Bullying - Trabajo Practico Escolar
Bullying - Trabajo Practico Escolar
Bullying - Trabajo Practico Escolar
TRABAJO PRÁCTICO
BULLYING
INTEGRANTES
BONINO, JUAN IGNACIO
CHESCO, CRISTIAN
FECHA DE ENTREGA
JUEVES 31 DE OCTUBRE DE 2013
INTRODUCCIÓN
Vivimos en un mundo de mucha violencia, ésta se está presentando en todos los niveles
sociales, en todos los ámbitos y realmente está afectando la convivencia
El siguiente informe que se presentara es referente a la violencia escolar, más conocido como
bullying. A lo largo de este informe desarrollaremos al Bullying como concepto principal y base del
mismo, y abordaremos todas aquellas temáticas relacionadas directa o indirectamente con el mismo.
Antes de incursionar profundamente en el tema, haremos un breve recorrido sobre que es el Bullying
y sus principales características.
Bullying es una palabra inglesa que significa intimidación. Infelizmente, es una palabra que
está de moda debido a los numerosos casos de persecución y de agresiones que se están detectando
tanto en las escuelas o colegios, como en el trabajo u otros espacios de concentración de gente. El
Bullying se refiere a todas las formas de actitudes agresivas, intencionadas y repetidas, que ocurren
sin motivación evidente, adoptadas por una o más personas contra otro u otros.
El que ejerce el Bullying lo hace para imponer su poder sobre el otro, a través de constantes
amenazas, insultos, agresiones, vejaciones, etc., y así tenerlo bajo su completo dominio a lo largo de
meses e incluso años. El maltrato intimidatorio le hará sentir dolor, angustia, miedo, a tal punto que,
en algunos casos, puede llevarle a consecuencias devastadoras como el suicidio. El Bullying no
entiende de distinciones sociales o de sexo. En general las causas o factores que lo provocan suelen
ser personales, familiares y/o escolares. En lo personal, el acosador se ve superior, porque cuenta
con el apoyo de otros atacantes, o porque el acosado se trata de alguien con muy poca capacidad de
responder a las agresiones. El acosador lo que quiere es ver que el acosado lo esté pasando mal. La
única manera de combatir el maltrato es la cooperación entre todos los involucrados.
Las múltiples investigaciones existentes muestran que el Bullying es un problema mundial que
se genera principalmente en las escuelas, independientemente de los países, del tamaño de los
establecimientos, de la diversidad cultural o el nivel socio-económico. Las consecuencias en la victima
del Bullying pueden ser tanto físicas como psicológicas y en muchos casos, pueden ser permanentes
en el tiempo. Algunas investigaciones refieren desde daño físico como moretones, pérdidas en el
patrimonio personal de los estudiantes, hasta severas consecuencias en la salud mental a futuro,
como depresiones severas, trastornos de ansiedad y/o estrés post traumático, e incluso el suicidio.
Nuestros objetivos para con el tema a tratar son la profundización e investigación sobre el
tema en general, en que edades se hace notorio, el planteo de posibles soluciones y el
establecimiento de las consecuencias que este conlleva, tanto leves como graves.
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HIPÓTESIS
El bullying o acoso escolar es un problema que afecta día a día a muchos chicos
generando en ellos, un malestar físico y psicológico. Es por eso que en el torno el chico
hostigado, hay que trabajar fuertemente, tanto con padres, docentes y el propio hostigador,
para tomar las medidas necesarias para poder detener el acoso sobre el chico. Nadie es ajeno
a esta problemática y por lo tanto, no podemos hacer oídos sordos a este problema social y
mundial que cada día afecta a más chicos.
INTERROGANTES
Para la correcta realización de este informe, nos planteamos varias preguntas que serán irán
siendo respondidas a lo largo del mismo:
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BULLYING
¿Cuándo surge?
No existe una fecha precisa. El psicólogo Dan Olwes es el primer estudioso del tema, y como
tal comienza a preocuparse de la violencia escolar en su país noruega en 1973 y se vuelca a partir de
1982 en el estudio del tema a raíz del suicidio de tres jóvenes en ese año. En Europa se estaba
trabajando ya en los países nórdicos, también en Inglaterra en donde desde hace mucho existen
tribunales “bully coufls” o tribunales escolares creados en el Reino Unido. Allí existe desde 1989 una
línea directa a la que acuden aquellos que quieran consejos sobre situaciones de acoso escolar. En
nuestro país, se empieza a hacer visible desde la década de los ’80, ya que fue en esa época en la que
el tema comenzó a tomar un papel mayor importante dentro de la sociedad. Actualmente no existe
una estadística o censo que permita establecer por ejemplo, cuales son los países en donde más se
produce el acoso. De esta problemática de nivel mundial que afecto y afecta por lo menos alguna vez
a alguien, solo es posible hablar en forma general y que lamentablemente, el acoso escolar sigue
aumentando día a día. Por eso es necesario, que todos colaboremos para ayudar a frenar esta
práctica que directa o indirectamente nos perjudica a todos.
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¿Qué es el bullying?
La palabra Bullying deriva de bull (toro en inglés) y es usada como concepto para englobar
las prácticas de acoso escolar, ya que el toro es un animal que se caracteriza por ser agresivo para
con el resto, sin importar las consecuencias.
Este tipo de prácticas está de moda hoy en día, debido a los numerosos casos de persecución
y agresiones que se están detectando en los colegios, y que están llevando a muchos escolares a vivir
situaciones verdaderamente aterradoras.
¿Cómo se produce?
Para que haya bullying tiene que haber un desequilibrio de poder entre el hostigador y el
hostigado. El primero resulta ser una persona que posee una necesidad de poder con una gran
capacidad de liderazgo, que es usada negativamente. Lo bueno de esto, es que como la maldad y la
violencia son actitudes aprendidas e incorporadas paulatinamente a lo largo del tiempo, estas
conductas, se pueden desaprender. El hostigado, generalmente es una persona con baja autoestima
que no tiene muchos amigos, resultan
ser tímidos e introvertidos, y tienen una
tendencia a resolver los conflictos,
evitando los mismos.
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adolescencia. Se caracteriza por pretender el aislamiento social del individuo. Este
aislamiento se consigue mediante técnicas variadas que incluyen: difundir rumores, rechazar
el contacto social con la víctima, amenazar a los amigos, hacer críticas de la persona aludiendo
a sus rasgos físicos, grupo social, forma de vestir, religión, raza, discapacidad, etcétera.
Por este motivo, el bullying puede aparecer de formas muy diversas. Las más comunes es la
forma física, que comprende empujones, patadas, agresiones con objetos, la verbal, que resulta la
más habitual como insultos, hablar mal de alguien, o generar rumores. La forma psicológica, que
bajan la autoestima del individuo y fomentan su sensación de temor, la social pretende aislar al joven
del resto del grupo y compañeros y por último el Ciberbullying, que se enmarca en un contexto más
virtual en redes sociales o internet, y es allí mismo donde se comienza a generar.
Hostigado y Hostigador
El bullying, se da principalmente en las escuelas, generalmente entre los últimos años de a
educación primaria, y los primeros de la secundaria. Pero esto no significa que solo se enmarque
entre los 9 y 16 años, si no que chicos más pequeños o más grandes pueden “hacer bullying” a otros
simplemente burlándose de su aspecto físico, o de sus condiciones de vida, o lo que fuese.
Los expertos plantean que es necesario que especialmente los docentes, al ver este tipo de
situaciones, no las dejen pasar como simple juego de niños, sino que se interioricen en el tema, ya
sea hablando con los niños o llamando a sus padres. Es necesario que el entorno se involucre cuando
este acoso sucede, y que lo haga de manera eficiente y correcta.
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Ordinariamente, y en base al análisis de los
diferentes y repetidos casos de bullying, resulta fácil
armar un “perfil” generalizado tanto de la víctima
como del victimario y así poder determinar quiénes
son más vulnerables a este tipo de maltrato. Dentro
de los factores individuales se puede mencionar a
que poseen una baja autoestima, una mala
formación de sus propios valores, son personas
tímidas e introvertidas, no practican deportes,
entre otros. En base a factores familiares, podemos
decir que a veces proceden de viviendas humildes, que viven en barrios pobres, que tengan sus
padres separados total o parcialmente, y que quizás tengan carencia afectiva dentro del hogar y
hayan sufrido algún tipo de maltrato. Y quizás, punto más importante del perfil de una persona
vulnerable al bullying, es que sabe que existe una amplia discriminación a las personas como él y por
este motivo, se aísla del resto, lo que es aún peor, porque lo hace ver como una persona débil cuando
en realidad no lo es.
Si en cambio tenemos que armar el perfil del hostigador, se destaca que tienen más
popularidad, físicamente son fuertes y, en algunos casos, son de un nivel socioeconómico más alto
que el de la persona que hostigan. Si no se hace nada frente a esto es muy probable que cuando
sean adultos, tengan una familia y un trabajo, sean abusadores en estos contextos también. Hay que
recordar, que este tipo de conductas, no son natas, si no que se incorporan durante la vida, y que de
la misma manera que se incorporan, pueden ser desincorporadas, si se realiza un tratamiento
adecuado.
En base a todo esto, es necesario dejar algo en claro. Tanto el agresor como la víctima, parten
del mismo problema raíz: ambos se sienten inferiores al resto y tienen la autoestima baja, pero el
hostigador es quien cree que puede imponer lo que quiera y que tiene el poder y la fuerza suficiente
para lograrlo y ser superior al resto; en cambio, el hostigado es quien cree que no posee tal fuerza y
por lo tanto, se deja agredir.
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que hace toda la diferencia", explica. "En Estados Unidos, por ejemplo, vi cómo ante un caso así a los
chicos se los reunía y se los ponía a hablar. Aquí rara vez se toma la palabra y por eso estas cosas
arrancan en jardín y se las deja crecer de año en año. Al final, la violencia es imparable." Pero ¿cómo
no entender el silencio cuando el estigma del "delator" es sacudido por algunos adultos sobre la
cabeza del chico que se anima a contar? ¿Cuándo los chicos toman conciencia de que sus voces no
cuentan? "El docente suele subestimar lo que dice el nene agredido. Por eso, al final, las víctimas
optan por no denunciar. Saben que no van a ser creídos y que nadie intervendrá en su defensa",
concluye.
Por último, quien resulta ser espectador de este tipo de prácticas, debe aprender y
concientizarse que lo que está presenciando le puede pasar a cualquiera de sus amigos, o incluso a
él mismo, y que por este motivo tiene que hacer algo, pedir ayuda. El espectador debe dejar de
pensar “no es mi problema, yo no me meto, así es la vida”, sino que tiene que “meterse” y dejar la
indiferencia de lado, así como también a las posturas individualistas y egoístas.
En cuanto a los padres, es necesario que sean emotivos frente a ellos, que le demuestren
cariño. Los padres tienen que entregar amor a sus hijos, una actitud negativa carente de afecto y de
dedicación incrementará el riesgo de que el niño se convierta más tarde en una persona agresiva.
Además es necesario aplicar métodos de afirmación de la autoridad. Es decir, es sumamente
importante no enseñar solamente a golpes ya que de lo contrario, caeremos en el principio de que
la violencia genera violencia. Los conflictos entre los padres y su frecuencia. Las discusiones entre
padres, afectan a los niños. Las escenas donde papá y mamá están discutiendo, se están golpeando,
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causan que los hijos aprendan ese tipo de conducta, aprenden la violencia como una forma de
resolver las cosas.
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CONCLUSIÓN
El bullying es algo común en esta sociedad, es algo importante porque destruye la
autoestima, y la confianza de nosotros. Puede llegar a la depresión y la ansiedad, comenzaremos a
sacar malas notas y, como mucho, puede llegar al suicidio.
Es por eso que debemos estar atentos, dedicarnos cien por ciento en esta tarea, ya que
como futuro del país estamos en la obligación de tomar medidas para generar cambios.
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BIBLIOGRAFÍA
- Delpho educa. ¿Qué es el bullying? www.delphoeduca.com/que-es-el-bullying/
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ANEXO 1: ARTICULOS PERIODISTICOS
NOTICIA 1: http://goo.gl/meiEFx
Hannah Smith, una joven británica de 14 años, se quitó la vida el pasado 2 de agosto. Se
ahorcó tras no superar la presión sufrida en una red social, Ask.fm. El primer ministro británico, David
Cameron, pidió que se boicotease ese servicio y cualquier otro que no asuma responsabilidades.
El servicio letón ha decidido tomar cartas en el asunto, pero no parece que hayan actuado
demasiado rápido. De hecho sus cambios no tienen una fecha concreta de inicio, pero sí se han
comprometido a contratar a más personal de seguridad y moderación de comentarios. Dentro de los
mismos van a incluir la opción de marcarlos como "insultos o acoso".
En esta misma línea, van a hacer que sea más sencillo desactivar las preguntas anónimas, así
como limitar el acceso a los usuarios no registrados. Por último, se pedirá un correo electrónico a
aquellos que se dieron de alta previamente sin aportar ese dato.
David Smith, el padre de Hannah, considera que estos cambios son insuficientes: "Creo que
llegan demasiado tarde. Y que es poco. Tienen que ir un paso por delante y hacer la red más segura
para los chavales",indicó en declaraciones a BBC.
Ask.fm cuenta con 52 millones de usuarios registrados según declararon en una entrevista en
mayo. Sirve para hacer encuestas públicas. Se puede sondear la opinión acerca de un libro, una
película, o, como hacen muchos adolescentes, la propia imagen. La página se estrenó en junio de
2010 como un clon de la ya extinta formspring.me. Sirve 53 millones de páginas diarias a 6,7 millones
de usuarios únicos.
Tony Wang, responsable de Twitter para Europa, insistió en que los trolls, como se denominan
a los que insultan desde el anonimato o intoxican la conversación, tienen los días contados:
“Queremos pedir disculpas personalmente a las mujeres que han sido objeto de abuso en Twitter y
por lo que han tenido que pasar”. Insiste en que las normas están para cumplirlas para que las normas
de Twitter se cumplan.
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NOTICIA 2: http://goo.gl/3e997h
El acoso escolar, o bullying, siempre ha existido. Pero cada vez hay más sociedades que toman
conciencia de que es un problema que docentes, padres y alumnos deben detener. Así es que en
Argentina, donde el 37% de los estudiantes reconoce que ha sido insultado en el último mes por sus
compañeros y el 23% confiesa que lo golpearon, el Congreso aprobó el pasado jueves una ley que
busca reducir los casos de violencia física, verbal o psíquica que practiquen grupos de alumnos de
manera constante contra otro. La norma se sancionó un día después de que en el municipio de
Quilmes (periferia sur de Buenos Aires) una adolescente de 15 años fuera sometida a una paliza, con
puñetazos, patadas, piedras y hasta un arma filosa por 11 compañeras de colegio que la castigaron
por “linda”, después de cinco meses de hostigamiento permanente y de falta de respuestas de las
autoridades escolares y de los padres de la principal agresora.
La ley crea equipos especializados en acoso escolar que puedan intervenir en situaciones
determinadas y estipula que las sanciones contra los agresores deben ayudarlos a caer en la cuenta
en el error que cometen y no sencillamente castigarlos con amonestaciones. En caso de que el
estudiante deba ser expulsado del colegio, esta institución deberá conseguir que otra lo reciba. De
esta forma, se evita que los agresores sean expulsados del sistema educativo.
La norma también crea una línea de atención telefónica gratuita para que llamen las víctimas
que no se atreven a denunciar su caso en la escuela o que encuentren que ésta no da respuesta a su
reclamo. Además promueve espacios de diálogo entre padres, alumnos y docentes para prevenir y
solucionar episodios de violencia escolar, así como investigaciones sobre experiencias al respecto. El
Ministerio de Educación deberá redactar una guía con pautas para que los profesores y maestros
puedan actuar del mejor modo ante estas situaciones que a veces los desbordan o que en otras las
ignoran o subestiman.
El acoso escolar no es sinónimo de violencia en las aulas, pues no incluye las peleas entre
bandas. Se refiere al hostigamiento prolongado en el tiempo de un grupo de niños, en los que suele
haber un mentor y varios ejecutores, contra un compañero de clase. Otros alumnos pueden resultar
meros espectadores, pueden festejar la burla o intentar frenarla. Lo que se aconseja a toda la
comunidad educativa es la tolerancia cero con estas prácticas, no dejarlas pasar sin llamar la
atención. La violencia no solo ocurre en la escuela sino fuera de ella, por ejemplo, en las redes
sociales. Muchas veces los niños acosados no denuncian su situación, pero existen pautas de
comportamiento que permiten sospechar que están siendo víctimas de bullying, como la renuencia
de asistir a la escuela o de ver a sus amigos.
La ley no encara el problema como una cuestión individual sino colectiva. "No se enfoca en el
individuo como víctima o victimario, sino que pone el acento en el contexto en que se dan las
interacciones", explicó la diputada kirchnerista autora del proyecto, la pedagoga Mara Brawer.
"Cuando se generan situaciones de violencia en una escuela, los conflictos no son únicamente de un
alumno, al que se lo suele catalogar como el chico problema, ni responsabilidad de un solo docente,
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sino de todos los miembros que integran esa comunidad educativa", añadió Brawer en una entrevista
con el periódico Página/12. “Las investigaciones demuestran que en aquellas escuelas donde se
supera el silencio y se encaran los problemas, generando espacios de diálogo y de intervención de
padres y docentes, el acoso escolar disminuye hasta en un 70%”, destacó la diputada. Su proyecto
pretende que estas experiencias se generalicen en todos los colegios.
El bullying "es una cuestión cíclica, que cada tanto toman los medios y cobra más presencia",
observó el senador kirchnerista y exministro de Educación Daniel Filmus. "Cuando cobra más
presencia hay que aprovechar para dar el debate social. Es un problema de todos los días. La
discriminación es muchas veces alimentada desde la televisión, donde se festeja y se aplaude, por
diferencias físicas o de color de piel o por discapacidades”, lamentó el candidato a renovar su escaño
por Buenos Aires en el Senado en las próximas elecciones legislativas del 27 de octubre. Sus
principales rivales son la conservadora Gabriela Michetti y el progresista Fernando Solanas, más
conocido como Pino.
NOTICIA 3: http://goo.gl/1mMKfe
La mejor noticia que logró hasta ahora el tema del acoso escolar o bullying en la Argentina es
sacarse el "velo" de encima que le daba invisibilidad. Además, a partir de la aprobación en el Congreso
Nacional de una Ley que establece que el Ministerio de Educación, a través del Consejo Federal de
Educación, deberá establecer reglas para prevenir la conflictividad en las escuelas, entre ellas el
bullying, la problemática comenzó a formar parte del debate público, aunque aún de manera tibia.
Hay consenso entre la comunidad educativa y la sociedad en general acerca de que esta nueva
Ley ofrecerá sin duda un marco legal para encarar el tema, pero no es suficiente y alrededor del tema
del acoso escolar o bullying los desafíos pendientes son muchos.
Tal vez, ahora, esta forma de maltrato psicológico, verbal o físico, producido entre estudiantes
de manera sistemática llamada acoso escolar o bullying es un tema hoy de impacto global.
En el caso argentino, entre los desafíos más urgentes están la falta de estadística consolidada
que permita diseñar políticas públicas acordes a la realidad; y un compromiso verdadero entre la
trilogía social clave que rodea al problema: las escuelas/educadores, los chicos involucrados y los
padres. Y también es importante señalar que en el interior del país las modalidades de acoso son más
crueles y se dispone de menos información.
Los últimos datos sistematizados y disponibles en la Argentina sobre Bullying son del 2011. Se
trató de un estudio sobre más de 6 mil chicos que realizó el Observatorio de la Convivencia Escolar
de la Universidad Católica Argentina (UCA), dirigido por el especialista en temas de Educación
Alejandro Castro Santander.
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Según este estudio, 1 de cada 4 alumnos argentinos entre 10 y 18 años manifestó tenerle
miedo a alguno de sus compañeros y 1 de cada 3, entre 12 y 15 años. Entre las conclusiones más
relevantes del hasta ahora único estudio hecho en la Argentina podemos señalar:
• En las edades más tempranas interviene más lo físico directo y lo verbal, mientras que en el
secundario se transforma en indirecto -murmuraciones, amenazas, robos- y lo social -rechazo y
aislamiento-, algo muy preocupante ya que la aceptación en el grupo es crucial.
• El 32% dice sufrir a veces agresiones físicas y el 62% agresiones verbales. Aunque también
hacen autocrítica: el 62% confió haber maltratado a sus compañeros a veces y el 6% continuamente.
• Los maestros y padres son los últimos en enterarse del problema. Ante reiterados hechos
de violencia, el 57% de los niños se calla y del resto, el 70% se lo comunica a sus amigos, después a
los padres y finalmente al docente. Esto hace que se incremente su invisibilidad y sea tan difícil de
prevenir.
• El 97% de los docentes manifestó que actualmente existen situaciones de violencia en las
escuelas.
• El 78% cree que las dificultades en el desempeño del trabajo afectan su salud.
El peso de la ley
La reciente Ley aprobada por el Congreso Nacional para sancionar la violencia escolar deja en
manos del Ministerio de Educación, a través del Consejo Federal de Educación, la reglamentación de
la misma. Y seguramente allí aparece el verdadero desafío de la flamante normativa.
La Ley -que surgió consensuada a partir de la iniciativa de la Diputada Nacional Mara Brawer
(FPV)- propone como concepto fundamental sancionar la violencia en las escuelas, a través de la
"promoción de la convivencia y el abordaje de la conflictividad en las instituciones educativas".
¿Cómo seguimos después de la ley?, se pregunta Paola Spátola, abogada y presidente del
Centro de Estudios para la Convergencia Ciudadana: "La ley determina claramente que se tiene que
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generar un instructivo o protocolo de uso para la comunidad educativa; también plantea el tipo de
sanciones que se van a aplicar, y la proporción que tiene que existir entre la sanción y el daño
causado. La ley es amplia y fija claramente cuál va a ser el ámbito en donde se van a realizar este tipo
de discusiones. Ese ámbito será el Consejo Federal de Educación. Recién ahora empieza la puesta en
marcha de una acción directa por parte de los Estados (el Nacional y los Provinciales).
Lo más importante es la reglamentación de la ley y eso es lo que está por venir, puntualiza
ladiputada nacional Cornelia Schmidt-Liermann (PRO). Será importante adaptar el protocolo a las
características de la institución. Lo mejor que deja sobre la mesa la ley es que el Estado, educadores
y padres trabajemos unidos para poner fin al bullying. Porque estamos frente a una epidemia. Y si no
hay una niñez sana, no podemos tener un país sano”, expresó la diputada del PRO.
Una de las objeciones que plantearon los maestros a través de las organizaciones que los
representan es que ellos se sintieron afuera de la ley.
"A las organizaciones docentes que dicen que no fueron incluidos es importante que
comprendan que la ley establece la idea de capacitar a los docentes y armar un instructivo para la
implementación de la misma. Todo lo contrario: la ley es convocante con los docentes", afirma la
diputada Cornelia Schmidt-Liermann.
Para Spátola, "no creo que los docentes estén afuera de la ley. En todo momento se habla de
la comunidad educativa, de los educadores, de la escuela. En todo caso, los que plantean esto,
deben querer otro tipo de participación. Los docentes están totalmente integrados. Espero que estén
a la altura de las circunstancias que se vienen con esta nueva ley, porque considero que los primeros
que niegan el bullying son los maestros. Observo que hay una negación tanto de los maestros como
de los directores, exceptuando algunos colegios. "Nos interesa el tema pero nosotros no tenemos
ningún caso", esa es la respuesta típica de los docentes. Lo más importante es entender que el acoso
escolar existe y que la violencia en los colegios es parte de nuestra sociedad. Lo que tenemos que
hacer es ver cómo lo solucionamos, no negarlo como fenómeno social.
La importancia de la estadística
Pero el caso argentino tiene su propia lupa: "Hoy, aquellos que deseamos conocer qué está
pasando, debemos estudiar más sobre violencia escolar y conversar con los chicos. Para definir
estadísticas, otro problema es la gran cantidad de criterios e instrumentos para medir violencia. Si no
nos ponemos de acuerdo, seguiremos teniendo muchos datos distintos que sólo confunden a los
principales actores institucionales para la prevención: docentes y directivos acompañados por las
familias", refiere Castro Santander, Director del Observatorio de la Convivencia Escolar de la UCA.
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"El gran problema de la Argentina es que estamos con cifras altas sobre bullying y no tenemos
centralizadas las estadísticas. Es importante tener estadísticas para poder mejorar el diseño de las
políticas públicas" explica la diputada Cornelia Schmidt-Liermann (PRO). En Estados Unidos la
campaña Stop Bullying forma parte de las políticas públicas de educación. El tema está en la agenda
pública. Y el Ministerio de Educación tendrá que estar más involucrado".
El rol de la familia
"En el tema del bullying el rol central lo tiene la familia, asevera Edgardo de Vincenzi,
presidente de la Asociación de Entidades Educativas Privadas Argentinas (ADEEPRA) y rector de la
Universidad Abierta Interamericana (UAI). Porque en el bullying no se trata de gente rica o gente
pobre, se trata de los valores que se cultivan en la familia. Es decir la esencia del problema está en la
familia".
"No hay casualidades en este tipo de patologías sociales como el bullying o mobbing : todo es
causal, agrega De Vincenzi. Las causas para que alguien lo practique pueden ser de orden psíquico,
vincular o social. Actualmente vivimos en una sociedad con muchos padres abandónicos, a los que
yo personalmente llamo perversos. Porque les interesa más el cliente o el paciente que su propio
hijo. Ser papá o mamá es una ciencia, no es materia opinable".
"Las familias argentinas hoy tienen una tendencia a vivir el momento y se olvidan que hasta
los 4 o 5 años se forma el 40% de la personalidad del niño y es fundamental sostener esa etapa con
valores basados en el amor, la autoestima, el espíritu de sacrificio, solidaridad, se trata de valores
universales".
"En la UAI desarrollamos un proyecto que se llama Creciendo Siempre y Escuela para Padres
donde trabajamos en valores, como forma de contrarrestar el bullying, involucrando a la familia y a
sabiendas que los cambios educativos son generacionales", agrega De Vincenzi.
Ir a la escuela feliz
No hay que perder de vista que entre tanta discusión sobre el bullying, la cuestión que
subyace es que hay muchos chicos que no están pudiendo disfrutar de ir a la escuela.
"La situación en el interior del país es mucho más dramática y silenciosa que en la Capital. En
los pueblos, el acoso escolar se expresa de manera más cruel. Los chicos están más aislados, los
celulares viralizan de manera inmediata cualquier tema de acoso. En pueblos como San Jorge, a 1
hora de la ciudad de Rosario, la situación es muy grave. Allí existe un fenómeno que ahora se acosa
a los que no entran en el consumo de drogas. Y la verdad que acoso escolar más drogas es un cocktail
explosivo. Y las autoridades no parecen estar despiertas ante la gravedad del tema", enfatiza la
diputada Schmidt-Liermann.
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la realidad nos dice que muchos no se ven como víctimas, han naturalizado el fenómeno, y más triste
aún, están convencidos de que ellos son así y por eso les pasan "estas cosas". Igual que en el caso de
los agresores o "verdugos", que no se ven a sí mismos como victimarios, dicen: "estamos jugando",
"siempre nos tratamos así", "somos amigos", agrega Castro Santander.
En el mismo estudio que realizó el Observatorio de la UCA se afirma que el uso de celulares e
Internet ha dado lugar a nuevas modalidades de violencia y acoso.
"El efecto en las víctimas varía. En algunas es mínimo, el ataque les resulta indiferente. En
otras es traumático, dejan de ir al colegio, y si los ataques aumentan intentan cambiar de escuela,
sufren depresiones y lamentablemente también conocemos casos de suicidio".
NOTICIA 4: http://goo.gl/VKyQWz
La Cámara de Diputados convirtió hoy en ley un proyecto que apunta a prevenir los casos de
acoso escolar tanto físico como verbal, un fenómeno conocido como "bullying" y que se intensificó
en los últimos años ante la proliferación de las redes sociales.
En general estas acciones se basan en el acoso de un grupo de chicos o chicas contra algún
compañero de escuela, al que hostigan y hasta llegan incluso a agredirlo físicamente, como ocurrió
esta semana en establecimientos de las localidades bonaerenses de Quilmes y Moreno.
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La iniciativa de la ley fue de la diputada del Frente Para la Victoria, Mara Brawer, y en la misma
se "busca prevenir las situaciones de violencia escolar a través de la promoción de instancias de
participación de la comunidad educativa".
Esta ley "no se enfoca en el individuo como víctima o victimario, sino que pone el acento en
el contexto en que se dan las interacciones", explicó la diputada.
Ahora, en una extensa sesión, Diputados votó el proyecto por mayoría y lo convirtió en ley.
Bower señaló que la ley responde a los acuerdos que alcanzó el Consejo Federal de Educación
porque "impulsa el fortalecimiento de las instituciones educativas, docentes y equipos especializados
para su intervención ante situaciones de violencia".
Además de las sanciones para los agresores, la ley dispone que el Ministerio de Educación
promueva el desarrollo de estrategias y acciones para fortalecer a las instituciones educativas y a los
equipos docentes, brindándoles herramientas y capacitación para la prevención.
Una de las modificaciones que realizó la Cámara alta al proyecto original fue el de la
incorporación de la línea gratuita 0800 para denuncias.
El "bullying" es un práctica de acoso escolar que está creciendo en los últimos tiempos, no
solo en Argentina, sino en el mundo.
En el país -según un estudio de la Universidad Católica Argentina (UCA)-, seis de cada diez
alumnos reconocen que han hostigado física o verbalmente a un compañero.
Según la encuesta de la UCA, uno de cada cuatro alumnos, entre 10 y 18 años manifestó
tenerle miedo a alguno de sus compañeros y el 46% dijo sufrir la violencia "a veces" y el 11% "muchas
veces".
Además, la Cámara baja aprobó y giró al Senado un proyecto de ley que penaliza las acciones
deliberadas de una persona adulta para ganarse la confianza de un menor a través de internet con el
fin de obtener favores sexuales, algo que se conoce como "grooming".
El Senado en diciembre del 2011 ya había hecho una modificación, y que tenía que ver con
que no se condene con las mismas penas el intento de abuso y el abuso sexual concretado, tal como
lo estipulaba la Cámara alta.
El texto, además, modifica el artículo 125 del Código Penal, y se logró el acuerdo en Diputados
de todas las bancadas, por lo que la votación fue respaldada por los 206 legisladores que en ese
momento se encontraban en el recinto.
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NOTICIA 5: http://goo.gl/CfUhzY
Los chicos de los primeros grados ya sufren el acoso escolar. Expertos advierten que los
maestros no están capacitados para tratarlo. Faltan estadísticas oficiales y una ley que aborde el
fenómeno.
En Mendoza, una nena de 13 años fue golpeada por sus compañeros por ser gorda. Un nene
se suicidó en Temperley porque, según su abuelo, no soportó que se burlaran de él en la escuela.
Otro chico, de ocho años, se niega a ir al colegio: si no lo cargan por pobre lo hacen por “traga”. A un
adolescente lo indemnizaron en marzo porque tuvieron que extirparle un testículo: hace siete años,
cuando asistía a un colegio privado de la Ciudad, sus compañeros se cansaron de pegarle patadas.
Estos casos se dieron en lo que va del año. No es casual: el bullying no da tregua en las aulas
argentinas. Ahora advierten que el acoso escolar aparece en la escuela primaria y en los primeros
grados, a partir de los ocho años, y los maestros dicen que les faltan herramientas para hacerle frente.
Hace rato que se habla de hostigamiento entre estudiantes. Sin embargo, no hay estadísticas
oficiales que armen un escenario sobre el acoso escolar. Tampoco existe una ley que brinde un marco
institucional integral a la cuestión de la violencia escolar. Ni se han desarrollado programas
interdisciplinarios capaces de abordar la complejidad del fenómeno, que no es para nada nuevo. Sí
hay diez proyectos de ley en el Congreso, que conservan el estado parlamentario pero aún no se han
discutido. Los únicos datos confiables surgen de un monitoreo de la Facultad Latinoamericana de
Ciencias Sociales (FLACSO) y UNICEF, publicado en 2011 –la investigación fue hecha en 2009 sobre
datos recogidos en 2006–. Pero además de vieja, deja afuera a los alumnos de primaria y sólo abarca
el área metropolitana. Es imperioso, coinciden los especialistas, tener un registro de los casos.
Clarín quiso entrevistar a quienes integran el Observatorio de Violencia Escolar, que depende
del Ministerio de Educación de la Nación, pero a pesar de la insistencia no atendieron el pedido.
Los que sufren el bullying –en sus distintas versiones: insultos, golpes, cargadas, aislamiento
o de manera virtual– son cada vez más chicos. “Era un fenómeno de la escuela media, pero ahora ya
lo estamos observando en la primaria. Está estimulado por la accesibilidad a la tecnología. Por eso
también ha prosperado el ciberbullying”, apunta Fernando Osorio, psicoanalista y presidente del II
Congreso Internacional sobre Conflictos y Violencia en las Escuelas realizado en junio.
Roxana Morduchowicz, especialista en cultura juvenil, aclara que “las agresiones entre chicos
existieron siempre”. Pero advierte que “hoy hay riesgos adicionales. Primero, una llegada mayor:
Internet amplificó la audi encia, que ya no se limita al aula. Segundo, el anonimato, porque el acoso
digital no se realiza cara a cara. Tercero, que no desaparece: la agresión se almacena y puede
sobrevivir por años. Y, finalmente, el ciberbullying se expande más rápido y más fácil”, enumera.
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familia y la escuela, se han debilitado”, reflexiona Sara Zusman, médica psicoanalista, especialista en
niños, adolescentes y familias, y miembro de la Asociación Psicoanalítica Argentina. Y sigue: “En
algunas ocasiones, cuando con mucho esfuerzo el hostigado puede contarles a sus maestros lo que
está ocurriendo, es acusado de fabulador. Y pasa a ser victimario”.
¿Los docentes están capacitados para hacerles frente a las situaciones de acoso escolar?
Responde Marina Kelly, de la ONG Bullying Cero: “No reciben en su formación básica herramientas
para detectar situaciones de bullying o las que se dan antes del acoso escolar. Tampoco están
formados para intervenir. Entonces cada uno decide el tipo de intervención que implementará”. La
especialista dice que detectan situaciones puntuales de burlas o violencia física, pero se los trata
como hechos aislados y no como una posible parte de un problema mayor. Osorio suma: “Hay una
gran disputa acerca de quién es responsable de esta capacitación. Entonces, en muchos casos, cómo
manejar el maltrato queda librado a la buena voluntad del docente o a su interés. Le corresponde al
Estado brindar una capacitación permanente sobre las problemáticas socioafectivas del aula y no
sólo sobre cuestiones pedagógicas”.
“Frente a una situación de bullying hablamos con los chicos y con sus padres. Pero no hay
protocolos ni recuerdo que el tema se haya tocado mientras hice el Profesorado. Por supuesto debe
haber una capacitación específica con dispositivos concretos y que generen en la escuela espacios de
participación de toda la comunidad educativa: estudiantes, docentes y padres”, propone Valeria
Faivisovich, maestra de 6° y 7° grado de la escuela N° 4 de Monte Castro.
NOTICIA 6: http://goo.gl/kWO35p
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compañeras de aula. El chico recibe a diario golpes y empujones, ante la indiferencia de profesores
y directivos, a quienes la madre denuncia como cómplices de la violencia.
"Todos los días le pegan mal, muchas veces lo dejan sin aire. La mamá se queja
constantemente, cambiaron al director como cinco veces, pero nadie hace nada", contó indignado
por la situación uno de sus compañeros, que también se convirtió en víctima de los alumnos por "mi
vestimenta y personalidad". "Yo lo defendí un día y a la salida me pegaron tres", aseguró el joven.
"Lo voy a seguir haciendo aunque vengan entre 20 y me maten. Quiero que hagan algo por mi amigo,
porque ya quedó traumado de tantos golpes", pidió ayuda.
NOTICIA 7: http://goo.gl/AFqLVY
Acoso, maltrato entre pares, matonismo: los casos de violencia escolar entre menores no
dejan de crecer en el país, muchas veces en silencio, a espaldas de los adultos, y acompañados de un
grado de virulencia que, afirman los especialistas, va también en aumento. Por qué, pese a la falta de
estadísticas oficiales, se habla de una epidemia y cuál es el costo psicológico para las víctimas.
L Le tocaron el hombro. Le pasaron un papel. "Morite", decía. Era su segundo día de clases en
uno de los colegios más caros y más bilingües de Belgrano. Acababa de llegar de Brasil y todavía
estaba mareado por la mudanza, el cambio de idioma, de paisaje, de todo. Por eso, al principio creyó
que se trataba de una "cargada" de bienvenida. Después, todo quedó más claro. "Las chicas, sobre
todo, lo volvieron loco", dice Julio, su padrino. "Como mi ahijado usa anteojos, le decían "nerd" y se
la pasaban mandándole mensajes superagresivos. El es un chico muy tranquilo, muy lector, pero lo
tomaron de punto. Nunca entendió por qué", dice. Y tal vez haya dado, sin siquiera sospecharlo, en
el corazón oscuro del acoso escolar: nunca hay un porqué. Cualquier excusa sirve: ser gordo o flaco,
nuevo o compañero de años, muda, conversadora, bajo o alto. Rubia o pelirrojo. ¿Qué es entonces
lo que sí se repite? La asimetría de poder entre víctima y victimario. El silencio. Y -condición necesaria
en todo episodio de maltrato escolar- adultos que se fugan de su lugar de adultos. Maestros,
profesores y padres que miran para otro lado. Sólo así puede explicarse por qué el acoso escolar es
definido por muchos especialistas como una "epidemia silenciosa". Ese fue, de hecho, el título de una
nota publicada por este mismo diario seis años atrás. Desde entonces, la escalada de maltrato no ha
dejado de crecer y así lo confirman los especialistas y las entidades dedicados al tema.
Bullying Cero Argentina es uno de esos grupos. Ofrece capacitaciones en colegios y charlas
abiertas a la comunidad. Su coordinadora, la pediatra Flavia Sinigagliesi, precisa que "si bien el
bullying ha existido siempre, ahora la sociedad es mucho más violenta y eso termina repercutiendo
en los niños". ¿De qué manera? Todo depende. Hay nenas a las que el "destierro social" al que las
someten sus compañeritas de curso no las afecta, a otras, en cambio, las arrasa emocionalmente.
Ese es el punto: que nunca se sabe en qué puede terminar el acoso. Según Sinigagliesi, "todo depente
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de la vulnerabilidad de cada chico y de su capacidad de volver al estado inicial luego de una
experiencia traumática".
Para el psicoanalista y especialista en psiquiatría Juan Vasen, por cuyo consultorio desfilan
maltratadores y maltratados, la experiencia del acoso es "siempre muy dolorosa. Pensemos que en
el proceso de socialización de los chicos, en un momento los pares toman en parte el lugar que antes
ocupaban los padres. Pasan a ser figuras muy importantes, y si ese traslado implica una relación
despótica, el dolor es tremendo. El rechazo es vivido con la misma intensidad con la que se viviría un
rechazo de parte de los padres. La sensación de fracaso es total", alerta.
En los pasillos. En el patio. En los baños. En los juegos. Antes de entrar al colegio o a la salida.
Allí donde los adultos no están (o están pero no miran, que es la otra manera de no estar), el bullying
nace, crece y florece en carámbanos negros. En moretones como los que le crecían a Paula -morocha,
pelo largo, flaquita- cada día que pasaba en lo que ella misma llama su "otra escuela", esa que no
tuvo más remedio que dejar hace dos años. Cada veinticuatro horas, una nueva sesión secreta de
pellizcos y patadas a cargo de sus encantadoras compañeras de clase la dejaba ronca de bronca y
dolor. Terminó cambiándose de escuela, como la mayoría de los protagonistas de las historias
recogidas para esta nota.
"El bullying te mata, te suicida o te saca del colegio", resumió con impotencia el padre de una
de las víctimas, que pidió reserva de identidad. Belgrano, Flores, Recoleta, Burzaco, Temperley, Aldo
Bonzi, Ezeiza. Distintos colegios, edades, barrios y familias enfrentando un mismo problema sobre el
que, para variar, las estadísticas locales son casi una quimera. De todos modos, lo poco que se sabe
es de lo más tranquilizador. Según el informe ¿Qué dicen los chicos? Datos cuantitativos sobre la
violencia en las escuelas, un estudio realizado por el Ministerio de Educación sobre 70.000 alumnos
de colegios secundarios privados y estatales, el 8% de los chicos sufrió exclusión, al 12% lo insultaron,
a otro 12% le hicieron burlas, al 14% le gritaron y al 32% le rompieron los útiles. Pero como todos
esos hechos son considerados "incivilidades" y no "violencia", se concluye que "a partir de los datos
obtenidos es posible refutar la creencia de la escuela como un lugar inseguro".
Otro, y muy diverso, es el panorama en el exterior. Sólo en EE.UU., las víctimas de acoso
escolar trepan a trece millones, se estima que cerca de 160.000 chicos faltan diariamente a clase por
temor a ser molestados y casi la mitad de los estudiantes teme ser "buleado" en el baño. Aun así, la
mitad de las situaciones de acoso no se denuncia.
También la Universidad de Yale publicó un trabajo en el que se señala que un niño víctima de
acoso escolar multiplica casi por diez sus chances de tener ideas suicidas. Otro mapeo realizado hace
dos años en Finlandia asegura que "ser acosado o acosador a los ocho años es un factor de riesgo de
trastorno psiquiátrico en la edad adulta" y que "la tasa de suicidio femenino se reduciría en un 10%
si se eliminara la victimización escolar de las niñas". Estas son, según se comprobó, quienes tienen
más chances de matarse antes de los 25 años cuando han sido acosadas por sus compañeros en la
escuela. Y, sin embargo...
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El Gran Bonete
Silencio, escuela. Silencio porque "acá estas cosas no pasan. Son peleas de chicos". La sola
mención de la palabra "bullying" ("toreo", adoptada en 1993 por Dan Olweus, un investigador
noruego, para aludir al maltrato sistemático y continuado entre pares) tiene la extraña capacidad de
erizar la piel del cuerpo docente. "Es que cuanto menos se sabe de un tema, más miedo se le tiene.
Y si los docentes detectan el tema pero no tienen herramientas para intervenir, prefieren no saber.
Por eso lo primero que hay que hacer es capacitar a los docentes e implementar políticas
institucionales al respecto", destaca Sinigagliesi.
"En el caso de un chico que es agresivo, esto casi siempre viene fomentado desde la familia.
Son chicos criados en contextos en donde se promueven el exitismo, la competencia, todo esto de
ser «líder» al precio que sea. Pero ¿cuáles son los atributos de ese liderazgo? ¿El hijo es un líder o es
un jodido?", se pregunta. Tal vez por cuestiones como ésas, señala Melcer, "si bien el hostigamiento
escolar no es nuevo, hoy se da una agresividad extrema que sí lo es. Hay armas de fuego, suicidios,
de todo. Ya no sólo se da una situación violenta, sino que su resolución también lo es".
O no. En un episodio sucedido en la escuela media donde Melcer es vicerrector, un chico había
hecho un video burlón sobre otro. Pero las cosas decantaron bien. ¿Por qué? Porque se habló del
tema. Y porque hubo adultos escuchando. "El chico vino, se quejó y llamamos al del video. Hablamos
y le pedimos al agresor que hiciera otro video, sobre el tema de la violencia escolar. Le mostramos
que el recurso se podía usar de otra manera. Cuando el adulto da garantías de que interviene y
construye justicia, recupera su lugar como referente. La escuela tiene que aparecer garantizando la
justicia que la vida real al damnificado no le da", afirma.
El silencio
No hay maltrato sin testigos. Sin eso que los sajones llaman by standers : los que se paran a
un lado y observan la acción. Sin intervenir, pero sabiendo."Lo que pasa es que a veces en los chicos
el temor es pasar de testigos a víctimas del bullying, y por eso se callan", apunta la psicoanalista Sara
Arbiser, miembro de la Asociación Psicoanalítica Argentina (APA) y especializada en adolescencia.
"Que esos chicos se animen a hablar, y que los adultos los escuchen y actúen en consecuencia es lo
que hace toda la diferencia", explica. "En Estados Unidos, por ejemplo, vi cómo ante un caso así a los
chicos se los reunía y se los ponía a hablar. Aquí rara vez se toma la palabra y por eso estas cosas
arrancan en jardín y se las deja crecer de año en año. Al final, la violencia es imparable." Pero ¿cómo
no entender el silencio cuando el estigma del "delator" es sacudido por algunos adultos sobre la
cabeza del chico que se anima a contar? ¿Cuándo los chicos toman conciencia de que sus voces no
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cuentan? "El docente suele subestimar lo que dice el nene agredido. Por eso, al final, las víctimas
optan por no denunciar. Saben que no van a ser creídos y que nadie intervendrá en su defensa",
concluye.
Eso -el silencio asesino- fue algo que Jesús Campo descubrió del peor de los modos. Fue hace
exactamente un año, cuando lo llamaron del hospital donde su hija Celeste, de diez años, acababa
de ser internada. Con fractura de cráneo. Con tres coágulos en la cabeza y muchos, demasiados
golpes en todo el cuerpo. "Un compañerito de la misma edad que siempre la molestaba y que ya
había sido expulsado de otros colegios la tiró por la escalera. Celeste cayó cuatro metros. Estuvo
diecisiete días internada, le hicieron dos operaciones. Está viva de milagro", dice. El video que Jesús
armó como pudo y colgó en YouTube cuenta lo demás. Noemí, la mamá de Celeste, cuenta lo que no
está en ningún lado. Por ejemplo, que hoy Celeste, tan coqueta como era, debe ir por la vida "con un
casco como el de los skaters, porque todavía el hueso no está bien. Tuvimos que cambiarla de
escuela, tiene que ir en remise. Perdió casi el 50% de la visión del ojo derecho. Se cansa, se marea,
nunca más volvió a patinar ni a hacer gimnasia. Es otra nena", dice. Silencio.
Los rotos
El video todavía da vueltas por Internet. Lo grabaron con un celular. Muestra un nene flaquito
enfrentando a un compañero dolmen que le lleva dos cabezas y veinte kilos de ventaja. David amaga
a tirar un par de piñas. Acto seguido, Goliat lo levanta, lo pone cabeza abajo y lo estrella contra el
piso. El video no tiene audio ni fin: una y mil veces, la espalda vuelve a dar contra el cemento. Huesos
rotos. "Cosas de chicos."
Chicos como Víctor Feletto, otro que también era menudito y prefería estudiar. "En la última
prueba de matemática se había sacado diez", cuenta su abuelo José. "Era agradecido, muy
responsable". Pero, ay, no le gustaba el fútbol. No al menos como se lo hacían jugar en su escuela de
Temperley: rodeado de chicos cuatro años mayores que se divertían empujándolo y pateándolo. Un
día, le golpearon un hombro; otro día, le golpearon el que faltaba. Terminó en el hospital Gandulfo,
con hematomas y enorme dolor. "El no quería ir más, lo trataban peor que a un esclavo. Era tanta la
angustia que tenía? La mamá habló con la directora, pero él se asustó porque ella dijo que si no hacía
gimnasia podía perder el año." Perdió otra cosa: el 4 de abril, al volver de otra sesión de insultos y
patadas, fue al cuarto de sus abuelos, tomó la pistola de José y apretó el gatillo.
Golpes y moretones.
Tristeza.
Pérdida de objetos.
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Síndrome del domingo a la tarde.
NOTICIA 8: http://goo.gl/8ekT17
Del tema ya dieron cuenta las autoridades y el mes pasado se aprobó la ley llamada “Bullying
cero” que ordena que el Ministerio de Educación, a través del Consejo Federal, deberá establecer
reglas para prevenir la conflictividad en las escuelas, entre ellas el bullying.
Según el abogado Javier Miglino, fundador de la ONG, los chicos son los que perfectamente
saben de qué se trata el tema,
“Mucha gente nos pide información porque poco y nada se sabe del bullying, pero en el caso
de los chicos saben perfectamente de qué se trata y por eso la tarea titánica de encuestar a las
escuelas de la República Argentina se tornó un poco más sencilla, porque todos los chicos admitieron
conocer el bullying y el 40 por ciento de ellos reconoció haberlo sufrido”, explicó.
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“A partir de esta conclusión, estamos invitando a los padres a participar de nuestros debates,
toda vez que sus chicos están expuestos a factores de riesgo que llevan al acoso escolar, ya sea como
acosadores o como víctimas y desde las autoridades escolares es muy poco lo que se está haciendo”,
indicó Miglino.
La entidad que encabeza lanzará en noviembre una serie de charlas sobre el acoso escolar y
las formas de evitarlo. “Las escuelas siempre se han concebido como lugares adecuados para
favorecer el desarrollo y la formación de los adolescentes, por eso nos toca reunirnos y sentar las
bases de un criterio común de lucha contra el bullying, que ya se convirtió en un problema social”,
concluyó.
Una mujer denunció que su expareja la secuestró y la torturó para que retomara la relación,
tras lo cual la Justicia ordenó el arresto del acusado, un hombre de 36 años que se encuentra prófugo.
La mujer relató a la Policía que su exnovio la llevó a una casa ubicada en el barrio Alto
Comedero, donde la ató a una silla, la torturó y le cortó la cara.
La Fiscalía de Investigación Penal de turno ordenó la detención del hombre identificado como
Santiago Churquina. La mujer ya lo había denunciado ante la Policía por otros hechos de violencia.
El ataque fue perpetrado el viernes por la tarde cuando ella circulaba por una calle del barrio
Gorriti y fue atrapada por Churquina y un amigó de éste. Ambos la subieron a un vehículo, mientras
era amenazada con un cuchillo. “En el auto mi exnovio comenzó a golpearme, mientras su amigo
manejaba”. Señaló también que el sujeto le cortó la cara, los brazos y las piernas y la amenazó de
muerte. La joven logró escapar y pidió ayuda a los vecinos, quienes la acompañaron a hacer la
denuncia.
NOTICIA 9: http://goo.gl/O2dwie
Está organizado por la Universidad Católica de Santa Fe. Comenzó ayer y se extiende hasta
mañana. Disertan destacados especialistas nacionales e internacionales.
“Asimetría y repetición en el tiempo; si no se dan juntas no hay bullying” (Silvia Dowdall). “La
violencia se aprende; y nos escandalizamos de los chicos” (Lilian Mujica Rivas). “Los chicos necesitan
hablar de temas de su interés que no son las drogas y el alcohol, como creemos los adultos” (Mónica
Toscano). “La víctima de bullying es menos querida que el agresor, entonces el medio también
condena” (Mujica Rivas).
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Estos conceptos, entre
otros, fueron expuestos ayer por
destacados especialistas invitados
a disertar en el VI Congreso
Internacional de Educación
“Bullying: ¿Dignidad humana en
riesgo?”, organizado por la
Facultad de Humanidades de la
Universidad Católica de Santa Fe.
“Estamos muy satisfechos por la respuesta de la gente. Fue un desafío enorme organizar un
congreso profesional de tres días, monotemático, en una ciudad tan chica como Santa Fe. Pero esta
gran convocatoria demostró que el bullying es un tema que preocupa a docentes y autoridades
escolares”, destacó Anabel Gaitán, decana de la Facultad de Humanidades.
Los asistentes provienen de 77 ciudades del país, desde Chubut, Buenos Aires y Misiones
hasta Mendoza y San Juan, entre otras. “Es un tema que está en el tapete en estos momentos. El
congreso no buscó ser un encuentro de tres días donde la gente encontrara un catálogo de
respuestas, sino que se propuso como un espacio de reflexión donde analizáramos qué hacer para
prevenir el bullying”, añadió.
Con respecto a la temática del encuentro, la decana señaló que “si la dignidad humana se ve
dañada por el bullying necesitamos en estos días pensar exactamente en eso: la dignidad humana. El
bullying es ante todo una actitud que sólo puede desarticularse con otra actitud”.
Apertura
La inauguración del congreso, realizada ayer por la tarde en la Sala Garay, contó con la
participación del gobernador Antonio Bonfatti; del rector de la Universidad Católica de Santa Fe,
Ricardo Rocchetti; y la decana Anabel Gaitán; entre otras autoridades universitarias.
Bonfatti agradeció la invitación y, en ese marco, destacó que “la diversidad nos trasciende
como especie humana y en ella está la riqueza. Hacer frente al bullying tiene que ver con aprender a
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respetarnos y aceptar las diferencias. Esto se logra, entre otras formas, generando conciencia a partir
de la educación; de la educación en la diversidad y en la pluralidad de pensamiento”.
A su turno, el rector Rocchetti evaluó que “la fuerza de la convocatoria pone de relieve la
importancia de esta temática que nos aqueja a todos pero principalmente a los chicos que concurren
a los establecimientos educativos y que son víctimas de este flagelo que se ha instalado en nuestra
sociedad”.
Esta mañana, se realizaban los talleres, mientras que por la tarde volvían los 800 asistentes a
participar del congreso propiamente dicho, que hoy tenía la modalidad de 7 conferencias
simultáneas: semiplenarias, proyecciones de videos con debate, y presentación de experiencias.
Mañana, continuarán las conferencias plenarias.
Fabricio Chaves, uno de los uruguayos que participó en la edición argentina de "Gran
Hermano" 2012 junto a su gemelo, presentó su libro llamado "B de Bullying" de la editorial Fin de
Siglo en el que relata su historia y su relación con el bullying durante la niñez y la adolescencia. En
diálogo con El Espectador el autor contó cómo surgió la idea de escribir este libro. El joven de 24 años
explicó que durante su adolescencia pudo ser una víctima del bullyng y haber pasado por episodios
muy cercanos.
Destacó que para tratar esta problemática, “que nos debería de interesar a todos”, no hace
falta ser una víctima. Consultado sobre su experiencia en el reality argentino, Chaves dijo: “Hay
muchas situaciones de intolerancia, convivir con esas personas se me hizo arduo por momentos. Me
di cuenta que lo que pasa en las instituciones con los niños también pasa en un programa como ‘Gran
Hermano’. Nosotros éramos cuatro uruguayos participando y siempre el insulto era: ¡Volvete a tu
país!”.
Las jóvenes se jactaron hace unos días en Facebook de haber acosado a la joven fallecida y de
no impórtales en absoluto su muerte.
Dos adolescentes de 12 y 14 años fueron detenidas por haber acosado a una compañera de
clase, Rebecca Sedgwick, que se suicidó el pasado mes de septiembre en Florida, según anunció el
martes la policía.
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El pasado 9 de septiembre se abrió una investigación después de que Sedgwick, de 12 años,
apareciera muerta en el camino a la escuela después de saltar desde lo alto de una fábrica
abandonada Lakeland, cerca de Tampa.
Detenidas el lunes por la noche, las adolescentes fueron puestas en libertad el martes por la
mañana con la obligación de permanecer en sus casas. Se les acusa de "haber acosado en repetidas
ocasiones" a Rebecca durante el curso escolar 2012-2013, según informó la policía.
Las jóvenes se jactaron hace unos días en Facebook de haber acosado a la joven fallecida y de
no impórtales en absoluto su muerte.
Los investigadores revisaron sus cuentas en las redes sociales y encontraron mensajes
dirigidos a ella como: "¿Qué estás haciendo viva todavía?", "¿Por qué no te has matado todavía?" o
"Eres tan fea".
Pocos meses antes del suicidio, la madre de la joven tras descubrir que hija se había hecho
cortes en las muñecas cerró su cuenta de Facebook y la cambió de escuela para el siguiente curso.
Sin embargo, ya era demasiado tarde.
Según la investigación, un día antes de suicidarse, Sadwick escribió en las redes sociales:
"Estoy muerta. Saltaré. No puedo más con esto". En Florida existen leyes que prevén cargos
criminales contra el acoso a través de internet.
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técnicos de escuelas de educación Inicial y Primarias públicas y privadas, alumnos de Institutos de
Formación Docente y miembros del Consejo de la Niñez de Lanús, Avellaneda y Lomas de Zamora.
Entre ellos, 8 inspectores, 162 directores y 116 personas pertenecientes a equipos escolares.
“Este curso brinda herramientas para afrontar el llamado bullying y es un trabajo por los
únicos privilegiados, que son los niños, una apuesta al futuro que hacemos en equipo entre la
Provincia, la Nación y los municipios. Hay mucha gente que se llena la boca hablando de management
en el fútbol, pero gobernar no es lo mismo, gobernar es tomar decisiones políticas todos los días a
favor de los más débiles como lo hizo la presidente Cristina Fernández de Kirchner con la Asignación
Universal por Hijo, con el plan Conectar Igualdad y con el Programa Procrear, y como lo hace el
gobernador Daniel Scioli ocupándose de reducir la mortalidad infantil en números históricos,
brindando la posibilidad de la Ley de Fertilidad Asistida y agilizando los procesos de adopción”,
destacó el subsecretario Roberto Reale, de la Secretaría General que conduce Eduardo Camaño.
“En este Lanús el tema que hoy nos trae aquí nos tiene preocupados desde que trabajo en la
función pública y desde estos lugares en que nos toca asumir las responsabilidades”, indicó Díaz
Pérez, al tiempo que agradeció a quienes trabajan en educación, “los que todos los días hacen, en
silencio, para evitar esta problemática del maltrato, para prevenirla y para trabajar en todo lo que
necesitamos”.
Las jornadas son parte del trabajo de formación que viene realizando el Instituto Provincial
de la Administración Pública (IPAP), en conjunto con la Secretaría de Niñez y Adolescencia, a cargo
de Pablo Navarro, con la que capacitó a 1159 trabajadores de la Administración Pública en temas de
niñez durante los últimos dos años. Algunos de los cursos dictados fueron: “Comunicaciones en las
organizaciones”; “Estado políticas públicas y agenda”; “Gestión en las organizaciones e innovación”;
“Planificación estatal con enfoque estratégico”; “Liderazgo y conformación de equipos en las
organizaciones públicas”; “Maltrato y abuso sexual infantil. Aportes para su comprensión y un primer
abordaje institucional”; “El sistema de responsabilidad pelan juvenil. Las prácticas comunitarias en el
marco de la corresponsabilidad”; y Los procesos organizacionales en la gestión pública”; y manejo
del REUNA.
“Estos números nos permiten planear en conjunto distintas políticas de capacitación como la
que nos aboca hoy al municipio de Lanús, por eso le agradecemos al Sr. Intendente por permitirnos
trabajar para el éxito de la gestión, como nos pide el Gobernador Scioli”, culminó el subsecretario
Reale.
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Participaron también del evento: La directora de Planificación, Ester Noat, y la directora de
Educación y Capacitación, Evangelina Odorizzi, de la Secretaría de Niñez y Adolescencia; el secretario
Ejecutivo del IPAP, Cristian Manentti, y la directora de Formación y Capacitación del mismo
organismo, Claudia Marsó; además de la directora de Niñez del Municipio, Marta Muñiz, y el
presidente del Consejo Escolar, Roberto Crovella.
Hace unos días, dos alumnas de 11 años que asistían a una escuela de La Plata y que eran
víctimas de múltiples maltratos por parte de sus compañeros de clase fueron cambiadas de colegio.
La medida se adoptó después de que la madre de una de las menores denunciara a las autoridades
escolares que eran víctimas de bullying. El hecho (ver página 4) no es aislado, ni se circunscribe, claro,
a la capital bonaerense.
De acuerdo a especialistas en prevención del bullying consultados por Clarín, dos de cada tres
casos se resuelven sacando a los chicos del colegio donde sufren las agresiones. De acuerdo a
sondeos realizados tanto en la ciudad de Buenos Aires, el GBA y el interior de la Provincia, un 30% de
los chicos que son víctimas de bullying son cambiados de escuela por iniciativa de los propios padres.
Aluden que lo hacen porque no soportan más los hostigamientos de sus compañeros acosadores.
“Primero los cambian de colegio y luego llaman a las ONG para ver cómo pueden solucionar el tema”,
explica Javier Miglino, fundador de Bullying sin Fronteras.
Otro 30% de los padres que tienen hijos en esa situación, también los cambia de colegio pero
por sugerencia de los propios directivos de las instituciones educativas. De los alumnos restantes, no
es que los casos se resuelven satisfactoriamente. En la mayoría de los casos los chicos “aguantan”
porque no quieren perder a sus compañeros de clase.
Para Miglino, las escuelas –en realidad– lo único que buscan es sacarse el problema de
encima. “Los directores y maestros siempre niegan todo. Para ellos, el bullying no existe en sus
colegios. Colocan frente a este problema una suerte de muro blanco. Pero no saben que así no sólo
no lo erradican sino que lo alientan y lo hacen crecer de manera exponencial”, explica. En efecto,
muchos colegios suelen negar la problemática para que no queden constancia en las inspecciones
escolares. Sucede que, sobre todo en los privados, el bullying puede desteñir el prestigio y buen
nombre de las instituciones, que muchas veces no quieren quedar pegadas a una mala reputación.
Esto supone un enorme desafío para las ONG que buscan concientizar y trabajar de lleno en
las escuelas. Flavia Sinigagliesi, psicóloga y médica pediatra de Bullying Cero Argentina, asegura que
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la mayoría de las escuelas argentinas no trabajan en la solución del tema. De hecho, en una reciente
investigación que realizaron junto con la Universidad de Flores, surgió que de 40 escuelas porteñas a
las que invitaron a participar y que incluían encuestas a alumnos de sexto y séptimo grado, sólo nueve
les abrieron las puertas (tres de ellas por contactos directos).
“Ese dato es importantísimo porque quiere decir que la escuela todavía tiene miedo de
hablar”, dice Sinigagliesi. En la mayoría de los casos, ese miedo pasa por el hecho de que los padres
puedan pensar que el hecho de participar de una encuesta de bullying presupone la existencia de un
problema dentro del colegio y que no se hace nada por erradicarlo. “Por eso el nivel de trabajo de
las ONG es todavía inicial”, agrega.
Pero, ¿cambiar de colegio ayuda a las víctimas, o supone un triunfo de los alumnos
acosadores? “Cambiar de colegio no soluciona nada. Porque si el chico no aprende a resolver y
enfrentar el conflicto lo más probable es que le vuelva a pasar”, continúa la especialista de Bullying
Cero.
“A esta alternativa se llega cuando los chicos comienzan a hablar, porque muchas veces se
callan. Ante esto, la primera reacción de los padres es ir hablar al colegio, pero en la mayoría reciben
los casos despreocupadamente y no se toman medidas para solucionar los acosos”, explica Sara
Zusman, médica psicoanalista de la Asociación Psicoanalítica Argentina.
“Incluso cuando el problema trasciende el aula, los colegios deberían tratar el bullying junto
con otras modalidades de violencia escolar e incorporarlo en los contenidos curriculares, capacitando
a los docentes, dando charlas a padres y jóvenes”, recomienda Marta Dávila, psicóloga de la UBA.
Su par y autor del libro “Adolescencia: el fin de la ingenuidad”, Luis Kancyper, opina que
cambiar a los alumnos de colegio puede servir para erradicar una situación de peligro, aunque no es
la solución para la raíz del conflicto: “Ese cambio en la urgencia debe ser un punto de partida para
profundizar por qué sucede con ciertos alumnos el bullying y con otros no”.
“A ese colegio no volvemos más”, había dicho Harry Olivera luego de que algunos padres le
impidieran, a las trompadas, que su hijo Francesco (11) ingresara a la Escuela Número 14, de
Caballito, acusado de ser violento con sus compañeros. Pasaron 11 días desde aquel momento y ayer
confirmaron que el chico ya está cursando en otro colegio.
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El de Caballito no fue un caso de bullying, sino de violencia escolar, pero la resolución del
conflicto confirma un patrón que es el que moldea los poco felices epílogos que suelen adoptar las
situaciones conflictivas en las aulas.
“Lo tuve que cambiar. La violencia que se vivía en esa escuela era insoportable, no daba para
más”, cuenta Olivera, papá de Francesco, que el pasado viernes 4 de octubre no pudo dejar a su hijo
en la escuela ubicada en Felipe Vallese 835 porque un grupo de padres se lo impidió a las trompadas.
¿El argumento? Su hijo actuaba de manera violenta con sus compañeros de curso: “Ahorca a los
varones”, “le pega a la maestra”, “le clavó un tenedor en la pierna a una chica”, “le tocó la cola a mi
hija”, eran algunas de las denuncias de los adultos.
Luego de todas estas denuncias cruzadas, Olivera decidió cambiar a su hijo de colegio y
pasarlo al Normal 15, también de Caballito, donde ahora el chico es atendido por un psicólogo.
Acuña además prefirió ponerle paños fríos a esta situación, dijo que conocía lo que pasaba
desde que se inició el conflicto y aseguró que lo que los padres denunciaban no era del todo cierto:
“La maestra dijo que el chico nunca le pegó y el resto no está confirmado”. Así y todo, el que terminó
afuera de la escuela fue Francesco.
Liliana, una de las madres que denunció que Francesco le había tocado la cola a su hija, contó
ayer que ellos sabían que el chico era “una bomba de tiempo” y siempre se lo habían comentado a
la directora del colegio: “Pero nunca se resolvió nada”. Ahora, con la noticia de que el chico cambió
de escuela, la mujer no se siente satisfecha: “No queríamos que se vaya, lo que pedíamos era que
escuchen nuestros reclamos y se hiciera algo. Que pongan una maestra especial o que simplemente
se demuestre algún interés sobre lo que decíamos. Ahora lamentablemente terminó de esta manera
en que el alumno es el más perjudicado”.
Por alta, por linda, por flaca, por morocha, por las notas, por ser amigas inseparables.
Cualquier excusa habilitaba la burla, el hostigamiento. Hasta que las palabras volcadas en las redes
sociales, en los mensajes de texto del celular o en los recreos se transformaron en agresiones. Dos
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nenas de 11 años, alumnas de una escuela pública de La Plata fueron empujadas, golpeadas y
pateadas en el recreo y entonces recién estalló el escándalo.
La madre de una de ellas hizo una denuncia policial. La otra alumna terminó en el hospital con
esguince de tobillo y magullones en las piernas. Este caso de bullying derivó en un cambio de colegio.
“Todo comenzó hace tres o cuatro meses, cuando un grupo de chicos y chicas del 6°C comenzó
a insultar a la nena por Facebook y por mensajito. Nosotros pensamos que sería algo transitorio, que
no pasaría a mayores”, contó Yanina López, madre de “M”, una de las víctimas. “La escuela nunca
hizo caso de nuestras advertencias. Mi hija ingresó a este colegio hace 3 años, cuando nos mudamos.
Y siempre ese grupo encontraba algún motivo para cargarla o molestarla”, contó Daniela Cisterna,
mamá de “S”, la otra damnificada.
Salvo algunas iniciativas todavía aisladas, desde el Estado no hay un plan integral para
combatir el bullying. Recién a mediados de septiembre pasado el Congreso sancionó una ley para
prevenir este problema y aún no existen protocolos. Pocas escuelas buscan soluciones por su cuenta
y, en la mayoría de los casos, arrojan a las víctimas fuera de la comunidad educativa a la que
pertenecen.
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“Las cifras de bullying son altas y en la Argentina faltan políticas de intervención en las
escuelas. No se está discutiendo qué debe hacer el adulto frente a esto”, dice Flavia Sinigagliesi, de
Bullying Cero. Un reciente estudio que hizo la ONG sobre la base de 980 alumnos, señala que la
mayoría de los casos se presenta en los patios (40%), en el aula cuando no está la maestra (35%) o
en los baños (20%), entre otras situaciones. Frente a esto un 45% de los acosados habla del tema con
sus amigos; otro 39% con su familia y sólo un 16% con maestro, otro 16% con otro adulto del colegio
y un 16% nadie. “Hay que preguntarse por qué los maestros o directivos no están presentes en esos
momentos; o por qué los alumnos acosados no acuden a ellos para alertar”, acota.
“Muchos docentes y directivos desconocen cómo tratar el tema”, reconoce Franco Ponce de
León, director de Derechos Ciudadanos del Gobierno de la Ciudad de Santa Fe. Este hecho motivó a
ese gobierno a implementar el programa “Bullying: el peligro silencioso” en más de 50 colegios
estatales y privados. Durante 2013 están capacitando a docentes y jóvenes en mediación escolar.
También están llevando adelante un plan de capacitación sobre ciber bullying.
Marcelo es gasista. Su esposa, Bettina, directora de una escuela primaria. Ambos son papás
de “J”, un adolescente de 15 años de Chivilcoy que vive un calvario. Todo comenzó en la Escuela
Técnica N° 1 de esa ciudad. “Siempre tuvo un promedio de 9 y su sueño era estudiar Informática”,
dicen sus padres. “Al poco tiempo “J” nos dice que algunos chicos del aula lo molestaban. El problema
era que estudiaba mucho y no hacía tanto lío como ellos. Lo escupían y hasta llegaron a tirarle sillas.
Nadie hacía nada”, cuenta Marcelo. Una preceptora del curso le prometió una intervención, pero
nada de eso ocurrió. Al punto que sus compañeros lo siguieron acosando y llegaron a pegarle con un
borrador en la cara en presencia de un profesor. Una inspectora le sugirió a Bettina cambiar al chico
de turno. Pero todo siguió igual. “Las amenazas fueron tantas que ya ni siquiera nos contaba. A esto
se sumó el desgano por ir al colegio”, agrega Bettina. “J” ya no va más a ese colegio. Ni estudia lo que
a él le gusta. Fue cambiado por sugerencia de psicólogos a la E.S.B.N°1, una escuela Normal. Ahora
sufre hipertensión arterial, entró en un estado depresivo profundo y aumentó 25 kilos. La familia
cuenta que ya lleva gastados unos $ 12.000 en psiquiatra, psicólogo y profesores particulares.
El Bullying o acoso escolar es un tema de todos los días, el cual no ocurre solo en la escuela y
debe ser tratado por padres, docentes y alumnos, sino que también ocurre fuera de ese ámbito. El
problema no es una cuestión individual, más bien colectiva. El 37% de los estudiantes fueron
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insultados y el 23% confiesa que fue golpeado; para ello la ley creada conforma de espacios de
dialogo entre los afectados, previniendo casos impactantes.
El Bullying genero un gran impacto social, dependiendo de la tricología social para poder sacar
adelante a la víctima y llegar a la solución del tema. Respecto a la tecnología hoy en día, el maltrato
se da de forma indirecta a través de ella y se volvió algo muy habitual.
Cuando comencé clases en el colegio nuevo tenía 13 años, yo era una de las menores de la
clase, estudiaba con jóvenes que me llevaban 5 y hasta 6 años, el colegio era bastante malo, los
profesores eran un poco mediocres y los estudiantes ni se diga; mi salón estaba lleno de repitientes
(no tengo nada contra los repitientes) los únicos que cursábamos el año por primera vez, éramos
Andrés, Conchita, Rebeca, Jazmín, Samuel Y Yo, el ambiente era hostil los repitientes nos trataban
muy mal, sus bromas eran absurdas y en algunos casos enfermizas, no podían pasar ni un solo día sin
hacer bromas pesadas.
Un día se incorporó un alumno nuevo (otro repitiente) que era muy amigo de dos vecinos
míos que cursaban clases en el mismo salón que yo, allí comenzó la peor etapa de mi adolescencia,
entre él repitiente nuevo que para este caso llamare G y mis vecinos a los que les daré los nombres
de V y D , se encargaron de hacerme la vida imposible; G me dio el sobrenombre de Corky y eso hizo
que por un año mis compañeros dejaran a un lado mi nombre de pila para usar el que G me había
otorgado, pase un año recibiendo humillaciones por parte de todos los malditos de ese salón, los
profesores no hacían nada la directiva del colegio ignoraba mi sufrimiento y la psicóloga pensaba que
mi repudio al colegio era por pura rebeldía.
Ese año paso con lentitud, comencé a fumar, mi vida era bastante triste y mi mente (como la
de cualquier adolescente) se creía lo que esos desalmados le repetían a diario, comencé a escaparme
del colegio y a beber a escondidas de mis padres, aún recuerdo que todos los jueves me escapaba
con los amigos de mi colegio anterior, recuerdo que hacia hasta lo imposible por permanecer lejos
del colegio.
Al año siguiente volví al mismo colegio y el primer día de clases jure que si me volvían a decir
así los iba a matar a todos, de hecho llegue a contactar a un joven que conseguía armas de la policía
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pero gracias a Dios no tuve que comprar el arma, ese año mi salón se llenó con nuevos estudiantes,
jóvenes que realmente querían estudiar y que no se humillaban entre sí , ese año mis deseos de
asesinar a los que me habían humillado el año anterior se esfumo pero me quedo el trauma, trauma
que pensé que podría superar, pero no fue así y un año más tarde a solo meses de terminar el colegio
con otra situación bastante fuerte encima, un día en el que mis compañeros volvieron a humillarme
con mi antiguo sobrenombre fue cuando decidí abandonar el colegio y dejarlo todo atrás.
Hoy en día tengo 23 años, sé que no tengo retraso mental, y que no soy ni remotamente
parecida a Corky ,mi vida es un poco diferente a lo que desde niña había planeado, gracias, a la ardua
tarea de mis compañeros he recibido tratamientos para la depresión, no he logrado recuperar mi
confianza y aun me dan crisis de ansiedad, me he vuelto una persona muy seria que le pone mala
cara a los abusadores e intenta ayudar a quienes se lo permiten, a pesar de mis problemas de
inseguridad y de todo lo demás he logrado salir adelante y hoy estoy aquí porque quiero dejar bien
claro a quienes son víctimas del acoso escolar que no importa la situación o el sobrenombre deben
de informarle a sus padres o representante legal , deben informarlo en el colegio y no tienen que
parar hasta que quienes los acosan dejen de hacerlo, Mi gran error fue no hablar y miren lo que me
paso.
No llegaban nunca a pegarme, ni siquiera me hicieron daño, nunca. Pero todo lo que hacían,
por poco que fuese hacía que tuviera un terror psicológico que me hizo estar deprimido durante
meses. Me sentía triste y abandonado, solo tenía ganas de llegar a casa y encerrarme en mi
habitación. Muchas noches lloraba y si intentaba coger un libro para estudiar era completamente
incapaz, no podía.
Y no solo fueron esos niños, alguna otra gentuza me molestaba y hacía que para mí las clases
fueran un infierno. No me pegaban, pero solo hacía falta que me amenazaran sin ningún sentido para
que empezara el terror psicológico, me saltaba algunas veces un cuarto de hora de clase porque solo
entrar venía el típico macarra, me arrinconaba contra la pared y me molestaba y me humillaba. Yo
me iba al baño y lloraba hasta que se me pasaba y volvía a clase.
Mis padres me veían triste y lo vieron muy claro cuando en una boda, estaba con mis primos
y por un momento, desde hacía dos meses estaba contento y jugando con mis primos, al poco me
alejé, me senté en una sala dónde no había nadie, era la sala de un restaurante pero vacía y una
decoración increíblemente bonita.
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Me quedé sentado en una silla, triste, de vez en cuando lloraba y así estuve algo más de 2
horas. Cuando mi madre me encontró se preocupó y fue a hablar con los profesores. Pese a que
siguieron vigilándome recuerdo como algún que otro profesor seguía tratándome mal o no le
prestaban toda la atención que merecía ese caso.
Y así fue cómo aprobé segundo de la ESO, pero mi tutor recomendó a mi madre que repitiera
para ir mejor. La decisión más absurda que había tomado alguien pero la acepté para ver si
cambiando de compañeros dejaba de sufrir bullying.
Cuan equivocado estaba… Al año siguiente llegué a tener tanto pánico que cuando veía
Malcon por la tele y los niños de mi clase imitaban un juego que si mirabas te pegaban, llegué a odiar
a muerte esa serie. Odiaba los lunes y lloraba por no ir al instituto.
Cuando llegábamos a clase hacían un pasillo y a veces te tiraban en medio y todo el mundo
empezaba a empujarte, darte patadas… Rezaba cada día para que no me tiraran a mí en medio.
Empecé a desarrollar estrategias contra el bullying y pese a mi gran timidez fui consiguiéndolo.
Imitaba a niños que cuando les molestaban reaccionaban de un modo que hacían que nadie más les
molestara… Y después de una larga lucha de más de 1 año y medio conseguí que me dejaran en paz.
Cuando llegué a primero de bachillerato era alguien muy respetado y con el que nadie se
metía. Incluso uno de los niños que a veces me había pegado en 2 de la ESO era mi mejor amigo en
aquél entonces, y me respetaba cómo el que más.
Será porque me hice respetar o porque los niños crecieron. La verdad es qué no lo sé.
Yo toda mi vida fui flaco , de un peso medio que no subía ni bajaba , podía comer de todo , y
no subía de peso, esa suerte, la tuve hasta los 9 años , fue cuando empecé a subir de peso
progresivamente , al principio nadie me decía nada me trataban como uno más y me llamaban por
mi nombre , (ni importa cómo estaba) , termine la primaria yo siendo basta gordito , pero con ningún
apodo , ni con ningún insulto siempre tranquilo , Pero todo cambio , cuando empecé la secundaria ,
el primer año que tuve fue tranquilo y relajador , sin insultos ni nada por el estilo , cuando empecé
segundo grado del secundario , ahí , ya estaba bastante gordito y todos me decían Gordo , Gordo de
mierda , y toda clase de apodo , gestos , etc. todo lo que se pueden imaginar de insultos me los decían
a mí al principio no me molesto me reía , pero era una risa falsa , que hacía para no demostrar lo mal
que me sentía por dentro. Una de las peores cosas que me hacían era cuando una chica o chico
cumplía años y llevaba torta, al colegio para compartir con nosotros, todos decían:
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-Contrólate, Gordo
Siempre todo el tiempo me discriminaban y me hacían sentir mal , pero muy mal asta pensé ,
en cambiarme de escuela pero sabias que eso , no iba a cambiar nada seguro que me cambia de
escuela ,y me iban a seguir discriminado , con las misma frases quien lo sabía. Me pude aguantar ese
año completo de discriminación, La palabra indicada Bullying.
Empecé 3 años de secundaria con un peso de 78 kilos que era bastante para mí ya que yo
media 1.65, y estaba muy arriba de mi peso, pero yo seguía mi vida como si no me importara nada.
El año había empezado como el otro año con discriminación apodo, y todo, eso siempre me
comparándome con una vaca, con una ballena, etc.
Insultos
Todo un año aguantando las burlas. Faltando 3 meses había una chica que me empezó a gusta,
como era ella su cara, sus ojos , yo era muy tímido, tonto para decirle que la amaba, pero le conté ,
a un amigo , que a mí me gustaba , y él le conto a todo el mundo , ya sea a los que me cargaban , y a
ella misma , ahí ya estaba sentenciado por que todas las burlas con ella , y yo , que llego un punto de
levantarme de la silla y matar piña a todos pero yo era muy tranquilo , y no quería, meterme en
problemas .La chica nunca me daría bola a un gordo como yo , y feo que nadie apreciaba hasta que
me canse de ser el gordo, quería cambiar , mi vida , y ser una persona nueva , y con un mejor físico
ya sea para mi vida social , y para mi salud, para hacer los deportes que nunca había podido ser por
mi peso.
Era noviembre de 2012, y yo empecé con gimnasio y natación, para empezar hacer algo de
actividad Física a ver si me ayudaba, en algo con mi peso, me anote Con El Pase Libre para ir todos
los días del mes las dos cosas, y allí comenzó el cambio.
Empecé a entrenar, y estuve mucho tiempo entrenado las dos cosas todos los días, y a tomar
agua envés de gaseosa, acabo de 3 meses baje lo nunca había imaginado 18 kilos, También en las
vacaciones crecí y eso ayudo a que tenga una mejor actitud física, para verme mejor a mí mismo. Lo
bueno de haber ido a esas dos cosas es que pude conocer gente nueva gente que me trataban como
tal, como una persona norma que nunca me dijeron Gordo Me decían por mi nombre.
Espese las calces de 2013 muy bien con toda la buena onda, mis compañeros me tratan como tal, y
como una persona normal y corriente.
Les Recomiendo que hagan natación a mí me devolvió la vida. Gracias a bajar de peso mejore mi
resistencia, y muchas cosas que antes no podía hacer ahora puedo. Si sos un una persona que sufre
de insultos, sufrís de Bullying, podes cambiar todos se puede cambiar si te propones algo, si le pones
esfuerzo, y dedicación llegaras a tu objetivo como eh llegado yo.
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HISTORIA DE VIDA N°4: Una víctima de 'bullying' explica su sufrimiento para ayudar
a otros jóvenes.
LINK: http://goo.gl/j8Ccwx
Carla Herrero es también Silay Alkma. Hoy son la misma persona, una chica feliz de 17 años. Pero
durante muchos años fueron dos. Carla, la niña, la adolescente que sufrió bullying durante ocho años,
y Silay, la niña, la adolescente que escribía con metáforas sobre el dolor oscuro. Hasta que vieron de
dónde venía el dolor, porque no lo sabían
"Me sentía inútil, creía que no era nadie, tenía angustia, desesperanza, depresión..., me
humillaban psicológicamente, también físicamente, me convirtieron en su diversión". Lo explicaba
ayer Carla, que, dice, ha perdonado y se ha perdonado a sí misma y que considera que haber sufrido
es un don que ahora tiene -junto el de la alegría- para poder entender a las personas. Convirtió su
historia en el trabajo de investigación de bachillerato y ha ganado el premio Consell Social en
temáticas de juventud de la Universitat de Girona. Quiere compartir su experiencia y lo que ha
estudiado sobre el tema para ayudar a los que están perdidos.
El bullying empezó cuando tenía ocho años en su colegio de Tordera (Barcelona). Era un poco
gordita, dice, y enseguida se quedó sola, cada vez más sola. Entonces se fue encerrando en sí misma,
no se atrevía a hablar, ni a mirar a los ojos de los demás. Ir al colegio era horrible, pero nunca dijo
nada -sus padres se enteraron del bullying cuando publicó su trabajo y el vídeo que le acompaña-.
Nadie se dio cuenta, ningún profesor, y ella sintió -recuerda- que no existía.
Pesaba tanto la soledad que a los once años hizo todo lo posible para integrarse en un grupo,
y entonces empezó el acoso grupal sobre ella, orquestado por la líder y seguido a ciegas por las
demás. En esta etapa de paso de la infancia y de la adolescencia, en el que se toma conciencia de la
propia personalidad, Carla asegura que no sabía quién era, ni qué le gustaba, ni qué quería, pero no
sabía por qué. "El grupo inicia una presión psicológica sutil que provoca una confusión a la víctima -
escribe en su trabajo-. Este es el primer paso que permitirá la inhabilitación del pensamiento propio
de forma gradual. Después, con comentarios sarcásticos se intenta situar a esta persona en una
posición de inferioridad y a continuación se la sigue sometiendo a maniobras hostiles y degradantes
que la convertirán en un simple objeto fácil de manipular".
Las chicas del grupo quedaban, recuerda, para orquestar cómo iban a humillarla. Y Carla vivía
en un mundo cada vez más negro. Le pusieron todo tipo de etiquetas, se consideraba una nulidad
escolar, una chica problemática... y cuanto más se humilla a una persona, dice, más daño se deja
infligir. Y entonces se hacen cosas que no se deberían hacer, como un grito de desespero... Pero nadie
escuchaba.
Por eso, para Carla lo más importante es romper el silencio con el que uno mismo se ha
envuelto, y trata de hacerlo entender con su trabajo A la recerca de la pròpia identitat y
especialmente con el vídeo El dolor silencioso. Romper, sobre todo, el miedo a expresarse y a
expresar que uno, quizás, es diferente a los demás.
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La protagonista de esta historia empezó a ver poco a poco que las cosas no cuadraban, que
disfrutaba más hablando con otras personas que con las de su grupo hasta que un día, cuando se
acababa la enseñanza secundaria, alguien le preguntó qué quería estudiar. Carla ni se lo había
planteado, pensaba que como le decían que era inútil no podría hacer el bachillerato, y le llamó la
atención no saber ni qué quería, ni cuáles eran sus habilidades. Pensó que sí que podía estudiar, y
empezó a abrir los ojos.
Con el bachillerato llegó un cambio de centro educativo. Podía empezar de nuevo, nadie la
conocía. Empezó a hablar, la relación con los compañeros fue buena y se dio cuenta de lo que le había
pasado, de que nadie antes le había explicado lo que era la palabra amistad. Pensaba que en su grupo
estaban sus amigas.
"Soy el objeto que alguien olvidó. Soy el títere de unas brujas amargadas", ha escrito Silay en
su diario recordando los años de bullying. El trabajo del instituto le sirvió para estudiar
científicamente el acoso escolar y hoy Silay Alkma es el seudónimo literario de Carla Herrero, una
persona que dice que se siente en paz y que quiere enviar mensajes positivos, de ánimo y de
superación, en los muchos circuitos en la red que hablan de ello y en los que expresan su dolor los
adolescentes. Hacerlo con su experiencia personal, cercana y de chica joven, y no ex cátedra. El
problema existe, pero parece, opina, que se conlleva, que se deja pasar, y que son pocos los
profesores que se preocupan cuando, recuerda, puede acabar en suicidio.
Los padres de Carla se enteraron al ver el vídeo. Nunca les dijo nada, era una niña cerrada que
no dejaba que se acercasen y, muchas veces sonreía. "Sí, muchos sonreímos para ocultar nuestro
dolor", dice. "Conozco las lágrimas, la soledad, las humillaciones, la bipolaridad, la psicosis...", ha
escrito Silay al recordar el dolor, pero hoy ha dicho adiós a la soledad - "¿dónde andas? No me
busques"-. A raíz de la difusión de su trabajo y del vídeo, muchos chicos y chicas se han puesto en
contacto con ella y han ido a verla para charlar. Carla empezará la semana que viene la carrera de
Psicología en la Universitat de Girona.
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ANEXO 3: PELICULAS / PUBLICIDADES
En la publicidad del “Cyberbullying” se mostrara como es este nuevo caso más discreto que realizan
los jóvenes hoy en día, como así también se le informa al adulto la forma en la que puede darse
cuenta si su hijo o ser allegado presenta este tipo de violencia y cómo actuar ante ella.
En el cortometraje ganador del concurso de violencia escolar de la localidad de Buenos Aires se verá
a Camila, quien es la que recibe el caso de Bullying, y su vida social y personal. Se mostrara como su
familia (en este caso su madre) no le presta atención, ni le brinda contención, que es algo muy
importante para el individuo agredido; podremos observar el grado de violencia con el que actúan
las agresoras en este caso.
En el video “Violencia escolar, Los Simpson” se verán diferentes escenas de niños de la preparatoria
primaria de Springfield recurriendo a la violencia ante otros pares que son mejores personas. Así es
como una serie de televisión educa desde chicos a los jóvenes para cómo actuar con su compañero
en el establecimiento educativo.
El siguiente video es el de “Homero Simpson”, observaremos como desde los tiempos donde
nuestros padres eran jóvenes se vienen dando caso de Bullying. Allí Homero genera una pelea con
un niño de apellido Smider por su apariencia física común de aquellos chicos estudiosos.
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‘Después de Lucía’, del director Michel Franco, ganadora del Festival Cannes,
manifiesta la violencia que sufre una joven luego de que queda huérfana de
madre y se muda con su padre a la capital de la ciudad.
‘American Yearbook’, dirigida por Brian Ging, además del drama que involucra
el fenómeno del bullying, la película plasma el problema de la política
estadunidense, en lo que respecta a jóvenes que portan armas en Estados
Unidos, donde dos jóvenes que han sufrido el acoso escolar deciden recrear la
masacre en Columbine en su propia escuela.
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ANEXO 4: ENTREVISTAS
ENTREVISTA ORIENTADORA SOCIAL
1. En lo personal ¿Qué es el Bullying?
3. ¿La escuela es el lugar por excelencia para hacer Bullying? ¿Por qué?
13. ¿Por qué el agresor llega al caso de violencia extrema contra otra?
19. ¿Qué pasa cuando el bullying excede lo escolar? ¿Solo se da en el contexto más amplio?
ENTREVISTA PSICÓLOGA
1. ¿Qué es el Bullying?
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4. ¿Hay personas con ciertas características que sean más propensas a sufrir Bullying?
10. ¿Qué deben hacer los padres si sus hijos son víctimas del Bullying?
12. ¿Hay una forma común de discriminar o existen diferentes tipos? ¿Se da de acuerdo a la
personalidad del agredido?
13. ¿Crees que los casos de Bullying se han incrementado? ¿A partir de cuándo sucedió?
15. ¿Es cierto que la escuela es el lugar común para hacer Bullying? ¿Porque es así?
16. Si los chicos agredidos les cuentan a sus allegados buscando un apoyo, ¿Piensas que el
agresor va a reaccionar con mayor agresividad?
17. ¿Cómo debe tratarse al chico que practica el Bullying con sus pares?
18. Con respecto a internet. ¿Crees que fomenta estas conductas? ¿Tiene influencia en este
problema?
20. ¿Crees que el agresor hace esto porque tienen otros problemas o falta de atención? ¿O
solo lo generan por diversión propia?
21. ¿Crees que el agresor por hacer bullying tiene después mayor aceptación en su grupo de
amigos?
ENTREVISTA PSICOPEDAGOGA
1. Desde tu lugar, ¿Podes decirnos que es el Bullying?
3. ¿A qué edad mayormente se hace presente este problema? ¿Solo implica a jóvenes?
4. ¿La escuela es el lugar por excelencia donde se practica Bullying? ¿Por qué?
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5. ¿Se da en todas las escuelas o en algunas en particular? Si se dan en algunas, ¿Qué
características se presentan en la institución y sus alrededores?
7. ¿A partir de cuándo?
13. Cuándo se presentan estos casos ¿Que hace la escuela? ¿A quién recurre?
14. ¿Conoces algún caso extremo de Bullying? Si es así ¿La victima ha quedado con secuelas?
15. ¿El Bullying se lleva adelante aún más en personas con jóvenes o adolecentes con
problemas motores/mentales o en personas sin esas dificultades?
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