Procesos Neurolingüísticos

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1.

Introducción

Desde los orígenes de la neuropsicología, el lenguaje ha venido gozando de un estatus


privilegiado dentro del campo. Esta situación se sigue manteniendo debido, en parte, a
que la lingüística moderna ha contribuido enormemente a la denominada “revolución
cognitiva”, y a que, en la última década, la neuropsicología ha adoptado el paradigma de
la psicología cognitiva y del procesamiento de la información. Convencionalmente, el
lenguaje es percibido como un instrumento de comunicación para relacionarse en una
sociedad. La importancia del lenguaje va más allá de la función comunicativa que dicho
proceso garantiza. Desde esta perspectiva, el lenguaje es un proceso complejo que
desempeña otras funciones. El lenguaje no solo permite la comunicación, sino que,
además, influye en el desarrollo de otros procesos psicológicos al ser considerado como
el principal mediatizador de las funciones psicológicas superiores. El lenguaje, por tanto,
regula la conducta y actividad del niño garantiza y permite la transmisión y asimilación
de conocimientos.

La neurolingüística es el estudio, basado en la lingüística moderna

Dentro de la actividad verbal es posible identificar de formas esenciales, la actividad


productiva (producción del lenguaje) y la actividad impresiva (compresión del lenguaje).
La actividad productiva es un proceso complejo que incluye una serie de componentes
para llevarse a cabo. Ésta incluye la pronunciación de los sonidos del lenguaje y de
articulaciones, formando la base de la audición fonética. Al mismo tiempo, las
articulaciones de los sonidos participan activamente en la formación de la misma.
Además, la pronunciación de los sonidos del del lenguaje requiere una motricidad.

La compresión no es posible sin el funcionamiento adecuado del análisis y síntesis


de los sonidos verbales de cada lengua en particular, sin la codificación analítica y verbal.
Por su parte, el lenguaje interno participa en el proceso de la pronunciación de la palabra
a la de una frase y, posteriormente, a una idea completa.

En la neuropsicología, las alteraciones en el lenguaje se relacionan con el desarrollo


funcional debilitado en uno o más de los factores neuropsicológicos. Éstos constituyen el
resultado del trabajo de una u otra estructura cortical altamente especializada (Luria,
1995; Quintanar y Solovieva, 2002).

El cerebro humano consta de dos hemisferios cerebrales: el izquierdo y el derecho,


conectados por el cuerpo calloso. La superficie de ambos hemisferios cerebrales presenta
una serie de cisuras y surcos que lo dividen en lóbulos y circunvoluciones. Las principales
cisuras son la de Silvio (situada entre el lóbulo frontal y temporal) y cisura de Rolando
(situada entre el lóbulo frontal y parietal). Éstas están consideradas como la base
anatómica primaria para dividir el cerebro en cuatro lóbulos:

 Lóbulo Frontal: encargado de las principales áreas relacionadas con el lenguaje


(área de Broca), la atención, las funciones ejecutivas, etc.
 Lóbulo Temporal: se encuentran las áreas auditivas, que son las encargadas
de la compresión de las palabras habladas (área de Wernicke).
 Lóbulo Parietal: es el encargado de las percepciones sensoriales.
 Lóbulo Occipital: es el que se encarga de los principales aspectos relacionados
con la visión.

Cisura de Ronaldo

Cisura de Silvio

Figura 1: Lóbulos cerebrales y sus funciones

Fuente: http://bit.ly/1hMpeyy.

El maestro proyecta clase a clase cómo llevar a cabo el proceso de enseñanza-aprendizaje


recurriendo a estrategias de enseñanza, que son técnicas o actividades sistematizadas
destinadas a generar conocimiento y que coadyuvan a procesar y asimilar información
promoviendo el aprendizaje.

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