Toranzo
Toranzo
Toranzo
Pigin
SUMARIO ^
JOSÉ F. MENÉNDEZ. — El monasterio de San Antolín. AÑO XI. - TOMO VI. - NÚMERO 3
de Bedón 117 1922.—TERCER TRIMESTRE
JULIO CAVESTANY. — Pintores españoles de flores. 124
MANUEL DE COSSIO Y GÓMEZ-ACEBO.-La «ca-
sona» montañesa 136
JOAQUÍN CIERVO. —Nicolás Raurich 155
FEDERICO PITA. — Por tierras castellanas (Navalcar-
nero) 159
EL B. DE LA VEGA DE HOZ. —La Exposición de Di-
bujos (1750 a 1860) 161
NOTAS BIBLIOGRÁFICAS 166 G R Á F I C A S R E U N I D A S , 8. A,
MADRID
SOCIEDAD ESPAÑOLA DE AMIGOS DEL ARTE
S. M. EL R E Y , P R E S I D E N T E DE HONOR
Socios honorarios: EXCMO. SR. D. SANTIAGO ALBA BONIFAZ. - EXCMO. SR. BARÓN DE LA VEGA DE HOZ
ARTE ESPAÑOL
REVISTA DE LA SOCIEDAD DE AMIGOS DEL ARTE
teriosa luz e, interpretándolo como aviso del cielo, hizo construir en aquel
sitio y en honor del citado santo el monasterio.
Pasaremos en silencio otras muchas consejas y leyendas referentes a
este objeto, recogidas hace muchos años por Argáiz (1), o por él inventa-
das, y copiadas por cuantos, de pasada, se ocuparon de este asunto.-
Lo que si sabemos con certeza es que en los comienzos del siglo XVI
andaba muy relajada aquella Comunidad por el tiempo en que la mandaba
el Abad Comendatario D. Pedro de Posada, quien, acogiéndose a la bondad
de Carlos I, y en ocasión tal vez de hallarse en aquel convento el Empe-
rador, obtuvo Carta Real para legitimar la bastardía de un hijo que había
tenido y para fundar en él un mayorazgo, dándole en feudo perpetuo a él
y a sus descendientes todos los bienes y hacienda que eran del monas-
terio (2).
Merced análoga otorgó el Emperador durante su estancia en Villavi-
ciosa, cuando allí desembarcó para tomar posesión de la Corona de Espa-
ña, a un capitular, dignidad de la catedral de Oviedo y dueño de la Casa
de Vaqueros, donde el Monarca se hospedara.
Grandes hubieron de ser por aquel tiempo las injusticias y atropellos
de los Abades, e irritantes sus desmanes, cuando, reunidos varios caballe-
ros y hombres buenos del Concejo de Llanes, determinaron acudir a la
Santa Sede pidiendo la unión de este monasterio a la Congregación de
Valladolid y más tarde la anexión de Bedón al cercano monasterio de Ce-
lorio, también de benedictinos.
En el archivo de los herederos del Sr. Parres Sobrino hemos visto el
original de la Bula Pontificia de Clemente VII, expedida en mayo de 1531
y obligando al Abad y monjes de San Antolín, de Bedón, a aceptar la Re-
forma de Valladolid.
Y en el reverso del mismo pergamino de la Bula hemos leído un acta
extendida en marzo de 1532 «ante el reverendo señor licenc.do juan de
balboa, provisor e vicario general en lo sptual i temporal en la villa de vallid
e en toda la abadia por el ilustre y my reverendo padre sennor don alonso
enrriquez, abad de la dicha villa e abadia de vallid, estando dicho sennor
provisor haciendo abdiencia a la hora de tercia por él acostumbrada, sen-
il) ARQÁIZ: Soledad laureada por San Benito y sus hijos en las iglesias de España y teatro
monástico de la provincia de Asturias y Cantabria.
(2) Hasta hace poco formaba parte este interesante documento del archivo de una impor-
tante casa de un título de Castilla, de donde desapareció, según nos han dicho, y resultaron
infructuosos cuantos esfuerzos hicimos para dar con su paradero.
ARTE ESPAÑOL 119
plantando chopos para librarle de las avenidas. Se sostuvo pleito con don
Pedro Hilario y parientes de Rales, que trataban de desmembrar aquel lugar
de la parroquia de San Antolin».
Consiguió al fin desmembrarse, conservando el Abad de Celorio su
presentación.
Con relación a Naves leemos en el mismo manuscrito que en el quadre-
nio de 1801 a 1805, Fr. Juan
íñiguez, Abad de Celorio,
«alargó 30 pies de largo
y 16 de ancho la iglesia de
Naves lo que se levantó a
fundamentis, se hizo coro,
sacristía y pórtico, y la ca-
pilla de Sta. Ana, adonde
se trasladó la parroquia de
San Antolin por convenio
y concordia celebrada con
este monasterio y vecinos
della por no dar lugar a
recursos y quejas a la Cá-
mara sobre reparación de
ella».
A partir de esta fecha
quedó c o m p l e t a m e n t e
abandonado el monasterio
de San Antolin, pasando a
San Antolin. Fachada principal. vivir a Naves el monje en-
(Fot. N.l cargado de la parroquia.
No dejaron por ello los
Abades de Celorio de atender aquellas posesiones; pero dejando cerrada
al culto la hermosa iglesia.
Del monasterio primitivo nada queda en la actualidad; sólo subsisten
una serie de edificaciones levantadas sobre lo antiguo en el siglo XVI y
siguientes. Nada tienen de particular, y consérvanlas en muy buen estado
los actuales dueños de la finca, hijos de Pesquera, vecinos de Posada y
muy buenos amigos, a quienes he de hacer aquí presente mi profundo
agradecimiento por las atenciones que me han dispensado.
En el antepecho de dos ventanas del actual edificio se lee: «Siendo
ARTE ESPAÑOL 121
Abad Velarde en 1713.» «Esta casa hizo a su costa Fr. Antonino Díaz,
hijo de Celorio, siendo Abad el Maestro Tosa, 1738.»
La iglesia, por verdadero milagro, consérvase en toda su integridad,
no obstante el abandono en que se la tuvo durante varios años y las pro-
fanaciones de que fué objeto; pues en el año 1816, al anotar las obras
realizadas por el Abad de Celorio Fr. Bernardo Samaniego, se lee: «En
San Antolin se retejó toda la iglesia, se rellenó y marcó su pavimento, se
tapiaron, en ella, dos puertas y todos los agujeros en que entraban las
vigas del coro que echaran por tierra los tiempos revoltosos, recalzáronse
algunos estribos por la parte de afuera.»
En 3 de setiembre de 1820 instruyóse expediente para la venta de San
Antolin, rematándola a su favor en 1822 un tal Wolfango, con exclusión
de la iglesia, que fué concedida a los vecinos de Naves para derribarla y
con sus materiales ensanchar su iglesia parroquial. Opúsose a esta con-
cesión la Comisión Provincial de Monumentos, apoyando el elocuente
informe del vocal Sr. Ordóñez, y recurrió al Prelado Sr. Sanz y Forés,
quien por orden de 20 de octubre de 1855 revocó su primer acuerdo,
dejando a los de Naves sin derecho alguno sobre dicha iglesia, siempre
que se procurase repararla y ponerla en condiciones de restablecer allí el
culto.
Insistía en ello el Sr. Obispo porque en el tiempo en que tuvieron los
de Naves derecho a derribarla y aprovechar sus materiales, habían em-
122 ARTE ESPAÑOL
ladados de allí algunos otros que vio Quadrado cuando visitó este templo.
Pertenecían a las familias de Posada y a la de los Aguilares.
Los sepulcros que en la actualidad allí se conservan están vaciados en
un bloque de piedra, en forma análoga en su interior a otros que hemos
visto en Santa María la Mayor, de Val de Dios.
A buen seguro que, cubiertos por la cal y el enlucido, quedarían ocultos
en las paredes de la iglesia otros muchos enterramientos dignos de consi-
deración y estudio.
JOSÉ F. MENÉNDEZ,
Correspondiente de la Real Academia de la Historia,
Cura de Vidiago.
H E U
flores con facilidad, atraídos siempre por la viva nota de color, de hechizo
irresistible para la gente de paleta. El mismo VELÁZQUEZ, que al principio
de su vida de artista dióse a pintar cuantos modelos tenía a la mano para
ejercitarse en la copia del natural, pintó flores, y a ello alude Cruzada
Villami!. Sirvan de muestra las que puso en un búcaro sobre una mesa en
el retrato encantador de la Infanta Margarita, niña de cuatro años, hija de
Felipe IV, que se conserva en la Imperial Galería de Viena.
Recordamos dos cuadros con flores, pintados con unos cientos de años
de diferencia, dignos de interesante mención, porque son prueba de que
asunto del mismo; está expuesto en las salas bajas del Museo del Prado.
Este lienzo lo firma MARIANO FORTUNY. Bastan para honrar este género
de pintura los nombres citados.
Y viniendo a los pintores especializados en este arte, aparece en el
siglo XVI el pintor extremeño JUAN LABRADOR, que aprovecha las lecciones
del divino Morales, su maestro, y pinta flores con tal brillantez y trans-
parencia en el color y tan
bien compuestas, que, se-
gún Cean Bermúdez, nin-
guno le igualó en este arte.
Recibió encargo del Rey (lo
era Felipe II) de hacer una
pareja de floreros para su
antecámara de Palacio; pin-
tó durante gran parte del
siglo XVI, pues muere de
muy avanzada edad en Ma-
drid el año 1600.
En el mismo siglo nació
en Madrid, y fué bautiza-
do en la antigua parroquia
de San Andrés (en 1596),
JUAN DE VAN DER HAMEN Y
LEÓN, hijo de padre flamen-
co y madre española, pintor
del que hace excepcional
Juan de Arellano.
elogio Pacheco; pintó flores !Fot.J.RoiK)
con gran delicadeza y fres-
cura en su técnica, haciendo compatible el cultivo de esta pintura con el
cumplimiento de sus deberes como arquero del Rey Felipe IV. Su estilo
en esta pintura, que pertenece a la escuela de Madrid, fué tan realista, que
dijo de él Lope de Vega,
Miguel Parra.
(Fot. J. Roig.)
Palacio Real de Madrid y para otras residencias reales, donde pueden admi-
rarse; era ya por entonces pintor de Cámara. Otro pintor valenciano es
JOSEF FERRER, natural de Alcora (1746), que llega por su maestría como
pintor de flores a ser nombrado académico de mérito de San Carlos el
año 1795; conocemos floreros que tienen su firma de buen dibujo y fresco
colorido.
Existen en el Museo del Prado floreros de PARET Y ALCÁZAR, pintor
madrileño que trabaja en la misma centuria; no es especialista en este gé-
nero, y son sus cuadros de flores de un gusto barroco, sin las condiciones
de técnica y composición que deben tener éstos; sin embargo, en su cuadro
de las Parejas reales, que pintó para el Palacio de Aranjuez (hoy en el
Museo del Prado), aparecen unas flores en decorativos jarrones, hechas
en muy pequeño tamaño, que revelan más habilidad y gusto que aquellos
floreros.
Y ya en el siglo XIX pintan flores los PLAXELLA (Gabriel y su hijo
Joaquín), que representan a la escuela catalana; fué el padre director de la
132 ARTE ESPAÑOL
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k. *w* 4k
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4
Bracho Murillo (escuela sevillana).
(Fot. J. Roig.)
(Foís. J. Roig,.)
* * *
JULIO CAVESTANY.
Madrid, V - 1922.
ÉU [•] u
136 ARTE ESPAÑOL
La "casona,, montañesa*
C de Solares, en Sobremazas, encuéntrase la casa solariega de
ERCA
¿os Cuetos, una de las más conocidas en la Montaña; dos pilastras,
de las que arranca alta tapia, nos lleva a la portalada, rematada por un
frontón, en el que una figura reemplaza a la cruz; vemos en este frontis el
blasón, sostenido por guerreros, resaltando el remate de un yelmo, signo de
fidalguía. Una esbelta torre, con varios pisos y volados balcones, aparece al
En este pueblo existen restos de una portalada, al parecer del siglo XV,
flanqueada por dos cubos o troneras militares con artísticas gárgolas en pie-
dra de forma corriente, lo que nos demuestra la importancia que debió tener
la «casona» a la
que daba entra-
da; créese per-
teneció a los
Obregones, y la
casa que ahora
hay edificada es
muy posterior
a la fecha que
acusan las rui-
nas indicadas. K^ài
En e! pueblo Portalada de los Obregones, en Molledo.
(Fot. del autor.)
de Santa Cruz
hay rica portalada al lado de una capilla; no se conserva nada de la edifi-
cación que aneja a ella
debió existir y, por refe-
rencias, se cree pertene-
ció a ios Lomas, hoy a
los Bustamantes.
Aunque de construc-
ción posterior a las ante-
riores, no deja de tener su
estilo peculiar, con ten-
dencias italianas, e! pala-
cio de los Miónos, en fra-
guas, ni la torre que den-
Portalada monumental, en Santa Cruz de Iguña. tro del parque de los Du-
(Fot. del autor.)
ques de Santo Mauro aun
se conserva muy bien restaurada. Lástima grande que el palacio recientemen-
te construido no se haya inspirado en la arquitectura que venimos examinan-
do, pues dentro de ella caben todos los adelantos y comodidades modernas.
En un interesante estudio sobre El Valle de Hoz (1), encuentro refe-
rencias a importantes «casonas» y palacios que en la antigua Merindad de
Trasmiera aun se conservan, de las que daré cuenta sucintamente.
(1) M. DE ASÚA Y C A M P U S : ARTE ESPAÑOL; tomu III, p á g . 374 y s i g u i e n t e s .
140 ARTE ESPAÑOL
Una aparatosa y bien construida casa solariega del siglo XVIII, dice el
autor de referencia, existe en Hoz de Añero; ostenta en las fachadas y es-
quinas varios escudos de la familia de los Cagigales. Construcción sólida
y robusta, netamente montañesa, con caracteres churriguerescos en sus
pomposos escudos y pequeños de los esquinales.
En el barrio de San Pantaleón, de este mismo pueblo, muéstninsenos los
restos del antiguo palacio de los Agüeros, «en un tiempo la primera y más
poderosa de Trasmiera». En el del Solagrario hay otras casas solariegas
con típica portada de los siglos XVI al XVII de reconocido valor arquitectó-
nico, si bien las modificaciones en ellas introducidas las hace desmerecer
de su valor primitivo.
Destácase entre todas las construcciones de este valle el Palacio de la
Vega de Acevedo, propiedad que fué de los Barones de la Vega de Hoz,
construcción por todos conceptos notable, compuesta de recia y sobria to-
rre de planta rectangular con cinco torreones, rematados con conos con un
carácter marcadamente herrerianos; supónese edificada esta casa-torre a
fines del siglo XVI, o en los comienzos del siguiente, atendiendo a las re-
miniscencias de la construcción cívico-militar de la Edad Media, probando
la sencillez de sus huecos, escudos, arco rebajado y los propios elementos
ARTE ESPAÑOL 141
•
142 ARTE ESPAÑOL
«
ARTE ESPAÑOL 143
norial edificio, hoy en ruinas, con rico escudo cuartelado con las armas de
Calderón, Oruña, Setién y otros; éstos, y muchos más que pudieran citar-
se, reflejan el estilo de Herrera del siglo XVI, algunos con blasones de in-
fluencia barroca.
En el Valle de Toranzo existen gran número de «casonas», y entre
ellas llama la atención, por su estilo y carácter montañés, la de ¡os Ceba-
llos, de Alceda, «de enhiesta portalada, compuesta de dos cuerpos anchos,
ÉL ^
Portalada de Quijano, en los Corrales.
con bolas en sus aristas se- (Fot. del autor.)
para este cuerpo del supe-
rior, en cuyo frontón aparecen las armas de la casa; remata esta entrada
un pináculo entre dos grandes bolas (1).
Como modelos de portaladas de moderna construcción pueden citarse
la de los Quijanos, en los Corrales, y la antes indicada de Botín, en Puente
de San Miguel.
se le ha rendido el
tributo que su valer
le hace acreedor
entre sus conterrá-
neos y paisanos.
Bibliófilo insig-
ne, autor de Los
Eddas, del Ensayo
histórico de los
apellidos castella-
nos, de las Noti-
cias históricas de
las Behetrías, de
las Notas sobre la
Crónica de A/fon-
so XI, de la Bio-
grafía de D. Pedro
Iglesia románica, en Villacantid de'Campóo.
Calderón de ¿a
(Fot. del autor.)
Barca, de la Parti-
cipación de los montañeses en el descubrimiento de América, etc., y mul-
titud de artículos en diversos periódicos
y revistas que nos demuestran el saber y
erudición de aquel gran fidalgo montañés
representante de una raza ya desapare-
cida «que no toleraba la injusticia, ni la
deslealtad, ni la sordidez, ni la descor-
tesía».
Junto a la torre señorial aparece la
portalada y el postigo, y entrando en el
estragal veníosla «casona» de marcada
antigüedad, aunque no tanto como aque-
lla que se supone sea del siglo XIII por
la arquitectura ojival en las puertas y
ventanas. En el último piso de la torre
se hallan ventanas más altas y adorna-
das, con asientos de piedra a los lados,
Torre de Proaño, en Campóo.
que servirían a la castellana y sus hijas
(Fot. del autor.) o criadas para ocuparse en labores de
150 ARTE ESPAÑOL
Fué construida esta «casona» a fines del siglo XVIII por D. Pascual Li-
nares, con dineros venidos de América, casado con una Cuesta, sobrina
del caudillo de la Guerra de la Independencia, general de este apellido,
y por entronques de familia y descendencias ha pasado en la actualidad
a ser propiedad
del autor de las
rimas que nos la
describe.
Aunque apar-
tándose algo de
la realidad, nos
detalla Pereda la
distribución inte-
rior del edificio
tudanco; frente
Casona de Tudanca, en Cabuérniga.
a la cocina, en
(Fot. Conde de las Barcenas.)
aquella cocina en
que D. Celso recibió al «distinguido» madrileño, en donde se arregla tan
guapamente en la perezosa (2); en invierno al amor de lumbre, y en vera-
no por la frescura, está la salona, amplia, de piso y techo de nogal, como
todas las habitaciones de la casa; sillería de damasco rojo, grandes y anti-
guos retratos de un obispo y un general, ambos de la familia de los Cues-
tas; grandes arcones tallados, todo ello del siglo XVIII, «pero muy digno y
señor»; varios dormitorios dan a la salona, con huecos en uno de ellos a
amplia solana, de gran alero y balaustre de roble, encajada entre dos es-
quinales o mensulones de sillería, llamados también cortafuegos; en el de
la derecha resalta el grueso y tallado escudo de armas de los Cuestas, igual
al que aparece en la portalada.
Siguen a éste otros dormitorios, el más importante de todos, con mue-
d m n
ARTE ESPAÑOL 155
Nicolás Raurích
variedad que nos brinda Naturaleza, y parece ser amante del día caniculoso,
de las horas poéticas de los atardeceres y del misterioso encanto de la
noche; como paisajista es un ecléctico en toda la extensión de la palabra.
De otro modo, imposible le sería dar emoción al tema elegido, puesto
que cada modalidad de luz requiere cierto artificio premeditado con la fina-
lidad de dotar de calidad o vigor donde sea preciso para acercarse a la
156 ARTE ESPAÑOL
Waurich. Primavera.
(Fot F. Serra.)
que hoy es reconocido en la brillante y real etapa del paisajista más com-
pleto que tiene España, porque gusta a los clásicos y deleita a los mo-
dernos.
% % %
JOAQUÍN CIERVO.
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Biblioteca tí'.Iunianttatl
Sala <k Revistes
A R T E ESPAÑOL 159
FEDERICO PITA.
I § i
La Exposición de Dibujos
(1750 a 1860)
• * *
Cosa es bien sabida que nuestra nación ha sido más abundante en gran-
des pintores que en eximios dibujantes. Esta diferencia esencial se explica
naturalmente. Los españoles, seducidos por la riqueza de luz, intentaron
reflejarla en sus obras. Trasladar a ellas ese ambiente, que lo mismo
162 ARTE ESPAÑOL
perfila los rasgos característicos de una figura que los variados y es-
plendorosos matices de un paisaje, fué siempre su suprema aspiración,
mientras otros artistas que tenían, además de la visión pictórica, conexión
(Fot. J. Roig,.)
* * 9
* * *
Exposición de Dibuios (17S0 a 1860). Detalle de la sala de principios del siglo XIX.
(Fot. J. Roig.'
* # *
d u u
166 A R T E ESPAÑOL
NOTAS BIBLIOGRÁFICAS
Las hogueras de Castilla, por Antonio de Hoyos. Así ve en Toledo aquellos hidalgos a quie-
nes el Greco dio vida inmortal, y recuerda las
Bien ha hecho el autor al concertar la en- fantásticas leyendas y las históricas tradicio-
cuademación de su obra en hermosa vitela, nes, surgiendo vigorosas las imágenes de los
exornada con dorados blasones y el tejuelo Reyes, las líneas de los monumentos, los inci-
colocado en sentido horizontal, a la antigua dentes del rito muzárabe, porque el conjunto
usanza. de todo ello acredita que Toledo fué, durante
Es un libro que deben tener a mano, sobre siglos, «el símbolo de una fe, de una libertad
la mesa, los amantes de nuestro brillante pa- y de una nacionalidad».
sado artístico, para leerle fácilmente y sumirse Y llega a Cuenca donde no quiere conme-
en la delectación tranquila y honda que sus morar la primera conquista, los albores de la
páginas producen. existencia de la ciudad, cuando Alfonso VIH
«Hogueras — dice Hoyos en un breve preám- creó aquellos aguisados, especie de milicia de
bulo — las nubes castellanas, hogueras prodi- carácter permanente, alude ligeramente al epi-
giosas en que las almas se abrasan como las sodio de las Comunidades, y después de re-
mariposas de que nos habla la madre Teresa cordar a D.a Isabel de Barrientos, «una de
de Jesús. Toledo es la hoguera de la realeza; esas rícas-hembras castellanas que igual tejían
Salamanca, la de la ciencia; Ávila la hoguera el lino que empuñaban una espada», la que
del amor de Dios.» invitó a los malandrines a un banquete, propi-
Y bajo estas impresiones refiere el autor su nóles un narcótico y los hizo asesinar, consig-
excursión a través de las ciudades tradiciona- na la más elocuente protesta contra las mo-
les de la vieja Castilla, haciendo resaltar lo dernas guerras intestinas que dejaron san-
más poético, lo más impresionante, lo más grienta huella en Cuenca, luchas odiosas para
glorioso, y para ello utiliza la historia y la cuantos encierran en su corazón el santo amor
leyenda, las artes y la poesía, con perspicaz de la patria.
intuición, acertando siempre con lo caracterís- Segòvia, la ciudad de señorío que tantos re-
tico, lo especial, aquello que exclusivamente cuerdos guarda en su seno, con las figuras de
pertenece a la ciudad que visita. Juan II, Enrique IV, Doña Juana de Portugal, los
No es el que pasa un historiador, ni un no- Reyes Catolices y Teresa de Jesús, que todos
velista, ni un poeta, ni un pintor, es todo eso ellos dejaron señal de su paso en edificios
junto y de ello da continuada muestra. diversos que caracterizan las distintas épocas
Al modo que aquellas antiguas damas floren- del arte de construir, siguiendo la tradición
tinas, reinas de la belleza y de la elegancia, romana que dejó en la ciudad castellana uno
que cada una usaba un perfume especial com- de sus más preciados monumentos.
puesto de sutilísimos extractos de delicadas Continúa su excursión entrando en Medina,
flores, resumiendo el aroma de todas ellas, centro que fué de comercio, cuando la Reina
sin que se pudieran confundir unas con otras, Católica contemplaba, desde su castillo de la
así Antonio de Hoyos extrae y acopla elemen- Mota, los carros innúmeros que llegaban a lo
tos diversos y hasta heterogéneos para formar que era entonces emporio de riqueza, aquella
un todo sintético, de donde surge, con valien- Reina que fué la «encarnación perfecta de un
tes y profundos rasgos, el carácter de la aus- momento histórico, no sólo español, sino euro-
tera raza castellana, el noble sentimiento de la peo o mundial mejor dicho».
patria querida. Otra figura potente y vigorosa se eleva a la
La inteligencia sutil del escritor descubre lo par, en la noble' ciudad de Ávila, la de Santa
que apenas se percibe, lo que escapa a la vul- Teresa de Jesús, dechado de piedad ardiente
gar observación, los detalles y perfiles intere- y apasionada, modelo del prodigioso don de
santes. organizar, con el buen sentido por guía, y la
ARTE ESPAÑOL 167
energia sin límites para vencer toda clase de que represente un alto ideal de raza o de es-
obstáculos. píritu».
El interés de Ávila, aparte de su arcaico ¡Cuan vigorosamente hace comprender An-
carácter, está en Santa Teresa, que fué «una tonio de Hoyos que es necesario que haya pa-
gran santa, una gran política y un maravilloso sado una cosa para que apreciemos todo su
poeta». La reforma del Carmelo revolucionó el encanto!
mundo y lo hizo porque tenía fe, «porque en su Es bien cierto que «hay que amar las tum-
corazón había un amor y en su cerebro un bas olvidadas, los monasterios en ruinas, las
pensamiento; y una sola idea, un solo amor murallas derruidas por el peso de los siglos y
pueden más que todos los ejércitos de la las catedrales vetustas; hay que amarlas como
tierra». amamos las páginas de un libro que encierra
En Valladolid ensalza la figura de la esposa provechosas enseñanzas; amarlas, sí, pero no
de Sancho el Bravo, tipo de la mujer fuerte, y dejar que nuestras almas se adormezcan en su
los nombres de los sinventura D. Alvaro de encanto; por el contrario, hacer que vayan
Luna y D. Rodrigo Calderón, le dan margen hacia las ciudades nuevas, hacia las ciudades
para sensatas e interesantes reflexiones, como que son forjes de energía, donde nos fortale-
no lo son menos las que le inspira la memoria cemos en la lucha. Y de tarde en tarde volver
de haber sido cuna de Felipe II, tan poco co- los ojos a las urbes pretéritas, para escuchar
nocido como mal juzgado por historiadores de ellas la cruel sentencia querida de ¡os mís-
apasionados o venales. ticos: Lo que eres fui, lo que soy serás.'
En Palència halla el tipo de la capital de Tal es el libro de Antonio de Hoyos, «primor
provincia moderna, si bien en la catedral ad- bibliográfico en el que varias artes pusiéronse
vierte «algo de otros tiempos que ha quedado de acuerdo para dar una espléndida sensación
allí petrificado». de conjunto», como dice el ilustrado escritor
Los monumentos de León, a contar desde la Sr. Araujo Costa; opinión corroborada por
catedral, verdadera y maravillosa caja de cris- cuantos se han ocupado de la obra, entre ellos
tal, tienen un carácter que sobresale en la el insigne maestro Ortega y Munida, con estas
cripta donde descansan los restos de los Reyes acertadas palabras: «Sobre los contornos fe-
de León y en algunos otros sitios como la lices de la inspiración ha caído una lluvia de
fachada plateresca de San Marcos, la colegiata oro. En papel japonés, de Holanda y de hilo,
de San Isidoro. han sido tiradas las ediciones de la obra en la
«Cuando el Papa concedió a la vieja Univer- que campean emocionantes aguafuertes de
sidad salmantina la condición de metropolita- Castro Gil. Todo ha sido decorado, impreso y
na, eran con ella cuatro las que ostentaban tal encuadernado por Oliva de Vilanova, induda-
título en el mundo: la de Bolonia, la de Oxford, ble maestro de la tipografía.»
la de París y la española.» Si Antonio de Hoyos no tuviera ya ganado
Lucen allí las dos históricas catedrales. La en buena lid, puesto preeminente en la repúbli-
vieja, «más sobria y más profunda, la fe en ca de las letras, bastaría este libro para con-
ella aun no tiene nada que ver con la política: sagrarle como escritor de estilo brillante y
es una fuerza real. La nueva es más rica, más cómo poeta de avasalladora fantasía.
elegante, propicia a los cortejos triunfales y a
las apoteosis, la fe va transformándose en un VEGA DE HOZ
arma, pero es ficticia...» * * *
Y para cerrar esta especie de ciclo de poe-
sía y de patriotismo, «deja la tierra de Castilla, El Arle en España: Alhambra, II; Valladolid;
árida y casta, en que el alma tiembla en mis- Museo de Pinturas de Sevilla. — Edición de
terioso anhelo», y concluye su viaje con una la Comisaria Regia del Turismo.
visita a Covadonga, justo homenaje tributado Cumpliendo sus fines de divulgación de
a Pelayo, aquel jefe insigne que «enarboló nuestra considerable riqueza artística, aumen-
dos banderas, la de la patria y la de la re- ta la Comisaría Regia del Turismo su colección
ligión, y en la afirmación de est is dos ideas con los tomitos XVII, XVIII y XIX, dedicados a
está quizá toda la razón del triunfo, pues para los lugares de arte que indica el encabeza-
que un imperio humano subsista, es preciso miento de estas líneas.
168 ARTK ESPAÑOL
Las cuarenta y ocho preciosas ilustraciones suelen ser el peligroso escollo donde naufra-
van acompañadas por texto explicativo de los gan los arqueólogos más expertos.
Sres. Gómez Moreno y Gestoso. El tema de por sí es altamente sugestivo,
El ilustre académico y catedrático de Ar- puesto que entre las varias reivindicaciones
queología árabe se ocupa de la Alhambra y modernas de nuestra historia artística, ninguna
del Valladolid monumental y artístico con la tan resonante y definitiva como esta de la
sabiduría y precisión en él características. gran escultura castellana de los siglos XVI
En cuanto al Museo de Pinturas de Sevilla, y XVII, hoy objeto de continua loa en España
hállase perfectamente estudiado por D. José y el extranjero.
Gestoso, advirtiéndose la considerable impor- En este segundo cuaderno ocúpase el autor
tancia de este Museo local, que, sin exagera- de Berruguete, Juan de Juní y Esteban Jordán,
ción, podría envanecer a cualquier país por la analizando sus obras, conservadas en diferen-
cantidad y calidad de obras maestras en él tes localidades españolas.
contenidas.
* * * * * *
Los toros de Guisando y el convento de Jeróni-
Hojas y flores (rimas diversas), por Francisco mos, por M. de Asúa.
de P. Ureña.
De cuidada presentación y acompañado de
Lleva este volumen de versos un prólogo interesantes notas gráficas, resulta sumamente
del ilustre D. Francisco Rodríguez Marín, que curioso este estudio del Sr. Asúa, ya conocido
encomia la corrección y profundidad de sus entre los aficionados a cuestiones arqueológi-
clásicas estrofas, entre las que sobresalen una cas y artísticas, como un cultivador de esas
oda premiada en Sevilla y cierta feliz imitación difíciles investigaciones, acrecentando el inte-
del famoso y antològics madrigal de Gutierre rés del asunto los recuerdos históricos de
de Cetina. aquel lugar, donde celebróse el histórico pacto
* * * que declaró heredera del trono de Castilla a
la después gran Reina Isabel la Católica.
La obra de los maestros de la escultura valli- El Sr. Asúa divide su trabajo en dos partes
soletana, por Juan Agapito y Revilla. principales: la primera se refiere a los antiguos
toros, procurando establecer su origen y de-
Entre los muchos investigadores minuciosos clarándose contrario a la opinión, general-
y documentados que poco a poco van descu- mente admitida, que atribuye dichas toscas
briendo o estudiando nuestra riqueza artística esculturas a ios romanos.
se cuenta el erudito escritor de quien nos La segunda hállase dedicada por el autor a
ocupamos en estas líneas. «Papeletas razona- un breve estudio del antiguo convento de Gui-
das para un catálogo» llama el mismo autor a sando, perteneciente a los monjes Jerónimos,
su obra y, efectivamente, resulta cada uno de que adoptaron para blasón del monasterio la
sus interesantes apuntes un completo estudio figura de esas mismas piedras, groseras imita-
del retablo o escultura, objetos de la investi- ciones de toros, tal vez como resto de antiquí-
gación y comentario. simas y oscuras simbologías que representa-
Además, como mérito especial del Sr. Agapi- ban por medio de animales toda fuerza y fenó-
to y Revilla, conviene señalar la depuración y meno capaz de sorprender a sus primitivas
severidad de su crítica, ajena en absoluto a inteligencias.
fantasías e interpretaciones caprichosas que ENRIQUE DE LEGUINA JUÁREZ.
U d II
Excmos. Sres. D. Francisco Belda. Sr. D. Manuel Bolín.
Marqués de Alella. Biblioteca del Senado.
Conde de Cliurruca. Sr. D. José Luque y Leal.
Marqués de la Almúnia. Excmo. Sr. D. Juan Cisneros.
Conde de Atarés. Sr. D.a Luis Hurtado de Amézaga.
Conde de Urquijo. Sra. D. María Calbé de Béjar.
D. Carlos Prast. Sr. D. Vicente Castañeda y Alcover.
Conde de Erices. Excmo. Sr. Marqués de Arrunce de Ibarra.
Marqués de Muñiz. limo. Sr. D. Manuel de Cossío y Gómez-Acebo.
Marqués de Figueroa. • Sres. D. Pablo Rafael Ramos.
D. Antonio Cánovas del Castillo. D. Pedro Vindel Angulo.
Duque de Villahermosa. D. Pedro del Castillo Olivares.
D. Isidoro de Urzaiz y Salazar. D. Francisco Cadenas.
D. Juan de la Cierva y Peñafiel. D. Francisco Martínez y Martínez.
Sr. D. Luis Garcia Guijarro. Excmo. Sr. Conde de Peña-Ramiro.
Excmos Sres. Marqués de Villa-Urrutia. Sr. D. Enrique des Allimes.
Marqués de San Juan de Piedras Albas. Sres. Marqués de Lainbertze Gerbeviller.
Marqués de Someruelos. Marqués de Monteflorido.
Excina. Sra. Marquesa de Silvela. Conde de Sert.
D. Melchor García Moreno.
Excmo. Sr. Marqués de Valdeiglesias. Excmos. Sres. Obispo de Madrid.
Sres D. Herberto Weissberger. Barón de Güell.
D. José María de Valdenebro y Cisneros. Barón de Champourcin.
D. José Sert. Sr. D. Ensebio López D. de Quijano.
D. E. Pérez de la Riva. Excmo. Sr. Marqués de Villamejor.
D. Fernando Loring. Sres. D. Luis Pérez Bueno.
D. José M. Florit.
D. Manuel Benedito. D. Juan Martínez de la Vega y Zegrí.
Excmo. Sr. D. José Sánchez-Guerra Martínez. D. Jacobo Laan.
Sra. Condesa de Cartayna. D. José Gálvez Ginachero.
Sres Marqués de Torralba. Excmo. Sr. Marqués de Casa-Torres.
D. Félix Rodríguez Rojas. Sr. D. G. van Dulkeu. .
Excma. Sra. Marquesa Viuda de Casa-Torre. Excmo. Sr. Duque de Veragua.
Sres D. Carlos Corbí y Orellana. Sr. D.a Eduardo Careaga.
D. Salvador Álvarez Net. » Sra. D. Luisa Mayo de Amezua.
D. Enrique Nagel Disdíer. Sr. D. a Antonio de Gandarillas Estrada.
Excina. Sra. Duquesa de Santa Elena. Excma. Sra. D.a Amelia Romea de Laiglesia.
Ilmo. Sr. D. José Garnelo y Alda. Sra. D. Rosario González de Laiglesia.
Sres D. Juan Bruguera y Bruguera. Sres. D. Eduardo de Laiglesia.
D. Raimundo Fernández Villaverde. D. Francisco Garcia Belenguer.
Excmos. Sres. Marqués de la Scalá. D. José Alvarez Net.
D. José Moreno Carbonero. Excmo. Sr. Marqués de Montesa.
Marqués de Jura-Real. Sr. D. Fernando Alvarez Sotomayor.
D. Mariano Benllíure. Excmo. Sr. D. Aniceto Marinas.
D. Luis de la Peña y Braña.
D. Jorge Silvela. Sr. Marqués de Victoria de las Tunas.
Conde de Cedillo. Excmo. Sr. D. Lorenzo Ortiz-Cañavate.
Marqués de Olivares. Sr. Conde de Artaza.
Sres. D. Joaquín Ezquerra del Bayo. Excmos . Sres Barón Juan de Gagem.
D. José Antonio Gomis. D. Luis Silvela.
Matéu, Hermanos.
Biblioteca del Real Palacio. Sres. Marqués de la Calzada de la Roca.
Excmas. Sras. Marquesa de Pidal. Conde de Poleutinos.
D.a Antonia Santos Suárez. D. José María de Cortejarena.
a
D.a Catalina Pérez de la Ríva. Sra. D. Emilia Arana.
D.a Dolores (turbe de Béistegui. Excmos, Sres D. Tomás Allende.
Condesa del Rincón. Marqués de Hoyos.
Excmo. Sr. D. Joaquín Herrero. Excma. Sra. Condesa de Vía-Manuel.
Excma. Sra. Duquesa de Pinohermoso. Sres D. Antonio Ortiz Echagüe.
Sres.. D. Simón Castel Sáenz. D. Rogelio Gordón.
D. Luis Martínez y Vargas Machuca. D. Ramón Diez de Rivera.
D. Juan Pérez Gil. D. Felipe Abarzuza.
D. Rafael Brau Martínez.
limo. Sr. D. Pelayo Quintero. D. Evaristo Sainz Sagaseta.
Sres.. D. José María Navas. Excmos. Sres. Marqués de Ariaño.
D. Luciano Villárs. Marqués de Cenia.
Excmo. Sr. D. Francisco Travesedo y Fernández Ca- Sr. D. Federico de Madrazo.
sariego. Sres. Barón de Wedel.
Excma. Sra. Duquesa de Medinaceli. Excmos
Sr. D. Alberto Salzedo. Conde de la Granja. ^
Excmos, Sres.. D. Miguel Blay. Duque de Plasència.
Duque de Parcent. D. Senéu Cánido.
Excma. Sra. Marquesa de Villavieja. Sres. D. Francisco Fariña Guitián.
Excmos . Sres,. Marqués de Laurencín. Marqués de Saltillo.
D. Mauricio López-Roberts. Excmo. Sr. Conde de Maceda.
Sr. D. Gabriel Molina. Biblioteca del Museo de Arte Moderno.
Excmos , Sres,. Marqués de Cabiedes. Sr. D. Ángel Picardo y Blázquez.
Marqués de Bírón. Real Círculo Artístico de Barcelona.
Sres. Dr. Bandelac de Pariente. Sres. D. José Cuesta Martínez.
D. Ramón Flórez. D. Gabriel Palència.
D. Miguel de Mérida. D. Eduardo Ortiz de la Torre.
D. Dionisio Fernández Sampelayo. D. Ricardo Meléndez.
Conde del Real Aprecio. D. José Cru/...
Marqués de San Francisco. Sra. D.a Fernanda Morenes, viuda de López de
Excmo. Sr. D. Gonzalo Bilbao. Ayala.
Museo del Greco. Excmo. Sr. D. Félix Schlayer.
Sres. D. Antonio Fernández de Castro. Sra. D.a Isabel Bernabéu de Zuazo.
D. Juan Coll. Sres. D. Agustín G. de Amezua.
D. José Rosales. Conde de Villamonte.
D. José Sánchez Garrigós. D. Platón Páramo.
D. Clemente Miralles de Imperial. D. José María García de los Ríos.
D. Alfonso Ortiz de la Torre. D. Enrique Pacheco y de Leyva.
Sra. D.a Inés Luna Terrero. D. Ildefonso Martí.
Excmo. Sr. Vizconde de Béllver. Sra. D.a Pilar Huguet.
Sres. D. Nicolás de Alós. Sres. D. Federico Echevarría.
Excmo. Sr. D. Gregorio Marañón. D.José Guillén Sol.
Sres. D. Domingo Villar Grangel. D. Juan Juste.
D. Fernando Bascaran. D. Ricardo Power.
Excmo. Sr Marqués de Castel-Bravo. D. Lorenzo Albarrán.
Sra. D.a Carmen Luque de Gobart. García Rico y Compañía
Sres. D. Luis E. Laredo Ledesma. Gran Peña.
D. Luis Pérez del Pulgar. Excmos. Sres. Marqués de Malferit.
D. Justo Ruiz Luna. D. Luis Palomo.
D. José del Portillo y Valcárcel. Sres. D. Juan Manuel Torroba.
D. Salvador Aspiazu e Imbert. D. Eugenio Tero!.
D. Ignacio Soler y Damiáns. Excmos. Sres. D. Alfredo de Zavala.
D. Hugo Scherer. Marqués de Villalobar.
D. Julián Zuazo y Palacios. The Art Institut of Chicago.
D. Juan Jiménez de Aguilar. Sres. D. Antonio Gabriel Rodríguez.
D. Ángel Pulido Martín. D. Nicolás María Gil e Iturriaga. •
Excmo. Sr. D. José de Baeza. Mr. James H. Hyde.
Sres. D. Diego Benjumea. Sres. D. Miguel Ángel Conradi.
D. Miguel Gómez Acebo. D. Félix Labat.
D. José Peñuelas. D. Eduardo Hugas.
Excmo. Sr. - Conde de Esteban Collantes. D. Julio Larrinaga.
Excma. Sra. Marquesa de Urquijo. D. Antonio Marichalar.
Excmos. Sres. Marqués de UrquijO. D. Vicente Blasco Ibáñez.
Vizconde de Eza. D. Santiago Marco Urrutia.
Sr. D. Aníbal Gonzále : Alvarez-Osorio. D. Vicente Muntadas y Rovira.
Excmos. Sres; D. José Pinelo Llu.l. D. Carlos Lauffer.
Barón de Yecla. D. Cecilio Plá.
Sres. D. Toribio Caceres de la Torre. Excmos. Sres. D. Francisco Rodríguez Marín.
D. José Luis Londaiz. Conde de Aguiar.
D. Alberto de Aznar. Conde de Gimeno.
D. Pedro Sangínés. Duque de Santa Lucía.
Excmo. Sr. D. Florestán Aguilar. Museo Nacional de Artes Industríales.
Sres. D. Ruy M. d'Alburquerque. Sra. Viuda de García Palència.
D. Bernardo Quijano Basterrechea. Sres. D. Leonardo Dangers.
D. José María Monserrat. D. Valentín Sánchez de Toledo.
D. Alfonso Macaya. D. Rafael Domènech.
D. José María Chacón y Calvo. D. Guillermo Brockmann.
D. Juan Zuloaga. D. Enrique Casal.
D. Fernando Trenor Palavicino. D.José Fernández Alvarado.
Excmo. Sr. Barón de Alacuas. D. Ricardo Bajo Delgado.
Sres. D. Emilio Solaz. D. Pascual Luxán y Zatay.
D. Eduardo Lucas Moreno. D. Manuel Oliver Estrada.
Dr. Decref. D. Julio Varela.
Exento. Sr. D. Pedro Poggio. D. Miguel Martínez de Piníllos.
Sra. D." Julia Helena A. de Martínez de Hoz. D. Francisco Patero.
Excma. Sra. Marquesa V. de Aulencía. D. Luis Picardo y Blázquez.
Sra. D.a Carmen Suárez de Ortiz. D. Miguel Duran Salgado y Loriga.
Sres. D. Juan López Suárez. D. Julio Garcia Condoy.
D. Germán Bemberg. D. Gregorio Prieto.
Excmo. Sr. Conde de Pries. D. Francisco J. Sánchez Cantón.
Sra. D.* Carmen Fernández de Navarrete. Excmos. Sres. Marqués de Castellanos.
Sres. D. Lorenzo Pérez Temprado. Duque de Miranda.
D. Baltasar Cuartero. Sres. D. Vicente Zumel.
D. Francisco Beltrán y de Torres. D. Raimundo Ruiz y Ruiz.
Ayuntamiento de Avila. Excmos. Sres. D. Ignacio Suárez Somonte.
Excmo. Sr. D. Elias Tormo. Marqués del Riscal.
Sxa. D." Asunción Cortés. Sres. D. Marcelo Bernabéu de Yeste.
sTes. D. Joaquín de Ciria y Vinent. D. Julio Cavestany y de Anduaga.
D. Juan Allendesalazar. D. José María de Escoriaza.
Sra. D.a Eulalia de Urcola. Excmo. Sr. Vizconde de Escoriaza.
Excmo. Sr. Conde de Revilla. Sres. D. Ricardo Torres Reina.
Sres. D. Salvador Ortiz y Cabana. D. José Domínguez Carrascal.
D. Anselmo Villacieros Benito. Excmo. Sr. D. Javier García de Leániz.
Princesa Max Hohenlohe Langeuburg. Sres. D. José Sangínés.
D. Antonio Díaz Uranga. D. Jaime Verástegui.
D. Gabriel Ochoa Blanco. D. Francisco Barnés.
Excma. Sra. Baronesa de la Linde. Sras. D.a María Cardona.
Excmo. Sr. Conde del Venadito. D.a Consuelo de Michaud.
Sres. D. Adolfo Vallespinosa. Sres. D. Guillermo Michaud.
D. José Diez de Rivera. D. Hugo Obermaier.
Excmo. Sr. Marqués de la Vega de Anzó. Excmos. Sres. D. Abílio Calderón.
Sr. D. Manuel Prast. . D. Carlos de las Heras.
Excmo. Sr. Conde de Sallent. Sr. D. Enrique de Nárdiz.