro, ropa y ouos artfculos
manufacturados. Ellos eran arln considerados Aucas (salvajes), estaban
todavfa en guena con los Awistriras (Simson 1886: l9Z), y segufan
plagados de enfennedades int¡oducidas por los blancos.

El Período Moderno (190-Presente)

Los hectps del Siglo Veinte han trafdo a los Tukano Occidentales
del Aguarico y del Napo a r¡n contacto cada vez mayor con el mundo de
afuera. Ha habido tres fases de contac¡o algo sobrepuestas. La primera
fase, la del boom del caucho, que empezó alrededor de la vuelta del siglo
y disminuyó por los años 20, pero que dejó un sistema de deuda en peo-
nes que afectó a algunos Secoyas hasta los años 40. La segunda fase fue
la de la renovación de la actividad misionera de 1955 por el Instituto
Lingiifstico de Verano (II-9. La fase de contacto más reciente se deriva
del boom del petróleo que empieza en 1968, y de la construcción
posterior de la carrctera en la cuerrca del Aguarico y de la colonización que
ha seguido a la misma.

La Fase del Caucho

El boom del caucho fue un desastrc de enormes proporciones para


los indios del Amazonas. Decenas de miles murieron como resultado de
ser forzados a la semiesclavitud como recolectorcs de caucho y a causa de
la enfermedad. Hardenburg (1912) describió las atrocidades comeridas
contra la gente indfgena del hrtumayo, pero hay poco material publicado
sobre el Aguarico y el Napo en este perfodo. Langdon señala que el
choque de la explotación en el Putumayo recayó sobre los Boras y
Huitotos, pero que las t¡ibus T\¡kano-Occidentales también sintieron sus
consecuencias:

En general,los Sionas que vivfan en las regiones m:fs altas de su

6E
teniorio rrc gustaban del sistema de pauonazgo, y prcferfan sr
libertad, pero las actividades de rccolección de car¡cho afectó m:ls a
aErellos que vivfan corriente abajo, particularmente a la trih¡ Oyo y
a los Makaguajes. Las historias orales de los Sionas incluyen
relatos de recolectores de caucho y de sus crueldades... un
recolector... se llevó sesenta adultos de la tribu Oyo de Montepa a
Peni debido a deudas que ellos tenfan con é1. No se volvió a oir de
ellos, ycon su partida forztda, la tribu Oyo llegó casi a
extinguirse. La rccolección de resinas conünuó por toda el área
hasta mediados de los años 20. Mas atln, ningún indio, haya
trabajado o no para el hombrc blanco, pudo escapar a las
consecuencias de la creciente importancia de la región del
hrtumayo (1974:37).

Los Sionas y Secoyas de hoy pueden asimismo recordar detalles


del perfodo del caucho que les han relatado sus padres. Los patrones se
estableciercn en el Napo, justo abajo de la desembocadura del Aguarico,
y explotaron a los indios muy directamente en esa área general
(incluyendo a los Secoyas del rfo Santa Marfa y de sus tributarios). Los
Secoyas mayo¡es recuerdan a sus padres rccolectando caucho para un
patrón llamado "Karamuna Paco", quien supuestamente era un español
que vivfa en Pantoja (en la confluencia del Aguarico y el Napo).
Irónicamente, los hijos de los Secoyas que trabajaron para este patrón
ven a esa época con cierta nostalgia, señalando que la ropa, el jabón y las
municiones podfan adquirirse más baratas en esos dfas. Según Femando
Payaguaje, el /inti ba?iki/ o shamán-jefe de Shushufindi, su padre
trabajarfa por aproximadamente un mes localizando y cortando árboles de
caucho para hacer una pelota de caucho que pese dos arrobas
(aproximadamente cincuenta libras)6. Esta se cargaba por tierra hasta

ó. l¡s informantes insisten en que los órboles de caucho eran derribados, sus
tronoos cortados, y el látex recogido en hojas dobladas. Esto contrasta con
el método estr¡d¡ descrito por Wagley (1964: 83-86) en el cud el
¡ecolcctor estable¡e rm¿ scr¡d¡ que cubre dos veces d dla, sangra los árboles
en la ma¡'ima y reeoge el c¿who c¡r l¡ t¡rde. Wagley otserr¡a que cl rnéodo
del tumbe se us¡ para especies tales como la b¡let¡ (MenllLurr

69
Panto.ja y podfa ser intercambiada por algo de ropa y municiones, pólvora
y fulminantes, o por una escopeta de manufactura barata que se carga por
la boca.

En la década de 1930los Secoyas cayeron bajo el dominio de un


patrón que ellos recuerdan como "Mauricio David" (su verdadero
nombre fue Mauricio Levi). Cecilio Piaguaje estima que él trabajó para
este hombre por quince años, cortando árboles, limpiando pastas, y
cultivando arrr;,z,mafz y huertos de plátanos. El describe el trabajo como
"inacabable", y dice que incluso tenfa que pedir permiso al patrón para ir a
la selva a cazar. Se le pagaba una cushma o /tru?ika/ por cada año de
trabajo Qa cushma es una prenda de vestir parecida a una núnica, que
usan los hombres). Este relato es corroborado por Femando, quien dice
que todos los hombres Secoyas trabajaban para "Mauricio David", y que
todas sus chacras eran muy grandes.

Los Sionas de más arriba del Aguarico, también recuerdan los


relatos de sus padres que recolectaban caucho, pero parece que sus
patrcnes fueron peruanos y colombianos que les hacfan visitas periódicas
en lanchas. Simón Piaguaje dice que su padre recogió caucho para un
"Sr. San Miguel" del Napo y para un "Sr. Tera" (¿Terán?), que era un
colombiano. A él se le pagaba un hacha, una camisa y un par de
pantalones por cuatro años de trabajo. Si los indios no trabajaban, eran
castigados y amenazados con la prisión. Testimonios de vida indican que
algunos Sionas del Aguarico podfan mantener un cierto grado de libertad
del control de los patrones. Según Simón, aquellos que no deseaban
trabajar penetraban más en la selva y hacfan allf sus huertos.

Los Secoyas se enojaron bajo las condiciones que les impuso su


patrón en Pantoja. Alrededor de 1940los Secoyas fueron visitados por
Sionas del Cuyabeno que estaban emparentados con ellos. En las palabras
de Alejandro Payaguaje, uno de los Sionas que hizo el viaje:

El padre de Femando era de un lugar un poco rlo abajo desde


bldentada), antes que para un verdadero c¡ucho (Hevea brasltlensls),
que no se encuentra en muchas ¡i¡eas del Alto Amazonas (comunicación
personal).

70
Cocaya. El bajó a vivir donde los Secoyas... No habfa peruanos.
Más tarde llegaron los peruanos. El padre de Femando era el
hermano de mi madre... trabajando todo el dfa, sin ganar nada.
Ellos se decfan, "VaÍlos a Cuyabeno". Los peruanos no dejaban
pasar por el rfo. En Casta¡1a, más de dos vueltas abajo de /bi? ikiya
(Lagarto Cocha), hay una trocha que va a /sekoya/. David y
Josecillo vinieron juntos, más adelante vino Femando. Yo fui a
/sekoya/ una vez.

En 1941 se declaró la guerra entre Ecuador y Peni por una disputa


de lfmites, y los peruanos utilizaron el Napo como r¡na ruta de invasión.
Femando relató los hechos de la guerra y de la emigración subsiguiente
de una parte de los Secoyas de Cuyabeno:

Guerra... vivimos en la selva... ofmos ta...ta...ta...


(ametralladoras). A mediodfa Pení estaba ganando... llegando a la
boca del Aguarico, también del Coca. Mauricio (el patrón) dijo,
"Ahora no hay ecuatorianos". Los peruanos estaban viviendo en la
desembocadura del Cuyabeno y el Coca... despejando chacras...
haciendo pastos. Después regresaron a Pantoja para empezar bien
(la paz).

Mauricio pidiéndonos trabajar... pero no nos pagaba... mucho


trabajo. Después de cuatro meses me da una pieza de tela para mi
mujer, dos ollas, hilo, una camisa... nada más. Asf es como
pagaba Mauricio. El me roM... me roM.

Mi padre murió, muerto por dardos de chonta. Esto me


entristeció. Yo dije; "Yo soy un ecuatoriano". Alejandro fue mi
"hemano" /y i a? y i/. Yo dije, "Vamos a tu üerra". Y el padre de
Bolivar fue mi "abuelo" /yi ñeksl. Nosotros hicimos una trocha, un
camino largo, que salió a flémitya/,un ramal del Aguarico abajo de
Lagarto Cocha. Nosotros ascendimos el /sekoya/ en canoa y
entonces tomamos la trocha y salimos a Lagarto Cocha. Alejandro
y el padre de bolfvar me llevaron. Nosotros subimos por el
Aguarico y entonces entramos en el Cuyabeno. Primero fueron
David y Cesario; mis hermanos... A mf me dejaron solo. Allf
permanecf... nosotros vivimos en la selva. Nosotros le dijimos
que lbamos a busca¡ /wánsoka/ (un producto de la selva).

7r
El regresode dos Misioneros

En 1955, Orville Johnson, un miembro del Instituo Lingtifstico de


Verano (ILV) se puso en eontacto con los Sionas y Secoyas que vivfan en
el Cuyabeno. El se estableció allf con su familia y construyó una pgqueña
pista de atenizaje con la ayuda de los indfgenas, que le permitfan
rcabastecerse desde Limoncocha, el campo base del ILV en Ecuador. La
disponibilidad de tratamiento médico y la escuela de Puerto Bolfvar en el
cuyabeno condujeron al crecimiento de la aldea, al ser atrafd¿rs por estos
servicios las famiüas sionas desde el Aguarico. se estableció otra escuela
en Shushufindi, pero se cerró después de 1970, y la mayor parte de la
comunidad emigró a Puerto Bolfvar. Luego, en 1973,la mayor parte de la
gente del Cuyabeno empezó a emigrar a Shushufindi, y solo quedaron
ocho casas en Puerto Bolfvar. En 1968 Johnson habfa visitado a los
Secoyas del Santa Marfa, a los Angoteros del Yubineto, y luego viajó al
Angusilla donde vivfan mils Secoyas. Etr 1973 &cilio Piaguaje continuó
esta visita yendo por tierra desde el Aguarico hasta el Angusilla para
reunirse con parientes e invitarlos a mudarse a Shushufindi. Como
resultado de estas conecciones, hubo inmigrantes Secoyas y Angoteros
que üegaron a Shushufindi a lo largo del perfodo de estudio, desde
octubre de 1973 hasta Marzo de 1975.

El Boom del PetróIeoy Ia Colonización

En 1967 un consorcio de las compañfas petroleras Texaco y Gulf


descubrieron reservas grandes de petróleo al nororiente de Ecuador.
Siguiendo la ubicación de los campos de Lago Agrio y Shushufindi, la
Texaco-Gulf empezó la construcción de un oleoducto de 318 millas desde
el puerto del Pacffico de Esmeraldas, que va por sobre los Andes y baja a
la selva. Este conducto empezó a operar en Julio de 1972 y tiene una
capacidad de 250.000 baniles pordfa. Se constnuyó una carretera paralela
al oleoducto desde Quito - Lago Agno - Coca, y el área se ha convertido
en un foco de actividad al haberse mudado a la región compañfas
petroleras, trabajadorcs, negociantes y colonos.

En 1972 hubo compañfas petroleras activas en Ecuador (Cabezas


1972: l3l). Para mantener las actividades de exploración, se instalaron
campamentos en varios lugarcs del Aguarico y del Cuyabeno, y la

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mayorfa de hombres adultos Siona-secoyas fueron empleados, más tarde
o más temprano, aunque generalmente por solo un mes o dos a la vez.
Ellos generalmente trabajaban despejando los lugares para los
campamentos, construyendo oficinas y alojamienos para dormir, y
limpiando trochas a través de la selva. Ellos ganaban V.25-30 ($ l,0G
120) diarios más la comida. Las horas eran largas y las condiciones de
vida duras, pero la comida era abundante. Los indios se deleitan en contar
las voluminosas cantidades de armz, papas y came en oonserva que les
daban y cómo los cocineros de la compañfa tiraban al rfo la comida
sobrante. Después de un mes o dos, sin embargo, los indfgenas se
cansaban de la monótona rutina y de estar separados de sus familias. Se
preocupaban del estado de sus huertos, y de si sus mujeres e hijos
estabanteniendocamepara comer. Habiendo ganado s/. 1.000-2.m0 (S
40-50) con que comprar ropa, municiones, ollas e hilo de pesca,
regresaban a sus hogares.

A pesar del golpe de cuatrocientos años de contacto con la


civilización de los blancos, la comparación de las primeras descripciones
de los Encabellados con los Sionas y Secoyas de hoy rcvela un notable
grado de continuidad cultural. Una delas principales razones para esto es
el hecho de que su sistema de subsistencia dio rcalce a una forma de
organización social basada en unidades pequeñas y rclativamente
autónomas son una capacidad inhercnte de separación y movilización.
Esta movilidad es más evidente en los aspectos centrales de la cultura:
subsistencia, patrón de asent¿miento, parentesoo, y visión de la religión y
del mundo. La aculturación, también ha sido importante, especialmente en
términos de cultura material, tipo de casa, y penetración de nuevos
valores reügiosos. El proceso de aculturación y su influencia en los
diferentes aspectos de la cultura Siona y Secoya será examinada en
capftulos posteriores. A pesar de la tremenda baja de la población total
debida a las tensiones del contacto, algunos grupos locales han
sobrevivido y su modelo culnrral b¿lsico ha permanecido viable.

Otro factor en la sobrevivencia de la cultura Siona y Secoya es el


hecho de que las presiones de aculturación que ellos n¡vieron que soportar
no fueron tan intensas como las de otras áreas de la Amazonfa. Los
Sionas del Putumayo, que son parientes cercanos de los Sionas y
Secoyas del Aguarico y comparten tradiciones culturales similares, están

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considerablemente más aculturados debido a una exposición más
penetrante a las influencias de afuera. Hoy, solo uno o dos de sus
ancianos usan cushmas, sus niños utilizan el español como primera
lengua, sus shamanes estár muertos y la ceremonia yagé ya no se lleva a
cabo. A pesar de esto, Langdon pudo recoger un excelente material sobre
el sistema simMlico Siona, pero ella t€me que la próxima generación
"pueda no conocer nunca los mundos gloriosos de sus antepasados"
(1974: t1).

Los Sionas y Secoyas de hoy encaran a la mayor amenaza que han


tenido hasta ahora para su sobrevivencia como cultura: la ocupación de
su territorio por colonos de otras regiones de Ecuador y su asimilación
dentro de la cultura mestiza. Históricamente el gobiemo ecuatoriano no ha
percibido las necesidades de las comunidades indfgenas del Oriente y no
ha tenido una polfüca coherente para tratar con ellas. En el perfodo de este
estudio (1973-75) los esfuerzos del gobiemo para proveer sewicios tales
como el registro de tftulos de propiedad de las tierras, el crédito a
agricultores, tratamiento médico y educación estaban centrados en
comunidades de colonos a lo largo de las carretems de penetración. Los
evenüos en el Oriente, después de 1975, han cambiado la situación actual
de los Sionas y Secoyas, y especialmente en relación a sus derechos
territoriales. El epflogo (capftulo XI) presentará una discusión breve de
estos eventos y su importancia.

75
CAPITULO Iv
TECNOLOGIA DE SUBSISTENCIA
HORTICULTURA

Introducción

El alimento está entre las necesidades más básicas de toda


sociedad. En pafses industrializados, los mecanismos para proveer de
alimento a la gentg son complejos y generalmente indirectos. En las
sociedades primitivas ellos son inmediatos. A excepción de los
informantes y de la gente muy anciana, casi todos participan en la
recolección de comida o en actividades de producción. Los patnones de
adquisición de alimento varfan de acuerdo al clima, la naturaleza de la
tierra,las plantas, animales, y de acuerdo a la tecnologfa y conocimientos
disponibles. Cada modo de actividad económico üene requerimientos en
términos de la labor humana que debe realizarse si es que ha de
funcionar. Es decir, si un medio de pocurane alimento ha de sustentar a
un grupo, el comportamiento de los miembrbs de dicho grupo debe
organizarse de manera que puedan realizarse las actividades vitales a ese
modo particular. Esto no quierc, decir que solo puede haber una respuesta
culn¡ral a los requerimientos de organización de cualquier tecnologfa de
subsistencia, sino que simplemente es una decla¡ación del hecho de que
las actividades económicas de una sociedad tienen una influencia
profunda en la naturaleza de la cultura como un todo. Este capftulo,
presenta una descripción de la horticultura Siona Secoya, y los capftulos
posteriores tratarán de La caza, pesca, y recolección como medios para
explotar los recursos alimenticios silvestres, y evaluarán sus
contribuciorps relativas a la dieta de la gente. Las descripciones de estas
acüvidades también están destinadas a dilucidar el patrón de la conducta

77
asociada con la obtención de comida, y en los capftulos siguientes verá el
rastro de las influencias de este patrón sobre la religión, organización
social y adaptación culn¡ral.

La más importante actividad de subsistencia es la horticultura.


suministra más calolas que la caza, pesca, y recolección. Aunque la
estructura de la sociedad siona-Secoya no es muy complicada, serfa un
error caracterizar el conocimiento de las personas por su ambiente y sus
habilidades de adaptación como "simples". Loi sionas y Secoyas
practican una forma de culüvos altemos, referido como "roza-y-quema',.
Lapráctica regular es llevar un ciclo en que lo huertos son abandonados
después de algunos años de producción y nuevos huertos son puestos en
producción. El sistema no funciona al azar, sino que sigué un ciclo
entendido y regulado.

Para preparar la tierra para el cultivo, el bosque tiene que ser


cortado. Los despojos son usualmente quemados, aunque no siempre,
después de un perfodo de sequfa, durante la temporada de "verano"
(diciembre-enero). casi todas las chacras tienen una mezcla de cultivos.
Esto incluye la plantación de especies con diferentes caracterfsücas
estructurales para que haya efecto en las capas, desde el subsuelo a la
superficie, hasta el nivel más alto del huerto. podemos hablar de
"estratos" en la chacra como en el mismo bosque tropical, y por supuesto
fiecuentemente se ha observado que la estructura del sistema policultivos
de roza y quema imita la complejidad del bosque tropical @appaport
l97l). Esto es significativo, porque el suelo está protejido por la
estratificación de las plantas protegiendo el suelo de las fuertes lluvias y
los rayos directos del sol.

Tubérculos como la yuca (Manihot esculenta), camote


(Ipomoea batatas), ñame @ioscorea spp.), y malanga (Xantho-
soma sp.) asf como el manf (Arachis hypogaea), crecen bajo la
superficie del suelo. uno o dos metros sobre la superficie están:el mafz
(Zea mays), la caña de azricar (Saccharum officinarum), y la piña
(ananas comosus). Más arriba se encuentran los plátanos y las
bananas (Musa paradisiaca), y papaya (Carica papaya), y
finalmente las plantas altas de los huenos, como la palma de chontaduro
(Bactris gasipaes) y los arboles de guabas (Inga spp.).

78
Los huertos de los Sionas y Secoyas acnralmente no están hechos
comunalmente, ar¡nque hay indicaciones que 1o fueron en el pasador.
Generalmente, los miembros de cada casa hacen sus propias chacras,
aunque habfa el caso de un extenso grupo famiüar haciendo un huerto de
cuatro hectáreas en Shushufindi en 1974. No todos los huertos son
iguales. Se diferencian en tamaño y contenido, de acuerdo con los deseos
e intereses del cultivador y la disponibilidad de la semilla, recortes de
yuca e hijuelos de plátano.

Los huertos más complejos de los Sionas y Secoyas son los


pequeños jardines cerca de las casas. Se ümpia un patio de tiena /wi?é
raripi/ alrededor de cada casa. Dentro de este patio y en las cercanfas de la
casa, hay gran variedad de plantas, incluyendo muchas plantas
medicinales, flores y otras plantas omamentales, o condimentos como ajf,
(Caspicum spp.) y culantro (Coriandrum sativum), asf como
productores de comida (en apéndice 5 aparece el inventario de cultivos
del poblado de Shushufindi). Partes de losjardines alrededor de las casas
son semilleros para nacer plantitas que después serán tnsplantadas en los
huertos distantes (p.e., de la palma de chontaduro).

Cuando los poblados se mudan, la gente limpia sitios pequeños


para la casa y un huerto adyacente. Hace una choza provisional o /ari
wi?é/ ("casa pequeña"), cerca de la orilla del rfo, mientras se adelantan
los trabajos. La construcción de la casa completa, lhai w{|é/ ("casa
grande"), es de importancia secundaria respecto a la limpieza y siembra de
huertos. Algunas familias en Shushufindi vivieron en su /ari wi?é/ por
más de un año después de su llegada, mientras otras las abandonaron en
los tres meses siguientes. No hay dos huertos caseros exactamente
iguales. En inventarios hechos de cuatro huertos caseros, el número de
variedades de plantas iba de 39 a79. Lo que contiene un huerto caserro

Los miembros de una extensa familia parilineal y patrilocal, o lhu wtlél,


cooperaban por lo general con las labores de la horticultura hasta tiempos
comparativamente recientes. Antes de la introducción de hemamientas de
hierro, nna organización comunal como l¿ ll:.pli-wí!él habrá sido un medio
efectivo de compartir l¿ difícil labor de limpiar huertos nuevos.

79
varla con el tiempo, al poner plantas nuevas y perder plantas antiguas.
Estos cambios pueden serbastanrc dram¡fticos al poder ser despejada toda
el árca de un patio en un dfa, dejando solo la tierra desnuda Un huerto
caserc fi¡nciona principalmente oomo una farmacia, una pequeña tienda,
un esü¡nte de especias, y ü incubador. Cuando alguien üene dolor de
cabza o una ücera en la boca...,las plantas medicinales adecuadas están
a solo unos pasos de distancia. Y cuando los niflos üenen hambrc,
pueden oomer una papaya, una rhlú oawika/ (Solanum tequilense), o
un trozo de caña de azúcar sin molestar a un adulto. Igualmente, la
prcximidad del semillero permite al jefe de la casa mantener una estrecha
vigilancia sobrc los retoños de zus chontas (iusto debajo de los pilotes de
la casa elevada). Las plantas cercanas de ajf (Capsicum spp.), culantro
(Coriandrum sativum), jengibre (Zingiber officinale) y camote
(usado para endulzar la bebida de yuca conocida como /a?so k6nó/)
proveen los condimentos de la casa. El plátano y la yuca también se
plantan en el huerto casero, pero su cantidad es pequeña, comparada con
la que crece en los hueftos de afuera, y no es suficiente para sostener a
una familia por un largo perfodo de üempo.

La ubicación de los huertos distantes depende del terreno y de la


disponibiüdad de tierra adecuada para huertos. En el rfo Cuyabeno, los
huertos estaban limitados a unos pocos bancos de üerr¿ en varios lugares
a lo largo del rfo, y la gente viajaba hacia o desde ellos, en canoa. En
Shushufindi, en el rfo Aguarico, hay terreno considerablemente alto detrás
de las casas Qejos de la orilla del rfo), y esta árca fue la que primero
se eligió para huertos en 1973, junto con unos pocos huertos que se
hicieron en la orilla opuesta a la aldea. Hacia finales de l974,la tierra
detrás de la aldea habfa sido despejada hasta 400 metros tierra adentro, y
la gente estaba eügiendo nuevos lugares rfo abajo y hacia aniba del
pequeño tributario lwtliyal que está en la orilla opuesta de la aldea (ver
Fig. a).

Selección del lugar

La tierra que está en la cuenca del Aguarico no es homogénea. Hay


variaciones en las condiciones del suelo, elevación, desagüe, y
asociaciorps de la flora y todas esus son tenidas en cuenta por los Sionas
y Secoyas cr¡ando buscan nuevos lugarcs para huertos. Las distancias de

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viaje ylo la accesibilidad a corrientes navegables también son factores
importantes en la elección de un lugar. El modo de utilización real de la
tierra puede variarconsiderablemente de acue¡do a la opograffa alrededor
de un poblado dado (mtls tarde examinará la dife¡rncia entrc los lugares
de Shushufindi y los de Cuyabeno).

La elección del lugar puede ser descrita como perteneciente a dos


grandes clases:

l. El buscar huertos nuevos alrededor de un poblado existente; y

2. La blisqueda mils prolongada de lugares para nuevos poblados con


tierras adecuadas para horticulnrra.

En el primer caso, la expansión de tierras para la horticultura no es


un simple crecimiento de zonas concéntricas desde el oentro del poblado.
La distribución real de los huertos raramente toma esta forma debido a la
diferencia de elevación, desagiie y flora; como también a la presencia de
rfos y conientes. La segunda clase de elección de lugar, es en realidad,
una forma de migración determinada por un complejo conjunto de
factores ecológicos y sociales.

Suebsy npogrffi
La clasificación de los suelos no es u¡ro de los aspectos más
desarrollados de la cr¡ltura Siona-Secoya, y no es ni de cerca tan complejo
como el de roza-y-quema de otros horticultores como los Kekchis de
Guatemala (Carter 1969). La mayor parts de las clasificaciones se hace en
base al color y la textura. Los Sionas y Secoyas asocian cada clase de
suelo con condiciones topográficas especfficas, y más particularmente con
el drenaje. Las clases básicas de terreno y las descripciones naüvas son:

1. /dayawi yihá/ ("tierra hlmeda"). Estas son tierras oscunas, de ¡i¡eas


pobrcmente drcnadas que tienen agua permanente durante la estación
lluviosa- No son adecuadas para cultivos.

2. lnea yihál ("tierra negra"). Estas son tierras oscuras de áreas


húmedas bajas, pero con suficiente drcnaje como para impedir el agua

82
pennanente. Estas tierras se consideran buenas para sembrar malz,
plátano y arroz (un producto recientemente introducido), pero son muy
húmedas para la yuca.

3. /meha yihá/ ("tierra arenosa"). Estas son tierras arcnosas de color


castaño claro con buenas caracterfsticas de drenaje. Fllas son las tierras
prcferidas para el cultivo de la yuca, y también se consideran adecuadas
para el mafz, el plátano, la chonta y otros productos de huerto.

4. lma ythál ("tierra roja"). Estas son las üerras rojas arcillosas de
colinas y riscos. Pueden ser usadas para el mafz y el plátano, perc se
consideran "demasiado duras" para el cultivo de la yuca.

5. /kina kurewV. Estas son üerras rojas muy duras, que se dice son
"como ladrillo" y no son adecuadas para el cultivo

6. /soto yitrá/ ("tierra arcillosa"). Estas son üerras bastante arcillosas


que son inadecuadas para el culüvo.

7. /bohiko soto/ ("arcilla blanca"). Una clase especial de arcilla


blanquecina que se ut'rliza en la alfarerfa.

8 lanaka yihá/ Una arcilla color amarillo oscuro que a veces se


encuentra en las orillas de los rfos y se usa para pintar diseños en las
ollas.

Cada categorfa de tierra comprende ciertas caracterfsticas de


elevación, drenaje, densidad y cubierta forestal, incluso cuando son
nombradas solo por su color o texua (en el Apéndice 2 se presenta un
análisis de laboratorio de muestras de tierras tomadas en cuyabeno y en
Shushufindi).

Como se ha visto, el examen de tierras está fntimamente


relacionado con la topograffa. Los términos para los tipos opográficos
importantes en el hábitat de los Sionas y Secoyas son:

l. lsituü, Areas pantanos¡rs que nunca se seca¡L

83
2. ldayawil("pantano"). Areas bajas de la selva que usualmente son
muy lodosas. Durante la estación lluviosa hay agua en estas áreas, pero se
pueden secar algo durante la estación seca.

3. /né?é dayawi/ ("pantano de la palma Mauritia"). Estas son áreas


pantanosas que supuestamente nunca se secan y tienen palmas del género
Maurit ia como vegetación diagnóstica (nombres vemáculos son
"canangucho" y "morete').

4. lpa?pa dayawi/ ("pantano de la palma pa?pá") Estas son áreas


pantanosas que üenen palmas /pa?pá/(especie no identificada; se usan
para techar) como vegetación diagnóstica. Se dice que son algo más secas
y mejor drenadas que las rtré?€ dayawi/.

5. /sewa yihá/ ("tiena de la palma Phytelephas). Estas son áreas


relativamente bien drenadas que son caracterizadas por las palmas del
género Phytelephas (yarina, en el español local). Se dice que se
encuentran en grupos redondos de unos 200 metros de diámetro (el
nombre vemáculo es "yarina").

6. /gósa yihá/ ("üerra de la palma Jessenia"). Areas bien drenadas y


colinas que tienen palmas del género Jessenia como vegetación
diagnósüca (el nombre vemáculo es "ungurahui").

7 lbéné yihá/ ("tierra Inga"). Estas son áreas donde los árboles del
género Inga (guabas) constituyen la vegetación diagnóstica.

8. /aikünti/. Montes o colinas. La vegetación es de selva lluviosa


primaria y el tipo de suelo es fiecuentemente lmaylhál o "üerra roja".

9. /tutupi yihá/ ("tierra del bejuco"). Hay áreas donde la vegetación


dominante consiste de formaciones densas de bejucos. La asociación
/tutuÉ yihá/ puede encontrarse en la selva o a lo largo de las márgenes de
los rfos, e incluye algunos árboles. Debido a que la energfa del sol pasa a
los niveles más bajos de estos matorrales o bejucales, estos son muy
densos y diffciles de penetrar, por lo que los senderos generalmente los
rodean. Segrin los informantes, estas áreas üenen una población animal
alta.

u
10. /mehawi/. Estas son riberas; a lo largo del río Aguarico se
caracterizan por macizos de caña brava (Gynerium saggittatum) y una
variedad de guineo pequeño "orito" (Musa sp.) que brotan de hijuelos
llevados por las corrientes del rfo.

EI Proceso de Selección

Los lugares para poblados se seleccionan en base a su conveniencia


para horticultura, potencial de cazay pesca, disponibilidad de especies de
plantas silvestres necesarias para manufacturas artesanales y materiales de
construcción, y a factores sociales, tales como la presencia o ausencia de
otras poblaciones humanas. Los Sionas y Secoyas no salen de expedición
con el solo propósito de localizar tierras nuevas. Ellos han ocupado el
mismo territorio general en las cuencas de los ríos Aguarico, Napo y
Putumayo por al menos 400 años (y probablemente mucho más), y sus
migraciones registradas han sido de un punto a otro dentro del mismo
territorio. Sus mitos y tradiciones orales están repletos de nombres de
lugares de ríos, lagos y mojones prominentes de esta área. Por eso, los
Sionas y Secoyas tienen un conocimiento general de todo su territorio,
incluso de los lugares que no han visitado personalmente. Ellos viajan
frecuentemente a través de su tenitorio en viajes de caza y recolección -v
para visitar a los parientes. Es en uno de estos viajes que ellos realizan un
reconocimieno de la tiena y de su potencial.

Cuando los Sionas y Secoyas reubican sus poblados,


frecuentemente lo hacen en lugares que han sido habitados anteriormente.
Esto no quiere decir, sin embargo, que ellos despejan solo vegetación
secundaria, porque si Ia nueva población es mayor que la anterior, ellos
pueden despejar áreas importantes de selva primaria (este fue el caso en
Shushufindi).

Cuando está tomada la decisión de reubicar la aldea, los hombres


hacen varios viajes al nuevo lugar, con varios meses de anticipación a la
mudanza, para limpiar los huertos de modo que haya alimento disponibte
para los inmigrdntes cuando lleguen. Los hombres pueden pennane@r
por dos o tres semanas mientras se lleva a cabo la roza, el tumbe y la
siembra. Durante este tiempo ellos viven en refugios temporales cerca de
las orillas de los rfos.

85
Una vez que se ha establecido el huerto case¡o,la tendencia es
empezar con los huertos próximos adyacentes al lugar de la casa, si la
tierra está disponible. En Sushufindi, los primeros en llegar desde el
Cuyabeno eligieron sus solares a lo largo de la oriüa del rfo, y luego
extendieron sus huertos selva adentro, directamente detrás de sus
viviendas (1973-74). En la estación seca de 1974-75, algunos de ellos
extendieron estos huertos más atrás del rfo, mientras otros despejaron el
lado opuesto del rfo o coniente abajo del mismo. Mientras tanúo, llegaron
los Secoyas del rfo Angusilla en Penl y fueron llevados a las casas de sus
parientes cerca del centrc de la lfnea de trazado de la aldea. Después de
varios meses de visita en estÍls casas, ellos empezaron a construir sus
propias casas en grupos alrededor de las de sus parientes. Puesto que la
mayor parte de la tierra fue tomada a lo largo de la "lfnea" de la orilla del
rfo, ellos amontonaron sus casas dentro de los patios de su parentela,
poniendo combas en la anteriormente perfecta lfnea de trazado. Cuando
ellos empezaron a hacer sus huertos en los últimos meses de 1974, no
habfa tierra disponible cerca de sus casas, de modo que ellos buscaron
üenas al otro lado del Aguarico. Otros residentes han empezado también a
moverse rfo aniba y rfo abajo, seleccionando lugares a lo largo de las
riberas del rfo. Ellos explicaron que estaban haciendo esto porque
preferfan transportar sus productos por canoa, en lugar de extenderse más
hacia adent¡o de la selva donde zu rlnico medio de transportar las pesadas
cosechas de plátano y yuca es con una bolsa tejida asegurada a modo de
una conea sobre la frente o cruzando el pecho.

En la selección del lugar, el orden de preferencia de los suelos es:

l. ftreha yrhá/ ("üerra arenosa");


2. lneaytjál ("tierranegra"); y
3. lma ythál ("tierra roja"); siendo las otras clases generalmente
inadecuadas para el cultivo.

En la actualidad, casi toda la tierra para horticuln¡ra de los Sionas y


Secoyas de los rfos Eno, Cuyabeno y Aguarico son de lrc,aylMl o /meha
yrhfl, porqr¡e se encuentra muy poca /m a yihát en el árca2. Sin embargo,

2. Hay algunos riscos cn el rfo Agurrico, y orillas en cl río Cuyabeno cuyos


suelos son de la categoría /m¡ yül/ ("tiena roja").

86
se dice que el tipo de zuelo m¿ls comrinenel h¡tumayo es el/mayih/.l.

En general, los Sionas Secoyas prefieren üerra bien drenada con


asociaciones de flora tales como la /sewa yihá/ donde los revolüjos de las
lianas no constituyen una dificultad. Algunos hombres señalan que ellos
prefieren ¡lrcas sin árboles muy grandes, pe¡D otrcs no están de acuerdo,
observando que cuando hay áúoles grandes es posible rcalizar talas en
las cuales los ilrboles mayores deniban a los más pequeños3.

Como se dijo anteriormente, la tierra a lo largo del rfo Cuyabeno es


escasamente elevada por sobre las llanuras aluviales en la mayorfa de
lugares. La tierra apropiada para el cultivo es rara allf y muy codiciada. Se
encuentra en puntos aislados aquf y allf a lo largo del cuno del rfo, y
raramente tiene un área mayor que un tercio de hectárea. Como
consecuencia, la distribución de los huertos en el Cuyabeno es bastante
diferente a la del Aguarico. La lfnea de trazado continúa más larga de la
comunidad inmigrante anterior consistfa de solo ocho casas, porque
simplemente no habfa suficiente orilla elevada como para extenderse más
allá de eso (las casas estaban dispuestas a lo largo de una curya en el rfo a
una distancia de unos 10G150 metros). En cualquier otra parte habfa
grupos menores de cuatro o menos casas. La disposición de los grupos
de parientes era casi igual a la de la aldea nueva de Shushufindi, pero la
extensión limitada de tereno malo impedfa agrupaciones mayores en una
lfnea continua. Los huertos exteriores tendfan a estar localizados en
puntos elevados a lo largo de las orillas corriente aniba y coniente abajo
desde la casa, en lugar de tierra adentro. Algunos de los huertos estaban
alejados de ues a cuatro horas en canoa en la quebrada ¿tarapuya/
(deformada en Tarapoa en español). La gente hacfa a veces escalas de
dos y tres dfas para cultivar estas parcelas dispersas, cuyos tamaños no
excedfan de 0,25 a 0,36 hectáreas:

Estaciones

La ruüna normal de las actividades de la horticultura Siona-Secoya


sigue el ciclo estacional anual. Aunque ahora la gente puede rclacionar las

3. El término Siona-Secoya para esta clase de rala es /tioyl ("darlar").

87
estaciones con los meses del año, como resultado del contacto con
blancos y mestizos, ellos normalmente reconocen las estaciones por la
posición en el cielo de constelaciones especfficas. /Ometikáwi/ es el
nombre de la estación seca o "verano" que se extiende desde finales de
Noviembre hasta mar¿o. Los huertos nuevos se rozan y t¿lan al principio
de esta estación, y después de aproximadamente un mes de secamiento
son quemados (bajo condiciones ideales). Poco después de la quema se
los siembra (generalmente en enero). Una subestación dentro de este
perfodo "seco" es la flíné tikáwi/, o "estación de la chontaduro", cuando
los racimos de la fruta Bactis gasipeas están listos para cosecharse. Este
también es el período de mayor actividad pesquera (especialmente en el
Aguarico), porque las aguas de los rfos bajan, se vuelven más claras y
menos turbulentas, y están pobladas de especies migratorias de peces.
Los Sionas y Secoyas reconocen la llegada de la /ometikáwV por la
posición de la constelación /usebo/ (Pléyades) justo encima del horizonte
orient¿l poco después de la puesta del sol (Noviembre-diciembre).

nokó tikáwV es el nombre de la estación lluviosa o "inviemo" que


va desde abril hasta julio. La escarda y mantenimiento de huertos tiene
lugar durante este perfodo, pero se limpia poco o nada para huertos
nuevos. La caza conúnúa durante la estación lluviosa, pero se hace más
diffcil en muchas áreas de la selva debido al agua pennanente. Una
subestación que aparece durante este perfodo lluvioso del año es la
/násówiyape tíkáwi/ ("temporada en que el mono "chorongo" está gordo),
y es cl tiempo en que los monos tienen una capa de grasa debido a una
dicta de frutas que maduran estacionalmente. La caza del /nls6/
(Lagothrix lagotricha) es especialmente intensa durante este perfodo.

El mes de agosto coincide con la /I(áko tikáwi/, o estación de la


káko/ cigarra, que vuela por lo alto en este tiempo y se nota por el
chinido que emite desde arriba de los árboles de la selva. La /káko tikáwi/
es en realidad una corta estación seca que sigue a los diluvios de la fokó
tiká\r4l, y no es extraño que algunos Sionas y Secoyas hagan sus huertos
durante esta breve tregua de los aguaceros.

/Goi kinaü ("la torftrga pone sus huevos") es la temporada de las


tortugas, que tiene lugar durante noviembre y diciembre (y se sobrepone
algo con la estación seca /ome tikawlf. Esta es una de las cacerlas

88
estacionales más importantes de los Sionas y Secoyas, aunque en los
últimos años ha declinado la importancia de la caza debido a la intensa
exploación realizada por gente blanca que viene del rfo Punumayo.

Asf, las actividades mtls importantes de la horticultura como la


roza, tala, quema y siembra, se conñnan a la estación seca larga /ome
tiMwi/ y a la estación seca corta &áko tikáwi/. La cosecha de ciertas
frutas es estrictamente estacional (p.c. la fn¡ta Bactris durante febrcro y
matzo, y nuevamente durante agosto,), mientras que el plátano y la yuca
pueden ser cosechados durante todo el aflo. La escarda y otras formas de
mantenimiento de huertos también continúa por todo el año, segrin se
necesite.

Linderación - /tihuo siko/

Cuando los indfgenas han elegido un área para hacer un huerto


nuevo, su primer paso es el establecer los lfmites exteriores de la parcela.
En una esquina, ellos ponen un palo afilado de aproximadamente 1,6
metros de altura como marca, y desde allf miden con pasos, o, más
recientemente, con una vara de uno o dos metros de largo. En
Shushufindi, donde hay mucha üerra elevada y bien drenada, muchos de
los huertos exteriores fueron medidos hasta lo que se creyó eran 100
metros por lado. Cuando se llegaba al largo deseado, se ponfa otro palo
en la tierra y se hacfa ángulo recto, y otra vez se medfa o caminaba la
distancia. También se ponfan marcas a lo largo de cada lado, a intervalos
de aproximadamente 15 a20 metros. Una vez concluida la medición y la
ubicación de las marcas, la üena era considerada como propiedad del
sembrador individual hasta que é1 la abandonara después del ciclo de
horticultura normal de dos a tres anos.

La siguiente tarea que realizan es abrir un sendero de uno a un


metro y medio de ancho alrededor del perfmetro de la parcela ya
establecida. Este trabajo se realiza con un machete y en cuclillas, y se
lleva a cabo balanceando el machete en un arco cercano al suelo. Este
sendero sirve como un lindero más claro que el de los palos puestos
anteriormente,y sinre para orientar al trabajador mientras seguidamente
rozay n¡mba la vegetación que está adenuo de los llmites de la parcela.

89
Roza - /hioye/ (Siona), ltetoyel (Secoya)
El término "roza" es utilizado aquf para referirse al corte de
arbustos, renuevos, lianas y
malezas en una parcela, de modo que los
árboles más grandes queden expuestos para la tala con un hacha. Entre
los Sionas y Secoyas este es trabajo de hombrcs, aunque ellos puedbn ser
ayudados por sus esposas de vez en cuando. Las principales herramientas
para la rcza son el machete y una üma para afilarlo (generalmente se lleva
dos machetes al campo). En un tfpico dfa de roza, el trabajador va a la
parcela poco después de la salida del sol, llevando solo sus herramientas
y su rccipiente de hoka kón6/ ("bebida de plátano"). Su ropa consiste del
/tru?ika/ (vestimenta de algodón parecida a una camisa llamada cushma
en quichua y en el español locat) y de una gona. Ta¡nbién puede usar
pantalones y botas de caucho o plástico como protección, si es
suficientemente rico como p:ra poseer estos artfculos.

Se pierde poco tiempo una vez que se ha llegado al lugar de


trabajo. El hombre empieza a limpiar la tierra desde una esquina de la
parcela y trabaja hacia adenuo, desde ese punto. La roza se realiza en su
mayor parte en una posición agachada o en cucliüas. De la vegetación
secundaria /sitowd lsitoa] se corta todo 1o que tiene de seis a siete
centfmeEos de diámetro o menos, mientras que los renuevos y lianas de
mayor diámetro se dejan para la etapa de t¿la. Al rozar con el machete, se
dan golpes en un arco paralelo al suelo, y a una altura no mayor de 20-30
cm. El corte se lleva a cabo en el golpe inicial y en el balanceo de regreso,
al ser volteada rápidamente la hoja al completarse el primer arco. Aunque
esto puede parecer un trabajo tedioso, todos los hombres que obsenré
trabajaron a un ritmo muy constante durante todo el dfaa. Hacia el
mediodfa el rozador se toma un tiempo de unos 40 minutos para
descansar y tomar su /noka kóné/, y luego contintla con la tarea como
antes.

4. La velocidad a la que Esteban (rur hombre de 36 a¡ios) ¡ozab¡ la vegetación


secundaria vari¡ba de 351 a 49,5 macheta:¿os por minuto oon tut promedio
de 41 m.p.m. La velocidad de Emilio (un hombre de 42 años) en la
vegetación primaria en de 37,5 m.p.m.

90
La dificultad de la roza varfa de acuerdo a la nanrraleza de la
vegetación. En la vegetación primaria, el denso dosel forestal limita la
cantidad del sol que llega al suelo, resultando de esto una maleza que no
es particulannente densa (compare Grubb y otros 1963). En asociaciones
secundarias, sin embargo, la vegetación puede ser bastante densa a nivel
del suelo, especialmente cua¡rdo la vegetación secunda¡ia es relativamente
joven (durante los primeros cuatto o cinco años).

Después de que un huerto ha sido rozado,la vista debajo de los


árboles se welve mas bien hermosa y parecida a un parque. Los árboles
que todavfa están en pie proveen de sombra, y los restos de la vegetación
cortada forman una alfombra verde sobre el suelo de la selva. El
panonrma se abre y se exüende por 60-80 metros en contraste con la
limitada visibilidad de la selva natural.

Tala - /kwéñe s6kire/

Muchos de los árboles de la selva tropical primaria son


extremadamente grandes, y la tala es una actividad potencialmente
peligrcsa. Incluso en la vegetación secundaria, los troncos de los árboles
medianos y más pequeños son lo suficientemente pesados como para
aplastar el cuerpo de un hombre cuando caen. Los Sionas y Secoyas
consideran la tala como una labor masculina. No es una actividad rápida o
de suerte, sino más bien tiende a ser un trabajo constante y metódico.
Cada árbol es estudiado, y se intenta dejarlo caer en un lugar especffico de
modo que la distribución de troncos en el huerto sea controlada.

En árboles sin aletas* o con aletas pequeñas, los cortes se hacen a


la altura del hombro. Cuando las aletas se elevan por sobre la altura del
hombro, los Sionas y Secoyas generalmene cortan peldaños /yurisakawu/
en dos o más de las aletas /totóbry' para poder pararse en ellos y realizar
cortes por encima de las puntas de las aletas. En árboles muy grandes las
aletas pueden elevarse a una altura de cinco o más meros. Los indfgenas

Se refiere a wras aletas que tienen algunas especies de árboles tropicales en


su base. Estas detas puede,n ser, en algwros casos, bastsnte grandes. por
ejemplo, las del ceibo.

9r
üerpn ues maneras de tratar con estas bestias enonnes de la selva. El
método m¿ls común es oortar ranuras en las aletas como apoyo para los
pies, y luego cortar las aletas, en sf y finalmente el t¡onco. Este es un
pfoceso que toma tiempo, y el cortar un solo árbol gnnde de esta menera
puede tomar de dos a ues dfas a dos hombres trabajando juntos.

A veces los Sionas y Secoyas hacen una plataforma elevada


lyariwal de palos atados para levantarse por encima de las aletas, pero esta
técnica es raramente utilizada (nunca se empleó durante los lg meses de
trabajo de campo en Shushufindi, a pesar de que se cortaron muchos
árboles grandes en los huertos nuevos). una tercera técnica para manejar
estos árboles grandes es el apilar matorral seco alrededor de sus bases y
luego quemarlo. El calor del fuego mata al árbol, y éste pierde
subsecuentemente sus hojas, permitiendo que el sol alcance el suelo. Solo
un árbol grande fue tratado de esta manera en shushufindi; todos los
demás fueron tumbados.

Los hombres dicen que prefieren tumbar los árboles grandes


poque asf queda el huerto completamente abierto al sol, y porque los que
dejan troncos en sus huertos son considerados perezosos (a excepción de
ciertas especies que se dejan por su utilidad; p.e. las palmas rriartea
cuyos üoncos pfoveen de material de construcción). Aunque es un trabajo
duro,los hombres gozan mucho talando, y cuando un árbol gigante se da
contra el piso y hace temblar la tierra, ellos gritan con alegrfa.

La exactitud de los hombres es usualmente bastante buena, pero de


tiempo en tiempo ocunen cafdas impredecibles. En una ocasión vi a
Reinaldo trabajando en un árbol de grandes aletas cuya madera era suave;
tomó tres horas el cortarlo. El habfa planeado que cayera hacia el este,
pero cuando empezó a volcarse se espantó al ver que iba hacia el
sudoeste, a unos l20o de la dirección proyectada. El árbol se dio con
mucha fuerza contra uno de sud prcpios huertos, destruyendo una
canüdad considerable de yuca, plátano y cuatro arbustos de ajf. La base
del tronco dio en tierra sobre sus botas plásticas colombianas que él
habfa puesto cuidadosamente a un lado (las que pudo desenterrar
después). En otra ocasión, Reinaldo nrmM una Cecropia que tomó un
giro inesperado y dio en üerra a solo un pie de la grabadora del etnógrafo,
causando mucha constemación a todos los interesados.

92
Antes de cortar los ¿frboles más grandes, las lianas que han
quedado de la roza son cortadas con un machete o hacha, y los renuevos
más pequeños se cortan con dos o tres hachazos. La técnica pa¡a tumbar
los árboles más grandes es hacer un corte bajo el lado del tronoo que está
en la dirccción en la que se pretende hacerlo caer, y luego un corte más
alto 18tr del curso proyectado. Los hachazos se dan rftmicamente y con
precisión, mandando astillas de madera en tod¡rs las direcciones. Cuando
un árbol comienza a temblar o a crujir, o las lianas que penden del árbol
se tensan y comienzan a romperse, es una señal de que el árbol está
próximo a virane. En este momento toda la gente de la vecindad se pone
muy seria. Solo un individuo pennanece cerca del tronco para dar los
hachazos finales, mientras los otros se apartan a los lados de la trayectoria
esperada de la cafda. Durante el proceso de tala, el suelo se vuelve
rápidamente un laberin¡o de troncos cafdos y restos que es diffcil de
atravesar, y cada persona atisba alrededor por una ruta de escape por la
que pueda co¡rer en caso de que el árbol caiga fuera de la trayectoria
esperada. El hombrc que se queda hace en este momento cortes a una
velocidad menor, escuchando y obsewando después de cada hachazo por
el menor indicio de que el árbol está empezando a caer. Cuando empieza a
virarse, el movimiento de su copa es lento y casi imperceptible, pero
adquiere velocidad rápidamente durante el descenso. Tan pronto como la
persona que ha estado dando los riltimos cofies siente que el árbol está
cayendo y puede juzgar su dirccción, da aviso gritando a los otros que
estári en la vecindad y se rctira elegantemente a grandes pasos de la base
del árbol, sosteniendo el hacha con r¡na mano y regresando a ver para
chequear el trcnco en caso de que haya un desvfo en la cafda. Algunos de
los árboles más grandes pueden demorar cinco minutos o más en caer
después de que el último,hombre se haya reürado.

Durante la tala de un árbol pueden surgir varios problemas; las


ramas muertas pueden quebrarse y caer /poka tara tomene/ ("las ramas
poüidas se caen"), las üanas en¡edadas pueden hacer caer a otros árboles
de forrra que no se puede predecir /suru taine/, o el árbol que c¡¡e puede
golpear a otms árboles que siguen en pie y rebotar léa?inel. Las palmas
/orá/ (Iriartea sp.) son particulatmen¡e peligrosas cuando son golpeadas
por un áúol que cae porque tienen la tendencia a dobla¡se y romperse en
pedazos, enviando por atrf fragmenos de madera muy afilada.

93
Aquellos hombres que usan ropa tradicional trabajan descalzos,
solo con una cushma de protección. Aquellos que pueden, prcfieren
usar tanta rcpa como sea posible para protegerse de hormigas, avispas y
de las cosas que caen del dosel de la selva. Esto puede incluir una gona o
casco de plástico adquirido mientras trabajaban para una compañfa
petrolera, un par de pantalones debajo del cushma, y botas de cattcho o
de plástico.

La tala de la vegetación secundaria es mucho más fácil que la de la


vegetación primaria, pero las diferencias en los requerimientos de
energfas para la roza casi igualan el número de horas-hombre de labor
requeridas para despejar ambas asociaciones (ver Tabla 1). En el rfo
Cuyabeno, las tierras adecuadas para el cultivo eran tan escasas, que
virn¡almente todas las parcelas estaban o en cultivo o con vegetación
secundaria reciente. Los perfodos de baúecho practicados por los Sionas
y Secoyas alll apenas duraban de tres a cuatro años. En el Aguarico, las
tierras propias para el culüvo son mucho más extensas, y allf habfan
opciones rcales entre seleccionar vegetación primaria o secundaria para
los huertos nuevos en Shushufindi, sin embargo no hay evidencia
definida en la nueva aldea que sugiera una preferencia abrumadora por
cualquiera de los dos tipos de tierras. Los lugares de las casas actuales y
de sus huertos relativos están localizados donde antes habfa vegetación
secundaria. @sto fue una vez el lugar de una aldea Siona más pequeña
como también un camp¡rmento temporal de explotación de petrúleo). Los
huertos exteriores estuvieron localizados en algunos casos en áreas de
vegetación secundaria, pero en su mayorfa estuvieron en áreas de
vegetación primaria.

El ejemplo de Esteban ilustra el proceso de selección del lugar para


el huerto. El habfa vivido en Shushufindi por dos años, antes de partir en
1970 para reunirse con su madrc en Cuyabeno, quien habfa emigrado
desde el rlo San Miguel. Cuando él regresó a Shushufindi en 1973, hizo
su primer huerto en la vegetación secundaria de su huerto casero anterior.
Su primer huerto exterior lo hizo en un terreno de vegetación secundaria
donde los árboles habfan sido talados previamente para despejar las
proximidades de la modesta pista aérea de césped usada por los
misioneros y las compañfas petroleras de tiempo en tiempo. Esteban
querfa extender su huerto al bosque primario cercano, pero Alejandro

94
emryzÍ a trabajar en esa área antes de que pudiera empezar, y no pudo
entrar en la franja de huertos nuevos en el bosque primario que corrfa
paralelo a la lfnea de trazado de la aldea. En lugar de saltar la burra* sobrc
la nueva hilera de huertos a la selva primaria, él decidió ir rfo a¡riba a otra
área de vegetación secundaria donde él habfa tenido un huerto
anteriorment€. Sin embargo, él decidió dupücar el tamano del huerto, y
por tanto la mitad de la nueva parcela estuvo localizada sobre vegetación
primaria anterior y la otra mitad sobre la vegetación secundaria anterior.
Su siguiente huerto fue hecho sobrc vegetación primaria en la orilla del
Aguarico, opuesta a su nueva casa.

Quema - /siore ioy#


El término horticultura de "roza -y- quema" presupone que el
terreno del huerto es quemado después de que la vegetación ha sido
rozada y cortada. Sin embargo, esto es algo que conduce a error en
relación a la horticultura Siona-Secoya, porque bajo ciertas condiciones
ellos cultivan sus huertos sin haberlos quemado. La quema solo tiene
éxio cuando los restos cafdos han tenido un perfodo suficientemente
largo para secarse. Siempre que alguna circunstancia impida el secado
adecuado, los indfgenas no intentan una quema, sino simplemente
siembran sus productos en la tierra debajo de los desperdicios. Este
sistema es similar al de "slash-mulch" del lioral del Pacffico (West
1957: 129 citado en Whitten 1974: 67), solo que la siembra tiene lugar
después de la roza y el corte, y no antes.

Como se describió anteriormente, los Sionas y Secoyas preparan


algunos huertos en áreas nuevas con anterioridad a su migración real.
Cuando en estos viajes no desean pasar semanas esperando que el
material cafdo se seque, pueden hacer el viaje otras veces fuera de la

"Salta la br¡¡ra" es rm juego de niños

95
esürción seca. Adem¡ls, ellos üenen mucho rabajo que hacer en sus
hogarcs antes de mudarse y consideran una privación el tiempo pasando
en estos lugares temporales larr w*?élsin sus familias.

Una vez qre comienza la migración y que empiezan a llegar gnrpos


de personas al nuevo lugar, se acelera el rimo de limpiar huettos, poque
se ha roto el ciclo de llevar a producir un huerto por af,o con un total de
tf€s o cuatro huertos en la fase activa del ciclo. Los miembros de una
familia llegan al nuevo lugar de asentamienüo con solo un huerto que ni
siquiera ha llegado a zu completa prodrrcüvidad. Pr¡ede haber un poco de
malz pr allf lis¡o para cosechañe, pero la yuca necesita de tres a cuatro
meses, y el plátano de un allo. El primer ailo en el nuevo siüo,la familia
hace huertos para que el área otal en cultivo sea de aproximadamente una
hectárea. Esta actividad trasciende el trabajo normal en huertos que se
basa en las estaciones, poque se deben hacer mils huertos en el perfodo
de un aflo. Como resultado de esto se hacen huertos en los meses mifs
üuviosos y se siembra sin quemar.

Una vez que el área en cultivo se aproxima a lo que los miembros


de la familia consideran suficiente para su subsistencia, ellos pasan a la
fase de rctación rcgular, lo que significa que ellos hacen un huerto al
principio de /ome tikáwV. Se prcfierc la quema a no quemar, porque deja
un il¡ea mils ümpia que es más fácil de plantar y cuidar.Contrariamente a
lo que se espera, sin embargo,los informantes niegan cualquier diferencia
significaüva en los rendimienos entrc las dos clases de huertos. Los
únicos huertos que alcanzaron m¿fxima producción durarite el trabajo de
campo fueron unos que no habfan sido quemados, de modo que no hubo
bases para una cornparación de rendimientos entrc ellos.

La quema oportuna es crftica si se quiere evita¡ la lluvia (Esto es


como la ruleta rusa; mientras más uno espera, mejora la posibilidad de
una buena quema, pero del mismo modo aumenüm las probabilidades de
lluvia). Los Sionas y Secoyasjuzgan las condiciones de los restos cafdos
caminando sobrc ellos; cuando las ramas más pequeflas se quiebran y
rompen es un indicio de que el material está suficientemente seco como
para una buena quema. El desprcndimieno de la corteza de los troncos de
los ¡lrboles cafdos es otro signo de sequedad suficiente. Los Sionas y
Secoyas ¡ro esparcen los rcstos alrededor para intentar obtener una guema

96
pareja. Ellos buscan un dfa soleado y ventoso, y esperan hasta mediodfa
cuando los rayos del sol son más directos, y el viento está en su
máximo5.

La tarea de quemar no es ffsicamente exigente, pero se prefieren


contar con dos o más personas presentes para que ayuden a controlar el
fuego, si es necesario. La quema se empieza desde donde sopla el viento
en el huerto, y en lugares separados entre sf varios metros, se ponen
brasas de follaje seco de palma. La actividad predominante es
simplemente encender el fuego y observarlo quemar, pero surgen
complicaciones cuando el ñrego se sale del perfmeuo planeado y causa
daño en los huertos vecinos. Rara vez la gente hace barreras de
contención del fuego antes de la quema, pero normalmente conffan en
cálculo basados en la observación del viento, y recunen a combatir el
fuego para controlar la llama si es necesario. En una ocasión yo estaba
conduciendo un estudio de tiempo - y - movimiento de Emilio quemando
un huerto, y el fuego escapó hacia el huerto de yuca de su madre. Cuando
ella se dio cuenta de lo que estaba pasando salió precipitadamente de la
casa y empezó a apalear el fuego con un palo, haciendo un sonido /choo
choo/ con la boca. Emilio trató de ayudarla, pero no pudo reprimir su risa
newiosa. Se quemó un total de veinte planas de yuca y cinco de plátano.
Emilio fue aforn¡nado, porque solo quemó los huertos de su propia
familia. Cuando la negligencia del que quema daña el huerto de un
vecino, el hecho se convierte en tema de murmuraciones y crfticas, y
genera insinuaciones de que la parte culpable es generalmente
incompetente. Sin embargo, no son comunes las confrontaciones directas
sobre tales asuntos.

En condiciones apropiadas, la quema se acaba rápido, sin tomar


más de dos o tres horas. Las quemas observadas en Shushufindi no
fueron de ninguna manera completas. Quedaron los troncos de los árboles
mayores, y también habfa siempre una considerable cantidad de material

5. Por ejemplo, una quema que se observó tuvo lugar ¿ mediodía el 19 de Enero
de 1974, con vientos de una velocidad estimada de 20-28 kn. por hora (una
fuerza de cuatro en la escala Beaufort; cf. Landsberg 1969: ó) desde el
noreste. No habí¿ llovido por ll días a¡rrcs de la quema.

97
que no se quemaba. Algunos de los hombres apilan algo de las ramas y
del matorr¿l que no se ha quemado para una segunda quema, después de
una semana de la primera, pefo esto no es una práctica normal, ni es
particularmente intensa. (Las terceras quemas, si las hay, se hacen
raramente). Si el cultivador espera mucho y le cogen las lluvias, él seguirá
adelante y cultivará su huerto sin haberlo quemado.

Siembra

La mayorfa de los huertos Sionas y Secoyas son de cultivos


asociados y la actividad de la siembra oscila de acuerdo a los
requerimientos de los cultivos individuales. Los plátanos y los guineos se
siembran primero, y son los más diffciles de tratar, porque sus hijuelos
son pesados y abultados, y deben ser tr¡¡nsportados desde la planta
donante hasta el nuevo huerto. Durante la fase de rotación normal del
ciclo de la horticultura, se pueden llevar vástagos de los huertos ce¡canos
en producción, lo que minimiza el costo de energfa de transporte. En la
fase de migración, sin embargo, el cultivador enfrenta un problema
diffcil, porque es probable que haya pocos o ningún huerto en producción
en el área a la cual se está mudando. En Shushufindi la gente trató con
este problema de varias maneras. Algunos llevaron con ellos r€toños en
sus canoas desde el rfo Cuyabeno, especialmente ciertas variedades
aprcciadas. Sin embargo, la cantidad de hijuelos requerida hasta para un
huerto mediano es mayor que la que puede acomodarse en una canoa
Siona-Secoya. La mayor parte de la gente contó con los retoños de los
huertos de Vfctor y Genaro, que están aproximadamente a dos kilómeuos
rfo aniba del lugar de la nueva aldea, y de los huertos de los leno blíl
("gente del rfo Eno"). El viaje al Eno requerfa de sus buenos dos o tres
dfas pero era más fácil surcar el Aguarico con una canoa vrcfa, y luego
descender con carga completa, que hacerla jomada de cuatrc dlas bajando
el Cuyabeno, y ascenderla rápida caniente del Aguarico.

Los hijuelos se seleccionan de grupos de troncos de plátanos en


crecimiento que parccen estar saludables. Si la planta maüt muestra
signos de volverse café o de "secarr" sus hojas, será rechazada como
donadora de hijuelos. Los hijuelos /noka siú/ se desentierran oon una
heramienta lpa?ual (por el nombre espaflol de pala) que está hecha de
una hoja de acero angosta zujeta a un palo labrado a mano. (La hoja es un

98
artfculo de comercio que troy es de uso general en el Orierfe; en el pasado
se usaban estacas para este trabajo). Luego de la separación de la planta
madre, los hijuelos son inspeccionados podando de la base valias capas
del tejido de la planta y examinándolas, a ver si üenen ¡boka peko/ larvas.
Si hay larvas o si la base de hijuelos está moteada con sus agujeros, se lo
descarta. Los hijuelos aceptables se transportan al huerto nuevo (o a la
canoa, si se necesita un viaje por rfo) empacilndolos en bolsas tejidas o
"shigras". (Dependierido del tamaño de los hijuelos, todo lo que un
hombrc puede cargar es de unos 12 a unos 20 de ellos).

Enel huerto nuevo se cavan huecos (de aproximadamente 25 crn.


y
de diámetro 40 crn. de profundidad) a intervalos de 3,65 metros para
acomodar los hijuelos que son int¡oducidos en ellos y cubiertos con tiena
floja. En Shushufindi, los huertos no estaban completamente cubiertos
con plátanos; en la mayorfa de los casos los plátanos ocupaban el 6O-70Vo
de la parcela. La falta de hijuelos en la vecindad de Shushufindi era una
razón para esto, pero parece que normalmente las parcelas no tienen
demasiados retoños.

El producto que se planta en segundo lugar es la yuca (Manihot


esculenta). l,os Sionas y Secoyas reconocen 15 variedades de yuca,
incluyendo dos clases "venenosas" /sima a?so/, y trece "no venenosas".
Se las planta antes del mafz porque si se plantan simultáneamente, el mafz
pronto hace sombra a la yuca. Es necesario permiür que la ¡rca alcance la
altura suficiente para asegurar que sus hojas tengan acceso a la luz del sol
antes de plantar el mafz. @l intenralo enue las siembras es de unas tres
semanas).

La yuca es un producto muy fuerte y confiable, y está bien


adaptado a las condiciones amazónicas. Se desarrolla pronto a partir de
recortes del tronco de una planta madura, que contenga "ojos" con poder
regenerativo.

Cuando se cosecha la yuca, cortan primero los t¡oncos a una altura


de unos 30 cm. desde el suelo, y los tuHrculos se sacan entonces de la
tierra. Normalmente la yuca se cosecha a lo largo del año según se la
necesite. Los huertos nuevos usualmente se plantan en ene¡o, durante la
/ome tikáwil,y al acercarse esta época del aflo, las mujeres empiezan a

99
guardar los tallos de ¡rca recientemente cosechada.

Cuando llega el tiempo de plantar el huerto nuevo, estos tallos se


cortan en secciones y se cargan en bolsas tejidas para transportarlos al
lugar del nuevo hueÍo, Qas estacas se ¡oman)n "prestadas" de Eno, para
el culüvo inicial en Shushuñndi). La técnica para plantar estas secciones
es muy simple; se clava un palo añlado en la üerra oon un ángulo de unos
30o, y luego se inserta la estaca en esta hendidura en forma casi
horizontal. Se ponen tres estacas muy próximas entrc sf como para formar
un grupo, y estos grupos se encuentran espaciados por 1,8 meros a 10
largo del huerto de cultivos asociados. (Cuando los Sionas y Secoyas
hacen monocultivos de yuca, el espaciamien¡o de los grupos es de unos
I,l metros).
Mils que cualquier otro producto, la yuca está muy asociada con las
mujeres. A difercncia de los plátanos y el mafz,la yuca es plantada y
cosechada principalmente por mujeres. También es el producto que más
labor de procesamieno demanda de las mujeres. Lo muy desagradable del
procesamiento de la yuca ha sido muy comentado por los etnógrafos
(compare Goldman 1963: 61; Murphy y Murphy 1974:7-9).

Cuando la yuca sembrada tiene cerca de tres semanas, se siembra el


mafz. Las semillas provienen de mazorcas seleccionadas (principalmente
por el ümaño) que han sido almacenadas colgándolas de una viga del
techo sobr€ el fogón de la casa. Antes de la siembra, las mazorcas de mafz
se desgranan y se üeva la semilla al campo en una olla. Allf se dobla una
hoja grande y se la sujeta con una espina Iriartea como para formar un
cono /ha?o yokowi/ ("hoja doblada") en el cual se llevan las semillas
durante la siembra. Se usa un palo /wea ote tutÉ/ para hacer huecos de
aproximadamente 14 cm. de profundidad en los que se suelta cuatro o
cinco semillas. Los huecos estiln separados de 76 a 99 cm. Algunos
hombres no se molestan en cubrir los huecos después de sembrar las
semillas, diciendo que no es necesa¡io, porc otros dicen que las ratas se
robarán las semillas a menos que se cubra el hueco con tierra.

Después de que se han sembrado los productos principales, se


siembran los restantes, perc no en un orden especfñco. Entre los muchos
producos que se planun luego de los plátanos, Wca y malz están el

100
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Un joven Siona-Secoya sembrando maíz en un huerto recién quemado.


camote (Ipomoea batatas), el aguacate (persea americena),
lúnkwisi/(Renealmia sp.), lffil Gng¡ spp.), /toa n'i?ka/ (Solanum
lixinitante), caña de aalcar (Slccerum officinaru¡r)' /toa/
(Chrysophyllum cainito),vm depeces (Lonchocarpus nicou,
Clibadium sp., Tephrosie toricaria), yagé (Banisteriopsis
spp.), /uhahaV (Brunfelsia sp.), ajl rlial (Cansicum spp.)' y
/waütúo/ (Carica papaya) (ver en el Apédice 5 rma lista de los
cultivos Sionas y Secoyas). La caña de aútc,ar se planta con vástagos en
grupos separdos entre sf r¡rns dos metnos, pero m e-*á dispersa por el
h¡erto. Las semillas de la chffi¿ sc extrtn de la ftm y se plantan en
semilleros @fcanos a la casa- De$És se tfasplant¡ur las planúas jóvenes
(cuflrdo alcanzanr¡m altufa de ryoximadaneme 50 cm.) en el hrrcrO de
la casa, y ocasionalmene en los hrfic ercliol€s.

Desyerbe - /siore huoyi/


Se necesita desyerbar periódicamentc para asegurar buenos
productos en los huertos. Eldesyeóe pece(b fiecuememente a otfas
actividades en eI huerto; si un hombre cspera mucho desplÉs de haber
quemado zu huerto, pgede tsEr $re desyerbarlo antes dc plantar los
petanos. Del mismo modo, se &.syerüa m frreq¡ercia antes de cosechar
el mafz o la yuca, pofque el trabajo shre m¿b frcil Et desyerüe es muy
simitar a la roza, pofque invoft¡c¡a d trabaF cm macücrc en posición de
agactpda y en cuclillas. I-a üfercocia pfincipal es ql¡e en el desyerbe se
debe tener cr¡idado de no dúarlos @ltivm cn el hrcrto, mieilras ql¡e en
la el trabajo es m€nos inhibitorio. Los huertos exteriorcs
roza
comrfomenrc se deq¡erüm cuatrcvs dr¡ram srciclo de utilización de
dos años. Los hueftos G|seros üerden a ser desyerbados más
fteornemenrc, pero gcralmcne por raitos ú¡¡mfie las pimeras bras
de lamañana (es @ir,la gp¡E m s ma¡gdo eldfaparadesyerüarlos
huertos caseros oomo lo hae mlm que sm eúerbr€s).

Aunque el des¡erbe es imPonnlq esum de las actiúdades meilrs


poprlares de la horti¡rrln¡ra No es ra¡o esq¡char a un hombre lamenta¡se
áe-m haberdesprbado lo srñcieme co s¡l hrcrO (dichos cmentarios
gcneralmenrc son provocados al cminar por mo de sus huerOs y ver
cómo la dernavegetación abogetas Étú6). PGD detodosmodos hayla
tcadercia a postefgAresto traSa imcdi¿oeme anrcs & oslnrd mafz

t01
o la yuca. Una familia en Shushufindi incluso intentó regalar a unos
nuevos inmigrantes la yuca de un huerto que no habfa sido desyerbado
desde la siembra, pero los recién llegados encontraron tan diffcil el trabajo
de la cosecha que pronto renunciaron a ella, arguyendo que en lugar de
recibir un regalo estaban siendo engañadas, para hacer el trabajo de los
dueños.

Cosecha

La mayor parte de los productos alimenticios de los Sionas y


Secoyas no se cosechan a la vez, sino más bien a medida que los
productos se necesitan, o según ellos vayan madurando gradualmente.

La principal excepción a esta regla es el mafz. Aunque se recoge


algo de mafzpara comer cuando las mazorcas están verdes; la mayor parte
se cosecha después de que se ha dejado que alcance cierto tamaño y se
seque (por un tiempo de cinco a seis meses desde la siembra inicial). El
mafz es especialmente importante durante la fase de migración de la
horticultura, porpe produce comida a los trcs meses de la siembra.

Aunque la yuca toma mucho mils tiempo que el mafz para madurar
(as variedades más rápidas producen tuHrculos comestibles en seis
meses, pero la mayorfa requieren de un año), tiene la gran ventaja de
poder ser cosechadas por un perfodo de tiempo más largo. En efecto, la
yuca se "almacena" en el suelo hasta que se necesita (por uperfodo de
hasta dos años, después del cual el tubérculo empieza a podrirse). Las
mujeres de cada famiüa cosechan yuca para fllól o casabe un promedio de
una vez cada siete a diez dfas, en lugar de a diario como se dice de
algunos grupos amazónicos. La cantidad que se cosecha depende del
tamaño de la familia; para un gn¡po de seis puede ser unos a5 Kg. (100
lbs.). El fll6l qrc se prepara de rina cosecha es suficiente para más o
menos una semana, y se conserva colgándolo ocasionalmente de una
cuerda expuesta al sol.

Los plátanos toman incluso más tiempo que la Wca en llegar al


estado de producción (12-18 meses), y no tienen la capacidad inherente
de auo-almacenamienúo del tubérculo. Afortunadamente, no todos los
plátanos maduran altvez, de modo que el cultivador puede cosechar las

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Una mujer Secoya preparando la chicha de chontaduro (Bactris gaslpaes).


cabezas en forma periódica. El consumo normal de una familia de seis es
de dos a tres gajos por semaria-

Las palmas de chontaduro frr¡ctifican durante la fl iné dkáwV


(febrero-marzo), y nuevamente durante la lkáko tikáwi/ (agosto); en
estos perfodos hacen una contribución importante a la dieta. Una variedad
de chonta no tiene espinas en su Eonco, y la fruta de estos átboles puede
cosecharse trepándose al árbol y cortando el tallo del racimo de las frt¡tas
con un machete o cuchillo. La fruta de los árboles con troncos espinosos
se obtiene apoyando palos contra la palma y usándolos como andamiaje,
o trepando a árboles adyacentes. Algo de la cosecha se conserva para el
consumo de un perfodo de varios meses, seleccionando las frutas y
ahumándolas en una percha sobre un fuego.

Frutas tales como la cafta de azrlcar y la papaya se cosechan según


se deseen de dfa a dfa, como muchas otras plantas alimenticias menos
importantes. Sin embargo, las frutas, tales como eL lbénélo guabas (Inga
spp.) y la /mi?ka/ (Annona purpurea) se cosechan estacionalmente.

Barbecho

Como se ha mencionado previamente,la escasez de tierra alta en el


rfo Cuyabeno condujo a perfodos de barbecho extremadamente cortos que
duraban de dos a tfes años. Esto parecerfa esta¡ cerca del mfnimo absoluto
para los sistemas de roza-y-quema, y los Sionas y Secoyas están
conscientes del hecho de que esta práctica llevó a que decline el
rendimiento en sus huertos del Cuyabeno. Los informantes indican que
en la segunda siembra el rendimiento siguió siendo satisfacorio, pero que
en la tercera siembra hubo una disminución apreciable en el rendimiento
del plátano y la yuca. Sin duda alguna, la escasez de tierra adecuada para
nuevos huertos y la fertilidad declinante de las parcelas que estaban
siendo utilizadas, fueron factores importantes en la migración de la
mayorfa de las familias a Shushufindi en 1973.

De acuerdo con las declaraciones de los informantes, los perfodos


de barbecho de cinco años son adecuados para asegurar buenos
rendimientos de productos alimenücios. Debido a la prácüca común de
reubicar los poblados periódicamente, sin embargo, es probable que la

103
mayor parte de la vegetación secundaria que se utiliza para culüvo sea
algo mayorque esto. Desaforn¡¡¡adamente,la prolongada rcsidencia de la
comunidad en Cuyabeno, antes del trabajo de campo, hizo imposible
estudiar ciclos rotaüvos en condicior¡es de una mayor disponibilidad de
tierr¿

Contr¡tiempos de la Horticultura

Cualquier sistema de cultivo está sujeto a contrÍ¡tiempos que


impiden una optimización absoluta de la producción. En la horticultura
siona-secoya,los contratiempos más significativos son el dafto y pérdida
de productos debido a pestes de huerto, enfermedades de las plantas,
viento e inundaciones. El impacúo de estas calamidades varfa, de acuerdo
al producto especffico involucrado, y t condiciones espaciales y
temporales. En el Apéndice 6 se fata de los productos principales en
términos de estos contratiempos, basándose en observaciones de campo
hechas en cinco huertos de muestra en Shushufindi.

Eficiencia en la Horticultura

Las Tablas I y 2 presentan los consumos y la producción bruta de


energfa por hectárea en huertos Siona-Secoya, por un ciclo de dos años.
La hectárca de muestra está compuesta de cuatrc huertos mils pequeños
(de 0,25, 0.30, 0.31 y 0.14 hectárcas respectivamente) hechos sobre
vegetación secundaria de cinco años en shushufindi durante 1973-19746.
Los daos de consumo de energfa para la mayor parte de las actividades
están basadas en estudios & üempo y movimiento en el campo, como se

6. La disuibrrción de los cultivos en las parcel¡¡ de mr¡estra se determinó


inspecciurando el terre¡ro en oornpoiía del cultiv¡dc y los ptoducos de
eslos hueútoc se peElron cn un¡ bdanz¡ de rcrcrte. Como ningun¡ de las
cuatro subprrcel¡s fueron to¡¡l¡nente co¡uumid¡s ¡t ñne¡ del trabajo de
campo, l¡ cosecha resta¡rte se calculó en base a l¡ hisroria de huer¡os
similr¡cs e¡¡ Shudrufindi.

l(x
ha anOtadO en la Columna "Derivación" en la Tabla 17. Para aquellas
tareas en las que no era posible hacer estudios formales de tiempo-y-
movimiento (eUi¿o a conflictos con otras actividades de investigación),
se hicieron cálculos en base a informaciones dadas por informantes,
(estos datos fueron comprobados por diferentes informantes)'

Los consumos de calorfas fueron luego calculados en base a los


y
estudios de calorimetrfa indirectos realizados por Montgomery Johnson
(1g76)en una comunidad Machiguenga de la selva tropical del Perú8.

Se debe hacer hincapié en que los datos de la Tabla I se presentan


en base a una hectárea, para sentar una pauta de comparación, y que no
indican necesariamente el número de horas-hombre empleadas en
actividades de la horticultura por todas las familias de Shushufindi' Esto
es porque varfan las áreas de terreno cultivado por las diferentes familias,
como también las proporciones de los productos y otras idiosincracias.

Aunque hay un número creciente de etnógrafos con datos


cuantitativoi sobre los cultivos altemos en las regiones tropicales de las
Américas, ha habido poca uniformidad en las unidades de medida
empleadas; uno encuentra frecuentemente unidades locales combinadas

7. Los estudios dc tiempo y movimiento se realizaron llevando al campo un


cronómetro y una cinta de medir, y fegistrsndo los tiempos de trabajo y las
áreas cubicrtas por cada actividad. Las cifras dadas se basan a tres días,
utilizando sujetos múltiPles'

8. Las velocidades dadas por Montgomery y Johnson (19?6) se aplican


di¡ectamente. Aunque los pesos de los cuerpos de los sujetos Machiguengas
son algo menores que los de los sionas y secoyas (p.e. 53,4 kg. contra un
promedio de 62,1 kg. para los hombres Siona-Secoyas, y 43,3 kg' contra
un promedio de 58,6 kg. para las mujeres), ellos viven s mayor altitud (700
metros co¡¡ra 224 metros) donde la temperan¡r¿ promedio anu¿l es
probablemente algo más baja. Para propósios de cómputo se ha asumido
que estos factores tienden a anularse e¡rfe sí
en lugar de entraf en una serie
de correcciones menores que no tendrían gran influencia en los valores
totales.

105
TABLA l. Esfuerzos laborales por hectárea para huertos de
policultivos. en Shushufindi (1973-t974).

Actiü&d
lh& AÉ I¡aú- I cd Tú¡t Daiv¡cióo
Ilcb¡cfLcL Efcrin Ha¡b k tcrt
dco¡lriru (b¡) Efoc¡ivr¡ Ilúr
¡¡oci¡doa

Prcprrrclón dcl llucrto


Elcccio&lluget 4,00 1,00 4,(n 3ó0 1.440 E5LE, M-Jb
lltnd'anain! y rczt 47,Oú 1,00 4?,([ ¡l3t m.621 T-Md, M-J
Trl¡ t6,4F 1,00 16,¿l{¡ 456 7.47t T-M, M-t
qEr¡! 4,2t 0,00 0,00 ffi o

Slembr¡
Yrs 45.00 oJ7 34.65 3t2 ¡
¡0.t¡ Es¡., M-J
Rccolccción dc hijrrlc dc plfuao 41,33 oll t6.94 300 5.082 T-M, M-J
Trmsportc dc hijrrclc
ló,00 300 4.t00 E¡¡", M_t
Siernbn dc lújuelc 36,95 ol¡ t5,t5 3{X) 4.545 T-[4 M-J
Sis¡bn &maíz 76,80
Mi¡c. dc cr¡hivoe ¡¡ochdo
o'5e 43,0t 3r2 n.09? T-[4 M_J
60,(x) 3{X) It.mO &r., IU-J
Dcrycrbr
It¡m€¡¡ 50,64 r.O0 50,64 K 18.5:X T-l|1 M-J
Sqr¡nd¡ 5o,e¿ l.m 50,ó{ % IE.53 T.M, M.J
Terccr¡ 50,64 r,00 50,ó4 xÍ; It.53 T-I4 M-J
.\li¡c. c intcm¡it¿¡ttc 50,64 1,00 50,64 % It.534 Es¡., I|I-J
C¿mln¡t¡
Co¡ech¡
72,u n 26.06 T-fi4 M-J

Yrn 634,00 4t3, r t


0J7 2@f 9?.6% T-Ir4
Mzíz 55,94 0,32 t7,90 3¡t 5.692 T-M, M_J
Plá¡mos
Clpnt¿durc
r6,00 300 4.100 T-M
Misc. prodr¡crG
2s5o 3{n 7.650 E¡L
75,00 300 Z¿.5ú BL
Trrnrporle
Yu nss d 5.5r6 Br
M¡íz u,tt 0.32 7,96 300 2,3tt T.M
Plármc 7.32 300 2.r96 T.M
Clst¡¡du¡o roA2 :no 3.126 T-M
Mi¡c. p¡odrrcta s,62 3(n 1.6t6 EsL

t.209,5t 337.ú6

a Deriv¡ció¡l brs¡d! cn enimación infomada.


b Consumos de c¡lorías b¡s¡dos
,cri Mq¡tgqnery y Johnron (1976).
v:g"f"t$ secr¡nd¡¡i¡ @t csrudio ae úairpo-moíimienb en vegiución primaria dio una
¡el¡ción dc 15 honr-hqnbrc por hecrfrea, pero cro pucde r"t -- ---
d Dc¡iv¡cióo ba¡¡d¡ cn crudio¡ dc üearpo-y'-novinicrio c¡ cl - L"¡4.ü"
--"-''
"ir,"
c¡npo.
v:g".g"r9 ¡-ecundaria (Er e¡tudio de- úernpo-movimicno en vcgetación primaria dio una
rcl¡ción &
43,75 hons-homb¡e por hccrliee).
f consumo de celorí¡¡ bs¡do cn un ritmo cstim¡do de hbajo ¡nodc¡¡do para mujcrer.

106
TABLA 2. Producción por hectárea para huertos de cultivos
asociados Siona-Secoyas en Shushufindi (1973-
r974)
Cceh¡ .h Pción t crVlOOS To¡¡l
CULTIVOS ([.{CAD tc¡l
K& For¡ión Co¡csrible
Cu¡csriblc Kg.

Yrs 10.¿t48 76 ?.940 132 10.480,t00


If¿íz 841 53 % 36t 1.6!0,060
Plá¡¡nm r.t07 11 1.301 122 |.587,220
Prprya 6.714 70 4.'142 32 1.5t7,440
C¡ñ¡ de uúer 3.818 46 1.?56 t2 1.439,920
Chm¡¡ 576 o 387 196 758,520
Aguecac 149 46b 69 96c 66,240
Camote 45 95 43 116 49,880
Caimi¡od 82 48b 39 68 26,520
Sol¡num tequ¡¡ense 25 19 l9 45e t,550
Solenum llxim¡t¡nte l4 63 9 45c 4,050
Pimien¡¿s (Cepslcum spp.) 10 100 10 3t 3,t00
Piñ¿ 9 69 6 52 3,120
Achin (Crnnr odullr) -f
Fn¡u dc pan
C¡ao -I
Guey:be (Psldium gueJrve ) -f
Mugo -f
Zepote (Metlsh cordeh) -f
Bsta¡¡ (Dlo¡corc¡ t¡fnd¡) -f
Annona sp. -Í
Citrus spp. -f
Inge spp.
Pessiflorr spp.
Pouroum¡ cccroplrefolh -f
Reneelmle sp.
Rhecdlr sp.
Xrnthoromr ry,p.

Td¡l 17.556.120

a Por mediciones re¿les €ri el campo (a mcnos que se indique otra cosa).
b n¡c¡P (L¿ung 1961).
c D.[N (Ministerio de Previsión Social y Sanidad 1965).
dChrysophyllium caltrlto.
e Datos para el Sol¡num qultoens€ utilizados como ariálogos.
f Sembrados, pero aún no en prducción en los hueros de muestra.

r07
con los sistemas inglés y métrico, e incluso combinaciones del sisrema
inglés y del métrico. Como resultado de esto, generalmente es necesario
hacer una serie de conversiones antes de que los datos puedan ponerse en
términos comparables. En la Tabla 3 de abajo, los datos de varias fases de
cultivos altemos de varios grupos son comparados después de haber sido
convertidos a horas-hombre por hectárea.

TABLA 3. Una comparación de las horas-hombre de trabajo


empleadas en varias fases de los cultivos alternos
en América Tropical.

Actlvldrd Slonr-Secoyer Neo-Brr¡lteñob Ml¡kltoc Kekchid

Roz 47,1 &,1


T¡h t6¡ 64,1 138,0
I ee,r
Sic¡nbr¡ It5,t 256,4 n3,7 t 15,8
Dcyc¡b¡ m2,6 205,r 178,5 49,1
Coseh¡ 622,4 4&,1 9t,2

a Huerto hecho en vegetación secundaria de cinco años.


b Wagley (1964: ó8).
c Nietschmann (1973: r42).
d C-r", (1969: 135). Huerto hecho en "Vegetación
de renuevos" de cuatro a siete
años.

El total de 1.210 horas-hombre para limpiar, sembrar y cosechar


una hectárea en la horticultura Siona-secoya es comparativÍrmente bajo
para sistemas de roza-y-quema (este total se presenta en la Tabla lj.
Nietschmann, por ejemplo, concluyó (1973:143) que lo que invierten de
trabajo los Miskitos (Nicaragua) es "relativamente poco", sin embargo,
cuando sus datos se convierten al sistema méuico indican un total de lg56
horas-hombre por hectárea.

De los estudios de tiempo-y-movimiento en parcelas modelo en


Shushufindi, parecerfa que los sionas y secoyas emplean relativamente
menos tiempo rozando y talando de lo indicado porlos cálculos para ouos

108
grupos. Las diferencias pueden deberse a variaciones en la vegetación,
error de muestreo, o talvez a variaciones en los patmnes de trabajo. Las
delaraciones de Cameiro sobre los Amatruacas (Perú) y de Denevan sobre
los Campas (Penú) son consistentes con las cifras de los Sionas y
Secoyas:

El tamaño promedio de las chacras que yo vi en el alo Inuya era de


aproximadamente un acre y medio... Una parcela cuya limpieza
observé ¡omó una semana de uabajo - cinco dfas para quitar la
malezay dos dfas para talarlos árboles (Cameiro 196'4: l1-13).

V,

El limpiar es un proceso concentrado, y todas las demás


acüvidades casi se intemrmpen, con la posible excepción de la
cacerfa a tempranas horas de la mañana... Trabajando la mayor
parte de cada dfa, un hombre puede despejar una chacra de un
tamaño promedio de 0,5 a I hectárea en un tiempo de una a dos
semanas (Denevan l97l: 502-50/.).

Dependiendo de si se utiliza un dfa de seis o siete horas de trabajo


como base de cálculo (este es aproximadamente elüempo que trabajan los
Sionas y Secoyas cuando se ocupan completamente en una actividad),
estas estimaciones varfan de 69 a 84 horas-hombre para rozar y talar una
hectárea, y son razonablemente comparables a la cifra de 63,5 citada para
los Sionas y Secoyas.

El tiempo de siembra estimado (incluyendo los cultivos asociados y


la replantación) para los Sionas y Secoyas es intermedio entre las
estimaciones para los Neo-Brasileños y Miskitos, y las estimaciones para
los Kekchis de Carter. La variación es probablemente atribuible a
diferencias en las proporciones de los productos y costos de transporte.
Lo mismo es verdad en la diferencia de los requerimientos para la
cosecha; donde la yuca constituye una gran proporción de la producción,
el trabajo que se invierte en la cosecha es conespondientemente mayor.

En lo corrcemiente al desyeñe Carrpiro ariota:

109
En las mejorcs circunstancias, los Amaluacas son rcnuentes a
desyeóar. Frccuentemente, un huerto no es desyerbado. Son los
hombres los que reüz.utel desyerbe, perc después del tiempo de
la siembra, la mayorparrc de ellos prefieren pasar el menor tiempo
posible en las chacras (1984: 14-15).

Los Sionas y Secoyas, sin embargo, consideran el desyerbe como


una actividad esencial para asegurar el crecimiento de las plantas y la
facilidad de la cosecha, aunque ellos no la disfruten particularmente
(como se indicó prcviamente).Las estimaciones del tiempo de desyerbe
para los Sionas y Secoyas, los Neo-Brasileños y los Miskitos muestran
una gran concoldancia, mientras que los Kekchis aparentemente invierten
un tiempo considerablemente menor en esta actividad. Un factor que
contribuye probablemente a esto es la importancia que los Kekchis dan al
malz, eI cual es cosechado en un perfodo de varios meses, mientras que el
ciclo de crccimiento y cosecha de la yuca se extiende por dos o más años
y puede precisar de desyeúes secundarios y terciarios. (En la estimación
para los Sionas y Secoyas también se incluyen horas-hombre extras para
desyerbes "varios e intermitentes"; esto fepfesenta un intento para señalar
los desyerbes adicionales en los huertos case¡os, que reciben un cuidado
más intensivo que los huertos exteriorcs). Los ciclos de barbechera
locales y las asociaciones de la flora también pueden ser factores
importantes; como anota Carter, "Se dice que el desyerbe es mucho más
diffcil con barbechos @rros" (1969: 135).

Bas:lndose en el consumo de energfa y en los datos de rendimiento


presentados en las Tablas I y 2, se puede calcula¡ la eficiencia bruta de
los culüvos Sionas y Secoyas con la siguiente fórmula:

kcal P¡oducidas 17.556.120


Eñcie¡riadela = = 52,1
Horticultura kcal Consumidas en producción- 337.206

En comparación a los sistemas de cultivo altemo de algunas áreas


del mundo, ésta es bastante alta. por ejemplo, Rappaport (196g: 52)
calcr¡la que la rclación errrc el rendimiento de calorfas y lo que se invierte
en los huertos Tsembagas (Nueva Guinea) es de l6J:1, y Werge (1925:

ll0
88) estima que es de 18:1 para los campesinos labradorcs de las üenas
altas de reprlblica Dominicana- Sin embargo, Nietschmann (1973:229) da
una relación de 30,4:1 para los Miskitos, y señala "Si una persona... no
cultivara más que la yuca, que es rica en calorfas, y de alto rcndimiento,
entonces su producción de calorfas serfa muy difercnte" (p. 228).
Ciertamente; es posible calcular que la eficierrcia de la producción de yuca
paia los Kuikurus de Brasil es de 56,5:l en base a los datos
suministrados por'Carrreiro (1957: U0)9.

La importancia dada al cultivo de yuca en los huertos Sionas y


Secoyas es un factor primordial en su elevada (para cultivos altemos)
obtención de calorfas. Otros facOres incluyen el hecho de que los cultivos
Sionas y Secoyas se rcalizan en tenenos que pof lo común so¡ nivelados
y qt¡e ú distancia a pie hasta las parcelas modelo eñn cortas (03, 1,8, 26,
y 97 km. respecüvamente). Además, los Sionas y Secoyas no hacen
cercas, terraplenes,lugares de guardia, extensos aislamientos y quemas'
y construcciones de gmneros que sgn caracterfsticos de muchos otros
sistemas de cultivos alternos. La producción bruta Siona-Secoya es
actualmente buena y excede los requerimientos de calorfas de la
población. Después del Capftulo V, que trata de los recursos alimenticios
iiluestres, se tratará de las contribuciones relativas a la dieta de los
diferentes modos de subsistencia.

g. Carnei¡o estima que el re¡rdimie¡rto potencial de la producción Kuih¡ru de


yuca es de un millón de calorías por 59 horas-hombre de trabajo' La
mayoría de las ¿ctividades de la horticultura constituyen un trabajo
"moderado" (Durnin y Passmore 1967: 47, 67; MontSomery y Johnson
19?6) con lm consumo de energfa de aproximadr¡nentc 3ü) kcal por hra.
Por t¡¡rto. la eficie¡rcia del cultivo Kuikuru de yuca pucde ser cdculda:

1.000.000 1.000.m0
H'E' = sg * 3oo =
17.tw
56,5

lll
CAPITI,JLO V
TECNOLOGH DE STJBSISTENCH
RECI,JRSOS SLVESTRES

Los alimentos silvestrcs son muy estimados por los Sionas y


Secoyas y dan una contribución importante a su subsistencia. La
importancia de los alimentos silvestres deriva más de sus atributos
cualitativos que de la cantidad neta de sustancia alimenücia que pfoveen;
virn¡almente toda la came que comen esOs indfgenas se obüene de la
cacerfa y la pesca, y las plantas silvestrcs proveen de variedades
estacionales a la dieta. En términos de nutrición, los rccufsos silvestrcs
proporcionan la mayor parte de la protefna y gasa consumidas' como
también vitaminas y minerales eserpiales en la ingestión.

La disponibilidad de rccursos alimenücios silvestres varfa de


acr¡erdo al biotipo (e.d., al hábitat local), a la periodicidad diaria' a la
estacionalidad, y a patmnes de explotación anteriores en ciertos lugares.
Las actividades de caza, pesca y rccolección de los sionas y secoyas
esUtn adaptadas a la disponibilidad real, y estas actividades adquisitivas
esenciales infuyen en cambio en la distribución y movimiento de la gente
por esos parajes, y en sus patfones de interacción social. En este capftulo
se trata dc la tecnologfa Msica pafa procur¿fse alimenO silvestrc.

Caza

Para los Sionas y Secoyas, lacaza es el modo de subsisrcncia más


atrayente. Es menOs aburrido que la agricultura, y aunque sus
rccompensas son merios seguras, son mifs'apreciadas. Los lrombres la

l13
consideran con un status intennedio entre el trabajo y el deporte. La
cacerfa es casi exclusivamente una acüvidad masculina. La única
excepción se da cuando las mujeres se ven forzadas a cazar porque no
tienen un hombre que provea para ellas. La caza seria tampoco es un
trabajo de muchachos; la adquisición de habiüdades de caza es una de las
señales principales de la transición de la adolescencia a la edad viril.

Las armas tradicionales de los Sionas y Secoyas son la bodoquera


y la latlza. Ellos no usan el arco y la flecha para cazar o pescar, aunque
los niños a veces los usan como juguetes. La bodoquera /túoyi/ está
formada de dos piezas de madera suave moldeada, acanalada, sujetas
entre sf y luego perfo.-radas con la sustancia abrasiva del aguijón de la
cola de una raya que se sujeta a una varilla larga. Después de esto, se fija
una boquilla de madera, se cubre la superficie exterior del tubo con cera
de abeja, y se añade un diente de guatusa /wi kuñf/ como mira. Los
dardos lwa?holson de madera tallada en delgados proyectiles. A la base
del dardo se a¡1ade la fibra de un árbol lhio yiy' (Ceiba sp.) para que
sirva de sello, y la punta se sumerge en veneno. Los dardos se llevan en
una aljaba hecha de una sección de bambrl. A la aljaba se le sujeta una tira
para llevarla, un mate en forma de nabo lleno con fibra lhio yiil, y una
pieza cónica de acero que se usa para hacer destajes cerca de la punta del
dardo, de modo que se rompa en la herida, cuando el animal intente
extraerlo.

La bodoquera se usa paÍa cazar aves y para animales pequeños,


hasta del tamaño de un pecarf. En manos de un cazador expeno, es
bastante precisa y es efectiva para alcances de hasta 20-30 metros. Lo
silencioso de la bodoquera permite a un cazador oculto tirar repetidamente
sin asustar a su pfesa. se dice que a veces un solo cazador ha matado a
diez o a más monos chorongos sin inquietar al grupo.

La prcparación del veneno de la bodoquera es un arte complejo que


no conocen todos los hombres. Femando utiliza cinco ingredientes, y
presumiblemente uno de ellos es el curare (Strychnos toxifera). por la
época de esta investigación, el veneno indfgena ya no se hacfa
comúnmente, de modo que la búsqueda de ciertas plantas no se realizaba
con ninguna frrecuencia, por lo que no fue posible obtener muestras de los
diferentes ingredientes del veneno. Durante el perfodo del comercio del

tt4
CauChO, Comerciantes peruanos abastecfan de venenos fabricados que
eran más efectivos que el veneno de los indfgenas, que fue reemplazado
en general por aquellos. Las hostilidades peruano-ecuatorianas de 1941
cerrafon las frOnteras al cgmefgio y la fuente de veneno comercial se
perdió para los Sionas y Secoyas del Ecuador.

Lalat:za lud es el amta tradicional para la eazadelpecarf y la danta.


Los Sionas y Secoyas usan lanzas de varias clases, pero aquella que es
más caracterfsticamente suya consiste de una punta muy afilada de bambú
montada en un tallo de madera de la palma Iriartea o Bactris ' o a veces
en uno de madera blanca más suave. Las puntas están hechas de la mitad
de una sección de bambrl semicircular en la base, que remata en r¡na fina
punta en el otro exremo. Son de 4G50 cm. (15-18 pulg.) de largo' y
están unidas al tallo por una cuerda de fibra Astrocaryum y cera de
abeja. Las puntas de estas lanzas están diseñadas para quebrarse en el
animal una vez que ha sido alcanzado ( Tessman 1930: 207 tiene un
dibujo excelente de esta arma).

Mientras Iacazzcon bodoquera requiere de gran sigilo, la caza con


lanza es más a propósito como para una persecusión abierta. Cuando un
individuo ve una manada de pecarfs de hocico blanco o "huanganas"
(Tayassu pecari) o encuentra sus huellas frescas, se Co¡Te lavoz por |a
villa, y se organiza una partida de caza comunitaria. Si es posible,
algunos miembros del grupo se esconden detrás de árboles grandes a un
lado de la manada, y los hombres festantes intentan llevar a las huanganas
en la dirección de los cazadores que esperan. En tales asuntos' se divide
el producto de la cacerfa, de modo que todos los miembros de la partida
reciban una porción de came.

Si un cazador está afuera con su bodOquera y se encuentra con


huellas fiescas de danta (Tapirus terrestris), rápidamente rcgresa a su
casa, deja su bodoquera, y coge sus lanzas de cacerfa y sus perTos. Los
pefros son solamente importantes en la caza de la danta que es un animal
grande y torpe, pero que puede dejar atrás a un hombre que no tiene
pefros para ayudarle. Los perros persiguen a la danta hasta que busca
refugiO en un afroyo, o en cualquier lugar con agua, y luego la mantienen
a raya hasta que llega el cazador. Si la danta logra alcanzar un rlo
suficientemente grande Puede escapar nadando, pero igualmente se

n5
detierp en cualquier coniente pequefla con la que se encu€tlft. En tales
casos la da¡ta resulta un blanco fácil para la lanza, porque los Sionas y
Secoyas practican el lanza¡nieno de lanza desde la nifbz y pueden dar en
blancos pequeltos a diez metros de distarrcia. El cazador aprita al orazón
y si acierta tr¡ede ma¡ar a la danta oon un solo lanzazo. Si no lo hace,
puede necesiur de un segundo o tercer inrcno. (Si es necesarió, bs
cazadorcs pueden imprwisarlanzas adicionales on mdedales del lugar).
Cuando ha sido acertada la danta puede rumergirse y volver a la
zuperficie en ouo punto, o prcde int€n¡ar escapar del agua. Sin embargo,
los penos ss¡ eficicntcs para muterrrlabajo corlrol

Duran¡e los rlltimos 20 abs,las ¡¡m¡s de ñrcgo han reemplazúo


las bodoqueras y las lanzas en la mayor partc de la cacerfa. Cuando el
Instituto Lingüfstico de Veram esableció oontac¡o con la cmunidad
Siona-Secoya en el rfo Cuyabeno, los misionercs les dieron a los
hombrcs escopeu¡s que se caÍgan por el caflón y municiones como pago
por su ayuda en despejar una pista primitiva cerca del poblado.

Más adelante, un sacerdote catóüco espaflol vivió en la aldea e


intmdujo escopet¡u¡ modemas de retrocarga. Hoy en dfa la mayorfa de
los hombres adultos poseen escopetas de un solo üro de manufactura
americana, canadiense, brasileña, o unas imitaciones más toscas
ecuatorianas o colombianas. El calibrc est¡lndar es de 16, y los caruchos
de escopeta, fulminantes, pólvora y balas est¡ln emrc los ardculos más
comerciados en el rfo.

Ios viajes de cacerfa toman muchas formas, dependiendo del


üempo de estadfa, del número de participantes, y de la clase de presa El
tipo más simple y común de cacerfa es el ir¡dividual de un dfa. El cazador
deja su casa entr€ las cinco y las seis h., camina por el poblado y los
huenos, y luego toma una de las sendas decazaque salen de la aldea"

R¡ede también tomar su canoa y atravesar el rfo, o seguir varias


vueltas corriente aniba o coniente abajo y tomar r¡n serdero desde la
orilla. El único equipo que se üeva es una escopeta un bolsillo o bolsa
tejida con cartuchos extras, y un cuchiüo o machete. Usualmente lo
acompallan rmo o dos perros. El cazador puede o no llevar un jarro de
/noka konó/ @ebida de plátano), dependiendo de n¡s gustos.

r16
La caza de un dfa es una cacerfa de oportunidades; el cazador
intenta matar cualquier animal de aza que encuenue. Su meta principal es
conseguir came para su familia inmediata. El cazador se sale de la t¡ocha,
busca huellas recientes y escucha las llamadas de los animales, y está
alertaa las reacciones de sus perros. Si el cazador no encuentra ca:za,
conünuará fuera de la aldea hasta mediodfa, y se sentará en el suelo y se
tomará un descanso de más o menos media hora. Si ha llevado con é1
/noka kónó/, se la tomará rápidamente y sin ceremonias; en caso
contrario, sorberá un poco de agua de un anoyo. Después de esta pausa
el cazador regresa en dirección a la aldea; en algunas ocasiones sigue el
mismo sendero que tomó en la mañana, mientras que en otras se desviará
de é1, o tomará un camino completamente diferente.

Si 1o que ha cazado es pequeño (p.e. un paujil, pava de monte,


etc.) no lo compartirá más que con su familia inmediata. Pero si el
cazador tiene un buen dfa y mata un pecarf o dos, él usualmente
compartirá lo que ha cazado con sus padres y hermanos, especialmente
cuando sus casas están cerca de la suya. Si el cazador tiene muchos
hermanos y hermanas casados que viven más allá de la vista de su casa,
será menos probable que reciban una porción de la came. A veces el
cazador comparte también algo de lo que ha cazado con el /inü ba?iki/
(efe), o con alguien con quien desea establecer una relación (tal como un
nuevo inmigrante de la aldea). En el primer caso, el acto de dar es en
reconocimiento del prestigio y poder del jefe, y no se espera recompensa
de ningrin género. Más bien, se cree que un buen ñnti ba?iki/ cuida de la
gente de su aldea y está en comunicación con los seres espirituales para
enterarse sobre los presagios del peligro y la enfermedad. Por lo tanto' es
una expresión lógica de la creencia Siona-Secoya el que el cazador de
came al jefe oomo una prueba de respeto y para contar con su favor.

Se comparte más came cuando se caza una danta. Una danta adulta
pesa hasta 225 kg. (500lbs.). Incluso cuando está destazado pesa mucho
más de lo que un solo hombre puede llevar. Como se düo anteriormente,
las dantas normalmente son muertas cuando se rcfugian en el agua. El
cazador que ha ido solo cortará un trozo de carne para llevar a casa
después áe la cacerfa, p€F deja la mayor parte del animal muerto
sumergida en el agua en el lugar en donde lo mató (asegurado a la orilla
con una üana). Al regresar a ta aldea contará emocionado a aquellos con

rt7
los que se encuentra que ha matado a un lwlftil. La voz se oorre
rápidamena porla aldea y la gente cone donde el cazador para escuchar
los detalles de la cacerfa El caza&r rclata los hechos de la perseorsión y
la matarua minuciosament€. lncluso imita los sonidos de los perros y de
la escopeta El cazador invita luego a los hombrcs de la ardea para que lo
ayuden en la destaz¿da y en la trafda de la came a la aldea al dfa siguiente.

A la mañana siguiente los hombrcs salen en una partida y viajan


rápidamente al lugar donde está el animal. Se hala del agua al tapir y auf
se lo destaza; el cazador divide la came en montones. L¡s participantes
guardan el paguete de came que ellos llevan a la aldea. cuando los
homb¡es ¡eg¡esan, la came puede pasar por una segunda distribución,
pero la mayor parte va a la casa del cazador y a las de los hombrcs que la
trajeron al poblado.

La modalidad de disuibuir la came permite una utilización eñciente


del recurso. La técnica principal para preservar la came es ahumarla en
una barbacoa sobre el fogón. Pr¡ede preservarse por más o menos una
semana antes de infestarse con gusanos. si el producto de la cacerfa es
más de lo Ere puede consumirse normalmente en una semana en la casa
del cazador, él comparte el exceso con las famiüas de sus parientes (e.d.,
los miembros m¿fs cercanos de su linaje). Estas son precisamente las
familias que más probablemente compartirán la came con él cuando
tengan un producto de cacerfa grande. Asf,la reciprocidad sine como un
mecanismo por el cual el cazador puede tener carne por un perfodo de
tiempo mayor de lo que le permiten sus limitadas téónicas de
praservación. cuando se mata una danta, la cantidad de came es mayor de
lo requerido, incluso por su linaje, por tanto se hace una distribución más
amplia de la came. Pero esto le da derecho al cazúor a una parte de la
danta que sea cazada en el futuro por cuarquiera de aquellos i los que él
haya dado canrc.

Cacerh en los lantedcros de "SaI' t u? uol

Otra técnica de caza es vigilar un lamederc de sal l¡u?arol. Segrin


Reinaldo, hay dos lamedercs ce¡ca del lugar anterior de la aldea en el rfo
Cuyabeno; uno está a dos horas a pie desde el viejo poblado, y el otro
está diez minutos más alejado del primero. se llaman /sñ?sá tu?aro/

llE
I

(,,lamederO fvambulla"; poruna madera dura que se usa para hacer


pilares de cisas), y flokó siopi tu?aro/ ('lamedero de fuentes", pgr ürl
arroyo cercano). Estos lamedetos son depósitos de arcilla blanca cuyo
contenido mineral atrae a dantas, pecarfs, y a otrcs animales. El lamedero
más grurde de es¡os dos ha sido atruecado por las lamidas de los
animales, de tal modo que forma un cerr¿miento similar a un cuarto de
seis me6os cr¡adrados y 2,6 met¡os de profundidad. Reinaldo describió
ad r¡na cú¡¡rll rcalizada en este lamedeto.

Nosotros dejamos la casa una hora antes de la salida del sol... dos
horas después, el /w€kf (danta) ya estaba en el lamedero. (Aquf
Reinaldo imitó el sonido que hacfa la danta al chupar la arcilla). El
perro se adelantó... Yo grité /cá hü?ú.. cá hü?ü/ ("Persfguelo...
persfguelo").

Ladantasaliódel lamedcro y aleawÁ coniendo un arroyuelo. Allf


se sentó con solo la cabeza por sobre el agua. El estaba enojado..-
muy enojado... con ojos blancos. Yo disparé... lo maté de un üro
en la oreja- El murió ráPido.

Yo hice un hueco en el hocico del tapir con mi machete, y corté un


pedazo 6s lya?ilbejuco de tres metros de largo para amarrarlo'
Tiburcio, un pariente de Victoriano, me a¡rdó a saca¡lo del agua'
Cortamos los intestinos, y luego cort¡rmos a la danta con un
cuchillo. Tiramos la cabeza... era muy pesada puro hueso.

Nosotros hicimos un /gós ha?o turubi/ (canaso para cargarhecho


de hojas de palma Oenocarpus). Lo cargamos. Subimos una
coüna. Descansamos... tenfamos hambre... sin nada que tomar'
Luego bajamos al anoyo llamado /n¡?a¡oaya/ ("rfo del lamedero").
Yo dejé r¡na pata delantera allf (surrergida en agua). llegamos a la
casa una hora antes de la puesta del sol. Al dla siguiente yo
regesé.I¡ dimos came a Delffn, a mi madrc, y Tiburcio se llevó
dos patas.

El lamedero m¿ls cercano a Shushufindi está rfo abajo desde la


aldea, y tfeinta minuOs üerra adentro desde un lugarllamado Remolino.

l19
Es demasiado lejos desde la aldea para ir allf en udfa de cacerla, pero es
visitado de tiempo en üempo durante las cacerfas largas.

CazaconTrmrps

Los Siona-Secoyas usan varias clases de trampas para tipos


especializados de cacerfa. El /tao ü?wil o /seme Kuawú/ es una tnrmpa
que se usa para atrapar guatusas, armadillos y roedores. No se pone una
camada en esta trampa; el animal entra en un pasadizo formado por dos
filas paralelas de palos puestas en el suelo, y hace saltar la trÍmpa al pisar
en un gatillo que libera una pesada sección de bambú Qlena de agua),
apuntalada sobre el pasadizo. Estas trampas también se colocan en
huertos caseros p¡üa matar a las ratas que van a comeñe los almácigos de
chonta.

La lakapü es una trampa de tensión que se coloca en las trochas de


animales y se usa para atrapar pájaros que habitan en el suelo. Se hace
atando una cuerda con un lazo corredizo a un renuevo que está doblado y
prendido con varitas al suelo. El lazo se tiende en un cfrculo sobre la
trocha, y cuando el pájaro pisa dentro de él y tira de la cuerda, el renuevo
se dispara, levantando a la vfctima por el aire.

La lylhá kohe/ es un tipo de trampa de hoyo. Se cava en el suelo un


hueco de aproximadamente un metro de profundidad, y se fijan al fondo
puntas afiladas de /name/(una variedad de bambú); luego se cubre el
hueco con hojas. La lyih6 kohe/ se usa para atrapar al /semé/ o guanta
(Agouti paca).

Los Sionas y Secoyas también usan una variedad de llamados de


animales para aÚaer cacerla y tallan silbatos con la madera del "árbol
silbadot'/wi?si ñV que eüos utilizan para imitar el llamado de la guatusa
lwtl.

r20
TABLA 4. Rendimientos de los Cazadores Sionas y Secoyas
en Shushufindi (Octubre 1973 - Marzo 1975)
Cr-dc ¡ }{ Rcodimic¡rto Randi¡niar¡o Dci¡ció¡r % dcVirix
Viejcscn a lg. Pcco P¡ornodio c¡¡ E¡tlnds ooúl c¡24
l¡ Pru€b. Dc¡¡rz:do kg. Dcsuzrdo
b,c

Eli¡s 6 7tA7 r 3,0t 12,89 83,33


Bcliz¡rio t 109,1 I 13,64 946 100,00
Eoilio 42 646,ú 15,3t r9,59 tt,l 0
Crmilo 7 ll6,ó4 r ó,ó6 ¡5,06 t5,71
Eslcb¡n 53 9l t,39 r7,33 4,26 t3.02
S¡món L. 9 r79,3t 19,26 3,09 100,00
l¡is u 503,65 20,99 26,53 t7,00
AgrrstÍn 5 r0t,02 2r,60 ló,54 t0,00
Simón P. t2 2U,m 22,02 24,6t 9r,6'l
Rcin¡ldo 1 t62,7r 2X,24 rrJr 100,00
Cclc¡¡ino l1 256,69 23,34 rrJr 100,00
Dclftt 7 222,57 3 r,t0 35,tt r00,00
Delio t 371,00 46,3t 3t,t3 100,00
Ircho 9 42t,tl 46J9 47,50 100,00
Boüv¡¡ 5 234,r1 4ó,t3 $¡3 60,00
Todoe lc dc¡nás 70 1.455,tr 20.0r u5r 87,14

Tot¿lcs 283d 6.042,2r 2r,35 n,o8

a Vickers (1975b discute la imporrancia de los hechos presentados en esta tabla.


b C"d" viaje es el equivalente de u hombre en un día de caceía promedio (las
cacerías de más de un día se fraccionan en unidades diarias pafa fines de
cómputo).
c Las variaciones en el tamaño de las muestras son una función del patrón de
asentamiento disperso, y no representan diferencias en la frecu€ricia de la cacería.
d Se estima que este tamaño de muestra rePreserita aproximadamente el 229o del
total de cacerías procedentes de Shushufindi en un período de un año (1974)'

Segrin Reinaldo, las dantas, tigrillos, huanganas también pueden


ser atrafdos con el sonido de este silbato.

Pesca y Caza Acuática

La pesca no está restringida a los hombres, como la caza; las


mujeres y los niños participan en esta importante actividad de

r2l
subsistencia" Ha babido mucha discr¡sión an lo qrrc se ha escrio sobre la
importarrcia rcl¡tivade lapesca ylaazacomo técnicas para proyeene de
protefqas (cft. Lathrap 193). I¡s datos de los Sionas y Secoyas irdican
que no hay respuestas simples para este asunto; es decir, los recursos
de pesca y cazavarfmespacial y ternporalment€, r la conuibución rclativa
de cada uno no es constante, sino que varfa de acuerdo a una serie de
factorcs.

Los Sionas y Secoyas usan varias técnicas de pesca, incluyendo el


hito y el a¡uuelo, el arpón, el veneno de peces, y las trampas. Ellos
conocen bien los hábios de las diferentes especies de peces que hay en
las aguas locales, y su pesca es especffica; es decir, usan técnicas
especiales en tiempos y lugares dados para atrapar ciertas variedades de
peces.

En el rfo Cuyabeno se practica la pesca a lo largo de todo el año, y


sobrepasa en importancia ala caza. El Cuyabeno nace completamente en
las tierr¿s bajas, y sus aguas son ¡¡egfas y rclativamente claras. Parccerfa
que deberfa serclasificado entr€ los tan mencionados rfos de "agua negra"
del Amazonas (cfr. Meggers l97l: l2). La dificultad con esta
clasiñcación, sin embargo, es que los rfos de agua rrcgra generalmente se
describen como pobres en pesca. Aunque no se han hecho estudios
limnológicos del rfo Cuyabeno, es evidente por el rendimiento de los
Sionas y Secoyas que el rfo provee de una apreciable cantidad de peces
pequeños y medianos a lo largo de todo el aflo. Sus cochas asociadas
(formadas por anüguas weltas del rfo) son ideales para usar el veneno de
peces en la estación seca. Pa¡ece que el sistema de clasif¡car a los rfos
amazónicos en rfos de "agua blanca", "agua negra', 'agua clafa", necesita
de'm¡fs refinamiento.

El rfo Aguarico, por otro lado, es el clltsico rfo de agua blanca.


Lleva suspendido unto limo de los Ar¡des, que su color caractedsüco es
un café cla¡o cremoso y por tanto no es muy atractivo como fuente de
agua para lomar o bañarse. Con excepción del /naho/ o paiche
(Arapalma glgas), hay más especies de peces grandes en el Aguarico
que en el Cuyabeno, especialmente de los bagres de la familia
Pimilodldae. La pesca en el Aguarico, sin embargo, es bastante
estacional. Durante los meses lluviosos (Abril-Julio) el nivel de agua de

rx¿
los rfos y aroyos st¡be, y los peces regresan a las cabeceras de las
conientes pequeñas.

El Aguarico también es muy cofrentoso en este perfodo' lo que


hace diffcil manejar las canoas. Se pesca poco en el Aguarico durante esrc
tiempo.

La forma más común de pescar es con anzuelo e hilo. Fernando


puede recordar un tiempo cuando los hilos se hacfan de fibra de
Astrocaryum y los ana¡elos se tallaban en huesos de pata de guatusa'
pero hoy se compra hilo de nylon y anzuelos de acero a los
comerciantes o a los misioneros. Se usan muchas clases de camada,
incluyendo gusanos de tierra pequeños y grandes, larvas de palma'
saltamontes, avispas y sus larvas, trozos de came, plátanos y frutas de
palma (Bactris y Mauritia).Para peces pequalos se suele atar el hilo a
un palo de unos dos metros de largo. Cuando se pesca lwanil o
"mojarras'. (cichlidae) a lo largo de las orillas de las cochas del
Cuyabeno, se golpea con la punta del palo en el agua para atraer a los
peces. Yo observé una vez a Reinaldo atrapar ll peces en 45 minutos con
esta técnica, mientras yo solo cogf uno en el mismo tiempo. (Los dos
estábamos usando como camada pequeños gusanos de tierra). La técnica
de golpear el agua también se usa para atrapar a la /buñu/ o piraña
(Serrasalmus spp.) en los ramales tranquilos del Cuyabeno' Aquf, la
camada consiste de pequeños trozos de pescado o carne crudos, y la
pesca se lleva a cabo desde una canoa. Se sujeta una gufa de alambre al
analelo de modo que los dientes ñludos de la piraña no corten el hilo.
Esta es una pesca emocionante, Porque cuando la piraña es sacada a la
canoa se lanza de un lugar a otrg salvajemente, y muerde cualquier cosa
que le queda cerca. El pescador debe estar alerta si quiere evitar el ser
mordido. Tan pronto como la /buñt¡/ es sacada, el Siona-Secoya intenta
zujeuda y golpearte la cabe¿a o los ojos con r¡n machete; una vez que se
saca el anzuelo del pescado aturdido, continúa la pesca.

Cuando pesca en el Aguarico los bagres /simi/ que son más


grandes, el Siona-secoya usa un hilo gn¡eso y un arzuelo grande atado a
* tapOn tallado en madera de balsa llamado /kuime/. Ios bagrcs grandes
estánen los rfos principales durante la estación seca (Diciembre-Marzo).
Los Sionas y Secoyas los pescan en las embocaduras de las corrientes' o

r23
en remolinos /kiwira/ que se forman en donde hay depresiones más bajas
que el lecho original del rfo. La superficie del agua sobre muchos de estos
remolinos es en realidad bastante tranquila en apariencia, pero si uno
observa de cerca, se puede detectar la coniente rotativa sobre el hueco.
Los indfgenas ceban sus anzuelos con partes de unos enormes gusanos de
tierra y los tiran en los remolinos. De acuerdo a los informantes, los
remolinos üenen de 30-50 metros de profundidad, y los bagres se atrapan
en las profundidades medias y más bajas.

En los rfos más pequeños de los alrededores de Sushufindi (que


son todos tributarios del Aguarico), la gente usa anzuelos más pequeños e
hilo para atrapar una variedad de peces menores. Un método es tirar
larvas de avispa al agua, atrayendo asf un gran número de peces que
comienzan a comer indiscriminadamente y son fácilmente enganchados
por el pescador. Otra técnica emplea un velo para atrapar peces muy
pequeños o sardinas. El velo se hace de hojas, y el pescador se esconde
detrás de él y tira larvas en el agua. Como los agitados peces se dan
contra todo, los anzuelos no se ceban. Elfas me dijo que él y su madre
atraparon en una ocasión varios cientos de sardinas en el rfo
Shushufindi utilizando está técnica.

El /sesotubi/ o arpón es otro inplemento de pesca. Se usa para


arponear al /suara/ /boca chico; Prochilodus sp.), como también el
caimán, paiche, y vaca marina. El arpón tiene cerca de tres metros de
largo y una flecha de madera dura de la palma Iriartea o Bactris. La
punta es de hierro y tiene un solo borde cortante y una púa, y tiene una
copa en su base en la que se inserta la flecha Qa púa es un artfculo que se
compra). La punta no está firmemente sujeta a la flecha, pero se mantiene
en su lugar por la tensión de una soga amanada a la flecha. cuando se
acierta,la punta se incrusta en el animal, y la flecha se libera separándose
de la punta Qa cual está amarrada a un hilo largo), y el animal no puede,
por tanto, sacarse la punta.

La cacerla de la vaca marina (Trichechus inungüis) es una tarea


diffcil debido a la naturaleza misteriosa del animal.

Las vacas marinas se cazan en el rfo Cuyabeno y en sus cochas, y


los cazadores se levantan bast¿nte antes de la salida del sol para estar en el

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agua con los primeros rayos. La vaca marina se alimenta de plantas
acuáticas en las primeras horas de la mañana, y los cazadores observan
cualquier señal de movimieno entrc las planas que floun en la superficie
del agua. (L¡s cazadores trabajan en parcjas; el tlombre con el arpón en la
proa y el remero en la popa). Si se detecta movimiento, el lpmbre a popa
rcmahast¿ el lugar, tan silenciosamente oomo sea posible, y el hombre de
la proa tira el pesado arpón. La punta del arpón se ata a un hilo de unos
quince metros que tiene un flotador de madera de balsa en el otro
extremo. El hilo no está sujetado por el cazúor o amarrado a la canoa,
porque la vaca marina es demasiado fuerte para ser manejada por
hombres. Si la vaca marin¿ es a@rtada, reacciona con gran fuerza, y el
cazador simplemente arroja el flotador en el agua y observa su
movimiento. Al nadar la vaca marina, el flotador es llevado bajo el agua,
pero cuando se deüene la balsa sale a la superficie. Según Esteban, la
vaca marina comienza a cansarse después de diez o quince minutos, y
después de media hora se la puede sacar a la superficie en donde los
cazadores forzan tapo¡rcs de madera en sus fosas nasales, causándole
sofocación.

La vaca marina no se encuentra por todo el teniorio Siona-Secoya,


porque su Mbitat está limitado a aquellas áreas donde las condiciones
limnológicas favorecen a las plantas acuáticas que constituyen su
alimento. El nombre Siona-Secoya para la vaca marina es /siayá wé1rf o
"danta de rfo". Como la danta, la vaca marina es un animal grande, y lo
raro de su c¡lz¿r hace que el evento sea notable en la vida de la comunidad.
Los informantes que aún residen en el Cuyabeno relatan que no se cazó
vacas marinas durante 1973-74. Fermfn Rogelio dijo que él las ha
perseguido, pero que ellas siempre se asustaban al aproximarse él con el
arpón.

Los Sionas y Secoyas tarnbién usan el arpón para coger paiche, o


lnalr,l (Arapaima gigas), el más grande de los peces del Amazonas.
Ellos dicen que el /naho/ en el Ctyabeno alcanza a dos metros de largo y a
70 kg. (150 lbs) de peso. El único paiche que se cogió durante el trabajo
de campo fue arponeado por Elfas en Diciembre de 1974 en una cocha
donde Delio, Lucho, Simón y Alejandro habfan estado usando leol o
barbasco (Lonchocarpus nicou; un yeneno de peces). Seg¡ún Elfas,
el gran pez estaba salierdo ala superñcie de tiempo en tiempo para tomar

r25
airc, y luego se sumergfa dejando una estela de burbujas detrás de é1. Los
hombres que habfan usado el barbasco habfan tenido una pesca
abundante, pero falldron en todos sus intentos de arponear el /naho/.
Cuando Elfas llegó a la escena después de dos dfas, fue al lago y arponeó
al pez en su primer intento (apuntando un metro más adelante de las
burbujas que subfan),lo que causó bastante disgusto a los otros.

Pesca conVeneno

Otra técnica de pesca importante utiliza venenos derivados de


plantas silvestres y cultivadas. Este método puede utilizarse en rfos más
pequcños y cn las cochas de ciertos rfos durante la estación seca. El uso
de veneno de peces requiere de esfuerzo en conjunto. Antes de la pesca se
debe recoger el veneno. EL leol se corta entonces en pedazos de dos
metros de largo que se lfan en haces de unas 25 piezas cada uno. Se
necesita unos ocho atados de estos, y cada participante üeva uno al lugar
donde va a ser utilizado. Luego se construye una barrera a través del rfo
poniendo palos muy juntos para formar un armazón, y meüendo hojas de
palma lpa?pál o "canambo"(¿Attalea?)en esta estructura de soporte. La
barrera debe ser lo suficientemente alta como para que el pz no pueda
saltar sobre ella. (Si el rfo es de 65 cm de profundidad, por ejemplo, la
aln¡ra total de la banera debe ser de unos dos metros).

Después de que la barrera ha sido construfda, los hombres llevan


los haces de veneno a unos 200 metros corriente arriba, en donde son
desatados. Las secciones de liana se cortan entonces en trozos de un
metro de largo y se sujetan al tronco de un árbol mientras otra persona las
golpea con el lado plano de un hacha.

Segin Esteban, cuatro o más personas deben trabajar varias horas


para aplastar todas las lianas de leo/. Todos los bejucos aplastados se tiran
entonces de una sola a la corriente, haciendo que el agua se ponga blanca.
Después de una o dos horas, los peces pequeños del rfo comienzan a
morir, y los más grandes a saltar en el agua. Después de tres horas
también comienzan a morir los peces más grandes. La gente vadea el agua
y atrapa los peces con sus manos, con una lanza o los barren con
canastos.Io que cada participante coge va a la casa de él o de ella, de
modo que las famiüas más grandes llevan a casa una cantidad de pescado

126
proporcionalmente mayor. Esteban dice que él ha recibido 20 pescados,
mientras que la familia de Cecilio obtuvo 50, siendo la pesca total de unos
300.

Estas pescas comunales se hacfan unas dos veces al año (siempre


durante la estación seca), antes de la emigración a Shushufindi. En 1975,
va¡ias familias hicieron viajes especiales al rfo Cuyabeno para pescar con
veneno.

Recolección de Animales y de sus Productos


La recolección de huevos de tornrga es una actividad estacional
importante desde Noviembre hasta Enero cuando la lta?nl o charapa
(Podocemis unifilis) deposita sus huevos en las orillas arenosas de los
rfos. Grupos de familias salen en canoas y buscan de aniba a abajo del
Cuyabeno señales de los nidos de tortugÍts, que contienen cada uno 20-30
huevos. En los riltimos años los Sionas y Secoyas han tenido que
competir con los blancos del rfo Putumayo que ahora viajan al Cuyabeno
durante cada temporada de tortugas, y debido a esto ha disminufdo
bastante el rendimiento de este recurso. Victoriano dice que hace cuatro
años (hacia 1970) llenó completamente su canoa con huevos en un solo
viaje de recolección, y que cada miembro de su familia recogió unos
2.000 huevos (El total esümado es de 10.000 huevos por toda la familia)'
Durante la temporada dc 1973-74 su familia recogió solo 1.000 huevos, y
el total por todas las ocho familias que pennanecfan en el Cuyabeno no
era mayor que 3.000.

En Noviembre y Diciembre de 1974 Simón Piaguaje hizo un viaje


de 24 dfas desde Shushufindi hasta el Aguarico, más abajo de la
desembocadura del Cuyabeno, encontró 27 nidos de tortugas con unos
500 huevos, y también capturó una tortuga. Lucho hizo un viaje similar y
no encontró huevos, pero capturó once charapas. En años anteriores, la
gran cosecha de huevos de torruga era una rica fuente de protefnas durante
varios meses de cada año. Estos huevos son ahumados o salados para
preservarlos por perfodos de hasta varios meses. A las tortugas se las
mantiene vivas hasta que se las necesita. La temporada de las tortugas es
particularmente importante en el rfo Cuyabeno donde lacaza tenestrB es
escasa. Debido a la disminución del rendimiento y a la mudanza de la

r27
.tri4 t"-" de las áreas prirrcipales de mrt'gas en et chyabeno y
atoel gr
en el baj,o Aguarico, atrora participan menos fa¡r¡ilias en esta otrora
importante acüvidad anual. Aunque los grupos de faniüas que todavfa
participan en la rccolección de huevos de toroga obüenen cosechas
modestas, ellos arln regrcsan a la aldea con algmos huevos alurnados
para compartircon $$ parientes, de modo que todos
Frcdan "rccordaf el
saborde esrc alimento que una vez fue importante.

La miel es u¡¡o de los productos animales preferidos, y los


Sionas
y secoyas están siemprc busc¿rndora cuando viajan poi .ur.
euo,
reconocen dos clases gerrcrales de abejas melfferas:
t. tas /oral, {lue son
abejas negras que pican y construyen ius col¡rer¡as
en la parte de añ¡era
de_los troncos; y 2.las tmeW que son abejas que rio piül
y hacen zus
colmenas dentro de Íoncos huecos oe mor. gnue tas
¿e h pámera clase
e1án la luv€k{o?ü fabeja danta e h chse o?a") y ra
mifs rtluena A*,ea
o?a/ ("abeja der mafz de ra clase o?a"). estas-aL¡as ha;;
colmenas
similarcs a las de las termitas. para recoger la miei de
estas abejas, se
corta el árbol y se alejl a las abejas con anorchas hectras
de las hojas
secas de la palma Mauritia. Los indios generatmente
fesultan picados en
este pfoceso- Luego se enwelve el panal en lnjas, y
se lo lteva a casa en
donde se lo come como algo delicado.

La lnea mehá/ ("abeja negra de la clase mehá") y la


("abeja peluda de laclase mehe;) perteneen
/sio mehu
a ta segunda categorfa de
abejas melfferas. Er áúor que los alberga se oorta, y
ruego se parte er
tronco oon r¡n machete pa¡ra poner al descubierto ra
óu¡ena y la miel de
su interior. se toman pocas precauciones po4rue estas
abejas no pican.
(Según Elfas, "Ftl¿s
g¿ morder, pero no mue¡den duro".) Oüo tipo
de abeja Ánehl/ es la Tafn
fui mehry. Su miei es ama{ga y no se necoge, perc su
cen¡ se utiliza pafa f€paraf rotu¡as en las canoas.
l¿ cera ¿e otrñ abejas se
usa para hacer velas lmarÉl empapando algodón
en la cera derretida y
luego enorchándolo como soga antes de que se
endure.

Otra comida de su preferencia son las larvas de las patm¿5.


¡¿
ftfuol es una clase d9 lawa que se encuentra en parmas tales como Ia
!Oa!O! QAltatea sp.?), la A¡el (Bacrris sp.), ta iorálO"i""t"a spj,I
sp.). Anres de la recotección, ros sio"X'í
l1li9y_!9!T_""1pur
Jecoyas prcpafan estas palmas pam que sirvan de
albergrr a estas larrras.

r28
Primero se corta la palrna, y luego se perforan dos huccos del tamaño de
una cuarta en lados opuestos del tronco, cerca de la copa. El escarabajo
¡kü?üko/deposita sus huevos en estos huecos y los huevos desarrollan y
se convierten en larvas. Después de tres meses, las larvas crecen hasta el
tamaño del dedo de un hombre y se recogen, frfen y comen.

LalsñrÉ/es otra larva de palma que se cxtrae de t¡oncos de palma


que han sido tumbados (sin ninguna preparación inicial). Son más
pequeñas y blancas quc las /hlkol, y se usan como carnada para pescar y
también como alimento.

A diferencia de algunas tribus de la selva tropical, los Sionas y


Secoyas no son particularmente aficionados a comer insectos. Cuando se
le preguntó a un hombrc si habfa comido saltamontes contestó con
disgusto; "Son muy sucios". Algunos individuos admiten haber comido
lmeka/, una hormiga grande que vive cn la ticna. Estas sc cogen durante
el mes dc Agosto cuando se las puede haccr salir de sus huccos con
fuego. Solo se come el ab<lomen y se dice que es grasoso. otros Sionas y
Secoyas dicen que solo los Quichuas comen lmeka/. (Se crec que los
Quichuas comerfan cualquier cosa, incluso animales muertos encontrados
en la selva).

Recolección de productos de Plantas

La recolección provee de muchas de las frutas, nueccs,


condimentos, estimulantes y novedades dietéticas que consumen los
Sionas y Secoyas. Como una manera de procurarse alimento, la
recolección no se aproxima a la horticultura, caza o pesca en la cantidad
de calorfas que proporciona, pero algunos productos de la selva
conEibuyen estacionalmente de una manera importante a la dieta, y otros
ofrecen la ventaja de ser disponibles durante los viajes de caza o las
migraciones. La recolección es realizada por hombres, mujeres y niños.

La canüdad de plantas de la selva de las que se recogen productos


es grande (ver apéndice 3). Sin embargo, solo unas pocas especies hacen
contribuciones relativamente importantes a la dieta. El único alimento
importante que se recogió durante el trabajo de campo fue el guineo
pequeño u "orito" conocido como /watf noky' ("guineo del diablo"). En

r29
realidad, esta no es una verdadera especie silvestre, sino es un tipo de
guineo (musa sp.) que tiene la facultad de auto prcpagarse en el hábitat
nan¡ral. No es un alimento prcferido, pero durante el ciclo de migración
se convierte en un sustituto importante del plátano hasta que se han
establecido los huertos de los Sionas y Secoyas.

El /watf noka/ no se encuentra por toda la selva uopical,sino más


bien a lo largo de las orillas de los rfos donde se depositan los hijuelos
durante los perfodos de inundación. Ninguna otra variedad de prátano o
banana conocida por los sionas y secoyas sobrevive bajo las condiciones
marginales en las que el /watf noka/ parece prosperar. El nombre de
"guineo del diablo" se debe a que las matas de lwatf nokd que se
encuentrafi en playas y orillas descritas no son sembradas por humanos,
de aqul que deben proceder de alguna fuer¿a sobrcnatural.

Cuando la aldea Siona-secoya principal de Ecuador se mudó del


rfo Cuyabeno a Shushufindi, en el rfo Aguarico, la gente iteiihdfa del
/watf noka/ por los 14-18 meses que el plátano toma en üegar al estado
producüvo. Bajo condiciones normales, no obstante, el /watf noka/ se
utiliza poco. Una familia común puede tener una o dos plantas en sus
huertos, pero la gran mayorfa de sus lnokal (nombre genérico para
Musaceae) son variedades de plátanos que se consideran muy
superiores a las bananas para cocinar y hacerla bebidalhoka k6nó/.

Las especies más importantes que se recogen y que son


verdaderamente silvestres son productos estacionales tales como
el lne?el
(Mauritia vinifera), la palma /ñutwurt (Astrocaryum tucuma) que
produce pequeños lptól ("cocos"), y /suni/ nueces (Caryodendron
orinocense). Estas frutas y nuec€s son recolectadas por miembros de
todas las familias, y llegan a ser elemenlos importantes en la dieta durante
ciertos perfodos del año. La palma Mauritia, o lne?el, produce
cantidades de ft¡ta en Enero y Febrero. Estas frutas son del tamaño de un
huevo de gallina y son muy duras cuando están verdes. Los indfgenas
buscan estas palmas en la selva, y cuando son localizadas se corta el árbol
y los racimos de frutas se entierran en el suelo por cuat$ dfas. Luego son
desenterrados y llevados a la aldea donde se los cocina al vapor de un
pote, se pelan y se comen, o se hace /ne?e kOnó/ ("bebida de Mauritia',).

130
La /nükwa/ (Astrocaryum sp.) da sus lpr;tól nueces del tamaño
de una pelota de golf durante Noviembre y Diciembre. Las partes de
aniba de estas nuec€s se cortan oon un machete, se toma el lfquido, y la
pulpa blanca se saca y se come. Las nueces lptólse comen principal-
mente como una comida ügera.

El /suni/, o maní del monte ("manf de la selva"), es una nuez


producida por iirboles grandes y con aletas de la selva (Caryodendron
orinocense) durante la estación seca de /ometikáwi/. Las vainas
redondeadas y frágiles del /suni/ contienen tres nueces en forma de rifión,
que los Sionas y Secoyas extmen y tuestan en el fuego antes de comerlas.
Además de las frutas y nueces antes mencionadas está un grupo de bayas
y frtrtas de menor importancia, incluyendo a muchas variedades de l&nél
o "guaba" (Inga spp.), /apási/ o "sapote" (Quararibea sp.) /yahV
(bayas rojas de Pseudolmedia laevis, un árbol grande), flafro krvi
ya?i/ (Pourouma sp.) /sunori/ (Herrania sp.), y lsi?r¿l, una nuez de la
palma Astrocaryum germinada que se cosecha del suelo de la selva. La
fruta del vomitivo k^s*l(Grias neuberthii) también se cocina en la
brasa y es similar a la fruta de pan en contexnlra y sabor. Dos plantas que
se dan en vegetación secundaria son la /siri bia/ (Physalis angulata), y
la ¡boho/ (Phytolacca sp.), que proporcionan hojas comestibles. El
corazln de la palma /wiña tikubi/ ("tallo joven") se coge de la lorál
(Iriartea sp.), /iné/ (Bactris gasipaes) lgosal (Jessenia bataua), y
de la /si?ral (Astrocaryum sp.) e /ini bo?e/ (Palmae no identificada).

El uso del yoco (Paulinia yoco) es uno de los rasgos


caracterfsticos de la cultura Tukano Occidental. Es un bejuco leñoso que
contiene cafefna (Schultes 1942), y se utiliza principalmente como
estimulante, temprano en la mañana, aunque también se utiliza a veces en
los rituales de cura de los shamanes (Cooper 1949: 549) niega saber que
el yoco se usa para fines mágico-religiosos). Al levantarse, los hombrcs
raspan la corteza del bejuco en un mate que contiene un poco de agua' y
luego aplastan las ralladuras hasta que el agua se vuelve café. Después de
comprimirla una últim a vez, se retira Ia corleza, y se bebe la infusión
amarga que queda. La búsqueda de yocu se combina con actividades de
caza. y cuando se localizan los bejucos en la selva, se cortan en pedazos y
se llevan de regreso a la aldea.

131
TABLA 5. Rendimientos en la recolección anual para una
familia de cuatro en Shushufindi

Alimento Kg Vo Porción kcal Total


Porción Comesrible kg kcal
Comesüble kg P.C.A

Flor¡
Fnru dcpalmr (M¡ur¡ti¡) s.p aa )t 38 10,34 ¡.430 14,786
Nue dcpalru (Astrocrryum sp.) 22,68 28 6,35 99ob 6.286
Corazón de palm (veries spp.) A5 100 0,45 2ú r17
Nuez (Ceryodcndron orlnocense) It,l4 r7 6,7t 6.960c 46.702
Zapotc silvsrrc (Mellsh cordrlr) I 0,t9 '26 2,83 480 1.358
/yahi/ (b¡y¿ dc Psedolmedie leevis) ,60 75d 0,45 8l0e 3a
C¡c¡o silvestn (llerrenir sp.) I,56 37 0,58 7tú 412
Cerezr de tiem (Phystlis rngulele)
Gu¡br silvctrc 1 Inge
0,45 90d 0,40 nú 2s2
spp.) 4,54 m 0,91 600 545
Fiohca (Phylolecc¡ rivinoides) all 85d ', a1 300h 693
Uva dc irbol @ourourne sp.) 1,00 50d 0,50 5701 285
/sya¡o/ (Fn¡t¡ no idc¡r¡,ific¿d¡) 1,36 .l0d 0,54 4S0J 259
Benan¡ e¡¡¡na -orito" (llusr sp.)k 500,?6 78 390,59 970 378.875

F¡un¡
llu*c de rctugr 7,36 t3 6,1 I 1.150 7.026
miel r,36 r00 r,36 3.060 4.t62
l¿¡v¡s 0,40 100 0,40 2. I 501 860

a INCAP (L*ung 1961)


b Duto, para Astrocaryum standleyanum utilizados como análogos.
c Datos p¿ua Carya illinoensis utilizados como análogos.
d Esrima<Io
e Datos para Prunus capuli utilizados como análogos
f Duto, para Theobroma blcolor utilizados como análogos
I Datos para Physalls peruviana urilizados como análogos
h Duto, para Spinacea oleracea utilizados como análogos
i D"to, para Vitis tlliifolia urilizados como análogos
j D"tot para Matisla cordata utilizados como análogos
k Má" que la mayoría de años debido a la falta de ñadurez de los plátanos en
"lto
los huertos, (Esta es una variedad de banana le¡anal u "oritos" que se
autopropaga; ver texto).
I D"to, para salchicha "mortadela" urilizados como análogos (INN 1965).

r32
Ritual en la Caza y Pesca

Hay basanrc más ritual y magia asociados con la cuzay pesca que
con la horticultura. Esto es consistente con el principio de Malinowski de
que aquellas actividades que involucran un alto grado de incertidumbre
tendriln una incidencia mayor de ritual asociado que aquellas que son
relativamente aseguradas (1935). Esencialmente, hay dos tipos de
comportamiento que buscan asegurar una buena cacerfa. El primero
consiste de magia y tabús que se refiercn a todos los cazadores, y el
segundo de rituales yagé especiales que son realizados por shamanes.
Los primeros se destinan a mejorar la habilidad del cazador y de sus
penos, mientras que los tiltimos, a incrementar la provisión de caza.

Los acos de magia usualmente involucran el uso de plantas de las


que se cree que tienen propiedades especiales y magia contagiosa. Con las
plantas que se usan en la magia de la cacerfa y la pesca se.procede asf:

1. El bulbo de la planta mágica /nuni/ o "piripiri" (Cyperus sP.) se


estrcga en las puntas de las lanzas y en las manos. Se cree que el
animat no se escapará de lalattza. [¡s cazadores usan /nunV por
indicaciones de un shamán, al igual que los seres de los rcinos
celestiales que ta¡nbién usan /nunV para tratar sus lanzas' El /nuni/
también se frota en los hombros y en el cuerpo de los perros de
caz: paraque ellos atrapen a la presa.

2. El término lma?fial se refiere a una clase de plantas que pueden


considerarse como "perfrlmenes". Las hojas de las plantas lma?ftal
se cortan por la mitad y se ponen en el hocico de los perros de
caza. También se frota /ma?ña/ en los anzuelos e hilos en la
creencia de que causará el que los peces se acerquen mansamente.
tos Ariña wa?V (seres celestiales) son los custodios del lma?fial, y
también lo utilizan en su pesca.

3. La Ailékl kaho/ ("comezÁn dela danta"; Xanthosoma sp.) es una


planta que se cultiva, cuyas hojas se cree son similarcs en
apariencia a las orcjas de la danta. La hoja de esta planta se cocina
con plátano, y la mezcla se da a los penos en la creencia que una
danta no escapará de los penos asf tratados.

133
4. La /ya?wi kaho/ ("comezón de safno" Xanthosoma sp.) se
prepara y utiliza de la misma manera que la lwéy¿ kaho/, pero es
eqpecialpara safnos o "pecarfs de collar" (Tayassu tajacu).

Se cree que todas las plantas antes mencionadas fueron


conseguidas de los reinos celestiales por los shamanes Sionas y Secoyas.

Las costumbrcs en relación a la preparación y cons¡rmo dela caza


también se cree que afecun a la suerte de la cacerfa. La mujer que cocina
la came no debe permitir que la olla se dename para que no se afecte la
punterfa del cazador. Cuando un cazador novato cazaryr primera vez, él
solo debe comer el cuerpo del animal, no su cabeza o extremidades, o en
el futuro tenderá a acertar estas partes y el animal podrá escapar. De igual
manera, el cazador que mata monos con una bodoquera debe comerse el
cuerpo, los brazos y patas de animal, y no su cabeza, ojos, cola, manos,
pies, o intestinos. Si él come la cola o el pie, por ejemplo, sus dardos
pegarán estas partes en futuras cacerfas, y el animal escapará. Si el
cazador come los ojos o la cabeza, se cr€e que el mono verá al cazador
antes de que dispare. De manera similar, el cazador no debe comer las
alas de los pájaros que ha matado, o sus disparos no darifn en el cuerpo
de pájaro.

Si un cazador está afligido por falta de punterfa, puede mejorarla


sosteniendo el cañón de su escopeta en los vapores de una olla donde se
está cocinando came. En la caza con bodoquera, se cree que la fuerza del
soplo de un hombre se puede fortalecer tomando un vomitivo hecho de
/kási/(Grias neuberthii). Cerca de diez frutas se rallan y se mezclan
con agua tibia, y entonces el cazador toma unos cinco mates llenos de este
lfquido, que lo hace vomitar en poco tiempo. Este t¡atamiento ayuda a que
el cazador desarrolle un soplo más fuerte que da al dardo mayor velocidad
y le permite penetrar pieles más gruesas.

Las relaciones sexuales no se prohiben antes de la cacerfa, perc se


crce que la preocupación por el sexo dará por resultado una mala punterfa
y reducirá la animación parac,azar. También se cr€e que un hombre debe
comer bien antes de cazar. Esto está basado en el principio de asociación
contagiosa: un cazador hambriento sigue experimentando hambre. El
aspecto pragmático de esto es que un cazador bien alimentado tendrá más

ry
energfas que uno que no ha comido suficientemente.

Uno de los mayores peligtos que se encuentran cuando se caza en


la selva es la mordedura de serpiente. En el pasado,los Sionas y Secoyas
capturaban a la /nutiyo/ o "chonta" (Clelia clelia) y se dejaban morder
porella en la creencia de que los inmunizarfa de un ataque futuro. Según
Pauelt (1978), la chonta es un cazador de varias culebras venenosas. Otra
práctica mágica involucra la esclarificación en la adolescencia, con la que
se aspira a mejorar la suerte en la pesca y en la caza de animales ribere-
ños. Se recoge lacoftezade un árbol conocido como rtuá?uo/ (Caryocar
glabrum), y luego se corta en tiras delgadas que se amarran firmemente
a los antebrazos, formando cuatro cercos paralelos en cada brazo. Estas
tiras se dejan allf por un üempo y entonces se quitan; luego aparecen
ampollas que circundan todo el brazo. Después de curarse, quedan
visibles unas bandas de tejido cicatrizal superficial. Los informantes están
de acuerdo en que quienes han pasado por esta esclarificación no fallan
como pescadores o cazadores de tortugas de rfo.

La importancia del shamán es manifiesta en las descripciones de las


prácücas mágicas precedentes, en el sentido de que él es el poveedoi de
las plantas rituales debido a su intercesión con los seres espirituales,
quienes son los custodios de las plantas sobrenaturales. Pero hay una
tarea aún mayor más allá de los rin¡ales individuales de caza en las cuales
el shamán debe ayudar, y ésta es la "llamada" de los animales de caza. Es
un dogma de las creencias Sionas y Secoyas que mientras mayor es el
poder de un shamán, mayor es la abundancia de animales de caza
alrededor de la aldea donde él reside. La gente dice que donde el shamán
lleva a cabo la ceremonia yagé y es fuerte, hay abundancia manifiesta de
caza; manadas de huanganas (Tayassu pecari) corren tan cerca de la
aldea que pueden ser escuchadas. En verdad, ellas prácticamente cofTen a
través de la aldea. Dantas gordas está¡r a lo largo de los senderos de caza,
y todo está bien en la aldea.

Cuando la suerte de los cazadorcs ha sido mala, ellos van donde el


shamán y le piden que realice rituales yagé especiales para atraer
animales de cazaal árca. El yagé provee el medio por el cual el shamán
se comunica con los gUardianes de los animales de caza. Cada especie de
animal tiene su propio guardián. El nombre genérico para guardiiln es

135
fta?rú|, y es un ser espiritual que gu¡¡rda al animal en un cerramiento o
corr¿I. Na?wi ta?nil, ln[s6 u?N, y Ílémt ta?rn/ se refieren a los
guardianes de los safnos, monos chorongos y cotos, respectivamente.
Algunos animales tienen guardianes con nombres personales más
especfficos, como /weapeary', el guardián de las huanganas o /sésé/.
Aileapaú vive en el mundo subterráneo y el shamiln puede comunicarse
con él después de haber ingerido yagé, y pedirle que mande manadas de
huanganas a la aldea. /?okóme/ es el guardián de los peces en el rfo. El es
una pequeña figura antropomorfa de un metro de al¡o, y vive en las aguas
del rfo. El shamán puede conferenciar con él para mejorar la pesca cerca
de la aldea

El rin¡al de llamado m¡ls elaborado es para la danta (Tapirus


terrestris), el más grande y raro de los animales de caza de la selva
lluviosa de sudamérica. La matanza de una danta grande provee de
abundante came de alta calidad para la aldea. como la dania es rara,
aunque muy apreciada por la cantidad y calidad de su came, es lógico que
el ritual de llamado con la que se asocia sea el más complejo de todas
las cercmonias de llamado, e incluso se considera peligroso si las
condiciones rituales no se siguen con precisión.

Lutayo es la lt¿?rÉ/, o guardiana de las dantas. Ella aparece en el


mito Siona-Secoya como una de las esposas de Muhü ("irueno"), el
antagonista del héroe de la culnrra, Baina. Se cree que, si la ceremonia de
üamado de la danta no se rcaliza corecta¡nente, Lutayo se disgustará y
causará que la üerra se hunda e inunde. verdaderamente, el peligro propió
de la ceremonia es tan grande, que er sha¡n¿ln se muestra muy ñnuente a
llevarla a cabo. si continúan las peüciones para el ritual, sinlmbargo, el
shamán será eventualmente persuadido para celebrarla. como la
ceremonia pone a la tierra en peligro de hundirse, se ¡oman precauciones
especiales con fespecto al contacto humano con la tierra y et água. Toda la
aldea debe estar en silencio dura¡rteios varios dfas de la ceremonia- El dfa
que el yagé debe ser tomado, todos los hombres se reunen en la
/yahé
wi?é/ ("casa Jagé"), mientras las mujeres son confinadas en sus casas y
no se les permite hablar. A nadie se le permite baftane en el rfo en este
dfa. Desde el momeno en que se ¡oma el yagé en la tarde hasta el final de
la cercmonia al dfa siguiente, a nadie le está permitido caminar u orirurse
en el suelo. Si alguna de estas condiciorps es violada se crce que la

r36
misma tiena en que está asentada la aldea se hundirá e inundará, como la
pisada de la danta se llena de agua después de que el animal ha pasado por
la selva.

Durante la rpche, el alma del shamán vuela donde Lutayo, plantea


la necesidad de came de su gente, y apela a ella por ayuda- En la mañana
el shamán indica los resultados de sus diligencias: "La danta está en ese
sendero... vayan y vean". Los informantes dicen que cuando se realiza
esta ceremonia las dantas vieren mansamente y son muy gordas.

No se descubrió un comportamiento ritual asociado con la


recolección de plantas silvestres para fines alimenticios. Hay, por
supuesto, un ritual asociado con la recolección de yagé, de otras plantas
medicinales y psicotrópicas, y de ciertas otras plantas que tienen usos
ceremoniales (p.e./mamekoko/ una especie de Pariana que se usa para
hacer las matracas del shamán). El único riual asociado con la recolección
de productos animales se relaciona con los huevos de tortuga, por el
principio del contacto del shamán con el guardián de las tortugas por
medio del yagé.

Eficiencia en la Obtención de Recursos Silvestres

De los 283 viajes de cacerfa que se originaron en Shushufindi y de


los cuales se obtuvieron los datos de rcndimiento, se rcgistraron los
tiempos exactos de partida y llegada de92. El üempo promedio para estas
cacerfas fue de 7,56 horas hombre. Como se muestra en la Tabla 4, el
promedio fue de 21,35 kg. de came despostada (e.d., sin vfsceras, pero
con hueso) por cacerfa. Para calcular lo que se obtiene de calorfas, el
rendimiento se reduce en un 307o adicional que toma en cuenta el hueso y
las partes del cuerpo no comestibles, resultando un rendimiento promedio
de 14,94 kg. de came comestible por cacerfa. El valor promedio en
calorfas de caza de los Sionas y Secoyas se calcula que es
la
aproximadamente de 170 kcal por kilogramo (basado en un estudio de
cames en Leung 1961). Como la mayor parte del tiempo en las cacerfas se
pasa en caminar por terreno nivelado, se toma como base para el c¿flculo
de consumo de calorfas la cifra de Montgomery y Johnson (1976) de 6
kcal por minuüo (o 360 kcal por hora) para esta actividad. (Se supone que
los perfodos de descanso o de acecho lento se compensan con el gonsr¡mo

r37
extra de energfa requerido cuando se regresa cargando el producto de la
cüLa a la aldea). Con estas cifras es posible calcular con la siguiente
fórmula la ganancia de calorfas como producto de lacaza en Shushufindi
en1973:

eficiencia 14,94 kg. x 1.7ü) kcal por kg.. 25.398,0


de la caza = =- - 9,33
7,5ó horas-homb're x 360 kcal por hora-hombre 2.72r,6

Utilizado el mismo método de cálculo,la ganancia de calorfas de la


caza en el rfo Cuyabeno se estima que es de 2,48 a I (basado en un
muestreo pequeño de l7 cacerfas con un rendimiento promedio de 5,67
kg. de came despostada; registrado en una visita en junio de 1974).

En la pesca, una muestra de 8l viajes que partfan de Shushufindi


duró un promedio de 8,8 horas-hombre y produjo un rendimiento medio
de 8,95 kg. de pescado. Con un margen de 3OVo para los desperdicios,
101 kcal por cada 100 gramos de la parte comestible, y un consumo de
energfa estimado en 240 kcal por hora (basado en r¡n rirno de trabajo
moderado de 4 kcal de consumo porminuto), la ganancia de calorfas de la
pesca en Shushufindi se calcula que es de 2,99 a l.
Para el Cuyabeno,
una pequeña muestra de cinco viajes de pesca que duran un promedio de
4,15 horas-hombre produjo un rendimiento medio de 2,81 kg. de
pescado, dando una ganancia de calorfas estimada de 1,99 a l.
A continuación se dan varias observaciones explicativas. El
rendimiento de calorfas de 9,33 a I para la caza en Shushufindi es una
señal de las buenas condiciones que hay para esta acüvidad durante los
primeros años de un nuevo asentamiento. Aunque basada en una muestra
pequeña, la relación de 2,48 a I para el área del Cuyabeno señala el
potencial para el agotamiento de caza alrededor de poblados establecidos
por largo tiempo.

Las relaciones para la pesca son algo engañosas, porque el


rendimiento de calorfas de casi 3 a I en Sushufindi parecerfa sobrepasar al
rendimiento de casi 2 a I en Cuyabeno; sin embargo, debe recordarse que
la pesca en Shushufindi está primordialmeme limitada a la estación seca,
mienEas que la pesca en el rfo Cuyabeno es una actividad de todo el año.

138
(Desaforn¡nadamente, no fue posible pasar en el Cuyabeno el tiempo
suficiente para registrar un número grande de rendimientos, pero los
informantes declararon que las muestras registradas eran fepresentativas).

Además, la relación de 2,48 a 1 para la cazaen el Cuyabeno parece


ofrecer un mejor rendimiento que el 2 a I de la pesca. Sin embargo,
informantes usualmente confiables declaran que los rcndimientos de la
pesca sobrepasan regularmente a aquellos de la caza en el área del
Cuyabeno. Yo tiendo a aceptar estas declaraciones porque la pequeña
muestra de rendimiento de la cazapara el Cuyabeno incluye el producto
de varias cacerfas en la cabecera del rfo; estas cacerfas prolongadas se
emprenden a intervalos de varios meses, y por coincidencia mi visita al
área coincidió con el regreso de los cazado¡€s, aumentando la cifra más
atlá de lo que de otro modo habrfa sido.

En cl Capftulo VI se trata de las contribuciones relativas a la dieta


Siona-secoya de los diferentes modos de subsistencia, como también de
las cambiantes estrategias empleadas en la utilización de recursos. En
términos de patrones de organización, la disertación presentada en este
capftulo indica cómo puede lograrse efectivamente la obtención de
alimentos silvestres a nivel individual; la naturaleza dispersa de la mayorfa
de recursos de la fauna y la flora, y los relaüv¡rmente simples y livianos
implementos y aÍnas empleadas no aportan ventajas a la participación del
grupo en estas actividades. La mayorfa de tareas de caza, pesca y
recolección no requieren de coordinación de grupo o de una función
activa de liderazgo. Los mayores grupos cooperativos se forman cuando
existen condiciones especiales de una mayor disponibilidad de recursos;
e.d., para las cacerfas comunales, cuando ocasionalmente aparecen
manadas de huanganas y para la pesca con veneno durante la estación
seca. Incluso en estas ocasiones, el número de participantes no necesita
sdr mayor que 10-15, y raramente excede de 20-25 individuos. De aquf
que los miembros de una, o talvez dos, familias grandes o /hai wi?é/ son
suficientes para. conducir las cacerfas comunales ocasionales y las
actividades de pesca de los Sionas y Secoyas.

Desde el punto de vista nativo, el factor más importante en el éxito


dela cazay la pesca es la intercesión del shamán en su papel de mediador
con los guardianes sobrenau¡rales de la caza. Por tanto, los miembros de

139
la /hai wi?é/, juno con su shamttn-jefe o ñnti ba?iki/, proveen ambos del
penonal y de la protección espiritual para una explotación efectiva de los
recursos alimeruicios silvesres.

l¿10
CAPITULO vI
CONTRIBUCIONES Y ESTRATEGHS DE
SUBSISTENCIA

Los capítulos anteriores trataron sobre la tecnologfa básica de la


subsistencia Siona-Secoya. Este capftulo considerará las contribuciones
relativas a la dieta de los diferentes modos de conseguir alimento, algunos
de los parámetros de la disponibilidad de recursos, esUategias altemas de
utilización, y el papel de la movilización como una respuesta de
adaptación a la economfa nativa.

La mayorfa de los datos obtenidos sobre actividades de


subsistencia pertenecen al poblado de Shushufindi en el rfo Aguarico. La
población allf no fue uniforme por todo el perfodo de investigación, al
llegar emigrantes Sionas y Secoyas desde el Cuyabeno y Secoyas desde
el rfo Angusilla varias veces durante los años 1973 y 1974. Además, los
Secoyas recién üegados frecuentemente iban y venfan entre Shusttufindi y
Caño Negro (un pequeño poblado en el Aguarico más abajo de la boca del
rfo Cuyabeno). Todos juntos, el número de Sionas y Secoyas que
pasaron algrún tiempo en Shushufindi excedfa de 200 individuos, pero
serfa impreciso tomar este número como la población de aldea.
Prorrateando cada individuo según el tiempo que en realidad pasó en
Shushufindi es posible estimar que la población media de la aldea para
1973-4 fue de 132 personas (es decir, el equivalente de 132 personas
viviendo en Shushufindi todo el tiempo).

Enla aldea central habfa un total de 16 unidades de producción en


horticultura. Doce de estas consistfan de familias conyugales -nucleares,
tres de familias extendidas (de dos parejas conyugales-nucleares cada

14l
una), y una esBba fomrada por un grupo bastante exte¡rso de cuatro
parejas conyugales nucleares. Como se dijo en el Capftulo IV, el
predominio de famüas conyugales-nuclearcs como unidades productivas
en la horticultu¡a es un adelano rwiente, y su viabilidad se deriva de la
creciente eficiencia proporcionada por los implementos de metal. Las
casas grandes en Shushufindi siguen el patrón de la Aai wi?é/ ("casa
grande") tradicional l.

Veinte y seis hectáreas de tiena fueron despejadas y plantadas


desde los inicios de la aldea a principios de 1973 hasta enero de 1974 (ver
Figura 4)2. Como la nueva limpieza de tierr¿ no tuvo lugar hasta la
estación seca siguiente (Noviembre-Enero 1974-5), y el trabajo de campo
terminó en Matzo de 1975, esta cifra represent¡¡ la cantidad efectiva de
tierra para la horticultura durante el perfodo de es¡dio.

El tar¡año promedio de las posesiones de las 16 unidades de


ptoducción, oomo las de enero de 1974, era de 1,6 hectáreas cada una,
con una desviación standar de 0,7 hectáreas. Las posesiones
generalmente se dividfan en varias parcelas pequeñas. En otal lnbfan 42
huertos (un promedio de 2,6 por unidad de producción) con un promedio
de 0,6 hectárcas (y una desviación staridard de 0,4 hectáreas).

EnlaTabla 6 se comparan las cifras de producción anual para los

t. Rfo ¡rrib¡ dc Shruhufmdi (cn los rfoc Eno y Agurio) hay poblados que
cm¡istco & grupor rc¡idcsrci¡lc¡ prtrilocaler" con rlr shun&r-ifc crd¡ r¡ro.
Estos grtryos fmriliuc¡ son del e¡tilo de lü /h¡i wi?é/ tr¡dicionalcs. ¡olo
gue lor hilrs casdos y sus espos¡s y niños ¡esiden ¡hor¡ c,l¡ Gstn¡ch¡r¡s
sepmdas en lugar de en l¿ 'crsa grurdc" seccimrd& y hrcn huer¡o¡
idividualc¡ €n lWú de com¡malcs.

Lor nryu dc hucrto¡ ¡c hicicron de foognfirr ré¡c¡¡ tom¡d¡¡ dc¡& r¡ra


rvionct¡ y ñrcron chequcrdrr por mcdirtu tsrc¡t¡cs hechr¡ con cinu y
bntjula Sc hicic¡or¡ cheqr¡eoe dc crmpo con inform¡¡rtc¡ pct &tcrminer los
lfmitc¡ de lar parcclrs y oEot rsuntos rclrionrdo¡ oon ruc pr&ticrs de
hqticulu¡r¡ (por e!:mplo, loo ticrnpor pn limpir y plmtr, invcntrio¡ de
cultivos, co¡disiones del ¡rrclo, ¡endi¡nicato¡, crc.).

t42
difercntes modos de subsistencia, en base a los duos de una familia
conyugal-nuclear de cuatro individuos. (Las relaciones de las calorfas
realmente consumidas difiercn de la producción bruta, como indica la
ter@ra columna de la Tabla 6)3. Para esümar las cifras de producción
anual para todo el poblado de Shushufindi, la muestra ponderada se
multiplica por el factor no ponderado para cada modo de subsistencia
como se presenta en la Tabla 7.

como las relaciones de eficiencia (calorfas producidas: calorfas


consumidas en la producción) para los diferentes modos de subsistencia
se calcula que son de 52:1 para la horticultura, de 9,3:l para la caza y de
3,1 para la pesca (ver Capftulo V), la horticultura no es solo la que
produce más calorfas, sino la forma más "efigiente" de producción. Sin
émbargo la importancia de los modos productivos no debe determinarse
solamente en base a la canüdad y facilidad de producción; uno también
debe considerar los aspec¡os cualitativos de la producción de alimento. El
bienestar flsico se mantiene no solo con el consumo del número adecuado
de calorfas; las dietas de los individuos también deben contener una
distribución razonable de carüohidratos, pfotefnas, grasas, vitaminas y
minerales esenciales, si es que han de gozar de buena salud.

Requerimientos de Calorlas

Las raciones recomendadas para los dife¡entes nutrientes han


variado con el tiempo debido al de,sarro[o de la ciencia de la alimentación'
perc en su mayorfa se han basado en las utilizadas porlas poblaciones de
ias naciones industrializadas de la zona templada. Algunas
Organizaciones, tales como la organización de AlimenOs y de Agricultura
de las Naciones Unidad (FAO), han examinado los poblemas de nutrición
en el mundo, y una cantidad de invesügadores individuales han
conducido estudios en poblaciones no-occidentales. Desaforn¡nadamente,
ha habido relaüvamente pocos esh¡dios sobre nutrición en los trópicos en
general, y sobre la gente aborigen de las tierr¿s bajas de América del Sur
en particular.

3. L¡ familia con¡ta de rur hombre de 36 ¡¡1os. 8u erPosa de 30 años' y dos


hijas de 12 y 6 años reepcctivrmcnte.

r43
TABLA 6. Contribución anual relativa de los modos de
subsistencia para una familia de cuatro en
Shuishufindi (1974)
Modode Producción Porcentaje Porcentaje Es¡im¡do
Subsi¡tenci¡ Bruu kcd en el cq¡sumo RealF

Haniq¡hu t.?78.340 t4,6 7\o


Cu 1.(X7.t16 10,1 It,4
Facr ?9.356 0,8 2,0
Rccoleci&r 475532 5,¡ b
Alinrcntd ccnpredc to t(

10.381.044 1@,1c 100,0

a En base a inspecciones y observaciones de los patrones de consumo.


b Alto debido a la dcpendencia en las bananas enanas u "oritos" /watí noka/
despuós de la migración (hasta que empiezan a producir los plátanos de los
huertos).
c Errado debido al redondeo.

TABLA 7. Producción anual estimada para varios modos de


subsistencia en Shushufindi (1974)

Modode Mrrcstra ponde- F¡cror No Tot¡l Estim¡do


Subsistencia rada kcal Ponderado kcal

Ilortio¡l¡m t.Ttt.vo 26,00 228.236.U0


C.a 5.99L7O6 418¡ 2Á.t57.t6r
Pc¡c¡ 439.222 5,52. L4X¿.490
Rccolsciórt 475.532 22,87. 10.t77.794

Td¡l 26t.394.985
Roqr*rimicnto rrutl cstimrdo prn l¡ ¡l&¡ b I 05.706.920c

a Redondeado
b t3Z itt¿iri¿uos por 800.810 kcal/año; basado en el método de cómputo de la
FAO (19s7).
c La diferencia entre el total estimado de kcal producidas y el requerimiento anual
estimado es wra medida de la velocidad mayor que la usual en la limpieza de los
huertos después de las migraciones (en el año inicial, el ritrno de la limpieza es
aproxirnadamente el doble que el de los años cuando el ciclo de siemb,ra-cosecha
ya está establecido), y de lasreservas de productos no cosechados en existencia
(especialmente la yuca).

144
A la dcficiencia de los estudios sobrc nutrición en los
pesar de
rrópicos, cs posiblc cvaluar el estado gcrrcral de los Siona-Secoyas en
base a exámer¡es de su dieta diaria. La tabla 8 muestra los requerimientos
dc catorfas estimados para los Siona-Secoyas basados en el método de la
FAO (1957). La cstimación de los rcquerimientos diarios sc ajusta al
scxo, cdad, pcso dcl cuerpo, y temperatura anual media. El rcqucrimiento
total mcdio de acucrdo a este método sc calcula que es de 2.t94 por
pcrsona por dfa.

TABLA 8. Requerimientos di¡rios de calorías estimados para


los Sionrs y Secoyas de Ecuador (Basados en el
método de cómPuto de la fAO).

Catcgoría Eda&s Re$¡cdtnicruoc Rcgrcrimicrtto


I¡rdividudcs Tot¡l de la
llrtedio'¡ r Cetegocia

!iiño¡ (>4b tr t.tt* 6.t72


5-9 35 ¡.9?O 6r.950
t0"t4 n 2.610 97.tto
l&¡¡h¡¡ rdolcccgltcs
¡6t9 t5 3.0t? 4t.555
O!¡cdio5?3 l(!)
lrlui¡c¡ Addo¡s¡tc¡
522 l6t9 ¡ó Lt32 34.n2
G ta€dio \.1
Itunboeduln
ó0.1¿¡4
(p.rncdio62,1 tt) 2(}30 2l 2.UA
3G¡00 l3 2.nt 3ó.t ¡4
¡ll}tO l4 L6r2 37.6tt
5(l,6|) 6 2.4n t4.t62
&70 5 z26t Ir.3lt
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(p. rncdio 5$6 19) 2(l30 2 LX2t 49.016
:10'¿O It Lr62 29.7t2
¡ll}50 9 zv,4 tt.t46
t!ú0 9 r.grt r7.tt2
60.m ¡ r.?60 t.?ó0

M
fq¡Edrükro n dio 2.19a cdciu/pcrrcddr

t Todos los requcrimicn¡os cstán ajusUdos a l¡ edad, ssxo'_Peso corporal' y


¡cmpera¡ura anúal media corno indica el método de l¡
FAO (1957).
b Los rcquerimientos ¡dicion¡les de catorí¡s pra el embar¡zo y la l8c¡mci¿ están
incluídos cn el gnrpo de 0.4 r¡lo¡.

145
La Tabla 9 presenta un análisis de la dieta en Shushufindi basado
en quince ingestiones diarias (un total de cinco individuos fueron
examinados por tres perfodos de 24 horas cada uno). El requerimiento
medio diario para este grupo es de 2.223, o sea muy cercano al
requerimieno medio de todos los grupos de edades Sionas y Seóoyas
calculado en la Tabla 8. Por lo tanto, los requerimientos de calorfas para
las relaciones de edad-sexo-tamaño del examen de la muestra de la dieta
es comparable a los requerimientos medios totales para todos los Sionas y
Secoyas en Ecuador. Como se puede ver en la Tabla 9, la ingesüón diaria
media para la muestn esh¡diada es de 2.215 calorfas por persona, lo que
es casi igual a 1as2.223 calorfas.por persona por dfa recomendadas por la
FAO. Los datos del examen sugieren, por tanto, que la dieta Siona-
Secoya es adecuada en términos de ingestión de calorías.

Requerimientos de Protefnas

La ración de protefnas recomendada por la FAO (1973:74) es de


37 a 62 gramos por dfa para un hombre adulto que pese 65 kgs.
(dependiendo de la calidad de la protefna). como se muestra en la Tabla
10, la cantidad mcdia de protefna vegetal de las dietas Sionas y secoyas
es de 15,4 gramos por dfa. Es asf de baja porcpe los alimentos vegetales
principales, la yuca y los plátanos, contienen solo wt lvo de protefna
(Leung 196l:26,61). Es imposible para los Sionas y Secoyas alcanzar lo
que requieren de protefnas con sus productos vegetales tradicionales; un
individuo tendrfa que comer 5 kgs. de yuca para obtener 50 gramos de
protefnas, pero en el proceso consumirfa 6.600 calorfas, lo que es mucho
más del requerimiento de calorfas para un dfa. Además, la protefna que se
encuentra en la yuca es "incompleta" en el sentido de que es muy baja en
los amino-ácidos esenciales (Pyke t970 24-25).

La protefna animal, por otro lado, es usualmente "completa"


porque contiene los aminoácidos esenciales metionina, fenilanina,
triptófano, treonina, leucina, isoleucina, valina, lisina, arginina e
histidina. Estos compuestos se dice que son esenciales porque son los
aminoácidos que no pueden ser sinteüzados por el cuerpo humano. Los
aminoácidos son necesarios porque constituyen la estructura de muchos
componentes del cuerpo, tales como músculos, venas, enzimas digestivas
y metabólicas, ciertas hormonas (por ejemplo la insulina), y anticuerpos

r6
TABLA 9. Ingestión diaria media para cinco individuos en
Shushufindi (Basada en un muestreo de tres días
cada una)

Sero Ed Pcso kc¡l P¡ornodio hotsín¡ Prctcú¡¡ Tot¡l de cr¡bohi-


Lg. nal
Rccsnc¡¡d¡d¡c Anitnd dc phntrs Protein¡¡ Gr¡¡¡ dratos
pch FAO¡ lc¡l I s88 s

Hqnb¡c 4 63,5 2.716 3.365 t5,0 u,r l(B,1 41,5 6t5,3


Hqnbrc 24 6r,? 2.t49 2.t95 92,7 22,9 116,0 47,O 595,0
Mui¡ ó5 S2,t r.632 1.849 55,3 t3,2 6t,2 26,8 384,0
Mujt¡ 25 55,8 2.350 1.9ól 11,2 12,6 t3.8 28,7 404,0
Mujtx 4 15,0 1.550 1.005 r9,0 8,4 n,4 t,t u2,o

V¡lor6 p¡cnedioc 2.2r5 64,6. r6j| to.9 ¡ 30,6¡ 462,1t

a La diferencia entre los resultados de esta tabla y los de la Tabla 10 se debe al


redondeo.

(por ejemplo la gamaglobulina). Ellos también regulan el cuerpo


manteniendo la presión osmótica y el Ph de la sangrd. La protefna animal
tiende a ser completa (es decir, contiene la mayorfa de los aminoácidos
esenciales) porque los animales son concentradores en la cadena
alimenticia.

Aunque los alimentos de plantas proveen e179,37o dc las calorfas


en las dictas revisadas, suministran solo el l9,l7o del total protefnico. Al
contrario, la came y los productos animales Suplen solo el 2O,7Vo del totai
de calorfas, pero proporcionan el 80,9Vo de la protefna (un promedio de
65,3 gramos por persona por dfa). Asf, la caza y la pesca son actividadcs
vitales para lgs SiOna-SeCOyaS, aunque nO SOn "efiCientes" como la
horticultura de roza-y-quema-en términos de producción de calorfas.

Requerimientos de Distribución de Alimentos '

. El Consejo de Alimento y Nutrición de la Academia Nacional de


Ciencias recomienda que el SOVo de las calorfas de la dieta promedio para

4. Comunicación personal del Dr. Howard Appledorf' del Departamento de


Ciencia de los Alimentos. de la Universidad de Florida.

t47
TABLA 10. Componentes de la
dieta Siona-Secoya en
Shushufindi (basados en un muestreo de quince
ingestiones diarias individuales)
Alimcnto ltrmcdio Lcal¿ Prorqín¿ P¡otcín¡ Torrl de c¿rbohi-
slDü Anim¡l de pbaus ho¡cinas CÉ dn¡s
8t8 88
lüono chorongob ¡4ó,7b 242 27,4 ?7,4 13,6
P¿va color¿d¡ c 1ac I I,ó I ,l¡ 0,3
Pescado l9s,td 200 35,5 155 <1
lluwo de tonugr 6,1 d 0,8 0.ii 0.4

Plá¡¿ns ¡ 8,1 z) o,2 o2 0,1 5,8


Sopa de plárrnoe 43,0 f 57 0,5 0,8 0,0 t5,2
Bcbida dc pláuno 8 zSt,2f 343 ¿8 0,3 0,8 90,8
Ban¡na 9,t l0 0,1 0,¡ -L5
Yue (ceinede) r29,8 l7t 1,3 I,J 05 42,6
Pan de yuca (cesag¡h l 07,8 345 1,6 1,t 0,5 87.3
Bcbide dc ¡lcat 167,6 22r 11 l1 0J 5{,9

Chs¡t¡du¡o 24,td 49 0,6 0,6 I ,l 10,3


Bebiü dechor¡dr¡¡oJ 205,0f 303 3,6 3,6 4,E 75,6

Prpayr 43,2 14 o,2 0,2 - 3'6


Caña dc azúcrr (lugo) 66,_i 55 0,2 0,2 0,1 13,6
Rencelmlr sp. 13,0 4 0,1 0,i tp.
P¡¡d¡urn sp. ? vc¡ügio :
AJI sp. v€stig¡o
,\noz I 3t,9 lt6 )1 )1 0,2 25,4
Aácar I 12,1 47 - 12,0

t.512,4 2.215 65,3 15,4 t0,7 440,6

a INCAP (Leung 196l).


b Duo, para carne de cabra usados como análogos.
c Datos para carne de pierna de pollo usados como
análogos.
d Ab*d"rrr" esracionalmenre dur¡rnte el período
de investigación (Diciembre l9?3-
ma¡zn 1974).
e ll<:ttkel
f P"ro seco equivalente (25% g" p"* húmedo como se determinó por análisis).
8 /noka kóné/.
h naat.
i /elt¿ toné/.
j /¡"-¿ri k6né/. acrualmentc hccho
de una mczcla dc chontaduro y de plátanos.
k Doto, para calabaza usa<tos como análogos.
I S" a comerciantes tlel río.
"ornpn"

148
los americanos deberfa proceder de carbohidratos, el 4OVo de grasas, y el
l\Vo de protefnas (1968). El Dr. Howard Aplleforf, un cientffico en
alimentos y nuUición de la Univenidad de Florida, cree que la relación
óptima es del ffiVo paralos ca¡bohidratos, y para las gfasas y pJotefnas el
20% para cada una (comunicación personal). Los carbohidratos y
protefnas contienen cuatro calOrlas por gramo' y las grasas tienen nueve
i¿orfas por gramo. Multipücando el número de gramos de carbohidratos'
pfotefnas y gfasas por sus valores en calorfas, es posible calcular que los
iaúotti¿tatos contribuyen con aproximadamente eL75% de las calorfas de
la dieta Siona-Secoya, miengas que las pfotefnas pfoporcionan el l4Vo y
las grasas el ll7o. Por tanto, los carbohidratos exceden los valores
recoinendados, y las protefnaf¡ caen dentro del rango sugerido por el
consejo de Alimento y Nutrición y del Dr. Aplledorf. De los tres
componentes principales de la comida,la grasa es la rinica que cae muy
por debajo de los valores recomendados.

Aunque los siona-Secoyas no han hecho nunca un análisis


cientffico dé sus patfones de consumo, la escasez de grasa en su dieta no
la pasan por alto, esto lo muestran de varias maneras. cuando en una
conversación se mencionan alimentos tales como el chontaduro, los
huevos de tortuga, o la vaca marina, el primer comentafio es siempre que
ellos contienen mucho aceite o manteca. Los Sionas y Secoyas tienen una
marcada preferencia por cazar monos chorongos durante el mes de Abril,
cuando tienen una caPa de gfasa en sus cuerpos' e incluso han llamado a
este perfodo /nasowiyape tikáwi/ ("temporada en que el chorongo está
gordó"¡. Una vez que han matado a un chorongo 10 que primero hace el
óazador es pellizcár la came del animal en !a cintura para averiguar el
grosor de la capa de grasa.

Durafite todo el trabajo de campo,la gente de Shushufindi trató de


sonsacar aceite de cocina de mi esPosa. Una vez Esteban compró
dos
libras de manteca de freir a un comerciante del rfo, pero poco después Ia
hermana de su esposa visitó la casa y sus niños fueron sigilosamente
puede
hasta el área de cocina y se comiefon todo el paquete. También se
notar que la ceremonia yagé especial para llamar a la danta (descrita en el
Capftuio V) está especialmente destinada para atraer animales gofdos cuya
grasa pueda ser dérretida y guardada en o¡as para consumirla más
adelante.

t49
Un Sistema Dinámico
La población dc shushufindi conünuó crccierdo durar¡te el trabajo
de campo, y hacia la temporada seca dc 1974-s, se habfan limpiado y
plantado 13,2 heoárcas dc hucros nuevos (9,6 hectáreas adicionales por
los residentes dcl año anterior, y 3,6 por tos recién llegados). Esto hizo
que cl total de ticrr¿ en culüvo llegara a39,2hectá¡eas. Dado este ritmo de
limpieza, no hay ninguna señal de quc se esté desamollando una escasez
absoluta de ticrra en shushufindi, incluso si cl poblado continúa
recibicndo inmigrantes de otras comunidades Tukano occidentales. sin
embargo, hutio prcfererrcia en ubicar los huertos nuevos ccrca del rfo o de
uno de sus uibutarios pequeños, antss de adentrane en la sclva tejos del
rfo; seis familias extendieron sus parcelas alrededor de la aldca principal,
pefo otr¡¡s 16 buscaron nuevos lugares al lado nortc del Aguarico, o to
i
largo de sus orillas, lejos de la aldea popiamcntc lvcr Figura 4). La
facjlidad de transporte fue ra razón principal dada pata esie patrón de
utilización de tierra. Por tanto, la idea de una ticrra dcseable para la
horticultura puede ser algo menor en términos absolutos que la cantidad
disponible de ücrra bien drcnada.

Hacia mediados de 1974los plátanos de los Siona-secoyas en


shushufindi empezaron a madurar y consecuentemente decayó la
dependencia en la rccolección de la banana cnana "orito,' silvestre. como
resultado de csto, la contribución total dc las plantas alimenücias
recolectadas a la dieta declinó a un nivel bastante más bajo
(aproximadamente al lvo de la ingesüón total de calorfas) que
durante los
mescs iniciales del asentamiento.

El rendimicnto de la caza registrado para Diciembre de lg74 -


Marzo de 1975 muestra una cafda del 40,6% en rclación al perfodo
correspondiente de 1973-4. (El rendimiento medio por cacerfa üajó de
25,78 kg- de came despostada a 15,31 kg.) t-a Tibla il muestra las
probabilidades para matar a los animales de caza más grandes en
estos
dos perfodos. como se puede ver,las probabilidades para todo animal de
caza del Grupo A declinaron (con excepción de la danta: ver nota c),
siendo la declinación más dramática para las huanganas y para las cuatrc
especies de aves de caza. D¡do el gran tamaño y ta extinCión del territorio
natural de las manadas de huanganas, no parcce probable que su

150
Tabla ll. Comparación de probabilidades de caza para
especies selectas en estaciones secas
consecutivas. (Dic.-Mar. 1973-4 y 1974-5 en
Shushufindi)
Porccnuje de lr plobebilided da c¡zr¡ dr¡r¡otc ¡¡r¡ c¡ce¡í¡ de Un Di¡
Espocies Dic.-Ifa¡. 1973.4(n)e Dic. M¡¡. 1974-5 (n)b

G.|RLrcA
Dmu rl 0) 3,6 c (l)
lluengue 69,7 (53) 0,0 (0)
S¡íno 42,r (32) ?t I (e)
Mono Chorongo 21,6 (21) 25,0 Q)
Paujü 3l,6 (u) t7,9 (5)
Pav¡ 26,1 (20) (2)
Pav¡ colond¡ 6,6 (5) 3,6 (l)
Trcnpc¡so 7.9 (ó) 3,6 (l)

CRTJPOB
Arn¡diüo 0.0 (0) t7,9 (s)
C¿imán 0,0 (0) 7,1 (2)
G¡r¡s 1,3 (l) 7,1 (2)
Gun¡¡ 0,0 (0) 3.6 (l)

a Basado en una mues¡ra de 76 cacerías.


b Basado en una muest¡a de 28 cacerías (la reducción en el tamaño dc la prueba se
debe a la naturaleza de las actividades del trabajo de camp<l y no a una reducción
en la frecuencia de las cacerías).
c Puesto que la caza de la danta es un evenlo importante en la vida de la aldea,
siemprc se avisa sobre ella, y la probabiliclad incremenrada que se muestra se
debe por tanto al tamaño pequeño de la prucba, y no a un incremento en el ritmo
de caza-
d El cambio en las probabilidades es el resultado del cambio en las estrategias de
caza.

desaparición de la segunda muestra sea el resultado de que se los haya


cazado mucho. Puesto que el safno vive en grupos más pequeños y tiene
un territorio relativamente limitado, parecerfa más vulnerable a las
presiones de la cacerfa local que la huangana. Los rendimientos más bajos
registrados para el safno, el mono chorongo y las aves dc caza, son
probablemente indicadores confiables de las incursiones de cazar estas
especies durante el perfodo de la prueba.

Los animales del grupo B en la Tabla I I merecen una mención


especial. Su mayor incidencia en la muestra representa la altemancia de

15l
del cazador Siona-Secoya en el üempo. Cuando la aldea de
estrategi¿ls
Shushufindi fue fundada en 1973, la caza era buena, y los hombres
preferfan salir en lo que antes ha sido descrito como "cacerfas de
oportunidad". Es decir, a ellos les gustaba dejar la aldea en la mañana y
cazar afuera hasta medio dfa y luego regresar a la aldea en la tarde.
Durmte el primer aflo o menos, su rendimiento fue bastante bueno y
consistfa principalmente de los animales listados en el grupo A en la
Tabla ll.

Estos animales son diumos y, con excepción de las pavas y del


trompetero, son relativamente grandes. Hacia Diciembre de 1974, sin
embargo, no asomaban las huanganas y las otras especies del grupo A
iban escaseando cada vez más. Cuando no habfa otra came disponible,
los Sionas y Secoyas volvfan a los animales del grupo B. Estas especies
se consideran buenas pan¡ comer, pero son menos apetecidas que los
animales del grupo A porque generalmente son más pequeñas y requieren
de técnicas especializadas de caza. El armadillo tiene que ser sacado de su
hueco y la guatusa debe ser llamada con un silbato. La guanta y el
caimán son noctumos y son cazados de noche desde canoas. (A la guanta
se le dispara cuando baja al borde del rfo y al caimán se le arpona o
dispara en el agua). De modo que, aunque el rendimiento promedio de la
caza en Shushufindi de 15,31 kg. de came despostada por cacerfa era aún
bastante bueno, hay evidencia de que los Sionas y Secoyas empezaron a
cazar especies pequeñas y a c¡rzar en la noche para compensar los
perfodos en que la caza mayor no estaba disponibles. La declinación del
40,6% observada en el rendimiento de la caza por un perfodo de un año y
la marcada dependencia estacional de la pesca sugiere que la
disponibilidad de protefnas puede ser un factor limitante potencial en la
permanencia del poblado en Shushufindi. Asf, la situación allf es
fundamentalmente difercnte de la encarada por la gente cuando residfa en
el rfo Cuyabeno, donde la escasez de tierra adecuada para la horticultura
n¡vo como consecuencia la emigracién en 19734.

5. Los animales de csza, como la danta y el saÍno, también con noctr¡mos en


sus actividad€sr pe¡o se les caza e¡r las horas del día cuando los pelros de
los Siona-Secoyss ya están deepieros.

t52
Las modemas annas de fuego i¡rcrementan la efrciencia de la caza
por un perfodo oorto, pofque aquellas son srperiorcs a las armas nativas,
tanto en alcance como en poder de c@rc. Pero, parccerfa lógico sr¡porrcr
que la velocidad de agotamiento úelae.aza sea mayor con annas de fuego
que la que hubo antes de su introducción Desafort¡r¡adamenrc, bdos los
daos cuanütativos de entrada y rcndimiento delae,azaprcsentados en esta
obra se refieren a la cacerfa oon annas de fuego, y no hay datos
comparables delaeaza Siona-Secoya con bodoquera y lanza

Concediendo que es mils probable que se haya incrcmentado la


matawza con las annas de fuego en relación a cuando no hablan dichas
arrnas, hay otros factores que cuesüonan la opinión de que las matanzas
acn¡ales sean signiñcativamente mayorcs que las tradicionales. En primer
lugar los Sionas y Secoyas se sienten motivados púa cazar
primordialmente porla fala de canre en su casa; cuardo se ha acabado la
rcseila de came, el hombre de la casa sale de cacerfa, y si no tiene éxito el
primer dfa, sale una y otra vez hasta que logra eazar. Este e,s el patrón
actual y todos los informantes están de acuerdo en que ocurrfa lo mismo.
antes de la introducción de las armas de fuego. Una vez que se ha cazado
un animal, la familia tendrá came por un perfodo de varios dfas, y el ciclo
se repite. Por tanto, el factor de importancia es la cantidad de caza que se
consigue y no la potencialidad del arma para mau¡r. En realidad, mis
informantes insisten que las armas tradicior¡ales son tanto o más efectivas
que las annas de fuego en muchas situaciones. Por ejemplo, Esteban dice
que es iguat de fácil ma¡ar una danta con una o dos lanzadas que con un
escopetazo (es decir, la danta está sentada en el agua y no es probable que
escape en cualquiera de los casos). Ouos aseguran que la bodoquera es
realmente superior a la escopeta enla caza de monos, porque se puede
apuntar y disparar a cada uno de los animales sin asustar al grupo,
mientras que después del primer tiro de escopeta los animales se
dispenan rápidamente. Algunos hombrcs dicen que ellos todavfa
utiüza¡fan la bodoquen si hubiera veneno disponible.

. La cantidad de animales que se caza también puede verse limitada


por las rcseras de municiones del cazador. Los cartuchos y los ensercs
para volver a cafgar son carcs; un carn¡cho de fábrica cuesta S/. 10 ($
0,40 dólares), los fr¡lminantes S/. 130 ($ 5,20 dólares) por una caja de
100, la pólvora S/. 190 ($ 7,60 dólares) por un envase de una libra, los

r53
perdigones S/. 120 ($ 4,80 dólares) por una bolsa de diez libras (precios
de 1973-75). Debido a estos precios, los sionas y secoyas utilizan sus
municiones juiciosamente. Ellos no intentan disparar a pájaros en vuelo,
por ejemplo, sino que siempre se acercan sigilosamente, prccurando
aproximarse lo más posible antes de hacer fuego.

Uno de los mayores mitos acerca de los indfgenas es que ellos son
conservacionistas racionales que se dedican a vivir en armonfa con la
naturaleza y que nunca matan más de lo que necesitan. Esta perspectiva
románüca no es sustentada por los datos de los Sionas y Secoyas; ellos
matan animales a una velocidad cercana a su máximo potencial (en los
dfas en que están cazando), incluyendo a hembras y a sus crfas. El
principal factor limitante es el número de animales que encuentra el
cazador y su reserva de municiones. si un cazador tiene muchas
municiones,élmatarácasi todo lo que pueda. En una cacerfa comunal de
huanganas el cazador puede no haber disparado temprano en la mañana a
animales pequeños, para no asustar a las huanganas, pero durante el
regrcso a casa probablemente lo hará. El único ejemplo en el cual se dijo
que un cazador habfa dejado pasar un disparo era el de una ocasión
cuando Esteban ya habfa disparado a una huangana durante una cacerfa
comunal, y no disparó a otra porque no querfa cargar peso extra. @n este
caso él sabfa que otros cazadores también habfan matado huanganas de
modo que habrfa una abundante provisión de came para todos). sin
embargo, en otras cacerfas él no vaciló en disparar a dos o más
huanganas.

No es el pensamiento racional del individuo o la limitación en la


cazalo que provee el mecanismo de conservación para el mantenimiento
del balance de la población de c zaenel hábitat siona-secoya. Más bien,
el sistema cultural total ha evolucionado de una manera que permite la
utilización de recursos animales.sin que aquellos se degraden. Los
principales mecanismos son el rirantenimiento de una densidad de
población baja (que se tratará en el Capftulo IX), un patrón de
asentamiento disperso, y el movimiento periódico del lugar de sus
poblados. Si la caza de un área se agota hasta el extrcmo de que la gente
üene dificultad en enoontrar animales de caza (y los rendimientos de la
pesca local no son adecuados como para compensar la escasez de came),

l54
ellos simplemente se mudarán a otra parte, y las poblaciones de caza en el
área tenderán a recobrarse con el üempo.

Es importante insistir, sin embargo, que no es adecuada una simple


explicación unifactorial para las migraciones y reubicaciones de la aldea.
Los lugares de asentamiento se reubican con frecuencia antes de que los
rendimientos de la caza hayan bajado al punto de que no se pueda
satisfacer las necesidades de alimento de la gente. El carnbiar de lugar es
una respuesta a uno o más estúnulos, y el esfmulo en un caso dado puede
o no ser la declinación en los rendimientos de la caza. A pesar de esto, el
efecto de la movilización y de los asentamientos humanos es el mismo en
las poblaciones de animales; cada vez que se trasladan las viviendas
Sionas y Secoyas, las presiones de la cacerfa cambian, permitiendo que
las poblaciones animales empiecen a recuperarse en las áreas que se han
dejado.

Esta dinámica es la misma para los otros recursos naturales limita-


dos que utilizan los indfgenas; el traslado periódico de los poblados da
acceso a áreas descansadas que tienen mayor disponibilidad de recursos,
y permite la recuperación en los lugares anteriormente habitados. Asf, el
traslado, ya sea estimulado por ideas "ecológicas" o "sociales",
proporciona una ventaja de adaptación porque tiende a incrementar la
eficiencia total del sistema de subsistencia. En capftulos siguientes se
tratará sobre los aspectos sociales y religiosos de la vida Siona-Secoya y
de su relación con la adaptación ecológica antes descrita.

155
CAPITI.JLO VtI
EL SISTEMA SIMBOLICO

Las actividades de subsistencia de los Sionas y Secoyas proveen el


fundameno material sobre el que se basa la sociedad. Pero la percepción
nativa del orden natural y de las fuenas del universo también influyen en
el comportamiento. La lógica o "creencia" del pensamiento Siona-Secoya
está basada en el culo del yagé, o en el complejo de ceremonia y creencia
relacionado con el uso de bejucos alucinógenos del género
Banisteriopsis.

Yagé no es una deidad que se adora, pero es el medio a través del


cual se adquiere conocimiento y poder. Provee la forma para percibir el
universo, comunicarse con fueIzas sobrenaturales e influenciar los hechos
mundanos. Las creencias derivadas del yagépenetran todos los aspectos
del pensamiento Siona-Secoya y se hará referencia a ellas ftecuentemente
a 1o largo de las secciones restantes de este libro. El complejo yagé se
une fntimamente con la ecologfa de subsistencia Siona-Secoya, po4lue
influye en la demograffa y en los patfones de utilización de la tierra a
través de conceptos que se rclacionan con la sexualidad, la polftica de
población, la etiologfa de las enfermedades, y el control sobrenatural de
los recursos naturales. Del mismo modo, la organización social se
relaciona con el culto yagé porque la participación en los rituales yagé
sinre para establecer ta identidad entre los miembros del grupo y para
validar el status del sham¿ln-jefe, o / imi ba?iki/, el poseedor de la
máxima autoridad polftica dentro de la sociedad Siona-Secoya. Este
capftulo proporciona los antecedentes de este orden intelectual, lo que es
vital para la comprcnsión de la culn¡ra Siona-Secoya somo un odo.

r57
El Mito de la Creación
Los Sionas y Secoyas tienen una literatura oral rica y variada que
se exprcsa de varias formas. Para fines de estudio, esta literatura puede
dividirse en las categorfas de historia oral, cuentos de demonios, cuentos
de mujeres, y mitologfa. Las historias orales relatan los hechos de los
hombres en el presente y en el pasado reciente. Ellas pueden incluir
algunos aspectos sobrenaturales, tales como la magia del shamán, pero
usualmente no involucran transformaciones radicales de elementos. Los
cuentos de demonios, por otro lado, sirven para expresar las ansiedades
por lo desconocido. Son cuentos de monstruos de la selva que pueden
causardaño, pero que pueden ser engañados astutamente por individuos
ingeniosos. Los cuentos de mujeres son nÍuraciones más mundanas y
tienen tramas moralizadoras que expresan fricciones maritales y tensiones
familia¡es.

De las formas literarias, la mitologfa es la que recibe mayor


elaboración,y proporciona los fundamentos de su sistema cosmológico.
Los mitos Sionas y Secoyas son relatos simbólicos sobre fuerzas
sobrenaturales y hechos del pasado distante y sirven para explicar el
orden natural según es experimentado por la gente en la vida diaria. Son
relatados principalmente por los shamanes y hombres viejos, quienes son
los depositarios de la tradición cultural.

Aunque todos los informantes relatan mitos que son


individualmente únicos en ciertos detalles, es evidenüe que todos ellos se
derivan de ciertos conceptos centrales que se relacionan con la estrucntra
del universo y con las fuerzas dentro del mismo. Después de reunir una
serie de estos mitos se comprendió que la mayorfa de ellos tenfan que ver
conpartes de una secuencia cronológica de hechos legendarios, y que
podfan encadenarse para formar una larga narración de la creación. A
continuación se presentan extractos de secciones de la extensa narración
de Femando Payaguaje sobre la creación, que sirven para ilustrar el
amtazón general y el emprje de la mitologfa:

158
Lutayo y Rebao'Qas esposas de Mutrú) hicieron chicha. La gente
tomó y tomó. Muhü talló un machete de /mame/ una clase de
guadria. Después de hacer un borde filudo él fue a traer a Baina (el
héroe de la cultura). Baina habfa estado tomando, pero Muhü no lo
reconoció poque estaba feo y cubierto de hongos. Por eso es que
él fue (a la casa de Baina). Cuando Muhü todavfa estaba en carnino
Baina ya estaba de regreso a su casa, todo bien vestido y r€costado
en su hamaca. El habla hecho más larga la senda por la que Muhü
iba caminando.

Cuando estuvieron de regreso en la casa de Muhü, Muhü se


convirtió en una persona fea... antes él habfa sido guapo. Después,
todos tomaban, y Muhú dijo a Baina, "Peleemos", y Baina
contestó, "Bueno". En por las mujeres.

Baina estaba colgado de una viga y Muhü trató de cortarlo con el


lmamel. Pero el machete no penetró... Baina era como caucho.
Luego se colgó Muhú, y cuando Baina lo golpeó se cortó como el
agua. La mitad inferior de su cuerpo cayó; la parte superior todavfa
estaba colgada. Luego cayó. La sangre se convirtió en pájaros
&wakwiyo/ y voló.

Lutayo gritó, "Ay, mi esposo!" y rabiosa volcó las ollas de


chicha. Ella estaba nadando justo allf, porque la tierra habfa
empezado a sumergirse. Baina dijo, "T\1 eres el agua", y pisó la
cabeza de ella y la empujó bajo el agua. Pero él sacó a Rebao del
agua y la convirtió en un peine que él se puso en el pelo...

Baina estaba parado en un pequeño pedazo de üerra rodeado de


agua. Entonces un armadillo "piña" fiui ha?mo/emergió y puso un
poco de üerra a los pies de Baina. Después de que el armadillo
habfa puesto un poco más, Baina pisó en este lugar y la tierra fue
creada nuevamente.

Después de hacer la tierr¿, Baina caminó con Rebao. La tierra era

(Repao, en Secoya)

159
como una playa... sin árboles ni hojas. Rebao dijo, "Cómo puede
la gente hacer una c¡rsa para donnifl" cuando ella esaba pensando
esto /wi watf/ (un demonio) llegó, y Baina le dijo que gritara.
Mientras él gritaba, la tiena se cubrió de selva, y no era fácil
caminar. Estaba muy densa. For esta razón Bain¿ quemó un,poco
de selva e hizo que fuera más fácil caminar.

Entonces Baina comenzó a sac¡u a la gente (de debajo de la üerra).


Un &ikomo bAi/ (una persona con cola) estaba cortando bejucos
lya?il. Baina lo siguió y se parú en el bejuco que estaba jalando.
Cuando el hombre lo vio Baina preguntó, "eué vas a hacer con
este bejuco?" y el hombre respondió, "yo voy a ahumar
chontaduros". Baina le dijo que trajera algo de fruta para que él
pudiera probarla. La persona se meüó en un hueco en el suelo y
sacó un poco de arcilla roja. Cuando Baina vio la arcilla dijo, "Esto
no es chontaduro"! y la üró al suelo. El le dio al hombre la
verdadera fruta para que coma, y le dijo que llevara algo de fruta a
su gente.

Al salir estos /hírcomo báí/ de la tierr¿, Baina les sacó sus colas (de
este modo se convirtieron en los Sionas y Secoyas). Las colas se
transformaron en monos araña y monos cotos. Mientras todavfa
salfan los /trikomo báÍ/, emergió una mujer que menstruaba. Esto
hizo que Baina se enojara y cubrió el hueco con su pie y no dejó
que saliera nadie más. Hoy, esta es la gente que vive debajo de este
mundo lyihÉbfV.

Al prirrcipio la persona Wétú("Danta") quiso ser como un dios. El


hizo una trampa en el rfo y caz.ó gusarps, los que él creyó que emn
sardinas. Viendo esto, Baina dijo, "No es bueno comer gusanos.
Hay peces para comer". Cuando Baina uajo pescado, Wéki se
enojó y se volvió. Las mujeres asaron los pescados y los comieron
con salsa de ajf negro. El olor llegó a la nariz de Wékl, y cuando él
olió esto dijo, "Hmmm, qué olor tan delicioso"! Cuando Baina vio
que Wékf querfa comer, les dijo a sus esposas, 'Denle un poco a
padre para que lo pruebe". Wékf preguntó, "yo quicro ver. Hay
¡u
bastantes peces?" Baina respondió, "primero come. Después
puedes ir y ver".

160
Después de comer, Wékl fue a ver la tnmpa que Baina habfa
hecho. El entró al agua, pero las espinas lo hirieron en las manos y
en los pies, y no pudo atrapar peces. Cuando rcgresó a la casa le
pidió a Baina que le extrajera las espinas. Baina tenla agujas de la
palma lorál (iriartea sp.). El exrajo las espinas, Irro dejó las
agujas de lorál adentro (este fue el origen de los cascos de la
danta). Luego Baina dijo, "presiona hacia abajo para ver si hay
algún dolor". Al hacerlo, Wék{ pateó, y Baina dijo' "Tú eres la
danta, de modo que actúa como la danta", Inmediatamente Wék{
huyó como una danta.

Después Baina dijo a sus esposas que hagan chicha de mafz y que
pongan un poco de masato (el concentrado que se mezcla con
agua para hacer chicha) en cada trocha (este fue el origen de los
lamederos de sal). En un sendero solo han comido venados, pero
otro ha sido visitado por la danta. "Ese es vuestro padre", les dijo
Baina a sus esposas. Cuando ellas oyeron esto lloraron, pero Baina
dijo, "No lloreis porque vuestro padre no morirá jamás. Siempre
habrá dantas, ellos no se acabarán nunca".

Luego la danta fue a la casa y preguntó a Baina qué era 1o que él


debfa comer. Baina respondió: "Todas las hojas son de tu
alimento... la fruta de lne?el (Mauritia sp.) también es tu
alimento, pero solo en su temporada". Unos pocos dfas después
regresó la danta y dljo, "Yo soy muy pesado", y Baina le dijo "Ve
y báñate en el rfo". Cuando la danta se levantó del agua, Baina 1o
cortó en dos con un machete, y la parte trasera cay6 al rfo y se
convirtió en /siáya wéki/ ("danta de rfo"; es decir, vaca marina). De
la sangre que se derramó salió una danta delgada /wékf ta?Ó/' que
es el demonio de las dantas y vive en la selva.

Después Baina acabó con los animales... Habfa una /kútigcÉ/


(tortuga) que atesoraba el agua... era un árbol que llegaba al cielo,
y era un rfo. Una ardilla se treÉ a él para picar las ramas de modo
que el agua caiga. Baina hizo que el árbol cayera, forrrando asf los
rfos. Luego él pensó, "óQué beberá la gente?" Entonces él hizo
lnokal(plátanos) para mezclar con el agua. El dejó todo en manos
de la gente de modo que no les faltó nada para comer- Habiendo

l6l
acabado esto él partió para /ma?tirno/ (el reino celestial).

Más adelante Baina envió a zus sobrinos para perseguir a la danta.


Estos eran Ajsebo bAfl @léyades). Ellos pasaron sobre el rfo Napo
y siguieron el rastro de la danta. Cuando ellos pasaron las heces del
lne?el preguntaron: "Cuándo partió su padre?" y las heces
replicaron: "Mi padre está muy lejos".

Ellos llegaron a un gran rfo /trai siáya/, y luego vieron un caimán.


Este caimán fue llamado Aro?eol ("abuela"). El hermano mayor
cruzó primero el rfo en la espalda del caimán, diciendo, "Ko?eo,
ko?eo". Mientras cruzaba elhermano menor también dijo, "Ko?oe,
ko?eo" pero cuando habfa atravesado la mitad del trayecto, él dijo,
"Esto no es una abuela, esto es un caimán!" En este momento el
caimán quiso sumergirse, pero él dijo una vez más, "Tú eres mi
abuela"!

Cuando llegó al otro lado, el hermano menor trató de golpear al


caimán en el ojo; y éste le anancó la piema. La Usebo báf rató de
secar el rfo con nidos de termitas (para recobrar la piema), pero no
pudieron. Al fin ellos encontraron un perezoso /u?u/ que tenfa un
palo /omepéÉ/ con el poder de secar el rfo... Ellos le quitaron el
palo al perczoso y lo pusieron en el rfo y éste se secó.

Ellos les preguntaron a los caimanes, "Dónde está la abuela?" La


pierna que habfa sido anancada contestó, "Aquf estoy". La Usebo
báíllevó al caimán a tierra y 1o mataron con r¡n hacha. Luego ellos
trataron de cocinar el caimán en el fuego, y preguntaron, "Te estás
cocinando?" La came del caimán contestó, "No, todavfa estoy frfa.
Solo me estoy abrigando un poco". Cuando ellos no la pudieron
cocinar, el caimán les informó: "Yo quiero leña de /susi/(ortigas)'l
Escuchando esto, ellos recogieron ortigas y cocinaron el caimán.
Cuando la came ya no respondió ellos empezarot a comer.
Después de comer ellos colgaron el hueso de la quijada del caimán
en una liana. Más tarde ellos quitaron la piema del vientre del
caimán y la unieron a su muñón.

Luego la Usebo báf continuó persiguiendo a la danta, y cuando le

162
dieron alcance la mahron. Eüos denitieron la grasa de la danta y se
bañaron en ella. Pero una de las hermanas comió algo de came.
Cuando los hermanos supieron de esto preguntaron: "¿Por qué
comiste?" Pero la hermana no respondió. Cuando se bañaron en la
grasa nuevamente, ésta empezó a quemar, y las llamas soplaron
como las notas de una flauta. Entonces ellos se transformaron en
Usebo bál (la constelación de las Pléyades). Hoy ellas son las que
hacen la /ometikáw*/ (estación seca).

La Usebo bñi vive, cuando de verdad se le conoce tomando yagé


(Banisteriopsis). Esto no es mentira... es cierto que hay Usebo
báí, y yo los he visto. No es bueno mentir. Debe ser
verdaderamente visto... no yendo por allf mintiendo a otros sin
ninguna razón. Asf es como Baina hizo todo. Yo he vivido donde
Baina vivió (en la quebrada /sekoya/¡. Mis abuelos también
vivieron allf. Es el único lugar donde nosotfos hemos vivido. No
hay otro rfo. Esta es mi tierra. Yo nacf en ese lugar y no hay otra
tiena de la que hayamos venido. Yo soy natural de este lugar.

Cosmología

Al igual que mucha otra gente del mundo, los Sionas y Secoyas
En muchas etnograffas es posible
cfeen en un universo de varios niveles.
encontrar representaciones esquemáticas de la estructura del universo de
acuerdo a 1á visión del mundo de la cultura en cuestión (por ejemplo
Chagnon 1968; Langdon 1974; Weiss 1969). Durante el trabajo de campo
con los Sionas y Secoyas, sin embargo, pronto se hizo evidente que las
percepciones individuales del universo diferfan en términos de contenido
y utc*ce. Mientras hay un acuerdo generat en ciertos rasgos principales,
ia elaboración de los elementos varfa de shamán a shamán y de un rfo a
otro.

Todos los Sionas y Secoyas están de acuerdo en que el universo


consiste de un mundo subterráneo llamado lyih6wí?é wi/ ("hogar de la
tierra"), del mundo en el que viven los moftales lyl@ ("tierra"), y de u¡
mundo celestial de varioJniveles que incluye a /ma?timo/ y a lldinaw{'
Cada uno de estos reinos es un análOgo de los otros, con seles, animales,
plantas y rfos. Sin embargo, los niveles no son réplicas exact¡ls de otros'

r63
poque la gente 6s lyihál son sercs humanos mortales, mientras que la
gente y los animales de las otras capas son seres espirituales. Además, las
condiciones de vida varfan en los diferentes leinos, siendo el mundo
celestial de /ma?timo/ un verdadero parafso sin guerras, hechicerfa, o
trabajo ¡elacionados con la zubsistencia.

El mundo subterráneo /yiM wi?é wV es el hogar mftico de los


Sionas y Secoyas. Esta región todavfa está habitada por los Alkomo báíl
o "gente con cola" que no pudieron ascender al nivel de la tierra antes de
que Baina cubra el hueco en su ira al ver emerger una mujer que
menstruaba (como se relató en el mito de la creación). Weapau, el
guardián de las huanganas es otro habitante del mundo subterráneo, y
cuando el shamán desea incrementar las provisiones de huanganas para
los cazadores de su aldea, debe tomar yagé y descender al mundo
subterráneo para negociar con aquel.

El nivel de la tierrra/yihf es el dominio normal del hombre. Otros


habitantes de este nivel son los /watf/, la mayorfa de los cuales son
demonios de selva y de rfo. Cada demonio tiene sus propias
caracterfsticas especfficas y morada. Generalmente üenen un gnm poder
para transformarse, y pueden aparecer con forma humana, aunque
manifestando usualmente alguna aberración anatómica o de
comportamiento que los delata. Los /watf/ comen gente, o algunas partes
favoritas del cuerpo humano, y particularmente les agradan los niños. La
sola mención de la palabra lwatí a un niño pequeño al acercarse la noche
es suficiente para enviarlo a casa gritando de ter¡or.

El /bel hoyo watf/ ("demonio del alma humana") no es r¡n demonio


de la selva, sino el espfritu o alma de las personas muertas que regresa a
la üerra para volver a visitar los lugares y la gente que una vez conoció.
Este es vn lwatíl que no necesariamente tiene malas intenciones. Es
temido, no obstante, porque puede inadvertidamente hacer da¡1o a los
mortales al vagar por allf. Las almas de los shamanes muertos son
particularmente temidas a este respecto, porque se cree que son más
poderosas. Los Sionas y Secoyas cubren los ojos de los shamanes
muertos con brea y algodón antes de enterrarlos, en un intento de cegar el
almade modo que no pueda encontrar su camino de regreso a tiena. La
caracterfsüca saliente del pensamiento Siona-Secoya concemiente a la

t&
clase de seres sobrenaturales conocidos como lwatlles que deben ser
temidos, porque, ya sea intencionalment€ o por descuido, tienen el poder
de hacer daño al hombre.

De todas las capas del universo, son los reinos celestiales los que
más fascinan a los Sionas y Secoyas. La división más baja del cielo está
cercá de la tierra, y es el espacio donde están las nubes. Este es el
dominio de Muhü, el antagonista del héroe de la cultura, Baina, que fue
transformado en trueno en el mito de la crcación. Encima de la capa de las
nubes hay una concha dura parecida al vidrio conocida como /kínawí
Gnna-/ es un sustanüvo que indica una sustancia dura como la piedra). La
concha /kínawl es azul, y le da al cielo su tono azulado (frecuentemente
es descrita como que es similar a una botella).

Hacia el este hay un pequeño hueco en la capa lkínawi/ que


constituye el portal hacia /ma?tftno/, o los cielos superiores. Cuando los
shamanes toman yagé sus almas se elevan y viajan a través de este hueco
para entrar al mundo de la fna?timo baÍ/ ("gente celesüal"). I¡s entierros
Sionas y Secoyas están orientados hacia el este, para que los espfritus de
los muertos se pongan en camino por la senda correcta a tna?timo/.

Según Femando, el finti ba?iki/ (shamán-Jefe) de Shushufindi, la


/ma?timo báí/ vive a lo largo de las orillas de un gran rfo celestial llamado
fume siáya/ ("rfo cuerda ardiente") que no tiene coniente y es tan ancho
que es imposible ver la orilla opuesta (debido a estas caracterfsticas, se
refieren a veces al mismo como a un "océano"). La /ma?timo báí/ es
dividida en gn¡pos locales, y tal como los Sionas y Secoyas en la Tierra,
cada grupo tiene su propia morada en varios lugares a lo largo del rfo. El
número de grupos de /ma?timo báÍ/ es grande, y su enumeración exacta
varfa de un shamán a otro. No solo tienen nombre los grupos, sino que
los shamanes conocen el nombre de los seres espirituales individuales de
cada grupo. Estos seres individuales son el origen de los nombres
personales tradicionales que se da a los niños y niñas Sionas y Secoyas
(como se ve en el Capftulo IX). La manifestación celesüal de Baina, /I\lfai
ha?ki/ ("Nuestro padre"), también vive en una casa a lo largo del rfo
celestial, y puede ser visitada por los espfritus de los shamanes durante
sus viajes yagé.

ló5
El mundo de la /ma?timo bálíl cs un reino idflico. La tierra, a lo
largo de las orillas del /ume siáyal es como una playa ancha donde los
productos pueden sembrarse sin necesidad de talar los árboles. Los
tubérculos de la yuca cuelgan de la planta como papayas y no üenen que
ser desenterrados del suelo. La lma?timo blí/ siempre está bien vestida
con cushmas nuevas, largos cordones de chaquiras, y coronas dobles y
triples. Cada uno de los grupos locales tiene una gran canoa de metal de
brillantes colores y pasan mucho de su tiempo recorriendo el plácido /trai
siáya/ ("gran rfo"; un sinónimo de /ume siayá/) visitando a sus vecinos.
Segin Femando, hay tanta /ma?timo báÍ/ que se mantiene junta, que
parece una reunión, pero allf es donde en realidad ellos viven todo el
tiempo. Toda la /ma?timo báíl es buena gente; no hay guerras ni
hechicerfa en el reino /ma?timo/ y por esto no hay muerte. La densa
población y las relaciones amistosas de allf representan la idea polar de las
condiciones en la tiena, donde el número de personas es bajo, y las
relaciones entre los grupos están marcadas por la sospecha y el temor a la
brujerfa.

No hay infiemo en el pensamiento tradicional Siona-Secoya, ni


conceptos de pecado y salvación. Todos los niños reciben los nombres de
Ialma?timo báÍ/,y están dcstinados a reunirse con ellos a lo largo de las
orillas del fume siayá/ después de la muerte. Todo lo que se necesita es un
sham¿ín que realice et ritual yagé adecuado para enviar el alma /hoyo/ del
muerto por la senda correcm.

Ciencia

Las explicaciones Sionas y Secoyas de los fenómenos naturales


estári embebidos de su mitologfa y sistema de pensamiento en relación al
orden cosmológico. Es dccir, su "ciencia" y "religión" surgen de una
teorfa de causalidad en el universo. Esto es particularmente claro en
etnoastronomfa, donde los principales cuerpos celestes se incorporan en
las tradiciones orales de la gente.

La mayorfa de las estrellas son simplemente llamadas /mllñoko/, y


se cree que son pájaros que se alimentan en árboles celestiales conocidos
como flá6 ne?e ñty' C'árbol alimenticio Mauritia"). Cuando estos pájaros
vuelan de un árbol a otro ellos parecen estrellas fugaces. Las

16
constelaciones figuran de manera más importante en la mitologfa. Cuando
la /Usebo báí/ dcl mito de la creación ascendió a los cielos, se convirtieron
en /useo/, o Pléyades. La constelación ftÉ?* yiti se?e/ es la quijada del
caimá¡r muerto por la /usebo bei/ Gas Hfades, o la cara en forma de V de
Tauro). El mango del hacha /su?ü tilcao/ que se utilizó para cortar las
hortigas para ahumar el caimán es el cinturón de orión, y el sendero por
el cual la /usebo báí/ persiguió al tapir /wéki ma?a/ se ve en el cielo como
la Vfa Lá¡cteu

El solñrísl se cree que es un espejo que cuelga en la proa de una


canoa celestial, o físí yowi/ ("canoa solar"), y la marcha del sol a través
del cielo cada dfa es ocasionada por el movimiento de la flísi yowi/ en el
rfo del cielo /ume siáyal. La noche ocure cuando esta canoa da vuelta a
una curva en el rfo y se pierde de vista. Los eclipses solares son el
resultado de que el botero, que es /si?e kuri wal/ ("el demonio de sangre
roja"), le da la vuelta al espejo para limpiarlo.

La luna es /ñañV, el hijo de Rebao del mito de la creación. Al


principio del mes lunar él es un muchacho pequeño. Mientras él camina
llega a la adolescencia y aparece como el cuarto de luna. Al hacerse aun
mayor, /frafrrlse pone una cushma y comienza a adomarse con un
tocado de plumas. Cuando es adulto, él está todo arreglado y aparece
como la luna llena. A veces /fiañilse cansa en su paseo, y Rebao lo lleva a
visitar a un jagpaf que 1o come, dejando únicamente el resplandor rojo de
una gota de sangre degamada en el cielo (la corona de un eclipse lunar).
Pero entonces el jaguar comienza a defecar lo que ha comido, y la luna
vuelve a formarse y abrillarnuevamente.

El trueno es Muhú, que fue cortado en dos en su duelo con el


todopoderoso héroe de la cultura, Baina. Según Celestino:

El fue cortado en dos partes... la parte inferior, donde hay más


agua, fue hacia el este. La c &za, donde hay menos agua, fue
hicia el oeste. Hoy, cuando hay truenos en el este, la gente dice
que lloverá pronto... cuando hay truenos en el oeste ellos dicen que
no lloverá mucho.

Esta explicación es acorde con los patrones de lluvia reales en el

r67
oriente; los vientos que prevalecen son los del este, y cuando hay truenos
9n esa di¡ección hay laprobabilidad de que la tormenra sea llevada en la
dirccción de la aldea. La sangre de Muhü fue transformada en [<wakwiyo/
pájaros, y cuando truena, estos pequeños pájaros grises cantan en
rcspuesta a su padre.

Las explicaciones sobre los arcoiris varfan considerablemente, pero


todas los consideran prcsagios de males. Elfas dice que son trampas
puestas por wéki (La danta) para mat¡f a Baina. El padre de Darfo le dijo
que el arcoiris es una hamaca que Baina dejó atrás cuando ascendió a los
cielos. Después, un hombrc que tenfa frfo se detuvo para dormir en la
hamaca, y mientras cstaba dormido un /watf/, o demonio, hizo que se
elevara hasta el cielo. cuando el hombre se despertó, se levantó para
orinar y cay6 hacia su muerte, y la hamaca permaneció suspendida en el
cielo. Darfo dice: "El vcrlo hace que uno se asuste".

Shamanismo

La cosmologla y la mitologfa son los elementos del pensamiento


Siona-secoya. Ellas proveen un univeno estructurado y una explicación
de las relaciones entre los fenómenos dentro de ese universo. pero no
todos los sionas y secoyas son igualmente instrufdos en el saber de su
cultura. Para que un individuo obtenga un conocimiento de experto del
orden cosmológico y para que desarrolle pericia en el trato con los reinos
sobrenaturales debe aspirar a la posición de /yatré únkuki/ ("tomador de
Xagé"), o shamá¡r.

Como en la mayorfa de grupos indfgenas americanos, los


shamanes son los principales practicones y curanderos mágico-religiosos.
Entre los Sionas y secoyas también prestan importantes funciones
polfticas que esencialmente tienen una relación significativa con la
adaptación al medio ambiente. La autoridad polftica no está fuertemente
desarrollada en términos de instituciones fonnales; la cohesión existe
primordialmente a un nivel local, y es consistente con el modelo
tradicional de las culturas de la selva Tropical. Hasta dónde existe
autoridad polftica en la sociedad siona-secoya, se deriva del contexto del
shamanismo. No hay jefes cuyas posiciones sean validadas por
habilidades seculares caracterfsticas; la posición de jefe, o /rnti ba?ú,

168
requiere de un fuerte antecedente sham:lnico (el liderazgo se trata con
más detalle en el Capftulo VIIf.

Un aspecto central de la función polftica del shamán es su papel


como intérprete de los hechos sobrenaturales y como protector del
bienestar de los miembros de su grupo contra la agresión ritual de los
hechiceros (es decir, los shamanes de otros grupos locales). Según la
creencia Siona-Secoya, la mayor parte de males son el resultado de la
hechicerfa. Los rituales curativos son una parte integral de todas las
ceremonias yagé, y siempre involucran el diagnósüco y la proyección
externa de la culpa sobre los hechiceros de otros grupos. La naturaleza
frágil de las relaciones entre los grupos se debe en gran parte al temor a la
hechicerfa. La inmediatez y realidad de la hechicerfa es patente para cada
individuo por la historia de males y muertes dentro de su propia famiüa y
linaje. Con el tiempo, el patrón de proyección de la culpa lleva a
situaciones que pueden ser descritas como de conüenda.

A través de la hisoria,la sospecha y la ansiedad gue se derivan del


concepto de la hechicerfa de fuera del grupo como el agente causal de
enfermedad y muerte dentro del grupo han sido factores importantes en
mantener el patrón de asentamiento disperso de los Sionas y Secoyas.
(Los relatos de los jesuftas tratados en el Capftulo III atestiguan de la
antigüedad de esta dinámica). A este respecto, el complejo shamánico
tiene una función ecológica, porque al contribuir a la dispersión de
asentamien¡o sirve para regular las demandas humanas de los recursos del
medio, y es consistente con los requerimientos de un sistema de
subsistencia basado en culüvos altemos y en la explotación de recursos
alimenticios silvestres.

En la sociedad tradicional Siona-Secoya, la posición de shamán es


la única "carrera" que un joven puede pretender que le ofrecerá una
experiencia altemativa y prestigio relativamente permanente. Como
consecuencia, muchos hombres jóvenes conciben ideas de iniciarse en el
entrenamiento shamánico. Para aquellos que son hijos de un /yahé
ünkuki/, el proceso de convertirse en aprendiz de sham¿ln no está
claramente definido. Durante su niñez ellos están presentes en
innumerables ceremonias yagé, y están muy expuestos a las namaciones
de mitos e interpretaciones shamánicas de los hechos y de los sueflos.

r69
En suma, ellos son testigos diarios del comportamienüo shamanfstico.

Los hijos de los que no son shamanes también están presentes en


una canridad de ceremonias yagé y en otras representaciones
shamanfsticas, p€o no están expuestos a ellas con la misma intensidad.
En otras palabras, se da por hecho que el hijo de un shamán seguirá el
entrenamiento shamánico, mientras que el hijo del que no es shamán
tiene que solicita¡ a un shamán para convertirse en aprendiz. La mayor
dificultad de esta petición es el convencer al shamán de que el aspirante
tiene serias intenciones y que está deseoso de renunciar a las cosas
materiales de la vida diaria en su búsqueda del conocimieno sobrenatural.

El que una persona deba sufrir para llegar al mayor nivel de


comprensión es algo convenido en el pensamiento Siona-Secoya. Un
aprendiz debe purificar su mente y su cuerpo de las influencias mundanas
para prepararse a experiencias alucinadoras más intensas. No se cree que
las alucinaciones sean percepciones caóticas o aberrantes; ellas son
percepciones de otra realidad, que la experiencia revelará como ordenadas
y coherentes.

Las restricciones principales sobre el comportamiento del aprendiz


está¡r relacionadas con la dieta y con los patrones de interacción con las
personas. Se espera que él "se vuelva delgado", poque se cree que si una
persona es liviana su alma puede volar a los reinos celestiales con más
facilidad. La came de todos los animales grandes (o sea, pesados),
incluyendo a la danta, la huangana, y el safno, está exclufda de la dieta del
aprendiz. Su comida consiste de /noka kónó/ ligera (bebida de plátano),
mafz tostado, y de un poco de came de los animales de caza y pescados
más pequeños. (Esta dieta es baja tanto en calorfas como en protefnas, y
tal privación probablemente üende a incrementar la intensidad de la
experiencia alucinante).

Tano los casados como los solteros pueden aspirar a la posición de


shamán, pero no deben tener relaciones sexuales durante el aprendizaje Qa
edad de los aprendices usualmente varfa entre 18 y 30 años). Las mujeres
son consideradas ritualmente impuras, especialmente dunmte los perfodos
de menstruación. .Los aprendices Siona que están casados duermen en
hamacas separadas de sus esposas, mientras que a los Secoyas se les

170
exige vivir en una lan w{!él .('casa pequeña") separada. Si un aprendiz
rompe esta regla se cree que nunca llegará a ser un shamán
verdaderamente poderoso, porque él está "dañado". Esto se manifestará
más adelante en inhabilidad para cantar bien cantos shamánicos, y en la
realización de curas ineficaces. Además, una mujer que esté con la regla
representa un peligro para un hombre que bebe yagé, porque las
relaciones sexuales con una mujer contaminada le causará a él hemorragia
nasal y tendrá dolores de cabeza. También están circunscritas otras
formas de relaciones con las personas. se espera que el aprendiz Siona
refrene la costumbre de hacer visitas en la aldea o de ir a otros lugares
habitados, y el aprendiz Secoya es aislado en su /ari wí?ét Glpuede ir a la
selva en busca de plantas, pero no a la aldea). una vez más, estas
prácticas sirven para eliminar las distracciones y el comportamiento
frfvolo por parte del aprendiz.

El convertirse en shamán requiere no solo de maestrfa en


disciplina, sino también en conocimiento, experiencia y forma. El
aprendizaje es un perfodo de estudio activo de plantas y de sus
propiedades. No solo debe el aprendiz preparar y consumir porciones de
plantas medicinales y psicotrópicas más conocidas, sino que también se
espera de él que se aventure en la selva para buscar plantas desconocidas
y que haga con ellas preparaciones experimentales. Cuando se les
pregunta acerca de su aprendizaje, los shamanes establecidos están
prontos a replicar, "Yo tomé todas las hojas" (es decir, "yo tomé de todas
las plantas en la selva"). sin duda estas exclamaciones son exageradas;
de todos modos, son afirmaciones del ideal. Este ideal está basado en la
creencia de que, habiendo experimentado los efecüos de todas las plantas,
el aprendiz obtendrá una comprensión de sus propiedades, y por lo tanto
podrá prescribir los remedios adecuados a las personas que están
enfermas.

Por "maestrfa de forma" se entiende que el aprendiz debe llegar a


ser un realizador competente del proceder ritual. El aspecto más
importante de esto es la habilidad para cantar cantos shamánicos. para
que una ceremonia yagé se considere adecuada, el shamán que preside
debe presentar un virtual tour de force de canto. Cada fase de la
ceremonia tiene sus propios cantos, y hay cantos especfficos para curar
varias enfermedades, llamar a ciertas especies de animales y demás. Los

t7l
hombres que asisten a ceremonias, yagé cantan coros de respuesa
a
algunos de los cantos del shamán, p€F su falta de habilidad es obvia
(incluso al ofdo no entrenado del etnógrafo). Durante el aprendizaje se
espera que el joven practique y perfeccione su técnica de canto. La
inhabilidad para cantar bien se toma como una señal de malas aptitudes
shamánicas (es decir, los Sionas y Secoyas creen que hay una
correlación directa entre la habilidad para cantar y la competencia
shamánica).

La maestrfa de forma también incluye el hacer hazañas mágicas


durante las ceremonias yagé. Esto frecuentemente incluye el lanzar
objeos por los aires (por ejemplo hilos de color, agujas), los que se dan a
los individuos que están prcsentes. También pueden ser usados juegos de
mano para extraer objetos por succión y masaje durante la fase de cura de
la ceremonia yagé.

Los aspectos más importantes de convertirse en shamán, sin


embargo, son las experiencias de vuelo del alma, transformación ffsica, y
de visiones asociadas con el uso del yagé. Para producir la intensidad
necesariaenlaexperiencia, el aprendiz sigue las restricciones de la dieta,
se purifica él mismo con r¡n vomitivo de lkási/ ( Grias neuberthii) e
ingiere grandes cantidades de yagé a intervalos cortos. @l tiempo entre
las sesiones con frecuencia no es mayor que de uno a tres dfas). La meta
del aprcndiz es liberar su alma de modo que pueda escapar a los reinos
astnles e inferiorcs y comunicarse con la /ma?timo bill y la lyihá blí|.
No importa qué tan diligente haya sido en sus esfuerzos, el aspirante no
puede convertine en un shamán acreditado si falla en experimentar las
visiones co¡rectas. Los shamanes establecidos admiten que el logro de
estas visiones es . un proceso acumulativo, que se desarrolla
progresivamente a través del perfodo de estudio. Es este factor el que
detemtina la duración del aprendizaje. Si el shamán gufa juzga que el
novicio ha logrado el nivel de conocimiento adecuado, él declarará que el
aprcndizaje ha terminado, y s reconocerá que el aprendiz ha alcanzado la
posición del shamán.

Si el aprendiz no soporta las restricciones del noviciado, o


simplemente no experimenta visiones de la intensidad adecuada, el
maestro sham¿ín terminará su candidatura con unas pocas palabras que

172
exponen la dificultad (por ejemplo, falta de disciplina, falla en tener las
visiones adecuadas, etc.). La mayorfa de aspirantes no alcanzan la
posición de shamán, pero esto no es algo que avergüence mucho. Los
hombres dicen sobre el asunto, "Yo nunca vi nada", o, "Yo fui muy
débil". Sin embargo, tales individuos continrlan participando en
ceremonias yagé de por vida, e intentarán realizar curas cuando no hay
un stramán disponible.

El crédito de un lo releva de la necesidad de una


shamán no
conducta propia para validar su posición. Se piensa que los nuevos
shamanes son inexpertos y menos poderosos que los shamanes
establecidos. Además, hay la idea de que un shamán nuevo puede
"hacerse malo" convirtiéndose en /dawr¡/ (un hechicero) y utilizando sus
poderes shamanfsticos para hacer daño a otros.

La Ceremonia Yagé
El mayor regocijo de esta nación es el juntarse a oir los cantos y
desvarfos de los adivinos, en que gastan noches enteras,
mezclando de cuando en cuando algunas danzas y música de
flautas, para 1o cual convidan también con tiempo a los que viven
en las rancherfas más cercanas.

Pablo Maroni (l 889'92(27):7 8)

El uso de la liana alucinógena Banisteriopsis en la cultura


Siona-secoya tiene lugar en un contexto altamente ritual y religioso. No
se usa como un medio de agresión contra las normas de la sociedad, sino
que fepresenta los valores más altos y sagrados de la cultura.

No hay un horario regular de las ceremonias yagé que


corresponda a fechas especfficas. Ellas se realizan fiecuentemente a
intervalos de más o menos un mes, pero se pueden efectuar con unos
pocos dfas de diferencia entre una y otra si el shamán tiene un propósito
especffico en mente, tal como apelar a los espfrin¡s para que cesen las
lluvias a fin de que los campos puedan ser quemados. La preparación del
yagé no es hecha por el shamán mismo, sino por dos o tres asistentes
conocidos como /yatré kwakokl ("cocinerc de yagé"). La tarde anterior a

r73
que tenga lugar la @¡€monia, estos ayudantes van al huerto o a la selva
para cortar trozos de la liana Banisteriopsis, y luego los llevan lenta y
respetuosamente a una choza cercmonial especial conocida como /yatré
wi?é/ ("casa yagé"), ubicada en la quietud de la selva. Luego, ellos
regr9san a sus c¿rs¿ts para pasar la noche.

A la maflana siguiente,los asistentes rcgresan a la casa ceremonial.


uno se encarga de cocinar el yagé, mientras los otros deben mer agua y
leña, y limpiar la casa ceremonial y el área alrededor de la misma. Los
trozos de liana yagé son machacados y luego puestos en un pote grande
de arcilla con agua y las hojas de la planta llamada lyahé ?ok6l
(Diplopterys cabrerana), y esta mezcla se hierve durante todo el dfa.
Los ayudantes realizan una serie de rin¡ales durante este perfodo para
proteger al yagé de los demonios (que se cree son atrafdos cuando se
está preparando el yagé). En la tarde se cieme el contenido del pote, y
solo queda un lfquido espeso de color de miel. Este lfquido es llamado
lweayaG,/("mafz yagé"), y es la poción que se consume.

Poco antes de la puesta del sol el shamán llega a la casa ceremonial


juno con los otros que van a participar en el ritual. El beber yagé es un
acto comunal en la cultura siona-secoya. pueden tomar parte familias
enteras, y el nrimero de individuos presentes puede exceder de véinte.
Ellos llegan con sus mejores cushmas y adomados con complicadas
pinturas rojas en la cara, muchas sartas de chaquiras de brillantes colores
y plantas fragantes ajustadas a sus brazos con bandas de algodón tejidas.
Durante más o menos la primera hora la gente habla de temas de todos los
dfas como de su suerte en los viajes de cacerfa rccientes o de sus
acüvidades en el huerto. Luego el shamán se sienta en una banca de
troncos especial y comienza un largo y rftmico sonsonete sobre la olla de
yagé. Después de que él ha cantado por casi una hora, él sirve yagé a
cada persona que lo desee (normalmente esto incluirá a todos los
presentes, con excepción de los niños muy pequeños).

Mientras el shamán sirve el yagé rcariza un ritual de soplo y


sacude una sonaja de hojas de /mamekoko/ (pariana sp.) sobre la
persona que está a punto de beber. Estas acciones están destinadas a
ahuyentar a cualquiera de los demonios que puede estar al acecho.
Después de haber sido servidos, los demás regresan a las hamac¡rs que

t74
&q
t** .11?**
:**:,a*Tr*
,Srr¡{5¿**-

Hombre Secoya pintando un lienzo con diseños inspirados por las visiones del yagé
(Ban isteriopsis caapi).
ellos han colgado de los postes de la casa y esperan a que la droga haga
efecto. Después de una hora o dos, muchos de los participantes
experimentan fuertes náuseas o diarrca, pero el sham¡Ín demuestra poco
malestar debido a su gnm experiencia con el yagé. Después de este
perfodo de malestar ffsico entre los participantes, eüos est¡fn prcparados
para entrar en una experiencia espiritual con el shamiln como su lfder.

El shamán canta al golpe de la sonaja de hojas que él sacude con


una mano. Las palabras de su canto están en un dialecto mágico que solo
es comprendido parcialmente por los demás presentes. Se cree que
durarite la ceremonia, el alma del shamán se eleva a los reinos celesüales y
se junta con grupos de /ma?timo bííl como el de ¡hi?e saipri bilf/("gente
azulejo") y el de /wakara báV ("gente garza"). El mundo de la /ma?timo
báí/ es de gran belleza y bondad, y el shamán lo describe en detalle. La
/ma?timo báíl puede incluso descender a la tierr¿ durante la cercmonia
yagé.Sin embargo, solo el shamán puede verlos claramente, y él
interpreta su visión a los otros tomadores de yagé. Con su gufa ellos
pueden entender el significado de la visión y el canto del shamán. El
sham¿ln también puede tocar un arco musical (de una sola cuerda), y se
dice que la tna?timo báil datua al son de la penetrante música producida
por este instn¡mento. El shamán continúa cantando por toda la noche, y
de tiempo en tiempo sus cantos son respondidos por coros de los demás
que están en sus hamacas. Sin embargo, el virnroso curaca nunca
descansa o se reclina en una hamaca. El debe soplar el fragante humo de
brea sobre los otros para protegerlos de los demonios, cantar sobre ellos
cuando se sienten mal, y guiarlos a través de la noche larga.

Al romper la aurora, el shamán sirve porciones adicionales de


yagé a quienes lo deseen. Entonces rca.Liza rituales de cura en aquellos
que zufrren de dolencias. Para efectuar r¡na cura el shamán debe ponerse
en contacto con elÁraú/ que es el espfritu ayudante del hechicero que ha
causado el mal. Una vez que se ha establecido comunicación con eI lwatll,
y se ha conocido ta idenüdad del hechicero, el shamiln pacta con el lw¿úil
para que termine la enfermedad. Finalmente, el shamán entona cantos
especiales de cura, y succiona y masajea la parte afectada del paciente para
sacar el cuerpo extrafio que produce dolor (por ejemplo, dardos, espinas
o guijarros). Hacia media maflana la gente comienza a enroüar sus
hamacas y a dejar la casa cercmonial. Antes de regresar a zus casas ellos

175
pueden detenerse en casa del sham¡ln por un plato de pescado y casabe.

El poder de /dawd (hechicerfa) es un aspecto inhercnte de la


habilidad shamanfstica. Para realizar curas el shamán debe comunicarse
con los diferentes lwatfl. A la inversa, un shamán malvado debe ponerse
en contacto con el lwttllpara empeñar su ayuda en la realización de un
hechizo. Por lo tanto, cualquier shamán que tiene la habilidad de efectuar
curas también üene los medios de practicar la hechicerfa y causar mal. En
conversación normal, sin embargo, los shamanes niegan
consistentemente que ellos tengan poderes ldawul. Después de muchos
intentos de sonsacar de Femando información sobre hechicerfa, él
finalmente me dio detalles de cómo los "Quichuas" la realizan. En
realidad, hay poco incentivo para un shamiln en admitir que él tiene
habilidad ldawul. siempre existe una sospecha latente en las mentes de
algunos individuos, especialmente en aldeas heterogéneas como
Shushufindi, donde no todos son del linaje del shamán. cuando la gente
empieza a morir, y la rcsolución de la culpa no está próxima, se empiezan
a munnurar acusaciones. si no es efectiva-la contra de la hechicerfa,
puede seguir eventualmente el asesinató

En suma,la cosmologfa Siona-SecoyA sgbasa,en la crcencia en un


universo de múltiples capas que constituyen un mundo subterráneo /yihá
wi?é wV, el mundo de la tierra lyitrá(, y varios rei¡rgs celestiales que
incluyen lkinawv y /ma?Émo/. cada capa del.unive¡so está habitada por
grupos de sercs antropomorfos y animales, y'ctfhtiene plantas y varias
caracterfsücas tenestrcs tales como rfos y playas, pero las condiciones de
vida mejoran al ir desde los reinos más bajos a los más altos. La mitologfa
se centra prirrcipalmente en el héroe de la cultura, Baina y en sus rivales
Muhú (Trueno) y Wékl (Danta), y explica la crcación del mundo y de su
flon y fauna. Los sionas y secoyas creen que su bienestar depende de la
habilidad de sus shamanes para mantener por medio del yagé las
relaciones adecuadas entre los diferentes elementos y fuerzas de este
universo de múltiples capas. Esto incluye responsabilidad por el
diagnóstico y tratamien¡o de enfermedades, e involucra la adivinación de
los hechiceros y de sus ayudantes espirituales que se cree son los agentes
causantes de la mayor parte de los males. El patrón tradicional en la
sociedad siona-secoya es uno en el que los shamanes sirven como
curanderos y protectofes de sus grupos locales, mientras pfoyectan la

t76
culpa por la muerte y pnfermedad a los shamanes vecinos. Como
consecuencia de esta I ,¡ de la eüologfa de las enfermedades, las
relaciones entre los gn residentes están marcadas por la ansiedad y la
hostilidad, lo que sir - para racionalizar y perpetuar el patrón de
asentamiento disperso y la estructura polfüca atomfstica de las aldeas
Sionas y Secoyas. De aquf que la visión del mundo de los Sionas y
Secoyas es consistente con la dinámica de su ecologfa de subsistencia, y
provee un medio intelecn¡at que ayuda a mantener r¡n balance viable en su
utilización de los rcculsos naünrles.

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r77
CAPITULO VIII
ORGANIZACION SOCIAL

En lo que se ha tratado hasta este punto, ha habido muchas


referencias a las caracterfsticas de Organización a "nivel-aldea" de los
indios de terra firme, 1o que ha sido uno de los rasgos asociados con el
modelo tradicional de las Culturas de Selva Tropical. Los Sionas y
Secoyas están entre esos grupos que se ajustan a este patrón; su
organización social está basada en el parentesco y sociedad dentro de un
grupo local residente. El fundamento de su parentesco es la lfnea
patrilocal, patrilineal, que provee a cada individuo un grupo de referencia
de "hermanOs" y "hetmanas", y delinea las relaCiOnes pgtenciales afineS.
Los grupos residentes son flexibles; en muchos casos no consisten más
que de una familia patrilocal extensa, mientras que en otros son poblados
que compfenden a va¡ias de dichas familias. En cualquiera de los casos,
la milxima autofidad individual descansa en la persona del /rnti ba?ik{' o
shamtfn-jefe. Et que no se hayan desanollado entre los Sionas y Secoyas
estructuras sociales y potfticas más elaboradas es compr€nsible debido a
que dichos modelos no ofrccen una ventaja de adaptación adicional,
dados los recursos y el nivel de tecnologfa que posee esta gente. Las
secciones siguientes describen las instituciones particulares que se
desanollaron en un ¡rsentamiento humano ecológico especffico dentro de
la selva tropical, y que sirven efectivamente para organizar los patrones
Sionas y Secoyas de interacción.

t79
Parentesco

En las rclaciones existentes acerca de estos indios... no


enoontramos la significación propia de los nombres con que se
distingufan, fuese por el de sus caciques o por el de los lrrgares
habitados... Serfa muy importante conocer cuál correspondfa al
individuo, cuál al grupo, cuál al lugar, si el rfo... tomaba su
nombre del grupo o viceversa y cuál era su traducción o significado
en la lengua corrcspondiente. Asf podrfamos llegar al corpcimieno
de ciertas cuestiones relaüvas a su origen e ideas relacionados con
el culto totémico.
Espinosa Wrcz (1955:26)

La unidad social bilsica de la cultura Siona-Secoya es la extensa


familia pauilineal, patrilocal que consiste de un hombrc y su esposa, de
sus hijos no casados, y de sus hijos casados y de sus esposas e hijos.
Antes de la actual generación, todos los miembros de esta extensa familia
residfan en una ltu¡i wl?él("casa grande"), que em una gran estructura
oval con un piso de tierra. Un fogón comunal estaba ubicado a un
exftmo de la Aai v#lé|, y se disponfan compartimienos a lo largo de los
lados de la casa para cada pareja conyugal-nuclear, con un pasadizo que
corrfa por el centro. Esto es una evidencia de que en épocas anteriorcs
estas áreas conyugales-nucleares eran a yeces divididas, pero en
ocasiones ellas pueden haber sido demarcadas simplemente con la
ubicación de las hamacas de los residentes.

El patón de rcsidencia Siona-secoya estaba caracrcrizado por/hai


,*?él dispersas, cada una asociada con una sección particular de un
anoyo o rfo. Cuando las lhai wi?él estaban aisladas, el hombre m¿ls
ancia¡p y más rcqpetado (es decir, el padre de la famiüa extensa) rcalizaba
los rituales stram¡lnicos necesarios p¡na mantener el bienestar del grupo
local, y era $¡ jefe. No era inftecuente el que ouos individuos o p.t"¡.t
con¡rgales-nucleares se juntaran a una lhai ui,?é/ distinta de la de su
padrc debido a casrx¡ de muerte u otras circunsta¡rcias. Si se sabfa que un
shamtin-jefe era particularnente benéfico o poderoso, él podfa
inqpmentar su esfe¡a de influencia atrayendo a individuos o a famiüas
conyugales-nuclearcs independientes a lavecindad de zu poblado.

r80
Las generaciones recientes de los Sionas y Secoyas que rcsiden en
Ecuador han abandonado la tradición de la /hai wi?é/ por casas más
pequeñas constnid¡rs sobre postes. (Este nuevo estilo es un modelo
generalizado que es ampliamente utilizado en el Alto Amazonas, aunque
195 dstallss de constn¡cción pueden variar localmente). Como resultado de
este cambio arquitectónico, las familias extensas ahora residen en lo que
parece un racimo de casas elevadas, con una familia conyugal-nuclear
residiendo en cada unidad, en lugar de la lhai wí?él dividida en
compartimentos. En el pasado los miembros de la lhat wi?élformaban la
unidad básica de producción y consumo en todas las fases de
subsistencia; los hombres de la casa limpiaban y plantaban juntos los
huertos, y lo que se obtenfa dela caza, pesca y los alimentos recolectados
se preparaban en el área de cocina comunal y se compartfan
equitativamente. La introducción de herr¿mientas de hierro y de armas de
fuego en los tiempos históricos han hecho menos necesario el trabajo
comunitario; esto, y la adopción de la residencia conyugal-nuclear ha
llevado a una creciente individualización de las actividades de subsistencia
(como se vio en el Capftulo IV). A pesar de los cambios de los últimos
años, el modelo de la /hai wi?é/ todavfa sirve como un importante punto
de referencia para comprender el funcionamieno del linaje y de la lfnea
Siona-Secoya.

T erminolo gía de P ar e nt e s c o

Tanto los Sionas del Aguarico como los Secoyas del Santa Marfa
tienen una tenninologfa de parentesco Omaha, pero su nomenclatura
difiere en algunos detalles. (Las terminologfas para los egos Sionas y
Secoyas hombres y mujeres se presentan en las Figuras 5, 6,7 y 8). En
sistemas unilineales tales como los Omaha, se considera a los miembros
de la lfnea como hermanos y hermanas. Cada individuo pertenece a una
lfnea de por vida, y se casa fuera de ella. Los totems, rituales, y mitos
frecuentemente están asociados con la lfnea. Se dice que la terminologfa
de parentesco Omaha es "clasificatoria" porque los términos de parentesco
incluyen al parentesco por lfnea recta y colateral, y al "bifurcado
fusionante" ("bifurcate merging") poque al hermano del padre se le
denota con el mismo término que al padre, como también a la hermana y
madre de la madre, mientras se utiliza términos separados para la hermana
del padre y el hermano de la madrc. (Estas caracterfsticas no son

l8r
exclusivamente omaha, porque también son propias de los sistemas
Ctow, el espejo-imagen matrilineal de Omaha, y otros sistemas lineales
tales como el lroqués. Los sistemas crow y omaha se distinguen de otros
sistemas unilineales por el modo en que el principio de la lfnea prevalece
por sobre el principio de la generación en la lfnea de la hermana del padre
y del hermano de lamadre).

La terminologfa de los Sionas del Aguarico es Omaha, pero tiene


una elaboración adicional en el hecho de que ciertos términos en la
generación de ego y en la primera generación ascendente tienen prefijos
que indican la edad relativa. I¿ terminologfa secoya indica la edad relativa
en la generación del ego, pero en la primera generación ascendente.

l¡s términos de parentesco siona-secoya se basan en sustantivos,


sufijo que indican el sexo, y prefijos que indican la edad relativa (algunos
términos, pero no todos). Por ejemplo, el término para "padre" ss /ha?k+/,
y para "mad¡€" es /ha?ko/. Aquf el sustantivo lha?k-lindica "padre" o
"madre", y los sufijos /-il y /-ol indican "hombre" y "mujer"
respectivamente.

En la terminologfa Siona (Aguarico) paHno* se denota por el


término para Pa lha?k+l más un prefijo que indica la edad de paflno
relativa a Pa (no a ego). El hermano mayor del padrc es /ai ha?kV, y el
hermano menor del padre es /sl ha?ki/. De igual modo, (ai ha?ko/ y /si
ha?ko/ indican a la hermana mayor y a la hermana menor de la madre
respectivamente. La hermana del padre y el hermano de la madre se
denotan con los términos /bu?ko/ y kwíl(sin tener en cuenta la edad
relativa). En la segunda generación ascendente (y todos los hombres y
mujeres parientes por lfnea recta y colateral de la segunda generación
ascendente, y de las generaciones precedentes) se rcfieren al padre del
padre y a la madre del padrc como tñekwi/, y al padre de la madre y a la
madrc de la madrc como lñeko/.

Se c¡tá¡¡ utilizsrdo ¿brevirciones pra los términos pedre (p¿), ntadre (Ma),
hermmo (Hno), hermana (IIna), hijo (Hjo) e hija (Hja), e,n form¡ simila¡ a
l¡ utiliz¿da en el original. (N. dc T.)

r82
nalna0
¡amai

s T|(}JT
$Jii?.*' sT ha?ko
sTkrT
a ?yo naheo
n01al nahé
nana0 naheo
a'lyt fI|ana nahé
O ñeko yoheo hütao naheo
tl
( ñekti IF n0lar nahE
nana0 naheo
nahü
naheo
nah6
naheo
nahE
ha?ko naheo

ha?ki ¡füt nahü


nana0 naheo
nanat nahU
nana0 naheo
a?yi naht
Yoheo naheo
nahü
naheo
yohe na0at nahE
a?yo hü1ao
naheo
nahü
ai ha?ki nahoo
a?vi nahü
naheo
bu?ko
nahé
naheo
nahU

Ftg. 5. Terminologfa de P¡¡ente$o Siona (Agurico)' Discr¡rso Masculino

183
pi ri
yoheo
v0ne0 hUtao
hütai
piki yoheo
kt{T l{ kl{l
a? |||af||a0 naheo
ndf|lal nahü
hütao naheo
o?yi a nahé
O ñeko yoheo fnafna0
ll naheo
{ ñekri IF |nana nahü
Pl |T hütao
y0he0 naheo
nahd
naheo
|nalnat nah¡
Íl|aftla0 naheo
nahE
ha?ko mamako naheo
ha?ki nahü
naheo
1 nahd
h0tao naheo
a?yi nahE
yoheo
naheo
nahü
O ñeko Pir I
tl y0n e naheo
( ñekHi y0he nah0
a?yo naheo
|I|al||at nahé
pi ri h0tao
y0ne naheo
a?yi 0tra nahü
|||aft|a0
pu?ko naheo
nahE
noheo
nahé
Fig' 6' Terminología de Pa¡entesco siona (Aguarico), Discurso femenino.

184
lna|na0
namai
piki yoheo
kltT kilT
a? h0tao naheo
t nahé
nana0 naheo
a?yi l||all|al nahU
yoheo hUtao naheo
a nahé
nana0 naheo
nahU
naheo
nahü
naheo
nahE
ha?ko naheo
E00 nohU
ha?ki
naheo
yohe nafla nahü
lnaf|la0 naheo
a?yi |nana nahU
$ hütao |-o
yoheo naheo
{-Id'laTR nahU
Oñeko fnal0a0 naheo
nahü
<ntLq
naheo
nahü
Pi
y0ne
ri naheo
a?yi |I|aflal nahE
hütao nane0 naheo
pu?ko
nahU
naheo
hütai naht

Flg. 7. Terminología de Parentesco Secoyn Discurso Masculino

185
hütao
e hütai
ha?ko sT ha?ko
SIKIVT sTkrl
|nana0 naheo
|nd|llat nahü
hütao naheo
a?y i nahd
yoheo
naheo
nanal nahü
hütao naheo
nahü
naheo
fl|a|Ial nahU
nana0 naheo
nanal nahU
ha?ko Hat naheo
ha?ki ila nah0
hblao naheo
nahU
naheo
a?yi nahü
yoheo
naheo
l||anat nahé
Oñeko hütao naheo
(tl ñekri yohe
hütai nah0
a?vo |I|a|Ia0
naheo
nahü
ai ha?ki noheo
a?yi
nahd
|nana0
bu?ko naheo
It- nahU
naheo
nahB

Flg. & Terminologfa de Pa¡entcsco Secoya, Discur¡o femenino.

r86
En la generación de ego se usan sustantivos diferentes para indicar
la edad relativa, pero los sufijos para indicar el sexo son los mismos;
la?yd y la?yol se refiercn al hermano mayor y a Ia hermana mayor
respectivamente, y lyohel y lyolpolse rcfieren al hermano menor y a la
hermana menor. Los primos paralelos reciben las mismas designaciones,
pero la edad relativa se determina no por una comparación, del ego con el
primo en cuestión, sino más bien por una comp¡uación del pdre del ego
con la línea del padre del ego (por ejemplo, a los hijos del hermano mayor
del padre /ai ha? kl se les llarna l{'!y*l y la?yol, incluso cuando ellos son
meriores que el ego.

A los primos cruzados patemos, cuando es un hombre el que habla


(PaHnaHjo y PaHnaHja), se les llama lhÚtttl y lhÚtaol ("sobrino" y
"sobrina"). Estos términos indican que los individuos a los que se
refieren no son miembros de la lfnea del ego. A los primos cruzados
matemos p¡¡ra egos masculinos (MaHnoHjo y MaHnoHja) se les üama /sÍ
kwv y /sí ha?ko/, o "Hertrtano menor de la madre" y "madle más jóven"
identificándolos como miemb¡os de la lfnea de la madre.

En la primera generación descendente, a los hijos del ego se les


llama/wd/, sin tener en cuenta el sexo. A los hijos de los hermanos del
ego (de los verdaderos y de los "hermanos" de lfnea) se los llama lmunú/
(HnoHjo) y lmunaol(HnoHja). Ios hijos de las hermanas del ego Qas
hermanas verdaderas, y las "hermanas" de lfnea) son &Ótai/ y ¡f¡ñ,tzol
("sobrino" y "sobrina"), lo que por otra parte indica que pertene@n a una
lfnea distinta de la del ego Qa exogamia de lfnea prescribe que las
"hermanas" de lfnea se casen con hombres de otra lfnea). I.os hijos de
PaIInaHjo y Pal{naHja vienen a ser /nahé/ y haheo/ ("nieto" y "nieta"),
mientras que la rama de MaHnoHjo son /sí kwí/ y /si ha?ko/ de
generación en generación (este pasar por alto la generación es uno de los
rasgos diagnósticos de los sietemas Crow-Omaha). Los hijos de
MaHnoHja /sr ha?ko/, sin embargo, vienen a ser /yohe/ y /yoheo/' y su
descendencia sigue la mismas reglas de terminologfa que otros /yohe/ y
lyoheol (compare Figura 6).

Para un ego femenino, los hijos de PaHna /bu?ko/ y la


deSCendencia de las hermanas reales y de llneas vienen a ser "hijos" e

187
"hijas" (mamtl y /mamao/), mientras que la descendencia de los
hermanos rcales y de lfnea vienen a ser "sobrinos" y "sobrinas" (7h6taf, y
/h6tao/).

La terminologfa de parentesco de los Sionas del Aguarico, por lo


tanto, es básicamente Omaha, oon una elaboración adicional en lo que se
refierc al principio de la edad rclativa en la primera generación ascendente,
con los prefijos lai-l y /sf-/ ("menor") y los sustantivos /a?) y tyoV
"mayor" y "menor" para designar a los hermanos y hermanas reales y de
lfnea. También es ligeramente diferente en que no se hace distinción entre
los verdaderos hijos e hijas del ego.

Termirclogla Secoya

El análisis precedente sobre la terminologfa Siona (Aguarico)


provee de un buen conocimiento previo para ver la terminologfa Secoya,
porque ambos sistemas son bastante similares. Se presentó primero la
terminologfa Siona porque en ciertos casos es más reconocible como un
sistema omaha. La naturaleza de un sistema "bifurcado fusionante" como
el Siona es clara al ser PaHno clasificado con pa, y MaHna con Ma
(precedido de los prefijos que indican la edad rclativa lur-l y /sf-/). En la
terminologfa secoya los prefijos que indican edad relativa se han dejado
de lado (aquf no se pretende dar a entender una implicación cronológica o
evolutiva), y a todos los PaHno se los llama /¡riki yohe/ y a todas las
MaHna, ¡likiyoheo/.

Obsérvese aquf que los términos para pa tha'lk*t y Ma ¡ha?ko/ no


forman la base de los términos para paHno y la MaHna como uno
esperarfa en una terminologfa bifurcada como la omatra. A pesar de esta
anomalfa aparente, los Secoyas si perciben que pa y paHno, y Ma y
MaHna están vinculados, de la misma manera que los siona. También
están conscientes de las edades relativas de paHno a pa, y de MaHna a
Ma (aunque los prefijos de edad relaüva no se usan), porque los términos
para PaHnojo y PaHnoHja, y para MaHnaHjo y MaHnaHja son los
mismos que en Siona (Aguarico); es decir, la?ygl¡to¡ y lyotrel-lyoheol
indican "hermano o hermana mayor" o "hermano o hermana menor",
dependiendo de la edad rclaüva a su padre o madre con la del padre o
madre del ego. Los términos para otros individuos de las generaciones

188
ascendentes son los mismos que en Siona (excepto que rbu?ko/ se
convierte en ftu?ko/ conforme a la pronunciación Secoya).

En Secoya, MaHno es lkwl como en Siona, pero tembién se llama


kW aMaHnoHjo, MaHnoHjoHjo, etc., dejando de lado de este modo el
prefijo /sf-/que indica la edad relativa. MaIInoHja es /pK yoheo/, como
era de esperarse (dado el mis¡no término para MaHna en la terminologfa
Secoya), perc una vez más la descendencia de ella toma los términos
lyohe/y lyobeol, como en la terminologfa Siona (Aguarico).

A difercncia del Siona,los términos de refercncia Secoyas para Hjo


/mamakí e Hja /mamako/ hacen disünción de sexo, y también utilizan los
términos de tratamiento /sf wa?i/ y /sl wa?o/ para diferenciar el sexo. [.os
cambios en la terminologfa para cuando es una mujer la que habla son
análogos a aquellos para la mujer Siona, dadas las diferencias en la
terminologfa Secoya.

Un asunto importante a ser considerado es hasta qué punto la


organización social Tukano Occidental es similar a la de los T\¡kano
Orientales. El estudio de Goldman (1963) sobre los Cubeos Tukano
Orientales es una de las más detalladas etnograffas en existencia sobre una
sociedad amazónica, y en ella se presenta abundante evidencia de que la
lfnea es el principio maestro alrededor del cual se organiza esta cultura. La
vida social e intelectual Cubeo se centra en la lfnea patrilineal y sus
conespondientes rituales y mitologfa, en su posición social en relación a
otras lfneas, y en sus asociaciones de lugar y en la maloca, que es el
rltero simMlico de la lfnea. Otros gruposTukano Orientales tales como el
Desana y los Tukano también tienen organizaciones complicadas de la
lfnea.

Entre los Tukano Occidentales, sin embargo, la lfnea recibió una


expresión bastante menos complicada. Los sobrenombres utilizados por
la gente hoy en dfa sugiercn fr¡ertemente nombres de lfnea basados en
slmbolos totémicos, pero no existe memoria de mi¡os separados para las
diferentes lfneas; m¡ls bien hay ur mito de origen generalizado para todos
los nombres Sionas y Secoyas, que no tiene en cuenta el hecho de
pertenecer a una lfnea de parcntesco. Los nombres de lfnea Siona-Secoyas

189
generalmente consisten de dos morfemas. El primero es más
frecuentemente tomado del nombre de una planta o animal, y sirve como
un prefijo descriptivo para idenüficar la lfnea especffica a que se hace
referencia. El segundo morfema es A*,alú, que puede interpretarse como
"vivienre" (comparc Wheeler 1970: 116 y Langdon tiZ4: l0g). El
formato de estos nombres de lfnea sugiere ciertas iRni¿ades con los de
los cubeos T\¡kano orientales, los cuales consisten de prefijos
descriptivos y terminan en l-wal o /-wiV (Goldman 1963: 9G105).

En shushufindi se describen los siguientes nombres de lfnea:

lbf!áwalúl "pájaro viviente"; se dice que procede de los collares


de pájaros disecados usados por esta lfnea. Escrito
como Piaguaje en español.

lbayowatúl "grasa viviente"; se dice que procede de las caras


grasosas de los miembros de esta lfnea (que se
consideran atractivos). Escrito como payaguaje en
español.

lyaf wahil 'Jaguar viviente". Escrito como yaiguaje en español.

/wani wahf/ "mojarra viviente"; procede del nombre de un pez de


la familia Chichlidae. Escrito en español como
Maniguaje.

ldñtawaW "pelo viviente". Escri¡o en español como Dañaguaje.

lyi?yo kuru watÉ/ "chaquira de madera lkun¡/ viviente". Escrito en


español como yiyocuru.

otros ejemplos de nombres de llneaTukano occidentales incluyen:

/hemú wah# "armadillos vivientes',. Escrito como Amoguaje en


español.

/ko?re wahf "garrapatas vivientes". Escrito como Corrcguaje en


español.

r90
/sí?siwahf "zarigiieyas vivientes .

/wasi watú/ "lombriz de tierra viviente". Escrito Guaciguaje en


relatos en español antiguo.

/sése waH/ "huanganas vivientes". Escrito en español como


Senseguaje.

Además de estos, hay muchos otros (compare Steward 1948b) que


ahora están extinguidos, y de los cuales las tradiciones son algo
especulativas. No hay evidencia de que las lfneas de parentesco Tbkano
Occidentales estuvieran organizadas en mitades o clases como entre los
Tukano Orientales. Steward sugiere que los Tukano Occidentales,
pueden haber tenido lfneas de parentesco incipientes, queriendo decir que
por el tiempo del contacto europeo su organización social estaba en un
estado de formación, e implicando que ellos pueden haber estado en
proceso de desarrollar modelos más complicados tales como los de los
Tukano Orientales (1948: 527). Goldman, sin embargo, ha sugerido que
los Tukano Occidentales pueden haber estado en la declinación de un
modelo más elevado de organización social (comunicación personal).

Parentesco de Afrnidad

Los Sionas y Secoyas se rcfieren a los parientes por afinidad como


lwabú|. (Los términos para las relaciones afines se presentan en la
Figura 9). Debido a la regla de exogamia de lfnea, se busca para casarse
parejas que tengan sobrenombres totémicos diferentes. De aquf que los
lwablitlusualmente son de otra lfnea, aunque hay algunas excepciones a
esta regla general. Para los Sionas y Secoyas, la regla de matrimonio ideal
es que uno debe buscar una pareja fuera de la propia lfnea, y fuera del
linaje inmediato de la madre (aunque los individuos que llevan el
sobrenombre de la lfnea de la madre pueden ser considerados elegibles si
son suficientemente distantes y no tienen un nexo demostrable con la
madre del ego). Están prohibidos los matrimonios con primos cruzados y
con primos paralelos.

La práctica ac$al entre los Sionas y Secoyas en Ecuador es busca¡


parcja para cas¡¡rse en poblados lejanos. Hay un movimiento de gente a

191
o
tl

r< i drua? i

O i dn.r? i {tl llai

tl
C wEhao

Ftg. 9. Terminologfa de
Parentesco por Añnidad Siona- tl
Secoya (Discr¡rso Masculino)
i órua? i

r92
través del territorio Tl¡kano Occidental. Mucho de esto ocurre como
simples visitas o como renovación del contacto con parientes que han
estado separados por largo tiempo, pero estos viajes también sirven como
medios de reconocimiento anteriores a las reubicaciones de las aldeas y a
las migraciones. El telreno no es lo único que se explora durante estas
visitas a otros pobtados; también se considera la disponibilidad de
encontrar parejas adecuadas para mauimonio. Dado el tamaño pequeño y
ta dispenión de la mayorfa de poblados Sionas y Secoyas, no es inusual
que en una localidad dada se de escasez de posibles parejas para
matrimonio. Más aún, es probable que los miembros de los gn¡pos
locales estén muy cercanamente emparentados oomo pafa satisfacer la
re$a del mauimonio.

Hace tan solo tres o cuatro generaciones habfan poblados Tukano-


Occidentales en todos los uibutarios mayores del Aguarico, como también
en algunos menores (incluyendo el Cocaya, /sókora/ o "Zancudo",
Cuyabeno, Shushufindi, y Eno) hasta el rfo h¡sino por el oeste (Long.
77"W), y también los poblados importantes del Putumayo, Caquetá,
Na¡n, y de sus tributarios. El impacto de cuatro siglos de contacto con
los blancos para la población Tukano-Occidental ha sido enonne.
Langdon (1974, rcvisa las estimaciones de población de varias fuentes
que indican una declinación de cerca de 8.000 individuos por la época del
primer contacto a unos 1.300 en el presente. Aunque todavfa hay
poblados T\¡kano-Occidentales dispersos por gran parte de lo que fue
territorio T\¡kano-Occidental en üempos de la conquista, el número de
poblados y la densidad de población han descendido drásücamente. Esto
quiere decir que en muchos casos los hombres deben buscar esposas de
lugares más distantes. En tiempos aborfgenes pueden haber habido
patrones regularcs de inte¡cambio de parejas entre los grupos locales o
lfneas de parentesco, p€D la realidad demográfica del siglo 20 hace poco
clara la sin¡ación.

La Fiesta de la Bebida
... Lo mismo sucede con los nuevos lcaguates, que viven entre
Napo y Putumayo, quienes también la bebida que hacen por la
noche a la mañana misma beben y reparten a todos los vecinos a
que luego se consume. Bebida fuerte... no usan beberla si no es

r93
una u ora vez al cabo del año, y esa es tan corta canüdad, que lo
que no bastará para un Omagua solo, basta y sobra para satisfacer
el apeüto de 30 o 40 Icaguates.

Pablo Ma¡oni (l 889-92 [27]: 77 -78)

Las fiestas para beber son una antigua tradición en la cultura siona-
secoya como en muchas otras sociedades Amazónicas, y proporcionan
una oportunidad excelente para obseryar el comportamiento entre
parientes. Entre los Tukano occidentales del Aguarico y el Napo están
asociadas con las buenas cosechas (como celebraciones de las primeras
frutas), matrimonios, o simplemente con eventos sociales sin mayor
pretexto. En los últimos años han tenido lugar como fases finales de
mingas (partidas de trabajo), una práctica que los sionas y secoyas han
aprendido de sus vecinos Quichuas.

Segín los informantes, las celebraciones tradicionales de las


primeras frutas, o /a?so kónó ünkuye/ ("beber chicha fuerte"), eran
elaborados que requerfan de una preparación anticipada por parrc
lsuntos
del /Inti ba?iki/ local (shamán-jefe). Unas dos semanas anies del evento,
se e¡viaban mensajeros a invitar a los miembros de grupos residentes
vecinos. Algunos viajarfan hasra dos dfas para llegár i la casa del
anfitrión. Las mujeres de la casa anfitriona provefan lá chicha en esms
reuniones para beber que duraban tres o cuatro dfas, pero era obligación
de los invitados el traer came ahumada y pescado pára alimentar a los
presentes.

Los informantes sionas y secoyas hacen hincapié en que nunca ha


sido su costumbre el "vivir borrachos" como los quictuai que beben
chicha fermentada como parte de su dieta diariá. sin embargo, sf
pensaban en prcveerse bien para sus fiestas tradicionales de la bebida, y
las mujeres de la casa anfitriona tenfan que preparar de cuatro a ocho
/hai
kwakoro/ (vasija hasta la altura del pecho con una capacidad aproximada
de I l0-140 litros cada una) de lrr?rc k6nól (chicha fermentada hecha de
plátanos) o /a?so po?re xonót (chicha fermentada hecha de yuca y
plátanos; se dice que es más fuerte que la ¡!o?re kón6/).

t94
Según Elfas, el finti ba?iki/ (shamán-jefe) tomó yagé antes de que
empiece la fiesta de la bebida:

... para ver cómo iba a ser... para adivinar si habrfan peleas. De
todos modos ellos bebieron la chicha, pero si la adivinación era
mala, ellos tenfan miedo... elÍnti ba?iki/ les advirtió que bebieran
con precaución.

Los invitados llegaron con sus mejores ropas y adomos. Talvez


estarfan unas 50 ó 60 personas pfesentes. Los hombres se reunieron en
la¡hai wi?é/ ("casa grande") y se sentaron en bancas bajas de madera, y
las mujeres y los niños se sentaron lejos de ellos. El finti ba?iki/ tomó el
primer trago de chicha para ver si estaba buena, y luego fue servida al
grupo. Se siguió bebiendo durante el dfa y la noche. La comida fue
servida en fuentes de barro, y seis o siete personas senvfan de la misma
fuente. La celebración duró varios dfas, y se terminó cuando se consumió
toda la chicha. Entonces los invitados abrazaron al anfitrión y partieron.

La descripción anterior de la fiesta de la bebida se basa en los


relatos de informantes, y representa el ideal cultural. En efecto, estas
reuniones frecuentemente acabaron en riflas y pelea. Las fiestas de la
bebida continúan siendo hoy eventos sociales importantes en el ciclo de
actividades Sionas y Secoyas, aunque algunos de los elementos
materiales se cambian a veces debido al contacto con la sociedad
ecuatoriana (por ejemplo, a veces se sustituye la chicha con
aguardiente, cigarros nativos con cigarrillos, y el evento tiene lugar en
una casa de tipo diferente).

En agosto de 1974 se efectuó en Shushufindi una fiesta de la


bebida que duú tres dfas, y que permitió obsenrar unos aspectos del
parentesco en el comportamiento real. Aunque los detalles de dichas
fiestas vadan, este hecho es úpico de muchas que se realizaron durante el
trabajo de campo. Aquf se presenta una descripción de hechos
seleccionados de esta fiesta como un panorama microcósmico del
comport¡rmiento de los parientes según se exprcsa en un evento social Qos
nombres en este relato son fiaicios).

Un comerciante visitó Shushufindi en agosto 26, trayendo un

195
poco de aguardiente que vendió a Diego, quien habfa acabado de
ganar algo de dirpro verdiendo r¡na cosecha de malz de un huerto
del rfo Cuyabern. Esa noche se reunieron cerca de una docena de
hombres y mujeres en la peEreña casa temporal de Diego, que está
a la orilla del rfo, para empezar a beber (varios ünajes estaban
represantados en este grupo).

Solo dos dfas antes, Diego habfa regresado de un viaje de ocho


dfas a R¡erto Ospina en el rfo h¡h¡mayo, y mientras él estaba
ausente de la aldea sr mujer se involucrú en un amorfo con Alberto
(un Secoya recién llegado del rfo Angusiüa). Varias personas en la
aldea habfan estado comenta¡do esto durante la semana anterioq
mien¡ras Dego esn¡vo lejos, su esposa y Alberto fueron vistos
junos en el bosque por Angel, Geoguilda y otros. También se los
vio salir a"caza{ juntos, y Alberto rondaba por los alrededorcs de
la casa de üego la mayorparte del tiempo durar¡te su ausencia-

Como la fiesta continuara el 27, Noemf, una viuda con varios


niños, le contó a Dego acerca del asunto, porque apar€ntemente
ella habfa deseado que Alberto se casara con eüa. (Unas pocas
semanas antes, él le habfa hecho insinuaciorps a ella en una fiqsta
para beber al oüo lado del rfo). Noemf h¿bfa estado rondando por
afl¡era de la casa donde se efectuaba la fiesta por la mayor parte de
la maflana atisbando la entrada y por sobre las paredes, pero sin
participar activamente en la bebida" Algún rato durante este tiempo
ella le pasó la información a Diego. Diego quiso golpear a su
esposa, pero él estaba demasiado borracho, y ella escapó
rápidamente al huerto. Seg¡tn Angel, Diego no la persiguió, sino
que simplemente "lo soportó". Yo fui por la casa poco después de
la puesta del sol y observé a Diego sentado m¿ls bien silencioso en
una esquina. El rcpartfa aguardiente de tiempo en tiempo, perc
parccfa mortiñcado y menos embriagado y ruidoso que los otr,os
hombrcs presentes.

Rodolfo y Leonardo estaban parados dados del brazo en el


pasadizo que daba hacia la casa. Rodolfo recién habfa rcgresado de
un viaje de caza al rfo Shushufindi donde habfa tenido la
extraordiruria suerte de matar ues dantas en un dfa y de hacer salir

196
a otra que fue muerta por Ciro. Ellos regresaron a la aldea a la
puest¿ del sol con las canoas llenas de came alumada. Rodolfo me
dijo que cuando él llegó y supo que habla una fiesta para beber
habfa dicho a su familia, "Ellos están tomando. Nosotros hemos
cazado bien... vayamos y bebamos pacfficamente". Después de
relatar esto, Rodolfo me vio direcumente a los ojos y dijo:

Esta es la manera de tomar. Tranquilo. Algunas personas aquf


no beben de esta manera. Ellos pelean cuando toman, pero eso
no es bueno. Ellos deberfan omarpacfficamente como nosotros
lo hacemos ahora. En familia... (la gente deberfa)... beber
pacfficamente. Usted se levanta... (sintiédose)... bien.

Luego Rodolfo siguió con la descripción de la matanza de las


dantas, mientras él y Leonardo segufan abrazados. Gradualmente
Rodolfo empzó a apretar más alrededor del cuello de Leonardo y
empezó a balancearse hacia atrás y adelante juguetonamente. A
pesar de haber llegado a la aldea más o menos una hora antes,
Rodolfo ya estaba bastante ebrio. I-eonardo pareció estar algo
incómodo debido a que su ct&zaestaba sujetada, e intentó levantar
sus brazos para liberarse, y le pidió a Rodolfo Ere lo dejara ir.

De repente Rodolfo apretó arin más la cabeza de Leonardo,y luego


giró y lo lanzó contra la pared de guadúa de la casa, diciendo,
"Peliemos".Rodolfo se sacó rápidamente su cushma, y I-eonardo
se puso en guardia para pelear. Todos en la casa volvieron su
atefición hacia los combaüentes. Las mujeres empezaror-l a chillar, y
Eduardo (el medio hermano paterno de 40 años de Leonardo) se
abalanzó y se puso entre los dos hombres m¿fs jóvenes sin levantar
los brazos. Eduardo se encaló con Rodolfo y gritó, "Trl eres malo!
Vamos afuera (a pelear)!".

Rodolfo no respondió ni intentó golpear a Edua¡do. Mientras tanto,


Leonardo también se habfa sacado su cushma, y las mujeres
segufan aullando y protestando por el conflicto. Entonces Franco
(el hijo de 18 años de Eduardo) se sacó su cushma, y fue para
ayudar a Leonardo, pero su madre lo agarró de la cinora con los
dos brazos y lo contuvo. Franco tuvo bastante dificultad pero

r97
firialmente se überú y gró bruscamente hacia Rodolfo, y su madre
lo onn¡vo de nuaro rápidamente.

varios otros hombres se pararcn ftente a Rodolfo y le hablaron


rápidamente, tratardo de reftenar zu ira. Cuandilio se paró cerca y
sonrió (él habfa peleado con Rodolfo en fiestas anteriores; su
hermam mayorestá casado con la hemrana de Rodolfo). Mientras
Franco forcejeaba con su madÍe, una lamparina de kerosene (una
caja de lata con una mecha de tela) se vi¡ú, y se prendió fuego en el
piso. Diego lo golpeó ineficazmente oon una estera logrando
finalmente apagar las llamas. @n la confusión, yo te pisé a un niño
que estaba durmiendo en el piso, y él comenzó a llorar).
Finalmente Rodolfo y Eduardo fueron separados. Sebastián llegó
entonces y sujetó a Leonardo (su hermano menor) y le gritó,
"Parú... pani!" ("No... no!") a é1. Diego regresó a su esquina y se
sentó nuevamente, diciendo, "Libres... pacfficamente (nosotros
bebemos)".

Unos momentos después, Rodolfo se fue por la puerta trasera y


alrededor de la casa, y volvió a entrar por la puena del frcnte de la
casa. Luego agarró a Franco por el cuello y dUo "yia?yi, yi a?yi"
("Mi hermano, mi hermano"), mientras lo abrazaba cara a cara
(Rodolfo estaba usando el término de parentesco ficüciamente).
Rodolfo le tuvo asf a Franco por unos cinco minutos, repitiendo ia
misma frase una y otra vez como un ¡rcto de reconciliación. Luego
se volvió para salirporla puerta frontal de la casa elevada, pero se
tropzó y cayó de bruces al piso.

Noemf observó est¡rs cosas desde un borde saliente de fuera de la


casa. Alberto estaba balanceárdos€ en una hamaca, y al pasar Ana
por allf la cogió y la atrajo hacia la hamaca con él; en unos pocos
minutos ellos se fueron juntos de la casa. El esposo de Ana,
Tomás, estaba cantando cantos shamanlsücos (de una manera no
rin¡al), y el sonido rcsonaba hacia aniba y abajo del rfo.

Yo regresé por el sendero a mi casa, y al pasar por la casa de Mala


ella preguntó en voz alta quien estaba pasando en la noche. Cuando
ella supo mi identidad, preguntó varias cosas sobre la pelea. @lla

198
es una creyente o convertida por los misionelos, y no panicipa
m¿ls de las fiestas para beber, pero habfa ofdo el alboroto desde su
cama).

Poco después de llegar a mi casa (a 150 metros de la de üego) el


griterfo en la fiesta empz6 de nuevo, y el sonido llegaba
claramente auavés de la aldea. Yo regresé y vi a Rodolfo en acütud
de reto contra Fran@, pero habfan muchas mujeres paradas entre
ellos gritando y aullando. Los hombres que estaban presentes
estaban tan intoxicados que se bamboleaban por allf inútilmente.
Por un momento las cosas se calmaron un poco, pem entonces
y
Tomás se adelantó hacia Rodolfo dijo algo (que no pude oir)-
Rodolfo agarró entonces a Tomás de la parte delantera de su
cushma y empezó a sacudirlo vigorosamente. Los dos hombres
giraron hacia el centfo del cuarto gruñéndose, "A?yi, a?yi"
(-"Hermano, hermano") uno al otro. Entonces tres mujercs cogieron
la cushma de Rodolfo por detrás y trataron de apartarlo de
Tomás, pero él se safó de ellas y arrinconó a Tomás oontra la
pared. Mientras hacfa esto trababa de retorcer la cushma de
Tomás como para estrangularlo, repitiendo "A?yi, a?yi" todo el
tiempo. Tomás intentó defenderse empujando con sus manos la
cara de Rodolfo, pero sin gran resultado. El también estaba
diciendo, "A?yl, A?yI", perc con una voz sofocada debido a que
Rodolfo le apretaba el cuello.

En este momento Ana dejó a Alberto y trató de ayudar a su esposo


Tomás uniéndose a las otras mujeres que intentaban separar a los
dos hombres, pero ella solo aumentó la masa de cuerpos que estaba
adherida. No se dieron golpes ni se usaron puños; más bien habfa
un sacudimieno ebrio de brazos, y empujones' Después de haber
zujetado a Tomás por unos cuauo o cinco minutos, Rodolfo dejó
que tiraran de é1, y avatlr;Ó pesadamente a otra parte del cuarto.
Tomás fue al lado opuesto del cuarto, se paró allf' y e-ometu6 a
hablar con sl mismo. Luego comenzó a andar de un lado a otro y a
hablar más fuerte. Al verle la gente, empzó a gesticular con los
brazos y luego se golpeó el pecho con los puños. Después de eso
empezó a caminar de manera irregular alrededor del cuarto,
haciendo ante la gent€ que estaba sentada en el piso como que se

r99
bamboleaba, y algunos se rcfan de é1. Luego comerzó a darse
vueltas, a hacer cabriolas, y a rcpresentar la pelea, dando cada vez
pasos más lalgos alrededor del cuarto. El gimió y gruftó como un
peno, diciendo, "Yo soy un perro rabioso! Yo soy un perro
rabioso!"

Como Tomils continuara gruñendo y haciendo cabriolas, todos se


rieron de é1. Luego súbitamente asió a Rodolfo, quien habfa estado
observando su actuación, y empezó a empujarlo. Pero ahora
Rodolfo no levantó sus brazos para defendene; él simplemente
permaneció allf ebrio y miró hacia abajo al hombre más pequeño
que estaba golpeando su pecho. Una vez más las mujeres saltaron
y halaron a Tomás através del cuarto. Por un momento la pelea
pareció acabada, pero entonces Rodolfo se ecM hacia adelante para
asir a Tomás y las mujeres gritaron. Tomás se tropezó y cayó en
una hamaca y Rodolfo desistió. Tomás se rió y empezó a cantar
cantos shamanfsticos.

Margarita, una muchacha de 13 años, estaba encaramada en el


borde saliente de afuera de la casa, observando atentamente a
Tomás y riéndose de sus extravagancias. Tomás continuó
entonando cantos shamanfsticos cada vez más alto. Alberto se unió
en los cantos, y luego Rodolfo vino y se sentó en la hamaca con
Tomás, sin mostrar ningÍn rencor en su comportamiento. La hija
de Diego empzó a desordenar los monüones de mantas en el piso y
las tendió para dormir. Diego se sentó en la esquina fumando
ciganillos "Full Speed", y dijo que estaba "prohibido', tomar por el
resto de la noche. La gente empezó a marcharse. Tomás dijo "Mai
ha?ki nos mandó este aguardiente para beber". Diego respondió,
"No ridiculices a mai ha?ki" ("Nuestro padre"; es decir, la
manifestación celesüal del hén¡e cultural, Baina). Los miembros de
la familia de Dego eligieron lugares para dormir en el piso, y las
demás personas se marcharon a sus casas al apagarse la
lamparina.

2N
Uru Interprención dc los Heclos ocurridos en la Fiesn dc Ia Bebida.

La participación en las ñestas para beber rn está limitada a un solo


linaje o Unea; también se invita a los miembrcs de ot¡ros linajes que viven
en la vecindad de la familia anfitriona. Como rcsultado de esto, está¡t
usualmente prcsent€s uno parientes afines y otros vecinos que no son
parientes. La reunión de personas en una ñesta para beber aproxima a la
comunidad de individuos que se relacionan semanal o mensualmente. Por
lo tanto incluye tanto a los irdividuos oon los cuales ufD coopera, como a
aquellos con los que hay conflictos y tensiones diarias.

Una de las modalidades caracterfsticas del comportamiento social


Siona-Secoya es el de evitar las confrontaciones en las relaciones dentro
de la aldea. I.os incidentes que dan lugar a injurias insignificantes y
tensiones ocurren frrecuentemente, peID raramente se resuelven cara a cara
en el curso normal de los acontecimientos diarios. Por ejemplo, alguien
puede cosechar del huerto de otro sin pedir permiso, o un niño puede
da¡'lar los almácigos del huerto de una casa vecina, o hurt¿r cosas tales
como una barra de jaMn, un hacha, o un machete. En algunos casos las
pérdidas pueden ser importantes, oomo cuando los cerdos son muertos al
merodear por huertos equivocados. En la mayorfa de tales casos, la
vfctima recibe informes de sus parientes o de otros aldeanos relacionados
con el hecho o con la parte culpable. Hay muy poca privacidad verdadera
en el pequefto mr¡ndo de la aldea. Sin embargo, es raKt que lma persona
confronte direct¿¡nente a la parte culpable. Como en muchas sociedades a
nivel de aldea, la munnuración y la cahmnia consütuyen los medios
principales de control social en es¡os conflictos.

Como confirma la descripción anterior, la fiesta de la bebida


proporciona una ocasión en la que se relajan las inhibiciones sociales
diarias, y en la que es más probable que se expresen los conflictos entr€
las penonas. La disminución de las inhibicior¡es también es evidente en el
comportamiento sexualmente sugestivo que es más probable que se de
durante estas fiestas para beber.

La situación de Alberto, Noemf, y de la esposa de Diego


proporciona un caso para ser examinado. Alberto es un hombre de 30

20r
años que inmigrú a Shushufindi desde el rfo Angusilla en 1974. El se
habfa casado con una mujer bastante mayor (que habfa sido abandonada
por su esposo) durante una ñesta de la bebida en aquel rlo, pero habfa
venido a Shushufirdi varios meses antes que ella para evaluar la situación
antes de emigrar. Después de lallegada de Alberto a Shushuñndi, empezó
a hacer la corte a varias de las mujercs mifs jóvenes, oomo si no estuviera
casado. El se vesúa con su mejor cushma, usaba sus cuentas y tocado,
se arrcglaba plantas fragantes lma?ftal bajo sus muflecas y en las bandas
de sus brazos, y pasaba dfas enteros visitando a las casas en las que
residfan muchachas elegibles. Aunque la gente sabfa que tenfa "una
mujer vieja" en el rfo Angusilla la opinión general parecfa ser que él se
merecfa una esposa más joven que podrfa darle hijos.

Alberto pasó varios dfas en la casa de Diego cortejando


ostensiblemente a las hijas que vivfan allf. Sin embargo, cuando Diego
partió hacia el Putumayo, el asunto se desarrolló entre Alberto y la esposa
de Diego. El moüvo de Noemf para informar sobre lo de Alberto en la
fiesta parece surgir de su deseo de casarse con é1. Noemf es una viuda
ffsicamente atractiva de 28 años con cinco hijos. La subsistencia Siona-
Secoya está basada en una división complementaria del trabajo en la
producción y preparación de alimentos. La familia de Noemf consiste de
ella misma y sus hijos, su madre, una hermana de 13 años, y de un medio
hermano de 15 años. En términos de subsistencia, Noemf y su madre no
pueden prcveer adecuadamente pan su familia. Aunque cazan y trabajan
en el huerto superficialmente,la falta de un hombre adulto que cargue con
los trabajos de subsistencia más pesados las hace dependientes de la
buena voluntad de sus parientes, quienes les proveen con algo de came y
les permiten cosechar de sus huertos. (Sin embargo, ellas tienen una
reputaciónde perezosas, y se comenta con frecuencia que pasan los
dfas visitando otr¿n casas en busca de limosnas).

Es de conocimiento general en la aldea que Noemf desea un marido


para que eüa pueda proveer para sus niños y para ella misna, pero ella se
ve impedida por la falta de hombres de edad apropiada no emparcntados
con ella, por la mala gana de algunos hombres de casarse con una viuda
con tantos hijos, y por su propia reputación de no ser trabajadora. El
hecho de que el recién llegado Alberto hubiese flirteado con ella en una
fiesta de la bebida anterior fue aparentemente un motivo suficiente para

202
que le informara a Diego sobre su conducta, echando a perder asf no solo
el asunto entre Alberto y la esposa de Diego, sino también disminuyendo
las opornrnidades de aquel de casarse con una de las hijas de Diego (ya
que el conSentimiento del padre es muy importante).

La reacción más bien ineficaz de Diego a la infidelidad de su mujer


puede ser interpretada como una expresión del principio de evitar
conflictos, pefo esta evasión es más caracterfsticas en las relaciones entre
miembros de diferentes familias que en las relaciones entre parejas
maritales. Diego no es un hombre particularmente asertivo, a pesar del
hecho de que es hijo de un ñnti ba?iki/. (Como el hijo de un jefe él habrfa
sido considerado como sucesor de su padre si hubiera demostrado los
poderes shamánicos y las caracterfsücas de personalidad adecuadas, lo
que en realidad no hizo). El hecho de que Alberto tenfa la reputación de
ser un shamán poderoso también puede haber moderado la reacción de
Diego en el asunto (por miedo a la venganza con hechicerfa).

La escisión más básica en la sociedad Siona-Secoya es la distinción


entre los parientes consangufneos y afines. Aunque las distancias ffsicas
y
entre una mujer casada sus parientes consangufneos no son
necesariamente gfandes, el matrimonio tiende a alejar a las mujeres de los
patrones de interacción cotidiana con los miembros de su misma lfnea. En
efecto, la nueva esposa que va a residir en la gran casa de su esposo se ve
forzada a vivir y trabajar en un mundo de extraños. El tedioso trabajo de
cosechar y preparar la yuca ya no se realiza con su madre y hermanas,
sino con la madre y las esposas de los hermanos de su esposo. @sto se
mitiga hasta cierto punto en las aldeas mayores que son más idóneas para
contener varias lfneaS, y en algUnos CÍlsos en los que laS hermanas Se han
casado dentno de la misma familia).

Cuando las mujeres tienen la oportunidad de visitar a los miembros


de su propio linaje es probable que cuent€n sobre la soledatl y los abusos
que han sufrido a manos del grupo affn. Aunque hay medios
culturalmente sancionados para la cooperación entfe grupos afines, tales
como el compartir la came, hacer ocasionalmente Uabajos en conjunto, y
el servicio a la novia,las relaciones entre parientes afines üenden a ser
muy frágiles, y las tensiones subyacentes pueden aflorar con

203
soprcndente velocidad. Ese es enlonaes el ontexto cultural en el que
ticrm lugorlrs fiesas dc labetida.

La posibilidad de violencia en las fiestas es evidente en las


añrmaciones de Rodolfo a su fanilia de que querfa beber "pacfficadlente"
cuurdo snpo de la fiesa deryués de rcgresar de la cacerfa de la danta (en
verdad, Rodolfo üene la peor r€putación de cualquiera de los hombres de
la aldea por pelear). También se manifiesta en el hecho de que el ñnti
ba?ikV tome yagé para adivinar el curso de los hechos en el festival
tradicional de las primeras frr¡tas.

Después de que Rodolfo llegó a la fiesta, él y Leonardo se cogiercn


del brazo mientras se nanaba lo de la cacerla de la dana (esta es una pose
famiüar para los hombrcs y muchachos de la misma edad). La relación
entre estos dos hombrcs es de afinidad, siendo Leonardo el hermano del
esposo de la hermana de Rodolfo. con sorprcndente precipitación, el
aprctón amistoso de los jóvenes se convirtió en pelea. Eduardo se
interprso ent¡€ ellos, y, sin levantar sus brazos, r€tó a Rodolfo a salir y
pelear. Esto ñ¡e una exprcsión de soüdaridad por el parcntesco, porque
Eduardo es el medio hermarp patrilineal de I¡onardo (y por tanto
hermano de lfnea). Rodolfo cedió,lo que ñ¡e una expresión de respeto
por un hombre de edad mayor. Pero cuando el hijo de E<luardo, Franco,
fue a ayudara Leon¿rdo, Rodolfo estaba listo para pelear con é1, poque
ellos son de edad pareja

Después de la conñ¡sión debida al incendio, otros hombres y


mujercs intervinieron como pacificadorcs, y la primera fase de la pelea fue
interrumpida. Pocos momen¡os después Rodolfo iilentó rccorrilia¡se con
Franco abrazándole y llamtfndole la?y*l ("hermano"). En este caso fue
ficticio el uso del término de parentesco, po4lue Rodolfo y Franco están
ligados por lazos de afinidad y rfo de consanguinidad. Esta clase de
flexibiüdad en el uso de términos de parcntesco es practicada por los
sionas y Secoyas cuando desean establecer una relación más cercana con
alguien En este caso, el uso ficticio del término la?g eÍa una exprcsión
de reconciüación y amistad. El comportamieno de los panicipantes en
esta primera fase de la pelea siguió predeciblemente las pautas de los
miembos de una mis¡na lfnea

n4
La segurda riña empezó aparcntemente tan prcnto como la primera,
siendo Rodolfo quien una vez más perdió los estribos. En esa ocasión,
sin embargo, él peleó con Tomás, el hijo del hermano de su padre, y por
tantb un "hemano" de lfnea. Dchas peleas entre miembros de la misma
lfnea son raras, y esto prueba la mala rcputación de Rodolfo. Pero incluso
cuando los dos hombres vinieron a las manos continuaron expresando su
lazo de parentesco. Después de que fueron separados Tomás empezó la
enigmática danzz que se convirtió en una cómica parodia de Rodolfo
como un "¡)eno rabioso" agresivo que atacarfa a cualquiera, incluso a un
hermano de lfnea. Este casügo aparentemente impactó a Rodolfo, poque
cuando Tomás volvió a é1, no ofreció resistencia. Finalmente, los dos
hombres se juntaron pacfficamente entonando cantos de shamán.

Entre los Sionas y


Secoyas, la fiesta de la bebida es
primordialmente un suceso secular, y parece servir como un mecanismo
para venülar las tensiones sociales dentro de la comunidad. La mayorfa de
las ficstas para beber acaban porlo general en camorra. Los alineamientos
personales en estas riñas están basados la mayorfa de las veces en lazos
de parentesco consangufneo contra los de afinidad.

En contraste con las fiestas para beber están las ceremonias yagé.
Su orientación es sacra, y el comportamiento asociado con ellas está
marcado por la cooperación y la tranquilidad. El yagé es una planta
sagrada, y su ceremonia representa una tentativa del hombre para
comunicarse e influenciar los reinos sobrcnaturales, los cuales creen los
Sionas y Secoyas que controlan su destino.

inti ba?iki

Pregunta del etnólogo: "Quién es el /Ínti ba?ikV en Shushufindi?"


Marcelo: "Femando... el se hace cargo... por esto
usted dice frnü ba?ikV... él ve todo".

Hay poca cohesión polftica entre los dispersos poblados de los


Sionas y Secoyas. Cada gnrpo de residencia que vive en la orilla de un
arroyo o en alguna parte de un rfo mayor tiene su propio shamán-jefe, o
ñnti ba?iki/. Para ser un jefe, un individuo debe primero ser un shamifn

205
capazi alguien que demuestre que es apto para conducir en forma
adecuada ceremonias yagé, con todos los requisitos de canto, diagnosis
y cura de enfermedades, y comunicación con espfritus. Es más, un jefe
debe tener las caractelsücas de personalidad adecuadas; debe estar más
relacionado con asuntos del espfritu que con la vida material, y debe ser
más bien cont¡olado en su actividad sexual (porque la impureza ritual de la
mujer es una amenaza para el hombre que bebe yagé). El jefe debe ser
generoso en su trato con los demás, y mostrar interés por sus
necesidades. Debe hacerse poco notable antes que jactancioso o
autoritario. El debe combinar estas cualidades con la suficiente sinceridad
y carisma como para atraer el apoyo de otros hombres, porque el estado
de finti ba? iki/ debe proceder del concenso de los miembros del gmpo
local.

El oficio dejefe es algo que sobre todo se gana, pero en ciertas


circunstancias puede parecer un oficio que se hereda por lfnea patema,
pasando de padre a hijo. El hijo de un fnti ba?iki/ tiene ciertas ventajas
sobre sus compañeros en reunir las cualidades para esta posición. Como
su padre es un shamán, recibe entrenamiento shamanfstico informal e
instrucción sobre la identificación y uso de las plantas rituales y
medicinales desde muy tempmna edad como algo natural. Se puede decir
que este aprendizaje durará a lo largo de toda su niñez y adolescencia,
mientras que los aprendices cuyos padres no son shamanes reciben un
entrenamiento formal mucho más corto. Siendo iguales todos los otros
factores, el hijo de un finti ba?iki/ tiene un conocimiento y experiencia
más profundos sobre el saber y el ritual shamanfstico que sus
compañeros. Es más, si un fnti ba?iki/ es particularmente carismático, es
probable que su linaje y /hai wl?é/ ("casa grande"; es decir, la familia
extensa) gane en prestigio y atraiga a aquellos que sobran de otros ünajes
(por ejemplo huérfanos o parejas conyugales nuclearcs cuyos linajes se
han truncado debido a circunstancias históricas particulares).

En el caso de Femando, el oficio de fnti ba?iki/ ha pasado del


padre de su madre a su padre, y luego de su padrc a é1. Pero no pasó a su
único hijo. Como explicó un hombre:

Un /fnti ba?iki/ debe ser /tnkukV C'bebedor"; es decir, un tomador


de yagé). Femando fue un cacique (efe)... su padre lo instruyó.

2M
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Pero si el hijo es malo, el no debe ser cacique. Por ejemplo, el
hijo de Femando no es apto.

Ni el prestigio, ni el carisma de un /tnti ba?ikV pasará a su hijo si el


hijo no tiene las habiüdades y el porte de un jefe. El hijo de Femando es
visto por los aldeanos de Shushufindi como una persona amable y
generosa, pero como alguien que nunca ha demostrado el interés o la
disciplina para convertirse en un verdadero shamán. [¡s otros hombres
disfrutan de su compañfa y hospitalidad, pero lo ven como de
personalidad débil. Como los Sionas y Secoyas creen que la forn¡na del
grupo local radica en las habiüdades de su /inti ba?ilrV, la confianza es un
facor importante en la elección de un jefe.

No se tiene una elección formal para escoger a .un jefe; la


preferencia se basa más bien en un consenso de opinión entre los
miembros del grupo local. Como dijo Elfas, 'El (el jefe) es muy bueno...
más que otros. Hay un /lnti ba?iki/ en cada poblado... una persona en
quien ellos conffan". El hombre cuyo comportamiento y saber inspira más
confianza a los suyos será elegido como /inti ba?iki/. El es la persona que
más se aproxima al concepto Siona-Secoya del hombre ideal.

El /Ínti ba?iki/ influye en los hechos por su gufa y ejemplo antes


que por el poder coercitivo. Un hombre que desea ser un lfder no puede
declararse como fnti ba?iki/. Un intento de estos fue hecho por un
hombre en el rfo Cuyabeno. Cuando yo visité ese poblado por primera
vez en agosto de 1972, yo le pregunté a esta persona quién era el jefe y
contestó, "Soy yo". Más adelante supe que él habfa estado intentando
instalarse a si mismo en una posición de liderazgo en los tratos con los
ecuatorianos blancos, y que incluso habfa viajado a Quito y visitado al
presidente Velasco lbarra, donde él habfa pedido que se envfe a "su
gente" herramientas y ganado. Dt¡rante 1974 éI también habfa tratado de
conseguir por intermedio del Teniente Político de Puerto httumayo
establecer una escuela y una oficina de registro civil en el Cuyabeno
(como en mano de 1975, no se habfan logrado resultados). Pero los
Sionas y Secoyas nunca aceptaron a este individuo como a un jefe. En
primer lugar, aunque él usaba alucinógenos y cantaba cantos de shamán,
no era un shamán bien preparado. En segundo lugar, no mostraba los
atributos personales adecuados para un jefe. Elfas comentaba: "El quiere

207
ser jefe con su fuerza... pero quien saca pecho... la gente no quiere
escucharlo".

va por allf diciendo a la gente qué hacer. El es


Un /frni ba?iki/ no
consultado en asuntos importantes, y a su opinión se la torna en
consideración rcspetuosamente, pero de ningrún modo es obligatoria. En
asuntos personales, como las consultas sobre enfermedades, usualmente
se avienen con el parecer del shamifn-jefe sin preguntas. Si el grupo
residente consiste solo de la familia extensa del jefe, sus decisiones son
definiüvas, pero si consiste de una combinación heterogénea de linajes,
puede haber una variedad de opiniones sobre cualquier asunto dado. El
juicio del jefe es respetado, pero otros hombres pueden exponer sus
propios puntos de vista y decidir en rlltima instancia su propia lfnea de
acción.

un caso en cuestión es la manera en que las familias determinan


cuándo y dónde reubicarse. La influencia de un fnti ba?iki/ es mayor
cuando algunas familias se unen a la suya propia para formar un grupo de
residencia. Pero un jefe no puede ordenar a la gente el juntarse ni el
pennanecer cerca de su c¡Na. La decisión de juntarse o dejar un grupo de
residencia es una prerrogativa de la cabeza de cada casa. El poder de un
ñnti ba?iki/ depende completamente de su habilidad para influenciar a la
gente, y no proviene de cualquier autoridad formalmente constituida del
oficio en sf.

La tradición oral Siona-secoya está relacionada principalmente con


la mitologfa de seres sobrenaturales tales como el hérce de la cultura
Baina y su antagonista Muhü , antes que con hechos de los grandes finti
ba?ikv. Esto es consistente con el énfasis cultural sobrc la importancia de
las rclaciones entre los seres humanos y los niveles sobrenaturales de
existencia, y el papel del /l'nti ba?iki/ como mediador, antes que como
lfder heroico, en estas relaciones.

Los relatos de los Jesuitas de los siglos lz y lg mencionan los


nombrcs de varios jefes Encabellados y revelan consistentemente la
estrucnrra polftica independiente de los diferentes gn¡pos locales.
Misioneros individuales demostraron gran tenacidad en encontñr
$upos
de Encabellados e intentar penuadir a zus jefes a formar reducciones

208
con sus vecinos más @rcanos (Chantr€ y Herera l90l; Espinosa Férez
1955: 9-l). Esto no se efectuaba fácilmente a pesar del halago que
significaban los implementos de hielrc, poque muchos jefes insistfan en
formar poblados independientes antes que unirse a otros Encabellados, y
ofos se unfan de mala gana solo para separarse poco después cuando los
temorcs a la hechicerfa, las epidemias, y otros problemas atacaban a las
misiones.

Hay evidencia fragmentaria para sugerir que un üempo pudo haber


existido un fnti ba? iki/ Secoya particularmente fuerte en el rfo Santa
Marfa cuya influencia se extendfa por sobre todos los grupos en ese rfo
(Steward 1948: 745; Tessmann 1930: 218). Con interrogatorios repetidos
a los informantes Secoyas en Shustrufindi finalmente se obtuvo un relato
que respaldaba esta posibilidad. Cuando se les preguntó si algunos de los
/tnti ba?ilcV antiguos eran rccordados, Elfas respondió:

AMatp sa?rd... el fue el m¡ls valiente. El fue el primer Anti ba?iki/.


El era un luchador... él compartió a los lémúbtil (Coo). El ganó.
Aunque él fue el jefe de todos los Secoyas, él era muy buem con la
latu,a. El ensayó a los muchachos... él les enseñó como a
conscriptos ... (era) una esq¡ela para la guena, pero con lanzas
de madera suave sin punta. Estas se tiraban desde una distancia
para que los muchachos aprendieran a evadirlas. Un joven como
yo (19 años) sabfa cómo usar una lanza. Como un soldado.

Después hubo otro, /Kosi sásawú, pero él fue inferior. El fue el


segundo. Aüaho sa?ral observaba a la gente... cómo vivfan...
castigaba a los cobardes... mató gente. Después de él no hubo
ot¡os buenos (es decir, jefes de todas las aldeas) Los /rnti ba?iki/
fueron solo de sus aldeas. Ellos no guiaron más en los
entre¡ramierüos y en los asuntos de guerra

Hay muy poca evidencia sin embargo, que rcspalde el üderazgo de


todas las aldeas como una caractelstica normal de la organizaciÓn
sociopolfticaTi¡kano Occidental. Al contrario, hay mucha documentación
histórica, como también datos de grupos existentes, que sugieren que el
modelo b¡fsico de organización polftica es uno de grupos locales
independientes, cada lmo con su propio shamán-jefe. Esta estructura, sin

2W
embargo, es alt4mente flexible, y perrrite un ciclo de movimiento en
desanollo que conduce a los requerimien¡os de un sistema de subsisterrcia
basado enla caza, pesca, recolección y cultivos altemos. El ser miembro
de los grupos residentes locales está abierto hasta cierto grado de
variabilidad, y un /fnti ba?ikV particularmente carismático puede affaer a
su grupo a miembros nuevos, o incluso extender su influencia sobrc otros
grupos locales que est¿¡n a distancias cortas.

Desde el
contacto europeo, misioneros blancos, patrones, y
gobiemos han intentado modificar la estructura de liderazgo para que
calce con sus propios fines. Entre los Sionas y Cofanes del rfo
Putumayo, el gobiemo colombiano ha instituido el cargo de gobernador
como la más alta autoridad civil para suplantar al shamán-jefe o cacique
-curaca. Langdon describe este cargo entre los Sionas de Buena Vista:

El gobernador ejerce dos funciones; organiza y dirige las


actividades dentro de la tribu, tales como el llamar a grupos de
trabajo comunales, calma¡ las disputas, etc. Su segunda función es
la de portavoz de la tribu al mundo de afuera...

La función... no ha sido bien comprendida... porque carece de los


atributos de poder tradicionales; el cont¡ol sobre lo natural y la
habilidad de influenciar todos los aspectos de los sucesos en este
mundo... El gobemador elegido no se interesa o protege a la tribu
en el sentido tradicional. (1974: tzD-l2t).

Los patrones de los Secoyas en los rfos Santa Marfa y Napo


reconocieron a los /tnti ba?ikil, pero intentaron manipularlos para que
ejercieran como organizadorcs del trabajo indfgena. El pago era hecho al
jefe quien luego redistribufa los bienes individualmente entre los
indfgenas. Los abusos de los patrónes bajo este sistema se volvieron tan
crueles que, con el tiempo, condujeron a la emigración de muchos
Secoyas hacia áreas menos accesibles en Pe¡rt y Ecuador (donde se
casafon con los Sionas del Aguarico y sus tributarios).

[¡s misioneros americanos que trabajan entre los Sionas y Secoyas


hoy en dfa han procurado desviar la institución del /rnti ba?iki/, porque
ellos la consideran como la personiñcación del paganismo y la brujerfa.

2r0
Ellos se refieren a los shamanes como "doctorcs brujos", y han enseñado
a sus oonverros, o creyentes, que el uso ritual del alucinógenos nativos
no es aceptable para los cristianos.

En lugar del Inti ba?iki/, el Instituo Lingüfstico de Verano (tr-V)


ha reclutado a hombres jóvenes brillantes para que reciban educación
avanzada y se entrenen para profesorcs en su campo base de Limoncocha
en el rfo Napo. Estos son individuos que en tiempos anteriores
posiblemente habrfan emprcndido el aprendizaje para shamanes. En
esencia, una forma de entrenamiento para lfdercs está siendo sustituida
por otra, con la Biblia y la doctrina cristiana que reemplaza a la
cosmologfa y mitologfa Siona-Secoya, con la Medicina occidental en
reemplazo de la teorfa nativa sobre las enfermedades y de la cura
shamánica, y con el culto (servicio religioso protestante) en reemplazo
de la ceremonia yagé.

En el presente, las posiciones de lfnti ba?iki/ y de profesor


coexisten entre los Sionas y Secoyas y tienen seguidores que coinciden en
parte, con el peso de la sabidurfa y creencia tradicional apoyando al
shamán-jefe, y el poder de las curas modernas de las antiguas
enfermedades y el acceso a la educación y a los bienes materiales del
mundo de afuera apoyando al joven profesor. La mayor fluidez y
erudición en español del profesor lo capacita para actuar como un
intermediario cultural en las relaciones con los reprcsentantes no
indfgenas de la sociedad nacional dominante. Esta es una ¿l¡ea en la cual el
finti ba?ikVno üene experiencia. Cuando el rtrü ba?iki/de Shushufindi (el
poblado Siona-Secoya más grande del Ecuador) muera, la transición del
liderazgo del ñnti ba?iki/ al profesor será completa, porque
prácticamente no hay otro shamá¡r de gran nivel en la aldea. Quedan, sin
embargo, unos pocos Ánti ba?iki/ y yahé únkuki/ (shamanes) en el
Aguarico y sus tributarios, como también en poblados en los rfos
Angusilla, Yubineto, y Santa Marfa.

En conclusión, los fundamentos tradicionales de la organización


sociopolftica Siona-Secoya son el grupo o lfnea de descendencia
patrilineal, la extensa casa /t¡ai wi?é/ patrilocal, y el shamtfn-jefe ñnti
ba?iki/. La piedra fundamental de la sociedad es la lhai wl?él porque
incorpora todos los trcs principios (descendencia, residencia y liderazgo),

2rl
y sirve como la unidad primordial de producción y consumo en todas las
actividades de subsistencia. cadaAai wi?é/üene ta habiüdad de funcionar
como una entidad polftica autónoma. A veces otras familias exrensas o
conyugales nucleares se instalan en la vecindad de un Ínti ba?iki/
particularmente carismáüco o efectivo, formando grupos a los que se les
podrfa llamar "aldeas". Una aldea funciona independientemente excepto
que no proporciona sus propias parejas de matrimonio. Dichos poblados
son agregados libres de familias, y no están marcados por una gran
estabiüdad porque las familias individuales se reunen o separan según su
voluntad. Como una institución social, la lhu wi?é/ es una adaptación
y
viable al sistema de subsistencia de los Sionas Secoyas porque
proporciona un grupo de hombres que cooperan en la limpieza, caza y
pesca, aunque es flexible y permite movilidad en la utilización de los
variables recursos del hábitat de la selva tropical.

2r2
CAPITULO IX
REPRODUCCION Y DESARROLLO

Como en todas las sociedades humanas, la vida de cada individuo


Siona-Secoya está condicionada por un ciclo de procesos fisiológicos y
por hechos sociales relacionados. En antropologfa se hace referencia a
esto como al "ciclo de vida", y se deriva de la articulación de la cultura
con los procesos biológicos de reproducción y desarrollo. El capftulo
presente tiene que ver con el ciclo de vida del Siona-Secoya al estar
relacionado con los problemas presentados en la discusión hasta este
punto: especfficamente, la interrelación funcional del comportamiento de
subsistencia con los otros subsistemas importantes de la cultura (es decir,
simMlico y sociopolftico). El ciclo de vida revela con cierto detalle la
integración de estas esferas, y proporciona información adicional sobre la
manera en que las instituciones sociales y el comportamiento se articulan
con la base económica para formar un sistema culn¡ral-ecológico viable.

En las secciones que siguen se presentan los conceptos Sionas y


Secoyas sobre la sexualidad y reproducción humana, junto con una
discusión sobre su "polfüca de población". De 1o último Wagley ha
escrito:

Cada sociedad tiene una ?olftica de población -un conjunto


implfcito o explfcito de valores culturales relacionados con el
tamaño de la población. La estn¡ctura social de cada sociedad está
estrechamente interrelacionada con r¡n nivel de población especffico
(1969:269).

2r3
En los Capfmlos VII y VIII, la creencia en la hechicerla de fuera de
grupo como ñ¡ente de enfermedad y muerte deruro del grupo se postuló
como uno de los principales "mecanismos" culturales que sirve para
mantener el pauón de asen¡amiento disperso caracterfstico de la gente
Tukano Occidental. La polfüca de población de los Sionas y Secoyas es
om factor significuivo en su adaptación total, potque al influenciar la
velocidad de reproducción y el tamaño de la famiüa afecta a la densidad
de población total y a la velocidad de utilización de los recr¡lños.

Conceptos Sexuales Básicos

Al contrario de las espectativas de mucha gente extraña, el


comportamiento sexual de muchos grupos primitivos no está
caracterizado por una exprcsión sin inhibiciones. Entre los Sionas y
Secoyas la exprcsión sexual está restringida por un sistema de crcencias
en el cual muchos aspectos de la sexualidad humana se ven oomo
potencialmente dañinos. Esto no significa que los Sionas y Secoyas
tengan miedo del sexo, sino más bien que ciertas prcscripciones rituales
influyen en su comlnrtamiento sexual.

El dominio mascr¡lino es un tema bien desarrollado de la cultura


Siona-Secoya- Aunque la división sexual del trabajo dentro del hogar
hace esenciales a las mujeres para cualquier grupo residente, se cree que
solo los hombres üenen la fuerza y habilidad p ra caz:ir en la selva, talar
á¡boles, y convertirse en grandes shamanes. Sin embargo, se dice que no
siempre fue asf, porque en los tiempos mfticos las mujercs gozaban de
ciertas vent4jas sobrc los hombres, pero las perdieron por una serie de
desatinos. Historias sobre varios aspectos de la sexualidad se cuentan
comúnmente entr€ las mujeres, y podrfan ser propiamente clasificadas
como "cuentos de mujeres" ya que tratan de temas de la sexualidad y
moralidad de la vida diaria en costraste con los mitos heróicos de la
creación coilados por los hombres.

Una de las narraciones de mujeres expüca cómo les tocó sufrir con
la rcgh después que originalmente fue una función de los hombres:

2r4
En tiempos antiguos los hombres erut quiercs mcnstruaban Ellos
se sentaban con sus penes den¡m de obos de bamht y la sangre se
escurrfa hacia afuera. Ellos se sentabafi en una pequefla cabala
lejos de la casa. Una mujer virp a darles lk6úl (una bebida de
plátanos y yuca) y empz6 a reirsc de ellos, "Ja, ja, ja...
sent¡lndose como las mujercs... ja, ja, ja,". Un hombrc estaba
masticando hojas delyanam0ko/(para fortalecersus dientes). El se
enojó y anojó el lyanm6ko/ a la mujer. Es¡e dio en zu vagina, y él
dijo: "De abra cn adelanrc las mujeres menstrüarán". Y asf es
oomo es hasa hoy.

Otra versión fue ontada poruna mujer Seooya de 28 afus:

Una vez hubo dos mujercs (en la cabafta) que no menstruaban.


Luego un hombrc vino a menstruar, y les preguntó, "Ustedes no
hacen esto?" "No", respondieron ellas. "Yo les enseñaré", dijo é1.
El hombrc sacó un trozo de soga y la macbacó en un poco de agua,
y el agua se volvió del color de la sangre. Las mujeres bebieron
esto y entonces oomenzaron a sangnar (por la vagina). Ellas
tuvieron miedo y permaneciemn aisladas de las otras personas.
Ellas pensaron que est¿ban lastimadas... por esta razón ellas se
fueron (a la cabafla) cada mes.

Segrún los preceptos Sionas y Secoyas, las mujeres están


ritualnente cont¿¡minadas debido a srs ñrnciones biológicas; los perfodos
de merutruación, embarazo, parto y posparto son potencialmente
peligrosos y estlln protegidos por una serie de restricciones de
comportamiento y dieta. Un aspecto fecurente de estas restricciones es el
aislamieno de la mujer.

La menstruación, en particular, es vista por los hombres con una


mezcla de recelo y disgusto. Una mujer que está con la regla es
considerada impura y debe estar aislada del contacto directo cqt otros. En
üempos tradicionales se constn¡fa una pequeña cabaña separada de la
casa, y las mujeres dormfan alll durante sus perfodos. Aurque todavfa
hay unas pocas cabañas de este üpo en Shustufindi, la modalidad
predominante ahora es una pequeña plataforma o arrxo que lirda con un

215
tado de la casa elevadal.

A una mujer que está menstruando no se le permite cocinar (no sea


que contamine a otnos), y tiene un juego de platos separado para comer,
que se guarda en un atado en la cabaña o anexo para menstruar. Si no hay
otra mujer o muchacha en la casa para preparar la comida, el esposo
cocinará y le sewirá la comida a su esposa- Los Sionas y Secoyas creen
que el trabajo más apropiado para una mujer que está menstruando es el
limpiar el patio de tiena alrededor de la casa, y durante los perfodos
usualmente se ve a las mujeres en el patio en cuclillas, quitando la maleza
con la hoja de un machete. Los restos de este trabajo se juntan en
pequeños montones, y luego se llevan en r¡na hoja de plátano y se tiran en
la huerta de la casa o en la orilla del rfo.

Los Sionas y Secoyas no consideran a la menstruación como una


función biológica normal, sino más bien como un estado de enfermedad
contagiosa e injuria. No solo est¿ afectada la mujer, sino que la condición
puede afectar al hombre si no se toman las precauciones adecuadas. Si la
mujer no es aislada, se cree que el esposo contraerá una condición
conocida como /mini hu?iñe/ ("palidez"), que se caracteriza por un
aspecto pálido, debilitamiento, y una disminución de la habilidad para
cazar. (Este mal puede ser diagnosticado y tratado por un shamán).

Una mujer con la regla también constituye un peügro para cualquier


hombre que bebe yagé (es decir, casi todos los hombres en la sociedad
tradicional). Si un hombre que toma yagé ha estado en contacto con una
mujer que está menstruando, tendrá dolores de cabeza, hemorragias
nasales, y en c¿¡sos graves podrá incluso resultar muerto.

l. Langdon (1974) informa que ya no hay chozas de menstru¿ción enrre los


Siona de Buena Vista sob,re el rlo Putumayo, pero que las mujeres que
menstruan todavía se sientan lejos de los homb'res. L¿ únic¡ casa que se
observó en el Ecuador sin estas facilidades fue una que pertenecía a una
pareja Macaguaje-Siona que ahora reside sobre el río Cuyabeno.

216
Cortejo y Matrimonio

Los preceptos Sionas y Secoyas del comportamiento ideal buscan


la castidad prematrimonial y después de los ritos de la pubertad (9,p. 227-
230) las jóvenes son vigiladas de cerca por sus madres. No se les permite
ya jugar en la aldea, y se les manda a permanecer en la vecirdad inmediata
de sus propias casas. Cuando llegan visitas, se supone que la muchacha
les sirva una calabaza de lk6n6/, pero no se le permite participar en
conversaciones frfvolas. Su conducta debe ser social, pero resemada. Su
comportamiento debe indicar su nuevo estado de joven adulta con
intereses serios, opuesto a su condición anterior de niña.

El cortejo en la cultura Siona-Secoya tiende a ser un proceso más


bien formal. Como niños,los muchachos y muchachas de la aldea pueden
jugar ocasionalmente en grupos mixtos, pero por lo general se juega den-
tro de grupos de niños relacionados con lazos de parcntesco cercanos
(primos paralelos y cruzados). Después de los ritos de pubertad una
muchacha no juega ni se relaciona abiertamente con muchachos y hom-
bres jóvenes.Ella puede visitar las partes centrales de la aldea con su
madre o hermanas en ciertas ocasiones, tales como cuando los
comerciantes (de rfo) llegan con mercancfas para vender, y en estas
ocasiones ella puede intercambiar miradas con hombres jóvenes elegibles.
Un contacto visual muy intenso, sin embargo, probablemente causará
risas embarazosas, y no tendrá lugar un contacto abierto.

Si un soltero se interesa en una joven como una posible pareja de


matrimonio, él se pondrá sus mejores prendas y adomos y hará visitas
sociales a su casa (frecuentemente con un grupo de amigos).
Normalmente el joven pasará la mayor parte de la visita conversando con
los hombres de la casa sobre temas relacionados con las actividades
mascuünas tales como la cacerfa y la pesca. La muchacha no participará
directamente en la conversación, pero puede atisbar a los hombrcs desde
otra parte de la casa mientras realiza sus tareas domésücas. Una de las
principales funciones de este comport¡rmiento es el que el joven
demuestre la seriedad de sus intenciones a su probable suegro, e intente
impresionarlo con su méri¡o como trabajador y proveedor. A un nivel mils
privado, el soltero puede pasar por la casa de la joven durante sus
actividades diarias con una frecuencia algo mayor a la usual con la

2r7
esperanza de verla, y también de mosha¡se él mismo. El también preCe
llwade pequeflos pre$núes de ümpo an üempo.

I-oc aneglc finales para el mat¡imonio r¡sr¡almente se efectúan


entrc los padrcs del muchacho y de la muchacha E$os consisten de
negociaciorrcs en las que los méritos de los rcspectivos hijo e hija se
ponen en duda y se defienden altemativament€. El purno prirrcipal de la
contienda es sobrc si eljoven o lajoven han demost¡ado o no un grado de
madurcz suñciente, particularmenrc segrln se haya evidenciado en el
cumpümieno de él o de ella de actividades de rabajo adecuadas (por
ejemplo, para el hombre éstas incluirfan la caza" pesca y la limpieza de
tierra para huenos, y para la mujer, el saber cocinar, la buena disposición
para cosechar y procesar la yuca y lavar).

La fragiüdad de estas negociaciones con frecuencia hace que la


biisqueda de consorte sea un proceso la¡go y diffcil. Durante el perfodo de
18 meses de trabajo de campo en shushufindi no hubo una sola
ceremonia de matrimonio, a pesar del hecho de que se intentaron una
media docena de negociaciones. Si, no obstante, las discusiones son
satisfactorias para ambas par€jas de padres, se hará un convenio de llevar
a cabo rma ceremonia de boda. En la mayorfa de los carcs los padres
consideran los deseos de sus hijos, porque si uno de ellos no está
deseoso, hay pocas probabilidades de una unión satisfactoria- En un caso
anterior a nuestro arribo, una joven muchacha fue dada en mauimonio a
un hombrc mayor que no le gustaba, y poco después de la ceremonia ella
escapó a la selva y se escondió durante la noche. Ella fue enoontrada al
dfa siguiente, perc sus padrcs anularon el matrimonio.

Los Secoyas cuentan que en tiempos pasados los padres a veces


prometfan a zus hijos como parejas de los hijos de sus "amigos" (una
fu¡rción de alianza), p€tD que estos arreglos frecuentemente no tenfan
éxito debido a la falta de inclinación de las partes principales cuando
alcanzaban la edad de casarse.

La ceremonia del mat¡imonio en sf consiste de una fiesa Ere tiene


lugar en la casa de la muchacha se prepara comida y A¡úúl fermentado,
y todos los habitantes de la aldea y de los grupos de residencia vecinos
son invitados a participar. Esta es una ocasión que requiere de la ropa,

2r8
adonps y decoración más fi¡tos, eqpecialmente de parrc de la novia y del
novio. Cuar¡do la gente está reunida en la casa de la novia,los padrcs se
ocupan en discursos que ensalzan las virtudes de sus hijos. El acto
simMlico ñnal ocurre cuando la novia aparcce y se rerfne con el mvio en
una solahamaca-

Luego, los celebrantes se reúnen en el patio y ejecutan una


procesión de danza a la mrlsica de flautas verticales y tamborcs. En esta
procesión el grupo lfder corsiste de varias ñlas de hombrcs marchando
juntos y tocando los instrumentos musicales o llevando lanzas. Detrás de
ellos sigue el segundo grupo, que consiste de mujeres que van en filas
como los hombrcs, pero cogidas del brazo y cantando /a?yi hi... a?y W
("Hermanos... hermanos"). Las palabras son de un refr¿ln tradicional de
muchos c¡rn¡os Sionas y Secoyas, y enfuizan la unidad del linaje y de la
comunidad.Inicialmente, los dos grupos marchan alrededor del patio en
sentido antihorario (volviéndose hacia su izquierda) de una forma más
bien mecánica, pero al servirles a los danzantes /riónél de una olla que
está en la mitad del cfrculo, ellos aflojan algo sus pasos, y las mujeres se
contonean un poco hacia atrás y hacia adelante. La impresión otal que da
esta forma de danza, sin embargo, es la de control y coerción2.

Vida de Casado

Del novio se espera un perfodo de servicio a la famiüa de la novia


después de la iniciación del matrimonio. Usualmente el hombre toma
residencia en la casa del padre de su esposa hasta que completa esta
obligación y luego lalleva a ella a la casa del padre de él (resultando un
modelo ideal de residencia mari-patrilocal). La duración del servicio no

, La ¡elaúva falta de movimientos rltmicos en los bailes Sionas y Secoyas


fue siempre decepcionante para los visitantes extranjeros ¿ Shushufindi
porque ellos esperaban que los indfgcnas tuviesen un ritmo salvajeme,nte
exótico. Puesto que no hubieron bodas e¡r el poblado durante el trabajo de
campo, la única opornmidad que tuvimos de obsen'ar su procesión danzante
fue en dos ocasiones en que se la celet'ró a pedido de los visitantes. El
hccho de que la chicha usada en estas presentaciones no esn¡vo fermentada
puede que haya contribuido a la impresión de cohibición, pero los
informantes declara¡or¡ que sus desempeños ñ¡eron auténticos.

219
está establecida rfgidamente, peto depende del hecho de satisfacer las
espectativas del padre de la novia. No se considera inusual un perfodo de
uno o dos años.

Para los Sionas y Secoyas, los gestos de afecto y contacto,flsico


entre marido y mujer normalmente están reservados para momentos
privados. Mentras que es comtln ver a adolescentes cogidos de la mano o
abrazando a amigos del mismo sexo, un hombre y su esposa no se
abrazarán o sentarán en la misma hamaca en presencia de otros. Cuando
llegan visitas a una c:tsa, el hombre de la casa se sienta con los hombres,
y la esposa con las mujeres. Cuando se le preguntó a Elfas si esposo y
esposa se besaban, él respondió:

Ellos no se besan, incluso cuando el esposo regresa de un largo


viaje. Ellos tienen miedo de besar. Cuando é1 la saluda, él la
abraza; es una expresión de afecto. Una madre y un padre pueden
besar a los niños, pero no a otros.

Chara y Mesfas (hombres adultos) vieron a un americano besar a


su esposa en Limoncocha... esto los sacudió mucho. Cuando la
mujer les habló, ellos volvieron sus cabezas a otro lado porque eso
fue algo vergonzoso para ellos. Mi madre dice, "No beses frente a
otros... es una demostración de locura".

Según informantes varones, es el esposo quien inicia las relaciones


sexuales, porque, "La mujer tiene miedo de mostrar interés... ella no
puede hablar". Las relaciones tienen lugar en la hamaca por la noche (más
recientemente en camas de plataforma), y tan silenciosamente como sea
posible. Aunque algunos informantes niegan que se tengan relaciones
sexuales en la selva durante las horas del dfa, otros dicen que sf.

Segrín la creencia Siona-Secoya, demasiadas uniones sexuales


pueden tener un efecto debilitante en el hombre. Por esta razón un hombre
debe levantarse temprano y beber yoco (Paullinia yoco) y retorcer
fibras de Astrocaryum o tejer hamacas. Como Elfas contó:

Un hombre puede enferma¡se uülizando a la mujer todo el tiempo.


El no tendrá buena punterfa en la caza, y no estará animado para

220
hacer su trabajo. Por esta nz6n el hombre debe levantarse
primero... a las 3 a.m más o menos... especialmente los recién
casados. Nosotros decimos, /wekó wini saiyehe yo?okehe
ñamibáf/ ("La gente no debe levantarse junta como lo hacen los
loros"). El hombre hace yoco... la mujer no. Después eüa puede
levantarse a hacer /k6n6/... después de la salida del sol.

Embarazo y Nacimiento

La fertilidad femenina es muy deseada por los Sionas y Secoyas.


La esterilidad es considerada una base legftima p¡¡ra el divorcio, y en un
caso informado fue el motivo para el asesinato de una mujer (quien habfa
ocultado dos embarazos y abortos a su marido antes de que fuera
descubierto su engaño). El cese de la menstruación se reconoce como el
inicio del embarazo. No se hace un anuncio formal, pero el hecho de que
la mujer ya no se lave con hojas de ttÉnétGnga spp.), o no duerma en la
cabaña para menstruar, revela su cordición a la aldea. El embarazo es un
perfodo de cuidado para la mujer y su esposo. Se deben seguir
prescripciones rituales si se quiere asegurar el bienestar del feto y de la
maüe. Después del inicio del embarazo el esposo y la esposa se abstienen
de las relaciones sexuales y duermen separados. (A veces ellos pueden
dormir en la misma cama de plataforma, pero con un espacio entre ellos).
Se cree que si el hombre perturba demasiado a la mujer, o extiende sus
piemas a través del cuerpo de ella, puede matar al feto.

Hay muchos tabús sobre el comportamiento del hombre y la esposa


durante el embarazo, y la mayorfa están basados en el concepto de
asociaciones imitaüvas o contagiosas. Por ejemplo, un hombre no debe
reparar agujeros en su canoa con brea porque causará que el bebé se
"¡)egue" en el útero. De igual manera, el hombre y la mujer no deben
sentarse dá¡rdose la cara uno a otra en la misma hamaca o el feto se dará la
vuelta y se presentará un parto diffcil saliendo primero los pies del niño.
Si el esposo mata una culebra durante el embarazo causará que el feto se
pudra en el útero, y si la madre pinta su cuerpo con lwe?el (Genipa
americana) el niño tendrá marcas de nacimiento. Las restricciones de la
dieta durante el embarazo también están basadas en principios de
asociación. Si la madrc come came de danta el niño tendrá una cabeza
grande, o si ella oome came de huangana él tendrá los pies torcidos. El

221
gomer fruhs gemelas (por ejemplo, bananas) hará que nazcangemelos.

La mujer embarazada es vista con algo de incomodidad por los


hombres que no son su esposo. Aunque ella continria cocinando, ella
debe tocar solo aquellos artfculos que pertenecen a su casa. Puede ir
de visita por la aldea, pero no le está permitido aceptar refrigerios en los
utensillos de otros. Generalmente ella lleva un mate que esconde cerca de
la casa que planea visitar; si se le ofrece comida o bebida se disculpa
por un momento y va a traer su propio utensilio para que le sirvan ahf. Si
ella se ha olvidado de traer consigo su propio mate, es posible que su
anfitriona busque por la casa uno viejo que pueda ser quemado después
de usarlo, o puede que la visita beba de una hoja doblada.

Para dar a luz, las mujeres Sionas y Secoyas buscan un lugar


privado lejos de la casa. Se cree que los otros niños de la casa caerán
enfermos si el alumbramiento tiene lugar en la casa. El parto puede ocurrir
en el borde de los huertos o en una orilla de rfo al otro lado del poblado.
El esposo ayuda yendo al lugar escogido, cubriendo el suelo con hojas de
plátano, y construyendo un refugio temporal del mismo material. El lleva
una hamaca y agua al lugar, pero no se queda a presenciar el
alumbramiento.

Cuando el nacimiento es inminente, la mujer va al refugio


acompañada de una o más mujeres mayores que la asistirán. Si hay
parientas consangufneas disponibles, ellas atenderán; si no, ayudarán
mujeres afines. La hamaca se dobla y se ata a uno de los palos que
soportan el refugio, y la mujer hala de ella mientras da a luz en cuclillas.
Si el nacimiento es diffcil, puede que se frote en la vagina de la mujer
ortiga (Urtica spp.) o ají (Capsicum spp.). Después del parro, una de
las mujeres asistentes corta el cordón umbilical con /mamekoko/
(Pariana sp.) y lo ata con fibra de Astrocaryum. La madre entiena la
placenta en un hueco superficialjunto al lugar del parto. A veces puede
que se sople humo de brea sobre el entierro para ahuyentar a los
demonios que pueden haber sido atrafdos.

Poco después del nacimiento lr madre baña al niño con agua frfa,
sacá¡rdola de la olla con una hoja doblada y gotéandola sobre el recién
nacido. La madre y su hijo, las asistentes y el marido regresan a la casa

222
más o menos a la media.hora del nacimiento. El esposo construye
rápidamente un cuarto rectangul¿r para la madre y el niño bajo el piso de
la casa elevada clavando hojas de palma en la tiena. La madre y el niño
pennanecen aislados detrás de esta pantalla por aproximadamente un mes
(hasta que cese el derrame posterior al parto). El esposo observa un retiro
por varios dfas hasta que el ombligo se seque y se desprenda del niño. El
pasa este tiempo meciéndose ociosamente en r¡na hamaca templada cerca
del cuarto de la esposa. Cada dfa el padre y la madre se bañan en agua
tibia y hojas de lbénél(o guabas; Inga spp.) para "purificarse" ellos
mismos. Cuando se cae el ombligo se lo entiena debajo de la casa, y el
padre vuelve a asumir sus actividades normales. La madre pemanece en
aislamiento, pero recibe visitas de las mujeres y de las muchachas que ya
están en la pubertad, quienes van a ver al niño. Después de tres o cuatro
semanas la madre aparcce en la aldea, llevando a zu hijo de un lado a otro
en nna banda de tela /rahffr;al(antig¡¡amente hecha de paño de corteza) y
aparentando un aire de indiferencia, pero sonriendo con frecuencia
cuando otros admiran al bebé.

Política de Población

Segrin la creencia ideal Siona-Secoya, el número de hijos que tenga


una mujer no debe ser grande. Es algo engarloso decir que "el tamaño de
familia ideal" es pequeño porque los Sionas y Secoyas han tendido a
residir en familias patrilineales extensas. Por tanto, el tamaño de una
familia puede ser "grande" sin que cada mujer tenga un gran ntlmero de
hijos. La mayorla de informantes éstá de acuerdo que cuatrc niños es más
o menos el número ideal para una mujer dada (las fespuestÍls individuales
variaron de tres a seis, pero cuatro fue la estimación modal)' La
explicación dada por los hombres en apoyo de este nrlmero es que
"nosotros no queremos que la mujer sufra demasiado" y "nosotros no
queremos mucho trabajo para la mujer".

El espaciamiento adecuado de los nacimientos también es


importante, y los intervalos deberán ser de no menos de cuatro a seis
años, cuando el niño anterior "vaya a pescar solo... cuando la madre no
tenga que vigilarlo de muy cerca. Entonces ella puede tener otfo niño". Y
en las palabras de un hombre Secoya, "Cuando el niño pueda nadar y
caminaf solo".

223
En la aldea de Shushufindi hay tres mujeres Sionas que tienen
niños pequeños bastante seguidos, y cuando los Secoyas las ven de visita
por la aldea con una crian¡ra y otro niño pequeño o dos colgilndose de
ellas, ellos las ridiculizan haciendo comentarios en secreto tales como,
/sfsi pa?i yetÉ pa?iye ko?ahi/ ("Nosotros no somos zarigüeyas par4 vivir
asf')!

Los Sionas y Secoyas intentan controlar la frecuencia y el


espaciamiento de los nacimientos conuna serie de técnicas contraceptiv¡rs,
incluyendo la abstinencia. De acuerdo al comportamiento ideal, el esposo
no debe empezar a tener nuevamente relaciones sexuales con su esposa
después del nacimiento del niño hasta que ella indique que está lista para
hacerlo. Este perfodo de abstinencia se prolonga por el tiempo del
aislamiento posterior al parto de la madre y puede conünuar por un año o
más. En las palabras de un hombre Siona-Secoya:

... de uno a tres años... uno aguanta esto hasta que ella dice que
uno la puede usar. Uno no trata de vencerla... el tener el beM fue
una ardua tarea. Uno soporta esta molestia para conservar a la
mujer.

Si una mujer está dispuesta a volver a tener relaciones sexuales,


pero no desea otro embarazo ella puede acudir al shamán para ser
"curada", o a alguna mujer mayor que tenga conocimiento de posiciones
contraceptivas. Algunos informantes señalan que los shamanes dan a la
mujer una infusión de yoco (PaulHnia yoco) y cantan un canto
especial para curarla. Femando, sin embargo, dice que él usa /kónó/
(chicha) para fines contraceptivos y yoco para la fertilidad. El dice que
puede curar a una mujer por tanto tiempo como ella lo desee, y cuando
ella esté lista para otro niño él puede hacerla fértil nuevamente. Celinda
(una mujer de 28 años) dice que.es posible preparar una infusión de
/ñumi/ (Piper guianense) que tiene propiedades cont¡aceptivas, y se
dice que otra mujer prepara una mezcla de rafces de /kimd (Psidium
guajava), semillas de aguacate (Persea americana), /uhahai/
(Brunfelsia grandiflora), y madera del corazón de árboles muy duros
como el Apito sa?si/ (no identificado).

Los métodos contraceptivos del shamán parecen estar basados en

2U
sus podercs personales para comunicarse con fuerzas sobrenaturales antes
que en algunas propiedades inherentes a la poción usada, poque el ¡kónó/
(una bebida de yuca y plátanos) es un alimento de todos los dfas, y el
yoco también se toma dia¡iamente (aunque lo toman principalmente los
hombres). La infusión de ñumi/ no parece ser ampliamente conocida
como un contraceptivo; generalment€ se cfee que es una planta sagrada
que fue dada a los Sionas y Secoyas como resultado de las mediaciones
del shamán con la /ma?timo báIl ("gente celestial"). La mezcla más
compleja de rafces lk*mal y otros ingrcdientes parece derivar su eficacia
del principio de la magia contagiosa, siendo la calidad de "dureza"
concebida como una oposición polar a la fertilidad (y talvez también
"frialdad", poltpe se üce que el /uhatraV produce esta sensación).

El único agente abortivo indfgena que se conoce es el /uhahaV


(Brunfelsia grandiflora), que se dice induce el aborto tres dfas
después de haber sido ingerido. También se dice que las mujeres conocen
cómo producir abortos por masaje.

El infanticidio es practicado por los Sionas y Secoyas en varias


situaciones. El nacimiento de infantes deformes y gemelos son los
prctextos más comunes, pero a veces pueden entrar en consideración
otros factores. Las mujeres Sionas y Secoyas señalan pront¿rmente que
ellas no desean criar algo "feo" (es decir, deforme). Los gemelos se
consideran una abominación, aunque otra explicación para matarlos es
que serfa demasiado trabajo para la madre el criarlos. No hay reglas
rfgidas para los gemelos; generalmente uno es muerto, pero podfan serlo
los dos. Si hay diferencia de sexo y la madre desea conservar una
criatura, lo probable es que el niño sea el favorecido.

El modo caracterfstico de infan¡icidio entre los Siona-Secoyas es el


sepultar cuerpos vivos, tal como fue prcsenciado por el Padre Uriarte en
r752:

Lo más común enuE ellos, cuando nacfan dos crian¡ras, era el


matar una de ellas.

En el año de 1752, en un pueblo de Encabellados, llamado


Trinidad, desenterró el P. Manuel Uriarte, que olió esta crueldad,

225
dos criaturas asf sepultadas, en el sitio donde cafan las goteras de la
casa' por el mismo padre que las habfa engendrado y golpeado sus
üemos muslos. Pero quiso el Señor, que habfa por ellos derr¿mado
su sangre, que lo sacase de la hoya todavfa palpitando y con
señales de vida, y administrúles el santo Bautismo y volaron al
cielo con la estola de la gracia (Chantre y Herrera l90l: Z4).

En el pensamiento Siona-Secoya, el infanticidio es el medio


cultural aprobado para trat¿¡r con un nacimiento no natural, y no trae
consigo estigma ni culpa. simplemente se cava un hueco cerca de la casa.
y el recién nacido es colocado boca abajo en la tiena y cubierto.sin
embargo, no hay una regla rfgida para el infanticidio. En un caso que
ocurrió 16 años antes del trabajo de campo,la esposa de un shamán dio a
luz a un niño y a una niña gemelos y seguidamente enterró a la niña.
cuatro horas más tarde la hija de 12 años del shamán oyó a la criatura
todavfa llorando y la desenterró. segrtn un informante, el shamán decidió
aceptar a la niña como un castigo y criarla. (Tales expresiones de culpa
parecen estar relacionadas con las doctrinas cristianas introducidas antes
que con creencias aborfgenes)

También se cuenta de casos de infanticidios diferidos. En un caso


nacieron niños gemelos y no fueron enterrados vivos. sin embargo, a
uno se le dio alimentación y trato preferencial, y el otro pronúo se debiütó
y murió. En otro caso que ocurrió durante 1924, una muchacha soltera
dio a luz a una criatura y lo crió por dos meses. Durante este r.iempo su
padre intentó persuadir al joven padre del niño que se casara con su hija,
pero sin resultado. Los hechos que siguieron a esto fueron descritos por
un hermano de la muchacha:

una noche ella se despertó y trató de amamantar ar bebé, pero él no


quiso. Entonces ella salió añ¡era a orinar y regrcsó y se quedó
dormida. Cuando ella se despertó en la mañana trató de
amamantarlo nuevamente, pero él estaba todavla "durmiendo".
Entonces ella notó que estaba frfo y vio algunas magulladuras en su
frente en donde los dedos de alguien lo habfan agarrado. Estaba
muerto. Entonces ella salió corriendo gritando, "Quién matarfa a mi
bebé?"

226
La mayorfa de la gente en Shushufindi crefa que la madre habfa
tenido kón1ldemasiado fermentado para beber y que se habfa enojado
con el bebé y lo habfa matado. Sin embargo, una mujer mayor que una
vez habfa asistido a la escuela de una misión católica opinó que habfa sido
Satanás.

Desarrollo Individual

El Siona-Secoya ve al ciclo de la vida en términos de un sistema de


categorfas de edades que sirven para clasificar a los individuos e indicar
las actividades adecuadas y el comportamiento social para su estado. En la
asignación del estado de edad-grado se considera principalmente la edad
cronológica, p€F también se consideran otros factores incluyendo el
desarrollo fisiológico y la madurez emocional y de la actin¡d. Con dos o
tres excepciones, los lfmites entre las diferentes edades-grados no son
discretos, sino que dependen de las percepciones individuales sobre la
persona en referencia con relación a las habilidades y porte de él o ella.
Debido a esto, los informantes no siempre concuerdan en la clasificación
de un determinado individuo.

Iúancia

La infancia es un perfodo de asociación fntima entrc el niflo y su


madre. Ellos están aislados juntos por las primeras trcs a cinco semanas
después del nacimiento @asta que cesa el derrame posterior al parto de la
madre). Cuando la madre reasume sus actividades de ruüna ella ca¡ga a la
criatun junO a su cuerpo en una /kafraka/ (banda de hombro), o lo coloca
en una pequeña hamaca junto a su lugar de trabajo. El niño es alimentado
cuando lo pide y si muestra cualquier señal de sufrimiento puede ser
considerado ofrcciéndole el pecho o gorgojeilndole.

Si una criatura llora por un tiempo largo, la madre puede apegar un


carMn del fogón a un pedazo de brea y dejar que el bebé huela el fragante
humo para que se calme. Si se sobrcsalta, o tiembla de miedo, ella puede
sujetade los brazos a los lados y soptarle la cara y los brazos, diciendo,
/tesi... tesi... tesV, o puede aü¡rle con una tela con los brazos hacia los
lados. Todos los miembros adultos de la casa ayudan a la madre en el
cuidado de la criatura, y pueden acariciarle y jugar con ella mientras están

227
recostados en la hamaca. Al niño se le puede tener ech¿do o sentado, perc
no con la cabeza para abajo, poque se cr€e que esto hará que el corazón
se caiga y esalle. Al nifb le baf,a cada dos dfas con agua übia, y su ano
se lava después de que defeca.

Si la leche de la madre es escas¡r eüa tomará /a?so k6nó/ Gebida de


yuca) y masajeará sus senos para aumentar el flujo. Ella no come came de
paujil, mono, huangana o danta poque se cree que estos alimentos harán
que le duela el estómago al bebé. Si el bebé tose mientras está mamando
la madre da un golpe en su seno para despejar la dificultad.

A los seis meses la madre empieza a darle al bebé un poco de /noka


kÓnó/ pura (bebida de plátano) a más de su leche, y algo después empieza
a darle al niño came de pava y pava colorada (Pipile y Penélope jac
guacu) y de pájaros pequeños. La came de danta y mono no se le da
hasta el año de edad, porque se cree que harán que el niño tenga gusanos
si se le da antes. Hacia los dos años de edad el niño estará comiendo la
mayorfa de alimentos, p€D la madre no permite que se mezcle la comida
con la leche, porque se dice que provoca dianea.

La mayorfa de mujeres dicen que ellas destetan a sus bebés al año


de edad, pero las observaciones en la aldea indican que la mayorfa de
niños maman hasta los dos o dos años y medio. Cuando la madre desea
empezar el destete, ella frota el pigmento rojo de la /bósa/ (Bixa
orellana) en sus pezones y le dice al niño quc es sangre y que no puede
mamar más. También puede frotarse el seno con ajf (Capsicum spp.) y
otras sustancias amargas de la selva para que le resulte desagradable al
niño. En el tiempo del destete los niños pequeños pueden enñ¡recerse con
sus madres y golpearles en el pecho o en la cara con toda la fuerza que
pueden reunir. La madre ignorará o ridiculizará al niño, pero si él persiste
en sus demandas ella podrá eventualmente recunir a darle con /susi/
ortigas (Urtica spp.).

La infancia se reconoce como un perfodo de vulnerabiüdad a las


enfermedades y al mal, y la madre vigila a su niño de cerca para
protegerlo de peligros potenciales. Se cree que soplos en los ofdos,
costiüas, o en la columna pueden ser fatales para r¡na criatura , pefo que
se pueden efectuar resucitaciones soplando en la coronilla del niño. Los

n8
remedios de hierbas y rcstricciones en la dieta de la madre lo protegen de
desórdenes digestivos comunes y deladia¡rea, pero el niño será üevado
donde el sham¿ln si zurge cualquier problema persistente.

La enseñanza sobre lo relacionado con la excreción no es rfgida. La


madre le ensefla al niño a agacharse cuando defeca poniéndose ella misma
en cuclillas y sosteniendo al niño eritre sus piemas. C\¡ando él es pequeño
se le permite defecar en el suelo de la casa o en el patio, y los excrementos
se lavan completamente del piso de palma partida echando agua en el
lugar, o se rccogen con una pala y se deposiun en el huerto de la casa.
Después de que el niño camina lo suficientemente bien como para subir y
bajar la escalera de tmncos, se le enseña a salir al huerto para excrctar, y
puede ser amenazado con /susV ortigas si conünúa yendo a la casa. A las
niñas pequeñas se le enseña a orinar sujetándoles la madre, abriendo eüa
sus labia majora con los dedos diciendo /chi... chi... chi/.

Niñez

La transición de la infancia a la niñez se caracteriza por la creciente


independencia del individuo en desanoüo de su madrc. Los dos aspectos
mlls importantes de este proceso son la enseñanza del niño a oomer
alimentos diferentes a la leche de la madre (seguida por el destete), y el
desarrollo de habilidades de locomoción que le permiten al niño separarse
de los brazos de la madre y de la banda para cargarlo. Estos dos logros
se alcanzan normalmente entre los dos y tres años de edad. A los tres
años el niño se viste por sf mismo, y hacia los cuatro ha empezado a
aprender a nadar y a hacer su propia /noka kónó/ (bebida de plátano)
aunque imperfectamente.

El niño frecuentemente sigue de oerca a su madre y a sus hermanos


o hemranas mayor€s cuando ellos visitan la aldea. La supewisión no es
rtgida en esta etapa, y no es raro ver a un niño de cuatro aflos llevando un
cuchillo filoso y tajando en el huerto las plantas de los vecinos. A la edad
de cinco o seis allos el niño pasa la mayorparte de su üempo copiando las
actividades de los adultos tales como deshierbar el patio, hacer ollas, o
aprcnder a manejar canoas pequeñas. Usualmente el padre talla una
variedad de juguetes de madera de balsa (Ochroma sp.) para un niflo,

229
incluyendo remos, canoas, muñecas, y más recientemente, modelos de
aviones y escopetas.

Los padres generalmente son indulgentes con sus hijos y si el niflo


se porta mal o les desobedece, eüos lo ignorarán o se rcirán de é1, Una
vez se vio a un muchacho de cuatro aflos jugando con un conjunto de
ollas cuando su hermana de un año se acercó gatearido para ver qué estaba
haciendo, y él le golpeó duro en la cara. El padrc y la madre de los niños
estaban sent¿dos en el piso en el mismo cuarto, y cuando ellos vieron esto
ellos gimieron, "Iuuueee!" pero no hicieron nada m¿ts.

Si un padre desea hacer cumplir una orden, pero el niño se niega,


él o ella cortará una o dos hojas de ortiga del huerto de la casa y
anenazará, al niño. En la mayorfa de los casos esto es zuficiente para
conseguir obediencia, pero en unos pocos casos el niño rcalmente será
golpeado con la planta. No se vio durante el trabajo de campo padres que
golpeen a sus hijos.

Hacia la edad de cinco o seis afios los nifbs y las niñas empiezan a
fomrar grupos de juego sexualmente integrados que usualmente consisten
de primos paralelos y cruzados de las casas adyacentes. Dichos grupos
son una consecuencia lógica del patrón de asentamieno ya que es más
probable que las casas cercanas sean las de los parientes. Los padres no
animan a sus niños a formar grupos de juego que incluyan a miembros de
afuera del grupo de residencia emparentado.

Los niños Sionas y Secoyas realizan muchos juegos. Uno de los


más populares es 'Jugar a la casa"; se construye una pequeña estructura
con hojas; las niñas hacen /noka kónó/ y juegan con piedras a las que
llaman sus "niños"; los muchachos salen y atacan el terreno de camotes
con lanzas en una imitación de la.cacerla. Otros juegos populares son
combate en zancos (procurando hacer caer al oponente), lucha, y
cerbatanas hechas de troncos huecos de yuca. (se insertan bolas de
algodón en los troncos y luego se empuja con una varilla de madera hasta
que haya presión de aire y una de las bolas se dispare con r¡n chasquido).
La pesca, hacer pequeñas trarnpas para pájaros y roedorcs, y practicar con
bodoqueras y lanzas son actividades populares para los muchachos. Las
niñas también pescan y aprenden quehaceres de la casa tales como ir a

230
ni
o

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O
U)
c
o
a

c
aa
2
traer agua del rfo y lavar ropa- Canicas, frltbol y voleyboll se han hecho
muy populares en los rlltimos aflos como resultado del contacto con la
sociedad ecuatori ¡¡na.

Cuando las niñas llegan a la edad de nueve o diez aflos, sus madres
esperan que ellas participen más intensivamente en las tareas de la casa y
las desalientan de seguir jugando con los muchachos. Los niflos de esta
edad acompañan a sus padres o hermanos mayorcs como observadores en
viajes de cacerfa ocasionales pero todavfa viven una vida relativamente
descansada.

No se considera apropiado el que los niños conve$en con adultos


que no sean sus padres o parientes cercanos a menos que se les interrogue
con una prcgunta directa. Un principio fundamental del comportamieno
Siona-Secoya es que los miembros de un nivel de edad más bajo deben
mostmr diferencia hacia aqueüos de niveles de edad m¡ls altos (estén o no
relacionados por par€ntesco). La conversación con adultos demuestra un
grado de familiaridad que se corrsidera inapropiado e irrespetuoso. Como
dice Celinda (una madre de 28 años):

Los niños no hablan con la gente grande porque ellos no üenen de


qué hablar. Eüos no tienen nfuU¡in trabajo... ellos no hacen nada...
entonces de qué pueden habla¡?

Darnombres

Los Sionas y Secoyas actuales usan nombres españoles en la


práctica cotidiana, pero tradicionalmente les daba el nombre un shaman
durante una c€remonia yagé especial. En Shusttuñndi casi todos los que
son de 2G25 años de edad o mayores tienen un nombre aborigen dado, y
la ceremonia para dar nombres todavfa se efectúa en algunos poblados
aislados. No hay una edad fija para esta ceremonia, solo tiene lugar en
algrín momento durante la infancia o los niveles de edad de la niñez. (Los
informantes dicen que se les dio sus nombres en edades que iban de los
tres meses a los siete años).

Se considera que los nombres que se dan tiene un origen


sobrenatural,y el rito para dar nombres es una variante de la ubicua

23r
cercmonia yrgé.El shamár bebe la inñ¡sión de Ba
en analquierot¡a celemonia yagé, y luego
"vuela' a los reinos
donde conversa con la Aviña blí13. Como se dijo en la
cosmologfa, la Avifla báí/ está compuesta de una variedad de yse
cree que uno de estos le oftrece al shamán el nombre de de sus
miembros para el niño Siona-Secoya. Según Marcelo, una que el
shamifn con@e el nombre, él pone un tocado de plumas en la del
niño y pronuncia su nombre. Estos nombres son una fuente orgullo
para el individuo, porque les da a él o a ella una con el
mundo de los espfritus. Se cree que el alma de una persona a vivir
después de la muerte con el grupo de/wiña báf/que le dio el bre.

La mayorla de nombres Sionas y Secoyas dados de dos


morfemas, pero unos pocos tienen tres. El primer es un
sustantivo, que generalmente es el nombre de una planta animal,
sustancia o lugar. El morfema final es m¿ls frecuentemente una que
indica el génerc y que no tiene un significado especffico el de
indicar el sexo del individuo (sin embargo, en unos pocos puede
también ser el nombrc de un animal). Los morfemas finales
comnnes son /-warV y l-n?sal, para los que no se obtuvo una ucción
especffica. Algunos ejemplos de nombres masculinos son wari/
&áko ra?sa/ (morfema inicial después del árbol de Ficus), y wari/
y lñumil ra?sy' (morfema inicial después de la planta sagrada i/,es
decir piper guianense). Solo se logró obtener un morf final
femenino, l-wariol. Los morfemas iniciales para los nombres nos
son intercambiables con aquellos para tos hombres: por ejem , /ñumi
wario/. Otros ejemplos para nombres femeninos son /nr wario/
(después de una plana fragang, /yiyo wario/ (después de la bra para
"cuentas"), y tni?ka wario/ (después de la fruta de Annona

Los nombrcs dados no se usan a la ligera. La mayor p{rt" O, t.


interacción diaria tiene lugar entre parientes, y en estas iituicfones tos
individuos usan para llamane términos de parentesco ante! que los
I

3. /wiñ¡ báf/ (genre tiernamenre joven) y /ma?timo blí/ (gcnre cefestial) son

cormologfa Siona-Secoya

232

-
nombrcs dados. Además, personas no empa¡entadas que tienen lazos de
a¡nistad fiecuentemente se llaman entre si con términos de parentesco
(utilizados en forma ficticia ). Los Sionas y Secoyas muestran una
considerable desgana a revelar sus nombres dados a los no indfgenas (o
incluso a admitir que los üenen).

La rcserva en lo que se rcfiere a los nombrcs es un rasgo muy


exterdido en el Amazonas y frecuentemente e.*á basado en la c¡eencia de
que el conocimiento del verdade¡r¡ nombrc de una persona puede ser
utilizado por sus enemigos para fines de hechicerfa. Aunque esta
explicación nunca se logró de los informantes Sionas y Secoyas, dicha
crcencia no serfa incongruente con el énfasis cultural de ellos en la
hecNcerfa y la asociación del nombre dado con la /ma?timo báíl. Según
Elfas, sin embargo, en cienas ocasiones un hombre puede declarar su
nombre abiertamente. Por ejemplo, si alguien lo ha insultado en una fiesta
de la bebida él podrfa proclamar, "A mi me llaman Akó wari/!" Dicho
pronunciamiento estarfa dirigido a enfatizar el nexo del individuo con lo
sobrenatural y a servir como una advertencia de que se enoja con
facilidad.

Adolescencia - lbósíly lrcmisiol

La ceremonia de pubertad femenina de los Sionas y Secoyas es un


rito clásico de transición que marca el paso de la niñez al estado de mujer
y el surgimiento de una "nueva persona" en la vida social del grupo. En
su forma tradicional es una de las ceremonias más elaboradas y rfgidas.
Cuando las niñas llegan a la edad de nueve o diez años sus madres las
desalientan a que vaguen por la aldea con el grupo de juego como antes, y
las instruyen para ayudar en el trabajo de la casa. Esta es una fase
preliminarde separación de su estado anteriorcomo niñas. El primer flujo
menstrual prccipita las fases formales del ritual de la pubertad. Se
construye una pequeña choza lejos de la casa y se la cubre tupidamente
con hojas, de modo que sea imposible ver desde o hacia adentro. Se
cortan hojas de plátano o de palma /sewa/ (Phytelephas sp.) para cubrir
el suelo de la choza donde se sentará la muchacha. Entonces el cuerpo
iniciado se pinta con /he?hé bósa/ (una pasta de Bixa Orellana), y se
cubrc con /wito fri/ (una fibra). Después de esto, se hace que la muchacha
se siente dentro de la choza con sus piemas afuera estiradas fiente a su

233
cuerpo. Ella debe mirar hacia el ftente y no volver la cabza a ningún
lado.

La muchacha es aislada en la choza por un perfodo de varias


semanas y es atendida solo por su madre. Si otros se acercan a la caóaña e
intentan hablarle eüa no debe responder. Segtin Elfas, "Ellos van a
"curar" a la muchacha... a hacerle sufrir... para mejorarle". Como la
sangre menstrual es considerada ria¡almente impura la joven debe bañarse
diariamente fregandg su piel con las hojas de difercntes clases de plantas
de la categor{a l&nél(guabas del género Inga), incluyendo fu?u béné/,
rkutrf bené/, /simi béné/,y l&né repá/, que han sido calentadas en agua
hirviendo. Estas hojas tienen un efecto jabonoso, y son los medios
rituales de purificar el cuerpo de la contaminación menstrual. Una vez
utilizadas, las hojas no se descartan, sino que se las pone en r¡n montón
que crece de dfa en dfa y que sirve para indicar que la iniciada está
realizando la actividad rcquerida.

También se la obliga a guardar rcstricciones en la dieta para "secat''


a la joven, y para asegurarse que como mujer no sea una "tragona". En el
primer dfa de aislamiento la muchacha ayuna y se le da solo una infusión
de /ma?ñaÉ/. Después de eso se le da casabe náU, pescado seco
ahumado, y /noka kónó/ espesa (bebida de plátano). Se espera que la
iniciada salga de su aislamiento en una condición muy delgada. Para
probar zu pérdida de peso se le ata apretadamente una banda de algodón
alrededor de la muñeca y luego se observa para ver si se ha aflojado
durante el perfodo de aislamiento. El extremo suelto de la banda se corta
muy pequeño y se marca oon un tinte para evit¿r el que la joven engañe a
su familia aflojando lo suficiente como para que se pueda introducir un
dedo y girarlo alrededor, se considera suficiente la pérdida de peso.

Los Sionas y Secoyas considera¡r como muy delicado el estado de


la joven durante las primeras reglas, y se preocupan por su bienesta¡. Está
prohibido que ellatoque el suelo poque se cree que en ese tiempo ella es
susceptible a los gusanos que se introducirfan en sus pies y los
hincharfan. La capa de hojas de la choza se cambia cada dos dfas, y
cuando la muchacha sale a orinar o defecar ella debe pisar sobre una
senda hecha de troncos tendidos sobre el suelo.

2y
Antes de salir la iniciada recibe instrucciorps de sus abuelos y de
su madre:

Cuando salgas de la choza no puedes jugar con los muchachos o


actuar como una niña. No puedes coner... Tienes que caminar
despacio y sin sonreir. Cuando la gente visite debes servir chicha
sin sonrcir, y contestar (preguntas) con cortesfa. Tu eres una
persona diferente ahora.

Finalmente el padre le da consejos similares:

Ahora eres una mujer. No puedes jugar con muchachos como


antes, y debes caminar con mucho respeto y saludar a las personas
mayores. Cuando visites otra casa debes sentarte en un sitio y no
cuchichear. No vamos a decirte (estas cosas) más. Hablamos una
sola vez y tu debes rccordar nuestfos consejos.

La fase final de la ceremonia de la pubertad ocurre cuando la joven


"mujer" emerge de su choza y su madre y zu abuela (matema o parcma) le
halan sus cabellos. Primero se frotan cenizas en su cabeüo para hacerlo
"suave". Luego la mujer de más edad frota fbósa/ pasta (achiote) en sus
dedos para hacerlos pegajosos, y procede a a¡rancar sus cabellos primero
de un lado de su cabeza y luego del otro. Cuando la muchacha está calva
se le da un cubrecabeza modelado con corcho /tomatro yokowfl, el que
eüa lleva hasta que le crezca el cabello. La depilación es penosa y está
acompañada de una hinchazón de la cabeza. La muchacha lava su cabeza
con^6to ha?o/ (hojas del árbol tOto) para hacerbrillante zu nuevo pelo.
La motivación de la depilación es que hace que la mujer tenga mejor pelo.
Després de la depilación el cabello no se lo corta de nuevo.

Después de salida desde la choza la nueva mujer ostenta un


cinturón especial de fibras /m6se ka?ni/ por más o menos un mes hasta
que se desintegra, y luego r€gr€sa al usual /ñúkwa kl?nnl de ñbras de
Astrocaryum. Después de salir se espera de ella que demuestre r¡na
conducta apropiada como la prescriu durante el rito de la pubertd, y es
cuidadosamente supervisada por los miembros adultos de su casa familiar
hasa su casamieno (corduca ideal).

235
No hay una cer€mqlia similarpara la introducción de los hombres;
el convertirse en lb6sl (oven) es un proceso de desanollo gradual y de
adquisición de habilidades relacionadas con las actividades de
subsistencia. El cambio fisiológico más importante que indica la madurez
es la profundización de la voz o /sewi du?ehV (se toma de voz ronca),
pero el desarrollo muscula¡ también se considera una señal de hombrfa.
Sin consideración de la madurez biológica, el criterio más significaüvo
para la hombrfa son las capacidades demostradas para cuzar y hacer
huertas.

Desde alrededor de los ocho años hasta los primeros aflos de la


segundadecenaLa "caza" es unjuego en el cual los muchachos capturan
pequeñas aves con cerbatana y atrapan roedores con tmmpas. A medida
que un muchacho crece recibe instrucciones para el uso de la escopeta, y
ocasionalmente la usa para mataÍ caza pequeña cerca del poblado. A fin de
ser considerado un hombre. Sinembargo, el joven debe vencer sus
temorcs infantiles y dedicarse alacaza mayor tal como la de la huangana
y la danta en la selva profunda. El debe también poseer suficiente
resistencia ffsica para llevar la came de esas piezas cazadas hasta el
poblado, pues los pesos pueden fácilmente exceder de 50 kg. (100 lbs.)

El denibo de grandes árboles también requiere fuerza, al igual que


buen juicio. Es una actividad potencialmente peügrosa. Más aún, despejar
la selva es una prueba para la voluntad de trabajar de una persona. Un
joven que no ha demostrado eficiencia en cazar y en hacer chacras tendrá
dificultad para conseguirse una esposa. Los padres de fmimisio/ (óvenes
solteras) son bastante espccfficos en estos requisitos, pues ellos desean
los yemos más capaces posibles para desempeñar los servicios de la
novia.

Moyorla dc edad

La esencia de la mayorfa de edad en la cultura Siona-Secoya es el


asumir completamente las funciones económicas y reproductivas. Para la
mayorfa de los individuos ésto coincide con el matrimonio. La carrera
ideal para un hombre Siona-Secoya es crear y mantener una familia y
eventualmente asumir la jcfatura de una familia extensa o conjuno de
familias. Para los que son existosos en el entrenamiento y la práctica

236
shamanfsüca,laposibiüdad de llegara ser un Anti ba?ikV también existe.
El papel de la mujer es de apoyo y esencial p¡¡ra establecer y mantener la
casa familiar. Aunque existe un grado de machismo en la cultura Siona-
Secoya, las mujeres individualmente pueden ganarse respeto por sus
habilidades e inteügencia y de hecho lo hacen.

Senecnd

Como una consecuancia del principio de guardar deferencia hacia


las personas de mayor edad, los individuos ancianos reciben un alto
grado de respeto en la cultura Siona-Secoya. La ancianidad se reconoce
por la apariencia del cabello gris. Los ancianos conünúan sus actividades
de trabajo normales en tanto sean ffsicamente capaces. A medida que su
fuerza declina ellos puede que comiencen a limitar su participación en
tareas fatigosas, pero de ninguna manera es inusual que hombres bien
entrados en sus años sesenta continúen pescando, cazando
ocasionalmente, y cultivando pequeños huertos. Las mujeres de la misma
edad continúan acarreando agua desde el rfo, y plantando, cosechando y
procesando la yuca.

La relación entre abuelos y nietos es muy especial y se caracteriza


porla indulgencia y el fuerte afecto mutuo. El dar apelativos a todos los
ancianos con términos como /ñekwV y tftekol("abuelo" y "abuela") es
indicaüvo del status posiüvo del que disfrutan. Los shamanes más
ancianos son particularmente respetados, porque se piensa que ellos
tienen mucha más experiencia con yagé, y por lo tanto mayores
conocimientos y poder que los más jóvenes /yahé únkuki/. Similarmente
las ancianas son valorizadas como parteras debido a su mayor
experiencia.

Solo un caso de descuido hacia un anciano se observó durante el


trabajo de campo. Se trató de un hombre albino muy anciano que estaba
ciego y sufrfa de un carcinoma que le habfa quitado la mayor parte de su
naíza. Aunque todavfa pescaba desde el banco del rfo enfrente de su

4. Instiruto Lingüístico de Verano ha suministrado cuidados médicos a esre


individuo, inclusive una serie de tratamientos con radiación en euito.

237
casa y podfa cosecharplátanos y hacer chukula, zu hijo y su hija, (ambos
casados) se cansafon de cuidarlo, y a veces lo dejaban solo en la casa
cuando ellos iban en viaje de cacerfa o de visitas. Esta conducta fue
sevefamente criücada por otros pobladores, y en las ocasiones en que era
abandonado, algunas gentes no parientes lo rccogfan y lo cuidaban en sus
casas.

LaMucrte

Como consecuencia de la teorfa Siona-Secoya sobre la etiologfa de


las enfermedades,la muerte no es mirada como un proceso natural, ni
como r¡na lógica terminación de la vida. Esencialmente se reconocen tres
categorfas de causales de la muerte humana. La más importante de estas
categorfas la integran las muertes por enfermedad o por heridas causadas
mediante brujerfas. La enorme mayorfa de las muertes es incluida en esta
categorfa. El segundo tipo de causal consiste de muertes debidas a
enfermedades del "hombre blanco" tales como influenza, viruelas y
sarampión. Las muertes que resultan de estas enfermedades usualmente
no se atribuyen a brujerfa, pero se las reconoce como un resultado de la
situación de contacto cultural. La categorfa final consiste de muertes por
desgracias como ahogamiento o cafda de ramas, las cuales usualmente se
interprctan como que son verdaderos accidentes. Las enfermedades que
se derivan de la brujerfa caen dentro de un reconocido conjunto de
sfndromes, cada uno teniendo sus propios etiologfa, sfntomas, terapia y
diagnóstico. (Langdon tl974l ha hecho un excelente estudio de la
eüromedicina de los Sionas del Putumayo).

Si una persona Siona-Secoya muere temprano en la mañana, puede


ser sepultada por la tarde del mismo dfa, pero en cualquier otro caso el
sepelio tendrá lugar al dfa siguientg. si la persona ha estado enferma, la
muerte se producirá más probablemente en una hamaca: si no el cuerpoies
colocado en una hamaca hasta el sepelio. El difunto es vesüdo con sus
mejores ropas, la cara es pintada con /bósa/ (achiote), y se le pone
algodón en los ojos. Adicionalmente la planta sagrada /nunV (Cyperus
sp.) puede que sea rayada, mezclada con achiote y luego ftotada sobre los
brazos.

Cuardo el cuerpo yace en agonfa se reúnen los parientes cercanos

238
del decesado y visitantes de las casas vecinas. Las mujercs "gritan"
gimiendo canciones de muerte y abrazándose al cuerpo. Las canciones
lastimeras tienen un esquema total estilizado y fi:ases repetitivas, pero
partes de ellas son relatos improvisados de la vida del difunto, y de la
rclación personal de la dolien¡e con el muerto.

Los hombres no lloran, pero hacen oraciones ñinebres rclatando la


historia de la penona muerta, y después del sepelio puede que disparen
sus escopeÍN al aire en señal de pesar. Si gentes que criticaban en vida al
individuo muerto entran en la casa puede que sean echadas fuera con
obsenraciones como, "Ahora puedes vivir en paz... tu hablabas mal...
puedes estar contento... puedes reir", y puede que surjan forcejeos.

El rito central de la ceremonia ñlnebre es la preparación de una


poción venenosa especial que sirve como medio para la adivinación y
castigo del /dawd @rujo) que causó la muerte. (El rol del temor hacia la
brujerfa exterior al grupo como un factor del esquema de asentamiento
disperrc de los Sionas y Secoyas se discutió en los capfnrlos VII y VII|.
Esto lo hace un hombrc distino det sham¿ln al que se lo llama /sima
kwakokV (cocinero del veneno). Recortes del cabello, de la piel, y de las
uñas se toman del cuerpo, y se llevan a la selva donde se las mezcla con
una variedad de substancias venenosas y meffticas, incluyendo el &aho/
(Anthurium sp.), lsimal (veneno para la cerbatana), leol
(Lonchocarpus nicou), /sóki mIiI/ (espinas de árbol), /petó miri/
(espinas del Astrocaryum) y /mame miri/ (púas de caña guadúa).

Se enciende una fogata, y una olla con la mezcla de la proción se


pone a hervir. A medida que la olla se calienta, et /sima kwakokil escucha
muy quietamente, porque se crce que la poción murmurará el nombre del
brujo apenas comienza a hervir. Una vez que la poción ha hablado, el
cocinero toma un tronco largo y da un fuerte golpe a la olla" A medida
que la olla se rompe en pedazos, el lfquido hirviente se vaporiza en el
fuego, y se cree que el veneno es transport¿do al corazón del brujo. Los
Sionas y Secoyas dicen que un /dawu/ debe evenh¡almente morir como
consecuencia de mal que ha hecho a otms. Los parientes de la vfctima
embrujada espera¡r ansiosamente noücias de que la mala suerte haya caido
sobre el sospechoso ldawul para comprobar si zu contramagia ha hecho
efecto o no.

239
[¡s muertos son sepultados en el teneno bajo sus casas. El dfa del
funeral vecinos no emparcntados piden permiso a los parientes del difunto
para exmvar la fosa puesto que la familia serfa considerada insensible si
ellos realizan esn tarea. El pie de la tumba se orienta hacia el este, porque
ésta es la dirección de la senda hacia /ma?ti¡no/, el reino celestial. Después
de cavado el hueco, el fondo es revestido con tablillas de madera de palma
(Iriartea dp.) y dos postes verticales se enclavan en el interior para
apoyar la hamaca del difunto. Las ropas, omamentos, e implementos
ordinarios se inuoducen en la tumba. Los objetos que son diffciles de
hacer o caros de comprar no se los pone en ella (p. ej. una cerbatana o
una escopeta).

Después que la hamaca es colgada dentro de la tumba, otra capa de


maderas desplegadas /orá,1 (lriártea sp.) o lwíkal (Bambusa sp.) se
coloca sobre el férctro, y la tumba se la rellena con la tiena previamente
excavada. A medida que ésto se hace, las mujeres se lamentan y aún
pueden caer al suelo y arañar la tierra. Después del sepelio cualquier
pertenencia sobrante del difunto es aplastada, quemada o arrojada al rfo.
Los hombres de la casa familiar disparan al aire sus escopetas, porque
"están furiosos con los que han hablado mal (del difunto)... es una
demostración de su orgullo y su valor".

Después del sepclio se cree que el &áihoyo/ (alma penonal) deja el


cadáver y se eleva en una dirección hacia el este sobre la senda hacia el
/ma?timo/. Después de pasar por la abertura en la /lainmf/ capa (discutido
en el capftulo VII) se reúne con el grupo apropiado en el /má?timo báÍ|,
que es el que suministró el nombre en vida del individuo. Ahi el espfritu
de la persona muerta se lo hace bañar con /tu nuni/ (Cyperus sp.), y asf
que lo hace la vieja piel, los viejos dientes, el cabello y las uñas se
desprenden. Después de un segundo baño en /tu nuni/ todos éstos se
regeneran, y la "persona" recibe una elegante cushma, adomos para la
cabr;za, y collarcs, y emprende una nueva vida con el /má?tirno beíl,
aprendiendo su idioma, tomando una nueva esposa, prohijando de nuevo,
y disfrutando de una existencia etema.

Poco després del sepelio el shamán celebra una ceremoniayagé y


se comunica con el /má?timo búl y el &áf hoyo/ del difunto. El
propósito de esto es el de facilitar el pasaje del alma al reino celesüal, y

2N
tmbi& de terier noticias de su bienestar para dadas a la apesadumbrada
pautela. De rcrprdo conElfas:

nt EM ünkukfl (shamán) dice que está enviando el /bfí hoyo/


(alma) alfna?timo/ (el reino celesüal) y que ahora está con los
fkínawíbáí/ (los seres celesüales), "El está bien... m¿ls feüz de lo
que era aquf en la tierra". Cada vez que él (el shamán) bebe el yagé
el envia noücias (del dinfunto). Dice, "el está muy bien... no
lloten".

El perfodo de duelo continúa por muchos meses. Después del


sepelio, la parrc superior de la tumba se cubre con bano, y las mujercs de
la casa la pulen con piedras hasta lograr que brille. Al ir a sus quehaceres
diarios ellas lloran cuando se les viene el rccuerdo det difunto.

El abandono de los sitios de las casas cuando osune r¡na muerte es


una costumbre frecuente entre los Sionas y Secoyas. Hay dos
explicaciones para esto. La primera, y la más imporunrc, es que el lbál
hoyo/ regresa de vez en cuando al lugar donde él vivió para "r€cordat'' su
vidaprcvia en el reino tenenal. Aurque el ffihoyo/ uzualmente no tiene
malas intenciones, su presencia es inquietante para los que sobrcviven en
casa famiüar. Puede que haga sonar las ollas de la cocina buscando algo
de comer, y todo alimento que él toque se echará a perder y se volverá
negm. O puede que aparezca oomo una visión a un miembro de la familia.
EI báf hoyo/ de un shamán muerto es particularmente temido por su
mayorpoder. Aún cuando su espfritu no tiene intencionqs malignas, sus
acciones puede que tengan un efecto adverso en los mortales, porque la
fuetza de su presencia vence el equilibrio natural de los sucesos
mundanos.

El intervalo enre la muerte y el traslado verdaderc del sitio de una


casa, asf como la distancia del traslado, pueden variar considerablemente
dependiendo de las circunstancias. Los miembros de la casa familiar
puede que se trasladen fuera del viejo fhai wi?é/ después de unos pocos
dfas de la muerte, o puede que esperen por un año o mtls. Igualmente,
puede que simplemente se muevan a distarpia @rta, o prcde que migren a
otro rlo entenamente diferente. Los factorcs que entran enestas decisiones
irrcluyen el relativo poder del difunto, el estado de las huertas de la casa

24r
famiüar (si esán justamente entrando en producción el traslado puede ser
diferido para permitir que alguna cosecha se pueda efectuar), y la
presencia o ausencia de parientes en otra localidad que pueden hacer la
transición menos difícil, suministrando refugio y alimento temporalmente.

Mantenimiento

Es evidente de la información presentada que la polftica de


población de los Sionas y Secoyas está más orientada hacia el
mantenimiento que hacia el crecimiento. Está centrada en el lhai wl?él o
familia extendida de descendencia patrilineal, que es la unidad primaria de
la organización en la cultura Siona-Secoya. El énfasis está en el bienestar
de los miembros de este grupo residencial y el desempeño de actividades
rutinarias de trabajo. Los padres desean hijos que eventualmente los
ayuden en las actividades de subsistencia, pero los miembros de la lhai
wi?é/ suministran socios laborales para tareas cooperativas inmediatas.

El número ideal de hijos por mujer es alrededor de cuatro, con un


intervalo de cuat¡o años entre los nacimientos. Esta polftica poblacional se
efectúa alavez por intentos "racionales" de impedir la concepción y
terminar la prefiez y por prácticas culturales que no están deliberadamente
relacionadas con la procreación por sf misma. Un tema notable de la
cultura Siona-Secoya es que la sexualidad femenina es potencialmente
dañina para el hombre, a menos que abstenciones apropiadas sean
observadas. No solamente la sangre de la mensruación hace a las mujeres
ritualmente contaminadas; puede causar enfermedad o aún la muerte a los
hombres que toman el yagé. Por 1o tanto los hombres y los aprendices de
shamán eviUn las relaciones sexuales antes de las frecuentes ceremonias
de yagé. También se cree que el intercambio sexual habi¡¡al tiene efectos
deletéreos en la capacidad el hombre para cazar. Estos preceptos del
pensamiento Siona-Secoya actúan como constricciones para la fiecuencia
de las relaciones sexuales.

El tabú impuesto a las relaciones sexuales inmediatamente después


del parto está también relacionado con la contaminación menstrual,
porque la descarga de materiales uterinos posteriorcs al parto continúa por
algunas semanas. Subsiguientemente a ésto, la continencia se practica

242
hasra que la mujer siente que se ha recobrado de la dureza de dar aluz, y
también como un medio consciente para espaciar los nacimientos. No
obstante lo improbable que ello pueda parecer a los Occidentales (a la vez
a causa de nuestras propias prácticas y de nuestros prejuicios con rcspecto
a las gentes primitivas), una cantidad de hombres Siona-Secoya se
absüenen de relaciones sexuales con sus espos:rs por perfodos de hasta
tres o cuatro arlos después de un nacimiento.

Cuando la abstención de las relaciones sexuales se hace muy


onerosa, los sionas y secoyas recurren a técnicas contraceptivas basadas
en hierbas medicinales e intervenciones shamanfsticas. si éstas fallan en
evitar la concepción antes de que el intervalo deseado se produzca, puede
que se intente el aborto. La discrepancia entre la conduct¿ real y la ideal
es, desde luego, evidente en las prácticas de los Sionas y Secoyas como
lo es en todas las culturas. Algunas parejas de hecho tienen más hijos, y a
intervalos más cortos que los considerados ideales. pero ésto no significa
que el concepto ideal sea desprovisto de influencia en la dinamia de la
población Siona-Secoya.

El infanücidio selectivo dc los Sionas y Secoyas también sirve para


mantener la integridad funcional de la /hai wi?é|. En el caso de gemelos,
provee al sobreviviente de mejor nutrición y oportunidad de un
crecimiento óptimo, y disminuye la carga de la madre. El matar criaturas
defectuosas y deformes protege el relativamente pequeño fondo de genes
de la población, y también evita la rctención de individuos que puede que
no tengan capacidad para hacer una plena contribución a las actividades de
subsistencia del grupo.

El sistema de creencias relacionado con la muerte tiene la tendencia


de esümular el traslado y la migración, los que, a largo plazo, tienen una
influencia positiva en general sobre el equilibrio ecológico entre el hombre
y los recursos del entomo natural. Es evidente, sinembargo, que el
traslado posterior a una muerte no es una respuesta ciega que ignore las
exigencias de la subsistencia. Los recursos de las chacras no son
abandonados de una manera apresurada e irracional. Más bien puede que
se haga una reubicación simple de la casa para permitir cosechar de
huertas ya en producción, o el traslado puede que sea demorado hasta
obtener una cosecha razonablemente satisfactoria.

243
Otras crcencias y prácticas relacionadas con el ciclo vital también
sirven para mantener el equilibrio de la subsistencia. El énfasis en las
habilidades de subsistencia probadas y en lma actin¡d voluntaria hacia su
desempeño como prcrrequisitos para el rcconocimiento del status y el
matrimonio sirve para institucionaüzar los aspectos de las motivaciones
para aprcnder a cazar y cultivar huertas. El prestigio elevado otorgado a
los ancianos no consütuye una mayor tensión en el bienestar del grupo
poque un relaüvamente pequeño porcentaje de penonas sobreviven hasta
edades avanzadas, y las que lo hacen contintian haciendo alguna
contribución a la subsistencia.

2U
CAPITULO X
CULTURA Y ADAPTACION

En el presente estudio, la adaptación particular de los indfgenas


Sionas y Secoyas del Oriente del Ecuador ha sido discutida y relacionada
con el rubro más amplio de la "Cultura de la Selva Tropical". El esquema
al que se llama Cultura de la Selva Tropical es un conjunto de rasgos que
describen un sistema de adaptación que evolucionó en una región
particular del mundo, dentro del marco de una tecnologfa de caza, pesca,
recolección y horticultura de roza y quema. El concepo es primariamente
sincrónico, en cuanto intenta describir las culturas como ellas existfan al
momento del contacto con los europeos, y se desarrolló como lo harfan
unos estudiantes dedicados a clasificar las sociedades aborfgenes de las
tierras bajas de Sud América.

El enfoque tradicional de la Cultura de la Selva Tropical ha tratado


a laAmazonfa, y otras selvas tropicales de tierras bajas, como un tipo
general de hábitat y ha hecho énfasis en las caracterfsücas compartidas
antes que en las variantes. Más recientemente, eruditos tales como
Lathrap (1970,1973), Meggen (1971), y Denevan (1966) han dado una
creciente atención a las variaciones en el hábitat dentro de la Amazonfa,
particularmente en relación con las distinciones entrevúnraa y tierra firme.
G¡oss describe asf las variaciones en los üpos de hábitat dentro de la vasta
Amazonfa:

La hoya Amazónica no es r¡n hábitat homogéneo desde el punto de


vista de su utilización por parte de los seres humanos. Los suelos, la
fauna, la flora, las lluvias y las estaciones varfan considerablemente.

a5
Pueden distinguir por lo menos tres tipos de hábitats en forma
aproximada:

a) Hábitats a orillas de los rfos, caracterizados por suelos


relatlvamente fértiles, respuestos por los depósitos aluviales durante las
inundaciones de los rfos. Ellos son también relativamente ricos en
animales, particularmente acuáticos. Las áreas drenadas por los rfos de
aguas negras no se conforman exact¿rmente con esta generalización
dependiendo de la concentración de los compuestos inhibitorios de la vida
en los suelos y en las aguas.

b) Hábitats entre rfos o de tierras altas, en áreas selváticas, lejos de


los rfos más grandes, caracterizados por suelos empobrecidos,
permeables, y relativamente limitados en cuanto a los animales buscados
por los humanos, especialmente los acuáticos.

c) Habitats no selváticos o de "sabana", caracterizados por poca lluvia


en la estación seca, suelos pobres, vegetación de arbustos o de hierbas,
intemrmpida por franjas sinuosas de "corredores de bosques" a lo largo
de los cursos de aguas (1975:536-537).

Wagley observa que hay considerables variaciones en los


esquemas de asentamiento entre Ia lista de pueblos clasificados como de
"Selva Tropical" y estos corresponden más aproximadamente a tipos de
hábitat (información personal). Estos van desde los asentamientos
ribereños concentrados en la várzea (p.e. los Tapajós y Omagua),
asentamientos ribereños dispersos, caracterfsticos de muchos grupos de la
Amazonfa Alta (que a menudo se integran en una sola maloca o unidad
familiar extendida), asentamientos entre rfos (usualmente localizados
sobre las corrientes más pequeñas, como entre los aborfgenes Siona-
Secoya) y nómadas de la selva como los Guajá, Sirionó, y Guayaki.

A medida que estudios etnológicos y arqueológicos más detallados


de los pueblos de üerras bajas y los siüos se han completado, ha habido
una seguridad creciente entre los eruditos de que han habido una serie de
adaptaciones a las varias subregiones de las inmensas tierras bajas
tropicales de Sud América.


Aún asf, el concepto de la Cultura de la Selva Tropical ha
conservado mucho de su valor oomo un modelo descriptivo, porque las
caracterfsticas distinüvas de los asentamientos de pequeño tamaño, los
traslados periódicos de los sitios de habitación la autonomfa polftica local,
y los complejos de guerra y brujerfa tienen una distribución más bien
general entre los grupos de tierras bajas. Los estudiosos, buscando
expücaciones para la dinamia de las culturas de la Selva Tropical, han
tendido a concentrar su atención sobrc uno, o como muchos, sobrc unos
pocos "factores limitantes". Por ejemplo, Gross escribe:

Examino la evidencia de que la protefna de la dieta fue limitante en


los asentamientos aborfgenes a través de toda la Amazonfa" Aún
más, sugiero que los pequeños poblados cambiantes con ftecuencia
fueron adaptaciones a esta limitación. Los aminoácidos más que las
calorfas o la dinamia social, son limitantes en el tamaño y la
permanencia de los asentamientos naüvos de la Amazonfa.

El enfoque de Gross, asf como los de Meggers, Lathrap, Cameiro


y muchos otros estudiosos de las tierras bajas, rcpfesenta una orientación
ecológica hacia la interpretación y el an¿llisis cultural. Muchos de los
principios fundamentales, y mucho de la terminologfa de la ecologfa, se
han derivado del estudio de sistemas rclativamente simples (p.e, el
ecosistema de una charca). Obviamente, es im¡nrtante tener cuidado al
intentar aplicar los principios ecológicos derivados de observaciones de
sistema rclativamente pequeños y cerrados a sistemas ecológicoculrurales
más complejos. Rappaport, sinembargo, considera esta clase de intento
en su análisis (1963) del ciclo ritual de los Tsembaga-Maring de Nueva
Guinea como un mecanismo homeostático en su adaptación a la
subsistencia:

Los Tsembaga, designados como una "población local", han sido


considerados como una población en el sentido ecológico animal:
una unidad que se compone de un agregado de organismos que
üenen en común ciertos medios distintivos por los cuales ellos
mantienen un conjunto de rclaciones t¡óficas compartidas con oüos
componentes vivientes y no vivientes de la comunidad bióüca en la
que viven juntos.

u7
El territorio Tsembaga, además, ha sido considerado como un
ecosistema, una demarcada porción de la biosfera que incluye
organismos vivientes y substancias no vivientes, que actúan
recíprocamerite entre sf para producir un intercambio sistemático de
materiales entre los componentes vivientes y entre éstos y las
substancias no vivienres @á9. 224-225).

Acepto la premisa de que las comunidades humanas pueden ser


estudiadas en términos ecológicos, y creo que el poder explicativo de
este enfoque es potencialmente grande. La dificultad primaria a la fecha,
sinembargo no ha sido la aceptación del concepto del ecosistema, sino
más bien la manera en que se lo ha empleado (es decir como un
disposiüvo expücativo sin base en ta investigación empfrica).

I.os numerosos estudiosos (cotéjese con el capftulo I) que postulan


condiciones unifactoriales limitantes en el desarrollo cultural de la
Amazonfa utilizan un enfoque ecológico, porque en efecto están
empleandola "ley del mfnimo" de Liebig (Odum l97l: 106) como un
principio explicaüvo:

La idea de que un organismo no es más fuerte que el eslaMn más


débil de su cadena ecológica de requisitos fue expresada claramente
por primera vez por Justus Liebig en 1840... Su declaración de que
"el crecimienúo de una planta depende de la cantidad de substancia
alimenticia que se le ofrece en cantidad mfnima" se ha convertido
en la "ley" de Liebig del minimun (Odum l97l: 106).

Sinembargo, Odum sigue declarando:

El amplio trabajo que se ha realizado después de Liebig ha


demostrado que dos principios subsisdiarios deben añadirse al
concepto, si se quiere que sea útil en la práctica. El primero es la
restricción de que la ley de Liebig es solamente aplicable bajo
condiciones de un estado estable... No hay base teórica para la
hipótesis de ningrín "linico" factor en condiciones de un estado
transitorio...
La segunda consideración importante es la interacción de los
factores. Asf, grandes concentraciones en la disponiblidad de
alguna substancia o la acción de algrin factor distinto del mfnimo,

u8
puede modificarla rata de utiüzación de aquella (pág. 106).

odum explica es "estado estable" en los siguientes términos:


En un "estado estable" los ingresos balanceanrlos egresos de
materiales y energfa. La rata de producción está en equilibrio con el
suministfo o la rata de ingreso del constituyente mfnimo limitante.
...Mientras que la rata esté cambiando no hay un estado estable ni
un mfnimo constituyente; en lugar de esto la reacción depende de la
concentración de todos los constituyentes presentes, la cual en este
período de transición difiere de la rata a la que el menos abundante
está siendo añadido... En la mayorfa de los sistemas naturales la
rata de producción pasa de un estado de equilibrio temporal a
otro... @áe.57).

Sugiero que el esquema caracterfstico de interacción entre el


hombre y su entomo en la Amazonfa no es análogo a un sistema que
sobrelleva un estado estable como el descrito por Odum; las entradas y las
salidas no están en equilibrio todo el tiempo, porque los componentes del
sistema están sujetos a variaciones en el tiempo y en el espacio. por lo
tanto hay muy poca probabilidad que un factor sirva permanentemente
como condición limitante de la rata de producción dentro del sistema;
puesto que éste pasa de un estado estable temporal de equilibrio a otro.
Diversos componentes del sistema puede esperarse que sirvan como
factores ümitantes. Las observaciones de las actividades de subsistencia
de los sionas y secoyas encuyabenoy Shushufindi son consistentes con
esta interpretación.

Al considerar el problema de la adaptación humana en la Amazonfa,


talvez sea útil hacer la pregunta: "¿Qué caracterfsticas culturales pueden
esperarse que tengan un valor adaptante positivo, dados los amplios
parámetros de hábitat y tecnologfa con que se enfrentan las poblaciones de
las tierras bajas?" Alavez,la baja densidad demográfica y los traslados
periódicos podrfan parecer adaptantes, porque mientras más tiempo
pennanezca un grupo que practica los cultivos alternados, Ia caza,Ia
pesca y la recolección en la selva como los medios primarios de
subsistencia en una localidad especffica, mayor es la tendencia hacia el
agotamiento de los recursos. Esto es, que la eficiencia de la subsistencia
(la relación entre la energfa capturada y la consumida) decrece con el

2A9
tiempo. El traslado a nuevas lrcas, o a otras que se han convertido en
barbechos, tiende a al¡mentar la eficiencia general de la subsistencia. Las
prácticas culturales o los eventos que estimulan los traslados aunque
pueden no parecer relacionados directamente cgn consideraciones
ecológicas, üenen en la mayorfa de los casos el efeco de incrementar la
eficiencia de la subsistencia. En respuesta a esta ventaja adaptante, la
cultura material, la organización social, y la ideologfa de los pteblos de la
SelvaTropical, han tendido a adaptarse de acuerdo a las migraciones. Por
1o tanto, traslados y migraciones ocunen con rclativa facilidad, y se
convierten en medios para tratar una variedad de situaciones
socioculn¡rales, pero siempre retienen la consecuerrcia ecológica.

Las funciones ecológicas de la migración y los traslados no están


atados rfgidamente a perfodos en los cuales los lfmites de los r€culsos son
alcanzados o excedidos. La organizaciÓn social y la ideologfa son
y
subsistemas de la cultura tienen cierta dinamia en sus propios niveles de
orgmrz;ación. De aquf que traslados especfficos pueden tener sus "causas
sociales" sin que existan aparcntes factores ecológicos precipitantes. Por
estas razones es un error intentar comprender un traslado o migración
especffico solamente en términos de los factores o eventos que 1o
gecipitan.

La cultura Siona-Secoya se caracteriza por el traslado; hay un casi


constante flujo de idas y venidas, rcubicaciones de los sitios de las casas,
viajes de cacerfa distantes, y visitas. La mayorfa de esta actividad ocune
dentro de un tenitorio que se ha mostrado consistente a lo largo del
tiempo, remontáfidose hasta los relatos de los primeros misioneros del
siglo 17. El estlmulo que acelera el traslado puede ser cualquier factor que
cause un cambio perceptible en la calidad de la vida del individuo o del
gn¡po. No tiene que ser un estfmulo declarado, pues puede ser
únicamente un sentimiento de "incomodidad". Puede que sea "ecológico",
tal como una carencia de tierras para huertos, o puede que sea
"sociológico", tal como una discusión intema, bnrjerfa, estado de guerra,
o una brisqueda de pareja para matrimonio. O puede que sea la
enfermedad o la muerte de un individuo. Pero la cuestión es que,
cualquiera que sea la explicación manifiesta, el esquema del traslado es
consonante con la dinamia de una existencia basada en la cacerfa y la
rccolección en la selva y la horticultura de rozay quema.

250
En respuesta a la ventaja adaptante positiva suministrada por el
traslado,la cultura material de los Sionas y Secoyas es tanto transportable
como fácilmente reconstruida en los nuevos siüos de habitación. En
términos de organización social, la propensión al traslado se manifiesta en
el énfasis hacia pequefios grupos sociales, en los cuales la unidad
residencial principal consiste en la unidad familiar extendida patritineal y
patrilocal, o fhai wi?é/. Este esquema de patrilocalidad y de lfnea patema
refleja el énfasis masculino en las importantes actividades de subsistencia
de despejar la tiena y cazar, al igual que en la defensa. El parentesco
sinembargo tiene una importante función en la dinamia del traslado,
porque suministra un enjambre de "hermanos" y "hermanas" que brindan
ayuda cuando quiera que el traslado tenga lugar.

Aunque es imposible observar la dinamia de la población de los


Sionas y Secoyas en un estado verdaderamente aborigen, sus creencias y
prácticas pertinentes a la polftica poblacional es el concepto de limitar el
nrúmero de hijos para cada mujer. La ideologfa de los Sionas y Secoyas
no suministra un crecimiento rápido, sino que más bien enfatiza el
bienestar de la unidad familiar existente. El deseo por tener hijos es
atemperado porel de incorponrlos gradualmente en la vida de la familia,
con un esfuerzo mfnimo para la madrc, con lo cual se minimiza la
internrpción en su ayuda a cosechar y prDcesar la yuca y otras actividades
laborales que son componentes esenciales de la rutina diaria de la casa
familiar. Los padres desean hijos que evenüalmente se les reunirán en su
trabajo, pero no hay una necesidad imperativa, poque los hombres de la
familia extendida o ¡hai wi?é/ cooperan cuando quiera que los requisitos
de la tarea lo demande. Más aún, los jóvenes Sionas y Secoyas de hecho
no trabajan mucho hasta bien entrados en la adolescencia; el denibo de los
áóoles y la caza son consideradas actividades para los adultos.

El orden de ideas de los Sionas y Secoyas es consolidado a travez


del shamán-jefe, quien caracteriza los ideales de la conducta: continencia,
control, ascetismo y generosidad. El shamán obtiene sus conocimientos y
mantiene sus contratos con el orden sobrcnanral a través de la mediación
del yagé @anisteriopsis caapi). El convalida su posición mediante la
celebración de ceremonias yagé asociadas con ritos de intensificación,
transición , cura y provisión. Sus mayores pf€ocupaciones son el
bierpstardel grupo, su éxito en la caza, en la pesca, en la horticultura, y

25r
la protección contra las enfermedades y la muerte (cuyos orfgenes deben
hallane en la hechicerfa practicada por los shamanes malignoi de grupos
vecinos). El bienestar de los grupos locales mide la efectividad del
shamán-jefe.

se enfatiza la armonfa en las relaciones interpersonales dentro de la


w{!é/y del poblado y la hostilidad y las agresiones rituares se dirigen
lhai
hacia afuera de los asentamientos. (confrontaciones abiertas por
dificultades se evi[an, pero encuentran expresión en la calumnia y durante
las fiestas civiles con bebida). Los shamanes de asentamientos distantes
son vistos como pracücantes de hechicerfa que causan la enfermedad y la
muerte dentro de la familia extendida y el poblado local. Esta creencia
tiene una expresión declarada en las ceremonias yagé en las que el shamán
local entra en un estado inducido por drogas y conviene con ayudantes
espirituales del hechicero en parar sus actividades perjudiciales. La
preparación del veneno fúnebre para adivinar el nombre del hechicero es
otra técnica de la proyección de la agresión ritual más allá de los lfmites
del grupo local.

La práctica de la agresión ri¡¡al recibe un mayor énfasis en la cultura


Siona-Secoya que la misma guerra ffsica. Sinembargo los Sionas y
Secoyas y sus antecesores los Tukano Occidentales no fueron del todo
pasivos en cuestión de conflictos armados. Chantre y Herrera (1901:
4OO4O7) suministra un relato grífico de una excursión a un poblado
Aushiri sobre la margen izquierda del rfo Napo, y la pelea de los
Encabellados con la expedición de Texeira de 1639 está bien documentada
(Reis 1931:37). Mas recientemente, la historia oral de los Sionas y
Secoyas provee relatos del conflicto que anojó a los Tetétes del curso
principal del rfo Cuyabeno.

No hay separación de los poderes secular y sagrado en la guerra .


En la agresión ritual (contra-hechicerfa) es el /ínti ba?iki/ (el shamán-jefe)
quien convoca las fuerzas sobrenaturales a su lado. En el caso de
excursiones reales es él quien organiza la partida, y toma eI yagé antes de
la batalla, para augurar el éxito.

Como resultado de la creencia de que la enfermedad y la muerte


son consecuencia de la práctica de la hechicería en otros poblados las

252
relaciones entre los varios grupos locales están caracterizadas por la
suspicacia y el temor. Esta mentalidad constantemente conspira contra
la integración de los grupos locales en poblados más grandes (como lo
intentaron los Jesuitas en los siglos 17 y 18), y sirve para conservar la
distribución espacial entre los asentamientos. Los sitios de habitación
dispersos y escondidos de los Sionas y Secoyas en tiempos antiguos
minimizaban el contacto con los /dawu/ (hechiceros) vecinos y sus
seguidores, quienes costitufan Ia arnenaza más tangible para el bienestar
del grupo local, y también ofrecía protección contra ataqucs abiertos,
cuando aumentaban las hostilidades. Puesto que la dispersión de los
asentamientos es un factor significativo en la preservación del yagé (del
cual la hechicerfa es uno de los componentes) funciona para mantener la
viabilidad de la ecologfa de la subsistencia.

La densidad demográfica baja, los asentamientos dispersos, y el


caracterfstico uaslado de los sitios de habitación de los Sionas y Secoyas
sirven para regular la demanda humana hacia los recursos ambientales; la
tierra y la flora y fauna asociadas a ella, se utilizan por un perfodo de
tiempo, y luego se deja que se recuperen para que los pequeños grupos
locales residentes se reubiquen. En Cuyabeno el factor limitante primario
era la disponibilidad de tierras, puesto que la mayorfa del suelo se inunda
periódicamente y es por 1o tanto inservible para ser culúvado. La caza era
pobre en el área, y necesariamente se limitaba a los pequeños animales
noctumos, pero se la complementaba con una confiable captura anual de
pescados de tamaño mediano a pequeño en el rfo Cuyabeno. La última
emigración desde Cuyabeno en 1973 se produjo como resultado de la
declinación de la productividad de las huertas (una consecuencia de los
cortos perfodos de barbecho que ahf se practican) y la escasez de nuevas
tierras apropiadas para cultivar.

En Shushufindi, sobre el rfo Aguarico, hay mucia más tierras


adecuadas parael cultivo. Durante 1973-75 La caza fue excelente, pero
daba señales de declinar con el tiempo. Un ajuste parcial puede hacerse
cambiando hacia la caza de animales más pequeños y noctumos, pero
puede esperarse que la eficiencia general dela caza continuará decayendo.
El Aguarico suministra peces grandes durante la estación seca, pero los
rendimientos son pobres en todo el resto del año. Parece probable, por 1o
tanto, que la disponibilidad de los recursos protefnicos es más un ¡rctor

253
limitante que la disponibilidad de tierr¿s en Shushufindi.

La adaptación de los Sionas y Secoyas está marcada por un alto


grado de flexibilidad; en verdad ésta es su caracterfstica más
sobrcsaliente. Ellos pueden adaptane a una variedad de condiciones, y
toman sus decisiones seleccionando una gama de opciones.Su
esquema de subsistencia no es rfgido y varios factores pueden intervenir y
producir cambios de énfasis en puntos definidos en el tiempo y en el
espacio. Los descubrimientos del estudio presente, por lo tanto, indican
que hay significativas variaciones en los recursos ambientales, no
solamente denuo de los hábitats de vlrznu tierr¿ firme y sabana, sino
también en F¡ntos especfficos denuo de estos tipos.

Las explicaciones a través de factores únicos de la Cultura de la


Selva Tropical son elegantes en su simpücidad, pero no debemos permitir
dejamos seducir demasiado fácilmente por ellas. Esto no significa que el
enfoque cientffico debe ser abandonado, sino que en tanto la teorfa se
base en información primaria inadecuada, no debemos sorprendemos
cuando sus hipótesis son contradichas por la investigación empfrica.
Como este estudio lo ha indicado, los rccuños de la Selva Tropical varfan
alavez en el tiempo y en el espacio. Hay muchos hábitats dentro de la
hoya Amazónica, y existen considerables variaciores en la flora, la fauna,
el temeno, los suelos, y el microclima. En determinados momentos, y en
determinados lugares, la escasez de uno de los muchos recursos
ambientales puede actuar como un factor limitante. O, como es más
probable, una combinación de factorcs puede ejercer influencias limitantes
en el crecimiento demográfico y el desanollo cultural. A fin de que sea
viable, un sistema adaptante debe ser zuficientemente flexible para tratar
con una gama de disponibilidades de recuñros, y no simplemente con
disponibilidades promedias. Asf, cuando utilizamos el concepto de
Cultura de la Selva Tropical nos referimos a un complejo integrado de
rasgos cr¡lturales que tiene una amplia distribución y se adapta a una gama
de condiciones que ocunen en el ambiente de la selva tropical.

La posición del prcsente estudio es que la brisqueda de un solo


factor ümitante para responder por el complejo de conducta que
constituye el esquema de la Selva Tropical está mal orientado. Mientras
no sea posible medir y evaluar cada factor aislado en un sistema

2y
adaptante, de&rlahacerse un esfuezo pana esrudiaruna más amplia gama
de factores que lo que ha sido el caso en el pasado. Si nuestro
entendimiento de las poblaciones de la Selva Tropical debe aumentar, los
estudiosos deben mejorar su sofisticación metodológica en la recolección
de información básica sobre las variaciones ecológicas dentro de ra
Amazonla, incluyendo la distribución y estacionalidad de los rccursos de
la flora y de la fauna, de los suelos, su topograffa, y factores de
conocimiento en la utilización humana de estos rccursos.

255
CAPITULO XI
EPILOGO

La situación de los indfgenas de la Amazonfa hoy en dfa es muy


similar a la de los indios de los Llanos Grandes de Norte América en el
siglo 19. Es decir que ellos están sufriendo una invasión de su tierra natal
por colonos y por intereses agrfcolas e industriales. Estas invasiones han
causado conflictos tenitoriales, pérdida de recursos a las comunidades
nativas, y han puesto en peligro la supervivencia de estas comunidades.
Estos problemas no están limitados a la Amazonfa, si no surgen en
cualquier lugar donde los poderes coloniales o pafses desarrollados
extienden sus actividades económicas y polfticas a regiones frronterizas
habitadas por personas indfgenas (Bodley 1982). Tfpicamente los
derechos de los indfgenas han sido abandonados al principio de cualquier
expansión fronteriza, y finalmente estos derechos podrán retenerse
únicamente con "soluciones" atrasadas y burocráticamente inadecuadas a
situaciones de crisis.

Los derechos tenitoriales de los indfgenas están basados en la


posesión tradicional de su antigua tierra natal. Esos son eminentemente
válidos y deben ser reconocidos por gobiernos en una manera
responsable. El problema no es tan solo uno de justicia, si no también
incluye los intereses prácticos del desarrollo razonable, y el
mantenimiento del medio ambiente que es necesario pan el desarrollo
económico y social de la nación. La planificación integrada debe proveer
un desarrollo apropiado, derechos tenitoriales a los indfgenas, y
protección ambiental. Pero todo esto requiere habilidad por parte de los
planificadores o autores de polfticas gubemamentales, y r¡na cla¡a visión
de metas a largo plam.

257
I¡s &rechos tenioriales de las comurn¡idades indfgenas deben:

1. Ser basados en los teniorios o á¡eas de uso tradicional.

2. Derivarse por un entendimiento empfrico de la adaptación


económica de los indfgenas y no poruna fórmula añitraria apücada
a los colonos;

3. Tenerrecursos adecuados para sostenerla población presente y el


crecimiento de futuras generaciones;

4. Proseguir con la participación acüva de los indfgenas para que el


proceso de legalización envuelva justamente a las personas
interesadas y se beneficie de su energfa, conocimiento e
inteligprrcia; y

5. Sean protejidos por todos los podercs gubemamentales y el


sistema legal.

Cuando empecé mi trabajo de campo en Shushufindi en 1973 yo


sabfa que la fuontera que se movfa hacia el este pronto llegarfa a los
Sionas y Secoyas. En aquel tiempo los indfgenas expresaron muy poco
interés en el movimiento de colonos hacia las áreas al oeste de su aldea.
Tfpico de esta reacción es el comentario de un hombre que dijo, "El
bosque es muy grande. Y si los blancos vienen aquf simplemente nos
mudaremos a otro lugar". Esta idea parece ser ingenua, pcrc basada en
el conocimien¡o y estrategia tradicional de los indfgenas. Ios Sionas y
Secoyas han visto hombres blancos anteriormente, y han tenido una
historia de aforn¡nados escapes de la influencia y dominación por los
blancos. El movimiento dentro de su extenso territorio es una parte
fntegra de zu adaptación, y en el pasado les habfa sido fácil evitar a los
forasteros. Muchas person¡rs no sabfan que las nuevas carreteras
significarfan que los colonos vendrfan en números mayores que antes, y
que la destrucción del bosque modiñcarfa pocos refugios en su bosque
natal.

258
Demarcaciones territoriales por el IERAC

Debido a mi interés sobrc los dercchos tenioriales de los indfgenas


visité al hsün¡üo E'c'uaroriano de reforma Agraria y Colonización (IERAC)
en Quio, para averiguar sobrc el prccedimiento para los tftulos de teneno
en las comunidades indfgenas. En enero 3,1974 n¡ve una rcunión con el
Dr. Vicente Haro Alvear, el lefe de Desanollo Rural del instituto y con el
Dr. Salvador Cevallos,otro alto oñcial del IERAC. Yo les expliqué la
sin¡ación de los Siona y Secoya, y les indiqué mi interés en ayudades a
obtener tfolos de propiedad sobrc sus ter€nos. Cevallos describió trcs
pasos en el proceso del IERAC para obtener ltulos:

1. Un censo de la comunidad era necesario para determinar cu:lntos


hombres tenfan 18 años o mils. Esto establecerfa el número real y
potencial de jefes de famiüa y serfa la base para calcular la cantidad
de teneno que serfa ooryado.

2. Topógrafos establecerfan las frronteras del levantamiento.

3. Finalsrente, un ún¡lo global serfa enregado a la comunidad


indfgena (diferente a los tftulos individuales otorgado a los
colonos). Esto serfa una protección contra la alienación de parcelas
de tierr¿ de parte de las comunidades nativas.

Cevallos y
Haro también presentaron sus ideas sobre las
comunidades indfgenas y el proceso de tiolar tenenos. Ellos dijeron que
la comunidad debfa ser localizada cerca de una encrucijada de
transportación o comunicación, oomo una cÍurctera o rfo, y que constituya
un poblado. Todas las familias indfgenas deben ser llevadas a este pobla-
do. Las fronteras de esta comunidad constituirfan un polfgono cuyos
lados seguirfan las arsefinas como rfos donde sea posible. Esto harfa las
fronteras más claras y ayudarfa a evitar disputas territoriales. La
comunidad indfgena debe marcar todas las fionteras con guarda rayas.
Ellos también dijeron que los indios deben formar una cooperaüva o
comunidad indfgena que pudiera ser l€conocida por el gobierno.
Finalmente, las CaSaS deben ser Concentradas en un "ntlcleo" dentrO del
terreno, con los terenos circundantes, consün¡yendo una "reserva". I¡s
indios pudieran usar esta t€setva "para criar ganado".

259
Pero,los oficiales dijeron que todos los opógrafos del IERAC en
la región Aguaqco estaban concentrados en un trabajo atrasado para los
colonos cerca de la carretera de Lago Agno -Coca. Estas familias no
podfan recibir préstamos agrfcolas del gobierno hasta que sus
reclamaciones territoriales hayan sido investigadas, por 1o tantp, su
situación era más "urgente" que la de los indios. Cevallos dijo: "Muchos
de los colonos fracasan dentro de un año y terminan por vender sus
tftulos a otros. Es más diffcil para ellos que para los indios, por lo tanto,
los indios tendrán que esperar". Yo les dije que la situación era crftica, y
que si el IERAC esperaba mucho más no habrfan terrenos indios para
examinar.

Durante los próximos meses yo conduje un censo de las


comunidades Siona y Secoya y les entregué una copia a sus jefes. Pero
cuando salf del Ecuador para regresar a la Universidad de la Florida, en
Marzo lgT5,elproblema de los tenenos todavfa no se habfa resuelto. El
Sr. William Eddy del Instituto Lingüfstico de Verano debe ser felicitado
pormantenerla situación de los Cofán y Siona-Secoya frente al IERAC.
EnDiciembre |977,IERAC finalmente mandó un equipo topográfico a
Shushufindi (o "San Pablo") y, con asistencia local, despejaron e
inspeccionaron un lindero alrededor de la aldea. Al norte estaba el rfo
Eno, al este el rfo Aguarico, y hacia el oeste y el sur el rfo Shushufindi. Et
tamaño de los tenenos dentro de la frontera era de 7.M3,2O hectáreas. El
últirno paso para registrar el terreno en el Cantón Tena ocurrió el22 de
Marzo de 1978, por medio de un documento titulado, "Testimonio de
la Escritura de Adjudicación de un Lote de Teneno otorgada
por Instituto Ecuatoriano de Reforma Agraria y Colonización
a favor de Elías Roberto Piyaguaje y otros".
Mientras que la legalización de este terreno fue un acto oficial
importante para los Siona-Secoya, la detallada frontera inclufa solamente
una pequeña parte del tenitorio real de la comunidad. La concesión no
inclufa terenos en la orilla norte del rfo Aguarico donde vivfan algunos
Siona-secoya y donde todas las familias cazaban y pescaban. Tampoco
inclufa terrenos comunales debajo de la confluencia de los rfos
Shushufindi y Aguarico donde estaban localizadas muchas de las casas de
los Secoya. Estas tierras eran territorio importante para la pesca y caza de
los Siona-Secoya.

2&
En un acto separado, IERAC -en Agosto 31, 1979- adjudicó
744,45 hectáreas de tiena a la comunidad Siona del rfo Cuyabeno. Este
pequeño terreno se encontraba a la boca del rfo Tarapuya, un pequeño
tributario del Cuyabeno. Como pasó en 1978 con la concesión en San
Pablo, las fronteras "legales" para la Comuna Cuyabeno exclufan los
hogares de muchas familias, y áreas comunales de pesca y caza. En
cambio, de un terreno singular y unificado para todos los Sionas y
Secoyas en el Ecuador, la realidad es que habfan dos pequeñas y bien
separadas comunas.

Desgraciadamente, estas adjudicaciones revelan cómo las leyes y


polfücas de posesión de terreno en el Ecuador, suponen que los indfgenas
de la Amazonfa deben cambiar su cultura y convertirse en pequeños
granjeros o colonos. IERAC legaliza parcelas comunales que son mucho
más pequeñas que el real territorio natal de los indfgenas, y después les
dice a los indios que deben "mejorar" la tierra tumbando el bosque y
convirtiéndolo en pasto. Si los indios no "mejoran" la tierra esto puede
justificar la expropiación de los terrenos por parte del gobiemo. Las
consecuencias ecológicas de este requisito son muy serias porque resulta
en la destrucción masiva del bosque tropical y su substitución por
sistemas agrfcolas de sostenimiento dudoso. El requisito de formar
poblados nucleados, es otra de las condiciones impuestas por los blancos
sobre una de las realidades diferentes de los indfgenas. Muchos blancos
no entienden o rechazan la posibilidad de proteger el patrón indfgena de
usar terreno, que está basado en cultivos rotativos, caza, pesca, y
poblados dispersos dentro de un extenso territorio natal. Pero es
precisamente este modelo el que nosotms debemos aprender si queremos
discurrir sistemas de producción razonables y sostenibles para el ambiente
de los bosques tropicales.

Peligros Adicionales y la Comisión Interinstitucional

Al mismo tiempo que el IERAC estaba adjudicando el teneno de


Shushufindi ("San Pablo"), los Siona-Secoya sufrfan presiones de otras
fuentes. Desde Noviembre 1977 ttn grupo de colonos llamados la
"Precooperaüva Pantera" empezó a establecerse en la frontera con el rfo
Eno de la comuna indfgena. Estos recién llegados venfan de la ciudad de
Loja, en la parte sur de la región andina de Ecuador y la provincia

26r
costanera de Manabf. Algunos de estos colonos comerizaron a cortar
árboles laureles (Cordia aliadora) en terrenos indfgenas y robarse
comida de los huertos de los indfgenas.

Un peligro más temible surgió al oeste de Shushufindi. El


Gobiemo Ecuatoriano otorgó 9.850 hectárcas a la compañfa conocida
como "Palneras del Ecuador" para construir una plantación de Palma
Africana. El árca de la concesión era tenitorio tradicional de c,azapara los
Siona-Secoya y ahora sufrirfa un cambio ecológico drástico, a la vez que
la compañfa empiece a destruir el bosque y a reemplazarlo con un paisaje
de palmas de aceite solamente.

Otro importante territorio de los Siona-Secoya para La caza y pesca


fue afectado por proyectos de desarrollo cuando, en Julio 26, 1979, la
Reserva de Producción Faunlstica Cuyabeno fue establecida por Acuerdo
interministerial Ne 322 (promulgado en el Registro oficial Ne 69 de
Noviembre 20,1979). Esta reserva para la fauna silvestrc incluye un área
de 254,7ñ hectáreas, o la mayorfa de la cuenca del rfo Cuyabeno.

El23 de Junio de 1980 el Dr. Antonio Andrade Fajardo, Ministro


Ecuatoriano de Agricultura y Ganaderfa promulgó una orden ejecutiva
estableciendo la Comisión Asesora Interinsütucional para estudiar y dar
consejos sobre los problemas de derechos territoriales y supervivencia
cultural de los indfgenas de la Amazonfa. Fue llamada "interinstitucional"
porque muchas de las agencias dentro del Ministerio de Agricultura y
Ganaderfa (MAG) tendrfan representantes en la Comisión. Dentro de este
grupo estaban los direcOres "o sus delegados" de la Dirccción General o
Desarrollo Forestal (DGDF), IERAC, el Instituto Nacional de
Colonización de la Región Amazónica del Ecuador (INCRAE), Asesorla
Jurfdica (oficina legal del MAG), y la Dirección General de Desarrollo
Campesino. Cultural Survival, Inc., una organización intemacional
por los derechos indfgenas, ha colaborado con la Comisión dándoles
varios consejeros anüopológicos.

Un poco tiempo después, un equipo de campo de la Comisión


Interinstitucional comenzó un estudio detallado de los problemas
tenitoriales de los indfgenas Siona-Secoya, Cofán y Huaorani. Sus
recomendaciones fueron publicadas en el Informe Para la

262
Delimitación de Territorios Nativos Siona-Secoya, Cofán y
Iluaorani en Febrero de 1982 (Ediciones INCRAE, Pubücación I{o 39,
editada por el Dr. Jorge E. Uquillas). Para los Siona-Secoya, las
recomendaciones inclufan una expansión de las fion¡eras de la comuna
san Pablo hacia los dos lados del rfo Aguuico hasta zu confluencia con el
rfo Sehuaya, donde los terrenos comunales tendrfan una frrontera común
con la Reserva Faunfsüca Cuyabeno. También fue recomendado que se
les permita a los indfgenas Siona, Secoya, y Cofán ejercer sus derechos
de caza tradicionales dentro de la Reserva Oryabeno.

Al presente parece que las recomendaciones solo han sido


implementadas parcialmente. A finales de 1982, Luis Mora, el
Subsecretario de Bienestar Social y Prcsidente de la Comisión Asesora
Interinstitucional promulgó una directiva al Dr. Wilson Torres de
INCRAE con respecto al agrandamiento de los terrenos adjudicados a la
Comuna de San Pablo (Shustrufindi) de los Siona-secoya:

Que se proceda a la ünderación y adjudicación legat de las tierr¿s


ubicadas enla orilla Norte del rfo Aguarico, frente a la actual
posesión de la comuna, siguiendo en lo posible los lfmites
recomendados para el Informe de la Comisión

No se adjudicará el :i¡ea rccomendada en la orilla Sur del Aguarico,


poque está parcialmente ocupada por colonos; pero aquellos
indfgenas Siona-Secoyas que tienen sus viviendas y cultivos en
esta área podrán continuar asentados allf.

Ejecución a cargo del IERAC.

El Plan Maestro de la Reserva de Producción Faunística


Cuyabeno de Julio 1987 (Coello Hinojosa y Naüons 1987), reconoce la
presencia legal de la Comuna Cuyabeno de los Siona y les permite
derechos ümitados de cazay pesca dentro de ciertas zonas de la Reserva.
Algunos individuos de origen Siona están empleados como
guardaparques en la administración de la Reserva. Pero, el Plan Maestro
no parece reoonocer los dercchos tradicionales de caza y pesca, en
Cuyabeno de los Siona-Secoya y Cofanes que viven dentro de la cuenca
del rlo Aguarico, pero, fuera de los prcsentes linderos de la Reserva
Cuyabeno.

263
Conclusión

La lucha por establecer áreas adecuadas y legales donde puedan


vivir los Siona-Secoya en Ecuador revela muchos problemas que son
universales en las fronteras en desarrollo en el mundo. Primerb, lo
principal de una frontera en desanollo es que produce una competencia
por terenos y rccursos que está eriazada con las aspiraciones nacionales
por desarrollo económico e integración geopolftica. El desarrollo
fronterizo es impulsado por las actividades de intereses poderosos como
corporaciones y ministerios gubernamentales, más los pobres
desplazados que migran hacia las fronteras en busca de terrenos y
oportunidades de empleo. En regiones de bosque tropical este tipo de
"desarrollo" se confronta y tiende a desplazar a las personas indfgenas
cuya economfa está basada en los métodos tradicionales de cultivos
rotativos, caza y pesca.

Aquellos que desean defender los derechos tenitoriales de los


indfgenas deben trabajar para influir la actitud priblica u oficial con
respecto al significado de las personas y cultura indígena, como también
los aspectos destructivos de un "desarrollismo" extractivo e
indomable que resulta en la destrucción del bosque, degradación
ambiental, y la repetición del muy conocido ciclo económico en regiones
tropicales de "auge y desauge". La conservación y uso razonable de los
bosques tropicales del mundo beneficia los intereses a largo plazo de
todas las naciones y personas.

En último análisis,la defensa de los derechos tenitoriales y civiles


de los indfgenas es un proceso continuo. A pesar de la actitud ilustrada
que ahora demuestran muchos oficiales del gobiemo Ecuatoriano, todavfa
hay muchas facciones dentro y fuera del gobiemo que resisten el
reconocimiento de las extensas áreas territoriales de los indfgenas, y
muchos intereses que buscan maneras de disminuir estos terrenos aun
cuando han sido legalmente determinados. La falta de fuertes mecanismos
de cumplimiento para protejer los tenenos adjudicados es uno de los
mayores problemas en la situación terrenal de los indfgenas. Estas
actividades a veces son muy pesadas para los indfgenas que no están
acostumbrados a la polftica de confrontación, pero son aforn¡nados en

2ñ4
tener jefes inteligentes o articulados que están preparados para
comprometene a la lucha. El crecimiento de las federaciones polfticas
indígenas en el Ecuador y en otras partes da esperanza de que algunas de
estas batallas serán ganadas.

2Ás
APENDICE I
DATOS CLIMATOLOGICOS PARA LIMONCOCHA Y
SHUSHUFINDI

TABLA 12. Lluvia en Limoncocha

MFiSUAL MSISUAL MENSUAL NUMERO ¡.LtjvIAS DIASSD{


MASBAJA MASALTA MEDIA PROM, DE ME¡{SU,AI¡S lrIjvIA
MES RF,MM. RF.MM. RF.lvLM. DIASSilN MM.
l97t-74 l97l-74 t97t-14 LLIJVIA t974 1974

t97t-74

Enero 195,4 37r,5 284,0 10,4 210,7 t6


Febre¡o 15'1,4 309,6 23t,4 9,0 2t4,2 l3
Mar¿o 345,8 539,4 4tt,2 9,5 347,8 I5
Abril 162,3 282,r 228,3 8,2 206,6 6
Mayo 244,9 310,6 284,3 4,5 280,6 )
Junio 246,3 36E,2 310,8 4,8 340,4 7
Julio 219,8 349,8 301,7 6,8 326,3 ll
Agosto 192,2 351,4 253,E 1< 35r,4 9
Septiernbre 234,4 388,9 308,7 8,0 38E,9
Ocrubre 184,2 429,2 307,4 8,8 264,6 9
Noviembre 142,1 3E7,8 280,9 I 1,0 142,3 t6
Diciembre 120,8 265,3 t72,5 14,7 120,8 l5
Toul Total Tot¡l Toul To¡al Toul
¡nual anual ¡¡ual anu¡l ¡nual anual
Más baja más baja rncdi¡
3.194,5 3.71E,4 3.375,0 103,0 3.r94.5 t26

Fuente: Registros llevados por el Instiruo Lingüístico de vera¡¡o (Limoncocha es


30 km. al sudoesre de Shushufindi).

267
TABLA 13. Lluvias y temperaturas para Shushufindi
(Octubre 1973 - Septiembre 1974)
Lluvias Días sin Temperatura Temperatura Temperatura
m,m. Uuvia Máxima Ínima
]rf Media
Media oC Media oC oC

Ocrubre l2l,9 ll ?'l ? 2l,7 )'1 <


Noviembre 265,2 3 31,6 2t,4 26,6
Diciembre t6'l ,l tó 3l,9 20,9 26,5
Enero 265,2 t¿ 32,9 20,7 26,',l
Febrero t'7 | ,2 6 30,ó 20,7 25,6
M¿rtn 1?t ? 3 1,8 20,8 26,4
Abril 1la < 8 3t,7 2t,l 26,3
Mayo 413,8 l 30,2 20,4 t5?
Junio 4 n,5 ) 29,7 20,8 25,3
Julio 48'l ,4 l0 29,2 20,0 24,7
Ag,osto 274,8 7 29,6 20,2 24,9
Septiembre 422.1 9 30.8 20,1 25,4

Totales 3.665,0 3l,l 25,9

Fuente: Registros llevados por el autor.

268
APENDICE 2

ANALIS6 DB SI.'ELOS

La Tabla 14 prcsenta la información analfüca sobre muestras de


suelos recogidas en cuyabeno y shushufindi. La determinación inicial del
pH (Hellige-Truog), y el color fuercn hechos por el autor en el campo.
Los an¿llisis de Laboraorio fueron organizados por los doctores Kanal
Dow y R.G. Poultney de la misión técnica de la Universidad de Florida al
Instituto Nacional de Investigaciones Agropecuarias (IMAp) del
Ecuador, y llevados a cabo bajo la dirección del Ing. Jorge H. Cáceres,
Jefe del Laboratorio de Suelos. La información sobre metodologfa de
laboratorio (presentada mtfs abajo) fue suministrada por el Dr. Arvel H.
Hunter. Director del Laboratorio de control proyecto de la Evaluación y
Mejora de la Fertiüdad de Suelos Intemacionales de la univeñdad Estatal
de Carolina del Norte.

Análisis de Suelos para pH, NH4, Ca, y Mg.

Procedimiento para pH

pH del suelo medido en el agua

l. Añada l0 ml. de una muestra del suelo en la botella de extracción

2. Añada 25 ml. de agua desülada y bata por 5 minutos.

3. Permita rcposar por 20 min. y bata de nuevo por 2 min.

%i9
4. mida el pH. mientras se bata la muestra.

pH det sueto medido en una solución al 0,01 de Cloruro de


Calcio

1. Ponga l0 ml. de muestra del suelo en la botella de extracción.

2. Ponga 25 ml. de la solución de cloruro de calcio y bata por 5 min.

3. Deje reposar por alrededor de 30 min. y bata por 2 min.

4. Deje reposarpor 30 min.

5. Mida el pH sin batirla mezcla.

Nota: Prepare la solución al 0,01 de CaCl2 disolviendo 14,7 g. de


volumen de agua. El pH de esta solución debe estar entre 5 y 6,5. Si no,
añada un poco de Ca(OIf)2 o de HCI.

El electnodo de vidrio debe estar bien sumergido en la suspensión


parcialmente asentada pero no tanto como para rcmper las partfculas del
suelo asentadas. El electrodo del Calomel debe estar lo suficientemente
sumergido para establecerun buen contacto.

Determinación del NH4 extraible - Nitrógeno


1. Tome 2 ml. alfcuota del filtrado II-3 y añada 8 ml. de fenol básico
(Esto puede hacerse usando el lado del diluyente de una
combinación diluyente-distribuidor). Deje reposar por 3 min.

2. Añada 10 ml. del reactivo Na'ClO. (Esto puede hacerse usando el


lado del distribuidor de una combinación diluyente-distribuidor).

3. Deje reposar por t h. en que la solución no esté expuesta alaluz


directa. En una luz opaca el color es estable por alrededor de 2 h.

4. Lea el 7o de transmisión con un espectrofotómetro a 650.

no
5. Un patrón de NHa puede prepararse usando el NHaCI' Los
patrones finales deben prepararse de una solución al 1 de N K Cl y
el patrón alto deberá equivaler a 40 ug. N por ml.

Reactivos para la Determinación del Nitrógeno en forma de


NH¿

1. Fenol básico- disuelva 100 g. de NaOH en un litro de agua


destilada. Deje enfriar y añada 150 ml. de fenol lfquido al927o o
138 g. de fenol cristalizado.

2. Solución de Na Cl O.- Disuelva I volumen de 5,25Vo Na Cl O


(clorox) con 1l volúmenes de agua destilada.

Determinación det Ca y Mg extraibles


1. Usando una combinación de diluyente-distribuidor tome ml. I
alicuota del filtrado II-3, y añada 9 ml. de agua destilada y 15 ml.
de una solución al l%o de lantano.

2. Determine el Ca y el Mgpormedio delprocedimiento de absorción


atómica.

3. Puede usarse solución normal de lN Kcl y que contega ambos


elementos. La concentración del patrón alto debe ser de 200 ug Ca
por ml. y 40 ug Mg Por ml.

Nota: Dependiendo de los suelos que se analizan puede haber grandes


diferencias en las cantidades de Ca y Mg extraidas. Nuestro mayor interés
es usualmente poder medir los niveles más bajos de estos elementos con
la mayor exacütud, girando el quemador para que haga un ángulo con la
viga de luz. El patrón alto puede entonces ser ajustado a25 en la banda
tensa de la escala AA y la curva todavfa será más o menos lineal a escala
nafural.

En todos las mediciones de arriba los patrones deben recibir la


misma solución que la muestra.

27r
Preparación de une olución ¡l l% de Lantano
Humedezca 58,64 g. de óxido de Lantano, La2O3 con
aproximadamente 50 ml. de agua destilúa. AItúa lenramente y con
cuidado 250 ml. de H O concentrado pan disolver el La2O3. Cornplete
hasta los 5 üüos oon agua destilada"

Mimimto de Arúltds de lc Suelos Us¡ndo la Solución


Efr¡clor¡ Modiflc¡d¡ dc Na IICO3
La solrcün nractora ntdificada de Na HC O j
0,5 N Na H C q. 0.01 M EDTA con r¡n gramo de strperfloc 127
por cada l0litros

Prqaración

a. Dsolver420 gm de Na HCO3 en agua destilada

b. Disolver 3'1,2 gm,de disodio EDTA en agua desülada.

c. Disolver I gm de superfloc 127 en 2ffi a 400 ml. de agua


desülada-

Mezcle las tres soluciones de aniba en agua destilada y lleve el


volumen a l0 ütros. Ajuste el pH a 8J con Na O H. Guarde en una
botella de poüetileno.

Pruedimieno dc Enrrccün

1. Añada 25 rrt. de zuelo y 25 ml. de la solución extractora a la


botella o al vaso de ensayo.
i

' 2. Bata a una velocidad baja (p.e. a unas 4ü) r.pm.) por l0 min.
3. Filtrela solución usando un papel filtro poroso (sas Ne 0g60 o
Whatman Ne I u otro papel comparable.

n2
P ru edimie nn dc I a nális is

l. Determinación de P-Usando una combinación de diluyente-


disribuidortome 2 ml. alfcuota del filtrado (II-3), añada 8 ml. de
agua destilada y l0 ml. de moliMato de amonio reactivo color B.
Después de 40 min. lea el % de trasmisión o la densidad óptica con
un espectrofotómetro a 680 a 882

Nota: La solución modificada de NaHCO3 frecuentemente extrae más


color de los suelos que aún la solución Olsen, por lo t¡nto,:algunos
f¡ltrados deben ser de un color café muy obscuro. La comparación de las
cantidades de P medidas usando carbón vegetal para quitar el,color y no
usando el carbón indican que generalmente hay una difercncia menor que
I ug Pltnl. de suelo cuando la cantidad de P extraida ss menos de 20 ug
P/ml. de suelo cuando la cantidad de P extraida es menos de 20 ug. P/ml.
de suelo. La difercncia puede ser algo mayor cuando se extraen más de 20
ug /ml. de suelo.

2. Detemrinación de K- Usando la misma combinación de diluyente


distribuidor que para P tome 2 ml. alfcuota del filtrado (tI-3) y
añada 18 ml. de agua destilada. El K deberfa ser analizado por
medio de la absorción atómica, pem la emisión de llama también
puede usarse.

Reactivos para la Determinación de P

Sohtción A- Reactivo conceürado:

l. Coloque I gm. de tartaiato de antimonio potasio en un frasco


volumétrico de pirex de l. Añada aproximadamente 400 ml. de
agua destilada Añada lentamente, mientras mezcla, 165 ml. de
H2SO4 concentrado. Deje enfriar.

2. Disuelva 7,5 gn de moliMao de amonio en más o menos 3ü) ml.


de agua destilada"

3. Cuando la solución ácida de antimonio está frfa, añada la solución

273
de molibdato de amonio y lleve el volumen a I litro con agua
destilada.

Nota: Esta solución es sensible al calor y a la luz pero cuando se la


guarda en una botella obscura dentro de un refrigerador se ha conservado
por varios meses sin deterioro.

Solucíón B- Reactivo de color para P

l. EL dfa en que debe ser usado, diluya 150 mg de la solución A en


I
una litrera oon una solución que contenga gm. de gelatina por
litro. Entonces añada y mezcle más o menos I gm. de ácido
ascórbico.

Nota: Hemos hallado una más bien alta contaminación de P en algunas


gelatinas de grado reactivo USP pero la Baker USP de grado reactivo no
ha demostrado la presencia de fósforo.

La solución de gelatina y la solución B deben prepararse frescas


todos los dfas pues no se conservan por más de 24 horas.

Patrones para análisis de suelos

l. Las soluciones normales deben prepararse en la solución extractora


modificada de N"HCO3. Patrones separados para P y K deben
prepararse. Las siguientes concentraciones se sugieren para los
patrones altos: 12 ug P/mI., 30 ug K/ml. Cuando se hacen
diluciones para determinar los elementos, los pauones deben ser
diluidos de la misma manera que la muestra

274
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275
Descrlpclón de l¡ T¡bl¡ l4

a' cinco a seis submuestras dispcrsas recogidas y mezcladas de acuerdo c¡n los
proccdirnienros recomendados por INIAp.
b. Estación Erperimental de Santa Catalina del INIAP, usando los mérodos del
Proyecto para la Evaluación y Mejora de la Ferrilidad de Suelos
Intemacionales de l¡ Universid¡d Es¡aral de Carolina del Norte.
c. Mé¡odo de Hellige-Truos.
d. Cartas de Patrones de Color para Suelos Revisada (Minisrerio de Agricultura
y Foresración (Japón) 1.967)
e. Los informantes sionas y secoyas ubicaron todas estas muestras en la
categoía del^ea y ihá/ (tienas negras).
f. Hechas en crecimientos secunda¡ios; siembras de yuca (cosechadas) y
pláranos.
g. La bssura barrida de la superficie a¡¡res dc tomar tas muestras.
h. Hechas en crecimiento p,rirnario (quemado); siemb'¡a de maíz (cosechada);
resiembra de maía yrrcs y plátanos.
i. Hechas en crecimieno primario (quemado); siembra de maíz (cosechado),
plátanos, yuc4 papay4 palrna de chontaduro, etc.
j. Vegetación predominante en Cecropla spp.; palma de chon¡adr¡ro también
pres€ri¡€ de asentamientos previos

276
APENDICE 3

FLORA

LaTabla 15 presenta una lista de plantas silvcstres explotadas por


los Sionas y Secoyas de acuerdo con sus usos primarios (alimento,
psicotrópico, medicinal, veneno, tocado v omato, y usos misceláneos).
El Dr. Homer V. Pinkley del Hcrbario <lcl Jardín Botánico de Nueva
York ayudó en la identificación de varios especímenes entre 1975 y
1979. Luego el Dr. Timothy Plowman dcl Museo Field de la Historia
Natural de Chicago organizó el csfuerzo para identificar las plantas
(Vickers y Plowman 1984). Los especfmenes son señalados con su
número de colección (p."., E. 60) en la columna de observaciones de la
Tabla 15. Un conjunto casi completo de especfmenes está en el herbario
del Museo Field. Conjuntos parciales se han guardado en los heúarios
del Museo Field. Conjuntos parcialcs se han guardado en los herbarios
de la Univercidad de Florida, Gainesville y la Pontificia Universidad
Católica del Ecuador en Quito.

277
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APEI{DICE 4
FAUNA

Los recursos de la Fauna explotados por los Siona-Secoya se


presentan en la tabla 16 siguiendo el orden de Gilmore (1950). Las
identificaciones se hicieron siguiendo las claves siguientes y las listas
publicadas: Acosta-Solfs (1965), Delacour y Amadon (1973)' Gilmore
(1950) Goulding (1980), Hill (1960, 1962), Meyer de
Schauensee (1970), Meyen (1972>, Napier y Napier (1967), Ovchynnyk
(1967), Patzelt (1978), Pearson (1972'), Smith (1981), y Villarejo
(1979). Adicionalmente visitas breves se hicieron al Museo del Colegio
Bolfvar de Ambato, Ecuador, (acompañado por Reinaldo Lucitande y
Maruja Payaguaje de Shushufindi), el Museo Departamental de Historia
Natural de Cali, Colombia, y el Museu de Fauna, Jardln Zoológico, y el
Museu Natural de Rfo de Janeiro, Brasil, para cortejar zus colecciones de
especfmenes observados en el cafnpo.La información dada en la Tabla 16
no da cuenta completa de la emozoologfa de los Sionas y los Secoyas,
pero se prcsenta como un bosquejo de los recunos de la fauna más
importantes utilizados por ellos.

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320
APENDICE 5

CULTIVOS

La Tabla 17 presenta las plantas cultivadas por los Sionas y


Secoyas en términos de sus usos (alimentos, psicotrópico, medicinal,
veneno, tocador, ornamental, y usos misceláneos). Al igual que con los
recursos de la flora (cotejar con Apendice 3), el proceso de identificación
está continuando con la ayuda del Dr. Timothy Plowman del Museo Field
de la Historia Natural, Chicago. Por esta razón eL número de colección
(p.e. E. 155) se incluye en la columna de "Notas". Juegos parciales de
especímenes copia están en los herbarios de la Univenidad de Florida y la
Pontifica Universidad Católica del Ecuador en Quito. Aunque la lista
suministrada aquf contiene una mayorfa de los cultivos importantes
usados por los Sionas y Secoyas, de ninguna manera es exhaustivo,
porque et poblado de Shushufindi era comparativamente nuevo en 1973-
75 y los huertos no habían sido desarrollados con su divenidad normal.
(Las gentes llevan consigo las plantas seleccionadas cuando migran, pero
no pueden llevar su inventario completo de cultivos).

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y4
APENDICE 6

CONTRATIEMPOS DE LA HORTICULTURA

De las cosechas alimenticias principales, elmafz y los plátanos son


las más vulnerables a las dificultades ambientales. La Tabla 18 da la
información de las pérdidas en el mafz en cinco huertas representativas de
Shushufindi. Como puede verse, las pérdidas estuvieron entre un
máximo de937o y un mfnimo de 6Vo en huertos individuales, con una
pérdida general estimada enel76Vo. El huerto número cinco fue la más
desastrosa, y el dueño culpó de las pérdidas a dos factores: (1) la semilla
estuvo dañada porla humedad o porla edad; y (2) las lweagékellarvas se
comieron el cogollo de las plantas, lo que impidió que las espigas
germinaran.

Las ffrdidas demafz en el huerto número uno fueron también muy


altas (89Vo). En este ejemplo el huerto era un lote aislado sembrado antes
de la real migración a Shushufindi del dueño, y las causas especfñcas del
t'^
fracaso no son conocidas. Tales lotes son especialmente vulnerables al
mayor de los ¿tzotes animales, sinembargo, y esta puede que haya sido la
causa (P.e.) el venado, la capibara y la guanta.

La producción en el huerto número tres fue bastante buena, con


una pérdida calculada de solo el 6Vo Qr ubicación de este huerto estaba en
las cercanfas del poblado principal). En este lote alrededor del ll% de las
espigas fue dañado por roedores pequeños, el 4Vo por los pájaros.
Sinembargo el porcentaje del grano perdido fue menor, puesto que aún
las espigas dañadas dieron mazorcas cosechables. La difercncia entre los
daños de los roedores y los de los pájaros es visible al ojo: las ratas cortan

y5
las hojas con sus dientes y luego oomen elmafz, mientras que los pájaros
pican la espiga desde arriba, y de este modo desmenuzan las hojas pero
no las cortan. La mayorfa de las espigas atacadas por estas pestes tienen
solo daños parciales y son salvables. Ocasionalmente el agua de la lluvia
entra en la espiga a través de los huecos causados por estos animales, y el
mafz brota prematuramente. El porc€ntaje general de los daños causados
por pájaros y roedores pudiera ser mayor si todo el mafz creciera hasta la
etapa en que se producen las espigas maduras, pero esto no es siempre el
cÍrso, como en las huertas uno y cinco.

No se notaron daños de insectos y sus larvas en el huerto número


tres. Esta fue una de las primeras cosechas de malz en Shushufindi, y
parece probable que la plaga de los insectos no se hubiera arÍn establecido
en los huertos nuevos. Sinembargo, una comprobación en el sitio de unas
pocas espigas verdes procedentes de otros huertos de la misma 6rea
general (a 300 m. de distancia) 15 meses más tarde mostró evidencias de
daños de larvas (no se hizo un muestreo sistemático de este mafz, puesto
qr¡e esto sobrevino a la terminación del perfodo de trabajo de campo).

En términos de la horticultura de los Sionas y Secoyas en general,


el porcentaje de pérdida de mafz en los huertos muestreados puede ser
alto. Excepto por el desastre del huerto cinco, las pérdidas fueron
alrededor del 43Vo, y esta cifra puede estar más próxima al promedio
general en Shushufindi. La experiencia de un fracaso casi total en un lote
especffico, sinembargo, no fue única.

Como las Tablas 18-20 lo indican, hay una cierta cantidad de


robos en los huertos de los Sionas y Secoyas. Aunque ésto representa
una "ffrdida" para el cultivador, los datos no se ponen en la columna de
pérdidas a fin de diferenciar entre la cantidad de alimento perdido para el
consumo humano debido a las dlficultades naturales. La porción de
alimentos que es robada es consumida por humanos. En la realidad, los
cultivadores están en conocimiento de lo que se llevan de sus huertos, y
por quienes, pero no hacen intento alguno para enfrentar a los rateros o
para reclamar compensación. La actitud prevaleciente es la de que los
individuos que roban lo hacen por verdadera necesidad. Sinembargo se
considera mala costumbre tomar alimentos sin antes pedirlos al dueño, y
tal comportamiento es objeto de chismes. Esta no es simplemente una

v6
cuesüón de etiqueta, porque cuando una persona pide permiso para
cos€charen el huerto de otra, está estableciendo una relación por Ia cual
se espera reciprodidad en alguna ocación futura. El ladrón no entra en tal
relación.

La información sobre las ffrdidas en el plátano de la Tabla 13 se


presenta en términos del número de los hijuelos plantados y perdidos, y
los rendimientos en términos de la primera generación de racimos
cosechada. Los plátanos, desde luego, producirán más allá de la primera
generación, generando nuevos t¡oncos que eventualmente producen
nuevos racimos (supuesto que las plantas sean atendidas y que las
condiciones ambientales sean satisfactorias). Debido al hecho de que el
trabajo de campo demandó 18 meses y los huertos en Shushufindi eran
jóvenes, no fue posible recoger información soble la producción a largo
plazo de plátanos en los huertos de los Sionas y Secoyas.

El promedio de pérdida de 5O,69o era mayor que la normal de


acuerdo con los infomrantes, que estaban especialmente preocupados por
el nrlmero de brotes de plátano que se volvfan amarillos y morfan antes de
producir (ésto involucró alrededor del 277o de los hijuelos plantados).
Este mal fue atribuido a dos causas: (l) /noka peko/ las larvas se comfan
la base de los troncos de plátano; y (2) problemas relacionados con el
suelo (especfficamente que habfa "gasolina" en el suelo desde que el
campamento de una compañla petrolera habfa estado ubicado en una parte
el Dr. John Bishop, un agrónomo de la
del sitio del poblado). Seg¡in
Estación Experimental Napo (Instituto Nacional de Invesügaciones
Agropecuarias del Ecuador), esta enfermedad de los plátanos es la
consecuencia de una infección de la bacteria Pseudomonous. La
enfermedad es conocida como "moco" en español, y se crce que fue
introducida desde Colombia.

Alrcdedor del l2%o de las plantas de plátano se perdieron al haber


cafdo bajo el peso de su fruta, o debido a las ráfagas de viento que
acompañan a las tormentas eléctricas. Ia gente intenta minimizar este tipo
de pérdidas apuntalando las plantas con maderos si éstas tienen tendencia
a inclinarse a un lado. El dueño del sembrfo de plátano culpaba de algunas
de las pérdidas al suelo arenoso de su huerto casero, que según é1 no
proporcionaba apoyo adecuado a las planus.

y7
Una creciente en Julio de 1974 destruyó 51 plátanos del huerto
dos, o el ll% del número total de hijuelos plantados en los cinco huertos
muestreados. Las plantas fueron o barridas por la crecida de seis m. del
rfo Aguarico o denibadas con un machete para evitar que los acaneos de
la creciente fuesen atrapados entre los plátanos y depositados sobte los
huertos al bajar las aguas. Sinembargo, las ffrdidas por crecientes no son
un significativo factor durante la mayorfa de los años.

Como muestran las cifras de la Tabla 2O,Ia yuca es el más


confiable de los cultivos de alimentos más importantes, con un promedio
general de pérdidas de aproximadamente el 26Vo en los huertos
muestreados. La pérdida total de yuca en el huerto uno no es tfpica; como
se mencionó antes, esta se trataba de un lote aislado que se hizo antes de
la real migración a shushufindi. Después de que los recortes habfan sido
plantados los venados se comieron las hojas que brotaron y murieron. (El
dueño llegó a esta conclusión a la vista de los restos de las plantas y de las
huellas de los venados). Nadie más en Shushufindi experimentó tales
dificultades con la yuca, de modo que la cifra del26vo es probablemente
demasiado grande para el poblado considerado en su conjunto. El factor
deTvo de daños misceláneos a la yuca se basa en observaciones de la
cosecha de ella, y a la vista del número de tubérculos desechados por
perder el color y romperse.

vale la pena notar que los daños a la yuca durante la creciente de


1974 fueron mfnimos. La yuca ya habfa sido cosechada del huerto (el
número dos) más cercano al rfo, de modo que este cultivo no fue
expuesto a las aguas crecidas. otros, cuya yuca fue inundada, pudieron
cosechar los tubérculos uno o dos dfas después que las aguas cetlieron,
evitando asf que se echaran a perder. En términoJ de ras cifras generales
para la cosecha de yuca, el porcentaje de rendimiento de 72vo en los
huertos muestreados puede ser considerado conservador.

Puesto que la yuca, los plátanos y el mafz son con mucho los
cultivos de subsistencia más importantes de los sionas y secoyas, las
pérdidas en la mayorfa de los otros cultivos no son tan crfticas en
términos de calorfas. Las pérdidas en cultivos miscelá¡reos no fueron muy
grandes en los huertos muestrcados; las peores ocurrieron en la antes
mencionada creciente ya que destruyó Z árboles de papaya, 4 palmas

348
chontadurc recién sembradas, y un arbusto de ajf en el huerto dos.

Una pérdida más significativa se dio cuando los atbustos de ajf en


todo el pueblo de Shushufindi se murieron premanuamente. Después de
crecer a su tamaño máximo normal produjeron una cosecha de ajfes y
luego murieron. De acuerdo con los informantes los arbustos de ajf
normalmente viven mucho más tiempo. h¡esto que fue posible lograr una
cosecha de cada artusto, sinembargo, la gente no se quedó totalmente sin
ajfes.

v9
Huerto Area *urotTi:n!,.j" cosecha Peso en kg.
Nc Plantada (Ha) Potenc:
cr.iio tlid i:ffi:[1"
"r,

I o'25 350 ,9 Dueño 446 22.6


0,31 436,1 Regalado t2 0,6
,3 a orros 12 0.ó
A Robada
5 0,84 1.180
,g

7 470 23,8

Huerto Número de Causa Nú


^
Ne Hijuelos de la de Losecna Número % Potencial
Plantados Pérdida Pe¡ Racimos

I 50 Caída
Dueño
2 156 Caída
74 1ó
Inundación Regalado t2 3
3 100 muertos(a) a otros
Caída Robados l0 t
4
5 150 Muertos (a) 129 ztl

225 49

a. Atribuidos a /noka peko/ larvas qurn


Experimental Napo (IMAp), la causa
fuc una infección de la bacteria Pse

351
'uca en huertos de muestra

9o Pérdidas Peso en kg 7o Potencial Cosecha Peso en kg go potencial


Cosechado

0 Venado (b) 4.9r6 20 Dueño 15.900 65


93 Misc. (c) 1.415 6 Desechadas 1.400 6
93 Robado 806 3
93
93

TOTALES 6.331 26 18.106 74


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DATOS BIOGRAFICOS DEL AUTOR

William T. Vickers es hijo de Mr. Bemard H. Vicken (fallecido) y


de Mary T. Vickers. Nació en Douglas, Georgia en Marzo 25 de 1942.
Cuando el señor Vickers tenía cuatro años su familia se trasladó a la
ciudad costera de Savannah, donde su padre, un oficial Inferior de carrera
en la Armada de los Estados Unidos, fue destinado al terminar la II
Guerra Mundial. Después de traslados subsiguientes a Los Angeles, San
Francisco, y San Diego, la familia se asentó en Jacsonville, Florida en
1953.

Durante los años 1964-65 sirvió como voluntario para el desanollo


de la comunidad rural en el Ecuador, trabajando primero con una
comunidad de huasipungueros (agricultores nativos en una hacienda
grande) en la Provincia de Cotopaxi, y luego con los indígenas Salasaca
en la provincia de Tunguratrua.

En 1965 se graduó en la universidad de Jacksonville con un tftulo


en psicologfa.

En 1970 se enroló como un estudiante graduado en el


Departamento de Antropologfa de la Universidad de Florida, dedicando
su interés a la antropologfa cultural y a la Etnologfa Laünoamericana, bajo
la gufa de William E. Carter y Charles Wagley.

En el verano de 1972 viajó a Ecuador con el propósito de conducir


una exploración preliminar de sitios potenciales para una investigación

373
doctoral. Después de hacer un viaje en canoa por la región del rfo
Aguarico, seleccionó a los indfgenas Sionas y Secoyas para su
investigación.

En marzo 31 de 1973 se casó con Edite Vargas de Souza de


Vitoria, Espirito Santo, Brasil. En Septiembre de 1973, partiaron ambos
hacia el Ecuador para comenzar una investigación de dieciocho meses
entre los Sionas y Secoyas del Aguarico. En Abril de 1975 ellos una vez
más establecieron su residencia en Gainesville, Florida, donde el señor
Vickers comenzó a redactar su disertación, que es la base del presente
librc.

Desde 1978 el Dr. William Vickers ha sido profesor de


antropologfa en la Univenidad Intemacional <le la Florida en Miami, y,
sigue investigando y publicando acerca de la ecología humana en la
Amazonía.

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