Día Del Mar en Bolivia

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Día del Mar en Bolivia, 23 marzo

En Bolivia se conoce como El día del Mar a esta fecha anual en la que se recuerda la
pérdida del departamento del Litoral a causa de la Guerra del Pacífico en favor de Chile
en el siglo XIX. Se celebra cada 23 de marzo con una ceremonia central en la Plaza
Abaroa (en homenaje a Eduardo Abaroa) de la ciudad de La Paz con la participación de
las autoridades nacionales y militares, actos similares se desarrollan a nivel nacional.
El 23 de marzo también se recuerda al héroe de la Guerra del Pacífico: donEduardo
Abaroa, quien era un hombre como cualquiera de nosotros. Estudió teneduría de libros,
tenía un pequeño comercio en San Pedro de Atacama, la población donde nació,
trabajaba como administrador en una mina de la zona, tenía esposa y cinco hijos, era un
hombre de paz.
El 21 de marzo, cuando comenzó el
ataque a Calama, Ladislao Cabrera y
Severino Zapata reunieron un grupo
de 144 valientes bolivianos. Eduardo
Abaroa estaba entre ellos. Abaroa Fue
uno de los defensores del puente del
Topáter, en el río Loa, y fue uno de los
que cayó el 23 de marzo de 1879 con
la decisión indeclinable de no rendirse
jamás ante las armas del opresor.
Eduardo Abaroa y otros bolivianos
murieron en la defensa de nuestro
Litoral. El día del Mar es una
oportunidad propicia para reivindicar la
posición de Bolivia de una salida soberana y útil al Océano Pacífico.
Intereses ingleses en la guerra del Pacifico
Durante años el desierto de Atacama -al sur de Bolivia y al norte de Chile- fue
despreciado por ambos países. Pero todo cambió al descubrirse que existían importantes
yacimientos de salitre. Hubo dos tratados de límites antes de la guerra. El último, firmado
por los presidentes Federico Errázuriz y Tomás Frías, en 1874 que ratificaba el paralelo
24 grados latitud sur como límite entre los dos países. Dicha guerra desangró a Bolivia, al
Perú y a Chile. Ello para ocultar la verdadera causa de la conflagración: el salitre.
El Océano Pacífico tiene una
superficie que abarca 180 millones de
kilómetros cuadrados y baña tres
continentes: América, Asia y Australia.
Es la mayor masa marítima del
planeta. La guerra que describimos se
desarrolló sólo en un ínfimo rincón y
hubo sólo dos combates navales.
Ambos duraron pocas horas y
participaron seis naves; dos peruanas:
el Huáscar y la Independencia; cuatro
chilenas: la Esmeralda, la Covadonga,
el Cochrane y el Blanco Encalada.
Para la década del 70 del siglo XIX, el
gobierno boliviano se compromete a
no aumentar durante 25 años las
contribuciones que pagaban las industrias chilenas establecidas en su territorio. En
Antofagasta, perteneciente a Bolivia, se instala la Compañía de Salitre de Antofagasta, de
capitales chilenos que, el 1º de mayo de 1872, inicia las exportaciones del “oro blanco” a
Europa. Más al norte, Perú pone en vigencia el 28 de marzo de 1875 una ley mediante la
cual expropia las oficinas salitreras de Tarapacá, pagando a sus antiguos propietarios con
certificados.
En 1879 el presidente boliviano Tomás Frías es derrocado por un golpe encabezado por
el general Hilarión Daza. Este decretó un nuevo impuesto de 10 centavos por quintal de
salitre exportado. La Compañía de Salitre de Antofagasta se niega a pagarlo.
El gobierno chileno sale “en defensa” de los capitalistas nacionales. Rompe relaciones
con Bolivia y el 14 de Febrero de 1879 soldados chilenos, al mando del coronel Emilio
Sotomayor, ocupan Antofagasta. En marzo, Bolivia se alía con el Perú y se declara la
guerra a Chile. Para el 5 de abril, Chile declara la guerra a los aliados. Hacia fines de
1879 Tarapacá queda en manos de las tropas chilenas.
Invasión chilena - Defensa de Calama
Hasta el amanecer del 23 de marzo la
defensa está ya organizada, cavan
zanjas, levantan barricadas y
destruyen los puentes Topáter y
Carvajal para obstruir el
desplazamiento del enemigo. Ese
mismo día son vistos por el camino a
Caracoles 544 combatientes de tres
compañías del Ejército chileno con
dos piezas de artillería de montaña y
una ametralladora.
En la orilla opuesta al río Loa, ocho
rifleros y dos oficiales junto a Eduardo
Abaroa protagonizan una acción
heroica obligando al enemigo a un
repliegue precipitado. Unos 40
chilenos abren paso en el sector del
puente Carvajal al derrotar a 24
defensores apostados ahí. Las fuerzas
chilenas ingresan sin oposición al
pueblo de Calama.
Un toque de corneta ordena la retirada en dirección a Chiu Chiu, Canchas Blancas y
Potosí. Todos obedecen, menos Eduardo Abaroa. Los dos oficiales y los ocho rifleros que
lo acompañan caen prisioneros. Eduardo Abaroa muere peleando y se lo recuerda por su
célebre frase: "¡Que se rinda su abuela… Carajo!".
El Océano Pacífico tiene una superficie que abarca 180 millones de kilómetros cuadrados
y baña tres continentes: América, Asia y Australia. Es la mayor masa marítima del
planeta. La guerra del Pacífico se desarrolla sólo en un ínfimo rincón con sólo dos
combates navales. Ambos duran pocas horas y participan seis naves; dos peruanas: el
Huáscar y la Independencia; cuatro chilenas: la Esmeralda, la Covadonga, el Cochrane y
el Blanco Encalada. Para el 5 de abril, Chile declara la guerra a los aliados. Hacia fines de
1879 Tarapacá queda en manos de las tropas chilenas.

23 de marzo de 1879. Guerra del Pacífico


23 mar. 2011
Un día como hoy 23 de marzo hace 133 años muere en Calama uno de los héroes
bolivianos de la Guerra del Pacifico su nombre Eduardo Abaroa Hidalgo.
Eduardo Abaroa Hidalgo nace un 13 de octubre de 1838 en San Pedro de Atacama
(territorio boliviano perdido en la guerra del pacifico) de profesión contador vivía en
Calama, bien vayamos un poco a los antecedentes de antes de este 23 de marzo.
El 14 de febrero de 1879 el ejercito chileno invade territorio boliviano tomando el puerto de
Antofagasta al mando del blindado Almirante Cochrane y la corbeta O'Higgins.

A las 8 desciende un bote del blindado Cochrane en el que va el capitan chileno Jose
Borgoño el cual busca al consul de su país y en compañia de este se dirigen hacia la
prefectura,donde entrego al coronel Severino Zapata el siguiente mensaje: "Considerando
el gobierno de Chile roto por parte de Bolivia el tratado de 1874, me ordena tomar
posesión con las fuerzas a mi mando del territorio comprendido hasta el grado 23".
Contesto el coronel Zapata: "No tengo fuerzas con que contrarrestar a tres vapores
blindados de Chile, pero no abandonare este puerto sino cuando se consuma la invasión".
Chile toma posesion de la ciudad de Antofagasta sin disparar un solo tiro, anoticiados de
la toma de la ciudad de Antofagasta se arma en Calama la resistencia boliviana al invasor
chileno, esta resistencia esta al mando de Don Ladislao Cabrera abogado de profesion
que ejercia en la ciudad de Caracoles,Don Ladislao Cabrera se retira a la ciudad de
Calama con 20 gendarmes de la guarnicion de Caracoles para asi armar en Calama la
primera linea de defensa contra el invasor.
Don Ladislao cabrera logro armar en Calama un contigente de 135 personas para hacer
frente al ejercito chileno, el contigente de 135 personas la mayoria civiles y algunos
militares tenian el coraje de hacer frente a un ejercito realmente superior tanto en dotacion
de armamento como en soldados el contigente de Calama no disponían sino de 35 rifles
Winchester, 8 rifles Remington, 30 fusiles a fulminante, 12 escopetas de caza, 14
revólveres y 32 lanzas.
El 16 de marzo, se presentó en Calama un parlamento chileno. Entregó al señor Cabrera
un mensaje del comandante de las fuerzas que se encontraban en Caracoles
demandando rendición. Don Ladislao Cabrera contestó que ni la tropa que lo seguía ni el
estaban dispuestos "a aceptar o someterse a la intimación que se hacía y que cualquiera
que fuese la superioridad de sus contrarios defenderían hasta el último trance la
integridad del territorio boliviano".
El mensaje a los integrantes de su escaso contingente Ladislao Cabrera les dijo: "Que
sepa Chile que los bolivianos no preguntan cuántos son sus enemigos para aceptar
combate".
Los defensores bolivianos empezaron a prepararse para la defensa de Calama, hasta el
amanecer del 23 de marzo la defensa estaba ya organizada, cavaron zanjas, levantaron
barricadas y destruyeron los puentes Topáter y Carvajal para obstruir el desplazamiento
del enemigo.
Las tropas chilenas salen del poblado de Caracoles al mando del coronel Emilio
Sotomayor. Eran 544 soldados distribuidos de la siguiente manera: 3 compañías del
Regimiento 2º de Línea al mando del Comandante Eleuterio Ramírez (300 soldados), una
compañía del 4º de Línea al mando de su Comandante Juan José San Martín(100), 2
piezas de artillería de montaña al mando del Teniente Eulogio Villarreal, un escuadrón de
Cazadores a Caballo al mando del Sargento Mayor Rafael Vargas (120 jinetes) y un grupo
de civiles reclutados en Caracoles que conformaban Los Pontoneros a cargo del Teniente
Coronel Arístides Martinez.
Cuando todo estuvo listo, Cabrera le aconsejo a Eduardo Abaroa que volviese al lado de
su familia. El le contesto: “Soy boliviano, esto es Bolivia y aquí me quedo”.
La mañana del 23 de Marzo de 1879 el cruce de fuegos comenzó a las 7 de la mañana.
Los atacantes, divididos en dos columnas, avanzaron resueltos a cruzar el río de los
puentes Topater y Carvajal, encabezados por unidades de caballería. Los puentes había
sido destruidos una semana antes por orden de Cabrera dice el cronista chileno Félix
Navarra: "Los chilenos que avanzaron muy confiados fueron recibidos por descargas de
fusilería por los bolivianos parapetados en la orilla opuesta del Loa. Se encabritaron los
caballos, hubo confusión entre los jinetes y se volvió bridas en un precipitado repliegue.
Los bolivianos envalentonados con esta retirada, con un valor digno de ser reconocido,
abandonaron sus parapetos y tendiendo con tablas un puente provisorio cruzaron a los río
y persiguieron a nuestros cazadores". Los actores en esta acción era el Señor Eduardo
Abaroa, el oficial Burgos y 8 rifleros.
Foto: Grupo de civiles bolivianos que encabezaron la resistencia en Calama el 23 de
marzo de 1879, al centro izq. con rifle en ristre Severino Zapata, al centro con revolver en
mano, Eduardo Abaroa, centro der., Ladislao Cabrera.
En el punto donde estuvo ubicado en puente Carvajal (camino a Cobija) ocurrió lo
contrario. Unos 40 chilenos atravesaron del río y se trenzaron en furioso combate con los
24 defensores del lugar parapetados detrás del ingenio de amalgamación de minerales de
la firma Artola. La lucha se extendió hacia el vado de Yalquincha. Uno de los cañones
chilenos, Colorado en una prominencia de la derecha, logró hacer tres disparos,
quedando inutilizado por quebradura de su alza. El otro no llegó a actuar por no encontrar
visibilidad adecuada en el terreno de la izquierda.
Los defensores bolivianos resistieron los embates del ejercito chileno pero mientras
ocurria esto otras fuerzas chilenas rodearon el campo de batalla y penetraron sin
oposición al pueblo de Calama, situado a unos 3 Km detrás de la línea de combate. Al
enterarse de esto, el Ladislao Cabrera no quiso exigir mayores sacrificios a su gente. Con
enemigo en la retaguardia podían ser copados todos. Se peleaba desde hacia tres horas.
El toque de cometa ordenó la retirada general en dirección a Chiuchiu, Canchas Blancas y
Potosí.
Se retiraron casi todos menos un hombre este era Eduardo Abaroa el cual estaba herido y
seguia disparando contra el enemigo agarrando los rifles de los compañeros caidos,
Eduardo Abaroa era un quijote ayudado por su escudero (un peon)el cual le recargaba los
rifles,para seguir resistiendo el paso del enemigo.
Quería multiplicarse en un loco afán de contrarrestar la superioridad numérica del
enemigo. Una bala enemiga lo hirió en la garganta. La sangre salió a borbotones. Siguió
disparando, saltando de un lado a otro de su escondite. Había llevado consigo una
provisión de 300 proyectiles. El toque de retirada le dolió en el alma. ¿Irse? ¿Retroceder?
¿Ceder el campo al matón? No oyó más los disparos de sus compatriotas. Despidió al
indio con un postrer mensaje para su esposa y se quedó solo, inmensamente solo frente
al invasor. En ese momento dejó de ser un guerrero para convertirse en un símbolo, en el
símbolo de una nación que se alzaba como un solo hombre para cumplir el mandato de
Antonio José de Sucre, de morir antes de cender un palmo de solar patrio.
El subteniente chileno Carlos Souper narro en una carta que se publicó en un diario de
Valparaíso: "Cuando el enemigo desamparo bien las trincheras fuimos avanzando,
saltando fosos y cercas, llegando a un cerco chico, donde había muchos matorrales y un
fosito de 10 varas de largo, con un puentecito de menos de una vara de ancho por donde
había que pasar.
Nos sorprendió constatar que un boliviano desde dentro hiciera fuego a más de 100
hombres, entre caballería y el 2º de línea, que iban a pasar por allí. Pues amigos, nos dio
balas duro y fue imposible pillarlo por mucho que se lo buscaba".
Más el combate unipersonal de Abaroa contra Chile no pudo durar sino lo que duraron
sus balas. Cuando los chilenos llegaron hasta la zanja lo encontraron apoyado en una de
las paredes, sucio de pólvora, sangre y tierra, tratando de mantenerse erguido, pese a
que con el de sangre de dos heridas había perdido mucho de su vitalidad. Seguía en
actitud desafiante, con el Winchester dirigido a sus enemigos, empuñado fuertemente con
las dos manos.
El Coronel Villagran, a cargo del destacamento Chileno lanzó un grito a su oponente:
* "¡Ríndase!"
El conminante grito resonó en el Paso Topater, y la respuesta, plena de orgullo y llena de
la sin razón de los hombres que combaten rugio en el aire:
¿Rendirme Yo?
¡Que se rinda su abuela carajoooo!
Y en ese grito, con esa respuesta, el ciudadano Abaroa pasaba a la historia. El coronel
Villagran ordenó el disparo de los fusiles, lo impactaron 3 disparos por lo cual quedó
tendido y mientras intentaba seguir disparando murio en el asombro de aquellos soldados
chilenos que lo vieron como una gran amenaza.Quienes lo mataron, al ver derrumbarse
su cuerpo, creyeron que abatía su rebeldía, que derribaban su insolencia, que silenciaban
su grito de cólera. Se equivocaron. Lo hicieron inmortal.
Terminada la batalla, el cuerpo de Abaroa fue enterrado con honores por el Ejército
chileno, el día 23 de marzo en el cementerio de Calama. Su entierro fue hecho con
honores de héroe efectuándose veintiún disparos en su honor y siendo envuelto en la
bandera Chilena a falta de una bandera boliviana para este póstume homenaje.
POESIAS
EL MAR
Por: Eliezer de Alarcón Mariaca
(Extractado del libro Nuestra Historia en la
Poseía de Ángel Peñaranda Barrientos)
¡Rizados oleajes de blanca pluma
que peina el viento del Gran Océano,
con rumor de alas y eco soberano
desde la playa a la remota bruma!...

¡Olas titánicas de blanca espuma,


que azotan duras, cual airada mano,
la enhiesta roca y el litoral llano
y sin poderlos abatir en suma!
Y esto es, ¡El Mar!, ya tranquilo, ya fiero;
pero majestuoso, inmenso y profundo…
¡El Mar…de escamas de azulado acero!

Por do camina el Progreso a levantar


los Pueblos que tienen costas en el mundo!
Por eso… ¡Bolivia! ¡No olvides tu Mar!

Mar cautivo
Por: TOR-VIC

Mar cautivo y territorio explotado por extraños,


volverás a nuestros brazos, como antes.
Porque la historia, la cultura, la política y la razón,
nos dan el derecho y de ser tú, hija por siempre
de la madre Patria Boliviana de alma y sangre.

Tu retorno será para cuidarte esta vez con atención,


para que haya integración, unión y hermandad regional.
Haciendo que el Sudoeste de América del Sur,
se torne más próspero, hermoso y pacífico,
como el nombre de sus costas que la bañan…

La razón y el sentimiento, es más fuerte que la fuerza,


que la misma amenaza e ignominia chilena.
Porque la victoria aberrante no da derechos,
más sino, da lucidez y reposición de actitudes,
para vivir en paz y en concordia como buenos americanos

"HABLO CON EL MAR"

Sentado en estas rocas, mar, te escucho.


No entiendo tus palabras pero adivino a ciegas
que algo quieres decirme mas no puedes llevarme
adonde yo quisiera, ¡oh inmensidad sin centro!
No te entiendo, madre-muerte, madre-amante, madre-amor,
¿O eres tú la que no entiende mi modo humano de hablar?
¿Hasta cuando tengo que seguir esperando
mi retorno a tu origen, madre natal?

"LOS MARES"

El mar. Chasquido breve,


muerte de adolescencia
sobre la arena tibia.
Playa.
El mar. Ámbito exacto:
allí acaba, aquí empieza,
aquí estoy yo, allí ella.
Ausencia.
El mar. Embate plano
contra las rocas tajadas.
Escribe blanca espuma
con el cantil su acróstico.
Se lo descifra el viento.
Secreto.
El mar. Sal en los labios
que beso, y esa gota
que va rodando, ajena,
por mejilla sin llanto.
La sal y el agua
en el amor y en el aire.
El mar. Las rastrojeras
ardidas.
Un chopo solo y quieto.
Esqueléticos galgos
buscan agua en el cauce
seco.

"MAR DISTANTE"

Si no es el mar, si es su imagen,
su estampa, vuelta, en el cielo.
Si no es el mar, si es tu voz
delgada,
a través del ancho mundo,
en altavoz, por los aires.
Si no es el mar, si es su nombre
en un idioma sin labios,
sin pueblo,
sin más palabra que ésta:
mar.
Si no es el mar, si es su idea
de fuego, insondable, limpia;
y yo,
ardiendo, ahogándome en ella.

(Pedro Salinas)
"MAR IDEAL"

Los dos vamos nadando


-agua de flores o de hierro-
por nuestras dobles vidas.

-Yo, por la mía y por la tuya;


tú, por la tuya y por la mía-.
De pronto, tú te ahogas en tu ola,
yo en la mía; y, sumisas,
tu ola, sensitiva, me levanta,
te levanta la mía, pensativa.

"SOLEDAD"

En ti estás todo, mar, y sin embargo,


¡qué sin ti estás, qué solo,
qué lejos, siempre, de ti mismo!

Abierto en mil heridas, cada instante,


cual mi frente,
tus olas van, como mis pensamientos,
y vienen, van y vienen,
besándose, apartándose,
en un eterno conocerse,
mar, y desconocerse.

Eres tú, y no lo sabes,


tu corazón te late, y no lo siente...
¡Qué plenitud de soledad, mar solo!

Mar

Parece, mar, que luchas


-¡oh desorden sin fin, hierro incesante!-
por encontrarte o porque yo te encuentre.
¡Qué inmenso demostrarte,
en tu desnudez sola
-sin compañera... o sin compañero
según te diga el mar o la mar-, creando
el espectáculo completo
de nuestro mundo de hoy!
Estás, como en un parto,
dándote a luz -¡con qué fatiga!-
a ti mismo, ¡mar único!,
a ti mismo, a ti sólo y en tu misma
y sola plenitud de plenitudes,
... ¡por encontrarte o porque yo te encuentre!

(Juan Ramón Jiménez)


"EL MAR LIGERO"

El mar castiga el clamor de las botas en seco


que pasan sin miedo de pisar ea los rostros,
a aquellos que besándose sobre la arena lisa
toman formas de conchas de dos en dos cerradas.

El mar bate sólo como un espejo,


como una ilusión de aire,
ese cristal vertical donde la sequedad del desierto
finge un agua o un rumor de espadas persiguiéndose.

El mar, encerrado en un dado,


desencadena su furia o gota prionera,
corazón cuyos bordes inundarían al mundo
y sólo pueden contraerse con su sonrisa o límite.

El mar palpita como un vilano,


como esa facilidad de volar a los cielos,
aérea ligereza de lo que a nada sustenta,
de lo que sólo es suspiro de un pecho juvenil.

El mar o pluma enamorada,


o pluma libertada,
o descuido gracioso,
el mar o pie fugaz
que cancela el abismo huyendo con un cuerpo ligero.
El mar o plamas frescas,
las que con gusto se ceden en manos de las vírgenes,
las que reposan en los pechos olvidadas del hondo,
deliciosa superficie que un viento blando riza.

El mar acaso o ya el cabello,


el adorno,
el airón último,
la flor que cabecea en una cinta azulada,
de la que, si se desprende, volará como polen.

"EL MAR"
¡Quién dijo acaso que la mar suspira,
labio de amor hacia las playas, triste?
Dejad que envuelta por la luz campee.
¡Gloria, gloria en la altura, y en la mar, el oro!
¡Ah soberana luz que envuelve, canta
la inmarcesible edad del mar gozante!
Allá, reverberando
sin tiempo, el mar existe,
¡Un corazón de dios sin muerte, late!

(Vicente Aleixandre)

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