Congreso Anfictiónico de Panamá
Congreso Anfictiónico de Panamá
Congreso Anfictiónico de Panamá
2- Convocatoria:
Tras la convocatoria hecha por Bolívar se enviaron comunicaciones a los gobiernos del resto
de la Suramérica independiente, así como a México y América Central. La influencia política de
Bolívar sobre la Gran Colombia, Perú y Bolivia hizo que la asistencia de dichos estados
estuviera poco menos que asegurada. La asociación mental del Istmo de Panamá con el Istmo
de Corinto causó que Bolívar eligiera a la ciudad de Panamá como sede del Congreso.
3- Países Asistentes:
La Gran Colombia, México, Perú y la República Federal de Centro América, mientras que Gran
Bretaña envió un observador y los Países Bajos otro a título personal.
Bolivia
El gobierno boliviano estaba presidido por el mariscal Antonio José de Sucre, compañero de
armas de Bolívar y uno de los principales partidarios de éste, por lo cual se daba por
asegurada la asistencia de una delegación del país. No obstante, pugnas políticas causaron
demoras en la designación de los delegados bolivianos, y cuando éstos quedaron listos para
embarcarse hacia Panamá, se supo que el Congreso había concluido en dicha ciudad.
Además, el clima político boliviano se había tornado desfavorable a Sucre -y por ende,
contrario a los planes de Bolívar- lo que impidió que se pudiera contar con la participación
boliviana
Argentina
El gobierno de las Provincias Unidas del Río de la Plata recibió la invitación de Bolívar pero los
intereses argentinos del momento estaban centrados, en el ámbito interno, en la organización
política del país, amenazada por los caudillos federales. En el ámbito externo las
preocupaciones argentinas estaban en la Guerra del Brasil, para mantener a la Banda
Oriental como una provincia de Argentina, y fortalecer los vínculos comerciales con Gran
Bretaña antes que con el resto de Sudamérica, por lo cual hubo escaso interés en el Congreso.
El presidente Bernardino Rivadavia se hallaba en pugna con el Imperio del Brasil y prefería
contar con el apoyo bélico de todas las provincias argentinas para superar la crisis en vez de
esperar apoyo de Bolívar; asimismo, la mayoría de los políticos argentinos -incluyendo al
propio Rivadavia-, desconfiaban del proyecto bolivariano y temían que esto significara el inicio
de una "hegemonía" de la Gran Colombia en América del Sur.
Chile
Chile fue invitado pero declinó asistir. El gobierno chileno dirigido por Ramón Freire no
mostraba simpatías por Simón Bolívar ni por su enorme influencia política sobre los países
sudamericanos con costas en el Océano Pacífico. Además, la fuerte pugna política chilena
entre liberales y conservadores -llamados pipiolos y peluconesrespectivamente- reducía la
preocupación de los políticos chilenos por el proyecto bolivariano, del cual además
desconfiaban, prefiriendo basar su política externa en mantener buenas relaciones con sus
principales socios comerciales: Gran Bretaña y los Estados Unidos.
Paraguay
Paraguay, aunque ya era un estado independiente desde 1811, estaba gobernado por el
doctor Gaspar Rodríguez de Francia, partidario de una política de completo aislacionismo. Tras
la Batalla de Ayacucho y la declaración de la Independencia de Bolivia en 1825, el propio
Simón Bolívar trató de lograr contactos políticos con Paraguay, enviando
a Asunción representantes para solicitar el inicio de relaciones diplomáticas. Pese a esto los
enviados de Bolívar no tuvieron comunicación alguna con los funcionarios paraguayos y sólo
recibieron una carta del doctor Francia para Bolívar, donde el dictador paraguayo rechazaba
todo vínculo diplomático de su país y defendía el aislacionismo. Ante este rechazo, Paraguay
no fue invitado al Congreso de Panamá.
Brasil
Estados Unidos
Reino Unido
Simón Bolívar acordó también invitar a dos países europeos como observadores, a causa de
los intereses comerciales que tenían en Hispanoamérica: Reino Unido y los Países Bajos. La
invitación al gobierno de Londres buscaba estimular la asistencia de Argentina y Chile que
tenían en aquél país a su principal socio comercial. Reino Unido aceptó la propuesta y envió un
observador, Edward James Dawkins, pero con órdenes precisas del ministro George Canning:
limitarse a buscar acuerdos comerciales y disuadir a la Gran Colombia y México de apoyar
expediciones a las islas de Cuba o Puerto Rico para independizarlas de España.
Países Bajos
El observador por los Países Bajos, Jan van Veer, fue enviado para proponer la
mediación neerlandesa entre las repúblicas hispanoamericanas y España, pero no tuvo la
acreditación necesaria; a esto se unió que la monarquía holandesa no había reconocido
la independencia de ninguna república hispanoamericana, por lo cual el delegado neerlandés
fue recibido únicamente a título individual.
Los temas de discusión en la agenda del Congreso eran los siguientes: 1. Renovación de los
tratados de unión, liga y confederación. 2. La publicación de un manifiesto en que se denuncia
la actitud de España y el daño que ha causado al Nuevo Mundo. 3. Decidir sobre el apoyo a la
independencia de Cuba y Puerto Rico, así como de las islas Canarias y Filipinas. 4. Celebrar
tratados de comercio y de navegación entre los Estados confederados. 5. Involucrar a Estados
Unidos para hacer efectiva la Doctrina Monroe encontrar de las tentativas españolas de
reconquista. 6. Organizar un cuerpo de normas de derecho internacional. 7. Abolir la esclavitud
en el conjunto del territorio confederado. 8. Establecer la contribución de cada país para
mantener los contingentes militares comunes. 9. Adoptar medidas de presión para obligar a
España al reconocimiento delas nuevas repúblicas; y 10. Establecer las fronteras nacionales
con base en el principio de utipossidetis, tomando como base el año 1810.
Los resultados prácticos del Congreso de Panamá fueron casi nulos, pues la mayoría de los
Estados presentes no se encontraban en condiciones políticas ni económicas de cumplir con
sus acuerdos. Por otra parte, las divisiones y rivalidades entre las naciones americanas
generaron numerosos conflictos fronterizos que terminaron en guerra. Simón Bolívar considero
al Congreso Anfictiónico como una experiencia fallida, conclusión a la que arribó el Libertador
poco después que concluyeran las sesiones, señalando: "El Congreso de Panamá sólo será
una sombra".