Efectos Adversos de Los Rayos X

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Efectos adversos de los Rayos X

Es primordial tener en cuenta que la radiación puede traer consigo potenciales desventajas o
efectos nocivos; efectos que al ser el resultado de una cadena de interacciones físicas,
transformaciones químicas o alteraciones de macromoléculas son considerados fenómenos
aleatorios, además la acción de la radiación ionizante actúa de manera no selectiva y producen
manifestaciones inespecíficas, considerándose estas 3 sus características principales.

Dichos efectos pueden clasificarse según el tiempo de aparición, desde el punto de vista
biológico, según la dependencia de la dosis o considerarlos según la biomolécula a la cual
afecten.

Los efectos adversos según el tiempo de aparición se consideran precoces si aparecen en


minutos u horas luego de la exposición (ejm: náusea, eritema) o tardíos si tardan meses o años
en aparecer (ejm: cáncer radioinducido); desde el punto de vista biológico son, efectos
somáticos, manifestados en el individuo expuesto (ejm: osteonecrosis) o genéticos, si se
manifiestan en su descendencia; y, según la dependencia de la dosis se denominan, efectos
estocásticos, si no necesitan de una dosis umbral para producirse y muchas veces basta con
una mínima, suelen ser efectos tardíos (ejm: cáncer radioinducido) y, no estocásticos, si
necesitan de una dosis umbral para manifestarse, suelen ser efectos precoces (ejm: eritema
cutáneo)

Considerando los efectos adversos de la radiación desde el punto de vista de la molécula


afectada, pueden producir efectos sobre el agua, y debe considerarse que el ser humano está
constituido por un 70 a 80% de agua, de su peso corporal total, es así, que la radiación
ionizante actúa sobre el agua produciendo radiólisis, es decir la formación de radicales libres y
su descomposición molecular; de esta manera, el efecto será directo si la radiación incide
directamente sobre una molécula de soluto o un efecto indirecto si los productos de la
radiólisis actúan sobre las otras moléculas. Tanto sea el efecto directo como indirecto, esta
interacción deja como resultado alteraciones de la bioquímica celular, principalmente sobre el
núcleo; si son efectos sobre las moléculas de ADN y los cromosomas lo que se produce es una
lesión en dichas moléculas de ADN que desembocan en muerte celular, incapacidad de
duplicación del mismo o mutaciones.

Al decir que la radiación ionizante actúa de manera no selectiva debe considerarse al


organismo en conjunto, sin embargo, los efectos producidos pueden ser dependientes de la
dosis y de la parte del todo en la que se haya inducido la radiación. La situación más extrema es
la irradiación total, es decir, de todo el organismo, en la que generalmente, los efectos o
síndromes producidos han abarcado 3 sistemas: hematopoyético, gastrointestinal y nervioso;
sin embargo, suelen considerarse las afecciones de estos sistemas según su cronopatología,
siendo, el síndrome hiperagudo aquel que se produce por una exposición mayor a 120 Gy
(Gray) y la muerte llega en pocos instantes luego de ataxia, letargia, convulsiones y coma; el
síndrome agudo, producido por exposiciones a 2 a 4 Gy en el que se suele manifestar la
afección de los 3 sistemas con náuseas, vómitos y luego sepsis, anemia y enteritis; y, el
síndrome crónico causado por exposiciones repetidas a bajas dosis y causa esterilidad,
depilación, alteraciones endocrinas, nefroesclerosis, entre otras.

Si la radiación afecta a una sola porción del organismo, son necesarias dosis altas para producir
efectos secundarios, mismos que se manifiestan por la muerte celular de la parte expuesta y
una posterior atrofia del tejido. En este caso se considera la radiosensibilidad del tejido para
comprender los efectos adversos producidos.
La piel es el órgano más frecuentemente afectado, por ser la primera barrera ante la
exposición, su sensibilidad está determinada por la presencia de su capa basal de células
indiferenciadas, los principales efectos producidos son el eritema, por dilatación capilar, para el
cual es suficiente una dosis de 4 a 10 Gy, la descamación, que se conoce como radiodermitis
seca, producida por el aumento de la división de las células muertas y, la alopecia, debido a
que los folículos pilosos están en crecimiento, que puede ser temporal e inclusive permanente
y aumenta la probabilidad de desarrollar cánceres cutáneos.

Las afecciones de la médula ósea están debidas a la sensibilidad de las células madre
pluripotenciales que, a su vez, disminuirán las líneas celulares sanguíneas y sus precursores,
eritroblastos, mielocitos y megacariocitos, aumentando el riesgo de anemias, infecciones y
coagulopatías.

Las células radiosensibles en los espermatozoides, son las espermatogonias, mismas que tras la
inducción de la radiación disminuyen en número, y por tanto el numero de espermatozoides
maduros, produciendo una esterilidad que en dosis de 5 a 6 Gy puede ser temporal por unos
12 meses; o aberraciones cromosómicas si se ha expuesto el tejido a dosis bajas, siendo un
efecto estocástico.

En la mujer, el ovario es un tejido radiosensible, sin embargo, sus efectos secundarios se


manifiestan por periodos de fertilidad e infertilidad en fases, es decir, los folículos maduros de
una mujer son relativamente resistentes por tanto su fertilidad en primera instancia no se
afectará, luego, no sus folículos intermedios, por lo que se produce el período de infertilidad,
mientras maduran los folículos pequeños, muy resistentes, y de tal manera la fertilidad es
recuperada. De igual manera, dosis pequeñas pueden producir aberraciones o mutaciones
genéticas.

Efectos sobre el embrión y el feto también han sido observados, son de carácter fetales si
producen la inviabilidad del mismo, anomalías congénitas si se observan al momento del
nacimiento o efectos tardíos, manifestados posteriores al nacimiento. Si han sido las gónadas
de sus padres las expuestas a la radiación y responsable de sus efectos se los considera
genéticos, si ha sido el embrión directamente el expuesto se llaman congénitos; por ello es
muy importante tener cuidado con dicha exposición durante la segunda hasta la sexta semana
de gestación, en las que se ha observado que las anomalías más comunes están relacionadas
con el Sistema Nervioso Central.

Finalmente, uno de los efectos adversos más graves es la carcinogénesis radioinducida, misma
que se produce en exposiciones a dosis bajas y de las cuales se ha obtenido su evidencia a
través de los años, en experimentos u observaciones directas sobre humanos como en aquellos
habitantes y sobrevivientes de las bombas atómicas de Hiroshima y Nagasaki.
Siempre hay un periodo de latencia entre la irradiación y la aparición del tumor, esta no es
espontánea. Su mecanismo no está del todo definido, puesto que se creía que una célula
somática expuesta podría provocar en igual proporción cáncer como una célula germinal una
aberración cromosómica, sin embargo, entonces la prevalencia de carcinogénesis
radioinducida sería mucha más alta por el uso más común de la radiación sobre células
somáticas; sin embargo, ahora se sabe, gracias al descubrimiento de los oncogenes que la
radiación constituye solo un eslabón del desarrollo del cáncer, puesto que provoca un
movimiento cromosómico por roturas de los mismos, en los que en el proceso de
recombinación un oncogén que no se expresó en su posición anterior podría expresarse gracias
a su nueva ubicación como en el linfoma de Burkitt que se asocia a una translocación entre los
cromosomas 8 y 14. 1
1
Pedrosa. (2001). Diagnóstico por imagen. Protección radiológica y garantía de calidad en
radiodiagnóstico. Capítulo 10. Mc. Graw Hill – Interamericana

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