Biografias y Cuentos

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Gianfrancesco Straparola

Giovanni Francesco o Gianfrancesco


Straparola da Caravaggio,
(Caravaggio, Lombardía, hacia 1480 - después de
1557) escritor italiano del Renacimiento.

Nacido al parecer en Caravaggio, una localidad al


sur de Bérgamo, de su vida se conoce muy poco,
tanto que incluso se ha sospechado que su
nombre puede ser el seudónimo de alguna
persona perteneciente al círculo de Ottaviano
María Sforza, obispo de Lodi, en cuya residencia
de Murano, cerca de Venecia, se desarrolla la
acción de sus novelle. En 1508 apareció en
Venecia una colección suya de poesía
amorosa: L'Opera nova de Zoan Francesco
Straparola.

Recogió sus novelle en una colección bajo el


título de Le piacevoli notti, (Las Noches Agradables) que apareció en Venecia en dos partes (1550 y
1553), la segunda escrita ante el éxito que tuvo la anterior. La obra presenta un marco estructural
literario o cornice, a imitación del Decamerónde Giovanni Boccaccio, para las 75 historias que
contiene; se trata de la tertulia del prelado suprascrito, donde damas y caballeros se narran
mutuamente novelle o cuentos durante trece noches. Los temas de las narraciones proceden de las
fuentes más diversas: las Gesta Romanorum, las hagiografías de la Leyenda áurea de Jacopo da
Vorágine, los Reales de Francia, Boccaccio, Franco Sacchetti y las Novelae de Morlini. A estas
últimas parece debida la introducción del elemento fantástico, típico de la primera parte del conjunto
y razón de su interés histórico-literario. Es, por ejemplo, la fuente de la historia de La Belle et la Bête,
(La bella y la bestia) anterior a las señoras de Villeneuve (1740) y Leprince de Beaumont (1757). A la
obra de Straparola acudieron como almoneda para argumentos Charles Pérrault y Molière.

Los folcoristas han experimentado un gran interés por esta colección y las fuentes populares de
algunos de sus cuentos, como "La bambola Poavola", "La foresta d'agli", "Giovannin cercò la morte",
"Il rubino meraviglioso", "L'augel belverde", "Pietropazzo", "La gatta", "Re Porco", "L'uomo selvático",
"Brancaleone", "La bella prigioniera", "Il ladro matricolato" etcétera.
Gato Con Botas

Este cuento empieza cuando el tercer y más


joven hijo de un molinero recibe como
única herencia un gato. En un primer momento,
el hijo más joven se lamenta, y más al ver que el
hermano mayor gana el molino, y el hermano
del medio recibe las mulas. Sin embargo, el
felino no es ningún gato ordinario, sino uno que
solicita y recibe un par de botas. Decidido a
hacer fortuna para su amo, el gato atrapa un
conejo en una bolsa en el bosque y lo presenta
al rey como un regalo de su maestro, el
ficticio Marqués de Carabás. El gato sigue
haciendo regalos para el rey durante varios
meses, según él, procedentes del mismo
Marqués.

Un día, el rey decide dar un paseo con su


hija. El gato convence a su amo para quitarse la
ropa y entrar en el río cerca del cual pasara la
corte. El gato pone la ropa de su amo debajo de
una roca. A medida que se acerca el coche real,
el gato empieza a pedir ayuda clamando y gritando. Cuando el rey se detiene para investigar, el gato
le dice que su señor, el Marqués, se ha bañado en el río y lo han despojado de su ropa. El rey hace
que el joven sea traída del río, vestido con un traje espléndido, y sea sentado en el coche con su
hija, que se enamora de él.

Entonces el gato propone ir a casa de su amo, la que según él es un imponente palacio desde el que
se gobiernan campos y tierras completas. El rey y la princesa se muestran más que convencidos,
mientras el amo no sabe de dónde sacará esos bienes. El gato se marcha por delante, diciendo que
preparará el palacio para ellos y ordena a la gente del campo a lo largo de la carretera que les
dijeran al rey que aquellas tierras pertenecen al Marqués de Carabás, diciendo que si no lo hacen los
va a cortar en carne picada. El gato entonces llega a un castillo habitado por un ogro que es capaz
de transformarse en una cantidad de criaturas. El ogro muestra su habilidad cambiando en un león,
asustando al gato, quien luego engaña al ogro para que cambie en un ratón. El gato entonces se
lanza sobre el ratón y la devora. El rey llega al castillo que antiguamente pertenecía al ogro, e,
impresionado con el falso marqués y su estado, el muchacho obtiene la mano de la princesa en
matrimonio. A partir de entonces, el gato disfrutó de la vida como un gran señor que corría detrás de
los ratones solamente para su propia diversión.
Las habichuelas mágicas
Hans Christian Andersen
Periquín vivía con su madre, que era viuda, en una cabaña del
bosque. Como con el tiempo fue empeorando la situación
familiar, la madre determinó mandar a Periquín a la ciudad, para
que allí intentase vender la única vaca que poseían. El niño se
puso en camino, llevando atado con una cuerda al animal, y se
encontró con un hombre que llevaba un saquito de habichuelas.
-Son maravillosas -explicó aquel hombre-. Si te gustan, te las
daré a cambio de la vaca.
Así lo hizo Periquín, y volvió muy contento a su casa. Pero la
viuda, disgustada al ver la necedad del muchacho, cogió las
habichuelas y las arrojó a la calle. Después se puso a llorar.
Cuando se levantó Periquín al día siguiente, fue grande su
sorpresa al ver que las habichuelas habían crecido tanto durante
la noche, que las ramas se perdían de vista. Se puso Periquín a
trepar por la planta, y sube que sube, llegó a un país
desconocido.
Entró en un castillo y vio a un malvado gigante que tenía una
gallina que ponía un huevo de oro cada vez que él se lo mandaba.
Esperó el niño a que el gigante se durmiera, y tomando la
gallina, escapó con ella. Llegó a las ramas de las habichuelas, y
descolgándose, tocó el suelo y entró en la cabaña.
La madre se puso muy contenta. Y así fueron vendiendo los huevos de oro, y con su producto vivieron tranquilos
mucho tiempo, hasta que la gallina se murió y Periquín tuvo que trepar por la planta otra vez, dirigiéndose al
castillo del gigante. Se escondió tras una cortina y pudo observar cómo el dueño del castillo iba contando monedas
de oro que sacaba de un bolsón de cuero.
En cuanto se durmió el gigante, salió Periquín y, recogiendo el talego de oro, echó a correr hacia la planta
gigantesca y bajó a su casa. Así la viuda y su hijo tuvieron dinero para ir viviendo mucho tiempo.
Sin embargo, llegó un día en que el bolsón de cuero del dinero quedó completamente vacío. Se cogió Periquín
por tercera vez a las ramas de la planta, y fue escalándolas hasta llegar a la cima. Entonces vio al ogro guardar en
un cajón una cajita que, cada vez que se levantaba la tapa, dejaba caer una moneda de oro.
Cuando el gigante salió de la estancia, cogió el niño la cajita prodigiosa y se la guardó. Desde su escondite vio
Periquín que el gigante se tumbaba en un sofá, y un arpa, oh maravilla!, tocaba sola, sin que mano alguna pulsara
sus cuerdas, una delicada música. El gigante, mientras escuchaba aquella melodía, fue cayendo en el sueño poco
a poco.
Apenas le vio así Periquín, cogió el arpa y echó a correr. Pero el arpa estaba encantada y, al ser tomada por
Periquín, empezó a gritar:
-¡Eh, señor amo, despierte usted, que me roban!
Se despertó sobresaltado el gigante y empezaron a llegar de nuevo desde la calle los gritos acusadores:
-¡Señor amo, que me roban!
Viendo lo que ocurría, el gigante salió en persecución de Periquín. Resonaban a espaldas del niño pasos del
gigante, cuando, ya cogido a las ramas empezaba a bajar. Se daba mucha prisa, pero, al mirar hacia la altura, vio
que también el gigante descendía hacia él. No había tiempo que perder, y así que gritó Periquín a su madre, que
estaba en casa preparando la comida:
-¡Madre, tráigame el hacha en seguida, que me persigue el gigante!
Acudió la madre con el hacha, y Periquín, de un certero golpe, cortó el tronco de la trágica habichuela. Al caer,
el gigante se estrelló, pagando así sus fechorías, y Periquín y su madre vivieron felices con el producto de la cajita
que, al abrirse, dejaba caer una moneda de oro.
Hans Christian Andersen
(1805/04/02 - 1875/08/04)

Hans Christian Andersen Autor danés Nació el 2 de abril de


1805 en Odense. Hijo de un humilde zapatero y de una
lavandera.

Hans recibió de pequeño muy poca educación, aunque su


padre cultivó su imaginación contándole historias fantásticas y
enseñándole a crear su propio teatro de títeres.

Con tan sólo catorce años, escapa a Copenhague para tratar


de convertirse en actor o cantante. Trabajó para Jonas Collin,
director del Teatro Real, que le financió sus estudios.

Desde 1822 publicó poesía y obras de teatro, consiguió su primer éxito con Un paseo desde el
canal de Holmen a la punta Este de la isla de Amager en los años 1828 y 1829, un cuento
fantástico que imita el estilo del escritor alemán E. T. A. Hoffman. Su primera novela, El
improvisador, o Vida en Italia (1835), fue alabada por la crítica. Realizó viajes por Europa, Asia y
África y escribió muchas obras de teatro, novelas y libros de viaje.
Pero es gracias a sus más de ciento cincuenta cuentos infantiles los que le han establecido como
uno de los grandes de la literatura mundial.

Entre sus principales innovaciones cabe destacar el uso de un lenguaje cotidiano y dar salida a las
expresiones de los sentimientos e ideas que previamente se pensaba que estaban lejos de la
comprensión de un niño.

Entre sus populares cuentos se encuentran El patito feo, El traje nuevo del emperador, La reina
de las nieves, Las zapatillas rojas, El soldadito de plomo, El ruiseñor, El sastrecillo
valiente y La sirenita. Han sido traducidos a más de ochenta idiomas y adaptados a obras de teatro,
ballets, películas y obras de escultura y pintura.

Hans Christian Andersen falleció el 4 de agosto de 1875.


Tuvo muchas amistades femeninas en su vida y se enamoró de varias de ellas, pero murió virgen,
según la biografía, H.C.Andersen og veninderne (H.C. Andersen y sus amigas), de la escritora Bente
Kjoelbye.
Charles Perrault
(1628/01/12 - 1703/05/16)

Charles Perrault Escritor francés Nació el 12 de enero de 1628


en París.
Fue criado en una familia perteneciente a la alta burguesía.

Cursó estudios de Literatura en el colegio de Beauvais en París,


se diploma en Derecho y se inscribe en el colegio de abogados
en 1651.
Desde 1683 se dedicó por entero a la literatura.

Autor del poema El siglo de Luis el Grande (1687) que suscitó


una intensa controversia literaria. Es famoso sobre todo por sus
cuentos, entre los que figuran Cenicienta, El gato con
botas, Pulgarcitoy La bella durmiente, que recuperó de la tradición oral en Historias o cuentos
del pasado (1697) y conocidos también como Cuentos de mamá Oca, por la ilustración que
figuraba en la cubierta de la edición original.

Charles Perrault falleció en París el 16 de mayo de 1703.

El Patito Feo

Todos esperaban en la granja el gran acontecimiento. El nacimiento de los polluelos de mamá pata.
Llevaba días empollándolos y podían llegar en cualquier momento.
El día más caluroso del verano mamá pata escuchó de repente…¡cuac, cuac! y vio al levantarse
cómo uno por uno empezaban a romper el cascarón. Bueno, todos menos uno.

- ¡Eso es un huevo de pavo!, le dijo una pata vieja a mamá pata.


- No importa, le daré un poco más de calor para que salga.

Pero cuando por fin salió resultó que ser un pato totalmente diferente al resto. Era grande y feo, y no
parecía un pavo. El resto de animales del corral no tardaron en fijarse en su aspecto y comenzaron a
reírse de él.

- ¡Feo, feo, eres muy feo!, le cantaban

Su madre lo defendía pero pasado el tiempo ya no supo qué decir. Los patos le daban picotazos, los
pavos le perseguían y las gallinas se burlaban de él. Al final su propia madre acabó convencida de
que era un pato feo y tonto.

- ¡Vete, no quiero que estés aquí!


El pobre patito se sintió muy triste al oír esas
palabras y escapó corriendo de allí ante el
rechazo de todos.
Acabó en una ciénaga donde conoció a dos
gansos silvestres que a pesar de su fealdad,
quisieron ser sus amigos, pero un día
aparecieron allí unos cazadores y acabaron
repentinamente con ellos. De hecho, a punto
estuvo el patito de correr la misma suerte de
no ser porque los perros lo vieron y decidieron
no morderle.

- ¡Soy tan feo que ni siquiera los perros me


muerden!- pensó el pobre patito.

Continuó su viaje y acabó en la casa de una


mujer anciana que vivía con un gato y una
gallina. Pero como no fue capaz de poner
huevos también tuvo que abandonar aquel
lugar. El pobre sentía que no valía para nada.

Un atardecer de otoño estaba mirando al cielo cuando contempló una bandada de pájaros grandes
que le dejó con la boca abierta. Él no lo sabía, pero no eran pájaros, sino cisnes.
- ¡Qué grandes son! ¡Y qué blancos! Sus plumas parecen nieve .

Deseó con todas sus fuerzas ser uno de ellos, pero abrió los ojos y se dio cuenta de que seguía
siendo un animalucho feo.

Tras el otoño, llegó el frío invierno y el patito pasó muchas calamidades. Un día de mucho frío se
metió en el estanque y se quedó helado. Gracias a que pasó por allí un campesino, rompió el frío
hielo y se lo llevó a su casa el patito siguió vivo. Estando allí vio que se le acercaban unos niños y
creyó que iban a hacerle daño por ser un pato tan feo, así que se asustó y causó un revuelo terrible
hasta que logró escaparse de allí.

El resto del invierno fue duro para el pobre patito. Sólo, muerto de frío y a menudo muerto de hambre
también. Pero a pesar de todo logró sobrevivir y por fin llegó la primavera.

Una tarde en la que el sol empezaba a calentar decidió acudir al parque para contemplar las flores,
que comenzaban a llenarlo todo. Allí vio en el estanque dos de aquellos pájaros grandes y blancos y
majestuosos que había visto una vez hace tiempo. Volvió a quedarse hechizado mirándolos, pero
esta vez tuvo el valor de acercarse a ellos.

Voló hasta donde estaban y entonces, algo llamó su atención en su reflejo. ¿Dónde estaba la imagen
del pato grande y feo que era? ¡En su lugar había un cisne! Entonces eso quería decir que… ¡se
había convertido en cisne! O mejor dicho, siempre lo había sido.

Desde aquel día el patito tuvo toda la felicidad que hasta entonces la vida le había negado y aunque
escuchó muchos elogios alabando su belleza, él nunca acabó de acostumbrarse.
Caperucita Roja

En un lejano poblado había una vez una niña que se llamaba Caperucita Roja, un día su mamá le
dijo que fuese a casa de su abuelita porque estaba enferma porque le tenía que llevar una cesta con
chocolate, azúcar, pan y dulces para que asi se recuperase mas rápido.

Antes de partir, la madre le dijo que llevase


mucho cuidado por el bosque y no se
entretuviese ya que se encontraba el temible
lobo feroz. Un rato después de estar
caminando, Caperucita se encontró con el
lobo, el cual le preguntó a caperucita dónde
iba.

Caperucita le dijo que iba a llevar la cesta a


casa de su abuela. En ese momento, el lobo
le retó a hacer una carrera por dos caminos
distintos. El cogería el camino más largo y le
dejaría a ella el más corto para darle ventaja.

Caperucita aceptó y comenzó la carrera.


Antes de que Caperucita llegase a la casa de la abuelita, el lobo ya había llegado y se había comido
al abuelita. Al entrar caperucita vio a su abuela tumbada en la cama. Fue entonces cuando se
acercó a abrazarla y le dijo:

 Abuelita, que ojos más grandes tienes.


 Son para verte mejor.
 Abuelita, que orejas tan grandes tienes.
 Son para oírte mejor.
 Abuelita, abuelita, que nariz tan grande tienes.
 Es para olerte mejor.
 Abuelita, que boca tan grande tienes…

Y en ese mismo instante, el lobo se abalanzó sobre ella diciendo “¡Es para comerte mejor!”. Por
mucho que Caperucita roja intentó escapar, el lobo se encontraba cada vez más cerca.

Durante su huida gritaba con el objetivo que alguien la pudiese escuchar para que le ayudase, y así
fue ya que por la zona había dos cazadores que se acercaron a ver qué pasaba y al ver lo que
ocurría le dispararon al lobo malvado.

Seguidamente sacaron a la abuelita del interior del estómago del lobo y Caperucita se dio cuenta
de que nunca más debía desobedecer a su madre pues hay que hacer caso a las personas mayores
ya que por su experiencia son mas sabías y siempre nos dicen las cosas por nuestro bien.

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