Deve Sad A Rogue Ira
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o recom cimient
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Aula de la Naturaleza en Moreda
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D esde que en 1985 tuve la oportunidad suelo propio, el trayecto que va desde Qui-
de viajar al Courel con José Luis Ro- roga “A bella durminte do Sil” hasta O Cou-
dríguez Marcos, periodista del Faro rel. Y si bien, hasta O Boi, la carretera es no-
de Vigo, algunas cosas han cambiado. Sin tablemente mejor, los ritmos y secuencias
embargo, su reportaje titulado “Chegando de la tierra se mantienen con el paso del
o Caurel” sigue, en su mayor parte, plena- tiempo. Por ello, dejamos que vuelva a ser
mente vigente. el maestro el que nos acompañe hasta Mo-
José Luis, mentor de periodistas, supo des- reda, lugar en el que arranca la ruta
cribir con el saber y el cariño del que pisa “Devesa da Rogueira”...
14 de julio de 1985 FARO DE VIGO José Luis Rodríguez Marcos “Chegando o Caurel”
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Fotografía: Cristina Martí Pascual del Pobil
encantados. Dicen que en Leixazós el ganado es Volviendo la vista al Norte topamos
funámbulo, que en Vilar sus escasos habitantes con el pico del Pájaro o Pía Páxa-
olvidan el sol desde septiembre hasta marzo... ro, que se yergue majestuoso
La primera etapa del viaje la hemos cumplido; por encima del horizonte. Es una
estamos en el alto Del Buey -un nacionalista de piramide de 1.616 mts. de orgullo que parecen
brocha y pintura trueca en gallega la gramática abrazar el firmamento como un enorme cíclope
castellana y rotula sobre el indicador de la ca- vigilante y mientras en sus entrañas mil y una
rretera: O Boi-, 1.061 mts. en la cima. La parada leyendas se prenden en un abrazo desesperado
es obligada por la belleza del paisaje. a una historia henchida de fuxidos e trasgos. Son
En tanto la mirada se pierde y vaga en la lejanía los demonios del águila, el lobo y el urogallo.
ávida, ante la grandeza de los valles, viene a mi El lobo, rey del invierno y de la nieve, acosado por
memoria la historia de antaño. la falta de alimento y un monte bajo fieramente
En las laderas todavía se dibujan corredoiras azotado por el fuego en el cálido verano, baja por
zigzagueantes que otrora fueron sendas de jor- las cañadas hacia los establos en busca de la res
naleros, que arrastrando miserables sandalias que mitigue la locura de su hambre. Antaño, eran
de esparto con suela de llanta de automóvil, pe- manadas, hoy, el hombre es su plaga. La flora
regrinaban semana tras semana en busca de su es devorada por las llamas, las truchas mueren
“bellocino de oro”, el preciado y escaso trabajo. envenenadas y el jabalí y el corzo desaparecen
Ascendían por ella canteros de parajes tan dis- acosados.
tantes como Penarrubias y Pacios da Serra hasta A sus pies Villarbacú, que fue después de la gue-
Bustelo y Vilamor. Eran los mismos que, cuando rra civil un campo de trabajo donde los penados
acuciaba el hambre, trocaban el cincel por la redimían parte de su condena escarbando en las
azada y se convertían en labriegos para acudir a minas y repoblando montes que ahora son des-
Castilla en las épocas de siega. bastados por la mano pirómana de muchos in-
Tiene Vilamor en la iglesia un ángel labriego talla- cendiarios. Más de un preso aprendió a rehacer
do en piedra. Unas manos encallecidas moldea- aquí su vida estableciéndose en alguno de estos
ron la talla como símbolo de su propia creencia valles.
religiosa forjada y alimentada por una testuz Tiene también memoria la Sierra del Caurel,
sempiternamente inclinada sobre el arado. como así lo atestigua Alvaro Cunqueiro en su
Desde aquí, desde el ato de O Boi, se contempla obra el Camino de Santiago, de que Alfonso II el
un paisaje agreste en los picachos pero cordial Casto rey de Oviedo se endurecía aquí para la
en los valles. Hacia el Oeste, en día claro, se re- batalla antes de retirarse a meditar y a poner
corta en el horizonte el Castillo de Monforte de en paz su alma en el cercano cenobio de Samos.
Lemos, iluminado como monumento secular de El Caurel, de riquísimo subsuelo, va ofreciendo
cruel conde que enfermo de amores, acabó sus con cuenta gotas lo mejor de sus entrañas. Ayer
días despeñado en Carucedo por sus rivales Tem- fue antimonio y hierro, hoy los barrenos y las
plarios. Más lejos y siempre hacia el Oeste dicen palas arrancan la pizarra, y mañana será el oro
ver unos e intuir los más, la capital de provincia. abrazado al cuarzo el que tal vez salve la maltre-
Lugo. cha economía de sus valles para que siga siendo
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vientre de promisión de portugueses y deshe- nada ha cambiado porque el médico y
redados. Mientras aquí acuden geólogos y estu- la ambulancia más cercana está
diantes de minería de Francia, Holanda y hasta en Quiroga.
incluso un miembro de la realeza belga a estudiar Más arriba está Folgoso de Caurel,
el subsuelo para los técnicos españoles parece donde el cuartel de la guardia civil, sito en la
ser un puro disparate. Quizá han tomado al pie de única ínfima explanada con un puñado de casas,
la letra un topónimo del valle: el Culo del Mundo. algún bar y una discoteca son su único núcleo ha-
El manantial de la Rogueira, de agua ferruginosa bitado. Sus fuentes de riqueza son la ganadería,
y caliza -muy escasos en Europa- dan la bienve- la pizarra, la emigración y los ancianos. En invier-
nida a los peregrinos renovándoles, año tras año, no la nieve lo cubre todo y el paraje se vuelve
la promesa de devolverles la salud perdida. Son inhóspito donde la única distracción es la tertulia
gentes venidas de toda España. y la televisión. Comemos en la única fonda donde
Dejamos atrás el Alto de O Boi y llegamos a Santa por cuatro cuartos nos sirven ternera y vino de
Eufemia. Es este, un villorrio casi deshabitado, la tierra completando la vianda con una conver-
pero muy hospitalario. Hoy aquí es un día festivo, sación en torno a la falta de ayuda, al abandono
de camisa limpia y rasurado, porque como todos de la sierra y a un -dicen-, loco que en ala delta
los penúltimos domingos de cada mes hay feria con motor desafía a las águilas. Aquí hace mucho
un poco más arriba, en Seoane. tiempo que no ocurre nada.
La parada es obligada. Una pequeña cantina, pero La ascensión termina en Seoane de Caurel, tierra
bien surtida, nos da la bienvenida. Allí hablamos de los poetas Pombo y Uxío. Las casas apiñadas
del tiempo, de la feria y de los emigrados. Al pero de construcción reciente y una sucursal
otro lado del cristal, mientras el viento entona del Banco hablan a las claras de una próspera
notas de gaita y arpa -viene a mi memoria la economía.
música de Emilio Cao y su composición Chegan- El tiempo aconseja no seguir adelante. Más arriba
do o Caurel, que da título al presente reportaje-, está la prehistoria, las pallozas y el Cebreiro, la
unos chiquillos desnutridos van acompasando carretera es de mal trazado pero al menos está
sus pasos al del ganado mientras sus mayores asfaltada.
continúan repitiendo, en la mejor tradición oral, El regreso es amable. Ya no llueve y la luz huye
las promesa incumplidas de los distintos admi- del alto hacia los valles. Al fondo el Sil viene entre
nistradores del Estado. A todos ellos se les paró montes encajonado. Atrás quedan pueblos, col-
el reloj antaño. Son deficitarios en casi todo y menares, lobos, águilas y urogallos. Si alguien lo
un futuro sin educación ni mejoras sociales les tiene a bien deberá ordenar por ley que el Caurel
llevará irremisiblemente al olvido, a la pobreza, sea de una vez por todas y para siempre Par-
a la emigración o al hambre. Algunas cosas han que Nacional antes de que el abandono se pegue
cambiado no obstante; los carros de bueyes que como una lapa más aún al paisaje.
bajaban antaño a Quiroga ya 22 kms. sierra abajo, José Luis Rodríguez Marcos
en busca de suministro mensual, fueron sustitui-
dos por modernos Land Rover que hoy se ocupan
de que nada les falte. En el aspecto sanitario
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«Devesa es la palabra que se utiliza en el Courel para
denominar a los bosques de tipo atlántico orientados
al norte, por lo que contarán con especies adaptadas a
ambientes de mayor sombra y humedad.
Las devesas son bosques pluriespecíficos asentados
sobre suelos escasamente desarrollados, formados a
partir de roquedos o piedras gruesas de naturaleza
litológica variada, situados en las partes bajas de la-
deras o gargantas fluviales.»
XUNTA DE GALICIA. CONSELLERÍA DE MEDIO AMBIENTE.
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Flora: «En el Caurel se encuentran representadas el 40% de las es-
pecies vegetales gallegas. Castaño, robles y rebollo, arce, encinas,
acebo, tejo, hayas, olmos, avellanos, abedules, brezos. A partir de los
800-900 m de altitud el bosque deja paso a grandes grupos de mato-
rrales de poca altura pero muy densos, formados principalmente por
brezos, retamas, retama blanca y carquesas.
Fauna: «jabalí, lirón gris, conejo, desmán, topillo rojo, ratón de
campo, marta, armiño, gineta, tejón, lontra, gato montés, zorro,
comadreja, lobo, nutira, lechuza común, cárabo común, mochuelo,
pito real, reyezuelo listado, zorzal común, camachuelo común, pico
picapinos, urraca, arrendajo, chova, colirrojo real, papamoscas gris,
murciélagos de herradura, ratonero, orejudos y de las cuevas, ra-
tonero común, águila culebrera, cernícalo vulgar, gavilán rastrero,
perdiz, bisibita alpino, acentor alpino,tritón común, palmeado y jas-
peado, sapo común, sapillo pintojo, ranita de San Antón, rana común
y patilarga, lagarto verdinegro, lagartijas serranas, lagartijas roque-
ras y la culebra lisa, salamandra,ciervo volante»
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IBÉRICOS preparados para llevar en la mochila
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