Enterotoxemia en Alpacas
Enterotoxemia en Alpacas
Enterotoxemia en Alpacas
ENTEROTOXEMIA EN ALPACAS
INTRODUCCIÓN
Enterotoxemia en alpacas
1. Definición
2. Epidemiología
La agroindustria de los Camélidos Sudamericanos es una actividad única e ideal para las
condiciones de producción en las Zonas altoandinas del Perú; sin embargo, el verdadero
potencial productivo y económico de estas especies no se expresa a cabalidad, debido a
múltiples factores, pero principalmente a los altos niveles de mortalidad neonatal
ocasionados por enfermedades infecciosas. La enterotoxemia es la enfermedad de mayor
impacto sanitario y económico en la producción alpaquera del Perú. La enfermedad es
endémica en Perú y con ocurrencias de brotes o epizootias con altas mortalidades que pueden
eliminar hasta 50% de las crías nacidas en un hato. La presentación de brotes estacionales o
cíclicos, al parecer, es producto de las interacciones entre la capacidad inmunológica de la
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Estudiantes de Enfermedades Infecciosas; Medicina Veterinaria Sede Canchis; UNSAAC
Sicuani; 18 de diciembre de 2017
crishuaHC@gmail.com
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cría, dependiente de la presencia de anticuerpos maternales, y su habilidad de respuesta
inmune al agente causal; así de las condiciones de manejo, factores climáticos (años
lluviosos), y posibles interacciones patológicas con otros agentes infecciosos con capacidad
de exacerbar o potenciar la infección clostridial. Esta enfermedad ocasiona elevadas tasas de
mortalidad neonatal de hasta 70%, y se presenta en forma epizoótica durante la época de
parición y se encuentra relacionada a factores climáticos, especialmente abundantes lluvias.
La presentación de la enfermedad provoca elevadas y variables tasas de mortalidad neonatal
en alpacas y llamas tanto en pequeñas comunidades alpaqueras, así como en centros
experimentales y grandes empresas alpaqueras, reportándose tasas anuales de mortalidad
neonatal debido a enterotoxemia de: 0.6 a 48.9% en la estación experimental La Raya en
Puno durante 1973-1979, 24.16% como promedio, 5.11 a 25.81% en doce fundos alpaqueros
de Puno en 1974, 37.2% en llamas en el centro experimental de investigaciones La Raya en
Puno durante los años 1997-2000, y un estimado de 70% en medianos criadores alpaqueros
en Cusco. Las presentaciones epizoóticas de la enfermedad describen una secuencia cíclica,
con rango entre elevadas y bajas tasas de mortalidad neonatal, varias veces. El ciclo es
usualmente de cinco años (+/- 1 año) en hatos individuales. Esta ciclicidad posiblemente se
debe a la variación en la transferencia de anticuerpos específicos de la madre hacia la cría
durante la presentación de las epizootias. Factores relacionados al huésped; la
enterotoxemia afecta a alpacas y llamas entre 3 a 80 días de edad, siendo las de 2 a 3 semanas
de edad las más susceptibles. Las crías de buena condición corporal son más susceptibles a
desarrollar la enfermedad. Las alpacas nacen con una cantidad ligeramente baja de proteínas
totales en su suero, y esta disminuye a las dos primeras semanas de edad, para luego
aumentar progresivamente. Contrariamente, la gammaglobulina al nacimiento es de 1.4
mg/ml y esto desciende dramáticamente a 0.98, 0.76 y 0.79 mg/ml a los 8 y 22 días, lo que
lleva a la mayor susceptibilidad a enfermarse con enterotoxemia. Factores relacionados al
medio ambiente: la época de parición siempre es programada para los meses de Enero a
Marzo periodo que coincide con los meses de intensa precipitación fluvial, la cual favorece
al crecimiento y desarrollo de los pastos. Además, una desproporcionada composición del
número de crías y madres en relación al área de pastoreo da lugar a un incremento de materia
orgánica de desecho. La asociación, abundante lluvia, hacinamiento y animales susceptibles
favorece la presentación de epizootias de enterotoxemia, debido a que la extrema humedad
del suelo contribuye a la presencia, multiplicación y modificación biológica de esporas y
células vegetativas de Clostridium perfringens.
3. Etiología
a b
Figura 3: a) Coloración Gram de Bacilos de C. perfringens; b) patrón Hemolítico de
Colonias.
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C. perfringens es un microorganismo anaerobio tolerante, y puede sobrevivir e incluso
proliferar con tensiones de oxígeno que son inhibitorios para otros clostridios, que son
anaerobios estrictos. Los clostridios no producen catalasas y sólo sintetizan niveles bajos de
superóxido dismutasa, por lo que no tienen la forma de liberarse de H2O2 y O2- que son
tóxicos para ellos. C. perfringens carece del sistema de citocromo y de un mecanismo para
la fosforilación por transporte de electrones (ciclo del ácido tricarboxílico); por lo tanto,
obtienen ATP sólo mediante la fosforilación a nivel del sibstrato. El C. perfringens fermenta
una variedad de azúcares tales como glucosa, lactosa, maltosa, sucrosa, levulosa, galactosa,
maltosa, xilosa, trehalosa, raffinosa, almidón, glucógeno e inositol produciendo gas y ácido
(ácido acético y butírico). Los genomas clostridiales generalmente consisten de un
cromosoma circular de doble hebra, con un tamaño entre 3.5 a 7.0 Mb, y frecuentemente
acompañados de bacteriofagos integrados y episomales, transposones y plásmidos de
tamaños entre 3 a 200 kb. Con la secuenciación y análisis de ADN del genoma completo de
una cepa de C. perfringens tipo A concluyeron que poseía un cromosoma de 3.03 Mbp con
contenido de G+C (25.5%) ligeramente más bajo al cromosomal. El genoma contuvo
secuencias para las enzimas típicas de fermentación anaeróbica y para varias enzimas
sacarolíticas, pero ninguna para el ciclo de ácido tricarboxílico o cadena respiratoria. Existen
muchos genes codificantes de proteínas importadoras ABC, potencialmente envueltos en el
transporte de aminoácidos, así como nuevos posibles factores de virulencia para C.
perfringens entre ellos: cinco genes que codifican hemolisinas, además de las toxinas 𝛼 y 𝜃,
cuatro genes cuyos productos son similares a la enterotoxinas de Bacillus cereus; dos genes
que codifican posibles proteínas de unión a fibronectina con similitudes a los de Listeria
monocitogenes y Bacillus subtiliis. Además, en el plásmido PCP13 se encontró el gen cpb2
(codificante de la toxina 𝛽2) y otro gen (CpCna) asociado a virulencia, cuyo posible
producto mostró una similitud a una adhesina de colágeno de Sthaphilococcus aureus. C.
perfringens cuenta con cerca de 10 operones RNA que contribuyen a su rápido crecimiento.
La regulación de síntesis de toxinas extracelulares está dada básicamente por el sistema de
transducción de señales de dos componentes denominados VirR/VirS, que regula la
expresión de los genes cromosomales codificantes de las toxinas 𝛼, 𝜃 y 𝜅, y de los genes
extracromosomales codificantes de la toxina 𝛽2 y la proteína de adhesión a colágeno. Los
C. perfringens son clasificados en cinco tipos (A, B, C, D y E) en base a la producción de
cuatro toxinas letales (𝛼, 𝛽, 𝜀 y 𝜄). Las cepas tipo A producen toxinas 𝛼; tipo B producen
toxinas 𝛼, 𝛽 y 𝜀; tipo C producen toxinas 𝛼 y 𝛽; tipo D producen toxinas 𝛼 y 𝜀, y tipo E
producen toxinas 𝛼 y 𝜄. La Enterotoxina del C. perfringens (CPE) es una endotoxina
sintetizada sólo durante la fase de esporulación, la cual induce una significativa secreción de
agua e iones en enterocitos, provocando descamación y acortamiento de las
microvillosidades intestinales.
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El C. perfringens produce las siguientes enzimas: proteinasa, colagenasa, fibrinolisinas,
neuroaminidasa, gelatinasa, desoxirribonucleasa y hialuronidasa. Actúa además combinado
con la acción de las enzimas lecitinasa, colagenasa y hialuronidasa como consecuencia el
agente etiológico provoca la desintegración rápida y total del tejido muscular. La colagenasa
y la hialuronidasa destruyen el tejido conjuntivo que forman parte de los tejidos musculares,
mientras que las lecitinasa distruye las membranas de las fibras musculares, la enzima
lecitinasa actúa sobre la membrana de la lecitina del extremo de los eritrocitos ocasionando
la hemólisis, provocando la asfixia y la afección de los centros nerviosos, causando la
muerte.
4. Patogénesis
A necropsia
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Figura 5: Intestino delgado distendido y hemorrágico.
a b
Figura 6: a) Lesiones microscópicas necróticas y hemorrágicas en mucosa intestinal de
alpaca muerta por enterotoxemia. b) Eimeria macusaniensis acompañadas de lesiones
necróticas y hemorrágicas en mucosa intestinal (diagnóstico diferencial).
5. Signos y síntomas
En algunos casos la muerte súbita es el único signo encontrado. Los signos clínicos y su
intensidad dependen de la cantidad de toxinas presentes en el organismo. Las crías afectadas
muestran depresión anorexia, permanecen postrados y alejadas de su madre con las orejas
dirigidas hacia atrás. Los ojos cerrados y los miembros esterados. Cuando, el cuadro
progresa y las crías aparecen con los miembros anteriores estirados, la cabeza apoyada sobre
el suelo, el abdomen distendido emiten quejidos posiblemente debido al dolor abdominal,
convulsiones y opistótonos. Algunas ingieren abundantes cantidad de agua (polidipsia) y
otras desarrollan apetito depravado (polifagia) que se manifiesta por la ingestión de arena,
piedricillas, etc. del suelo. La temperatura excepcionalmente sobrepasa a los 40 °C y en
algunos casos la temperatura disminuye notablemente (hiportermia) en el estado agónico.
Finalmente, el animal entra en coma y muere. La diarrea está ausente en la mayoría de las
crías que desarrollan la enfermedad, siendo la constipación más frecuente. Sin embargo,
algunas crías presentan una descarga diarreica que puede deberse a la asociación con
Escherichia coli u otros microorganismos enteropatógenos. Estas crías raramente mueren,
posiblemente por la eliminación de toxinas.
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a b
Figura 7: a) muerte súbita es el principal signo encontrado. b) Se puede observar depresión,
postración, abdomen distendido, vocalización (quejidos).
6. Diagnóstico
7. Tratamiento
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laxante, como sulfato de magnesio disuelto en agua, para favorecer la expulsión de las
bacterias y sus toxinas.
8. Prevención y control
Control preventivo
Control inmunológico
a b
Figura 8: Vacunas multivalentes disponibles para CSA en el Perú. Reducción de mortalidad
neonatal en un fundo alpaquero mediante el uso de anacultivos (C. perfringens A, B, C y D
y toxinas (𝛼, 𝛽, 𝜀) inctivadas) 2000-2008.
CONCLUSIÓN
BIBLIOGRAFÍA
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