1949 Enero Febrero
1949 Enero Febrero
1949 Enero Febrero
MEMORIAL
DEL
EJERCITO DE CHILE
Revista bimestral
SUMARIO:
Pág.
TECNICA MILITAR.
2.—La operación de la línea Interior y las tropas aerotransportadas.
—Por el Mayor Eduardo Carrasco Vilches 13
3.—El Servicio del Trabajo,—Por el Mayor Luis Carvajal Reyes 20
4.—Educación moral del soldado para la guerra.—Por el Capitán Ser-
gio Barros Larraín 30
5.—Unidades especiales de montaña.—Por el Tte. Crl. (español) Sa-
grado Marchosa 42
6.—Ideas sobre la organización militar de una nación y sobre el mando 51
7.—Adiestramiento de Oficíales para el ejercicio de un mando com-
binado.—Por el General S. William Slim.—Gran Bretaña 60
(a la vuelta)
INFORMATIVO MILITAR,
CRONICA.
Finalizaba el año 1817, cuando una nave corsaria chilena que volvía de
capturar don 25 hombres a toda una fragata bajo las barbas de la guarnición
y los cañones de Arica, y poco más tarde a un bergantín, junto con recibir el
júbilo y el orgullo de Valparaíso, regalaba en trueque la noticia que el Virrey
los cendales de llamas y cenizas unían la tierra con el cielo, ensombreciendo los
fulgores de la nueva estrella solitaria recién colocada en el estandarte de Chile.
Siempre han maravillado los dramas majestuosos de los campos arrasados
para hacer el vacío vital a los invasores y cuantos, en historias extranjeras, han
creído que estas actitudes eran ejemplos únicos, sin saber o recordar que nues-
tro pueblo supo en horas decisivas y cruciales juntar con la sangre de los suyos
caídos en el campo de batalla el gesto de las caravanas que guardaban sus lá-
grimas y oyes, con la estoica terquedad de quienes saben que hay que dejar
atrás la noche triste para alcanzar el alba de las nuevas victorias.
Más de cincuenta mil almas, desde la cortadura verdinegra del Bío Bío,
abandonaron el terruño donde por más de dos siglos fundaron estirpes del te-
rruño. Antes de irse, campos feraces fueron talados, y sembrados con sal de
lágrimas orgullosos para dar cardos de revancha, así como en Rancagua, tres
años antes, desde la carne de los muertos subió la florescencia del penacho de
palmas de Chcabuco. Hombres y mujeres, niños y ancianos, en largas filas de
carretas y cabalgaduras, o a pie mismo, herido por el pedruzco caldeado del
verano, serpenteaban hacia el norte, mientras las rubias sementeras y los trojes,
las casonas de viga artesonada y las ranchas de colihues viejos, crepitaban sus
llamas pintando un telón de fondo cárdeno y sombrío.
La revancha de Maipo para Cancha Rayada comenzaba entonces. Y otra
vez, amasando la gloria con: penurias, y cenizas, y fuego, y sangre, y llanto sin
lágrimas. El año nuevo de 1818, daba el primer vagido, mientras un pueblo se
iba, más que con sus lates, con su sacrificio a cuestas como mochila del combate
el mañana. En Talcaruano, las baterías, de Ordóñez saludaban a las naves de
Osorio relampagueando con júbilo de pólvoras, sin embargo, la Historia busca-
ba entre los incendios del paisaje la tinta para escribir el libro del futuro, y
en la hora donde abrocha el tiempo infinito uno con otro año de los hombres,
eran los perfiles de O'Higgins y del pueblo en marcha, medallones iguales pa-
ra estampar en los altares de Chile Ubre, soberano, e indomable.
LA DIRECCION.
LA OPERACION DE LA LINEA INTERIOR Y LAS TROPAS
AEROTRANSPORTADAS
Por el Mayor EDUARDO CARRASCO VILCHES.
ne como: "Es aquella operación que ejecuta el beligerante que está en posición.
central con referencia a contrarios colocados en la circunferencia",
Se trata, en comsecuencia, de operar contra un enemigo colocado en la peri-
feria y por consiguiente, superior en número, que tiene sus fuerzas agrupadas
en diferentes zonas, en condiciones de atacar en forma convergente, con gran
superioridad conjugando el esfuerzo de todas las agrupaciones armónicamente.
Aquel adversario que está en una posición central, debe buscar la forma
de batir a los núcleos que lo rodean, separadamente impidiendo el apoyo mu-
tuo entre ellos, circunstancia que implica:
1) Buscar la superioridad relativa en uno de los frentes, para batir uno
de los núcleos adversarios primero, y
2) Mantener amarrados a los demás impidiendo un apoyo o refuerzo a
aquél donde se busca una decisión. Lograda ésta en forma favorable, poder
trasladarse con su masa a otro de los frentes y efectuar la misma operación una.
vez afianzada Ja superioridad relativa, consiguiendo así el aniquilamiento ad-
versario, numéricamente superior, por el empleo de medios más potentes, más
veloces y por un material humano capaz y audaz.
La operación en la ''Línea Interior" mirada desde el aspecto estratégico,
es aquella que se realiza en DOS o MAS frentes.
En el aspecto operativo, es impuesta por el concepto de "Situación Geo-
gráfica".
Generalmente involucra una inferioridad numérica y en consecuencia su.
planeamiento, debe basarse en hechos y antecedentes concretes, para lo cual es
necesario un estudio minucioso de los siguientes factores:
1.°—Tiempo y espacio.—Necesario para lograr la decisión en el frente ele-
gido antes que otras fuerzas puedan intervenir en refuerzos de aquellas que
fueron elegidas por el adversario que se encontraba en el centro y que ocasio-
nalmente son inferiores .
2.°—Terreno disponible.—Para asegurar el buen éxito de la operación.
3.°—Fuerzas en juego.—Con el objeto de lograr la superioridad relativa
en el punto decisivo.
4.°—Actividad permanente.—Para asegurar el éxito sobre un núcleo o fren-
te antes de volverse contra el otro.
De un breve análisis de estos factores, se puede deducir que un país que
por su mediterraneidad o por sus numerosos vecinos, se vea abosado a resolver
su problema BELICO-ORGANICO basándose en los factores geográficos que
influirán en las operaciones y en la potencialidad de sus efectivos.
Considerando esta operación en el campo estratégico, o sea pensar en una-
guerra en DIOS o MAS FRENTES, es indispensable la existencia de un OBS-
TACULO NATURAL por lo menos en uno de los frentes, para que aquel con-
tendor que se encuentra en situación central, pueda con un mínimo de efecti-
vos contener al adversario apoyándose en él mientras logra la decisión en el
otro, donde está el adversario más peligroso, el más poderoso o simplemente
donde está aquél que el Alto Mando resolvió aniquilar primero.
El espacio entre estos dos o más frentes de combate, debe ser determinado
considerando diversos factores, como ser:
a) Que traducido a tiempo, permita la realización de la maniobra planea-
da, sin que los resultados de una de ellas vayan a perjudicar a la otra.
b) Que en caso de un resultado desfavorable allí donde se había dejado el
mínimo de tropas, no vaya a influenciar de inmediato en donde se realiza la.
operación principal.
LA OPERACION DE LA LINEA INTERIOR Y LAS... 15
c) Que una vez logrado el buen éxito en el frente en que se busca la deci-
sión, pueda realizarse el transporto de tropas en un mínimo de tiempo, antes
que el adversario pueda reorganizarse y reforzar ese nuevo frente principal.
d) De estas exigencias, se observa la necesidad que existan VIAS COMU-
NICANTES de suficiente rendimiento y calidad entre los diversos frentes de
combate, con el objeto de lograr la OPORTINIDAD y la RAPIDEZ de los
desplazamientos de las fuerzas, los abastecimientos y los medios.
Si se analiza esta operación en el marco operativo, se puede comprobar
que estos factores influyen en forma mucho más drástica, puesto que el tiempo
requerido para su desarrollo es menor. De allí que un país que se encuentre
abocado al problema de la LINEA INTERIOR, deba buscar la solución de él;
en la posesión de buenas y seguras vías de comunicación y el aprovechamiento
al máximo del obstáculo geográfico.
I.—INTRODUCCIÓN
II.—EL S. T. EN BULGARIA
1.—Generalidades.
Antes de estudiar con mayores detalles la organización dada, al S. T. en
Alemania, es interesante dar una ojeada rápida a la Ley búlgara, que sirvió
de base para la implantación de este servicio en el Reich,
Bulgaria, país pobre y de escasa población, sufrió como ninguno de las
vencidos las consecuencias de la pasada guerra, en cuya situación y en marzo
de 1920, asumió el Gobierno como partido mayorista la Unión Agraria, que
muy pronto destacó la personalidad de su Jefe Stambolüsky que aceptó la. res-
ponsabilidad de reconstruir la Nación.
Con tal objeto, este político presentó al Parlamento un proyecto que dio
origen al Servicio del Trabajo Obligatorio y cuyas finalidades eran:
1.°—Crear un sistema de presentación de servicios a semejanza del Servi-
cio Militar.
2.º—Hacer progresar la educación y preparar la juventud para la vida
práctica, sometiéndola a una escuela de trabajo intenso y metódico.
3°—Organizar e intensificar la producción.
4.°—Socializar las fuentes de riquezas y el trabajo humano en el período
de su mayor rendimiento.
5.°—Conservar el sentimiento del deber social e interés por las riquezas
nacionales.
6.º—Intensificar el progreso económico y levantar el país de las ruinas
causadas por la guerra.
En virtud de esta guerra se llama al S. T. a los jóvenes búlgaros de ambos
sexos, permitiéndose la excepción sólo en casos muy calificados de enfermedad
u otra causa. remejantes a las que rigen en nuestra ley de Servicio Militar.
La duración del servicio es de 8 meses para los hombres y de 4 para las
mujeres y las infracciones son sancionadas con severas penas.
Los planes para los trabajos por realizar son elaborados por los diferentes
"Ministros y se ejecutan bajo la supervigilancia de la Dirección General del
S. T. Obligatorio.
22 MEMORIAL DEL EJERCITO.
2.—Servicio regular.
Siendo los otros de importancia secundaria, sólo nos interesa conocer con.
mayores, detalles lo referente al Servicio regular.
Este servicio reclutaba anualmente alrededor de 25.000 hombres, dirigidos.
por 2.000 funcionarios y eran distribuidos en compañías o grupos de trabajo
de 150 hombres cada uno.
Los prestatarios vivían en barracas o campamentos, eran alimentados y
vestidos por el Estado y no recibían remuneración alguna. La jornada normal
de trabajo era de 8 horas.
Cada contingente realizaba durante su temporada de servicio, aproximada-
mente 2.000.000 de jornadas de trabajo el patrocinio técnico de los diferentes
Ministerios, que tenían a su disposición determinado número de trabajadores
para las obras de su incumbencia.
El Servicio Regular femenino reunía al año unas 3.000 mujeres solamente,
gracais a las grandes franquicias que se daba para eludirlo y se dedicaban a
las labores tales como: Ocupaciones caseras, higiene social, enfermeras, costu-
ras, trabajes de oficinas y algunos trabajos agrícolas livianos.
Los gastos que la institución del S. T. significaba al Erario búlgaro co-
rrespondía a unos 100 millones de pesos chilenos anuales, por sueldos, locales,
alimentación, vestuario y otros rubros menores, que han sido financiados de
sobra con el valor de los trabajos realizados.
4.000 kms. de caminos.
400 puentes y diques.
15 ríos regulados.
30 pantanos desecados.
100 canales de desagües.
80 terraplenes, etc.
La experiencia búlgara dio, pues, los resultados esperados y otros países se-
apresuraron a aprovecharla, entre olios Alemania, donde la institución fue
también declarada obligatoria después de una larga evolución y donde se.
EL SERVICIO DEL TRABAJO 23
III.—EL S. T. EN ALEMANIA
1.—Desenvolvimiento.
Los primeros pasos del S. T. en Alemania se debieron a la iniciativa pri-
vada de instituciones políticas y sociales.
Los ensayos iniciales se realizaron en 1922 por la Sociedad Juvenil Arta-
menen que tenía entre sus finalidades la repoblación de los campos.
También participaron en estos ensayos las tropas alemanas licenciadas y
numerosas otras instituciones.
Se practicaron variadas experiencias hasta 1928 en que la idea del S. T. se
fue perdiendo con mayor precisión, creándose numerosos campamentos cuya
reclusión aumentaba paulatinamente.
Los objetos perseguidos, en sus comienzos, fueron crear un arma de lucha
para absorber la cesantía que llegaba a ios 6 millones de hombres con un triste
cortejo de trastornos financieros y daños morales, gravitando sobre los hom-
bres de toda la Nación.
En 1935 el Reich adoptó en definitiva el Servicio del Trabajo Obligatorio,
no sólo con miras a fines económicos, sino también para hacer comprender a
la juventud alemana la nueva moral del trabajo en la continuidad Nacianal-So-
cialista, interpretando el sentir del Canciller Hitler que al referirse al S. T.
lo llamó: "una de las columnas del futuro Estado" y al cual atribuye una fun-
ción intermedia, entre la tuición educativa que el Estado ejerce sobre la juven-
tud en el período escolar y la prestación del Servicio Militar.
Cuando Hitler asumió al poder, consciente de las penurias que el pueblo
alemán había soportado a raíz de la guerra, comprendió la necesidad de iniciar
su programa con dos medidas de urgente realización: terminar con la desocu-
pación y darle auge a la Agricultura, como único medio de independizarse del
extranjero en lo que respecta a la alimentación del pueblo.
Y el S. T. le iba a proporcionar una herramienta valiosa para satisfacer
estas necesidades transformando los terrenos eriales en campos de cultivo.
Pocos años después en discurso ante el Reichstag. el 20 de febrero de 1938,
el Führer dijo: "Una institución completamente nueva y genuinamente "Nacio-
nal-Socialista es el S. T.". En 1933 había en el servicio voluntario una docena
de grandes asociaciones de S. T. y 100 pequeñas. Al año y medio, paulatina-
mente se había asegurado en lo esencial con la organización del nuevo S.T.
Comprendía unos 300.000 jóvenes en dos etapas de servicio de seis meses. El
servicio femenino contaba con 25.000 jóvenes. Desde 1933 hasta 1938 habían
pasado por la Escuela del S. T. 1.850.000 hombres y 120.000 mujeres.
2.—Organización y funcionamiento.
Fue encargado de la organización del nuevo servicio al Coronel Hierl con
una Subsecretaría para el S. T. dependiente del Ministerio del Interior.
El pilan primitivo consultaba un servicio por espacio de 2 años con un to-
tal superior a un millón de hombres y un costo aproximado de mil millones de
marcos anuales.
Posteriormente se redujo el Contingente a 200.000 Hbs. y se acortó la du-
ración del servicio a 6 meses con un presupuesto anual cercano a los 100 millo-
nes de marcos. Por esta razón los resultados previstos en el primer plan para
un plazo de 10 años, no se vendrían a realizar íntegramente sino al cabo de 4
decenios.
Después de 3 años de trabajo, que inicialmente establecía, el Servicio Vo-
luntario, Hierl creyó llegado el momento de introducir el servicio en forma,
obligatoria y el 26 de junio de 1935, el Canciller dictó la ley del S. T. Obli-
gatorio, llamando a sus filas a todos los hombres y mujeres de Alemania que
estuvieren en estado de prestar este "Servicio de honor a la Nación".
En virtud de esa ley debían acudir al S. T. todos los individuos que cum-
plían 19 años de edad, durante el curso del año de llamamiento y que se encon-
traran en buen estado de salud. Al año siguiente, ese mismo contingente se
presentaba a cumplir su obligación militar.
Según el Art. 8 de la ley, se consideraban algunas franquicias de anticipo
o postergación por causas fundadas, pudiendo hacerse el servicio entre los 17 y
25 añas respectivamente.
El servicio se hacía por mitades en dos períodos de 6 meses cada uno; en
el semestre de invierno se llamaba principalmente a los individuos pertenecien-
tes a profesiones o actividades veraniegas y en el semestre de Verano se proce-
día en forma inversa.
El contingente anual masculino fluctuaba normalmente alrededor de los-
500.000 Hbs. que eran distribuidos en 1,300 Campamentos, de 152 Hbs. calda
uno, incluidos 18 funcionarios asalariados por campamentos.
Las organización del S. T., como organismo independiente estaba a cargo
de un Jefe del servicio que es su Cdte. Supremo el cual contaba con una Jefa-
tura como órgano ejecutivo y que se dividía en varias Secciones. Servicio —
Personal — Trabajo — Educación — Preparación — Administración y Eco-
nomía; Higiene — Derecho — Repuestos y Comunicaciones — Prensa y Pro-
paganda.
La institución se dividía en Distritos a cuyo frente había un Jefe de Dis-
trito de Trabajo, con un General Jefe de Trabajo. Todo General Jefe tenía a su
disposición un Coronel Jefe de Trabajo.
Del Jefe de Distrito de Trabajo dependían los grupos de S. T. los cuales
estaban constituidos por 4 a 6 Secciones, cada una de esas a las órdenes de un
Jefe de Campo.
La Sección de S. T. disponía de 4 Compañías y tenían 218 Hbs. incluyendo
los Jefes. Cada Sección tenía su propio Campamento.
3.—Gastos.
Los gastos que ocasionaba cada prestatario al Estado por día se calculaban
aproximadamente en dos marcos, incluidos el vestuario, alimentación, remune-
raciones y sueldos.
Esta cifra indica una economía de 1,5 marcos con respecto a los que en la
industria particular significaba un obrero alemán por término medio.
En los últimos años el desembolso total del Reich en su S. T. fue de más o
menos 140 millones de marcos anuales, sin incluir los gastos iniciales de insta-
lación. Y los organismos directivos calculaban que en un plazo relativamente
corto, el aumento de producción que iba a experimentar la Agricultura por
medio de los trabajos de cultivo del S. T. sobrepasaría los gastos permanentes-
de la Institución. Naturalmente que estos datos corresponden a épocas nor-
males.
EL SERVICIO DEL TRABAJO 25
4.—Objetivos.
Los objetivas del S. T. alemán se podían resumir como sigue:
a) Crear valores para la economía de la Nación especialmente en la rama
agrícola.
b) Educar a la juventud en el cuito de la colectividad y espíritu social,
señalándole el verdadero concepto del trabajo y el respeto a las labores ma-
nuales.
Este servicio buscaba la dignificación del trabajo y por boca de su princi-
pal personero, el Coronel Hierl, recalcaba esta finalidad diciendo:
"El S. T., como servicio de honor a la Nación, significa la negación del
concepto de que el trabajo sólo es un medio para ganar dinero, una mercancía
que puedo comprare. El S. T., como servicio de honor que es. significa el
abandono del prejuicio de que el trabajo manual es algo inferior y humillante;
significa la confirmación del concepto de que todo el trabajo fiel al deber, hon-
ra y ennoblece".
Y a continuación agrega: el interés colectivo prevalece sobre el individual.
Para servir la finalidad del carácter educativo, los Campamentos de tra-
bajo contaban además de las faenas mismas y del régimen de disciplina y com-
pañerismo en que se desarrollaban las labores, con una instrucción física y cí-
vica complementarias.
La instrucción física abarcaba 3 horas semanales y la educación cívica se
extendía a 6 horas y en ella se daban a los prestatarios clases sobre aquellas
materias mínimas que necesariamente debían conocer y que no han adquirido
en las escuelas, por ejemplo, enseñanza política y social, organización y finali-
dades del S. T., etc.
Esta instrucción estaba a cargo del Jefe mismo del Departamento, aseso-
rado por profesores especializados.
La obra educadora se complementaba con 2 horas diarias en que se alter-
naban distracciones culturales diversas, que incluían sesiones de música, lec-
tura conferencias, representaciones teatrales, etc. adecuadas para servir a la
vez de descanso a las faenas manuales, cuya jornada diaria era de 8 horas en
verano y de 7 en invierno.
5.—Trabajos que se ejecutaban.
En el S. T. alemán, las obras emprendidas estaban destinadas casi exclu-
sivamente a las producciones agrícolas. Así, en 1935, los Destacamentos se re-
partieron en las siguientes labores:
60% en mejoramiento de tierras.
15% en caminas.
10% en forestación.
5% en preparativos para la colonización.
10% en construcción de propios campamentos y obras
de arte.
Los trabajos agrícolas comprendían variadas labores, como ser: regadío
de vastas extensiones improductivas; desagüe de terrenos pantanosos, habilita-
ción para el cultivo de etapas y terrenos cultivables quitados al mar, reforesta-
ción de montes cuyas reservas estaban agotadas, etc.
26 MEMORIAL DEL EJERCITO.
6.—Instrucción militar.
Debido a la instrucción, que al principio era militar, le era permitido al
prestatario poder exteriorizar al público, en forma digna, esa noble institu-
ción.
Así, el público alemán aplaudía los grandes desfiles que anualmente reali-
zaba el 8. T. para conmemorar el día en que se implantó como obligatorio.
7.—EL servicio femenino.
Las labores femeninas del S. T. tenían asignadas en todas partes, activida-
des de acuerdo con la naturaleza de la mujer. Ellas necesitaban tener por pri-
mera finalidad, hacer trabajar a la prestataria en faenas que estaban en rela-
ción con su futuro de esposa y madre.
Existían dos sistemas diferentes:
a) Los hogares colectivos que reunían a cierto número de muchachas para:
practicar toda clase de labores domésticas y faenas relacionadas con la casa:
cuidado de jardines, horticultura, crianza de aves, etc.
b) Los grupos de funciones sociales, que atendían el servicio de hospitales,
maternidades, gotas de leche, colegios, familias con numerosa prole, talleres
de costura, etc.
En cuanto al régimen de vida en común, disciplina, educación cívica, ins-
trucciones teóricas, etc., este servicio se regía por normas semejantes a las ya
indicadas en el servicio masculino.
8.—Los campamentos.
Antes de terminar este capítulo, conviene dar una orientación, sobre los
Campamentos que servían de marco al desarreglo de las actividades de las lla-
madas al S. T.
Las construcciones de cada campamento se determinaba en primer lugar
por la naturaleza del trabajo que se iba a desarrollar.
El principio que regía, es que el Campamento debía encontrarse en el cen-
tro del radio de trabajo, no mayor a los 3 kms. y dando especial importancia a
las condiciones de agua y buenos caminos.
Las barracas estaban generalmente en bosques, a orillas de los ríos, en lo-
mas cubiertas de arbustos, etc. pero siempre en condiciones de disfrutar del
cuadro general de la naturaleza.
Las habitaciones estaban constituidas por barracas de madera y contaban
con numerosas salas y las piezas necesarias para los servicios más indispensa-
bles: dormitorio comedor, sala de reuniones, oficinas, enfermería, talleres, etc.
Cercanas al Campamento, pero con cierta independencia, se encontraban
las casas de Oficiales que disponían de todas las comodidades que exige la vida
moderna.
IV.—CONCLUSIONES
1.—Introducción
M. del E. 3.
34 MEMORIAL DEL EJERCITO.
Una frase digna de mención es la dicha por Davont a sus soldados ante
el numeroso ejército prusiano que tenía delante: "La victoria no la ganan
los batallones más fuertes sino los más tenaces".
8.—La educación moral del soldado
El Generalísimo Sir John Frenen ha dicho: Todo conocimiento, si ha de
tener alguna aplicación en el campo de batalla, ha de ser instintivo, por lo
tanto nuestra misión será de ver la manera mejor de proporcionar al soldado
estos conocimientos instintivas en lugar de llenar su cerebro de máximas
militares.
Los conocimientos deben adquirirse y no aprenderse, deben asimilarse por
una lenta, continua y casi imperceptible enseñanza y no de una manera brus-
ca y violenta; deben fortalecer el cerebro del soldado de igual modo que los
alimentos fortalecen su cuerpo.
Ahora, bien, para ser capaces de instruir al soldado es necesario ante todo
comprenderle, pues hoy en día no debe el capitán contentarse con mandar
las piernas y los brazos del soldado, sino que ha de dominar también su ce-
rebro. El instructor debe conocer al hombre, es decir, al elemento humano más
que a las armas; o sea al elemento mecánico, y cuanto mayor sea la perfec-
ción de las armas de fuego será también necesario que el hombre posea a su
vez no sólo una mayor destreza en el manejo de ella, sino también una moral
más elevada. Se ve por consiguiente, que no es el cuerpo del nombre sino
el cerebro el que debemos estudiar, (porque en la guerra el fin que se trata de
alcanzar es de orden psicológico, toda vez que se intente desmoralizar al ene-
migo haciéndole perder la confianza en la victoria y obligándole así a abando-
nar la lucha y declararse vencido).
Para alcanzar esta victoria moral no se dispone de otra cosa que de una su-
perior instrucción.
Como ya se ha dicho anteriormente, no tenemos que intentar hacer sol-
dados por un mismo molde, por el contrario, nuestras instrucciones deben
perseguir como objetivo el desarrollo de las cualidades individuales en su gra-
do máximo. Tampoco debemos enseñar a nuestros hombres a imitarse a
ellos mismos o a nosotros. El hombre tiene una tendencia natural a la imi-
tación, basta, por lo tanto, que ella se desarrolle por si sola.
El mejor camino para desarrollar inconscientemente el deseo de aprender
es el ejemplo personal "la mejor de todas las lecciones es el ejemplo", escribe
el capitán Constantino, y antes de intentar despertar en el alma del solda-
do los sentimientos nobles, es preciso inculcar estos sentimientos en el alma
de los Oficiales. El aforismo que dice "Tel Chef, telle troupe", es completa-
mente cierto.
Si el hombre es obstinado por naturaleza, hay que tratarlo con paciencia,
y no sacarle bruscamente de su obstinación, pues nuestro objeto, no es hacer
hombres pusilánimes, sino guerreros.
El éxito de los japoneses y la derrota de los rusos puede definirse en
dos palabras: "Preparación, Instrucción". Los japoneses previeron que la
campaña se desarrollaría en condiciones similares a las que en ellos había ins-
truido a sus tropas. Sabían éstas cuanto le era menester, llevaron a cabo todo
cnanto la guerra exigía y el resultado fue que en el campo de batalla hubo
pocas modificaciones, pocos razonamientos, poco desorden, poca pérdida de
moral y como consecuencia de ello, una ininterrumpida serie de triunfos. En
el bando opuesto, los rusos marcharon al campo de batalla con sus hombres
36 MEMORIAL DEL EJERCITO.
analfabetos y faltos del sentimiento de ofensiva, con sus jefes ignorantes, mal
instruidos, desprovistos de iniciativa, sin noción del compañerismo c inca-
paces de adoptar los principios tácticos a situaciones que nunca habían estu-
diado, la consecuencia de todo ello fue que resultaron derrotados en todas las
batallas a pesar de ser físicamente más fuertes que los japoneses, más nume-
rosos, mejor armados y mejor alimentados, ofrecieron una presa fácil a un
pequeño imperio de hombre viriles, por su falta de instrucción y de prepara-
ción para la guerra y por su falta de moral, consecuencia de armas.
''Solamente por procedimientos sencillos se obtienen resultados seguros en
la guerra" dice Napoleón. Por lo tanto, hay que inculcar esta idea de senci-
llez desde los primeros momentos.
Cuanto más secilla sea la enseñanza más fácil será sugestionar y repetir,
con mayor rapidez, se asimilarán las ideas y más fácil será su recordación.
Un acto sencillo produce en e! cerebro una imagen; un acto, complicado
engendra una perspectiva cuyos detalles se irán debilitando y llegarán a olvi-
darse por completo o serán reproducidos de una manera incompleta.
Así, pues, para conseguir que el cuerpo de un hombre aprenda rápidamen-
te, debe enseñársele en forma tal que consigna distraerle e interesarle; única
manera de que su actuación se halle fija y concentrada en su instructor.
9.—Doctrina de guerra
buena, pues rara vez los soldados se quejan, es preciso que vea por sí mismo
que todo está bien; y cuando considere que no es así, tome las medidas opor-
tunas.
Es necesario que cuando considere algunas faltas tome algunas medidas.
Al principio ésto talvez produzca disgustos en los que sean cogidos en estas
faltas, pero después de observar su interés porque sus hombres no carezcan
de lo que en justicia deben recirbir, pronto se cambiará ese sentimiento por
otro de respeto.
La visita a los individuos que se encuentran en el hospital es un deber
que un capitán de compañía no debe nunca desdeñar. Es esta visita una prue-
ba de amistad que despierta el agradecimiento del soldado.
Además del trato con sus hombres, el capitán de una Compañía debe
tratar leal y honradamente con sus oficialas, subalternes, dé a éstos sus ór-
denes y aún en el caso que dicho subalterno no las ejecuten correctamente,
no debe nunca reprenderlos en público, ya que hacerlo así da lugar a una
pérdida de moral no solamente de sus oficiales, sino suya propia.
El oficial subalterno no está en una compañía para aliviarle los servicios
molestos y fastidiosos al capitán ni tampoco para hacer el papel de acompa-
ñante del capitán, ya que ninguno de estos sistemas permiten el desarrollo
de las características que el mando exige. El capitán tiene dos procedimientos
para gubdividir el trabajo entre ellas:
a) Puede dar a cada uno la instrucción de una Sección, y
b) Puede repartir la administración de la Unidad entre sus Oficiales.
El prestigio es la cualidad más importante de todas que debe poseer un
oficial. Este prestigio puede ser natural o adquirido.
Como ejemplo de prestigio natural tenemos a todos los grandes capita-
nes de la historia.
El medio de adquirir el prestigio es el trabajo constante y metódico; el
prestigio es la base de la disciplina "porque no es posible conducir a los
hombres por la fuerza ni por el miedo y sí solamente, por el prestigio que se
posea''.
"La facultad de mandar no es una ciencia sino un arte basado princi-
palmente en el prestigio, el que a su vez tiene por base todas las virtudes del
soldado, tan importante es esta cualidad del prestigio que casi puede decirse
que representa ella sola la moral del oficial".
Un ejército dotado de un gran prestigio rara vez conocerá la derrota y
jamás se entregará; podrá acaso ser vencido, pero para ello será antes forzoso
aniquilarle en cuyo caso su conquista se convierte en una derrota moral para
el vencedor.
Nuestra historia nacional nos muestra dos ejemplos de la bravura de los
chilenos: Combate Naval de Iquique y Batalla de la Concepción, en que un
grupo de soldados prefieren morir antes de rendirse. El prestigio que habían
adquirido los había hecho invencibles.
El prestigio además de su resplandor externo, lleva en sí una especie de
fuerza eléctrica que estando libre obra con una rapidez asombrosa.
El prestigio individual no admite coportícipes, pues la comunidad del
mando restringe la actuación individual y hace desaparecer el prestigio, el
cual se manifiesta principalmente en lo que podemos llamar el arte de mandar,
es decir, el arte de hacerse obedecer no por mera rutina sino más bien por
el dominio de la voluntad.
Una orden debe darse con autoridad, porque no es el hombre el que la
da. sino el oficial; en ello no interviene para nada el sentimiento, sino, la
comprensión solamente.
EDUCACIÓN MORAL DEL SOLDADO EN LA GUERRA 39
LA MISIÓN
La cobertura, no cabe ya hoy con-
cebirla ni plantearle en un riesgo de
fuerzas de cordón —-con algunos nu-
dos a trechos—, a lo largo de una lí-
nea fronteriza; ello viene a ser fun-
ción aduanera. La cobertura ha de ser
realizada por la agrupación y escalo-
namiento en profundidad de las Uni-
dades Especiales de Alta Montaña,
siempre con fines a la maniobra, en
este caso concreto maniobra defensi-
va, que ha de permitir la concentra-
ción de las Grandes Unidades y su
maniobra ofensiva:
Una cobertura simple buscando
efecto retardatriz de momento, con el
pensamiento puesto en un propósito
de resistencia en posiciones interiores
retrasadas, preparadas de antemano,
por muy potentemente que estén or-
ganizados, al facilitar la llegada del
enemigo frente a ellas da, por el me-
ro hecho de la ocupación de "una parte
del suelo patrio, un primer éxito al
invasor, un acrecentamiento de su mo-
ral, inversamente conjugada con la ex-
altación de la moral propia. Tal éxito
puede ser explotado con celeridad, de
modo que impida aquel propósito de
resistencia, lo desvirtúe o lo malogre llevando la desorganización a las Unidades
de Cobertura con graves contratiempos iniciales para el Mando Supremo que
puede verse obligado a tener que aceptar una batalla de posición, con graves re-
percusiones en los planes de campaña.
Además, la fácil cesión de una tal zona de terreno nacional, aunque prác-
ticamente resulte zona azul, tierra de nadie; aunque pobre en sí por lo inhos-
pitalara y abrupta, con el Arma moderna de la Gran Propaganda sería explo-
tada en beneficio contrario y proselitismo mundial, de modo ruidoso.
La cobertura ha de utilizar la maniobra defensiva, con oposición resuelta
y tenaz a los intentos de penetración enemiga, apoyándose para ello en la for-
tificación, al propio tiempo, reglando su conducta de modo que se caracterice
por la constancia de acciones parciales, sin disyunción en el tiempo, a modo de
golpes sobre el muro o tabique contrario, continuados, a ser posible, en varios
puntos simultáneamente, para apreciar sus vanos, y de este modo simplificar
la acción de las Grandes Unidades que lleven a cabo la maniobra ofensiva.
UNIDADES ESPECIALES DE MONTAÑA 43
Antes de tratar esta materia, diré unas palabras sobre los factores funda-
mentales que constituyen la potencia de una nación. Si un país no es fuerte por
Si mismo, se deduce que su ejército no puede ser poderoso. Pero la potencia
de un país en tiempo de paz no debe valorizarse por la importancia de los ejér-
citos que mantiene en actividad. Creo que no puede encontrarse un ejemplo
mejor que el de Estados Unidos de América, cuyo ejército en 1939 era insig-
nificante, pero cuyo esfuerzo de guerra ha sido prodigioso.
Me parece que si se comprende bien este punto, es sencillo todo el resto.
En mi última permanencia en París, en agosto de 1947, subrayé en un
discurso, que había cinco puntos esenciales en la creación de una nación real-
mente poderosa. Creo que ese discurso profusamente difundido por la prensa
y que algunos de "Uds. señores, pueden haberlo leído. Pero considero que es
capital la importancia de esos cinco puntos, y quiero arriesgar mi reputación
rogándoles disculparme por enunciarlos nuevamente.
Deseo decirles que las cinco condiciones llaves de la potencia de un país,
son las siguientes:
1) Carácter nacional fuerte y sano.
2) Potencial industrial juiciosamente repartido en el territorio.
3) Organización perfecta de las investigaciones científicas.
4) Ejército activo limitado, apoyado por el contingente y por reservas
sometidas a períodos regulares de entrenamiento, pudiendo ser movilizado el
conjunto con el máximun de rapidez.
5) Estado de preparación.
Estimo que la verdadera fuerza de un país reside en su mismo pueblo, en
su virilidad, en su capacidad de trabajo, en su espíritu patriótico.
Los buenos jefes son, sin embargo, necesarios. Lo mismo que Dios, gobier-
na el cielo, el hombre debe gobernar en la tierra; si no. lo hace, la vida se
transforma en un caos y el navio parte a la deriva y va a destrozarse contra
las rocas. Volveré más adelante a tratar el problema del comando.
Toda nación que observe estos principios, puede estar casi segura de no
cometer errores esenciales.
LA DEFENSA EN LA GUERRA MODERNA
—Necesidad, en tiempo de paz, de repartir los recursos del país entre las
necesidades de la producción económica y las de los ejercites, a fin de poder
convertir, si fuera necesario, toda la economía nacional para asegurar la exis-
tencia del país. Los ejércitos deben ser importantes y convenientemente equi-
pados en armas y en municiones.
—Necesidad de mantener hombres bajo ias armas, o en formaciones de
reserva, para formar un fondo de expansión, alrededor del cual todos los efec-
tivos de combate del país puedan ser reunidos rápidamente.
—Necesidad de cobertura contra todo ataque de sorpresa.
—Necesidad de una perfecta organización para la defensa civil.
—Necesidad, en tiempo de paz, de un sistema eficaz de comando y de
control de la, máquina de guerra, que permita desarrollarla al máximun de sus
posibilidades, sin resgios de perturbaciones en caso de transformaciones de este
sistema ante la amenaza de un conflicto.
GUERRA DE "APRIETA BOTON" (GUERRA DE LAS "MANETTES")
Tomaré en detalle las cuestiones indicadas anteriormente, más adelante.
Pero antes querría ponerlos en guardia contra las aserciones de ciertas per-
sonas incompetentes, comprendiendo entre ellas a ciertos sabios, que propen-
den que otra guerra se liará apoyándose en "palancas", en tanto que, el ejér-
cito no tendría ningún rol en las operaciones modernas. Ninguna doctrina pue-
de ser más falsa ni más peligrosa. No hay que olvidar que los sabios jamás han
construido hasta ahora armas nuevas, ni realizado una obra que pueda justi-
ficar la exclusión de la técnica, moderna de las operaciones militares en tierra.
Como en el pasado, es preciso que estenios preparanos para los combates
en tierra. Toda declaración tendiente a afirmar que una nación enemiga podría
capitular debido sólo a ataque aéreos, no ha podido ser probada perentoria-
mente por la experiencia del pasado es, por consecuencia, muy peligrosa y no
puede ser aceptada.
Los principios fundamentales de la guerra no cambian, pero son, sin em-
bargo influenciados, de generación en generación, por los armamentos más
poderosos y con una creciente movilidad, con todo lo que eso implica. Creo
firmemente en la doctrina que dice que la batalla decide todo: ser victorioso
en el combate contribuye a ganar toda la partida.
Actualmente el elemento esencial de la fuerza armada que puede mante-
ner una posición defensiva, apoderarse de una posición importante y mante-
nerse allí contra toda ofensiva, ejercer el control directo sobre un pueblo
enemigo —tres fines fundamentales del esfuerzo militar— está representado,
como lo ha sido siempre — por el soldado de infantería. Ni el avión ni la bom-
ba atómica pueden eliminar la necesidad del infante, como no lo hizo en el
pasado la invención de la pólvora ni ninguna otra cosa.
El soldado del ejército de tierra, que puede utilizar los medios de trans-
portes navales o aéreos para alcanzar su sector de combate y que puede en-
tonces vivir, combatir y mantenerse durante semanas y mesen, en todos los
tiempos, representa en nuestra época, más que nunca, la llave del esfuerzo
militar. Sin embargo, cada soldado debe comprender que en la hora presente,
sólo constituye un miembro del equipo.
No pueden considerarse las operaciones de tierra sin tomar en cuenta la
situación aérea en general. La superiaridad aérea es una condición indispen-
sable para secundar y acompañar toda operación eficaz de tierra, y para obte-
ner el éxito final de esa operación. Esto se aplica muy especialmente a las
IDEAS SOBRE LA ORGANIZACIÓN MILITAR... 53
DEFENSA CIVIL
Querría ahora desiros algunas palabras sobre la Defensa Civil, que ha
desempeñado un gran rol en la segunda guerra mundial y que, en una guerra
futura, sería de importancia vital. El rodaje del Gobierno y de la vida econó-
mica de un país dependerán de las medidas eficaces de defensa civil. Toda na-
ción que no tome en cuento, esto, se verá llevada a la desorganización más com-
pleta de su vida, con la pérdida de todo control y sumergida en el caes que
inevitablemente se produciría enseguida.
Además, en una guerra futura, la población no combatiente estará, sin
lugar a dudas, sometida a privaciones y sufrimientos mucho mayores que loa
experimentados hasta entonces. La tensión de espíritu de toda la nación —lo
que tambien quiere decir la voluntad de batirse— será considerable.
La responsabilidad frente a cada soldado es, evidentemente, de una impor-
tancia capital; es por eso que es natural y justo que nosotros, soldados, ten-
gamos interés en ella, por más que no seamos directamente responsables.
Debemos, sin embargo, comprender la relación estrecha que existe entre-
la defensa civil y las unidades combatientes, y debemos estar listos para des-
empeñar nuestra parte, ayudando al primer llamado de las autoridades civiles.
En Gran Bretaña, instruimos todos nuestros soldados en La materia de de-
fensa civil, y, aún más, he ordenado que ciertas formaciones deban estar listas,
lo mismo que reservas móviles, para ayudar a las autoridades de la defensa ci-
vil, o cuando sean llamadas.
En fin, para hacer un estudio práctico muy profundo de la defensa civil,
he decidido hacerla el objeto de los próximos grandes ejercicios que cada año
organizo en Camberley para los Generales del Ejército británico.
Creo haberos hablado Jo suficiente sobre este tema para convenceros de
la importancia que le doy. Agregaré, simplemente, que los hombres que salen
del Ejército Territorial, al que he aludido anteriormente, formarán, para la-
nación un núcleo sólido de hombres entrenados y disciplinados, cuyo valor
y coraje tendrán una influencia benéfica sobre la población civil, en período
de peligro y angustia.
ALGUNAS REFLEXIONES SOBRE EL MANDO
En fin debo subrayar que la prueba suprema de todo oficial que aspira
el Alto Comando es el don que tenga de desprender inmediatamente los pun-
tos esenciales de un problema militar, de tomar decisiones rápidas, de exponer
claramente sus proyectos a todos los interesados, lo mismo que la manera que
él cree conveniente ejecutarlos, y de asegurarse, en fin, que sus subordinados
ejecuten sus órdenes con inteligencia.
Por sobre todo, no debe considerar los detalles inútiles, concentrándose so-
bre los factores esenciales y sobre los únicos detalles indispensables para la-
ejecución de su plan.
Los detalles son del dominio del Estado Mayor y un verdadero jefe debe
saber eliminar los innecesarios; él se confía en sus colaboradores para efectuar-
la coordinación necesaria y para darles confianza.
El deber de un jefe es tomar decisiones rápidas, determinar los puntos-
esenciales, dar órdenes claras y precisas y en fin, transmitir el "impulso" ne-
cesario a la ejecución de esas órdenes.
EL FACTOR HUMANO
La experiencia de la vida me ha probado que lo principal es realmente el
factor humano. Durante la guerra me di cuenta que tenía bajo mis órdenes
una masa humana considerable; en ciertos momentos dos millones de hombres.
El hombre es un ser moral: tiene necesidad, para su equilibrio físico y
moral, de una creencia y de un fin que puedan reconfortarle el corazón y es-
timular, su imaginación.
Es preciso en consecuencia que Uds. estudien los hombres que están bajo
sus órdenes, para sacar de ellos el mejor partido. Si Uds, pueden ganar su con-
fianza y su fe, ejecutaran vuestras órdenes y os darán, en toda ocasión, lo
mejor de ellos mismos. Es necesario hacerles comprender que Uds. salvaguar-
diarán los intereses de ellos.
Es preciso que se establezca entre Uds. y ellos una confianza recíprocas
no en un sólo sentido.
Al estudiar este problema, hay que admitir que todos los hombres son
diferentes, y que estas diferencias pueden dividirse en varias grandes cate-
gorías.
Tuve de ello una experiencia particular durante la segunda guerra mun-
dial, desde el día, en agosto de 1942, en que tomé el mando del 8.° Ejército
en el desierto hasta el último día de la guerra, cuando acepté la capitulación
de los ejércitos alemanes en el oeste, en Lunebourg en mayo de 1945.
En diversas ocasiones he tenido el honor de tener bajo mis órdenes unida-
des combatientes de varias naciones comprendiendo en ellas los valientes sol-
dados de Francia. Aprendí que los soldados de cada nación tenían caracterís-
ticas diferentes y que aún los que venían de diferentes regiones de un mismo
país, eran bien distintos en sus características de combate.
Ciertas unidades son mejores en tal género de combate, otras en tal otro.
Estudiando de cerca las diferentes características de cada categoría, po-
drán Uds. utilizar entonces las unidades mas aptas para un género de combate
bien definido, poniendo así de vuestro lado las mejores probabilidades de éxito.
Si un General piensa que todos los hombres son semejantes, no ganará sus
batallas.
IDEAS SOBRE LA ORGANIZACIÓN MILITAR... 59
Durante la guerra extendí mi estudio del factor humano más allá de nues-
tras primeras líneas y hasta el enemigo mismo.
Siempre tenía en mi equipaje una fotografía del adversario del momento;
reunía, todas las reseñas posibles sobre él, y yo estudiaba, su fotografía; trata-
ba de analizar el género de hombre que él era y de adivinar como reaccionaría
a mis movimientos. Esto tiene importancia puesto que, en tiempo de guerra,
un jefe debe tratar de conservar siempre la iniciativa sobre su adversario.
En este equipaje tenía muchas fotografías: Rommel, von Runsdtedt, Mo-
del, etc., etc.
Analizaba igualmente las características del soldado alemán,análisis que
daba a conocer a mis hombres a fin de que ellos se dieran cuenta de sus cua-
lidades principales y supieran cómo combatirlos en la mejor forma y vencerlos.
Y para terminar, estimo que en tiempo de guerra, un General dele hacer
de sus soldados sus compañeros en la batalla. Cada hombre debe saber lo que
va a hacerse, cómo se hará, y dónde se hará. El debe conocer su propio rol en
el combate, y debe comprender hasta qué punto un éxito o un desfallecimien-
to de su parte puede influenciar todo el plan de batalla. En la última guerra,
siempre obré siguiendo ese principio, y los soldados no dejaron nunca, ni una
sola vez, de resistir.
Fueron ellos mis compañeros en la lucha. Esto les reconfortaba el cora-
zón y estimulaba su imaginación, sentían que "formaban parte de la familia".
Traducido por el E. M. G. E, de la revista
"Informations Militaires" — Francia.
60 MEMORIAL DEL EJERCITO.
Voluntad y discernimiento
Mentalidad flexible
Un hombre dotado de las dos cualidades precedentes será un comandante
eficiente pero para estar capacitado para un alto mando, necesita un tercer
atributo. No sólo las tácticas y técnicas cambian continua y rápidamente en
la guerra moderna, sino igualmente puede cambiar el ambiente donde se em-
plean. el jefe debe estar preparado para adaptarse inmediatamente y acomo-
dar sus planes a estas continuas y algunas veces imprevistas situaciones en
todos ios escalonas de mando. Además, en estos días de progresos científicos,
más que nunca, se dará paso a sugestiones sobre nuevas armas y métodos Ideas
revolucionarias serán frecuentemente abogadas por expertos, hombres de vas-
tos conocimientos, pero generalmente sobre un número limitado do campos
técnicos, quienes1 las recomendarán con un ahinco, una fe y una persuasión
igualada únicamente por la vehemencia con que otros expertos la refutan. EL
comandante debe aceptar nuevas ideas, valuar rápidamente su probable apli-
cación a sus problemas y distinguir, al mismo tiempo, las prácticas y las de
valor de las fantásticas. Debe poseer imaginación, pero una imaginación guiada
por el juicio. Creemos que es posible describir con. mayor precisión este rasgo
de carácter si decimos que debe poseer una mentalidad flexible. Aquí surge
un conflicto que ha sido la ruina de muchos comandantes: la retención del
balance entre la fuerza de voluntad y una mentalidad flexible. Esto no es
fácil de mantener y, a menos que ambas cualidades se hallen arraigadas en
el carácter del individuo, una de ellas ejercerá un predominio peligroso. Un
comandante eficiente no permitirá que esta fuerza de voluntad degenere en
obstinación o que la flexibilidad degenere en vacilación.
Carácter
Si el comandante potencial posee fuerza de voluntad y clarividencia será-
probablemente un comandante eficiente, aunque de ciertas limitaciones. 'Sí,
además, está dotado de una mentalidad flexible será indudablemente un co-
mandante idóneo y de reconocido mérito; no obstante, si este ha de asumir el
mando de escalones superiores, debe ser algo más que un comandante excelen-
te en el campo de batalla, debe ser un superhombre. Esto significa que todas
sus cualidades de voluntad, discernimiento y flexibilidad mental deben fun-
damentarse en probidad de carácter. Debe poseer una integridad sólida y sen-
cilla donde resplandezca la fortaleza moral y un prestigio a. la altura de su
cargo, lo que a la larga no le infundirá el temor de perder su ministerio. No
debe dejarse seducir por la popularidad y el aplauso; será más importante
que ésto, y más sencillo.
Creemos, igualmente, que el comandante debe ser íntegro en su vida pri-
vada sino será seguido por sus subalternos mientras tenga éxito, pero nunca
será confiado ciegamente. Es conveniente que se asuma esta actitud, pues las
cualidades morales son las únicas que perduran llegado el momento supremo.
Cuando el comandante posee estas cualidades innatas, aquellos a su alrededor
se identifican con ellas y se sienten seguros.
Hemos enunciado una, lista formidable de las cualidades básicas que un
jefe superior debe poseer: fuerza le voluntad, clarividencia, mentalidad fle-
xible e integridad de carácter. Indudablemente el lector habrá notado que la
enseñanza de estas cualidades constituye una tarea difícil. De hecho, hay cier-
tas dudas sobre si puedan enseñarse, pero sin duda alguna, mientras más se
retarde su inculcación más difícil se hará adquirirlas. Creemos que estas cua-
MEMORIAL DRL EJERCITO.
lidades son infundadas durante la niñez, si es que lo son, por los padres, la
influencia del hogar, la instrucción y la religión. Más tarde, durante la ado-
lescencia y virilidad, éstas pueden ser desarrolladas en el individuo si se le
ofrece la oportunidad, pero no podrá germinar lo que no se ha sembrado.
Selección
Adiestramiento
Si hemos de tener en el futuro un grupo selecto de donde escoger los je-
fes superiores, debemos darle gran importancia a los primeros año,» de servicio
del joven oficial. Frecuentemente, en el pasado, los anos de paz le han ener-
vado, en vez de perfecionarle, sus cualidades; no se le han asignado suficien-
tes deberes para mantenerlo ocupado e interesado ni se le ha ofrecido la opor-
tunidad para ejercer su buen juicio y don de mando. Si, tras diez años conse-
cutivos de servicio activo en varios batallones durante tiempos de paz, un
oficial joven se hallaba capacitado para ejercer otras funciones además de las
del mado de una pequeña unidad, se le consideraba un individuo excepcional.
La Armada y el Ejército Hindú nos aventajaban en esto, pues les asignaban
a sus oficiales responsabilidades en fecha temprana y derivaban mayores be-
neficios, ya que el ejercicio constante es el medio más efectivo de desarrollar
cualidades potenciales de mando.
Hay otro aspecto en la preparación pura altos mandos que debe recibir
mayor atención durante este período que la que hoy se le ofrece: experiencia
en administración. Debido a que el grueso de nuestras fuerzas ha sido reti-
rado de posiciones en ultramar, la mayoría de nuestros oficíales jóvenes, ser-
virán sus primeros años en Inglaterra o en Alemania, donde apenas si ten-
drán que ver con el trabajo administrativo. No sólo dejarán de recibir una
práctica adecuada en asuntos sobre abastecimientos, transporte y dirección de
personal, sino que se forjarán la idea de que estas son misiones ejecutadas por
oficiales especialmente cualificados. Siempre hemos creído que es una lástima
que en el Ejército británico el Servicio de Intendencia sea administrado por
oficiales profesionales de intendencia. Nos parece que un sistema bajo el cual
las oficiales subalternos de regimientos fuesen asignados por cierto "tiempo a
misiones de intendencia en su unidad traería mejores resultados. Sería de
mayor provecho para un jefe de alta jerarquía el haber servido como oficial
de intendencia que como ayudante. Un jefe de escalones superiores debe poseer-
vastos conocimientos sobre administración y es conveniente que reciba desde
temprano una instrucción sobre esta materia. La ampliación de les conocimien-
tos sobre el hombre —y no sobre el individuo en uniforme únicamente— es tan
importante para el comandante potencial como la adquisición de experiencia
administrativa. Creo que los Servicios se beneficiarían muy en mucho, si in-
citasen a sus oficiales subalternos a. que, durante sus primeros cinco o seis
años de servicio, solicitasen licencia por un año y la dedicasen a labores ma-
nuales en la industria: en minas, fábricas de acero, compañías ferroviarias o
granjas agrícolas. Un comandante debe mantenerse en continuo contacto con
sus hombres y si va a comandar grandes ejércitos, armadas o fuerza aérea du-
rante una guerra, debe comprender instintivamente los obreros civiles que for-
marán el grueso de sus fuerzas. Este instinto se agudiza si el oficial, durante
su juventud, ha trabajado como uno de ellos.
hombres y obtener equipo, será aún más difícil, será imposible, producir coman-
dantes y oficiales de EM idóneos en el reducido tiempo con que probablemente
contaremos. Por lo tanto, es imprescindible que estos jefes estén listos desde
el comienzo.
Estas escuelas, especialmente la de EM Conjunto y la Imperial de De-
fensa, son, en realidad, las únicas instituciones que proveen un adiestramien-
to teórico en alto mando. Mientras más se merme el número de oficiales de los
Servicios militares y civiles que tuvieron la oportunidad de estudiar el fun-
cionamiento de un alto mando y de asumir ministerios subordinados en su or-
ganización, mayor importancia sobran estas instituciones. A medida que la
ciencia extiende sus horizontes, que se altera el balance del poder de las nacio-
nes, que emergen frescos potenciales industriales y que aparece en el mundo
el criterio de las guerras religiosas del pasado, aumenta más la necesidad vi-
tal de un adiestramiento para los individuos —civiles y militares— que con-
frontarán y estas fuerzas. Oportunamente durante su carrera, y an-
tes de que se les asignen mayores responsabilidades, es de gran importancia
que estos oficiales seleccionados reciban una oportunidad, libre de la presión
de las labores cotidianas, para estudiar tranquilamente los aspectos más im-
portantes de una guerra total moderna.
Alto Mando
'Después de su graduación de la Escuela Imperial de Defensa, los oficia-
les de los servicios militares deben, a su debido tiempo, recibir sus primeros
nombramientos de general o su equivalente en los tres Servicios. De ahí en
adelante, no se hará difícil seleccionar aquellos que ascenderán al próximo
escalón ni segregar los que muestran cualidades de jefes superiores de aquellos
-cuya habilidad y carácter los capacitan mejor para posiciones de
En resumen, el mejor adiestramiento que cualquier comandante puede
recibir, especialmente para asumir un alto mando, es el ejercicio de] mismo.
Durante su carrera debemos asignarle a nuestros comandantes potenciales to-
das las responsabilidades posibles del tipo que le serán asignadas durante una
guerra. Esta es una de las razones por las cuales nos agradaría que durante
tiempos de paz se retuviesen ciertas comandancias bajo el control de Jefes
Supremos que tengan control operativo sobre los tres Servicios. Los Jefes Su-
premos son necesarios durante una guerra; indudablemente, son esenciales si
luchamos en cooperación con naciones aliadas. A menos que estos cargos sean
retenidos durante tiempos de paz no sólo denotaremos una escasez de oficiales
con experiencias en los deberes especiales de un Jefe 'Supremo, sino que inci-
taremos la confusión al cambiar organilaciones y comandante después que la
guerra haya comenzado.
A pesar de nuestros inauditos esfuerzos por garantizar la debida selec-
ción, adiestramiento y experiencia durante tiempos de paz, existe un factor
incalculable: la guerra. Las crueles pruebas impuestas por el combate fre-
cuentemente impugnan las selecciones de tiempos de paz y a veces hacen des-
collar a un hombre que, sin ese estímulo, hubiese permanecido en un cargo
subordinado. liemos presenciado numerosos ejemplos: el brillante exponente
de estrategia durante tiempos de paz que fracasó debido a ciertas debilidad
de carácter expuesta durante el conflicto; el individuo corriente en el que el
combate actuó corno un tónico y varió radicalmente su personalidad. Debemos
M. del E. 5.
66 MEMORIAL DEL EJERCITO.
estar listos para descubrir y valemos de este individuo cuando surja durante
un conflicto, pero nuestra misión actual, en tiempos de paz, es descubrir y
adiestrar los jefes superiores potenciales que dirigirán nuestros ejércitos du-
rante los comienzos de una guerra.
Esta no es una misión imposible de realizar. Si sabemos qué cualidades son
esenciales en un jefe superior es posible producirlos. Poseemos el material, la
tradición y los conocimientos acumulados. Podemos, si insistimos en un alto
nivel de habilidad y carácter entre los oficiales, ampliar nuestro campo inicial
de selección. Podemos, durante los primeros años de sus carreras, seleccionar
los comandantes potenciales. Entonces, en determinadas ocasiones, podríamos
asignar estos oficiales seleccionados a misiones y escuelas que les ofrezcan ex-
periencias y oportunidades para evolucionar sus cualidades de mando. A in-
tervalos puede ofrecérseles alternativamente períodos de adiestramiento y de
estudios teóricos. Debemos recordar que, si existen, es posible desarrollar las
cualidades esenciales para el alto mando: el discernimiento, mediante la apli-
cación de las experiencias obtenidas, la determinación, valiéndose de la res-
ponsabilidad inherente al cargo y la flexibilidad, mediante la variedad de los
ministerio. ejercidos. En estos días, tocios debemos producir, y nuestra nación
no puede lograr nada de más valor que sus futuros dirigentes.
Tomado de la "Military Reviev" quien a su vez extra-
jo y condensó de "The Journal of the Royal United
Service Institution".
EL GRUPO DE EJERCITO BRITÁNICO EN LA... 67
batidas y mantenidas allí, utilizando para este objeto los ejércitos brítá-
nicos y canadienses. Comprometidas dichas reservas enemigas sobre el flan-
co este, mi plan era irrumpir sobre el flanco oeste, utilizando para esta
tarea las fuerzas americanas bajo el mando del General Bradley y girar sobre
Caen; este ataque debía ser continuado más hacia el sur, hacia el Loire, y en-
tonces continuado hacia el este en un ancho avance hacia el Sena, sobre Pa-
rís. Esto cortaría a todas las fuerzas 1 enemigas al sur del Sena, en cuyo río
acciones aéreas destruirían los puentes . El plan general fue entregado por mí
a los oficiales generales de la.s fuerzas combatientes en Londres en marzo de
1944, es decir, tres meses antes del día " D " . Las operaciones se desarrollaron
en junio, julio y agosto exactamente como estaban planeadas. Yo había dado
el día " D " más 90 para ser alcanzado un objetivo sobre el Sena; en realidad
el primer cruce del río fue realizado el día " D " más 75.
Elegimos las playas de Normandía porque ofrecían un mejor abrigo para
fondear y estaban menos defendida.s que otras playas factibles de ser aprove-
chadas a lo largo de la costa del Canal. Aquellas satisfacían los requerimientos
mínimos de las Fuerzas Aéreas para proporcionar la protección aérea en ra-
zón de la distancia a que se encontraban de las bases del país. La Carencia
de puertos mayores fue salvada por el esfuerzo de ingeniería, construyendo
dos puertos artificiales en el Reino Unido, que fueron remolcados a través-
del Canal en secciones y colocados uno en el sector de los norteamericanos y
otro en el sector británico. A pesar de los perjuicios considerables sufridos
durante el temporal del mes de junio anterior, el puerto de Arromanches re-
sultó muy eficaz.
Las operaciones de invasión, puede decirse que empezaron con la acción
de las fuerzas aéreas. La primera fase fue el éxito en la batalla aérea, un pre-
liminar esencial para todas las operaciones ofensivas de mayor envergadura.
A medida que el día " D " se aporcaba, fueron lanzados ataques contra la de-
fensa de costa a lo largo de la Muralla del Atlántico. Mientras tanto, la pro-
teción contra el recenocimiento enemigo durante el período de concentra-
ción de las fuerzas de invasión fue muy eficaz y contribuyo al logro de la sor-
presa táctica. Las operaciones navales contra las fuerzas sutiles enemigas fue-
ron intensificadas a medida que el gran día se acercaba.
EL ASALTO
Mi plan de asalto, como había sido aprobado por el supremo comandante,
estipulaba desembarcos simultaneos brigadas equivalentes, de las cua-
les tres eran británicas, dos canadienses y tres eran agrupaciones especiales
norteamericanas. Junto a las brigadas de asalto tomaron parte dos batallones
de Rangers norteamericanos y parte de dos brigadas de Comando británicas.
Los americanos asaltaron sobre el flaneo derecho, ya que ellos posteriormente
precisarían la llegada directa de personal y aprovisionamiento desde el Atlán-
tico. Las fuerzas aerotransportadas fueron empeñadas en ambos flancos. Por
la derecha la 8.ª y 101.ª División aérea norteamericana se dejó caer en la base
de la península de Cotentin para cooperar a la captura de las playas y aislar
a Cherburgo. La 6.a División aerotransportada británica recibió la tarea de
segurar y estar en posesión de los pasos del canal de Caen y operar en nues-
tro extremo izquierdo.
La primera tarca de las fuerzas del General Bradley fue cortar la pe-
nínsula de Cotentin y apoderarse de Cherburgo. En seguida, las operaciones
continuarían hacia el sur. Las fuerzas británicas, bajo el mando del General
EL GRUPO DE EJERCITO BRITÁNICO EN LA... 69
LA BATALLA DE NORMANDIA
EL asalto a las playas de Normandía empezó el 6 de junio de, 1944. Las
fuerzas aerotransportadas cayeron primero; en seguida, una poderosa flota
de barcos y embarcaciones precedidas por un tremendo bombardeo aéreo; las
LA BATALLA DE NORMANDIA
70 MEMORIAL DEL EJERCITO.
después otra columna fué dirigida al sur-este hacia la zona de Belfort, para
unirse al séptimo ejército norteamericano que se aproximaba desde Marsella.
El I. Ejército norteamericano avanzó sobre el Aisne, con su flanco dere-
cho dirigido al Ducado de Luxemburgo y su flanco izquierdo al eje general
Mons-Lieja.
AUSTRIA
des zonas de la isla. El uso intensivo de medies anfibios hizo posible a nues-
tras tropas operar en los terrenos inundados. Las embarcaciones navales tu-
vieron una lucida actuación, a pesar de las crecidas bajas que causó la arti-
llería de costa y la mar gruesa.
PREPARATIVOS PARA LA BATALLA POR LA REGIÓN DEL RHIN
A medida que las operaciones de Amberes progresaban, yo estaba preo-
cupado considerando el reagrupamiento para la próxima gran batalla que pre-
cedería a la captura del Ruhr. Había tenido la esperanza de lanzar la ofensiva
en otoño para limpiar la zona entre el Mosa y el Rhin, pero era necesario des-
pejar primeramente las enormes fuerzas enemigas que quedaban al oeste del
Mosa, particularmente en la zona de Venlo. No éramos lo suficientemente fuer-
tes para hacer esto y al mismo tiempo emprender un fuerte golpe entre ¡os ríos.
En esta fase, que yo llamo "los preparativos para la batalla por la región
del Rhin y a la cual me refiero, se relaciona sólo con aquella parte de! Rhin
comprendida, en la zona en que le correspondió actuar al 21 Grupo de ejérci-
to-s. Estas operacicnes nos permitieron economizar fuerzas, manteniendo el
frente sobre el obstáculo del Mosa y asegurándonos un flaneo oeste propio
para la batalla que venía a continuación. El estado atmosférico era horroroso
y el combate tuvo lugar en terrenos difíciles, contra un enemigo muy tenaz.
Al principio del mes de diciembre, el 2.° ejercito británico fué desplegado a lo
largo del río Mosa, hasta Macscyck, donde el frente cruzaba el río y alcanzaba
hasta la zona de Geilenkirchen y se unía al 9.º ejército norteamericano.
Para facilitar las operaciones del 2.° ejército delegué la responsabilidad
de la cabeza de puente de Amberes en el ejercito canadiense para completar las
operaciones del Escalda. Este reagrupamíento tenía aún otro objetivo: al I
Ejército canadiense le fue encomendado planear la batalla de la región del
Rhin, que debía ser lanzada desde la zona de Nimega y el 2.° ejercito britá-
nico debía planear el asalto subsiguiente a través del Rhin.
Mientras estos planea se meditaban, el enemigo también estaba preocu-
pado. La severa presión, que había sufrido durante los dos últimos meses no
le habían impedido el reequipamiento de sus reservas estratégicas. El 6.º ejér-
cito Panzer estaba listo para la batalla.
Los Planes para el reagrupamiento del 21 Grupo de ejércitos para la
batalla de la región del Rhin fueron completados a comienzos de diciembre.
Habíamos alcanzado la zona de operaciones cuando algunas divisiones todavía
estaban en marcha hacia las nuevas zonas de concentración. El 16 de diciembre
comenzó la contraofensiva alemana de los Ardennes. Nuestros planes fueron
postergados.
LA BATALLA DE LOS ARDENNES
No se advirtió a tiempo todo el poder de la contraofensiva alemana de los
Ardennes. Un pésimo estado atmosférico había, impedido un reconocimiento
aéreo satisfactorio. La concentración alemana había sido llevada a cabo con
un impenetrable secreto. Sin embargo, el día 18 yo consideraba ya. los posi-
bles efectos de un gran golpe enemigo hacia Bruselas y Amberes en nuestros
dispositivos, porque a su vez el grupo de ejércitos estaba cambiando su centro
de gravedad al extremo del flanco norte. Ordené detener la concentración
para la batalla de la región del Rhin y preparé los planes para cambiar algu-
nas divisiones desde el sector de Geilenkirchen hacia el oeste del Mosa.
El día 19 se comprobó ampliamente la envergadura del ataque alemán. Se
supo que el 6.° ejército Panzer estaba golpeando en dirección N. O. hacia Lieja,
y que el V Ejército Panzer envolvía por la izquierda. El 7.º ejército alemán
actuaba de sostén. El mismo día, el general en jefe me entregó temporalmente
el mando del 1.º y 9.° ejércitos americanos (se hizo efectivo desde el día 20),
ya que ellos en ese momento se encontraban al lado norte del saliente alemán
y, en consecuencia, lejos del eje del 12 ejército americano.
El día 19 ordené al General Dempsey mover el 30 Cuerpo al oeste del
Mosa en una línea general desde Lieja a Lovaina, con servicios de patrullas
más allá de la orilla oeste del río entre Lieja y Dinant. Este Cuerpo fue así
colocado en forma adecuada para impedir que el enemigo cruzara el río y
pudiera cubrir las rutas que so dirigían desde el SE hacia Bruselas. A con-
tinuación fue necesario reagrupar el 1.º Ejército americano, y además enviar
algunas divisiones británicas al E. del Mosa. Durante toda la batalla, yo tuve
el deseo de evitar que las fuerzas británicas se comprometieran más de lo ne-
cesario. Si hubieran sido empleadas en gran número, habría surgido un agudo
problema de abastecimientos, debido a que sus líneas de comunicaciones cruza-
ban el eje de los dos ejércitos norteamericanos. Aún más: estaba en mi mente
que tan luego como hubiéramos deshecho el ataque alemán, deberíamos volver
a la preparación de la batalla de la región del Rhin lo más rápidamente posible.
La batalla de los Ardennes fue ganada principalmente por las sobresa-
lientes cualidades para el combate del soldado norteamericano, completadas
por la intensa actuación aérea, que pudo ser realizada tan pronto como me-
joraron las condiciones atmosféricas. El 6.º Ejército Panzer alemán irrumpió
por su cuenta contra la parte norte de las espaldas del saliente mientras el 5.º
Ejército Panzer gastó su energía en olas fieras batallas que tuvieron su centro
en Bastogne. El reagrupamiento del 1 y 9o ejércitos norteamericanos reforzados
con formaciones británicas, hicieron posible la rápida constitución de una re-
serva de 4 divisiones norteamericanas al mando del General Collins. La acción
de estos cuerpos combinados con la conducción desde el sur del 3.º ejército
norteamericano del General Patton, arrojó a las tropas enemigas del saliente
y dio comienzo a la más cruda lucha para desalojarlas de la línea Siegfried.
Se habla impedido a! enemigo cruzar oportunamente el Mosa. Un estudio
detallado de la batalla demostrará cómo la rápida concentración hizo posible a
los aliados tomar nuevamente la iniciativa que el enemigo había tenido tem-
poralmente. Una vez que tuvimos seguros los pasos a través del Mosa, se hizo
notorio que había llegado la oportunidad de descontar la ventaja que el enemigo
había tenido a su favor. La proyectada contraofensiva de Hitler terminó en una
derrota táctica y los alemanes recibieron un castigo tremendo. Tan pronto co-
mo la situación se restableció, pude ordenar nuevamente a las divisiones bri-
tánicas del norte que acudieran a las zonas de concentracion que habían sido
preparadas en diciembre.
El principal objetivo de los aliados en el frente oeste era el Ruhr. Una
vez que el Ruhr fuera aislado del resto de Alemania, la capacidad del enemi-
go para, continuar la lucha disminuiría rápidamente. Además de esto, el ob-
jeto de nuestras operaciones era obligar al enemigo a la guerra de movimiento
por medio de operaciones desarrolladas en la planicie norte de Alemania. En
consecuencia, necesitábamos llegar hasta el Rhin ; en seguida preparar los puen-
tes en el río y ganar una posición adecuada para una campaña de movimiento
en la primavera. El enemigo estaba en muy mala situación : había sufrido
otra gran derrota con grandes pérdidas de hombres y material. Además de
esto, la gran ofensiva rusa de invierno estaba ya desarrollándose y no que-
ríamos dar la oportunidad al enemigo para trasladar tropas al este.
Las órdenes del mando supremo para el 21 grupo de ejércitos, disponían
alcanzar el Rhin desde Dusseldorf hacia el norte. El 9.° ejército quedó bajo-
mi control operativo.
Primeramente tuvimos que eliminar el saliente oeste enemigo del río Roer,
entre Jurich y Roenont. El segundo ejército completó esta misión el 28 de
enero. Las divisiones correspondientes, menos las tropas defensivas que queda-
ron sosteniendo la línea del río, inmediatamente partieron hacia el norte para
integrar la concentración para la batalla de la región del Rhin. En el estudio
del plan para esta batalla se podrá notar cómo el reagrupamiento de los ejér-
citos fue coordinado con vista a sus misiones posteriores. Ya se ha menciona-
do el traspaso de la cabeza de puente de Nimega al primer ejército cana-
diense, que era el responsable del golpe por el norte.
La ¡batalla de la región del Rhin estaba basada en dos ofensivas conver-
gentes entre el Rhin y el Mosa, con el objeto de destruir las fuerzas enemi-
gas que cubrían el Rhur. Se pretendió, por medio de la intervención desde el
aire y empleo al máximo de las fuerzas disponibles en tierra, que el enemigo
se trasladara a la orilla este del Rhin, en esto tuvimos gran éxito.
Se ordenó al primer ejército canadiense lanzar un ataque hacia el SE.
desde la zona de la cabeza de puente de Nimega, a fin de encontrarse con el
9.a ejército norteamericano cuyo golpe fue desarrollado desde el sector Jurich
Rodermondt hacia el norte. Primeramente se había planeado lanzar las dos
operaciones casi simultáneamente, pero el golpe desde el sur se retrasó, lo
cual fue ventajoso para nosotros.
La fecha en la cual el 9.° ejército norteamericano podía atacar dependía
de que sus divisiones pudieran ser relevadas de los otros sectores del frente-
aliado, ya que la fuerza de este ejército debía ser aumentada a 12 divisiones.
El relevo dependía de la situación del resto del frente. El 12 grupo de ejércitos,
norteamericanos todavía estaba comprometido en los Ardennes. Particularmen-
te presionando hacia el sistema de diques en el río Roer, y que controlaba sus.
inundaciones. Mientras el enemigo estuviera en poder de estas presas, estaba
en situación de provocar inundaciones, susceptibles de impedir el cruce del
río. Hacia el sur, la lucha más enconada estaba en el Saar v la bolsa de Col-
mar; en ambas zonas el enemigo había logrado éxitos locales. El estado atmos-
férico continuaba incierto; el deshielo comenzaba y aparte de las inundaciones,
estaba dañando gravemente nuestras vías de comunicación. La concentración
de divisiones para el ataque del ejército canadiense fue completada en la pri-
mera semana de febrero. Fueron tomadas medidas para reunir todas las fuer-
zas en las mismas zonas de concentración y también para engañar al enemigo
sobre nuestras intenciones.
El 8 de febrero comenzó el movimiento del ala norte de la tenaza. El
cuerpo 30, bajo el mando del primer ejército canadiense, lanzó su ataque a los.
bosques de Reichswald y a la extensión norte de la muralla oeste, en un fren-
te de cinco divisiones, apoyadas por considerables fuerzas aéreas y más de mil
cañones. Con esto dio comienzo a una batalla memorable que, en intensidad
y temeridad, igualó a cualquiera de las entabladas por nuestras tropas en esta,
guerra. Los alemanes muy pronto llegaron a un equivalente de 11 divisiones,
incluyendo cuatro divisiones de paracaidistas y dos de fuerzas mecanizadas.
En particular, sus fuerzas paracaidistas combatieron magníficamente .
Mientras tanto, la situación mejoraba en otras partes del frente aliado.
Las operaciones en la zona de Colmar habían terminado en forma ventajosa y
EL GRUPO DE EJERCITO BRITÁNICO EN LA... 79
los alemanes habían sido rechazados a lo largo del Rhin en el estremo sur
del frente aliado; el sector de Aar había sido estabilizado. Aún más impor-
tante que esto fue el traslado al frente este del 6.° Ejército Panzer para opo-
nerse a la ofensiva que montaban los rusos. La concentración de las divisiones
del 9.° ejército americano fue alcanzada con mareada rapidez, y a través de
langas distancias, utilizando malos caminos y pistas, con un estado atmosfé-
rico espantoso.
El lanzamiento de] golpe de los norteamericanos había sido planeado pa-
ra comenzar entre el 10 y el lo de febrero, pero en el último instante, antes
de abandonar la presa del Roer, el enemigo efectuó demoliciones que desata-
ron las inundaciones. Comenzó un continuo y ansioso período de espera, con
todas las tropas dispersas para la batalla, mientras el agua bajaba lo sufi-
ciente para el paso del río. El 23 de febrero, el 9.° ejército norteamericano,
bajo el mando del general Simpson, comenzó su ataque en dirección al norte,
hacia la zona donde el primer ejército canadiense combatía con encarnizamien-
to. Debido al retraso en el comienzo del golpe al sur, la batalla de Reichswald
había logrado descongestionaz de enemigo el sector del 9.° ejército norteame-
ricano. Los norteamericanos se aprovecharon de las ventajas que esta oportu-
nidad les presentaba, y avanzaron con rapidez admirable; su actuación en
esta ocasión hizo más fácil la presión en el N. A medida que el 9.º ejército
norteamericano se desplazaba hacia el norte, el I ejército norteamericano
cumplió su misión de asegurar el dispositivo del flanco sur los golpes hacia
Bologne fueron de esta manera relacionadas con nuestras operaciones.
La nota destacada de la batalla del Rhin fue la intensa y fanática resis-
tencia del enemigo, que, como nosotros habíamos previsto, aceptó la batalla
al oeste del Rhin, a lo que se sumaron las desventajosas condiciones del esta-
do atmosférico. En las operaciones del flanco norte de Reichswald se emplea-
ron principalmente varios tipos de vehículos anfibios; en general, el barro
y el fango, eran horrorosos y estorbaban enormemente el movimiento de las
tropas y de los abastecimientos a través de zonas muy boscosas, sin caminos.
El 3 de marzo, los dos ejércitos se unieron, pero hasta el 10 no fue liqui-
dada la cabeza de puente que cubría a Wessel, El 21 grupo de ejércitos se
encontraba ahora en el Rhin a la altura de Dusseldorf.
El enemigo había sufrido otra fuerte derrota y había perdido alrededor
de 10.000 hombres entre muertos, heridos y prisioneros; 18 divisiones y una
gran cantidad de unidades improvisadas habían sido batidas. El término de
la guerra, podía ser cuestión de semanas. Una vez más, el factor esencial era
la rápidoz.
Mientras tanto, entre el 7 y el 8 de marzo, más hacia el sur, el primer
ejército norteamericano tenía intacto en su poder el puente de Remagen; des-
pués de un avance rápido a través de un campo difícil, Colonia había sido
capturada. A mediados de mes, el tercer ejército norteamericano completó una
operación interesante, que le llevó por el Rhin y Coblenza, a lo largo de la
línea del Mosela, hacia Kywfourg. El 6.º Grupo del Ejército norteamericano
se abría camino hacia el Sarre desde el sur.
LOS PRINCIPALES ERRORES ALEMANES EN LA CAMPAÑA
Es un momento muy a propósito para hacer una pausa y considerar la
situación de los alemanes en el instante que el 21 Grupo del ejército se pre-
paraba para cruzar el Rhin. A mi manera de ver, desde el momento en .que
los alemanes se comprometieron en la ¡guerra con Rusia y Estados Unidos en
80 MEMORIAL DEL EJERCITO.
Los artilleros han tenido muchos éxitos en esta guerra y dudo que la-
artillería haya sido antes tan eficiente como lo es hoy.
Considerando el futuro de la artillería, es muy importante que la organi-
cemos de acuerdo con una correcta dosificación de las cañones motorizados y
los cañones a tracción y considerando otros aspectos. El gasto de municiones
de esta campaña, ha sido tremendo y en las experiencias obtenidas han resaltado
también algunos otros aspectos. Se ha llegado a la conclusión de que gran
cantidad de proyectiles pequeños, durante cierto tiempo, produce un mayor
efecto sobre el enemigo que el mismo volumen de proyectiles grandes. Es aún
más importante recordar que hay un tiempo limitado para bombardear, y des-
pués del cual, la moral del enemigo no se resiente mayormente y un mayor
consumo de munición es solamente un gasto infructuoso. Hemos advertido que
nuestras propias perdidas están en proporción directa con la distancia en que
permanece la infantería detrás del fuego del apoyo de la artillería.
Todos estos aspectos llevan a la necesidad de tener proyectiles relativa-
mente pequeños para el apoyo cercano de la infantería donde el objetivo in-
mediato es la neutralización y no la destrucción. El proyectil de 25 libras es-
indicado; debe poseer buena fragmentación. Mencionaré el problema de la es-
poleta, porque esto requiere estudio y perfeccionamiento. Debemos tener una
espoleta instantánea y una buena espoleta a tiempo.
Por último, la observación aérea ha demostrado su valor en esta campa-
ña; se ha transformado en una parte necesaria del tiro y debemos trabajar pa-
ra obtener un buen avión para dicha misión. Son necesarios para la misma,
muy buenos oficiales de artillería, que deben ser seleccionados con vistas a es-
te servicio. Como primera condición, un oficial observador aéreo debe ser un
buen artillero, pues no es difícil enseñarlos a volar.
EL GRUPO DE EJERCITO BRITÁNICO EN LA... 87
LOS INGENIEROS
Los problemas de ingenieros fueron extraordinariamente formidables y
debieron ser realizados con gran rapidez.
En los primeros días, con motivo de despejar de obstáculos y minas las
playas, hubo motivo para una gran ansiedad y un prolongado y detallado es-
tudio. El problema de colocar los Mulberries o puertos artificiales, fue solu-
cionado por la cooperación excelente entre la Marina real y los Ingenieros a
ambas lados del Canal. Tan pronto como la cabeza de playa comenzó a en-
sancharse, nos encontramos con demoliciones en gran escala, demolición de
puertos, vías férreas, puentes y bases aéreas, combinados con intensos y bien
dispuestos campos minados.
La reparación de los campos de aviación demolidos intencionalmente y
muy a menudo, la construcción de otros nuevos, fue en sí una tarea muy gran-
de y de la cual dependía nuestro apoyo desde el aire.
Dos tuberías de petróleo fueron colocadas desde Cherburgo a través del
Siena y Ruan y desde Boulogne, extendiéndose a través del Rhin. Estas eran
alimentadas desde a bordo y más tarde, particularmente desde el famoso "PLU-
TO". Estas cañerías acarrearon, durante la campaña, más de un millón de
toneladas de petróleo.
Construímos casi dos mil puentes colgantes, incluyendo tramos a través
del Sena, el Moga, el Rhin y el Wessel, algunos de los cuales tenían casi una
milla de largo.
Las fuerzas mecanizadas y la masa de camiones que cooperan con el
ejército, arruinan los caminos, y su mantenimiento para dejarlos en condicio-
nes de tráfico continuo, especialmente en los sectores bajos y en las condi-
ciones desfavorables del invierno, fue horrible, la tarea más dura que hubie-
ron de afrontar los ingenieros; ellos fueron ayudados en forma eficaz por
los Cuerpos de Zapadores, quienes en esta tarea y muchas otras realizaron
una excelente labor.
Las demoliciones más notorias c importantes estaban en los puertos. Pero
nosotros habíamos comprobado que es imposible destruir un puerto en forma
tal, que no pueda ser puesto en servicio en el momento que la Marina ha des-
pejado de minas su entrada.
Los zapadores estaban muy bien equipados, pero es importante recordar
que es el elemento humano —los oficiales de espíritu y los hombres de volun-
tad y expertos— es el mejor factor en los trabajos de ingeniería en la guerra.
Muchas veces carecíamos de zapadores, particularmente durante las grandes
operasiones de paso de ríos.
TRANSMISIONES
Es fundamental para el buen éxito de las operaciones el tener comunica-
ciones eficientes. Es interesante subrayar que un comandante de cualquier
escalón debe tener su pelotón de enlace al lado desde las primeras fases de
la preparación de un plan.
Muchos de estos trabajos fueron poso espectaculares, pero la verdad es
que se requiere una red de comunicaciones complicada. El constante objetivo
de las transmisiones fue llevar las cabezas de cable pesado tan adelante como
fuera posible para posibilitar los grandes saltos y lugares consiguientes para
las comunicaciones en la batalla. Para servir a mi propio Cuartel General,
MEMORIAL DEL. EJERCITO.
que frecuentemente se movía con intervalos de dos o tres días, se utilizó la.
radio de ultra-alta frecuencia y de un nuevo tipo; este método me dio la se-
guridad de que los oficiales tienen un grado de preparación técnica muy alto..
El equipo moderno se hace cada vez más complicado y diverso; los oficiales
deben conocerlo para obtener los mejores resultados.
LA INFANTERÍA
En vista de algunas opiniones en contra, afirmo que la infantería no ha
perdido nada de su importancia en el campo de batalla. La infantería moderna,
es un instrumento principal con mayor número de armas que antes, y la vida
del infante depende primordialmente de la astucia con que utiliza estas ar-
mas; él debe lograr un mayor y mejor estado de entrenamiento.
Esta ha sido una guerra de movimiento; pero aún cuando el infante se
motorice para acudir al campo de batalla, su entrenamiento le debe mantener
siempre duro y decidido; éste es un punto de vista que no puede ser dejado
de la mano en estos tiempos de tropas transportadas.
La introducción de medios blindados para el transporte del personal es
una innovación importante en el empico de la infantería. Hace posible trans-
portar a la infantería a través de zonas cubiertas de fuego y llegar fresca al
campo decisivo de la batalla. El desarrollo de esta técnica lia ganado bastante
y ha hecho mucho por ampliar la táctica de infantería. Por ejemplo, en el
primer gran ataque de las fuerzas del ejercito canadiense sobre el campo
de la Falaise, el 7 de agosto, la infantería transportada en "Kangaroo"
fue movida de noche a una distancia de cinco millas, hasta el punto en que
debían desembarcar; las últimas tres millas de este avance estaban próximas
a las posiciones enemigas y las tropas se bajaron casi a la zona ocupada por
el adversario. En seguida, aprovecharon para rebasar el cinturón de ciudades
que estaban atacando.
La tendencia de operar más y más durante la noche ha sido facilitada
enormemente por la producción de luz artificial de luna. Esta luz, obtenida
por baterías de iluminación, se ha hecho ahora una parte integrante de nues-
tra organización militar y ha facilitado enormemente las oportunidades del
infante. También ha probado su eficacia en las zonas de retaguardia para la
construcción de puentes y escalones administrativos.
Nuevamente ha sido la infantería la que ha sufrido las mayores pérdidas.
No puedo expresar de la manera que verdaderamente se merece el esfuerzo
y persistencia que desplegó la infantería en la campaña. Muchas divisiones fue-
ron destinadas a permanecer continuamente en acción, y respondiendo admi-
rablemente aun durante el peor invierno que se ha presentado.
LAS FUERZAS AEROTRANSPORTADAS
Las fuerzas aerotransportadas deben formar ahora la parte esencial del
ejército, ya que continuamente habrá ocasiones para que jueguen un papel
principal. Fuera de su participación en la batalla, la amenaza de su empleo
se transforma en ventajas importantes, pues la experiencia ha demostrado que
el enemigo por doquier está obligado a. hacer considerables e importantes dis-
persiones de sus fuerzas más adelantadas. Esto se suma a la necesidad de man-
tener tropas en la retaguardia para cuidar zonas vitales e instalaciones cuan-
do se sabe que el adversario dispone de tropas aerotransportadas.
EL GRUPO DE EJERCITO BRITÁNICO EN LA... 89
INTRODUCCION.
Recordemos. Nada traduce mejor a lo que ese dualismo nos condena, que
las propias interpretaciones históricas de los momentos de la humanidad. El
interés —que es la característica de la época actual— es siempre la regla do-
minante.
Hasta el siglo XVIII., cuando comenzaban a germinar las simientes lanza-
das en el siglo XV., por el genio de Copérnico, en el campo de las interpreta-
ciones científicas del universo y a ¿ser más juiciosamente valorizados los conoci-
mientos introducidos por la Civilización Arabe en la cultura del Occidente, la
interpretación de los hechos de la vida humana, era hecha, sin la idea de bus-
car su continuidad. No se procuraba buscar en la historia, la sucesión fatal
de los acontecimientos. El punto cumbre del pensamiento humano era el con-
cepto de la divinidad, de carácter esencialmente estático.
Rossuet tentó llenar tal vacío, realizando un enorme progreso en la valori-
zación de la historia. Pero tuvo que sujetarse todavía mucho a la interpreta-
ción teológica de los fenómenos, atribuyendo aquellos que parecían no poder
encuadrarse en leyes lógicas de origen, a motivos de un designio divino parti-
cular.
Sus contradictores surgeron sin tardanza, pero ni Voltaire ni otros, con-
siguieron oponerle un concepto más valioso o satisfactorio.
Vino después la época del romanticismo, que atribuía a individuos pre-
destinads por la naturaleza, todo el progreso de la humanidad.
Cariyle señala magníficamente el papel dramático de los héroes en la
evolución humana, pero deja en la sombra, las causas de su aparición y las
que las orientan y encausan su conducta. No existía aun la conciencia positiva
de las energías emanadas de la propia sociedad humana que nos enseña que
"por mucho que sea la influencia de los grandes hombres, ella, es forzosamen-
te dirigida y limitada por el medio social".
Apesar del progreso en la justa interpretación de los fenómenos históri-
cos, que este último modo de pensar revela, el medio social, si lo consideramos
aisladamente del medio físico, no basta para explicarlos. Pero es enorme el
avanae sobre el .sistema de Rossuet, de Voltaire y de Carlyle, a los cuales Tols-
toi critica el mostrar la. vida humana como la consecuencia de procedimientos
de reyes y sacerdotes. Pero Tolstoi quiere llenar este vacío con la noción im-
precisa de las fatalidades del destino, concepto también evidentemente insa-
tisfactorio.
Mientras tanto, a mediados del siglo XIX., Bucle había introducido un
nuevo ángulo en el estudio de la historia, correspondiente al medio físico, y
Marx, subordinaba las transformaciones de la civilización, a influencias de
orden económico, consideradas preponderantes.
Así se llegó a las nociones positivas que hoy nos dominan por las cuales
tenemos conciencia de la complejidad de las causas que influyen cu la con-
ducta de los hombres, pero cuyo exacto conocimiento se nos escapa, todavía.
Pero se puede formular ya con suficiente nitidez, que en este momento
histórico, es el "interés", el elemento superior a todos los componentes, lo que
está definido por la idea de que "we have become a world society with a
world economy which call for a world order".
Por lo demás, no existe en esta sentencia una noción cuteramente nueva.
De algún modo. la. unidad del mundo fue intentada algunas veces o por lo
menos, bosquejada. Y el litigio que hoy se Establece entre Rusia y Occidente,
no es más que el efecto del impulso de esa idea.
EL PANAMERICANISMO EN EL CUADRO GENERAL DE LA.. 93
Afines del siglo XV, el problema es resuelto en parte por Portugal y Es-
paña, herederos directos de los progresos de la civilización árabe. Eran los
países cuya situación geográfica los colocaba en mejores condiciones para
cumplir esta tarea.
En busca del Oriente, de las Indias, Vasco de Gama contorna el Africa
por el Sur y Cristóbal Colón procura llegar al Oriente directamente, conven-
cido de la teoría de la forma esférica de la tierra, pero sujeto todavía a los
imprecisos conocimientos que entonces se tenía de la Geografía del mundo.
Así llega a chocar contra la inmensa barrera de la América.
No alcanzó el Asia ni la India pero el objetivo de su viaje fue logrado
de un modo sorprendente y habría de tener considerables repercusiones en
el futuro.
En el siglo siguiente, el XVI., Portugal y España tratan de apoderarse de
toda la América, viviendo, parasitariamente, de lo que en ella encontraban,
lo que va a constituir una de las causas de su decadencia,
La conquista del Nuevo Continente, dada la superioridad militar de los
conquistadores sobre los pueblos primitivos que la habitaban, fue rápida. Su
colonización, áspera y brutal, conforme a la mentalidad de la época.
El espíritu religioso ya bastante debilitado, prevalecente más en la forma
que en el fondo, fue luego reemplazado por el mercantilismo, quedando en
plano muy secundario, la idea de colonización civilizadora. Tal obra hizo pen-
sar a un otomano de nuestro siglo que las naciones de Europa, por su acción
colonizadora, no han producido otra cosa en el mundo que una tremenda con-
vulsión con infinitas crueldades.
Es el mismo concepto del portugués Cristovam Ayres. cuando comenta
las acusaciones de crueldad que algunos hacen a los árabes: "ningún prici-
pio religioso fue más lejos que el cristianismo en el ideal de caridad y ningún
pueblo, como el crisitano, abusó más de la fuerza y empleó mayor crueldad
en la conquista de otros pueblos y en la cristianización a sangre y fuego".
En tales juicios existe, sin duda, una verdad evidente, pero, no toda la
verdad. Hubo otros resultados de la acción colonizadora de los Occidentales
que hicieron posible el espíritu de fraternidad que hoy se va imponiendo y
que aun, ya se ha alcanzado en América.
Tal conducta se explica por el debilitamiento de la fuerza moral, que fue
incapaz de frenar los intereses egoístas de la política del siglo XVI., dominan-
te en Europa y dividida entre poderes rivales: política basada en el derecho
de la fuerza, en alianza con las astucias de la mala fe, que hahía inspirado al
Dante, al comienzo del siglo XVI., La Divina Comedia; a Maquiavelo, en el
siglo siguiente. La Razón del Estado; que Vieira pintara a lo vivo en el siglo
XVII., y que sugirió a Federico, en el XVIII.. esta sarcástica observación:
"comme on est convenu, parmi tous les nomines, que duper son semblable était
una actión lache, on a éte chercher un terme pour odoucir la chose, te é est le
mot politique quón a choisi".
SE FORMA EL ESPÍRITU AMERICANO.
Creo haber dicho lo suficiente para que podamos definir de cómo nació
la America y el ambiente en que se crió.
Surgió en un momento crítico de la civilización y creció en medio de las
disputas de las potencian dominadoras del mundo, las viejas y las que iban
surgiendo como Holanda, Inglaterra, y Francia.
Pero, a pesar de los errores cometidos desde el punto de vista humano, el
"hecho es que se operó en América una obra realmente civilizadora, cuya ca-
EL PANAMERICANISMO EN EL CUADRO GENERAL DE LA... 95
unidad política común", Y llega hasta decir que su país se siente más ligado
a Europa que a sus hermanos del Continente.
El entonces Jefe de la diplomacia argentina, no era el único que pensa-
ba así. En asa época, cuando Estados Unidos se debatía en su. Guerra de Sec-
ción, muchos americanos, excitados por pasiones de política interna en sus res-
pectivos países, preconizaban la intervención de Europa en sus propias Pa-
trias. Por ese medio, Napoleón III., entronizó en Méjico un protegido suyo y
ensayaba hacerse protector del Ecuador.
Tales hechos llevaron a Estados Unidos a preguntar si la doctrina Mon-
roe tenía el carácter de una manifestación particular de su Gobierno, o si era.
una doctrina nacional, a la cual todos los gobiernos debían prestar su apoyo en.
su política internacional.
El Congreso decidió que se trataba de una doctrina nacional.
Esto representa un sensible progreso en la idea americanista. No bastante
avanzado y positivo todavía como para oponerse fuertemente a las ansias co-
lonizadoras europeas, que a mediados de! siglo XIX., aun preconizaban como
principio el de la "razón de estado" y que tenían, a la fuerza como supremo
argumento.
Es la época de la máquina de vapor. De prosperidad amplia y rápida de
aquellos países que disponían del carbón de piedra y especialmente, de aque-
llos que eran poseedoras de yacimientos de ese combustible. La política preva-
leciente en Europa, en aquella época, se orientaba sólo hacia dos órdenes de
ideas: tener campos seguros de obtención de materias primas necesarias a su
industria y contar con mercados ciertos pana la colocación de sus productos
manufacturados.
La recolonización de América latina entraba naturalmente en las ideas
de las potencias más fuertes de Europa. Pero felizmente, y felizmente porque
Estados Unidos no era bastante inerte para hacer respetar la doctrina Monroe,
estas potencias eran rivales y no era posible que se aliaran para una acción
común contra este Continente. Por lo demás, encontraban campo de acción
más fácil para la aplicación de su superioridad bélica, en Asia y Africa, sin
roces peligrosos.
Pero la cuestión fue agravándose día a día, en virtud del problema que se
dio cu llamar "el espacio vital", resultado del excedo de población en algunos
países europeos. Se formó una intensa corriente inmigratoria para la América
del Sur, naciendo así una política "inmigracionista" que no tardó en tomar
caracteres tendenciosos, como pasó con los alemanes y japoneses, de prepara-
ción para futuras conquistas.
Todo esto debió favorecer la consolidación de la "solidaridad americana"
y la creación en el Nuevo Continente de una unidad de fuerza moral y mate-
rial, política y militar. Sin embargo, los efectos de ese sentido, fueron débiles
y lentos, tenían en su contra, la propia influencia europea, que se dejaba sen-
tir con más intensidad, entre los europeos y los americanos, que entre los ame-
ricanos mismos. Se oponía también, la desconfianza de los latinos americanos
contra los Estados Unidos, no sin razones bien plausibles.
Estos hacían la política llamada del "big-stik" y del "dollar", usada pa-
ra llevar su soberanía hasta el Pacífico. Después, forzados por la necesidad
de la propia seguridad militar, realizaron la apertura del Canal inter-oceánico
de la América Central.
Después cambió todo. El aislamiento internacional ya no era posible en
vista de los progresos de la civilización industrial.
Pero durante todo el período que se inicia con la independencia y termi-
na en 1914, con la inauguración del Canal de Panamá, no cesaron los esfuer-
EL PANAMERICANISMO EN EL CUADRO GENERAL DE LA... 99
CONCLUSIÓN.
Es notorio que ese entendimiento va bien encaminado. La idea o el temor
fundado de que puede llegar un tercer conflicto mundial, debe repercutir
profundamente en el americanismo. Hace avanzar mucho en la formación
efectiva de la anhelada unidad americana, mirada como una etapa para alcan-
zar la más amplia unidad del mundo, término natural de la civilización in-
dustrial.
Se avanzó bastante en la Conferencia de Quintandinha, con la proscrip-
ción de la guerra "entre las naciones americanas" y el compromiso formal
del concurso de todas las fuerzas continentales, en defensa de cualquiera de
ellas que fuera agredida, sea cual fuere el agresor, la forma o el pretexto de-
la agresión militar.
Resta consolidar, afirmar en el sólido terreno de las realizaciones prácti-
cas esa unidad que hoy todos anhelan. Ello se obtiene por la creación de aque-
llos organismos necesarios al desenvolvimiento de una preparación militar ho-
mogénea, en vista de la defensa común, y conforme a las características de
la guerra moderna, en la cual la fuerza es la resultante de las posibilidades
científicas y de la pujanza económica.
Esto quiere decir que, si América está de acuerdo, en el hecho, en cons-
tituir una unidad militar, tiene también que saber hacerla de carácter polí-
tico y económico y no puede desconocer que esto exige, para ser verdadera-
mente operante, una sólida preparación intelectual, moral y material.
Los dos primeros aspectos tienen que evidenciar la existencia de un espí-
ritu de solidaridad a toda prueba, con vistas a una buena disciplina que im-
pondrá a todos, un esfuerzo por evitar las iniciativas aisladas, limitando los
impulsos entusiastas del orgullo nacional o continental.
El tercer aspecto, no puede dejar de considerar directamente, la prepara-
ción para la guerra. De hecho, esta preparación descansa en una sólida estruc-
tura técnica e industrial, que permita aprovechar todos los recursos continen-
tales. Todavía más. Reclama la posibilidad de utilizarlos oportunamente don-
de sea necerario lo que depende, no sólo de las existencias locales, sino de un
astenia de comunicaciones y transporte perfectamente adecuado para este ob-
jeto.
Desde el punto de vista netamente militar, es esencial la unidad de man-
do, facilitada por la adopción de una doctrina común, de un lenguaje único,
para que exista plena convergencia de todos los esfuerzos y todos se pueden
entender, en los diferentes campos de batallas y de operaciones. Pero esto debe
102 MEMORIAL DEL EJERCITO.
ser obtenido sin pérdida de las características nacionales, para que cada cual
pueda desarrollar al máximo, las fuerzas que le son propias.
Aquí está la tarea que corresponde a la Conferencia de Bogotá, tan dra-
máticamente interrumpida. Le correspondía realizarla, si no completamente,
por lo menos, avanzando un poco.
Este es el punto a que ha llegado el americanismo en el marco general de
la civilización occidental, como una etapa que señala los progresos humanos.
Hay que seguir adelante sin rivalidades ni veleidades de ninguna naturaleza.
Señores:
Franklin Délano Roosevelt —esa figura política imponente que la historia
de la humanidad conservará en forma destacada— dijo que el americanismo
viene del cerebro y del corazón, y no de la raza o del origen. Y nosotros, acep-
tando plenamente este principio, comprendemos que tiene sus raíces en el marco
físico de nuestras tierras y es una necesidad orgánica para el progreso y la
conservación de la civilización occidental. La obra de ese hombre es un ideal
de vida eterna, aprendiendo siempre, como dijera Pascal.
Obra que encuentra ahora, para avanzar en la senda del progreso, ese ad-
mirable espíritu de la moderna política yanqui, que no reniega del papel que
le corresponde al pueblo de la gran Patria del Norte, como leader del mundo,
pero que lo comprende sin alardes militaristas y sólo como un deber resultante
de su situación excepcional, adquirida al amparo de las brutales destrucciones
de la guerra y merced a sus priviligiadas condiciones de existencia. Espíritu
que se esmera por extender a toda la tierra Jas excelencias del régimen que
disfruta y que no pretende, como era hábito de los fuertes hasta ahora, apro-
vechar la debilidad ajena para mayor beneficio propio.
ANEXO
LA PENICILINA Y SU EMPLEO EN
MEDICINA VETERINARIA
Por el Mayor de Veterinaria JOAQUÍN WELTZ ESP1NOZA
INTRODUCCIÓN
DESCUBRIMIENTO DE LA PENICILINA
En 1929 el Prof. A. Fleming descubrió un notable ejemplo de antagonis-
mo microbiano. En una placa de agar-agar usada para el cultivo de estafilo-
cocos, creció un moho verde, producido accidentalmente por una contamina-
ción debida al aire; y en la proximidad de éste moho invasor, dicho profesor
notó, que las colonias de estafilococos se estaban disolviendo. Se hicieron cul-
tivos de este moho con el fin de estudiar con más detalles sus reacciones anta-
gonísticas respecto de los estafilococos y otros microorganismos, y Fleming
demostró el que moho, identificado más adelante como Penicillium notatum,
podía cultivarse en un medio líquido (caldo de peptona) y secretaba en dicho
medio de cultivo una substancia inhibidora del crecimiento de muchas bacte-
rias patógenas, entre las que se contaban los estafilo y estreptococos, que pro-
LA PENICILINA Y SU EMPLEO EN MEDICINA... 113
país de Noruega. Era una de las que mas tarde se conoció por Shetlands del
Sur. El Continente Antartico había sido descubierto.
Dos siglos pasaron sin que el hombre se arriesgase a llegar allí nuevamen-
te. Después, se inició la fiebre qué aún no termina. La Antártica, última Thulé
de estos tiempos, fue presentando sus extraños contornos y su geografía miste-
riosa, a través de numerosas expediciones en los siglos XIX y XX. Cook, Smith,
Bellinghausen, Wedell, los Enderby, Dumont D'Urville, Wilkes, Ross, Dalil-
man, Scott, Charcot, Admundssen, Schakleton, Wilkins, Rymill, Byrd, y otros
que he olvidado, entregaron la noción de un nuevo continente; el Continente
Antártico.
Por estar sepultado bajo cientos de metros de hielos eternos, esta tierra
presenta un clima crudo, de una temperatura que llega a 52° bajo cero. Los
hielos que la cubren son o marítimos que forma una faja circumpolar, los que
se conocen como pack-ice o terrestres que cubren toda la Antartica, alcanzando
hasta una altura de tres mil metros sobre el nivel del mar.
Raras veces se ve el sol, este sol que amamos y que nos hace grata la na-
turaleza. No hay ríos, ni árboles, ni el verdor de las tierras septentrionales.
Solo en algunos sitios cercanos a la costa liqúenes y musgos y una hierba "aira
antártica".
De una extensión de catorce y medio millones de kilómetros cuadrados,
más del doble de Australia, el continente helado es recorrido por vientos te-
rribles que soplan a veces a razón de 100 a 200 kilómetros por hora. En enero
y febrero, suele el hielo desgarrarse en algunas partes. Entonces el conti-
nente permite exhibir picos montañosos de una altura media superior a otros
continentes.
En épocas ya perdidas, —la terciaria—, la geología ha podido precisar que
hermosos bosques y una vegetación espléndida decoraron estas tierras, las que
fueron cubiertas por la invasión de los hielos cuaternarios, que fueron después
retirándose de otras regiones para persistir en ésta, dejando sepultados sus
valles feraces por una gigantesca costra glacial eterna.
Si la fauna terrestre es pobrísima, en cambio la acuática es rica, constitu-
yendo' los mares antarticos las mejores reservas de ballenas, cachalotes y focas.
Treinta y dos especies de aves pueblan sus bancos y sus cielos siempre hura-
ños. Posteriores investigaciones, aseguran la existencia de un gran número de-
substancias minerales importantes: carbón, petróleo, oro y fierro, cobre, ura-
nio, manganeso, etc., lo que da al continente un sello promisor.
Presentada al lector la fisonomía histórica y geográfica de esta tierra, ex-
presaremos que uniformemente se ha dividido este Continente en cuatro cua-
drantes que toman los nombres de los elementos geográficos circundantes te-
rrestres o marítimos. Cuadrante Sudamericano se llama el que enfrenta a Sud-
américa; Cuadrante del Pacífico es el que se halla frente a ese Océano; Aus-
traliano al que enfrenta a Australia, y Africano al correspondiente a África.
El Cuadrante Sudamericano es el que está más cerca del mundo civilizado.
Para nosotros es importante, porque es el punto obligado de partida de las
expediciones, y, porque ahí se han realizado actos inequívocos de soberanía por
parte de nuestro país.
En este cuadrante está situado el Territorio Antartico Chileno, cuyos lí-
mites fueron fijados por el Decreto Supremo N.° 1747 de 6 de noviembre de
1940, suscrito por el Presidente Aguirre Cerda.
Cabe dejar establecido que los derechos chilenos en ese sector no emanan
del referido decreto. En derecho de gentes, como en el privado, nadie puede
prepararse una prueba, ni es creído bajo la sola fe de su palabra. Son los
DERECHOS DE CHILE SOBRE LA ANTARTICA 121
Antartica Chilena.
De los 176 fina sangre entregados a las Unidades, tenemos pocos o nin-
gún antecedente, pero bien podríamos suponer que un 50% de ellos cumplen
variadas y diversas funciones en relación con la instrucción, lo que permitiría
deducir que el otro 50%, 88 caballares, habrían sido dados de baja por inúti-
les para el servicio.
Sumados los 133 caballos que se dejó la Escuela, a los 88 aprovechados por
las Unidades, tendríamos que el Ejército ha aprovechado el 71,5%.
Pero sabemos, por otra parte, que el total de caballos recibidos por el
Ejército suman 523 y que se han dado de baja sólo 64 animales. Ello nos sig-
nifica que el anterior porcentaje, arbitrario, que habíamos imaginado, debemos
aumentarlo al 87% de caballos aprovechables. Por cada 100 fina sangre se
pierden 13.
Porcentaje aprovechable en los deportes
De los 133 finos que tiene la Escuela y previa selección, 20 caballos actúan
en salto: 15%; 19 en adiestramiento: 15%; 10 en polo: 7,5%. Se obtiene así
un 37,5%.
Si se estudia el cuadro de premios obtenidos tanto en salto como en adies-
tramiento y que a continuación se -detalla, se concluirá con que este ganado
es de "categoría", ya que debemos suponer que sólo puede haber comenzado
a rendir después de no menos de tres años de adiestramiento, es decir, que
los 235 premios se han acumulado entre los años 1946, 47 y 48. Pero como
no todos estos caballos de condiciones especiales se recibieron el mismo año,
es que los resultados son más halagadores y sorprendentes todavía.
Cuadro de premios
los. 2os. 3os. Totales
En salto 68 49 46 163
En adiestramiento 31 24 17 72
Total parcial 99 73 63 235
Sólo 'van transcurridos seis años y ya se obtienen frutos, que por su ca-
lidad no parece posible negarlos. Considérese también que esto mismo ha obli-
gado a todo el deporte hípico en el país a cambiar el mestizo por el fino, con
la consiguiente ventaja para las mejores marcas, que hoy en día son indiscu-
tibles.
De mantenerse este ritmo, nuestro panorama hípico militar será en 1953,
es decir a diez años de la aplicación de este sistema, sobresaliente.
EMPLEOS DEL RADAR 131
Las bombas atómicas matan y hieren de siete maneras distintas. Tres años
y medio después de que fuera arrojada la primera bomba, puede ya decirse
con seguridad que no hay más clases de muertes. Cinco de ellas se encuentran
en el momento mismo de producirse el estallido y en los segundos que lo siguen.
Las otras vienen después y pueden tardar años en producir sus efectos.
Primero, tenemos el terrible golpe. El estallido atómico echa por tierra
casi todas las estructuras conocidas actualmente en el radio de kilómetro y
medio. Las deja en mal estado hasta en un radio de tres kilómetros y a veces
más. Pero, aquí nos encontramos con un "si", sin embargo. La fuerza de la
explosión hace esto siempre que estalle bastante por encima de los techos de
los edificios más altos. Si estalla en el suelo, el golpe no viaja tan lejos.
El segundo agente mortífero es el calor de millones de grados que se pro-
duce en el interior de una bomba atómica que estalla. Este calor se expande
con la rapidez de la luz, pero también desaparece rápidamente. Sin embargo,
es suficiente como para hacer arder cualquiera cosa combustible en el radio de
kilómetro y medio. Algunas cosas arden hasta una distancia de tres kilómetros
de la explosión.
El tercer agente son los rayos radioactivos. Estos son instantáneos y pro-
vienen del relámpaigo de la explosión. Los hay de dos clases, ambos igualmente
mortales. Unos son los rayos gama y los otros son los neutrones. Los rayos ga-
ma probablemente son fatales a la distancia de kilómetro y medio y causan la
caída del pelo a distancias mayores, los neutrones no viajan mucho más allá
de unos 800 metros.
El cuarto es la luz ultravioleta en forma de relámpago de gran intensi-
dad. Causa graves quemaduras en el cuerpo humano que esté expuesto a ella
hasta una distancia mayor a tres kilómetros. No mata, pero una persona que
estuviera tomando un baño de sol, podría quemarse en forma fatal.
134 MEMORIAL DEL EJERCITO.
tada. Las posibilidades de sobrevivir serían menores donde la lluvia fuera más
intensa.
Si usted se encuentra en la calle, su primer pensamiento deberá ser co-
rrer hasta la puerta más cercana. La segunda cosa será desnudarse si sus ropas
se han mojado; la lluvia atómica no puede seguirlo al interior de un edificio a
menos que sus ropas la lleven. Existen medios para limpiar esa ropa, pero
para ello se requiere un lavado especial.
En los techos, las murallas y el pavimento, los átomos radioactivos que-
darán como una película, increiblemente delgada, pero también increíblemen-
te poderosa. En su casa puede haber lugares seguros, pero, cuidado con las go-
teras. Puede estar usted a salvo en una parte de la pieza pero no en 9a otra.
El que usted escape sin daños dependerá de la guía de instructores adiestra-
dos, que, por ahora no existen. Probablemente habrá corredores libres, tanto
exteriores como subterráneos, por los cuales abandonar la ciudad. No habrá
ninguno de estos corredores completamente seguro, pero sí algunos de los cua-
les Ud. podrá pasar sin exponerse sino brevemente a las radiaciones atómicas,
sin demasiado riesgo. Tenga cuidado por donde va. No toque nada que esté a
la intemperie. No podrá permanecer largo tiempo en la ciudad porque los a)li-
mentos y el agua estarán contaminados.
En el caso de Nueva York, el centro y el Condado de Westehester tendrán
que ser abandonados. Los ríos estarán hirviendo de rayos X, y entre uno a
varios días. Cualquier barco que haya escapado a la contaminación de la llu-
via, recogerá agua radioactiva en su casco, después de unas pocas horas de na-
vegación por las vías fluviales de la ciudad.
En Bikini se encontró posible descontaminar los barcos de guerra, cacán-
doles la pintura y sus partes de madera fueron limpiadas pasándoles cepillo
hasta rebajarlas en una pulgada o más. Ninguna otra cosa dio resultados. A
los ladrillos y pavimentos no se les puede sacar la pintura. Si todas las partes
exteriores de Nueva York fueran cubiertas con una fina capa de plásticos, po-
dría solucionarse el problema y la gente podría volver, pero no antes de que se
encontrara algún medio para purificar el agua. Esto es más difícil que lim-
piar una ciudad.
Nadie podría comer peces de los alrededores de Nueva York. Los peces
continúan viviendo después de que sus cuerpos han absorbido átomos en can-
tidad suficiente como para ponerlos luminosos. No transmitirán esta radioac-
tividad a su prole.
Los problemas que van adjuntos a la posibilidad de escapar, son veinte-
nas y algunos inmensos, pero Ud. puede escapar, siempre que siga un plan y
tenga buena suerte.
Lluvia y polvo venenoso, ambos son riesgos adicionales donde haga explo-
sión una bomba atómica.
Usted puede vivir en una ciudad, en una aldea o en el campo, que no ha-
yan sido alcanzados por la concusión, el fuego a los mortales rayos radioacti-
vos de una explosión atómica. Pero si sopla el viento en la dirección de su ca-
sa, la lluvia el polvo, o ambos a la vez pueden obligarlo a abandonar su hogar
o el sector donde habita. Esta evacuación, será probablemente temporal. Pue-
de durar desde unos pocos días hasta varias semanas. La duración depende
de métodos de limpieza que no han sido perfeccionados
Las bombas atómicas no provocan lluvia pero cuando explotan en tiempo
amenazante, la lluvia arrastra hacia abajo los peligrosos átomos. Cuando ex-
plotan cerca de la tierra, succionan hacia arriba, un verdadero pilar de pol-
vo. Gran parte de este polvo es radioactivo.
EFECTOS CONTAMINADORES DE LA BOMBA ATÓMICA 137
mos enterrados que surgirían desde adentro del pasto o que saldrían a la su-
perficie portados por los gusanos. Aquéllos que viven con la preocupación ató-
mica temen más a estos riesgos que a los daños causados por las explosiones
atómicas. No hay actualmente respuesta para estos temores. Pueden ser justi-
ficados. Tiene, indudablemente, que haber medios de protección. Pero uno de
los mejores será, qué duda cabe, el alejarse de allí.
ARMAS DE GUERRA QUÍMICA DEL FUTURO 139
MORTEROS
ARMAS INCENDIARIAS
(Durante la Guerra Mundial II, el arma más primitiva del hombre —el fue-
go— fue nuevamente empleada como su arma más efectiva. Los estragos de
la bomba atómica no igualaron la devastación causada por un ataque aéreo en
masa con bombas incendiarias ni en el número de personas muertas ni en la
cantidad de propiedad enemiga destruida. Además, el costo de una bomba ató-
mica es mucho mayor que el de una concentración de bombas incendiarias.
Durante el último conflicto mundial, el Cuerpo de Guerra Química per-
feccionó dos tipos principales de bombas incendiarias (en tamaños desde dos
hasta 500 libras) y fabricó más de un billón de éstas.
El primer tipo usado fue una pequeña bomba electrónica alemana que con-
tenía una cápsula de magnesio metálico cargada con una mezcla de termita, la
que al ser incendiada derretía primero el magnesio y luego lo inflamaba pro-
vocando las llamas. Este tipo de bomba incendiaria alcanzó un alto desarrollo,
pero en el futuro, además del magnesio, probablemente se incluirá una aleación
de metales que causarán unas llamas más intensas y producirán una humare-
da nauseante. También se han hecho adelantos químicos y mecánicos que indu-
dablemente aumentarán la efectividad de este tipo de bomba.
El segundo tipo es una bomba incendiaria de dispersión, de manufactura
alemana, y que contiene gasolina gelatinosa. Esta era incendiada en varias
formas que admiten ciertas mejoras. Los pedazos de gasolina gelatinosa incen-
diados eran lanzados a considerables distancias cuando la bomba detonaba. Ha-
bía dos variedades de esta bomba — una que al detonar lanzaba porciones de
gasolina encendida en todas direcciones, y otra que lanzaba toda su carga en
una sola masa ígnea. La gasolina tiene una potencia calorífica por unidad de
peso muy alta, pero su densidad es sólo tres cuartas partes del agua. Lo que
necesitamos y probablemente desarrollaremos es una substancia doblemente más
densa y viscosa, que arda más intensamente y que tenga mayor contenido ca-
lorífico por unidad de volumen que la gasolina. La obtendremos aunque ten-
gamos que convertir el gas de mostaza en gelatina y usarlo como carga incen-
diaria. Sin embargo, existen mejores substancias incendiarias que el gas de
mostaza y probablemente las futuras bombas incendiarias serán por lo me-
nos tres veces más efectivas que las usadas en la Guerra Mundial II. Enton-
ces tendremos que construir viviendas subterráneas, pues estas nuevas y efec-
tivas bombas incendiarias serán usadas contra pequeños objetivos tácticos y
la bomba atómica y los gases tóxicos radioactivos serán reservados para usarse
contra objetives estratégicos de mayor densidad e importancia.
Es debatible si las construcciones subterráneas serán o no el único medio
defensivo, por lo menos en el campo de batalla táctico. Hombres en abrigos
subterráneos son objetivos ideales para los lanzallamas, que causan bajas sin
tan siquiera chamuscar la ropa de sus víctimas, simplemente consumiendo to-
do el oxígeno de la cueva y creando al mismo tiempo una alta concentración
de monóxido de carbono. La víctima muere rápidamente y sin dolor.
ARMAS DE GUERRA QUÍMICA DEL FUTURO 141
GASES FUMÍGENOS
En 1939 iniciamos una serie de estudios para producir neblina sintética.
Después de dos años de investigaciones, hallamos la solución en el laboratorio;
pero entonces surgió el problema de diseñar un mecanismo que la produjese
en gran escala en el campo de batalla. Se concibió una idea y se construyó un
mecanismo monstruoso que producía una liviana cortina de humo. Se facilitó
el problema de diseño al demostrarse que era posible producir una durable
cortina de humo mediante la condensación de una película de petróleo alre-
dedor de una gota de agua. Rápidamente se construyeron media docena de
maquinarias eficientes que producían humo artificial. Una de éstas fue per-
feccionada y transformada en el modelo Esso (M-l). Estaqué seguida por
un modelo más pequeño conocido como el generador M-2, que desempeñó un
papel destacado. La armada se decidió por un generador de humo artificial
de tamaño mediano designado el modelo Besler. Estos tres modelos produ-
jeron billones de pies cúbicos de humo que protegieren carreteras expuestas
y puntos de anclaje desde el norte de Africa e Italia hasta el Pacífico. Las
humaredas fueron generadas por millas cuadradas, mientras que antes de la
guerra se había empleado la unidad de artillería de 100 yardas cuadradas.
Se organizó una nueva unidad de guerra química, la compañía generadora de
humaredas, para emplear esta nueva arma. En Okinawa, las cortinas de Ura-
nio protegieron muchas embarcaciones contra los ataques suicidas japoneses,
pues a los pilotos enemigos se les hacía imposible estrellar sus aviones o diri-
gir sus bombas contra una embarcación u objetivo oculto. Con el advenimien-
to del radar las humaredas y las nubes ya no constituían defensa contra los
bombardeos de zonas. Hasta los disparos de los morteros y la artillería terres-
tre y naval fueron dirigidos por radar. Tal parecía que había terminado la
utilidad de los gases fumígenos; pero el tiempo continúa su marcha y nadie
puede predecir los acontecimientos futuros. Posiblemente en el futuro inme-
diato se desarrolle una combinación de humo y medios de interferencia contra,
radar y eventualmente se desarrolle una cortina de humo que refleje las on-
das radioeléctricas. Esto significa que las cortinas de humo del futuro serán
efectivas quizás hasta contra cohetes radiodirigidos y aparatos de radar para
la dirección de concentraciones y bombardeos. No podemos permanecer reza-
gados en esta lucha científica, pues hallaremos que nuestros cohetes radiodi-
rigidos serán desviados de su curso y vueltos a sus bases en lugar de seguir
hacia el objetivo a que fueron destinados.
G A S E S
CONCLUSIÓN
LA ORGANIZACIÓN MILITAR
Por el General J. M. SILVA PLAZAS (Colombia).
M. del e. 10.
146 MEMORIAL DEL EJERCITO.
nunca se habla. Eso es injusto y desmoralizador. No son malos los chistes res-
pecto a los abusos. Es bueno recordar al Ministro sus obligaciones en esta mate-
ria, pero no se debe criticar en forma humillante a las Fuerzas Armadas y
perjudicar gravemente su reclutamiento, su valor, su fe y por consiguiente
al país mismo. Les ruego a Uds. que sean objetivos. Si quieren Uds. darse
cuenta de los esfuerzos logrados por los cuadros que nuestras Fuerzas Armadas
de hoy día, díganmelo. Estoy dispuesto a darles a todos las facilidades para
que visiten las unidades y las Escuelas. Verán Uds. por si mismo. Verán que
hay en las Fuerzas Armadas francesas otras cosas que abusos y generales
sin comando. Hay todo lo demás, todo lo esencial, es decir mucho valor, espíri-
tu de sacrificio abnegación y sentido del deber.
Tradujo el Tte. Coronel Sr. MARCELO MARTIN.
154 MEMORIAL DEL EJERCITO.
Se sabe bastante bien hasta qué punto la situación política actual, ca-
racterizada por una tensión constante entre el este y el oeste podría dar na-
cimiento a un conflicto; no es necesario que nos extendamos en detalles. Así
pues, nuestro propósito es menor en extendernos sobre las condiciones polí-
ticas, que son bien conocidas y sí mayor en tratar los factores estratégicos que
son, aún hoy, casi totalmente desconocidos.
¿Lo que deseamos, es demostrar de qué manera se desarrollaría un eventual
conflicto entre las dos más grandes potencias mundiales, la Unión Soviética
y el bloque anglo-sajón.
No tenemos la impresión de develar un secreto cuando señalamos que una
tensión creciente divide a Europa en dos bloques antagónicos. Admitimos que
se puede considerar a Noruega, Suecia, Dinamarca, Bélgica y Francia como
incluidos en el espacio estratégico anglo-sajón y comprobar que la política
de los estados del este de Europa, se apoya abiertamente sobre la Unión So-
viética.
En un solo vistazo vemos en sus partes esenciales la situación de las otras
partes del mundo; a través del medio Oriente, donde la diversidad de políticas-
es considerarte; en la India ,en China, donde la dos bloques poseen posicio-
nes políticas y estratégicas, y donde poco sorprendería encontrar la ocasión
de una separación definitiva del mundo en dos partes, el Japón al lado de Ios-
Estados Unidos.
Cuando se comparan paralelamente los recursos estratégicos de las dos-
coaliciones mundiales que hemos definido, se encuentran las siguientes con-
secuencias :
a) Una guerra eventual pondrá cara a cara, potencias de diferente natu-
raleza; de un lado la más grande fuerza terrestre, del otro, las más grandes
fuerzas marítimas y aéreas.
b) Desde el punto de vista de la geografía, la Unión Soviétiva se en-
cuentra muy aislada, en Europa tanto como en Asia. Rusia no posee las ba-
ses aéreas ni marítimas, ni los estrechos que le permitan intervenir de una
manera decisiva en las más importantes zonas de actividad aérea y sobre Cotí
principales océanos.
c) Mientras que Moscú sería llevada a limitar sus operaciones al espacio
comprendido entre el Báltico y el Pacífico, permaneciendo en su propio terri-
torio, las potencias anglo-sajonas controlarían sin la menor traba sus comu-
nicaciones exteriores de Nueva York y San Francisco a Ciudad del Cabo y
Londres.
gico proveniente del Este y los ejércitos de los estados de Europa Occidental,
no estarían en condiciones de resistir eficazmente ese peligro.
El ejército rojo, que realizaría entonces con 200 a 250 divisiones, el famo-
so plan Schilieffen o una de sus variantes, podría alcanzar por una marcha
rápida las costas del Atlántico y los Pirineos. Pero ¿cuál podría ser el pro-
pósito estratégico final de tal operación? Según toda verosimilitud el de al-
canzar la entrada oeste del Mediterráneo, es decir, Gilbraltar.
Es necesario, de cualquier manera, remarcar que la geografía de la pe-
nínsula ibérica no permite un pasaje rápido de la guerra relámpago y que la
posesión de Europa occidental y de España no es útil si el asaltante no ha po-
dido hacer pie al mismo tiempo sobre la costa norte de Africa, principalmente
en Marruecos.
De cualquier manera que se desarrollen las operaciones en Europa occi-
dental, tal avance del ejército rojo desde el «Elba hasta los Pirineos o hasta
Gibraltar estaría gravemente amenazado sobre su flanco derecho. La Escan-
dinavia constituiría una saliente amenazante. Así podemos preguntarnos si
una maniobra tal podría ser cumplida si no estuviera precedida por una toma
de posesión de Suecia y Noruega.
Pero hay otro territorio que constituiría una amenaza para esa estrate-
gia; las islas británicas. Y la más importante lección que ha dado la última
guerra es que para el que no controle Gran Bretaña, la invasión de Europa
no presenta seguridad. En este momento la superioridad técnica del mundo
anglo-sajón tomaría toda su importancia. El comando sovietico dispondría
de un inmenso ejército, pero estaría en estado de inferioridad en el aire y so-
bre el mar. En el caso de que no controlara Escandinavia, sus chances de invadir
las islas Británicas serían más reducidas aún que las que tuvo Hitler cuando
llegó a Calais
Por otra parte, es desde todo punto inverosímil que el comando soviético,
que estaría tanto en el mar como en el aire, dominado sin remedio por Jas
fuerzas anglo-americanas en el triángulo Scapa - Flow - Trondhein - Calais,
puede tener éxito en su empresa.
La segunda guerra mundial ha probado a este respecto, de manera elo-
cuente, que en el caso de un conflicto internacional, la posesión de Europa
ESTRATEGIA DE UNA GUERRA FUTURA 159
Occidental está en sí misma, muy lejos de ser, desde el punto de vista estra-
tégica, una etapa decisiva.
Tales serían más o menos las grandes líneas estratégicas de una guerra
futura en la cual las armas mortíferas tendrían un carácter de horror mucho
mayor aún que el de la segunda guerra mundial.
Esta segunda guerra mundial fue perdida no solamente por Alemania sino
por toda Europa. Y un nuevo conflicto significaría la extinción total y defini-
tiva de la civilización europea.
El mundo pone hoy toda su esperanza en el feliz resultado de una con-
ferencia de paz. Pero sea cual fuere la conclusión de los debates no se puede
esperar, otro resultado que una paz armada. Y una paz armada será necesaria-
mente un período de inestabilidad económica y política durante él cual la re-
construcción de Europa estará frenada.
Por otra parte, es necesario contemplar que al finalizar todo período de
paz armada, surgen perpetuamente, nuevos conflictos.
¿Dónde puede Europa encontrar un medio de protegerse contra una nueva
guerra? En la unión de los europeos, que es lo único que podrá salvarnos de
esta última catástrofe.
Y este artículo habrá llenado plenamente su finalidad si ha iluminado un
peligro que pesa sobre nosotros los europeos, pero cuya amenaza no se reali-
zará necesariamente.
M. del E. 11.
162 MEMORIAL DEL EJERCITO.
En lugar de hacer descansar la seguridad del mundo sobre los pies, sería
mucho más seguro darle un tercer pie y ese debe ser una Europa Federal.
Nadie debe ver en esa evolución política un peligro de guerra, sino por
lo contrario, un factor de paz sincera y durable.
De la "Revista Nacional de Aeronáutica". Argentina.
LA OBRA "LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL... 163
LA DIRECCIÓN.
NUEVAS OBRAS ADQUIRIDAS POR LA... 167
Obsequio del Ejército, como el que hace poco meses atrás forjara con vo-
lutariosa destreza y con sudores, Nilo Floody, el pentatleta mundial de la Raza.
Latina, y la cooperación al brillo internacional del basket ball chileno, de
Hammers y Gallo.
Ahora sería el caso cambiar las estrofas del coro del Himno de la Escuela
Militar, porque las "CIEN AGUILAS BRAVAS", están haciendo grande a
Chile, en el "MUNDO ENTERO".
HOMENAJE DEL EJERCITO AL CAP.... 183
La tribuna Oficial, presidida por el Sr. Ministro de Defensa, Gral. Sr. Guillermo Barrios,
acompañado por los Grales. Sres. Horacio Arancibia Laso, Humberto Luco M.,
Teófilo Gómez y Walton Ojeda.
El Presidente del Consejo Nacional de Deportes hace entrega al Capitán Alberto Larraguibel
de un pergamino recordativo de su hazaña
El Alcalde de Providencia Sr. Raúl Ventura coloca al Cap. Larraguibel una medalla de la
I. Municipalidad de esa Comuna. Inmediato se ve el caballo "Huaso" y su ordenanza.
HOMENAJE DEL EJERCITO AL CAP.. .. 185