Proyecto de Investig Cs Sociales
Proyecto de Investig Cs Sociales
Proyecto de Investig Cs Sociales
en Ciencias Sociales
6º año (ES)
indice
Las Ciencias Sociales desde su surgimiento han desarrollado marcos teórico- metodológicos
que expresan el avance de las disciplinas que las componen. Tanto la sociología como la antro-
pología se caracterizan por la gran especialización de los métodos cualitativos que implican el
conocimiento en profundidad de las sociedades y las culturas que ellas expresan.
La antropología es una ciencia que ha realizado aportes metodológicos particulares para ana-
lizar desde una mirada crítica los hechos y sucesos del mundo social. Estas contribuciones
permiten desnaturalizar muchas cuestiones que se gestan en el ámbito del sentido común.
Este distanciamiento con el sentido común no es sencillo de realizar, porque los sujetos so-
ciales habitan y recrean la cultura debido a que están inmersos en universos simbólicos que
les permiten moverse en el mundo y sobre los que no reflexionan cotidianamente. El enfoque
socioantropológico, al que también se puede llamar etnografía, dentro de los métodos cualita-
tivos, es el que en los últimos años más relevancia cobró en la enseñanza de metodologías de
investigación social.
Así, la etnografía, como un enfoque dentro del campo de la antropología, además de promover
estas instancias desnaturalizadoras de las prenociones de los sujetos sociales permitió recon-
ceptualizar los procesos socioculturales. En primer lugar, otorga un conocimiento en profun-
didad de los procesos culturales que configuran a las sociedades contemporáneas. Si bien se
parte de lo que en términos más clásicos se denomina pequeña escala permite generalizaciones
lo suficientemente potentes como para comprender procesos macro, cuestiones tales como
los procesos de diversidad-desigualdad, prejuicio, discriminación, estigma, racismo, etnicidad,
identidad etc. En segundo lugar, consiente trabajar con los propios supuestos y realizar pro-
cesos reflexivos en torno de los problemas sociales para lograr una mayor comprensión de la
complejidad de lo social.
De esta manera, si bien los contenidos propuestos expresan la/las lógicas de los formatos nece-
sarios para comprender los procedimientos internos e implícitos de toda investigación, en pri-
mera instancia, en este proceso de apropiación de herramientas se busca lograr una propuesta
de enseñanza de la/las metodologías que se imbriquen con el mundo escolar, social y cultural
de los jóvenes. La propuesta no está pensada para formar investigadores sino que, a partir del
acompañamiento del docente, se logre un proceso metacognitivo que permita a los estudiantes
producir un proceso dialéctico de apropiación/comprensión/resignificación al analizar la rea-
lidad social en la cual están inmersos pero, fundamentalmente, efectivizar mediante prácticas
áulicas la discusión de sus propios supuestos, prejuicios, de manera crítica y reflexiva.
Desde esta perspectiva, se considera que comenzar a realizar practicas investigativas –en el
marco de la Escuela Secundaria– es una de las alternativas centrales a los supuestos construi-
dos desde el sentido común y desde un sentido común local que dificulta aún más las distancias
y las rupturas con los conocimientos legitimados en la vida cotidiana. En este sentido, existe el
riesgo de pensar la realidad tal como es percibida desde el sentido común, a partir de afirmar
que es la vida misma la que explica y asigna una realidad, que es parte de la naturaleza de ser
de las cosas. De esta manera, se impone una concepción de la realidad donde “las cosas son
como son”, expuesta con tal nivel de certeza que genera sentido por los hechos sociales que
son de esa manera, tan abiertos y transparentes que pueden ser observados a simple vista y se
encuentran dispuestos sobre la superficie para que puedan ser entendidos como tales. Pero es
necesario reconocer que, detrás de esta ilusión de transparencia, el sentido común no percibe
desde la espontaneidad, sino que está engarzado en un mundo cargado de significaciones,
de esta manera se lo puede considerar como una interpretación de la experiencia cotidiana,
construida históricamente. La ruptura con la inercia de lo cotidiano –y el sentido común que
allí se instituye– es uno de los propósitos centrales de esta materia en el Ciclo Superior de la
Escuela Secundaria.
Avanzar en el conocimiento de las realidades que atraviesan a los jóvenes y que a su vez estén
relacionadas directa e indirectamente con sus propias prácticas les permitirá comprender la
complejidad del mundo social y cuestionar lo dado. La relación con el conocimiento es enten-
dida aquí como una construcción sociohistórica más que como una capacidad particular de los
sujetos derivada de las dotes individuales, de su particular inteligencia o de su esforzada vo-
luntad. Los sujetos construyen sus relaciones con el conocimiento a partir de su inclusión en el
mundo. Los modos de relacionarse con el conocimiento, tanto alumnos como docentes, se han
ido forjando al interior de las instituciones en la interacción con sus exigencias, sus ideales, sus
modos de entender qué es conocimiento y de prescribir los sentidos del conocer. Precisamente,
a partir de esta materia, se intentarán abrir interrogantes que permitan a los estudiantes apro-
piarse de marcos metodológicos de indagación de la realidad, de estrategias de investigación y
de la posibilidad de problematizar su entorno cotidiano.
Apropiarse de las metodologías de las ciencias sociales, por parte de los estudiantes, supone
una práctica cuyo aprendizaje se adquiere a partir del acompañamiento de un docente tutor
con experiencia en investigación que pueda guiar el trabajo, transmitir la necesidad de sis-
Se parte de la noción de investigación que Elena Achilli plantea como el: “proceso de construc-
ción de conocimientos que se realiza alrededor de alguna problemática de un modo sistemá-
tico/ metódico”.1 Esta modalidad sistemática que busca alcanzar determinada coherencia en
la construcción de conocimientos es lo que, de alguna manera, diferencia a los conocimientos
así construidos de aquellos de uso cotidiano. Por lo tanto, una investigación implica determi-
nada intención de conocer alguna problemática a partir de poner en juego ciertas reglas que
otorguen sistematicidad al conocimiento construido. O, en otras palabras, se podría decir que
el proceso de investigación supone la construcción de determinado conocimiento desde un
enfoque metodológico.2
Mapa curricular
Módulo Contenidos
1 ¿Qué significa investigar?
Carga horaria
Objetivos de enseñanza
• Desplegar los fundamentos que aporta este enfoque en las ciencias sociales, reconociendo
las lógicas que subyacen a la acción social en la vida cotidiana.
• Fomentar el pensamiento crítico a partir de estimular el ejercicio de preguntas acerca de
aspectos cercanos y lejanos de la propia realidad.
1
Achilli, Elena, Investigación y Formación Docente. Rosario, Laborde Editor, 2000.
2
Ibídem.
Objetivos de aprendizaje
• Introducir en las prácticas de investigación en Ciencias Sociales incorporando metodolo-
gías de corte socioantropológico.
• Reflexionar sobre las categorías del sentido común con la que se suele interpretar la rea-
lidad social.
• Desarrollar las capacidades necesarias para formular preguntas que lleven a la desnatura-
lización de los procesos sociales.
• Incorporar técnicas cualitativas de análisis e interpretación de la investigación de campo
articulando aspectos teóricos y metodológicos.
• Realizar experiencias y prácticas de trabajo de campo.
• Desarrollar el pensamiento crítico necesario para la construcción de una ciudadanía com-
prometida con lo social.
• Las tramposas certezas del sentido común. La importancia y el significado de las rupturas
en el proceso de objetivación y desnaturalización de lo social.
• Del problema social al problema de investigación: complejidades de la construcción del objeto.
• El entrecruzamiento de diferentes perspectivas metodológicas en función de los proble-
mas de investigación.
• El enfoque etnográfico o enfoque socioantropológico.
• Del tema al problema de investigación. La selección del tema frente a la construcción del
problema.
• La formulación de preguntas. La complejidad de la realidad social.
• El qué, por qué, para qué y cómo de un proyecto de investigación.
• Diseño de la investigación: problema y objetivos; los referentes conceptuales y los refe-
rentes empíricos.
• Estrategias de investigación intensivas y extensivas: observación participante, entrevistas,
historias de vida, encuestas.
El taller de campo se desarrollará a partir del segundo trimestre hasta el final de la cursada. Los
objetivos propuestos están en relación con la importancia que tiene, para los estudiantes, poder
comenzar una incursión en el campo, experimentar y reflexionar sobre los procesos que se elaboran
durante una investigación, desde la formulación del problema, trabajo con supuestos, la selección
de estrategias, la construcción de antecedentes, la búsqueda del marco referencial, la ida al campo,
hasta llegar a producir un texto escrito que documente el proceso investigación llevado a cabo.
En este taller, se espera que los estudiantes presenten sus registros de campo para ser analizados
en forma grupal donde se evidencien los avances y los retrocesos producto de la reflexión del
problema construido, se continúe con la interpelación al sentido común y se reflexione acerca
de la complejidad de lo social. Por otra parte, el taller también permitirá que los estudiantes
construyan los referentes conceptuales que deberían poder reconstruirse de los contenidos que
ellos están abordando en otras materias del campo de las ciencias sociales. El trabajo de taller
deberá fomentar la escritura, práctica central en un proceso de investigación.
Módulo 1
Mediante la pregunta ¿qué significa investigar?, este módulo se introduce de lleno en los prin-
cipales recaudos a tener en cuenta para trabajar en investigación; por este motivo, empezar a
responder esta pregunta, conjuntamente con la reflexión sobre los procesos de ruptura con el
sentido común, se transforma en uno de los ejes centrales de la propuesta.
En este módulo es sustantivo trabajar con las ideas previas de los jóvenes en torno de los proce-
sos sociales que se están seleccionando para problematizar. Se intentará romper con lo eviden-
te, desconfiar de las prenociones, partir de la base de que ese sentido común, esas consistentes
certezas, son parte indisociable de cada uno y que no será solamente desde un acto de buena
voluntad que se podrá romper con ellas.
Bourdieu, Chamboredon y Passeron aportan una mirada rigurosa para prevenir contra la ilu-
sión del saber inmediato que genera la familiaridad con el mundo social.3 Todos los esfuerzos
de objetivación deben ser aplicados para realizar efectivamente una ruptura con la influencia
de las nociones comunes. La revisión crítica del lenguaje debe ser uno de los primeros esfuerzos,
ya que el lenguaje común encierra toda una manera cristalizada de ver lo social, preconstruc-
ciones que aparecen como naturales formas de ser de los hechos sociales y que, en ese proceso
de naturalización, dejan el hecho social ignorado.
Los autores plantean que, lejos de pensar las relaciones sociales como “relaciones entre subje-
tividades animadas de intenciones” como se ha realizado desde una sociología espontánea, es
necesario realizar las consideraciones teóricas pertinentes para comprender que aquello que
se estudia son “relaciones entre condiciones y posiciones sociales” y que ello es más apropia-
do para pensar lo real, que la ilusión de transparencia que genera pensar lo social como un
conglomerado de individuos.4 Además, no se limitan en su análisis a la ruptura con el sentido
común cotidiano, también cuestionan a las ciencias sociales que no logran romper con ciertas
tradiciones teóricas que han pasado a conformar el sentido común de los científicos.
Para dudar de los postulados del sentido común y también del saber definitivo, es necesa-
rio cuestionar continuamente los principios mismos de las propias construcciones. Pero para
provocar y sostener este trabajo continuo, para que ello sea posible, es necesario contar con
3
Bourdieu, Pierre, Chamboredon, Jean Claude y Passeron, Jean Claude, El oficio de sociólogo. Buenos Aires,
Siglo xxi, 1975. (Primera parte: “La ruptura”).
4
Ibídem.
5
Bourdieu, Pierre y Wacquant, Loïc, Respuestas para una antropología reflexiva. Buenos Aires, Siglo xxi, 2005.
Cuando se habla de la construcción del objeto, es indispensable señalar que el objeto de estudio
es una cosa diferente al referente empírico. El objeto de estudio no es la cosa real sino el pro-
ducto de un proceso de construcción, algo que se fabrica para dar cuenta de algunos aspectos
de la realidad. El objeto de estudio es, entonces, una construcción teórico-metodológica que
intenta dar cuenta de relaciones, de procesos, mediante categorías conceptuales que se vin-
culan con el referente empírico. El objeto de estudio no es entonces el barrio, la escuela –por
nombrar algunos espacios reconocidos por los jóvenes–; la escuela, el barrio, etc., son solo los
lugares donde se circunscribe el trabajo. Tampoco el objeto de investigación es un conjunto
de individuos independientes unos de otros, sino la trama de relaciones que se establecen en
ellos y desde allí se podrá entender ciertas actitudes individuales o grupales como parte de una
configuración compleja de interrelaciones, condiciones y posiciones.
En relación con las diferentes perspectivas metodológicas, la polémica estará centrada entre en-
foques cuantitativos y cualitativos en investigación en ciencias sociales. En las últimas décadas se
intensificó la crítica a los enfoques cuantitativos y, en ese sentido, la búsqueda de respuestas más
acordes con la naturaleza de lo social llevó a profundizar la brecha entre ambos. Estas controver-
sias se basan en un tipo de oposiciones que tienen su origen en el reconocimiento de las ciencias
naturales como modelo de cientificidad y a las discusiones que han planteado las ciencias sociales
de poseer un enfoque propio que se ajusta mejor a la comprensión de las características de la vida
social. Cada uno de los enfoques, cuantitativos y cualitativos, se cruzan con una multiplicidad de
corrientes y propuestas, de las cuales algunas se correlacionan con los supuestos que sostienen a
una u otra posición, y otras admiten más de una lectura o articulación.
Entre los enfoques cualitativos se encuentran diferencias ligadas a las disciplinas en cuyo seno se
configuraron y en función de las corrientes de pensamiento social que se han servido más fuer-
temente de cada uno de los enfoques metodológicos. El enfoque etnográfico, cuya relevancia ha
crecido en los últimos años en función de la potencialidad que ofrece para desentrañar las proble-
máticas sociales, permite la construcción de procesos interpretativos relacionando las tramas de
significados a otras dimensiones de los procesos sociales, tales como la historia, la vida material y
política, los procesos estructurales y la relativa autonomía de los procesos locales, la dimensión coti-
diana de las práctica producidas por los sujetos en las instituciones etc. La observación participante
intensiva y prolongada en terreno se propone como la herramienta principal que permite compren-
der lo específico, mediante la documentación de lo no documentado de las prácticas.6
Rockwell, Elsie, Reflexiones sobre el proceso etnográfico (1982-1985). México, Departamento de Investi-
6
Los procesos de investigación construyen esa lógica según sea la concepción acerca de lo
qué se quiere conocer, de cómo se propone acceder empíricamente a tal conocimiento y
del modo de construcción del objeto de estudio al que se pretende arribar. También se
debería agregar como interrogantes a plantear cuando se está frente a una investigación,
el por qué se selecciona una problemática particular y el para qué se la quiere conocer. Tal
como afirma Elena Achilli,7 tener en cuenta esto permite advertir acerca de la necesidad
de una “permanente reflexividad crítica de objetivación y auto-objetivación del proceso en
el que nos implicamos”, a fin de buscar coherencia entre las distintas resoluciones teóricas
metodológicas que se generan. Y, a la vez, inscribir los conocimientos en los contextos so-
ciohistóricos actuales.
Es preciso considerar que esta diferenciación no implica una linealidad secuencial, sino que
está relacionada con la enseñanza de la metodología y, por lo tanto, permite ordenar la tarea.
Los interrogantes acerca de la realidad que se quiere conocer pueden asumir distintas carac-
terísticas. Elena Achilli distingue los siguientes tipos de preguntas que, tal como ella aclara, no
son preguntas de investigación.8
• Preguntas con fuerte carga de supuestos apriorísticos: contienen respuestas que cierran
el proceso de investigación.
7
Achilli, Elena, ob. cit.
8
Achilli, Elena, Investigar en Antropología Social. Rosario, Laborde Editor, 2005.
Si bien la intención de esta materia formar no es investigadores, introducir a los estudiantes en esta
práctica tiene que permitirles poder relacionar los contenidos que vienen incorporando en otras
materias de las ciencias sociales que estén cursando o hayan cursado, por eso mismo es importante
que puedan recuperar los contenidos conceptuales que han aprendido. En este sentido, hablar de
referentes conceptuales en la construcción del proyecto no es otra cosa que usar aquellos con-
ceptos/categorías que los dejen indagar en la problemática planteada. Tales referentes orientan el
proceso de investigación y otorgan coherencia a la construcción del objeto de estudio.
Los referentes empíricos dan cuenta del recorte que se efectúa del universo geográfico y po-
blacional –o de otro tipo–, el dónde y con quiénes se construirá la base documental de la
investigación. El espacio donde se desarrollará el trabajo de campo, que en el caso de las inves-
tigaciones socioantropológicas adquiere un sentido particular, implica que cuando se piensa en
un tema se piense en la relación tema/lugar.
Las estrategias metodológicas no son autónomas del modo en que se construye el problema de
investigación. Es necesario definir cómo conocer aquello que produce el conjunto de interro-
gantes que configuran el problema de investigación, esto es, definir cuáles de las estrategias
metodológicas conocidas en el campo de las ciencias sociales, serán las más pertinentes a las
preguntas relacionadas con el problema de investigación.
9
Malinowski, Bronislaw, Los Argonautas del Pacífico Occidental. Madrid, Trotta, 1993.
• Conversación clínica.
• Entrevista en profundidad.
• Entrevista centrada (focused interview).
• Entrevistas con respuestas libres.
• Entrevistas con preguntas abiertas.
• Entrevistas con respuestas reestablecidas.
• Entrevistas con preguntas cerradas.
Rosana Guber describe otros tipos de entrevistas, entre las que se distinguen las siguientes.10
Las entrevistas pueden trabajarse en dos tiempos. En las primeras entrevistas se trata de ser
abiertos a la escucha del entrevistado, de mostrar interés por sus palabras, de ingresar poco a
poco en su lógica. En el segundo momento, se puede focalizar en aquellos aspectos más direc-
tamente relaciones con la temática que interesa conocer. Siempre se debe apelar a preguntas
descriptivas para evitar caer en valoraciones o comentarios personales acerca de lo que está
respondiendo. La entrevista debe ser re-trabajada antes de volver a campo y es, a partir de ese
re-trabajo, que se puede preparar la siguiente entrevista.
Tanto en la entrevista como en la observación se debe atender el contexto social que se cons-
truye en la interacción intersubjetiva que se pone en escena, por lo que es importante conocer
el rol –el real y el asignado por los sujetos– porque el mismo será decisivo en la posibilidad de
permanencia y profundización del trabajo de campo.
Otra estrategia metodológica que puede ser usada en procesos de investigación son las relacio-
nadas con historias o trayectorias de vida. Carlos Piña caracteriza las siguientes estrategias.
• Historias de vida: “se caracterizan por investigar en profundidad y extensión el recorrido bio-
gráfico de uno o varios sujetos, para lo cual utiliza una gran cantidad y diversidad de materia-
les” (archivos, relatos indirectos, cartas, reconstrucciones históricas, contratos, etcétera).
• Relatos de vida: “es un concepto reservado sólo para la versión (oral o escrita, en sus dife-
rentes modalidades y grados de estructuración) que un individuo da de su propia vida”.
• Testimonio: “es un nombre reservado al relato en el cual una persona se refiere, a través de
su vivencias personales, a algún suceso histórico o medio social del cual fue testigo, sin que
el eje de su narración sea necesariamente su propia evolución a través del tiempo”.12
10
Guber, Rosana, El salvaje metropolitano. Buenos Aires, Legasa, 1991.
11
Ibídem, p. 205.
12
Piña, Carlos, “La construcción del sí mismo en el relato autobiográfico”, en Documento de Trabajo Nº 383.
Santiago de Chile, Programa Flacso-Chile, 1988.
Taylor y Bogdan afirman que el inicio del trabajo de campo puede tomar distintas modalidades
según las características de los escenarios en los que se trabajará.13 Entre algunos de estos
escenarios posibles se pueden diferenciar los siguientes:
13
Taylor, Steven y Bogdan, Robert, Introducción a los métodos cualitativos de investigación. Buenos Aires,
Paidós, 1986.
Cada registro debe tener un copete que permita identificar y sistematizar el conjunto de docu-
mentos que se construyen en el proceso de investigación. Por ejemplo, se puede poner: número
de registro; situación registrada; lugar; día/hora; tipo de registro (en el momento, a posteriori);
nombre de quién registra.
Los registros formarán parte del corpus documental de análisis, y aunque no sean el material
exclusivo de este, deben estar bien construidos, intentando guardar la fidelidad de la situación
observada para evitar que las ideas propias, los prejuicios o las interpretaciones aparezcan en
la redacción del mismo.
En relación con la entrevista y su trascripción, también debe ser textual. Cuando la entrevista es gra-
bada, es importante el previo conocimiento y la aprobación de parte de quien será entrevistado.
Muchos autores plantean la consigna de registrar todo aunque a veces sea imposible. La con-
signa de “observar todo” supone un esfuerzo por superar un conjunto de “filtros”,14 sobre todo
aquellos que imponen los supuestos y el sentido común cristalizado acerca de lo que es impor-
tante o no registrar. En tal sentido, la consigna no es más que un aspecto del control epistemo-
lógico de lo que se ve y de todo lo que se deja de ver. Implica un trabajo de reflexividad sobre
las construcciones y la necesidad de enriquecer la construcción de los registros con aspectos
que pueden parecer irrelevantes en un primer momento
Llegado el punto de las orientaciones para realizar el análisis y dado que, tal como fue plan-
teado, esta materia no tiene como objetivo formar investigadores sino estudiantes que, a partir
de la práctica investigativa, puedan problematizar el contexto social, únicamente se indicarán
algunas de las posibilidades de articular trabajo de campo con reflexión conceptual.
Sintéticamente:
Ibídem.
15
Las actividades iniciales estarán vinculadas con la delimitación del problema a investigar y las
resoluciones metodológicas (recorte empírico; estrategias metodológicas a emplear) que los
estudiantes elaboraron a partir de los lineamientos del proyecto de investigación.
Se tratará de pensar, desde el recorte empírico realizado, las posibilidades que tiene para ac-
ceder al lugar y a los sujetos. En cuanto a las estrategias metodológicas, se sugiere que los
estudiantes realicen observaciones y entrevistas. En lo posible, sería interesante planificar al-
gunas entrevistas seleccionando dos o tres sujetos significativos para la problemática que se ha
construido con el objetivo de confrontar distintos puntos de vista.
Tal como se indicó, en los contenidos referidos al taller de campo, la escritura es uno de los
aspectos centrales de cualquier proceso de investigación. Por lo tanto, es necesario que se es-
timule la producción escrita que tendrá como producto final la elaboración de un informe que
dé cuenta de los alcances logrados en el proceso de investigación en el cual no debe faltar: la
elaboración de las preguntas problematizadoras iniciales, la selección de los referentes concep-
tuales y el análisis del trabajo de campo realizado.
A continuación se han desarrollado algunos ejemplos que fueron diseñados a los fines de orien-
tar específicamente aquellos momentos que dentro de la materia corresponden a las prácticas
de campo. Es por esto que las orientaciones corresponden sólo a los módulos 2 y 3.
Se recomienda que los docentes traten de que todas las actividades, así como llevar adelante
las prácticas de campo, sean realizadas en grupos de no más de 3 estudiantes. Es importante
desestimar las tareas individuales porque se parte del presupuesto epistemológico de que el co-
nocimiento y las actividades que llevan a cabo los sujetos son acciones colectivas. Por lo tanto,
este tipo de ejercicios tiene que servir de práctica de tales presupuestos.
Después de reunir a los estudiantes en grupos y plantear algunos de los ejes temáticos propuestos
–que no excluyen aquellas que surjan de los propios alumnos–, se sugiere la siguiente actividad:
Esta actividad está pensada para que los estudiantes al indagar aquello qué les interesa co-
nocer, empiecen a formularse preguntas a partir de las cuales, y con la guía docente, puedan
analizar los supuestos, los prejuicios y las valoraciones que aparecen en la formulación de un
problema de investigación.
• ¿Cuáles son las preguntas que se realizan de aquello que les interesa conocer?
• Tratar de ordenarlas por tema o por alguna característica que sea relevante.
• Identificar supuestos que provienen del sentido común. Distinguir si hay elementos que puedan
estar vinculados a prejuicios o valoraciones negativas en torno de lo que se quiere conocer.
• Tratar de comparar estos supuestos con las afirmaciones de algunos autores seleccionados
para abordar esta temática.
En las actividades propuestas para este módulo se aconseja que los estudiantes se hayan fami-
liarizado con el uso de un cuaderno de campo y con el registro escrito de todas las actividades
que desarrollan.
El objetivo de esta actividad es que los estudiantes empiecen a familiarizarse con la realización
de registros sobre ejercicios de observación. A tal fin, el docente puede enviarlos al patio de
la escuela, a la entrada o salida de la institución, al recreo, a la observación de un acto, etc. Si
prefiere puede elegir un espacio extraescolar: la plaza, el bar o la esquina donde se junten los
jóvenes, estaciones de trenes, etcétera. Las actividades a realizar serían las siguientes.
La evaluación de la materia es otra de las etapas importante del proceso de enseñanza y apren-
dizaje, se desarrollará durante todo el año en el marco del acompañamiento, la escucha y el
diálogo entre estudiantes y docente, y de estudiantes entre sí. La elaboración constante de
estrategias didácticas por parte del docente en el seguimiento de las etapas de los diferentes
proyectos de investigación llevados a cabo por los estudiantes, con la evaluación de la respon-
sabilidad y la corresponsabilidad de cada estudiante en particular, de los estudiantes entre sí y
con el docente serán pautas de evaluación así como la consecución de un marco democrático
para el cumplimiento del proceso pedagógico, y la profundización y la complejización concep-
tual que se logre en los análisis realizados.