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10 Cuentos Cortos

La historia trata de una niña llamada Saulis que ve a dos hombres vigilando la casa. Su madre sale a ver qué pasa y le grita a Saulis que corra a esconderse. Saulis se esconde debajo de su cama asustada. Resulta que los hombres eran abogados que venían a buscar a Saulis para llevársela con su padre. Finalmente todo termina bien y todos siguen viviendo felices.

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10 Cuentos Cortos

La historia trata de una niña llamada Saulis que ve a dos hombres vigilando la casa. Su madre sale a ver qué pasa y le grita a Saulis que corra a esconderse. Saulis se esconde debajo de su cama asustada. Resulta que los hombres eran abogados que venían a buscar a Saulis para llevársela con su padre. Finalmente todo termina bien y todos siguen viviendo felices.

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SAULIS

Ésta era la historia de una niña llamada Saulis.

Un día común, Saulis se despertó y salió corriendo.

– ¡Mami!, ¡mami! – Dijo gritando Saulis.


– ¿Qué pasa nena? – Contestó la mami de Saulis.
– Hay dos hombres vigilando la casa. – Dijo Saulis.
-¿Qué cosas dices Saulis? – Respondió su mami.

La mamá salió a ver qué pasaba fuera, mientras Saulis estaba agitada e
impresionada.

– ¡Oh no! ¡Saulis corre! – Gritó su mamá.

Saulis corriendo se escondió bajo su cama. La mamá pensó que Saulis mentía
pero en realidad Saulis había visto los abogados de su padre, los cuales venían a
buscar a la pequeña Saulis para que se fueran con ellos.

Finalmente todo quedó en un susto y todos siguieron viviendo felices.

FIN

EL GATO DORMILÓN
Había una vez un gato muy dormilón que se pasaba los días y las tardes enteras echado
en el sofá. Siempre se preguntaban qué es lo que hacía para quedar tan exhausto, pero
nadie lo veía haciendo otra cosa que no fuera descansar.
Una noche su dueño tuvo la idea de ir a buscarlo y
ver si también dormía toda la noche, pero mientras
bajaba la escalera pudo verlo… ahí estaba él,
sentado frente al acuario, viendo cómo dormía la
tortuga. Sólo se quedó allí mirando en silencio a su
gato, despierto y sereno estaba cuidando el sueño de
su amiga tortuga.
Al día siguiente pudo verlo como de costumbre,
durmiendo en el sofá y entonces pudo comprender el
porqué de su sueño durante el día, pero no notó que
la tortuga también lo cuidaba desde su sitio.

FIN
LA ABEJITA QUE TOCABA MÚSICA
Había una vez una abejita que estaba enferma, pero cada día que dormía soñaba que era
la mejor tocando violín. Al día siguiente decidió entrar a clases de violín, tocó y tocó, hasta
que aprendió. Y como tocaba tan bien, un día pasó un “busca talentos” y escuchó un
sonido precioso, buscó de donde venía hasta que encontró la hermosa melodía que
tocaba la abejita y le pregunto el “busca talentos”.
– “Hola ¿quisieras estar en una orquesta de violines? ¡Nos falta una abeja más!”
Y la abeja respondió: – “Claro que si”
Y el busca talentos le dijo: – “Vale, te doy mi contacto, y por cierto, soy Julio”.
– ” Yo soy Lola”.
– “Adiós, te espero mañana en mi oficina a las 12, los ensayos empezaran el jueves 27 de
este mes”.
Y la abejita siguió en sus clases aún más contenta.
Días después la abejita decidió salir de sus clases para ir a los ensayos con su nuevo
amigo Julio. Y como tocaba tan bien, el Julio dejó a las demás abejas que tenía para la
orquesta por Lola. La abeja Lola ya se llevaba bien con las demás abejas, entonces las
demás abejas se enfadaron con ella y Julio indicó a Lola por donde tenía que ir, hasta que
un día la abejita vio que las demás abejas estaban tristes porque Julio las había dejado
solas y a ella eso no le gustaba, se les acercó a las demás abejas y les pregunto:
– “¿Qué les pasa amigas?”
Y las demás abejas le respondieron:
– “No nos hables Lola, estamos enfadadas contigo”. Y les preguntó: – “¿Por qué, que les
hecho?”
– “Lola, pues lo que nos has hecho fue que desde que llegaste, nuestro profesor Julio solo
le has importado tú”.
– “Oh, lo siento, ahora mismo iré a hablar con él”.

Minutos después…

– “Julio, debo de hablar contigo, sé que crees que soy talentosa, pero mira, no soy la
única”.
– “Lo siento Lola, pero ahora estoy muy ocupado organizando tus cosas”.
– “No Julio espera, lo siento, pero no puedo seguir siendo tu estrella”.
– “Ahora no puedo hablar, ¿me esperas un segundo?”.
Pero la abeja Lola pensó que si era ella la estrella podía hacer lo que quiera.
– “Julio, si yo soy la estrella exijo que las dejes presentarse conmigo o si no, no tendrás
concierto. Adiós”.
– “No Lola espera, de acuerdo, podrás salir con ellas”.
Y después, las demás abejas perdonaron a la abeja Lola y volvieron a ser muy buenas
amigas.

FIN
EL CABALLO HECHIZADO

Una vez un caballo que se encontró con una bruja.

Ella lo hechizó en cuanto lo vio, convirtiéndolo en hombre.

Se llamaba Flash y él era el hombre más rápido en las carreras del pueblo. Pero no era
feliz y un día, él se casó con una joven.

Los primeros meses fueron felices, pero al pasar el


tiempo se llevaban muy mal.

Un día Flash salió de su casa con destino a la


montaña, donde encontró una hermosa yegua que al
verlo se acercó a él y lamió sus labios.

De inmediato al pasar sus labios sobre Flash, se


transformó en el caballo que era anteriormente y vivió
feliz con su nueva pareja en las montañas.

EL HADA MÁGICA

Había una vez una nena que se llamaba Celeste e iba a 5º grado A y una noche de
invierno vio muchos brillitos en su habitación se asustó.

Y escuchó un ¡hola…! ¡Hola…! No te asustes soy yo, el hada mágica. Yo tengo muchas
amigas hadas. ¿Pero tú qué eres…?… Celeste respondió, yo soy humana.

A mis amigas les encantaría conocerte le dijo el hada y antes


de dar un aleteo, Celeste dijo… mis papás no me dejan que
haya muchas personas en mi cuarto…! Descuida…! Son
hadas diminutas como yo, respondió el hada.

Cuando Celeste volvió a su cuarto, pegó un grito y preguntó…


no eran pocas tus amigas…? Sí, pero algunas se colaron. Las
sacás ya de aquí, dijo Celeste enojada.

En donde vivís…? Celeste, preguntó al hada. Yo vivo en el


agua, otras en el jardín, en las flores, en los árboles, con los animales y en el bosque.
Asombroso…! genial…! sorprendente…!Exclamó Celeste…!
Como puede ser…? se preguntó. Es que todo es verdad si lo imaginas, le contestó
finalmente el hada. Chau y hasta siempre dijo el hada mágica y desapareció, dejando una
estela de hermosos brillitos de colores en toda la habitación.
EN LA CASA DE LOS ABUELOS

En la casa de los abuelos ocurren cosas mágicas Una vez estábamos todos durmiendo
cuando de repente se oyó un sonido que daba miedo. Era un aullido de un gran lobo
gordo que se llamaba abuelo Juancho. Tenía mucha
hambre y quería bastante comida. En el patio teníamos
muchas aves. Había pavos, gallinas, gallos y dos
puerquitos, además dos patos y un ganso que se
llamaba Valentino.
El lobo quería morderlos, pero teníamos unos
guardianes que eran un gran zorro que tenía por
nombre Don Mario. Era de color negro y solo se le veían
los ojos. De repente aparece el cazador. Era un poco
pequeño pero muy valiente, se llamaba David, y el y su
zorro guardián hicieron huir al lobo gordo, de esta
manera todos pudimos dormir tranquilos y ser felices en
las vacaciones con mis abuelos.

EL PEZ PAYASO

Había una vez un pez, llamado payaso, y los otros peces se reían por su nombre pez
payaso. Le decían que nombre feo tiene ese pez ja ja ja…!!!

En realidad era un pez normal y le dolía que se rieran de el, hasta que un dia se quiso ir y
fue mas allá del océano donde dicen que hay tiburones malvados.Se topó
con un tiburón y el pez se fue corriendo.

Se tropezó con una piedra y tuvo una idea…Una piedra justo


lo que quiero y del tamaño perfecto…!!! y el pez
payaso le tiró la piedra en la cabeza.

El tiburón se desmayó y cuando se despertó les dijo a todos


los peces lo que pasó y todos dijeron… Es verdad..??? y por
eso se olvidaron del nombre y se preocuparon de lo que pasó
con el tiburón y asombraron de lo valiente que había sido.
ISABELLA Y SUS AMIGOS

Había una vez una niña llamada Isabela, Ella era muy bonita y le gustaban los animales,
Isabela vivía en una finca en compañía de sus abuelos Javier y Mariela. Los padres vivían
en la ciudad muy ocupados trabajando.
Pero Isabela se empezó a enfermar, y, los abuelos preocupados por su nieta la llevaron al
pueblo donde un doctor, para saber que pasaba con la niña, cuando la revisó le mando
unos exámenes para estar seguro de lo que tenía… cuando vieron los resultados de los
exámenes, el médico les dijo: la pequeña sufre de bronquitis y asma y no puede estar
cerca de los animales, por su pelo y tampoco puede correr por su asma.

Isabela muy triste de lo que había dicho el doctor enseguida les dijo a sus abuelos: Pero
yo quiero seguir consintiendo a mis amigos los animales. Los abuelos no le respondieron.
Entonces para el bien de Isabela y para el bien de todos, la mandaron a la ciudad con sus
padres para que se recuperara pronto y no peligrara su vida con el pelo de los animales.

Los padres se pusieron muy contentos porque iban a volver a


ver a su hija, pero también se pusieron tristes por tan
semejante noticia, Isabela se puso triste por que dejaba a sus
abuelos, y amigos de la escuela y a sus animales.
Después de unos años más tarde, Isabela se recuperó y fue a
visitar a sus abuelos, en compañía de sus padres, y la
pasaron muy bien todos juntos.

LA MOSCA PELUDA Y LA AVISPA


Había una vez una mosca peluda que estaba enamorada de una avispa calva que vivía
en una colonia cerca del árbol del jardín donde la mosca tenía su casa.
En una noche de verano, cuando la mosca estaba muy pero muy dormida, apareció de la
nada, Toto, el oso, que buscaba mucha pero mucha miel pues él había visto una colonia
de abejas.
Pero la avispa calva que también quería mucho a la mosca peluda, y viendo a su amiga
en peligro, fue y lo pico al oso Toto en su pierna.
La mosca viendo ese amor que le tenía la avispa sintió más amor y busco una flor para
que la avispa se sintiera bien y se la regalo y asi fueron más amigas que antes.
EL GRAN DETECTIVE

A Javier le regalaron una lupa. Lo primero que hizo fue salir al jardín de su casa y ponerse
de rodillas entre las plantas.

Cuántos bichitos que había en ese lugar…!!! Así, con la lupa pudo observar cada detalle.
Lo que más le gusto fue ver las hormigas chocando con sus antenas. Al ciempiés no pudo
contarle las patas porque caminaba muy rápido, pero lo siguió hasta que se escondió
debajo de una piedra.

Cuando levantó la piedra se asombró mucho al ver una familia de ciempiés. Pero bajó
enseguida la piedra porque les entraba mucha luz y les hacía mal. Javier les contó esto a
toda su familia y amigos. Y nunca más se olvidó de la experiencia vivida.

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