DIN4085 Ias
DIN4085 Ias
DIN4085 Ias
1 ALCANCE
Se consideran estructuras rígidas por ejemplo aquéllas que experimentan deformaciones máximas
del orden de 0.0002 veces su altura. En el caso de muros apoyados en ambos extremos, por ejemplo
tablestacados atirantados, se producen redistribuciones de las presiones, originando momentos
flectores menores. Los cálculos respectivos podrán realizarse según (1) y (2).
La segunda parte de la norma DIN 1055, publicada en Febrero de 1976, contiene indicaciones
generales acerca del ángulo de rotación, empuje activo, empuje incrementado, empuje de reposo y
empujes de compactación, y formula recomendaciones para la selección del método de cálculo. En
la redacción de esta norma se partió de la idea que el empuje activo es una carga para el diseño de
estructuras y por lo tanto, tomando en cuenta que para aquella fecha no existía norma alguna para el
cálculo de empujes de tierra, tenía que figurar en la norma que regula las cargas de diseño para
estructuras.
3. CONCEPTOS
En cada terreno o relleno confinado por un muro existe un esfuerzo vertical y otro lateral. El
esfuerzo vertical (por peso propio del terreno) es el producto del peso unitario del terreno y la
distancia vertical medida desde la superficie del terreno. El esfuerzo vertical es la presión que se
forma en la superficie de contacto entre el terreno y el muro, y se denomina empuje de tierra.
3.2 a 3.6
La magnitud del empuje de tierras depende de la magnitud del desplazamiento y rotación del muro.
El empuje actuante sobre un muro rígido e indesplazable se denomina empuje de reposo. Si el muro
se desplaza alejándose de la tierra confinada, (en dirección positiva), el empuje disminuye hasta
alcanzar un valor mínimo. Este mínimo se denomina empuje activo. El valor máximo del empuje
de tierras se produce si el desplazamiento del muro se orienta en dirección a la tierra confinada (en
dirección negativa). Este valor máximo se denomina empuje pasivo, o resistencia pasiva. (Véase
figura 1).
Empuje de tierra
El diagrama del empuje pasivo puede utilizare para la determinación aproximada del coeficiente de
balasto horizontal kh. (Véase línea segmentada en la figura 1). Para ello ha de conocerse la
variación del empuje de tierra en función del desplazamiento del muro. (véase también Aparte
5.15).
3.9
A cada centro de rotación del muro se asocia un conjunto de superficies de falla, mecánica y
cinemáticamente posibles, en el terreno. En líneas generales se puede decir que para centros de
rotación por debajo del muro se generan estados de equilibrio plástico de toda la masa involucrada,
para centros de rotación por encima de media altura del muro superficies de deslizamiento únicas y
para centros ubicados en la mitad inferior del muro una combinación de ambas. (Véase figura 2).
Centro de rotación
Línea recta
4. DOCUMENTACION
Todos los parámetros indicados en el estudio geotécnico deben ser aptos para cálculo, es decir
valores corregidos por las eventuales incertidumbres y dispersiones, peso sin factor de seguridad
adicional.
5.1
5.1.1 Lo común entre empujes activo y pasivo es que ambos desarrollan la resistencia al corte disponible
en las superficies de falla, siempre en dirección contraria a la del desplazamiento. (Véase figura 3).
El procedimiento más antiguo y más sencillo para el cálculo del empuje de tierras es el de Coulomb.
Con la hipótesis de superficies de falla planas se busca aquélla que, formando un triángulo con el
plano del muro, conduce al valor extremo requerido.
La superposición de las componentes del empuje determinadas de esta manera para el peso propio, y
la sobrecarga uniformemente distribuida en la superficie del terreno y las presiones neutras, con la de
cohesión calculada para la superficie de deslizamiento según Ohde (Véase 5.2.2) conduce a un
empuje total calculado conservador.
Aún cuando el mantener la condición inalterada de masas de suelo es posible sólo en casos aislados,
el empuje de reposo adquiere cierta importancia por ser el límite entre los empujes activo y pasivo,
principalmente en cuanto a la estimación del empuje activo incrementado y del pasivo reducido.
(Véase figura 3)
Página 3
esfuerzo de corte
esfuerzo de corte
superficies de deslizamiento
Sup. deslizamiento
5.1.2
El ángulo de rozamiento trasdós-terreno puede quedar afectado sensiblemente por el proceso de
construcción, los asentamientos del relleno colocado y/o de la estructura de contención, y,
principalmente en suelos granulares, por solicitaciones dinámicas. Lo importante para la selección
del ángulo de rozamiento es siempre el movimiento relativo entre el muro y el terreno.
En el caso de empujes activo y pasivo y un trasdós rugoso, si los cálculos se realizan considerando
superficies de falla planas, el ángulo de rozamiento no puede exceder de la 2/3 parte del ángulo de
fricción del terreno. Si se utilizan superficies de deslizamiento curvas, se permite utilizar ángulos de
rozamiento mayores, siempre que se justifique su adopción mediante ensayos u otras
investigaciones. En el caso de paredes de pilotes secantes y de tablestacados el trasdós se encuentra
íntimamente unido al terreno confinado. En estos casos el empuje activo actúa de arriba hacia abajo,
siempre y cuando la fuerza resultante pueda ser soportada por la estructura sin asentamientos
significativos.
Contrariamente, si la estructura es sometida a cargas verticales de tal magnitud que éstas no pueden
ser soportadas solamente por la porción empotrada, entonces el muro “se cuelga” del terreno
confinado y el empuje activo actúa de abajo hacia arriba.
El empuje pasivo actúa en forma inclinada de abajo hacia arriba, si la estructura de contención es
capaz de soportar la componente vertical correspondiente.
En términos generales, todas las superficies no acabadas, de acero, concreto o de madera, pueden
considerarse rugosas. Se considerarán “menos rugosos” los acabados constituidos por láminas de
plástico resistentes a la meteorización que bajo carga no experimentan deformaciones plásticas,
superficies de concreto muy denso vaciado contra encofrado liso, así como los muros colados,
suponiendo un período corto de contacto con el lodo bentonítico. En el caso de rellenos constituidos
por suelos de alta plasticidad, muy untuosos y de capas de aislamiento muy plástico, el ángulo de
rozamiento trasdós-terreno se considerará cero. Un aislamiento se considerará plástico cuando éste
no sea capaz de transmitir esfuerzos de corte. Un recubrimiento delgado, por ejemplo una capa de
pintura asfáltica, no se considerará como acabado plástico.
La adherencia no se desarrolla solamente contra acabados rugosos, sino también sobre los lisos, en
los cuales algunos suelos finos se adhieren particularmente bien.
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5.1.3
El error que puede generar la adopción de una superficie de deslizamiento plana para el cálculo del
empuje activo es generalmente pequeño, razón por la cual el uso de la teoría de Coulomb para estos
cálculos es admisible.
La excepción a esta regla la constituyen los muros inclinados con determinados ángulos de fricción
(4). Para tales casos se deberán utilizar superficies de deslizamiento curvas, u otros métodos de cálculo
adecuados, por ejemplo según Brinch Hansen (3).
En el caso de superficies de falla curvas, se podrán considerar formas circulares o de espiral logarítmica. ( véase
figura 5.)
Para el cálculo de la resistencia pasiva, el uso del método de Coulomb debe ser limitado, según la dirección del
rozamiento trasdós-terreno, a determinadas inclinaciones del muro o de la superficie del terreno, en función del
ángulo de fricción del suelo. En los demás casos los cálculos deben basarse en superficies de deslizamiento
curvas o compuestas.
En tal sentido, se permite también la utilización de métodos semi-gráficos, por ejemplo según Ohde (12).
5.1.4 y 5.1.5
En el caso de fallas por equilibrio plástico (Rankine), como ocurre para una rotación positiva del
muro con respecto a su extremo inferior, la distribución del empuje activo es prácticamente
hidrostática, es decir, triangular para el peso propio del terreno y uniforme para la sobrecarga
uniformemente repartida en la superficie del terreno y para la cohesión. (Figura 6a)
En el caso de una rotación positiva con respecto a la cabeza del muro se produce una superficie de
deslizamiento cóncava (Véase figura 2c). En tales casos, la teoría de rotura no permite determinar la
distribución del empuje de tierra.
El desplazamiento paralelo positivo del muro se puede interpretar, en forma aproximada, como una
combinación de las rotaciones con respecto a ambos extremos del muro. En correspondencia, en
este caso se desarrollará una distribución del empuje de tierras intermedia entre ambos extremos.
(Véase figura 6b)
Parábola de 2º grado
Fig. 7 Empujes pasivos por peso propio del terreno, para desplazamientos
negativos del muro: real de cálculo.
a) Rotación por el pie
b) Desplazamiento paralelo
c) Rotación por la cresta
5.2
5.2.1
Las magnitudes de desplazamiento indicadas corresponden al caso de deformación plana. La
dependencia de los empujes activo y pasivo del desplazamiento del muro (véase figura 1) es
condicionada por la consistencia o densidad relativa del terreno.
En el caso de suelos densos, el incremento del empuje activo producido por el desplazamiento
depende de la pérdida de resistencia al corte del terreno (véase figura 8).
Empuje de tierras
Terreno compacto
Terreno suelto (suelto) Resistencia al corte residual
(compacto)
(suelto)
(compacto) Terreno suelto
Terreno compacto
(suelta) (Densa)
Desplazamiento del muro
En los cálculos se parte de un suelo medianamente denso a denso, y máxima resistencia al corte.
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5.2.2
El cálculo del empuje activo se considera justificado generalmente cuando la estructura de
contención se apoya directamente sobre el subsuelo, y su posibilidad de desplazamiento no ha sido
limitada por medidas especiales. Estas hipótesis pueden ser consideradas satisfechas en el caso de
muros formados por pilotes adyacentes o muros colados, construidos como elementos de contención
definitivos, tal como se muestra en las figuras 9a a 9d. El cálculo del empuje activo puede ser
justificado inclusive en el caso 9d, cuando el muro forma parte integral de una estructura, si la
contención del talud excavado se diseñó también para empuje activo. El empotramiento inferior y la
capacidad de trabajo del bloque de anclaje se basan en la resistencia pasiva del terreno.
Por otra parte, en el caso de estructuras construidas en una excavación con taludes separados de ésta,
las condiciones para poder aplicar el empuje activo no siempre están dadas. Esta condición de
empuje puede ser justificada solamente, si los empujes de compactación pueden disiparse
gradualmente por movimientos o desplazamientos del muro. Una medida constructiva que facilita
tal disipación de empujes puede ser, por ejemplo, la extracción del tablestacado o de los perfiles
enterrados de la estructura de contención.
En el caso de una estructura construida en una excavación a cielo abierto con taludes libres, las
deformaciones elásticas de la estructura pueden resultar suficientes para alcanzar la condición límite
del empuje activo. Como regla general, tal disipación puede considerase en los casos siguientes:
a. cuando los muros de sótano no son mucho más rígidos de lo que se requiere por razones
estructurales, y el relleno no se compacta más allá de una densidad relativa intermedia, o
b. si se construyen muros de gravedad o de tipo cantilever, fundados sobre suelo, tal como se
muestra en las figuras 10a y 10b.
Para el cálculo del coeficiente de empuje de tierra debido al peso propio de ésta se recomienda la
expresión desarrollada por Müller-Breslau (7). La orientación de la superficie de deslizamiento que
se produce en la condición límite de Coulomb es:
Para el cálculo de la componente por cohesión del empuje de tierras se recomienda la fórmula
propuesta por Ohde (9). En ella Ohde despreció el peso propio del terreno y partió de la suposición
de que la cohesión actúa en forma uniforme en toda la superficie de deslizamiento. El ángulo de la
superficie de deslizamiento para este cálculo resulta:
φ'+δ a ,p + α + β
ϑ a ,p = 45º ± (2)
2
5.3
5.3.1
Desplazamientos tan pequeños pueden suponerse en el caso de muros de gravedad fundados sobre
roca y una estructura de contención con muros laterales rígidos.
5.3.2
El peligro de que la posibilidad de deformación de una estructura no sea suficiente para alcanzar el
valor límite del empuje activo, se presenta fundamentalmente en el caso de suelos cohesivos.
Para los casos cuando el desplazamiento del muro es reducido por medidas constructivas especiales,
se recomienda utilizar un valor incrementado del empuje activo. Esta recomendación debe ser
considerada también en aquellos casos, cuando las posibilidades de desplazamiento de una estructura
en sí deslizable, se restringen aplicando medidas constructivas especiales. Por ejemplo, en el caso
del muro en cantilever señalado en la figura 10b, el incremento del espesor de la pared y del ancho
de la zapata de fundación pudiera justificar tales incrementos en el empuje calculado. Tales medidas
constructivas pueden ser necesarias si el eventual desplazamiento de la estructura de contención
acarrea consecuencias indeseables a la estructura adyacente.
Si la magnitud del desplazamiento es conocida, el empuje activo incrementado puede ser estimado
interpolando entre los valores correspondientes a la condición de reposo y activa. El valor obtenido
de esta manera se encuentra en e lado de la seguridad.
5.3.3
El desplazamiento del muro depende de la magnitud reducida del empuje pasivo. Si para la
condición de trabajo se calcula con un factor de reducción de 2.0 con respecto al valor máximo
(rotura), los desplazamientos requeridos para el caso planar podrán tomarse de la tabla siguiente:
Para estimar el desplazamiento requerido del muro con un factor de reducción diferente a 2.0, se
podrá utilizar el gráfico esfuerzo desplazamiento de la figura 12. De esta manera, para el caso
particular de un factor de reducción de 1.5, se obtiene para los valores iniciales de sB = 5%·h y sG =
0.5%·h un desplazamiento de s0.67 = 1.0%.
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s rotura
Desplazamiento del muro, s
Los valores señalados en la tabla 1 no son válidos para el caso de arenas sumergidas, ni para suelos
cohesivos. En el caso de suelos granulares medianamente densos, se puede interpolar entre los
valores señalados en la tabla. Para estimar los desplazamientos requeridos en suelos cohesivos
blandos, se deben conocer los valores iniciales correspondientes.
5.3.4
En el caso de una compactación vigorosa del relleno confinado por un muro, los empujes de
compactación podrán ser estimados conforme a la figura 13. Este empuje de compactación deberá
ser tomado en cuenta solamente si su efecto no está tomado en cuenta en el cálculo del empuje por
peso propio y sobrecargas del terreno confinado.
5.4
La precisión de los empujes de tierra calculados depende en gran medida de la selección acertada de
los parámetros geotécnicos del terreno. Debido a que tales propiedades pueden variar
apreciablemente a distancias cortas, a cada estrato se le deben tomar y ensayar un número suficiente
de muestras. Inclusive en el caso de suelos homogéneos, los parámetros de laboratorio variarán en
forma apreciable. Por esta razón, a los efectos de cálculo se deberán seleccionar parámetros que se
encuentran razonablemente del lado conservador. (véase aparte 6)
5.5
Las sobrecargas inclinadas deberán ser divididas en componente vertical y horizontal. Las
componentes del empuje de tierra por carga vertical se calcularán conforme a la norma DIN 4085;
las fuerzas horizontales se agregan al empuje calculado sin factor de reducción.
5.6
Las superficies de deslizamiento curvas o compuestas pueden utilizarse también en el caso de
terrenos estratificados. En tales casos la masa deslizante se divide en tajadas verticales, usando para
cada tajada los parámetros de resistencia al corte correspondiente a la base. El resultado del cálculo
estará en el lado de la seguridad.
Página 9
5.7
Para el cálculo del incremento del empuje de tierras debido a cargas concentradas y lineales se
podrán utilizar, en forma aproximada, los procedimientos indicados en las referencias 5, 32 y 34.
La influencia de tales cargas sobre muros indesplazables se calculará por los procedimientos de la
teoría de elasticidad. Los cálculos utilizando el coeficiente de empuje de reposo K0 se encuentran
del lado conservador. Si tales cargas son muy elevadas en comparación con el peso propio del
terreno, se deberá recurrir al cálculo sobre superficies de falla curvas inclusive para la determinación
del empuje activo (véase figura 5).
5.8
Para la evaluación de superficies de deslizamiento planas conforme a las hipótesis de Coulomb, se
dispone de varios procedimientos semi-gráficos. El más utilizado entre éstos es el propuesto por
Culmann, eventualmente en su forma ampliada para tomar en cuenta el efecto de la cohesión. El
método de Culmann puede ser resuelto también por métodos numéricos. Resulta también
relativamente simple la evaluación del empuje en el caso de superficies de deslizamiento circulares y
terreno irregular. En tal caso las tajadas toman en cuenta la forma irregular de la superficie del
terreno y cualquier sobrecarga variable.
5.9
5.9.1
El cálculo del empuje de tierras en el caso de muros en cantilever, con zapata del lado posterior,
requiere consideraciones especiales. Si, debido al empuje de tierras, el muro se deforma ligeramente
en su base, en el material confinado se desarrollan superficies de deslizamiento partiendo del
extremo posterior de la zapata (figura 14a). Considerando que en este caso el deslizamiento no se
desarrolla en contacto con el trasdós del muro, sino dentro de la masa de suelo, se podrá utilizar la
teoría de Rankine para la estimación numérica de las fuerzas de empuje. La forma y el tamaño de la
cuña deslizante dependen de la inclinación de la superficie del terreno (β) y del ángulo de fricción
φ’. El ángulo de inclinación de la superficie de deslizamiento se determinará mediante la ecuación
(1). La fuerza resultante RE se obtendrá de la suma del empuje Ea1 y el peso propio de la cuña G1,
según se muestra en la figura 14.
Para evitar el uso de este procedimiento relativamente complejo, se puede considerar un muro
vertical imaginario, pasando por el extremo posterior de la zapata enterrada. Sobre esta superficie se
aplica un empuje de tierra Ea2 paralelo a la superficie del terreno. La suma de esta fuerza, con el
peso propio G2 del bloque de suelo entre el muro hipotético y el verdadero, permite determinar la
resultante RE , de manera similar al procedimiento anteriormente descrito. Sin embargo, esta
solución es aceptable solamente si la superficie de deslizamiento real no intercepta el trasdós del
muro.
En el caso de muros fundados sobre roca o terreno muy duro, sin la posibilidad de desplazamientos
en la fundación, para el cálculo del empuje de tierras habrá que partir de la condición de reposo. En
tales casos se recomienda considerar que la resultante del empuje de reposo sobre el muro hipotético
forma el ángulo β con la horizontal.
5.9.2
Igualmente se requieren consideraciones especiales para el cálculo del empuje de tierra que actúa
sobre el trasdós del muro, a ser utilizado para el diseño estructural de éste.
Tomando en cuenta que al desarrollarse una superficie de deslizamiento inclinada, una porción
significativa del terreno en contacto con el muro permanece en reposo (figura 14), se podría partir de
la hipótesis que la misma ejerce sobre el muro un especie de empuje de reposo, el cual debería ser
Página 10
menor que la magnitud completa calculada para el caso de reposo real. Durante la colocación del
relleno, principalmente en el caso de muros fundados sobre terrenos algo compresibles, es inevitable
el desarrollo de asentamientos que originan una leve rotación del muro hacia el terreno, lo cual a su
vez incrementa los empujes de tierra. Los procesos mencionados son muy complejos y, por ahora,
no se dispone de métodos numéricos para su evaluación correcta. Sin embargo, pueden generar un
ligero incremento del empuje de tierra y en consecuencia de los momentos flectores en el alma del
muro.
Cuña
deslizante
Superficie
de falla 1 Superficie de falla 2
Pared
ficticia
Superficie de falla
La distribución trapezoidal recomendada por la Norma del empuje calculado en forma aproximada
toma en cuenta, hasta cierto punto, esta condición, incrementando el brazo de palanca del empuje de
tierra con respecto a la esquina formada entre el muro y la zapata.
Página 11
5.10
Para el cálculo del empuje ejercido por el agua existente en el subsuelo se considera inicialmente la
condición hidrostática. El empuje de filtración se desarrolla solamente después de la consolidación
total del terreno.
5.11
Para determinar el gradiente hidráulico mediante redes de filtración se requiere una cierta
experiencia por parte del ingeniero proyectista.
Al utilizar las ecuaciones aproximadas indicadas en las ecuaciones 21 y 21 de la Norma DIN 4085,
se obtiene en la base del muro un exceso de presión hidrostática de aproximadamente 0.3·∆u ·γw .
Para el diseño del muro habrá que demostrar, adicionalmente, un factor de seguridad razonable
contra licuefacción por gradiente hidráulico.
5.12
Cuando una obra de contención es sometida a solicitaciones dinámicas, el equilibrio estático previo
es alterado. El conjunto muro/subsuelo desarrolla oscilaciones. Tales oscilaciones generan un
estado de esfuerzos dinámico, el cual se diferencia del estático en los siguientes aspectos principales:
- el comportamiento del subsuelo bajo estas condiciones, caracterizado por su ángulo de fricción,
cohesión, módulo de rigidez, etc. se altera, y
- el sistema es sometido a fuerzas adicionales originadas por la inercia del sistema.
La frecuencia crítica depende del grado de saturación del terreno, su densidad relativa,
granulometría, y de la aceleración relativa del proceso de corte: η = b/g.
1 ah
E a , din = • γ • h 2 • 0.75 • (3)
2 g
aplicada a una altura de 0.40·h por debajo del extremo superior del muro, donde ah representa la
aceleración horizontal y g la de gravedad.
5.13
El efecto tridimensional del empuje de tierras, en el caso de muros limitados en su longitud, no se
encuentra totalmente aclarado por ahora.
Página 12
Estudios teóricos fueron realizados por diferentes investigadores, (21), (22) y (23),principalmente
para la predicción del empuje sobre paredes soportadas por lodos, sin embargo podrían ser aplicados
al cálculo del empuje activo tridimensional contra muertos de anclaje, por ejemplo. No se conocen
estudios experimentales de la magnitud del empuje activo en tres dimensiones en cantidad suficiente.
Esto es particularmente válido en cuanto al término de la cohesión (22). Por tal motivo y para
quedar del lado de la seguridad, se ha recomendado un coeficiente de forma por cohesión igual a la
unidad.
Para poder realizar cálculos aproximados, la norma recomienda coeficientes de forma tomados como
valor promedio de las referencias 21,22 y 23. Para el caso de un ángulo de rozamiento trasdós-
terreno δ ≠ 0, se pueden utilizar los coeficientes publicados en (23).
De acuerdo con algunos investigadores, los coeficientes de forma η señalados para los empujes
activo y pasivo dependen también del ángulo de fricción del terreno. Los valores listados por la
Norma se encuentran del lado de la seguridad.
En el caso del empuje pasivo se ha considerado conveniente diferenciar entre elementos alargados
(h/b < 3.33) y angostos ((h/b > 3.33) (24, 25, 26, 27 y 28).
1 h2
s B = 40 • (5)
1 + 0.5 • D b
s G = 10 • (1 − 0.6 • D) • h 3 (6)
2 h3
sG = (7)
1 + 0.5 • D b
donde:
hyb representan la altura y el ancho de la superficie de apoyo del muro,
sB y sG los desplazamientos del muro en condición de rotura y de trabajo respectivamente, y
D la densidad relativa del terreno.