Mammuthus Primigenius
Mammuthus Primigenius
Mammuthus Primigenius
Curso: Biología
Nombres:
Mammuthus primigenius
El mamut lanudo o mamut de la
tundra es una especie de
mamífero proboscídeo de la
familia de los elefántidos que
probablemente se extinguió
debido a un ritmo de caza
insostenible por parte del
Homo sapiens2. Con su
cubierta de largo pelo
enmarañado, era una especie
adaptada al clima extremo de
la edad de hielo. Mammuthus
primigenius tenía un tamaño
similar al del elefante medio
actual. Se han encontrado muchos huesos y colmillos curvados, así como cuerpos enteros
congelados, de ejemplares de esta especie de mamut, en Siberia, las islas del Ártico y
en Norteamérica. El primer espécimen completo de este animal se descubrió en 1806,
cerca de la desembocadura del río Lena, Siberia (Rusia).
Aparición
Los restos más antiguos datan posiblemente de hace
150.000 años y provienen de depósitos de la Glaciación Riss,
en Eurasia. Descendía del mamut de la estepa (Mammuthus
trogontherii).
Clasificación
Fue el naturalista francés Georges
Cuvier quien en 1796 identificó por primera vez los restos del
mamut lanudo no como de elefantes modernos transportados al
Ártico, sino como una especie enteramente diferente. Más
significativamente, él afirmó que esta especie se había extinto
y ya no existía, un concepto que no era ampliamente aceptado en
su época. Siguiendo la identificación de Cuvier, Johann
Friedrich Blumenbach le dio al mamut lanudo su nombre
científico en 1799, Elephas primigenius (situándolo en el mismo
1
En la actualidad denominada Elephantidae, la cual está representada por tres especies: el
elefante africano de sabana, el elefante africano de bosque y el elefante asiático.
2
Humano anatómicamente moderno.
género que el elefante asiático). No fue sino hasta 1828 que Joshua Brookes reconoció
que esta especie era lo bastante distinta como para merecer un nuevo género, y la
reclasificó como Mammuthus primigenius.
Características
Su nombre proviene de su gruesa capa de
pelo lanudo de hasta 90 cm de largo,
dispuesto en forma similar al pelambre
del actual buey almizclero. Bajo la piel
poseía una capa de grasa de 8 a 10 cm de
espesor que fortalecía su adaptación al
frío. Sus orejas de 30 cm de longitud,
eran mucho más pequeñas que las de los
elefantes actuales (las de un elefante
africano alcanzan 180 cm). Presentaban
un abombamiento en forma de cúpula
sobre el cráneo y una alta joroba sobre los hombros. Los machos adultos alcanzaban
2,80 a 3,40 m de alzada y 6 toneladas de peso. Los colmillos encontrados alcanzan hasta
4,2 m de longitud y 84 kg de peso, pero en promedio tienen 2,5 m y 45 kg.
Sus dientes estaban adaptados a las plantas de la tundra, pero habitaba también la
estepa herbosa y la presencia de ramas de árboles en los estómagos de los ejemplares
encontrados, indica que también recorrían los bosques.
Extinción
La extinción del mamut lanudo es posiblemente la mejor estudiada dentro del Evento de
extinción del Cuaternario que supuso la extinción de dos tercios de todos los géneros
de mamíferos y la mitad de la megafauna terrestre. Su extinción fue escalonada y se
produjo miles de años antes en las áreas continentales que en las islas, en un proceso
largo en el tiempo que comenzó a finales del Pleistoceno y terminó bien entrado el
Holoceno, con los restos más recientes de las especies datadas ya en tiempos históricos.
El mamut lanudo desapareció de Europa hacia el 10000 a. C., mientras que en el sur de
Siberia aún subsistía en el 8000 a. C. Su extinción en islas no colonizadas por el ser
humano se produjo mucho más tarde: en la isla de Saint Paul (Alaska) estuvo presente
al menos hasta el 6000 a. C. El último remanente conocido de esta especie sobrevivió en
la isla de Wrangel hasta aproximadamente 1700 a. C., más de 6000 años después de su
extinción en los continentes.
Esta idea fue propuesta inicialmente por Paul S. Martin en 1967 cuando expuso su
hipótesis basándose en que había una correlación temporal cada vez más evidente entre
la expansión del Homo sapiens por el planeta y los eventos de extinción masiva que
afectaban de forma casi exclusiva a la megafauna, algo que no había ocurrido nunca con
anterioridad al evento de extinción del Cuaternario. Las investigaciones a lo largo del
SXX y principios del XXI sobre este asunto han variado en sus conclusiones, pero la
hipótesis de la caza excesiva está siendo defendida cada vez de forma más categórica
por un creciente número de científicos, especialmente en esta última década, a medida
que las investigaciones basadas en modelos matemáticos y análisis comparativos de los
yacimientos avanzan, evidenciando la correlación entre la expansión del ser humano
moderno y los eventos de extinción de megafauna.
En Eurasia los restos que demuestran un uso intensivo del mamut como fuente de
alimento son muy abundantes y dan una idea de hasta qué punto este animal fue cazado
a gran escala. Hay más de 70 yacimientos a lo largo y ancho de la llanura rusa, donde no
sólo se han encontrado casas individuales, sino comunidades enteras que se
construyeron esencialmente con huesos de mamuts, donde esos huesos de mamut fueron
también usados como combustible (y pare ello tenían que ser relativamente frescos), y
donde hay enormes trampas excavadas en el permafrost, con restos de carne y restos
óseos de mamut.
Restos congelados
La mayoría de especies extintas se conoce por medio de restos fosilizados o huesos
conservados en circunstancias particulares. En el caso del mamut lanudo, se han
encontrado además restos congelados, debido a la persistencia por milenios de climas
con temperaturas muy bajas y glaciares3 o áreas congeladas y además, al gran tamaño
de los especímenes. Aunque los casos de congelamiento de cuerpos fueran inusuales,
ocurrieron durante miles de años. Para que un evento de este tipo se presentara, se
requería que el animal quedara atrapado o sepultado rápidamente en un líquido helado,
comúnmente el agua o en semi-sólidos tales como fango o légamo4, que desde entonces
se congelaron. Los restos así preservados han permitido estudiar la piel, pelo, músculos
3
Es una gruesa masa de hielo que se origina en la superficie terrestre por acumulación,
compactación y recristalización de la nieve, mostrando evidencias de flujo en el pasado o en la
actualidad
4
Es un sedimento clástico incoherente transportado en suspensión por los ríos y por el viento,
que se deposita en el lecho de los cursos de agua o sobre los terrenos que han sido inundados.
Para que se clasifique como tal, el diámetro de las partículas de limo varía de 0,0039 mm a
0,0625 mm.
y multitud de tejidos y órganos del animal. Estos mamuts pudieron haber quedado
atrapados en pantanos, charcas o arenas movedizas. Algunos pudieron haber muerto de
inanición tras quedar atrapados, pero la evidencia del alimento indigerido poco antes de
morir y que aún se encuentra en sus estómagos e incluso de semillas en las bocas de
varios de los especímenes, sugiere que ni el hambre ni la exposición parece causas
probables de su muerte. Los animales pudieron haber caído al quebrarse algún trozo de
hielo sobre una pequeña charca o agujero o pudieron haber sido arrastrados por
inundaciones. Así, en un paraje cercano al río Berelekh en Yakutia, se han hallado más
Mamut de Yakutsk
Durante el año 2002, una expedición rusa, dirigida por Vladimir Repin (director del
Centro de Virología y Biotecnología de Novosibirsk) y Piotr Lazariev (director del Museo
del Mamut en Yakutia), halló congeladas dos extremidades de mamut lanudo (una
trasera y una delantera) en perfecto estado de conservación junto al lecho helado de
un río, cerca de Yakutsk, Siberia.
Mamut de Yukagir
En 2003, en Yukagir, Yakutia, unos cazadores encontraron congelado un mamut macho
adulto, de unos 40 a 50 años de edad en el momento de su muerte, 2,8 m de altura y
más de 4 toneladas de peso, que data de hace 18.000 años.
Mamut de Ust-Nero
En 2004, los restos congelados de otro cachorro de mamut lanudo fueron descubiertos
por los obreros de una mina de oro en Ust-Nero, Yakutia. La cabeza, la trompa, parte
de la espalda y varios tejidos fueron llevados a una cueva helada en Yakutsk y hasta una
instalación especial en Tokio, para su estudio detallado.
Mamut de Yamalo-Nénets
El mamut conocido
como "Lyuba", en una
exhibición especial en
el Museo Field de
Chicago.
En mayo de 2007, el
pastor de renos Yuri
Khudi encontró en
Yamalo-Nénets,
Siberia, otra cría de
mamut congelada, una
hembra51 de 3 a 4
meses de edad, que
vivió hace 37.000 años
a la que se le dio el
nombre de Lyuba,52
en honor de la esposa
de su descubridor.53
El cuerpo de la bebé
mamut conserva los ojos y la trompa intactos; "sus órganos internos están todos
conservados, el corazón tiene distinguidos todos sus ventrículos, así como el hígado y
las venas", declaró Alexei Tikhonov, del Instituto ruso de Ciencias Zoológicas.54 Según
los científicos es el ejemplar mejor conservado de todos los hallados hasta la fecha.
Desde que los científicos descubrieron que era posible clonar ovejas, perros, vacas e
incluso zorros, la tecnología para rescatar de la extinción al prehistórico mamut lanudo
ha estado al alcance de nuestras manos. Si podemos clonar o no al mamut lanudo es una
pregunta fácil. La importante es: ¿Deberíamos?
Algunos dicen que no se logrará hasta el 2045, otros dicen que tardará incluso más.
Otros opinan que nunca ocurrirá. Para llegar al fondo del asunto viajamos a Seúl, Yakutsk
y Moscú siguiendo los pasos del mamut hacia su potencial resurrección y para conocer a
los posibles artífices de la clonación de esta especie.
En poco menos de un mes viajamos por todo el planeta y regresamos. Nos detuvimos en
lugares en los que había robots que averiguaban cómo hacías tus necesidades y otros en
los que las pieles de oso no eran sólo un artículo de moda en Bushwick, sino una
necesidad.
De Seúl viajamos a Yakutsk, en Siberia, un lugar conocido por sus gulags, el vodka y por
sus habitantes duros como el hierro. Una ciudad muy remota cerca de la cual yacen
congelados los mamuts lanudos de la Edad del Hielo. Ser canadiense no sirve de nada
para soportar las temperaturas de hasta -60 grados Celsius, donde las estatuas de
bronce de Lenin tienen barbas de hielo que no se derriten en 9 meses.
El choque cultural que íbamos a vivir llegó cuando, al subir al avión en dirección a los
páramos rusos, una cordial azafata nos preguntó (en ruso): "¿Por qué demonios quieren
ir a Yakutsk?".
Al final resultó ser un sitio maravilloso, con gente muy hospitalaria que vivía en una
jungla congelada. De hecho, me recordó mucho a Canadá. La visita a un mercado de
pescado lleno de criaturas de aspecto prehistórico, el sushi de pez lucio congelado y los
perros salvajes me ayudaron a decidirme: voy a mudarme allí.
Fuimos en busca de los mamuts, por supuesto, pero el vodka y la locura continuó cuando
supimos de la existencia de un mercado gris desde el que pequeños grupos mafiosos
envían marfil de mamut a China y otros lugares de Asia, donde lo convierten en souvenirs
para tiendas de regalos. En algunos de esos talleres de marfil, en los que se respiraba
cierto ambiente de explotación, había artistas que trabajaban de sol a sol destrozando
piezas que deberían estar en el Smithsonian.
Por otro lado, los cuerpos de mamut que encuentran los buscadores de colmillos en las
zonas más remotas de la Tierra están tan intactos que los científicos surcoreanos los
utilizan para avanzar en su empeño por clonar esta enorme bestia y devolverla a la vida.
Tuve la oportunidad de cortar un trozo de carne de lo que parecía un muslo tamaño
mamut de Los Picapiedra. ¿Por qué se suponía que estaba calificado para manipular un
espécimen de 40.000 años atrás? Pues porque estábamos en Rusia, por eso. No hagas
preguntas.
El viaje a Corea del Sur también fue increíble. Si Rusia me puso los nervios a prueba,
Corea del Sur me dejó loco. En un día vi siete terneros que eran todo el mismo ternero,
vi a un hombre meterle la mano a una vaca para inyectarle embriones de clones y vi a
Entre toda esa locura, tuve la ocasión de disparar una escopeta al lado de una autopista
rusa, me intoxiqué comiendo cerebro de cangrejo crudo, bailé en un bar museo del vodka
cerca del cual había un rinoceronte lanudo intacto que estaba pudriéndose (sí, existen)
y también presencié cómo un pequeño perro clonado recibía los cuidados de una madre
que no era del todo la suya.
En resumen, fue toda una experiencia y espero que disfuten el documental que ha salido
de todo esto. Tal como demostraban Michael y Jackson, la clonación está aquí y ha
empezado a comercializarse. Pero una cosa son los perros y otra muy distinta es clonar
un mamut. Lo que es seguro es que gracias a una cadena internacional de suministro de
partes de mamut, hay muchos científicos que van a poder seguir intentándolo.
https://motherboard.vice.com/es/article/53ymzx/la-misin-para-clonar-al-mamut-
lanudo