Iván Escobar Fornos. La Justicia Constitucional.
Iván Escobar Fornos. La Justicia Constitucional.
Iván Escobar Fornos. La Justicia Constitucional.
ISBN: 99924-57-68-6
1. DERECHO CONSTITUCIONAL
2. NICARAGUA-CONSTITUCIÓN-COMENTARIOS
Equipo editorial
Impreso en Nicaragua,
por Impresión Comercial La Prensa, S.A.
Presentación
1. Breve historia
La justicia constitucional se deriva del carácter
fundamental y superior de la Constitución, pues ella
sirve para imponer el cumplimiento de su texto y de su
superioridad. Surge, pues de la necesidad de defender
esa estructura fundamental y superior del Estado.
Existen antecedentes remotos y más cercanos de
la superioridad de las leyes. El precedente ateniense
que distingue entre nomos (ley) y pséfisma (decreto) y
la invalidez de éstos cuando son contrarios a los pri-
meros, considerados superiores en jerarquía, por lo que
el juez no estaba obligado a fallar de acuerdo a un de-
creto contrario a la ley; la concepción medieval del De-
recho y la justicia que distinguió entre dos órdenes de
normas: el jus naturale, superior e inderogable y el jus
positivum, que no podía estar en contra del primero; la
escuela jusnaturalista de los siglos XVII y XVIII que
va desde Grotuis a Rousseau; la doctrina de la llamada
heurense imprisance del Rey de violar las leyes (la fa-
cultad del soberano legislador de dictar leyes que hoy
se llamarían inconstitucionales), la doctrina de lord Coke
de garantizar por medio de los jueces la supremacía de
la common law contra las arbitrariedades del Soberano
y del Parlamento; y, aunque parezca raro, la doctrina
(contraria a la de Coke) de la supremacía del Parla-
mento, que no permite revisión judicial de las leyes,
vigente todavía en Inglaterra, impuesta por la gloriosa
Revolución de 1688, y que condujo a los jueces colo-
niales a controlar la supremacía de las leyes del Reino
sobre las coloniales, sistema que posteriormente se
aplicó para controlar la validez de las leyes contrarias a
las constituciones o cartas de los nuevos estados inde-
1
El caso Marbury vs. Madison se produce en un momento de
sucesión presidencial. Después de la victoria del antifederalista
Jefferson en 1980, el Presidente saliente Adams, federalista,
aprovechó los últimos momentos para nombrar jueces inamo-
vibles de tendencia federalista. En forma precipitada nominó a
William Marbury pero no llega a tiempo a su destinatario. El
nuevo Ministro de Jefferson, Madison, se opuso al nombra-
miento y Marbury recurrió al Tribunal Supremo para que obli-
gara a la administración a discernirle el cargo de acuerdo con la
Ley Judicial de 1789. John Marshall, federalista, y nombrado
por el Presidente federalista Adams, declara inconstitucional la
ley de 1789 y, como consecuencia, rehúsa examinar la demanda
de Marbury, aunque éste conserva su derecho de demandar al
Ministro entre los tribunales la reparación pertinente. Marshall
con mucha habilidad sacrifica al federalista Marbury en su nom-
bramiento, pero establece el principio del control judicial de la
constitucionalidad de las leyes que reforzaba el poder federal, de
lo cual no se dieron cuenta los antifederalistas por la embria-
guez del triunfo al rechazarse el nombramiento de Marbury.
2
“El Federalista”. Carta LXXVIII. Publicación de Libro Libre,
San José, Costa Rica, 1986, pág. 203.
3
Funciona este Tribunal hasta el día de hoy.
4
En el período de entre las dos guerras mundiales se produce un
espacio de interrupción de las existentes ya en Weimar en 1919,
Checoslovaquia guía en 1920, España 1931 e Irlanda en 1937.
2. La justicia constitucional y la
democracia
A. Importancia de la justicia constitucional
El Estado de Derecho se perfecciona con el con-
trol de la legalidad de la Administración (lo contencioso
administrativo) y el control de la constitucionalidad
mediante la justicia constitucional. Este control es una
pieza fundamental de la democracia moderna.6 Ade-
más de lo anteriormente expuesto se pueden señalar
otros aportes de la justicia constitucional a la democra-
cia7 : a) Sin una justicia constitucional, regulada por la
Constitución y las leyes, la Constitución sería papel
mojado, sin importancia, porque no existiría un instru-
mento de su defensa y cumplimiento, como le pasaría
a un Código Penal que carezca de un Código de Proce-
dimiento Penal para su aplicación, lo mismo al Código
Civil sin un Código de Procedimiento Civil, etc. b) Es
un instrumento de control del cumplimiento de las com-
petencias de los poderes u órganos constitucionales
5
La Justicia Constitucional en Europa. Centro de Estudios Polí-
ticos y Constitucionales. Madrid, 2002, págs. 14 a 16.
6
La doctrina europea estima al control de la constitucionalidad
como una pieza fundamental de la democracia, como lo son la
separación de poderes, la libertad de sufragio, el pluralismo de
los partidos políticos y de los medios de comunicación. (Cfr.
José Fernández Rodríguez. La Justicia Constitucional Europea
ante el siglo XXI. Tecnos. Madrid, España. 2002, pág. 15).
7
Cfr. Dominique Rousseau. La Justicia Constitucional en Euro-
pa. Centro de Estudios Políticos y Constitucionales. Madrid,
2002, pág. 14 a 16.
8
“Los Derechos Fundamentales en el Estado Constitucional de
Derecho” Neoconstitucionalismo. Editorial Trotta. Madrid,
2003, págs. 31 y sigts.
9
La Justicia Constitucional en Europa. Centro de Estudios Polí-
ticos y Constitucionales. Madrid 2002, pág. 26 y sigts.
4. Tipos de control de la
constitucionalidad
A. El Estado Constitucional
El Estado Constitucional contemporáneo no ab-
sorbe todo el orden jurídico, pero si lo condiciona e
informa. Se caracteriza por lo siguiente:
a)Coloca en la cúspide del orden jurídico la Cons-
titución. Es la norma superior.
10
Art. 91 de la Constitución de 1979.
11
Art. 56 y sigts. de la Constitución de 1958.
12
Ley Orgánica del Estado Español de 1967.
13
Art. 78 inc. 17 de la Constitución.
14
Art. 27 inc. 3 de la Constitución.
15
Artos. 69 inc. 29 y 152 y sigts. de la Constitución.
16
Art. 109 inc. 23. de la Constitución.
17
Art. 120 de la Constitución.
18
Art. 121 inc. 4 de la Constitución.
19
Art. 89 inc. 3 de la Constitución.
20
Art. 66 de la Constitución.
21
Art. 74 de la Constitución.
22
Art. 29 de la Constitución.
23
Art. 30 inc. 3 de la Constitución.
24
Art. 66 de la Constitución.
25
Art. 109 de la Constitución.
26
Art. 59 de la Ley Orgánica.
27
Art. 20 de la Constitución
28
El Derecho Procesal Constitucional es autónomo y pertenece
al Derecho Procesal. Tiene carácter público y encierra un con-
junto de normas y principios que tienen por objeto el estudio
del proceso constitucional, sus tipos, naturaleza, principios,
presupuestos procesales, objeto del litigio, sus actos procesales,
forma de iniciarse, tramitación, prueba, sentencia y recursos en
su caso. Todavía subsiste la idea de que pertenece al Derecho
Constitucional. El famoso constitucionalista alemán Peter
Haberle así lo sostiene y en los manuales constitucionales nor-
teamericanos así aparece tratado. Algunos autores opinan que
tiene carácter mixto: constitucional y procesal. Se critica a los
procesalistas por no dedicarse al estudio e investigación del
Derecho Procesal Constitucional y son pocas las obras que
publican. Son los constitucionalistas los que se dedican al proce-
so constitucional, como sucedió en un principio con el Derecho
Procesal Penal que fueron los penalistas los que lo cultivaban.
Héctor Fix-Zamudio distingue entre justicia constitucional y
jurisdicción constitucional. La primera se presenta cuando los
órganos judiciales comunes se dedican a resolver problemas
30
Cfr. Lucio Pegoraro. La Circulación, la Recepción y la Hibrici-
dad de los Modelos de Justicia Constitucional. Anuario Ibero-
americano de Justicia Constitucional: 2002. Núm. 6, págs. 411
y 412.
31
Dominique Rousseau distingue cinco períodos de la jurispruden-
cia de la Corte Suprema: entre 1789 hasta la Guerra Civil creo
el sistema de control de constitucionalidad de la ley y fortaleció
al gobierno federal; de la guerra civil hasta 1937 adquiere una
actitud muy conservadora al oponerse a la legalidad social que
limitará el poder de los empresarios y se muestra indiferente
con relación a la protección de los derechos individuales; entre
1953 y 1969, bajo la presidencia de Earl Warren, desarrolla una
jurisprudencia liberal y progresista, condenando y combatiendo
la discriminación y segregación social, los recuentos electorales
desiguales, la limitación de la defensa de los acusados, además
reconoció el valor constitucional de numerosas libertades pú-
blicas; entre 1969 y 1986, bajo la presidencia de Warren Bur-
gen, se mantiene la anterior jurisprudencia, pero con un giro
conservador; y desde 1986, se inicia una revolución conserva-
dora. (La Justicia Constitucional en Europa. Ob. Cit., pág. 11).
32
Curso de Derecho Constitucional. Marcial Pons, S. A. Madrid,
1994, pág. 123. Esta es una obra clásica del Derecho Constitu-
cional por su claridad, originalidad, precisión, profundidad y
rigor científico.
33
En nuestra mano la edición publicada por Tecnos, Madrid, Es-
paña 1983.
34
En nuestras manos la 2da. Edición de Tecnos de 1999, publica-
da en Madrid, España.
35
La Defensa de la Constitución. Tecnos, España. 1983. Págs.
77, 93 y 94. El mismo Kelsen también reconoce que las fórmu-
las vagas en los textos constitucionales pueden ser peligrosas al
controlar la constitucionalidad de las leyes, por lo que deben
evitarse en la Constitución. Cuando se establezcan principios,
directrices y límites al contenido de las leyes, éstos deben ser
definidos del modo más preciso posible. Esto podría ser posible
en las constituciones clásicas y no en las desarrolladas, produc-
to de consensos transaccionales entre las diversas fuerzas polí-
ticas que adquieren beligerancia con el sufragio universal. Esto
lleva a Pedro de Vega García, en el prólogo a la obra citada, a
plantear la alternativa siguiente: o el tribunal asume la indepen-
36
En Latinoamérica la intervención de las autoridades en el nom-
bramiento de los magistrados se presenta así: en Bolivia los
elige el Congreso por dos tercios de voto de sus miembros
presentes. En Colombia son nombrados por el Senado de ternas
presentadas por el Presidente de la República, la Corte Suprema
de Justicia y el Consejo de Estado. En Chile tres son elegidos
por la Corte Suprema de Justicia, un abogado designado por el
38
En siete estados Europeos los jueces constitucionales son elegi-
dos por el Parlamento por mayoría especial: Alemania, Portu-
gal, Hungría, Suiza, Polonia, Croacia y Eslovenia. (Cfr. Domi-
nique Rousseau. Justicia Constitucional en Europa Ob.cit., págs.
34 y 35).
39
Tiene carácter vitalicio, pero con el límite de la edad de setenta
años en Austria y Bélgica, también es vitalicio en Estonia. No
debemos olvidar que son vitalicios en la Corte Suprema de Esta-
dos Unidos. La mayor parte de los datos sobre Europa que
usamos en este trabajo los hemos tomado de una de las mejores
obras sobre sistemas de la justicia constitucional en Europa de
Julio Fernández Rodríguez: “La Justicia Constitucional Euro-
pea ante el Siglo XXI. Editorial Tecnos. Madrid, España, 2002.
40
Se establecen nueve años, el mayor plazo, en Albania, Bulgaria,
Eslovenia, España, Francia, Hungría, Italia, Lituania, Macedo-
nia, Polonia, Rumania, Ucrania y Yugoslavia. Son cinco años
en Bosnia-Herzegovina y Liechtenstein. Seis en Portugal y
Maldovia. Siete en Eslovaquia. Ocho en Andorra y Croacia.
Diez en República Checa y Letonia. Once Bielorrusia. Doce en
Alemania y Rusia. Ocho en Colombia y Chile. Diez en Bolivia
sin reelección hasta pasado diez años. Cuatro años en Ecuador.
Cinco en Guatemala y Perú. Creo que el plazo adecuado para
Nicaragua es de siete años, que podría ser con reelección inme-
diata o sin reelección.
41
La Garantía Jurisdiccional de la Constitución. (La Justicia Cons-
titucional). Universidad Nacional Autónoma de México. Méxi-
co. 2001, págs. 57 y 58.
42
“A Modo de Síntesis”. Tribunales Constitucionales Europeos y
Derechos Fundamentales. Centro de Estudios Constitucionales:
Obra Colectiva. Madrid, 1984, págs. 668 y 669.
43
Cfr. Lucio Pegoraro. “La Circulación, la Recepción y la Hibri-
dación en la Justicia Constitucional”. Ob. cit, pág. 393 y sigts.
44
Cappelletti, Control Judicial de las Leyes en el Derecho Com-
parado. La Justicia Constitucional. Estudios de Derecho Com-
parado. Universidad Nacional Autónoma de México. Facultad
de Derecho. México, 1987. pág. 85.
45
Francisco Rubio Llorente. “La Jurisdicción Constitucional como
Forma de Creación del Derecho”. Revista Española de Derecho
Constitucional. Año 8, núm. 22, enero-abril 1988, pág. 25.
6. Algunas clasificaciones
A. Clasificación de algunos autores
Del acercamiento de los dos grandes sistemas y
de la riqueza creativa de los juristas y legisladores han
surgido bastantes sistemas mixtos. En forma general
también se habla de sistema europeo, sistema america-
no, sistema latinoamericano y de sistemas mixtos.
Piero Calamandrei hace la clasificación de los sis-
temas de control de la constitucionalidad de las leyes
así:
1) Atendiendo al objeto: a) Formal. Por violación
del procedimiento de formación de las leyes (error in
procedendum). b) Material. Por violación del conteni-
do de la Constitución (error in iudicando).
2) Atendiendo al órgano: a) Judicial (difuso). To-
dos los órganos del poder judicial controlan la consti-
tucionalidad de las leyes; b) Autónomo o concentrado.
46
La Obsolescencia de la Bipolaridad Modelo Americano, Modelo
Europeo-Kelseniano como Criterio Analítico del Control de
Constitucionalidad y la Búsqueda de una Tipología Explicativa.
Conferencia Pronunciada en San José de Costa Rica. Patrocina-
da por el Instituto Interamericano de Derechos Humanos. Cos-
ta Rica, 2002. Fernández Segado es uno de los juristas que más
sabe sobre justicia constitucional latinoamericana.
47
El Control de Constitucionalidad Bajo el Ordenamiento Dero-
gado, Estudios Sobre el Proceso Civil. Editorial Ejea. Argenti-
na, 1962, t. III, págs. 29 y sigts.
48
La Constitucionalización del Ordenamiento Jurídico. Estudios
de Teoría Constitucional. Editorial Gedesa. Barcelona, España,
1999, págs. 155, 156 y 157).
49
En Europa el control es a posteriori en Albania, Alemania,
Andorra, Austria, Bélgica, Bulgaria, Croacia, Eslovenia, Espa-
ña, Hungría, Italia, Lichtein, Portugal, Turquía y otros que con
los anteriores forman la mayoría.
50
Siguen este sistema en Europa. Alemania, Argentina, Austria,
Bélgica, Bosnia-Herzegoviana, Bulgaria, República Checa, Chi-
pre, Eslovaquia, Eslovenia, España, Hungría, Italia, Lichteins-
tein, Lituania, Polonia, Portugal, Rumania, Rusia y Turquía.
7. Nuestra clasificación
El sistema nicaragüense de control constitucional
es de carácter mixto, muy original dentro del sistema
latinoamericano y creo que debe mantenerse con algu-
nas modificaciones. Pero es preciso profundizar en su
estudio y técnica por funcionarios judiciales, abogados,
profesores y alumnos. El pueblo debe conocer de los
alcances y beneficios del sistema. Haré mi clasificación,
aunque ruego me dispensen algunas repeticiones, pero
se hace para la mejor compresión del sistema:
A. Atendiendo a su extensión
a) Alcance general
En virtud de este sistema la ley inconstitucional es
invalidada con carácter general (erga omnes). Desapa-
rece como ley para siempre. En resumen, la ley deja de
ser ley.
Tienen alcance general en cuanto a la inconstitu-
cionalidad de la ley: la Constitución austriaca de 1920;
la cubana de 1940;51 los recursos directos de inconsti-
tucionalidad de Colombia, Venezuela y España, los sis-
temas italiano y alemán, ecuatoriano y boliviano; en
general todos los inspirados en el sistema austriaco; y
nuestras Leyes de Amparo de 1948, 1950 y 1974.
Lo acoge la vigente Ley de Amparo en el recurso
por inconstitucionalidad ante la Corte Suprema de Jus-
51
Art. 194 (cfr. Rafael Pérez Lovo, Código Civil y Constitución,
Cultural, S.A. La Habana, 1944). El régimen comunista ha pro-
mulgado una nueva Constitución en 1976 y un nuevo Código
Civil en 1987.
52
Arts. 20 y 21 LA.
53
La fecha a partir de la cual produce efectos la inconstituciona-
lidad varía en dos diversos sistemas; pero lo aceptable en virtud
del principio de la seguridad jurídica es que sea a partir de su
publicación de la sentencia como es en Croacia, España, Esto-
nia, Hungría, Lituania, Macedonia, Polonia, Rusia, Persia y
Yugoslavia. En algunos países de Europa los efectos se produ-
cen a partir de la fecha de la sentencia; a saber: Letonia, Maldo-
via y Ucrania. Este sistema deriva del carácter relativo de la
cosa juzgada en el sistema difuso; por el contrario, el sistema de
publicar la sentencia para que principie a producir sus efectos es
propio del sistema europeo, en el cual la sentencia produce
efectos generales. En Latinoamérica en Ecuador y Perú produ-
ce sus efectos a partir de la publicación de la sentencia.
54
Cfr. Alcalá Zamora Castillo y Ricardo Levene, Derecho Proce-
sal Penal, Guillermo Koaft, Ltda. Argentina, 1945, t. I. págs.
195 y ss.; Alcalá Zamora Castillo, Significado y Funciones del
Tribunal de Garantías Constitucionales. Ensayos de Derecho
Procesal, Revista de Jurisprudencia Argentina, S. A., 1944, págs.
503 y ss.
55
La Constitución cubana de 1940 creó el Tribunal de Garantías
Constitucionales y Sociales encargado de conocer de la incons-
titucionalidad, pero era una Sala del Tribunal Supremo de Justi-
cia que formaba parte de la justicia ordinaria, como puede verse
en los artículos 171 y 172.
56
La facultad de la Corte Suprema de Justicia no aparece a texto
expreso en la Constitución. Es creación jurisprudencial de este
Tribunal. Se deduce de las interpretaciones amplias del art. 6,
que establece que “la presente Constitución y las leyes de los
Estados Unidos serán hechas, en consecuencia, según la Ley
suprema del país”. El uso de la expresión en “consecuencia” se
interpreta en el sentido de que las leyes deben ser hechas de
acuerdo a la Constitución.
57
Art. 147 de la Constitución. No es en Austria donde se crea por
primera vez un Tribunal Constitucional. La Constitución ale-
mana de Weimar del 11 de agosto de 1911 es la que establece
por primera vez en el art. 108 un Tribunal Constitucional fuera
de la jurisdicción ordinaria que comparte con ésta ciertas fun-
ciones constitucionales. El Tribunal Constitucional resolvería
los conflictos entre el Reich y los Lander y de éstos entre sí. Al
Tribunal Supremo le correspondía fiscalizar la constitucionali-
dad de las leyes.
58
Art. 94 de la Constitución.
59
Art. 135 de la Constitución.
60
Art. 159 y 160 de la Constitución.
61
En Guatemala se creó inicialmente la Corte de Constitucionali-
dad compuesta de doce miembros, pero no actuaba con carácter
permanente. Se integraba cuando la demanda es interpuesta
(cfr. Mario Aguirre Godoy, Derecho Procesal Civil, Guatemala,
1982, t. II, vol. I. págs. 490 y sigs). Pero ahora es un tribunal
permanente con cinco magistrados permanentes y los suplen-
tes (art. 269 Cn.).
62
Art. 224 de la Constitución .
63
Art. A. A. 1002 de la Constitución. Tribunal Especial Superior.
64
Arts. 56 y 57 de la Constitución. Consejo Constitucional.
65
Art. 119 y sigts. de la Constitución.
66
Art. 239 y sigts. de la Constitución.
67
Art. 81 y sigts. de la Constitución .
68
Art. 174 de la Constitución.
69
Art. 200 y sigts. de la Constitución.
70
Art. 163 de la Constitución.
71
Art. 31 de la Constitución.
72
Arts. 174 y 183 de la Constitución.
73
Art. 10 de la Constitución y 49 de la Ley Orgánica del Poder
Judicial.
74
Art. 262 de la Constitución .
75
Arts. 258 y 260 de la Constitución.
76
Art. 203 de la Constitucional.
77
Art. Arts. 256, 257, 258, 259, 260 y 261 de la Constitución.
78
Art. 96 de la Constitución.
79
Art. 66 inc. 1 de la Constitución.
80
En Europa la creación de un Tribunal especial constitucional ha
tenido éxito, pero no creo que se logre en nuestro país porque
son otras las realidades.
81
La casación tiene las finalidades siguientes: a) La defensa del
derecho objetivo mediante la aplicación correcta de la ley por
los Jueces y Tribunales, con lo cual se pretende conseguir segu-
ridad jurídica, la igualdad ante la ley y la supremacía del órgano
legislativo. Es la función nomofiláctica. b) Uniformar la juris-
prudencia, con lo cual también se logra seguridad e igualdad ante
la ley. En la casación en interés de la ley (o denuncias de oficio
como la denomina Calamandrei, Casación Civil, Ejea, Argenti-
na, 1959, pág. 60) los efectos y propósitos se logran para el
futuro porque la sentencia casada en virtud de este recurso sigue
surtiendo efecto entre las partes. Por el contrario, la sentencia
dictada por la Corte Suprema servirá para decidir de acuerdo a su
criterio otros casos semejantes. Este tipo de casación ha sido
objeto de crítica, y Calamandrei en la citada obra (pág. 62) se
abstiene de abordarla porque aparece desprovista de toda im-
portancia práctica al punto de ser abolida del proceso penal.
Manuel Ibáñez Frecham se alegra de que en su país no se haya
acogido y la califica de casación simbólica (Los Recursos en el
Proceso Civil, Editorial Bibliográfica Argentina, Buenos Aires,
1957, págs. 271 y 272). Alcalá Zamora la combate duramente
(Clínica procesal, Editorial Porrúa, S.A., México, 1982, págs.
76 y ss.). En realidad, la casación en interés de la ley ha caído en
desuso por su ineficacia práctica, se encuentra desprestigiada
por el grave contraste entre la sentencia de casación y la del
Tribunal de Instancia declarada injusta, pero que a pesar de ello
conserva su fuerza vinculante y además tiene sustitutos. En
materia constitucional este tipo de consulta es efectiva y bene-
ficiosa. Antes de la Ley del 2 de julio de 1912 se podía usar del
recurso de casación en interés de la ley interpuesto por el Mi-
nisterio Público para discutir la inconstitucionalidad. Aunque
prácticamente ya no es necesario, aún sigue vigente este medio.
82
Cfr. Jaime Sanín Greiffenstien, La Defensa Judicial de la Cons-
titución. Editorial Temis, Bogotá, 1971, págs. 110 y sigs: Tulio
Enrique Tascón, Derecho Constitucional colombiano, Edito-
rial La Gran Colombia, 1994, págs. 295 y ss.
83
Cfr. Humberto J. Laroche, Derecho Constitucional General,
Maracaibo, 1969, págs. 110 y ss.; Allan R. Brewer-Carías, “In-
troducción General al Régimen del Derecho de Amparo a los
Deberes y Garantías Constitucionales”, págs. 11 y ss., y Carlos
H. Ayala Corao, “La Acción de Amparo Constitucional en Ve-
nezuela”, pág. 111 y ss., ambos en Ley de Amparo, Derechos y
Garantías Constitucionales, Editorial Jurídica venezolana, Ca-
racas, 1988.
84
Cfr. Couture, Declaración Judicial de la Prescripción Adquisiti-
va. Estudios de Derecho Procesal Civil, Ediar, Argentina, 1949,
t. II, págs. 357 y ss.; Fundamentos del Derecho Procesal Civil,
Ediciones Depalma, Argentina, 1974, págs. 314 y ss. En sínte-
sis, sostiene que toda sentencia contiene una declaración del
derecho como antecedente lógico que es de la decisión princi-
pal, incluyendo las que no dan lugar a la demanda porque decla-
ran la inexistencia del derecho que el actor pretende y las de
condena y constitutivas por cuanto se llega a ese tipo de deci-
sión después de considerar y declarar la existencia de la circuns-
tancia que determinaron la condena o la constitución de un
estado jurídicamente nuevo. Pero la sentencia de mera declara-
ción no va más allá de esa decisión, la que tiene por objeto la
pura declaración de la existencia de un derecho. Acepta como
declarativas o de mera declaración: la que declara la existencia
de la falsedad de un documento, la que declara la inexistencia de
una obligación, la de jactancia y la que reconoce la prescripción
adquisitiva.
85
Calamandrei llega a aceptar que en el sistema declarativo existe
una nulidad de la ley y en el constitutivo una anulabilidad de la
misma (Ilegitimidad Constitucional de las Leyes, ob. cit., t. III.
Págs. 95 y ss.).
86
Art. 18.
87
“La Jurisdicción Constitucional en Europa Occidental”, Revis-
ta Española de Derecho Constitucional, año 6, núm. 17, mayo-
agosto 1986, págs. 5, 8 y 78.
88
Bulgaria, Rumania, Francia, Alemania, Eslovaquia, Croacia, Por-
tugal, Francia, Hungría, Colombia y Chile. Son varios los siste-
mas de integración de los órganos electorales: a) El sistema
político, caracterizado porque lo integran partidos políticos,
tiene como ventaja brindarle al elector libertad para ejercer el
sufragio sin presión por parte de los poderes del Estado y ade-
más logra una efectiva fiscalización de su pureza. Pero tiene
como desventaja el peligro de que se quebrante la armonía de los
organismos electorales por los apasionamientos políticos y las
posibles alianzas de partidos para dañar la pureza del sufragio. b)
El sistema administrativo, en virtud del cual los organismos
electorales se integran con funcionamientos del orden adminis-
trativo. La materia electoral es objeto de un servicio adminis-
trativo. Es peligroso porque los miembros de los organismos
electorales están expuestos a las presiones del poder central.
No obstante, puede crearse un órgano independiente que garan-
tice la imparcialidad y pureza de las elecciones. c) El sistema
judicial, caracterizado porque es el Poder Judicial el encargado
de aplicar la materia electoral. Su ventaja consiste en entregarla
a personas expertas e imparciales, pero tiene la desventaja de
recargar de trabajo al Poder Judicial al entregarle una materia
compleja y además lo expone a las presiones políticas y a las
críticas apasionadas. d) El sistema mixto. Es una combinación
de los anteriores o de otras modalidades. Los organismos elec-
torales se constituyen con funcionarios del Poder Judicial, fun-
cionarios administrativos y representantes de los partidos polí-
ticos. Con este sistema se trata de corregir los inconvenientes
de los sistemas anteriores. e) El sistema de un Poder Electoral
encargado de hacer las elecciones, referendos y plebiscitos y
conocer de sus impugnaciones, lo mismo que de la organización
de los partidos políticos. Es el sistema que sigue nuestra Consti-
tución y la Ley Electoral. El organismo superior (Consejo Su-
89
Actualmente suprimida.