Ética Revolucionaria
Ética Revolucionaria
Ética Revolucionaria
Entendemos por ética revolucionaria una práctica humanista de los sujetos políticos que
están comprometidos en la teoría y la acción con la justicia social, con el cambio de la
sociedad capitalista, con el socialismo.
Desde que los hombres viven en comunidad, la regulación moral ha sido necesaria para
el bienestar colectivo. Las grandes civilizaciones clásicas, egipcia y sumeria, desarrollaron
éticas no sistematizadas, cuyas máximas y preceptos eran impuestos por líderes
seculares, y estaban mezclados con una religión estricta que afectaba a la conducta de
cada egipcio o de cada sumerio. En la China clásica, las máximas de Confucio fueron
aceptadas como código moral. Los filósofos griegos, desde el siglo VI a.C. en adelante,
teorizaron mucho sobre la conducta moral, lo que llevó al posterior desarrollo de la ética
como una filosofía.
Platón
La virtud última, la justicia, es la relación armoniosa entre todas las demás, cuando cada
parte del alma cumple su tarea apropiada y guarda el lugar que le corresponde. Platón
mantenía que el intelecto ha de ser el soberano, la voluntad figuraría en segundo lugar y
las emociones en el tercer estrato, sujetas al intelecto y a la voluntad. La persona justa,
cuya vida está guiada por este orden, es por lo tanto una persona buena.
Platón fue también un filósofo que tenía una visión de la ética como una forma de política,
ya que recibió cierta influencia aristocrática por parte de su familia, lo cual lo indujo a
generar un sistema igualitario para los habitantes de la polis, y así suprimir la diferencia
de clases, pues si todos son hombres, ¿por qué viven unos bien y otros mal?. A partir de
esta visión de Platón sobre la equidad de clases en la polis, define cómo es el origen de
las sociedades. La ciudad toma su origen de la impotencia de cada uno de nosotros para
bastarse a sí mismo y de la necesidad que siente de muchas. Por consiguiente, cada cual
va uniéndose a aquel que satisface a sus necesidades, y así ocurre en casos múltiples,
hasta el punto de que, al tener todos necesidad de muchas cosas, agrupándose en una
sola vivienda con miras a un auxilio común, con lo que surge ya lo que denominamos la
ciudad. Con la anterior definición de lo que es la sociedad, Platón ve que los hombres
poseen necesidades que los llevan a constituir comunidades en las cuales se construyen
modos de vida, formas de comunicación, métodos económicos y algunas formas militares
para la expansión de terreno o la conquista de otras comunidades para ampliar y
satisfacer las necesidades de poder de los gobernantes que dirigen estas comunidades.
Por ello las necesidades de los gobernantes hacia el alcance del poder, produce en ellos
una falta de coherencia y de sabiduría en sus determinaciones como líderes. De esta
manera surge en las sociedades cuatro formas de mal gobierno que edifican hombres que
no serán éticos, ni sabios, tales gobiernos son:
Timocracia: Los hombres de ése régimen serán. Pues –añadí- amantes de las riquezas.
Ni más ni menos que los de las oligarquías. Y honrarán feroz y desmedidamente el oro y
la plata, hasta el punto de sostener almacenes y tesoros privados en los que oculten las
riquezas conseguidas. Rodearán de murallas sus viviendas, que serán para ellos unos
sencillos nidos particulares, en los que prodigarán a manos llenas el dinero, tanto para
mujeres como para todo aquello que les venga en gana.
Democracia: Lo cual hará posible organizar la ciudad a gusto de cada uno, al modo como
hacíamos nosotros. Vaya, pues, quien quiera a un régimen democrático, donde podrá
elegir, como en un bazar, el sistema que más le agrade. Una vez que lo haya elegido, se
asentará en él y se adaptará a sus leyes. Pero en tales condiciones la anarquía se
adentrará en las familias y terminará incluso por infundirse en las bestias.
Aristóteles