Vizcardo y Guzman
Vizcardo y Guzman
Vizcardo y Guzman
Hermanos y Compatriotas:
6.—Alguna parle de verdad encierra esta frase y ella nos recuerda la lucha sos-
Unida por los descendientes de los conquisiadores con la Corona sobre la perpehiidícT
de \a.s enccmiendas. Aunque en el exigir recompensa de sus servicios hulso eicsso
por parle de los primeros, es innegable que tenían derecho a ser gratificados en si
y en sus sucesores. A este propósiio buer.c c-3 recordar lo que, según Guiiérrss de
Santa Clara, decían los vecinos del Perú, cuando tuvieron noticia de las Nuevas he-
•yaz: "Y demás daslo dezian que si la tierra no estuviera conquistada-a costa deltas,
tjue nunca el Rey les quitara cosa alguna, ni gozara de nada, F or Q ue no se uvie-ra
llevado, como se llovó tanta riqueza de oro y plata y esmeraldas y que nunca s? hn-
chiera de tan grandes riquezas como se avian visto en !a Casa de la Contratación." (Li-
bro 1, Cap. 1, p. Sfl. Madrid, 1904) (N. del E.). . : . . . .
92 --
9.—Viaje a la América Meridional. Tora. ], Lib. 5, Cap. VIII. (N. del A.) Se iraia
de ia obra de D. Jorge Juan y D. Anionio de Ulloa: Relación Hislórica del Viaje a la
América Meridional hecho de Orden de S.M M,adrid, 17 43. En el lugar indicado
se expresan asi aquellos ilustres marinos: "Por Guayaquil lamhién se introduce el
Hierro y Acero, tanto el de Europa como el de la cosia de Guatemala; y estos dos gé-
neros, que tienen un gran consumo para el trabajo de las haciendas, suelen lograr
tan altos precios, que a veces vale el quinta! de hierra a ciento v más pesos y ciento
y cincuenta el de acero". (N. del E.).
10.—Ibid. Tom. 1, Lib. 1, Cap. VIII. (N. del A.) El texto citado dice así: "...Care-
cen de... vino, aceite y pasa, los cuales se llevan de Europa y, por esta razón, ade-
más de ser escasos, son caros y hay ocasiones en que totalmente hay falla .de ellos,
Cuando sucede esto con el vino, lo padece la salud, porqua acostumbrados lodos los
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/ P o r h o n o r d e la h u m a n i d a d y de n u e s t r a nación,
m á s vale pasar en silencio los horrores, y las violencias
del o_tro^_coinercio exclusivo ( c o n o c i d o en el P e r ú c o n el
n o m b r e d e r e p a r t i m i e n t o s , ) q u e se _arrogan_los..csriggi. ;
d o r e s y alcaldes m a y o r e s p a r a la desolación, y ruina par-
ticular d e los d e s g r a c i a d o s indios y mestizos, j Q u é ma-
ravilla es pues, si c o n t a n t o oro y p l a t a ^ d e QU^.^emos ca-
si^ saciado al universo, p o s e a m o s apenas con q u e cubrir
nuestra d e s n u d e z ? ¿De qué sirven tantas tierras tan fér-
tiles, si a d e m á s d e la falta d e instrumentos necesarios pa-
ra_]abrarlas, nos es p o r otra p a r t e inútil el h a c e r l o m á s
8 allá d e nuestra p r o p i a / c o n s u m a c i ó n ? T a n t o s bienes, co-
m o la naturaleza nos p r o d i g a , son e n t e r a m e n t e p e r d i d o s ;
ellos acusan la tiranía q u e n o s impide el a p r o v e c h a r l o s
c o m u n i c á n d o n o s con otros pueblos, ( n ) .
que no beben el aguardiente a su uso en las comidas (que es casi lodo el vecindario,
a excepción de les negros) extrañan lanfo su falla que no teniendo toiividad los es-
tómagos por si para digerir, enferman y se experimenta epidemia en Joda la ciudad.
Esto sucedió al iiempo que llegamos nosotros, siendo lanía la escasez que de él se
padecía que no S3 decía misa más que en una Iglesia" (N. del E.). <
11.—Las restricciones puestas al comercio exterior no pudieron menos de para-
lizar el desenvolvimiento económico de estos países y fueron causa del bajo precio
de las propiedades rusticas. Ya un ministro clarividente, como D. Bernardo Ward±1
señaló en su Proyecio Económico (Madrid, 1779) los graves defectos del sistema intro-
ducido por España en América y sentó dos verdades bien palmarias: primero, que el
comercie era el que había de vivificar a estos países, como la circulación de la san-
gre al cuerpo humano y en ellos, por su estancamiento, no se producían sino enfer-
medades; segundo, que el buen aprovechamiento de la tierra era la mina más rica
del mundo. V. la Parte 2<? de su obra. Cap. 1 y IV. (N. del E.).
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12.—Sabido es que, cuando Carlos V se presentó por vez primera ante las Corles,
en Valladolid, (5 de Febrero de 1518) a fin de ser reconocido por ellas como Soberano,
los Procuradores le hicieron algunas peüciones que muestran bien a las claras el
re_celo_ conjjue miraban^ Jos exiranjeros. La 5? decia que no se dieran a exiran-
jeros oficios ni beneficios, dignidades ni gobierno, ni carias de naturaleza y_qnei se
revocaran las que se hubiesen dado; 6<? Que los embajadores de los Reynos de EjjPjg?.
fuesen naturales de ellos; 7? que en la casa real sólo hicieran servUia^¿sjejlajios_i>
4
O)
C&rclo ¿Sliuiuun'e/' eyx'^c/uíla^/' =¿&rn.cmo ••
.Jh.J!JÍ. 2\ S. JMZi,
Sus mas renlte/os xfeyre'iiurrcS
Cu */¿>/e/v#r>-ic¿>ric stssívyno.
— 97 —
13.s|rEs cosa sabida qus el americanismo comenzó a dar las primeras señales de si
cuando los americanos, aun siando íie'ss servidores de la monarquía española, pi-
diercjn_np__se_J_es_ postergase en la provisión de oficios y cargos públicos."] Desde el
año 1725 insisien los criollos en que se les reconoozca el mismo derecho que a los
peninsulares de ejercer cualesquiera empleos. Tal fué el objelo del extenso memorial
que el mexicana Antonio ds Ahumada présenlo a Felipe V y fué impreso en Madrid
en dicho año. Más tarda el laiacungueño, Ignacio de Flores, vuelve a pedir lo mismo
a Carlos III (1730). A esics nombres habría que agregar el del limeño, Manuel de
Vidjuno y el del aulor do los "Volos de los Americanos a la Nación Española y a
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Nuestro Amado Monarca el Sr. D. Fernando VII..." escrita en 1819 para refutar las
máximas del Obispo D. Manuel do Abad y Queipo, en su Carta de 20 de Junio de 1315.
(N. del E).
14.—En el lugar citado, dice asi el Inca Historiador: "También eriraron en la
acusación (puesta por el Fiscal al Inca Tupac Amaru) les mestizos, hijos de los Con-
quistadores de aquel Imperio y de las indias, naturales de él. Pusiéronles por capítu_-_
lo que se avian conjurado con el Príncipe Tupac Amaru" con ios demás Incas para
alzarse con el Reino... y que estos énsTT^onTiffSEioñ^ié habían quejado al Príncipe
Inca, diciendo... que ni por los méritos de sus padres ni por la naturaleza y legí-
tima de la hacienda de sus madres y abuelos no les bahía cabido nada, siendo hi-
jos de los más beneméritos de aquel Imperio, porque los Gobsrnadores habían dado
a sus parientes y amigos lo que sus padres ganaran y había sido de sus abuelos
maternos y que a ellos los dejaron desamparados, necesitados a pedir limosna para
poder comer o forzados a saltear por los caminos para poder vivir y morir ahorca-
dos..." En pocos lugares habrá puesto Garcilaso, a quien le cuadraba da iodo en io-
do este bosquejo de los mestizos, tanta vehemencia. (N. del E.).
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15.—Pasemos por alio el duro epíteto que Vizcardo aplica a D. Francisco de Tc~'
lodo y qus estuvo lejos de merecer, pero en el asunto de la conspiración de los Incas
del Cuzco hay que reconocer que D. Francisco no anduvo muy acertado. Hemos tra-
tado largamente de ello en nuestra obra: "Historia del Perú. Virreinato. (1551—1600),
Buenos Aires, 1950". V. el Cap. XII, p. 262 y s. Contrariamente a lo sostenido por D.
Roberto Levilüer en su conocida obra sobre Toledo, soslenemos que no existió la
¡al conjuración, puss no sólo sé rehabilitó a algunos de los principales acusados, co-
mo D. Carlos Inca, sino que, además la Audiencia de Lima aceptó la apelación que
muchos do elios interpusieren y esiorbó el que se los embarcass para España. El
Roy, finalmente, aprobó lo hecho y encargó a Toledo no se entrometiese en las causas
de justicia. (N. del E.)
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IS.—El episodio qne aquí se narra lo Irae el Inca Garcilaso en la 2;: Parte de
sus • Comentarios Reales, Libro VII, Cap. XVII. (N. del E.).
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p. 1 5 D e s p u é s d e h a v e r l o s b o t a d o en u n p a y s , q u e n o e s
d e su d o m i n a c i ó n , y renunciándolos como vasallos, la
c o r t e d e E s p a ñ a , p o r u n a c o n t r a d i c c i ó n y un refinamien-
to i n a u d i t o d e c r u e l d a d e s , c o n u n furor que sólo puede
i n s p i r a r á l o s t i r a n o s el m i e d o d e la i n o c e n c i a sacrifica-
da, la c o r t e s e h a r e s e r v a d o el d e r e c h o d e perseguirlos
y oprimirlos continuamente. La muerte ha librado ya,
a la m a y o r p a r t e d e e s t o s d e s t e r r a d o s d e l a s m i s e r i a s q u e
l e s h a n a c o m p a ñ a d o h a s t a el s e p u l c r o . Los otros arras-
tran una vida infortunada y son una prueba de aquella
c r u e l d a d d e c a r á c t e r q u e t a n t a s v e c e s se h a e c h a d o e n c a -
r a a la n a c i ó n e s p a ñ o l a , aunque realmente esta mancha
no deba caer sino sobre el despotismo de su gobier-
p . 1 6 n o . ( 1 8 / . T r e s siglos e n t e r o s , d u r a n t e los cuales este g o -
19.—Lib. 21, Cap. 22. (N. del A.) La cila de Vizcardo está lomada de "El Espí-
ritu da las Leyes" y las palabras textuales de Montesquiéu son las siguientes: "Las
Indias y España son dos potencias que gobierna un mismo Soberano, pero las Indias
sen lo principal y España lo accesorio. En vano pretenderá la política subordinar
lo rjrincipal a lo secundario; no es España la que atrae a las Indias sino las Indias
las que atraen a España.
Cerca ds cincuenta millones de mercaderías van a las Indias cada año; de ellas
EO proporciona España más que dos millones y medio, de suerte que las Indias ha-
cen un comercio de cincuenta millones cuando no pasa de dos y medio el que hace
Essaáa". (M. del E.).
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22.—En el año de 178G exislían en Italia más de 3000 ex-jesuítas, restos de aque-
llos 5000 desveniurados, que no tenían por toda renla sino la pensión de 2 paoli
por día, apenas bástanles para alimentar a un criado. (N. del A.). En la cura dada
por Vizcardo se incluyen lanío los jesuílas americanos como los españoles. Según
ía Pragmática la pensión que se les señaló había de ser de 100 pesos para los Sa-
cerdotes y 90 para los Hermanos Coadjutores, pera, como advierte el P. José Fran-
cisco de Isla, en su Memorial esa psnsión con los descuentos vino a reducirse a
cuatro reales de vellón al día, para los sacerdotes y tres y medio para los coadju-
tores. Con lan exigua suma no era fácil vivir aun en aquel entonces, sobre todo
desde el momento en que, disuelta la Compañía, cesó la vida común y cada uno hubo
ds mirar por si. De allí el que uno de los expatriados pudiera decir gráficamente:
No teniendo oiro recurso que la pensión, resulta que con eUa el que se viste no
come y el que come no tiene para vestirse. A ello había que añadir que ese mez-
quino subsidio venía a perderse, ya sea por salir de los Estados Pontificios, ya sea
por no proceder en conformidad con les deseos de la Corte de España. (N. del E.).
El progreso d e la g r a n d e revolutión q u e a c a b a m o s
d e bosquejar y q u e se h a p e r p e t u a d o h a s t a n o s o t r o s e n
la constitución y g o b i e r n o d e E s p a ñ a , es c o n f o r m e c o n
la historia nacional. P a s e m o s a h o r a al e x a m e n d e la i n :
fluencia que nosotros d e b e m o s esperar ó t e m e r d e esta
misma revolución.
24.—Es muy cierlo que el acto despótico de privar de sus bienes a miles d< sub-
ditos pacificcs y desterrarlos violentamente de su patria no sólo hizo que el pueblo
de España y América perdiese la confianza en el Soberano sino qu« la enaga-aí h s
voluntades de muchos de ellos. ¡Je esta manera e indirectamente los Jesuítas con-
tribuyeron a disponer el ambiente en favor de la emañc^iclorl BÍ~aT)uso del po-
der real~io~Kízd' sino" socavar" los ¿ímiepJc^dej_Ír^no^y desde entonces puede de-
cirse que comenzó a bambolearse el de España. (N. del E.).
— 110 —
p , 31 / U n a m a r i n a p o d e r o s a , p r o n t o á t r a e r n o s t o d o s los
h o r r o r e s d e la destrucción, es el o t r o m e d i o que n u e s t r a
resistencia p a s a d a ha sugerido á la tiranía. Este a p o y o es
necesario al g o b i e r n o p a r a la conservación d e las Indias.
El d e c r e t o d e 8 d e julio d e 1 7 8 7 o r d e n a , que las rentas
d e las Indias ( e x c e p t u a d a la del t a b a c o ) preparen los
fondos suficientes para pagar la mitad, ó el tercio d e los
enormes gastos que exige la marina real.
¿Est
/Este glorioso triunfo será c o m p l e t o y costará p o c o
á la h u m a n i d a d . L a flaqueza d e l único enemigo, interesa-
d o en o p o n e r s e á ella, no le p e r m i t e e m p l e a r la fuerza a-
k i e r t a sin acelerar su ruina J o t a l . Su principal a p o y o está
en_las_ riquezas que nosotros le d a m o s , que éstas le sean
r
5 h H S ^ a s ' <3 ue e^as sirvan á nuestra defensa y entonces
su rabia es i m p o t e n t e . Nuestra causa, p o r otra parte, es
tan justa, tan favorable al g é n e r o h u m a n o , que no es p o -
sible hallar e n t r e las o t r a s naciones ninguna que se cargue
d e la infamia d e c o m b a t i r n o s ó que renunciando á sus in-
tereses personales ,ose c o n t r a d e c i r los deseos generales
en favor d e nuestra libertad. El e s p a ñ o l sabio v virtuo-
so, que gime enj silencio d e ^ _ o p j ; e s i ó n ^ e ^ s ' L J H J x i 3 ' a-
p l a u d i r á en su corazón nuestra e m p r e s a . Se verá rena-
cer la gloria nacional en un imperio inmenso, convertido
p. 4 0 en asilo seguro p a r a t o d o s los e s p a / ñ o l e s , que a d e m á s
d e la h o s p i t a l i d a d fraternal que siempre han hallado allí
p o d r á n respirar l i b r e m e n t e b a j o las leyes de la razón y
d e la justiciad
.29.—Quá motivo jusio podía tenei el gobierno español para .declarar la guerra
a los indios, dice el virtuoso Las Casas, que no le habían hecho jamás ningún agra-
.yio ni inquietado de ninguna manera? Ellos no les habían visto jamás ni conocido,
.no' habían desembarcado en sus tierras para hacer correrías en ellas, no habían he-
.C.ÍÍO jamás profesión del cristianismo, como los moros del Reino de Granada.
Tampoco se cuede tachar a !os indios da ser enemigos declarados de nuestra fe ni
— 1 19 —
o b s t á c u l o s q u e el e g o í s m o m á s i n s e n s a t o o p o n e a l bien-
e s t a r d e t o d o el g é n e r o h u m a n o , s a c r i f i c a n d o s u s v e r d a -
d e r o s i n t e r e s e s a l p l a c e r b á r b a r o d e i m p e d i r el b i e n a g e -
n o , ¡Iqué a g r a d a b l e y s e n s i b l e e s p e c t á c u l o p r e s e n t a r á n las
c o s t a s d e la A m é r i c a , c u b i e r t a s d e h o m b r e s d e _ t o d a s las
•¿VísCÁyQ naciones, c a m b i a n d o las p r o d u c c i o n e s d e sus,.países por
las n u e s t r a s ! Q u á n t o s hu3'endo d e la opresión ó d e la
miseria, vendrán a enriquecernos con su i n d u s t r i a , con
da hacer ob:.=.s ''ai?. destruirla con persecuciones abiertas o con persecuciones ocul
tas, forzando a ¡os cristianas a renunciar su fe para obligarles a volverse idóla-
tras. Las leyes divinas y humanas no han permitido jamás hacer la guerra a las
naciones bajo el pretexto de establecer en ellas la fe, a menos que no se quiera
sostener que la ley evangélica, llena de caridad, de dulzura, de humildad, deba ser
introducida en el mundo por la fuerza como la ley de Mahoma.
"No hay lugares en el mundo donde los animales multipliquen tanto como en las
Indias, porque el aire allí es templado y favorable a la generación. Pero los españo-
les han hallado el secreto de despoblar enteramente las regiones llenas de una mul-
titud infinita de hombres y mujeres, a los cuales han matado injustamente para apo-
derarse del oro y plata que poseían: los oiros los han hecho perecer haciéndolos ira-
bajar con exceso, obligándolos a llevar cargas muy pesadas, por espacio de ciento y
doscientas leguas, tanto que para tener riquezas sacrificaban la vida de los indios.
Nada decimos que no sea muy verdadero y no decimos aun la mitad de las cosas que
hemos visto". Bartolomé de las Casas. Descubrimiento de las Indias. París, 1597.
(N. del A.) Bajo este iítulo no es conocida ninguna de las obras del célebre dominico,
pero una traducción francesa de su "Brevísima Relación de la Destrucción de las In-
dias Occidentales" apareció ya en 1579 y la edición de París que aquí se cita iiene
por título: "La Dscouverte des Indes Occidentales par les Espagnols. Ecrite par Doni
Balthazar de Las Casas. Eveque de Chiapa. Dediée a Monseigneur le Comts de
Toulouse. A París, Chez André Prelard, rué Saint Jacques, a I'Occasion. 1697". 12"?
En esta obra se debió incluir oiro Tratarlo de Las Casas que lleva por título: "Este
es un Tratado que el Obispo de esta Ciudad Real de Chiapa D. Fray Bartolomé de
las Casas o Casaus compuso por comisión de! Consejo Real de las Indias sobre
la materia de los indios que se han hecho en ellas esclavos...", el cual se im-
primió, per vez primera, en Sevilla en 1552. Ahora bien, en las primeras pági-
nas de la Coaclusién, que se sigue al brevísimo Prólogo, se encuentran las frases
citadas por Vizcardo, si bien es verdad que, sea por haberlas traducido de! fran-
cés, sea porque el traductor galo alteró un tanto los conceptos del Obispo, h si-
militud con el origina! no es exacta. (N. de! E,).
120
1801
Carta dirigida a los españoles americanos por uno de sus compalriotas. Yincel
Amor Patriae, El amor de la Patria vencerá. I preso en Londres por F. Bayle.
Vine Street. Piccadilly. 1801.
1808
1809
-The Edinburgh Review. January 1803. Number XXVI. p. 227 y sig. No inserta
íntegra la carta, pero se da una corta noticia biográfica de su autor.
1810
•JjlAniepara. South American Emancipation. Documents hisiorical & expla-
ñatory, showing the design which have been in progress & ihe exertions made
by General Miranda.
London, 1810, Imp. by R. Juigué. 4<?.
El autor se dice natural de Guayaquil, pero según C. Villanueva, Antepara no
hizo más que prestar su nombre, correspondiendo a Miranda la paternidad de
la obra. En el primer capítulo se cita la carta de Vizcardo y Guzmán, con es-
te título: "Review oí Lelire aux Espagnols americains par Vizcardo, extracíed
from the Edinburgh Review for January 1809".
1811
-Ricardo Becerra cita una edición de Caracas que, dice no ha alcanzado a ver.
No hemos sido más afortunados que él, pero poseemos una copia ms. de la Car-
ia de Vizcardo, cuyo encabezamienlo dice así, en letra del tiempo: "Carta d¡-
ri gida a los Españoles Americaaos por uno de sus compatriotas. Impresa en
Londres por P. Bayle &", de donde se colige que es copia de la -edición ingle-
sa de 1801/ A continuación se añade: "Adición al Aviso al Público. N"? 5,
Viernes 2 de Noviembre de 1810", que parecen dar a entender que la Carta
apareció más o menos por entonces en alguna Gaceta. El ms. en 4? tiene 9
hojas y al iin se lee: Con licencia del Superior Gobierno, como era costumbre
en esta clase de publicaciones. Como la edición no es ciertamente de Lima ó
Buenos Aires, cebe suponer que sea de Caracas. • . . .
1816
-Carta dirigida a los Españoles Americanos por uno de sus compatriotas. Buenos
Aires: Reimpresa en la Imprenta de la Independencia. 1816. 8? 22 p. Citada
por A. Zinny. Bibliografía Histórica de las Provincias Unidas del Río de La
— 125 —
Piala, desde el año 1780 hasta el de 1821. Apéndice a la Gaceta de Euenos Aires,
-p. 186-187.
1822
-Ei Correo Mercantil, Político y Literario. N? 18 y s. Lima. 28 de Febrero y 7,
14 y 22 de Marzo de 1822. Fol. i p.
1911
Carlos A. Villanueva. Napolón y la Independencia de América. París (Char-
íres, Garnier Hnos. 1911. 8?. XII y 382 p. V. Apéndice p. 295 y s. Texto en fran-
cés de la Carta de Vizcardo.
1928
Carlos A. Aldao. Miranda y los Orígenes de la Independencia Americana, segui-
da de la traducción de The History of Don Francisco de Miranda's allemps io
eiiect a revolution in South America by a Genlleman who was an officer under
that General. Edilorial América Unida. Bibliot. de Estudios Históricos. Vol.
5. Buenos Aires, 1928.
Boletín del Museo Bolivariano. N? 4. Diciembre de 1928. Lima. p. 82 y s.
1938
Archivo del General Miranda. Negociaciones. 1770—1810. Tomo XV. Caracas.
1938. p. 322—342. Se reproduce el texto francés de la Carta.
1932
Boletín Archivo General de la Nación. México. Tomo III. Abril — Junio. 1932.
Documentos Históricos, p. 161. y s. Se insertan fragmentos de la Carta. Sus-
cribe Nicolás Hangel.
1946
ünuario de Estudios Americanos vol. III. Sevilla, 1946 p. 645—665. Se reproduce
la edición Londinense de 1801. Apédice al estudio de M. Giménez Fernández.
Las ideas Populistas en la Independencia de América.
1948
Comité pro Segundo Centenario del Nacimiento de Don Juan Pablo Vizcardo y
Guzmán. Caria a los Españoles Americanos. Arequipa, 1948.
Esta edición hecha, según tenemos entendido, en mimeógrafo no alcanzó a cir-
cular profusamenie.
Revista de la Universidad de Arequipa. Año XX. N?. 27 Abril—Junio 1948. p.
9—31. Se reproduce el texto en castellano de la Carla.
— 126 —
KEFEBEMCIAS
Carlos A. Aldaa. Nuevos Datos sobre el General Miranda y las Invasiones Britá-
nicas al Río da la Plata. Buenos Aires, 1939.
Archivo del General Miranda. Negociaciones. 1770—1806. Vols. XV, XVI y XVII.
Caracas. — La Habana. 1938—1950.