METABOLISMO (Fe, Ca
METABOLISMO (Fe, Ca
METABOLISMO (Fe, Ca
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http://132.248.9.34/hevila/Archivosdemedicinainterna/2010/vol32/supl2/2.pdf
https://med.unne.edu.ar/sitio/multimedia/imagenes/ckfinder/files/files/Carrera-
Medicina/BIOQUIMICA/fosfocalcico.pdf
http://ciruelo.uninorte.edu.co/pdf/salud_uninorte/1-
2/6_Metabolismo%20del%20calcio%20y%20del%20fosforo.pdf
CAPÌTULO I
MARCO TEÓRICO
METABOLISMO DEL HIERRO, CALCIO, COBRE Y
FOSFORO
http://scielo.sld.cu/pdf/hih/v16n3/hih01300.pdf
Sin embargo, su exceso puede resultar tóxico, produciendo daño celular por estrés
oxidativo, mediante la generación de especies reactivas de oxígeno vía reacción de
Fenton, las cuales actúan sobre componentes biológicos como los lípidos, proteínas y
ADN.
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Se estima la pérdida corporal de hierro en alrededor de 14 µg/Kg de peso/día, dada
principalmente por descamación de células del tracto gastrointestinal, genitourinario y
de las vías respiratorias. En el caso de las mujeres en edad fértil se adicionan pérdidas
a través de la menstruación.
En cuanto al requerimiento nutricional de hierro, está dado para cubrir las demandas
de crecimiento en menores de 18 años, pérdidas de hierro basal, y pérdidas
menstruales en el caso de las mujeres en edad fértil.
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ABSORCIÓN DE HIERRO
En este punto cabe señalar que la absorción de hierro involucra diversos aspectos: los
factores que condicionan la absorción, las circunstancias que pueden alterar esta
absorción, el traspaso del mineral hacia la circulación, y los mecanismos de transporte.
Desde una mirada más amplia, el concepto de biodisponibilidad hace referencia a la
digestión, absorción y utilización metabólica del nutriente. La biodisponibilidad de
hierro se puede cuantificar como la fracción de absorción, es decir el valor numérico
que relaciona las concentraciones plasmáticas de la administración extravascular u
oral.
Cerca del 95% de hierro en la dieta es de tipo no hemo. Sin embargo, la absorción de
ambos tipos de hierro es distinta. En promedio la absorción de hierro hemo es
alrededor del 25% con un rango entre 10% a 40%, dependiendo del estado nutricional
de hierro (es decir, sobrecarga o déficit) y de otros factores como la temperatura de
cocción de los alimentos, la digestión gástrica y la cantidad de hierro hemo. En cuanto
al hierro no hemo, este se absorbe entre 1% a 15%. Al igual que el hierro hemo, su
absorción depende de diversos factores, tales como el estado nutricional de hierro; la
forma química y la presencia de favorecedores, por ejemplo: ácido ascórbico,
proteínas; y de inhibidores de la absorción, como las fibras, polifenoles y soya.
Los mecanismos de absorción a nivel intestinal son distintos para ambas formas de
hierro. La mayor parte de la absorción se da en el duodeno y el yeyuno proximal.
Este tipo de hierro atraviesa la membrana celular como una metaloporfirina intacta,
una vez que las proteasas endoluminales o de la membrana del enterocito hidrolizan la
globina. Los productos de esta degradación son importantes para el mantenimiento del
hemo en estado soluble, con lo cual garantizan su disponibilidad para la absorción. En
el citosol la hemoxigenasa libera el hierro de la estructura tetrapirrólica y pasa a la
sangre como hierro inorgánico, aunque una pequeña parte del hemo puede ser
transferido directamente a la sangre portal. Aunque el hierro hemínico representa una
pequeña proporción del hierro total de la dieta, su absorción es mucho mayor (20-30
%) y está menos afectada por los componentes de ésta. No obstante, al igual que la
absorción del hierro inorgánico, la absorción del hemo es favorecida por la presencia
de carne en la dieta, posiblemente por la contribución de ciertos aminoácidos y
péptidos liberados de la digestión a mantener solubles, y por lo tanto, disponibles para
la absorción, ambas formas de hierro dietético. Sin embargo, el ácido ascórbico tiene
poco efecto sobre la absorción del hemo, producto de la menor disponibilidad de
enlaces de coordinación de este tipo de hierro. Por su parte el calcio disminuye la
absorción de ambos tipos de hierro por interferir en la transferencia del metal a partir
de la célula mucosa, no así en su entrada a esta.
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Se da por la acción del ácido clorhídrico del estómago pasa a su forma reducida,
hierro ferroso (Fe2+), que es la forma química soluble capaz de atravesar la membrana
de la mucosa intestinal. Algunas sustancias como el ácido ascórbico, ciertos
aminoácidos y azúcares pueden formar quelatos de hierro de bajo peso molecular que
facilitan la absorción intestinal de este. Aunque el hierro puede absorberse a lo largo
de todo el intestino, su absorción es más eficiente en el duodeno y la parte alta del
yeyuno. La membrana de la mucosa intestinal tiene la facilidad de atrapar el hierro y
permitir su paso al interior de la célula, debido a la existencia de un receptor específico
en la membrana del borde en cepillo. La apotransferrina del citosol contribuye a
aumentar la velocidad y eficiencia de la absorción de hierro. En el interior del citosol, la
ceruloplasmina (endoxidasa I) oxida el hierro ferroso a férrico para que sea captado
por la apotransferrina que se transforma en transferrina. El hierro que excede la
capacidad de transporte intracelular es depositado como ferritina, de la cual una parte
puede ser posteriormente liberada a la circulación.
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procesos metabólicos: tales como división celular en las bases de los pliegues
intestinales, este hierro retenido en la ferritina citoplasmática del enterocito se pierde
con el recambio normal de la célula;
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4.
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ENZIMAS
ESTRUCTURA Y FUNCIÓN DE LAS PROTEÍNAS DEL
METABOLISMO FÉRRICO
TRANSFERRINA
La transferrina plasmática, también llamada siderofilina, es una glucoproteina de
cadena única de 679 aminoácidos con una masa molecular de 79,6 KDa y una forma
elipsoidal. Se han descrito tres variantes debidas a los cambios en la secuencia de
aminoácidos, denominadas D1, DCH1 y D2, aunque sin diferencias en la afinidad por
el hierro. Tiene dos residuos glucídicos de una composición variable en el extremo
carboxiterminal constituidos esencialmente por el ácido siálico, que no son expresión
directa del gen sino de la actividad de unas glucotransferasas (figura 1).
La molécula dispone de dos puntos de unión reversible para dos iones hierro (III), uno
en el extremo carboxi-terminal y otro en el amino-terminal. Un anión
hidrógenocarbonato sirve de puente de unión entre la proteína y el catión hierro (III),
desplazando esta unión la de una molécula del agua. Al producirse estos movimientos
de los iones, la transferrina disminuye su eje mayor aproximándose más a la forma de
una esfera. Su migración electroforética corresponde a la zona β1-globulina siendo
prácticamente la única responsable de esta banda. Su síntesis es fundamentalmente
hepática, y la cuantía de ésta es inversamente proporcional a la concentración de la
ferritina intracelular de los hepatocitos; por tanto, cuando ésta se halla disminuida se
produce un aumento de su síntesis. El gen que la codifica se sitúa en el cromosoma 3,
cerca del correspondiente al receptor de la transferrina
http://www.seqc.es/download/revista/78/320/967684723/1024/cms/QC_2005_5-
40.pdf/
http://www.seqc.es/download/revista/78/320/967684723/1024/cms/QC_2005_5-
40.pdf/
RECEPTOR DE LA TRANSFERRINA
El hierro penetra en el espacio intracelular gracias a un receptor específico para la
transferrina; se trata de una proteína transmembrana de dos dímeros iguales de 760
aminoácidos con una masa molecular de 95 KDa, que se unen entre ellos a través de
un puente disulfuro situado dentro de la membrana celular (figura 2).
Cada uno de los dímeros posee una región N-terminal intracitoplasmática y una C
terminal extracitoplasmática mucho más larga que lleva unidos tres oligosacáridos,
que no son la expresión directa del gen como ya sucedía para la transferrina. Cada
cadena puede unirse únicamente a una transferrina, y a pH fisiológico existe una
mayor afinidad por la transferrina unida a dos cationes ferrosos. El acortamiento de la
molécula de la transferrina al unirse los dos hierros la hace más afín al receptor. El gen
que codifica para esta proteína se halla en el cromosoma 3, cerca del de la
transferrina. El receptor de la transferrina está presente en la superficie de la mayoría
de las células del organismo, aunque en un mayor número en las células de los tejidos
con un mayor requerimiento del hierro. En la serie roja de la médula ósea, las células
madre más maduras (las unidades formadoras de colonias de la línea eritroide o
CFUE) tienen una mayor concentración de esta proteína en su membrana, y a los
eritroblastos más maduros les sucede lo mismo; tal como se verá en los siguientes
párrafos, en el plasma aparece una forma en suspensión del receptor, y el 80 % de
esta forma procede de los eritroblastos. Una vez en la sangre, los reticulocitos tienen
ya una menor concentración del receptor. En definitiva, para un tipo de célula
determinado, su concentración viene regulada por el grado de la proliferación celular y
por el hierro que contiene; el mecanismo de esta última regulación es de tipo
postranscripcional y se describirá en los apartados 3.9 y 4.1. La proliferación eritroide
también estimula la síntesis y la expresión de los receptores a través de la
eritropoyetina, proceso mediado por las proteínas reguladoras IRP.
http://www.seqc.es/download/revista/78/320/967684723/1024/cms/QC_2005_5-40.pdf/
HFE
El receptor de la transferrina fijado en la membrana se une a una molécula de la
proteína HFE, que es una proteína de 348 aminoácidos con una estructura muy
parecida a las moléculas de la clase I del complejo mayor de histocompatibilidad: es
una molécula transmembrana con dos cadenas polipeptídicas: una «pesada», unida a
la membrana citoplasmática, con tres dominios extracelulares, y otra «ligera», que es
una molécula de β2-microglobulina. La cadena pesada tiene un dominio llamado α3,
parecido a los dominios constantes de las cadenas de las inmunoglobulinas, por el que
se une, mediante un enlace no covalente, a la cadena ligera (figura 3). A diferencia de
las moléculas de la clase I de este complejo, HFE no presenta antí- genos a los
linfocitos T, ni realiza ninguna función en el Sistema Inmune. Las células que expresan
más HFE son las de las criptas del intestino. HFE se une al receptor de transferrina en
los enterocitos de las criptas y en la placenta. Esta unión produce pocos cambios
conformacionales en HFE pero sí en el receptor, que sufre unas modificaciones en
toda la interfase del dímero hasta el extremo citoplasmático; de esta manera se
comunica al citoplasma la unión de HFE con el receptor. El efecto final logrado es el
de disminuir el paso del hierro a través de la membrana que lleva a cabo el receptor de
la transferrina. Aunque se desconoce el mecanismo de este movimiento, existen
diversas hipótesis que tratan de explicarlo: una de ellas postula que HFE disminuye la
afinidad que tiene el receptor por la transferrina unida a hierro; otra, que HFE
disminuye el número de moléculas funcionales del receptor que se hallan en la
membrana celular y dificultan su internalización en el ciclo endosómico; otra, que los
cambios conformacionales que ejerce HFE sobre el receptor dificultan la liberación del
hierro en el ciclo endosómico.
http://www.seqc.es/download/revista/78/320/967684723/1024/cms/QC_2005_5-
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FERRITINA
La ferritina plasmática es una glucoproteína de una forma esferoidal formada por 24
subunidades. Existen al menos dos tipos de estas subunidades polipeptídicas: H o
pesadas, de 21 KDa, y L o ligeras, de 19,7 KDa, codificadas respectivamente en los
cromosomas 11 y 19; las combinaciones de ambas dan lugar a diversas isoferritinas
distinguibles por su punto isoeléctrico.
Las subunidades unidas entre sí por enlaces no covalentes, dan lugar a la forma
esferoidal de la ferritina, en cuyo interior se genera un espacio en el que caben hasta
4500 átomos del hierro depositados como hidróxidofosfato férrico. El hierro catiónico
entra o sale de la proteína gracias a unos canales que se hallan entre las 24
subunidades; en el interior, la subunidad H lo oxida a hierro (III) en presencia del
oxígeno, y reacciona con agua y fosfato para formar [FeO (OH)] 8[FeO (H2PO4)], que
adquiere una estructura microcristalina.
La ferritina tiene una semivida de 60 horas (figura 4). Tal como se verá más adelante,
la traducción del ARNm de la subunidad H o L de la ferritina está regulada por el hierro
libre en el citosol celular; esto sucede a través de un mecanismo postranscripcional. La
síntesis de la ferritina también está regulada a través de las citocinas: la interleucina-1
aumenta su síntesis; por lo que su concentración plasmática se encuentra elevada en
la inflamación. Aunque prácticamente todas las células del organismo la contienen en
su citosol, se halla especialmente en las células relacionadas con la síntesis de la
hemoglobina (eritroblastos y reticulocitos), su degradación (macrófagos), o su reserva
(hepatocitos). El catión hierro (II) tiene un potencial tóxico ya que puede reaccionar
con las distintas especies reactivas de oxígeno formando radicales que, a su vez,
pueden afectar las membranas, las proteínas y los ácidos nucleicos. Probablemente
con el fin de evitar estos efectos la evolución ha desarrollado una proteína como la
ferritina que, con la excepción de las levaduras, se halla en la mayoría de organismos.
La ferritina capta el hierro (II) del citosol plasmático, la subunidad H lo oxida, y queda
depositado en el interior de la estructura en forma de reserva para ser usado cuando
convenga. Así, la ferritina tiene un papel citoprotector y de reserva del hierro.
Recientemente se ha descrito la existencia de una ferritina mitocondrial. La mayor
diferencia entre la ferritina citosólica (que es la plasmática) y la mitocondrial es su
estructura cuaternaria: la primera es un heterodímero mientras que la mitocondrial es
un homodímero constituido únicamente por subunidades H.
Esta subunidad es expresada como un precursor y transportada hacia la mitocondria,
donde es procesada y polimerizada hasta dar lugar a una estructura esférica similar a
la ferritina plasmática. La ferritina mitocondrial parece jugar un papel de reserva férrica
en la síntesis del grupo hemo: cuando la ferroquelatasa que incorpora el hierro al
hemo ve interrumpida su función, este metal se acumula en la ferritina mitocondrial
hasta que la función vuelve a restaurarse. La incorporación del hierro a la ferritina
requiere oxígeno, y su salida necesita de la presencia de agentes reductores, por lo
que el estado redox de la mitocondria podría decidir el destino del hierro hacia el grupo
hemo o hacia la reserva en la ferritina mitocondrial.
http://www.seqc.es/download/revista/78/320/967684723/1024/cms/QC_2005_5-
40.pdf/
LACTOFERRINA
La lactoferrina es una glucoproteína de 703 aminoácidos que se halla presente en
varios sistemas biológicos humanos (leche, secreción lagrimal, saliva, líquido
pancreático), y se almacena en los gránulos secundarios de los leucocitos
polimorfonucleares. Actualmente se agrupa la lactoferrina en la familia de las
transferrinas (familia compuesta, además, por la transferrina plasmática, la
ovotransferrina, y la melanotransferrina). Estas proteínas comparten la misión de
regular la concentración del hierro libre presente en el sistema donde se hallan, y
además tienen unos elementos estructurales comunes: tal como sucedía para la
transferrina, la lactoferrina tiene una cadena única con una masa molecular cercana a
los 80 KDa, y presenta un pliegue que separa dos dominios con una alta coincidencia
en la secuencia de los aminoácidos. La molécula dispone de dos puntos de unión
reversible para dos iones hierro (III), uno por dominio; un anión hidrógenocarbonato
sirve de puente de unión entre la proteína y el catión hierro (III) (figura 6). Puede
hallarse en la forma no unida al hierro, monoférrica, y diférrica. Existen tres isoformas,
dos de ellas con una actividad ARNsa. Se han aislado receptores para la lactoferrina
en el intestino, los monocitos, los neutrófilos, los linfocitos, las plaquetas, y algunas
bacterias.
http://www.seqc.es/download/revista/78/320/967684723/1024/cms/QC_2005_5-
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TRANSPORTE
El hierro es transportado por la transferrina, que es una glicoproteína de
aproximadamente 80 kDa de peso molecular, sintetizada en el hígado, que posee 2
dominios homólogos de unión para el hierro férrico (Fe3+). Esta proteína toma el
hierro liberado por los macrófagos producto de la destrucción de los glóbulos rojos o el
procedente de la mucosa intestinal, se ocupa de transportarlo y hacerlo disponible a
todos los tejidos que lo requieren. Se le denomina apotransferrina a la proteína que no
contiene hierro, transferrina monoférrica cuando contiene un átomo de hierro y
diférrica cuando contiene 2 átomos. Cuando todos los sitios de transporte están
ocupados se habla de transferrina saturada y se corresponde con alrededor de 1,41
µg/mg de transferrina. En condiciones fisiológicas, la concentración de transferrina
excede la capacidad de unión necesaria, por lo que alrededor de dos tercios de los
sitios de unión están desocupados. En el caso de que toda la transferrina esté
saturada, el hierro que se absorbe no es fijado y se deposita en el hígado. La vida
media normal de la molécula de transferrina es de 8 a 10 días, aunque el hierro que
transporta tiene un ciclo más rápido, con un recambio de 60 a 90 minutos como
promedio. Del total de hierro transportado por la transferrina, entre el 70 y el 90 % es
captado por las células eritropoyéticas y el resto es captado por los tejidos para la
síntesis de citocromos, mioglobina, peroxidasas y otras enzimas y proteínas que lo
requieren como cofactor.
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CAPTACIÒN
Todos los tejidos y células poseen un receptor específico para la transferrina, a través
de cuya expresión en la superficie celular, regulan la captación del hierro de acuerdo
con sus necesidades. La concentración de estos receptores es máxima en los
eritroblastos (80 % del total de los receptores del cuerpo), donde el hierro es captado
por las mitocondrias para ser incluido en las moléculas de protoporfirina durante la
síntesis del grupo hemo. A medida que se produce la maduración del glóbulo rojo, la
cantidad de receptores va disminuyendo, debido a que las necesidades de hierro para
la síntesis de la hemoglobina son cada vez menores. El receptor de la transferrina es
una glicoproteína constituida por 2 subunidades, cada una de 90 kDa de peso
molecular, unidas por un puente disulfuro. Cada subunidad posee un sitio de unión
para la transferrina. Estos receptores se encuentran anclados en la membrana a
través de un dominio transmembrana, que actúa como péptido señal interno, y poseen
además un dominio citosólico de aproximadamente 5 kDa. Se ha observado la
presencia de moléculas de receptor circulando en el plasma sanguíneo, que son
incapaces de unir transferrina, puesto que carecen de sus porciones
transmembranosa y citosólica; a estos receptores se les conoce como receptor
soluble. No obstante su incapacidad de unir transferrina, se ha encontrado una
relación directa entre la concentración de receptor circulante y el grado de
eritropoyesis, así en la deficiencia de hierro hay un aumento de la concentración de
receptores solubles. El receptor de transferrina desempeña un papel fundamental en el
suministro de hierro a la célula, puesto que la afinidad del receptor por el complejo
hierro-transferrina al pH ligeramente alcalino de la sangre, depende de la carga de
hierro de la proteína. La afinidad máxima se alcanza cuando la transferrina está en su
forma diférrica. El complejo hierro-transferrina-receptor es internalizado en la célula a
través de un proceso de endocitosis. El cambio del pH ligeramente alcalino al pH ácido
del endosoma provoca un cambio en la estabilidad del complejo que ocasiona la
disociación espontánea de los átomos de hierro; por su parte, la transferrina se
mantiene unida al receptor hasta que un nuevo cambio de pH, en sentido contrario, al
nivel de la membrana, provoca la ruptura del complejo y la consiguiente liberación de
la transferrina que queda nuevamente disponible para la captación y transporte del
hierro circulante. La liberación dentro de la célula del hierro unida a la transferrina es
secuencial. La primera molécula es liberada por el pH ácido del citosol, mientras la
segunda requiere ATP para su liberación.
http://scielo.sld.cu/pdf/hih/v16n3/hih01300.pdf
DEPÒSITOS
El exceso de hierro se deposita intracelularmente como ferritina y hemosiderina,
fundamentalmente en el Sistema del Retículo Endotelial del bazo, el hígado y la
médula ósea. Cada molécula de ferritina puede contener hasta 4 500 átomos de
hierro, aunque normalmente tiene alrededor de 2 500, almacenados como cristales de
hidróxido fosfato férrico [(FeOOH8 ). FeO. PO3 H2 ]. La molécula de apoferritina es un
heteropolímero de 24 subunidades de 2 tipos diferentes: L y H, con un peso molecular
de 20 kDa cada una, formadas por 4 cadenas helicoidales. Las variaciones en el
contenido de subunidades que componen la molécula determinan la existencia de
diferentes isoferritinas, las que se dividen en 2 grandes grupos: isoferritinas ácidas
(ricas en cadenas H) localizadas en el corazón, los glóbulos rojos, los linfocitos y los
monocitos, y las isoferritinas básicas (ricas en cadenas L) predominantes en el hígado,
el bazo, la placenta y los granulocitos. Las subunidades se organizan entre sí de
manera tal que forman una estructura esférica que rodea a los cristales de hierro. Esta
cubierta proteica posee en su entramado 6 poros de carácter hidrofílico y tamaño
suficiente para permitir el paso de monosacáridos, flavin mononucleótidos, ácido
ascórbico o desferroxamina. Se plantea que estos poros tienen una función
catalizadora para la síntesis de los cristales de hierro y su incorporación al interior de
la molécula de ferritina. La función fundamental de la ferritina es garantizar el depósito
intracelular de hierro para su posterior utilización en la síntesis de las proteínas y
enzimas. Este proceso implica la unión del hierro dentro de los canales de la cubierta
proteica, seguido por la entrada y formación de un núcleo de hierro en el centro de la
molécula. Una vez formado un pequeño núcleo de hierro sobre su superficie, puede
ocurrir la oxidación de los restantes átomos del metal a medida que se incorporan. Se
han observado diferencias entre la velocidad de captación de hierro por las diferentes
isoferritinas; así las isoferritinas ricas en cadenas H tienen una mayor velocidad de
captación y se ha demostrado que ésta es precisamente la función de este tipo de
subunidad. No obstante, las cadenas H y L cooperan en la captación del hierro, las
subunidades H promueven la oxidación del hierro y las L, la formación del núcleo.
Tanto el depósito de hierro como su liberación a la circulación son muy rápidos, e
interviene en este último proceso el flavinmononucleótido. El hierro es liberado en
forma ferrosa y convertido en férrico por la ceruloplasmina plasmática, para que sea
captado por la transferrina que lo transporta y distribuye al resto del organismo. La
hemosiderina está químicamente emparentada con la ferritina, de la que se diferencia
por su insolubilidad en agua. Aunque ambas proteínas son inmunológicamente
idénticas, la hemosiderina contiene un por ciento mayor de hierro (30 %) y en la
microscopia se observa como agregados de moléculas de ferritina con una
conformación diferente de los cristales de hierro. El volumen de las reservas de hierro
es muy variable, pero generalmente se considera que un hombre adulto normal tiene
entre 500 y 1 500 mg y una mujer entre 300 y 1 000 mg, aunque estos valores
dependen grandemente del estado nutricional del individuo.
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HIERRO
La vía fundamental de captación celular de hierro es la unión y subsecuente
internalización de la transferrina cargada con hierro por su receptor. La cantidad de
hierro que penetra a la célula por esta vía está relacionada con el número de
receptores de transferrina presentes en la superficie celular. Una vez dentro, el hierro
es utilizado para sus múltiples funciones o almacenado en forma de ferritina o
hemosiderina. Por lo tanto, cuando las necesidades de hierro de la célula aumentan,
se produce un incremento en la síntesis de receptores de transferrina y, en el caso
contrario, cuando hay un exceso de hierro, ocurre un aumento de la síntesis de
ferritina. Esto se logra mediante un estricto sistema de control al nivel
postranscripcional. Tanto la expresión del receptor de transferrina como de la ferritina
son reguladas en función de la disponibilidad y demanda de hierro para asegurar la
homeostasia celular. En esta regulación está implicada una proteína citosólica de
aproximadamente 98 kDa de peso molecular, altamente conservada a lo largo de la
evolución, conocida como factor regulador de hierro (IRF) o proteína de unión al
elemento de respuesta al hierro (IRE-BP).
Esta proteína posee un centro 4Fe-4S que le permite cambiar entre 2
1. Así cuando los niveles de hierro son bajos, el centro se disocia y la apoproteína se
une a una estructura tallo-lazo específica en el RNA mensajero (mRNA) del receptor
de transferrina y de la ferritina, conocida como elemento de respuesta al hierro (IRE).
Esta misma proteína se convierte en una aconitasa citosólica con un centro 4Fe-4S en
células cargadas de hierro. Existe un IRE localizado cerca del extremo terminal, de la
región no traducida de los mRNA de las cadenas L y H de la ferritina. La unión del IRF
a este IRE inhibe la traducción del mRNA de la ferritina por interferencia en el orden de
unión de los factores de iniciación de la traducción. Por su parte, la región no traducida
del mRNA del receptor de transferrina contiene 5 IREs; en este caso, la unión del IRF
protege los mRNA de la degradación, con lo cual estimula la expresión del receptor.
Cuándo los niveles intracelulares de hierro están elevados, el IRF se disocia de los
IREs, con lo que aumenta la traducción del mRNA de la ferritina y se acelera la
degradación del mRNA de los receptores de transferrina. Así la interacción del IRF/
IRE regula la expresión de estas proteínas en direcciones opuestas por 2 mecanismos
diferentes, con lo cual se logra mantener el equilibrio entre la captación y
almacenamiento intracelular del hierro.
2. Mecanismos similares están implicados en la regulación de otras proteínas que
participan en el metabolismo del hierro.
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EXCRECIÒN:
La capacidad de excreción de hierro del organismo es muy limitada. Las pérdidas
diarias de hierro son de 0,9-1,5 mg/día (0,013 mg/kg/día) en los hombres adultos. De
éstos, 0,35 mg se pierden en la materia fecal, 0,10 mg a través de la mucosa intestinal
(ferritina), 0,20 mg en la bilis, 0,08 mg por vía urinaria y 0,20 mg por decamación
cutánea. Las mujeres en edad fértil están expuestas a una depleción adicional de
hierro a través de las pérdidas menstruales que incrementan los niveles de excreción
diarios a 1,6 mg/día como mínimo. Los cambios en los depósitos de hierro del
organismo provocan variaciones limitadas en la excreción de hierro, que van desde 0,5
mg/día en la deficiencia de hierro a 1,5 mg/día en individuos con sobrecarga de hierro.
Aunque hay pocos estudios en lactantes y niños, se plantea que en éstos las pérdidas
gastrointestinales pueden ser mayores que en los adultos.48 Algunos investigadores
plantean que las pérdidas promedio son de aproximadamente 2 mg/día en los
lactantes y de 5 mg/día en los niños de 6 a 11 años de edad. Otras causas
importantes de pérdidas son las donaciones de sangre y la infestación por parásitos.
http://scielo.sld.cu/pdf/hih/v16n3/hih01300.pd
Respecto de la interacción entre hierro y cobre existen pocos estudios. Estos reportan
que el hierro no afecta la absorción del cobre y que el cobre pareciera no afectar la
biodisponibilidad ni el estado nutricional de hierro. No hay nada sobre efectos
relevantes del flúor y el yodo sobre la absorción de hierro.
2. METABOLISMO DEL CALCIO
El calcio es un catión divalente de peso atómico 40.08. En abundancia es el quinto
elemento constitutivo del ser humano después del oxígeno, carbono, hidrógeno y
nitrógeno. Constituye casi el 2% del peso corporal total. El calcio es un nutriente
esencial debido a sus múltiples funciones en el organismo, entre las que se
encuentran la constitución y mantención del esqueleto, la neurotransmisión, la
contracción muscular, la mitosis, la división celular, la fertilización y la coagulación
sanguínea. La dieta es la principal fuente de este nutriente. En el cuerpo, el calcio se
encuentra a nivel extracelular e intracelularmente. El calcio generalmente forma un
complejo con la calmodulina que participa en numerosas reacciones enzimáticas. Un
adulto tiene alrededor de 1.2 Kg de calcio, distribuido en 99% en el esqueleto, 0.9% en
dientes y tejidos blandos y 0.1% en líquido extracelular.
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La dieta debe de aportar cerca de 1000 mg calcio al día, de los cuales 350 mg son
absorbidos, pasando a formar parte del pool de calcio en el líquido extracelular, de
donde 500 mg son destinados a la formación de hueso, este último pierde diariamente
cerca de 500 mg de calcio mediante resorción ósea. Otros 10000 mg de calcio son
filtrados por el riñón, de los cuales 9900 mg son reabsorbidos en un 60% por el túbulo
proximal, un 30% en el asa de Henle y el resto en el túbulo distal. Finalmente, por
secreción fecal endógena se eliminan 250 mg de calcio, que sumados a los 650 mg no
absorbidos por el intestino y los 100 mg perdidos por la orina completan los 1000 mg
que requieren ser ingeridos diariamente.
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Ca2+: calcio
Na+: sodio
PTH: hormona paratiroidea
TRPV 6 y 5: canales epiteliales de calcio
BSPRY: proteína inhibidora de canales de calcio TRPV5
PMCA1b y NCX1: bombas de calcio ATP-activadas en membrana
basolateral.
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PARATHORMONA
El osteoblasto y sus células progenitoras son células diana de la PTH a través de los
siguientes mecanismos:
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El PTHrp está compuesto por 140 residuos de aa, comparados con los 84 de la PTH, y
la codifica un gen en el cromosoma 12. El PTHrp, al igual que la PTH, activa los
receptores de PTH en las células renales y óseas y aumenta el AMPc urinario y la
producción renal de 1,25 [OH]2D3. Se sintetiza en casi todos los tipos celulares del
organismo, incluidos todos los tejidos de la etapa embrionaria, en algún estadio del
desarrollo fetal, pero es principalmente producida por las glándulas paratiroides
fetales.
En los adultos, la PTHrp se produce tanto en las mamas como en la leche, y parece
ser el agente estimulador más importante de la transferencia materno-fetal de calcio.
El PTHrp es esencial para la maduración esquelética normal del feto, que requiere 30
g de calcio.
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VITAMINA D3
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BIOACTIVACIÓN DE LA VITAMINA D:
La vitamina puede ser obtenida por la dieta o por la acción de los rayos UV en la piel.
En la dieta se encuentra en los pescados oleosos como el salmón, la sardina o el
aceite de hígado de bacalao.
Esta vitamina es la forma natural producida en la piel. Cualquier factor que ejerza
influencia en el número de rayos UV que penetren la piel o la cantidad de
7dehidrocolesterol en la misma, altera la producción de vitamina D: momento del día,
estación, altitud y latitud, melanina (color de la piel), uso de protectores solares y edad.
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TRANSPORTE DE LA VITAMINA D
La vitamina D es una molécula lipofílica con baja solubilidad acuosa que necesita ser
transportada por la circulación unida a proteínas. La más importante de las cuales es
la DBP (vitamin D Binding Protein) a la que se une con gran afinidad. Sin embargo,
otras proteínas, como la albúmina y las lipoproteínas también pueden contribuir a su
transporte. Sólo la vitamina D libre entra a las células diana y ejerce su acción. Los
niveles de DBP no están regulados por la vitamina D. La entrada de la 25-
dihidroxivitamina D a las células del túbulo proximal renal no es por difusión a través
de la membrana basolateral como se creía, sino mediada por un receptor de DBP. La
megalina pertenece a un grupo de proteínas que facilitan la endocitosis (llamado
receptor endociticomegalina) del complejo 25-hidroxivitamina D/DBP junto con la
cubilina y la proteína asociada al receptor (RAP).
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ACCIONES CLÁSICAS DE LA
VITAMINA D
LA CALCITONINA “CT”
LA CT es un polipéptido de 32 aa. La CT se sintetiza como un precursor de 136 aa y
se cliva durante el transporte de la hormona en el retículo endoplasmático. Su gen se
localiza en el cromosoma 11, y está muy ligado al de la PTH. Este gen codifica tres
péptidos: la CT, un péptido de 12 aa en la región carboxiterminal (katacalcina) y un
péptido relacionado con el gen de la CT (CGRP), que es un potente vasodilatador,
relajante de las células mesangiales y es responsable en parte de la estimulación de la
tasa de filtración glomerular y el flujo sanguíneo renal. Asimismo, CGRP disminuye la
resorción ósea y aumenta la formación del hueso. Además de estos dos péptidos, la
katacalcina y el CGRP, y por procesamiento alternativo del RNA, se generan otros
péptidos con diferentes funciones. Uno de ellos es la amilina, que se aisló
originalmente de las células beta pancreática, y en el riñón modula la excreción de
calcio, los niveles de los receptores tiazídicos y aumenta la actividad de la renina. Otro
péptido es la adrenomedulina, aislado originalmente de un feocromocitoma, y se
expresa en una gran variedad de células y tejidos, como la médula suprarrenal, las
células endoteliales, células del músculo liso, fibroblastos, macrófagos, neuronas y
células gliales. Es un potente vasodilatador. La katacalcina y la CT se co-secretan en
cantidades equimolares por las células parafoliculares (células C) de la glándula
tiroides. La CT parece tener escasas consecuencias en los niños y en los adultos. En
el feto, sin embargo, los niveles circulantes son altos y parece que aumentan el
metabolismo óseo y el crecimiento esquelético; estos altos niveles son probablemente
estimulados por los niveles normalmente elevados de calcio en el feto. Su acción
parece ser independiente de la PTH y la vitamina D. La CT contribuye a la
homeostasis del calcio por inhibición directa de la resorción ósea mediada por el
osteoclasto y aumentando la excreción renal, efectos logrados por la alta afinidad a su
receptor, CTR, miembro de la superfamilia de receptores acoplados a proteína G. Se
ha demostrado clásicamente que dicho receptor activa las vías de la PK-A, de la PL-C
y de la PL-D. Sin embargo, recientemente se descubrió que además actúan a través
de la activación de MAPK. CTR tiene dos variantes: CTR1a y CTR1b.
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La CT también ejerce su acción en otros tejidos, como el riñón, donde se sabe que
aumenta la expresión de mRNA de la enzima 1-alfa-hidroxilasa, que cataliza el paso
de 25-OH-D3 a 1- 25(OH)2D3 en el túbulo proximal, aumentando los niveles de este
último metabolito activo e, indirectamente, la absorción intestinal de calcio.
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3. M
ETABOLISMO DEL COBRE
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