Supremacía Constitucional

Descargar como pdf o txt
Descargar como pdf o txt
Está en la página 1de 18

Este libro forma parte del acervo de la Biblioteca Jurídica Virtual del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM

www.juridicas.unam.mx Libro completo en


http://biblio.juridicas.unam.mx http://biblio.juridicas.unam.mx/libros/libro.htm?l=3960

EL PRINCIPIO DE SUPREMACÍA CONSTITUCIONAL


Y LOS DERECHOS HUMANOS A LA LUZ
DEL PENSAMIENTO DE JORGE CARPIZO

V. Humberto Benítez Treviño*

Sumario: I. Introducción. II. Derechos humanos. III. Los derechos humanos


en la concepción de Jorge Carpizo. IV. Consideraciones finales. V. Bibliografía.

I. Introducción

Jorge Carpizo nos legó un excelente estudio sobre la interpretación del ar-
tículo 133 constitucional, realizándola a través de los métodos histórico y
exegético.
Históricamente ubica al principio de supremacía constitucional a partir
del estudio de organizaciones sociales antiguas, como la polis griega, la civitas
romana, el Estado-nación de la Edad Media y en la Edad Moderna, don-
de surgen ideas renacentistas ilustradas y nuevas concepciones del Estado,
como las de Maquiavelo y Jean Bodin.
En el esquema que nos presenta Carpizo sobre la evolución del prin-
cipio de supremacía constitucional, cuya dinámica histórica evoluciona en
forma de espiral, como dice Juan Bautista Vico, es el movimiento histórico,
estudia a la Constitución como ley suprema, ideario de un pueblo y princi-
pio y fin del orden normativo.
La idea de que nadie ni nada puede estar sobre la Constitución fue
concebida desde la antigüedad. En Grecia eran sancionados quienes elabo-
raban leyes contrarias a la Constitución; en Roma, la supremacía constitu-
cional se representaba en la majestas. Quien faltaba a este principio cometía
el delito político de sedición y se le aplicaba la pena capital, como aconteció
en el proceso a Jesús de Nazareth, en tiempo del emperador Tiberio. En
su evolución, el principio de supremacía se encuentra vinculado a la idea
* Doctor en derecho con mención honorífica por la Universidad Nacional Autónoma de
México.

99

DR © 2015. Universidad Nacional Autónoma de México,


Instituto de Investigaciones Jurídicas
Este libro forma parte del acervo de la Biblioteca Jurídica Virtual del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM
www.juridicas.unam.mx Libro completo en
http://biblio.juridicas.unam.mx http://biblio.juridicas.unam.mx/libros/libro.htm?l=3960

100 V. humberto benítez treviño

de soberanía como elemento jurídico del Estado y facultad para crear a la


Constitución y al estado de derecho que de ella emane. En la Edad Media,
el derecho positivo se concebía como un mandato del derecho natural, cuya
justificación teorizaron los escolásticos representados por Santo Tomás de
Aquino, autor de la Summa Theologiae, obra en la que sustentó la idea de lo
supremo.
En el contexto medieval, Carpizo nos ubica en el año 1283, cuando los
hidalgos de Aragón le impusieron al rey el Privilegium Generale Aragonum,
como ley suprema al que debería sujetarse el rey. La no obediencia implica-
ba la sanción, consistente en la invalidez de los actos reales.
La distinción entre leyes fundamentales y leyes ordinarias ya se concebía
entre los siglos XVII y XVIII; lo fundamental tenía su origen en la soberanía;
era un mandato a lo supremo, al cual los súbditos deberían obedecer y no
contrariar la voluntad de quien se le había conferido la facultad de mandar
acorde con los postulados de la Constitución. En Francia nació la doctrina
denominada hereuse impussance, o sea, la feliz impotencia de violar las leyes
constitucionales del reino, y en caso de que se atreviera a realizar un acto
contra esas leyes, este era nulo.1
Los revolucionarios franceses de 1789 fortalecieron la idea de la supre-
macía constitucional que se expresó en la Constitución 1791, en la cual el
rey pasa a ser el nuevo titular en quien residirá la titularidad de la soberanía,
pero aun el mismo pueblo estará sujeto a la Constitución, porque nada ni
nadie puede estar sobre ella contra de ella o fuera de ella; toda la sociedad
deberá reconocer la supremacía de la ley.
La observancia del principio de supremacía constitucional adquiere sus
raíces de naturalización en la conciencia de los habitantes de las trece co-
lonias inglesas de Norteamérica, quienes antes de lograr la independencia
reconocieron la supremacía de las leyes inglesas. Ninguna ley colonial podía
contradecirlas.
Cuando se consolidó la independencia de las trece colonias, los consti-
tuyentes incorporaron en la Constitución del 17 de septiembre de 1787 el
principio de supremacía constitucional, dimensionado en la amplia inter-
pretación del juez Marshall en el caso Madison-Marbury, de cuya sentencia
Jorge Carpizo cita uno de las párrafos que contiene una extraordinaria cla-
ridad para comprender el principio en estudio, y cuya expresión se presenta
en la siguiente forma:

Es demasiado simple para ser controvertido, que la Constitución controla todo


acto legislativo repugnante a ella; o que la legislatura puede alterar la Cons-

1
Carpizo, Jorge, Estudios constitucionales, México, Porrúa, 2012, p. 3.

DR © 2015. Universidad Nacional Autónoma de México,


Instituto de Investigaciones Jurídicas
Este libro forma parte del acervo de la Biblioteca Jurídica Virtual del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM
www.juridicas.unam.mx Libro completo en
http://biblio.juridicas.unam.mx http://biblio.juridicas.unam.mx/libros/libro.htm?l=3960

el principio de supremacía constitucional 101

titución mediante una ley ordinaria. Entre estas alternativas no hay término
medio. La Constitución es, o bien una ley suprema, inmodificable por medios
ordinarios y como las otras leyes es modificable cuando la legislatura quiera
modificarla. Si la primera parte de la alternativa es exacta, entonces un acto
legislativo contrario a la Constitución no es una ley; si la segunda parte es
exacta entonces las constituciones escritas son tentativas absurdas por parte
del pueblo para limitar el poder que en su propia naturaleza es limitable. Evi-
dentemente todos los que han elaborado constituciones escritas las consideran
como ley fundamental y suprema de la nación y consecuentemente la teoría
de cada uno de tales gobiernos debe ser la de que un acto de la legislatura re-
pugnante a la Constitución es invalido.2

Al consumarse la independencia de México, se integró el ideario liberal


de los insurgentes, quienes lucharon por un ejercicio soberano propio de los
mexicanos y para constituirse en Estado libre y soberano al superarse las di-
fíciles experiencias del primer imperio mexicano y elaborar la Constitución
Federal de los Estados Unidos Mexicanos de 1824, en cuyo artículo 161-3o.
se incorporó el principio de supremacía constitucional en los términos si-
guientes:

Artículo 161. Cada uno de los Estados tiene obligación:…


3o. De guardar y hacer guardar la Constitución y las leyes generales de
la unión y los tratados hechos ó que en adelante se hicieren por la autoridad
suprema de la federación con algunas potencias extranjeras.

Con las variables del lenguaje y la nueva ideología de la segunda época


del liberalismo radical y moderado, los constituyentes redactaron el princi-
pio de supremacía constitucional en el artículo 126 de la Constitución Federal
de los Estados Unidos Mexicanos de 1824 en los siguientes términos:

Art. 126. Esta Constitución, las leyes del Congreso de la Unión que emanen
de ella y todos los tratados hechos ó que se hicieren por el Presidente de la Re-
pública, con aprobación del Congreso, serán la ley suprema de toda la Unión.
Los jueces de cada Estado se arreglarán a dicha Constitución, leyes y tratados
a pesar de las disposiciones en contrario que pueda haber en las constituciones
o leyes de los Estados.

El texto anterior se transcribió íntegro en el artículo 133 de la Consti-


tución Política de los Estados Unidos Mexicanos de 1917, promulgada el
cinco de febrero de aquel año, y diecisiete años más tarde se reformó el refe-

2 Ibidem, p. 4.

DR © 2015. Universidad Nacional Autónoma de México,


Instituto de Investigaciones Jurídicas
Este libro forma parte del acervo de la Biblioteca Jurídica Virtual del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM
www.juridicas.unam.mx Libro completo en
http://biblio.juridicas.unam.mx http://biblio.juridicas.unam.mx/libros/libro.htm?l=3960

102 V. humberto benítez treviño

rido artículo en sus primeras líneas, mejorando su redacción y otorgándole


facultad al Senado en la forma siguiente:

Art. 133. Esta Constitución, las leyes del Congreso de la Unión que emanen
de ella y todos los tratados que estén de acuerdo con la misma celebrados y
que se celebren por el Presidente de la República, con aprobación del Se-
nado, serán la Ley Suprema de toda la Unión. Los jueces de cada Estado se
arreglarán a dicha Constitución, leyes o tratados a pesar de las disposiciones
en contrario que pueda haber en las constituciones o leyes de los Estados.

El principio de supremacía constitucional es fundacional del Estado fe-


deral, y que toda Constitución escrita o no, se le considera que está implíci-
to en la letra, en la costumbre o en el imaginario social, que aunque dicho
principio no se enunciara en la estructura de la Constitución, integra parte
de su ideario, que en una Constitución demócrata es ineludible.
El enunciado de la supremacía constitucional del artículo 133 ha existi-
do inalterable en su espíritu en los 189 años de vida federal, y con la refor-
ma constitucional de 2011 se actualiza en forma automática a los nuevos
tiempos del siglo XXI. Es un principio que trasciende los siglos y justifica la
razón y ser de la Constitución.
El principio de la supremacía constitucional, además del estudio histó-
rico y exegético, ha merecido el análisis doctrinario de diversos personajes,
quienes han aportado las bases teóricas para su comprensión. Jorge Carpi-
zo expone la idea piramidal de Hans Kelsen para destacar que existe una
norma creadora para generar otra sujeta a supra y subordinación, sin con-
trariar la norma creada a la creadora; entonces, consiste en que una norma
superior da validez y vigencia a una norma de menor jerarquía.
Esmei, al decir de Carpizo, expone que la supremacía constitucional
es la base garantista de los derechos individuales y el límite del ejercicio de
facultades de la autoridad frente a los habitantes, como así lo piensa Bour-
deau, quien estima que sin Constitución no habría corazón que impulsara
el orden institucional ni sistema nervioso que limitara el actuar de la autori-
dad ante los derechos ciudadanos.
Berthelemy estima que la supremacía constitucional es el principio del or-
den y del ejercicio de una vida democrática instruida y políticamente educada.
Carpizo justifica la existencia de la supremacía constitucional porque
hace que la Constitución sea la norma de normas, la ley fundamental, el
código supremo, etcétera, y que lo más trascendente de incluir la suprema-
cía constitucional fue lograr la unión, la colaboración, el equilibrio entre
los estados y la federación, así como el orden, la coexistencia del estado de

DR © 2015. Universidad Nacional Autónoma de México,


Instituto de Investigaciones Jurídicas
Este libro forma parte del acervo de la Biblioteca Jurídica Virtual del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM
www.juridicas.unam.mx Libro completo en
http://biblio.juridicas.unam.mx http://biblio.juridicas.unam.mx/libros/libro.htm?l=3960

el principio de supremacía constitucional 103

derecho en el orden interno y la apertura del mundo mediante los tratados de


cooperación internacional.
Al interpretar el artículo 133 constitucional, Jorge Carpizo estudia di-
ferentes criterios doctrinarios, como el del célebre jurista constituyente del
Congreso de 1856-1857, José Castillo Velasco, quien deja ver que lo supre-
mo de la Constitución se construye cuando los constituyentes firmaron la
Constitución, considerada expresión de la voluntad del pueblo, quien es el
soberano, y marca los destinos nacionales y de trato internacional, coinci-
diendo con ello Mariano Coronado y Ramón Rodríguez.
El tema de si las leyes federales son superiores a las locales se resuelve de
acuerdo con el criterio que sustentó Ramón Rodríguez —constitucionalista
de los años en que Sebastián Lerdo de Tejada era presidente constitucional de
los Estados Unidos Mexicanos—, manifestando

que únicamente la Constitución es norma suprema porque si los tratados y las


leyes que emanan de ella vulneran los Derechos Humanos o restringen la sobe-
ranía de los estados, esos tratados y esas leyes no se deben cumplir, considero
que el segundo párrafo del artículo se debió haber omitido por ser inexacto,
pues si la Constitución es la norma fundamental no sólo los jueces de los esta-
dos deben sujetarse a ella, sino absolutamente todas las autoridades, tanto las
federales como las municipales.3

Como podemos apreciar en la cita, el problema de jerarquía y niveles


entre estados y federación es centenaria, y acontece con más incidencia en
la actividad del Poder Judicial, sobre todo en la declarativa de inconstitu-
cionalidad, facultad que no le corresponde hacer al juez local, sino a los
jueces competentes en el ámbito federal, lo que revela una centralización
de la competencia de la declaratoria de leyes anticonstitucionales o leyes
inconstitucionales.
Por lo tanto, la ley federal no es suprema frente a las leyes de los estados.
La única suprema es la Constitución. Aquella idea de la Constitución como
ley suprema ha sido enriquecida por juristas de prestigio, como Lanz Du-
ret, quien sostiene la idea de la autolimitación del pueblo, quien buscando
el orden para el desarrollo generó la Constitución que siempre surge como
ave fénix de los conflictos beligerantes a nivel interno para lograr la paz y a
nivel internacional, la concordia.
Jorge Carpizo no comparte la idea de la autolimitación de Lanz Duret:
“…porque despersonaliza el concepto de Poder Constituyente que única-

Ibidem,
3 p. 12.

DR © 2015. Universidad Nacional Autónoma de México,


Instituto de Investigaciones Jurídicas
Este libro forma parte del acervo de la Biblioteca Jurídica Virtual del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM
www.juridicas.unam.mx Libro completo en
http://biblio.juridicas.unam.mx http://biblio.juridicas.unam.mx/libros/libro.htm?l=3960

104 V. humberto benítez treviño

mente pertenece al pueblo y en su pensamiento se palpa la idea de que el


pueblo después de darse su Constitución ya no tiene nada que hacer”.4
Para Tena Ramírez, la idea de supremacía está implícita en la Consti-
tución, y no requiere de escribirse, porque ese principio vale y nace con la
misma Constitución.
Mario de la Cueva sostiene la intocabilidad de las decisiones funda-
mentales, de esos principios que son la base y columna de todo el Estado y
de todo el derecho, y se deben respetar los procedimientos para garantizar
los derechos que concede la Constitución y revisar la tradicional clasifica-
ción de las normas, de acuerdo con una jerarquía.
En síntesis, por tratarse de esferas de competencia, no hay supremacía
de las leyes federales sobre las locales, no hay concurrencia, sí hay suprema-
cía constitucional, la cual se presenta de acuerdo con el grado. Para Carpi-
zo, la Constitución tiene el primer grado, ubica en el mismo nivel al derecho
federal y al derecho local.
Estos argumentos son punto de partida para reflexionar respecto a que
si los tratados están bajo la Constitución o están al mismo nivel de esta. Si
hacemos una interpretación adecuada en cuanto a la letra y el espíritu consti-
tucional, tanto la Constitución como las leyes del Congreso de la Unión, y to-
dos los tratados celebrados por el presidente de la República, con aprobación
del Senado, son la ley suprema, y en cuanto al enunciado “jueces”, debemos
entender que se refiere a todos aquellos operadores que deben aplicar la ley
en los estados, sean de tribunales de justicia especializados o que tienen a su
cargo una instancia donde se realiza un juicio, proceso o procedimiento, en
los que se tienen que observar los pasos procedimentales en cumplimiento de
la garantía de audiencia y aquellas garantías constitucionales que tutelan los
derechos de los habitantes; por ello se dice que aunque no estuviera escrito
este principio de supremacía constitucional, debe respetarse, porque sin él la
Constitución sería emisión literaria. En ese principio radica la fortaleza cons-
titucional y la fuerza de la ley.
El referido principio tiene como objetivo lograr el consenso para la
unión legitimadora, la obediencia de la ley y su cumplimiento en forma
voluntaria como un deber ciudadano de participar en la vida pública, ob-
servando fielmente los mandatos constitucionales.
Al aplicar los métodos histórico-comparativo y exegético para estudiar
la supremacía constitucional, Jorge Carpizo logró generar una dialéctica
entre juristas para lograr tesis novedosas en las materias de derecho consti-
tucional y en el nuevo derecho procesal constitucional para tener claridad

Ibidem,
4 p. 15.

DR © 2015. Universidad Nacional Autónoma de México,


Instituto de Investigaciones Jurídicas
Este libro forma parte del acervo de la Biblioteca Jurídica Virtual del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM
www.juridicas.unam.mx Libro completo en
http://biblio.juridicas.unam.mx http://biblio.juridicas.unam.mx/libros/libro.htm?l=3960

el principio de supremacía constitucional 105

al hacer la diferencia entre lo que son derechos humanos y garantías indivi-


duales; consideró que los primeros sustentan los derechos como ejercicio de
la libertad, respeto a la dignidad a la vida, etcétera, y las segundas, como los
medios de protección procesal para tutelar los derechos humanos.
La reforma de 2011 fue necesaria para que los derechos subjetivos cons-
titucionales tuvieran una mayor protección a través de la adjetivación que
se irá implementando al correr del siglo XXI en los ámbitos nacional e in-
ternacional.
Mientras exista la intención de vivir en libertad y se cumplan los pro-
pósitos de avanzar perfeccionando las formas de vida democrática, el prin-
cipio de la supremacía constitucional será el eje rector que sustentará toda
reforma de constitucionalidad y de legalidad. Prueba de ello es que en Mé-
xico dicho principio tiene una vigencia de 189 años, ya que fue implantado
por la primera generación liberal en 1824. Los conservadores lo respetaron.
Los liberales de 1857 mejoraron su redacción y adecuaron su contenido a su
tiempo, y fue legado íntegro a la Constitución de 1917, próxima a cumplir
su primer centenario de vigencia.
En la vida constitucional, el principio de supremacía constitucional solo
ha tenido dos reformas: la que hizo el Constituyente de 1857 y la que prac-
ticó el Constituyente Permanente en 1934.
La reforma de 2011 dejó intocado el principio de supremacía constitu-
cional del artículo 133; con la disponibilidad de ser útil para sistematizar su
interpretación vinculándolo con los otros artículos de la Constitución que
prevén el respeto a todos los derechos concedidos a los habitantes a nivel
nacional e internacional, entre ellos los derechos humanos.

II. Derechos humanos

En este apartado abordaremos la valía de los derechos humanos des-


tacando el pensamiento de Jorge Carpizo sobre esta temática teórica en el
enfoque académico y práctico obtenido como primer comisionado nacional
de los derechos humanos en México. Su trabajo sobre la protección de los de-
rechos del hombre lo realizó antes y después de la reforma del artículo 102
constitucional de 1992, que en su apartado B los elevó a rango constitucio-
nal, al federalizar su sistema protector.
Sobre la valía de los derechos humanos para fortalecer al hombre como
centro de imputación de valores podemos argumentar que desde tiempos
y espacios inmemoriales el ser humano siempre ha buscado descubrir en lo
subjetivo lo que lo humaniza y hace valer ante la comunidad en la que vive,

DR © 2015. Universidad Nacional Autónoma de México,


Instituto de Investigaciones Jurídicas
Este libro forma parte del acervo de la Biblioteca Jurídica Virtual del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM
www.juridicas.unam.mx Libro completo en
http://biblio.juridicas.unam.mx http://biblio.juridicas.unam.mx/libros/libro.htm?l=3960

106 V. humberto benítez treviño

protegiendo mediante enunciados morales, éticos y jurídicos aquello que


descubre en su naturaleza y avanza en el reconocimiento social a través de
la defensa del Estado o de organismos no gubernamentales.
Múltiples pensadores han aportado ideas sobre lo que humaniza al
hombre. Si lo vemos desde el punto de vista del cristianismo, lo que hace
humano al hombre es su intuición de Dios. Los griegos, entre ellos Sócrates
y Platón, concebían que era la virtud el fundamento de lo justo y lo huma-
no. Santo Tomás de Aquino concibió que los derechos del hombre eran
concedidos por un ser superior, y que a través de una jerarquía de valores
que partían del derecho divino se vinculaban al derecho natural, y su intui-
ción se conceptualizaba en los derechos civiles reconocidos al hombre como
persona.
En la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano de 1789
en Francia, en diecisiete artículos y un preámbulo se implementó la nueva
filosofía protectora de lo humano como escudo ante el absolutismo, al cam-
biar la titularidad de la soberanía del rey al pueblo. Así, entre los idearios de
las revoluciones norteamericana y francesa surgen los derechos del hombre
como límites de respeto de la autoridad a los derechos de los gobernados o
justiciables.
La influencia revolucionaria sobre el respeto de los derechos del hom-
bre y del ciudadano impactó en los insurgentes de las colonias españolas en
Iberoamérica; hacia 1810, Miguel Hidalgo luchó por la libertad, y en Gua-
dalajara decretó la abolición de la esclavitud.
José María Morelos, asistido de eminentes abogados conocedores del
derecho, entre ellos Carlos María de Bustamante, Andrés Quintana Roo
y José Manuel de Herrera, plasmó en diferentes documentos los derechos
que deberían reconocerse a los hombres libres, como se puede apreciar en
el Decreto Constitucional para la Libertad de la América Mexicana, sancio-
nada el 22 de octubre de 1814, conocida como Constitución de Apatzingan,
entre cuyos artículos consagró principios universales de los derechos huma-
nos, como los siguientes:

Capítulo V
De la Igualdad, Seguridad, Propiedad
y Libertad de los Ciudadanos
Art. 24. La felicidad del pueblo y de cada uno de los ciudadanos consiste
en el goce de la igualdad, seguridad, propiedad y libertad. La integra conser-
vación de estos derechos es el objeto de la institución de los gobiernos y es
único fin de las asociaciones políticas.

DR © 2015. Universidad Nacional Autónoma de México,


Instituto de Investigaciones Jurídicas
Este libro forma parte del acervo de la Biblioteca Jurídica Virtual del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM
www.juridicas.unam.mx Libro completo en
http://biblio.juridicas.unam.mx http://biblio.juridicas.unam.mx/libros/libro.htm?l=3960

el principio de supremacía constitucional 107

Art. 27. La seguridad de los ciudadanos consiste en la garantía social: esta


no puede existir sin que fije la ley los límites de los poderes y la responsabili-
dad de los funcionarios públicos.5

La Constitución Federal de los Estados Unidos Mexicanos de 1824, sín-


tesis del ideario insurgente, consagró la independencia política de México, y
estableció y afirmó su libertad, con el fin de promover su prosperidad y glo-
ria. Aunque no contiene un listado o catálogo de derechos individuales, en
todo su sistema constitucional protege derechos de distintas materias, como
el derecho de autor (artículo 50 1a.), libertad de imprenta para que sus ha-
bitantes escribieran y publicaran sus ideas políticas libremente; asimismo, se
legislara para que se respetaran las libertades que se regularan en las leyes y
se respetarían los compromisos de los tratados celebrados por la autoridad
suprema de la Federación.
La Constitución de 1857 sí contiene en su título I, sección I, artículo
primero, lo relativo a los derechos del hombre, en los términos siguientes:
“Artículo1. El pueblo mexicano reconoce que los derechos del hombre son
la base y el objeto de las instituciones sociales. En consecuencia declara que
todas las leyes y todas las autoridades del país deben respetar y sostener las
garantías que otorga la presente constitución”.
Como puede apreciarse, se incorporan los enunciados “derechos” y
“garantías”, que aparentemente se confunden; en estricta interpretación
debemos entender que una idea es el derecho y otra la forma del procedi-
miento para garantizar ese derecho. Por ello, en los 29 artículos de la refe-
rida Constitución se mencionan las garantías que al constitucionalizar las
aportaciones del ideario social de la Revolución mexicana serían reproduci-
das para coexistir en todo el sistema de garantías de la Constitución Política
de los Estados Unidos Mexicanos de 1917, que priorizó el enunciado “ga-
rantías individuales” y aunque dejó subyacentes los derechos, no los enun-
ció en el artículo 1o. Y redactó sus postulados en los términos siguientes:

Artículo 1o. En los Estados Unidos Mexicanos todo individuo gozará de las
garantías que otorga esta constitución las cuales no podrán restringirse ni
suspenderse sino en los casos y con las condiciones que ella misma establece.

Aunque en los artículos que van del 1 al 29 se incluyen enunciados de


libertades y derechos, como en los artículos 7o., 8o., 9o., 10, 11, 14 etcéte-
ra, se destaca la idea de garantías; por ello, la ley que deriva de los artículos
5
Edición facsimilar preparada por la Secretaría de Gobernación, una nota preliminar
de Antonio Martínez Báez, México, 1957, pp. 8 y 9.

DR © 2015. Universidad Nacional Autónoma de México,


Instituto de Investigaciones Jurídicas
Este libro forma parte del acervo de la Biblioteca Jurídica Virtual del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM
www.juridicas.unam.mx Libro completo en
http://biblio.juridicas.unam.mx http://biblio.juridicas.unam.mx/libros/libro.htm?l=3960

108 V. humberto benítez treviño

103 y 107 constitucionales se conoce como Ley de Amparo, y a su juicio se


le conoce como juicio de amparo o de garantías.

III. Los derechos humanos en la concepción


de Jorge Carpizo

Me llama la atención un libro de Alain Touraine, cuyo título es ¿Podremos


vivir juntos?, en cuyo contenido se comprende que los múltiples problemas del
mundo actual acontecen por el alejamiento del trato comunitario, de asis-
tencia, de falta de comunicación y de coincidencia en el fomento de valores,
lo cual se ocasiona por falta de acercamiento para generar la identidad que
nos permite valorar al otro y valorarnos a nosotros mismos, a los cercanos
y lejanos habitantes, generando así una incomunicación en la valoración de
la otredad.
Para mayor comprensión de lo anterior, Alfred Adler dice: “Los hombres
vivirían juntos mucho mejor si fuese mayor su conocimiento del hombre, por-
que desaparecerían ciertas formas perturbadoras de la vida en común, que
únicamente son ahora posibles por no conocernos, estando así expuestos al
peligro de dejarnos engañar por cosas externas e incurrir en desfiguraciones
o disimulos de otras”.6
La protección de los derechos humanos se hace realidad impulsando re-
formas garantistas que incorporan los referentes constitucionales de donde
derivará la legislación que protegerá los bienes de la persona que merece
disfrutar de una vida en libertad en un ambiente democrático y un trato
digno.
Ante las teorías de los derechos humanos que los abordan desde los
enfoques filosóficos, morales, éticos, históricos y jurídicos, surgen posicio-
nes de políticos asiáticos, como la de Liu Huaqiu, vicecanciller chino, quien
defendiendo a su país de las sanciones impuestas por la Organización de las
Naciones Unidas, en una reunión celebrada en Viena, dijo:

El concepto de derechos humanos es el producto del desarrollo internacio-


nal está íntimamente asociado con condiciones específicas, sociales, políticas
y económicas y con la historia, los valores y la cultura propia. El concepto de
Derechos Humanos es integral y cubre tanto los individuos como los colec-
tivos… no hay derechos ni libertades absolutas, excepto aquellas prescritas
por la ley y dentro de su marco… Nadie debe poner sus derechos e intereses por
encima de los Estados y la sociedad no debe permitírsele que socave los de

6
Adler, Alfred, Conocimiento del hombre, Madrid, Espasa, 1984, p. 12.

DR © 2015. Universidad Nacional Autónoma de México,


Instituto de Investigaciones Jurídicas
Este libro forma parte del acervo de la Biblioteca Jurídica Virtual del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM
www.juridicas.unam.mx Libro completo en
http://biblio.juridicas.unam.mx http://biblio.juridicas.unam.mx/libros/libro.htm?l=3960

el principio de supremacía constitucional 109

otros y los del público en general. Este es un principio universal de todas las
sociedades civilizadas.7

Este argumento que combate las sanciones a China por la matanza en


la plaza de Tiananmen en 1989 en el centro de Pekín (donde ahora se en-
cuentran los restos mortales y un gran retrato de Mao Zedong, como hoy
se pronuncia lo que antes se escribía Mao Tse Tung; asimismo, después de
aquel acontecimiento de 1989 a la capital de China se le cambió su deno-
minación, y actualmente se le conoce como Beijing), implica que no existe
uniformidad sobre el criterio de cuándo se justifica atacar un movimiento
que amenaza la estabilidad de un gobierno o la seguridad de un Estado, y que
deberá combatirse, sin argumentar que se están violando derechos huma-
nos, y cuya violación no debe ser sancionada por organismos internaciona-
les protectores de lo humano.
Existen diferentes consideraciones culturales sobre los derechos huma-
nos. Cada nación tiene su identidad cultural y su conceptualización; será
en la Constitución de cada país y en los tratados internacionales donde se
precisarán las concepciones, alcances, procedimientos de interpretación y
su defensa.
El brillante jurista Jorge Carpizo estima que la Constitución se sustenta
en decisiones fundamentales, que son las bases de los demás postulados del
orden jurídico mexicano, y entre algunas de ellas encontramos a la sobera-
nía, la declaración de los derechos humanos, la división de poderes, la de-
mocracia y el sistema federal; en su extensa labor doctrinaria, Jorge Carpizo
trató con amplitud en los foros donde intervino y en sus libros, la teoría y
los enfoques prácticos de esas bases fundamentales sobre las que se genera
el Estado de derecho.
Carpizo clasifica tanto a los derechos del hombre como a las garantías
individuales en garantías de igualdad, libertad y seguridad jurídica.
En su literatura jurídica, Carpizo elaboró en forma didáctica un esque-
ma para explicar con claridad los derechos humanos; diseñó un esquema
en el que seleccionó conceptos clave, como ejemplos para facilitarnos una
comprensión clara de las garantías individuales, como él las concibe.
Tanto en las garantías de igualdad como en las de libertad no considera
al hombre como individuo, sino como persona, que es el centro de valores a
reconocer para desarrollar una vida libre y digna.
Por lo anterior, Carpizo ejemplifica los derechos humanos y las garan-
tías, con tres derechos: el de la libertad individual absoluta, considerando

Ibidem,
7 pp. 128 y 129.

DR © 2015. Universidad Nacional Autónoma de México,


Instituto de Investigaciones Jurídicas
Este libro forma parte del acervo de la Biblioteca Jurídica Virtual del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM
www.juridicas.unam.mx Libro completo en
http://biblio.juridicas.unam.mx http://biblio.juridicas.unam.mx/libros/libro.htm?l=3960

110 V. humberto benítez treviño

la prohibición de la esclavitud; en el trato jurídico, considera a la igualdad,


que en su observancia debe realizarse como lo pensaba Federico Nietzsche,
dando trato igual a los iguales y desigual a los desiguales; asimismo, Carpizo
considera como derecho humano el derecho a la seguridad jurídica.
En relación con la libertad, Carpizo se adelantó a tratar al hombre
como persona, en lugar de como individuo, ya que persona presenta mayor
riqueza conceptual para entender a los derechos humanos y a las garantías
individuales en un escenario cultural, considerándolas en sus aspectos físico
y espiritual.
En el aspecto físico, estima que debe preservarse la garantía a no ser
molestado o privado sin fundamento y motivo del lugar donde es la morada
de la persona, domicilio protegido siempre como lugar sagrado y tutelado; de
ahí la protección constitucional del establecimiento del domicilio donde la
persona elija vivir.
En lo espiritual, la persona humana tiene un mundo interior, que go-
bierna su mente para manifestar su yo en el mundo exterior, diría José Or-
tega y Gasset vinculando el yo con su circunstancia, en la que debe garanti-
zársele por la vía constitucional sus libertades de pensamiento, conciencia y
libre expresión de las ideas en forma escrita.
Los griegos distinguían entre la vida privada y la vida pública, dándole
mayor importancia a la vida participativa en la polis, porque estimaban que
la vida pública era básica para estimular el desarrollo y la conciencia de los
ciudadanos y para defender a su patria de las invasiones de sus enemigos,
entre ellos los persas.
En México, entre 1808 y 1810 se intensificaron las reuniones denomi-
nadas “tertulias”, en donde se trataban los asuntos de la política colonial,
de lo que sucedía en España y de los derechos y libertades reconocidas en
otras naciones, como Inglaterra, Francia y en los nacientes Estados Unidos
de Norteamérica. Las tertulias fueron encuentros sociales que los realistas
consideraron como conspiraciones; de ahí que el derecho de reunión con
fines políticos haya sido considerado el medio para el encuentro de pueblo y
caudillos para tratar asuntos cívicos; por ello ese derecho se incorporó desde
la primera Constitución mexicana de 1824, que reguló la vida de México
en libertad.
El artículo 15 constitucional no autoriza la celebración de tratados para
la extradición de reos políticos, derecho que gozan aquellos perseguidos por
gobiernos extranjeros y que pueden sufrir violación a sus derechos huma-
nos. México se ha distinguido en el mundo como país garante del derecho
de asilo:

DR © 2015. Universidad Nacional Autónoma de México,


Instituto de Investigaciones Jurídicas
Este libro forma parte del acervo de la Biblioteca Jurídica Virtual del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM
www.juridicas.unam.mx Libro completo en
http://biblio.juridicas.unam.mx http://biblio.juridicas.unam.mx/libros/libro.htm?l=3960

el principio de supremacía constitucional 111

…entendido como el derecho de acogerse a la protección de un país ajeno


cuando en el propio se es perseguido. Lo que se protege en este caso, no es
el contenido de tales o cuales ideas del asilado, sino su derecho a mantener-
las libremente, liberándolo con el asilo que se le ofrece de la persecución de
que es objeto, y, por tanto, de la negación a pensar y actuar con la libertad
necesaria.8

La manifestación pública para presentar a la autoridad una petición sin


atacar a la moral ni a los derechos de un tercero, provocar un delito o per-
turbar el orden público, es un derecho que Jorge Carpizo considera entre
los derechos relativos al ejercicio de la libertad de la persona cívica.
En cuanto a la persona social, para comprender la interacción entre las
personas de tratar en forma casual o permanente asuntos de índole privada
o comunitaria, Carpizo ejemplifica la libertad de asociación y la libertad de
escoger libremente el trabajo.
En cuanto a garantías que actualmente forman parte instrumental del
derecho procesal constitucional, y que el Estado debe garantizar en sus ins-
tancias judiciales en materia penal, el doctor Jorge Carpizo nos orienta para
comprender los derechos de la defensa adecuada que se encuentran consi-
derados como garantías individuales.
Las revoluciones de los siglos XVIII, XIX y XX tuvieron entre sus obje-
tivos el mejoramiento de la vida social, el combate a la tiranía y a la majes-
tad que usaba la fuerza para reprimir, la desaparición forzada de personas,
el encarcelamiento o el destierro, entre otros medios de violencia para per-
seguir a quienes incomodaban al poder arbitrario o castigar el delito.
Los pueblos de América lucharon por tener voz y hacer oír y valer su
voz en órganos representativos. Para ello, a partir de los años cincuenta del
siglo XX se universalizó la protección de los derechos humanos, cuya condi-
ción cualitativa se va fortaleciendo a través de la participación democrática,
oyendo la voz del pueblo en organismos nacionales, internacionales o en
organizaciones no gubernamentales.
Jorge Carpizo estudia el avance de los derechos humanos a la luz de la
creación de instituciones protectoras y sus formas de operar en la realidad,
como lo han hecho los organismos protectores a nivel federal, estatal y mu-
nicipal que se han instituido en México
A partir de la reforma al artículo 102, al que se le agregó el apartado
B, se le ha dado un nuevo tratamiento a los derechos humanos, y los foros
académicos, como el del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la Univer-

8
Sánchez Vázquez, Adolfo, Del exilio en México, México, Grijalbo, 1977, p. 85.

DR © 2015. Universidad Nacional Autónoma de México,


Instituto de Investigaciones Jurídicas
Este libro forma parte del acervo de la Biblioteca Jurídica Virtual del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM
www.juridicas.unam.mx Libro completo en
http://biblio.juridicas.unam.mx http://biblio.juridicas.unam.mx/libros/libro.htm?l=3960

112 V. humberto benítez treviño

sidad Nacional Autónoma de México, se convirtieron en claustros de re-


flexión sobre los derechos humanos, como aconteció hacia 1991, cuando se
reunieron defensores de derechos humanos de diferentes partes del mundo.
Para nombrar al primer Ombudsman de México se buscó a un personaje que
cumpliera los requisitos de valía humanística, y se designó a Jorge Carpizo
como primer presidente de la Comisión Nacional de los Derechos Huma-
nos.
Jorge Carpizo fue un actor social de la defensa de los valores que huma-
nizan al hombre; desplegó su talento y su conocimiento de derecho constitu-
cional para fundamentar la teoría y la práctica de los derechos humanos. En-
tre las aportaciones y avances que logró podemos considerar los siguientes:

—— Aportó una metodología para el análisis profundo de los postulados


constitucionales de las garantías individuales y de su operatividad.
—— Concibió un modelo didáctico para ubicar a los derechos y garan-
tías individuales.
—— Ubicó a los derechos humanos como uno de los principales temas
de atención del siglo XXI.
—— Consideró que el término “garantías individuales” en las Constitu-
ciones federales de 1857 y de 1917 incluían los derechos humanos;
solo había que precisar su interpretación para establecer sus dife-
rencias con las garantías individuales.

Carpizo expresó que México, al ratificar diversos tratados sobre de-


rechos humanos, está consciente de su importancia universal, entre ellos
el realizado con la Convención Americana sobre Derechos Humanos de
1969 y la Convención sobre Eliminación de todas las Formas de Discrimi-
nación contra la Mujer de 1979, y otros que fortalecen “…nuestro catálogo
de derechos humanos. Si se violara un derecho humano, no contenido en
la Constitución, pero sí en un tratado internacional y si esa norma no fue
denunciada, podemos al respecto buscar la protección judicial, tal y como si
ese derecho estuviera garantizado en nuestra Constitución”.9
Si hacemos una revisión de los juristas que han construido el constitu-
cionalismo mexicano, destacan en la protección de los derechos humanos
las aportaciones humanistas de Manuel Crescencio Rejón, Mariano Otero,
Ponciano Arriaga, Ignacio Luis Vallarta y otros liberales cuyas ideas han
trascendido al paradigma de la nueva Ley de Amparo, publicada en el Diario
Oficial de la Federación el 2 de abril de 2013.

9
Carpizo, Jorge, op. cit., p. 490.

DR © 2015. Universidad Nacional Autónoma de México,


Instituto de Investigaciones Jurídicas
Este libro forma parte del acervo de la Biblioteca Jurídica Virtual del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM
www.juridicas.unam.mx Libro completo en
http://biblio.juridicas.unam.mx http://biblio.juridicas.unam.mx/libros/libro.htm?l=3960

el principio de supremacía constitucional 113

La elevación del nivel cultural de los pueblos favorece el desarrollo de


las instituciones protectoras de los derechos humanos, como se puede obser-
var en los países escandinavos, Australia, Canadá y otros, en que las autori-
dades observan con mayores escrúpulos los límites fijados para el respeto de
los derechos y garantías de los gobernados. En México no hemos avanzado
en esta materia lo suficiente: “cierto es que aun es necesario lograr un ma-
yor respeto a los derechos humanos. Este es uno de los retos y desafíos al
cual se enfrenta nuestro país y firmemente esperamos que lo podrá superar
para que resplandezca con la libertad, la igualdad, la dignidad y la justicia
entre los mexicanos”.10
Jorge Carpizo estudió con especial interés la reforma constitucional de
junio de 2011; en abril de ese año elaboró un capítulo del libro La reforma
constitucional de derechos humanos. Un nuevo paradigma, publicado en mayo del
mismo año, por editorial Porrúa.
En ese estudio, Carpizo explicó la diferencia entre derechos humanos
y garantías, de lo cual inferimos que los primeros son los bienes jurídicos o
valores a proteger, y las segundas se refieren a los medios instrumentales con
que se protegen. Estimó que en el título primero, capítulo I, no deberían
estar enunciadas las garantías constitucionales, porque si se revisa la Consti-
tución, estas se encuentran en otros apartados constitucionales, como en los
artículos 103, 105 y 107. Efectivamente, le asiste la razón, porque una cosa
es la sustancia, el valor o bien jurídico a proteger, y otro es el medio con el
que se protege; de ahí que surja la nueva rama de estudio para proteger a las
garantías, que es el derecho procesal constitucional.
Carpizo nos hizo la observación de que al hacer la interpretación sobre
las normas relativas a los derechos humanos, relacionando el artículo 1o.
con el 133 constitucional, como en la nueva reforma, debe hacerse, para
una mayor comprensión, y orientación para interpretar el significado y los
alcances de la protección de los derechos humanos.
Además, consideró Carpizo que la reforma constitucional de 2011, tal
como se proyectó y se aprobó, se considera un instrumento útil y avanzado
para la protección de los derechos humanos mediante “un bloque de consti-
tucionalidad y generación de jurisprudencia, leyes secundarias, tratados in-
ternacionales ratificados por México y las resoluciones y recomendaciones
emanadas de órganos creados en esos tratados”.11
Al ponderar la reforma constitucional de 2011 de diversos artículos
de la Constitución, Carpizo hizo una excelente exégesis, que nos orientará

Ibidem,
10 p. 492.
Ibidem,
11 p. 335.

DR © 2015. Universidad Nacional Autónoma de México,


Instituto de Investigaciones Jurídicas
Este libro forma parte del acervo de la Biblioteca Jurídica Virtual del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM
www.juridicas.unam.mx Libro completo en
http://biblio.juridicas.unam.mx http://biblio.juridicas.unam.mx/libros/libro.htm?l=3960

114 V. humberto benítez treviño

para la interpretación del nuevo paradigma constitucional del siglo XXI,


del México que busca armonizar el control de constitucionalidad con el
control de convencionalidad, para lograr una mayor eficacia del respeto a
los derechos humanos a nivel estatal, nacional e internacional.
Al interpretar el pensamiento de Jorge Carpizo sobre la reforma consti-
tucional de 2011, afirmamos que nos legó un reto, consistente en que si bien
es cierto que en los últimos años se ha legislado para elevar a rango consti-
tucional la protección de los derechos humanos mediante una instrumenta-
ción que se vaya acondicionando para lograr su beneficio en la realidad, es
tiempo que los estados sean partícipes del nuevo paradigma del federalismo
y “que se vuelvan protagonistas de la reforma constitucional en el verdadero
sentido del artículo 135 constitucional”.
Este propósito actualmente se encamina en la investigación académica,
en foros, en congresos, en labores judiciales y en la preocupación de todas
las autoridades de cómo se ha de aplicar la reforma constitucional de 2011
y cómo implementar su aplicación para lograr mayor eficacia en la protec-
ción de los derechos humanos en los ámbitos nacional e internacional. De
ahí que exista una mayor posibilidad de avance del derecho constitucional
local, en las nuevas formas de control de la constitucionalidad a nivel de la
propia competencia y jurisdicción de los estados.
En relación con la convencionalidad, aparecen nuevas materias, como
el derecho constitucional internacional y el estudio integral de las materias
que integran el bloque de la constitucionalidad, etcétera, y una vez avan-
zada la implementación de los medios protectores garantistas entraremos a
la época paradigmática del nuevo respeto y trato a los derechos humanos.

IV. Consideraciones finales

1. La Constitución Federal de los Estados Unidos Mexicanos de 1824


fue la carta fundacional del Estado que incorporó el principio de supre-
macía constitucional como lo habían hecho las Constituciones francesa y
norteamericana, ya que sin el referido principio la división de poderes y los
derechos del hombre y del ciudadano no se dan las condiciones de la exis-
tencia de una Constitución, legado libertario que subsiste hasta nuestros
días.
2. La Constitución Federal de los Estados Unidos Mexicanos de 1857 es
el resultado de profundas reflexiones vertidas en un congreso constituyente,
en el que brillaron las mentalidades más esclarecidas de la segunda época
del liberalismo mexicano que elevó a rango constitucional el juicio de am-

DR © 2015. Universidad Nacional Autónoma de México,


Instituto de Investigaciones Jurídicas
Este libro forma parte del acervo de la Biblioteca Jurídica Virtual del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM
www.juridicas.unam.mx Libro completo en
http://biblio.juridicas.unam.mx http://biblio.juridicas.unam.mx/libros/libro.htm?l=3960

el principio de supremacía constitucional 115

paro, que sigue siendo el mejor instrumento para la defensa de los derechos
humanos.
3. El prestigio del ideario de los constituyentes de 1857 trascendió en los
programas revolucionarios que fundaron el liberalismo social que impulsó
Ignacio Ramírez, estableciendo las bases del nuevo agrarismo de redención,
el derecho del trabajo, el derecho a la educación y los cambios de la Revolu-
ción mexicana, confirmando en sus términos el contenido de la supremacía
constitucional, de las garantías individuales y del juicio de amparo, así como
la reafirmación del Estado democrático, federal, representativo, la fortaleza
de lo republicano y la proyección del Estado constitucional de derecho que
actualmente se aplica y desarrolla en México.
4. El constitucionalismo mexicano es una forja del estudio y experien-
cias académicas de la postulancia y de la judicatura que brillaron en el siglo
XIX, y solo por citar algunas personalidades que brillaron en aquel tiempo
de la construcción de la nacionalidad e identidad nacional mencionamos a
José María Luis Mora, Manuel Crescencio Rejón, Mariano Otero, Benito
Juárez, Melchor Ocampo, Ignacio Manuel Altamirano, Ponciano Arriaga,
León Guzmán, José María Iglesias, Ignacio Luis Vallarta, Emilio Rabasa,
entre otros múltiples juristas que podríamos mencionar, que fueron intér-
pretes y defensores de los postulados constitucionales de la libertad forjados
por los liberalismos individual y social de los siglos XIX y XX.
Entre los grandes juristas impulsores del constitucionalismo mexicano
sobresalen dos que hacen parteaguas en la forja del ideario que integra el
tema que se ha convertido en permanente: la reforma constitucional; ellos
son los eminentes constitucionalistas Héctor Fix-Zamudio y Jorge Carpizo
Mc-Gregor, cuyas aportaciones para la interpretación, aplicación y proyec-
ción de los postulados constitucionales forman parte de la jurisprudencia
científica mexicana, haciendo escuela, como lo hicieron en sus respectivas
academias Sócrates, Platón y Aristóteles durante el esplendor de la filosofía
griega.
En México, la investigación jurídica ha fincado su claustro en el Insti-
tuto de Investigaciones Jurídicas de la Universidad Nacional Autónoma de
México, al que pertenecen los discípulos de los ilustres maestros constitu-
cionalistas Fix y Carpizo, quienes con sus obras prestigian a la investigación
jurídica que se difunde por el mundo en varios idiomas, ilustrando a todo
interesado en las distintas temáticas que son presentadas en las diferentes
formas editoriales que tratan sobre la interpretación constitucional del con-
trol difuso de la convencionalidad, los derechos humanos, etcétera.
En vista de que el constitucionalismo mexicano es una corriente filosó-
fica jurídica que ha construido la arquitectura temática del derecho consti-

DR © 2015. Universidad Nacional Autónoma de México,


Instituto de Investigaciones Jurídicas
Este libro forma parte del acervo de la Biblioteca Jurídica Virtual del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM
www.juridicas.unam.mx Libro completo en
http://biblio.juridicas.unam.mx http://biblio.juridicas.unam.mx/libros/libro.htm?l=3960

116 V. humberto benítez treviño

tucional del siglo XXI sobre la que se sustenta nuestra Constitución, estimo
que en el mundo global del cambio constitucional y del nuevo tratamiento
de los derechos humanos, incorporados en la reforma de 2011, México in-
gresa al nuevo paradigma de protección de lo humano, que dignifica y ga-
rantiza la libertad.
Con la inteligencia de sus constitucionalistas, México está preparado
para que en el mundo de la globalización se vincule a los países que avan-
zan en el desarrollo del nuevo Estado constitucional de derecho, acondi-
cionando su vida democrática para lograr un mayor respeto a los derechos
humanos.
Una vez promulgada la reforma constitucional de 2011, en materia de
derechos humanos y sus garantías y la expedición de la Ley de Amparo,
México cuenta con los postulados de constitucionalidad y las reglas de lega-
lidad, y procede a elaborar los instrumentos o reglas procesales para que en
todas las instancias las autoridades hagan realidad los beneficios de la tutela
de los derechos humanos, observando, aplicando y cumpliendo todas aque-
llas disposiciones de constitucionalidad y convencionalidad que integran el
bloque de constitucionalidad, que comprenden al derecho interno y el de
los tratados internacionales que tutelan a los derechos humanos en los ám-
bitos nacional e internacional.

V. Bibliografía

Baltazar Robles, Germán Eduardo, La Ley de Amparo 2013 comparada, con-


cordada y comentada, México, COEDI, 2013.
Carpizo, Jorge, Estudios constitucionales, México, Porrúa, 2012.
Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, México, Sista, 2013.
Ferrer Mac-Gregor, Eduardo (coord.), El control difuso de convencionalidad,
Querétaro, México, Fundación Universitaria de Derecho, Administración
y Política, 2012.
García Ramírez, Sergio, México ante la Corte Interamericana de Derechos Huma-
nos. Decisiones y transformaciones, México, Porrúa-UNAM, 2011.
Pacheco Pulido, Guillermo, Control de convencionalidad, tratados internacionales
de los derechos humanos, México, Porrúa, 2012.
Rojas Caballero, Ariel Alberto, Los derechos humanos en México, México, Po-
rrúa, 2012.

DR © 2015. Universidad Nacional Autónoma de México,


Instituto de Investigaciones Jurídicas

También podría gustarte