Este documento resume la historia de la enseñanza de la lectura y escritura en la educación preescolar mexicana desde 1981 hasta la actualidad. Explora cómo la reforma curricular de 1981 introdujo dudas sobre si se debe enseñar o no estas habilidades en preescolar. Aunque ahora se entiende mejor cómo los niños aprenden a leer y escribir, todavía existen prácticas pedagógicas contradictorias. La escuela ya no monopoliza estas habilidades, que son parte de la experiencia natural de los niños. Queda por
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Este documento resume la historia de la enseñanza de la lectura y escritura en la educación preescolar mexicana desde 1981 hasta la actualidad. Explora cómo la reforma curricular de 1981 introdujo dudas sobre si se debe enseñar o no estas habilidades en preescolar. Aunque ahora se entiende mejor cómo los niños aprenden a leer y escribir, todavía existen prácticas pedagógicas contradictorias. La escuela ya no monopoliza estas habilidades, que son parte de la experiencia natural de los niños. Queda por
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Este documento resume la historia de la enseñanza de la lectura y escritura en la educación preescolar mexicana desde 1981 hasta la actualidad. Explora cómo la reforma curricular de 1981 introdujo dudas sobre si se debe enseñar o no estas habilidades en preescolar. Aunque ahora se entiende mejor cómo los niños aprenden a leer y escribir, todavía existen prácticas pedagógicas contradictorias. La escuela ya no monopoliza estas habilidades, que son parte de la experiencia natural de los niños. Queda por
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LA LECTURA Y LA ESCRITURA EN LA ESCUELA
PREESCOLAR MEXICANA. DIMENSIÓN
HISTORIOGRÁFICA. Martha Remedios Rivas González Profesora de tiempo completo de la Universidad Pedagógica de Durango.
Introducción
Muchos temas son hoy de interés y preocupación de un sin número de
educadores y educadoras, la función del juego en el desarrollo de competencias, la evaluación del aprendizaje y las competencias de las y los niños preescolares, las metodologías o modalidades para el desarrollo de competencias, el aprendizaje de la lectura y la escritura, etc. La lectoescritura, como generalmente se nombra el lenguaje oral y escrito en el nivel preescolar se ha colocado hasta el día de hoy en el centro de la discusión académica, pero también hace evidente la incertidumbre la que se ubican un sin número de educadoras y educadores. Incertidumbre sobre su intervención pedagógica en este campo. El presente escrito recupera de los discursos de educadoras y educadores una preocupación cuyo origen data de la década de los ochentas, cuando el cambio curricular (1981) introdujo a nuestro país la psicología genética en el nivel de educación preescolar y la lectura y la escritura pasaron a ser objetos de conocimiento conceptualmente distintos de las nociones que las consideraban aprendizajes previos, producto de las sensopercepciones y/o resultado de la maduración psicomotriz y la coordinación ojo mano. Nace la discusión sobre si el aprendizaje de la lectoescritura es anticipación a la escolaridad obligatoria y/o como preescritura y prelectura. Según Selmi, L., y Turrini, A (1992: 79) lo anterior derivó en planteamientos didácticos de carácter milagroso y con poca pertinencia y factibilidad... “que colocaban el uso del lenguaje lejos del servicio de los niños y les impedía insertarse en una interacción social rica y significativa... reducción a aprendizaje de técnicas específicas que no se tradujeron en aprendizaje efectivo... Es decir, un precoz escolarización capaz de bloquear la potencialidad de los niños y las niñas...y que olvida que la función del lenguaje oral y escrito son la inserción en la cultura y la organización del conocimiento”. Para el profesorado de educación infantil no es inédito que la reforma curricular de hace dos décadas y media (1981) constituyó un hito en las propuestas curriculares de la educación preescolar en nuestro país, con ésta se origina una pregunta que hasta la fecha coloca en la incertidumbre la intervención pedagógica de muchas y muchos educadores, la pregunta aun no resuelta: ¿se debe enseñar o no a leer y escribir a las niñas y los niños preescolares?
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UNIVERSIDAD PEDAGÓGICA DE DURANGO Emilia Ferreiro (2002:119 Y 122) opina que esta “...es una pregunta mal planteada, porque tanto la respuesta negativa como la positiva se apoya en una presuposición que...supone que el acceso a la lengua escrita comienza el día y hora que los adultos deciden... ilusión pedagógica... En lugar de preocuparnos si “debemos o no enseñar “hay que preocuparse por DAR A LOS NIÑOS OCASIONES DE APRENDER”. La duda o la ilusión pedagógica como lo denomina Ferreiro aún se persiste en muchas educadoras y educadores mexicanos a pesar de la reforma curricular 2004 y la obligatoriedad de la educación preescolar. ¿Se debe enseñar o no a leer y escribir a las niñas y los preescolares? Es entonces, una pregunta para compartir con respuestas y nuevos cuestionamientos por construir para transitar a preguntarnos: ¿en el marco de la reforma curricular 2004 qué aprenderán las niñas y los niños en lectura y escritura en los Centros Preescolares Mexicanos? quizá esto le interese más a la sociedad y a las madres y padres de familia, pero nuestra realidad educativa oscila en ambos cuestionamientos. Ante el peso histórico del si se debe o no, la investigación educativa tendrá que dilucidar, si en esa incertidumbre tienen influencia los procesos de capacitación y formación, si es la difusa claridad del enfoque de competencias clave en el nuevo diseño curricular 2004, si son las resistencias al cambio por parte del profesorado de educación preescolar, si es la cultura pedagógica o la propia identidad socioprofesional de este nivel educativo, etc. El propósito de este escrito es realizar una recuperación histórica de las diversas propuestas educativas sobre la lectura y la escritura en el nivel preescolar en el periodo 1981 a 2006. Para ello, desde la dimensión historiográfica se realiza una exploración documental de las diversas propuestas oficiales, tomando en cuenta la más reciente, derivada de la obligatoriedad de la educación preescolar y la estrategia de renovación curricular y pedagógica de la educación preescolar. Los principales apartados que integran este escrito son: la disolución de un monopolio; incertidumbre: “no se pretende enseñar a leer y escribir al niño preescolar; la herencia pedagógica; el sentido de la frase “familiarizar a las niñas y los niños con la escritura” y la lectura y la escritura en los programas de educación preescolar: 1981, 1992 y 2004. Asimismo, se enuncian algunas conclusiones previas.
La disolución de un monopolio
La lectura y la escritura en el nivel preescolar mexicano en las dos
últimas décadas del siglo XX se caracterizaron por la búsqueda constante por comprender su proceso de adquisición por parte de los sujetos cognoscentes, lo anterior permitió encontrar respuestas acerca de las formas más eficaces para su enseñanza. Si bien es cierto, mucho se ha avanzado en la comprensión de los procesos de aprendizaje de estos dos objetos de conocimiento, pero faltan saberes procedimentales y técnicos en el profesorado para apoyar a las niñas
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UNIVERSIDAD PEDAGÓGICA DE DURANGO y los niños en la comprensión del sistema de escritura y en la promoción del gusto por la lectura de una manera menos pedagogizante y escolástica que permita otorgarles el poder de leer y escribir; es decir, ahora es necesario reflexionar sobre las estrategias de intervención y las formas sobre cómo las y los educadores potencializan las competencias relacionadas con dichos campos de conocimiento. En las dos últimas décadas la educación preescolar ha concebido y considerado el lenguaje oral y escrito como un encuentro entre dos mundos, como un proceso de colonización cultural o como metafóricamente Graciela Montes llama en el Corral de la Infancia, “la tensión entre el lenguaje silvestre y el reino del lenguaje oficial”, parece entonces que lo que las niñas y los niños saben sobre la lectura y la escritura no son parte de sus experiencias y saberes de su mundo de vida, parece como si ésta iniciara con la escuela, como si la escuela fuera el espacio principal de producción masiva de lectores y escritores. (2001: 56) Al respecto Pierre Bourdieu señala que “... generalmente se consideró a la escuela como el espacio principal de producción masiva de lectores... asevera, hemos vivido un siglo a partir de prácticas sociales de lectura y escritura que llegaron a condensarse en el manual escolar, el libro de lectura, el discurso del método como integrantes del discurso pedagógico naciente colocado al servicio del objetivo, y con ellos, la aparición en escena de la lectura escolar”. (1996) Esto permite señalar que la lectura y la escritura no son propiedad escolar, son producciones sociales propiedad y derecho de todas y todos los seres humanos y por ende de las niñas y los niños. La escuela actual, cuestionada y debatida en los tiempos del desarrollo del conocimiento y del avance tecnológico de inicios de milenio, se ha convertido en el refugio posible de promoción y difusión de la lecto-escritura hacia los sectores históricamente marginados del saber/leer/poder. (Cucuza; 2003:18) La escuela está dejando de ser el espacio que monopolizó la enseñanza y el aprendizaje de la lectura y la escritura, ambos van dejando de ser poco a poco prácticas escolares caracterizadas por la psicopedagogización extrema y lejanas de la frontera indómita. Hoy se proponen nociones más amplias, más profundas, más apegadas a la realidad de los usos contextualizados de la alfabetización inicial, resultando su carácter humano, integral e interactivo en el que se ubica en el marco de la aldea global. A pesar de los avances en la comprensión de los procesos de aprendizaje de la lectura y la escritura, sobreviven viejas prácticas pedagógicas y concepciones curriculares contradictorias que se mantienen bajo el supuesto de que las niñas y los niños pequeños no saben y/o no pueden aprender dichos objetos de conocimiento. Este recorrido por la historia de la enseñanza y el aprendizaje de le lectura y la escritura, permite develar algunas contradicciones entre los planteamientos teóricos y metodológicos de las diversas propuestas curriculares oficiales, que permiten suponer que las y los educadores de inicios de primer milenio hemos heredado una cultura pedagógica centrada en el enfoque neuroperceptivo propuesto en la década de los setentas y que
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UNIVERSIDAD PEDAGÓGICA DE DURANGO hoy nos colocan en el remolino de la contradicción e incertidumbre, cuyo origen emerge en el marco de la reforma curricular del Programa de Educación Preescolar’ 1981 ¿se debe enseñar o no a leer y escribir a las niñas y los niños en el nivel preescolar? Cuestión claramente señalada en la Guía para el Orientar el Desarrollo del Lenguaje Oral y Escrito en Preescolar (1988: 13). Asunto inquietante aun para un sin numero de educador@s, madres y padres de familia empeñados en el aprendizaje temprano convencional de la lectura y la escritura o en el aprendizaje rudimentario y mecanizado de la cultura escrita. Esto se ha convertido en un requerimiento implícito o virtual por parte de padres y madres de familia para el nivel de educación preescolar, aun en el marco de la obligatoriedad de este nivel educativo.
Incertidumbre: “no se pretende enseñar a leer y escribir al niño preescolar”
“...históricamente, en México ha existido una controversia
alrededor de si se debe enseñar o no a leer y escribir a las niñas y los niños en el nivel preescolar. El debate existe por razones psicológicas tales como si las y los niños están maduros para este aprendizaje, pero también por los planteamientos de las propuestas curriculares. El problema es complejo, la solución a esta controversia no puede ser lineal y única y mucho menos fácil”. (Hagg; 2003: 80) La educación preescolar, desde principios de la década de los ochenta, se ha debatido en la incertidumbre de la enseñanza de la lectura y la escritura. Le anteceden prácticas pedagógicas entendidas como técnica de maduración psicomotora, como ejemplo de ello está el Programa de Ejercitación Previa a la Lecto-Escritura desarrollado a finales de la década de los setentas. Dichas prácticas tienen como sustento la investigación realizada en Jardines de Niños oficiales con una muestra total de 830 niños de 5 a 6 años durante los periodos escolares comprendidos el periodo de 1970 a 1978. Según Margarita Gómez Palacio (1989: 58), es hasta 1989 cuando en una reunión de expertos en la didáctica de la lengua escrita, se coincide en la importancia de la etapa de preparación para la iniciación formal de la lengua escrita que debe basarse en el desarrollo de las habilidades lingüísticas y en los aspectos cognoscitivos de la lengua escrita, y no en ejercicios de psicomotricidad y percepción, a fin de lograr una lectura de comprensión y no de descifrado. En el caso de México este proyecto no pudo implementarse porque la educación preescolar aún no era obligatoria, por lo que se consideró necesario hacerlo al inicio de la educación primaria. La lectura y la escritura como objetos de enseñanza, han sido temas generalmente vinculados y legítimamente abordados en la educación primaria; en tanto que la educación secundaria y terciaria servirá para mejorar y profundizar dichos aprendizajes. Aunque muchos mexicanos aún estemos aprendiendo a leer y escribir en la universidad, porque ser excelentes descifradores requiere cierta dedicación.
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UNIVERSIDAD PEDAGÓGICA DE DURANGO A pesar del desarrollo de sólidas investigaciones (Ferreiro y Teberosky,1979; Ferreiro y Gómez Palacio, 1982, Tolchinsky, 1982; Goodman, 1982 y Teberosky, Tolchinsky y Nemerovsky, 2000), sobre el conocimiento y comprensión de los procesos de aprendizaje de la lectura y la escritura y la forma cómo las niñas y los niños construyen hipótesis cognoscitivas que corroboran o descartan en función de su experiencia, ni aún así, la lectura y la escritura se han librado de ser tratadas bajo esquemas reduccionistas que signan aún hoy, prácticas pedagógicas mecanicistas que sólo contribuyen a que la niñas y los niños no les guste leer ni escribir. A pesar del establecimiento de nuevos modelos educativos, de políticas para la modernización de la educación básica y normal, de mejoras de la calidad educativa y de procesos de renovación curricular, el abordaje de la lectura y la escritura en preescolar no se ha librado de contradicciones, estereotipos, mitos y temores; es decir, somos herederos de un testamento educativo que nos otorga una herencia pedagógica que catastróficamente parece ser el mismo legado para las y los educadores que nos sucederán. Ello tiene que ver con la identidad difusa del nivel preescolar, “se cuida, se juega o aprende”. Por lo que las prácticas educativas actuales en relación al campo del lenguaje oral y escrito en la educación preescolar son la expresión de tres enfoques: neuroperceptivo, de la conciencia fonológica y la cultura escrita. Antes de 1983 las y los docentes de muchos Jardines de Niños apoyaban la enseñanza de la lectura y la escritura en libros comerciales, los cuales se enfocaban principalmente al aprendizaje de las matemáticas y la lengua escrita. Los más utilizados fueron los denominados Ejercicios Previos a la lecto-escritura (EPLE), y otros relacionados con la reproducción de letras, palabras y oraciones como fue el libro: “Mis Primeras Letras”. Actualmente, los libros comerciales continúan siendo altamente empleados por las y los docentes del nivel preescolar, principalmente en los Jardines de Niños particulares. Además, de un sin número de libros comerciales y otro conjunto de textos oficiales que han apoyado la práctica educativa de las y los educadores mexicanos, y que han marcado pautas de acción para la enseñanza de la lectura y la escritura a los niños y niñas menores de seis años. Entre los materiales de carácter oficial es posible citar: el Programa para la Ejercitación Previa a la Lecto–Escritura, la Guía Didáctica para Orientar el Desarrollo del Lenguaje Oral y Escrito en Preescolar, Mi Cuaderno de Trabajo, el Material para Actividades y Juegos Educativos (MAJE), el libro de Bloques de Juegos y Actividades en el Desarrollo de los Proyectos en el Jardín de Niños y el Programa de Educación Preescolar 2004. Es importante señalar que durante el ciclo escolar 1983-1984 se incluye, dentro de los materiales educativos para la educación preescolar, un libro de texto gratuito denominado Mi Cuaderno de Trabajo, el cual se utilizó en las prácticas educativas hasta 1996, dirigido principalmente a los alumnos y alumnas del último grado de preescolar. El libro de texto sufrió modificaciones en 1987, las principales fueron, la forma de edición de los materiales; sin embargo, la estructura continuó igual hasta la reforma educativa de 1992. En esta edición se presenta al texto como una nueva
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UNIVERSIDAD PEDAGÓGICA DE DURANGO propuesta que sirve de auxiliar didáctico para el maestro durante la realización de los proyectos educativos, que es la nueva alternativa metodológica que plantea el Programa de Educación Preescolar 1992 (PEP 92). En ella se abordan aspectos significativos de la realidad del niño, con la intención de generar nuevas experiencias de aprendizaje relacionadas con su entorno natural y social, las cuales se enmarcan dentro de los bloques de juegos y actividades que presenta el PEP 92. Durante el ciclo escolar 1996-1997 se presentó, a partir de una de las líneas de acción especificadas en el AMNEB, una reformulación total del libro de texto, “Mi cuaderno de Trabajo” y se creó el “Material para Actividades y Juegos Educativos” (MAJE),el cual integra una guía para la educadora, una guía para padres y madres de familia. Cabe preguntarse ahora de las posibles modificaciones y adecuaciones al MAJE o de la edición de un nuevo libro de texto para l@s niñ@s de los centros preescolares en el marco de la reforma curricular 2004 y con relación a la organización de contenidos por competencias y campos formativos. Es precisamente en 1988, cuando la Secretaría de Educación Pública propone la Guía Didáctica para Orientar el Desarrollo del lenguaje Oral y Escrito en el Nivel de Preescolar, propuesta que contó con la colaboración especial de la Dra. Margarita Gómez Palacio, en ese entonces Directora General de Educación Especial. Dicha Propuesta se fundamenta en la Psicología Genética y la Pedagogía Operatoria, fundamentos teóricos y metodológicos del Programa de Educación Preescolar 1981, la Guía sustentó el abordaje metodológico de la lecto-escritura en tres ejes: la escritura del nombre propio, la lectura de cuentos y el dictado”; sin embargo a esta Guía le sobrevivió el aprendizaje rudimentario y la práctica pedagógica de los ejercicios previos de carácter madurativo (EPLE). La Guía Didáctica se proponía “el acercamiento del niño a la lectura y escritura en el nivel preescolar para propiciar el enlace y la continuidad con el nivel siguiente...” (SEP, 1988: 9 y 10), su sustento en el enfoque psicogenético derivado de estudios sobre el desarrollo de niños mexicanos... promovió el acercamiento de la lectura y escritura como elementos de conocimiento con un verdadero significado para las niñas y los niños... “persigue primordialmente el descubrimiento de los sistemas de lenguaje oral y escrito por el niño, a partir de su propia acción, lo que soslaya rotundamente la enseñanza de la lectura y escritura; ocupación que corresponde a la escuela primaria”. Con base en lo anterior, una frase de la Guía desconcertó rotundamente a las y los educadores del nivel: “NO SE PRETENDE ENSEÑAR A LEER Y ESCRIBIR AL NIÑO PREESCOLAR” idea incompleta (ubicada en la página 13 de la Guía y que se completa hasta la página 31), “... SINO PROPICIARLE UN AMBIENTE ALFABETIZADOR PARA QUE RECORRA A SU PROPIO RITMO, ESE CAMINO INTERIOR A LA ENSEÑANZA APRENDIZAJE DE LA CONVENCIONALIADAD DE LA LENGUA ESCRITA, CON EL FIN DE QUE EN SU MOMENTO, ESTE APRENDIZAJE SE DE EN FORMA MAS SENCILLA PARA EL NIÑO. (1988: 31). Por desgracia el hecho de que en la Guía apareciese dicha frase de manera inconclusa fue la causa de que por más de dos décadas las prácticas pedagógicas de las y los
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UNIVERSIDAD PEDAGÓGICA DE DURANGO educadores se sitúen en la incertidumbre respecto a su intervención educativa en ese campo. Lo anterior, nos lleva a reflexionar en la función o misión central de carácter socioeducativa del nivel preescolar, impulsar el desarrollo integral de l@s niñ@s de 3 a 6 años de edad (el lenguaje oral y escrito es parte de ese desarrollo integral). El niño inicia el aprendizaje de la lectura y la escritura desde su nacimiento, aún sin la mediación en una enseñanza formalizada. Este slogan taxativo solo marca limites, no implica de facto una prohibición como se interpretó en la década de los ochentas, delimita niveles de acercamiento a un objeto de conocimiento como una vía para prevenir la primarización (del Jardín de Niños) de la enseñanza y el aprendizaje de la lectura y la escritura en preescolar, de su uso descontextualizado y mecanicista; pero también establece “limites cargados de incertidumbre” que influenciaron el indigente avance en la potencialización del aprendizaje del lenguaje oral y escrito como conquista intelectual de orden superior de las y los niños preescolares. Las y los educadores “respetaron” su nivel de aprendizaje y no asumieron su responsabilidad como mediadores y apoyos de su aprendizaje, más allá de ser meros enseñantes. A pesar de que en la propuesta curricular de 1981 se reconocían avances científicos y se conceptualizó a las y los niños como sujetos cognoscentes con sus propias características y necesidades de aprendizaje, l@s educador@s se colocan en la disyuntiva de acercarlos a un objeto de aprendizaje social y escolar, pero que no debía aprender por prescripción. No se renunció a la costumbre de responder: muy bien, que bonito sigue así, haz como puedas, no te preocupes; no importaba qué escribiera, ni para quién; a decir de Francesco Tonucci (2002: 22) “... se respondía con las típicas apreciaciones del adulto con respecto a las producciones infantiles, como: precioso, estupendo, que terminaban por desorientar a las y las niños y por convencerlos de que no vale la pena esforzarse más”, por ende el adulto tiene una expectativa baja acerca de las posibilidades de sus alumn@s, lo que evidencia el escaso conocimiento sobre las niñas y los niños, y el poco trabajo sobre sus producciones por parte de l@s profesor@s, además deja claro la herencia pedagógica del nivel.
La herencia pedagógica
Ese dilema y contradicción se trasladó como herencia histórica a pesar
del establecimiento del Programa Emergente de Profesionalización del Magisterio, planteado por el Sistema Educativo Mexicano en 1993. Es en el marco del Acuerdo Nacional para la Modernización Educativa de la Educación Básica (1992) en el que se plantea nuevo programa educativo para el nivel preescolar (PEP 92), así como los planteamientos teórico metodológicos respecto a la enseñanza y aprendizaje de la lectura y la escritura en la que Monserrat Fortuny (1986) con una postura neodecroliana (bajo el principio de globalización), recupera los principios de la pedagogía operatoria sustentados en la psicología genética.
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UNIVERSIDAD PEDAGÓGICA DE DURANGO Los planteamientos relacionados con el lenguaje oral y escrito se plantearon de manera explicita en el documento: Bloques de Juegos y Actividades en el Desarrollo de los Proyectos en el Jardín de Niños (Mayo 1993) en un apartado denominado: Bloque de Juegos y Actividades Relacionadas con el Lenguaje, con el propósito de “permitir al niño ampliar el lenguaje oral, proporcionarle un ambiente alfabetizador y brindarle las experiencias necesarias para que recorra el camino anterior a la enseñanza- aprendizaje y la convencionalidad de la lengua escrita para que, en su momento, este aprendizaje se dé en forma más sencilla”. Esto permite preguntarse ¿Cuál es el camino anterior a la enseñanza –aprendizaje, si desde que nacemos estamos aprendiendo sobre esos objetos de conocimiento. Los contenidos del bloque de juegos y actividades son: Lengua oral, lengua escrita y lectura. Lengua oral: Corresponde al Jardín de Niños enriquecer los conocimientos de los niños y propiciar el uso del lenguaje como un medio eficiente de expresión y comunicación.... ofrecer distintas oportunidades de uso creativo de la expresión oral a través de conversaciones, narraciones, descripciones, escenificaciones, diálogos, preguntas y respuestas, conferencias, etc.... este nivel educativo debe proporcionar las experiencias que ayuden al niño a integrar las estructuras que le permitan descubrir el significado de palabras nuevas o significados nuevos a palabras ya conocida; aprender la pertinencia de algunas actitudes cuando se comunica verbalmente y construir de manera cada vez más completa y precisa sus mensajes (SEP; 1993: 103 y 104) Lenguaje escrito: Es función del Jardín de Niños acercar al niño a la lengua escrita, que es un sistema de códigos que permiten la comunicación con otras personas que están cerca o lejos de nosotros. Lectura y escritura son procesos íntimamente relacionados, sin embargo, el desarrollo de estos procesos plantea en su adquisición mecanismos y estrategias de distinta naturaleza por lo que se presentan didácticamente separados (SEP; 1993: 104) Escritura: Escribir es un acto creativo para comunicar mensajes, en el que se involucran múltiples conocimientos lingüísticos...es necesario que observe a los adultos realizar actos de escritura... leer es un acto inteligente de búsqueda de significados que va más allá del conocimiento del código alfabético convencional, ya que el lector pone en juego otros conocimientos que le permiten encontrar el significado total de lo que lee. Para ello remite < la Guía Didáctica para Orientar el Desarrollo del Lenguaje Oral y Escrito”. (SEP; 1993: 105) Cuando uno recupera y reflexiona sobre el propósito del bloque de juegos y actividades, vuelve a recuperar el hilo de la contradicción que subsiste como la herencia pedagógica: “recorrer el camino anterior a la enseñanza-aprendizaje y la convencionalidad de la lengua escrita para que, en su momento, este aprendizaje se dé en forma más sencilla”, ¿esto es un neopreejercicio?; es decir, se parece al ejercicios previos de carácter madurativo de finales de los setenta y principios de los ochenta, y así ocurrió con muchas de las prácticas de l@s educador@s mexicanos, niñas y niños
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UNIVERSIDAD PEDAGÓGICA DE DURANGO rodeados de letras, palabras y frases, preguntando qué dice ahí o cómo se escribe; pero situados en el camino anterior a la convencionalidad, ¿cómo es eso?, será no ir más allá de lo que niñas y niños saben y pueden llegar a saber, en esa realidad del está precioso, estupendo y haz cómo pienses y puedas, continuaron en el “no puedes o no es para ti aún, en la espera”, ahí sigan ya les tocará sufrir con las planas en la escuela primaria; que concepción tan agresiva y comprimida sobre las niñas y los niños mexicanos; que valoración tan pobre, esto parece reflejar la actuación en muchas y muchos educadores infantiles hasta el día de hoy aún con reforma curricular y obligatoriedad del nivel preescolar. Lo anterior continúa siendo una paradoja, un absurdo y una incongruencia, l@s niñ@s inician este proceso de aprendizaje desde su nacimiento, el aprender se da en un continuo histórico que recupera la filogénesis del desarrollo de la lectura y la escritura, parece ser que éstos fuesen dos aprendizaje propiedad de la escuela primaria, en donde las necesidades y los intereses de las niñas y los niños se dan por descontadas, no importan. Recordemos que aquí se origina el ejercicio democrático de la ciudadanía. Recordar es volver a vivir: la lectura y la escritura son parte de desarrollo de la humanidad antes del nacimiento de cualquiera de nosotr@s. Ahora examinemos qué propone el nuevo Programa de Educación Preescolar (2004).
El sentido de la frase: “familiarizar a las niñas y los niños con la escritura”
A diez años de la firma del Acuerdo Nacional para la Modernización de la
Educación Básica, en diciembre de 2001 el Congreso de la Unión aprobó la iniciativa de Reforma del Artículo 3o. Constitucional, en el cual se establece la obligatoriedad de la educación preescolar para tod@s l@s niñ@s de 3 a 6 años de edad, misma que se aplicará gradualmente, un año de preescolar en el ciclo 2004-2005; dos en el ciclo 2005-2006, y tres años, en el ciclo 2006-2007. En el 2008 una educación básica de doce años. Así en la tercera parte del Programa Nacional de Educación 2001 – 2006, en el apartado de Subprogramas Sectoriales (ProNaE: 107), se establece que “La educación básica –preescolar, educación primaria y secundaria- es la etapa de formación de las personas en la que se desarrollan las habilidades del pensamiento y las competencias básicas para favorecer el aprendizaje sistemático y continuo; así como las disposiciones y actitudes que normarán su vida”. Se reconoce también, en el aspecto de calidad del proceso y el logro educativos (ProNaE: 105) “... la adquisición insuficiente de competencias básicas (en comprensión lectora y matemáticas), cuyo desarrollo es prioridad de la educación básica y fundamento de otros logros educativos...” , se reconoce también la desarticulación curricular y organizativa, así como la imprecisión en ámbito preescolar (ProNaE: 117), así como el señalamiento de que “la propuesta para la atención en la enseñanza preescolar de 1992 no recoge los avances que sobre el desarrollo y el aprendizaje de los pequeños ha alcanzado la investigación en el mundo, y por lo tanto, las prácticas más
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UNIVERSIDAD PEDAGÓGICA DE DURANGO difundidas en la educación preescolar parecen tener un escaso efecto formativo, especialmente en el campo cognitivo. De ahí la necesidad de evaluar a partir de investigaciones diagnósticas para conocer mejor el estado que guarda este nivel educativo”. Diagnóstico que evidencia que más del ochenta por ciento del tiempo de la jornada en preescolar se dedica al desarrollo de actividades cotidianas, rutinarias y a los trabajos manuales. Respecto a los Fundamentos y Características de la Nueva Propuesta Curricular para Educación Preescolar (2003: 26), en el documento para la discusión nacional, respecto a los propósitos y los contenidos educativos de la educación preescolar... “se parte del reconocimiento de que la educación preescolar y la educación básica deben contribuir a la educación integral , pero asume que para lograr este propósito el Jardín de Niños debe garantizar a las niñas y los niños, en primer lugar, su participación en experiencias educativas que les permiten desarrollar sus competencias socio – afectivas y cognitivas...” Se plantea que “Algunos propósitos se logran al desarrollar actividades específicas e intencionadas en algún campo particular... por ejemplo: la familiarización con la lectura, la aproximación a la escritura o las nociones matemáticas (Nueva Propuesta Curricular –NPC-; 2003: 34), para ello, se establece un núcleo fundamental de prioridades, en el que se sitúa la expresión y las competencias cognitivas y su estrecha relación con el desarrollo de la seguridad personal, la autoestima y otras competencias socio-afectivas. Con base en lo anterior respecto a la lectura y la escritura se proponen los siguientes propósitos: que todas las niñas y los niños que cursan la educación preescolar en cualquier modalidad –general, indígena o comunitario- y sea cual sea su origen étnico, cultura y familiar (no se contempla religión y sexo): Fortalezcan sus habilidades de expresión oral, de escucha y comprensión, y enriquezcan su lenguaje para comunicarse en distintos contextos y con propósitos diversos. Adquieran el interés y gusto por la lectura, descubran, comprendan las funciones de la lengua escrita y se inicien en la comunicación de sus ideas por escrito utilizando los recursos personales de que disponen (grafías y dibujos). Con base en ello, la nueva propuesta curricular organiza los contenidos educativos en competencias clave, o competencias específicas de la educación preescolar, las cuales a su vez tienen estrecha relación con los propósitos de la educación preescolar. Como lo menciona claramente la versión dos del nuevo Programa de Educación Preescolar (2004: 14 y 15), los campos formativos “...son una forma de organizar los contenidos de la educación preescolar... no constituyen “materias” o “asignaturas” cuyos contenidos tengan que ser manejados siempre de forma separada”, apuntan a algún aspecto del desarrollo humano, por lo que según esta misma versión, los campos formativos “...aluden al conjunto de experiencias de aprendizaje en las que niñas y niños ponen en
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UNIVERSIDAD PEDAGÓGICA DE DURANGO juego diversas capacidades para acceder a niveles superiores de logro y aprendizaje en los distintos ámbitos del desarrollo humano: afectivo social, cognitivo, de lenguaje, físico, psicomotor, etc., implican de manera interrelacionada, la elaboración de conocimientos, la adquisición de habilidades y actitudes para su desempeño en la vida escolar y social presente y futura. Seis campos formativos: Desarrollo personal y social, Lenguaje y comunicación, Pensamiento matemático, Exploración y conocimiento del mundo, Expresión y apreciación artística y Desarrollo Físico y Cuidado de la salud. (Nueva Propuesta Curricular; 2003: 49) El campo formativo de Lenguaje y comunicación (NPC, 2003: 54 y 55) específica que “el lenguaje es una herramienta para pensar... y por lo tanto ocupa la más alta prioridad en la educación preescolar, por lo que la meta fundamental en este campo es el “fortalecimiento de las capacidades comunicativas en relación con la expresión oral y la familiarización con la lengua escrita a través del uso de libros y otro tipo de impresos”, constituyen las metas fundamentales en este campo formativo. Aunque aclaro, en la página 34, la Propuesta habla de familiarizar a las niñas y los niños con la lectura y no con la escritura, sobre la escritura menciona acercar, y no describe como acercarles a la lectura, pero ¿qué significa familiarizar con la lengua escrita en la Nueva propuesta Curricular para la Educación Preescolar? Seguramente familiarizarse tiene que ver acercarse, con incursionar a la linaje, con el hecho de formar parte de las personas emparentadas con la escritura, pertenecientes la familias de los que leen y escriben; es decir, llegar a formar escritores y lectores potenciales. Por otra parte ser familiar de la escritura y la lectura significa también que sabe y conoce sobre el sistema de escritura, o que la educación preescolar preparará y asentará el testamento educativo para que las niñas y los niños reciban una herencia social como lo es saber leer y escribir, pero no como una preprimaria. O sea que la Nueva Propuesta Curricular deberá ser la dote educativa que les permita a niñas y niños preescolares el derecho de aprender sobre el escribir y leer de manera sistemática y formal. Por qué entonces el temor de formalizar y sistematizar dichos aprendizajes en el nivel preescolar al nivel que los intereses y capacidades que los niños establezcan. Respecto al ámbito de la lengua escrita, la Nueva Propuesta (2003: 56) señala como uno de los principales riesgos en la educación preescolar, la tendencia a apresurar su aprendizaje a través de prácticas formalistas que no tienen sentido para las niñas y los niños y que obedecen en muchas ocasiones a las demandas de las familias o a la inquietud de l@s educador@s por prepararlos mejor para la educación primaria. Parece que en la advertencia anterior sobrevive el concepto de que las y los niños no saben, están presente las bajas expectativas sobre las posibilidades de nuestr@s alumn@s, pero que de lo establecido en la tercera parte del Programa Nacional de Educación 2001 – 2006, en el apartado de Subprogramas Sectoriales (ProNaE: 107) donde se establece que “La educación básica –preescolar, educación primaria y secundaria- es la etapa de formación de las personas en la que se desarrollan las habilidades del
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UNIVERSIDAD PEDAGÓGICA DE DURANGO pensamiento y las competencias básicas para favorecer el aprendizaje sistemático y continuo; pero también está presente el temor a que l@s educador@s no nos hayamos librado de aquellas prácticas añejas de los ejercicios previos a la lecto-escritura (EPLE), que será lo más seguro; parece que no acabamos de asumir nuestra responsabilidad social como parte de la educación básica en nuestro país, por qué huimos y desdeñamos los requerimientos sociales, de las familias mexicanas y de los propios niñas y niños. Como asevera Emilia Ferreiro (1997: 121 y 122) en lugar de preocuparnos si debemos enseñar o no a leer y escribir, preocupémonos por proporcionar a las niñas y los niños ocasiones y situaciones para aprender, ya que la lengua escrita es mucho más que un conjunto de formas gráficas. Es un modo de existencia de la lengua, es un objeto social, es parte de nuestro patrimonio cultural”, y por que no, es una herramienta para que las niñas y los niños mexicanos sean incluidos, es administrar la justicia, es ser equitativos, es atender un derecho en este país de tantas desigualdades. A continuación se analizan las propuestas sobre la lectura y la escritura en los tres últimos programas de educación preescolar (PEP): 1981, 1992 y 2004.
La lectura y escritura en los Programas de Educación Preescolar
de 1981, 1992 y 2004
La lectura y la escritura en los tres últimos programas de educación
preescolar a sido conceptualizada de manera distinta; ello implica, la asunción de funciones distintas para el nivel preescolar, así como roles específicos en el profesorado como en las y los alumnos.
PROGRAMA DE EDUCACIÓN PROGRAMA DE EDUCACIÓN PROGRAMA DE EDUCACIÓN
“... elemento de “Leer es un acto inteligente “Hablar y dialogar sobre lo
conocimiento con un de búsqueda de escrito en un texto... es un verdadero significado para significados que va más allá actividad de interacción con el niño”. (SEP; 1988: 10) del conocimiento del código los textos... es construcción alfabético convencional, ya del sentido del texto a partir “Leer no es deletrear... es que el lector pone en juego de la interacción con los un acto inteligente de todos los conocimientos mismos para conocer su Concepto de lectura búsqueda de significado, en que le permiten encontrar contenido y dar sentido al el cual el lector, además del el significado total de lo que proceso de lectura... conocimiento del código lee”. mediante la observación, la alfabético convencional, elaboración de hipótesis e pone en juego otros ideas que, a manera de
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UNIVERSIDAD PEDAGÓGICA DE DURANGO conocimientos que le inferencias, reflejan su permiten extraer el capacidad para elaborar significado total de lo que explicaciones a partir de lo lee”. (SEP; 1988: 52) que “leen” y lo que creen que contiene el texto”. (SEP; 2004: 60).
“...elemento de “Escribir es un acto creativo “El acto de escribir es un
conocimiento con un para comunicar mensajes, acto reflexivo, de verdadero significado para en el que se involucran organización, producción y el niño”. (SEP; 1988: 10) múltiples conocimientos representación de ideas... lingüísticos”. (SEP; 1993: Es un medio de “Escribir no es copiar... es un 105) comunicación... es una acto creativo para condición importante que Concepto de comunicar mensajes, en el ayuda a los niños a escritura que están involucrados aprender de ellos múltiples conocimientos mismos... El aprendizaje lingüísticos”. (SEP; 1988: 52 del lenguaje escrito es un y 55) trabajo intelectual y no una actividad motriz... Es representar ideas a través de diversas formas gráficas...” (SEP; 2004: 61 y 62) Materiales oficiales de apoyo a la lectura Programa de Educación Programa de Educación Programa de Educación y la escritura Preescolar, 1981. Preescolar, 1992. Preescolar, 2004.
Guía Didáctica para Orientar Bloques de Juegos y Material para Actividades y
el Desarrollo del Lenguaje Actividades el Desarrollo de Juegos Educativos. Oral y Escrito en Preescolar. los Proyectos en el Jardín de Niños. (1993) Mi Cuaderno de Trabajo. MAJE
La revisión de los diversos significados que asumen los conceptos de
lectura y escritura en los tres últimos programas de educación preescolares hace posible señalar que existe una gran similitud en el caso de los programas de 1981 y 1992. En ambos, la lectura se definió como un acto inteligente de búsqueda de significado. En el caso del concepto de escritura, ésta es conceptualizada de la misma manera tanto en el programa de 1981 como en el de 1992, siendo definida como un acto creativo para comunicar mensajes, a excepción de que en el programa de 1981 se hace el señalamiento de que la escritura es al igual que la lectura un elemento de conocimiento. Respecto al programa 2004, la lectura y escritura asumen significaciones distintas a las de los programas de 1981 y 1992. Importante enfatizar que sus conceptualizaciones asumen un carácter más operativo y menos abstracto. Así, en el programa 2004, la lectura se asume como una actividad de interacción con los textos; es decir, hablar y dialogar sobre lo escrito... es construcción de sentido a partir de la interacción... es una capacidad para
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UNIVERSIDAD PEDAGÓGICA DE DURANGO elaborar explicaciones a partir de lo que se lee y de lo que se cree que contiene un texto. Es muy importante señalar que el concepto de lectura como capacidad es de lo más significativo, porque ello denota notoria congruencia con el enfoque teórico metodológico sobre la educación basada en competencias y por lo tanto implica un saber, un saber-hacer y una actitud de aprecio hacia la lectura y los libros como el medio y expresión fehaciente de aprendizaje para amar la lectura y su concreción: los textos. Por eso hablar y escuchar son herramientas fundamentales para que los Centros Preescolares funden el poder – leer futuro del niño y la niña en querer leer. En ese sentido el Jardín de Niños será el espacio y el tiempo donde las niñas y los niños inicien la conquista en sus comienzos del poder y el querer leer. Leer es entonces un medio más para aprender. No es una acción mecánica de descifrado del alfabeto, es comprender lo que el interlocutor-escritor en su ausencia nos comunica. Parafraseando el Programa 2004 (60)... es la capacidad de comprensión de lo que otros nos dicen mediante el lenguaje escrito que lleva implícita en sus inicios el deseo y la actitud de saber qué dice el otro, elaborar ideas e hipótesis sobre lo que comunica un texto, descubrir semejanzas y diferencias sonoras (conciencia fonológica) para comprender los usos y significados del lenguaje escrito e iniciar el camino de entender para qué se escribe y encontrarle sentido al saber leer antes de saber leer. Estas capacidades fundamentales. Se sitúa a la lectura como la posibilidad del despertar el interés en las niñas y los niños por la necesidad de la representación gráfica: la escritura. “Este es el fundamento de la <escritura>, palabra en el espacio más allá de las fronteras que puede abarcar el cuerpo... Lo que está antes en el tiempo se sitúa antes en el espacio. Este descubrimiento es el descubrimiento de nuestra convención, de nuestra representación arbitraria del tiempo (de la palabra) en el espacio orientada de izquierda a derecha”. (Jolibert y Gloton; 2003: 219) Pasemos ahora al análisis comparativo sobre la conceptualización de la escritura en los tres últimos programas de preescolar. Al igual que la lectura el concepto de escritura en los programas 1981 y 1992 es concebido como un elemento de conocimiento, por lo que la escritura se concibe como un acto creativo para comunicar mensajes, en el que se involucran múltiples conocimientos lingüísticos. Se encuentra entonces que entre los programas 1981 y 1992 no existe variación conceptual. En relación al programa 2004 existe un elemento de coincidencia: “escribir no es copiar”, frase solemne y aclaratoria del sentido o significado de la escritura como objeto de conocimiento en el programa 1981 y como un trabajo intelectual y no una actividad motriz en el programa 2004. A diferencia de los programas 1981 y 1992, el programa 2004 enfatiza al igual que en la lectura el carácter operativo de la escritura, y la define como “un acto reflexivo, de organización, producción y representación de ideas... Es un medio de comunicación... es una condición importante que ayuda a los niños a aprender de ellos mismos... El aprendizaje del lenguaje escrito es un
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UNIVERSIDAD PEDAGÓGICA DE DURANGO trabajo intelectual y no una actividad motriz... Es representar ideas a través de diversas formas gráficas...”. (PEP; 2004: 61 y 62) A decir del Programa 2004 (61), “la escritura al igual que la lectura son actividades en las que niñas y niños ponen en juego sus capacidades cognitivas”. Como capacidad la escritura se constituye de ciertos saberes, saberes- hacer y actitudes; por lo tanto, “...percatarse de la direccionalidad de la escritura, el descubrimiento de dónde se lee, las funciones de los diversos textos informativos, las diferencias entre números, letras y signos de puntuación, el trabajo con el nombre propio y el dictado, la comprensión del sistema de escritura; es decir, la comprensión de los diversos propósitos funcionales del lenguaje escrito, algunas de las formas en que se organiza el sistema de escritura y sus relaciones con el lenguaje oral...” son funciones del Jardín de Niños mexicano. Esto es lo que el programa de preescolar 2004 llama “familiarizar a las niñas y los niños con la escritura”... o “descubrir el sentido significativo del lenguaje escrito”(2004: 62). En suma, si la propuesta sobre la lectura y la escritura en preescolar contenida en los programas 1981 y 1992 se sustentó en el modelo metodológico: “de la acción directa a la comunicación oral y escrita”; en el programa 2004 se ubica en el modelo: “de la escucha y el habla a la lectura y la escritura”; bajo la condicionante insustituible de que la creación del gusto y el amor por la lectura es un preámbulo necesario para el aprendizaje de la escritura. Así, lectura y escritura forman un devenir y una espiral comunicativa que da sentido y significación a la comunicación oral y escrita, a la comprensión y producción de ideas y su representación.
Conclusiones preliminares
En suma, la educación preescolar mexicana necesita transitar de los
procesos de enseñanza a los procesos de aprendizaje de los alumnos y alumnas. Requiere de educadores y educadoras competentes para que sean garantes de una educación preescolar con calidad. Educadoras y educadores necesitan ser adultos que amen el escribir y el leer; sino, porque con qué calidad moral se afanan que las niñas y los niños amen la lectura y la escritura. Qué podrá garantizar un adulto que no lee ni escribe para colocar a las niñas y los niños en disposición de darse cuenta de sus competencias, de sus habilidades, de sus capacidades y de sus conocimientos. En el nivel de educación preescolar, hoy por hoy, vive una serie de prácticas pedagógicas sustentadas en aquella herencia pedagógica sobre el abordaje de la lectura y la escritura en que la copia es escribir y deletrear es leer aun después de establecerse el nivel preescolar como obligatorio, de reformar su programa educativo y de intentar renovar las prácticas pedagógicas de las y los educadores. Las prácticas educativas en nivel preescolar se ubican entre la reforma y la tradición, en donde sigue siendo perenne la incertidumbre en su actuar respecto al enfoque de competencias clave y/o básicas.
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UNIVERSIDAD PEDAGÓGICA DE DURANGO Superar viejas prácticas y conceptualizaciones, seguramente tendrá que ver con procesos serios de la reflexión y análisis sobre las nuevas concepciones de la infancia en el mundo de hoy, con procesos de actualización y formación de las y los educadores mexicanos, que realmente conduzcan a renovar concepciones, mitos, tradiciones, estereotipos y prácticas pedagógicas añejas. ¿Qué podrá aportar una formación tradicional como la que reciben hoy las y los educadores? ¿Por qué una formación centralista en cascada para formar educadoras y educadoras competentes? ¿No es ello una incongruencia y una formación poco pertinente? Habrá que reflexionar en que las necesidades de formación de las y los educadores no son sólo un derivado de la reforma curricular, implican también el desarrollo de sus competencias profesionales. Lo que si es claro, es que el nivel de educación preescolar deberá ser el espacio educativo que valore y potencialice al máximo los referentes y las experiencias previas de los niños y las niñas menores de seis años, el espacio que se sume al proceso educativo incluyente, equitativo, justo y democrático en donde el aprendizaje de la lectura y la escritura dejen de ser la actividades que se abordan en el tiempo que me quede libre, donde se retome ese enfoque integrador con enfoque experiencialista sin visión compensatoria, en el que las y los pequeños vivan sus actos de lectura y escritura como experiencias de vida que los conduzcan a saber, ha saber hacer, ser y convivir, constituyéndose en la profundización de los aprendizajes anteriores de la mano de la familia y la sociedad. Porque una escuela preescolar despegada del mundo y de los requerimientos sociales queda disminuida en su función social. La educación preescolar obligatoria deberá ser el espacio educativo de constantes encuentros agradables con los libros y con la producción y representación gráfica de las ideas y los conocimientos, así como del proceso de comunicación como una experiencia viva que conduzca a las niñas y niños preescolares a ser personas solidarias, con iniciativa y respetuosas de sí mismas y de los demás, de tal manera que permitan a México borrar el estigma del país de reprobados, tanto a nivel nacional como internacional, esto unido al reto de la eliminación de la marginación y la pobreza alfabética, dos lastres que seguirán impidiendo el avance a mejores niveles desarrollo humano y calidad de vida de las niñas y los niños mexicanos. Es importante señalar que todo contenido escolar como lo es el lenguaje oral y el lenguaje escrito (campo formativo de lenguaje y comunicación) requieren de una intervención pedagógica intencionada y sistemática con base en los propósitos del programa y el nivel de competencia de las y los alumnos, y por lo tanto, no elude al educador y la educadora de su responsabilidad como profesional de la educación de crear y diseñar para las niñas y los niños situaciones de aprendizaje en donde comprendan y descubran para qué y por qué se lee y escribe para que luego la batalla del cómo sea una conquista asegurada. Las educadoras y educadores tenemos la tarea socioeducativa de formar con equidad para la democracia y el respeto a la diversidad.
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UNIVERSIDAD PEDAGÓGICA DE DURANGO El Jardín de Niños mexicano deberá asumir el reto de no formar detractores de la lectura y la escritura, sino otorgarles el poder y el gusto de leer y escribir como principio de una mejor calidad de vida y de una ciudadanía democrática. La lectura y la escritura bien pueden se prácticas reveladoras y creadoras de un mundo mejor, pueden ser una prácticas socio-escolares serias ligadas de manera perdurable al placer eterno de aprender.
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