Legítima, Testar y Otros.
Legítima, Testar y Otros.
Legítima, Testar y Otros.
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Mª Ángeles Parra
Catedrática de Derecho Civil. Universidad de Zaragoza
RESUMEN:
El presente trabajo constituye una reflexión sobre la institución de las legítimas,
sometida en la actualidad a revisión. El análisis comprende la exposición del trata-
miento legal de la materia en el Derecho comparado y en los Derechos civiles españo-
les, así como la consideración de los argumentos en torno al sistema legitimario. A par-
tir de los citados presupuestos, se examinan las repercusiones del sistema en la conser-
vación y transmisión de un patrimonio familiar o empresarial.
ABSTRACT:
This article examines the legitime or forced share in Spanish civil law and in
other world jurisdictions. It considers the different arguments in support of the restric-
tions on the possibilities of disposal. It also examines the repercussion of these restric-
tions in the preservation and transmission of the family state.
483
* Ponencia expuesta en el curso “Reflexiones sobre materias de Derecho sucesorio” [CGPJ, Madrid,
noviembre 2008]. Trabajo realizado en el marco del Proyecto “Validez y eficacia de normas y actos”, MCYT
DER2008 - 01169 (2008-2011).
A lo anterior debe añadirse que, en los sistemas jurídicos que establecen la liber-
tad de testar y desconocen la institución de las legítimas, se han alzado voces críticas que
destacan el papel de defensa de la familia que está llamada a cumplir la reserva por parte
de la ley de una parte del patrimonio del causante a favor de sus familiares más próxi-
mos, en particular de los hijos y, de una manera más general, de los descendientes.
2.- En segundo lugar, la legítima, como límite a la voluntad del empresario, es
contemplada como un obstáculo a la transmisión de la titularidad de la empresa. Este
es un argumento viejo, que cobra ahora un carácter renovado cuando se habla de la
“empresa familiar”. Partiendo del dato de que el 80% de las empresas españolas son
familiares, que producen el 60% del PIB y general el 80% del empleo privado en
España (65% de la población activa), puede comprenderse el interés social en garanti-
zar la continuidad de la empresa familiar.
Los estudios sobre la empresa familiar denuncian que la distribución igualitaria en
la titularidad y en la gestión a la que conduciría la aplicación de la ley sucesoria puede pro-
vocar fácilmente una desintegración de la empresa tras la partición, y propugnan la nece-
sidad de elegir un sucesor, el más idóneo en función de sus capacidades y conocimientos,
compensando económicamente en su caso a los no elegidos. Cuando la empresa tiene cier-
to volumen como para poder distinguir los círculos de la empresa, del patrimonio y de la
familia, no existe inconveniente en garantizar que la titularidad de la empresa puede perte-
necer a varios miembros de la familia (hijos en la segunda generación y demás descen-
dientes en las sucesivas) sin que ello implique al mismo tiempo la atribución de la gestión.
El Derecho de sucesiones mortis causa no está expuesto a las reformas legales con
la misma intensidad que otros sectores del Derecho civil, fundamentalmente en el ámbi-
to del Derecho patrimonial, donde los cambios sociales, económicos y tecnológicos
crean nuevas necesidades que ponen de manifiesto la insuficiencia de las normas ante-
riores e impulsan, bien su modificación, bien la aparición de nuevas ramas jurídicas.
Las diferentes regulaciones en derecho de sucesiones están justificadas por razo-
nes históricas, pero no me parece que pueda afirmarse que exista un sistema objetiva-
mente mejor que los demás. Sí es cierto que, en la actualidad, las sensibilidades socia-
les son semejantes en los diferentes territorios, y no dejan de sorprender por eso las
influencias de los Derechos forales, en los que existe una mayor libertad de disposición,
en las reformas del Código civil del año 2003, que afectaron de manera importante al
sistema de las legítimas. Otra cosa es que el peso de la tradición explique que estas
influencias no siempre hayan sido bien recibidas por los juristas1.
En los Derechos de sucesiones autonómicos no ha habido, desde la creación del
sistema autonómico, modificaciones revolucionarias, pero sí puede afirmarse que todos
los pasos dados apuntan hacia un reconocimiento cada vez mayor de la libertad de dis-
poner y una restricción de la legítima, bien por los sujetos a los que se les reconoce, bien
por la cuantía, bien por la naturaleza de los derechos de los legitimarios y las acciones
previstas para su exigencia.
La timidez en las reformas legales en materia de legítima contrasta con la determi-
nación con que se pronuncian algunos escritos académicos en el sentido favorable al reco-
1 Así, Díez-Picazo y Gullón critican la reforma de los arts. 808 y 813 Código civil llevada a cabo por
la Ley 41/2003, de 18 de noviembre, de protección patrimonial de las personas con discapacidad por enten-
der que rompe, sin haber hecho previamente un estudio serio, el sistema legitimario del Código civil, en
beneficio de un sistema que se va dibujando, que es el sistema de libertad de testar, lo cual, dicen estos auto-
res, desde el punto de vista político-jurídico, tampoco resulta especialmente claro (Sistema, IV, 2006, p.
375). Por su parte, Rams, al comentar la redacción dada por la misma ley al art. 831 Código civil hace notar
cómo la nueva norma constituye un elemento extraño dentro del contexto de la disciplina tradicional de las
legítimas, que no se modifican (Elementos, V, 2004, p. 354).
2 Con distintos matices, entre otros, Calatayud, 1995, De la Esperanza, 2002, Valladares Rascón, 2004,
Magariños, 2005, Delgado, 2006, Sáenz-Santurtún, 2008.
3 Información de R. Martínez Díe sobre el Congreso en el monográfico 4, extraordinario 2005, de la
revista Escritura Pública.
4 Editorial “El testamento de Cela y las Legítimas”, Escritura Pública, 14, 2002; sección “El
Escaparate”, “El porvenir de los discapacitados”, Ana Patricia García, Escritura Pública, 21, 2003.
5 Delgado, 2006, pp. 164 y 165.
6 Libro Verde. Sucesiones y Testamentos, SEC(2005) 270, Bruselas, 1 de marzo de 2005, COM(2005)
65 final. Accesible en
http://eurlex.europa.eu/LexUriServ/LexUriServ.do?uri=COM:2005:0065:FIN:ES:PDF.
Sobre el tema pueden consultarse los estudios publicados en DNotl (Deutches Notarininstitut. Institut
Notarial Allemand. German Notary Institute), Les Successions Internationales dans l’UE. Perspectives pour
una Harmonisation (mhtml:file://F:\DERECHO%20 SUCESORIO\Ley%20aplicable.mht).
7 Comunicación de la Comisión al Parlamento Europeo, al Consejo, al Comité Económico Social y
Europeo y al Comité de las Regiones, Programa Legislativo y de Trabajo de la Comisión para el 2008,
Bruselas, 23 de octubre de 2007, COM(2007) 640 final. Accesible en:
http://eur-lex.europa.eu/LexUriServ/LexUriServ.do?uri=COM:2007:0640:FIN:ES:PDF.
8 Vid. Hayton, 2002, Cámara Lapuente, 2003.
9 HOUSE OF LORDS, European Union Commitee. 2nd. Report of Session 2007-2008. Green Paper
on Successi and Wills. Report with Evidence, 4 December 2007 (HL Paper 12).
En los sistemas en los que se regula la family provision existe libertad de testar,
pero sometida a un control judicial. La doctrina más moderna se está planteando la
necesidad de que se establezca de manera legal un control que excluya la discreciona-
lidad judicial. Hacer legal lo que ahora de manera desigual hacen los tribunales15.
Algunos autores, directamente, propugnan, frente a la libertad de testar, la introducción
de un sistema de legítimas, poniendo de relieve la conexión natural que existe entre
padres e hijos y denunciando, incluso, la inmoralidad de una desheredación que no obe-
dece a ninguna causa16.
Aunque en el sistema anglosajón cada vez son menos raros los trabajos de pro-
fesores y jueces que proponen la instauración de un sistema legal de legítimas a favor
de los hijos (en todos los casos, con independencia de su edad, o solo cuando se trata
de menores o discapacitados...) sigue siendo mayoritaria la defensa del principio de la
libertad de testar. La libertad de testar desempeña, en una sociedad envejecida, un papel
adicional: favorecer a los cuidadores de personas mayores. En efecto, se valora la fun-
ción que puede desempeñar cada vez más la libertad de testar ante dato sociológico del
aumento de las personas de edad avanzada, puesto que los estudios revelan la tenden-
cia de los padres a favorecer en la sucesión a los hijos -habitualmente hijas- que les
atienden17.
Se detectan, en definitiva, dos tendencias contradictorias que hace que se dulci-
fiquen las diferencias entre los sistemas de legítima y los que reconocen libertad total
al causante: la tendencia, en los primeros, a flexibilizar el rígido sistema de la legítima
y la tendencia, en los segundos, a restringir la libertad del causante.
discrecionalidad, tanto a la hora de identificar a los favorecidos (spouses, domestic partners, former spou-
ses, children, dependent grandchildren) como los recursos con los que debe ser favorecido, atendiendo a las
circunstancias de cada caso con arreglo a parámetros diversos (the welfare of the deceased person, the cha-
racter and conduct of the elegible person before and after the death of the deceased person, any other mat-
ter which it considers relevant in the circumstances). Vid. Tate, 2008, p. 10.
15 Vid., por ejemplo, sobre el Derecho de Nueva Zelanda, Cox, N., 2001. El autor propone legali-
zar, como indico en el texto, lo que ahora es una práctica discrecional de los tribunales en un sistema en
el que los tribunales pueden remediar aquellos casos en los que el causante, abusando de su libertad de
testar, no realiza ninguna disposición a favor de aquellas personas respecto de las que tiene un deber moral
de manutención.
16 Chester, 2007, p. 81.
17 Así, Tate, 2008.
18 Sigo la información proporcionada por Obergfell, E. I. (2007) y por Arroyo i Amañuelas, E. (2007).
Las actas del Congreso están publicadas (Rötthel, 2007) y existe, además, una traducción al español de libro
El Derecho de sucesiones y la legítima en el Derecho alemán (2008) realizada por A. Vaquer.
igual todas las donaciones realizadas durante los diez años anteriores al fallecimiento
(parágrafo 2325)24.
Se prevé en el proyecto una modificación que tiene por objeto ampliar el supuesto
de aplazamiento en el pago de la legítima en dinero. Como regla general, en Derecho ale-
mán la legítima se puede pagar en dinero siempre, pues tiene una naturaleza crediticia. El
Código permite, además, el aplazamiento en el pago de la legítima si el bien que recibe el
heredero que debe pagar la legítima en dinero es la vivienda familiar o una empresa. Se
trata de evitar que el que recibe los bienes se vea obligado, para satisfacer la legítima, a
vender la vivienda o la empresa por no existir dinero en la herencia o, en el caso de la
empresa, sencillamente, de evitar que se produzca su descapitalización (parágrafo 2331
a). La reforma de 2008 prevé una ampliación de las posibilidades del pago aplazado y, en
particular se prevé que puedan solicitarlo también los terceros beneficiados por la suce-
sión que no sean legitimarios. Esta medida supone un favorecimiento del cónyuge, a quien
se atribuya la vivienda familiar y, sobre todo, por lo que aquí interesa, del sucesor único
al que se adjudique la empresa en exclusiva25. En la redacción que se pretende reformar
solo puede solicitar el aplazamiento el heredero que sea legitimario, y solo en el caso de
que la satisfacción inmediata de la legítima resulte inusitadamente gravosa26.
Se prevé también una modificación del parágrafo 2306 para simplificar la comple-
jidad existente en la actualidad en la materia, admitiendo que el legitimario pueda renun-
ciar libremente a la herencia y aceptar la legítima27 sin el condicionante actual que esta-
blece que la cuota hereditaria gravada a la que se renuncia sea superior a la legítima)28.
B) Derecho belga
La reforma del Código civil belga llevada a cabo por la ley de 28 de marzo de
200729 mejora la situación del cónyuge o pareja en la sucesión intestada, le atribuye el
24 De acuerdo con el apartado 3 del parágrafo 2325 (trad. de M. Pérez Simeón, en Código civil ale-
mán, Bürgerliches Gesetzbuch, A. Lamarca director, Marcial Pons, Madrid, 2008): “La donación no se toma
enconsideración si, en el momento de la muerte del causante, han transcurrido diez años desde la prestación
del bien donado; si la donación se hizo al cónyuge del causante, el plazo no comienza a contar antes de la
disolución del matrimonio”.
25 De acuerdo con el apartado 1 del parágrafo 2331 a) del proyecto de ley (trad. de Vaquer, 2007, p.
57, nota 1): “El heredero puede obtener un aplazamiento de la legítima cuando el cumplimiento inmediato
de la entera prestación fuera inequitativamente gravosa para el heredero en atención a la composición de la
herencia, en particular cuando le compeliera a abandonar el domicilio familiar o la enajenación de bienes
productivos, que representen para el heredero y su familia el fundamento de su vida económica”.
26 De acuerdo con el apartado 1 del parágrafo 2331 a) (trad. de M. Pérez Simeón, en Código civil ale-
mán, Bürgerliches Gesetzbuch, A. Lamarca director, Marcial Pons, Madrid, 2008): “Si el heredero es también
legitimario, puede exigir el aplazamiento del cumplimiento de la legítima si, a causa de las características de
los activos del caudal relicto, la satisfacción inmediata de la legítima íntegra resultaría inusitadamente gravo-
sa para el heredero especialmente si le forzara a abandonar su vivienda familiar o a enajenar un bien empre-
sarial que constituye la base económica de la vida del heredero y de su familia. Solo puede solicitarse el apla-
zamiento en la medida en que, sopesando los intereses de ambas partes, éste sea exigible al legitimario”.
27 De acuerdo con el apartado 1 del art. 2331 a) del proyecto de ley (trad. de Vaquer, 2007, p. 57, nota
1): “Si se limita al heredero legitimario mediante la institución de un heredero fideicomisario, la designa-
ción de un albacea o normas sobre la partición o se le grava con un legado o un modo, puede exigir la legí-
tima si renuncia a su porción hereditaria”.
28 De acuerdo con el apartado 1 del parágrafo 2306 (trad. de M. Pérez Simeón, en Código civil ale-
mán, Bürgerliches Gesetzbuch, A. Lamarca director, Marcial Pons, Madrid, 2008): “Si un legitimario lla-
mado a la herencia como heredero está limitado por la designación de un fideicomisario, por el nombra-
miento de un albacea o por una instrucción para la partición, o bien está gravado con un legado o con un
modo, se tiene por no ordenada la limitación o el gravamen si la cuota hereditaria que se le ha dejado no
supera la mitad de la cuota hereditaria legal. Si la cuota hereditaria que se le ha dejado es mayor, el legiti-
mario puede exigir la legítima si repudia la cuota hereditaria; el plazo para repudiar se inicia tan solo cuan-
do el legitimario tiene conocimiento de la limitación o del gravamen”.
29 M. B. 08.05.2007.
usufructo de la vivienda común con independencia de los parientes con los que concu-
rra a la sucesión (pero con la obligación de crianza establecido en el art. 203.1 hacia los
hijos del premuerto).
Además, permite otorgar de manera voluntaria a favor del cónyuge o conviviente
una liberalidad que comprenda todos los bienes cuando concurre con los ascendientes.
Para compensar esta privación, el art. 745.octies&6 Código civil impone, con cargo a los
bienes recibidos, un deber de alimentos de los ascendientes del difunto que se encuen-
tren en situación de alimentos en el momento del fallecimiento del descendiente30.
C) Derecho francés
La Loi n° 2006-728 de 23 de junio de 200631 reforma la regulación de las suce-
siones y donaciones en el Código civil. La reforma francesa fue precedida, además de
los oportunos estudios doctrinales -jurídicos y sociológicos- previos, de una encuesta
dirigida en el año 2004 a los notarios con la finalidad de conocer las necesidades detec-
tadas en la práctica en la redacción de los documentos. El resultado ha sido una modi-
ficación que, sin prescindir de la institución de las legítimas, trata de acomodarlas a la
nueva realidad social (aumento de las expectativas de vida, multiplicación de las fami-
lias recompuestas, con hijos procedentes de diversas uniones) e introduce la suficiente
flexibilidad como para permitir la adjudicación preferente de determinados bienes por
razón de protección especial de algunas personas (hijos discapacitados) o de conserva-
ción de un negocio familiar32.
De la reforma merece la pena destacar los siguientes aspectos: se ha suprimido
la legítima de los ascendientes (arts. 914 y 916); se introduce la aplicación del derecho
de representación en la sucesión en caso de repudiación del llamado (art. 805); se trans-
forma la naturaleza de la acción de reducción de donaciones que corresponden a los
legitimarios, que deja de ser una acción real (pars hereditatis) para convertirse en un
derecho de crédito, un derecho personal, que atribuye al legitimario el derecho a obte-
ner una reducción del valor de lo donado, pero no los mismos objetos de la donación,
lo que permite a los donatarios o legatarios, salvo que ellos mismos prefieran una reduc-
ción in natura, retener la cosa recibida indemnizando en dinero a los legitimarios; úni-
camente se puede ejercitar una acción in natura cuando el beneficiado por la donación
excesiva es insolvente (art. 924-4); se admite el pacto sucesorio para permitir a los legi-
timarios renunciar anticipadamente a las acciones de reducción de donaciones (art.
929); se permite el mandato como forma de gestión de las sucesiones; se permite al
heredero administrar la empresa sin haber aceptado previamente.
Con la finalidad de aumentar la libertad del disponente, la ley restringe el ámbi-
to de la legítima, disminuye su eficacia y cambia su naturaleza. Como expresa Malaurie,
la ley de 2006 no ha abandonado los principios fundamentales del Derecho de sucesio-
nes, pero los ha revisado en profundidad33. En particular, al convertir en regla general la
de que la acción de reducción de las liberalidades que exceden la cuota disponible no
es in natura se consigue que los beneficiarios de esas liberalidades conserven los bie-
30 http://www.fisconet.fgov.be/fr/?bron.dll&root=v:\sites\FisconetFr.
31 J. O. nº 145, du 24 juin 2006.
32 Para conocer el estado de las ideas y las reflexiones que están detrás de todo el proceso de elabo-
ración de la ley es de interés toda la información publicada en Assemblée nationale (http://www.assemblee-
nationale.fr/12/dossiers/successions_liberalites.asp).
También en la página del Senado: http://www.senat.fr/dossierleg/pjl05-223.html. En especial, el
Rapport n° 343 (2005-2006) de M. Henri de Richemont, fait au nom de la commission des lois, déposé le
10 mai 2006 (http://www.senat.fr/rap/l05-343-1/l05-343-1.html).
33 Malaurie, 2006, p. 320.
nes, respetando así la voluntad del causante y, al mismo tiempo, el valor, la cuantía a
que tienen derecho los legitimarios.
1. Código Civil
La regulación de la legítima en el Código civil ha sido objeto de modificación
puntual en varias ocasiones. Así, la reforma del Código civil por Ley de 13 de mayo de
1981 igualó los derechos sucesorios de todos los hijos y modificó las reglas sobre pre-
terición y pago de la legítima.
En el año 2003, la Ley de 1 de abril, de la sociedad limitada nueva empresa,
modificó el art. 1056 del Código civil, sobre partición por el propio testador: el testador
que quiera mantener indivisa su empresa o el control de una sociedad puede atribuírse-
la por entero a uno de sus hijos, con cargo de pagar la legítima en dinero a sus herma-
nos. El pago de ese dinero, que puede ser extrahereditario, puede aplazarse hasta cinco
años.
La Ley de 18 de noviembre de 2003, sobre protección a personas discapacitadas,
afecta la regulación de la legítima, no solo al flexibilizar la forma de pago de la misma
y la prohibición de establecer gravámenes, sino también en la regulación de la fiducia
que introduce en el art. 831 del Código civil.
La Ley de 8 de julio de 2005, sobre matrimonio y divorcio, modifica puntualmen-
te los derechos legitimarios del viudo regulado en los arts. 834 y 835 del Código civil.
2. Derecho aragonés
La Ley 1/1999, de 24 de febrero, de Sucesiones por Causa de Muerte (BOA n.
26, de 4 de enero de 1999; BOE n. 72 de 25/3/1999), que sustituye a la anterior regula-
ción sobre la materia contenida en la Compilación de 1967, aborda la regulación de la
legítima de los descendientes como el límite principal de la libertad de disponer por
causa de muerte.
La Exposición de Motivos de la Ley contiene un buen resumen de la filosofía y
principales rasgos de la regulación legal:
“El título VI está dedicado a la legítima. Se han mantenido los rasgos funda-
mentales del sistema legitimario histórico en la forma en que se plasmó en la
Compilación, con algunos retoques favorables a la mayor libertad de disponer y una
pormenorizada regulación que evite la injerencia de normas del Código Civil que, en
esta materia aún más que en otras, corresponden a un sistema radicalmente distinto.
Por tanto, la legítima, como límite de la libertad de disponer de que gozan los
aragoneses, sigue siendo legítima colectiva a favor de los descendientes, no hay más
legitimarios que ellos, y el causante puede con la misma normalidad tanto dejar los bie-
nes a uno solo de ellos (obviamente, también al nieto viviendo el hijo) como distribuir-
los en forma tendencialmente igualitaria, todo ello según su criterio.
La innovación más visible consiste en la reducción de la porción legitimaria a la
mitad del caudal, en lugar de los dos tercios en que consistía con anterioridad. Se atien-
de así a las voces, procedentes sobre todo de los ambientes urbanos, que demandan
mayores posibilidades para favorecer al cónyuge con los bienes que se adquirieron
3. Derecho catalán
Las modificaciones legislativas producidas en Cataluña en los últimos años son
una muestra de la tendencia a mantener la legítima como institución, si bien disminu-
yendo su trascendencia, al privarle de algunas de las garantías para su exigibilidad. La
Ley del Libro IV del Código civil de Cataluña, relativo a las sucesiones34 (Llei 10/2008,
de 10 de juliol, del llibre quart del Codi civil de Catalunya, relatiu a les successions)35
ha sustituido la regulación del Código de sucesiones por causa de muerte (aprobado por
Ley 40/1991, de 30 de diciembre), acentuando, como explica el propio Preámbulo legal,
el debilitamiento de la legítima y restringiendo su reclamación. Se señala como uno de
los objetivos de la nueva regulación la reducción de los derechos de los legitimarios
para adecuar la institución a la realidad social contemporánea, en la que, según el legis-
lador catalán, prevalece el interés en proporcionar a los hijos una formación por enci-
ma del interés en proporcionar un valor patrimonial cuando falten los padres.
Como en el Derecho anterior, continúan siendo legitimarios los descendientes y
los ascendientes (los padres), y en relación con estos últimos no existe derecho de repre-
sentación. Para facilitar las operaciones de cálculo de la legítima la ley introduce como
novedad que solo se computan las donaciones hechas en los diez últimos años anterio-
res a la muerte del causante36. Esto significa que, aunque la ley no modifica las cuotas
de la legítima (una cuarta parte, art. 451-5), puede verse reducido el valor sobre el que
se calcula la cuantía de la legítima y, con ello, la legítima misma a percibir.
Se mantiene el sistema de imputación de donaciones, estableciendo expresa-
mente que lo son, salvo que el causante hubiera dispuesto otra cosa, las donaciones
hechas a favor de hijos para la adquisición de la primera vivienda o para emprender una
34 Aprobado por el Pleno Sessió núm. 39, 18 de junio de 2008, DSPC-P 54, publicado en el Butlletí
Oficial del Parlament de Catalunya núm. 296, de 7 de julio de 2008.
35 Diari Oficial de la Generalitat de Catalunya Núm. 5175 – 17.7.2008.
36 Art. 451-5: “La quantia de la llegítima és la quarta part de la quantitat base que resulta d’aplicar les
regles següents:
a) Es parteix del valor que els béns de l’herència tenen en el moment de la mort del causant, amb
deducció dels deutes i les despeses de la darrera malaltia i de l’enterrament o la incineració.
b) Al valor líquid que resulta d’aplicar la regla de la lletra a, s’hi ha d’afegir el dels béns donats o alie-
nats per un altre títol gratuït pel causant en els deu anys precedents a la seva mort, excloses les liberalitats
d’ús. El valor dels béns que han estat objecte de donacions imputables a la llegítima s’ha de computar, en
tot cas, amb independència de la data de la donació”.
37 Art. 451-9: “Intangibilitat de la llegítima 1. El causant no pot imposar sobre les atribucions fetes en
concepte de llegítima o imputables a aquesta condicions, terminis o modes. Tampoc no pot gravar-les amb
usdefruits o altres càrregues, ni subjectar-les a fideïcomís. Si ho fa, aquestes limitacions es consideren no
formulades. 2. Com a excepció al que estableix l’apartat 1, si la disposició sotmesa a alguna de les limita-
cions a què fa referència el dit apartat té un valor superior al que correspon al legitimari per raó de llegíti-
ma, aquest ha d’optar entre acceptar-la en els termes en què li és atribuïda o reclamar només el que per lle-
gítima li correspongui. 3. Si el legitimari accepta l’herència o el llegat sotmesos a alguna limitació, s’entén
que renuncia a l’exercici de l’opció que estableix l’apartat 2”.
38 DOGA núm. 94, de 18 de mayo de 2005; BOE n. 135 de 7/6/2005.
39 BOE n. 191 de 11/8/2006; DOGA núm. 124, de 29 de junio de 2006.
do, podrán optar entre pagarla en bienes hereditarios o en metálico, aunque sea extra-
hereditario; a falta de acuerdo entre los herederos, el pago de la legítima se hará en bie-
nes hereditarios (art. 246); si los bienes atribuidos por el causante a un legitimario no
fueran suficientes para satisfacer su legítima, este solo tendrá derecho a su comple-
mento, el cual se satisfará de acuerdo con las reglas del artículo anterior (art. 247).
El art. 249 establece que “el legitimario no tiene acción real para reclamar su
legítima y será considerado, a todos los efectos, como un acreedor”, si bien, el legiti-
mario podrá exigir que el heredero, el comisario o contador-partidor o el testamentero
facultado para el pago de la legítima formalice inventario, con valoración de los bienes,
y lo protocolice ante notario. Termina diciendo el artículo que el legitimario podrá soli-
citar también anotación preventiva de su derecho en el registro de la propiedad sobre
los bienes inmuebles de la herencia: puesto que se trata de un simple derecho de crédi-
to parece que la anotación puede ser preventiva de legado (arts. 47 y 48 LH).
El heredero debe pagar las legítimas o su complemento en el plazo de un año
desde que el legitimario la reclame: transcurrido este plazo la legítima producirá el inte-
rés legal del dinero; si el legitimario no estuviera conforme con la liquidación de la legí-
tima y rechazara el pago, el heredero o persona facultada para entregarla podrá proce-
der a la consignación judicial (art. 250).
Si no hubiera en la herencia bienes suficientes para el pago de las legítimas
podrán reducirse por inoficiosos los legados y donaciones computables para su cálculo,
comenzando, salvo disposición en contra del testador, por los primeros a prorrateo; si
no fuera suficiente, se reducirán también las donaciones por el orden de sus fechas,
comenzando por las más recientes; si las reducciones de legados y donaciones no fue-
ran suficientes, también podrán reducirse las apartaciones hechas por el causante y los
pactos sucesorios; en cualquier caso, los afectados por la reducción podrán evitarla
entregando en metálico su importe para el pago de las legítimas (art. 251).
- Incluso, para la legítima del viudo se establece que “el causante podrá satisfa-
cer la legítima del cónyuge viudo atribuyéndole por cualquier título, en usufructo o pro-
piedad, bienes determinados de cualquier naturaleza, un capital en dinero, una renta o
una pensión” (art. 255) así como que, “si el causante no lo prohibió, los herederos
podrán conmutar la legítima del cónyuge viudo por alguna de las atribuciones expresa-
das en el artículo anterior y optar por la modalidad de pago, pero habrán de acordar con
la persona viuda los bienes o derechos en que se concretará. Si no hubiera acuerdo entre
los herederos y la persona viuda, decidirá la autoridad judicial” (art. 256).
Las acciones de reclamación de legítima y de reducción de disposiciones inofi-
ciosas prescribirán a los quince años del fallecimiento del causante (art. 252).
Por lo que se refiere a la llamada “intangibilidad cualitativa” de la legítima, el
art. 241 establece que: “Dejando a salvo el usufructo del cónyuge viudo ordenado con
arreglo a la presente ley, no podrán imponerse sobre la legítima cargas, condiciones,
modos, términos, fideicomisos o gravámenes de clase alguna. Si los hubiera se tendrán
por no puestos”. Y es que, con arreglo a la propia ley, de manera voluntaria puede atri-
buirse al cónyuge un usufructo sobre la herencia. Resulta, por tanto, que puede gravar-
se voluntariamente la legítima con el usufructo del cónyuge, sin que se reconozca a los
legitimarios ninguna opción. Así, conforme al art. 228, los cónyuges podrán pactar en
escritura pública o disponer en testamento la atribución unilateral o recíproca del usu-
fructo sobre la totalidad o parte de la herencia. La única garantía para el legitimario es
la prevista en el art. 231, conforme al cual, salvo que el título constitutivo disponga otra
cosa, el cónyuge viudo no estará obligado a formar inventario de los bienes usufruc-
tuados ni a prestar fianza, si bien cualquier legitimario podrá exigir la prestación de
fianza para salvaguardar su legítima.
La ley no permite ningún otro gravamen sobre la legítima. En relación con otras
cargas o gravámenes que pueda imponer el donante (prohibiciones de disponer, obliga-
ciones de indivisión, de reparto de dividendos...), es discutible si no deberá admitirse la
validez de las cautelas de opción compensatoria, de las que el legislador nada dice.
40 Un resumen de las discusiones sobre la libertad de testar puede leerse en Sánchez Román, 1910,
pp. 719 y ss.; Vallet, 1974.
41 Sonnekus, J. C., 2005, pp. 83 y 84.
42 Un resumen de los argumentos en Lacruz, 2004, p. 318.
43 Vid., también, Lacruz, 2004, p. 318.
44 Vid., entre otros, con diferentes matices, Calatayud, 1995, 241 y ss, De la Esperanza, 2002, p. 1097
y ss., Bermejo Pumar, 2005, p. 21 y ss.; Magariños, 2005, p. 3 y ss.
45 Frente a estas tesis se ha señalado que la libertad total es más bien excepcional en el panorama mun-
dial (en este sentido un firme defensor de las legítimas, el profesor Moreu, 2006, p. 165).
46 Delgado, 2006, p. 128.
47 Torres García, 2006, p. 227; Pérez Escolar, 2007, p. 1658.
48 Torres García, 2006, p. 224 y Vaquer, 2007, pp. 14 y 15.
56 Moreu, 2005, p. 167 (vid también su trabajo anterior en ADC 1997, p. 100).
57 Torres García, 2006, p. 220.
58 Parecidamente, Vaquer, 2007, p. 14.
59 Conforme al Fuero de Ayala (aplicable en todo el término de los municipios de Ayala, Amurrio y
Okondo, y en los poblados de Mendieta, Retes de Tudela, Santa Coloma y Sojoguti, del municipio de
Artziniega), los aforados pueden disponer libremente por testamento, manda o donación, a título universal
o particular, apartando a los herederos forzosos con poco o con mucho, como quisieren o por bien tuvieren
(art. 134 de la Ley 3/1992, de 1 de julio, del Derecho Civil Foral del País Vasco). Únicamente el heredero
forzoso (disponer libremente por testamento, manda o donación, a título universal o particular, apartando a
sus herederos forzosos con poco o con mucho, como quisieren o por bien tuvieren) preterido no intencio-
nalmente podrá reclamar su legítima (art. 137).
60 Conforme a la ley 267, “la legítima navarra consiste en la atribución formal a cada uno de los here-
deros forzosos de cinco sueldos «febles» o «carlines» por bienes muebles y una robada de tierra en los mon-
tes comunes por inmuebles. Esta legítima no tiene contenido patrimonial exigible ni atribuye la cualidad de
heredero, y el instituido en ella no responderá en ningún caso de las deudas hereditarias ni podrá ejercitar
las acciones propias del heredero”.
En la E. M. del Fuero Nuevo puede leerse: “la legítima formal de los descendientes que supone en rea-
lidad una imposición de no-preterición por parte del disponente, pues carece de contenido patrimonial exi-
gible, razón por la que se ha estimado conveniente mantener la vieja fórmula foral de los «cinco sueldos
febles por bienes muebles y una robada de tierra en los montes comunes por inmuebles», que pone mejor de
manifiesto el carácter meramente formal de dicha institución legitimaria, y a esta limitación hay que añadir
las más importantes de los derechos de los hijos de anteriores nupcias, las reservas y la reversión de bienes”.
más, la renta aumenta con la edad, de forma que la riqueza de los ancianos es superior
a la de los jóvenes. La conclusión que se impone desde esta perspectiva es clara: los
problemas de los ancianos con bajas rentas no pueden ni deben solucionarse con arre-
glo al sistema legitimario general, sino con arreglo a otras políticas.
Por el contrario, el profesor Moreu66 considera en cambio que algunas de las
ideas invocadas por Alonso Martínez para justificar la legítima de los ascendientes man-
tienen hoy sustancialmente su vigencia, tal y como sucede con la idea del “tributo al
principio de familia” o la de “débil compensación a los sacrificios hechos”. En su opi-
nión, en una sociedad envejecida, con un decreciente nivel de vida relativo, es contra-
rio a la justicia suprimir la legítima de los ascendientes, sobre todo en los casos en los
que el hijo fallecido no tiene hijos o con hijos que han premuerto (por ejemplo en un
accidente de circulación). La legítima de los ascendientes puede representar en muchas
ocasiones, en opinión de este autor, la plasmación jurídica del pago casi siempre insu-
ficiente de una deuda moral contraída por el descendiente a lo largo de muchos años, y
pago que solo muy levemente habría de poder atenuar, en tales ocasiones, el dolor de
ver morir a un hijo desde la edad avanzada. Estos argumentos, que pueden ser relevan-
tes en la sucesión intestada, no me parecen definitivos, sin embargo, cuando se trata de
establecer un límite legal a la libertad de testar.
B) Fortalecimiento de la posición del viudo (o, en su caso, de la pareja de hecho)
Es mayoritaria en la doctrina europea la opinión de que la posición del cónyuge
(o su pareja) debe ser mejorada en la sucesión. Esta idea suele conectarse a la necesi-
dad de reformar igualmente los órdenes de sucesión abintestato. Además, y partiendo
de la base de la colaboración del cónyuge en la riqueza del causante, se propone la atri-
bución ex lege de la vivienda conyugal67. Seguramente, si se quieren incluir todos los
supuestos, para justificar ese resultado es más ajustado, añado yo, tener en cuenta la
idea de la función social que cumple la vivienda.
Si se presta atención a lo que sucede en los distintos ordenamientos de nuestro
entorno, las reformas legales recientes reflejan esta tendencia, pero es difícil establecer
el límite, pues la ampliación de los derechos de la pareja siempre es en detrimento de
los derechos de otras personas, normalmente los hijos. En Derecho francés68, durante la
tramitación de la ley de reforma del Code del año 2006, se barajó la posibilidad de intro-
ducir una reducción de la libertad de disponer en el caso de que el cónyuge concurrie-
ra con hijos no comunes, limitando a la mitad de los bienes la parte de que podría dis-
poner un esposo a favor del cónyuge (¼ en propiedad y ¼ en usufructo o bien ½ en usu-
fructo). Pero el temor a que pudiera considerarse una distinción discriminatoria de los
hijos en atención a su origen, tal y como entendió el Tribunal Europeo de Derechos
Humanos para la redacción del Code anterior a la reforma de 2001 (que distinguía entre
hijos matrimoniales y extramatrimoniales), llevó a prescindir de esta modificación69.
nes no muy grandes79. Conviene advertir, sin embargo, del carácter escasamente decisi-
vo de este tipo de argumentos cuando se trata de extraer de ellos consecuencias rele-
vantes para la economía como causa que justifique o, al menos explique, determinadas
decisiones de política legislativa. Este argumento, que parece razonable cuando se trata
de explotaciones en las que solo de forma miserable pueden vivir dos o más familias,
ha sido puesto en cuestión en otros casos. De hecho, existen estudios contradictorios
que llegan a conclusiones opuestas sobre el desarrollo económico de determinadas
regiones en función del sistema legitimario adoptado tradicionalmente en ellas80.
En la actualidad, el problema se aborda de manera singular desde la perspectiva
de la empresa familiar. De las legítimas se ha dicho que suponen un grave escollo para
el desarrollo de la actividad económica y social, que exige una amplia libertad de testar
para integrar en la empresa a las personas idóneas, sean o no parientes del empresario
individual81. Según las noticias aparecidas en los medios de comunicación, este plante-
amiento está inspirando la elaboración de un anteproyecto de ley de sucesiones en
Valencia82 donde, según parece, se propone suprimir las legítimas cuando se trate de la
sucesión de la empresa familiar.
No existe un estatuto jurídico básico aplicable a la “empresa familiar” y ni siquie-
ra hay un único concepto que englobe todos aquellos supuestos en los que la titularidad y
el control de una actividad económica se encuentre en manos de una familia. A la dificul-
tad para identificar un concepto de empresa debe añadirse la complejidad y diversidad de
opiniones sobre lo que es la familia o, casi mejor en este contexto, grupo familiar (matri-
monial o no, uniones homosexuales, grado de parentesco, consanguinidad y afinidad...).
La propia legislación fiscal, en la que se establecen beneficios (impuesto de patrimonio,
de donaciones y sucesiones, de la renta y de sociedades) no siempre utiliza el mismo con-
cepto83, y aunque se trata de realidades diferentes, a veces los datos sobre empresa fami-
liar se solapan o se confunden con los de las pequeñas y medianas empresas.
Para identificar el concepto de empresa familiar se considera irrelevante el tamaño
de la empresa, el número de trabajadores e, incluso, la forma de organización jurídica. En
particular, no parece existir dificultad en incluir en el concepto tanto las empresas organi-
B) El protocolo familiar
La sociedad familiar puede organizarse mediante un protocolo. La Guía para la
Pequeña y Mediana Empresa Familiar elaborada en el año 2003 por la Dirección
General de las PYME86, haciéndose eco de las recomendaciones del Informe de la
Comisión Especial del Senado del año 2001 sobre la problemática de la empresa fami-
liar, recoge la de que las empresas familiares formalicen un protocolo como acuerdo que
delimite el marco de desarrollo, las reglas de actuación y las relaciones entre la empre-
sa familiar y su propiedad87.
La disposición final segunda, apartado 3 de la Ley 7/2003, de 1 de abril, de la
sociedad limitada nueva empresa dispone que «reglamentariamente se establecerán las
condiciones, forma y requisitos para la publicidad de los protocolos familiares, así
como, en su caso, el acceso al registro mercantil de las escrituras públicas que conten-
gan cláusulas susceptibles de inscripción». Cuatro años tardó en aparecer, después de
varios proyectos fallidos, el Real Decreto por el que se regula la publicidad del proto-
colo familiar (RD 171/2007, de 9 de febrero). La Exposición de Motivos del Real
Decreto menciona en especial la trascendencia del protocolo para organizar la sucesión
de la empresa familiar88.
De hecho, buena parte de los pactos que suelen contener los protocolos familia-
res están relacionados con el acceso a la empresa de los miembros de la familia y la titu-
laridad de las empresa, en función del régimen económico del matrimonio de sus miem-
bros, de la forma de transmisión de las participaciones y de su valoración. En la visión
actual del problema no se trata de ordenar la sucesión de la empresa para el momento
del fallecimiento del titular, centrándose en el momento del fallecimiento del titular,
sino de planear y diseñar una estrategia de transmisión paulatina de la titularidad y de
la gestión89.
El Derecho de sucesiones es solo uno de los sectores del Derecho privado que
incide en la protección del patrimonio y la empresa familiar, junto a otros tales como la
forma de organización de la empresa o las consecuencias del régimen económico en el
caso de empresario casado. Por eso las normas sucesorias sobre las legítimas no son la
mayor dificultad que preocupan a los autores de los trabajos especializados sobre la orga-
En este sentido, el art. 5 de la Recomendación (Continuidad de las sociedades de personas y las empre-
sas individuales) establece: “Es conveniente garantizar la continuidad de las sociedades de personas y de las
empresas individuales en caso de fallecimiento de uno de los socios o del empresario. Con este fin, se invi-
ta a los Estados miembros a:
a) prever el principio de continuidad de la sociedad de personas en caso de fallecimiento de uno de los
socios, permitiendo a los demás socios decidir acerca de la continuidad de la sociedad con la participación de
los herederos del socio fallecido o sin ella, en su caso mediante el reembolso de la participación del socio
fallecido; el contrato de sociedad podría establecer una excepción al principio de continuidad de la sociedad;
b) introducir en la legislación nacional cuando no se haya resuelto la posible contradicción entre el
contrato de sociedad y las disposiciones testamentarias o las donaciones, una disposición que establezca que
el contrato de sociedad prevalece sobre los actos unilaterales de uno de los socios;
c) velar por que, en caso de fallecimiento de uno de los socios de una sociedad de personas o de un empre-
sario individual, el Derecho de familia, el Derecho de sucesiones y, en particular, el principio de unanimidad para
las decisiones que se tomen en el marco de la indivisión no pongan en peligro la continuidad de la empresa;
d) velar por que el reembolso de la parte del fallecido, prevista en la letra a), así como el pago de la
compensación a los herederos minoritarios, que se desprende de la letra c), no pongan en peligro la super-
vivencia de la empresa. Con este fin, debería preverse que, en caso de que las partes opten por un pago esca-
lonado, la compensación sea calculada sobre la base del valor venal de la empresa, incluida la clientela
(«goodwill»), y que, si una de las partes exige el pago inmediato, la compensación sea calculada solamente
sobre la base del valor contable”.
92 Comunicación de la Comisión sobre la transmisión de las pequeñas y medianas empresas, DO C
93, de 28 marzo 1998.
93 Vid. al respecto las ponencias recogidas en Enterprise DG, Séminaire Européen sur la Transmission
des Entreprises. Rapport Final, Vienne, 23 et 24 Septembre 2002, Ministère Fédéral Autrichien de
l´Economie et du Travail, Vienne.
94 Sobre la incidencia de la legítima en la sucesión de la empresa, K. Schmidt, “Pflichtteil und
Unternehmensnachfolge - Rechtspolitische Überlegungen im Schnittfeld von Erbrecht und
Unternehmensrecht” y K. W. Lange, “Die Möglichkeit zur Privilegierung unternehmerischen Vermögens im
Pflichtteilsrecht unter besonderer Berücksichtigung des § 2312 BGB”, cits. E. I. Obergfell, 2007, p. 1326 y
E. Arroyo, 2007, p. 348; Rötthel, A. (trad. A. Vaquer), 2008, pp. 55 a 57.
Pero quizás sea el ejemplo de la reforma francesa del Código civil aprobada en
el año 2006 uno de los casos en los que más directamente la acción de legislador en
materia de Derecho de sucesiones se dirige a facilitar la sucesión en la empresa, flexi-
bilizando alguno de los rasgos tradicionales de la regulación de la legítima, tanto por lo
que se refiere a su naturaleza como a la posibilidad de renunciar de manera anticipada
a la misma.
2. La titularidad y libre disposición del bien así adquirido, aun fallecido el otro cónyuge, no puede quedar
afectada o limitada sino por el ejercicio de las acciones que puedan corresponder a acreedores y legitima-
rios en defensa de su derecho”.
101 De conformidad con el art. 182 de la Ley de sucesiones: “1. La legítima debe atribuirse en bienes
relictos. 2. El incumplimiento del deber de atribuir en bienes relictos lo que falte para alcanzar la cuantía
de la legítima colectiva, computadas las donaciones imputables, faculta individualmente a los legitimarios
afectados para pedir que la parte proporcional que en la diferencia les corresponda les sea entregada en
bienes relictos por los extraños que los han recibido, renunciando en favor de éstos a los correspondientes
bienes no relictos. 3. La reducción de liberalidades de bienes relictos hechas en favor de no descendientes
no podrá afectar al cónyuge viudo y para su práctica será de aplicación el artículo 181”.
102 Ysàs, 2007, p. 305. Ahora, conforme al art. 451-1 del Libro V del Código civil: “Dret a la llegíti-
ma. La llegítima confereix a determinades persones el dret a obtenir en la successió del causant un valor
patrimonial que aquest els pot atribuir a títol d’institució hereditària, llegat, atribució particular o donació, o
de qualsevol altra manera”.
103 Art. 451-11: “Pagament de la llegítima. 1. L’hereu o les persones facultades per a fer la partició,
distribuir l’herència o pagar llegítimes poden optar pel pagament, tant de la llegítima com del suplement, en
diners, encara que no n’hi hagi a l’herència, o pel pagament en béns del cabal relicte, sempre que, per dis-
posició del causant, no correspongui als legitimaris de percebre’ls per mitjà d’institució d’hereu, llegat o
assignació d’un bé específic, atribució particular o donació. 2. En cas d’optar pel pagament de la llegítima
o, si escau, el suplement en béns, l’hereu o la persona facultada per a pagar ha de complir els requisits que
estableix l’article 451-7.2. Un cop feta l’opció i començat el pagament d’una manera determinada, el legiti-
mari pot exigir que la resta li sigui pagada de la mateixa manera”.
Conforme al art. 451-7.2: “El llegat disposat en concepte de llegítima o imputable a aquesta que no
sigui llegat simple de llegítima ha d’ésser de diners, encara que no n’hi hagi en l’herència, o de béns inte-
grants del cabal relicte. Aquests béns han d’ésser de propietat exclusiva, plena i lliure, llevat que: a) No hi
hagi béns d’aquesta condició en l’herència, sense comptar a aquest sol efecte els béns mobles d’ús domès-
tic. b) El legitimari sigui cotitular del bé llegat, en comunitat ordinària indivisa amb el causant. c) El legiti-
mari sigui titular d’un dret susceptible de produir la consolidació del domini conjuntament amb el que el
causant li llega. 3. Si el llegat no compleix els requisits que estableix l’apartat 2, el legitimari pot optar entre
acceptar-lo simplement o renunciar-hi i exigir allò que li correspongui per llegítima. d’una manera determi-
nada, el legitimari pot exigir que la resta li sigui pagada de la mateixa manera”.
Art. 451-12: “Qualitat dels béns. 1. Si les persones a què fa referència l’article 451-11 opten pel paga-
ment en béns i el legitimari no es conforma amb els que hom li pretengui adjudicar, aquest pot recórrer a
l’autoritat judicial competent, que ha de decidir amb equitat i pel procediment de jurisdicció voluntària. 2.
L’autoritat judicial pot ordenar, en qualsevol cas, que es practiqui una prova pericial per a conèixer la qua-
litat i el valor dels béns que componen l’herència i del lot que hom pretengui adjudicar al legitimari”.
104 Art. 451-15: “1. L’hereu respon personalment del pagament de la llegítima i, si escau, del suple-
ment d’aquesta.
2. El legitimari pot demanar l’anotació preventiva de la demanda de reclamació de la llegítima i, si
escau, del suplement en el Registre de la Propietat.
3. Si la llegítima s’atribueix per mitjà d’un llegat de béns immobles o d’una quantitat determinada de
diners, el legitimari també pot demanar, si escau, l’anotació preventiva del llegat. El llegat simple de llegí-
tima no té a aquest efecte la consideració de llegat de quantitat i no dóna lloc, per ell mateix, a cap assenta-
ment en el Registre de la Propietat”.
105 Art. 451-26: “Renúncia a la llegítima futura. 1. Són nuls els actes unilaterals, les estipulacions en
pacte successori i els contractes de transacció o de qualsevol altra índole atorgats abans de la mort del cau-
sant que impliquin renúncia al dret de llegítima o que en perjudiquin el contingut”.
106 Art. 451-26: “2. No obstant el que estableix l’apartat 1, són vàlids, si s’atorguen en escriptura
pública: a) El pacte entre cònjuges o convivents en unió estable de parella en virtut del qual renuncien a la
llegítima que els podria correspondre en la successió dels fills comuns i, especialment, el pacte de super-
vivència en què el supervivent renuncia a la que li podria correspondre en la successió intestada del fill mort
impúber. b) El pacte entre fills i progenitors pel qual aquests darrers renuncien a la llegítima que els podria
correspondre en l’herència del fill premort”.
107 Art. 451-26: “2. c) El pacte entre ascendents i descendents estipulat en pacte successori o en dona-
ció pel qual el descendent que rep del seu ascendent béns o diners en pagament de llegítima futura renuncia
al possible suplement. 3. La renúncia feta en pacte successori o donació d’acord amb l’apartat 2.c es pot res-
cindir per lesió en més de la meitat del just valor de la llegítima, atenent l’import que tindria la llegítima del
renunciant en la data en què s’ha fet. L’acció es pot exercir en el termini de quatre anys a comptar de
l’atorgament del pacte”.
108 Art. 246: “1. Si el testador no hubiera asignado la legítima en bienes determinados, los herederos, de
común acuerdo, podrán optar entre pagarla en bienes hereditarios o en metálico, aunque sea extrahereditario.
A falta de acuerdo entre los herederos, el pago de la legítima se hará en bienes hereditarios. 2. Salvo disposición
del testador o pacto al respecto, no podrá pagarse una parte de la legítima en dinero y otra parte en bienes”.
Art. 247: “Si los bienes atribuidos por el causante a un legitimario no fueran suficientes para satisfa-
cer su legítima, este solo tendrá derecho a su complemento, el cual se satisfará de acuerdo con las reglas del
artículo anterior”.
Art. 248: “Pueden pagar la legítima, o su complemento, el heredero, el comisario o contador-partidor
así como el testamentero facultado para ello. Pero corresponderá en exclusiva a los herederos la opción de
pagar la legítima en metálico extrahereditario”.
Art. 249: “1. El legitimario no tiene acción real para reclamar su legítima y será considerado, a todos
los efectos, como un acreedor. 2. El legitimario podrá exigir que el heredero, el comisario o contador-parti-
dor o el testamentero facultado para el pago de la legítima formalice inventario, con valoración de los bie-
nes, y lo protocolice ante notario. 3. Podrá el legitimario solicitar también anotación preventiva de su dere-
cho en el Registro de la Propiedad sobre los bienes inmuebles de la herencia”.
Art. 250: “El heredero deberá pagar las legítimas o su complemento en el plazo de un año desde que
el legitimario la reclame. Transcurrido este plazo la legítima producirá el interés legal del dinero. Si el legi-
timario no estuviera conforme con la liquidación de la legítima y rechazara el pago, el heredero o persona
facultada para entregarla podrá proceder a la consignación judicial”.
109 Art. 149: “1. La legítima podrá ser atribuida a título de herencia, legado, donación o de cualquier
otro modo. Habrá de ser satisfecha necesariamente con bienes de la herencia, salvo en los casos siguien-
tes: a) Cuando el causante dispusiese expresamente que se satisfaga en metálico y no lo hubiese en la heren-
cia. b) Cuando lo conviniesen así el legitimario y el obligado al pago de la legítima. c) Cuando se convi-
niese en el pacto de mejora.
2. No obstante, en el caso previsto en el apartado a) del número anterior, el heredero o herederos obli-
gados al pago podrán optar por satisfacer la legítima con bienes de la herencia que no hubiesen sido especí-
ficamente legados o asignados por el causante a persona o personas determinadas.
3. Comenzado el pago en dinero o en bienes, el legitimario podrá exigir el resto en la misma forma inicial.
Art. 150: “1. La decisión de pago en metálico será comunicada al legitimario en el plazo de un año
desde la apertura de la sucesión.
2. Para fijar la suma que haya de pagarse se atenderá al valor que tuviesen los bienes de la herencia
en el momento de hacer la liquidación, y se aplicarán en lo demás las reglas 2.ª y 3.ª del artículo 147, así
como el artículo 148 de esta Ley. Hecha la suma, el crédito metálico producirá el interés legal.
3. El pago se hará en el plazo de otro año más, salvo pacto en contrario. Si el legitimario no mostrase confor-
midad con la cantidad fijada, ésta será consignada judicialmente, sin perjuicio de las acciones que le competan”.
Art. 151: “1. Todos los bienes de la herencia están afectos al pago de la legítima, correspondiendo al
legitimario la acción real para reclamarla.
2. La acción de suplemento tiene carácter personal.
3. El legitimario podrá pedir la anotación preventiva en el Registro de la Propiedad de la demanda en
que se reclame la legítima o su suplemento”.
110 Art. 251: “1. Si no hubiera en la herencia bienes suficientes para el pago de las legítimas podrán
reducirse por inoficiosos los legados y donaciones computables para su cálculo, comenzando, salvo dispo-
sición en contra del testador, por los primeros a prorrateo. Si no fuera suficiente, se reducirán también las
donaciones por el orden de sus fechas, comenzando por las más recientes. 2. Si las reducciones a que se
refiere el apartado anterior no fueran suficientes, también podrán reducirse las apartaciones hechas por el
causante y los pactos sucesorios. Si se realizaran varias, se reducirán todas a prorrateo. 3. Los afectados por
la reducción podrán evitarla entregando en metálico su importe para el pago de las legítimas”.
111 Se encuentra regulada en los arts. 224 a 227 de la Ley 2/2006, de 14 de junio:
Art. 224: “Por la apartación quien tenga la condición de legitimario si se abriera la sucesión en el
momento en que se formaliza el pacto queda excluido de modo irrevocable, por sí y su linaje, de la condi-
ción de heredero forzoso en la herencia del apartante, a cambio de los bienes concretos que le sean adjudi-
cados”.
Art. 225: “El apartante podrá adjudicar al apartado cualquier bien o derechos en pago de la apartación,
independientemente del valor de la misma”.
Art. 226: “Podrá válidamente pactarse que el legitimario quede excluido no solo de la condición de
heredero forzoso, sino también del llamamiento intestado”.
Art. 227: “Salvo dispensa expresa del apartante, lo dado en apartación habrá de traerse a colación si el
apartado o sus descendientes concurrieran en la sucesión con otros legitimarios”.
acuerdo con los herederos, pueda imponerse esta opción del viudo, es que el valor de la
empresa no exceda de la cuota legitimaria que le corresponde.
D) País Vasco
La Ley 3/1999, de 16 de noviembre, de modificación de la Ley del derecho civil
del País Vasco, en lo relativo al fuero civil de Gipúzkoa tuvo como único objeto, tal y
como explica la Exposición de Motivos de la Ley, “la regulación por ley de la costum-
bre más arraigada en el mundo rural guipuzcoano, como es la transmisión familiar del
caserío112 indiviso”. La conveniencia de hacerlo venía motivada, según se explicaba, por
las dificultades constatadas por los profesionales del derecho para la consecución de ese
objetivo, en un momento en el que, más que nunca, la continuidad de las cada vez más
escasas explotaciones agropecuarias requiere de decididas medidas de protección. La
ley regula la transmisión del caserío, incluso en vida, a alguno o algunos de sus des-
cendientes o ascendientes. Partiendo de la afirmación de que el obstáculo tradicional a
la transmisión indivisa de la explotación ha sido, y sigue siéndolo, el sistema legitima-
rio del Código civil, la ley permite incluso, eludir el pago de las legítimas para evitar la
carga sobre el sucesor y favorecer la transmisión.
Desde 1999, el Título III del Libro III de la Ley de Derecho Civil del País Vasco
se ocupa de la ordenación sucesoria del caserío.
El principio general es el de que rigen en el territorio histórico de Gipúzkoa las
limitaciones que a la libertad de disposición por causa de muerte impone el Capítulo II,
Título III, Libro III del Código civil, a salvo las determinaciones que recogen los artí-
culos siguientes en pro de la ordenación indivisa del caserío guipuzcoano (art. 153).
Conforme al art. 147, “se reconoce la vigencia de las costumbres civiles sobre la orde-
nación del caserío y del patrimonio familiar en Gipuzkoa”. Como plasmación y desa-
rrollo de aquéllas, se establecen una serie de disposiciones relativas a la transmisión
«mortis causa» del caserío, que integran el Fuero Civil de Gipuzkoa.
La Ley establece que si el causante dispusiere del caserío y sus pertenecidos en
favor de alguno o, en proindivisión, en favor de algunos de los herederos forzosos men-
cionados en los dos primeros números del art. 807 del Código civil (hijos y descen-
dientes, padres y ascendientes), se entenderá que el beneficiario o beneficiarios suceden
en él con exclusión de cualesquiera otras personas. En tal caso, y salvo que el causante
estableciere expresamente lo contrario, el valor del caserío y sus pertenecidos no se
computará en el caudal que para el cálculo de las legítimas determina el art. 818 del
Código civil. Sin embargo, el valor del caserío y sus pertenecidos deberá imputarse en
la legítima que, sobre el resto del patrimonio del causante, corresponda al heredero o
herederos forzosos que hayan sucedido en el mismo, a los solos efectos de procurar la
satisfacción de aquélla. Si los favorecidos fuesen hijos o descendientes con derecho de
representación, se circunscribirá la imputación a su legítima estricta, incluida la parte
que les corresponda en el tercio de mejora que no haya sido empleada en mejorar. La
porción así satisfecha incrementará proporcionalmente la cuota legitimaria de los demás
herederos forzosos (art. 154).
El art. 155 establece que estas mismas reglas se aplicarán cuando el titular del
caserío haga una donación del caserío y sus pertenencias a favor de alguno o algunos
de los herederos forzosos mencionados en los dos primeros números del art. 807 del
Código civil, siempre que estos conserven, hasta el fallecimiento del donante, el desti-
112 Art. 151: “Se entenderá por caserío el conjunto formado por la casa destinada a vivienda y cua-
lesquiera otras edificaciones, dependencias, terrenos y ondazilegis anejos a aquélla, así como el mobiliario,
semovientes y máquinas afectos a su explotación, si fuere objeto de ésta”.
113 Los arts. 53 y ss. de la Ley 3/1992, de 1 de julio, del Derecho Civil Foral del País Vasco se ocu-
pan de la “sucesión forzosa” en el Fuero civil de Bizcaia (que rige en rige en el Infanzonado o Tierra Llana:
todo el Territorio Histórico de Bizkaia, con excepción de la parte no aforada de las Villas de Balmaseda,
Bermeo, Durango, Ermua, GernikaLumo, Lanestosa, Lekeitio, Markina-Xemein, Ondarroa, Otxandio,
Portugalete y Plentzia, de la ciudad de Orduña y el actual término municipal de Bilbao). Son sucesores for-
zosos (“sin perjuicio de lo dispuesto para la troncalidad”) los hijos, incluso los adoptivos, y demás descen-
dientes y, en segundo lugar, los padres y demás ascendientes (art. 53). El testador podrá distribuir libremen-
te los bienes que integran la sucesión forzosa entre los sucesores comprendidos en cada una de las o elegir
a uno solo de ellos, apartando a los demás, incluso preferir al de grado más remoto frente al de grado más
próximo. Los sucesores forzosos podrán ser excluidos sin fórmula especial de apartamiento, siempre que
conste claramente la voluntad del testador de separarlos de su sucesión (art. 54). La legítima de los descen-
dientes se halla constituida por los cuatro quintos de la totalidad de los bienes del testador. El quinto restante
es de libre disposición, si hay bienes no troncales suficientes para cubrirlo (art. 55). La legítima de los ascen-
dientes se halla constituida por la mitad de todos los bienes del testador. La otra mitad es de libre disposi-
ción, siempre que no sean troncales (art. 56).
El cónyuge viudo tendrá el usufructo de la mitad de todos los bienes del causante, si concurriere con
descendientes o ascendientes. En defecto de ascendientes o descendientes, tendrá el usufructo de dos tercios
de todos los bienes. El usufructo recaerá en último lugar sobre los bienes troncales de ambas líneas del cau-
sante, en proporción al haber de cada una de ellas. Podrán los tronqueros conmutar el usufructo del cónyu-
ge viudo, en cuanto afecte a los bienes troncales, por un capital en efectivo que será de su libre disponibili-
dad y no estará sujeto a reserva ni a devolución en los supuestos de extinción a que se refiere el párrafo
siguiente (art. 58).
114 Art. 60: “No podrá imponerse a los hijos, descendientes o ascendientes, sustitución o gravamen
que exceda de la parte de libre disposición, a no ser en favor de otros sucesores forzosos. Tampoco podrá
imponerse sustitución o gravamen sobre bienes troncales, sino a favor de otro pariente tronquero de la
misma línea. No afectarán a la intangibilidad de la legítima, o de los bienes troncales, los derechos recono-
cidos al cónyuge viudo, ni el legado de usufructo universal a favor del mismo”.
115 Art. 28. 1: “La valoración de la explotación, a efectos de la partición hereditaria, derivada de pacto
sucesorio, sucesión testada o intestada, se efectuará por acuerdo de los interesados. 2. De no mediar este
acuerdo, se valorará la explotación en función de la renta promedio de los últimos cinco años”.
Art. 29. 1: “El sucesor en la titularidad de la explotación deberá efectuar el pago del haber hereditario
correspondiente a los demás coherederos en la explotación, en el plazo máximo de diez años, contados desde
la apertura de la sucesión, debiendo abonar, al menos, el sesenta por ciento del haber durante los primeros
cinco años. Las cantidades aplazadas devengarán el interés legal. 2. Para facilitar el pago del haber heredi-
tario, el sucesor en la titularidad contará con las ayudas, subvenciones y créditos oficiales que reglamenta-
riamente se establezcan”.
Art. 30: “En el supuesto de que antes de transcurridos quince años desde la sucesión, la explotación
fuera enajenada, expropiada o dejara de constituir la explotación familiar agraria del adjudicatario o sus
sucesores, los legitimarios o, en su caso, los herederos abintestato distintos al que suceda en la titularidad de
la explotación ostentarán frente a ésta un derecho de reembolso”.
Art. 31: “Para determinar la cuantía del derecho de reembolso: a) Se estará a la diferencia entre la valo-
ración dada a la explotación en la partición hereditaria actualizada al momento de la transmisión y el precio
de mercado de la explotación, o el de expropiación, en su caso, minorado, en ambos supuestos, de confor-
midad con lo estipulado en el acuerdo familiar. De no existir éste o no prever disposición alguna al respec-
to, se minorará en un tres por ciento por cada año que el sucesor haya colaborado en la explotación, pudien-
do computarse hasta un máximo de veinte años. b) La diferencia se disminuirá en el porcentaje que al adju-
dicatario le hubiera correspondido en todo caso como legitimario o heredero abintestato”.
Art. 32. 1: “En el caso de que no existan bienes independientes de la explotación familiar, o no sean éstos
suficientes para el pago de las legítimas de los herederos que no reciban aquélla, la explotación quedará afec-
ta a su pago total o parcial, hasta un límite máximo equivalente al tercio de su valor. 2. Para garantizar el
pago de las porciones legitimarias que afecten a la explotación familiar se establece hipoteca legal, cuya
constitución podrá ser exigida por el heredero o herederos forzosos a quienes no hubiere correspondido suce-
der a su causante en la titularidad de la explotación”.
Art. 33: “En la partición hereditaria en que queda incluida una explotación familiar agraria, el haber
de los coherederos distintos del sucesor en cuanto a la misma podrá pagarse en dinero”.
Art. 34: “Habiendo descendientes del causante menores de edad o incapacitados, que estuvieren a
cargo del mismo en el momento de la sucesión, el sucesor en la explotación agraria vendrá obligado a pres-
tarles alimentos y atender a su educación. Caso de que el resto del caudal hereditario superara la cuarta parte
del valor de la explotación, los demás herederos habrán de contribuir a esta obligación en proporción a su
participación en la herencia”.
Art. 35: “Para su validez, tanto el pacto sucesorio como la prestación de consentimiento, renuncia o
convenio sobre derechos hereditarios previstos en esta Ley deberán formalizarse en escritura pública. Dichos
actos podrán condicionarse a que resulte efectiva la designación, como sucesor en la explotación de una
determinada persona”.
Art. 36. 1: “La sucesión en la explotación podrá deferirse a favor de dos o más personas que reúnan
las condiciones de esta Ley, cuando los elementos que se asignen a cada una de ellas sean suficientes para
constituir otras tantas explotaciones familiares independientes. 2. El colaborador que suceda en la explota-
ción deberá compensar económicamente a los demás colaboradores por su dedicación a aquélla”.
Art. 37: “Cuando forme parte de una explotación familiar agraria una finca rústica arrendada, la suce-
sión en el arrendamiento se regirá por la presente Ley, con exclusión de la legislación arrendaticia rústica”.
116 La redacción actual de los artículos 32 y 35 de la Ley de Reforma y Desarrollo Agrario es la
siguiente:
Art. 32: “1. Por muerte del concesionario se transmitirá la concesión al cónyuge viudo no separado
legalmente o de hecho, siempre que esta última situación se demuestre fehacientemente y, en su defecto, a
uno de los hijos o descendientes que sea agricultor. 2. Cuando existieren varios descendientes agricultores,
sucederá en la concesión el que haya sido designado por el concesionario en testamento y, en su defecto, el
elegido de común acuerdo entre ellos. Si no hubiese acuerdo se transmitirá al que viniere cooperando habi-
tualmente en el cultivo de la explotación, y si fueren más de uno, será preferido el que hubiere cooperado
durante más tiempo. 3. A los efectos de la partición de la herencia se considerará que solo forma parte del
caudal relicto por el concesionario el importe de lo que se determina en el apartado 3 del artículo 33. 4. En
defecto de cónyuge viudo no separado legalmente o de hecho, ni hijos, ni descendientes, la concesión se
transmitirá al designado por el concesionario en su testamento o al que fuere judicial o notarialmente decla-
rado heredero, si fuere agricultor, y si lo fueren varios, se observará el orden de preferencia establecido en
el apartado 2 de este artículo. 5. En todo caso deberá practicarse la notificación de la transmisión, a la que
hace referencia el apartado 2 del artículo 31”.
Art. 35: “Por muerte del propietario la explotación no podrá ser objeto de división, y la transmisión
“mortis causa” de la misma se ajustará a lo dispuesto en el Código Civil o en las disposiciones de igual
carácter en las Comunidades Autónomas que sean de aplicación”.
117 Navarro Fernández, 2005, pp. 285 y ss. y 2006, pp. 297 y ss.
118 Lisón Arcal, J. C., Cultura e identidad, 1986, p. 108.
119 Fernández-Tresguerres, 2008, p. 200.
120 J. Lievens en Séminaire Européen sur la Transmission des Entreprises. Rapport Final, Vienne,
23 et 24 Septembre 2002:
(ec.europa.eu/enterprise/entrepreneurship/support_measures/transfer_business/seminar_final_fr.pdf)
121 Art. 451-5. Quantia i còmput de la llegítima. La quantia de la llegítima és la quarta part de la quan-
titat base que resulta d’aplicar les regles següents: a) Es parteix del valor que els béns de l’herència tenen en
el moment de la mort del causant, amb deducció dels deutes i les despeses de la darrera malaltia i de
l’enterrament o la incineració. b) Al valor líquid que resulta d’aplicar la regla de la lletra a, s’hi ha d’afegir
el dels béns donats o alienats per un altre títol gratuït pel causant en els deu anys precedents a la seva mort,
excloses les liberalitats d’ús. El valor dels béns que han estat objecte de donacions imputables a la llegíti-
ma s’ha de computar, en tot cas, amb independència de la data de la donació. c) El valor dels béns objecte
de les donacions o d’altres actes dispositius computables és el que tenien en el moment de morir el causant,
amb la deducció de les despeses útils sobre els béns donats costejades pel donatari i de l’import de les des-
peses extraordinàries de conservació o reparació, no causades per culpa seva, que ell hagi sufragat. En canvi,
s’ha d’afegir al valor d’aquests béns l’estimació dels deterioraments originats per culpa del donatari que en
puguin haver minvat el valor. d) Si el donatari ha alienat els béns donats o si els béns s’han perdut per culpa
del donatari, s’afegeix, al valor líquid que resulta d’aplicar la regla de la lletra a, el valor que tenen o hau-
rien tingut en el moment de la mort del causant.
Art. 464-20. Valoració de les atribucions col lacionables. 1. Les atribucions col lacionables es com-
puten pel valor que els béns tenen en el moment de morir el causant, aplicant-hi les regles de l’article
451-5.c i d. 2. El valor que resulti de la computació a què fa referència l’apartat 1 s’imputa a la quota here-
ditària del cohereu que ha de col lacionar, però, si el valor excedeix la quota, l’hereu no ha de restituir
l’excés, sens perjudici de la reducció o supressió de les donacions inoficioses.
122 Art. 244: Para fijar la legítima, el haber hereditario del causante se determinará conforme a las
reglas siguientes: 1.ª Se computarán todos los bienes y derechos del capital relicto por el valor que tuvieran
en el momento de la muerte del causante, con deducción de sus deudas. Dicho valor se actualizará moneta-
riamente en el momento en que se haga el pago de la legítima. 2.ª Se añadirá el valor de los bienes transmi-
tidos por el causante a título lucrativo, incluidos los dados en apartación, considerado en el momento de la
transmisión y actualizado monetariamente en el momento de efectuarse el pago de la legítima. Como excep-
ción, no se computarán las liberalidades de uso.
En cambio, al regular la imputación de donaciones, el art. 245 de la Ley 2/2006, de 14 de junio, de
derecho civil de Galicia tiene en cuenta el valor de los bienes en el momento de la donación. Así, conforme
al art. 245: “Salvo disposición en contrario del causante, se imputará al pago de la legítima de los descen-
dientes: 1.º Cualquier atribución a título de herencia o legado, aunque el legitimario renuncie a ella. 2.º Las
donaciones hechas a los legitimarios, así como las mejoras pactadas con ellos. 3.º Las donaciones hechas a
los hijos premuertos que fueran padres o ascendientes de un legitimario.
La imputación de donaciones se realizará por el valor que tuvieran los bienes en el momento de la
donación, actualizado monetariamente en el tiempo del pago de la legítima”.
123 Art. 47: La legítima podrá ser atribuida por cualquier título y conferirá a los legitimarios el dere-
cho a ejercitar las acciones de petición y división de herencia y a promover el juicio de testamentaría, a
excepción del supuesto del pago de la legítima en metálico. Para fijar la legítima se deducirá del valor que
tenían los bienes al fallecimiento del causante el importe de las deudas y cargas, sin incluir entre ellas las
impuestas en el testamento, así como los gastos de última enfermedad, entierro y funeral.
Al valor líquido así determinado se añadirá el de las liberalidades computables, por el que tenían al
ocurrir el fallecimiento, previa deducción de las mejoras útiles y de los gastos extraordinarios de conserva-
ción o reparación, costeados por el beneficiario y con agregación del importe de los deterioros causados por
culpa del mismo que hubieran disminuido su valor.
124 El valor de las donaciones computables será el que tenían al tiempo de fallecer el causante, pre-
via deducción de las mejoras útiles costeadas por el donatario en los bienes donados y del importe de los
gastos extraordinarios de conservación o reparación que haya sufragado el mismo, no causados por su culpa.
Al valor de los bienes se agregará la estimación de los deterioros originados por culpa del donatario que
hubiesen disminuido su valor. De haber enajenado el donatario los bienes donados, se tomará como valor el
que tenían en el momento de su enajenación. De los bienes que hubiesen perecido por culpa del donatario,
solo se computará su valor al tiempo en que su destrucción tuvo lugar.
125 Una crítica en Moreu (2005, p. 176), porque entiende que perjudica a los legitimarios si ha habi-
do revalorización del bien, sin distinción de supuestos, como hago más adelante en el texto, al comentar la
regla del art. 1045 del Código civil.
nes de valor son independientes de la conducta del donatario (como consecuencia del
desarrollo inmobiliario, o de las variaciones de las cotizaciones en bolsa...), pero no
cuando el incremento o la disminución del valor son debidas a la actuación del donata-
rio (por ejemplo, donación de acciones de empresa que es saneada por el celo y la acti-
vidad del donatario, o en el supuesto inverso)126. Por eso, a juicio del autor, y el criterio
parece compartible, por aplicación del principio del enriquecimiento injusto, aun cuan-
do el art. 1045 no distingue, las minusvalías y plusvalías no deben ceder en beneficio o
perjuicio de la masa cuando proceden de la actuación del donatario.
La Sentencia del Tribunal Supremo de 23 de febrero de 2006 (RJ 2006, 909) se
ocupa, precisamente, de la valoración de unas acciones de sociedad anónima donadas
por la causante a efectos de calcular la legítima. Se demanda al donatario solicitando
del juez la declaración de inoficiosa de la donación. La Audiencia Provincial así lo
entendió, por entender que su valor, el día del fallecimiento, excede del valor del tercio
de libre disposición, por lo que debía reducirse. Interpone recurso de casación el dona-
tario demandado, denunciando infracción por inaplicación del art. 1045. II del Código
civil, con arreglo al cual “el aumento o deterioro físico posterior a la donación y aun su
pérdida total, casual o culpable, serán a cargo y riesgo o beneficio del donatario”.
Aunque propiamente este apartado se refiere al riesgo o a la mejora de la cosa y no al
aumento de valor, la intención del recurrente se conectaba con la idea de que fue su ges-
tión y administración de la sociedad entre la fecha de la donación y el fallecimiento
decisiva para el aumento de valor de las acciones.
El Tribunal Supremo sin embargo rechaza el motivo por las siguientes razones:
“primera, porque mediante el mismo se presenta como presunción del tribunal
sentenciador lo que en realidad es una declaración de falta de prueba de un determina-
do hecho (la influencia determinante y decisiva de la actividad del hoy recurrente en el
incremento del valor de las acciones), y en cambio se pretende de esta Sala una pre-
sunción de ese mismo hecho que favorezca al recurrente, objetivo del todo improce-
dente en casación y más aún mediante las normas citadas en el motivo;
segunda, porque el tribunal sentenciador se ha ajustado tanto a la interpretación
del párrafo segundo del art. 1045 CC por la sentencia de esta Sala de 17 de diciembre
de 1992127, expresa y atinadamente citada en la sentencia recurrida, cuanto a la autori-
128 Hay que hacer notar que esta opinión doctrinal es, precisamente, la citada de Sarmiento Ramos.
129 De manera sistemática, con exposición de la doctrina anterior (Díez-Picazo, Puig Brutau,
Fernández Gimeno, Sánchez Calero, Simó Santoja, López Jacoiste, Dávila...), Palazón Garrido, 2003, p. 203
y ss.
130 Art. 829 Código civil: “La mejora podrá señalarse en cosa determinada. Si el valor de ésta exce-
diere del tercio destinado a la mejora y de la parte de legítima correspondiente al mejorado, deberá éste abo-
nar la diferencia en metálico a los demás interesados”.
131 Art. 882 Código civil: “Cuando el legado es de cosa específica y determinada, propia del testador,
el legatario adquiere su propiedad desde que aquél muere, y hace suyos los frutos o rentas pendientes, pero
no las rentas devengadas y no satisfechas antes de la muerte.
La cosa legada correrá desde el mismo instante a riesgo del legatario, que sufrirá, por lo tanto, su pér-
dida o deterioro, como también se aprovechará de su cargo de la herencia, pero sin aumento o mejora”.
Así, en primer lugar, por lo que se refiere al pago de las deudas de la empresa.
Es mayoritaria la opinión de que, con arreglo a las reglas generales, el legatario de
empresa no recibe las deudas (arts. 661 y 1084 del Código civil), pues la empresa no
constituye un patrimonio separado, siendo discutible entonces si los herederos que
pagan una deuda a un acreedor pueden repetir después del legatario. El cambio de deu-
dor no puede llevarse a cabo sin un consentimiento del los acreedores. La cuestión es
más compleja si se piensa en los contratos pendientes de ejecución: los contratos pro-
ducen efectos para los herederos (art. 1257 del Código civil), no para los legatarios.
Para lograr ese efecto es precisa una cesión del contrato, lo que requiere el consenti-
miento de todas las partes.
La dificultad de coordinar las reglas generales del Derecho de sucesiones y las
relaciones externas con los terceros con la posible voluntad del causante da lugar a algu-
nos problemas que evidencian que en algunos casos complejos pueda considerarse la
falta de idoneidad de este instrumento para transmitir la empresa.
Por lo que se refiere a la reducción del legado de empresa en el caso de que sea
inoficioso, la doctrina se muestra partidaria de aplicar analógicamente lo dispuesto en el
art. 821 del Código civil para la reducción de un legado de un bien indivisible, la finca132.
En consecuencia, frente a lo que parece la regla general, en este caso, en aten-
ción al carácter indivisible del objeto legado, no procede la reducción in natura, y al
mismo tiempo el legislador trata de evitar la enajenación en subasta pública:
- La empresa queda para los legitimarios, contra la voluntad del testador, si la
reducción que deba sufrir la empresa para que queden libres las legítimas supera el
valor de la misma.
- Cuando la reducción no absorba la mitad del valor de la empresa ésta queda
para el legatario, y los legitimarios recibirán en metálico la parte de legítima que no
pueda cubrirse con otros bienes hereditarios.
- Cuando el legatario sea, además, legitimario, el exceso del legado de la empresa
respecto de la parte disponible se imputa a la parte de libre disposición. En lo que exceda,
el legitimario debe abonar a los demás legitimarios la parte correspondiente en dinero.
- De manera subsidiaria, en el caso de que el legatario o el heredero no deseen
ejercer la facultad que les reconoce la ley, se ordena la venta de la empresa en pública
subasta. Aunque esta sea la única posibilidad que menciona el Código civil no se ve
inconveniente en que todos los interesados, de mutuo acuerdo, alcancen otra solución
que les resulte preferible y más ventajosa económicamente.
132 Tras la reforma por Ley 41/2003, de 18 de noviembre, de protección patrimonial de las personas
con discapacidad, este precepto establece lo siguiente: “Cuando el legado sujeto a reducción consista en una
finca que no admita cómoda división, quedará ésta para el legatario si la reducción no absorbe la mitad de
su valor, y en caso contrario para los herederos forzosos; pero aquél y éstos deberán abonarse su respectivo
haber en dinero.
El legatario que tenga derecho a legítima podrá retener toda la finca, con tal que su valor no supere, el
importe de la porción disponible y de la cuota que le corresponda por legítima.
Si los herederos o legatarios no quieren usar del derecho que se les concede en este artículo se vende-
rá la finca en pública subasta, a instancia de cualquiera de los interesados”.
La reforma de 2003 ha incorporado como párrafo tercero del art. 821 lo dispuesto en el antiguo art.
822 Código civil (la redacción actual del art. 822 se refiere a la creación de un derecho de habitación a favor
de legitimario discapacitado), con una pequeña modificación. La redacción originaria del art. 822 era la
siguiente: “Si los herederos o legatarios no quieren usar del derecho que se les concede en el artículo ante-
rior, podrá usarlo el que de ellos no lo tenía; si éste tampoco quiere usarlo, se venderá la finca en pública
subasta, a instancia de cualquiera de los interesados”.
133 Art. 1056 Código civil 1889: “Cuando el testador hiciere, por acto entre vivos o por última volun-
tad, la partición de sus bienes, se pasará por ella, en cuanto no perjudique a la legítima de los herederos for-
zosos. El padre que en interés de su familia quiera conservar indivisa una explotación agrícola, industrial o
fabril, podrá usar de la facultad concedida en este artículo, disponiendo que se satisfaga en metálico su legí-
tima a los demás hijos”.
134 Art. 15 LH: “Los derechos del legitimario de parte alícuota que no pueda promover el juicio de
testamentaría por hallarse autorizado el heredero para pagar las legítimas en efectivo o en bienes no inmue-
bles, así como los de los legitimarios sujetos a la legislación especial catalana, se mencionarán en la ins-
cripción de los bienes hereditarios.
La asignación de bienes concretos para pago o su afección en garantía de las legítimas, se hará cons-
tar por nota marginal.
Las referidas menciones se practicarán con los documentos en cuya virtud se inscriban los bienes a
favor de los herederos, aunque en aquellos no hayan tenido intervención los legitimarios.
Las disposiciones de este artículo producirán efecto solamente respecto de los terceros protegidos por
el art. 34, no entre herederos y legitimarios, cuyas relaciones se regirán por las normas civiles aplicables a
la herencia del causante.
Contra dichos terceros los legitimarios no podrán ejercitar otras ni más acciones que las que se deri-
ven de las menciones referidas, a tenor de las reglas que siguen:
a) Durante los cinco primeros años de la fecha de la mención, quedarán solidariamente afectos al pago
de la legítima todos los bienes de la herencia en la cuantía y forma que las leyes determinen, cualesquiera
que sean las disposiciones del causante o los acuerdos del Comisario, Contador-Partidor o Albacea, con
facultad de partir, heredero distributario, heredero de confianza, usufructuario con facultad de señalar y
pagar legítimas u otras personas con análogas facultades, nombrados por el causante en acto de última
voluntad contractual o testamentaria.
Esta mención quedará sin efecto y se estará a lo dispuesto en los números segundo y tercero de la letra
b) del presente artículo, si el legitimario hubiese aceptado bienes determinados o cantidad cierta para pago
de dichas legítimas o concretado su garantía sobre uno o más inmuebles de la herencia.
b) Transcurridos los cinco primeros años de su fecha, los efectos de la mención serán los siguientes:
1. Cuando el causante, o por su designación, las personas expresadas en el párrafo primero del apartado
a), no hubieran fijado el importe de dichas legítimas, ni concretado su garantía sobre ciertos bienes inmuebles,
ni asignado bienes determinados para el pago de las mismas, continuará surtiendo plenos efectos la mención
solidaria expresada en la letra a) precedente, hasta cumplidos veinte años del fallecimiento del causante.
2. Cuando las mismas personas se hubieren limitado a asignar una cantidad cierta para pago de las legí-
timas, quedarán solidariamente sujetos a la efectividad de las mismas todos los bienes de la herencia,
tencia de legitimarios, éstos solo podrán hacer constar sus derechos anotando la deman-
da que interpongan para hacer valer sus derechos (art. 41.1 LH).
d) El pago de la porción hereditaria en dinero, al amparo de los arts. 841 y ss. del
Código civil. El art. 1056 perdió trascendencia tras la reforma, en 1981, de los arts. 841 y
ss. del Código civil135. Bajo la rúbrica “Pago de la porción hereditaria en casos especiales”
los arts. 841 a 847 establecen la posibilidad de que la legítima de los descendientes pueda
ser siempre pagada en dinero a todos menos a uno, a voluntad del causante136.
durante el plazo antes indicado. No obstante, si dentro de los cinco años siguientes a su constancia en el
Registro de la Propiedad, los legitimarios no hubieren impugnado por insuficiente tal asignación, transcu-
rrido que sea este plazo podrá cancelarse la mención solidaria expresada en el apartado a) siempre que jus-
tifique el heredero haber depositado suma bastante en un establecimiento bancario o Caja oficial, a las resul-
tas del pago de las legítimas en la cantidad asignada y de sus intereses de cinco años al tipo legal.
3. Cuando las supradichas personas hubieren asignado bienes ciertos para el pago de las legítimas, o
concretado la garantía de las mismas sobre bienes determinados, el legitimario solamente podrá hacer efec-
tivos sus derechos sobre dichos bienes en la forma que disponga el correspondiente título sucesorio o acto
particional.
4. Cuando el causante hubiere desheredado a algún legitimario o manifestado en el título sucesorio que
ciertas legítimas fueron totalmente satisfechas, se entenderá que los legitimarios aludidos aceptan respecto
de terceros la desheredación o las manifestaciones del causante si durante el plazo determinado en el apar-
tado a) de este artículo no impugnaren dicha disposición.
Dentro de los plazos de vigencia de las menciones por derechos legitimarios, los herederos podrán, sin
necesidad de autorización alguna, cancelar hipotecas, redimir censos, cobrar precios aplazados, retrovender
y, en general, extinguir otros derechos análogos de cuantía determinada o determinable aritméticamente, que
formen parte de la herencia, siempre que el importe así obtenido o la cantidad cierta o parte alícuota del
mismo que conste en el Registro como responsabilidad especial por legítimas, afectante al derecho extin-
guido, se invierta en valores del Estado, que se depositarán, con intervención del Notario, en un estableci-
miento bancario o Caja oficial, a las resultas del pago de las legítimas.
Los depósitos a que hacen referencia el párrafo anterior y el número segundo, letra b de este artículo,
podrán ser retirados por los herederos transcurridos veinte años, a contar desde el fallecimiento del causan-
te siempre que no hubieren sido aceptados o reclamados por los legitimarios dentro del plazo indicado.
Las menciones reguladas en los números 1, 2 y 3 del apartado b caducarán, sin excepción, cumplidos
veinte años desde el fallecimiento del causante.
Los bienes hereditarios se inscribirán sin mención alguna de derechos legitimarios, cuando la heren-
cia tenga ingreso en el Registro después de transcurridos veinte años desde el fallecimiento del causante”.
135 Las redacciones del art. 841 han sido las siguientes:
Redacción originaria (Código civil de 1889): “Cuando el testador no dejare hijos o descendientes, pero
sí ascendientes legítimos, los hijos naturales reconocidos tendrán derecho a la mitad parte de la herencia de
libre disposición.
Esto se entiende sin perjuicio de la legítima del viudo, conforme al artículo 836, de modo que, concu-
rriendo el viudo con hijos naturales reconocidos se adjudicará a éstos solo en nuda propiedad, mientras
viviere el viudo, lo que les falte para completar su legitima”.
Reforma por Ley 24 abril 1958: “Cuando el testador no dejare hijos o descendientes, pero sí ascen-
dientes legítimos, los hijos naturales reconocidos tendrán derecho a la cuarta parte de la herencia.
Esto se entiende sin perjuicio de la legítima del viudo, que, concurriendo con hijos naturales recono-
cidos, será un tercio de la herencia en usufructo y se adjudicará a éstos solo en nuda propiedad, mientras
viviere el viudo, lo que les falte para completar la legítima”.
Reforma por Ley 13 mayo 1981: “El testador, o el contador-partidor expresamente autorizado por
aquél, podrá adjudicar todos los bienes hereditarios o parte de ellos a alguno de los hijos o descendientes,
ordenando que se pague en metálico la porción hereditaria de los demás legitimarios.
También corresponderá la facultad de pago en metálico en el mismo supuesto del párrafo anterior al
contador partidor dativo a que se refiere el artículo 1057 del Código Civil”.
136 Art. 841: “El testador, o el contador-partidor expresamente autorizado por aquél, podrá adjudicar
todos los bienes hereditarios o parte de ellos a alguno de los hijos o descendientes, ordenando que se pague
en metálico la porción hereditaria de los demás legitimarios.
También corresponderá la facultad de pago en metálico en el mismo supuesto del párrafo anterior al
contador partidor dativo a que se refiere el artículo 1057 del Código Civil”.
Esta modificación fue el motor de una revisión crítica por parte de la doctrina
acerca de la naturaleza de la legítima. La legítima de los descendientes puede pagarse
en dinero pero, al mismo tiempo, se mantiene como un residuo la concepción de la legí-
tima como pars valoris: la “intangibilidad global”, es decir, el destino de los bienes in
natura al colectivo de legitimarios sigue siendo una regla inderogable por voluntad del
causante137.
Art. 842: “No obstante lo dispuesto en el artículo anterior, cualquiera de los hijos o descendientes obligados
a pagar en metálico la cuota hereditaria de sus hermanos podrá exigir que dicha cuota sea satisfecha en bie-
nes de la herencia, debiendo observarse, en tal caso, lo prescrito por los artículos 1058 a 1063”.
Art. 843: “Salvo confirmación expresa de todos los hijos o descendientes, la partición a que se refie-
ren los dos artículos anteriores requerirá aprobación judicial”.
Art. 844: “La decisión de pago en metálico no producirá efectos si no se comunica a los perceptores
en el plazo de un año desde la apertura de la sucesión. El pago deberá hacerse en el plazo de otro año más,
salvo pacto en contrario. Corresponderán al perceptor de la cantidad las garantías legales establecidas para
el legatario de cantidad.
Transcurrido el plazo sin que el pago haya tenido lugar, caducará la facultad conferida a los hijos o
descendientes por el testador o por el contador-partidor y se procederá a repartir la herencia según las dis-
posiciones generales sobre la partición”.
Art. 845: “La opción de que tratan los artículos anteriores no afectará a los legados de cosa específica”.
Art. 846: “Tampoco afectará a las disposiciones particionales del testador señaladas en cosas determi-
nadas”.
Art. 847: “Para fijar la suma que haya de abonarse a los hijos o descendientes se atenderá al valor que
tuvieren los bienes al tiempo de liquidarles la porción correspondiente, teniendo en cuenta los frutos o ren-
tas hasta entonces producidas. Desde la liquidación, el crédito metálico devengará el interés legal”.
137 Lacruz, 2004, p. 387.
138 BOCG. Congreso de los Diputados Núm. A-98-1 de 14/06/2002.
139 BOCG. Senado Núm. II-101-b de 12/02/2003 Enmiendas (Senado). La propuesta de adición y su
justificación son las siguientes (p. 25):
«Disposición Final Primera. 1. Queda modificado el artículo 1056, párrafo segundo, en los siguientes
términos: Se sustituye el actual párrafo segundo por el que a continuación se establece: «El testador, que en
atención a la conservación de la empresa o interés de su familia quiera preservar indivisa una explotación
económica o bien mantener el control de una sociedad de capital o grupo de éstas, podrá usar de la facultad
concedida en este artículo, disponiendo que se pague en metálico su legítima a los demás interesados. A tal
efecto, no será necesario que exista metálico suficiente en la herencia para el pago, siendo posible realizar
el abono con efectivo extrahereditario y establecer por el testador o por el contador partidor por él designa-
do aplazamiento, siempre que éste no supere cinco años a contar desde el fallecimiento del testador. Podrá
ser también de aplicación cualquier otro medio de extinción de las obligaciones. Si no se hubiere estableci-
do la forma de pago cualquiera de ellos podrá exigir el pago de su legítima en bienes de la herencia. No será
de aplicación a la partición así realizada lo dispuesto en los artículos 843 y 844.1º de la sección octava del
capítulo dos de este Libro, relativa al pago de la porción hereditaria en casos especiales.»
2. Se modifica el párrafo segundo del artículo 1271, en los siguientes términos: «Sobre la herencia
futura no se podrá, sin embargo, celebrar otros contratos que aquellos cuyo objeto sea practicar entre vivos
la división de un caudal y otras disposiciones particionales, en orden a la sucesión en la empresa familiar,
conforme al artículo 1056 párrafo segundo.»
3. Se modifica el artículo 1406.2º en los siguientes términos: «2º La explotación económica que gestione
efectivamente»”.
JUSTIFICACION
Las modificaciones propuestas se justifican atendiendo a un elemento integrador del ordenamiento pri-
vado en el conjunto de las legislaciones civiles del Estado. Se buscan instrumentos que permitan diseñar, en
vida del emprendedor, la sucesión más adecuada en la empresa en todas sus posibles configuraciones: socie-
tarias, empresa individual, paquete mayoritario en varias empresas o paquetes de control. Se persigue evitar
la fragmentación de la empresa manteniendo la unidad en la siguiente generación.
Es por tanto objetivo de esta modificación, preservar indivisa una explotación económica permitien-
do, para ello, que se pague en metálico su legítima a aquellos herederos a los que no se atribuya la sucesión
en la empresa.
Por lo que se refiere al artículo 1056, párrafo segundo, hay que indicar que la modificación se cir-
cunscribe al patrimonio empresarial. Se pretende, con la reforma, producir una adecuación a la realidad
social ya contemplada por el conjunto de los Ordenamientos civiles autonómicos.
Esta modificación solo surtirá efectos cuando al fallecimiento del testador esté prevista la forma de
sucesión en la empresa. En caso contrario, el testador habrá de acudir a otros procedimientos.
Por lo que hace al párrafo segundo del artículo 1271, la modificación propuesta no supone en modo
alguno una alteración de los principios sucesorios, sino simplemente una interpretación más extensiva del
citado precepto.
En efecto, desde 1915, el Tribunal Supremo vino entendiendo que este precepto se refería a la totali-
dad de la herencia y no a bienes concretos. Tanto la Ley de 1989 sobre Arrendamientos Rústicos, en su artí-
culo 79, como la de 24 de Diciembre de 1981 sobre el Estatuto de la Explotación Familiar Agraria y los
Jóvenes Agricultores establecen normas ya no particionales sino sucesorias, en orden a un tipo singular de
empresa: la agraria.
Por último, en cuanto al artículo 1406.2º, la nueva redacción propuesta refleja la interpretación más
extendida del precepto, ajustándola a la terminología actual.
140 Senado. Informe de la Comisión Especial del Senado. Estudio para la problemática de la empre-
sa familiar, BOCG, 2002.
141 La misma E. M., más adelante, se repite: “Por último, se introducen transformaciones en la legis-
lación civil vigente en aquellos preceptos en los que se ordenan las relaciones entre los miembros de una
familia y la sucesión de la unidad productiva para dotarla de instrumentos que permitan diseñar, en vida del
emprendedor, la sucesión más adecuada de la empresa en todas sus posibles configuraciones: societarias,
empresa individual, etc. Estas modificaciones se realizan atendiendo, además, a un criterio integrador del
ordenamiento privado en el conjunto de las legislaciones civiles del Estado”.
142 Espejo, 2006, pp. 1249 y ss.
143 Por todos, Lacruz, 2004, p. 134.
144 Art. 1406.2 Código civil: “Cada cónyuge tendrá derecho a que se incluyan con preferencia en su
haber, hasta donde éste alcance: La explotación económica que gestione efectivamente”.
145 Art. 831: 1. No obstante lo dispuesto en el artículo anterior, podrán conferirse facultades al cónyu-
ge en testamento para que, fallecido el testador, pueda realizar a favor de los hijos o descendientes comunes
mejoras incluso con cargo al tercio de libre disposición y, en general, adjudicaciones o atribuciones de bienes
concretos por cualquier título o concepto sucesorio o particiones, incluidas las que tengan por objeto bienes
de la sociedad conyugal disuelta que esté sin liquidar. Estas mejoras, adjudicaciones o atribuciones podrán
realizarse por el cónyuge en uno o varios actos, simultáneos o sucesivos. Si no se le hubiere conferido la facul-
tad de hacerlo en su propio testamento o no se le hubiere señalado plazo, tendrá el de dos años contados desde
la apertura de la sucesión o, en su caso, desde la emancipación del último de los hijos comunes.
Las disposiciones del cónyuge que tengan por objeto bienes específicos y determinados, además de
conferir la propiedad al hijo o descendiente favorecido, le conferirán también la posesión por el hecho de su
aceptación, salvo que en ellas se establezca otra cosa.
2. Corresponderá al cónyuge sobreviviente la administración de los bienes sobre los que pendan las
facultades a que se refiere el párrafo anterior.
3. El cónyuge, al ejercitar las facultades encomendadas, deberá respetar las legítimas estrictas de los
descendientes comunes y las mejoras y demás disposiciones del causante en favor de ésos.
De no respetarse la legítima estricta de algún descendiente común o la cuota de participación en los
bienes relictos que en su favor hubiere ordenado el causante, el perjudicado podrá pedir que se rescindan los
actos del cónyuge en cuanto sea necesario para dar satisfacción al interés lesionado.
Se entenderán respetadas las disposiciones del causante a favor de los hijos o descendientes comunes
y las legítimas cuando unas u otras resulten suficientemente satisfechas aunque en todo o en parte lo hayan
sido con bienes pertenecientes solo al cónyuge que ejercite las facultades.
4. La concesión al cónyuge de las facultades expresadas no alterará el régimen de las legítimas ni el de las
disposiciones del causante, cuando el favorecido por unas u otras no sea descendiente común. En tal caso,
el cónyuge que no sea pariente en línea recta del favorecido tendrá poderes, en cuanto a los bienes afectos
a esas facultades, para actuar por cuenta de los descendientes comunes en los actos de ejecución o de adju-
dicación relativos a tales legítimas o disposiciones.
Cuando algún descendiente que no lo sea del cónyuge supérstite hubiera sufrido preterición no inten-
cional en la herencia del premuerto, el ejercicio de las facultades encomendadas al cónyuge no podrá menos-
cabar la parte del preterido.
5. Las facultades conferidas al cónyuge cesarán desde que hubiere pasado a ulterior matrimonio o a
relación de hecho análoga o tenido algún hijo no común, salvo que el testador hubiera dispuesto otra cosa.
6. Las disposiciones de los párrafos anteriores también serán de aplicación cuando las personas con
descendencia común no estén casadas entre sí”.
146 Espejo, 2006, p. 1265 con cita, en el mismo sentido, para la redacción del art. 1056 en 1981 de
De la Cámara y Real Pérez.
147 En la doctrina, admiten que el cónyuge puede, haciendo uso de la facultad del art. 831, adjudicar
la empresa familiar o el establecimiento mercantil en los términos del art. 1056 a cualquiera de los hijos o
descendientes comunes Berrocal, 2006, p. 149, Garrido de Palma, RJN 2005, p. 133, Rueda, 2005, p. 203.
Contra, Huerta, 2004, p. 112.
148 A favor: Sáenz-Santurtún, 2008, p. 329; Fernández-Tresguerres, 2008, p. 267; RJN 2005, p. 647;
Ripoll, 2005, p. 21; Millán Salas, 2003, p. 1183; contra, Palazón Garrido, 2006, pp. 315 a 319.
149 La STS de 19 de mayo de 1951 (RJ 1951, 1618) casa la sentencia de instancia que declaró la nuli-
dad de la cláusula que hacía uso de la facultad del art. 1056 por no haber quedado acreditada la existencia
materia del una explotación agrícola. En el caso, el testador dispuso de manera conjunta de todos sus inmue-
bles sin precisar si formaban parte o no de un “lugar acasarado”. Pero dice el Tribunal Supremo, con razón,
que no habiendo sido esta cuestión invocada por el demandante, y siendo la existencia de tal explotación
afirmada por el testador, es una situación jurídica que no necesita más prueba.
Un ejemplo de la confusión que puede producirse en ocasiones, cuando el negocio se asienta sobre un
inmueble, que es el único bien de la herencia, en la STS de 28 de junio de 2001 (Cendoj
28079110002001100277). En el caso, los herederos no se oponen a que uno de los hijos continúe con el
negocio (funeraria) pero sí que se quede con el inmueble sobre el que se asienta.
150 Reverte, 2004, p. 81.
151 El problema se planteó, antes de la reforma de 2003, en el caso resuelto por la STS de 28 de mayo
de 1958 (RJ 1958, 2716), en el que se solicitó la nulidad de la cláusula del testamento, por aplicación del
art. 806 del Código civil. La cláusula disponía que la totalidad de sus acciones en una sociedad anónima se
adjudicaran a aquellos herederos que al tiempo del fallecimiento de la testadora fueran titulares en plena pro-
piedad de acciones de la compañía. La Audiencia declaró la nulidad de la cláusula y el Tribunal Supremo
confirma esta decisión, por entender que el designio del testamento no se ajustaba al art. 1056. A juicio del
Supremo no se trataba de conservar indivisa una explotación, sino de impedir que pudieran ser accionistas
personas extrañas a la familia, lo que se consideraba no estaba amparado por precepto.
152 Palazón Garrido, 2006, p. 323; Fernández-Tresguerres, 2008, p. 274. Contra, por entender que es
contrario a la finalidad de la norma, que es la conservación de la empresa, sin que se pueda calificar de tal
a la sociedad simplemente patrimonial, Espejo, 2006, p. 1266.
153 Fernández-Tresguerres, 2008, p. 269.
154 Espejo, 2006, p. 1267.
que deben valorarse los bienes para fijar la cuantía de las legítimas. En la doctrina las
opiniones no son unánimes, pues cabe acudir al criterio del momento de la muerte (más
el interés legal)155 o al del momento del pago. La cuestión ofrece indudable interés prác-
tico, puesto que dada la naturaleza productiva de los bienes que nos ocupan la empresa
puede revalorizarse o depreciarse, entre otros factores, por la actividad del beneficiado
por la disposición que debe satisfacer a los demás su legítima156.
La doctrina discute el título por el que el beneficiario y los demás legitimarios
entran en la sucesión cuando el testador no lo haya dicho expresamente, pues de ello
depende la solución que se dé algunos problemas, como el momento en que el benefi-
ciario puede entrar en la posesión, la obligación frente a los acreedores de la empresa,
o los derechos en caso de que no se pague en el plazo establecido a los legitimarios157.
155 Reverte, 2004, p. 97. Cree, en cambio, que no debe pagarse el interés legal porque el art. 1056 no
lo exige, Sáenz-Santurtún, 2008, p. 330.
156 Palazón Garrido, 2006, p. 332.
157 Un resumen de las posibilidades en Reverte, 2004, p. 78.
cada vez más numeroso ha defendido en los Estados Unidos de América la necesidad
de que legalmente se limite la libertad de testar, en especial a favor de los hijos. Algunos
autores sugieren que esta protección debe dispensarse a los hijos menores o discapaci-
tados, pero otros, de manera más amplia, propugnan una generalización del derecho de
los descendientes a recibir una parte de la herencia de sus ascendientes, como manifes-
tación de un Derecho de protección de la familia. Es cierto que esta postura ha sido con-
testada pero, en definitiva, la polémica está servida y el debate queda abierto.
Negar que las legítimas gocen de una garantía constitucional me parece conse-
cuencia lógica de la existencia, dentro del mismo Derecho español, de sistemas en los
que rige la libertad de testar. Pero esta conclusión no puede llevarnos al extremo contra-
rio, esto es, a negar todo sentido o razón de ser a las legítimas en aquellos sistemas en
los que se reconocen. No solo puede hablarse del peso de la inercia como actitud que
explica la opinión favorable al sistema de legítimas. Por la connotación de desidia y des-
preocupación por el tema que implica el término inercia, tal explicación de la opinión
ajena no deja de ser un desprecio que prescinde de las razones que la sustentan. Con
independencia de que se comparta esta idea, para muchas personas la legítima enlaza con
la convicción de que realmente es razonable y justo garantizar a los hijos el derecho a
recibir una parte del patrimonio de sus padres, y por ello el ordenamiento debe garanti-
zar tal derecho. Estos argumentos merecen respeto aun cuando no se compartan. Tienen
un apoyo histórico, que ahora se trata de desprestigiar con invocación de la nueva reali-
dad social y del cambio de los tiempos, y, en la medida en que valga como argumento de
autoridad, son conformes con lo declarado por el Tribunal Constitucional alemán en sen-
tencia del año 2005, que entendió que el derecho de los hijos y descendientes a partici-
par en el patrimonio de sus ascendientes, con independencia de su situación de necesi-
dad, es una exigencia de la protección de la familia consagrada por la Constitución ale-
mana. En Derecho español, como he señalado, la legítima no es una exigencia constitu-
cional, sino tan solo una de las posibles fórmulas que permiten conciliar lo dispuesto en
los art. 33 y 39 de la Constitución (herencia y protección de la familia).
Sí es importante, me parece, poner de relieve el componente cultural y el peso que
la tradición ofrecen de manera general en el Derecho de sucesiones y, en particular, en
la sucesión de una empresa, sobre todo cuando ésta se vincula a la propiedad de la tierra
que ha pertenecido a la familia durante generaciones. Aparte de la intuición de que esto
es habitualmente así, sirva para confirmarlo un estudio concreto que lo pone de relieve
en un contexto que me parece especialmente significativo. En Australia, donde el 94%
de las explotaciones agrarias son familiares, a instancias del Gobierno se llevó a cabo un
estudio acerca de la forma en que se lleva a cabo la sucesión en las explotaciones. En un
país en el que la población tiene diferentes procedencias, el estudio pone de relieve el
componente cultural de la sucesión cuando se trata de explotaciones familiares, que han
pertenecido a la familia durante generaciones. En particular, la mayoría de los encuesta-
dos, titulares de explotaciones agrarias procedente de familias con orígenes ingleses,
asentadas desde hace generaciones en Australia, se inclina por escoger un único sucesor,
generalmente un varón, compensando a las hijas de otra forma, en especial mediante una
educación. Sin embargo, para los encuestados procedentes de otros orígenes, europeo o
asiático, no existe razón para discriminar a los hijos y todos deben recibir, con indepen-
dencia de su contribución a la empresa, igual participación en la misma158.
158 Barclay, E., Foskey, R., Reeve, I., 2007. El estudio, basado en una encuesta dirigida en el año 2004 a
5000 titulares de explotaciones agrícolas, a la que contestaron el 36%, compara las respuestas obtenidas acerca
de la forma de organizar la sucesión, las personas escogidas, la vinculación con la jubilación de los agricultores
en relación con los estudios semejantes realizados en otros países (Francia, Canadá, Inglaterra, Japón, Alemania,
Polonia y algunos estados norteamericanos, como Iowa, Virginia y Pensilvania) en el marco del International
Farm Transfers Study propuesto en el Reino Unido por el profesor A. Errington University of Plymouth).
164 Family Firm Institute, “Facts &Perspectives On Family Buasiness Around the World”:
(http://www.ffi.org/default.asp).
Vid., también, Parker, J., Anatomy of Family Business Succession (http://66.102.9.104/search?q=cache:-
TyONHZPku0J:www.modrall.com/0927071190920144.art+American+Family+Business+succession+will&h
l=es&ct=clnk&cd=3&gl=es).
165 Massachusetts Mutual Life Insurance Company (MassMutual), Kennesaw State University, Family Firm
Institute, American Family Business Survey 2007 (www.usdce.org/fbf/downloads/2007_MM_familybusiness.pdf).
Pueden verse además todos los trabajos publicados por diversos autores sobre la sucesión de la empre-
sa familiar y publicados por el UMass Amherst Family Business Center:
(http://www.umass.edu/fambiz/articles/topics.html) o, entre otros muchos, el trabajo de Hutcheson, J. O. –
Zimmermann, M. A., Four Reasons Succession Plans Get Botched en BusinessWeek 26, 2007
(http://www.businessweek.com/smallbiz/content/sep2007/sb20070926_753527.htm).
La falta de previsión y planificación por parte del titular de la empresa, que se resiste a soltar el con-
trol es el motivo fundamental del fracaso en la continuidad de empresas familiares. Vid. también, la página
de algunas entidades asesoras especializadas, como el Family Business Consulting Group:
(http://www.efamilybusiness.com/).
166 Gráficamente se ha dicho que la herencia suele ser en la actualidad “un bien venido complemen-
to de la jubilación” (Valladares, 2004, p. 4900).
167 Marzal, El Derecho de sucesiones en la Valencia foral y su tránsito a la Nueva Planta, 1998.
168 “Comparecencia de Vicente Domínguez Calatayud ante la ponencia constituida en el seno de la
Comisión especial para el estudio de una posible reforme del Estatuto de Autonomía y una posible consolidación
del autogobierno” accesible en www.cortsvalencianes.es/descarga/cv_comparecencias/vicente_dominguez.pdf.
169 Simó Santoja, “Camino hacia el derecho civil valenciano”:
http://www.ivefa.com/ficheros/frames/frbibliografico.htm).
Vicente Simó Santonja, refiriéndose a la recuperación de algunas instituciones del Derecho Foral men-
ciona la ‘‘libertad de testar’’, un asunto que afecta a cualquier ciudadano, pero que tiene gran trascedencia
en el ámbito de la empresa familiar, un sector muy numeroso en la Comunidad Valenciana y, por tanto, de
gran peso para la actividad económica. Simó plantea el supuesto de un empresario que tiene varios hijos, si
‘‘se ve obligado a pagar las partes legítimas, se descapitalizaría la empresa’’. De una situación de esas carac-
terísticas pueden derivar consecuencias económicas y sociales que no solo afectarían al empresario y sus
herederos, sino también a otros ámbitos, dada la importancia social del tejido empresarial valenciano. El
Instituto Valenciano para el Estudio de la Empresa Familiar (IVEFA) considera que la recuperación de la
libertad de testar ‘‘puede constituir un instrumento muy útil para favorecer la transmisión sucesoria de las
empresas familiares por cuanto confiere un marco testamentario más amplio y, por consiguiente, más flexi-
ble’’. El derecho tradicional valenciano, en opinión de esta agrupación empresarial, ‘‘concede al testador
–por lo que aquí interesa, al empresario familiar- absoluta libertad para realizar testamento, sin que su deci-
sión se vea condicionada, ni tan siquiera, por la figura de la legítima, favoreciendo la posibilidad de adjudi-
car la empresa a aquél o aquéllos de entre sus herederos que mejor puedan continuar con la misma’’.
(Información accesible en:
http://www.lasprovincias.es/valencia/pg060402/prensa/noticias/Ocio/200604/02/ALI-OCI-111.html)
el Código civil. Todas estas ideas, en la medida en que nacen en un ámbito empresarial,
deben ser tenidas en cuenta a la hora de enfrentarse al problema170.
En los sistemas en los que no existe legítima la libertad de testar permite organi-
zar la sucesión con total libertad. En los sistemas jurídicos en los que se reconoce la
legítima, las normas específicas sobre transmisión de la empresa a un solo sucesor con
pago en dinero de la legítima a los demás (art. 1056 del Código civil, normas del
Derecho civil del País Vasco para la transmisión del caserío, normas sucesorias especí-
ficas para las explotaciones agrarias) están pensadas para aquellas empresas que, por
sus características, requieren para su conservación y mantenimiento un único sucesor.
Se trata, entonces, de encontrar un equilibrio entre los intereses de conservación de la
empresa y los derechos de los legitimarios que no van a ser adjudicatarios.
Cuando se trata de empresas con un volumen modesto de actividad, que depen-
den del trabajo personal de su titular (pequeña tienda o establecimiento de restauración),
o en las que es decisiva la formación profesional del titular (fontanero, electricista, des-
pacho profesional...) un sistema rígido legitimario por cuotas conduce a su enajenación
y, en definitiva, a su extinción. La adjudicación a uno solo puede resultar además impres-
cindible para la conservación de la empresa cuando no sea practicable económicamente
su explotación por varios titulares. Si hay bienes suficientes en el patrimonio hereditario
o los demás han recibido otros bienes suficientes para cubrir su legítima no se plantea-
rán problemas especiales. En otros caso, es cierto, para el beneficiario de la adjudicación
puede resultar excesiva la carga de pagar a los demás su legítima en dinero.
En este sentido, como hemos visto (apartado II.2.A), la reforma de la legítima
proyectada en Alemania persigue, entre otros, el objetivo de ampliar los supuestos en
los que procede el aplazamiento del pago en dinero cuando el patrimonio hereditario
esté constituido por una pequeña empresa. La forma en la que se prevé se lleve a cabo
la imputación de donaciones favorece también la transmisión en vida de la empresa o
de los títulos de la misma.
¿Justifica, entonces, la aspiración a la conservación de una empresa en marcha
el negar a los demás hijos todo derecho a un valor patrimonial? Vuelve a aparecer aquí
un componente ideológico que, en última instancia, obedece solo al deseo de poten-
ciar, por razones estrictamente individualistas, la libertad personal. En efecto, no puede
haber razones que justifiquen esa libertad de testar conectadas al mantenimiento de la
empresa si no van acompañadas de otro tipo de cautelas, como la carga al beneficiario
de continuar la explotación, la prohibición de venderla o, incluso, previamente, la
imposición al causante de la necesidad de escoger como sucesor al más idóneo para la
continuidad de la empresa. Pero cualquier planteamiento que excluyera la libertad de
170 Con la imprecisión que suele acompañar a las noticias jurídicas en las prensa, pero recogiendo el
sentido del proyecto de ley, puede leerse lo siguiente: “Sin legítima en el negocio familiar. La herencia legí-
tima solo se respeta en el reparto del patrimonio. En un negocio familiar, por ejemplo, la libertad para tes-
tar será total. Esta norma pretende garantizar el futuro de pequeñas y medianas empresas que se pueden ver
en peligro por disputas familiares. Muchas firmas se han visto obligadas a echar la persiana debido a con-
flictos familiares una vez el padre de familia ha repartido el negocio entre los hijos a partes iguales. Ahora,
una solo persona podrá liderar el proyecto empresarial.
Si los hijos de un empresario no quieren seguir con el negocio o el propietario quiere desheredar a sus
descendientes, este puede dejar la empresa al gerente de la firma si lo estima oportuno. El dueño podrá repar-
tir su empresa como crea conveniente sin necesidad de respetar los tercios que marca el Código civil” (Las
Provincias Digital. http://www.lasprovincias.es/valencia/prensa/20070925/politica/consell-propone-juristas-
pactar_20070925.html).
En sentido parecido la información en Valenciahui (http://66.102.9.104/search?q=cache:
BmCcUPI3z2sJ:www.valenciahui.com/noticia.php/2006/12/09/germania_la_nueva_formula_matrimonial_
mi+libertad+testar+valencia&hl=es&ct=clnk&cd=2&gl=es).
171 Fernández del Pozo, 2008, pp. 78 y 79. En sentido parecido, Sáenz-Santurtún, 2008, p.332 y
Fernández-Tresguerres, 2008, p. 135.
172 Sánchez-Crespo, 2005, pp. 31, 40, 44; Rodríguez Aparicio (/Vicent Chuliá), 2004, p. 301; Garrido
de Palma, 2005, p. 694.
173 En este sentido, Vicent Chuliá, 2007, p. 227. Vid., también, sobre legítima y protocolo, M. Roca
- N. Martí (en Amat - Corona, 2007, p. 218); Sánchez-Crespo, 2005, pp. 31 y 40; Perdices Huetos, 2005, p.
498; Garrido de Palma, 2005, p. 650.
174 González Bou, 2005, p. 758, Jou i Mirabent, 2005, p. 362, Egea, 2007, p. 7.
En la actualidad, la Llei 10/2008, del 10 de juliol, del llibre quart del Codi civil de Catalunya, relatiu
a les successions (Diari Oficial de la Generalitat de Catalunya Núm. 5175 – 17.7.2008) declara la nulidad
La Llei 10/2008, de 10 de julio, del llibre quart del Codi civil de Catalunya,
relatiu a les successions intenta revitalizar los pactos sucesorios y prevé expresa-
mente la posibilidad de que se celebren pactos que tengan la finalidad del manteni-
miento y la continuidad de una empresa familiar o un establecimiento profesional175,
así como su publicidad por los mismos medios que el protocolo familiar (en la actua-
lidad, RD 171/2007, de 9 de febrero, por el que se regula la publicidad de los proto-
colos familiares176).
De acuerdo con esta nueva normativa catalana, en pacto sucesorio se puede
imponer cargas a los favorecidos, indicando en su caso la finalidad perseguida con las
mismas. Entre las cargas se contempla, además de la posibilidad del cuidado y la asis-
tencia de los propios otorgantes o de terceros, la continuidad de una empresa familiar o
la transmisión indivisa de un establecimiento profesional177. En mi opinión, estas cargas,
en cuanto graven la legítima, debe someterse a las mismas cautelas que han quedado
expuestas en este trabajo para la legítima (apartado II.2.D.c).
Aunque el heredamiento no siempre limita la facultad del heredante de disponer
a título oneroso e inter vivos, cuando la finalidad del heredamiento es, precisamente, la
continuidad de una empresa familiar o la transmisión de un establecimiento profesional,
la ley permite que se establezca que la transmisión onerosa de la empresa o de las accio-
nes o participaciones que las representen, así como la renuncia al derecho de suscripción
preferente requiere el consentimiento del instituido si ha sido parte en el pacto sucesorio
o de un tercero. Se admite igualmente la posibilidad de introducir como contenido del
de los pactos celebrados que no correspondan a ninguno de los tipos contemplados en la ley. En este senti-
do, establece el art. 431-9: “Nul litat dels pactes successoris i llurs disposicions.1. Són nuls els pactes suc-
cessoris que no corresponen a cap dels tipus que estableix aquest codi, els atorgats per persones no legiti-
mades, o bé sense observar els requisits legals de capacitat i de forma, i els atorgats amb engany, violència
o intimidació greu”.
Por lo que se refiere a los pactos de renuncia, ya ha quedado expuesto en el apartado IV.3.B la forma
restrictiva en la que el art. 451-26, frente a lo que inicialmente preveía el proyecto de ley, admite la renun-
cia a la legítima no deferida y la renuncia al suplemento de la legítima. Reproduzco a continuación lo pre-
visto en el proyecto (Iniciativa publicada el 19 de febrero de 2007 (http://www.parlament.cat/portal/
page/portal/pcat/IE06/IE0606?EX=200-00017/08):
Art. 431.27: “Pactes de renuncía. Validessa. 1. Són vàlids els pactes de renúncia o de transacció sobre
drets successoris de qualsevol naturalesa atorgats entre el renunciant o renunciants i el causant de la suc-
cessió. 2. Els pactes de renúncia es poden establir sobre la totalitat dels drets successoris o sobre una part
d’aquests drets de forma pura o condicional i a títol onerós o gratuït. 3. Llevat de pacte en contrari, la renún-
cia als drets successoris és eficaç enfront els successors del renunciant”.
Art. 431-30: “Renúnica als drets legitimaris. 1. Mitjançant pacte successori les persones amb dret a lle-
gítima poden renunciar vàlidament als seus drets legitimaris. També poden renunciar a exigir el suplement
de llegítima quan reben del causant béns o diners en pagament dels seus drets legitimaris. 2. La renúncia a
la llegítima no es fa extensiva als drets successoris establerts voluntàriament pel causant a favor del renun-
ciant en testament. 3. Si el causant de la successió ha mort intestat, qui ha renunciat a la llegítima conserva
el dret a succeir com a hereu d’acord amb l’ordre de crides que estableix la llei en la successió intestada”.
175 Como antecedente de esta propuesta, vid. el estudio de Jou i Mirabent, 2005, p. 375.
176 Art. 431-8: “Publicitat dels pactes successoris. 4. Si la finalitat d’un pacte successori és el man-
teniment i la continuïtat d’una empresa familiar, se’n pot fer constar l’existència en el Registre Mercantil
amb l’abast i de la manera que la llei estableix per a la publicitat dels protocols familiars, sens perjudici que
hi constin, a més, les clàusules estatutàries que hi facin referència”.
177 Art. 431-6: “Càrregues i finalitat del pacte successori. 1. En pacte successori, es poden imposar
càrregues als afavorits, que hi han de figurar expressament. Si escau, també s’hi ha de fer constar, si té caràc-
ter determinant, la finalitat que es pretén assolir amb l’atorgament del pacte i les obligacions que les parts
assumeixen a aquest efecte.
2. Les càrregues poden consistir, entre d’altres, en la cura i atenció d’algun dels otorgants o de tercers,
i la finalitat, també entre d’altres, en el manteniment i la continuïtat d’una empresa familiar o en la trans-
missió indivisa d’un establiment professional”.
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178 Art. 431-25: “Efectes de l’heretament en vida de l’heretant: 1. L’heretament simple, i també el
cumulatiu respecte als béns exceptuats de l’adquisició de present i als adquirits posteriorment per l’heretant,
no limiten la facultat d’aquest per a disposar dels seus béns a títol onerós entre vius. 2. Si la finalitat de
l’heretament és el manteniment o la continuïtat d’una empresa familiar o d’un establiment professional, es
pot convenir que llur transmissió onerosa, o la de les accions o participacions socials que la representin, i
també la renúncia al dret de subscripció preferent, s’hagi de fer amb el consentiment exprés de la persona
instituïda, si és atorgant del pacte successori, o de tercers. També es poden establir normes sobre
l’administració de l’empresa o l’establiment per l’heretant o l’hereu, que es poden incloure en els estatuts
socials de l’empresa familiar i publicar en el Registre Mercantil”.
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