DISARTRIA
DISARTRIA
DISARTRIA
¿Qué es la disartria?
La disartria es un trastorno que afecta a los músculos del habla: los labios, la lengua, las cuerdas
vocales y/o el diafragma. La dificultad para controlar estos músculos o su debilidad hacen que
las personas con disartria no puedan articular correctamente los fonemas, por lo que tienen
problemas de pronunciación o hablan más lentamente de lo normal. A diferencia de la afasia
motora, es una alteración de la pronunciación y no del lenguaje.
El DSM-IV recoge la disartria bajo la etiqueta “Trastorno fonológico”, mientras que en el DSM-5
se la denomina “Trastorno de los sonidos del habla”. El criterio básico para el diagnóstico según
estas clasificaciones es que la persona sea incapaz de emitir fonemas que se esperaría que
hubiera aprendido a articular a una edad determinada.
La disartria puede tener muchas causas distintas. Entre las más habituales destacan alteraciones
del sistema nervioso, como lesiones y tumores en el cerebro o embolias que paralizan la cara o
la lengua. Cuando se produce desde el nacimiento suele ser consecuencia de parálisis cerebral
o distrofia muscular.
Síntomas
Los síntomas y los signos de este trastorno pueden variar en función de la causa y el tipo de
disartria. Entre los más habituales encontramos los siguientes:
Mala pronunciación.
Prosodia monótona.
Timbre alterado.
Mientras que la articulación de consonantes está afectada en todos los casos de disartria, la
pronunciación inadecuada de vocales es considerada un indicador de gravedad.
Tipos de disartria
Los tipos de disartria que veremos en este apartado difieren entre ellos principalmente en la
localización de la lesión a nivel del sistema nervioso central.
1. Espástica
La disartria espástica se debe a lesiones en los tractos piramidales, relacionados con el control
motor fino de los músculos de la cara y del cuello. En este tipo de disfasia se producen
hipernasalidad y aumentos súbitos del volumen del habla. La vocalización tiende a ser tensa y
forzada.
2. Atáxica
Las lesiones en el cerebelo provocan disartria atáxica, cuyos signos más característicos son la
presencia de una prosodia plana y monótona y de una vocalización lenta y descoordinada,
similar a la que se produce en el estado de embriaguez. El habla típica de este tipo de disartria
ha sido descrita en ocasiones como “explosiva”.
3. Flácida
En este tipo de disartria está afectado el nervio vago, que permite el movimiento de la laringe y
por tanto de las cuerdas vocales. También se producen disfunciones en otros músculos faciales.
En los casos de disartria flácida los músculos pueden atrofiarse o paralizarse parcialmente,
causando espasmos, babeo y tensión muscular.
4. Hipercinética
La disartria hipercinética está causada normalmente por lesiones en los ganglios basales,
estructuras subcorticales implicadas en los movimientos involuntarios. Los síntomas de este tipo
de disartria son similares a los de la espástica: la voz tiende a presentar una cualidad áspera y
también se da hipernasalidad.
5. Hipocinética
6. Mixta
Esta categoría se utiliza cuando las características clínicas son una combinación de más de uno
de los tipos de disartria que hemos descrito. Las disartrias mixtas se deben a afectaciones en
distintos sistemas motores.
Tratamiento e intervención
Los objetivos principales de la logopedia y la terapia del lenguaje en los casos de disartria son
fortalecer los músculos implicados en el habla, mejorar de la respiración, lograr una
pronunciación adecuada y facilitar la comunicación entre la persona afectada y sus seres
cercanos.
En casos en que la afectación del habla es severa resultan muy útiles los apoyos externos, como
los sintetizadores de voz y los tableros alfabéticos. El aprendizaje de gestos e incluso de lenguaje
de signos también puede servir en cierta medida para suplir los déficits comunicativos propios
de la disartria.