Vigilancia Higiene
Vigilancia Higiene
Vigilancia Higiene
DE RIESGOS OCUPACIONALES
Ernesto G arcía Machín
Capítulo 6.
Ventilación
1. Introducción
2. Generalidades
3. Tipos de Ventilación
4. Evaluación de los Sistemas. Equipos de Medición más utilizados.
5. Elementos a considerar en la evaluación de los sistemas.
6. Tipos de ventiladores
7. Depuradores de los sistemas de captura de contaminantes.
8. Aplicaciones básicas de sistemas de ventilación.
1. Introducción.
El desarrollo tecnológico ha permitido que la humanidad tenga posibilidades de alcanzar niveles de pro-
ducción que satisfagan sus necesidades. No obstante el sistema social imperante en la mayoría de los paí-
ses, no promueve al mismo grado el establecimiento de condiciones laborales que permitan al trabajador
satisfacer su necesidad vital más importante, que consideramos es la salud. La introducción de nuevas
tecnologías además de aportar un innegable beneficio al hombre, han incrementado los riesgos para el
trabajador, el cual puede verse afectado en su salud y calidad de vida.
Entre las condiciones de trabajo presentes en la actualidad, es muy frecuente la exposición a sustancias
tóxicas y a la sobrecarga térmica en todos aquellos procesos denominados calientes. La Higiene Ocupa-
cional o Industrial tiene como uno de sus objetivos controlar los riesgos en el ambiente laboral y como
una técnica esencial a estos fines se encuentra la ventilación, mediante la que podemos controlar los
riesgos inherentes al calor ambiental y la contaminación del aire por sustancias químicas.
Todo trabajador desea un ambiente libre de sustancias tóxicas y con un clima soportable para realizar
sus labores, aspira a un ambiente seguro, en el que se le faciliten condiciones de trabajo, que le permitan
cumplir con las tareas asignadas sin tener que exponer su salud, debido a una carga térmica excesiva o
a la absorción de las sustancias químicas que se manejan en el proceso. Sin embargo, son frecuentes las
quejas que se reciben de los trabajadores en estos aspectos, ya que los procesos carecen de sistemas de
ventilación que permitan renovar el aire o captar los contaminantes en las fuentes de generación. Los
empresarios deben estar conscientes que cuando el trabajador realiza sus actividades en condiciones
de seguridad y salud, es más productivo, ya que adquiere un compromiso con aquellos que considera
cuidan de su bienestar físico, mental y social. Esto determina la necesidad de que a los procesos con estos
riesgos se le apliquen las técnicas de ventilación correspondientes, para minimizar la exposición al calor
y a los contaminantes químicos.
Este capítulo no pretende ser un tratado de Ventilación, sino dar al Higienista Ocupacional los conceptos
básicos, que le permitan en una inspección o revisión de un proyecto, poder identificar aspectos en el
diseño u operación que limitan la eficiencia y brindar en sistemas sencillos sugerencias para su mejora.
Los objetivos de seguridad y salud que debe satisfacer un Sistema de Ventilación son los siguientes:
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• Renovar el aire de los ambientes de trabajo para mantener condiciones microclimáticas permisibles
2. Generalidades.
Definiciones
Ventilación
Ventilación será la renovación de aire en cantidad, calidad y forma conveniente por razones fisiológicas,
higiénicas y tecnológicas.
Es necesario explicar este concepto, ya que es fundamental para interpretar las características que debe
poseer un sistema para satisfacer los aspectos de Seguridad y Salud, ya que en ocasiones los elementos
que se han considerado son las necesidades del proceso y no las del trabajador.
Ante todo, el sistema debe garantizar una cantidad de aire que satisfaga las necesidades vitales del traba-
jador o sea el oxígeno necesario y el poder disipar el calor generado tanto por la carga de trabajo como
por el ambiente. De igual forma deberá garantizar que se cumplan los límites de exposición permisibles
de sustancias tóxicas, así como, las exigencias del proceso relativas a la combustión, enfriamiento de los
equipos y otras necesidades tecnológicas. A estos fines el aire que se renueva debe poseer una calidad
que satisfaga los requerimientos del trabajador y de los productos que se elaboran. Es decir, debe tener
una temperatura, humedad y % de oxígeno adecuados, no debe estar contaminado con sustancias quí-
micas o polvos y ser inodoro.
El otro elemento que debemos analizar es la forma en que renovamos este aire para satisfacer las deman-
das. En ocasiones lo que se desea fisiológicamente es disipar el calor por convección, por lo que habrá
que establecer un sistema general que asegure el movimiento de aire requerido a dicho fin. En otros
casos el problema higiénico radica en un punto particular del proceso, por lo que deberá diseñarse un sis-
tema localizado y no general. También es necesaria la homogeneidad de la ventilación por lo que tienen
que existir las entradas y salidas adecuadas para garantizar la eficiente renovación del aire.
Por último, insistir en que debe entenderse siempre que la ventilación es sinónimo de renovación o re-
posición de aire sucio o contaminado por aire limpio, por ejemplo, un sistema de climatización con una
recirculación del aire al 100% no puede considerarse como un sistema de ventilación. Para medir o es-
pecificar la ventilación de un recinto hay que indicar el volumen de aire que se renueva en la unidad de
tiempo en m3/min. o m3/h.
2.1.2. Flujo volumétrico o caudal.
Es el volumen o cantidad de aire que atraviesa una sección determinada por unidad de tiempo.
Podemos estimar caudal (Q) en un punto determinado de la sección basados en la ecuación de continui-
dad (figura 1). En general la determinación del caudal (Q) de circulación de un fluido se realiza indirecta-
mente mediante el cálculo de su velocidad (v), a partir de la presión dinámica, y el área transversal (A) de
la sección considerada de acuerdo con la expresión siguiente:
Q=AxV donde: Q = Caudal en m/s, m3/min., m3/h.
V = Velocidad media en m/s, m/min.
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A = Area en metros cuadrados (m2)
La ecuación de continuidad representa la Ley de conservación de las masas de fluido que circula por un
conducto (Figura 1).
Por tanto observando la figura podemos expresar que en la sección A1 la cantidad de fluido que pasará
en la unidad de tiempo será igual a:
Q1 = ρ1 A1 V1 Donde: ρ1 = Densidad del aire
A1 = Sección del conducto
V1 = Velocidad media del aire
De la misma manera en A2 podemos expresar que:
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La figura 3 consiste en un conducto al cual se le ha colocado un ventilador dividiéndolo en dos partes la
de aspiración y la de impulsión. Como se puede observar en el lado de aspiración la PT y la PE son negati-
vas, o sea inferiores a la presión atmosférica, mientras que en el de impulsión son positivas. En el caso de
la PD esta siempre será positiva. Los valores de las diferentes presiones son expresados en mmcda.
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de ambos conductos.
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Las características del flujo en sistemas de impulsión o extracción se diferencian (Figura 5) y es necesario
conocer su efecto, para lograr resultados efectivos cuando diseñamos o proponemos establecer un sis-
tema de ventilación, sobre todo en climas y condiciones económicas como las nuestras. Existe una gran
diferencia cuando impulsamos el aire a través de una abertura, mantiene su direccionalidad hasta una
distancia considerable, se ha comprobado que en este caso se mantiene el 10% de la velocidad en la
descarga una distancia equivalente a unos 30 diámetros, mientras que con la misma abertura en función
de extracción el 10% de la velocidad se alcanza a 1 diámetro de la descarga y además el flujo no sería
direccional.
Este aspecto nos orienta a que en general la extracción es más efectiva para sistemas de eliminación de
contaminantes, cuanto más se acerque la toma de aire (campana) al lugar en que se genera el mismo y
se logre el mayor encerramiento posible de la fuente. Mientras que los sistemas de impulsión son más
efectivos cuando se requiere crear movimiento de aire en lugares de trabajo con el objetivo de mejorar el
intercambio de calor de los trabajadores por convección, mejorando las condiciones climáticas, siempre
que no existan fuentes generadoras de contaminantes.
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Ventilación Natural
Es importante en cualquier edificación establecer en su diseño las características que permitan la mejor
ventilación natural posible, ya que posee la ventaja de no ocasionar gastos de energía y prácticamente no
necesitar de mantenimiento. Algunos principios generales a considerar para la proyección y evaluación
de estos sistemas, son los siguientes:
• Los elementos de ventilación (vanos) deben estar bien distribuidos y orientados de acuerdo con las
brisas predominantes.
• Las entradas y salidas de aire no se encontrarán obstruidas por edificaciones, almacenamientos, ár-
boles, etc.
• Las áreas de aberturas de entrada y salida del aire serán preferiblemente de igual tamaño y estar
distribuidas de forma que nos se establezcan cortocircuitos de aire.
• En el lado de salida del aire, deben considerarse además de los vanos normales, otros a una distancia
vertical superior, de forma que se aproveche el gradiente térmico en el movimiento del aire.
• En los locales con gran desprendimiento de calor se recomienda el diseño de monitores en el techo
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y campanas sobre las fuentes generadoras.
En países con climas templados como Cuba, nos pronunciamos por establecer la mayor área de aberturas
y en los casos posibles eliminar paredes hasta una altura de 4m., colocando aleros para limitar la entrada
de la lluvia. La experiencia nos ha demostrado que es importante en este sentido que las aberturas (ven-
tanas) no se establezcan a niveles superiores a 1,50 m, ya que el flujo de aire pasa sobre los trabajadores,
no creando un movimiento de aire en el lugar de forma que facilite la pérdida de calor por convección
del trabajador. Es de suma importancia también orientar la edificación de acuerdo con las brisas pre-
dominantes en cada lugar para lograr la mayor eficiencia. Aunque los monitores se recomiendan solo
para lugares con desprendimiento de calor, es beneficioso su empleo en nuestro clima siempre que sea
posible.
En la actualidad con la necesidad del ahorro de energía, esta ventilación ratifica aún mas su ventaja, que
como se ha mencionado es la economía, aunque presenta como desventaja principal la dificultad de
regulación, ya que la tasa de renovación en cada momento dependerá de las condiciones climatológicas.
3.1.2. Ventilación Mecánica
La ventilación mecánica como su nombre lo indica es aquella que utiliza ventiladores para conseguir la
renovación, consiste en la inyección de aire fresco o tratado del exterior al interior del local o la extracción
del aire contaminado o caliente, por medio de un equipo, grupo de equipos o un sistema completo de
distribución de aire.(Figura 7).
De acuerdo con la definición establecida, la inyección puede realizarse por medio de un sistema de su-
ministro, que es mediante el que entregamos aire al local por medio de ventiladores o un sistema de
extracción cuando el ventilador remueve el aire del local. En algunos casos se emplea la combinación de
ambos métodos.
La ventilación mecánica tiene la ventaja sobre la natural que es ajustable y controlable, además puede
ser aplicada en locales tales como sótanos o locales interiores de edificios, que no tienen comunicación
directa con el exterior y que, por tanto, su ventilación sólo puede lograrse mediante conductos a través
de los cuales se fuerza el paso del aire mediante ventiladores.
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Como desventaja está su costo inicial, el gasto de energía en su operación y la necesidad de manteni-
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deseamos evaluar la eficiencia del sistema, el elemento fundamental es conocer el número de renovacio-
nes de aire por hora o minuto, lo cual se logra, determinando el caudal de aire que ingresa o se extrae y el
volumen del local. Conociendo estas variables aplicamos la expresión siguiente.
N = Q/ V donde N = # de renovaciones de aire
Q = caudal (m3)
V = volumen del local (m3/h)
El número de renovaciones obtenido (N), se compara con las tablas mencionadas y se determina si es
adecuado para el tipo de actividad o proceso de que se trate.
El diseño e instalación de un sistema que intente diluir los contaminantes de un local de trabajo debe
cumplir con los principios siguientes:
• Determinar si el contaminante que va a ser generado o manejado en el proceso admite ser eliminado
mediante este tipo de ventilación. Hay que revisar la lista existente de los contaminantes para los que
no se recomienda aplicar.
• Estimar el caudal, para lo que se necesita conocer el tipo de contaminante, la velocidad de genera-
ción y otras condiciones fisicoquímicas y termodinámicas del mismo, que permitan determinar el
caudal necesario para una dilución satisfactoria.
• Situar los puntos de extracción de los contaminantes cercanos a los puntos de generación (focos), de
forma que se evacuen del local por el camino más corto y sin pasar por otras áreas donde se encuen-
tren trabajadores.
• Situar los puntos entrada y salida de aire de forma que barran de manera homogénea el área conta-
minada, situándose al foco de generación entre el trabajador y el extractor (Figura 8).
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• Evitar la reintroducción en el local del aire contaminado extraído, asegurándose de que no haya aber-
• La toxicidad del contaminante debe ser baja, no nos debemos arriesgar a difundir contaminantes de
alta toxicidad por otras áreas y someter a exposición a otros trabajadores.
• La generación y difusión de los contaminantes debe ser razonablemente uniforme, de manera que
con la renovación establecida se puedan garantizar niveles seguros de exposición. Esta ventilación
es incapaz de controlar la contaminación de aquellos procesos donde se producen picos de contami-
nación durante la jornada laboral.
Por los motivos expresados, las instalaciones de sistemas de este tipo son aplicables para el control de
vapores procedentes de líquidos orgánicos poco tóxicos y no se recomiendan para el control de polvos y
humos. Existe un listado de la Conferencia Americana Gubernamental de Higienistas Industriales (ACGIH)
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en que se establecen las sustancias para las que se considera no recomendable este tipo de ventilación.
Otra de las aplicaciones de la ventilación general o por dilución, es el control de la carga térmica en
ambientes considerados calientes. En general con este tipo de sistemas, es prácticamente imposible sin
modificar las características del aire, lograr condiciones ambientales adecuadas, que satisfagan las nece-
sidades de intercambio calórico, eviten las molestias y el daño a la salud a largo plazo.
3.2.2. Ventilación Localizada.
Las limitantes que poseen los sistemas generales o de dilución de contaminantes se obvian mediante
este tipo de sistemas, lo cual determina que los especialistas en este campo prefieran resolver las situacio-
nes existentes, mediante sistemas localizados más o menos complejos. Vamos a considerar los mismos,
como aquellos que captan el contaminante en el punto de generación mediante extracción o que impul-
san aire a puntos específicos.
a). Sistema de Extracción Localizada
Estos sistemas son un caso particular de la ventilación localizada para el control de los contaminantes
ambientales, cuyo objetivo consiste en captar estas sustancias lo más cerca posible de su punto de ge-
neración evitando de esta manera su dispersión. Es muy frecuente que en los procesos con manejo de
contaminantes nos encontremos sistemas de este tipo, en ocasiones de gran complejidad (Figura 10).
¿Cuáles son las ventajas de estos sistemas que siendo más complejos, son preferidos por los especialistas
cuando se les plantea una situación de este tipo? A esta interrogante podemos responder lo siguiente:
• La captación más eficiente de los contaminantes, ya que si se diseña de forma adecuada puede llegar
a la captura total, eliminando las posibles dispersiones al local y al ambiente y garantizando se cum-
plan las concentraciones permisibles.
• Requiere caudales inferiores al estar limitada la extracción a lugares puntuales.
• Los contaminantes pueden ser recogidos o neutralizados antes de disponer el aire a la atmósfera.
• En los casos que es necesario controlar la contaminación atmosférica se reducen los costos al tener
que procesar un menor volumen de aire.
• Reducción de costos de limpieza y mantenimiento de equipos y zonas de trabajo.
Como desventajas de estos sistemas pudiéramos citar su complejidad, la que precisa de controles y de un
mantenimiento especializado, mayor al que se necesita en los sistemas de tipo general.
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LA GESTIÓN Y VIGILANCIA DE RIESGOS OCUPACIONALES
Uno de los aspectos más importantes para decidirse a la instalación de un sistema de este tipo, es recor-
dar que como toda instalación, un sistema de extracción localizada necesita mantenimiento, sin el cual
no puede garantizar su funcionamiento a lo largo del tiempo. Este mantenimiento debe incluir la revisión
periódica de las campanas, la comprobación del caudal de extracción, la limpieza de los conductos y
filtros, la eficiencia de los ventiladores, etc., para lo cual se necesita de personal y recursos, que elevan los
costos. Como en ocasiones no se cumple estos pasos, la consecuencia es encontrarnos con instalaciones
cuya operación es deficiente.
Como síntesis de cómo debe operar un sistema, debemos expresar que una extracción localizada resulta
eficaz, cuando:
• Las campanas estarán adaptadas al foco de generación del contaminante y lo más cerca posible del
mismo.
• •El caudal de extracción debe ser suficiente para arrastrar la contaminación generada hacia la campa-
na, lo cual dependerá de la adaptación de la misma al foco, del modo de generación del contaminan-
te y de la presencia de corrientes de aire externas que puedan dificultar la captación.
3.3. Según el Suministro de Aire
Los sistemas de ventilación pueden clasificarse de acuerdo con esta característica, en dos tipos, de impul-
sión y extracción.
Los de impulsión, suministran aire por inyección a todo el local o a los puestos de trabajo. Este tipo de sis-
temas se emplea en general con la finalidad de resolver situaciones en áreas calientes y deben lograr es-
tablecer una velocidad de aire que satisfaga las necesidades de intercambio térmico. No se recomiendan
utilizarlos en lugares con contaminantes pues pueden dispersar estos a otras áreas. En ocasiones pueden
ser complejos, incluyendo además de los ventiladores, filtros, conductos, equipos deshumedecedores,
etc. En Cuba la experiencia es que para los problemas de ambiente térmico este es el tipo de sistema más
efectivo, sobre todo el que suministra a los puestos mediante conductos y a velocidades de 0,5 - 1m/s. En
los casos de temperaturas altas, es preferible enfriar previamente el aire, para obtener un mayor enfria-
miento en el puesto.
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Los otros sistemas utilizados son los conocidos como de extracción, que toman el aire del local y lo ex-
pulsan al exterior, Estos son los sistemas más utilizados, sobre todo los ventiladores (extractores) que se
colocan en las paredes. Estos sistemas son muy frecuentes en Cuba igual que en otros países por su fácil
instalación, aunque casi nunca resuelven adecuadamente, ni los problemas de contaminantes ni los de
ambiente térmico. Los sistemas de extracción localizada son la solución para las situaciones generadoras
de contaminación, siempre que se diseñan correctamente y no contaminen el ambiente exterior, por lo
que los mismos deben incluir los medios para descontaminar el aire extraído.
3.4. Climatización.
Aunque los sistemas de climatización se consideran como algo aparte de la Ventilación Industrial, no es
menos cierto que en ocasiones por determinadas razones para lograr un microclima laboral adecuado, es
necesario enfriar el aire suministrado. En general se utilizan sistemas de este tipo en los lugares muy ca-
lientes, donde por medio de cabinas climatizadas o chorros de aire localizados se le facilita al trabajador la
posibilidad de recuperarse de la exposición o poder mantenerse en el puesto de trabajo. Además es muy
utilizado en tecnologías que exigen de condiciones climáticas especiales o en aquellos lugares donde se
desea un ambiente de confort. Por la necesidad del uso de estos sistemas aunque no se tratarán en este
tema, debemos considerarlo como uno de los sistemas de control posibles a utilizar.
La climatización consiste en tratar el aire de un local para conseguir unas condiciones de temperatura y
humedad adecuadas con independencia de las condiciones climatológicas exteriores
Ya hemos mencionado que este sistema se utiliza en lugares específicos, fundamentalmente por razones
económicas, ya que su costo inicial y operación es elevado. En los mismos generalmente por razones de
costo se recircula sólo una parte del aire, aunque pueden existir algunos que por razones técnicas exigen
la renovación del 100% del aire. Cuando en los lugares de trabajo se presentan contaminantes hay que
tener en consideración que el aire de suministro a estos, debe hacerse por circuitos independientes y no
puede recircularse, ya que se podrían contaminar otros locales. En nuestro trabajo nos hemos enfrentado
a este tipo de problemas, fundamentalmente en instalaciones de salud, donde se han establecido siste-
mas centrales que han contaminado áreas de trabajo, con el aire recirculado provenientes de locales en
los que se trabaja con un contaminante. De igual manera debe considerarse la necesidad de la limpieza y
desinfección periódica de los sistemas, ya que en los mismos pueden crecer los microorganismos, pero al
mismo tiempo hay que tener cuidado en la eliminación de estos productos de desinfección o fungicidas
ya que pueden contaminar las instalaciones.
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El control al que nos vamos a referir en este tema es el elemental, el que debe conocer el higienista ocu-
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4.2. Componentes de los sistemas de extracción y puntos donde deben efectuarse las mediciones.
En la figura 11 se muestran los componentes de un sistema y los lugares en que se deben efectuar las me-
diciones de los parámetros que nos permiten evaluar al mismo. Estos sistemas se instalan generalmente
en las grandes empresas, las que deberían adquirir junto con el sistema los medios de medición para el
controlar su eficiencia. Sin embargo, lo que nos demuestra la experiencia es que no existe un control sis-
temático de los parámetros operacionales, carecen de los medios para comprobar las características ope-
racionales y el mantenimiento es muy limitado, ya que en general sólo lo atienden cuando tienen roturas.
Los sistemas localizados están formados por los componentes siguientes:
A). Campanas que son las estructuras diseñadas para encerrar total o parcialmente el foco y conducir un
flujo de aire para capturar el contaminante. En estos puntos se determinará la velocidad en la cara
facial de la campana y la velocidad de captura en el foco de generación del contaminante. También
debe medirse la presión estática, lo cual se hará a una distancia de 3 diámetros del conducto para
campanas planas o con pestaña y 1 diámetro para campanas de forma cónica.
B)-C). Conductos que son las tuberías o canales por donde se conduce el flujo de aire contaminado hasta
el punto de descarga, pueden considerarse como principales (B) y ramales (C). En los conductos prin-
cipales se medirá la velocidad y presión estática preferiblemente a una distancia de 7,5 diámetros en
línea recta en dirección del flujo, desde la perturbación más cercana (entradas salidas, codos, etc.).
En los conductos ramales de diámetros pequeños se medirá la velocidad. La medición de la presión
estática se realiza nada más que en los conductos redondos, donde no son prácticas las mediciones
transversales o donde se requiere un flujo aproximado. La velocidad en los conductos es importante
porque nos determina la velocidad de transporte y la posible sedimentación de los contaminantes.
D). Ventiladores que son los medios mecánicos utilizados para generar el movimiento del aire. A la en-
trada y salida de los mismos se medirán la presión estática y la velocidad, pudiera medirse la presión
total, además se debe medir las r. p.m. a que está trabajando.
E). E) Depuradores son los diferentes elementos cuyo objetivo es purificar el aire antes de su descarga al
ambiente exterior. En este punto se medirá la presión estática a la entrada y salida con el objetivo de
determinar la caída de presión que se presenta. Cuando se detectan lecturas por encima o por deba-
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jo de lo normal indican que existen problemas de tupición o de daño de las partes que necesitan de
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• Tubos de Humo. Son tubos que mediante una bomba manual de presión generan humo y mediante
la observación del recorrido del mismo permite comprobar la efectividad del sistema. Este tipo de
medio es muy práctico para determinar rápidamente la eficiencia de una campana de extracción y en
galerías de minas. Es recomendable para determinar velocidades de hasta 0,75 m/s.
• Manómetros. Pueden ser de dos tipos, los que consisten en un tubo de vidrio doblado en U, parcial-
mente lleno de agua y los que uno de los brazos de la U se inclina por lo que se les denomina incli-
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nados. Los inclinados son más precisos, ya que pueden incrementar la sensibilidad en un orden de
•
• Otros medios necesarios para la evaluación de estos sistemas pueden ser:
• Medidores de voltaje y amperaje.
• Medidores de ruido y vibraciones.
• Tacómetros para medir las r.p.m. del ventilador y el motor.
• Cintas métricas.
5. Elementos a considerar en la evaluación de los sistemas.
5,1. Procedimiento para determinar la velocidad en la cara de las campanas.
• Esta es una de las mediciones más frecuentes que realizamos en la evaluación de estos sistemas.
Lo general cuando inspeccionamos lugares con estos tipos de sistemas es que los trabajadores
manifiesten que las campanas no aspiran los contaminantes, lo que nos obliga a verificar la efi-
ciencia del sistema existente. Lo que con más frecuencia hacemos es medir la velocidad en la
cara facial de la campana o utilizar tubos de humo para demostrarle al trabajador que en realidad
el sistema funciona. Este último recurso da buenos resultados ya que objetivamente el traba-
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jador puede observar como el humo es aspirado por el sistema y convencerse de su eficiencia. En
el método de medir la velocidad en la cara de la campana, se divide el área total de la campana
en una cantidad de áreas imaginarias (Figura 16) y se determina la velocidad en cada una de las
mismas, promediando después los resultados.
En la campana también pueden realizarse mediciones de la presión estática, la cual puede medirse con
facilidad y brindarnos gran información sobre el sistema. Esta medida nos indica la energía necesaria
para acelerar el aire en reposo hasta la velocidad del conducto, así como las pérdidas ocasionadas con el
diseño de la campana. Estas mediciones se realizan abriendo un pequeño hueco en el conducto a una
distancia de 4 a 10 diámetros en la parte recta del mismo, con un manómetro y un tubo pitot.
5.2. La velocidad de captura en las campanas.
La velocidad de captura se denomina a la mínima velocidad producida por la campana en el punto de
generación, para capturar y dirigir el contaminante hacia ella. Esta velocidad estará determinada por el
diseño de la campana y el caudal aspirado, siendo por tanto importante conocer el caudal necesario, lo
que puede calcularse después de tener las mediciones de velocidad en la cara facial.
Figura 17
Sumidero puntual
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LA GESTIÓN Y VIGILANCIA DE RIESGOS OCUPACIONALES
Hay que considerar que un conducto se comporta como un sumidero puntual (Figura 17), alrededor del
cual se forman superficies o esferas de igual velocidad. Pudiéndose calcular el caudal necesario para cam-
panas de boca circular o rectangular, por la expresión:
Q = V (10 X2 + A) Donde: Q = Caudal de aire en m3/s
V = Velocidad del aire en el eje de la campana a una distancia X del eje de la boca en m/s.
X = Distancia a la boca de la campana.
A = Area de la boca de la campana en m.
De esta ecuación podemos deducir que la velocidad se reduce inversamente al cuadrado de la distancia,
de aquí la importancia de acercar lo más posible la campana al punto de generación, si queremos captu-
rar el contaminante de forma eficiente. En muchas ocasiones encontramos sistemas que cuando se mide
la boca de la campana, tienen una velocidad aceptable, sin embargo, la misma no es capaz de capturar
al contaminante porque la distancia hasta el punto de la generación es muy grande. En ocasiones estos
problemas se pueden resolver con acercar la campana al foco, si la actividad lo permite.
Debemos resaltar que esta velocidad de captura por su importancia para lograr el efecto deseado, es la
primera especificación en la que se debe basar el proyectista al elaborar el diseño de un sistema,
5.3. Efecto de pestañas y deflectores en las campanas.
Por lo descrito respecto al comportamiento de sumidero sobre el movimiento del aire en todas las direc-
ciones hacia la boca de aspiración de una campana, se presenta un efecto indeseable, al producirse un
flujo desde la zona posterior de la campana, que disminuye la aspiración del aire contaminado desde el
frente de la campana y posiblemente la velocidad de captura en el punto de generación. Con la finalidad
de mejorar la eficiencia de la campana se utilizan las pestañas y los deflectores. La pestaña (Figura 18) es
una superficie situada en la boca de la campana y paralela a la misma, como barrera para evitar el flujo de
aire de la parte posterior a la misma y mejorar su eficiencia. En la práctica al evitar tener que aspirar dicho
aire se logra obtener la misma velocidad con aproximadamente un 25% de caudal. El ancho de la pestaña
debiera ser igual a la raíz cuadrada del área de la boca (√ A).
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Los contaminantes carecen en la práctica de inercia, y su movimiento viene determinado por las corrien-
tes de aire que existen en el punto considerado. Así, la eficacia de una campana depende de su capacidad
para generar en las cercanías del foco emisor del contaminante, velocidades de aire que contrarresten
las corrientes ya existentes en la zona, ya sean éstas creadas por el proceso en sí o por algún fenómeno
relacionado. En ocasiones se producen corrientes de aire que interfieren con la corriente de aspiración
y anulan la captura del contaminante por la campana. Con la finalidad de eliminar esta deficiencia se
utilizan los deflectores, que consisten en una superficie que impide el flujo del aire procedente de ciertas
direcciones al frente o los laterales de la campana. En la figura 19 podemos observar como se origina esta
deficiencia por una corriente de aire lateral y la forma de resolver la situación aplicando deflectores.
Una de las maneras que hay de aplicar este principio es cuando situamos la campana sobre un plano
(mesa o piso), el área por la que fluye el aire se reduce en un 50%, pudiéndose lograr la velocidad deseada
con un menor caudal, o sea, una mayor eficiencia (Figura 20).
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5.4. Medición en los conductos y Velocidad de transporte.
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giénico de las instalaciones. Las mismas pueden originarse por tupiciones en los conductos, daños en los
conductos (deformaciones), escapes por roturas y la fricción que se produce por el diseño de codos, en-
tradas de los ramales, expansiones, contracciones, chimenea, depuradores y otras que ocasionan fricción
o turbulencia en el sistema. Vamos a analizar en este apartado algunos de estos problemas que pueden
detectarse con facilidad, logrando en la práctica cuando se mejoran, una mayor eficiencia.
5.5.1. Uniones y codos.
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LA GESTIÓN Y VIGILANCIA DE RIESGOS OCUPACIONALES
En el diseño de las diferentes partes del sistema hay que cumplir con los requisitos para evitar la fricción
o la turbulencia y en consecuencia que se produzcan pérdidas no justificadas e inconvenientes en la ope-
ración. Con esta finalidad es básico que se eviten los diseños que provocan el aumento de las pérdidas,
como veremos en las figuras siguientes.
En la figura 22 se demuestran las formas más adecuadas de diseñar las uniones de los conductos para
lograr las menores pérdidas posibles. Se puede observar que las conexiones de conductos a 900 están
contraindicadas, recomendándose que estas uniones (a) sean preferentemente entre 30 y 600. Los con-
ductos ramales deben unirse al principal en ensanchamientos progresivos (b), con un ángulo de 300 o
menor, salvo en casos que el espacio no lo permita, aceptándose en estos casos hasta 450 como máximo.
Estas conexiones deben hacerse en puntos alejados (c) para evitar turbulencias, en ningún caso deben
hacerse en el mismo punto del ensanchamiento. Los ensanchamientos a donde se conectan los ramales
deben tener un ángulo máximo de 150.
En “d” puede observarse en la figura y la tabla la pérdida de velocidad que se produce en el ramal con las
conexiones a diferentes ángulos, lo que demuestra la necesidad de ángulos pequeños para una eficiencia
aceptable. En “e” se muestra como deben ser los tamaños correctos de los conductos en los ensancha-
mientos donde se insertan ramales, como se puede observar, la dimensión del conducto debe correspon-
der con la que mantenga la velocidad mínima de transporte en todas las secciones.
Figura 23
Pérdidas en codos
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En el caso de los codos se presenta un fenómeno similar, ya que es frecuente encontrarnos con codos
que han sido diseñados con un radio muy pequeño, en general por problemas de espacio, pero los cua-
les afectan las características del sistema, aumentando la turbulencia en estos puntos y cooperando a
su deterioro por la abrasión y sedimentación que se produce. En la figura 23 “a y b”, se pueden observar
los radios de curvatura que se recomiendan y las pérdidas que se producen según el radio. En codos de
sección circular se recomiendan radios de curvatura entre 2 y 2,5, salvo que sea imposible por problemas
de espacio. En codos cuadrados o rectangulares se recomiendan respectivamente relaciones W/D y R/D
que deben ser iguales o superiores a la unidad
5.5.2. Perdidas en chimeneas.
Las chimeneas que con mayor frecuencia encontramos en las diferentes empresas, son las que poseen
sombrerete, sin embargo este es el diseño menos recomendado, por las pérdidas que ocasionan la mala
ubicación del mismo. Es común observar cuando estos elementos están mal construidos y situados a una
altura inadecuada de la boca que prácticamente es como si poseyera un tapón el conducto. En la figura
24, pueden observarse como debe ser el diseño del sombrerete y las diferentes pérdidas que se producen
según la altura a la que se colocan. También se muestran otros tipos de diseño que eliminan este pro-
blema y son más eficientes. En general la deficiente ubicación se trata de justificar por la necesidad de
la protección contra la lluvia, no obstante los otros diseños de salida protegen mejor de la lluvia que un
sombrerete situado a 0,75 D. La protección contra la lluvia estará en dependencia de la altura de la parte
28
superior que se agrega a la salida, sin embargo si se alarga mucho este agregado puede hacer que salga
29
los conductos que elevan las pérdidas por fricción en los mismos. Otro aspecto que aparece con frecuen-
cia son los agujeros por los cuales se producen fugas o aspiraciones que disminuyen la velocidad en parte
del sistema. La falta de limpieza en los conductos ocasiona la tupición de los conductos con los mismos
efectos negativos ya mencionados. Todos estos problemas dependen fundamentalmente del programa
de mantenimiento existente y no es necesario realizar una compleja evaluación con mediciones para lle-
gar a estas conclusiones. Por tanto es recomendable previamente a la evaluación de un sistema, proceder
a la solución de estos problemas que dependen del mantenimiento y operación de las instalaciones.
5.6. Situación de la descarga de contaminantes.
Con frecuencia encontramos que la descarga de los sistemas se ubica en lugares donde los contami-
nantes pueden reingresar a la edificación, ya que unas condiciones de descarga inadecuadas pueden
ocasionar esta deficiencia por las turbulencias que se producen y la posible aspiración de los sistemas de
suministro de aire al local. Es importante en estos casos que el sistema ingrese el aire por barlovento, o
sea, que no se diseñe la depresión a sotavento. También hay que considerar la altura de la chimenea y la
ubicación de ventiladores de impulsión en los techos que puedan ocasionar esta situación. En este fenó-
meno, coopera la ubicación de otros edificios u obstáculos de otros tipos en los alrededores. En la figura
25 se puede observar las características del flujo del aire en una edificación considerada baja, sin obstácu-
los en alrededores y en terreno llano y la altura mínima a la que se deben diseñar las chimeneas. Cuando
se desea conocer el trayecto de las corrientes de aire en los techos de las edificaciones unas pruebas con
tubos de humo pueden ayudar a su determinación
30
aporta la energía para el movimiento del aire. En el caso de los sistemas tratados en el tema, estas máqui-
b) Ventiladores Centrífugos.
En este tipo de ventilador (Figura 27), el aire penetra por la abertura lateral de la carcasa o voluta en la
dirección del eje del rotor, donde el mismo es expulsado a mayor velocidad por la rotación del rotor, en
una dirección tangencial a la voluta. En estos ventiladores la entrada y salida del aire forman un ángulo de
900. El rendimiento mecánico de los mismos no es muy elevado, pero pueden manejar cualquier caudal
de aire contra altas presiones. Son los utilizados en sistemas con conductos, en general en los sistemas de
extracción de contaminantes.
31
7. Depuradores o Separadores.
Son abundantes las quejas de los vecinos de instalaciones industriales por las molestias que ocasionan
los contaminantes emitidos por alguna chimenea o algún extractor situado en una pared para mejora
de las condiciones de trabajo. El higienista ocupacional y los diseñadores de los sistemas de ventilación,
deben recordar que las situaciones de contaminación de los lugares de trabajo no pueden eliminarse de
los puestos de trabajo, convirtiéndolas en un problema para la comunidad. Es elemental considerar que
cualquier sistema de ventilación, cuya finalidad sea la eliminación o minimización de una situación de
contaminación, debe incluir como parte esencial del mismo, los equipos que descontaminen el aire antes
de ser lanzado al ambiente.
Los depuradores son equipos o aparatos cuyo objetivo es separar o retener la mayor cantidad del con-
taminante que acompañan al aire extraído por el sistema de ventilación, siendo su eficacia determinada
por la cantidad de contaminante separada del flujo de aire, lo que se determina por la relación entre
el contaminante existente a la entrada y a la salida en la unidad de tiempo. Esta determinación debe
realizarse mediante un muestreo isocinético cuando son contaminantes particulados. La evaluación del
rendimiento de un separador se basa en las medidas de cantidades de contaminantes que entran, salen
y las que son retenidas por el separador.
Los equipos destinados a retener los contaminantes antes de su emisión al ambiente, son múltiples y
específicos según el tipo y características del contaminante que se quiera eliminar. Cuando se diseñan
los sistemas hay que considerar estos medios ya que los mismos en general son costosos y no se pueden
incluir posteriormente con facilidad a un sistema, ya que causan pérdidas de carga en el sistema, por lo
que necesitarían ser rediseñados. En este apartado vamos a comentar sobre algunos utilizados en el con-
trol de emisiones de contaminantes particulados o gaseosos, sin profundizar en cada uno de los mismos.
La selección de un depurador de aire contaminado con partículas (polvo) dependerá de ciertos aspectos
que deben considerarse como son:
32
• Características, concentración y tamaño de la partícula contaminante.
Los Separadores inerciales (Figura 29) son muy parecidos a las cámaras de sedimentación, con la diferen-
cia que se le han agregado placas en su interior que obligan al aire a realizar cambios bruscos de dirección
y debido a la fuerza centrífuga o los impactos sobre las superficies diseñadas, se sedimentan las partícu-
las. Son eficaces para partículas grandes mayores de 20 micras.
33
Los ciclones (Figura 30) son los equipos que con mayor frecuencia encontramos en instalaciones con
polvo, por su bajo costo, fácil mantenimiento, poca pérdida de carga, pero no es eficiente para partículas
pequeñas. Es una estructura cónica donde el aire entra de forma tangencial, creándose una espiral, donde
el aire avanza hacia la parte inferior girando entre las paredes exteriores y del conducto de salida. Durante
este trayecto por la fuerza centrífuga y el cambio brusco de dirección, se sedimentan las partículas. Estos
equipos pueden ser eficaces para un tamaño de partícula mayor de 20 micras.
Los equipos de filtración (Figura 31) en la actualidad pueden utilizar diferentes tipos de telas en los filtros,
acorde con la característica de los materiales a filtrar, la temperatura y la facilidad de la limpieza. Estos
depuradores remueven el material contaminante por mecanismos de tamizado, impacto y difusión. Estos
equipos cuando se operan correctamente y poseen buen mantenimiento, tienen una alta eficiencia para
partículas pequeñas, pudiendo remover partículas de hasta 0,01 micras con un rendimiento del 99,9 %. Es
necesaria la limpieza periódica de los mismos para evitar el aumento de la caída de presión en el sistema.
34
LA GESTIÓN Y VIGILANCIA DE RIESGOS OCUPACIONALES
La limpieza de los filtros debe realizarse con frecuencia, ya que la acumulación de polvo en su superfi-
cie, puede aumentar la resistencia del sistema y disminuir el flujo del aire, La remoción del polvo puede
realizarse por los métodos de agitación mecánica, el flujo inverso, un chorro de aire comprimido y por
ultrasonidos.
35
La eficiencia de los filtros es un factor importante en la selección de los mismos, por las investigaciones
realizadas se ha demostrado que los filtros gruesos no tejidos son más eficientes que las telas tejidas, aun-
36
que los poros de la tejida sean más pequeños, ya que a medida que se hace más eficiente la tela, se reduce
Los precipitadotes tubulares (Figura 33) se utilizan en menor escala, ya que se aplican para situaciones
especiales donde se manejan sustancias adhesivas, radioactivas, muy nocivas o que se trabajan a presión.
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b) Equipos cuyo principio puede ser utilizados para separar gases y vapores, además de partículas.
Los colectores húmedos (Figura 34) son depuradores que se basan en utilizar un líquido, generalmente
agua para capturar el contaminante transportado por el aire. En el caso de las partículas, estas chocan con
la corriente del líquido y son retenidas por este, en caso de un gas o vapor entra en contacto con el líquido
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reaccionando y diluyéndose en el mismo. A mayor contacto del líquido con la corriente de aire es más efi-
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Capítulo 7.
51
1.1. Definición de ruido.
El ruido de forma general puede definirse como “cualquier sonido molesto”. Esta es una definición de tipo
funcional, es útil en la práctica diaria ya que puede ser interpretada por cualquier persona sin tener cono-
cimiento de las características físicas del sonido. Este aspecto de molestia está en dependencia además
de las características del ruido, de la subjetividad del individuo y de las condiciones que le rodean, lo que
en un momento puede ser ruido para alguien, no lo es en otra situación.
Se ha introducido en este concepto el término sonido y tendremos que preguntarnos entonces, ¿Qué es
el sonido? Será cualquier variación de la presión atmosférica que el oído pueda percibir (Figura 2).
Esto determina que en el campo de la Higiene Industrial para establecer la existencia de ruido debemos
hacer mediciones en el lugar de acuerdo con normas que prescriben determinadas características físicas.
Por esto para nosotros como higienistas el ruido será cualquier sonido molesto que por su intensidad,
52
composición espectral u otras causas, resulta indeseable o es capaz de causar daño a la salud.
Como el fenómeno sonoro es muy complejo, para la mejor comprensión del mismo lo vamos a considerar
como si se comportara como un movimiento armónico simple y vamos a explicarlo en función de la vibra-
ción que produce un diapasón o lámina metálica (Figura 3).
Cuando golpeamos el extremo libre de una lámina metálica o sobre el diapasón, la pieza metálica co-
mienza a vibrar. Estas vibraciones se trasmiten al aire de los alrededores en formas de ondas de presión,
que son fluctuaciones superiores o inferiores a la presión atmosférica normal, conociéndose las mismas
como compresiones (zona de aumento) y enrarecimientos (zona de reducción), las cuales se propagan en
todas direcciones (Figura 4).
Las ondas al propagarse en un medio elástico presentan múltiples propiedades que caracterizan al so-
nido. No obstante en lo referente a la evaluación de la exposición al ruido, nos interesan dos que son
53
fundamentales para el análisis de los posibles efectos, la amplitud que expresa la energía y la frecuencia
que determina que percibamos el sonido cuando está en un rango determinado.
2.1 La Frecuencia.
Antes de definir la frecuencia, debemos previamente conocer el concepto de “longitud de onda”, que
como podemos observar en la figura 4, es la distancia mínima entre dos puntos de igual fase, o lo que
es lo mismo, la distancia recorrida por la onda en un tiempo igual al periodo o sea el tiempo requerido
para que la onda complete su ciclo. Como los periodos son tiempos demasiado cortos para ser medidos,
en la práctica del control de ruido lo que medimos es la frecuencia, que será la cantidad de ciclos que se
presentan en la unidad de tiempo. Lo anterior determina que el periodo será inversamente proporcional
a la frecuencia del sonido, por lo que a mayor periodo, menor frecuencia y lo recíproco.
Partiendo de este concepto la frecuencia se definirá como el número de veces que un punto alcanza
determinada fase en la unidad de tiempo y se expresará en ciclos por segundo (c/seg.) o Hertzios (Hz).
2.2. La Amplitud. El Nivel de Presión Sonora. El Decibel.
La amplitud de la onda manifiesta como ya hemos mencionado la energía de la misma y puede expresar-
se mediante tres magnitudes.
La Intensidad Sonora es la cantidad de energía que pasa a través de un área que es normal a la dirección
de propagación y se expresa en W/m2.
La Potencia Sonora que es la cantidad de energía producida por la fuente en la unidad de tiempo y se
expresa en W.
La Presión Sonora. Es la diferencia de presión existente en un momento determinado y la presión atmos-
férica. Se expresa en Pa (N/m2).
54
El nivel de presión de la onda es la característica más importante a evaluar de la exposición al ruido. El
55
Otro aspecto a considerar era la respuesta no lineal del oído humano, esto complicaba la situación, ya
que el oído disminuye su capacidad de detectar diferencias de presión según los sonidos se hacen más
intensos. Esto corresponde con los experimentos realizados por Weber y Fechner, al demostrar que la
sensación auditiva crece en progresión aritmética mientras que el estímulo lo hace en progresión geomé-
trica, es decir, que la sensación crece logarítmicamente. Esta situación se resuelve también con la escala
adoptada en decibeles, la que se reduce según aumenta la intensidad del sonido y aunque a altos niveles
de presión da una respuesta burda, es adecuada, ya que corresponde con la respuesta del oído, el cual a
estos niveles no percibe pequeñas diferencias.
Ya analizado los aspectos fundamentales que determinaron la adopción de una escala práctica en deci-
beles para la medición del ruido, podemos preguntarnos. ¿Qué es el decibel?
Es una unidad adimensional utilizada para expresar el logaritmo de la razón entre una cantidad medida y
una de referencia. En acústica se escogió como nivel de presión de referencia 2 x 10-5 Pa., que es la presión
mínima audible (umbral) del oído humano en la frecuencia de 1000 Hz. Por tanto:
NPS (dB) = 20 Log P/ P0
Donde:
P = Presión medida.
P0 = 2 x 10-5 Pa.
El nivel de presión sonora en dB es el parámetro fundamental que se determina en las mediciones de
ruido y nos expresa la intensidad del sonido y como observamos en la fórmula, se define como 20 veces
el logaritmo del nivel medido referido al umbral del oído humano.
No obstante ser conveniente la aplicación de la escala de decibeles, se pueden malinterpretar resultados
por quienes desconocen la misma. Ya hemos analizado que el decibel no corresponde a una escala li-
neal, sino logarítmica, sin embargo, muchas personas cometen el error de considerarla lineal. Es de suma
importancia el recordar que cuando la exposición del trabajador es de más de una fuente sonora, en la
práctica el oído humano sólo percibe un pequeño incremento de volumen. Por ejemplo en el caso de dos
maquinas que emitan niveles similares, sólo de incrementaría en 3 dB, aunque se duplicaría la presión.
2.4. Otras características de interés para el análisis de una situación y posibles medidas a adoptar.
Velocidad del sonido.
Es aquella con la que se propaga una fase dada de la oscilación. Cuando la temperatura es de 00C la velo-
cidad es de 331 m/s, aumentando en 0,65 m/s por cada grado centígrado de aumento de la temperatura.
Propagación del sonido.
Asumiendo la fuente de sonido como un elemento puntual, que irradia ondas en todos los sentidos,
según se alejan de la fuente se incrementa el radio y el área de la esfera. Este incremento del área deter-
minará que la intensidad del sonido se reducirá según el inverso del cuadrado de la distancia, o sea que
cada vez que la distancia se duplique el nivel de presión sonora disminuirá en 6 dB.
56
LA GESTIÓN Y VIGILANCIA DE RIESGOS OCUPACIONALES
Reverberación, Absorción y Aislamiento.
Cuando en un local por su característica de presentar superficies reflectantes, gran cantidad de la energía
sonora es reflejada, se puede producir el fenómeno que los niveles de presión a cierta distancia de la
fuente son independientes de la dirección y distancia de la fuente, creándose lo que denominamos cam-
po reverberante. Este fenómeno se denomina reverberación y consiste en la persistencia de un sonido en
un punto determinado, debido a las reflexiones sucesivas. En la figura 19 se observa como el trabajador
situado en un punto del local está expuesto al ruido emitido directamente por la máquina, así como el
reflejado por las superficies reflectantes existentes en el local. Es de importancia para identificar cuando
hay reflexión en un local, el conocer que las dimensiones del mismo en la dirección de la onda sonora
tiene que ser igual o mayor que la longitud de onda.
Cuando el local posee superficies reflectantes el nivel de presión sonora puede incrementarse en un ran-
go de 5 a 10 dB. En estos casos una de las maneras que existe de disminuir la exposición es mediante la
aplicación de materiales absorbentes, que son porosos, suaves con gran número de espacios de aire que
les permiten transformar la energía acústica en calor. Es importante recordar que la máxima reducción
que podemos lograr por este método es de 10 dB, siendo en general menor los resultados que en la prác-
tica se obtienen, además estos materiales son costosos y en ocasiones, la disminución que se obtiene al
aplicar los mismos no hace eficiente su aplicación en ambientes laborales.
El determinar cuando un lugar posee condiciones adecuadas de reflexión de las ondas sonoras, se efec-
túa midiendo el tiempo de reverberación, que es el tiempo necesario en que un ruido disminuya en 60
dB, después de haberse interrumpido la fuente. Están establecidos tiempos de reverberación aceptables
para los diferentes tipos de actividades.
Ningún material puede ser simultáneamente un buen absorbente y aislante. Estas dos características de
los materiales son opuestas y por consiguiente no puede haber confusión en su distinción. El aislamiento
significa la no propagación del sonido, la no transmisión a través del material y por tanto la posible re-
flexión de las ondas. Mientras que la absorción es la no reflexión del mismo, la disminución del fenómeno
de reverberación.
La característica de absorción de los materiales se conoce mediante el coeficiente de absorción del mis-
mo que no es más que la fracción de intensidad sonora absorbida por una superficie y se toma como
referencia el sonido que incide en una ventana abierta, ya que la misma no refleja nada y por tanto su
coeficiente será de 1 sabin.
57
Aunque ya se mencionó el método de la absorción como elemento de utilidad en el control de este fac-
tor de riesgo, no puede sustituir al del aislamiento en efectividad, lo cual lo confirma la disminución en
decibeles que puede obtenerse por la aplicación de cada uno de estos métodos. El aislamiento acústico
es un fenómeno técnico de suma importancia para limitar esta exposición, que consiste en interponer un
obstáculo sólido en el camino de la onda. En general el elemento más común utilizado con este fin son las
paredes que llegan a disminuir el ruido en 45 - 50 dB. Cualquier material o superficie que refleje las ondas
sonoras es en general un buen material aislante.
El oído humano es un sistema complejo que comprende desde el pabellón de la oreja hasta los centros
nerviosos superiores. Se encuentra dividido en 3 partes el oído externo, el oído medio y el oído interno,
59
que componen un conjunto de elementos destinados a captar, trasmitir y percibir las ondas sonoras. De
aquí podemos decir que el oído puede dividirse en una parte conductiva y una perceptiva y de esta forma
se habla de hipoacusia conductiva o perceptiva de acuerdo a la parte afectada del sistema (Figura 8 y 9).
El pabellón de la oreja lo consideramos como un radar que tiene como función captar las ondas sonoras
del espacio, las cuales continúan por el conducto auditivo externo a impresionar la membrana timpánica.
Esta que es la que separa el oído externo del oído medio, al ser impactada por la energía de la onda sono-
ra vibra y pone en movimiento la cadena de huesecillos (martillo, yunque y estribo) que se encuentran en
la caja timpánica. Existen los músculos del estribo y el tensor del tímpano cuya acción regula los sonidos
y la Trompa de Eustaquio que comunica con la faringe y mantiene el equilibrio con la presión atmosfé-
rica. El estribo trasmite a la ventana oval las vibraciones y esta a su vez a la perilinfa en el oído interno,
comenzando la segunda etapa de este proceso, la perceptiva. En esta parte del proceso las vibraciones se
transforman por cambios electroquímicos en impulsos nerviosos, los cuales a través del nervio auditivo
llegan a los centros corticales. En esta última parte del proceso, concretamente en las Células de Corti es
donde se presenta el daño anatómico en los trabajadores expuestos al ruido.
Figura 9
Funciones de las partes del oído
60
LA GESTIÓN Y VIGILANCIA DE RIESGOS OCUPACIONALES
Umbral de dolor. Cuando se aumenta considerablemente el nivel de presión sonora en cualquiera de las
frecuencias, se pierde la sensación auditiva y se convierte en dolor. En el oído normal esta sensación está
alrededor de los 135 - 140 dB. En casos que la amplitud del sonido es sumamente grande pudiera ocasio-
nar una ruptura de la membrana timpánica.
Limites de frecuencias. El oído humano es capaz de percibir los sonidos entre 16 y 20 000 Hz. Según
avanza la edad la sensibilidad auditiva se va perdiendo y cuando hay una edad avanzada las frecuencias
que pueden ser percibidas se reducen al rango de 50 – 8000 Hz. Los sonidos por debajo de los 16 Hz se
denominan infrasonidos y los de frecuencias superiores a 20 000 ultrasonidos (Ver Figura 10).
Enmascaramiento. Está determinada por la posibilidad de definir un sonido en presencia de otro, con
frecuencias e intensidades parecidas al del sonido que deseamos escuchar. Cuando el nivel de el ruido no
deseado posea mayor nivel y sus frecuencias sean más cercanas a la del sonido que deseamos escuchar,
mayor será el enmascaramiento y por tanto la interferencia en la comunicación.
Presbiacusia. Es la propiedad del oído por la cual disminuye la sensibilidad auditiva según avanza la edad.
Esta condición es importante cuando se evalúa la perdida auditiva por la exposición al ruido, ya que debe
tenerse en cuenta la perdida por la edad.
4.2. Curvas de Igual audibilidad.
Los estudios realizados por Fletcher y Munson en personal joven determinaron la respuesta del oído hu-
61
mano ante el sonido y demostraron la desigual respuesta del mismo ante las diferentes frecuencias. Estos
estudios estuvieron en concordancia con la Ley de Weber y Fechner en relación con la respuesta no lineal
del oído. Estas curvas expresan en cada frecuencia la sensación subjetiva del sujeto como si estuviera
expuesto a un sonido de 1000 Hz., los valores se expresan en una unidad conocida como fonios. En estas
curvas (Figura 11) se puede observar con claridad que el oído es mucho menos sensible a las bajas y altas
frecuencias, lo cual es un elemento a considerar en las evaluaciones del ruido y motivó que posterior-
mente se considerara al establecer criterios de protección y en los medios y procedimientos de medición.
62
que la persona regresa a un ambiente silencioso. Es detectado mediante la medición del umbral audio-
63
experiencia demostró que en la exposición laboral con el filtro A, se obtenía una respuesta con la mayor
correlación entre las mediciones físicas y la evaluación subjetiva, constituyendo una estimación razona-
blemente fiable y fácil de medir. Por lo que a partir de este momento, comienza a utilizarse de forma ge-
neral la ponderación A para estas evaluaciones, por su similitud con la percepción del oído y por brindar
una buena información sobre la interferencia en el habla y la perturbación en la comunidad. Los niveles
de presión sonora cuando se emplea este filtro de ponderación se expresan como dB(A), adoptándose en
la mayoría de los países se el nivel de 85 dB (A) como criterio de seguridad para 8 horas de exposición. Sin
embargo, hay que expresar que este es un criterio de compromiso entre las posibilidades tecnológicas
y el poder brindar un nivel aceptable de protección, ya que se considera que el límite de poco o ningún
riesgo estaría por los 75 dB(A), existiendo en la actualidad una tendencia al establecimiento de límites
más bajos.
En el mismo periodo de tiempo y basado también en los estudios de la no linealidad de la sensación au-
ditiva y que no sólo es necesario conocer el nivel de presión sonora, sino el espectro de frecuencias que
le caracterizan, para evaluar su nocividad, la Organización Internacional de Normalización (ISO) propuso
un criterio de riesgo, conocido como criterio N. Este criterio que está basado en las curvas de igual au-
dibilidad, no ha sido aceptado de manera tan general como el anterior, por ser más complejo en su eje-
cución y procesamiento. Sin embargo es de gran utilidad cuando la medición de los niveles se hace por
frecuencias de octavas y sobre todo cuando se quiere conocer las frecuencias que caracterizan el ruido
para seleccionar la protección auditiva más adecuada.
64
LA GESTIÓN Y VIGILANCIA DE RIESGOS OCUPACIONALES
El criterio consiste en considerar los niveles de ruido medidos en cada frecuencia entre 63 y 8000 Hz y
compararlos con la tabla o gráfica existentes para ese fin. En dicha gráfica o tabla se toma de cada fre-
cuencia el valor de la curva N inmediato superior al medido de todos los valores medidos, el valor mayor
será el correspondiente al criterio N. La ISO considera como el límite de protección para 5 horas de trabajo
el nivel 85 (N85), que se corresponde con los niveles referidos a la frecuencia de 1000 Hz. Existen países
que tienen como límite de seguridad la curva N 80.
65
En los criterios anteriores en el nivel medido no se incluía el tiempo de exposición. En los años posteriores
es posible establecer un nuevo criterio basado en el principio de igual energía enunciado por Burns y
Robinson en el 1970. En el mismo se plantea que el daño auditivo es determinado por la energía total
recibida en el tiempo de exposición, por lo que puede causar daño igual cantidad de energía recibida en
un tiempo determinado independientemente de cómo esté distribuida esa exposición. Conjuntamente
se comienzan a desarrollar equipos de medición que introducen la posibilidad de poder evaluar de esta
manera y se establece el criterio del Nivel Equivalente Continuo, que es de gran utilidad, ya que en mu-
chas ocasiones el trabajador no está expuesto a un ruido constante durante toda la jornada. El mismo
establece que por cada aumento de 3 dB en el nivel de un sonido constante se debe reducir el tiempo de
exposición a la mitad.
Este criterio se aplica en algunos países de manera diferente (Ver Tabla 4), así vemos que en los países
de la Unión Europea se adopta el criterio de igual energía ya enunciado. Sin embargo en el caso de los
Estados Unidos y muchos países de América se aplica la teoría de iguales efectos temporales, en la que
la integración está en función de la presión sonora, la que plantea que presiones iguales causan efectos
iguales. En este caso un incremento de 5 dB en el nivel de presión sonora implica la reducción a la mitad
del tiempo de exposición.
Cuando el nivel de ruido es variable en el tiempo, existiendo dos ó más periodos con diferentes niveles,
se medirá el nivel en cada periodo y el tiempo de duración y se determinará si el nivel global sobrepasa el
límite aceptado, cuando aplicando la formula siguiente, la suma sobrepasa la unidad.
NMP = C1/T1 + C2/T2 + … Cn/Tn ≤ 1
66
LA GESTIÓN Y VIGILANCIA DE RIESGOS OCUPACIONALES
Tabla 4 Niveles Equivalentes Continuos
El ruido de impulsos no es aplicable el criterio del nivel equivalente, ya que el tiempo de respuesta del
reflejo acústico es de 100 a 300 milisegundos, demasiado grande para ofrecer protección en este tipo
de exposición a sonidos de corta duración. En general no se aceptan exposiciones a niveles superiores
a 140 dB sin protección auditiva. Como criterio a aplicar en estos casos puede utilizarse el de la tabla 5,
recomendado por la ACGIH
6.1. Criterios de daño auditivo de Hipoacusia Profesional. Audiometrías.
Un diagnóstico con rigor del daño causado por el ruido debe incluir los criterios ocupacional, higiénico-
epidemiológico, clínico, de laboratorio y medico legal. El establecer relación causal entre la pérdida audi-
tiva y la exposición al ruido es algo complejo y para lo que no basta con conocer que se trabaja expuesto
al ruido y que existe una disminución ostensible del umbral auditivo. O sea que el poseer un audiograma
con pérdida auditiva no es suficiente para diagnosticar una hipoacusia profesional.
Aunque quienes evalúan el riesgo ambiental generalmente no son quienes ejecutan estos exámenes,
es importante que conozcan sobre los mismos, por lo que en nuestro caso vamos a comentar sobre as-
pectos esenciales de las pruebas audiométricas, ya que éstas son parte integrante de los programas de
prevención como sistema de vigilancia.
67
Figura 14 a. Audiograma de pérdida auditiva por edad y frecuencia (presbiacusia)
Los órganos responsables de la salud ocupacional y de la protección auditiva en los diferentes países,
establecen sus criterios para determinar el daño basándose en el incremento del umbral auditivo en las
distintas frecuencias y consideran la pérdida por la edad (Figura 14 y 14a). A continuación se expresan
algunos de los criterios utilizados:
• La Academia Americana de Oftalmología y Otorrinolaringología (AAOO) establece que la capacidad
auditiva se encuentra afectada cuando el umbral auditivo se eleva en 25 dB en las frecuencias de 500,
1000 y 2000 Hz.
• El Instituto Nacional de Seguridad y Salud Ocupacional (NIOSH) considera más adecuado utilizar las
frecuencias de 1000, 2000 y 3000 y mantiene los 25dB de elevación del umbral.
• La Asociación Médica Americana (AMA) considera que las frecuencias de 500, 1000, 2000 y 3000, son
las más importantes para la determinación del % de pérdida.
68
• La Sociedad Británica de Higiene Ocupacional (BOHS), considera la elevación del umbral en 48 dB en
69
La norma ISO 2204 clasifica los métodos de medición en tres tipos:
• Método de Control. Es el más simple y sencillo, el que menos equipo y tiempo necesita. Se mide en
una zona varios puntos en dB(A) y a veces en (C) o (L). Este es el método más utilizado por la inspec-
ción en el control de quejas, en la evaluación inicial de un lugar de trabajo o por los especialistas del
centro de trabajo en sus evaluaciones periódicas. Las mediciones pueden ser de nivel equivalente
continuo cuando el ruido es no constante.
• Método de ingeniería. Este es más complejo que el anterior, además de las mediciones en (A), se
complementan con filtros de bandas y se registran otros factores, se utiliza para evaluar interferencia
en comunicación, implantar programas, controlar tecnologías y hacer estimaciones de efectos para
proponer soluciones.
• Método de precisión. Este se aplica en investigaciones o ante situaciones más complejas en las que se
requiere una descripción minuciosa del problema, mediciones globales con análisis de bandas, picos,
fluctuaciones en tiempo, ultra e infrasonidos, etc.
En realidad el método que más se aplica en la práctica diaria es el de control y en este suelen ejecutarse
mediciones de dos clases:
General. Cuando se desea conocer el comportamiento acústico del local, se establecen puntos de medi-
ción equidistantes y se coloca el micrófono a la altura media del oído. Cuando se han medido todos los
puntos establecidos, pudiera elaborarse un mapa de ruido del local.
Puestos de Trabajo. Cuando lo que se desea estudiar es el nivel de riesgo de un puesto de trabajo, la me-
70
dición se realiza colocando el micrófono lo más cercano posible al oído del trabajador.
71
Como se puede comprobar los avances en los campos de la electrónica y las comunicaciones en las úl-
timas décadas, han logrado un gran desarrollo en estos equipos de medición. ¿De que dependerá en-
tonces la selección de los equipos? Vamos a enunciar algunos aspectos que consideramos deben ser
analizados antes de comprar o seleccionar los medios para realizar la medición.
1. En primer lugar lo más importante es la utilización que se les va a dar, del uso que van a tener los
72
resultados. En ocasiones se adquieren equipos de alta tecnología y con infinidad de posibilidades,
73
Además de los elementos mencionados en las mediciones de ruido pueden utilizarse grabadoras, ana-
lizadores de distribución estadística, analizadores de frecuencias, analizadores en tiempo real, aunque
en la actualidad los medios más utilizados en la higiene ocupacional son los mencionados, pues con los
software existentes y las salidas que poseen estos equipos, puede almacenarse la información y poste-
riormente estudiarse todas las variables de estos eventos.
7.2.3. Analizadores de bandas de Octava.
Por las razones ya enunciadas sobre la audición y la importancia de la frecuencia del sonido en su capta-
ción por el oído o porque los estudios que deseamos ejecutar nos exijan conocer que banda del espectro
de frecuencias caracteriza el ruido, se utilizan estos medios. Los analizadores o filtros de bandas pueden
ser de octavas, de 1/3 de octava o de % de banda. En general en las mediciones de control que se ejecu-
tan en los centros de trabajo el más utilizado es el de bandas de octava, en la tabla 8 pueden observar el
intervalo de frecuencias que comprende cada banda central de los filtros de octava.
7.3. Algunos aspectos generales a contemplarse al efectuar las mediciones.
a) El tipo de ruido. Este es un elemento fundamental, ya que de acuerdo a las características del mismo
serán los equipos de medición y el procedimiento de medición que debemos efectuar. No se medirá
de la misma manera si es un ruido constante, no constante o de impulso, ya que en base al tipo de
ruido se deberá disponer del equipo adecuado para realizar una medición confiable. Debemos con-
siderar el tipo de respuesta o constante de tiempo que vamos a utilizar en la medición, si es un ruido
con poca variación en el tiempo podemos utilizar la respuesta lenta (S) y para uno que varíe de forma
súbita una respuesta rápida (F).
Los sonómetros actuales en general poseen 4 tipos de respuesta y según apliquemos un tipo de
respuesta u otro vamos a recibir resultados diferentes. En la tabla 9 pueden verse las diferentes cons-
tantes de tiempo para cada tipo de respuesta que ofrecen los sonómetros y en la 10 sugerimos para
que tipos de ruido se deben aplicar.
< 6 dB PROMEDIO
CONTINUO LENTO - SLOW
> 6 dB mayor valor menos 3
74
LA GESTIÓN Y VIGILANCIA DE RIESGOS OCUPACIONALES
FLUCTUANTE RAPIDA - FAST Leq (A)
PICO 131 dB (L)*
IMPULSO IMPULSO 112 dB (A)*
RAPIDA - FAST 105 dB (A)
b) Filtros de frecuencias que debemos utilizar. Esta consideración está relacionada con el tipo de rui-
do que se presenta en el lugar y con los objetivos que tenga la medición que vamos a efectuar. En
ocasiones es suficiente medir sólo con el filtro de ponderación A, sin embargo cuando queremos
conocer las características más detalladas del ruido producido por una máquina o deseamos conocer
la efectividad de un material acústico empleado, hay que utilizar filtros de octava o de 1/3 de octava.
c) Características del Micrófono. Esta condición es de gran importancia ya que estos accesorios de me-
dición, deben poseer características acordes con el tipo de ruido y la medición que se va a realizar.
Hay que analizar su capacidad de respuesta ante las condiciones ambientales, las frecuencias, la di-
reccionalidad, la sensibilidad y otras que pudieran influir en los resultados. Existen en el mercado
diferentes tipos de micrófonos que satisfacen las exigencias para cualquier tipo de medición.
Existen micrófonos de campo libre, de presión y omnidireccionales, los que más utilizamos en nues-
tro campo son los omnidireccionales, ya que lo que deseamos evaluar es el ruido que en todas las
direcciones capta el oído. Cuando utilizamos estos, es importante conocer la dirección en que lo
situamos referente a la fuente de ruido. En el caso de los de campo libre se situarán de frente a la
fuente, pero en el caso de los de presión deben colocarse en un ángulo de 900 respecto a la misma.
Figura 18. Campos Sonoros
d) Reflexión. Esta condición está relacionada con el tipo de campo sonoro que exista en el lugar de la
medición. Normalmente en los lugares de trabajo podemos encontrar 3 tipos de campos que son el
campo libre, el difuso y el semidifuso. El primer caso es en lugares que no existen fuentes que refle-
jen las ondas sonoras, es poco frecuente en lugares cerrados, normalmente tenemos esta condición
cuando los lugares son muy amplios y sin elementos que reflejen las ondas o en exteriores. El segun-
do tipo ocurre en lugares donde por la reflexión de las ondas se produce el fenómeno de reverbera-
ción ya descrito, pues hay una distribución uniforme por todo el local. El trabajador expuesto recibe
energía proveniente tanto de la fuente como de las superficies reflectoras. El tercer caso de campo
75
semidifuso (Figura 19), es el que con mayor frecuencia encontramos en los locales de trabajo. En el
mismo aunque la mayor energía la recibe el trabajador de la fuente, también recibe de las reflexiones
con paredes y objetos situados en el lugar.
En la figura 18, se pueden observar los 3 tipos de campos existentes en un local en el que asumimos
existe una fuente de ruido. Como se observa los niveles sonoros disminuyen alrededor de la fuente
en función de la distancia. En las regiones marcadas como campo cercano y lejano predomina el so-
nido directo, mientras que en la denominada como reverberante dominan los efectos de la reflexión,
aproximándose a lo que se conoce como campo difuso. El considerar en mediciones de ruido en
interiores, el campo sonoro en que estamos trabajando es de gran ayuda para la calidad de las medi-
ciones, pues como se observa en la figura, las áreas sombreadas en negro indican que se producen
fluctuaciones de los niveles de presión sonora. Según el campo se selecciona el tipo de micrófono y
su ubicación en las mediciones.
d) Ruido de fondo. Cuando vamos a hacer mediciones en un lugar de trabajo en general existe más de
una fuente de ruido, no obstante los trabajadores en general asumen que una de ellas es la causante
del problema y las quejas se plantean sobre un puesto de trabajo o una máquina en particular. Cuan-
do vamos a efectuar este tipo de mediciones es necesario eliminar del resultado el nivel del ruido de
fondo, para lo cual se procede a la resta de los dB correspondientes a este, del nivel determinado en
la medición. Se utiliza con este fin la figura 20.
Cuando existe esta situación se procederá a apagar la máquina que se desea evaluar y hacer la me-
dición del ruido de fondo, a continuación se procede a efectuar la medición con la situación normal
de trabajo, o sea, con todos los equipos trabajando inclusive la máquina a evaluar. Se obtendrán dos
resultados los cuales se comparan y en función del resultado se procederá a restar o no el ruido de
fondo.
• Cuando la diferencia es mayor de 10 dB no se hace necesaria ninguna corrección.
• Cuando la diferencia se encuentra entre 3 y 10 dB, hay que hacer la corrección o resta del ruido de
76
fondo.
e) En ocasiones las mediciones se realizan en lugares donde existen un grupo de máquinas similares,
las condiciones de trabajo no permiten medir los niveles de cada una de manera conjunta o hemos
hecho una medición por frecuencias y deseamos calcular el nivel total. En el caso que se haga la
medición de cada una de forma individual o por frecuencias puede calcularse el nivel total de ruido
a que está expuesto el trabajador, sumando los valores obtenidos de forma individual, para lo que
puede utilizarse la figura 21. Este procedimiento se aplicará de la siguiente manera:
• Los diferentes niveles que deseamos sumar se agrupan de mayor a menor.
• Se toma la diferencia entre los dos niveles mayores y se lleva a las abcisas de la curva de la figura 21,
obteniendo en la ordenada los dB que hay que sumar al valor mayor.
• De esta misma forma se va comparando el nivel mayor obtenido con cada uno de los niveles que
faltan por sumar, hasta terminar el proceso o hasta que la diferencia entre los niveles no se pueda
colocar en las abcisas.
77
f ) Condiciones ambientales. Estos factores son de mucha importancia sobre todo en las mediciones
que se realizan a la intemperie. Ya hemos analizado la influencia de la temperatura en la velocidad
del sonido y otros factores físicos deben considerarse como la humedad, velocidad del aire, deben
ser analizados pues los mismos pueden alterar los resultados. Por ejemplo, en el caso de la velocidad
del aire es imprescindible acoplar al micrófono un accesorio que evite el efecto del mismo sobre la
medición (Figura 22)
78
Como ya mencionamos las mediciones que más realizamos para el control de la exposición del trabajador
Un esquema general para proceder a ejecutar una medición debe incluir los siguientes pasos.
a) Determinar las características del ruido y toda la información posible del lugar, de la actividad laboral
y del proceso que en el mismo se lleva a cabo. Esta es una tarea previa a la medición y a nuestro crite-
rio la más difícil e importante en cualquier estudio que se desee realizar. La calidad de la información
obtenida en esta fase facilitará la ejecución del procedimiento y determinarán la confiabilidad de los
resultados.
b) Conocer perfectamente las especificaciones técnicas y la operación de los equipos a utilizar.
c) Controlar la exactitud de los instrumentos. Es lo que en la práctica conocemos como verificación
o calibración. Se supone que estos instrumentos estén calibrados por un órgano acreditado a tal
finalidad, pero además que sean calibrados antes de la ejecución de las mediciones. Con esta finali-
dad existen en el mercado patrones conocidos como pistófonos o calibradores que determinan si el
equipo está midiendo correctamente y que deben ser accesorios indispensables de los sonómetros
(Figura 23).
d) Hacer un plano o croquis del lugar, determinando los puntos de medición, así como, cualquier otro
detalle importante para el análisis posterior de los resultados y en ocasiones el poder construir el
mapa de ruidos.
e) Determinar el ruido de fondo, aspecto este analizado previamente y conocer si es necesario hacer
correcciones a las mediciones que se ejecuten.
f ) Determinar los niveles de ruido especificando las características de la medición y cualquier otro inci-
dente ocurrido durante la misma y que a juicio del especialista pudiera incidir en el resultado. Cuan-
do mencionamos las características de la medición es si se midió en respuesta Lenta o Rápida, en
79
filtros de frecuencia o en A, etc.
g) Determinar las condiciones metereológicas para hacer las correcciones en los casos necesarios.
h) Analizar los resultados y presentar la información de la forma más completa y explícita posible. Es
necesario recordar que en ocasiones quienes reciben esta información y en general tienen el poder
de tomar las decisiones, desconocen sobre esta materia, por lo que es práctico ser claros y cuando
sea posible ofrecerles soluciones a los problemas detectados.
Una vez reflexionados los elementos generales a considerar en cualquier medición y en el supuesto
de que hemos obtenido toda la información previa que nos permita tener una evaluación empírica
del riesgo a que está sometido un trabajador, vamos a enunciar los pasos que se deben llevar a cabo
en la medición de un puesto de trabajo. Como se podrá observar son los mismos anteriores lo único
que más detallados.
1. Revise las normas que va a aplicar. Ya hemos mencionado que en todos los países no se aplican las
normas de manera similar, o sea, que no hay una norma internacional aceptada por todos, por lo que
se requiere estar bien informado para aplicar la evaluación de los resultados.
2. Seleccionar el equipo de medición adecuado para el tipo de ruido y el criterio de evaluación que
vamos a aplicar.
3. Control de las baterías. Hay que determinar si las baterías poseen carga suficiente para proceder a
medir. Siempre es útil llevar baterías de repuesto ya que en ocasiones puede extenderse el tiempo
de mediciones.
4. Calibración del equipo. Hay que proceder a calibrar el mismo antes de empezar cada grupo de medi-
ciones, por lo cual se debe llevar un calibrador o pistófono.
5. Determinar que filtro se va a utilizar, en la actualidad en general se utiliza el A, aunque pueden en
ocasiones ser necesario un análisis de frecuencias.
6. Hacer mediciones de orientación, determinar en que campo sonoro se encuentra y determinar el rui-
do de fondo. De manera general los campos en los locales de trabajo son semidifusos y en exteriores
se pueden considerar campos libres.
7. Determine los puntos de medición que previamente ya había seleccionado en dependencia del tipo
de ruido.
8. Si está en campo difuso o semidifuso utilizar un micrófono omnidireccional con corrector de inciden-
cia.
9. Comience las mediciones recordando:
• Que cuando evaluamos riesgo auditivo el micrófono debe estar lo más cerca posible del oído.
• Mantener el sonómetro alejado del cuerpo.
• Usar pantalla protectora de viento si es necesario.
• Vigilar no se produzcan sobrecargas en el sonómetro.
• Estar alejado de las superficies reflectantes
80
• Medir a una distancia adecuada de la máquina
7. Normas.
Anteriormente se mencionaron diferentes criterios existentes para la evaluación de la perdida auditiva y
de la relación de la misma con el nivel de presión y el tiempo de exposición. Existe como hemos referido
una diferencia fundamental entre el criterio del daño, sustentado por los europeos (ISO) y los norteame-
ricanos (OSHA-ACGIH-NIOSH) que siguen el criterio del efecto temporal sustentado por el CHABA (Com-
mitee on Hearing Bioacustics and Biomecanics). En general los países se han adscrito a una de estas dos
tendencias. Además existe una norma la ISO 1999 que se refiere a la Determinación de la exposición al
ruido y la pérdida auditiva inducida por este, que no fija niveles de exposición sino que deja a los diferen-
tes países establecer los niveles máximos permisibles de exposición. En Cuba hemos tomado el criterio
de la energía acumulada ya que consideramos brinda una mayor seguridad al trabajador. Las normas
en general se mueven en los niveles de 85 ó 90 dB (A) para una exposición de 8 horas. Hay que expresar
que ninguna de estas normas garantizan al 100% la protección auditiva del trabajador, son un compro-
miso entre la tecnología y la seguridad, a lo que hay que agregarle la sensibilidad individual, o sea, que
existen personas más sensibles a este factor de riesgo, En los últimos años se plantea que para garantizar
un 100% de protección las normas tendrían que exigir niveles de presión ≤ 75 dB (A) durante la jornada
laboral. Tenemos que ser realistas y admitir que de acuerdo con el desarrollo tecnológico y las posibilida-
des económicas de muchos países o centros de trabajo la exigencia de este nivel en la actualidad se hace
bastante difícil.
Por tanto como ya hemos tratado en la parte correspondiente de este capítulo sobre los diferentes cri-
terios, en esta parte vamos a comentar sólo la Norma ISO 1999, planteando sus aspectos más generales
sobre las mediciones y dejaremos al igual que este organismo internacional, a criterio del especialista o
del país en donde se realice la evaluación el fijar el nivel máximo de exposición, aunque nos adherimos
81
en el momento actual al de 85 db (A).
A continuación enunciaremos algunos aspectos generales de importancia referidos a las mediciones del
ruido en la Norma ISO 1999:2002, adoptada como Norma Cubana y que consideramos deben ser conoci-
dos por quienes trabajan en este campo.
Objetivo:
• La medición de la exposición al ruido de una población sometida a riesgo el nivel de presión sonora
equivalente continuo ponderado A correspondiente LAeq.T, durante una jornada laboral media (supuesta
una duración de 8 h) para un número dado de años de exposición.
• Esta norma es aplicable a ruidos de frecuencia audible (inferior a 10 Khz. aproximadamente) de carác-
ter estable, intermitente, fluctuante, irregular o impulsivo.
Descripción y medición de la exposición al ruido.
Generalidades
• Para estimar la pérdida auditiva y el riesgo de déficit auditivo provocados por la exposición al ruido, la
exposición sonora ponderada A promedio, EA, 8h y/o el nivel de exposición al ruido referido a una jor-
nada laboral de 8 h, deberán medirse directamente con sonómetros integradores o con instrumen-
tos para medir la exposición sonora, o bien se calcularán a partir de las medidas de presión acústica y
de la duración de la exposición. Estas mediciones pueden efectuarse ya sea con aparatos fijos o bien
portados por el individuo.
• El emplazamiento de los puntos de medida, así como la duración de las mediciones deberán elegirse
de forma que representen la exposición al ruido sufrida por la población sometida al riesgo, durante
una jornada típica.
Instrumentación
Generalidades.
• Para medir directamente los niveles sonoros continuos equivalentes ponderados A, se deberán utili-
zar sonómetros integradores que cumplan, como mínimo, las especificaciones de la norma IEC 804.
• Hasta que se publique una norma relativa a la instrumentación para medir la exposición sonora,
podrán utilizarse instrumentos adecuados con la condición de que cumplan los requisitos mínimos
siguientes:
- la ponderación en frecuencia del aparato de medida deberá cumplir la norma IEC 651;
- lpara medir adecuadamente la exposición sonora ponderada A, EA,T y el nivel sonoro continuo equi-
valente ponderado A, LAeq,T ,deberá integrarse la presión acústica ponderada A al cuadrado sobre
períodos de tiempo adecuado;
- lse pondrá un cuidado especial para asegurarse de que el margen dinámico sea suficientemente am-
plio para las aplicaciones consideradas y de que el ruido eléctrico inherente y la capacidad de satu-
ración del aparato sean adecuados.
Calibración y comprobación:
• Toda la instrumentación deberá estar calibrada y la configuración para la calibración y comprobación
82
deberá estar conforme con las instrucciones del fabricante respectivo,
83
Medición indirecta de la exposición diaria al ruido.
Generalidades.
• Para la determinación indirecta de la exposición al ruido, deberán medirse los niveles de presión
acústica con la ayuda de un sonómetro o una instrumentación de registro equivalente. Deberá me-
dirse por separado el tiempo de exposición para cada intervalo de nivel claramente identificable.
NOTA. Es preferible utilizar sonómetros integradores. Si se emplean sonómetros convencionales, se reco-
mienda utilizar la ponderación temporal F (rápida) y se desaconseja la ponderación temporal I (impulso).
Exposición a ruidos estables.
• Si el ruido es tal que las fluctuaciones de nivel son pequeñas (véase nota) durante todo el intervalo de
determinación del nivel sonoro continuo equivalente ponderado A, la media aritmética del nivel de
presión acústica indicado es numéricamente igual al nivel sonoro continuo equivalente.
NOTA. Puede admitirse que el ruido es estable si el margen total de los niveles de presión sonora indica-
dos se sitúa en un intervalo de 5 dB medidos con la ponderación temporal S (lenta).
Exposición a ruidos estables con variaciones escalonadas de nivel.
• Si el ruido es estable pero se aprecian cierto número de niveles claramente identificables, se debe
medir separadamente cada nivel, junto con las duraciones correspondientes de los distintos escalo-
nes de nivel.
Medición de la exposición diaria al ruido por métodos de muestreo y distribución estadística.
Generalidades.
• Una aproximación al resultado obtenido por el método directo utilizando un número de muestras
tomadas en diferentes instantes de tiempo, depende del número de muestras no correlacionadas
entre sí. La duración de la toma de muestras y la frecuencia de muestreo deberán elegirse, por tanto,
de forma que proporcionen una estimación suficientemente exacta del nivel sonoro continuo equi-
valente ponderado A.
Método de muestreo.
• La indicación de un sonómetro convencional se lee durante el tiempo de medida Tmed ya sea visual
o automáticamente a intervalos de muestreo Delta t [frecuencia de muestreo (1/Delta t)]. El nivel
sonoro continuo equivalente ponderado A, LAeq,Tmed, se calcula, en decibeles.
Utilización de la distribución estadística.
• La indicación de un sonómetro convencional con la ponderación temporal F (rápida) se lee durante
el período de medición Tmed visual o automáticamente a intervalos de muestreo Delta t. Los valores
medidos LpAi deberán agruparse en clases de 5, 2,5 y 1 dB o cualquier valor menor que 1 dB.
NOTA, Las clases no deberán ser mayores que, aproximadamente, un quinto del intervalo entre los niveles
de presión sonora medidos.
Como ya mencionamos la Norma ISO no establece los niveles máximos permisibles. En Cuba la norma
que regula este aspecto es la NC 19-01-04 del 1980. En este documento normalizativo se establecen los
niveles de presión sonora aceptables para cada tipo de actividad, así como elementos generales de la
84
protección contra el ruido. En relación con los valores máximo admisibles, se establece que para todos los
85
Médicas que garanticen una vigilancia de la situación ambiental y del estado de salud de los expuestos.
La política en este sentido tiene que analizarse de manera cuidadosa y objetiva, ya que seguramente los
procesos de trabajo adoptados fueron decididos en función de que eran los métodos más eficientes para
la ejecución de la actividad laboral, no obstante en muchos casos es posible la obtención de resultados
favorables con un costo reducido. En la mayoría de los centros de trabajo encontramos algunos lugares
con niveles de ruido que pueden causar molestia o daño al trabajador y aunque las medidas de control
no son en ocasiones fáciles de ejecutar, cuando existe conciencia del problema, se pueden resolver en la
práctica muchos de estas situaciones, sin grandes inversiones o modificaciones complejas.
El procedimiento técnico general de análisis de una situación que exige una medida de control para dis-
minuir la exposición, debe considerar 3 componentes sobre los que pueden realizarse acciones, la fuente,
el medio de difusión (trayecto de la onda) y el receptor (Figura 24). No es posible brindar una receta uni-
forme para la solución de los problemas de este tipo, ya que un proceso o máquina ubicada en lugares
diferentes pueden presentar dos situaciones de riesgo distintas, por lo que la actuación tendría que ser
particular para cada caso.
El procedimiento de control sobre la fuente que genera el ruido, es sin lugar a dudas, el más efectivo para
la disminución de este. Esto se puede lograr mediante medidas dirigidas a modificaciones tecnológicas,
cambios de procesos o máquinas y nueva localización del centro de trabajo o de las maquinas ruidosas.
Estos son aspectos complejos que necesitan generalmente de personal altamente capacitado, lo cual se
dificulta en los medianos y pequeños centros de trabajo. No obstante algunos de los referidos al manteni-
miento de las instalaciones o aumentar la distancia entre la fuente y el receptor, ya que como conocemos
la presión disminuye en relación con la distancia, pueden ser aplicados en cualquier lugar.
Entre las medidas dirigidas a la reducción de los niveles de ruido en la fuente podemos mencionar las
siguientes:
Mantenimiento. El reemplazo y ajuste de las piezas, rodamientos, engrase y el cumplimiento de todas
aquellas exigencias establecidas en este sentido para el funcionamiento adecuado del proceso.
Reemplazo de máquinas. Cambio de máquinas más ruidosas por menos ruidosas, como por ejemplo
poner cizallas por martillos o prensas hidráulicas en vez de mecánicas, etc.
Sustitución de procesos. Igual que en el caso anterior el cambio por procesos menos ruidosos, como pue-
de ser la soldadura en vez del remachado o el prensado en vez del laminado o forjado, etc.
Reducción de la fuerza impulsora de las superficies vibratorias. Mediante la reducción de la velocidad de
rotación o limitando la fuerza eficaz mínima y el # de percusiones, etc.
Reducción de vibración. Mediante amortiguación, soportes adicionales, aumento de la masa de las partes
vibrantes y aumento de la rigidez del material, etc.
Reducción de la transmisión a través de sólidos. Mediante la aplicación de montajes flexibles, secciones
flexibles en tuberías, etc.
Reducción del ruido producido por el flujo gaseoso. Mediante la reducción del caudal, de la presión, de la
turbulencia, aplicación de silenciadores de entrada y salida, etc.
86
LA GESTIÓN Y VIGILANCIA DE RIESGOS OCUPACIONALES
Cuando no es factible resolver el problema mediante la reducción del ruido generado por la fuente, te-
nemos la alternativa de dirigir el control a evitar que el mismo se propague hasta otros trabajadores
con un nivel de presión sonora que pueda afectar su salud. Esta reducción de la transmisión se logra de
diferentes maneras (Figura 25), Entre los métodos posibles tenemos: el aislamiento de la fuente por el
encapsulamiento de la misma, el aislamiento y hermetización de los locales mediante paredes, el esta-
blecer barreras o pantallas que limiten la transmisión, el tratamiento acústico de los locales mediante la
aplicación de materiales acústicos absorbentes y el empleo de silenciadores.
Por último, nos queda actuar sobre el trabajador, que por desgracia es el método que más aplican los
empresarios al considerar que resuelven el problema con facilitar equipos de protección personal a las
áreas o puestos en los que se detectan niveles de riesgo. Este método aunque necesario, en ocasiones es
ineficiente por la resistencia del trabajador a su uso. En esto influye el problema de la falta de cultura de
seguridad y las molestias que ocasiona sobre todo cuando las condiciones ambientales son calurosas, lo
cual es una realidad. En la tabla 11 se pueden observar los resultados de la protección que brindan estos
medios referidos al tiempo real de utilización por los trabajadores. Si el trabajador expuesto usara los
mismos permanentemente, en la práctica la mayoría estaría a niveles en los que no pudiera afectarse su
audición,
87
En la protección del trabajador también puede emplearse el aislamiento del puesto, creando cabinas
que reduzcan el nivel de presión que capta el trabajador, estas cabinas deben construirse con materiales
acústicos y unas condiciones climáticas que no causen molestias al trabajador y permitan que el mismo
se mantenga sin exposición (encerrado) en ellas.
Otra manera de reducir la exposición del trabajador es alejándole de la fuente, lo cual se logra en ocasio-
nes con una pequeña inversión, como es la de alejar de la máquina sus controles.
Medidas Administrativas.
En infinidad de lugares se han tomado medidas de tipo organizativo que permiten reducir la exposición
de los trabajadores sin tener que hacer inversiones. Por supuesto que esto implica que se debe hacer un
esfuerzo en la organización del trabajo, como puede ser poner en funcionamiento las máquinas o acti-
vidades ruidosas en los turnos en que menos trabajadores estén presentes, rotando los trabajadores por
puestos con bajos niveles de ruido, limitando los tiempos de exposición en los puestos con ruido, tras-
ladar a otros puestos a los trabajadores susceptibles, el establecimiento de exigencias en los niveles de
ruido en la adquisición de nuevos equipos, la formación y capacitación y otras que puedan considerarse
decisiones administrativas dirigidas a una menor exposición.
Medidas de Vigilancia de la Salud.
Estas son medidas de carácter preventivo asistencial que deben incluir como objetivo fundamental la
conservación de la capacidad auditiva de los trabajadores. Entre estas encontramos los exámenes médi-
cos pre-empleo y periódicos que incluyan pruebas audiométricas, el monitoreo de los niveles ambienta-
les de ruido y la promoción y educación sanitaria de los trabajadores, lo que en su conjunto debe consti-
tuir un sistema de vigilancia epidemiológica. El objetivo del área que atienda la Seguridad y Salud de los
centros de trabajo en que existe este factor de riesgo será poseer un Programa de Conservación Auditiva
que satisfaga estos aspectos.
Consideramos que todo Programa de Conservación Auditiva para ser efectivo debe poseer como mínimo
los componentes siguientes:
1. Vigilancia epidemiológica de la salud, con especial énfasis en los aspectos de la audición.
2. Formación y motivación del riesgo, que permita el conocimiento del colectivo del problema existen-
te y promueva la prevención, basada en la participación del colectivo en su protección.
3. Determinación de los niveles de presión sonora en el ambiente laboral y la exposición al ruido de los
trabajadores, con un monitoreo periódico de la situación.
4. Evaluaciones audiométricas periódicas a todos los expuestos para conocimiento de la evolución de
su capacidad auditiva.
5. Controles técnicos y administrativos para reducción de la exposición.
6. Sistema de información que permita mantener los registros de la situación en el tiempo y tomar
acciones efectivas y oportunas.
7. Evaluación del programa
88
89
LA GESTIÓN Y VIGILANCIA DE RIESGOS OCUPACIONALES
90
Capítulo 8.
7. Criterios de Evaluación.
1. Introducción.
El desarrollo tecnológico y la mecanización de los procesos de trabajo, con el objetivo de incrementar la
productividad y en parte de humanizar el trabajo, ha ido incrementando las tareas en las que el hombre al
utilizar diferentes medios de trabajo puede estar expuesto a vibraciones. En la actualidad, el incremento
de este factor de riesgo, determina que puedan identificarse en múltiples actividades laborales procedi-
mientos de trabajo que generan vibraciones, las que se trasmiten al trabajador con el riesgo potencial de
dañar su salud. Está demostrado que en algunas profesiones estas situaciones han llegado a constituir un
problema de importancia como analizaremos posteriormente, lo que precisa poder evaluar estas exposi-
ciones y brindar soluciones adecuadas que favorezcan la minimización del riesgo.
Cuando se habla de vibraciones normalmente nos referimos a fenómenos físicos que sólo se diferencian
91
del sonido en que no son audibles y que podemos percibirlos mediante el tacto, pero que se pueden ca-
racterizar mediante las mismas magnitudes físicas. En nuestra vida diaria estamos en contacto con un sin-
número de sistemas mecánicos y nosotros mismos somos un sistema mecánico, en el cual se presentan
movimientos oscilatorios de las diferentes masas, respecto a un punto de referencia, que ocurren cuando
la energía oscilante de una fuente se trasmite a otra estructura del cuerpo. Es decir, que el organismo
viviente se encuentra en un proceso beneficioso de vibración continua, debido al funcionamiento de sus
diferentes órganos. Sin embargo, en algunos casos estamos rodeados de otros fenómenos mecánicos
que no son tan deseables como el descrito y que pueden trasmitir vibraciones no deseables a las perso-
nas. Estimados de algunos países europeos consideran que entre el 4 y el 7% de los trabajadores están
expuestos a este factor de riesgo. En la figura 1 se pueden observar algunas de las fuentes que generan
vibraciones
Las investigaciones sobre la exposición a las vibraciones y el daño a la salud que éstas pudieran ocasionar,
tuvieron un gran desarrollo en la época de la II Guerra Mundial, con determinadas tecnologías que se di-
señaron y que sometían a los militares a altos niveles vibracionales, como el caso de los tanques, aviones,
etc. La investigación en esta esfera ha permitido el perfeccionamiento de estos medios y su aplicación
a otros medios de trabajo desarrollados posteriormente, con el objeto de elevar la productividad del
trabajo y minimizar el riesgo de daños a la salud. Podemos por tanto manifestar que la vibración es un fe-
nómeno no deseable, aunque en ocasiones en el diseño de un instrumento de trabajo puede concebirse
para el buen funcionamiento del mismo, como es el caso de los martillos neumáticos. Por tanto, vamos a
tener dos situaciones, las vibraciones no deseadas que se producen por diferentes causas, como puede
ser, un mal diseño, tolerancias en la fabricación, desgastes, excentricidades, desequilibrio de elementos,
rodamientos dañados, falta de mantenimiento, etc., y las vibraciones deseadas que son las de los instru-
mentos, equipos, máquinas, diseñadas con esta finalidad.
En este tema vamos a tratar sobre las características físicas de las vibraciones, la forma de identificar y eva-
luar la exposición, así como, las medidas generales de protección del trabajador a las vibraciones, tanto
de las deseadas como de las no deseadas.
92
LA GESTIÓN Y VIGILANCIA DE RIESGOS OCUPACIONALES
Vamos a considerar como “vibración” al movimiento que corresponde a una variación en el tiempo de
la posición de los constituyentes de un sistema mecánico, cuya variación es alternativamente mayor o
menor que un valor medio tomado como referencia (Figura 2). Este movimiento, puede ser regular en
dirección, frecuencia y/o intensidad, o bien aleatorio, que es lo más frecuente.
2.1. Clasificación de las vibraciones.
Las vibraciones de acuerdo con el tipo de efecto que puedan causar al trabajador expuesto, ya que este es
el elemento objeto de nuestra evaluación, las podemos clasificar de las formas siguientes:
A) Según la parte del cuerpo afectada en :
Vibraciones Generales o Globales. Son aquéllas que se transmiten a todo el cuerpo a través de las superfi-
cies de apoyo, tales como los pies en las personas en dicha posición , la región glútea en los sentados u
otras áreas de contacto en el caso de estar reclinados o en otra posición.
Vibraciones Locales. Son aquéllas en que la vibración es aplicada a partes particulares del cuerpo como los
miembros o la cabeza, como por ejemplo a través de pedales o timones.
B) Según la frecuencia de la vibración:
De muy baja frecuencia. Las que tienen una frecuencia menor de 2 Hz y que son características de los
medios de transporte.
De baja frecuencia. Las que están en un rango de frecuencia entre 2 y 20 Hz y que también las detectamos
en los medios de transporte.
De alta frecuencia. Las que se encuentran en un rango de frecuencia entre 20 y 1000 Hz y que son carac-
terísticas de las herramientas portátiles.
2.2. Magnitudes.
Aunque ya expresamos que las vibraciones que se producen en el ambiente laboral no son armónicas, se-
guiremos utilizando este modelo didácticamente para desarrollar algunos conceptos básicos necesarios
para la interpretación de este fenómeno, el que se asemeja mucho a los utilizados en el ruido, ya que este
es un producto de las vibraciones.
La forma más sencilla de describir el fenómeno vibratorio es evaluando la amplitud, ya que la misma des-
93
cribe la energía del mismo. La determinación de la amplitud, puede cuantificarse como el desplazamien-
to, la velocidad o la aceleración en función del tiempo, ya que en estos movimientos sinusoidales estos
parámetros se encuentran matemáticamente relacionados por la frecuencia, por lo que conociendo uno
de ellos podemos calcular los demás. La utilización de determinado parámetro ha estado determinada
por las posibilidades técnicas de su medición y el tipo de vibración como posteriormente analizaremos.
Desplazamiento. Expresa la distancia entre su posición de reposo y su posición en cada momento del
ciclo. La amplitud o desplazamiento describe el contenido de energía de la señal (Figura 3). Su unidad es
el metro y es una función sinusoidal de la forma:
x = A sen wt
Velocidad. Expresa el tiempo en que se efectúa el desplazamiento de una posición a otra y es proporcio-
nal al desplazamiento y la frecuencia. Su unidad es el m/s y se expresa matemáticamente de la siguiente
forma:
v = dx/dt = w A cos wt
Aceleración. Expresa el cambio de velocidad en el tiempo, siendo proporcional al desplazamiento y al
cuadrado de la frecuencia. Su unidad es el m/s2 y se expresa de la forma siguiente:
a = dv/dt = d2x/d
Por tanto podemos afirmar que el movimiento vibratorio estará definido por su frecuencia y amplitud.
De las magnitudes antes descritas, hay que decir que en la actualidad la más utilizada en las evaluaciones
es la aceleración. En ocasiones en vez de utilizar como unidad el m/s2, se expresan en dB, para lo cual se
toma como valor de referencia o umbral de percepción el nivel de 10-6 m/s2 y se definirían estos decibe-
lios de la forma siguiente:
dB = 20 log a1/a0 = 20 log a1/10-6
Donde: a1, es el valor de la aceleración medida en m/s2.
También se expresan en ocasiones estos valores referidos a la aceleración de la gravedad (9.81 m/s2).
Frecuencia. La frecuencia es la característica del movimiento que está determinada por el número de
oscilaciones completas que se producen en la unidad de tiempo. La unidad que se utiliza es el ciclo por
segundo o Hertzio. Es de suma importancia en la evaluación del riesgo, ya que como se verá en otra parte
del tema, el cuerpo humano tiene diferentes respuestas a las diferentes frecuencias y está demostrado
que la exposición a determinadas frecuencias son más nocivas. Hay que enfatizar que como ya hemos
mencionado las vibraciones mecánicas a las que está expuesto el trabajador, no son de una frecuencia
pura, es casi imposible, normalmente lo que se detecta son vibraciones con múltiples frecuencias y en
94
diferentes direcciones. En la figura 4 se puede observar como se presenta este fenómeno en la práctica
Es importante mencionar un valor muy empleado en la evaluación de las vibraciones que es el conocido
como valor eficaz, raíz cuadrática media o RMS en inglés. Como se conoce que los efectos dependen de la
energía, se utiliza este valor que es proporcional a la energía de la vibración y que cuando se calcula para
un tiempo de exposición determinado y se valora como aceleración se denomina como nivel equivalente
de aceleración aeq, El valor eficaz se define según la expresión siguiente
95
4. Aspectos que influyen en la evaluación de la exposición a las vibraciones.
Cuando el organismo humano entra en contacto con un elemento vibrante externo, este le trasmite esa
energía mecánica, haciendo que la masa total o sólo parte de la misma se desplace de su posición de
equilibrio. Las características de esta transferencia de energía y el desplazamiento que causa en el cuerpo
u órgano receptor, determinarán los diferentes efectos que se han observado en los trabajadores ex-
puestos a este factor de riesgo. Como se ha demostrado, el organismo humano no responde de manera
similar a las diferentes exposiciones, por lo que es necesario caracterizar aquellas que en realidad pueden
ocasionar daño al trabajador expuesto, para proceder a evaluarlas correctamente.
Ante todo hay que determinar el “lugar de acción” de la misma. Los estudios realizados han separado
estos efectos de acuerdo con la clasificación expresada previamente de las vibraciones, en “locales y ge-
nerales”. Las normas aprobadas, como veremos posteriormente están concebidas de esta forma, o sea
para la vibración que se trasmite a través del sub sistema mano brazo o para cuando se trasmiten a todo
el organismo. El determinar por tanto el lugar de acción, orienta sobre el tipo de efecto posible, establece
96
que norma debe aplicarse, el tipo de medición y las posibles acciones preventivas a ejecutar.
Al evaluar una vibración podemos observar un espectro que tiene en general componentes en todas las
frecuencias, no obstante, sabemos que el cuerpo humano y sus partes no poseen la misma sensibilidad
para todas las frecuencias. Cuando analizamos el cuerpo humano como un sistema mecánico, se pudo
constatar que las diferentes partes del mismo tienen frecuencias naturales de resonancia diferentes, las
que al ser excitadas por una vibración de frecuencia similar pueden entrar en resonancia, amplificándose
y pudiendo causar un mayor daño. Analizando esta situación con un sentido energético, lo que sucede es
que la fuerza excitadora introduce cada vez más energía y se amplifica la intensidad de la vibración, por lo
que una pequeña cantidad de energía provoca una gran respuesta de la estructura receptora.
Por tanto se puede afirmar, que la respuesta del organismo está en dependencia de la frecuencia de la
vibración y que es esencial el conocimiento de los niveles de energía que se producen en cada rango de
frecuencias, para poder evaluar el riesgo al que está sometido el trabajador y poder accionar en conse-
cuencia.
Como ya mencionamos cuando ejecutamos una medición de vibraciones, debemos considerar que el
trabajador normalmente se encuentra sometido a una vibración aleatoria en dirección y frecuencia y ob-
tenemos un resultado de aceleración contra el tiempo en el que no podemos definir la frecuencia, como
se puede observar en la figura 7. Necesitamos por tanto conocer los niveles de energía, para lo que se em-
plea el análisis de frecuencias en el rango entre fracciones de Hz hasta los 1500 Hz, mediante el empleo
97
de los filtros de octavas o de tercios de octavas con esta finalidad (figura 8).
También existen filtros de ponderación para evaluar la intensidad de la vibración considerando las fre-
cuencias, en función de la sensibilidad del organismo a las mismas, en las diferentes direcciones y que
como el filtro A, en el caso del ruido incluye el criterio fisiológico en el resultado de la medición.
El otro elemento fundamental para caracterizar el efecto nocivo que puede causar la vibración al traba-
jador, está dado por el nivel de aceleración a que está expuesto, el que expresa la energía que transmite
el medio vibrante al organismo receptor. Como ya hemos visto las vibraciones se presentan de forma
aleatoria tanto en la frecuencia como en la intensidad, por lo que se hace difícil determinar su magnitud
en el tiempo mediante un valor único como se puede observar en la figura 9a. La solución a este proble-
ma se ha logrado mediante la integración en el tiempo de la señal de la aceleración y se expresa por la
aceleración continua equivalente, que expresa la intensidad de la misma en un solo valor, como si fuera
una aceleración constante que tiene la misma energía que la señal de vibración variable en un período de
tiempo determinado. En la figura 9b puede observarse como los diferentes valores de la señal aleatoria
registrada en 9a, se expresan como un solo valor de energía equivalente en el tiempo. Esto no significa,
que no deba prestarse atención a la cantidad de energía vibratoria transmitida dentro de cada rango de
frecuencias, ya que como hemos analizado, cada parte del organismo presenta características de amorti-
guación y resonancia particulares. Además se considera que la aceleración eficaz infravalora la intensidad
de los movimientos que contienen choques o son marcadamente intermitentes.
98
Como en la evaluación de todos los factores de riesgo, la nocividad de la vibración además está determi-
99
Frecuencias inferiores a 40 Hz y con amplitudes de centímetros, producen lesiones del sistema OSMA, se
producen en el manejo de perforadoras neumáticas pesadas.
Frecuencias entre 40 y 300 Hz y amplitudes del orden de 1 mm, se caracterizan por las alteraciones vasomo-
toras, en particular de las manos, conocida como el síndrome de Raynauds o dedos blancos. Es típica de
las máquinas de perforación de los mineros y se observa después de varios años de exposición.
Frecuencias mayores de 300 Hz y con amplitudes del orden de 0,01 mm. Estas vibraciones son generadas
por las herramientas manuales que funcionan a gran velocidad, como las pulidoras y pueden ocasionar
en pocas semanas de exposición efectos nocivos en manos antebrazos, brazos y hombros.
Tabla 1. Efectos en el trabajador de las vibraciones según frecuencias.
Frecuencia Fuente Efectos
Transporte. Estimulan laberinto oído interno
Muy Baja (menor de 2 Hz) Aviones, trenes, barcos, etc. Trastornos SNC
Movimiento de balanceo Mareos y vómitos (mal transporte)
Vehículos de transporte Lumbalgias, hernias, etc.
Vehículos industriales Agravan lesiones raquídeas
Baja (2 -20 Hz)
Maquinaria agrícola y tractores S. Neurológico, dificultad equilibrio, varia
Maquinaria de la construcción ritmo cerebral
Alteraciones permanentes hombros y
Alta (20 – 1000 Hz) Herramientas manuales
manos
<40 Hz (amplitud - cms) Martillo neumático
Trastornos osteoarticulares
40 - 300Hz (amplitud 1mm) Herr. ligeras
objetivables radiológicamente
>300Hz ( amplitud - 0,01mm) Herr. Rápidas (pulidoras)
Alteraciones vasomotoras
Aunque ya se han tratado en forma general los efectos, que de acuerdo con la frecuencia característica de
las vibraciones se pueden producir por la exposición a las mismas, vamos a describir sintéticamente estos
trastornos en base al tipo de exposición, ya sea a todo el organismo (cuerpo completo) o a parte del mis-
mo (mano), que son los casos que encontramos en nuestro trabajo diario. Aunque el higienista no tiene
que ser un especialista en este aspecto, es importante que posea información básica sobre los efectos a
la salud de forma que le facilite la identificación y prevención del riesgo al cual puede estar sometido el
trabajador.
Tabla 2. Actividades con riesgo a exposición a vibraciones generales.
• Conducción de tractores
• Vehículos de combate blindados (p. ej., tanques) y otros similares
• Otros vehículos todo terreno:
• Maquinaria de movimiento de tierras: cargadoras, excavadoras, bulldozers,
• motoniveladoras, cucharas de arrastre, volquetes, rodillos compactadores
• Máquinas forestales
• Maquinaria de minas y canteras
• Carretillas elevadoras
100
• Conducción de camiones (articulados y no articulados)
101
se encuentra sometida a una carga mayor cuando hay desplazamientos bruscos, la fatiga de los músculos
de la espalda puede ser mayor y puede producirse la disminución o pérdida del reflejo de los tendones
Alteraciones cardiovasculares, respiratorias, endocrinas y metabólicas.
Se han observado durante la exposición aumento de la frecuencia cardiaca, la presión arterial y el consu-
mo de oxígeno. Se han detectado alteraciones metabólicas y de hormonas como el ACTH y las catecola-
minas.
Alteraciones sensoriales y del sistema nervioso central.
Se plantean la existencia de alteraciones de la función vestibular que parecen ser más importantes en las
frecuencias muy bajas o de resonancia del cuerpo completo. Se considera que existe un efecto sinérgico
sobre la audición, incrementando el desplazamiento temporal del umbral. También se han detectado
alteraciones del sistema nervioso central por potenciales evocados.
• Efectos a largo plazo
Riesgo para la salud de la columna vertebral.
Existe en general una aceptación de que la exposición a las vibraciones afecta la columna vertebral e
incrementa las molestias lumbares. Aunque existen discrepancias en relación a la especificidad del diag-
nóstico, no obstante estudios epidemiológicos demuestran un alto riesgo a estos efectos en los traba-
jadores expuestos durante años. Se plantea que las molestias se producen por los daños degenerativos
primarios en vértebras y discos intervertebrales. Se han realizado algunos estudios en que se han encon-
trado insuficiencia muscular y en exposiciones de frecuencias de 40 a 50 Hz, modificaciones degenerati-
vas en los huesos de los pies.
Otros riesgos para la salud
En diferentes estudios se han descrito efectos nocivos en trabajadores expuestos a vibraciones, pero en
los mismos este factor de riesgo se encuentra simultáneamente con otros factores que pueden contri-
buir al riesgo, por lo cual no es posible establecer relaciones causales con la especificidad y consistencia
que permitan considerar a la vibración como la causa esencial del trastorno detectado. Entre los muchos
efectos deletéreos encontrados se encuentran síntomas y alteraciones patológicas de varios sistemas y
órganos, entre los que se pueden mencionar los sistemas: nervioso, músculo esquelético, circulatorio,
digestivo, genitourinario masculino, reproductor femenino y el órgano vestibular. Aunque en ocasiones
en estos casos no se pueda afirmar que la vibración es el factor suficiente y necesario en el efecto nocivo
o que se hayan arribado a conclusiones que no permitan la correlación entre ambos, es recomendable
que el higienista considere estos efectos nocivos en los que la vibración pudiera contribuir a su aparición
o al incremento de los mismos.
Actividades con riesgo a la exposición a vibraciones mano brazo.
• Actividades industriales en las que se utilizan herramientas manuales rotatorias o de percusión.
• Explotación de canteras y minería.
• Obras de construcción y otros servicios comunales.
• Agricultura y Forestales.
• Conductores profesionales de motocicletas.
Exposiciones mano – brazo.
Las exposiciones a este tipo de vibraciones son aquellas que se refieren a las generadas por herramientas
manuales o de los mandos de máquinas y equipos, que se trasmiten a los trabajadores a través de las
102
manos. En el párrafo anterior se brinda una relación de actividades en las que con mayor frecuencia se
103
Tabla 3. Escala del Taller de Estocolmo para las fases del fenómeno de Raynaud.
104
LA GESTIÓN Y VIGILANCIA DE RIESGOS OCUPACIONALES
0SN Expuesto a vibración pero sin síntomas
1SN Adormecimiento intermitente, con o sin hormigueo
2SN Adormecimiento intermitente o persistente, percepción sensorial reducida
3SN Adormecimiento intermitente o persistente, discriminación táctil y/o destreza de manipulación reducidas
Fuente: Stockholm Workshop 86 - 1987.
Otra enfermedad común en algunos de estos trabajadores y la que debe ser diferenciada de la antes des-
crita es el síndrome del túnel carpiano, que es un trastorno debido a compresión del nervio mediano a su
paso por un túnel anatómico de la muñeca. En esta enfermedad influyen otros aspectos como movimien-
tos repetitivos, agarre con fuerza y malas posturas, que unidos a la vibración pueden desencadenarla. La
electromiografía permite diferenciar este síndrome de otras afecciones neurológicas.
Trastornos Osteomioarticulares.
Aunque existen diferentes criterios respecto a los efectos óseos y articulares y existe la necesidad de di-
ferenciarlos de aquellos que pueden ser productos de la edad o del trabajo manual, no es menos cierto
que existen evidencias de que en estos trabajadores se han encontrado la mayor frecuencia de estos tras-
tornos. En estudios realizados se ha informado mayor prevalencia de quistes óseos en manos y muñecas,
artrosis de muñecas, artrosis y osteofitosis de codo en los expuestos. También se reporta dolor localizado,
hinchazón y rigidez y deformidades de las articulaciones que pudieran estar relacionados con los hallaz-
gos radiológicos de degeneración ósea y articular. Independientemente de las discrepancias que puedan
existir. En la mayoría de los países cuando se encuentran estos trastornos en trabajadores expuestos se
consideran como enfermedad profesional, ya que se encuentran legalmente reconocidas como tal.
En relación con los trastornos musculares muchos trabajadores refieren debilidad y dolores en manos y
brazos. Se reportan fatiga muscular y disminución de la fuerza de agarre, así como, tenosinovitis, tendini-
tis y la contractura de Dupuytren, efectos estos asociados al trabajo manual pesado.
Otros Trastornos.
En estudios realizados en este tipo de trabajadores, se han informado otras afectaciones que pudieran
estar asociadas a la exposición. Se sugiere la perdida auditiva adicional como resultado de la vasocons-
tricción de los vasos sanguíneos del oído, no obstante hay que considerar que en general estos medios
de trabajo generan niveles de ruido superiores a los límites seguros. Además de los trastornos neuro-
lógicos ya mencionados, hay quienes plantean efectos nocivos al sistema nervioso central y al sistema
endocrino. En muchos estudios clínicos se reportan signos y síntomas relacionados con la disfunción de
los centros autónomos del cerebro, como pueden ser la fatiga persistente, dolor de cabeza, irritabilidad,
perturbaciones del sueño, anomalías electroencefalográficas, impotencia, etc., cuya asociación debe ser
más estudiada.
En Cuba en los estudios realizados a expuestos a vibraciones tanto generales como locales se han de-
tectado efectos similares a los descritos por las investigaciones de otros países, en particular respecto
a los hallazgos osteomioarticulares. No obstante puede afirmarse que la prevalencia encontrada no ha
sugerido que este sea una situación importante de salud en estos trabajadores, pues también han esta-
do presentes otros factores de riesgo como la edad, el trabajo pesado y otros, que pudieran influir en el
resultado. En cuanto a los problemas vasculares hay que expresar que en los estudios realizados esto no
es un problema, es posible que este resultado se deba a que en nuestro país la temperatura ambiente
durante todo el año es elevada, o sea que son mínimos los días de frío. Se han detectado trabajadores con
pérdida auditiva, pero en este aspecto debemos atribuirla al nivel de ruido producido por estas máquinas
105
y herramientas.
106
LA GESTIÓN Y VIGILANCIA DE RIESGOS OCUPACIONALES
195 Quebradoras de pavimento
125 Esmeriles de pedestal
75 Sierras de Cadena
59 Sierras de cepillado
20 Esmeriles manuales
5. Elegir el transductor más adecuado por sus características y las condiciones ambientales de operación.
Existen diferentes tipos de transductores con diferentes masas, tipos de frecuencias, triaxiales o de
una sola dirección, de mayor sensibilidad, más resistentes a la temperatura, humedad, etc. En este
caso debemos seleccionar aquel que por las observaciones previas sepamos que es el mejor para la
medición que vamos a efectuar.
6. Determinar el tipo de medición más adecuado. En este aspecto se pueden hacer mediciones con filtros
de ponderación globales, de 1/3 de octavas o de octavas, de velocidad, de aceleración, en tiempo
real, de pico, en una dirección, etc. De acuerdo con los objetivos de la medición y la forma de trabajo
decidiremos el tipo de medición a realizar.
7. Elegir los medios de medición. En la actualidad existen múltiples equipos que pueden emplearse y que
permiten determinar las características de estos fenómenos, por lo que en este aspecto la única limi-
tante puede ser de posibilidades económicas. Un aspecto que debe tenerse en consideración es que
en mediciones cuyo objetivo es controlar los niveles de exposición, basta que el sistema de medición
utilizado cumpla con los requerimientos técnicos establecidos por las normas vigentes.
8. Verificar el funcionamiento de los equipos y calibrar el sistema. Este es un elemento esencial, que debe
efectuarse antes de cada serie de mediciones. No podemos comenzar un proceso de medición sin
estar seguros que nuestras mediciones son confiables. Para este paso se hace necesario poseer los
medios de calibración indispensables y que los mismos estén verificados por los órganos de metro-
logía nacionales. El procedimiento de verificar el sistema consiste esencialmente en aplicar una señal
conocida y registrar los valores obtenidos, determinando que dichos resultados se corresponden con
la señal generada.
9. Describir el sistema de medición empleado. Como un sistema de medición de vibraciones está com-
puesto de partes que pueden variar, es necesario describir con exactitud los elementos que se utili-
zaron en la medición. Esto es fundamental para el caso que se desee comprobar un resultado poder
hacerlo con un sistema similar, pues si se utilizara otro elemento que tuviera características técnicas
diferentes pudieran obtenerse otros resultados.
10. Determinar los niveles de fondo existentes. Posibilidades de campos eléctricos y acústicos. La exis-
tencia de estos fenómenos puede causar interferencias en las mediciones y por consiguiente resulta-
dos no confiables. Se recomienda que se valoren las vibraciones en partes no vibrantes del sistema y
si se registran valores inferiores a 1/3 de los medidos se acepta la medición realizada.
11. Realizar el montaje del acelerómetro por el método más conveniente. Conocemos que existen di-
ferentes formas para el montaje del acelerómetro, siendo este un paso fundamental para lograr la
mejor captación de los niveles de transmisión al cuerpo humano. Se hace necesario seleccionar la
mejor, ya que por la utilización de una forma o accesorio inadecuado puede alterar los resultados.
12. Registrar la posición de los mandos. Antes de comenzar cada medición hay que registrar en que po-
sición se ubican los mandos, ya que después podemos tener dudas respecto a los niveles obtenidos
107
e informar resultados incorrectos. No es lo mismo que el metro se encuentre en la posición de pico
que en la de nivel eficaz, o en una u otra frecuencia.
13. Realizar las mediciones y registrar resultados. Una vez que ya se han cumplido los pasos anteriores
se procede a medir y se registran los resultados. Hay que asegurarse antes de proceder, que se está
trabajando en condiciones normales de operación. Deben tomarse medidas en diferentes lugares,
direcciones y frecuencias para orientarnos respecto a los mayores niveles de exposición. Los registros
pueden ser almacenados por diferentes medios para cuando se desee posteriormente analizarlos en
el laboratorio.
14. Evaluar resultados y confeccionar el informe. Una vez obtenidos los resultados se deben comparar
con los criterios de exposición correspondientes, para evaluar la posibilidad o no del riesgo a la salud.
Una vez analizada la situación sólo faltará el confeccionar un informe lo más detallado posible, de las
condiciones de la actividad, las mediciones realizadas, los criterios utilizados para evaluar el riesgo,
el dictamen final sobre el riesgo existente y en los casos necesarios recomendaciones para minimizar
o eliminar el mismo.
108
características técnicas necesarias, sólo que en estas mediciones se utiliza como transductor, un aceleró-
109
Otro elemento de un sistema de medición de las vibraciones y del que se ha hablado con anterioridad,
son los filtros de ponderación o filtros de frecuencias. Es esencial en la evaluación del riesgo considerar
110
las frecuencias componentes. En la mayoría de los casos se emplean filtros de ponderación, parecidos
111
El utilizar los filtros de ponderación en la práctica diaria de control de la exposición, simplifica en gran
medida la medición, ya que con menos mediciones podemos tener un criterio del riesgo, mientras que
en el análisis por frecuencias se incrementa el número a efectuar. Además nos expresa lo que deseamos
conocer, ya que refleja la sensación subjetiva del trabajador, la forma en que el mismo percibe la vibración
de forma integrada. No obstante igual que en el caso del ruido hay casos en que se necesita el análisis
por frecuencias. Estos filtros de ponderación son diferentes para las exposiciones de cuerpo completo y
de mano brazo, ya que en ambos casos la frecuencias más sensibles están entre 8 y 16 Hz y entre 1 y 8 Hz
respectivamente. En la tabla 6 se pueden observar las atenuaciones por frecuencias de un filtro de pon-
deración para mediciones de mano – brazo y de cuerpo completo. De la misma manera existen factores
de ponderación para los filtros de octavas.
7. Criterios de Evaluación.
112
Ya conocemos que las mediciones resultantes de cualquier factor de riesgo, no expresan el nivel de ex-
113
Como puede observarse en las figuras, en las vibraciones longitudinales (az) la sensibilidad máxima del
organismo se encuentra en el rango de frecuencias entre 4 y 8 Hz, mientras que en las transversales (ax,y)
se encuentra por debajo de 2 Hz. Esta norma es la que más se utiliza en la actualidad para la evaluación
de éstas exposiciones. La ACGIH también la utiliza como valores de referencia.
Según la Directiva de la Comisión de la Unión Europea de 1994, se consideran niveles de aceleración tole-
rables para 8 horas de exposición, aquellos iguales a 0,25 m/s2 o menores, 0,75 m/s2 como valor máximo
y 0,5 m/s2 como nivel de acción.
La ISO 5349 es la referida a la vibración trasmitida por las manos en el rango de frecuencias de 5,6 a 1400
Hz, requiriendo medir en los 3 ejes ortogonales. Puede medirse el espectro en tercios de octavas, con
frecuentas centrales de 6,3 a 1250 Hz y por bandas de octavas con frecuencias centrales de 8 a 1000 Hz.
En realidad como en este tipo de exposición participan múltiples factores, siendo sumamente complejo
integrar los mismos para determinar un criterio de daño o efecto biológico adverso. El documento no es-
tablece límites de seguridad, sino que está concebido como una guía de evaluación, estableciendo como
se mide y se calcula la exposición diaria. Posee una tabla elaborada mediante investigaciones realizadas
a trabajadores expuestos durante 25 años, que permite estimar el posible efecto adverso de este tipo de
exposición y la cual exponemos a continuación (tabla 7). La ISO plantea según la relación dosis efecto,
que en el 10% de los trabajadores con una exposición diaria de 3 m/s2 durante 10 años, pueden esperarse
la presencia de afectaciones vasculares en manos.
Tabla 7. Tiempo de exposición en años y porcentajes de población detectados con síntomas de daños vasculares en investiga-
ciones a diferentes valores de aceleración ponderada.
114
LA GESTIÓN Y VIGILANCIA DE RIESGOS OCUPACIONALES
Aceleración ponderada PORCENTAJE DE POBLACIÓN
(ah,w)eq 10 20 30 40 50
m/s2 TIEMPO DE EXPOSICION EN AÑOS
2 15 23 25 25 25
5 6 9 11 12 14
10 3 4 5 6 7
20 1 2 2 3 3
50 1 1 1 1 1
En el caso de las vibraciones trasmitidas por las manos, la Directiva de la Comisión de la Unión Europea de
1994, considera como niveles de aceleración ponderados tolerables para 8 horas de exposición, aquellos
iguales a 1,0 m/s2 (umbral) o menores, 5,0 m/s2 como valor límite y 2,5 m/s2 como nivel de acción. En la
tabla 8 se definen los conceptos de dichos valores. Este documento tiene como base la norma británica
BS 6842 - 1997 que de la misma manera que la ISO 5349 no establece límites de exposición, sino que
ofrece información acerca de la relación dosis – efecto y las magnitudes estimadas en que el 10% de los
expuestos pudieran presentar síntomas vasculares (Ver Tabla 9).
Tabla 8. Niveles de exposición a vibraciones trasmitidas por las manos propuestos por la Directivade la Unión Europea (1994).
A(8)*
Niveles Concepto
m/s2
Valor de exposición por debajo del cual la exposición continua o repetitiva
Umbral 1
no tiene ningún efecto adverso a la salud y seguridad de los trabajadores.
Valor sobre el cual deben ser adoptadas una o más de las medidas** especi-
Acción 2,5
ficadas en los anexos.
Valor por encima del cual una persona no protegida está expuesta a riesgos
Límite de Exposición 5 inaceptables. Está prohibido rebasar este nivel y deberá evitarse implantan-
do las medidas*** previstas en la directiva.
Observaciones:
A(8)* = 8 horas de aceleración equivalente ponderada en frecuencia.
** = Información, formación, medidas técnicas, vigilancia en salud.
*** = Medidas apropiadas para la protección de la salud y seguridad.
Tabla 9. Niveles de aceleración ponderada en frecuencias (m/s2 r.m.s.) posibles de producir trastornos vasculares (dedos blan-
cos) en el 10% de los expuestos.
115
2 89,6 44,8 22,4 11,2 5,6 2,8
4 64,0 32,0 16,0 8.0 4,0 2,0
8 44,8 22,4 11,2 5,6 2,8 1,4
Los valores recomendados por la ACGIH los consideramos muy importantes por la gran cantidad de paí-
ses en los que se utilizan como guía de trabajo. Ya mencionamos previamente que para la vibración de
cuerpo completo utilizan los criterios de la ISO 2631 ya analizadas previamente. En el caso de las vibra-
ciones trasmitidas por las manos se utilizan como base de su contenido las normas ISO 5349:1986 y la
ANSI S3.34 – 1986, respecto a los procedimientos e instrumentos de medición. Los límites que establecen
plantean que es para que casi todos los trabajadores expuestos no sobrepasen la escala 1 de la clasifica-
ción establecida en Estocolmo para el dedo blanco inducido por vibración. Los límites recomendados se
pueden observar en la tabla10.
Tabla 10. TLVs para la exposición de la mano
a la vibración en cualquiera de las direcciones Xh5, Yh5, Zh.
Valores cuadráticos medios dominantes* de la componente de las
Duración de la exposición total diaria* aceleraciones de frecuencia ponderada que no deben excederse
ak5(akeq)
m/s2 g◊
4 horas y menos de 8 4 0,40
2 horas y menos de 4 6 0,61
1 hora y menos de 2 8 0,81
Menos de 1 hora 12 1,22
Observaciones:
* El tiempo de vibración total penetra en la mano cada día de manera continua o intermitente.
* Usualmente uno de los ejes de vibración domina sobre los dos restantes. Si uno o más ejes de vibración
sobrepasan la Exposición Total Diaria se ha sobrepasado el TLV.
◊ = 9.81 m/s2
5 Estos TLVs no están pensados para su aplicación en edificios con cimentación fija, en las estructuras de
las plataformas marinas o en los barcos.
116
LA GESTIÓN Y VIGILANCIA DE RIESGOS OCUPACIONALES
La planificación e implantación de medidas preventivas debe tener como punto de partida los
resultados de la evaluación de los riesgos por vibraciones.
Las medidas preventivas estarán dirigidas a la fuente generadora, al medio en que se trasmiten y al traba-
jador que las recibe. Normalmente, es el diseñador - fabricante de las máquinas, herramientas y vehículos
o el instalador de un equipo el responsable de lograr niveles tolerables de intensidad de la vibración.
Otro aspecto importante consiste en el diseño ergonómico de asientos y empuñaduras, por lo que esto
representa en la transmisión, fuerza de agarre y esfuerzo físico durante la actividad laboral. En algunas
circunstancias, es posible modificar una máquina para reducir su nivel de vibración cambiando la posi-
ción de las masas móviles, modificando los puntos de anclaje o las uniones entre los elementos móviles.
A continuación detallaremos aspectos que deben observarse para alcanzar niveles de exposición seguros
durante la exposición a las vibraciones.
a). Medidas preventivas en la fuente.
Selección de equipos y herramientas con los niveles menores posibles. Es importante que antes de
adquirir cualquier tecnología o medio de trabajo, incluidos los vehículos, el comprador que adquiere
los medios de trabajo, solicite a los productores los niveles de vibraciones de los mismos, de forma que
pueda conocerse los niveles de exposición a que estarían sometidos los trabajadores. Las alternativas po-
sibles son el que cumplan con las normas vigentes sin tener que establecer medidas preventivas o tener
que adoptar previamente regulaciones para su explotación con el menor riesgo posible. Este punto es
de suma importancia, pues cuando por diseño la máquina alcanza niveles adversos a la salud durante su
operación, prácticamente es casi imposible eliminarlos.
Diseño de edificaciones y montaje de los medios de trabajo. Las edificaciones y locales en los que se
montarán máquinas que trasmiten vibraciones se diseñarán de manera que se evite dicha transmisión a
través de la estructura. Es fundamental en este sentido ubicar las máquinas preferentemente en los pisos
bajos con bases independientes o medios amortiguadores.
Vigilancia del estado técnico de medios de trabajo (máquinas y vehículos). Es conocido que con el
tiempo de utilización las partes de las maquinarias o herramientas sufren desgastes que ocasionan vibra-
ciones. Esto puede controlarse con la elaboración de un plan de mantenimiento preventivo, mediante el
engrase y cambio de partes y accesorios que extienda la vida útil de los medios de trabajo, sin un incre-
mento de las vibraciones emitidas. En el caso de los vehículos se debe vigilar el estado de los sistemas de
suspensión y de las superficies de rodaje.
Sustitución o modificación de procesos. En la actualidad se puede eliminar la exposición mediante el
cambio de un proceso, por otro que genere niveles mínimos de vibraciones, un ejemplo de esto sería sus-
tituir el remachado por la soldadura. En determinados casos con la automatización del mismo proceso,
puede eliminarse o minimizarse la exposición. La aplicación de este tipo de medidas depende esencial-
mente de posibilidades económicas.
b). Medidas preventivas en el medio de transmisión.
Una vez tomadas todas las medidas posibles para minimizar las vibraciones en la fuente, las acciones se
orientaran a evitar la transmisión a través del medio entre la fuente y el trabajador.
Aplicación de materiales aislantes de las vibraciones. En general esta medida tiene el objetivo de aislar
dicha transmisión mediante la utilización de elementos elásticos que interfieren la propagación. Entre
los elementos antivibratorios más utilizados encontramos a los muelles o resortes metálicos, el caucho y
117
el corcho. Los muelles se comportan bien para las bajas frecuencias y el caucho y el corcho para las altas
frecuencias. La frecuencia natural de los elementos elásticos debe ser más baja que la frecuencia que
deseamos aislar. La masa que el muelle soporta, posee una frecuencia natural con la cual puede entrar
en resonancia, que es lo que denominamos la frecuencia de resonancia del sistema, para garantizar una
buena eficiencia, la frecuencia de este sistema no puede ser mayor que la ½ de la frecuencia natural de
la masa. En el caso de frecuencias de excitación bajas, es necesario instalar un amortiguador, que de una
frecuencia propia muy baja, de manera tal que la relación entre frecuencias sea del orden de 1:3.
La utilización de estos materiales aislantes, aplicados a las bases de las máquinas, plataformas, asientos
de vehículos y otros lugares, aunque no disminuyen la vibración original de la fuente, si impiden la trans-
misión de la misma al trabajador y disminuyen la exposición.
Estos materiales como se ha mencionado se utilizan en la actualidad en empuñaduras de las herramientas
manuales (ver figura 16) y normalmente reducen las altas frecuencias, pero no son eficientes para las fre-
cuencias que ocasionan los trastornos vasculares.
Otra forma de aplicación efectiva de estos materiales es en el basamento de las máquinas pesadas y de
baja velocidad, donde como puede observarse en la figura 17 se construye una base independiente de la
cimentación de la estructura de la edificación, colocando el material aislante en el espacio entre ambas.
La masa de la cimentación debe ser el doble de la masa de la máquina que deseamos aislar.
En la actualidad este principio es muy aplicado en los vehículos automotores, el aislamiento en los mismos,
tiene como objetivo lograr condiciones de confort en el conductor y en el caso de vehículos de transporte
en los pasajeros. Como puede observarse en la figura 18 son numerosas las partes del mismo en las que
se puede limitar dicha transmisión. Sin embargo hay que tener gran cuidado en las modificaciones que
puedan hacerse, ya que en cambios de diseño en asientos se ha comprobado que en vez de reducirlas
118
se incrementan, por no haber considerado las características del vehículo y la frecuencia de resonancia.
Formación e información a los trabajadores sobre los efectos adversos de la exposición a vibraciones.
Al trabajador se le debe informar de los posibles efectos a la salud y de las técnicas y procedimientos de
trabajo que limiten la exposición. Deben conocer los niveles de vibración a que están expuestos y de las
medidas de protección establecidas, así como mostrarles la forma de optimizar su esfuerzo muscular y
postura en la ejecución del trabajo. En esta dirección se les debe instruir (entrenar) en los procedimientos
de trabajo que permitan posturas, agarres, etc., que limiten la transmisión de las vibraciones. Es impor-
tante cuando los trabajadores se encuentran en ambientes fríos orientarles en la necesidad de mantener
las manos calientes.
Se necesita sensibilizarlos para lograr la participación de los mismos en su protección, si deseamos ser
eficaces en los programas de control.
Organización del trabajo. Es necesario aplicar sistemas de trabajo que permitan limitar la exposición del
trabajador, lo cual puede lograrse mediante modificaciones de la jornada laboral, aplicando pausas de
descanso en la jornada, limitando el tiempo de trabajo y rotando al personal expuesto.
Equipos de Protección Personal. Esta deberá considerarse como una medida de prevención suplemen-
taria, a la que se debe recurrir para incrementar el grado de protección. No podemos como en ocasiones
se hace, el asignar a esta medida el peso en la protección del trabajador ya que el uso de estos equipos,
está demostrado que no brinda los mejores resultados. Al seleccionar estos equipos (guantes, cinturones,
plantillas de calzado y muñequeras antivibración), hay que tener en cuenta su eficacia en amortiguar los
niveles de intensidad, educar a los trabajadores en su forma correcta de uso y establecer un programa de
mantenimiento y sustitución.
Vigilancia Médica. Debe establecerse un programa de reconocimientos médicos específicos, tanto antes
del empleo como periódicamente durante la vida laboral, para conocer el estado de salud de los traba-
jadores expuestos a vibraciones y así poder actuar de manera oportuna en los casos de mayor suscepti-
bilidad.
119
120
CAPÍTULO 9.
1-Introducción.
El hombre recibe información por diferentes vías sobre el entorno en que desarrolla sus actividades, lo
que le permite en parte protegerse de los riesgos presentes. La visión es un órgano fundamental en la
recepción de ésta información, hay autores que plantean que aproximadamente por esta vía se recibe
el 80% de la información. No obstante es necesario para la visualización de los objetos y del medio en
general que nos rodea, la existencia de determinada energía, conocida como luz, la que es esencial para
facilitar el proceso visual.
121
La carencia de niveles adecuados de luz en un lugar determinado, dificulta por tanto, esta interrelación
con el ambiente y puede ser causa de efectos nocivos a la salud, en particular en lo referente a los trastor-
nos visuales y los accidentes. Es necesario enfatizar que en el caso de la iluminación, no es como en otros
factores de riesgo, donde lo que exigimos es la ausencia o eliminación del factor de riesgo, en este caso la
exposición nociva puede existir tanto por exceso como por defecto de luz. En Higiene Ocupacional es
necesario también considerar los efectos en la calidad de la producción y la productividad del trabajo, en
los que las condiciones de confort visual tienen una gran influencia. En la figura 1 se pueden observar los
resultados obtenidos por Granjean en la industria de la confección.
En resumen los especialistas dedicados a la Higiene Ocupacional deben controlar la calidad de la ilumina-
ción existente en los lugares de trabajo, lo que deberá empezar desde el diseño de los locales y puestos
de trabajo. Los sistemas deberán garantizar una iluminación con características que determinen condi-
ciones de confort visual, para lo que cumplirán los requisitos siguientes:
• Niveles de iluminación adecuados según las normas establecidas para las diferentes actividades.
• Uniformidad u homogeneidad de los niveles de iluminación.
• Ausencia de superficies con brillos que causen deslumbramiento.
• Condiciones de contraste adecuadas para la observación con facilidad del objeto.
• Utilización de colores que logren un mayor aprovechamiento de la luz y que psicológicamente no
generen molestia.
• Utilización de lámparas que permitan la percepción de los colores.
• Ausencia de luz intermitente o que ocasione el efecto estroboscópico.
Por último enfatizar en que la iluminación es un factor ambiental, presente en todas las actividades la-
borales, cuya finalidad es facilitar la visualización de las cosas en el espacio de trabajo, de manera que se
obtengan condiciones de seguridad, eficacia y comodidad, con las que se minimicen las posibilidades
de accidentes, las molestias y deficiencias visuales y se obtenga una mayor productividad y calidad en
los trabajos realizados. La evaluación de la iluminación de un lugar de trabajo comprende el conocer
determinados conceptos de la luminotecnia y el proceso visual, de manera que al determinar los niveles
de iluminación existentes y compararlos con las disposiciones establecidas nos permita considerar si son
satisfactorios o deficientes para la actividad que se ejecuta, aplicando los criterios técnicos correspon-
dientes (Figura 2).
122
LA GESTIÓN Y VIGILANCIA DE RIESGOS OCUPACIONALES
2. La luz y la iluminación. Conceptos y propiedades.
Como ya se ha expresado para visualizar un objeto se hace necesaria la luz, por lo que es esencial definir
este elemento para comprender el asunto que estamos tratando. La luz, que llega a nuestros ojos y nos
permite ver, no es más que un pequeño conjunto de radiaciones del espectro electromagnético con lon-
gitudes de onda comprendidas entre los 380 nm y los 770 nm. Como puede observarse en la figura 3, el
espectro electromagnético comprende tipos de ondas tan dispares como los rayos cósmicos, los rayos
gamma, los ultravioletas, los infrarrojos y las ondas de radio o televisión entre otros. La parte del espectro
visible se subdivide en seis grupos (Tabla1), que se corresponden con los colores fundamentales en que
puede descomponerse la luz blanca mediante un prisma.
123
La luz por tanto será la energía radiante capaz de producir sensaciones visuales y la iluminación será la
densidad de flujo luminoso incidente en un punto, o sea la cantidad de luz que llega a un objeto determi-
nado y mediante la cual podemos visualizarlo con mayor o menor facilidad.
La luz como todas las radiaciones posee determinadas propiedades que son importantes para el diseño y
evaluación de las condiciones de iluminación de los lugares de trabajo. Cuando la luz encuentra un obje-
to en su camino e incide en la superficie del mismo, de acuerdo con las características de este, se pueden
producir tres fenómenos. Cuando el cuerpo es transparente, una parte se refleja y del resto, una parte son
absorbidas por el objeto y otra parte es transmitida. En los casos de cuerpos opacos sólo se producirán
los fenómenos de reflexión y absorción. La luz también tiene otras propiedades, como la polarización,
la interferencia, la difracción o el efecto fotoeléctrico, pero las tres primeras son las más importantes en
luminotecnia, por las que serán las que analizaremos en nuestro caso.
La forma en que se produce la reflexión dependerá del tipo de superficie en la que incida la luz. Cuando
124
la superficie es brillante o pulida la reflexión se produce en una sola dirección y se le denomina regular,
El fenómeno de transmisión – refracción se produce cuando un rayo de luz atraviesa una superficie u ob-
jeto que se interpone en su camino. Siempre que el rayo de luz pasa de un medio a otro se produce una
desviación de la dirección de los rayos, determinada porque la velocidad de propagación de la luz en cada
uno de ellos es diferente, lo cual se denomina como refracción. Cuando el rayo atraviesa completamente
un objeto, como puede ser un cristal, decimos que se produce una transmisión de los rayos de luz, la cual
podemos afirmar que es una doble refracción, ya que se produce este fenómeno al pasar el rayo del aire al
cristal y nuevamente al pasar del cristal al aire. De acuerdo con la superficie que atraviesan pueden igual
que en la reflexión producirse 3 tipos de transmisión, la regular, la difusa y la mixta (Figura 5)
La otra característica de los objetos es la absorción fenómeno este muy ligado al color ya que cuando el
rayo de luz blanca incide en el objeto, éste absorbe una parte y refleja determinadas longitudes de ondas,
que nos permiten percibir el mismo de un color determinado. Este aspecto es importante porque las ca-
racterísticas de color de los objetos van a estar determinadas por el tipo de luz con que lo iluminamos y
por las características de absorción del mismo. Cuando un objeto es iluminado con una luz blanca y refle-
ja todas las radiaciones lo vemos como blanco, cuando refleja las radiaciones del espectro correspondien-
tes al rojo, lo veremos de ese color y cuando absorben todas las radiaciones lo veremos como negro.
125
En el proceso visual participan múltiples factores (Figura 6) que deben considerarse cuando evaluamos la
iluminación de un lugar o puesto de trabajo. Debemos recordar que consideramos el criterio más impor-
tante en una evaluación de este tipo, la sensación subjetiva de confort visual por parte de los trabajadores,
para lo que debemos lograr que las determinantes del proceso se encuentren en rangos satisfactorios.
En ocasiones dado que el sistema visual del hombre es capaz de adaptarse a situaciones extremas defi-
cientes de iluminación no se tienen en cuenta muchos de estos factores en las evaluaciones de los siste-
mas que deben ofrecer las condiciones óptimas para el confort visual. No basta con evaluar la iluminación
sólo en términos cuantitativos sino también deben estudiarse los criterios cualitativos que facilitan la
percepción del objeto, sin ocasionar un esfuerzo visual o molestia al trabajador, Ante todo es necesario
manejar la fisiología del proceso de la visión, para poder analizar como se pueden crear las condiciones
de iluminación adecuadas en el trabajo.
3.1. Características de la visión.
La visión es el proceso por medio del cual se transforma la luz en impulsos nerviosos capaces de generar
sensaciones. El órgano encargado de realizar esta función es el ojo que está compuesto de un grupo
óptico - la córnea, el iris, la pupila y el cristalino-, uno fotorreceptor - la retina- y otros elementos acceso-
rios encargados de diversas tareas como protección, transmisión de información nerviosa, alimentación,
mantenimiento de la forma, etc., como se puede observar en la figura 7. Es frecuente la comparación del
funcionamiento del ojo con el de una cámara fotográfica, donde se plantea que la pupila actúa como
diafragma, la retina es la película fotosensible que transmite la señal al cerebro en forma de impulsos
nerviosos y el cristalino actuaría como equivalente a un lente para conseguir un buen enfoque. La ana-
logía no acaba aquí, pues al igual que en la cámara de fotos, la imagen que se forma sobre la retina está
invertida. Pero esto no supone ningún problema, ya que el cerebro se encarga de darle la vuelta para que
la veamos correctamente. .Esta analogía no puede extenderse más allá de la finalidad docente, ya que la
126
cámara no se afecta por la utilización incorrecta, pero el ojo como órgano viviente sí puede ser dañado.
127
Esta característica de la visión es importante al diseñar los sistemas de iluminación, ya que toda fuente
de luz que emita en valores cercanos al máximo de la visión diurna (555 nm), tendrá un rendimiento
energético óptimo, porque producirá la máxima sensación luminosa en el ojo con el mínimo consumo de
energía. No obstante, si la fuente no ofrece una buena reproducción cromática puede provocar resulta-
dos contraproducentes.
Acomodación
Fenómeno por el cual el ojo enfoca automáticamente sobre la retina objetos a diferentes distancias. Con-
siste en aumentar la convexidad del cristalino por los músculos ciliares (plano a distancia, convexo cerca-
no), incluye cambios en el diámetro de la pupila. Está muy relacionada con el confort muscular y postular.
Entre otros factores el tiempo necesario para la acomodación está determinado por la edad, ya que esta
capacidad se va perdiendo con los años, debido a la falta de elasticidad del cristalino y es lo que se deno-
mina como presbicia, haciendo que aumente la distancia focal y la cantidad mínima de luz para que se
observe una imagen nítida. Aunque la pérdida de acomodación asociada a la edad puede compensarse
con unos espejuelos, la presbicia según algunos autores norteamericanos es un problema de salud pú-
blica y han calculado el costo de las medidas de corrección y la pérdida de productividad en EE.UU., en
decenas de miles de millones de dólares al año.
Adaptación.
Es el proceso mediante el cual el ojo se adapta a distintos niveles de iluminación. Se producen cambios
en la dimensión del iris y cambios fotoquímicos en la retina, permitiendo que el ojo funcione en un rango
muy amplio de niveles de iluminación. El rango de intensidades observables entre el nivel mínimo y ma-
yor fluctúa entre 1 y 1016, la adaptación de niveles de luz bajos a niveles elevados se realiza en un tiempo
mínimo, mientras que a la inversa el proceso requiere mayor tiempo. Esta característica es importante
cuando son actividades en que el trabajador tiene que circular por áreas con diferentes niveles de ilumi-
nación. En el caso de pasar de áreas iluminadas a áreas oscuras se llega a estar adaptado completamente
a la hora, mientras que a la inversa se tiene una buena adaptación a minutos del cambio (Figura 9)
Figura 9. Tiempo de Adaptación
128
Se define como el “mínimo ángulo bajo el cual se pueden distinguir dos puntos distintos al quedar se-
Distancias medias del punto mas cercano que puede ser visto nitidamente a distintas edades
EDAD (Años) DISTANCIA (cm)
16 8
32 12,5
44 25
50 50
60 100
129
Distancia.
Este factor está relacionado con la acomodación, o sea con la capacidad de ajustar espontáneamente la
distancia focal del cristalino, la cual se va perdiendo con el transcurso de los años, alejándose el punto
focal y disminuyendo la velocidad de acomodación (Tabla 2).
Cuando se observan objetos cercanos el cristalino se acomoda y el iris contrae la pupila lo que mejora la
calidad de la imagen al reducir las aberraciones esféricas y cromáticas del sistema y aumentar la profun-
didad del campo.
Contraste.
Uno de los factores más importantes a considerar es el contraste de luminancias entre el objeto a obser-
var y su fondo, ya que el ojo en realidad lo que percibe son las diferencias de luminancias entre el objeto
y su entorno o entre las partes del objeto. Por consiguiente son necesarias unas mínimas condiciones de
contraste para poder percibir el objeto, este aspecto puede ser mejorado mediante un incremento de la
iluminación y un diseño adecuado de los sistemas. No obstante la iluminación sólo podrá aumentarse
hasta un nivel determinado, ya que a partir de un nivel el incremento es nocivo, pues decrece la sensibili-
dad al contraste y aparece el deslumbramiento.
Podemos afirmar que sólo el nivel de iluminación no es suficiente para asegurar el confort visual de una
tarea, considerándose preciso además, mantener una relación de luminancias equilibrada entre el objeto
y las diferentes superficies incluidas dentro del campo visual, para lograr un contraste adecuado (Figura
11a).
C = (L2 – L1)/L1
La relación entre las luminancias y el contraste entre el objeto y su fondo se ha estudiado ampliamente
por diferentes autores y se han establecido los requerimientos para lograr una percepción cómoda. En la
figura 11 b, se muestran los resultados de un estudio en que relacionaban la agudeza visual para la per-
cepción de un objeto oscuro sobre un fondo iluminado de forma creciente con cuatro valores diferentes
130
de contraste. En la curva se aprecia como la agudeza aumenta con rapidez al principio, después se enlen-
Como ya mencionamos previamente, se han realizado recomendaciones de cómo deben establecerse las
relaciones de luminancias entre la tarea y su entorno (Figura 12), así como, para los niveles de iluminancia
y reflectancia de las superficies de los lugares de trabajo, de manera que se puedan desarrollar las tareas
con el mayor grado de confort.
Donde:
Ig = Iluminación general
Il = Iluminación localizada
Tiempo y Movimiento.
Otro elemento que tiene que valorarse en la decisión de los niveles de iluminación a establecer para una
tarea determinada, consiste en la situación de movilidad o inmovilidad del objeto que debemos obser-
131
var o sobre el que debemos trabajar. El ojo necesita un tiempo para que se produzca la sensación visual,
disminuyendo la agudeza visual cuando el objeto expuesto se mantiene un corto tiempo, por consi-
guiente cuando el punto de observación carece de movimiento se facilita el proceso visual. Sin embargo
existen muchas tareas en que hay que observar objetos en movimiento, como es el caso de una línea de
producción, el tiempo de observación estará determinado por la velocidad de la estera y en general no
es factible disminuir la velocidad de la estera. En estos casos el incremento de los niveles de iluminación
puede ayudar a facilitar el proceso visual. Ya hemos mencionado previamente como se ha comprobado
mediante estudios que la agudeza visual se incrementa con mayores niveles de iluminación, aunque por
supuesto hay que cuidar de que no se produzcan luminancias molestas en el campo visual.
Brillo o luminancia.
Ya se ha explicado que el ojo humano lo que percibe son las diferencias de luminancias entre el objeto y
su entorno, de aquí la importancia de que se establezcan niveles de luminancias adecuados para el obje-
to y su entorno que no ocasionen molestias al observador. Un brillo elevado o una mala distribución de
los brillos de las superficies pueden causar fatiga visual y cuando es muy elevada la luminancia puede lle-
gar a ocasionar deslumbramiento, con una perdida temporal de la visión y riesgo de causar un accidente.
Color.
El color es en algunas tareas un elemento esencial a considerar en el diseño y control de la iluminación.
Existen actividades en que la calidad y aceptación del producto depende de la característica del color del
mismo. Ya conocemos la curva de sensibilidad del ojo y que el color que percibimos está determinado por
las longitudes de onda que reflejan los objetos y por supuesto de la composición espectral de la luz que
emiten las lámparas (Figura 14). O sea, que la impresión del color producida por un objeto está determi-
nada por la composición espectral de la luz incidente, las propiedades reflectantes del objeto y el medio
ambiente al que está adaptado el sentido del color del observador.
Cuando iluminamos el objeto con una luz blanca se reflejan todas o las diferentes longitudes de ondas
no absorbidas, determinando el color del objeto con que nuestros ojos verán el mismo. Cuando todas
son reflejadas se verá como blanco y si las absorbe todas se verá como negro, En los casos que se utilizan
fuentes de luz con un espectro de luz diferente, los colores se verán distorsionados por lo que no pueden
utilizarse en la iluminación industrial, este es el caso de algunas iluminaciones que se emplean en bares
y centros nocturnos de diversión.
132
3.3. Características del sistema de alumbrado.
133
Espacio de Trabajo (campo visual)
El campo visual es todo el espacio visible en un momento determinado sin mover el ojo. Es importante
analizar que la posición del objeto de trabajo debe encontrarse preferentemente dentro del campo visual
cercano para la facilidad de la visión. El ojo humano posee un campo visual horizontal que abarca unos
1500 para cada ojo y cuando ambos se superponen llegan a alcanzar los 1800. En el plano vertical este
campo es de unos 1300, abarcando unos 600 por encima de la horizontal y 700 por debajo, tal como se
puede observar en la figura 15. Los campos visuales de cada ojo por separado son de tipo monocular,
ocurriendo la visión binocular en la zona donde se superponen ambos campos, siendo ésta la que causa
la sensación de la visión tridimensional en el cerebro.
Figura 15. Campo visual
Postura o posición de trabajo.
Este factor también es importante en la evaluación de los sistemas de alumbrado, ya que la posición del
trabajador y del objeto a observar, son importantes para el diseño del sistema. No puede aplicarse un
sistema similar para un plano horizontal que en el caso que el plano sea vertical, como pudiera ser una
pizarra de control, ya que el objeto a observar se encuentra en dos posiciones diferentes. De igual manera
hay que analizar aquellos puestos de trabajo en los que el operario debe desplazarse a diferentes lugares
en un área y en los cuales no tienen que haber iluminancias similares.
Requerimientos de seguridad.
Este aspecto lo determina la característica de la actividad que se realiza. Cuando son actividades que pre-
sentan un riesgo de accidente, ante un error que pueda ejecutar el operario, es necesario se mantengan
niveles de iluminación adecuados para el tipo de actividad. En general hay que preservar la seguridad
de los lugares de trabajo, manteniendo hasta en los lugares de menor riesgo, como pudiera ser un pasi-
llo de tránsito, los niveles adecuados para evitar los accidentes. También es importante el considerar la
utilización de luminarias de seguridad, cuando se trabaja en locales que pueden generarse incendios o
explosiones.
134
Símbolo: (Φ)
Intensidad Luminosa La densidad del flujo luminoso por unidad de ángulo sólido, en una dirección de-
terminada.
El flujo luminoso nos da la idea de la cantidad de luz que emite una lámpara en todas las direcciones, sin
embargo es necesario también conocer para determinadas aplicaciones, como se distribuye el flujo en
las diferentes direcciones y para esto se define la intensidad luminosa, En la figura 16, podemos observar
la diferencia entre ambas magnitudes. La intensidad luminosa siempre es referida a una dirección deter-
minada, ya que las fuentes luminosas normalmente no emiten el mismo flujo en todas las direcciones y
es una propiedad característica de cada fuente de luz. Aunque el higienista ocupacional normalmente no
mide esta magnitud, pudiera estimarla aproximadamente, midiendo con un luxómetro y aplicando la ley
del cuadrado de la distancia y si desea conocer el flujo multiplicando el resultado por 4Π r2.
Símbolo: (I)
Unidad. La candela (cd) que es la magnitud básica internacional de todas las medidas de luz. Su valor está
determinado por la luz emitida por un patrón de laboratorio a la temperatura de fusión del platino (60
cd/cm2).
135
Esta es una magnitud muy importante ya que es la más utilizada en la mediciones de control de este
factor de riesgo, además es la utilizada para establecer los niveles aceptables en las normas, según los
requerimientos que implican las tareas. Podemos decir que si la luz es la causa de la visión la iluminación
es el efecto. Cuando conocemos la intensidad de la lámpara empleada es posible estimar la iluminación
que podemos obtener a diferentes distancias de montaje de acuerdo con la expresión siguiente
E = I / d2
En la figura 18 se puede observar objetivamente este efecto. Existe otra unidad, utilizada en países de
habla inglesa, denominada footcandle (fc) cuya relación con el lux es:
1 lx = .0929 fc
1 fc = 10.76 lx
Símbolo: (E) E = Φ / S
Unidad: El lux que es la iluminación que produce un lumen distribuido uniformemente sobre un metro
cuadrado (1lux = 1 lúmen / m2)
Luminancia o Brillo Fotométrico. Se define como la intensidad luminosa de una superficie en una direc-
ción dada por unidad de área proyectada de la superficie. Es una relación entre la intensidad luminosa y
la superficie aparente vista por el ojo.
Es una magnitud muy importante pues lo que vemos es la luz que llega a nuestro ojo y esto es expresado
por la luminancia. Esta propiedad de la luz que llega al ojo, es válida tanto para la proveniente directa-
mente de una fuente de luz como para la luz reflejada por una superficie. Hay que enfatizar en que sólo
vemos luminancia y no iluminancias, aunque en general esta es la que evaluamos. En la práctica para que
un objeto sea visible lo que debemos lograr es que las iluminaciones reflejadas, entre el mismo y su fondo
sean diferentes, lo que es determinado por el contraste.
136
LA GESTIÓN Y VIGILANCIA DE RIESGOS OCUPACIONALES
Unidad: La unidades de luminancia pueden ser expresadas en candela o lúmenes por unidad de superfi-
cie, utilizándose fundamentalmente las siguientes:
Nit = 1 cd/m2
Stilb = 1 cd/cm2 = 1x104 cd/m2 = 10,000 nits
Lambert = lm/m2 = 3196 cd/m2
Contraste. Se define como la diferencia de luminancias o brillos entre el objeto y su fondo en relación a
la luminancia del propio fondo.
Símbolo (C)
Donde: L1 es la luminancia predominante o luminancia de fondo y L2 la luminancia del objeto.
Esta definición de la ISO 8995, tiene en ocasiones dificultades para aplicar en determinadas situaciones,
por lo que se utiliza en la práctica con frecuencia otra expresión que es la siguiente:
Donde: L1 = Luminancia menor
L2 = Luminancia mayor
Unidad. El contraste es una de magnitudes que carece de dimensiones y cuyos valores se encuentran
entre 0 y 1, cuando aplicamos la segunda expresión.
C = (L2 – L1) / L2
Iluminancia reflejada (luminancia)
137
Donde: L2 y L1 son los brillos del objeto y del fondo indistintamente para L2 > L1.
Reflectancia. Se define como la relación de la iluminación que una superficie refleja (Luminancia) con
relación a la que recibe.
Ya hemos visto que la reflexión es un fenómeno que se produce cuando la luz choca contra la superficie
de separación de dos medios diferentes y que está regida por la ley de la reflexión. Esta propiedad está
relacionada con el contraste. Al incidir la luz sobre un objeto se pueden producir diferentes tipos de
reflexión, además poder producirse fenómenos de absorción y transmisión. Según la selectividad para
la reflexión que tenga el cuerpo ante las diferentes longitudes de ondas, se determinará el color que
percibimos.
Unidad. La reflectancia es una de magnitudes que también carece de dimensiones y cuyos valores se
encuentran entre 0 y 1.
Rendimiento o eficiencia luminosa. Se define como el cociente entre el flujo luminoso producido y la
potencia eléctrica consumida.
Ya conocemos que toda la energía que consume una lámpara no se convierte en luz, como se puede
observar en la figura 20. Esta es una característica particular de las lámparas que define la calidad de la
misma, ya que mientras mayor sea la misma será más eficiente y menos energía se gastará.
Figura 20. Transformación de la energía consumida por una lámpara.
138
LA GESTIÓN Y VIGILANCIA DE RIESGOS OCUPACIONALES
Símbolo (η)
Unidad. La unidad es el lumen por watt (lm/W).
Ley de la Inversa de los cuadrados. La iluminación es inversamente proporcional al cuadrado de la dis-
tancia de la fuente.
Cuando hablamos de la iluminación expresamos que la misma estaba en función de la distancia en que
se encontraba la fuente, de la superficie u objeto que se deseaba observar. Esta ley es la que explica este
fenómeno y es muy importante en la práctica diaria, ya que aplicando su principio en ocasiones podemos
incrementar la iluminación de una actividad sin grandes inversiones, sólo disminuyendo la altura o dis-
tancia a la que están colocadas las luminarias. En la figura 22 se puede observar el fenómeno que ocurre
cuando el rayo incidente es perpendicular a la superficie observada,
Ley del Coseno. La Iluminación es proporcional al coseno del ángulo de incidencia, que en nuestro caso
es el ángulo formado por la dirección del rayo incidente y la normal a la superficie.
Ya vimos que en el caso de la luz incidente perpendicularmente se aplica la ley del inverso de los cuadra-
dos, pero en general la iluminación tiene también un componente horizontal que tenemos que conside-
rar. En este caso como se observa en la figura 23, hay que incluir ambos componentes.
Figura 23. Ley del Coseno
A la componente horizontal de la iluminancia (EH) es la que denominamos como la ley del coseno. Es fácil
determinar que si α = 0 nos queda la ley inversa de los cuadrados. Cuando un punto se encuentra ilumi-
nado por más de una fuente, su iluminancia total será la suma de las iluminancias recibidas, por lo que,
expresando EH y EV en función de la distancia del foco a la superficie (h) nos queda:
139
5. Efectos de la Iluminación Inadecuada.
Ya con anterioridad mencionamos los diferentes efectos a la salud, la seguridad y la producción que pue-
den ocasionar un sistema de iluminación inadecuada, así como, los requisitos para lograr un adecuado
grado de confort visual. Sin embargo, existen dos fenómenos que consideramos esenciales ampliar en su
conocimiento, como son el deslumbramiento y el efecto estroboscópico, ya que son aspectos intrínsecos
al diseño de los sistemas, que pueden ser eliminados y que son de marcada importancia en lo que se
refiere a la seguridad.
5.1. Deslumbramiento.
Este es un fenómeno que se produce cuando las luminancias en el campo visual son mayores que las lu-
minancias al que el ojo está adaptado, lo que puede ocasionar molestia, falta de confort o pérdidas en las
capacidades del desempeño o de visibilidad. En resumen, podemos decir que es un sentimiento molesto
o una pérdida en la capacidad visual debido a una incorrecta distribución de las luminancias, ocasionada
por los factores siguientes:
• Luminancia de la fuente de luz: la máxima luminancia tolerable por observación directa es de 7.500
cd/m2.
• Ubicación de la fuente de luz: el deslumbramiento se produce cuando la fuente de luz se encuentra en
un ángulo menor de 450 con respecto a la línea de visión del observador.
Es de suma importancia por tanto, lograr iluminar evitando desequilibrios de luminancias entre el ob-
jeto y su entorno que puedan ser causa de deslumbramientos. Se pueden producir diferentes tipos de
deslumbramientos, hay quienes los clasifican de acuerdo al origen como directos y reflejados y según el
efecto en discapacitante y no confortables. Existe también la clasificación en perturbadores y molestos,
Otros los clasifican como absolutos, relativos y de transición.
La clasificación en directo y reflejada es simple, se considera que el directo es la causada cuando fuentes
de luz con mucho brillo como luminarias, ventanas se encuentran directamente en el campo visual. El re-
flejado o indirecto es causado por la luz cuando se refleja hacia el ojo de una superficie que se encuentra
en el campo visual, con frecuencia en el área donde se realiza la tarea, tal como puede observarse en la
figura 24..
140
LA GESTIÓN Y VIGILANCIA DE RIESGOS OCUPACIONALES
La denominación de “deslumbramiento absoluto” es similar al directo, ya que se produce cuando en el
campo visual aparece un objeto o elemento con una luminancia muy elevada. Es el caso de la lámpara
incandescente que vemos en la figura 24 y cuya luminancia puede ser mayor a 200 000 cd/m2. En la figura
24b pueden observarse algunos valores de luminancias que pueden servir para identificar una situación
de deslumbramiento.
Figura 24a. Valores de luminancias.
Los tubos de luz fluorescentes poseen luminancias entre 4 000 a 8 000 cd/m2, similar a los árboles a la luz
diurna. Las normas para las Pantallas de Visualización de Datos recomiendan luminancias de 2 000 cd/m2
para superficies pequeñas en el campo visual y de 500 cd/m2 para las superficies grandes, esto orienta
que en estos trabajos es incompatible la existencia de lámparas en el campo visual, ni la visión directa de
la iluminación exterior.
Se considera deslumbramientos relativos cuando en el campo visual se producen relaciones de luminan-
cias muy elevadas. Este es el caso típico del automóvil que se cruza en la noche con las luces encendidas
en una carretera oscura. Se debe lograr que para obtener el confort visual debe existir una disminución
gradual entre el punto u objeto observado (campo foveal) y el fondo y entorno (campo periférico), lo cual
ha sido enunciado previamente.
Otro tipo de deslumbramiento es el denominado de transición los que se producen cuando en un pe-
141
riodo breve de tiempo aparecen panoramas con grandes cambios de luminosidad, como es el caso de
entradas y salidas a túneles u otros locales con luminancias muy diferentes.
En las figuras 25 y 26 puede observarse como afecta este fenómeno la visibilidad y como deben ubicarse
las fuentes de luz para minimizar este efecto nocivo.
Entre las medidas que se pueden adoptar para minimizar este efecto en los lugares de trabajo, podemos
enunciar las siguientes:
• Apantallamiento de fluorescentes descubiertos.
• Instalar otros elementos reflectores o difusores.
• Elevar cota de montaje de las luminarias, reduciendo el número de luminarias dentro del campo visual
del observador.
• Sustitución de la fuente de luz, por otras de menor poder lumínico.
• Aumentar reflectancias del local. Esta técnica busca reducir el contraste entre la luminancia de la tarea
y la luminancia de fondo del local.
142
4.2. Efecto Estroboscópico.
En los centros de trabajo en general no se presenta un sólo sistema sino que encontramos, los diferentes
tipos combinados.
Iluminación Natural.
Este tipo como lo indica su nombre utiliza como fuente la proveniente del sol. Al estar sumamente rela-
143
cionado con el diseño de arquitectura es bastante difícil de modificar una vez que no ha sido concebido
adecuadamente en la fase del proyecto. La iluminación natural salvo en casos especiales es preferible a
un sistema artificial, por las ventajas fisiológicas y económicas que posee, por lo que se justifica que en
muchas regulaciones establecidas en esta materia se recomienda la utilización preferente de la misma
durante el día. En países como Cuba donde durante la mayor parte del tiempo, por su situación geográfi-
ca hay altos niveles de iluminación solar, tiene gran importancia la utilización de la misma, ya que durante
las horas diurnas se logran niveles de iluminación adecuados, permitiendo un gran ahorro de energía. El
problema fundamental que presenta la iluminación natural es que no permite niveles estables ya que
depende en gran medida de las condiciones metereológicas, la hora del día, la ubicación del edificio y
sus alrededores, etc. Sin embargo tiene una serie de ventajas como ser fisiológica produciendo el menor
cansancio visual, su espectro permite apreciar los colores en sus valores exactos, produce efectos psicoló-
gicos favorables, como el de eliminar efectos claustrofóbicos y por supuesto es más económica.
Esta iluminación es lograda por las aberturas en la edificación o por el establecimiento de superficies
translúcidas (cristales) en las cubiertas, aunque deben considerarse los efectos que puede tener en el
deslumbramiento y en la elevación de las temperaturas de los interiores La iluminación lateral es la que
se logra en las fachadas mediante ventanas, puertas o superficies acristaladas. La cenital comprende di-
ferentes posibles disposiciones en las cubiertas, ya sea por los techos conocidos como dientes de sierra y
por los lucernarios o claraboyas directas.
En cualquiera de los casos planteados la proporción de áreas de iluminación están limitadas a un 20 – 30
% del área, por los problemas de calor y deslumbramiento. En nuestro país en ocasiones se han instalado
en naves con cubiertas de fibrocemento y de bajo puntal (6 -7m), claraboyas translúcidas y se han produ-
cido fenómenos de deslumbramiento directo muy molestos en los puestos de trabajo. Otra deficiencia
muy generalizada es la pérdida de iluminación por falta de limpieza de los cristales de ventanas y lucer-
narios al estar a una altura elevada.
Iluminación Artificial.
Ya hemos mencionado que la iluminación natural no es capaz de garantizar niveles de iluminación esta-
bles, pero además, en la industria moderna muchas producciones se realizan durante horas nocturnas lo
que obliga a que todo centro de trabajo esté provisto de un sistema de iluminación artificial, que pueda
garantizar los niveles aceptables bajo cualquier condición de trabajo. Esta tipo de iluminación garantiza
mediante un diseño adecuado la generación de luz de acuerdo con las exigencias de cada actividad, en
los mismos la luz proviene de lámparas que transforman la energía eléctrica en luz. Estos sistemas suelen
clasificarse de acuerdo con la distribución en el área a iluminar de la siguiente manera.
144
LA GESTIÓN Y VIGILANCIA DE RIESGOS OCUPACIONALES
General. Son aquellos en que las luminarias están dispuestas de forma tal que proporcionan un nivel de
iluminación uniforme en un área determinada. Es un método de iluminación muy extendido y se usa
habitualmente en oficinas, centros de enseñanza, fábricas, comercios, etc. Se consigue distribuyendo las
luminarias de forma regular por todo el techo del local (Figura 27).
General Localizado. En este tipo de sistema las luminarias se concentran en los lugares de trabajo, por
lo que no se produce una iluminación uniforme en todo el local. O sea, que en las áreas cercanas a los
puestos los niveles de iluminación son más bajos, ya que la luz se concentra en los puntos donde hace
falta. Es importante que en estos diseños se guarden relaciones de luminancias que no causen fatiga vi-
sual o deslumbramiento. Otro problema que pueden traer estos sistemas es cuando se realizan cambios
tecnológicos y se cambian de lugar los puestos de trabajo. Tienen la ventaja de que se pueden conseguir
ahorros de energía significativos, ya que presentan la alternativa de mantener encendidos sólo los pues-
tos en los que se está trabajando.
Localizada o suplementaria. Son aquellas que se emplean cuando en la tarea que se realiza en puntos
específicos se necesita una iluminación suplementaria. Consisten en aplicar luminarias directamente al
lugar en combinación con la iluminación general. Este método se emplea cuando los niveles exigidos son
relativamente altos, mayores de 1000 lux y generalmente en tareas visuales de precisión como puede ser
el maquinado de piezas u otras.
La iluminación de un punto determinado siempre proviene de diferentes direcciones como puede verse
145
en la figura 29, este fenómeno está determinado por el diseño del local, de la reflexión de paredes y te-
chos, pero muy particularmente, por el tipo de luminarias utilizadas en el sistema de iluminación artificial.
Por tanto los sistemas artificiales se pueden clasificar de acuerdo con la cantidad de luz que llega directa
o indirectamente al punto de observación como veremos a continuación.
146
LA GESTIÓN Y VIGILANCIA DE RIESGOS OCUPACIONALES
Iluminación Difusa. Cuando el flujo se reparte entre el 40 – 60 % hacia abajo y el resto hacia arriba, o sea
que aproximadamente el cincuenta por ciento es de procedencia directa e indirecta. El riesgo de deslum-
bramiento es bajo y no hay sombras, lo que le da un aspecto monótono a la sala y sin relieve a los objetos
iluminados, no hay contrastes que cansen. Para evitar las pérdidas por absorción de la luz en techo y
paredes es recomendable pintarlas con colores claros o mejor blancos. Este tipo de iluminación puede
aplicarse en conjunto con alguna luz suplementaria, en despachos y almacenes.
Iluminación semi indirecta. Cuando entre el 10 y el 40 % del flujo luminoso se dirige hacia abajo y del 60 al
90% hacia el techo. Debido a esto, las pérdidas de flujo por absorción son elevadas y los consumos de po-
tencia eléctrica también, lo que hace imprescindible pintar con tonos claros o blancos. A su favor está el
brindar una iluminación de buena calidad, produce muy pocos deslumbramientos y con sombras suaves
que dan relieve a los objetos. Estos sistemas son aplicables en viviendas, en centros de trabajo solamente
es aplicable en algunos lugares específicos como algún despacho, oficinas, salas de lectura, etc.
Iluminación indirecta. Es aquella en que solamente entre el 0 al 10% del flujo se dirige hacia abajo y el res-
to se dirige al techo. Es una solución muy cara puesto que las pérdidas por absorción son muy elevadas.
Por ello es imprescindible usar pinturas de colores blancos con reflectancias elevadas. En los centros de
trabajo no se utiliza en general por el bajo rendimiento y los altos costos. Puede ser utilizada en viviendas
y en algunos lugares de recreación, bares, discotecas, etc.
7. Tipos de Lámparas.
Las lámparas tienen como función transformar la energía eléctrica en luz y es uno de los componentes
de los sistemas de iluminación que determinan la calidad de la luz y los costos del sistema. De aquí la
necesidad de conocer los elementos básicos sobre los diferentes tipos de lámparas existentes para poder
seleccionar la más adecuada para la actividad a desarrollar en el centro de trabajo. Algunas de las carac-
terísticas a considerar serán la luminancia y distribución luminosa, el rendimiento y duración, la tempe-
ratura de color, el índice de reproducción cromática y otras como tiempo de encendido, generación de
efecto estroboscópico, mantenimiento, etc. En los centros de trabajo de nuestro país se utilizan lámparas
fluorescentes, de vapor de mercurio corregidas, mezcla de vapor de mercurio e incandescente, vapor
de sodio y en menor medida las incandescentes. En las industrias las más utilizados son las de vapor de
147
mercurio y fluorescentes en interiores y las de vapor de sodio en exteriores.
Incandescentes
Halógenas
Comercial
Fluorescentes
Grandes áreas con techos altos Mercurio de alta presión y halogenuros metálicos
Todos los tipos
Altura montaje ≤ 6 m fluorescentes
Industrial
Altura montaje ≥ 6 m lámparas de descarga a alta presión
Alumbrado localizado: incandescentes
En los centros de trabajo existen áreas con diseños y tareas visuales diferentes, en la tabla 4, se enumeran
actividades comunes y se recomiendan las lámparas más efectivas para las mismas.
Lámparas incandescentes. Estas fueron las primeras lámparas diseñadas para producir luz artificialmente,
en ellas la incandescencia se logra pasando una corriente eléctrica a través de un conductor muy fino,
obteniéndose luz y calor, con un bajo rendimiento luminoso.
148
LA GESTIÓN Y VIGILANCIA DE RIESGOS OCUPACIONALES
Generan mucho calor y pueden producir deslumbramiento ya que es una fuente de gran luminancia y su
vida media es pequeña en relación con otras lámparas Presenta las ventajas de tener un bajo costo y un
espectro que permite una buena reproducción de colores. Existen lámparas incandescentes halógenas
que poseen un mejor rendimiento y pueden utilizarse en iluminaciones potentes y localizadas.
Lámparas de descarga eléctrica. Este tipo de lámparas son más modernas que las incandescentes y cons-
tituye una alternativa de producir luz mediante fuentes más eficaces y económicas, razón por la cual se ha
extendido su uso. Su principio se basa en emitir luz mediante la excitación de un gas que está sometido
a descargas eléctricas entre 2 electrodos (Figura 32). El espectro producido por estas lámparas es discon-
tinuo, por lo que la luz emitida por la lámpara no es blanca y la capacidad de reproducir los colores es, en
general, peor que en el caso de las lámparas incandescentes. Algunos de estos tipos de lámparas combi-
nan la descarga eléctrica con la fotoluminiscencia, que es un efecto que se produce cuando la radiación
es absorbida por un sólido y reemite radiaciones, que cuando se encuentran en el espectro visible se le
denomina fluorescencia.
Existen diferentes tipos de estas lámparas de acuerdo con el gas que utilizan y la presión a que está so-
metido, entre las que tenemos:
Las lámparas fluorescentes, Están formadas por un tubo de diámetro normalizado (Figura 32), normal-
mente cilíndrico, cerrado en cada extremo con un casquillo de dos contactos donde se alojan los electro-
149
dos. La eficacia oscila entre los 38 y 91 lm/W dependiendo del tipo de lámpara y la duración se encuentra
entre 5000 y 7000 horas. En relación a la reproducción de colores pueden calificarse de excelentes a mo-
deradas, según la sustancia fluorescente empleada.
El tubo fluorescente no es práctico por su forma alargada, en los últimos tiempos han aparecido las lám-
paras fluorescentes compactas (Figura 33) que poseen aproximadamente el mismo tamaño que las in-
candescentes y a las que se le han denominado popularmente “bombillos ahorradores”, ya que presentan
un ahorro de energía aproximado al 70% comparado con la incandescente.
Lámparas de mercurio. Existen en el mercado lámparas de mercurio de baja presión con revestimientos
trifosfóricos y cuya producción de luz es similar a la de las lámparas fluorescentes. También se utilizan lám-
paras de alta presión. Estas emiten un espectro que carece de radiaciones rojas, por lo que se le añaden
sustancias que emitan estas radiaciones para mejorar las características de reproducción de los colores.
Aunque estas lámparas tienen una vida que se ha considerado de hasta 20 000 horas, la vida útil, te-
niendo en cuenta la depreciación se establece en unas 8000 horas. Su rendimiento lumínico al final del
periodo de explotación ha disminuido hasta el 55%. Su eficacia oscila entre 40 y 60 lm/W y aumenta con
la potencia, aunque para una misma potencia es posible incrementar la eficacia añadiendo un recubri-
miento de polvos fosforescentes que conviertan la luz ultravioleta en visible.
Lámparas de halogenuro metálico. Es posible mejorar el color y el rendimiento lumínico de las lámparas
de descarga de mercurio añadiendo diferentes metales al arco de mercurio. La eficiencia de estas lámpa-
150
ras ronda entre los 60 y 96 lm/W y su vida media es de unas 10000 horas. Tienen un periodo de encendido
Lámparas de sodio de baja presión. La descarga eléctrica en un tubo con vapor de sodio a baja presión
produce una radiación monocromática de color amarillo, muy próxima al máximo de sensibilidad del
ojo humano (555 nm). Por ello, estas lámparas son las más eficaces que existen produciendo entre 160
y 180 lm/W. Otras ventajas que ofrece es que permite una gran comodidad y agudeza visual, además de
una buena percepción de contrastes. La vida media de estas lámparas es de unas 15000 horas y como la
depreciación de flujo luminoso que sufren es baja, su vida útil está entre 6000 y 8000 horas. Como des-
ventaja tienen que la reproducción de colores y el rendimiento en color sean malos haciendo imposible
distinguir los colores de los objetos.
Lámparas de sodio de alta presión. Son parecidas a las de mercurio de alta presión, pero ofrecen mejor
eficiencia y una excelente constancia del flujo luminoso. Tienen una distribución espectral que abarca
casi todo el espectro visible, proporcionando una luz blanca dorada mucho más agradable y con una
capacidad para discriminar los colores, mejor que la proporcionada por las lámparas de baja presión. La
eficacia de este tipo de lámparas está alrededor de los 130 lm/W y la vida media ronda las 20000 horas,
con una vida útil entre 8000 y 12000 horas.
151
Podemos concluir este apartado sobre los diferentes tipos de lámparas y su relación con el gasto de
energía, expresando que no puede ahorrarse energía, a expensas del confort visual y del rendimiento de
los trabajadores, o sea con riesgo a afectar su salud. Estamos conscientes de la necesidad del ahorro de la
energía, de buscar la mayor eficiencia de un sistema pero siempre que se cumplan otros criterios de cali-
dad necesarios para lograr el confort visual. En la Tabla 5 a y 5b se expresan las características de algunos
tipos de lámparas para su comparación y posible selección.
Tabla 5a. Características de lámparas
152
No obstante, es indiscutible que en la selección de lámparas se convierte en un factor importante tomar
153
• Distribución de ventanas, puertas, lucernarios y cualquier otro detalle que brinde iluminación natu-
ral.
• Estado de limpieza de ventanas, luminarias y lucernarios.
• Ubicación de equipos, mobiliarios y puestos de trabajo
• Mantenimiento del sistema y recambio de lámparas.
• Color de las paredes, techos y equipos.
8.1. Equipos de Medición.
Existen en el mercado diferentes medios para medir los parámetros de interés en la evaluación de un sis-
tema de iluminación, como son la luminancia o brillo y la iluminancia o nivel de iluminación. Sin embargo
en nuestra especialidad en general lo que se valora son los niveles de iluminación. Aunque ya hemos
dicho que el ojo en realidad lo que ve es luminancia esta en realidad se mide sólo en casos especiales,
fundamentalmente por el costo de los equipos.
El equipo que utilizamos para la medición de la iluminancia se denomina luxómetro (Figura 37) y es rela-
tivamente barato. Consta de una celda fotoeléctrica y un galvanómetro. Su principio se basa en el efecto
fotoeléctrico, o sea, la conversión de energía luminosa en energía eléctrica, que se realiza por una celda
de selenio. Sobre dicha celda se ha aplicado una delgada capa de oro, con el objeto que determine de
forma más precisa la porción del espectro útil al ojo humano, ya que este elemento tiene la propiedad de
trasmitir la luz con una curva de sensibilidad parecida a la del ojo. Posteriormente la energía generada por
la celda es registrada mediante un galvanómetro muy sensible.
Tanto para la selección del luxómetro como durante la ejecución de las mediciones con el mismo, se de-
ben cumplir los siguientes aspectos para lograr resultados más representativos:
• Utilizar un equipo con el rango de medición apropiado. Estos medios poseen diferentes rangos de
medición debiendo seleccionarse aquél en que se pueda lograr la mayor precisión.
• Mantener el equipo en la altura de medición especificada en el procedimiento aplicado para la me-
dición. Esto es importante ya que pueden introducirse errores en la medición e interpretación de los
154
resultados.
En esta expresión, la longitud y la anchura son las dimensiones del local y la altura de montaje es la dis-
tancia vertical entre el centro de la fuente de luz y el plano de trabajo, tal como puede observarse en la
figura 38.
La relación mencionada para el cálculo de los puntos de medición se expresa de la manera siguiente:
No Mínimo de Puntos de medición = (X + 2)2
155
Donde “x” es el valor del índice del local aproximado al entero superior, salvo en los casos que el valor del
índice es igual o mayor que 3, en los que x se considera siempre 4. Tomando como ejemplo el local de la
figura 38 el valor de x será el siguiente:
Longitud por anchura = 12 x 9 = 108
Altura de montaje x (longitud + anchura) = 3 x (12 + 9) = 63
Indice de Local = 108 / 63 = 1,7 ≈ 2,0 = X
Número mínimo de puntos = (X + 2)2 = (2 + 2)2 = 16
Ya hemos visto como sobre cualquier plano de trabajo y su entorno, la iluminancia no debe tener gran-
des variaciones ya que esto obliga a una constante acomodación y en consecuencia a la fatiga visual. Por
tanto se considera que debe existir una uniformidad de iluminancias adecuada entre el punto a observar
y su entorno inmediato no superior a 0,8. Este parámetro a evaluar es denominado como uniformidad de
iluminación el cual se obtiene aplicando la siguiente expresión:
Otro parámetro que permite determinar la homogeneidad del sistema, es el índice denominado como
diferencia de iluminación, el que se recomienda no exceda la relación de 5:1 en las áreas de trabajo inte-
riores y que se obtiene mediante la expresión siguiente:
Ahora explicaremos el procedimiento que durante años hemos practicado, que consideramos sencillo de
ejecutar y el cual nos ha brindado resultados satisfactorios. El mismo coincide con muchos de los aspec-
tos generales que hemos enunciado en el anterior procedimiento general.
Algunos aspectos que deben considerarse para las mediciones, ya que influyen en los resultados, son los
siguientes:
• Las mediciones se realizarán en condiciones normales de operación del sistema de iluminación y de
la actividad que se realiza.
• Cuando en la empresa exista más de un turno de trabajo, se realizará en dos momentos, una medi-
156
ción con condiciones de buena iluminación diurna y otra en los momentos en que no exista influen-
157
9. Métodos de proyectar Sistemas de Iluminación
En la práctica se utilizan 2 métodos para el cálculo de los proyectos de iluminación, el de los lúmenes y el
158
conocido como de punto por punto. El primero proporciona el nivel medio de luxes mediante la utiliza-
Para el desarrollo de los cálculos se requiere información sobre las características del local y de los dife-
rentes elementos que van a ser utilizados en el sistema. Entre los datos esenciales necesarios para aplicar
el procedimiento encontramos los siguientes:
• Tipo de Actividad que se desarrollará.
• Dimensiones (l x a x h) y características del local a iluminar, considerando el plano de trabajo a 0,85m.
del piso.
• Nivel de iluminación media (Em) el cual se determina mediante las recomendaciones que dan en las
normas y documentos de cada país.
• Tipo de lámparas y luminarias más adecuadas para el tipo de actividad.
• Determinar la altura de montaje de las luminarias
• Indice del local que se calcula por las dimensiones de éste según el método que se aplique, en el
europeo se determina por la siguiente expresión:
159
• K = ancho x largo / altura (plano de trabajo – luminarias) x ( ancho + largo)
• Coeficientes de reflexión de techos paredes y pisos que se encuentran en tablas para los diferentes
acabados. Cuando no se poseen se pueden adoptar los siguientes:
Techo: 0,6 - 0,9
Paredes: 0,3 - 0,8
Plano de trabajo: 0,2 - 0,6
Piso: 0,1 - 0,5
• Determinar el factor de utilización, el cual se obtiene por el índice del local y el factor de reflexión y
se encuentran en tablas.
• Determinar el Factor de conservación o mantenimiento de acuerdo con la actividad del local, se con-
sidera 0,8 para actividades limpias y 0,6 para sucias.
• Después de poseer toda esta información se procede al cálculo de luminarias, nivel de iluminación y
área por luminaria utilizando las expresiones siguientes.
Para conocer con mayor profundidad como se realiza el cálculo de los sistemas de alumbrado y poder
comprobar los proyectos, se recomienda revisar los manuales de iluminación existentes, donde estos
aspectos son detallados con mayor precisión.
10. Normas
En el mundo existen diferentes documentos que regulan o recomiendan los niveles óptimos de ilumi-
nación. La tendencia de los mismos ha sido el ir incrementando los niveles recomendados según se han
ido desarrollando lámparas más eficientes. No obstante ha sido difícil la adopción por los países de una
norma que establezca niveles de iluminancia adecuados y uniformes, por las razones siguientes:
a) Aspectos técnicos o económicos que limitan alcanzar los niveles deseados.
b) La necesidad de luz aumenta con la edad.
160
c) La gran variedad de tareas visuales y actividades.
En la nueva norma ISO 8995, se plantea la relación que debe existir entre las iluminancias de la tarea y su
entorno y definen esta relación expresando que la iluminancia mantenida de las áreas inmediatas puede
ser inferior a la iluminancia de la tarea, pero no será menor que los valores dados en la tabla siguiente, la
cual consideramos una guía muy positiva para la evaluación de los sistemas.
Tabla 8. Relación entre La iluminancia de la tarea y su entorno
161
al 30% para los pisos y mayores del 75% para los techos, lo cual determina que sean blancos, aunque en
múltiples documentos se brindan otros rangos de coeficientes que también pudieran ser utilizados.
Otro aspecto de importancia es el referido al color de la luz de las fuentes que se utilizan en el sistema. Es
de suma importancia en aquellas empresas en las que es esencial definir el color de los productos, como
en las textileras, que se utilicen lámparas adecuadas, o sea, que posean una distribución espectral acorde
con las exigencias de la tarea.
Sólo resta terminar este tema expresando que la buena aplicación del color en los lugares de trabajo,
determina mayor eficiencia de la iluminación mejorando la visibilidad y contribuye a un mejor orden y
limpieza, a identificar la señalización de los lugares con riesgo, a disminuir la sensación de fatiga e incre-
mentar el confort.
162
Capítulo 10.
163
La energía es una propiedad de la materia que se manifiesta en cualquiera de sus estados o formas y se
mide por el trabajo que puede realizar. Es conocido que existen diferentes tipos de energías, encontra-
mos la energía mecánica, la química, la térmica y por supuesto la electromagnética, las que se diferencian
por su origen y cantidad de energía. La radiación electromagnética, por tanto no es más que una de las
formas que tiene de presentarse y transmitirse la energía en la naturaleza. Podemos en forma simple
definir que la radiación electromagnética consiste en ondas eléctricas vibratorias que se trasladan en el
espacio acompañadas de un campo magnético vibratorio que tiene las características de un movimiento
ondulatorio. Las radiaciones en general van a constituir una transmisión espacial de energía. Por supues-
to que las radiaciones de interés para nosotros, serán solamente las ondas electromagnéticas o corpus-
culares a las que está expuesto el trabajador en su actividad diaria y que pueden ser naturales o emitidas
por diferentes medios utilizados por el hombre.
El conjunto de todas las formas de energía radiante existentes en el universo, queda representado de una
manera gráfica en el denominado “espectro electromagnético”, que comprende desde los rayos cósmicos
hasta la transmisión de energía eléctrica (Figuras 1a y 1b).
En el espectro se pueden distinguir regiones cuyos límites no son estrictos y que comprenden desde las
radiaciones ionizantes con gran energía, frecuencias elevadas y longitudes de onda corta, hasta las radia-
164
ciones no ionizantes que poseen longitudes de ondas mayores y frecuencias bajas,
La doble naturaleza de la radiación electromagnética está determinada por las teorías ondulatoria y cor-
puscular. Según las investigaciones actuales se acepta que se trasmiten en forma de ondas, pero que su
energía se concentra en pequeños paquetes o “cuantos de energía” en lugar de encontrarse distribuida
por toda la onda. La energía al depositarse en los objetos irradiados puede según las características de
las ondas, ocasionar, polarización, calentamiento, iluminación, excitación molecular, ionización y otros
efectos.
Las ondas electromagnéticas se pueden caracterizar mediante cuatro parámetros fundamentales:
Longitud de Onda (λ). Es la distancia medida a lo largo de la línea de propagación, entre dos puntos en
fase en ondas adyacentes. La misma puede variar entre el nm y el Km. La unidad es el metro.
Frecuencia (γ). Es el número de ondas que pasan por un punto en la unidad de tiempo. La unidad es el
ciclo por segundo o hertz (Hz).
Energía (E). Es la que transporta la radiación y se suele medir en energía por fotón, siendo su unidad el
electrón voltio (eV). Existe la siguiente correspondencia entre el eV y el julio:
1 eV = 1, 60022 x10-19 Julios
Velocidad (v). Es la velocidad de propagación y se toma la velocidad de la luz en el vacío, que es una cons-
tante física y vale aproximadamente 3x108 m/s.
165
Entre estas magnitudes existen
las siguientes relaciones:
Siendo h una constante, llamada “constante de Planck”, cuyo valor es:
h = 6,6 x10 -34 Julio x segundo
166
LA GESTIÓN Y VIGILANCIA DE RIESGOS OCUPACIONALES
2. Radiaciones no ionizantes.
Las “radiaciones no Ionizantes” (RNI) son las que no tienen la energía suficiente para ionizar la materia y
son las que se representan en el espectro electromagnético en el intervalo que va de 0 Hz a 3 x 1015Hz.
Existe una clasificación de estas en función de la frecuencia en Campos y Ondas cuando se encuentran en
el rango entre 0 y 300 Hz y Opticas entre 300GHz y 3 PHz (Figura 4). Como se puede observar el rango de
frecuencias en que se manifiestan estas radiaciones es muy amplio.
167
Las moléculas pueden presentarse en su estado fundamental o de equilibrio, que es el estado más bajo
de energía o en estados de excitación que son aquéllos en que su estado de energía es superior al funda-
mental. Estos niveles de excitación pueden ser de 3 clases:
• Niveles rotacionales. En los que la energía es muy baja, del orden de 0,001 eV a 0,1 eV y que produce
movimientos rotacionales de los átomos que componen la molécula. Se caracteriza por correspon-
der a las radiaciones de microondas e infrarrojo lejano.
• Niveles vibracionales. En los que la energía varía entre 0,1 a 1eV y que produce diferentes tipos de
vibraciones moleculares. Las variaciones entre los niveles vibracionales va acompañada de cambios
en los rotacionales. Se caracterizan por corresponder al infrarrojo medio.
• Niveles electrónicos. Son en los que la energía supera 1 eV, generando diferencias de energía rela-
tivamente grandes, que producen cambios también en los niveles rotacionales y vibracionales. Se
caracterizan por corresponder a radiaciones de frecuencias más altas, la ultravioleta y la visible.
En el caso de las energías rotacional y vibracional estas se transforman en energía térmica, mientras que
en los de las electrónicas además de la transformación en energía térmica producen reacciones fotoquí-
micas.
4. UNIDADES Y MAGNITUDES.
La Radiometría es la especialidad que se dedica a cuantificar la energía emitida por las diferentes fuentes
radiantes en función de la longitud de onda. La necesidad del especialista en Salud Ocupacional de inter-
168
pretar estas mediciones obliga a que sea necesario describir las magnitudes y unidades más utilizadas en
5. Radiaciones opticas.
Cuando observamos el espectro electromagnético, las radiaciones ópticas ocupan la zona comprendida
entre los Rayos X y las microondas. Se definen según su longitud de onda y por supuesto como no existen
límites divisorios estrictos entre las regiones, existe un solapamiento entre las diferentes divisiones. La
Comisión Internacional de Alumbrado (CIE) establece una clasificación basada en la interacción sobre el
material biológico y comprende el rango de las longitudes de ondas entre los 100nm y 1 mm, que com-
prende, la radiación ultravioleta (UV), la radiación visible (luz) la radiación infrarroja (IR), cada una de las
cuáles se dividen en varias regiones, como puede apreciarse en la figura 6.
169
6. Radiaciones ultravioletas.
Como se aprecia en la figura 5 las radiaciones UV se localizan entre los rayos X y las radiaciones visibles, en
longitudes de onda entre los 100 y 400 nm. La radiación UV por sus características va a ser la que genere
mayor riesgo entre las radiaciones ópticas, ya que al poseer mayor poder energético, son capaces de pro-
ducir cambios en la configuración electrónica de la materia viva, ocasionando reacciones fotoquímicas.
Comprende el intervalo más alto de frecuencia de las radiaciones no ionizantes y poseen la propiedad
de tener el mayor poder energético, causando efectos rotacionales, vibracionales y fotoquímicos en los
sistemas biológicos. La región denominada UV de vacío se encuentra entre los 100 y los 190 nm y tiene la
característica de no causar efectos biológicos,
Fuentes y Usos de la radiación UV.
La fuente más importante de generación de la radiación UV es natural, es el sol, la exposición a la luz solar
directa de los trabajadores en actividades a la intemperie, puede ser una fuente de exposición relevante
en las ramas agrícolas, de la construcción, la pesca y otras.
La cantidad de fuentes artificiales de UV utilizadas en los procesos de trabajo es muy amplia y pueden
dividirse en 2 grupos las de baja y alta intensidad. Entre las de baja encontramos las lámparas de mercurio
de baja presión, las fluorescentes, las lámparas de descarga y las llamas de corte oxiacetilénico. En las de
alta nos encontramos las de vapor de mercurio de alta presión, los arcos de cuarzo y mercurio, los arcos
de carbono y xenón y el arco de soldadura eléctrica. Podemos observar que en general las fuentes emi-
soras de este tipo de radiación son lámparas de descarga de diferentes tipos y el arco eléctrico de corte
y soldadura.
Entre los diferentes usos que se pueden identificar en la actividad laboral tenemos:
Lámparas utilizadas con fines germicidas en locales estériles de hospitales, industria farmacéutica, indus-
tria alimenticia, potabilizadoras de agua, sistemas de ventilación y otros.
Lámparas de fototerapia y solares que se utilizan con fines médicos en dermatología, odontología reha-
bilitación así como para el bronceado estético.
Lámparas de luz negra o UV-A que se utilizan en laboratorios para detección de fluorescencia así como en
efectos especiales en espectáculos o lugares nocturnos de recreación.
Lámparas para la simulación solar que se emplean en cabinas de ensayo de materiales para aplicar alta
irradiancia, como son las de arcos de carbono, xenón y mercurio.
El arco eléctrico que se utiliza en el corte y soldadura y en los hornos de fundición de metales.
Los equipos de fotocopiado empleados en oficinas y las artes gráficas
Los reflectores de alta intensidad por arcos de carbono que se utilizan en espectáculos o con fines mili-
tares.
Por nuestra experiencia, consideramos necesario enfatizar en algunos de los procesos laborales en los
que hemos detectado los mayores problemas con la exposición a este tipo de radiaciones.
Entre los diversos procesos en se presenta la exposición a radiaciones UV, es posible que el más frecuente
y que genera mayor riesgo es el de los trabajadores de soldadura por arco. Fundamentalmente cuando
este tipo de soldadura se realiza en espacios confinados y en los casos que se hace en materiales re-
170
flectantes como es el acero inoxidable. Hay que señalar que en este tipo de actividad, la exposición del
QUERATITIS
CORNEA
OJOS CONJUNTIVITIS
ERITEMAS
PIEL
EFECTOS CANCERIGNOS
171
Los efectos más característicos que ocasionan estas radiaciones son:
• Pigmentación de la piel como respuesta fotoquímica.
• Enrojecimiento de la piel y quemaduras.
• Cuando incide sobre el sistema ocular puede producir inflamación del tejido conjuntivo.
Como se puede observar en la Tabla 2 los efectos de la radiación UV se limitan a la piel y los ojos. Como
estas radiaciones son absorbidas por la córnea y el cristalino, no se presentan daños en la retina. No obs-
tante esta condición establece que el efecto más frecuente sean las fotoqueratitis y las fotoconjuntivitis.
Estos efectos son de carácter agudo y aparecen un tiempo posterior a la exposición (horas), cuando se
produce una exposición a altas dosis, típico de la actividad de soldadura cuando se trabaja sin protección
ocular. Este tipo de lesiones leves suelen ser reversibles y no dejan secuelas. En relación con la piel la UV
– A pueden penetrar a la dermis donde pueden actuar sobre los capilares y las terminaciones nerviosas.
El riesgo más antiguo conocido es la exposición solar, el que se incrementa cuando no se protegen la
piel y los ojos y se trabaja en lugares donde la reflexión es muy alta. En los trabajadores al aire libre, con
exposición repetida como pescadores, agricultores y otros, causa lo que se denomina “piel actínica”, que
se caracteriza por una piel seca, parda, no elástica y arrugada. La falta de control de la exposición puede
ocasionar consecuencias más graves como la queratosis senil y los epiteliomas. En este tipo de exposición
que genera carcinogenésis de la piel se produce en longitudes de ondas de 260 a 270 nm que coinciden
con el pico de absorción de los ácidos nucléicos. Aunque el mecanismo etiopatogénico del desarrollo
de este tipo de daño, no está definido plenamente, por la gravedad de estos efectos se hace necesario la
máxima protección de este tipo de exposición.
172
LA GESTIÓN Y VIGILANCIA DE RIESGOS OCUPACIONALES
Límites de Exposición
En Cuba no hemos aprobado ningún documento nacional que regule los niveles de exposición a este tipo
de radiaciones. Normalmente en este sentido nos hemos orientado y aplicado los límites recomendados
por la American Conference of Industrial Hygienists (ACGIH), en la cual se recogen todas las zonas del
espectro de este tipo de radiaciones y anteriormente por los criterios que existían en los antiguos países
socialistas de Europa. A continuación les describiremos los valores recomendados por la ACGIH, para
protección de la radiación UV que incide sobre la piel y ojos, cuando se conoce la irradiancia y el tiempo
de exposición está controlado
• En la región entre 320 y 400 nm puede incidir una irradiancia sobre piel y ojos sin protección de hasta
1,0 mW/cm2 para tiempos mayores de 1000 segundos y para tiempos menores de 10 segundos hasta
1,0 J /cm
• Para una exposición de 8 horas sin protección de la piel y los ojos, no debe exceder de los valores de
173
la tabla siguiente:
Notas:
□ Las longitudes de ondas seleccionadas son representativas; otros valores intermedios pueden obtener-
174
se por interpolación.
7. Radiaciones infrarrojas.
Se considera que este tipo de radiaciones infrarrojas (RI) son las comprendidas en la región del espectro
electromagnético que se extiende desde la zona de luz visible (roja) en los 780 nm hasta las longitudes de
microondas 106 nm. Este tipo de radiaciones son emitidas por cualquier superficie que esté a una tempe-
ratura superior a la del receptor. O sea, que todos los objetos con temperaturas superiores al 0 absoluto,
emiten radiaciones en función de la temperatura y cuya intensidad dependerá de la misma. Cuando la
temperatura del objeto es inferior a 6000 C el componente fundamental son IR. Estas radiaciones de for-
ma similar a las UV se subdividen en 3 tipos, la IR – A que comprende entre 750 y 1400nm, la IR – B de 1400
a 3000nm y la IR – C de 3000 a 106nm
Fuentes y usos.
La radiación infrarroja tiene como fuente de origen natural al sol, además de diferentes fuentes de origen
artificial empleadas en la actividad humana (tabla 4). Las fuentes industriales pueden ser numerosas, ya
que pueden generarse por cualquier objeto que se encuentre a una temperatura superior a la del traba-
jador, así como por elementos utilizados para generar calor y utilizar en el calentamiento de productos
o locales, objetos incandescentes, llamas y otros similares con elevadas temperaturas, podríamos incluir
que este factor de riesgo puede identificarse en todos los procesos y puestos de trabajo calientes como
los de metalurgia, vidrio, tintorerías, cocinas, etc.
175
Tabla 4. Diferentes Fuentes de exposición a radiaciones IR
Fuente Población Expuesta Exposición Aproximada
Trabajadores a la intemperie, agricultores,
Luz solar 500 w/m2
constructores, marineros, público en general.
Población y trabajadores en general. Alum-
Lámparas de filamento de tungsteno 105 – 106 W / m2 sr
brado general, secado de tintas y pinturas.
Véase lámparas de filamento de tungsteno.
Lámparas de filamento de tungsteno Sistemas de copia (fijación), procesos genera-
50 – 200 W / m2 sr (a 50 cm)
halogenado les (de secado, cocción, retracción y reblande-
cimiento).
Diodos fotoemisores (Ej. Diodo de Juguetes, electrónica de consumo, tecnología
105 W / m2 sr
GaAs) de transmisión de datos, etc.
Proyectores, simuladores solares, luces de
exploración. Operadores de cámaras de im-
Lámparas de arco de Xenón 107 W / m2 sr
prenta, trabajadores de laboratorios ópticos,
artistas de variedades.
Hierro en fusión Hornos de acero. Trabajadores de acerías. 105 W / m2 sr
Batería de lámparas de IR Calentamiento y secado industriales. 103 a 8.103 W / m2 sr
Lámparas de IR en hospitales Incubadoras 100 a 300 W / m2 sr
176
establecía un límite de 0,2 cal /cm2 para 8 horas de exposición.
8. Microondas y radiofrecuencias.
La exposición a REM ha existido siempre en la corteza terrestre productos de los fenómenos naturales
como pueden ser las tormentas eléctricas y la actividad solar, pero en general esto no significaba un pro-
blema porque su intensidad es muy pequeña y no ocasiona efectos significativos en los seres humanos.
Sin embargo, a partir de la Segunda Guerra Mundial con el desarrollo de las telecomunicaciones se ha
generado la llamada “polución electromagnética” , la cual puede alcanzar niveles de intensidad que pue-
den ser nocivos al humano y se ha creado conciencia del problema y de la necesidad de la prevención de
la exposición a este factor de riesgo.
Las microondas y radiofrecuencias (MO y RF) se encuentran en la región del espectro electromagnético
comprendida entre los 100 kHz y los 300 GHz, denominada también como el intervalo de las frecuencias
medias (FM), altas (HF) y extremadamente altas (UHF). Esta región puede dividirse en el intervalo de 100
kHz a 300 MHz de las RF que posee longitudes de ondas entre 3 Km y 1m y el de las MO que comprende
desde los 300 MHz a los 300 GHz, con longitudes de ondas entre 1m y 1 mm. Una clasificación más gene-
ral del espectro radioeléctrico se puede observar en la tabla siguiente.
Estas radiaciones pueden estudiarse en conjunto porque poseen características y fuentes de exposición
similares Las RF tienen una energía fotónica del orden de 10 -9 a 10 -6 eV. y las MO de 10-6 a 10-3 eV, por lo
que no llegan a tener una energía suficiente para ser ionizantes, para lo que es necesaria una energía diez
mil veces mayor (12,4 eV)
177
Fuentes y Usos.
Aunque ya hemos visto que existen fuentes naturales en realidad estas no son importantes por su baja in-
tensidad. En este apartado vamos a tratar sobre las fuentes artificiales que en determinadas condiciones
si pueden convertirse en un factor de riesgo para el personal expuesto. En la actualidad estas radiaciones
se utilizan como fuentes de calor o como medios de comunicación. Estas fuentes se pueden clasificar en
intencionales y no intencionales, considerando las intencionales aquellas que emiten intencionalmente
las radiaciones como pueden ser las emisoras de radio y televisión y las no intencionales las que por in-
eficiencias de diseño u otras causas pueden exponer a las personas como pudieran ser los hornos de MO
utilizados en los hogares para cocinar.
Los usos más comunes de las MO y RF son en el secado de papas, chapas de madera, papel, pasteuriza-
ción, esterilización, cocción de pollos, diatermia clínica, soldadura, emisoras de radio y televisión, radares,
teléfonos y otros. Las frecuencias de emisión más comunes, tanto en hornos como en equipos de Diater-
mia Clínica, son 915 MHz y 2450 MHz. En cuanto a las potencias suelen oscilar de 1 ó 2 KW hasta 50 KW.
En radar se utilizan potencias muy elevadas y frecuencias de hasta 12 GHz. Por último, en telefonía móvil
la frecuencia suele ser de 900 MHz a 1 GHz y las potencias no son muy elevadas.
Efectos de las MO y RF.
Los efectos generados por estas radiaciones dependerán fundamentalmente de la capacidad de absor-
ción de la materia, de la distribución del campo electromagnético en el interior y de los mecanismos de
termorregulación del organismo. Ya manifestamos que la energía que poseen estas radiaciones no puede
ocasionar efectos ionizantes, no obstante, si pueden excitar los estados rotacionales y vibracionales de
átomos y moléculas convirtiendo la mayor parte de esta energía en calor. También se ha comprobado
mediante investigaciones, la existencia de interacciones a nivel microscópico que ocasionan alteraciones
macromoleculares, a las que se les ha atribuido dependencia de la frecuencia de resonancia.
Como el ojo y los testículos son los órganos menos vascularizados, van a ser los más sensibles a estas ra-
diaciones ya que su capacidad de disipar el calor es menor. Mediante investigaciones, se ha demostrado
que para que se manifieste un aumento de temperatura en un cuerpo, es necesario que el mismo tenga
un diámetro mayor o igual a 1/10 de la longitud de onda. Por consiguiente en el caso del cuerpo humano,
las radiofrecuencias menores de 15 MHz (λ > 20m) no constituyen un riesgo térmico. Los efectos biológi-
cos no térmicos y a bajos niveles no son bien conocidos.
El valor máximo de absorción en el hombre se alcanza en el intervalo de frecuencias de 30 a 200 MHz.
Como ya se expuesto las MO y RF causan incremento de la temperatura corporal, pudiendo en ocasiones
acompañarse de lesiones locales, quemaduras y necrosis de los tejidos, se le aducen también la aparición
de cataratas y de esterilidad. Es importante analizar que por las características de este tipo de radiaciones
y no producirse el calentamiento con una uniforme absorción y distribución de energía no es posible
predecir las lesiones que puedan causar. En otros métodos de calentamiento como es el caso de las radia-
ciones IR, el mismo se realiza desde la superficie, mientras que en este caso se produce un calentamiento
interno.
En investigaciones se han observado otros efectos no térmicos en órganos (lesiones) sin que se produjera
un incremento de temperatura corporal. Se les ha tratado de explicar por diferentes teorías, entre las que
se encuentran:
• Interacción a nivel molecular celular o tisular.
178
• Interferencia directa con fenómenos bioeléctricos.
179
radiante, como la Densidad de Potencia (mw/cm2), intensidad de campo eléctrico (V/m) campo magnéti-
co (A/m), las que se expresan en la tabla 6 y en las figuras 8a y b.
Tabla 6. Limites recomendados por CIPRNI
Intervalos de Fre- Campo Eléctrico Campo Magnético Densidad de Potencia (ondas planas)
cuencia MHz V/m A/m W / cm2 mW / cm2
0,1 – 1 194 0,51 100* 10*
1 – 10 194/f1/2 0,51/f1/2 100/f* 10/f*
10 – 400 61 0,16 10 1
400 – 2000 3f1/2 0,008f1/2 f/40 f/400
2000 – 300 000 137 0,36 50 5
f = frecuencia en MHz
* = valores solamente dados a título indicativo
180
LA GESTIÓN Y VIGILANCIA DE RIESGOS OCUPACIONALES
Aunque exposiciones totales del organismo en cortos periodos hasta niveles de densidades de potencia
superiores en 10 veces a los límites establecidos, no debieran ocasionar efectos nocivos, se recomienda
que las exposiciones cumplan con los límites prescritos
9. Láseres
En la actualidad se utilizan en diferentes actividades humanas la radiación conocida como LASER, la cual
tiene su origen en la segunda mitad del siglo anterior, cuando se publican en los EE.UU. unos artículos
científicos al respecto. En este momento se fabrican una gran variedad de láseres con diferentes caracte-
rísticas de emisión de acuerdo con su utilización, por lo que nos proponemos en este apartado limitarnos
a brindar los elementos, que permitan identificar la existencia del riesgo y poder brindar las medidas de
prevención adecuadas al caso.
EL término “LASER” proviene de las siglas en inglés de término Light Amplification by Estimulated Emis-
sion of Radiation y es un dispositivo que produce energía radiante electromagnética coherente dentro
del espectro óptico comprendido entre la zona final del ultravioleta y el infrarrojo lejano. Según la CIE
podemos considerarlo como cualquier dispositivo que se pueda construir para producir o amplificar ra-
diación electromagnética en el intervalo de longitudes de onda entre 200nm a 1 mm esencialmente
por el fenómeno de emisión estimulada controlada. Como podemos observar este dispositivo gracias al
fenómeno de la emisión estimulada puede generar unas radiaciones con propiedades que la diferencian
de las fuentes convencionales, resultando una onda muy perfecta, muy estrecha y de larga duración. Las
propiedades que la diferencian de otras fuentes no estimuladas son:
Monocromaticidad: Es la capacidad de emitir en un intervalo de longitudes de ondas muy estrecho.
Coherencia espacial y temporal. El conjunto de radiaciones emitidas coinciden en frecuencia y fase.
Direccionalidad. Es la emisión de la radiación en forma de haz en una dirección determinada.
¿Cuáles son los elementos que componen un LASER?
181
Un láser se compone básicamente de tres elementos: sistema de bombeo, medio activo y cavidad óptica,
tal como puede observarse en la figura 9.
182
Potencia o energía del láser. La potencia de salida de los láseres varía mucho de unos tipos de láser a
183
Clase 4: Láseres que pueden producir reflexiones difusas peligrosas, causar daños sobre la piel y pueden
también constituir un peligro de incendio. Su utilización precisa extrema precaución.
Fuentes y Usos.
En los últimos años, las características de los láseres ha desarrollado su aplicación en múltiples activida-
des humanas, desde los laboratorios de investigación, el medio industrial, médico, de oficinas, construc-
ción y hasta en el propio hogar. Las dos líneas de aplicación son la de la transmisión, proceso y detección
de información y la de la interacción con medios materiales, Entre los usos más importantes tenemos los
siguientes:
Comunicaciones Opticas, como son los casos de las comunicaciones por satélites, televisión por cable y
otras.
Proceso y almacenamiento de información, scanners para identificar códigos de barra, discos compactos,
impresoras y otros.
Mediciones Industriales, como la obtención de líneas y planos de referencia utilizados en la agricultura,
construcción, etc., en medidas de distancias de geodesia y cartografía, en velocimetría para controlar
flujos en tuberías y sangre en arterias, en controles no destructivos y otros.
Procesamiento de materiales siendo las más frecuentes el corte, la soldadura y el tratamiento de super-
ficies.
Medicina es una de las ramas en que más amplia aplicación tienen los láseres, empleándose en cortar
tejidos, coagular, destruir tumores y otras, las cuáles se amplían por el desarrollo de nuevos equipos y
tecnologías médicas.
Aplicaciones militares, telemetría, medidas de velocidades, simuladores de entrenamiento, localización
de blancos y armas.
Efectos.
Ante todo hay que expresar que cuando la salida de energía radiante del láser está confinada, no existe
ningún riesgo para la salud del trabajador o usuario y éste puede ni advertir siquiera la presencia de un
láser , tal es el caso de los lectores de barras (scanners) en los comercios y los lectores de CD o DVD. Sin
embargo, en algunas aplicaciones médicas, industriales o en investigación la energía radiante emitida
por el láser puede suponer un riesgo potencial para los ojos y la piel.
Los efectos que pueden ocasionar son diversos, similares a los que pueden producir las radiaciones UV, IR
y visibles, pero más intensos por sus características. Los mecanismos de acción son térmicos y fotoquími-
cos, afectando básicamente a los ojos y la piel, aunque también pueden producirse efectos electromag-
néticos y mecánicos. Los efectos de estos mecanismos sobre el organismo para producir un daño están
en función de diferentes factores como son:
• La longitud de onda, ya que cada tejido posee diferentes coeficientes de absorción.
• La vascularización del tejido que permite o dificulta la dispersión del calor.
• La duración de la exposición, lo que determinará la dosis.
• La irradiancia (W/cm2) o exposición radiante (J/cm2) que nos determinan la densidad de potencia que
recibe el organismo.
184
• La dimensión de la imagen en la retina cuando la radiación es visible e IR.
Límites de Exposición
Como el efecto biológico de una radiación incidente sobre un tejido depende de la energía absorbida
por unidad de superficie absorbente, la exposición a radiación láser “directa” se medirá en términos de
irradiancia en los láseres continuos o de exposición radiante en los de impulso.
185
La Comisión Internacional de Protección contra la Radiación No Ionizante (ICNIRP 1995) y otras organiza-
ciones como la ACGIH y la ANSI han publicado guías y normas sobre límites de exposición humana a la
radiación láser los cuales se actualizan periódicamente. En la tabla 7 se indican los límites de exposición
representativos de varios láseres usuales. Aunque como vemos existen normas de límites de exposición
aprobadas por las organizaciones responsabilizadas con el control de riesgos laborales, en la práctica los
mismos no se utilizan para determinar las medidas de seguridad. Esto se debe fundamentalmente a las
dificultades que presenta la medición en el lugar de trabajo, el alto costo de los radiómetros y a que casi
todos los haces láser sobrepasan los límites de exposición admisibles. Esta fue una de las razones para es-
tablecer la norma de clasificación por riesgo de los láseres, cuyo objetivo es la aplicación de los límites de
exposición en condiciones realistas. Por tanto, en vez de realizar mediciones de vigilancia en los lugares
de trabajo, se exige al fabricante ejecutar las mediciones y establecer la clase de riesgo a que pertenece
el láser y en base a la clase de riesgo se exigen las condiciones para el trabajo. En Cuba carecemos de una
normativa nacional al respecto, no obstante en los casos en que es necesario y se poseen los equipos de
medición, se utilizan los criterios orientados por la ACGIH, en los que se establecen límites para la expo-
sición directa del ojo a un haz, para la exposición a reflexión difusa o a una fuente extensa y a exposición
de la piel.
Todas las normas/directrices contienen valores EMP a otras longitudes de onda y duraciones de exposi-
ción.
Nota: Para convertir EMP en mW/cm2 a mJ/cm2, multiplicar por el tiempo de exposición t en segundos.
Por ejemplo, el MPE para He-Ne o argón a 0,1 s es de 0,32 mJ/ cm2.
Fuente: Norma ANSI Z-136.1 (1993); valores TLV de la ACGIH (1995) y Duchene, Lakey y Repacholi
(1991).
186
10. Vigilancia y Control de la exposición a Radiaciones No Ionizantes.
187
Conocer los niveles de exposición a las que se encuentra el puesto de trabajo es una de las funciones
esenciales del control de riesgos en un lugar de trabajo. Sin embargo, como han podido observar en el
tema no se ha tratado sobre la medición de estas radiaciones, ya que con la excepción de la radiaciones
IR que pueden ser medidas con el termómetro de globo, las demás necesitan de equipos costosos y es
compleja su medición. Por supuesto que lo ideal para lograr el control, sería que pudiéramos mantener
una vigilancia de los niveles en la zona de trabajo, pero cuando se aplican las medidas preventivas, es
difícil por el diseño actual de estos equipos que se sobrepasen los límites establecidos, con la excepción
de los láseres abiertos.
En la ejecución de las mediciones de REM se presentan diferentes dificultades que pueden introducir
errores en los resultados, como las referidas al tipo de radiación, la elección de los puntos de medida,
el entorno que rodea el lugar de medición, los cálculos a realizar, la selección de los equipos etc., que
hacen compleja la medición y necesitan de personal especializado. No obstante, en la actualidad existen
equipos que aunque son costosos permiten medir con relativa facilidad los límites de exposición, ya que
obvian lo diferentes problemas que se presentan en estas mediciones, al brindar los resultados de los
campos eléctricos y magnéticos integrados en los 3 ejes, los valores ponderados en el tiempo y los valores
pico. Los equipos que se usan para medidas de intensidad de campo o densidad de potencia constan de
tres partes: la sonda, cables conectores e instrumentación (Figura 12). Los elementos sensores del campo
se incluyen en la sonda. En general la selección del método de medida y el instrumento a utilizar depen-
derá de la frecuencia de la radiación, las características del campo (próximo o lejano), el tipo de modula-
ción (continua con valores RMS o pulsada con valores pico) y el número de fuentes radiantes.
Podemos concluir en este sentido, que realizar una medición y evaluación correcta de los niveles de REM
no es una tarea sencilla, necesitándose conocimientos técnicos sobre las radiaciones y los medios de
medición, además de una experiencia en este campo que permita obtener resultados confiables de los
límites de exposición. Es aconsejable que en casos de mediciones difíciles se solicite la colaboración de
un especialista de experiencia en este campo, que pueda determinar con precisión los niveles existentes,
aplicando sus conocimientos de situaciones similares observadas previamente.
b) Medidas preventivas generales.
Es indiscutible que la función fundamental del especialista en SST, consistirá en detectar la existencia o no
de un riesgo potencial a la salud y que la forma ideal de esto es obtener los resultados de una medición
188
del lugar de trabajo. Sin embargo no siempre esto es posible por diferentes razones, lo que si es factible,
En la figura podemos observar los 2 tipos de situaciones una en que la fuente emite de forma directa o re-
flejada sobre el trabajador y otra en que la fuente se encuentra encapsulada o aislada, por lo que en caso
que la situación lo exija y sea factible la medida de aislamiento de la fuente sería una solución adecuada
en estos casos.
Otro elemento de suma importancia en la identificación del riesgo es la distancia a la cual se encuentre él
o los trabajadores de la fuente. Debemos recordar que conociendo la potencia de la fuente, podemos cal-
cular la distancia a la que estas radiaciones no causen efectos adversos, ya que también conocemos que
la intensidad disminuye en función del cuadrado de la distancia. Por supuesto no siempre esta medida es
posible de aplicar ya que no hay el espacio o las características de la actividad exigen que el trabajador se
mantenga a una distancia determinada.
Después de haber analizado los aspectos antes citados, si consideramos se mantiene una situación de
189
riesgo, podemos aplicar barreras o pantallas que limiten la transmisión de la radiación y eliminen o dismi-
nuyan la exposición del trabajador. Estas barreras pueden ser de diferentes materiales de acuerdo al tipo
e intensidad de la radiación.
Por último, en los casos que la aplicación de las medidas anteriores no fuera suficiente, se procederá a
proteger al trabajador con equipos de protección personal que sean apropiados y eficaces contra la ra-
diación de que se trate. Un ejemplo de estas situaciones son los casos de los soldadores por arco eléctrico,
donde es imposible aumentar la distancia o interponer barreras, por lo que no queda otra alternativa que
el uso de estos medios.
En la figura 11 se brinda un esquema de cómo proceder en el control de estos factores de riesgo. Una
vez enunciados los tres elementos esenciales que pueden aplicarse ante la presencia de la exposición a
radiaciones, vamos a detallar de manera general las medidas preventivas que pueden ser aplicadas en
estos casos.
• La redistribución de las fuentes radiantes, alejándolas lo más posible del puesto de trabajo.
• Analizar la posibilidad de automatización del proceso, para minimizar la exposición del trabajador.
• Aplicar medidas de organización del trabajo, estableciendo procedimientos escritos que garanticen
el trabajo seguro. y revisando su cumplimiento periódicamente.
• Señalizar el riesgo y delimitar áreas de trabajo en que se determinen niveles de exposición peligrosos.
• La limitación del tiempo de exposición a los límites establecidos, de acuerdo con las normas vigentes.
• La limitación del acceso a las áreas de riesgo a todas aquellas personas no relacionadas con el puesto
de trabajo.
• La información a los trabajadores sobre los riesgos que se presentan en la actividad y la formación
sobre los procedimientos adecuados de trabajo y las medidas de prevención.
• La vigilancia médica de los trabajadores con los exámenes que incluyan la detección precoz de las
alteraciones a la salud relacionadas con estos factores de riesgo.
• La vigilancia (inspección) por los jefes directos y especialistas de SST de los procedimientos y condi-
ciones de trabajo establecidas para la prevención del riesgo a la salud.
190
191
LA GESTIÓN Y VIGILANCIA DE RIESGOS OCUPACIONALES
192
Capítulo 11.
1. Introducción
En el tema anterior tratamos sobre las radiaciones electromagnéticas y se manejaron los aspectos re-
feridos a las radiaciones cuya energía no era capaz de ionizar la materia. En este tema trataremos por
separado, las radiaciones ionizantes, por sus características particulares y el alto riesgo que representan
para la salud de los trabajadores. Por tanto, en el desarrollo del mismo nuestro objetivo será brindar los
conceptos básicos, las normas sobre la exposición permisible y las medidas de control que pueden apli-
carse para minimizar la exposición y permitir al personal encargado de la Salud y Seguridad del Trabajo
prevenir y actuar ante situaciones de riesgo.
Cuando estamos hablando de radiaciones ionizantes nos referimos a los haces de partículas o de ondas
electromagnéticas que en su interacción con la materia son capaces de descomponer átomos y molé-
culas que previamente eran neutros. O sea son aquéllas radiaciones que se caracterizan por tener unas
longitudes de ondas muy pequeñas, frecuencias muy altas y gran energía, que determinan su poder io-
nizante.
Las radiaciones ionizantes pueden ser clasificadas según su naturaleza en dos grupos:
• Radiaciones corpusculares: Grupo al que pertenecen las partículas alfa, las partículas beta, los proto-
nes y los neutrones, que son directamente ionizantes.
• Radiaciones electromagnéticas: Grupo que comprende los rayos X y rayos gamma, que son indirec-
tamente ionizantes.
Esta característica de ionizar la materia las hace extremadamente peligrosas, lo que unido a la falta de co-
nocimientos sobre los efectos de la exposición a bajas dosis, originó que en los últimos decenios se haya
manifestado una política en contra de las instalaciones nucleares en el mundo. No obstante en los últimos
años se viene aceptando como una de las soluciones a las disminuciones de las reservas de petróleo en el
mundo, siempre que se apliquen las medidas de seguridad necesarias. Consideramos que ha sido lógica
esta lucha por la protección del ambiente y de los trabajadores, aunque opinamos que este factor de
riesgo como todos los demás, cuando se controla puede ser más beneficioso que nocivo, ejemplo de lo
cual es su aplicación en la medicina. El riesgo no se elimina mediante inculcar el miedo, sino en base a los
conocimientos, mediante la información y formación, de forma que se logre el cumplimiento de las medi-
193
das de prevención necesarias. No podemos, en ocasiones, basarnos en accidentes que han ocurrido por
negligencias operacionales manifiestas, prohibir actividades que pueden brindar un beneficio neto al ser
humano. Estos criterios se justifican y están muy influenciados por la falta de conocimientos científicos
existentes aún, de los efectos que pueden ocasionar a largo plazo, ya que debemos tener presente que
este tipo de exposición laboral comenzó a principios del siglo XX y se incrementó en su segunda mitad,
con el desarrollo de las plantas nucleares de generación eléctrica y la aplicación masiva en la medicina.
Debe recordarse que el hombre siempre ha estado expuesto a este riesgo por las fuentes naturales de
radiación, cuya intensidad (radiación de fondo) dependerá de la parte del planeta en que se encuentre.
Hace más de un siglo al hombre al descubrir la existencia de estas radiaciones, comenzó a investigar
como poderlas utilizar en su beneficio, incrementando mediante las fuentes artificiales en forma notoria
las dosis recibidas por el hombre. En diferentes actividades, por el desconocimiento, se utilizaron sin las
medidas de protección necesarias causando efectos perjudiciales a la salud de los trabajadores. Era clási-
co en los radiólogos hace años ver como había que amputarles falanges de los dedos por la exposición a
este factor de riesgo, ya que no se protegían durante su actividad.
Tal como puede observarse en la figura 1 en estudios realizados sobre poblaciones, se ha determinado la
contribución de cada una de las exposiciones a las que están expuestos y es significativo que el % referido
a la exposición profesional (0,4%) es mínimo comparativamente con las recibidas por otras vías. Esto de-
muestra que las medidas preventivas en lugares de trabajo, han mejorado sustancialmente y que es ne-
cesario controlar con mayor rigor la aplicación sin justificación de radiaciones en medicina (20,7%), ya
que por esta vía la población está recibiendo una gran dosis.
En la corteza, alrededor del núcleo, encontramos los electrones que son partículas de carga eléctrica ne-
gativa y con una masa pequeña (9,11 x 10-3kg), menor que la del protón en 1836 veces aproximadamente.
Estos electrones se mueven en diferentes órbitas alrededor del núcleo.
Los átomos generalmente se encuentran en estado neutro ya que poseen el mismo número de protones
y electrones. Tanto a protones, electrones y neutrones se les denomina partículas elementales, en la teo-
ría atómica actual se manejan otros tipos de partículas que no vamos a tratar en este tema.
2.2. Isótopos radiactivos. Número Atómico y Número Másico.
Ya sabemos que los electrones que se mueven en las órbitas alrededor del núcleo poseen unas cargas
eléctricas negativas, que sumadas, son similares a la carga positiva del núcleo, lo que determina el átomo
en su estado normal es neutro al contrarrestarse las cargas.
El número de protones existentes en el núcleo o el número de electrones en el caso de los átomos en
estado neutro, es lo que se denomina como número atómico y se representa con la letra Z (figura 3a).
Este número es específico de cada elemento, o sea, que todos los átomos que tengan el mismo número
atómico tienen características químicas similares.
195
El número másico consiste en la suma de los protones y los neutrones y se le representa con la letra A. Es
evidente por tanto, que el número de neutrones de un núcleo cualquiera será igual a: N = A – Z.
Podemos ya expresar que todas las especies atómicas que posean iguales número másico (Z) y número
de neutrones (N), se les denomina nucleidos. Cuando estos nucleidos tienen el mismo número atómico,
pero diferente número másico se les denomina isótopos (figura 3b). Un ejemplo de esto es el Hidrógeno
del que se conocen 3 isótopos, el hidrógeno normal (11H), el deuterio (21H) y el tritio (21H). En conclusión,
los isótopos son átomos del mismo elemento, o sea que tienen el mismo número de protones, pero que
tienen diferente número de neutrones.
2.3. Radiactividad.
Se denomina radioactividad o desintegración radioactiva al proceso mediante el que ciertos nucleidos
inestables emiten radiaciones por las transformaciones espontáneas que se producen en sus núcleos.
Cuando un átomo radioactivo se desintegra, su núcleo emite una partícula y lo que queda es un elemento
diferente. Como ya se ha mencionado los nucleidos en su estado fundamental son estables, no obstante
existen nucleidos naturales y creados por el hombre que son inestables y que se denominan radionu-
cleidos, por la facultad que poseen de pasar a su estado fundamental o de mínima energía mediante la
emisión de radiaciones. Según sea mayor el número de transformaciones nucleares que se produzcan en
el isótopo, el mismo se considera más radioactivo. A este número de desintegraciones nucleares que se
196
producen en la unidad de tiempo se le conoce como actividad.
197
Radiación Beta (β). Provienen de electrones expulsados por el núcleo de átomos radioactivos en su pro-
ceso de desintegración. Su poder de ionización es menor que las desintegraciones alfa (α), pero poseen
una mayor capacidad de penetración. Aunque necesitan de mayores espesores para ser detenidos, los
blindajes deben ser de materiales de bajo número atómico (madera o plástico), para evitar que aparezca
una radiación de frenado cuya penetración es mayor. Su capacidad máxima de penetración en la madera
es de 4 cm. y son capaces de penetrar en los tejidos entre 0,2 y 1,3 cm. Las partículas beta producen entre
y de la ionización generada por las partículas alfa en cada centímetro de su trayectoria en aire.
Emisión Gamma (γ). Son radiaciones electromagnéticas procedentes del núcleo, que acompañan o su-
ceden a las desintegraciones α y β, que poseen un menor poder energético que estas y mayor poder de
penetración, lo que dificulta su absorción por los apantallamientos. Se produce al pasar el nucleido de un
estado de excitación a un estado de menor energía o al fundamental. Son radiaciones fotónicas similares
a los Rx, que se propagan en línea recta y son capaces de atravesar los medios materiales. Su energía
puede oscilar entre 10 Kev y 10 Mev con longitudes de ondas entre 10-8 y 10-11. Es una emisión indirecta-
mente ionizante, ya que al tratarse de ondas electromagnéticas carecen de carga eléctrica, produciendo
procesos de ionización y excitación en su Interacción con la materia. Los rayos gamma producen aproxi-
madamente de la ionización de las partículas beta.
Neutrones. Se encuentran con menor frecuencia que las partículas alfa y beta y no poseen carga eléctrica.
Existen en todos los núcleos atómicos con la excepción del isótopo más liviano del hidrógeno. Su reco-
rrido dependerá del método de producción, del material que atraviesa y del tipo de colisiones que se
producen. La distancia de penetración en el tejido humano puede variar entre 0,6 y varios cms. Su peligro
para la salud radica en la capacidad para liberar radiación secundaria. Se encuentran cerca de reactores,
198
aceleradores y fuentes de producir neutrones.
Esto significa que una persona expuesta a 1 metro de distancia de una fuente, si es alejada al doble de la
distancia (2m) estamos disminuyendo la exposición en 4 veces y si la acercamos a 0,5 m estamos incre-
mentando su exposición 4 veces. Este principio es de suma importancia ya que permite en determinadas
situaciones, disminuir una exposición sin grandes inversiones, siempre que sea factible tecnológicamen-
te con el incremento de la distancia entre la fuente y el trabajador. Y también confirma la necesidad de
la información y formación de los trabajadores en el peligro que consiste el acercarse a las fuentes de
radiación, así como el de violar las zonas de restricción que se establecen para estos trabajos.
Barreras (Blindaje).
Otra forma de atenuar las radiaciones que pueden incidir sobre un personal en lugares con exposición, es
el interponer barreras entre el trabajador y la fuente de manera que limiten o eliminen la exposición, para
lo cual es necesario conocer las formas o tipos de radiación que pueden incidir sobre el mismo. Cuando
un objeto irradia pueden incidir sobre el trabajador expuesto radiaciones por las siguientes formas:
199
Directa. Aquella que proviene directamente de la fuente, o lo que es lo mismo el haz útil necesario para
la actividad que deseamos realizar.
Radiación dispersa. Es la que se produce cuando la radiación directa incide sobre el objeto que encuentra
a su paso y se producen reflexiones, cambiando de dirección y por supuesto disminuyendo su energía.
Radiación residual La que emerge de un medio irradiado después que el haz de radiación directa lo atra-
viesa.
Radiación de fuga. Es la que emerge de los blindajes que posee la fuente de radiación.
Está explícito que la mayor energía la posee la radiación directa, estando las demás atenuadas por los
fenómenos de interacción con la materia que se producen en el trayecto del haz. Con el objeto de evitar
que estas radiaciones incidan sobre los trabajadores profesionalmente expuestos u otro personal, se em-
plean las conocidas barreras o pantallas de protección, que consisten en materiales que se interponen
en el trayecto y el punto en que se encuentra la persona, limitando que la radiación pueda incidir sobre
la misma. Estas barreras se clasifican como primarias cuando se interponen entre el haz útil y el punto en
cuestión y secundarias cuando se interponen entre la radiación de fuga o dispersa y el punto. En todos
los casos estas barreras deben ser calculadas de manera que atenúen las radiaciones hasta los niveles
permisibles de exposición establecidos por las normas.
En la figura 5 podemos observar como en el local de radiodiagnóstico de una institución de salud pode-
mos identificar con facilidad las diferentes formas de radiaciones y las barreras que protegen al personal
de los locales anexos.
200
nómeno de radiactividad la actividad es un concepto relativo, válido solamente para el momento de la
201
tante. Desde un aspecto cualitativo todas las radiaciones ionizantes pueden ejercer las mismas acciones
biológicas, no obstante, cuantitativamente el efecto puede variar de acuerdo con el tipo de radiación.
El efecto biológico dependerá de la calidad de la radiación y de la distribución en el tiempo de la dosis
absorbida. Con objeto de poder equipararlas y poderlas comparar se ha creado el concepto de dosis
equivalente, que se define como el producto de la dosis absorbida por los factores de eficacia biológica.
La dosis equivalente se define en un punto y considera el efecto biológico que las distintas radiaciones
pueden ocasionar.
Dosis equivalente = Dosis absorbida x QN
Mediante la ecuación anterior podemos pasar de la dosis absorbida a la dosis equivalente mediante el
factor de ponderación QN. En este caso N es un factor que representa aspectos como la dosis absorbida
en la unidad de tiempo, intervalos de tiempo entre dosis recibidas y otros, que son difíciles de cuantificar
en muchas ocasiones, por lo que podemos considerarlo como la unidad. El factor Q o factor de calidad
está relacionado con el tipo de radiación y se relacionan para las radiaciones que nos interesan en la tabla
1. La dosis equivalente y sus unidades sólo se emplearán en problemas de protección radiológica, por lo
que en estos aspectos de protección cuando se habla de dosis se infiere que es equivalente.
Nota: * Tomado de “The quality factor in radiation protection”. Reporte No40 del ICRU.1986
La unidad correspondiente en el Sistema Internacional es el Sievert (Sv), que equivale a la misma energía
que define al Gray, o sea, julio por Kg – masa.
1 Sv = 100 rems.
Unidad antigua: Rem. 1 rem = 0,01 Sv = 1 centisievert
Dosis equivalente efectiva o dosis efectiva. Como conocemos las dosis equivalentes de cualquier radia-
ción produce el mismo daño biológico, esta dosis consistirá en la suma de las diferentes dosis equivalen-
tes, por un factor de ponderación de cada tejido u órgano, expresándose en Sv.
202
4. Efectos Biológicos de las radiaciones ionizantes sobre las células y los tejidos.
Ya mencionamos que el fenómeno de ionización es quien caracteriza a estas radiaciones. En las células al
ser irradiadas se produce un proceso sumamente complejo, que comienza con la ionización y que puede
terminar con la muerte de la misma si la dosis es muy elevada y tal como se aprecia en la figura 6, puede
durar desde fracciones de segundo hasta años.
Los diferentes efectos que se producen por la exposición a las radiaciones, pueden considerarse el pro-
203
ducto del esfuerzo del organismo para compensar la energía absorbida por la interacción con las mismas
y las posibles lesiones que le pueden ocasionar. Cuando estudiamos las modificaciones que pueden pro-
ducirse en el organismo deben considerarse los aspectos generales siguientes:
a). La interacción con las células es una cuestión de probabilidad, del azar, pueden o no haber interac-
ción o daño.
b). El depósito inicial de energía ocurre muy rápidamente, en un periodo aproximado de 10-17 seg.
c). La interacción con la célula no es selectiva, la radiación no escoge ninguna parte de la misma.
d). Los cambios visible que se originan no son específicos, o sea, no pueden distinguirse de los que oca-
sionan otros factores de riesgo.
e). Las modificaciones biológicas se producen después de un determinado tiempo (periodo de latencia),
el que depende de la dosis inicial y puede variar desde minutos a años.
Vamos a considerar que la acción de estas radiaciones en la práctica, se produce en la célula que es la uni-
dad funcional más pequeña capaz de existir de forma independiente. La acción comienza como vimos en
la figura 6 con la ionización y puede terminar con la muerte si la dosis es alta. Como conocemos la célula
está compuesta por agua (>80%), sales minerales y moléculas orgánicas.
Disciplina encargada de elaborar los criterios, métodos y vías para evaluar la acción de las radiaciones
ionizantes como factor perjudicial al hombre y su medio y en consecuencia, establecer las medidas
tendentes a asegurar que las exposiciones a dichas radiaciones se mantienen dentro de límites acep-
tables.
El daño puede producirse de forma directa cuando la radiación interacciona y es absorbida por una ma-
cromolécula, cambiando su estructura o función. Estos efectos se demuestran por los fenómenos de inhi-
bición de la mitosis, degeneración y muerte celular (Figuras 7a y 7b). También se producen daños indirec-
tos, cuando las radiaciones actúan sobre el medio (agua) en que están suspendidas las macromoléculas,
dando lugar a la formación de iones y de radicales libres que actúan sobre las mismas. Por ejemplo, puede
204
formarse peróxido de hidrógeno que es tóxico para la célula. La probabilidad de que los daños que se
205
Los efectos pueden clasificarse de acuerdo a como se trasmiten, en genéticos y somáticos. Los primeros
son los que afectan a las células germinales y se trasmiten hereditariamente, manifestándose en los des-
cendientes y los segundos afectan al propio individuo irradiado y no se trasmiten hereditariamente.
Otra forma de clasificar los efectos es en función de la incidencia en estocásticos y no estocásticos (Figura
9).
206
LA GESTIÓN Y VIGILANCIA DE RIESGOS OCUPACIONALES
Los efectos estocásticos son aquellos que no se presentan en todos los casos, se presentan en forma
aleatoria y sin que se conozcan las causas. Estos serían los casos de la carcinogenésis y las alteraciones
genéticas, estando relacionados con las mutaciones cromosómicas. Se caracterizan por:
a) la probabilidad de que ocurra el efecto biológico y no la gravedad, depende de la dosis.
b) Los efectos son de carácter probabilístico.
c) Una vez producidos son siempre graves.
d) Carecen de dosis umbral.
e) No es posible la reparación total.
Los efectos no estocásticos (Figura 10) son aquellos que a una dosis suficiente se producirán en todos los
individuos, si bien no tiene por que ser la misma dosis para todos. El valor de la dosis umbral es variable y
se toleran dosis totales más elevadas en irradiaciones fraccionadas que en una irradiación única. El daño
producido por la radiación aunque puede repararse, en general no se repara totalmente. Pertenecen a
este grupo la mayoría de los efectos somáticos precoces, como los eritemas y la depilación y algunos de
los efectos tardíos. Entre sus características podemos mencionar que:
a) La gravedad depende de la dosis.
b) Existe relación determinista dosis – efecto, existiendo un umbral.
207
A continuación mencionaremos las respuestas que puede tener el organismo humano (trabajador) cuan-
do está expuesto a este tipo de radiaciones (Figura 11) y que suelen en ocasiones ser irreversibles. En
general se pueden determinar dos tipos de respuesta, el síndrome agudo que se presenta después de
una exposición breve pero intensa, típico de los accidentes y los efectos crónicos que son causados por
exposiciones de menor intensidad pero con periodos de tiempo más prolongados, las que son más difí-
ciles de determinar.
El síndrome de radiación aguda se produce por una exposición breve e intensa de todo el cuerpo o parte
del mismo. La presentación y gravedad de la enfermedad se determina por la dosificación, distribución
corporal y el tiempo de exposición, siendo los tejidos más sensibles el reproductivo, el hematopoyético y
el gastrointestinal. Las lesiones agudas que se observaban hace años en los trabajadores expuestos han
disminuido ostensiblemente, por el conocimiento de los riesgos y las mejoras en los métodos de preven-
ción, aunque se continúan produciendo en los casos de accidentes.
No pretendemos hacer una descripción amplia de los efectos, por lo que mencionaremos algunas de
estas respuestas agudas generales y de los tejidos más radiosensibles.
El trabajador puede presentar inicialmente síntomas y signos de anorexia, náuseas, vómitos diarreas, có-
licos, salivación, deshidratación, fatiga, apatía, postración, arritmia cardiaca, cefalea, hipotensión y otros,
predominando los síntomas y signos gastrointestinales y del sistema nervioso central. A esto le continúa
un periodo de latencia y después la denominada fase de enfermedad en la que se manifiestan signos y
síntomas muy parecidos a la fase inicial y cuyos efectos primarios son los hematopoyéticos. En esta fase, la
enfermedad adopta según la localización de la lesión radiológica, una de las formas siguientes: hemato-
lógica, gastrointestinal, cerebral o pulmonar. Posteriormente de acuerdo con la evolución del tratamiento
puede lograrse la recuperación o la muerte del paciente. Cuando la exposición es localizada la evolución
suele ser más lenta con menores manifestaciones clínicas.
208
LA GESTIÓN Y VIGILANCIA DE RIESGOS OCUPACIONALES
A continuación se describirán algunos de los efectos sobre los tejidos más radiosensibles:
Piel. Estas células son muy sensibles y una dosis de 6 Sv o más provoca el enrojecimiento en la zona ex-
puesta en el primer día. A dosis mayores puede causar lesiones más graves pudiendo observarse depila-
ción, ampollas, ulceración, necrosis y fibrosis de los tejidos.
Sistema hematopoyético, médula ósea y tejido linfoide. Como resultado de ser muy radiosensibles los pre-
cursores hematopoyéticos, la exposición determina en un corto periodo de tiempo la disminución de las
células funcionales de la sangre. Una dosis de 2 a 3 Sv puede disminuir el recuento de linfocitos periféricos
y deteriorar la respuesta inmunitaria en pocas horas. La disminución de plaquetas puede provocar hemo-
rragias y puede producirse anemia por falta de glóbulos rojos.
Intestino. Las células del epitelio que reviste el intestino delgado son muy sensibles a la radiación y una
exposición aguda a 10 Sv pueden disminuir su número en grado suficiente para causar en días la denuda-
ción de las vellosidades intestinales, la cual cuando comprende una superficie grande de mucosa puede
causar diarreas fulminantes y llevar a la muerte.
Organos reproductivos (Gónadas). Los espermatozoides son resistentes a dosis grandes, sin embargo los
209
espermatogonios son muy radiosensibles y una dosis de 0,15 Sv basta para causar oligospermia, y una
dosis de 2 a 4 Sv puede provocar la esterilidad permanente. No obstante las dosis para causar esterilidad
tienen que ser muy elevadas y se dan en casos muy específicos, o cuando, los trabajadores realicen su tra-
bajo en situaciones que se manifiesten violaciones de las normas de protección. En cuanto a los ovarios
se ha observado que la dosis necesaria para producir esterilidad varía en función de la edad y se ha com-
probado que una dosis de 1,5 a 2,0 Sv puede causar (anaovulación) esterilidad temporal y dosis mayores,
esterilidad permanente.
Aparato respiratorio. Aunque el pulmón no es muy radiosensible, la exposición rápida a una dosis de 6
a 10 Sv, puede ocasionar en un plazo entre 1 a 3 meses que en la zona expuesta se desarrolle una neu-
monía. Cuando la zona expuesta del pulmón es grande puede ocasionar en unas semanas insuficiencia
pulmonar y llevar a fibrosis y cor pulmonar meses o años después.
Ojo. Las células del epitelio anterior del cristalino, pueden ser afectadas cuando reciben exposiciones,
generándose opacidades y cataratas que dificultan la visión. Se plantea que exposiciones de 1 Sv o más,
ya sean de 1 sola vez o de forma acumulativa, pueden causar este tipo de lesiones.
Otros tejidos también pueden ser afectados aunque en general la radiosensibilidad en estos es menor.
Existen efectos denominados estocásticos para los cuales como ya se conoce no existe umbral, que son
producto en general de la exposición crónica a bajas dosis y que por su evolución son difíciles de prever.
Acortamiento de la expectativa de vida. Durante años se ha manejado este criterio por algunos autores,
mediante cálculos hipotéticos que se han hecho. No obstante en la actualidad pudiera considerarse este
riesgo mínimo o inexistente, ya que en la práctica los trabajadores expuestos reciben mucho menos de
los límites permisibles.
Inducción de Cáncer. Se ha observado que las radiaciones ionizantes poseen una evidente acción de este
tipo. Durante años se detectaron numerosos casos de cáncer entre los trabajadores expuestos, aunque
en la actualidad con las medidas de protección, estos efectos cancerígenos prácticamente han desapa-
recido.
Inducción a leucemia. Se ha observado tanto a irradiación aguda como crónica que la probabilidad de
estos casos es mayor, según sea mayor la dosis total recibida. Este efecto igual que el cancerígeno ha
disminuido en los últimos tiempos y se considera que el riesgo relativo de los expuestos, no determina
un peligro mucho mayor que el de la población general.
Efectos Genéticos. Son los que afectan a la salud de los descendientes de los irradiados, o sea que se tras-
miten hereditariamente y se deben a mutaciones del material genético. Estas mutaciones se caracterizan
por ser:
a) La mayoría nocivas.
b) Son permanentes una vez producidas.
c) Toda radiación ionizante absorbida por una célula germinal tiene una pequeña probabilidad de cau-
sar una mutación
Los efectos hereditarios de la irradiación, aunque bien documentados en otros organismos, no se han ob-
servado todavía en seres humanos. Han sido estudiados en animales y han sido extrapolados al hombre,
radicando su importancia no sólo en el futuro de nuestros hijos o nietos, sino en el futuro de la humani-
210
dad.
211
jadores, como al efecto que pueden ocasionar al medio ambiente.
Aunque por los graves efectos que los mismos pueden ocasionar, en la mayoría de los países existe un
organismo estatal especializado para el establecimiento de las normas que regulan su utilización y con-
trolan su cumplimiento, de manera que se garantice la protección radiológica. El Higienista Ocupacional
deberá mantener una vigilancia priorizada en estos casos y establecer las coordinaciones con las institu-
ciones especializadas en la materia.
212
distancia, el tiempo y el blindaje, los que describiremos a continuación.
213
Blindaje. Este es la forma de control preferida y en consecuencia la más frecuente que encontramos, ya
que una vez aplicada nos permite asegurar la existencia de condiciones seguras en el puesto de trabajo
Cuando en la práctica de las diferentes actividades, se presentan situaciones en las que se hace imposible
por sus características específicas poder alcanzar límites seguros aplicando los principios de la distancia y
el tiempo, podemos atenuar la exposición mediante la interposición de barreras entre la fuente y el ex-
puesto. Estas barreras o blindajes consisten en materiales absorbentes de una composición y grosor ade-
cuado, de acuerdo con el tipo de radiaciones empleadas, pues como ya conocemos la penetración de las
mismas varía, siendo las más difíciles, las radiaciones X y Gamma, donde hay que emplear materiales de
mayor masa (plomo y hormigón). Por tanto el blindaje a emplear estará determinado por el tipo de radia-
ción y la energía de la misma, así como, por la atenuación que deseamos obtener. Debemos recordar que
mientras mayor sea la masa del blindaje o barrera (Figura 14) que se interpone entre la fuente y el opera-
dor, menor será la radiación que recibirá.
214
LA GESTIÓN Y VIGILANCIA DE RIESGOS OCUPACIONALES
Las barreras o blindajes que interponemos entre la fuente y el trabajador tienen como objetivo brindar
la mayor protección al trabajador, tanto de la radiación directa como de la dispersa. En muchas ocasio-
nes la ubicación de estas barreras sólo garantizan una protección parcial al trabajador, lo cual, puede
convertirse en un mayor riesgo, ya que al trabajador estará confiado de que se encuentra en un lugar sin
exposición. En las figuras 15a y b podemos observar estos dos casos.
215
7.2. Irradiación externa, contaminación radioactiva y exposición.
Nuestra función preventiva principal consiste en evitar que el trabajador sea irradiado, o lo que es lo mis-
mo, tenga una “exposición” a niveles superiores a los límites establecidos. Esta irradiación externa puede
producirse por una exposición, sin un contacto físico entre ambos y consistirá en la transferencia de ener-
gía de un material a otro (Figura 16). Se produce en aquellas fuentes en que el trabajador está expuesto
mientras la misma está activa, tal es el caso de los equipos de Rx, los aceleradores de partículas y las
fuentes encapsuladas.
216
LA GESTIÓN Y VIGILANCIA DE RIESGOS OCUPACIONALES
Denominamos contaminación radiactiva a la presencia de materiales radioactivos en cualquier superfi-
cie, materiales o medios, incluyendo la persona, por lo que se puede afirmar que toda contaminación es
origen de una exposición. La contaminación radiactiva del trabajador, consiste en que el mismo puede
entrar en contacto con la sustancia radiactiva y la misma penetrar al organismo por cualquiera de las vías
conocidas. La contaminación puede ser más peligrosa que la irradiación externa, pues en estos casos la
persona continúa expuesta hasta tanto se elimine el radionucleido por el metabolismo o porque decaiga
la actividad radioactiva con el tiempo transcurrido.
En este campo es frecuente tener que calcular la dosis absorbida, para lo cual es necesario determinar
“la exposición” que dicha fuente produce en un punto determinado, el lugar o puesto de trabajo. Este
término, es muy utilizado en las evaluaciones de riesgos, y tiene gran importancia para el control, ya que
su resultado nos orienta sobre el probable problema y las posibles acciones a tomar.
Vamos por tanto a definir la “exposición” como la acción y efecto de someter a las personas a radiaciones
ionizantes y puede ser de siguientes tipos:
• Externa. Cuando la exposición proviene de fuentes exteriores al organismo humano.
• Interna. Exposición ocasionada por fuentes interiores del organismo.
• Total. Es el resultado de la suma de las exposiciones externas e internas.
• Continua. Es aquella exposición externa prolongada cuya tasa puede variar en el tiempo, o la ex-
posición interna resultante de una incorporación permanente cuya importancia puede variar en el
tiempo.
• Unica. Exposición externa de corta duración o la exposición interna resultante de una incorporación
de radionucleidos en corto tiempo.
• Global. Exposición que se considera como homogénea a todo el organismo.
• Parcial. Exposición que incide esencialmente sobre una parte del organismo, o sobre uno o varios
órganos o tejidos, o exposición del cuerpo entero no homogénea.
217
La “contaminación” podemos decir en nuestro caso, nos indica el peligro que representa un material o
medio de trabajo y puede ser el efecto, en ocasiones de la exposición a la que se sometió la cosa en sí.
La misma se define como la presencia indeseable de sustancias radioactivas en una materia, superficie,
medio o persona cualquiera. En el organismo humano se clasifica en:
Externa o cutánea. Cuando se ha depositado en la piel.
Interna. Cuando los radionucleidos han penetrado en el organismo por cualquier vía.
7.2. Trabajadores Profesionalmente Expuestos.
Es de sumo interés para quienes estamos vinculados a la protección de los trabajadores, conocer en cada
caso a quienes les debemos que aplicar la vigilancia sobre los diferentes factores de riesgos presentes
en un ambiente laboral. Como ya hemos analizado toda la población está expuesta a unos niveles de
radiación proveniente del ambiente natural en que vive, por tanto, en nuestro caso nos interesa de una
manera práctica determinar a quienes tenemos que controlar, lo que en sentido general podemos definir
como aquellas personas que reciben tienen una exposición (dosis) adicional con razón de su trabajo. En
Cuba se define como trabajador ocupacionalmente expuesto (TOE) a toda persona que por el ejercicio
de su profesión esté sometida a exposición ocupacional, ya sea en jornada completa, parcial o temporal
Es indiscutible que todo el personal de una instalación (centro de trabajo) en el que existen fuentes de
radiaciones ionizantes no se encuentran expuestos al mismo riesgo. Desde el punto de vista práctico, es
importante en estos casos poder identificar y seleccionar que trabajadores deben ser controlados y man-
tenérseles una estricta vigilancia de la salud. Lo más sencillo sería incluir a todo el personal de un centro
de trabajo, sin embargo, esto sería a nuestro criterio desde el aspecto operativo y fundamentalmente
económico un error, ya que estaríamos derrochando esfuerzos y recursos. Imaginemos que en un centro
de la salud en el que existan fuentes de Rx, incluyéramos en la vigilancia a todo el personal de la misma.
Existen criterios divergentes respecto a la clasificación de los trabajadores profesionalmente expuestos,
no obstante, vamos a exponer el procedimiento que consideramos debe seguirse para identificar el per-
sonal que va a mantenerse dentro el sistema de vigilancia.
• Lo primero es identificar los tres grupos de trabajadores que normalmente existen en estos lugares,
clasificándolos de la manera siguiente:
1. Los trabajadores profesionalmente expuestos que serán aquellos trabajadores que por su trabajo habi-
tual están sometidos a una exposición continua u ocasional a las radiaciones, recibiendo una dosis anual
superior a 1/10 de la dosis anual establecida.
2. Los trabajadores que por su trabajo habitual en forma ocasional están expuestos a radiaciones.
3. Otros trabajadores que no se encuentran en ninguno de los grupos anteriores.
Una vez identificados estos grupos se procederá de la manera siguiente:
• Se determinarán si los trabajadores del grupo 2 reciben una dosis superior a 1/10 de la dosis anual
fijada para el grupo 1. En caso positivo se pasarán al grupo 1 y en caso negativo serán incluidas en el
grupo 3.
• Los trabajadores pertenecientes al grupo de profesionalmente expuestos se clasificarán en dos gru-
pos de acuerdo a la probable exposición, y de esta manera según la dosis se determinarán los ele-
mentos de vigilancia necesarios que deben exigirse para garantizar el trabajo con el mínimo riesgo.
218
De acuerdo con este criterio los trabajadores se clasificarán en dos categorías:
219
En otros países se aplican otros sistemas de señalización (Figura 17b), como es el caso de España donde
existe una clasificación en:
Zonas vigiladas. Cuando es probable que se reciban dosis superiores a 1/10 de los límites establecidos
pero improbable recibir dosis superiores a los 3/10. En las mismas no es obligatorio el uso de dosímetros
personales, pero debe mantenerse la dosimetría de área. Es similar a la clasificada como supervisada en
la clasificación anterior.
Zonas controladas. Son aquellas en la que es probable recibir dosis superiores a 3/10 de los límites de
dosis anuales establecidos, En estas es obligatoria la dosimetría de área y la dosimetría personal cuando
existe riesgo de exposición externa, se pueden subdividir en:
Zonas de permanencia limitada, cuando hay riesgo de recibir una dosis superior a los límites de dosis
establecidos.
Zonas de permanencia reglamentada, cuando hay riesgo de recibir en cortos periodos de tiempo una
dosis superior a los límites de dosis fijados.
Zonas de acceso prohibido, cuando hay riesgo de recibir, en una exposición única, dosis superiores a los
límites fijados.
Además de acuerdo a las características del trébol (Figura 18), se puede conocer si el riesgo es por radia-
ción externa o por contaminación o por ambos fenómenos a la vez. En el caso de radiaciones externas el
220
trébol poseerá los bordes con puntas y en caso de contaminación estará situado en un campo punteado,
221
Detectores por producción de iones. Son basados en la ionización producida cuando radiación atraviesa
un gas produciendo iones, los que son recolectados en los electrodos y midiéndose la corriente genera-
da. Son de los tres tipos siguientes:
Cámaras de ionización. Consisten en un recipiente lleno de gas a cierta presión, con dos electrodos entre
los que existe una diferencia de potencial. Son sensibles a cualquier tipo de radiaciones pero se utilizan
para fotones y beta con preferencia.
Contadores proporcionales. Poseen características constructivas similares a las cámaras, su diferencia ra-
dica en que aumenta la tensión de polarización. Su resolución es peor que la de las cámaras de ionización
y se utilizan para las radiaciones beta y alfa.
222
LA GESTIÓN Y VIGILANCIA DE RIESGOS OCUPACIONALES
El procedimiento más utilizado para determinar la exposición de los trabajadores, es la vigilancia de la
exposición individual mediante la dosimetría personal. La misma consiste en evaluar mediante instru-
mentos (dosímetros personales) la dosis que está recibiendo el trabajador. Los dosímetros personales
más utilizados son los tipos siguientes:
Dosímetros de cámara de ionización. Tienen la forma de plumas y se utiliza para conocer de manera in-
mediata el nivel de la exposición a que se ha sometido el trabajador. Son cámaras de ionización que se
colocan en el bolsillo y evalúan la radiaciones beta y gamma, aunque existen también para Rx y neutro-
nes. Su dificultad radica en que pueden descargarse por diferentes causas, brindando resultados faltos
de precisión por lo que se recomienda utilizarlos con un dosímetro de otro tipo. El intervalo de medición
es limitado.
Dosímetros de película (Figura 20a). Se basan en el mismo principio de la impresión de la película por la
luz. Se revela la película y el ennegrecimiento producido en la película se compara con otra película ex-
puesta a una radiación conocida. Su ventaja fundamental es que puede almacenar de forma permanente
la información obtenida. Como desventaja presenta que la película no es equivalente al tejido biológico.
Dosímetros de termoluminiscencia (Figura 20b). Son los que funcionan basados en la propiedad que tie-
nen determinadas sustancias de emitir luz después de haber sido calentadas al estar expuestas a las ra-
diaciones, respondiendo la cantidad de luz emitida es proporcional a la dosis de radiación. Como ventajas
puede expresarse, que poseen mayor precisión, menor umbral de detección y un intervalo de dosis más
amplio que los dosímetros de película. Como desventaja se plantea su incapacidad de guardar un registro
permanente.
223
La Vigilancia Radiológica es una parte indispensable en cualquier programa de protección que elabore-
mos para centros de trabajo con este factor de riesgo, ya que mediante ella podemos conocer, tanto los
niveles de las áreas como las dosis que el trabajador ha recibido y determinar si se están cumpliendo con
las normas establecidas para este tipo de exposición y aplicar las medidas de intervención necesarias.
Para finalizar con este aspecto de la vigilancia, enfatizar en que la misma comprende vigilar la irradiación
externa o dosis al que el trabajador ha estado expuesto, por medio de la dosimetría de área o ambiental
y la dosimetría personal mediante los equipos más adecuados al tipo de radiación, los que deben estar
certificados (calibrados) por los organismos metrológicos autorizados a este fin. En aquellos casos que
exista el riesgo de contaminación interna o sea, de incorporación de radionucleidos es necesario además,
efectuar la vigilancia directa mediante contadores de radioactividad corporal o indirectamente mediante
el análisis radioquímico de las excretas. Tanto en el caso de irradiación externa como de contaminación,
la periodicidad de estas mediciones se realizará según la importancia y características de la exposición y
cumpliendo lo establecido en las disposiciones legales vigentes en cada país o por lo recomendado por
las normas internacionales. Un ejemplo de esto es la recomendaciones que brinda la norma ISO 20553 del
2006 respecto al monitoreo en las situaciones de contaminación interna y que se exponen en la siguiente
tabla.
224
vos a la salud de los trabajadores expuestos a radiaciones y en consecuencia se comenzaron a establecer
En Cuba durante años hemos utilizado los límites recomendados en cada momento, por el ICRP, inicial-
mente establecidos en la Norma Cubana 69-01, la que fue sustituida por las “Normas Básicas de Seguri-
dad Radiológica” del 30/11/01, que es una Resolución conjunta de los Ministerios del Medio Ambiente y
de Salud Pública. Los límites exigidos en ambos documentos se describen en las tablas 5a y 5b, siendo
225
necesario aclarar que los vigentes son sólo los de la tabla 5b.
Como se puede observar entre las dos normas se ha disminuido la dosis que puede afectar a todo el cuer-
po en 30 mSv, brindando por tanto mayor protección al trabajador expuesto.
227
que se le encomienden. Debe constar de un expediente personal del trabajador en que se registre
su estado de salud desde su ingreso en el lugar de trabajo, hasta que el mismo haya sido baja de la
empresa, debiendo conservarse el mismo hasta 30 años después de haber estado trabajando en el
lugar. Este expediente o historia ocupacional deberá constar de:
• Informe del examen médico previo al empleo.
• Informe sobre los exámenes médicos periódicos.
• Informe sobre reconocimientos médicos extraordinarios.
• Registro dosimétrico de toda la vida profesional.
• Registro de exposiciones excepcionales y de otras como las de exámenes médicos.
e). Equipos de Protección Personal. Aunque este debe ser el último recurso que debe aplicarse, en la
protección de las radiaciones en ocasiones es imprescindible su utilización. Es importante se selec-
cionen medios de comprobada eficiencia y que requieran del trabajador el menor esfuerzo fisiológi-
co durante su utilización. Deberá entrenarse a los trabajadores en el uso de los mismos y evaluar si la
utilización de estos, no incrementa el tiempo de exposición y en consecuencia en incremento de la
dosis.
f ). Disposición de los Desechos. Aunque esta es una acción que corresponde a especialistas de la rama
ambiental, por el peligro que puede ocasionar a la comunidad consideramos importante incluirla. Es
elemental que toda empresa que maneje desechos radioactivos, deberá garantizar la eliminación de
los mismos sin constituir un peligro para las personas y el medio ambiente, para lo cual tomará las
medidas pertinentes.
Por último, sólo nos resta enfatizar en que por el riesgo que pueden presentar las radiaciones ionizantes,
es ineludible a toda empresa que posea instalaciones de este tipo mantener una política de “mejora con-
tinua de las condiciones de trabajo”, que priorice la situación de estos trabajadores y la minimización de
la exposición.
228
229
LA GESTIÓN Y VIGILANCIA DE RIESGOS OCUPACIONALES
230
Capítulo12.
231
A partir de este momento la microbiología se desarrolló rápidamente y a comienzos del siglo XX ya ha-
bían sido descritos la mayoría de los microorganismos causantes de enfermedades.
El tema que vamos a tratar está dirigido en particular al personal de la salud, por lo que en general nos
referimos a los agentes biológicos (microorganismos) considerados causantes de enfermedades infeccio-
sas. No obstante hay que considerar como posibles riesgos biológicos, la exposición a otros elementos o
agentes existentes en el medio ambiente (figura 1), que pueden causar daño al trabajador en los entornos
de las actividades que ejecutan, por la posible exposición durante su desempeño. (tabla 1)
De acuerdo con la Directiva 90/679/CEE, se consideran “Agentes biológicos”, a los microorganismos, con
inclusión de los genéticamente modificados, a los cultivos celulares y a los endoparásitos humanos sus-
ceptibles de originar cualquier tipo de infección, alergia o toxicidad”.
Esta definición contempla dos categorías en los contaminantes biológicos: los agentes biológicos vivos
y los productos derivados de los mismos; ya que ambos pueden generar una enfermedad como conse-
cuencia de la exposición de los trabajadores a los mismos. En definitiva el concepto de agente biológico
incluye, pero no está limitado, a bacterias, hongos, virus, rickettsias, clamidias, endoparásitos humanos,
productos de recombinación, cultivos celulares humanos o de animales, así como, los agentes biológicos
potencialmente infecciosos que estas células puedan contener, priones y otros organismos que causen o
puedan causar enfermedades al hombre, a los animales y a las plantas.
Como se puede observar en la figura, en el caso de la Salud Ocupacional y de los riesgos a que puede
estar expuesto el trabajador, el ámbito de los agentes biológicos es más extenso, ya que consideramos
además de los microorganismos y sus productos derivados, que incluye a “todos los seres vivos”, como
pueden ser otros animales y plantas. No obstante como vamos a tratar de estos riesgos en el entorno
sanitario, la referencia en este tema será fundamentalmente dirigida a la protección del trabajador de las
enfermedades o accidentes causados por microorganismos. Se considera que el trabajador está someti-
do a un riesgo biológico cuando en contacto con organismos vivos en el ambiente laboral puede adquirir
una enfermedad infecciosa o parasitaria y reacciones tóxicas y alérgicas.
232
A continuación describiremos de forma simple algunas características de los grupos de agentes antes
Otro aspecto que consideramos debe ser tratado para poder identificar el riesgo asociado a un determi-
nado agente biológico son las propiedades que les hacen infectantes y en consecuencia más peligrosos.
Entre las que podemos citar las siguientes:
Patogenicidad: Es la capacidad de un microorganismo para provocar enfermedad o lesiones progresivas,
de originar un proceso infeccioso especifico.
Virulencia: Introduce el concepto de grado, o sea los organismos virulentos muestran patogenicidad
cuando se introducen en el huésped en muy pequeñas cantidades, o sea, es la capacidad del agente de
233
producir una enfermedad más o menos grave, indica la severidad de la reacción.
Toxigenicidad: Es la capacidad para producir sustancias toxicas en el huésped.
Invasividad: Es la capacidad de penetrar en los tejidos del huésped, multiplicarse y diseminarse.
Mutagenicidad, Capacidad de ciertos agentes biológicos de cambiar o alterar algunas de las característi-
cas de su especie o grupo, bajo condiciones especiales.
Antigenicidad. Capacidad del agente causal de actuar como antígeno, dando lugar a la formación de
anticuerpos en el organismo invadido.
Especificidad. Es la capacidad que poseen determinados agentes biológicos de tener características pro-
pias o relativas a su especie.
Por último, recordar las diferentes vías de ingreso de los agentes biológicos que pueden ser, la inhalatoria,
la dérmica, la digestiva y la parenteral, aspecto este cuyo conocimiento es fundamental, ya que la forma
de posible ingreso al organismo orienta el tipo de acciones preventivas más efectivas.
El nivel de prevención que se deberá aplicar en un lugar de trabajo con este tipo de exposición, estará
determinado por el grupo de agentes biológicos con que en el mismo se trabaje. Los agentes biológicos
se clasifican, en función del riesgo de infección, en los cuatro grupos siguientes:
a). Agente biológico del grupo 1: aquél que resulta poco probable que cause una enfermedad en el
hombre.
b). Agente biológico del grupo 2: aquél que puede causar una enfermedad en el hombre y puede su-
poner un peligro para los trabajadores, siendo poco probable que se propague a la colectividad y
existiendo generalmente profilaxis o tratamiento eficaz.
c). Agente biológico del grupo 3: aquél que puede causar una enfermedad grave en el hombre y presen-
ta un serio peligro para los trabajadores, con riesgo de que se propague a la colectividad y existiendo
generalmente una profilaxis o tratamiento eficaz.
d). Agente biológico del grupo 4: aquél que causando una enfermedad grave en el hombre supone un
serio peligro para los trabajadores, con muchas probabilidades de que se propague a la colectividad
y sin que exista generalmente una profilaxis o un tratamiento eficaz.
234
1.2. La Seguridad Biológica
235
utiliza para describir estos métodos seguros de manejo, el término “contención”, en el cual se incluyen
las medidas tanto para los trabajadores, como para otras personas y el medio ambiente. Esta contención
se califica como “primaria” cuando está dirigida a la protección del trabajador y del medio ambiente in-
mediato en que realiza su actividad y comprende esencialmente las medidas de buenas prácticas en los
procedimientos utilizados, el uso de equipos de trabajo seguros y en los casos posibles la inmunización
del personal.
La contención “secundaria” es la referida a la protección del medio ambiente exterior del lugar de trabajo
mediante el buen diseño de la instalación, los procedimientos y técnicas seguras y los equipos que garan-
ticen seguridad. Estos aspectos son esenciales considerarlos cuando se evalúa el riesgo del lugar de tra-
bajo y se determinan las medidas de contención necesarias, especificando las prácticas y procedimientos
destinados a minimizar o eliminar las exposiciones a estos factores de riesgo.
b) Organización de la prevención en Seguridad Biológica.
En la actualidad en todos los países existe la legislación referida a la Seguridad Biológica, donde en gene-
ral se establece la obligatoriedad a las entidades laborales que poseen estos riesgos de mantener condi-
ciones de trabajo adecuadas y establecer un reglamento o programa de prevención. En la prevención de
estos riesgos se hace indispensable contar con un Programa de Seguridad Biológica en cada centro de
trabajo en los que se determine la existencia de riesgo, debiendo el mismo incluir los elementos esencia-
les mostrados en la figura 2 para garantizar su efectividad.
En nuestro país la resolución 8 del 2000 del Ministerio de Ciencia Tecnología y Medio Ambiente establece
el “Reglamento general de seguridad biológica para las instalaciones en las que se manipulan agentes
biológicos y sus productos, organismos y fragmentos de estos con información genética”. En la misma se
responsabiliza a los organismos y empresas que cuentan con instalaciones de este tipo a establecer los
programas y determinar funcionarios responsables de su ejecución y control. Por tanto en el Ministerio
de Salud Pública y sus instituciones a las diferentes instancias, tiene que existir un funcionario dedicado a
controlar la actividad. En la misma resolución, su artículo 4 establece lo siguiente:
Los titulares de las entidades que tengan a su cargo instalaciones en las cuales se haga uso de agentes
biológicos, sus productos, organismos y fragmentos de éstos con información genética, deberán crear
estructuras que atiendan los aspectos relacionados con la seguridad integral de las mismas, realizando,
entre otras, las funciones asesoras siguientes en materia de seguridad biológica:
a). discutir los problemas relacionados con la seguridad biológica que se planteen en cada período, así
236
como la prioridad para su solución, recomendando a la dirección de la instalación las acciones nece-
238
instalaciones.
Riesgo de propagación
No Poco probable Si Si
colectiva
Profilaxis o tratamiento - Si Si No
Esta clasificación que ya vimos anterioriormente determina 4 grupos de agentes biológicos de acuerdo
con el grado de peligro que presentan, siendo su peligrosidad ascendente, tal y como puede observarse
en la tabla 3, la cual proviene de una publicación del CDC de Atlanta y es aceptada internacionalmente.
En Cuba la clasificación oficial establecida es similar respecto a los agentes que afectan a las personas y al
ambiente, encontrándose establecida en la Resolución Nº 42/1999 del CITMA, que los clasifican en:
• Grupo I: Escaso riesgo individual y comunitario, siendo muy poco probable que causen enfermeda-
des en trabajadores saludables.
• Grupo II: Presentan riesgo individual moderado y comunitario limitado, pueden causar enfermeda-
des, pero normalmente no constituyen un riesgo serio para el trabajador saludable, la comunidad y
239
el medio ambiente.
• Grupo III: Representan un riesgo individual elevado y comunitario bajo; suelen provocar enfermeda-
des graves, no propagándose de ordinario de una persona infectada a otra, pero usualmente existen
medidas profilácticas y tratamiento específico eficaz.
• Grupo IV: Presentan un elevado riesgo individual y comunitario; suelen provocar enfermedades gra-
ves en las personas, pudiendo propagarse fácilmente de un individuo a otro directa o indirectamen-
te; usualmente no existen medidas profilácticas ni tratamiento específico eficaz. Son exóticos para el
territorio nacional.
b) El grado de exposición que puede presentar el trabajador en la actividad que realiza (figura3). Este
aspecto se determina partiendo de dos posibles situaciones que se presentan en las diferentes acti-
vidades.
Existen situaciones en las que no existe una intención deliberada de manipular o utilizar agentes biológicos,
pero que pueden existir en el ambiente o en las personas, animales o muestras que se manipulen. Este es
el caso de los trabajos con animales o personas supuestamente sanos durante la atención en las consultas
o ingresados en los que se desconoce si le pueden trasmitir al trabajador una infección por un agente bio-
lógico. En estos casos aunque estamos ante la presencia de “incertidumbre”, sin lugar a dudas el peligro es
menor, pero es más difícil llegar a un criterio de certeza, no obstante siempre que se cumplan con las bue-
nas prácticas durante las operaciones de trabajo, podemos garantizar la seguridad de los trabajadores.
Otra situaciones que se presentan son aquellas en las que si existe la intención deliberada de manipular
estos agentes, como son los casos de los laboratorios o procesos industriales en los que se trabaja con los
mismos. En estas situaciones la exposición es fácil de determinar el riesgo y por supuesto se deben tomar
todas las medidas de contención establecidas para el grupo de riesgo al que pertenece el agente.
240
LA GESTIÓN Y VIGILANCIA DE RIESGOS OCUPACIONALES
Esta evaluación como en todos los procedimientos de este tipo consta de 3 etapas como podemos apre-
ciar en la figura 4, la identificación, la medición y la evaluación, presentándose en este caso dificultades
en ocasiones para poder efectuar las mediciones y en el caso de la valoración la inexistencia de límites
admisibles en el ambiente laboral. De forma similar a la exposición por agentes químicos, la vía inhalato-
ria, en este caso de “bioaerosoles”, es la situación de riesgo más habitual.
Identificación del riesgo.
En esta etapa hay que comenzar con la búsqueda mayor de información tanto del agente biológico al que
se le atribuye la exposición, como de la tecnología empleada en el manejo del mismo.
Lo más importante es identificar y clasificar el agente biológico presente, ya que esto determina de acuer-
do con su grupo de nivel de riesgo, las medidas de contención que deben ser aplicadas en el lugar de
trabajo. Existen tablas internacionalmente donde están clasificados estos agentes por grupos de riesgo y
las posibles medidas de contención.
Sobre la información necesaria para la evaluación del riesgo biológico, se debe determinar en cada situa-
ción analizada las características de esta en cuanto a:
• La patogenicidad del agente infeccioso o la sospecha de que puede ser infeccioso, incluyendo la
incidencia y la gravedad de la enfermedad
• La posible vía de transmisión, cuando exista duda sobre cualquiera de las posibles vías, se asume ésta
como posible y sobre todo en el caso de la vía inhalatoria, que como se conoce es la más habitual en
los casos estudiados.
• La estabilidad del agente es un aspecto que considera la posible formación de esporas y la posibili-
dad del agente para mantenerse durante largo tiempo en el ambiente.
• La dosis infecciosa mínima del agente (virulencia) para considerar la posibilidad de causar la infec-
241
ción, estas dosis pueden variar de una a miles de unidades.
• La concentración de organismos infecciosos por unidad de volumen, así como el volumen o cantidad
del concentrado, aspecto importante porque influye en la forma de manipulación.
• El origen del material potencialmente infeccioso también representa un elemento a considerar, ya
que puede provenir de fuentes seguras o dudosas.
• La disponibilidad de investigaciones tanto en animales como en personas que ofrezcan información
de utilidad relacionados con el factor de riesgo y los posibles efectos.
• La disponibilidad de una profilaxis eficaz o el tratamiento ante casos de enfermos que pudieran ocu-
rrir.
• La experiencia y del nivel de capacitación del personal que se encuentra expuesto al factor de riesgo.
• La descripción de las operaciones que se realizan en el proceso de trabajo y otras posibles formas de
ejecutarse.
• La situación de salud que presentan los trabajadores expuestos.
A esta parte, en ocasiones el prevencionista no le atribuye la importancia que posee, siendo esencial para
poder alcanzar resultados objetivos sobre una situación dada.
Después de conocer a profundidad las características de la situación es que debemos realizar la visita de
inspección al lugar de trabajo, e identificar en la realidad los puestos de trabajo en los que el factor de
riesgo está presente y suponemos existe exposición. En este momento poseemos los elementos para
poder definir la necesidad de realizar mediciones en los casos que se requiera.
Medición del Contaminante.
Esta etapa comprende la toma de la muestra, el cultivo y conteo de colonias y la identificación del agente.
La técnicas de toma de muestra para la evaluación de estos microorganismos dependerán del medio en
que se desea determinar, ya sea en las superficies del lugar, materias primas, medios biológicos, agua, ali-
mentos, o aire. En nuestro caso nos referiremos al muestreo en superficies y aire, ya que en el resto de los
medios están perfectamente descritas sus técnicas por otras especialidades de la salud. En otro apartado
del tema trataremos sobre las diferentes técnicas posibles a utilizar.
Una vez conocido el nivel de contaminación y el tipo de microorganismos presentes poseeremos un dato
que nos ofrece información de gran importancia para tomar una decisión más acertada. Debemos recor-
dar que este paso no es imprescindible en el procedimiento de la evaluación.
Evaluación de los resultados.
Esta etapa es la más difícil, ya que consiste en hacer el análisis tanto de toda la información obtenida y
con los elementos observados en los lugares y puestos de trabajo con posible exposición, determinar el
nivel de riesgo (1 – 4) existente en cada lugar y en consecuencia las medidas de contención exigidas para
poder mantenerse en un ambiente de trabajo seguro.
La evaluación se efectuará analizando la totalidad de la información obtenida, es particular la referida a:
• tipo, grado y duración de la exposición,
242
• clasificación del agente biológico en función de su riesgo infeccioso, así como sus características
243
Esta técnica se utiliza cuando se desea conocer la contaminación de instrumentos y muebles de trabajo,
ropa, manos, suelos, paredes y cualquier otra superficie o medio de trabajo, por contaminarse durante
su uso o para comprobar su estado, después de haber aplicado un proceso de desinfección. Consiste
en remover o limpiar con materiales apropiados por diferentes procedimientos los posibles microorga-
nismos presentes en alguna superficie de las mencionadas y proceder después a determinar el nivel de
contaminación.
Con este objetivo se emplean con mayor frecuencia los procedimientos siguientes:
• Placa de contacto. Son placas que poseen un medio de cultivo sólido en exceso para el microorganis-
mo que se desea detectar. La placa invertida se coloca sobre la superficie a muestrear, manteniéndola
inmóvil y presionada durante un tiempo.
• Frotis. Este procedimiento consiste en frotar las superficies con torundas estériles de algodón u otro
material apropiado, las cuales después se pasan por una placa que tenga un medio de cultivo sólido
o se introducen en una solución isotónica la cual después se siembra en el medio sólido.
• Lavado. Se utiliza un medio líquido con el que se lava la superficie que se está valorando y este líqui-
do después es sembrado en un medio de cultivo. Es frecuente este tipo de muestreo hacerlo para las
manos del personal, introduciendo éstas en una bolsa plástica con agua o una solución específica.
Este método es una herramienta que en la práctica permite, además de determinar la contaminación
existente, demostrar la falla en los programas de limpieza y desinfección, así como en el uso y manteni-
miento de los equipos de protección personal. Aunque no hay criterios internacionales de los niveles de
contaminación aceptables en estos casos, es de gran valor para demostrar a los dirigentes y trabajado-
res, el incumplimiento de las buenas prácticas y de los programas de limpieza. En la actualidad existen
métodos que en breve tiempo permiten brindar el resultado del muestreo y demostrar la existencia de
contaminación.
2.2.2. Muestreo del aire del ambiente de trabajo.
El principio para la ejecución de este muestreo es similar al de las sustancias químicas, en general se apli-
can diferentes procedimientos para determinar la cantidad de microorganismos en un volumen del aire.
Debemos recordar que estos agentes se trasladan mediante partículas sólidas o líquidas de aquí que los
procedimientos aplicados consistan en separar mediante un soporte adecuado estas partículas del aire
y determinar mediante las técnicas de cultivo correspondientes la contaminación existente de agentes
biológicos.
Entre los diferentes procedimientos que pueden aplicarse para este muestreo se encuentran los siguien-
tes:
a). Sedimentación. Consiste en el procedimiento más simple y empleado con mucha frecuencia, de co-
locar placas de Petri destapadas con un medio de cultivo durante un tiempo, en el ambiente que se
desea muestrear.
b). Recolección en medio líquido. En este caso el aire se hace pasar por un medio de cultivo líquido o una
solución isotónica donde quedan retenidos los microorganismos.
c). Filtración. En este procedimiento el aire pasa a través de diferentes tipos de materiales filtrantes, en el
que quedan retenidas las partículas portadoras de los microorganismos.
244
d). Impactación. Procedimiento por el cual el aire aspirado se impacta sobre un medio de cultivo sólido,
245
que estas son las instalaciones de atención sanitaria más importantes y donde mayores riesgos se pre-
sentan, no es menos cierto que en el caso de las infecciones todo el personal de cualquier instalación de
salud se encuentra expuesto a un determinado nivel de riesgo. En todas instalaciones de atención sani-
taria, la evaluación debe tener en cuenta la incertidumbre acerca de la presencia de agentes infecciosos
en pacientes, animales o en los materiales y muestras procedentes de éstos, ya que salvo los pacientes o
muestras que están identificados como infecciosas, en la mayoría de los casos se desconoce si están con-
taminados con un agente infeccioso. Esto determina que la evaluación sea más difícil, ya que es imposible
salvo excepciones asegurar con un grado de absoluta certeza que no existirá exposición. Esta situación es
válida tanto para evaluar las actividades del personal profesional y técnico como para el personal auxiliar.
Por esta razón y por la obligación legal y social que tienen las instituciones de velar por la salud y segu-
ridad de sus trabajadores, los riesgos deberán ser evaluados en cada una de las etapas que componen
la actividad y en todos los casos se aplicarán las denominadas “precauciones universales”, que implican
mantener una actitud constante de autoprotección, con hábitos de trabajo seguro, aplicando el principio
fundamental de que todas las muestras deben manipularse como si fueran infecciosas. Es fundamental
entonces priorizar el conocimiento de lo que podemos llamar las “Buenas Prácticas”, que pasan por el
principio esencial de la Bioseguridad: “No me contagio y no contagio”. Desde el punto de vista personal
es un grave error e irracional, el pensar que soy fuerte y nunca me voy a contagiar, más en el caso de los
profesionales y técnicos que tienen conocimientos en este sentido.
3.1.1. La infección hospitalaria o nosocomial.
Como ya hemos mencionado el riesgo de infectarse por agentes biológicos está presente en cualquier
institución de prestación de servicios sanitarios, aunque no es menos cierto que las mismas se caracteri-
zan por presentarse con mayor frecuencia en los hospitales. Estas infecciones han sido una preocupación
y se han estudiado por los profesionales de la medicina desde la antigüedad por el desarrollo de epide-
mias entre los pacientes ingresados en estas instalaciones. A pesar del progreso alcanzado en la salud y las
prestaciones de atención médica, no se han podido eliminar estas situaciones en el ámbito hospitalario.
Muchos factores propician la infección en los pacientes hospitalizados: la reducción de la inmunidad de
los pacientes; la mayor variedad de procedimientos médicos y técnicas invasivas, que crean posibles vías
de infección; la transmisión de bacterias fármaco resistentes en poblaciones hacinadas en los hospitales,
donde las prácticas deficientes de control de infecciones pueden facilitar la transmisión. Las infecciones
se presentan en todo el mundo y afectan tanto a los países desarrollados como a los carentes de recursos,
aunque en estos los problemas de control son más graves.
A este tipo de infecciones que se producen el ámbito hospitalario se les denomina “nosocomiales”, térmi-
no que etimológicamente procede del griego, “nosos” que significa enfermedad y “komien” que es cuidar.
Se consideran infecciones nosocomiales, todo proceso de infección ya sea local o sistémico que aparece
después de 48 horas de ingresado el paciente, durante su estadía o hasta 72 horas de haber sido dado
de alta, sin que hubiera evidencia de ella en el momento del ingreso. O sea, que son las infecciones que
pueden atribuirse a microorganismos adquiridos durante su estadía en el hospital. La OMS en su “Guía
Práctica para la prevención de infecciones nosocomiales” las define de la manera siguiente: Una infección
contraída en el hospital por un paciente internado por una razón distinta de esa infección. Una infección
que se presenta en un paciente internado en un hospital o en otro establecimiento de atención de salud
en quien la infección no se había manifestado ni estaba en período de incubación en el momento del
internado. Comprende las infecciones contraídas en el hospital, pero manifiestas después del alta hospi-
talaria y también las infecciones ocupacionales del personal del establecimiento. En la figura 5 se puede
246
observar las infecciones más comunes detectadas en Francia en instituciones de salud.
247
se pueden ejecutar dos tipos diferentes de procedimientos, que implican peligros y medidas diferentes.
Estos pueden clasificarse en:
Los procedimientos no invasivos, o sea aquellos que no penetran piel, mucosas o cavidades del paciente
y por tanto su riesgo es ínfimo, como puede ser el control de signos vitales y algunas curaciones.
Los procedimientos invasivos, en los que se penetran piel, mucosas o cavidades y que implican el riesgo
de contaminación, entre los que tenemos, la administración de medicación parenteral, el cateterismo, la
aplicación de sondas, las punciones venosas, curaciones de heridas abiertas y otros.
En el caso de Cuba el desarrollo social de la Salud Pública, la universalización de estos servicios y la aplica-
ción en el nivel de atención primaria, de muchos procedimientos que antes eran exclusivos de la atención
médica secundaria y terciaria y la instauración del ingreso domiciliario, llevan a considerar estos princi-
pios de bioseguridad y las precauciones para evitar la transmisión de infecciones, como un elemento a
priorizar en el cuidado de la salud de sus trabajadores. En la atención primaria aunque los procedimientos
más utilizados son de baja complejidad, se emplean con mayor frecuencia, por lo que su probabilidad de
trasmitir una infección se incrementa cuando no se ejecutan correctamente. Recordemos que la mejor
defensa para eliminar la cadena de transmisión de las infecciones es reforzar la “asepsia”.
3.1.2. La prevención de la infección nosocomial.
La prevención de las infecciones nosocomiales constituye una responsabilidad de todos los jefes de los
servicios e instituciones proveedores de atención de salud. Todos deben trabajar en cooperación para
reducir el riesgo de infección de los pacientes y del personal. Los sistemas de salud deben establecer pro-
gramas de vigilancia y prevención de estas infecciones tanto a nivel nacional como territoriales, dirigién-
dose las actividades fundamentales hacia los hospitales, aunque en todas las instituciones de atención
deben ser controladas estas situaciones. Cada institución de salud deberá preparar un plan de trabajo
anual para evaluar y promover una buena atención de salud, aislamiento apropiado, esterilización y otras
prácticas, capacitación del personal y vigilancia epidemiológica, que permita prevenir estas infecciones.
En los hospitales en particular debe existir un “Comité de Control de Infecciones”, que debe tener una am-
plia representación multidisciplinaria, de quienes deben participar en la vigilancia y control del programa
establecido para evitar que se produzcan brotes de enfermedades.
3.1.3. El sistema de vigilancia de la infección nosocomial.
La tasa de incidencia de infecciones nosocomiales en los pacientes de un establecimiento determinado
es un indicador de la calidad y seguridad de la atención. El establecimiento de un sistema de vigilancia
para supervisar esa tasa es un primer paso indispensable para conocer los problemas y prioridades loca-
les y evaluar la eficacia de la actividad de control de infecciones.
En toda institución de salud no basta con tener establecido un sistema de vigilancia pasivo, en el que
sólo se manejen las informaciones que se reportan por los procedimientos normales del hospital, esto en
general tiene poca sensibilidad y se recomienda establecer un sistema de vigilancia activa.
La vigilancia necesita para ser efectiva, además del comité ya mencionado, la existencia de un especialista
idóneo que asuma estas funciones, de forma que pueda analizar sistemáticamente la información de las
tasas de morbilidad y mortalidad de la institución, verifique los procedimientos de trabajo establecidos,
oriente la capacitación del personal, realice estudios de prevalencia e incidencia, etc. En resumen que sea
el delegado de la “dirección” en estas funciones y que proponga a la misma y al comité las intervenciones
y estudios necesarios para evitar o controlar las causas o factores de riesgo capaces de generar las infec-
248
ciones.
249
Ahora vistos estos elementos básicos, podemos describir en que consisten las “precauciones universales”
en las instituciones de salud. Como ya expresamos, en la mayoría de las ocasiones los trabajadores de la
salud desconocen en determinados servicios o cuando están aplicando un procedimiento, si se encuen-
tran expuestos a un riesgo biológico. Por tanto, ante la “incertidumbre” y basados en el principio, que
“todos los pacientes y sus fluidos corporales independientemente del diagnóstico de ingreso o motivo
por el cual haya entrado al hospital, clínica, u otra institución de salud, deberán ser considerados como
potencialmente infectantes y se deberán tomarse las precauciones necesarias de prevención para evitar
la transmisión”, se proceden a establecer las precauciones universales. Con esto estamos expresando, que
el trabajador de la salud debe asumir que cualquier paciente puede estar infectado por algún agente
transmisible y que por tanto, debe proceder a protegerse, actuando de acuerdo con las medidas preven-
tivas establecidas y con los medios adecuados.
¿Qué se entenderá por precauciones universales? Se entienden como Precauciones Universales al con-
junto de técnicas y procedimientos destinados a proteger al personal que conforma el equipo de salud
de la posible infección con ciertos agentes biológicos, principalmente Virus de la Inmunodeficiencia Hu-
mana, Virus de la Hepatitis B, Virus de la Hepatitis C, entre otros, durante las actividades de atención a pa-
cientes o durante el trabajo con sus fluidos o tejidos corporales, constituyendo la estrategia fundamental
en la prevención del riesgo laboral para todos los microorganismos vehiculizados por la sangre.
Su principio básico es que la sangre y otros fluidos corporales deben considerarse potencialmente infec-
ciosos.
Podemos observar que aunque estas medidas estuvieron dirigidas a los problemas que más se presen-
taban en los servicios de salud, respecto al VIH y la Hepatitis, son válidas para cualquier agente biológico
presente en el ambiente laboral, ya que como veremos al describirlas, lo que implican es mantener una
actitud constante de autoprotección, con hábitos de trabajo seguros, aplicando el principio fundamental
de que todas las muestras deben manipularse como si fueran infecciosas.
3.2.1. Fluidos corporales potencialmente infectantes.
Se consideran como fluidos corporales potencialmente infectantes los siguientes:
• Sangre
• Semen
• Secreción vaginal
• Leche materna
• Líquido cefalorraquídeo
• Líquido sinovial
• Líquido pleural
• Líquido amniótico
• Líquido peritoneal
• Líquido pericárdico
• Cualquier otro líquido contaminado con sangre
250
Las heces, orina, secreción nasal, esputo, vómito y saliva, no se consideran líquidos potencialmente in-
251
Se dispone en la actualidad de vacunas para muchos de los riesgos biológicos a los que están expuestos
estos trabajadores, por lo que en los casos que exista, esta deberá ser aplicada a todos los posibles ex-
puestos.
• Normas de higiene.
Estas son a nuestro criterio las más importantes para evitar que los trabajadores se contaminen, entre las
normas generales que deberán cumplirse podemos resumir las siguientes:
a). Prohibir que los trabajadores coman, beban o fumen en las zonas de trabajo en las que exista riesgo.
b). Los trabajadores utilizarán ropa de trabajo específica y se les proveerá de los equipos de protección
personal adecuados.
c). Se poseerán lugares para el aseo del personal y el depósito de la ropa y equipos de protección con-
taminados.
d). La institución facilitará los medios de aseo personal, así como el lavado y desinfección de la ropa y
equipos de protección.
e). Los trabajadores que presenten heridas o lesiones sólo podrán trabajar si las mismas pueden ser
protegidas con apósitos impermeables antes del trabajo. Cuando las lesiones no se puedan cubrir se
les situará en otro trabajo.
f ). Antes de comenzar y terminar la jornada laboral y cada procedimiento que implique contaminación,
se procederá al lavado de manos, para el cual en ocasiones es necesario productos antisépticos y
secarlas con papel desechable o corriente de aire.
g). Estará prohibido el pipeteo con la boca.
h). El trabajador no podrá salir de la zona de trabajo con ropa contaminada.
i). Otras
• Elementos de protección de barrera.
Existen procedimientos que necesitan del uso de ciertos equipos de protección personal, para impedir la
contaminación del trabajador o que este pueda trasmitir los agentes biológicos a otros pacientes o perso-
nas, entre estos medios están los gorros, espejuelos de seguridad, tapabocas, guantes, batas, delantales
y botas.
• Cuidado con los objetos punzocortantes.
Este es un factor de riesgo presente cuando se manipulan medios de trabajo que pueden causar pincha-
zos o cortes a los trabajadores, permitiendo traspasar la barrera de defensa más efectiva del organismo,
que es la piel. Por consiguiente hay que tomar todas las medidas para que estos accidentes que se pre-
sentan con frecuencia, no se produzcan durante su utilización y eliminación.
Estudios realizados han demostrado que los pinchazos están relacionados con las siguientes actividades:
recubrir las agujas con su tapa, transferir un fluido corporal de un recipiente a otro, y no eliminar debida-
mente las agujas usadas en recipientes para desechos a prueba de pinchazos.
• Esterilización y desinfección correcta de instrumentales y superficies.
252
Ante todo debemos dejar bien definido el significado de ambos términos para eliminar la posibilidad de
253
diferenciado acorde al tipo de instalación, o lo que es lo mismo, dirigido de acuerdo con el tipo de activi-
dad a que se dedica el laboratorio, si queremos determinar el grado real de riesgo.
4.1. El Riesgo en el laboratorio.
El laboratorio por la variedad, tipo y complejidad de los factores de riesgo presentes no permite generali-
zar sobre salud y seguridad. Como área especial de riesgos en las instituciones sanitarias ha sido estudia-
da por diferentes autores, los cuales han detectado la existencia de factores, técnicas y operaciones que
someten a los trabajadores a exposiciones con riesgo para la salud. En un estudio realizado en Francia
durante 4 años en 96 laboratorios encontraron que el 13.5% del personal había padecido de accidentes,
otros estudios señalan a un 20% de trabajadores con afecciones de la piel, elementos que nos orientan la
necesidad de establecer condiciones que minimicen los riesgos identificados.
El riesgo biológico es el más específico que puede observarse en estos lugares y determina cuando no es-
tablecemos los controles necesarios, un alto riesgo de adquirir cualquier tipo de infecciones, en ocasiones
con agentes de alta patogenicidad y sobre éste especialmente nos dedicaremos en este tema.
No obstante, existen otros riesgos en los laboratorios que son tan importantes como el biológico por las
consecuencias que pueden ocasionar a la salud de sus trabajadores y que deben analizarse de manera
integral, como son:
• El riesgo químico, que está presente por el manejo y utilización de productos nocivos capaces de
causar intoxicaciones y accidentes si no se manipulan en condiciones de seguridad.
• Los riesgos físicos que están generados por los diferentes medios de trabajo que la tecnología mo-
derna ha incorporado a estos servicios. Los aparatos mecánicos, los utensilios cortantes y puntiagu-
dos, el calor, las mezclas explosivas, la alta presión, la electricidad, las radiaciones electromagnéticas,
los ruidos y vibraciones, el ultrasonido, son elementos que pueden afectar a estos trabajadores.
• Entre las prácticas que generan riesgos en el laboratorio, ya que facilitan la contaminación y exposi-
ción a diferentes factores de riesgo, en particular a los agentes biológicos, encontramos las siguien-
tes:
• El manejo de animales de experimentación.
• La generación de aerosoles y partículas infectantes por vía aérea.
• La manipulación de líquidos.
• El vertido y rotura de recipientes.
• El pipeteo.
• La apertura de ámpulas.
• La manipulación de agujas y cristalería.
• Otras.
Por último, consideramos que por manipularse sustancias químicas y biológicas de características y no-
cividades muy diversas, la existencia de diferentes niveles de exposiciones, de medios de trabajo que ge-
neran factores de riesgos físicos, el desarrollar la docencia con personal poco instruido en el desempeño
seguro y el desarrollar investigaciones para el desarrollo de nuevas técnicas y compuestos, nos permite
254
afirmar que estamos ante instalaciones con un alto nivel de riesgo.
255
en la misma identificamos los peligros existentes y las posibles medidas para su eliminación.
A continuación se enuncian elementos de tipo general que pueden colaborar a orientar al personal de los
laboratorios a identificar los factores de riesgos presentes y las medidas necesarias para trabajar con ma-
yor seguridad. Ya que en este procedimiento tiene suma importancia la participación de los trabajadores.
4.3.1. Diseño del Laboratorio
Es un aspecto básico cuando se va a elaborar el proyecto de una nueva instalación, en nuestro trabajo
nos encontramos que la mayoría de los laboratorios se encuentran prestando servicios, por lo que existen
limitaciones para aplicarse estos requisitos cuando se van a realizar remodelaciones o cambios de tecno-
logía. Sin embargo, es de suma importancia que los especialistas sean capaces de orientar al proyectista
sobre las tareas a realizar y los factores de riesgo que se van a generar. Muchas de estas instalaciones se
encuentran en locales adaptados, encontrando en ocasiones falta de condiciones de trabajo adecuadas y
en particular el hacinamiento es una causa frecuente de accidentes. Pero lo fundamental en este aspecto
es que en ocasiones invertimos recursos en estos lugares y lo hacemos sin contemplar los elementos que
garanticen el trabajo seguro, ya que en la elaboración del proyecto no participan los que trabajan en el
lugar y conocen el proceso.
4.3.2. Construcción Civil.
Las edificaciones y los locales cumplirán con los requisitos generales que faciliten el trabajo seguro y que
deben ser contemplados cuando se elaboren los proyectos de nuevas instalaciones o en las remodelacio-
nes que se ejecuten, entre los mismos se pueden mencionar los siguientes:
• La superficie de los locales debe ser mayor de 10 m2/ persona.
• Poseerán más de un acceso y los almacenes estarán separados.
• Dispondrán de campanas de extracción y/o cabinas de bioseguridad.
• La edificación tendrá una resistencia al fuego de 1 – 3 horas y se utilizarán materiales incombustibles
en techos y falsos techos.
• Los locales tendrán ventanas para la iluminación y como acceso para caso de incendio.
• Las puertas no serán de vaivén o corredizas y tendrán un visor de cristal.
4.3.3. Iluminación.
Algunos trabajos que se realizan en estos lugares necesitan de un alto grado de precisión, por lo que es
necesario contar con diseños de sistemas de iluminación natural y artificial, que permitan desempeñar
los mismos con la seguridad y la calidad requeridas. Entre las exigencias que de deben cumplir tenemos:
• Los niveles no serán inferiores a 500 lux, con una distribución homogénea y contraste adecuados.
Se aplicará iluminación suplementaria en los puestos de trabajo que lo requieran.
• Disposición cenital de las lámparas (ángulo >450), las cuales poseerán difusores.
• Eliminar el deslumbramiento y el efecto estroboscópico.
• En caso de utilización de pantallas de vídeo cumplir los requisitos establecidos para las mismas.
4.3.4. Climatización.
256
Aunque muchos de nuestros antiguos laboratorios carecen de estos sistemas, no es menos cierto que
257
• Las tomas de corriente serán suficientes para evitar el uso de extensiones y no se situarán en zonas
húmedas, corrosivas o inflamables.
• Los equipos de alto consumo estarán instalados a líneas específicas.
Por último, es importante la vigilancia de algunas señales groseras que pueden permitirnos la acción
preventiva, entre estas podemos mencionar el sobrecalentamiento, cables sin protección, tomas en mal
estado, arcos eléctricos al accionar interruptores, frecuencia de fusión de fusibles y otras, que nos alertan
de problemas en el sistema.
4.3.6. Operaciones con contaminantes químicos.
Las numerosas operaciones con sustancias químicas, generan contaminantes que pueden afectar al tra-
bajador por las diferentes vías de ingreso al organismo. Las acciones que pueden ejecutarse con la fina-
lidad de eliminar o minimizar el riesgo se pueden sintetizar en las siguientes:
• Capacitación e información del personal.
• Sustitución de sustancias.
• Descontaminación.
• Delimitación de áreas e inertización.
• Mantenimiento.
• Orden y limpieza.
• Exámenes médicos al personal.
• Control ambiental del contaminante.
El control ambiental es el método más efectivo para evitar la contaminación del aire de los locales de
trabajo, consiste en confinar el proceso o sustancia, capturar el contaminante y disponerlo sin riesgo al
ambiente. En general se logra realizando las operaciones en una campana de extracción, las cuales están
diseñadas de forma tal que las operaciones se realicen sin que el contaminante pueda alcanzar la zona
respiratoria del trabajador.
4.3.7. Almacenamiento de Productos Químicos.
Es frecuente en las visitas a los laboratorios encontrar inventarios que exceden sus necesidades. En ge-
neral lo tratan de justificar y es cierto en parte que por las limitantes a que nos somete el bloqueo en la
adquisición de estos productos, se trata de mantener una reserva. Sin embargo es una realidad que esto
incrementa el riesgo y los costos en elementos de seguridad adicionales, no justificables si redujéramos
el inventario. La seguridad en este aspecto depende de principios elementales que si se cumplen, mini-
mizamos la probabilidad de cualquier accidente. Sólo necesitamos organizar el almacenaje de forma que:
• Exista el inventario mínimo necesario.
• Establecer la separación de los productos y mantenerlos bien identificados (etiquetas).
• Mantener aislados o confinados determinados productos peligrosos.
4.3.8. Manejo de sustancias.
258
4.3.8.1. Cancerígenas, mutágenas y teratógenas.
259
• Quitar las marcas o etiquetas de los proveedores.
• Trasvasar el contenido de un balón a otro.
De extrema importancia es la vigilancia de la fecha de realización de la última prueba de presión, pues no
se deben admitir balones que no hayan cumplido con este requisito en el periodo establecido (5 años).
El almacenamiento, transporte, fijación y utilización de estos medios, violando los requisitos de seguri-
dad, es algo que puede ocasionar traumatismos y accidentes de gran envergadura, con pérdidas de vida
y daños a la propiedad, por lo que se recomienda cumplir las medidas siguientes:
• Almacenar en locales separados y bien ventilados.
• Las instalaciones eléctricas serán antideflagrantes.
• Ubicar de forma que puedan ser inspeccionados y poder eliminar cualquiera que presente escape.
• Mantenerlos en sentido vertical, con el protector de válvulas y con elementos de fijación.
• No almacenar en lugares cerca de fuentes de calor, radiaciones, ni con reactivos, grasas o materias
orgánicas.
• Transportar en carretillas designadas para estos fines.
• Los gases tóxicos se situarán bajo campana o fuera de los locales.
• Las conexiones no pueden ensuciarse con grasa, aceite o materias orgánicas cuando utilizamos ga-
ses oxidantes.
En los casos que el suministro es centralizado el riesgo es menor ya que existe un personal especializado
a tales fines.
4.3.8.4. Operaciones con materiales de vidrio.
Estas operaciones son fuentes de contaminación química o biológica cuando la rotura de estos materia-
les ocasiona un derrame en el laboratorio u ocasiona una herida al trabajador, facilitando el ingreso de la
sustancia o agente biológico al organismo. Aunque esta actividad está disminuyendo por la introducción
del plástico (irrompible), y de materiales desechables, en nuestro país y otros de características similares
continúa siendo una importante causa de accidentes, ya que el elevado costo de estos no ha permitido
su sustitución total. En las tareas de lavado de estos materiales son frecuentes los accidentes, lo cual es
posible minimizar con la revisión de los materiales y la eliminación de los defectuosos, así como, con la
utilización de guantes apropiados. Otras operaciones peligrosas son aquellas en las que se trabaja a pre-
siones positivas o negativas con equipos de vidrio, ya que pueden producirse explosiones o implosiones.
Es necesario en estos casos proceder a la revisión de los medios de trabajo buscando los defectos, utili-
zación en el montaje de las pinzas destinadas a estos fines, lubricar las partes esmeriladas, comprobar la
hermeticidad de las conexiones y proteger la instalación con mallas metálicas para caso de un accidente.
4.3.8.5. Operaciones con materiales biológicos.
En este aspecto vamos a ser más extensos, ya que el tema sobre el que estamos tratando, está dirigido
hacia la prevención del riesgo biológico y los efectos nocivos a la salud que puede tener la exposición a
estos agentes.
El trabajo con estos medios es indiscutiblemente un riesgo a la salud, ya que pueden presentarse dife-
260
rentes agentes patógenos causantes de infecciones y enfermedades. No existe en todos los laboratorios
261
• Utilización de los equipos de protección personal.
• Control de los desechos sólidos y líquidos.
• Exámenes médicos y capacitación sistemática del personal.
4.3.9. Equipos de Protección.
Aunque pudiéramos conseguir unas condiciones de trabajo que garanticen un alto grado de seguridad,
existen operaciones en que pueden suceder eventos anormales, las que exigen de la existencia de me-
dios adicionales para la protección del trabajador y de las instalaciones. Debemos enfatizar que estos
medios no pueden considerarse como la garantía de la seguridad, sino como un elemento adicional a la
misma. Mencionaremos algunos, ya que las necesidades estarán en dependencia de los procesos que se
realicen en cada lugar. Todo laboratorio debe poseer:
• Duchas de seguridad, fuentes lavaojos y armarios de seguridad.
• Medios de extinción
• Equipos de protección personal
• Vestuario y calzado de protección. (Actualmente existen desechables)
• Manos (Guantes)
• Ojos (Espejuelos y Pantallas)
• Vías Respiratorias (Equipos de respiración, máscaras y filtros)
4.4. Requerimientos de los laboratorios según su nivel de contención
Los laboratorios microbiológicos constituyen lugares de trabajo con características especiales, que sin
lugar a dudas presentan riesgos de causar enfermedades infecciosas para las personas que trabajen en
ellos o que se encuentren cerca de los mismos. Durante todo el transcurso de la historia de la microbiolo-
gía, se han contraído infecciones en los laboratorios dedicados a estos fines.
Los laboratorios como ya se ha visto, pueden clasificarse en cuatro niveles de seguridad biológica que se
estructuran siguiendo una combinación tanto de técnicas de laboratorio como de equipos de seguridad
e instalaciones. Esta clasificación es universal, fue propuesta por el CDC de Atlanta y es aceptada por la
OMS.
A continuación vamos a detallar de forma general, según el tipo de laboratorio, los requisitos que deben
cumplirse para el desarrollo de estas actividades con agentes biológicos, presentándose en las tablas 4 y
5 un resumen de las mismas.
4.4.1. Laboratorios de nivel de contención 1
Estos son los laboratorios convencionales que existen en cualquier institución de salud dedicada a la
educación o en las que se manipulen agentes biológicos que presenta un riesgo mínimo de afectar al tra-
bajador. En los mismos, el trabajo que se lleva a cabo no supone riesgo significativo de enfermedad para
un trabajador sano. En los mismos se trabaja con cepas definidas y caracterizadas de microorganismos
viables, que no se conocen como generadores sistemáticos de enfermedades en humanos adultos sanos.
No obstante, como en todos los casos deben cumplirse determinados requisitos para evitar enfermeda-
262
des y accidentes. Se recomienda en estos casos las medidas siguientes:
Prácticas especiales
• Los materiales contaminados se irán depositando en contenedores apropiados, que se deberán ce-
rrar para su traslado.
263
• Deber existir un programa de desinsectación y desratización.
Equipo de seguridad
• Normalmente no es necesario.
Instalaciones (Diseño)
• El laboratorio estará diseñado de manera que su limpieza resulte cómoda y accesible.
• Las mesas serán impermeables y resistentes a ácidos, álcalis, disolventes orgánicos y al calor mode-
rado.
• El mobiliario será robusto. Entre mesas, estanterías, armarios, cabinas y otros equipos deberá existir
espacio suficiente para permitir la fácil limpieza del laboratorio.
• El laboratorio estará provisto de un lavamanos.
• Si el laboratorio dispusiera de ventanas que se pudieran abrir, éstas deberían llevar protección frente
a la entrada de insectos.
4.4.2. Laboratorios de nivel de contención 2
Son laboratorios educativos, de diagnóstico, clínicos u otros laboratorios donde se trabaja con un amplio
espectro de agentes de riesgo moderado que se encuentran presentes en la comunidad y que están
asociados con enfermedades humanas de variada gravedad. Se recomienda en estos casos las medidas
siguientes:
Prácticas de laboratorio
264
En este grupo de laboratorios se encuentran los laboratorios de diagnóstico y de atención de salud (de
265
do se lleven a cabo técnicas con un alto riesgo de generación de aerosoles o se utilicen grandes
volúmenes o altas concentraciones de agentes infecciosos.
Instalaciones
• El laboratorio estará diseñado de manera que facilite al máximo su limpieza.
• Las mesas de trabajo serán impermeables y resistentes a ácidos, álcalis, disolventes orgánicos y al
calor moderado.
• El mobiliario será robusto y el espacio entre mesas, armarios, estanterías, cabinas y otros equipos será
lo suficientemente amplio para permitir una limpieza correcta.
• Cada laboratorio contará con un lavabo para lavarse las manos.
• Si el laboratorio posee ventanas que se puedan abrir, éstas irán provistas de una rejilla que impida la
entrada de insectos.
• Se dispondrá de autoclave para descontaminar los residuos que genere el laboratorio.
• Es aconsejable la instalación de una ventanilla de observación o un dispositivo alternativo (por ejem-
plo, cámaras) en la zona de trabajo, de manera que puedan verse sus ocupantes, así como poner de
manifiesto los accidentes e incidentes que puedan producirse.
4.4.3. Laboratorios de nivel de contención 3
Los laboratorios considerados como del Nivel de Bioseguridad 3 son aquéllos como las instalaciones clí-
nicas, de producción, investigación, educación o diagnóstico, donde se trabaja con agentes exóticos o
autóctonos con potencial de transmisión respiratoria, y que pueden provocar una infección grave y po-
tencialmente letal. Se recomienda en estos casos las medidas siguientes:
Prácticas de laboratorio
• El laboratorio debería encontrarse separado de toda actividad que se desarrolle en el mismo edificio.
• Las superficies de trabajo deben descontaminarse al menos una vez al día y después de cada derra-
mamiento de material infectado.
• Todos los deshechos líquidos y sólidos se descontaminarán antes de su eliminación.
• Está prohibido pipetear con la boca.
• En las zonas de trabajo no se puede comer, beber, fumar, tomar medicamentos o maquillarse.
• El personal debe lavarse las manos cada vez que maneje material o animales infectados y al abando-
nar el laboratorio.
• Se tomarán todas las medidas adecuadas para eliminar la producción de aerosoles.
266
LA GESTIÓN Y VIGILANCIA DE RIESGOS OCUPACIONALES
Prácticas especiales
• El responsable de seguridad e higiene del laboratorio controlará el acceso al mismo y autorizará la
entrada a personas cuya presencia sea requerida por razones del trabajo que se realiza (personal de
mantenimiento, visitantes,…).
• Cuando se estén llevando a cabo ensayos, las puertas deben permanecer siempre cerradas.
• Los materiales contaminados que han de salir del laboratorio para su descontaminación se irán de-
positando en contenedores apropiados para tal fin, los que se cerrarán al ser trasladados fuera del
laboratorio.
• Cuando en el laboratorio se encuentre material infeccioso o animales infectados, en todas las puertas
de acceso al mismo se colocará el signo de “peligro biológico” junto con cualquier requisito especial
que, para acceder al laboratorio, sea necesario (inmunizaciones, respiradores, etc.).
• Todas las actividades que estén relacionadas con la manipulación de materiales infecciosos serán
realizadas en cabinas de bioseguridad adecuada o mediante el empleo de cualquier otro equipo
capaz de brindar la protección requerida al trabajador.
• Las superficies de trabajo de las cabinas y otros equipos de seguridad se descontaminarán una vez
que el trabajo con el material infectado haya concluido. Puede ser de utilidad el empleo de materia-
les desechables especiales para cubrir determinadas superficies.
267
• Se llevará a cabo un programa de desinsectación y desratización.
• Deberá llevarse ropa de uso exclusivo en el laboratorio y nunca la ropa de calle. Esta ropa de trabajo
será descontaminada antes de ser lavada.
• Se tendrá especial cuidado en evitar la contaminación a través de la piel, por lo que es imprescindi-
ble el empleo de guantes cuando se manejen animales infectados o cuando sea imposible evitar el
contacto con material infectado.
• En el laboratorio no se permite la presencia de plantas o animales no relacionados con el trabajo que
se desarrolla.
• Todo el material de desecho debe ser descontaminado antes de su eliminación.
• Las tomas de vacío deberán estar protegidas con filtros HEPA y los sifones deberán descontaminarse.
• Las jeringuillas y agujas hipodérmicas, que se empleen para la inoculación parenteral y aspiración de
fluidos de animales así como para la aspiración de contenedores, deberán ir provistas de protectores.
Es preferible el empleo de jeringuillas que lleven la aguja incorporada. Al manejar estos elementos
se pondrá un cuidado especial en evitar la auto inoculación así como la producción de aerosoles. Las
jeringuillas usadas se desecharán en envases apropiados que serán descontaminados en autoclave.
• Los derrames o accidentes que traigan como consecuencia una potencial exposición al material in-
fectado deberán ser inmediatamente comunicados al responsable de seguridad e higiene.
• De todo el personal que trabaje en el laboratorio se deberá hacer una vigilancia de la salud que
incluya toma anual de sangre o con la periodicidad que lo requiera el tipo de trabajo que se realice.
• Se dispondrá de un Manual de Seguridad Biológica.
Equipo de seguridad
• En todas las actividades que impliquen manejo de material infectado, con peligro de producción de
aerosoles, se deberán emplear cabinas de seguridad biológica u otros equipos de seguridad apro-
piados.
• El laboratorio deberá estar separado de las zonas donde no exista restricción a la entrada de personal.
Para acceder al mismo desde los pasillos u otras zonas contiguas es conveniente el paso a través de
una doble puerta. La separación del laboratorio del resto de instalaciones también puede efectuarse
mediante salas, como vestuarios, que contengan duchas, esclusas,…
• Las superficies de paredes, suelos y techos deben ser impermeables y de fácil limpieza. Cualquier
canalización o entrada de tuberías a través de cualquiera de estas superficies irá cubierta de manera
que se pueda efectuar la descontaminación del laboratorio en las condiciones adecuadas.
• Las mesas serán impermeables y resistentes a ácidos, álcalis, disolventes orgánicos y al calor mode-
rado.
• El mobiliario será robusto. Entre mesas, estanterías, armarios, cabinas y otros equipos deberá existir
espacio suficiente para permitir la fácil limpieza del laboratorio.
• Cada laboratorio dispondrá de un lavamanos. Este será del tipo que se pone en funcionamiento con
un pedal, con el codo o automáticamente, y estará situado cerca de la puerta de salida del laborato-
268
rio.
269
de nivel 4. Cuando se vaya a salir del laboratorio, esta ropa se introducirá en una caja hermética de
transporte que se descontaminará antes de ser llevada al exterior.
• El símbolo universal de “peligro biológico” estará situado en la puerta de entrada. En los casos ne-
cesarios, se indicará además el tipo de agente biológico que se maneja, así como la identificación y
modo de localización del responsable de seguridad e higiene, y también la necesidad de emplear
determinados equipos de seguridad adicionales.
• El suministro de materiales se realizará a través de autoclave de doble puerta, esclusa o cámara de
descontaminación superficial.
• Se llevará a cabo un programa de desinsectación y desratización.
• Materiales tales como plantas, animales o ropa, no relacionados con el experimento, están totalmen-
te prohibidos en el área de trabajo.
• Lo descrito anteriormente para otros niveles, en cuanto al uso de jeringuilla y agujas hipodérmicas,
es aplicable en este caso, con la salvedad de que, siempre que la técnica lo permita, se preferirán
cánulas a agujas.
• Se instalará una ventanilla de observación o un dispositivo alternativo (por ejemplo, cámaras) en la
zona de trabajo, de manera que puedan verse sus ocupantes, así como poner de manifiesto los acci-
dentes e incidentes que puedan producirse.
Equipos de seguridad
• Todas las manipulaciones que se lleven a cabo en el laboratorio se efectuarán en cabinas de clase III o
en cabinas de clase II en combinación con trajes autónomos de respiración asistida y presión positiva
en el interior.
Instalaciones
• Un laboratorio de máxima seguridad, P-4 o de nivel de contención 4, puede considerarse tanto una
instalación independiente como parte de una zona claramente demarcada dentro del edificio gene-
ral. Se requieren vestuario de entrada y de salida con duchas. Para aquellos materiales que no pue-
dan pasar a través de los vestuarios, es imprescindible contar con autoclave con doble puerta, o una
esclusa o cámara de descontaminación superficial.
• Las paredes, techos y suelos estarán construidos de manera que formen una “cámara” sellada que
facilite la descontaminación y no permita la entrada de insectos o roedores. Las superficies internas
de esta cámara serán resistentes a los productos químicos, de manera que sea posible la limpieza y
descontaminación por la vía más conveniente para cada caso. Todas las conducciones que penetren
en el laboratorio irán cubiertas. Todos los desagües estarán conectados directamente con el sistema
de descontaminación de desechos. La salida del aire debe ser a través de un filtro HEPA.
• Se evitarán las juntas en las mesas de trabajo y sus superficies serán impermeables y resistente a
ácidos, álcalis, disolventes orgánicos y al calor moderado.
• El espacio que se deje con las paredes será el suficiente como para permitir una limpieza fácil y eficaz.
• Cerca de la puerta de salida se dispondrá de un lavamanos automático o accionado por pedal o con
el codo.
270
• Si existe un sistema centralizado de vacío debe serlo a través de filtros HEPA; otros servicios que se
271
Medidas de protección suplementarias para agentes del grupo 2
El trabajo con agentes biológicos del grupo 2 requiere que se manejen en laboratorios o instalaciones,
como mínimo, de nivel de contención 2. En este sentido el trabajo con estos agentes se podría realizar
directamente sobre el banco de pruebas o mesa de trabajo, teniendo cuidado de reducir al máximo la
producción de aerosoles, recomendándose, para operaciones en que esta producción sea probable (agi-
tación vigorosa, disrupciones con ultrasonidos,…), cabinas de bioseguridad o equipos similares.
Sin embargo, hay patógenos de este grupo que han sido la causa de serias infecciones como consecuen-
cia de operaciones en apariencias tan simples como realizar suspensiones de serotipos o simplemente
abrir una centrífuga. Se sabe además que algunos agentes de este tipo son infectivos a través de mucosas
aparentemente intactas o por contacto con la piel y con dosis infectivas bajas, por lo que parecen justifi-
cadas unas medidas de control adicionales a aquellas que generalmente se aplican para la mayoría de los
agentes del grupo 2. En estos casos sería recomendable un nivel de contención superior, para lo que se
debe establecer el uso obligatorio de guantes y cabinas de seguridad biológica clase II, en cualquier tarea
que pueda suponer formación de aerosoles.
272
LA GESTIÓN Y VIGILANCIA DE RIESGOS OCUPACIONALES
En las tablas 4 y 5 se resumen las exigencias establecidas para cada tipo de laboratorio.
273
prevención del riesgo laboral en cualquier laboratorio o institución de salud u otro sector para todos los
microorganismos vehiculizados por la sangre u otros medios biológicos.
Basados en el principio que la sangre y otros fluidos corporales deben considerarse potencialmente in-
fecciosos, aceptaremos que en las instituciones de salud no existen pacientes de riesgo sino maniobras o
procedimientos de riesgo, por lo que se han de adoptar las medidas preventivas establecidas en las ma-
niobras o procedimientos en los que exista la posibilidad de contacto con la sangre y/o fluidos corporales,
así como cualquier otro medio que pueda causar la infección de los trabajadores, pacientes o las personas
de la comunidad.
No obstante ya hemos establecido que la prevención ante cualquier exposición a un factor de riesgo es
similar, por lo que enunciaremos algunas de las prescripciones generales que un inspector debe controlar
en sus visitas a estas instalaciones y que proporcionan mantener niveles de protección adecuados tanto
para el trabajador como para otras personas y el medio ambiente.
Sobre la fuente
a). Selección de equipos y diseños adecuados para los diferentes procedimientos
• centrifugación
• cabinas de seguridad biológica
• sistemas de aspiración mecánica
• normas para transporte de muestras (recipientes)
• tratamiento y eliminación de desechos (esterilización, desinfección e incineración)
b). Sustitución - técnicas de ingeniería genética
c). Modificación del proceso - mecanización por manipulación de abonos.
d). Encerramiento del proceso - cabinas de seguridad
e). Descontaminación - autoclave, desinfección química
Sobre el medio
a). Orden y limpieza
b). Locales adecuados (espacio)
c). Ventilación por dilución (filtros HEPA 99.99% - 0,3 nm-µm)
d). Control de vectores
e). Descontaminación
f ). Eliminación de desechos
g). Controles ambientales
Sobre el trabajador
a). Formación e información
b). Acceso a locales
274
c). Limitar el número de expuestos
275
Existen diferentes tipos de CSB lo que está determinado por el nivel de seguridad o tipo de protección
que se desea alcanzar. Es importante seleccionar el tipo de CSB adecuado para el objetivo y la actividad
correspondiente, ya que si escogemos un tipo inadecuado, podríamos estar limitando la protección o
incrementando los costos. Por consiguiente podemos
Afirmar que para seleccionar el tipo de CSB debemos considerar los criterios generales siguientes:
• Riesgo que entraña el agente.
• El tipo de técnicas empleadas y la posible generación de aerosoles.
• Necesidad de proteger el trabajo experimental o productivo.
• Cuando se manipulan agentes de tipo 3 y 4 los niveles de contención requeridos sólo se logran
con cabinas clase III
En la tabla 6 se orientan los tipos de CSB más adecuados al tipo de protección que se desea.
Es importante expresar que toda campana, independientemente de su clase, debe poseer filtros de alta
eficiencia (HEPA), los que permiten retener el 99.97% de las partículas de hasta 0,3µm de diámetro y el
99.99% de las mayores, lo que garantiza que el aire que sale de las mismas carece de microorganismos y
por tanto no contamina el ambiente. Estos filtros cuando se aplican a la salida del aire que se dirige a las
superficie de trabajo, evita se contaminen los materiales y el producto del trabajo, denominándose como
flujo laminar
CSB - Clase I
Este tipo es el más sencillo, es muy similar a las campanas de los laboratorios de química, con la diferencia
que posee un filtro HEPA en la salida de aire al ambiente. El aire exterior penetra por la abertura frontal
a una velocidad no menor de 0.38 m/s, barriendo la superficie de trabajo y alejando el posible aire con-
taminado de la zona respiratoria del trabajador hacia el conducto de extracción, por donde se evacua al
exterior a través de un filtro.
276
LA GESTIÓN Y VIGILANCIA DE RIESGOS OCUPACIONALES
Este tipo de diseño por ser el más sencillo y económico se utiliza con frecuencia, brinda protección perso-
nal y ambiental, pero no protege a los materiales o productos elaborados. Suele emplearse también para
el trabajo con radionucleidos y sustancias químicas volátiles.
En síntesis las CBS – Clase I, tienen las características siguientes:
• No previene la exposición por contacto, ni garantiza la protección del producto
• El aire se introduce por abertura frontal y es extraído al 100% pasando por un filtro de alta efi-
ciencia (HEPA).
• La abertura no debe ser superior a 20 cms., con una velocidad del aire en dicha área superior a 0,4
m/s, preferentemente 0.5 m/s. La velocidad admitida será aquella que no afecte las actividades,
ya que cuando es muy grande afecta fundamentalmente el encendido de los mecheros.
CSB - Clase II
Según se fueron desarrollando las actividades con agentes biológicos y los controles de calidad, se llegó
a considerar la necesidad de proteger a los materiales o productos, de la contaminación del aire prove-
niente del exterior del local, para lo que se diseño este nuevo tipo de CSB. Esta clase se divide en cuatro
tipos y difieren de la clase I en que sólo permiten que entre en contacto con la superficie de trabajo aire
que previamente ha sido filtrado. Las mismas pueden utilizarse en trabajos con agentes biológicos de los
grupos 2, 3 y 4, pero en estos últimos, sólo en caso que se utilicen trajes presurizados.
277
En estas CSB el ventilador interno (F) succiona aire del local a través de la abertura frontal obligándolo a
pasar por la rejilla delantera de la cámara. La velocidad mínima exigida en la abertura frontal deberá ser
de 0,38 m/s, aunque por la experiencia preferimos que sea algo mayor. El aire aspirado pasa por un filtro
HEPA (E) y desciende hacia la superficie de trabajo, dividiéndose antes de llegar a la misma en dos partes
que son aspiradas por las rejillas de extracción delantera y trasera, por lo que cualquier contaminante
generado en la zona de trabajo será capturado por estas corrientes descendentes. Del aire aspirado por
el ventilador el 70% se vuelve a circular a la cámara a través del filtro y el 3% restante se elimina. En estas
CSB también puede como en el caso del tipo 1 ser utilizada en trabajos con radionucleidos o sustancias
químicas.
Las características generales de estas CBS se pueden sintetizar para su identificación y control en las si-
guientes:
• Se desarrollaron para proteger a los trabajadores y a los materiales.
• El número de ventiladores es variable.
• No previenen del contacto
Tipo A
• 70% de aire recirculado
278
• Velocidad minima frontal 0,4 m/s
Protege, tanto a los trabajadores como al producto y al ambiente, son cerradas herméticamente y ven-
tiladas a prueba de gases. Las operaciones que se realizan en la misma se hacen a través de guantes de
goma. La CBS funciona a presión negativa y tanto el aire que ingresa a la misma como el de salida es fil-
trado mediante filtros HEPA, en algunos casos en el aire que se descarga al ambiente, después del filtrado
se aplica una incineración.
La cámara debe tener una caja de paso que pueda esterilizarse y vaya equipada con una salida de aire
provista de un filtro HEPA. Puede ir conectada a una autoclave de doble puerta en la que se descontami-
nará todo el material que entre o salga de la cámara.
Las características generales de estas CBS se pueden sintetizar para su identificación y control en las si-
guientes:
• Ofrece el grado máximo de protección.
• Herméticamente sellada.
279
• Aire inyectado del exterior o del local es filtrado.
• Se extrae el 100 del aire que es filtrado mediante 2 filtros HEPA en serie.
• Tiene caja de paso, conectada en ocasiones a un autoclave.
5.3. La desinfección y esterilización.
En la aplicación de las medidas de protección o bioseguridad en laboratorios u otras instalaciones con
riesgos de infección, conocer los elementos referentes a la desinfección y esterilización es fundamental,
pues estas acciones son esenciales para la protección de los trabajadores, el ambiente y los materiales
y productos que en las mismas se manipulan. Sin embargo, antes de introducirnos en este campo, es
importante comprender la importancia del principio de la limpieza previa, ya que ésta es un requerimien-
to esencial para que pueda lograrse una desinfección o esterilización adecuada. Hay que tener siempre
presente que los objetos sucios no pueden desinfectarse o esterilizarse rápidamente y en ocasiones de-
terminan una mala calidad en los resultados de estos procesos.
En la esfera de de la desinfección y la esterilización son utilizados con frecuencia muchos términos que
deben ser del conocimiento de quienes participan en la práctica de estas actividades, por lo que a conti-
nuación enunciaremos las que consideramos más importantes.
Desinfección – Procedimiento que tiene como objetivo eliminar la posibilidad de causar una infección,
utilizando un medio físico o químico capaz de destruir los gérmenes nocivos, pero no necesariamente
esporas. O sea, que la desinfección es un proceso físico o químico que extermina o destruye la mayoría de
los microorganismos patógenos y no patógenos, pero rara vez elimina las esporas
Desinfectante – Sustancia o mezcla de sustancias químicas utilizada para destruir los microorganismos,
pero no necesariamente las esporas. Los desinfectantes suelen aplicarse a superficies u objetos inanima-
dos.
Descontaminación – Cualquier proceso utilizado para eliminar o matar los microorganismos, aunque
también se utiliza para referirse a la eliminación o neutralización de sustancias químicas y materiales
radioactivos.
Esterilización - Proceso que destruye todas las formas de microorganismos, incluso las bacterias vegeta-
tivas y las que forman esporas, los virus lipofílicos e hidrofílicos, los parásitos y hongos que se presentan
en objetos inanimados. Por tanto, con la esterilización se produce la destrucción de todos los gérmenes,
incluidos esporas bacterianas, que pueda contener un material.
5.3.1. Limpieza del material de laboratorio
La limpieza previa es fundamental para conseguir una correcta desinfección o esterilización. Muchos pro-
ductos germicidas sólo son activos sobre material previamente limpio. La limpieza previa debe llevarse a
cabo con cuidado para evitar la exposición y posible infección con los agentes infecciosos.
La limpieza consiste en la eliminación de suciedad, materia orgánica, manchas y cualquier elemento que
pueda observarse en las superficies o medios de trabajo. Incluye el cepillado, la aspiración, el desempol-
vado en seco, el lavado o el fregado con un paño y agua con jabón o detergente. La suciedad, la tierra y la
materia orgánica pueden albergar microorganismos e interferir con la acción de las sustancias utilizadas
en descontaminación (antisépticos, germicidas químicos y desinfectantes).
Esta demostrada la importancia de realizar la limpieza previa de las superficies y medios de trabajo, re-
280
moviendo los microorganismos y la suciedad, como elemento para lograr la efectividad de los procesos
281
para el uso de desinfectantes deben cumplir con las especificaciones del fabricante.
Normalmente no se necesita recurrir a germicidas químicos para la limpieza ordinaria de suelos, paredes,
equipo y mobiliario, aunque en determinados casos de control de brotes pueden aplicarse.
5.3.3. Sustancias empleadas como germicidas en la desinfección
A continuación se ofrecerá la información genérica sobre los diferentes productos de mayor utilización en
estos procedimientos y que pueden ser una guía a emplear de forma general para establecer las normas
de operación específicas en cualquier instalación que presente riesgos de infecciones por agentes bioló-
gicos. Hay que insistir en el uso correcto de estas sustancias es determinante en la seguridad en el lugar
de trabajo y al mismo tiempo reducirá el riesgo que suponen los agentes infecciosos.
Cloro (hipoclorito sódico)
El cloro, oxidante de acción rápida, es un germicida químico de uso muy extendido y de amplio espectro.
Normalmente se vende en forma de lejía, una solución acuosa de hipoclorito sódico (NaOCl) que puede
diluirse en agua para conseguir distintas concentraciones de cloro libre.
El cloro, especialmente en forma de lejía, es sumamente alcalino y puede ser corrosivo para los metales.
Su actividad se ve considerablemente reducida por la materia orgánica o la bio carga de los objetos. Las
soluciones madre o de trabajo de lejía almacenadas en recipientes abiertos, particularmente a tempera-
turas elevadas, liberan cloro gaseoso con lo que se debilita su potencial germicida. La frecuencia con la
que deben prepararse nuevas soluciones de trabajo de lejía depende de su potencia inicial, del tamaño y
el tipo de los recipientes (por ejemplo, con o sin tapa), de la frecuencia y el tipo de uso, y de las condicio-
nes ambientales. A título de orientación general, las soluciones que reciban materiales con gran cantidad
de materia orgánica varias veces al día, deben cambiarse al menos diariamente, mientras que aquellas
que se usan con menos frecuencia pueden durar hasta una semana.
Como solución desinfectante general para toda clase de trabajos de laboratorio se utilizará una con-
centración de 1 g/l de cloro libre. En caso de derrame que conlleve un peligro biológico y en presencia
de grandes cantidades de materia orgánica, se recomienda utilizar una solución más concentrada, que
contenga 5 g/l de cloro libre.
Las soluciones de hipoclorito sódico, como la lejía de uso doméstico, contienen 50 g/l de cloro libre y por
tanto deben diluirse a razón de 1 : 50 o 1 : 10 para obtener concentraciones finales de 1 g/l y 5 g/l, respec-
tivamente. Las soluciones industriales de lejía tienen una concentración de hipoclorito sódico cercana a
los 120 g/l y deben diluirse en consecuencia para obtener los niveles indicados más arriba.
Los gránulos o comprimidos de hipoclorito cálcico (Ca (ClO)2) suelen contener alrededor de un 70% de
cloro libre. Las soluciones preparadas con gránulos o comprimidos, que contienen 1,4 g/l y 7,0 g/l, con-
tendrán entonces 1,0 g/l y 5 g/l de cloro libre, respectivamente.
La lejía no se recomienda como antiséptico, pero puede utilizarse como desinfectante de uso general y
para sumergir materiales no metálicos contaminados. En caso de emergencia, también puede utilizarse la
lejía para desinfectar agua para beber con una concentración final de 1–3 mg/l de cloro libre.
El cloro gaseoso es sumamente tóxico. Por esa razón, la lejía debe almacenarse y utilizarse solamente
en zonas bien ventiladas. Además, la lejía no debe mezclarse con ácidos para evitar la liberación rápida
de cloro gaseoso. Muchos subproductos del cloro pueden ser nocivos para el ser humano y el medio
ambiente, de modo que debe evitarse el uso indiscriminado de desinfectantes a base de cloro, y en par-
282
ticular de la lejía.
283
menudo tiene actividad a concentraciones inferiores a las necesarias en el caso del cloro procedente de
la lejía. La forma gaseosa es inestable y se descompone en cloro gaseoso (Cl2) y oxígeno gaseoso (O2),
produciendo calor. Sin embargo, el dióxido de cloro es soluble en agua y estable en solución acuosa.
El mismo puede obtenerse tanto por generación in situ, mezclando dos componentes distintos, el ácido
clorhídrico (HCl) y el clorito sódico (NaClO2), o encargando la forma estabilizada, que después se activa en
el laboratorio cuando se necesita.
El dióxido de cloro es el más selectivo de los biocidas oxidantes. El ozono y el cloro son mucho más reac-
tivos que el dióxido de cloro y son consumidos por la mayoría de los compuestos orgánicos. En cambio,
el dióxido de cloro sólo reacciona con los compuestos de azufre reducido, las aminas secundarias y tercia-
rias, y otros compuestos orgánicos muy reducidos y reactivos. Por consiguiente, con el dióxido de cloro
puede conseguirse un residuo más estable a dosis menores que cuando se utilizan cloro u ozono. Si se
genera debidamente, el dióxido de cloro, gracias a su selectividad, puede usarse con más eficacia que el
ozono o el cloro en los casos de mayor carga de materia orgánica.
Formaldehído
El formaldehído (HCHO) es un gas que mata todos los microorganismos y esporas a temperaturas supe-
riores a los 20° C. Sin embargo, no tiene actividad contra los priones. Su acción es relativamente lenta y
requiere una humedad relativa de alrededor del 70%. Se comercializa en forma de polímero sólido (para-
formaldehído), en copos o comprimidos, o como formol, solución del gas en agua con aproximadamente
370 g/l (37%) y con metanol (100 ml/l) como estabilizante. Ambas formulaciones se calientan para liberar
el gas, que se utiliza en la descontaminación y la desinfección de espacios cerrados como CSB y locales. El
formaldehído (un 5% de formol en agua) puede utilizarse como desinfectante líquido.
El formaldehído es un agente presuntamente cancerígeno. Se trata de un gas peligroso de olor acre que
puede irritar los ojos y las mucosas. Así pues, debe almacenarse y utilizarse con una campana extractora
de vapores o en zonas bien ventiladas.
Deben observarse las normas nacionales de seguridad de las sustancias químicas.
Glutaraldehído
Al igual que el formaldehído, el glutaraldehído (OHC(CH2)3CHO) tiene actividad contra formas vegetativas
de bacterias, esporas, hongos y virus con y sin envoltura lipídica. No es corrosivo y su acción es más rápida
que la del formaldehído. No obstante, tarda varias horas en matar las esporas bacterianas. El glutaraldehí-
do suele suministrarse en forma de solución con una concentración de unos 20 g/l (2%); algunos produc-
tos antes de ser utilizados necesitan ser «activados» (alcalinizados) mediante la adición de un compuesto
de bicarbonato que se suministra con el producto. La solución activada puede volver a utilizarse durante
1 a 4 semanas, según la formulación, el tipo y la frecuencia de uso. Las tiras reactivas indicadoras que se
suministran con algunos productos sólo dan una indicación aproximada de los niveles de glutaraldehído
activo disponible en las soluciones en uso.
Las soluciones de glutaraldehído deben desecharse si están turbias.
El glutaraldehído es tóxico e irritante para la piel y las mucosas; debe evitarse el contacto con él. Debe uti-
lizarse con una campana extractora de vapores o en locales bien ventilados. No se recomienda en forma
de pulverización ni de solución para descontaminar superficies. Deben observarse las normas nacionales
de seguridad de las sustancias químicas.
284
Compuestos fenólicos
285
nar manos ligeramente sucias en situaciones en las que no es posible o práctico lavarlas. Sin embargo,
hay que recordar que el etanol no tiene actividad contra las esporas y quizá no mate todos los tipos de
virus sin envoltura lipídica.
Los alcoholes son volátiles e inflamables y no deben utilizarse en las proximidades de llamas abiertas.
Las soluciones de trabajo deben almacenarse en recipientes apropiados para evitar la evaporación. Los
alcoholes pueden endurecer el caucho y disolver ciertos tipos de cola. El inventario y el almacenamiento
apropiados del etanol en el laboratorio son sumamente importantes con el fin de evitar que se use para
aplicaciones distintas de la desinfección. Los frascos que contengan soluciones con alcohol deben rotu-
larse con claridad para evitar que sean tratados en la autoclave.
Yodo y yodóforos
La acción de estos desinfectantes es análoga a la del cloro, aunque pueden ser ligeramente menos sus-
ceptibles a la inhibición por la materia orgánica. El yodo puede manchar los tejidos y las superficies del
entorno, y en general no es adecuado como desinfectante. Por otro lado, los yodóforos y las tinturas de
yodo son buenos antisépticos.
La povidona yodada es un agente de lavado quirúrgico fiable e inocuo, y sirve como antiséptico cutáneo
preoperatorio. Los antisépticos a base de yodo no suelen ser adecuados para utilizarlos en material médi-
co/dental. El yodo no debe usarse en objetos de aluminio o cobre.
El yodo puede ser tóxico. Los productos orgánicos a base de yodo deben almacenarse a 4–10° C para
evitar la proliferación de bacterias potencialmente peligrosas en ellos.
Peróxido de hidrógeno y perácidos
Como el cloro, el peróxido de hidrógeno (H2O2) y los perácidos son oxidantes enérgicos y pueden servir
como potentes germicidas de amplio espectro. Son también más inocuos que el cloro para el ser humano
y para el medio ambiente.
El peróxido de hidrógeno se suministra en forma de solución al 3% lista para usar o como solución acuosa
al 30% que debe ser diluida hasta 5–10 veces su volumen en agua esterilizada. Sin embargo, esas solucio-
nes al 3–6% por sí solas son relativamente lentas y limitadas como germicidas. Los productos disponibles
hoy en día tienen otros ingredientes para estabilizar el contenido de peróxido de hidrógeno, acelerar su
acción germicida y hacerlo menos corrosivo.
El peróxido de hidrógeno puede utilizarse para descontaminar las superficies de trabajo del laboratorio
y de las CSB, y las soluciones más potentes pueden servir para desinfectar el material médico/dental
sensible al calor. El uso de peróxido de hidrógeno vaporizado o ácido peracético (CH3COOOH) para la
descontaminación de material médico/quirúrgico sensible al calor requiere equipo especializado.
El peróxido de hidrógeno y los perácidos pueden ser corrosivos para metales como el aluminio, el cobre,
el latón y el zinc, y también pueden decolorar tejidos, cabellos, piel y mucosas. Los objetos tratados con
ellos deben enjuagarse concienzudamente antes del contacto con ojos y mucosas. Siempre se almacena-
rán alejados del calor y protegidos de la luz.
5.3.4. Procedimientos de descontaminación química.
Espacios y superficies
La descontaminación del espacio, el mobiliario y el equipo de laboratorio requiere una combinación de
286
desinfectantes líquidos y gaseosos. Las superficies pueden descontaminarse con una solución de hipo-
287
forma regular y correcta. Las manos se lavarán después de cada actividad que tenga riesgos de contacto
y transmisión de agentes biológicos infecciosos y antes de abandonar las actividades.
En la mayoría de las situaciones, un lavado correcto de las manos con jabón normal y agua basta para
descontaminarlas, pero en las situaciones de alto riesgo se recomienda utilizar jabones germicidas. Se for-
mará espuma abundante con el jabón y se frotarán bien las manos, durante un mínimo de 10 segundos;
a continuación se aclararán en agua limpia y se secarán con una toalla de papel desechable, secadores de
aire caliente o un paño limpio.
Se recomiendan las llaves accionadas con el pie o el codo. Cuando no existan, debe utilizarse una toalla de
papel o paño para cerrar los mandos de las mismas con el fin de evitar volver a contaminarse las manos
ya lavadas.
En ocasiones cuando las manos estén ligeramente sucias y no se pueda lavarlas con agua y jabón, pueden
limpiarse con alcohol para descontaminarlas.
5.4. Esterilización
Como ya conocemos el procedimiento de la esterilización consiste en la destrucción de todos los gér-
menes, incluidos esporas bacterianas, que pueda contener un material. Se debe recordar que, en ciertos
casos, los instrumentos son sometidos antes a la acción de soluciones detergentes o antisépticas para
eliminar sustancias orgánicas. Dado que este paso no es una verdadera desinfección, estos instrumentos
no deberán ser manipulados ni reutilizados hasta que se efectúe una esterilización.
Los artículos esterilizados deben manipularse y guardarse protegidos de forma que se mantengan des-
contaminados hasta que se vuelvan a utilizar, lo que se determina en los procedimientos establecidos.
Existen diferentes tipos de esterilización de los cuales, a continuación se ofrece una descripción sinteti-
zada.
Desinfección y esterilización por calor
El calor es el agente físico más utilizado para la descontaminación de patógenos.
Esterilización por calor húmedo bajo presión (autoclave):
El calor «húmedo» es especialmente eficaz cuando se utiliza en autoclave.
Para la mayoría de los propósitos, los ciclos siguientes garantizarán la esterilización del contenido de la
autoclave siempre que se haya cargado correctamente:
• 3 minutos a 134 °C
• 10 minutos a 126 °C
• 15 minutos a 121 °C
• 25 minutos a 115 °C.
Este es el método más utilizado, por ser el más fiable, eficaz y de fácil empleo. Se introduce el material
a esterilizar en bolsas adecuadas y cerradas, dejándose durante 15 - 20 minutos a 121o C., aunque para
algunos agentes pueden ser necesarias otras condiciones, teniendo la precaución de que la atmósfera del
autoclave esté a saturación y desprovista de aire. En este sentido es recomendable disponer de un ma-
nual de procedimiento, de acuerdo con las instrucciones del fabricante para el trabajo con el autoclave.
288
El material y los objetos que se vayan a esterilizar deben agruparse sin apretarlos en la cámara, de modo
289
males y los desechos de otro tipo, con o sin descontaminación previa. La incineración de material infec-
cioso sólo sustituye al tratamiento en autoclave, cuando el incinerador está diseñado para ese fin y posee
los controles establecidos. Una incineración correcta exige disponer de un medio eficiente de control
de la temperatura y de una cámara de combustión secundaria. Muchos incineradores, especialmente
los que tienen una sola cámara de combustión, no resultan satisfactorios para tratar material infeccioso,
cadáveres de animales y plásticos. Esos materiales quizá no se destruyan por completo y el efluente de
la chimenea puede contaminar la atmósfera con microorganismos, sustancias químicas tóxicas y humo.
No obstante, hay muchas configuraciones satisfactorias de las cámaras de combustión; lo ideal es que la
temperatura en la cámara primaria sea de al menos 800° C y en la cámara secundaria de al menos 1000° C.
Los materiales destinados a la incineración, incluso si se han descontaminado previamente, deben trans-
portarse al incinerador en bolsas, preferiblemente de plástico.
En la actualidad se cuestionan sanitariamente los incineradores, por las repercusiones ambientales ne-
gativas que los mismos conllevan y se insiste en la necesidad que en su diseño sean más eficientes y
minimicen los efectos de contaminación al ambiente.
Para finalizar hay que insistir en que estas medidas de contención (desinfección y esterilización), pueden
ser consideradas como barreras primarias o secundarias, ya que garantizan tanto la protección de las
infecciones en los trabajadores y pacientes de las instituciones de salud, de los trabajadores dedicados
a la recogida y disposición de desechos, como a la población en general de la comunidad en la que se
disponen estos desechos.
290
rentes instituciones, que permitan alcanzar el manejo seguro de estos desechos y minimizar el riesgo a la
291
productivo o de servicios. O sea, es un objeto, material, sustancia, etc., que no tiene valor de uso directo
en el proceso que lo generó y que es descartado por su propietario.
Mientras que “desecho o residuo peligroso”, se considera cualquier desecho que en un momento deter-
minado pueda causar efectos adversos a las personas, la propiedad y al medio ambiente, por sus caracte-
rísticas de corrosividad, reactividad, explosividad, toxicidad, inflamabilidad o patogenicidad, siendo esta
última característica la que nos interesa desde el aspecto del los riesgos biológicos. En Cuba la Ley del
Medio Ambiente en su definición de desechos peligrosos también incluye a los provenientes de cualquier
actividad con características biológicamente perniciosas e infecciosas que representen un peligro para
la salud humana y el medio ambiente. Hay que mencionar que la definición sobre desecho peligroso es
bastante imprecisa y cambiante de acuerdo con la fuente que se considere.
En las instituciones de salud los desechos que pueden ser considerados como peligrosos, se correspon-
den con un amplio espectro de sustancias o materiales disímiles, por las actividades que en las mismas
se realizan. Entre los diferentes desechos peligrosos que pueden generarse por las instituciones de salud,
los que poseen una característica particular son los infecciosos y es a los que vamos a dirigir la atención
en esta parte del tema.
Los desechos que consideramos como infecciosos, son los que provienen de áreas de atención a pacien-
tes infectados o sometidos a algún tipo de tratamiento como por ejemplo: áreas de aislamiento, laborato-
rios, salas de emergencia, sala de partos, y su destino final será la incineración, el alcantarillado o el relleno
sanitario. Este grupo comprende:
• Desechos ordinarios o basuras.
• Residuos de alimentos.
• Piezas anatomopatológicas.
• Materiales hospitalarios desechables: tales como agujas, jeringas, tubos, sondas, catéteres.
• Material de laboratorio y equipos que por su composición y uso representan un riesgo biológico y/o
tóxico.
1.2. Clasificaciones de los Desechos de las Instituciones de Salud.
Como en todos los casos que se manejan clasificaciones, existen diferentes propuestas, cualquiera de
ellas puede ser útil para el propósito de identificación de éstos y establecer un programa que minimice el
riesgo de la exposición durante el manejo de los mismos. A continuación vamos a exponer la clasificación
del CEPIS que consideramos la más práctica para países como el nuestro y que incluye el grupo de los
infecciosos como uno de los tres grupos en que se deben separar los desechos.
En Cuba existe también un Reglamento del Ministerio de Salud Pública que establece una clasificación
para los desechos peligrosos en la cual se incluye el grupo de infecciosos, pero que a nuestro criterio, en
la práctica, hace más compleja la segregación.
1.2.1. Clasificación del CEPIS.
Esta clasificación propone tres categorías principales y nos parece ser práctica tanto para identificar los
mismos, como para proceder a su separación en los lugares que se generan.
a). Desechos infecciosos. Se consideran todos los generados en las diferentes etapas de la atención de
292
salud, que han entrado en contacto con los pacientes y que supuestamente están biocontaminados.
293
En la mayoría de los países en la actualidad existe alguna disposición legal que establece la clasificación
de los mismos. En la tabla 8 se ofrece una clasificación de los diferentes desechos peligrosos que se pue-
den identificar en las instituciones de salud.
Tabla 8. Categorías de desechos peligrosos en la atención de salud.
294
La disímil composición de estos desechos como ya hemos visto puede ocasionar diferentes daños a la
295
fines deben poseer las características siguientes: material resistente, hermeticidad (con tapa), peso lige-
ro, impermeables, de fácil lavado y desinfección, de fácil transportación y preferentemente de apertura
mediante pedal. Los materiales más empleados son el acero inoxidable, los plásticos y la fibra de vidrio.
En la actualidad se emplean de manera general las bolsas plásticas, que se introducen dentro de los de-
pósitos primarios para facilitar el manejo, evitando el contacto directo con el desecho. Estas bolsas deben
cumplir con las especificaciones que a continuación se enuncian:
• Resistentes a la manipulación, evitando roturas y derrames durante la recolección y transporte.
• Espesor y tamaño acorde con el tipo de desecho a manipular. Se recomiendan diámetros de
300cm para desechos patológicos y 200 para el resto y su tamaño será el adecuado para que
sean llenadas sólo hasta el 80% de su capacidad.
• Material adecuado que permita someter a los procesos de desinfección en los casos necesarios.
• Ser opacas para impedir la visión del contenido, sobre todo en el caso de los restos quirúrgicos.
• Impermeables de manera que no permitan las filtraciones de líquidos.
Por supuesto que un buen manejo no se consigue sólo con la existencia de los depósitos, es fundamental
en esta etapa la segregación o separación de los desechos de acuerdo con su categoría. Esta es una medi-
da sin la cual no se puede alcanzar el éxito de ningún sistema, pues si no se logra separar los residuos, el
proceso de tratamiento se encarece, recordemos que los residuales peligrosos a tratar, en general oscilan
entre un 5 – 20% y al no proceder a separarlos tendríamos que tratar al 100%. En la tabla 9 puede obser-
296
varse una forma de separación de los desechos infecciosos del resto de los desechos.
297
Estos medios deben lavarse y desinfectarse diariamente, después de cada jornada de recolección.
Establecer el recorrido por las vías de tránsito de la institución destinadas a los servicios de limpieza o
mantenimiento y evitando el cruzamiento con servicios supuestamente limpios, como los de alimentos.
Establecer un horario y frecuencia de recogida, evitando que los desechos se mantengan mucho tiempo
almacenados en los lugares de generación y tratando que se ejecute la mayoría de estas tareas en los
momentos de menor actividad de la institución.
No diseñar o emplear sistemas de recolección por conductos, ya que estos pueden contaminarse con
facilidad y su limpieza y descontaminación es difícil.
La recogida debe preferentemente organizarse por tipos de desechos y las rutas, horarios y frecuencias,
planificarse en función de las características de los mismos y de las instituciones.
Una vez recogidos los desechos se transportan a un lugar centralizado de la institución destinado a su
almacenamiento provisional, hasta que los transportes de las empresas municipales de recogida de dese-
chos o en algunos casos de la institución lo trasladan a su disposición final. En algunos hospitales de gran
tamaño, además del lugar centralizado existen lugares de almacenamiento por pisos o áreas, lo que hace
más complejo el control de la situación.
En los lugares centralizados de almacenamiento provisional deben evaluarse los aspectos siguientes:
• Ubicación. Se ubicarán en un lugar alejado lo más posible del resto de las áreas de la institución y
a barlovento de la misma. El lugar debe estar diseñados con una superficie impermeable, preferen-
temente techada con muros de contención o atarjeas que eviten la entrada de las agua pluviales y
permitan el drenaje de las mismas, una capacidad mayor (3 veces) que el volumen diario generado y
los señalamientos correspondientes. En el caso de locales cerrados deben diseñarse de forma que se
facilite la limpieza y ventilación de los mismos.
• Exclusividad para el almacenamiento de los desechos. Esto significa que estos lugares sólo pueden
emplearse para almacenar los desechos, estando prohibido almacenar cualquier otro tipo de mate-
riales.
• Seguridad. Deben existir las condiciones para que ningún personal no autorizado tenga acceso a
estos lugares.
• Higiene. Existirán las condiciones tanto constructivas como de medios de limpieza, para lograr que
el lugar se mantenga con una perfecta limpieza. Esto implica que deben contar con agua a presión
y desagües que permitan eliminar con facilidad las aguas de limpieza y por supuesto superficies im-
permeables. Existen en algunas instituciones lugares diseñados de forma inadecuada que dificultan
la limpieza y entrada de la radiación solar y que se convierten en focos infecciosos y de vectores.
• Periodo de almacenamiento. En ningún caso que se mantengan a temperatura ambiente la recogida
deberá exceder las 24 horas. En los casos de restos quirúrgicos y otros que se almacenan en lugares
refrigerados al no existir incinerador en la institución, se recomienda una temperatura inferior a los
4o C, pero nunca deberán mantenerse más de 4 días.
6.4.4. Tratamiento de los desechos.
En realidad esta es una etapa que se debe cumplir en el caso de los desechos peligrosos, particularmente
nos referimos en este caso a los infecciosos en el lugar que se generan, antes de pasar a la etapa de la
298
recolección y transporte. En casos como el de los restos quirúrgicos, cuando la institución posee incine-
299
personas que durante su traslado tienen contactos con las mismas, por razones de trabajo u otra. Se han
establecido controles internacionales, tanto para las personas como para los animales que viajan interna-
cionalmente con objeto de evitar la transmisión de las enfermedades infecciosas, sobre todo cuando se
detectan brotes de alguna enfermedad de este tipo en alguna región o país. También por razones preven-
tivas existen una serie de regulaciones básicas aceptadas internacionalmente y unas normas de sentido
común que se deben respetar cuando una muestra biológica viaja desde un lugar en el que se genera,
hasta el lugar en el que se analiza, independientemente de que sea dentro de la propia institución de
salud, de una institución a otra, de una ciudad a otra, o de una parte a otra del mundo.
En estos procesos se producen tres situaciones diferentes que necesitan de especial atención, ya que
pueden ser causa de accidentes con incremento del riesgo a otras personas:
• El transporte de la muestra dentro de la propia institución o de un punto de extracción periférico
a un laboratorio de diagnóstico centralizado
• La recepción y apertura del recipiente con muestras biológicas
• El transporte de éstas por terceros, ya sea mediante el correo o por empresas autorizadas a estas
actividades.
En este caso trataremos de abordar los elementos esenciales que se deben cumplir en el transporte o
transferencia de estos materiales, procedimientos en los que se debe cumplir estrictamente con las regla-
mentaciones nacionales e internacionales existentes en esta materia, de forma que:
1. Se minimice la probabilidad de que los embalajes/envases se dañen y derramen su contenido.
2. Eliminar la posibilidad de exponer a los que manipulan estos medios al riesgo de los efectos adversos
que pueden ocasionar estos envíos.
7.1.1. El Transporte de medios biológicos.
Los requisitos de los que vamos a referir en este apartado se refieren a todo transporte o transferencia
que incluya agentes infecciosos de seres humanos, de plantas, de animales y las toxinas producidas por
microbios y por material genético potencialmente peligroso en sí mismo o cuando se introduce en un
vector apropiado. Todos los agentes biológicos y los materiales que los contienen o se sospecha que los
contienen serán considerados por los encargados de su manejo y control como materiales peligrosos y
su transporte y transferencia estarán sometidos a los controles establecidos.
El proceso de transporte de estas muestras incluye el envasado y envío de estos materiales por vía aérea,
marítima o terrestre, realizado generalmente, por una empresa de transporte comercial no perteneciente
a la organización sanitaria, son empresas estatales o privadas dedicadas a dichas actividades, Cuando
nos referimos a una transferencia consideramos el proceso de intercambiar estos materiales entre las
instituciones sanitarias. En la transferencia el riesgo es menor ya que casi siempre se realiza en medios de
transportes de las instituciones de salud o científicas y por el mismo personal sanitario, el que tiene pleno
conocimiento de los peligros inherentes a estas actividades y sabe como proceder al manejo de estos
materiales. Hay que considerar que en ambos procedimientos se ha de tener especial cuidado, ya que son
un riesgo potencial de contaminación para el trabajador de la salud o transportista que lleva la muestra,
al público en general y al receptor de la misma.
7.1.1.1. Transporte interno.
300
Vamos a considerar este procedimiento el que comprende las tareas desde que se toma la muestra en
302
cias de los determinados organismos y acuerdos internacionales referidos a las sustancias peligrosas,
303
304
LA GESTIÓN Y VIGILANCIA DE RIESGOS OCUPACIONALES
7.3. Señalización.
Como ya se ha descrito los envases exteriores deben estar marcados de manera que pueda ser identifica-
do perfectamente su contenido. En el caso de los materiales peligrosos es necesario colocar las etiquetas
y símbolos aprobados internacionalmente para estos casos como puede observarse en la figura 9 y 10.
Existen tres tipos de etiquetas que deben aplicarse a estos envases:
– Riesgo: de forma de cuadrado ajustado a 45°, se requieren para la mayoría de las mercancías peligro-
sas.
– Manipulación: de varias formas rectangulares, se requieren para algunas mercancías peligrosas, ade-
más de las de riesgo.
– Orientación: deben aplicarse en dos lados opuestos del embalaje.
Ningún envío de material biológico debe hacerse sin colocar al envase las etiquetas correspondientes.
305
4.4. Transferencia.
El riesgo potencial que implica el manejo de estos agentes biológicos, hace necesario que en los dife-
rentes países tenga que establecerse un control, mediante un registro nacional de las instituciones que
poseen estos medios. Por tanto, cada país tiene sus reglamentaciones con el objetivo de asegurar que no
se pueda hacer una transferencia o traspaso de la posesión de materiales biológicos de una institución
a otra, sin la respectiva autorización de la autoridad competente, por lo que esto puede significar para la
población en general. La obtención de las autorizaciones de este tipo exigen justificar la necesidad de la
transferencia, así como, las características del personal y las condiciones e seguridad de las instalaciones
a donde se van a transferir.
7.5. Los accidentes.
En las últimas décadas con el incremento de la cultura ambiental, los accidentes de transporte de medios
peligrosos son de los sucesos más temidos por la población, aunque se han emitido múltiples reglamen-
taciones de seguridad al respecto, en especial las referidas a la protección ambiental. Es un hecho que el
control de estas actividades se hace difícil, por lo que dependen en gran medida de los controles estatales
existentes y de la responsabilidad institucional e individual del personal involucrado en ellas. Cuando el
sistema establecido funciona con deficiencias o la cultura en bioseguridad del personal es pobre, pueden
generarse accidentes que pueden afectar sensiblemente a las poblaciones, llegando a producirse hasta
situaciones de desastre. Para evitar estos eventos se necesita fundamentalmente, la formación del perso-
nal en el riesgo que presenta la actividad y el cumplimiento de las medidas de señalización y envase de
estos productos, así como, garantizar la confección de planes de contingencia y establecer los procedi-
mientos de limpieza en casos que se produzcan derrames o fugas.
No obstante estar analizando los problemas del transporte, se hace necesario mencionar que en las ins-
tituciones de salud, son frecuentes las exposiciones causadas por roturas de los contenedores con la
consiguiente contaminación, los pinchazos por agujas y hasta la ingestión, sobre todo en los laboratorios
que manejan estos materiales.
7.5.1. Accidentes por derrames y pinchazos
En las instalaciones de salud que manejan estos materiales biológicos son frecuentes los incidentes o ac-
cidentes por estas causas que pueden contaminar al ambiente laboral o a los trabajadores. Los derrames
306
de las sustancias son producto de la rotura de los recipientes o tubos con material infeccioso durante los
307
chos a prueba de fugas y de perforaciones.
8. Tras una desinfección satisfactoria, informar a las autoridades competentes que el lugar ha quedado
descontaminado.
7.6. Planes de contingencia y procedimientos de emergencia.
En toda institución que trabaje con microorganismos infecciosos deberán establecerse las precauciones
de seguridad acordes con el riesgo que entrañen los microorganismos y los animales utilizados. En los
casos que los microorganismos sean de los grupos de riesgo 3 ó 4, es aún más importante la existencia
de un plan escrito de medidas de contingencia para hacer frente a los accidentes, el cual debe estar coor-
dinado y aprobado por las autoridades locales responsabilizadas con estas funciones (Salud, Medio Am-
biente, Defensa Civil, Ministerio del Interior y otras). Las autoridades sanitarias y otras, nacionales o locales
deberán orientar y en ocasiones participar en la elaboración del plan de preparación para emergencias.
7.6.1. El Plan de contingencia o emergencia.
El plan de contingencia debe prever las actuaciones y los procedimientos operativos para las situaciones
siguientes:
1. Precauciones contra catástrofes naturales, como incendios, inundaciones, terremotos y explosiones.
2. Evaluación del riesgo biológico.
3. Medidas aplicables en caso de exposición accidental y descontaminación.
4. Evacuación de emergencia de personas y animales de los locales.
5. Tratamiento médico de emergencia de las personas expuestas y heridas.
6. Vigilancia médica de las personas expuestas.
7. Manejo clínico de las personas expuestas.
8. Investigación epidemiológica.
9. Continuación del funcionamiento tras el incidente.
En la elaboración del plan habrá que prever la inclusión de los siguientes elementos:
1. Identificación de microorganismos de alto riesgo
2. Localización de zonas de alto riesgo, como laboratorios, almacenes y animalarios
3. Identificación del personal y de las poblaciones en riesgo.
4. Identificación del personal con responsabilidades y de sus funciones en caso de un evento, como en
los casos del especialista de bioseguridad, el personal de seguridad, las autoridades sanitarias loca-
les, clínicos, microbiólogos, veterinarios, epidemiólogos, servicios de bomberos y de policía
5. Lista de los servicios de tratamiento y aislamiento que pueden atender a las personas expuestas o
infectadas
6. Vigilancia médica y tratamiento del personal expuesto en emergencias.
7. Medidas aplicables en casos de exposición accidental y descontaminación.
308
8. Transporte de las personas expuestas o infectadas a las instituciones de atención médica
309
• Material para señalizar zonas peligrosas.
7.6.3. Primeros Auxilios.
En todos los lugares de trabajo debiera existir personal preparado en los primeros auxilios, con mayor
razón se hacen imprescindibles en aquellas instalaciones en las que pueden ocurrir situaciones de emer-
gencias y en que la aplicación de técnicas médicas adecuadas permitan minimizar el daño a la salud de
los afectados. El objetivo de los primeros auxilios es conseguir que cualquier persona sin conocimientos
médicos, sepa que debe hacerse ante un accidente o emergencia, ya que de la aplicación de los primeros
auxilios y la forma de transportar al afectado puede depender su vida.
Los primeros auxilios consisten en la aplicación experta de procedimientos aceptados de tratamiento
médico en el momento y el lugar en que se produce un accidente. Es el método aprobado para tratar
a la víctima de un accidente hasta que se la pueda poner en manos de un médico para el tratamiento
definitivo de la lesión.
El equipo mínimo de primeros auxilios consta de un botiquín, ropa protectora y del equipo de seguridad
para la persona que presta los primeros auxilios.
310
311
LA GESTIÓN Y VIGILANCIA DE RIESGOS OCUPACIONALES
312
Capítulo 13.
1. Introducción
La gestión de seguridad y salud en el trabajo es en el mundo actual una exigencia inexcusable para cual-
quier empresa que desee tener una imagen socialmente aceptable.
Es una contradicción, que la mayoría de las publicaciones, investigaciones e inspecciones a las que tene-
mos acceso, se refieren a los problemas de la gestión y a los factores de riesgo de complejidad técnica,
que en muchas ocasiones la empresa en particular las pequeñas y medianas tienen limitaciones técnico –
económicas para resolverlas. Sin embargo no se trata en general, de un aspecto que consideramos esen-
cial para poder lograr la protección de los trabajadores, que es el saneamiento básico de los lugares de
trabajo, los que contribuyen en un alto grado a proteger al trabajador de los riesgos presentes y a mejorar
su calidad de vida en el ambiente laboral.
Es indispensable por tanto, antes de adentrarnos en el tema, establecer la definición de los que conside-
ramos como saneamiento básico de un centro de trabajo. A nuestro criterio es el conjunto de acciones
técnicas y socioeconómicas de control sanitario, con el objetivo alcanzar niveles aceptables de condicio-
nes higiénicas en el ambiente laboral y la reducción de los riesgos a la salud. Entre los aspectos a controlar
se incluyen: el manejo sanitario del agua y los alimentos, las excretas y residuales líquidos, los desechos
sólidos, los vectores y la contaminación atmosférica.
La modesta experiencia que tenemos en la actividad, confirma que la empresa que no cumpla con estos
requisitos, que a nuestro juicio son la base de cualquier programa de mayor complejidad que nos pro-
pongamos llevar a cabo, difícilmente será capaz de lograr implantar un sistema de gestión preventiva efi-
caz. Soy del criterio que quienes carecen de conciencia para mantener un lugar de trabajo en condiciones
higiénicas aceptables, es poco probable que se ocupen de mantener unas condiciones ambientales que
no ocasionen daño a los trabajadores y a la comunidad.
Por tanto hay que insistir en el control de estos aspectos, para lograr mantener los centros de trabajo con
las mejores condiciones de saneamiento, lo que colabora a evitar además de accidentes y enfermedades,
un deterioro de la calidad de vida con la consiguientes insatisfacción del trabajador ante la tarea. Paradó-
313
jicamente en muchas ocasiones los responsables de Seguridad y Salud y dirigentes de la empresa poseen
pocos conocimientos en estas materias, por lo que se hace necesario incluir en la formación de estos,
los elementos que les permitan controlar la higiene del ambiente laboral y evitar un impacto ambiental
negativo para la comunidad.
Este tema está dirigido a promover los conocimientos básicos del saneamiento, con el objeto de promo-
ver una cultura tanto de la dirección como del colectivo de trabajadores y los funcionarios dedicados al
control de las condiciones de trabajo hacia mejorar los niveles del saneamiento y en particular el orden y
la limpieza. Es imposible obtener resultados de excelencia, si previamente no se resuelven estos proble-
mas más simples y que aún están presentes en muchos lugares de trabajo. Nuestro objetivo inmediato en
todos los casos, tiene que ser alcanzar “un lugar de trabajo limpio y ordenado” o lo que otros llaman una
empresa o producción limpia.
Esperamos que el tema les sea útil y práctico a los especialistas dedicados a la Salud y Seguridad del Tra-
bajo, así como al resto del personal relacionado con estas funciones en las empresas, para la aplicación
en su gestión cotidiana.
Deseamos por último mencionar un pensamiento de Frank E. Bird, el cual expresó que “el orden es el
primer paso para hacer algo correctamente y si usted no puede manejar el orden de su empresa no la
podrá administrar”.
2. Orden y Limpieza.
Hay que recordar que lo más valioso de un país es el “capital humano” y que los millones de trabajadores
pasan una gran parte de su tiempo diariamente dedicados a las tareas para las que están contratados,
por lo que tenemos que crear las condiciones higiénicas en que trabajar no “dañe” su salud, que resulte
agradable, de manera que puedan obtenerse los beneficios económicos y sociales que el trabajo signifi-
ca, tanto para el trabajador en sí, como para el país en su conjunto.
Entre los diferentes factores de riesgo a los que se encuentra expuesto un trabajador y que determina el
nivel de la cultura preventiva existente, se encuentra el “ORDEN Y LIMPIEZA DE LOS LUGARES DE TRA-
BAJO”, aspecto este de suma importancia y al cual en ocasiones no se le da la importancia que requiere.
Existen sectores y ramas en que no cumplir con este requisito los inhabilitan en sus producciones o servi-
cios, como son la alimenticia, la de medicamentos, la gastronómica y otras, sin embargo en la actualidad
se encuentran infinidad de lugares que no le brindan atención a estos aspectos.
Este es un factor de riesgo presente en todas las actividades, el cual es necesario controlar, podríamos
afirmar que indispensable, si deseamos garantizar un nivel de seguridad y salud aceptable. Son frecuen-
tes los accidentes que se producen por causas debidas a suelos resbaladizos por derrames, materiales
depositados en lugares inapropiados, exposición a polvos con la consecuente afectación de la salud, etc.,
aspectos todos que responden a la falta de un programa de orden y limpieza adecuado y a la falta de
cultura en estos aspectos del colectivo laboral y su dirección. En nuestros colectivos laborales se manejan
y preocupan generalmente por los riesgos producto de situaciones técnicas complejas, que necesitan
de grandes recursos económicos para resolverlas y se olvidan los elementos más simples como el que
estamos tratando, que pueden resolverse con “voluntad, cultura y exigencia”, sin necesidad de grandes
inversiones.
Podemos afirmar que en un lugar de trabajo sin orden y limpieza el trabajador incrementa el riesgo de
dañar su salud, ya que este factor está demostrado que puede ser causa de:
314
• Accidentes, ya que se producen golpes por caídas, como consecuencia de un ambiente desorde-
Por tanto en todo lugar de trabajo deberá existir un programa de orden y limpieza donde se explicite las
responsabilidades de cada uno de las partes que participan en la ejecución del mismo y se describan los
procedimientos de trabajo que deben ser aplicados en cada caso. En estos planes deberá quedar estable-
cido con claridad que cada puesto de trabajo debe quedar limpio y ordenado al final del turno, o sea que
se hará una limpieza diaria de todos los puestos y al menos una limpieza general del lugar de trabajo de
forma semanal.
El mantener un lugar “limpio y ordenado”, exige la premisa de crear y consolidar “hábitos de trabajo”,
mediante acciones encaminadas a la formación a los trabajadores en este sentido. Por tanto para cumplir
este objetivo es necesario educarlos en las normas y procedimientos básicos, las que deben estar con-
315
cebidas en acciones determinadas por los principios de: eliminar lo innecesario, establecer los lugares
de almacenar los materiales útiles y los desechos, identificar las áreas de trabajo, tránsito, almacenaje y
desechos, evitar ensuciar y limpiar enseguida.
Eliminar lo innecesario y seleccionar lo útil.
En múltiples ocasiones se observa en los talleres, patios y otros lugares cantidades de objetos usados mal
ordenados y que dan una percepción de falta de higiene y cuando se plantea eliminarlos nos responden
que sirven para la recuperación de piezas o para la producción. Hay que determinar en realidad lo que es
útil y almacenar estos elementos útiles en condiciones adecuadas y por supuesto eliminar todo aquello
que no tiene utilidad, ya que estos lugares son muy proclives a convertirse en focos de vectores.
Esta es la fase “más difícil” pues es donde se rompe lo tradicional, los hábitos incorrectos, ya que en ge-
neral hay la costumbre de ir almacenando cosas de ninguna o poca utilidad para cuando hagan falta. Es
común el encontrarnos almacenamientos de objetos usados y cuando preguntamos en que se utilizan,
los trabajadores desconocer en que pueden utilizarse. Hay que romper con la costumbre de tener un
“rastro” de objetos o piezas no utilizables.
Crear lugares para almacenar los materiales útiles y los desechos (Organización).
Hay que crear las condiciones para que se cumpla la experiencia popular de que “cada cosa en su sitio y un
sitio para cada cosa”. Es innegable que los jefes son quienes tienen que crear las condiciones necesarias
con esta finalidad.
Este es un problema generalizado, tanto para herramientas y materiales útiles como para los productos
terminados y desechos de la producción. Cuantas veces usted no se encuentra un torno de maquinado,
con las virutas metálicas en el piso por los alrededores y las piezas elaboradas situadas en cualquier lugar.
De forma similar encuentra herramientas o materias primas en lugares inapropiados, obstruyendo el de-
sarrollo de las tareas y ocasionando que el trabajador tenga que hacer desplazamientos innecesarios y en
ocasiones que pueda tropezar con objetos o ser golpeado por los mismos.
En el caso de las herramientas deben crearse estantes o pañoles para ubicar las mismas en forma ordena-
da (figura 2), de igual forma es necesario que existan depósitos o contenedores tanto para los materiales
de trabajo, como para los productos elaborados y los desechos de la producción, con los espacios corres-
316
pondientes asignados para su ubicación. No se puede limitar el espacio de trabajo, haciendo más tenso
317
la salud, ya que es el constituyente más abundante del organismo, aproximadamente el 60 - 70% de su
peso, encontrándose en forma de una solución de sales en la que también se encuentran disueltos mate-
riales metabólicos y coloides específicos.
El organismo humano requiere de un consumo de agua adecuado para poder mantener su temperatura,
para la digestión, absorción y distribución de los alimentos, para la eliminación de los desechos, etc., o
sea, que es necesario mantener un equilibrio entre el ingreso y pérdida para conservar la vida. Se plantea
en teoría, que la persona puede subsistir con sólo 5 litros/día, aunque en realidad se necesitan de 40 - 50
litros para conservar la higiene personal y doméstica. Por supuesto que dicha cantidad mínima está muy
relacionada con el ambiente y la cultura del lugar en que se encuentre la persona.
El agua se considera en la actualidad como un alimento. No obstante, el agua para satisfacer las funciones
de transporte de materiales nutritivos y eliminación de los desechos, permitiendo conservar un ambiente
físico - químico constante, requiere de determinados niveles de calidad físico-química y bacteriológica, ya
que en caso contrario, puede ser el medio idóneo para la transmisión de algunas enfermedades.
Las enfermedades producidas por las aguas que no cumplen los requisitos higiénico- sanitarios se carac-
terizan por presentarse en forma endémico - epidémica. Las características de estas epidemias son:
• La enfermedad aparece en forma explosiva en la población que ingiere el agua y se desarrollan más
o menos, en un tiempo determinado en dependencia del periodo de incubación.
• Tiene una distribución geográfica particular de los casos, que debe estar relacionada con el sitio de
la contaminación.
• La enfermedad no hace distinción de edad, sexo, profesión, etc.
• Es frecuente que puedan aparecer en forma mixta o sea mezcladas con otras infecciones intestinales.
• Se representa gráficamente como una curva en forma de aguja.
3.2. Contaminación de las aguas y riesgos a la salud.
El agua puede contaminarse por causas naturales o como consecuencia de la actividad humana, lo que
determina alteraciones físicas, químicas y bacteriológicas que la convierten en un peligro para la salud.
En el caso del control sanitario lo importante es controlar los aspectos químicos y bacteriológicos, ya que
en general las personas rechazan las aguas que aparecen físicamente alteradas, pues estas características
pueden percibirse organolépticamente, como es el caso de la turbiedad, el olor y el sabor.
Entre las enfermedades más frecuentes por contaminación de tipo biológico ocasionadas por el agua
podemos destacar las siguientes:
Enfermedades diarreicas agudas Cólera
Disentería bacilar (shigellosis) Disentería amebiana
Fiebre tifoidea Hepatitis infecciosa
Giardiasis Leptospirosis
En los casos de la contaminación química ya sea de tipo natural o antropogénico, también pueden ser
causa de efectos adversos a la salud, A continuación se mencionan algunas de las más frecuentes:
Yodo La carencia del mismo puede ocasionar bocio
318
Fluoruros Niveles inferiores a 0,5 mg/l es causa de caries dentales.
319
público, o que se abastezca mediante un servicio particular de la empresa. En general los que reciben
agua del sistema público pueden considerarse que tienen un nivel de calidad aceptable. En el caso de
los sistemas particulares el control debe ser más estricto, ya que la calidad depende de la empresa y en
ocasiones no se cumplen con las condiciones sanitarias en la fuente o no existe un tratamiento adecuado.
En estos casos lo primero es conocer la fuente de origen que puede ser de tipo superficial o subterránea.
En nuestro país lo más frecuente es la utilización de fuentes subterráneas, no obstante en muchos casos
pueden ser superficiales. Las aguas superficiales son las más peligrosas, al poder contaminarse por todos
los elementos que arrastran durante el escurrimiento y además incorporan elementos que aunque no
son contaminantes peligrosos, alteran sus características de turbiedad, color, olor y sabor. Las subte-
rráneas son en general satisfactorias desde el punto de vista físico y bacteriológico y casi siempre sólo
necesita de una desinfección para el consumo humano.
3.4. Criterios de la calidad del agua.
El agua en absoluto estado de pureza no existe en la naturaleza, pero además como ya se conoce, puede
contaminarse por las características del suelo y por los desechos producto de las actividades humanas.
Lo anterior determina que para su control sanitario no se puedan exigir niveles de calidad absoluta, sino
que se han establecido normas que establecen criterios o límites de tolerancia en función del uso a que
se destinan. Existiendo parámetros de calidad de los diferentes aspectos sanitarios que son necesarios
evaluar para clasificarla como potable.
En función de este criterio, agua potable se considera aquella que cumple los requisitos físicos, químicos
y bacteriológicos para ser usada para la bebida o la elaboración de los alimentos y agua contaminada la
que tiene alterada su calidad por la presencia de microorganismos patógenos o de sustancias químicas.
El aspecto de mayor importancia sanitaria para el consumo humano es el referido a las bacterias y otros
microorganismos patógenos.
Partiendo de la existencia de estos criterios, es necesario que en todo lugar de trabajo según el tipo de
abastecimiento que posea, se mantenga una vigilancia sistemática de la calidad del agua que toman los
trabajadores.
La vigilancia sanitaria de la calidad del agua es la continua y sistemática evaluación e inspección sanitaria
de la inocuidad y aceptabilidad del agua potable. Comprende la inspección sanitaria y el examen de las
muestras de agua.
¿Qué acciones deben ejecutarse para garantizar un suministro adecuado?
En el caso de los lugares que el suministro es del sistema público (acueducto).
• Se tomarán muestras para el estudio bacteriológico en tanques de almacenaje y red de distribución,
con una frecuencia apropiada o en casos de algún brote de enfermedades digestivas.
• Se inspeccionarán los tanques de almacenamiento y los sistemas de distribución, para comprobarse
la limpieza y estado de mantenimiento. En los casos de tanques enterrados con mayor frecuencia.
• Se realizarán determinaciones de cloro residual a la entrada y al final del sistema de distribución.
• En el caso de los lugares que el suministro propio.
• Se debe verificar periódicamente el estado de las condiciones higiénicas de la fuente y la protección
sanitaria de la misma, con mayor frecuencia cuando la fuente es de tipo superficial.
320
• Se tomarán muestras para el estudio bacteriológico en la fuente, tanques de almacenaje y red de
Esta investigación cuando resulta positiva, nos indica la contaminación con residuales humanos y por
tanto la posibilidad de que en cualquier momento se contamine con microorganismos patógenos. Los
321
resultados que informa el laboratorio del NMP x 100 ml. son: menos de 2.2, 2.2, 5.1, 9.2, 16 y más de 16.
Se considera aceptable hasta un resultado de 5.1, no obstante consideramos que un buen sistema de
vigilancia en un lugar de trabajo, debiera aceptar sólo resultados menores de 2.2 y que cualquier resulta-
do superior a este debiera tener como resultado acciones encaminadas a lograr optimizar la calidad del
agua.
3.5. El Tratamiento del Agua.
Un aspecto relacionado con la vigilancia de la calidad del agua que es imprescindible considerar, es el
concerniente al tratamiento, sobre todo en los lugares de trabajo que poseen sistemas propios de abas-
tecimiento.
El tratamiento del agua aunque tiene como objetivo general mejorar la calidad, puede ser aplicado por
los criterios siguientes:
Higiénico. El de mayor interés para nosotros y que consiste en eliminar o reducir las bacterias, los proto-
zoarios y otros organismos, la mineralización excesiva, las sustancias tóxicas y diversas materias orgánicas.
Estético. Consiste en reducir la concentración de color, olor, turbiedad y sabor.
Económico. Consiste reducir la corrosión y las incrustaciones por dureza.
El tratamiento del agua para el consumo humano generalmente comprende los procesos de aireación,
coagulación, sedimentación, filtración y desinfección. Desde el punto de vista sanitario, es importante
que siempre al menos se garantice una desinfección al agua, por lo que sólo mencionaremos el procedi-
miento para controlar sanitariamente, el tratamiento que se está aplicando para la desinfección adecuada
al agua de consumo con el objetivo de eliminar los gérmenes patógenos.
Existen diferentes tratamientos para la desinfección de las aguas, se emplean métodos de acción oxidan-
te (ozono), de acción tóxica (cloro) y de acción física (UV), pero en nuestro país se usa de forma general la
desinfección química con gas cloro o con hipoclorito de sodio, por consiguiente lo que se determina es el
cloro residual existente en una muestra de agua. Con esta finalidad se emplean dos métodos el de la or-
totolodina y el del DPD, éste último es más efectivo ya que no existen interferencias ante la presencia de
nitritos. El método más empleado es el de la ortotolidina que consiste en agregar 0,5 ml. del reactivo a 9,5
ml. de agua, presentándose una coloración amarilla si tiene cloro residual. El tubo de ensayo se coloca en
un equipo comparador que posee una escala que nos indica el cloro residual del agua. Siempre que esta
concentración sea de 0,3 ppm, se puede asegurar que el agua tiene garantía sanitaria. El procedimiento
con las tabletas de DPD (N1N diethyl-p- phenyllendiamine) es similar, sólo que se le agrega una tableta al
volumen de agua y adquiere una coloración diferente (rosada), la cual se compara con la escala.
Por último, en este aspecto es de utilidad para determinados lugares o situaciones donde es necesaria
aplicar la desinfección antes de su uso, brindar el procedimiento para ejecutar la misma con efectividad
para volúmenes pequeños. Debe recordarse que siempre que se agrega el desinfectante se debe esperar
unos 30 minutos, tanto para determinar el cloro residual como para beber el agua.
Aunque se puede utilizar el hipoclorito directamente agregándolo de forma sólida, es preferible diluirlo
previamente y agregar después al volumen total de agua que deseamos desinfectar, de acuerdo con la
tabla siguiente:
322
LA GESTIÓN Y VIGILANCIA DE RIESGOS OCUPACIONALES
Cantidad de hipoclorito en gramos necesa-
Volumen de agua a ria para obtener 1 ppm
clorar (m3)
Hipoclorito 47% Hipoclorito 60%
1 2 1.7
2 4 3.3
3 6 5.0
3.7 7.5 6.2
7.5 15.0 12.5
9.4 18.7 15.7
11.3 22.5 18.8
13.2 26.2 22.0
15.1 30.0 25.2
18.8 37.5 31.3
37.6 75.0 62.7
El procedimiento más práctico es preparar una solución de cloro con la cual después procedemos a des-
infectar los pequeños volúmenes de agua. Para ello podemos utilizar para determinar los gramos necesa-
rios de hipoclorito, la fórmula siguiente:
En aquellos casos que el agua es turbia se aplica el doble de solución. La solución no debe usarse después
de 1 semana de preparada.
323
La evacuación de las excretas y residuales constituye uno de los principales problemas sanitarios de la
época actual, en el caso de los lugares de trabajo, en particular el de algunos tipos de industria pueden
causar modificaciones en la ecología de un región o territorio, afectando la calidad de vida de sus habi-
tantes y generando efectos adversos a la salud. Este es un problema sanitario importante ya que los pro-
yectistas de las nuevas instalaciones siempre prevén el gasto de agua, ya que sin la misma es imposible
operar, pero en ocasiones ignoran la inclusión de sistemas adecuados de tratamiento de residuales por el
costo que estos implican y por supuesto que el agua gastada hay que disponerla al ambiente.
La responsabilidad de la evacuación sanitaria de estos desechos es del empresario, el cual instalará los
procedimientos de tratamiento adecuados que eviten efectos nocivos a la salud y el medio ambiente. En
cualquier proceso de trabajo se presentan productos finales que afectan al ambiente por eficientes que
sean las instalaciones, además de los que generan los trabajadores producto de su actividad vital, para
lo que se necesitan sistemas que permitan modificar sus características y poder disponerlos sin causar
efectos deletéreos.
Los sistemas de disposición de excretas y residuales deben garantizar desde el punto de vista sanitario:
• La recolección confiable e inofensiva de las materias de desecho.
• La evacuación segura al suelo o las corrientes de agua mediante un tratamiento adecuado por medio
de:
Sistemas sin vehiculación hídrica.
Sistemas con vehiculación hídrica.
En general en este tema no nos vamos a referir a los sistemas “sin vehiculación hídrica” ya que estos
no se aplican en los lugares de trabajo salvo en aquéllos que se encuentran en zonas apartadas, en
actividades de la agricultura o la construcción y en las que al ser actividades temporales pueden
utilizarse las letrinas sanitarias.
El abastecimiento de agua en los procesos de trabajo, como se ha expresado, lleva como resultado la
generación de líquidos contaminados con excretas u otros materias sólidas o líquidas, ya sea producto de
la actividad humana o del proceso industrial, que son capaces de contaminar el ambiente y determina la
necesidad de establecer sistemas de disposición adecuados, que preserven éste de la contaminación por
estos desechos.
Los desechos líquidos industriales están compuestos por las aguas procedentes del proceso en sí, que
puede tener características muy diferentes y las también conocidas como aguas negras o residuales so-
ciales, producto de la mezcla del agua con los desechos humanos. Las excretas constituyen el conjunto de
sólidos y líquidos provenientes de las heces fecales y orina y su composición es la siguiente:
Constituyentes Heces fecales Orina
Agua 77% 95.5%
Materia seca
Orgánica 20.0% 3%
Inorgánica 3% 1.5%
La prevención de las infestaciones de origen fecal oral es el objetivo fundamental del control de los re-
324
siduales líquidos, aunque en el caso de los residuales industriales también es de importancia la amplia
Es necesario conocer el proceso de descomposición y de estabilización de las excretas para poder inter-
pretar los procesos de tratamiento que se aplican a las mismas. Las excretas tienen una gran proporción
de materia orgánica y todas las materias orgánicas se descomponen, sobre todo en sus componentes
nitrogenados, carbonatados y sulfurados, en el caso de las excretas humanas que se caracterizan por su
composición rica en nitrógeno, el proceso está representado por el ciclo del nitrógeno (Figura 4).
En la biodegradación natural de las excretas se producen los tres procesos principales siguientes:
a). Transformación de los compuestos orgánicos complejos en productos más simples y estables.
b). Reducción de la masa y el volumen a veces hasta en un 80%.
c). Destrucción de los organismos patógenos.
En los procesos de tratamiento de los residuales por distintos procedimientos lo que se trata es de lograr
estos mismos resultados y además en el caso de los industriales que tienen contaminantes químicos no-
civos, neutralizar los mismos.
3.3. Composición de las aguas residuales.
Las aguas residuales de cualquier lugar de trabajo están compuestas por los denominados residuales
sociales, similares a los de cualquier vivienda y que son producto de las actividades humanas, los resi-
duales industriales cuya composición depende del tipo de industria y además se le pueden unir las aguas
325
subterráneas, de lluvia y superficiales.
El volumen de residuales que emite una industria está muy relacionado con el gasto de agua de la ins-
talación y se calcula que representa entre el 60 y el 75% de la suministrada. Lo anterior, determina que
para poder establecer un control adecuado de la emisión de los residuales industriales se requiere el
conocimiento de la cantidad de agua utilizada por unidad de tiempo y la calidad de la misma, así como el
conocimiento las normas de calidad del agua recibida y las establecidas para las residuales.
3.4. Sistemas de Tratamiento y Disposición de Residuales.
Todo lugar de trabajo cuyo aporte de residuales se identifique como un probable foco de contaminación
ambiental, deberá tener un programa de control de los vertimientos de sus residuales, de forma que pue-
da verificarse el cumplimiento de las regulaciones establecidas al respecto. Las normas de vertimiento
son de características diferentes a las del agua, ya que el control de las descargas generalmente requiere
de procesos muy complejos y costosos. Por esta razón no existen parámetros similares para cada verti-
miento, las exigencias de la carga del efluente se establece en función de la capacidad de dilución del
lugar de disposición final y del impacto ambiental que pueden causar.
Los centros de trabajo suelen estar conectados a los sistemas públicos de alcantarillado cuando están
ubicados en zonas urbanas y cuando están en zonas apartadas o en pequeñas poblaciones sin alcantari-
llado, generalmente vierten sus residuales a cursos de agua que pasan cercanos o lo infiltran al subsuelo.
Cuando los residuales no se vierten al alcantarillado público es frecuente que se conviertan en un pro-
blema socio-ambiental, ya que por desgracia los inversionistas como se ha mencionado, siempre buscan
los lugares que garanticen el suministro de agua, pero no siempre brindan la misma prioridad a la dispo-
sición final de éstas. No consideran que la misma después de usarla haya que verterla en algún sitio, que
generalmente puede afectar al medio ambiente y la comunidad. Por supuesto que esto está determinado
por los costos que tienen que incluir para el tratamiento y en ocasiones a la poca importancia que se le da
a la protección del medio ambiente.
En el caso que se vierta al alcantarillado público, el problema del control se minimiza, ya que supuesta-
mente este vertimiento ha sido aprobado por las autoridades correspondientes. En el caso que el lugar
posea un tratamiento determinado sólo sería necesario la vigilancia de que el mismo funcione correcta-
mente, verificando que los resultados de los análisis de su vertimiento estén acorde con los que le fueron
autorizados.
Las situaciones más complejas son aquellas en que la industria u otro lugar de trabajo, posee un sistema
de tratamiento propio y descarga a un curso de agua cercano o se infiltra al subsuelo. En estos lugares es
necesario un estricto control de los efluentes por la propia industria, mediante muestras sistemáticas para
verificar los parámetros de calidad de las descargas. Cuando la descarga es de tipo inorgánico los análisis
requeridos son pocos, se incluyen el pH, la alcalinidad, acidez, sólidos disueltos totales, temperatura, tur-
bidez, sólidos en suspensión y los correspondientes a los elementos propios del proceso como pueden
ser cadmio, plomo y otros. En el caso de lugares en que el vertimiento comprende sustancias orgánicas
e inorgánicas se necesita un mayor número de análisis, pues además de los ya enunciados, es necesario
conocer el oxígeno disuelto (OD), la demanda bioquímica de oxígeno (DBO), la demanda química de oxí-
geno (DQO), compuestos volátiles, sólidos suspendidos, sabor, olor, color, aceite, grasas y fenoles. Como
se puede observar el control de los vertimientos es un procedimiento complejo y costoso, por lo que ne-
cesita de una vigilancia estricta. Los parámetros usuales que utilizamos para determinar la contaminación
de los efluentes de aguas industriales son: DBO, DQO, Sólidos en suspensión y sólidos totales, metales
326
pesados y el pH. (Ver Tabla )
Los tratamientos que se aplican a las aguas residuales se clasifican en tres tipos de acuerdo al grado de
reducción de la contaminación y del mecanismo del proceso.
Tratamiento primario. Es el que elimina las materias sólidas que se sedimentan o flotan y reduce en parte
la materia biodegradable.
Tratamiento Secundario. Es el que elimina la materia biodegradable no eliminada por el primario.
Tratamiento terciario. Es el que elimina la materia orgánica no biodegradable, los sólidos en suspensión
y las sales inorgánicas.
En los sistemas de tratamiento de residuales para lograr disminuir la agresividad del residual, facilitando
la biodegradación y neutralización de éste, se emplean los procesos siguientes:
Remoción de las materias sólidas, que consiste en separar los cuerpos sólidos de gran tamaño y densidad
como arenas, piedras y otros, así como las grasas y aceites para facilitar el tratamiento. Los procedimien-
tos más empleados son el cribado, el desmenuzado, la separación de arena y la sedimentación. En el
caso de la sedimentación se incluyen el tanque séptico, el tanque Imhoff y la fosa moura, sistemas muy
generalizados en todos los países.
Remoción de los sólidos en suspensión, los sólidos que no fueron eliminadas en el proceso anterior se
separan mediante procedimientos de sedimentación, flotación, floculación y filtración que permiten la
eliminar la materia biodegradable.
327
Neutralización de los residuales, se aplica cuando los mismos tienen una característica ácida o alcalina, de
manera que se pueda obtener un pH entre 6 y 9, para lo cual se le agregan diferentes sustancias.
La remoción de las sustancias coloidales se obtiene mediante el proceso de coagulación el que consiste
en agregar sustancias químicas que permiten la formación de flóculos de las partículas suspendidas.
Remoción de los sólidos inorgánicos, entre los que se pueden mencionar los cloruros, los fosfatos, los
nitratos y los metales se utilizan diferentes métodos como la evaporación, la electrodiálisis, el intercambio
iónico, la ósmosis inversa y la coagulación química.
Remoción de los sólidos orgánicos, para este fin se emplean métodos biológicos o de oxidación que
pueden clasificarse en anaeróbicos y aeróbicos. Los tratamientos anaeróbicos consisten en descomponer
la materia orgánica en ausencia de oxígeno, como ejemplo de éste está la digestión que se realiza en los
tanques sépticos. Los productos finales de la acción de las bacterias anaeróbicas son: CO2, CH4, NH3, H2S, y
ácidos grasos, combinándose el NH3 con el CO2 y formando bicarbonato de amonio. Las plantas de trata-
miento de residuales anaeróbicas se emplean en residuales con DBO mayor de 2000 mg/l, o sea, con gran
contenido de materia orgánica como pueden ser las industrias de cítricos, mataderos, papel y otras. Estas
plantas pueden llegar a poseer una efectividad del 90% en la reducción del DBO, con un costo aceptable.
Por la frecuencia en nuestro país de tanques sépticos y pozo absorbente que son elementos típicos de
este tipo de tratamientos describiremos las características de ambos.
Tanque séptico.
Es un depósito hermético de concreto, ladrillo, etc., destinado a facilitar los procesos siguientes:
• Sedimentación de la materia en suspensión, clarificando el efluente aunque el mismo está en
estado séptico, con olor desagradable y con gran contaminación.
• Retención de los sólidos flotantes y las grasas que sufren una digestión y desintegración.
• Reducción del # de bacterias patógenas.
• Digestión anaeróbica de la materia depositada en el fondo, dando un cieno mas estable.
Puede considerarse una buena solución para comunidades de hasta 100 personas.
Pozo absorbente.
Consiste en un pozo de 1.2 a 1.8 m de diámetro con tapa de hormigón y con revestimiento de juntas
abiertas para la infiltración en el terreno del efluente del tanque séptico. No es una solución muy desea-
ble por el riesgo a contaminar las aguas. Deben cumplir los requisitos siguientes:
El fondo debe estar a 1.5 m del manto freático como mínimo.
Debe estar al menos a 15 m de las fuentes de agua.
En el caso de los aeróbicos de pueden citar como ejemplos las lagunas de oxidación, los filtros percolado-
res y los lodos activados. Vamos a describir las lagunas de oxidación ya que son sistemas muy frecuentes
en el país.
Lagunas de estabilización.
En Cuba, en los últimos decenios ha sido el método más utilizado por ser el proceso más sencillo y eco-
328
nómico de oxidación biológica, además de que en nuestras condiciones climáticas resulta muy eficiente.
Por último, en este tema consideramos importante exponer un esquema completo (figura 5), con las di-
ferentes etapas que pueden formar parte de una planta de tratamiento.
Aunque anteriormente no mencionamos el proceso de desinfección de los efluentes y aparece en este
esquema, deseamos agregar que como todos los procesos, su efectividad no es total, por lo que además
de quedar siempre partículas en suspensión, se encuentran gran cantidad de microorganismos presen-
tes, con la probabilidad de la presencia de patógenos. Esto nos obliga, sobre todo en las instalaciones
de atención médica a proceder a la desinfección del efluente para minimizar el riesgo de transmisión
de enfermedades. Debemos recordar que es necesario un efluente con la menor cantidad de materia en
suspensión para que sea más efectivo este proceso.
329
5. Control de Desechos Sólidos
5.1. Generalidades.
Este es uno de los problemas que más afecta el orden y la limpieza de los lugares de trabajo y al que no se
le brinda gran importancia, ocasionando molestias no sólo para el desempeño eficiente del trabajo en sí,
sino para la población vecina del lugar en que están situados. Son frecuentes las quejas de la población
respecto a problemas de malos olores, vectores y otros efectos adversos que pueden ocasionar el inade-
cuado almacenamiento, transporte y disposición final de estos desechos, sobre todo en algunos tipos de
procesos.
En la actualidad el manejo adecuado de los desechos puede considerarse una especialidad dentro de
la salud ambiental, ya que en realidad es necesario un personal capacitado para establecer sistemas de
control eficientes. Tendríamos ante todo que hacernos la pregunta siguiente, ¿Qué consideramos como
desechos? Como en todos los casos pudiéramos brindar diferentes respuestas, en el caso de una industria
o centro de trabajo, pudiéramos responder, que es todo aquello que el responsable del lugar considera
que no tiene un valor suficiente para conservarse. También podemos definir como desechos sólidos o
“basuras”, a todos los residuos putrescibles o no, exceptuando las excretas humanas, resultantes de la
amplia gama de actividades que desarrolla una comunidad.
Como nuestro objetivo es brindar los elementos esenciales que permitan controlar este factor de riesgo
sólo vamos a mencionar los componentes esenciales que pueden formar parte de los desechos en los
lugares de trabajo.
5.2. Clasificación de los desechos.
Es importante para definir el manejo que debe darse a los desechos y exigir por parte de las autoridades
sanitarias el establecimiento de programas adecuados de control, conocer como pueden clasificarse los
mismos.
Según la fuente, los desechos se clasifican en domésticos, que son los provenientes de las viviendas y
servicios de alimentación, compuestos generalmente por restos de alimentos, papel, recipientes, telas,
etc. Los comerciales que provienen de establecimientos como hoteles, oficinas, tiendas, restaurantes, es-
cuelas y otros, cuya composiciones muy similar a la de los domésticos pero que difieren en volumen. Otro
grupo, es el de los residuos industriales cuya composición difiere en volumen y composición de los ante-
riores y cuyas características son muy variables ya que están definidas por el tipo de actividad que reali-
zan. Hay quienes consideran como grupos separados los desechos hospitalarios, por sus características
especiales, también hay quienes consideran los desechos públicos que son los provenientes del barrido
de calles y podas de las áreas verdes.
Sanitariamente los desechos se clasifican en putrescibles (orgánicos) y no putrescibles (inorgánicos), lo
cual es importante sobre todo en relación con su almacenamiento temporal y su disposición final.
En cuanto a su aspecto económico es importante la clasificación en recuperables y no recuperables, ya
que este en la actualidad es una de las medidas más aplicada para el manejo de desechos, por lo que pue-
de significar en la reducción de sus volúmenes y la disminución de costos del sistema. Además sanitaria-
mente facilita el control de éstos en todas sus etapas de manejo y disminuye el riesgo de contaminación
al ambiente.
Según el desarrollo del país será la composición de los desechos sólidos. La proporción de los de origen
330
doméstico y comercial puede llegar hasta el 50 % del total. En la actualidad uno de los problemas que se
331
productivo o de servicio. O sea es un objeto, material, sustancia, etc., que no tiene valor de uso directo en
el proceso que lo generó y que es descartado por su propietario.
Mientras que “desecho o residuo peligroso”, es cualquier desecho que en un momento determinado pue-
da causar efectos adversos a las personas, la propiedad y al medio ambiente, por sus características de
corrosividad, reactividad, explosividad, toxicidad, inflamabilidad o patogenicidad.
En Cuba la Ley del Medio Ambiente define este término, como aquellos provenientes de cualquier ac-
tividad y en cualquier estado físico que, por la magnitud o modalidad de sus características corrosivas,
tóxicas, venenosas, explosivas, inflamables, biológicamente perniciosas, infecciosas, irritantes o cualquier
otra, representen un peligro para la salud humana y el medio ambiente. Hay que mencionar que interna-
cionalmente la definición sobre desecho peligroso es bastante imprecisa y cambiante.
Entre los diferentes desechos que pueden considerarse como peligrosos encontramos los siguientes:
• explosivos;
• líquidos y sólidos inflamables o sustancias que en contacto con el agua emiten gases inflama-
bles;
• sustancias susceptibles de combustión espontánea;
• oxidantes;
• peróxidos orgánicos;
• sustancias tóxicas;
• corrosivos;
• sustancias o medios infecciosos;
• sustancias que al reaccionar forman alguna con las características precedentes.
Como se puede observar los desechos que pueden ser considerados como peligrosos, se corresponden
con un amplio espectro de sustancias o materiales disímiles, muchos de los cuales encontramos pre-
sentes en muchos lugares de trabajo por las actividades que se realizan. En los casos que se identifica la
presencia de este tipo de desechos, siempre se deberá asumir un manejo diferenciado para los mismos,
de forma que se garantice no afecte a la salud de los expuestos o al medio ambiente.
5.2.3. Los desechos peligrosos y el riesgo a la salud.
Lo primero que debemos conocer para evaluar la probable situación de riesgo en un centro de trabajo es
conocer “el universo de personas que debemos proteger” de este factor de riesgo. Conocer este dato es
un elemento importante para sensibilizar tanto a los responsables de las actividades, como al personal,
en la necesidad de accionar para prevenir los efectos adversos a la salud por el manejo inadecuado de
estos desechos y establecer las estrategias a este fin. Como expuestos en estos casos debemos considerar
a todas las personas “potencialmente expuestas”, a todas las que están en contacto con los mismos, ya sea
en actividades directas de la producción o de servicios, así como al resto del personal de apoyo o servicio
que participa en el proceso.
Por supuesto que se incluye el personal dedicados a la recogida, transporte y disposición final aunque no
pertenezcan al centro de trabajo.
332
La disímil composición de estos desechos como ya hemos visto puede ocasionar diferentes daños a la
333
Esta clasificación propone tres categorías principales y nos parece ser práctica tanto para identificar los
mismos, como para proceder a su separación en los lugares que se generan.
a) Desechos infecciosos. Se consideran todos los generados en las diferentes etapas de la atención
de salud, que han entrado en contacto con los pacientes y que supuestamente están bioconta-
minados. Entre los mismos podemos considerar a los siguientes:
Materiales provenientes de salas de aislamiento de pacientes.
Materiales biológicos.
Sangre y productos derivados.
Restos anatómicos patológicos y quirúrgicos.
Materiales cortopunzantes.
Desechos de animales.
b) Desechos especiales. Se consideran los generados durante las actividades auxiliares en las insti-
tuciones de salud y que no han entrado en contacto con pacientes, ni supuestamente con agen-
tes infecciosos. Entre los mismos podemos considerar a los siguientes:
Materiales o sustancias químicas.
Materiales o sustancias farmacéuticas.
Materiales o sustancias radioactivas.
c) Desechos comunes. Se consideran los generados por las actividades administrativas, auxiliares
y generales de otro tipo, que no se hayan incluidos en los grupos a y b, no representando peligro
para la salud. Sus características son similares a las de los desechos domiciliarios.
Queremos terminar enfatizando que la minimización de los desechos debe ser una política de la
empresa, ya que el tratamiento y disposición final de los mismos, cuando se manejan pequeños
volúmenes es fácil y barato, mientras que el manejo de grandes cantidades requiere de condicio-
nes que hacen que el proceso sea complejo y costoso.
5.3. El manejo sanitario de los desechos en el centro de trabajo.
El control de los desechos en el centro de trabajo consta de la vigilancia de tres fases esenciales: el alma-
cenamiento, la recolección, y por último, el tratamiento o disposición final.
La primera etapa de un sistema de manejo de desechos consistirá en almacenar los desechos generados
en los puestos de trabajo en depósitos, contenedores o recipientes con características sanitarias adecua-
das, para lo cual es una condición la existencia de medios adecuados en la instalación. Como lugar de al-
macenamiento vamos a considerar tanto los puestos de trabajo donde se generan, como los que existen
en algunos centros de trabajo grandes, como los hospitales, donde hay lugares para almacenar tempo-
ralmente los desechos procedentes de las diferentes áreas. Lo fundamental en esta fase del proceso es la
existencia de los depósitos adecuados y suficientes de acuerdo al volumen y tipo de desecho existente.
En la actualidad se emplean diferentes tipos de envases, motivados sobre todo por el incremento de la se-
paración del los desechos con el fin de su reciclaje y reutilización. En general, exceptuando algunos casos
especiales de envases, los contenedores para los desechos deben poseer las características siguientes:
334
• Ser impermeables.
335
Establecer el recorrido por las vías de tránsito de la instalación destinadas a los servicios de limpieza o
mantenimiento y evitando el cruzamiento con servicios supuestamente limpios, como los de alimentos
en fábricas o instalaciones de este tipo.
Establecer un horario y frecuencia de recogida, evitando que los desechos se mantengan mucho tiempo
almacenados en los lugares de generación y tratando que se ejecute el grueso de estas tareas en los mo-
mentos de menor actividad.
Como fase final está el tratamiento que pueden darse a estos desechos en el lugar de trabajo antes de
su disposición final. Cuando hablamos de tratamiento nos estamos refiriendo a los procesos a que some-
temos a los desechos peligrosos en particular para garantizar su manejo seguro durante las diferentes
etapas. En general en los centros de trabajo de nuestro país no es frecuente la aplicación de tratamientos
específicos a estos desechos, sino que lo más frecuente es que por medio de los servicios comunales se
trasladen a los vertederos municipales. No obstante en el caso de desechos infecciosos es frecuente que
se lleven a incineradores que poseen las instituciones correspondientes o se apliquen otros procesos de
desinfección. También en algunas fábricas metalúrgicas se desguazan equipos metálicos con el objeto de
utilizarlos como materias primas, de esta misma forma se procede con restos de papel, cartulina y telas,
que son reciclados en las industrias del papel. La agroindustria lo hace con los desechos orgánicos de al-
gunas producciones los que se utilizan como abono. De esta manera se minimizan los desechos que sería
necesario transportar a los vertederos designados para su disposición final.
336
LA GESTIÓN Y VIGILANCIA DE RIESGOS OCUPACIONALES
El transporte de estos desechos se hace generalmente por dos vías, en los centros de trabajo pequeños
la recogida y transporte se realiza por los servicios municipales, mientras que los grandes centros tienen
que garantizar el servicio por medios propios. En ambos casos la autoridad sanitaria tiene que velar por-
que la frecuencia y calidad del servicio, no origine problemas a los trabajadores del centro ni a la comu-
nidad. En este sentido hay que velar porque la frecuencia de la recogida satisfaga los requerimientos de
acuerdo con los volúmenes generados y el tipo de desecho. Es importante en este sentido velar por el
tipo e higiene del transporte que se utiliza, ya que en ocasiones estos transportes se convierten en un
foco de infección y molestia para la comunidad. Debe recordarse que la buena limpieza diaria de los ca-
miones es imprescindible, por razones higiénicas y de conservación de los equipos.
337
Existen muchas de estas grandes industrias, sobre todo aquellas ubicadas en zonas rurales que poseen
sus propios vertederos para la disposición final, en estos casos lo primero que debe verificar el inspector
es que el lugar destinado a ese fin ha sido autorizado por las autoridades correspondientes. La disposi-
ción final es muy importante por los numerosos problemas sanitarios que ocasiona, con frecuencia se
le brinda poca importancia y por lo general carece de condiciones sanitarias. Por tanto, como este es un
elemento que debe ser controlado en la inspección a los centros de trabajo que disponen sus desechos
por su cuenta, vamos a describir brevemente las características de los diferentes métodos que se pueden
encontrar con mayor frecuencia en estos lugares.
En el esquema de la figura 7 se puede observar los diferentes aspectos que deben ejecutarse para el
manejo adecuado en un centro de trabajo, tanto para los desechos generales como para los peligrosos.
5.3.1. Métodos de disposición final.
Vertedero a Cielo Abierto.
Este es el tipo de disposición final más frecuente en los países con características de desarrollo similares
a las de Cuba y aún bastante frecuente en países desarrollados, pues no requiere grandes inversiones,
ninguna planificación y muy poco mantenimiento. Es un método con muchos inconvenientes sanitarios,
presentando un aspecto antiestético, con generación de humos y malos olores y siendo una fuente de
insectos y roedores.
No obstante cuando no hay otra alternativa, al menos deben cumplir con los requisitos siguientes:
• Estar ubicados lejos de las poblaciones y a sotavento de las mismas.
• Tener un área limitada y cercada.
• Tener personas que vigilen el lugar.
• No se permitirá en el área personas ajenas, ni animales.
• Debe existir instalación de agua para incendios.
• Existir lugares de estancia para los trabajadores con facilidades sanitarias.
Relleno Sanitario.
Este es un método sanitario efectivo y relativamente económico, el cual consiste en depositar los de-
sechos en forma planificada y controlada en un sitio seleccionado. Permite recuperar terrenos para la
agricultura.
Los desechos son esparcidos y compactados, cubriéndolos posteriormente con una capa de tierra, la cual
es apisonada.
Se emplean según las características del terreno dos métodos diferentes el de zanjas en terrenos llanos y
el de prismas para terrenos irregulares. En el primer caso, se abren zanjas paralelas de 3m. de ancho por
1,5 - 1,8 m de profundidad, a 3 m de separación y de la longitud que permita el terreno. Se debe cubrir
con 0.6m de tierra la basura depositada diariamente. En el de prismas, la basura se va situando acorde a
las características topográficas y debe cubrirse igual que el en método anterior.
La distancia mínima de los rellenos a las poblaciones debe ser de 500 m y debe tener una zona de protec-
ción sanitaria con áreas verdes de unos 300 m.
338
Compostaje o conversión en abono.
339
4. Control Higiénico de los Servicios de Alimentación.
En muchos centros de trabajo existen comedores para los trabajadores, en nuestro país la existencia de
estos servicios de alimentación es casi general y por la importancia sanitaria del mismo, es un factor que
debe ser controlado por todo quien supervisa las condiciones de trabajo. La inspección de estos lugares
debe dirigirse a dos objetivos esenciales, identificar las condiciones de conservación, elaboración y fun-
damentalmente, manipulación de los alimentos, que pudieran convertir a estos en un factor de riesgo de
transmisión de enfermedades digestivas y evaluar desde el aspecto nutricional si la dieta es adecuada
para el gasto energético de acuerdo con el tipo de actividad.
Vamos a considerar como “alimento”, a todas las sustancias que componen la dieta humana, tanto si se
encuentran en estado natural como si han sido manufacturadas o preparadas, incluyéndose en este con-
cepto al agua. El trabajador tiene necesidad de una buena alimentación, no obstante, el alimento puede
convertirse en un factor de riesgo, causando efectos adversos a la salud, cuando se carece de control
sanitario en estos servicios de alimentación colectiva. En la figura 9 podemos observar los beneficios y
daños que pueden causar.
340
gares existen especialistas en nutrición que determinan la dieta que debe corresponder a cada actividad
Otra forma para evaluar la oferta consiste en el pesaje de una muestra de las raciones servidas al azar, es
preferible hacerlo en el momento antes de comenzar el servicio de las raciones ya preparadas y después
en intervalos de acuerdo con el número de comensales. De esta forma se puede estimar el promedio de
cada ración de los diferentes tipos de alimentos y posteriormente calcular las Kcal. totales suministradas
y por tipo de nutrientes.
Es importante conocer que existen programas computarizados para el análisis de esta información.
6.2. Condiciones higiénicas.
Este es el factor fundamental que debe controlar el personal responsabilizado con la salud en los centros
de trabajo. Si los aspectos nutricionales son importantes, también es importante poder asegurar que
el entorno y las prácticas de almacenamiento, preparación y manipulación en general cumplan con las
exigencias higiénicas, de forma que garanticen su inocuidad, salubridad y buen estado de calidad. No
podemos aceptar que la falta de higiene en los locales donde se procesan alimentos y una manipulación
341
descuidada, conviertan en un agente nocivo, lo que supuestamente es beneficioso.
La contaminación de los alimentos con microorganismos capaces de transmitir enfermedades al hombre,
conocidas como enfermedades de transmisión por alimentos (ETA), es el efecto adverso más frecuente,
con la ocurrencia de brotes en estos lugares como resultado de condiciones higiénicas deficientes en las
diferentes etapas de su conservación, procesamiento y manipulación.
Es necesario para eliminar o minimizar el riesgo de brotes alimentarios en estos lugares y garantizar
que los alimentos se consuman en buen estado, controlar los mismos desde su origen, hasta que son
consumidos por el trabajador. Cuando los alimentos proceden de una fuente con garantía sanitaria y es
transportado y conservado en condiciones higiénicas, la contaminación se produce generalmente por
la manipulación deficiente. Este es un problema perfectamente evitable, siempre que consigamos que
los encargados del procesamiento y manipulación, sean capaces en su desempeño de cumplir con los
principios de la higiene alimentaria.
Entre las principales fuentes de contaminación que pueden alterar el alimento se encuentran las siguien-
tes:
• Condiciones de transporte inadecuadas por contacto directo con polvo, aguas contaminadas, altas
temperaturas, etc.
• Manipulación incorrecta y por personas enfermas o portadores.
• Deficiente limpieza y fregado de equipos, utensilios y locales.
• Almacenamiento y conservación inadecuada.
• Presencia de insectos y roedores.
• Carencia de hábitos adecuados de higiene personal.
6.2.1. El manipulador de alimentos.
El manipulador de alimentos es como ya expresamos, el eslabón más importante del proceso, por lo que
consideramos que la garantía sanitaria del alimento estará determinada por la “cultura higiénica” que
posea el mismo. ¿A quienes deben considerarse manipuladores de alimentos?; pues a todas las personas
que tienen contacto con el alimento en cualquiera de sus fases, por tanto deben ser capacitados en estos
principios de higiene, desde el chofer que busca los alimentos, hasta el personal que sirve las raciones.
Ya que durante todo este trayecto el alimento puede contaminarse, de forma directa o indirecta, con
microorganismos o sustancias nocivas capaces de alterar el mismo y provocar daños a la salud. Debemos
recordar que el alimento es un medio ideal para el crecimiento de microorganismos y que en ocasiones
es imposible conocer a simple vista si un alimento está contaminado
La necesidad de la capacitación sistemática de este personal, radica en que son las personas que durante
todo el proceso están en contacto con el alimento, lo que les permite detectar manejos incorrectos, alte-
raciones en el proceso o en los productos y otras situaciones, por lo que pueden prevenir consecuencias
adversas, tomando acciones oportunas que eviten el consumo de un alimento alterado. Cuando este
personal, como sucede con frecuencia, carece de la capacitación higiénica necesaria, puede asegurarse
que se convierte en la fuente principal de la contaminación del alimento.
Generalmente la imagen higiénica del manipulador manifiesta la formación recibida, por esto deseamos
esbozar algunas condiciones de higiene personal que deben observarse por quien hace los controles de
342
estos lugares. Entre los aspectos a observar están los siguientes:
343
6.2.3. Almacenamiento y Conservación
El alimento siempre necesita de un almacenamiento antes de su procesamiento y consumo. Durante esta
etapa deben existir condiciones que permitan mantener sus características intrínsecas, sin producirse
alteraciones que modifiquen los nutrientes, ni contaminarse por elementos presentes en el ambiente. Las
condiciones y requisitos de almacenamiento establecidos para estos lugares dependen básicamente del
tipo y facilidad de deterioro del alimento que se desea guardar. Por consiguiente las exigencias sanitarias
en este campo serán diferentes para los alimentos no perecederos (azúcar, harina, frijoles), semi perece-
deros (papa y otros tubérculos) o perecederos (leche, carne, cremas).
El almacenamiento estará organizado de manera que permita hacerse la inspección diaria del estado de
los alimentos, el consumo de acuerdo con la rotación de las existencias y sobre todo la limpieza diaria del
área.
Entre las condiciones generales que se deben analizar en la evaluación sanitaria del almacenamiento de
estos productos encontramos los siguientes:
• Locales limpios, secos, bien iluminados y ventilados.
• Tipo de alimento y facilidad del deterioro.
• Cantidades mínimas necesarias.
• Control de las condiciones del producto, calidad en la recepción.
• Ordenados por grupos o tipos de alimentos.
• Ubicación en estantes y depósitos adecuados, no almacenar en el piso.
• No almacenar con sustancias nocivas.
• Protección contra insectos y roedores.
Los alimentos perecederos, necesitan de condiciones especiales de conservación a temperaturas contro-
ladas en cámaras frigoríficas o de congelación, con el objetivo de alargar su vida. En este tipo de alma-
cenamiento es necesario controlar la temperatura y humedad de acuerdo al tipo de producto, así como
evitar la posibilidad de transmisión de olores de unos a otros productos.
Entre los requisitos que deberán cumplir estas instalaciones y que deben verificarse durante las inspec-
ciones son los siguientes:
• Pisos, paredes y techos impermeables, lisos y limpios.
• Deben poseer desagües protegidos.
• Poseer anaqueles, ganchos, bandejas, etc., de acuerdo al tipo de alimento y con condiciones sanita-
rias.
• Poseer termómetro e higrómetro para conocer la temperatura y humedad.
• No deben llenarse las cámaras, los productos no deben unirse entre sí, ni pegarse a las paredes, de
forma que exista circulación del aire frío.
• Ordenar los alimentos de forma que se pueda realizar una adecuada rotación de los productos.
344
• Guardar los diferentes tipos de alimentos en compartimientos o áreas separados.
346
LA GESTIÓN Y VIGILANCIA DE RIESGOS OCUPACIONALES
1 De 1 a 19
2 De 20 a 49
Urinarios M I - II - III 3 De 50 a 99
5 De 100 a 200
1 Por cada 30 o fracción mayor que 15
I - II 1 Por cada 20 o cada fracción mayor que 15
Lavamanos M–F
III 1 Por cada 10 o fracción mayor que 5
I 1 Por cada 20 o cada fracción mayor que 15
Duchas M–F II 1 Por cada 10 o cada fracción mayor que 5
III 1 Por cada 5
Bebederos M–F I - II - III 1 Por cada 30
I 1 Por cada 1
Taquillas M–F
II - III 2 Por cada 1
347
pueden mencionar las siguientes:
Saneamiento del medio, para la reducción o eliminación de criaderos y guaridas.
Aislamiento de los edificios (Protección con mallas y otras).
Control biológico, mediante peces larvívoros para el mosquito o salmonellas y virus para los roedores.
Control químico, mediante el empleo de insecticidas y rodenticidas.
Protección de los alimentos.
Utilización de trampas.
Protección personal, mediante ropas especiales, mosquiteros y repelentes.
El problema más frecuente que nos encontramos en nuestros lugares de trabajo es la infestación de roe-
dores, cucarachas, moscas y mosquitos. Por lo que quienes inspeccionan estos lugares deben poseer los
conocimientos básicos para el control de los mismos, los que describimos a continuación.
Moscas.
• Educación Sanitaria.
• Saneamiento del medio.
Control de los desechos sólidos.
Correcta evacuación de excretas y residuales.
Eliminación de otros posibles criaderos en especial de materia orgánica.
• Control con plaguicidas.
Rociamiento espacial de interiores con piretrinas y sinérgicos al 0.1% y en exteriores con Mala-
thion al 5%.
Rociamiento residual en lugares de descanso con Diazinon al 1%, Dipterex al 1%, Malathion del
2 - 5% o Lindano al 1%.
Cuerdas impregnadas con Diazinon al 25% a razón de 10m por cada 9,2 metros cuadrados.
Cebos preparados con azúcar y Malathion o Diazinon al 2%.
• Protección mecánica de puertas y ventanas.
• Control biológico con machos estériles o con gérmenes patógenos como el bacillus thuringien-
sis.
Mosquitos.
• Educación Sanitaria.
• Medidas en la fase acuática.
Permanentes.
Eliminación de depósitos artificiales de agua.
348
Relleno sanitario de terrenos bajos.
349
rácter internacional los elevados niveles de contaminantes en las ciudades de algunos países, las modi-
ficaciones en la capa de ozono, el calentamiento global, los cambios climáticos, fenómenos todos oca-
sionados por las emisiones excesivas de contaminantes a la atmósfera. Por tanto, no se puede concebir
una nueva inversión o inspeccionar una fábrica o centro de trabajo, ignorando evaluar la emisión de
contaminantes gaseosos que aporta al medio ambiente.
Es frecuente encontrarnos con sistemas de control en la fuente de generación de contaminantes, que
eliminan o minimizan la exposición del trabajador, sin embargo en los que no han considerado la posible
afectación de su descarga al medio ambiente, la cual se realiza sin medios de separación o neutralización
de los mismos. Es necesario por tanto que en las visitas de control que se realizan a los lugares de trabajo
donde existen sistemas de extracción en el origen, además de proceder a controlar la eficacia de éstos,
se verifique y evalúe la limpieza del aire expulsado al ambiente y se exija la minimización también de los
contaminantes emitidos.
La reducción de los contaminantes en las emisiones industriales se puede lograr por diferentes procedi-
mientos. Aunque hay dos métodos que son los más usuales en el control de estos efluentes, la sustitución
de materias primas, combustibles, procesos y equipos suele ser la solución más efectiva y la aplicación de
métodos de limpieza o minimización de los contaminantes en el aire empleado, que es el más aplicado
en los casos que nos encontramos con un proceso de trabajo establecido. El control de las emisiones se
realiza mediante equipos diseñados específicamente para la reducción de partículas o gases y en algunos
casos para eliminar olores.
Otra medida de relevante importancia en el manejo de la contaminación atmosférica generada por la
producción industrial, consiste en la planificación o determinación de una zona de protección sanitaria
en los proyectos de las nuevas instalaciones. Existen tipos de producción en que se ha demostrado que
contaminan el ambiente o causan molestias al vecindario, aunque en su diseño se tomen medidas de
control efectivas para la limpieza de las emisiones a la atmósfera, por lo que además, para garantizar una
protección adecuada, se establecen distancias entre las zonas residenciales y el lugar donde está ubicado
el foco contaminante. La extensión de esta zona dependerá de las características de los contaminantes
emitidos por el tipo de producción y debe estar establecida en la legislación correspondiente.
350
351
LA GESTIÓN Y VIGILANCIA DE RIESGOS OCUPACIONALES
352
Capítulo 14.
1. Introduccion
El objetivo de la Salud y Seguridad del trabajo consiste, en garantizar la salud de los trabajadores con una
concepción integral y fundamentalmente preventiva, por lo que es inadmisible concebir un texto sobre
el tema, sin tratar el problema que en la práctica dio origen a la creación de esta disciplina, el accidente.
Debemos recordar, que los capitalistas comienzan a preocuparse por esta situación debido a que el desa-
rrollo de la tecnología, les exige mantener la fuerza de trabajo calificada, la cual debido a las condiciones
de trabajo imperantes sufría de graves problemas de salud, en particular los ocasionados por accidentes,
muchas veces mortales. A esto por supuesto, se sumaron las demandas de la clase trabajadora, lo que les
indujo a ocuparse de mejorar las condiciones en que se desarrollaba la actividad laboral y de esta ma-
nera conservar los trabajadores calificados, evitando las demandas sociales y presentando una imagen
humanista.
El desarrollo tecnológico de la humanidad ha conllevado a mejores condiciones de vida, de atención
médica y un aumento de la expectativa de vida, pero paradójicamente han surgido factores de riesgo
que han llevado al accidente (de todo tipo) a convertirse en una de las primeras causas de muerte en los
países y se considera internacionalmente como un problema de salud con tendencia ascendente. Esto
obliga al personal dedicado a la salud y seguridad en cualquier país a dirigir las acciones a disminuir los
accidentes de trabajo, colaborando en disminuir dicha tasa de mortalidad e invertir la tendencia ascen-
dente.
En relación a los fines de salud hay quienes describen el accidente como un acontecimiento casual, por
lo general desgraciado o dañino, independiente de la voluntad humana, provocado por una fuerza exte-
rior que actúa rápidamente y se manifiesta por la aparición de lesiones orgánicas, trastornos mentales o
ambos. Aunque discrepamos de algunos elementos expresados en esta definición, la expresamos con el
sentido que se analice por los lectores, una vez hayan revisado todos los elementos referidos en el tema
respecto a estos eventos.
En Cuba en el año 2000 se encontraba como la cuarta causa de muerte, con 4978 accidentes incluyéndo-
se en los mismos el accidente del trabajo, aunque el mismo no aparece como uno de los factores funda-
mentales de la situación existente.
En este tema se tratará sobre los aspectos fundamentales de la seguridad, que a nuestro juicio debe co-
nocer cualquier especialista o técnico dedicado a la prevención de los riesgos en el trabajo, para dirigir las
acciones y prevenir en su centro de trabajo los accidentes, logrando mejorar en el colectivo la percepción
del riesgo y un clima razonable de seguridad.
353
2. La Seguridad en el Trabajo.
2.1. Concepto
Ante todo debemos comenzar manifestando, que en este concepto vamos a considerar la Seguridad del
Trabajo, como el conjunto de técnicas y procedimientos que tienen por objeto, eliminar o minimizar los
factores de riesgos, que pueden conducir a la materialización de accidentes durante el desarrollo de las
actividades laborales. Como se puede observar, en esta definición está implícito el carácter preventivo de
esta especialidad, ya que resalta que su accionar consiste en eliminar las causas capaces de materializar
los mismos. Aunque no nos agrada tratar estos aspectos de la forma en que se ejecuta en muchos centros
de trabajo, donde los aspectos de atención médica e higiene ambiental, se manejan por un departamen-
to médico y los de seguridad por los técnicos e ingenieros, creándose una dicotomía en la concepción
preventiva y en la atención de los problemas de salud y seguridad, desde el punto de vista didáctico no
nos queda otra alternativa que desarrollarlo de manera independiente. Es cierto que en los aspectos de
seguridad encontramos muchos aspectos que dependen de las tecnologías o procedimientos de trabajo,
que pertenecen al sector de la ingeniería y la organización del trabajo, no obstante el personal sanitario
tiene que ser capaz de identificar los mismos, relacionarlos con la salud de los trabajadores y exigir en
conjunto con los especialistas de seguridad las medidas preventivas necesarias. Nuestro criterio es que
tanto los especialistas de salud como los de seguridad tienen que tratar el problema de forma integral y
por tanto, ser capaces de identificar los problemas existentes en ambos campos, aunque para establecer
las medidas preventivas siempre debe trabajarse en equipo y prevalecer los criterios de los especialistas
más calificados, según el aspecto de que se trate. Que el control en seguridad esté fundamentalmente de-
terminado por la aplicación de un conjunto de conocimientos y técnicas no médicas para eliminar o mini-
mizar el riesgo a la ocurrencia de un accidente, no significa que el personal de salud no esté identificado
con las mismas y viceversa en lo que se refiere a las acciones de higiene por el personal de seguridad.
La seguridad como ya mencionamos es una rama eminentemente social y preventiva, por tanto debemos
tratar estos aspectos de manera tal que nuestro desempeño sea capaz de alcanzar los objetivos trazados,
considerando el contexto social y el nivel de desarrollo de cada país. Ante todo, pensar que si las condicio-
nes de trabajo existentes son producto del desarrollo alcanzado por cada sociedad, la cultura preventiva
también es un producto de ese nivel de desarrollo y expresa la evolución de dicha colectividad y la cali-
dad de vida de sus miembros. Es imposible ante situaciones de riesgo identificadas establecer una receta
única, generalmente proveniente de una sociedad diferente, con un nivel cultural diferente, por lo que
debemos ser objetivos y analizar cada situación de acuerdo con el lugar y características de su desarrollo
social. No podemos pensar que todos los miembros de una comunidad o colectivo laboral poseen cultu-
ra en prevención, ya que como producto social esta sólo existe y se practica, por quienes han alcanzado
ese nivel de cultura y que en realidad creen en su efectividad. De esto se deriva que en la práctica no
podemos aplicar una táctica similar para exigir las medidas de seguridad y salud en los diferentes lugares
de trabajo y que en ocasiones encontremos resistencia en la aceptación de las mismas, justificando las
deficientes condiciones de trabajo por problemas de tipo económico. El especialista o inspector deberá
con ética ser flexible y práctico en sus exigencias, siempre que la aceptación de una situación de riesgo se
pueda tolerar, sin un peligro inminente a la salud del trabajador. Hay que analizar que la función general
de los técnicos radica en el control de riesgos y para esto debe alcanzar la mayor fiabilidad en el sistema,
lo cual en la realidad práctica significa lograr un nivel de riesgos tolerable, ya que la estrategia de eliminar
todos los riesgos es poco realista y nos quita credibilidad ante los responsables de las empresas.
Por tanto, ¿Qué es realmente la seguridad?
354
Es la función que nos permite alcanzar y mantener un óptimo estado de funcionamiento de un sistema
Nuestro objetivo en cualquier centro de trabajo tiene que ser incluir la seguridad como un sistema más,
de los que contribuyen a la estabilidad y continuidad de los sistemas de trabajo y cuyas metas serán
lograr confiabilidad en el desempeño humano, en los procesos y tecnología y en el logro de resultados.
355
En consecuencia podemos tratar la prevención de riesgos laborales como el conjunto de actividades o
medidas adoptadas o previstas, en todas las fases del proceso empresarial, (incluida la concepción, dise-
ño y proyecto de procesos, lugares de trabajo, instalaciones, dispositivos, procedimientos, etc.) dirigidas a
eliminar o minimizar los riesgos laborales. Al analizar este contenido podemos afirmar que es incompleto
desde el ámbito de la Salud, ya que no incluye aquellas medidas de rehabilitación o recuperación del
trabajador afectado por los factores presentes en su entorno laboral.
Por tanto, la prevención de riesgos laborales, en los programas que se elaboren por las empresas, deben
incluir los elementos considerados por la Organización Mundial de la Salud para cada uno de los tres
niveles de atención siguientes:
Prevención Primaria: Es la más eficaz y está dirigida a evitar los riesgos o la aparición de los daños, me-
diante el control eficaz de los factores de riesgos que no pueden eliminarse. Puede aplicarse en:
El diseño de la instalación, tecnología, etc. Es en términos absolutos la medida más eficaz. Consiste en
considerar los principios preventivos en el momento que se concibe el diseño de instalaciones, equipos,
herramientas, puestos de trabajo, procesos, métodos, organización del trabajo, etc. con la finalidad de
eliminar o minimizar los riesgos.
Acciones sobre la fuente, de manera que se elimine o minimice el factor de riesgo, aplicado las medidas
técnicas más eficaces sobre el elemento, máquina o proceso que genera el riesgo, como puede ser el
aislamiento o enclaustramiento de dicha fuente.
Acciones sobre el medio de transmisión, o sea el ambiente del lugar de trabajo, evitando la exposición,
ya sea, .generalmente interponiendo barreras entre la fuente y el receptor de manera que se elimine la
posibilidad del daño.
La persona o trabajador. En general son los tan conocidos medios de protección personal. Es aplicado con
mucha frecuencia, aunque es el menos efectivo en ocasiones son necesarios. Es en particular de gran ayu-
da entre estas medidas, la vigilancia de la salud individual y la formación en materia de salud y seguridad,
la cual muchas veces posee un carácter formal.
Secundaria: Es la que comprende la etapa en que se inicia el proceso de alteraciones de la salud, aunque
no se manifieste de una forma clara. En la misma aparecen las modificaciones detectadas que en muchas
ocasiones son reversibles, se incluyen muchas acciones de atención médica que tienen como objetivo
la vigilancia de la salud del trabajador, que permiten el diagnóstico precoz y el tratamiento oportuno y
eficaz .
Terciaria: Se aplica cuando existe una alteración patológica de la salud, durante la convalecencia o pos-
terior a la misma. Estas acciones son en general de atención médica y de rehabilitación. Es importante
aclarar que además de la rehabilitación médica debe existir la rehabilitación laboral, de aquéllos casos en
que se hace necesaria para la reinserción del trabajador a la actividad laboral
En realidad para hacer prevención en Seguridad y Salud del Trabajo, los programas o planes elaborados
por los centros laborales deben considerar los principios generales siguientes:
• Evitar la existencia de riesgos en los procesos de trabajo.
• Evaluar los riesgos cuando la existencia de los mismos es inevitable.
• Eliminar o minimizar los factores de riesgo en la fuente u origen.
356
• Adaptar las condiciones de trabajo a las características de los trabajadores.
RECORDAR:
“UN PROCEDIMIENTO DE TRABAJO QUE PUEDA HACERSE CON Y SIN SEGURIDAD, PUEDE CON-
SIDERARSE UN MAL PROCEDIMIENTO DE TRABAJO”
357
factores sociales.
• La característica abstracta o intangibilidad de la prevención.
Tenemos que considerar que estamos tratando de convencer a quienes deben actuar, sobre cosas
que no han sucedido y esto no es fácil de lograr. Cuando se hace prevención reactiva es fácil que se
nos comprenda y se apliquen las medidas, ya que el accidente ha ocurrido, es un hecho evidente,
quienes tienen que adoptar las medidas están palpando la situación acontecida. La solución de este
aspecto tan complejo no puede resolverse mediante la emisión de medidas prohibitivas, hay que
resolver este problema demostrando objetivamente, que los procedimientos preventivos ayudan
al buen desarrollo de la actividad y son incompatibles o al menos minimizan la posibilidad de los
accidentes.
• La falta de integración de la seguridad y salud a los planes de la empresa, considerando los pro-
gramas de seguridad como algo a lo que hay que subordinarse.
En muchos casos los especialistas de seguridad se encuentran desvinculados de los planes generales
de la empresa y actúan de forma independiente, pensando que su actividad por la importancia social
que conlleva tiene que priorizarse sobre el resto de las tareas. Nada más falso que este razonamiento.
El especialista tiene que conocer y participar o sea estar integrado a los planes productivos y de ser-
vicios y ser un factor que viabilice su ejecución, pues debe recordar que una organización ineficiente
poco podrá hacer, tanto respecto a la seguridad como a sus otras funciones. Es fundamental que los
dirigentes directos de la producción vean al personal de seguridad como alguien que le asesora en
sus funciones, que es participe del proceso, para que le consulten los posibles cambios de proceso
o procedimientos previamente a su aplicación. Una forma inteligente de resolver este fenómeno es
integrarse a los programas de calidad y protección del ambiente, ya que el primero en general se ha
desarrollado y es muy apoyado por el significado que tiene respecto a la competitividad del produc-
to y el segundo por las presiones de la comunidad, existentes en la actualidad respecto al impacto
ambiental y el desarrollo sostenible. Hay que participar en los resultados de la empresa y llegar a ser
considerado como parte del proceso productivo o de servicio que se desarrolla en la entidad, si que-
remos que nuestras disposiciones se promuevan y ejecuten.
• El considerar los errores humanos como el factor causal esencial de los hechos y no los otros fallos
del sistema de trabajo.
Desde hace muchos años se maneja que los problemas de seguridad tienen causas de origen orga-
nizativo, técnico y humano. En la mayoría de los casos investigados, se presenta como que las causas
básicas son errores humanos o de conducta. Supongo que de esta manera, se pretende justificar
los programas de prevención existentes y el trabajo de los especialistas en este campo. Debemos
recordar que en todo sistema ya sea humano o tecnológico, el error siempre pudiera considerarse
humano, ya que la máquina o procedimiento que falló fue diseñada por el hombre. Por tanto tene-
mos que concebir la posibilidad del error como algo probable en cualquier sistema y no encubrir o
hacer resistencia a aceptar los problemas como técnicos u organizativos, ya que no reconocer esto,
conlleva a que no se necesite modificar el proceso o tecnología. Hay que identificar los fallos y proce-
der a lograr un sistema, que aunque se produzca un fallo no ocasione accidente. No es menos cierto
que es necesario alcanzar un “comportamiento seguro” del trabajador, pero esto puede lograrse me-
diante formación y disciplina, ya que no hacemos nada en culpar al factor humano cuando siempre
el mismo va a ser indispensable en el proceso. Además hay que recordar que el hombre siempre tiene
358
una alta fiabilidad pese a los errores que pueda cometer y continúa siendo el elemento más fiable de
359
• Al mismo tiempo, el número mundial de accidentes, mortales o no, se eleva a 270 millones por año.
• Las muertes por accidentes de trabajo comprenden el 19% del total de fallecidos y es la cuarta causa
de muerte.
Como vemos el problema social que se plantea es sumamente serio, aún más, si consideramos que
en muchas ocasiones los accidentes y muertes que ocurren no son notificados, lo cual permite su-
poner que estas cifras deben ser superiores. Hay que manifestar que todos los dedicados a estas
funciones tenemos el gran desafío de disminuir esta grave situación en los próximos años, ya que
está demostrado que “los accidentes de trabajo y las enfermedades profesionales que tienen lugar
en el mundo puede prevenirse”.
Este problema de salud no se encuentra en manera alguna distribuida uniformemente entre las distintas
regiones del mundo, ni es igual en todos los países. Las razones que explican estas diferencias en las
tasas, están relacionadas fundamentalmente con la equidad y el nivel de desarrollo, presentando una
disminución en los países desarrollados y una tendencia a mantenerse o elevarse en los países subdesa-
rrollados. Se puede afirmar que en este fenómeno ha incidido la política de exportar los trabajos peligro-
sos a los países en desarrollo. A lo anterior puede agregarse el bajo nivel de la educación en los países en
desarrollo, con las subsiguientes dificultades en la asimilación de estas nuevas tecnologías y de una baja
percepción del riesgo.
Figura 1. Situación de la SST en Latinoamérica y el Caribe
En América Latina y el Caribe durante los últimos decenios en particular, la política neoliberal con sus pro-
puestas de privatización, libre comercio, procesos de reformas, flexibilización laboral, etc., solo ha logrado
incrementar la inequidad y el deterioro de las condiciones de trabajo. En informes del Banco Interame-
ricano de Desarrollo y de la Organización Sanitaria Panamericana se expresa el nefasto impacto de esta
política en las siguientes cifras sobre el estado de la salud de los trabajadores de la región, lo cual puede
observarse en la figura 1 y que demuestran el grado del impacto en la salud y la economía de estos países,
así como, la necesidad de establecer políticas de salud que den un vuelco a dicha situación.
Las estadísticas de accidentes del trabajo sitúan a las muertes por esta causa en el tercer lugar entre las
diferentes causas de muerte, por lo que estamos obligados a tomar medidas que eviten la muerte de
miles de trabajadores a los que les quedarían una extensa vida laboral. Se plantea por la OIT que si todos
los estados establecieran estrategias de prevención de accidentes adecuadas, se podrían reducir unas
300,000 muertes y unos 200 millones de accidentes; simultáneamente se ganarían numerosos años de
trabajo de una fuerza laboral en ocasiones de alta calificación, así como se disminuirían los pagos por
indemnizaciones, todo lo cual contribuiría a mejorar la calidad de vida de los trabajadores.
360
4. El Accidente del Trabajo.
361
dificultades en la interpretación y diferencias en las estadísticas, que hacen que generalmente no sean
comparables los resultados entre países o áreas.
Nuestra experiencia nos ha llevado a considerar que todas estas definiciones han sido elaboradas en base
a buenas intenciones de los juristas, pero en función de los intereses de las disposiciones legales referen-
tes a la seguridad social y no en base a los principios de la protección y la prevención del trabajador. Esto
condiciona los múltiples conflictos laborales que se presentan en muchos casos, para el reconocimiento
de un evento de este tipo como accidente de trabajo. A continuación enunciaremos a nuestro juicio las
características que desde el aspecto de la seguridad y la prevención de los accidentes debería cumplir un
evento para considerarlo como accidente de trabajo.
a). Debe ser un hecho repentino, súbito, violento, no esperado.
b). Tiene que ocasionar lesiones al trabajador.
c). Existirá una relación de causalidad con la actividad laboral en su más amplio sentido, incluyendo
en esto todos los eventos que se produzcan durante su estancia en el lugar de trabajo o en el
trayecto desde y hacia el mismo.
d). Que no sea una acción deliberada del trabajador con el objetivo de producirse un daño o lo que
es lo mismo, no puede considerarse como una lesión autoprovocada.
El resto de los aspectos que en ocasiones se manejan para determinar la categoría del accidente no son
del contenido de la seguridad del trabajo, sino de los mecanismos legales existentes para la indemni-
zación del trabajador y los beneficios que el mismo puede recibir. Este aspecto aunque forma parte de
la protección que brinda la sociedad al trabajador ante el hecho consumado, son determinados por los
especialistas de seguridad social en el marco de los beneficios de la legislación vigente en cada país.
Por tanto la definición del accidente del trabajo no puede estar permeada de los problemas económicos
de los seguros sociales y empresas capitalistas, los que tratan de demostrar que el accidente no es de
trabajo, en detrimento de los beneficios del trabajador. La función de los especialistas de seguridad debe
ser la prevención y protección del trabajador y su función es dentro del marco ético correspondiente,
identificar las causas y condiciones de trabajo que determinan estos eventos, así como, las medidas ne-
cesarias para que no se repitan. Es inadmisible querer alcanzar reducción de los indicadores en función
de no reconocer como de trabajo los eventos de este tipo, justificando las deficientes condiciones de
trabajo y atribuyendo las causas a la conducta irresponsable del trabajador. Recordemos por último, que
los accidentes de trabajo son los indicadores inmediatos y más evidentes de unas malas condiciones de
trabajo y dada su frecuencia y gravedad, la lucha contra los mismos será el primer paso de toda actividad
preventiva.
4.1. El incidente de trabajo.
Un elemento de importancia a considerar en la prevención de accidentes son los incidentes. El incidente
se considera al suceso anormal que se presenta de forma brusca e imprevista y que interrumpe o dificulta
el proceso de trabajo y que no produce lesión al trabajador. Es el suceso anterior a la pérdida, el contacto
que causa o que podría causar la lesión. Cuando se permiten que existan las causas potenciales, estamos
362
permitiendo que pueda producirse el contacto que causa el accidente.
Ya de esta forma Heinrich desde los años 30 expresaba que hasta ese momento el análisis de las causas
de los accidentes se había basado en los graves, lo cual se debía a la interpretación errónea de lo que
en realidad era el accidente. En su estudio demostraba que de 330 accidentes que se producían, 300 no
ocasionan lesiones, 29 causaban lesiones leves y 300 no causaban lesiones. Bird posteriormente en 1969,
en otro estudio, establece que por cada accidente grave o incapacitante se producían 10 leves, 30 con
daño a la propiedad y 600 sin consecuencias (Ver Figura 2). Tye y Pearson entre 1945 y 1975, estudiando
este problema obtuvieron que por cada accidente fatal o grave, se produjeran 3 accidentes con baja, 50
con lesiones que requerían primeros auxilios, 80 con daño a la propiedad y 400 sin consecuencias. Según
informaciones de la OIT, en estudios realizados en Estados Unidos y Finlandia mostraron que por cada
accidente mortal se producen más de 1000 con lesiones incapacitantes y que la relación de mortales con
incidentes o cuasi accidentes es de 1:70000. Estas cifras determinan la importancia del accionar sobre los
factores que causan el incidente, ya que cualquiera de ellos en presencia de ciertos factores puede tener
una consecuencia más grave o sea, convertirse en un accidente.
Observando estos resultados de los múltiples estudios realizados se demuestra la importancia preventiva
que tiene la actuación sobre los incidentes, ya que la frecuencia de éstos es muy superior y por tanto si
orientamos las acciones preventivas sólo sobre los factores que ocasionan los accidentes con lesiones,
estamos disminuyendo la probabilidad de evitar los daños a los trabajadores y a la propiedad. Hay que
enfatizar que el accidente de trabajo es sólo una pequeña parte de los eventos que deben investigarse
para garantizar la seguridad de los trabajadores y el resultado de alguna ineficiencia del sistema de traba-
jo implantado y de la gestión de los especialistas.
Queremos hacer mención que en las normas de Sistemas de Gestión (18000) aprobadas en el 2007, se
363
propone variar los conceptos de accidente e incidente.
4.2. Causalidad de los accidentes
Es necesario para hacer prevención de accidentes, partir de que son necesarios conocimientos de Epi-
demiología, para su aplicación en la investigación científica de las causas que originan los mismos y me-
diante su eliminación evitar la producción de estos eventos. En la actualidad el principio determinista
utilizado años atrás de que a una causa correspondía un efecto podemos afirmar que es obsoleto, consi-
derándose que la mayoría de los eventos presentan múltiples causas para que se produzcan.
El considerar al accidente como producto de la existencia de una serie de factores que se desencadenan
en un orden y que coinciden en tiempo y espacio para que se produzca el contacto con una fuente de
energía, que supera los límites admisibles por el cuerpo humano, es esencial para determinar las causas
y las posibles medidas a tomar. Está demostrado que los accidentes de trabajo no tienen una sola causa,
sino que son una secuencia de una serie finita de fenómenos, que se pueden agrupar como factores de
riesgo, algunos de ellos ajenos al trabajador y determinados por las condiciones de trabajo, así como,
otros debidos a los comportamientos atribuidos al hombre que trabaja (Ver Figura 3)
Cuando se habla de seguridad en los aspectos referidos a la prevención de accidentes, los especialistas
manejan métodos de investigación que en ocasiones no consideran los principios epidemiológicos para
el análisis de las causas. Los conocimientos sobre Epidemiología Laboral son básicos para el personal
dedicado a la prevención, ya que esta ciencia consiste en “el estudio de las condiciones que regulan la
difusión de enfermedades y accidentes en colectivo de trabajo”, lo que permite elaborar investigaciones
de carácter científico, mediante las que alcancemos resultados con valor significativo sobre las causas del
fenómeno y proceder a ejecutar las acciones necesarias para la eliminación de las condiciones peligrosas
existentes.
El modelo causal de pérdidas permite identificar y comprender las causas que originan los accidentes
364
y por consiguiente una pérdida. Es necesario conocer la secuencia de las etapas de un accidente, para
Analicemos las distintas etapas y los elementos que comprende cada una de ellas para una mejor aplica-
ción de la investigación y análisis de estos eventos.
Pérdida. Esta es el “resultado final del suceso o sea la consecuencia” del mismo, la cual es una cuestión en
que influye la casualidad (suerte). Como ya hemos mencionado las pérdidas fueron el origen de la segu-
ridad y éstas pueden afectar a las personas, a la propiedad o a los procesos.
Accidente/Incidente. Es el hecho que determina la pérdida, es anterior a la misma y podemos considerar-
lo como aquel que podría causar la lesión o el daño material. En el caso de las pérdidas personales, éstas
están determinadas por el contacto o intercambio de energía que al superar los límites admisibles por el
hombre, produce el accidente o el incidente en casos que no haya daños personales.
Causas Inmediatas. Son las circunstancias que se presentan justo antes de que se produzca el accidente.
Generalmente son a las que se les atribuye la ocurrencia del mismo, pues son las que rápidamente se
observan o las personas involucradas mencionan, se les clasifican en actos o comportamientos inseguros
y condiciones inseguras. El atender sólo a estas causas no evita que se continúen produciendo estos he-
chos, ya que los mismos son originados además por otros factores que existen en el proceso de trabajo.
Causas Básicas. Son los factores que generan los actos y condiciones inseguras y que permiten explicar
realmente las razones que determinan y explican las situaciones creadas. Estas causas pueden ser de
carácter personal, técnico y organizativo y en todos los casos son las que debemos conocer para lograr la
eliminación o minimización del riesgo y la ocurrencia de estos hechos.
Falta de Control. Esta es en muchas ocasiones el factor fundamental de la ocurrencia de los accidentes,
ya que es la etapa que da inicio a cualquier evento de este tipo. La falta de control por la administración
de los programas de seguridad determina que no se corrijan a tiempo factores que pueden causar acci-
dentes y pérdidas. Poder garantizar el control de los factores de seguridad es esencial, determinando la
existencia de una política en este campo que garanticen programas y normas de seguridad y se controlen
por todos los mandos empresariales.
365
En la secuencia de los accidentes es importante analizar que mientras la ocurrencia de los mismos es un
problema de causalidad, o sea, que están generados por la existencia de un conjunto de factores suficien-
tes y necesarios, para que se produzca el hecho, las consecuencias sin embargo, dependen del azar o lo
que es lo mismo de la suerte. En la figura 5 podemos observar como en una actividad de izaje de cajas
con grúa, con similares condiciones de trabajo y los mismos factores de riesgo presentes, la caída del
objeto puede convertirse simplemente en un incidente con daño a la propiedad o un accidente de leves
o graves consecuencias, lo que estaría determinado sólo por la ubicación del trabajador en el momento
de la caída de la caja.
366
el ambiente laboral, de manera que puedan determinar las probables situaciones de riesgo que puedan
367
• Dimensiones de los puestos o lugares de trabajo. Estos deben tener una amplitud necesaria para
las tareas que en el mismo se realizan. Aunque existen documentos en que se recomiendan dife-
rentes dimensiones para estos lugares y en la legislación de algunos países se regulan las mismas,
coexiste un criterio uniforme en este sentido. Se considera un espacio de trabajo adecuado (figura 6)
cuando el lugar tiene un área de unos 2 m2 por 3 m de altura, lo que determina un volumen de 12 m3
por trabajador, en el caso de oficinas y otras actividades de servicio se puede admitir hasta 2,75 m.
• Pisos, paredes, techos, desniveles y barandas. El estado que pueden presentar estos elementos son
de suma importancia para evitar sobre todo las caídas de trabajadores a un mismo nivel o a diferen-
tes niveles. Las condiciones que deben observarse para considerarles como posible factor de riesgo,
están determinadas casi siempre, por el estado de mantenimiento que presentan o por las ausencias
de protecciones en las aberturas existentes.
Los pisos deben ser de materiales resistentes de acuerdo con las actividades que se realizan, nivela-
dos, no resbaladizos y de fácil limpieza. Los techos deben estar en buen estado de mantenimiento y
a una altura aceptable, en el caso de naves en países de clima cálido como el nuestro, las cubiertas
deben ser buenas aislantes de la radiación solar y estar a alturas de 7 metros o más. En todos los lo-
cales, los pisos y paredes no deben presentar huecos o aberturas peligrosas y en caso de que existan
las mismas deberán estar protegidas. En el caso de los pisos los huecos sin cubrir se protegerán todos
preferentemente con protecciones fijas y en paredes y otros elementos constructivos, aquellas aber-
turas que generan un riesgo de caída de alturas mayores de 2 m, como es el caso de las plataformas
o puertas, se les situarán barandas de protección. Estas barandas deben tener una altura y resistencia
adecuadas, recomendándose 0.9 m y 150 kg/m respectivamente.
• Vías de circulación. La característica principal que deben tener estas vías están determinadas por su
espacio y estarán limitadas y señalizadas. Estas vías pueden ser pasillos de personal o para vehículos
de transporte y carga.
Los pasillos de personal pueden ser principales o secundarios (figura 7), para los que se recomienda
una anchura de 1,2 m y 1 m respectivamente, no aceptándose pasillos menores de 0,8 m. En el caso
de los que brindan acceso de los trabajadores a máquinas, se acepta una anchura de 0,6 m y entre
las máquinas y las paredes se recomienda 0,8 m. La aplicación de estas regulaciones en ocasiones
deberá ser flexible, ya que dependen en gran medida del diseño previo de la instalación o el proceso.
368
LA GESTIÓN Y VIGILANCIA DE RIESGOS OCUPACIONALES
En los pasillos para vehículos de transporte o manipulación de cargas su anchura estará determinada
por el ancho del vehículo y el sentido de la circulación. Cuando son vías de un solo sentido se reco-
miendan anchuras de 1,6 m más el ancho del vehículo, aunque puede admitirse hasta 0,8 cuando la
circulación es poca. En el caso de circulación en doble sentido se recomienda 2 m más el ancho de los
vehículos. Estas vías deben poseer una altura mínima acorde con la altura del vehículo y los elemen-
tos que se van a transportar, agregándole un espacio adicional no menor de 0,3 m.
• Rampas, escaleras y escalas. En estos elementos constructivos existentes en cualquier centro de
trabajo, son frecuentes que se produzcan caídas de los trabajadores, por lo que deberán cumplir de-
terminados requisitos para garantizar la seguridad y no incrementar el esfuerzo físico del trabajador.
En las rampas que se utilizan para salvar desniveles los pisos deben ser de anchura, resistencia, coefi-
cientes de fricción adecuados al tipo de tránsito que se realiza por ellas y con pendiente no superior
al 12% cuando su longitud es de hasta 3 m, del 10% hasta 10 m y del 8% para distancias mayores.
(Figura 8). En las rampas de carga su resistencia debe soportar un peso superior a 4 veces el máximo
estimado, cuando están en un mismo piso su pendiente no debe ser mayor del 10% y si en las mis-
mas se utilizan carretillas manuales se recomienda no tener pendientes mayores del 5%. En los casos
que pasen por encima de lugares donde puedan situarse trabajadores es recomendable instalarse
rodapiés de 0.15 m y barandas.
Las escaleras fijas (figura 9) exceptuando las de servicio deberán tener una anchura mínima de 1 m, una
pendiente entre 20 y 450, poder soportar cargas de 500 Kg/m2 y poseer descansos a 3.7 m o menos Cuan-
do su altura sea superior a 4 escalones poseerán barandas en los lados abiertos y en los casos de anchura
369
menor de 1 m pasamanos en 1 de sus lados, en anchuras mayores de 1 m se emplean pasamanos a ambos
lados, los que estarán separados de la pared 0.4 m. Es necesario que se distingan los escalones claramente
y la altura de las contrahuellas y distancia de la huellas deberán ser uniformes. Deben evitarse las escale-
ras de caracol las que sólo se admitirán en casos excepcionales.
Las escalas fijas (figura 10) son muy peligrosas sobre todos cuando se utilizan a grandes alturas, por lo que
las mismas deben estar aseguradas sólidamente a los edificios o equipos, tener un espacio libre de 0.4 m
a ambos lados del eje de la escala, una distancia máxima entre peldaños de 0,3 m y una distancia mínima
entre el frente y la pared de 0.75 m y entre la parte posterior y cualquier obstáculo de 0,16m. Cuando
tienen una altura mayor de 4 metros, deben disponer de una protección circundante de diámetro entre
0.6 y 0.7 m, con descansos cada 9 m, medida innecesaria en conductos o pozos angostos, en los que por
su configuración no se justifican.
En los centros de trabajo también se utilizan escaleras de mano que con frecuencia causan accidentes,
por sus malas condiciones de mantenimiento o por el empleo incorrecto de las mismas, aspectos es-
tos que deben controlarse por los técnicos encargados de la protección de los trabajadores. Es de suma
importancia capacitar a los trabajadores en la utilización de las mismas con seguridad, un elemento en
este sentido es el ángulo de apoyo y la distancia (figura 11) que debe existir cuando se apoya en su parte
superior para el acceso a otro nivel de la construcción, como puede observarse en la figura ..
370
LA GESTIÓN Y VIGILANCIA DE RIESGOS OCUPACIONALES
• Puertas, vías y salidas de evacuación. Las puertas son un elemento común a todo centro de trabajo
y al parecer no debiera ser un factor de riesgo de accidentes, no obstante son causa de accidentes
frecuentes por golpes, debido a su mal diseño o estado de mantenimiento. Son diferentes los tipos
de puertas que encontramos en los lugares de trabajo, entre las más frecuentes podemos citar, las
puertas normales, o sea la que se utilizan en las áreas administrativas, las de corredera, las de vaivén
y las mecánicas.
En sentido general las puertas deben poseer una anchura y altura adecuadas, no poseer obstáculos
a su acceso, ni estar ubicadas a una distancia de posiciones de trabajo que puedan golpear a los tra-
bajadores al ser abiertas y estar señalizadas. Las normales deben tener una anchura mínima de 1 m
y una altura mínima de 2 m. Las puertas de vaivén deben poseer un visor transparente o señales que
permitan conocer cuando va a ser abierta por otra persona al lado opuesto. En el caso de las puertas
de corredera poseerán elementos de protección que eviten que la puerta pueda caer al salir de sus
carriles y las puertas mecánicas poseerán elementos de seguridad, de manera de evitar en ambos
casos que en estas golpeen o atrapen al trabajador.
En todos los centros laborales deben existir al menos 2 puertas de salida al exterior a no más de 45
m de distancia y de un ancho mínimo de 1.2 m. Cuando las puertas dan acceso a escaleras deberán
poseer descansos iguales al ancho de la misma. En los centros considerados peligrosos las puertas
de emergencia son un elemento esencial como vía de evacuación, en estos casos la anchura de las
mismas estará en concordancia con el número de trabajadores que deben evacuarse, podrán abrirse
fácilmente y en cualquier momento durante la jornada laboral. En todos los casos las puertas de eva-
cuación al exterior abrirán en ese sentido y cuando dan acceso a pasillos hacia el interior.
5.2. Máquinas, equipos y herramientas de trabajo.
Desde principios de las actuaciones en seguridad se menciona como elemento fundamental, la relación
hombre – máquina. Es indiscutible que un elevado porcentaje de los accidentes, ocurren porque el tra-
bajador para ejecutar sus tareas tiene que practicar un contacto directo con la máquina, equipo o herra-
mienta, la cual si no cumple los requisitos de seguridad puede causar una lesión al mismo. Vamos a definir
para este tema como máquinas o equipos de trabajo, todos los que el trabajador puede utilizar en su
actividad laboral, en nuestro caso, a aquéllos que tanto en las esferas de la producción o los servicios, el
trabajador utiliza en el desempeño de sus tareas excluyendo, las instalaciones de agua, electricidad, etc.
371
Las causas de los daños que recibe el trabajador por el contacto con las partes peligrosas o elementos
móviles se deben generalmente a golpes, cortes o atrapamientos, en ocasiones también por los mate-
riales elaborados, ya que se pueden proyectar esquirlas o partículas y en algunos casos la proyección de
elementos de las propias máquinas, como es el caso de discos, poleas y otros. Es necesario para identifi-
car los posibles lugares peligrosos, verificar las condiciones de seguridad del punto de operación en los
puntos de transmisión de energía, los posibles puntos de pellizco, las piezas rotatorias o reciprocantes y
los puntos en que se producen partículas, chispas o posibles partes voladoras. Aunque estos son los lu-
gares de mayor interés, sin dudas, el lugar en que se produce el mayor número de lesiones es en el punto
de operación, o sea, en el lugar donde la máquina realiza el trabajo. Sintetizando podemos afirmar, que
cuando controlamos el riesgo de una máquina o equipo debemos observar los elementos móviles y de
transmisión, así como las posibilidades de que se proyecten materiales o partes de la máquina durante
la operación.
Considerando este aspecto en un sentido amplio, se puede afirmar que la seguridad en la utilización de
las máquinas y equipos de trabajo, implica tres actuaciones básicas:
a). Verificar que las máquinas y equipos de trabajo con los que se desarrolla las tareas posean las
condiciones de seguridad exigidas en las normativas existentes.
b). Brindar a los trabajadores la capacitación sobre los riesgos de cada medio de trabajo y la forma
de evitar ser lesionados durante el desempeño de sus tareas.
c). Controlar que en las diferentes tareas, las máquinas y equipos se utilizan de forma segura.
Las máquinas y equipos deben ser diseñados considerando los principios de prevención intrínsecos y los
ergonómicos, de forma que garanticen la seguridad durante la operación, no obstante, en muchos casos
se mantienen puntos peligrosos que pueden ser causa de un accidente. El trabajo del especialista de
seguridad en estos casos, debe estar dirigido a prevenir el contacto del trabajador con la parte peligrosa
de la máquina. En este sentido el primer aspecto a considerar, será la existencia del espacio suficiente en
los puestos de trabajo para el trabajo ordenado y la fácil accesibilidad a las partes de las máquinas. Como
criterio general la mayoría de la gente piensa con razón y no están equivocadas, que la seguridad en má-
quinas consiste en que éstas posean una protección (guardera) que evite acceder a los puntos peligrosos.
Nos adherimos a este criterio como fundamental para evitar las lesiones y agregamos uno adicional que
está vinculado al mismo, el mantener una distancia entre el trabajador y el punto peligroso que impida
el contacto.
Como existe una gran diversidad de estos medios presentes en los lugares de trabajo, vamos a enunciar
los elementos generales para evitar los riesgos mecánicos que las mismas pueden ocasionar y algunas
medidas que pueden aplicarse en el campo de la protección de las máquinas. Por tanto, algunos de los
elementos que podemos considerar para protegernos de estos riesgos son los siguientes:
Resguardos. Estos elementos son los más utilizados, son eficaces y tienen la finalidad como ya mencio-
namos, de evitar el contacto con la parte peligrosa ya sea por cubrir la misma o mantenerla lo suficiente-
mente alejada del trabajador. Es muy frecuente encontrar que los resguardos que poseen las máquinas se
372
les quitan por el personal de mantenimiento y después no se les vuelven a incorporar al medio de trabajo,
Existen diferentes tipos de resguardos que pueden clasificarse según su diseño como fijos, envolventes,
distanciadores, regulables, móviles y móviles con enclavamiento. En la figura 12 pueden observarse di-
ferentes resguardos. Entre las características a observar en los mismos podemos señalar, que las dimen-
siones de las ranuras o accesos de los resguardos serán tales que no permitan alcanzar la zona peligrosa
y deben ser capaces de resistir los posibles impactos en los casos de proyecciones de las máquinas. Su
masa y dimensiones deben ser adecuadas de acuerdo con la frecuencia de apertura y cierre, así como,
con la capacidad de los operarios para manejarlos, ya que si ocasionan un gran esfuerzo o dificultades al
trabajador este tiende a desecharlos. No pueden tener bordes cortantes u otros elementos que puedan
causar lesiones y cuando el proceso tiene que ser observado deben ser transparentes.
373
Dispositivos de Seguridad. Son dispositivos cuya misión consiste en detener la máquina ante surgimiento
de una situación peligrosa durante la operación, evitando el posible accidente.
Doble mando. Son dispositivos que exigen la utilización de las dos manos para poder operar la máquina.
Este elemento al obligar a utilizar ambas manos para la operación, impide los posibles cortes o atrapa-
mientos en manos y brazos. Algunos trabajadores interrumpen el dispositivo para poderlos trabajar con
una sola mano, lo cual debe verificarse en los controles de seguridad.
Pantallas de protección. Son resguardos móviles que se accionan en el momento que una parte peligrosa
de la máquina se pone en funcionamiento, sin estar el mismo en su posición de seguridad la misma no
funciona o se detiene.
Parada o freno automático. Estos dispositivos son elementos que se utilizan para detener la máquina
cuando el trabajador penetra en la zona peligrosa.
Botón o palanca de seguridad. Es un dispositivo que se utiliza para hacer detener la máquina cuando se va
a realizar una operación peligrosa o se presenta una situación peligrosa y requiere de una acción volun-
374
taria del trabajador para detenerla y ponerla en condiciones de seguridad lo más rápido posible en caso
375
tipo de energía utilizada, en el caso de las eléctricas deben trabajar a voltaje de seguridad o poseer doble
aislamiento.
376
numerosos accidentes con daño a la salud de los trabajadores. Durante estas operaciones los técnicos de
Estas tareas cuando exceden las capacidades del organismo humano, pueden ser causa de efectos dañi-
nos, en particular las famosas lesiones sacro lumbares. Este es uno de los problemas que continúa mani-
festándose con bastante frecuencia en algunos colectivos laborales y aún en la actualidad presentan una
alta incidencia en países desarrollados. En ocasiones se mantienen discrepancias respecto a si se conside-
ran o no accidentes de trabajo, dicho cuestionamiento puede perjudicar en estos casos al trabajador para
recibir los beneficios de la protección establecida. Otros efectos que pueden producir estas tareas son el
sobreesfuerzo con la consiguiente fatiga, las caídas de los objetos manipulados con golpes o cortes y las
caídas al mismo o diferente niveles.
Los factores de riesgo a identificar por quienes tienen que hacer prevención son múltiples y complejos, a
continuación enunciamos los elementos de más importancia en estos controles.
Esfuerzo Físico. Toda tarea necesita para su ejecución de un determinado esfuerzo físico. Este es un factor
esencial ya que el hombre posee determinadas capacidades que no pueden ser excedidas, por tanto hay
que identificar si la exigencia o compromiso de su capacidad física de trabajo es demasiado grande y se
producen posiciones o movimientos bruscos y de torsión o flexión del tronco que precipiten la aparición
377
de trastornos del sistema osteomioarticular.
Las características de la carga. Este es un factor relacionado con el anterior y en el que se debe observar la
facilidad de agarre de la carga, el peso y volumen de la misma, que el exterior carezca de aristas o bordes
cortantes, elementos puntiagudos y otras peculiaridades que puedan ser peligrosas.
Características del lugar de trabajo. Las condiciones existentes pueden afectar incrementando el riesgo a
accidentarse. Debe observarse esencialmente si hay el espacio suficiente para la ejecución de la actividad,
si los pisos son resistentes, nivelados y no resbaladizos.
La exigencia de la tarea. En este sentido hay que valorar el tiempo real dedicado a este trabajo, las pausas
de descanso, las distancias a recorrer, el ritmo de trabajo y la posibilidad de interrumpir el mismo cuando
se siente agotado.
Condiciones personales del trabajador. Esta actividad necesita de condiciones de aptitud física que en
ocasiones son ignoradas y con frecuencia encontramos a trabajadores desempeñando estos puestos
que no son aptos para los mismos y hasta con enfermedades que les limitan. Si además se suma a esta
situación, que no son entrenados en la forma correcta de levantar cargas se convierte esto en un grave
problema
La prevención de los efectos nocivos que pueden ocasionar estas tareas está determinada por cuatro
medidas de carácter general.
• Creación de condiciones adecuadas en los lugares de trabajo.
• Selección del personal con aptitud física.
• Entrenamiento en el levantamiento, transporte y sujeción de las cargas.
• Control de los jefes inmediatos en el cumplimiento de las normas operacionales.
5.4.2. Manejo mecanizado de cargas. La necesidad de una mayor productividad del trabajo y el hecho
real de los problemas que ocasiona a la salud la manipulación manual, unido al desarrollo tecnológi-
co han determinado que día a día se disponga y utilicen con mayor frecuencia equipos de elevación
y transporte en estas labores. Esta mejora de las condiciones de trabajo eliminando gran parte del
esfuerzo físico, aunque sin lugar a dudas humaniza las tareas, puede convertirse en un factor de
riesgo importante cuando no se garantizan los requisitos de seguridad en el diseño y operación de
378
dichos medios.
379
Por la complejidad que presenta este control consideramos necesario ampliar sobre algunos de los ele-
mentos que deben ser observados en los controles a algunos de los equipos más utilizados con estos
fines. En cada caso estamos suponiendo que estos medios cumplen la premisa de estar construidos y
diseñados de manera que puedan ser utilizados siempre en condiciones de seguridad aceptables, o sea,
que no representen peligro ni para los que los operan, ni para otros trabajadores que se encuentren en
el entorno.
5.4.2.1. Aparatos de elevación
Grúas.
En múltiples ocasiones las labores que se realizan en los centros de trabajo necesitan para ejecutarse de
la elevación y transporte de cargas que por sus características requieren de la ayuda de este tipo de equi-
pos. Los tipos de grúas más utilizadas son las grúas puentes o grúas viajeras, las llamadas grúas pórtico y
los monorrieles; en la construcción, son frecuentes las grúas torres y las de aguilón
La preocupación principal del especialista de seguridad estará dada por exigir que durante la operación
de los diferentes equipos no se transporte carga por sobre los trabajadores y que se respeten los límites
de carga establecidos. Esto determina que las áreas de trabajo tengan delimitadas las zonas de tránsito
de las cargas y que cada grúa tenga señalizada de forma visible su carga nominal y posean interruptores
y señales acústicas contra el exceso de carga.
En el caso de las grúas puentes es importante revisar el acceso del operador al equipo, para lo que debe
poseer un pasillo de tránsito que permita el movimiento seguro del trabajador, en particular en lo refe-
rido a la altura con los techos y que del mismo a la cabina exista una distancia adecuada y con escalera
de acceso. Uno de los accidentes que ha causado muchas muertes es la ruptura del cable de acero, al
operario no estar atento durante la elevación de la carga, lo cual debe garantizarse mediante la existencia
y funcionamiento de dispositivos como los interruptores límites de carrera. Cuando estas grúas operan
en exteriores con viento se emplean tenazas de riel automáticas para impedir que rueden en forma invo-
luntaria.
Otros elementos que deben controlarse son la existencia de los topes y defensas de trole y las defensas
de puente, lo que evita el sobre recorrido, con el objeto de reducir los impactos y detener el recorrido.
También deben controlarse la eficacia de los frenos, pues aunque los operadores no los utilizan frecuen-
temente, es obvia su importancia cuando se produce un fallo del motor de la grúa en movimiento, ya que
no se puede aplicar el procedimiento de inversión. En estos equipos se necesita que los accesos a los inte-
rruptores eléctricos para su conexión y desconexión, sean de los denominados de acceso restringido bajo
llave, ya que pueden ser fuente de graves accidentes en particular para trabajadores de mantenimiento.
Muchos de estos medios se emplean en áreas exteriores sobre todo en las actividades de la construcción.
En ellas se emplean en gran número las llamadas grúas torres y las grúas de aguilón (figura 18), en las que
tienen que observarse además, otras características como la velocidad del viento y la distancias a objetos
cercanos en particular las líneas eléctricas, en primer caso se controla mediante interruptores que se ac-
tivan automáticamente por un anemómetro. Estas grúas estarán provistas de lastres o contrapesos fijos
y el operador estará en una cabina protegida y con la visibilidad adecuada. Y lo más importante, debe
comprobarse la calificación del operador de la grúa, el cual debe poseer la certificación de que se ha en-
trenado y está autorizado para trabajar estos equipos.
380
LA GESTIÓN Y VIGILANCIA DE RIESGOS OCUPACIONALES
Una prueba práctica de la seguridad de las grúas es el ejecutar un izaje con el 25% más de la carga no-
minal de la grúa, la cual pudiera hacerse con determinada periodicidad y sobre todo después que se ha
sometido a una reparación.
Ascensores, montacargas y otros.
Son muchos los centros de trabajo que poseen más de un nivel en el que se ejecutan sus actividades
laborales, por lo que necesitan de estos equipos que permiten transportar a las personas, los materiales y
los productos terminados entre las diferentes áreas.
En este apartado vamos a tratar sobre los tres tipos de equipos más comunes en estos lugares. Deno-
minamos ascensor a una instalación permanente de desplazamiento vertical que permite el transporte
entre dos o más niveles, y que comprende un recinto cerrado, o cabina, cuyas dimensiones permiten
el acceso de personas, y que se desplaza entre unas guías verticales rígidas. Estos equipos por tanto. se
utilizan sólo con el propósito de subir o bajar personas entre los diferentes niveles de una edificación. Un
segundo tipo de equipo es el montacargas, el que es similar a los ascensores pero que permite el traslado
tanto de personas como de cargas y el tercer tipo es el montaplatos o montacargas de servicio, el que
por las características constructivas de la cabina no permite el acceso de personas. En la actualidad se
emplean dos tipos de ascensores los de tracción por motores eléctricos y desde finales del siglo pasado
se ha incrementado el uso en bajas alturas de los ascensores hidráulicos.
Como en el caso de los equipos de elevación tratados anteriormente, el control de la seguridad de estos
es complejo, por lo que en general se realiza por órganos acreditados en cada país para emitir las certi-
ficaciones periódicas sobre la seguridad de los mismos. Existen en la actualidad normas internacionales
que regulan la construcción de estos equipos, por lo que en su diseño por las empresas constructoras
importantes se garantizan las condiciones de seguridad. Casi todos los países poseen en la actualidad re-
glamentos o normas que regulan estos equipos, las que al ser elaboradas guiándose por las disposiciones
internacionales no muestran grandes diferencias.
381
No obstante el principal problema que se presenta con estos medios es la posterior falta de manteni-
miento con el riesgo que esto representa, sobre todo cuando son equipos que transportan personas.
Por tanto recomendamos que el técnico de seguridad, dirija sus acciones a comprobar que se ejecutan
las inspecciones y mantenimiento por empresas acreditadas para la certificación de seguridad de los
mismos, además de verificar durante sus controles de seguridad se cumplan los elementos básicos si-
guientes:
• Existencia del certificado de seguridad por empresa acreditada.
• Todo el recorrido estará protegido e inaccesible al personal salvo por las puertas de acceso.
• Las cabinas deberán detenerse niveladas con la puerta de acceso.
• La protección inferior de la cabina para evitar atrapamientos. (Figura 19)
• Las puertas de acceso con buen cierre y enclavamiento eléctrico.
• Indicaciones de la carga máxima admisible.
• Poseer dispositivos de seguridad capaces de detener la cabina cuando excede la velocidad o se
rompe el cable (paracaídas).
• Los montacargas tendrán acceso restringido sólo a personas autorizadas.
5.4.2.2. Aparatos de Tracción. Elementos auxiliares
Durante estas operaciones se utilizan diferentes elementos auxiliares cuyo estado es necesario observar
para identificar si constituyen un factor de riesgo, ya que en múltiples ocasiones por sus condiciones de
mantenimiento o forma de empleo, son los causantes de accidentes. Entre los más importantes encontra-
mos los cables y poleas, cadenas y ganchos.
Cables, cadenas y poleas
La mayoría de los equipos antes mencionados utilizan los cables como componentes del equipo o como
elementos auxiliares para la elevación de las cargas, por lo que la comprobación de su estado de mante-
nimiento y resistencia, es fundamental, pues de los mismos se mantienen suspendidas las cargas.
382
Los cables deben ser de materiales y tamaños adecuados al tipo de operaciones que se realizan o van a
383
Ganchos.
Los ganchos de las grúas tienen una importancia vital en garantizar la seguridad del levantamiento, aun-
que en general los mismos son diseñados para elevar cargas mayores, el desgaste o daño producto de su
utilización reduce el margen de seguridad, lo que implica la necesidad de su control.
Estos deben estar señalizados con la carga máxima, ser de acero o hierro forjado y poseer pestillos de
seguridad que eviten el desprendimiento de las cargas y su diseño en las partes de contacto con cables o
cadenas será redondeado para evitar el desgaste de las mismas.
El técnico de seguridad debe comprobar en la defectación de los ganchos, los aspectos siguientes. Si el
gancho está doblado para lo cual comprobará que la garganta no sobrepase un 15% de su abertura ini-
cial; si el gancho está torcido, para lo cual comprobará que el mismo no posea un ángulo de desviación
mayor de 100 y por último que no presente grietas o desgastes significativos. Ante la identificación de
estos defectos deberá procederse al cambio inmediato del gancho.
Eslingas.
Las eslingas son los elementos que se utilizan para sujetar la carga a la grúa o equipo de elevación, son
384
muy variadas e importantes en la seguridad, ya que por lo general en la mayoría de los levantamientos,
Es necesario considerar que el uso seguro de las eslingas dependen en gran medida de cómo está sujeta
la carga y del ángulo en que es colocada, cuando el ángulo no es el correcto su capacidad se reduce, ac-
ción que se puede observar con frecuencia al utilizar eslingas demasiado cortas. Como puede observarse
en la figura 22 la forma de agarre de la carga y el ángulo que forma son muy importantes, ya que por las
tensiones que se producen disminuyen su límite de carga, al no producirse una distribución similar entre
las ramas,. Se recomienda que su ángulo no sea mayor de 450, para lo cual deberán emplearse accesorios
metálicos que no se desplacen y permitan la estabilidad de la carga durante su elevación y traslado. En
cables de eslingas se considera un factor de seguridad ≥ 5 y un número máximo de alambres rotos no
mayor de 10.
385
Guardacabos y Grapas.
El empleo de estos elementos auxiliares es importante para mantener el buen estado de los cables, la es-
tabilidad de la carga y por supuesto preservar las eslingas de la rotura. Existen dos tipos de guardacabos
como pueden observarse en la figura, ambos tipos pueden ser utilizados siempre que la anchura de la
lámina de metal empleada (E), sean de 0,3 y 0,4 del diámetro para cables menores o mayores de 30mm
respectivamente. Otro requisito que se recomienda en los tipos cerrados es que la abertura (F) sea de 1,25
veces el diámetro del cable utilizado. Estas especificaciones tienen por objetivo conseguir un buen ajuste
y resistencia de estos elementos. .
Existen tres tipos de anillos de acuerdo con la forma, en pruebas realizadas a elementos de similar mate-
rial y diámetro se ha comprobado que los de forma C, poseen mayor resistencia y por consiguiente son
los más recomendables.
Otro aspecto que debe controlarse es el referido al montaje inadecuado de las abrazaderas en los cables
386
de acero. Como la parte del perno en forma de U tiene menor sujeción que la abrazadera, cuando se for-
Por último mencionar que todos los aparejos y equipos complementarios de elevación de cargas deberán
guardarse cuidadosamente en un lugar destinado a tal fin.
5.4.2.3. Aparatos continuos de transporte.
Los riesgos que producen estos elementos de transporte de carga en los centros de trabajo pueden ser
bastante serios y en muchas ocasiones mortales. Es posible que por esta razón los trabajadores estén más
conscientes del peligro que presentan estas instalaciones cuya misión es transportar productos sólidos,
a granel o bien objetos o recipientes de forma continua. Aunque en algunos casos tienen una apariencia
segura, son capaces de atrapar una parte del cuerpo o la ropa del trabajador y lo jalan al interior de la
máquina con consecuencias inimaginables. De estos medios vamos a referirnos a los más frecuentes que
son las cintas transportadoras o transportadores de bandas y los tornillos sinfín.
Transportadores de bandas.
Estas máquinas están constituidas por una banda sinfín flexible, accionadas por motores eléctricos situa-
dos en los extremos, que se desplaza por unos rodillos libres. Por su diseño y forma de operar, presenta
387
riesgos específicos como son los pellizcos y atrapamientos, las caídas de materiales, las caídas de altura y
cuando transportan materiales a granel la exposición a polvo.
Como para su operación se requieren poleas para mover la banda, al cambiarlas de posición, tensarlas
y sostenerlas, se convierten en puntos de pellizco y atrapamiento. Como la mejor prevención de estos
accidentes se recomienda limitar el acceso del trabajador a estas zonas o sea aplicar guarderas que eviten
que partes del cuerpo penetren a estos puntos o partes móviles. El control que debe realizar el técnico
para identificar la presencia de este factor de riesgo, consistirá esencialmente en verificar la existencia
de estas medidas. Cuando estos transportadores son elevados se eliminan los factores anteriores, pero
surgen otros, hay que considerar la existencia de medidas que impidan la caída de los objetos sobre los
trabajadores o la caída de los mismos cuando van a desarrollar tareas en la misma. Comprobar que en las
zonas de paso de trabajadores existen dispositivos de protección que eviten la caída de los objetos sobre
las personas y la existencia de pasillos con barandas son los factores a considerar en estos casos.
En todos los casos son beneficiosos los dispositivos de parada de emergencia, que corten automática-
mente la alimentación desde cualquier posición, por lo que deben ser accesibles a todo lo largo de la
banda, de forma que si un trabajador es atrapado o cae en la banda, pueda ser capaz de poder detener
la máquina, ya que conocemos que estos medios son generalmente de gran tamaño. Se utilizan con fre-
cuencia a este fin, alambres o cuerdas a lo largo del transportador que activan el interruptor de parada.
Transportadores de tornillo o Tornillo sinfín.
Este medio de transporte de materiales son de longitud limitada y consisten en una hélice de paso an-
cho que al girar arrastra el material contenido en la artesa hacia delante (Figura 26). Pueden ser muy
peligrosos ya que su principio de operación determina un punto de pellizco en la entrada, complicando
esta situación el hecho que dicho punto de entrada se mantiene oculto con el material que lo cubre y el
trabajador generalmente se mantiene cerca para abastecer el mismo. Por tanto, estos equipos se caracte-
rizan por el riesgo de atrapamientos de pies y manos y en ocasiones del cuerpo completo del trabajador.
388
LA GESTIÓN Y VIGILANCIA DE RIESGOS OCUPACIONALES
El técnico de seguridad deberá por tanto identificar como situaciones peligrosas, aquellas que propicien
la accesibilidad del trabajador al tornillo sinfín, como por ejemplo la no existencia en el punto de abas-
tecimiento de materiales, de dispositivos que no permitan el acceso de pies o manos, que las artesas se
mantengan tapadas o que la tolva de entrada sea dimensionada de forma que el trabajador no pueda
alcanzar el punto de pellizco. Hay que exigir dispositivos de seguridad que no permitan la puesta en mar-
cha y detengan las máquinas si tratan de operarse con las tapas de las artesas quitadas.
5.4.2.4. Transportadores Móviles.
En los centros de trabajo se utilizan diferentes vehículos para el transporte de las cargas, entre los que se
encuentran tractores, transportes elevadores de plataforma y otros transportes especializados, no obs-
tante en este apartado nos referiremos sólo al medio más empleado que es el conocido como “monta-
cargas” (figura 27), o sea la carretilla elevadora movida por motor eléctrico o de combustión. La misma
consta además de un chasis rígido, un mástil vertical para el desplazamiento de las horquillas de sujeción
y una placa porta horquillas. Estos equipos que son tan útiles y que eliminan en gran medida los esfuerzos
que deben realizar los trabajadores en estas tareas, pueden convertirse en fuente de accidentes, funda-
mentalmente por la mala operación de los mismos.
Vamos a enunciar los factores esenciales que consideramos deben controlarse por los técnicos de seguri-
dad en los lugares donde se realicen labores con estos equipos, para evitar las caídas de cargas y objetos
y las caídas, choques o vuelcos de la carretilla que son los riesgos más frecuentes en estos trabajos.
Control del montacargas.
Describiremos los elementos elementales a revisar por el técnico en sus controles y que deben ser una
389
función diaria del operador, antes de comenzar su trabajo. El montacargas tendrá una cabina con buena
visibilidad y un pórtico o cubierta superior resistente a las caídas de objetos o cargas, en la actualidad
todos estos medios los poseen en su diseño original, pero en ocasiones se les quitan. Se comprobará el
óptimo estado de los frenos de pie y de mano, ya que este elemento representa la posibilidad de evitar
múltiples incidentes durante la operación. Verificará la existencia de señalamiento de la carga máxima
igual que en cualquier otro equipo de elevación, de señal acústica sobre todo para cuando se trabaja en
marcha atrás y de horquillas adecuadas para el tipo de carga en que se utilizan.
Control de la Operación.
La mayor cantidad de los accidentes se producen por malas condiciones de trabajo en el lugar o por
violaciones de los procedimientos establecidos. En relación con las condiciones de trabajo, en primera
instancia es necesario observar si están las señalizadas las zonas de carga y tránsito y si la anchura de los
pasillos de tránsito es adecuada para que no se produzcan choques con la carga almacenada o pueda ser
aprisionado un trabajador entre el montacargas y paredes o carga almacenada. Estos pasillos además de-
ben poseer una superficie nivelada, con buen mantenimiento y libres de áreas resbaladizas, por lo que el
orden y limpieza es una condición importante a controlar. Es fundamental que las superficies de tránsito
estén libres de huecos u obstáculos ya que por el tamaño de las ruedas del mismo se pueden producir
vuelcos o caídas de la carga.
En cuanto al procedimiento de trabajo (Figura 28), en múltiples ocasiones estos equipos se les entregan
a trabajadores que saben manejar autos, pensando que saben por tanto operar un montacargas, cuando
para la operación de éstos se requiere de mucha más habilidad y de una capacitación especial. La primera
exigencia que debe comprobarse, es que los operadores de estos medios hayan sido entrenados para
estas labores.
390
LA GESTIÓN Y VIGILANCIA DE RIESGOS OCUPACIONALES
Además durante la operación se tratará de identificar el empleo de algunos de los procederes que se
ejecutan con frecuencia y que incrementan la ocurrencia de accidentes como son:
• Circulación con carga o sin ella a velocidades excesivas y con movimientos bruscos, deberá conside-
rarse un límite de velocidad máximo de 20 Km y en algunas zonas aún menor.
• Traslado de personal montado en las uñas del montacargas o sobre la carga.
• Utilización del montacargas como elevador de personal sin tomar las precauciones necesarias.
• Circular con carga o sin ella con las horquillas levantadas, la carga debe trasladarse con la horquilla
lo más bajo posible.
• Traslado de cargas sin la sujeción adecuada.
• Dejar el montacargas parqueado con la carga elevada y en ocasiones funcionando.
• Operar permitiendo que otros trabajadores estén parados bajo la carga o en lugares muy cercanos.
391
• Trabajar en pendientes o muelles a vehículos de carga sin cumplir las medidas para estos trabajos.
• Almacenar los productos u objetos no cumpliendo con las normas establecidas para cada tipo de
contenedor (cajas, tanques, sacos, etc.)
5.5 Almacenamiento.
Todo proceso de producción o servicio tiene en mayor o menor escala este tipo de actividad, que se ca-
racteriza cuando se ejecuta violando los procedimientos de seguridad prescritos, por ocasionar daños a
los trabajadores, materiales u objetos almacenados y a las instalaciones del centro de trabajo, con graves
consecuencias en dependencia del tipo de materiales almacenados. El correcto almacenamiento de los
materiales elimina o minimiza gran medida factores como los posibles desprendimientos, corrimientos,
reacciones químicas, etc. de lo almacenado, evitando las graves consecuencias que se pueden derivar.
Los riesgos en los almacenamientos de cargas son diversos y aunque los más frecuentes son las caídas
de materiales, los choques contra objetos y los desplomes o derrumbes, también son importantes los
incendios o contaminaciones, aspectos estos que no trataremos aquí ya que son objeto de otros temas
del libro.
En el apartado referente a la manipulación de carga nos referimos a determinados aspectos que sin lugar
a duda están presentes en el almacenamiento y cuya observancia es esencial en conseguir la seguridad
en estos trabajos. No obstante consideramos necesario referirnos a algunos elementos sobre las áreas es-
pecíficas de almacenamiento y las formas seguras en que se deben ejecutar, aspectos que el especialista
de seguridad debe conocer para lograr identificar los posibles riesgos.
La identificación de riesgos en estas áreas está íntimamente relacionada con las características del lugar,
los materiales u objetos y el tipo de procedimiento de almacenamiento, que se corresponde fundamen-
talmente con la forma en que se adquieren a los proveedores o se suministran.
En cuanto a las características de las áreas de almacenamiento, lo primero que debemos evaluar, es si las
mismas son en exteriores o en locales interiores de edificaciones. Cuando son en áreas exteriores, hay
que observar que el pavimento esté nivelado, libre de huecos, con drenaje y resistencia adecuada al tipo
de carga y vehículos que circulan por el mismo. La forma de ordenar en el espacio y la altura de lo alma-
cenado también son elementos básicos a controlar, es frecuente encontrar estos almacenes situados en
392
áreas por las que pasan líneas de distribución eléctricas de alto voltaje o que no guardan las distancias
393
cia de estos hechos. Es importante mencionar que cada tipo de material conllevará medidas específicas
en este sentido, de manera que puedan garantizarse la eliminación de estos accidentes.
5.6. Electricidad
Aunque son muchas las personas que le tienen miedo a la electricidad, como el riesgo y la electricidad
son invisibles y además su uso se ha generalizado de tal forma que es impensable vivir sin ella, se ha
manifestado una tendencia a trabajar en condiciones que pueden ser causa de accidentes, tanto en la
actividad laboral como en la vida diaria. Aunque la frecuencia de estos accidentes no es tan alta como la
de otros riesgos si se puede afirmar que en general son graves o mortales, sobre todo en el sector de la
generación y distribución de energía eléctrica.
La electricidad puede causar diferentes daños a la salud del trabajador, pudiendo considerarse dos efec-
tos como productos de la acción física de la descarga en sí, los denominados como fisiológicos directos,
que son inmediatos a la descarga y que se manifiestan desde la sensación de hormigueo, hasta asfixia,
alteraciones cardiacas y muerte y los efectos indirectos que se manifiestan a continuación de la descarga
caracterizándose por alteraciones cardiacas y de otros órganos vitales, quemaduras y pueden llegar hasta
la muerte.. Por último, pueden ocurrir otros efectos indirectos, que aunque relacionados con el contacto
eléctrico, se producen debido a actos involuntarios de los trabajadores como son las caídas de altura ante
una descarga, golpes contra objetos y otros tipos de accidentes.
En este apartado vamos a tratar los elementos fundamentales de este riesgo, de manera que el especialis-
ta de seguridad sea capaz de identificar los factores sobre los que debe actuar en su trabajo de prevenir el
contacto eléctrico. Debemos comenzar comentando dos aspectos importantes en la prevención de este
riesgo, primero es esencial eliminar el mito de que los circuitos de 110 voltios son seguros, pues aunque
muchas personas han sufrido contactos de este tipo sin consecuencias adversas, este voltaje es capaz de
matar con facilidad en determinados entornos y de hecho son más los accidentes con este voltaje que
con el de 220 ó 440 voltios a los cuales casi todos respetan. Un segundo aspecto es el concerniente al
punto de contacto y el recorrido de la corriente, ya que cuando el flujo pasa por órganos vitales como el
corazón, diafragma y músculos del pecho los resultados pueden ser mortales.
Para la comprensión y análisis del riesgo eléctrico es imprescindible recordar los fundamentos de la elec-
tricidad y en particular la Ley de Ohm o ley básica de los circuitos eléctricos, la que expresa que la intensi-
dad de la corriente es directamente proporcional a la tensión e inversamente proporcional a la resistencia
del conductor.
394
LA GESTIÓN Y VIGILANCIA DE RIESGOS OCUPACIONALES
Donde:
I o Intensidad de la corriente, se refiere a la cantidad de corriente que pasa por el conductor y es la causa
fundamental de las lesiones que origina la electricidad al circular por el cuerpo humano y se expresa en
amperes.
V, Voltaje o tensión, se refiere a la propiedad que está determinada por la diferencia de potencial entre dos
puntos, a mayor tensión mayor intensidad, La alta tensión en sí no es peligrosa, sin embargo se convierte
en peligrosa cuando es baja la resistencia. Se expresa en voltios.
R o resistencia, se refiere a la propiedad que poseen los materiales de oponerse al paso de la corriente y
se expresa en ohmios.
Además de las características de la electricidad ya mencionadas, existe otra que tiene influencia sobre las
consecuencias de los contactos eléctricos, la frecuencia. Su influencia en los efectos está dada porque la
resistencia total del cuerpo decrece con el aumento de la misma, pero además, se ha comprobado que la
resistencia es mayor para corriente continua que para la alterna. Esta característica se refiere al número
de ciclos o hertzios, que está determinado por el número de veces que la onda cambia de sentido en la
unidad de tiempo. De acuerdo con la frecuencia la electricidad puede clasificarse en 3 tipos.
Corriente alterna de baja frecuencia, se consideran las que poseen una frecuencia menor de 1000Hz. Esta
es la corriente más peligrosa tanto por ser la más utilizada en los centros de trabajo como en el hogar, así
como porque el riesgo de causar fibrilación ventricular es mayor en las frecuencias utilizadas. En Europa
en general se genera y distribuye corriente de 50Hz mientras en América la frecuencia utilizada es de 60
Hz.
395
Corriente alterna de alta frecuencia se consideran aquellas en que su frecuencia es superior a los 1000 Hz.
Este tipo de corriente se considera menos peligrosa, ya que su uso es más limitado, se utiliza en radar,
medicina y otros, pero tiene la característica de que a elevadas frecuencias surge un efecto denominado
pelicular, mediante el que la corriente circula por la piel, sin penetrar el cuerpo.
Corriente continua o también denominada corriente directa, es la corriente en la que el sentido de las cargas
no cambia. Aunque es la menos peligrosa ya que necesita para que produzca efectos nocivos de mayor
tiempo de exposición.
La identificación de los factores que inciden en el riesgo eléctrico y su evaluación para la aplicación de
acciones preventivas correspondientes, necesita el conocimiento por el especialista de seguridad, de los
efectos fisiológicos que esta puede ocasionar al organismo para poder interpretar el nivel del peligro al
que está expuesto el trabajador. Si nos hiciéramos la pregunta de que cantidad de corriente es mortal,
no podríamos dar una respuesta precisa. No obstante en la Tabla 1 y Figura 32 se pueden observar un
resumen de criterios de expertos que nos orientan sobre las consecuencias a diferentes exposiciones.
Debemos comenzar analizando que el cuerpo humano que es conductor de electricidad, presenta la
protección de la piel, que puede tener una resistencia de hasta 100 000 ohms, si se encuentra bien seca. Si
observamos la Figura 32 y conocemos que en un circuito eléctrico doméstico, el dispositivo de seguridad
no se activa hasta que tiene una carga de 20 – 30 amperes o sea unos 20 000 a 30 000 miliamperes, o lo
que es lo mismo de 100 a 1000 veces lo que se requiere como dosis mortal, parecería que nadie pudiera
soportar una descarga eléctrica de 110 voltios. Sin embargo aunque hemos mencionado que poseemos
la protección de la piel, en ocasiones hay que considerar otros factores del entorno que pueden facilitar
se produzca el accidente fatal. Tal es el caso de la simple transpiración u otra humedad en el lugar, pueden
disminuir la resistencia de la piel en 200 veces. Es importante el aspecto ya mencionado referido al reco-
rrido de la corriente por el organismo, considerando los que incluyen el tórax y la cabeza como los más
peligrosos. Otras circunstancias a considerar serán la superficie y presión de contacto y el tipo de calzado
que se utiliza. De manera, que sintetizando podemos expresar que la gravedad del efecto que pueda
ocasionar el contacto eléctrico están determinados por tres factores.
· La intensidad de la corriente.
· La duración del contacto.
· La zona del cuerpo recorrida.
396
un aparato o equipo que no forma parte del circuito eléctrico y que normalmente no debiera estar en
Una vez analizados los posibles contactos que pueden ocurrir pueden describirse aquellas situaciones
más frecuentes detectadas en los centros de trabajo y que son fuente de factores de riesgo eléctrico, por
lo que el especialista orientará sus controles a identificar los siguientes:
• El deficiente mantenimiento de los circuitos e instalaciones eléctricas, con partes activas sin la pro-
tección adecuada.
• Carencia de aterramiento de máquinas y otros equipos.
• Libre acceso a lugares con alto voltaje.
• Carencia de los medios de protección para realizar este tipo de trabajos.
• Otros.
Entre los elementos que podemos utilizar para la prevención de ambos tipos de contacto se encuentra
la opción de minimizar la corriente que contacte al trabajador, ya sea de forma directa o indirecta, para
lo cual se aplica la tensión o voltaje de seguridad. Como conocemos la resistencia del cuerpo humano
depende de diferentes factores, pero se acepta como una resistencia media la de 1000 ohms y si observa-
397
mos la tabla 1, se puede determinar una intensidad de corriente de 0, 025 Amp como segura. Partiendo
de lo cual y aplicando la ley de Ohm, podemos llegar a determinar que un voltaje o tensión de 25 voltios
puede considerarse como seguro.
Tensión = Intensidad X Resistencia = 0, 025 Amp X 1 000 Ohmios = 25 voltios.
Aunque siempre hay que considerar la susceptibilidad individual del expuesto, supuestamente por deba-
jo de este valor de tensión la corriente no produce daños. Por tanto, sería ideal que todas las instalaciones
de un centro de trabajo y del hogar poseyeran este voltaje, sin embargo esto es inaplicable para algunas
máquinas o equipos que necesitan de voltajes mayores, lo que limita su utilización y exige de otras for-
mas de protección.
A continuación mencionaremos las medidas de carácter general que pueden aplicar los especialistas para
minimizar el riesgo de los trabajadores expuestos a contactos eléctricos.
Protección contra el contacto directo.
Utilización de tensiones de seguridad (< 25v), sobre todo en áreas que se consideren peligrosas, como
pueden ser las húmedas o confinadas y en algunos lugares en que no se pueden evitar el acceso a puntos
activos, como en algunas máquinas herramientas que se emplea iluminación de bajo voltaje.
Recubrimiento de las partes activas. Proteger las partes activas evitando el contacto con la misma, ejem-
plos de esto son las cajas eléctricas, el aislamiento de los conductores y otras medidas.
Alejamiento de las partes activas. Cuando a las partes activas se hace imposible aislarlas deberán situarse a
una distancia no peligrosa o sea que se imposibilite el contacto de la persona o elementos que manipule
en su trabajo con partes en tensión.
Interposición de obstáculos. Estas medidas consisten en limitar el acceso a los lugares de peligro. Es fre-
cuente observar transformadores y otras instalaciones eléctricas ubicadas en centros de trabajo que se
encuentran cercadas y a las que solo puede acceder el personal autorizado.
Protección contra el contacto indirecto.
Las medidas con este objetivo se consideran como pasivas, son las que están orientadas a evitar la apari-
ción de una tensión de defecto peligrosa mediante aislamientos complementarios o un contacto inocuo
al utilizar tensiones de seguridad y activas las que evitan la permanencia de una tensión peligrosa.
Entre las pasivas que evitan el contacto, puede citarse el doble aislamiento, que consiste en aplicar un
aislamiento de protección o reforzado a las herramientas manuales eléctricas. En la actualidad la mayor
parte de estas herramientas tienen la carcasa plástica además del doble aislamiento. Entre estas medidas
también se puede mencionar la inaccesibilidad simultánea de las partes en tensión y la masa.
Otras medidas que pueden aplicarse para hacer el contacto no peligroso son la utilización de tensiones
de seguridad, la separación de circuitos y las conexiones equipotenciales.
Como medidas activas con la finalidad de evitar la permanencia de una tensión de defecto peligrosa se
emplea la puesta a tierra con dispositivos de corte, la puesta a neutro con dispositivo de corte y los rele-
vadores de tensión de tierra. La puesta a tierra con dispositivo de corte es muy utilizada, este elemento
de protección limita la tensión accidental en caso de un contacto fortuito a masa, ya que la derivación de
la tensión a tierra pone en cortocircuito la tensión peligrosa, evitando que la corriente de defecto pase
totalmente a través del trabajador.
398
LA GESTIÓN Y VIGILANCIA DE RIESGOS OCUPACIONALES
5.7. Calderas y recipientes a presión.
Este factor de riesgo en la seguridad lo vamos a tratar de manera sintética, ya que aunque es cierto que
cuando ocurren la energía liberada es tan devastadora que en general causan un desastre de gran mag-
nitud, en la actualidad estos accidentes son poco frecuentes. Por el diseño en nuestros días de estos equi-
pos, es difícil la ocurrencia de un accidente si se cumplen con el mantenimiento y los controles estableci-
dos. Estos medios de trabajo igual que en los de elevación y transporte son técnicamente complejos y por
su forma de operar difíciles de inspeccionar por el especialista de seguridad, por lo que su control deberá
dirigirse a la exigencia del cumplimiento de los mantenimientos y revisiones de los órganos acreditados
para esos trabajos y en particular asegurarse que se ha expedido la certificación de seguridad para poder
operar. Por supuesto que inspector debe en sus visitas verificar el estado de los indicadores de nivel, las
válvulas de seguridad, los manómetros, fugas de vapor, salideros de combustible además de los otros
factores de riesgo que son comunes a cualquier lugar de trabajo.
Hay quienes discrepan de este sistema de control por los inspectores encargados de la seguridad y salud
del trabajo, pero pudieran explicar como puede verificar un inspector de seguridad el interior de una cal-
dera o de un equipo de presión cuando llega a un centro de trabajo. ¿Se detiene la producción o servicio
durante días para que se realice la inspección? En la práctica el sistema propuesto previamente es el que
se aplica en la mayoría de los países.
399
5.8. Organización del Trabajo
Este es un factor de riesgo presente en todas las actividades desde que se estableció la división del traba-
jo, pero que ha adquirido extrema importancia desde que Taylor elaboró sus teorías para el incremento
de la productividad, de manera tal que transformó la organización productiva generando la ciencia de la
organización científica del trabajo. Al unísono, puede expresarse que este incremento de la productivi-
dad basado en principios que concebían el estímulo económico como única motivación del trabajador
y a éste como un apéndice de la máquina, condujeron a la deshumanización del trabajo, que sin lugar a
dudas afecta la salud y es causa de accidentes. Múltiples estudios posteriores han demostrado que Taylor
no tenía toda la razón, que es necesario para que el trabajo se considere satisfactorio, tener sentido para
quien lo ejecuta.
400
En la actualidad estos aspectos por su importancia se han convertido en una ciencia de la gestión em-
Considero que el grado de satisfacción del trabajador es de suma importancia en lograr un desempeño
seguro por parte de los trabajadores. Entre los factores organizativos que tienen una marcada influencia
en la seguridad y salud del trabajo y pueden ocasionar un alto grado de insatisfacción, se encuentran
aquellos que se refieren al tiempo de trabajo. Muchos accidentes se relacionan con la excesiva carga de
trabajo a que está sometido el personal, ya sea por el horario o jornada establecida o por el ritmo de tra-
bajo a que está sometido. Está demostrado que la duración y distribución de la jornada y en particular la
extensión a más de 8 horas y los turnos nocturnos hacen las tareas más peligrosas y afectan la calidad del
desempeño. Cuando analizamos situaciones de este tipo debemos considerar el tiempo de traslado del
hogar al trabajo, la necesidad de tiempo libre del trabajador para resolver los problemas personales en
correspondencia al modo de vida y otras que están relacionadas con estas situaciones.
Con el ritmo de trabajo sucede algo parecido ya que cuando las normas que se establecen son tan exi-
gentes que le dificultan al trabajador su cumplimiento, este tiende a abandonar los trabajos o a ejecutar
el mismo sin cumplir los procedimientos establecidos, todo lo que implica consecuencias negativas en la
seguridad y calidad de los resultados del trabajo.
Por supuesto y no es que le demos la razón a Taylor, pero el salario o remuneración deberá estar acorde al
401
contenido de trabajo y al menos con la satisfacción de las necesidades básicas del trabajador. Una remu-
neración que no satisfaga expectativas e incrementos por promoción, puede ser un motivo de gran fluc-
tuación de personal, lo que incide en la falta de calificación de los trabajadores y sobre todo en aquellas
tareas peligrosas, llega a ser una causa más de accidentes por inexperiencia en el desempeño.
En los últimos decenios la tendencia hacia la automatización de los procesos, aunque ha incrementado la
productividad, la calidad y aminorado el esfuerzo físico del trabajo, también ha incrementado la mono-
tonía, limitando las posibilidades de comunicación, de autonomía e imposibilita en ocasiones la toma de
decisiones en la ejecución de las actividades, situaciones que influyen en el desempeño seguro.
Se conoce que existen organizaciones con diferentes estilos de mando. En general se continúa aplicando
con bastante frecuencia, el sistema de que “el jefe siempre tiene la razón” y no se cuenta con la partici-
pación y criterios de los trabajadores. Este método autoritario que en otras épocas puede haber tenido
resultados favorables está demostrado que en prevención tiene resultados limitados.
Los aspectos de organización mencionados en los párrafos anteriores, son algunos de los que debemos
analizar cuando nos encontramos con problemas de seguridad que están relacionados con factores de
la organización. Está demostrado que estos aspectos tienen gran influencia en los resultados de la segu-
ridad, por lo que no pueden ser ignorados en el análisis de las situaciones de riesgo que se nos presen-
tan. La organización del trabajo sin lugar a dudas es una disciplina compleja, por lo que en ocasiones el
responsable de seguridad deberá asesorarse con especialistas en la materia, que les ayuden a identificar
y modificar aspectos de ésta que afectan el trabajo seguro, considerando desde la estructura de la empre-
sa, la selección del personal y los cuadros de la organización, hasta el control del sistema y otros.
5.9. Orden y Limpieza
Este elemento aunque lo estamos citando al final de todos los factores que pueden incidir en la seguridad
no es menos importante que los anteriores, aunque en general no se le considera esencial en la preven-
ción de accidentes, pensamos que por carecer de elementos técnicos complejos como en otros factores
del entorno de trabajo. Sin embargo la experiencia nos ha demostrado, que la carencia de condiciones
de orden y limpieza adecuadas, son una expresión de una deficiente gestión, incluyendo los aspectos
referentes a la seguridad y salud.
En cualquier actividad laboral son numerosos los accidentes que se producen por golpes, caídas y res-
balones producto de un ambiente desordenado o sucio, suelos resbaladizos, materiales mal ubicados,
desechos acumulados, etc. Velar por el orden y limpieza de los lugares de trabajo es un principio básico
de seguridad y prioridad de la gestión empresarial.
El orden y la limpieza tiene que convertirse en un hábito de los miembros del colectivo laboral y las
normas de trabajo deberán considerar el tiempo necesario para que los puestos de trabajo y el entorno
laboral se mantengan en condiciones adecuadas, lo cual contribuye a un trabajo más seguro y eficiente.
Con este objetivo, los programas de prevención incluirán acciones encaminadas a formación de hábitos
de trabajo en este sentido y establecer normas y procedimientos que favorezcan el mantenimiento de
condiciones adecuadas basadas en cuatro tipos de actuaciones fundamentales dirigidas a;
402
• Eliminar lo innecesario y seleccionar lo útil.
403
Capítulo15.
Seguridad del Trabajo e Investigación de Accidentes
1. Introducción
2. Estadísticas de Seguridad.
3. Señalización.
4. Equipos de Protección Personal.
5. Investigación de Accidentes.
1. Introducción.
Este tema complementa al anterior, tratando algunos aspectos inherentes a la seguridad del trabajo cuyo
conocimiento les son muy importantes al especialista dedicado a estas funciones, tanto para poder iden-
tificar situaciones y condiciones peligrosas, como para poder investigar, analizar el comportamiento de la
accidentalidad y determinar las causas fundamentales de los accidentes.
Hemos escogido aspectos que suponemos esenciales que el especialista domine y aunque el contenido
se ha limitado en función de ofrecer elementos que permitan al especialista manejar en la práctica la
identificación, evaluación y en ocasiones hacer propuestas de mejora. Aunque el contenido de los aspec-
tos tratados no es exhaustivo, esperamos que lo propuesto cumpla con el objetivo antes señalado.
2. Estadísticas de Seguridad.
En la vida actual se considera al nivel de información como el elemento básico para poder ejercer de
manera adecuada cualquier tipo de gestión y por supuesto la prevención de accidentes no está exenta
de este principio. El poder realizar cualquier estudio, investigación o interpretar los mismos, necesita ma-
nejar un mínimo de conocimientos en estadísticas, que les son necesarios dominar a los especialistas de
seguridad para lograr presentar sus informes, con un grado de confiabilidad y calidad para su aceptación
por los dirigentes de la empresa. Por tanto, los especialistas en seguridad deben ser capaces de recoger,
ordenar, tabular y analizar los datos de interés, así como aceptar o rechazar determinadas hipótesis y ha-
cer inferencias respecto a la población bajo estudio, que en este caso son los trabajadores de su empresa.
Sin lugar a dudas los índices de accidentalidad constituyen una de las principales herramientas que dis-
pone el especialista en prevención, o cualquier persona que asuma estas funciones, para poder evaluar
la situación en que se encuentra la organización que está analizando y asumir un plan de acciones con-
secuente con los resultados obtenidos. Es inobjetable por tanto, que el registro y control estadístico de
la accidentalidad tiene que formar parte del sistema de gestión de la empresa con el objetivo de permitir
a los mandos en general y en este caso a los de seguridad mantener una vigilancia de la situación para
tomar decisiones. Es frecuente sin embargo que toda esta información se convierta en un trabajo inútil,
ya que no se hace el análisis de la misma con la elaboración de los consiguientes planes de acción. En
general los sistemas establecidos se complacen con brindar información sobre los riesgos, demostrar los
complejos controles de registro que poseen, y describir a veces con imprecisiones los problemas existen-
tes. Debemos preguntarnos si en estos casos vale la pena dedicar esfuerzos a estas tareas, que en ocasio-
nes necesitan dedicarle bastante tiempo.
La Organización Internacional del Trabajo desde el 1929 con la recomendación sobre la prevención de
404
accidentes viene trabajando en este sentido y se han realizado posteriormente diferentes reuniones de
405
tenemos que tomar acciones urgentes. Por tanto cualquier empresa debe tener estructurado un sistema
en que “todo accidente o incidente” que se produzca en cualquier lugar de trabajo sea informado con la
inmediatez requerida para su registro, investigación y tomar las decisiones oportunas. Nos proponemos
en este apartado orientarles algunos elementos o principios para lograr establecer los procedimientos
que garanticen una buena información de la accidentalidad en cualquier centro laboral, que sea factible
de aplicar con las mínimas condiciones y que además se utilice eficazmente en el accionar preventivo.
Lograr que el sistema de información sea efectivo, dependerá fundamentalmente de la participación en
el mismo de todos los mandos y trabajadores en general, pero en gran medida de que el diseño que se
establezca no sea tan complejo que se rechace por quienes le tienen que aplicar en la base.
Es necesario reflexionar sobre qué elementos vamos a informar y cómo vamos a registrar estos accidentes.
Los accidentes de trabajo pueden ser clasificados en función de diferentes variables e indicadores que se
han orientado por la OIT y que están generalizados, pero que en muchos casos no son aplicables, ya que
en algunos países o lugares por sus condiciones particulares no es posible clasificar el evento en algunas
de sus variables. Otro aspecto de interés a analizar al implantar estos sistemas es que la OIT, no registra ac-
cidentes sino lesionados y esto tiene importancia en nuestro accionar. El considerar los lesionados en vez
del evento en sí, tiene importancia en prevención, pues epidemiológicamente lo que estamos calculando
son tasas de accidentalidad, mientras que cuando calculamos en función de los eventos calculamos la
probabilidad de que se produzca el suceso. En realidad es un fenómeno conceptual, pero en nuestro caso
preferimos se reporten los lesionados, ya para evitar los mismos hay por supuesto que eliminar las causas
y estas salen en realidad de la investigación que se realiza de cada uno de los lesionados. Además porque
siempre van a detectarse más lesionados que accidentes, pues un solo evento puede ocasionar más de
un lesionado. Este criterio por supuesto, está muy influenciado porque las investigaciones de accidentes
incluyen los intereses de tipo económico, por los beneficios que establecen las legislaciones de seguridad
social. Otro aspecto a valorar es, si el reportar lesionados estaría eliminando el registro de los incidentes,
elemento este tan promovido en los últimos años por todos los investigadores en la materia como algo
muy útil para la prevención y que sin lugar a dudas elimina todos los accidentes leves en los que no existe
una pérdida de una jornada laboral, disminuyendo las tasas y por tanto el riesgo. Estos aspectos que son
complejos, sólo los deseamos mencionar para que sea objeto de análisis por quienes establecen un siste-
ma, ya que como mencionamos están permeados en gran medida de los criterios de costos de acciden-
tes, pérdida empresarial y no del humanismo relacionado a la prevención. Otro elemento de importancia
es que en el mundo se considera que el 70% de la actividad laboral la desarrollan pequeñas y medianas
empresas, las que en muchas ocasiones carecen de personal técnico o dedicado a estas funciones de pre-
vención y en ocasiones el personal dirigente que se ocupa de estas tareas puede dedicarles muy escaso
tiempo. Existen otros componentes del problema que se pudieran mencionar, pero consideramos que
los ya descritos nos indican que cada empresa siguiendo las pautas orientadas en cada país de acuerdo
con los indicadores de la OIT, deberá establecer el sistema que sea capaz de lograr los resultados veraces
y que les sirvan para en base a sus resultados, accionar en minimizar los riesgos detectados.
Un elemento muy importante para la efectividad de esta información es el modelo establecido de “regis-
tro primario” o notificación del accidente. A todos nos sucede que cuando se nos permite solicitar infor-
mación sobre algún evento, casi siempre solicitamos más de la necesaria. La información solicitada debe
ser sólo la necesaria para los fines que nos proponemos, ya que cuando pedimos información excesiva
o muy compleja, nos estamos arriesgando a que o no se informe o se informe de manera incompleta o
incorrecta con las dificultades posteriores en su procesamiento y análisis. Debemos recordar que este
registro primario debe ser llenado por el mando o trabajador en el lugar que ocurre el accidente, por lo
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que debe ser lo más sencillo posible y recoger sólo la información necesaria para poder conocer los datos
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Accidente de Trayecto: Es aquél que ocurre en el camino que debe recorrer el trabajador entre el lugar de
trabajo y: a) su residencia principal o secundaria; b) el lugar en que suele tomar sus comidas; o c) el lugar
en que suele cobrar su remuneración, y es causa de defunción o de lesiones corporales que conlleven
pérdida de tiempo de trabajo.
Incidente: Suceso acaecido en el curso del trabajo o en relación con el trabajo, en el que la persona afec-
tada no sufre lesiones corporales, o en el que sólo estas requieren cuidados de primeros auxilios.
Como se puede observar la última definición de incidente está permeada de una solución de compromiso
que no permite en ocasiones determinar la categoría del evento, ya que cuál es el límite de esos primeros
auxilios, pues un trabajador en determinados puestos con una lesión que requiera este tipo de atención
a lo mejor está exponiéndose a un mayor riesgo. En consecuencia recomendamos que se consideren las
definiciones establecidas legalmente en cada país y que la diferencia entre accidentes e incidentes, en
estos casos, sea determinada en función de que la lesión sufrida por el trabajador determine la ausencia
o no de su puesto por más de una jornada laboral. Otro elemento a considerar es cuando el accidente es
múltiple ya que existen indicadores que establecen el número de trabajadores lesionados en el denomi-
nador y en otros se plantea el número de accidentes. Hay que considerar que un accidente puede causar
más de un lesionado lo que puede existir una empresa con mayor número de lesionados que otra y sin
embargo cuando se reportan los accidentes, sus indicadores son similares, cuando en realidad el riesgo
es diferente. En este sentido recomendamos registrar el número de lesionados pues nos parece más real
para un análisis de riesgo.
Hay otras consideraciones que es necesario hacer para lograr resultados comparables como son:
• El número de horas hombres trabajadas en el periodo serán aquellas de exposición real al riesgo,
por lo que a las horas contratadas se les eliminarán las referentes a vacaciones, bajas por diferentes
causas y otras.
• No se incluirán los accidentes de trayecto, aunque debe estar bien definido que se considera trayec-
to, ya que en ocasiones accidentes que ocurren en actividades trabajando fuera del centro de trabajo,
se les registra como trayecto para no afectar el indicador de accidentalidad.
• Es beneficioso calcular además de la forma orientada de trabajadores lesionados con baja, un in-
dicador que incluya a los lesionados con baja y sin baja, ya que este resultado nos proporciona un
resultado que puede servirnos para alertarnos sobre una situación determinada, ya que estamos
manejando probabilidades. .
• Es aconsejable el elaborar estos indicadores por las diferentes áreas de la empresa con riesgos homo-
géneos para detectar donde se encuentra el mayor riesgo.
Sólo nos queda en estas sugerencias recordar, que como ya hemos analizado los países tienen estableci-
das diferentes definiciones legales que tienen que ser respetadas cuando se establece un sistema.
Con el fin de posibilitar el estudio comparativo de la accidentalidad, se utilizan diversos índices estadísti-
cos, cuya definición y cálculo se resumen a continuación.
Indice de Frecuencia.
Este índice representa el número de accidentes ocurridos por cada millón de horas trabajadas. A nuestro
criterio es el índice más importante para las funciones de prevención pues lo que refleja es el riesgo a ocu-
rrencia o la incidencia de estos sucesos por un número determinado de horas de exposición. Es importan-
408
te analizar por qué se utiliza un millón de horas, cuando se hizo este índice se consideró una industria de
Debemos recordar que accidentes son los trabajadores lesionados con pérdida de más de una jornada la-
boral, de manera similar se deberá considerar esta variable en el resto de los indicadores. Lo más difícil en
este indicador es determinar las horas hombre reales trabajadas, pero esta es una variable que la tienen
que entregar los departamentos de personal de las empresas.
Indice de incidencia.
Este es un indicador que como el anterior expresa la incidencia de sucesos, o sea los accidentes con pér-
dida de más de una jornada laboral, no por horas trabajadas, sino por el promedio de trabajadores en un
periodo determinado. Es un indicador también aceptado por la OIT pero que sólo se justifica utilizar en
aquellos lugares que por sus características es muy difícil o imposible tener el número de horas trabaja-
das. Tiene la ventaja que es más fácil de calcular e interpretar por los mandos de las empresas.
La expresión utilizada para su cálculo es la siguiente:
N0 Total de accidentes en el periodo
II =_________________________________________X 103
Promedio de trabajadores en el periodo
Indice de Gravedad.
Este indicador que nos expresa el número de jornadas perdidas por cada mil horas trabajadas, o sea pro-
porciona información sobre la invalidez resultante por los accidentes en el periodo.
La expresión utilizada para su cálculo es la siguiente:
N0 Total de días perdidos en el periodo
IG =_______________________________X 103
N0 de horas hombre trabajadas en el periodo
Este indicador presenta dificultades para su comparación por los diversos métodos para calcular los días
perdidos en los diferentes países respecto a las muertes y la invalidez permanente. Estos problemas de-
terminaron que al no haberse llegado al acuerdo de un baremo uniforme con este fin, se aconseja no
utilizar los mismos y por tanto el indicador pierde importancia al no incluir las muertes y la incapacidades
permanentes. Mientras no se resuelva este problema la utilidad de este indicador es cuestionable, ya que
una empresa con accidentes mortales o graves puede tener un índice de gravedad mejor que otra que
haya tenido algunos accidentes leves. Sin embargo este indicador puede ser aplicado en la práctica em-
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presarial aplicando el baremo propuesto en su momento por la OIT u otro, ya que nos proporciona una
información que permite conocer sobre un aspecto importante del accidente y actuar en consecuencia
sobre los factores de riesgo que estén incrementando la gravedad de los accidentes. Sin incluir la morta-
lidad y la invalidez permanente, por supuesto, que no expresa una valoración real de la gravedad que es
su objetivo esencial.
Otros elementos que pueden considerarse, para hacer más real este indicador si se decide utilizarlo, es
acordar que a los accidentes leves con menos de una jornada perdida, se les adjudique una cantidad de
horas perdidas y recordar que sólo se incluyen los días laborables.
Indice de Duración Media.
Este es un indicador que trata de una manera más sencilla el aspecto de la gravedad y presenta el mismo
problema que el indicador anterior respecto a las muertes y la invalidez permanente. No obstante su ob-
jetivo es evaluar indirectamente la gravedad en función del proporcionar el promedio de días perdidos
por cada suceso.
La expresión utilizada para su cálculo es la siguiente:
N0 Total de días perdidos por accidentes en el periodo
IDM =________________________________________________________X 103
N0 de accidentes con pérdida de jornada en el periodo
Las jornadas perdidas se calculan de manera similar a como se hace con el índice de gravedad y puede
calcularse sólo para los accidentes con baja o incluir también los sin baja, teniendo en cuenta determinar
previamente el tiempo que se acuerde para estos eventos.
Indice o Tasa de Mortalidad.
Es un indicador importante por el impacto social que el mismo representa no sólo para el colectivo la-
boral sino para la familia y en ocasiones la comunidad. En general este tipo de suceso tan lamentables,
sensibiliza a la dirección de las empresas en un nivel mucho mayor que el haberles estado informando
elevados índices de frecuencia durante largos periodos de tiempo. Fundamentalmente la importancia
que le atribuyen, está originada por las implicaciones legales que conllevan estos hechos y por la imagen
que se crea de la empresa en la comunidad.
Esperar que se produzcan estos eventos para eliminar los riesgos que causaron los mismos, es mues-
tra de insensibilidad en prevención de riesgos, sin lugar a dudas el especialista de seguridad tiene que
aprovechar estas circunstancias para lograr modificaciones de las condiciones de trabajo. Por tanto es un
indicador que es imprescindible incluir en cualquier sistema estadístico, aunque ya hemos explicado que
desde el aspecto técnico preventivo no es el más importante en la prevención de accidentes, ya que en la
ocurrencia que estos hechos sean mortales están influenciados en gran medida por la casualidad.
Este es el indicador más veraz, ya que este tipo de evento es difícil de ocultar por las implicaciones legales
que los mismos conllevan, aunque en general se trata de culpar de los mismos a las actuaciones de los
trabajadores. Es más importante su análisis en empresas consideradas como peligrosas por las activida-
des que desempeñan y en las cuales estos eventos se producen con mayor frecuencia como la minería,
la construcción y otras.
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Las expresiones utilizadas para su cálculo son las siguientes:
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lizados con la notificación de los casos. Debemos recordar que pueden existir fuentes internas o sea del
mismo centro de trabajo o fuentes externas de los servicios médicos de los sistemas de salud. En el centro
debe ser el responsable administrativo del área de trabajo o mando directo del trabajador accidentado
el responsable de llenar el modelo y notificar el caso, cuando exista en el lugar servicios médicos, el res-
ponsable de la atención médica también deberá notificar el caso atendido. La aplicación de este doble
control interno permite verificar la confiabilidad de la información recibida. En relación a las fuentes ex-
ternas, todos lo documentos que arriben al centro notificando de estos casos serán enviados al área que
esté encargada del sistema de registro.
Otro aspecto de importancia para la operatividad del sistema es determinar el área o personal que se
responsabilizará con el procesamiento de la información. Esto dependerá fundamentalmente de la es-
tructura organizativa del centro de trabajo, es frecuente que se realice por los departamentos de personal
o recursos humanos porque tienen mayores facilidades y está además relacionado con otras tareas de
control que debe ejecutar, aunque preferimos cuando hay condiciones que se ejecute por las áreas de
seguridad y salud. Una vez determinados los dos aspectos anteriores se puede establecer el flujo de la
información, debemos recordar considerar que hay que enviar una información periódica a los organis-
mos del estado que controlan los accidentes, la cual será elaborada siempre por el área de seguridad y
aprobada por la dirección.
Fundamental en esta etapa es la elaboración de al menos 3 modelos que permitan recoger la informa-
ción. Proponemos que debe existir un modelo de notificación obligatoria del accidente que debe ser
llenado por el responsable del área de trabajo y el médico en los casos que existan servicios médicos. Este
modelo debe ser lo más sencillo posible, con los datos esenciales, para que su llenado no se convierta
en un problema para la operatividad del sistema. Un segundo modelo sería el de investigación de acci-
dentes, en el cual se registraría una mayor información. Este modelo sería llenado por los especialistas de
seguridad por lo que los mismos pueden ser tan complejos como aspectos deseen ser controlados, aun-
que siempre debemos recordar que no se debe incluir información que no vamos a utilizar. Las diferentes
variables que se incluyan en estos modelos deben satisfacer las sugeridas por la OIT. El tercer modelo
será un registro general que recogerá la información de todos los accidentes ocurridos tanto del modelo
de notificación como de las investigaciones realizadas, en el supuesto que todos los accidentes se in-
vestigan. En este registro general se incluirán, mediante el procesamiento de la información recibida los
indicadores de accidentalidad. En los centros que es posible, esta información puede ser automatizada.
Como final de esta etapa se hace necesario una capacitación o entrenamiento del personal designado a
participar en el mismo y sin la cual la experiencia establece que ningún sistema funciona correctamente.
412
LA GESTIÓN Y VIGILANCIA DE RIESGOS OCUPACIONALES
Segunda etapa o puesta en funcionamiento del sistema.
Esta etapa debiera comenzar con un periodo de entrenamiento o pilotaje para verificar su operatividad,
analizar sus posibles deficiencias y corregir las deficiencias detectadas. Sugerimos como un posible flujo
de información el procedimiento descrito en la figura 1, que consideramos deberá ser flexible de acuerdo
con la estructura del centro de trabajo.
Como se puede observar cuando el accidente se produce el responsable del área y/o el médico deben
notificar el mismo a las áreas de Recursos Humanos y de Seguridad y Salud del Trabajo. El área de Recur-
sos Humanos registrará el caso para el procesamiento de la información en los periodos establecidos, que
preferentemente será mensual e incorporará cualquier otra información que reciba posteriormente sobre
el caso. Mientras tanto el área de Seguridad procederá a ejecutar la investigación del suceso y enviará la
información establecida a R. Humanos para completar el registro del caso. En los periodos determinados
se enviarán a Seguridad y Salud del Trabajo los resultados del procesamiento, o sea las tablas de salida
e indicadores, de cuyo análisis se elaborará un informe a la dirección con la propuesta de las acciones a
tomar en caso que fuera necesario.
Por último una vez aprobada esta información por la Dirección de la empresa será enviada en los plazos
establecidos a los órganos de control estatal.
Tercera etapa o etapa de control.
Como es por todos conocido, un sistema que no se controla carece de la confiabilidad necesaria. Debe-
mos recordar que parte del personal incluido en el sistema no es especialista en la materia, pero además
no podemos obviar las fallas humanas en el sistema, por lo que se necesita periódicamente comprobar
la eficacia del mismo. ¿Cómo comprobar que está funcionando con eficacia? Existen en el mismo centro
413
posibilidades de este control siempre que se haga un trabajo en equipo entre quienes notifican, procesan
y analizan la información. Como lo esencial en el sistema y donde se producen los mayores errores es en
la notificación de los casos, con el procedimiento propuesto se puede controlar con facilidad, ya que no
pueden existir diferencias entre los certificados médicos por accidentes de trabajo y las notificaciones
recibidas de las áreas. Otro elemento bastante habitual es el que existan errores en los índices calculados,
lo que se resuelve mediante la revisión de los especialistas en la materia cuando reciban la información
procesada.
Deseamos llamar la atención que en el procedimiento enunciado nos hemos estado refiriendo a lesiona-
dos o accidentes, o sea a sucesos que han ocasionado lesiones con una pérdida mayor de una jornada
laboral. No obstante se presentan muchos accidentes con lesiones leves que en este caso no se registran,
ya que se consideran incidentes y otros hechos sin pérdida de jornada que tampoco se registran. En la
actualidad se maneja la importancia de los mismos en la prevención y por tanto consideramos de utilidad
su registro, lo cual no sería un grave problema para el sistema ya que sólo implicaría agregar al modelo de
notificación la variable de accidente sin lesión o con lesión sin pérdida de jornada laboral.
2.4. Las Estadísticas como Sistema de Vigilancia
En realidad si vamos a utilizar las estadísticas como una mera base de datos para conocer lo que acon-
tece, nuestro criterio es que no vamos a aprovechar la posibilidad que nos ofrece para la prevención de
la accidentalidad o de cualquier daño a la salud de los trabajadores. Sin lugar a dudas es importante el
mantener una buena base de datos sobre todo para cuando se quieren ejecutar investigaciones retros-
pectivas, pero no es menos cierto que esta base de datos es de mayor utilidad preventiva, cuando su
análisis se convierta en parte de un sistema de vigilancia y además permita establecer pronósticos, ya que
puede predecir la evolución de los sucesos, permitiendo accionar en forma proactiva no reactiva como
convencionalmente se realiza.
Con esta finalidad vamos a proponer un método relativamente simple que permite el control de la ac-
cidentalidad con la utilización de los índices de frecuencia y gravedad ya propuestos. Una de las herra-
mientas más utilizadas por los epidemiólogos y estadísticos para conocer las variaciones temporales de
los eventos de salud consiste en la aplicación de las series cronológicas, que consisten en la presentación
ordenada en el tiempo de las observaciones registradas. Mediante la utilización de este método el es-
pecialista puede determinar la curva de expectativa o sean los casos esperados, así como establecer los
límites de variación habitual para el año en curso, en las que se establecen las zonas de éxito, seguridad,
alerta y de alarma, con lo cual se puede accionar oportunamente según los resultados.
El Instituto Nacional de Seguridad e Higiene del Trabajo (INSHT) de España recomienda la utilización del
método de las líneas límites, que fue desarrollado por investigadores británicos y el cual se basa en los
mismos principios estadísticos epidemiológicos previamente comentados. Este método permite dispo-
ner de un instrumento que mediante procedimientos matemáticos y gráficos nos mantiene actualizados
sobre la situación que presenta la accidentalidad en el centro de trabajo y brinda la posibilidad de la
evaluación de su comportamiento en los periodos establecidos.
A continuación se expone brevemente este método estadístico de control, basado en la distribución de
Poisson, idóneo para el seguimiento y vigilancia del índice de frecuencia, mediante el que se pueden
detectar si los cambios experimentados se deben a una fluctuación aleatoria o a la existencia de un nue-
vo factor que ha modificado las condiciones de seguridad. Mayor información puede consultarse en las
Notas Técnicas de Prevención 1, 2 y 236 del INSHT.
414
El método consiste en establecer un índice de frecuencia esperado, que se determina en base a los índi-
Vamos a continuación a enunciar el procedimiento para elaborar el diagrama o gráfico mensual (Figura
2) mediante este método.
• Se hace un sistema de coordenadas donde en las ordenadas se sitúa en índice de frecuencia y en las
abcisas los meses del año.
• Se sitúa una línea paralela al eje de las abscisas en el valor establecido como índice de frecuencia
esperado.
• Se calculan los límites superior e inferior mediante las fórmulas correspondientes para el mes (LS1 y
LS2) y además los correspondientes a 2 y 3 meses (LS2, LS3, LI2 y LI3), los que se sitúan también en el
gráfico paralelos al IF esperado.
• Se calculan los índices de frecuencia de cada mes y se van situando en la gráfica.
415
La evaluación de la accidentalidad mediante este gráfico o histograma, de acuerdo con la evolución del
índice de frecuencia mensual, permite afirmar con un nivel de confianza del 90%, que las condiciones de
seguridad han experimentado una variación significativa, cuando:
a). El Indice de Frecuencia de un solo mes, cae mas allá de las rectas L1.
b). Los Indices de Frecuencia de dos meses consecutivos caen mas allá de las rectas L2.
416
c) Los Indices de Frecuencia de tres meses consecutivos caen más allá de las rectas L3
3. Señalización
El mundo en que vivimos podemos definirlo como la civilización de la información, ya en el apartado pre-
cedente estuvimos hablando de la necesidad de la información en ese caso referida a las estadísticas. En
las diferentes actividades laborales hay la necesidad de intercambiar información entre los participantes
para poder ejecutar las tareas asignadas. El desarrollo tecnológico ha determinado que en muchas oca-
siones estas actividades sean de carácter internacional y se realizan entre personas que hablan diferentes
idiomas, lo que les limita en el necesario intercambio de información. De aquí que ha sido necesario
elaborar un sistema que permita comunicarnos con cualquier destinatario y de aquí que surgiera la nece-
sidad de establecerán sistema de señales que fueran inteligibles para cualquier persona.
El mundo actual se ha convertido en un mundo de señales, algunas de carácter internacional como las de
tránsito, de esta forma cuando andamos por las calles estamos observando continuamente señales que
nos orientan como peatón o conductor a cumplir las regulaciones establecidas. En el ambiente laboral
también se ha aplicado esta técnica como un elemento complementario de prevención, facilitando al
trabajador determinada información que le alerta de situaciones peligrosas.
Por tanto la “Señalización” consiste en la técnica que mediante estímulos brinda información a una per-
sona (trabajador) sobre la mejor conducta a seguir ante una circunstancia que se quiere resaltar. En el
caso que se aplica para la protección del trabajador en el ambiente laboral, se denomina “señalización
de seguridad” y podemos definirla como aquella que suministra una indicación relativa a la seguridad de
personas y/o bienes.
La misión fundamental de la señalización será la de llamar rápidamente la atención del trabajador sobre
417
una situación o peligro de forma que reacciones de un modo previamente establecido. Para poder lograr
esta finalidad, cualquier sistema de señales que se implante en un centro de trabajo deberá cumplir deter-
minados principios para que pueda considerarse efectivo, entre los que podemos enunciar los siguientes:
• Atraer la atención de los trabajadores a los que está destinado el mensaje específico.
• Conducir a una sola interpretación.
• Ser claras para facilitar su interpretación
• Informar sobre la acción o conducta específica a seguir en cada caso
• Ser factible de cumplirse en la práctica con la indicación que brinda.
Como la señalización tiene el objetivo de alertar sobre un riesgo, será obvio que antes de proponer un
sistema de señalización se deberá haber ejecutado previamente la evaluación de los riesgos y determi-
nado las probables situaciones de emergencia, ya que este sistema deberá utilizarse cuando los riesgos
existentes y las posibles emergencias, pongan de manifiesto la necesidad de complementar las medidas
adoptadas. No se puede considerar la señalización como una medida que pueda sustituir la adopción de
las medidas técnicas u organizativas tendentes a minimizar o eliminar el riesgo, que es el fin de nuestro
trabajo en prevención. No obstante se pueden considerar como elementos que orientan utilizar la seña-
lización, las siguientes situaciones en las que se hace necesario:
a). Llamar la atención del trabajador sobre determinado riesgo, prohibición u obligación.
b). Alertar de posibles situaciones de emergencia y las medidas urgentes requeridas para su protección
y evacuación.
c). Facilitar a los trabajadores localizar e identificar los medios o instalaciones de protección, evacuación,
emergencia y primeros auxilios.
d). Orientar a los trabajadores cuando se realizan determinadas maniobras peligrosas.
Estas situaciones se presentan en cualquier lugar de trabajo, lo que justifica la necesidad de la aplicación
de esta técnica, sin embargo es recomendable no abusar de la misma ya que puede disminuir su eficacia.
En ocasiones pueden observarse en lugares de los centros de trabajo diferentes señales en un mismos lu-
gar, no pudiendo definirse cual de ellas es la esencial. De acuerdo con las situaciones mencionadas antes
para utilizar la señalización y cuidando el que su utilización sea efectiva, sugerimos algunos lugares don-
de preferentemente se deben situar. Entre estos lugares podemos mencionar los desniveles u obstáculos,
las vías de circulación, las tuberías, los recipientes, las áreas de sustancias tóxicas o peligrosas, la ubicación
de equipos de protección contra incendios y medios de salvamento y socorro y otros.
3.1. Clases de señalización
Como en todos los casos, la clasificación de las señales puede hacerse de acuerdo a diferentes caracte-
rísticas. Una de las clasificaciones se corresponde con los sentidos o forma en que se percibe la señal en
cuestión, por lo que podemos expresar que existen tantas clases como sentidos poseemos. En general
en lo referente a la señalización de seguridad las clases más utilizada es la óptica, y en menor grado las
acústicas y las gestuales. La señalización óptica es aquella en la que se aprecia la situación de riesgo por
medio de la vista, mediante la utilización formas y colores, mientras que la acústica lo hace por medio
del oído y sonidos predeterminados y las gestuales como lo indica su nombre, mediante gestos que el
trabajador ejecuta.
418
Otra forma de clasificar estas señales está basada en el significado de la señal (Figura 3), o sea, está de-
• Incendio. Las que brindan información sobre la ubicación de los dispositivos de lucha contra incen-
dios. Son de forma rectangular o cuadrada y consisten en un pictograma blanco sobre fondo rojo,
debiendo este cubrir al menos el 50 % de la superficie.
419
• Indicativa: Las que proporcionan informaciones distintas a las anteriormente descritas.
• Riesgo permanente. Se utiliza para indicar elementos estructurales que es imposible proteger. Con-
siste en pintar bandas oblicuas amarillas inclinadas a 60o sobre fondo negro.
Las señales también pueden clasificarse de acuerdo con las características de las mismas, en este caso la
forma como se presenta y se trasmite el mensaje y que guarda una estrecha relación con la clasificación
que enunciamos referente a la forma de percepción por los sentidos. De acuerdo con esta forma de clasi-
ficar podemos encontrar los tipos de señales siguientes.
En forma de panel: Señal que mediante la combinación de una forma geométrica, de colores y de un
símbolo o pictograma, proporciona una determinada información, que además se sitúa en un lugar con
suficiente iluminación que permita una visibilidad adecuada.
Luminosa: Señal que se emite mediante un dispositivo formado por materiales transparentes o translú-
cidos, iluminados desde atrás o desde su interior, de manera que aparezca la señal como una superficie
luminosa.
Acústica. Señal sonora predeterminada que se emite por medios apropiados y en las que no interviene
la voz humana.
Verbal. Mensaje predeterminado emitido mediante la voz humana.
Gestual. Señal que se emite mediante movimientos o posiciones de brazos y manos de manera codifica-
da, cuando se realizan maniobras peligrosas o a distancia.
Adicional: Señal que se utiliza en conjunto con señales de las denominadas de panel para facilitar una
información complementaria.
De estas queremos resaltar las de carácter gestual que son de gran relevancia en las actividades de izaje o
elevación de cargas, en las que el trabajador se encuentra generalmente a una gran distancia y en muchas
ocasiones sin otros medios de comunicación (Ver figura 5).
420
LA GESTIÓN Y VIGILANCIA DE RIESGOS OCUPACIONALES
3.2. Señalización de etiquetas.
Es necesario tratar el problema de la señalización en las etiquetas de los envases de productos quimio-
tóxicos, ya que en los últimos decenios se han ido estableciendo regulaciones para la comercialización
de estos productos, en lo relativo a la clasificación, envasado y etiquetado de sustancias y preparados
peligrosos, que obligan a que todo producto esté debidamente etiquetado y que en esta posea una señal
que identifique su riesgo. Esta es una medida de suma importancia en la protección de los trabajadores y
en la prevención de las intoxicaciones agudas de los trabajadores que manipulan estas sustancias.
En múltiples ocasiones los productos se transportan y descargan por trabajadores que desconocen las
propiedades o nunca han visto la ficha de seguridad de un producto determinado, otras veces en los
centros de trabajo se trasvasan productos de un envase a otro sin identificar su contenido, etc., elemen-
tos que facilitan la exposición de los trabajadores ya sea por contacto o por inhalación. Es frecuente el
comercio entre países con diferentes niveles culturales e idiomas, todo lo cual determinó la necesidad de
establecer internacionalmente regulaciones referentes a las etiquetas de los productos que incluyeran
las señales y las frases “R” y “S” que las complementan y que indican el posible riesgo y las medidas de
prevención.
En la figura 6, pueden observarse las diferentes señales que internacionalmente deben incluirse en las
etiquetas de estos productos y su significado, lo cual es importante que sea del conocimiento de todos
los que emplean las mismas.
421
Por consiguiente la exigencia de mantener etiquetados y señalizados los productos químicos no está
referida sólo a los productores y comercializadores, sino a todos los centros de trabajo en que se manejan
estos productos, por lo que no se puede aceptar encontrar envases de los mismos sin identificar, ya sea
provenientes de trasvases realizados en el proceso o por residuos o desechos del trabajo realizado.
3.3. Señalización de tuberías, cilindros de gases y otros.
La señalización no está limitada al campo de las señales o avisos de seguridad, sino que puede emplearse
para identificar múltiples elementos que se utilizan en la actividad laboral. En particular se emplea el co-
lor para identificar tuberías, cilindros de gases comprimidos y otros elementos en general que se quieran
indicar o resaltar, mediante lo que se ha determinado como un “código de colores”. Hay que decir que tan-
to en las tuberías de fluidos como en los cilindros de gas, no se ha podido lograr que en todos los países se
establezcan colores uniformes para la identificación de los mismos. Estos códigos debieran ser uniformes
en todos los lugares y sencillos de forma que el trabajador pudiera identificar adecuadamente y con fa-
cilidad el objeto señalizado aunque se trasladara de ubicación laboral. Esto por desgracia en general no
se ha logrado encontrándonos con códigos diferentes y en ocasiones complejos para su identificación.
En la figura 7 se pueden observar algunos ejemplos de tuberías señalizadas mediante el color para dife-
rentes fluidos.
422
LA GESTIÓN Y VIGILANCIA DE RIESGOS OCUPACIONALES
En relación con los cilindros o botellas de gases comprimidos el color aplicado a los mismos nos permite
conocer su contenido y por tanto nos orienta, sobre los procederes seguros que debemos seguir en su
manipulación para evitar posibles accidentes. En la figura 8 se pueden observar las diferentes partes que
forman un cilindro, así como se les aplican los colores para su identificación y en ocasiones se introducen
bandas de un color distinto entre la ojiva y el cuerpo. El color de la ojiva y de la banda, especifican el gas
concreto que contiene la botella, siendo en ocasiones el color de la franja el mismo que el de la ojiva.
Como ya hemos mencionado existen diferentes normas que regulan la identificación de estos envases,
a continuación expresaremos un código de colores que se aplica al cuerpo del cilindro con estos fines.
Rojo: Inflamables y combustibles.
Negro o gris: Oxidantes e inertes.
423
Verde: Tóxicos o venenosos.
Amarillo: Corrosivos.
Naranja: Butano y propano industriales.
Gris plateado: Mezclas de calibración.
Cuando el contenido del cilindro son mezclas de gases, al cuerpo de la botella se le aplica el color corres-
pondiente al gas con mayor % en la mezcla y en la ojiva se en cuarterones con los colores correspondien-
tes a las ojivas de los gases de la mezcla, en caso que estuvieran en cilindros individuales (figura 8).
3.4. Los colores de seguridad.
El color no sólo es de interés en la señalización, sino que es un factor de seguridad importante en todo
lo que corresponda al diseño de un lugar de trabajo, por los efectos psicofisiológicos que causa en los
trabajadores y que pueden influir en su comportamiento.
Los colores de seguridad a utilizarse son el amarillo, naranja, verde, rojo, azul, blanco, negro o gris y viole-
ta, aunque los más empleados son los que se observan en la tabla 1.
Estos colores deben aplicarse con un color de contraste que permita identificar con facilidad el pictogra-
ma, símbolo o descripción que tenga la señal. Los colores de contraste se muestran en la tabla
424
LA GESTIÓN Y VIGILANCIA DE RIESGOS OCUPACIONALES
AZUL BLANCO
A continuación daremos una descripción breve del uso de cada color y algunos ejemplos de situaciones
en los que se utilizan.
Rojo. Se utiliza para indicar la ubicación de elementos para combatir incendios y se aplicará, en: extinto-
res, hidrantes, rociadores, etc.
Naranja. Se utiliza para indicar riesgos de máquinas o instalaciones en general, a fin de prevenir cor-
taduras, desgarros, quemaduras, descargas eléctricas y otros daños. Puede aplicarse en: elementos de
transmisión mecánica tales como: engranajes, poleas, volantes, partes cortantes, etc., partes interiores
de tapas protectoras de órganos de máquinas, Interior de cajas de instrumentos eléctricos, caja de llaves,
fusibles, conexiones eléctricas u otras, que deban mantenerse cerradas por razones de seguridad, indica-
dores de límites de carrera de piezas movibles de máquinas, etc.
Azul. Se utiliza para indicar precauciones en situaciones tales como: control eléctrico, llaves mecanismos
en general, cerciorándose antes de hacerlo que la puesta en marcha de dispositivo no sea causa de un
accidente. Se puede aplicar en: cajas de interruptores eléctricos, botones de arranque de máquinas.
Verde. Se utilizará para indicar la ubicación de elementos de seguridad y primeros auxilios, y se aplicará
en: ubicación de cajas de máscaras, ducha de emergencias, camillas, botiquines, anuncios de seguridad,
puertas de acceso a salas de primeros auxilios, etc.
Amarillo y negro. Se utilizan en combinación para indicar lugares con riesgo que deban resaltar de un
conjunto, en prevención contra posibles golpes, caídas, tropiezos, etc. y se aplican en obstáculos a la altu-
ra de la cabeza, obstáculos verticales que signifiquen riesgo de golpearse, desniveles abruptos en el piso,
bordes de fosos y plataformas no protegidas, vehículos de carga en los (parachoques), primera y última
contrahuella de cada tramo de escalera, etc.
Blanco, gris o negro. El color blanco o gris sobre fondo oscuro, o color gris o negro sobre fondo claro, se
utilizará para facilitar el mantenimiento del orden y de la limpieza de los locales de trabajo, como tam-
bién para indicar los límites de zonas de circulación de tránsito en general, posición de receptáculos de
residuos, elementos de higiene y se aplicarán, entre otros, en los siguientes casos: señalamiento de vías
para tránsito de vehículos y peatones, flechas de sentido de circulación, demarcación de áreas que deban
quedar libres de obstáculos o destinadas al almacenamiento, sectores para trabajos de izaje, etc.
Violeta. Se empleará para señalar lugares donde exista peligro o riesgo, debido a la radioactividad. Se
colocará el símbolo especial sobre las puertas, los recipientes, los pisos y cualquier equipo que pueda pre-
sentar peligro de contaminación. Entre las distintas aplicaciones están las habitaciones o áreas en donde
se guarden, manipulen materiales radioactivos o que hayan sido contaminados por estos; los recipientes
donde se guarden desperdicios contaminados o que contengan materiales radioactivos y los terrenos en
donde se entierren o se guarden materiales y equipos contaminados.
Por último, hacer una llamada sobre la influencia psicofisiológica que está demostrada que tienen los
diferentes colores, por lo que tenemos que tener en consideración, que una mala aplicación del color en
los lugares de trabajo puede ocasionar molestia a los trabajadores y facilitar los accidentes de trabajo, en
resumen incrementar el riesgo laboral. En la tabla 3 pueden observarse los diferentes efectos que se ha
demostrado ocasionan los colores.
425
Tabla 3. Efectos psicofisiológicos de los colores.
COLOR EFECTO
Azules y verdes Sedantes y refrescantes
Amarillos Estimulantes
Rojos y naranjas Excitantes
Grises Neutros
Violetas y morados Depresivos
Es de todos conocido que el trabajador rechaza la utilización de los mismos, salvo en situaciones en que
los factores de riesgo son tan agresivos, que sabe que si no los utiliza el daño es inminente, tal es el caso
de los de mineros en la utilización del casco o de los soldadores con las mangas, ya que los primeros
saben que se golpearán en la cabeza y los segundos que tendrán una quemadura. Sin embargo no su-
cede de la misma forma con aquellos trabajadores a los que se les entregan medios para la protección
auditiva, los cuales en múltiples casos observamos que no los están utilizando o los están utilizando inco-
rrectamente. Ante estas situaciones queremos culpar al trabajador de indisciplinado, de falta de cultura
preventiva, etc., cuando no es menos cierto, que el EPP es algo molesto, adicionado a nuestro cuerpo,
que limita nuestros movimientos, en ocasiones nos da calor y por tanto lo rechazamos porque nos resulta
incómodo. Aún ante esta realidad es imposible renunciar a su utilización como técnica preventiva, pero
debemos considerar que solo debemos acudir al EPP cuando no hay otra alternativa preventiva posible.
426
En el caso de la parte del cuerpo que será protegida podemos considerarlos divididos en:
Según el factor de riesgo del que protegen se pueden considerar los grupos siguientes:
427
• Químicos
• Térmicos
• Mecánicos
• Eléctricos
• Biológicos
• Ionizantes
• Intemperie
De acuerdo con la forma de comercializar estos medios existen unas regulaciones en la Unión Europea,
que es la utilizada en nuestro país, por las relaciones comerciales que mantenemos con estos países, pero
cuyos requisitos pueden servir de orientación en cualquier país en que se deseen regular estos equipos.
De acuerdo con esta clasificación los EPP se consideran de tres tipos.
CATEGORIA 1. Se consideran los EPP destinados a PROTEGER DE LOS RIESGOS MÍNIMOS, que tengan
como finalidad eliminar o limitar el riesgo al usuario de:
• Agresiones mecánicas cuyos efectos sean superficiales (guantes de jardinería, dedales, etc.)
• Productos de mantenimiento poco nocivos (guantes de protección contra detergentes, etc.)
• Protección contra manipulación de piezas calientes no superiora 50ºC ni a choques peligrosos (guan-
tes, delantales, etc.)
• Agentes atmosféricos ni excepcionales ni extremos (gorros, ropas, zapatos y botas, etc.)
• Pequeños choques y vibraciones que no afectan partes vitales y no provocan lesiones irreversibles
(guantes, calzado ligero, etc.)
• Radiación solar (espejuelos de sol)
Son. EPP de diseño sencillo, en los que el trabajador puede determinar por si mismo la eficacia contra el
riesgo y en los que sus efectos pueden ser percibidos a tiempo sin peligro para el usuario. En este grupo
se acepta que el fabricante puede certificar directamente el cumplimiento de las exigencias esenciales
de seguridad.
CATEGORIA 2. Se consideran los destinados a PROTEGER DE LOS RIESGOS DE GRADO MEDIO O ELEVADO,
pero no de consecuencias mortales o irreversibles. Son los que no están clasificados como tipo 1 ó 3. Ej.
guantes contra riesgos mecánicos, protectores auditivos, botas de seguridad, etc. En este grupo para su
certificación, el fabricante debe someter un prototipo del equipo a una tercera parte con competencia
en la materia (institución acreditada), para que verifique el cumplimiento de las exigencias esenciales,
mediante las pruebas y ensayos correspondientes.
CATEGORIA 3. Se consideran los destinados a PROTEGER DE LOS RIESGOS DE CONSECUENCIAS MORTA-
LES O IRREVERSIBLES, son EPP de diseño complejo, destinados a proteger al usuario de un peligro mortal,
grave e irreversible, sin que pueda evitar a tiempo su efecto.
Pertenecen a esta categoría los siguientes:
• Los equipos de protección respiratoria filtrantes
428
• Los equipos de protección respiratoria aislantes, incluidos los de inmersión
429
pende sólo de que el adquirido sea eficaz en proteger del factor de riesgo, sino que deben considerarse
otros aspectos como el de la formación y participación en el programa de prevención de los trabajadores.
Se debe recordar que el EPP como su nombre lo indica, son dispositivos de uso estrictamente personal,
destinados a proteger la salud e integridad física del trabajador y que por razones higiénicas no podemos
pensar en economizar recursos facilitando un EPP para varios usuarios. Por supuesto que lo anterior, no
es exactamente así para determinados medios muy costosos, como pudieran ser los de salvamento, en
los que puede admitirse el que sólo se adquiera un número suficiente para la mayor cantidad de traba-
jadores en un turno, ya que estos son equipos de utilización esporádica ante situaciones de emergencia.
Como la mayoría de los EPP son de uso personal, la adquisición de éstos será de acuerdo con las tallas de
los usuarios.
Además de esta característica, para poder considerar que se ha hecho una selección adecuada, los EPP
deberán cumplir las siguientes:
Eficacia. O sea, deben brindar una protección adecuada del riesgo a que está expuesto el trabajador, cua-
lidad esencial para su aceptación por parte del trabajador. Cuando el trabajador considera que el medio
no es eficaz, no acepta el mismo y por tanto no lo utiliza. Es necesario convencerle en situaciones cuando
está sometido a más de un factor de riesgo, o cuando determinado medio de protección colectiva no ga-
rantiza exposiciones tolerables, que es preferible aceptar una protección parcial eficaz a una total ineficaz.
Comodidad. Esta es una cualidad que en ocasiones no se considera por quien selecciona o adquiere el
EPP, no obstante ser de suma importancia, ya que determina la utilización del mismo por el trabajador.
Entre los aspectos que deben considerarse en este sentido se encuentra el peso, volumen, transpiración,
pérdida de facultades al realizar la tarea y otros. En países tropicales con alta temperatura y humedad es
prácticamente imposible por ejemplo, el soportar los trajes impermeables que se utilizan en la agricultura
para la aplicación de plaguicidas y que se importan de países con climas diferentes, donde es posible su
utilización.
Facilidad de mantenimiento. Esta es una característica fundamental que garantiza el cuidado del equipo
y la protección eficaz que el mismo pueda brindar. En múltiples ocasiones se adquieren equipos, a veces
de los más costosos y para los cuales se carece de los accesorios para recambio o reparación. Un caso típi-
co es encontrarse equipos de protección respiratoria con filtros que no se recambian y que en ocasiones
hasta ni existen en el mercado del país, siendo necesario solicitarlos a proveedores extranjeros. El proble-
ma se vuelve más grave cuando los trabajadores desconocen sobre estos aspectos y están utilizando el
medio con el criterio de que les está protegiendo.
4.3. Certificación de Calidad y Registro de los EPP.
Un serio problema en muchos países es la adquisición de EPP que carecen de certificaciones de calidad
otorgadas por instituciones acreditadas para estos fines. En la compra de los EPP es importante exigir a
quienes los producen y comercialicen la certificación de calidad de éstos. En los diferentes países que
producen estos equipos existen normas de calidad establecidas para los mismos, ya previamente men-
cionamos la clasificación de los países europeos y de forma general las exigencias para que el producto
esté certificado. Otros países como los Estados Unidos de América, poseen otras normas, pero de manera
430
similar tienen que certificar la calidad de estos productos. Esta exigencia al proveedor por quienes ad-
En el esquema previo recomendamos las etapas a seguir de un procedimiento que consideramos prác-
tico para la adquisición de los EPP. Es esencial para obtener buenos resultados, que sea un personal ca-
pacitado en seguridad y salud quien tenga la función de seleccionar y comprar estos equipos, ya que el
procedimiento se basa en el conocimiento de los riesgos y la calidad de protección del equipo ante la
exposición a la que se encuentra el trabajador. Este trabajo de tipo técnico no lo debe realizar un personal
431
administrativo sin conocimientos de la materia, existiendo la costumbre de responsabilizar con esta tarea
a las áreas comerciales o de insumos.
Como se puede observar en el esquema, es importante determinar las características técnicas del EPP
para su adquisición y planificación y esto sólo puede realizarse por especialistas en la materia.
5. La Investigación de Accidentes.
5.1. Generalidades.
Aunque no somos partidarios como prevencionistas, de adjudicar a la investigación de accidentes la po-
sición de elemento fundamental en la gestión de riesgos por su carácter reactivo, no es menos cierto que
en los diferentes sistemas de gestión se le da un alto grado de importancia, ya que con la aplicación de
dicha metodología pueden minimizarse los riesgos, evitando la ocurrencia de otros hechos parecidos al
investigado. Por consiguiente, no seríamos consecuentes si en el tema no tratamos este asunto, sobre el
que es imprescindible hacer algunas reflexiones, tratar algunos elementos teóricos y sugerir un procedi-
miento práctico que permita detectar las causas básicas que ocasionan los mismos.
Debemos mencionar, que concebimos la importancia de esta técnica como una herramienta de trabajo,
que permite mediante los diferentes modelos o procedimientos, el conocimiento específico de las causas
de la accidentalidad, con lo cual se pueden aplicar las medidas correctoras oportunas que minimicen el
riesgo. No puede concebirse por los empresarios o profesionales que la llevan a cabo, como una exigencia
legal o formal, con cuyo cumplimiento están exonerados de la responsabilidad social que conlleva un
accidente con el colectivo laboral. Tenemos que pensar, que conocer todas las causas que intervinieron
para que se produjera el fracaso que todo accidente significa, nos permitirá evitar su repetición y en
consecuencia evitar los daños tanto sociales como económicos, a familias, empresas y a la comunidad en
general.
Es frecuente encontrarnos con centros de trabajo de características tecnológicas y humanas similares y
en los cuales la accidentalidad es muy diferente, lo que se debe en parte a la falta de una conciencia o
una cultura preventiva, en fin, a la existencia de una política preventiva ineficaz de algunos, que permite
un comportamiento erróneo del colectivo, condicionado por el entorno en que desarrollan su trabajo y
donde por supuesto, estas investigaciones no se realizan con procedimientos adecuados o se ejecutan
de una manera formal.
Es imprescindible establecer un sistema de gestión de la prevención que considere entre sus objetivos la
investigación de accidentes, no como una cosa formal, sino con el rigor necesario que garantice calidad
en los resultados. Sólo podremos lograr efectividad en la aplicación de este proceder, cuando se lleva a
cabo por personal con los conocimientos necesarios y mediante metodologías y estrategias, que permi-
tan la colaboración de todo el colectivo laboral.
432
y a la propiedad. La investigación de accidentes debe comenzar por consiguiente, con la determinación
433
Si deseamos utilizar la investigación con fines preventivos debemos determinar todas las causas, partien-
do del principio que en la generalidad de los casos existe más de una causa (multicausalidad). Hay nece-
sidad de conocer los motivos previos al accidente para un buen análisis y determinación de las mismas, lo
cual en muchos los casos se vuelve difícil, al existir sólo información a veces limitada de los eventos que
han ocasionado daños. En este sentido preventivo es importante establecer la investigación de todos los
eventos, incluyendo los que no han ocasionado daños (incidentes), para obtener la mayor información
existente y de forma que podamos actuar siempre que sea posible, previamente a que se produzca un
accidente con lesión.
3.3.3. La percepción del accidente.
Es importante analizar la forma en que percibimos el accidente de trabajo por los miembros de la orga-
nización, ya que de esta percepción dependerá el procedimiento que aplicamos para la investigación del
mismo. Existiendo diferentes formas de percibir estos, las que enunciamos a continuación.
Evento único.
Esta es la manera en que se percibe por aquellas empresas en las que se carece de política de prevención.
Es un enfoque limitado en el que no se analizan los factores ni las causas básicas que han originado el
hecho. Tratan en general de buscar a un culpable.
Secuencia de Eventos.
Es la filosofía de Heinrich donde se establece que los accidentes son resultado de una cadena de eventos
(efecto dominó), donde si se extrae una de las fichas se evitan estos hechos.
Percepción estadística.
Se establecen registros que mediante análisis estadísticos se determinan aquellos factores no aleatorios
presentes.
Evento ramificado.
Este es un método muy utilizado por las grandes empresas que necesita de personal capacitado para
llegar a conclusiones útiles. Se conoce como árbol de causas. Este será el método que recomendaremos
posteriormente ya que consideramos que es el más factible de aplicar y llegar a conclusiones por un per-
sonal con una formación básica en la especialidad.
Secuencias Multilineales de eventos
Pudiéramos decir que este es una variante del método del árbol que considera el factor tiempo, por lo
que es algo más complejo y difícil de aplicar.
Como puede observarse, de acuerdo a la concepción del fenómeno, cada organización fundamentará el
modelo “conceptual” de desarrollo del análisis de las causas de un accidente, de acuerdo con la política
preventiva establecida, que responde a la situación concreta que presenta. Lo fundamental es que cual-
quier estrategia establecida, sea de utilidad para extraer conclusiones preventivas de aplicación práctica.
5.2.4. Principios de la Investigación de Accidentes.
Cualquier investigación de accidentes deberá cumplir con determinados principios si deseamos alcanzar
resultados “preventivos”. Entre los preceptos que debe satisfacer el procedimiento de investigación apli-
cado consideramos los siguientes:
434
• La pprevención del accidente de trabajo es más amplio que cumplir con la ley.
435
que la metodología que se aplique tenga flexibilidad para adaptarse a las circunstancia y lograr que sea
efectiva. Tal como podemos observar en la figura 10, el proceso consta al menos de 4 etapas bien defini-
das.
A). Recolección de la información.
Esta es una etapa muy importante del proceso, ya que de la misma depende el conocimiento de los
antecedentes y de como se produjo el hecho en sí. De la profundidad, veracidad y objetividad de
la información obtenida dependerá el que se pueda realizar un análisis y diagnóstico adecuado del
problema. El poder conseguir este objetivo depende de que se inicie en el menor tiempo posible
después de la ocurrencia del accidente y que participe el mando directo y los demás trabajadores
involucrados. La participación del mando directo (capataz o jefe de brigada) desde el inicio de la
investigación es de extrema importancia en los resultados, ya que el mismo supuestamente debe ser
quien mejor conoce el proceso de trabajo. Es esencial la forma de actuar del mando en estas situacio-
nes, el mismo deberá estimular a los trabajadores en brindar información de los hechos y evitar que
estos se atemoricen, pensando que se puedan tomar represalias o aplicar sanciones por determinada
información que brinden.
El poder efectuar una investigación efectiva depende en parte de las acciones del mando directo, el que
deberá una vez conocido el suceso proceder a:
• Controlar el lugar de los hechos.
• Brindar la atención de primeros auxilios y solicitar ayuda en casos necesarios.
• Controlar la ocurrencia de accidentes potencialmente secundarios.
• Identificar las fuentes de evidencias en el lugar de los hechos cuando ocurre el accidente. Ya que hay
factores de riesgo que pueden estar presentes en el momento de ocurrencia del hecho y posterior-
mente variar, como pudiera ser la iluminación, la ventilación, etc.
• Evitar que se alteren o retiren las evidencias.
Una vez tomadas estas acciones puede procederse a recolectar la información para lo que sugerimos el
esquema siguiente:
• Formarse una visión general de la situación. Consiste en determinar como las personas, los materia-
les y el medio ambiente se encuentran involucrados en el fenómeno ocurrido,
• Entrevistar a testigos y otras personas relacionadas. Se consideran como testigos a los que pudieron
observar lo ocurrido. En ambos casos se deben aceptar sólo hechos probados y no criterios subje-
tivos de valoración. Existen principios que deben cumplirse para lograr buenos resultados en las
entrevistas.
• Reconstrucción de los hechos. Este es un paso que sólo se realizará si fuese necesario, para obtener
determinada información.
• Inspeccionar los equipos, herramientas y materiales que se utilizaban y verificar sus normas de uso.
• Revisión de la documentación. Se debe revisar todo la documentación referente a formación, proce-
dimiento de trabajo, mantenimiento, etc., que nos pueda aportar información sobre el hecho.
• Analizar los posibles fallos del material, equipo o estructura
436
B). Análisis de las Causas.
437
los hechos. Fotos croquis, etc.
En este modelo de investigación de las causas se parte de la pérdida y se asciende lógica y cronológica-
mente en sentido inverso de la cadena causal, pasando por cada una de las etapas indicadas en la figura y
buscando los antecedentes de la etapa, a la anterior, mediante la pregunta por qué. La correcta aplicación
de esta secuencia en sentido inverso, nos permitirá mediante un análisis científico identificar las causas
determinantes del accidente.
438
El proceder con este modelo puede sintetizarse en los pasos siguientes:
439
comunes que originan la falta de control encontramos la existencia de: a) sistemas de prevención no
adecuados, b) normas ó procedimientos no adecuadas del sistema, c) e incumplimiento de las normas y
procedimientos.
Este modelo es utilizado con frecuencia y puede brindar resultados efectivos cuando se aplica con el rigor
necesario.
B) Diagrama de Ishikawa o espina de pescado (diagrama causa - efecto)
Aunque este método se utiliza generalmente en control de la calidad, también puede utilizarse en la
investigación de las causas de accidentes.
En la aplicación de este método las causas se agrupan en los 4 tipos que podemos identificar en un pues-
to de trabajo durante el desarrollo de una actividad determinada, como son las referentes a:
• Método: Consiste en determinar la existencia de la instrucción o procedimiento de trabajo que es-
pecifique como desarrollar el trabajo e identificar los elementos del mismo que contribuyeron al
accidente, ya sea, por incumplimientos del procedimiento o por defectos en el diseño de este, que
generan la posibilidad del desempeño inseguro.
• Persona: Se refiere a determinar los aspectos humanos que pueden haber contribuido a que ocurra el
accidente/incidente, como pueden ser la falta de formación, condiciones de salud, etc.
• Material: Se debe determinar las causas referentes a productos, sustancias peligrosas que se emplean
en el desarrollo de la actividad y los riesgos de estas en las condiciones de manipulación empleadas.
• Máquina/Equipo/Instalación: Se deben determinar todos los factores de la máquina, equipo o insta-
lación que durante el proceso de trabajo completo puedan haber sufrido una variación y contribuir
así a que ocurra el accidente /incidente.
Para la representación del Diagrama, igual que en el análisis de la cadena causal, se parte a la derecha de
la hoja del suceso que ha ocasionado la pérdida y desde la izquierda se traza una flecha que divide la hoja
en la que lo estamos representando por la mitad. Hacia esta línea central se dirigen cuatro flechas que
agrupan cada una a los aspectos indicados (método, persona, material, equipo). Las causas que tienen
que ver con cada uno de estos aspectos se agrupan en torno a cada flecha siguiendo el mismo sistema.
Para completar la identificación de las causas, en cada antecedente encontrado nos preguntamos por
qué ha ocurrido y se sitúa en una flecha que según el nivel del por qué, se va situando de forma paralela
a la central que va a parar a la flecha principal del aspecto. Así, el siguiente antecedente estará en una
fecha paralela a la del aspecto y que termina en la anterior horizontal. Y así hasta llegar a las causas raíz
en cada rama.
El aspecto que toma el Diagrama es el de una espina de pescado, como puede observarse en la figura 12,
por lo que también se le denomina de esta manera.
440
LA GESTIÓN Y VIGILANCIA DE RIESGOS OCUPACIONALES
C) El Arbol de Causas.
Ya hemos visto que existen diferentes métodos que se aplican para la investigación de las causas de
los accidentes, no obstante consideramos que el más práctico para los técnicos situados en empresas a
nuestro juicio, es el “árbol de causas”, ya que es simple, exhaustivo y cumple con nuestras expectativas
de arribar a las causas básicas del evento con un criterio epidemiológico. El método parte del postulado
que no hay una, sino múltiples causas y que estas no pueden reducirse sólo a los errores humanos o a los
errores técnicos. No obstante queremos recordar que cuando un trabajador ha cometido un error, esto
se debe a que anteriormente otro ser humano no ha podido, no ha sabido o no ha querido prevenir el
riesgo, lo que nos orienta a resolver sobre todo los errores de tipo técnico y organizativo.
Esta herramienta de investigación tan extendida en la actualidad, se construyó en la década del 60 – 70,
con los aportes esenciales del INRS de Francia y de la Comunidad Económica del Carbón y el Acero de
la UE y ha sido validada por la práctica de los especialistas a nivel internacional. En la misma se parte del
accidente y mediante un razonamiento lógico en un camino hacia atrás en el tiempo, se van identificando
las disfunciones (causas) que lo provocaron. De forma similar es posible aplicarlo a los incidentes.
Por tanto, podemos expresar que el “árbol de causas” es una técnica de investigación valida que repre-
senta gráficamente la concatenación de causas que han determinado el suceso último, materializando
el accidente. Es un plano completo del accidente, elaborado mediante una serie de relaciones lógicas
establecidas entre los diferentes hechos que dieron lugar al mismo y que nos conduce a determinar las
causas básicas que lo motivaron. En la figura 13 se pueden observar las diferentes etapas que comprende
la construcción del árbol.
441
• Construcción del árbol
La construcción del árbol comienza con la recolección de la mayor información posible sobre el evento
ocurrido, ya que de la calidad de la misma dependerá el análisis y por consiguiente que el árbol presente
objetivamente las causas que contribuyeron al mismo. Esta información deberá ajustarse a los principios
siguientes:
- Recoger hechos concretos y objetivos y no interpretaciones o juicios a priori.
- Utilizar un cuadro de observación que descompone la situación de trabajo en cuatro elementos: indi-
viduo – tarea – material – medio.
- Investigar prioritariamente las variaciones, o sea, lo que no ocurrió como de costumbre.
- Empezar por la lesión y remontar lo más lejos que sea posible.
Una vez que hemos recogido los antecedentes (variaciones) que contribuyeron al accidente, estamos en
condiciones de poder organizar dicha información y establecer las relaciones lógicas entre los hechos
identificados. Se suele construir de arriba hacia abajo, comenzando siempre en el daño o lesión, aunque
también se puede construir en otras direcciones, teniendo en cuenta que siempre se inicia en el hecho
último: el daño o lesión.
La ordenación o elaboración gráfica del árbol se hace mediante preguntas que nos vamos haciendo a
partir del daño y estableciendo el siguiente código para los hechos analizados.
Para avanzar en la construcción del árbol de causas, se realizan las siguientes preguntas para uno y cada
uno de los hechos que aparezcan en el mismo:
¿Qué ha tenido que ocurrir para que este hecho se produjera?
¿Tuvo que ocurrir alguna otra cosa?
442
Una vez que llegamos en todas las ramas a un punto donde no recibimos información adicional, o sea que
Relación de Conjunción. El hecho (x) requiere de la producción de más de un hecho predecesor para que
se produzca. Gráficamente se representa:
Relación de Disyunción. Varios hechos son independientes entre sí pero tienen un predecesor común, es
443
decir, éstos no se producirán sin la previa producción del hecho (y). Gráficamente se representa:
Independencia. Cuando se constata que un hecho (X) se hubiera producido incluso si otro hecho (Y) no
se hubiese producido. Gráficamente no están relacionados y se representa:
Ejemplo: Ruedas lisas - Hielo
No existe ninguna relación entre ambos hechos
444
LA GESTIÓN Y VIGILANCIA DE RIESGOS OCUPACIONALES
En el diagrama se observa que las causas inmediatas de accidente fueron que el trabajador estaba entre
el camión y el vehículo y que el camión retrocedió. Ante la pregunta de por qué ocurrieron ambos hechos,
vemos que existen elemento que dependen del comportamiento del trabajador, lo cuales pueden acha-
carse a mala formación, pero también sin lugar a dudas hay una falta de control por los responsables que
permiten hacer operaciones sin cumplir las regulaciones de seguridad. En el análisis surge la pendiente
del patio como una causa básica y el camión habitual averiado, lo que dificultaba el enganche del remol-
que. Por tanto si se iba a ejecutar una operación no habitual deberían haberse controlado por el respon-
sable del área la aplicación de medidas adicionales de seguridad. Es cierto que podemos responsabilizar
al trabajador de haber cometido un acto inseguro, pero como ya hemos analizado previamente, esta no
es la mejor forma de prevenir que se cometa otro accidente similar.
Por último enfatizar, que los objetivos preventivos de toda investigación, se alcanzarán según seamos
capaces de eliminar los factores de riesgo detectados. Cuando eliminamos uno solo de los antecedentes
se eliminará, la cadena causal y por consiguiente el que no ocurra otro evento similar, si nos proponemos
evitar todos los accidentes parecidos, es necesario eliminar todos los factores de riesgos detectados.
445
446
Capítulo 16.
1. Introducción
El fuego es un fenómeno conocido por todos desde épocas muy remotas, que ha contribuido en gran
medida al desarrollo de la humanidad y de las diferentes sociedades y que hasta nuestros días tiene
múltiples campos de aplicación, sobre todo en la transformación de energía. Sin embargo, por otro lado
al ser una energía poderosa la falta de control del mismo, puede ocasionar grandes pérdidas, tanto de
vidas humanas como de bienes materiales. Frecuentemente y con el auge que ha tomado la protección
del ambiente, estamos recibiendo información sobre la destrucción de áreas forestales por incendios y
otros eventos de este tipo, que obligan a utilizar gran tiempo y recursos para su extinción con el consi-
guiente daño ecológico y económico. En nuestro caso el objetivo fundamental de este tema, es orientar
al personal de salud y seguridad del trabajo sobre elementos esenciales que les permitan en su accionar
diario, poder colaborar con los especialistas en la materia en eliminar o minimizar el efecto adverso, que
los incendios pueden ocasionar en los centros de trabajo donde prestan sus servicios.
En este tema posiblemente se tratará del tema más antiguo dentro de la salud y seguridad del trabajo,
447
pero que en la actualidad presenta una gran dinámica y brinda múltiples alternativas al especialista para
el manejo del riesgo. Hasta hace unos años la actuación de los encargados en las empresas de neutralizar
las pérdidas ocasionadas por los incendios estuvo dirigida hacia la extinción de los mismos y podemos
expresar que se le consideraba como el que tenía que ocuparse de los extinguidores, en criterio general
estimaba al especialista (bombero), como el personal que ante un incendio procedía a apagar el mismo.
El desarrollo de la sociedad ha demostrado que en este campo igual que en cualquier otro, el método
preventivo sustentado en el establecimiento de sistemas de vigilancia y programas de capacitación y
divulgación, así como, el control mediante la inspección sistemática con un elevado nivel de exigencia,
permiten alcanzar mejores resultados. Por tanto, las acciones en la actualidad a planificar en este sentido
serán preferentemente de tipo proactivo y son mucho más complejas, con alternativas basadas en el
principio preventivo de eliminar las causas de estos desastres. Todo esto debe considerar el fundamento
de establecer el mejor método de protección y el más económico para cada situación en particular.
2. Principios Generales.
Ante todo, hay que expresar que para que cualquier plan tenga credibilidad es imprescindible una activa
participación y control de la “dirección de la empresa”. Podemos afirmar que el riesgo a incendios está
presente en cualquier actividad y por tanto es necesario que preparemos técnicamente al personal para
el enfrentamiento del mismo. Es fundamental para los dirigentes, especialmente los jefes directos de la
producción (supervisores) y el personal dedicado a la prevención y extinción de incendios en las empre-
sas, el conocimiento de algunos conceptos y elementos básicos, hay que saber cómo se origina un fuego,
los tipos de fuego, cómo se pueden extinguir y el comportamiento ante estas situaciones de riesgo, as-
pectos todos que le permitirán actuar con mayor efectividad en la eliminación de las causas que podría
originar un siniestro de este tipo e intervenir en su extinción de forma oportuna y eficaz. El personal
dirigente como en cualquier actividad tiene que ser el promotor de éstas acciones y el que más exija su
cumplimiento, por lo que esto representa en la protección de las instalaciones y la producción de la que
es “responsable”, así como, por el significado que la misma tiene en satisfacer las necesidades de seguri-
dad de la población vecina, pero además y ante todo, por el daño a la vida y salud de los trabajadores que
en la misma prestan sus servicios en el lugar.
El primer concepto a considerar por ser lo esencial que nos ocupa, es el de “prevención y protección de
incendios”, que lo concebimos como la “aplicación de los conceptos científicos y técnicos para eliminar o
reducir las causas de incendios, explosiones y otros eventos afines, así como, la aplicación de las técnicas
más adecuadas para su rápida detección y extinción, con el objetivo de minimizar los daños que puedan
ocasionar a la salud y las pérdidas de vidas y/o bienes materiales”. Por tanto es imprescindible la actuación
a dos niveles:
Ø El preventivo, evitando se inicie el incendio, mediante el establecimiento de condiciones y métodos
de trabajo seguros.
Ø El de protección, que consiste en evitar la propagación, reduciendo sus consecuencias. En este nivel
se utiliza la protección pasiva que consiste en el diseñar las instalaciones con este fin, así como la
activa, al determinar las acciones a ejecutar en caso de ocurrencia de un hecho de este tipo.
En la prevención de estos eventos los especialistas de las entidades existentes o de las nuevas inversio-
nes, deben considerar la necesidad de dirigir sus acciones a la investigación técnica de los diferentes
factores que inciden en la ocurrencia de eventos de este tipo, lo cual les permitirá elaborar la estrategia
de intervención al respecto, garantizando el mayor grado de seguridad posible.
448
Entre los aspectos que deben evaluarse con esta finalidad encontramos los siguientes:
449
proceso consiste en que partiendo de una reacción inicial, se producen combustiones sucesivas que es
la denominada reacción en cadena. En el caso de los combustibles sólidos, estos al ser calentados reac-
cionan en contacto con el oxígeno del aire sin producirse vapores por lo que no se produce la reacción
en cadena y es lo que observamos como “cuerpos incandescentes”.
A continuación vamos a describir cada uno de los factores que componen el “tetraedro del fuego”.
Combustible. Toda sustancia susceptible de combinarse con el oxígeno de forma rápida y exotérmica.
Estos pueden ser sólidos, líquidos o gaseosos y sólo queman en fase de gaseosa, por lo que los sólidos
necesitan previamente un aporte de energía que los lleve a ese estado.
Comburente. Toda aquella mezcla de gases donde el oxígeno está en proporción suficiente para que en
su seno se produzca la combustión. El comburente más común en los incendios es el aire por el contenido
de oxigeno que posee.
Energía de Activación. Es la mínima energía suficiente para que se inicie la reacción y dependerá de la
naturaleza del combustible y de las condiciones de manipulación del mismo.
Reacción en Cadena. Proceso que permite la propagación del incendio, siempre que se mantenga una
energía de activación suficiente y una mezcla adecuada.
La reacción general que se produce durante la combustión es la siguiente:
Combustión Completa:
C (Carbono) + O2 CO2 + H2 O + calor + luz
CH4 + 2 O2 = CO2 + 2 H2O + calor + luz
Combustión Incompleta:
CH4 + O2 CO2 + CO + C (humo) +H2O + calor + luz
Para que se produzca una combustión completa es necesaria la existencia de oxígeno suficiente que
permita la transformación del combustible. En la combustión incompleta, la cual está presente en los
incendios, se produce gran cantidad de humos y monóxido de carbono, que son factores de riesgo que
450
en los incendios pueden ocasionar grandes daños a la salud, tanto a las personas atrapadas en el lugar
Las clasificaciones utilizadas en Europa y en Estados Unidos son diferentes (Tabla 1), por lo que debe con-
siderarse cual es el criterio empleado para evitar confusiones con el etiquetado.
Temperatura de ignición o de auto inflamación (fire point).
Es la temperatura más baja a la que una sustancia combustible en presencia de aire puede entrar en
combustión espontánea sin presencia de una energía de activación externa. La temperatura de ignición
451
se refiere tanto a sólidos, líquidos, gases y vapores y está en dependencia del calor suministrado a la
sustancia tanto por convección, conducción o radiación en que pueda alcanzarse la ignición espontánea.
Este es un parámetro que debe considerarse sólo como orientador ya que puede variar sustancialmente
al cambiar las condiciones. En el caso de los combustibles sólidos dependerá del régimen de corriente de
aire, del calentamiento y del tamaño del sólido, mientras que en los gases y vapores intervienen muchos
más factores, entre los que se encuentran, la concentración de la mezcla, la forma y tamaño del espacio
donde se produce la ignición, el régimen y duración del calentamiento, tipo y temperatura de la fuente y
otros. A continuación se brindan algunos ejemplos de sustancias con sus temperaturas de ignición.
Kerosene 230 °C
Gasolina : 371 °C
Acetileno : 335 °C
Propano 466 °C
Metano 537 °C
Combustión espontánea.
Es la que se produce cuando sustancias que son malas conductoras del calor, se calientan internamente,
elevándose la temperatura hasta autoinflamarse o lo que es lo mismo alcanzar el punto de ignición. Este
comportamiento de la sustancia o sea el proceso de calentamiento puede estar determinado por reaccio-
nes que generen calor o por reacciones bacteriológicas.
Límites de inflamabilidad.
Es necesario para que se produzca la ignición que exista una mezcla de combustible - comburente ade-
cuada. Esta mezcla inflamable comprende una escala variable de porcentaje de gases o vapores y oxigeno
del aire, que es propia para cada combustible. Estas proporciones se encuentran en un rango, por lo que
se han determinado los límites extremos dentro de los que puede producirse la combustión. Existe por
tanto, un límite superior de inflamabilidad y un límite inferior, por lo que cuando las mezclas se mantie-
nen por encima o por debajo de los mismos, estamos eliminando el riesgo del incendio o explosión. Estos
límites se expresan en % de volumen de la sustancia en mezcla con el aire y en general el limite inferior es
el más importante para el control del riesgo. Un ejemplo de la importancia de conocer esta característica
de la sustancia, es que un tanque vacío de un solvente es más peligroso por la mezcla que se forma en su
interior que un tanque lleno, por lo que se han producido múltiples accidentes, al soldar estos tipos de
envases vacíos sin previamente tomar las medidas pertinentes. Conocer los límites de inflamabilidad de
las sustancias es esencial en la prevención de estos eventos, ya que para que se produzca la ignición se
requiere que la mezcla se encuentre dentro del rango establecido (mezcla óptima) para cada sustancia.
Peligrosidad del combustible.
El peligro del combustible después que se ha inflamado está determinado por diferentes factores como
son los siguientes:
• Poder calorífico. Es la cantidad de calor que puede emitir el combustible por unidad de masa cuando
sufre la combustión completa (Mcal/kg).
• Reactividad. Es la capacidad que tienen algunos combustibles de producir reacciones de gran poten-
cial energético y que en ocasiones pueden ser explosivas por sí mismos o al combinarse con otros.
452
• Toxicidad. Combustibles que en su combustión pueden emitir humos y gases de gran toxicidad que
Focos de ignición.
La existencia de la energía calorifica es indispensable para que se inicie el fuego y por consiguiente es
importante que el especialista sea capaz de identificar los diferentes focos de ignición presentes en el
ambiente laboral. Diferentes autores han clasificado las fuentes de energía en diferentes categorías, Sax
(1979) describe cuatro categorías básicas que son las siguientes:
1. Calor generado por reacciones químicas.
2. Calor generado por energía eléctrica.
3. Calor generado por energía mecánica.
4. Calor generado por reacciones nucleares.
Aunque en esta clasificación todos los grupos son fuentes de calor, desearíamos agregarle un grupo prác-
tico que pudiéramos denominar como térmicas, muy frecuentes en los ambientes de trabajo y en el que
incluimos a las llamas abiertas, las superficies calientes y la radiación solar.
Según estadísticas de las causas de incendios, encontramos entre las más frecuentes en orden decre-
ciente, las llamas abiertas, las superficies calientes, la energía eléctrica, los medios de fumar y la ignición
espontánea. Se incorporan a estas causas el orden y limpieza y los sucesos provocados. Esta información
debe dirigirnos en la práctica a buscar identificar los focos relacionados con estas causas.
453
5. Etapas del Incendio.
Podemos afirmar que un fuego comienza por el calor producido por una fuente que puede trasmitirse,
ya sea por conducción, convección o radiación (Figura 2) a materiales que pueden entrar en combustión.
De esta forma se desarrolla un proceso (incendio) que puede separarse por sus características en 3 etapas
o fases, la ignición, la propagación y las consecuencias (Figura 3). Esta división permite desde el punto
de vista teórico, de acuerdo con los diferentes eventos que se desarrollan, analizar las acciones que sería
necesario planificar en cada una para eliminar o minimizar el riesgo y sus consecuencias.
• La ignición será el producto de la acción de los diferentes componentes del tetraedro del fuego para
producir la inflamación del combustible. Es imprescindible que se brinden las condiciones de que
exista la energía de activación necesaria y un foco de ignición que aporte la misma.
• La propagación será la evolución del incendio en espacio y tiempo. En función del tiempo los com-
bustibles líquidos y gaseosos son mucho más peligrosos ya que pueden propagarse en un orden de
segundos. En cuanto al espacio existen dos tipos de propagación, la horizontal y la vertical, según se
produzcan en el mismo nivel o a diferentes niveles, lo cual es determinado por el diseño y las carac-
terísticas estructurales de las edificaciones.
• Las consecuencias de un evento de este tipo es su etapa final siempre causarán daños humanos
y/o materiales y el grado del daño a las personas dependerá fundamentalmente de la dificultad que
pueda presentarse para la evacuación del lugar.
455
Sustituyéndolo Manteniendo atmósfe- Actuando sobre los focos Introduciendo productos
Eliminándolo ras pobres en oxigeno. de ignición. que inhiban la reacción en
Ventilando Eliminando el oxigeno Prohibición de fuegos cadena.
Refrigerando chispas y llamas, sustitu- Ignifugación
Recubriéndolo con mate- ción de herramientas etc.
riales incombustibles
Reduciendo la cantidad al
mínimo imprescindible.
456
cuenta la probabilidad de inicio del incendio. Particularmente considero que esto se deba a que estos
457
de cualquier proceso tecnológico para garantizar su seguridad, minimizando los efectos adversos del
evento.
Los materiales según sus características pueden clasificarse en tres grupos de acuerdo a su “grado de
combustibilidad”, o sea, al tiempo que demoran en que se desarrolle el proceso de combustión, aunque
existen otras clasificaciones..
Incombustibles. Aquellos que en un tiempo determinado y bajo la influencia del fuego o la alta tempe-
ratura, no se inflaman, no se consumen y no se carbonizan. Ej. Todos los materiales inorgánicos naturales
y artificiales, así como los metales que se utilizan en la construcción.
De poca combustión. Aquellos que en un tiempo determinado y bajo la influencia del fuego o de alta
temperatura, con dificultad se inflaman, consumen o carbonizan, y continúan el proceso, sólo detenién-
dose cuando se separa la fuente de calor. Ej. Piezas de yeso, hormigón, arcilla, madera tratada y otros.
Combustible. Aquellos que en un tiempo determinado y bajo la influencia del fuego o de alta tempera-
tura, se inflaman o consumen y continúan el proceso aún después que se retira la fuente de calor. Ej. Los
materiales orgánicos no sometidos a tratamiento ignífugo.
De acuerdo a este principio es que determinamos el grado de resistencia al fuego de una instalación,
existen cinco grados que estarán determinados por el tiempo que transcurre desde que comienza la com-
bustión hasta que se produce la falla de la estructura, controlándose los requerimientos de estabilidad,
integridad y aislamiento. En diferentes documentos técnicos se brinda información sobre las característi-
cas de los elementos y materiales constructivos.
Es necesario aclarar que la resistencia al fuego de todos los componentes de una edificación no tienen
que ser similares. Además es importante conocer que la resistencia al fuego de un material no nece-
sariamente determina su comportamiento ante el fuego, ya que la resistencia al fuego de las planchas
de hierro aunque no sean combustibles es pequeña, pues pierden sus propiedades mecánicas ante las
altas temperaturas. Es muy frecuente en edificaciones de instalaciones industriales, encontrarnos con
estructuras de acero; el cual cuando los cimientos o columnas de éstos adquieren la temperatura de 500º
C, pierde sus propiedades mecánicas, no aguanta el peso que tiene que soportar y la estructura se de-
rrumba. Por ello, las estructuras de acero se suelen proteger con materiales aislantes como el hormigón.
Por último, expresar que una edificación se considera que posee una estructura incombustible cuando
los materiales de la misma pueden arder hasta consumirse sin que se produzca derrumbe.
6.4. Elementos cortafuegos
Es un elemento constructivo de prevención de incendios, consideramos entre los mismos a los muros
o paredes y los entrepisos de las edificaciones (Figura 5), los que son importantes ya que nos permiten
limitar o no permitir la propagación del siniestro. Es un tipo de medida que puede ser aplicada en ins-
talaciones ya existentes cuando en su diseño no fueron concebidas. En todos los casos deben ser de
materiales incombustibles, con el grado de resistencia que especifiquen las regulaciones vigentes y dise-
ñados de forma que aunque se produzca un derrumbe parcial se garantice su estabilidad. En ocasiones
es necesario pasar conductos a través de los mismos, para lo cual debe garantizarse el sellaje de éstos
458
en función de mantener el grado de resistencia exigido. Se recomienda el uso de estos elementos en los
459
Es de importancia la capacitación sistemática del personal en estos aspectos, pues la intervención de
personal sin adiestramiento en estos casos puede ser fatal, la existencia de una Brigada contra Incendios
bien preparada garantiza el éxito inicial de éstas acciones. Las medidas de protección estarán dirigidas
esencialmente a la protección de las estructuras, la detección y alarma, la evacuación y la extinción.
Cuando el sistema de prevención falla y se genera el incendio, es necesario adoptar las acciones que nos
permitan evitar su propagación y en consecuencia minimizar los daños. Ante un evento de este tipo, di-
chas acciones se resumen en tres categorías diferentes, tenemos que ser capaces de:
• Detectar
• Evacuar
• Extinguir.
460
7.1. Detección del Incendio
461
Una vez presente el fuego no queda más remedio que accionar sobre el mismo, para lo cual tenemos que
plantearnos dos interrogantes:
¿Es posible apagar fácilmente el incendio?
¿En caso de que no sea fácil, podemos detener su propagación?
En cualquier caso para lograr una respuesta adecuada a estos objetivos, podemos accionar de diferentes
formas, las que estarán determinadas por el factor que se desee eliminar, lo cual está en dependencia
del tipo de combustible presente y de la técnica más factible.
Los métodos generales de extinción que se aplican son los siguientes:
• Sofocación. Consiste en actuar sobre el comburente, ya sea eliminando el aporte de oxigeno cu-
briendo el combustible con un material de difícil combustión, o reduciendo la cantidad de oxigeno
mediante aplicación de gases inertes.
• Eliminación. Consiste en actuar sobre el combustible, eliminando el flujo de combustible a la zona
del fuego y retirando todo combustible existente en las proximidades.
• Enfriamiento. Consiste en actuar sobre la energía de activación, eliminándola y deteniendo la reac-
ción en cadena, para lo que se utilizan sustancias que absorban dicha energía como es el caso del
agua.
• Inhibición. Neutralización de los radicales libres que provocan la reacción en cadena, para lo que se
utilizan sustancias cuyos radicales libres se combinan con los radicales producidos en la combustión
y rompen la reacción en cadena.
462
LA GESTIÓN Y VIGILANCIA DE RIESGOS OCUPACIONALES
Otro elemento que debemos observar en esta parte del proceso es el color del humo generado en la
combustión, lo que puede ser un indicador que nos permita identificar el tipo de materiales en combus-
tión, así como del peligro por los productos de la misma, pudiendo planificar las acciones con una mayor
efectividad y seguridad para el personal. En general se pueden presentar las situaciones siguientes:
• BLANCO O GRIS PÁLIDO
Indica que existe una buena combustión, se están consumiendo libremente los combustibles, con sufi-
ciente oxigeno y buen desprendimiento de vapores de dicho combustible.
• NEGRO O GRIS OSCURO
Se está produciendo una combustión incompleta por falta de oxigeno altamente caliente o lugares ce-
rrados, en presencia de una corriente de aire será eminente una explosión o se trata de incendios en
hidrocarburos
• AMARILLO, ROJO, VIOLETA O VERDE
Indica que se están generando gases tóxicos mortales.
7.2.1. Tipos o clases de Incendios
Existen diferentes clasificaciones de incendios, las más utilizadas son la europea (UE) y la norteamericana
(NFPA), que aunque son parecidas no son similares. Es importante el identificar la clase de fuego, ya que
el proceder para su control, en todos los casos dependerá del tipo de fuego presente y por supuesto que
los medios a utilizar operativamente estarán determinados por aquéllos que sean más idóneos para la
extinción de la combustión que se desarrolla. En este tema no vamos a pronunciarnos a favor de ninguna
de las dos clasificaciones más empleadas internacionalmente, sólo recomendamos que cada especialista
aplique la que legalmente esté establecida en el país, aunque puede analizar los criterios que en el tema
463
se brinda al respecto.
En el caso de la Unión Europea (Tabla 4) se clasifican de la manera siguiente:
• Clase A. Fuegos de materiales sólidos comunes, generalmente de tipo orgánico y cuya combustión
normalmente se produce con formación de brasas. Ej. Papel, madera, plásticos, tejidos, etc. En estos
casos suele aplicarse agua a chorro o pulverizada.
• Clase B. Fuegos de líquidos y sólidos de bajo punto de fusión. Ej. Etanol, metanol, gasolina, parafina,
etc. En estos incendios puede aplicarse el CO2, polvos químicos secos, espuma y líquidos vaporizan-
tes. El agua en estos casos sólo debe ser aplicada por personal profesional.
• Clase C. Fuegos de gases. En estos casos pueden utilizarse espumas y polvos químicos secos.
• Clase D. Fuegos de metales y compuestos químicos reactivos. Ej. el sodio, el magnesio, el catalizador
de níquel finamente dividido y otros. Se recomienda utilizar polvos inertes como la arena seca, la
ceniza de sosa o la caliza, no debiendo utilizar nunca agua, CO2, o cualquier extintor de líquido va-
porizado.
Tabla 4. Clases de incendios y materiales que los producen según UNE 2001
Materiales Clase de Incendio
Sólidos con brasas Madera, papel, telas, corcho, cartón, caucho, etc. A
Fuegos Eléctricos. Los “incendios denominados eléctricos” en realidad no constituyen una clase indepen-
diente sino que se incluyen en las A, B, C o D, cuando estos se producen en presencia de corriente eléc-
trica, aunque existen quienes los clasifican como un grupo independiente por las características particu-
lares que se presentan. Mientras no se haya interrumpido la corriente eléctrica nunca podrá utilizarse la
espuma o el agua como agentes extintores en estos fuegos. El conocer la clase de incendios determina un
proceder más eficaz y seguro en la extinción, al utilizar el medio extintor adecuado, ya que en ocasiones
la aplicación de un medio equivocado puede ocasionar mayor daño. En la tabla 4 se exponen los tipos de
incendios con ejemplos de los materiales que los generan.
Como ya hemos mencionado existe otra clasificación empleada en la mayoría de los países de América.
Esta clasificación es la utilizada por la OSHA y la NFPA, que son las agencias norteamericanas de inspec-
ción de salud y seguridad y de protección contra incendios. La clasificación utilizada es parecida a la
anterior, pero en la misma se incluye un grupo para los fuegos eléctricos. En la tabla 5 se describe esta
clasificación y los medios extintores adecuados.
Tabla 5. Clases de fuego según OSHA y medios de extinción adecuados.
464
LA GESTIÓN Y VIGILANCIA DE RIESGOS OCUPACIONALES
Tabla 5. Clases de fuego según OSHA y medios de extinción adecuados.
Máximo recorrido hasta
Clase Descripción Medio extintor
el extintor. (OSHA)
Papel, madera, tela y algunos mate- Espuma, flujo con carga, pro-
A 22.86 m
riales de hule y plástico ducto químico seco, agua
Líquidos inflamables o combustibles,
Bromotrifluorometano, bióxido
gases inflamables, grasas y materiales
B de carbono, producto químico 15,24 m
similares y algunos materiales de hule
seco, espuma, flujo con carga.
y plástico.
No especificada. Distri-
Bromotrifluorometano, bióxido
buir en base a un patrón
C Equipo Eléctrico energizado de carbono, producto químico
apropiado para riesgos
seco.
clase A o clase B.
Metales combustibles como magne-
D sio, titanio, circonio, sodio, litio y po- Polvos especiales, arena 22.86 m
tasio.
465
Tabla 6. Agentes Extintores. Características.
• Espumas. Son burbujas de aire formadas a partir de soluciones acuosas con agentes espumantes. Sus
propiedades extintoras se basan en el enfriamiento, la sofocación y la eliminación.
Aplicaciones.
Se emplean en fuegos de Clases A y B. Existen de diferentes tipos según su coeficiente de expansión
y a la composición del espumógeno.
Inconvenientes.
• Son conductoras de la electricidad.
• Pueden provocar daños materiales.
• No deben aplicarse sobre metales.
• Polvos Químicos. Son diferentes sales orgánicas finamente pulverizadas, como el bicarbonato de so-
dio y potasio, el fosfato monoamónico y otros. Sus propiedades extintoras se basan en la inhibición,
la sofocación y el enfriamiento.
Aplicaciones.
Polvo Seco (BC). Efectivo para combustibles líquidos y gaseosos (Clases B y C). Su componente básico
es el bicarbonato.
Polvo polivalente (ABC). Es eficaz en fuegos de Clases A, B y C. Su componente básico es el fosfato
monoamónico.
Inconvenientes.
• Son abrasivos y poseen gran capacidad de dispersión.
• Aunque son malos conductores de la electricidad, no se recomienda usarlo en equipos delica-
466
dos.
AGENTES EXTINTORES
Clases de fuegos Agua Espuma Polvo
Co2 Halones
pulverizada fisica polivalente
SÓLIDOS CON BRAZA:
A B B B A A
Madera, papel, etc.
LIQUIDOS INFLAMABLES
B Sólidos Licuables: A B B A A
Gasolina, cera; etc.
GASES INFLAMABLES
C NA NA B NA NA
Butano, acetileno, etc.
METALES Y PRODUCTOS
D NA NA NA B B
QUIMICOS REACTIVOS.
Nota: B = Buena, A = Aceptable. NA = No aceptable
• Hidrocarburos Halogenados (Halones). Sus propiedades extintoras se basan en la inhibición y el en-
friamiento. En la actualidad está prohibida la producción de este tipo de sistemas por los efectos
medioambientales, sólo se admiten los ya instalados.
Aplicaciones.
Se utilizan en general el HALON 1211(CF2ClBr) y el HALON 1301 (CF3Br), en fuegos Clase A su efectivi-
dad depende de la generación de brasas, en Clases B y C su efectividad es aceptable
Se utilizan fundamentalmente en la protección de equipos eléctricos y delicados como los de proce-
samiento de datos.
Inconvenientes.
• Muy tóxicos a temperaturas elevadas.
• Poca eficacia en fuegos con brasas.
467
• Efectos medioambientales con afectación de la capa de ozono.
• Agentes extintores especiales.
Aplicaciones.
Se utilizan en fuegos de metales (Clase D)
Se presentan en forma de gas, líquido o polvo, siendo la última la más empleada.
Inconvenientes.
Hay que conocer la naturaleza del metal y seleccionar con certeza el agente adecuado.
Necesidad de formar operarios para su aplicación.
En ocasiones se producen vapores tóxicos
7.2.3. Sistemas de extinción.
La aplicación de los agentes extintores se realiza mediante diferentes medios, los cuales según los riesgos
presentes en las edificaciones, pueden ser instalaciones fijas (Redes) o extintores portátiles.
Instalaciones Fijas (Redes).
En aquéllos lugares que por su importancia económica o por el peligro que presentan a la generación
de un incendio de grandes proporciones y consecuencias, se hace necesario el establecer estos tipos
de sistemas de gran capacidad de extinción y rapidez de respuesta, ya que en estos casos los sistemas
portátiles son incapaces de lograr la extinción. Las normas establecidas en diferentes países determinan
la existencia de estos sistemas en las entidades que según sus características de riesgo lo exigen, ya sean
de producción, servicios o habitacionales. En nuestro país existen las regulaciones al respecto y el Cuerpo
de Bomberos tiene la responsabilidad de la aprobación de estos proyectos antes de su instalación. Lo an-
terior es de suma importancia ya que las especificaciones de diseño deben coincidir con los medios que
utiliza el Cuerpo de Bomberos, pues en caso contrario su utilidad está limitada ante un siniestro de en-
vergadura. Estos sistemas se clasifican de acuerdo con el agente extintor que se utilice por lo que pueden
ser de agua, espuma, polvo químico y CO2, pudiendo accionarse de forma manual o automáticamente.
En ocasiones no tienen por qué proteger a todos los locales de la entidad, pudiendo situarse de forma
localizada para las áreas específicas de mayor riesgo.
El tipo de sistema más generalizado es el de agua ya que es el más económico y abundante de los agen-
tes extintores. Estos sistemas o redes pueden estar compuestos por diferentes elementos como: fuente y
tanques de almacenamiento, equipos de bombeo, hidrantes, bocas de incendio, rociadores, mangueras
y otros.
Los sistemas de espumas se instalan ante la necesidad de extinguir fuegos de líquidos inflamables que
puedan alcanzar grandes dimensiones, se utiliza con medios similares al agua sólo que poseen además
un proporcionador del espumógeno.
468
LA GESTIÓN Y VIGILANCIA DE RIESGOS OCUPACIONALES
Estos tipos de sistemas fijos deben ser diseñados por personal altamente calificado y además su costo es
elevado, lo cual determina que se instale sólo en lugares en los que lo determine la evaluación realizada.
Otro problema es que como todo sistema existente en la empresa necesita del mantenimiento progra-
mado, sobre todo de los equipos de bombeo y del estado de las mangueras, pues cuando no se cumple,
en el momento del hecho, los medios no funcionan y los daños son superiores, al no estar prevista esta
situación en el plan de acción para emergencias.
Extintores portátiles.
Estos medios son los más utilizados en las empresas. Consisten en equipos o aparatos de accionamiento
manual que permiten aplicar un agente extintor sobre el fuego. Presentan las ventajas de que pueden
ser operados por cualquier personal con un mínimo entrenamiento, que se halle cercano al principio de
incendio, pudiendo proceder a evitar su propagación y además su costo es reducido con relación a los
sistemas fijos. Estos medios se diferencian según el tipo de agente, su sistema de funcionamiento, etc., los
más frecuentes son los de CO2, espuma y polvo seco.
469
Existen diferentes clases de extintores en nuestro caso describiremos una clasificación que consideramos
útil para el trabajo.
v Dependiendo de la Carga
• Portátiles. Masa total no mayor de 20 Kg-
• Sobre ruedas (carretillas). Son los dotados de ruedas para su desplazamiento y en general su
masa total es mucho mayor.
v Dependiendo de su presión
• De presión permanente.
• De presión no permanente.
v Dependiendo de su eficacia.
Se clasifican según el tipo y volumen del incendio que son capaces de extinguir, poseen un número
y una letra, el # indica el volumen del incendio y la letra la clase (A, B, C, D).
Un aspecto de extrema importancia para lograr la eficacia de estos medios es la localización de los mis-
mos. Esta se hace considerando determinados factores, por lo cual no tienen que ser similares para todos
los lugares las regulaciones en este sentido. En cada país deberán cumplirse con lo establecido en la legis-
lación, sin embargo consideramos posible de aplicar en condiciones como las nuestras, la distancia de 20
metros para alcanzar el extintor en entidades con riesgo de incendios de desarrollo lento. Cuando existen
posibilidades de incendios de desarrollo rápido, puede reducirse esta distancia hasta 15 mts o menos si
se considera por el especialista, en dependencia del nivel de riesgo. Es necesario ubicar estos medios en
lugares bien visibles, cercanos a las entradas del local y no expuestos a daños. La situación de estos no
puede limitar su facilidad operacional, siempre estará la parte superior del extintor a una altura no mayor
de 1,7 m. y su parte inferior a más de 10 cm. del piso y de forma que no constituyan un obstáculo en las
vías de evacuación. Sólo resta señalar algunos elementos que deberán valorarse para evaluar la ubicación
de un extintor como adecuada, entre los requisitos básicos a cumplir están los siguientes.
• Fácil acceso (Cercanía al lugar y no estar obstruidos).
• Bien señalizados y de fácil visualización.
• Que el tipo de riesgo del lugar coincida con la clase del extintor.
• Estar colgados.
La verificación y mantenimiento sistemático de estos medios es el aspecto que garantiza ante cualquier
principio de incendio la extinción del mismo con oportunidad, estos controles comprenden desde vigilar
que estén accesibles, hasta el envío de los mismos en los plazos exigidos a empresas especializadas para
la revisión de sus partes y recarga con los agentes extintores.
Es fundamental también que todo el personal que se encuentra en los centros de trabajo donde existen
estos medios de extinción, sean instruidos en el empleo de los mismos, ya que en gran número de lugares
uno se encuentra que el personal desconoce estos aspectos y está demostrado que la actuación inicial
es fundamental en evitar la propagación de estos sucesos. Esta instrucción elemental, que no necesita
de mucho tiempo, ni de un nivel escolar elevado, cuandoi se imparte, sólo se imparte al personal de las
brigadas contra incendios y en ocasiones los trabajadores más cercanos a estos medios carecen de los
470
conocimientos para operarlos. En general sólo hay que prepararlos en como funciona el extintor, el tipo
7.3. Evacuación.
En toda edificación o industria los trabajadores ante la generación de un incendio deben tener la garantía
de poder evacuar el lugar sin peligro de sus vidas. Está demostrado que en ocasiones el pánico y los hu-
mos que se producen, ocasionan dificultades en la evacuación y como consecuencias se incrementan los
daños personales, incluyendo las muertes.
El poder prevenir estos efectos dependerá esencialmente de poseer un plan de evacuación que establez-
ca las condiciones organizativas de los medios humanos y materiales para prevenir el riesgo, garantizar
una intervención inmediata y la evacuación segura. Los planes poseerán 4 tipos de etapas o fases, alerta,
alarma, intervención, y apoyo. Cuando estos planes fallan, en general es por una mala implantación y en
particular por la falta de capacitación e información al personal. Se supone que el tiempo de evacuación
total de las instalaciones varíe entre 2,5 y 4 min, y cualquier lugar con alto riesgo no esté a más de 30 m.
de una salida.
Entre los objetivos esenciales que debe lograr el plan y por tanto aparecer en el mismo encontramos los
siguientes:
o Conocer los edificios instalaciones y los riesgos que poseen.
o Garantizar el estado operacional de todos los medios de extinción disponibles.
o Disponer de personal capacitado para enfrentar estos eventos.
o Mantener informado al personal como proceder ante una emergencia.
En nuestro caso vamos a proceder a describir algunos elementos necesarios para proceder a realizar el
plan de evacuación, para lo cual ante todo, es necesario seleccionar las vías y salidas de evacuación con
las características apropiadas, de forma que se minimicen los daños a las personas y a los bienes materia-
les. En los casos necesarios se deben tomar las medidas pertinentes para que estas satisfagan los requeri-
mientos exigidos para las mismas y su importancia para la seguridad del personal.
471
Como el factor “miedo o pánico” juega un papel determinante en estos eventos se impone el facilitar las
acciones al personal, por lo que las vías de evacuación tienen que cumplir determinados requisitos que a
continuación enunciamos.
• El ancho de las escaleras no debe ser menor de 0,6m x 100 personas.
• No se pueden considerar escaleras de caracol ni con pasos radiales.
• Las escaleras exteriores serán de 0,7 m. como mínimo, su inclinación no mayor de 450, con baranda y
comunicarse con la salida a un mismo nivel.
• Las cajas de escaleras deben ser cerradas, con iluminación natural, no poseer salientes o equipos sa-
lientes a alturas inferiores a 2 m., no tener instalaciones de gases combustibles, ni puestos de trabajo.
• El ancho mínimo de las puertas debe ser de 0,80 m y la altura de 2,10 m, en algunos casos puede
aceptarse 1,90.
• Las puertas deben abrir hacia afuera, en los casos que dan a vías de evacuación, a locales que per-
manecen menos de 15 personas, a servicios sanitarios y/o que pertenecen a almacenes de menos de
200m2, se admiten abrir hacia adentro, no se admiten las puertas de corredera o levadizas.
• Los locales situados en sótanos mayores de 300m2 deben poseer al menos 2 salidas de evacuación.
• En los lugares de trabajo los pasillos de tránsito deberán tener como mínimo 0,6m. de ancho.
• Cuando existan diferencias de nivel entre superficies de pisos se instalarán rampas antirresbalables.
• Todas las vías de evacuación deberán garantizar una iluminación adecuada de emergencia en caso
que falle la energía eléctrica.
• Las distancias entre los puestos de trabajo y las salidas al exterior se determinará según el grado de
resistencia al fuego de la instalación y en la generalidad de los locales existirán al menos 2 salidas de
472
evacuación.
8. Explosiones.
Aunque estos no son sucesos muy frecuentes en ningún lugar, no es menos cierto que pueden producir-
se en determinadas circunstancias cuando se manejan materiales inflamables, por lo que se expresarán
algunos elementos generales que ayuden a su prevención. Estos eventos son producto de reacciones
muy rápidas de la combustión que generan grandes volúmenes de gases con emisión de luz, sonido y
energía térmica. Pueden ser explosiones de gas/vapor o explosiones de polvo.
Explosiones gas/vapor. Se producen cuando una mezcla que se encuentra en el rango de inflamabilidad
recibe una energía de activación (ignición). El daño dependerá del volumen de la mezcla y de si esta se
encuentra en un espacio cerrado.
Explosiones de polvo. El sólido al quemarse en el aire tiene una reacción de combustión lenta porque la
superficie expuesta al O2 es limitada y la energía liberada es absorbida por el ambiente. en el caso de los
polvos esta superficie aumenta considerablemente y se acelera la reacción en tan gran medida que pue-
de ocurrir una explosión. Las condiciones requeridas son similares a las de la ignición de un gas o vapor,
tiene que existir una concentración entre los límites de explosividad. Los valores inferiores pueden variar
según el material, pero se acepta un valor promedio práctico de 20 mg/m3, los valores superiores en mu-
chos casos se desconocen. El segundo aspecto a considerar es que debe existir una fuente de ignición,
que en el caso de los polvos aunque es más elevada que en los gases es pequeña (20 mJ).
473
Este tipo de explosión difiere de las de gases en que se produce en 2 etapas.
Explosión primaria. Es una explosión pequeña que no produce daños, pero que genera una gran concen-
tración de polvo fino en el rango de explosividad dentro del área.
Explosión secundaria. Es una explosión que causa gran daño y es consecuencia de las concentraciones
ocasionadas por la explosión primaria.
Control de las explosiones.
Este control debe basarse ante todo en evitar concentraciones peligrosas mediante el establecimiento
de las medidas de proceso y los medios de extracción que limiten la contaminación ambiental. Además
se debe monitorear el ambiente con la periodicidad suficiente para conocer los niveles de polvo y gases,
los equipos eléctricos cumplirán los requisitos de seguridad, las máquinas estarán puestas a tierra, etc.
Las edificaciones con riesgo de explosión poseerán cubiertas ligeras o paneles de desahogo de 1 m2 por
cada m3 de volumen..
El hecho de que las explosiones de polvo se desarrollan e 2 etapas, permite aunque la diferencia es de
milisegundos entre la ignición y el desarrollo de la presión que causa la destrucción, la aplicación de
sistemas de protección que se basan en dispersar sustancias no inflamables en la zona de la explosión.
La humedad también limita la posibilidad y amplitud de la explosión siendo este un factor favorable en
nuestro país.
EMERGENCIA
Situación no deseada e imprevista que puede poner en peligro la integridad física de las
personas, dañar gravemente las instalaciones y afectar al medio ambiente, exigiendo una
actuación rápida y la evacuación de las personas.
Lo primero que tiene que tener elaborado la entidad es el Plan de Emergencias correspondiente, donde
estará detallada la responsabilidad del personal y las acciones que cada uno deberá ejecutar en caso de
un evento de este tipo. Tenemos la experiencia de que en ocasiones hemos visitado entidades donde
existen los planes, están creadas las brigadas correspondientes y sin embargo le hemos preguntado a
un trabajador situado aledaño a un extintor como se opera este y no lo ha sabido. Con este comentario
queremos expresar que en este caso, como en todas las acciones preventivas tiene que existir además
de la priorización de la Dirección, la participación del colectivo y la capacitación como elementos indis-
pensables para lograr el éxito de la gestión. Todo plan necesita de los medios necesarios para poder ser
eficaz, pero en estas situaciones, en las que puede crearse una situación de pánico, la organización y la
ejecución de las acciones en el momento oportuno tienen un significado elevado en la seguridad de las
personas y bienes.
El Plan debe incluir las etapas de alerta, alarma, intervención y apoyo, las cuales comentaremos de forma
474
sucinta a continuación.
475
Medidas Generales de Prevención de Incendios.
Por último, sólo quedaría expresar la necesidad de que toda instalación en la que exista riesgo de que
se produzca un evento de este tipo, no puede estar satisfecha con elaborar un plan de emergencias. El
objetivo final debe ser eliminar o minimizar la probabilidad de ocurrencia de un evento, hasta el grado
de mayor seguridad factible técnica y económicamente. Esto determina que el especialista de cualquier
empresa, deberá accionar sobre los factores de riesgo identificados en sus instalaciones, incluyendo en
los planes de inversiones y mejora continua de la empresa, las medidas preventivas de incendios corres-
pondientes para evitar emergencias, de acuerdo con los principios generales siguientes:
v Formación e información a los trabajadores sobre el riesgo presente y su forma de actuar durante las
actividades laborales y ante un posible incendio.
v Sustitución de los productos combustibles por otros que sean menos combustibles o ignífugos.
v Eliminación de materiales combustibles: Control y eliminación de residuos, orden y limpieza.
v Condiciones de almacenamiento de combustibles: Utilizar recipientes estancos; almacenar estricta-
mente la cantidad necesaria de combustible; mantenimiento periódico de las instalaciones de alma-
cenamiento para evitar fugas y goteos, mantener los combustibles en lugares frescos y lejos de focos
de ignición.
v Ventilación de los locales para evitar las concentraciones peligrosas de gases y vapores.
v Recubrimiento e ignifugación de los materiales combustibles.
v Señalización del riesgo de incendio en almacenes, envases, tuberías, etc. que puedan contener ma-
teriales peligrosos.
476
477
LA GESTIÓN Y VIGILANCIA DE RIESGOS OCUPACIONALES
478
Capítulo 17.
479
gico que se produce con la máquina de vapor a finales del siglo XVIII. Las condiciones de hacinamiento,
falta de higiene, horarios excesivos de trabajo, empleo de niños, una política de dejar hacer y otras, con-
tribuyeron a generar situaciones infrahumanas de trabajo, que dieron pie a graves accidentes y efectos
adversos a la salud. Esta situación determinó la necesidad de establecer legislaciones protectoras, que
inicialmente respondían a los problemas del tiempo de trabajo, la edad, la higiene básica y por supuesto
fue necesario crear la inspección para velar por las disposiciones establecidas.
De esta manera ya en el año 1810 aparece en Francia una Inspección de minas y en Inglaterra son nom-
brados los primeros inspectores de fábricas en el 1833.
Durante el resto del siglo, aunque ya con órganos de inspección, se continúa manteniendo una situación
tan agresiva a la salud de los trabajadores, que se manifiesta el peligro de no garantizar la reproducción
de la fuerza de trabajo. Estos elementos desarrollaron las luchas sociales y las organizaciones de los tra-
bajadores comenzaron a demandar mejorar sus condiciones de trabajo para garantizar su vida y salud.
Tan grave era esta situación que Marx y Engels en su bibliografía se refieren a esta, como una expresión
concreta de la explotación capitalista.
La situación real que se presentaba a finales de siglo XIX era un problema para los trabajadores, pero
también afectaba a los empresarios. Los médicos, las organizaciones sindicales y la opinión pública en ge-
neral apoyaban la necesidad de la inspección y de la mejora de las condiciones de trabajo. Paralelamente
a esto se continuaban desarrollando nuevas tecnologías, estudios de organización y de tiempos, conti-
nuaban las luchas de los trabajadores, etc., todo lo cual determinó que a principios del siglo XX, todos los
países industrializados tuvieran su sistema de inspección para minas y fábricas, el cual durante ese siglo
se extendió al resto de los sectores de trabajo.
Durante todo el pasado siglo con el desarrollo tecnológico, los nuevos factores de riesgo en el trabajo,
el desarrollo de estudios sobre la organización y las pérdidas, la necesidad de fuerza de trabajo en las
dos guerras mundiales, los movimientos sociales, la aprobación de nuevas disposiciones de protección y
seguridad social y otras, determina que hasta los años 70 se fortalezca la seguridad y salud en el trabajo y
su sistema de inspección como una responsabilidad del estado. En los últimos decenios con el arribo de
la política neoliberal, de disminuir los gastos del estado, de privatización de los servicios de atención mé-
dica y de traspasarle la responsabilidad a las empresas y a instituciones privadas el control, como pueden
ser empresas consultoras o mutuas de prevención, consideramos que se han debilitado los sistemas de
inspección estatal y en consecuencia ha disminuido el control y la exigencia en relación con las condi-
ciones de trabajo. En nuestro país este no es el caso, ya que como analizaremos posteriormente nuestra
inspección es sólo estatal, aunque pueden existir órganos consultores o asesores en la materia.
480
Inspección Sanitaria y la Inspección de Incendios. En este fraccionamiento se refleja la misma situación
481
vecina.
• Lograr una mayor productividad del trabajo y ahorro en las erogaciones de la Seguridad Social.
Aunque la estructura más frecuente con que nos encontramos es la presidida por los Ministerios de Traba-
jo, la experiencia nos ha demostrado en las visitas realizadas a diferentes países, que independientemen-
te de lo regulado por la legislación, el sistema lo rige el órgano que adquiere el mayor prestigio científico
técnico y quien es capaz de evaluar y asesorar con efectividad en los problemas existentes. Lo anterior
482
es de suma importancia para determinar el alcance al que puede llegar cada una de las ramas de la ins-
LA INSPECCION DEBE:
• Priorizar la frecuencia de controles a los lugares con mayores riesgos.
• Asesorar en sus visitas de control promoviendo formas de mejora de la condiciones de tra-
bajo.
• Controlar el cumplimiento de las medidas dictadas mediante las reinspecciones en los pla-
zos establecidos.
• Sancionar a quienes violen las disposiciones y mantengan condiciones laborales peligro-
sas para los trabajadores.
Cualquiera sea la estructura política del país o la de los servicios de inspección, su función básica con-
sistirá en visitar todos los lugares de trabajo de la región o territorio asignado, para evaluar o verificar el
cumplimiento de las condiciones de trabajo establecidas en la legislación vigente. Estas visitas deben ser
planificadas con una regularidad determinada, sin embargo no es menos cierto que generalmente estos
servicios carecen de la suficiente cantidad de recursos humanos calificados lo que dificulta el logro de di-
cho propósito. Hay que considerar que se presentan solicitudes de servicio a las cuales hay que brindarle
atención con urgencia, como son los casos de quejas o denuncias de situaciones críticas de riesgo, que
483
necesitan de atención inmediata y limita el tiempo real para el trabajo planificado.
Si a las situaciones existentes de personal y tiempo, agregamos que es ilógico visitar todos los lugares con
la misma periodicidad, ya que las condiciones existentes y en particular los niveles de riesgos difieren, lo
que recomendable es clasificar los lugares de trabajo acorde con determinados indicadores de riesgo y en
función de esto establecer las prioridades para los controles de la inspección. De esta manera es factible
establecer una periodicidad de los controles para todos los lugares, que se pueda cumplir sistemática-
mente y mantener actualizadas las condiciones de trabajo existentes en cada territorio.
En el Anexo 1 se describe una posible forma de clasificación que pudiera aplicarse en estos casos.
La estrategia de inspección de Salud y Seguridad en el Trabajo no es similar en los diferentes países,
aunque en general podemos clasificarla en dos tipos, la inspección general y la especializada. En el pri-
mer caso que es el más frecuente, el inspector hace un control general de todos los elementos que se
encuentran regulados en la legislación vigente, casi siempre mediante el procedimiento conocido como
“Guías de Inspección o Listas de Chequeo” (Check List), el cual se comentará posteriormente. En este caso
no se profundiza en algunos elementos que poseen un alto componente técnico, como pueden ser má-
quinas complejas, ascensores, grúas, calderas y otros. La denominada inspección especializada es la que
se dirige a ramas específicas de la actividad y al control particular de estos elementos de alta complejidad
tecnológica y por supuesto es ejecutada por un personal técnico especializado en cada tipo de proceso e
instalaciones tecnológicas. Este tipo de inspección necesita siempre de personal especializado, equipos
de medición y laboratorios de apoyo, teniendo suma importancia, sobre todo en el caso de la evaluación
y aprobación de los proyectos de nuevas inversiones.
En realidad no tenemos preferencia por ninguna de estas dos variantes, pensamos que se complemen-
tan. Nuestro criterio es que la inspección debe ser integral (general), donde se identifiquen todos los
factores de riesgo a los que están expuestos los trabajadores y después de un proceso de evaluación de
riesgos, en los casos que se identifiquen factores complejos o resultados en los que el inspector general
tenga incertidumbre sobre la existencia de riesgo o que su nivel de conocimientos no le permita dictar
disposiciones factibles, debe participar la inspección especializada. En los diferentes países, es frecuente
que esta inspección especializada se realice por personal de los institutos de investigación dedicados a
esta especialidad, a solicitud de los órganos de inspección general o por instituciones certificadas por los
órganos estatales con esa finalidad, como es el caso de los ascensores y calderas.
Métodos.
Como ya hemos expresado no existe una forma única de controlar, evaluar y estudiar el proceso de traba-
jo y su relación con la salud. Existen diferentes propuestas de los órganos de inspección e instituciones de
investigación dedicadas a estos menesteres, que se diferencian fundamentalmente en la mayor o menor
complejidad que aplican al estudio de los factores de riesgo y por supuesto a los recursos técnicos, presu-
puesto que hay que emplear y por supuesto a la política del estado. En este tema vamos a describir bre-
vemente algunos de los posibles procedimientos a adoptar, basándonos en una revisión de modelos em-
pleados en México que se analizan por Laurell y Noriega en una publicación y que son demostrativos de
lo que podemos encontrarnos en la práctica diaria. No vamos a analizar el fenómeno como lo hicieron los
autores de la misma, ya que la experiencia que tenemos es la de una inspección estatal, que con ética de-
fiende los intereses de los trabajadores como un derecho de clase dirigente, pero con una visión social de
desarrollo, tratando de no parcializarse con ninguna de las partes que componen este fenómeno social.
Sabemos que en la práctica esto es difícil, ya que siempre interviene la percepción humana del fenómeno
484
analizado, aunque en nuestro caso particular, debe considerarse que tenemos la ventaja de manejar estas
485
No podemos obviar al tratar sobre el método, el citar la ética de los inspectores como el factor más impor-
tante para una buena aplicación del mismo, ya que en el caso que estamos tratando, la mayor deficiencia
del procedimiento en algunos lugares, es la corrupción de los funcionarios que lo aplican. Esto implica
que en cualquier sistema social debe existir un exigente procedimiento en la selección de los inspectores,
que elimine este fenómeno. La experiencia nos indica que el ingreso de estos funcionarios de la inspec-
ción, debe ser mediante un sistema de plazas por oposición, donde ingresen al mismo los más capaces
técnicamente, con prestigio social y honestidad comprobada, deforma que estas plazas no sean usadas
como beneficio personal y se elimine el nepotismo.
Al final de este tema se anexarán dos guías elaboradas por el autor en diferentes momentos y órganos
estatales, que podrían orientar en este sentido. El Instituto Nacional de Seguridad e Higiene del Trabajo
de España tiene una publicación referida a la evaluación de los riesgos en la PYMES, en la cual se orien-
tan guías bastantes completas sobre los factores de riesgo y que podrían servir para inspecciones más
amplias. Queremos que cualquier guía que se escoja deberá ser analizada y adaptada a las condiciones
concretas de lugar en que se desea implantar, para lo que es necesario siempre hacerles modificaciones.
El Modelo Obrero
Este procedimiento surge en Italia como resultado de la lucha de clases de los trabajadores, tratando de
resolver la situación de la no participación de éstos en los aspectos de identificación y evaluación de los
riesgos de seguridad y salud, planteados en el método descrito anteriormente. En América Latina fue uti-
lizado en un momento en varios países por grupos de profesionales progresistas unidos a los sindicatos.
Este modelo trata de limitar las características técnicas y hacer más social esta actividad, no obstante los
promotores del mismo, a mi parecer en su concepción caen en la trampa de menospreciar radicalmente
el elemento teórico técnico ambientalista, lo cual a nuestro criterio es también un error. Considero que
la concepción social del modelo es válida, pero que debe ser aplicada con los conocimientos y el apoyo
técnico necesario para lograr resultados confiables y respetados por el empresario. Algo parecido a este
procedimiento lo observamos en algunos países del antiguo campo socialista donde los sindicatos po-
seían un cuerpo de inspectores calificados y además instituciones para realizar mediciones de los factores
de riesgo e investigaciones en esta materia. Aspectos estos que según fueron desarrollándose las luchas
sindicales en algunos países de Europa occidental se ha implementado por algunas organizaciones sindi-
cales, las que poseen personal calificado para estos fines.
Por supuesto que con las nuevas tendencias en el mundo laboral y la alta complejidad de los procesos
tecnológicos, la forma de aplicar el método ha ido cambiando en su concepción inicial y se ha acercado
más a las concepciones clásicas de abordar estos problemas. Consideramos que este modelo puede ser
efectivo y utilizarse como un procedimiento que promueva las mejoras de las condiciones de trabajo,
sólo si es capaz de contar con un elemento técnico de apoyo, que les permita alcanzar conclusiones ge-
neralizables y lograr una mayor calidad de vida para los trabajadores. Los principios de que la salud no
se vende y de que la experiencia de los trabajadores es fundamental en el estudio de la relación trabajo
salud, bases de este modelo son elementos que es necesario incluir en cualquier modelo que se utilice en
evaluar las condiciones de trabajo.
Este modelo se desarrolla en tres etapas que son las siguientes:
Primera etapa: Se realiza una encuesta por los trabajadores que componen un grupo homogéneo, iden-
tificando los riesgos presentes.
Segunda Etapa: Consiste verificar y en ocasiones en evaluar mediante los registros bioestadísticos y me-
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diciones de los riesgos identificados en la primera etapa, elaborando los mapas de riesgos correspon-
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puntuación entre 0 y 10. No se incluyen en la valoración otros aspectos de la vida laboral como el salario
y la contratación.
Este método aunque es más amplio que las guías normales de inspección, adolece de que sólo permite
establecer un diagnóstico sobre factores que se ha demostrado son nocivos a la salud, no permitiendo
establecer nuevas relaciones entre éstos y la salud de los trabajadores, así como, que al incluir indicado-
res cuantificables elimina la experiencia de los trabajadores. Sin lugar a dudas el método promueve la
conciliación entre las partes, la socialización del conocimiento y propugna el carácter técnico, aunque
disminuye el poder de estos.
No obstante se puede considerar que tiene grandes ventajas en los aspectos siguientes:
Promueve la difusión de los conocimientos necesarios para el estudio de las condiciones de trabajo, ya
que explica cada pregunta formulada en la guía y como debe ser evaluada.
Puede servir de base a programas de formación sobre las condiciones de trabajo, ya que su aplicación
puede incitar a la mayor adquisición de conocimientos en la materia.
Proporcionar un lenguaje común para aquellos a quienes Interesa el mejoramiento de las condiciones de
trabajo, que facilite la integración de todos los factores de la empresa en acciones encaminadas a dicha
finalidad.
• Método de Gardell y Frankenhaeuser.
Este es un método de evaluación que se desarrolla en Suecia en una situación sociopolítica determinada
y con la finalidad de servir para las necesidades de negociación sindical y legislativa, pudiendo contar
con recursos para las investigaciones en este campo. El desarrollo y éxito del mismo estaba basado en el
libre acceso al centro de trabajo, la participación de los trabajadores y la existencia de recursos técnicos y
económicos para inversión. Aunque domina la tendencia de que la ciencia la hacen los investigadores, no
es menos cierto que se cuenta con la participación de los sindicatos tanto para el planeamiento de los es-
tudios como para los planes de acción producto de los resultados obtenidos y que los trabajadores parti-
cipan en la investigación. Es muy difícil por su complejidad utilizarlo como un instrumento de inspección.
En el método estudia la relación trabajo salud en el proceso laboral, con la concepción teórica de que el
contenido psicológico del mismo es generador de estrés y enfermedades psicosomáticas. Hay que tener
en consideración que el método se aplica en un país desarrollado donde hay un alto contenido de meca-
nización y automatización de los procesos.
Los instrumentos de que consta el método son los siguientes:
Un instrumento elaborado por un experto para estudiar el proceso laboral que consta de 44 aspectos a
evaluar objetivamente. En esta parte se evalúan los factores del ambiente y aspectos de la organización
del trabajo y el contenido del mismo
Otro cuestionario de 16 aspectos básicos y 125 preguntas, referidas a las características de su trabajo y su
experiencia subjetiva referente a la tensión, fatiga y problemas de salud. En el mismo también se incluyen
aspectos de la organización, disciplina, satisfacción, accidentes y otros.
Un tercer instrumento que mide parámetros fisiológicos del estrés y los ritmos circadianos y que se aplica
a un número más reducido de trabajadores, ya que las pruebas que se hacen constan de una gran com-
plejidad y necesitan de tiempo.
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Un último instrumento que es un cuestionario que se aplica al trabajador para determinar problemas psi-
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cualquiera de las partes querellantes, además de hacer un dictamen técnico que se le entregará pos-
teriormente a todas las partes interesadas.
d) Visitas de estudio o investigación. Son las que se realizan con el interés de adquirir conocimientos
sobre nuevas situaciones de riesgo surgidas en el territorio, ante problemas de salud atípicos en el
cuadro epidemiológico o por solicitud de personas naturales o jurídicas. En general este tipo de con-
troles necesita de un tiempo grande y de recursos de laboratorio, ya que hay que hacer mediciones
ambientales y biológicas, así como exámenes clínicos para demostrar las causas del fenómeno detec-
tado. En muchas ocasiones estos estudios son originados por las situaciones detectadas mediante la
vigilancia ambiental o clínica, o son producto de los resultados de las visitas de inspección.
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Toda inspección debe cumplir con varias etapas para poder afirmar que se ha cumplido adecuadamente
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Sin lugar a dudas que todo órgano y acción de inspección de salud y seguridad del trabajo debe cumplir
con determinados principios, para que pueda accionar de manera efectiva y sea respetada por los empre-
sarios y los otros factores que participan en el proceso. Consideramos que entre los elementos fundamen-
tales que podemos mencionar, están los siguientes:
• Tener un respaldo legal, o sea, tienen que existir los documentos legales que autoricen la ejecución
de estas actividades.
• Obligación de los responsables administrativos de recibir al inspector.
• Tener acceso a todo centro de trabajo en horas laborables.
• Existir la cooperación con otros órganos de inspección y organismos del territorio.
• Poseer personal capacitado, objetivo, imparcial y flexible, lo que determina una selección previa de
los inspectores del sistema.
• Obligación de los responsables administrativos del lugar en acompañar a los inspectores durante la
ejecución de la inspección.
• Poseer la facultad de hacer inspecciones imprevistas e inesperadas.
• Poder interrogar a los trabajadores sobre situaciones observadas.
• Carácter confidencial de la actividades, no se puede informar sobre ninguno de los aspectos obser-
vados salvo con las partes interesadas.
• Existencia de un registro oficial con la documentación de las acciones ejecutadas.
• Facultad para proponer o aplicar sanciones como clausuras y multas a los violadores de las disposi-
ciones legales.
• Posibilidad de hacer mediciones de los factores de riesgo presentes.
• Facultad de que todo proyecto de nueva instalación o de cambios tecnológicos en los existentes,
debe ser aprobado previamente por las autoridades sanitarias antes de su ejecución.
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LA GESTIÓN Y VIGILANCIA DE RIESGOS OCUPACIONALES
8. La Inspección de Salud y Seguridad en Cuba.
No podemos obviar iniciar este aspecto sin mencionar el estado del Sistema de Inspección antes de 1959.
Hay que decir que este en realidad no existía, ya que era una estructura para beneficiar económicamente
a determinados miembros del partido que alcanzaba el gobierno. Salvo algunas honrosas excepciones,
su personal (inspectores) carecía de los conocimientos técnicos para desarrollar estas funciones y se de-
dicaba a usufructuar de los privilegios del cargo, exigiendo compensaciones a los empresarios, lo cual era
normal por la corrupción existente en las esferas del gobierno. Este fue el primer elemento que tuvo que
cambiar la revolución, comenzando con la formación de personal técnico capaz de enfrentar la actividad
y crear un sistema de control que con honestidad exigiera a los empresarios el cumplimiento las disposi-
ciones legales establecidas.
En la actualidad, el Sistema de Seguridad y Salud en el trabajo, se encuentra regulado en Cuba por la Ley
13 de 1977, en la misma se establecen las funciones de los organismos estatales, responsables de hacer
cumplir las disposiciones establecidas para garantizar condiciones saludables y seguras de trabajo. Por
consiguiente, cada uno de estos organismos poseen sus órganos de inspección dirigidos a controlar los
aspectos concernientes a las funciones que les adjudica la Ley. Forman parte de este Sistema de Inspec-
ción, los Subsistemas de Seguridad que es controlado por la Inspección de Trabajo del Ministerio de Tra-
bajo y Seguridad Social, el Subsistema de Salud o Higiene que es controlado por la Inspección Sanitaria
del Ministerio de Salud Pública, el Subsistema de Prevención de Incendios controlado por la Inspección
de Incendios del Cuerpo de Bomberos del Ministerio del Interior y por último la Inspección Sindical que
puede actuar en todo el ámbito a que se refiere la Ley.
8.1. El Sistema de Inspección Sanitaria o de Higiene del Trabajo en Cuba.
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Desde comienzos de los años 60, el Ministerio de Salud Pública empezó a dar pasos para determinar la
relación salud – trabajo desarrollando el control de las condiciones de trabajo mediante la inspección
sanitaria. Por supuesto que en estos años se carecía de personal calificado, por lo que se elaboró una Guía
de Inspección específica para este tipo de inspecciones, pero sin una gran complejidad técnica y se exigía
que se elaborara un informe por escrito de cada inspección. La preparación de inspectores especializados
en el campo de la Medicina e Higiene del Trabajo en el transcurso de esos años permitió que ya en el
1975, se propusiera e implantara una Ficha o Guía de Inspección (Anexo 1) más completa, que orientaba
al inspector en su tarea, evaluaba los factores de riesgo y permitía determinar las condiciones generales
existentes en los lugares de trabajo de cada territorio. De esta manera era posible conocer a cada nivel
del sistema de inspección la situación sanitaria y dirigir la estrategia hacia los aspectos que podían estar
afectando la salud de los trabajadores. Esta ficha se estuvo aplicando hasta finales de los años 80, donde
con algunas modificaciones pasó a convertirse hasta el momento actual en la ficha general que aplica la
Inspección Sanitaria.
Hay que aclarar que en este sistema la inspección de un Centro de Trabajo, como se ha mencionado pre-
viamente, comprende el llenado de la ficha y de la Diligencia de Inspección.
La inspección sanitaria posee 3 niveles de fiscalización, el local (N. Primario), que abarca el territorio co-
rrespondiente a un municipio, se ejecuta desde los Policlínicos existentes y es dirigida por los Centros o
Unidades Municipales de Higiene y Epidemiología. El Provincial (Secundario)que se ejecuta desde los
Centros Provinciales de Higiene y Epidemiología y el Nacional que se ejecuta por la Dirección de Salud
Ambiental apoyada técnicamente por los Institutos de Investigación correspondientes al área de la higie-
ne y epidemiología. En el caso de la Salud Ocupacional las inspecciones son realizadas a todos los niveles
por el cuerpo de inspectores del Sistema de Inspección Sanitaria y a nivel nacional es apoyada por el
Instituto de Salud de los Trabajadores.
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Como es conocido el sistema de salud cubano tiene un elevado desarrollo de los servicios y de recursos
Como se puede observar existe un sistema con la fortaleza necesaria para el control de las condiciones
higiénicas de los lugares de trabajo, el cual además de las leyes generales, posee resoluciones del Minis-
terio de Salud Pública que regulan su accionar.
8.2. La Inspección de Trabajo.
En nuestro país como en otros muchos la Seguridad y Salud en el Trabajo tiene como organismo rector
al Ministerio del Trabajo, el cual posee una Oficina Nacional de Inspección del Trabajo. Dicha oficina tiene
como misión dirigir, ejecutar y controlar la inspección estatal en materia laboral y de seguridad social con
sentido ético y espíritu educativo, fiscalizando el cumplimiento de la legislación laboral, de protección del
trabajo y seguridad social y aplicando medidas ante las violaciones detectadas.
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Entre sus funciones se puede observar que tiene el amplio espectro de la temática laboral y como parte
de la misma los concernientes a la Seguridad y Salud. La estructura de este Sistema de Inspección está
integrado por 16 Unidades Organizativas Básicas: la Oficina Central, 14 filiales provinciales y la filial del
Municipio Especial Isla de la Juventud, como se puede observar en la figura 4.
Esta inspección está más dirigida en la materia de la que estamos tratando, a los aspectos de seguridad,
aunque está facultada para intervenir en todos los aspectos que violan las disposiciones de la seguridad
y salud. Aunque la inspección que se realiza en la actualidad tiene un carácter integral, tienen especialis-
tas de alta calificación y experiencia en máquinas y equipos de alto riesgo, como son las grúas, calderas,
equipos de presión y otros, ya que antes gran parte de las acciones de control eran orientadas con un
criterio especializado. Por el tipo de fiscalización que ejerce este órgano sus inspectores son ingenieros
de las diferentes especialidades como puede observarse en la figura 5.
Hay que mencionar que en el caso del Ministerio de Trabajo, existe en seguridad y salud una estructura
paralela de especialistas que tiene la función de la gestión y promoción de estos aspectos y que compren-
de a la instancia municipal, la cual trabaja en estrecha coordinación con la inspección.
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Conclusiones.
Variables
Tipo A Tipo B Tipo C
o Indicadores
No Trabajadores > 500 200<Ñ< 500 < 200
Factores nocivos controlados
Gran No de trabajadores ex-
No existen intoxicaciones o
puestos a factores nocivos Los que por sus ca-
casos de enfermedades profe-
Nocividad Casos de intoxicaciones o racterísticas no están
sionales
enfermedades profesiona- incluidos en los otros
Límites de sustancias nocivas
les grupos
en niveles permisibles
Peligrosidad Indice de Frecuencia > 30 Indice de Frecuencia < 30
Importancia
Nacional Territorial Local
económica
Periodicidad Trimestral Semestral Anual
Variables o Indicadores Grupo “A” Grupo “B” Grupo “C” Grupo “D”
# de Trabajadores > 500 500 - 200 199 - 100 < 100
Importancia Económica Nacional Territorial Local Local
Nivel de Riesgos Importante Moderado Tolerable Mínimo
Accidentalidad >2.2 2.2 – 1. < 1.5 < 1.5
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Enfermedades
Profesionales SI (1 años) SI (3 año) NO NO
Enfermedades comunes
> 15 % 15 – 10 % 5–9% <5
Clasificación 2.
La periodicidad de las visitas de inspección es flexible y su frecuencia se programa esencialmente en fun-
ción de la cantidad de centros, nivel de riesgos que presentan y recursos humanos disponibles. Siempre
priorizando los que se clasifican como A y B que deben ser de ejecución obligatoria en los plazos esta-
blecidos.
Consideraciones sobre las variables establecidas en las clasificaciones:
1. Número de trabajadores.
2. Se considera el número de trabajadores que laboran en el lugar visitado, no se puede informar el
número de trabajadores de la empresa cuando esta tiene más de un centro.
3. Importancia económica.
4. Se clasifican los centros visitados de acuerdo al impacto social que implican la producción o los ser-
vicios que oferta, según sea, de alcance nacional, territorial o local.
5. Nivel de Riesgos.
El Nivel de Riesgos se determina por cualquiera de los métodos existentes, en función de la proba-
bilidad y las consecuencias de acuerdo con la evaluación realizada por la empresa y analizado por la
inspección.
6. Accidentalidad.
Este indicador está expresado por el índice de incidencia de accidentes del lugar.
7. Enfermedades profesionales.
Se consideran A o B, cuando en el centro se han diagnosticado enfermedades de esta categoría en
el periodo de 3 años o 1 año anteriores a la fecha de la visita, el resto de los centros es cuando no
poseen este tipo de enfermedad.
8. Enfermedades Comunes.
Este indicador aparece expresado en el % de ausentismo que tenga el centro por enfermedades conoci-
das como comunes.
Cuando hacemos el análisis para clasificar un centro se debe ser flexible, considerando el comportamien-
to de estas variables y las condiciones objetivas observadas. Esto significa, por ejemplo, que en deter-
minados casos un centro que posee 40 trabajadores, podría ser clasificado como “A”, si tuviera una alta
potencialidad de riesgos”. Siempre debe manejarse como elemento fundamental para clasificar al centro
el indicador que presenta el peor resultado.
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