El Payaso Risitas

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El payaso risitas

Había una vez un payaso que no sabía reír y además cuando salía
en el circo tampoco hacía gracia a los niños que iban a verlo.

El payaso estaba muy triste (Poner cara triste, apretando labios


suavemente y entornando los ojos). Pero un dio cuando estaba
medio dormido y pensando qué hacer para no estar triste y hacer
reír a los demás, apareció su hada madrina, y le preguntó:
- ¿Qué te pasa?.
- Pues que cuando salgo al circo y hago la función, nadie se ríe.
Vamos, no me río ni yo. Mira no se me mueve ninguna parte de mi
cara, ni puedo levantar ni brazos ni pies, de triste que estoy.
- Bueno esto se va a solucionar muy pronto.
Entonces, sacó su varita mágica, y dijo unas palabras:
- Pata tááá pata tííí todo el mundo a reír. (Repetir).
- ¿Ya está?, preguntó el payaso.
- Ya está,- le contestó -; en la próxima función, lo veremos.

Pero antes tengo que comprobar si tienes preparado la cara y todo


el cuerpo para hacer reír a la gente. Tienes que moverlo todo, y
entonces seguro que harás reír a todos y tú también te reirás y
estarás alegre. Yo te acompañaré.
(Los niños acompañan todos los movimientos para ayudar al
payaso).

Y así lo hizo: (Empezó a mover los ojos, abriendo y cerrando


los dos a la vez, uno y otro alternando).
(Luego continúo con los labios, haciendo pedorretas,
juntándolos y separándolos sin hacer y después haciendo
ruido, poniéndolo uno encima de otro, poniéndose serio y con
sonrisa).

El payaso, cada vez se iba poniendo más contento, porque cada


vez movía más y mejor las partes de la cara.
Siguió con la lengua (moviéndola de un lado para otro, de arriba
a abajo, intentando tocar la nariz, dentro y fuera, paseándola
por los dientes, rápido y lento).
Después hizo como si fuese a inflar un globo (tomaba aire por la
nariz y soplaba suave por la boca, después más fuerte para
inflarlo mejor, incluso soplaba tres veces seguidas).

Todo iba saliendo muy bien y seguía más animado.


(Luego empezó a repetir palabras acompañado de palmadas:
pa-lo, pa-ta-ta, so-pa, mo-no, ca-fé, si-lla, ven-ta-na, ni-ño,
pozo, de-do,...
-
Siguió diciendo expresiones inventándose diferentes ritmos:
ooooeeeee, hooolaaa, hola holaaaa., aíi, aíiiíí, aíiíí, eoo, eoo
eooooo)
Cuando el payaso vio que todo le había salido estupendamente
sonrió y le dio las gracias a su hada madrina, y se despidió de ella:
- ¡Adiós, adiós, muchas gracias!.
Entonces el payaso actuó al día siguiente y mucho más días, y
todos reían con las cosas que hacía (jajaja ja, jejejeje, jijijíji,
jojojojojo, jujujuju)

Nunca más estuvo triste, y siempre estaba alegre y riendo.


Desde entonces le llamaban el payaso risitas.
Por eso siempre debemos intentar estar alegres y contentos,
para que los demás también lo estén.

Colorín, colorado,....

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