Aprendiendo Como Hacer La Evaluacion Grupal
Aprendiendo Como Hacer La Evaluacion Grupal
Aprendiendo Como Hacer La Evaluacion Grupal
, anual de primer curso de licenciatura y a, anual de segundo curso de Licenciatura, ambas con 9 créditos .
1 SANTOS GUERRA, M. A., «20 paradojas de la evaluación del alumnado en la Universidad española», Revista
electrónica interuniversitaria de formación del profesorado, núm. 2, vol. 1 (1999), pág. 5. Véase también SANTOS
GUERRA, M. A., «Evaluar es comprender. De la concepción técnica a la dimensión crítica», Investigación en la
Escuela, núm. 30 (1996), págs. 5-14.
1
La propuesta presentada en este trabajo se contextualiza en una investigación más amplia
sobre procesos colaborativos de enseñanza aprendizaje llevada a cabo,
interdisciplinarmente, por varios profesores de la UAH y otras universidades
internacionales y materializada en dos proyectos de investigación concedidos por la propia
Universidad de Alcalá y la Secretaría de Estado de Universidades e Investigación2. En
concreto las asignaturas en las que se llevó a cabo la investigación fueron las siguientes: en
la licenciatura de Documentación Sistemas de representación y procesamiento automático
del conocimiento (9 créditos) y Técnicas documentales aplicadas a la investigación (9
créditos), y en la licenciatura de Psicopedagogía Dificultades de aprendizaje e intervención
psicopedagógica (6 créditos) y Desarrollo de Programas de Habilidades Sociales (4,5
créditos).
2 Este proyecto Nuevos recursos pedagogicos virtuales para el aprendizaje colaborativo y la construccion social del
conocimiento (PI2004/019) fue financiado en la convocatoria de proyectos precompetitivos durante el curso
2004-2005, por la UAH. Los autores queremos agradecer, asimismo, a la Secretaria de Estado de
Universidades e Investigación, la concesión de una ayuda a cargo del proyecto “Un modelo virtual de aprendizaje
colaborativo para la innovación docente: diseño y edición de un trabajo de curso tutelado”, dentro del Programa de Estudios y
Análisis, destinado a la mejora de la calidad de la enseñanza superior y de la actividad del profesorado
universitario, durante el año 2004-2005.
3 MARCHESI, A. y MARTÍN, E., Calidad de la enseñanza en tiempos de cambio, Madrid, Alianza, 1998.
4 JOHNSON, D. W. y JOHNSON, R., Learning Together and Alone: Cooperative, Competitive and Individualistic Learning,
dimensiones básicas de la igualdad y la mutualidad: DAMON, W. y PHELPS, E., «Critical Distinctions among
Three Approaches to Peer Education», International Journal of Educational Research, núm. 58, vol. 2 (1989), págs.
9-19; MARCHESI, A. y MARTÍN, E., Calidad de la enseñanza en tiempos de cambio…, ob. cit.; y DURÁN, D.; TORRÓ, J.
y VILA, J., Tutoría entre iguals: un mètode d’aprenentatge cooperatiu per a la diversitat, Barcelona, Universidad
Autónoma de Barcelona, 2003. La «igualdad» tiene que ver con el grado de simetría entre los roles
desempeñados por los participantes y la «mutualidad» con el grado de conexión y vinculación mantenido
entre dichos participantes. Las «relaciones tutoriales» se caracterizarían por una relación asimétrica, pudiendo
variar el grado de mutualidad. El «aprendizaje cooperativo» implicaría un alto nivel de simetría y un valor
medio en mutualidad, que dependería de la distribución de responsabilidades, roles y tareas entre los
miembros de un equipo. Por último, el «aprendizaje colaborativo» presenta altos niveles de mutualidad y
simetría, los participantes se encuentran en todo momento en un plano de igualdad. La aportación de
McCarthey y McMahon plantea, desde una perspectiva socioconstructivista, que en la tutoría entre iguales se
mantiene una noción del conocimiento como «transmisión» unidireccional, del tutor al tutorado,
reproduciendo en gran medida el rol tradicional del profesor. Véase MCCARTHEY, S. J. y MCMAHON, S.,
«From Convention to Invention: Three Approaches to Peer Interactions during Writing», en HERTZ
LAZAROWITZ, R. y MILLER, N. (dirs.), Interaction in Cooperative Groups, Cambridge, Cambridge University Press,
1992, págs 17-35. En el «aprendizaje cooperativo» el conocimiento se crea en un sentido multidireccional. Las
relaciones se consideran fluidas y dinámicas y nadie tiene el control de la transmisión de la información. Por
2
- La delimitación de metas u objetivos comunes previamente establecidos.
concretas remitimos a FABRA, M. L., «El trabajo cooperativo: revisión y perspectivas», Aula de Innovación
Educativa, núm. 9 (1992), págs. 5-12; y JOHNSON, D. W.; JOHNSON, R. y HOLUBEC, E., El aprendizaje cooperativo
en el aula, Barcelona, Paidós, 1999. Pueden consultarse también IBORRA, A. e IZQUIERDO, M., «Fomentando
el Aprendizaje Colaborativo en contextos de e-Learning: una experiencia en la Universidad de Alcalá», en I
Congreso Nacional de Psicología y Educación en Tiempos de Cambio, Barcelona, Universidad Autónoma de Barcelona,
2005, págs. 504-510; IZQUIERDO, M., «Nuevas rutas para caminos trazados: una propuesta para diseñar una
experiencia colaborativa de investigación grupal», en MARGALEF, L.; PÉREZ, A.; URQUIZU, C. y
HONDUVILLA, N. (eds.): Experiencias de innovación docente en la Universidad de Alcalá, Alcalá de Henares (Madrid),
Universidad de Alcalá, 2007, págs. 301-320; e IZQUIERDO, M. e IZQUIERDO ARROYO, J. M.,
«Reconceptualización de la práctica docente desde el aprendizaje activo: una propuesta didáctica basada en el
aprendizaje por proyectos y la investigación grupal», en FRÍAS, J. A. y TRAVIESO, C. (eds.), Formación,
investigación y mercado laboral en información y documentación en España y Portugal, Salamanca, Universidad de
Salamanca, 2008, págs. 437-445.
7 JONASEN, D., «El diseño de entornos constructivistas de aprendizaje» y MILLER, L., «La resolución de
problemas en colaboración», ambos en REIGELUTH Ch. M. (ed.), Diseño de la Instrucción: Teorías y Modelos. Parte
I, Madrid: Aula XXI Santillana, 2000, págs. 225-250 y 251-278, respectivamente.
8 SCHANK, D. L.; BERMAN, T. R. y MACPHERSON, K. A., Aprender a través de la práctica, en REIGELUTH Ch. M.
(ed.), Diseño de la Instrucción…, ob. cit., págs. 173-192 (especialmente pág. 183).
3
este tipo de aprendizaje:9 Cooperative Integrated Reading and Composition (CIRC);10 Team Assisted
Individualization (TAI);11 Cooperative Structures (CS);12 Students Teams Achievement Divisions
(STAD);13 Teams-Games Tournaments (TGT);14 Jigsaw;15 Group Investigation;16 Complex
Instruction;17 Academic Controversy;18 Learning Together;19 etc. Los teóricos del aprendizaje
colaborativo han realizado también estudios evaluativos comparando la efectividad de los
distintos tipos de aprendizaje grupal frente al aprendizaje individual.20 Sin embargo, existe
muy poca investigación sobre cómo evaluar el proceso de colaboración y la mayoría de los
estudios se refiere a entornos virtuales para la colaboración eficaz de los grupos.21
En nuestra experiencia intentamos diseñar un sistema holístico de evaluación bajo los
siguientes criterios:
9 Para una revisión más detallada de las técnicas véase DAVIDSON, N., «Cooperative and Collaborative
Learning: an Integrative Perspective», en THOUSAND, J.; VILLA; R. y KEVIN, A. (eds.), Creativity and
Collaborative Learning, Baltimore: Paul H. Brookes Publishing, 1994, págs. 181-195.
10 STEVENS, R. et al., «Cooperative Integrated Reading and Composition: Two Field Experiments», Reading
Instruction: Effects on Student Mathematics Achievement, Attitudes, and Behaviours», Elementary School
Journal, núm. 84, vol. 4 (1984), págs. 409-422.
12 KAGAN, S., Cooperative learning resources for teachers, Riverside (CA), University of California, 1985. Véase
también KAGAN, S., «The Structural Approach to Cooperative Learning», Educational Leadership, núm. 47, vol.
4 (1990), págs. 12-15.
13 SLAVIN, R. E., «Student Teams and Comparison among Equals: Effects on Academic Performance and
Student Attitudes», Journal of Educational Psychology, núm. 70, vol. 4 (1978), págs. 532-538.
14 DEVRIES, D. y EDWARDS, K., «Student Teams and Learning Games: their Effects on Cross-Race and
Press, 1992.
17 COHEN, E., Designing Groupwork: Strategies for the Heterogeneous Classroom, Nueva York, Teachers
4
- Valoración tanto del proceso mismo de aprendizaje (según el ritmo y calidad
de los aprendizajes de los grupos) como de los resultados-productos de ese
aprendizaje. Estos resultados u outputs de aprendizaje, traducidos en
adquisición de conocimientos, destrezas interpersonales y desarrollo
personal, nos llevan a cuestionarnos el propio concepto de evaluación y
adoptar una serie de procedimientos distintos adaptados a los objetivos y
estrategias de una didáctica colaborativa. El proceso es importante porque
permite comprender el acto creativo y social del grupo-alumno para
retroalimentar su actividad y valorar su efectividad. Complementariamente, el
producto es necesario en la medida que garantiza la planificación del proceso,
es decir, asegura que éste tenga una meta definida, unos objetivos
establecidos y unas estrategias para su realización y control.
22 Bajo esta expresión genérica aludimos a toda una nueva variedad de enfoques que preconizan la
importancia de que se evalúen todos los objetivos formativos (conceptos, capacidades, actitudes, valores) a
través de diversos procedimientos. Véase HERRINGTON, J. y HERRINGTON, A., «Evaluación auténtica y
multimedia. ¿De qué manera los estudiantes responden a un modelo de evaluación auténtica?», Higher
Education Research and Development, núm. 17, vol. 3 (1998), págs. 305-322.
5
- Otra cuestión a tener en cuenta es que los procesos de evaluación han de ser
coherentes. Consiguientemente, si intentamos formar y valorar situaciones de
aprendizaje en contextos colaborativos, las evaluaciones de nuestros alumnos
no pueden seguir centrándose en la evaluación individual, priorizando ésta en
una calificación final. Por tanto, la búsqueda de criterios apropiados para la
evaluación del aprendizaje grupal nos lleva a incorporar innovaciones en los
procesos evaluativos: considerando distintos tipos de evaluación (inicial o
diagnóstica, formativa y sumativa), integrando distintas formas
(autoevaluación, coevaluación y heteroevaluación)23 y usando diferentes
instrumentos relacionados, de modo que reflejen información relevante sobre
el logro y avance de los aprendizajes adquiridos: observación (a través de
matrices, registros descriptivos, lista de verificaciones o tablas de
indicadores), portafolios, diarios de clase, entrevistas y cuestionarios, etc.
Tres son las fuentes de evaluación que hemos considerado en nuestra investigación
para valorar una situación de aprendizaje colaborativo: el proceso grupal seguido en los
equipos, el tipo de elaboración del contenido realizado por cada equipo y, por último, el
producto final resultante del trabajo grupal. Este haz de elementos que constituyen una
situación de aprendizaje colaborativo, considerados en su conjunto, son el núcleo desde el
que fundamentaremos nuestra experiencia evaluadora. Para cada uno de ellos diseñaremos
una serie de instrumentos de evaluación, de modo que cada uno nos permita contemplar
un aspecto diferente del aprendizaje en los alumnos. Ello nos ayudará a construir una
visión más completa y coherente del proceso global de construcción de aprendizajes
grupales.
Evaluar el proceso grupal es probablemente la clave para asegurar que realmente el grupo
está actuando como un equipo y que el aprendizaje surge de la construcción global y
coordinada del conocimiento de todos los integrantes. Sin embargo, no es fácil medir todas
y cada una de las complejas habilidades que puede desarrollar un individuo en y con un
grupo o las aptitudes inter/intra grupales. Por otra parte, es más complicado evaluar un
proceso que un producto. Si añadimos, además, que este proceso se da en un contexto
colectivo, que determina la naturaleza de cada una de las acciones que emergen del grupo,
la valoración se hace mucho más difícil en términos de fiabilidad, validez, utilidad y
equilibrio de la evaluación. Del mismo modo, no siempre resulta fácil ni posible medir
todas y cada una de las destrezas que puede desarrollar el individuo/grupo en todas sus
dimensiones. Y esto resulta especialmente complicado a la hora de valorar los contendidos
23 La puesta en práctica de los conceptos de autoevaluación, coevaluación y heteroevaluación son cada vez
más relevantes en el diseño instruccional de los procesos de enseñanza aprendizaje. Esta división atiende a
una categorización según el agente que efectúa o sobre el que recae la evaluación. En la autoevaluación son los
propios alumnos quienes reflexionan y evalúan su propia gestión en los procesos de aprendizaje grupal y los
resultados de los mismos desde pautas formales de autoanálisis. El fin último es que el alumno sea consciente
del objetivo de su evaluación, de su aportación al grupo y al buen funcionamiento de éste y de la influencia
que su juicio pueda tener en la valoración integral de sus propias actuaciones y progresos así como en el logro
final de los objetivos globales del grupo del que forma parte. La coevaluación consiste en la evaluación mutua o
conjunta de los procesos y actividades de cada grupo referidas a las dimensiones estratégicas de procesos
llevados a cabo por los grupos, al desarrollo de los valores colaborativos, al logro de objetivos marcados, a la
valoración de rendimientos y a la revisión de resultados de las distintas actividades llevadas a cabo por cada
uno de los grupos. El concepto de heteroevaluación lleva implícito el agente externo en el enjuiciamiento de la
práctica educativa y en este sentido entra la figura del profesor como profesor y evaluador así como de otros
grupos desde una dinámica intergrupal frente a la valoración intragrupal de la coevaluación.
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actitudinales, ya que una actitud involucra tres tipos de componentes: cognitivos
(conocimientos y creencias), afectivos (sentimientos y preferencias) y conductuales
(declaración de intenciones o acciones manifiestas). Así pues, hace falta una compleja red
de indicadores para evaluar el trabajo en grupo y las destrezas colaborativas de un equipo.
Los siguientes instrumentos de evaluación buscan justamente poder calibrar dicho
proceso grupal: conciencia e identidad de grupo, asignación de roles y reparto de tareas,
desempeños y eficiencia, clima grupal, feedback en términos de aprendizaje, etc.
3. 1. 1. Autorregistros
Nos centramos en tres tipos de cuestionarios para valorar cuatro indicadores importantes:
el grado de cohesión grupal, el tipo de roles asignados por los alumnos, el desempeño de
las funciones de los equipos y el clima existente entre cada uno de éstos.
3. 1. 2. Registros de observación
7
Además de los autorregistros, consideramos necesario también realizar una tarea de
observación del trabajo de los grupos durante las clases presenciales. Para ello,
confeccionamos una sencilla «escala de observación», de modo que nos permitiese
identificar algunas de las variables más relevantes:
GRUPO: ASIGNATURA:
DÍA: HORA:
OBSERVADOR:
PORCENTAJE DE CONDUCTA: 0% 25% 50% 75% 100%
- La comunicación mantenida es fluida
- Están interesados en la tarea
- Tienen en cuenta conocimientos previos
- Controlan el tiempo
- Son capaces de resolver los conflictos por sí
mismos
- Toman decisiones consensuadas
- Interactúan con otros grupos
- La participación se reparte de manera
equilibrada
- Dedican el tiempo a realizar la tarea asignada
en la asignatura
- Toman notas o llevan algún tipo de registro de
la sesión
- Preguntan al profesor cuanto tienen alguna
duda
TABLA I. Escala de observación y variables más relevantes para la valoración interaccional del trabajo en grupo.
Elaboración propia.
El objetivo principal que nos movió a experimentar con técnicas como la de los diarios
grupales o los diarios individuales es el deseo que tenemos de convertir a nuestros alumnos
en estudiantes reflexivos y críticos. De ahí que se hayan valorado, entre otras, competencias
tales como la capacidad de reflexión y el análisis crítico. La función de los diarios es doble.
Para los alumnos constituyen un elemento de reflexión y supervisión respecto a su
progreso en la actividad realizada y la gestión en la dinámica grupal. Para el profesor son
una fuente directa de datos que facilita su tarea de supervisión en cada una de las
actividades del individuo-grupo, así como las de intervención individual-grupal en el caso
8
de que sea necesario y, al mismo tiempo, constituyen un registro para valorar el progreso de
cada individuo-grupo.
Esta técnica de la entrevista le permite al profesor una verbalización directa con el grupo
que le explica su manera de funcionar y «da cuentas» de su desempeño. Es un
procedimiento de evaluación de los procesos grupales que va dirigido a extraer información
cualitativa sobre cuál es el funcionamiento del equipo, qué dificultades tiene, qué están
aprendiendo sus miembros o cómo se sienten en términos de motivación y de interés hacia
la tarea. Igualmente, nos permite contrastar la información extraída por los otros
instrumentos y comentar el proceso de aprendizaje durante el desarrollo del curso. Se
contemplan, al menos, tres entrevistas sobre este tema del funcionamiento grupal. A cada
una de ellas se le ha dado un nombre genérico: «entrevistas de etapa». En ellas se reflexiona
sobre los logros y posibles errores intentando buscar entre todos (grupo y docente)
posibles alternativas que mejoren el rendimiento grupal. Se evalúa el cumplimiento de
compromisos, la eficiencia en la gestión de tareas y se marcan nuevas metas de aprendizaje
para la siguiente sesión. Al final puede haber una entrevista final de síntesis y percepción
global de la experiencia.
3. 1. 6. Otras técnicas
9
hace más consciente de la interdependencia dentro del grupo y éste, en su
conjunto, puede realizar un control más fácil respecto al grado de compromiso
de cada miembro en el desempeño de sus actividades. Al mismo tiempo, le
sirve al grupo para cumplir los objetivos específicos de cada tarea y supervisar
el ajuste temporal de sus acciones dentro del proyecto colaborativo.
D) Libros de actas de las sesiones de cada uno de los grupos en las que se
registran los órdenes del día, cada uno de los eventos acontecidos en la sesión y
las decisiones tomadas en ellas. Es un rico material que fuerza al alumno a
considerar la importancia de las reuniones de grupo en sentido estricto, a
planificarlas, a registrar los hechos o acontecimientos, a tomar decisiones y a
reflexionar sobre cuestiones puntuales. Además, les hace mucho más
conscientes de la necesidad de un preparación secuenciada y gradual del
proyecto colaborativo.
- Compartir/comparar información.
- Exploración de disonancias o inconsistencias entre ideas o conceptos.
- Negociación de significados-construcción de conocimientos.
- Evaluación o modificación de síntesis: co-construcción.
- Nuevos acuerdos/aplicación de los nuevos significados construidos.26
De esta manera, cada grupo realiza un debate guiado por el profesor, que será
grabado y posteriormente analizado en términos de las fases mencionadas anteriormente.
De nuevo hay un doble propósito en la realización del debate: que sirva como ejemplo de
cómo se está construyendo y elaborando la información y que facilite a los alumnos la toma
24 Esto último es particularmente interesante en contextos de e-learning si está utilizando una herramienta
como un foro de discusión. Sobre el e-learning y el aprendizaje colaborativo remitimos a RUIZ, C. y SHAILOR,
J., «Aprendizaje Colaborativo y e-Learning. Análisis de un Proyecto de Innovación en la Universidad», IV
Congreso Internacional de Psicología y Educación «Calidad Educativa», Almería: Universidad de Almería,
2004, págs. 2027-2034.
25 GUNAWARDENA, C.; LOWE, C. y ANDERSON, T., «Análisis of a Global Online Debate and the
10
de conciencia de los procesos, las estrategias, las argumentaciones que utilizan, las
expresiones que emplean cuando discuten un tema, etc.
Junto a la técnica de observación por medio de grabaciones en vídeo podemos
utilizar otro tipo de instrumentos de medida para valorar el grado de construcción de
conocimientos de cada uno de los grupos, tales como entrevistas, registros descriptivos
(como diarios y portafolios), listas de verificación o escalas de apreciación.
Al final del curso cada uno de los equipos habrá desarrollado algún tipo de producto, bien
sea éste un proyecto de investigación, la resolución de un caso práctico, un mapa mental
que sintetice el contenido trabajado, una exposición teórico-práctica, un experimento, un
prototipo, etc. Dicho producto, sea de la naturaleza que sea, es el resultado del trabajo
colaborativo del equipo y, por lo tanto, una medida indirecta de la calidad de dicha
colaboración. Una evaluación de un producto exige una clarificación de los criterios de
evaluación y de los baremos utilizados, que deberían ser conocidos antes de la realización
de la evaluación. Algunos de estos criterios suelen ser los siguientes: identificar los
conceptos principales de la asignatura; expresarlos de manera sintética y adecuada mediante
técnicas tales como mapas conceptuales, esquemas, gráficos, textos o documentos de
trabajo; presentar propuestas alternativas; presencia de un sentido crítico del propio trabajo
y del de los demás; exposición clara, cuidada y amena; que el contenido y la exposición sean
creativas; que se demuestre el grado de competencia adquirido, etc.
Con ánimo de que la evaluación sea también colaborativa, es aconsejable utilizar
distintas formas de evaluación (autoevaluación, coevaluación y heteroevaluación). Esto le
permitirá al estudiante reconducir y mejorar sus procesos y experiencias de aprendizaje;
tomar conciencia y control, al mismo tiempo, de lo que está haciendo y de lo que pretende
o debería hacer; así como reconocer sus avances y logros y demostrar una actitud crítica y
reflexiva. Al docente le facilitará planificar la supervisión dinámica y gradual de los
aprendizajes, de modo que se ayude a los alumnos en el dominio progresivo de su
autorregulación de aprendizajes.
En este apartado de la evaluación el producto final puede valorarse a través de una
memoria-informe final, un trabajo de investigación, un proyecto final, la presentación de un
caso estudiado, el diseño de un prototipo o producto, etc. Como instrumentos
complementarios de evaluación podemos considerar registros narrativos, como los diarios,
y, más específicamente, el portafolio o carpeta de aprendizaje para la valoración secuencial
del proceso de construcción del producto.
Es importante considerar una etapa final de evaluación global triangulando estas tres
fuentes (proceso, elaboración de contenidos o materiales grupales y productos de trabajo
en grupo) con el objetivo de valorar conjuntamente todas las dimensiones del aprendizaje
grupal colaborativo. Para poder llevarlo a cabo, junto a técnicas cuantitativas de medición,
podemos emplear técnicas cualitativas a través de instrumentos como la entrevista u optar
por otras herramientas de observación y registro como el focus groups,27 en las que se debatan
27
El focus groups o grupo de discusión es una técnica cualitativa de investigación social para generar
información en un contexto grupal. El fin último aplicado a nuestra experiencia educativa es constituir una
herramienta de diagnóstico y análisis de nuestra praxis colaborativa, complementado a otra serie de
instrumentos como los diarios, los portafolios, los cuestionarios, los autorregistros individuales y grupales,
etc. Con este tipo de técnica pretendemos afrontar determinadas situaciones emergentes en los grupos
colaborativos desde una interacción supervisada por parte del profesor que actúa de moderador y en la que se
intenta buscar indicadores de actuación y supervisión grupal y, al mismo tiempo, dar respuesta a cuestiones
relacionadas sobre los procedimientos, estrategias y resultados del proceso de enseñanza-aprendizaje: las
tareas a realizar por los alumnos, la propia gestión del grupo, el logro de objetivos de aprendizaje, el grado de
implicación y colaboración de cada uno de los equipos , los conflictos y valores de cada uno de los individuos
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cuestiones relativas a la gestión grupal estratégica, dinámicas grupales interactivas,
comentario de materiales elaborados, valoración de presentaciones de material, etc. Esta
última técnica constituirá un proceso de reflexión colectiva y democrática en la que se
valorará tanto la práctica concreta como la planificación y supervisión del diseño
instructivo, con el objetivo de analizar sus fortalezas y debilidades para reforzar los
procesos y situaciones de construcción de aprendizajes.
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actuacional de las cinco fases de construcción de conocimiento llevadas a cabo de manera
simultánea. Considerada desde esta perspectiva, nuestra concepción de evaluación grupal
colaborativa:
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es una tarea fácil. Son muchos los obstáculos y dificultades que suelen aparecer. Varios de
ellos concurren a la vez, acompañándose de un cierto efecto sinérgico.
Lo expuesto constituye una pequeña pincelada en el complejo universo de la
evaluación de los aprendizajes. El nuevo concepto de evaluación necesita de buenas
prácticas que sistematicen e ilustren experiencias reales de evaluación que sirvan de guía a la
comunidad docente. En este sentido, no intentamos describir modelos a imitar, sino
referencias o experiencias a considerar y compartir. Así, hemos intentado aproximarnos un
poco más a esta realidad desde una posición constructiva, desde el propio cuestionamiento
de nuestros saberes y con la intención de ir logrando una transformación del uso y la
práctica de la evaluación grupal.
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