México en Su Novela Brushwood PDF

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l\IEXICO EN SU NOVELA
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MEXICO
EN SU NOVELA

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I
\ FONDO DE CULTURA ECONoMICA
MEXICO

L
Primm·a edicion en ingles, 1966
Primera edicion en espaiiol, 1973

A MIS AMICOS DE MEXICO


QUE TAN CORTESMENTE NOS RECIBIERON
A MI Y A MIS IDEAS

COU:Iii!O M ~§W\tES
~ ~1 ~!UII.'f'M!iUi>~iiil ·; . ..: ~ ,: •

Traduccion de:
fRANCISCO GONZALEZ ARAMBURO

- .:!..-.

Titulo original:
Mexico in Its Novel. A Nation's Search for Identity
© 1966 John S. Brushwood y University of Texas Press.
Austin y Londres

D. R. © 1973 FoNno DE CuLTURA EcoNOMICA


Av. de la Universidad, 975; Mexico 12, D. F.

lmpreso en Mexico

.:· ...
PR6LOGO
LA NOVELA se presta especialmente para expresar Ia
realidad de una nacion por su capacidad de abarcar
tanto la realidad visible como aquellos elementos de
Ia realidad que no se presentan a la vista. La novela
paradigmatica explora la realidad interior, que es la
parte mas profunda de las circunstancias existentes,
as! como los sueiios que trascienden a lo visible en un
sentido diferente. Puede indagar en ambas direccio·
nes sin mitigar su propia conciencia de las circuns·
tancias visibles, o Ia conciencia que el lector pueda
tener de las mismas. Sobra decir que no todas las
novelas han sido escritas con una vision tan penetran·
te. Pero a las novelas habria que considerarlas siempre
en relaci6n con su funci6n mas completa. A seme·
janza de otras formas de arte, la novela es un orga·
nismo cultural que cumple un cometido ideal, y Ia
manera en que cumple o no ese cometido nos ofrece
un procedimiento para examinar como capta una
cultura la realidad.
Este libro se propone dar cuenta y raz6n de Ia
realidad mexicana segun se nos revela en las novelas
del pais. Es claro que, en muchos aspectos, este punto
de vista coincide con los puntos de vista del historia·
dor, del economista o del soci6logo. Pero Ia novela
nos revela algunas facetas de la realidad que no se
manifiestan a los especialistas de disciplinas cientifi·
cas. Tenemos que conocer esta verdad mas plena, pues
[9]
PR6LOGO 11
10 PR6LOGO
debajo de las superficialidades pintorescas. Y no quie-
la experiencia singular de Mexico tal vez nos ayude
ro ser duro con las mismas, porque aun a ese nivel
a esclarecer el dilema contemporaneo.
elemental el pais ofrece infinidad de satisfacciones.
Mexico es, al mismo tiempo, un pais muy viejo y
Pero si me parece q1:1e deberiamos tener conciencia
muy nuevo. Tiene echadas profundas raices en Ia
de las aspiraciones, de los problemas y de la vitali-
tradicion europea y dentro de Ia interpretacion que
dad de Mexico y, en particular, de su larga lucha
en la actualidad se le da a esa tradicion se observan
en pro de esa libertad que es Ia realizaci6n de si mis-
sutiles manifestaciones de una antigua cultura indi·
mo. Comenzamos a estimar a los demas paises por
gena. Mexico no niega su historia. Pero, en el siglo
otros motivos que los de su poderio econ6mico o mi-
actual, el pais ha atravesado por una revolucion so-
litar, pasado o presente. Y, en este mundo cambiante,
cial que, desde un principio, fue una mezcla de im-
es muy probable que el papel de Mexico resulte muy
pulsos burgueses e impulsos proletarios. Esta nueva
destacado. ·
definicion de Mexico Ie presta muchas de las caracte-
Este libro ha sido escrito primordialmente para
risticas de una nueva nacion. Y, si nos fijamos en
norteamericanos, especialmente para los que se in-
caracteristicas fundamentalmente individuales, y ya
teresan en Ia literatura en general, pero saben poco
no politicas, descubrimos en Mexico cierto numero
de mi especialidad. Naturalmente, confio en que · mis
de interesantes actitudes que algo nos dicen del pro-
colegas de Ia especialidad, en Mexico y en Estados
blema contemporaneo de la soledad, del sentirse apar-
Unidos, encuentren interesante el libro. Aunque con-
tado de todo o de Ia falta de comunicaci6n.
tiene alguna informacion fundamental que sera co-
No obstante el hecho de que los norteamericanos
nocida ya por algunos lectores, el libro no pretende
vivimos muy cerca de Mexico, y frecuentemente viaja-
ser un manual elemental. Espero que ofrezca respues-
mos al sur de la frontera, la ignorancia que tenemos del
ta a algunas preguntas y que suscite todavia mas in-
pais no podria ser miis grande. Sin contar con los co-
terrogantes.
nocimientos suficientes para decidir si es importante o
He decidido escribir una historia de Ia novela, y
no, lo consideramos como carente de importancia, con
no una historia de los novelistas. Estos pueden ser
lo que exhibimos nuestra comoda inclinaci6n al pre-
muy interesantes, pero la novela posee una vida pro-
juicio en la mas pura de sus formas. y lo que menos
pia, que debe narrarse sin las deformaciones que le
nos interesa es la vida cultural de Mexico. Tengo
impondria el tratar a un autor en un solo Iugar, o el
muy presente las docenas de veces en que, con rubor
exponer un determinado tema en un solo capitulo.
francamente nacionalista, he tenido que oir decir, con
La trama de Ia organizaci6n del libro ha sido una
toda ingenuidad: "No sabia que en Mexico se hubie-
lista cronol6gica de las novelas escritas en Mexico.
sen escrito novelas; claro que deben haberse escrito;
AI final de la obra aparece una lista abreviada, para
i que interesante!" Lo cierto es que aun los norte-
que el lector pueda darse cuenta por si mismo · de
americanos que visitan Mexico rara vez calan por
PR6LOGO 13
12 PR6LOGO
lecta. Los especialistas interesados en mas pormeno-
algunas de las inesperadas sucesiones y yuxtaposicio- res bibliograficos y en datos biograficos podran en·
nes que quedan encubiertas cuando la novela se ana- contrarlos en la Breve historia de la novela mexi-
liza autor por autor y tema por tema. El estudio de cana y en Literatura mexicana contemporanea, obras
esta lista, desde el punto de vista de la novela con- citadas en Ia Bibliografia. En tercer Iugar, los titulos
siderada como expresion de un pueblo, nos revela estan traducidos 0 explicados solo cuando ha sido
algunas divisiones obvias. Estas divisiones se con- verdaderamente necesario para mis comentarios. En
virtieron en los capitulos del libro, y conserve las cuarto Iugar, las traducciones de extractos de las no-
fronteras asi trazadas, aunque ello obligase a que un velas las he hecho yo mismo, salvo aclaraci6n en otro
autor apareciera en mas de un capitulo. En unos sentido. En quinto Iugar, he empleado el termino de
pocos casos he roto el orden cronologico para reunir "norteamericanos" para designar a mis compatriotas.
varias obras de un mismo autor, siempre que este No es un tennino preciso, pero no existe un termino
procedimiento me parecio util para aclarar la expo- preciso que realmente se pueda utilizar (me niego a
sicion. El relato comienza en el periodo actual, que decir "estadounidenses") y en la prensa mexican a
es epoca de realizaciones, y luego retrocede mas de lo que mas se lee es "norteamericano".
cuatro siglos, basta los dias de la Conquista. A par- A modo de confesi6n, quiero subrayar el hecho de
tir de aqui, el relato de la novela se desarrolla cro- que soy extranjero en mi campo. No obstante que
nol6gicamente, a lo largo de la historia de la naci6n, conozco M.exico medianamente bien, me doy perfec-
hasta que el ultimo capitulo se toea con el primero. ta cuenta de que no puedo verlo como lo ven los me·
Tal vez sea conveniente explicar que he procurado xicanos. Lamento los errores que nacen inevitable-
no usar un determinado metoda critico y que he mente de mi excranjeria y confio en poderlos com-
permitido que cada novela me dictase, en virtud de pensar con Ia ventaja de una determinada objetividad.
su caracter propio, la direccion de mis comentarios. He de confesar tambien mi gran fe en la intuici6n
He puesto menos atencion en el metodo que en el y el hecho de que no he tratado de contenerla al es·
punto de vista. Queriendo recordar siempre el carac· cribir este libro. He dado a la intuici6n reforzada
ter humano de Ia novela, he escrito sobre los aspectos Yalidez al componer el libro en Mexico y viviendo
de cada obra que contribuyen a su recreacion de la cada dia entre mexicanos; no observiindolos desde fue-
realidad y he tratado de llegar basta los limites mas ra, sino participando en su vida cultural.
remotos de la realidad capturada en cada obra. "Cno de los aspectos mas gratificadores de mi tra-
Hare algunas explicaciones breves de varias cues- bajo ha sido la ayuda que tantas personas me pres·
tiones tecnicas. En primer Iugar, las notas de pie de taron . l\'le gustaria mencionarlas a todas, pero son
pagina aparecen unicamente alii donde hubiera sido demasiadas. Realice mis primeras investigaciones hace
molestisimo poner la informacion necesaria en el mas de ,-einte aiios. Vinieron despues muchos afios
texto. En segundo Iugar, la Bibliografia es muy se-
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14 PROLOGO
de aprendizaje, todos sustanciosos. El ponerme a re-
considerar ahora lo que aprendi anteriormente ha
sido Ia experiencia mas satisfactoria de todas y de
ella naci6 este ensayo. A lo largo de los afios he ido
recogiendo ideas de maestros, colegas, alumnos. En ADVERTENCIA A LA EDICI6N EN ESPANOL
los ultimos meses, la atenci6n plena de simpatia y
las cordiales respuestas dadas a mis ideas por muchos LAS UNICAS diferencias sustanciales respecto a la edi-
amigos mexicanos han hecho que sea mas vivido atm ci6n original se encuentran en el capitulo primero.
el tema para mi. Todas esas personas en algo con· Lo he ampliado hasta abarcar el ano de 1971. Tam-
tribuyeron a lo que aqui ofrezco, pero la exposicwn bien he hecho algunos cambios en Ia parte original
es mia, como mios senin los errores que en ella se de este capitulo.
encuentren. Estos cambios y adiciones cobraron forma durante
Ia primera mitad de 1972, mientras dirigia un semi-
]OHN S. BRUSHWOOD nario sobre novela mexicana. Es comun en mi el
Universidad de Missouri sentir una considerable deuda de gratitud para con
mis alumnos; sin embargo, este caso es algo especial-
a causa de la buena disposici6n del grupo para es-
tudiar y comentar obras dificiles y escurridizas, en
un ambience de cooperaci6n ilimitada. Muchas de
las ideas acerca de obras mas recientes han sido to-
madas de miembros del seminario. Sus nombres son:
George Christensen, Luc1a G. de Cunningham, Mar-
garet Morrison, Dennis Parle, Michael Thomas, J.
Denton Ware y Michael Woodrow.
Los mismos afiadidos he hecho a Ia bibliografia se-
lecta. El estudio de Joseph Sommers tiene importan-
cia fundamental, especialmente para Ia comprensi6n
de Ia novela a partir de 1947. Actualmente, la fuen-
te principal de informacion bibliografica y biogra-
fica es el Diccionario de Escritores Mexicanos publi-
cado por el Instituto de Inves•igaciones Literarias de
la Universidad Nacional de Mexico.
C niwrsidad de Kansas
[15]
NOTA SOBRE LA HISTORIA DE MEXICO

LA TERMINOLOGIA usada por un pueblo para describir


su historia puede ser origen de confusiones para otnl
nacion, porque terminos semejantes se emplean a ve-
ces pa-r a nombrar sucesos muy distintos. Por ejemplo,
en Estados Unidos la "Revolucion", significa la Gue-
rra de lndependencia, mientras que . en Mexico Ia
"Revoluci6n" es el gran sacudimiento · social del si-
glo xx. Como en este libro es nec.esario frecuentemente
hacer referencias a la historia del pais, sera util decir
unas cuantas palabras acerca de los acontecimientos
principales. El procedimiento inas _conveniente es to-
mar en consideraci6n cuatro momentos fundamenta-
les: la Conquista, la lndependencia, la Reforma y 1a
Revoluci6n.

LA CONQUISTA

Hernan Cortes desembarc6 en Veracruz en 1519, in-


vadi6 el territorio del emperador azteca Moctezuma,
Ileg6 a la ciudad capital, Tenochtitlan, o sea la ac-
tual ciudad de Mexico, y conquisto a los aztecas en
1521. Este acontecimiento fue en esencia un choque
entre Espana, que se encontraba entonces en la cus-
pide de su poderio, y una avanzada cultura indigena.
La Conquista dio Iugar al dominio -de Espana, pero
los indios no fueron exterminados. El periodo co·
lonial duro trescientos afios.
[17]
18 NOTA SOBRE LA HISTORIA DE MEXICO NOTA SOBRE LA HISTORIA DE MEXICO 19
LA lNDEPENDENCIA consistia en hacer de Mexico una nacion progresista.
Los conservadores reaccionaron violentamente por tres
La Guerra de lndependencia comenzo con la rebelion razones principales: la Reforma a taco el poder de la
del cura Miguel Hidalgo, que llamo al pueblo a las Iglesia, amenaz6 algunos intereses personales y pro-
armas el 16 de septiembre de 1810 (Dla de la Inde- puso una estructura gubernamental que a los conser-
pendencia mexicana). Otros je£es del movimiento, en vadores les parecia demasiado debil.
afios subsiguientes, fueron Javier Mina, el cura Jose La Guerra de Reforma duro de 1857 a 1860 y los
Maria Morelos y Agustin de Iturbide. Este ultimo liberales salieron victoriosos de ella. Sin embargo, Na- ·
consumo la Independencia, cuando. entro en la ciudad pole6n III vio la oportunidad de establecer un impe-
de Mexico el 27 de septiembre de 1821. rio en el Nuevo Mundo y conspir6 con algunos con-
La ideologia en que se fundo la rebelion de Hidalgo servadores mexicanos para poner en el trono de
fue el pensamiento liberal de la epoca, que condujo Mexico al archiduque Maximiliano de Austria. La
al establecimiento de muchos gobiernos representati- Intervenci6n Francesa comenz6 en 1862, cuando las
vos. Sin embargo, la situacion politica en Espana era
tropas de Napoleon III entraron en el pais. En 1864,
tan incierta que algunos conservadores se sumaron a
llegaron a Mexico Maximiliano y su esposa Carlota.
los liberales en la lucha por la independencia de
Amenazado por presiones externas, Napoleon III reti·
Mexico. Su victoria fue el resultado de una compo-
r6 sus tropas y los liberales quedaron de nuevo vic-
nenda que no tardo en trocarse en caos politico. La
toriosos. Maximiliano fue capturado y pasado por las
lucha entre liberales y conservadores aliment& el
armas en 1867.
oportunismo de Santa Anna y fue una de las causas
Los afios inmediatamente posteriores mostraron que
de la secesion de Texas. Despues, el pais sufrio la
las nobles intenciones de los reformadores eran dema·
invasion norteamericana (1845-1847) a consecuencia
siado avanzadas para el estado del pais. En 1876,
de la cual los Estados Unidos se apoderaron de la
Porfirio Diaz, general reformista, llego a la presiden-
mitad, aproximadamente, del territorio nacional de
cia. Gobern6 durante cuatro alios, le permiti6 a un
Mexico.
partidario suyo gobernar durante los cuatro afios si-
guientes y luego volvi6 al cargo, que conserv6 hasta
LA REFORMA el aiio 1910.
Dlaz solo reconoci6 formalmente los principios de
Encabezados por Benito Juarez, un grupo de liberales la Reforma y discretamente permitio que la Iglesia
convencidos, decididos a poner orden en aquel caos, recuperara par:e de su poder y que la burguesia lle-
forjaron la Constitucion de 1857. Su ideologia politi- nara sus bolsas de dinero. La epoca de Diaz se carac-
ca era de cariicter capitalista-democriitico y su meta teriz6 por la relativa estabilidad, las inversiones ex·
20 NOTA SOBRE LA HISTORIA DE MEXICO
tranjeras, Ia prosperidad patente y Ia explotacion de
los pobres.

LA REVOLUCION I. LA NOVELA DEL SER Y EL TIEMPO


[1947-1963]
Hacia 1910 existia mucho descontento con la dictadu-
ra de Diaz. Parte de la disidencia era estrictamente Pueblo de mujeres enlutadas. Aqui, alla en la noche,
al trajin del amanecer, en todo el santo rio de la
politica, pero se plantearon tambien algunas cuestio-
manana, bajo la lumbre del sol alto, a las luces de
nes de justicia social. La Revolucion comenzo a fines la tarde -fuertes, claras, desvaidas, ag6nicas-; viej eci-
de 1910, encabezada por Francisco I. Madero, idea- tas, mujeres maduras, muchachas de lozania, parvulas ;
lista y miirtir. Riipidamente destacaron otros nom- en los atrios d0 iglesias, en la soledad callejera, en los
bres : Villa, Orozco,· Zapata, Carranza, Obregon. La interiores de tiendas y de algunas casas -cuan pocas-
furtivamente abiertas. . . Pueblo conventual. Cantinas
Revolucion fue ur:a lucha caotica, sin unidad mani- vergonzantes. . . Pueblo sin billares, ni fon6grafos, ni
fiesta. Hubo diferentes ideologias ; las luchas por el pianos. Pueblo de mujeres enlutadas. . . El deseo, los
poder dieron origen a extrafias alianzas. Para algunos, deseos disimulan su respiraci6n. Y hay que pararse un
Ia Revolucion fue siempre politica; para otros fue una poco para oirla, para entenderla tras de las puertas
atrancadas, en el rastro de las mujeres con luto, de los
cruzada social.
hombres graves, de los muchachos colorados y de
'En 1917 se promulg6 una constitucion revolucio- los muchachillos palidos. Hay que o:lrla en los rezos y
naria. Fundada en la Constituci6n de 1857, sus dis- cantos eclesiasticos a donde se refugia. Respiraci6n pro-
posiciones radicales fueron mas especificas. Despu es funda, respiraci6n de fiebre a fuerzas contenida. . . En-
tre mujeres enlutadas pasa la vida. Llega la muerte. 0
comenz6 la fase administrativa de la Revolucion. Des- el amor. El amor, que es Ia mas extraiia, la mas extre-
de un principia, habia sido un movimiento de la cla- ma forma de morir; la mas peligrosa y temida forma
se media y un movimiento proletario al mismo tiem- de vivir el morir.'
po. Su interpretacion por los diferentes gobiernos ha:
variado de acuerdo con las diversas convicciones po-
liticas de los dirigentes a lo largo de cada periodo pre- EL "AcTo preparatorio" de Al fila del agua 2 es la es-
sidencial. cena que monta Agustin Y ariez para una' novela que
descubre Ia relacion entre las vidas interior y exterior
1
Agustin Yanez, Al filo del agua, 2• ed. Porrua, Mexico,
1955, pp. 3, 5, 14.
2
Yanez explica que el titulo de su novela es una expresi6n
rural que hace ·referencia al momenta en que va a comenzar
a caer la lluvia. Tambien significa estar a! borde de cual-
quier acontecimiento.
[21]
22 LA NOVELA DEL SER Y DEL TIEMPO LA NOVELA bEL SER Y DEL TIEMPO 23
de las personas que moran en una pequeiia pobla- mienta de la Revoluci6n -movimiento que fue fisico,
ci6n mexicana. Es algo mas que una puesta en estado social, espiritual y, en grado menor, intelectual- que
de animo, porque Yanez prepara al lector para que reaccionaron unicamente con movimiento, en una u
vca y conozca al pueblo y a los que viven en el. Es otra forma. En el caso de la prosa de ficci6n el mo·
una introducci6n que mirapara adelante y para atras, vimiento se expres6 generalmente a traves de narra-
hacia arriba y hacia abajo, como lo hace la propia ciones lineales de las •acciones de la Revoluci6n. A
novela. Los personajes van brotando del acto propi- veces Ia linea se complic6 en estructura, pero las mas
ciatorio, se identifican con un mundo rigurosamente de las veces sigui6 desplazandose sobre el mismo pla·
circunscrito, luego trascienden los limites de Ia reali- no, como si el autor se hubiese propuesto dar cuenta
dad visible y se trasladan a la realidad de todos los y raz6n de los sucesos acaecidos.
hombres, amplificando, al mismo tiempo, su propia Seria injusto decir que Al fila del agua cambi6 la
experiencia objetiva. direcci6n de la novela. Pero si seiiala un hito, en-
Al fila del agua se publico en 1947, tres decadas cierra las caracteristicas de una nueva direcci6n. In·
dcspues de la promulgaci6n de la constituci6n revolu· corpora y rebasa la anecdota, el costumbrismo,3 la
cionaria. Es una novela hist6rica en la mejor acep· protesta social, el calculado esteticismo presentes en
cion del termino, porque recrea la realidad de Me- novelas anteriores, aunque casi nunca en combinaci6n.
xico cuando estaba a punto de comenzar Ia Revolu- Y alcanza un grado de interiorizaci6n que es raro en-
ci6n, durante los postreros resplandores de la "paz y contrar en la prosa mexicana anterior. El libro mismo
el orden" de la era de Porfirio D!az. Pero no es una se encuentra "al filo del agua" literariamente. Y se
novela hist6rica que transporte al lector a un pasado encuentra en una posicion semejante como expresi6n
que desee conocer o revivir. En esta novela, el pasa- de Ia naci6n mexicana porque traslada la realidad
do es el prescnte, por dos razones. Una, que la Revolu- del momento de su escena, hist6ricamente . pasada, a
ci6n no cambi6 completamente las circunstancias que la realidad del presente, el momento de la toma de
se ponen de manifiesto en la novela. La circunstancia conciencia. Tambien traspone otra realidad -literaria
de encontrarse al borde de la tempestad no es ente- esta- desde el pasado hasta el presente, pues repre-
ramente diferente a la de hallarse en plena tormenta senta el florecimiento de la intenci6n del grupo de los
o aun despues de ella. La segunda raz6n es que, en el Contemporaneos, de fines de la decada de 1920 y
caso de la Revoluci6n, Ia conciencia de Ia misma vino comienzos de Ia de 1930, intenci6n que tuvo que es-
despues de su realidad. Al principio no se entendi6 perar a verse realizada hasta que la toma de concien·
bien el significado de la Revoluci6n. Lo que por fuer· cia fuese un hecho.
za debi6 parecer una serie de rebeliones fue adqui- Es caracteristico de la manera como Yanez se ex-
riendo paulatinamente alguna unidad. Y, mas tarde,
• :Este es el termino con que se designa a la novela de cos·
los hombres quedaron tan impresionados por el movi- tumbres y a otras prosas semejantes.
. · . ~ <";,~::·jl
24: iA NOVELA DEL SER Y bEL TIEMPO LA NOVELA DEL SER Y DEL. TIEMPO 25
presa ·a sf mismo el que los titulos de su novela y de pueblo es eclesiastico, pues su ritmo y su aparente
su introduccion envuelvan al lector en especulacio- razon de ser estan dominados por Ia Iglesia. Pero Al
nes mas alia de tin minimo de comprension de lo que filo del agua no es una diatriba contra la Iglesia, por-
el autor dice. En todas sus obras, Yaiiez se vale de su que Ia Iglesia misma esta tan circunscrita como cual-
dominio de la prosa, de los nomhres de los personajes, quiera de los habitantes del pueblo. La Iglesia se ha
de la sucesion de los · acontecimientos, de los refranes, convertido en su propia victima o en Ia victima de
de los toponimicos y de la asociaci6n de ideas para in- alguna fuerza mas grande que Ia vida de Ia Iglesia
citar a sti lector a la pai:ticipaci6n creativa. La justa o que la vida del pueblo. Los miembros del clero no
apreciaci6it de Yanez requiere el empleo del termino se desplazan en una direcci6n comun, y alcanzan a
"impeler", incitar, porque es importante entender que vislumbrar tan solo la cualidad de ser. Ni el ritual,
Yanez · no arrastni tras de si, llevandolo de la mano, rii la mania organizativa, ni siquiera el comun en-
al lector. A veces deja la impresi6n de que esta ha- tendimiento humano pueden romper el hechizo de la
ciendo una a1egoria; y, en cierto senti do, eso es lo reticencia, el miedo y la muerte, proyectado por las
que esta haciendo, pero la · alegoria no llega hasta su circunstancias que actitudes y acciones del pasado han
termino o resolucion·. Sus si.rgerencias son a la alego- creado. La poblaci6n, que tiene miedo a la muerte,
ria lo que el pensamiento es a la filosofia sistematica. vive su muerte. A este respecto, el pueblo de Yanez
Dos de las tecnicas narrativas de Al filo del agua no es diferente de otros pueblos, y no solamente en
comtinican el sentimiento de una situaci6n hermetica l'vlexico, en los que las restricciones impuestas a la in-
que esta a purito de cambiar. Una de las tecnicas es clinaci6n natural a vivir han · determinado que muera
estilistica, Ia otra est:fuctural. El "Acto preparatorio" la vida. Este solo hecho le daria un valor universal
es uit poema en prosa que utiliza nipeticiones de pala- a Al filo del agua.
bras y estructuras sintaCticas para crear un efecto de El efecto general de la narraci6n de Yanez consiste
conjuro. Describe la esencia de un lugar y crea una en que el lector se entere de los sucesos como si es-
rea)idad corijunta que es diferente de )a rea)idad CO· tuviei:a viviendo en el pueblo y mas tarde descubra
tidiana donde las personas tienen nombres y cumplen como y por que han ocurrido. A veces el narrador
detenninados deheres diarios. Cuando Yanez traslada deforma la cronologia con el objeto de completar la
su novela a Ia re'alidad cotidiana, el sentimiento de descripci6n de una relaci6n. Sus tecnicas narrativas
hermetismo esta asociado a personas concretas. Mas van llenando la cadena de acontecimientos, metiendose
adelante, e'n la segunda mitad de la novela, el tema en las mentes y las psiques de los personajes. Voces
se amplia y nos muestra el hermetismo de la poblaci6n anonimas que hablan en dialogo comunican a menudo
en relaci6n · con el pais en su con junto y la rebeldia el animo general del pueblo. '
individual se trueca en .movimiento revolucionario. l\1uchos personaj es deambulan por la escena. Nin-
No seria irrazonable decir que el hermetismo del guno de ellos se convierte en personaje capital, pero
26 tA NOVELA DEL SER Y D£L TIEMPO LA NOVELA DEL SER Y DEL TIEMPO 27
todos los que se ven afectados, directa o indirecta- por la Revolucion, un hecho mexicano cuyo futuro
mente, por Ia posibilidad del cambio desde fuera apor- habra de ser determinado por Ia conciencia de su
tan algo al sentimiento de anticipaci6n que constitu- propia identidad, un interes humano.
ye el foco de la novela. Al fila del agua es !a mejor novela mexicana que
El hecho de la inminente Revoluci6n situa a la no- se haya escrito hasta la fecha de su publicacion, ya
vela dentro de la historia mexicana. Pero el poblado !a juzguemos puramente por su valor artistico, o por
es tan claramente la causa de la Revoluci6n como la este aunado a su merito como expresion de la nacion.
Revoluci6n es la causa del cambio en el poblado. Y Desde entonces, !a ficci6n mexicana ha sido mucho
si la Revolucion no hubiese cobrado su forma hist6- mas prolifica: algunos criticos han consider ado supe-
rica, el hermetismo del pueblo se habria roto de al- riores otras de las novelas que se escribieron despues,
guna otra manera, porque se encontraba "al filo del pero todos coinciden en afirmar que Ia obra de Yanez
agua". El cambio Ie da esperanzas a algunos, a otros posee una importancia fundamen taL Le dio al autor
los sume en la desesperaci6n. Frustraci6n y logro son fama nacional e internacional. Algunos la considera-
posibilidades iguales; a la vida se le da una posibi- ron como su primera novela, porque la prosa narra-
lidad de victoria contra la muerte. Ante todos se le- tiva anterior de Yanez es autobiografica en grado
vanta la realizaci6n potencial de si mismos. Damian considerable y su forma no es claramente novelistica.
Limon, que ha trabajado en el Norte, sabe que es Pero las obras anteriores son la preparacion de su
posible una vida material mas halagiiefia. Pero su obra maestra y todas muestran una cualidad impor-
ansiedad no puede esperar basta que llegue el mo- tante del autor, extremadamente significativa en el
mento sofiado. Su deseo de vivir lo lleva a provocar l\Iexico actual: la capacidad de salir de lo particular,
una gran tragedia. El sacerdote, despues de que la lo intimo, lo comun y corriente, y pasar a una identi-
revolucion ha pasado como rafaga por el pueblo, ce- ficacion general con la condicion humana. Se aseme-
lebra una misa porque es Io unico que se le ocurre ja a Ramon Lopez Velarde y, con algunas salvedades,
hacer. Gabriel, cuyas campanas han ido marcando el a Alfonso Reyes. Los tres supieron ser, al mismo tiem-
paso de los dias, de los afios, de la vida, tiene ante po, mexicanos y universales.
si la posibilidad de Ia creatividad artistica, lo con- La preparaci6n de Yanez se inici6 eon su trabajo
trario de las ambiciones materiales de Damian. Vic- en una revista literaria de Guadalajara, Bandera de
toria, desde fuera, sabe que el cambio aportara vida Provincias, publicada en vida de los "contempora-
a algunos, pero solo a unos cuantos. :Maria, cuyos neos",4 !a cual declaro ser un 6rgano provinciano que
:suefios habian logrado quebrantar el caparazon des- • Desde 1928 hasta 1931, la revista Contemponineos fue
de dentro, es arrebatada por la Revolucion y lanzada publicada por algunos de los literatos mas destacados del
al Mundo, sustituto de los suenos. Subsist~ el pueblo, sielo actual: Torres Bodet, Novo, Cuesta, Ortiz de Montellano,
Vfilaurrutia, Owen, etcetera. Al grupo se le acus6 frecuen-
cambiado pero no rehecho, con su hermetismo roto ternente de rechazar lo mexicano por su profundo interes en
23 LA NOVELA DEL SER Y DEL TIEMPO LA NOVELA DEL SER Y DEL TIEMPO 29

compartia los fines y los intereses de la revista publi- pretaci6n mas amplia, de la circunstancia mexicana.
cada en la ciudad de Mexico. Durante los afios trans- En lo que respecta a la tematica, estas novelas son
curridos entre estos principios y Ia publicaci6n de Al mas bien tradicionales : la "saga" de la Revoluci6n, los
fila del agua, Ia ficcion mexicana se ocup6 principal· jefes pcrsonalistas ( caciquismo), la protesta social ru-
mente del descubrimiento social objetivo : narraciones ral y otros afines. Maria Luisa Ocampo publico su
acerca de la fase militar de la Revoluci6n, analisis primer novela titulada Baja el fnego, que es otra na·
de los resultados sociales de Ia misma, toma de con· rraci6n lineal de las experiencias de la Revoluci6n,
ciencia y descripci6n del problema indigena. Duran· semejante a muchas de las publicadas en las decadas
te estos aiios se escribi6 buena ficci6n; pero por re· de 1930 y 1940. Demuestra la misma necesidad de
gla general se consider6 que el arte estaba subordi- volver a narrar el pasado reciente para poder tomar
nado al mensaje y en ocasiones se prescin di6 total- conciencia de lo que ha ocurrido, compartiendo expe·
mente de el. riencias con otros. La Guelagnetza de Rogelio Barri-
Es facil permitir que la importancia de una obra ga Rivas, otra primera novela, toea el tema del caci·
como Al fila del agua deforme los hechos de la his- quismo, pero en realidad no es mas que una muestra
toria literaria. Pero esta mal permitir que subsista bien escrita de costumbrismo. Las criticas que se le
la impresi6n de que esta novela, porque es indicadora, hicieron a la obra de Jose Maria Davila, El medico
por muchos conceptos, de la direccion que siguio lo :r el santero, nos resultan especialmente reveladoras
mejor de la ficcion en afios posteriores, dio Iugar a po:: cuanto muestran su interes en la posibilidad de
un cambio inmediato en las caracteristicas generales expresar el caracter mexicano en la ficcion combina·
de la novela mexicana. La novela de Yanez no es sino da con la voluntad de aceptar una interpretacion por
una entre muchas de las que se publicaron en 1947, demas superficial.5
y en aquel momento preciso no fue un indicio mas Davila fue un observador agudo y un buen perio-
fu erte que cualquiera de las demas. dista. El humor y el cinismo de su novela poseen atrac·
Las demas novelas de 1947 que merecieron algo mas tivos picarescos que nos recuerdan a Jose Ruben Ro-
que un momento de atenci6n mal nos indican los co· mero y su franqueza nos deja la impresi6n de una
mienzos de una nueva fase, aunque unas pocas ofrecen vision excepcionalmente realista de Mexico. En ver·
una comprension mas profunda, as} como una inter· dad no es mas realista que muchas otras y no hay
nada en el libro que pueda llevar al lector mas alia
l~s literaturas extranjeras. Los nacionalistas y los propagan-
distas extremosos no quisieron reconocer su mexicanismo fun· del relato obj etivo.
damen tal. El cariicter de esta disputa aut6ctonos-universalistas Otros autores muestran nuevas y variadas tenden-
es sumamente complicado. Ademiis de los comentarios que
hag~ . eri diversos lu!'ares de esta obra, me he esforzado par
5 Un comentario con citas a propos1to de esta reacci6n cri-
arrOJar algo de clandad al r especto en mi articulo "Contem·
poraneos and the Limits of Art", Romance Notes, v, 2 (pri- tica se encuentra en Ia obra de Manuel Pedro Gonzalez, Tra·
mavera, 1964) . yectoria de la novela mexicana, pp. 388-390.
30 LA NOVELA DEL SER Y DEL TIEMPO LA NOVELA DEL SER Y DEL TIEMPO 31

cias hacia una idea de la novela muy diferente de la individuos y ya no tanto hacia el problema general.
que se habia vuel~o mas o menos tradicional en Me- Durante Ia decada de 1930 y a comienzos de 1940
xico. Es preciso considerar, como caso especial, a una Ia mayoria de las novelas tendieron a preocuparse
de estas novelas: Lluvia raja de Jesus Goytortua San- tanto por la condicion social que los autores se vieron
tos. En esta novela, como en una obra anterior, Pen- conducidos a una suerte de abstraccion del problema
sativa, cl autor logra combinar con exito el hecho y que despoj6 a los individuos de significacion.
la imaginaci6n, lo cual se acerca muchisimo mas a lo En ese mismo aiio, Francisco Rojas Gonzalez, es-
que debe ser la novela que el rectilineo relato de la critor muy importante, publico una novela de poco
Revoluci6n. Goytortua no es un gran novelista, pues valor, Lola Casanova. Esta novela es la reconstruc-
carece de la capacidad de matizar refinadamente a cion de una antigua leyenda y su unico valor recono·
sus personajes y propende a exagerar la reaccion emo- cible, en la historia del genero, es el de la conside-
cional. En su novela anterior, tomo como tema la re- rable penetracion psicologica del autor. En una obra
beli6n de los cristeros y en Lluvia raja se ocupo del anterior, La Negra Angustias, que es una novela de Ia
final del gobierno de Obregon. Ambas novelas fueron Revoluci6n de mas valor que la precedente, habia mos-
escritas con la intencion evidente de meter en la ac- trado ya esa capacidad. A veces duda uno de la vali-
cion al lector; y si el autor no nos da poco o nada dez del discernimiento psicologico del autor, pero es
mas, hay que reconocerle que sabe como atraer a lec- innegable que su novela representa un paso adelante
tores que no se encuentren ya enredados en sus pro- respec~o del simple relato. Rojas Gonzalez no escribio
pios intereses. mas novelas, pero su capacidad interpretativa se po-
En la categoria un tanto vaga de la novela de pro- ne ampliamente de manifiesto en sus cuentos, que
testa social hay que sefialar una suerte de version ru- probablemente representan una aportacion mayor a la
ral de Yo como pob·re, de Magdalena Mondragon. Su novela contemporiinea que sus obras de mayores di-
novela anterior describe la vida de los elementos so- mensiones.6 Puede escribir acerca de diversos sectores
ciales mas bajos de la ciudad de :Mexico. La tecnica de la sociedad sin pretender que uno u otro de los
de Ia senora Mondragon es la descripci6n directa y la mismos constituya el verdadero Mexico. Y aunque
eficacia de su protesta depende, en gran parte, de la su materia es indisputablemente mexicana, basa su fie-
compasion con que nos presenta el problema. Mas cion en caracteristicas humanas comunes a todos los
alla existe la tierra nos muestra una preocupaci6n se- hombres y no peculiares de Mexico. No obstante el
mejante por el problema rural. En ambos casos logra lector no advierte que se este esforzando por ser uni-
despertar la sensibilidad del lector; pero el segundo versal. Su base es la resignaci6n, o la abnegaci6n o
de estos libros es el mejor, porque una interpretacion
mas profunda psicol6gicamente de los personajes orien- • Joseph Sommers, "La genesis literaria en Francisco Rojas
Gonzalez", Revista Iberoamericana, xx, 56 (julio-diciembre,
ta Ia simpatia del lector hacia la triste situacion de los 1963)' pp. 299-309.
32 LA NOVELA DEL SER Y DEL TIEMPO LA NOVELA DEL SER Y DEL TIEMPO 33

cualquier otra circunstancia universalmente entendi- lidad y cmpieza Ia imaginaci6n, d6nde el hecho se
ble, en tanto que su identificaci6n con Mexico des- cambia en superstici6n.
causa en esa universalidad. Probablemente algunos criticaran esta novela por-
Sin duda, Ia obra mas importante del afio, despues que no nos presenta personajes fiicilmente reconocibles
de Al filo del agua, es Ia novela indigenista, de Miguel en un ambiente costumbrista. Es un hecho que care-
N. Lira, Donde crecen los tepozanes. 7 La obra es Ia pri- ce del encanto fragil y turistico que a menudo espera·
mera novela de un poeta y dramaturgo de bien mere- mos encontrar en las novelas de indios, y nos presenta
cida reputaci6n. Es radicalmente distinto de lo que el hecho turbador de un mundo diferente del nues·
por lo comun se entiende que debe ser una novela tro. Las personas viven en un Nirvana cultural donde
indigenista, ya que no protesta por Ia condici6n del in- la Yida, Ia muerte y el tiempo son por entero diferen-
dio, ni Ianza proposiciones para Ia integraci6n de las tes de lo que son para nosotros. Y el contraste con
dos culturas. Mas bien, la actitud de Lira parece ser nuestras propias actitudes provoca asombro y elucu-
Ia de considerar que esta cultura estii parcialmente braciones.
integrada, pero que es diferente, y que se debe partir Lira escribi6 cuatro novelas en total y cada una de
del reconocimiento de su indole particular. elias merece especial atenci6n como representativa
Lira escribi6 una suerte de erudita poesia folkl6ri- de una epoca. Un afio despw§s de Donde crecen los te-
ca en Ia que su sensibilidad poetica trueca lo comun pozanes, publico La escondida, Ia primera de dos no-
en legendario. Una trasmutaci6n semejante tiene Iu- velas de la Revoluci6n. Escogi6 unos personajes fol-
gar en Donde crecen los tepozanes. El marco crono· kl6ricos, revolucionarios, y los coloc6 sobre el fondo
16gico de Ia novela podria situarse en cualquier punta de los ultimos dias del regimen de Diaz. Estos perso-
del tiempo transcurrido despw§s de que unas cuantas naj es tienden hacia lo heroico, pero no estan deshu·
costumbres y creencias cristiano-europeas se infiltra- manizados. Son semejantes a los personajes de Ia poe-
ron en las de los naturales. Lira presenta esta parcial sia vernacula del autor y algunos cobran algo del
conjunci6n de las culturas como si fuese muy natural, valor realista-legenda rio de los heroes que se encuen-
Y con toda intenci6n suspende el tiempo, lo cual cier- tran en los viejos romances espafioles. Son mas au-
tamente refleja Ia situaci6n real desde que el entro· tenticos que las personas que pertenecen a Ia sociedad
metimiento europeo detuvo el desarrollo de las cul- refinada y Lira los emple6 para montar una confron-
turas indigenas. No es posible indicar d6nde termina taci6n entre su mundo y el otro lado de Ia vida me-
una cultura y comienza la otra, d6nde acaba la rea- xicana de aquel periodo. Si el lector no se percata
de esta confrontaci6n Ia novela le parecera estar cons·
1
El termino "indigenista" se emplea para distinguir las tituida por dos tramas mal entretejidas; una que tie-
nove.l~ gue. se ocupan de la vida y los problemas de la po- ne que Yer con Ia acci6n revolucionaria y otra que es
blacwn md1gena respecto de las obras del siglo pasado en
que se idealizo al indio. la historia de amor de un revolucionario y una mu·
r 34 LA NOVELA DEL SER Y DEL TIEMPO LA NOVELA DEL SER Y DEL TIEMPO 35
jer de Ia clase social favorecida. Para que Ia Revolu- obligada a convertirse en lo que no es realmente, por
ci6n tuviese algun sentido, era preciso que tuviese obra de las presiones de la sociedad moderna. Es tarn·
Iugar alguna suerte de integraci6n de Ia sociedad. Por bien la historia de un hombre que se siente irresis-
eso Lira desplaza sus personajes desde el acto de la tiblemente atraido por ella, pero que no puede sal·
lucha hasta los problemas de una relaci6n personal, varia de la destrucci6n. A primera vista, parece ser
donde contrasta los aspectos fundamentales de Ia so· el relata naturalista de la caida de una rnujer. Pero
ciedad mexicana con los superficiales. El mensaje que no es una caida, sino la forzada negaci6n del pro-
podemos discernir en esta novela dice que Ia realidad pia yo.
de los personajes vermiculos debe prevalecer, pero no A veces, los novelistas parecen negar la importancia
sin sufrir Ia influencia de personas mas refinadas. Sin de la protesta social y no reconocen los grandes pro·
embargo, seria injusto dar a entender que Lira com· blernas sociales. Por otra parte, hay algunos autores
pone realmente un mensaje, pues se limita a descri· que examinan el problema desde fuera sin cuidarse de
bir una posible situaci6n. estudiar la relacion del problema con la condici6n
La segunda novela de tema revolucionario de Lira de ser mexicano, de ser hombre. Maria Elvira Bermu-
fue escrita diez ·afios mas tarde y es Ia vision retros- dez, en su resefia de El desierto magico ( 1961) de
pectiva que un hombre tiene de la Revoluci6n. Mien· Concha Villarreal, nos dice: "Lo que ante todo im-
tras la muerte llega, como Ia obra de Fuentes, La ·porta [en esta novela] es denunciar o redimir. Por
muerte de Artemio Cruz y la de Almanza, Detrtis del ello es esta una novela social, especie que en Mexico
espejo, constituye un intento de enfocar Ia realidad abunda. Y que seguira abundando, en tanto haya opri-
de Ia Revoluci6n, no mediante el recuerdo personal, rnidos que redimir y opresores que denunciar." 8 Lo
sino a traves de la rememoraci6n de un personaje que esta en discusion no es si un libra presenta o no
ficticio. Mediante el uso de esta tecnica, el autor real- presenta un problema social, sino saber si hace alguna
za Ia posibilidad del analisis y va mas alia de Ia sim· otra cosa. No pretendo que un autor este obligado a
ple observaci6n. ofrecer la soluci6n a todo problema que pueda des-
Una mujer en soledad, que Lira publico en 1956 cribir, pero si que necesita relacionar el problema con
esta muy apartada de Ia Revoluci6n o de los proble: las cualidades humanas fundamentales y perrnitir que
mas sociales, en Ia acepci6n cornun de los terminos. se descubra la coincidencia en los individuos. En esto
Es decir, no tiene que ver con los conflictos de nin- estriba el arte del novelista, independientemente de
gun grupo. Es una novela epistolar, milagrosarnente que desee o no subrayar un problema. No tiene ma-
sa1vada por Ia capacidad de su autor para insuflar yor interes que un novelista sea un mal soci6logo.
vida a sus personajes, y tiene que ver con una relaci6n No es posible comprender Ia ficci6n rnexicana re-
personal en Ia epoca conternporanea. Para hablar en
terrninos nu'is concretos, es Ia historia de una rnujer 8
Letras, xxxr, 165 (julio, 1962), p. 2.
36 LA NOVELA DEL SER Y DEL TIEMPO
LA NOVELA DEL SER Y DEL TIEMPO 37
cie~~e sin. saber que el pais atraves6 por una revo-
lucwn soc1~~ que no_ creo una utopia. Unos creen que Ia exposicion de un problema social y trata de tocar
Ia Revolucwn ha s1do traicionada, otros que se ha en la realidad, mas profunda que el problema.
llegado a una previsible componenda humana entre lo La ficcion mas cercana cronologicamente a Ia Re-
anhelado y lo posihle. El hecho es que, aun cuando volucion que los libros de que nos acabamos de ocupar
un gran numero de mexicanos disfruta de un nivel nos muestra que Mexico, despues de Ia Revolucion,
de vida mas alto que antes de Ia Revolucion la dis- atraveso por un periodo de introversion y de extro-
tribucion de Ia riqueza y el producto nacion~l dejan version al mismo tiempo. El pais sintio la necesidad
todavia muchisimo que desear. Y tambien es nece- de comprender su propia naturaleza y sus problemas;
sario seiialar que algunos elementos de Ia sociedad pero, al mismo tiempo, necesito entender su relaci6n
como los de Ia novela Yo como pobre de l\Iagdalen~ con el resto del mundo. Pero, z,que era la Nacion? En
Mondragon, asi como algunos grupos rurales, no vi- grado considerable, era nueva. Mexico tiene una his-
ven dentro de Ia econornia nacional, sino que subsis- toria importante y el Mexico actual echa raices en
ten al margen de Ia rnisma. Es de esperar que en un esa historia; pero el modus operandi despues de la Re-
rnundo en el que, a pesar de los rnuchos peligros in- volucion ha sido muy diferente de lo que fue antes.
venta~os por nosotros mismos, los hombres parecen es· Y Ia mas importante de las razones es la de que la
tar m~s mteresados de lo que solian por el bienestar · mayor parte de la poblaci6n ha quedado incorporada
mater~~~ de otros hombres, Ia combinacion de la preo- a la vida del pais.
cupacwn humana y de los principios de la Revolu- En los afios en que Mexico atraveso por primera
cion garan_tizara el, ~antenimiento del progreso que vez los procesos simultimeos y encontrados de la in-
ha converhdo a Mexico en un pais moderno en los troversion y de la extroversion, los intentos realizados
ultimos cincuenta aiios. por comprender la naturaleza del pais se vieron a
Gran parte de la ficcion mexicana escrita desde la menudo inhibidos por la falta de toma de conciencia
Re~~lucio~ muestra su inconformidad con la interpre- del h echo de la Revolucion. 9 Este problema de la
taCion social del cambia. No mucha de esta ficcion es toma de conciencia se entiende mejor en funci6n del
revoluc~~n aria en el sentido de que abogue por otra individuo. Cuando una persona es afectada por un
revolucwn. Pero si muestra claramente que tal tras- cambio favorable de las circunstancias, suele bene-
torno social entra en el reino de lo posible, a menos ficiarse del cambio antes de darse cabalmente cuenta
que se preste atencion a las necesidades de la na- de lo que le ha ocurrido. Podrfa recordar un suceso
cion en su conjunto y de que se exprese confianza en que haya provocado el cambio, pero su significacion
su fu turo. En general, Ia actitud del novelista esta car· en relaci6n con sus circunstancias cambiadas se le
gada de esperanzas. Pero Ia esperanza mas clara se
• Hay que entender que tal generalizacion debe tener por
pone de manifiesto alii donde el autor va mas alia de fuerza notables excepciones. Quiza el ejemplo sobresaliente
de esto nos lo de Samuel Ramos.
38 LA NOVELA DEL SER Y DEL TIEMPO LA NOVELA DEL SER Y DEL TIEMPO 39
escapa a medias. No sabe realmente que es lo que le dos entre estas grandes novelas, casi todos los nove·
ha ocurrido. y solo el tiempo le permitira apreciar listas importantes que habian publicado antes de
plcnamente la indole del presente y, ciertamente, el 1947 terminaron sus carreras. El mas importante de
hecho de que es una persona diferente. Otro tanto ellos fue Mariano Azuela, cuya obra Senda.s perdidas
puede decirse del cambia mexicano; hacia el afio de fue publicada en 1949, seguida de dos novelas p6stu·
1947, en mi opinion, se ha avanzado lo suficiente ha- mas, La maldici6n y Esa sangre, en 1955 y fines de
cia el estado de necesaria conciencia para que por lo 1956, respectivamente. Sendas perdidas es una novela
menos Ia corriente principal de la ficci6n rebase algo mejor que los libros pendencieros que Azuela
la descripci6n del problema y se lance al estudio de la habia venido escribiendo hacia el fin de su vida. En
naturaleza de Mexico y del hombre. Y es importante vez de expresar su petulante disgusto por Ia perdida
seiialar que Ia relaci6n de una naci6n con otra ha de los valores morales comunes en la nueva sociedad
cambiado de tal manera que la realidad mexicana no mexicana, parece buscar causas mas profundas. El
puede captarse salvo en funci6n del hombre universal libro hace pensar que el autor advierte la necesidad
~ por consig?iente es perfectamente comprensible que de la preocupaci6n por lo comun en los hombres y que
SI una especte de anstedad enfoca la atencion de un esta dispuesto a considerar esta necesidad en vez de
a_utor sobre un problema social, lo opuesto a tal an- insistir ciegamente en el caracter pervertido del mun·
sledad puede conducir a otro autor a ignorar el pro- do moderno. La maldici6n se parece mas a las novelas
blema y ocuparse de la condici6n universal del hom- publicadas inmediatamente antes de Sendas perdidas y
br_e. Asi tambien, un novelista es capaz de combinar nada afiade a la talla del autor, ni a su interpretacion
efiCazmente los dos procedimientos. de Mexico.
No mucho despues de la publicaci6n de Al fila del De los tres libros, el mas importante es Esa sangre,
agua, Agustin Yanez ingreso en la politica y fue go- novela que redondea la producci6n de Azuela, par-
bernador del estado de J alisco, acci6n completamente que versa sobre el retorno de Julian Andrade, el pro-
acorde con su idea de lo que un novelista deberfa tagonista masculino de Mala yerba, una de las prime-
ser Y hacer. Ambos trabajos requieren la misma vi- ras novelas del autor, en la cual traza claramente el
sion, la misma proyeccion mas alia del hecho objetivo. contraste entre Ia aristocracia terrateniente y los po-
Sus actividades politicas cortaron transitoriamente el bres del campo. Azuela no defiende la moralidad de
hilo _de su producci6n novelistica y diversos autores ninguna de estas clases en las novelas de que venimos
pubhcaron varios libros importantes antes de que apa- hablando, sino que se ocupa de averiguar d6nde se
reciese su siguiente novela. encuentra el poder. En Mala yerba, sea lo que fuere
La primera novela de importancia realmente gran- lo que podamos pensar de la conducta de Andrade,
de despues de Al fila del agua fue Pedro Paramo se ve que el poder esta de su parte. Cuando retorna,
(1955) de Juan Rulfo. Durante los afios comprendi- en Esa sangre, es esencialmente la misma persona, pero
LA NOVELA DEL SER Y DEL TIEMPO LA NOVELA DEL SER Y DEL TIEMPO 41
no quiere reconocer que ha perdido el poder. Evi- Ia vida. Ciertamente, hubo momentos en el pasado
dentemente esta equivocado, y su intransigencia lo de Ia familia en que la tierra fue mas importante
conduce a Ia muerte. Este libro es el comentario final que Ia vida. Magdaleno no trata de justificar la cruel-
de un gran novelista cuyas obras nos ofrecen su vi- dad nacida de esa pasion, pero si nos muestra que
sion de Ia gama total de Ia Revolucion: Ia sociedad para ellos su propiedad es importante por razones
a partir de Ia cual broto violentamente, Ia fase mili- mucho mas profundas que las estrictamente economi-
tar, el caos y el resultado social organizado. Por mas cas. La tierra nos hace pertenecer a algo, nos permi-
que podamos poner en tela de juicio algunos de los te una identificacion. Podriin romperse las relacio-
valores de Ia nueva sociedad, Azuela reconoce el he- nes en el seno de la familia, pero Ia integridad de la
cho de su existencia. tierra subsistira.
El aiiadido de Esa sangre a las ohras de Azuela pres- La Revolucion llega para destruir esta relacion
ta a su vision del Mexico moderno una profundidad entre la familia y su propiedad. Gustavo, valiente e
de perspectiva que no hubiese podido tener sin Ia en- inmisericorde, admirable y odioso, se aferra como
sambladura del tiempo y Ia circunstancia que ocurre puede al significado de su existencia. Pero a medi-
con el retorno de Julian Andrade. Perspectiva seme- da que la Revolucion avanza, degenera gradualmente
jante es Ia que nos ofrece Mauricio Magdaleno en y Ia esperanza se deposita unicamente en una nueva
Tierra Grande (1949), novela larga y complicada que generacion.
retrotrae Ia mirada hacia el tiempo de Ia Revolu- El tema central de esta novela, el sentimiento de
cion y examina sus influencias en una grande e Ia tierra, funciona con exactitud y sirve de foco para
importante familia de latifundistas. La novela tiei1e el estudio de una multitud de personajes. Muchas
un protagonista estructural en Ia persona de Gustavo de las personas estan vistas con admirable claridad,
Suarez Medrano, pero el protagonista espiritual es Ia pero Ia caracterizacion dominante es la de Ia fami-
familia en su conjunto. Como es su costumbre, Mag- lia. El papel social de esta familia, considerada como
daleno retrocede varias generaciones para montar Ia unidad, queda destruido, pero no cabe duda de que
escena a los miembros de Ia familia que son contem- la fuerza de caracter originaria de su bien fundado
porancos de Ia accion principal de Ia novela. Gustavo sentimiento de pertenecer a la tierra les asignara nue-
es el mas despiadado de la generacion joven y, quiza, vas papeles. AI mismo tiempo, la tierra cobra nueva
el que mayor afecto siente por Ia tierra. significacion para algunos de aquellos a quienes habia
Para Ia familia Suarez Medrano, Ia tierra es la sido negada y tambien los papeles que habran de des-
esencia. Aun cuando vivan muy alejados de la accion empeiiar cambiariin.
directa de arrancarle la vida a Ia tierra, sienten no Magdaleno, que se habia apartado de la novela
obstante tan profundamente la relacion con ella que durante muchos afios, en 1949 publico dos y luego
Ia defensa de la tierra equivale casi a la defensa de cayo en otro largo silencio. Su segunda novela de
42 LA NOVELA DEL SER Y DEL TIEMPO LA NOVELA DEL SER Y DEL TIEMPO 43
aquel aiio, Cabello de elate, es un fracaso ambicioso, nada de hermetica. Esta abierta a toda suerte de
pero no carece de significacion. Nos ofrece la vision influencias y el cambio y la confusion se advierten
panoramica de una pequeiia ciudad mexicana duran- por doquier. Ha aparecido una nueva clase media que
te Ia segunda Guerra MundiaL El retrato que pinta posee algunas de las caracteristicas de la "nueva bur-
de la poblacion en trance de cambio posee un valor guesia" de Azuela, pero Magdaleno carece de la amar-
soberbio. Magdaleno nos muestra la comunicaci6n y gura de Azuela. Inmigrantes europeos han traido con·
la falta de comunicaci6n entre las diferentes clases sigo la conciencia del tamafio del mundo. Un cine
sociales, el conflicto entre el conservadurismo y el es el simbolo del nuevo refinamiento espiritual. La
progresismo politicos, la influencia de inmigrantes antigua aristocracia se aferra a sus actitudes conser-
venidos de Europa, el efecto de la cambiante econo- vadoras, pero no puede mantenerse separada de Ia nue-
mia agricola. La gran falla de la novela, y realmente va clase media. Ni la una ni la otra sahen exactamen·
es una gran falla, es que el tema central carece de te ctial es la re!acion y ni la ciudad ni sus miembros
fuerza suficiente para justificar el enorme y pano- individuales estan seguros de su precisa identidad. En
ramico tel6n de fondo. En verdad, puede decirse que cierto grado, la personalidad del protagonista es re·
el panorama se vuelve tan importante que a veces se flejo de la confusion de la poblacion. El indio vive
olvida el tema. aparte del resto de la ciudad; y aunque Magdaleno
El titulo de la novcla, Cab ello de elate, hace rcfe- no considera imposible la integraci6n, la esperanza de
rencia al pelo rubio de la protagonista, hija de india la misma se encuentra en un futuro mas remoto que
y extranjero. Aunque se la rescata de un medio eco- e) simple manana.
nomico pobre, su posicion social en la ciudad nunca La posicion de Magdaleno entre los novelistas "mas
deja de ser nebulosa y,. alternadamente, se la acepta viejos" es extrafia. Sus primeras obras pertenecen, cier-
y se la rechaza. Su meta es encontrar un nuevo me- tamente, al periodo anterior por causa de su inte·
clio ambiental donde pueda ser una persona bien in- res en el problema social; pero aun estas primer as
tegrada. El tema es sobradamente bueno, y el autor novelas tratan Ia condici6n del hombre de un modo
se muestra sensible a todas sus posibilidades. Lo malo que no es caracteristico de la novela de protesta. Mas
es que son demasiadas las cosas que giran en torno bien, en gran medida son precursoras de Al filo del
al tema. agua y de las propias obras posteriores de Magdaleno.
La pequefia ciudad de Magdaleno dependia total- Su abandono de la novela se £undo en la decision
mente, en una epoca, de una hacienda cercana. No es de dirigir esfuerzos en otro sentido, y no en que haya
dificil imaginar un lugar semejante al pueblo de Al cerrado su circulo novelistico o haya llegado a una
filo del agua. Pero la economia de la poblacion tuvo conclusion. Su obra esta abierta al futuro y, en ver-
que cambiar cuando se distribuyo la tierra y en el dad, deberia encontrarse publicando todavia hoy.
momento en que la describe Magdaleno ya no tiene En cambio, Jose Mancisidor concluyo evidentemen-
r 44 LA NOVELA DEL SER Y DEL TIEMPO
I LA NOVELA DEL SER Y EL TIEMPO 45
Fuentes nunca fue un gran artista literario. Entresuelo
te su obra cuando publico sus dos ultimas novelas en
nos dice que hay una clase media, pero no se nos lle-
1953, Frontera junto a1 mar y El alba en las cimas.
va mas alla de este hecho.10
La primera toea el tema de Ia invasion de Veracruz
Entre los autores jovenes, varios de ellos siguieron el
por Ia infanteria de marina norteamericana en 1914
camino senalado por Magdalena Mondragon en Yo
y Ia segunda el de Ia expropiacion del petroleo.
como pobre. EI tema de Ia indignacion ante Ia triste
Ambas novelas son intensamente nacionalistas y sin
vida de los pobres de Ia ciudad es muy conmovedor,
duda har{m que algun norteamericano escrupuloso se
pero al parecer no rnuy rico. Es el tema de las _uni-
de cuenta de por que su pais no goza del amor uni-
cas novelas de Benigno Corona Rojas (La barnada,
versal. El alba en las cimas, como todas las novelas
1948) y de Felipe Garcia Arroyo (El sol sale para
de Mancisidor con Ia excepcion de Frontera junto al
todos, 1948) ; y aun en casos de auto res rniis prolifi-
mar, promete mas de lo que cumple. AI comenzar a
cos, solo una novela de cada autor versa sobre este
leer una novela de Mancisidor, el lector suele esperar
tema. Yo como pobre es Ia unica que escribio Mon-
un estudio penetrante basado en una posicion social.
draaon Candelaria de los Patos es el tratarniento del
Hector Raul Almanza, en tanto que Barnga .
Por desgracia Ia ansiedad ideologica del autor se so- b '
tema por
brepone a su interes en Ia creacion autentica; y aun-
Rivas publico con este terna Rio humano (1949) en-
que sus novelas nunca llegan a carecer por completo
tre una novela cuyo personaje central es el cacique
de arte, tampoco estan a Ia altura de las expectativas
(Guelaguetza, 1947) y una novela de tema indige-
del lector o de Ia capacidad del autor. Frontera junto
nista (La mayordomia, 1952).
al mar es Ia que sale mejor librada, tal vez porque
es el relato de sucesos en los que el autor particip6.
10
Quiero seiialar que en esta exposicion no es c?n~ebible
la inclusion de todos los novelistas que gozan de c:edit?·. ~n
En esta obra, Ia posicion del autor esta tan estrecha- este periodo escribieron algunos cuya obra, en m1 opm10~,
mente identificada con Ia acci6n que mal podria una no es preciso considerar en este momenta. Rod_olfo Benavi-
eclipsar a Ia otra. des escritor inculto, narro con gran fuerza nat1va. Su pro-
tes{a es vigorosa, pero su vision es totalmente personal Y su
Entresuelo, publicada por Gregorio Lopez y Fuen- obra ni se beneficia de lo que otros novelistas estaban ha-
tes en 1948, tiene que ser mencionada tan solo por Ia cienda ni contribuyo a la obra de estos. Fernando Robles
public6 en 1951 Cuando el aguila perdi6 sus alas, re~at?. de
fama del autor. Es una novela sobre Ia clase media, la invasion norteamericana. Es una buena novela h1stonca,
de tema citadino, materia en Ia que el autor no mos- pero no diferente de sus obras anteriores. Luis Rivero del
tro antes inten§s, escrita en Ia tradicion realista y Val publico su unica novela, Entre las patas _de !os caballos,
en 1953. Esta narraci6n rectiHnea de expenenCias persona-
miis bien pertenece al siglo XIX y no al x.x. Nada les durante las rebeliones de los cristeros pertenece real-
tiene del valor de leyenda que constituye Ia caracte- mente a un periodo anterior. Artemio de Valle-Arizpe cro-
nista autor de novelas de tema colonial y casi picarescas,
ristica sobresaliente de sus novelas anteriores, que si a-ui6 escrihiendo en la misma vena basta su muerte, ~n
desarrollaban temas folkl6ricos o indigenistas. Y sin 19'62. Encantador anacr6nico desde joven, lo fue mucho mas
esa cualidad, poco es lo que queda, pues Lopez y en sus ultirnos aiios.
r 46 LA NOVELA DEL SER Y EL TIEMPO ! LA NOVELA DEL SER Y EL TIEMPO 47
Estas novelas de la miseria, de las heces de la so- un Luis Bufiue], y tal vez, de tener mas experiencia
ciedad urbana tienen relativamente poco valor artisti- como escritor, lo habria conseguido. Su novela tiene
co. En lo principal, son descriptivas de una triste dos fallas capitales: una £alta de precision en el di-
condici6n sociaL La culpa no se atribuye claramente bujo de los personajes y un uso excesivo de nom-
a nada ni a nadie, aunque Corona Rojas suele culpar bres con fines descriptivos. Insiste tanto en describir
a los funcionarios deshonestos. En general, se presu- ias escenas repugnantes que el lector reacciona contra
pone que Ia condici6n social es culpa de la sociedad el novelista. La novela de Corona Rojas tiene un foco
en su conjunto y que es deber de la sociedad cambiar- diferente: la explotacion de los pobres por funciona-
la. Por lo comun en algunos de los personajes se des- rios deshonestos. Su protesta es tan violenta que
cubre Ia voluntad de superaci6n -la mas fuerte se rompe la accion a manera de editorial. La novela de
encuentra en Candelaria de los Patos- pero el cuadro Almanza es la mas positiva del grupo, porque haec
general lo preside Ia desesperanza. hincapie en la "!speranza. La de Barriga Rivas es la
Unas cuantas personas afirman que estas novelas pin- mas objetiva. Rio humano es una serie de instanta-
tan al Mexico real, al cual comparan con la sociedad neas de las personas que pasan por una delegacion de
elegante, hacienda caso omiso del tremendo impulso policia en una determinada noche. La estructura es
ascendente de Ia mayoria del pueblo mexicano. El he- debil y el autor no se siente comprometido con esos
cho es que ambos extremos sociales son falsos, pues personajes condenados socialmente. Pero tal vez esta
los dos grupos estan menos vivos realmente que el novela resulta Ia mas convincente de todas, porque el
del medio. Aunque los propagandistas sociales hagan autor no intenta futilmente identificarse con perso-
gran uso de las novelas de Ia miseria, no hay raz6n najes a los que no puede conocer sino desde fuera.
para pensar que los autores consideren a estos crimi- Barriga Rivas es un narrador costumbrista; esta
nales, prostitutas y ladrones como si fuesen repre- cualidad es Ia caracteristica predominante de Rio
sentativos del Mexico verdadero. Si tal cosa fuera humano y de sus demas novelas. Entre las obras de
cierta indudablemente escribiri'an mas acerca de ellos. Mondragon y Almanza, por otra parte, las novelas
Si piensan que este elemento subhumano es parte de de la miseria humana constituyen solo un aspecto de
Ia realidad visible de Mexico y saben que no puede Ia amplia gam a . de la pro testa social. Almanza co-
ignorarse su existencia. menz6 con Huelga blanca en 1950. Despues de Can-
Los enfoques del tema por los diferentes novelis- delaria de los Patos aparecieron Brecha en la roca en
tas muestran una gran variedad. Ninguno de ellos ha 1955 y dos novelas mas despues de esa fecha. Ha tra-
experimentado realmente la vida que describe. Mag- tado los temas de los espaldas mojadas, de Ia explota·
dalena Mondragon se esforz6 por identificarse, pero cion de los trabajadores petroleras por las compafiias
solo pudo compadecerse, de manera que su novela no extranjeras, de la industria pesquera y del significa-
es totalmente convincente. Garcia Arroyo trat6 de ser ci<;> de Ia Revoluci6n. Por muchos conceptos, Alman-
r 48 LA NOVELA DEL SER Y EL TIEMPO LA NOVELA DEL SER Y EL TIEMPO 49
za es un escritor anticuado. Carece de recursos esti- viva pero estatica, y que lo ha estado desde los tiem-
listicos, y no ofrece ninguna significaci6n mas alia pos de la Conquista. Grandes sectores de la poblaci6n
de lo aparente. La verdad es que sus novelas son a indigena habian alcanzado un elevado nivel de civi-
veces un alivio respecto de aquellas que pretenden lizacion en aquella epoca. En algunos casas, los in·
envolver al lector en algo que esta mas alla de lo que dios eran mas civilizados que los espanoles. Pero la
realmente dicen. En sus novelas anteriores, las ca- ansiedad egocentrica de los espaiioles, su deseo de
racterizaciones estan hechas con mucho cuidado, cuan- hacer el mundo a su imagen y semejanza eran tan
do no son intencionadamente estereotipadas. Es ob· aplastantes que el efecto de la confrontacion de las
vio que tiene muy mala opinion de los norteamerica- dos culturas detuvo el desarrollo de la cultura indi-
nos, y las apreciaciones que hace de sus normas mora- gena. Sin embargo, la cultura indigena no fue des-
les son tan injustas que resultan risibles. Pero los nor- truida. :Miguel N. Lira dice algo en este senti do en
teamericanos deberian saber que Almanza no es el uni- Donde crecen los tepozanes. Desde aquel tiempo, se
co que hace tal evaluaci6n; algunas de las opiniones que ha venido efectuando una fusion de las dos culturas,
de los mexicanos tienen algunos norteamericanos no ~on aunque no siempre como mejor hubiese sido. Si con-
menos absurdas. En sus novelas posteriorcs, Almanza sideramos la cultura indigena como una realidad
muestra algunos adelantos en la caracterizacion y va identificable e independiente, advertimos que existe en
mas alia de lo descriptive. grupos pequenos y aislados de indios. Sin embargo, si
El tema indigenista constituye una clase particular pensamos en como la cultura indigena ha modifica~
de protesta social, porque encierra no solo una cues- do a la cultura europea que la estrangul6, descubri-
ti6n economica sino tambien un tema cultural. Es ver- mos que la influencia es considerable. Los movimien-
dad que esta clase de novela suele constituir menos tos para revivir la cultura indigena son futiles y reac-
una novela de protesta que un analisis cultural. Aun- cionarios. Todo lo que se haga por comprender la
que es obvia la importancia de incorporar a la pobla- cultura indigena, en cambia, es algo absolutamente
cion india en la economia nacional, mas importante necesario, pues el resultado de la fusion nunca podra
aun es comprender la significacion de la influencia entenderse de otra manera.
indigena en la cultura nacional. La disputa en tor- Desde la Revoluci6n, al indio se le ha prestado
no al indigena ha sido larga y a veces enconada; atencion mas seriamente en la novela, como en otros
solo recientemente se ha considerado con serenidad aspectos. El nuevo modo de considerarlo lo ha dis-
y claramente. tinguido claramente del indio idealizado del siglo pa-
Como hay casi tantos puntas de vista como perso- sado. Pero ha tendido a generalizarlo y a reconocer
nas, toda aseveracion suele precipitar sobre quien la su dignidad sin buscar una causa profunda de esa
hace la ira o la indignaci6n de muchos criticos. Mi dignidad. Miguel Angel Menendez representa un ade-
opinion es que la cultura indigena de Mexico esta lanto a este respecto con su obra Nayar (1941), en
1289
50 LA NOVELA DEL SER Y EL TIEMPO r LA NOVELA DEL SER Y EL TIEMPO 51
la que envia a su protagonista al mundo de un grupo advierta el valor que tiene un desarrollo mas cuida-
especial, el de los coras. Lira utilizo un enfoque dife- doso de los personajes y una mejor construccion de
rente, pero maduro. En 1948 se realizaron grandes la trama. Si se tomase este trabajo, la recreacion de
progresos en el mismo sentido, con dos libros dedi- una cultura con la que no se esta familiarizado seria
cados a los tzotziles: ! nan Perez ! alate, de Ricardo mas completa y contribuiria a entender mejor la fu-
Pozas A., y El callado dolor de los tzotziles de Ramon sion de las dos culturas, asi como a la comprension
Rubin.
del hombre. Uno de los valores principales que se des-
El mas influyente de los dos ha sido Juan Perez Jo- cubren en la tendencia etnologica de la novela indi-
lote, que no es una novela, sino el relato de la vida genista es el de la representacion del hombre en una
de un tzotzil realizado por un antropologo. General- cultura lo suficientemente distinta de la nuestra, de
mente se reconoce su exactitud y se lee con el inte· modo que nos podamos percatar de hechos que co-
res intenso que merece una obra excelente de este munmente no conocemos. En sus mejores exponentes,
genero. Realmente, el libro ocupa una posicion inter- esta clase de novela va mucho mas alla de la repre-
media entre la descripcion cientlfica y la novela. Po- sentaci6n de un grupo aislado.
zas limita los detalles y su lenguaje captura la senci-
Por insistente que sea el tema del problema social
llez del tema. Consigue asi involucrar a su lector en la en la novelistica mexicana reciente, dicha clase de
situaci6n; el efecto es semejante al de una buena no-
composici6n literaria ha tendido a hacer algo mas que
vela hist6rica, en la que el autor recrea el sentimien- la simple descripci6n de semejante problema. A veces;
to de un tiempo pasado e introduce a su lector en el. el deseo de trascender lo inmediato deja al autor en un
Si el documento de Pozas tiende a ser novellstico, enredijo cuya hebra no sabe encontrar conveniente-
la novela de Rubin tiende a ser documental y que- mente. Jose Revueltas, uno de los escritores mas com-
dan asi relacionados. De las dos obras, la de Pozas prometidos y mas capaces artisticamente de Mexico,
resulta mas conmovedora, porque su elecci6n de los despues de varios intentos no ha conseguido compo-
detalles atrae al lector, en tanto que Rubin extravia ner la novela que segun muchos es capaz de escribir.
un poco al lector al insistir en demasiados detalles. Revueltas mantiene politicamente una vigorosa posi-
Sin embargo, los intereses de Rubin son mas varia- cion izquierdista; y aunque esta actitud se advierte
dos: ha escrito accrca de otros grupos de indigenas en sus novelas, desea fundarla en la condici6n del
y tambien sobre los mestizos.ll Es una lastima que no hombre mas que en el volumen de su protesta. La
impresi6n que nos deja una novela de Revueltas es
11
El canto de la grilla (1952) trata el tema de los cor as la de que el autor se extravia y no es capaz de cum-
y La bruma lo vuelve azul (1954) nos habla de los huicholes. plir cabalmente lo que se propuso.
El autor califiea de "novela mestiza" a La canoa perdida. No
es realmente una novela indigenista, pero la insistencia del
libro en una interesante reflexi6n sobre la fusion de las dos
autor en el uso casi documental del folklore convierte este culturas.
52 LA NOVELA DEL SER Y EL TIEMPO LA NOVELA DEL SER Y EL TIEMPO 53
La primera novela de Revueltas, Los muros de su religion no es nada, sus acciones no son nada, su
agua (1941), tiene como personajes a presos politicos vida no es nada. Solamente mueren. .
y es notable sobre todo porque el autor se interesa El punto de vista narrativo ~ragmentado. que uti·
en ellos, fundamentalmente, en su simple calidad de liza Revueltas puede ser muy ef1caz y conshtuye ~~o
personas. La segunda novela, El luto humano, fue pu· de los valores principales de esta novela. Es tarnb1en
blicada en 1943 y a muchos criticos les parecio que un defecto, porque Revueltas no domina completarnen·
indicaba el enorme potencial del autor. Tambien hizo te 1a tecnica. Otro gran defecto tiene que ver con el
pensar que un novelista politicamente comprometido can!cter alegorico de las caracterizaciones. Tie~de~
podia escribir una novela sin renunciar ni a sus con· a dar un caracter mitico a las personas y un sigm-
vicciones ni a su arte. Los personajes son campesinos ficado universal; pero, al mismo tiempo, n~s perca·
desposeidos, a quienes amenaza de muerte una inun· tamos de la ansiedad del narrador que obhga a la
dacion. El lapso de la narracion es muy breve, sobre alecroria a expresar un mensaje social concreto. Una
el nivel del tiempo presente. Sin embargo, las miradas cri~ica sernejante podria hacerse a Los dias ~errena·
retrospectivas abarcan un periodo rnucho muy largo. les (1949), a la que lo hizo renunciar el Partido ~~­
Se van haciendo mas frecuentes a medida que las per- munista, y Los motivos de Cain (1957), co~denacwn
sonas se acercan al desastre final, y los dos niveles del de la brutalidad de los soldados norteamencanos en
tiempo se funden cuando termina el relato. La na· !a serrunda Guerra Mundial. En ninguna otra parte
rracion nos revela a un dirigente popular, segun lo es ta~ fuerte el sentimiento del aislamiento humano
vieron diferentes personajes de la novela. Estas pers· como en esta ultima novela, pero la fuerza de la obra
pectivas cambiantes no siempre encajan bien unas con es mitigada porque el autor la obliga a decir lo que
otras, y su irnportancia relativa depende un tanto de le exiae su posicion politica.
la confluencia gradual del pasado y el presente. 0 h .
En las novelas de protesta social, la erramwnta
Todos los personajes de El luto humano, sin excep· mas eficaz del autor es la de su capacidad para cons-
tuar al dirigente a quien vernos a traves de los ojos truir una narracion. Ni la observacion penetrante, ni
de otros, tienen un valor alegorico. Hay una mujer las convicciones finnes pueden ser tan eficaces como
que representa a Ia tierra de Mexico; otros persona- un relato que encierre al lector en el mundo de los
jes sugieren la transicion hacia un futuro mas alen- personajes de ficcion. A este respecto, Rev~eltas ha
tador; otros comb in an la cruel dad con el pasado. El fracasado repetidas veces. Luis Spota, que hene nm·
concepto de carnbio, sin embargo, se relaciona uni· cha menos sensibilidad artistica que Revueltas, ha
carnente con el pasado para cualquiera de ellos. El obtenido un exito asornbroso. Sus caracterizaciones son
nivel del tiempo presente esta cerrado. Las personas a rnenudo superficiales y propende a ser sensaciona-
estan condenadas, aunque han luchado y han hecho lista, pero su capacidad para narrar un relato no ~s
lo que se les pidio que hiciesen. Su tierra no es nada, algo que los demas novelistas se puedan dar el luJO
54 LA NOVELA DEL SER Y EL TIEMPO
de menospreciar. Desde 1948 hasta nuestros dias,
l tA NOVELA DEL SER Y EL TIEMPO 55
me en 1952, cuando se publico Confabu.lario, pienso
Spota ha publicado novelas que nos narran desde que si no hubiese sido por Ejercicios, de Ruben Sa-
dentro el mundo de las corridas de taros, de Ia socie- lazar Mallen los cuentos de Arreola darian Ia impre-
dad elegante, de los trabajadores migratorios y otros si6n de est:r perdidos en un mar de preocupaci6n
temas en los que el autor descubre injusticia e hipo- por problemas inmediatos y memorias pasadas. Con-
cresfa. En gran medida, las novelas son un refinamien- fabulario es una obra de imaginaci6n, aunque no pre-
to y una ampliaci6n de lo que el autor haec en su tendo decir que Arreola ignora el mundo que lo
columna periodistica. Murieron a mitad del rio (1948) rodea. Por el contrario, probablemente se percata con
clio el tono de Ia ficci6n de Spota, que no ha cambia- mayor intensidad de el que Ia mayoria de sus con-
do mucho desde entonces. Realmente, Spota no pre- tempor£meos. Pero el mundo que nace de Ar.reola es
tende ser suficientemente artista como para que se le un mundo que ha sido sometido al encantanuento de
incluya en Ia tradici6n de la novela profunda estable- su muy peculiar manera de mirar las casas.
cida par Yanez en 1947. La aportaci6n de Spota a Los Ejercicios de Salazar Mallen contienen un cuen-
Ia novela nueva estriba en su cosmopolitismo y en su to, "Soledad" , que, segun' su autor, es "al 'umca
" no-
sincera preocupaci6n por el bienestar de Mexico. Su vela que en Mexico se ha escrito desde adentro y haci~
obra ayudaria naturalmente a Ia novela de protesta adentro, con animo de perennidad y no de actuah-
social a salir de su situaci6n de aislamiento. dad" _12 Esta aseveraci6n habria sido una exagera-
Durante los aiios en que una generaci6n de mayor ci6n en 1952 y era una tonteria en 1958. Pero si su-
edad estaba desapareciendo y otra mas joven com-en. ponemos que su autor, al hablar de su propia obr.a
zaba a acreditarse, el cuento cobr6 una importancia en 1958 volvi6 a captar el sentimiento con que escn-
excepcional en la ficcion mexicana. Tres obras en par- bi6 el r~lato en 1952, podemos comprender que sin-
ticular hicieron mas por realzar la conciencia artis- tiese alguna ansiedad acerca del valor perdurable de
tica de Ia novela que tres novelas cualesquiera del la ficci6n mexicana. "Soledad" es una vision s6lida
mismo perioda: Confabulario (1952) , de Juan Jose y penetrante de la vida de un individuo aislado e
Arreola, Elllano en llamas (1953), de Juan Rulfo, y insignificante. Lo que el autor no tom6 en cuenta en
Los dias enmascarados (1954) de Carlos Fuentes. Los 1952, pero deberia haber sabido en 1958, es que la
tres escritores cultivaron despues la novela, aunque actitud que describe habia estado presente durante
Arreola no lo hizo hasta bien entrada 1963, y con muchos afios y se estaba volviendo caracteristica de
una especie de antinovela. Solo a Fuentes podemos la corriente principal de Ia ficci6n mexicana. Las pru~·
llamarlo prolifico. bas aparecen en muchas obras; entre otras, en Vana
Hoy no es facil pensar en estas colecciones de cuentos invenci6n, de Arreola.
fuera del marco de su influencia subsiguiente y de las
obras posteriores de sus autores. Tratando de situar- "' "Letras. Actualidad y perennidad", Manana, 12 de abril,
1958.
r .56 LA NOVELA DEL SER Y EL TIEMPO f LA NOVELA DEL SER Y EL TIEMPO 57
En lo que rcspecta a los cuentos de Arreola, Varia [ algunos de sus trabajos no son relatos, sino fragmentos
invcnci6n y Confabulario son del mismo can1cter, y de inspiraci6n mal desarrollada. No obstante, es indu-
mas tarde constituyeron un solo tomo. Es necesario dablc que ejerci6 un efecto liberador en Ia ficci6n.
decir algo acerca de Ia manera que tiene Arreola de Los cuentos de Juan Rulfo son completamente di-
ver las cosas. Arreola tiene algo de duende y lo ines- ferentes de los de Arreola; y aunque tal vez sea injus-
perado probablemente ocurrira. A pesar de Ia facil to seleccionar entre obras tan diferentes, creo que
expresi6n de Arreola y su asombroso flujo de ideas, Ia de Rulfo posee mas valor como conjunto literario,
sospecho que realmente se trata de un introvertido, porque su calidad es mas uniforme y porque repre-
porque el mundo sale de el llevando un sello altamen- senta un compromiso mas clara del autor con su am-
te personal e inclinandose ligeramente bacia un lado. biente inmediato y con el mundo de todos los hom-
Un proyecto para lograr pasar un camello por el ojo bres. El llano en llamas es una colecci6n de cuentos
de una aguja, para que los ricos puedan ir al cielo, rurales, aunque a veces los valores rurales se mani-
compromete de tal manera a todo el conocimiento de fiestan mediante Ia inyeccion de un contraste "exte-
Ia ciencia moderna y a toda Ia filantrop]a que, si el rior". Todos los relatos tienen en comiin una cierta
experimento fracasa, los ricos se habran vuelto po· resequedad, un sentimiento de polvo en Ia garganta,
bres por sufragarlo y, finalm ente, se habra resuelto de un empecinado vivir a pesar de lo que esta ocu-
su problema ("En verdad os digo"). Los Ferrocarri- rriendo, de resistencia al cambio, de pertenecer a
les Nacionales se convierten en fantasmas, en parte, algo que es hostil o, quiza, carece de sentido y, al
en imperio de papel tambien en parte, en parte en mismo tiempo, es indispensable. A veces una actitud
realidad y en parte en absurdo ("El guardagujas"). o una costumbre se basan en una logica primitiva que
Nadie podria decir seriamente que Arreola no se ocu- no puede operar en una sociedad mas complicada;
pa de Ia realidad; nadie podria decir que no es pro- pero los cuentos de Rulfo no son de ninguna manera
fundamente mexicano. Pero nos habla a todos. costumbristas, ya que el motivo que llevo al autor a
Arreola es una de esas personas afortunadas que escribirlos no fue el de mostrarnos costumbres sin-
no tuvieron que ser aprendices ; o si no, es una de esas gulares, sino el de examinar las acciones humanas.
personas prudentes que no publican hasta no haber Puede hacerse una comparacion valiosa entre Ia obra
practicado lo suficiente. Sea como fuere, Ia excelencia de William Faulkner, cuyo proposito, indudablemente,
de Ia prosa de Arreola despert6 interes y le dio inme-
no es el de mostrarnos las extrafias costumbres de
diatamente un status, cosa que no pudo ser mejor para
Ia region del Mississippi, sino de utilizarlas con otros
Ia ficci6n mexicana. No es justo considerar perfecto
fines. 13 El estilo de Rulfo es totalmente distinto del de
a Arreola: tiene sus momentos de debilidad. A ve-
ces su humorismo lo arroja por Ia borda y otras veces 13 Algunas personas han descubierto otras semejanzas entre
lo deja sin saber que hacer. Y hay que observar que Faulkner y Rullo y otros novelistas hispanoamericanos. Vease,
58 LA N6V'ELA bEL SER Y EL TIEMPO LA NOVELA DEL SER Y EL TIEMPO 59
Faulkner. Su lenguaje es fuerte, sensible, aun burdo. vela. Pedro Paramo es un cacique y la novela es el
Tiene caracteristicas del habla rural; pero no es el ha- relato de su rencor y de las personas tiranizadas por
bla rural, pues sabemos objetivamente que los perso- ese rencor, sin exceptuar a el mismo. El rencor es
najes no hablarian de esa manera. Ni RuHo tampoco. tanto la causa como el resultado de su poder y de su
Lo mas que puedo hacer para describir este estilo es amor obsesivo por una mujer. El es el epitome de
decir que captura y utiliza la esencia del habla rural todo egocentrismo. El tiempo no existe en ninguna
de manera que aceptamos como autentico su lenguaje, acepcwn comun del termino y no tiene nocion de la
pero permitimos que nos desplace de un plano fol- diferencia entre los dos estados a los que llamamos
klorico hasta un plano mitico en el que no observa- vida y muerte.
mos costumbres sino simbolos de costumbres. La narracion comienza con la llegada a Comala de
Los relatos de Los dias enmascarados tienen mas ca- Juan Preciado, uno de los muchos hijos de Pedro
racter de ejercicios que los relatos de Arreola y Rul- Paramo, a quien ha enviado la madre moribunda para
fo. Fuentes es primordialmente novelista y sus rela- reclamar al padre lo que le corresponde. El pueblo
tos son preliminares del acontecimiento principal. Nos esta muerto y tambien dofia Eduviges, quien recibe a
muestran dos caracteristicas muy importantes: el in- Juan Preciado en su casa. 0 quiza esta muerte es la
teres del autor en el papel desempefiado por la cul- vida. Eduviges habla con Juan acerca de su madre,
tura indfgena en el Mexico contemporaneo y su vo- que habla sido amiga suya. "Pobre de ella. Se ha
luntad de ingresar en un mundo de fantasia que, de haber sentido abandonada. Nos hicimos la prome-
en su mejor momento, se trueca en suprarrealidad. sa de morir juntas. . . l De modo que me lleva venta-
Juan Rulfo fue el primero de estos tres autores en ja, no? Pero ten la seguridad de que Ia alcanzare.
publicar una novela. Pedro Paramo (1955) es breve, Solo yo entiendo lo lejos que esta el cielo de noso·
tecnicamente intrigante y tematicamente profunda. tros; pero conozco como acortar las veredas. Todo
Para algunas personas, el acceso a !a novela resulta consiste en morir, Dios mediante, cuando uno quiera
dificil, por lo que es conveniente hacer algunas obser- y no cuando El lo disponga. 0, si tu quieres, forzarlo
vaciones objetivas acerca de lo que es Pedro Paramo. a disponer antes de tiempo." 14
Sin embargo, no hay que olvidar que tales observa- Rulfo emplea diversos puntos de vista narrativos
ciones no pueden describir satisfactoriamente la no- que a veces tienden a fusionarse y a veces estan muy
separados. Uno de ellos es un narrador en tercera
por ejemplo, James E. Irby, La in/luencia de William Faulk- persona, pero ni siquiera el es omnisciente. Los frag-
ner en cuatro narradores hispanoamericanos, Mexico (inedi- mentos narrativos no solo emanan de diferentes voces,
to). Dudo que esta influencia sea muy profunda. Es muy
posible que Faulkner haya demostrado a estos autores Ia sino que tambien ocupan puntos en el tiempo que se
posibilidad de pasar de lo regional a lo universal. La in-
fluen cia de Faulkner fue Ia de un maestro, no Ia de un " Juan Rulfo, Pedro Paramo, F' ed., Fonda de Cultura
modelo. Econ6mica, Mexico, 1963, p. 16.
LA NOVELA DEL SER Y EL TIEMPO 61
60 LA NOVELA DEL SER Y EL TIEMPO
como si hubiera sido trozado por las alas de algun
ordenan conforme a una serie diferente de la crono- pajaro. Y alia arriba, el pajaro de papel caia en
log:la ortodoxa. La historia de la muerte de uno de los maromas arrastrando su cola de hilacho, perdiendose
hijos de P edro Paramo, Miguel, es contada por varias en el verdor de la tierra.
voces distintas en diferentes ocasiones. El conocimien- Tus labios estaban mojados como si los huhiera
besado el rocio .>•
to que el lector tiene de Ia misma es un mosaico cuyas
piezas van cayendo gradualmente en su Iugar. Lo mis-
La obsesi6n amorosa de Pedro Paramo, su rencor y
mo pasa con Ia novela en su conjunto; y los lectores su fuerza son Ia misma cosa. Las campanas doblan
que reconstruyen un orden de causa y efecto, una
en Comala hasta ensordecer a Ia gente, que se entera
sucesion cronologica, muy probablemente pierden la de que repican por Ia muerte de Susana. Llega gente,
experiencia de Ia novela, es decir, el juego narrativo llegan vendedores, llegan musicos, llega un circo tras-
con la angustia de los personajes. humante. El aire de fiesta va creciendo, e inclusive
Puesto que la frontera muerte-vida no opera, nos en-
cuando callan las campanas, la fiesta prosigue. En tor-
frentamos a Ia realidad de un elemento esencial del no a Paramo todo esta calla do. Contempla a Comala:
folklore mexicano: el de las animas en pena, almas
"-lVIe cruzare de brazos y Comala se morira de
de los muertos que a{m deambulan por la tierra. Esta hambre." 16
angustia general nos indica el hecho de que nadie es Los destinos de Comala, Susana y Pedro Paramo
capaz de aferrarse a nada. Algo se esta escapando estan intimamente unidos. Como quiera que se com-
siempre y le queda a uno la repetida sensacion de que prenda el cambio, es este la frustracion natural de la
ha sido abandonado. El estilo de la prosa misma, con existencia, y el cambio en Paramo es asi interior como
una desnudez semejante a la de los cuentos, contri- exterior. Es un fruto maduro que cae. "Se apoy6 en
buye a determinar este sentimiento. Utiliza expresio- los brazos de Damiana Cisneros e hizo intento de
nes rurales, a veces palabras muy gruesas, en decla- caminar. Despues de unos cuantos pasos cay6, supli-
raciones breves, concisas. Hay muy poca diferencia en- cando por dentro; pero sin decir una sola palabra.
tre el estilo narrativo y el estilo del dialogo. La uni- Dio un golpe seco contra la tierra y se fue desmoro-
ca variaci6n importante la trae el amor del protago- nando como si fuese un mont6n de piedras." 17
nista por Susana San Juan. Solo podemos preguntar si esto es la muerte de la
La obsesi6n de Paramo cobra cualidades liricas y vida o la muerte de la muerte.
se encuentra perfectamente situada cada vez que in- En ninguna otra parte de la literatura mexicana ha
terrumpe la seca narraci6n. sido tratado tan bien el tema del caciquismo y de las

15
El aire nos bacia reir; juntaba la mirada de nuestros Ibid, p. 18.
16
ojos, mientras el hila corrfa entre los dedos detnis I bid, p. 147.
17
del viento, basta que se rompfa con un !eve crujido Ibid, p. 156.
r r
62 LA NOVELA DEL SER Y EL TIEMPO LA NOVELA DEL SER Y EL TIEMPO 63
animas en pena como en Pedro Paramo. No cabe la se vuelve mas dificil a medida que nos acercamos al
menor dura de que Rulfo sabe de que esta hablando, momento presente. La critica actual no nos ayuda
que comprende su tema y es capaz de mostrar la mucho porque no es verdaderamente independiente.
realidad del mismo como nunca antes se habia mos· Las amistades o enemistades personales, la presion
trado. Es natural que algunos lectores pongan reparos que ejercen las camarillas literarias y las asociacio-
a la dificultad del acceso a la novela y que algunos nes politicas y profesionales inhiben la critica obje-
prefieran rechazarla en vez de esforzarse por enten· tiva, profesional. Y como el numero de novelas pu-
der lo que dice. Puedo simpatizar con la renuencia a blicadas va aumentando constantemente, resulta difi-
una participacion tan activa, pero a mi entender los cil separar el grano de la paja, y aun mas dificil
resultados merecen el esfuerzo. Mas me preocupa la decir cual es el mejor de los granos. Encuentro en mis
pretension ocasional de que una novela de protesta, notas los nombres de mas de cien novelistas que po-
simple y puramente descriptiva, sea una empresa mas drian tener un Iugar en este capitulo. Las exigencias
patriotica que una novela artisticamente importante. del tiempo, el espacio y el juicio solido imponen una
Tal actitud me parece equivalente a decir que una reducci6n considerable de ese numero y es preciso
observacion vale mas que una raz6n. Ciertamente la seguir trahajando con valentia, sabiendo que se co-
observacion es util, pero creo que no puede "hablar" meteran algunas injusticias.
directamente a la necesidad actual en Mexico. La con· No le es facil a un novelista alcanzar la amplia y
tinuacion del movimiento de la Revolucion en Me- profunda realidad de Pedro Paramo. Otras dos bue-
xico depende, en mi opinion, del desarrollo de una nas novelas de ese mismo afio nos muestran como la
profunda comprension de la realidad mexicana. Rul- vision del novelista rara vez adquiere las dimensio-
fo ha hecho contribuciones notables para la consecu- nes de Ja de Rulfo: El personaje, de Jose Alvarado, y
cion de ese fin. Y a menos que yo malinterprete Brecha en la roca, de Almanza. Alvarado, agudo y
Ia novela contemporanea, esa es la orientacion ge- penetrante observador de la naturaleza humana, ha-
neral de los escritores. Tal y como Ia obra de Rulfo bia publicado ya Memoria de un espejo en 1953. Las
se basa en una circunstancia social que pueda definir- dos obras son novelas cortas que constituyen excelen-
se como un problema, asi los demas autores parten tes aportaciones a la tendencia de mirar mas alla de
del problema y trascienden su realidad visible. Y aun lo aparente. Es una desgracia que Alvarado no haya
cuando, como ocurre en algunos casos, la realidad vi- escrito mas. Almanza, por otra parte, es el severo y
sible no es un problema social caracteristicamente airado enderezador de entuertos, honorable, pero no
mexicano, la realidad humana universal descubierta muy esclarecedor. Si tomamos en cuenta estas y otras
por el autor contribuye tambien al acto de autodescu· novelas de aquel aiio observamos que, cuantitativa-
brimiento mexicano. mente, los novelistas aun miran el interior de Me-
Quiza sobre decir que el tratamiento de la novela xico, pero no la naturaleza fundamental del hombre.
64 LA NOVELA DEL SER Y EL TIEMPO LA NOVELA DEL SER Y EL TIEMPO 65

El afio siguiente muestra una menor preocupaci6n las como las de Yafiez, Rulfo, Fuentes, Castellanos y
nacionalista. Entre los libros publicados en esas fechas otros nos dejan una impresi6n algo mas posi:iva. Es
figuran Esa sangre, de Azuela, Una mujer en soledad, dificil afirmar que sean realmente menos pesimistas.
de Lira, una obra menor de Revueltas, En algun Su afirmaci6n puede referirse unicamente a la impli-
valle de lagrimas y La veleta oxidada, de un recien caci6n de una acci6n posible. Y esa acci6n puede ser
llegado: Emilio Carballido. Aunque goza de fama y anulada por la vida misma de la muerte en donde
bien merecido respeto como dramaturgo, a menudo se hunde sus raices el pesimismo mas abstracto. El obje-
menosprecian los cuentos y las novelas de Carballido. tivo del novelista seria el mismo en ambos casos: des-
La veleta oxidada y El norte (1958) son trabajos cubrir la vida.
cortos, pero son muy buenas novelas. Ambas son con- Cualesquiera que sean sus deficiencias, la novela
cisos examenes de relaciones humanas. Como muchas mas espectacular de 1956 fue Casi el paraiso, de Spo·
novelas contemporaneas, nos muestran la soledad del ta, en virtud de la direcci6n de su denuncia y su
individuo, cuyas relaciones estan anuladas o deforma- sensacionalismo. Aparte del hecho de que las perso-
das por Ia incapacidad de Ia sociedad contemporanea nas que son objeto del ataque son un grupo muy poco
para cobrar verdadero sentido. Las dos novelas son admirable, estas mismas personas representan la ma-
semejantes por muchos conceptos, pero El norte es Ia yor amenaza al progreso del pais, menos por su
mii.s s6lida de las dos. Habla del enredo amoroso car- acumulaci6n de riqueza que por su £alta de compa-
gada de desdicha entre una mujer de edad madura si6n humana. Por supuesto estan tan desorientados
y un jovencito. El egocentrismo de uno o del otro de como los personajes de Carballido o de cualquier otro
los miembros de esta union poco natural cierra la novelista. La novela es importante porque lleg6 a un
posibilidad de realizar cualquier tendencia decente numero muy grande de lectores. Su Iugar en la his-
en Ia mujer o en el chico. La realidad de la situaci6n toria, sin embargo, no sera muy importante, ya que
nos Ia hace ver el movimiento del autor del pasado Carlos Fuentes hizo el mismo trabajo, muchisimo me-
al presente. Escribe una prosa limpia, estricta, que jar, dos afios mas tarde.
invita al lector a completar lo que el autor no dice. La aparici6n, en 1957, de una narraci6n rectili-
Carballido es totalmente pesimista y algunos creen nea de la Revoluci6n, El tercer canto del galla, de
que esta clase de pesimismo, patente en muchas no- Jose Perez Moreno, indica la persistencia de esa clase
velas contempor[meas, es caracteristica del escritor que de novela; pero da Ia impresi6n de estar totalmente
no basa su trabajo en una situaci6n, regional o per- fuera de lugar entre Los motivos de Cain, de Revuel-
sonal, intimamente conocida.IB Es verdad que nove- tas, y Balun Canan, de Rosario Castellanos, ambas
18
del mismo afio, y colocada entre las obras extraordi-
Rosario Castellanos, "La novela mexicana contemponi-
nea", Mexico en la Cultura, num. 597 ( 21 de agosto, 1960), nariamente imaginativas de 1956 y 1958.
pp. 1 ss. En Balun Canan Rosario Castellanos regresa hasta
66 LA NOVELA DEL SER Y EL TIEMPO
LA NOVELA DEL SER Y EL TIEMPO 67
su infancia para descubrir una realidad oculta a los en tanto que a otros les disgustaran. El atractivo in-
ojos de un adulto y relata una disputa entre la fami- ternacional del libro queda indicado por el hecho de
lia Arguelles y un grupo de indios. Su enfoque del que una de sus mejores resefias fue la escrita por An-
problema no es sociol6gico sino personal. La cir- thony West, sobre la traduccion inglesa.20 Esta tra-
cunsiancia que describe es realllente una "situaci6n ducci6n, dicho sea de paso, le hace una grave in-
limite", donde dos culturas se ponen en contacto. Ro- justicia a Fuentes, pues no refleja su facilidad de
sario Castellanos cuenta con la nece~aria informa- lenguaje.
cion etnol6gica, que combinada con su deseo de com· La region mas transparente es Ia historia de Ia vida
prensi6n humana constituye un enfoque muy diferen- en la ciudad de Mexico y de como Ia Revolucion in-
te y eficaz del tema indigenista. En 1962 publico una fluyo en esa vida. Abarca todas las clases sociales y
novela mas madura, Ojicio de tinieblas, que desarro· toda suerte de personas. El personaje central (real·
lla un material semejante con mayor hondura. mente no es un protagonista) es Federico Robles, an-
La riqueza de 1958 es abrumadora, tanto por tiguo revolucionario, convertido en magnate cuyos ne-
lo que respecta al numero de buenas novelas publica- gocios se han vuelto tan complicados que aun el hacer
das como en lo tocante a la amplitud y la profundidad dinero carece de sentido -salvo para hacer mas dine-
de vision de los autores. La novela mas destacada de ro. Robles no puede huir de la vacua telarafia de sus
este afio es La region mas transparente 19 , de Fuentes, obligaciones, salvo deshaciendose de todo el negocio
primera novela de uno de los mejores autores de y volviendo al modo de vida mas primitive que se le
Mexico y probablemente el libro mas discutido escrito ofrece.
en Mexico basta esa fecha. La estructura de la novela, A traves y en torno de este relata, pasan hom-
que nos recuerda mucho a John Dos Passos, escanda- bres de negocios, poetas, filosofos, actrices, criados
lizo a muchos lectores mexicanos conservadores. Ma- prostitutas, obreros, directores de cine, queridas, opor-
yor motivo de irritacion fue todavia el retra~o veraz tunistas, aristocratas, nuevos ricos, individuos ambi-
que Fuentes hace de la sociedad mexicana. Sin em- ciosos de la clase media -la gama entera de la so-
bargo, su aspera franqueza esta suavizada por un ciedad.
profundo amor a Mexico. Este sentimiento, a su vez, Anthony West describe la tecnica narrativa dicien-
crea en ocasiones un tono lirico del gusto de algu- do que le parece "un rapido movimiento cinematico
nos lectores, pero que resulta exagerado para otros. A que salta nerviosamente de un personaje a otro cada
casi todos los lectores, tanto dentro como fuera de vez que una nueva vida se cruza con un hilo de los
Mexico les gustan'in algunos aspectos de esta novela, negocios de Robles. El foco de la atencion se desplaza
19
desde el interior de un personaje, para dar una vision
La referencia, muy conocida en la literatura mexicana,
es a la ciudad de Mexico.
2<l The N ew Y or leer, 4 de marzo, 1961, pp. 123-125.
68 LA NOVELA DEL SER Y EL TIEMPO LA NOVELA DEL SER Y EL TIEMPO 69
externa del punta de interseccion en un pasaje narra- cwn de las ambivalencias (o polivalencias) del autor
tivo brillantemente escrito, basta el interior de Ia en lo que respecta a Mexico; no en el senti do de ser
mente del nuevo personaje". Y hay muchas casas mas una voz para el autor, sino de representar los mati-
en Ia tecnica de Fuentes, ya que Robles no es real- ces de comprension que en su opinion deben expre-
mente un protagonista, y el narrador tiene que incor- sarse: heroe epico, filosofo, chaman, sacerdote, macho,
porar todos los elementos de un panorama. por nombrar solo unos cuantos.
Fuentes logra el efecto panoramico a traves de Ia La novela dice, entre otras cosas, que el poder se
simultaneidad. Relaciona entre si episodios y escenas opone a lo humano. Mucha peores que el propio Ro-
que casi no parecen tener relacion alguna pero los bles son los mediocres y oportunistas que se acercan
asocia reciprocamente con algun detalle que establece a su poder. Por lo menos, hubo un tiempo en que
dicha asociacion. Esta tecnica ha sido utilizada en Robles fue todo un hombre. Sin embargo, la verdad
Mexico por Yanez, Revueltas y Rulfo. Ademas, Fuen- es que el poderoso, el aspirante a poderoso y el hu-
tes utiliza en su collage materiales extraliterarios (par milde estan todos perdidos en la sociedad moderna.
ejemplo, encabezamientos de periodicos) a fin de ob- Aunque pueda discutirse el interes que Fuentes pone
tener el sentido de un periodo o de un ambiente cul- en un grupo o en otro, describe a personas que efecti-
tural determinados. Su estilo contribuye tambien a vamente viven en Mexico. Su vulgar carencia de sen-
crear el efecto de collage. Sus variantes principales tido, su inhumanidad se patentizan brillantemente;
son un dialogo preciso para acomodarse a toda una pero tambien es verdad que personas como estas se
variedad de caracterizaciones, pasajes contemplativos, encuentran presentes en cualquier gran situacion urba-
ensayisticos y algo pomposos, y una prosa poetica H- na. Y si Ia Revolucion clio estas personas a Mexico,
rica y brutaL lo unico que esto significa es que Ia Revolucion hizo
Dos personajes fundamen tales giran alrededor de que Mexico se pareciese a gran parte del resto del
la posicion central de Federico Robles: Manuel Zama- mundo. Para haber hecho alguna otra cosa, Ia Revo-
cona e Ixca Cienfuegos. Zamacona es un filosofo-poeta lucion habria tenido que cambiar a los hombres, no
que piensa y habla abundantemente acerca de lo que a las instituciones.21
significa ser mexicano. Todo lo que dice cobra un Fuentes volvio al tema de la Revolucion y del Me-
sentido especial en vista de su muerte aparentemente xico moderno en La muerte de Artemio Cruz (1962).
absurda y de su relacion con Robles. Cienfuegos es Miguel N. Lira, todavia en 1958, publico otra vision
menos identificable, hombre-mito que entra y sale de retrospectiva de la Revolucion: Mientras llega la muer-
la accion cuando o donde quiera que le place, o que te. Es una buena novela, pero su vision relativamente
le place al narrador. Tal vez se pretenda que es la
21
encarnacion de la esencia mexicana. Vista con otra Una observaci6n a este respecto fue la que hizo Mariano
Azuela acerca del desencanto que sentia por la Revoluci6n.
perspectiva, se le puede interpretar como encarna- Cien aiios de novela mexicana, p. 222.
70 LA NOVELA DEL SER Y EL TIEMPO LA NOVELA DEL SER Y EL TIEMPO 71

limitada mal puede compararse con el efecto de pan- publicada en 1958), Carmen Rosenzweig exami.na el
talla panonimica de Ia obra de Fuentes. La vision afio de la lenta muerte del padre del narrador. En El
limitada, sin embargo, es semejante, al menos en Io soll:tario Atlantico, Jorge Lopez Paez regresa a su in-
que respecta a su foco concentrado. a varias otras no- fancia como lo habia hecho Rosario Castellanos en
velas publicadas en 1958. , Balun Canan para tender una cabeza de puente en la
El norte, de Carballido, es ejemplo de una vigorosa realidad. Josefina Vicens hace de El libro vacio un
tendencia a examinar el dilema humano sin prestar estudio de las reacciones de un hombre cuyo po-
atenci6n particular a Ia escena mexicima, aunque los ~encial nunca se realiza. Su novela, aunque concen-
autores que han optado por este camino includable- tra la atenci6n sobre un individuo, es un ejemplo
mente no estan eludiendo a Mexico. Es simplemente elocuente de como el hombre esta sujeto a las tira-
una cuesti6n de si el problema mexicano o el proble- nias que a si mismo se ha impuesto. Su protagonista
ma humano constituye Ia base de la busqueda del esta aburrido por la repetici6n de los dias. Al vivir
autor. Uno es tan autenticamente mexicano y tan au- en ese estado al que llamamos seguridad, sabe lo que
tenticamente humano como el otro. La novela hace re- cada dia traera consigo, conoce todos y cada uno de
ferencia a una condici6n humana contemporanea que los detalles de su vida. La utilizaci6n que hace la au-
a menu do se llama "soledad" o "aislamiento". Yo tora de detalles abrumadoramente pequefios y vacuos
preferiria concebirlo como un problema de percatarse aplasta al lector con el sentimiento de la inutilidad
de si mismo. Es diflcil para un individuo desentrafiar del vivir. Y, sin embargo, el protagonista no puede
las complicaciones de la sociedad para descubrir lo dcrribar los muros que lo confinan, a pesar de que
que el es realmente, cualcs dehen ser sus relaciones sabe que, por naturaleza, tiene la capacidad para rea-
con los otros y que es lo que puede llegar a hacer. EI lizar el acto heroico. No puede realizarse a si mismo,
camino que conduce a este descubrimiento del yo estii no uuede trocar la muerte en vida.
bloqueado por numerosas tiranias que el hon;bre se s·ergio Galindo es el mejor de los novelistas me-
impone a si mismo. La necesidad de superarlas, indi- xicanos que crean experiencias novelisticas utilizando
vidual y nacionalmente, se puso de manifiesto en la complicacion de las relaciones humanas. Narra con
Al filo del agua y se ha convertido cada vez mas en serenidad y profunda preocupaci6n humana. Su tono
una preocupaci6n de la novela. apagado, en efec~o, contrasta con una intensidad mas
El intento de comprender, el esfuerzo por ver mas profunda hasta el punta de que, a veces, los momen-
claramente ha dado Iugar a diferentes metodos de tos mas emocionales de sus relatos dan en la exagera-
aislar un fragmento de la experiencia humana, para cion. En su caso, sin embargo, el termino de exage-
que su naturaleza pueda observarse con mayor pre- raci6n es relativo, pues lo produce una profundidad
cision. En El norte, Carballido us6 unicamente tres de la emoci6n que a menudo no se comprende hasta
personajes. En 1956 (este es el titulo de la novela que brota a la superficie. En Polvos de arroz ( 1958),
72 LA NOVELA DEL SER Y EL TIEMPO LA NOVELA DEL SER Y EL TIEMPO 73
Galindo muestra varias de las caracteristicas gene- accwn es la busqueda que llevan a cabo funcionarios
ral es de su ficcion. Es muy habil para el detalle y del Departamento de Migraci6n para atrapar a un
utiliza la observacion precisa para caracterizar y pobre diablo que deben deportar. Sin embargo, Ga-
tambien como un medio que agiliza al relato. Lleva lindo cambia el foco del relato de un investigador a
a cabo la interiorizacion mas sutilmente que la ma- otro, para mostrarnos la relaci6n entre la vida per-
yoria de los autores, pues manipula habilmente un sonal de cada uno y su trabajo. "La justicia existe
escalon intermedio entre la narracion en tercera per- nada mas en la mente de las gentes que no han te·
sona y el mon6logo interior en primera persona. La nido nada que ver con ella", dice uno de los persona·
solterona solitaria es su personaje predilecto, y los jes.23 Este comentario, sorprendentemente cinico, se
alcances de su novela estiin sujetos cuidadosamente vuelve cada vez menos extrafio a medida que el
a los limites de una determinada circunstancia. autor nos muestra de que manera accidentes triviales
Esta primera novela nos habla de una mujer que en la vida de los funcionarios pueden afectar el des·
llega a la madurez en el hogar familiar, despues de tino de un hombre al que buscan. Y lo contrario es
haber dedicado su existencia a lo que entendia que era tambien verdadero: las exigencias del trabajo influyen
su deber. Inicia una correspondencia amorosa en la en la vida privada de esos funcionarios. Lo asombro·
secci6n sentimental de una revista con un joven de so no es la concepcion cinica de la justicia, sino la
la ciudad. La vicaria realizaci6n de si misma se le tremenda responsabilidad de cada persona en lo que
convierte en una obsesi6n; y cuando la familia de respecta a la acci6n. Galindo es tan habil en su
su sobrina le ofrece la oportunidad de visitar la ciu- retrato de las relaciones humanas que casi cada ac·
dad, acepta el ofrecimiento con la esperanza de trocar cion parece ejecutarse como compensaci6n de un he-
los suefios en realidad. Como el protagonista de El cho previo.
libra vacio de Vicens, las circunstancias tienden una Ademiis de la publicaci6n de La justicia de enero,
barrera entre ella y Ia persona que podria llegar a en el aiio de 1959 tuvieron Iugar oti·os dos sucesos
ser. Las circunstancias no son exactamente las mis- de importancia particular para la novela. Uno de
mas, pero si el resultado. ellos fue la publicaci6n de otra buena novela indige·
El {mico defecto que podemos encontrar en Polvos nista de la categoria etnol6gica, y el segundo -miis
de arroz es que podria haberse desarrollado mas len- importante- el retorno literario de Agustin Yanez.
ta y plenamente. La segunda novela de Galindo, Los hombres verdaderos, de Carlo Antonio Castro,
La justicia de enero 22 (1959) , muestra una mavor es un estudio etnol6gico semejante a Juan Perez
madurez de organizaci6n y desarrollo. El hilo de. Ia ! olote. Esta ultima ha gozado de mayor popularidad,
22 probablemente por el encanto de su joven personaje,
E! titulo, La justicia de enero, es un dicho que se refiere
a Ia in congruencia de quienes juzgan. Enero es el rnes en "" La justicia de enero, Fonda de Cultura Econ6rnica, Me·
que el tiernpo suele carnbiar bruscarnente. xico, 1959, p. 89.

~ ... -
74 LA NOVELA DEL SER Y EL TIEMPO LA NOVELA DEL SER Y EL TIEMPO 75
pero Los hombres verdaderos expone mas claramente que real. Representa para Gabriel una combinaci6n
el enfrentamiento de dos culturas. El titulo indica la de la figura de la madre, del objeto amado, de la
idea indigena de que ellos son las personas verdaderas redencion y la inspiraci6n. A causa de su dependen-
y los extranos no son autenticos ; el libro nos mues- cia respecto de ella, Gabriel no aprecia facilmente
tra Ia impermeabilidad de la cultura. AI igual que la realidad mundana. Maria, por otra parte, es la
lo hecho en Juan Perez folate, el autor basa su his- representaci6n de esa realidad que Gabriel no pue-
toria mas en la representaci6n que en la imaginaci6n. de aceptar. Ella se encuentra en una posicion de po-
La creaci6n, primera novela de Yafiez despues der y es capaz de ayudar al compositor joven, pero
de Al fila del agua, es la historia de Gabriel en el rei- este se muestra renuente a poner en peligro su inde-
no de la creaci6n artistica despues de Ia Revoluci6n. pendencia. Pero el autor es incapaz de captar la cua-
La opinion general es que la novela es un fracaso : lidad autentica del acto creativo; el problema concreto
pero yo creo que merece algo mas que este juicio su- de Gabriel es menos interesante que el fondo sobre el
marisimo, porque Yanez escribe siempre con un pro- cual se narra la historia.
p6sito serio y bien fundado. Tambien es verdad que En o~ra parte he dicho que despues de la Revolu-
un libro de igual valor hubiera sido elogiado de ha- ci6n Mexico adquiri6 muchas de las caracteristicas
ber sido escrito por un novelista de menor talla. de un pais nuevo. Se observ6 un tremendo impulso
AI tratar de descubrir que echo a perder esta no- para recrearlo todo: el gobierno, la sociedad y, por
vela he descubierto una grave falla en la descrip- supuesto, las artes. Fueron los anos de Diego Rivera,
ci6n de lo que es el proceso creativo. Gabriel es Carlos Chavez y Alfonso Reyes. Fuerou tambien los
musico y compositor. Yanez, que posee ideas intere- anos de influencia del especial mexicanismo de Ra-
santes acerca del proceso de la creacion artistica, tie- mon Lopez Velarde, los afios juveniles de quienes ha-
ne que describir el fen6meno de la composici6n mu- brian de convertirse en el grupo de Los Contempo-
sical sin ayudarse de la musica. Un poeta-protagonis- raneos, y las fechas del "descubrimiento" de Los de
ta habria sido mejor para comunicarnos el proceso abajo.
creativo . La estructura extremadamente cuidadosa de Es posible que Ia penetracion intelectual con que
la novela reforzaria este sentimiento de la creatividad. Yanez ve estos anos sea una de las razones del desa-
Las partes llevan nombres de movimientos sinf6nicos. grado general que se siente par La creaci6n, pues
No corresponden realmente a la marcha de la novela, las disputas que surgieron entonces todavia no se han
sino que sirven para subrayar cambios en el curso olvidado, o resuelto, y las opiniones son muchas y
de la carrera de Gabriel. vigorosas. Mexico se enfrentaba a la necesidad de
La carrera artistica de Gabriel esta vinculada a su comprenderse a si mismo. Y la contradiccion de la
relacion con Victoria y Maria, personajes de Al filo introversion y la extroversion simultaneas hicieron di-
del agua. La relacion con Victoria es mas imaginaria ficil el entendimiento. Si Yafiez hubiera tenido exito

.-..
:"---
76 LA NOVELA DEL SER Y EL TIEMPO LA NOVELA DEL SER Y EL TIEMPO 77

al captar la esencia del proceso creativo, las posihili- el que haya visto una gran ciudad y sentido el mila-
dades de ver mas alla de la realidad evidente huhie- gro de su existencia recuperara ese sentimiento en
sen sido estupendas en su novela. El acto de la crea- Ojerosa y pintada.24
cion habria hecho referencia significativa no simple- Casi simultimeamente a Ojerosa y pintada, Yanez
mente a Gabriel, sino a cada individuo y a la nacion publico La tierra pr6diga, que tuvo una excelente
antropomorfizada. Pero aun si la novela no tiene exi- acogida. En lo que respecta al exito o al fracaso de
to en esa medida, constituye un retrato fascinante de la Yanez en la ficcion, me parece que el resultado es
actividad artistica, en una naci6n que se esta re- cosa de suerte. Es un novelista valeroso, tanto en su
haciendo a si misma. tecnica como en la concepcion de su trabajo. lndaga
Aunque la materia de las novelas de Yanez varia con profundidad, pues su proposito es un descuhri-
muchisimo, todas se ocupan del descubrimiento de la miento, para su lector y para si mismo. En sus me-
realidad que se halla hajo la superficie; Ojerosa y jores momentos, el descubrimiento se nos comunica
pintada ( 1960) es otro caso de novela considerada brillantemente. La tierra pr6diga es una novela de
generalmente mediocre pero que merece una segunda la tierra, de la misma tierra que fue descubierta por
lectura. los espanoles. El relato es una suerte de reejecucion
El titulo esta tornado de La suave Patria, de Ramon de la Conquista. La tierra es una mujer, fertil y
Lopez Velarde, donde las palabras hacen referencia redentora. Quiere ser dominada, subyugada, explo-
a Ia ciudad de Mexico y a la mundanidad de la ciu- tada, seducida o violada. El personaje activo es mas-
dad en comparacion con la pureza almidonada de la culino y el tratamiento de la tierra depende de la
provincia. Yiinez trata de captar el ritmo de la vida interpretacion de ese papel.
de la ciudad y la novela fracasa, probahlemente por- Yanez utiliza una combinacion de narracion ex-
que es demasiado amhiciosa. La accion abarca un terior e interior. Con una, muestra la relaci6n de su-
periodo de veinticuatro horas y estii ligada, con fines perficie que existe entre los diversos hombres que
narrativos, por un chofer de taxi que trahaja durante ejercerian diferentes formas de dominio sobre la tie-
esas horas. La historia comienza con un nacimiento, rra. El paso hacia el interior nos revela la verdadera
termina con una muerte y tiene una suerte de interlu- fuerza impulsora que hay en cada uno. La signifi-
dio en el que un fil6sofo silvestre habla con el taxista cacion de la novela queda realzada por las tecnicas
acerca de la vida que los rodea. Entre el nacimiento casi alegoricas que Yanez sahe usar tan bien. Llegan
y la muerte conocemos a toda una variedad de indivi- las maquinas y la tierra sera explotada, pero esta
duos, condiciones sociales, ambiciones y actitudes. Pre- clase de victoria ohligara a una suerte de autoeva-
sumiblemente todos estos factores deberian combinar-
se en una sola impresi6n, pero no ocurre asi. No .. El estudio mas favorecedor y mas cuidadosamente ana-
litico de esta novela es el que publico Emmanuel Carballo
obstante, Ia novela ha sido escrita con amor y todo en Nivel, 25 de enero, 1963, p. 3.
78 LA NOVELA DEL SER Y EL TIEMPO LA NOVELA DEL SER Y EL TIEMPO 79

luaci6n de parte de cada uno de los hombres que han hibe de nuevo su virtuosismo de novelista. Esta se-
sentido una relaci6n con la conquista. gunda novela es un libro excelente del genero comun-
De hecho, la explotacion de la tierra puede inter- mente llamado "tradicional". Es muy distinta a La
pretarse como la victoria del organismo social sobre region mas transparente, pero muy apreciable, sin
el feroz individualismo. Este tema general es recu- embargo.
rrente en las novelas de Yanez: el individuo tiene que En su mejor novela, El bordo (1960), Sergio Ga-
cooperar con el organismo social o ser dominado por lindo logra llevar a cabo un desarrollo notablemente
el. Todas las estructuras de la narraci6n tienden a pleno e interesante de las relaciones dentro de una
desplazar el relato del in'eres altamente individuali- sola familia, sin dejar de mantener una admirable
zado al interes publico. unidad de acci6n, tiempo y lugar. Al confinarse en
Las novelas publicadas en 1960 muestran un acen- una situaci6n tan apretada, logra que el problema de
tuado interes por el descubrimiento de la realidad las relaciones humanas se destaque con conmovedor
mas interior y profunda: Ojerosa y pintada, La tierra atrevimiento. La novela tiene un marco rural y los
pr6diga, Las buenas conciencias de Fuentes El bordo trabajos de la hacienda son un factor importante de
de Galindo. Algunas otras im~ortantes, c~mo Pesc~ las caracterizaciones. Sin embargo, nada tiene que
Brava, de Almanza, y Cuando el Taguaro agoniza, de ver con el problema econ6mico rural de Mexico; no
Rubin, penetran menos profundamente y su signifi- es una historia de campesinos sin tierras, sino de la
cacion queda, en consecuencia, limitada. El tema de estabilidad de la clase media. La novela concentra la
la Revoluci6n apareci6 de nuevo cuando Spota pu- atencion sobre Joaquina, la tia y fuente principal de
blico o'ra mas de sus numerosas novelas: El tiempo las rentas. El muro que se levanta entre ella y la rea-
de la ira. lizacion de si misma constituye un foco secundario
Quiza la critica mas general de La region mas que aparece despues de que se le presento la opor-
transparente fue que el autor habia tratado de con- tunidad de realizaci6n y la dej6 perder. El narrador
seguir demasiado. Su segunda novela, Las buenas revela su pasado a traves de reminiscencias intimas
conciencias ( 1960), indica que presto a ten cion a la motivadas por la muerte de un amigo. Sus conflictos
critica, ya que es un libro mucho menos ambicioso. de personalidad, en el tiempo presente de la novela,
Fuentes estudia la extraccion provinciana de uno de cobran la forma de tensiones entre ella y otras varias
los personajes mencionados, un poco al azar, en la personas a quienes tiene razones para envidiar: su
primera novela. El ambiente es menos hermetico que cuiiada, que tiene hi j os; una sobrina politica de ori-
el del pueblo de Al fila del agua, pero tiene algunas gen aristocratico; dos sobrinos que mantienen una
de las mismas caracteristicas. El autor examina las profunda relacion fraternal; otra sobrina politica en
costumbres, muchas de elias religiosas o semirreligio- los primeros meses de matrimonio. La tragedia es ine-
sas, que dan la pauta a esa clase de vida. Fuentes ex- vitable desde el principio, aunque su forma no se
80 LA NOVELA DEL SER Y EL TIEMPO LA NOVELA DEL SER Y EL TIEMPO 81
advierte de inmediato. Galindo intensifica gradual- para complacer al mas exigente lector contemporaneo
mente el sentimiento de tragedia inminente y sugiere es Erase un hombre pentafasico (1961), de Emma
su forma probable, sin revelarnos ni el momento ni Godoy. Obtuvo el premio William Faulkner en los
el hecho, hasta que la situaci6n esta perfectamente E5tados Unidos, pero ha despertado relativamente poca
madura. Entretanto, ha introducido al lector en el atenci6n en Mexico. El libro es un ensayo novelado,
circulo de la familia, sobre todo mediante una elec- una suerte de peregrina je intelec'ual. E! libro trata
ci6n casi milagrosa de los detalles, hasta el punto de de un solo -hornbre: su Exist en cia y cinco aspectos
que es inevitable preocuparse por los diversos perso- de su Esencia. La existencia se idcntifica con el Libre
najes. albedrio ; los cinco aspectos de la Esencia son la Re-
Lorenza, la sobrina de clase aris~ocratica, compite ligion la Raz6n, la Mundanidnd, el Sentimiento y el
con Joaquina para ser el personaje que unifica la Sexo. El protagonista no puede tomar ninguna deci-
novela. Los simbolos fisicos de la importancia de su sion porque los cinco aspectos de la Esencia luchan
familia desaparecen, pero su estabilidad personal per- entre si por dominarlo.
severa sobre las tendencias a la desintegraci6n. Su El afio de 1961 produjo otras dos novelas, notables
pasado muestra las relaciones existentes entre el Me-
por una profunda apreciaci6n del cariicter y an1bas
xico de nuestros dias y el de la Revoluci6n, sin ex-
considerablcmen~e mas ll0'7el1sticas que Erase un hom-
ceptuar el periodo de difusi6n de las ideas socialis-
bre pentafasico. Una de ellas es La voz ado!orida,
tas, como lo recuerda un nifio. Sin embargo, El bordo
de Vicente Leiiero, que debe colocarse junto a las
es una novela mas sobre personas que sobre Mexico.
novelas en las cuales el marco nacional carece de
A este respecto, es como El reves de la trama, de
importancia. La otra es Los extraordinarios, de Ana
Graham Greene, o El asistente, de Bernard Malamud.
Mairena (Asuncion Izquierdo Albinana), quien pro-
La novela es tragica, pero tambien afirmativa en lo
que respecta a la posibilidad de autorrealizaci6n hu- dujo su mejor obra en esta novela.
mana. La ciudad de Mexico recibe una corriente constante
El mundo creado por Galindo no es un desierto de provincianos decarraigados que, ernpujados por Ia
desesperado de angustia inevitable y este hecho per- esperanza de una mejor vida material, anaden a sus
turba a algunos lectores que han llegado a creer que demas problemas el de ajustarse a una vida total-
el sentimiento de la futilidad humana es una suerte mente difercnte a la que han conocido. Algunos lo-
de norma en la novela. El desconcierto resultante gran adaptarse con exi~-o, otros se hunden inmedia-
oculta el aspecto iconoclastico de la novela, la cual tamente en el anonimato y otros ma.s, a pesar de sus
examina las relaciones humanas y muestra claramente esfuerzos, caen en el anonimato. El protagonista de
la necesidad de un cambio. Los extraordinarios pertenece al tercer grupo. Inclu-
Una novela en la que hay angustia suficiente como sive un asesinato, que desde el comienzo sabemos que
82 LA NOVELA DEL SER Y EL TIEMPO LA NOVELA DEL SER Y EL TIEMPO 83
cometera, no lograra identificarlo y desaparecera en cana. Tendencias que aparecieron anteriormente, es-
Ia ciudad. pecialmente desde 194.8, se ponen muy claramente de
Mairena utiliza un recurso temporal efectivo para manifies~o hacia estas fechas. La panoramica general
su narracion. Toda Ia accion tiene Iugar mientras el de las novelas menores nos muestra que la protesta
asesino espera a su victima. Las miradas retrospecti· social desde el punto de vista exterior, persiste aun.
vas estim relacionadas con el tiempo real, de modo Sin e:nbargo, las novelas principales calan mucho mas
que el transcurso del tiempo, micntras esta esperando, hondamente. Yafiez y Castellanos publicaron ambos
indica la importancia de cada episodio en Ia vida novelas y Carlos Fuentes publico dos. Habria algo de
del protagonista. El medio indigena y la crianza pro- raz6n en decir que La muerte de Artemio Cruz de
vinciana del chico es lo que ei puede comprender. Fuentes relaciono la ficcion en prosa mexicana con el
P ero carecen de sentido en relacion con el mundo "boom" de la novela en America Latina. Esta activi-
en el que esta perdido. Los intentos repetidos para dad internacional ( casi siempre frene:ica y a veces
descubrirse a si mismo no lo conducen a nada. La injusta) por lo gener al ha resultado beneficiosa, a
profundidad de su dilema afiade una nueva dimen- pesar de sus defectos. Los autores mexicanos han
sion a nues:-ra comprension de la vida, en una ciu- tornado una mayor conciencia de su arte y se sienten
dad que continua creciendo rapidamente. Algunas no- mas seguros de su lugar en una tradicion que traspasa
velas anteriores, especialmente La nueva burguesia los limites nacionales. Por supuesto, el "boom" no es
( 194.1) , de Azuela, reconocieron las manifestaciones la unica causa, pero no ha dejado de aportar lo suyo.
exteriores de esta desorientaci6n. Visto desde fuera, Una de las obras de Fuentes, Aura, es una nove-
el provinciano trasplantado es, a Ia vez, patetico y la corta que le permite al autor disfrutar de su gusto
ridiculo. Dada la dimension afiadida por Mairena, su por la fantasia. Un joven contesta un anuncio que
problema exige una solucion mas radical que la pro- solicita a alguien que sepa frances y se encuentra poco
posicion de Azuela para que se recuperen los valores despues en una casona fantasmal cuya duefia es una
provincianos.
dama elegante de hace muchisimos afios. Esta belleza
La voz adolorida es el monologo de un hombre marchita se nos presenta, asimismo, como una her-
mentalmente enfermo. El lector se entera de sus an- mosa joven de la que se enamora el protagonista.
tecedentes y de sus circunstancias actuales, siguiendo Fuentes no le cuenta a su lector el secreta de la mujer
a su "razon" a traves tanto de su periodo de extravio doble; pero no engafia a nadie, porque toda la at-
como de sus momentos de lucidez. Luego, de pronto, mosfera del relato informa al lector desde el princi-
el lector advierte que ha estado aceptando la irracio- pia de que ha oido hablar de ella o leido acerca de
nalidad como si fuese algo racional en verdad. ella en varias versiones diferentes. Fuentes cuenta la
El afio de 1962, rico tanto en calidad como en historia bien, narrandola en segunda persona de sin-
c_,•tmtidad, nos confirma Ia validez de la novela mexi- gular, tecnica que probablemente aprendi6 de Michel
84 LA NOVELA DEL SER Y EL TIEMPO LA NOVELA DEL SER Y EL TIEMPO 85
Butor, su contemporaneo frances. -Este pun to de vista Ia obra mas reciente, sin embargo, la luz se concentra
narrativo tiene dos efectos notables en Aura. Uno eobre el personaje y ya no sobre las personas que lo
es el de que crea un sentimiento de actualidad, de rodean. Nos encontramos con ei en su lecho de muerte
contemporaneidad, como en Butor. El otro parece des- y, a traves del cambio de puntos de vista narrati-
conectar en cierto sentido al narrador de si mismo, y yos que utilizan a las tres personas, experimentamos
esta dualidad se relaciona con la dualidad de la mu- una de las caracterizaeiones mas completas que se
jer, no de un modo directo y l6gico, sino en la con- hayan dado en la literatura. En esta novela, la voz
ciencia que tiene el lector de ese hecho . Esto aumenta narrativa que dice "yo" produce un efecto semejante
el efecto fantc'is:ico de la novela. al obtenido con el "tii" de Aura. Es decir, subraya la
Salvador Reyes Nevares ha observado que la at- contemporaneidad, lo que esta efectuandose en el mo-
mosfera de Aura -la persistencia de un pasado gas- mento en que ocurre. La voz que dice "tii" es una
tado: mohosas cason as viej as, muebles antiguos y per- suerte de Artemio desencarnado que reflexiona sobre
sonas de edad muy avanzada que son semifantasmas- su propia situaci6n. Esta voz se proyecta hacia el pa-
es una preocupacicn recurrente en las ohras de Fuentes. mdo, desde donde puede mirar hacia adelante, hacia
Reyes Nevares considera que esta atmosfera es una el futuro que realmente ocurre antes del tiempo pre-
representaci6n del elemento reaccionario de la socie- sente de la novela. La voz en tercera persona cumple
dad, elemento repulsivo porque insiste en sobrevi·dr una fuJEion hist6rica y nos cuenta el relato de Ar-
cuando se encuentra realmente muerto. La idea es in- temio Cruz en un serie de episodios que retornan al
teresante, y tal vez tenga raz6n. La critica social que pasado mediant'j referencias a fechas concretas. Fuen-
Reyes Nevares descubre en Aura le presta a la novela tes relaciona eEios episodios entre si rrtuy cuidadosa-
un lugar razonable en la trayectoria de la obra de mente y gradualmente nos revela toda la vida de
Fuentes.25 No cabe duda de que Fuentes reproduce Artemio Cruz.
la rnisma atmosfera muchas veces. He pen5ado -qui- En la acepci6n mas general, es cualquier hombre
za con demasiada inoeencia- que no es rm'is que cuyo instinto de autopreservaci6n queda asimilado al
una obsesi6n neorromantica. motivo de lucro. Sin embargo, esta caracterizaci6n ge-
La muerte de Artemio Cruz es una novela muy neral tiene lugar en una eircunstaneia que es especi-
distinta, de grandes dimensiones, construida sabre cir- ficamente mexicana; y Artemio Cruz se conviertc ine-
cunstancias que todos conocemos, muy bien desarro- vitablemente en una representaci6n de la realidad me-
llada y resuelia. El protagonista es muy semejante al xicana. No es que Fuentes haya ereado un simbolo
Federico Robles de La region mas transparente. En gigantesco, pues Cruz es un personaje autentico, de
carne y hueso; pero s1 parece que la vida de Cruz
'" Salvador Reyes Nevares, "Una obra maestra", La Cultura puede comprenderse como una manera de observar las
en Mexico, num. 127, suplemento de Siernpre! (22 de julio,
1964)' p. 19. actitudes de la naci6n y ver por que son lo que son.
86 LA NOVELA DEL SER Y EL TIEMPO LA NOVELA DEL SER Y EL TIEMPO 87
A traves de el, Mexico parece haberse engaiiado a caracterizacion es habil. Sin embargo, el factor mas
s! mismo al aceptar valores que impiden Ia realizacion novedoso de Ia novela es Ia caracterizacion de los in-
de su potencial humano. Sobresale entre estos valores dios como individuos, siempre dentro del marco de
falsos Ia acumulacion de riqueza y de poder. su propia cultura.
A lo largo de toda La muerte de Artemio Cruz hay Los pobres del campo son objeto de un tratamiento
una corriente de protesta contra Ia influencia de los nuevo y diferente en Las tierras flacas (1962), de
Estados Unidos en Mexico. Seria mas adecuado decir Agustin Yanez. Esta novela es una suerte de contra-
que se protesta contra la colaboracion de Mexico. Esta punta a La tierra pr6diga. La palabra "flacas" signi-
queja es bastante comun en Mexico. En la novela de fica que la tierra produce dificilmente. El sentimien-
Fuentes, la cualidad distintiva es la relacion de la prac· to de la novela, en su conjunto, es contrastante. Las
tica con el estado espiritual de Artemio Cruz. Dicho tierras flacas es mas seca, aspera, estricta, que La
de otra manera, es un tratamiento nuevo de un tema tierra pr6diga. Los hombres estan vinculados a Ia tie-
viejo. Una renovacion semejante tiene Iugar en Oji- rra, pero' es Ia suya una relacion empecinada. La re-
cio de tinieblas, de Rosario Castellanos (1952), no- gion esta dominada por un cacique, don Epifanio,
vela que trata del eterno problema indigena, pero de que se considera patriarca y en gendra hijos por don-
una manera nueva. La autora combina informacion dequiera. A su manera patriarcal, se hace cargo de
antropologica y habilidad artistica de un modo (mico ellos y tiene sus favoritos. La unica mujer que desea
en el tratamiento de este tema. y no puede obtener muere, pero deja un legado ex-
Esta novela tiene como marco el estado de Chiapas, traordinario: una maquina de coser que se convierte
en donde la cultura indigena y Ia cuLura blanca en- en una suerte de santo mecanico. Para Epifanio sim-
tran en contacto, pero no se funden. La estructura boliza a la mujer que dese6; para los demas, consti-
de Ia narracion consta de tres partes o etapas: una tuye una suerte de liberacion de Ia tirania de don
introduccion a Ia cultura indigena, una introduccion Epifanio.
a Ia cultura blanca y el conflicto entre las dos. Seme- Tambien esta novela tiene como tema central Ia
janzas y diferencias estan sutilmente entretejidas en tierra y la llegada del progreso. La relacion de las
la narracion, y no se presentan como curiosidades pin- personas con la zona se expresa a traves de centenares
torescas. Se alcanza el climax en Ia Semana Santa; y de proverbios que Yanez utiliza como recurso de in-
muy atinadamente, pues Ia experiencia trascendente teriorizaci6n. Se ha discutido Ia eficacia de esta tecni-
de Ia religion es probablemente el marco mas reve- ca. Sin duda, los proverbios iluminan el sentir general
lador para contemplar las dos culturas. Castellanos de la zona. Yanez los utiliza muy sagazmente para
utiliza las tecnicas de que se valen novelistas recien- indicar lo que hay dentro de un personaje y cual es
tes, pero no es una innovadora tecnica. Su utilizacion Ia relacion de este con Ia region. Pero los proverbios
del tiempo para acentuar el sabor legendario de una poseen Ia cualidad de Ia rareza y cuando se utilizan
83 LA NOVELA DEL SER Y EL TIEMPO LA NOVELA DEL SER Y EL TIEMPO 89
f!emasiados con fines de caracterizaci6n propenden a dario. La maquina de coser es tambien una leyenda y
perder su efecto inicial y terminan pareciendo pre- queda entretejida al folklore de la zona. A un nivel
ciosistas. Si el lector no reaceiona de esta manera individual, don Epifanio puede o no ganar, pero al ni·
desfavorable, el proverbio le ayuda a pasar de una vel social se asimila al simbolo de la tecnologia. Yanez,
generacion a otra, lo cual ocurre a veces en el reino sin embargo, amplia su perspectiva narrativa, como
intemporal de lo interior. lo hace en otras novel as; y cuando Miguel Arcangel
Gran parte de la realidad subliminal de Las tierras trae la nueva tecnologia a la zona, lo hace en muy
flacas es sugerida mediante nombres biblicos y los gran escala y el resultado es incierto.
sucesos ligados a las personas y lugares que los lie- Tomas Mojarro nos habla de otra intrusion tecno·
van. El aspecto religioso de la cultura regional es se- logica en Bramadero ( 1963) . El marco de esta novela
mejante a la empecinada relaci6n con la tierra. El es un viejo pueblo minero de Zacatecas, que vive en
extrafio papel que desempena la nu1quina de coser no estado comatose desde que termino la bonanza mi·
tiene como objeto indicar la religion de la gente, sino nera y completamente anquilosado. Una carretera
hacer un comentario sobre su manera de lograr una pone fin al aislamiento del pueblo y amenaza todas
identidad. Las pn'icticas que representan creencias tra· sus costumbres e instituciones. Muchas de las situacio-
dicionales se han sumado al cristianismo, pero y aiiez nes son comunes a los pueblos aislados de Mexico y
no nos esta retratando a un pueblo supersticiosamente del resto de Ia America espanola.
primitive. Miguel Arcangel, uno de los numerosos La historia un tanto diferente de un pueblo se desa·
hijos de don Epifanio, se rebela contra su padre y rrolla en La feria, de Juan Jose Arreola. Como Mo·
trae el progreso a la region. La reacci6n que pro- jarro, Arreola es un cuentista que se ha puesto a
voca es confusa, como debia serlo en un lugar donde escribir novelas, pero el producto es totalmente di·
la reciente Revolucion era algo de lo que habia oido ferente. La feria nos habla del pueblo natal del autor.
hablar la gente, sin comprenderlo en realidad. Es un "collage" de sus maneras de apreciar la rea·
El progreso tecnico es una causa persistente de lidad del pueblo. Aunque no quiero decir que este
desgarramientos en Mexico. En algunos aspectos y en libra depende de las demas obras de Arreola, no
cicrtos campos, es una naci6n muy moderna. Sin em- c2be la menor duda de que los lectores acostumbra-
bargo, la marcha del progreso -para bien o para dos a su imaginaci6n leeran La feria con mayor pla·
mal- en las zonas mas aisladas trae consigo una cer. Es una narraci6n fragmentada, cortada en pie-
crisis particular. Yanez nos habla de la crisis en dos zas que tienen desde dos lineas de tamano hasta
p]anos, en Las tierras flacas. La maquma de coser es varias paginas. Contiene historia, leyendas, costum·
Ia forma basica del cambia tecnol6gico. Se convierte bres, tipos interesantes, relates que no parecen estar
en una suerte de antagonista de don Epifanio, cuya relacionados; dicho de otro modo, constituye una
caracterizaci6n patriarcal le da cier~o valor legen- suerte de corte transversal de las memorias del autor.
90 LA NOVELA DEL SER Y EL TIEMPO LA NOVELA DEL SER Y EL TIEMPO 91
El lenguaje es engaiiosamente sencillo. Subraya la ca- lisis; y la tecnica narrativa que esperamos que nos
lidad de pequeiio pueblo que tiene el libro; para al- lleve mas alla fracasa y simplemente parece torpe.
canzar este efecto Arreola ha controlado su estilo ri- Entre las novelas de 1963, seria dificil escoger entre
gidamente. La feria y Los recuerdos del porvenir, de Elena Ga-
Cuando lei La feria por primera vez, su fragmen- rro. Es tambien una novela acerca de un pueblo y
tacion me desconcerto. Ahora, ocho aiios mas tarde combina algunos de los aspectos de Jog libros de Mo-
el proceso de la fragmentacion narrativa se ha vuelto jarro y Arreola. Es Ia biografia de un pueblo y trata
tan comun que casi no vale Ia pena mencionarlo. de un periodo de violenta intrusion en la vida coti-
Sin embargo, hay un factor en la fragmentaci6n de diana del Iugar. La violencia de la novela traza una
Arreola que tiene sum a importancia: alcanza una estrechisima linea divisoria entre la vida y la muerte.
tmidad que es esencialmente diferente de Ia unidad Al aceptar la realidad de la imaginacion, Garro nos
que habria alcanzado a traves de una narraci6n or- comunica una apreciaci6n trascendente de la circuns-
todoxa. Las asociaciones que crean esta unidad no tancia. Para hacerlo, se vale de diversos recursos que
son las dictadas por los procedimientos "logicos", sino podriamos calificar de "realismo miigico". En reali-
las impuestas por el sentido estetico de Arreola. dad, son unicamente casos de inventiva novelistica,
En Ia tradicion del estudio intimo, pene~rante, como recurso que utiliza sin vacilaci6n Elena Garro.
las novelas de Galindo y de Carballido, Luisa Jose- El pueblo de Ixtepec se mira a si mismo. El unico
fina Hernandez publico Lus palacios desiertos, estudio aspecto realmente turbador de la novela es el de la
de una relaci6n amorosa entre dos personas inadap- semipersonificacion del poblado, que determina que
tadas. Las trata Cllidadosamente y en aislamiento casi hable en primera persona. El pueblo es una entidad,
completo, como hizo Carballido en El norte. A Luisa pero el hecho de que hable me ha parecido siempre
Josefina Hernandez, cuya capacidad como autora dra- £also. En todo caso, el pueblo, "sentado sobre esta
matica goza de reconocimiento general, se le dificul- piedra aparente", inmutable, estatico, se contempla
ta la forma novelada. Los palacios desiertos es su ter- a si mismo y sabe que solo vive en su memoria. El
cera novela, y Ia que mas exito ha tenido, pero relata nos habla de Ia vida en el pueblo durante el
todavia tiene graves defectos y no consigue lo que periodo de terror de las rebeliones cristeras. Si no
la autora al parecer se propuso. Nos cuenta Ia historia fuese ninguna otra cosa seria la mejor novela escrita
desde diferentes puntas de vista, procedimiento que acerca de ese periodo. El general que ocupa la pobla-
deberia informar al lector mas plenamente de lo ci6n, atrapado entre un amor no correspondido y un
que lo hace en una historia como esta. Pero no es asi. amor que no comparte, es destruido. Pero el conflicto
Nos damos cuenta de la sensibilidad de la autora, manifiesto se establece entre el general y el pueblo em-
porque un estudio detallado nos la muestra. Sin em- bozado en su conservadurismo, en su provincianismo
bargo, no Vemos mas alia de Ja superficie de Sll ana- hermetico. Las actitudes de los hahitantes son no-
92 LA NOVELA DEL SER Y EL TIEl'viPO LA NOVELA DEL SER Y EL TIEMPO 93
tables. Su prejuicio racial anti-indigena es franco y que los temas. Esto tiene enorme importancia, pues
deprimente. Las fron:eras de clase estan claramente indica que Ia manera en que un autor se expresa es
dibujadas. La ineficacia £rente a la explotaci6n es una parte cada vez mas importante de lo que dice. Este
casi una costumbre. Su reacci6n ante la ocupaci6n del fcn6meno indica con claridad que la ficci6n mexica·
pueblo es menos cosa de ideologia que de odio al fo- na no es ingenua, pues sabe muy bien lo que hace.
rastero. Un problema se vuelve importante unicamen- El hincapie en el factor estetico, sin embargo, no sig-
te cuando se cierra la iglesia. Luego sc libra la bata- nifica necesariamente que una novela diga menos
lla, a causa de los intereses de aqucllos para quienes acerca de Mexico. Por el contrario, la apreciaci6n
la iglesia es importantisima y las inclinaciones de de la tecnica puede ser la clave esencial para com-
unos cuantos que se rebelan contra el pueblo estan· p·ender lo que el autor dice acerca del pais. Buen
cado. Pero aun es~a rebeli6n no sirve sino para des- ejemplo de esto es Obsesivos dias circulares (1969),
truir a individuos y el pueblo ve unicamente el es- de Gustavo Sainz. Es una novela que comunica, por
pejo. su estructura y su lengnaje desintegrado, un profundo
La "piedra aparente" se explica al final de la no- sentimiento de asco e impaciencia.
vela, cuando descubrimos que es magicamente un La {mica novela del afio 1964 que hasta cierto pun-
"recuerdo del porvenir". La cuesti6n planteada por to respeta la pauta "tradicional" es La pequeiia edad
esta novela, a mi entender, no es que ocurrira en de Luis Spota. Es la primera de una serie en que
un pueblo mexicano, sino si la condici6n humana el autor se ha propuesto seguir el curso de una vida
puede considerarse mas como vida que como muerte. en Mexico a lo largo de medio siglo que comienza al-
Si la vida es la realidad de la realizaci6n de si mismo. rededor de 1913. Aparte de esta novela, Figura de
entonces nada es real en Ixtepec, ni hay nada qu~ paja (1964.), de Juan Garcia Ponce, es la menos in-
prometa realidad en el futuro. La vida es mas muer- noYadora. La novt>la tiene como nucleo una relaci6n
te que vida y no hace sino repetirse a si misma por amorosa; constituye un estudio psicologico y esta na-
toda Ia eternidad. rrada en un lenguaje casi clinicamente directo. El
Inclusive el examen mas superficial de las novelas relata empieza en una crisis presente; luego se desa-
de 1964 indica que la Hamada novela tradicional ( es rrolla en una prolongada retroacci6n que finalmente
decir, la sucesi6n de introducci6n, desarrollo de la concluye en el momenta inicial. El marco exterior
trama, crisis y resoluci6n) ha desaparecido casi com- tiene poca o ninguna importancia. Posiblemente la
pletamente. La estructura predominante usa segmen- busca psicol6gica de Garcia Ponce revela algunas ca-
tos narrativos que rompen el orden cronol6gico or- racteristicas que se puedan considerar mexicanas, pero
todoxo, comunmente para alcanzar un efecto de simul- esa posibilidad es muy discutible.
taneidad o aprovechar multiples voces narrativas. Fre- Tres novelas importantes de 1964 hacen uso efec-
cuentemente, las tecnicas requieren mas explicaci6n ti \' O de la narraci6n fragmentada, por razones dife-
94 LA NOVELA DEL SER Y EL TIEMPO LA NOVELA DEL SER Y EL TIEMPO 95

rentes y con efectos distintos : La comparsa, de Sergio siguiente se han puesto las mascaras. Pero l cual es·
Galindo, Los albaiiiles, de Vicente Lefiero y En tela tado es el real? En verdad, l cual es la mascara?
de juicio, de Sergio Fernandez. La novela de Ga· El concepto de inautenticidad ingresa en Ia novela
Iindo es un retrato de Jalapa, capital del estado de de dos maneras distintas. Una es una conversaci6n
Veracruz y ciudad universitaria. Es un Iugar especi- telef6nica que revela una diferencia generacional. Otra
fico descrito con minuciosidad. En El bordo, Galindo es una explicaci6n de que el Carnaval se celebra en
nos habl6 de una familia concreta, pero con prolon· Jalapa durante la cuaresma a fin de evitar un con·
gadas implicaciones. En este caso, Ia familia cumpli6 flicto de in~ereses comerciales con la ciudad de Ve-
el papel de factor limite de los alcances de la acci6n. racruz. El periodo de dos dias es ocasi6n de auto·
En La comparsa, desea incluir a muchas personas, analisis para muchas personas. Las posibilidades de
por lo que el tiempo se convierte en factor limite. sacar conclusiones de indole moral son ilimitadas, pero
La acci6n de Ia novela se desenvuelve a lo largo de Ia novela no lo hace. Sin embargo, es practicamente
dos dias del Carnaval de Jalapa. imposible leer el libro sin pensar en las reflexiones
En mas de un centenar de escenas breves, Galindo de Octavia Paz sobre la fiesta mexicana.
escribe el material narrativo que compone su mosaico. Los albaiiiles utiliza segmentos ordenados de rna·
Las personas introducidas pertenecen a tres espectros ncra que un solo incidente pueda verse desde varios
o gamas : uno generacional, otro que comprende las puntos de vista. El incidente es el asesinato de don
clases sociales y un tercero que comprende los pobla- Jesus, velador de una casa de apartamentos en cons-
d?res de toda Ia vida de la ciudad; a personas que trucci6n. A esta escena fisica le dan ambiente los pro-
v1ven cerca de Ia ciudad y a extrafios (a este res- pios albaiiiles, que forman un grupo muy cerrado, cu-
pecro nos comunica diversos grados del sentimiento yas costumbres y lenguaje evidentemente intrigan a
de pertenecer a Ia ciudad). Las escenas no son bos- Lenero. El asesinato es un hecho conocido desde la
quejos hechos al azar, sino que estan relacionadas entre primer a escena; el misterio es qui en lo cometio.
si. Algunas son simultaneas; pero el relata se mueve a La mayor parte de los antecedentes de don Jesus se
traves de dos dias y el narrador hace que el lector nos revelan a traves de los cuentos que narra a Isi-
perciba el paso del tiempo. Puesto que el relato se dro, aprendiz de albafiil. El viejo cree que lo per·
desplaza tan rapidamente de una escena a otra, es siguen malos espiritus; hay momentos en que estos se
una suerte que Galindo sienta especial afici6n por el vuelven casi tan vividos, muy brevemente, como las
paso de la caracterizaci6n exterior a la interior. De animas en pena de Rulfo. Es decir, se transforman en
otra manera, Ia novela seria muy superficial. una parte real del relato del hombre. Este efecto, sin
La base tematica de La comparsa depende de la es- embargo, sirve principalmente para realzar la atmos-
tructura de Ia novela para el logro de su comunica- fera de misterio. Varias personas tienen razones para
ci6n. Hoy las personas estan desenmascaradas; al dia haber asesinado a don Jesus. La novela presenta estas
96 LA NOVELA DEL SER Y EL TIEMPO LA NOVELA DEL SER Y EL TIEMPO 97
razones a traves de las investigaciones policiacas. El El peligro de la ficcion expositiva se pone de mani-
detective en('argado no se conforma con verdades a fiesto en Los errores (1964) , de Jose Revueltas, que
medias. P or desgracia, la verdad no se encuentra. Este es su mejor novela desde El luto humano. Una de las
hccho frustrador es parte de lo que dice la novela. El lineas del relato tiene que ver con las acciones buro-
rcs~o es la humanizaci6n del hecho en un ambiente craticas del Partido Comunista en Mexico. Es com-
particular, corriente en la ciudad de lVIexico. plicada, ampulosa y -aunque resulte interesante ha-
En tela de juicio es la segunda novela de Sergio berla leido- soporifera. La segunda linea del relata
Fern~.ndez, quien publico Los signos perdidos en 1958. tiene que ver con la cara mas sombria de la vida
Se la puede llamar novela, pero solo en la accpci6n mexicana y, concretamente, con un robo. Este acon-
reciente del termino. La situaci6n es una cena que tecimiento es el punto en que coinciden las dos lineas del
manta la circunstancia para la caracterizaci6n psico- relata, completamente al azar. Resulta ir6nico que
l6gica de cacla huesped. La fragmentaci6n narrativa estos dos mundos hayan de encontrarse solo en vir-
cumple esta finalidad. La dificultad que ofrece la des- tud de una cadena de circunstancias fortuitas. El
cripci6n de este libro tiene que ver con la cuesti6n darse cuenta de eso le proporciona al lector una ex-
de saber cuando el recurw de un cuento que sin·e de periencia interesante, pero mal puede decirse que
trama cede su Ingar a un elemento unificador dife- compense las largas secciones, como de tratado, de
rente y mas sutil. La anecdota fundamental de En la novela.
tela de juicio es ligeramente mas complicada. Sin Virtualmente inadvertida paso, en 1964, la primera
embargo, las indagaciones psicol6gico-filos6ficas ins- novela que, vista en retrospectiva, anunci6 el intri-
piradas en la anecdota no desarroll an o resuelven el gante y divertido fen6meno literario conocido como
incidente fundamental. Los segmentos narrativos _ por juvenilismo. Se trata, por supuesto, de La tumba,
supucsto, cumplen un papel muy semejante al que de Jose Agustin, presumiblemente Hamada asi porque
cumplieron en la novela anterior. Est& de moda, en uno de sus personajes dice: "Si el aburrimiento ma-
alaunos
b circulos, decir a1 ue Sergio Fernandez escribe tase, en el mundo solo habria tumbas."26 Esta pre-
nove!as en las que nada ocurre. No hay tal, realmente. suntuosa observaci6n, de uno de los j6venes amigos
Sus relatos irradian desde un pun :o centraL La trayec- del narrador, encierra mucho de verdad como descrip-
toria de cada radio, sin embar go, es mas psiquica que ci6n de la generaci6n de los padres vista con los
material; por consiguiente, la novela transcurre en ojos de los j6venes. La tumba no tiene ningun respeto
un plano diferente del de su base. Un comentario ge· por el orden establecido, ni en sus conceptos ni en
neral es absolutamente verdadero, a saber: que las su estilo. Su narrador es un escritor joven, lleno de
novelas de Fernandez no son para el publico en ge· aspiraciones, con automovil y dinero, ademas de una
neral. No son emocionantes, sino contemplativas, alta-
mente in telectuales. " La tumba. Editorial Novaro, Mexico, 1966, p. 34.
98 LA NOVELA DEL SER Y EL TIEMPO LA NOVELA DEL SER Y EL TIEMPO 99
cierta facilidad para decir agudezas. Es tragicomico, doramente sincera y veraz en su retrato del papel que
atractivo, devastador, pero carece de odio. No se nos desempefian los jovenes en la cultura mexicana.
muestra mas tolerante de las chifladuras de su propia Las novelas de la juventud, por su autorrevelacion
generacion que de las suyas en particular. Hasta se y su vision esceptica de la sociedad, nos hacen pensar
rie de si mismo. en una busqueda de la autentica condicion humana.
Jose Agustin refino muchas de sus tecnicas narra· Esta busqueda probablemente es el desarrollo, en una
tivas en De perfil (1966). Entre tanto, otra novela determinada direccion, de la angst existencialista. Sin
semejante hizo su aparicion: Gazapo (1965), de Gus· embargo, este es solo un posible desarrollo. Otro es el
tavo Sainz. Su humor no es tan jovial como el de de la definicion de la realidad a traves de algun me-
Jose Agustin, pero sus personajes son igualmente shn- clio filos6fico que dependa de la invencion novelistica.
paticos y no menos divertidos, al modo amable. Gran Tal afirmaci6n puede constituir un contexto media-
parte del placer que nos produce leer Gazapo estriba namente adecuado para Ia presentacion de Farabeuf
en el conocimiento de la realidad. El humor del libro ( 1965) , de Salvador Elizondo. Los comentarios acer-
nos es familiar, aun cuando sus detalles concretos tal ca de la novela facilmente resultan contraproducentes,
vez no correspondan exactamente a la experiencia de pues toda interpretacion de esta obra oculta mas de
un determinado lector. Hay que afiadir a esto un fac- lo que revela. Como la poesia, es pura experiencia
tor antiheroico producido por el fracaso de unos pla- creativa. No dice nada mas.
nes cuidadosamente trazados por jovenes que, ademas, A riesgo de sugerir una comparaci6n que preferi-
dudaban de llevarlos a cabo. ria no hacer, tal vez resulte Util decir que Jorge Luis
En cierto modo, Gazapo es un ritual de iniciacion. Borges, en alguno de sus cuentos, emplea un proce-
El protagonista, Menelao, abandona el hogar de sus dimiento creativo semejante al de Elizondo. En "Las
padres. El otro aF<pecto del ritual es la eterna cam- ruinas circulares", por ejemplo, utiliza una proposi-
pafia que hace para seducir a su novia. Ambos son cion filos6fica enunciada por Berkeley y compone una
nifios que se estan convirtiendo en adultos. Su histo- ficcion sobre la base de la proposicion. Elizondo con-
ria esta rodeada por las actividades de los amigos centra todo el tiempo en un instante. Las sugerencias
de Menelao y por otros dos enredos amorosos, uno de de masoquismo, orgasmo, sadismo o lo que sea no
los cuales tal vez solo existe en la imaginacion del deberian ocultarnos el desarrollo central. Mediante el
chico. uso de motivos repetidos (palabras y circunstancias),
Sainz utiliza muchos puntos de vista narrativos sin el autor telescopia el tiempo y las identidades perso-
exceptuar la informacion transmitida a traves de la nales, La novela podria analizarse en detalle como se
grabadora de cinta y el telefono. Es una novela tier- analizaria un poema, pero no existe un termino medio
na en su tratamiento de personajes concretos, pro- entre lo que seria ese prolongado estudio y los esca·
funda en su comprension de los jovenes y conmove- sos comentarios que aqui se pueden hacer. La expe-
100 LA NOVELA DEL SER Y EL TIEMPO LA NOVELA DEL SER Y EL TIEMPO 101
riencia del libro es escurridiza; el lector percibe un pesa cuidadosamente todos los componentes de Ia no-
conocimiento al que no puede aferrarse. Es repulsivo vela.27
y atractivo al mismo tiempo. Ese momento escurridizo La anecdota fundamental de lose Trigo tiene que
en el que todo se reline sugiere Ia posibilidad del prin- ver con una huelga de obreros ferroviarios, el intento
cipia del ser; y este pun to pristino, en el que puede fallido de sobornar a un dirigente y su asesinato pos-
tener Iugar Ia creacion, es atractivo tambien para el terior. Sin embargo, este material narrlhivo es parte
novelista contemporfmeo que se siente fascinado por Ia de un cuadro muchisimo mas amplio que comprende
vision de si mismo en el acto de Ia creacion. Y res- una vision de la vida en Nonoalco-Tlatelolco, que en
pecto de lo que nos comunica de Mexico, o de lo que un tiempo estuvo en las afueras de Ia ciudad de Me-
hay del pais en esta novela, probablemente el hecho xico, pero ahora ha quedado completamente dentro
fundamental es que pudo crearse en Mexico. Nin- de ella. Este marco general permite al desarrollo de
un tema que incide sobre Ia anecdota central, pero
guna cultura puede producir esta clase de literatura
no coincide con ella. Este tema es el de Ia experien-
sin sentir gran confianza en si misma.
cia del mexicano provinciano que llega a la capital
Hay que mencionar, asi sea brevemente, otra nove-
e ingresa en una comunidad de trabajadores. Este
lade 1965: Estudio Q, de Vicente Lefiero. Toea el tema
tema se encuentra presente en otras novelas mexica-
de Ia industria de la television y sugiere el problema de
nas, sin exceptuar a Nueva burguesia y Los extraordi-
que es Ia ficcion y que es Ia realidad. Es otro caso del
narios, pero es en lose Trigo donde llega a adquirir
problema universal en Ia circunstancia mexicana. Por
mas significacion de arquetipo.
supuesto, es una no vela mucho mas tipica que Fa-
Se narra en primera persona, pero el narrador no
rabeuf.
participa en la novela. El libro comienza con este
lose Trigo (1966), de Fernando del Paso, una de
"Yo", no identificado, que anda en busca de Jose
las novelas mas cuidadosamente compuestas de Ia ul- Trigo. Cuando se le hace patente que el Yo-Narrador
tima decada, utiliza casi toda tecnica narrativa cono- esta separado del mundo de Ia novela, el lector real-
cida para comunicar un importante problema mexi· mente se identifica mucho con Ia posicion narrativa.
cano. La versatilidad estilistica del autor nos re- Toda Ia accion de la novela tiene Iugar antes de Ia
cuerda al Carlos Fuentes de La region mas transpa- escena inicial, de modo que todo lo que sabemos acer-
rente. Como Ia estructura es tan llamativa como el ca de Jose Trigo es lo que ya ha ocurrido. Y como
estilo, los aspectos tecnicos de Ia novela son algo nunca dice nada (es decir, en Ia no vela), todo lo que
presuntuosos. La critica no le ha sido unanimemente sabemos es lo que otros nos dicen acerca de el. Por
favorable, tal vez porque algunos criticos piensan que
los aspectos tecnicos del libro aplastan al contenido. Z7 "! ose Trigo: el terror a la historia", en Nueva novela
latinoame~icana,1, compilaci6n de Jorge Lafforgue. P aid6s,
Existe un analisis excelente en el que Nora Docttori Buenos A1res, 1969, pp. 262·299.
102 LA NOVELA DEL SER Y EL TIEMPO LA NOVELA DEL SER Y EL TIEMPO 103

consiguiente, adquiere un status especial en la expe- contar: ( 1) el dialogo tan fie!, que divierte por su
riencia del lector. Esta separado de Ia realidad comiin autenticidad; (2) el narrador aglutina palabras y
y corriente de una manera que nos recuerda a Ixca convierte en adjetivo lo que comiinmente seria una
Cienfuegos en La region mds transparente. La dife- cliiusula; ( 3) menciona a las personas poniendoles
rencia es que nunca conocemos realmente a Jose Trigo, nombres que reflejan sus actitudes, como "hacedor de
nunca nos encontramos en su presencia real. La con- pliiticas" ; ( 4) comenta entre parentesis lo que ha
ciencia que vamos teniendo de el aumenta gradual- escrito, para sugerir que alguna otra palabra seria
mente en una novela cuya estructura lleva implicito mas conveniente, 0 que algo de lo dicho deberia mo-
un retorno por inversion al pun to de partida: los ca- dificarse de alguna manera, y nos causa el efecto de
pitulos estiin numerados ·del uno al nueve, y despues un aparte dramatico; (5) su protagonista se halla
viene un interludio seguido de capitulos numerados comprometido en lo que esta ocurriendo, pero al mis-
del nueve al uno. mo tiempo conserva una determinada objetividad
Esta novela de Fernando del Paso y De perfil ((.integridad?) que le permite vcr por dehajo de Ia
(1966), de Jose Agustin, constituyen una pareja fasci- superficie y observar Ia absurda verdad.
nante. Una es tan autenticamente mexicana como Ia En lo que respecta a esto ultimo, el humor se vuel-
otra, pero versan sobre mundos muy separados entre sf. ve serio. Esta novela y Gazapo, asi como varias otras
De perfil, al igual que Gazapo, de Sainz, trata de menores, versan sobre el desafecto de los jovenes, sin
un joven que estii aprendiendo apenas a conducirse ideologia politica. La causa del desafecto, de Ia falta
con el sexo opuesto e intenta encontrar una solucion de respeto por las costumbres sociales, es mas hu-
a todos los problemas caracteristicos de esa etapa del mana que institucional. De perfil nos revela el mundo
crecimiento. Su familia tiene buena posicion econo- extremadamente complicado de un chico en plena ado-
mica, pero no es excesivamente rica. El personaje per- lescencia; sus fracasos, triunfos, miedos, preguntas,
cibe Ia friccion que existe entre sus padres; es sen- una multitud de ·· relaciones que esta tratando de
sible a Ia presencia constante de su hermano men or; comprender. El personaje observa la realidad super-
no tolera la simulacion y se critica a si mismo. Es ficial, el absurdo subyacente y desea participar en la
un Holden Caulfield mexicano, el protagonista de vida sin perder su integridad, es decir, sin transfor-
Catcher in the Rye, de J. D. Salinger. marse en algo que no es.
La historia de De perfil es narrada por el prota- Otras tres novelas de 1966 tienen caracteristicas que
gonista en un tono que hace pensar en un diario las hacen indicadoras interesantes del camino que
verbal. Es un libro muy divertido, cosa rara en Ia esta recorriendo la ficcion mexicana. Tomas Mojarro,
ficcion mexicana, sobre todo porque es conmovedo- que utilizo un ambiente muy concreto en Bramadero,
ramente franco y preciso. El autor produce humor de generaliza cuidadosamente Ia identidad del lugar en
varias y diferentes maneras, entre las que hay que Mala Fortuna. Emilio Carballido, en Las visitaciones
104 LA NOVEL.A DEL SER Y EL TIEMPO LA NOVELA DEL SER Y EL TIEMPO 105
del diablo, hace casi una parodia de la forma nove- blo, lose Trigo y Farabeuf. A fin de evitar cualquier
listica. Anuncia, en el subtitulo, un melodrama ro- confusion posible, quiero aclarar que no pretendo que
mantico. Envuelto en ese tono se desarrolla un mis- otras novelas no sean creativas. Lo que quiero estable-
terio, en una novela que nos recuerda a las hermanas cer es que las novelas mencionadas aqui tematica o
Bronte. El autor trabaja con toda la seguridad de un estructuralmente tienen que ver con el acto de la
hiibil artesano; y aun cuando sabe hacer bromas acer- invenci6n de ficci6n. En Cambio de piel, Fuentes in-
ca de su propio arte, logra lo que sabe hacer mejor: venta a un narrador -un tal Freddy Lambert- y
el estudio de las relaciones humanas en un ambiente este inventa el resto de la novela. El truco es que
cerrado. Freddy, el narrador inventado, es participante en la
La tercera novela es Zona sagra.da, de Carlos Fuen- novela durante algun tiempo y un no-participante en
tes, a la que generalmente se tiene por una de sus el resto del tiempo. 0 para decirlo de otra manera,
obras menores. La proposici6n creadora es el mito Freddy nos cuenta aquello en que particip6 e inven-
clasico en una situaci6n totalmente contemporimea. El ta el resto. Sea como fuere, el atareado lector de
relata gira en torno a una actriz famosa y su hijo; Fuentes no sabe quien es este narrador inventado
el mito es Ulises. El media social, en gran parte, es el hasta el final del libro, aunque hay algunas indi-
del jet set internacional. No ocurre nada de importan- caciones anteriores.
cia y sin duda algunos autores piensan que Fuentes Establece la circunstancia de la novela la parada
ostenta su propio cosmopolitismo. Por otra parte, no que hacen cuatro personas, mas bien desagradables,
hay raz6n para pensar que esta novela constituya, en Cholula, mientras van de viaje para pasar las va·
de ninguna manera, una aprobaci6n de esas personas caciones de Semana Santa en Veracruz. Uno de los
y de sus actitudes. Cualesquiera que sean los pros miembros de este cuarteto es un ex-nazi. Casi al mis-
y los contras de Zona sagrada, ha quedado comple- mo tiempo llega un autom6vil con j6venes modernos
tamente opacada por una de las novelas principa- y con ellos llega a Cholula el informante que seiiala
les de Fuentes: Cambia de piel. Este libra ha tenido al ex-nazi y lo marca para ser asesinado. Presumible-
que librar algunas batallas con los criticos; tal vez mente el que lo seiiala es Freddy Lambert. Pero el
convenga decir desde un principia que es muy presun- lector de Fuentes no lo descubrira tan facilmente.
tuosa, pero tambien que es la obra de un ·narrador De todos modos, Freddy sabe alga acerca de los cuatro
magistral. personajes e inventa el resto.
En Cambio de piel se hace patente una profunda Sabre esta base, la novela desarrolla dos compo-
conciencia del acto creativo de componer ficci6n. Evi- nentes. Uno de ellos es el uso del cuarteto de vacacio-
dentemente, esta conciencia se esta convirtiendo en nistas para criticar, retrotrayendo la acci6n, practi-
un factor primordial en la novela mexicana. Es im- camente todos y cada uno de los aspectos de la
portante en diversas novelas: Las visitaciones del dia- cultura occidental. El sentimiento que nos queda es
106 LA NOVELA DEL SER Y EL TIEMPO LA NOVELA DEL SER Y EL TIEMPO 107
que esta es falsa, estupida y brutal. El segundo com- realidad aparente. Sabemos que la accion en la cual
ponente es el juicio y la ejecucion del nazi por los participa Freddy es inventada por el narrador-Fuen-
compafieros semi-hippies de Freddy, llenos de espiritu tes, y la aceptamos como ficcion. Lo demas de la
revolucionario y totalmente seguros de lo que debe- misma, por consiguiente, parece ser "mas real", sabre
rian ser las casas. Seria mejor hablar del sacrificio todo porque parece disfrutar de la confirmacion de
del nazi. El suceso se relaciona con la muerte ri- la historia. Pero despues descubrimos que esta apa-
tual prehisp{mica. No es un accidente, dicho sea de rente realidad fue inventada por el narrador-Freddy,
paso, que la accion tenga lugar durante la Semana quien, por supuesto, es invencion del narrador-Fuen-
Santa . Una vez que captamos la nocion de sacrifi- tes.
cio, los dos componentes se juntan, pues advertimos Algo semejante ocurre en Morirris lejos (1967), de
la sugerencia de que los humanos equivocados pueden Jose Emilio Pacheco. La base narrativa es un hombre
encontrar la oportunidad de redimirse unicamente en que mira desde la ventana de una casa y ve a otro
el sacrificio sangriento. Esta observacion, sin embar- sentado en la banca de un parque. El autor, luego,
go, es casi una interpretacion, peligrosa manera de nos proporciona varios desarrollos posibles de esta
tratar a Cambia de piel. Tenemos que reconocer, des- situacion fundamental y varias soluciones posibles.
pues de todo, que gran parte de lo dicho es lo que Hay un desafio a la invenci6n del lector, y en efec-
supone Freddy Lambert. La novela utiliza muchas to, existe un lector ficticio dentro de la novela. En
tecnicas para crear actitudes y reacciones emocionales: los que podemos considerar como segmentos imagina-
referencia a toda clase de ruinas, peliculas, canciones, dos de la novela, estan intercalados fragmentos his-
historia. El collage de la narracion admite a la histo- toricos que presumiblemente hacen referencia a la
ria. Pero tiende a concentrar el tiempo en una sola persecuci6n de los judios._Es una Diaspora constante.
realidad extratemporal y a fusionar en una sola masa El narrador inicial cambia de punto de vista, inclu-
todas las acciones. sive cede la Yoz narrativa en algunos fragmentos, de
No cabe duda de que Cambio de piel esta escrita manera que el estilo y el tono varian espectacular-
con mucha sagacidad. Su gran falla es que nos pro- mente . La referenda a los segmentos presumiblemente
mete una iluminacion, una vision mas clara del dile- hist6ricos son confusas o contradictorias y nos hacen
ma humano. La iluminacion no se produce, por des- dudar de lo que normalmente tenemos por seguro. El
gracia. Resulta ser solo palabras. De hecho, el aspec- resultado es que se confirma la confiabilidad en la
to mas valioso, mas prometedor de la novela es la realidad imaginada.
conciencia de la ficci6n; es decir, la sugerencia de La novela es mucho mas complicada de lo que po·
que la imaginacion produce realidad. El hilo es muy drian indicarnos estos comentarios. Por ejemplo, hay
delgado, pero vale la pena tomarlo. Uno de los efectos una fusion de perseguidor y perseguido, un concep-
del recurso la-invencion-del-inventor es que socava la to de tiempo telescopiado y la confianza en el estilo
108 LA NOVELA DEL SER Y EL TIEMPO LA NOVELA DEL SER Y EL TIEMPO 109
mismo para la comunicacion de algunos episodios. El cuantos escritores mexicanos en miembros de una
efecto mas impresionante, sin embargo, es la equi- hermandad internacional de novelistas y criticos que
valencia de la realidad imaginada con la realidad his- meditan sobre el futuro de la novela como forma artis-
torica. La falla principal del Iibro es que no expe- tica. En general, este internacionalismo es bueno para
rimentamos realmente esta equivalencia; Ia colegimos. Ia novela, para el arte y para la humanidad. Sin em-
Nuestro sentimiento del descubrimiento, asi, tiene que bargo, tiende a crear un grupo de iniciados consti-
ver con el descubrimiento de como esta hecha Mori- tuido por los escritores que mas viajan y, probable-
ras lejos, y no con el de una verdad vital. mente, mas teorizan acerca de la literatura. Este grupo
Otro ejemplo de novela vuelta sobre si misma para de "iniciados" esta influido por sucesivas "oleadas" de
reflexionar sobre su propio papel creativo es El gara- ideas, de tecnicas y de enfoques criticos. Como otras
bato (1967), de Vicente Lefiero. Es una novela, den- oleadas culturales de nuestro tiempo, tienden a avan-
tro de una novela, que esta dentro de una novela. zar con rapidez cada vez mayor; y el grupo de ini-
Para aclarar en pocas palabras, dire que Lefiero re- ciados lucha freneticamente por no salir de la cresta
cibe el manuscrito de un autor que el ha inventado, de la ola. Los miembros tienden a volverse exclusivis-
Pablo Mejia H. El protagonista de esta novela es Fer- tas y los que no han sido iniciados propenden a
nando J. Moreno, novelista frustrado. Un escritor joven, volverse envidiosos o despreciativos. Solo los escrito-
Fabian Mendizabal, le pide a Moreno que lea el ma- res tranquilos, seguros de si mismos, permanecen neu-
nuscrito de la novela que ha escrito. Lo que se desa- trales; el grupo de iniciados, por supuesto, cambia;
rrolla es "la lectura" de dos novelas dentro de la pero es siempre un factor cultural, identificable siem-
pre por su condici6n de estar "in". Su papel fue
trama narrativa fundamental. Una nos habla de un
lo suficientemente importante como para haber dado
problema matrimonial; la otra es una no vela de de-
origen al mote de Mafia, a principos de la decada
tectives. Una tiene un final feliz; Ia otra queda in-
de 1960. En 1967 era lo suficientemente importante
conclusa. t, El final de una prohlbe el final de Ia otra?
como para producir dos novelas sobre el "juego"
De nuevo, Ia imaginacion del lector se convierte en
literario: La mafia, de Luis Guillermo Piazza, y Los
parte funcional de la obra. Hay tambien una con-
juegos, de Rene Aviles Fabila.
fusion entre imaginaci6n y realidad.
Ambos libros son obra de narradores muy compe-
Estas tres novelas importantes de 1967 tienden a tentes, pero lo que tienen de verdaderamente impor-
apartarse, en diversos grados, del publico lector. Esta tante es que dan testimonio de la conciencia de si
caracteristica no es necesariamente mala, pero debe alcanzada por la literatura mexicana. Este estado
tratarse con cuidado. Indudablemente, su introversion cultural, de hecho, es el aspecto de Mexico mas im-
artistica ha sido la causa de algunas criticas adversas. portante revelado en su novela en este momento par-
AI mismo tiempo, estos libros han convertido a uno~ ticular. Se propende a pasar por alto a novelas menos
llO LA NOVELA DEL SER Y EL TIEMPO LA NOVELA DEL SER Y EL TIEMPO lll
conscientes de si a causa de esta preocupacion por cuente a medida que nos acercamos a las fechas re-
el significado de Ia creacion artistica. Independiente- cientes. En segundo Iugar, Ia novela de pantalla mas
mente de Ia perspectiva en que se situe este problema, pequefia, mas intima, ha estado siempre presente como
tiene que relacionarse con Ia definicion de Ia identi- factor equilibrador. Esta tendencia ha puesto mas in-
dad; de Ia identidad del yo y de Ia identidad de Ia teres en los problemas de Ia relaci6n humana que
realidad. La funcion creativa del hombre, por su- en los de la realidad mexicana, pero en la persecu-
puesto, afecta a ambas; y esta misma funcion crea- ci6n de ese fin primordial tambien ha comunicado mu-
tiva tiene que identificarse con el cambio. Un desa- cho acerca de la realidad nacional. Son ejemplos de
rrollo posible de esta ultima consideraci6n es un fac- esto, entre muchos otros libros, La comparsa, El norte
tor exterior : el cambio es el factor din ami co del y En tela de juicio. Esta tendencia se encuentra aun
mundo en que vivimos. El problema, sin embargo, no muy viva; sin embargo, se prolong an otras tenden-
es necesariamente como crear el cambio, sino mas cias, interesantes por razones mas espec:ificas. Una de
bien como reaccionar creativamente al cambio que se estas es ' la tercera tendencia general importante: la
produce inevitablemente. novelizacion de un concepto. Esta patente en Fara-
Hacia 1968, estamos dentro de Ia 6rbita de Ia no- beuj, Morinis lejos y aun en En tela de juicio. A
vela mexicana reciente. V arias caracteristicas han esta categoria pertenece tambien Los peces (1968), de
quedado establecidas y no se han puesto de manifies- Sergio Fernandez. La novelizaci6n de un concepto esta
to nuevas modalidades importantes entre esa fecha y muy estrechamente relacionada con una cuarta ten-
los ultimos dias de 1971. Sin embargo, tenemos algu- dencia: Ia contemplaci6n de Ia creatividad en Ia no-
nos ejemplos de las tendencias ya sefialadas y pueden vela misma, caiacteristica ya observada en Cambia
hacerse algunas generalizaciones sobre el camino ele- de piel, Moriuis lejos y otras. La quinta tendencia es
gido por la ficci6n mexicana. el realismo de un "dilo-como-es" en De perfil, Ga-
Si tomamos en consideracion el ultimo cuarto de zapo y muchas otras novelas mas recientes, en su ma-
siglo y, mas concretamente, Ia ultima decada, vemos yoria de escritores j6venes. A primera vista, esta clase
destacarse cinco tendencias tematicas importantes. No puede parecer opuesta a las otras; pero probablemen-
todas son mutuamente excluyentes. Es decir, mas de te es parte de la misma busqueda de Ia realidad.
una tendencia podria aparecer en una misma novela. Es posible tambien mencionar varias cuestiones tec-
Sin embargo, cada una posee su propia importancia. nicas que servirian para identificar un periodo. El
En primer Iugar, tenemos el estudio en pantalla pa- hecho de que haya cinco tendencias no significa que
noramica de la realidad mexicana, como en La muer- constituyan un paralelo de las cinco modalidades te-
te de Artemio Cruz o en Jose Trigo. Esta tendencia, ca- maticas. Por el contrario, cualquiera de las tendencias
racterfstica de parte de las mejores obras de ficci6n tecnicas, o todas, pueden encontrarse en cualquiera
que Mexico ha producido tiende a volverse menos fre- de las categorias tematicas. La mas importante es Ia
112 LA NOVELA DEL SER Y EL TIEMPO LA NOVELA DEL SER Y EL TIEMPO 113'

narraci6n fragmentada, que encontramos en muchas sia. AI quinto fen6meno podriamos calificarlo de efec~
novelas y que probablemente constituye el cambio mas to de Pirandello. Me refiero a autores que hablan con
importante en Ia ficci6n. Se ha convertido en un pro- sus personajes, lectores de ficci6n dentro de I~ nove-
cedimiento comercial. En segundo Iugar, el uso de Ia la, o a cualquier otro recurso que hace . pos1ble ~I
variaci6n del lenguaje, de la invencion del lenguaje trabajo literario comentar su propia creacwn. Es di-
inclusive, para crear un ambiente particular o para ficil medir la importancia de esta tendencia, asi como
hacer que el lenguaje lleve el mensaje, no por inter- es dificil apreciar plena y seguramente la contempla-
media de Ia idea, sino directamente de Ia invenci6n ci6n que el artista hace de la crea ~ividad.
lingiiistica a la imaginaci6n del lector. Al fila del Uno de los acontecimientos mas interesantes de 1968
agua lo hace considerablemente; luego lo vemos en fue el de la promoci6n del "juvenilismo", resultado
Cambia de piel, lose Trigo, De perfil, Obsesivos dias del concurso para novelistas j6venes que organiz6 la
circulares ( 1969)' para hacer men cion tan solo de Editorial Di6genes. Produjo tres novelas valiosas: En
unas cuantas. Es una tendencia que va en aumento. La caso de duda, de Orlando Ortiz, Pasta verde, de Par-
m~nides Garcia Saldana, y Los hijos del polvo, de
tercera observacion es la del efecto de la fragmenta-
ci6n mas alia de los llmites indicados de Ia narrativa Manuel Farill. En caso de duda trata de muchachos
fragmentada. A veces no es posible establecer si un li- afm en edad escolar que han desertado de Ia socie-
bro es una serie de cuentos o relatos o una novela muy dad. La novela estii exageradamente fragmentada, a
fragmentada. Hay ocasiones en que surge de esa no ser que tenga como intencion comunicar el efe?-
to de una alucinaci6n. En tal caso, el autor fracaso,
fragmentaci6n una nueva unidad -una unidad dife-
pues solamente produce un efecto frustrante. Sin em-
rente de Ia que Ia 16gica haria esperar-, como
bargo, la novela en general logra establecer bastante
puede apreciarse en dos obras tan diferentes entre si
bien la comunicaci6n. El uso que el autor hace del
como Moriras lejos e lnventando que sudio (1968).
lenguaje nos da cosas valiosas por dos conceptos: uno,
Este fenomeno parece volverse mas frecuente. Tam- Ia reproducci6n, divertida y precisa, del modo de
bien el cuarto fen6meno, que es Ia composici6n de hablar de los j6venes descontentos; el <itro, el juego
novelas cortas que pueden sustituir a poemas. Este con un lenguaje que produce un sentimiento de irra-
fen6meno es mas reciente, pero aumenta al parecer. cionalidad. Un modo vigoroso de a' acar al orden esta-
Son ejemplos de ello Moriras lejos, La muchacha en el blecido consiste en el uso de dichos comunes o de
balc6n (1970) y Luz que se duerme (1969). Por su- versos trocados en parodias obscenas o irrespetuosas.
puesto, muchas caracteristicas de la novela contem- Pasta verde es un lihro un poco diferente. Casi un
poranea sugieren un creciente parentesco con la poe- mon6logo, los pasajes en diiilogo parecen t on suma
sia; sin embargo, la longitud, los alcances y los proce- frecuencia subordinados al narrador en primera per-
dimientos de estas ficciones breves se encuentran mas sona. Este protagonista-narrador pertenece a la cultura
cerca afm de lo que comiinmente entendemos por poe-
LA NOVELA DEL SER Y EL TIEMPO 115
114 LA NOVELA DEL SER Y EL TIEMPO
de las drogas y la musica electronica; la amplisima blemente la novelizaci6n de un concepto. El concepto
utilizaci6n del ingles indica su fuente. El tono de la mismo es tan fascinador, tan incitante como un so-
narraci6n es en parte confesional y en parte acusador. neto barroco. El novelista inventa a un lector que
Naturalmente tiene su aspecto humoristico; pero, como esta leyendo una novela acerca de \a composici6n de
todas las novelas de esta clase, fundamentalmente es una novela por el novelista que inventa al lector. La
seria. obra es otro caso de la contemplaci6n de un artista
Los hijos del polvo se aparta mas a(m del mundo creador y tambien un caso de la relaci6n entre el
de Gazapo y de De perfil pero conserva la sinceridad autor y su personaje.
esencial, la franqueza de esta clase de novelas. Farill El sentimiento de mirarse a si mismo, de estar
utiliza dos protagonistas y va alternando, capitulo en cierto modo fragmentado y al propio tiempo uni-
tras capitulo, el punto de vista narrativo. Con ello, £icado, es la experiencia de Cumpleaiios ( 1969), no·
puede contrastar a la burguesia intelectual con la bur· vela corta de Carlos Fuentes. Una reaccion inmediata
guesia de Country Club; este contraste se convierte en nos indica que su base es la noci6n del eterno retor·
el fundamento de una decision sobre el camino a no. Sin embargo, resulta ser algo diferente. El flujo
elegir, cosa que nada tiene de sorprendente. El pro- del tiempo es importante y prosigue en la experiencia
pio Jose Agustin renunci6 sus temas favoritos en In· de la novela. El espacio, sin embargo, es unificado,
ventando que sueiio -al menos en algunos de los re- es decir, todos los lugares son uno y el mismo. Por
latos- y nos muestra la versatilidad de sus tecnicas consiguiente, el efecto es el contraste entre la integri·
narrativas. En su mayor parte son las mismas que dad y Ia separaci6n.
antes; aqui son completamente eficaces en situacio· Novelas como Cumpleaiios y El hipogeo secreta no
nes diferentes, una de las cuales es una fiesta de bo- son interesantes en el sentido de interesar al lector en
das de la clase media inferior. La originalidad de los personajes de las historias. El interes depende
lnventando que sueiio es el sentimiento de unidad del descuhrimiento de como se desarrolla la idea. Las
producido por Ia lectura de estos cuentos tan diferen- obras son mas meditativas que imaginativas. Al pa-
tes entre si. Aunque son distintos el uno del otro, de recer, el proceso consiste en aceptar alguna propo-
alguna manera componen una unidad y se apoyan sicion como comentario sobre los problemas de la
mutuamente. La fuente de esta unidad es, probable- identidad y la finalidad de la existencia, tipicos del
mente, una actitud comun respecto de la humanidad y siglo xx, y luego transformarla en ficcion, de modo
sus instituciones. Las instituciones tienen un valor que se pueda ohservar en tenuinos de practica humana.
discutible; sin embargo, aunque hacen cosas ridicu· Sin embargo, si los personajes de la novcla son gene-
las, las personas son dignas de am or. ralizaciones de tipos humanos, solo cumplen las fun-
El hipogeo secreta (1968), de Salvador Elizondo, ciones de ilustrar esa proposicion; se traza asi un
es tan metafisico como Farabeuf y constituye induda- contraste con los personajes fuera del control de sus
116 LA NOVELA DEL SER Y EL TIEMPO
creadores y se hacen descubrimientos dentro de la
l LA NOVELA DEL SER Y EL TIEMPO 117

las estructuras respectivas nos revele tal vez el pro·


experiencia de la novela. Si la primera situaci6n ca- ceso creativo. Tal analisis no es ni casual ni breve.
racteriza a la novela (si los personajes sirven (mica- En Obsesivos dias circulares (1969) , Gustavo Sainz
mente de ilustraciones de una proposici6n), el len- inventa un narrador que lee el Uli.ses de Joyce a todo
guaje mismo se convierte en el iinico elemento crea· lo largo de Ia historia que esta contando. La narra-
tivo de la obra. ci6n es un viaje y sus partes se nombran con los le-
Podria decirse que tales libros son mas poesia que treros que aparecen en las cabinas de pasajeros de un
ficci6n. Pero esto realmente no sirve de mucho. Evi- avi6n comercial: por ejemplo, "ajusten sus cinturo·
dentemente, durante gran parte del siglo xx la ficci6n nes" . Al mismo tiempo es un relata que caricaturiza
ha ido suplantando gradualmente a la poesia y este las superficialidades de la sociedad del siglo XX (a
hecho se ha manifestado especialmente en las dos ul- la que podemos Hamar "elite de con~u~i~ores") Y
timas decadas. Seria mas exacto decir que los dos las injusticias que crean estas superflc1ahdades. El
generos confluyen. Es dificil explicar en otros termi· autor utiliza varias tecnicas sugeridas probablemente
nos algunas recientes narraciones breves. Una novela por la novela de Joyce, pero que no constituyen una
como Luz que se duerme (1969), de Raul Navarrete, imitaci6n de la misma. La sucesi6n temporal de la
no puede describirse o definirse en terminos normal- novela no es objetiva, aunque hay una posible dife-
mente utilizados en relaci6n con este genera. Este li- renciaci6n entre el pasado y el presente. Gran parte
bro especial consta de unas doscientas paginas en tipo del efecto de la narraci6n depende del habil uso del
mas bien grande. Hay un dialogo, pero no se evi- lenguaje. Sus encabezamientos de. peri6dico ~on deli-
dencia porque esta contenido en el curso de la narra· ciosamente ridiculos; sus referenc1as a los artlstas Y a
cion. Los personajes no tienen nombre y se les men- las obras de los espectiiculos para las masas (cine
ciona solamente como "el hombre", "la mujer'', o y television) establecen una comunicaci6n descriptiv~ Y
cualquier otro termino propio del caso. No podemos muy "in"; sus palabras inventadas son a la vez s1g·
suponer que los terminos hagan referencia siempre a nificativas y graciosas.
las mismas personas. Hay un incidente medular que El humor de Obesivos dias circulares, sin embargo,
sugiere un acto de violencia contra alguien. No se queda opacado por la seriedad de la intenci6n de la
desarrolla ninguna trama. Tal vez pueda decirse que novela: su sarcasmo, su inconformidad con la manera
emana de Ia narraci6n una sugerencia o un estado ge- como la sociedad protege valores falsos. Aun en ~as
neral de animo. Sin embargo, toda aseveraci6n acer· partes mas activas de la no vela . el lecto.r, de Samz
ca de que el libro "trata" de algo seria · quiza una quiza se sentirii atrapado. La desmtegrac10n del len·
mala interpretacion de la obra de Navarrete. En cam- guaje al final de Ia novela no es simplemente un re-
bio, se le puede analizar como se analiza un poema curso utilizado para provocar un "shock" ; este sh~c~
y la apreciaci6n pormenorizada de las imagenes y de tiene arm6nicos graves. Las ultimas palabras deClSl·
118 LA NOVELA DEL SER Y EL TIEMPO LA NOVELA DEL SER Y EL TIEMPO 119
vas dicen "de generacion en generacion las genera- cas parecerian muy innovadoras si no huhiesen sido
ciones se degeneran con mayor degeneracion". Pala- ya rebasadas por procedimientos mas radicales. No
hras de una vieja pelicula de Cantiflas, llegan a Ia es probable que los "fade-in" cinematograficos de
mente del narrador cuando el avion esta a punto Despues de todo pueden encontrarse en el siglo XIX.
de aterrizar. Fisicamente ( es decir, tipograficamente) , En El poder de la urraca Ia narracion se desarrolla en
esta declaracion se va volviendo cada vez mas gran- episodios consecutivos y cada episodio se mezcla con
de a medida que se repite en las ultimas paginas de el precedente sin previo aviso. Es decir, el narrador no
Ia novela. Refugio para el narrador, manera de con- avisa al lector de un cambio. En otras palahras, la
centrar5e dentro de si mismo a fin de que las pa- narracion esta fragmentada en muchisimas novelas
labras sustituyan su sentimiento de incertidumbre contemporaneas. La diferencia estriba en que Ia no·
acerca del aterrizaje, se vuelven tan grandes que pa· vela de Dallal no busca Ia simultaneidad. El relato se
recen anormales y pierden sentido porque solo se ven mantiene en sucesion cronologica en virtud de una
palabras parciales. Por fin, en Ia ultima pagina, solo narradora que habla en primera persona. El personaje
queda la letra "g" y aun ella se esta desintegrando. es mujer intelectual que no puede entregarse al amor
Es rnuy posible que Ia pirotecnia de las novelas mas como los demas mortales. La novela pertenece al
innovadoras pueda eclipsar alguna obra por demas grupo de Ia "pantalla pequefia" y no tiene nada que
valiosa. Despues de todo (1969 ), por ejemplo, de ver con Mexico, considerado como nacion o cultura.
Jose Ceballos Maldonado, es una de las mejores nove· De hecho, tiene Iugar en Espana, y el lector tal vez
las de los iatimos afios. Valien dose de un narrador en no se de cuenta ni siquiera de eso si no lee muy cui·
primera persona nos cuenta Ia historia de un homo- dadosamente.
sexual. Fundamentalmente Ia hisotria tiene Iugar en El Iugar carece de importancia tambien en La
el presente, con retrocesos al pasado que nos revelan cabana (1969), de Juan Garcia Ponce, otra novela
afios de Ia vida anterior del narrador. EI punto de cuidadosamente enfocada sohre el problema psicolo-
vista narrativo y el uso de acontecimientos pasados gico de un individuo. Con mayor razon aun puede
sirven para dar autenticidad a la narracion. De rna· considerarse tradicionalista esta obra. Nos Ia cuenta
nera mas concrcta, da cuerpo a una actitud de parte un infatigahle narrador en tercera persona que ni
del narrador, que no es ni defensiva, ni agresiva. siquiera da Iugar a dialogo, sino que insiste en in-
Constituye un interesante comentario acerca de Ia Iormar al lector todos y cada uno de los detalles
novela contempon!nea decir que obras como Despues somaticos y psiquicos del protagonista. En Iugar de
de todo o El poder de la urraca ( 1969), de Alberto ser "tradicionalista" en la acepcion decimononica, La
Dallal, parecen "tradicionalistas". A veces, los lecto- cabana pertenece a una tradicion existencialista de
res tienden a situarlos en compafiia de los narradores revelacion de Ia angustia, en prosa que traza una
realistas del siglo XIX, olvidando que algunas tecni- delicada linea divisoria entre la ficcion y el ensayo.
120 LA NOVELA DEL SER Y EL TIEMPO LA NOVELA DEL SER Y EL TIEMPO 121
Otros dos libros publicados en 1969 sirven para comun. El efecto biografico de fidelidad a la vida real
indicar las caracteristicas de una suerte de contra- tiende a ser reconfortante.
pun:o a la innovacion tecnica y a la mezcla de fie- Las novelas de 1970 y 1971 muestran las mismas
cion y poesia. Uno de ellos es Maten al leon, de tendencias generales que se manifestaron en varios de
Jorge Ihargiiengoitia, novela politica que tiene lugar los aiios anteriores. No aparecieron innovaciones, pero
en una imaginaria naci6n isleiia del Caribe. Por su- la variedad es grande. Entre los ejemplos mas exce~­
puesto, el .lugar, en esta novela, tiene una signi£ica- cionales tenemos una novela politica: Yo soy DavLd
ci6n especifica. La escena de la novela es imagina- ( 1970) , de Alfredo Leal Cortes ; una obra de ficci6n
ria, asi que · no hay un ambiente real. Sin embargo, cientifica: A rg6n 18 inicia ( 1971) , de Edmundo Do-
la situacion politica es muy reconocible, no como si- minguez Aragones; y una larga novela al estilo del
tuacion especifica, sino como representaci6n de un siglo XIX sobre la vida en un monasterio de pa~r~s
estado real de casas en el mundo latinoamericano. El benedictinos (El padre prior, en 1971, de Maunc1o
segundo libro es H asta. rw verte f esus mio, de Elena Gonzalez de la Garza). Ninguna de las novelas pu-
Poniatowska, probablemente el libro mas ·popular de blicadas en estos afios pertenece a la categoria de la
es'e afio notable. La autora inventa un narrador en aran panoramica de Mexico o de la condici6n huma-
prim~ra persona: una mujer de la dase trabajadora, ~a. Varias corresponden a la tradici6n de Ia ficci6n
del t1po de una criada. Su lenguaje es el lenguaje de que hace un estudio detallado de las ~el~ciones ~u~a­
las criadas y es autentico, con algunos errores posibles. nas y varias otras tienen las caractenstiCas esotencas
Revela las circunstancias de su vida hasta llegar a la que acercan muchisimo la ficci6n a la poesia y aun
edad madura. Su relata comprende buena parte de hacen que los generos se confundan. Gerardo de la
la his to ria mexicana de esta centuria.· Asi pues, los Torre en La linea dura 1971), ofrece otro retrato
lectores mexicanos se hallan familiarizados con el li- tragic,6mico de la sociedad contemporanea, que pro-
bra de dos maneras: por el lenguaje y por la materia voca una risa compensada por la decepci6n que sien-
de la obra.
ten los persona jes de si mismos y de todos y cada uno
Ademas, el libro es poseedor de suficiente humani- de los demas.
dad como para interesar a los que no son mexicanos. Entre los estudios de relaciones humanas cuidadosa-
En relaci6n con el caracter inventivo de la ficci6n re- mente enfocados podemos contar: El sol (1970), . de
ciente, Hasta no verte Jesus mio puede parecer mas Emilio Carballido; Nudo ( 1970), de Sergio Galindo,
documento que ficci6n. Evidentemente, no ha perdido y No stalgia de Troy a ( 1970), de Luisa Josefina Her·
el contacto con la realidad visible. Puede ser el in- nandez. Los tres autores manifiestan que se han
dicador de una clase particular de literatura que Ilene percatado de las irinovaciones tecnicas de la novela
el vacio dejado por la novela, si esta se aparta dema- contemporanea, pero permanecen fieles al trazado ex-
siado de la facil comprensi6n estetica del lector cesivamente delicado de las relaciones humanas.
122 LA NOVELA DEL SER Y EL TIEMPO LA NOVELA DEL SER Y EL TIEMPO 123
El sol nos habla de un joveu, Mario, que llega se- semejante al de multiples puntos de vista narrativos.
xual y emocioualmente a Ia edad adulta. Solo otras En la novela de Galindo, esas tecnicas muestran una
dos personas son importantes en el relato: Ia mucha· circunstancia que corresponde claramente a Mexico,
cha, Hortensia, y el hermano de Mario, Ricardo. entre personas muy sofisticadas, con experiencias y
Carballido utiliza, escenas breves, narradas con un relaciones internacionales; la clase de personas que co·
lenguaje muy terso, para definir Ia situacion de Ma- rresponden a Ia novela segiin se esta desenvolviendo
rio, luego para complicar la trama mediante una en nuestro tiempo.
serie de acontecimientos inexplicados y finalmente para El punto de concentracion de Nostalgia de Troya
aclarar lo que ha ocurrido y evaluar Ia nueva condi- es el personaje central, Rene, cuya personalidad se
cion, de inocencia perdida, de Mario. EI autor utiliza nos revela en varios episodios de la novela, narrados
varias tecnicas ( cambios de tiempo, monologo inte- cada uno de ellos por personas diferentes, sin excep·
rior, puntuacion nada ortodoxa) que tienen como efec· tuar al propio Rene. La autora, por desgracia, deja
to principal colocar al lector en Ia posicion de Mario. escapar .una oportunidad impm1ante: Ia diferencia·
Nudo es la mas complicada de las novelas de Ser· cion en el lenguaje que hubiese subrayado los cam·
gio Galindo y tambien su estudio mas heterodoxo de bios en la voz narrativa. Lo que nos comunica Ia
las relaciones humanas. La base anecdotica es Ia re- novela es Ia imposibilidad de conocer realmente a otra
lacion de una pareja casada con un hombre joven, que persona. Existe tambien una nocion secundaria: Ia po-
cuenta· con unos cuantos afios menos que ellos, pero sibilidad de que Rene se salve a traves del arte creati·
que no esta totalmente fuera de su generacion. Esta re- vo. Esta nocion, sin embargo, es mas una sugesti6n
lacion es el meollo del tiempo presente de la novela. intelectual que una experiencia dentro de la novela.
Miradas retrospectivas al pasado nos revalan detalles Entre las novelas mas esotericas hay que sefialar
necesarios acerca de los personajes e introducen otros Las manos en el fuego ( 1970), de Manuel Echeve-
personajes esenciales para Ia novela. Ademas, una ca· rria, La muchacha en el balc6n (1970), de Juan
racterizacion mas completa se consigue mediante va- Tovar, y Acto propiciatorio (1970), de Hector Man·
rios recursos que no tienen un Iugar especifico en la jarrez. La novela de Echeverria es una obra de ~en­
trayectoria del tiempo: un diario, un suefio, vagabun· sibilidad estetica que se acerca a Ia zona de conclen-
deos en estado de embriaguez, una obra de teatro de cia de Ia creacion, caracteristica de gran parte de la
uno de los · personajes. Fragmentos de Ia narracion ficcion contemporanea. La muchacha en el balc6n re·
pasan rapidamente de una situacion a otra. El narra- corre un camino diferente para llegar a una meta
dor es omnisciente, pero no del todo independiente. semejante. Tovar crea un narrador que averigua lo
Se siente comprometido con la situacion y reacciona que puede acerca de un "coronel" (parte realmente
ante ella en Ia novela. A veces, cede Ia narracion a uno de un titulo dificil) interrogando a varias personas
de los personajes. Estas tecnicas tienen un efecto muy que viven en una casa de pension y gradualmente el
124 LA NOVELA DEL SER Y EL TIEMPO
r LA NOVELA DEL SER Y EL TIEMPO 125
narrador y el coronel (el narrado) se fund en en una objeto y luego hace que nos pongamos serios al obli-
sola identidad. gamos a tomar conciencia de lo que hemos estado
Acto propiciatorio utiliza una comhinaci6n narra· hacienda.
dor-protagonista en una de sus tres partes y tambien Si el lector tradicionalista se enreda con estas tres
logra la unidad programatica que se encuentra en obras de 1970, casi se sentirii sumergido en la con-
I nventando que suefio y algunas otras colecciones de fusion por tres novelas de 1971: Lapsus, de Hector
cuentos. El libro de Manjarrez consta de tres ohras Manjarrez, Cadaver lleno de mundo, de Jorge Aguilar
a~arentemente separadas. Indudahlemente no hay ra· Mora, y El cadaver del tio, de Manuel Capetillo.
zon para no considerar independientemente a cual· La breve novela de Capetillo parece ser la mas di-
qu~era de las tres; sin embargo, el lector aprecia una recta de las tres -por lo menos al principia. Tiene
umdad subyacente y el analisis revela las causas pro- una base anecd6tica identificahle rapidamente. Un
babies de esta apreciaci6n. Los tres relatos nos ha- joven mexicano viaja a los Estados Unidos para en-
h~an de la ~ida segun se le presenta a un hombre que contrar los recuerdos de su tio muerto, a quien solo
v1ve los pnmeros alios de la tercera decada de su conocio a traves de cartas escritas durante largos alios
existencia; cada relato teje su satira alrededor de de ausencia de Mexico. El sentimiento del protagonista
un tipo contemporaneo: vaquero, playboy o gorron hacia este pariente es una combinaci6n de lealtad (pa-
oportunista entre los ricos y los que poseen brillo so- rentesco) y alienacion ( extrafieza). Esta combinacion
cial; cada una de elias satiriza valiendose del con- de sentimientos se expande fuera de la relaci6n tio-
traste y luego le hace violencia al lector para obligar- sohrino y se extiende por la novela en su totalidad.
lo a una reacci6n seria. El efecto paradojico de juntar seguridad con insegu-
Uno de los relatos tiene como personaje a Johnny, ridad emocionales surge de la mezcla de la realidad
vaquero de la television, que se desliza desde la pan- suhjetiva interior con el ohjetivismo exterior. Las ac-
talla hasta el hogar de una familia mexicana de la ciones del protagonista son descritas al modo del agudo
clase media. Todo es muy divertido · la reacci6n de detalle empleado por Alain Robbe-Grillet; sus asocia-
la hija ante la virilidad de Johnny ~u innata amabi- ciones introspectivas subvierten la realidad objetiva.
li~ad, la _admiraci6n del hermanit~ y muchas cosas Hay momentos en que El cadaver del tio se vuelve
mas. AI fmal del relato, el padre mata a Johnny por- una siitira de la "nueva novela" francesa. Sin embar-
que la hi ja esta embarazada; de pronto, el lector que- go, el humor creado .no depende solo de la referenda
da separado de todo humor y se ve obligado a exa- de una tecnica literaria. La personalidad del protago-
minar los valores sociales. En otro relato, el narrador nista juega un papel al crear el efecto humoristico. La
Y el protagonista discuten ctHll de dos fines posibles narraci6n objetivista es un medio para desarrollar la
es el mejor. En el tercero, Manjarrez nos hace reir caracterizaci6n. El resultado es una vision humoristi-
de una persona que estii siendo utilizada como un camente compasiva del protagonista. Es una suerte de
126 LA NOVELA DEL SER Y EL TIEMPO r LA NOVELA DEL SER Y EL TIEMPO 127
autocritica a menudo usada en Ia ficcion contempo· r la elaboracion de un .argumento cuanto Ia ubicacion
ni nea. de los protagonistas en diferentes escenas. El efecto
Lapsus es un libro intensamente satirico, y esta bas- es similar al del juego psicologico. Esto es, el narra·
tante alejado de los conceptos tradicionales de novela. dor establece la circunstancia y entonces deja actuar
La trama -si se puede hablar de una "trama"- em- a sus personajes.
pieza con un viaje desde Ia ciudad de Mexico a El efecto fragmentado de Lapsus puede deberse a la
Paris (con una escala en Nueva York) hecho por dos nocion del autor sobre lo que la prosa de ficcion ne-
mexicanos: Huberto Haltter de alrededor de veinte cesita ser en esta epoca. Casi no hay duda de que
afios de edad, y Humberto Heggo, quien borda los cua- Ia persistente vigilancia del papel narrativo ( creador)
renta aiios. El retruecano de los nombres, que implica consigna por si misma un obvio requerimiento del
alter ego, advierte a los lectores, desde el principio, mundo contemporaneo. El narrador (mejor dicho, la
q ue deben buscar los contrastes y las similitudes entre £alta de un narrador) es en Cadaver lleno de mundo
los dos viajeros. De hecho, la mayoria de los factores un aspecto fundamental de la novela. Es un lihro
principales en Ia experiencia de esta novela se esta- menos huinoristico que Lapsus, mas cerca del concep·
blecen cerca del principia. Ademas de la aparente in- to de lo tragicomico que de Ia satira, y similar de
diferencia generacional en Ia combinacion Haltter- algun modo, en este sentido, a Obsesivos dias circu-
Heggo, nos enteramos de qu e ambos pertenecen a Ia lares, de Gustavo Sainz.
burguesia mexicana. Su comparacion y su contraste Pueden observarse varias cosas sobre la voz narra·
se acentlian al ser desplazados de su ambiente natural. tiva en Cadaver lleno de mundo. Esa voz cambia
Es facil disfrutar los juegos que el narrador hace, varias veces; y no hay un narrador que controle,
ya que el mismo no se esfuerza por esconderlos. Es- aunque el novelista habla dentro dellibro mismo sobre
cribe de un modo excesivamente "objetivo" y parodia el proceso de inventar una novela. AI fin de cuentas,
un estilo academico ( efecto realzado por el uso de sin embargo, es el lector quien actua como narrador
notas a pie de pagina). Muy al principia, los carac- que controla; y la voz narrativa que habla con refe·
teres Haltter y Heggo actlian durante una digresion rencia a la creacion de Ia novela funciona en realidad
del narrador en el acto de crear -una de las obse- como otro personaje. Hay con frecuencia una consi·
por cuenta propia. Atendemos cada vez mas al papel derable confusion con respecto a Ia identidad de los
del narrador en el acto de crear. -una de las obse- caracteres. La referencia a ellos por su accion en
siones de los novelistas contemporaneos. El novelista vez de por su nombre contribuye a inusuales propie-
da aun permiso al lector (al principio del libro) de dades de identidad -por ejemplo, "Ia amiga de Sil-
imaginar un episodio si asi lo desea, confirmando por via" o "la esposa del amante de Olivia". Todos tienden
lo tanto el privilegio del lector para asumir el papel a mezclarse unos con otros; y, de hecho, el narrador-
de narrador. El desarrollo de estos factores no es tanto personaje dice que esta escribiendo una "novela de la
128 LA NOVELA DEL SER Y EL TIEMPO r LA NOVELA DEL SER Y EL TIEMPO 129
alteridad". Ademas del efecto que esta busqueda de sus referencias hist6ricas, enfatizando asi el sentido
identidad tiene sobre Ia caracterizaci6n, afecta todos de la novela como una completa experiencia vital. AI
los aspectos de la novela. La sinestesia es un factor mismo tiempo, el procedimiento tiende a volverse con-
importante en el estilo. Particularmente por la asocia- traproducente porque supone un sentido critico que
ci6n de la musica con artefactos, la novela establece parece sofisticado pero carece de criterio selectivo.
un animo aun antes de revelar un caracter, invirtiendo Es patente que la preocupaci6n por la realidad m~­
por tanto el mas normal procedimiento de noveli- xicana ha pasado de subrayar problemas caracten·
zaci6n. zados sociol6gicamente a tomar conciencia de la im-
Debe decirse que la novela de Aguilar Mora esta portancia humana, en un sentido mas general, y ~ la
basada en un incidente: Ia muerte de un hombre. Sin indagaci6n que tiene como objeto comprender como
embargo, seria mas apropiado decir que emana de un esta relacionado el acto creativo con Ia realidad. A
accidente o posiblemente lo crea. La experiencia de veces, una novela no comprometida, en la ~cepci6n so-
la novela es una serie compleja de asociaciones en vez cial comun del termino, puede mostrar sutllmente una
de un desarrollo incidental. Sabemos sobre Ia muerte grave inconformidad con la vida contemp?ranea, ~ea
a traves de lo que aprendemos de Ia serie de asociacio- esta mexicana o universal. En afios reCientes solo
nes -no de otro modo. Estas asociaciones emplean yux- se ha producido un acontecimiento concreto de .l?s
taposiciones de lugar y tiempo; por ejemplo, la musi- que tienen fuerza suficiente para hacer a una nacwn
ca de Mozart oida en un departamento y tambien reflexionar sobre si misma: la matanza de Tlatelolco,
en otro departamento mas alia del patio, y Ia pre- en 1968. Este libro no es el Iugar id6neo para hablar
sencia de Mozart mismo, aunque no claramente di- de los pormenores de Ia misma y mucho menos para
ferenciado de otros caracteres. En Ia misma secuencia examinar las causas y sefialar las culpas. P ermitase·
de asociaciones, hay un indicio sobre las relaciones nos decir simplemente es~o: en Tlatelolco tenia Iugar
entre varios personajes. Por lo tanto, es de algun un mitin constituido principalmente por traba jado-
modo engafioso decir que la realidad de la novela res y estudiantes, en el que se realizaba una p~o~esta
se da en varios niveles ; en vez de eso, se da en varios social; Ueg6 el ejercito, hubo disparos y muchisimas
pianos que se intersectan. personas quedaron muertas. . ,
El motivo persistente de un juego de ajedrez crea Los resultados de Tlatelolco no se patentlzan aun
un fuerte sentido del contraste entre Io fortuito y Io en la literatura, salvo de manera muy limitada. De
planeado; y, poi supuesto, el .mismo motivo implica vez en cuando se aprecia un sen~imiento de culpa; o
que lo planeado es realmente un juego. En el proceso lo contrario, una actitud defensiva. Estos sentimien-
de construir las asociaciones, Aguilar Mora hace mu- tos se aprecian aun sin la ayuda del acto creativo. En
chos juegos con nombres. Escribe de un alto porcen- el afio 1971, Elena Poniatowska publico La noche de
ta je de fen6menos culturales contemporaneos y de Tlatelolco, que no es una novela, sino otro ejemplo
130 LA NOVELA DEL SER Y EL TIEMPO f LA NOVELA DEL SER Y EL TIEMPD 131
de Ia narrativa que mantiene contacto intimo con Ia te comprensibles, aun cuando no esten universalmente
realidad objetiva. El libro de Elena Poniatowska es presentes. Las novelas seguiran describiendo estas di-
un collage de entrevis\as, o partes de entrevistas, ti- ficultades mientras viva un novelista que crea que Ia
tulares de los peri6dicos, declaraciones, noticias, pa· descripcion atenuara el problema. Pero tales novelas,
labras pronunciadas en el Iugar de los hechos, en necesariamente, seran menos numerosas, con solo que
un intento de trascender el simple reportaje, pero algunos miren por debajo de la superficie.
sin mas invenci6n que la que propone Ia tecnica El cambio de direccion en Mexico da sus caracte-
misma. El libro es un acierto parcial unicamente, por- risticas a una naci6n nueva y el descubrimiento de
que carece del efecto unificador de un protagonista. la realidad nacional revelan1 necesariamente su rela-
Tambien en 1971, Maria Luisa Mendoza nublic6 Con ci6n con universales, pues el significado del termino
El, conmigo, con nosotros tres, un mon6lo~o ( casi una naci6n esta cambiando. Es precisamente en este pun-
corriente de la conciencia) en la que el narrador in- to donde la ficci6n imaginativa cobra una importan-
tenta profundizar en Ia historia de Tla~elolco y la cia especial, pnes es posible que la diferencia entre
Hamada Plaza de las Tres Culturas. El libro versa el pasado y el presente pueda verse de alguna ma-
sobre Ia noche de Ia matanza, pero tambien trata de nera diferente, y que los hombres comprendan el
comunicarnos la esencia de Mexico. sentido de la vida como una condici6n del devenir .
Seria razonable decir que Ia novela de Mendoza es El pasado existe, por supuesto, y nos ha traido hasta
presuntuosa, que intenta demasiadas cosas. Algo se- el punto en que nos encontramos. Por consiguiente,
mejante, sin embargo, podria decirse acerca de la ma- debemos examinar los antecedentes de este momenta.
yoria de las novelas que se proponen trascender Ia
mera recreaci6n. Nadie puede tener la certeza, por
supuesto, del grado en que la ficci6n en prosa y la
poesia llegaran a combinarse. Ni siquiera podemos
estar seguros de que sea posible Ia combinaci6n. Cual-
quiera que pueda ser el resultado, es obvio que el
proceso tiene un valor particular para un pais que,
por Ia naturaleza de su crecimiento, busca su rea-
lidad nacional, la cual tiene que ser de nueva indole
por raz6n del tiempo en que vivimos.
Mexico no es una nacion totalmente nueva, porque
su historia le da problemas institucionales comunes a
todas las naciones. Hay muchos obstaculos entre estos
problemas y su solucion,, dificultades universalmen-
f EL TEMPERAMENTO COLONIAL 133

se expresa a si mismo, la £alta de Ia misma cons·


tituira un asunto importante.
El hecho de la Conquista es sorprendente; el ca·
racter de Ia misma, que tendria mas de novela que
II. EL TEMPERAMENTO COLONIAL [1521-1831] de historia, probablemente seria abrumador. Este. gran
acontecimiento nunca ha sido tratado con prop1edad
Es CASI cuestion de buenos modales, cuando alguien en la novela, en ninguna lengua, y menos aun en es-
habla de la novela en Mexico, exponer algunas teo- pafiol que en otras. Si consideramos el hecho de que
rias sobre la £alta de novelas en el periodo colonial. esta Conquista, este enfrentamiento de dos mu~dos
Aunque se encuentran unas cuantas novelas, o semi- constituye la raiz de la realidad mexicana, no t1ene
novelas, no hay nada que se asemeje siquiera remota- nada de particular que los mexicanos aborden el
mente a una tradicion novelistica antes del siglo XIX, tema con reservas.
cumplida la lndependencia. A primera vista, este he- Hernan Cortes, sin autorizacion, desembarco en
cho parece ser extraiio, pues los aiios coloniales co· Veracruz, destruyo sus naves y con su puiiado de hom·
rresponden a Ia epoca de mayor creatividad artis- bres penetro en el corazon de un gran i~perio .. L~e­
tica en Espana. Y es mas extraiio aun, cuando recorda- vaba a su lado a dofia Marina, la Malinche, mter·
mas que Ia influencia de Espana fue muy productiva en prete, amante y guia, simbolo eterno, para ~os naci?·
el dominio de la poesia. Lo que podemos decir de nalistas, del mexicano que se entrega a la mfluenc1a
Mexico fue igualmente cierto de otras colonias es- extranjera. i Que pensaria Cortes al cruzar las mon-
pafiolas; y por lo que yo se, de las culturas colo- taiias y contemplar el valle del Anahuac! i Cual no
niales en general. Sospecho que las razones de ello seria su asomhro cuando tuvo ante sus ojos a Tenoch-
deben buscarse en el caracter de la sociedad. Partien- titlan, Ia capital azteca, una gran ciudad llena del
do de este supuesto, descubririamos tal vez algunas movimiento de la vida! Y no lej6 de ahi se encon·
razones especificas, como existencia o no de imprentas traban las ruinas de otra gran civilizaci6n, tan anti-
o las prohibiciones oficiales impuestas a las novelas.1 gua que ya era un misterio para los aztecas. Todo esto
Pero estas razones concretas me parece que son parte podria entregarle a su rey, reserva~~~ u~~ parte
de una actitud social mas amplia. Y si suponemos que para si mismo, por supuesto. Esta ClVIhzacwn, esta
la novela es una de las maneras en que un pueblo tierra, podia ofrendarse como regla porque nada de
1
Existi6 realmente UJHl prohibicion de importar novelas. ella era real, era "otra".
Irving A. Leonard ha tratado con gran detalle el tema en su El prejuicio original de Cortes no podia recono~er
obra titulada Los libros de los conquistadores (Mexico, Fon- la realidad de un mundo diferente del suyo prop10.
da de Cultura Econ6mica, 1953). Nos muestra que las nove-
las si llegaron a America. Me parece que lo importante no Su Espana lo era todo: defensora de la fe, baluarte
es la eficacia de la prohihici6n sino el hecho simple de que de la cultura, epitome del progreso, descubridora, ex·
existiese, y por razones morales.
[ 1:32]
134 EL TEMPERAMENTO COLONIAL EL TEMPERAMENTO COLONIAL 135
ploradora, senora del mundo. 6 Por que habria de sa- oculta durante muchos afios. Su historia y las cartas
car de su engano a Moctezuma, quien pensaba que de Cortes se complementan de diversas maneras. Aun-
lo habian en vi ado los dioses? Cortes estuvo de acuer- que la calidad humana de Cortes asoma a veces a
do con el, o al menos una parte de 'ei lo estuvo. La traves de la formalidad de su informe, es Bernal Diaz
gran conmoci6n hahria de producirse con la incre- quien hace, realmente, que la Conquista pertenezca a
dulidad de Moctezuma y Ia lucha subsiguiente que los hombres vivos. Su estilo es mas narrativo y hay
demostr6 que el "otro" tenia un alma. De manera internmciones en el hilo de la narraci6n que el autor
que el regalo que se queria ofrecer tenia que ganar- llena r~trocediendo y que dan al relato una calidad
se, y fue ganado. La Conquista se hizo para allanar oral. Diaz esta menos preocupado por justificarse a
el camino a Espana y a su dominio. Pero debajo de si mismo que Cortes. Tambien se inclina mas a perca-
este hecho se movia el alma del "otro", que a(m no tarse del alma de aquel sorprendente "otro", aunque
era totalmente real por ser diferente. Sin duda,
nunca indique que piense que le merece ningun res-
Moctezuma no era el unico que se hacia preguntas.
peto en particular. Juntos, los dos relatos pin tan un
No era un tiempo para novelas, pues ninguna no-
cuadro brill ante y sorprendente de lo que ocurri6:
vela podria haber competido con los relatos que se
compusieron en su Iugar. Hay muchas relaciones de
Y de que vimos cosas tan admirables no sabiamos que
esa epoca, y quiza otras de las que ni siquiera es-
decir, o si era verdad lo que por delante pareda,
tamos enterados, pero las principales son las Cartas que por una parte en tierra habia grandes ciudades,
de relaci6n, del propio Cortes, y el relato de uno de y en la laguna otras muchas, y veiamoslo todo lleno
sus soldados, La historia verdadera de la Conquista de canoas, y en la calzada muchas puentes de trecho
de la Nueva Espana, de Bernal Diaz del Castillo. Las a treeho, y por delante estaba la gran ciudad de Me-
cartas de relaci6n, puesto que son poco menos que xico; y nosotros au.n no llegabamos a cuatrocientos
el informe oficial y Ia justificaci6n de las acciones de soldados. . . Miren los curiosos lectores si esto que es-
cribo si habia bien que ponderar en ello. . . Pasemos
Cortes, no tardaron en publicarse. La historia de Ber- adelante. ibamos por nuestra calzada. . . Y como Cor-
nal Diaz corri6 una suerte diferente. Muy avanzada tes vio y entendi6 y le dijeron que venia el gra~
su edad, el viejo soldado escribi6 su relato para con- Montezuma, se ape6 del caballo y desde que llego
tar la historia desde su punto de vista y, especial- cerca de Montezuma, a una se hicieron grandes aca·
mente, para corregir informes que a su juicio le re- tos... y pareceme que Cortes, con la lengua dona Ma-
conocian a Cortes mas merito del que le correspondia. rina, que iba junto a Cortes, le daba la mano derecha,
y Montezuma no la quiso, y se la dio a Cortes. Y
El primer manuscrito se perdi6. Luego, mas tarde, su
entonces sac6 Cortes un collar que traia muy a rna-
editor se tom6 la libertad de cambiarlo para que no. . . y se lo echo al cuello el gran Montezuma, y
estuviera de acuerdo con lo que el autor hubiera de- cuando se le puso le iba [a] abrazar, y aquellos gran-
seado corregir. La opinion de Bernal Diaz qued6 des senores que iban con Montezuma detuvieron el
136 EL TEMPERAMENTO COLONIAL
brazo a Cortes que no le abrazase, porque lo teni an
r EL TEMPERAMENTO COLONIAL
darle Ia mayor grandiosidad posible. Y cuando se pone
137

por menosprecio.'
a hacerlo, Ia vida y el espiritu de Ia gente asoma en
alcrunos lu crares, y estos incidentes, cuando el relato
rebasa Ia ~imple cr6nica, dan a las obras su valor
Tiene algo de belleza Ia simplicidad del preJUlCIO
de los espafioles, a Ia que no estorbo la necesidad de
novelistico.
elegir entre dos circunstancias. Cuando Moctezuma lle-
Unos cuatrocientos afios mas tarde, Alfonso Reyes
vo a Cortes para que viese a sus dioses, lo que el es-
fue el que mas cerca estuvo de captar el mome~to de
pa:iiol le sugirio inmediatamente fue que los derribase
Ia Conquista cuando escribio su Vision ~e A~ahu.~c.
y pusiese en su Iugar una estatua de la Santa Virgen.
Este ensayo comienza en el reino de Ia 1magmacwn
Cortes, inclusive, ofrecio una leccion de doctrina cris-
v esta nos levanta hasta el momento de suprema emo-
tiana y se enorgullecio de informarle a su rey de su
~i6n, de suspenso, en que los espaii~les son lanzados
trabajo de misionero. A Moctezuma esto no le causo
por su propia audacia ~ un mundo ~~b;ante, pleno de
mayor impresion, y sugirio que cada uno conservase
colorido, activo, comphcado, tan VICtrmado por sus
sus propios dioses. Pero los dioses de Moctezuma no
propias tiranias como los espafioles lo estaban por las
tendrian mas "realidad" para Cortes que el resto de
Ia civilizacion; y mas tarde se hizo cargo de destruir suyas.
las imagenes. Sospecho que mas tarde, los misioneros, Reyes nos introduce en Ia acti~idad de este ~un­
a pesar de su interes en los indios por su calidad do y lo vemos brillar como lo v1eron los espanoles.
de humanos, tampoco se dieron cuenta de Ia realidad de Luecro nos lleva hasta su alma y escribe acerca de su
esos dioses. Cuando el cristianismo se superpuso a Ia poe~a, sobre todo de Ia importancia de las fl~res.
religion nativa, Ia persistencia de esta ultima quiza En sus ultimas lineas, Reyes proclama la neces1dad
solo resulto superficialmente perturbadora, puesto que, de preservar esta belleza, cualquiera que pueda ser
despues de todo, no era real. la relaci6n que exista entre estos dos mundos:
Bernal Diaz y Cortes escribi eron, sin saberlo, de
su propia ceguera. Sus relatos no solo revelan que Ia Cualquiera que sea la doctrina hist1hica que se . pro·
fese (y no soy de los que sueiian en perpetua.cwnes
extraiia civilizacion tenia un caracter de irrealidad de la espanola) nos une con la raza de ayer, sm ha·
para ellos; nos revelan tambien su realidad, pero sin blar de sangres, la comunidad del esfuerzo por dome-
advertir lo que estan haciendo. Y real o no, el nuevo liar nuestra naturaleza brava y fragosa; esfuerz~, que
mundo era espectacular y querian describirlo para es la base bruta de la historia. Nos une tam?;en la
comunidad, mucho mas profunda, de la emocron co-
la gente de su pueblo. Cortes, por supuesto, deseaba tidiana ante el mismo objeto natural. El choque de
2
la sensibilidad con el mismo mundo labra, engendra
Bernal Diaz del Castillo, Historia verdadera de la conquis- un alma comun. P ero cuando no s~, aceptar,a lo _uno
ta de la Nueva Espaiia, Col. Sepan Cuantos, Ed. Porrua, ni lo otro -ni la obra de la accron comun, m la
Mexico, 1970, pp. 160, 161. obra de la contemplaci6n comun-, convengase en que
138 EL TEMPERAMENTO COLONIAL EL TEMPERAMENTO COLONIAL 139
Ia emocion historica es parte de la vida actual, y, sin La principal expresi6n literaria de los coloniales fue la
su fulgor, nuestros valles y nuestras montaiias serian poesia, que se ajust6 exactamente a las mismas ten-
como un teatro sin luz. El poeta ve, al reverberar de
Ia l~na en la nieve de los volcanes, recortarse sobre
dencias observables en la poesia espanola de Ia 'epo-
el Cielo el espectro de Dona Marina, acosada por Ia cu. La poesia de estilo italiano, del Renacimiento,
sombra del Flechador de Estrellas; o sueiia con el floreci6 en el siglo XVI y luego cedi6 su Iugar al ba-
hacha de cobra en cuyo fila descansa el cielo; o pien- n·oco. La cantidad de poesia escrita ofrece pruebas
sa que escucha, en el descampado, el llanto funesto
mas que suficientes de que el tiempo sobraba para
de los mellizos que la diosa vestida de blanco lleva
a. l~s espaldas: no le neguemos la evoci6n, no desper- dedicarlo a menesteres literarios. El hecho de que
dic!emos la leyenda. Si esa tradici6n nos fuere ajena. la salida fuese la poesia y no la novela, nos indica tal
esta como quiera en nuestras manos, y solo nosotros dis: vez el deseo criollista de ser considerado ilustre. La
ponemos de ella. No renunciaremos - oh Keats -a nin- poesia era un arte; la novela no. En aquella epoca
gun objeto de belleza, engendrador de eternos goces.'
la novela era una forma semilegitima de expresi6n,
en el mejor de los casos. Se la consideraba frivola y
Los misioneros, que constituyeron la seaunda olea-
da de c~n~uistadores, dejaron sus propio; relatos de
a veces ii1moral. Desde el punto de vista del espanol,
Ia sociedad criolla era simplemente otra manifesta-
lo que h1c1eron y de lo que pudieron saber de la his-
ci6n de lo "otro" y no era un hecho real, digno de
toria de las civilizaciones indigenas. Estos documen-
tomarse en consideraci6n. Los criollos, por consiguien-
tos tienen un inapreciable valor por razones hist6ri-
te, se vieron empujados a mostrar su excelencia.
c~s y muestran el humilde amor que los monjes tu-
El primer criollo que escribi6 una obra de ficci6n
v~eron por l?s indios. Pero ninguna de estas exposi-
fue Bernardo de Balbuena. · Uno de sus poemas, La
cwnes va mas alia de la intenci6n de su autor. Y re-
~ulta ~vidente que, cualesquiera que pudiesen ser las
grandeza mexicana, ocupa un lugar importante en la
literatura mexicana por el elogio que hace de todo
mtencwnes de los misioneros, los indios constituyeron
un seg~ndo estado. '!esta posicion no tard6 en que-
lo mexicano. Al lector no muy atento le impresiona-
riin tal vez solo los adjetivos laudatorios, pero Bal-
?ar ma~ ~~parada aun de la de los espanoles por la
buena en realidad hace algo mucho mas valioso,
~nterpos1c~on de los criollos, o descendientes de espa-
pues mediante su selecci6n cle palabras y de ideas
noles nac1dos en America.
captura cualidades que no son caracteristicamente es-
La ansiedad criollista es patente en Mexico desde
panolas. Su novela, El siglo de oro en las selvas de
los primeros tiempos de la Colonia. Se Ia encuentra en
Erifile (1607), es una obra de caracter mucho mas
I~ poesia satirica, en los emocionados elogios a Me-
convencional. Es tan convencional que para describir-
XICO y en el anhelo de merecer la tradici6n espanola.
la basta con decir que es una novela pastoral. Es Ia
naturaleza envuelta en la artificialidad de una sala
.• Antologia_. de Alfonso Reyes. Fonda de Cultura Econo·
miCa. Coleccwn Popular 46. Segunda edici6n, Mexico, 1965. de estar. La trama es debil y, por consiguiente, carac-
-
140 EL TEMPERAMENTO COLONIAL EL TEMPERAMENTO COLONIAL 141
teristica del genero. La obra, en su conjunto, tiene do hace que los personajes arreglen una fiesta en
como objeto satisfacer el preciosismo de la epoca. No honor de la doctrina. A cada personaje se le encarga
tiene sentido criticar esta novela, como han hecho un aspecto particular de los arreglos. Uno de ell~s es-
algunos, por ser lo que pretendia ser. Considerada en cribe un auto, que se representa durante Ia fiesta,
el marco de las caracteristicas de la novela pastoril, Es una alegoria llena de vida, muy diferente del pe·
resulta ser la {mica verdadera novela escrita en Me· sado libro. El protagonista es El Pecado, representa-
xico durante el periodo coloniaJ.4 do como salteador de caminos. Somete a varios per-
Algunos aiios despues, en 1620, Francisco Bram6n sona ies biblicos, pero finalmente Ia Santa Virgen
publico una novela pastoril, Los ,sirgueros de la Vir- lo c~nquista. La obra pide una "danza indigena", ~~
gen, con fines didacticos. Se vali6 de Ia forma que • final, lo cual indica que el auto tenia como propo~I­
estaba de moda para explicar la doctrina de la lnma· to la edificaci6n de los indios, finalidad sin duda dis·
culada Concepcion. La combinaci6n del espiritu di- tinta del objetivo de la novela, a no ser que supon-
dactico con una narraci6n pesada hace que hablar de e:amos que Ia mentalidad espanola insistia en creer
novela, al referirse a este libro, sea un acto de cari- que lo que parecia bueno a los espaiioles tenia que pa·
dad. Evidentemente, no tenia como objetivo instruir recerle bueno a todo el mundo.
a los indios, como muchas obras religiosas de la epo· El estilo literario del siglo XVII se troco en el ba-
ca, sino explicar la doctrina a un auditorio mas refi· rroco. Se escribi6 mucha poesia, alguna mala Y otra
nado intelectualmente. La ingenuidad de la presen· muy buena. Aparentemente casi toda la gente que
taci6n no deja de tener su encanto. Leida con toda sabia leer y escribir consideraba como un deber es-
seriedad, nos produce un tremendo aburrimiento; pero cribir poesi~s, tal y como era una obligaci6n aprender-
leida con curiosidad, una pequeiia dosis es agradable. lo todo. Uno de los grandes sabios de Ia epoca fue
Es divertida la idea de los pastores y las pastoras Carlos de Siaiienza y Gongora, casi contemporaneo
clasicos corriendo por montes y veredas y discutiendo de Sor Juan; Ines de la Cruz, el mejor poeta de la
la idea de la Inmaculada Concepcion. Cuando es- epoca colonial. Don Carlos tambien escribi6 poesi~,
peramos que nos hablen de amor, hablan de doctrina. pero mejor sera que nos olvidemos de ella. Su aph-
Y al final de un dialogo, que parece ser mas conven· caci6n era mas fuerte que su inspiraci6n y sus mejores
cional, el pastor informa a la pastora que desea dejar esfuerzos dieron fruto en otros campos. Fue historia-
bien claro que el amor del que habla no es un amor dor, bibli6filo, ge6grafo, astr6nomo y matematico. Su
por ella sino por la Santa Virgen. nombre pertenece a la historia de Ia nov~la por _Ia
Bram6n da un poco de movimiento a la acci6n cuan- obra narrativa que publico en 1690: Los mfortunws
de Alonso Ramirez.
' Jose Rojas Garcidueiias fue el primero que seiialo esto Alonso Ramirez, que probablemente existi6, llego
en "La novela en la Nueva Espana", Anales del lnstituto de
Investigaciones Esteticas, VIII, 31 (1962), pp. 57·58. a Mexico desde Puerto Rico en husca de fortuna. Des-
-
142 EL TEMPERAMENTO COLONIAL EL TEIVIPERAMENTO COLONIAL 143

pues de padecer desdichas diversas en diferentes em- piratas ingleses, debidamen~e exagerada, ofrece posi-
pleas y de contraer un matrimonio que termino con bilidades dramaticas. Sin duda, un novelista podria
la muerte precoz de su esposa, decidi6 pasar a las haber compuesto una verdadera novela con ese tema.
Filipinas. Fue capturado por piratas ingleses y ter- Sigiienza y Gongora no fuerza su imaginaci6n. Algu-
mino por darle la vuelta al mundo. Al fin, los pira· nos capitulos del libro casi no tienen caracter de
tas lo liberaron con varios compafieros, y lo dejaron narraci6n y una lectura cuidadosa nos sugiere inclu-
en una pequefia embarcaci6n que naufrag6 en la cos- sive que es lo que el autor ya sabia y que fue lo
ta de Yucatan, desde donde hizo camino hasta la que Alonso le cont6.
ciudad de Mexico. El relato esta contado al modo No es una exageraci6n, de ninguna manera, decir
picaresco, bien conocido del autor gracias a su popu- que el siglo XVIII no fue muy productivo literariamen-
laridad en la literatura espanola. El relato en primera le en Mexico y que no hubo en ei nada que aumentase
persona nos va poniendo ante los ojos la serie de la produccion de la ficcion en prosa. A medida que el
desventuras con un tono de autoconmiseracion bastante tiempo paso, se observaron claros signos de tenden-
autentico. Sin embargo, hay relativamente poco del cias independentistas. Aunque el gobierno espafiol de
h umor que esperamos encontrar en la rnalicia del pi- la Colonia mejor6 en algunos aspectos, Ia influen-
caro. El que muestra no es suficiente para darle vida cia de la madre patria no fue vigorosa y los espafio-
a Alonso, y Ia identificaci6n del lector con ei depende les siguieron considerando a la Colonia como un simple
en gran parte de las simpatias provocadas por sus su- bien inmueble. Las fronteras entre el criollo y el es-
frimientos. pafiol se fueron pronunciando cada vez mas y el resen-
La primera impresi6n que nos deja la obra es la timiento en los criollos se fue hacienda mas fuerte.
extrafieza de que un caballero tan ilustrado como don El indio ocupaba un tercer estado, si es que se lc
Carlos haya gastado su tiempo en escribir un cuento reconoc:ia alguno. Salvo en raras circunstancias casi
picaresco. Un examcn mas atento nos sugiere que lo no se le consideraba parte de la sociedad. Los pensa-
que le interso primordialmente fue la publicaci6n dores sociales franceses e ingleses fueron dandose a
de las informaciones que tenia en materia de geogra- conocer junto con los sucesos de las revoluciones
fia y de navegaci6n, aparte de otros datos que le clio francesa y norteamericana. Las ideas sugeridas por
a conocer Alonso Ramirez. Jose Rojas Garciduefias sos- estas actividades intelectuales no se tradujeron en
tiene la teoria de que Alonso Ramirez lleg6 hasta el vi- acci6n revolucionaria hasta 1810. Pero el desplaza-
rrey de la ciudad de Mexico y que este, o alguna miento de la belleza al intelecto se inici6 antes.
otra autoridad, mando buscar a don Carlos porque En 1792, Joaquin Bolanos publico una obra di-
sabia que se interesar!a en el relato de Ramirez y lo dactica, La, portentosa vida de la muerte, que nada
pondria por escrito. La naturaleza del relato se pres- tiene que ver con la revoluci6n o con la independen-
ta a un tratamiento picaresco, y la crueldad de los c.ia, pero es sin duda producto de una epoca intelec-

l
144 EL TEMPERAMENTO COLONIAL 145
EL TEMPERAMENTO COLONIAL
tual. A Ia manera alegorica, el libro versa sobre el nado fundamento intelectual como por su ocasional
conocimiento que el hombre tiene de la muerte. Se humor picaresco. .
nos dice que la muerte es hi ja del pecado de A dan La guerra de lndependencia, que comenzo con la
y la culpa de Eva; vemos a varios personajes bibli· rebelion del padre Hidalgo, el 16 de septiembre de
cos, descritos como embajadores de Ia Muerte; hay 1810, y termin6 con la entl'ada triunfal de Iturbide
descripciones de Ia relacion de Ia muerte con diver· en la ciudad ·de Mexico, el 27 de septiembre de 1821,
sas clases de personas. Hay un divertido capitulo en fue una de las manifestaciones de la nueva manera
que la Muerte, como emperadora, se interesa en Ia de ver al hombre que descubrimos en el intelectualis-
poblacion del imperio. Dos de sus ministros, la Gula mo del siglo XVIII . La "sociedad literaria" a la que
y el Demonio, ofrecen proporcionarle los deseados pertenecia el padre Hidalgo y otros liberales era ·una
habitantes induciendo a los hombres a la glotoneria asociaci6n en que la discusi6n de Rousseau, Diderot,
y a la malicia. Hay otro capitulo en que la Muerte Voltaire y Condorcet fue convirtHindose gradualmen-
se lamenta del deceso de un medico que ha sido uno te en plan de acci6n. Y esta asociacion. particular
de sus mas firmes aliados. es indicativa de las tendencias generales de la epo-
La descripcion de La portentosa vida de la muerte ca. La raz6n del hombre se hab1a lanzado al descti·
puede resultar engafiosa, ya que tiende a sefialar mas brimiento del senti do de su · vida y de su destino; y
las posibilidades del libro que lo que realmente es. aunque la raz6n hnpusiese su propia tirania en el
El indice nos promete muchos incidentes divertidos y proceso, el desasosiego resultante exigia un cambio.
a~gunos lo son, pero en su rna yo ria resultan decep· La reforma era el objetivo, reforzado por el derecho
cwnantes. Como ha sefialado Agustin Yafiez, 5 una de a la autodeterminaci6n.
las razones que nos explican esto es la sorprendente La vision del padre Hidalgo fue noble y amplia.
incon sistencia en el papel de la Muerte. La que es Los derechos del hombre deb ian ·exi'girse y pertene·
emperatriz en un capitulo pasa a ser personaje pica· cian a todos los hombres. Probablemente es justo
resco en otro. En otras ocasiones, es poco mas que afirmar que,· para Hidalgo, Ia circunstancia de Ia it1·
un simple nombre. Si el lector disfruta muchisimo en dependencia polftica era secundaria. Y asi lo era,
un determinado momento, gracias a un personaje hu- en general, creo, para los hombres que eran mas re·
moristico, no debe dejarse engafiar, porque lo mas formistas que oportunistas. Pero la posibilidad se·
probable es que el relato se vuelva aburrido muy cundaria de la independericia habria de convertirse en
poco despues. A pesar de sus defectos, el libro es requisito previo de la refornia. La guerra ·de Indepen·
una buena muestra de su tiempo, tanto por su obsti- dencia en Mexico se libro contra UTI fondo de con-
fusion politica en Espana. Fuerzas intelectuaJes. seme-
' La portentosa vida de la muerte, prol. y sel. de Agustin jantes hablan venido actuando en ella y Ia auto1;idad
Yanez (Mexico, Biblioteca del Estudiante Universitario, espanola habia sido, alternadamente, liberal y eon-
1944).

L
146 EL TEMPERAMENTO COLONIAL
servadora. El resultado fue trasladar Ia confusion a
Mexico hasta el punta de que tanto liberales como
conservadores participaron en el movimiento de inde-
pendencia. Fue una coalicion de intereses politicos lo
que detennino finalmente Ia independencia; el de-
' EL TEMPERAMENTO COLONIAL
le permiti6 captar el habla de Ia gente vulgar y Ia
utilizo, para disgusto de muchos, como medio de Ia pro-
pagacion del liberalismo. Cada vez que escribio en
la vena popular, tuvo exito; cada vez que la aban-
don6, fracaso. Al igual que Hidalgo, su vision abarca-
147

recho a la autodeterminacion habia perdido la mayor ba toda la sociedad.


parte de su significacion porque los vencedores ca- El mas famoso de los diversos periodicos publicados
recian de la homogeneidad que les hubiera propor- por Lizardi fue El Pensador iliexicano, que duro des-
cionado un ideal politico claramente dominante. La de 1812 hasta 1814. Su nombre era el seudonimo de
vision del padre Hidalgo habia quedado eclipsada Lizardi, y muy atinado, por cierto, pues es tipico
par Ia necesidad de llegar a un "compromiso"; el de este autor en sus mejores momentos. Sus ideas es-
impulso reformista, que en el ideal de Hidalgo y Mo- tan firmemente arraigadas en la seguridad academica
relos aharcaba a todos los sectores de Ia sociedad del siglo XVIII, pero su modo de expresion. pertenec~
mexicana, se convirti6 en disputa entre gentes de la al pueblo. AI margen del ideal de correccwn, capto
clase media y el indio se retiro a su posicion social el tinte peculiar de su lenguaje, con toda su informa-
acostumbrada, de la cual solo podria salir mediante lidad y sus metaforas. La gama de materias abordadas
el ejercicio de una tremenda iniciativa personal. es amplia y vario conforme el momenta lo exigia o
El apremio expresado por la rebelion de Hidalgo permitia. Con el mismo aplomo escribio acerca de
trajo consigo un nuevo tipo de escritos. La actividad los derechos naturales del hombre que sabre el in-
de la rebelion se sumo a las ideas y el resultado fue conveniente de los perros que vagan por las calles
la gran cantidad de escritos politicos en forma de de la ciudad. Critico el poder de Ia Iglesia; conside-
panfletos y peri6dicos. Algunos de estos periodicos r6 que la educacion que se impartia en la epoca era
tuvieron muy corta vida, a la que pusieron fin par totalmente impropia y se quejo de la insalubridad. Sus
el capricho del editor, o por la supresion de Ia li- temas son humildes a veces; otras elevados; pero
bertad de prensa cuando cambiaba Ia autoridad es- siempre los trata con agudeza y decoro.
panola. Lizardi escribio todos los generos, pero solo en el
El mas famoso de los panfletistas de Ia epoca fue ensayo politico y en la novela cultivo su vena popu-
Jose Joaquin Fernandez de Lizardi, perfecta represen- lar. Se entiende en general que El Periquillo Sarniento
tacion humana del paso de las ideas a Ia accion. Te- ( 1816) 6 es la prim era novela publicada en el nue-
nia fe en las ideas nuevas y las defendio valientemente; • El titulo es un juego de palabras caracteristico del au~or.
tambien fiaha en la gente comun, la comprendia r "P eriquillo" es un diminutivo doble de P edro (Pedro. Penco.
considero su mision comunicar a las masas las ideas Periqnillo ) y tambien significa lorito. El nombre hace r;fe·
rencia a Ia ropa verde amarilla del chiCo. Y lo de "Sarmen-
en que ei creia. Su gran sensibilidad de lo popular to" es una derivacion del apellido familiar, Sarmiento.

''
~
148 EL TEMPERAMENTO COLONIAL EL TEMPERAMENTO COLONIAL 149
vo mundo. La censura dejo incompleta Ia edicion de asi preparada, la reaccion del lector dep~nderi~ de que
1816 -es asombroso todo , Io que no vieron los cen- aceptara el humor picaresco. Si nos, 1mpres~onamos
sores- y Ia primera edici6n completa se publico en ante la crueldad de las mafias del p1caro, sm duda
1831. Por todo, ha habido mas de quince ediciones. nos sentiremos mal. Sin embargo, si suspendemos nues·
El Periquillo Sarniento es una novela picaresca, tra renuencia a la vision de la crueldad y nos apro-
desarrollo de las caracteristicas ya observables en El p::.amos del cinismo del pic~ro, .entonces el, r~la:o re-
Pensador Mexicano. Esta llena tambien de digresio- sulta tremendamente divertldo. Pero leer umcamente
nes moralizantes que casi Ia destruyen. Pero hay que la historia del picaro no es leer a Lizardi, pues su
recordar que el autor, antes que nada, era un refor- ensefianza, su deseo de mejorar al mundo, su inten·
mador. El personaje, Periquillo, es afin del picaro cion de hacer razonables a los hombres constituyen
espafiol, con la diferencia de que P eriquillo se corri·
una parte esencial de su esfuerzo. . . . ·
ge, y tiene Ia esperanza de que su vida sirva de
La segunda no vela de Lizardi, La Qu~xot.~ta. Y sn
eiemplo de lo que no debe hacerse. A lo largo de sus
prima (1818) , no tiene ·l~ ?hi~pa del :enqudlo y
numerosas aventuras, es oportunista y cinico, es cas-
resulta insoportablemente d1dachca. lnspnado proba·
tigado regularmente y con la misma regularidad me- Llemente en el Emilio, y alen~ado sin duda por el mal
rece los castigos. Algunos de los tipos con los que
concepto que tenia de la educaci6n de su tiempo, ' i
se relaciona son arquetipicos, como el trillado pero
Lizardi quiso mostrar las horribles conse~uencias, de
I

divertido doctor Purgante, profesionalmente incapaz


la frivola educaci6n de las mujeres, y senalar como
y personalmente ridiculo. Otros tipos son miis carac-
se les debia educar. Puesto que el desarrollo de su
terfsticos de la epoca y todos juntos ofrecen el cuadro argumentaci6n lo lleva a presentar a dos familias re·
fascinador de Ia ciudad de Mexico a princiipo del XIX.
lacionadas entre si, la estructura de la novela es un
Por encima de Ia pliitora de opiniones y consejos poco mas complicada que la picaresca. Pomposi t~,
que nos da a lo largo de Ia novela, Lizardi se forma victima de una educaci6n que le ha ensenado a escn·
un .juicio general que salta a la vista del lector. Y bir notas de sociedad, a bailar y a comer bombones,
consiste en que la sociedad es hipocrita, puesto que es epitome de toda frivolidad. Y tambien lo son sus
los hombres son mentirosos consigo mismos y con los
padres. Se casa impni dentemente y la abandona el
demas. Esta conviccion se pone de manifiesto sin ne· marido que no era lo que habia simulado ser. La
ce~idad de las moralizaciones del autor y nos sentimos muerte. del despreocupado padre de Pomposita deja
inclinados a opinar que Lizardi hubiera hecho bien a la madre y a la hija sin recursos, como no sea el
en prescindir de sus digresiones. Por cierto que es de la prostit~1ci6n. A la prima Prudenciana, en cam·
posible hacer cortes en la novela de . manera que las bio l~ han dado una s6lida educaci6n, sabe como
digresiones se reduzcan al minimo; de ello resultaria ne:ur la casa y llega a aprender inclusive el oficio
una excelente novela picaresca. Si hubiera una edici6n de relojeria, con lo que podra ganarse Ia vida cuan·
150 EL TEMPERAMENTO COLONIAL EL TEMPERAMENTO COLONIAL 151

do falte el marido. Pero Prudenciana y sus buenos cidad que tenga el lector para adentrarse uu poco
padres tampoco eligen al esposo de cualquier modo mas en el rnundo del picaro. Si nuestro juicio se rige
-tienen tantos recursos como nosotros beneficios mar· por las utractivas cualidades del personaje, el libra
ginales- y escogen a un hombre serio, entrado en no nos dara una experiencia agradable. Si aceptarnos
aiios, cuya falta de gracias es su atractivo personal. a don Catrin como instrumento de la satira, la novela
La vida de Prudenciana es segura, aunque aburrida. es divertida.
Lo malo de la lecci6n moral de Lizardi es que, para Cualquiera que sea la reacci6n personal del lector
el lector, Pomposita y su alegre padre son mucho mas ante las novelas de Lizardi, no cabe duda de que nos
atractivos que sus contrafiguras. Y hay veces en que muestran gran parte del rnundo en que vivio. Lizar·
nos preguntamos si los conceptos del autor versan so· di murio en 1827, despues de consurnada la lnde·
bre' el caracter de laoeducacion 0 sobre las mejores pendencia, de que Iturbide se proclarn6 emperador y
normas para eligir marido. de que las fuerzas republicanas lo obligaron a ab·
La verdad es que La Quixotita y su prima no vale dicar. Los argumentos en pro de la conducta razo·
por si misma. Es una parte interesante de la obra de nable y justa, tan importantes para El Pensador Me·
Lizardi, pero su interes depende del interes que se xicano, se perdieron en la lucha entre federalistas y
tenga en la produccion total del autor. Nadie leeria centralistas, republicanos y monarquicos. En medio de
el libro por puro gusto en nuestro tiempo, lo cual una gran confusion, Mexico inici6 la ardua tarea
hace que sea totalmente dife rente de El Periquillo de constituirse en una nacion independiente. El ruido
Sarniento. Felizmente, Lizardi volvio a tratar la clase y la violencia amortiguaron el poder del "grito de
de novela mas adecuada a sus talentos en Don Catrfn Dolores" del padre Hidalgo y solo las voces mas fuer·
de la Fachenda, publicada posturnamente en l83Z. tea ---apoyadas en las voluntades mas fuertes- po·
Esta segunda novela picaresca suele ser considera· dian hacerse oir por encima del tumulto.
da inferior al Periquillo y probablemente con razon,
pero no merece el relativo olvido en que se Ia ha teni-
do. Don Catrin no es Ia misrna clase de picaro que el
Periquillo. Carece de la conciencia de su antecesor
y sus actitudes antisociales se justifican menos. Su
modelo es el "dandy", es decir, el catrin de la epoca,
que considera que el mundo esta en deuda con ei y
se encuentra dispuesto a hacer todo lo que pueda por
evitar el trabajo autentico. Este personaje no despier·
ta las rnismas sirnpatias que el Periquillo, pero el
disfru te de la novela depende unicamente de la capa·
SENTIDO COMON Y VISION BORROSA 153
dad de los hombres. Jicotencal, el protagonista, afir-
ma que tiene que haber sido creado por el mismo dios
que creo a los cristianos, y que si sus valores morales
III. SENTIDO COMDN Y VISioN BORROSA son los mismos, no tiene importancia el modo en
[ 1832-1854] que venere a ese dios. El autor adopta un liberalismo
de "sentido comun", no basado en Ia etnologia, sino
A 1\IEDIADOS de la decada de 1820 -los aiios de en el respeto del hombre por el hombre.
transici6n y de confusion que presenciaron las orbi- Los espafioles, simbolizados en Cortes, respetan mas
tas cruzadas del colonialismo y el nacionalismo, del a las instituciones que a los hombres y se les retrata
conservadurismo y del liberalismo, del neoclasicismo como si fuesen esencialmente inhumanos. En toda la
y de Ia rebeli6n romantica- se publico en Filadelfia novela solo un espafiol resulta favorecido, y constituye
una novela intitulada /icotencal ( 1826) , anonima- una obYia excepcion. Como el autor an6nimo prosi-
mente y en espafiol. Su Iugar en la literatura mexicana gue en su tarea de condenar la ceguera humana, se
ha sido siempre incierto, pues nadie ha logrado de- evidencia que no habra vida en la novela. Mueve a
mostrar que su autor fuese mexicano. Aunque no existe sus personajes para atender a las necesidades de la
prueba positiva, y probablemente nunca se encuentre, ideologia, y no recrea un sentimiento del pasado. El
/icotencal es precisamente lo que deberia haber ocu- autor juzga a la Conquista estrictamente segun sus
rrido en Ia novela mexicana de la epoca.1 principios. La sociedad es la victima de Ia division
La novela se hasa en el tema del buen salvaje, y que ha creado y recomienda a sus coterraneos que
de ese tema brota una insipida historia de amor se unan si aman Ia libertad, reconociendo la unidad
y una exposicion de las ideas liberales de aquel natural de los hombres. Mal podria haber dicho algo
tiempo. En muchas novelas romanticas posteriores la mas pertinente al dilema mexicano de aquel tiempo,
artificiosa intensidad del tema amoroso es lo mas en el cual cuestiones que no venian al caso nubia-
importante; pero para cl autor de ]icotencal no fue ban la yision propia del movimiento inicial de Inde-
sino Ia envoltura de su ideologia. Siente un respeto pendencia.
ilimitado por la bondad del hombre en su estado na- En los primeros aiios de Ia Independencia, la novela
tural y pone en tela de duda el valor de las institu- mexicana estuvo tan a la deriva como el gobierno.
cioncs sociales que niegan el origen comun y la igual- No habia maestros. Aunque Ia relaci6n con la novela
espanola no se hubiese roto a principios del periodo
1 Luis Leal, en "]icotencal, primera novela hiEtC.rica en
castellano", Revista Iberoamericana, XXV, 49 (enero-julio colonial, en el ultimo siglo podria haber ofrecido muy
1960), trata el problema clara y cabalmente. Esta de acuerdo poco. Los escritores mexicanos estaban desorientados
con Ia mayor1a de los especialistas en creer que la novela fue pero tenian conciencia de que el pais necesitaba que
escrita por un hispanoamericano, mas que por un espafiol,
pero duda que el autor haya sido mexicano. participasen en Ia vida nacional. Buscaron maestros,
[152]
.....

l54 SENTIDO COMDN Y VISioN BORROSA SENTIDO COMUN Y VISION BORROSA 155
especialmente en Francia, pero tambien en Inglaterra muchas de las novelas nos indica que los autores ca·
y a veces en Alemania, y comenzaron a andar el largo recian de experiencia. Por cierto que la brevedad no
camino hacia la expresi6n autentica de su mundo. puede considerarse como virtud del romanticismo y
Subsistio una importante influencia hispanica -la algunos novelistas mexicanos son ejemplos magnifi·
inclinaci6n a la picaresca- fortalecida por los es· cos de la tendencia opuesta. Tal vez las novelas poco
critores costumbristas espanoles del siglo XIX. desarrolladas estan relacionadas con la anarquia de la
Los novelistas buscaron su camino en medio de la epoca, que evidentemente no se prestaba a la concen·
rebeli6n romantica, que tuvo dos caras. Una fue la del traci6n en lo literario. Pero es mas probable que ha-
liberalismo, proveniente sobre todo de Rousseau a tra· yan sido escritas por autores que no habian tenido
ves de Lizardi y otros. La segunda cara fue la vio- tiempo para aprender el arte de hacer una novela.
lencia y la exagerada respuesta emocional. Dudo que Ya en 1832, Jose Maria Lafragua publico N etzula,
alguno de los primeros novelistas advirtiese la rela- tragica historia de amor de una joven pareja indige·
ci6n existente entre las dos caras, aunque ello puede na. El autor logr6 despojar al relato de toda signifi·
apreciarse en la obra de algunos autores. Iba de por caci6n y nos dej6 iinicamente una muestra de la
rnedio una cuesti6n de arte, y a veces un novelista ironia del destino, a que tan afectos fueron los roman·
se apartaba de su circunstancia inmediata con la b- ticos. Evidentemente le interesa mas conmover el co·
tenci6n de descubrir la verdad, para terminar hun· raz6n de sus sencillos lectores que insuflar vida a sus
dido en un pantano de sentimentalidad inverosimil. personajes. Es mucho mejor El criollo (1836), de J. R.
Otros escribieron sometidos a la influencia costurn- Pacheco, que utiliza la sociedad discriminatoria de
brista, cuyo interes por lo singular y particular la la epoca colonial como causa de la tragedia amorosa.
convierte en una especie de expresi6n romantica; pero Simplemente porque descubri6 vida en la tragedia,
la acci6n queda teiiida siempre por una sensibilidad mas que sensacionalismo, es mas novelista que Lafra.
rom{mtica que con demasiada frecuencia degenera y gua. Pero el discernimiento de Pacheco es mas la
cla precisameute en lo contrario de la realidad. excepci6n que la regia. En ese mismo afio, Mariano
N ada tiene de sorprendente que las primeras obras l\lelendez y Munoz situ6 El misterioso en la Espana
de ficci6n, consumada la Independencia, se interesen de Felipe II y fracas6 tristemente porque careci6 de
en el pasado de Mexico. El foco de atenci6n no estu· habilidad para recrear la epoca de su acci6n. Es
vo en ningun punto particular del pasado, pues Me· razonable suponer que el autor ley6 algunas novelas
xico carecia de una edad media hasta la que pudie- hist6ricas y decidi6 dar un ejemplo de la misma en
sen retroceder los novelistas, como hicieron los euro- la cultura mexicana, sin tener la menor idea de c6mo
peos. Los temas mas interesantes son los de la Inqui· hacerlo. Inclusive Ignacio Rodriguez Galvan, quien
sici6n, el indio idealizado en contraste con el con- sinti6 la influencia de las corrientes literarias con rna·
quistador y la defensa del criollo. La brevedad de yor grado que la mayoria de sus contemporaneos, no
156 SENTIDO COMON Y VISioN BORROSA SENTIDO COMON Y VISioN .BORROSA 157
logr6 . producir una atmosfera autentica en La hija de una situaci6n desdichada en la que no hay a la
d_el mdor ( 1836). El inten~s del relato depende dema- vista alivio a una serie de acontecimicntos desgracia-
Siado de su descnlace y cl intcnto que hace cl autor dos. No se conoce con seguridad la fecha de su pu-
P?r, n;ontar la escena en referencia a los persona jes blicaci6n, pero probablemente fue escrita al mismo
lustoncos resulta exterior al movimiento de la novela. tiempo que las demas. La diferencia estriba en el es-
En tres aiios sucesivos Rodriguez Galvan publico tado de animo del autor. Es una suerte de esbozo cos-
Ires ~?velas cuya caractcristica general es al misma: tumbrista en el que una invitaci6n a comer con ami-
La hLJ~, del o~dor, Manolito Pisaverde (1837) y La gos conduce a un hombre a una serie de contratiempos,
proc~swn ( 1838) . Las tram as giran en torno a una pero nunca a la comida. El autor aprovecha la opor-
1denhdad oculta o equivocada, y el autor no hace tunidad para cambiar la perspediva en la que con-
gran cosa por atraer al lector. Lo sorprendente es que, sidera cierto numero de debilidades humanas comun-
a pesar de qu~ sabe mas o menos que trama el autor, mente aceptadas. Es interesante seiialar que en esta
el lector se s1ente atrapado en el movimiento de la historia, en la que se ocupa de cosas mas cercanas
trama Y desea saber como se resuelve. La calidad me- a su cxpericncia, Rodriguez Galvan se sujet6 a un
lodram~tica de la ficcion de Rodriguez Galvan ha relato muy sencillo y lo desarrollo plenamente, mien-
d~do pie a Ia acusaci6n de que no entendi6 el ca· tras que sus demas novelas tienen accion suficiente,
racter del romanticismo y se dcj6 atraer solo por sus en forma de esbozo, como para proporcionar a otros
aspectos mas superficiales. No deseo defender su com- novelistas material para llenar dos o tres tomos.
p rensi6n de todas las facetas del romanticismo, pero La longitud de una novela no siempre indica la
es un hecho que en es~as tres novelas refleja uno de calidad ·de su desarrollo. La novela por entregas pro-
sus aspectos; el de la acci6n, olvidado a menudo por dujo varias narraciones monsfruosas que encadenan
o,tros , novehstas. El farnoso poema patriotico de acci6n tras acci6n mientras asi lo desea el autor,
R~dnguez . Galvan, Profecia de Guatz:moc, po2ee la quien no se preocupa en lo mas minimo por la estruc-
miSina cahdad. El poema avanza en medio de con- tura. Algunas carecen de desarrollo tanto como las
f?sion, de misterios, sueiios y exageraciones roman- novelas de Rodriguez Galvan, que podria haberlas
tlcas, pero avanza. Y lo mismo podemos decir de ensartado con los mismos resultados, si hubiese que-
las tres nove~as .. Padece muchas chifladuras que para rido. El fistol del diablo, de Manuel Payno, figura-
algu~J.O~ romantlcos eran esenciales, pero si posee el ria entre las novelas de ese genero de no tener la
movmuento del periodo. Y en otra novela corta Ro- caracteristica redentora del ataque contra la £alta de
driguez Galvan mostr6 que podia descender desde las sentido comi"m en Ia sociedad de su tiempo. El fistol
alturas de Ia imaginaci6n para advertir la ridiculez del d£ablo se publico por entregas en 184.5 y 1846
de la condici6n humana. Llam6 a su relato Tras un y es patente que Payno escribi6 las entregas por
mal nos vienen ciento, titulo que sugiere Ia existencia separado, sin preocuparse por lo que habia ocurrido
158 SENTIDO COMUN Y VISI6N BORROSA SENTIDO COMUN Y VISI6N BORROSA 159

antes o por lo que ocurriria despues. Tal y como con- oportunismo y las locuras de Santa Anna. Solo la
cibio originalmente la novela, contaba con un recurso falta de conciencia nacional pudo llevar al pais a
para enlazar las partes, pero hasta este debil intento la deriva, como lo llevo, inclusive hasta el extrema de
por darle unidad se le olvido mucho antes del final. perder mas de la mitad del territorio nacional en una
No tiene caso leer El fistol del diablo como ejemplo guerra que, por injustificada que haya sido la acci6n
del arte . de escribir una novela. Inclusive en los del agresor, no podria haber ocurrido de encontrarse
raros intentos que hizo Payno por dar fonna y estilo mejor organizada la nacion mexicana. El nacionalis-
a su obra, fracas6. Su valor estriba en lo que el au- mo fue producto de la desesperacion mas que de una
tor hizo inconscientemente, en Ia sociedad que recre6, comprension profunda.
que posee autenticidad por el enorme interes que Manuel Payno advirti6 los males del pais, y esta
sentia el escritor en el perfeccionamiento social. No comprensi6n Io mantuvo en una posicion politica mo-
obstante esto, a menu do es aburrido; pero hay muchas derada, sin una decision total en favor de los libera-
partes de la novela que sitiian al lector, autenticamen- les o de los conservadores. Desde su punto de vista,
te, pero no a los personajes, dentro de la epoca. la nacio nse conducia ilogicamente y era necesario
El mundo de Pay-no era ca6tico, por no decir otra restaurar el sentido comiin. Sus criticas abarcan toda
cosa. La sociedad estaba desorganizada, la gente ca- la gama social, pero esencialmente son las mismas. En
recia de metas y aspiraciones comunes lo suficiente- su opinion, la vida en Mexico era una serie de cons-
mente especificas como para permitirle al pais fun- piraciones que tenian siempre como meta alguna
cionar. El pensamiento politico estaba fragmentado ventaja personal. Critica por igual a los generales que
en varios sentidos. La situacion econ6mica no podia organizaban ejercitos para imponer su poder perso-
ser mas triste. La division de clases estaba plenamente nal, .que a los borregos que iban detras de ellos sin
establecida. Todos estos factores conducian a la auto- esperanza de contribuir al bien nacional. Pero el
preservaci6n del individuo mas que a la preocupa- general es apenas diferente de la matrona de sociedad
cion ·por el bien comun. Las circunstancias de la epoca cuyas asociaciones con otros son mas destructivas que
le hacen sentir al lector que estii presenciando una reciprocamente beneficiosas. Payno creia que las cons-
gigantesca simulacion; que la nacion existia solo for- piraciones personalistas eran resultado de la estrati-
malmente y que, dentro de esa forma, una frenetica ficaci6n social y que las fronteras de clase tenian su
actividad lleva al pais mas para atras que para ade- fundamento en problemas economicos.
lante.2 Solo una epoca como esta podia tolerar el En· El fistol del diablo no abundan las teorias eco-
2
Una de las mejores pinturas de los primeros aiios de la nomicas o pollticas. La argumentacion de Payno des·
historia de Mexico se encuentra en una novela de Leopoldo cansa en lo que para el es una actitud razonable en las
Zamora Plowes, titulada Quince Uiia.s ,- Casanova (Mexico relaciones de los hombres. Puesto que habia acepta-
Talleres Gnificos, 1945). Recrea los afios comprendid~s entr~
1844 Y 1853, los mejores de la vida de Santa Anna. do los principios liberales de ese tiempo, le parecia
160 SENTIDO COMUN Y VISION BORROSA SENTIDO COMUN Y VISI6N BORROSA 161
que la aceptaci6n general de esos principios habria cwn del pasado. Compensa esto, en grado considera-
de resolver naturalmente los problemas que advertia. ble, mediante la detallada descripci6n del Iugar, que
Describe los problemas siempre con intenci6n de mos- puede rivalizar con las descripciones de Walter Scott.
trar la locura de los hombres. Comunmente sus des- En esta escena detalladamente montada, Sierra habla
cripciones poseen un atractivo picaresco y tienen me- de dos amantes, un joven eminentemente digno y una
nos de sermon que las de Lizardi. La unica vez en que muchacha cuya legitima herencia es exigida por la
exagera es la de su comentario de la carcel y la Inquisici6n, por razones que se explican de manera
rehabilitaci6n. Tenia un gran interes en esto y habia romanticamente complicada. A pesar de algunas exa-
dedicado mucho tiempo a estudiar sus efectos en el geraciones, el autor provoca la identificaci6n del lec-
pais. Puesto que de todas maneras le importaba poco tor con la pareja joven y juntos viven bajo la sombra
Ia estructura, el tamafio de su exposici6n estaba regido de la Inquisicion. El personaje principal, sin embar-
por su interes. Es patente que a Payno le bastaba la go, es un jesuita amigo de la joven que decide salvar
incorporaci6n del lector; y como permiti6 que sus per- su herencia, reservando parte de la misma para su
sonajes se mantuvieran fuera, escribio una serie de orden. El jesuita bien puede ser la mejor caracteri-
esbozos costumbristas en vez de una verdadera no- zacion que se haya hecho en Mexico durante los afios
vela. del romanticismo. Es uno de esos raros casas de un
Las debilidades de El jistol del diablo se deben en personaje que no es totalmente bueno o malo. En su
parte a que fue publicada por entregas. Pero en La caso, Ia simpatia del lector crece y decrece. Aunque
hija del judio (184,8-1850) Justo Sierra O'Reilly de- el jesuita desea sinceramente ayudar a Ia joven, esta
muestra que la novela por entregas puede superar inclinaci6n tiene un limite absoluto, ya que tambien
muchos obstaculos levantados por la forma de la pu- piensa en el bienestar de su arden, lo que para Sierra
blicaci6n. La novela de Sierra es hist6rica y trata de es una suerte de egoismo. El interes de Ia trama de-
la injusticia de Ia Inquisici6n. Es mucho mejor que pende de las sabias maniobras del jesuita para al-
otras novelas romanticas del mismo tema. sobre todo canzar sus fines. Sin embargo, esta accion esta bien
porque Sierra capto Ia magia del novelista que se le relacionada con la historia de amor y Ia novela de
escapo a Payno y a muchos otros: sus personajes Sierra resulta Ia mas compleja y Ia mejor construida
viven bajo el efecto del mundo que los rodea. que se haya publicado en Mexico antes de las de
Sierra fue un liberal en lo politico y en lo religioso, Juan Diaz Covarrubias. La segunda aportaci6n de Sie-
como se ve claramente en su novela; pero lo aclara rra, la mas importante quiza, es que fue el primero
en la misma novela, y no se vale de ninguna expli- que contempl6 un aspecto de la realidad mexicana
eaci6n. Es verdad que juzga el pasado desde el punto en la perspectiva del tiempo. Su afortunada recreaci6n
de vista de su posicion actual, pero esta falacia acep- del pasado da realidad a una informacion que po-
ta Ia realidad en un nivel diferente: el de la recrea- dria 110 SET mas que simples paJabraS; y los mexica-
162 SENTIDO COMON Y VISioN BORROSA
SENTIDO COM(JN Y VISION BORROSA 163
nos que la contemplascn poclrian advertir, ademas de
de sus novelas, el poetico protagonista contempla desde
la imagen especular, una parte del fundamento de lo su ventana una escena que se produce al caer la no-
que eran.
che y que deprimiria al optimista mas conve~ci?_o.
El scntido comiin por el que abogaron Payno, Li-
Pero Del Castillo no se content6 con su descnpcwn
zardi y, de manera un poco diferente, Sierra, llen6
efectiva y se sinti6 obligado a explicarle al lector que
a las novelas romfmticas de tma preocupaci6n por una
esta escena era lo que habria de deprimir al prota-
suerte de conducta moral rara vez relacionada con la
gonista.
reflexi6n profunda en las circunstancias sociales, y
Algunos de los defectos de Del Castil~o son co~~­
que juega con la simpatia del lector mediante la
nes a los novelistas romanticos, pero tlene tambien
descripci6n lacrimosa de la tragedia de alguien que
los suyos propios. Por raz6n de sus fal~as y sus vir-
ha sido convertido en victima por otro. Estas trage-
tudes no basta con llamarlo novelista romiintico y
dias pueden describirse diciendo que fueron la nor-
dar ;or sentado que con ello se le ha descrito sufi-
ma social en las novelas del romanticismo. El mas
cientemente.
notable de tales novelistas fue quiza Florentino M.
En 1850, Del Castillo publico un tomo de novelas
del Castillo, quien hizo un esfuerzo extraordinario
cortas, H oras de tristeza, algunas de las cuales, o to-
para descubrir las razones psicol6gicas de los proble-
das, habian sido publicadas un afio o dos antes. La
mas humanos de sus personajes. Quiero aclarar inme-
fecha de otra novela, Culpa, no es clara, pero proba-
diatamente que Del Castillo no fue un buen nove-
blemente pertenece al mismo periodo. La ulti~a y
lista. Su psicologfa, aunque intercsante para su epoca
mas ambiciosa de sus novelas, H ermana de los ange-
a menudo es desatinada y a veces pueril. Ademas .
les, publicada en 1854, solo se distingue de las ~tras
es pedante. Su narraci6n es mala; la impaciencia que
en que es mas larga. Castillo examina la incapac1dad
le provoca el desarrollo del relata le hace saltarse la
flsica a traves de la identificaci6n; los efectos de la
narraci6n v decirle al lector, directamente, lo que
abstinencia sexual, del libertinismo, de la educaci6n
ocurri6. A~wntona tragedia sabre tragedia hasta el
sexual carente de sentido de la realidad, las incli·
punto de volverse ridiculamente inverosimil. Sus som-
naciones incestuosas, el deseo natural y los votos sa-
brios personajes no hacen mas que sufrir. Derrama
grades. El hecho de que sus person?jes se retuerc~n
todas y cada una de las lagrimas de la desdicha y nos
y declaman en medio de sus desdiChas no cambia
ofrece Ia mas vulgar sensibler]a alii donde una no-
las intenciones del autor. La sociedad que contemplaba
bleza estoica y totalmente humana resultarfa mas ins-
era precisamente Ia misma que Manuel Payno tenia
piradora. Insiste en entrometerse para explicarle al
ante sus ojos. Y tenemos buenas razones para creer
lector lo que ya ha dicho con tod a claridad. Este de-
que le hubiese agrada~o el advenimiento ~:1 sent~do
fecto es muy comun en los novelistas romii.nticos, pero
comun por el que suspnaba Payno. La evwente sim·
Del Castillo tal vez lo exagere mas que nadie. En una
patia de Del Castillo por los desdichados permite cia-
164 SENTIDO COMDN Y VISioN BORROSA SENTIDO COM(JN Y VISION BORROSA 165
sificarlo, en general entre los novelistas "sociales", y ca cuando era muy joven fue causa de inhibiciones
es bastante lo que se ha escrito acerca de su defensa que nunca supero. Cada uno de sus amores es des-
de las clases humildes. El hecho es que muy poco truido por circunstancias que escapan a su dominio,
es lo que vemos, en las novelas de Del Castillo, de las pero sus inhibiciones no siempre se patentizan.
grandes masas de la sociedad. Su vision esta enfo· La importancia de esta novela mas bien gris no
cada en una clase media muy caracterizada, aunque estriba en su valor literario sino en las razones que
los miembros de la misma que describe son los me- tuvo el autor para escribirla. La motivacion de Pay-
nos afortunados. Observo los males sociales economi- no y de Sierra es suficientemente clara; y si la mo-
cos que advirtio Payno, pero trato de descubrir la tivacion de Del Castillo no es tan clara, un poquito
razon mas alla de la £alta del sentido comun. Las de reflexion basta para iluminarnos. Pero La guerra
desdichas que describe pueden atribuirse a las defi- de treinta anos parece no saber nada del mundo
cientes relaciones humanas, y son estas relaciones las salvo lo que hay de amor en el. Por supuesto, el
que trata de comprender. Por desgracia, sus novelas amor ideal fue un motivo favorito de los roman~icos.
carecieron del atractivo popular que Payno consiguio Su tratamiento propende a ser leve e idilico y la aten-
con su tono picaresco y Sierra con su capacidad para cion se concentra en la sufriente fidelidad de uno o
introducir al lector en la novela. No hubo un liberal de los dos amantes. Pero la novela de Orozco no es
del siglo XIX mas consagrado a SU ideal. ninguna de estas cosas. Desconoce el mundo, pero no
Un contraste adecuado con la brevedad de Del se aparta de el. La acci6n esta fijada en el tiempo y
Castillo nos lo ofrece La guerra de treinta aiios, de en el espacio, pero ello no determina que es lo que
Fernando Orozco y Berra, publicada tambien en 1850. hacen los personajes. El tema no es la fidelidad, sino
El autor llena varios centenares de paginas con un la decepcion. La guerra de treinta aiios es la manera
relato de los enredos amorosos del protagonista. Los como el autor expresa el descontento que le produce
treinta afios del titulo hacen referencia a los prime- el mundo en el que vive. Supongo que no pensaba
ros treinta afios de su vida; por guerra hay que en- en la desorganizacion social, pero su pesimismo refle-
tender la lucha por alcanzar la felicidad sin mengua ja gran parte del desasosiego de sus contemporaneos.
de los ideales. Presumiblemente, Ia novela es auto- Probablemente se vio llevado a expresar su desconten-
biografica, aunque es dificil creer que un hombre to a traves de la relacion amorosa, al darse cuenta
haya podido tener tantas y diversas experiencias. Son del gusto contemporiineo. A lo largo de la novela,
diversas, al menos, en opinion del au tor; el lector Orozco no pierde oportunidad de expresar su creencia
suele encontrar una horrible semejanza entre elias. en que la felicidad se compra sacrificando los prin-
La guerra de treinta anos es una novela de sen- cipios, y nos habla de una norma moral liberal que
sibilidad. Lo que afirma Orozco es que la reprimen- coincide con el sentido comun por el que abogo Payno.
da que le dieron al protagonista por besar a una chi- Un afio mas tarde, Pantaleon Tovar publico Ira-
166 SENTIDO COMUN Y VISI6N BORROSA SENTIDO COMUN Y VISI6N BORROSA 167
nias de la vida, exactamente lo que el titulo dice: cen- A pesar de sus numerosos defectos, I ronias de la
tenares de paginas de ironias. Pero la vida que Tovar vida es mas novela que la mayoria de sus contempo-
describe no es un trozo de la realidad; es una mez- raneas. Tovar sabia como relacionar las acciones de
cla de criminalidad, oportunismo e inmoralidad que un personaje con las de otros personajes, elemento
probablemente expresa el asco del autor mejor que cual- esencial de la narraci6n, y que cuando £alta da Iugar
quier cuadro realista. Y abundan las ironias. Tovar a comentarios como los de "episodica" y "mal cons-
trabaja cinco tramas simultaneamente, aparte de unas truida". Es verdad que Tovar se dej6 arrastrar por
cuantas subtramas y lo entreteje todo tan intrinca- su propia facilidad y que hizo terriblemente compli-
damente que el lector contempla horrorizado lo que cada su no vela; pero el relato absorbe al lector mucho
esta ocurriendo. Se va acostumbrando ala caida inevi- mas facilmente que una sarta de episodios. Muchos de
table en la tragedia. Aun cuando su llegada no este los personajes, por dcfectuosos que puedan parecer
justificada por los acontecimientos previos, la acepta desde nuestro punto de vista, son combinaciones del
sin pensar, pues sabe que algo tenia que ocurrir. Al- bien y del mal y, asi, se distingue de la mayoria de sus
tamirano, el mas amable de los criticos, escribi6 que contemporaneos de ficci6n, que son completamente
las obras de Tovar llevan la macula de un amarguisi- buenos o totalmente malos. La novela de Tovar es tan
mo pesimismo. 3 compleja e irregular que sus faltas son a menudo
lronias de la vida esta llena de un amarguisimo pe- sus virtudes. Y tal vez por esta razon al autor rara
simismo, pero no se si esto constituya una macula. vez se le da credito por haber incluido en su vision
Resulta asombroso, si; tal vez increible; pero la con- a la clase verdaderamente pobre algo que muy rara
centraci6n de pesimismo tal vez sea lo mejor que vez ocurre en el siglo XIX, aunque a varios novelistas
tenga el libro. Ademas dudo mucho que Tovar sea se les reconoce equivocadamente el merito de haberlo
mas pesimista que Payno, ya que no lo es mas que hecho. Los pobres de Tovar son de la autentica clase
Orozco y Berra. Pero, claro, su retrato de una socie- inferior, virtualmente inexistente desde el punto de
dad llena de sabandijas tiene que escandalizar. Tal vista econ6mico, discriminada y marginal. No son la
vez sea exagerar la interpretacion, pero pienso que clase media desdichada. Tovar les da inclusive, ann-
las tramas entrecruzadas y la inmoralidad fundamen- que con cautela, algunos de los elementos de su ma-
tal que aparecen en este libro nos dan el adecuado nera de hablar.
sentimiento de una organizaci6n social deficiente y Es dificil descartar el pesimismo de Tovar conside-
del rechazo de toda responsabilidad que Payno des- randolo amarguisimo. Mas bien es airado y tal vez
cribi6. angustiado. Su novela parece muy declamatoria para
el gusto del siglo xx, pero yo me inclino a no cerrar
3
Ignacio M. Altamirano, Articulos literarios (Mexico, Vic- los oidos. La exageraci6n romantica bien puede ser
toriano Agiieros, 1899) , p. 406. solo producto de la imaginaci6n cuando trata de
168 SENTIDO COMUN Y VISI6N BORROSA SENTIDO COMUN Y VISI6N BORROSA 169

sentimientos suaves y amables; pero no es facil ima- Cualquiera que pueda ser la opinion social de los
ginar la ira y darle existencia. lVIas probablemente es novelistas, sus novelas usan siempre una historia de
resultado de la ansiedad; y en nuestra epoca no puc- amor, o una combinacion de historias de amor, como
de tomarse a la ligera la angustia. A Tovar le £alta hila en el que ensartan toda su acci6n. Y muy a Ia
pulimento, pero tiene fuerza, y es un error juntarlo manera romantica, algunas novelas tratan sobre todo
con Jose Rivera y Rio, que lloriqueaba cuando Tovar el tema del amante fiel. Amor de angel (1854), de
gritaba. Emilio Rey, discurre por varios paises europeos, mien-
La aparici6n de la primera novela de Rivera y tras la fiel mujer aguarda a que su extraviado aman-
Rio en el mismo afio que la de Tovar no es coinci- te se enmiende; luego ella se entera de que el muri6
dencia, sino resultado de un evidente influjo lite- en un accidente ferroviario cuando volvia a sus bra-
rario. El titulo de la novela de Rivera y Rio, Los zos. Es dificil advertir en esta novela nada aparte
misterios de San Cosme, sugeriria la influencia, aun de la invencion de una tragedia destinada a partirle
cuando no lo hiciese la novela. La influencia es de el corazon al amable lector. Revela una suerte de dig-
Los misterios de Paris, de Eugenio Sue. La de Ri- nidad humana que podria tener alguna tenue rela-
vera y Rio fue la primera de una larga serie, pu- ci6n con el sentido comun; pero Rey dedica tantos
blicada a lo largo de un periodo de muchos afios, en esfuerzos a alejarse de Ia realidad, que mal podemos
la que cada novela es casi exactamente igual a sus esperar que la descubra aunque sea por casualidad.
predecesoras. La influencia de Sue puede discernirse La cantidad de ficci6n en prosa de los escritores
en la mayoria de los novelistas romanticos mexicanos. mexicanos en la primera mitad del siglo pasado es
Su tema fundamental es el individuo desgraciado; su relativamente ligera. Pero su variedad es importante.
narrativa es compleja; sus caracteres estan perfec- Aunque existen varios denominadores comunes obvios,
tamente categorizados y su tono es declamatorio. La practicamente todos los novelistas poseen cualidades
diferencia fundamental de Rivera y Rio es que este distintivas. La experimentaci6n puso los fundamen-
t1ltimo no muestra la misma clase de indignaci6n. Los tos para ulteriores cultivos del genera novelistico y,
personajes son los mismos: usureros, hombres de for- gradualmente, esos fundamentos se hicieron reconoci-
tuna deshonestos, catrines, asesinos -toda la gama bles. La mitad del siglo XIX no sefiala de ninguna
de la sociedad con un fuerte sabor a deshonestidad. manera el fin de la novela romantica en Mexico. i
La actitud de Rivera y Rio es Ia desaprobaci6n algo Algo de la influencia del realismo llega temprano, pero
,,'
trivial que va bien con su estilo prosistico de chismoso. no queda realmente establecido basta bien entrada la
Su juicio parece fundarse en su opinion de lo que decada de 1880.
es propio de la gente decente, en tanto que el de AI principia de mis estudios de la novela mexicana,
Tovar parece fundado en una idea de Ia clase de so- me pareci6 que los rom anticos hablan encontrado al-
ciedad que las personas inteligentes crearan. gunos modelos extranjeros, franceses principalmente,
170 SENTIDO COMUN Y VISION BORROSA
y no habian sino traspuesto estas novelas a escenas
mas o menos mexicanas. En diversas obras se trans-
parenta la influencia de Hugo, Dumas y Balzac ; tal vez
en mayor grado la de Sue y Alphonse Karr. El es- IV. UN PROYECTO DE PROGRESO [1855-1884]
tilo descuidado y las actitudes sensacionalistas de los
novelistas mexicanos no hicieron mas favorable mi LA REFOKMA puede ser descrita con bastante exacti-
impresi6n. Es evidente que no eran muy creativos. tud como el intento de construccion de una naci6n.
Pero si lo hubiesen sido, habrian resultado notable- Del caos precedente y la necesidad de sentido comun,
mente diferentes del pais en su conjunto. La nacwn naci6 un grupo de liberales intelectuales que intento
estaba imitando, experimentando, tratando de encon- organizar al pais conforme a su proyecto democra-
trar su camino, cometiendo graves errores, lo mismo tico, capitalista. En este movimiento hay muchos nom-
que su novelistica. Considerada de esta manera, la bres importantes, pero los mas simb6licos son los
110Vela de la primera mitad del siglo XIX no es solo de Benito Juarez e Ignacio Manuel Altamirano: Jua-
lm buen reflejo de la nacion, sino que es la concien- rez por su talla de gigante como lider; Altamirano,
cia que esta tratando de senalar el camino al sentido porque tuvo la vision que le permitio advertir que en
com{m y a la vision de la lndependencia. La Reforma el proyecto de Reforma tenia que figurar la literatura
hizo algunos cambios en el pais y en la novela, pero como parte de la existencia nacional. El movimiento
ambos siguieron siendo esencialmente romanticos. en su conjunto fue tan romantico como la guerra de
lndependencia o cualquier otro de los grandes movi-
mientos liberales que lo precedieron. Tal vez fue mas
romantico por la persistencia de su idealismo y de su
fulgor transitorio, a pesar de insuperables dificultades
-y por su eclipse, ocurrido no por una derrota,
sino por una imposibilidad practica. La vision de la
Reforma fue la vision de Hidalgo y su intencion dar
nacimiento a un pais de libertad, de justicia y de
conciencia nacional. Los reformistas se lanzaron a li-
mitar el poder de la Iglesia, a redimir economicamen-
te a los peones y a educar a las masas para que pu-
diesen convertirse en parte integrante de la nacion.
La reacci6n conservadora fue violenta y el pais se de-
bati6 en la Guerra de Reforma desde 1857 hasta
[171]
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1860. Despues de numerosas derrotas, los liberales que· que podria haber sido" y a tener a sus trabajos en
claron por fin victoriosos, hasta el punto de que en· mas alta estima de la que realmente se merecen. Es-
traron en la capital. Pero la victoria no fue com· cribi6 una novela buena, Gil Gomez el insurgente y
pleta, porque el pueblo no estaba preparado para un buen cuento, La sensitiva ( 1859) . Este ultimo es
comprender la naturaleza de Ia Reforma y porque una de las historias sentimentales mas puras que
los conservadores se conjuraron para importar a un se hayan escrito en Mexico. Aunque se propane pro-
principe extranjero que estableceria Ia clase de orden vocar la tristeza romantica es mas tierno que declama-
que a ellos les interesaba. torio. Y el autor concentra su atenci6n en el relato
La guerra de Reforma paralizo virtualmente la vida del amor inmortal sacandolo del tiempo y del espa-
literaria de Mexico. El unico novelista que publico cio, con lo que da autenticidad a su proposicion idilica.
entre 1855 y 1860 fue Juan D!az Covarrubias, joven Gil Gomez el insurgente es totalmente diferente como
no exento de talento que se preguntaba, aun cuando novela. El protagonista se convierte en hombre de
estaba escribiendo, por que lo hac!a. En la dedicatoria Hidalgo, aunque habia tenido la intenci6n de incor-
de u~a de sus novelas, El diablo en Mexico ( 1858), porarse al otro bando. Esta convicci6n, ademas del
a Lms G. Ortiz, observo, un poco para disculparse, hecho de que al final hay mucho perd6n mutuo en-
que no faltar!a quien pensara que solo un tonto 0 un tre personas qne habian peleado en ambos handos,
niiio podia escribir novelas en aquellos tiempos tan hace que Gil Gomez el insurgente sea mas una nove-
turbulentos. Diaz Covarrubias no entendio realmente la de la Reforma que cualquiera de las obras en que
esa turbulencia. En su mejor novela, Gil Gomez el se trata el periodo hist6rico del propio Diaz Covarru-
insurgente, entiende la vision de Ia lnclependencia. bias. Literariamente, la novela es mejor que la mayo-
Pero en sus novelas no historicas no advirtio la rela· ria de sus antecesoras. Narrado en prosa fluida , aun-
cion existente de esa vision y los aiios en que es- que no elegante, el relato se desenvuelve bien e in-
taba escribiendo. No obstante, su ansiedad es muy teresa al lector tanto en la caracterizaci6n como en la
evidente y tuvo un fin dramatico en su propia muer- acci6n. La trama hist6rica esta relacionada, aunque
te. Con otros estudiantes de medicina se ofrecio a ir debilmente, con una historia de amor y en ambas
al campo de batalla de Tacubaya para auxiliar a he- hay mucho melodrama. Pero encontramos en la no- I
ridos de ambos bandos. Fue capturado por los con- ,·ela Yalores suficientes para que nos resulte acepta- I
I
servadores que lo mandaron fusilar con otros prisio- b!e el melodrama. Realmente, la mayor parte de la !
neros, oficiales del ejercito liberal. Tenia veintidos exageraci6n pertenece a la historia de amor mas que I

afios de edad. al tema hist6rico, donde el sentimiento de realidad


Las circunstancias de Ia muerte de Diaz Covarru- queda realzado por una determinada tendencia a lo
bias han rodeado a su obra de una aura que inclina picaresco de parte de Gil Gomez.
a algunos lectores a pensar en el como el ·"novelista Si Gil Gomez el insurgente y La sensitiva ilustran
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aspectos especiales de su ·epoca, las demas novelas de estudios y un oficial retirado del ejercito que no tiene
Diaz Covarrubias son mas caracteristicas en general pension. Diaz Covarrubias describe muchas circuns-
de I~ ficcion de esos alios. Tal vez Ia ansiedad que tanc.ias tragicas como estas y utiliza los suficientes per-
senha el autor por el mundo que le rodeaba es mas sonajes como para no tener que amontonar demasiadas
patente en La clase media ( 1858) y El diablo en tragedias en una sola persona; pero una vez distribui·
Mexico. La ansiedad puede haber sido Ia causa del dos los numerosos papeles, le cuesta trabajo conectar-
cambio de estilo. Estas novelas "sociales" estan escri- los en un tema narrativo central. El resultado es muy
tas con un estilo nervioso, de £rases repetidas y parra· deficiente y prefiero la amargura de Tovar al dulzon
fos breves, cortados, que le hacen sentir al lector sal- pesimismo de Diaz Covarrubias.
tos bruscos mientras lee. La clase media, a pesar del El diablo en Mexico es menos sensiblera que La
hecho de que es mencionada siempre en historias de clase media y mucho menos complicada. Sospecho que
Ia literatura que hacen mencion de obras superiores, esta novela ha debido contribuir en algo a Ia leyenda
es una de las peores novelas escritas en Mexico. La del novelista prometedor, porque algunos pasajes son
intencion del autor fue bastante honorable. Trat6 de buenos trozos costumbristas, y esta clase de pintura
retratar a Ia sociedad segfm Ia veia y de hacerla vivir verbal de la realidad visible crea a menudo Ia ilusion
ante el lector. Lo que encuentra el lector no es dife- de ser mas significativa de lo que realmente es. El
rente de lo que descubre en las novelas de Tovar o "diablo" es la husqueda de Ia ganancia, que en este
Rivera y Rio. Luis Leal ha descrito a la sociedad de relato frustra dos enlaces por amor y pone en su
~~s. n~velas de_ Diaz Covarrubias diciendo que son lugar a dos matrimonios por conveniencia. Eviden-
~nstocratas, ncos pero pervertidos; Ia clase media, temente, Covarrubias no sintio ninguna necesidad
vrrtuosa pero sin esperanza, y el pueblo, industrioso particular de desarrollar el problema. Lo enuncia y
pero oIv1'da do" .1 La atenc10n
., deI autor se concentra' luego se salta seis meses hasta la conclusion. Es in-
en Ia clase media que, en verdad, no tiene esperanzas. teresante sefialar que sus heroes gozan de buena
Pero da la impresion de que Ia salvacion de Mexico salud y que uno de los protagonistas masculinos llega
depende. d~ que se rescate a Ia clase media, y no del inclusive a recuperarse de un mal cardiaco. Tal esta-
reconoclmiento de las necesidades de una clase infe- do de salud es realmente insolito en un novelista ro-
rior. Sus personajes desdichados son un medico jo- mantico y, de hecho, contribuye considerablemente a
ven que no puede establecerse porque carece de las darle verosimilitud a las demas circunstancias.
inf~uencias necesarias, un estudiante de leyes que ne- La victoria liberal proporcion6 un tonico inmedia-
cesita sostener a su madre viuda mientras termina sus to, aunque de corta duracion, a Ia novela. Entre el nu-
mero mas bien grande de novelas publicadas en 1861
1
hay dos de Nicolas Pizarro Suarez, uno de los mas fer-
Luis Leal, Breve his to ria del cuento mexicano (M · · vientes y elocuentes defensores de Ia Reforma. El mo-
Studium, 1966), p. 43. exrco,
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nedero y La coqueta son razonamientos en favor de la mino desde San Angel hasta Ia ciudad de Mexico.
Reforma, con las vestiduras comunes a Ia novela roman- Este hecho, semejante a muchos otros que se descu-
tica. Altamirano conocia a Pizarro y habia leido El mo- bren en las novelas de Ia epoca, posee el encanto que
nedero antes de su publicaci6n, cuand.o su autor era produce el encuentro imprevisto con la vida del pa-
todavia estudiante. Dice que Pizarro revis6 su traba- sado. En los Estados Unidos es como si un protagonista
jo, pero no cuales fueron los cambios que hizo. 2 Si se hubiese perdido viajando desde Brooklyn a Man-
consideramos El monedero como comentario social, des- hattan.3 Sin embargo, lo que hoy es curio~o era
cubrimos que el autor hace cuatro sugerencias. La
bastante comun en aquel tiempo y Pizarro utiliz6 el
primera se desprende del hecho de que el protagonista,
acontecimiento solo con ei objeto de presentarnos a
Fernando Henkel, es un indio que fu e adoptado, cria-
la comunidad modelo. La comunidad tiene que existir
do y educado por un aleman, gracias a lo cual ha
llegado a convertirse en un miembro afortunado de la para el bien de todos y todos deben contribuir al bien
sociedad -es grabador- y hasta goza del privilegio de Ia comunidad. Todo el mundo tiene voz y voto en
de que lo inviten a la casa de don Diego Diaz de los asuntos de Ia comunidad y Ia educaci6n que se
Davila, caballero de extravagantes pretensiones socia- imnarte hace de cada persona un ciudadano resnon-
les. Pizarro sugiere que Ia soluci6n del problema in- sable. Su aislamiento protege a la comunidad de Ia
digena estriba en proporcionar una educaci6n que influencia corruptora de Ia civilizaci6n urbana. El
posea valor practico. No es sorprendente que la mues- padre Luis es el espiritu guia que se interesa primor-
tra de sentido comun Ia haya dado un aleman. Mu- dialmente en el bienestar material de su e-ente.
chos autores del siglo XIX consideraron a los alemanes Una expresi6n particular de nacionalismo inclica la
como ej emplo perfecto de industriosidad, espiritu aho- tercera de las cuatro sugerencias. Don Diego Diaz
rrativo y s6lidos valores morales. Y aunque se les de Davila habla a la manera espanola penin~ular, se
consideraba muy diferentes de los mexicanos, no se equivoca y el autor Io ridiculiza, no solo por su ma-
pensaba que fuesen insensibles de manera que por lo nera de hablar. sino tambien por lo afec>ado de su
comun eran personajes admirables. nombre y apellidos. En otro Iugar de la novela Fer-
La segunda sugerencia es mas complicada y tiene nando le pone un negocio a su criado, Gregorio Faus-
que ver con el encuentro de Fernando y el padre Luis, to Roldan, que luego toma el nombre de don Fausto
quien estableci6 una comunidad modelo con un cen- de Roldan. El autor exhibe una cierta condescenden-
tenar de familias indigenas. Dicho sea de paso, este cia caritativa en este ultimo caso, mientras que en el
encuentro se produjo cuando Fernando se perdi6 y
anduvo vagando por un poblado indigena en su ca- ' En su obra titulada Lns dramas de Nueva Y nrk (Mexir.o.
Jmprenta Litogriifica y Tipognifica de J. Rivera, hijo y Comp.,
' Ignacio M. Altamirano, Articulos literarios (Mexico, Victo- 1869) Rivera y Rio da un sabor muy semejante con las des-
riano Agiieros, 1899), pp. 411-412. cripciones de aislados nidos de amor eri Harlem, etcetera.
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primero deja traslucir un cierto encono; la actitud distraer a una digna joven de su concentraci6n en el
de Pizarro en el incidente de Gregorio muestra muy protagonista.
bien cuan profunda pudo ser su simpatia por la Ademas de su interes como expresi6n del senti·
clase inferior. El problema del lenguaje era un tema miento reformista, El monedero no es una novela real-
favorito de el. Algunos afios mas tarde Pizarro pu· mente mala, haciendo caso omiso de algunas defi·
blic6 la gramatica del idioma como se habla en ciencias, caracteristicas de casi todas las novelas del
Mexico.~ mismo periodo. Aunque hay mucha exageraci6n y ni
La cuarta sugerencia tiene que ver con el clero, del una sola caracterizaci6n completamente satisfactoria,
cual es ejemplo el padre Luis. Desde el punto de vista el interes de Pizarro por la expresi6n de sus ideas a
ortodoxo, tiene mas de trabajador social que de sacer· traves de los personajes hace a estos suficientemente
dote. No les dice a sus ovejas que soporten todas las visibles para lograr una mediana identificaci6n. La
tribulaciones de esta vida con la esperanza de una obra es mas larga de lo necesario, y la mayor parte
vida mejor en el otro mundo. Sus esfuerzos se dirigen de lo que sabemos acerca de la comunidad modelo, el
al mejoramiento en este mundo actual. Es una buena padre Luis lo cuenta por carta a Fernando. El unico
influencia moral y un buen dirigente, pero no tiene interes de la trama que nace de la comunidad misma
ningun poder ni tampoco ninguna inclinaci6n mistica. es el de su destrucci6n por obra del villano de la
Este retrato del padre Luis, asi como otras ideas so· novela, y su consiguiente reconstrucci6n. En este re·
bre los valores morales del sentido comun, es seme·
lato, Pizarro pronostica la persistencia de las ideas li-
jante a las actitudes que nos muestra Altamirano en
berales. Ciertamente, la feliz soluci6n de los proble-
La navidad en las montafias. 5 El padre Luis, tan ale-
mas, al final de la novela, indica la fe del autor en el
jado del concepto tradicional del sacerdote, solicita y
obtiene al final de la novela, la dispensa de sus votos triunfo del liberalismo. El marco cronol6gico de la
novela en el momento de la invasion norteamericana
para poder casarse. Y es bueno para el feliz desenlace
de la trama que lo haya hecho, porque Fernando se en nada contribuye a las finalidades del autor, por
encontraba en la punta menos favorable de un trian· lo que podemos entender. Relata algunas atrocidades
gulo y Luis era lo suficientemente atractivo como para cometidas por soldados norteamericanos, comenta la
discriminaci6n racial en los Estados Unidos y el uni-
4
Un ejemplo de la voluntad de Pizarro por enderezar el co norteamericano que desempefia un papel de cierta
mundo, tipico tambien de la Reforma, nos lo proporeiona importancia es un grosero oportunista. Tal vez el an-
el hecho de que escribiese la gramatica en verso -o lo hizo
siempre que le fue posible- par estar convencido de que tiyanquismo de Pizarro tenia como objeto precaver a
asi, se la recordaria mejor. Mexico contra la tentaci6n de elegir a los Estados Uni-
• Vease Maria del Carmen Millan: "Dos utopias", Historia dos como modelo.
M exicana, vm, 2 ( octubre-diciembre, Mexico, 1957), pp. 187-
206. . A la mayoria de los lectores El monedero les pare-
180 UN PROYECTO DE PROGRESO UN PROYECTO DE PROGRESO 181
ce mas interesante que La coqueta, porque Ia comu- mos a Andres administrando una hacienda de estruc·
nidad modelo nos ofrece una clara exposicion de las tura comunal y disfrutando de su familia. Este final
ideas sociales de Pizarro. La coqueta es una defensa esta pegado al final de la novela, y nos muestra de
de Ia Constitucion de 1857, entretejida con una histo· nuevo la incapacidad de Pizarro para contentarse con
ria de amor y es una combinacion de ideologia y fie· nada que no sea la victoria.
cion mucho mejor que El monedero. La historia de La cantidad, aunque no la calidad, sostuvo el tra·
amor posee un inte:ves especial, porque el personaje bajo de Pizarro en el breve lapso de actividad litera·
llamado Magdalena ejemplifica la opinion de Pizarro ria comprendido entre Ia victoria liberal y Ia Inter·
sobre los derechos de las mujeres. Aunque se la co- venci6n Francesa. Jose Rivera y Rio publico tres no·
noce como coqueta, Pizarro nos revela que Magdale- velas en 1861. Probablemente las escribi6 con anterio-
na hace el juego a su manera, porque no esta con· ridad pero quiza las haya compuesto todas en un solo
forme con el papel pasivo asignado a las mujeres en afio, pues no hay nada en sus novelas que sugiera
la eleccion y conquista de amantes. Andres y Mag· que perdio el tiempo pensando en lo que hacia. La
dalena sostienen largas charlas sobre el tema del esencia de sus relatos es su disgusto por la gente mala
amor y estas paginas son la parte menos interesante y su decision de que no triunfe el mal. Pero el mal
de la novela. Pero el sesgo feminista de estas discu· causa estragos entre los virtuosos, hasta que cae sohre
siones las hace, finalmente, mas interesantes que el ei la justicia poetica. Es diflcil advertir alguna rela-
acostumbrado elogio de la sensibilidad de las mujeres. ci6n entre Ia ficci6n de Rivera y Rio y la Reforma.
Las ideas politicas de Pizarro se expresan en La Los datos biograficos con que contamos no nos dicen
coqueta a traves de la conversacion de los personajes, si lucho o no en Ia guerra de Reforma. Mas tarde
recurso mucho mas adecuado que las cartas de El luch6 contra la Intervenci6n Francesa, pero pudo
monedero. Dentro de su defensa general de la Consti· haberlo hecho por razones patri6ticas, que no lo iden·
tuci6n de Ia Reforma, el autor muestra dos preocupa· tificarian necesariamente con los principios reformis·
ciones principales: Ia intransigencia de la Iglesia y tas. Por cierto que nada tenia de anticlerical. En una
los prejuicios raciales. En un determinado momento, de las novelas publicadas en 1861, Martires y verdu·
cuando se piensa que Andres esta al borde de la gos, el personaje mas admirable, al menos desde el
muerte, un sacerdote se niega a asistirlo a menos que punto de vista del autor, se convierte en sacerdote. Por
reniegue de la Constitucion. La tolerancia racial queda supuesto, la cantidad de sus publicaciones coincide
demostrada con la actitud de Andres ante un criado con el aumento general del interes literario, pero sus
negro procedente de Cuba. Andres es democratico, al novelas no muestran nada diferente de las de afios
menos formalmente, pero en este caso, como en el anteriores.
sirviente de El monedero, la actitud democratica en· Aun Jose Maria Ramirez mostro cierta tendencia
cierra condescendencia. En el epilogo nos encontra· hacia Ia creaci6n de una cultura nueva en su inven·
182 UN PROYECTO DE PROGRESO UN PROYECTO DE PROGRESO 183
cion estilistiea. En una serie de malas novelas, la libro. Es mas bien corta, pero el tiempo de la accwn
primera de las cuales es Celeste, publicada en 1861, y los cambios de escena, asi como la transformaci6n
se Ianzo valientemente a conseguir efectos a traves del de la personalidad de la protagonista femenina, ha-
estilo. El resultado es mas ridiculo que eficaz,. y final- cen que la acci6n implicita sea desproporcionada para
mente el lector llega a fastidiarse de sus oraciones un cuento. La moraleja es que el amor al dinero es la
cortadas, de sus parrafos breves, de los espacios en caracteristica dominante de la epoca. Y Diaz nos mues-
blanco y de las imagenes gastadas. lncapaz de ver tra como este mal es la raiz de otra inmoralidad; mas
mas alla de la tragedia del amor mutilado por el el personaje que representa a la riqueza, Vulcano,
culto al dinero, Ramirez trata de ponerse £ilos6fico y no es mala persona. El mal lo cometen quienes se
acaba en el lugar mas comiin. Es un autor presun- venden a si mismos, no la fuente del poder financiero.
tuoso que cita a otros para exhihir su orientaci6n li- El vigor de la mujer que en efecto se vende, es tan
teraria y rompe el curso de la narraci6n al introdu- excepcional como el personaje de Magdalena en La
cir capitulos enteros de explicacion de lo ocurrido coqueta. Evidentemente, cambios interesantisimos se
antes. Su vision de la sociedad es excesivamente estre- estaban produciendo en la pintura de mujeres. En Vul-
cha -nunca va mas alia de mostrar, muy superficial- carw, Filomena se convierte de pordiosera, de ino·
mente, la necesidad de regirse por el buen sentido, cencia primitiva, en una calculadora mujer de mundo,
que ya observamos en novelas anteriores- y nunca e inclusive adopta otro nombre. Segiin cierto criteria,
cambia. Hasta la novela que suele considerarse como ha sido corrompida por la civilizaci6n. Pero disfruta
su mejor obra: Una rosa y un harapo (1868) no nos de los placeres de la riqueza demasiado como para
ofrece mayor eosa. El fondo historico de la Interven- renunciar a ellos por amor. Aunque debemos Hamar
cion Francesa le da al libro un fundamento mas fir- rom{mtica a Vulcano sin temor a error, tambien se
me que el que tuvieron las novelas anteriores, pero observan en ella sefiales de una acci6n realista: la ca-
Ramirez no supo aprovecharlo. racterizaci6n de Filomena, su actitud a lo tocante
Tambien en 1861, Manuel Payno publico unos al sexo, el hecho de que Vulcano no sea un villano.
cuantos capitulos de una novela que nunca termino: Por supues::o, es natural tratar de encontrar influen·
El hombre de l.a situaci6n. AI parecer quiso utilizar a cias realistas en Mexico hacia estas fechas. Balzac ha-
un mexicano recien llegado de Espana, donde habia bia terminado de escribir y Flaubert habia publi-
estudiado, como expediente para hacer la critica y cado Madame Bovary. En Mexico se ley6 mucho, y
el comentario de la sociedad mexicana. No podriamos se imit6, a los novelistas franceses. Pero la forma en
decir que la novela indique un cambio de opinion en que Mexico se desarrollaba mantuvo vivo el impulso
Payno. Mayor importancia tiene Vulcano, de Hila· romantico; y el periodo de la Reforma, que podria-
rion Diaz y Soto, novela (mica de un periodista fa· mos calificar de segunda generaci6n romantica, fue
mosisimo. Tal vez no sea correcto Hamar novela a este considerablemente una epoca de transici6n, en la cual
184 UN PROYECTO DE PROGRESO UN PROYECTO DE PROGRESO 185
las inclinaciones realistas coexisten al lado de un sada que Ia de la mayoria de las novelas de la epoca.
persistente impulso romantico, hasta que el realismo, Exhibe mas acentuadamente el celo reformista El fili·
finalmente, se impone. bustero ( 1864), de Eligio Ancona, relato acerca del
lrri~ado por la politica del gobierno mexicano en periodo colonial, en el que el autor fustiga a la reli·
materia de pagos de la deuda exterior y acicateado gi6n institucionalizada.
por la ambicion -Ia suya propia y Ia de Ia Empera· Las fuerzas francesas y los conservadores mexica-
triz Eugenia-, Napoleon III planeo la lntervencion nos avanzaron sobre la ciudad de Mexico y, no obstan·
Francesa en Mexico, logro interesar a lnglaterra y a te el heroismo de los liberales de Puebla, Juarez tuvo
Espana en la realizaci6n de un alarde de fuerza en que abandonar la capital. Los engaiiados Maximilia·
Veracruz, pero sus aliados se retiraron cuando descu· no y Carlota llegaron en 1864 y el Castillo de Cha·
brieron sus verdaderas intenciones. A principios de pultepec se convirtio en Palacio Imperial. Maximia-
1862 tropas francesas aliadas a las fuerzas conser· no trat6 de gobernar conforme a principios mediana·
vadoras invadieron Mexico y de nuevo comenzo la mente liberales, para consternaci6n de muchos de sus
guerra entre liberales y conservadores. La fiebre de partidarios conservadores, y lleg6 inclusive a hacer
actividad en la novela bajo tan rapidamente como ofrecimientos de paz a algunos dirigentes liberales.
habia subido. Jose Maria Ramirez sigui6 escribiendo Mientras el emperador y la emperatriz extranjeros imi·
como si el arte y la realidad fuesen su propiedad per· taban la vida cortesana europea en la ciudad de Me·
sonal, sin advertir jamas que no dominaba ni el xico, Benito Juarez viajaba por el norte del pais,
uno ni la otra. Crescencio Carrillo y Ancona compuso mantenia la union de los liberales, y llevaba el go-
una palida novela corta, Historia de Welinna (1862), bierno de Mexico en su viejo carruaje negro, asi como
sobre las virtudes salvadoras del cristianismo, tema Ia libertad del pueblo mexicano en el coraz6n. De este
que repitio mas tarde en Santuario de la aldea ( 1866) . hombre austero, pero intensamente humano, cuya per-
La (mica critica vigorosa de la sociedad que apareci6 sistencia salvo a una republica y gui6 el curso de Ia
entre 1861 y el establecimiento del Imperio fue Ofi· historia de un continente, son las palabras que carac-
cial mayor ( 1864), de Juan Pablo de los Rios. El tema terizan al espiritu liberal de la Reforma y siempre
fundamental de esta novela es el mal uso del poder, diriin algo a las imaginaciones de los hombres: "El
venga este de la posicion social o del dinero. Tema· respeto al derecho ajeno es Ia paz." Esta aseveraci6n
ticamente, no es muy diferente de otras muchas no· convierte a Juarez en figura de Ia literatura, por su
velas romanticas. Se distingue por dos cualidades: la rigurosa sencillez que nos dice mas que muchos vo-
cupacidad del autor para escribir prosa agradable, lumenes.
fluida, y las descripciones pormenorizadas, especial· El periodo del Imperio no se caracteriza por la
mente de las cosas. La novela, aunque romantica, nos productividad literaria. Carrillo y Ancona publico la
deja el efecto general de una mesura mucho mas acu· segunda de sus novelas proclericales en 1866; es una
186 UN PROYECTO DE PROGRESO UN PROYECTO DE PROGRESO 187
obra que contrasta notablemente con Ia novela de An· De las costumbres rurales que describe, Ia mas impor·
cona publicada dos aiios antes. Sin embargo, el aeon· tante es el codigo de honor de Ia gente del campo.
tecimiento literario principal de Ia epoca de Maxi- El protaaonista,
0
Lencho, es un muchacho grosero •a
miliano fue Ia publicaci6n, un aiio antes, de Astucia, quien a! fin convierte en hombre un veterano expen·
eljefe de los hermanos de la hoja, o los charros con· mentado. Cuando tiene que elegir una carrera, Len·
trabandistas de Ia rama, de Luis G. lncliin. Los lecto· cho decide convertirse en contrabandista -decision
res mexicanos se han sentido siempre atraidos por esta que merece Ia aprobaci6n de su padre. El hecho
novela en virtud del retrato preciso e ingenioso que de que el personaje viva al margen de Ia ley nada tiene
hace el autor de las costumbres rurales. Inclan vivi6 que ver con la cuesti6n del bien o del mal. Los ~ro·
en el mundo rural, e inclusive fue duefio de un ran· blemas morales se ventilan en relaci6n con las obhga·
cho; tenia mas de treinta aiios de edad cuando se ciones para con uno mismo y los amigos, sin tomar en
traslado permanentemente a Ia ciudad de Mexico. Por cuenta para nada el bienestar social. La actitud es
consiguiente, escribi6 contando con una informacion diametralmente opuesta al sentido comun que desea·
de primera mano, hecho del que no dudaria el lector, ban los intelectuales del siglo XIX, y aunque actitudes
aun careciendo de informacion biografica. Ellenguaje semejantes se advierten en algunos otros personajes
del pueblo aparece con mayor abundancia que en El novelisticos, no conozco otra novela cuyo autor las
Periquillo Sarniento y Ia descripcion de las costum- vea con buenos ojos.
bres rurales es muy precisa, aunque yo me inclino La accion de Ia novela gira en torno a las luchas
a pensar que Incliin exager6 la realidad para ser de una banda de contrabandistas que rivalizan con
pintoresco. Otro atractivo es Ia cantidad de picaresca otra banda menos honorable y con los representantes
agudeza que observamos en Ia personalidad del heroe. de Ia ley. Lencho, apodado "Astucia", es el jefe de
Todas estas cualidades provocan una vigorosa identi· los muchachos buenos y siente una profunda obliga·
£icacion del libro con ellector mexicano, que encuentra cion por su bienestar y el bienestar de sus familias,
en la obra cosas que le son familiares y peculiar· pero por nadie mas. A fin de meter todo lo que qui~re
mente mexicanas. Creo que esta actitud, por demiis decir acerca de la vida real, lnclan interpola las bw·
comprensible, tiende a eclipsar algunos aspectos de Ia grafias y los problemas de los diversos miembros de
novela, Ia cual, aunque sea muy diferente, por mu· Ia banda; organiza bastante bien su relato, si se piensa
chos conceptos, de sus contemporiineas, tiene tambien en el volumen de material que em plea; pero Ia no vela
mucho en comun con elias. se vuelve fastidiosa porque los relatos se asemejan de-
Como la mayoria de los demiis novelistas mexica· masiado unos a otros. Cualquiera de los relatos es
nos de la era romimtica, Inclan no estaba bien pre· interesante, pero el conjunto resulta excesivo.
parado para escribir ficci6n. Su ventaja es que cono· Aunque el caracter del material de Incliin acerca
cia perfectamente una escena tipicamente mexicana. su novela al realismo, el suyo es una suerte de realismo

L
188 UN PROYECTO DE PROGRESO UN PROYECTO DE PROGRESO 189
natural y no el estudiado realismo frances de por politica, con toda probabilidad, tuvo algo que ver en
ejemplo, un Flaubert. Inclan es romantico, y Astucia estas rimniones; mas el papel desempefiado por las
posee muchas de las caracteristicas de esa clase de mismas £ue generoso y en el esfuerzo literario nacio-
novela. Los hombres Horan y muchas de las mujeres nal se trato de incluir a algunos conservadores.
estan francamente idealizadas. La estructura y Ia etica El alma del renacimiento literario fue Ignacio Ma-
de la banda con quien no es mexicano recuerdan a nuel Altamirano, politico capaz y activo que se habia
Dumas tanto como al Mexico rural. Lo mismo el sen- elevado desde una humildisima cuna hasta una po-
timiento que la accion estan exagerados. El libro lleva sicion destacada en la vida del pais. Fue, indiscuti-
como ilustracion un dibujo de Astucia a punto de blemente, el maestro de su generaci6n literaria. En
suicidarse con dos pistolas de dos canones apuntadas su calidad de critico, Altamirano penso que la lite-
a las sienes. Los personajes son de Ia clase media, ratura necesitaba estimulo y no podia soportar todavia
pobres, y en su mayoria constituyen caracterizaciones criticas duras. Sus opiniones criticas son interesantes
verosimiles. Pero en Inclan observamos una considera- en el contexto de su actividad total, pero su amabili-
ble tendencia a dividir a sus personajes, categorica- dad debe tomarse en cuenta para que aquellas no
mente, en buenos y malos. pierdan toda su significacion. Altamirano se consi-
Las presiones de Francia, sumadas a Ia apatia y a dero mas como guia que como juez y trato de
la oposicion interior, convencieron a Napoleon III de hacer comprender cuales tendrian que ser las caracte-
que debia renunciar a su aventura mexicana y re- risticas de una literatura nacional. La vision del no-
tiro las tropas francesas. A Maximiliano el honor no velista deberia abarcar a toda la sociedad y habria
le permitio salir del pais y Carlota hizo un viaje a de permitirle recrear a las personas, tal y como se
Europa, donde vanamente solicito ayuda para su im- veian, y al marco fisico en que se habian contemplado.
perio. La pesadilla termino cuando Maximiliano murio Esto nos llevaria a pensar que era realista, cuando lo
fusilado en Queretaro, en julio de 1867. La Republica cierto es que Altamirano era romantico. Los mejores
quedo restablecida; pero tan pronto se consumo el romanticos escribieron, por cierto, acerca de lo que
hecho se hizo patente una fuerte oposicion a Juarez pensaban que veian, pero su realidad no fue la reali-
de parte de los Iiberales mas radicales. 6 Muchos de dad objetiva del realismo intencional. En la obra del
estos radicales £ueron periodistas y escritores crea- propio Altamirano el tratamiento que se da al campo
tivos que comenzaron a reunirse en veladas literarias y la atmosfera de las pequefias poblaciones es mas
para prestarse ayuda mutua, asi como para hacerse bien objetivo. Sus descripciones tienen una suavidad
criticas, tendientes a revivir la literatura mexicana. La .....:.podriamos decir, inclusive, que estan empapadas de
nostalgia- que les da un tinte rosa do; pero no estan
6
Hay un excelente ·estudio de la politica de esa epoca en la fundamentalmente deformadas respecto de lo que el
obra de Walter V. Scholes, Politica mexicana durante el regi·
men de Juarez (1855-1872), Fondo de Cultura Econ6mica, 1972. escritor vio. La diferencia se da en el proceso de
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recreacwn. Sin embargo, los personajes de las nove- narracwn es el orgullo de un pretendiente desdefiado
las de Altamirano si estan idealizados romanticamen- que lo lleva a rechazar a la muchacha cuando esta
te, porque el autor ejemplifica a traves de ellos sus cambia de parecer. Lo que no puede expresarse bien
ideas sobre como deberian comportarse las personas. en un breve comentario de la obra es la mesura con
Creyo que Ia novela podia y debia emplearse con fi- que Altamirano cuenta esa historia. Lo que podrian
nes didacticos. N ada tiene de extraiio que el maestro haber sido escenas tragicas salidas de Ia pluma de
olvidase mencionar a Astucia en su cronica de Ia uno de sus predecesores se convierte en una historia
novelistica mexicana. 7 De acatar estas indicaciones, de amor plena de sensibilidad, gracias al buen gus·
Ia novela mexicana estableceria su propia independen- to de Altamirano. El desenlace del relato nos resulta
cia respecto de los modelos europeos. mas tolerable que si nos hubiesemos quedado con un
La primera novela de Altamirano, Julia, se publico heroe traspasado de dolor.
en 1867. Todas sus novelas son cortas y Ia mas corta La reaccion literaria mas inmediata y obvia ante
de todas es Julia. No podemos considerar muy ins- Ia restauracion de Ia Republica, sin embargo, no fue
pirado a Altamirano como novelista, pero tenia un ni amatoria ni costumbrista, sino de caracter historico.
agudo sentido del buen gusto, Ia proporcion y Ia rea- En 1868 publicaron una o mas de una novela Juan A.
lidad, segun se podian apreciar en el marco de Ia Mateos, Vicente Riva Palacio, Enrique de Olavarria
sensibilidad romantica. Julia es una romantica his- y Ferrari y Manuel Martinez de Castro. No tardaron
toria de amor -o parece serlo- sin pretensiones, que en sumarseles Jose Tomas de Cuellar, cuya primera
muestra, hasta cierto punto, todas las caracteristicas novela fue historica, Pascual Almazan e lreneo Paz.
de las novelas posteriores del autor. El relato es senti- Jose Maria Ramirez hizo acto de presencia tambien,
mental, pero no almibarado. Se desenvuelve suavemen- en 1868, con Una rosa y un harapo, y el incontenible
te y aunque el desenlace no nos ofrezca grandes sor- Rivera y Rio publico Los dramas de Nzteva York en
presas, tampoco puede considerarse como inevitable. 1869. La novela historica es un indicador del espi-
Los personajes tienen algo mas que una sola cuali- ritu de la epoca mucho mejor que las demas novelas,
dad y van cambiando dentro del relato. La prosa no semejantes a obras anteriores de los mismos autores.
es elegante, pero tampoco es tediosa. El meollo de Ia La 01 ientacion historica nacio de la intensificacion
de la conciencia nacional, £en6meno que nada tiene de
' Huberto Batis menciona esta omisi6n en su "Estudio pre- extrafio al triunfo de la Reforma. Las novelas con-
li.minar" a los indices de "El Renacimiento" (Mexico, Cen- tienen muchas interpretaciones historicas conforme a
tro de Estudios Literarios, Imprenta Universitaria, 1963),
p. 128. El estudio de Batis, largo y ejecutado con esmero, las normas delliberalismo politico, intensificado por Ia
es una obra maestra de la historia y la critica literarias. posicion militante de los puros, o liberales radicales,
Muestra con perfecta claridad la posicion de la revista que se oponian al Juarez mas moderado que ellos, tan
literaria de Altamirano en su tiempo y en el desarrollo de
la literatura rnexicana. pronto como paso el momento brillante. En su mayo-

I....
r-
192 UN PROYECTO DE PROGRESO UN PROYECTO DE PROGRESO 193
ria, volvieron la mirada hacia Porfirio Diaz y asi co- tinguen de El cerro de las campanas, aunque contiene
menz6 . una lucha entre la facci6n de Juarez y la de mas pormenores hist6ricos. Mas tarde, Mateos paso a
Porfirio Diaz, que culmin6 en la victoria que habria ocuparse del periodo de la lndependencia y, en Sa-
de alcanzar Diaz, el cual tuvo de todo, menos de libe- cerdote y caudillo ( 1869), pinta a un Hidalgo que
ral radical. era el epitome de todas las aspiraciones de los libera-
La primera novela de Juan A. Mateos fue El cerro les reformistas. Desde esa fecha hasta poco despues
de las campanas. Aunque generalmente se la conside- de la caida de Porfirio Diaz, quien renunci6 el 25 de
ra como novela historica, esta clasificacion mal puede mayo de 1911, Maceos sigui6 escribiendo novelas miis
tenerse por justificada, ya que la obra, publicada en o menos historicas, aunque se inclino por el pasado
1868, trata de acontecimientos del afio anterior. Por reciente. Su ultima novela tiene que ver con el final
consiguiente, el objetivo del autor no es recrear la del periodo de Diaz y lleva por titulo La majestad
atmosfera de una epoca pasada, sino expresar su opi- caida.
nion, vehementemente liberal, sobre la lntervencion El tono declamatorio de las novelas de Mateos irri-
Francesa y la colaboracion de los conservadores. El tarii al lector que no se esfuerce por entender el ca-
titulo de la novela es el nombre del Iugar en que fue riicter del liberalismo del autor. Mateos no era insen-
ejecutado Maximiliano. Elliberalismo de Mateos fue ra- satamente obs'inado. Los principios liberales eran para
dical y absoluto. Tuvo por granujas a todos los con- el una solucion clara y tajante, no solo para los males
servadores y a la mayoria de los mismos por traido- de Mexico, sino para los del mundo entero. A su
res. Su satira, como cuando tiene como obieto a los parecer, no habia ninguna razon para dudar de su efi-
francofilos que dieron su apoyo a Maximiliano, es cacia, con solo que la gente se dignase obedecerlos.
demasiado amarga como para resultar verdaderamente Eran razonables y justos y solo el interes personal
divertida. En cuanto al clero, dice que apoyo a la cgoista, en su opinion, explicaba que alguien se les
Intervencion por motivos estrictamente egoistas. El opusiese. Su ansiedad era exagerada, pero no mucho
cerro de las campanas esta escrita y construida con miis que la de Pizarro. En la mayoria de sus novelas
descuido, probablemente porque la furia posi'iva del se pone de manifiesto el mismo liberalismo insistente;
autor lo hacia interesarse principalmente en aniquilar cualquiera que sea el perioc!o de que se trate, se puede
al contrario. Su extremismo afecta todos los aspectos trazar una distinci6n clara entre las fuerzas conserva-
de una novela que resulta terriblemente melodrama- doras del mal y las fuerzas liberales del bien. Solo
tica. Pero ha sido muy leida y tal vez sea el relato al final de su vida modifico esta division catcgorica.
mas popular del acontecimiento historico mencionado. En algunas de sus ultimas obras, en M emorias de un
La otra novela que publico Mateos en 1868, El sol guerrillero por ejemplo, publicada en 1897, llego a
de mayo, trata del movimiento de Ia Reforma antes de creer que algunas caracteristicas del pueblo -su acep-
la lntervenci6n. Sus caracterfsticas generales no la dis- taci6n tradicional de la religion, su falta de educa-
r
194 UN PROYECTO DE PROGRESO f UN PROYECTO DE PROGRESO 195
cwn- actuan como frenos para la ejecucion de pro- sabia como contar un cuento. Sus dos primeras no-
gramas que podrian salvarlo. De manera que descu- velas, El tlilamo y la horca ( 1868) y Venganza y re-
brio un circulo vicioso y se sintio menos inclinado a mordimiento ( 1869) , se sitf1an en el periodo colo-
denunciar a un determinado grupo. nial. La acci6n comienza en Espana y luego pasa a
Las novelas de Vicente Riva Palacio y Enrique de Mexico. A quien le gusten los incidentes que ponen
Olavarria y Ferrari, aunque son tan autenticamente los pelos de punta, las obras le pareceran buenas, pero
hist6ricas como las de Mateos, poseen mucho menos no vale la pena buscar nacla mas en elias. Mas tarde,
inten§s ideologico. Con toda probabilidad, a los tres Olavarria escribi6 una serie de Episodios Nacionales
autores les atrajo lo historico por su conciencia de M exicanos, que tienen mas valor que las novelas an-
estar forjando la nacionalidad, pero los dos ultimos teriores. Aun .este valor, sin embargo, esta muy limita-
no pueden compararse siquiera con Mateos en lo to- do. Mal se pueden Hamar novelas, pues son coleccio-
cante al vigor de sus convicciones liberales. Riva Pa- nes de datos que Olavarria, esporadicamente y sin
lacio era un buen narrador. Su mejor obra es una suerte, trato de engarzar en la trama de la ficci6n.
colecci6n de cuentos titulada Cuentos del general, pu- Muchos de los comentarios acerca de las costumbres
blicada en 1896, aunque algunos de ellos, y quiza mexicanas son interesantes, pero no siempre justos.
todos, habian sido escritos anos antes. Todos son Olavarria naci6 en Espana y paso los primeros anos
interesantes como cuentos o narraciones; y aunque de su vida en la peninsula. A pesar de que se consi-
algunos son cuentos viejos en un nuevo marco, todos deraba mexicano, sus comentarios parecen tenidos por
poseen un franco aroma mexicano. El deseo del autor una irritaci6n car gada de sentimiento de superioridad;
de realizar una aportaci6n a la literatura nacional se su protesta, asi, tiene mas caracter de altercado que
cumple mas en los cuentos que en las novelas. Lo que de denuncia patri6tica.
ocurre en las novelas es que el deseo de Riva Pala- Varios autores de novelas hist6ricas dieron sus pri-
cio de contar un buen cuento se impone a todo lo meros pasos en la ficci6n durante el momenta de la
demas y predomina en la obra. AI apartarse de un victoria y mas tarde demostraron sentir interes en
mundo con el que estaba familiarizado y trasladarse la historia. Tal fue el caso de Mateos y, mas clara-
al pasado, perdi6 contacto con las circunstancias que mente, el de Olavarria. Otro tanto puede decirse de
rodeaban a la accion. No hizo nada por recrear la Ireneo Paz. Su primera novela, La piedra del sacrifi-
atmosfera del periodo en que la acci6n, presumible- cio, publicada en 1871, probablemente fue escrita en
mente, tuvo lugar, y el unico interes de las novelas es 1866 o 1867. Es una novela medianarnente bien cons-
el que se desprende del desenlace de una trama extre- truida, donde se dan las mas sorprendentes coinciden-
madamente complicada. cias y la mas singular historia de arnor. El heroe, al
Olavarria y Ferrari es inferior a Mateos por una descubrir que su amada es realrnente su hermana,
raz6n totalmente diferente y, en verdad, opuesta. No acepta completamente la nueva relacion en el misrni-
196 UN PROYECTO DE PROGRESO UN PROYECTO DE PROGRESO 197
simo momento en que se le informa de la misma. Iden· Las primeras novelas de Mateos, Riva Palacio y Ola-
ticos sentimientos inverosimilmente romanticos se des- varria pueden tomarse como la base para generalizar
cubren en la ficci6n hist6rica del autor. Amor y sobre Ia novela hist6rica reformista, si consideramos
suplicio ( 1873) y Dona JVlarina ( 1883) constituyen sus variaciones como expresion de una ideologia poli-
el relato de la Conquista que nos dej6 Ireneo Paz. La tica, autenticidad historica, exageraci6n romantica y
simpatia del autor por ambos bandos es la caracte- atrac:ivo para el lector. Yo creo que todos se fueron
ristica mas interesante de estas dos novelas y la alejando del romanticismo a medida que escribian y
presentaci6n de los personajes resultaria muy convin- que de alguna manera modificaron su vision extre-
cente de no ser por lo exagerado de su reacci6n emo- mista de la realidad, polltica o sentimental. Una de
cional. Paz nos hace sentir la importancia del choque las primeras indicaciones de la existencia de una nue-
frontal de dos civilizaciones y parece entender que la va direccion en Ia literatura la tenemos en Julia
reaccion mexicana tenia que ser algo mas profunda ( 1868), de Manuel Martinez de Castro, mezcla cu-
que una sentimental toma de partido. riosa de detalle historico, sentimentalidad exagerada
La obra ulterior de Paz es principalmente histori- y cientificismo naturalista. El fondo hist6rico lo da la
ca y consiste, en su mayor parte, en sus Leyendas invasion norteamericana, que el autor trata con por-
hist6ricas, la ultima de las cuales se publico en 1914. menor considerable, aunque le cuesta trabajo meter a
Muy a menudo no supo como trocar la historia en fie- sus personajes en la acci6n hist6rica. Algunos de ellos
cion y solemos encontrarnos paginas de estadisticas, entran y salen de Ia misma, participando, por una
documentos legales y demas cosas por el estilo, sin la parte, en el conflicto militar y, por otra, en una com-
menor cabida en una novela. No obstante sus defectos, plicada historia de amor. Sus vidas personales estan
Paz fue probablemente el mejor novelista historico de llenas de duelos, seducciones, abandonos, engafios e
su generaci6n. Sus bases hist6ricas parecen dignas infidelidades; viven en un mundo semejante al de
de credito; sus juicios son equilibrados y su prosa es Pantale6n Tovar. Martinez de Castro es mas aspero
mejor que Ia de la mayoria de los autores contempo- que Tovar en su apreciaci6n pesimista de los seres
raneos. A mi me resulta fascinante el exaltado libera- humanos y se muestra aun mas dispuesto a revelarnos
lismo de Mateos, particularmente porque forma parte los que para ei eran los hechos repugnantes de la vida.
de la verdad que no se encuentra en un relato mas Sus personajes no estan controlados por la fuerza ine-
objetivo. Sin embargo, la ansiedad de Mateos resulta xorable de las circunstancias, como las criaturas de los
a veces destructiva, como en el caso de su satira; y naturalistas, pero se nos muestran en una forma que
en relacion con esto, concretamente, establece u~ de ninguna manera puede considerarse t.ipica de los
notable contraste con Paz, que mostro su capacidad novelistas romanticos, menos propensos a aprovechar
para la satira divertida en Amor de viejo ( 1874), de los pormenores de lo horroroso. Martinez de Castro
caracter costumbrista. se mantuvo en esta direcci6n en sus obras posteriores.
198 UN PROYECTO DE PROGRESO r UN PROYECTO DE PROGRESO 199
Una hija y una rnadre (1875) cuenta como un es- el doctor Gutherzig, que habia sido maestro de uno
poso castigaba a su infiel esposa elogiando su virtud de los personajes durante la estancia de este en Euro-
constantemente. Otra novela historica, Eva (1885), pa. Gutherzig tiene algo de humanista, pero mas bien
situa, contra el fondo de la Intervenci6n Francesa, es un liberal del siglo XIX. Rechaza toda suerte de
dos estudios psicologicos: el del odio de Eva des- autoritarismo en materia de religion, y Calvina y
pues de su violacion por un grupo de soldados y el Lutero le desagradan tanto como la autoridad de
del amor incestuoso de su hermano. Roma. Su vida ha sido un paulatino debilitamiento
Hasta Jose Tomas de Cuellar, conocido como no- de la fe y, en el momenta de la acci6n de la novela,
velista costumbrista, inicio su carrera con una novela es decididamente agn6stico. Cree en el intelecto, sin
historica: El pecado del siglo ( 1869). La novela, que sospechar jamas que tambien ei puede ejercer la
transcurre en el siglo XVIII mexicano, no tiene mucho tirania. Desde este punto de vista, solo la locura pue-
que la recomiende, salvo su ataque contra los falsos de anteponerse a la inteligencia. Almazan escribio la
valores religiosos. El punto de vista social del autor novela de manera que las opiniones de Gutherzig es-
es la misma abogacia en pro del buen sentido que se tiin dirigidas contra las concepciones religiosas del
observa desde Ia epoca de la Independencia. Cualquier siglo XVI. Pero solo un lector muy inocente dejaria
ataque contra la religion institucionalizada, por su- de sospechar otra cosa. Probablemente esta novela es
puesto, formaba parte del impulso reformista, pero el ataque mas razonable contra el poder y las prac-
la novela de Cuellar queda totalmente opacada por ticas de la Iglesia que haya producido la Reforma.
Un hereje y un musulm!in (1870), de Pascual Alma- Cuantitativamente, la expresion novelistica princi-
ziin. En un marco propio del siglo XVI mexicano, Al- pal de la Reforma se encuentra en la novela hist6ri-
mazan adopta un punto de vista valido para su propia ca, pero los hombres que se interesaban mas en el
epoca. Aunque logro en parte la combinacion de la cultivo de las artes en Mexico pensaban mas inten-
historia con la ficcion, £undo la accion en una cues- samente en un renacimiento artistico general que
tion religiosa y de esa manera logro incorporar sus en determinadas clases de literatura o en la relacion
ideas a Ia trama, sin que pareciesen estar del todo de la literatura con el movimiento de la Reforma. Al
fuera de Iugar. El relata versa sobre un moro que restaurarse la Republica, la opinion liberal op~imista
primero pretendio establecer una colonia de moros era que Mexico habia iniciado su ingreso en un mun-
y mas tarde un imperio moro en Mexico. Durante un do feliz. Nuestra vision retrospectiva de la Restaura-
tiempo, pudo utilizar a la Inquisici6n como instrumen- ci6n, que la convierte en un momenta de gran brillan-
to, pero mas tarde fue destruido por la misma. El tez, no habria sido asumida por los hombres de aquel
autor utiliza esta trama para describir las practicas tiempo. Nuestra vision nos informa que la Reforma
religiosas del siglo XVI. habia rebasado su punto culminante hacia las fechas
Contra ese fondo, Almazan coloco a su portavoz, en que apareci6 el primer niimero de El Renacimiento,

L
200 UN PROYECTO DE PROGRESO UN PROYECTO DE PROGRESO 201

en enero de 1869. Esta revista brot6 naturalmente de breves que publico eran obritas romanticas casi todas,
la ac ividad literaria del tiempo y especialmente del sobre el tema del amante fiel y otros moti.vos semejan-
interes generado por las veladas en que participaron tes. Los puntos mas brillantes se localizan en el Jus-
casi todos los autores. Altamirano fund6 la revista gra- to Sierra mas joven, cuya prosa constituye un anun-
cias a la ayuda editorial y econ6mica de Gonzalo A. cio del futuro simbolismo. Pero Sierra solo ensay6 Ia
Esteva y solicit6 la colaboTaci6n de todos los escri- novela una vez, en su obra inconclusa titulada El
tores, independientemente de su edad o su credo po- angel del porvenir, suerte de broma imaginada por
litico. El titulo de la revista indica cuiiles fueron las algunos editorialistas de la revista, con el objeto de
esperanzas y las intenciones de su fundador; pero el aumentar Ia circulaci6n. 8 La unica noveIa completa
hecho de que durase iinicamen~e un aiio haec califi- que apareci6 en Ia revista fue la Clemencia, de Alta-
carla como un fugaz momento de brillantez. Que Al- mirano. En esta novela, el autor muestra su ideal de
tamirano haya vuelto a dedicarse a la politica, luego patriotismo a traves de un joven oficial que se sacri-
Cle abandonarla brevemente para atender a su voca- fica en aras de la honestidad y el amor. Atamirano
ci6n literaria, da cuenta de la desaparici6n de la cer- utiliza dos protagonistas masculinos contrastantes, uno
teza en pos de la cual habian ido los reformistas. apuesto y otro no, para mostrar las superficialidad de
El Renacimiento fue la mas distinguida revista lite- la belleza. La revelaci6n del hombre que hay debajo
raria que haya habido en Mexico basta esa epoca, no soiprende mucho al lector, pero las caracterizacio-
pero es un hecho que cons ~ituy6 la culminaci6n de nes son medianamente buenas y los dos personajes
un periodo de interes mas que un estimulo a la produ c- estan vivos. La trama se desenvuelve en Guadalajara,
ciSn literaria. en Ia epoca de Ia lntervenci6n Francesa; Altamirano
El Rcnacimiento dio impulso a los autores que lo proporciona un buen fonda: las diferentes filiaciones
habian previsto y que trabajaron en ella, pero real- politicas, la tendencia humana a ver lo que se desea
mente no estimul6 a los escritores nuevos. En el ge- ver y la vida social de Ia ciudad. La novela resulta
nero novela, los hombres del momento de brillantez autentica, sentimiento que nos llega por obra de nu-
siguieron escribiendo, y entre 1870 y 1874 aparecie- merosas circunstancias, desde la novedad representada
ron muy pocosnovelistas, todos ellos de poca talla. Des- por el arbolito de navidad hasta la cuesti6n de la auto-
pues, desde 1875 hasta 1880, no aparecieron nuevos ridad de los padres. El fondo de Altamirano es siem-
novelis·as. Finalmente, en los ultimos aiios de ese pe- pre mas convincente que su relato y sobresale en la
riodo, Zayas Enriquez, Castera y Sanchez Marmol descripci6n de ambientes rurales o poblaciones pe-
publicaron novelas, al borde del realismo y acerca de quefias. Tal vez por esta raz6n muchas personas pre-
un periodo totalmente diferente del de la Reforma. fieren La N avidad en las montaiias (1870) o El Zarco
La corta vida de El Renacimiento no le permiti6
publicar muchas extensas obras de ficci6n. Las obras ' Ibid., pp. 132-133.
202 UN PROYECTO DE PROGRESO UN PROYECTO DE PROGRESO 203
( terminada en 1888 y publicada por primer a vez en tes en este relato que en Clemencia. Censura las levas
1901) a Clemencia. Pero seria muy injusto negar Ia militares que se utilizan para deshacer a un Iugar de
excelencia de Clemencia, que expresa las ideas de sus ciudadanos indeseables; aboga en pro de una edu-
Altamirano con igual claridad que todo lo que escri- caci6n que posea un valor mas practico; considera
bio. El juego de sentimientos y destinos personales du- pagana Ia veneracion de los santos y truena contra
rante la evacuacion de Guadalajara es solo uno de los los miembros del clero que no se ocupan del bienes-
aspectos de la novela y permite calificar a su autor tar material de su gente. Evidentemente no esta del
como el mejor novelista mexicano hasta ese momento. todo contra Ia religion, pero si cree que 'esta deberia
La nota romantica en Clemencia la da Ia melan- tencr beneficios practicos, como todo lo demas. Su
colia. La admirable persona y ]a noble accion siempre actitud es un alegato por el progreso social. La ac·
estan envueltas por ella. Es evidente que Altamirano titud rcspecto de Ia Iglesia es muy semejante a Ia
considero al sufrimiento como un corolario de las de Pizarro, pero el tratamiento literario es muy dife-
buenas acciones. Tal vez lo sintio a causa de sus pro- rente. Ahi donde Pizarro se muestra militante y opti-
!; pios origenes humildes, por estar imbuido del pesimis- mista, Altamirano prefiere Ia melancolica persuasion.
mo romantico o porque consideraba que el sufrimien- Es mucho mas artista que Pizarro, pero esta diferen·
to era necesario para dar realidad a las ideas liberales. cia se basa en Ia mayor capacidad que tenia Altami-
Es imposible saber con exactitud lo que pensaba, ya rano para recrear la realidad visible, mas que en una
que su melancolia, que baiia toda la atmosfera, se diferencia de tono.
desprende de los individuos de su ficcion. El fondo aldeano de El Zarco se conjuga con el
En La Navidad en las montafias, la melancolia esta relato de una joven romantica que huye con un ban-
mezclada con Ia nostalgia, por lo que es dificil dis- dido. Las novelas de handidos fueron bastante comu-
tinguirlas entre si. Un oficial reformista encuentra a nes en el ultimo cuarto del siglo XIX, cuando Alta-
un sacerdote que lo lleva a una aldea de Ia montana, mirano escribi6 su ultima novela, y constituyen una
donde pasan Ia Navidad. Es notable la descripcion del suertc de comentario del estado de cosas que preva-
pueblo y sus festividades. Altamirano cap ta Ia senci- lecia en Mexico. Las bandas de forajidos descritas
llez de la vida y el sentido que la ocasion guarda aun en estas novelas tuvieron su origen en el licenciamien-
en esta sociedad sin complicaciones. AI hacerlo asi, lo de las tropas liberales y conservadoras que no pu-
crea el deseo intenso de una suerte especial de bien dieron o no quisieron reincorporarse a Ia sociedad.
comiinmente asociado al pasado y, siernpre, a Ia vida Se vestian de manera muy vistosa y vivian con ex-
sencilla. Intensifica el sentimiento al hacer que una travagancia, con lo que originaron relatos novelados
historia de amor encuentre su desenlace feliz en aque- mas atractivos que veraces. Altamirano, por supuesto,
lla ocasion particular. se interesaba en poner las cosas en su Iugar, al mos-
Las opiniones sociales del autor son mas irnportan· trar la decepci6n que le canso a la muchacha la gro-
204 UN PROYECTO DE PROGRESO UN PROYECTO DE PROGRESO 205
seria del grupo encabezado por su heroe. Se contrasta tr6 relativamente poca expresi6n novelistica. Sin em-
con el jefe de bandidos, d Zarco, al honrado herrero bargo, una novela de Jose Maria Roa Barcenas, La
de la aldea, segun el autor un ciudadano industrioso quinta modelo, es una censura tan violenta del libe-
y apreciable. Es importante advertir que el herrero ralismo como cualquiera de las diatribas que lanz6
sea indio, de nuevo. Altamirano coincide con Pizarro Mateos contra el conservadurismo. La novela hace un
en su vision de un problema social (ambos autores juego intcresante con las novelas de Pizarro y sus
convirtieron a los indios en ciudadanos valiosos al comunidades modelos. Roa Barcena fue uno de los
darles un oficio) . Sin embargo, se suele ignorar un conservadores miis estimados por los literatos de El
aspecto importante de El Zarco : el contraste herrero- Renacimiento. Su honestidad fue profundamente respe-
bandido, en esta ultima novela, es el mismo contraste tada y tenida en muy alta estima su colaboraci6n. Fue
que el de Valle-Flores en Clemencia. Las posiciones so- poeta de gusto neoclasico y no sorprende la mesura
ciales son totalmente diferentes, pero el mensaje es el de algunos de sus cuentos. Cuando se dice que estos
mismo : el valor de un buen ciudadano es eclipsado cuentos son " realistas", no debe olvidarse que lo son
por los atractivos de un granuja. En verdad, es muy tal y como Astucia y El Periquillo Sarniento son rea-
importante que Altamirano haya decidido mostrar este listas, no como lo es Madame Bovary. Presentan toda
contraste con dos conjuntos de hombres totalmente una variedad de tipos conocidos y sus personajes ex-
diferentes, pues reduce el interes del hecho de que el hibcn una reaccion emotiva relativa mente serena. Esta
herrero haya sido indio y subraya Ia intenci6n prin- cualidad es resultado de Ia mesura del autor, no de
cipal de Altamirano. Por mas convencido que haya ninguna vision radicalmente diferente de la realidad.
estado de sus ideas sobre algunas cuestiones sociales, En algunos otros cuentos es evidentemente romantico,
las esperanzas de Altamirano se cifraron en Ia misma al modo dP. eualquicr escritor de la epoca ; La quinta
creencia en el sentido comun que habian expresado modelo exagera hasta llegar a la inverosimilitud con
varios de sus predecesores. Mantuvo un punto de vis- fines de protcsta.
ta mas positivista que algunos de ellos, pero el fun- La qninta nw.delo se publico en un tomo de las
damento del mismo fue Ia creencia en que era posi- ohras de Roa Biircena apan ~eido en 1870. La novela
ble llevar a Ia gente a descubrir la chifladura y los lleva fecha de 1357. El instigador del experimento que
caprichos humanos. En eso estriba la diferencia fun- da su ti ~ ulo a la novda cs un tal Gaspar Hodriguez:,
damental entre el liberalismo de Pizarro-Mateos y el liberal que vuelvc del cxilio y cs clegido para Ia legis-
de Altamirano. Aquellos estaban tan cegados por la latura. Se entrega a una oratoria clocuente y hueca
raz6n que conisderahan inevitable su victoria. La mc- que el autor se dcleita en satirizar. Manda a su hijo
lancolia de Altamirano se nutre de aquella duda que a una escuela laica y el joven se convierte en una
matiz6 su esperanza. amenaza para la socicdad, a causa de la deformaci6n
La oposici6n conservadora de Ia Reforma encon- de sus valores. Roa Barcena c:reia que solo Ia Iglesia
206 UN PROYECTO DE PROGRESO UN PROYECTO DE PROGRESO 207
podia enseiiar valores morales, opinion que Nicolas pero tambien reconocio que el objetivo fundamental
Pizarro habria considerado absurda. 9 La granja mo· de la literatura era artistico, no propagandistico.
delo es administrada conforme a principios democra· Entre los numerosos autores que sufrieron la in-
ticos, pero los trabajadores no se muestran capaces de fluencia directa de Altamirano, el que mayores apor-
aceptar la debida responsabilidad. A diferencia de al- taciones hizo a la novela fue Jose Tomas de Cuellar,
gunos liberales que advertian la distancia entre lo uno de los hombres mas inquietos del periodo de la
deseable y lo realizable, Roa Barcena creyo que Ia Reforma. Fue soldado (renuncio a las armas para
j' clase obrera nunca podria ser tratada mas que como siempre cuando vio morir a tres amigos cadetes en la
un nifio. El resultado del experimento es un caos total, batalla de Chapultepec, durante la invasion norte-
que se expresa en una rebelion y casi en Ia destruc- americana), poeta, novelista, autor dramiitico, editor,
cion de la familia Rodriguez. La Iglesia, que es Ia pintor. fotografo y diplomatico. Su modus operandi
{mica autoridad adecuada, interviene a tiempo para consistio en emprender cualquier cosa que hubiese
impedir el desastre completo. que hacer en cualquier momento. Despues de su pri-
La denuncia de Roa Barcena es tan violenta que es mera novela historica, Cuellar, influido tal vez por
dificil entender como lo pudieron aceptar los liberales, las ideas de Altamirano acerca de la literatura nacio-
aunque solo fuese a titulo de colaborador en una nal, se entrego a cultivar una dase de ficeion total
revista literaria. EI hecho de que se le haya aceptado, mente diferente. En 1871, inicio la publicacion de
y de que el haya decidido participar, ilustra Ia na- una serie Hamada La Linterna Magica. Sus intencio-
turaleza del esfuerzo Iiterario de El Renacimiento. Se nes fotograficas lo convierten en precursor de una
consideraba que Ia actividad literaria era un aspecto suerte de novela que mas tarde se desarrollo, en la que
importante del esfuerzo realizado por Ia nacion, pero la realidad es un corte transversal de varias vidas.
que no estaba relacionada con la ideologia politica. Y Cuellar estaba demasiado sometido a Ia influeneia de
Altamirano abogo especificamente por una literatura Ia escucla narrativa que podemos asemejar a una ma-
nacional que no significaba nacionalista, sino simple- deja de lana caraeteristica del siglo xrx, como para
mente nacional. Aunque en sus propias obras expuso poder .aprovechar plenamente sus intenciones; pero
algunas opiniones sociales, hizo hincapic en cucstio- su relato se distin gue de otros ·de la epoca porque
nes de canicter mas fundamental. Penso que Ia lite- no se sicnte obligado a atar toda la accion en un
ratura mexicana debia tomar en cuenta su eircunstan- paquete bien anudado que da cuenta y razon de todos
cia y, al mismo tiempo, dictar una leccion de moral; y eada uno de los personajes. En una de las novelas
de la serie, Las gentes que "son asi", intento la com-
" Pizarro publico un Catequismo de moral (Mexico, Im - posicion de un texto mas largo y mas tradicional. v e-
prenta de J. Fuentes y Cia., 1838)) , que fundaba la mora- mos en ella que poseia imaginacion suficiente, pero
lidad en el sentido comiin y que el autor, evidentemente, creia
que todo el mundo acept.aria porque su verdad era patente. sus novelas cortas son mas claras y mas realistas.
'"~ ·.n r:
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I
208 UN PROYECTO DE PROGRESO UN PROYECTO DE PROGRESO 209
Se considera con razon que las novelas de La Lin- relacionadas. Si Cuellar hubiera escrito Ia serie como
terna Magica constituyen una serie porque una difiere una sola novela, su protagonista, sin duda, habria sido
de la otra iinicamente en Ia direccion de la satira de un "pollo", el joven irresponsable que para Cuellar
Cuellar. Su estilo y estructura son similares; y aun- personificaba la apatia de la gente respecto del sen-
que los personajes no siempre reaparecen en novelas tido comiin. El polio era, a la vez, la victima y la
subsiguientcs, a veces si lo hacen, y se podian haber causa de la. desintegraci6n social y constituye la re-
conocido unos a otros. La caracterizacion es la base futacion mas clara posible a la pretension de Mateos
de Ia ficci6n de Cuellar, aunque no desarrolla plena- de que la gente esta dispuesta a aceptar la organiza-
mente a sus })ersona jes. Prefiere contemplar a su gente cion racional de la sociedad. Cuellar nos presenta al
desde un punto de vista y subrayar lo que ve. Sus polio como victima de padres cariiiosos pero carentes
personajes pertenecen a la misma clase media dcscri- de sentido practico, y mas interesados en la felicidad
ta por la mayoria de los novelistas del siglo XIX pero inmediata del niiio que en el desarrollo de un adulto
los vemos con una luz diferente cuando Cuellar los socialmente responsable. En verdad Ies seria imposi-
describe, porque parece estar profundamente intere- ble convertirse en padres mejores, puesto que no tie-
sado en sus asuntos y m<1s profundamente preocupado ncn ningun sentido de la responsabilidad social.
por lo que son realmente. Se burla de ellos, y tanto el Cuellar habria rodeado al polio de amigos de su
lector como el autor se rien de sus tonterias. Pero propia clase, y se hahrfa mostrado crfti co, amable,
son demasiado humanos como para considerarlos ri- pero agudo, de sus gustos extravagantes y superficia-
diculos y en Ia risa va envuelta la simpatia. Por cier- les. Cultivan amores ilicitos, pero piensan tambien en
to, Cu~llar a veces deja vislumLrar un conflicto en su el matrimonio. La fidelidad conyugal no es cosa im-
propia actitud: menosprecia y quiere a sus persona- portante para ellos. Piensan y repiensan como ganar
jes, al mismo tiempo. Por supuesto, la tragedia es f.icilmen~e dinero pero no prestan mayor atencion a
una consecuencia muy probable de las chifladuras. Y ten er mu1 profcsi6n o a seguir una vocaeion. El dinero
euando Ia tragedia cae sobre algunos de los perso- no csla relacionado eon planes para el futuro sino
najes de Cuellar, este suele renunciar a su ac titud pro- que se clesea para la sa tisfaccion de intereses inmedia-
saica y se pone francamcnte sentimental a Ia mam~ra tos. Hay que distinguir cuidadosamentc entre el polio
romantica. No obs~ante, en las novelas de Cuellar y c1 mas corrido calavcra de D!az Covarrubias, Rivera
Ia tragedia es diferente de la tragedia romantica pro- y Rio, y otros. Este t1ltimo es nno catrfn; carece to·
totipica, ya que Ia causa de Ia mi sma es mas dara. talmentc de escr[tpnlos y es al go sinicstro. Sahe que
La unidad de La Linterna Magica se aprecia des- est:! ohrando mal. El pollo cs mtts inoeente. Cree que lo
pues de la lectura de toda Ia serie. Recordamos las que hace cs perfeetamente eorrecto. Y si no es un
novelas no como una scrie de obras separadas, sino pcrsonajc que tenga toda nucstra simpatia, s1 provoea
como un comentario de Ia sociedad cuyas partes estim por lo menos alguna conmiseracion. Cuellar se rie de
--.- - -····· ·--- - - - - -
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210 UN PROYECTO DE PROGRESO UN PROYECTO DE PROGRESO 211


sus bromas, pero tambien se percata de la tragedia El elemento rural se habra introducido hacienda
inherente en elias. referenda a la familia en un ex soldado. Sera conve·
Cuellar casaria a su protagonista desde joven con niente convertirlo en bandido. Cuellar reconocio este
autorizacion de los padres, pero sin recursos econo· problema social y su satira es efectiva, porque el
micos, y probablemente contra el consejo de mr ami· atractivo del bandidaje lo impresion6 casi tan favora·
go aleman dispuesto a senalar la insensatez del matri· blemente como la inocencia del polio. Luego habra
monio. Y a casado, ' el anti guo polio va en busca de llevado a la ciudad a Ia familia del bandido, o ha-
trabajo valiendose de cuanta influencia puede movi· bra escogido a otra familia. Sea como fuere, el con·
lizar pero no es capaz de conservar ningun empleo. traste resultara mas efectivo al colocarlos en la ciu·
Inclusive llega a pensar en el gobierno como proba- dad, porque Cuellar no sentia ningun gusto particular
ble fuente de ingresos; pero las obligaciones civicas en Ia recreacion de una atmosfera rural. Los valores
le son totalmente ajenas. La £alta de dinero bien pue- que habria decidido exhibir serian los de la unidad
de ser Ia causa de que la esposa joven se convierta de Ia familia, Ia firme autoridad de los padres y el
en amante de un hombre de mayor edad, pues Cue- interes tan solo en las necesidades miis fundamentales
llar no idealiza a las mujeres. Probablemente el pro· de vivir y de convivir. Los recien Ilegados seriin riis-
tagonista llegue a descubrir Ia infidelidad y salga en ticos y la confusion de la ciudad los impresionara
defensa de su honor; pero es igualmente posible que jocosamente. Los rodeariin pollos dispues'os a sacar-
decida ignorar Ia deshonra. Los ninos nacidos del les todo el beneficia posible. El innato buen sentido
matrimonio prematuro habran de recibir la misma de Ia gente del campo probablemente los salvara y
educacion que sus padres y asi se cerrara el cfrculo. regresarim a su tierra.
En la sociedad de Cuellar no puede conseguirse esa El tema del regreso al terruno -donde hay segu·
comunicacion entre gobernante y gobemados que ha- ridad- es recurrente en la literatura mexicana. Pero,
brfa convertido en un .exito a la Reforma. sin duda, no constituy6 una solucion al problema del
La historia de Ia vida del polio se narrara contra progreso al pais. La sociedad menos experimentada
un fondo urbano. Cuellar habra introducido probable- posee una suerte de senti do comun; pero no es el
mente dos elementos contrastantes: el joven con un mismo sentido comun postulado por los reformis' as,
oficio y los valores de la sociedad rural. El joven con cuya variedad particular de sentido comiin tenia que
oficio podra presentarse en cualquier subtrama o como dar buenos resultados en una sociedad complicada. Por
personaje secundario en la trama principal. Se alia- consiguiente, el tema del "retorno al terruno" es reac·
ra al amigo aleman como ejemplo de sentido comun. cionario, a no ser que se le utilice para descubrir
Sin embargo, el papel de estos ciudadanos responsa· verdades fundamentales y validas en una circunstan-
bles no consistira en influir en la sociedad, sino en cia miis compleja. La idea de Cuellar sobre los valo-
contemplar sus locuras con asco y resignacion. res rurales le permite subrayar el absurdo de la socie-
212 UN PROYECTO DE PROGRESO UN PROYECTO DE PROGRESO 213
dad humana, pero no ofrece esperanza de cambio. tal caso no habria aportado a la novela mas que un
Junto a su linea de acci6n principal, Cuellar habra cstilo de prosa relativamente pulido. Los temas de
introducido cierto numero de subtramas que le permi- sus leyendas giran en torno al amor romiintico y no
tiran in~ roducir tantos personajes tragicamente_ di- le intercsaba buscar mas alia del resultado del en-
vertidos como desee. Dado el gusto de la epoca, lue- redo amoroso. EI tercero fue Luis G. Ortiz, cuya
go habra anudado los hilos de la acci6n; y es mejor Angelica es un ejemplo perfecto de romanticismo mo-
que haya escrito sobre todo novelas cortas, porque ribundo. Ortiz encontro su inspiracion en el exo tismo
protegieron a su panorama contra la artificialidad. de los viajes por Europa; de la nobleza disfrazada; del
Hay en su obra una cierta inverosimilitud que pro- amor puro y de los criados fieles. La cuestion de si
viene principalmente de la exagerada sentimentalidad advirtio o no al~Iuna suerte de realidad no vienc al
de los personajes, que poseen caracteristicas decidi- caso. Obviament; se esforzaba por huir de la reali-
darnente pintorescas. Pero tiene su origen tambien en dad, aun de ]a realidad de los suefios, y por escon-
la ambivalencia del autor ante sus personajes. Era lo derse en el mundo exagerado de la imaginacion.
suficientemente avisado como para comprender que De 1882 a 1884 la escena no es mucho mas alenta·
no habia muchas esperanzas de que el sentido comun dora. Vicente Morales y Jose Negrete publicaron va-
reformista fuese aceptado por la mayoria, y su reac- rias novelas muchas de elias francarnente malas. Dos
cion fue una combinacion de asco y simpatia. Su de las novelas de Morales, Silveria de Espinay y Er-
ohra seiialo el camino para una consideraci6n conti- nestina, tienen como marco a Europa, por razones que
nua y afm mas profunda de Ia realidad mexicana, no alcanzo a comprender, ya que no importa mayor
pero durante muchos afios solo de vez en cuando se cosa d6nde situa Morales la accion de sus obras. No
avanzo en esa direccion. Como escribio Cuellar, el obstante lo dicho por Juan de Dios Peza (en el sen-
impulso reformista se estaba deteniendo y los funda- lido de que Morales nos describe males sociales) ., lo
mentos que el movimiento habia colocado servian para cierto es que (~S te escritor no advierte sino al inmo-
sostener un edificio que no estaba en los pianos. ralidad personal. Mas tarde, cuando Morales situo la
Durante los dos aiios en que Cuellar fue publican- aecion de sus novelas en Mexico, lo mismo huhiera
do Ia primera serie de La Lintema Magica solo tres dado que las siguiese conservando en Europa, como
nombres nuevos aparecieron en Ia historia de la no- Pe aprecia facilmente leyendo Gentes de historia y
vela. Uno de ellos ftle Ireneo Paz, que habia pasado Gerardo . La historia poco tiene que ver en la prime-
a ocupar un Iugar entre los novelistas historicos que ra de esas obras, no obstante lo que sugiere el titulo.
comenzaron a escrihir pocos afios antes. Otro fue Es una novela de la clase de las que escribia Rivera
Francisco Sosa, que pertencce mas al cuento qne a la y Hio. Gerardo pretende mostrar las tristes consecuen-
novela. Bien podria haber agrandado alguna de sus cias del juego de azar y su edicion lleva un prologo
leyendas para convertirla en novel a corta; pero en laudatorio nada menos que de Manuel Acufia. Lo uni-
214 UN PROYECTO DE PROGRESO UN PROYECTO DE PROGRESO 215
co interesante de Ia novela es que el protagonista no de Ia belleza y basa sus novelas en Ia bondad que ema·
se arruina econ6mica sino moralmente. na de la concentraci6n en Ia persistencia del cristia-
Las posibilidades exhibidas por Negrete son mucho nismo. Este procedimiento tiene un efecto interesan-
mas grandes que las de Morales, pero la verdad es te, y sin duda involuntario, porque tine a Ia devoci6n
que nunca escribi6 tan bien como podia hacerlo. Las del autor con una suerte de anhelo del pasado. La
capacidades narrativas de Negrete son considerables; consecuencia es que le queda al lector el sentimiento
pero, con excepci6n de una sola obra, nunca se inte· de que el cristianismo fue algo excelente en el pasado,
res6 en escribir algo que no tuviese, a su juicio, el pero poco tiene que ver con el presente. Al crear tal
maximo y mas inmediato atractivo. La excepci6n, Me- actitud en el lector, Sotomayor se pone en desventaja
morias de Merolico, no apareci6 hasta 1880, y aun desde el principio.
este libro promete mas de lo que efectivamente da. Todas las novelas de Sotomayor tienen fondos his-
Si Negrete hubiese continuado como comenz6, hu- t6ricos que no son indispensables para Ia narraci6n.
hiera escrito tal vez una buena novela picaresca, pero Los personajes se relacionan con la circunstancia
se olvida de que habia comenzado a escribir una no- hist6rica iinicamente cuando no actiian dentro de la
vela y se qued6 en las manos con una serie de esbozos. trama. Cuando salen de Ia historia e ingresan en el re-
Los poderes de observaci6n del au tor son agudos; y lato de Sotomayor, todos tienen problemas tremendos
probablemente fue un hombre de men;alidad cosmopo- que se resuelven gracias a Ia fe, Ia esperanza o la ca-
lita que podria haber ofrecido una vision distinta de la ridad cristianas. El autor hubiese estado de acuerdo
realidad mexicana, contrastandola con las de otros con Roa Barcena en que la Iglesia es Ia iinica espe-
paises. No tiene sentido , empero, hablar de lo que ranza de Ia humanidad. Y declara con claridad meri-
! i: podria haber hecho. Lo que dej6 fue una novela trun- diana que Ia Iglesia Cat6lica Romami es Ia {mica
ca con algunos pasajes interesantes. iglesia y la iinica religion. Desde el punto de vista
Las novelas que mejor corresponden a las circuns- de Ia raz6n y de la emoci6n, las novelas de Sotomayor
tancias de Ia Reform a fueron las de Jose Francisco So- deben haber sido un anatema para los intelectuales
tomayor y Manuel Balbontin, dos autores que hacen reformistas, pero probablemente fueron aceptadas fa-
un contraste directo. So~omayor, sacerdote, escribi6 cilmente por Ia gran mayoria de Ia gente.
tres novelas que exaltan Ia virtud cristiana y se pro- Memorias de un muerto (1874.), de Manuel Bal-
ponen contrarrestar Ia inmoralidad de otras novelas: hontin, se vale del recurso de traer de nuevo a Ia vida
El solitario del Teira (1873), Las ruinas del monas- a un ~oldado reformista muerto, para ayudar a la cau-
terio ( 1874) y Un santuario en el desierto ( 1877) . sa liberal. Nunca queda muy claro que es lo que
Las obsesiones del autor son la soledad y las ruinas. hace con este fin ; pero Ia peculiar situaci6n del pro-
In£1!-lyeron en ei Lamartine y sus propios deseos de tagonista le permite al autor no solamente criticar a
alejamiento monastico del mundo. Le obsesiona su idea la sociedad, sino tambien indicar algunas maneras
216 UN PROYECTO DE PROGRESO UN PROYECTO DE PROGRESO 217
de mejorarla. El protagonista cuenta con la ventaja de se las arreglo para ser reclegido cada cuatro afios,
conocer tan to el Infierno, que se pa1·ece mucho a Ia hasta que lo arroj6 del pa1s la Hevoluci6n de 1910,
Tierra, como una civilizaci6n ideal. AI padre Soto- con excepei6n de un periodo de cuatro alios a prin-
mayor le hahrian escandalizado algunas dl" las ideas cipios de su regimen, el cual le permiti6 a uno de
heterodoxas de Balbontin; y aun cuando Ia sociedad sus adeptos gobernar al pais bajo su direccion. La
ideal de Balbontin hubiese estado gobernada por Ia Hefonna habia concluido. El deseo de un sentido co-
moral mas irreprochable, a los conservadores les hu- mun que pudiese mantener Ia paz y el orden junto
Liese escandalizado su rechazo del autoritarismo. El con la libertad se pervirti6, de modo que la paz y
jefe de su gobierno democratico seria un "guardian el orden se mantuvieron a expensas de la libertad.
de Ia ley" y lo eligirian por un ano, sin derecho a re- Las clases inferiores se alejaron mas todavia de Ia co-
elegirse. Al expresar esta opinion, Balbontin reflejaba rriente principal de la vida de la naci6n y los expo-
el descontento que procoba en los liberales radicales nentcs del orden gobernaron a! pais "cientificamen-
el gusto de Juarez por no soltar el poder despues de la te". Aun Ia paz y el orden eran muy ilusorios, pero
restauraci6n de la Republica. Las M enwrias contie- los instrumentos cientificos del gobierno no estaban
nen otros detalles interesantes: Ia con dena de Ia gue- preparaclos para revelar el fermen to que habia cleba-
rra, la defensa de la inteligencia de las mujeres, un jo de la superficie.
alegato por Ia apreciacion del arte autoctono; pero El efecto de la Reforma sobre la novela, efecto
la vision que del ejecutivo se forma Balbontin es el que habia desaparecido practicamente hacia 1874, se
indicador mas importante de su postura. Es un no- desvanecio por completo y no aparecio un solo no-
velista medianamente bueno, sobre todo porque sabe vclista importante entre 1875 y 1880. Algunos de los
como hacer avanzar al relato. Y el recurso de que novelistas vetcranos siguicron escribicndo, pcro sus
se vali6 contribuye al interes del libro, pues crea obras .fueron poco numerosas. Sin las obr'as sensacio-
una ilusi6n de objetividad que promete la revelacion nali:=;tas de Morales y Negrete, Ia lista seria brev1sima
de Ia verdad; y esta expectativa propende a subsistir, en verdatl. En 1881 y 1882 aparccieron tres novelis-
independientemente de que se justifiquc o no. tas nuevos, que pertenecen a este periodo mas que a
El descontento contra el gobierno fue crcciendo y uno posterior, a causa de su asociaci6n con el roman-
varios liberales, entre los que se contaba Altamirano, ticismo, aunque sus novdas indican que el realismo
que habian dejado Ia politica para dcdicarse a las no tardaria en impone1·se.
letras, volvieron a la lucha, ya en la politica misma, Pedro Castera publico dos novclas en 1882, una de
y a traves del periodismo. En noviembre de 1876, el propensiones rorniinticas y otra inclinada al realismo.
sucesor de Juarez, Sebastian Lerdo de Tejada, fue La mas famosa es la romantica, Carmen, que a menu-
derrotado por Porfirio Diaz que lleg6 al poder con do ha sido comparada, erroneamente, con la Marfa
el lema de "sufragio efectivo, no reeleccion" y luego de Jorge Isaacs. Es una novela sentiml"ntal, pero ca-
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! I!I , ,'I 218 UN PROYECTO DE PROGRESO UN P ROYECTO DE PROGRESO 219

··1 .1
·1 rece de la calidad idilica que cl marco rural hace po- e1 autor se sentia demasiado vinculado a la resoluci6n
sible en Maria y sus episodios costumbristas son me- romantica de la trama como para dejar a Luis en su
:·:. II
Ill li nos y mas debiles. Casi siempre se pasa por alto el dilema.
aspecto mas importante de Carmen: el interes del autor Remordimiento (1881), la primera novela de Ra-
por el analisis cientifico. Debo hacer hincapie en que fael de Zayas Enriquez, muestra un impulso realista pa-
se trata de un interes en la ciencia, no de un buen recido a la tendencia observada en las novelas de
tl
analisis cientifico. El sentimentalismo de Ia novela se Castera ; pero Zayas nunca logr6 cuajar verdadera-
basa en el amor del h eroe por una chica joven que lo mente una obra, ni siquiera su ultima novela, apare-
considera en parte como padre y en parte como cida en 1902. A veces obtuvo efectos autenticamente
amante. Castera escribe largos pasajes donde explica dramaticos gracias al desarrollo l6gico de las emocio-
la naturaleza de su amor. Evidentemente, le interes6 nes, pero casi siempre la verosimilitud de la historia
averiguar de que se trataba. Como el interes cien- queda rebajada por la mania de inventar alguna cir-
tifico de Castera estaba modificado por su subjetivi- cunstancia poco creible, con la que pensaba aumentar
dad romantica, sus consideraciones suelen volverse el efecto dramatico. Lo mejor es considerarlo, junto
bastante pegajosas, pero es claro que intentaba hacer. con Castera, como un escritor con fuertes propen-
Su otra novela, Los maduros, es la primera novela siones realistas, frenado por su afici6n a la exagera-
mexicana que se ocupa clara, especifica y iinicamente ci6n romantica. Manuel Sanchez Marmol, quien publi-
de la clase trabajadora. El protagonista, Luis, trabaja co su primera obra, Pocahontas, en 1882, es el caso
en una mina de plata, y las condiciones de su existencia opues to. Se le debe considerar sobre todo como roman-
se contrastan con el conspicuo lujo de los ricos que tico, a pesar de que haya hecho algunas concesiones
viven en la ciudad, pero que no aparecen como per- al realismo que lo rodeaba.
sonajes en Ia novela. La gente humilde cobra vida Hacia estas fechas, el romanticismo ya nada tenia
en sus acciones y en su manera de hablar. Luis es que ver con la Reforma. La exageraci6n romantica
una persona completamente honrada, pero no inve- persisti6 porque la afici6n a las lagrimas del publi-
rosimiL Es victima de una serie de circunstancias co lector no se corrige facilmente. Y lo confirm6 el
totalmente dignas de credito, que no le dejan ninguna hecho de que el realismo natural de la tradici6n his-
otra salida. Lo mejor que puede hacer es buscar la panica oscureci6 todavia mas la linea divisoria entre
manera menos terrible de hacer £rente a sus obligacio- el romanticismo y el realismo cientifico, que en el
nes. AI colocar a su heroe en este trance, Castera mejor de los casos nunca estuvo muy claramente tra-
resuelve bruscamente el problema haciendo que una zada.
epidemia se lleve a todas las personas con las que
Luis se siente obligado, con excepci6n de su novia.
La obra tiene este final feliz probablemente porque
EL COMPROMISO DESESPERADO 221
emocwn en Eva (1885), de Martinez de Castro, mo-
lcsta al lector avezado porque hay mejores maneras
de encarar las tragedias. En Oceanida (1887) , de
Zayas Enriquez, el deseo insaciable de venganza de la
V. EL COMPHOMISO DESESPERADO [1885-1891]
heroina y su resignacion a la vida religiosa eran
igualmente inverosimiles. Ninguno tiene nada que ver
HAY UNA aparente paradoja en el hecho de que la
II! exageracion romimtica se relacionara con Ia esperanza
con un determinado periodo historico, porquc la per-
tinencia hist6rica de la exageraci6n hab:!a desapareci-
de reforma social. Heroinas llorosas y heroes que
do. Tiene como objeto satisfacer las exigencias de
se desmayan no parecen tener mucho que ver con los
un lector que necesita una rnanera obvia de encarar
ideales del liberalismo. Sin embargo, los escritores
Ia tragedia. La vida es vivida en funci6n de lo que
reformistas expresaron estos ideales en medio de al- com{mmente llamamos tragedia, aunque quiza seria
gunos de sus momentos sentimentales mas exagerados, una expresi6n mejor la de "circunstancias indesea-
porque la tendencia a agrandar la realidad visible a das". Siempre estamos encarando o viviendo esta cir-
tmves de la imaginacion fue el fundamento tanto del cunstancia y su acontecer es el iinico suceso reaL La
heroe idealizado como de la esperanza de reforma. angustia consiguiente, al advertir o al adelantarse los
El alegato en pro del sentido comun, en si mismo, era acontccimientos, cncuentra su salida mas facil en la
totalmentc razonablc. No era producto de la imagina- exageraci6n de la reacci6n emocional que, en una
cion, sino de la reflexion del hombre sobre su con- determinada etapa de desarrollo cultural, cobra ca-
i' dici6n, tal y como se presentaba a su mirada. El pa- racteristicas que a personas que no se encuentran en
pel de la imaginaci6n estrib6 en la esperanza -en Ia misma etapa les parecen insinceras o triviales. Pero
I! ' algunos casos, en la creencia- de que el sentido co· mientras subsista esa etapa, la respuesta reqnerida se
rnun, segiin lo entendian los liberales, se convirtiese reproducin'i en alguna clase de literatura. De modo
en norma de la conducta humana: A medida que la que las lagrimas no desaparecieron con Ia llegada del
exageraci6n romantica fue disminuyendo se eclips6 rcalismo, sino que su sentido se modific6 .
la fuerza del impulso reformista. En cierto modo, el Por supuesto, es razonable pensar tambien que los
sentido comun fue su propio verdugo, pues fue un novclistas que habian escrito anteriormente no se des-
aspecto del sentido comun lo que inform6 a quicnes pojarian de todas las caracteristicas de un periodo
por el abogaban de que no podia llevarse a la prac· anterior simplemente porque se pusie1·a de moda una
tica. Lo que restaba de exageraci6n romiintica estaba tendencia diferente. Manuel Payno, por ejemplo, pu-
mezclado con una vision mas objetiva de la realidad ],lico otra novcla por entregas, Los bandidos de Rio
y sirv10 no como fucrza social, sino como una salida Frio, de 1889 a 1891. El suhtitulo dcclara inclusive
de reacci6n ante la tragedia. La exageraci6n de Ia que es "naturalista", pero hay en ella exageraciones
[220]

,; I'
222 EL COMPROMISO DESESPERADO EL COMPROMISO DESESPERADO 223
suficientes como para ligarla a fechas anteriores. Con . una se burlase de la locura de los hombres en tanto
el tema del bandido, que para entonces era muy po· que la otra exaltase sus virtudes. Ambas honraban
pular, Pa yno escribio otra novela esencialmente cos- profundamente al hombre e iban en pos de su perfec-
tumbrista. La comprension que alcanzo Payno de la cionamiento.
nueva clase de ficcion se pone de manifiesto al com- La identificacion del realismo se facilita si aten·
parar csta, que fue su ultima novela, con El fistol del demos mas al uso de una tecnica de escribir que a un
diablo. Su comprension se limita a incorporar escenas cambio fundamental de concepcion. Por supuesto, el
repugnantes en Ia ultima de estas novelas. Seria fa- realista trata de someterse a la realidad visible; pero
cil decir que Payno, Zayas y Martinez de Castro son lo mas importante es que desea realzar su objetivi·
"novelistas de transicion". Pero, en tal caso, tendria· dad al margen de la obra. La cuestion de la objeti-
mos que incluir tambien a Inclan, en 1865, y a · vidad, a menudo discutida en relaci6n con el realismo,
Lizardi, en 1816. frecuentemente se entiende mal y lleva a esperar alguna
No hablamos de un cambio fundamental en. Ia acti- revelacion que provenga de la capacidad sobrehuma-
tud de los hombres £rente a la vida, sino de una na del autor para estar fuera de si mismo. Los novelis-
vision de Ia realidad ligeramente cambiada. No hay un tas realistas nunca se exigieron tanto a si mismos. No
conflicto basico entre el romanticismo y el realismo. pretendieron entrar a la novela con el fin de decirle
El conflicto fundamental en literatura se establece al lector como se deberia reaccionar.
entre el clasicismo y el romanticismo, entre el autorita- La elevada frecuencia de la tragedia ( circunstan-
rismo y la libertad individual, entre lo general y lo cia indeseada), en las novelas del periodo romantico,
particular. Ambas fuerzas se hallan siempre presentes es expresi6n, en parte, de la angustia provocada por
en Ia cultura -no solo en la literatura, sino en todos el miedo de que cl ideal no sc realice. Cuando se
los aspectos de la vida- y su intensidad relativa es renuncio al ideal, la realidad subsistente fue la visible.
lo que varia. En un momento determinado, una supera En Mexico, donde la realidad visible parecia exigir Ia
tanto a la otra que pasa a caracterizar a un periodo, protesta de parte del escritor de conciencia, es nota-
y entonces podemos, por ejemplo, hablar con propie- ble que los novelistas realistas pudiesen hacer la paz
dad de un periodo romantico. Pero la literatura de con un regimen que ignoraba las necesidades del pais.
aquel tiempo tenia mucho de realismo ( recreaci6n Tal vez fue un resultado de Ia fatiga. La promesa
de la realidad visible), facilmente observable en la de alcanzar la suficiente estabilidad social para per-
prosa costumbrista hispanica que existi6 al lado de mitir el cultivo de las letras habia de rcsultar muy
la expresion emocional mas exagerada. No bubo una atractiva en un pals donde el cultivo de las artes ha-
diferencia fundamental entre las dos, porque ambas bla sido obstaculizado por los trastomos sociales a
arraigaban en la libertad individual y en el gusto por todo lo largo de Ia historia nacional. Sin embargo,
lo particular. Su intenci6n comun no cambia porque la opinion de Ia mayorla de los autores era que la
i'
224 EL COMPROMISO DESESPERADO EL COMPROMISO DESESPERADO 225
estructura oficial no estaba en comunicaci6n con el Si consideramos en su conjunto a todas las novelas
pueblo y que el mejoramiento social dependia del publicadas entre 1885 y 1891, inevitablemente Ia im-
mejoramiento individual. La revoluci6n se consider6 presion mas aguda que nos queda es la de una detes-
contraproducente, aun por liberales oposicionistas como table distincion de clases. Las clases no solo estaban
Jose Ferrel, segun se puede leer en sus Reproduccio- ta jantemente diferenciadas; lo peor era que las per-
nes ( 1895) . Es mucho menos notable que hombres sonas favorecidas carecian totalmente de respeto por
m{ts conservadores tuviesen una opinion semejante. los derechos de la clase inferior. Los autores censu-
Los seis aiios de que nos ocupamos ahora constitu- raron este hecho, pero no hicieron mayor cosa por
yen el periodo en que el realismo se convirtio en la cambiarlo. Indudablemente la condena mas aspera
influencia dominante de la novela y el grupo de Diaz es la que aparece en Perico ( 1885), de Arcadia Zen-
se convirti6 en la fuerza dominante de Ia vida politica tella. Este fue un ultraliberal que mas tarde expreso
del pais. En terminos muy generales, se puede opinar fuertes, aunque inexactas, ideas rnarxistas. En Pe-
que se habia olvidado Ia vision de la Independencia rico defiende los derechos de un peon contra la
y la Reforma. La "posibilidad" de incorporar a todos brutalidad del hacendado. El autor utiliza escenas
los elementos de la sociedad a la vida nacional se de horror desnudo para mostrar que el hacendado no
corrigi6: se dijo entonces "imposibilidad". Oficialmen- consideraba a sus peones mejor que a los animales y,
te se consider6 al indio como carga que debia sopor- probablemente, tenian para ei menos valor a(m. Ade-
tarse con el menor esfuerzo posible. Y, extraoficial- mas de rnaltratarlo fisicamente, el dueiio se lleva a
mente, la clase trabajadora, lejos de ser tenida en el la prometida de Perico a trabajar en la casa con la
olvido, fue despiadadamente explotada. No es facil intenci6n de utilizarla para su satisfacci6n sexual. No
respe~ar la opinion de una persona tan honesta como tiene el proposito de convertirla en su amante; es
Jose Lopez Portillo y Rojas quien, en Nieves (1837), demasiado humilde para aspirar a esa categoria. Pe-
dijo que los desposeidos se encontrarian mejor tan rico da muerte al haecndado y huye con la muchacha
pronto como quisiesen cambiar. Pero tenemos que re- a otra hacienda, donde los explotan todavia mas de
cordar que su opinion se fundaba en un supuesto lo acostumbrado porque son fugitivos. Finalmente los
comun al sig]o XIX, a saber, que el individuo podia capturan -no los apaticos guardianes de la justicia,
mejorarse a si mismo. El gran error que suele come- sino el hermano del hacendado- y se les somete a
terse es suponer que los novelistas del periodo de Diaz juicio en un tribunal donde un hombre de la cate-
no habian advertido Ia neersidad de un mejoramiento goria social de Perico no tiene la menor posibilidad
soeial. Si Ia advirtieron ; pcro su actitud habia per- de que se le haga justicia. Todo el rnundo los conside-
dido el vigor de los reformistas y no contemplaban la ra perturbadores del orden contra los cuales debe pro-
posibilidad de un levantamiento social vigoroso que tegcrse la sociedad. Una seiiora llega incluso a decir
cambiara Ia estructura social. que tales personas darian menos problemas si no re-
226 EL COMPROMISO DESESPERADO
EL COMPROMISO DESESPERADO 227
cibieran la menor educacion. Los dos amantes huyen ra en que el au tor entiende el .problema es mucho
de Ia ciircel y se las arreglan para cruzar un rio mas caracteristica de la epoca. Refleja vividamente el
que es frontera con otro estado, antes de ser ca.~tura­ compromiso de conciencia a que llegaron hombres
dos. Este final, evidentemente, no ofrece solucwn al bien intencionados y las razones con que justificaron
problema. Zentella tampoco quiere decir que lo mismo
su parecer. Lopez Portillo fue un tradicio~~lista ho-
ocurra, exactamente a todos los peones. Sin embargo, nesto que descubrio en Ia supuesta estab1hdad del
si quiere que se entienda que Perico es un caso regimen de Diaz una manera de proteg~r valores q_ue
ejemplar, aunque su resolucion del problema no cum- el tenia en alta estima. Entre estos f1guran vanas
pliria una finalidad semejante. anticuadas costumbres sociales y un conjunto de nor-
Zentella fue un novelista indignado. No cabe duda mas morales que exigian una conducta decente y un
de que, para el, su obra era una cr:uzada. Supongo respeto a la autoridad de Ia tradici6n. En esta acti-
que su agria condena del orden existente fue Ia ra- tud estaba implicita la defensa de la Iglesia, a Ia que
zon de que el libro se publicase en San Juan Bau- consideraba mas como agente moral que como insti-
tista, Tabasco, y no en la ciudad de Mexico. AI re- tucion mistica. A este respecto, su actitud fue seme-
gimen de Diaz nunca le parecieron bien esas obras
jan:e a la de Altamirano, aunque sus proposic~o?;:s
aunque Ia desaprobacion oficial fue mas rigida a
. j 'i mediados del regimen que en los ultimos aiios del mis-
de reforma social fueran conservadoras. La posiCIOn
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mo. Ning(m periodista del periodo se expreso con tan-
de Lopez Portillo indica como la Iglesia pudo aliarse
' '! .·~ con el positivismo del grupo politico de Diaz para
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ta vehemencia como Zentella, pero las diferencias de la defensa mutua. No habia nada irrazonable en el
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clase se advierten ampliamente en las novelas de Lo-
pensamiento de Lopez Portillo, puesto que el debio
pez Portillo y Rojas, Delgado, De Campo y Eligio considerar que se fundaba en el sentido comun. Pero
Ancona. En La mestiza (1891), Ancona haso la dis- debemos observar que este sentido comun se basaba
tincion de clase solo en motivos raciales, sin prestar primordialmente en lo que parecia poder llevarse a la
atencion a las diferencias econ6micas que complican practica; dispensaba a la sociedad de emprender lo
mas el problema de las novelas de Zentella y Lopez que parecia imposible.
Portillo. En las obras de Delgado y De Campo, las
Nieves abunda en ejemplos de conciencia y com-
fronteras de clase se trazan mas por implicacion que
promiso. Escribiendo en primera persona Lope~ Por-
por descripcion directa. Sus marcos son urbanos y las
tillo recuerda el dia de paga semanal en Ia hacJCnda.
circunstancias de los personajes permiten ver clara-
Exteriormente, la escena es semejante al dia de paga
mente el prestigio de que disfrutan o el desden de que en Tierra, de Gregorio Lopez y Fuentes ( 1882). Sin
son victimas a causa de su posicion social. embargo la descripci6n eu Nieves no es una protesta
i: Nieves (1887), de Lopez Portillo, estii estrechamen- con ~ ra la injusticia; mas bien, sentimos el desasosiego
te emparentada, por el tema, con Perico, pero Ia mane- del autor bajo su cuadro de campesinos felices. Habla,
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228 EL COMPRO.MISO DESESPERADO EL COMPROMISO DESESPERADO 229

con aires de superioridad, del respeto rnostrado por lo, le responde que Nieves naci6 para una vida de
los peones al hacendado y de su inocente asornbro al inevitables desgracias. El autor trata de decirle a don
ver tanto dinero. 1 Su tono de preocupacion paterna- Santos que deberia interesarse en el mejoramiento de
lisia indica que esta tratando de convencerse de que la suerte de Ia chica; pero el hacendado dista mucho
todo anda bien, cuando realrnente sabe que muchas de comprender ese punto de vista, y solo alcanza a
L: cosas estan mal. Ciertarnente, reconoce que existe el acusar de celos al autor. En esta conversacion, Lo-
mal en el sistema de las haciendas. Pero su pro testa pez Portillo parece argumentar en contra de su pro-
va dirigida contra algunas personas injustas, no con- pia afirmacion de que el progreso puede alcanzarse
tra el sistema mismo. individualmente, pero siguio sosteniendo esto ultimo
hasta la ultima de sus novelas: Fuertes y debiles
Hay, por desgracia, en Mexico, pais de i1?stit~:iones (1919). Podemos suponer que el papel de la Iglesia
h; libres, donde se ha proclamado la emanc1pacwn. de consistia en mostrarle a don Santos Ia diferencia en-
:. i' los pequefios de la tirania de los grandes, buen nume- tre cl bien y el mal. Un sacerdote ejemplar se halla
ro de propietarios rurales, que aiin mantienen de hecho
presente en Nieves, lo mismo que en otras obras de
vivos en sus posesiones los antiguos derechos de hon·
r as y haciendas sobre sus sirvientes, com~ si aiin ·fu~·
Lopez Portillo.
sen estos los antiguos siervos del terruno. Se adml - La insistencia del autor en el caso particular tiene
n istran justicia por su propia mano, sujetan a los in· validez para valorar tanto a peones como a hacendados.
felices al tormento del cepo, les rebajan los salarios, Nieves y Juan son personas admirables, pero muchos
les pagan con maiz, con fichas, con papel, los obligan
a consumir los efectos que ellos les venden, a los pre- peones no lo son. A Petra y Analco, que presumible-
cios que quieren, y para colmo de injusticia, deshon· mente tienen a su cargo el bienestar de Nieves, se les
ran a sus hijas o esposas, llevando la desgracia a! censura por su inmoralidad y por su servilismo con
seno de las familias y a lo mas profundo de los cora- don Santos. No obstante, es dificil entender como po-
zones campesinos. 2
drian haber obrado diferente, si se toma en cuenta
Ia dcscripcion del haccndado malo. La descripcion de
Lopez Portillo no propane ningun plan para me-
don Santos haec ver que si sus peones se hubiesen
;orar la situaci6n, pero tampoco haec ninguna obje-
~i6n cuando Juan, el prometido de Nieves, se venga insubordinado, Ia Iglesia los hubiera salvado unica-
mente si el buen sacerdote gozase del don de Ia ubi-
del hacendado que lo ofendio. Don Santos, el ejem-
cuidad. Lopez Portillo se pregunta como algunas per-
plo que pone el autor sobre lo que es un mal !l~~en~a­ sonas parecen haber nacido para ser desgraciadas, lo
do, esta decidido a aprovccharse de la pos1c10n m -
cual sugiere una determinada interpretacion del sig-
ferior de Nieves; y cuando el au tor trata de disuadir-
nificado del cristianismo. La pobreza le produce pesar,
1
"Nieves", en Cnentos completos, tomo I (Guadalajara: Edi- pero cree que tiene como causa Ia £alta de ambicion
ciones I.T.G., 1965), p. 12. o de voluntad.
' Ibid. , p. 23.

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230 EL COMPROMISO DESESPERADO EL COMPROMISO DESESPERADO 231
Causa verdadero asombro la miseria en que viven los Los problemas sociales serian resueltos por los po-
campesinos. Trabajan sin tre~ua, ~orne~ poco, andan liticos de Ia naci6n, segun los entendia Rabasa, porque
casi desnudos y no tienen ex1gencias m goces aparte
de los meramente animales. estos, en sus peores ejemplos, eran oportunistas y, en
La necesidad ha engendrado el progreso; donde los mejores casos se perdian en ideologias que no te-
no hay necesidades, no hay estimulo, ni mej~ramiento, nian valor practico. La guerra de Tres Aiio.s ejemplifica
ni vida civilizada. N uestros labriegos saldran de la esa dificultad, al descubrirnos el conflicto entre un
abyecci6n en que vegetan, el dia en que aspiren a
comer bien, a vestir decentemente y a procurarse, co- politico que quiere hacer cumplir las Leyes de Re-
modidades. Al elevarse su nivel moral, se levantara el forma y una poblaci6n que desea conservar sus prac-
de Ia republica. • ticas religiosas tradicionales. El autor tiene el buen
sentido de no dibujar una division muy precisa y
AI final de esta cita. L6p~z Portillo expresa una firme entre dos fuerzas diametralmente opuestas, de
idea excepcional para aquel tiempo: Ia de que el manera que Ia novela muestra grados variables de li-
progreso de Ia naci6n es~aba .relacionado con . el m~­ beralismo y diferentes actitudes ante el conflicto. Pero
joramiento de Ia clase mfenor. La tenden~Ia mas Ia poblaci6n no esta de acuerdo con la ley; y la vo-
comun fue Ia de considerar a Ia clase media como luntad de algunos de sus miembros esta vigorizada por
una esperanza del futuro. la apatia de otros, pues la apatia se inclina mas por los
Aun la preocupaci6n por Ia relaci6n de las leyes con usos establecidos que por la reforma. Sus superio-
la vida del pueblo se baso en Ia clase media, y no en res, que saben que con su obstinacion nada conse-
las personas mas humildes. Los representantes de _Ia guiran, quitan al politico de ese Iugar y lo envian
estructura civica eran miembros de Ia clase media, a otro sitio.
pero su adhesion al gobierno era mas bien una adhe- Las N ovelas mexicanas son cuatro novelas, mas
sion profesional y no una solidaridad de clase. La clase bien cortas, que tratan cuatro aspectos diferentes de
media, en general, no se identifico con la estructura la vida publica. La bola y La gran ciencia se publi-
gobernante. Las novelas del periodo demuestran una caron en 1887; El cuarto poder y Moneda falsa en
incomprensi6n casi completa, de parte de Ia clase me- 1888. Por bola hay que entender una escaramuza poli-
dia en general, de lo que se proponia ~a- Reforma. El tica local, gracias a Ia cual un ambicioso politico se
punto principal de las novelas de Er;nho Rabasa :es convierte en el jefe del Iugar. Se dafian propiedades,
precisamente ese abismo que se abna entre las m· hay quienes pierden la vida o estan a punto de per-
tenciones de la ley y las necesidades de la gente. En derla; el unico resultado es que un hombre ha au-
sus cuatro Novelas mexicanas (1887-1888), Rabasa mentado su poder sobre otras personas. Los handidos
plante6 el problema y mas tarde lo llevo a un climax descritos en varias de las novelas de fines del si-
conciso en La guerra de Tres Aiios (1891). glo xrx podian encontrarse en uno o en ambos bandos
' I bid., p. 41. de la bola. Este procedimiento politico era claramente
232 EL COMPROMISO DESESPERADO EL COMPROMISO DESESPERADO 233
contrario al derecho y no daba pie para sentir confian- No podemos sino dudar de que esta sea una opi·
za en el vencedor como representante de Ia autoridad ni6n de la rninoria, como afirma el autor, pues ten·
estahlecida. Sin embargo, era lo que los novelistas dria importancia si lo fuese. Es mucho mas probable
del periodo de · Diaz creian que era Ia "Revolu- que el sentido del decoro de Lopez Portillo lo haya
cion" y no veian que se pudiese ganar nada con hecho desear que fuese una opinion de Ia minoria;
ella. Rabasa logra una satira eficaz en La bola, al pero su sentido de Ia realidad, como novelista, le hizo
subrayar la vacuidad de la lucha, cuando se rie del reflejar el mismo estado de cosas que Rabasa describe.
aislamiento provinciano del pueblo en donde la accion A Ia gente le interesaban sus propios asuntos y a este
tiene Iugar. Aunque los habitantes de la poblacion en· respecto coincidian estrechamente con los politicos. No
tienden en cierta manera que pertenecen a la nacion, cabe duda de que Lopez Portillo, al nivel intelectual,
la sede del gobierno esta muy alejada de ellos; y entendio que Ia accion revolucionaria era antisocial.
aunque sus costumbres guardan cierta relacion con Sin embargo, es muy significativo que ofreciese Ia
las del mundo en general, se sienten contentos con su {mica salvacion posible a Juan uno de los personajes
interpretacion anticuada y expeditiva de como se ha- que defiende. El autor no condena a Juan por ha-
cen las cosas. La bola tiene sentido para ellos solo berse hecho justicia a su manera, y tampoco condena
a nivel local, tal y como Ia "revolucion" en Nieves a las autoridades que lo meten en Ia carcel. Sin em-
solo sirve para que Juan pueda huir. bargo, deja que Ia "revolucion" lo libere y se lamenta
Cuando el jefe politico local convoca a los habi- de que la {mica oportunidad que se le ofrezca a Juan
tantes a la defensa del poblado contra los "revolucio- para obtener su libertad consista en unirse a una
narios", en Nieves una voz anonima le informa que banda de revolucionarios.
la defensa esta a cargo de las autoridades, no del No es sorprendente que las holas tuviesen Iu-
pueblo. La voz anonima dice tambi'en que la gente gar en las partes mas aisladas del pais. En Ia ciudad,
se defendi6 antes contra el bandido Lozada por temor la desorganizaci6n social y aun las Hneas divisorias
a que los matase, no porque tuviese ninguna creencia entre las clases se veian de manera diferente. La ciu-
politica en aprticular. Lopez Portillo dice que la voz dad no tenia una institucion concreta tan vulnerable
expresa una opinion de Ia minoria cuando afirma : como el sistema de la haciend a, pero los personaj es
de las novelas se mantienen dentro de sus circunstan-
La verdad, a nosotros poco nos importa que mande cias tan nitidamente como sus equivalentes rurales.
Pedro o Juan, eon tal de disfrutar garantias, y no te· En algunas novelas urbanas, la posibilidad de una
nemos volnntad de exponernos a recibir algun balazo
por defender al gohi erno; que se defienda como pue· revolucion autentica se describe con mayor claridad
da ... s.i pnede.' que en las novelas rurales. Por ejemplo, La Rumba
( 1890) , de Angel de Campo, sin referirse para nada
• I bid., p. 85. a Ia revolucion, muestra una porcion de Ia sociedad

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234 EL COMPROMISO DESESPERADO EL COMPROMISO DESESPERADO 235
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que, por fuerza, tiene que ser el campo de cultivo tes. La sociedad era estatica y estaba satisfecha de
de la rebelion social. La rigidez de la sociedad au- si misma. Costaria trabajo imaginar una actitud mas
menta el descontento. Y, aunque De Campo nunca acorde con los intereses del grupo de Diaz.
habla de rebelion, su descripci6n de la gente del Los politicos practicantes no se inclinaban a tender
pueblo esta caracterizada por un examen persistente un puente entre Ia ley y el pueblo. Su oportunismo
y pormenorizado de su situaci6n, que resulta mas es el meollo de la critica que les hace Rabasa en La
convincente que una argumentacion obvia. Insisten- gran ciencia. Esta "ciencia" es Ia habilidad para que-
cia semejante encontramos en "Vendia cerillos", uno darse en el poder. La opinion de Rahasa tal vez re-
de los relatos del primer libro de Federico Gamboa: sulte algo mas cinica que la actitud general, pero
Del natural ( 1889). En contra, absolutamente, de Ia su fundamento es el mismo. La actividad politica es
proposici6n de que· el individuo puede mejorar su si- una manera de ganarse Ia vida, y el politico debe
tuacion, Gamboa describe a un protagonista cuyo me- ocuparse de encontrar como mejorar su suerte. No puc-
joramiento solo podria efectuarse mediante un cam- de quedarse quieto; debe ser lo suficientemente sagaz
bio en las circunstancias que lo rodean. como para utilizar en Ia realizaci6n de sus propositos
La sociedad de las ciudades provincianas de las a todas las personas que lo rodean. Por consiguiente,
novelas de Rafael Delgado ocupa una suerte de posi- los cuidados y atenciones para con Ia gente que mas
cion intermedia entre la sociedad complicada de De le conviene tienen mucho mas importancia que el bien
Campo y el alejamiento de Ia pequena poblaci6n de La publico o el ejercicio de la justicia. Zentella insistio
bola. En La Calandria ( 1890) , Delgado se acerca a especialmente en esto ultimo en relaci6n con los
Ia clase inferior pero nunca sale por completo de la peones y Lopez Portillo fue de opinion semejante.
clase media. Cuando sus persona jes padecen los ul- Uno de los aspectos mas interesantes de las novelas
trajes de los ricos o de los refinados, sus reacciones tie- de R:ibasa es Ia compleja motivaci6n de Juan Quino-
nen mas de envidia que de resentimiento. Son her- nes, quien aparece en las cuatro Novelas mexicanas
manos de desgracia de la clase media de Juan· Diaz junto con Mateo Cahezudo, el politico. Quinones nun-
Covarrubias. El deseo que siente la heroina de una ca esta por encima de las trampas, pero tambien po-
vida mas interesante es el unico intento de parte de see algo de idealismo. Sin embargo, en su lucha con
uno de sus personajes por cambiar su estado, y el Cabezudo, ni las trampas ni el liberalismo le daran
autor la describe como victima de su propia locura. la victoria. La animosidad que siente contra Cabe-
Delgado fue mucho mas conservador que Lopez Por- zudo se agranda porque este no ve con buenos ojos
tillo y Rabasa, ya que jamas se le ocurrio pensar que el amor que siente Quinones por su sobrina; y por
la sociedad tuviese algo de malo. Juzgo a las per· ultimo, Quinones se encuentra en una situaci6n de
sonas con fundamento en su moralidad, pero siem- poder, en su calidad de periodista de la capital don-
pre en funcion de las circunstancias sociales existen- de su enemigo es miembro del congreso nacional. En
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236 EL COMPROMISO DESESPERADO
EL COMPROMISO DESESPERADO 237
El cuarto poder, Rabasa ataca a la prensa con su
cia general de Ia critica de Rabasa va dirigida con-
mas acida ironia. Pone en evidencia a la profesion,
tra la £alta de honradez en la clase media. A su
cuando hace que Quinones descubra que gran parte
de "las notrc1as
. . " son mventa
. das por los periodistas manera de ver las cosas, el mundo marcharia bien si
la clase media pudiera perfeccionarse. En tal situa-
por razones personales o simplemente con objeto de
ci6n, Quinones y Cabezudo podrian servir convenien-
atraerse lectores. Por consiguiente, Quinones se siente
temente a la sociedad y no convertirse en victimas
en ~nter~ li~ertad de atacar a su enemigo, aunque la
de otros o de si mismos. Dicho de otra manera, Ra-
r~zon ~nnc1pal del ataque es la animosidad personal.
basa abogaba por la misma clase de moral que, en
El mat1z politico. de un periodico depende de la vo-
opinion de Altamirano, la novela debia ensenar. Esta
luntad de quienes corren con sus gastos; y todos son
moralidad especial mejoraria a la socied~d sin cam-
sensibles a la influencia oficial. El peri6dico de Qui-
biar su estructura basica. La posibilidad de un pro-
nones. s~ vuelve oposicionista porque le retiran el apo-
fundo cambio social esta implicita en las obras de
yo of1c1al; pero a! corregirse este inconveniente co-
mienza a apoyar de nuevo al gobiemo. Las dos ~aras
Rabasa, con solo entender que los cambios que pro-
pone son imposibles sin un profundo sacudimiento
del periodismo se nos hacen ver a traves de un peri6-
social.
d_i~o. oposicionista, costeado en secreta por otro pe-
Aunque Rabasa se distingue de los demas por su
nodiCo que representa una corriente contraria. Lo
ataquc contra Ia prensa, su mensaje es esencialmente
poco que le quedaba de idealismo a Quinones es des-
truido, aunque no sin su propia colaboraci6n.
el mismo que el de los dcmas novelistas que escribie-
ron en su tiempo. El cuadro que nos pintan de los
El politico y el periodista logran destruirse mutua-
prirneros anos del periodo de Diaz es un cuadro de
mente a pesar del exito transitorio que cada uno tie-
intenso dcscontento, si exccptuamos las prctensioncs de
ne en el complejo mundo de la capital. El autor, en
supe1:ioridad mo~al . de Delgado. La politica era per-
Moneda falsa, los enfrenta a la posibilidad de una tra-
c;ouahsta, cl pcnod1smo una farsa, las scparaciones
gedia personal comun, momento en el cual deciden
entre clases inhumanamente rigidas, los trabajadores
volver al Iugar al que pertenecen y, asi, Ia Moneda
~ ~ran explotados y la justicia para los humildes era
falsa regresa a su punto de origen. No queda perfec-
incxistente. La generosa suposici6n de Lopez Portillo
tamente claro por que Rabasa pens6 que debian re-
de qu e la injusticia era In<lS la excepci6n que la regia
gresar, aunque presumiblemente la causa fue que sus
no concuerda con el destacado Iugar que ocupa esc
carreras habian concluido. En verdad ninguno de
u:ma en Ia novellstica de Ia epoca, sin exceptuar sus pro-
los dos podia considerarse como una bendici6n para
rnas obras. Por muc:hos eonceptos, el mundo que descri-
su tierra; y si hubiesen cambia do de alguna manera,
b~~n cs scmejante a aquella red de conspiraciones que
habria sido para afirmar que los provincianos no de-
vw Manuel Payno, y rcsulta impresionante advcrtir
ben salir de su aislamiento. Sin embargo, la tenden-
como cambia la vision del hombre y los hechos conti-

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238 EL COMPROMISO DESESPERADO EL COMPROMISO DESESPERADO 239
nuan sin alteracion. No obstante, a pesar de que los criatura a pesar de sus opiniones poco amables res-
nuevos novelistas no recomendaban el cambio median- pecto de las enfermizas heroinas romanticas. El Perico
te Ia violencia, sus libros son mucho mas convincentes de Zentella puede parecer inverosimil en el conflicto
que las obras de Ia generaci6n anterior, porque las planteado por el conocimiento de que el hacenda-
tecnicas y actitudes del. realismo y del naturalismo in- do es su verdadero padre. Pero me parece que el
suflaron vida en Ia realidad visible. grado. ?e probabilida:J, es un problema mas propio
Las nuevas tendencias literarias tendian a poner a de socwlogos y de psiCologos que de artistas. Delo-ado
los novelistas en conflicto con una sociedad satisfe- afirmo que Ia sensibilidad era parte de la reali'dad
cha de si misma. Sin embargo, hemos visto que, Y_,se ne~6 a consi~e rarla como impropia de Ia fie-
en Mexico, los novelistas padecian una determinada ciOn reahsta-naturahsta. Tengo para mi que el meollo
ambivalencia: sabian ver los males sociales, pero al de! a~unto es sahe: si el efecto de la exageracion ro-
mismo tiempo deseaban preservar Ia estabilidad so- mantlca altera la mtenci6n del a utor. En el caso de
cial. Por consiguiente, modificaron las nuevas in- Remedios, por ejemplo, indudablernente que no ya
fluencias que propendian a colocarlos en una posicion que el personaje _no_ tiene que ver con los fracasos ' que
con traria a las circunstancias sociales. No podemos son el punto pnnc1pal de Ia novela. En el caso de
comprender sus novelas sin aceptar junto al senti- Peric?, en carnbio, la resolucion del conflicto podria
mentalismo romantico una manera esencialmente rea- ca~b~ar el c,urs? de la novela; el lector tiene que
lista de ver las cosas; a menos que recordemos que decidu por s1 m1smo si Zentella ofrecio o no Ia reso-
realismo y naturalismo fueron terminos que podian lucion .· m~s pl~~sible. Pero mal podra afirmarse que
usarse indistintamente para expresar lo mismo. Es en la JUnsdiccwn del lector medio cabe decidir si un
tambien recomendable examinar la naturaleza del cam- autor esta recreando o no Ia realidad tal y como Ia
bio efectuado en Ia ficci6n, en vez de evaluar el gra- estuvo viendo.
do en que cada novela se adhiere o no a una defi- E? general, los . escritores mexicanos aceptaron el
nicion literaria. reahsmo - naturahsmo con algunas reservas en Io con-
En cuanto a la sentimentalidad romantica, Ia ad- cerniente a lo que, considerab~n como de huen gusto
,,, :1' vertimos, en algfm grado, en las obras de todos los Y a lo que_ entend1an por reahdad integral. EI realis-
novelistas del periodo, por razones que ya se han mo-naturahsmo, a su entender, eliminaba un elemento
comentado. Y su presencia no es muy sorprendente espiritual que consideraban parte esencial de Ia rea-
en una sociedad donde la obra de Jose Rafael Gua- lidad: Muchas person~s han observado que este punto
dalajara, Sara: paginas de un primer amor (1891), de ~I: ta estaba relac10nado con las ideas religiosas
ofrecia al publico lector una serie de ca rtas de amor tradiCIOnales; pero es un hecho que las razones de
juvenil cuya caracteristica unica es " Ia sensibilidad". dicha objecion eran tan human.isticas como relio-io-
Aun Ia heroina de Rabasa, Remedios, es una fragil sas. La opinion sobre el buen gusto tiene una ex~li-


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240 EL COMPROMISO DESESPERADO EL COMPROMISO DESESPERADO 241

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cacion semejante. Los escritores mexicanos creyeron El realismo de Emilio Rabasa es, para muchos,
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que los metodos del realismo-naturalismo podrian pro- el mas "nativista" de todos los narradores del pe-
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ducir lo opuesto de la realidad,~ al circunscribir al riodo. Esta mucho mas claramente emparen' ado con
novelista al tratamiento de las circunstancias visibles, el realismo costumbrista de Cuellar y Lizardi que
y al hacer que la vida pareciese mas terrible de lo con cualquiera de los novelistas del realismo inten-
que realmente era. No reaccionaron contra la nueva cional. Rabasa se siente menos inclinado a las di-
ficcion de manera categorica; mas bien, tomaron de gresiones explicativas que Lizardi, o aun que Cuellar;
ella lo que quisieron y corrigieron los metodos de sus a este respecto, sus novelas probablemente dejan ver
maestros franceses para cumplir sus propios fines. Ia influencia del realismo frances. Pero, ciertamente,
Por razones que no alcanzo a comprender, muchos el autor se halla presente al hacer que tanto Ia accion
criticos e historiadores de la literatura se dejan tira- como los persona jes expresen sus ideas. Los hace y
nizar por sus propias definiciones y se sienten obliga- i los deshace con Ia seguridad de un hombre que sabe
dos a establecer un patron de realismo y naturalismo que quiere conseguir. En algunos casos, como el de
con el cual medir a los novelistas. De esta manera, es Quinones y Cabezudo, el desarrollo de los personajes
posible mostrar que Lopez Portillo no es un autentico de Rabasa es pormenorizado y complejo. Pero mete
realista, puesto que se introducia en su obra para en Ia obra a otros personajes de una pieza para cum-
explicar un punto de vista; o que Gamboa no es un plir un deterrninado prop6sito y despues se deshace
autentico naturalista, porque en sus obras aparecen de ellos cuando ya ha alcanzado ese objetivo.
algunas fuerzas redentoras. Es;as mediciones, a mi La pequefia poblacion que elige Rabasa como es-
entender, no permiten ver con claridad la funci6n del cenario de La bola y, por cierto, como fondo esencial
novelista. Decir que Gamboa no es un naturalista de su serie de novelas, se caracteriza por el anonima-
es como decir que una lampara no es un mueble por- to, mas no por la objetividad. EI desarrollo de dos
que no puede uno sentarse en ella. La importancia personajes principales exige el aislamiento de Ia po-
del realismo y del naturalismo no puede circunscri- blacion, geografico y cultural. La descripcion de sus
birse a la sujecion de Ia novcla a una norma deterrni- costumbres, su estrechez de criterio, su intento de
nada. Lo que realmente importa es descubrir como montar una gran fiesta -todo contribuye a desper-
las ideas nuevas sobre Ia novela determinaron en los tar en nosotros el sentimiento de que la poblacion
autores una manera de contemplar el mundo que de- carece de los recursos necesarios para convertirse en
seaban recrear. lo que quiere ser. La escena de Rabasa no esta arran-
cada especificamente de Ia realidad visible, aunque
' El punto de vista de los escritores mexicanos ha sido exa- no cabe duda de que las caracteristicas de Ia pobla-
minado con eierta arnplitud en mi articulo titulado "The
Mexiean Understanding of Realism and Naturalism", llispa-
ci6n son por demas plausibles. Es una ciudad creada
nia, XLITI, 4· (diciembre de 1960) . por el autor para alcanzar su finalidad noveHstica,
242 EL COMPROMISO DESESPERADO EL COMPROMISO DESESPERADO 243

y su identidad es mas gen~ral que la de cualquier posesiones como si estuviesen inextricablemente rela-
poblacion particular. La presentaci6n de la ciudad es cionadas, aunque son tres c,lases de propiedades muy
tan subjetiva como la descripci6n individual de sus diferentes.
habitantes. Mediante Ia descripcion que hace Quinones de si
La actitud de Rabasa respecto de la escena de la mismo, Rabasa expuso las bases de su caracterizacion
novela y de los personajes, aunque dotada de humor, que es muy complicada. Pero no debemos dejar que
es de superioridad. Entendi6 que la gente y sus cir- esa complicacion de Quinones eclipse una cualidad
cunstancias no eran las ideas para el bien de la fundamental: En el mismisimo comienzo, el autor crea
naci6n. Pero su obra no es una deliberada cruzada una identificacion de puerta giratoria entre el lector
por el mejoramiento. Es primordialmente critica, y y Quinones, relacion que el lector puede asumir o
Ia manifestacion de esa actitud es el tono picaresco abandonar a su antojo. La generacion del joven
con que envolvio su censura de la corrupcion y del activo e impaciente, en Quinones, tiene como objeto
personalismo en la politica y el periodismo. Rabasa evocar recuerdos de tiempos semejantes en el lector;
parece preguntar si puede hacerse algo por corregir pero el tono resulta lo suficientementc desdefioso como
esta triste situaci6n. La base de este efecto es un es- para permitirle al lector apartarse de la relacion y
tilo informal que se vale del habla comun y hace que mirar con superioridad al joven. La calidad de esta
las novelas suenen muy mexicanas y, por consiguiente, relacion, a mi juicio, constituye un buen ejemplo de
muy reales. Juan Quinones dice, "Yo tenia veinte ano.s, lo que le ocurre al compromiso del lector -y del
una novia que me requemaba la sangre, y un traje- autor- en las novelas de Rahasa. Podemos partici-
cillo flamante .. ." 6 Varios elementos lingiiisticos le par de la preocupacion que le provocan al autor los
dan a Ia oracion un significado especial. El verbo males que advierte, o podemos apartarnos de la cir-
"tenia" expresa la posesi6n de los veinte afios, de la cunstancia y considerar al mal como divertido, como
novia y del traje. El prefijo "re" "en me rcquemaba algo que no puede camhiarse, o como las dos cosas
la sangre" afiade humoristica intensidad a la idea a la vez.
de que Ia novia de Quinones le "quemaba Ia sangre". La manera de proceder de Habasa como uovelis-
El sufi jo diminutivo de "tra je" expresa el orgullo ta comenz6 con una idea clara de lo que habia de
especial que le causaba a su duefio. "Flamante", en la malo en la sociedad. Y esta idea fue corroborada por
frase de Quinones da a entender que su gusto de Ia conviccion de que el mejoramiento de Ia clase me-
entonces no era muy depurado. Rabasa realza la reac· dia constituia el futuro mas promisorio para el pais.
cion humoristica, al seleccionar y enumerar estas tres La clase inferior, realmente, no clesempefia ningun
papel en la obra de Rabasa. Luego se lanz6 a de-
• La bola y La gran ciencia (Mexico, Ed. Porrua, 1948),
nunciar los males que descubria. Pero este metodo
'.'1 pp. 3-4. disto mucho de ser una esforzada recreacion de la
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244 EL COMPROMISO DESESPERADO EL COMPROMISO DESESPERADO 245
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realidad visible. Antes bien, prefiri6 escoger los de·
i ll!i talles y deformar Ia realidad visible para que resul·
scan complementarios, pues los autores afirman que
la gente sencilla no puede adaptarse a ningun aspecto
·il ill I tase de ello un cuadro de la vida vista subjetiva· de la sociedad mas refinada y sofisticada.
mente. El resultado, frecuentemente humoristico, no El procedimiento novelistico de Jose Lopez Portillo
significa que Rabasa fuese un novelista frivolo. En y Rojas fue totalmente diferente del de Rabasa: en
verdad, por debajo del humor, el cuadro es muy vez de utilizar los personajes para exponer un pro·
sombrio. Tal vez el tono muestre que tenia algunas du· blema determinado, Lopez Portillo comienza con per·
das sobre Ia posible mejoria de Ia situacion. Por sonajes en los cuales el problema se hace evidente. Su
cierto, no obliga a su lector a prestar atencion al estilo es so brio y cuidadoso ; al igual que en el caso
problema. Cualquier lector inconforme con las refor· de Rabasa, el realismo libero a Lopez Portillo de Ia
mas propuestas podria apoyar sus puntos de vista con necesidad de desarrollar una trama compleja, de modo
solo hacer un viaje de ida y vuelta empujando Ia que lo que ocurre en su obra es totalmente posible,
puerta giratoria del autor. Su posicion consecuente aunque sea discutible su interpretacion del sistema de
seria conservadora, es decir, tendria una concepcion haciendas. Su mayor inconveniente como novelista fue
pesimista de Ia capacidad del pueblo para participar nunca encontrar la forma de protestar contra los males
en Ia vida publica. sociales sin generalizar dichos males de un modo que
La semejanza entre Rabasa y Cuellar resulta par- ni Cl mismo consideraba realista. Lo unico que se le
tieulannente advertible cuando se estudian las obras ocurrio para contrapesar la generalizaci6n consisti6
que Cuellar eseribio durante este ultimo periodo: en hablar desde la novela y ponerse a explicar. Nieves
Baile y cochino en 1886 y Los fuereiios y La noche· contiene muchas instrucciones del autor a traves de
buena en 1890. En estas obras, Cuellar renuncio al las cuales se expliea que, aunque la injusticia es muy
intento de construir una trama complicada con sus frecuente, hay que considerarla mas como Ia excep·
observaciones de Ia vida de Ia clase media. Despoja· cion que como la regia. Este entrometimiento, sin
dos de coincidencias inverosimiles, sus esbozos son mu- embargo, es muy distinto del que practicaba el no·
cho mas realistas. AI igual que los relatos de Raba· velista romantico. Lopez Portillo no le dice al lector
sa, suelen adolecer de Ia ambivalencia de Ia satira como sc debe reaccionar tampoco sc picrdc en digrc·
y estim desarrollados sobre Ia base del problema, mas siones. Mas Lien, su ingreso en la obra tiene como
que con fundamento en las personas. En Los fuereiios objeto explicar mejor una circunstancia que no po·
descubrimos la idea de que Ia gente de campo debe dia exponerse claramente en el relato mismo.
volver al terrufio, que es tambien la conclusion de las El cfecto de las intrusiones de Lopez Portillo es pa·
Novelas mexicanas de Rabasa. En cl relato de Cuellar, tente: distraen al lector del hilo de la accion,
el desenlace nada tiene que ver con la vida publica; de un modo que no resulta desagradable. Sin ellos,
este hecho hace que ambos libros, mas que opuestos, Nieves seria una condena severa de Ia estructura so·

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246 EL COMPROMISO DESESPERADO EL COMPROMISO DESESPERADO 247
cia!, cosa que no queria el autor. En su segunda no- con el que expone su protesta. La diferencia en las
vela, La parcela ( 1898) , Lopez Portillo se siente me· dos maneras de ver la sociedad, de ambos autores,
nos inclinado a entrar en el libro; pero su critica estriba en su generalizaci6n acusadora contra Ia so-
de Ia sociedad es, en correspondencia, menos visible. ciedad. No cabe la men or duda de que Zentella, a
Tenia que ser asi para no exponer mal su caso. La diferencia de Lopez Portillo, se propuso hacer una
persona que lea La parcel.a sin haber leido Nieves y acusacion general, de manera que su uso de Ia fie·
Fuertes y de biles ( 1919) interpretani; err6neamente cion es muy diferente. Para Zentella, su personaje es
el pensamiento social del autor y probablemente su· victima de circunstancias que se interponen entre el
pondra que tenia a Ia sociedad de su tiempo casi por y su felicidad y aun entre el y una existencia humana
ideal. EI !ado negativo se presenta en La parcela, pero decente. Nada de lo que haga podra salvar a Perico
se hace tambien hincapie en el positivo. Por consi· del vortice tragico que lo arrastra. Zentella informa al
guiente, su generalizaci6n fue mas aceptable para el lector de esta situacion mediante un analisis cuidado·
autor que lo que hubiese sido una generalizaci6n ne· so de las reacciones de Perico y a traves de Ia vi·
gativa; pero el caso es que ninguna generalizacion vida descripci6n del trato inhumano dado a los peo·
habria sido totalmente satisfactoria para Lopez Por- nes. Es un naturalista; y aunque utiliza un final
tillo, ya que Ia realidad, para el, no estaba genera· individualizado un tanto artificioso, Ia fuerza de la
lizada. novela depende del uso de tecnicas naturalistas.
Las novelas de Lopez Portillo se fundan mas en las Algunos efectos del realismo-naturalismo se ponen
personas que en los principios, porque tal era el ca· de manifiesto en ciertas novelas sin poseer importan·
racter de sus preocupaciones. Sin embargo, los perso· cia real, salvo en lo que respecta a las fechas y al
najes no son independientes de su creador. Una vez grado de Ia influencia francesa en Ia ficcion mexica·
que el problema se ha planteado en la vida del per- na. Las escenas horrorizantes de Payno, la psicologia
sonaje, el autor se inclina a tratarlo de modo que anormal de Martinez de Castro, el estudio de la ven·
el problema quede subrayado. A medida que se des- ganza en Zayas Enriquez son, todos, pasos interesan·
arrolla el relato de Nieves, esta se vuelve un poco mas tes del desarrollo de la novela mexicana. Pero, al
honorable de lo que hubiesemos imaginado al prin· leer estas novelas, nos queda la impresion de que las
cipio. Pero Lopez Portillo no pretendio hacer de ella tecnicas nuevas no se entendieron bien; que se usa·
un caso ejemplar; Ia tenue idealizacion es consecuen· ron como trucos para atraer al lector mas que como
cia natural del interes que tenia por describir a un rnaneras de ver la realidad. Y sospecho que otro tanto
individuo apreciable. podria decirse de Federico Gamboa, si solo se tomase
El Perico de Arcadio Zentella, al igual que Nieves, en cuenta su primer trabajo, y aun de Angel de
es una persona de carne y hueso que se gana Ia Campo.
simpatia del autor y luego le sirve a este de ejemplo Del natural ( 1889), de Gamboa, es Ia coleccion de
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I! 248 EL COMPROMISO DESESPERADO EL COMPROMISO DESESPERADO 249

cuentos con los que este escritor hizo su entrada en la ron un grupo de personas efectivamente irnpedidas
ficci6n. Su obra posterior nos ofrece una vision mu- de toda participaci6n social plena. La tecnica de De
cho mas completa de la realidad del au~or, pero la Campo consisti6 en restringir su novela a un determi-
base naturalista de la primera obra es importante par a nado barrio y examinarlo cuidadosa e intimamente.
comprender las diversas maneras en que estos autores La Rumba posee una autenticidad que solo se alcan-
vieron su mundo. "Vendia cerillos" resulta quiza su za cuando el autor sabe de lo que esta hablando.
cuento mas caracteristico. Su protagonista no puede Es amablemente satirico y esta suavemente encoleri-
convertirse en Ia persona que desea llegar a ser por zado. Aunque es capaz de reirse de sus personajes,
una serie de circunstancias que escapan a su controL nunca esta contra ellos. Nos lo revela a traves del
Su suicidio a Ia edad de quince afios, paracera in- in:imo conocimiento que posee de ellos y mediante el
verosimil a algunos lectores. Creo que pocas acciones uso de los detalles sugiere que son una fuerza poten-
son mas plausibles que el suicidio de un chico que cialmente explosiva. La Rumba es Ia obra que esta mas
ya esta efectivamente muerto, puesto que esta sepa- cerca de tener un protagonista colectivo de todas las
rado de todos los medios de realizacion de si mismo. novelas del periodo. La realidad que De Campo ob-
"Vendia cerillos" es caracteristica de la obra pos- servo fue la de la vida diaria, visible, de personas
terior de Gamboa, tambien, porque retrata a un heroe insignificantes. Mas para ei esta vida estaba muy car-
sentimental. Estos heroes son romanticamente sensi- gada de sentido y deja en el lector Ia impresion del
bles y, en opinion de algunos lectores, impiden que barrio, mas que de los individuos del mismo.
Gamboa sea un naturalista. N ada puede reprocharse a Rafael Delgado muestra un mismo interes por los
esta acti ~ ud, si lo que se desea es jugar con palabras. detalles en su descripcion de Ia vida en una ciudad
Lo importante no es Hamar o no naturalista a Gam- provinciana. El efecto de su novela es muy diferen-
boa, sino el hecho de que para el formaron parte de te del que ob :iene De Campo, pues creo una at-
la realidad muchas personas que no pudieron ser lo mosfera de satisfacci6n sosa comparada con la explo-
que sus voluntades deseaban. Poco importa que fuesen sividad potencial del mundo de De Campo. Podemos
sentimentales o no. El pesimismo de esta concepcion especular que ambos autores recrearon con precision
limita la posibilidad del mejoramiento individual y lo que veian y que Ia diferencia de efecto es reflejo
aun nos hace dudar de la eficacia del cambio social de Ia diferencia entre un barrio pobre de una gran
fundamental. ciudad y la vida en Ia ciudad provinciana. Pero yo
Angel de Campo, como Gamboa, nos habla de Ia creo que la complacencia que descubrimos en Ia fie-
vida en Ia ciudad; en ambos novelistas encontramos cion de Delgado refleja primordialmente Ia actitud
una nueva exposici6n del mundo de Diaz Covarrubias del autor; y aun podemos pensar en el gTado en que
y Pantale6n Tovar. Gamboa y De Campo penetraron dicha actitud puede tomarse como indicador del ca-
mas profundamente en Ia clase inferior y descubrie- racter de Ia ciudad.
250 EL COMPROMISO DESESPERADO EL COMPROMISO DESESPERADO 251
Delgado escogi6 un protagonista contrastante con Cuando se contemplan los cambios efectuados en
las costumbres de la ciudad provinciana. Esperariamos la novela mexicana a lo largo de los afios en que
que el autor se quejase de la atmosfera asfixiante. el realismo-naturalismo qued6 establecido, lo que tal
Pero lo que en efecto hace es advertirnos contra todo vez llama mas la atenci6n es que los novelistas ha-
intento de estorbar las cosas para que sean como de- yan salido de la ciudad capital, algo que rara vez
ben ser. En La Calandri.a, el fondo de Ia acci6n prin- ocurri6 en afios anteriores. Se percataron de que Ia
cipal resulta convincente como retrato de la vida en recreaci6n de la realidad mexicana --aunque estuviese
una pequefia ciudad. Pero contra esc fondo, los per- limitada a la realidad visible- tenia que incluir a
sonajes del relato son estereotipos del bien, del mal todo el pais. Despues, separada del cosmopoli tismo
y de Ia locura. La vivacidad de Ia heroina Ia convier- de la ciudad, la vida en las novelas cobr6 caracteris-
te en una suerte de inconforme. Con toda inocencia ticas particularmente mexicanas. El aprovechamiento
suspira por una vida mas emocionante que la de la de tales caracteristicas era totalmente posihle dentro de
mon6tona ciudad. La encuentra, y con ella encuentra la tradici6n costumhrista, aun sin la influencia de la
la tragedia. Aunque al lector le gustaria simpatizar objetividad y del analisis de la ficci6n francesa. Pero
con ella, es una criatura tan poco natural que es esta (tltima no se desconoci6, y contribuy6 a la for-
'. dificil no despreciarla. Delgado, con toda claridad,
I maci6n de un estado de animo literario que produjo
esta diciendo que todo aquel que no actue como de- un considerable volumen de protesta social. En ver-
ben obrar las personas decentes tarde o temprano lo dad, la protesta no estaba de acuerdo con la tenden-
tendni que pagar. cia general a ignorar problemas que no pudies~n
Delgado se opuso mas vigorosamente que los demas resolverse facilmente. Y, en su mayor parte, lo nus-
novelistas a Ia influencia del realismo-naturalismo. mos novelistas que advirtieron los problemas buscaron
Indudablemente constituy6 una amenaza para el mun- justificaciones para hacer caso omiso de los mismos.
do decente y estable de la clase media convencional, Si asi nos place, podemos decir que esto era cinico;
que para el era real. Aborrecia Ia idea de que pu- pero tambien estamos obligados a entenderlo como
diese existir en este mundo lo horrible ; y dentro de producto de esa desesperaci6n que subraya lo posible
sus novelas lo horrible es una suerte de amenaza a expensas de lo deseable. El mundo producido por
para sus personajes, en caso de que se Ies ocurra este estado de animo fue artificial, porque vela la rea-
obrar mal. Aunque las nuevas tendencias de Ia novela lidad y Ia negaba, al mismo tiempo. Y durante varios
le permitieron describir el fondo social con bastante afios result6 mucho mas facil mantenerse en la mis-
objetividad, realmente no entendi6 el examen riguroso ma ruta que cambiar de curso.
que proponian. Por consiguiente, insisti6 en una suer-
te de idealizaci6n de personajes que preservaba el de-
coro de un mundo que temia destruir.
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I
UNA ESPECIAL· ELEGANCIA 253
simplemente un abismo entre el pueblo y las leyes,
sino que se habia levantado un muro entre la socie-
dad y los que no pertenecian a ella. La estructura
VI. UNA ESPECIAL ELEGANCIA [1892-1906] civica tenia senti do unicamente para los acomodados;
para los demas, la autoridad era el paternalismo del
Los ANOS de la prolongada paz porfiriana fueron alios amo. En alguna parte, muy lejos, existia un don
elegantes; constituyeron un periodo de esplendor, de Porfirio, figura tan destacada que a miles de peones
prosperidad, de aparente progreso: Porfirio Diaz y se les bautiz6 con su nombre (en Tierra, de Gregorio
su grupo de "cientificos" reinaron indisputadamente Lopez y Fuentes, a los numerosos Porfirios se les
y le dieron a Mexico las apariencias de una naci6n conoce por sus apodos) ; pero ellos pertenecian a un
moderna. Tuvieron bajo control al ejercito (inclusive mundo diferente. Si, de vez en cuando un peon se
lo utilizaron para tener a buen seguro a los desconten- preguntaba como es que no tenia tierra, ni derechos
tos), incrementaron el ingreso nacional, estabilizaron ante la ley, ni libertad para elegir patrones, la cos-
la economia e impusieron un sistema de impartici6n tumbre o sus vecinos lo hacian callar. Y si no se
de la justicia que hacia juicio sumarisimo a todo quedaba callado, para eso estaban las levas del ejer-
aquel que alterase la paz y el orden, metas oficiales. cito, 0 algo peor aun.
Bandidos, huelguistas y ocasionales rebeliones indige- La hacienda era escenario de las complicadas fies-
nas negaron constantemente la realidad profunda de tas que se daban a los amigos del amo que llegaban
"la paz porfiriana" pero se les mantuvo a raya y, de la ciudad; los peones podian mirar y luego be-
en la medida de lo posible, sus actividades se ocul- berse las sobras y pescar una buena borrachera. En la
taron a los miernbros ordenados y correctos de la ciudad, los ricos se construian grandes casas a lo lar-
sociedad. Fueron estos alios de estabilidad, y poca go de las calles de Refonna, de Londres y de Liver-
atenci6n se presto a la inevitable cuesti6n de Ia pool, asi como de otras calles de moda; casas que
sucesi6n presidencial. resistian muy bien la comparaci6n con sus semejan-
El mejoramiento de la econornia beneficia tal vez tes de Europa. En realidad, muchas eran pequeiios
a una cuarta parte de la naci6u; los demas vivian trozos de Francia situados en Mexico para demostrar
en circunstancias que iban rezagadas en varios siglos que en el pais habia cosmopolitas refinados. Torres,
respecto del resto del pais. Pero si la satisfacci6n era ventanas con vidrios esmerilados, dibujos en ladri-
lo que distinguia a los ricos, la resignaci6n caracte- llo, tcchos en mansarda, grandes patios, habitaciones
de sirvientes que parecian hotelitos, decorados lujo-
rizaba a los pobres, a quienes la Iglesia aseguraba
sos subrayaban la superficialidad de una realidad
que serian recompensados mas tarde. La dignidad hu-
muy limitada. Los caballeros departian a las puertas
mana era derecho de unos cuantos. Ya no existia
del Jockey Club -la Casa de los Azulejos, donde se
[252]
254 UNA ESPECIAL ELEGANCIA UNA ESPECIAL ELEGANCIA 255
encuentra hoy Sanborn's-- y miraban pasar en sus satisfaccion personal en cuentos· donde la felicidad y
carros a las damas elegantes. Se daban grandes bailes la tragedia se limitaban a la experiencia individual
en grandes salones iluminados por grandes candela- y no prometian nada fuera de la novela, ni amenaza-
bros. Y se pensaba que los pordioseros de las calles ban tampoco con nada.
ofrecian muy mal espectaculo, pero no se hada mayor Estas dos novelas no son iinicas, ni mucho menos.
cosa por socorrerlos. El Zarco de Altamirano, aunque escrito muchos aiios
El regimen era respetado, asi dentro como fuera de antes, no se publico hasta 1901. La sencilla mo-
Mexico. Aun quienes advertian las llagas purulentas ralizacion de esta novela, si hacemos a un lado el
de la sociedad no se las achacaban al regimen. Des- factor racial, podia ser muy aceptable en una socie-
pues de todo, era el regimen que habia traido al pais dad donde se apremiaba mucho el acatar la costum-
orden y progreso y le habia ofrecido la oportunidad bre. La posicion de Altamirano, si se Ia consideraba
de disfrutar de una vida cultural como nunca antes superficialmente, no es muy distinta de la de algunos
habia conocido. El progreso de que disfrutaba la na- autores posteriores, especialmente Lopez Portillo, se-
cion, aunque parcial representaba un paso hacia la giin este se expreso en La parcela ( 1808) . El efecto
madurez, y esta madurez estaba extraliamente espo- general fue la impresi6n de cstabilidad y de un scn-
sada con un tradicionalismo conservador en arte lo timiento de tradicion hondamente arraigada en la his-
mismo que en la vida civica del pais. Es como si toria. De esta manera, el lector confirmaba que el
Mexico desease avanzar pero manteniendose aferra- apoyo que daba a una sociedad ordenada estaba jus-
do a su pasado, por creer que cualquier otro camino tificado.
lo llevaria al desastre. Tanto la historia como la leyenda podian contribuir
Nada menos que en 1902 apareci6 una nueva edi- a la estahilidad porque ofrecian matcriales, ya sea
cion de Hermana de los Angeles, de Florencio M. del para la evocacion de los viejos buenos tiempos, o para
Castillo. Y, en 1900, se publico por primera vez, dar confianza en que los alios de incertidumbre ha-
aunque habia sido escrita mas de treinta alios antes, bian pasado. En una sociedad donde la realidad estaba
Adah, o el amor de un angel, de Aurelio Luis Ga- eomprometida con fines practicos, era posible casi cual-
llardo. Estas dos novelas son tan evidentemente ro- quier interpretacion del pasado, del presente o del fu-
manticas y anticuadas que no parecen armonizar en turo. Y no cabe duda de que algunos viejos liberales
lo mas minimo con la 'epoca. Sin embargo, ninguna que habian seguido escribiendo perdieron gran parte
de elias era lo suficientcmente vieja a lo suficiente- de su fogosidad. Hasta Juan A. Mateos llego a transar
mcnte buena como para haher sido publicada por sus con la semirrealidad del periodo. Ya no creia que la
encantos aliejos. La iinica razon posible de su publi- perversidad humana fuera el iinico obstaculo para
cacion es la de que el publico aiin tenia aficion a la la realizacion de los principios liberales. Se le hicieron
sensibilidad romantica y probablemente encontraba patentes los problemas practicos de la administraci6n.
~I 256 UNA ESPECIAL ELEGANCIA UNA ESPECIAL ELEGANCIA 257
Y aun cuando no cambi6 exactamente de parecer, su pasaron inadvertidos para la mayoria de los lectores.
protesta se acall6. Sea como fuere, sus novelas hist6ri- La novela tiene las mismas cualidades que algunos
cas pueden leerse siempre cargando el acento en el de los cuentos de Roa Barcena, especialmente en
patriotismo mas que en el liberalismo, con tal que a Noche al rasa y Lanchitas. Cada uno de ellos se pro-
nadie se Ie ocurriese crear problemas. El mismo don pone con tar un buen ·cuento y ademas proporcionar el
Porfirio pretendi6 ser hombre de la Reforma, aunque estimulante ef~cto de una circunstancia misteriosa que
en la practica utilizase solo aquella parte de la ley admitiria una explicaci6n sobrenatural. Estos cuen-
que convenia a sus fines. Otro novelista hist6rico del tos me parecen importantes por dos razones: en pri-
periodo, Ireneo Paz, constituia una amenaza menor a mer Iugar, son validos por si mismos, puesto que no
,.
la conciencia publica, porque nunca habia sido tan predican ninguna ideologia politica o social. Estan
.ji declamatorio como Mateos. Juntos presentaron el pa· escritos con sumo cuidado, y su popularidad revela
I sado en Ia perspectiva gloriosa de la victoria; y a esto interes en el buen oficio literario. Pero en segundo Iu-
el espiritu porfirista pudo afiadir el progreso y el gar, y como contradiccion parcial, tenemos el hecho
respeto que se habia ganado Mexico entre las naciones. de que su persistente aunque sutil suposici6n de la
Los narradores de Ieyendas fueron aun mas nume- bondad del pasado los hizo especialmente agradables
rosos. En 1892, Carrillo y Ancona publico El rayo del al animo porfirista.
sol, que es exactamente igual a su obra anterior, una Sospecho que los Cuentos del general, de Riva Pa-
novela muy mala que muestra la victoria inevitable lacio, deben haber contribuido de manera aun mas
del cristianismo, en un escenario legendario, obra que directa, al tradicionalismo conservador, por sus ca-
haria cl deleite de los religiosos tradicionalistas, sobre racteristicas intensamente mexicanas. Algunos cuentos
todo si carecian de discernimiento como criticos lite- viejos son recontados por el general dentro de un mar-
rarios. P ero mas apropiados aun fueron los relatos de co muy agradablemente mexicano. Y algunos de ellos
Roa Barcena, Riva Palacio y Jose Maria Estcva. En poseen un aroma regional, tradicional, que deja la
La campana de la misi6n (1894 ), Esteva narra un impresi6n de una reminiscencia. Riva Palacio los es-
naufragio con un ligero toque de misterio. Descubri- cribi6 como si contara una anecdota acerca de un
mos un romanticismo contenido, pero no hay ningiin viejo amigo, y el tono logra que el lector se in~roduz­
motivo para pensar que el autor oyese hablar siquiera ca en la situaci6n. El caracter tradicionalista de los
del realismo-naturalismo. Unos cuantos comentarios relatos se asemeja mucho a la novela de costumbres
que aparecen en la obra -especialmente sobre los que ensalza los usos del pasado, con la inferencia
elevados aranceles y el contrabando- lo relacionan implicita de que Ia gente solia vivir mas apegada a
con la vida politica de la epoca, pero dichos comenta- Ia realidad y, por consiguiente, era mejor. Adverti-
rios son mucho menos interesantes que el relato; el mos notablemente este sentimiento en algunos de los
autor no les da especial importancia y probablemente novelistas mas jovenes del periodo, como Delgado en
258 UNA ESPECIAL ELEGANCIA UNA ESPECIAL ELEGANCIA 259
Angelina ( 1893) y Manuel S£mchez Marmol en cual- nes tienen como futuro Ia solteria, en parte porque los
quiera de sus novelas, todas las cuales parecen haber jovenes se van, y en parte por una suerte de inercia
sido escritas para su abuela. Sanchez Marmol siempre que se ha adueiiado de toda Ia ciudad. Uno de los
escribio en elogio de la vida decente; y en vez de personajes es un abogado exageradamente orgulloso,
relacionar Ia bondad con el progreso, el autor prefi· cuya personalidad, sumada a las circunstancias gene·
rio aferrarse a las buenas cosas del pasado. Su posi- rales, ha condenado a sus dos hijas a la solteria. Ellas
cion en la novela de su epoca fue semejante a Ia de lo saben, lo aceptan y se vengan trayendo y llevando
Maria Enriqueta algunos aiios mas tarde, durante Ia chismes. El maestro, convencido de que la ignorancia
Revolucion y algunos aiios despues. general es el resultado inevitable de la substitucion
Angelina posee un valor particular como retrato del latin pot el frances, tropieza con la oposicion de
del conservadurismo de ciudad pequeiia. Y aunque dos liberales jovenes, que no tienen ninguna posibi·
Delgado tiende a ser moderado e ingenuo en esta y Iidad real de cambiar Ia circunstancia fundamental.
en sus otras novelas, su descripcion de Ia vida en Ia Las tias respetables, pero sin dinero, del heroe aceptan
ciudad suena a verdadera, y nos ofrece un cuadro de Ia ayuda de una antigua criada.
un aspecto de Ia vida caracteristico de Ia sociedad por· Nada tiene de sorprendente que Rodolfo deje perder
firiana, pero no siempre claro en el marco de una en una niebla de indecision su soiiada felicidad. Cual·
ciudad mas grande. La historia de amor que consti· quiera estaria melancolico en tal ambiente. Lo inte-
tuye el hilo de Ia accion -muy delgado, por cierto- resante es que, aun cuando Delgado nos da un cuadro
esta teiiido por una buena cantidad de desgracia y perfecto del asfixiante estancamiento de Cordoba, nun-
renun cia romanticas; pero contra el fondo de Ia ciu- ca llega a decir verdaderamente que sea malo. Mas
dad, no deja de ser realista. La vida misma de Ia bien, persistentemente recalca Ia hondad del me-
ciudad era artificial, porque negaba la realidad. dico conservador, Ia honradez del maestro conserva-
La ciudad de Cordoba, Hamada Villaverde en la dor, Ia agradahle superficie tras la cual se esconde
novela, tenia unos ocho mil habitantes cuando Del- Ia murmuraci6n. Yo creo que no podemos estar se-
gado Ia describio. Seria dificil encontrar un ejemplo guros de si Delgado trata de mantener Ia objetividad
mejor de ciudad provinciana, siempre a Ia defensiva o si tambien el se aferra a una seguridad superficial,
y orgullosa. Las personas murmuran unas de otra s pero me inclino a creer esto ttltimo. Esta ciudad ce·
porque es una de sus fuentes principales de solaz, pero rrada jamas podria cobrar vida sin una explosion.
todas se llevan bien socialmente. Muchos se quejan En esencia pasa igual que en el pueblo de Yanez en
del retraso de Ia ciudad, pero son las mismas perso· Al fila del agua, listo a la tormenta que sahia -en
nas que se resisten al cambio. La mayoria de los alguna parte de su ser mas rec6ndito- que llegaria
hombres jovenes se van de alii, porque solo en otro pero renuente a abandonar lo eonocido y aceptado.
Iugar ti enen futuro. Y muchas de las mujeres jove· Aunque el tradicionalismo -o, en el mejor de los
260 UNA ESPECIAL ELEGANCIA UNA ESPECIAL ELEGANCIA 261
casos, la cautela-,-,- de los afios de oro del porfiriato de Diaz le dio una importancia especial en Mexico,
es un factor importante para comprender el periodo, pais en el que se puhlicaron dos de sus revistas mas
Ia producci6n literaria mas espectacular naci6 del pro- importantes. La Revista Azul creada por Manuel Gu-
greso fomentado por la estahilidad. Esta manifesta- tierrez Najera y Carlos Diaz Dufoo, existi6 desde 1894
ci6n literaria fue el conjunto de intereses al que lla- hasta 1896 y, en terminos generales, podemos decir
mamos modernismo.. Este termino, que no describe que su vida coincide con la fase parnasiana del mo-
nada cuando se usa por si mismo, se convierte en uno dernismo. La caracteristica mas notable de esta etapa
de los "ismos" literarios mas significativos cuando se fue la preocupaci6n por Ia forma y las hellisimas des-
situa en el contexto de la epoca. La literatura moder- cripciones de lo externo. La Revista Moderna, cuyos
nista era modernista por dos conceptos: fue una bus- angeles guardianes fueron Amado Nervo y Jesus Va-
queda de nuevos modos de expresi6n que remplacen lenzuela, dur6 desde 1898 hasta 1911. En terminos
a l_a cansada literat.ura de un periodo anterior cuyo muy generales de nuevo, Ia duraci6n de su existencia
res1duo estaha dommado por la mediocridad, y fue correspondi6 a la fase simbolista del modernismo, Ia
moderna tambien por su deseo de conocer y compren- expresi6n mas suhjetiva del "egocentrismo" 0 auto-
der las ultimas tendencias literarias y traerlas a Me- nomia espiritual del artista.
xico. Hasta cierto punto, el modernismo fue como las El modernismo, se ocup6 primordialmente de Ia
grandes casas francesas que los mexicanos construye- poesia. En .verdad, una de sus caracteristicas fue
ron para demostrar que pertenecian al gran mundo, la reacci6n contra Ia fealdad del realismo-naturalismo y
y a menudo se ha acusado a los modernistas de no constituy6 ciertamente una oposici6n a la novela. Uno
perseguir un fin mas serio que este. Pero Ia verdad es de los hechos interesantes de Ia historia literaria es que
que el modernismo fue profundamente racional, pro- tanto Ia poesia modernista como Ia £icci6n realista-na-
fundamente progresista, pues hizo pasar a los escri- turalista han sido acusadas de ignorar Ia realidad con
tores por un periodo de busca estetica y disciplina el ohjeto de apoyar al regimen de Diaz. La verdad no
artistica que los autores mexicanos no conocian, por es tan sencilla. La poesia, en su husqueda de Ia he-
lo que dieron origen a un sentimiento de confianza lleza, no se evadi6 de Ia realidad, sino que realizo
que solo podia nacer de tal experiencia profesional una aventura de descuhrimiento, con Ia que se pusie-
y que, al mismo tiempo, relacion6 a Mexico de otra ron las bases para Ia comprensi6n del arte. Los nove-
manera con la cultura del mundo occidental. listas lihraron sus propias luchas con la realidad, como
El modernismo fue una manifestaci6n de todo el hemos visto, y prohahlemente es verdad que Ia con-
mundo hispanoamericano, no de Mexico solamente, y ciencia estktica de los novelistas los llev6 a considerar-
parte de la confianza artistica a la cual clio Iugar pue- se mas como artistas que como defensores de Ia justi-
de atrihuirse a su influencia en Espana. La relaci6n cia social. Se sentian inquietos porque constantemente
del modernismo con algunas caracteristicas del periodo huscahan formas, temas o imagenes nuevos. Fueron, a
262 UNA ESPECIAL ELEGANCIA UNA ESPECIAL ELEGANCIA 263
la vez, prolongaci6n del romanticismo (melancolia, re- los temas de Nieves y Fuertes y debiles. El lector ad-
beli6n) y reacci6n contra las canciones gastadas y vertido de antemano por la novela anterior o por la
verbosas de sus predecesores. La busqueda de los novela posterior a La parcela hallara algunas objecio-
modernistas de nuevas expresiones los llev6 a intere- nes a la administraci6n de justicia y al deseo irrazo-
sarsc por toda Ia poesia, tanto del presente como del nable de poseer mas y mas tierra. Pero el prop6sito
pasado. Por cierto, su renovado interes por el clasicis- principal de Lopez Portillo fue mostrar como los hom-
mo contribuy6 a su reaccion en contra de los excesos bres pueden entenderse, y Ia impresi6n general que
melodramaticos de Ia poesia romantica postrera. No deja la novela es la de una sociedad mas feliz de lo
obstante, la melancolia subsistio y hacia fines del siglo que era posible en aquel tiempo. Tambien puede su-
se combino con el realismo-naturalismo para produ- ponerse que su conciencia artistica, en el momento en
cir una prosa decadente caracterizada por el estudia- que los escritores tenian agudas nociones de la disci-
do aburrimiento, Ia busqueda de emociones y el es- plina artistica, le impusiese restricciones para expo-
nobismo artistico. Tal ficci6n solo pudo tener origen ncr su punto de vista. Es un hecho que en esta novela
en un profundo descontento con el estado del mundo. entra mucho menos que en sus demas obras. Quiza
Habia llegado un periodo de autentica conciencia dccid i6 no entrometerse porque prefiri6 acatar los
artistica. Aun los narradores tradicionalistas se preo- principios de Ia ficci6n realista o porque la presion de
cupaban mas por el valor artistico que sus predeceso- la sociedad lo desalento. Probablemente ambos fac-
res. En La parcela, Lopez Portillo nos ofrece una de tores influyeron en su obra. Ciertamente, no puede
las novelas escritas con mayor conciencia en Mexico. dudarse de su conciencia artistica, que se advierte de
Sea como fuere que juzguemos el resultado, no cabe muchas maneras. Los capitulos estan equilibrados en
duda de que el autor Ia escribi6 con Ia intenci6n de una sucesi6n de descripci6n-acci6n; los dos hacenda-
crear una obra de arte. Probablemente por esta misma dos son nitidamcntc antitl~ticos ; lo popular esta com-
raz6n no es una novela tan buena como Nieves o Fuer- pensado por lo refinado, aunque los dos se encuen-
tes y debiles. Tanta atenci6n a Ia cstructura, al cqui- tran en conflicto; el am or y los problemas de la
librio de los elementos del libro, al mantenimiento de vid a cotidiana reciben sucesivamente la atenci6n del
un estilo literario, destruyeron la espontaneidad del autor. Una novela tan deliherada ticne que h abcr pa-
autor. Son pocas las personas que encuentran mal los recido relamida y por esta raz6n ha sido acremente
valores literarios de La parcela; sus criticos se conten- atacada por aquellos criticos modernos que piensan
tan con acusar al autor de pintar un falso cuadro del que Lopez Portillo dehi6 haber sido revolucionario.
Mexico rural, con sus campesinos contentos y un amo De hecho, La parcela es una de las novelas mas
benevolo. Su acusaci6n tiene algo de verdad porque signifi cativas del periodo de Diaz, porque comparte
en esta novela el autor presenta la cara positiva de Ia con la vida de la epoca todas las caracteristicas im-
sociedad, cuyas caracteristicas negativas constituyen portantes de esos a nos: estabilidacl, tradici6n, impul-
264 UNA ESPECIAL ELEGANCIA UNA ESPECIAL ELEGANCIA 265
so artistico. En contraste con Nieves, refleja tambien muestra realmente es la mezquindad de las ambiciones
la consolidacion del poder de Diaz y los aiios en que de una pequeiia ciudad y nos cuenta una historia en
su regimen estaba practicamente mas alla de toda que la injusticia amenaza, pero Ia moral cristiana
critica. La inquietud bajo de Ia superficie puede ob- triunfa. Debemos suponer que el progreso menciona-
servarse en la ficcion de los primeros aiios del regi- do por Lopez Portillo es el de la victoria del bien sobre
men -con una perspectiva especial- y de nuevo el mal. Y pocos negarian que en esto haya un pro-
en aiios posteriores; pero durante los aiios de gloria, greso; pero por otras obras del propio Lopez Portillo
los indicios de inquietud en Ia ficcion son casi total· sabemos que no creyo verdaderamente en la realidad
mente resultado de una percepcion tardia. de tal progreso. Se aferro a su posibilidad, y tal vez
No dudo, ni por un momenta, de que para el pu- esta ilusion lo haya engaiiado durante un periodo de
blico de su propio tiempo el aspecto costumbrista de su vida.
La parcela fue lo mas interesante. Pero hay que se- En ese momenta particular, o en ese estado de ani-
II:. iialar que esas costumbres pertenecian a una clase mo particular, se asemeja mucho a Ceniceros, a Del-
especial, hecha de etica cristiana y tradicion hispani- gado y a ese tradicionalismo casi frenetico que du-
ca. Joaquina Navarro cree que Lopez Portillo inspi- rante muchos aiios fue Ia mejor fuente de seguridad.
ro un gran niimero de novelas escritas a fines de si· La estulticia de este punto de vista es pateticamente
glo, en las que encontramos Ia misma vision especia- turbadora, y distrae al lector del evidente mejoramien-
lizada de las costumbres mexicanas.1 Tal vez tenga ra- to artistico de Ia novela. Los parientes ricos ( 1904),
z6n, aunque creo que seria mas exacto limitar la in- de Delgado, esta mucho mas de acuerdo con su epoca
fluencia de Lopez Portillo a dos de sus obras: La par- que las anteriores, pero todavia mantiene la amenaza
cela y Los pre curs ores ( 1909), y ampliar la presunta de desastre sobre quienes piensan en camhiar las cir-
inspiracion para incluir las novelas de Rafael Delgado. cunstancias en las que nacieron. Llegamos a creer que
Uno de los novelistas a que Navarro hace referen- nos hallamos en presencia no solo de una ciudad em-
cia es Rafael de Ceniceros y Villarreal, cuya ohra, pantada, o de una familia muy estrecha de miras, sino
titulada La siega ( 1905), es una complicada historia de toda una sociedad para quien lo irreal es real y
de amor y buena conducta en una ciudad provinciana. solo lo que no existe tiene realidad.
El libra tiene un inter.es particular porque Lopez Por- En cierto modo, pues, los modernistas fueron los
tillo dijo que "esta impregnado de la vida nacional, autenticos realistas. Su aventura tal vez haya sepa-
es fruto de la verdad y de la observacion y una nueva rado de la verdad sociologica; pero tambien los salvo
nota triunfal de nuestro progreso". 2 Lo que la novela de la esterilidad. Por su interes principal en la poesia,
la prosa de los modernistas, generalmente, solo se
1
Joaqnina Navarro, La novela realista rnexicana, p. 237. menciona de pasada. Por supuesto, algunas de sus
' Rafael de Ceniceros y Villarreal, Novelas , tomo I de Obras
(Mexico, Victotiano Agiieros, l90B), p. xxn. caracteristicas la hicieron mas afin a la poesia que a

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266 UNA ESPECIAL ELEGANCIA UNA ESPECIAL ELEGANCIA 267
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Ia demas prosa de su tiempo: breve dad, hincapie en esfuerzo considerablemente mas refinado de Ia misma
el personaje desequilibrado, simbolismo, preciosismo. clase. Utiliza el mismo tema del "privilegio del ha-
Pero su apreciacion de Ia psicologia, frecuentemente cendado" que encontramos en Nieves y en Perico.
anormal, nos muestra que no existia una verdadera P ero Ia novela de Nervo es mas psicol6gica que so-
linea divisoria entre el modernismo y el realismo-na- cial. Pascual ya no es el amo mismo, sino el hi jo del
turalismo. Si, a veces, Ia tendencia modernista se apar- hacendado, pero asume el derecho de gozar a la no·
to de Ia fealdad de la ficcion en prosa, esto fue solo via del campesino. Nervo desarrolla el caracter de Pas-
Ia manifestacion de un movimiento inquieto que tuvo cual con gran cuidado. A veces su explicaci6n de los
muchas facetas y ninguna definicion. Las tecnicas del motivos de Ia conducta del protagonista es digna de
realismo-naturalismo se observan en los relatos de los un libra de texto. No desprecia el menor detalle para
modernistas, y su interes en el refinamiento literario se probar lo que di ce y la franqueza con que trata lo
puede apreciar en las novelas realistas-naturalistas. sexual debe haber sido como un terremoto en el
Sin Ia menor duda, Amado Nervo fue el mejor es- mundo de Delgado. Pascual fracasa en sus proyectos
critor de ficcion entre los modernistas, y uno de los de poseer a Ia joven novia, pero pierde el dominio de
pocos capaces de escribir novelas. Aun las suyas ten- si al punto de violar a su madrastra. No satisfecho con
dieron a ser breves. Su primera novela, El bachiller haber colocado ese petardo bajo las poltronas de sus
( 1895) trata el conflicto de un joven entre el am or satisfechos contemporaneos, revela despues que a la
mundano y el amor espiritual. Educado para sacer- madrastra le gusto Ia experiencia y explica por que.
dote, se enfrenta a Ia tentacion del amor fisico. En La tremenda impresi6n que debi6 causar Pascual
un dramatico momento del final de Ia novela, se castra A guilera no podra apreciarse a menos que recorde-
a si mismo para no ser seducido. Este final es califi- mos que se publico apenas tres aiios despu·es de la
cado de repugnante e inverosimil en las historias de Angelina de Delgado, y antes de La siega y Los pa-
la literatura . Ciertamente es tan repulsivo para la rientes ricos. El lihro de Nervo tambi.en sorprende a
mayoria de las personas que uno tiene que leer la no- los lectores de su poesia suave y frecuentem en te so-
vela para enterarse de lo que ocurre. Nada tiene de porifera. La motivaci6n que lo llev6 a escrihir Pascual
sorprendente que haya provocado un verdadero escan- Agu£lera no fue el deseo de causar un escandalo, sino
dalo en 1895. La resoluci6n del problema es sensa- un interes en Ia investigaci6n. Nervo tuvo una de las
cional, por cierto, pero quienes Ia critican no le re- mentes mas curiosas de su tiempo. Estudi6 todo, se
conocen al autor el merito del desarrollo psicol6gico interes6 par todo. Los descubrimientos cientificos lo
que mete a su protagonista en un callej6n sin salida. fascinaban en particular, y en muchos de sus relatos
Si no es del todo creible, al menos muestra el interes trat6 de interpretarlos en terminos humanos. Toda in-
del autor par estudiar a fonda las reacciones humanas. formacion lo ponia a meditar, y Ia condici6n humana
La segunda novela, Pascual Aguilera (1896), es un era siempre su laboratorio.
268 UNA ESPECIAL ELEGANGIA UNA .ESPECIAL ELEGANCIA 269
Hay sierripre algo del Nervo poeta en su prosa. Sus considerar la novela como una suerte de juguete in-
adjetivos muestran la influencia de los poetas simbo· telectual sin relacion con Ia realidad.
listas; sus pasajes descriptivos son · productos de una Las obras altamente imaginativas de Nervo, a mi
imaginacion que los hacia tan absorbentes como Ia entender, estiin relacionadas con las novelas decaden-
accion. Pero la seiial mas clara del poeta Ia tenemos tes, sensacionalistas, que aparecieron a fines del siglo
en su concentracion tematica. Todos los detalles -y pasado. La obra de Nervo se distingue por su solida
sohre todo en Pascual Aguilera hay muchos- tienen base filosofica. Pero tiene en comun con las demas
que ver con el tema central que, en esta novela, como obras .una constante busqueda de lo nuevo, lo extra-
en El bachiller, equivale a un problema. Nervo no no, lo inexperimentado -un anhelo nacido de la
J nos proporciona una vision panoriimica de Ia sociedad decepcion de un mundo vulgar, obstiiculo en el ca-
.i:I, o aun del ambiente fisico. Avanza hacia el problema
y solo desarrolla lo que es necesario. .
mino de Ia esperanza. No muchos modernistas escri-
bieron ficcion larga, y nada tiene de sorprendente
il La (mica otra obra de ficcion relativamente larga
de Nervo es El donador de almas (1899), libro donde
que sus anhelos, intensos y agudisimos, no se mantu-
viesen durante muchas piiginas. Y cuando su fanta-
se mueve por el mismo mundo de fantasia filosofica sia y su sensibilidad se tradujeron en una novela
del que saco el material para muchos de sus cuentos. como en Claudio Oronoz, de Ruben M. Campos, el re-
El donador de almas es el relato de un medico que sultado fue muy aburrido. Resulta insoportable la
es un hombre de ciencia competente pero que, al neurosis estetica del personaje de Campos. No puede
principio de Ia obra, carece de alma. Le gustaria te- hacer nada, ni tomar una decision, ni hacerse valer.
ner un alma, sin embargo, y un poeta amigo suyo Lo unico que sabe hacer es sufrir debido a sus an-
le encuentra una. Luego, la novela describe la relacion hclos. Su desdicha, mas que sn incrcia, es caracteris-
del medico Con su alma. tica de los coprotagonistas de Ia obra, porque Ia bus·
La imaginacion de Nervo nunca lo dejo varado. Su queda de emociones a que se entregan algunos de
enorme interes, tanto en lo positivista como en lo ellos los mete en las situaciones mas estrafalarias; asi,
espiritual, fue para el una fuente copiosa de ideas para descubrimos toda clase de anormalidades, sin excep-
reflexionar sobre la condicion humana. Su relato pasa tuar la necrofilia y el homicidio estetico.
fiicilmente de lo natural a lo sobrenatural y el lector En realidad, la prosa modernista no se presta a una
siempre se dispone irresistiblemente a seguirlo. Eviden· definicion tan facil como la de la poesia modernista.
temente, El dorwdor de almas dista mucho de ser una Las influencias y direcciones fueron diversas. Pode-
novela de costumbres, pero tampoco es una muestra de mos incluir en el grupo, aparte de Nervo y Campos, a
arte por el arte. Es una novela profundamente com· Efren Rebolledo , a Bernardo Couto Castillo, a Ciro
prometida. Por supuesto, el lector no tiene por que Ceballos y tal vez a Jose Juan Tablada. Debemos re-
hacer suyo tal compromiso; cuando no lo hace puede cordar que estos escritores no se hallaban separados,
270 UNA ESPECIAL· ELEGANCIA UNA ESPECIAL ELEGANCIA 271
de manera singular, del mundo en que VIVIan. Se damente se le considera como el unico naturalista de
encontraban presentes en el y lo que los rode~ba los Mexico, frecuentemente muestra una eleccion de ad-
afectaba ; pero su interpretacion estaba regida por un jetivos que sugiere Ia manera simbolista. Verdadera-
punto de vista artistico que representa una clase par· mente la escritura cuidadosa de Gamboa y de Lopez
ticular de radicalismo. Sus obras muestran !a in- Portillo, que a menudo se considera como excesiva-
flu encia del realismo, el naturalismo, Ia melancolia mente correcta, es resultado de la conciencia artistica
romantica, los anhelos artisticos, Ia ciencia de !a psi- despertada por los modernistas.
cologia, el asco por lo vulgar y ordinario, el aburri- La cuesti6n del estilo levanta una suerte de barre-
miento. Estas caracteristicas no aparecen con igual ra a Ia consideracion de las novelas de Gamboa. Este
proporcion en Ia obra de todos estos autores, pero hombre, que fue el mejor novelista que haya produ-
pueden servir como una clave para descubrir a los cido Mexico basta su tiempo, ha sido subestimado con
del grupo. Y si bien es una generalidad, podemos frecuencia a causa de su estilo, calificado de academi-
decir que eran semejantes en espiritu a los "beatniks", co, aburrido y presuntuoso. La cri tica no carece to-
con una diferencia sumamente importante, a saber, talmente de justificacion, porque la prosa cuidada
que su inconformidad se expres6 siempre en el marco de Gamboa hace pensar a veces que se cstaba esfor·
i :I de Ia elegancia, tanto personal como literaria. Sobre zando demasiado, y los elementos populares que inser-
li:
todo, no se evaclian del mundo . Querian camhiar el ta de vez en cuando no encajan nunca bien y rcsultan
l' '·:'i.l mundo -inclusive en sus obras hay alguna protesta sorprendentes. Pero, por razones que se me ocultan,
I

'! social directa- y aunque algunos recurriesen a! sensa- Ia critica adversa contra su estilo ha cobrado un
cionalismo esteril o a! aburrimiento, su munclo fue Iu gar , en los comentarios de su Eiccifm, que no guar-
considerablemente menos est1itico que el de Villaver- da ninguna proporci6n con la importaneia real del
de o Delgado. mismo.' En realidad, sc pueden dceir muchas mas
.:~ ' ' . La contribueion mas importante que hicieron los eosas huenas que malas de ese estilo. Es claro, exacta-
modcrnistas a la ficcion no estii en sus propias obras, mente descripti YO y adccuado a su tema . En el no
sino en Ia influencia que ejcrcieron en las obras de hay nada que inhiha la participacion en las novdas,
Iii escritores a quienes, comunmente, no sc les considera nada qne aparte a] lector riel mundo en que el autor
·: I
:!1'1:. .
miembros del grupo. En general , Ia advertimos en desea colocarlo.
·q
Ia conciencia literaria de fines de la decada de 1890. Despues de sus cuentos de Del natural, Gamboa pu-
Se pone de manifiesto, concretamente, en las obras blico su primera novela, Apa.riencias, en 1892. EI uni-
!•':
de algunos escritorcs. Angel de Campo, por cjemplo,
en sus esbozos (La Rumba fue su {mica novela) mues- ' Seymour Menton hizo un analisis cuidadoso del estilo
tra un refinamiento que no podia tener otra fuente. de Gamboa, que deberia haber ejercido un saludable efecto
correctivo, en "Federi"o Gamboa: Un aniilisis estilistico",
Federico Gamboa, a pesar de que comun y equivoca- H umanitas, num. '1 (1963).
272 UNA ESPECIAL ELEGANCIA UNA ESPECIAL ELEGANCIA 273

co avance respecto de los relatos es que escribi6 una pio, salva a esta familia que se encontraba ya al bor·
obra mas larga. Apariencias combina un relato de l~ de del .desastre. Pero miis tarde Julio Ia seduce y el
lntervencion Francesa con Ia narraci6n, casi indepen- adu~teno destruye a Ia familia de Ortega!, y con
diente, de un adulterio; es un fracaso porque el au tor, el tlempo, al propio Ortega!.
simplemente, no tenia mucho que decir. Gamboa es- Suprema ley merece varios comentarios respecto de
taba aprendiendo apenas a rodear a sus protagonistas la manera como Gamboa enfoco Ia ficci6n. Las cir-
de un ambiente social y a proporcionarles fondos y cunstancias de la trama estiin dadas en la descripci6n
antecedentes que justificasen sus acciones. Muestra su pormenorizada del tribunal y de sus empleados, asi
interes en Ia creaci6n de un ambiente claramente me- como en la no menos pormenorizada descriuci6n de Ia
xicano; y revela Ia mezcla de esperanza cristiana y vida de teatro, cuando Ortega] comienza a :lesempeiiar
de naturalismo que ha Ilevado a mucha gente a decir un trabajo tras bambalinas para complementar sus
que es imposible que fuese naturalista. La verdad ingresos. Los dos conjuntos de circunstancias estable-
es que ni su naturalismo ni su cristianismo son estric- cen un notable contraste entre si. Los empleados del
tamente ortodoxos; sus novelas resultan tanto mas tribunal son miembros de una clase media esforzada
verosimiles por esa precisa raz6n. Rigen la vida de y opaca; el teatro brilla, pero no ofrece una felici-
sus personajes circunstancias que podrian aterarse dad mk'is autentica que la opacidad con la que contras-
por Ia preocupacion cristiana; pero esa preocupaci6n, ta. Los dos grupos son deshonestos. Orteo·al soborna
como la esperanza que es su corolario, no siempre estii al jurado; el .exito en el teatro no guarda ~elaci6n di-
presente. recta con el talento. La vida hogarefia de Ortega} se
La primera novela madura de Gamboa, Suprema ley apoy~ en el sentido comiin, pero queda arruinada pri-
( 1896), es una de sus mejores obras, aunque Ia eclipse mordwlmente por el hecho de que no hay sentido
la fama tremenda de Santa ( 1903). Puesto que sus comun en su sitnaci6n econ6mica. El hogar, el tribu-
personajes son miis "comunes y c01·rientes" que los nal y el teatro constituyen 1m triangulo que Gamboa
habituales del mundo de prostitucion de Santa, nos utiliza como medio para Ilevar al lector en un reco-
ofrecen una idea mejor de como Gamboa entendia nido por la vida de la ciudad. Y lo convierte en una
Ia vida. El relato nos cuenta Ia caida de Julio Ortega!, experiencia, porque su aguda vision deja ver contras-
insignificante empleado de los tribunales. Ortega! se tes caracteristicamente urbanos.
casa menos por amor que porque todo el mundo lo Tanto ellector como los personajes se ven enredados
hace. Su dicha conyugal se va trocando gradualmente en la vida. Ninguno de ellos sc aparta un poco para
en Ia aburrida exigencia de la responsabilidad fami- pcsar las c:ircunstancias. Por c jcmplo: dcsde antes de
liar. En el tribunal conoce a una mujer acusada de la llegada de Clotilde, Julio y su esposa Carmen se
asesinar a su amante. Aunque Ia absuelven, queda sin esfuerzan por mantener estable su matrimonio. Sin
amigos y va a vivir con Ia familia Or tega!. AI princi- saber lo que esta ocurriendo, advierten que es ne-
274 UNA ESPECIAL ELEGANCIA UNA ESPECIAL ELEGANCIA 275
cesario un esfuerzo adicional. La descripci6n que nos produce demasiado lentamente en un momenta y con
da Gamboa de su reacci6n ante el problema es pateti· excesiva rapidez en otro. El prop6sito es alejar al
camente humana. Antes y despues de la llegada de lector y hacerlo criticar el fen6meno mientras este se
Clotilde, Julio se da cuenta, en parte unicamente, efectua. La naturaleza del tema hace que le resulte
de lo que le ocurre. En las primeras etapas de su rela- dificil a Gamboa mantener el movimiento general de
ci6n con Clotilde, Ortegal solo se ve llevado de la la novela. El heroe secuestra a Sor Noeline y Ia ocul-
compasion humana. Su obsesi6n ulterior no extingue ta en la casa de un amigo. Una vez cumplida esta
su preocupaci6n paternal. Es como si estuviese pade- misi6n, no hay manera de hacerla participar en Ia
ciendo una enfermedad. Clotilde no se enamora de acci6n fuera de la casa. De manera que Gamboa nos
el, aunquc lo acepte como amante. Cuando, finalmente, quita de su presencia, nos presenta sucesos miis o me-
su familia la perdona y se va de la ciudad, la muer- nos ajenos al tema y despues nos trae de regreso. El
te es la iinica salida que le queda a Ortegal, aunquc autor retarda el desarrollo del relato, que es dema·
sueiie en rehabilitarse y rehabilitar a su familia. siado riipido, haciendo que gran parte de la novela
Evidentemente, Suprema ley es el naturalismo ram- tenga Iugar en una hacienda. Esta escena le permite
pante. Gamboa tom6 una situaci6n de clase media entrar en detalles acerca de la vida en ese ambiente;
semejante a otras novelas y bas6 la acci6n en el sen- y los detalles son muy interesantes, pero el lector sien-
tido comun y en el conformismo, tan apreciados por te que lo han distraido del tema principal. Entre las
su epoca. Complemento la actuacion con una edifi- caracterizaciones, hay que seiialar el interesantisimo
cante compasion humana y luego dejo que las circuns- uso que hace Gamboa de la hija joven del heroe, pu-
tancias lo destruyesen todo. En cierto modo, Suprema pila de Sor Noeline, pues la convierte en el inocente
ley pudo haber provocado un esciindalo mayor que catalizador de la transformaci6n de la mujer.
las novelas de Nervo, porque el ambiente fundamen- La mejor novela de Gamboa, Santa, ha corrido con
tal era conocido y comun. una extraiia suerte critica. Ha sido leida como pocas,
M etamorfosis ( 1899) se asemeja a Suprema ley lo cual merece, porque es una novela excelente, pero
en casi todo lo que respecta a la tecnica, pero el tema ha sido leida en gran parte por su fama de ser atre-
de la novela estii a{m miis alejado de la vida comun vida. Los criticos, por una especie de negativismo
y corriente que el de Santa. Trata de la transforma- reflejo, han concentrado la atencion en sus faltas -ta-
ci6n de una mujer devota en amante del protago- rea dificil, porque son pocas.
nista. Por supuesto, el cuidadoso desarrollo del tema Santa, chica del campo que ha sido deshonrada, es
hace que la metamorfosis rcsulte fascinante y cl ca- rechazada por su familia y se va a Ia ciudad de Me-
racter del cambio revela que Gamboa comprendia el xico, donde se convierte en prostituta. Comienza en la
significado del amor. Por desgracia, el cambio es irre- cumbre y desciende a la sima, con interludios en los
gular, cs decir, la transformacion de Sor Noeline se que es primero amante de un torero y despues de un
!:. 276 UNA ESPECIAL ELEGANCIA lJNA ESPECIAL ELEGANCIA 277
marido desdichado. A pesar de sentir algunas incli- el y en parte porque se dio cuenta de que era una
naciones a reformarse, nunca es completamente ca· persona fundamentalmente decente. El cuadro se com-
paz de lograrlo; por cierto, inclusive engafia al to- pleta con una descripcion que su guia le hace a Hip6-
rero, quien le proporciona, al menos una vida casi li:o. Es un fra gmento delicado, poetico -tal vez un
respetable. Finalmente, Hipolito la recoge del arroyo; poco demasiado elegante dada su fuente-, pero cons-
el la ha querido desde el principia, pero ella esta tituye una manera adecuada de ver a Santa a traves
casi muerta cuando ei la salva. El amor de Hipolito de los "ojos" de Hipolito. Su amor subsiste aun des·
la redime, desenlace que desagrada a muchos lecto- pues de que Ia decencia fundamental de Santa se ha
res de Gamboa. Dicho sea de paso, este bien puede trocado en inmoralidad, porque Ia imagen que tiene
ser el {mico caso, en la ficcion mexicana, de una Hipolito de ella no cambia. Sospecho que Hipolito
muj er redimida por un hombre, pues comunmente es un ejemplo de lo que Delgado y algunos otros qui-
ocurre lo contrario, es decir el hombre es redimido sieron dar a entender cuando hablaban de Ia realidad
por Ia mujer. del sentimiento, y que es un ejemplo mejor que cual-
El sincero cuidado con que Gamboa escribi6 Santa quira de los que Delgado cre6.
constituye el mayor valor de la novela. Tal vez algunas Los cambios de es:ado de animo a lo largo de Ia
de las escenas puedan considerarse subidas de color, y novela son interesantes y extremadamente convincen-
muchas son repulsivas; pero hay que respetar a tes. El obstinado honor familiar de los hermanos de
Gamboa por el acierto que lo llevo a escribir detalles Santa se palpa tan claramente como Ia escandalosa
que contribuyen a Ia fuerza de Ia novela y a omitir celebraci6n en el burdel. Un episodio especialmente
los innecesarios. Podria haberse ahorrado algunos hueno es el de la llegada de los hermanos para in-
de los detalles mas feos, de haber empleado tecnicas formar a Santa de Ia muertc de su madre, cuando
narrativas mas complejas que Ia simple enunciacion Santa es Ia favorita de Ia ciudad. Por entre el brillo
objetiva. Pero dada su tecnica, se vio obligado a y la juerga pasan los hermanos, sombrios, hermeticos.
utilizar los detalles. No obstante, elige cuidadosamente Gamboa no empuja a su lector en ninguna direcci6n,
sus terminos y procura no caer en Ia pornografia -sal- sino que lo deja apreciar la realidad del contraste.
vo en opinion de aquellos que consideran pornogrii- Fue capaz tambien de captar Ia bondad sencilla deba-
fica toda mencion del sexo- al adoptar una actitud jo de Ia fanfarroneria del "Jaramefio", el torero. Los
clinica ante las cuestiones sexuales. celos y las intrigas de las mujeres no son menos rea-
Hipolito ha sido siempre un personaje muy discu- lcs, lo mismo que los momentos de felicidad de Santa
tido, porque muchos lo consideran demasiado "sen- y su decadencia gradual. Podemos discutir sobre la
timental". Es un pianista feo y ciego, que trabajaba fuerza de voluntad de Santa y sobre si habria podido
en el burdel donde vivia Santa. Desde un principia o no camhiar el curso de su vida. Yo creo que Ia fina-
se enamor6 de ella, en parte porque era amable con lidad de Gamboa no fue exponer un caso perfecta-
278 UNA ESPECIAL ELEGANCIA UNA ESPECIAL ELEGANCIA 279

mente cerrado, prueba de las oscuras fucrzas del des- blecido se inclinaban a cooperar, en la medida en que
tino, sino mostrar una situacion en la que las posibi- su conciencia se los permitia. Pero habia alguna opo-
lidades de eleccion de Santa eran muy limitadas. Un sici6n al regimen, particularmente en el peri6dieo
alumno mexicano me sefial6, en lo tocante al cambio El Dem6crata. Uno de sus colaboradores, Heriberto
en el canicter de Santa que esta, como Mexico, opto Frias, publico una novela, T om6chic, que levanto de
por un determinado camino hasta que, habiendo llega· sus sillones de cuero a los cientificos y los llev6 a
do a un Iugar sin retorno, encontr6 que era mas cometer una injusticia totalmente obvia. Antes de que
facil -casi necesario- tomar por el mal camino que terminase el escandalo, El Dem6crata habia sido cerra-
regresar. do. Frias fue acusado en falso de revelar secretos mi·
La comparacion entre Santa y el pais sugiere que litares y se salvo gracias al novelesco acto de un
Gamboa fue uno de los pocos autores de su tiempo, amigo que se metio en las oficinas del peri6dico clau-
por no decir el (mico, que escribio mas alia de si surado y destruy6 pruebas que podrian haber sido uti-
mismo. Es decir: que di jo mas, realmente, que lo que lizadas contra el autor.
pensaba decir de acuerdo con su intenci6n original. Realmente solo una imaginacion desenfrenada po·
Lopez Portillo tal vez lo hizo en Nieves, pero Gamboa dia descubrir secretos militares en Tomochic, pero no
lo logro de un modo mas general. Sus novelas sugie- es diflcil encontrar algunas dudas graves sobre la es-
ren Ia necesidad de revisar valores, porque la base tabilidad del regimen. Frias no pertenccia a la elite
del sentido comun ya no sirve. Es cosa arriesgada del poder. Descendia de una familia destacada que
comparar personajes particulares con condiciones ge· habia venido econ6micamente a menos. Mientras se
nerales; pero no cabe duda de que estas novelas, es- educaba y labraba una posicion para si mismo, Frias
critas en los afios de mayor firmeza del regimen por· pudo contemplar la vida en varios de los niveles so-
firiano, son novelas de desasosiego que se formulan dales de la ciudad de Mexico y le qued6 una triste
pregun'as. Este estado de animo general se comunica opinion del £also brillo de esa sociedad. Parte de su
al lector que, al final de cada novela, queda con un educaci6n la recibi6 en el Colegio Militar, y aunque
sentimiento de vaga inquietud, que le dice que el no se gradu6, si particip6 en la tercera campafia de
mundo no esta todo lo bien que deberia estar. Tomochic como subalterno. La novela, publicada por
De hecho, las cosas no andaban muy bien. La so- entregas y completamente hasta 1895, es el informe
ciedad de la paz y el orden de Diaz carecia en verdad novelado de esa campafia.
de ambas cualidades, y los cientificos tenian que man· Tomochic era una pequefia aldea indigena del Nor-
tener la brillante superficie recurriendo cada vez te de Mexico, habitada por un puiiado de obstinadas
mas a una intensa supresi6n de la lihertad e incitando personas. Los de Tom6ehic se metieron en dificultades
a los acomodados a mantenerse dentro de su pequefio con las autoridades civiles, primero cuando estas quita·
mundo. Naturalmente, los novelistas del orden esta- ron algunas pinturas de su devoci6n de la iglesia.
280 UNA ESPECIAL ELEGANCIA UNA ESPECIAL ELEGANCIA 281
Su protesta no sirvio de nada. El problema quedo chitecos y la actitud de la gente de la region ante las
agravado por su adhesion a un culto religioso que ha- tropas federales.
hia crecido en torno a una joven neurotica apodada Objetivamente, Frias no tiene mas elogios para
"La Santa de Caborca". Este grupo heretico tenia las fuerzas federales; pero debajo del elogio percibi-
contrafiguras de la Sagrada Familia y sc entregaba a mos mucha incertidumbre en la tropa que debe atacar
actividades fanaticas muy interesantes, pero que no esa aldea indomable que ha derrotado ya dos veces
vale la pena mencionar aqul. Los temochitecos fueron a las fuerzas federales. Y sin duda alguna, corre por
empujados ala rebelion por el encuentro de la injusti- toda la novela una pregunta acerca de cuan glorioso
cia de los funcionarios del gobierno con su propio fa- es borrar de la faz de la tierra una aldea de valientes.
natismo. El gobierno envio tropas para sofocar la re- Los soldados soportan el callado resentimiento de los
belion y estas sufrieron una completa derrota. Una habitantes de la zona. Realmente estos los ven como
segunda expedicion corrio la misma suerte. Por ulti- una fuerza invasora. Frias parece considerar como gen-
mo, el gobierno, desesperado, envio un regimiento que, te de verdad a los nortefios, en contraste con el mun-
gracias a la pura superioridad numerica, sistematica do hipocrita que el ej,ereito tiene como mision de-
y despiadadamente destruyo el pueblo, casa por casa, fender.
hombre por hombre. Heriberto Frias tomo parte en El eslabon mas evidente entre T o.m6chic y las no-
esa tercera expedici6n. velas posteriores de Frias es su actitud respecto de
ill' ·
~I La novela de Frias se asemeja por muchos concep- las soldaderas. El estudio que hace de estas mujeres
tos a los relatos lineales de la Revolucion que ocupan formo parte de su busqueda de un factor fundamental
I!
una posicion intermedia entre la novela real y el de Ia sociedad. Las mujeres cumplen una funcion re-
informe de una experiencia personal. Describe la ac- dcntora. Solo piensan en sus hombres y se preocupan
ci6n militar y demuestra su interes por el exito de por ellos aun desafiando las reglas. Son el punto al
la expedicion; pero no oculta Ia crueldad de las cual re~ornan los hombres, porque constituyen una
intenciones del gobierno. El autor es uno de los pro- realiclad fundamental en oposicion activa a la sociedad
tagonistas, llamado Miguel Mercado, alter ego de Frias eultivada. Sin emabrgo, a Miguel Mercado le repug-
en varias novelas. La personalidad de Mercado se nan su suciedad y su groseria, y se encuentra en
aprecia claramente; muchos otros personajes se pre- situacion de no pertenecer ni a la realidad funda-
sentan, o plenamente desarrollados o mediante una se- mental, ni a la sociedad refinada.
lecei6n de sus eualidades destacadas. Frias entreteje N au fr.agio ( 1895) , publicada mas tarde con el titulo
una historia de amor que en realidad no tiene mucho de El amor de las sirenas, es la historia de la vida
que ver con la novela. Pero es importante que haya estudiantil en la ciudad de Mexico, donde el autor
recreado cuidadosamente el sentir del ejercito res- busca de nuevo valores fundamentales y trata de en-
peeto de Ia eampaiia, los sentimientos de los tomo- contrar a la mujer que sera su agente redentor. Aun
282 UNA ESPECIAL ELEGANCIA UNA ESPECIAL ELEGANCIA 283
en El ultimo duelo ( 1896), que trata primordialmente caciones.4 PacotiUas es una critica del periodismo des-
de la costumbre del duelo -tema que causaba furor honesto; El senor gobernador lo es del oportunism?
en aquel tiempo--, podemos advertir la misma bus- politico. Pacotillas, apodo del protagonista de la pn-
queda. Muchos aiios mas tarde, Frias describio a Ia mera de las novelas mencionadas, es semejante al Juan
mujer redentora, con regular exito, en Aguila o sol, Quinones de Rabasa, pero mas idealista. Su critica
( 1923) aunque nunca fue capaz de ver su personal del gobierno le hace perder Ia vi~a. Quiz a .la. pure~a
condici6n masculina como el objeto de esa redencion. periodistica de Pacotillas es refleJo de la ms1stenc1a
Su esfuerzo estuvo motivado por una razon mucho del autor en una mejor comprensi6n del positivismo
mas profunda que la relaci6n hombre-mujer comun; que la representada por el compromiso entre el regi-
fue un intento de descubrir, en una sociedad en que men y el tradicionalismo.
los individuos, evidentemente, tenfan que asociarse El senor gobernador es mas evidentemente satirica,
entre si, alguna relaci6n indestructible. Frias se encon- pero no es una novela muy buena. Los personajes es-
traba en una posicion social de excepci6n. No perte- tan tipificados con Ia mayor claridad de que ~udo
necia al grupo que apoyaba al regimen y recibia sus hacer crala su autor, quien utiliz6 todos los trucos tma-
beneficios. Pero tampoco era uno de los olvidados. En o-inabl~s sin exceptuar los nombres que indican el
b '
esta posicion intermedia, descubri6 que la sociedad mal uso de sus cargos. Mucho me temo que San Juan
dominante de su epoca era un cascar6n de simula- no se interes6 en escribir una novela. Su libro tiene
ciones. Dedic6 su vida a atacar esa simulaci6n, pero mas de caricatura politica puesta en palabras. Hay se-
tambien busc6 cuidadosamente Ia realidad. La protes- mejanzas con los politicos de Rabasa; pero si ~ab~~a
ta de Frias fue Ia mas vigorosa en los aiios de la paz los utiliz6 para ejemplificar Ia falta de comumcacton
I,
porfiriana. Dentro de los Hmites del periodo no en- entre la ley y el pueblo lo que San Juan dice .~s que
~
contra mejor soluci6n que la que los modernistas des- los politicos no ofrecen nada que valga la atencwn del
cubrieron para su ansiedad, o la que encontraron los pueblo.
tradicionalistas para el mejoramiento del hombre con- Yo creo que estas dos novelas y las novelas de Ra-
siderado como individuo. Pero no cabe duda de que basa representan dos etapas distintas del regime~ de
tenia plena conciencia de la protesta que realizaba. Diaz. Rabasa escribi6 antes de que se consohdase
A principios del siglo xx renacio Ia satira al estilo firmemente el regimen, cuando se estaba fraguando
de Emilio Rabasa en Pacotillas (1900), de Porfirio
Parra, y El senor gobernador (1901), de Manuel H. • El unico vinculo posible seria Reproducciones de Jose
Ferrel, que es una novela de menor imr?r:t;mcia Y hasta
San Juan. Utilizo Ia palabra "renacimiento" en rela- cierto punto tan gencial respecto ~e ~a pos1~10n d~ Raba~a.
cion con estas novelas porque su aparici6n dista mas Para Ferrel, la accion revolucionana solo pers1gne fmes egois-
de diez aiios de las de Rabasa y no existe una cone- tas. Esta opinion coincide con la de ~a~as a y otros autores
del periodo. El libro de Ferrel es satmco, pero no es tan
xi6n durante los aiios transcurridos entre esas publi- divertido ni mordaz como los de Rabasa.
284 UNA ESPECIAL ELEGANCIA
el comprorniso con la conciencia. Los alios siguientes
fueron un periodo de calma consciente y de ansiedad
subconsciente. Pacotillas y El senor gobernador son
grietas en el muro del orden establecido. Ya se hablaba VII. LA ESPERANZA DEL PASADO [1907-1912]
de quien sucederia al presidente Diaz y la discusion,
fundamentalmente politica, a veces pasaba a las consi- EsTos alios en que la ideada realidad de los cienti-
deraciones sociales. La literatura, desde esos alios ficos desaparecio y Mexico entro en la Revolucion,
hasta la Revolucion, es una mezcla patetica de una ac- fueron afios ag6nicos de busqueda de soluciones que
cion contenida y un mirar hacia adelante no muy se encontraban al otro lado del muro levantado por el
atrevido. orden establecido. En el mundo del saber ordinario
-es decir, de la informacion que no nos proporcio-
naria un peri6dico- habia una curiosa mezcla de
estabilidad y descontento. Mexico organizaba las ce-
lebraciones del centenario de su Independencia, gozan-
dose en la estima del mundo y diciendose a si mismo,
aunque con algo de incertidumbre, que se habia con-
vertido en una naci6n moderna. Por otra parte, hubo
mas huelgas y represiones violentas; un numero cada
vez mayor de personas se preguntaba por el sucesor
de Diaz; inclusive se hac ian preguntas dificiles en tor-
no a la propiedad de la tierra. La incertidumbre del
tiempo tenia dos aspectos: uno puramente politico, el
otro politico y social. La oposici6n no solo se pregun-
taba quien sucederia a don Porfirio. Hasta los parti-
darios mas fervientes del regimen se percataban de que
Diaz no duraria para siempre y de que no existia un
heredero con el que todos estuviesen de acuerdo.
Asi, el aspecto politico del problema interesaba a
ambos bandos. Las consideraciones sociales eran im-
portantes sobre todo para quienes creian que en rea-
lidad no se habia progresado socialrnente durante los
alios del regimen de Diaz. No se habia progresado,
[285]
286 LA ESPERANZA DEL PASADO LA ESPERANZA DEL PASADO 287
en un pais convertido en nacion moderna. Las mas que a la fe cristiana. El elemento costumbrista de sus
de las veces, esta concepcion pesimista la sostuvieron novelas es algo mas que un cuadro de costumbres; es
algunos miembros de Ia clase media inferior, como Ia base de la moralidad. Muestran como actuaban las
los hermanos Flores Mag6n, que tenian ideas sindi- personas que sabian distinguir el bien y el mal, y pro-
calistas. ponen que dichas costumbres tradicionales sean la
Finalmente, la cuestion politica alcanzo su momen- norma de conducta. Quien es ejemplo de buena con·
ta critico cuando Francisco I. Madero desafio a Diaz ducta puede ser tambien exponente de la fe cristiana;
en lo relacionado con Ia sucesion presidencial. Impru- pero la pretension de que cristianismo y moralidad
dentemente, Diaz encarcelo a Madero e inicio una son terminos equivalentes, no es sino otro ejemplo
guerra fria entre el gobierno y la familia Madero. mas de la artificiosa realidad del periodo.
Francisco I. Madero era hijo de una familia riquisi- Las novelas son muy flojas. El hombre nuevo (1908},
ma, duefia de enormes extensiones de tierra, de modo de Ceniceros, es el relato, no muy convincente, de un
que su posicion distaba mucho de ser debil. Despues acto de redencion por obra de una mujer joven. Pa-
de una serie de maniobras del gobierno y de la fami- jarito (1908), de Rodriguez Beltran, es todavia me-
lia Madero, la Revolucion comenzo en noviembre de nos sustancial; narra el triunfo inevitable de la
1910. La debilidad fundamental del regimen de Diaz justicia. El hecho palmario es que estas novelas no
se hizo patente con rapidez. Diaz se exilio y Madero versan sobre nada importante. Las costumbres y el
llego a la presidencia. lengua je pueden apreciarse segun su autenticidad; y
Evidentemente, Francisco I. Madero no era un ra- se puede establecer cuan hispanicos 0 cuan mexica-
dical de la clase media inferior. Si era un hombre nos resultan ser. Pero la costumbre por Ia costumbre
muy rico, que creia en las instituciones democraticas. misma no lleva a nada; cuando consideramos la fi-
Ideologicamente, era muy afin a los hombres de la nalidad patente de las costumbres, tenemos que con-
Reforma; pero debemos recordar que, durante el por- fesar que Ia desesperada esperanza de los autores no
firiato, el reformismo progresista habia cedido su Iu- cs un autcntico optimismo.
gar a lo mas conveniente, a lo mas practico. AI parecer la ansiedad de la preocupacion moral
La agonia de Ia incertidumbre se advierte ampliamen- dcformo el pensamiento tradicionalista, por lo que fue
te en la novelistica. Algunos de los escritores -Lopez incapaz de producir buena ficcion. Los precursores
Portillo, Ceniceros y Villarreal, Cayetano Rodriguez (1919), de Lopez Portillo, es lo peor de toda su obra.
Beltran- se aferraron a la esperanza del perfeccio- Resulta reaccionaria por dos conceptos: en primer
namiento individual del hombre. Como este perfec- Ingar, se olvido de todo Io que habia aprendido sobre
cionamiento estaba ligado al cristianismo lo que les el realismo y escribio una novela con la mas dulzona
interesaba en verdad era la moral. Y la moral por e inverosimil sentimentalidad; en segundo Iugar, no
la que abogaban esta mas ligada al tradicionalismo hace sino suspirar por los buenos tiempos idos, en
288 LA ESPERANZA DEL PASADO LA ESPERANZA DEL PASADO 289
que Ia bondad era realmente bondad. Lopez Portillo es apreciar el arte mexicano-- es muy torpe. Esto lo
mas conservador a{m en Los precursores que en La agrava aun mas Ia evocacion lacrimosa que hace el
parcela y no podemos sino concluir que la ansiedad autor de Ia bondad en su mas dulce forma. Pocos
lo empujo bacia una posicion opuesta a su actitud personajes cobran vida, porque estan sumidos en la
de Nieves o a su posicion anterior en Fuertes y de- empalagosa intencion del autor. En pocas palabras,
biles. Los precur.sores carece de merito artistico; pero con-
Los precursores es una novela semihistorica que tiene varias ideas que vale la pena mencionar.
trata de la expulsion de las Hermanas de Ia Caridad Las Hermanas de la Caridad no pueden obrar mal.
y las luchas de un musico joven. Despw~s de discul- Son ejemplos de una bondad perfecta individual y
parme por hablar, de un libro tan vacio, creo que es colectivamente. Todo el mundo las quiere y nadie
importante sefialar en detalle Ia actitud del autor. ve con buenos ojos la ley que las obliga a salir del
Joaquin, un huerfano, y Berta, Ia hija de una ramera, pais. Esta separaci6n entre Ia ley y los intereses del pue-
crecen en una institucion a cargo de las Hermanas blo es lo que Rabasa muestra en sus novelas, sobre
de la Caridad. La dulzura y amenidad de este refu- todo en La guerra de Tres Aiios. Los productos de
gio son tales que uno se pregunta como es que algun Ia educacion moral de las Hermanas resultan muy poco
niiio quiso quedarse en su casa. Los ni.fios mexicanos atractivos. Joaquin, por solidas razones morales, re-
bien podrian haber establecido la nueva costumbre nuncia a su sue.fio creador y se conforma con una
de huir de sus casas y refugiarse en el orfanatorio. vida modesta, una carrera sin b rillo y Ia seguridad.
Gracias a la solida educacion que les dieron las bue- Se da cuenta de que "lo bueno" es atender a sus
nas hermanitas, Joaquin y Berta se convierten en un tareas y no molestar a nadie. A Lopez Portillo no
hombre y una mujer modelos. El se convierte en pia- lo hizo feliz Ia £alta de estimacion del genio de Joa-
nista-compositor y ella en cantante. Se casan. Joaquin quin, pero decidi6 que aun ei genio tenia que aceptar
lucha infructuosamente porque lo reconozcan como los hechos de una sociedad inmadura. Otra criatura
compositor. Finalmente, renuncia y consigue un em- de Ia institucion, Paulina, no hace ei menor intento
pleo de director de coro que le permitira mantener a por trastornar el orden. Pronto, y con todo entusias-
f'; U familia. El exodo de las Hermanas de Ia Caridad mo, se casa por dinero con un hombre de edad avan-
causa un gran pesar a todos, y en especial a Joaquin zada, y vive segura para siempre. Paulina, sin em-
y a Berta, que habian vivido siempre cerca de la bargo, es honcsta y claramcnte lc hace ver a su
instituci6n, origen y raz6n de su alegria. esposo las circunstancias en que lo acepta por marido.
Es cierto que es una novela muy tonta. La yuxta- AI autor tampoco lo hacia enteramente feliz Paulina
posicion de las dos proposiciones de Lopez Portillo y establece un contraste con Berta, que es la vida y
- Ia de que las Hermanas de la Caridad eran una Ia risa de Ia instituci6n. AI parecer, en ese momento
buena influencia y Ia de que los mexicanos deben de su vida Lopez Portillo penso que a todo el mundo

i
jjl
290 LA ESPERANZA DEL PASADO LA ESPERANZA DEL PASADO 291

le venia bien un poquito de chispa, pero no tanta que ranza de que, de alguna misteriosa manera, del pasado
pudiese provocar un incendio. podria venir la salvacion del presente.
Lopez Portillo dice que estos "precursores" dieron Las dos ultimas novelas de Federico Gamboa, ambas
origen al Mexico de su tiempo, del cual el mundo publicadas durante ese periodo, son un poco diferen·
tenia buena opini6n. 1 Si entiendo correctamente lo tes de la posicion tradicionalista y tambien de sus
que dice es que la estabilidad de Mexico se fundaba propias obras anteriores. Tienen muchas caracteristi-
en la £alta de iniciativa. Esta observaci6n era bastan· ticas del naturalismo y el estilo es muy semejante; pero
te precisa, aunque dudo que su juicio tuviera el mis- son inferiores a las novelas anteriores, porque Gam-
mo sentido para ei y para un oposicionista. La £alta boa escribio sintiendose obligado a resolver los pro-
de iniciativa, segun crey6 Lopez Portillo, equivalia blemas de sus protagonistas. Cay6 en .]a trampa de la
a la conducta moral; es decir, era buena, era lo moralizacion directa y retorci6 a sus personajes casi
que la gente debia aceptar. Constituia un reconoci- al punto de la fractura, a fin de convertirlos en lo
miento de los hechos de la vida. Su opinion de que que ei queria. Es . interesante que entonces sintiese
Mexico era una sociedad inmadura contrasta extraiia- necesidad de resolver el problema, cosa que no le
mente con el orgullo que sentia por el progreso del preocup6 en sus novelas anteriores. Tambien es inte-
pais. La explicaci6n probable es que creyo que el resante que el problema del protagonista este relacio·
progreso era posible en una situaci6n estable y que nado, en ambas novelas, con un problema nacional.
tal progreso corrcria riesgo de perderse por obra de Esto, dicho sea de paso, confirma la idea de que la
toda oposici6n fuerte del orden existente. Tanto en vida de Santa puede asociarse con las circunstancias
sus obras anteriores como en las posteriores se mostro de la nacion mexicana. En las dos ultimas novelas hay
mucho mas critico de la sociedad, pero su solucion mucha protesta social. Los problemas nacionales no
fue siempre individual. Sin embargo, advirti6 cla- se resuelven, a pesar de los vagos discursos del autor
ramente que la solucion individual no servia. E~ ra- sobre el significado del patriotismo y del alma de
zonable suponer que cuando escribi6 Los precursores Mexico, y a pesar de la resoluci6n de los problemas
se clio cuenta del peligro de un movimiento social de los personajes considerados como individuos.
radical, y escribi6 con cierta desesperacion en defen- Reconquista (1908) trata de la rehabilitaci6n espi·
sa de los valores tradicionales. En verdad, insistir en ri•ual de un talentoso pintor mexicano. Como es un
la concepcion tradicionalista, en ese momento en par- librc pensador, sus problemas personales casi lo des·
ticular, probablemente representa la angustia espe- truyen. Pierde tanto su trabajo profesional como su
inspiraci6n. Habla muchisimo acerca del alma de Me-
1
En cl prologo del autor a Los precursores, Lopez Portillo xico, que se propone descubrir entre los pobres y los
adara esto, asi eomo lo que quiere decir acerca de Ia falta miserables. Cuando una revista norteamericana le pide
de apreciacion del arte mexicano. Su ansiedad no le permi-
tio que Ia Hovela hablase por si misma. que pinte una serie de cuadros acerca de Mexico, de-

~-------- --- ------ -- -


292 LA ESPERANZA DEL PASADO
LA ESPERANZA DEL PASADO 293
cide pintar el verdadero Mexico, el cual, en su opi-
fica tambien que Gamboa investigaba la realidad me-
nion, es el de Ia miseria de los desposeidos. Cree um-
xicana con el objeto de descubrir que tenia sentido pa~a
camente en el artista comprometido, y dice que el
el pueblo, para luego relacionarlo con la circunstanc1a
arte por el arte mismo carece de importancia. Sin
social. Su eleccion del cristianismo como manera de
embargo, nunca logra verdaderamente captar el alma
comprender al pueblo fue un poco_ dif~rente de! en-
de Mexico hasta que acepta formalmente a Ia Iglesia.
foque tradicionalista, ya que constltuyo una muada
No se discute en ningun momento la preocupacion
mas alia de la realidad visible, en vez de conformarse
del pintor por Ia justicia social, aunque en su vida
con Ia moralidad superficial.
personal no es ningun moralista. AI parecer, Gam-
La llaga ( 1910) nos habla de otra rehabilitacion,
boa no fundo su esperanza en una sociedad mejor en
ahora de un ex presidiario. Probablemente, esta novela
Ia moral personal. En verdad, cuando mas cerca esta
de Gamboa agrade y disguste alternativamente al l~c­
de Ia posiCion tradicionalista es cuando supone que el
tor. Esta llena de sermones que incitan a uno a pedu-
pintor no puede descubrir el alma de Mexico hasta
Ie al au tor que se quite de en medio; pero tambien
no haber profesado la fe cristiana. Y a este respec-
hay muchos delicados toques novelisticos caracteristi-
to, no se puede ·ir a medias. El . acto de conversion
cos de lo mejor de Gamboa. Un ejemplo: cuando
no es un momento dramatico y singular en su vida,
Eulalio sale de Ia carcel, una de las primeras cosas
sino un cambio gradual. Lo impresiona la fe constante
de o'ra persona y va pasando al cristianismo. Pero la que hace es comprar flores, sin t~~er ningun~ idea
clara de por que las desea. La accwn es un s1mbolo
inspiracion artistica no llega hasta su confesion defini-
tiva de fe. Sin embargo, el significado del cristianismo de su reingreso en el mundo. Y ese reingreso dista
mucho de ser sencillo. Finalmente logra colocarse en
en Reconquista es muy diferente de su sentido en
una situacion social totalmente diferente de Ia que
Los precur.sores y las demas . novelas tradicionalistas.
antes habia conocido. Gamboa aprovecha Ia opor·
A Gamboa le interesan menos los valores morales que
tunidad de ensalzar el trabajo manual y de es:udiar
la cualidad que alimenta Ia inspiracion del artista. La
las condiciones de vida de la clase trabajadora.
cualidad mistica de esta inspiraci6n nunca queda to-
talmente clara: En una perspectiva, parece que Gam- Gamboa nos habla de la falta de patriotismo en
boa considerase a la fe cristiana como fuente de las Mexico; y lo que parece querer decir es que el aut~n­
facultades creadoras del pintor. En una perspectiva tico patriotismo exige menos personalismo en la v1da
liaeramente diferente, parece decir que Ia entrega nacional. Se queja de injusticias economicas y morales
de parte del hacendado y dice que el peon mexicano
al cristianismo es un paso previo, necesario, para que el
esta mas preparado para Ia insurreccion que para ~a
artista comprenda en realidad el alma de Mexico.
responsabilidad civica. De niiio, no se le ed~ca. Mas
La segunda suposici6n tiene mas sentido, en vista del
tarde, los insurgientes le dicen que el gobwrno . es
evidente inten)s del autor en la justicia social. Signi-
siempre malo y el gobierno le dice que todos los m-
294 LA ESPERANZA DEL P ASADO LA ESPERANZA DEL P ASA DO 295
surgentes son bandidos. AI final, descubre que Ia in- baba a los hipocritas en politica tanto como en cual-
surreccion en nada lo ayuda, tanto si participa como quier otra circunstancia. Las escenas de La camada
si no lo haec. Para el dilema nacional, Gamboa no son semejantes a las de Gamboa. La principal tiene
descubre mas salida que la educacion gradual, y expre- Iugar en una clinica. Pero la trama se basa en un
sa su confianza en que Eulalio se convierta en padre. intento de asesinato del presidente Diaz y la accion
La "llaga" se hace patente de diversas formas. Eu- corre por toda la ciudad. Quevedo y Zubieta tenia
lalio la soporta psicologicamente en su encarcelamien- una mala opinion del estado real de la humanidad,
to. La padece fisicamente por los malos tratos recibi- aunque evidentemente poseia alguna fe en sus posibi-
dos en Ia carcel y por un accidente posterior. Existe lidades. Las personas decentes de La camada contras-
tambien, nacionalmente, en el rechazo social de Eula- tan con las otras, pero no dejan concebir mayores
lio y en Ia incapacidad de Ia nacion para curar sus esperanzas de dominarlas. Ciertamente, este escritor
males. No hay sugerencia de revolucion en las no- no fue un tradicionalista, pues se inclinaba a atri-
velas de Gamboa, a menos que presupongamos el buir los defectos sociales de su tiempo al desordenado
rechazo del progreso gradual. Tanto en La llaga proceso de Ia historia mexicana. Se formo una opi-
como en Reconquista, el escritor trata de encontrar nion mas bien " pnictica" de lo que deheria hacerse,
un rayo de esperanza en Ia situacion exis:ente, pero el y abogo por menos suefios y mas trahajo, actitud que
resultado de sus esfuerzos no seria satisfactorio para recuerda el exhorto al sentido com(m de los naciona-
el, o para cualquier otra persona. No cabe duda de listas anteriores.
que hacia los aiios en que escribio estas novelas, Gam- El amor de las sirenas es menos violenta que La
boa tenia una aguda conciencia de Ia dicotomia de Ia camada. En su busqueda de Ia estabilidad, Frias nos
sociedad mexicana y estaba convencido de que habia muestra Ia vida depravada de Ia ciudad. Su protesta
que cambiar las cosas. En cierto sentido, su esperanza cobra una forma diferente a Ia de cualquiera de los
tambien se apoyaba en el pasado, pero ansiaba un demas novelistas, porque su base es Ia personal necesi-
cambio mas profundo en los individuos que el exigi- dad del autor de identificarse con alg-.ln hecho social
do por Ia moralidad de los tradicionalistas. que no cambiara. Como en sus demas obras, busco esa
El conflicto y la confusion de Ia vida urbana que estabilidad en el papel redentor de Ia mujer. Sin
Gamboa retrata tan bien, se puede observar asimismo embargo, Ia hero!na de El amor de las sirenas es un
en Ia obra de Salvador Quevedo y Zubieta: La ca- personaje demasiado pasivo para el papel que Frias
mada (1912), y en El amor de las sirenas (1908), le quiere hacer desempeiiar. Se queda sin Ia respuesta
de Heriberto Frias, edicion corregida y aumentada de que busca. Lo que nos muestra de la sociedad es un
Naufra gio. La camada es una protesta clara y violenta desalentador caparazon de falsedad. Es una sociedad
contra Ia corrupcion social y politica; El amor de las que no cree en nada, salvo en Ia preservacion de su
sirenas no se ocupa de politica, aunque Frias repro- autoengaiio. Frias no estaba interesado en los valores
296 LA ESPERANZA DEL P ASADO LA ESPERANZA DEL P ASADO 297
tradicionalistas de Lopez Portillo, pen> siguio buscan· Revolucion habia terminado hacia ya varios afios cuan·
do los valores de un nivel social diferente mas pri· do comenzo a prestarsele atenei{m a las novelas de
mitivo que el de la sociedad de la capital. Andaba en este autor. Azuela publico Los dr! abnjo en 1915, en
busca de la relacion humana sincera y esencial que plena Revoluci6n, y esta excelente uovda no rceihio
no se ha trocado a(m en simulacion. atencion basta que el pueblo mexicano comcnzo a
En El triunfo de Sancho Panza ( 1911), Frias -o interesarse en saber que le habia ocurrido. Y el in·
mas bien Miguel Mercado- es victima de la omnipo· teres en las novelas anteriores creci6 despues de que
tente hipocresia. Se dice que la novela es una conti· Azuela se hizo famoso como novelista. Era medico,
nuacion de T om6chic, pero lo es solo en el senti do hijo de una modesta familia de la clase media y
de que prolonga la carrera de Frias y proporciona nada le dehia a la oligarquia. Sus novelas prerrevolu-
otro ambiente para su alienaci6n de la sociedad a la cionarias tratan asperamente a la sociedad de su tiem-
que podria · haber pertenecido. Mercado, que es ahora po pero no hay nada en elias que abogue por la Re-
periodista, se traslada a Mazatlan, donde pone al des- volucion.
cubierto algunas trapacerias politicas. Lo obligan a Su primer novela, Maria Luisa, debe mencionarse
renunciar a! periodico y a salir de Ia ciudad. La no· unicamcnte por ser la primer novela de un gran es·
vela contiene referencias a Ia composici6n de Tom6· critor. Fue escrita diez o docc alios antes de su publi-
chic y a Ia anterior vida bohemia de Mercado, todas caci6n, cuando Azuela era aun estudiantc de medicina.
las cuales son autobiograficas. Frias presenta a Mer- Lo impresiouo un caso clinico y escribio una novela
cado como un idealista, pcro no como moralista. En la en torno del mismo. Es el relato, bastante comun, de
sociedad que nos describe es imposible que la honra- la amante del estudiante, que cae enferma, es aban·
dez venza, pues la deshonestidad y e) poder se ali- donada y muere. Maria Luisa, evidentemcnte, es una
mentan reciprocamente. primer novela, y probablementc nunca debio haberse
Mariano Azuela , el mas importante de los novelistas publicado, puesto que fue uno de los primerisimos
de este periodo y durante muchos alios despues, estaba ensayos de Azuela en la ficci6n en prosa. Cuando
a{m mas apartado que Frias del orden establecido la escribio, no habia dominado aun el estilo 0 la
que se venia abajo. Estaba completamente fuera de los estructura, ni cultivado todavia su don de observador
circulos literarios de su · tiempo y su obra paso casi de la sociedad. Lo poco que nos muestra de su mundo
inadvertida.2 Verdaderamente, Ia fase militar de Ia es semejante a lo que encontramos en muchas novelas
2
de mediados de la decada de 1890. Es un poco seme-
Entre las poc.as noticias sobre las primerus novelas de
Azuela, fi guran los articulos de Heriberto Frias aparecidos jante a! mundo de Heriberto Frias, pero la preocu-
en El Correa de la Tarde de Mazathln, peri6dico editado por pacion de Azuela no va mas ali a de la tragedia de la
Jose F errel y el propio Heriberto Frias. No he podido en· joven. La simpatia que siente por ella es patente, pero
contrar el numero donde se comentaron estas obras. Vease
Mariano Azuela, Cien aiios de novela mexicana, p. 211. su tragedia no se relaciona, en la obra, con la com-
298 LA ESPERANZA DEL P ASADO LA ESPERANZA DEL PASADO 299
prenswn del orden social alcanzada par Azuela, o coloc6 en elias a sus personajes y los movi6 de aqui
con Ia de su propia raz6n de ser. para aHa a fin de mostrar lo que habia vista.
Azuela avanz6 a grandes pasos hacia la madurez Realmentc, no hay muchas espcranzas de cambio
literaria antes de escribir su segunda novela, Los fra- en Ia ciudad de Los fracasados. Las ambicioncs de los
casados, que fue publicada en 1908. Aunque todavfa habitantes varian · mucho, pero la mayo ria de las mis·
sujeto a la influencia de los novelistas naturalistas, mas pucden satisfacerse con camhiar la estructura
Azuela se habia liberado hasta el punta de que otros fundamental de su cerrada sociedad. Azuela descubre
escritores le ayudahan a decir lo que queria. Sus in- en sus personajes tonteria, poder egocentrieo, pasividad
fluencias ya no restringian su expresi6n. Par muchos e idealismo. A veces se rie de sus chifladuras, pero Ia
conceptos, Los fracasados es un compendia de las ac- que mas lo divierte es el usa egoista del poder. H.e-
titudes novelisticas del periodo de Dfaz. El amhiente sendiz, el idealista que podria haher puesto en movi-
nos lo da una pequeiia ciudad que tiene el presuntuoso miento al poblado, es derrotado completamente por
hermetismo de la Villaverde de Delgado. El trato que el conservadurismo local, cosa que llevo al novelista
da a sus personajes, sin embargo, se parece mas a las a reaccionar de modo que su sittira se convirtiera en
caracterizaciones satfricas de Rahasa. La derrota del sarcasmo. Dudo que la protesta de Azuela, cuando se
:! idealismo recuerda a Heriberto Frias. Estas semejan- publico Los fracas ados, hubiese parecido mas fuerte
zas no deben llevarnos a crcer que Azuela imitaba a que la de Frias, aun que la de Gamboa. Y aun si la
otros escritores, pues solo indican que perteneci6 a un novela se huhiese leido mucho, no habria causado
periodo en que era probable que tales caracteristicas mayores sorpresas, porque la pequeiia ciudad que
apareciesen en una novela. describe no es muy diferente a los pequcfios pohlados,
Azuela no se preocup6 mayormente par la construe- y a la vida que se hacia en ellos, de muchas otras
cion de una trama bien dihujada. Si el tema le indi- novelas. Y par lo que respeeta a indagar a fonda en
caba que era necesario hacer un cuidadoso desarrollo la realidad mexicana, Gamboa fuc mucho 1m'ts am-
narrativo, era capaz de proporeionarlo, pcro lo que bicioso en Reconquista, publicada en el mismo aiio
mas le preocupaba era mover a sus personajes lo su- que Los fracas ados, asi como en La llaga, puhlicada
ficiente para pintarnos el cuadro de lo que en ellos dos aiios mas tarde. La identificaci6n militante de
veia. Rara vez piensa uno, de un personaje de Azuela, Azuela con sus personajes no tuvo igual mas que en
que este especialmente bien proyectado. A veces cre- Frias durante este periodo, pero Azuela fue un no-
cen, a veces quedan estaticos. A veces el escritor nos velista mas sabio que Frias, y pocas veces permitio
aclara cual es el papel del personaje dentro de la que su interes personal modificase la realidad del
circunstancia. Y la circunstancia es, verdaderamente, mundo recreado.
la base de su novela. Es evidente que Azuela vio pri- La que distingue a Los fracasados de las diversas
mero un conjunto de circunstancias generales, lucgo novelas que se le asemejan es la actitud del autor ante
300 LA ESPERANZA DEL PASADO
LA ESPERANZA DEL P ASADO 301

cl cambia. Hasla Frias trato de encontrar m1 sentido en su pretension de tener derecho a hacer lo que le
venga en gana en su relacion con los peones. Estas
a su mundo al buscar una sociedad mas primtiva,
lo que equivale, realmente, a lanzar la mirada hacia dos fuerzas se enfrentan, y el poder que le permite
a Julian imponerse le viene de su posicion social, no
atras. Azuela miraba hacia adelante a traves de
de su fuerza personal. El tratamiento que hace Azue-
Resendiz. La derrota del idealista no cambia la direc-
la de Julian es diferente de Ia descripcion del ha-
cion indicada para el mejoramiento de la sociedad.
cendado que nos ofrecen Zentella o Lopez Portillo.
Mas tarde, Azuela, a quien siempre le gusto llevar la
contraria, comenzo a mirar para atras, cuando todo Zentella supuso simplemente que su poder era una
condicion dada. Lopez Portillo le clio a conocer a su
el mundo miraba hacia adelante; pero en 1908 su-
gerir que Ia sociedad debia avanzar hacia adelante, lector la racionalizacion que de su poder hacia el ha-
sin referencia alguna a la conservacion del pasado, cendado, pero mediante una explicacion un tanto ex-
era una proposici6n excepcional. En verdad sugiere terna a la caracterizacion. Andrade, en cambio, es
que por mas semejante que fuese su realidad visible pervertido por el poder que sabe que tiene y el lector
a la de otros escritores, su vision de una realidad siente esc poder como parte de Ia earacterizacion. El
, '• mas profunda hace que su ciudad sea diferente a las resultado es que el poder del hacendado no parece un
de otras novelas. objeto inamovible. Al mismo tiempo, Marcela no esta
La protesta mas aspera de Azuela contra las con- idealizada. Azuela, as!, no nos presenta un simple con-
diciones sociales, en sus primeras novelas, la encon- flieto del bien individual contra el mal. La sociedad
tramos en la manera de abordar la trama del ha- esta corrompida y el mal social no ha afectado a un
cendado-muchacha campesina, en Mala yerba (1909). solo grupo, sino a todos los grupos. En Mala yerba
Es menos sat.irico que en Los fracasados, y por eso no hay un idealista que apunte hacia cl futuro; pero
su queja resulta mas seria. La base del relata y de la Ia circunstancia de la corrupci6n general sugiere un
protesta no era nada nuevo. Por lo menos otros tres movimiento en esa direccion, mas que un mejoramieJl·
novelistas -Zcntella, Nervo y Lopez P ortillo- lo ha- to a partir del pasado. Ciertamente, Azuela no dejo
Lian tratado durante el periodo de Diaz. La diferencia del pasado nada sobre lo cual levantar una esperanza
entre Mala yerba y las demas novelas del mismo de cambio, porque en tiende, que el hacendado, la
tema proviene de la caracteristica del poder y de Ia Iglesia y el gobierno son enemigos del peon. Pero
debilidad. Utilizando los mismos hechos fundamenta- Ia importancia profunda de la observacion de Azuela
les, Azuela vio una sociedad ligera~ente distinta.
no esta en el seiialamiento de las instituciones culpa-
Marcela, Ia muchacha de Mala yerba, no es nin-
hies. Miis bien, es el reconocimiento de lo que la co-
guna Nieves. Es sensual, apetitosa, y consciente de su
rrupcion de una relacion humana ha causado en ambas
fuerza particular. Julian Andrade, hijo de una rica
partes del conflicto.
familia de terratenientes, se nos muestra despiadado
302. LA ESPERANZA DEL PASADO LA ESPERANZA DEL PASADO 303
Mala yerba es la mejor novela de Azuela antes de solo puede salvar su riqueza adhiriendose a la causa
Los de abajo. Aunque se le pueden descubrir varias de Madero. La lista de esta clase de personas es
fallas -algunas caracterizaciones inautenticas y ac· bastante larga. Pero el tamaiio de la lista no complica
ciones que bien podrian haberse omitido- es eviden- mas la circunstancia; simplemente ofrece mas ejem-
te que el autor estaba encontrando su camino, apren- plos. Podemos compartir el asco que siente el autor,
diendo de sus modelos franceses y adaptando a sus pero su asombro resulta un poco sorprendente en un
propias necesidades lo aprendido. A lo largo de toda hombre que conocia el mundo tan bien como Azuela.
su carrera literaria, Azuela comenz6 por lo que que- No dudo, ni por un momento, de la exactitud de las
ria decir y luego encontr6 la manera de decirlo. Nun- observaciones de Azuela. Los datos historicos objeti-
ca fue un hombre de letras, ni en la acepci6n aca- vos demuestran que el movimiento de Madero estuvo
demica del termino, ni en la artistica. Fue un medico rcpleto de porfirianos oportunistas y, por cierto, de
que escribia novelas. A veces el enfoque tan perso- otro tipo de oportunistas. Es dificil imaginar que
nal produjo arte; a veces no. hubiese podido ocurrir otra cosa. Las uovelas del pe-
En 1911, Azuela publico una novela corta; Andres riodo de Diaz describen una sociedad en que el opor-
Perez, maderista, que bien puede considerarse como tunismo politico era casi una profesi6n; asi, Ia Re-
la primera novela de Ia Revolucion. Hay que dejar volucion era considerada tambien como una forma
perfectamente claro que es una novela sabre la Re- de satisfacer ambiciones personales. El mundo no ha-
volucion, no una novela revolucionaria. Es decir, se bia cambiado de la noche a Ia manana y la magnitud
ocupa del periodo de la Revoluci6n, pero no la de- del cambio que produjo la rebeli6n de Madero no po-
fiende. Un periodista se va desde la ciudad de Mexico dia apreciarse mientras se estaba efcctuanclo. El mun-
basta Ia parte norte del pais para informar acerca do que describe Azuela, si dejamos que nuestra
de la rebelion de Madero y se ve envuelto en la imaginacion suministre cl desarrollo omitido por el
misma, un poco contra su voluntad. autor, ilustra exactamente lo que ocurriria en !a so-
La novela es un completo fracaso desde el punto ciedad dcscrita por sus predecesores.
de vista artistico. Los personajes que entran y sa- Andres Perez, maderista es una introduccion bas-
len de la realisima trama cumplen la intencion del tante buena al tratamiento que de la Revolucion hizo
autor al cjemplificar individuos que tomaron parte en Azuela, a pesar de su escaso valor artistico. Puesto
la rebelion por razones que Azuela reprobaba. El que Azuela habia mostrado, ya ser capaz de escribir
mcollo del asunto es que todo el mundo trataba de novelas mejores, sospecho que el fracaso artistico de
salvar su pellejo, actitud menos sorprendente para otras esta ultima debe atribuirse a una reaccion demasiado
personas que para Azuela. Le dan asco los funciona- intensa ante el tema de su obra. AI tratar, como
rios que cambian de bando cuando advierten la di- siempre, de expresar adecuadamente sus ideas, la in-
recci6n en que sopla el viento y un hacendado que dignacion de Azuela super6 a su sentido artistico. Lo
304 LA ESPERANZA DEL PASADO
mismo ocurrio en algunas de sus novelas posteriores;
pero en otras su indignacion esta mas controlada y el
resultado es mas convincente. En estos casos de in-
dignacion controlada, la decepcion es patente y, en VIII. LA TEMPESTAD GRADUAL [1913-1942]
cierto scntido, las novelas de Azuela - aun Los de
abajo- , son antirrevolucionarias. Me parece que An- PoR UNA de esas coincidencias que hacen las deli-
dres Perez, maderista es esencial para comprender la cias del historiador de Ia literatura, Juan A. Mateos
decepcion del autor y su actitud general frente a e Ireneo Paz, ambos novelistas de Ia Reforma fueron
la Revolucion. Simplemente no encontro reparos a las testigos de Ia caida de Diaz y de los inicios d~ la Re-
intenciones de la rebelion de Madero, sino a la forma volucion y escribieron acerca de esos hechos. La ma-
en que la aprovecharon personas egoistas. Las perso- jestad. caida fue Ia ultima novela de Mateos y Paz
nas lo decepcionaron varias veces y no supo perdonar puso fm a su carrera con Madero (1914). Mucho me-
el que no viviesen a la altura de lo que, idealmente, nos feliz es el recuerdo del tragico asesinato de Ma-
deberian ser. Juzgo a sus contemporiineos y a sus pre- dero evocado por el relato que hizo Paz de la historia
cursores con este criterio. Y, sin embargo, en sus recentisima. Cuando Madero llego a Ia Presidcncia
mejores novclas supo ver mas alla de lo que hacian la Revoluci6n estaba en su apogeo. La rebelion de l~
los individuos y comprender el cambio que se efee- clase media habia provocado una reacci6n popular
tuaha en Mexico. Andres Perez, maderista monto la q~e no se detendria hasta que se establcciese un go·
escena para la amplia vision de Los de abajo. biCrno claramente nuevo y claramente dominante.
Al final de este periodo, no se veia con claridad, Nada tiene de sorprendcnte que se publicasen nmy
ni mu cho menos, la forma que tendria el cambio. pocas novelas durante los afios de turbulencia rcvolu-
Pero se hab1a cruzado un puente y luego se le habia cionaria. La unica novcla importante publicacla antes
incendiado. En 1911, el afio de la decepcion de Azue- de 1918 fue Los de abajo (1915 ), de Mari:mo A zw~­
la - - como la vemos en Andres Perez, m.aderista-
la, cl mejor rclato que se haya escrito de 1a Hcvoh:-
y de Ia derrota del idealismo de Heriberto Frias, en
r:ion popular. Sin embargo, Los de abajo es un caso
El triunfo de Sancho Pan:.a., un viejo tragalumbrc
especial, porque Azuela Ia publico en EI Paso, Texas,
reformista, Juan A. Mateos, lleno de entusiasmo, pu-
adonde se hahia trasladado despues de la retirada de
hlico su pmpia version del :final de una era, en
las fuerzas de Pancho Villa y fue poco conocida en
La ma.jestad caida.. No es una novela muy buena, pero
hay algo de justicia poetica en la aparicion de este Mexico hasta mediados de la decada de 1920. Micn-
relato que el viejo liberal y vehemente escribio sobrc tras tanto, Carlos Gonzalez Pefia (La juga de la qui-
el final del periodo de Diaz. m era) y Jose Lopez P ortill o y Rojas (Fuertes y debi-
les ) escribieron novelas sobre algunas fases de !a
[305]
306 LA TEMPESTAD GRADUAL
LA TEMPESTAD GRADUAL 307
Revolucion, anteriores a la accion de Los de abajo.
Ambas novelas, publicadas en 1919, probablemente nidad, mientras que su equivalente rico expresan1 Ia
fueron escritas antes, pero sus autores las guardaron misma inclinacion compriindose una casa de estilo
hasta que una sociedad mas serena hlCiese. . pos1'b1.e su europeo en una nueva seccion de Ia ciudad. Los de Ia
clase media inferior se parecen a los personajes de las
publicacion. .
novelas de Rafael Delgado; los ricos son los hipocri-
La transicion de los intelcctuales, del penodo . ~e
Diaz al Mexico posrevolucionario, encuentra expreswn tas que despreci6 Heriberto Frias. Gonzalez Pefia mues•
satisfactoria en Carlos Gonzalez P efia y en su novela, tra gran respeto por aquella conducta moral que tanto
Delgado como Lopez Portillo y Rojas considerahan
tanto en cl hombre como en la obra. El auto~, ~ombre
como ]a base de la civilizacion moderna.
de letras en las acepciones creativa y academ1ca del
termino, vivio y crecio en el tradicionalismo de una La fuga de la quimera puede describirse, con pro·
piedad, como una novela de costumbres, ya que una
sociedad que desaparecia; respetaba ho~1damente l.a
cultura europea, reconocio Ia importancia. del creci- gran riqueza de detalles da el fondo para el relato
miento cultural mexicano y supo mirar hac1a adelan~e, del adulterio. Las caracterizaciones, realizadas sobre
- hacia el mundo posrevolucionario. Estas caractens- todo por descripcion directa y no a traves de la accion,
estiin concertadas excelentemente y ofrecen un buen
ticas describen una posicion estatica, no una evolu-
cuadro de Ia sociedad. Unas cuantas personas inteli-
ci6n. Gonzalez Pefia fue siempre el mismo.
gentes y humildes estiin dotadas de huenas intencio-
La jnrra de la qnimera es la historia de un adulte-
rio en h~ clase media de la ciudad de Mexico, dura~te
nes, buen gusto y buen sentido. Las demiis son victi-
mas de sus propias ambiciones mezquinas. Apresa-
la rebelion de Madero. Aunque todos los personaJes
das en la estabilidad del periodo de Diaz, no piensan
pertenecen a Ia clase media, se nos muestra ~na ~ama
mas que en obtener dinero, alcanzar un mayor poder,
amplia de costumbres que va de .las esfe~·as mfe.nores
exhibir una mayor elegancia dentro de csa sociedad.
a las superiores de Ia clase media. La. v1da. social de
Cuando las noticias de la rebelion maderista llegan
las personas miis pobres es mas senci~l~, tJende ba-
hasta esta gente, las ignoran como algo carente de
cia las fi estas de vecindario o de Ia fanuha, se entrega
importancia. Para ellos, no es sino otra rebelioncita
al chismorreo y simula valientemente pertenecer ~ un
que un destacamcnto de tropas sofocara facilmcnte.
grupo miis acomodado. Los ricos simulan en e~ m~smo
A medida que crece la rebelion, unos cuantos co-
sentido, pero de un modo menos simple, y se mchnan
mienzan a tomiirsela mas en serio y, en general, se
mas a entretenerse en los teatros 0 en las grandes
muestran dispuestos a defender al gobierno de Diaz.
fi;stas. Ambos grupos son ambivalentes en Ia irnitacion
Una voz solitaria ataca a Diaz ; su duefio tiene tanto
de lo extranjero y en la defensa de las costu;n?res m~­
razones personales como politicas.
xicanas. Entre los mas modestos, un francohlo se h-
mitarii a decir frases en frances con toda inoportu- Jorge Bazan, el principal personaje masculino, es
un abogado joven, de pocas ambiciones, hasta que la
I ~

308 LA TEMPESTAD GRADUAL LA TEMPESTAD GRADUAL 309


rebeli6n de Madero le ofrece una buena oportunidad un exacto re£lejo del caso real. Y probablementc es
politica. Aunque ha sido partidario del regimen de verdad tambien que, en aquellos primeros dias de la
Diaz, recuerda que su padre fue liberal y decide Revoluci6n, inclusive cuando Ia acci6n lleg6 a la ciu-
seguir las huellas de su antepasado. Expresa por la dad: las. personas sintiesen que solo penas y fatigas les
gente una simpatia que no es posible que sienta, le hab1~n 1rnpuesto unos fuereiios. Por cierto que los per-
ofrece mejoras que es imposible realizar. Cuando las sonaJCS de la novela de Gonzalez Peiia no tienen Ia
fuerzas revolucionarias entran en la ciudad de Me- menor idea de que estan participando en un gran
xico, a los personajes de la clase media les repugna movimiento nacional.
Ia reacci6n popular. Esas personas de Ia clase inferior La atmosfera politica de La fuga de La quimera,
que gritan "viva Madero" y "abajo Diaz" por las como I.a de Andres Perez, maderista, nos haec ver que
calles de Ia capital parecen no saber cual es su Iugar. e! gob1erno de Madero no contaria con apoyos muy
Bazan, testigo de tal manifestaci6n en compaiiia de fu-mes. Y eso fue exactamente lo que ocurri6. En to-
un amigo conservador, reconoce para si que Ia amis- dos los cargos del gobierno habia hombres del an-
tad ha terminado. Es importante seiialar que Gonza- tiguo regi;nen. Madero, con toda inocencia, crey6 que
lez Peiia no descubre una conciliacion entre los dos lo apoyanan. No pudo llevar a cabo las reforrnas por
extremos politicos, pero tampoco divide a las perso- las que habia abogado y los elementos revolucionarios
nas en dos grupos perfectamente definidos. Evidente- mostraron su descontento. La izquierda y Ia clerecha
mente, nos quiere dar a entender que subsistira algun I~ culparon tanto de lo qu e hizo, como de lo que no
conservadurismo y que aparecen'in diversos grados de h1zo. Algunos grupos de extranjeros comenzaron a
liberalismo y de transacci6n. sentir inquietnd por Ia suerte de sus intereses en
Desde el punto de vista de Ia estructura, La fuga de Mexic_o. Un grupo ?e conservadores, ayudado por
la quimera tiene un defecto iuuy obvio: los hechos y cstos mt::rescs extranJ ~ros y c;specialmente por Henry
las opiniones concernientcs a Ia Revolucion no estiin Lane W1lson, el emha]ador nortcamericano, tramaron
bien relacionaclos con Ia trama de Ia novela. Es de- el derrocarnient:o de Madero para poner en su Iu"ar
a V'1ctonano
. H o
.. uerta, general podirista, segun ellos
cir, la acci6n de Ia Revolucion no tiene mucho que
ver con lo que sucede a las personas. Este hecho puc- t~ hombre ;apaz de rcstaurar el orden en el pais.
de ser un defecto para Ia critica literaria mas con- En el corazon de Ia ciudad de Mexico estall6 una ba-
vencional; pero, en esta novela en particular, me talla entre las dos fuerzas contrarias. A cstos terribles
parece que esa falta de articulaci6n contriLuye rnucho sucesos ~e les _di? el nomhre de " La decena tragica",
a clcterminar Ia realidad de las circunstancias. El La heroma-martn de La fuga de la quimera muere
hecho de que Ia Revoluci6n que se esta efectuando durante esa batalla, no porque participase en Ia con-
en el Norte no se relacione con Ia vida de las perso- jura, sino por puro accidcnte. Mientras se libran fe-
nas de Ia ciudad de Mexico, constituye probablemente roces batallas junto a sus casa::;, los personaj es de
310 LA TEMPESTAD GRADUAL LA TEMPESTAD GRADUAL 311
Gonzalez Pefia siguen absortos en sus intrigas perso- principios nada s6lidos, permitc que su novia lo em-
nales, como si perteneciesen a un mundo totalmente puje a conspirar con los otros. Cuando Huerta llega
diferente. En este punto termina la novela. al poder, la novia y la familia encuentran que las
La socicdad cerrada de la ciudad, naturalmente, se condiciones son peores que cuando Madero gobernaba
mostro menos sensible al movimiento revolucionario y deciden irse a Europa. For supuesto los tradiciona-
que la sociedad rural, porque el sistema de las hacien- listas se quedan y la Revolucion no los afecta grande-
das sentia inmediatamente las consecuencias de las re- mente.
beliones de los peones o de las incursiones de los Cheno descubre que en la hacienda hay ahora mu-
bandidos. Jose Lopez Portillo y Rojas relaciono las si· cha inquietud. El autor no estaba escribiendo una
tuaciones urbana y rural trasladando al protagonista novela hist6rica, de manera que no nos ofrece un
de Fue1·tes :Y debiles (1919) de una escena a la otra. cuadro general del curso de la Revolucion despues
Juan Nepomuceno Bolanos (Cheno) es el ultimo va- de Madero, sino que concentra su atencion en las
r6n de una distinguida familia, cuyos miembros mas consecuencias que tuvo para la hacienda. El hecho
conscientes se aferran a su interpretacion mexicana es que el trastorno general del pais habia aumentado
de la tradicion hispiinica. Cheno es una oveja negra, considerablemente. Pancho Villa era el jefe princi-
cuya educacion positivista lo ha apartado de la reli- pal en el Norte, aunque Alvaro Obregon ejerciese una
gion y, por consiguiente, en opinion del autor, de la influencia mas perdurable en el movimiento. Emiliano
moralidad. Cheno tiene un cierto sentido de la justi- Zapata, en el Sur, le dio al movimiento el personaje
cia que lo !leva a pagar bien a sus peones, pero la mas autenticamente popular, en virtud de su expe-
consideracion que lcs tiene no le impide acostarse con riencia de reparto de tierras. Estos jefes y otros de
sus esposas y sus hijas. En verdad, el lema central mcnor fama lucharon contra el gobierno y, a veces,
de la novela es una repetici6n de Nieves, dentro del unos contra otros.
nuevo marco de la Revoluci6n. Cheno toma como Los trastornos de la hacienda de Cheno le ofrecen
amante a la esposa de Chema, peon celoso pero co· a Lopez Portillo Ia oportunidad de expresar Ia actitud
barde. del hacendado y de reiterar el punto de vista que
Los amigos de Cheno en la ciudad se dividen en habia ado pta do muchos afios antes: unos hacendados
do~ grupos: sus parientes tradicionalistas y sus ami- son malos, otros no. Aun no se sentia inclinado a
,,.os v el circulo de nuevos ricos de su novia, franco- atacar al sistema mismo. Las actitudes de los peones
" ' J
filos y angl6filos que presumen de elegantes. En casa de Cheno varian muchisimo. Muchos se sienten per-
de su novia, Cheno se ve envuelto en una conjura fectamente contentos con cl estado de cosas, sobre todo
para derrocar a Madero. No quiere saber nada del porque en esta hacienda en particular tienen bastante
asunto, porque dice que en las zonas rurales no hay que comer. Otros se ponen del !ado de Cheno, porque
problemas. Pero finalmente, como es un hombre de le tienen afecto personal. Y otros miis se les oponen
312 LA TEMPESTAD GRADUAL LA TEMPESTAD GRADUAL 313
por motivos personales. Poli, peon excepcionalmente do extranjerizante. La preocupacion general de ambos
inteligente que ha sido capataz, abandona la hacienda grupos, en lo que respecta a Ia Revoluci6n, es como
y forma una banda de revolucionarios. Poli sabe que evitarla. Aunque cstos grupos contrastantes aportan
I
I' esta luchando por Ia libertad, pero es el {mico de los algo a la panoramica de la epoca, tambien dan Iugar
revolucionarios que comprende que es lo que esta ha- a que el autor se ponga a predicar. La novela por
i' cienda. Lopez Portillo nos ofrece una imagen halaga- consiguiente, es mas bien difusa, pero es buena, no
dora de Poli, y tiene cuidado de distinguir a los re- obstante -tal vez, la mejor del autor-, porque va
beldes de los bandidos. Los rebeldes son hombres que creciendo al paso de Ia Revoluci6n, a medida que se
luchan por sus derechos, conducidos por jefes respon- va haciendo mas intenso el movimiento. Segun pro-
sables. Los bandidos son engendros sociales que apro- gresa el relato, el costumbrismo se vuelve menos im-
vechan la situacion para darse al pillaje. portante y Ia Revoluci6n recibe mas atenci6n. Es
La desintegracion de la hacienda es gradual. Final- como si Lopez Portillo hubiese escrito en el trans-
mente, los revolucionarios Ia atacan y Cheno Ia defien- curso de los acontecimientos, cuando el hecho de Ia
de con pocos hombres pero es capturado y condenado Revoluci6n se volvi6 mas importante que Ia sociedad
a muerte. Muchos creen que es digno de especial con- estatica que prefiri6 ignorarla.
sideracion por haber pagado jornales justos. Los re- Ninguna de las primeras novelas de la Revoluci6n
volucionarios deciden pedirle a! general que le con- pretende que el movimiento incluy6 a toda la so-
mute Ia pena de muerte. Poli elige a Chema, el ciedad. Aun Los de abajo, que nos ofrece el cuadro
marido ofendido, para que sea el mensajero que llcve mas amplio, reconoce que a los revolucionarios, a
su petieion al general. El viaje de Chema es uno menudo, se les considero como un fenomeno exterior
de los mejores pasajes que escribi6 Lopez Portillo. Sa- a la vida diaria. Unas veces eran una amenaza; otras
biendo que Ia vida de su enemigo depende de que una bendici6n, pero nunca personas comunes y co-
llcgue a tiempo, Chema no toma una decision, pero si rrientes. La diferencia entre Los de abajo y las dos
permite que sus implicaciones en el conflicto re- novelas de que he venido hablando estriba en el pun-
duzcan su velocidad y, por ultimo, llega un instante to de vista del autor. Gonzalez Peiia y Lopez Portillo
demasiado tarde. presentan como norma a Ia sociedad establecida y ven
La accion de los l'evolucionarios es una parte m ucho a Ia Revolucion como algo que habra de cambiarla.
mas importante del relato en Fuertes y debiles que en Azuela acept6 la Revoluci6n como el hecho consumado
La fuga de la quimera, pero Lopez Portillo no la y en la sociedad estatica no vio sino un obstaculo.
describe como un movimiento de toda Ia sociedad. Fuertes y debiles se desplaza, realmente, de un punto
Gran parte de Ia novela, especialrnente Ia primera, de vista al otro, a lo largo del relato.
traza un contraste costumbrista entre dos elementos Mariano Azuela le puso como subtitulo a su novela
de Ia sociedad urbana: el tradicionalista y el refina- "Cuadros de Ia Revolucion", y ello es una buena des-
314 LA TEMPESTAD GRADUAL LA TEMPESTAD GRADUAL 315

cripc10n del libro. Con amplias pinceladas literarias, como Ia Revoluci6n. Demetrio Macias es el protago-
pinto los tipos reunidos en torno a un jefe revolucio- nista, aunque no cobra las proporciones heroicas que
nario, Demetrio Macias, y las ambiciones que este nos gustaria que alcanzase un protagonista revolucio-
lleg6 a tener. La expresi6n "amplias pinceladas" des- nario. Macias se ve empujado a la Revoluci6n como
cribe bien la tecnica de Azuela. Los de abajo es el una manera de defenderse a si mismo. Al modo de un
mejor ejemplo de la interpretacion independiente que animal, retrocede y luego ataca. Piensa --o no pien-
el autor hizo de las tecnicas que habia aprendido. sa- unicamente en estos terminos hasta que el curro
I"ms. Cervantes, trata de educarlo en Ia ideoloaia'
Firmemente arraigado en la tradicion de la obser- . "'
vacion obj etiva, Azuela perfecciono una tecnica de revo l ucwnaria. Demetrio no acepta facilmente las 0rrran-
selecci6n que sugiere mas que lo que las palabras po- diosas ideas de Cervantes, pero no rechaza sus adu-
drian decir. Sus descripciones de la naturaleza son laciones. Y a medida que Ia banda de Macias va de
esplendidas. Una montana es una catedral. Sugiere exito en exito, y se incorpora a una fuerza mayor,
sin entrar en detalles, y no necesita nada mas. Cuando Demetrio es deliciosamente ingenuo al asumir su
Demetrio pasea con su esposa, despues de una ausen· nueva jerarquia. A medida que aumenta su importan-
cia prolongada, se cobij an bajo un arbol mientras pasa cia, se preocupa menos por los individuos y solo Ia
la lluvia y los capullos blancos son estrellas. Una rna· derrota es capaz de reavivar su interes.
fiana puede ser "manana nupcial" y la bruma de la Es muy explicable que Demetrio sea mas sensible
montana es un velo. Sus descripciones nunca son Jar- a las adulaciones de Cervantes que a su ideologia. La
gas, y son siempre sugerentes. Cada imagen deja al adulaci6n era una expresion mas caracteristica de un
lector en espera de la siguiente. Lo que Azuela hace hombre cuya ideologia no era sino la mascara de su
en su descripci6n, lo hace t&mbien en Ia acci6n. No oportunismo. Cervantes creia que un pequefio grupo de
hay una trama complicada llena de pormenores, s:ino hombres sc bcneficiaria extraordinariamente de la Re-
que el movimiento del relata es claro. Deja episodios voluci6n. Tal vez aun lo lamcntaba, pero tenia el
sin resolver, pero el lector sabe exactamente que es firme proposito de ser uno de los de ese grupo. So-
lo que esta ocurriendo. Los ladridos del perro de lis, otro hombre de la ciudad y conocido de Cervan-
Demetrio avisan de la llegada de los federales. Tam· tes, esta decepcionado, pero no es cinico. El oportunis-
bi en significan que se producira un cambio drama- mo de hombres como Cervantes y la inhumanidad
tico en la vida de Demetrio; indican miedo, desespe- de los otros sc combinan para hacer que Solis con-
raci6n y soledad. sidere que todo el movimiento es un espectaculo as·
Es justo decir que la Revoluci6n misma es Ia prota· queroso. Sin embargo, esta ya implicado. Solis es,
gonista de Los de abajo. En un scntido amplio, si lo probablemente, de entre todos los personajes, el que
es. P ero Azuela es demasiado buen novelista como mejor expresa ]a opinion que Azuela se form6 de la
para hacer abstraer algo ta·n intensamente humano Revoluci6n. Pero no estoy seguro de que Azuela haya
316 LA TEMPESTAD GRADUAL LA TEMPESTAD GRADUAL 317
pensado eonvertirlo en su voeero, porque Ia Revolu- camicnto. Las tropas destruyen sin saber lo que estiin
ci6n, en Los de abajo, existe en dos niveles. Es una creando, sin preocuparse siquiera por si estan crean-
acci6n discernible, social, que puede analizarse en do algo. Saquean una casa presuntuosa y se llevan cor-
funci6n de Ia conducta de los hombres y de lo que tinas, muebles, pinturas, libros. Un soldado se lleva
estos esperan alcanzar a consecuencia de sus acciones. una maquina de escribir. Cuando se cansa de aca-
P ero en otro nivel, es el movimiento de un pueblo rrearla, se la vende a otro. Y asf, la maquina de
en que participan los individuos, no porque sepan escribir, que va resultando cada vez mas estorbosa,
lo que hacen sino porque no pueden resistir a la pasa de mano en mano, perdiendo cada vez mas pre-
fuerza que los pone .en movimiento. El hecho de que cia. Su ultimo duefio la compra en veinticinco centa-
hombres como Demetrio Macias no supieron por vos, solo por el gusto de arrojarla contra una roca
que estaban luchando no con dena a Ia Revoluci6n ; y ver como se destroza.
mas bien, es reflejo de su esencia, y estos hombres Azuela relata el incidente de la maquina de escri-
fueron revolucionarios mas autenticos que los que po- bir como si fuese un suceso cotidiano. Si es un sim-
dian expresar una ideologia. Los de abajo dice todo bolo de Ia dcstructividad de la Revolucion, el lector
esto, independientemente de que el autor haya o no te- es quien debe inferirlo, pues el autor no indica que
nido la intenci6n de decirlo. sea un hecho ejemplar. Cuenta el incidente, lo aban-
La caracteristica sobresaliente de Los de abajo es el dona y sigue adelante. La tecnica narrativa de Azuela
movimiento, y el movimiento es Ia rcbeli6n contra una contribuye extraordinariamente a hacernos sentir el
condici6n estatica. Las tropas se mueven. A menudo movimiento. Sus elipsis hacen avanzar al relato, car-
sentimos que andan de paseo, mas que haberse puest.o gada de expectativas, y crean un mundo mas com-
en marcha. Las mujeres caminan junto a ellos, gm- plcto en movimiento en torno a los episodios y aun
san para ellos, se dedican al pillaje para ellos, pelean entre estos.
junto a ellos, padecen con ellos y retozan con cllos. El movimiento de Demetrio Macias es circular: geo-
Son las soldaderas de Tomochic. P ero Ia revoluci6n grafica, psicol6gica y materialmente. El y sus hombres
del pueblo preserve a veces Ia unidad familiar en plena caen en una emboscada tendida en la escena de su
lucha. Los trenes desempefian un papel especial. Trans- primera victoria. Demetrio es el ultimo ; y mientras
portaron tropas, pero a veces transportaron familias observa la muerte de sus amigos - los que estuvie·
enteras que pertenecian a una sociedad que, por fin , ron con el desde un prineipio- vuelve a ser el hom-
estaba en movimiento. El tren mismo, por su impor- bre que fue cuando los reunio junto a el para pro-
tancia para el movimiento, se convierte en una suer- tegerse y vengarse. Cada uno de ellos es importante. En
te de aliado sobrenatural. La brutalidad y las orgias una ocasi6n, un subordinado le dijo a Demetrio que
son movimiento tambien, aborrecible tal vez, pero algunos de sus hombres habian muerto en una pe-
movimiento para apartarse de Ia opresion y del estan- lea entre amigos. Demetrio, sin aspavientos, orden6
/'

LA TEMPESTAD GRADUAL 319


318 LA TEMPESTAD GRADUAL
cas", o sea los interesados en aprovechar toda ventaja
que se les enterrase y se olvido del asunto . Pero
posible de su asociaci6n con Villa para pasar lucgo
ahora los nombres importan, los hombres importan
al otro bando en la primera oportunidad. Los retra-
y Demetrio se halla de regreso en el lugar del cual
tos son vividos, repugnantes y amargos. La decepcion
partio. Su carrera ya no tiene sentido. Y a no im·
del autor se manifiesta mucho mas que en Los de
porta que le hayan hecho coronel. Ahora es simple-
abajo, y no es sorprendente, pues hablaba de los pea-
mente un revolucionario. Y el circulo casi se cierra,
res especimenes humanos.
·,I mas no del todo. Podriamos decir que se cierra en el
Las moscas es un fracaso, porque carece de un De-
I' primer nivel, pero no en d segundo. Azuela nunca
metrio Macias. Es exactamente la clase de novela que
nos dice que Macias muere. Nos informa que recibe
habria sido Los de abajo si Azuela lo hubiese con-
un disparo y luego dice que Demetrio sigue apun-
vertido en un protagonista de la Revolucion abstraida.
tando su rifle para siempre. Si en un nivel tencmos el
Y no obstante lo vivido de sus cuadros carecen de
silencio de la muerte, en el otro hay un movimiento
fuerza para atraer la atenci6n del lector. Los de abajo
interminable.
es diferente porque Ia calidad humana de la Revol~­
En el mundo de la realidad periodistica, las fuerzas
cion se ve a traves de Macias. Porque falta esa call-
de Alvaro Obregon entraron en la ciudad de Mexico
dad humana, no hay ninguna promesa en Las moscas.
despues de la caida de Huerta. 1 Pero fueron obligadas
En muchas de las novelas de Azuela, sabre todo en
a retirarse por Pancho Villa y Zapata. Luego Obre-
Mala yerba y Los de abajo, ~~ pesimism~ ~cl autor
gon se trab6 en una lucha decisiva con Villa que
va acompaiiado de una sugestwn de mov1m1ento ha-
culmina en Ia derrota de este ultimo y en su retirada
cia un futuro mejor. En Las rnoscas no hay tal su-
al Norte. Azuela pinta esta retirada en Las moscas,
gcrencia, y se entra en un callejon sin salida. No
una novela breve publicada en 1918.
es un cuadro de la Revolucion, sino de la derrota.
Las moscas es una de las muchas obras cortas pu-
No es una novela convincente, porque Ia £alta de un
blicadas por Azuela en 1917 y 1918 ; y aunque en mi
pro tagonista Ia aparta de Ia realidad, salv~ para los
opinion Ia obra es un fracaso, ocupa un Iu gar impor-
lectores dispuestos de antemano a compartu el asco
tante en la trayectoria de su obra. Azuela utilizo exac-
de Azuela.
tamente las mismas tecnicas que habia empleado en
Venustiano Carranza, politico de la era de Diaz,
Los de abajo. La novela estii constituida por fogonazos
Iogro reunir una convenci6n constitucional a fines de
de narracion y habiles bosquejos de personajes, en
1916. Sus propi as ideas propendian a ser contrarre-
los que vemos a los hombres de Villa y a " las mos-
volucionarias; pero en !a Convencion sc impusieron
elementos mi1s liberales, y a principios de 1917 se ·
La politica exterior de los Esta?os Unidos c~mbio cuanJ~
1

llego a la presidencia Woodrow W1lson. Su gobrerno se nego adopt6 la actual Constitucion Mexicana. Se bas~ en
a reconocer a Huerta y proporciono pertrechos a los revo· la Constitucion reformista de 1857, pero toma d1spo-
lucionarios.
'1i !
I LA TEMPESTAD GRADUAL
320 LA TEMPESTAD GRADUAL 321
siCwnes mas radicales y concretas para cambiar la es- el autor, puesto que el cambia carece de raz6n visible.
tructura social del pais. Sobre todo, puso los funda- Antes que ser una novela de movimiento, Las tri-
mentos para el reparto de tierras, enunci6 los prin- bulaciones es una novela para escandalizar. AI quedar
cipios en que habria de fundarse la expropiaci6n de destruido su modo de vida, los miembros de Ia fami-
:i. las compaiiias petroleras y concedi6 derechos y un lia tienen que abrirse camino con poco dinero. Tienen
li considerable poder a los trabajadores organizados. Ca- que optar entre trabajar o tratar de engaiiar. Y se ven
'! ' rranza fue electo Presidente. victimas de los oportunistas del nuevo orden. Tienen
Las tribulaciones de una familia decente (1918), de que decidir cuales de sus valores tradicionales pueden
Azuela, hace un juego interesante con Los de abajo, preservarse y si es mejor aceptar esos valores como
como cuadro de Ia sociedad mexicana durante el pe- fundamento etico 0 rechazarlos e incorporarse a una
riodo que llego hasta el gobierno de Carranza. Es el sociedad nueva. Tal vez el mas significativo de los
relata de los trastornos que agobiaron a una familia personajes es Procopio, a quien nunca se ha hecho
distinguida durante Ia Revoluci6n. 2 La familia perte- mayor caso en la familia y que siempre ha vivido
nece a la sociedad estatica, tradicionalista, del pe- un poco apartado de los demas, porque no controla
riodo anterior. Pero ahara el tradicionalismo ya no el dinero. Pero a! desaparecer el dinero, Procopio se
puede ser un modo de vida. Azuela describe sus apu- ve al nivel de los demas. Sin sacrificar su honestidad,
ros de manera que nos recuerda a Mala yerba, mas encuentra seguridad en el trabajo para ganarse Ia
que a Los de abajo. El enfoque mas _tradic~onal de la vida. La familia no ha pasado a ser parte de la Revo-
novela es conveniente, ya que Las tnbulacwnes no es luci6n pero desaparecera gradualmente como fami-
una novela de movimien to. Varios estudios de pcrso- lia y diversos miembros de la misma encontraran sus
najes Ia convierten en una buena novela. Por desgra- lugares en Ia nueva sociedad. Algunos olvidaran su
cia, Azuela cometi6 un grave error: Ia primera parte tradicionalismo ; otros acariciaran memorias de los
de Ia novela esta narrada autobiogriificamente por buenos tiempos y tal vez, aun, transmitiran un futil
uno de los persona jes; luego, el narrador muere y el esnobismo a otra generaci6n.
autor lo sustituye como narrador. No se como expli- En su calidad de presidente, Ia tarea principal de
car este procedimiento tan singular. Nada aporta a la Venustiano Carranza era restablecer el arden en el pais.
intenci6n del libra y hace que el lector se irrite con Emiliano Zapata no estaba conforme con Ia marcha
de los acontecimientos y sigui6 luchando por la dis-
2
Algunos lectores descubririm una notable semejanza en tre
este libro y una novela de Alice Tisdale Hobart, !he peacock tribuci6n inmediata de Ia tierra. En 1919, fue asesi-
sheds his tail (Nueva York: The Bobbs Mernl Company, nado a traici6n y, ya sin jefe, su ejercito se des-
1945). La senorita Hobart trat6 de abarcar un segmento ma- band6. Carranza no se mostr6 mayormente dispues-
vor de la historia de Mex ico y cometi6 algunos IF_aves erro-
res. P ero su relato de lo que le ocurre a Ia fam1ha es muy to a ejecutar las disposiciones mas radicales de Ia
semejante al de Azuela. Constituci6n, ni tampoco se mostr6 inclinado a re-
322 LA TEMPESTAD GRADUAL LA TEMPESTAD GRADUAL 323
nunciar a la Presidencia. Sus opositores lo hicieron p6sito fue sacar a! pais del siglo XIX tanto fil?:6fica
huir de Ia ciudad de Mexico en 1920, y mientras se como artisticamente. Julio Jimenez Rueda, cnt1co y
dirigia a lit ciudad de Veracruz fue asesinado. Alvaro escritor creativo que estudi6 con varios miembros del
Obregon lleg6 a Ia Presidencia en noviembre de ese Ateneo, nos ofrece un excelente y breve analisis
mismo aiio e inici6 la ejecuci6n de las reformas socia- del grupo en una entrevista con Emmanuel Carballo.
les exigidas en la Constituci6n. Probablemente sea
justo situar en esos alios la primera expresi6n poli- El Ateneo marca un momento de transici6n en la vida
mexicana: asiste al en tierro del porfirismo y al adve·
tica del Mexico nuevo, aunque debe entenderse con nimiento del nuevo regimen. La mayoria de los ate-
toda claridad que el pais distaba mucho todavia de neistas no entendieron la Revoluci6n politica y social,
ser estable. Hay que seiialar tambien que Ia fase ra- aunque revolucionaron la vida cultural del pais. ~n
dical de la Revoluci6n qued6 modificada, desde los el fondo, eran espiritus aristocniticos situados leJoS
del pueblo. La Revoluci6n venia a perturbar el mundo
comienzos, por el elemento conservador mas intere- de su infancia y de su laboriosa adolescencia: era un
sado en el cambio politico que en el social. Y aunque poco la barbaric desorhitada que rompia la armonia
el elemento popular de Ia Revoluci6n era fuerte, tam- academica. La Revoluci6n fue un movimiento bnrgues.
bien lo fue Ia influencia de Ia clase media. Los ateneistas eran burgueses bien peinados; y los te6-
Los tres novelistas de que hemos hablado en este ricos del movimiento armado, burgueses desmelenados.'
capitulo pertenecieron a tres mundos diferentes. Lo- Lo que preteudian hacer los miembros del Ateneo
pez Portillo y Rojas perteneci6 a Ia cpoca de Diaz. exigia la toma de conciencia de lo que ocurria en
Su vision, manifiesta inclusive en sus primeras ohras, Europa y una evaluaci6n de Mexico en funci6n de la
lo ayud6 a acomodarse mas o menos a las nuevas cir- eultura europea. La tendencia hacia la introversion
cunstancias, pero en realidad pertenecia a una cpoca nacional que vino despues de la Revoluci6n hizo que
pasada. Azuela perteneci6 a su propio mundo y no a algunos les pareciese que su obra era antinacio-
fue parte de ningun grupo literario. Gonzalez P eii.a nalista, pero una de las expresiones originadas en el
perteneci6 a un grupo encaLalgado entre los dos pe- Ateneo fue Ia Hamada novela " colonial" que fue, al
riodos. Form6 parte de un grupo de intelectuales j6- menos en parte, una expresion nacionalista. Jimenez
venes integrantes del llamado Ateneo de Ia Juventucl. Hueda, en sus comentarios acerca del Ateneo, dice
De este grupo salieron algunos de los hombres mas que muchas de las caracteristicas de la novela colo-
fecundos que Mexico ha ya conociclo: Alfonso Reyes, nial se hallan en las obras de Mariano Silva y Ace·
Jose Vasconcelos, Enrique GonzU!ez Martinez y va- vcs, Genaro Estrada, Julio Toni y Alfonso Cravioto.
rios otros. En cierto senticlo, estos hombres constitu- Hcalmente, los hombres que escribieron novelas co-
yeron Ia cara intelcctual de la Revoluci6n. Aunque
no estuviescn relacionados dircctamente con el movi- s Emmanuel Carballo, "Julio Jimenez Rueda", Mexico .en
la Cultura, num. 484 (Suplemento de Novedades), 22 de JU·
miento revolucionario, fucron revolucionarios. Su pro- nio de 1958.
324 LA TEMPESTAD GRADUAL LA TEMPESTAD GRADUAL 325
loniales -Jimenez Rueda, Francisco Monterde, Ar- vincente. La . motivacion de esas novelas tiene un
temio de Valle-Arizpe, Ermilo Abreu Gomez- no fue- valor fundamental para la comprension de sus ca-
ron una generacion completamente distinta de Ia de racteristicas literarias. La cuestion principal es saber
los miembros del Ateneo. Estos ultimos hacian sus si estas novelas, que constituyen Ia primera tenden-
primeras tentativas en el momento de Ia caida de Diaz. cia literaria despues de la Revolucion, deben consi-
Monterde publico sus primeras novelas coloniales en derarse como un intento de evadir Ia confusa realidad
1918. Desde esa fecha hasta 1924, esta clase de novela de su tiempo o como expresion de un nuevo interes
fue la mas cultivada por los circulos literarios de la nacionalista. Sospecho que estas motivaciones, aparen-
ciudad de Mexico. Los autores contemplaban el pa- temente ·contrarias, en realidad actuaron de cons uno.
sado como un aficionado a las antigiiedades contem- Los autores fueron intelectuales de la clase media
pla una hermosa mesa vieja. Era una nueva vision del superior con vocacion artistica. No tiene nada de sor-
pasado en la ficcion mexicana. Los novelistas histori- prendente que buscasen la seguridad de un tiempo
cos del siglo XIX prefirieron obviamente tratar de la tan remoto, cuyos pormenores perturbadores se escon-
Independencia y de acontecimientos posteriores. Cuan- dian tras interesantes generalidades. AI recrear los
do se pusieron a contemplar el periodo colonial, en el detalles y pormenores, los novelistas dominaban Ia si-
que vieron sobre todo a la Inquisicion, su objetivo fue tuacion y podian rehacerla a su antojo. Por otra parte,
juzgado con fundamento en su propio liberalismo. Los Ia Revolucion era motivo suficiente para despertar en
colonialistas del siglo xx, sin embargo, mostraron in- ellos una nueva conciencia nacional que fijase sus
teres en recrear artisticamente un pasado que tenia intereses en Mexico. Su vision particular del pasado
para ellos el encanto obsesivo de una antigiiedad. ahondo Ia perspectiva de la tradicion nacional y Ia
Las novelas colonialistas poseen todas las mismas diferencio del tradicionalismo costumbrista de la ge-
caracteristicas generales y tal vez puedan definirse en neracion anterior.
grupo mejor que como novelas individuales; aunque Ademiis de la cuestion fundamental, hay dos con-
haec dificil el problema de la definicion Ia tenue linea sideraciones secundarias que tienen que ver con la
divisoria que separa la novela historica de la cronica motivacion colonialista. Una de elias es la opinion
historica. Algunas de las obras de los colonialistas sc de Jimenez Rueda en el sentido de que esta clase de
limitan estrictamente al hecho historico sin transfor- novela esta relacionada con un movimiento mas am-
marlo en ficcion. Pero aun estas obras estan escritas plio en otras literaturas y en otras artes. Advierte una
con el estilo afectado caracteristico de las novelas. relacion con las obras de Enrique Larreta, D'Annun-
Los autores cultivaron un estilo por demas arcaico, zio y Vaile In clan, entre otros. Descubrc tambien la
que en su opinion realzaria Ia atmosfera del pasa- misma tendencia en la pintura y en la arquitectura
do que deseaban crear; pero propendieron a exagerarlo de estilo "colonial". La segunda consideracion es
y el resultado, a menudo, es mas preciosista que con- mas de actitud que de influencia. Tiene que ver con
II

326 LA TEMPESTAD GRADUAL LA TEMPESTAD GRADUAL 327


la incredulidad de una persona cuando se encuentra un sentido, se habria perdido en otro no menos im-
en un lugar hist6rico y se percata agudamente de que portante --el del cultivo consciente de Ia prosa artisti-
esc sitio fue la escena de un pasado que afecta a su ca. Los colonialistas fueron los literatos miis deliberados
pre8ente. Esta reacci6n pucde ser mas intensa a{m si de su tiempo, y Ia continuaci6n de Ia tradici6n lite-
" descubre" este Ingar, mas o menos accidentalmente, raria de Mexico dependio tanto de ellos como 4el
en medio de un mundo moderno o entre Ia confusion genio espontiineo de Azuela.
actual. Entonces se convierte, en cierto sentido, en El cuadro de lo que ocurrio en la novela durante
dueiio del lugar. Este parece tener que ver especial- este periodo se deforma al prestar demasiada atenci6n
mente con ei y se inclina a sentirse familiarizado ahL a las novelas de tema revolucionario de Azu ela. Si
El descubrimiento puede provocar inclusive una son- exceptuamos a sus obras, las novelas que trataron el
risa, no porque sea divertido, sino porque siente que tema de la Hevoluci6n fueron muy pocas. El pais
hay algo incongruente, pero delicioso, en la identifi- no estaba a{m preparado para examinr el fen6meno
caci6n del Iugar consigo mismo. Yo creo que este sen- de la Revoluci6n, tal vez porque todavia no se per-
timiento produjo el manierismo colonialista. Las tec- cataba de sus verdaderas dimensiones. La novela co.
nicas que utilizaban para recrear el sentimiento de Ionialista fue mas cultivada que la novela de la Re-
afinidad que sentian hacen que sus novelas parezcan volucion. Mezcladas con estas dos categorias habia
superficiales. En buena parte, lograron " re-hispanizar" unas cuantas novelas tradicionales costumbristas, tan
el lenguaje que, en el uso artistico, se habia despla- anticuadas como un sombrero de copa en Ia actuali-
l.:i\ zado hacia el frances. Y esta influencia lingiiistica es dad, que probablemente gustaron a quienes aun cul-
I' parte de la diferente perspectiva en que vieron a la tivaban el anacronismo.
I, tradicion mexicana. Hacia 1923, Heriberto Frias habia encontrado la
I'
Cuando se juzga a las novelas colonialistas en rela- !mica soluci6n que fue capaz de descubrir para el
ci6n con el placer que produce su lectura, lo {mico problema de la estabilidad social. En Aguila o sol,
que puedc decirse en justicia es que un poquito es nos pinta el retrato de la muj er redentora en la per-
dclicioso, pero que basta con un poquito. Cualquiera sona de Gaudelia: mestiza, sufrida, abnegada, heroi-
de las novelas ofrece una lectura agradable, pero su ca, optimista, femenina y consciente de su pap~l de
preciosismo suele enfadar antes del termino del libro. redentora. Frente a ella coloca a tres hombres necesi-
Mi propio gusto diria que una de las mejores es tados de su acci6n redentora. Miguel Mercado, el alter
M oisen ( 1924) , de Jimenez Rueda. Me imagino que ego de Frias, no es uno de los tres; pero resuclve su
es desalentador que los autores hayan permitido al dilema personal a traves de la inspiraci6n de Gaude-
preciosismo modificar Ia posible influencia que ha- lia, no tanto por una redenci6n, y haec afirmar a si
brian ejercido en la conciencia que, de si mismo, to- mismo tronando contra el gobierno de Diaz. AI utili-
maria Mexico; pero tam bien creo que lo ganado en zar un enfoque simb6lico para su descripci6n de Ia
, I

.I 328 LA TEMPESTAD GRADUAL LA TEMPESTAD GRADUAL 329


realidad mexicana y al contar el relato objetivamente, mas cosas a Ia imaginacion del lector. Azuela y algu-
Frias estuvo a punto de escribir una gran novela. No nos de sus criticos han dicho que La Malhora, junto
lo consiguio porque no supo sintetizar al opuesto de con El des quite ( 1925) y La luciemaga ( 1932) , es una
Gaudelia; asi presento una realidad de tres cabezas reaccion contra la £alta de atencion prestada a sus
que debe su existencia tanto a las fantasias esperan- novelas anteriores. Supuestamente, escribio las llama-
zadas del autor como a su propia vision. La sociedad das novelas hermeticas para complacer el gusto de
que Frias descubre se inclina hacia Ia Revolucion, Ia epoca que, presumiblemente, tendia hacia el su-
pero no esta totalmente comprometida. Entre sus per- rrealismo y otros "ismos" literarios de la decada de
sonajes los hay mucho mas humildes que los de La 1920. No podemos tomar en serio esta opinion, en
fuga de la quirnera, pero es claro que aun ellos no vista de las semejanzas tecnicas entre La Malhora y
aceptanin inmediata y completamente a Ia Revolucion. dos de sus obras anteriores, y en vista del hecho de
En ese mismo aiio, Azuela publico La Malhora, pri- que en Mexico no se publicaron novelas de vanguar-
mera de tres novelas que el autor y algunos criticos dia antes de 1925, con excepcion de Ia del propio
.I, gustan de considerar como hermeticas, o de vanguar- Azuela. Hay que considerarlo como un innovador, es-
I' dia. Azuela abandona el tema de la Revolucion y toma pecialmente importante en virtud de que combinaba
; I
el de la vida en uno de los sectores mas pobres de la la preocupacion social y el arte en novelas que algu-
j:
'I
. I ciudad de Mexico. AI igual que a Heriberto Frias, nos prefieren menospreciar por considerarlas atipicas
esta clase social lo fascinaba y repelia al mismo tiem- del autor.
po. La Malhora es una novela pesimista porque no En afios subsiguientes, el caracter del "compromiso"
es facil descubrir como mejorar Ia suerte de estas literario se convirtio en objeto de un debate nacido
personas miserables. Sus valores subhumanos inten- de las tendencias encontradas: bacia Ia introversion
sifican la desgracia en que nacieron. Este cuadro des- y hacia Ia extroversion. Los autores discreparon, a
alentador es el primero, en su clase, de Ia novela me- menudo violentamente, sobre la atencion del proble-
xicana. No deja Ia menor duda de que Ia Revolucion ma social inmediato por contraste con Ia consideracion
tiene muchas cosas por hacer; cuadros sucesores de de la realidad mas profunda del hombre. La cuestion,
este expresan la inconformidad ante el hecho del fra- fundamentalmente confusa, fue enredada a{m mas por
easo de la Revolucion, en lo que toea a liquidar por la falta de certidumbre acerca de las metas ultimas
completo el problema. del artista. En La Malhora, Azuela nos muestra una
La manera como esta escrita La Malhora de Azue- comprension de Ia realidad integral que podria haber
la es una intensificacion de las tecnicas usadas en resuelto el conflicto. Por desgracia, La Malhora, aun-
Los de abajo y Las rnoscas. Se tomo mayores liberta- que sefiala la direccion, no fue una novela en verdad
des con Ia cronologia; se valio mas de las imagenes; excelente, ni tuvo la fuerza para actuar de guia nece-
hizo un uso mayor de Ia narracion eliptica; exigio sana.
LA INTENCI6N DEL ARTISTA 331
rebeliones religiosas- mas brutal que decisiva. El
caudillo, que actu6 dentro de lo dispuesto por Ia
Constitucion, demostro una vez mas que el pueblo no
estaba completamente de acuerdo con los reformado-
IX. LA INTENCI6N DEL ARTISTA [1925-1930]
res que se habian lanzado a redimirlo.
La primera tendencia posrevolucionaria en Ia no-
EN 1924 Ia ciudad de Mexico fue un cambio sobre
vela el colonialismo, duro solo unos cuantos afios.
el cambio, una confusion dentro de Ia confusion, el
corazon de un pais que se descuhria a si mismo en
Per~ Galin ( 1926), de Genaro Estrada, sefiala su fin,
tal y como Don Quijote marca el fin de la novela de
un mundo miis amplio y que emergia de su capullo.
caballeria. La novela colonialista fue victima de su
El movimiento de Ia Revolucion habia llegado a la ciu-
propio preciosismo; sus cualidades fundamentale~ ~o
dad. Los tranvias, que corrian por las mismas vias,
fueron bastante solidas como para hacerla suhs1stn.
va no llevaban a la inercia tridimensional hacia su
Los novelistas recurrieron a otra clase de ficcion, ex-
predestinacion. Ahora se precipitaban, imbuidos. _de
cepto Artemio de Valle-Arizpe, el cual cultivo una
vida, hacia el misterio, Ia esperanza, Ia desesperacwn,
extraordinaria relacion con el pasado a lo largo de
en un interminable viaj e de descubrimiento. La ciu-
toda su vida.
dad estaba viva y habia significados en cada movi-
miento humano, en cada parpadeo de una luz. La de- Los miembros del Ateneo de la J uventud fueron dis-
finicion del destino, aplazada por Ia exuberancia del persados por Ia Revolucion y no dejaron como h~~e ­
momenta, esperaba su enunciado. dero a un grupo intacto, instruido. La revolucwn
cultural iniciada por el Ateneo revivio a mediados de
La Revolucion luchaba por su puesta en priictica.
1920 por obra de los jovenes del grupo vinculado a
Alvaro Obregon Ia comenzo; el cefiudo Plutarco Elias
Ia revista Contemporaneos: Carlos Pellicer, Bernardo
Calles se convirtio en caudillo, decidido a ser el hom-
Ortiz de Montellano, Jose Gorostiza, Jaime Torres Bo-
bre fuerte, a conservar el poder. La reforma agraria
det Salvador Novo, Xavier Villaurrutia, Enrique Gon-
avanzo, con Calles, mas rapidamente que antes, pew
zal~z Rojo, Gilberta Owen. Puesto que la asociacion
no con rapidez suficiente para cambiar de modo radi- era totalmente informal no siempre es posible estable-
eal Ia estructura social. Muchos reformadores sociales cer si un determinado escritor pertenecio o no al gru-
exigian acelerar la redencion de las masas desposei- po. Ciertamente, muchos criticos y au:: los p1:opios
das y pensaban que toda la energia de Ia nacion escritores han debatido mucho Ia cuestwn de s1 fo r-
debia dirigirse hacia ese fin. No encontraban mayor mahan o no un "grupo" . En verdad, muestran un
valor en ninguna actividad que no tuviese como oh- elevado grado de individualidad en sus obras, pero
jeto al pueblo. Calles atac6 a Ia Iglesia y provoc6 tienen en comun Ia intenci6n de renovar la expreswn
una guerra religiosa -o mejor dicho, una serie de cultural mexicana y de ponerla al dia con el resto
[330]
332 LA INTENCION DEL ARTISTA LA INTENCION DEL ARTISTA 333
del mundo. Aunque se inclinaron a negar su seme- poesia abrupta, conscientemente moderna, muy aten-
janza con los modernistas, es evidente que les intere. ta a la tecnologia y al problema social. En verdad, el
saba, como a aquellos, enterarse de las tendencias mas estridentismo tendi6 a degenerar en propaganda poll-
recientes de la expresi6n artistica. tica. El grupo produjo una sola novela: El cafe de
Los Contemporaneos fueron revolucionarios por tres nadie (1926), de Arqueles Vela.1 Es muy breve, como
conceptos: su expresi6n fue parte de Ia hirviente y a Ia mayorfa de las novelas de· vanguardia de aquel
veces explosiva expresi6n de Ia juventud en Ia deca- periodo y caben algunas dudas respecto de si llamar·
da de 1920; se propusieron seriamentc inyectar en Ia Ia novela o cuento. Sin embargo, no cabe duda de
literatura mexicana las carai::teristicas de Ia literatura que estas obras, altamente imaginativas, hicieron una
europea de aquel tiempo y estaban convencidos del contribuci6n considerable al desarrollo de la nove·
postulado de que el acto creativo es revolucionario la contemporiinea.
por su propia naturaleza. La primera en estas postu. El "cafe de nadie" era el nombre que los estriden·
ras revolucionarias parece la mas frivola y, sin ern· tistas daban a su guarida predilecta. Aunque la refe·
bargo, tal vez sea Ia mas profunda. De esta actitud rencia al mismo sugiere que es un Iugar puramente
febril, a la vez explosiva y penetrante provinieron mu- imaginario, lo cierto es que fue un restaurante real.
chos "ismos" literarios de la decada de 1920. Hacian Estaba situado en una parte residencial de la ciudad,
referencia primordial a Ia poesia y frecuentemente en aquel tiempo muy alejada del centro de actividad.
dieron a luz manifiestos en los que proclamaban lo No es dificil suponer que pocas personas lo visitaban.
que debia ser el arte literario. Invariablemente, los El mote de "cafe de nadie" probablemente comenz6
grandes escritores crecian al margen de esos mani· siendo una alusi6n humoristica al hecho de que tenia
fiestas, pero las proclamas hicieron las veces de explo· pocos clientes. Aparte de eso, la referenda se convir·
siones necesarias que permitieron al artista afirmar su ti6 en cuesti6n de identidad. El Iugar era, a la
intenci6n radical y comenzar a escribir, para luego vez, real e irreal. Las personas que se encontraban
desarrollarse a su manera. Este proceso fue especial- realmente alii parecian imaginarias y los personajes
mente apropiado para Mexico, pues se convirti6 en el imaginarios pareclan reales.
medio literario de expresar el movimiento de la Re·
voluci6n. La puerta del Cafe se abre hacia la avenida mas po·
pulosa, mas tumultuosa de sol. Sin embargo, traspo-
Mucho mas explosivos que el grupo de Contempora·
niendo sus umbrales que estan como en el ultimo pel· ·
neos fueron los estridentistas, que se agruparon en tor- daii.o de la realidad, parece que se entra al "subway"
no a dos revistas tituladas Horizonte e Irradiador. Has· de los ensuenos, de las ideaciones.
ta cierto punto, su poesia se parece al futurismo ita-
1
liano, por su interes en el uso artistico de la maqui- El autor publico mas tarde alguna ficci6n, que bien
pudo haber escrito mucho antes de su publicacion, pero
naria y de la velocidad. En su mayor parte es una los estridentistas, entonces, ya no eran sino un recuerdo.

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LA INTENCioN DEL ARTISTA LA INTENCioN DEL ARTISTA 335
Cualquier emocion, cualquier sentimiento, se estatiza una clinica en Ia que le estuviesen probando los .,r.,.,.
y se parapeta en su ambiente de ciudad derruida y tos y las variaciones de una especie de rayos ultru-
abandonada, de ciudad asolada por prehistoricas ca- violeta que iban descomponiendo su espiritu y sujetan-
tlistrofes de parroquianos incidentales y juerguistas. do su cuerpo, transmigrandolo a todas las sombras, en
Todo se esconde y se patina, en sn atmosfera al- las que se contemplaba y se abstraia, reconociendo
quimista, de una irrealidad retrospectiva. Las mesas, sus movimientos desmesurados que iban tapizando el
las sillas, los clientes, estan como bajo Ia neblina del gabinete con las decoraciones de los sueiios.•
tiempo, encapotados de silencio.'
Creo que parte de El Caje de Nadie es una expresi6n
Las imagenes de Arqueles Vela son muy eficaces; seria del esfuerzo realizado por el autor por com-
son imagenes poeticas, cuidadosamente elegidas para prender la realidad, y que parte es pura extravagancia
crear el efecto preciso que se quiere producir. Exigen juvenil. Para ei y muchos de sus contemporaneos, el
Ia participaci6n creativa del lector, puesto que su mundo -vida, relaciones, entornos fisicos- era algo
propia imaginaci6n debe salir a] paso de Ia del autor que debia explorarse, valorarse y rehacerse. La novela,
a fin de activar las imagenes. Gmn parte de las cosa nada sorprendente, no ofrece conclusiones demo-
imagenes exteriores pueden ser efectivas sin resultar lcdoras. La sugerencia principal es la de que las per-
dificiles. sonas no se conocen realmente unas a otras. La reali-
dad de una persona -es decir, su esencia- es tan
Los arboles, despertados violentamente por Ia Carrera elusiva como la realidad para una persona, es decir,
del auto, se iban tropezando a lo largo de la rapida
perspectiva.3
su existencia. Pero aunada a esta grave preocupa-
cion, tenemos un disfrute de la libertad que distingue
Cuando el autor se mete en un personaje, el lector a los j6venes. Los amenaza su ignorancia de la reali-
tiene que esforzarse mas, y a veces desalienta el u::.o dad y su defensa consiste en una se rie de aseveraciones
de referencias tecnologicas 0 cientificas que comun- extravagantes, que haec con plena seguridad de que
mente no serian asociadas a las circunstancias des- escandalizaran al lector.
critas. Antes de hacer Ia descripcion de El Cafe de Nadie
mencione tres posturas revolucionarias del grupo de
Mabelina mientras escuchaLa sus £rases, sentia impul- Contemporimeos. La primera fue Ia caracteristica ex-
sos freneticos de besarlo, de abrazarlo, de exaltarlo. plosiva de Ia juventud de Ia decada de 1920, mas pa-
Pero esa actitud indefensa en que ei se colocaba en tente en los estridentistas que en los Contemporaneos.
todos los instantes, Ia obligaba a permanecer quieta,
miedosa, como en la silla electrica del amor, como en
Tambien compartieron Ia segunda postura: Ia cr~encia
en que Ia literatura mexicana tenia que participar del
2 El Caje de Nadie (Jalapa: Ediciones de Horizonte, 1926) , siglo xx. Los escritores de estos dos grupos sabian
p. 11. Estos son los tres primeros parrafos de la novela.
' I bid., p. 25. ' Ibid., pp. 22-23.
336 LA INTENCION DEL ARTISTA LA INTENCION DEL ARTISTA 337
que la literatura de una sociedad estatica tendria que toda conciencia inexactitudes. Puesto que ninguno de
cambiar cuando el movimiento substituyese a la iner- los bandos era un grupo organizado y ninguno formu-
cia. En ambos grupos influyo la literatura europea, lo nunca una "politica", estoy atribuyendo a cada
pero los Contemporiineos mostraron mas espiritu cri- parte opiniones que quiza pertenecieron solo a algu-
tico. No se inclinaban tanto a aceptar lo nuevo solo nos individuos. Esta disputa complicada en extremo
por nuevo, sin pensar bien su validez artistica. Fue estuvo hecha de muchas opiniones, no siempre claras,
esta aguda conciencia de lo artistico lo que dio fun- sobre nacionalismo y cosmopolitismo, arte por el arte
damento a la tercer postura: la maxima de que el y compromiso social, hermetismo y accesibilidad, rea-
acto de la creacion artlstica en si mismo es revolu- lidad e imaginacion y aun masculinidad y feminidad.
cionario, porque trasciende necesariamente las cir- Lo que hizo tan compleja la discusion fue que los
cunstancias existentes. polos del debate cambiaron constantemente. En un
Hasta cierto punto, por supuesto, los estridentistas determinado momento, Ia disputa podria ser de na-
comprendieron Ia relacion entre arte y Revolucion, cionalismo contra cosmopolitismo; en otro del arte por
pero se entregaron a aquel con preocupaciones socio- el arte contra el compromiso social, y en otro mas
logicas y politicas. Los Contemporimeos, en cambio, de cosmopolitismo contra compromiso social -y asi
consideraron que el arte era mas esencial que Ia sucesivamente. Sin duda la disputa tuvo como causa
psicologia o Ia politica, y lo defendieron celosamente la tendencia dual y contradictoria de Mexico --intro-
contra Ia invasion de Ia propaganda. Los criticaron version y extroversion- despues de Ia Revolucion. Por
agriamente autores que deseaban utilizar Ia literatura eso la polemica no ha terminado y tambien por eso
como medio de promover Ia justicia social. Muchos de hoy se entiende mejor que en afios anteriores; en los
esos mismos escritores condenaron el "europeismo" ultimos quince aiios, mas o menos, Mexico ha avan-
de los Contemporiineos y exigieron que la literatura zado a grandes pasos bacia Ia reconciliacion de su
tratase temas claramente mexicanos. Ambos !ados caye- introversion .y su extroversion.
ron en extremos al defender sus puntos de vista. Los Los Contemporiineos eran poetas. Escribieron poca
Contemporaneos, por ejemplo, prefirieron La Malhora ficcion en prosa, pero esta domino Ia escena de Ia fie-
de Azuela a Los de abajo, opinion critica totalmente cion en Ia segunda mitad de Ia decada de 1920 y
injustificada. Sus opositores, por otra parte, exageraron desempeiia en Ia novela mexicana un papel totalmen-
grandemente lo que tenian por actitud apolitica de los te desproporcionado a su cantidad e inclusive a su
Contemponineos. Y algunos de ellos llegaron al extre- calidad intrinseca. Las novelas son flojas en su na-
ma de afirmar que no se podia aceptar ninguna lite- rracion y en su estructura. Son ricas por su estilo
ratura inaccesible al pueblo. Para estos escritores, y por su scnsibilidad. Evidentcmente, los autores se
aun los estridentistas socialmente orientados carecian interesaron en calar en Ia condicion humana para des-
de valor. AI hacer estas generalizaciones, cometo con cubrir una realidad mas profunda que Ia de su entorno

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338 LA INTENCI6N DEL ARTISTA LA INTENCI6N DEL ARTISTA 339
social. Bien podria decirse, con algo de razon, que los car una novela. La llama /ria (1925) es una historia
Contemporiineos que se atrevieron a escrihir ficcion de amor provinciano que recuerda la poesia de Lopez
-Owen, Novo, Villaurrutia, Torres Bodet- fue1·on no· Velarde. 5 La mujer, Ernestina, como Ia Fuensanta de
velistas sin novela. Hay que hacer una excepcion Lopez Velarde, es mayor que el chico que Ia quiere,
en el caso de Torres Bodet, ei iinico que persisti6 en y es un objeto-amor mas que una novia en Ia. ace~­
su trahajo de novelista hasta que logr6 buenas nove- cion com{m del termino. El amante busca su Identl-
las en Primero de enero (1934) y Sombras (1937). ficacion con Ernestina al reaccionar a Ia idealizacion
Tomadas como grupo, podemos decir que esas no- de ella. Pero esta reacci6n no solo tiene como obje-
velas fueron psicol6gicas. Sin embargo, el uso del ter- to a la mu jer; es una reaccion al "ethos" provinciano,
mino es muy diferente del que se le da cuando se entendido como identificacion fundamental con la tra-
aplica a las novelas del siglo pasado, en que se ana- dicion, mas que como aceptaci6n de Ia costumbre es-
lizan caracteres. En estas novelas de vanguardia de tablecida como norma de conducta. Por esta raz6n,
Ia decada de 1920 los autores se meten en los persona- el provincianismo de Owen no es restrictive, sino que
jes a manera de una suerte de "participacion de alma". proporciona una base de seguridad sobre Ia cual puc-
Utilizan muchas imagenes, gran parte de las mismas de ampliar su vision.
fu ndadas en asociaciones excepeionales que llegan a Es mejor calificar a La llama fria de poetica que
la cinestesia. Usan Ia lihre asociacion, los suefios de vanguardista. Las caracteristicas que Ia distin·
y el desplazamicnto del tiempo. En parte por tecnica y guen de una novela comun son principalmente resul-
en parte como tema, tieneu un interes persistente en tado del concepto poetico de Ia realidad y de Ia CO·
las cos as de su tiempo: anuncios, estrellas de cine, municacion que se formo Owen. La novela es toda
marcas de automoviles y otras cosas por el estilo. Mues- sentimiento, palabra mas precisa, en este caso, que
tran una jactanciosa certidumbre de que subsistiran "atmosfera". Owen sugiere y el lector responde. EI
los asombrosos sfmbolos del atrevido mundo nuevo. scntido de Ia novela crece hacia afuera a partir de Ia
Algunos de estos simbolos han perdurado; otros han rclacion amorosa. Ni los personajes ni la situacion es-
desaparccido haec mucho, y si se les recuerda es con t{m plenamente descritos. Lo que sabemos de ellos se
una significaci6n muy difere:rite de Ia que el autor desarrolla a partir de un tema ·central y Ia novela,
persiguio. Una alusi6n a Zasu Pitts, por ejemplo, pro- probablemente, dejara muy insatisfecho al lector _que
hablemente no les dira nada en absoluto a algunos espere personajes y circunstancias claramente descntos.
lectores de Ia aetualidad. Si acaso Ia rccuerdan sen'i
1
con ci mismo sentimiento con que recuerdan un au- Los leeto res f amiliarizados con los matices de esta clase
de provincianismo leenin con i_nter~s la opin}on de, Rojas
tom6vil de Ia epoca. Solo en este sentido los novelistas Garciduenas de que Owen es mas afm a Gonzalez Leon que
de entonces carecieron de un atractivo universal. a Lopez Velarde. "Gilberto Owen y su obra", Cuadrante (San
Gilberto Owen fue el primero del grupo en publi- Luis Potosi), nr, niim. 1-2. La separata _l~eva como fecha
1954, pero el autor afirma que no aparecw basta 1956.
340 LA INTENCI6N DEL ARTISTA LA INTENCI6N DEL ARTJSTA
Por supuesto, todas las novelas de vanguardia exi- la misma, deja abierta la puerta a la posibilidad dt'
gen la clase de participaci6n que estamos mas acos- una terminaci6n verdadera.
tumbrados a asociar con la poesia, pero usan tam- Gilberta Owen, sin duda, podria haber escrito llllll
bien tecnicas especificas que ayudan a trasladar al buena novela de corte mas tradicional. Muchas part(·~
lector a una realidad que esta mas alia de lo visible. de Novela como nube muestran su capacidad de pe-
En el caso de Owen, el paso hacia afuera, desde la netrar en las intenciones de los personajes y la hahi-
seguridad de su primera novela, fue natural y facil. lidad necesaria para componer una novela al gusto
Novela como nube (1928) preve la existencia de un del lector medio. Un pasaje memorable nos mucstra
auditorio increiblemente sagaz. Su fundamento es mi- sobradamente esta habilidad:
tol6gico.
Todos los que ahara bajen en aquella esquina tendnin
para Ia esperanza de Ofelia el cuerpo de Ernesto, su
... ante Ixion, Hera se convirti6 en nube: la diosa es manera de andar, sus ademanes de cansancio un poco
la mujer y la mujer es como nube, asi tambien en
exagerados. 7
esta novela, en esta N ovela como nube.•

Pienso que prefiri6 escribir como lo hizo porque


Owen utiliza su sentido artistico y su formaci6n in-
crey6 que era el unico camino que llevaba a la rea-
telectual como le complace. La novela centellea de
lidad. Es caracteristico de los novelistas de su grupo
sugerencias y el autor supone que el mas !eve gesto
el uso de una mezcla de intelecto y sensibilidad artis-
de su parte arrastrara al lector en su misma 6rbita. tica para tratar de encontrar una verdad esquiva. Fue
Pero no ocurre asi. La calidad lirica de N ovela como tal vez esta elusividad lo que les sugiri6 titulos como
nube es tan poderosa que el lector se pone a leer con Novela como nube a Owen y Margarita de niebla,
gusto y poco a poco se va alejando del autor. Enton- obra que Jaime Torres Bodet publico en 1927.
ces advierte que se ha alejado demasiado y que tiene Las novelas de Torres Bodet son mas claramente
que regresar y esforzarse por encontrar un significado. psicol6gicas que las de Owen. Sin embargo, Torres
La novela no es muy filos6fica y psicol6gica, a no Bodet nunca efectu6 un analisis completo y claro de
ser que la filosofia y la psicologia puedan ser impre- las personas o de los problemas. Mas bien, se ocupa
sionistas. Los personajes, como las circunstancias, son de la confusion interior de sus personajes ante la
reales unicamente dentro de los limites de la realidad imposibilidad de llegar a conocer realmente a otra per-
particular de Owen. Es una realidad parcial y estii sona. 8 AI igual que Owen cuando se enfrenta a la rea-
abierta. Owen sabe que solo ve una parte de la reali-
7
dad; y en vez de idear un sustituto para el resto de Gilberto Owen, Poesia y prosa (Mexico, 1955), lmprenta
Universitaria, p. 158.
8
A Merlin Forster, quien tuvo Ia amabilidad de dejarme
• Ibid., pp. 16-17. leer el manuscrito de su ensayo sobre las novelas de Torres
342 LA INTENCI6N DEL ARTISTA LA INTENCI<)N VEL ARTISTA
lidad, Torres Bodet prefirio no completar la relaci6n eon lVIargarita. En otras palaLra:;, Ia aultwlo!l ia pm -
antes que sustituirla por una falsedad. En Margarita porciona la base sobre la cual puedc n:i,.;l i r d , ,,,._
de niebla, Carlos decide casarse con Margarita, mu- mopolitismo. El simbolismo es desafortunado, l)OH[ ue
chacha culta de ascendencia alemana, y no con su en funci6n de Ia costumbre social que convicrt.•~ a
amiga Paloma, autentico tipo mexicano. La agonia de Margarita en "ganadora" y a Paloma en "perdedora",
confusion e indecision en que se debate Carlos esta Ia situaci6n "exterior" de Carlos se trueca en un craso
cuidadosamente tratada por el autor. En verdad, es- abuso contra otra persona.
ta tratada con tanto cuidado que mucho me temo La educaci6n sentimental ( 1930), segunda de las
que el lector pierda interes en Carlos, y lo unico que novelas de Torres Bodet, es mas floja aun que Ia pri-
desee es que este se decida por una u otra, por la mera, pero en ella prosigue el mismo estudio angus-
raz6n que sea. tioso de los esfuerzos de los individuos por llegar a
Margarita de niebla, puesto que contrasta lo ex- conocerse unos a otros. Hacia 1937, habia escrito cua-
tranjero con lo vernaculo y la cultura con algo que tro novelas mas y en sus ultimas dos descubri6 el
puede calificarse de encanto casero, no puede evitar modo de expresar el problema. Sin embargo, la me-
que se la interprete como simb6lica de la controversia jor manera de estudiar estas ultimas novelas consisle
entre cosmopolistas y mexicanizantes que, con diver- en contrastarlas con otras que se publicaron en los
sus formas, era una cuestion muy discutida de la epo- mismos afios, puesto que representan la persistencia
ca. Carlos, maestro joven, elige a Ia culta y refinada de una determinada actitud respecto del arte de la
Margarita. En relaci6n con la controversia de que he- novela que fue eclipsada, durante unos quince alios
mos hablado, puede decirse que elige el cosmopolitis- despues de 1931, por la narraci6n lineal de la Revo-
mo. Pero en relaci6n con el matrimonio, creo que la luciiin y sus temas conexos.
nove!a no expresa realmente la actitud del autor res- Los novelistas del grupo de los Contcmporaneos al-
pecto del contraste. Y a que el relato encierra el tema canzaron la cuspide de su creatividad en 1928. Owen,
del matrimonio, Carlos tiene que elegir a una mu- Xavier Villaurrutia y Salvador Novo publicaron no-
chacha y rechazar a otra. De manera que parece velas. El joven, de Novo, es un poco diferente de las
elegir lo extranjero y rechazar lo vernaculo. Sin em- demas novelas de vanguardia por la aguda sensi-
bargo, si nos desentendemos del matrimonio como fi- bilidad eon que el autor se percata de la ciudad que
nalidad de la relaci6n hombre-mujer, Carlos no re- tiene en torno. Tal vez sea un error llamar novela a
chaza realmente a Paloma, sino que descubre en ella este pequeiio libro. Sus vcinte paginas se asernejan mas
el fundamento sobre el cual levantar la comunicaci6n a lo que mi maestro de ingles solia Hamar "ensayo
divagador". Proporciona la estructura un joven que
Borlet, ensayo inedito aim, cuando el presente libro se es- re-ve el mundo durante el primer dia en que sale de
cribi6, le deho varias interesantes observaciones sobre las
ohras del autor que aqui comento. su casa despues de una enfermedad. Novo recrea con
344 LA INTENCION DEL ARTISTA LA INTENCI6N DEL ARTISTA 345
excelencia el sentimiento de esa nueva percepcion, del Los estridentistas, por supuesto, combinaron cl artc
redescubrimicnto. Luego, el relato desaparece y lee· con Ia preocupacion social, pero esta ultima no cs
mos una serie de impresiones de la ciudad y de Ia evidente en la (mica novela que produjo el grupo.
vida que esta contiene. Novo permite que una cosa Por Io que se, hay una sola novela qu e combina las
sugiera otra, y llega a haher hasta seis o siete ideas o tecnicas novelisticas radicales con Ia pro testa social :
fogonazos cinematicos en un parrafo. El tema mas Panchito Chapopote (1928 ), de Xavier Icaza. Este
largo, comprensiblemente, es el de las actitudes de libro sorprendio a los lectores de las dos anteriores
los estudiantes de diversos departamentos de la Uni- novelas de Icaza, aburridas, mas o menos colocadas
versidad. Puesto que el joven volvera a clases, Ia en la linea de la ficci6n tradicional. Una es un es-
Universidad es su preocupacion principal. Pero Novo estudio psicologico por demas inverosimil y la otra
encuentra, tambien, ocasion de hacer comentarios in- una novela corta de protesta. Panchito Chapopote es
teresantlsimos acerca de las peliculas mexicanas, Ia el cuadro surrealista del imperialismo econ6mico prac-
actitud norteamericana ante Ia historia, los choferes ticado por los Estados Unidos en Mexico. El libro ha
y las pianolas. La vision satirica y a veces sarcasti- llegado a tener cierta popularidad, en parte por el
ca que el autor tiene del mundo hace que El joven tema y en parte par Ia presentacion. Todo libro que
sea una lectura muy agradable. El libro carece de hable mal de los Estados Unidos tiene muchas pro-
estructura. Y cuando, al final del relata, Nov.o enfoca babilidades de hacerse popular. P ero a muchos lec-
de nuevo al joven, de pronto nos damos cuenta de Ia tores lo que les ha encantado es Ia irrealidad del
insuperable confusion de un mundo tan abigarrado. El mundo de Icaza. Los aparatos de radio difunden in-
joven puede participar en Ia t~moci6n del mismo sin formaciones increibles, personajes ins6litos se mate-
jamas Ilegar a comprenderlo realmente. Y sin em- rializan y el efecto general de la novela sugiere que
bargo se ha descubierto a si mismo. En el !tltimo Ia tecnologia constituye la base de Ia moralidad en el
parrafo del libro, dice meditativamente "puedo ser mundo moderno. Sin embargo, las tccnicas literarias
alguien y morir". Toma conciencia de Ia posibilidad del autor son tan extremas y su mundo tan poco crei-
de identidad seguida de Ia muerte como culmina- ble que Ia novela resulta mas curiosa que convincente.
cion de Ia vida. Esta suerte de comprension individual, El principal acontecimiento literario de 1928, ano
como Ia realidad abierta de Owen y Ia relaci6n in- notablemente productivo, fue la publicacion de El
completa de Torres Bodet, ofreci6 a Mexico una guia aguila y la serpiente, de Martin Luis Guzman. Es
para Ia comprensi6n profunda de Ia realidad. Pero el primer libra importante, despues de Las moscas,
Mexico mJ.n no estaba preparado. Antes ei pais debla de Azuela, que se ocupa de la accion de la Revo-
darse cuenta y raz6n del hecho de Ia Revoluci6n. luci6n. Diez afios habian transcurrido antes de que
En general, los escritores de vanguardia no consi- el efecto de Ia Revoluci6n se trocase en reflexi6n
deraron necesario ocuparse de problemas sociales. sobre los hechos. Y las fuerzas encontradas de la re-

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346 LA INTENCION DEL ARTISTA
voluci6n y Ia contrarrevoluci6n, que se pusieron Je admira como uno de los mejores prosistas del siglo.
rnanifiesto una vez terminada la fase militar, crearon Posee tambien notables facultades de observaci6n Y
gradualmente una atmosfera en que Ia re-narraci6n la capacidad de describir lo que ve. Su capacidad
de la experiencia se convirtio en el requisito previo de -o quiza su inclinaci6n- para recrear lo obse:vado
Ia valoraci6n. es inconsistente. Las descripciones que nos de1a de
Los criticos literarios estim generalmente de acuer· los hombres que conoci6 resultan siempre interesan-
do en que El aguila y la serpiente no es una novela, tes pero unas son fotograficas y otras constituyen
pero si en que es muy importante en el desarrollo in;erpretaciones personales .. Sin duda:, la mejor es , la
del genero. Tal vez Ia mejor descripci6n de este libro del caracter de Pancho VIlla, obseslOil de Guzman.
peculiar es Ia que supone que es reportaje literario. Villa es una maraviHosa combinacion de ingenuidad,
Pero si generalizamos sus caracteristicas y las de va- brutalidad y fuerza.
rios libros que aparecieron despues, la descripci6n En El aguila y la serpiente la Revoluci6n no es el
mas precisa es Ia que dice que son cronicas de la pueblo en movimiento, sino Ia manipulaci6n del P?-
actividad r..;volucionaria. A menudo resulta dificil sa- der. No importa mucho que hombres como Demetno
ber que es autobiografia, que es biografia y que es Macias llegaran o no a enterarse ja~as del verda~e.ro
ficcion en estas obras. Es mas facil saber cuando han objeto de Ia Revoluci6n. En este hbro, _~as deciSlO-
sido recreados los hechos en la mente del autor y nes que rigen el caracter de Ia Revolu ciOn y ~e lo
cuando simplemente han pasado a traves de el y sa- que se realizarii se toman en circulos muy ale1ados
lido en Ia misma forma. Me parece que se perderia del pueblo. La vision que ?nzman tiene de Ia Re;o-
mucho tiempo discutiendo si alguno de los libros acer- lucion no significa que estuv1ese contra la gente comun,
ca de la Hevoluci6n es o no es novela. Lo importante sino simplemente que no se comunicaba con ella. En
es que, si no son novelas, ocuparon el Iugar de las lo que a el tocaba, la gcnte estaba relacionada con el
novelas, tal y como las cronicas tomaron el Iugar de poder unicamente en la medida en que -se la po~ia
las novelas a principios del periodo colonial. La no- utilizar para ejecutar la voluntad de un Jefe. Podna-
vela desempeiia un papel en la sociedad y nos con- mos calificar de administrativa su vision, pues le in-
cierne su presencia, su ausencia o los sustitutos que teresaron unicamente el plan general y la personalidad
de ella se ofrezcan. El papel que se cumpla es mas de las figuras claves.
imp?rtante que la forma adoptada por el agente que El punto de vista de Guzman fue perfectamente
}o ejeCUta. honorable pero no entendi6 el significado pleno de
El aguila y La serpiente relata la relaci6n del au- la Revolu~ion. Su ignorancia del papel desempeiiado
tor con varios jefes revolucionarios. Guzman es un por el pueblo fue un grave error, 1~ .mismo que, la
hombre muy cultivado y en su estilo se aunan la fa- suposici6n de Azuela de que los dmgentes hab1an
cilidad y Ia precision. En el mundo hispanico se le pervertido el sentido del movimiento. Al explicar el
343 LA INTENCI6N DEL ARTISTA LA INTENCI6N DEL ARTISTA 349
fondo de la ejecuci6n politica de la Revolucion, una que podemos descubrir en la descripcion de las re-
vez pasada la fase militar, El aguila y la serpiente es laciones sociales. Como Guzman redactaba Ia cronica
mas exacta que Los de abajo. Los gobiernos pos· de una trama politica, atendi6 a Ia narracion en su
revolucionarios hasta el periodo de Lazaro Cardenas, conjunto mas que a escenas aisladas, y por eso en
aunque realizaron algunos intentos de concretar los esta obra recre6 aiin mas que en El aguila y la ser-
principios de la Revoluci6n, evidentemente se ocu- piente. E! libro es casi una gran novela, pero no lo
paron mas de la conservacion del poder que del bien- es del todo precisamente porque el autor, excelentc
estar popular. Muchos revolucionarios se decepciona- periodista, carecio de la imaginacion del novelista. Su
ron, y Martin Luis Guzman fue uno de ellos, aunquc capacidad de recrear no estuvo a Ia altura de su ha-
yo creo que su desencanto se debio menos a una iden- hilidad para describir lo observado. Las fallas de
tificaci6n con el pueblo que a una reprobacion de la La sombra del caudillo no le impidieron ser una no-
manera como se realizaba el plan general. vela muy buena; pero carece de los alcances de El
Cuando Calles arreglo la reeleccion del expresiden- senor presi.dente, de Miguel Angel Asturias, novela
te Obregon, en 1928, este ultimo fue muerto por un guatemalteca sohre un tema semejante.
fanatica religioso, pero el poder de Calles no quedo El valor principal de La sombra del caudillo estri-
quebrantado. Aunque a Ia vista de todos estaba el ba en las implicaciones de Ia palabra sombra. El po-
uso despiadado del poder por el caudillo, de nada der del caudillo gravita pesadamente sobre todos, aun
sirvieron las voluntades de hombres mas idealistas. cuando no se encuentre presente. Es Ia fuente de la
En 1929, Guzman publico La sombra del caudillo, decision final. Su autoridad existe de modo que tras-
condena de la dictadura virtual de Calles. Es una ciende nuestra idea normal de la influencia o de Ia
novela politica, en la que se puede seiialar a la ma- capacidad de persuasion de una persona. Y aunque
yoria de los personajes. El iinico importante que no Ia novela, evidentemente, constituye un ataque contra
resulta identificable es Axkana Gonzalez, · que es asi- el regimen de Calles, resulta mucho mas que eso, pues
mismo el iinico hombre realmente honrado del libro. Ia sombra, mas que el hombre, es lo impOl'tante. La
Guzman no fue fundamentalmente novelista y, en mi sombra existe en una suerte de poder sobrenatural,
opinion, no deseo en verdad crear personajes de fie- como si estuviese inevitablemente presente. Los sub-
cion. Es un elocuente comentario sobre el regimen de ordinados se pliegan ante el poder. El agente material
Calles el hecho de que cuando Guzman necesito un del poder puede ser atacado y aun sustituido, pero
hombre honrado tuviera que inventarlo. la voluntad de aceptar el dominio de la sombra es
La novela constituye probablemente un cuadro pre- constante. La sombra y su aceptacion son el obs-
ciso de Ia politica personalista. Es repugnante la £alta taculo principal que se levanta en el cambio de la
de sentido del deber social de los dirigentes. Y las democracia en Mexico y en el resto de America es-
personas son muy reales, a pesar de alguna torpeza panola.
350 LA INTENCI6N DEL ARTISTA LA INTENCI6N DEL ARTJSTA :lfil
Una conciencia confusa del hecho de Ia Revolu- a la realidad exterior. Los escritores del grupo de los
cwn y de sus consecuencias comenz6 a manifestarse Contemporaneos a menudo estuvieron justificados c 11
paulatinamente en las novelas. Una novela de Ia Re- su temor de que la propaganda politica pudiese uui-
voluci6n poco conocida: La revancha, de Agustin Ve- quilar el arte, pues eso exactamente ocurrio en varios
ra, se publico en el mismo afio que La sombra del libros cuyos autores no ahondaron suficientementc en
caudillo. Este libro, publicado en San Luis Potosi, es el tema. En cierto sentido, los novelistas de vanguar-
una novela anticuada que semeja las combinaciones dia marcharon un paso adelante de la evolucion del
de realismo y romanticismo que encontramos tanto pais. Estaban en camino de descubrir el significado
en la ficci6n del siglo pasado. Es importante porque de ser mexicanos y de ser hombres, antes de dar el
su autor, aunque escribio dentro de una tradici6n li- paso necesario. Antes de que pudiese e:xplorarse la
teraria que pertenecia al pasado, se percat6 de la realidad por debajo de la superficie, los mexicanos
importancia de tratar de lo que recientemente habia tenian que saber ---en la acepcion profunda del ter-
ocurrido. AI afio siguiente, Diego Arenas Guzman pu- mino saber-, que les habia ocurrido. Y el primer
blico El seiior diputado, otro comentario de la poli- paso consistio en una revision de los acontecimientos
tica posrevolucionaria; y Jorge Gram (seud6nimo del que acababan de transcurrir. Hacia 1930, la Revolu-
sacerdote David G. Ramirez) publico Hector, defensa cion comenzo a cobrar cierta unidad en la mente de
de los cristeros. los novelistas, quienes sintieron la necesidad de es-
Hector es el relato unilateral del movimiento cris- cribir, para alcanzar una idea mas clara de esta uni-
tero. Es una novela mala pero muy ilustrativa. El dad. 'fenian que ver a la Revolucion como entidad
autor no tenia verdadero interes en escribir una no- viviente, antes de comenzar a calar en sus profun-
vela. Deseaba (micamente defender a Ia Iglesia, y a didades.
sus fieles al tiempo que condenaba a sus enemigos. Seria correcto decir que Ia intencion de los nove-
Tenemos que preguntarnos como es que pudo olvidar listas muy conscientes del arte no fue contrariada o
las atrocidads cometidas por los propios cristeros en refutada en los afios siguientes, sino mantenida en
nombre de Ia religion. Sin embargo, su punto de latencia o reposo hasta que llegase el momento opor-
vista y sus deficiencias artisticas son menos impor- tuno. Felizmente, hubo quienes supieron mantenerla
tantes que la necesidad evidente que tenia el pais de VlVa.
explicarse a si mismo.
A pesar del hecho de que dos novelas cuyo valor
estriba iinicamente en su merito artistico -La educa-
ci6n sentimental, de Torres Bodet, y La rueca de aire,
de Jose Martinez Sotomayor- se publicaron en 1930,
Ia corriente se dirigia hacia una novelistica atenta
LA IMAGEN EN EL ESI'E.I o
mente politica y mir6 en direcci6n de una sw·it·datl
capitalista autenticamente democratica ; Ia ol I'll r.. .,
social y previ6 cambios fundamentales en Ia l's l.ntd li -
ra econ6mica. Una fu e de la clase media; !a olra, pro-
X. LA IMAGEN EN EL ESPEJO [1931-1940] letaria. La primera fu e !a fuerza inicial y prctlorni-
nante. La segunda, cuyo principal cxponente durant.t•
CASI de la noche a la manana la novela se convu- Ia fase militar fue Emiliano Zapata, vino despues y
ti6 en novela de la Revoluci6n. En 1931 no se pu- se vio obligada a ejercer su influencia en la n ·heliilu
blico una sola novela importante que no tratase el politica, de clase media, que ya habfa comenzado.
tema de alguna manera. Despues de las novelas que Las dos facetas se ponen de manifiesto en Los de aba-
se escribieron al mismo tiempo, o casi al mismo jo, en cada uno de los dos pianos que eonstituyen
tiempo, de Ia acci6n en elias descrita, transcurri6 una la r ealidad de la novela, y su coexistcncia explica Ia
decada antes de que los novelistas prestasen atenci6n aparente paradoja que hay en Ia actitud de Azuela
a la Revoluci6n. Luego, a fines de la decada de 1920, respecto de Ia Revoluci6n. La misma dualidad se en -
Martin Luis Guzman publico El aguila y la serpiente, cuentra prcsente, aunque no tan claramente, en La
Agustin Vera publico La revancha -un caso aislado, jnga de la qnimera, Fuertes y debiles y El aguila
provinciano- y dos o tres novelas comentaron los y la serpiente.
abusos politicos y las rebeliones cristeras. Seiialan La Constituci6n de 1917, aunque esencialmente de-
una tendencia; pero no obstante, sorprende el cam- mocratico-capitalista, al ignal qu e la Constitueion de Ia
bio de rumbo en 1931: la Revoluci6n es ubicua en Reforma, muestra la influencia proletaria en algunas
Ia novela. de sus disposiciones mas radicales. Sin embargo, los
El vuelco repentino que condujo a la descripci6n gobiernos posrevolucionarios no ejecutaron tales dis-
de la Revoluci6n nos hace pensar que su necesidad posieiones con entusiasmo, ya sea porque se inclina-
fue originada por el canicter de sn realizaci6n poli- sen hacia Ia clase media, o porque Ia lucha por el
tica o, por decirlo de otra manera, por el reconoci- poder eclips6 Ia importancia de las cuestiones socia-
miento de los problemas persistentes de la naci6n y les. El auge del pensamiento izquierdista en la deca·
de las fallas de los gobiernos posrevolucionarios. Esta da de 1920 agrav6 el desencanto que sentfan los
proposicion, que sugiere el intenso cultivo de la "no- elementos mas radicales por los resultados de la Re-
vela" de la Revoluci6n, se apoya en las protestas y Yoluci6n. Y el hecho de que el presidente Calles se
en las posturas concretas qu e advertimos en las no- convirtiese en hacedor de presidentes y fuente (mica
velas escritas en los diez o quince afios del periodo del poder fue el rematc de una situaci6n politica que
que ahora nos ocupa. La Revoluci6n tuvo dos caras. desagradaba a muchos interesados primordialmente en
Aun durante su fase militar, una fue predominante- Ia reforma polltiea.
[352]
354 LA IMAGEN EN EL ESPEJO LA IMAGEN EN EL ESPEJO
La Revoluci6n habia combinado fuerzas heteroge- in teres humano". P ero hay algo, adem:'is, a<".w:o 11 nu
neas. Fue ca6tica; y aunque se dejaron ver esporii- suerte particular de creatividad: M ufun ha n"' ,., ·n do
dicos momentos gloriosos, la guerra civil fue una gran su propio anhelo de contar la historia y sus lcdon ·:-~
tragedia. La Revolucion como entidad, como reali- se ven atrapados por el deseo de saber c6mu ftwrort
zacion de hombres que buscaban liberarse de una aquellos hombres. La respuesta es que fueron ltolll ·
sociedad estatica, no podia apreciarse como tal en bres bastante comunes y corrientes dotados de grados
los afios inmediatamente posteriores a la misma, cuan- variables de lealtad, persistencia, heroismo, y qnc t~ s­
do predominaba el sentimiento de la tragedia. Como tuvieron unidos por un impulso -mas sentido que
la interpretacion de Ia Revoluci6n era ambigua y comprendido- al cambio. En V amonos con Pancho
persistia su presencia, surgio Ia necesidad de descu- Villa, Ia Revoluci6n pertenece al pueblo no porque
brir su naturaleza; el primer paso consisti6 en con- haya una argumentaci6n econ6mica favorable al pro-
templar lo que habia ocurrido. letariado, sino porque ve a la gente del pueblo como
La oleada de novelas de la Revolucion que se le- individuos constituyentes de la sociedad. La ideolo-
vanto en 1931 muestra varias fo rmas distintas de con- gia politica no es importante ; el papel activo del pueblo
tar la historia, con algunas caracteristicas comunes es lo que importa.
a Ia mayoria de los libros que sc han escrito sobrc Munoz describi6 desde fuera. Jose Mancisidor, en
el tema: son relatos lineales episodicos y los persona- La asonada, describi6 Ia Revoluci6n desde el punto
jes apenas estan esbozados. En general todo --estrnc- de vista de un participante. Su ideologia izquierdista
tura, estilo, caracterizacion y aun ideologia-- queda es patente, como en todas sus novelas, y tiende a
snbordinado a Ia neccsidad que siente cada autor de inhibir su poder creador. En La asonada, Mancisidor
decirnos como paso lo que pas6. V amonos con Pancho expresa su temor de que la Revoluci6n sea traicio -
Villa, primera novela de Rafael Munoz, es un ejem- nada por los dirigentes, lo cual significaria la perdida
plo excelente de relato ciertamentc legible que, al scr de la causa del pueblo. No se pone a declamar - su
analizado, parece mostrar casi todos los defectos ar- izquierdismo fue sincero, profundo, bien pensado y
tisticos imaginahles. Seria una perdida de tiempo se- racional-, pero sus ideas lo estorban con demasiada
iialar objetivamente las fallas que el lihro tiene en insistencia. A diferencia de V amonos con Pancho Vi-
comun con tantos otros. La cuestion esencial es el lla, La asonada no supera sus faltas. En verdad es una
porque es un buen libra si tanto puede decirsc en su novela muy floja, pero importante por su particular
contra. Una de las razones es Ia facilidad narrativa punto de vista.
del autor. Como muchos otros novelistas, Munoz era En Ia vision personal de la Revoluci6n advertimos
un periodista experto, y llev6 al clibujo de sus viiietas diversas variaciones. El novelista podia escribir como
de los hombres de Villa la descripci6n facil y super- participante en su propio relato, o narrarnos lo que
ficial que caracteriza un buen rclato period:istico "de otros habian hecho, pero desde el punto de vista
-----------·-·--

356 LA IMAGEN EN EL ESPEJO LA IMAGEN EN EL ESPEJO 357


de el como participante. Tambien podia contar el trataron directamente el tema de Ia Revolucion. Abar-
relato desde el punto de vista del influjo ejercido so· can desde el relato que nos dejo el general Urquizo
bre el por Ia accion. Cartucho, de Nellie Campo- de Ia vida de un soldado comun y corriente en el
bello, es una serie de esbozos que tratan de captar periodo de transicion desde el porfiriato hasta la Re-
el espectaculo que Ia Revolucion le ofrecio a una volucion (Tropa viepa, 1943), hasta la novela prole-
nifia. El libro, naturalmente, da Iugar a toda clase taria de Gustavo Ortiz Hernan: Chimeneas (1937).
de disquisiciones en torno a Ia psicologia infantil; En este grupo de esfuerzos aparentemente inarmoni-
sospecho que las rdlexiones de Ia autora se pi.erden cos figuran una novela costumhrista y tradicionalista
a menudo entre las elucubraciones de los lectores. A (Las perras, de Justino Sarmiento, 1933), una novela
mi entender, la Revolucion, en Cartucho, es exterior historica muy buena del periodo de Santa Anna, es-
a Ia vida de Ia nifia, pero el golpe de su irrupcion crita por Leopoldo Zamora Plowes (Quince Uiias y
lo siente menos Ia nifia que los adultos que Ia rodean. Casanova, aventureros, 1945), y las dos novelas que
Ciertamente, ella comprende que el ruido y Ia bruta- sohre Ia Revolucion escribio Roque Estrada (Libera-
lidad de Ia Revolucion son naturales y en ese sentido ci6n, 1933, e Idiota en 1935), escritas quiza despues
se le puede considerar como criatura de Ia Revolu- de leer a Dostoievsky y que, por cierto no estan re-
cion. Es importante que este libro tome en cuenta el lacionadas con las tendencias literarias de Ia epoca.
hecho de que, ademas de los participantes y de los que La publicacion de obras de esta clase, mas o menos
se ahstuvieron de participar, hubo quienes "crecie- aisladas, se explica en parte porque muy pocos es-
ron" con Ia propia Revolucion. critores han sido capaces de ganarse Ia vida mediante
Cartucho esta unido, si acaso tiene cierta unidad, sus esfuerzos creadores. Muy a menudo, un hombre
por Ia idea de la reaccion de Ia nifia. La vision de Ia dedicado a una profesion muy distinta ha escrito una
Revolucion, por supuesto, queda limitada por este o dos novelas a fin de satisfacer una necesidad par-
recurso. Sin embargo, a! parecer, el libro dice todo ticular de expresi6n, sin Ia menor intencion de con-
lo que deseaba decir Ia autora sobre Ia Revolucion, vertir a Ia composicion de ficcion en una actividad
puesto que no volvio a escribir sobre el tema. Este seria. La ahundancia de tales novelas entre 1930 y
periodo particular de la historia de Ia novela mexi- 1946 significa que ese fue un periodo en que gran
cana contemplo Ia publicacion de un numero extra- numero de personas se sintieron empujadas a hacer
ordinariamente grande de novelas de autores de solo alguna declaracion especlfica que consideraron per-
uno o dos libros, que realmente no pertenecieron a Ia tinente en su epoca. De tal estado de animo general
corriente principal del desarrollo del tema. Un re- se desprendc el sentimiento de apremio y de cosa
cuento informal descuhre mas de una docena de auto- inconclusa que caracteriza Ia ficcion de la epoca.
res de produccion limitada, que escribieron por lo La mejor novela de 1931 fue Campamento, de Gre-
menos un lihro que poseyo cierto interes. No todos gorio Lopez y Fuentes, importante no solo por su
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1 358 LA IMAGEN EN EL ESPEJO LA IMAGEN EN EL I<SI'KIO
merito intrinseco, sino tambien por lo que deja ver de novela es el movimiento de Ia Hcvnlw·i.->n. Su c·r•·•·to
una distinguida carrera literaria. Campamento es me- en la rancheria es el tema eentral. H··~uiiH algo •11-"'-
nos un relato que la vivida pintura de un campamento concertante que ninguno de los pcrsonajPs, ni si qui•·t'll
revolucionario. La vision del autor cruza relampa· Zapata, sea protagonista: y es posibk cnlentkr nwl
gueantemente por toda la escena y reproduce la rea- la novela si se le intenta meter en los canones d·· 1111
lidad de una noche, de un momento en la larga lucha. metudo narrativo mas comun y corriente.
El efecto general es algo semejante al de una de las Tierra comienza con una escena donde vemos a los
escenas de Los de abajo. Las reacciones de los revo- peones cambiar los limites de la hacienda. Saben que
lucionarios son una intensificacion de las emociones el duefio puede hacerlo porque goza de influencia so-
humanas comunes. Se encuentran en una situaci6n es- bre las autoridadcs. Pero se han resign ado a esc he-
pecial que se convierte ya en un Iugar comun. Se cho consumado. Vienen despues varios esbozos narra-
aprovechan de su libertad que proviene del anoni- tivos de la vida de los peones: el dia de raya, una
mato en que se puede escudar quien pertenece a una muerte, un nacimiento. El efecto de estos esbozos no
banda revolucionaria. El autor acepta su estado de es sorprendente. Nos muestran !a misma escena de la
anonimato como realidad y concentra su atenci6n mas sociedad rural predominante en el regimen de Diaz
en la banda que en los individuos. Los individuos que se encuentra en muchas obras difercntes, sin ex·
aparecen, pero su identidad real es la del grupo y ceptuar las novelas de Jose Lopez P ortillo y Rojas.
no Ia de los individuos. Lo que importa en Campa· Lopez y Fuentes, sin embargo, generaliza la condi-
menta es lo que hacen "los revolucionarios". Lopez y cion, en vez de permitir que aparezcan las diferencias
',I Fuentes cultivo este recurso del protagonista colectivo individuales, como hizo su predecesor. Conquista fa-
en novelas posteriores y conserv6 tambien el mismo cilmente la simpatia del lector mediante rapidos dibu-
estilo, un tanto chillon, de la satira obvia, Ia ironia jos de personajes que pcrmiten comprender la posi-
facil y la gruesa antitesis. Su prosa no es bella, pero ci on social de un hombre, aunque no se le conozca
si "pegajosa". bien. Los peones de la hacienda de don Bernardo no
Un afio mas tarde, Lopez y Fuentes publico Tierra, son estupidos todos, ni mucho menos. Pero el autor
relato que abarca toda Ia Revolucion, con especial nos haec ver con claridad que no tienen la menor
atenci6n en el movimiento zapatista. Aunque este li- esperanza de librarse de su esclavitud. Vacilan entre
bro no es un estudio profunda, si constituye uno de una placida aceptacion del despotismo altivo y condes-
los cuadros mas claros sob re lo que ocurri6 desde el cendiente de don Bernardo y el triste reconocimiento
final de la dictadura hasta que termin6 la fase militar de la desigualdad evidente. No piensan en la rebelion.
de Ia Revolucion. El caracter lineal de la narracion Son tan estaticos como la clase dominante.
queda subrayado por el uso de fechas a modo de en- Por razones totalmente injustas, don Bernardo con-
cabezados de capitulos. El protagonista real de la sigue que metan en el ejercito a Antonio Hernandez,

~--·~-- - - - __ _ , - - - - ---~- - - - - - - - - - _ _ _ j
360 LA IMAGEN EN EL ESPEJO LA lMA<:Jo:N Jo:N 1<:1. 1-:Sl'KIIl
un peon joven. Cuando Antonio regresa, mucho antes que ha muerto. Zapata se lw conv••rti.!o t'll lfi)'NH!u.
de lo esperado, informa a la hacienda de la rebclion de Los peones creen verlo cabalga r 11 oi r "I pa~o tlfl !Itt
Madero. Las noticias no impresionan mucho a los peo- caballo; esto mantiene sus esperanzas. AlllH[H•· In Itt• ·
nes. Lo que ocurre en el Norte esta muy lejos de volucion haya terminado fisicamenl•· con l11 IIIIWlft•
ellos. Pero don Bernardo se asusta, porque pensaba de Antonio Hernandez, su movimieuto prosigllt' pnr"
que la rchelion no llegaria a mayores. Su idea es que el curso que se ha sefialado no puede iuvl'rtirHt'.
socavada por el sensible sentimiento de libertad que En el afio de Tierra aparecieron otros LreH libros
ostenta Antonio. A este le Cuesta algun trahajo re- importantes: La ciudad raja, de Mancisidor; la me jor
unir una pequefia banda; pero lo consigue y vence en novela de Azuela despues de Los de abajo, o sea La
unas cuantas escaramuzas. Cuando Madero triunfa, luciemaga, y la primera obra en prosa de Jose Ru-
don Bernardo y otros porfiristas se acomodan politi- ben Romero: Apuntes de un lugareiio. La novela de
camente y cuidan de incluir a Antonio entre los su- Mancisidor es Ia mas claramente revolucionaria del
yos, aunque guardando las distancias. La situacion de grupo, pero no nos dice nada que resulte particular-
los peones no ha cambiado. mente sorprendente. Es una novela proletaria, cuya
Lopez y Fuentes introduce a Zapata en su novela accion transcurre en Veracruz; tiene la flojedad na-
como ideal y lo desarrolla hasta convertirlo en le- rrativa caraeteristica y los fuertes entrometimientos
yenda. Antonio Hernandez y sus hombres se incorpo- ideologicos del autor. La luciernaga, de Azuela, es un
ran a las fuerzas zapatistas. A partir de este mo- caso totalmente distinto. Estilisticamente es la mas ra-
mento, la novela eontiene una dosis quizas excesiva dical de sus obras; mediante el habil uso del desarro-
de la idealista insistencia de Zapata en Ia inmediata llo exterior e interior de los personajes muestra los
distribucion de tierras. Mas eficaz que las palabras de perturbadores efectos del movimiento revolucionario.
Zapata es la descripcion de los zapatistas como ejer- El movimiento flsico que se narra va de la provincia
cito cultivador, que dedican parte del tiempo de la a la capital, donde los valores provincianos se pier-
llevolucion a cultivar tierras que les deberian perte- den en la confusion del desplazamiento social. Se
necer. La Hevolucion no les da lo que necesitan y contrastan la metropoli y la ciudad provinciana y sa-
prosiguen la lucha contra el gobierno posrevolucio- bre esta diferencia fundamental Azuela levanta una
nario hasta que Zapata es muerto a traicion. Antonio serie de contrastes que evidencian las cualidades con-
Hernandez, simbolo fisico de la Hevolucion, muere tradictorias de la vida mexicana: cornplacencia y
en batalla. Hacia el fin del libro, el autor se vale de ambicion, buena voluntad y egocentrismo, deseo de
un truco literario con suma pericia cuando dice que progreso y burocracia asfixiante. El personaje mejor
todo el mundo sabe que Antonio estii muerto, pero dibujado es una mujer cuyo papel de redentora re-
nadie sabe donde lo enterraron, en tanto que todos cuerda a cierta protagonista de Heriberto Frias. No
saben donde esta enterrado Zapata, pero nadie sabe estoy seguro de que Azuela pretenda indicarnos que
1/ j
I
I
362 LA IMAGEN EN EL ESPEJO LA IMAGEN EN EL ESPEJO II fill
t .' personas como ella constituyen Ia unica esperanza del vida sencilla. No es una existencia pastoral Ia l(llt' dr·""
pais pero no cabe duda de que su sensata resistencia criben. En verdad, la vida sencilla a veces pan·c·t•
a las nuevas costumbres ejemplifica el conservaduris- notablemente repleta de engaiios. Pero Romero nos
mo que se hizo cada vez nuis patente en las ultimas querria hacer creer, por razones nunca muy conviu-
novelas de Azuela. La opinion que le merece Ia nueva centes, que Ia locura humana en una pequefia pobla-
clase media se lee, como en ninguna otra parte, en cion es menos destructiva que en una ciudad grande.
Nueva burguesia (1941). Quiza cree que Ia hipocresia puede advertirsc mas fa.
Los Apuntes de un lugareiio, de Homero, son una cilmente en una pequefia poblacion.
ser~e de .cartones autobiogriificos. Muestran un reg:io- Desbandada esta lejanamente relacionada con Ia Re-
nahsmo mtenso, que probablemente constituye la ca- volucion. Es Ia historia de lo que ocurre cuando un
racteristica sobresalientc de sus obras. Sin duda al- grupo de revolucionarios cruza por Ia poblacion don-
i J,,'I guna, Romero es uno de los novelistas mexicanos mas de Romero tiene una tienda. Antes de su llegada, el
leidos. Fue un hombre muy cultivado, que gustaba de autor nos presenta varias de las personalidades de la
pasar por un sencillo muchacho del campo. Su humor poblacion en su visita a Ia tienda. Supongo que de-
I propende a! color subido. La combinacion de un buen beria quedarnos alguna impresion de los habitantes
estilo, su pose y su humorismo lo hicieron muy popu- en su conjunto, pero nunca se ve con suficiente cla-
lar. Su ego tenia proporciones colosales, y todas sus no- ridad. Lo unico que percibimos es el miedo de los
velas son en buena medida autobiogriificas. Uno de individuos a Ia brutalidad de los revolucionarios. Los
los aspectos de su egocentrismo es Ia inseguridad que habitantes muestran alguna inconformidad con la Re-
lo amarr6 a su estado de origen, aun cuando viaj6 volucion, pero uno de ellos explica que estos hombres
mucho. Sus cuadros de Ia vida prov:inciana suelen ser no representan a Ia verdadera Revolucion, sino que
encantadores, aunque a veces el lector se canse de Ia son una deformacion de ella.
presencia del autor. Sospecho que ademas de la ne- El dibujo de personajes de Romero es bueno, aunque
cesidad personal de Romero de mantenerse espiritual- propende mucho a la caricatura. Es patente que su
mente dentro del entorno provinciano donde habia apreciacion de las diferencias individuales era tan agu-
nacido, su regionalismo puede relacionarse con una da que se veia obligado a subra yarlas. Su vision un
apreciacion de los valores provincianos semejante a Ia tanto picaresca de Ia humanidad, sin exceptuarse el
de Azuela. A mi entender, las actitudes de ambos son mismo, resulta divertida, pero no siempre convence.
una reaccion contra el movimiento de Ia sociedad ini- El pueblo inocente es quizii Ia mejor garantia de tipos
ciado por Ia Revolucion; una reaccion contra lo in- provincianos que Romero pinto. El personaje mejor di-
cierto de una sociedad en estado de cambio. bujado es don Vicente, pozo de sabiduria practica,
En 1934, Romero publico dos novelas: Desbandada que hace las veces de tutor de un estudiante que esta en
y El pueblo inocente, que cantan las virtudes de Ia su casa de vacaciones. En este libro, como en ningun
364 LA IMAGEN EN EL ESPEJO
otro, sentimos Ia ambivalencia del autor respecto de porque una circunstancia l111 sq•,Hidu a oll'li , rtl 1111
Ia provincia : un constante amor por Ia misma, mez- proceso de construccion aceptado por .-1 l11 ollllll·f', pNn
clado a una buena cantidad de dudas sobre la hon- no necesariamente ajustado a su elt \n:i!o n. l ,,.~, · ul11· ,. In
i.l radez de los hurnanos. Uno de los personajes rnenores posibilidad de hacer una vida que a nnunin~ IIl itH r'nll
.l, de El pueblo Z:nocente es el vago filos6fico del pueblo, su gusto; sale de su casa mirando al mutulo dt· 111111
HI Pito Perez, quien se convirtio en la obsesion de Ro- nueva manera, pero descubre que no puede ~:ouvn­
mero y en una vfa de escape para su amargura. tirse en un hombre diferente, porque quiencs s'' r"lll -
Lopez y Fuentes publico su ultima novela de la cionan con el Io identifican como es, en el mu1Hio
Revolucion, estrictamente hablando, en 1934. Mi ge- en que vive. 0 quiza seria mejor decir: el mundo en
I
neral es la historia de un hombre humilde que Ilega
I I I:
a general en la Revolucion y no sabe encontrar su
que muere, ya que no hay nada creador en su exis-
tencia, en un mundo donde su identidad esta esta-
Iugar una vez terminada la lucha. El libro afiade muy blecida por fuerzas exteriores a ei.
I: 'i poco a lo que el autor ya habia dicho acerca de Ia
Revolucion. La carrera del general es semejante a Ia de
Evidentemente, Primero de enero es una novela mu-
cho mas revolucionaria que cualquiera de las novelas
Demetrio Macias. Habiendo sobrevivido a la lucha, de la Revolucion. Torres Bodet, siempre buen estilista,
descubre que no tiene ni Ia educacion ni la influen- utiliza la caracterizacion interior en esta novela y lo-
cia necesarias para mantenerse en las esferas del po- gra el efecto excelente de plantear un problema que
der, de modo que regresa al punto del cual partio. comunmente no parece ser tal. Su libro es una novela
I 11 1 Fernando Robles, escritor solido aunque no espec- de protesta del tipo mas esencial. El hecho de que Pri-
' :lj tacular, publico La Virgen de los cristeros en ese mis- mero de enero haya sido (mica entre sus contempora-
I•
·-:
mo afio. Por extension, es una novela de Ia Revolu- neas subraya la ansiedad experimentada por otros no-
cion, porque los levantamientos de los cristeros fueron velistas en relacion con Ia comprension de los hechos
una suerte de epilogo de Ia fase militar de aquella. extcrnos de lo ocurrido en Mexico, antes de descubrir
En rnedio de todas estas preocupaciones por lo ex- la realidad interna.
terno, Jaime Torres Bodet se encontr6 a si mismo como Aunquc la Revolucion siguio siendo la principal
novelista y mantuvo viva Ia conciencia de Ia necesi- preocupacion de los novelistas, las obras publicadas
dad de ahondar en el enigma del hombre. Primero de en 1935 y 1936 mucstran dos tendencias apartadas del
enero ( 1934) se ve un poco rara entre sus novelas relato de la aceion revolucionaria: Ia descripcion de cos-
contemporaneas, ya que su protagonista se interesa tumbres regionales y el examen de los problemas so-
no en el mundo exterior sino en Ia naturaleza de su ciales patentes en el Mexico posrevolucionario.
propio ser. EI primer dia de un nuevo afio es la opor- Mi caballo, mi perro y mi rifle (1936), de Jose
tunidad para reflexionar sobre su vida. Descubre que Ruben Romero, es el relato de Ia participacion (mi-
no tiene mucho sentido. Ha llegado a ser lo que es nima) del autor en Ia Revoluei6n. Mucho mas inte-
j

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··-~· ·

366 LA IMAGEN EN EL ESPEJO LA IMAGEN EN El. I•:St'EJO lllt 7


resante es el punto de vista regionalista del autor, Ia tradicion. Su intencion tiene !ll(ts <'I <'H t'ltdnt th• un
presente aqui y en todas sus novelas. Sin embargo, examen que el de Ia reflexion nost[tlgica. Y, por IOU .
su regionalismo es siempre una expresion altamente puesto, tal examen dista solo un pa:;o d, , Ia ptolt·fi ..
personal, distinta de Ia de sus contemporimeos. ta social.
En Tierra caliente (1935), compuesta por tres no- Normalmente Ia protesta social provino de <11tlon·:1
vel as cortas, Jorge Ferretis trata de captar Ia atmos- cuya posicion politica tendia hacia la izquienb. Si11
fera de Ia region tropical de Mexico sin gran exito, embargo, vale la pena observar que una de las pro -
ya que su intento de relacionar a los personajes con testas mas violentas de la decada de 1930 nacio de Ia
Ia region es demasiado obvio, torpe e incompleto. Fue derecha radical. ]ahel (1935), la segunda novela de
su intencion rebasar el costumbrismo y relacionar las Jorge Gram, es Ia condena de toda persona o grupo
caracteristicas de Ia gente con las caracteristicas natu- qu e se oponga a la Iglesia. EJ encono de la novela
rales de Ia region. 1 Tal procedimiento, por supuesto, es da cuenta de Ia intensidad de la reaccion cristera. El
mucho mas complicado y profundo que el regionalis- problema Iglesia-Estado tenia caracteristicas singu-
mo de Romero. Tambien contrasta con Ia tendencia lares, ya que ambas partes estaban dotadas de fuerza
general del periodo a contemplar Ia realidad desde fue- considerable. Otros problemas tenian como suj etos a
ra. La clase de costumbrismo regional utilizado por elementos sociales en mala situacion para defenderse
Rosa de Castano en La gaviota verde ( 19::\5) y Ran- a si mismos. El mas destacado de estos fue el indio,
cho Estradeiio ( 1936) es puramente descriptiva y pa- asi como su posicion en Ia sociedad cambiante.
rece el producto de un impulso, semejante a! que Lopez y Fuentes paso de la consideracion de la Re-
producen esos relatos lineales de Ia accion revolucio- volucion a Ia del problema del indio (El indio, 1935) ,
naria. El deseo de contar lo que le ocurrio a! pais en Ia que fue una de las novel as mas conocidas e
es semejante a! deseo de describir el modo de vida influyentes de Mexico. El reconocimicnto de que el
nacional. Y no esta de mas seiialar que, aparte de Ia indio estaba separado de Ia sociedad fue, por supuesto,
Revolucion mexicana, esta clase de costumbrismo fue uno de los efectos del despertar de Ia Hevolucion. En
com{m en Ia novela hispanoamericana. Fue una auto- la literatura anterior, cuando el indio h acia su apa-
observacion que puede calificarse como un paso ne- ricion, figuraba en una idealizacion que exaltaba las
cesario para alcanzar la conciencia de si. virtudes del pt·imitivismo y le daba al indio un nii-
mero suficiente de normas "blancas'' como para que
El costumbrismo posrevolucionario es diferente del
el blanco lo pudiese aceptar. Esta ficcion no podia
de las nove! as de fines del siglo XIX, pues el nuevo
mantenerse indefinidamcnte.
costumbrismo no muestra inclinaciones a aferrarse a
Mexico es uno de los paises hispanoamericanos con
1
En los estudios literarios hispanicos esta relacion se de-
mayor poblacion indfgena. Desde el primer contacto
signa mediante el termino "telurico". de las dos civilizaciones, el europeo dominante trato
368 LA IMAGEN EN EL ESPEJO LA IMAGEN EN 1~:1. I<SI'I.:,IO
de hacer caso omiso del indio, salvo cuando se quiso te parecido a la ridiculez del nohk salvaj•· tit' llli
aprovechar de eL El indio no era un miembro funcio- siglo antes.
nal del ordcn establecido; su vida era ajena a este; Un delgado hilo narrativo, concerniente a clo~
y cuando queria cambiar su condicion, tenia que pa- amantes, conccta los episodios elegidos por el autor
sar de una cultura a otra. En otras palabras, aunque para ejemplificar la cultura indigena. La estructura
'I desde el principia habia habido fusion de sangres y es caracteristica de Lopez y Fuentes. Los cpisodios
!I: una cierta conjuncion en las artes, la situacion civil pueden entenderse como descripcion de Ia vida con-
era de enfrentamiento y exclusion, mas que de con- temporanea o como simbolos de Ia historia de esc
juncion. Hacia fines del siglo XIX comenzo a desarro- enfrentamiento cultural. Hombres blancos aparecen en
:,; llarse lentamentc en la America espanola una tenden- la aislada aldea indigena. Buscan oro y piden Ia ayu-
li cia a reconocer Ia injusticia social perpetrada contra da de los indigenas. Abusan de la hospitabilidad de
III el indio y, mas tarde, a tomar en consideracion las estos. Los indios toman represalias y se meten en lios.
:I~ i ! caracteristicas etnicas que aislaban a los grupos in-
' Mas tarde, llega un maestro; se obliga a los indios a
digenas. La cuestion es e:xtremadamente compleja, ya trabajar para la I glesia y para el Estado, en detri-
que envuelve toda clase de consideraciones: etnicas, mento de sus propios intereses. Descubren la existen-
economicas, sociales, politicas. Y debemos afiadir a cia de dos patrones de justicia, uno para el hombre
cstos problemas la cuestion del simple prejuicio hu- blanco y otro para el indigena.
mano. El tema sc convirtio en uno de los grandes tc- El conccpto que del indio sc forma Lopez y Fuen-
mas del siglo xx en Ia literatura hispanoamericana, tes es el propio de un rdormador social, no el de
y Ia novela de Lopez y Fuentes fue Ia iniciadora un etnologo. Fundamentalmente, el problema es una
cn Mexico. cuestion de prejuicio. El indio no es parte de Ia so-
A los personajes de El indZ:o no se les llama por eicdad porquc se le consideru "otro". Las escenas de
sus nombres, sino por su ocupacion, su funcion social su vida estan pintadas a Ia man era costumbrista; y
o sus caractcristicas fisicas. Esta tecnica afecta al lec- aunque el autor le tiene simpatia, no logra penetrar
tor de diversas maneras y no todas elias buenas. El verdaderarnente en el ser del indio, como lo hicieron
anouimato produce una caracterizacion de grupo y algunos novelistas posteriores. Ve lo que el indio hace,
d csto es lo que evidentemente, cl autor deseo conseguir. pero no desde el punto de vista del indigena, sino
I :
I I Sin embargo, si Lopez y Fuentes queria dcspertar la desde el suyo propio. En general, este punta de vista
simpatia activa de sus lectorcs mejor hubiese sido no afecta demasiado Ia intencion del novelista, pero si
) que individualizase a sus personajes. El anonimato propende a restarle profundidad al libro y a hacerlo
subraya c1 estado primitivo de la gentc quiza m{ts de caricaturesco.
lo deseado por el autor. Y ocasionalmente produce un El resplandor (.1937), de Mauricio Magdaleno,
efecto de "sabio-anciano-jefe-hablado", peligrosamen- muestra el caracter de la "otredad" del indio mas cla-
!II
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,,,,!
,!1 370 LA IMAGEN EN EL ESPEJO LA IMAGEN EN EL ESPEJO :I'll
,,I
ramente que la novela de Lopez y Fuentes. El autor Aunque El resplandor contempla la comunidad (''' su
'li coloca a sus personajes indigenas en contacto directo conjunto, varios de los personajes estiin individuali:t.a-
con el hombre blanco y muestra que el muro que dos y despiertan en los lectores una amplia varicdad
los separa se eleva o se baja cuando y como le con- de emociones. Lugarda, como ningiin otro, nos hace
!'I
;,
viene al blanco. El indio es diferente siempre, aun- sentir esa impresi6n de perdurabilidad. Esparza, el
'i que e1 muro se baje para permitir al hombre blanco tendero, ha estado cerca de los indios el tiempo su-
:I acercarse cuando le conviene. ficiente para romper el muro de separaci6n, mas Ia
l,,j Las obras anteriores de Magdaleno, aunque no fue- autopreservacion no le permite hacerlo. Saturnino, el
~., 1' ,
,,
sen muy valiosas, habian indicado ya que era un chico mestizo, quiza sea simplemente un oportunista
i
sagaz y joven novelista, dispuesto a experimentar y a o quiza la traici6n que comete se basa en la reactiva-
profundizar. Es un novelista· que cuenta con mucho ci6n de Ia "otredad" hist6rica. Magdaleno observa a
I;I
mas recursos que Lopez y Fuentes y supo dar a su sus personajes desde fuera, pero tambien desde den-
novela una perspectiva que no tiene El indio. Muestra tro. Utiliza pasaj es de "corriente de Ia conciencia"
, I:
una aguda conciencia de montar su escena, retrae la con objeto de realzar su recreaci6n de la realidad; es-
'! mirada al pasado para descubrir el ahora como un re- tos pasajes se conjugan con Ia sensibilidad hist6rica
sultado natural de sus antecedentes. AI tratar a este del autor para darle a la novela una perspectiva.
grupo particular de indi.os otomies, Ia tecnica produce Muchos de los pasajes de Magdaleno son altamente
el efecto de otorgarles una calidad de intemporalidad poeticos, tanto por el uso del lenguaje como por su
y perdurabilidad £rente a las mas terribles privaciones. poder de sugesti6n. Es culpable de emplear algunos
Viviendo como viven en una tierra demasiado seca neologismos molestos, pero creo que su excelencia ge-
para producir algo, miran hambrientos a las fertiles neral es suficiente como para pasar eso por alto. El res-
tierras que pertenecen a Ia hacienda " La brisa". Sub- pla.ndor es Ia mejor novela mexicana de los treintas.
siste siempre una ligera esperanza de algo mejor El resplandor, como El indio, es una novela indi-
-una esperanza aplastada siempre por cl engaiio. Los gcnista. Pero su alcance es mucho mayor. Es asimismo
traiciona hasta un nino mestizo criado en su comu- una novela de la Revolucion y una novela politica.
nidad. Y se ve con toda claridad que el circulo de la Quiza m;;1s importante aiin es Ia identificaci6n de las
esperanza y Ia traici6n no habra de terminar nunca. personas con la tierra: los otomies resecos, inmuta-
El chico mestizo nada hace por juntar las dos cultu- bles, son reproducciones humanas de Ia tierra que
ras; pasa simplemente de Ia una a Ia otra, y en ese habitan. Sobre todo, es una novela de protesta social,
momento quienes lo criaron se convierten en "otros". contra el fracaso de Ia Revolucion en lo que respecta
Sus antiguos amigos permanecen, perduran y sufren a aliviar Ia triste situaci6n de la comunidad, pero mas
mirando "La brisa", sin tener esperanza de que su a1m contra la falta de consideracion humana hacia
vida llegue a cambiar jamiis. el oprimido.
,,r ..
!:
372 LA IMAGEN EN EL ESPEJO LA IMAGEN EN EL ESI'E.IO
Hacia 1937, el acento de la novellstica se habia Las rn{ts de las veces, el ataque de /\;,tli'la t'lt ,.,·.Ia.<
desplazado claramente del relato de la accion revolu- cuatro novelas esta orientado contra lo::; Lliri l',t ~ nlt•:-;. I<u
cionaria a la observacion de la sociedad producida novelas posteriores volvio su atcncion sobre Ia v,t'ttlt·
por la Revoluci6n. Tal vez esto este relacionado con misma y critic6 su camhio de costumbres. Eu lo qut:
el cambio politico que llego con la presidencia de respecta a los dirigentes, podemos decir sin tl't1tor
Lazaro Cardenas, en 1934. Esta gesti6n clio a Mexico que su descontento fue general y completo. En varw
el gobierno mas revolucionario que haya tenido el pais. buscaremos un dirigente inteligente, humano, altruis-
Su pol:itica de reorganizacion social radical dirigio ta. Esta generalizaci6n del ataque define la posici611
naturalmente la atencion hacia los problemas sociales. de Azuela como contrarrevolucionaria, tendencia pa-
En cuatro novelas publicadas en cuatro aiios, desde tente inclusive en Los de abajo, pero mucho mas cla-
1937 hasta 1940, Mariano Azuela expreso su amarga ra y amarga en las novelas eseritas a partir de 1937.
censura de la situaei6n politi ca de Ia Revolucion. El El extremismo de Azuela no fue caracteristico, ni si-
camarada Pantoja (1937) es una denuncia contra la quiera en quienes encontraron errores en la Revolu-
politica y los politicos del regimen de Calles. El autor cion. La mayor parte de Ia gente reconoci6 que se
divide a estos ultimos en dos categorias: los malvados habian heeho adelantos y se puso a trahajar por el
y los estupidos. Encumbrados y humildes son aplas- mejoramiento dcntro de las circunstancias existentcs.
tados por su satira iracunda. San Gabriel de Valdivias En sus ultimos alios, a Azucla se lc considero . reac-
( 1938) es la historia de una comunidad victima, pri- cionario. Sin embargo, como es el (mico escritor que
mero, del hacendado; htego, de un reformador agra- haya dejado una serie de novelas que abarean todo
rio tan avaro como el hacendado y, finalmente, de el periodo de la Revolucion, desde los aiios inmediata-
nn militar enviado para restablecer el orden y la _jus- mente anteriores, a traves de la fase militar, durante
ticia, el cual resulta ser tan malvado como los demas. los aiios de ejecucion, hasta lo que podriamos Hamar
Ni siquiera el gobierno de Cardenas se salva del agui- Ia institucionalizaci6n, debemos esforzarnos por esta-
j6n (le Azuela. Regina Landa (1939) critica el efecto blecer con exactitud el sentido de su circunstancia.
estupidizador de la hurocracia, c:apaz de trocar hom- La vision de Ia realidad mexicana en Azuela debe
bres bien intencionados y entusiastas en instrumentos entenderse con fundamento en sus primeras novelas.
mediocres de la administracion. En Avanzada (194-0) Sea Io que fuere Io que pensemos de el como partici-
ataca a la reforma agraria y a los dirigentes obreros. pante en la Revolucion, e1 hecho es qu e este autor fue
Los peones no pueden sacar provecho de las tierras producto del periodo de Diaz. La unica diferencia
que se lcs asignan. Los dirigentes obrcro" son un pu- real entre sus novelas prerrevolucionarias y las de sus
nado de oportunistas carentes de inten'is en el hien- eontcmporaneos es que Azuela no pertenecio a la oli-
estar de Ia gente, que usan injustamente su posicion garquia. Puesto que no fuc parte de ella, apreciamos
en heneficio propio. en sus novelas la posibilidad del cambio, antes que la

-- ..l.
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374 LA IMAGEN EN EL ESPEJO LA IMAGEN EN EL ESPEJO il 7~


necesidad de aferrarse al pasado. Por consiguiente, 3
los hechos. Es importante su posicion y saber tum-
hay una sola difercncia, pero capital. La posibilidad bien que fue un ciudadano escrupuloso que, por razo-
de cambio que descubrimos en sus primeras novelas nes no siempre muy claras, se inclinaba fuertemente
constituye la raiz de un movimiento de alejamiento a IIevar la contraria.
respecto de una sociedad estiitica, movimiento que fue Artisticamente, las. novelas de Azuela escritas en-
y es Ia esencia misma de Ia Revoluci6n. Pero este tre 1937 y 1940 son inferiores a su trabajo anterior.
movimiento tom6 proporciones que Azuela no previ6; Y a es bastante malo que hay a permitido que la mo-
su vision de novelista lo descubri6 en Los de abajo ralizacion fu ese Ia caracteristica predominante de
y aun entonces le produjo alarma. Las opiniones de elias. Peor todavia es que esa moralizaci6n haya sido
Azuela, como las concepciones de muchos de los pri. beligerante. Su principal deficiencia es la pintura de
meros dirigcntes de Ia Revolucion, fueron democrati- personajes. Los personajes de Azuela habian sido
cas, capitalistas, moderadamente nacionalistas, humani- siempre algo esquematicos. Pero al relacionarse con
tai·ias e intolerantes ante Ia injusticia y la hipocresia. "un gran tema, como en Los de abajo, cobraban vida
La Revolucion trajo eonsigo tal fermento de ideas y porque no estaban aislados. En las novelas de satira
de acciones que produ jo sus propias injusticias e hi- politica, los personajcs se asemejan a los dibujos de
pocresias, de un modo inevitahlemente humano. Este una caricatura politica, y los temas no son suficiente-
hecho causo el desencanto de Azuela. En algunos as- mente heroicos para darles una existencia real. San
pectos Azuela era mas un hombre del siglo XIX que Gabriel de Valdiv£as tiene algo de excepcion, porque
del siglo xx. Pensaba menos en el cambio de institu- la vida de Ia comunidad da sustento a Ia pintura de
ciones que en el cambio de hombres. En verdad, ha personaj es. Dentro de ella, aun alienta una vida sig-
extern ado precisamente esa opinion : nificativa. P ero en los retratos del oportunismo poli-
tico y Ia burocracia, lo unico que hay es la negacion
Con am arga tristeza penoamos que nuest1 o aran error de la vida con sentido. Y sin embargo, no quisiera de-
no consistio en haber sido revolucionarios" sino en jar Ia impresi6n de que Azuela es un novelista in-
creer que con el cambio de instituciones y no ]a cali· competente, inclusive en sus obras menores. Nunca le
dad de homhres, llegariamos a conquistar un mejor
estado social. 2 falla el toque profesional; y aun cuando escribi6 en
medio del ansia que le producia su desacuerdo con la
Estoy de acuerdo con Manuel l:)edro Gonzalez en sociedad, su sentido de la tecnica adecuada a sus pro-
que no es necesario, en un libro como este, decir si p6sitos fue excepcionalmente agudo.
las opiniones de Azuela estaban o no justificadas por Azuela no fue el unico en hablar mal de los poli-

1'" "' ~~~


' Manuel Pedro Gonzalez, Trayectoria de la novela mexi-
• Mariano Azuela, Cien anos de novela mexicana, p. 222.
r

376 LA IMAGEN EN EL ESPEJO LA IMAGEN EN EL ESPEJO 377

ticos. En Cuando engorda el Quijote ( 1937), novela necesario. Los duros hechos de la injusticia y Ia des-
mal escrita, de sincera indignacion, Ferretis protesta igualdad sociales, despues de que una Revolucion ha-
contra el paso del idealismo al oportunismo. Y, por bia ofrecido cambiarlos, mal podian dar lugar a una
supuesto, en toda novela de protesta social esta im· serena deliberacion. Las novelas de Ia epoca muestran
plicita la critica politica. Sin embargo, cuando una que la nacion se hallaba a{m en proceso de cambio.
novela se ocupa del pueblo mas que de los dirigentes, Rosa de Castano trato de pintarnos en Transicion
parece volverse mas sustancial, mas comunicativa. ( 1939) el cuadro de las primer as etapas del cambio,
Puede que l'otro aiio (1937), de Magdalena Mondra· desde los ultimos dias del periodo de Diaz hasta el
gon, por ejemplo, a pesar de las numerosas faltas que estahlecimiento del gobierno posrevolucionario. Es su
suele tener una primera novela, capta un sentimiento mejor novela, pero sufre las consecuencias de querer
de perdurabilidad y resistencia solo presente en San hacer demasiadas cosas en solo un libro. Es evidente
Gabriel de Valdivias, entre las novelas de satira po- que quiso comprender el presente en funci6n del pa-
litica de Azuela. Tal vez sea un error pensar que la· sado -un presente que distaba mucho de quedar fir-
gente es mas perdurable que Ia burocracia o que la hi- memente establecido.
pocresia. Sin duda, Azuela temi6 que Ia burocracia Si no huhiera habido otros problemas para man-
y la hipocresia dominasen a la gente; pero la mayo- tener agitado al pais, hubiese bastado para ello con
ria de las novelas contemporaneas a las suyas no el conflicto religioso. Jose Guadalupe de Anda publico
compartieron esa opinion. Mas bien preven una reac- en 1937 la mejor l1ovela sobre las rebeliones criste-
cion del pueblo. As! ocurre en Chimeneas ( 1937), de ras; a saber, Los cristeros. A diferencia de Jorge
Gustavo Ortiz Hernan, y en H uasteca (1930), de Lo- Gram, Anda se intereso mas por la tragedia social
pez y Fuentes, novela sohrc Ia explotaci6n de los inmediata que por la propaganda. En muchos aspec-
trabajadores petroleras. tos, sus tecnicas son semejantes a las de Azuela en
Artisticamente, Huasteca es Ull ejemplo de como Los de abajo. Obtiene un buen efecto del conflicto
puede hundirse una novela cuando la inspira una in- entre Ia sociedad en movimiento y Ia sociedad inmovi-
tencion propagandistica. Muchas paginas de Ia novela lizada. Los cristeros mucstra que el movimiento de la
son el equivalente exacto de las paginas editoriales de Rcvolucion se realizo en parte, y en parte fue poten-
los peri6dicos. El autor expone su caso, pero ello es cial, y que no solo los privilegiados, sino a menudo
la explicacion de un problema, no una recreaei6n los humildes, no aeeptaron una interpretacion extre-
de Ia vida. En las novelas de protesta Ia validez ar- mista de la Revolucion .
t]stica de Ia obra depende de Ia capacidad del autor Interesante, y algo desconcertante, es descubrir un
para dominar su ansiedad. Por supuesto, no es sor- intcres Jigeramente incrcmentado por una clase de no-
prendente que en el Mexico posrevolucionario a al- vela mas universal que se produjo cuando se paso
gunos autores les costase trabajo ejercer el control del relato de Ia acci6n revolucionaria al de la pro·

__l
378 LA IMAGEN EN EL ESPEJO LA IMAGEN EN EL ESPEJO 379
testa social. Probablemente ello se debi6 a que la de los escritores ante Ia sociedad. La vida inutil de
protesta social, en sus mejores ejemplos, tiende a mi- Pita Perez es una moderna novela picaresca en que
rar con gran profundidad en el espectaculo dei sufri- el autor declara su obsesion personaL Pito Perez fuc
miento humano. Varios autores publicaron obras mu- un personaje real en el pueblo donde nacio Ruben
cho mas interesadas en la naturaleza interior del Romero. Era el vagabundo del pueblo. Probablemente
fen6meno humano que en los defectos de la oruaniza- sus hiibitos antisociales se mezclaron con algunas ideas
., . I E 5
c1on soc1a . n su mayor parte, son novelas de una que causaron en Romero una honda impresion .. La ~?­
importancia secundaria. Algunas no son novelas. Y, carnaci6n literaria de Pito es tal vez una combmacwn
ciertamente, no constituyeron una tendencia nueva en del personaje verdadero y el propio autor del libro.
Ia ficci~n m~xicana. Pero si es importante que se haya Este se cine a la manera picaresca general. Pito cuen-
mantemdo VIva la preocupacion por la prioridad del ta su historia con su propio lenguaje; sorprende la
arte y los problemas humanos menos obvios durante ,,ida de diferentes clases de personas; no conf:ia en
un periodo en que Ia tendencia predominante fue exa- nadie, y se considera victima de la sociedad. Ninguna
minar lo exterior. forma literaria le venia a Romero mejor que esta. Le
Sombras (1937) , de Torres Bodet, es la mejor de gustaha considerarse a si mismo como un picaro, al
estas novelas. Es una de sus ohras principales, digna menos a ratos, y el libro que tiene como heroe a Pito
de ser comparada con Primero de cnera. A traves de es una suerte de vida sofiada por el autor.
la sugerencia de sonidos, una muj er recuerda y exa- La vida inutil de Pita Perez es un libro muy entre-
mina su vida. El autor escribe tamhien como en Pri- tenido. Tal vez sea un libro muy serio. Cuando se
m ero de enero, pero no logra hacer sentir tan aguda- trata de Romero, nunca podemos estar del todo segu-
mente al lector Ia paradoja de Ia vida que no es vida. ros. Fue un escritor muy listo, un bromista litera-
En ese mismo aiio, Eduardo Luquin y Ruben Salazar rio. AI leer Pita Perez sentimos que es la narrativa
Mallen escribieron obras que pretendieron calar a gran miis natural del mundo, y solo al re:flexionar nos da-
profundidad, aunque con toda justicia debemos con- mos cuenta de que iinicamente un hombre muy pro-
fesar que Agua, de sambra, de Luquin, no hizo mucho bado en el oficio podia hacer lo que Romero hace
mas que rozar la superficie. Y en 1940 Agustin Yanez con el lenguaje. Es un humorista natural, aunque la
publico Espejisma de !uchitan, que no es por cierto cualidad un tanto patanesca de su humor sea una si-
una novela, pero si muestra Ia profunda sensibilidad, mulacion. La vida inutil de Pita Perez contiene mu-
caracteristica sobresaliente de este escritor. chos cuentos de color subido, y estoy seguro de que
En 1938, Jose Ruben Romero publico una novela muchas personas Io han leido tan solo por esto. Pero
que parece estar totalmente aislada de sus contempo- ademiis del humor obvio hay una corriente sutil que
raneas, a no ser que su vision pesimista del hombre recorre de un modo maravilloso la frontera entre Ia
pueda relacionarse con el descontento de Ia mayoria tragedia y la comedia. El tono general de la obra es-

,j
380 LA IMAGEN EN EL ESPEJO LA IMA GEN EN EL ESPEJO 381

tablece Ia paradojica union, y varios episodios -como ron gozar de cosas materiales en las cuales antes ni
el de la reejecucion de Ia Crucifixion por una banda siquiera sonahan. En gran medida, Nueva burguesia
de pl·esos medio borrachos- lo hacen aim mas es- trata de la desorientacion del provinciano que llega a
pecHico. la gran ciudad. Azuela nos ofrece un panorama de
! A Ia vida de Pito se Ia llama inutil, y lo es desde esta nueva clase social, sin desarrollar un tema predo-
l• i
' el punto de vista de sus aportaciones a Ia sociedad. minante. Hay mucha accion que el autor convierte en
La opinion que le merece Ia gente a! protagonista es epis6dica, y no concluye a fin de producir una sen-
que son un mont6n de buenos para nada. Pito, sin sacion de desplazamiento y £alta de direcci6n. Por
embargo, no da a la gente mas razoncs para creer en lo demas, su metodo narrativo es Ia aseveraci6n ob-
el que las que el tienc para creer en ella. No obstante, jetiva, para lo cual no utiliz6 ninguna de las tec-
esta vida inutil puede entenderse como el resultado nicas que habia dominado en novelas recientes.
';I de una decision de ser fie! a si mismo. Tal vez Ia Tal y como el movimiento de Ia Revolucion habia
vida de Pito fue inutil porque no le permitieron vivir. producido resultados politicos que desagradaron a
Su concepto de la sociedad formul a muchas preguntas Azuela, asi los cambiantes valores de la gente pro-
acerca de la honestidad de varias costumbres o insti- vocaron su ira. A Yeees da Ia impresion de que dese6
tuciones. Des de el pun to de vista de Ia sociedad, los una Revoluci6n sin cambio. Tenemos que seguir re-
valores de Pito estan pervertidos. Desde su propio f!exionando sohre sus concepciones basicas de Ia Re-
punto de vista, Ia sociedad no tiene mayor sentido, voluci6n, para entender por que se sentia tan altera-
Como no puedc cambiar Ia sociedad, rcchaza sus de- do. No cabe duda de que deseaha justicia soeial para
mandas y se convierte en su victima. Su vida es ac- el humildc. Pero al escribir Nueva burguesia descu·
tiva unicamcnte cuando niega a Ia sociedad, de modo brio que los humildes no se habian quedado en sus
que el resultado de su inconformidad es que tiene que lugares para recibir los beneficios de una vida mejor.
desempeiiar un papel esencialmente pasivo. No puedc Habian conocido las alegrias materiales del mundo y
ser lo que querria ser, lo que su yo interior desearia se hahian lanzado a couscguirlas. Azue!a los descubri6
que fu ese. Por consiguiente, Ia novela sugiere una bus- viviendo en un mundo de salones de belleza, cines y
queda de Ia autenticidad, sorprendentemente parecida automoviles de segunda mano. Y el interes en estas
al problema que se trata en Primero de enero, de cosas materiales cambi6 las rclaciones para mal de to-
Torres Bodet. dos. El autor parece simpatizar eon estas personas des-
En 194.J, Mariano Azuela publico Nueva burguesia, orientadas; pero le provocaba irritaci6n esa tonteria
novela en que cambio el blanco de su ataque, y puso de no hacer nada hueno para el bienestar personaL
a! pu eblo en Iugar de los diri gentes. Este pueblo de Su consejo es cliisicamen te rraecionario: deberian rc-
los humildes que, despues de la Revoluci6n, se encon- gresar, fisica y psicoi6gicamente, a su punto de ori-
traron en circunstancias economicas que Jes permitie- gen. La formula de Ia felicidad del hombre fue para
382 LA IMAGEN EN EL ESPEJO LA IMAGEN EN EL ESPEJO 111111

hacer que el mundo comenzase a girar en sentido con- velista ha sabido defender mejor que Yanez Ia uri r-
trario. macion de que el nino es parte del hombre.
Nueva burguesl.a es una novela buena porque las Pero aun las novelas interesadas primordialmente
personas y los problemas son bastante reales, y el en Ia realidad exterior muestran una apreciacion mas
autor los reproduce convincentemente. Lo unico que profunda de la condicion humana que Ia comunmente
molesta al lector es la amargura de Azuela, resultado observada en las novelas de los afios inmediatamente
de su ansiedad. No podia ser, con mas claridad que anteriores e, inclusive, inmediatamente posteriores.
cualquier otra persona, en que acabaria la confusion Rafael Munoz publico una novela de la Revolucion:
del presente. Mejor hubiese sido que previese la re- Se llevaron el caii6n para Bachimba, 4 infini:amente
cuperacion de los valores, tan caros a el, mirando ha- superior a Ia que se publico antes, y tambien del todo
diferente de aquella. AI contemplar Ia realidad de la
cia el futuro desde el presente, como habia hecho en
Revoluci6n, Munoz recreo, mas que reflejo, lo que
sus obras anteriores. Sin duda sab:ia que el proceso
vio. AI tratar la situacion de un hombre frente a la
de · cambio no puede invertirse. Y sin embargo todas
muerte, fue capaz de recrear un episodio que tiene
sus novelas, de 1941 hasta Ia postuma Esa sangre, se
el sentimiento comhinado de Ia Revoluci6n como ope-
levantan sobre el concepto reaccionario de Ia regre- raci6n, limitada, aislada, y tambien el del movimiento
sion. En Ia ultima novela parece advertir que ni si- mas amplio, cuya unidad solo puede apreciarse a Ia
quiera volver atras podria rehacer al mundo como el distancia.
queria. En dos novelas de protesta, Jose Revueltas y Mau-
El afio que aparecio Nueva burguesia se publica- ricio Magdaleno calaron por debajo de Ia superficie
ron varios libros que, en su observacion de Ia socie- del problema. Los muros de agua, de Revueltas, trata
dad, propendieron a mirar hacia adentro, en busca de un grupo de presos y de sus opiniones izquierdis-
de Ia naturaleza interior del hombre. Con mucho, el tas. Es una novela floja, porque ocurren muy pocas
mas sensible de estos libros fue Flor de juegos an- cosas y las ideas expresadas son muy mon6tonas. Sin
tiguos, de Agustin Yanez, tomo de cuentos relacio- emlmrgo, como ocurre siempre con Revueltas, su pro-
dos entre si, que casi se convirtio en novela. AI con- testa esta firmernente basada en su deseo de compren·
templar el mundo de su nifiez, Yaiiez revelo tanto su der el sentido de la vida del hombre. Sonata, de Mag-
mexicanismo profunda como su sensibilidad ante Ia daleno, cala a mayor profundidad aun. Por desgracia,
naturaleza del hombre, combinacion que se ha eon- el panorama de la vida en la ciudad de Mexico que
vertido en su marca distintiva y que es su principal nos ofrece Sonata es muy confuso. Magdaleno trato
aportaeion a la literatura. El hecho de que estos cuen- los diferentes aspectos de Ia realidad que motivan a los
tos hablen de la nifiez no menoscaba en nada su
valor como estudio del fenomeno humano. Ningun no- ' El titulo es el verso de una canci6n popular.
r -·

384 LA IMAGEN EN EL ESPEJO LA IMAGEN EN EL ESPEJO 385


hombres a actuar, en diferentes puntos del amplio que . tuvo diez aiios antes. La nacion misma estaba
espcctro social que describe. Quizas esperaba encon· cambiando, tambien con vacilacion. En la oposicion
trar un denominador com{m. Algunas partes del libro de introversion y extroversion durante los afios trans-
son excelentes, pero el efecto total es de confusion curridos desde el movimiento revolucionario, Ia intro-
- en la novela y en Ia sociedad-, contrariamente a version nacional habia sido la fuerza mas vigorosa.
Ia voluntad manifiesta de los personajes y el autor. Mexico necesitaba ocuparse de sus problemas internos
Nayar, de Miguel Angel Menendez, trata de las y las novelas que exarninaron el estado del pais re-
costumbres de los indios coras con ligeramente mas flejan esta necesidad. Sin embargo, descuidaron la
acierto que en El indio, en lo que respccta a profun- consideraci6n del ser interior del hombre.
dizar en la intimidad de la cultura indigena. Las cos- La segunda Guerra Mundial puso de manifiesto que
tumbres se subrayan haciendo que hombres blancos el destino de Mexico, cualquiera que fuese, se daria
se introduzcan en el mundo cora y con referencias a en funcion de su relaci6n con el mundo y no aislada-
las rebeliones cristeras. Al pareccr, Menendez pens6 mente. La nueva tendencia hacia Ia extroversion in-
qu e el uso de pormenores y detalles compensaria su ternacional revelo Ia comunidad universal del hombre,
punto de vista, que fundamentalmente no es el de un redujo la eantidad de atencion prestada a problemas
indio. Aunque penetr6 un poco mas adentro que El internos que aun no se habian resuelto y subrayo la
indio, el mundo es contemplado todavia desde su po- posicion de la clase media en la Revolucion. Mexico
sicion, y no desde Ia del indio. se encontraba en una nueva etapa de progreso que po-
Desde 194.2 hasta 1946 la novela recorrio en gran dia resultar por demas benefico, pero tambien muy
parte los mismos caminos que habia conocido en los peligroso, si la nacion olvidaba la neccsaria incorpo-
cuatro o cinco afios anteriores. Las novelas de protesta raeion de todos los elementos sociales a Ia estructura
superaron en cantidad a los relatos de la Revoluci6n. funcion al del pais. Durante algunos afios, los novelis-
El r egionalismo fue un factor importante, inclusive tas vivieron una sucrte de suspension animada al en-
en novelas en que no era lo fundamental. Gradual y frentarse a! nuevo aspecto de Ia nacion, sin estar per-
sutilmente, la novela fue ahondando en el significado fectam ente seguros de comprender el antiguo.
de Ia circunstancia mcxicana. Unos cuantos libros die- La violencia revolucionaria era todavia una pre-
ron valor primordial a la comprension del individuo, ocupaci6n, en parte heroica y en parte tragica. Jose
y rclegaron los factores sociales, exteriores, a una po- Maria Benitez, en Ciudad (1942), describi6 escenas
sicion secundaria; pero el procedimiento comun fue, que se vieron en Ia capital durante los afios de violen-
todavia, examinar el Mexico nuevo y analizar a las cia. Benitez escribio desde el punto de vista de un
personas. La novela se mostro vacilante : hubo muy chico, y no intent6 generalizar sus ohservaciones. Esas
poca experimentaci&u pero, sin embargo, Ia necesidad escenas, que parecen recuerdos personales, hablan de
de observar y de escribir fue perdiendo Ia intensidad los apuros a que se enfrentaron el muchacho y su fa-
386 LA IMAGEN EN EL ESPEJO LA IMAGEN EN EL ESPEJO 387
milia. Algo de fuerza poetica se desprende de dichas lo ocurrido; y el au tor no utiliz6 tecnicas espeeiales
imagenes y de su concentracion en un solo personaje: para comunicarnos algo mas de lo que realmente vio.
pero esta fuerza no basta, porque las personas que ro· Si embargo, Urquizo cs tan intensamente humano
dean a] chico no son tan claras como para ofrecer un que inevitablemente percibio la transici6n a partir de
fondo a sus propias dificultades. El autor hace hinca- Ia actividad individual. La vida es lo importante para
pie en lo tragico de Ia situaci6n, no en lo heroico de el soldado de Tropa vieja. Las idcologias y las causvs
Ia acci6n, y los problemas de una sola persona no tienen su Iugar, pero son solo dos de tautos factores
alcanzan a evocar adecuadamente Ia desgracia de Ia que constituyen Ia existencia. La causa no es mas
ciudad. importante que el dormir con una soldadera. Sin re-
En 1945, Jose Maria Davila publico un libro de re- bajar en lo mas minimo Ia importancia del movi-
cuerdos titulado, algo quejumbrosamente, Yo tambien miento en su conjunto, Urquizo le dio la perspectiva
fui revolucionario. La motivaci6n del libro es mas im- existencial del soldado que tom6 parte en el. No es la
portante que su resultado. Dudo de que aiiada algo perspectiva del hombre atraido bacia Ia Revoluci6n
a Ia comprensi6n de Ia Revoluci6n, pero muestra Ia por Ia fuerza de su movimiento, sino la del hombre
necesidad del autor, compartida con tantos de sus con vocaci6n de soldado, cuya existencia se convierte
compatriotas, de identificarse con el movimiento y ex- en una componenda de su yo interior y las fuerzas
presar lo que signific6 para eL La fecha y el tono del cxtcriores que pueden dirigirlo.
libro lo hacen una suerte de posdata a determinada La negra Angustias (1944), de Francisco Rojas
clase de literatura. For supuesto, estos relatos no ter- Gonzalez, fue Ia primer·a novela sobre la Revoluci6n
minaron bruscamente con el libro de Davila; pero si que se escribiese primordialmente por una raz6n dis-
podemos decir que las reminiscencias personales nada tinta de Ia necesidad de describir Ia acci6n. El pro-
aiiadicron a Ia comprensi6n de la realidad revolu- p6sito del autor es psicol6gico. Analiza, y resulta no
cionaria. muy convincente, a una dirigente revolucionaria. Tal
Aunque Tropa vieja (1943) es, en grado considera- vez Ia protagonista, Angustias, tenga su contrafigura
ble, una serie de reminiscencias pcrsonales, posee algo historica; pero, en general, Ia participacion de las mu-
mas de las cualidades de la novela, porque el autor jeres en la Revoluci6n no basta para indicar que
no limita su atenci6n a si mismo. Tropa vieja es el Angustias fuese algo mas que un caso especial. El
relato de un soldado sobre Ia transici6n de un hombre papel de la mujer en Ia Revoluci6n no solia ser el de
de tropa, desde el periodo de Diaz hasta Ia Revolu- soldado y menos de oficial. Su papel mas caracteris·
ci6n. En ningun momento puede dudarse de su auten- tico fue el de soldadera, detriis de su mal'ido o de su
ticidad. Urquizo, ciertamente, sabia de que estaba amante por los caminos de Ia Revoluci6n, tal y como
hablando, y su humanizacion del soldado esta lograda los habia seguido antes en Tomochic, de Frias.
con mucha pericia. La novela es un relato directo de El movimiento zapatista constituye el fondo sobre
n

LA IMAGEN EN 10:1. E~l'l':lll 389


388 LA IMAGEN EN EL ESPEJO
el que se destaca La negra Angustias y algunos de los dad era distinci6n. Su caracterizaciu11 ,., t• \lit•Jnadn-
mejores momentos de la novela se derivan de el. Ro- mente dcbil y la prosa de Goytort{Ia cli~ta tnudto tk
jas Gonzalez combina inocencia y brutalidad en esce- ser elegante. Pero la construeci6n de una verdndn11
nas que resultan, a la vez, divertidas y aterradoras. trama fuc una aportacion notable en una cpoca Cll
Pero estas escenas no pretenden ser mas que un £on- que tantas novelas no se apartaron del desarrollo li-
do. El objetivo del autor es estudiar a la Angustias, neal. Pensativa es importante tambien porque muestra
que odia a los hombres y es cruel en virtud de un que el autor esta lo suficientemente apartado de los
concepto sexual deforme originado en la infancia. A acontecimientos como para recrear la circunstancia,
mi, en lo personal, esta justificaci6n psicol6gica no me en vez de observarlos simplemente.
resulta convincente. Y no es convincente siquiera en De manera diferente, Los bragados tambicn habla
su recuperaci6n de la feminidad, cuando Angustias se de las rebeliones cristeras como algo acabado. Con
enamora de un insignificante y culto jovencito que el mismo estilo incisivo que us6 en Los cristeros, el
posee una suerte de poder que Angustias envidia. La autor se ocupa de los restos de ese movimiento. Aun·
heroina pierde la fuerza personal que tenia como co- que se ha llegado a un acuerdo con el gobierno, el
ronela y exhibe toda la abnegaci6n de la soldadera. problema realmente no se ha solucionado. La cruel-
El joven tambien se transforma superficialmente. Ann- dad y el odio, cuando no est{m aetivos, estan espe-
que sigue siendo fundamentalrnente debil, como siem- rando el momento de ruptura, en la tenue comunica·
pre, se alimenta de su dominio de Ia mujer fuerte. cion entre el sistema politico y la emoci6n humana.
Varios novelistas mexicanos han tratado esta clase de El ataque oficial contra la Iglesia no puedc olvidarse,
relaci6n, sobre todo Heribcrto Frias, pero al parecer ni tampoco la violencia de la reaccion.
Rojas Gonzalez ha exagerado sus extremos. La protesta social cobro varias fonnas diferentes.
Tal vcz La negra Angustias habria sido una novela Una de elias se advierte en Los bragados, que real-
mas convincente si el autor no hubiese sido tan lac6- mente no toma partido politico, sino que es una pro-
nico. A menudo Rojas Gonzalez dibujo un poquito de testa contra la crueldad. A diferencia de muchos no-
accion sobre el fondo y dcjo al lector preguntandosc velistas que han hablado de los males de la sociedad,
por los detalles. Este procedimiento no es igual al de
Jose Guadalupe de Anda adopta una postura positiva,
la narraci6n eliptica de Azuela, porque este siempre
constructiva. En Juan del riel (1943), la mejor de sus
deja implicito el puente necesario. Dos hovelas que
novelas, Harra la historia de la lucha de los obreros
se ocuparon de las rebeliones cristeras ofrecen un
complemento del tema revolucionario: Los bragados ferroviarios mexieanos por mejorar su nivel de vida.
11942), de Jose Guadalupe de Anda, y Pensativa A primera vista, el lihro pareceria aburrido. Pero
(1944), de Jesus Goytortua Santos. La narracion cui- es algo mas que un relato de las actividades sindica-
dadosamente planeada de Pensativa es su unica ver- les. No habla de los hombres explotados durante el
390 LA IMAGEN EN EL ESPEJO LA IMAGEN EN ~1. I<:SI'J•:Jo

regimen de Dias, que desempefiaron un papel extra- mezcla de indignacion y vergiienza. AlgHt~<t s l" " ~' ~"" n ~
ordinaria durante Ia Revolucion y finalmente consi- han malinterpretado estas novelas, porquc han tlt·ll·
guieron lo que huscaban. El autor no presta mucha cubierto en elias a individuos cuyas virtudes los h:w4'11
atencion al desarrollo psicologico de sus personajes, dignos de ayuda. Pero esa no fue Ia intencion de los
pero estos cobran vida dentro de una gama limitada autores. Lo que haec a estos miserables dignos de ayu-
de reacciones; Juan del riel es, asi, una exposicion da es el hecho de que son humanos, o tal vez seria
de como los hombres pueden mejorar su suerte. En mejor decir que se supone que son humanos y que
ciertDi modo es una historia de casos, pero las cualida- algunos factores sociales los privaron de Ia oportuni-
des humanas no se pierden. dad de serlo verdaderamente. Las novelas son menos
En esc mismo afio de 194.3, Gregorio Lopez y Fuen- una protesta contra Ia organizacion de la sociedad
tes publico una satira sobre e) oportunismo politico civil que contra el hecho de que Ia sociedad muestre
titulada Acomodaticio. El tema ya estaba muy gas- una triste indiferencia por si misma. Las situaciones
tado cuando se publico la novela, y nada afiade a Io concretas descritas son Claramente mexicanas, y los
que antes se habia dicho, en lo que respecta a Ia po- novelistas quiza sientan su responsabilidad como me-
Htica. Independientemente de que el autor lo haya xicanos, pero el problema es tan universal como el or-
querido o no, Acomodaticio convencera al lector de denamiento de los planetas.
que el oportunismo no es propiedad exclusiva de los Yo como pobre es Ia prin1era novcla madura de
politicos y de que estos no son las {micas personas Magdalena Mondragon, y aunque todavia ho era tan
dispuestas a venderse a cambio de ventajas inmedia- penetrante psicologicamente como en sus novelas pos·
tas, sin prestar atencion o consideracion a los prin- teriores, hizo un valiente intento de ponerse en el Iu-
cipios. gar de las personas sobre las que escribia. Nada tiene
La protesta de Acomodaticio es como la protesta de de sorprendente que no lo lograse, porque Ia condi-
diez o quince afios antes. Los escritores jovenes sc cion de sus sujetos es realmente subhumana. Los per-
apartaron de la consideracion de Ia estructura de Ia sonaj es de Guerrero, por mas olvidados que esten, no
sociedad y trataron de expresar la situacion real de ocupan un Iugar tan bajo en la escala social y Ia
los elementos que todavia no estaban verdaderamente identificaci6n es mas facil. Sin embargo, Guerrero no
incorporados en Ia trama de Ia nacion. Magdalena tuvo Ia sensihilidad de Mondragon y su novela no in·
Mondragon publico Yo como pobre en 1944 el mis- cide con tanta fuerza en Ia conciencia humana.
mo aiio en que Jesus R. Guerrero publico Los olvi- Un aiio antes Jose Revueltas habia puhlicado El
dados. Estas dos novelas pertenecen a un grupo, de luto humano, intento de penetrar en el alma de Ia
varios autores, que muestra los elementos mas humil- pohreza. Esta es Ia novela que l1izo a muchas personas
des de la sociedad mexicana. Estan escritas con una esperar la gran obra del autor. Aunque nunca cumplio
392 LA IMAGEN EN EL ESPEJO LA IMAGEN EN EL ESPEJO 393

esta promesa -y no cabe duda ·de que El luto hu- novelistas mas recientes, sobre todo de Rosario Cas-
mano. tiene muchos defectos--, no se puede pasar por tellanos.5 POl' desgracia, los esfuerzos de Lopez y
alto el valor de esta obra temprana. Su apreciaci6n del Fuentes no produjeron resultados satisfactorios, por-
inanimado vivir de sus personajes lo sefiala como un que su posicion no era consistente. La tendencia a
precursor de Ia vision mas amplia y profunda que desplazarse hacia el interior esta modificada por el
caracteriza a Ia novela mexicana mas reciente. deseo evidente del autor de ver en la historia de los
La tendencia a calar a mayor profundidad se vis- indios un simbolo gigantesco de la historia de Mexico.
lumbra apenas en varios libros: Yo como pobre, La Para tomar esta perspectiva, se desplaza hacia afuera.
negra Angustias, El lnto hnmarw. Eclipsado a menu- Y fracasa, porque el relato esta en parte relacionado
do por el regionalismo y con mayor frecuencia a{m con el tiempo, y en parte se emancipa de el. Se in-
por la necesidad de afirmar algo, el estudio combi- cita al lector a identificar historicamente el simbo-
nado de la naturaleza del hombre y de la naturaleza lismo, y luego ello se elude porque simbolo e historia
de Mexico se volvi6 mas insistente. Es palpable en va- no encajan bien uno en el otro. El resultado es que,
rios novelistas de mediados de la decada de 1940: despues de una primCI·a lectura, suele sentirse que
Raul Gonzalez Enriquez, Gustavo Rueda Medina, Fe- algo se ha perdido en una novela probablemente buena.
derico Sodi. Sus obras, sin embargo, no son lo que Pero una segunda lectura mucstra que realmente nada
podriamos considerar como la nueva novela. Son sim- perdio. El libro intenta dos cosas que no son de nin-
plemente sefialcs de una comprensi6n que se iba guna manera compatibles y el resultado es el fracaso ,
ahondando. en ambos sentidos. Lo que queda es un intento abor-
En su segunda novela indigenista, Los peregrinos tado de ver el mundo desde la perspectiva indigena,
inm6viles -publicada en 1944~, Lopez y Fuentes un simbolismo impropio y un mouton de informacion
cambio su posicion del exterior al interior, de manera rxterior acerca de lo que es el indio. Sin embargo, el
tal que la novela no viese al indio como al "otro", movimiento hacia el mundo interior del indio basta
I.
sino que viera lo que el "otro" significaba desde el para arrojar una luz totalmente distinta sobre el pro-
punto de vista del indio. Los indigenas son desarrai- blema de su incorporacion a Ia sociedad. Los peregri-
gados; surgen disputas; se provocan divisiones; el nos inm6viles subraya el egocentrismo del punto de
hombre blanco sc impone; encuentran Iugar para esta- vista indigena. En El indio lo vimos vivir en un mun-
blecerse. La encrucijada es el centro del mundo. El in- do diferente, pero aquella novela indica que Ia se-
dio se detiene -ciertamente, en un sentido, nunca ha paracion de los dos mundos se funda en el supuesto,
ido a ninguna parte- y resiste la invasion persistente
del "otro". Se sienta a la defensiva y espera el ataque. • Joseph Sommers describe el nuevo enfoque en "Changing
view of the Indian in Mexican Literature", Hispania, XLVII,
La nueva postura del autor anticipa el enfoque de num. l (marzo, 1964) ' pp. 47-54.
l

394 LA IMAGEN EN EL ESPEJO LA IMAGEN EN EL ESPEJO 395


tanto de los blancos como de los indios, de que el autobiografia, narrada en funci6n de mujeres famosas
mundo en que viven es Ia realidad y todo lo demas de Ia tradicion cultural de occidente. El estilo de Ya-
csta aparte, no guarda relaci6n con t'llos y, natural- nez es neobarroco, y tanto el estilo como el tema lo
mente, carece de importancia. hacen un escritor para escritores. Archipielago de mu·
Unos cuantos escritores renunciaron a la imagen es- jeres sefiala el final de una etapa autobiografica en Ia
pecular de Ia naci6n y se lanzaron de lleno a con- obra de Yanez. Con Flor de juegos antiguos y Pasion
siderar Ia realidad interior del hombre: Agustin Yanez y convalecencia, y tal vez algunas obras anteriores,
en Arch£pielago de mujeres (1943), Ruben Salazar cste libro representa el estudio fundamental que el au-
Mallen en Paramo (1944) y Efren Hernandez en Ce- tor haec de si mismo como hombre. Estahlecida esta
rraz6n sabre Nicomaco, (1946). La novela de Salazar base, y confirmado a si mismo esteticamente, Yanez
Mallen, a pesar de· su intensa interiorizaci6n, es infe- estaba preparado para combinar su comprensi6n de si
rior a algunas de sus otras obras, en virtud de una mismo, del hombre y de Mexico, con Ia imagen espe-
calidad que no puedo menos que calificar de melo- cular, para escribir Al filo del agua. .
dramatica. En esta novela, como en otros casos, el au- La imagen especular se levanta unas veces bnllante-
to r se dej6 llevar por si mismo, y permiti6 que el valor mente; otras, eclipsada por Ia renuencia del hombre a
de su libro fuese menoscabado por el deseo de escan- contemplarse a si mismo ni siquiera a su yo exterior.
dalizar al lector. Cerraz6n sob re Nicomaco tiene un ; Como podemos tener Ia seguridad de que nos dice
canicter totalmente distinto. De manera altamente poe- ~~ espejo? Despues de to do, en ei descubrimos {mica-
tica, Hernandez se desplaz6 hacia el mundo de lo que mente lo que creemos que vemos. Y, mientras seguimos
normalmente consideramos irrealidad, con el objeto mirando, descubrimos que Ia aparicion de Ia imagen
de extender su comprensi6n mas alia de los limites especular cambia cuando ponderamos lo que tenemos
de lo visible. Por desgracia, Hernandez escribi6 muy dentro. E1 descubrimiento de Ia realidad no consiste
pocas cosas mas, pero no cabe duda de que descuhri6 en elegir entre el interior y el exterior, sino en cono-
para Ia novela un . camino que muy pocos otros su- ccr la relaci6n entre amhos.
pieron ver en aquel tiempo. Entre novelas mas re- Los aiios de vacilaci6n en Ia novela :fueron anos
eirntes, donde la ficci6'n en prosa h~ adoptado a me- al borde del descubrimiento. Introversion y extrover-
nudo el papel poetico de adentrarse en la realidad sion no coincidian del todo. Y mientras estuviesen
no visible, Cerraz6n sobre Nicomaco no es un libro separadas, cada una experimentaria un conflicto in-
!an raro como lo fue entre sus compafieros de 1946. terior. Los autores mas inclinados a mirar hacia aden ·
Archipielago de mujeres es un libro muy importan- tro, nacionalmente. y examinar a Mexico fueron los
te, porque complet6 Ia preparaci6n dd autor para que menos se inclinaron a examinarse a si mismos;
escrihir Al filo del agua. La novela es una suerte de quienes miraron hacia afuera nacionalmente --o in-
396 LA IMAGEN EN EL ESPEJO
ternacionalmente- se inclinaron mas a calar con ma-
yor profundidad en la naturaleza del .hombre, del yo,
del ser mexicano. La combinaeion de los dos aument6
las dimensiones de la realidad comprendida. Y si esta LISTA CRONOL6GICA DE NOVELAS (1832-1971)
inmensa y escurridiza realidad a veces parece estar
por encima de nuestras facultades de comprension, (Esta lista no es una bibliografia. Tampoco esta com-
ofrece al menos una esperanza que no tuvieron gene- pleta. Es una version abreviada de la lista en la que
raciones anteriorcs a la nuestra. se fund6 la organizaci6n de este libro.)
Dami{m Limon, . Maria, Gabriel, el puehlo, la na-
ci6n, la humanidad estaban suspendidos -no solo en 1832 Don Catrin de la Fachenda. Jose Joaquin
1910, sino tambien en 194,7- "al fifo del agua". Fernandez de Lizardi.
Netzula. Jose Maria Lafragua.
1836 El misterioso. Mariano Melendez y Munoz.
El criollo. J. R. Pacheco.
La hija del oidor. Ignacio Rodriguez
Galvfm.
1837 M anolito Pisaverde. Ignacio Rodriguez
Galvan.
s.f. Tras de un mal nos vienen ciertto. Igna-
cio Rodriguez Galvan.
1841 Un aiio en el hospital de San Lazaro.
Justo Sierra O'Reilly.
184.5-184.6 El fistol del diablo. Manuel Payno.
1848-1850 La hija del judio. Justo Sierra O'Reilly.
1849 Amor y desgracia. Florcncio Maria del
Castillo.
La corona de azucenas. Florencio Maria
del Castillo.
1850 La guerra de treinta aiios. Fernando Oroz-
co y Berra.
If oras de tristP-za. Florencio 1\'Iaria del
Castillo.
s.f. Culpa. Florencio Maria del Castillo.
(397]
398 LISTA CRONOLOGICA DE NOVELAS U~T t\ «:Itt 11'/fll.t"II:ICI\ DE NOVELAS 399
s.f. Dos horas en el hospital de San Andres. Avelina. JoHi' 1\lnrin Humin·z.
Florencio Maria del Castillo. 1865 El ahorcado de UJ.IH. I;,"''. uri" l'l·r• ·:r..
1851 lronias de la vida. Pantaleon Tovar. Astucin cl jcfe d,, lm lu·rr,wwl,\ d,· Ia hoja,
Los misterios de San Cosme. Jose Rivera o los charras contruuandistas de la rarna.
y Rio. Luis Gonzaga Inclim.
1854 Hermarza de los Angeles. Florencio Maria 1866 La cruz y Ia espada. Eligio Ancona.
del Castillo. El santuario de la aldea. Crcscencio Ca-
Amor de angel. Emilio Rey. rrillo y Ancona.
1857 lmpresiones y sentimientos. Juan Diaz Co- 1867 Las tres flares. Ignacio Manuel Altamirano.
varrubias. Julia. Ignacio Manuel Altamirano.
1858 La clase media. Juan Diaz Covarrubias. 1868 El cerro de las Campanas. Juan A. Mateos.
1858 El diablo en Mexico, Juan Diaz Cova- ]ulz:a. Manuel Martinez de Castro.
rrubias. Una rosa y un harapo. Jose Maria Ra-
Gil Gomez el insurgente o La hija del me- mirez.
dico. Juan Diaz Covarrubias. El sol de mayo. Juan A. Mateos.
1859 La sensitiva. Juan Diaz Covarrubias. Monja y Casada, virgen y rnartir. Vicente
1861 El monedero. Nicolas Pizarro Suarez. Riva Palacio.
La coqueta. Nicolas Pizarro Suarez. Martin Garatuza. Vicente Riva Palacio.
Martires y verdugos. Jose Rivera y Rio. Calvaria y tabor. Vicente Riva Palacio.
El hombre de la situaci6n. Manuel Payno. El talamo y la horca. Enrique de Olava·
Las tres aventureras. Jose Rivera y Rio. rria y Ferrari.
Fatalidad y providencia. Jose Rivera y 18W Los dramas de Nueva York. Jose Rivera
Rio. y Rio.
Celeste. Jose Maria Ramirez. Mau.ricio el ajusticiado o una persecuci6n
Vulcano. Hilari6n Frias y Soto. rnas6nica. Lorenzo Elizaga.
1862 Ellas y nosotros. Jose Maria Ramirez. El pecado del siglo. Jose Tomas de Cuellar.
Gabriela. Jose Maria Ramirez. Sacerdote y caudilh Juan A. Mateos.
H istoria de W elinna. Crescencio Carrillo Los insu.rgentes. Juan A. Mateos.
y Ancona. Las dos emparedadas. Vicente Riva Pa·
1863 La hora de Dios. Pantale6n Tovar. lacio.
1864 El oficial mayor. Juan Pablo de los Rios. Los piratas del golfo. Vicente B.iva Pa-
El filibustero. Eligio Ancona. lacio.
400 LISTA CRONOL(JGICA DE NOVELAS LISTA CRONOL6GICA DE NOVELAS
Las gentes que "son asi". Jose Tomas de
,101 1
V enganza y remordimiento. Enrique de
Olavarria y Ferrari. Cuellar.
El hambre y el oro. Jose Rivera y Rio. Antonia. Ignacio Manuel Altamirano.
Clemencia. Ignacio Manuel Altamirano. Memorias de un impostor. Don Guillen de
1870 La luz en las tinieblas. Adolfo Isaac Larnpart, rey de Mexico. Vicente Riva
Alegria. Palacio.
La vuelta de los muertos. Vicente Riva 1873 Ernestina. Vicente Morales.
Palacio. Gentes de historia. Vicente Morales.
Un hereje y un musulman. Pascual Al- El doctor Cupido. Francisco Sosa.
mazan. El solitario del Teira. Jose Francisco Soto-
Lagrimas y sonrisas. Enrique de Olava- mayor.
rria y Ferrari. Amor y suplicio. Ireneo Paz.
Los martires de Anahuac. Eligio Ancona. Beatriz. Ignacio Manuel Altamirano.
Novelas. Jose Maria Roa Barcena. 1874 Las minas del monasterio. Jose Francisco
Esqueletos sociales. Jose Rivera y Rio. Sotomayor.
1871 La piedra del sacrificio. Ireneo Paz. Amor de viejo. lreneo Paz.
lsoHna la ex-figurante. Jose Tomas de Angela. Vicente Morales.
Cuellar. Memorias de Paulina . .lose Negrete.
Las jamonas. Jose Tomas de Cuellar. Gerardo. Vicente Morales.
La virgen del Niagara. Jose Rivera y Rio. Memorias de nn rnuerto. Manuel Bal-
Magdalena. Francisco Sosa. hontin.
Angelica. Luis G. Ortiz. Caridad y recmnpen.m. Pedro Llanas.
Ensalada de pollos. Jose Tomas de Cuellar. 187S llio~torias color de fuego. Jose Negrete.
Historia de Chncho el Ninfo. Jose Tomas Una hija y una madre. Manuel Martinez
de Cuellar. de Castro.
1872 Memorias de unos naufragos. Jose Rivera Sor Angelica. .Juan A. Mateos.
y Rio. J87o Pobres y ricos de Mexico. Jose Rivera y
Silveria de Epinay. Vicente Morales. Hio.
Gabriel el cerrajero o las hijas de mi papci. 1877 Doce leyendas. Francisco Sosa.
Jose Tomas de Cuellar. Un santuario en el desierto . .T os{~ Francisc:o
Obras completas. Florencio Maria del Cas- Sotomayor.
tillo. Dos leyendas. Vic:toriano Agiieros.
402 LISTA CRONOL6GICA DE NOVELAS LJSTA CRONOL6GICA DE NOVELAS 403
1878 La mujer verdugo. Jose Negrete. 1888 Fl r.narto poder. Emilio Rabasa.
La n£iia martir. Jose Negrete. Moneda falsa. Emilio Rabasa.
Lanchitas. Jose Maria Roa Barcena. 1889 Flvira. Manuel Martinez de Castro.
1879 Leyenda de Navidad. Victoriano Agiieros. Staur6fila. Maria Nestora Tellez Rendon.
El conde de Peiialva. Eligio Ancona. Del natural. Federico Gamboa.
1880 Atenea. Ignacio Manuel Altamirano. Entre el amor y la patria. Demetrio
El esceptico. Vicente Morales. Mejia.
Memorias de Merolico. Jose Negrete. 1889-1891 Los bandidos de Rio Frio. Manuel Payno.
1880-1887 Episodio Nacionales Mexicanos. Enrique 1890 Los fuereiios y la Nochebuena. Jose To-
de Olavarria y Ferrari. mas de Cuellar.
1881 Remordimiento. Rafael de Zayas Enriquez. Los mariditos. Jose Tomas de Cuellar.
Cuentos mineros. Un combate. Pedro Cas- La Calandria. Rafael Delgado.
tera. La Rumba. Angel de Campo.
1882 Ensueiios y armonias. Pedro Castera. 1891 La guerra de tres aiios. Emilio Rabasa.
lmpresiones y recuerdos. Pedro Castera. Paginas de un primer amor. Jose Rafael
Carmen. Pedro Castera. Guadalajara.
Los maduros. Pedro Castera. Amalia. Jose Rafael Guadalajara.
Satanas. Adolfo Isaac Alegria. La mestiza. Eligio Ancona.
Pocahontas. Manuel Sanchez Marmol. 1892 lnes. Manuel Balbontin.
1883 Doiia Marina. lreneo Paz. El rayo del sol. Crescencio Carrillo y An-
1885 Eva. Memorias de dos huerfanos. Manuel cona.
Martinez de Castro. Juanita Sousa . Manuel Sanchez Marmo!.
Perico. Arcadio Zentella. La estatua de Psiquis. Aten6genes Segale.
1886-1894. Leyendas hist6ricas de la independenda. Apariencias. Federico Gamboa.
lreneo Paz. Pascual Aguilera. Amado Nervo.
1886 Baile y cochino. Jose Tomas de Cuellar. 1893 La linea curva. Mariano Flores Villar.
1887 Oceanida. Rafael de Zayas Enriquez. Angelina. Rafael Delgado.
El grito de Dolores. Jose Severino de Ia lmpresiones y recuerdos. Federico Gam-
Sota. boa.
La bola. Emilio Bahasa. Las cruces del santuario. Joaquin Gomez
La gran ciencia. Emilio Rabasa. Vergara.
Nieves. Jose Lopez Portillo y Rojas. 1893-1895 T om6chic. Heriberto Frias.
404 LISTA CRONOL6GICA DE NOVELAS 1.1'-iT\ l:llONill/lCICA llE NOVELAS •l.fl!i

1894 La i;ampana de la misi6n. Jose Maria Es· Sun/a . F.,,h•rieo Gamboa.


teva. 190:J. / .os f'lll'inttes ricos. Rafael Delgado.
1895 Naufragio. Heriberto Frias. illl'l11urias de un alferez. Eligio Ancona.
El bachiller. Amado Nervo. 1905 / .a sic[!;a. l{afael Ceniceros y Villarreal.
Antonio Rojas. lreneo Paz. 1.906 /'rcvivida. Manuel Sanchez J\'larmol.
Reproducciones. Jose Ferrel. 1907 !1/a.ria Luisa. Mariano Azuela.
1896 Suprema ley. Federico Gamboa. 1908 Neconquista. Federico Gamboa.
Cuentos del general. Vicente Riva Palacio. El hombre nuevo. Rafael Ceniceros y Vi·
El ultimo duelo. Heriberto Frias. llarreal.
1897 Cuentos originates y traducidos. Jose Ma- Pajarito. Cayetano Rodriguez Beltran.
ria Roa Barcena. El amor de las sirenas. Heriberto Frias.
Del cambio contrario. Aten6genes Segale. Los fracasados. Mariano Azuela.
Memorias de un guerrillero. Juan A. 1909 Los precursores. Jose Lopez Portillo y
Mateos. Rojas.
1898 La parcela. Jose Lopez Portillo y Rojas. Mala yerba. Mariano Azuela.
I nri. Juan N. Cordero. 1910 Jlll emorias de un juez de paz. Salvador
1899 Leyendas /u:st6ricas rnexicanas. Heriberto
Cordero.
Frias.
Novelas cortas. Jose Maria Roa Barcena.
Metamorfosis. Federico Gamboa.
La llaga. Federico Gamboa.
El donador de almas. Amado Nervo.
1911 La majestad caida. Juan A. Mateos.
1900 Adah, o el amor de un angel. Aurelio Luis
El triunfo de Sancho Panza. Heriberto
Gallardo.
Frias.
Pacotillas. Porfirio Parra.
Andres Perez, maderista. Mariano Azuela.
1901 El Zarco, o episodios de la vida mexicana
1912 La camada. Salvador Quevedo y Zubieta.
en 1861-63. Ignacio Manuel Altamirano.
1914 Madero. lreneo Paz.
El senor Gobernador. Manuel H. San
1915 Los de abajo. Mariano Azuela.
Juan.
El teniente de los Gavilanes. Rafael de 1916 Las miserias de Mexico. Heriberto Frias.
1902
Zayas Enriquez. 1918 Mirlit6n. Maria Enriqueta Camarillo de
Hermana de los Angeles (Nueva edicion). Pereyra.
Florencio Maria del Castillo. El secreta de la "Escala". Francisco Mon-
1903 Anton Perez. Manuel Sanchez Marmol. terde.
406 LISTA CRONOL6GICA DE NOVELAS LIS'L\ n:oNOI/lClCA DE NOVELAS 407

Las tribulaciones de una familia decente. Fl 1ip,uiln :Y Ia serpiente. Martin Luis


Mariano Azuela. Cmmtf111.
El madrigal de Cetina. Francisco Mon- La hacienda. Xavier Icaza.
terde. l'unchito Chapopote. Xavier Icaza.
1919 Fuertes y debiles. Jose Lopez Portillo y 1929 /,a sombra del caudillo. Martin Luis Guz.
Rojas. man.
La fuga de la quimera. Carlos Gonzalez La revancha. Agustin Vera.
Pena. 1930 La educacion sentimental. Jaime Torres
Bodet.
/iron del mundo. Maria Enriqueta Cama-
La rueca de aire. Jose Martinez Soto-
rillo de Pereyra.
mayor.
Un ingenio. Cayetano Rodriguez Beltran.
El senor diputado. Diego Arenas Guzman.
Ejemplo. Artemio de Valle-Arizpe. Hector. Jorge Gram.
1920 Alas abiertas. Alfonso Teja Zabre. 1931 Vamonos con Pancho Villa. Rafael Mu-
1922 Dona Leonor de Caceres. Artemio de Va- noz.
lle-Arizpe. La asonada. Jose Mancisidor.
1923 Sor Adoraci6n del Divino Verba. Julio Cartucho. Nellie Campobello.
Jimenez Rueda. Campamento. Gregorio Lopez y Fuentes.
El Corcovado. Ermilo Abreu Gomez. 1932 Apuntes de un lugareno. Jose Ruben Ro-
La vida del venerable siervo de Dios, mero.
Gregorio Lopez. Ermilo Abreu Gomez. La luciernaga. Mariano Azuela.
La Malhora. Mariano Azuela. La ciudad raja. Jose Mancisidor.
Aguila o sol. Heriberto Frias. Tierra. Gregorio Lopez y Fuentes.
1924 Moisen. Julio Jimenez Rueda. 1933 Las perras. J ustino Sarmiento.
1925 El desquite. Mariano Azuela. Liberacion. Roque Estrada.
La llama fria. Gilberto Owen. La Virgen dr! los cristeros. Fernando
1926 Pero Galin. Genaro Estrada. Robles.
El Cafe de Nadie. Arqueles Vela. Mi general. Gregorio Lopez y Fuentes.
1927 Margarita de niebla. Jaime Torres Bodet. El pueblo inocente. Jose Ruben Romero.
1928 Dama de corazones. Xavier Villaurrutia. Primero de enero. Jaime Torres Bodet.
El joven. Salvador Novo. Desbandada. Jose Ruben Romero.
Novela como nube. Gilberto Owen. 1935 La gaviota verde. Rosa de Castano.
408 LISTA CRONOL6GICA DE NOVELAS IJSTA CRONOLOGICA DE NOVELAS
La patria perdida. Teod.oro Torres. Clau.dio Martin: vida de un chiclero. Lui s
La desventura del Conde Kaliski. Julio Rosado Vega.
Jimenez Rueda. 1939 Transici6n. Rosa de Castano.
I diota. Roque Estrada. Regina Landa. Mariano Azuela.
La consumaci6n del cnmen. Diego Are- Huasteca. Gregorio Lopez y Fuentes.
nas Guzman. Manzana podrida. Jose Meana.
Tierra caliente. Jorge Ferretis. 19W Avanzada.. Mariano Azuela.
!ahel. Jorge Gram. Paludismo. Bernardino Mena Brito.
El indio. Gregorio Lopez y Fuentes.
Sucedi6 ayer. Fernando Robles.
Campo Celis. Mauricio Magdaleno.
Espejismo de !uchitan. Agustin Yanez.
1936 Rancho Estradeiio. Rosa de Castano.
1941 El Cam:Zlitas. Artemio de Valle-Arizpe.
Mi caballo, mi perro y mi rifle. Jose Ru-
Nueva bu.rguesia. Mariano Azuela.
ben Romero .
Concha Breton. Mauricio Magdaleno. Se llevaron el canon para Bachimba. Ra-
.1 9~7 El camarada Pantoja. Mariano Azuela . fael Munoz.
Cuando engorda el Quijote. Jorge Fe· Sonata. Mauricio Magdaleno.
rretis. Nayar. Miguel Angel Menendez.
Los cristeros. Jose Guadalupe de Anda. La rosa de los vientos. Jose Mancisidor.
Arrieros. Gregorio Lopez y Fuentes. Los muros de agua. Jose Revueltas.
El resplandor. Mauricio Magdaleno. Flor de juegos antiguos. Agustin Yanez.
Chimeneas. Gustavo Ortiz Hernan. Ciudad. J ost~ Maria Benitez.
Puede qu.e l'otro aiio. Magdalena Mon· Los bragados. Jose Guadalupe de Anda .
dragon. San Antonio, S. A . Rafll Gonzalez Enri-
Sumbras. Jaime Torres Bodet. quez.
Camino de perfecci6n. Ruben Salazar l 9H Tropa vieja. Francisco L. lirquizo.
Mallen. Juan del riel. Jose Guadalupe de Anda.
Tumultu. Eduardo Luquin. Acomodaticio. Gregorio Lopez y Fuentes.
Agua de sombra. Eduardo Luquin. El luto humano. Jose Revueltas.
La vida z:nutil de Pito Perez. Jose Buhen Los perros Jantasmas. Eduardo Luquin.
Romero. Archipielago de mu.jeres. Agustin Yanez.
San Gabriel de Valdivias. Mariano Azue· I 04i[, Los olvidados. Jesus R. Guerrero.
Ia. La marchanta. Mariano Azuela.
410 LISTA CRONOLOGlCA DE NOVELAS LIST!\ CIIONOI.!)CICA DE NOVELAS 4U
La negra Angustias. Francisco Rojas Gon- Mrio~ (filii t':ti.1te Ia tierra. Magdalena Mon-
zalez. <l ral-\fm.
Pensativa. Jesus Goytortua Santos. Al filo del agua. Agustin Yanez.
Los peregrinos inm6viles. Gregorio Lopez 1948 Clasc media. Federico Sodi.
y Fuentes. La escondida. Miguel N. Lira.
Yo como pobre. Magdalena Mondragon. Entresuelo. Gregorio Lopez y Fuentes.
Norte barbara. Magdalena Mondragon. Juan Perez folate. Ricardo Pozas A.
Paramo. Ruben Salazar Mallen. El callado dolor de los tzotziles. Ramon
Feliciano cumple media siglo. Federico Rubin.
Sodi. La barriada. Benigno Corona Rojas.
Quince Uiias y Casanova, aventureros. El sol sale para todos. Felipe Garcia
Leopoldo Zamora Plowes. Arroyo.
Yo tambien fui revolucionario. Jose Ma- Murieron a mitad del rio. Luis Spota.
ria Davila. 1949 Sendas perdidas. Mariano Azuela.
La maestrita. Maria Luisa Ocampo.
1,Quien tiene un sacacorchos? Gustavo Rio humano. Rogelio Barriga Rivas.
Rueda Medina.
Los dias terrenales. Jose Revueltas.
Los hermanos Gabriel. Eduardo Luquin. El doble nueve. Rodolfo Benavides.
Rosenda. Jose Ruben Romero. Ojo de Agua. Ruben Salazar Mallen.
El santo que asesin6. Fernando Robles. La paloma, el s6tano y la torre. Efren
Las islas tambien son nuestras. Gustavo Hernandez.
Rueda Medina. Tierra grande. Mauricio Magdaleno.
Cerraz6n sabre Nicomaco. Efren Her- Cabello de elate. Mauricio Magdaleno.
nandez. 19.50 Los pies descalzos. Luis Enrique Erro.
Donde crecen los tepozanes. Miguel N. Huelga blanca. Hector Ra1tl Almanza.
Lira. La estrella vacia. Luis Spota.
Lola Casanova. Francisco Rojas Gonzalez. 19.51 Cuando el aguila perdi6 sus alas. Fer-
El medico y cl santero. Jose Maria Da- nando Robles.
vila. La canoa perdida. Ramon Rubin.
Baja el fuego. Maria Luisa Ocampo. Chicle. Enrique Vazquez Islas.
Lluvia ro ja. Jesus Goytortua Santos. Mas comadas da el hombre. Luis Spota.
Guelaguetza. Rogelio Barriga Rivas. 19.52 El canto de la grilla. Ramon Rubin.
412 LISTA CRONOL6GICA DE NOVELAS 1.1:-. 'L\ 1 1\IINOI/II.ICt\ Ill•: 1\J OVELAS 4l cl
La mayordomfa. Rogelio Barriga Rivas. C'ut.,~ ta ulm ju.
llaqud Banda Farfan.
Candelaria de los Patos. Hector Raul Al· /IJfir,. Curnwn Hoscnzweig.
manza. ( Jn;futl . L. Bruno Ruiz.
Ejerdcios. Ruben Salazar Mallen. 1•.'1 .w lit.ario Jltlantico. Jorge Lopez Paez.
Confabulario. Juan Jose Arreola. 1-:l lifm, vacio. Josefina Vicens.
1958 Frontera junto al mar. Jose Mancisidor. l'olvos de arroz. Sergio Galindo.
El alba en las cimas. Jose Mancisidor. Fl norte. Emilio Carballido.
Entre las pata:s de los caballos. Jose Ri· Los signos perdidos. Sergio Fernandez.
vero del Val. 1959 La creaci6n. Agustin Yanez.
Elllano en llamas. Juan Rulfo. Los hombres verdaderos. Carlo Antonio
Memoria de un espejo. Jose Alvarado. Castro.
La brunw lo vuelve azul. Ramon Rubin. ]usticia de enero. Sergio Galindo.
T enernos sed. Magdalena Mondragon. 1960 Ojerosa y pintada. Agustin Yanez.
Los dias enmascarados. Carlos Fuentes. La tierra pr6diga. Agustin Yanez.
1955 La maldicion. Mari ano Azuela. Pesca brava. Hector Raul Almanza.
Brecha en Ia roca. Hector Raul Almanza. El bordo. Sergio Galindo.
Pedro Paramo. Juan Rulfo. El tiernpo de la ira. Luis Spota.
El personaje. Jose Alvarado. ]9()0 Las buenas conciencias. Carlos Fuentes.
Engafiar con Ia verdad. Artemio de Valle- Cuando el Taguaro agoniza. Ramon Rubin .
Arizpe. ]961 Los extraordinarios. Ana Mairena.
1956 Una mujer en soledad. Miguel N. Lira. El desierto magico. Concha Villarreal.
Casi el paraiso. Luis Spota. El picaflor. Arqueles Vela.
La volanda. Arqueles Vela. La voz adolorida. Vicente Lenero.
En algun valle de lagrimas. Jose Re- 1962 Las tierras flacas. Agustin Yanez.
vueltas. La culebra tap6 el rio. Maria Lombardo
La veleta oxidada. Emilio Carballido. de Caso.
Esa sangre. Mariano Azuela. La muerte de Artemio Cruz. Carlos Fuen-
1957 Los motivos de Cain. Jose Revueltas. tes.
Balun-Canan. Rosario Castellanos. Aura. Carlos Fuentes.
19.58 Mientra.s la muerte llega. Miguel N. Lira. Oficio de tinieblas. Rosario Castellanos.
La region mas transparente. Carlos Fuen- Detras del espejo. Hector Ratll Almanza.
tes. Bramadero. Tomas Mojarro.
1963
414 LISTA CRONOL6GICA DE NOVELAS L!STJ\ C1WNOL6GICA DE NOVELAS 415
Los antepasados. Carlos Valdes. Los peces. Sergio Fernandez.
La feria. Juan Jose Arreola. Hi hipogeo secreto. Salvador Elizondo.
Los recuerdos del porvenir. Elena Garro. Los hijos del polvo. Manuel Farill.
Los palacios desiertos. Luisa Josefina Her- Inventando que sueiio. Jose Agustin.
nimdez. Pasto verde. Parmcnidcs Garcia Saldana.
La comparsa. Sergio Galindo. Larga sinfonia en D. Margarita Dalton.
Los albaiiiles. Vicente Leiiero. En caso de duda. Orlando Ortiz.
En tela de juicio. Sergio Fernandez. Bellisima bahia. Ricardo Garibay.
Figura de paja. Juan Garda Ponce.
1969 Obsesivos dias circulares. Gustavo Sainz.
Los errores. Jose Revueltas.
Luz que se duerme. Raul Navarrete.
La pequeiia edad. Luis Spota.
La tumba. Jose Agustin. La cabana. Juan Garcia Ponce.
1965 Gazapo. Gustavo Sainz. Cumpleaiios. Carlos Fuentes.
Farabeuf. Salvador Elizondo. El poder de la urraca. Alberto Dallal.
Estudio Q. Vicente Lefiero. Despues de todo. Jose Ceballos Maldonado.
Beber un caliz. Ricardo Garibay. Maten al leon. Jorge lbargiiengoitia.
1966 De perjz:l. Jose Agustin. llasta no verte Jesus mio. Elena Ponia-
lose Trigo. Fernando del Paso. towska.
Las visitaciones del diablo. Emilio Car- 1970 Acto propiciatorio. Hector Manj arrez.
ballido. La muchacha en el balc6n. Juan Tovar.
Zona Sagrada. Carlos Fuentes. El sol. Emilio Carballido.
Mala fortun a. Tomas Mojarro. Nuda. Sergio Galindo.
1967 Cambia de pie!. Carlos Fuentes. Las manos en el fu ego . Manuel Echeve-
La Mafia. Luis Guillermo Piazza. rria.
Los juegos. Rene Aviles Fabila. El libro. Juan Garc]a Ponce.
Morinis lejos. Jose Emilio Pacheco. La vida perdurable. Juan Garcia Ponce.
El {!;arabato. Vicente Leiiero. Nostalgia de Troya. Luisa Josefina Her-
El rio de la misericordia. Mauricio Gon- n[uult~z.
zitlez de Ia Garza. Yo soy David. Alfredo Leal Cortes.
El manumiso. Gabriel de la Mora. 1971 /,a linl'((. dura. Gerardo de la Torre.
El libra del desamor. Julian Meza. ]\'[ Jlut!n · Prior. Mauricio Gonzalez de la
1968 M exicanos en el espacio. Carlos Olvera. Carzn .
,H6 LISTA CRONOL6GICA DE NOVELAS
Con F:l, conmigo, con nosotros tres. Maria
Luisa Mendoza.
I. Argon 18 inicia. Edmundo Dominguez
Aragones.
BIBLIOGHAFfA ESCOGIDA
El cadaver del tio. Manuel Capetillo.
Lapsus. Hector Manjarrez.
La lista siguiente trae unicamente los libros y ensayos
Cadaver lleno de mundo. Jorge Aguilar
I
Mora. en los que se nos ofrece una vision mc'is bien general
! y recicnte de la novela mexicana. En la obra titulada
Breve historia de la novela mexicaiUt, que aparece ci-
tada llneas mas abajo, pu ede encontrarse una biblio-
grafia mas completa.

Alegria, Fernando. Breve historia de la no.vela hispano-


americana. Mexico, Ediciones de Andrea, 1959.
Azuela Mariano. Cien afio s de novela rnexicana. Me-
xico, Botas, 1947.
Brushwood, .T. S. The Romantic Novel in Mexico.
Columbia: University of Missouri Studies, 1954.
Brushwood, John S., y Jose Rojas Garcidueiias. Breve
historia de la novcla mexicana. Mexico, Ediciones
de Andrea, 1959.
Carter, Boyd G. " The Mexican novel at mid-century" ,
Prairie Schooner, XXVIII, 2 (Verano, 1954) , 143-
156.
( :astcllanos, Rosario. "La novel a mexicana contem-
riinea", Mexico en la Cultura, Niim. 597, suple-
mento de Novedades (21 de agosto dl~ 1960), 1 y
5 y 10.
Fuente3, Carlos. "La nueva novela latinoamericana",
La Cultura en Mexico, Niim. 128, suplemento de
S iemprc. (29 de julio de 1964) , 2-7 y 14-16.
Gonzalez, Manuel P edro, Trayectoria de la novela
mcxicana. Mexico, Botas, 1951.
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,II de hoy. Caracas: Monte Avila, 1968. /Icto jJro piciatorio (H. M anjarrez), 123·125
Acu fia, Manuel, 213
Navarro, .Toaquina. La no vela realista mexicana. Me- Adah, o el amo?· de un dngel (A. L. Gallardo), 254-255
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Ocampo de Gomez, Aurora Maura. Litera.tura mexi- Aguila r Mora, J orge, 125, 128 -129
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inedito, 1965. Alba d e las cimas (J. Mancisidor), 44
Albatiiles, Los (V. Lefiero), 94-96
Ocampo de Gomez, Aurora Maura, y Ernesto Prado AI f ilo del agua (A. Yariez), 21-28, 32, 38, 42, 43, 70, 74,
Velasquez, Diccionario de Escritores Mexicanos. Me· 78, 112, 259, 394-396
Almanza, Hector Raul, 34, 45 , 47-48, 63, 78
xi co: UNAM/ Centro de Estudios Literarios, 1967. Almazan, Pascual, 191, 198- 199
Bead, J. Lloyd. The Mexican Historical Novel, 1826- Alta mirano, Ign acio Manuel, 166, 171, 176, 178, 189-191,
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Zum Felde, Alberto. indice critico de la literatura his- Arreola, Juan Jose, 54-58 , 89·91
panoarnericana. Vol. II, La narrativa, Mexico; Arliculos lilerm·ios (I. M. Altamirano), 166n , 176n
Guarania, 1959. Asistente, El (B. Malamud), 80

[ 419]
..
420 iNDICE DE AUTORES Y DE OBRAS
fNDtCE DE AUTORES Y DE OBRAS
Asonada, La 0· Mancisidor), 355
Astucia, el jefe de los hermanos de Ia hoja, o los cha1-ros Cabello de elotc (M. Magdaleno), 42-43
contrabandistas de fa rama (L. G. Inclan), 186-190, 205 Cadaver del tio, El (M. Capetillo) , 125-126
Asturias, Miguel Angel, 349 Cadaver lleno de mun do (]. Aguilar Mora), 125, 127-129
Aura (C. Fuentes), 83-85 Cafd de nadie, El (A. Vela), 333-335
Avanzada (M. Azuela), 372 Calandria, La (R. Delgado), 234, 250
Aviles Fabila, Rene, 109 Calvina, Juan , 199
Azuela, Mariano, 39, 40, 43, 64, 69, 82, 296-305, 313-320, Callado dolor d e los tzotziles (R. Rubin), 50
322, 327-329, 336, 345, 347, 353, 361, 362, 372-377, 380-382, Calles, Plutarco Elias, 330-331, 348, 349, 353, 372
388 Camada, La (S. Quevedo y Zubieta), 294-295
Camarada Pantoja, El (M. Azuela), 374
Bachil/e1·, El (A. Nervo), 266, 268 Camarillo, Maria Enriqueta, 258
Baile y cochino (J. T . de Cuellar), 244 Camarillo y Ancona, Crescencio, 184-186, 256
Baja el fu ego (M. L. Ocampo), 29 Cambia de piel (C. Fuentes), 104-107 Ill, 112
Balbontfn Manuel, 214-216 Camparnento (G. L6pez y Fuentes), 357-358
Balbuena, Bernardo de, 139 CamjJana de Ia mi.sidn, La (]. M. Esteva), 256-257
Balun Candn (R. Castellanos), 65-66, 71 Campobello, Nellie, 356
Balzac, Honora to de, 170, I 83 Campos, Ruben M., 269
Bandem de Provincias (A. YMiez), 27-28 Candelaria de los Patos (H. R. Almanza), 45-47
Bandidos d e Rio Frio, Los (M. Payno), 221-222 Canoa. pe1·dida,_ La (R. Rubin) ., 50-5In
Barriada, La (B. Corona Rojas) , 15 Canto de Ia grzlla, El (R. Rubm), SOn
Barriga Rivas, Rogelio, 29, 45, 47 Capetillo, Manuel, 125
Batis, Huberto, 190n Ca rballido, Emilio, 64, 65, 70, 90, 103, 121-122
Benavides, Rodolfo, 45n Carballo, Emmanuel, 77n, 323
Benitez, Jose Maria, 385 C:'tnlcnas, L\zaro, 348, 372
Berkeley, Jorge, 99 Carlota Amalia, 19, 185, 188
Bermtidez, Maria Elvira, 35 Carrnen (P. Castera), 217-218
Bola, La (E. Rabasa), 231-232, 23•1, 241, 212n Carranza, Vcnustiano, 20, 319-321
Bolanos, .Joaquin, 14il Cm·Cas de relacidn (H. Cortes), 131-1 35
Ro1·do, El (S. Galindo) , 78-80, 94 Cfl.rtncho (Nellie Campobello), !156
Borges, Jorge Luis, 99 Casi el jwmiso (I". Spota), 65
Bragados, Los (J. G. de Anda), 388-1l89 Castaf\o, Rosa de, 1166, 377
Bramade1·o (T. Mojarro), 89, 103 Castellanos, Rosario, G4n-66, 71, 83 86, 893
Bram6n, Francisco, 140-141 Castcra, Pedro, 200, 217-219
Brecha en Ia roca (H. R. Almanza), •!7, 63 Castro. Carlo Antonio, 73
/Jreve historia d e Ia nove/a mexicana (J. S. Brushwood y Catcher in the Rye (.J . D. Salinger), 102
J. Rojas Garcidueiias), I 3 Cfl.tequismo tle moral (N . l'izarro), 20<in
B,-eve hisloria. del cuento mexico.no (L. Lea l), 17·J.n Ceballos, Ciro, 269
Bronte (hermanas), 104 Ceballos Maldonado, Jos{~, 118
Bruma lo vuelve azul, La (R. Rubin), 5Cin Celeste (J. M. Ramirez), 182
Buenas conciencias, Las (C. Fuentes), 78-79 Cermzdn sobre Nico ·m aco (E. Herm\ndcz), 394
Bufiuel, Luis, 47 Germ de las CarnfJanas, El (J. A. Mateos), 192, 193
Butor, Michael, 83-8·1 Cien aiios de novela m.exicana (M. Azuela), G9n, 296n, 374n
Ciudad (]. M. Benitez) , 3~~-386 .
Cabana, La (J. Garda· Ponce), 119 Ciudad mja, La (.J. Mannstdor), 3_61
Clase media, La (J. Diaz Covanubtas), 174, 175
422 1NDICE DE AUTORES Y DE OBRAS

~!audio Oronoz (R. M. Cam pos), 269 De Anda, ]o"·. I '"·'d .dupr, ~11 . MIIII ·!IA!J
Cl.emencza (I. M. Alt~n;tirano), 201·204 De Campo, .\"r.' ·l , ;~ ~ li . \1!1'1 unt, ~41 ~ ill. ~~~~
Como se habla en Mextco (N. Pizarro Suarez), 178 De Cenin·om y \ ' ilholo.d. lhhu·l. ~ IH, \!fin, ~Hti. \Ill'/
Campana, La (S. Galindo), 94-95, Ill De Cunlli"l\11.1111, l .nof,o 1. , 1·,
Condorcert, Antoine, 145 l)e1:1 ' l"ottt ', lo~ · t.lldn. 1 ~ :1
Cml El, conmigo, con nosotros tres (M. L Mendoza), 130 De los IUc", !11;111 f'alolo , fll-1
Confabu!mio (J. J. Arreola), 54-56 De MollliJo. i•:llg<·ooia J\larla, IH·I
Conte_mponineos (J. Torres Bodet, S. No\·o, J. Cuesta, B. De Ol:ov:o11i:o y Ferrari. Enrique, l!ll 194-195, 197
" Ortiz de ~ontellano, X. Villaurrutia, G. Owen), 27n, 331 De fH"}il (I. Ar;ustlu), 98, 102·103, Ill, 112, 111
ContemjJoraneos and the Limits of Art" (J. S. Brushwood) Del Castillo, l•lorcncio Maria, 162-165, 254
28n · ' Del natural (F. Gamboa), 234, 2'17-248, 271
Coquela, La (N . Pizarro Su:irez), 176, 180-181, 183 Del Paso, }'ernando, 100, 102
Corcna Rojas, Benigno, 45-47 Delgado, Rafael, 226, 234, 237, 239, 249-250, 257-259, 264,
Con·eo de !a Tarde, El, 296n 265 , 267, 270, 277, 298, 307
Cortes, Hernan, 17, 133-137, 153 Dem6crata, El, 279
I Couto Castillo, Bernardo, 269 D es bandada (J. R. Romero), 362-363
Cravioto, Alfonso, 323 Desie1'lo mdgico (C. Villarreal), 35
j
II C1·eaci6n, La (A. YMiez), 74-76 Desjnu!s de todo (.J. Ceballos Maldonado), 118, 119
Criollo, El (]. R. l'acheco), 155 JJe:;quite, El (M. Azue1a), 329
C1istems, LoJ (.J. G. de Anda) , 377, 389 De/.rds del espejo (H. R. Almanza), 34
Cruz, Juana Ines de Ia, 141 Diablo en Mexico, El (J. Diaz Covauubias), 172, 174, 175
Cuadranle, 339n Dias enmascarados, Los (C. Fuentes), 54, 58
Cuando el dguila jJerdi6 sus alas (F. Robles), 45u Dias terrenales, Loc; (J. ReYueltas), 53
Cuando el taguaro agoniza (R. Rubin), 78 Diaz Covarrubias, Juan, Hll, 172-175, 209, 234, 248
Cuando engonla el Quijotc (J. Ferretis), 376 Diaz del Castillo, Bernal, 134-l36n,
Cuarfo poder, El (E. Rabasa), 23 1, 236-237 Diaz Dufoo, Carlos, 261
Cuellar, Jose Tom:is de, 191, 198, 207-212, 241, 244 Diaz, Porfirio, 19, 20, 22, 192, 193, 216, 224, 226·, 227, 232,
Cuentos completos (J. Lopez Portillo y Rojas) , 228n 235, 237, 252. 256, 261, 263, 264, 278, 283·286, 295, 298,
Cuentos del genera ! (V. Riva Palacio), 194, 257 300, 303-308, 319, 322, 324, 327, 359, 373, 377 . 386, 390
Cuesta, Jorg-e, 27n Diaz y Soto, Hi1ari6n, 182·18:1
Cnlfm (F. M. del Castillo) , 163 J)if:cionario de escritorf'S mexiranos (A. Ocampo de Gomez
Cultura en Mexico, La, 84n y E. Prado Vel<\zquez), 15
Cwnpleaiios (C. l'uentes), ll5·116 Didcrot. Denis, 145
nocttori, Nora, 100
"Changing view of the Indian in Mexican Literature" (J. Dominguez Aragones, Edmundo , 121
Sommers), 393n Don Catrin de Ia Fachenda (.1. J. Fern<'mdcz de Lizardi) ,
Ch:ivez, Carlos, 75 150-151
Chimeneas (G. Ortiz Hernan), 357, 376 Don Quijote (M. d e Cervantes Saavedra), 331
Christensen, George, 15 Donador de almas, El (A. Nervo). 268-269
Donde crecen los tepozanes (M. Lira), 32-33 , 49
Dallal, Alberto, 118, 119 JJ01ia 1vlarina (!. Paz), 196
D' Annunzio, Gabriel, 325 Dos Passos, John, 66
Davila, Jose Maria, 29, 386 Dostoievskv, Fedor, 357
De abajo, Los (M. Azuela), 75, 297, 302, 304-306, 313-320, "Dos utopias" (M. C. Millan), 178n
328. 336, 348, 353, 358, 361, 373-375, 377 Dramas de Nueva Y01·k, Los (J. Rivera y Rio), 177n 191
.I
I'

424 iNDICE DE AU1'0RES Y DE OBRAS iNDICE DE AUTORES Y DE OBRAS


Dumas, Alejandro, 170, 188 Forster, Merlin, 34ln
Fmcasados, L os (M. Awela) , 298-300
Eche1·erria, Manuel, 123 Frias, H eribetto, 279-282, 294-300, 304, 307, 327, 328, 361,
Educacidn sentimental, La (]. Torres Bodet) , 343, 350 387, 388
Ejercicios (R . Salazar Mallen) . 55 Frontera junto al mar (J . Mancisidor), 4,1
Elizondo, Salvador, 99, ll4 :Fuentes, Carlos, 34, 54, 58, 65-70, 78, 83-86, 100, 104- 105,
Emilio (]. ]. Rousseau), 149 107, ll5
En a/gun valle de ldgrimas (J. R evueltas), 64 Fuereiios, Los (J. T. de Cuellar), 244
En caso de duda (0. Ortiz), ll3 Fuertes y debiles (]. L6pez Porti llo), 229, 246, 262-263, 288,
En tela de juicio (S. ferminclez), 91, 96, Ill 305-306, 310-313, 35 3
F:ntre las patas de los caballos (L. Rivero del Val), '15n Fuga de la quimera, La (C. Gonzalez Pefia), 305-310, 312,
Entresuelo (G. Lopez y Fuentes), 44, 45 328, 353
Episodios Naciona les Mexicanos (E. Olavarria y J<errari), 195
Erase un hombTe pentafdsico (E. Godoy), 81 Galindo, Sergio, 71-73, 78-80, 90, 94, 121-123
Emestina (V. Morales), 213 Ga llardo, Aurelio Luis, 254
Errores, Los (J. Revueltas), 97 Gamboa, Federico, 234, 240, 247-249, 270-278, 291-295, 299
Esa sangre (M. Azuela), 39, 40, 64, 382 Garabato, El (V. Lefiero), 108
Escondida, La (M. Lira), 33-34 Garcia Arroyo, Felipe, 45-47
Espejismo de ]uchitrin (A. Yanez), !178 Garcia Ponce, Juan, 93, 119
Esteva, Gonzalo A., 200 Garda Saldana, Pannenides, I 13
Esteva, J ose Maria, 256-2.57 Garro, Elena, 91
Estrada, Genaro, 323, 331 Gaviota ve1·de, La (R. de Castafio) , 366
Estrada, Roque, 357 Gazapo (G. Sainz), 98-99, 102, 103, Ill, IH
Estudio Q (V. Lcficro), 100 Ge ntes de historia (V. Morales), 213
Eugenia (Emperatriz), vcr De Montijo Eugenia Maria Gen tes que "son asi", Las (J. T. de Cuellar), 207
Eva (M. Martinez de Castro) , 198, 221 Ge1·ardo (V. Morales), 213-214
Extraordinarios, Los (A. Mairena), 81 -82, 101 "Gilberto Owen y su obra" (J. Rojas Garciduefias), 339n
Gil Gomez el insurgent.e (]. Diaz Covarrubias), 172-174
Fa1·abeuj (S. Elizondo), 99-100, .100>. IJI , 11 4 Godoy, Emma, 81
Farril, Manuel, ll3, 114 Gonz;\ lcz de Ia Garza, Maurici o, 121
fa ulkner, William, 57 -58, 81 Gonz<ilez Enriquez, Raul , 392
"Federico Ga mboa: Un amilisis < ~s l:i lis tico " (S. Me ntou), 27l n Gonz;'tlcz Le6u, Francisco, 339n
l'elipe II, 15!J Gonz;llez, Manuel Pedro, 29n, 374, 375 n
Feria, La (J. ]. Aneola), 89-91 Gonz;\Jcz Martinez, Enrique, 322-323
Fernandez de Lizat·di, Jose Jo aquin, 146·151, 154, 160, 162, Gonzalez Pefia, Cat·los, 305-310, 313, 322
222, 241 Gonzalez Rojo, Enrique, 331-332
l'crnandez, Sergio, 94, 96, Il l Goros tiza, Jose, 331-332
Ferrel, Jose, 224, 283, 296n Goyrtorttia Sanchez, J est'l s, 30, 388-389
F'erretis, Jorge, 366, 376 Gram, Jorge, 350, 367, 377
Figura de paja (]. Garcia Ponce), 93 Gran ciencia, La (E. Rabasa), 231, 235, 242n
Filibustem, El (E. Ancona), 185 Gmndeza mexicana (B. de Balbuena), 139
Fistol del diablo, El (M. Payno). 157-1 60, 222 Greene, Graham, 80
Flaubert, Gustavo, 183, 188 Guadalajara, Jose Rafael , 238
Flor de juegos antiguos (A. Y;\fiez) , 382, 395 Ouelaguetza, La (R. Barriga Rivas), 29, 45
Flores Mag6n (hermanos), 286 Guerm de treinta aiios, La (F. Orozco y Berr a), 164-165
fNDICE DE AUTORES Y DE OBRAS fNDICE DE AliTOii V~ Y Ill•. UllltJ. 1!1
Guerra de tres (1/JOS, La (E. Rabasa), 230-231, 289 Ironias de la vida (P. Tovar), Ui!J lfiH
Guerrero, Jesu s, R., 390-391 hrarliad o1·, 332
Gutierrez 1\';ijera, Manuel, 261 Isaacs, Jorge, 217
Guzm{m, Mai·tin Luis, 345-349, 352 Iturbide, Agustin de, 18, 145, 151
Hasta no vert e ]es1ls mio (E. P<miato\\·ska), 120-121 ]ahel (J. Gram), 367
Hdclor (J. Gram), 350 ]icotcncal (An6nimo), 152-153
Hereje y un musulmlin, Un (P. Almazan), 198-199 " Jicotcn cal, primera novela hist6rica e n castellano '" ( 1..
Hermana de los Angeles (F. M. del Cas tillo), 163, 254 Leal), 152n
Hern <indez, Efren, 394 Jimenez Rueda, Julio, 323- 326
Hem{mdez, Luisa Josefina, 90, 121 Jose Ag·u stin, 97-98, 102, 114
Hidalgo, Miguel, 18, 145- 14.7, 15 1, 171 , 173, 193 ] osd Trigo (F. del Paso), 100-102, _105, 110, 11 2 .
Hija del judio, La (J. Sierra), 160-161 "Jose Trigo: cl terror a la histona" (N. Doctton) , 101
Hija del oidor, La (I. Rodriguez Galvan), 156 ]oven, El (S. Novo), 343-344
Hija y una madre, Una (M. Martinez de Castro), 198 Joyce, J ames, 117
Hijos del p olvo, Los (M. Fanil), 113, 114 ]uan de l riel (J . G. d e Anda), 389-390
Hij;ogeo secreta, El (S. Elizondo), 114-!16 ]uan Pere.z .To/ole (R. Pozas A.) , 50, 73-74
HisjJania, 240n, 393n .Juarez, Benito, 18, 171 , 185, 188, 191 , 192, 216
Historict de Welinna (C. Carrillo y Ancona), 184 ]uegos, L os (R. AYilcs Fabila), 109
H istoria Mexicana, 178n ]nlia (I. M. Altamirano), 190-191
Historia <•adadera d e la conquisla de Ia Nueva Espmia (B. Tulia (M. Martinez de Castro), 197
Diaz del Castillo), 134-136 ]usticia cle en ero. La (S. Galindo) , 72-7 3
Hom/He de Ia situacion, El (M. Payno) , 182
Romin-e nuevo, El (R. de Ceniceros y Villarrea l), 287 Karr, Alphonse, 170
Hom ines verdaderos, Los (C. A. Castro), 73-74 Keats, John, 138
Horas cle trislaa (F . .M. Del Castillo), 163
H01·iwutc , 332 l . ::~fforgue,
J orge , lOin.
Huasteca (G. L6pez y Fuentes), cl76 Lafragu a, Jose Maria, 155 .
Huelga blanca (H. R. Almanza), 47 ;'La genesis lit eraria en Francisco Rojas Gonz{tlcz" (J. So111
Huerta, \'ictmiano, 309. 311. 318 mers), 31n ,
Hugo , Victor, 170 Lamartin e, Alfonso de, 214
1-Jumanitas, 27ln Lanchitas (J. M. Roa B;lrcena), 257
Lane Wilson, Henry, 309
Ibargii engoitia, .Jorge. 120 "La novela en Ia Nueva Espana" (] . Rojas Garcidtwlla , l.
Jcaza , Xavier, 345 l40n
Tdiol.a (R. Estrada), 357 "La novela m cxica na contemponinea" (R. Castellanos). lt·lto
Incl{m, Luis G., 186-188, 222, 325 Lapsus (H. Manjanez), 125-127
;ndiccs d e El Renacimie11lo (H. Balis), 190n Landa, Enrique, 325
Indio, F,l (C . l "6pez y Fuentes), 367-371 , 384, 393-394 "Las rui nas circulares" (.J. L. Borges), 99
lrtfluencia de William Faulkn er en cuatro narradores his- Leal, Luis, H8n , 174
panoamericanos, La (J. E. lrby) , 58n Leal Cortes, Alfredo, 121
lnf01·twlios cle Alonso Ramirez, Los (C. c!e Siglienza y G6n- Lefiero, Vicente, 81 , 94, 95 , 100, 108
gora) , 141-14 3 Leonard, Irving A., l 32n
lnventando que sueilo (J. Agustin), 112, 114, 124 Lerdo de Tejad a, Sebasti(m, 216
Jrby, James E., 58n Letms, 35n
428 iNDICE DE AUTORES Y DE OBRAS INilJU: Ill·: t\I I TIIHE~ \ Ill'. IIIIIH"

"Letras. Actualidad y perenidad" (R. Salazar Mallen), 55n Manjarrez, Hector, 123-125
Leyendas hist6ricas (I. Paz), 196 Manolito Pisaverde (I. Rodriguez <.;alv ;'uaJ, l'oi•
L~beraci6n (R. Estrada), 357 Manos en el fuego, Las (M. Echeverria), 1~:;
Lz_b,·os de los conquistadores, Los (Leonard, I. A.), 132n Ma nana, 55n
Ltbro vado, El (]. Vicens), 71, 72 li·1m·garita de Niebla (]. Tones Bodet), 341-343
L~nea dura,. La (G. de Ia Torre), 121 Mada (]. Isaacs), 217, 218
L~ntema magzca, La (J. T. de Cuellar) , 207·212 Mada Luisa (M. Azuela), 297-298
L~ra, Miguel N., 32-34, 49, 50, 64, 69 Martinez de Castro, Manuel, 191, 197, 221, 222, 247
Lzteratum mexicana contempouinea (A. Ocampo de Gomez), Martinez Sotomayor, Jose, 350
13 Mdrti ms y verdugos (]. Rivera y Rio), 181
Lizardi (vease Fernandez de Lizardi) 111ds alld existe la tierra (M. Mondragon), 30-31
Lola Casanova (F. Rojas Gonzalez) 31 Mat en al leon (J. Ib argiiengoitia), 120
Lopez Paez, Jorge, 71 ' Mateos, Juan A. , 191-197, 204, 205, 209, 255-256, 304, 305
Lopez Portillo y Rojas, Jose, 224, 226-230, 232-237, 240, 245- Maximiliano, Jose Fernando, 19, 185, 186, 188, 192
247, 255, 262-265, 271, 278, 286-290, 296, 300-301 305-307 Ma)'m·domia, La (R. Barriga Rivas), 45-46
310-313 , 322, 339, 359 , ' M edico y el santero, El (]. M. D;\vila) , 29
Lopez Velarde, Ramon, 27, 75, 76, 339 Melendez y Mufioz, Mariano, !55
Lopez y Fuentes, Gregorio, 44-45, 227, 253, 357-360, 364, Memo1·ia de un espejo (]. Alvarado), 63
367-370, 376, 390, 392-393 Memorias de merolico (J. Negrete), 214
Luciernaga, La (M. Azuela), 329, 361 iHemorias de un guerrillem (J. A. Mateos), 193
Luquin, Eduardo, 378 Memorias de un m uerto (M. Balbontin), 215-216
Lutero, Martin, 199 Mendoza, Maria Luisa, 130
Luto humano, El (]. Revueltas), 52-53, 97, 391-392 Menendez, Miguel Angel, 49, 384
Luz que se duerme (R. Navarrete), 112, 116-117 Menton, Seymour, 271n
Mestiza, La (E. Ancona), 226
Llaga, La (F. Gamboa), 293-294, 299 Me tamorfosis (F. Gamboa), 274-275
Llama fria, La (G. Owen), 339 Mexico en la Cullum, 64n, 323n
Llan£? en _llamas, El (]. Rulfo) , 54, 57 Mi caballo, mi perro y mi rifle (J. Ruben Rorncm), 365-366
Lluvw 1'0Ja (]. Goytortua Sanchez), 30 Mient'nts llega Ia mue-rte (M. N. Lira) , 69-70
Mi genem l (G. Lopez y Fuentes), 364
J'Hadame Bovary (G. Flaube rt), 183, 205 1956 (C. Rosenzweig), 71
Madero (1. Paz), 1!05 Mill;\ n, Maria del Carmen, 178n
Madero, Francisco I., 20, 286, 302-306, 308-311, 360 Mina, Javier, 18
Mad.uros, Los (P. C_astera), 218-219 Mist. erios de Paris, Los (E. Sue), 168
Mafza, La (L. G. Prazza), 109 Alisterios de San Cosme, Los (]. Rivera y Rio), 168
Magdaleno, Mauricio, 40-43, 369-371 , 383-384 Misterioso, El (M. Melendez y Mufiol), 155
Mafestad caida, La (J. A. Mateos), 193, 304, 305 Moctezuma, 17, 134-1 36
Matrena, Ana, 81-82 Moisen (J. Jimenez Rneda) , 326
Mala Fo1·tww (T. Mojano), 103 Moj atTo, Tomas, 89, 91, 103
Malamud, Bernard, 80 Mondragon, Magdalena, 30, 36, 45-47, 376, 390-391
iHala yerba (M. Azuela), 39, 300-302, 319, 320 Mon eda falsa (E. Rabasa), 231, 236
Maldici6n, La (l'vi. Azuela) , 39 Moned em, El (N . Pizarro Suarez), 175· 180
Malhora, La (M. Azuela), 328-329, 336 Monterde, Francisco, :124
Malinche (Dofia Marina), 133, 134, 138 Morales, Vicente, 2 I:l-21 '1. 217
Mancisidor, Jose, 43-44, 355, 361 Morelos, Jose Marla, 18, 116
I 4.30 fNDICE DE AUTORES Y DE OBRAS iNDICE DE AUTOHES Y m : I IIIII Afil
Mo rirds lejos (J. E. Pacheco) , 107-108, Ill, ll2 Ojerosa y pintada (A. YM'iez), 76-78
Mor rison, Margaret, 15 0/vidados, Los (J. R. Guerrero), 390-391
Moscas, Las (M. Azuela), 318-3 19, 328, 345 Orozco, Pascual, 20
M.otivos de Cain, Los (J. Revueltas) , 53, 65 Orozco y Berra , Fernando, '164-166
iVIuchacha en el balc6n, La (J. Tovar) , 112, 123 Or! iz de Motlll'll:tno. lkrtt:trclo. 27 n, ii:Sl-332
Muerte de A rtemio Cruz, La (C. rucntes), 34, 69, 83-86, 110 011iz 11<-rn:'n• . Lm1<11o. 'lfl7. 'l71i
Mujer en soledad, Una (M. Lira), 34-%, 64 ()rlit., l.11is. (:_, l 'i~~. ·~1:~
Munoz, Rafael, 354-355, 383 Or! it. Ot I;""'"·
II :1
Al ut·ienm a mi tad del rio (L. Spota), 54 01\Ttl, (;iJiwtlo, :.:/11, 'i:\1 :1:1;•, 'l'IH '\-11, :11'1'111
M.uros de agua, Los (J. Revueltas), 52, 38:3
l'acheco, Jose Emilio. lli'i
1\'apoleon III, 19, 18'1, 188 Pacheco, J. R., 15r,
Naufragio (H. Frias), 281, 294, ver A mor de las sirenas Pacotilla.s IP. Parra), 282-28'1
Navarrete, Raul, 116 Pad 1·e prim\ El (M. Gonz;\lez de 1a Garza), 1~1
i':'a l'arro, Joaquina, 264 Pnjarito (C. Rodriguez Beltdn), 287
Navidad en las monta1!as, La (l. M . Altamirano), 178, 201- Palacios desie1·tos, Los (L. J. Hern:lndez), 90
203 PanchiLo Chapopote (X. I caza), 34.~
Naya. r (M. A. Mene11tlez), 49-50, 381-385 Paramo (R. Salazar Mallen), 394
.Vegra Angustias, La (f. Rojas Gonz;\lez) 31, 387-388, 392 Pnrce la, La (]. L6pez Portillo), 246, 255 , 262-26'1, 288
Negrete, Jose, 213-214, 217 Parientes 1·icos, Los (R. Delgado), 265, 267
Nervo . Amado, 261, 266-269, 274, 300 Parle, Dennis. 15
Netwla (.J. M. Lafragua), 155 Parra, Porfirio, ~82:
Ni eves (]. L6pcz Portillo), 22•1, 226-230, 232, 245-246, 262- Pascual A.guilera (A. Nervo), 266-268
264, 267, 278, 288, 310 Pasion v cmrualecencia (A. YM1ez), 395
Nivel (E. Carballo), 77 Paslu oerde (P. Garda Saldafia), 113-114
Noche al mso (J. M. Roa B{trcena), 257 Payno, Manuel, 157-160, 162-166, 182, 221-222, 237, 247
Nochelmena, La (]. T. de Cu ell a r), 244 Paz, Ireneo, 191, 195-195, 212, 256, 305
Noche de Tlatelo/co, La (E. Ponia towska), 129-130 Paz, OctaYio, 9!\
Norte, El (E. Carballido), 6'1 70, 90, Ill P eca do del siglo, El (]. T. de Cm'llar), 198
N ostalgia de Troya (L. J. H ernandez) , 12 1, 123 l'eces, Los (S . rern;\ndez), 1.11
:Voveia como nube (G. 011·cn), 340-341 l'edm Pdm111o (]. Ruifo), 38, 5~-63
Nuve/11 n<n !isla me:cicana, La (]. Nava rro), 264n
Nm •elas (R. de Cenit:ems y Villarreal) , 264n
I l'cllicer, Carlos, 331 -3:12
J'cn sador Meximno, El (J. J. l' e rn;\ntlez de Lizardi), 147,
Nove/as mexicanas (E. Rabasa), 230-231, 235, 2H
Novo, Salvador, 27n, 331-332, 338, 343-344
Nudo (S. Galindo), 121-1 23
I l4tl , 15 1
Pelt sativ a (]. Goytonua San Los). 30, 388-389
PequeFin edad, La (L. Spota), 93
Nue·u11 burg11csia (M. Azucla) , 82, 101, 362, 380-382 Peregrinos inmoviles, Los (G. L<ipez y l'nentcs), 392-393
Nueva nove/a lal:inoamericana (J. Lafforguc), IOln Perez Moreno, Jose, 65
Perico (A. Zentclla), 225-226, 239, 246-247, 267
Obrcg6n, Alvaro, 20, 30, 311, 318, 322, 330, 348 Periq uillo Sarniento, El (.J. J. l'crn;\ndez de Lizarcli), 147-
OIJsesivos dias cinulares (G. Sainz), 93, ll2, 117-118, 127 150, 186, 205
Ocampo, Maria Lui,a, 29 Pew Galin (G. Estrada), 331
Ocednida (R. Zayas Enriquez), 221 Perms, Las (J. Sarmiento), 357
Ojir:ial m aym· (J. P. de los Rios), 184-185 Perso naje, J•:l (J. Alvarado), l.i:l
Ojicio de tinicblas (R. Castellanos), 66, 86 Pescn bmva (II. R . Almanza), 78
,.',
432 fNDICE DE AUTORES Y DE OBRAS
Peza, Juan de Dios, 213
Piazza, Luis Guillermo, 109 Revds dr /, ''!'"''i• 1'-1 (f,, fdiTIIf'l, ~i!J
Piedra del sacrificio, La (1. Paz), 195-196 R euista I 11! 1M . !.l!lh' tlr•/ N;'ojl'l.o. C. Uiaz Dufoo), 261
Pirandello, Luis, 113 R euisla /1 HIHHif41itullo, ~1111. I f, ~~ ~~
1
1

Pitts, Zasu, 338 Rl'lli.l/<1 ,\J,,,/, ''''' ( :\ . N•·• I'll, J. \'alenzuel a), 261
J:n ll<'il.o ·•. J,.•,o'•. 1't l '•'1, h·l, li!:i, liH, 97, 383, 391
Pizarro Su;lrez, Nicolas, 175-181, 193, 203-206 Rl'y . hnd i <~, lfi!J
Pocahontas (M. Sanchez Marmo!), 219
Poder de Ia urmca, El (A. Dallal), 118-119 Jtn• ·' · ,\llcoto,o, '2.7, 75, 137, l38n, 322-323
Poes{a y prosa (G. Owen), 34ln R< ')' c· s N"''"'"'·
Sall'a<lor, 84
lUo (R. Barriga Rivas), 45-47
lull/1111111
Politica mexicana durante el regimen de ]udrez, 1855-1872 H.iva l'alado, Vicente, 191, 191, 197 , 256-257
(W. V. Scl1oles), 188n
Rivera, Diego, 75
Polvos de anoz (S. Galindo), 71-72
Poniatowska, Elena, 120, 129-130 Rivera y Rio, J ose, 168, 174, 177, 181, 191 , 209, 213
Rivero del Val, Luis, 45n
Portentosa vida de la muerte, La
Pozas A., Ricardo, 50
a. Bolanos), 143-145
Roa llftrcena, Jose l'daria , '2,05 -'2,06, 215, 256, 257
Robb e-Grillet, Alain , 1!25
Precursores, Los (J. L6pez Portillo), 264, 287-291 Robles, f'ernando , 45n, %4
PTimero de enero (J. Torres Bodet), 338, 364-365, 378, 380 Rodriguez Beltran, Ca yeta no , 286, 287
Procesion, La (I. Rodriguez Galv;ln), 156
Profecia de Guatimoc (I. Rodriguez Galvan), 156 Rodriguez Call'<in, Igna cio, 155 -157
Pueblo inocente, El (J. R. Romero), 362-364 Rojas Garciduefias, Jose, l40n, 142, 339
Pu.ede que l'ot1·o mio (M. Mondragon), 376 Rojas Gonz:'tlez, francisco, 31-32, 387-388
Romance No tes, 28n
Quevedo y Zubieta, Salvador, 294-295 Romero, Jose Ruben, 2~l, 361-366, 378-379
Rosa y un harapo, U11a (J. M. Ramirez), 182, 191
(!.uijotita y su PTima, La
150
a.
J. Fernandez de Lizardi), 149- Ro,cnzweig, Carmen. 7 J
Rou sseau, Juan Jacobo, 145, 154
Quince Ufias y Casanova, aventnrems (L. Zamora Plowes), .Rubin, Ramon, 50-5!, 78
158, 357
Quinta mode/a, La (J. M. Roa B;\rcena), 205-206 Rucca de aire, l.a (J. Martin ez Sotomayor), 350
Ru eda 1\fedina, Gustan>, ;J92
Rabasa, Emilio, 230-238, 241 -245, 282-283 , 289, 298
Ruina;· del tnonasterio, Las (F. S. Sotom~yor), 21 ·!
Ramirez, Jose Maria, 181-182, 184, 191 Rulfo, Juan , ciS, 54, 57 -5 9, li:! -G!l, G5, G8, ~Jti
Ramos, Samuel, 37n Hwnlw, .ta (A. de Campo). :211:1-234, 249, ~~70
Rancho J.:'stmdefio (R. Castano), 366
Rayo del sol, El (C. Carrillo y Ancona), 256 Sarerdote )' cauili/lo IJ. :\. Mateos), 193
Rebolledo, Eft·en, 269 Sainz, Gust avo, Y:l, 98, 102, 117 , 127
Reconquista (F. Gamboa), 291-293, 299 Salazar Mallen, Ruben, 55, :ml, :l!J.!
Recuerdos del porvenir, Los (E. Garro), 91-9:1 Salinger J. D., 102
Regina Landa (M. Azuela), 372 SAnchez !vL'trmol, Manuel, 200, 219, 2.'58
Sa11 Gabriel de Valdivias (1\1. ;\ zucla), 37.2, 375, 376
Region mds transpannte, La (C. 1'uentes), fili-69, 78, 79, San .Juan, Manuel H., 282-~!S;l
84, 100, 101
Remo1·dimiento (R. Zayas Enriquez), 219 Santa (F. Carnboa), 272, 27·4-278, 291
Renacimiento, El, 199-200, 205, 206 Santa-A nna , 1\ntoni o Lopez r!e, 18, l.'58n , 357
Repmducciones (.J. Ferrel), 224. 283n Santuario d e Ia a idea, El (C. Carrillo y Ancona) , I 84
Resplandor, El (M. Magdaleno), 369-371 Santzwrio en e/ desierto, Un (J. F. So tomayor), 214
Revancha, La (A. Vera), 350, 352 Sam: jJdginas de un jnimer ron or (.J. R. Guadalajara), 238
Sarmiento, .Ju stin o, 357
434 INDICE DE AUTORES Y DE OBRAS iNDICE DE AUTORES Y DE OBRAS 435
Scott, Walter, 161 Tierra Grande (l\1. Magdaleno), '10-41
Scholes, Walter V., l88n Tierra fmidiga, La (A. Yanez), 77-78, 87
~e llevaron ~~ canon para Bachimba (R. Munoz), 383 Tierras flacas, Las (A. Yanez) , 87-89
~end_a~ peTdtdas (M. Azuela), 39
Tisdale 1-lohart. Alice, 320n
Ser;:sztzva, La (J. Diaz Covarrubias), 173- 174 ,I
Tomochi c (H. Jirias), 279-281 , 296. 316, 387
~e'!.o~ dzputado, E l (D. Arenas Guzman), 350 Torres Hodct, Jaime, 27n, 331-332, 338, 341-344, 350, 364-365,
Se1:_01 gobe!nador, El (M. H. San Ju an), 282-284
S~nor Prestdente, El (M. A. Asturias), 349
378, ;180
S~ega, La (R. de Ceniceros y Villarreal), 264-265, 267
Torri Julio, !123
S~erra, Justo, 160-162, 164, 165, 201
ToYar, Juan, 123
Tova1·, 'ra ntalcon , 16:) -HiS , 174 , 175 , 197, 248
S1.glo de oro en las setvas de E1-Efle El (B. de Ballmena).
139-140 , . Transicidn (R. de Castaiin), 377
Tras un mal nos r•ienf'n rien to (I. Rodriguez Galvan), 156-
S!g~os perdidos, Los (S. Fernandez), 96
S~guenza y G6ngora, Carlos de, 141-143 157
Tra)•e cto,·ia de la nove/a rnexicana (M. P. Gonzalez), 29n,
Silva y Aceves, Mariano, 323
Silveria de Epinay (V. Morales), 2 13 3'75n
Tribu[a ciones de una familia derente, Las (M. Azuela), 320-
Sn·g_ue·t:os de La Virgen, Los (F . Bram6n), 140-141
Sod1, l<ederico, 392 321
Triunfo de Sanch o Panza (H. J!rias) , 296, 304
~ol, El (E. Carballid o), 121-1 22
Sot_ de mayo~ E_l (]. A. Mateos), 192-1 93 Trof}({ viefa, (F. Urquizo), 357, 386-387
~olztmw Atlant:zco, E l (]. L6pez P;tez), 71 Twn/Jt!, La (.J. Agustin), 97
~olztano de Tena, El (]. F. Sotomayor), 214
s.ol sale pam todos, El (F. Garcia Arroyo), 45 Ulises (] . .Joyce). 11 7
Sombra del caud tllo, La (M. L. Guzman), 348-350 Oltimo duclo, El (H . }'rias), 282
Somb ras (]. Torres Bodet), 338, 378 "Una obra macstra" (S. R eyes NeYares), 84n
Sommers, Joseph, 15, 3ln, 393n Urquizo, l'rancisco, 357, 386-387
Sonata (M. Magd a leno), 383
Sosa, Frandsco, 212-213 Va1emu e1a, Jesus, 26 1
Sotomayor, Jos(· Francisco, 214-2 16 Valle-Ari zp~ . Artemio de, 324, 331
Spota, Luis, 53-5•f, 65, 78, 93 Valle lncl<in, Ram<'tn Maria de , :125
Suave Patria, La (R. Lopez \ 'clank) 76 Vnmonos con Pancho Villa (R . .Mut'ioz), 354-355
Sue, Eugenio, 168, 170 ' VaTil/ invencidn (J . .J. Arreola), 55, 56
Suprema ley (F. Gamboa), 272-274 \'asconce1os, .Jose, 322-323
Vela, Arquelcs, 333-334
l'ele la oxidada, J.a (E. Carballido), 64.
!~blada, .Jos(, .Juan, 269
"Vcndia cerillos" (1'. Gamboa), 248
I alamo y La hoTca, El (~. de Olavania y Ferrari) , 195 Veuganza y n"nordimiento (E. Olavarria y Ferrari), 195
.?:.~'ce' ca1~to deL galla, l;l. (.J. Perez Moreno), 65
Vera, Agustin, 350, ~!12
lhe ~Iexrca n Understanding of Real ism and Naturalism "
"' (.J. S. Brushwood), 240n ' Vicens, Josefina, 71, 72
Vida inutil de Pito Perez, La (J. R. Romero), 379-380
1 he New Yorker, 67n
\"ilia, francisco, 20, 305, 311, 318, 319 , 347, 354
_The peacoc~ shedo~ his tail (A. Tisdale Hobarts), 320n
Thomas, Mtchael, 15 Villarreal, Concha, 35
Villaurrutia, Xavier, 27n, 331 -332, 338 , 343
!!empo (!e ira, El (L. Spota), 78 Virgen de los crisleros, La (F. Robles), 364
T~erra (G : L6pez y Fuentes), 227, 253, 358-361
Visidn de Anrilwnc (A. R eyes), 137-138
Tterra calzente (.J . Ferretis), 366
Visitaciones del di<llilo, L as (E. Carb allido), 103-105
436 iNDICE DE AUTORES Y DE OBRAS

Voltaire, Fran~ois, 145


Foz aclolorida, La (V. Leiiero) , 81, 82
Vulcano (H. Diaz y Soto), 182-183
rit
I

Ware, J. D enton, 15
West, Anthony, 67
i fNDICE GENERAL
Woodww, Michael, 15
\Voodrow, Wilson, 318n Pr6logo 9
Y<it1cz, Agustin, 21-25, 27, 28, 38, 54, 65, 68, 73-79, 83, 87-
89, H4, 2:39, 378, 382-38!3, 394-395 Advertencia a la cdici6n en e~pa1iol 15
Yo como pohre (M. Mondrag6n), 30, 36, 45-46, 390-392
Yo soy David (A. Leal Cortes) , 121 Nota sabre la historia de Mexico 17
Yo tam bien fui ,·evoluciollario (.J. M. Davila) , <186 La Conqui sta, 17; La Independencia, 18; La Reforma,
18; La Reveluci6n, 20
Zamora Plowes, Lcopoldo, 158n , 357
Zapata, Emilia no, 20, 3ll , 318, 321, 353, 359-361
7arco, El (l. M. Altamirano), 201 -204, 255 I. La novela del ser y el tiempo [1947-1963] 21
Zayas Enriquez, Rafael. 200, 219, 22 1, 222, 247
Zentella, Arcadio, 225-226, 235, 239, 246-247, 300, 301 II. El temperamento colonial [ 1521-1831] . 132
Zona sagrada (C. Fuentes), 104
TIL Senti do comtm y vision borrosa [1832-
1854.] 152
IV. Un proyecto de progreso [ 1855-1B81.] 171
.-:·.. v. El compromiso clesesperado
r: [1885-1891] 220
VI. U na especial degancia [W92-1 906] 252
1: VII. La esperanza del pasad o [1907-1912] 285
VIU. La tempestacl gradual fl91 3- l94-2] 305
IX . La intencion del artista [1925-1930] 330
X. La imagen en el espejo [19:-ll-1940] 352

·r Lista cronol6gica de n.ovelas 397


!, Bibliografia escogida 417
{ fndicc de autores y de obras 419
~
[ 437]

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