Apocalipsis 3 - Sardis (Tema 87)
Apocalipsis 3 - Sardis (Tema 87)
Apocalipsis 3 - Sardis (Tema 87)
En la antigüedad Sardis era una de las ciudades más prestigiosas del mundo. Pero en el año 546 a.C. cayó en
manos de Ciro el persa, quien tomó la ciudad sin mayores esfuerzos porque sus puertas estaban abiertas y
sin vigilancia. Los moradores de Sardis estaban distraídos con su riqueza y bienestar.
Más tarde, Sardis se convirtió en un monumento polvoriento de su glorioso pasado. Esta ciudad tuvo que
pagar un penoso precio por su falta de vigilancia y experimentó realmente una historia trágica de decadencia.
Todo el mensaje apela a que esta iglesia regrese a su pasado de verdadera fe. Jesús le implora “Acuérdate,
pues, de lo que has recibido y oído; y guárdalo, y arrepiéntete.” Apocalipsis 3:3.
Recordemos las épocas de la iglesia Cristiana que ya hemos analizado en los anteriores temas.
• Pérgamo (313 a 538) era la iglesia popular que se unió con el Imperio Romano cometiendo la
“fornicación apocalíptica” al unirse la Iglesia (religión) con el Estado (política), y comenzó a absorber
el paganismo, mezclándolo con el Cristianismo.
• Tiatira (538 a 1798) eraprincipalmentelaiglesia apóstata del Vaticano, que nació simbólicamente
como “hijo”, de la “fornicación apocalíptica” cometido durante la época de Pérgamo, y que recibió
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el “tiempo” profético de 1260 días/años para arrepentirse. Pero tal como la reina “Jezabel” de la
antigüedad, que no se arrepintió, a pesar de los 1260 días sin lluvia que recibió junto a esposo Acab,
¡tampoco “Tiatira” se arrepintió! Como vimos, ésta iglesia tuvo dos fases. La primera fase abarcó de
538 d.C. a 1517 d.C. Y su segunda fase, de la Reforma Protestante, que era algo “mejor”, abarcó de
1517 d.C. a 1798 d.C. Pero aun así, “sus hijos”, de la segunda fase, fueron heridos “de muerte”, porque
siguieron el ejemplo de su “madre” al cometer la misma “fornicación apocalíptica”, convirtiéndose
en sus “hijas rameras”. Ap. 2:23; Ap. 17:1, 2, 5.
En este tema analizamos a Sardis (1517 a 1798) que representa la iglesia de la Reforma, siendo la segunda
fase de “Tiatira”. Aquella iglesia, de la cual Cristo dijo, “a sus hijos heriré de muerte” (Ap. 2:23), y que
ahora es descrita con palabras similares: “tienes nombre de que vives, y estás muerto”. Apocalipsis 3:1.
Su primera fase experimentó al inicio del movimiento de la Reforma Protestante, en el cual el Cristianismo
volvió a sus fuentes. En esa fase inicial reinaba la búsqueda de la verdad, y el mensaje original de la Biblia fue
redescubierto. De esta manera “Sardis” estaba simbólicamente en una posición elevada.
¡Lo primero que Jesús resalta de esta iglesia es su buena condición inicial,
pues tenía fama (“nombre”) de estar viva!
• Pero entonces ocurrió algo parecido a lo que sucedió en la época de la iglesia apostólica, de “Efeso”,
que comenzó tan bien, pero se alejó del “primer amor” y empeoró drásticamente en su condición
espiritual. Recuerde Apoc. 2:4, 5 y el tema número 82.
Después de este gran reavivamiento espiritual vino la trágica muerte espiritual, acompañada por la
decadencia y la apostasía. La condición de “Sardis” se estancó en su autosuficiencia. Recuerde la topografía
de la ciudad de Sardis. En su segunda fase experimentó la decadencia cuando ya no estaba en la altura sino
en las pendientes y en los valles inferiores.
Dios envió a esta iglesia una seria advertencia de volver atrás, tal como lo había hecho con la iglesia de
“Efeso”. Ap. 2:4, 5.
Es importante saber que ¡ninguna mujer nace ramera! Una prostituta no nace ramera, sino se convierte
en una, al ser infiel a su marido y tener relaciones prohibidas. Tal como la Iglesia “madre” inicialmente no
era una ramera, pero se convirtió en una, al cometer la “fornicación apocalíptica” uniéndose al estado, así
también las iglesias “hijas” que salieron de ella, no eran inicialmente rameras, pero se convirtieron luego
en unas, al cometer la misma infidelidad hacia Dios, uniéndose con los poderes temporales, “fornicando
con los reyes de la tierra”. Ap. 17:1-5.
De esta manera, las grandes iglesias protestantes del inicio de la Reforma llegaron a ser poderosas
instituciones, siguiendo el ejemplo católico del Vaticano. El fruto fueron intolerancia y persecución contra
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católicos. Calvino puso al erudito “Miguel de Servet” en la hoguera, cometiendo de esta manera el mismo
tipo de crimen que la Iglesia Católica Romana acostumbrada realizar. También Lutero se llenó de odio contra
los católicos y los judíos y quería exterminar a los que no seguían su propio ejemplo.
Así que el protestantismo hizo una heroica contribución inicial, pero la Europa Protestante llegó a ser muy
diferente de lo que los Reformadores se imaginaron. Algunos de sus intelectuales se volvieron racionalistas
y llegaron a negar la resurrección e incluso la segunda venida de Cristo. De esta manera introdujeron un
periodo oscuro conocido paradójicamente como “Ilustración” o “Iluminismo” (Aufklärung en alemán). Fue
un movimiento que apareció especialmente en Alemania durante el siglo XVIII. Karl Barth lo caracterizó
como un “sistema fundado sobre la fe en la omnipotencia de la capacidad humana”. Afirmado sobre lo
confiable de la razón, rechazó tanto la revelación sobrenatural como la pecaminosidad humana.
Qué pena que no se acordaron, según el llamado insistente de Jesús, cuando imploró: “Sé vigilante, y
afirma las otras cosas que están para morir; porque no he hallado tus obras perfectas delante de
Dios. Acuérdate, pues, de lo que has recibido y oído; y guárdalo, y arrepiéntete. Pues si no velas,
vendré sobre ti como ladrón, y no sabrás a qué hora vendré sobre ti.” Apocalipsis 3:2, 3.
Cristo procuró despertar a su Iglesia en su condición miserable. Pero a pesar de los ruegos de ser vigilante,
de afirmar las otras cosas, de acordarse, de guardar lo recibido y de arrepentirse, la Iglesia no siguió en la
luz progresiva de la reforma, sino se escondió en sus “riquezas” y “comodidades” temporales, tal como los
antiguos pobladores de Sardis lo habían hecho.
• La historia se repitió una vez más. ¡La Iglesia dejó de velar y los guardias se durmieron!
El protestantismo de la Reforma se libró parcialmente de los errores y de las tradiciones de Roma papal
volviendo más a la luz de las enseñanzas de la palabra de Dios.
• De esta manera volvieron a muchos principios bíblicos rechazando por ejemplo: el bautismo infantil,
el celibato, la prohibición de la lectura, tenencia y traducción de la Biblia, la salvación por obras, la
compra del perdón con dinero, la infalibilidad papal, la mediación de santos muertos, la veneración
de la virgen María, la adoración de imágenes, la transubstanciación de la hostia, la confesión a otros
seres humanos, el latín como idioma religioso, el concepto que fuera de la ICR no hay salvación, etc.
• Pero desafortunadamente se quedaron con algunos errores fundamentales, como ser la doctrina
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de la inmortalidad del alma (que es la base del espiritismo), el pagano “día del sol” camuflado como
día de descanso cristiano, el alcohol en “la santa cena” (antes “misa”), los diez mandamientos
cambiados del Catecismo, la unificación de Iglesia (religión) y Estado (política) que es la “fornicación
apocalíptica” con sus consecuentes persecuciones (Apocalipsis 17:1-6), etc.
Tal como en todas las demás épocas de la iglesia cristiana anteriores a “Sardis”, ésta también tenía “unas
pocas personas” fieles a los principios de Dios. Cristo dice acerca de ellos que “no han manchado sus
vestiduras”. Así que aun en esta época difícil de la Iglesia había una minoría que se mantuvo fiel a Dios
y apartado de la corrupción y del estancamiento espiritual. Es importante mencionar que a lo largo de la
historia de este mundo, Dios siempre tuvo un remanente fiel. Recuerde por ejemplo Set, los constructores
del templo en la época de Esdras y Nehemías, Abraham, Isaac, Jacob, José, los discípulos de Elías o Daniel y
sus tres amigos, etc.
He aquí unos ejemplos de los fieles hijos de Dios durante la época histórica de “Sardis”. Cito del libro
“Apocalipsis: sus revelaciones” de C. Mervyn Maxwell, ACES, año 1991, págs.128-130.
Los luteranos tuvieron a una buena cantidad de
ellos. Paul Gerhardt (1607-1676) escribió una serie
de himnos profundamente espirituales, que aún
se cantan en muchas iglesias, incluso el famoso
“Rostro Divino”. Jorge Federico Haendel (1685-1759),
compuso el “Mesías”. Johann Sebastian Bach (1685-
1750) enriqueció con su música la adoración de todo
el mundo occidental. Johannes Bengel (1687-1752)
escribió un notable comentario acerca del Nuevo
Testamento.
No queremos pasar por alto a George Fox (1624-1691),
el amante fundador de la iglesia de los cuáqueros. Ni a
John Bunyan (1628-1688), el bautista que ha inspirado
a multitud de cristianos con su obra El Peregrino y
también con su Gracia Abundante. O a Dorothy Traske
(fallecida alrededor de 1640), que pasó 16 anos en
prisión porque amaba el sábado, el día de reposo de
nuestro Señor Jesucristo.
• “Sardis” recibió “vestiduras blancas”, relacionado a la fiesta y celebración de la boda del cordero. Ap.
3:4, 5
En la primera parte del versículo cinco, Jesús inicia la descripción de las promesas al vencedor, diciendo: “El
que venciere será vestido de vestiduras blancas...” Apocalipsis 3:5.
Los fieles hijos de Dios con sus “vestiduras blancas” de la época de “Sardis” serán parte de la “gran multitud”
de redimidos, de la cual podemos leer más adelante en el Apocalipsis:
“Después de esto miré, y he aquí una gran multitud, la cual nadie podía contar, de todas naciones
y tribus y pueblos y lenguas, que estaban delante del trono y en la presencia del Cordero, vestidos
de ropas blancas, y con palmas en las manos; y clamaban a gran voz, diciendo: La salvación
pertenece a nuestro Dios que está sentado en el trono, y al Cordero.” Apocalipsis 7:9, 10.
“Gocémonos y alegrémonos y démosle gloria; porque han llegado las bodas del Cordero, y su
esposa se ha preparado. Y a ella se le ha concedido que se vista de lino fino, limpio y resplandeciente;
porque el lino fino es las acciones justas de los santos.” Apocalipsis 19:7, 8.
Este “lino fino, limpio y resplandeciente” representa “las acciones justas de los santos”. Todos los salvos
habrán sido finalmente justificados por Dios y la sangre del cordero. Y el versículo los describe como “los
santos”. Acerca de “los santos” la palabra de Dios resalta su fiel obediencia hacia sus diez mandamientos,
diciendo: “Aquí está la paciencia de los santos, los que guardan los mandamientos de Dios y la fe
de Jesús.” Apocalipsis 14:12.
La palabra de Dios enseña que el fuego del infierno no fue preparado para los seres humanos sino “para
el diablo y sus ángeles”. Mateo 25:41. Pero si el ser humano no se arrepiente de sus pecados y se une
conscientemente a la rebelión de desobediencia y transgresión del diablo, y no arregla sus cuentas con Dios
y con el prójimo, entonces se perderá lastimosamente y tendrá que ser castigado también en el infierno, que
fue “preparado para el diablo y sus ángeles”.
¡Para el vencedor su nombre NO será borrado pero sus pecados SI lo serán! Eso es lo que nos enseñan las
Sagradas Escrituras con claridad. Dios dice “Al que haya pecado contra mí, lo borraré de mi libro.”
Éxodo 32:33. “Así que, arrepentíos y convertíos, para que sean borrados vuestros pecados...”
Hechos 3:19. Nuestro maravilloso, justo y misericordioso Dios no recordará durante el juicio los pecados que
fueron perdonados y por lo tanto borrados. Vea también Hebreos 8:12; Miqueas 7:18, 19.
Algo tendrá que ser borrado definitivamente. Solo hay dos opciones:
¡o nuestro pecado o nuestro nombre debe ser borrado de los registros
celestiales!
La promesa al vencedor culmina con la última parte del versículo cinco al decir Jesús “… y confesaré su
nombre delante de mi Padre, y delante de sus ángeles.” Apocalipsis 3:5.
¡Ahora es el tiempo de salvación! ¡Ahora es el tiempo de arrepentirnos y reconciliarnos con Dios para ser
salvos! “El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias.” Apocalipsis 3:6.