1949 Enero Febrero

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ENERO - FEBRERO DE 1949.

MEMORIAL
DEL

EJERCITO DE CHILE
Revista bimestral

Organo divulgador de cultura militar, publicado bajo la


autoridad del Estado Mayor General del Ejército.

Oficinas; Alonso Ovalle 1187 — Teléfono 65271 — Anexo 223


Director de la Revista: Tte. Coronel Jorge Armas Cruz.

AÑO XLIII Nº 22.8 ler. Semestre

SUMARIO:
Pág.

1.—Un Record mundial pura Chile 7


1 a.—El Año Nuevo de la Patria Nueva.—La Dirección 9

TECNICA MILITAR.
2.—La operación de la línea Interior y las tropas aerotransportadas.
—Por el Mayor Eduardo Carrasco Vilches 13
3.—El Servicio del Trabajo,—Por el Mayor Luis Carvajal Reyes 20
4.—Educación moral del soldado para la guerra.—Por el Capitán Ser-
gio Barros Larraín 30
5.—Unidades especiales de montaña.—Por el Tte. Crl. (español) Sa-
grado Marchosa 42
6.—Ideas sobre la organización militar de una nación y sobre el mando 51
7.—Adiestramiento de Oficíales para el ejercicio de un mando com-
binado.—Por el General S. William Slim.—Gran Bretaña 60

(a la vuelta)

Imp. I. G. M. O/T.-51. 49.


Pág.

8.—El Grupo de Ejércitos británicos en la campaña 1941-45 del noroeste


europeo.—Por el Mariscal Bernardo L. Montgomery 67
9.—El Paramericanismo en el cuadro general de la civilización occidental.
—Por el Coronel J. B. Magalhaes 91
10.—La Penicilina y su empleo en medicina veterinaria.—Por el Mayor
Veterinario Joaquín Weltz 112
11.—Derechos de Chile sobre la Antártica.—Por Caupolican Casanueva 119

INFORMATIVO MILITAR,

12.—Los caballos de eliminación y el Ejército.—Por el Mayor Hernán


Vigil S 129
18.—Empleos del Radar.—Por el Capitán Harald Sievers F 131
14.—Efectos contaminadores de la bomba atómica.—Por Heward W.
Brakeslee 133
15.—Armas de guerra química del futuro.—Por el Coronel D. M. E.
Barker
139
16.—La Organización Militar.—Por el Gral. J. M. Silva Plazas 141
146
17.—Por la libertad de los mares.—De la Revista "Ordrance"
18.—Estructura de la Defensa Nacional Francesa.—Por P. H. Teltgen 148
19.—El Instituto de Altos Estudios de Defensa Nacional de Francia.
— Por Georges Marey
154
20.—Estrategia de una guerra futura.—Por el Teniente Crl. F. O.
Miksche
156
21.—La obra "La Segunda Guerra Mundial — La Política y la Estra-
tegia".—Por el Tte. Crl. Julio Campo Sepúlveda
163
22.—Nuevas obras adquiridas por la Biblioteca del Estado Mayor General
del Ejército
167

CRONICA.

23.—Tercera expedición chilena a la Antartica 169


23 a.—El Capitán A. Larraguibel bate el record mundial de salto alto 172
23 b.—Una estatua invisible.—Por E. A. M 181
23 c—Homenaje del Ejército al Capitán A. Larraguibel 183
24.—Premios a los escritores militares del año 1948 188
El Capitán Alberto Larraguibel, Recordman Mundial de Salto Alto, con 2,47 m. montando
el caballo "Huaso".
UN RECORD MUNDIAL PARA CHILE 7

UN RECORD MUNDIAL PARA CHILE

Esta revista es, en su esencia, el trasunto del pensamiento profesional que


debe dejar huellas doctrinarías y mover al constante perfeccionamiento del in-
telecto y del espíritu militar, por lo que, los sucesos de crónica meramente na-
rrativo», si encuentran cabida en sus páginas, es para dejar constancia crono-
lógica y más objetiva de ellos, y para estimular a sus actores distinguidos.
Sin embargo, en esta ocasión, él Memorial del Ejército de Chile, tiene el
alto honor de honrar sus páginas con un hecho deportivo ecuestre que ha sig-
nificado, además de ofrendarle a la patria "su primer record mundial" por
intermedio de uno de sus oficiales, la síntesis maravillosa de la tradición del
arma de Caballería que sabe ir conquistando metas de superación constante,
en conjunción con el amor a Chile y ala institución; con la fe en su arma; con
la disciplina rigurosa de su escuela ecuestre, auténticamente nacional; y, con
la austera modestia que yema en sus triunfos desde la savia del cumplimiento
del deber.
Esta hazaña portentosa, cuya flor de oro pertenece al señor Capitán Alber-
to Larraguibel Morales y a su caballo "Huaso", es el vértice lógico resultante,
que ¡excluye todo azar de buena suerte de nuestra raza de jinetes y de la labor
de la Escuela do Caballería que, trabajando silentemente ha sabido, desde su
fundación, hacer resonar el nombre de Chile y el prestigio de sus Caballeros del
Ejército en justas internacionales contra los más calificados equitadores del
mundo, y en rivalidad do escuela con la de países de histórica prosapia ecuestre,
militar y civil.
La satisfacción medular es saber que este triunfo fue deliberadamente cons-
truido con paciente e infatigable constancia; con enorme voluntad, enfocando
la técnica, la ciencia, el arta, la experiencia y todas las virtudes y potencias del
alma militar y del jinete, para fundir en una sola pieza vencedora a un hom-
bre y a un corcel, con el mismo corazón y el mismo ideal.
Trabajo de, muchos escogidos, desde el jefe hasta el caballerizo. Influencia
rectora cotidiana, hasta del clarín, porque de sus notas de bronce, a veces ruti-
narias, saltaba el eco de los que tocaron en las horas que dieron estatuas ecues-
tres a la gloria chilena en los campos de batalla.
Es el triunfo de un método que no busca campeones porque sabe que tiene
que producirlos sin buscarlos. Y, sistema, significa en nuestra institución el cau-
ce orgánico, consciente, del deber de obtener mejores resultados. Por eso, des-
pués de coronar con el laurel olímpico a estos vencedores hay que meditar con
satisfacción orgulloso y sencilla complacencia propia del alma del soldado, de
que el Ejército de Chile, con sólo seguir en su senda de trabajo ya trazada, sabrá
poner su alma triunfadora en las representaciones nacionales que le toquen,
para ornar tú altar de la patria con galardones que vigorizarán también las
fuerzas anímicas del resto civil de la República, por las proyecciones exteriores
de sus éxitos.
El que describa en el futuro la performance mundial del Capitán Larra-
guibel, para ser justo, tendrá que buscar la raíz de su triunfo en la historia
secular de una raza ecuestre como la chilena, y terminan, más que una narración
admirable, una biología del deber y del esfuerzo, para honrar a ese mismo deber,
tal como lo estilan entre los que llevan el uniforme de los defensores militares
de la patria.
8 MEMORIAL DEL EJERCITO.

El Ejército ha izado el tricolor victorioso de sus jinetes, en las capitales


y ciudades más famosas del orbe; ha hecho fulgurar el escudo chileno de sus
representantes juveniles, en otras pruebas atléticas mundiales, y siempre con
el perfil de victorias espartabas dignamente austeras para, el juicio propio.
Aspectos que revelan que el éxito, por detonante que sea, está en su clase ven-
cedora. Secuelas, para el tiempo de paz, de las apoteosis de los tiempos de
guerra. Conciencia de la dignidad profesional que sabe podar toda euforia de
júbilo, por muy justo que fuera, aliando el máximo representante del Ejército;
el señor Ministro de Defensa Nacional, General don Guillermo Barrios Tirado,
al dar cuanta al Supremo Gobierno de la República, de la proeza mundial, usa
un estilo parco y solemne, que de hacerlo gráficamente representaría a un
soldado que mano a la visera, bien cuadrado, con voz firme y clara, mirando a
los ojos de la patria, dijera: "Doy cuenta a Chile que, el 5 de febrero de 1949,
en Viña del Mar, a las 5 y 59 minutos, el Capitán de Caballería Alberto Lairra-
guibel montando el caballo "Huaso" y saltando en altura 2.47 metros, cumplió
con su deber al conquistarle a su patria su primer record mundial".
El Memorial del Ejército de Chile, se asocia al entusiasmo nacional y a la
satisfacción profesional por tan portentosa hazaña, y es por ello que le ha dado
cabida en sus páginas de honor, a tan magno suceso. Dejar constancia de estos
hechos, es escribir con letras de bronce eterna, para ejemplo del mañana, del
Ejército y de su noble arma, del parche celeste.
LA DIRECCION.
EL AÑO NUEVO DE LA PATRIA NUEVA 9

EL AÑO NUEVO DE LA PATRIA NUEVA

Finalizaba el año 1817, cuando una nave corsaria chilena que volvía de
capturar don 25 hombres a toda una fragata bajo las barbas de la guarnición
y los cañones de Arica, y poco más tarde a un bergantín, junto con recibir el
júbilo y el orgullo de Valparaíso, regalaba en trueque la noticia que el Virrey

General don Bernardo O'Higgins.


10 MEMORIAL DEL EJERCITO.

Pezuela estaba terminando el embarque de otra expedición reconquistadora al


mando de su yerno el Brigadier Osario, Desde el puerto galopó la noticia hasta
el Bío Bío, y allá se clavó entre las cejas rubias del Director Supremo, General
O'Higgins como dardo de preocupaciones, ya que la fiera resistencia de Ordo-
ñez en Talcahuano, durante casi un año, aseguraban al invasor anunciado un
cómodo desembarco y le dejaban, si quería, la opción de hacerlo en otros pun-
tos de la costa y más cercanos a la capital.
Era el fin del año 1817, con pleno diciembre que parecía corro- con botas
de siete leguas las últimas horas hasta San Silvestre. Sol esplendoroso y risa
de flores y frutas en jardines y huertos donde yemahan los villancicos del Ni-
ño Dios pascueta, y las esperanzas para que el nuevo 1818 fuera el año de li-
bertad definitiva. Nunca fue más urgida y dramática la situación del General
O'Higgins ya que, por encima de su responsabilidad militar que hubiera re-
suelto lanzándose al combate con su pecho desnudo; era el Gobernante máximo
obligado a interpretan el alma naciosal y la conciencia soberana del naciente
Estado, y a, exigir la salvación de la libertad de Chile por sobre todas las cosas.
En el recuerdo, cuanto más tibia debió parecerle la nieve del lejano diciembre
londinense que heló las huellas tristes del pequeño Bernardo Riquelme después
del rechazo de sus apoderados "Spencer and Perkins", que este otro, de pleno
verano, que traía arreboles de sangre y noches barnizadas por las fogatas de
pueblos en el éxodo.
La forma somera de tratar a nuestra historia patria y de enfocarse, cuan-
do más, en la anécdota que hace tradición, o en dos o tres batallas cumbres, o
en determinados héroes, ha pasado por alto la ocasión de ahondar en lo gran
crisis material y espiritual que para la Patria Nueva significó la llegada del
vencedor de Rancagua, y de cómo la identificación del espiritu indomable del
General O'Higgins con el alma de los pobladores del sur demostraron que un
sentido libérrimo se había hecho mística y conciencia popular.
En efecto, acordada la retirada de todas las tropas patriota desde frente
c los bastiones realistas de Talcahuano hasta la línea del Maule, se hacía nece-
sario entorpecer lo más posible el avance de Osario hacia el norte, tomando
coma base principal que aprovecharía la cabeza de playa que el bravo y terco
Ordóñez había mantenido desde Chacabuco adelante; aunque no se descartaba
la posibilidad que pudieran desembarcar en otros puntos de la costa más cer-
canos a Santiago, contra lo cual se instaló el campamento del Ejército del Cen-
tro en "Las Tablas", junto a Valparaíso y con vigilancia hasta la desemboca-
dura del Maipo.
Pero si estas medidas eran la parte militar había que pedirle a la pobla-
ción patriota sureña el más grande de los sacrificios que lindaba en la tragedia
material y cuya prueba bien podría adjetivarse como "de fuego" y en donde
acrisolarían la superación de sus ideales y fe en la libertad.
El pregonero, no trizó su voz al gritar las palabras de O'Higgins:
"La Patria, exige de vosotros este gran sacrificio. El enemigo no debe hallar
" en su tránsito más que un desierto, casas sin pobladores, campos sin semora-
" dos y sin gateados. El Ejército os amparará en las marchas y nuestros her-
" manos, del norte os recibirán hospitalariamente hasta que el suelo de Chile
" quede libre de los que intenten someterlo otra vez a la odiada servidum-
"bre" como, tampoco, no se trizó el alma de los que ésto oyeron.
Poco después, dos columnas de éxodo: una, por el camino que hermanaba
el Itata, y otra, que seguía el camino real al norte, comenzaban a escribir, paso
a paso, la epopeya civil de un exilio voluntario a través de la patria, mientras
EL AÑO NUEVO DE LA PATRIA NUEVA 11

los cendales de llamas y cenizas unían la tierra con el cielo, ensombreciendo los
fulgores de la nueva estrella solitaria recién colocada en el estandarte de Chile.
Siempre han maravillado los dramas majestuosos de los campos arrasados
para hacer el vacío vital a los invasores y cuantos, en historias extranjeras, han
creído que estas actitudes eran ejemplos únicos, sin saber o recordar que nues-
tro pueblo supo en horas decisivas y cruciales juntar con la sangre de los suyos
caídos en el campo de batalla el gesto de las caravanas que guardaban sus lá-
grimas y oyes, con la estoica terquedad de quienes saben que hay que dejar
atrás la noche triste para alcanzar el alba de las nuevas victorias.
Más de cincuenta mil almas, desde la cortadura verdinegra del Bío Bío,
abandonaron el terruño donde por más de dos siglos fundaron estirpes del te-
rruño. Antes de irse, campos feraces fueron talados, y sembrados con sal de
lágrimas orgullosos para dar cardos de revancha, así como en Rancagua, tres
años antes, desde la carne de los muertos subió la florescencia del penacho de
palmas de Chcabuco. Hombres y mujeres, niños y ancianos, en largas filas de
carretas y cabalgaduras, o a pie mismo, herido por el pedruzco caldeado del
verano, serpenteaban hacia el norte, mientras las rubias sementeras y los trojes,
las casonas de viga artesonada y las ranchas de colihues viejos, crepitaban sus
llamas pintando un telón de fondo cárdeno y sombrío.
La revancha de Maipo para Cancha Rayada comenzaba entonces. Y otra
vez, amasando la gloria con: penurias, y cenizas, y fuego, y sangre, y llanto sin
lágrimas. El año nuevo de 1818, daba el primer vagido, mientras un pueblo se
iba, más que con sus lates, con su sacrificio a cuestas como mochila del combate
el mañana. En Talcaruano, las baterías, de Ordóñez saludaban a las naves de
Osorio relampagueando con júbilo de pólvoras, sin embargo, la Historia busca-
ba entre los incendios del paisaje la tinta para escribir el libro del futuro, y
en la hora donde abrocha el tiempo infinito uno con otro año de los hombres,
eran los perfiles de O'Higgins y del pueblo en marcha, medallones iguales pa-
ra estampar en los altares de Chile Ubre, soberano, e indomable.
LA DIRECCION.
LA OPERACION DE LA LINEA INTERIOR Y LAS TROPAS
AEROTRANSPORTADAS
Por el Mayor EDUARDO CARRASCO VILCHES.

Aun cuando en esta última guerra, se demostró que algunos procedimien-


tos de combate han sufrido, transformaciones, las OPERACIONES y las AC-
CIONES MISMAS en su esencia no han variado. Los principios que las regían,
se mantienen y los nuevos medios y elementos empleados en el combate no han
demostrado otra finalidad ni han tenido otro resultado que el de apresurar la
decisión, manteniendo en todas sus partes sus características clásicas.

Si la finalidad de los nuevos medios y elementos empleados, es apresurar


el aniquilamiento adversario, acerca la victoria, aquellas operaciones que son
basadas en los factores "Espacio" y "Tiempo", lógicamente se verán afecta-
das por el ejemplo de estos medios.
Una de estas operaciones es la denominada "OPERACION EN LA LI-
NEA INTERIOR", que el texto de estudio de la Academia de Guerra la defi-
14 MEMORIAL DEL EJERCITO.

ne como: "Es aquella operación que ejecuta el beligerante que está en posición.
central con referencia a contrarios colocados en la circunferencia",
Se trata, en comsecuencia, de operar contra un enemigo colocado en la peri-
feria y por consiguiente, superior en número, que tiene sus fuerzas agrupadas
en diferentes zonas, en condiciones de atacar en forma convergente, con gran
superioridad conjugando el esfuerzo de todas las agrupaciones armónicamente.
Aquel adversario que está en una posición central, debe buscar la forma
de batir a los núcleos que lo rodean, separadamente impidiendo el apoyo mu-
tuo entre ellos, circunstancia que implica:
1) Buscar la superioridad relativa en uno de los frentes, para batir uno
de los núcleos adversarios primero, y
2) Mantener amarrados a los demás impidiendo un apoyo o refuerzo a
aquél donde se busca una decisión. Lograda ésta en forma favorable, poder
trasladarse con su masa a otro de los frentes y efectuar la misma operación una.
vez afianzada Ja superioridad relativa, consiguiendo así el aniquilamiento ad-
versario, numéricamente superior, por el empleo de medios más potentes, más
veloces y por un material humano capaz y audaz.
La operación en la ''Línea Interior" mirada desde el aspecto estratégico,
es aquella que se realiza en DOS o MAS frentes.
En el aspecto operativo, es impuesta por el concepto de "Situación Geo-
gráfica".
Generalmente involucra una inferioridad numérica y en consecuencia su.
planeamiento, debe basarse en hechos y antecedentes concretes, para lo cual es
necesario un estudio minucioso de los siguientes factores:
1.°—Tiempo y espacio.—Necesario para lograr la decisión en el frente ele-
gido antes que otras fuerzas puedan intervenir en refuerzos de aquellas que
fueron elegidas por el adversario que se encontraba en el centro y que ocasio-
nalmente son inferiores .
2.°—Terreno disponible.—Para asegurar el buen éxito de la operación.
3.°—Fuerzas en juego.—Con el objeto de lograr la superioridad relativa
en el punto decisivo.
4.°—Actividad permanente.—Para asegurar el éxito sobre un núcleo o fren-
te antes de volverse contra el otro.
De un breve análisis de estos factores, se puede deducir que un país que
por su mediterraneidad o por sus numerosos vecinos, se vea abosado a resolver
su problema BELICO-ORGANICO basándose en los factores geográficos que
influirán en las operaciones y en la potencialidad de sus efectivos.
Considerando esta operación en el campo estratégico, o sea pensar en una-
guerra en DIOS o MAS FRENTES, es indispensable la existencia de un OBS-
TACULO NATURAL por lo menos en uno de los frentes, para que aquel con-
tendor que se encuentra en situación central, pueda con un mínimo de efecti-
vos contener al adversario apoyándose en él mientras logra la decisión en el
otro, donde está el adversario más peligroso, el más poderoso o simplemente
donde está aquél que el Alto Mando resolvió aniquilar primero.
El espacio entre estos dos o más frentes de combate, debe ser determinado
considerando diversos factores, como ser:
a) Que traducido a tiempo, permita la realización de la maniobra planea-
da, sin que los resultados de una de ellas vayan a perjudicar a la otra.
b) Que en caso de un resultado desfavorable allí donde se había dejado el
mínimo de tropas, no vaya a influenciar de inmediato en donde se realiza la.
operación principal.
LA OPERACION DE LA LINEA INTERIOR Y LAS... 15

c) Que una vez logrado el buen éxito en el frente en que se busca la deci-
sión, pueda realizarse el transporto de tropas en un mínimo de tiempo, antes
que el adversario pueda reorganizarse y reforzar ese nuevo frente principal.
d) De estas exigencias, se observa la necesidad que existan VIAS COMU-
NICANTES de suficiente rendimiento y calidad entre los diversos frentes de
combate, con el objeto de lograr la OPORTINIDAD y la RAPIDEZ de los
desplazamientos de las fuerzas, los abastecimientos y los medios.
Si se analiza esta operación en el marco operativo, se puede comprobar
que estos factores influyen en forma mucho más drástica, puesto que el tiempo
requerido para su desarrollo es menor. De allí que un país que se encuentre
abocado al problema de la LINEA INTERIOR, deba buscar la solución de él;
en la posesión de buenas y seguras vías de comunicación y el aprovechamiento
al máximo del obstáculo geográfico.

En nuestro Continente, cuya característica es la pobreza de las vías de


Comunicaciones, el poco rendimiento de los ferrocarriles, y la poca capacidad
de tonelaje marítimo de las flotas, hacen que la solución del problema se bus
que en forma diferente como lo hicieron en el continente europeo los alemanes
que siempre estuvieron expuestos a la guerra en dos frentes.
Por otra parte, hay que considerar que los sistemas políticos existentes,
nunca podrán ser influenciados para que sus resoluciones sean determinadas
por factores estratégicos, los factores económicos, políticos y regionales, ten-
drán siempre la mayor importancia y el aspecto bélico será siempre motivo de
recelo y de importancia muy secundaria.
Luego de estas exigencias de la operación, de la realidad geográfica y po-
lítica del país, se pueden lograr algunas conclusiones:
1.—Que el problema bélico, aun cuando en el mundo se ha ido formando
una conciencia, que no es problema de las Fuerzas Armadas solamente, sino
del país entero, entre nosotros dista mucho aún la formación de esa conciencia
ciudadana.
2.—Que la guerra no se extermina por la existencia de pactos continenta-
les ni porque organismos jurídicos mundiales la prohiban.
3.—Que la guerra aparece en cualquier momento y que ni las relaciones
más cordiales entre los países ligados por pactos, son capaces de contenerla,
cuando los intereses de uno se ven amagados por otro.
4.—Que la guerra sólo se evita a costa de jirones del patrimonio y sobe-
ranía nacional.
5.—Que en consecuencia, entre nosotros, serán las Fuerzas Armadas, las
que deban seguir preocupándose solas de la solusión de los problemas y por lo
tanto deben perseverar en la búsqueda de ella.
6.—Que la solución del problema Bélico-Orgánico, hay que buscarla en la
GEOGRAFÍA, o sea, considerando la SITUACIÓN y la POSICIÓN GEO-
GRAFICA; las fronteras y los vecinos que circundan al país, ya que es sabido
que en los estudios militares, siempre los vecinos hay que analizarlos como po-
sibles adversarios y buscar una solución adecuada al pero de las posibilidades,
sin confiar exageradamente en posibles alianzas, ayudas, o en intervenciones
de organismos jurídicos internacionales, cuyas resoluciones son generalmente
tardías, como fue el caso de Polonia en el último conflicto, que confiaba en la
intervención oportuna de Francia e Inglaterra.
7.—Si consideramos en otros casos particulares, observaremos que nues-
tra situación geográfica nos indica que nos encontramos afrontados a resolver
el problema denominado "OPERACIÓN DE LINEAS INTERIORES", y que-
si es verdad contamos con un obstáculo de incalculable valer, hay dos faetones
que nos son altamente adversos: las vías comunicantes y los medios, y la estre-
chez del territorio.
La guerra moderna, aun cuando en el Continente Sudamericano, no llega-
ra a tener la intensidad de la mostrada en el europeo, por la gran extensión
de los Teatros de Operaciones, su reducido número de combatientes y su limi-
tación de medios, mostrarán peculiaridades propias algunas de las cualidades
ya conocidas.
En la guerra moderna las primeras acciones bélicas corresponden a la.
Fuerza Aérea, en su misión estratégica de lesionar al adversario en sus "Ba-
ses", sus fuentes de producción, en la moral de su pueblo, en el retardo de su
movilización militar y en el aniquilamiento de Fuerzas Aéreas adversarias, co-
mo primer objetivo, con el fin de evitar que en el propio territorio efectúe el
adversario lo que nosotros quisiéramos realizar en el de él. Luego, en todo mo-
mento debe tenerse en cuenta que la existencia de una Fuerza Aérea es de im-
portancia capital, ya que aun cuando el objetivo político de un país sea el de
mantener la integridad territorial, sabido es que la mejor defensa antiaérea
es una buena aviación como única forma y garantía de asegurar la existencia
de los centros poblados y el desarrollo de las Instituciones.
Todo plan que se elabore, debe ser considerando una acción previa de la
Fuerza Aérea.
La guerra ha demostrado que el binomio EJERCITO-AVIACIÓN o AR-
MADA-AVIACION, son inseparables, luego, todas las operaciones que se pla-
neen o proyecten deben efectuarse tomando en cuenta esta característica.
Por otra parte, como técnica de órdenes y escuela de mando, debe acostum-
brarse a todos los Comandantes, por lo menos del Escalón "Unidad de Comba-
te" hacia arriba, a ordenar siempre pensando en la maniobra o acción tridi-
mensional.
Pensando en nuestra situación geográfica, se puede llegar a La conclusión
de que cualquiera de las hipótesis que se considere, siempre estaremos enfren-
tados a buscar la solución del problema de "LA LINEA INTERIOR".
Los factores: Obstáculos, tiempo y espacio y vías comunicantes son todos
conocidos y si bien es cierto que algunos nos son favorables otros nos son per-
judiciales para encontrar la solución oportuna y adecuada al problema, de
allí que sea el elemento aéreo el que cobre importancia por la rapidez de sus
desplazamientos y por su capacidad de transportes, ya que en un tiempo míni-
mo puede trasladar tropas, medios y bastimentos de un punto a otro, permitien-
do así el logro de la superioridad requerida donde se busca o se quiere la deci-
sión y el aniquilamiento enemigo.
Si despendemos al escalón operativo, la importancia aérea en es sentido,
se acentúa más, ya que por el menor espacio que existe entre los diferentes
frentes de combate, el tiempo que se requiere para llegar de uno al otro, tam-
bién es menor, luego, debe poder contarse con los medies necesarios para con-
trarrestar la superioridad del adversario que nos ha obligado a esta operación
y en nuestro caso, SERIAN LAS TROPAS AEROTRANSPORTADAS, LAS
MAS Í N D I C A D A S para ello, ya que debido a su gran rapidez de transporta-
ción, contrarrestarían la inferioridad numérica general, Logrando la superiori-
dad relativa en un punto determinado.
Un caso de esta última guerra, que podría servirnos de ejemplo, es el que
vivió Alemania frente a Leningrado en el invierno de 1941-42, cuando el fren-
te alemán se extendía, formando un semi-círculo desde Oraniembaum en el
Golfo de Finlandia, hasta detrás de Schusselburg en el Lago Ladoga.
La línea alemana era extensa, pero de una densidad eficiente. Los rusos
que conocían esta situación, decidieron romper frente al Neva y después de una
preparación de artillería, lanzaron al asalto los regimientos de obreros de Le-
níngrado, logrando romper la línea germana.
Los alemanes al ver el peligro del dispositivo, por la cuña que se le había
introducido y ante la imposibilidad de enviar refuerzos por tierra con la ur-
gencia que la situación exigía, no tuvo otra solución el problema que el empleo
de las tropas aerotransportadas.
La División Aerotransportada, que estaba de reserva, fue empleada para
cerrar la brecha abierta.
Este ejemplo que aun cuando el empleo clásico de las tropas aerotranspor-
tadas no es ese, en nuestro caso particular, muchas veces le corresponderá efec-
tuarlo, ya que en frentes muy separados o extensos, la mejor "seguridad" se-
logrará disponiendo de RESERVA MÓVILES.
Luego, como consecuensia y como una de las mejores formas de lograr
que esta operación sea flexible y que el Comandante tenga medios disponibles
o en la mano para solucionar satisfactoriamente una situación imprevista, na-
ce la necesidad que existan UNIDADES AEROTRANSPORTADAS, entrena-
das y capaces por sus medios de desempeñarse con abierto y eficacia llegado el
momento de su empleo.
Por otra parte, suponiendo que los posibles adversarios posean mayor can-
tidad de efectivos es lógico pensar que traten de hacer fracasar la operación
antes de su iniciación, inmovilizando los núcleos por ellos conocidos, puesto que
nuestra realidad geográfica hace que las vías comunicantes terrestres sean de-
masiado vulnerables a acciones aéreas o de sabotaje, por lo que infiere que
en el aspecto operativo por lo menos, será la aviación de transporte la que ami-
nore este inconveniente, pero para ello necesita de formaciones de seguridad
y combate que le permitan llegar con su convoy al objetivo, lo que en otras pa-
labras, significa existencia de UNIDADES ORGANICAS A E R O A N S P O R -
TADAS.
M. del E. 2.
Como características de esta operación que es a la cual está abocado nues-
tro país, exige los siguientes requisitos:
1.º—Mando unitario.—Con el objeto de lograr armonía en las actividades
y poder así conjurar los diversos factores o influencias extrañas que interven-
gan, con oportunidad.
Este Mando Unitario se refiere, tanto al Escalón Fuerzas Armadas, a loa
Operativos en los diversos Teatros de Operaciones, o al aspecto táctico en las
zonas de combate.
Cuando se logre conformar la mentalidad de su existencia, sólo veremos
que operaciones combinadas de desembarco, aerotransporte y prolongación del
tiro artillero por el avión, lograrán verdaderos resultados porque siempre una
fuerza cooperará y ayudará a la otra.
2.º—Flexibilidad del dispositivo.—Con el objeto de prevenir y reparar
Cualquier eventualidad, o sea, que el Comandante de las Fuerzas Armadas, de
Teatro de Operaciones o de las tropas, según sea el caso, pueda trasladar fuer-
zas donde las estime conveniente y necesarias con la rapidez y oportunidad
debida.
3.°—Comunicaciones y enlaces expeditos.—Par lograr la oportunidad y
que el mando baga sentir su influencia rápida y directamente, cumpliendo así
el principio orgánico de Autoridad de Mando.
4.°—Audacia y espíritu resuelto, en todos los Comandos, en los diversos
escalones, ya que es sabido que esta operación es impuesta por la situación geo-
gráfica y por la inferioridad numérica; consecuencialmente, la audacia y la
rapidez muchas veces pueden conseguir grandes y decisivos éxitos y ¿qué tropas
pueden tener más audacia y mayor espíritu resuelto que las aerotransportadas?
No se debe olvidar tampoco que una de las muchas enseñanzas de esta úl-
tima guerra, es el hecho en el que están de acuerdo militares y hombres de
ciencia, que ni los proyectiles radiodirigidos y ni la bomba atómica decidirán
por sí solos las guerras; siempre será necesario que el hombre se enfrente a su
adversario, que explote las ventajas obtenidas rápida y despiadadamente y por
último que ocupe físicamente cualquier territorio conquistado para que inde-
fectiblemente gane la decisión final.
El Coronel español de Estado Mayor don VICENTE GUARNER en una
publicación decía: "la defensa futura de las Naciones habrá tal vez que enco-
mendarla a los siguientes elementos escalonados:
1.º—"Escalón de sirvientes encargados de lanzar los grandes proyectiles
transcontinentales y trasfronterizos.
2.°—" Un escalón y "Ola de bombardeo", a base de aparatos sin piloto prin-
cipalmente.
3.º—"Un escalón de aerotropas y de fuerzas rápidas blindadas encargado
de posesionarse del territorio destruido.
4.—"Los ejércitos y flotas de ocupación total y de organización corriente
apoyados por aviación ordinaria " la ruptura de frentes (fortificados
o no), sigue siendo una realidad. El principio básico "Avión - tanque - cañón -
ametralladora - buque de guerra", continúa siendo una realidad".
La opinión de este distinguido profesional español, confirma el acertó con
que inicié este trabajo, que la cooperación entre los diversos elementos de las
Fuerzas Armadas, será la única que nos conduzca a la victoria y especialmen-
te a nosotros que para darle una solución adecuada a nuestro problema, debe-
mos pensar siempre en mando tridimensional; formarnos el concepto de la ne-
cesidad del Mando Unitario, el criterio institucional no debe obstaculizar la
resolución de los problemas orgánicos de interés general o nacional.
El problema orgánico en el Ejército es el de proporcionarle la "movilidad"
necesaria para que actúe en forma adecuada y oportuna en la operación para
LA OPERACIÓN DE LA LINEA INTERIOR Y LAS... 19

lo cual se debe organizar. El hecho de organizar esta herramienta para el fia-


en el cual se ha de emplear, puede llegado el caso, ser causal más que suficien-
te para formación de causas y procesos tanto o más graves que el de RHIOM,
por otra parte, no se debe tampoco olvidar que CRIMINALES DE GUERRA,
SON LOS QUE PIERDEN.
Es indispensable que las Unidades posean una gran capacidad rodante pa-
ra lograr así mayores rendimientos y velocidades de desplazamientos por ca-
minos, pero como la vulnerabilidad de éstos a la acción aérea es grande, con-
viene aminorarla ¿Y COMO? por la existencia de UNIDADES AEROTRANS-
PORTADAS capaces de actuar en tal forma, que aun cuando se vean retarda-
das en llegar a la zona de acción, las tropas de desplazamiento terrestre, ellas
les procuren el tiempo necesario y la seguridad suficiente que la situación re-
quiere.
Como una forma de hacer menos transcendente la destrucción de las vías
comunicantes, debe consultarse la existencia de "tropas montadas", que sus
desplazamientos no se circunscriban a las vías comunicantes.
Las tropas aerotransportadas, son de gran importancia en las operaciones
que se realicen en el conjunto de todos los Teatros de 'Operaciones o, dentro de
cada uno de ello en particular, por cuanto constituirían la reserva de mayor
movilidad que es posible concebir.
Por otra parle, considerando las características de nuestra guerra, hacia
los extremos del país, las operaciones adquirirán ciertas características de "ex-
pediciones" y en ese caso, las tropas aerotransportadas podrían constituir la.
fuerza más apta para reforzar los Teatros de Operaciones.
Me he referido única y exclusivamente a la importancia orgánica que den-
tro de nuestro territorio tendrían las tropas aerotransportadas; porque si se
considera la unión a pactos continentales o mundiales de asistencia mutua, do
protección de ataques extracontinentales, constituiríamos entonces una parte
de un todo mucho más grande y para tal caso, habría que pensar en una orga-
nización especial de acuerdo con la misión que nos corresponda desarrollar.
En todo caso, la organización de un país y de sus Instituciones Armadas,
debe ser la resultante del estudio hecho de sus posibilidades con sus vecinos,
pues aun cuando reine la más completa de las armonías en las relaciones, nun-
ca debe olvidarse que la guerra ha existido desde el comienzo de la vida y lle-
ga cuando menos se piensa y a veces por detalles, que al parecer no serían cau-
sales para arrastrar a los hombres a la lucha con ansias de exterminio del ad-
versario, como lo demostró el último conflicto mundial.
El hecho que para servir un ideal continental, lleguen los países a la stan-
darización de sus medios de combate, no debe llevar a los nombres a olvidar,
que son y seguirán siendo, NACIONES SOBERANAS, libres de pensar y ac-
tuar políticamente en forma independiente. Un país unido a pactos interna-
cionales, con sus medios uniforme con los demás, se semeja a un cuartel en el
cual todos los soldados tienen un mismo ideal, visten un mismo uniforme, usan
el mismo armamento para sus trabajos, pero, no todos lo emplean del mismo
modo, algunos lo disparan desde un hombro u otro, según sus aptitudes; el
uniforme es parecido, pero no igual y aun cuando reina entre todos la más
cordial camaradería, existe siempre entre las diversas Unidades una caballero-
sa rivalidad y espíritu de superación, que a veces puede llegar hasta lo belicoso.
De allí que la organización debe ser peculiar, atendiendo a los factores y
a las características del país, debe ser estructurada para servir "su misión",
con el necesario poder de transformación para servir la misión en donde será.
una pieza de una herramienta mayor.
20 MEMORIAL DEL EJERCITO.

EL SERVICIO DEL TRABAJO.


Por el Mayor LUIS CARVAJAL REYES.

I.—INTRODUCCIÓN

1.—La idea del servicio del trabajo.


La Guerra del 14-18 que conmueve el Orbe al modificar casi todas las
instituciones políticas y sociales existentes, ha tenido también la virtud de crear,
bajo su poderosa influencia, instituciones que nacieran ante el imperativo del
desastroso estados de cosas dejado en el Viejo Mundo a su terminación.
Así nació el Servicio del Trabajo en un lejano país balcánico impelido
por las necesidades de la post-guerra.
En efecto, Bulgaria, por :1a Ley del 5 de junio de 1920, instituye junto
al Servicio Militar, esta nueva contribución exigida por la Nación a sus ciu-
dadanos, que tendría por símbolo, no ya el fusil, sino el azadón y la pala, for-
mando un Ejército del Trabajo para conquistar en lucha pacífica, vastas ex-
tensiones de territorio en beneficio de Ja colectividad.
Muy pronto esta idea es recogida en otros países a base de la organiza-
ción búlgara; actualmente, más de 10 Estados han legislado sobre el Servicio del
Trabajo, implantándolo en forma obligatoria o voluntaria.
Chile no ha permanecido totalmente ajeno a su interés y numerosos pro-
fesionales se han preocupado del problema, en publicaciones y proyectos que
evidencian la conveniencia de que un día,, no lejano, este importante servicio
sea también implantado en nuestra tierra.
2.—Características del S. T.; su importancia.
El S. T. que comenzó su existencia como institución, ante todo, de carác-
ter económico, creado un instrumento para reavivar especialmente las labores
agrícolas, muy pronto alcanzó una honda significación social.
Actualmente los siguientes factores caracterizan el S. T.
El Estado establece antes del Servicio Militar, para iodos los ciudadanos,
esta presentación obligatoria que consiste en labores manuales en beneficio de
la colectividad.
Esta obligación alcanza a todos los jóvenes de cierta edad, de ambos sexos
y por un tiempo limitado, adaptándose el trabajo femenino a la naturaleza pro-
pia de la mujer.
Con este servicio impuesto por el Estado, éste se asegura, año tras año,
todo un contingente de jóvenes con los que se emprenden obras de importancia
nacional, que de otra, manera no sería posible realizar.
Los prestatarios sirven al Estado gratuitamente y éste solo se obliga a su
mantención, corriendo con los gastos de vivienda, alimentación y vestuario.
Junto con ,las ventajas que reporta al Estado bajo su aspecto económico,
el S. T. adquiere su mayor importancia mirado desde el prisma social, cuyas
características conviene hacer resaltar.
EL SERVICIO DEL TRABAJO 21

El S. T., permite disminuir la distancia que separa a las diferentes clases


sociales, provocando la unión y confraternidad de todos los sectores de una obra
común de interés nacional. En las rudas labores manuales, al contacto con la na-
auraleza, compartiendo una misma comida y habitando bajo un mismo techo, el
obrero y el artesano se acercan física y espiritualmente al profesional y al ca-
pitalista, bajo la dirección de los Jefes de Campamentos y unidos por un mis-
mo ideal que la juventud de los prestatarios hace más viable.
Paralelo al beneficio que significa una mayor comprensión humana, hay
otras ventajas de carácter social.
La institución está destinada a. ser una escuela cívica que complementa
las cualidades y virtudes ciudadanas. Proporciona al individuo: espíritu de la-
boriosidad; capacidad de trabajo metódico; conciencia de las ventajas de una
labor en común; hábitos de limpieza, orden, disciplina, compañerismo, vida
higiénica y ciertos conocimientos teóricos indispensables.
Para el desarrollo de estas cualidades se les asigna en los Campamentos
una importancia semejante, en la distribución del tiempo, al destinado a las
faenas mismas.

II.—EL S. T. EN BULGARIA

1.—Generalidades.
Antes de estudiar con mayores detalles la organización dada, al S. T. en
Alemania, es interesante dar una ojeada rápida a la Ley búlgara, que sirvió
de base para la implantación de este servicio en el Reich,
Bulgaria, país pobre y de escasa población, sufrió como ninguno de las
vencidos las consecuencias de la pasada guerra, en cuya situación y en marzo
de 1920, asumió el Gobierno como partido mayorista la Unión Agraria, que
muy pronto destacó la personalidad de su Jefe Stambolüsky que aceptó la. res-
ponsabilidad de reconstruir la Nación.
Con tal objeto, este político presentó al Parlamento un proyecto que dio
origen al Servicio del Trabajo Obligatorio y cuyas finalidades eran:
1.°—Crear un sistema de presentación de servicios a semejanza del Servi-
cio Militar.
2.º—Hacer progresar la educación y preparar la juventud para la vida
práctica, sometiéndola a una escuela de trabajo intenso y metódico.
3°—Organizar e intensificar la producción.
4.°—Socializar las fuentes de riquezas y el trabajo humano en el período
de su mayor rendimiento.
5.°—Conservar el sentimiento del deber social e interés por las riquezas
nacionales.
6.º—Intensificar el progreso económico y levantar el país de las ruinas
causadas por la guerra.
En virtud de esta guerra se llama al S. T. a los jóvenes búlgaros de ambos
sexos, permitiéndose la excepción sólo en casos muy calificados de enfermedad
u otra causa. remejantes a las que rigen en nuestra ley de Servicio Militar.
La duración del servicio es de 8 meses para los hombres y de 4 para las
mujeres y las infracciones son sancionadas con severas penas.
Los planes para los trabajos por realizar son elaborados por los diferentes
"Ministros y se ejecutan bajo la supervigilancia de la Dirección General del
S. T. Obligatorio.
22 MEMORIAL DEL EJERCITO.

En sus comienzos, además del personal técnico encargado de dirigir las.


diferentes obras, el servicio contaba con numerosos Oficiales y Suboficiales del
antiguo Ejército y la conscripción se hacía en los cuarteles y conforme a las
reglas del reclutamiento nacional.
Como esto, unido a ciertas prácticas y al uso de uniformes daban una apa-
riencia militar a esta organización, la Entente se alarmó y en la Conferencia
de París de Dic. de 1920, se adoptaron acuerdos que obligaron a Bulgaria a mo-
dificar la institución, especialmente en lo referente a efectuar los reclutamien-
tos en forma escalonada, por terceras partes, según la nueva ley aprobada el
22 de octubre de 1921, que rigió hasta, la última guerra.
El servicio, en general, se dividía en tres categorías:
a) Servicia Regular, organizado y dirigido por el Estado para jóvenes de-
ambos sexos de 20 años de edad en campamentos y reparticiones fiscales con.
duración de 8 meses para los hombres y 4 para ¿as mujeres.
b) Servicio temporal, para ciudadanos de todas las edades, a cargo de las
municiplidades, que obliga a ejecutar trabajos durante 10 días al año en favor
de sus respectivas comunas.
c) La Semana Escolar del Trabajo, que regía para todos los alumnos de
las Escuelas búlgaras, obligándolos a trabajar durante 7 días anuales en obras,
adecuadas, de interés general, a cargo de sus maestros.

2.—Servicio regular.

Siendo los otros de importancia secundaria, sólo nos interesa conocer con.
mayores, detalles lo referente al Servicio regular.
Este servicio reclutaba anualmente alrededor de 25.000 hombres, dirigidos.
por 2.000 funcionarios y eran distribuidos en compañías o grupos de trabajo
de 150 hombres cada uno.
Los prestatarios vivían en barracas o campamentos, eran alimentados y
vestidos por el Estado y no recibían remuneración alguna. La jornada normal
de trabajo era de 8 horas.
Cada contingente realizaba durante su temporada de servicio, aproximada-
mente 2.000.000 de jornadas de trabajo el patrocinio técnico de los diferentes
Ministerios, que tenían a su disposición determinado número de trabajadores
para las obras de su incumbencia.
El Servicio Regular femenino reunía al año unas 3.000 mujeres solamente,
gracais a las grandes franquicias que se daba para eludirlo y se dedicaban a
las labores tales como: Ocupaciones caseras, higiene social, enfermeras, costu-
ras, trabajes de oficinas y algunos trabajos agrícolas livianos.
Los gastos que la institución del S. T. significaba al Erario búlgaro co-
rrespondía a unos 100 millones de pesos chilenos anuales, por sueldos, locales,
alimentación, vestuario y otros rubros menores, que han sido financiados de
sobra con el valor de los trabajos realizados.
4.000 kms. de caminos.
400 puentes y diques.
15 ríos regulados.
30 pantanos desecados.
100 canales de desagües.
80 terraplenes, etc.
La experiencia búlgara dio, pues, los resultados esperados y otros países se-
apresuraron a aprovecharla, entre olios Alemania, donde la institución fue
también declarada obligatoria después de una larga evolución y donde se.
EL SERVICIO DEL TRABAJO 23

III.—EL S. T. EN ALEMANIA

1.—Desenvolvimiento.
Los primeros pasos del S. T. en Alemania se debieron a la iniciativa pri-
vada de instituciones políticas y sociales.
Los ensayos iniciales se realizaron en 1922 por la Sociedad Juvenil Arta-
menen que tenía entre sus finalidades la repoblación de los campos.
También participaron en estos ensayos las tropas alemanas licenciadas y
numerosas otras instituciones.
Se practicaron variadas experiencias hasta 1928 en que la idea del S. T. se
fue perdiendo con mayor precisión, creándose numerosos campamentos cuya
reclusión aumentaba paulatinamente.
Los objetos perseguidos, en sus comienzos, fueron crear un arma de lucha
para absorber la cesantía que llegaba a ios 6 millones de hombres con un triste
cortejo de trastornos financieros y daños morales, gravitando sobre los hom-
bres de toda la Nación.
En 1935 el Reich adoptó en definitiva el Servicio del Trabajo Obligatorio,
no sólo con miras a fines económicos, sino también para hacer comprender a
la juventud alemana la nueva moral del trabajo en la continuidad Nacianal-So-
cialista, interpretando el sentir del Canciller Hitler que al referirse al S. T.
lo llamó: "una de las columnas del futuro Estado" y al cual atribuye una fun-
ción intermedia, entre la tuición educativa que el Estado ejerce sobre la juven-
tud en el período escolar y la prestación del Servicio Militar.
Cuando Hitler asumió al poder, consciente de las penurias que el pueblo
alemán había soportado a raíz de la guerra, comprendió la necesidad de iniciar
su programa con dos medidas de urgente realización: terminar con la desocu-
pación y darle auge a la Agricultura, como único medio de independizarse del
extranjero en lo que respecta a la alimentación del pueblo.
Y el S. T. le iba a proporcionar una herramienta valiosa para satisfacer
estas necesidades transformando los terrenos eriales en campos de cultivo.
Pocos años después en discurso ante el Reichstag. el 20 de febrero de 1938,
el Führer dijo: "Una institución completamente nueva y genuinamente "Nacio-
nal-Socialista es el S. T.". En 1933 había en el servicio voluntario una docena
de grandes asociaciones de S. T. y 100 pequeñas. Al año y medio, paulatina-
mente se había asegurado en lo esencial con la organización del nuevo S.T.
Comprendía unos 300.000 jóvenes en dos etapas de servicio de seis meses. El
servicio femenino contaba con 25.000 jóvenes. Desde 1933 hasta 1938 habían
pasado por la Escuela del S. T. 1.850.000 hombres y 120.000 mujeres.
2.—Organización y funcionamiento.
Fue encargado de la organización del nuevo servicio al Coronel Hierl con
una Subsecretaría para el S. T. dependiente del Ministerio del Interior.
El pilan primitivo consultaba un servicio por espacio de 2 años con un to-
tal superior a un millón de hombres y un costo aproximado de mil millones de
marcos anuales.
Posteriormente se redujo el Contingente a 200.000 Hbs. y se acortó la du-
ración del servicio a 6 meses con un presupuesto anual cercano a los 100 millo-
nes de marcos. Por esta razón los resultados previstos en el primer plan para
un plazo de 10 años, no se vendrían a realizar íntegramente sino al cabo de 4
decenios.
Después de 3 años de trabajo, que inicialmente establecía, el Servicio Vo-
luntario, Hierl creyó llegado el momento de introducir el servicio en forma,
obligatoria y el 26 de junio de 1935, el Canciller dictó la ley del S. T. Obli-
gatorio, llamando a sus filas a todos los hombres y mujeres de Alemania que
estuvieren en estado de prestar este "Servicio de honor a la Nación".
En virtud de esa ley debían acudir al S. T. todos los individuos que cum-
plían 19 años de edad, durante el curso del año de llamamiento y que se encon-
traran en buen estado de salud. Al año siguiente, ese mismo contingente se
presentaba a cumplir su obligación militar.
Según el Art. 8 de la ley, se consideraban algunas franquicias de anticipo
o postergación por causas fundadas, pudiendo hacerse el servicio entre los 17 y
25 añas respectivamente.
El servicio se hacía por mitades en dos períodos de 6 meses cada uno; en
el semestre de invierno se llamaba principalmente a los individuos pertenecien-
tes a profesiones o actividades veraniegas y en el semestre de Verano se proce-
día en forma inversa.
El contingente anual masculino fluctuaba normalmente alrededor de los-
500.000 Hbs. que eran distribuidos en 1,300 Campamentos, de 152 Hbs. calda
uno, incluidos 18 funcionarios asalariados por campamentos.
Las organización del S. T., como organismo independiente estaba a cargo
de un Jefe del servicio que es su Cdte. Supremo el cual contaba con una Jefa-
tura como órgano ejecutivo y que se dividía en varias Secciones. Servicio —
Personal — Trabajo — Educación — Preparación — Administración y Eco-
nomía; Higiene — Derecho — Repuestos y Comunicaciones — Prensa y Pro-
paganda.
La institución se dividía en Distritos a cuyo frente había un Jefe de Dis-
trito de Trabajo, con un General Jefe de Trabajo. Todo General Jefe tenía a su
disposición un Coronel Jefe de Trabajo.
Del Jefe de Distrito de Trabajo dependían los grupos de S. T. los cuales
estaban constituidos por 4 a 6 Secciones, cada una de esas a las órdenes de un
Jefe de Campo.
La Sección de S. T. disponía de 4 Compañías y tenían 218 Hbs. incluyendo
los Jefes. Cada Sección tenía su propio Campamento.
3.—Gastos.
Los gastos que ocasionaba cada prestatario al Estado por día se calculaban
aproximadamente en dos marcos, incluidos el vestuario, alimentación, remune-
raciones y sueldos.
Esta cifra indica una economía de 1,5 marcos con respecto a los que en la
industria particular significaba un obrero alemán por término medio.
En los últimos años el desembolso total del Reich en su S. T. fue de más o
menos 140 millones de marcos anuales, sin incluir los gastos iniciales de insta-
lación. Y los organismos directivos calculaban que en un plazo relativamente
corto, el aumento de producción que iba a experimentar la Agricultura por
medio de los trabajos de cultivo del S. T. sobrepasaría los gastos permanentes-
de la Institución. Naturalmente que estos datos corresponden a épocas nor-
males.
EL SERVICIO DEL TRABAJO 25

4.—Objetivos.
Los objetivas del S. T. alemán se podían resumir como sigue:
a) Crear valores para la economía de la Nación especialmente en la rama
agrícola.
b) Educar a la juventud en el cuito de la colectividad y espíritu social,
señalándole el verdadero concepto del trabajo y el respeto a las labores ma-
nuales.
Este servicio buscaba la dignificación del trabajo y por boca de su princi-
pal personero, el Coronel Hierl, recalcaba esta finalidad diciendo:
"El S. T., como servicio de honor a la Nación, significa la negación del
concepto de que el trabajo sólo es un medio para ganar dinero, una mercancía
que puedo comprare. El S. T., como servicio de honor que es. significa el
abandono del prejuicio de que el trabajo manual es algo inferior y humillante;
significa la confirmación del concepto de que todo el trabajo fiel al deber, hon-
ra y ennoblece".
Y a continuación agrega: el interés colectivo prevalece sobre el individual.
Para servir la finalidad del carácter educativo, los Campamentos de tra-
bajo contaban además de las faenas mismas y del régimen de disciplina y com-
pañerismo en que se desarrollaban las labores, con una instrucción física y cí-
vica complementarias.
La instrucción física abarcaba 3 horas semanales y la educación cívica se
extendía a 6 horas y en ella se daban a los prestatarios clases sobre aquellas
materias mínimas que necesariamente debían conocer y que no han adquirido
en las escuelas, por ejemplo, enseñanza política y social, organización y finali-
dades del S. T., etc.
Esta instrucción estaba a cargo del Jefe mismo del Departamento, aseso-
rado por profesores especializados.
La obra educadora se complementaba con 2 horas diarias en que se alter-
naban distracciones culturales diversas, que incluían sesiones de música, lec-
tura conferencias, representaciones teatrales, etc. adecuadas para servir a la
vez de descanso a las faenas manuales, cuya jornada diaria era de 8 horas en
verano y de 7 en invierno.
5.—Trabajos que se ejecutaban.
En el S. T. alemán, las obras emprendidas estaban destinadas casi exclu-
sivamente a las producciones agrícolas. Así, en 1935, los Destacamentos se re-
partieron en las siguientes labores:
60% en mejoramiento de tierras.
15% en caminas.
10% en forestación.
5% en preparativos para la colonización.
10% en construcción de propios campamentos y obras
de arte.
Los trabajos agrícolas comprendían variadas labores, como ser: regadío
de vastas extensiones improductivas; desagüe de terrenos pantanosos, habilita-
ción para el cultivo de etapas y terrenos cultivables quitados al mar, reforesta-
ción de montes cuyas reservas estaban agotadas, etc.
26 MEMORIAL DEL EJERCITO.

6.—Instrucción militar.
Debido a la instrucción, que al principio era militar, le era permitido al
prestatario poder exteriorizar al público, en forma digna, esa noble institu-
ción.
Así, el público alemán aplaudía los grandes desfiles que anualmente reali-
zaba el 8. T. para conmemorar el día en que se implantó como obligatorio.
7.—EL servicio femenino.
Las labores femeninas del S. T. tenían asignadas en todas partes, activida-
des de acuerdo con la naturaleza de la mujer. Ellas necesitaban tener por pri-
mera finalidad, hacer trabajar a la prestataria en faenas que estaban en rela-
ción con su futuro de esposa y madre.
Existían dos sistemas diferentes:
a) Los hogares colectivos que reunían a cierto número de muchachas para:
practicar toda clase de labores domésticas y faenas relacionadas con la casa:
cuidado de jardines, horticultura, crianza de aves, etc.
b) Los grupos de funciones sociales, que atendían el servicio de hospitales,
maternidades, gotas de leche, colegios, familias con numerosa prole, talleres
de costura, etc.
En cuanto al régimen de vida en común, disciplina, educación cívica, ins-
trucciones teóricas, etc., este servicio se regía por normas semejantes a las ya
indicadas en el servicio masculino.
8.—Los campamentos.
Antes de terminar este capítulo, conviene dar una orientación, sobre los
Campamentos que servían de marco al desarreglo de las actividades de las lla-
madas al S. T.
Las construcciones de cada campamento se determinaba en primer lugar
por la naturaleza del trabajo que se iba a desarrollar.
El principio que regía, es que el Campamento debía encontrarse en el cen-
tro del radio de trabajo, no mayor a los 3 kms. y dando especial importancia a
las condiciones de agua y buenos caminos.
Las barracas estaban generalmente en bosques, a orillas de los ríos, en lo-
mas cubiertas de arbustos, etc. pero siempre en condiciones de disfrutar del
cuadro general de la naturaleza.
Las habitaciones estaban constituidas por barracas de madera y contaban
con numerosas salas y las piezas necesarias para los servicios más indispensa-
bles: dormitorio comedor, sala de reuniones, oficinas, enfermería, talleres, etc.
Cercanas al Campamento, pero con cierta independencia, se encontraban
las casas de Oficiales que disponían de todas las comodidades que exige la vida
moderna.

IV.—CONCLUSIONES

Beneficios que determina el S. T.


A manera de conclusión, es interesante realizar los beneficios que signifíca-
la implantación del S. T. en sus diferentes aspectos.
1.—El S. T. como factor del desarrollo económico.
La ausencia de salario le permitió realizar a bajo costo obras de gran alien-
to en beneficio de la colectividad.
En todo caso, cualquiera que sea la rama de la economía nacional, en que
el S, T. se aplique, traerá como consecuencia un incremento de la producción
con el contingente, aumento de las plazas de trabajo y de sus bienes lanzados
al mercado.
A su vez este mayor rendimiento económico agrícola por el, traerá como
consecuencias un activamiento económico en el Comercio y en la Industria,
dada la estrecha relación que existe entre todas las fuentes de producción.
Por otra parte, los gastos que originan los abastecimientos e inversiones
necesarias para el funcionamiento del servicio mismo, aunque en menor escala,
son también un factor que va a demostrar la economía nacional, al invertirse la
totalidad de su presupuesto en el propio país.
Finalmente, el S. 'T. consigue absorber totalmente la cesantía, ya sea por
el personal que enrola en sus filas, como por el mayor número de plazas de
trabajo que se crean al aumentar la producción del campo económico a que la
institución aplica sus faenas.
2.—El S. T. corno factor de acercamiento social.
Es indispensable para salvaguardiar la paz interna y vida normal de las
Naciones, producir un acercamiento espiritual que borre el abismo que existe,
actualmente, entre las diferentes clases sociales.
En la época presente, el individuo pudiente no tiene comprensión alguna
de la importancia del trabajo manual desarrollado por el obrero y éste, a su
vez, se encuentra en idéntica situación de espíritu frente al trabajo intelectual.
El S. T. desempeña esta función completamente para el acercamiento de
todos los sectores. El trabajo común y obligatorio para todos los ciudadanos.
es en esta materia, un factor de efecto primordial. El induce al estudiante, al
empleado y demás individuos de actividad preferentemente intelectual a una
mayor comprensión para las labores manuales y a fomentar en el proletariado
una mayor atención por profesiones y labores que no son las sayas propias, lo
que traducirá en un entendimiento más fácil y un mayor rendimiento en las
futuras labores ciudadanas.
Veamos al respecto, las impresiones recogidas por algunos prestatarios del
S. T. durante su tiempo de reclutamiento.
Un Bachiller, escribe en su biografía, entre otras cosas:
"Ingresé al S. T. porque quise conocer en la realidad palpable las ideas
de nuestro Gobierno y para desprenderme de los principios de materialismo y
egoísmo de la época pasada y en segundo lugar, porque tuve ante mis oíos: "Que
debe aprender primero a obedecer, quien aspira mandar alguna vez".
Por su parte, un aprendiz de tipografía dice:
"En el servicio, en la construcción y en las horas libres era la vida común
la que nos fundía en una entidad compañeras, lo que propiamente, a mi enten-
der, es el punto principal de la instrucción del S. T.".
Estos dos ejemplos no,s llevan a la convicción de que el S. T. cumple am-
pliamente su finalidad como factor de cooperación y solidaridad.
3.—El S. T. como escuela cívica.
Junto con disminuir las distancia,s sociales, el S. T. está llamado a ser una
escuela cívica. En ella se fomentan las principales virtudes que deben adornar
el futuro ciudadano en una edad propicia para obtener buenos resultados.
El sentimiento de solidaridad social, el patriotismo, el cariño a la tierra, el
espíritu de sacrificio, el orden y la disciplina, etc., etc.. prenden fácilmente en
el alma de los jóvenes reclutas sometidos al S. T., tanto por conduelo de los
trabajos comunes, como por la ejemplarizadora vida de los campamentos.
4.—El S. T. como escuela de trabajo.
En este sentido, el 8. T. permite inculcar a la -Juventud la facultad de
comprender que sólo una labor realizada con método puede conducir a algún
resultado útil.
Sin pretender el perfeccionamiento técnico de los obreros en las diferentes
actividades, las labores de más frecuente aplicación; permiten dar al prestata-
rio la práctica suficiente en trabajos tales como: trazado de canales, levanta-
miento de terraplenes, movimiento de la tierra, construcción y reparación de ca-
minos v ferrocarriles, trabajo de carpintería, construcciones de concreto, me-
naje de explosivas, etc., etc., todos los cuales reportan una utilidad particular
a los interesados en el desempeño de sus futuras labores cívicas.
5.—El S. T. como factor de instrucción.
El S. T. no pretende otorgar a sus reclutas una instrucción cultural recar-
gada de detallen y especialidades, sino que confiere nociones y conocimientos
generalas de utilidad para el prestatario.
La instrucción cívica comprende diversos ramos y materias destinados a
proporcionar los conocimientos que todo ciudadano, sin distinción de cultura
y condición, debo necesariamente poseer. En primer lugar, se otorgan conoci-
mientos idiomáticos y de historia, especialmente, de los hechos patrios en rela-
ción con las costumbres y tradiciones nacionales. En igual forma nacionalista se
orienta la Geografía para el conocimiento del propio país.
Finalmente, se otorga especial importancia a la enseñanza de la moral y
a ciertos conocimientos de la vida diaria, con preferencia de los acontecimientos
de la actualidad mundial para guiar la mente de los educan dos hacia una ma-
yor comprensión de la época en que vive.
¡La labor instructiva se complementa con las veladas desarrolladas en las
horas libres a que he hecho mención y en las cuales, las conferencias y lecturas,
la música y el canto, se alternan para completar la obra instructiva del S, T.
6.—El S. T. como factor de salud.
Esta última característica, del S. T. deriva de la higiene y limpieza estricta
que se incuba en los campamentos de la Instrucción; del ejercicio corporal a
que se somete al personal y en general, del régimen de vida a que el recluta se
encuentra sujeto.
La higiene está garantida por una rigurosa limpieza de los Campamentos
y lagares de trabajo y el servicio sanitario es atendido por "Médicos en cada
conjunto de Campamentos y por practicantes en cada Campamento aislado.
Junto a conocimientos teóricos elementales sobre higiene, el individuo está
sometido a ejercicios gimnásticos, de corta duración, al término de las faenas
diarias, que perfeccionan su desarrollo físico.
La instrucción física, a cargo de sus respectivos Jefes de Destacamentos o
Cédulas de Trabajo, es complementada con la vigilancia y mejoramiento de loa
hábitos de vida de sus hombres, en que especialmente, la moderación exigida
en el uso del alcohol y el tabaco constituyen factores importantes en el mante-
nimiento de la buena salud de los reclutas.
Determinada las principales razones de orden moral y económico que han
tenido los Estados que han adoptado el S. T. en forma de una institución obli-
gatoria y los beneficios de todo orden que su práctica importa para la colecti-
cidad no es difícil colegir el enorme interés que significa su implantación para
cualquier país.
Por eso al terminar esta exposición, creo de mi deber, llamar una vez más,
la atención de mis compañeros hacia la necesidad de internarnos por su estu-
dio y aportar el contingente de nuestro modesto esfuerzo, en forma incansable,
hasta ver incorporada a las actividades nacionales, la implantación de un sor-
vicio de esta índole, capaz de abrir horizontes insospechados en el futuro de
nuestra patria.
30 MEMORIAL DEL EJERCITO.

EDUCACION M O R A L DEL SOLDADO PARA LA G U E R R A


Por el Capitán SERGIO BARROS LARRAIN

1.—Introducción

En los ejércitos modernos, no basta solamente enseñar a los soldados el


manejo de las armas, sino también es indispensable darles una sólida instruc-
ción moral.
Hasta poco antes de la Gran Guerra creíase posible el mantenimiento
de la disciplina sólo con los medios coercitivos y el temor al castigo.
Es necesario hoy día, que cuantos formen en las filas del ejército se ha-
llen poseídos del más elevado patriotismo, del deseo más ferviente de trabajar
por y para la Patria, convencidos de que ello es necesario para la vida del
suelo donde nacieron, donde tienen sus intereses, sus familias y todos sus
afectos.
Sólo a ejércitos preparados en forma tal, es posible exigir los mayores
sacrificios, soportando todos los peligros, fatigas, y hasta desear la muerte
para ofrecerla en beneficio de la Patria.
El personal de Oficiales, cuya misión principal en la paz, es transfor-
mar a los ciudadanos en eficientes soldados, deberá inculcar todos aquellos
principios morales, (virtudes militares, virtudes comunes a todo ciudadano),
para cuando regresen a sus hogares, lleven bien prendidos en sus corazones
los deberes morales; ellos contribuirán poderosamente a enseñar a sus hijos
y entre sus conciudadanos y con ello a la postre brillará en la patria un ele-
vado sentimiento general que necesariamente servirá para engrandecerla y
glorificarla.

2.—La psicología del entendimento


EL ALMA—Todo ser, por pequeño que sea, está dotado de sensibilidad,
o sea, la facultad de conocerse a sí mismo como una existencia aparte de cuan-
to lo rodea.
Cuando un objeto cualquiera se pone a nuestro alcance, produce una
sensación sensible, es decir, que la apreciamos con nuestros sentidos; si asta
sensación nos agrada o nos disgusta, produce placer o dolor. Ejemplo, a nos-
otros se nos presenta por primera vez un cigarrillo, al verlo nos produce una
sensación, es decir, vemos el porte, sus dimensiones, su olor lo sentimos. Esta
sensación puede ser de nuestro agrado, por lo tanto un placer. Si este sen-
timiento de placer se fija en nuestro organismo porque fumamos repetidas
veces, se convierte en un hábito.
Si este hábito adquirido por nosotros, lo transmitimos a nuestros hijos,
y ellos a su vez siguen transmitiéndolo, al cabo de algunas generaciones este
hábito se ha transformado en un instinto.
El instinto más fuerte que posee todo ser y en especial el hombre, es
el de conservación.
EL CEREBRO.—Toda impresión que se puede apreciar con los sentidos,
deja en el alma una huella, o vestigio que es retenida por medio del cerebro,
esta facultad es la llamada memoria.
EDUCACIÓN MORAL DEL SOLDADO EN LA GUERRA 31

Cuando estas impresiones reviven, producen recuerdos muy parecidos a


la impresión original, pero si en lugar de una impresión sensible, lo que re-
vive es una sensación (placer o dolor), se produce una imagen y como sím-
bolo del objeto; éste adquiere un significado llamado idea. Las imágenes se-
mejantes se reúnen entre sí y la sensación que reúne varias imágenes se llama
percepción.
Cuando una percepción aparece intercalada entre los recuerdos y las imá-
genes, se dice que existe un estado de reflexión o de meditación; estos estados
son llamados '"estados conscientes".
El conocimiento no es otra cosa que la reproducción consciente de una
percepción; y el medio que hace posible el conocimiento es el intelecto, y la
capacidad de emplear el intelecto es la inteligencia.
3.—Psicología de las muchedumbres
Es de suma importancia conocer la psicología de las muchedumbres, ya
que toda unidad de ejército es un conjunto de hombres mandados por un
superior.
Un hecho comprobado es que la inteligencia, de una muchedumbre no
es el término medio de sus componentes; ya que desde el punto de vista in-
telectual, puede existir un abismo entre dos individuos, pero en lo que se
refiere al carácter son muy semejantes.
El carácter de las muchedumbres está determinado por tres causas:
1.—El sentimiento del poder invencible.
2.—Su sugesticnabilidad.
3.—Su facilidad de contagio.
Las características especiales de las muchedumbres:
1.—Su impulsividad.
2.—Su movilidad.
3.—Su irritabilidad.
Son esclavos de sus impulsos, apenas discurren y esto está en razón di-
recta con el número. Ante una autoridad débil se insubordinan, bajo una
enérgica es por el contrario, excesivamente humilde.
Para poder arrastrar una muchedumbre a un acto heroico, es necesario-
emplear medios de sugestión rápida, siendo el principal, el ejemplo.

4.—La muchedumbre militar


Esta muchedumbre se diferencia de la otra en que todas sus hombres,
están dominados por un espíritu común a todos ellos, producidos por la con-
centración de los pensamientos individuales en una misma imagen o idea.
Supongamos que esta imagen es la voluntad de vencer, el espíritu de la
muchedumbre se transformará en una fuerza arrolladura que la impulsará,
en tanto que los pensamientos individuales estén dominados por dicha idea,
pero si estos pensamientos se apartan del foco común por una sorpresa o una.
calamidad cualquiera, entonces intervienen los intinstos naturales (espíritu
de conservación) y la voluntad de vencer se verá substituida por la anterior.
"Por muy bien instruida" que esté una Compañía tiende siempre a vol-
ver a ser la multitud, la fuerza que impide o retarda esta vuelta, es la moral.
"Así como las multitudes heterogéneas están dominadas por la voz del
instinto, así el ejército, un Batallón o una Compañía, que son multitudes ho-
32 MEMORIAL DEL EJERCITO.

mogéneas, pueden ser dominadas por la voz de la disciplina, ya que la igual-


dad del medio ambiente engendra unidad de carácter y de espíritu, que es lo
que más hemos de procurar desarrollar en el hombre".
En una multitud cada individuo supedita su personalidad a la del con-
ductor de aquella; en un ejército todos los individuos subordinan su voluntad
a la de su Jefe. Por lo tanto, debemos de tratar de conseguir la subordinación
de la voluntad individual a la del Jefe y no la destrucción o anulación total
de la personalidad.
No debemos hacer esclavos o autómatas, sino hombres; hombres cuyo do-
minio de su propia voluntad sea tal que puedan, a pesar de ella, obedecer a la
voluntad del Jefe sin ceder a la sugestión.
La subordinación a la voluntad del Jefe es la característica que diferen-
cia al soldado del civil, el cual como parte que es de una multitud carece de
voluntad individual, y obedece ciegamente a aquel que con más dureza Je trata.
Durante el tiempo de paz debemos estudiar esta extraña fuerza, tanto
en los individuos como en las muchedumbres, ya que dicha fuerza es indis-
pensable a todo soldado.
Su educación ha de tener un doble carácter: enseñarle a mandar y ense-
ñarle a obedecer.
Son dignas de mención las siguientes palabras del General Dragomiroff:
"Una perfecta educación moral en tiempo de paz es la mejor salvaguardia
" de la solidaridad de las tropas bajo el fuego. Sólo ella es capaz de incul-
" car en el corazón del hombre aquellos exaltados sentimientos que le per-
" mitán luchar ventajosamente contra el instinto de conservación y escapar
" a las garras del miedo".
"La guerra, añade Dragomiroff, la ganan los que saben morir".
Una fuerza tan antigua como el mundo, aunque todavía joven, más for-
midable que el cañón o el fusil, capaz de producir grandes sorpresas, puesto que
crea en el acto los más inesperados medios de acción y las más variadas estrata-
gemas, aplicándolos con gran precisión a las circunstancias; esta fuerza es la
llamada fuerza moral que es la resultante de tres factores:
1.—La inteligencia que concibe.
2.—La voluntad que ejecuta.
3.—El valor que desafía a la muerte.
Esta fuerza difundida entre las masas humanas, las anima, las exalta y
las hace capaces de los mayores sacrificios, que son los que engendran y hacen
posible la victoria.
5.—La educación del soldado
La primera y esencial condición para tener un ejército sano es tener a la
vez una nación sana y patriótica, sin la cual, no es posible aquél. En los días
actuales se oye comunmente decir a algunos agitadores que el patriotismo es
un amor demasiado universal para ser encerrado dentro de las fronteras de
una nación.
De gran acierto es la frase dicha por el Presidente de los Estados Unidos,
a propósito de ésto: "El hombre que ama todos los países como suyo propio,
es tan nocivo para la sociedad como el que ama todas las mujeres igual que
su propia esposa".
Gustavo Le Bon ha definido la educación como el "arte de convertir los
actos conscientes en inconscientes".
EDUCACIÓN MORAL DEL SOLDADO EN LA GUERRA 33

La educación está basada en la Ley de las asociaciones, las cuales pueden


ser de dos clases: asociaciones por proximidad y asociaciones por semejanza.
Las primeras se producen cuando, habiendo recibido varias impresiones
sucesivas, basta recordar una de ellas para que inmediatamente acudan a nues-
tra mente las demás. Ejemplo: oímos el nombre de un amigo, este solo hecho
nos trae a la memoria su figura, su carácter, etc., etc.
Las segundas, cuando impresiones presentes nos recuerdan otras pasadas
análogas a ellas: Ejemplo: presenciamos un incendio, inmediatamente recor-
darnos lo que hemos visto con anterioridad.
Uno de los principales objetos de La educación es crear reflejos artificía-
les, los que según las circunstancias, pueden desarrollar o atenuar los actos
reflejos hereditarios.
Desarrollando el amor al peligro (actos reflejos artificiales) podemos lle-
gar a conseguir dominio del instinto de conservación.
Para alcanzar el fin a que debemos aspirar, el instructor, tratará a sus
discípulos con los distintos procedimientos que la psicología le enseña. La
imitación, la sugestión, el prestigio, el ejemplo y la fascinación son medios cu-
yo empleo no debemos desconocer.
La educación no trae consigo sólo reflejos corporales, (saber de memoria
no es saber). Nuestro objeto no es enseñar a los hombres por medio de reglas
aprendidas de memoria sino en una forma tal que ni ellos mismos se den cuen-
ta que se les está enseñando, es decir, inculcar las fuerzas morales de una ma-
nera inconsciente.
Todo lo que tienda a vigorizar al hombre como hombre, tiende también
a vigorizarle como soldado.
Los franceses tienen un proverbio a propósito: "On ne fait pas un soldat
en chatrant un lióme". (No se hace un soldado castrando a un hombre).
La educación y la instrucción exigen la vida en el cuartel y en el cam-
po, porque las pequeñas impresiones recibidas inconscientemente a diario en
la vida militar son las que forman al soldado. Por ejemplo: los que recibe
un hombre joven recien ingresado al cuartel, los detalles del servicio diario,
el ejemplo superior, etc.
De este modo se adquieren esas insignificantes percepciones de detalle
que forman el ojo militar, aún involuntariamente adquiridas y silenciosamente
elaboradas, llegan a tomar cuerpo en el ánimo del principiante formándole
soldado.
6.—Hábito y guerra
De lo dicho anteriormente se desprende que la verdadera educación mili-
tar es crear hábitos y no recuerdos. "Lo que enseñamos a un hombre puede
olvidarlo, pero lo que hacemos de él, nunca lo pierde". En otras palabras, los
hombres se conducirán en la lucha, según los hábitos que hayan adquirido
consciente e inconscientemente.
A. propósito de ésto, el General Langlois hace una observación muy per-
tinente :
"Los hábitos adquiridos en las maniobras durante el tiempo de paz, 2x0
"se modifican durante la guerra o lo hacen de una manera muy imperfecta
" y lenta".

M. del E. 3.
34 MEMORIAL DEL EJERCITO.

La Guerra ruso-japonesa (1904-05) nos demuestra claramente que las


tropas rusas obraron como habían sido instruidas y que fue imposible modifi-
car la instrucción recibida.
En noviembre de 1897 en Sarán Sar, y en febrero de 1898 en Shinkinar,
durante la campana de Tirah, las tropas británicas fueron completamente de-
rrotadas y no porque no supieran luchar, sino porque su instrucción no se
había ajustado al sistema de guerra que estaban llamados a adoptar.
Vemos, por lo tanto, que la instrucción de tiempo de paz, debe ser tal
que no exija modificación, alguna en la guerra o, como dice en otras palabras
el Capitán Gouh, "para ser perfectos en la guerra, debemos ser también per-
fectos en la paz".
Cuando se repite varias veces una impresión sensible, se transforma en
un hábito hasta que el sentimiento producido llega a hacerse inconsciente y
produce una reacción sin esfuerzo de la voluntad ni de la memoria cuando la
citada impresión se presenta nuevamente.
"La habilidad manual del trabajador, escribe el Teniente Coronel De
Maudhuy, la destreza profesional del soldado y del marinero están formadas
por una progresiva creación de acto reflejo; no obstante, las acciones refle-
jadas creadas por la educación no tienen, naturalmente, la estabilidad de las
adquiridas por la herencia. Si no se practican constantemente los reflejos ad-
quiridos por medio de la educación, tienden a disociarse y a desaparecer. Des-
arrollados por hábitos, solamente por hábitos se conservan. El acróbata, el
jinete, el músico, necesitan una práctica constante para evitar la pérdida de
los movimientos reflejos con tanta dificultad adquirida.

7.—El poder de la sugestión

La sugestión es una de las fuerzas más poderosas en la formación del


hábito y en su desarrollo. Si queremos que un soldado se porte con bravura
tendremos que sugestionarlo por medio de procedimientos ingeniosos. Para
ello estimularemos sus sentimientos (honor, patriotismo, etc.).
Para poder sugestionar a una persona, la primera condición indispensa-
ble es estar uno mismo convencido de la idea que trata de inculcar, porque es
imposible que uno convenza a otra persona si no está convencido a sí mismo.
Un ejemplo de sugestión: el 15 de septiembre de 1792, el General Du-
moriez pudo dominar un pánico por medio de la sugestión, su tropa había
huido vergonzosamente; él sin embargo, los convenció que no habían huido,
que eso sólo lo habían hecho unos cuantos cobardes, y de que el ejército esta-
ba mejor ahora sin ellos. La grandeza, de Dumoriez se pone de manifiesto al
acomodar su estrategia y su táctica a la mala calidad de sus tropas. Lo que
la maniobra no pudo darle se lo dio la moral, (gracias a ésto obtuvo el triun-
fo de Valmy).
No solamente, al individuo debemos tratar de sugestionar sino también
a las masas, las muchedumbres son fácilmente sugestionables; las ideas, bue-
nas o malas, se desarrollan en ellas con asombrosa, rapidez.
Ahora bien, el jefe debe persuadir a la muchedumbre de que tiene la vic-
toria en sus manos pero para sugerir esta idea al soldado, el jefe ha de de-
searla firmemente, ha de poseer una voluntad más fuerte que el enemigo
y ha de transmitir esta voluntad a sus tropas por su conducta, sus gestos,
sus palabras, sus actos y principalmente por su ejemplo.
EDUCACIÓN MORAL DEL SOLDADO EN LA GUERRA 35

Una frase digna de mención es la dicha por Davont a sus soldados ante
el numeroso ejército prusiano que tenía delante: "La victoria no la ganan
los batallones más fuertes sino los más tenaces".
8.—La educación moral del soldado
El Generalísimo Sir John Frenen ha dicho: Todo conocimiento, si ha de
tener alguna aplicación en el campo de batalla, ha de ser instintivo, por lo
tanto nuestra misión será de ver la manera mejor de proporcionar al soldado
estos conocimientos instintivas en lugar de llenar su cerebro de máximas
militares.
Los conocimientos deben adquirirse y no aprenderse, deben asimilarse por
una lenta, continua y casi imperceptible enseñanza y no de una manera brus-
ca y violenta; deben fortalecer el cerebro del soldado de igual modo que los
alimentos fortalecen su cuerpo.
Ahora, bien, para ser capaces de instruir al soldado es necesario ante todo
comprenderle, pues hoy en día no debe el capitán contentarse con mandar
las piernas y los brazos del soldado, sino que ha de dominar también su ce-
rebro. El instructor debe conocer al hombre, es decir, al elemento humano más
que a las armas; o sea al elemento mecánico, y cuanto mayor sea la perfec-
ción de las armas de fuego será también necesario que el hombre posea a su
vez no sólo una mayor destreza en el manejo de ella, sino también una moral
más elevada. Se ve por consiguiente, que no es el cuerpo del nombre sino
el cerebro el que debemos estudiar, (porque en la guerra el fin que se trata de
alcanzar es de orden psicológico, toda vez que se intente desmoralizar al ene-
migo haciéndole perder la confianza en la victoria y obligándole así a abando-
nar la lucha y declararse vencido).
Para alcanzar esta victoria moral no se dispone de otra cosa que de una su-
perior instrucción.
Como ya se ha dicho anteriormente, no tenemos que intentar hacer sol-
dados por un mismo molde, por el contrario, nuestras instrucciones deben
perseguir como objetivo el desarrollo de las cualidades individuales en su gra-
do máximo. Tampoco debemos enseñar a nuestros hombres a imitarse a
ellos mismos o a nosotros. El hombre tiene una tendencia natural a la imi-
tación, basta, por lo tanto, que ella se desarrolle por si sola.
El mejor camino para desarrollar inconscientemente el deseo de aprender
es el ejemplo personal "la mejor de todas las lecciones es el ejemplo", escribe
el capitán Constantino, y antes de intentar despertar en el alma del solda-
do los sentimientos nobles, es preciso inculcar estos sentimientos en el alma
de los Oficiales. El aforismo que dice "Tel Chef, telle troupe", es completa-
mente cierto.
Si el hombre es obstinado por naturaleza, hay que tratarlo con paciencia,
y no sacarle bruscamente de su obstinación, pues nuestro objeto, no es hacer
hombres pusilánimes, sino guerreros.
El éxito de los japoneses y la derrota de los rusos puede definirse en
dos palabras: "Preparación, Instrucción". Los japoneses previeron que la
campaña se desarrollaría en condiciones similares a las que en ellos había ins-
truido a sus tropas. Sabían éstas cuanto le era menester, llevaron a cabo todo
cnanto la guerra exigía y el resultado fue que en el campo de batalla hubo
pocas modificaciones, pocos razonamientos, poco desorden, poca pérdida de
moral y como consecuencia de ello, una ininterrumpida serie de triunfos. En
el bando opuesto, los rusos marcharon al campo de batalla con sus hombres
36 MEMORIAL DEL EJERCITO.

analfabetos y faltos del sentimiento de ofensiva, con sus jefes ignorantes, mal
instruidos, desprovistos de iniciativa, sin noción del compañerismo c inca-
paces de adoptar los principios tácticos a situaciones que nunca habían estu-
diado, la consecuencia de todo ello fue que resultaron derrotados en todas las
batallas a pesar de ser físicamente más fuertes que los japoneses, más nume-
rosos, mejor armados y mejor alimentados, ofrecieron una presa fácil a un
pequeño imperio de hombre viriles, por su falta de instrucción y de prepara-
ción para la guerra y por su falta de moral, consecuencia de armas.
''Solamente por procedimientos sencillos se obtienen resultados seguros en
la guerra" dice Napoleón. Por lo tanto, hay que inculcar esta idea de senci-
llez desde los primeros momentos.
Cuanto más secilla sea la enseñanza más fácil será sugestionar y repetir,
con mayor rapidez, se asimilarán las ideas y más fácil será su recordación.
Un acto sencillo produce en e! cerebro una imagen; un acto, complicado
engendra una perspectiva cuyos detalles se irán debilitando y llegarán a olvi-
darse por completo o serán reproducidos de una manera incompleta.
Así, pues, para conseguir que el cuerpo de un hombre aprenda rápidamen-
te, debe enseñársele en forma tal que consigna distraerle e interesarle; única
manera de que su actuación se halle fija y concentrada en su instructor.
9.—Doctrina de guerra

Es imposible establecer cualquiera clase de doctrina de un modo absoluto;.


aún más, la militar es muy susceptible de modificar porque debe estar basada
forzosamente en las experiencias y realidades pasadas que la guerra nos ofre-
ce, y estas experiencias y realidades pueden clasificarlo bajo dos aspectos prin-
cipales; las experiencias y realidades de la estrategia y la experiencia y rea-
lidades de los sentimientos y actos individuales, tanto las unas como las otras
deben ser cuidadosamente estudiadas antes de adoptar una doctrina de guerra.
Para s-:ntar una doctrina de guerra, hemos de descubrir los principios de
ella, siendo los principales: el principio del objetivo, o sea, averiguar el punto,
donde podemos causar al enemigo una derrota más efectiva; este punto se
encuentra generalmente en la línea misma de resistencia; el principio de la
masa, o sea la concentración de la fuerza y esfuerzos en el punto decisivo; el
principio de la ofensiva y los principios de seguridad, sorpresa y movimiento,
o sea rapidez.
Estos principios son fórmulas que para llevarlas a la práctica hay que
tener presente esto i factores: el tiempo, el espacio, el terreno, el estado atmos-
férico y los abastecimientos.
Es peligroso aplicar separadamente estos principios. La ofensiva es pe-
ligrosa, sin la masa. La masa es peligrosa sin el movimiento; la rapidez sin
la seguridad; la seguridad sin la sorpresa.
La combinación de estos principios y condiciones constituyen lo que se
conoce con el nombre de arte de la guerra, o sea el arte de imponer la volun-
tad propia al adversario, desorganizarle, de desmoralizarle en tal forma que
quede incapacitado no sólo para ofendernos sino para atender su propia de-
fensa.
El oficial sugiere una idea, idea que se ha formado por el conocimiento
de los principios; esta idea debe producir inmediatamente un acto de volun-
tad de parte de los hombres. Llegar a conseguir esta espontaneidad es el ob-
jeto de la instrucción. Esto se logra por repeticiones sucesivas hasta que el
EDUCACIÓN MORAL DEL SOLDADO EN LA GUERRA 37

hombre se acostumbra a obrar espontáneamente. La instrucción requiere por


lo tanto una doctrina bien definida.
Acerca de la falta de doctrina, el General Langlois dice: "Los reglamen-
tos ingleses están tan buenos como los de otras naciones, pero se nota en
ellos la falta de unidad de doctrina. Los ingleses no hicieron nada durante la
paz para crear y robustecer la unión entre las diferentes armas, lo que trajo
consigo malas consecuencias".
Ahora ramos a ver una nación que ha inculcado una doctrina definida
a su ejército, y veamos su resultado.
"Las fuerzas motrices del ejército alemán eran la iniciativa y la ofensiva,
la doctrina oficial de dicho ejército estaba integrada por la audacia y el com-
pañerismo".
Estas cualidades no se improvisan; o son naturales c adquiridas artificial-
mente desde el tiempo de paz.
Antes de marchar sobre París, Ton Moltke dio la siguiente orden:. "Di-
rección general, Paría; objetivo: el enemigo dondequiera que se encuentre"
y Moltke supo hacer sentir también en sus órdenes, esta unidad de doctrina
que en Spicheren cuatro generales tomaron sucesivamente el mando sin que
cambiase en lo más mínimo la concepción estratégica de la batalla.
10.—La instrucción del oficial

La forma más completa que un oficial pueda alcanzar en La instrucción


de sus hombres la mayor independencia compatible con los reglamentos, ya
que cnanto mayor sea la Independencia, mayor será la responsabilidad, y cuan-
to mayor sea la responsabilidad, más se desarrollará en el oficial la fuerza
de voluntad. Estar siempre vigilado, sobrecogido y obscurecido, indica descon-
fianza en el superior, ésta destruye la lealtad y da origen al miedo, al disi-
mulo y al descontento, que rápidamente se transmiten de oficial a la tropa.
Como los Jefes son los únicos responsables, están en el deber de compro-
bar si los oficiales de su regimiento se hallan imbuidos de la doctrina de guerra
antes de darle responsabilidad de la instrucción. Es conveniente que todo ofi-
cial antea de recibir el mando de una tropa por primera vez, debería tener una
instrucción en una escuela de comandantes de Compañías, donde aprendiese
los detalles del mando, y saliese saturado de la doctrina existente en su ejército.
El carácter es, sin embargo, el todo de un oficial
"Para hacer oficiales, haced antes caballeros", este es un dicho que se
atribuye al duque de Wellington.
Esta condición se cumple a la perfección en Alemania, donde el oficial es
antes que nada un caballero y un noble, (estoy muy orgulloso de mis oficiales
decía el Rey Guillermo en 1897), por su posición social y por su educación,
son la flor y nata de la sociedad, y por eso encuentro muy natural que manden
a otras clases sociales.
Para un Oficial que haya obtenido el mando de su compañía, sus principales
obligaciones son: inculcar la doctrina que ha aprendido y ganar la confianza
y estimación de sus soldados por su trato diario con ellos y más aún por el
interés que por ellos demuestre fuera de los actos del servicio.
Debe interesarse por sus soldados no solamente en los actos del servicio,
sino también en su vida privada y en su bienestar general. Es inútil que el
oficial visite el cuartel a las horas del rancho y pregunte si la comida está
38 MEMORIAL DEL EJERCITO.

buena, pues rara vez los soldados se quejan, es preciso que vea por sí mismo
que todo está bien; y cuando considere que no es así, tome las medidas opor-
tunas.
Es necesario que cuando considere algunas faltas tome algunas medidas.
Al principio ésto talvez produzca disgustos en los que sean cogidos en estas
faltas, pero después de observar su interés porque sus hombres no carezcan
de lo que en justicia deben recirbir, pronto se cambiará ese sentimiento por
otro de respeto.
La visita a los individuos que se encuentran en el hospital es un deber
que un capitán de compañía no debe nunca desdeñar. Es esta visita una prue-
ba de amistad que despierta el agradecimiento del soldado.
Además del trato con sus hombres, el capitán de una Compañía debe
tratar leal y honradamente con sus oficialas, subalternes, dé a éstos sus ór-
denes y aún en el caso que dicho subalterno no las ejecuten correctamente,
no debe nunca reprenderlos en público, ya que hacerlo así da lugar a una
pérdida de moral no solamente de sus oficiales, sino suya propia.
El oficial subalterno no está en una compañía para aliviarle los servicios
molestos y fastidiosos al capitán ni tampoco para hacer el papel de acompa-
ñante del capitán, ya que ninguno de estos sistemas permiten el desarrollo
de las características que el mando exige. El capitán tiene dos procedimientos
para gubdividir el trabajo entre ellas:
a) Puede dar a cada uno la instrucción de una Sección, y
b) Puede repartir la administración de la Unidad entre sus Oficiales.
El prestigio es la cualidad más importante de todas que debe poseer un
oficial. Este prestigio puede ser natural o adquirido.
Como ejemplo de prestigio natural tenemos a todos los grandes capita-
nes de la historia.
El medio de adquirir el prestigio es el trabajo constante y metódico; el
prestigio es la base de la disciplina "porque no es posible conducir a los
hombres por la fuerza ni por el miedo y sí solamente, por el prestigio que se
posea''.
"La facultad de mandar no es una ciencia sino un arte basado princi-
palmente en el prestigio, el que a su vez tiene por base todas las virtudes del
soldado, tan importante es esta cualidad del prestigio que casi puede decirse
que representa ella sola la moral del oficial".
Un ejército dotado de un gran prestigio rara vez conocerá la derrota y
jamás se entregará; podrá acaso ser vencido, pero para ello será antes forzoso
aniquilarle en cuyo caso su conquista se convierte en una derrota moral para
el vencedor.
Nuestra historia nacional nos muestra dos ejemplos de la bravura de los
chilenos: Combate Naval de Iquique y Batalla de la Concepción, en que un
grupo de soldados prefieren morir antes de rendirse. El prestigio que habían
adquirido los había hecho invencibles.
El prestigio además de su resplandor externo, lleva en sí una especie de
fuerza eléctrica que estando libre obra con una rapidez asombrosa.
El prestigio individual no admite coportícipes, pues la comunidad del
mando restringe la actuación individual y hace desaparecer el prestigio, el
cual se manifiesta principalmente en lo que podemos llamar el arte de mandar,
es decir, el arte de hacerse obedecer no por mera rutina sino más bien por
el dominio de la voluntad.
Una orden debe darse con autoridad, porque no es el hombre el que la
da. sino el oficial; en ello no interviene para nada el sentimiento, sino, la
comprensión solamente.
EDUCACIÓN MORAL DEL SOLDADO EN LA GUERRA 39

Una orden vigorosa, enérgica y bien meditada, no deja lugar a dudas


en su ejecución.
Para dar una orden debemos primeramente ver el objeto de ella después
do haber estudiado los medios de ejecución, porque es más pernicioso que útil
dar una orden ya sea en el campo o en la instrucción, que no pueda llevarse
a cabo; porque éste sólo sirve para producir confusión. Además, una vez reci-
bida la orden, debe dejarse al que la recibe entera libertad para elegir los
medios para su ejecución, porque sí no es capaz de llevarla a cabo será prue-
ba de que nunca debió ponérsele en condiciones de recibir tales órdenes. Los
medios para su ejecución, porque si no es capaz de llevarla a cabo será prue-
del que la ejecuta; porque la iniciativa no es un derecho, sino la libertad para
cumplir una obligación; no es una prorrogativa sino una necesidad.

11.—Algunos factores morales


La primera obligación de un oficial es enseñar a su tropa por medio
de su ejemplo, entonces le enseñará, la obediencia que trae consigo, el sentido
de justicia que hace sufrir el castigo con resignación y recibir el premio con
modestia.
Después le demostrará como los pequeños actos de su vida, tales como la
puntualidad, la cortesía, el aseo y la corrección en el vestir contribuyen a
formar el espíritu de cuerpo, y como este espíritu de cuerpo no sólo depende
de las tradiciones del pasado, sino que forma a su vez la,s tradiciones de!
futuro, les explicará como las cosas insignificantes en apariencia forman el
carácter, la decisión, la voluntad y la perseverancia. Entonces los iniciará en
el significado del deber; del debes de vivir y el deber de morir; les demos-
trará la necesidad de ser valientes, decididos, tenaces, intrépidos y audaces,
así como la manera en que la destreza, la resistencia y la fe en sí mismo, en
sus compañeros y en sus Jefes contribuyen a la creación de ese espíritu mar-
cial, que desafía a la muerte y no conoce la derrota.
No les ocultará los horrores del campe de batalla, pero sí, les enseñará
la manera de sobreponerse a ellos, la propia conservación sólo se consigue con
la victoria; que la imaginación puede engañarle, habiéndole ver casas que
no existen; que el número es completamente inútil sin disciplina y solidaridad;
que la camaradería es aún más que el compañerismo, y que para vencer no
basta la confianza en sí mismo, sino la confianza mutua, de tal modo que
como un solo organismo puedan cooperar dentro de la unidad de acción. Una
vez hecho ésto, deberá enseñárseles que la destreza es la base de la confian-
za; la confianza del valor, así como la movilidad es el alma de la guerra, al
mismo tiempo que ejercita sus cuerpos trabajará también sus cerebros y crea-
rá aquellos actos reflejos tan esenciales para obtener el éxito cuando el terror
de las balas enfría la voluntad y paraliza la razón. Debe razonar con ellos
explicándoles el por qué de la instrucción, y enseñándoles la manera de apli-
carla, el modo de aprovechar el terreno, de servirse de él como escudo o cora-
za y los medios para avanzar rápidamente bajo la protección de aquel. Si
el Instructor descubre en algún individuo, talento, lo empleará como auxiliar
en la instrucción de los demás, prescindiendo momentáneamente de su propia
autoridad con el objeto de dar a aquel más libertad de acción; de esta ma-
nera irá eligiendo a sus hombres para el mando.
A estas auxiliares empezará por enseñar los principios fundamentales del
mando; firme, buen juicio, sangre fría y valor y sobre todo, desarrollará entre
ellos la personalidad y el carácter con el fin de que estén en condiciones de
conservar dignamente sus rangas. Les leerá la historia de los hechos de armas
40 MEMORIAL DEL EJERCITO.

más brillantes, explicándoles como la experiencia ha triunfado del azar y la


audacia del número, como la victoria no se consigue sino con derramamiento
de sangre y como la derrota y todos les símbolos del miedo — atrincheramien-
to, retirada, altas y pansas, agotan lentamente a los hombres restándoles la
voluntad de vencer. Una vez que les ha enseñado a mandar les hará conocer
las fuerzas directoras de la batalla, que son: obsesión del miedo, el afán de
venganza, la ferocidad del odio, el anhelo de la matanza y finalmente, el fana-
tismo del asalto que se apodera de las tropas que se hallan imbuidas de la
voluntad de vencer cuando, codo a codo, se lanzan a la bayoneta.
Los principios e ideas dichas anteriormente pueden tener aplicación du-
rante todo el desarrollo de la instrucción. Así no existe una subdivisión del
soldado que tenga por objeto enseñar a éstos la confianza en sí mismes, ni otra,
en que se le enseñe la confianza en los demás. Deben ser ensenadas y asimila-
das de igual modo que un comerciante nos sugiere constantemente la necesi-
dad de adquirir ciertos géneros, no hallándonos de ellos, sino advirtiéndo
continuamente al público de su existencia. Además, la instrucción debe evolu-
cionar progresivamente, y no en avances por saltos porque si en la práctica
se divide en compartimentos, habría individuos que llegarían a especializarse
en la parte que más le agradara. Para evitar este inconveniente desde el prin-
cipio hasta el fin de la instrucción los listos y los torpes, los inteligentes y los
que no lo sean deben estar reunidos y no separados como se hace con frecuen-
cia. Lo que se necesita es una buena compañía y no buenos individuos. Un
buen ejército y no solamente buenos batallones.
12.—Algunas virtudes fundamentales

EL HONOR.—El honor es una de las cualidades morales de que se dis-


tingue el hombre del bruto. El honor y la vida deben ser inseparables; sin
el primero el segundo es una desgracia, podemos perder la salud y la fortuna,
el buen nombre y la reputación y la fama, pero no podemos perder el honor.
Napoleón, previendo el alma tan formidable que podía forjar materiali-
zando el honor instituyó "La Legión de Honor".
PATRIOTISMO.—El patriotismo para enseñarlo es necesario formar hom-
bres que estén orgullosos de su raza; demostrarle la superioridad individual
y colectivamente; una superioridad que todo chileno siente invariablemente y
hace sentir a Jos demás desde el momento en que pone su planta en tierra
extraña.
ESPÍRITU DE CUERPO.—Lo que el orgullo de raza es el imperio de una
nación debe ser el espíritu de cuerpo al regimiento. No debe enseñárseles a los
hombres el absurdo aforismo (mi regimiento es el primero y después ningu-
no), sino es otro, (el ejército el primero y mi regimiento el primero del Ejér-
cito).
Como miembros de un regimiento forman parte de un ejército y a su
vez forman parte de la nación. Es necesario manifestar a nuestros hombres
que el espíritu de cuerpo no significa la confianza en la tradición sino el
mantenimiento de ella y aún de su creación por medio de su destreza, habili-
dad y eficiencia. No obstante la tradición juega un importante papel en la
conservación del espíritu de fuerza, y así lo comprendió Napoleón, cuando vol-
vió de la isla de Elba, en 1814, devolvió a su antiguo regimiento los mismos
números que antes tenían y que se le habían cambiado sin ton ni son.
COMPAÑERISMO.—El espíritu de cuerpo está basado en el compañe-
rismo, en cada oficial lo misino que en cada hombre, el soldado debe ser un
EDUCACIÓN MORAL DEL SOLDADO EN LA GUERRA 41

compañero, este compañerismo engendra la solidaridad. Los hombres no pue-


den traicionar a sus compañeros porque el honor Jo prohibe, la solidaridad
significa confianza mutua y está basada en la eficiencia.
DEBER.—Así como el compañerismo es la unión de 'hombre a hombre, así
el deber es la unión del hombre con su regimiento y por molesto que debe ser
un deber, debe hacerse de buen grado por el honor del regimiento. Eludir un
deber porque el superior no está presente, no es sólo deshonroso por la co-
bardía que representa, sino que es además, una falta grave de compañerismo.
JOVIALIDAD.—La jovialidad es la grasa que hace que las ruedas de la
gran máquina militar giren sin rozamientos.
Un deber ejecutado alegremente es un deber bien cumplido; un deber he-
cho de mala gana es casi igual que si no se hubiera llevado a cabo.
ESPIRITU GUERRERO.—Todas las virtudes mencionadas anteriormente
tendrían muy escaso valor si no estuvieran cimentadas por un espíritu marcial,
un deseo de alcanzar el éxito, una firme voluntad de vencer y llegar hasta
el fin salvando todos los obstáculos, (la voluntad de vencer es el alma de la
guerra). (La acción ofensiva es el tronco donde nacen como ramas todas las
artes militares).
En la instrucción de infantería japonesa leemos: "La victoria y la de-
rrota no dependen solamente del número; Las tropas bien instruidas, imbuidas
del espíritu de ataque pueden obtener siempre la victoria, aún en inferioridad
numérica".
EMULACIÓN.—La emulación es una de las formas del espíritu ofensivo.
Además de los alicientes de la gloria y la celebridad conviene añadir, siem-
pre que sea posible, otras recompensas más positivas. Cuando los individuos
de una compañía, ya sea durante la instrucción o en otro acto cualquiera, ha-
yan hecho un trabajo realmente bueno y este trabajo haya terminado media
hora antes del tiempo mareado, debe dejarse a la iniciativa del capitán de la
compañía dar por terminado el servicio y emprender desde luego el regreso
al cuartel, sin miedo de que sus superiores puedan por ello llamarlo la atención.
FE.—Si un comandante cualquiera no tiene confianza en sus oficiales su-
balternos, debe prescindir en absoluto de ellos, ya que es contrario a toda
moral renunciar a distinguir entre un trabajo bueno y otro malo. Esto de-
muestra una falta de fe en su capacidad para educar a sus oficiales y en la de
sus oficiales para educar a sus hombres. Una carencia absoluta de una de las
fuerzas más poderosas de la tierra a saber: Ja fe en si mismo, en su compa-
ñía, en su regimiento, en su ejército, en su patria y en su propia causa.
CONFIANZA.—Desde el comienzo de la carrera un oficial debe poseer
confianza en sus hombres, sin la cual no hay disciplina ni iniciativa posible.
Ganar esta confianza es nuestro primer deber, primero los conoceremos y des-
pués trataremos de educarlos. Para conocer a un hombre tenemos que estudiar
todo cuanto se refiere a dicho individuo, sus antecedentes, su profesión, su
educación y observar la manera como dicho individuo se conduce delante de
sus superiores y particularmente entre sus mismos compañeros, así llegare-
mos a conocerle perfectamente. Además, conviene que demostremos interés por
todo lo que se refiere a él y su trabajo, y que lleguemos a hacer amistad con
él, sin rebasar los justos límites.
MEMORIAL DEL EJERCITO.

UNIDADES ESPECIALES DE ALTA MONTAÑA


Por el Tte. Corl (Español). SAGRADO MARCHO A.

LA MISIÓN
La cobertura, no cabe ya hoy con-
cebirla ni plantearle en un riesgo de
fuerzas de cordón —-con algunos nu-
dos a trechos—, a lo largo de una lí-
nea fronteriza; ello viene a ser fun-
ción aduanera. La cobertura ha de ser
realizada por la agrupación y escalo-
namiento en profundidad de las Uni-
dades Especiales de Alta Montaña,
siempre con fines a la maniobra, en
este caso concreto maniobra defensi-
va, que ha de permitir la concentra-
ción de las Grandes Unidades y su
maniobra ofensiva:
Una cobertura simple buscando
efecto retardatriz de momento, con el
pensamiento puesto en un propósito
de resistencia en posiciones interiores
retrasadas, preparadas de antemano,
por muy potentemente que estén or-
ganizados, al facilitar la llegada del
enemigo frente a ellas da, por el me-
ro hecho de la ocupación de "una parte
del suelo patrio, un primer éxito al
invasor, un acrecentamiento de su mo-
ral, inversamente conjugada con la ex-
altación de la moral propia. Tal éxito
puede ser explotado con celeridad, de
modo que impida aquel propósito de
resistencia, lo desvirtúe o lo malogre llevando la desorganización a las Unidades
de Cobertura con graves contratiempos iniciales para el Mando Supremo que
puede verse obligado a tener que aceptar una batalla de posición, con graves re-
percusiones en los planes de campaña.
Además, la fácil cesión de una tal zona de terreno nacional, aunque prác-
ticamente resulte zona azul, tierra de nadie; aunque pobre en sí por lo inhos-
pitalara y abrupta, con el Arma moderna de la Gran Propaganda sería explo-
tada en beneficio contrario y proselitismo mundial, de modo ruidoso.
La cobertura ha de utilizar la maniobra defensiva, con oposición resuelta
y tenaz a los intentos de penetración enemiga, apoyándose para ello en la for-
tificación, al propio tiempo, reglando su conducta de modo que se caracterice
por la constancia de acciones parciales, sin disyunción en el tiempo, a modo de
golpes sobre el muro o tabique contrario, continuados, a ser posible, en varios
puntos simultáneamente, para apreciar sus vanos, y de este modo simplificar
la acción de las Grandes Unidades que lleven a cabo la maniobra ofensiva.
UNIDADES ESPECIALES DE MONTAÑA 43

Esta maniobra defensiva de la cobertura, como se ha dispuesto de tiempo


sobrado —toda vez que desde la paz debe ser el terreno perfectamente conocido,
y por la fortificación .se ha puesto en condiciones del cumplimiento de las mi-
siones parciales y general, estando planes y órdenes sólo a falta de fecha—,
esta maniobra, repetimos ha de consistir en una defensa elástica, cobertura di-
námica, 110 defensa sin aptitud de reaccionar, porque el estatismo, Ja defensa
pasiva, interpretando de modo gramatical y simplista el vocablo, fracasan, ter-
mina indefectiblemente en derrota.
Si la cobertura ha de procurar tiempo a las Grandes Unidades, ya que el
espacio le está asegurado por la elección de la zona de concentración respecto
de la de cobertura, debe ponderar el mando el límite de la resistencia de cada
elemento, de adelante a atrás porque si la ceguera y terquedad lleva a insistir
en una resistencia que pueda ser superada poco tiempo después, queda abierta
una puerta al invasor.
Del mismo modo, en la explotación de los éxitos, parciales o totales, tam-
bién el mando debe señalar límites a tal explotación, ya que la misión es de
cobertura, con la consigna base de ganar tiempo, haciéndosele perder al con-
trario; y una explotación a fondo pudiera entorpecer el plan de campaña, al
empeñar la Unidad sin libertad de despegue o iniciativa de ruptura del combate.
Conservando siempre la iniciativa, se volverá al ataque o resistencia en otro
u otros puntos, que en ello consiste la elasticidad de la defensa, siempre con el
pensamiento de ganar tiempo; y si las circunstancias nos van privando del ci-
tado carácter de elasticidad combativa y libertad de acción, en tal momento
llevaremos la maniobra defensiva hasta la zona señalada por el blando como
de sacrificio a toda costa conscientes de que aun falta a los de nuestros tiempos.
Esta zona, hasta hace poco denominada línea principal de resistencia, es hoy
la zona principal de resistencia, porque, como ya hemos dicho, al evolucionar
los medios, los métodos van conjugados con aquella evolución.

LA PREPARACIÓN DEL TERRENO

La modificación del terreno en provecho propio y daño del contrario, con


fines del combate y protección, objeto de la fortificación en la Alta Montaña,
ha de inspirarse en das siguientes bases y orientaciones:
a) La Alta Montaña 110 se fortifica como e,l terreno llano, el ondulado ni
el accidentado. No hay que pensar cu fáciles obras de tierra donde la constitu-
ción geológica, el clima y los agentes atmosféricos hacen que las tierras, más o
menos firmes, estén en el fondo de los valles.
La Montaña apenas permite descubrir una línea a nivel, una línea hori-
zontal; de aquí que los mazacotes de cemento han de ir también con el progreso
y no quedarse atrás; hay que buscar el mimetismo, y el escenario local de la
Montaña de la pauta para que las líneas exteriores de las obras se rebelen con-
tra la plomada, y los planos no admitan la regla y el nivel; tampoco las entra-
das, troneras y respiraderos de abrigos, nidos y refugios son aceptables con se-
siones regulares. El picacho, los peñascos, las grietas, las sombras arrojadas
fantásticas e irregulares, etc:., no se avienen con el intruso paralepípedo recto.
b) La técnica es en la Montaña mucho más exigente con el ingeniero, como
lo es con todos; clima y terreno son los tiranos, que así lo imponen.
Todos los estudios y planes de fortificación han de ser dobles. ¿Se operará
en verano ? ¿Seremos agredidos en invierno ?
44 MEMORIAL, DEL EJERCITO.

Porque lo estudiado y hecho en verano, para nada sirve en enero, e inver-


samente.; un proyecto urgentemente estudiado en enero y ejecutado acto se-
guido, ni en julio ni agosto lo utilizaremos. No pueden tener de común, de
aprovechable, ambos estudios, más que la red de observatorios, que amarra,
valga la frase, en las puntos dominantes, indicados en todo tiempo para otear.
Las organizaciones defensivas más potentes en verano —emplazamientos
relativamente, bajos, buscando, con arreglo a la técnica perfecta, los mayores
efectos de las armas—, desaparecerán bajo la nieve en invierno, y algunas obras
quedarán con una capa de 15 y más metros de espesor de hielo y nieve encima
de ellas.
Otras, según su orientación, con poco trabajo a diario quedarán libres, pe-
ro sus complementarios desaparecerán y, por tanto ,el elemento defensivo no
responderá a la misión que le dió vida.
En muchos sitios, la peligrosidad de la media ladera, por las vibraciones de
golpes, circulación, deshielos locales por causa de la calefacción obligada, pue-
den provocar un alud de toneladas de hielo y nieve de la parte superior, y obli-
gará al abandono de la obra.
Tendremos, pues, que remontarnos en invierno. Las propiedades y efectos
de las armas cambian ni varias las líneas y ángulos de situación.
Cambian también los medios de acción enemigos y su empleo; la. Natura-
leza nos favorece a este respecto, no de un modo absoluto, pues ya hemos visto
que se opera en torio tiempo. Por tanto, el proyecto y obras de invierno habrán
de tener otra modalidad: muchas zonas activas habrán pasado a ser zonas pasi-
vas; mueras rasancias de fuegos —conseguidas con dificultad a fuerza de estu-
dios y combinación de armas y emplazamiento—, han de perderse. En cam-
bio, de presentarán tiros fijantes, concentraciones de fuegos, etc., en mayor
cantidad.
c) Los orígenes y direcciones de tiro han de ser múltiples para las armas
no individuales, sobre la premisa ya hecha notar al tratar de la Montaña, de
que las líneas de tiro, en general, son muy cortas, por las grandes inflexiones
del. terreno, ya en planimetría (continuos cambios de dirección de valles y ca-
minos), ya respecto a altimetría. (Grandes ángulos muertos, cortas distancias
de cima a cima, ordinariamente).
d) Hay que fortificar zonas, no líneas; y. por lo tanto, buscar profundidad
a los dispositivos y diseminación a los elementos defensivos; aquella, para ase-
gurar la fortaleza y continuidad del esfuerzo; y la segunda, para la protec-
ción contra los efectos del fuego, bien de armas automáticas (hace,s de proyec-
tiles estrechos y profundos), ya de proyectiles de Artillería, bien de armas de
tiro vertical (morteros de Infantería y aviones).
c) Al desaparecer la masa como fuerza de combate diluida en la Montaña,
y ante el imperativo del terreno, 1a organización defensiva "centro de resis-
tencia" desaparece con aquella, porque, ante los extenso, Y profundos frentes
que las grandes zonas pasivas originan, no cabe la posibilidad de su existencia,
tal como se concibe en la reglamentación ordinaria. Aparece el "punto de re-
sistencia", los llamados "puntos llaves" de la Montaña, que hay que fortificar;
y como es principio básico de la Táctica mantener siempre los escalones de se-
guridad, fuego y choque, que en estacionamiento breve lo dilatado, cambian
polo de nombre, pero no de esencia, y misiones, los "puntos de resistencia", su-
ficientemente fuertes y a la. vez sin el lastre de una gran masa son, en fin de
cuentas, "Campañas fortificadas inscritas en el terreno"; es decir, los "pun-
tos de apoyo" de la organización ordinaria.
De manera que el "punto de resistencia" o "punto llave", hay que conce-
birlo como un pequeño campo atrincherado, con sus tres escalones de seguridad,
UNIDADES ESPECIALES DE MONTAÑA 45

fuego y choque, más destacamentos sutiles y móviles —los Grupos Pirenaicos


de Combate—, que de aquél se repostan y a él se acogen a su regreso de mi-
siones de gran radio de acción, y a veces, días de duración, en vigilancia, pa-
trulleo e incluso combate.
f) La reserva, con su función esencial de ser el órgano por medio del cual
el Jefe impone su voluntad personal y directa, por lo dicho anteriormente, tie-
ne otras misiones, además. Respondiendo al orden profundo, Jas fuerzas en re-
serva de su sector construyen una segunda zona fortificada, lo que en el antiguo
orden era una segunda línea.
Esta segunda zona no está en fuerzas; mantiene una pequeña ocupación
en vigilancia, custodia, policía y perfeccionamiento constante, según el orden
de prelación o urgencia de loe trabajos, que en todo plan o proyecto debe es-
tablecerse.
Entre esta segunda zona y la primera, el terreno marca el número de po-
siciones intermedias que es necesario establecer para la maniobra defensiva de
la cobertura, posiciones que, si asemejamos la primera y segunda zonas las
márgenes de una. corriente de agua, con a modo de piedras escaqueadas en me-
dio del río para cruzar de una margen a otra: bien de atrás adelante —manio-
bra de la reserva, en apoyo de la primera zona—, bien de adelante hacia atrás
—maniobra de repliegue de guarniciones de la primera zona, escalonado y con
apoyo de la reserva—.
Estas posiciones intermedias, que se construyen por las reservas de bata-
llón, apoyan a sus delanteras —al frente o flanco—, hasta enlazar, si es posible,
con las de la primera zona; porque el ideal es obligar al enemigo a un combate
constante en todo lo que sea zona activa, que le agote, paralice y anule sus mo-
vimientos.
Para su emplazamiento y trazado hay que perseguir el que resulten iner-
tes o pasivas para el enemigo que puede llegar a ellas, una vez que, cumplida su
misión, sean desocupadas por las fuerzas propias. Atraen, a modo de imanes,
al contrario; y desde nuestras posiciones más a retaguardia, hay que conver-
tirlas en cementerios militares enemigos.
Se monta en cada una de ellas el sistema de fuegos, con arreglo a la téc-
nica; se fija en la orden particular de defensa de cada cual la distribución de
fuerzas y armas, y se establece el plan de fuegos. Terminada una posición, se
desmoviliza: se retiran armas y fuerzas, dejando sólo un plantón de vigilancia
y policía: una escuadra.
g) La preparación del terreno a los fines que hemos señalado de combate
y protección, presenta, tres modalidades que fácilmente se diferencian: se for-
tifica, construyendo, obstruyendo y destruyendo.
PRIMERA MODALIDAD DE LA FORTIFICACION: CONSTRUCCIO-
NES. Son difíciles y costosas, cuando no imposibles, en la Alta Montana. A
ellas se opone la falta de vías de comunicación para el traslado de me-
dios y materiales de que la región carece; las formas extremadamente alteradas
en magnitudes y situación y, sobre todo, la naturaleza del terreno.
Sin embargo, en punto a fortificación ligera de campaña, la fisonomía del
terreno y naturaleza del mismo permiten la construcción de elementos defen-
sivas con piedra, de la que se muestra tan pródiga la Montaña.
Como está imposibilitado el libre empleo de la Artillería, aunque no el de
armas de tiro curvo y vertical de Artillería e Infantería, no es de capital im-
portancia, en muchos casos, el revestimiento del exterior de las obras, aunque
en ciertos sitios puede ser conveniente, y cabe hacerlo, por cadenas de hombres,
corriéndose espuertas de tierra desde el fondo de valles y barrancas al pie de
obra.
46 MEMORIAL DEL EJERCITO.

Las obras han de responder al principio de la diseminación, como liemos-


dicho, que proporciona la majar protección contra el fuego de la Artillería.
—si cabe el empleo de ésta—, y de loe morteros, al localizar sus efectos, que-
dando condicionada dicha diseminación a estos cuatro puntos:
PROTECCIÓN RECIPROCA, de los emplazamientos de armas y hombres
contra, ataques desde tierra, encaminando en todo momento la educación de
las tropas hacia el fin de convertir en reflejo e instintivo este postulado del
compañerismo de combate —harto olvidado en momentos decisivos para to-
dos—: "Cada punto —hombre, máquina, elementos 11 organización— defiende
a sus inmediatos, tranquilo por su propia defensa, que a su vez es punto de
honor para los demás".
PROHIBlCION, de poder ser utilizado el más simple elemento defensivo
—pozo, abrigo individual, asentamiento de una máquina— en daño propio,
caso de ser tomado por el enemigo. (Los puestos abiertos por la gola, semilu-
netas; orden profundo, escaqueado; permitiendo a cada emplazamiento alcan-
zar con sus disparos, de granada, fusil o máquina, el interior de sus delante-
ros inmediatos).
COMUNICACIÓN SEGURA, entre todos los emplazamientos. (Muretes de
piedra entre cada dos contiguos; rectilíneos y enfilada su cara interior desde
los puestos que unen. El zig-zag está proscrito en toda, fortificación moderna
para sor empleado como vía de comunicación o enlace, porque es camino cu-
bierto para el enemigo que logre poner pie en un simple emplazamiento. Sólo
en el interior de posiciones, como abrigo contra trafagas de ametralladoras aé-
reas o bombardeos desde el aire, pueden admitirse).
MULTIPLICIDAD DE EMPLAZAMIENTOS, para las armas pesadas y
semi-pesadas. Abonan la necesidad de ello:
1.—Cada misión asignada a un Arma exige un emplazamiento, para que
al ser Llevada a cabo la respectiva consigna y, por tanto, revelada el Arma, no-
quede ésta anulada; y con ello, las restantes misiones, ya que por el ejercicio
o desempeño de la primera quedó señalada en los planos del contrario; y en el.
momento en que a éste convenga, será destruida.
2.—La misión básica de toda Arma de un sistema de fuegos es tomar parte-
en la barrera principal que la posición ha de establecer. El emplazamiento
para esta consigna fundamental, a fin de que aquélla sea continua (sentido
del frente), amplia (sentido del fondo), densa (toda la zona de la barrera
ha de ser peligrosa, incluso para hombre aislado en las partes que na resulte
batida) y fulminante (de ejecución instantánea), ha de ser secreto hasta el
momento de su empleo, secreto que se logrará si hubo precaución exagerada
en el estudio del terreno y elección del emplazamiento; si los trabajos de cons-
trucción y mimetismo se llevaron a cabo con sigilo y fuera del radio de acción
de los observatorias contrarios y elementos de espionaje, y si no se reveló por
el tiro la existencia, del Arma. Esto último exige la prohibición absoluta de uti-
lizar un emplazamiento fijado en el sistema de fuegos como de barrera princi-
pal, en otra misión además.
3.—El principio de economía de fuerzas y medios determina, entre otras
razones fáciles de comprender, el que las Unidades no estén super-dotadan de
máquinas pesadas y semi-pesadas; de donde resulta que a cada una hay que
asignarle más de una consigna; y como todas han de participar en la misión
de barrera principal, de emplazamiento exclusivo, para las restantes habrá que
señalar los respectivos asentimientos, diferentes para cada una, por lo dicho-
antes en el N.° 1; y porque, además, en la mayoría de los casos, desde un em-
plazamiento único no podrán llenarse misiones diferentes con la máxima efi-
cacia, que es el fin de la técnica.
UNIDADES ESPECIALES DE MONTAÑA 47

4.—El principio de la seguridad exige el que para algunas consignas que


obligan a uso frecuente del fuego (prohibición hostigamiento), se tengan, 110
estudiados, sino construidos otros emplazamientos desde donde poder cumplir
la misma misión. Caso de destrucción de un asentamiento o, mejor aún. 110
de que ésta tenga lugar, al (recibir los primeros disparos enemigos, el cambio
de posición evita la destrucción, engaña al enemigo sobre el efecto logrado y lo
sorprende y desconcierta al seguir recibiendo sobre el mismo blanco fuego de
la que reputa otra máquina. El asentamiento abandonado pasa a ser transito-
riamente falta obra.
El éxito y mayor rendimiento de todos los elementos que intervienen en
un sistema de fuegos que la técnica puede montar con la mayor perfección en
la Alta Montaña, perfección tanto más acabada y puerta constantemente al día
por disponerse de tiempo en la paz y ser evidente que los esfuerzos y gastos
no son inútiles, estriba en el secreto de la existencia de la mayor parte de los
nodulos de fuego.
Es regla de continuo confirmada, que toda obra que en su construcción,
por ser éste imprudente (hecha a la vista de inocentes pastores o sencillos la-
briegos; poco enmascarada; destacada en crestas o fondos de otra tonalidad,
(etc), ha recibido disparos, aunque sólo sean uno corta, otro largo y un tercero
cercano, es obra condenada a la destrucción cuando ésta convenga al enemigo,
que la dejará terminar, pues ya con aquel disparo largo, el corto y e! ajustado,
ha comprobado su situación, la ha lijado en el plano y panorámica artillería,
le ha dado el número correspondiente y ha informado. La obra así afectada
debe abandonarse desde el momento en que el enemigo nos ha dicho con su
fuego que la conoce, aunque la molestia inmediata hayan sido ios tres disparos
sin novedad,
SEGUNDA MODALIDAD DE LA FORTIFICACIÓN : OBSTRUCCIO-
NES. Aparte de aquéllas inmediatas o anexas a l a s obras defensivas compren-
didas con el nombre genérico de "defensas accesorias", las obstrucciones a que
nos referimos son el modo de fortificar o hacer prohihidas grandes extensiones
o parajes determinados de la zona pasiva, del mismo modo que las destruccio-
nes son la modalidad de la fortificación más apropiada para las zonas activas.
Campos de minas, talas en gran medida, autovoladuras por el propio ene-
migo a su paso por determinados parajes o lugares, alambrado de grandes zo-
nas de bosques, creando a su través caminos laberínticos sólo conocidos por los
Grupos Pirenaicos de Combate, son obstrucciones a estudiar, preparar y Llevar
a cabo.
Una vaguada de difícil vigilancia y paso fácil a cubierto de las vistas pro-
pias, queda guardada y es zona de muerte con la siembra de un campo de mi-
nas. Si falta vegetación, enterradas; caso de existir asta, descubiertas.
Un espeso bosque, que aunque dificulte la circulación, permite la infiltra-
ción y deslizamiento de grupos montañeses enemigos o destacamentos célebres
especiales, que puedan utilizar caminos forestales, se alambra por zonas o fajas
interiores con mucha facilidad y rapidez; se mina en ciertos parajes; otros lu-
gares se obstruyen con talas parciales en sitios difíciles de paso preciso, etc.
TERCERA MODALIDAD DE LA FORTIFICACIÓN: DESTRUCCIO-
NES. Es en la Alta Montaña, y más si ésta es frontera, donde la guerra de
destrucciones hará más daño al enemigo, con relativo perjuicio propio para el
futuro.
Las zonas activas bien estudiadas, doblemente estudiadas, como ya hemos
dicho —verano v pleno invierno—, nos pedirán en su lenguaje mudo, pero elo-
cuente, lo que debe ser objeto de proyecto de destrucción.
48 MEMORIAL DEL EJERCITO.

Destruir un pontón, 1 alcantarilla es bien poca (osa, en general, para mi.


enemiga en fuerzas y con medios. Retarda muy poco.
Destruir una larga extensión de carretera, si ésta va por el filo o colgada-
de un precipicio como valiente y única solución posible de su trazado, y por
tanto, sin posible y rápida desviación provisional, para dar urgente paso, ya
es un tema tentador para estudiarlo y proyectarlo, en la seguridad de una gran
eficacia a los fines de la cobertura.
Tener estudiados y proyectados dos hundimientos grandes en ios extremos
—o en el interior— de un desfiladero largo y estrecho, de forzoso paso, com-
binados con un ataque simultáneo desde las cimas, solo accesibles a las cabras
monteses y a los audaces Grupos Pirenaicos de Combate, puede conducir a un
desastre irreparable a un invasor súbitamente emparedado en el cepo de la
Montaña.
Una voladura en una garganta, de tal modo que el desplome de la mole
montañosa obstruya y llegue a formar presa que detenga, las aguas que afluyan.
a nuestro interior, en las horas de una noche inunda todo el valle aguas arriba
y es obstáculo para varios días.
Como resumen de lo expuesto acerca de la fortificación en general en la
Alta Montaña, sentaremos que, siendo base del triunfo el enlace de las Armas,.
es aquí imprescindible, básico el enlace Infantería-Ingenieros.
Sólo vainas a tocar dos puntos muy interesantes del combate defensivo: el
sistema de fuegos y el plan de fuegos, elementos integrantes de las órdenes de
defensa.
No sólo el Reglamento Táctico, sino documentos posteriores a la fecha de
su publicación, barajan las frases "plan de fuegos" y "sistema de fuegos",,
como si fueran una misma cosa. Considerándola, cual si fueran sinónimas. Ello
no es otra cosa que la consecuencia traducciones.
Son dos cosas completamente diferentes. Concretado, por lo que a Infan-
tería se refiere, diremos:
"Sistema de fuego" es el conjunto de armas de todas clases, y sus pertre-
chos y accesorios, etc., montados en una organización defensiva, en potencia, en
disposiciones de ser empleados total o parcialmente con la máxima eficacia y
respondiendo a distintos fines, misiones o consignas.
La misión confiada al Jefe, el terreno, las armas, municiones y pertrechos
disponibles, el tiempo con que se cuenta y las situaciones generales y particu-
lares, propias y del enemigo, son factores para establecer el sistema, de fuegos.
Cada Arma necesita un detenido estudio del terreno, escenario de ,su ac-
ción, y un perfecto conocimiento de la misma, cosas ambas que determinarán los
papeles que haya que asignarles.
Este conocimiento del Arma como máquina, dominio de sus propiedades,
de su empleo, de los efectos de su fuego, en abstracto y en relación con el te-
rreno, durante el día, de noche, etc..
Tal dominio de las Armas de la técnica de su empleo, y así en las explo-
raciones y reconocimientos preliminares del montaje del sistema, cuando con
vistas al terreno enemigo o propio a defender, busquemos medios de quebrar o-
impedir el ejercicio de la voluntad contraria esa técnica señalará, con el si-
tio preciso y adecuado del emplazamiento, qué clase de arma es la más indicada
para que el efecto que su empleo puede producir no sea precario ni determine
un derroche excesivo de municiones, o exija un esfuerzo que traspase los lími-
tes de tolerancia, bien de la máquina, bien del hombre, ya de la economía na-
cional.
No es tarea simple y rápida el establecimiento de un sistema de fuegos en
una posición. No se aiga en el error frecuente de restringir el concepto moder-
UNIDADES ESPECIALES DE MONTAÑA 49

no de posición. En la Alta Montaña, en tiempo de paz y en misión de cobertura,


las posiciones pueden llegar a ser casi perfectas: se conoce bien el terreno, se
dispone de tiempo y de medios, se pueden comprobar funciones, cabe el con-
traste y rectificación de cada pieza de da gran máquina, y se puede asegurar el
máximo de rendimiento y eficacia en su día,.
La selección y designación de la posición principal de resistencia, es pri-
mordial. Tras ella, y a su amparo, los observatorios principales, tos ojos del
Mando; cubriéndola, la posición de vigilancia, y a vanguardia de éste, la obser-
vación láctica local.
La posición principal de resistencia absorberá la mayor cantidad de ame-
tralladoras pesadas. La ametralladora en la Montaña tiene dos grandes contra-
rios : el ángulo muerto, que el más simple peñasco produce tras sí, y la granada
de mano. Ello obliga a defenderla con flanqueos de F. A.
Los F. A. son, por su agilidad, más aptos para la posición de vigilancia y
están indicados para batir zonas algo más amplias, si que también de más difí-
cil viabilidad, laderas algo pronunciadas, lugares nevados o helados, que dismi-
nuyen la velocidad de marcha, etc., lo que no quiere decir que de dicha posición
de vigilancia deban excluirse las ametralladoras pesadas, que eso sí, tendrán
que estar más protegidas, custodiadas y habrán de ser defendidas con mayor
tesón.
Distancias y dimensiones tipos no cabe señalar: es el terreno el que manda.
Hay que buscar la cohesión del conjunto: el apoyo de un elemento simple a su
inmediato; de un sub-elemento defensivo a su homólogo; de un elemento de
resistencia al que lo complementa.
Esta cohesión y apoyo, ajustados a las posibilidades del terreno, al pre-
dominio de las zonas activas o pasivas, darán frentes, fondos, distancias y di-
mensiones para cada caso concreto.
El principio del flanqueo debe dominar de un modo casi instintivo. De él
se saca el mayor rendimiento del fuego en la Alta Montaña, donde, en cambio,
el tiro rasante será muy difícil de conseguir en el sentido frontal.
En determinadas circunstancias predominarán los fuegos oblicuos, con
centraciones de fuegos y habrá multiplicidad de ocaciones del empleo de fuegos
cruzados, porque el terreno hace invisibles para muchos elementas de una orga-
nización peligras próximos, descubiertos, en cambio, por otros elementos más
alejados, a los que el compañerismo de combate obliga a intervenir, y recípro-
camente.
La característica del fuego de altura a altura es el tiro fijante, ya que se-
rán cosas excepcionales alturas a nivel y con contra-pendientes suaves capaces
de ser rasadas. Esto tiro no ha de estar tan estudiado como en un polígono, y
aún así, por su naturaleza es de escasos efectos cuando no sean proporcionadlos
los objetivos a, las distancias de fuego.
Donde el terreno impida el flanqueo de ángulos muertos por F. A. o ame-
tralladora pesada, el mortero y la granada de mano, según la distancia, son
las armas a emplear para batir los aledaños de la posición; queda un vano en-
tre el alcance máximo del lanzamiento de la granada de mano y el alcance mí-
nimo del mortero —por el coeficiente de seguridad de éste— vano que se
defiende con campo de minas.
La posición principal de resistencia debe estar siempre en contra-pendien-
te; es en la Alta Montaña, por la fisonomía local imposible o difícil de descu-
brir por la observación aérea, y ante todo, el empleo restringido y dificultado
de masas de Artillería escapa a toda concentración de fuegos, muy difíciles de
observar y, por tanto, de corregir.
M. del E. 4
50 MEMORIAL DEL EJERCITO.

Caso de ser arrollado o desbordada la posición de vigilancia, la posición


principal de resistencia en contra-pendiente es fatal para en atacante, dado que
en el momento más crítico y decisivo para él, cuando a costa de gran fatiga y
pérdida alcanza la cresta de aquélla sólo por sus propios medios, pues en su
base de fuegos ni su Artillería de apoyo —si sabe su actuación— pueden ayu-
darle, porque bastantes metros antes de asomarse a la cresta han tenido que
suspender el fuego por anulación del coeficiente de segundad, entonces des-
aparece a la vista de los suyos y entra en la zona de muerte que supone una
barrera de fuegos técnicamente establecida.
Montado el "sistema de fuegos", esto es, emplazadas todas las ametralla-
doras pesadas, sus repuestos de municiones, accesorios y agua; los FF. A.A.,
igualmente con sus municiones y repuestos; los MM|81 y MM|50, con los suyos
y con los escalones de municionamiento; los pozos o puestos de piedra de las
parejas de fusileros granaderos, con sus nidos de cariuchos, granadas y racio-
nes de previsión. todo ellos está afectado de un factor común, valga la frase: la
barrera principal de fuego.
El Jefe de cada máquina debe tener y conocer perfectamente su consigna
particular a tal fín: datos de tiro, régimen de fuego, señales de "fuego" y
"alto del fuego", máquinas que con la suya superponen el fuego, las que suel-
dan con él, y si esta soldadura es por ambos costados o por uno solo : si en ca-
so de interrupción hay —por la importancia del emplazamienlo— pieza de re-
serva en vigilancia; cómo está protegido...
Lo que acabamos de decir para las armas pesadas y semi-pesadas, es exten-
sivo, de modo análogo, a los puestos de escuchas, pozos o emplazamientos de fu-
sileros, sostener, observadores, etc.
Como derivadas de la misión impuesta al Jefe de la situación particular
propia y enemiga del terreno, etc., habrá otras misiones secundarias a llenar
por la posición; unas, conexas con la principal —barreras interiores, canaliza-
ción—, y otras, independientes —tiro antiaéreo, hostigamiento, prohibición—.
asignadas a armas o personal determinado; o sea, a una parte o fracción del
sistema de fuegos. Así, pues, cuantas sean estas misiones o cometidas secunda-
rios, tendrán que traducirle en una consigna particular por arma o elemento
simple que tenga que intervenir en cada uno de aquellos cometidos, contigua
que comprenderá, al igual que hemos dicho para los elementos de la barrera
principal, los datos e indicaciones para lograr la máxima eficacia de la fun-
ción asignada.
Este conjunto de consignan y misiones, este régimen de servicio de los
componentes del "sistema de fuegos", metodizado, ordenado, escrito y lleva-
do, además, a un plano de la escala correspondiente, con superponibles distin-
tos —buscando la claridad—. cual las distintas misiones a llenar, es lo que
constituye el "plan de fuegos" de una posición.
Se complementa con una panorámica del frente o frentes enemigos —rea-
les o probables— acotados en los puntos, zonas u objetives de las diversas mi-
siones, numerando de izquierda a derecha las ordenadas correspondientes a
dichas acotaciones, ordenadas que, bien en su extremo superior ya cerca de
él, llevan los datos de tiro.
En cada emplazamiento o puesto simple habrá una consigna escrita y el
fragmento correspondiente de la perspectiva o panorámica general.
La segunda parte de toda función de mando —el control y vigilancia de
la ejecución de una orden— exige que insistentemente se compruebe que todas
lo subordinados conozcan sus misiones y consignas; que está asegurada la
eficacia del código de señales para la ejecución de las mismas, cuando éstas
no son. por su índole y peculiaridad, de la iniciativa del ejecutante, consignas
de prohibición, tiro antiaéreo, etc.
De la revista "Ejército". De España.
IDEAS SOBRE LA ORGANIZACION MILITAR... 51

IDEAS SOBRE LA ORGANIZACION MILITAR DE UNA


NACION Y SOBRE EL MANDO

Conferencia del Mariscal, Visconde Montgo-


mery d'Alamein, Jefe del Estado Mayor Ge-
neral Imperial Británico, del 10 de julio de
1948, en la Escuela Superior de Guerra de
Francia.

LA POTENCIA DE UNA NACION

Antes de tratar esta materia, diré unas palabras sobre los factores funda-
mentales que constituyen la potencia de una nación. Si un país no es fuerte por
Si mismo, se deduce que su ejército no puede ser poderoso. Pero la potencia
de un país en tiempo de paz no debe valorizarse por la importancia de los ejér-
citos que mantiene en actividad. Creo que no puede encontrarse un ejemplo
mejor que el de Estados Unidos de América, cuyo ejército en 1939 era insig-
nificante, pero cuyo esfuerzo de guerra ha sido prodigioso.
Me parece que si se comprende bien este punto, es sencillo todo el resto.
En mi última permanencia en París, en agosto de 1947, subrayé en un
discurso, que había cinco puntos esenciales en la creación de una nación real-
mente poderosa. Creo que ese discurso profusamente difundido por la prensa
y que algunos de "Uds. señores, pueden haberlo leído. Pero considero que es
capital la importancia de esos cinco puntos, y quiero arriesgar mi reputación
rogándoles disculparme por enunciarlos nuevamente.
Deseo decirles que las cinco condiciones llaves de la potencia de un país,
son las siguientes:
1) Carácter nacional fuerte y sano.
2) Potencial industrial juiciosamente repartido en el territorio.
3) Organización perfecta de las investigaciones científicas.
4) Ejército activo limitado, apoyado por el contingente y por reservas
sometidas a períodos regulares de entrenamiento, pudiendo ser movilizado el
conjunto con el máximun de rapidez.
5) Estado de preparación.
Estimo que la verdadera fuerza de un país reside en su mismo pueblo, en
su virilidad, en su capacidad de trabajo, en su espíritu patriótico.
Los buenos jefes son, sin embargo, necesarios. Lo mismo que Dios, gobier-
na el cielo, el hombre debe gobernar en la tierra; si no. lo hace, la vida se
transforma en un caos y el navio parte a la deriva y va a destrozarse contra
las rocas. Volveré más adelante a tratar el problema del comando.
Toda nación que observe estos principios, puede estar casi segura de no
cometer errores esenciales.
LA DEFENSA EN LA GUERRA MODERNA

Y ahora creo que es importante determinar claramente los medios de de-


fensa en la guerra moderna. Toda nación que deba hacer frente a la guerra.
moderna debe estar equipada de acuerdo con cirtas exigencias esenciales:
52 MEMORIAL DEL EJERCITO.

—Necesidad, en tiempo de paz, de repartir los recursos del país entre las
necesidades de la producción económica y las de los ejercites, a fin de poder
convertir, si fuera necesario, toda la economía nacional para asegurar la exis-
tencia del país. Los ejércitos deben ser importantes y convenientemente equi-
pados en armas y en municiones.
—Necesidad de mantener hombres bajo ias armas, o en formaciones de
reserva, para formar un fondo de expansión, alrededor del cual todos los efec-
tivos de combate del país puedan ser reunidos rápidamente.
—Necesidad de cobertura contra todo ataque de sorpresa.
—Necesidad de una perfecta organización para la defensa civil.
—Necesidad, en tiempo de paz, de un sistema eficaz de comando y de
control de la, máquina de guerra, que permita desarrollarla al máximun de sus
posibilidades, sin resgios de perturbaciones en caso de transformaciones de este
sistema ante la amenaza de un conflicto.
GUERRA DE "APRIETA BOTON" (GUERRA DE LAS "MANETTES")
Tomaré en detalle las cuestiones indicadas anteriormente, más adelante.
Pero antes querría ponerlos en guardia contra las aserciones de ciertas per-
sonas incompetentes, comprendiendo entre ellas a ciertos sabios, que propen-
den que otra guerra se liará apoyándose en "palancas", en tanto que, el ejér-
cito no tendría ningún rol en las operaciones modernas. Ninguna doctrina pue-
de ser más falsa ni más peligrosa. No hay que olvidar que los sabios jamás han
construido hasta ahora armas nuevas, ni realizado una obra que pueda justi-
ficar la exclusión de la técnica, moderna de las operaciones militares en tierra.
Como en el pasado, es preciso que estenios preparanos para los combates
en tierra. Toda declaración tendiente a afirmar que una nación enemiga podría
capitular debido sólo a ataque aéreos, no ha podido ser probada perentoria-
mente por la experiencia del pasado es, por consecuencia, muy peligrosa y no
puede ser aceptada.
Los principios fundamentales de la guerra no cambian, pero son, sin em-
bargo influenciados, de generación en generación, por los armamentos más
poderosos y con una creciente movilidad, con todo lo que eso implica. Creo
firmemente en la doctrina que dice que la batalla decide todo: ser victorioso
en el combate contribuye a ganar toda la partida.
Actualmente el elemento esencial de la fuerza armada que puede mante-
ner una posición defensiva, apoderarse de una posición importante y mante-
nerse allí contra toda ofensiva, ejercer el control directo sobre un pueblo
enemigo —tres fines fundamentales del esfuerzo militar— está representado,
como lo ha sido siempre — por el soldado de infantería. Ni el avión ni la bom-
ba atómica pueden eliminar la necesidad del infante, como no lo hizo en el
pasado la invención de la pólvora ni ninguna otra cosa.
El soldado del ejército de tierra, que puede utilizar los medios de trans-
portes navales o aéreos para alcanzar su sector de combate y que puede en-
tonces vivir, combatir y mantenerse durante semanas y mesen, en todos los
tiempos, representa en nuestra época, más que nunca, la llave del esfuerzo
militar. Sin embargo, cada soldado debe comprender que en la hora presente,
sólo constituye un miembro del equipo.
No pueden considerarse las operaciones de tierra sin tomar en cuenta la
situación aérea en general. La superiaridad aérea es una condición indispen-
sable para secundar y acompañar toda operación eficaz de tierra, y para obte-
ner el éxito final de esa operación. Esto se aplica muy especialmente a las
IDEAS SOBRE LA ORGANIZACIÓN MILITAR... 53

ofensivas en tierra. En lo que concierne a las operaciones defensivas, éstas pue-


den ser conducidas sin superioridad aérea localizada.
El trabajo de equipo en la segunda guerra mundial, permitió obtener la
victoria y en el futuro este trabajo dé equipo llegará a ser más y más im-
portante.
Ahora voy a volver a tratar las necesidades esenciales mencionadas an-
teriormente.
Repartamos los recursos del país entre las necesidades de la producción
económica y las de los ejércitos en tiempo de paz. En forma general toda gue-
rra futura supondrá la utilización de armas ya fabricadas antes del comienzo
de las operasiones. Es, sin embarco, un hecho cierto que, en el curso de la
guerra misma, se harán constantemente nuevos descubrimientos en el aspecto
científico cuando la élite de la nación, apoyada por créditos ilimitadas, tra-
bajará en la sola perspectiva de la victoria.
En consecuencia, es claro, en todas los tiempos, que es absolutamente in-
dispensable una avanzada investigación científica, con el fin de llevar a cabo
una guerra con urinas más perfeccionadas que las del enemigo. En tiempo de
paz. las dificultades que obstaculizan estas investigaciones son, en primer lu-
gar la limitación de los créditos y, enseguida el problema del informe en rela-
ción con la investigación, con el fin de obtener lo que haya de mejor y, por
otra parte, la necesidad imperiosa de asegurarse que el ejército esté bien equi-
pado cuando amenace el peligre. Es un verdadero problema para la investiga-
ción, el justo medio en el cual "lo mejor" es el enemigo de "lo bueno". Es
preciso, pues, que haya una relación bien definida entre la investigación y la
producción, y esto debe establecerse de manera precisa, y es necesario man-
tenerla.
Los principios que he adoptado en Gran Bretaña son los siguientes: des-
de que concebimos un nuevo tipo de motor o de vehículo, que hacemos las ex-
periencias en Condiciones de servicio normal, y que quedamos satisfechos de
su concepción, continuamos el estudio hasta el fin, para, así asegurar su fa-
bricación rápida en serie. Proseguimos, sin embargo, nuestras investigaciones
con el fin de perfeccionarlo más aún.
Estimo que el principio es bueno. Es esta una materia muy importante
que merece la atención particular de cada soldado.
Organización del Potencial Humano de la Nación. Permitidme pasar ahora
de la cuestión material a la materia más importante de todas, o sea, la del
potencial humano.
La guerra moderna es una guerra total, que compromete la responsabili-
dad de todos los hombres y mujeres de una nación, en todos los aspectos com-
plejos de su organización industrial. Es indispensable establecer un sistema
de organización para coordinar el potencial humano en el esfuerzo militar pro-
piamente dicho, y en el esfuerzo económico de la nación. Esto presupone un
sistema bien estudiado de selección para el servicio armado para evitar toda
desorganización en el esfuerzo industrial de guerra.
El problema se complica por el hecho que es necesario ordenar la econo-
mía de la paz en función de la guerra. Ninguna nación tiene los medies para
mantener, en tiempo de paz, importantes ejércitos activos. Como ya lo he
subrayado anteriormente, la potencia militar de una nación no debe ser deter-
minada por la importancia de los ejércitos que mantiene en actividad en tiem-
pos de paz, sino por el número y calidad de sus reservas bien instruidas, y por
la rapidez con la que puede, constituir cuerpos de ejército y divisiones con esas
reservas.
54 MEMORIAL DEL EJERCITO .

El problema que se presenta es, pues, el siguiente: en tiempo de paz orga-


nizar el potencial humano, a fin, de evitar una desorganización en la econo-
mía de paz, reservando la posibilidad de movilizar rápidamente toda la po-
tencial militar, en caso de crisis.
Es este un problema que debí resolver cuando abandoné el mando en Ale-
mania para ocupar el puesto de Jefe del Estado Mayor Imperial en 1046.
Debo decir que este problema había sido minuciosamente estudiado du-
rante largo tiempo, por las autoridades de Londres. Se reconocía generalmen-
te, que no podíamos contar ya con nuestro antiguo sistema y. a pesar de eso,
en 1946, nadie podía encontrar una solución favorable. Era, pues, natural que
en el examen de este problema, me volviera hacia el país que, tradicionalmente
representa la mayor potencia militar de Europa: la Francia. He estudiado-
vuestro sistema de cerca, para ver si podía responder a nuestras necesidades.
A decir verdad, no podía adoptarlo integralmente. Hube de examinar si
podríamos modelarlo para que se adaptara a nuestro carácter, pues nosotros.
los ingleses, somos gente curiosa.
Comprendí: que nuestras necesidades eran las siguientes:
a) Un pequeño ejército activo, que formara el núcleo de un ejército na-
cional.
b) Una infraestructura sólida, que nos permitiera movilizar rápidamente
en tiempo de guerra.
Comprendí que nuestras necesidades eran las siguientes:
a condición que pudiéramos seguir adoptando vuestro sistema de servicio mi-
litar obligatorio y ahora, como lo sabéis, tenemos el Servicio Nacional que en
realidad es la misma cosa que la conscripción. Pero si la conscripción no es-
un fin en sí misma, es un medio que permite dar una instrucción militar base
a gran número de jóvenes; es, en consecuencia, la puerta abierta para la for-
mación de reservas bien entrenadas. Sin embargo, la conscripción sola no
puede proporcionar las formaciones bien organizadas ni el ejercito bien equi-
librado necesarios para detener a un enemigo de primer orden.
Se ha tratado de establecer en el papel el orden de batalla del Ejército
Nacional, basándose en el potencial humano empadronado por el Gobierno, pe-
ro, bien entendido, este ejército no puede ser mantenido en actividad, en tiempo-
de paz. Sin embargo, su armadura, misma, no debe cesar de existir; los cua-
dros deben quedar organizados, y los hombres que deben formar las unidades en
tiempo de guerra deben aprender su oficio de combatiente en tiempo de paz.
Esto implica la existencia en tiempo de paz, de un ejército de reserva, basado,
o en servicio obligatorio, o en una combinación de los dos sistemas.
En Gran Bretaña, hemos formado nuestras reservas — que llamamos el
Ejército Territorial, adoptando una combinación del servicio obligatorio y del
servicio voluntario. Los jefes, los oficiales y los suboficiales son voluntarios
entusiastas, ayudados de un pequeño cuadro del ejército activo. La mayor par-
te de los hombres serán llamados para su Servicio Nacional y permanecerán
seis años en el Ejto. Territorial de Reserva, después de haber hecho doce me-
ses de servicio.
Sin embargo, si estas reservas han de tener valor, es necesario que reú-
nan tres condiciones esenciales:
1) Un cuadro de elementos de la lista activa.
2) Instrucción de esos elementos activos.
3) Apoyo del Gobierno y de la población.
Sobre estas bases, veo al Ejército Nacional constituido por los tres ele-
mentos siguientes:
IDEAS SOBRE LA ORGANIZACIÓN MILITAR... 55

1) Elementos del Ejército Activo.


2) Elementos de la conscripción.
3) Elementos de la reserva y del Ejército Territorial.
Estos tres elementes se completan y forman un conjunto bien equilibra-
do: el Ejército Nacional.
Esta es la organización que hemos adoptado en Gran Bretaña. Uds, cons-
tatarán que mi estudio sobre vuestro sistema de movilización nacional ha dado
sus frutos. Nos felicitamos de haber modelado nuestro propio ejército de acuer-
do con las concepciones francesas.
Querría ahora hacer algunas observaciones sobre la materia, en la que
enfoco el desarrollo de este Ejército Nacional.
Veo a los elementos activos haciendo la instrucción de los conscriptos,
haciéndolos pasar enseguida a las unidades y formaciones del Ejército Terri-
torial, donde servirán varios años, esperando quedar afectos ai Ejército de
Reserva.
Habrá también un flujo continuo de hombres bien entrenados al Ejército
Territorial, de donde saldrá, igualmente, un flujo continuo de hombres para
constituir el Ejército de Reserva. El éxito de este plan depende en gran parte,
de la calidad del elemento activo, que debe ser de primer orden. Sus respon-
sabilidades serán grandes, tanto en lo que concierne al entrenamiento de cons-
criptos, como para alimentar el cuadro permanente o núcleo central de las
formaciones de reserva.
'Bien entendido, será igualmente necesario mantener unidades de elemen-
tos activos en número suficiente para responder a las necesidades en período
de paz, y para proporcionar inmediatamente fuerzas suficientes para hacer
frente a las perturbaciones secundarias eventuales que no justificarían el lla-
mado a las armas del Ejército Nacional.
Será igualmente muy importante asegurarse que los Jefes y los Estados
Mayores del Ejército Territorial y de las Reservas sean minuciosamente pre-
parados para tomar la dirección y la instrucción de sus formaciones. El Ejér-
cito Activo deberá prestar todo su apoyo a la instrucción, organización de los
ejercicios de Transmisiones y de táctica sin efectivos, lo mismo que a los ejer-
cicios periódicos de gran envergadura, con el concurso de la tropa. Es claro
que la prosecución de este último entrenamiento deberá establecerse cuidado-
samente, en colaboración con los Ministros responsables y los Jefes de indus-
trias; es poco probable que tengan lugar ejercicios de gran envergadura más
de una vez por año, pero es esencial asegurarse, que tengan realmente lugar,
si se quiere evitar la confusión y el caos en caso de urgencia.
He reflexionado bastante sobre esta cuestión de organización de un ejérci-
to moderno, y he discutido largamente con los grandes jefes del ejército y con
los Ministros, tanto en Gran Bretaña como en el extranjero. Estoy firmemente
convencido que un Ejército Nacional, modelado sobre estas bases, que en sus
principales características es el antiguo Ejército francés, responde a las ne-
cesidades de la democracia moderna. Es la única solución que permite res-
ponder a las dos necesidades modernas esenciales:
a) Interferencia reducida al mínimun en la economía de paz de una nación.
b) Facultad de movilizar el Ejército Nacional, poderoso y bien entrenado.
Este problema es, sin duda, el más impértante, y probablemente el más
espinudo de todos los que afrontan los dirigentes de cada país. Recomiendo
a todos estudiarlo cuidadosamente. Nuestra existencia misma, tanto en tiempo
de paz, como en período de guerra, depende de su solución exacta. Os he dado
la mía que, estoy firmemente convencido, es la buena.
56 MEMORIAL DEL EJERCITO.

DEFENSA CIVIL
Querría ahora desiros algunas palabras sobre la Defensa Civil, que ha
desempeñado un gran rol en la segunda guerra mundial y que, en una guerra
futura, sería de importancia vital. El rodaje del Gobierno y de la vida econó-
mica de un país dependerán de las medidas eficaces de defensa civil. Toda na-
ción que no tome en cuento, esto, se verá llevada a la desorganización más com-
pleta de su vida, con la pérdida de todo control y sumergida en el caes que
inevitablemente se produciría enseguida.
Además, en una guerra futura, la población no combatiente estará, sin
lugar a dudas, sometida a privaciones y sufrimientos mucho mayores que loa
experimentados hasta entonces. La tensión de espíritu de toda la nación —lo
que tambien quiere decir la voluntad de batirse— será considerable.
La responsabilidad frente a cada soldado es, evidentemente, de una impor-
tancia capital; es por eso que es natural y justo que nosotros, soldados, ten-
gamos interés en ella, por más que no seamos directamente responsables.
Debemos, sin embargo, comprender la relación estrecha que existe entre-
la defensa civil y las unidades combatientes, y debemos estar listos para des-
empeñar nuestra parte, ayudando al primer llamado de las autoridades civiles.
En Gran Bretaña, instruimos todos nuestros soldados en La materia de de-
fensa civil, y, aún más, he ordenado que ciertas formaciones deban estar listas,
lo mismo que reservas móviles, para ayudar a las autoridades de la defensa ci-
vil, o cuando sean llamadas.
En fin, para hacer un estudio práctico muy profundo de la defensa civil,
he decidido hacerla el objeto de los próximos grandes ejercicios que cada año
organizo en Camberley para los Generales del Ejército británico.
Creo haberos hablado Jo suficiente sobre este tema para convenceros de
la importancia que le doy. Agregaré, simplemente, que los hombres que salen
del Ejército Territorial, al que he aludido anteriormente, formarán, para la-
nación un núcleo sólido de hombres entrenados y disciplinados, cuyo valor
y coraje tendrán una influencia benéfica sobre la población civil, en período
de peligro y angustia.
ALGUNAS REFLEXIONES SOBRE EL MANDO

Querría terminar mi alocución con algunas observaciones sobre cuatro as-


pectos del mando y del control, a los cuales, durante el tiempo que fui "Jefe
de Operaciones", he dado siempre gran importancia:
a) Cualidades del Jefe.
b) Gran Estado Mayor de Combate.
c) Factor humano.
d) Estudio del enemigo.
Toda nación que dispone de un número suficiente de hambres instruidos
y disciplinados, de una organización sólida y de un sistema de entrenamiento
práctico, puede hacer frente a cualquiera eventualidad, a condición que sea
sano el espíritu del país. Pero su destino dependerá de la calidad de sus jefes
y de su Estado Mayor en el campo de batalla.
Defino las cualidades de jefe de la manera siguiente:
"Voluntad de dominar, aliada a una personalidad que inspire confian-
za". El verdadero jefe dominará los acontecimientos que lo rodean. Si permite
que los acontecimientos le aventajen, ya no tendrá el valor de un jefe.
IDEAS SOBRE LA ORGANIZACIÓN MILITAR... 57

Uds. encontrarán cualidades comunes en todos los grandes jefes de guerra:


a) La confianza: el don de inspirar confianza a les que ¿o rodean y a los
que comanda.
b) La resolución: proseguir su objetivo, a pesar de todas las dificultades.
c) El entusiasmo: el poder suscitarlo.
d) La elección de los subordinados; la intuición para elegirlos.
e) El sentimiento de la importancia de ver "en grande".
f) La observación profunda del factor humano; los hombres son la ma-
teria que el jefe modela.
ALTO MANDO EN EL CAMPO DE BATALLA
En el dominio de las operaciones militares, el Comando en Jefe debe es-
forzarse por adivinar el pensamiento del adversario, por prever las reaccio-
nes del enemigo, consecutivas a sus propios movimientos y por prevenir toda
intervención del enemigo concernientes a sus propios planes. Debe tender siem-
pre a tener la iniciativa sobre su adversario. Debe tener el espíritu muy claro
y debe poder desprender lo esencial de la masa de factores que encierra cada
problema. Debe inspirar confianza a sus soldados en el campo de batalla y a
la nación entera.
Debe vigilar de cerca el estado del espíritu y de la moral de sus ejércitos.
Para estar en situación de llevar a cabo esta tarca con éxito, debe estar conti-
nuamente presente en un Puesto de Comando Avanzado o en un P. C. Tácti-
co en el sector de combate. Desde allí, podrá concentrar toda su atención en
las operaciones, y permanecer personalmente en contacto estrecho con las uni-
dades combatientes.
Si está lejos de las primeras líneas y cogido por actividades importantes
que no tienen directamente semejanza con las operaciones corrientes, le será
imposible dirigir simultáneamente operaciones de gran envergadura. En esas
. condiciones, no habría control perfecto en los combatientes; las operaciones
tendrán tendencia a relajarse y dependerán de la acción y del éxito de los
jefes subalternos.
En el combate es indispensable estudiar de antemano los planea para fa-
cilitar el desarrollo de las operaciones de acuerdo con datos previamente es-
tableados. Si el Cdte. en Jefe está siempre en la vanguardia del frente, en
el Puesto de Comando Táctico, tendrá la facultad de aprovechar toda ocasión,
por fugaz que sea, para mejorar y consolidar la posición táctica de sus tropas.
Toda situación que se realiza, después de operaciones favorables o desfavora-
bles, debe ir seguida de una reacción inmediata o de una decisión instantánea.
Es preciso conservar un control estricto en el desarrollo de las operaciones,
a fin de mantenerlas en el cuadro de acción prevista. Si él no existe, habrá
riesgos entre las diferentes concepciones individuales de los subordinados o,
alternativamente, las operaciones que se desarrollen resultarán de una situa-
ción creada por la acción de los subordinados, en un sentido diferente del
plan inicialmente previsto. Desde el punto de vista administrativo, es nece-
sario que haya una relación estrecha bien definida y duradera entre las pre-
visiones operacionales y los recursos administrativos.
El éxito de la planificación administrativa depende de las previsiones de
las necesidades. El Cdte. en Jefe, en primera línea, debe, en consecuencia,
tener siempre su Estado Mayor al corriente de sus intenciones futuras,, a fin
de que la preparación administrativa pueda estar perfeccionada en tiempo
oportuno.
58 MEMORIAL DEL EJERCITO

En fin debo subrayar que la prueba suprema de todo oficial que aspira
el Alto Comando es el don que tenga de desprender inmediatamente los pun-
tos esenciales de un problema militar, de tomar decisiones rápidas, de exponer
claramente sus proyectos a todos los interesados, lo mismo que la manera que
él cree conveniente ejecutarlos, y de asegurarse, en fin, que sus subordinados
ejecuten sus órdenes con inteligencia.
Por sobre todo, no debe considerar los detalles inútiles, concentrándose so-
bre los factores esenciales y sobre los únicos detalles indispensables para la-
ejecución de su plan.
Los detalles son del dominio del Estado Mayor y un verdadero jefe debe
saber eliminar los innecesarios; él se confía en sus colaboradores para efectuar-
la coordinación necesaria y para darles confianza.
El deber de un jefe es tomar decisiones rápidas, determinar los puntos-
esenciales, dar órdenes claras y precisas y en fin, transmitir el "impulso" ne-
cesario a la ejecución de esas órdenes.

EL FACTOR HUMANO
La experiencia de la vida me ha probado que lo principal es realmente el
factor humano. Durante la guerra me di cuenta que tenía bajo mis órdenes
una masa humana considerable; en ciertos momentos dos millones de hombres.
El hombre es un ser moral: tiene necesidad, para su equilibrio físico y
moral, de una creencia y de un fin que puedan reconfortarle el corazón y es-
timular, su imaginación.
Es preciso en consecuencia que Uds. estudien los hombres que están bajo
sus órdenes, para sacar de ellos el mejor partido. Si Uds, pueden ganar su con-
fianza y su fe, ejecutaran vuestras órdenes y os darán, en toda ocasión, lo
mejor de ellos mismos. Es necesario hacerles comprender que Uds. salvaguar-
diarán los intereses de ellos.
Es preciso que se establezca entre Uds. y ellos una confianza recíprocas
no en un sólo sentido.
Al estudiar este problema, hay que admitir que todos los hombres son
diferentes, y que estas diferencias pueden dividirse en varias grandes cate-
gorías.
Tuve de ello una experiencia particular durante la segunda guerra mun-
dial, desde el día, en agosto de 1942, en que tomé el mando del 8.° Ejército
en el desierto hasta el último día de la guerra, cuando acepté la capitulación
de los ejércitos alemanes en el oeste, en Lunebourg en mayo de 1945.
En diversas ocasiones he tenido el honor de tener bajo mis órdenes unida-
des combatientes de varias naciones comprendiendo en ellas los valientes sol-
dados de Francia. Aprendí que los soldados de cada nación tenían caracterís-
ticas diferentes y que aún los que venían de diferentes regiones de un mismo
país, eran bien distintos en sus características de combate.
Ciertas unidades son mejores en tal género de combate, otras en tal otro.
Estudiando de cerca las diferentes características de cada categoría, po-
drán Uds. utilizar entonces las unidades mas aptas para un género de combate
bien definido, poniendo así de vuestro lado las mejores probabilidades de éxito.
Si un General piensa que todos los hombres son semejantes, no ganará sus
batallas.
IDEAS SOBRE LA ORGANIZACIÓN MILITAR... 59

ESTUDIAD VUESTRO ENEMIGO

Durante la guerra extendí mi estudio del factor humano más allá de nues-
tras primeras líneas y hasta el enemigo mismo.
Siempre tenía en mi equipaje una fotografía del adversario del momento;
reunía, todas las reseñas posibles sobre él, y yo estudiaba, su fotografía; trata-
ba de analizar el género de hombre que él era y de adivinar como reaccionaría
a mis movimientos. Esto tiene importancia puesto que, en tiempo de guerra,
un jefe debe tratar de conservar siempre la iniciativa sobre su adversario.
En este equipaje tenía muchas fotografías: Rommel, von Runsdtedt, Mo-
del, etc., etc.
Analizaba igualmente las características del soldado alemán,análisis que
daba a conocer a mis hombres a fin de que ellos se dieran cuenta de sus cua-
lidades principales y supieran cómo combatirlos en la mejor forma y vencerlos.
Y para terminar, estimo que en tiempo de guerra, un General dele hacer
de sus soldados sus compañeros en la batalla. Cada hombre debe saber lo que
va a hacerse, cómo se hará, y dónde se hará. El debe conocer su propio rol en
el combate, y debe comprender hasta qué punto un éxito o un desfallecimien-
to de su parte puede influenciar todo el plan de batalla. En la última guerra,
siempre obré siguiendo ese principio, y los soldados no dejaron nunca, ni una
sola vez, de resistir.
Fueron ellos mis compañeros en la lucha. Esto les reconfortaba el cora-
zón y estimulaba su imaginación, sentían que "formaban parte de la familia".
Traducido por el E. M. G. E, de la revista
"Informations Militaires" — Francia.
60 MEMORIAL DEL EJERCITO.

ADIESTRAMIENTO DE OFICIALES PARA EL EJERCICIO


DE UN MANDO COMBINADO
Por el Gral. Sir WILLIAM SLIM — Gran Bretaña.

Antes de comenzar la discusión del tema de este artículo deseamos esta-


blecer los puntos que enfocaremos en su contenido. En este caso, se trata de
oficiales — un tipo especial de oficiales capacitados para comandar fuerzas com-
binadas durante una guerra. ¿Qué clase de oficial deseamos para la ejecución
de esta misión?
Cualificaciones
Las condiciones modernas han convertido todas las operaciones, hasta las-
menores, en operaciones combinadas; pero en e ¡te artículo consideraremos so-
lamente el alto mando — el mando de grandes unidades, desde el comandante
de ejército hasta el Jefe supremo. Por lo tanto, nuestro objetivo es que pue-
dan producirse oficiales no solamente capacitados para comandar tropas de
su propio servicio en cooperación con otros, sino también oficiales capacitados
para ejercer el mando operativo de todos los servicios — militares y civiles.
El lector notará, que hemos incluido a. los civiles. Un oficial que recibe un alto
mando durante una guerra arrostrará indudablemente intrincados problemas
de administración civil; y quizás hasta sea responsable de todas las fases en
el manejo gubernamental de una nación. Si, al mismo tiempo, este oficial diri-
ge una o dos campañas de importancia, su misión adquiere proporciones extra-
ordinarias y, naturalmente, la ejecución de ésta requiere un oficial de habilida-
des especiales: requiere un hombre de innumerables cualidades, algunas de las
cuales, a nuestro juicio, son básicas.

Voluntad y discernimiento

El oficial necesita algo de más poso que una personalidad agradable. El


deber primordial de cualquier jefe es comandar; tomar decisiones y ver que
se cumplan. Ahora bien, para lomar decisiones correctas necesita discerni-
miento y, para, hacerlas ejecutar, como tendrá que hacer a menudo contra
la oposición enemiga, de aliados irresolutos, de sus propios y distraídos polí-
ticos y de desconfiados subalternos, necesitará, sobre todo, fuerza de volun-
tad. Esta determinación excepcional, esta persistencia que. mediante una com-
binación de persuasión, energía y ejemplo convence a los otros a cumplir sus
órdenes, es para nosotros la primera cualidad de un comandante. Sin esta
perseverancia él nunca podrá mandar, pero si la posee en exceso, a menos que
sea regida por el mejor juicio, constituirá una cualidad costosa, peligrosa y
quizás fatal. La resolución fanática de los jefes japoneses al imponer el cum-
plimiento de sus planes inflexibles fue una debilidad explotada por nuestras
fuerzas en más de una oportunidad. Nuestro comandante supremo potencial
debe, por lo tanto, poseer una feliz combinación de fuerza de voluntad y de cla-
rividencia.
ADIESTRAMIENTO DE OFICIALES PARA E L . . . 61

Mentalidad flexible
Un hombre dotado de las dos cualidades precedentes será un comandante
eficiente pero para estar capacitado para un alto mando, necesita un tercer
atributo. No sólo las tácticas y técnicas cambian continua y rápidamente en
la guerra moderna, sino igualmente puede cambiar el ambiente donde se em-
plean. el jefe debe estar preparado para adaptarse inmediatamente y acomo-
dar sus planes a estas continuas y algunas veces imprevistas situaciones en
todos ios escalonas de mando. Además, en estos días de progresos científicos,
más que nunca, se dará paso a sugestiones sobre nuevas armas y métodos Ideas
revolucionarias serán frecuentemente abogadas por expertos, hombres de vas-
tos conocimientos, pero generalmente sobre un número limitado do campos
técnicos, quienes1 las recomendarán con un ahinco, una fe y una persuasión
igualada únicamente por la vehemencia con que otros expertos la refutan. EL
comandante debe aceptar nuevas ideas, valuar rápidamente su probable apli-
cación a sus problemas y distinguir, al mismo tiempo, las prácticas y las de
valor de las fantásticas. Debe poseer imaginación, pero una imaginación guiada
por el juicio. Creemos que es posible describir con. mayor precisión este rasgo
de carácter si decimos que debe poseer una mentalidad flexible. Aquí surge
un conflicto que ha sido la ruina de muchos comandantes: la retención del
balance entre la fuerza de voluntad y una mentalidad flexible. Esto no es
fácil de mantener y, a menos que ambas cualidades se hallen arraigadas en
el carácter del individuo, una de ellas ejercerá un predominio peligroso. Un
comandante eficiente no permitirá que esta fuerza de voluntad degenere en
obstinación o que la flexibilidad degenere en vacilación.

Carácter
Si el comandante potencial posee fuerza de voluntad y clarividencia será-
probablemente un comandante eficiente, aunque de ciertas limitaciones. 'Sí,
además, está dotado de una mentalidad flexible será indudablemente un co-
mandante idóneo y de reconocido mérito; no obstante, si este ha de asumir el
mando de escalones superiores, debe ser algo más que un comandante excelen-
te en el campo de batalla, debe ser un superhombre. Esto significa que todas
sus cualidades de voluntad, discernimiento y flexibilidad mental deben fun-
damentarse en probidad de carácter. Debe poseer una integridad sólida y sen-
cilla donde resplandezca la fortaleza moral y un prestigio a. la altura de su
cargo, lo que a la larga no le infundirá el temor de perder su ministerio. No
debe dejarse seducir por la popularidad y el aplauso; será más importante
que ésto, y más sencillo.
Creemos, igualmente, que el comandante debe ser íntegro en su vida pri-
vada sino será seguido por sus subalternos mientras tenga éxito, pero nunca
será confiado ciegamente. Es conveniente que se asuma esta actitud, pues las
cualidades morales son las únicas que perduran llegado el momento supremo.
Cuando el comandante posee estas cualidades innatas, aquellos a su alrededor
se identifican con ellas y se sienten seguros.
Hemos enunciado una, lista formidable de las cualidades básicas que un
jefe superior debe poseer: fuerza le voluntad, clarividencia, mentalidad fle-
xible e integridad de carácter. Indudablemente el lector habrá notado que la
enseñanza de estas cualidades constituye una tarea difícil. De hecho, hay cier-
tas dudas sobre si puedan enseñarse, pero sin duda alguna, mientras más se
retarde su inculcación más difícil se hará adquirirlas. Creemos que estas cua-
MEMORIAL DRL EJERCITO.

lidades son infundadas durante la niñez, si es que lo son, por los padres, la
influencia del hogar, la instrucción y la religión. Más tarde, durante la ado-
lescencia y virilidad, éstas pueden ser desarrolladas en el individuo si se le
ofrece la oportunidad, pero no podrá germinar lo que no se ha sembrado.

Selección

Nuestro primer problema en el desarrollo de jefes, superiores no es uno


de adiestramiento, sino de selección: cómo elegir el joven que es un coman-
dante potencial.
Mientras exista el programa de conscripción se simplifica el problema de
atraer hacia las fuerzas armadas los comandantes potenciales porque, auto-
máticamente, recibimos una representación ejemplar de la juventud de Ja
nación. Esto aunque, nunca lo hemos oído mencionar como tal, es, desde el
punto de vista de las fuerzas armadas, uno de los mayores beneficios ofrecidos
por la conscripción, pues, entre este grupo, y bajo nuestra tutela, se hallan
los futuros campeones. Queda de nuestra parte seleccionarlos, persuadirlos pa-
ra que se dediquen a la profesión militar y ofrecerles la oportunidad de des-
arrollar sus aptitudes.
En su sentidq más amplio, la selección debe comenzar con la llegada del
recluta. El joven que muestra valor, inteligencia —no necesariamente instruc-
ción— y carácter superior al resto del grupo debe tomarse en cuenta para
recibir lo más pronto posible adiestramiento como oficial. Es importante que
su estadía en las filas no tome mucho tiempo; cuanto más antes se incorpore
al cuerpo de oficiales, al amparo de un ambiente superior donde la perspec-
tiva es menos egoísta y donde se exigen mejores cualidades de mando y mayor
confianza en sí mismo, mejor. no intentamos seleccionar en esta etapa futuros
Eisenhowers; sólo deseamos elegir oficiales subalternos eficientes. La respon-
sabilidad de los comandantes es inmensa y, sí la ejecutan apropiadamente, nues-
tros futuros jefes de alta jerarquía rebasarán el primer obstáculo —un obs-
táculo verdadero en tiempo de paz— Ja obtención de un nombramiento de ofi-
cial. Así poseeremos una base firme y amplia para nuestro material de selección.
Igualmente, en la Escuela o Universidad de Cadetes a la que son envia-
dos, no debe tenerse como objetivo Ja selección de futuras jefes para los esca-
lones superiores. Aún la selección sería prematura. Aquí, el objetivo debe ser
excluir aquellos que están bajo las normas de habilidad o carácter. En años
anteriores, las Escuelas de Cadetes, por lo menos las del Ejército, han adole-
cido de un error común: no han implantado normas de eliminación suficien-
temente drásticas. Ciertamente es preferible que nuestro cuerpo de oficiales
carezca de efectivos a completarlos con material inferior; es mejor contar con
diez oficiales superiores que con diez excelentes y diez indiferentes. Al mismo
tiempo, debemos ejercer gran cautela durante esta eliminación y no emplear
normas fijas de evaluación y hacer ciertas concesiones; especialmente con in-
dividuos diferentes, aunque sean un poco excéntricos. En el pasado no siempre
hemos sido tolerantes con estos casos. Aceptemos aquellos que posean las cua-
lidades básicas de mando, aunque no se adapten a nuestras normas en otros
respectos.
ADIESTRAMIENTO DE OFICIALES PARA EL... 63

Adiestramiento
Si hemos de tener en el futuro un grupo selecto de donde escoger los je-
fes superiores, debemos darle gran importancia a los primeros año,» de servicio
del joven oficial. Frecuentemente, en el pasado, los anos de paz le han ener-
vado, en vez de perfecionarle, sus cualidades; no se le han asignado suficien-
tes deberes para mantenerlo ocupado e interesado ni se le ha ofrecido la opor-
tunidad para ejercer su buen juicio y don de mando. Si, tras diez años conse-
cutivos de servicio activo en varios batallones durante tiempos de paz, un
oficial joven se hallaba capacitado para ejercer otras funciones además de las
del mado de una pequeña unidad, se le consideraba un individuo excepcional.
La Armada y el Ejército Hindú nos aventajaban en esto, pues les asignaban
a sus oficiales responsabilidades en fecha temprana y derivaban mayores be-
neficios, ya que el ejercicio constante es el medio más efectivo de desarrollar
cualidades potenciales de mando.
Hay otro aspecto en la preparación pura altos mandos que debe recibir
mayor atención durante este período que la que hoy se le ofrece: experiencia
en administración. Debido a que el grueso de nuestras fuerzas ha sido reti-
rado de posiciones en ultramar, la mayoría de nuestros oficíales jóvenes, ser-
virán sus primeros años en Inglaterra o en Alemania, donde apenas si ten-
drán que ver con el trabajo administrativo. No sólo dejarán de recibir una
práctica adecuada en asuntos sobre abastecimientos, transporte y dirección de
personal, sino que se forjarán la idea de que estas son misiones ejecutadas por
oficiales especialmente cualificados. Siempre hemos creído que es una lástima
que en el Ejército británico el Servicio de Intendencia sea administrado por
oficiales profesionales de intendencia. Nos parece que un sistema bajo el cual
las oficiales subalternos de regimientos fuesen asignados por cierto "tiempo a
misiones de intendencia en su unidad traería mejores resultados. Sería de
mayor provecho para un jefe de alta jerarquía el haber servido como oficial
de intendencia que como ayudante. Un jefe de escalones superiores debe poseer-
vastos conocimientos sobre administración y es conveniente que reciba desde
temprano una instrucción sobre esta materia. La ampliación de les conocimien-
tos sobre el hombre —y no sobre el individuo en uniforme únicamente— es tan
importante para el comandante potencial como la adquisición de experiencia
administrativa. Creo que los Servicios se beneficiarían muy en mucho, si in-
citasen a sus oficiales subalternos a. que, durante sus primeros cinco o seis
años de servicio, solicitasen licencia por un año y la dedicasen a labores ma-
nuales en la industria: en minas, fábricas de acero, compañías ferroviarias o
granjas agrícolas. Un comandante debe mantenerse en continuo contacto con
sus hombres y si va a comandar grandes ejércitos, armadas o fuerza aérea du-
rante una guerra, debe comprender instintivamente los obreros civiles que for-
marán el grueso de sus fuerzas. Este instinto se agudiza si el oficial, durante
su juventud, ha trabajado como uno de ellos.

Las Escuelas de Estado Mayor


El primer paso de verdad hacia la selección de un jefe superior potencial
debe tomarse después que el joven oficial haya cumplido cinco o seis años
de servicio regimental y extra-regimental. Este período es suficiente para que
su oficial comandante o sus superiores determinen si él ha mostrado las de-
bidas cualidades de mando en una forma notable. En caso afirmativo, debe in-
citársele para que asista a la Escuela de EM de su Servicio. En ésta, los ins-
tractores pueden evaluar con mayor precisión sus méritos actuales y sus po-
tencialidades. Es al graduarse de la Escuela de EM que debe prestársela, por
primera vez, atención especial (sin una excesiva publicidad) a la especialidad
militar de los varios oficiales seleccionados. Quizás haya (indudablemente ha-
brá) uno o dos oficiales que no han asistido a la Escuela de EM y que, sin
embargo, justificarán su inclusión en esta categoría. Estos deben ser igualmen-
te observados y provistos de las mismas oportunidades. Esta primera selec-
ción debe incluir oficiales que probablemente alcanzarán altos mandos o nom-
bramientos de importancia en el EM.
Desde esa fecha en adelante, la carrera de estos oficiales debe ser dirigi-
da mayormente por el Secretario Militar o su equivalente en los oíros Ser-
vicios. Principalmente debe proveérseles una experiencia variada en mando
y EM y facilitárseles un íntimo contacto con los otros Servicias, las autori-
dades civiles, la ciencia y la industria. Una de las mayores dificultades la cons-
tituirá el espaciamiento regulado de los varios nombramientos de manera que
el oficial, después de su graduación de la Escuela de EM Conjunto de los
Servicios, ascienda a coronel o general de brigada siendo aún relativamente
joven; no más tarde, en nuestra opinión, de los cuarenta años.
Gradualmente los oficiales así seleccionados mostrarán su capacidad para
ser comandantes u oficiales de EM. Un grupo excepcional sobresaldrá en el
desempeño de ambas funciones. Existe cierta distinción entre las cualidades
de un comandante y las de un oficial de EM., tanto en los escalones inferiores
como en los superiores. En cierta ocasión discutimos esta diferencia de tipos
con el General Eisenhower y, aunque admitió que un buen comandante con
frecuencia no podía desempeñar con eficiencia la posición de un oficial de EM
no liaría un buen comandante. Este argumentó que, en los escalones superio-
res el oficial de EM, además de dirigir un EM de grandes dimensiones, fre-
cuentemente toma decisiones y actúa en representación de su jefe. Si realiza
estos deberes, indudablemente este oficial haría un buen comandante. El Ge-
neral añadió que fue éste en el único punto en que diferió seriamente con
los aliados británicos. Cualquiera que sea el caso, para la fecha en que nuestro
oficial seleccionado haya desempeñado su primer cargo como general de bri-
gada o su equivalente por uno o dos años en un EM o como jefe superior, po-
dríamos avaluar sus cualidades para una posición superior. Si nuestro juicio
es favorable, él debe ser enviado a la Escuela Imperial de Defensa, en donde,
por espacio de un año estudiará los problemas de defensa en su aspecto más
amplio en unión a oficiales selectos de otros Servicios y de los dominios, fun-
cionarios del Servicio Civil y hombres de ciencia.

La Escuela Imperial de Defensa

Esta será, normalmente, la tercera escuela de EM a que el oficial asis-


tirá en su progreso hacia un alto mando. ¿Se exagera en las fuerzas armadas
el problema de la instrucción? Creemos que no. Opinamos que estas escuelas
fueron las instituciones que mayores dividendos pagaron al Imperio en la úl-
tima guerra. El que evitáramos la completa destrucción de nuestras pequeñas
y mal equipadas fuerzas durante las primeras fases de la guerra se lo debe-
mos principalmente a que los Servicios tenían comandantes y oficiales de EM,
productos de estas escuelas, doctrinados en un alto espíritu de eficiencia, co-
operación y comprensión mutua. Por más que nuestra situación económica nos
obligue a reducir los presupuestos militares, no debemos sacrificar estos cen-
tros docentes. Aunque, si surge otro conflicto, se nos hará difícil adiestrar
ADIESTRAMIENTO DE OFICIALES PARA E L . . . 65

hombres y obtener equipo, será aún más difícil, será imposible, producir coman-
dantes y oficiales de EM idóneos en el reducido tiempo con que probablemente
contaremos. Por lo tanto, es imprescindible que estos jefes estén listos desde
el comienzo.
Estas escuelas, especialmente la de EM Conjunto y la Imperial de De-
fensa, son, en realidad, las únicas instituciones que proveen un adiestramien-
to teórico en alto mando. Mientras más se merme el número de oficiales de los
Servicios militares y civiles que tuvieron la oportunidad de estudiar el fun-
cionamiento de un alto mando y de asumir ministerios subordinados en su or-
ganización, mayor importancia sobran estas instituciones. A medida que la
ciencia extiende sus horizontes, que se altera el balance del poder de las nacio-
nes, que emergen frescos potenciales industriales y que aparece en el mundo
el criterio de las guerras religiosas del pasado, aumenta más la necesidad vi-
tal de un adiestramiento para los individuos —civiles y militares— que con-
frontarán y estas fuerzas. Oportunamente durante su carrera, y an-
tes de que se les asignen mayores responsabilidades, es de gran importancia
que estos oficiales seleccionados reciban una oportunidad, libre de la presión
de las labores cotidianas, para estudiar tranquilamente los aspectos más im-
portantes de una guerra total moderna.

Alto Mando
'Después de su graduación de la Escuela Imperial de Defensa, los oficia-
les de los servicios militares deben, a su debido tiempo, recibir sus primeros
nombramientos de general o su equivalente en los tres Servicios. De ahí en
adelante, no se hará difícil seleccionar aquellos que ascenderán al próximo
escalón ni segregar los que muestran cualidades de jefes superiores de aquellos
-cuya habilidad y carácter los capacitan mejor para posiciones de
En resumen, el mejor adiestramiento que cualquier comandante puede
recibir, especialmente para asumir un alto mando, es el ejercicio de] mismo.
Durante su carrera debemos asignarle a nuestros comandantes potenciales to-
das las responsabilidades posibles del tipo que le serán asignadas durante una
guerra. Esta es una de las razones por las cuales nos agradaría que durante
tiempos de paz se retuviesen ciertas comandancias bajo el control de Jefes
Supremos que tengan control operativo sobre los tres Servicios. Los Jefes Su-
premos son necesarios durante una guerra; indudablemente, son esenciales si
luchamos en cooperación con naciones aliadas. A menos que estos cargos sean
retenidos durante tiempos de paz no sólo denotaremos una escasez de oficiales
con experiencias en los deberes especiales de un Jefe 'Supremo, sino que inci-
taremos la confusión al cambiar organilaciones y comandante después que la
guerra haya comenzado.
A pesar de nuestros inauditos esfuerzos por garantizar la debida selec-
ción, adiestramiento y experiencia durante tiempos de paz, existe un factor
incalculable: la guerra. Las crueles pruebas impuestas por el combate fre-
cuentemente impugnan las selecciones de tiempos de paz y a veces hacen des-
collar a un hombre que, sin ese estímulo, hubiese permanecido en un cargo
subordinado. liemos presenciado numerosos ejemplos: el brillante exponente
de estrategia durante tiempos de paz que fracasó debido a ciertas debilidad
de carácter expuesta durante el conflicto; el individuo corriente en el que el
combate actuó corno un tónico y varió radicalmente su personalidad. Debemos
M. del E. 5.
66 MEMORIAL DEL EJERCITO.

estar listos para descubrir y valemos de este individuo cuando surja durante
un conflicto, pero nuestra misión actual, en tiempos de paz, es descubrir y
adiestrar los jefes superiores potenciales que dirigirán nuestros ejércitos du-
rante los comienzos de una guerra.
Esta no es una misión imposible de realizar. Si sabemos qué cualidades son
esenciales en un jefe superior es posible producirlos. Poseemos el material, la
tradición y los conocimientos acumulados. Podemos, si insistimos en un alto
nivel de habilidad y carácter entre los oficiales, ampliar nuestro campo inicial
de selección. Podemos, durante los primeros años de sus carreras, seleccionar
los comandantes potenciales. Entonces, en determinadas ocasiones, podríamos
asignar estos oficiales seleccionados a misiones y escuelas que les ofrezcan ex-
periencias y oportunidades para evolucionar sus cualidades de mando. A in-
tervalos puede ofrecérseles alternativamente períodos de adiestramiento y de
estudios teóricos. Debemos recordar que, si existen, es posible desarrollar las
cualidades esenciales para el alto mando: el discernimiento, mediante la apli-
cación de las experiencias obtenidas, la determinación, valiéndose de la res-
ponsabilidad inherente al cargo y la flexibilidad, mediante la variedad de los
ministerio. ejercidos. En estos días, tocios debemos producir, y nuestra nación
no puede lograr nada de más valor que sus futuros dirigentes.
Tomado de la "Military Reviev" quien a su vez extra-
jo y condensó de "The Journal of the Royal United
Service Institution".
EL GRUPO DE EJERCITO BRITÁNICO EN LA... 67

EL GRUPO DE EJÉRCITOS BRITÁNICOS EN LA


CAMPAÑA 1944-45 DEL NOROESTE EUROPEO
Por el Mariscal de Campo Sir BERNARD L. MONTGOMERY

Es esencial comenzar por decir que en la guerra moderna toda operación


es combinada: ninguna arma o servicio aislado predomina en forma completa
y permanente. En las fases iniciales de esta campaña, el objeto era asegurar
una posición sobre el Continente desde la cual pudieran ser desarrolladas opera-
ciones ofensivas posteriores; ésta era sin duda, una operación combinada de
primera magnitud.
Antes de que la operación fuera lanzada, era tarea de las fuerzas aéreas
el crear condiciones favorables para un desembarco con éxito y para la pro-
secución de operaciones en tierra. La Marina y el Ejército confiaban en que
esto fuera realizado, y lo fue los bombarderos pesados británicos y norteame-
ricanos realizaron una labor magnífica para debilitar a Alemania en general
y particularmente destruyendo su sistema ferroviario, lo que redujo enorme-
mente la movilidad del enemigo una vez que las operaciones comenzaren.
Hasta que el ejército puso pie en tierra, todo estaba en manos de la Ar-
mada y Fuerzas aéreas para los desembarcos de las fuerzas aerotransportadas
y de los transportes marítimos.
Una vez que el ejército estuvo en tierra, todas las operaciones militares
fueron combinadas con la fuerza aérea; el fuerte instrumento del poder aéreo
hizo posible al ejército la ejecución victoriosa de sus operaciones y con muchas
menos bajas que de otra manera. El ejército descansaba en la Armada y en
las Fuerzas aéreas para asegurar las combinaciones a través del mar desde
su base en la Gran Bretaña.
De consiguiente, la primera necesidad era decidir cómo iba a ser desarro-
llada la operación de tierra de modo que el objetivo fuera alcanzado en la for-
ma más sencilla y rápida. Correspondía a la Armada indicar el lugar en que
el Ejército pudiera ser desembarcado, de tal modo que las batallas terrestres
pudieran desarrollarse de la manera requerida; y correspondía a las fuerzas
aéreas indicar si esto estaba de acuerdo con su plan. De esta manera se de-
forma a la operación combinada; era necesario que se produjera un acuerdo,
y esto será lo que sucede siempre.
La intención era asaltar simultáneamente las playas de la costa de Nor.
mandía, el norte del estuario Carentan y, además, la costa entre dicho estua-
rio y el río Orne, con el objeto de asegurar la base para futuras operaciones
y el espacio necesario que debía incluir aeródromos y el puerto de Cherburgo.
El flanco izquierdo o Este de dicha zona —futura :base de operaciones— debía
incluir el camino central de Caen.
El General Eisenhower me había encomendado el mando de todas las fuer-
zas de tierra, británicas y americanas; yo era, en realidad, el comandante de
sus fuerzas de tierra.
Una vez en tierra y establecidos en forma segura, mi plan era amagar
c irrumpir sobre el flanco Este, o sea en el sector de Caen; esta amenaza atrae-
ría las reservas principales del enemigo hacia ese sector, las que serían com-
MEMORIAL DKL EJERCITO.

batidas y mantenidas allí, utilizando para este objeto los ejércitos brítá-
nicos y canadienses. Comprometidas dichas reservas enemigas sobre el flan-
co este, mi plan era irrumpir sobre el flanco oeste, utilizando para esta
tarea las fuerzas americanas bajo el mando del General Bradley y girar sobre
Caen; este ataque debía ser continuado más hacia el sur, hacia el Loire, y en-
tonces continuado hacia el este en un ancho avance hacia el Sena, sobre Pa-
rís. Esto cortaría a todas las fuerzas 1 enemigas al sur del Sena, en cuyo río
acciones aéreas destruirían los puentes . El plan general fue entregado por mí
a los oficiales generales de la.s fuerzas combatientes en Londres en marzo de
1944, es decir, tres meses antes del día " D " . Las operaciones se desarrollaron
en junio, julio y agosto exactamente como estaban planeadas. Yo había dado
el día " D " más 90 para ser alcanzado un objetivo sobre el Sena; en realidad
el primer cruce del río fue realizado el día " D " más 75.
Elegimos las playas de Normandía porque ofrecían un mejor abrigo para
fondear y estaban menos defendida.s que otras playas factibles de ser aprove-
chadas a lo largo de la costa del Canal. Aquellas satisfacían los requerimientos
mínimos de las Fuerzas Aéreas para proporcionar la protección aérea en ra-
zón de la distancia a que se encontraban de las bases del país. La Carencia
de puertos mayores fue salvada por el esfuerzo de ingeniería, construyendo
dos puertos artificiales en el Reino Unido, que fueron remolcados a través-
del Canal en secciones y colocados uno en el sector de los norteamericanos y
otro en el sector británico. A pesar de los perjuicios considerables sufridos
durante el temporal del mes de junio anterior, el puerto de Arromanches re-
sultó muy eficaz.
Las operaciones de invasión, puede decirse que empezaron con la acción
de las fuerzas aéreas. La primera fase fue el éxito en la batalla aérea, un pre-
liminar esencial para todas las operaciones ofensivas de mayor envergadura.
A medida que el día " D " se aporcaba, fueron lanzados ataques contra la de-
fensa de costa a lo largo de la Muralla del Atlántico. Mientras tanto, la pro-
teción contra el recenocimiento enemigo durante el período de concentra-
ción de las fuerzas de invasión fue muy eficaz y contribuyo al logro de la sor-
presa táctica. Las operaciones navales contra las fuerzas sutiles enemigas fue-
ron intensificadas a medida que el gran día se acercaba.

EL ASALTO
Mi plan de asalto, como había sido aprobado por el supremo comandante,
estipulaba desembarcos simultaneos brigadas equivalentes, de las cua-
les tres eran británicas, dos canadienses y tres eran agrupaciones especiales
norteamericanas. Junto a las brigadas de asalto tomaron parte dos batallones
de Rangers norteamericanos y parte de dos brigadas de Comando británicas.
Los americanos asaltaron sobre el flaneo derecho, ya que ellos posteriormente
precisarían la llegada directa de personal y aprovisionamiento desde el Atlán-
tico. Las fuerzas aerotransportadas fueron empeñadas en ambos flancos. Por
la derecha la 8.ª y 101.ª División aérea norteamericana se dejó caer en la base
de la península de Cotentin para cooperar a la captura de las playas y aislar
a Cherburgo. La 6.a División aerotransportada británica recibió la tarea de
segurar y estar en posesión de los pasos del canal de Caen y operar en nues-
tro extremo izquierdo.
La primera tarca de las fuerzas del General Bradley fue cortar la pe-
nínsula de Cotentin y apoderarse de Cherburgo. En seguida, las operaciones
continuarían hacia el sur. Las fuerzas británicas, bajo el mando del General
EL GRUPO DE EJERCITO BRITÁNICO EN LA... 69

Dempsey debían continuar rectamente a Caen para establecer el eje (pivote).


Es importante mencionar el objeto del plan. Consideré esencial para el
éxito de las operaciones iniciales el tener en tierra y listas para accionar al
término del día " D " más 3, siete divisiones reunidas con la proporción nece-
saria de material mecanizado, perfectamente separado de las fuerzas aerotrans-
portadas. Con estas fuerzas estaba seguro de ser capaz de contrarrestar los
primeros intentos alemanes para desalojar nuestras fuerzas y también ser ca-
paz de mantener Ja iniciativa.

LA BATALLA DE NORMANDIA
EL asalto a las playas de Normandía empezó el 6 de junio de, 1944. Las
fuerzas aerotransportadas cayeron primero; en seguida, una poderosa flota
de barcos y embarcaciones precedidas por un tremendo bombardeo aéreo; las

LA BATALLA DE NORMANDIA
70 MEMORIAL DEL EJERCITO.

tropas americanas, británicas y canadienses, pusieron pie nuevamente en Fran-


cia.
Desbaratado el plan enemigo para derrotarnos en las playas, no nos es-
peraban ya sorpresas, y nuestras medidas para vencer el enorme dispositivo
de obstáculos y defensas de costa fueron eficaces. El secreto de nuestras ope-
raciones y las medidas especiales tomadas para despistar al enemigo, había lo-
grado alcanzar la sorpresa táctica y en dichas circunstancias no podíamos es-
perar más. Aún mas: nuestras pérdidas fueron inferiores a las previstas. En
una semana las cabezas de playa habían logrado enlazarse y unirse en forma
beneficiosa, y a lo largo del frente, las tropas aliadas se empeñaron en. fuer-
tes combates en la enmarañada región. Acopios adecuados de munición y abas-
tecimientos habían sido acumulados y nuestro plan continuaba en la forma re-
querida. Habíamos logrado un paso decisivo; no habíamos sufrido contrarie-
dades; habíamos mantenido la iniciativa.
Después de haber aislado a las fuerzas enemigas que cubrían Cherburgo,
por medio de un golpe a través de la base de la península de Cotentin y a lo
largo de Saint Sauveur, los americanos lomaron hacia el norte para preocu-
parse de Cherburgo. El puerto fue capturado el 26 de junio.
Mientras tanto, el II Ejército fue empeñado continuamente en fuertes com-
bates alrededor de Caen, donde la masa de las fuerzas mecanizadas fueron
aniquiladas. Al término del mes de junio había 6 divisiones Panzer envueltas
en nuestro flanco este y con la expectativa de que pudiera caer otra más.
EL ROMPIMIENTO

A principios de julio, el I Ejército norteamericano estaba ganando po


siciones para e1 rompimiento desde la zona de concentración. Las operaciones
se; encauzaron en el sector La Haye du Puits y en la captura de St. Lo. Mien-
tras tanto, la tarea de encerrar las fuerzas mecanizadas enemigas en el flanco
este continuaba.
Cuando por primera vea los aviones bombarderos operaban en el campo
táctico, entramos en Caen el 9 de julio precedidos por un " r a i d " de bom-
barderos muy eficaz. A fin de aumentar la ansiedad del enemigo en este sec-
tor, amenazando su acción mecanizada en'el campo abierto al SE. de Caen,
retiré tres divisiones mecanizadas de la reserva. El enemigo respondió en la
forma deseada; la masa de su fuerza mecanizada permaneció donde nosotros
deseábamos.
Ahora, el segundo ejército bricánico extendió su frente hacia el oeste en
el sector de Caumont, a fin de reforzar las fuerzas del centro de gravedad que
precisaba el primer ejército norteamericano.
El primer ejército canadiense (bajo el mando del General Crerar) asu-
mió la responsabilidad del sector del extremo izquierdo el 23 de julio. El
cuadro estaba así preparado para el rompimiento desde el flanco oeste.
El 25 de julio, el ataque principal de los norteamericanos comenzó .en el
sector comprendido entre Periers y St. Lo. la 8.a Fuerza Aérea, norteameri-
cana fue empleada en el campo táctico y lanzó sus bombas inmediatamente de-
lante de las guardias como acción preliminar para el avance. El avance tuvo
éxito; Avrenches fue capturado el 30 de julio. El VIII Cuerpo norteamerica-
no, perteneciente al III ejército también norteamericano (General Patton) fué
lanzado en la dirección de la península de Bretaña. Con la entrada en el cam-
po de batalla del III Ejército norteamericano el cuartel general del duodé-
cimo grupo de ejército norteamericanos (General Ornar Bradley) asumió el
EL GRUPO DE EJERCITO BRITÁNICO EN LA... 71

mando de ambos ejército norteamericanos. Dicho duodécimo grupo de ejér-


citos norteamericanos quedó bajo mi control operativo.
El enemigo trataba de recuperar su equilibrio a medida que el poderoso
ataque norteamericano presionaba su flanco izquierdo y empezaba a eeder ha-
cia el SE. y este. Trató de estabilizar un frente en puntos llaves de Caumont,
en Orne y en las tierras altas entre Caen y Falaise. Uno a uno los puntos lla-
ves fueron dominados por los ejércitos británicos actuando de oeste a este, a
medida que el ataque de los ejércitos norteamericanos, en el flanco oeste, ga-
naba terreno e iniciativa.
El 6 de agosto el érea Laval-Dom.front había sido alcanzada, y al día si-
guiente del primer ejército canadiense, que había extendido su frente para
incluir el sector de Caen, comenzó una serie de ataques importantes sobre el
camino Caen-Falaise.
Este era un momento de expectación y debía verse si el enemigo se dete-
nía y era derrotado entre el Sena y el loire o si trataba de retirar sus fuerzas
detrás del Sena. Entre el 7 y el 11 de agosto se vio que el enemigo había de-
cidido librar la batalla de Francia a este lado del Sena. El 7, un gran contra-
ataque de seis divisiones mecanizadas fué. lanzado contra las fuerzas nortea-
mericnas en el área de Mortain.
Ante este contraataque, los norteamericanos los, apoyados por toda la masa
de fuerzas táctieas aéreas, permanecieron firmes.
Fui designado para cortar las fuerzas que. operaban al sur de Avranches
por medio de una presión hacia el mar. Ordené al flanco derecho del duodé-
cimo grupo de ejércitos norteamericanos moverse hacia el norte en dirección
a Argentan; e intensifiqué las arremetidas británicas y canadienses hacia el
sur para la. captura de Falaise. Se había desencadenado una carrera para
atrapar a las fuerzas alemanas desplegadas en el saliente entre Falaise y Mor-
tain. Mientras tanto, el enemigo recibía un fuerte martilleo desde el aire.
Falaise cayó en poder del ejército canadiense el 16 de agosto; las fuerzas
norteamericanas habían alcanzado Argentan; furiosos combates se desarrolla-
ban en el cuello de botella que los alemanes trataban de forzar.
Un rápido reagrupamiento del frente del duodécimo ejército norteame-
ricano, combinado con una sobresaliente improvisación a cuenta de los ser-
vicios de mantenimiento, hizo posible la continuación del avanee hacia el este
del III Ejército norteamericano, mientras la batalla de la bolsa de Falaise
continuaba progresando. EL 20 de agosto tropas del ejército del general Patton
alcanzaron y cruzaron el Sena en el área de Nantes y empezó a actuar hacia
el oeste, a lo largo del río, en dirección a iBeuf. Mientras las tropas americanas,
canadienses, franceses y polacas estaban en posesión del cuello de botella, el
II Ejército británico y el I Ejército norteamericano, apoyados fuertemente
por las fuerzas tácticas aéreas, aniquilaron al enemigo envuelto. Los demás
ejércitos del 21 grupo de ejércitos empezaron entonces su carrera al Sena.
Rápidamente alcanzaron sus sectores en el río; un esfuerzo terrible fué reali-
zado por las fuerzas aéreas, particularmente en los embarcaderos de Ruan.

LA SITUACIÓN DEL ENEMIGO DESPUÉS DE LA


BATALLA DE NORMANDIA

Aquí me detendré un momento para discutir la situación del enemigo co-


mo resultado de la batalla de Normandía. Las pérdidas sufridas por los ale-
manes fueron verdaderamente tremendas. De Ejército, Cuerpo de Ejército o
Divisionarios, veinte generales habían sido muertos o capturados y otros dos
72 MEMORIAL DEL EJERCITO.

heridos. El Comandante Supremo alemán había sido relevado en dos oca-


sienes. De sus tropas combatientes, cuarenta y tres divisiones habían sido ani-
quiladas o seriamente castigadas, sin contar las encerradas en Bretaña y las
islas del Canal. Sus pérdidas en muertos, heridos y prisioneros fueron cerca
de medio millón de hombres. Las material fueron también subidas y alre-
dedor de mil quinientos tanques resultaron destruidos y trece mil quinientos'
cañones fueron capturados o destruidas.
La batalla de Normandía había resultado conforme a lo previsto antes del
día. " D " . No había nada que el enemigo hubiera podido hacer para desbara-
tar este plan y no hubo momento alguno en que dejáramos de mantener fir-
memente la iniciativa. El contraataque que habíamos considerado en nuestros
planes, antes de la invasión, nunca se materializó en las primeras fases. El
enemigo había sido obligado a emplear sus formaciones Panzer para llenar
los huecos abiertos en sus líneas por nuestras embestidas. No fue capaz de
lanzar un golpe importante con las fuerzas mecanizadas hasta después que
salimos de nuestra primera cabeza de puente. Era va demasiado tarde. Es
interesante notar en el Mapa I que las operaciones se habían desarrollado con-
forme las habíamos planeado.
EL AVANCE HACIA AMBERES
El 1.° de septiembre, el Mando supremo asumió el mando y dirección de
los grupos de ejércitos y no fui por más tiempo, en consecuencia,, comandante
en jefe de las fuerzas de tierra, De aquí en adelante, mi papel estaría cir-
cunscrito principalmente a lo concerniente al 21 grupo de ejércitos, esto es,
a las fuerzas británicas y canadienses, junto con los variados contingentes
aliados que operaban en ellas
En consideración al desarrollo del plan estratégico después de cruzar el
Sena, el primer objetivo ciertamente era la destrucción del ejército alemán.
Como resultado de un cambio de ideas entre el General en Jefe y yo, en ade-
lante la misión eventual del 21 grupo de ejércitos fue el aislamiento del Ruhr.
El problema urgente era impedir la reorganización y recuperación del enemi-
go después del desastre que sufrió en Normandía. Otro de importancia era
la cuestión de los servicios a consecuencia de nuestras largas líneas de comu-
nicaciones. Mi cuartel general había, sin embargo, reunido reservas durante
el mes de agosto para afrontar la persecución. Las importaciones en Inglaterra
fueron disminuidas en un 60%, a fin de desocupar una apreciable cantidad
de transportes marítimos y emplearlos para finalidades de abastecimiento fu-
turo de los ejércitos.
Las tareas inmediatas del 21 grupo de ejércitos, eran:
a) La destrucción del enemigo al noroeste de Francia.
b) Despejar el paso de Calais y destruir las instalaciones para el lanza-
miento de bombas " V " .
c) La captura de campes de aterrizaje en Bélgica, y
d) La captura de Antwerp.
Entre el 25 y 30 de agosto, el segundo ejército británico y primer ejér-
cito canadiense cruzaron el Sena, en muchos casos sin oposición seria. Los cua-
tro ejércitos aliados empezaron sus avances para alcanzar el Rhin en un an-
cho frente.
Por la derecha, el III Ejército norteamericano, previamente concentrado
al este de París (que fué liberado el 25 de agosto), presionó hacia el este du-
rante la primera semana de septiembre en dirección a Nancy y Verdún. Poco
EL GRUPO DE EJERCTTO BRITÁNICO EN LA... 73

después otra columna fué dirigida al sur-este hacia la zona de Belfort, para
unirse al séptimo ejército norteamericano que se aproximaba desde Marsella.
El I. Ejército norteamericano avanzó sobre el Aisne, con su flanco dere-
cho dirigido al Ducado de Luxemburgo y su flanco izquierdo al eje general
Mons-Lieja.

AUSTRIA

El II Ejército británico avanzó hacia el centro de Bélgica, mientras el I


Ejército canadiense estaba ya para franquear la costa del canal.
El 30.° Cuerpo fué la punta de lanza de la embestida británica hacia el
norte. Amiens fué alcanzado el 31 de agosto, se entró en Bruselas el 3 de sep-
tiembre y se llegó a la ciudad de Antwerp al día siguiente. Este avance impuso
un considerable esfuerzo a ]os servicios. Manteníamos nuestra punta de lanza
alrededor de cuatrocientas millas de la base temporal de Normandía. El peso
mayor fue soportado por los transportes terrestres, porque solamente cortos
trechos de ferrovías eran utilizables debido a las innumerables destrucciones.
Pero todas las dificultades fueron salvadas y el ritmo de la persecución se
mantuvo.
74 MEMORIAL DEL EJERCITO.

RESOLUCIÓN PARA FORMAR UNA CABEZA DE PUENTE SOBRE EL


MEUSE Y EL RHIN Y DESPEJAR EL ESTUARIO DEL ESCALDA

La rapidez de nuestro avance a través del Paso de Calais y hacia Bélgica


me convenció de que si los aliados pedían concentrar y mantener suficiente
fuerza para la tarea, un golpe poderoso y sangriento sobre los alemanes ha-
bría abatido al enemigo y acarreado resultados decisivos. El eje más favora-
ble sobre el cual tal arremetida pudo haber sido lanzada fue La ruta del norte
del Ruhr, que conducía hacia las planicies del norte de Alemania. Era obvio
que el enemigo concentraría fuertes efectivos para defender este eje vital
y la zona industrial del Rhur.
La rapidez era esencial. El golpe sería efectivo siempre que fuera lanzado
inmediatamente, aprovechando el estado de desorganización en que se concen-
traba el enemigo; aún más: las condiciones atmosféricas empeorarían inevi-
tablemente desde mediados de septiembre en adelante, con la consiguiente des-
ventaja para nuestro poder aéreo y nuestras fuerzas aerotransportadas. Pero
era menester ser lo suficientemente fuertes en el eje elegido para así obtener
rápidamente resultados decisivos.
¿Podría disponerse de la cantidad necesaria de tropas y sería factible que
nuestros recursos en abastecimientos pudieran transportarse por la larga línea
de comunicaciones? Si así fuera, el término de la guerra se aproximaba.
El alto mando llegó a la conclusión de que en esta fase no deberíamos
penetrar demasiado en territorio enemigo, debido a nuestra falta de grandes
puertos. Las líneas de comunicación tenían su origen en las proximidades de
las playas de Normandía y la península de Cherburgo, y como se nos venía
encima el otoño, el acondicionamiento y apertura de los puertos de primera
magnitud y el mejoramiento de nuestras condiciones de mantenimiento eran
requisitos previos para el asalto final a Alemania. Resolvió que nuestro obje-
tivo inmediato debía ser la construcción de puentes sobre y a lo largo de todo
el Rhin y que no debíamos ir más allá de él hasta que Amberes o Rotterdam
estuvieran en nuestro poder. En vista del factor tiempo, se acordó que el 21
grupo de ejércitos lanzara su golpe al Rhin antes de que se completara la lim-
pieza del estuario del Escalda.
Ordené la reanudación del avance del II Ejército desde la zona de Am-
beres-Bruselas el 6 de septiembre, y el 11 de septiembre fue establecida una
cabeza de puente sobre el canal Masa-Escalda. Se advertía que el enemigo
empezaba a recobrar su equilibrio, de modo que se dió preferencia a la urgen-
cia de lanzar el golpe del Rhin.
El domingo 17 de septiembre comenzó la batalla de Arnhem. El propósi-
to era cruzar el Meuse y el Rhin y situar al segundo ejército en una posición
adecuada para el próximo desarrollo de las operaciones hacia el costado norte
del Ruhr y las planicies alemanas del norte. El golpe a Arnhem flanqueó la
extensión norte de la Muralla del oeste y estuvo muy próximo a un comple-
to éxito.
La parte esencial del plan era la instalación de un cordón de tropas aero-
transportadas a través de las vías acuáticas desde el canal Mosa-Escalda hasta
el bajo Rhin, en el eje general del camino, a lo largo de Eidnoven hasta Uden,
Graves, Nimega y Arnbem. Las fuerzas tanto aerotransportadas como para las
de cabeza de puente, fueron proporcionadas por dos divisiones de tropas aero-
transportadas americanas, una británica y una brigada de paracaidistas po-
EL GRUPO DE,EJERCITO BRITÁNICO EN LA... 75

lacos. A lo largo del corredor o cordón de fuerzas aerotransportadas debía avan-


zar el 30 Cuerpo británico y establecerse al norte del bajo Rhin, con cabezas
de puentes sobre el Ijssel dando frente al este. Desde el comienzo de la opera-
ción prevalecieron condiciones atmosféricas desfavorables, y, sin duda, duran-
te los ocho días vitales de la batalla, sclamente hubo dos en los cuales el es-
tado atmosférico, permitió en escala razonable el apoyo ofensivo aéreo y el
transporte aéreo. En consecuencia, las formaciones aerotransportadas no se
empleacaron en toda su fuerza (la 8ª división aerotransportada no completó su
equipo de .combate por falta de planeadores). Por otra parte, se había tenido
la intención de reforzarla con la división 52, pero este proyecto hubo de ser
abandonado. Las misiones de reabastecimiento fueron frecuentemente impedi-
das, y cuando se hicieron por el aire, lo fueron en escala muy reducida. De
haberse obtenido condiciones atmosféricas favorables, estoy .cierto que la ca-
beza de puente de Arnhem habría sido establecida y mantenida.
Un éxito completo nos fuá negado en Arnhem por dos razones. Primero,
el estado atmosférico impidió la reunión de las fuerzas adecuadas en la zona
vital. Segundo, el enemigo trató de efectuar una rápida concentración de fuer-
zas para oponérsenos, principalmente, contra la cabeza de puente del bajo
Rhin. Ante esa resistencia, el Grupo de ejército británico en el norte no era
lo bastante potente para salvar la situación creada por medio de la inten-
sificación de la rapidez de las operaciones en tierra, debido al estado atmosfé-
rico. No teníamos las divisiones suficientes para ensanchar el corredor con ra-
pidez y reforzar Arnhem por carreteras.
El 25 de septiembre ordené retirar la cabeza de puente de Arnhem. Retu-
vimos en nuestro poder los pasos vitales de Grave y ijmegcn, cuya impor-
tancia quedó ampliamente demostrada.
En el sector central del frente aliado, a mediados de septiembre el I y III
Ejércitos norteamericanos combatían en la Linia Siegfried desde la zona de
Aquisgrán, a través de los Ardennes, a la región de Trier y hacia el sur, a lo
largo de la línea general del Mosela superior. En la tercera semana de sep-
tiembre, el VI Grupo de ejército norteamericano, que había desembarcado en
Marsella, fué firmemente desplegado a la derecha del XII Grupo de ejército,
y el frente aliado fue continuado hacia Suiza.
Nos habíamos movido hacia el este en dirección al Rhin en un ancho fren-
te, pero habíamos sido detenidos. Habíamos ganado grandes ventajas, pero
en ninguna parte habíamos sido lo suficientemente fuertes para obtener en
forma rápida resultados decisivos.
OPERACIONES PARA DESPEJAR AMBERES

El enemigo había logrado recuperarse. Esto se manifestaba claramente,


no solamente en Arnhem, sino también en su reacción ante los planes de los
americanos en la Línea Siegfried. Debíamos prepararnos para una contienda
muy dura antes que pudiéramos ocupar el Rhur y avanzar hacia Alemania.
Debíamos también despejar las cercanías de Amberes antes que entrara el in-
vierno. Para realizarlo fue necesario asegurar el estuario del Escalda.
Esta tarca se encomendó al primer ejército canadiense, y le ocupó todo
octubre hasta la primera semana de noviembre. La resistencia enemiga fué
vigorosa y una dura lucha tuvo logar, hasta la operación final, para la cap-
tura de Walcheren. La reducción de esta fortaleza presentó muchos proble-
mas nuevos,que fueron resueltos, principalmente, por la acción de bombas
muy precisas de los bombarderos, que abrieron los diques y sumergieron gran-
76 MEMORIAL DEL EJERCITO.

des zonas de la isla. El uso intensivo de medies anfibios hizo posible a nues-
tras tropas operar en los terrenos inundados. Las embarcaciones navales tu-
vieron una lucida actuación, a pesar de las crecidas bajas que causó la arti-
llería de costa y la mar gruesa.
PREPARATIVOS PARA LA BATALLA POR LA REGIÓN DEL RHIN
A medida que las operaciones de Amberes progresaban, yo estaba preo-
cupado considerando el reagrupamiento para la próxima gran batalla que pre-
cedería a la captura del Ruhr. Había tenido la esperanza de lanzar la ofensiva
en otoño para limpiar la zona entre el Mosa y el Rhin, pero era necesario des-
pejar primeramente las enormes fuerzas enemigas que quedaban al oeste del
Mosa, particularmente en la zona de Venlo. No éramos lo suficientemente fuer-
tes para hacer esto y al mismo tiempo emprender un fuerte golpe entre ¡os ríos.
En esta fase, que yo llamo "los preparativos para la batalla por la región
del Rhin y a la cual me refiero, se relaciona sólo con aquella parte de! Rhin
comprendida, en la zona en que le correspondió actuar al 21 Grupo de ejérci-
to-s. Estas operacicnes nos permitieron economizar fuerzas, manteniendo el
frente sobre el obstáculo del Mosa y asegurándonos un flaneo oeste propio
para la batalla que venía a continuación. El estado atmosférico era horroroso
y el combate tuvo lugar en terrenos difíciles, contra un enemigo muy tenaz.
Al principio del mes de diciembre, el 2.° ejercito británico fué desplegado a lo
largo del río Mosa, hasta Macscyck, donde el frente cruzaba el río y alcanzaba
hasta la zona de Geilenkirchen y se unía al 9.º ejército norteamericano.
Para facilitar las operaciones del 2.° ejército delegué la responsabilidad
de la cabeza de puente de Amberes en el ejercito canadiense para completar las
operaciones del Escalda. Este reagrupamíento tenía aún otro objetivo: al I
Ejército canadiense le fue encomendado planear la batalla de la región del
Rhin, que debía ser lanzada desde la zona de Nimega y el 2.° ejercito britá-
nico debía planear el asalto subsiguiente a través del Rhin.
Mientras estos planea se meditaban, el enemigo también estaba preocu-
pado. La severa presión, que había sufrido durante los dos últimos meses no
le habían impedido el reequipamiento de sus reservas estratégicas. El 6.º ejér-
cito Panzer estaba listo para la batalla.
Los Planes para el reagrupamiento del 21 Grupo de ejércitos para la
batalla de la región del Rhin fueron completados a comienzos de diciembre.
Habíamos alcanzado la zona de operaciones cuando algunas divisiones todavía
estaban en marcha hacia las nuevas zonas de concentración. El 16 de diciembre
comenzó la contraofensiva alemana de los Ardennes. Nuestros planes fueron
postergados.
LA BATALLA DE LOS ARDENNES
No se advirtió a tiempo todo el poder de la contraofensiva alemana de los
Ardennes. Un pésimo estado atmosférico había, impedido un reconocimiento
aéreo satisfactorio. La concentración alemana había sido llevada a cabo con
un impenetrable secreto. Sin embargo, el día 18 yo consideraba ya. los posi-
bles efectos de un gran golpe enemigo hacia Bruselas y Amberes en nuestros
dispositivos, porque a su vez el grupo de ejércitos estaba cambiando su centro
de gravedad al extremo del flanco norte. Ordené detener la concentración
para la batalla de la región del Rhin y preparé los planes para cambiar algu-
nas divisiones desde el sector de Geilenkirchen hacia el oeste del Mosa.
El día 19 se comprobó ampliamente la envergadura del ataque alemán. Se
supo que el 6.° ejército Panzer estaba golpeando en dirección N. O. hacia Lieja,
y que el V Ejército Panzer envolvía por la izquierda. El 7.º ejército alemán
actuaba de sostén. El mismo día, el general en jefe me entregó temporalmente
el mando del 1.º y 9.° ejércitos americanos (se hizo efectivo desde el día 20),
ya que ellos en ese momento se encontraban al lado norte del saliente alemán
y, en consecuencia, lejos del eje del 12 ejército americano.
El día 19 ordené al General Dempsey mover el 30 Cuerpo al oeste del
Mosa en una línea general desde Lieja a Lovaina, con servicios de patrullas
más allá de la orilla oeste del río entre Lieja y Dinant. Este Cuerpo fue así
colocado en forma adecuada para impedir que el enemigo cruzara el río y
pudiera cubrir las rutas que so dirigían desde el SE hacia Bruselas. A con-
tinuación fue necesario reagrupar el 1.º Ejército americano, y además enviar
algunas divisiones británicas al E. del Mosa. Durante toda la batalla, yo tuve
el deseo de evitar que las fuerzas británicas se comprometieran más de lo ne-
cesario. Si hubieran sido empleadas en gran número, habría surgido un agudo
problema de abastecimientos, debido a que sus líneas de comunicaciones cruza-
ban el eje de los dos ejércitos norteamericanos. Aún más: estaba en mi mente
que tan luego como hubiéramos deshecho el ataque alemán, deberíamos volver
a la preparación de la batalla de la región del Rhin lo más rápidamente posible.
La batalla de los Ardennes fue ganada principalmente por las sobresa-
lientes cualidades para el combate del soldado norteamericano, completadas
por la intensa actuación aérea, que pudo ser realizada tan pronto como me-
joraron las condiciones atmosféricas. El 6.º Ejército Panzer alemán irrumpió
por su cuenta contra la parte norte de las espaldas del saliente mientras el 5.º
Ejército Panzer gastó su energía en olas fieras batallas que tuvieron su centro
en Bastogne. El reagrupamiento del 1 y 9o ejércitos norteamericanos reforzados
con formaciones británicas, hicieron posible la rápida constitución de una re-
serva de 4 divisiones norteamericanas al mando del General Collins. La acción
de estos cuerpos combinados con la conducción desde el sur del 3.º ejército
norteamericano del General Patton, arrojó a las tropas enemigas del saliente
y dio comienzo a la más cruda lucha para desalojarlas de la línea Siegfried.
Se habla impedido a! enemigo cruzar oportunamente el Mosa. Un estudio
detallado de la batalla demostrará cómo la rápida concentración hizo posible a
los aliados tomar nuevamente la iniciativa que el enemigo había tenido tem-
poralmente. Una vez que tuvimos seguros los pasos a través del Mosa, se hizo
notorio que había llegado la oportunidad de descontar la ventaja que el enemigo
había tenido a su favor. La proyectada contraofensiva de Hitler terminó en una
derrota táctica y los alemanes recibieron un castigo tremendo. Tan pronto co-
mo la situación se restableció, pude ordenar nuevamente a las divisiones bri-
tánicas del norte que acudieran a las zonas de concentracion que habían sido
preparadas en diciembre.
El principal objetivo de los aliados en el frente oeste era el Ruhr. Una
vez que el Ruhr fuera aislado del resto de Alemania, la capacidad del enemi-
go para, continuar la lucha disminuiría rápidamente. Además de esto, el ob-
jeto de nuestras operaciones era obligar al enemigo a la guerra de movimiento
por medio de operaciones desarrolladas en la planicie norte de Alemania. En
consecuencia, necesitábamos llegar hasta el Rhin ; en seguida preparar los puen-
tes en el río y ganar una posición adecuada para una campaña de movimiento
en la primavera. El enemigo estaba en muy mala situación : había sufrido
otra gran derrota con grandes pérdidas de hombres y material. Además de
esto, la gran ofensiva rusa de invierno estaba ya desarrollándose y no que-
ríamos dar la oportunidad al enemigo para trasladar tropas al este.
Las órdenes del mando supremo para el 21 grupo de ejércitos, disponían
alcanzar el Rhin desde Dusseldorf hacia el norte. El 9.° ejército quedó bajo-
mi control operativo.
Primeramente tuvimos que eliminar el saliente oeste enemigo del río Roer,
entre Jurich y Roenont. El segundo ejército completó esta misión el 28 de
enero. Las divisiones correspondientes, menos las tropas defensivas que queda-
ron sosteniendo la línea del río, inmediatamente partieron hacia el norte para
integrar la concentración para la batalla de la región del Rhin. En el estudio
del plan para esta batalla se podrá notar cómo el reagrupamiento de los ejér-
citos fue coordinado con vista a sus misiones posteriores. Ya se ha menciona-
do el traspaso de la cabeza de puente de Nimega al primer ejército cana-
diense, que era el responsable del golpe por el norte.
La ¡batalla de la región del Rhin estaba basada en dos ofensivas conver-
gentes entre el Rhin y el Mosa, con el objeto de destruir las fuerzas enemi-
gas que cubrían el Rhur. Se pretendió, por medio de la intervención desde el
aire y empleo al máximo de las fuerzas disponibles en tierra, que el enemigo
se trasladara a la orilla este del Rhin, en esto tuvimos gran éxito.
Se ordenó al primer ejército canadiense lanzar un ataque hacia el SE.
desde la zona de la cabeza de puente de Nimega, a fin de encontrarse con el
9.a ejército norteamericano cuyo golpe fue desarrollado desde el sector Jurich
Rodermondt hacia el norte. Primeramente se había planeado lanzar las dos
operaciones casi simultáneamente, pero el golpe desde el sur se retrasó, lo
cual fue ventajoso para nosotros.
La fecha en la cual el 9.° ejército norteamericano podía atacar dependía
de que sus divisiones pudieran ser relevadas de los otros sectores del frente-
aliado, ya que la fuerza de este ejército debía ser aumentada a 12 divisiones.
El relevo dependía de la situación del resto del frente. El 12 grupo de ejércitos,
norteamericanos todavía estaba comprometido en los Ardennes. Particularmen-
te presionando hacia el sistema de diques en el río Roer, y que controlaba sus.
inundaciones. Mientras el enemigo estuviera en poder de estas presas, estaba
en situación de provocar inundaciones, susceptibles de impedir el cruce del
río. Hacia el sur, la lucha más enconada estaba en el Saar v la bolsa de Col-
mar; en ambas zonas el enemigo había logrado éxitos locales. El estado atmos-
férico continuaba incierto; el deshielo comenzaba y aparte de las inundaciones,
estaba dañando gravemente nuestras vías de comunicación. La concentración
de divisiones para el ataque del ejército canadiense fue completada en la pri-
mera semana de febrero. Fueron tomadas medidas para reunir todas las fuer-
zas en las mismas zonas de concentración y también para engañar al enemigo
sobre nuestras intenciones.
El 8 de febrero comenzó el movimiento del ala norte de la tenaza. El
cuerpo 30, bajo el mando del primer ejército canadiense, lanzó su ataque a los.
bosques de Reichswald y a la extensión norte de la muralla oeste, en un fren-
te de cinco divisiones, apoyadas por considerables fuerzas aéreas y más de mil
cañones. Con esto dio comienzo a una batalla memorable que, en intensidad
y temeridad, igualó a cualquiera de las entabladas por nuestras tropas en esta,
guerra. Los alemanes muy pronto llegaron a un equivalente de 11 divisiones,
incluyendo cuatro divisiones de paracaidistas y dos de fuerzas mecanizadas.
En particular, sus fuerzas paracaidistas combatieron magníficamente .
Mientras tanto, la situación mejoraba en otras partes del frente aliado.
Las operaciones en la zona de Colmar habían terminado en forma ventajosa y
EL GRUPO DE EJERCITO BRITÁNICO EN LA... 79

los alemanes habían sido rechazados a lo largo del Rhin en el estremo sur
del frente aliado; el sector de Aar había sido estabilizado. Aún más impor-
tante que esto fue el traslado al frente este del 6.° Ejército Panzer para opo-
nerse a la ofensiva que montaban los rusos. La concentración de las divisiones
del 9.° ejército americano fue alcanzada con mareada rapidez, y a través de
langas distancias, utilizando malos caminos y pistas, con un estado atmosfé-
rico espantoso.
El lanzamiento de] golpe de los norteamericanos había sido planeado pa-
ra comenzar entre el 10 y el lo de febrero, pero en el último instante, antes
de abandonar la presa del Roer, el enemigo efectuó demoliciones que desata-
ron las inundaciones. Comenzó un continuo y ansioso período de espera, con
todas las tropas dispersas para la batalla, mientras el agua bajaba lo sufi-
ciente para el paso del río. El 23 de febrero, el 9.° ejército norteamericano,
bajo el mando del general Simpson, comenzó su ataque en dirección al norte,
hacia la zona donde el primer ejército canadiense combatía con encarnizamien-
to. Debido al retraso en el comienzo del golpe al sur, la batalla de Reichswald
había logrado descongestionaz de enemigo el sector del 9.° ejército norteame-
ricano. Los norteamericanos se aprovecharon de las ventajas que esta oportu-
nidad les presentaba, y avanzaron con rapidez admirable; su actuación en
esta ocasión hizo más fácil la presión en el N. A medida que el 9.º ejército
norteamericano se desplazaba hacia el norte, el I ejército norteamericano
cumplió su misión de asegurar el dispositivo del flanco sur los golpes hacia
Bologne fueron de esta manera relacionadas con nuestras operaciones.
La nota destacada de la batalla del Rhin fue la intensa y fanática resis-
tencia del enemigo, que, como nosotros habíamos previsto, aceptó la batalla
al oeste del Rhin, a lo que se sumaron las desventajosas condiciones del esta-
do atmosférico. En las operaciones del flanco norte de Reichswald se emplea-
ron principalmente varios tipos de vehículos anfibios; en general, el barro
y el fango, eran horrorosos y estorbaban enormemente el movimiento de las
tropas y de los abastecimientos a través de zonas muy boscosas, sin caminos.
El 3 de marzo, los dos ejércitos se unieron, pero hasta el 10 no fue liqui-
dada la cabeza de puente que cubría a Wessel, El 21 grupo de ejércitos se
encontraba ahora en el Rhin a la altura de Dusseldorf.
El enemigo había sufrido otra fuerte derrota y había perdido alrededor
de 10.000 hombres entre muertos, heridos y prisioneros; 18 divisiones y una
gran cantidad de unidades improvisadas habían sido batidas. El término de
la guerra, podía ser cuestión de semanas. Una vez más, el factor esencial era
la rápidoz.
Mientras tanto, entre el 7 y el 8 de marzo, más hacia el sur, el primer
ejército norteamericano tenía intacto en su poder el puente de Remagen; des-
pués de un avance rápido a través de un campo difícil, Colonia había sido
capturada. A mediados de mes, el tercer ejército norteamericano completó una
operación interesante, que le llevó por el Rhin y Coblenza, a lo largo de la
línea del Mosela, hacia Kywfourg. El 6.º Grupo del Ejército norteamericano
se abría camino hacia el Sarre desde el sur.
LOS PRINCIPALES ERRORES ALEMANES EN LA CAMPAÑA
Es un momento muy a propósito para hacer una pausa y considerar la
situación de los alemanes en el instante que el 21 Grupo del ejército se pre-
paraba para cruzar el Rhin. A mi manera de ver, desde el momento en .que
los alemanes se comprometieron en la ¡guerra con Rusia y Estados Unidos en
80 MEMORIAL DEL EJERCITO.

1911, su destino estaba decidido. De ahí en adelante, la cuestión era solamen-


te cuánto tiempo costaría a los aliados vencer.
Entre Normandía y el Rhin, los alemanes cometieron tres grandes erro-
res, que debería darles como resultado la pérdida de la guerra en Europa en
mayo de 1945. El primevo fue su decisión de librar la batalla de Francia al
sur del Sena. No abandonando el territorio entre el Sena y el Loira y to-
mando ventaja del obstáculo que representaba el Sena, sufrieron esas tre-
mendas pérdidas que ya he mencionado, y aún mas, esto tuvo repercusiones
muy hondas en el campo político. Posteriormente, se recuperaron en forma
notable. Lograron con éxito organizar y equipar nuevas divisiones, estable-
cieron un frente sólido en los ríos y canales de los Países Bajos y procedieron
a dar forma a una fuerza móvil, fuerte y agresiva, que en el mes de diciem-
bre estuvo lista para actuar.
En seguida vino el segundo error. Lanzaron una contraofensiva en los
Ardennes con el propósito de castigar a los aliados tan fuertemente, que estas
fuerzas alemanas pudieran ser a continuación desplazadas hacia el este. Pero
no (granaron primeramente el dominio del aire por falta de recursos suficien-
tes ni aseguraron los abastecimientos necesarios de combustibles para un ma-
yar golpe. Algún progreso pudieron hacer en el corto período, del mal tiempo,
pero la empresa estaba condenada al fracaso. Un contraataque, sí; una con-
traofensiva, no; a continuación del fracaso de los Ardennes, lo correcto habría
sido retirarse detrás del Rhin. El tercer gran error fue La decisión de quedarse
y combatir al oeste del río con la esperanza de cubrir el Rhur.
Después de las numerosas pérdidas infligidas en la batalla del Rhin,
el término de la guerra era cuestión de semanas. Los alemanes no tenían hom-
bres para organizar nuevas divisiones, y en todo caso su industria no estaba
en condiciones de equipar nuevas formaciones. La política seguida por los
alemanes de dispersar su industria, tuvo su repercusión ahora porque no po-
dían reunir material de guerra para llevarlo hasta las tropas combatientes.
Las refinerías de petróleo que les quedaban y los grandes depósitos estaban
sometidos a progresivos y crecientes ataques aéreos y sus comunicaciones esta-
ban siendo conducidas rápidamente a un estado de caos. Como resultado de
todo esto, no tenían los medios de transporte ni combustibles necesarios para
las acciones de movimiento ni tampoco poseían los carros armados necesarios
para oponerse siquiera, en igualdad de condiciones, a las fuerzas mecanizadas
aliadas que participaban en la batalla.
LA BATALLA DEL RHIN
Mientras más pudiéramos comprometer al enemigo en una guerra de mo-
vimiento en las planicies del norte de Alemania, más pronto podríamos dar
término a las operaciones. Mientras la batalla del Rhin se llevaba a efecto,
muchos preparativos de carácter administrativo y, de ingeniería se habían ini-
ciado en diciembre, antes de la contraofensiva de los Ardennes, para fran-
quear el río. En particular, el trabajo había empezado en los caminos y vías
férreas necesarios para establecer nuestros líneas de comunicaciones a tra-
vés del Mosa y del Rhin. Aun más: habíamos aumentado los acopios de los
depósitos del segundo ejército con unas 130.000 toneladas de elementos para
las operaciones venidoras. Y así, el 21 Grupo de ejércitos lanzó, la operación
para atravesar el río una quincena después de haber ,dado término a la ba-
talla del Rhin. La historia aplaudirá a los ejércitos por esto, pues efectuaron
una hazaña muy notable.
EL GRUPO DE EJERCITO BRITÁNICO EN LA.. 81

La quincena entre el término de la batalla del Rhin y el franqueamiento


del río fue de intensa actividad. Las formaciones fueron reagrupadas y esta-
blecidas en sus posiciones correctas, cubiertas por una pantalla de tropas que
defendía la orilla del Rhin. Densas cortinas de humo fueron empleadas pa-
ra ocultar nuestras intenciones y preparativos finales.
El ataque comenzó en la noche del 23 de marzo, y a la mañana siguiente,
las cuatro divisiones asaltantes (dos británicas y dos norteamericanas) y un
comando británico habían, efectuado el paso inicial entre Rheinburg y (Rees.
La llave para el paso, fue el importante centro de comunicaciones de "Wessel,
que fue capturado por el comando después de un intenso ataque aéreo. En
la mañana del 24, el 18 Cuerpo Aéreo norteamericano, con una división aero-
transportada británica y norteamericana, cayeron en la ribera este del Rhin,
dentro del alcance de nuestros cañones de apoyo de la ribera oeste.
La reacción del enemigo fue, al comienzo, más fuerte en el flanco norte,
donde habían sido concentradas tres divisiones de paracaidistas. Pero, hablan-
do en términos generales, su capacidad de maniobra fue muy limitada, por
el fuerte ataque aéreo que se había realizado muchos días antes del asalto. Las
tropas aerotransportadas aprovecharon la ventaja de que no le era posible al
enemigo lanzarles ningún contraataque y rápidamente lomaron contacto con
las unidades que cruzaban el río. Las cabezas de puente americanas y britá-
nicas fueron unidas rápidamente; algunos trabajos de ingeniería notables
fueron realizados, como la construcción de balsas y puentes en el río; es in-
teresante hacer notar que la Marina previo los desperfectos con anterioridad
y transportó barcazas por los caminos a través de Bélgica, sur de Holanda y
el Rhin.
Estábamos ahora, en una situación adecuada para la continuación de las
operaciones hacia las planicies del norte de Alemania. Era satisfactorio ver
cómo los planes que habían sido preparados y meditados ya en el Sena se
estaban cumpliendo fielmente.
Mientras tanto, la cabeza de puente de Nimega continuó sujetando gran
número de fuerzas enemigas y, no obstante, fue ampliada hacia Bont, y el
primer ejército norteamericano empezó golpeando hacia el este y noroeste en
una embestida que había alcanzado a Pederborn al mes. El tercer ejército
norteamericano había cruzado el Mosela, y en unión con el 6.° Grupo de
ejército norteamericano, eliminaron el triángulo del Saar y llenaron todo el
frente aliado hasta el Rhin. En la cuarta semana de marzo, las fuerzas del
General Patton cruzaron el río sobre Mainz y se acercaron hacia la derecha
del primer ejército norteamericano.
EL AVANCE HACIA EL ELBA Y EL BÁLTICO
En cuatro días había sido establecida nuestra cabeza de puente sobre el
Rhin, y el 28 de marzo comenzó el avance hacia el Elba. En el flanco derecho
el tercer ejército norteamericano fue dirigido al sector Magdeburgo-Witten-
burgo. En el centro debía avanzar el 2.° ejército con su flanco izquierdo so-
bre Hamburgo. Por la izquierda, el 2.° cuerpo canadiense, después de cruzar
la cabeza de puente del 2.º ejército, se desplazó hacia el norte, a lo largo del
Rhin, para flanquear Arnhem y abrir las rutas que conducían hacia el norte
desde dicha zona. Posteriormente, el primer cuerpo canadiense saltó a través
del río en Arnhem y se volvió hacia el oeste de Holanda para establecer una
protección de flanco entre el Rhin y el Zuider Zee.
M. del E. 6.
82 MEMORIAL DEL EJERCITO.

El enemigo trató desesperadamente de reunir las fuerzas que le restaban


para oponerse a nuestro avance. El centro de su resistencia estaba en el canal
Ems-Dortniuiid, dando frente al ala izquierda y centro del 2.° ejército. Continuó
una lucha dura. Mientras tanto, en el sector del 9.a ejército y a la derecha del
2.º ejército, el progreso fué rápido. El 3 de abril, el 9.° ejército norteameri-
cano había alcanzado Wessel en la zona de Minden y se había juntado con
el primer ejército norteamericano, que avanzaba desde la cabeza de puente de
Nimega. El Ruhr estaba envuelto. El 9.° ejército norteamericano quedó al
mando del 12 grupo de ejércitos norteamericanos. Los dos ejércitos norteame-
ricanos limpiaron de enemigos el Ruhr y, al mismo tiempo, presionaron hacia
el este del Elba.
La acción desarrollada a continuación, por el 21 Grupo del ejército puede
ser comparada con la embestida a través del NO. de Francia. Las líneas de
comunicaciones alemanas este y oeste, que conducían hacia la cesta, fueron
progresivamente cortadas y una serie de envolvimientos fueron lanzados para
cercar al enemigo. Las unidades del flanco izquierdo fueron conducidas hacia
la costa para aniquilarlas.
El 8.º cuerpo del II ejército cruzó el "Wessel c e r c a de Minden el 5 de abril,
y seguido.: algunos días después, más al norte, por el 2.° cuerpo, que buscaba
su camino a lo largo de la orilla este, en su avance que lo llevó a las afueras
de Hamburgo. Este amplio movimiento envolvente debilitó al enemigo en su
izquierda, mientras Bremen era amenazado desde el sur por el cuerpo 30;
un golpe más arriba del río se descargó sobre la ciudad, desde el este; Bre-
men cayó al término del mes.
El primer ejército canadiense progresó en forma notable, y a mediados
de abril había liberado la mayor parte del norte de Holanda. Al mismo tiem-
po, el primer cuerpo camadiense había asegurado nuestro flanco al oeste de
Holanda y aislado enormes guarniciones enemigas que allí se encontraban.
El principal avance hacia el Elba continuó en dirección a Luneburgo que
fue alcanzado el día 18, y nuestras fuerzas comenzaron a reunirse en la orilla
sur del río, cubriendo la ciudad de Hamburgo. El Elba fue franqueado el 29
de abril. Puntas de lanza se dirigieron, hacia Lübeck con el fin de apoderarse
de la península de Schleswig-Holstein. Al mismo tiempo, alanzandoa por tie-
rra un cuerpo aerotransportado de dos divisiones, junto con la 6. división
aerotransportada británica, formaron un flanco defensivo dando frente al
este en la línea Tarchud-Schwerin-Wismar. Una vez a través del río nuestras
operaciones no fueron detenidas, el plan era franquear Hamburgo por una
maniobra similar a la utilizada en Bremen, y estaba en marcha cuando el 2
de mayo los alemanes decidieron negociar su rendición. A través del Elba, el
campo estaba lleno de masas de soldados alemanes y refugiados que esperaban
de nuestro avance y del de los rusos con quienes establecimos contacto el día
2 de mayo.
Las negociaciones, que empezaron en Hamburgo, culminaron el 3 de ma-
yo con el mensaje de Doenitz a mi cuartel general táctico, Hunebur-Heath. En
este tiempo yo había ordenado una pausa en nuestro avance para establecer
una línea que cubriera Hamburgo y Lübeck. Algunos combates aún continua-
ban con restos de las fuerzas alemanas en la península de Cuxhaven y Emden.
La delegación alemana que vino a mi cuartel general estaba presidida
por el Almirante General von Friedeburg, comandante en jefe de la Armada
alemana, que venía acompañado por el General Kiinzel, Jefe del Estado Ma-
yor del Mariscal de Campo Buseh, y por el Vicealmirante "Wagner. Rápida-
mente establecí que si no había venido propiamente a negociar una rendición
EL GRUPO DE EJERCITO BRITÁNICO EN LA... 83

incondicional de las tropas en mi frente, no discutiría otras materias. De to-


das maneras, aproveché la oportunidad para mostrar a von Friedeburg mi
caria de situación; cuando se dio cuenta, aparentemente, por primera vez,
del estado en que se encontraba el Ejército alemán en los diversos frentes, se-
emocionó y lloró. Se apresuró a recomendar a Doenitz la rendición incondi-
cional de las fuerzas navales alemanas y las de tierra y aire que se oponían
al II Grupo de ejércitos. En la tarde del 4 de mayo, von Friedeburg regresó
a mi cuartel y firmó el documento de la rendición incondicional de esas fuerzas.
Se ordenó cesar el fuego en el frente del 21 Grupo de ejércitos a partir
de las ocho horas del 5 de mayo de 1945.
He delineado la parte en que le correspondió actuar al 21 Grupo de ejér-
citos en la campaña del NO. de Europa. Me referiré en adelante a ciertas ma-
terias relacionadas con el agrupamiento, administración y manejo de las di-
versas armas, con referencia particular a la campaña en sí misma.
AGRUPACIÓN

Para tener éxito en la batalla, el instrumento de combate debe ser puesto


en movimiento de tal manera que pueda desarrollar el máximo de su poder en
forma rápida y las tropas deben ser lanzadas a la batalla en buenas condi-
ciones. En verdad, lo que yo llamo "dirección del escenario del campo de ba-
talla", debe ser primordial. La batalla debe ser planeada por el mando, y en
él debe dar especial importancia al agrupamiento correcto de sus fuerzas me-
canizadas, su artillería y demás medios. Las fuerzas deben ser también dosi-
ficadas en el campo de batalla y dispuestas en forma que no haya, necesidad
de reorganizarse ante los golpes del enemigo; éstos pueden ser despreciados,
y la batalla, puede tornarse lentamente en favor propio, lo que requiere que el
mando siempre aprecie con mucha anticipación la situación. La habilidad
para agrupar y reagrupar rápidamente, para afrontar una nueva situación, es
un gran arte y requiere mucha provisión, aún cuando, por cierto, sus decisio-
nes finales de agrapamiento deben esperar el completo desarrollo del proble-
ma. Con referencia a la batalla de Normandía he demostrado cómo se desarro-
lló y llevó a efecto de acuerdo con el plan ideado mucho antes del día " D " ,
y se podrá notar que el agrupamiento de nuestros recursos fuá tal que el ene-
migo estuvo privado de iniciativa en todo tiempo y llegamos donde nos propu-
simos una quincena antes de lo previsto. Es digno de anotar que en esta cam-
paña el agrupamiento y el mantenimiento de un equilibrio correcto eran más
vitales que nunca. En los sectores norte, la magnitud de nuestros cometidos,
comparados con los recursos disponibles, hacía casi imposible el disponer de
reservas.
ADMINISTRACIÓN
En las primeras fases de la campaña mucho dependió de las correctas pre-
visiones en el campo administrativo. Fué una formidable tarea y, en términos
generales, significaban el transporte desde Inglaterra de cantidades de abaste-
cimientos que equivalían a las necesarias para una población como Birmin-
gham. Más de 387.000 hombres y 37.000 vehículos fueron cargados previa-
mente en los buques y lanchas de desembarcos antes del asalto, y en los prime-
ros treinta días, 1.100.000 combatientes británicos y norteamericanos fueron
desembarcados.
Existía la necesidad de prever y preparar todo lo que se requiere para
una batalla estática de primera magnitud, seguida por un avance rápido de
400 millas, que implicaba el desembarco de 20.000 vehículos, y 750.000 tone-
ladas de pertrechos durante el período correspondiente, y puedo decir que aun
en estas condiciones, excepcionalmente planeadas, las operaciones no fueron de-
tenidas ni un sólo día por falta de abastecimientos.
En las primeras fases, las enormes cantidades de pertrechos requeridos
fueron desembarcadas sobre playas abiertas, una tarea que fue muy bien apo-
yada por el puerto artificial Mulberry. Los pertreches fueron dirigidos a de-
terminadas instalaciones de campaña, desde donde eran despachados a las tro-
pas. Tan pronto como las condiciones lo permitieron, estas instalaciones de
campaña fueron concentradas en una sola organización, denominada zona de
mantenimiento de retaguardia.
Cuando se iniciaron las operaciones desde Normandía, se evidenciaron con-
siderables problemas, debido a que las líneas de comunicaciones se extendieron
en corto tiempo desde Bayeux a Amberes, alrededor de 600 kilómetros. Todos
los puentes sobre el Sena estaban demolidos y las vías férreas dañarlas enor-
memente. En orden al mantenimiento del avance, el embarque y la descarga
de material fueron muy inferiores a lo necesario para el abastecimiento diario
de las fuerzas.
De esta manera estábamos alimentándonos de las reservas organizadas en
la zona de mantenimiento de retaguardia y se transformó en un problema de
urgencia el disponer de bases más adelantadas y acortar las líneas de comu-
nicaciones. Habíamos practicado la explotación de la zona y confiado en la
apertura de los puertos del canal, particularmente Dieppe, antes de que nues-
tros acopios se agotaran. Pero en una guerra debemos considerar los riesgos
administrativos tanto como los tácticos; el punto a esclarecer es que un co-
mandante requiere una justa apreciación para saber cuándo se justifican estos
riesgos y cuando no.
Gradualmente, los sistemas ferroviarios fueron restablecidos y cuando even-
tualmente el puerto de Amberes fue abierto, podíamos basarnos firmemente
en Los depósitos establecidos entre ese lugar y Bruselas. Continuamos recibien-
do tonelaje suplementario a través de los puertos del canal.
Debo mencionar una característica muy importante de la administración,
y que ha sido confirmada durante la campaña; ella es, que hay una razón
constante en el tonelaje combinado de municiones y petróleo requerido aun
cuando, naturalmente, la diferencia entre estos dos elementos depende del tipo
de la batalla, que se lleve a cubo.
No es posible en tan poco espacio entrar en detalles concernientes a la
vasta y complicada maquinaria para abastecer a un ejército moderno en cam-
paña. Sin embargo, mencionaré la gran importancia de los movimientos y aca-
rreos. Sus problemas en esta campaña fueron inmensos, como fueron los téc-
nicos y de ingeniería planteados para reparar y dejar en funcionamiento los
puentes demolidos o averiados, vía férreas y de los transportes acuáticos re-
gionales de cuatro países europeos. Los puentes debían ser construíaos sobre
obstáculos como el Sena y el Rhin. Posiblemente aún más importante fue el
problema de la coordinación y distribución del tráfico en los variados aspec-
tos del acarreo y establecer organizaciones para operar con los servicios sobre
diferentes sistemas nacionales.
Los servicios " A " también se enfrentaron con problemas especiales. El
cálculo de los esfuerzos requeridos, junto con un perfecto balance para cada
arma y servicio, exigía mucha visión y experiencia y tenía un efecto muy di-
EL GRUPO DE EJERCITO BRITÁNICO EN LA... 85

recto sobre el éxito de las operaciones. Ya mencionaré también el "bienestar"


que alcanzó un "standar" en e! ejército, que seguramente nunca se había con-
seguido antes.
EQUIPO MECANIZADO
Al iniciar los planes para el día "D" se evidenció que el equipo especial
mecanizado debía vencer las defensas de las costas. Una de las recomenda-
ciones hechas como resultado de la incursión en Dieppe, había sido de hecho
que los ingenieros debían ser llevados detrás de las unidades mecanizadas para
cooperar en la limpieza de los obstáculos que se presentaran. Esta idea fue
realizada de manera que se puedieron emplear elementos mecanizados para
colocar y proyectar cargas desde los carros sin exponer a la tripulación. Los
puentes transportados sobre carros y destinados a cruzar los fosos contra-
carros, fueron también dispuestos y lanzados mecánicamente desde los elemen-
tos blindados. El estudio de los problemas particulares presentados por la de-
fensa de las playas de Normandía, condujo a la preparación de más equipos
especializados. Las pistas metálicas lanzadas desde los carros eran utilizadas
para cruzar cortos trechos de barro en las playas. Los carros sin torrecillas
eran utilizados como rampas móviles sobre el canal; los otros vehículos podían
escalar acantilados de la costa; carros especiales limpiadores de minas y ca-
rros anfibios para el asalto, estaban listos el día "D" y completaron, junto
con un carro de ingenieros, los bien entrenados equipos de asalto.
Las tropas mecanizadas especiales contribuyeron de manera muy notable
al éxito de los desembarcos. Las defensas de costas fueron vencidas muy pron-
to, y la nueva técnica de desembarcar La gran masa de fuerzas mecanizadas
en las primeras fases del asalto dió un excelente resultado.
A medida que la campaña progresaba, se hacían más necesarios planes es-
peciales para las fuerzas mecanizadas y ello se acentuaba en forma progresiva.
Contra las defensas fijas, como las que existían alrededor de los puertos,
eran inestimables los tanques lanzadores de minas, lanza-llamas y los tanques
de los ingenieros. El lanza-llamas Churchill se destacó durante toda la campa-
ña. Tuvo un efecto moral muy grande sobre el enemigo. Nos ahorró muchas
bajas.
Los métodos empleados en los primeros desembarcos y rápido despliegue
de las fuerzas mecanizadas fueron también aplicados en el cruce del Rhin y
del Elba. Esto se posibilitó por el uso de tanques anfibios y embarcaciones de
asalto anfibio que transportaba la infantería, vehículos ligeros y armas de
apoyo. Se hizo gran uso de estas embarcaciones, que permitieron la continua-
ción de las operaciones en el invierno sobre las fangosas zonas entre el Mosa
y el Rhin.
También se hicieron necesarios carros blindados para el transporte del
personal y se improvisaron con tanques sin torrecilla. Su empleo dio movilidad
a la infantería blindada y les fue posible acompañar más de cerca las fuer-
zas de asalto en la persecución. Estos vehículos, conocidos por el "Canguro",
los citaré más adelante.
Estos variados equipos fueron concentrados para los efectos de su en-
trenamiento y administración en una unidad especial la 79,ª división blindada,
y fueron divididos para el refuerzo de las formaciones y unidades que Jo re-
querían, de acuerdo con las operaciones. El comandante de la división era
responsable de proporcionar asesores técnicos en el uso de este equipo en todas
86 MEMORIAL DEL EJERCITO

las circunstancias. Se llegó a la conclusión de que la centralización bajo su


mando era ensencial para lograr flexibilidad y regular un programa contro-
lado de trabajos de reparaciones, descansos y relevos.
LOS CUERPOS MECANIZADOS REALES
Los cuerpos mecanizados británicos estuvieron a la altura de su. tradi-
ción en esta campaña. Estaban muy bien equipados con sus eficientes y adecua-
dos escalones de reservas, y en la lucha dieron resultados por SIL flexibilidad
y adaptabilidad.
El punto sobresaliente que se destaca una vez más es que nosotros nece-
sitamos sólo dos tipos básicos de tanques: el tanque principal (para la lucha)
y el tanque ligero (para los reconocimientos). El tanque principal debe ser
un arma de aplicación universal; no sólo debe trabajar con La infantería en
el ataque y en la batalla cuerpo a cuerpo, sino que también debe ser capaz:
de operar como punta de lanza de la división blindada en la persecución. Soy
un convencido, como resultado de las experiencias desde el Alamein hasta el
Báltico, que es fundamentalmente falso que se precisa el producir un tipo de
tanques para cooperar con la infantería y otro para la división blindada. Nos-
otros utilizamos sólo una clase de tanques para los dos trabajos. He llegado
a la conclusión de que el preponderante empleo de las fuerzas mecanizadas es
factor ventajoso en la batalla, que conduce a la victoria.
ARTILLERÍA

Los artilleros han tenido muchos éxitos en esta guerra y dudo que la-
artillería haya sido antes tan eficiente como lo es hoy.
Considerando el futuro de la artillería, es muy importante que la organi-
cemos de acuerdo con una correcta dosificación de las cañones motorizados y
los cañones a tracción y considerando otros aspectos. El gasto de municiones
de esta campaña, ha sido tremendo y en las experiencias obtenidas han resaltado
también algunos otros aspectos. Se ha llegado a la conclusión de que gran
cantidad de proyectiles pequeños, durante cierto tiempo, produce un mayor
efecto sobre el enemigo que el mismo volumen de proyectiles grandes. Es aún
más importante recordar que hay un tiempo limitado para bombardear, y des-
pués del cual, la moral del enemigo no se resiente mayormente y un mayor
consumo de munición es solamente un gasto infructuoso. Hemos advertido que
nuestras propias perdidas están en proporción directa con la distancia en que
permanece la infantería detrás del fuego del apoyo de la artillería.
Todos estos aspectos llevan a la necesidad de tener proyectiles relativa-
mente pequeños para el apoyo cercano de la infantería donde el objetivo in-
mediato es la neutralización y no la destrucción. El proyectil de 25 libras es-
indicado; debe poseer buena fragmentación. Mencionaré el problema de la es-
poleta, porque esto requiere estudio y perfeccionamiento. Debemos tener una
espoleta instantánea y una buena espoleta a tiempo.
Por último, la observación aérea ha demostrado su valor en esta campa-
ña; se ha transformado en una parte necesaria del tiro y debemos trabajar pa-
ra obtener un buen avión para dicha misión. Son necesarios para la misma,
muy buenos oficiales de artillería, que deben ser seleccionados con vistas a es-
te servicio. Como primera condición, un oficial observador aéreo debe ser un
buen artillero, pues no es difícil enseñarlos a volar.
EL GRUPO DE EJERCITO BRITÁNICO EN LA... 87

LOS INGENIEROS
Los problemas de ingenieros fueron extraordinariamente formidables y
debieron ser realizados con gran rapidez.
En los primeros días, con motivo de despejar de obstáculos y minas las
playas, hubo motivo para una gran ansiedad y un prolongado y detallado es-
tudio. El problema de colocar los Mulberries o puertos artificiales, fue solu-
cionado por la cooperación excelente entre la Marina real y los Ingenieros a
ambas lados del Canal. Tan pronto como la cabeza de playa comenzó a en-
sancharse, nos encontramos con demoliciones en gran escala, demolición de
puertos, vías férreas, puentes y bases aéreas, combinados con intensos y bien
dispuestos campos minados.
La reparación de los campos de aviación demolidos intencionalmente y
muy a menudo, la construcción de otros nuevos, fue en sí una tarea muy gran-
de y de la cual dependía nuestro apoyo desde el aire.
Dos tuberías de petróleo fueron colocadas desde Cherburgo a través del
Siena y Ruan y desde Boulogne, extendiéndose a través del Rhin. Estas eran
alimentadas desde a bordo y más tarde, particularmente desde el famoso "PLU-
TO". Estas cañerías acarrearon, durante la campaña, más de un millón de
toneladas de petróleo.
Construímos casi dos mil puentes colgantes, incluyendo tramos a través
del Sena, el Moga, el Rhin y el Wessel, algunos de los cuales tenían casi una
milla de largo.
Las fuerzas mecanizadas y la masa de camiones que cooperan con el
ejército, arruinan los caminos, y su mantenimiento para dejarlos en condicio-
nes de tráfico continuo, especialmente en los sectores bajos y en las condi-
ciones desfavorables del invierno, fue horrible, la tarea más dura que hubie-
ron de afrontar los ingenieros; ellos fueron ayudados en forma eficaz por
los Cuerpos de Zapadores, quienes en esta tarea y muchas otras realizaron
una excelente labor.
Las demoliciones más notorias c importantes estaban en los puertos. Pero
nosotros habíamos comprobado que es imposible destruir un puerto en forma
tal, que no pueda ser puesto en servicio en el momento que la Marina ha des-
pejado de minas su entrada.
Los zapadores estaban muy bien equipados, pero es importante recordar
que es el elemento humano —los oficiales de espíritu y los hombres de volun-
tad y expertos— es el mejor factor en los trabajos de ingeniería en la guerra.
Muchas veces carecíamos de zapadores, particularmente durante las grandes
operasiones de paso de ríos.
TRANSMISIONES
Es fundamental para el buen éxito de las operaciones el tener comunica-
ciones eficientes. Es interesante subrayar que un comandante de cualquier
escalón debe tener su pelotón de enlace al lado desde las primeras fases de
la preparación de un plan.
Muchos de estos trabajos fueron poso espectaculares, pero la verdad es
que se requiere una red de comunicaciones complicada. El constante objetivo
de las transmisiones fue llevar las cabezas de cable pesado tan adelante como
fuera posible para posibilitar los grandes saltos y lugares consiguientes para
las comunicaciones en la batalla. Para servir a mi propio Cuartel General,
MEMORIAL DEL. EJERCITO.

que frecuentemente se movía con intervalos de dos o tres días, se utilizó la.
radio de ultra-alta frecuencia y de un nuevo tipo; este método me dio la se-
guridad de que los oficiales tienen un grado de preparación técnica muy alto..
El equipo moderno se hace cada vez más complicado y diverso; los oficiales
deben conocerlo para obtener los mejores resultados.
LA INFANTERÍA
En vista de algunas opiniones en contra, afirmo que la infantería no ha
perdido nada de su importancia en el campo de batalla. La infantería moderna,
es un instrumento principal con mayor número de armas que antes, y la vida
del infante depende primordialmente de la astucia con que utiliza estas ar-
mas; él debe lograr un mayor y mejor estado de entrenamiento.
Esta ha sido una guerra de movimiento; pero aún cuando el infante se
motorice para acudir al campo de batalla, su entrenamiento le debe mantener
siempre duro y decidido; éste es un punto de vista que no puede ser dejado
de la mano en estos tiempos de tropas transportadas.
La introducción de medios blindados para el transporte del personal es
una innovación importante en el empico de la infantería. Hace posible trans-
portar a la infantería a través de zonas cubiertas de fuego y llegar fresca al
campo decisivo de la batalla. El desarrollo de esta técnica lia ganado bastante
y ha hecho mucho por ampliar la táctica de infantería. Por ejemplo, en el
primer gran ataque de las fuerzas del ejercito canadiense sobre el campo
de la Falaise, el 7 de agosto, la infantería transportada en "Kangaroo"
fue movida de noche a una distancia de cinco millas, hasta el punto en que
debían desembarcar; las últimas tres millas de este avance estaban próximas
a las posiciones enemigas y las tropas se bajaron casi a la zona ocupada por
el adversario. En seguida, aprovecharon para rebasar el cinturón de ciudades
que estaban atacando.
La tendencia de operar más y más durante la noche ha sido facilitada
enormemente por la producción de luz artificial de luna. Esta luz, obtenida
por baterías de iluminación, se ha hecho ahora una parte integrante de nues-
tra organización militar y ha facilitado enormemente las oportunidades del
infante. También ha probado su eficacia en las zonas de retaguardia para la
construcción de puentes y escalones administrativos.
Nuevamente ha sido la infantería la que ha sufrido las mayores pérdidas.
No puedo expresar de la manera que verdaderamente se merece el esfuerzo
y persistencia que desplegó la infantería en la campaña. Muchas divisiones fue-
ron destinadas a permanecer continuamente en acción, y respondiendo admi-
rablemente aun durante el peor invierno que se ha presentado.
LAS FUERZAS AEROTRANSPORTADAS
Las fuerzas aerotransportadas deben formar ahora la parte esencial del
ejército, ya que continuamente habrá ocasiones para que jueguen un papel
principal. Fuera de su participación en la batalla, la amenaza de su empleo
se transforma en ventajas importantes, pues la experiencia ha demostrado que
el enemigo por doquier está obligado a. hacer considerables e importantes dis-
persiones de sus fuerzas más adelantadas. Esto se suma a la necesidad de man-
tener tropas en la retaguardia para cuidar zonas vitales e instalaciones cuan-
do se sabe que el adversario dispone de tropas aerotransportadas.
EL GRUPO DE EJERCITO BRITÁNICO EN LA... 89

La utilización de tropas aerotransportadas en operaciones muy móviles es


limitada, porque el tiempo requerido para planear sus descensos, generalmente
dan por resultado que las tropas de tierra han sobrepasado las proyectadas
zonas de aterrizaje. Pero en determinadas operaciones para desembarcos y asal-
tos a través de un obstáculo y de un río, las tropas aerotransportadas han
probado ser un factor decisivo.
La amenaza de una operación por el aire con fuerzas aerotransportadas,
junto con otros factores, son la causa decisiva y material por la cual los ale-
manes retuvieron grandes unidades en el Paso de Calais durante el periodo
inicial después de nuestro desembarco en Normandía. Más cerca del campo
de batalla, la incertidumbre respecto a nuestras intenciones, como también el
empleo disimulado de tropas de paracaidistas, causó alarma y desconcierto al
enemigo. Esto retardó la llegada al campo de batalla de parte de sus fuerzas
en el momento decisivo. Hay un sinnúmero de limitaciones en el empleo de
las tropas aerotransportadas, siendo la principal la incertidumbre del estado
atmosférico, pero creo que este factor será, cada vez menos importante en el
futuro a medida que los métodos científicos sean desarrollados para facilitar
el empleo de la aviación en condiciones adversas de tiempo.
Estimo que debemos examinar nuevamente nuestra actual organización
de la división aerotransportada. Me gustaría ver las tropas de paracaidistas
y los elementos de planeadores combinados, en un sólo tipo de brigada, ya que
una vez que aterriza la brigada aerotransportada, combate como infantería.
SERVICIO DE SANIDAD
Ninguna relación sobre esta campaña sería completa .sin que mencioná-
ramos .el gran éxito y progreso de la organización del servicio de Sanidad.
Pero debe ser recordado que hubo dos factores que contribuyeron grandemen-
te a los resultados alcanzados; probablemente ningún grupo de doctores ha
trabajado en ocasión alguna con mejor material, y segundo, ellos cuidaban
a los hombres de un ejército victorioso. Los hombres del 21 Grupo de ejérci-
tos estaban inmunizados totalmente y muy bien entrenados; tenían su moral
muy alta, estaban muy bien vestidos y bien alimentados; combatían en un
clima en que el término medio del soldado británico estaba acostumbrado; la hi-
giene personal y colectiva fue excepcionalmente buena; los servicios de bienes-
tar estaban bien organizados. En el resultado feliz de los sucesos también
tuvo su parte la reducción del riesgo de las enfermedades.
Los mandos en el campo de batalla y en la campaña deben comprender
que el estado sanitario no depende solamente de los médicos. Sus esfuerzos
se facilitan cuando la moral está. alta, y de todos los factores que aseguran
un alto estado de la moral, no hay ninguno más importante que los éxitos
que se logran.
Las enfermedades entre la trepa fueron casi la mitad en comparación
con las de la última guerra. Es notorio que a medida, que avanzamos en loa
campos de prisioneros alemanes liberados, como Belsen y Sandbolsten, donde
miles de personas se estaban muriendo del tifus, sólo 25 británicos contraje-
ren esta, fiebre. Ninguno murió a causa de él. Esto se debió a las vacunas
preventivas y al suministro de un polvo llamado D. D. T.
El transporte aéreo ha sido de gran importancia pora la evacuación de
heridos. Más de l00.000 heridos fueron evacuados por aire a los hospitales
desde las unidades más adelantadas. En el campo de las transfusiones fueron
utilizadas grandes cantidades de sangre y plasma de sangre. Un servicio coor-
90 MEMORIAL DEL EJERCITO .

dinado de transporte aéreo y camiones refrigerados aseguraron que la sangre


fresca estuviera siempre a mano, para que los cirujanos operaran directamente
detrás de las primeras líneas, aun durante el rápido avance en Bélgica.
Otro hecho interesante es que en la penúltima guerra dos de cada tres
hombres heridos en el vientre, se morían. Las unidades quirúrgicas en campa-
ña, que operaban muy cerca detrás de las primeras líneas redujeron en gran
parte este peligro. En la campaña de Normandía, dos de cada tres heridos
en el vientre fueron recuperados.
La curación de heridas de guerra se ha revolucionado con el uso de la
penicilina. Muchos hombres que en la última guerra habrían quedado inváli-
dos, pudieron volver al campo de batalla al mes de haber sido heridos.
Además, loa médicos aseguraban que una vez que los hombres llegaran
a sus manos, fuere cual fuere su daño, salvarían su vida y le restablecerían la
salud en la proporción de 15 a 1. Es interesante establecer que estos presagios
fueron alcanzados sobradamente.
CONCLUSIÓN
Bebo dejar constancia de que mi narración y hechos establecidos tienen
relación con el 21 Grupo de ejércitos, pero es bueno recordar que cualquier
narración completa del noroeste de Europa podrá dar más luces del tremendo
esfuerzo de los EE. UU. y de la lucha de los sectores más al sur de las zonas
en la cual se encontraba el 21 Grupo de ejércitos.
Los hechos han demostrado que un espléndido espíritu de cooperación fue
alcanzado en esta guerra entre la armada, el ejército y la aviación; dudo que
tal estado de cosa y eficiente sistema de trabajo de conjunto haya sido alcan-
zado antes. Esto es aplicable igualmente a las relaciones entre los británicos
y norteamericanos.
Me he convencido, no sólo en esta campaña, sino a través de toda la gue-
rra, de que el soldado en el frente de batalla y el trabajador de la patria son
miembros de un mismo equipo; ninguno de ellas puede alcanzar éxito alguno
sin la estrecha cooperación del otro. Ambos deben permanecer firmes bajo el
fuego y ambos deben ver que su tarea ha de ser realizada no obstante todo lo
que el enemigo pueda hacer.
En esta guerra, los civiles en la patria han demostrado el verdadero espí-
ritu de decisión británico para llevar a cabo sus realizaciones en contra de to-
das las dificultades que el enemigo pudiera causarle. Si él no hubiera hecho-
así, el soldado en el frente de batalla habría combatido con gran desventaja..
En conclusión quiero hacer resaltar y tributar mi homenaje al espléndido
espíritu combativo, heroísmo y tenacidad del soldado raso de la unión británica
de naciones. Una vez más se ha demostrado eficiente. Y si fuera, yo interrogado
¿cuál es el grande y único factor que contribuyó a su éxito?, yo diría que fué
su moral. Llamaré a la moral el grande y tínico gran factor en la guerra; una
alta moral está basada en la disciplina, el amor propio y la confianza del sol-
dado en sus jefes, en sus armas y en sí mismo. Sin una alta moral, ningún
éxito puede ser alcanzado aún cuando puedan ser muy buenos los planes estra-
tégicos o tácticos o cualquiera otra cosa. La moral alta es una perla de gran
valor. Y la manera más segura para obtenerla es el éxito de la batalla.
De la revista "Ejército" de España, quien a su vez
extrajo y tradujo de "Journal of the Royal Service
Institución",
EL PANAMERICANISMO EN EL CUADRO GENERAL DE LA... 91

EL PANAMERICANISMO EN EL CUADRO GENERAL


DE LA CIVILIZACION OCCIDENTAL
(Conferencia leída en el Instituto Histórico
y Geográfico Brasilero).
Por el Coronel J. B, MAGALHAES.

INTRODUCCION.

Ha querido la dirección de esta casa, la más antigua de das Instituciones


culturales del Brasil, cenáculo dedicado al culto de la Patria por el estudio de
su alma, la Historia, y de su cuerpo, la Geografía, que tuviese yo, el más nuevo
y menos meritorio de sus miembros, el honor de hablaros en esta su 16.ª con-
memoración del día Panamericano.
Halagado con este benévolo presente, voy a tratar de cumplir la tarea
—difícil para mis modestos medios— recordando, en el cuadro general de la
civilización occidental!, la marcha seguida por el Panamericanismo hasta el
momento presente.
En la cronología de los acontecimientos, surgen a la luz espíritus vigorosos
y tenaces del Continente Americano; que pugnan poique América se convierta
en una unidad política, trabajo lleno de dificultades, nacidas de causas múlti-
ples, y que empieza solamente a mostrarse productivo a partir de la última dé-
cada del siglo XIX.
Esos grandes espíritus no proceden solamente impulsados por sentimientos
benignos. Obedecen a inducciones de sabiduría política, que los llevan a com-
prender que en la unión de las Américas está el más firme pedestal de las
propias energías defensivas. Si no consiguen obtener prontamente resultados
más prácticos, es porque tienen que vencer múltiples dificultades, derivadas
unas del estado de la política humana en los siglos XVIII., y XIX. y consti-
tuidas otras, por el complejo colonial subsistente en el alma de los pueblos
americanos, y por el espíritu fuertemente independiente existente en estas
regiones.
Es principalmente en torno de los intereses militares de la vida conti-
nental que surge la necesidad de la Unión Americana, o han sido ellos el ele-
mento acelerador por excelencia en los últimos progresos hacia una política
continental armónica y solidaria. Y si es así, ¿por qué tanta dificultad para
reaccionar en un sentido que parece tan conveniente? Todo parece residir,
visiblemente, en la eterna oposición individuo-humanidad, del cual el ameri-
cano es un simple capítulo; oposición esencialmente dinámica, en incesante
transformación para alcanzar una armonía más perfecta, conforme a la idea
de que el hombre forma parte de la naturaleza y participa, en consecuencia,
de sus errores e imperfecciones. Do aquí, la marcha tumultuosa y zigzagueante
de su progreso.
Aún más. Si nos colocamos, como recomienda Joseph de Maistre, a una
altura conveniente para contemplar los fenómenos históricos, podremos com-
prender, como nos enseña Pascal, que "toda la existencia de los hombres debe
ser considerada como la de un mismo hombre, que subsiste siempre y aprende
constantemente".
92 MEMORIAL DEL EJERCITO.

Recordemos. Nada traduce mejor a lo que ese dualismo nos condena, que
las propias interpretaciones históricas de los momentos de la humanidad. El
interés —que es la característica de la época actual— es siempre la regla do-
minante.
Hasta el siglo XVIII., cuando comenzaban a germinar las simientes lanza-
das en el siglo XV., por el genio de Copérnico, en el campo de las interpreta-
ciones científicas del universo y a ¿ser más juiciosamente valorizados los conoci-
mientos introducidos por la Civilización Arabe en la cultura del Occidente, la
interpretación de los hechos de la vida humana, era hecha, sin la idea de bus-
car su continuidad. No se procuraba buscar en la historia, la sucesión fatal
de los acontecimientos. El punto cumbre del pensamiento humano era el con-
cepto de la divinidad, de carácter esencialmente estático.
Rossuet tentó llenar tal vacío, realizando un enorme progreso en la valori-
zación de la historia. Pero tuvo que sujetarse todavía mucho a la interpreta-
ción teológica de los fenómenos, atribuyendo aquellos que parecían no poder
encuadrarse en leyes lógicas de origen, a motivos de un designio divino parti-
cular.
Sus contradictores surgeron sin tardanza, pero ni Voltaire ni otros, con-
siguieron oponerle un concepto más valioso o satisfactorio.
Vino después la época del romanticismo, que atribuía a individuos pre-
destinads por la naturaleza, todo el progreso de la humanidad.
Cariyle señala magníficamente el papel dramático de los héroes en la
evolución humana, pero deja en la sombra, las causas de su aparición y las
que las orientan y encausan su conducta. No existía aun la conciencia positiva
de las energías emanadas de la propia sociedad humana que nos enseña que
"por mucho que sea la influencia de los grandes hombres, ella, es forzosamen-
te dirigida y limitada por el medio social".
Apesar del progreso en la justa interpretación de los fenómenos históri-
cos, que este último modo de pensar revela, el medio social, si lo consideramos
aisladamente del medio físico, no basta para explicarlos. Pero es enorme el
avanae sobre el .sistema de Rossuet, de Voltaire y de Carlyle, a los cuales Tols-
toi critica el mostrar la. vida humana como la consecuencia de procedimientos
de reyes y sacerdotes. Pero Tolstoi quiere llenar este vacío con la noción im-
precisa de las fatalidades del destino, concepto también evidentemente insa-
tisfactorio.
Mientras tanto, a mediados del siglo XIX., Bucle había introducido un
nuevo ángulo en el estudio de la historia, correspondiente al medio físico, y
Marx, subordinaba las transformaciones de la civilización, a influencias de
orden económico, consideradas preponderantes.
Así se llegó a las nociones positivas que hoy nos dominan por las cuales
tenemos conciencia de la complejidad de las causas que influyen cu la con-
ducta de los hombres, pero cuyo exacto conocimiento se nos escapa, todavía.
Pero se puede formular ya con suficiente nitidez, que en este momento
histórico, es el "interés", el elemento superior a todos los componentes, lo que
está definido por la idea de que "we have become a world society with a
world economy which call for a world order".
Por lo demás, no existe en esta sentencia una noción cuteramente nueva.
De algún modo. la. unidad del mundo fue intentada algunas veces o por lo
menos, bosquejada. Y el litigio que hoy se Establece entre Rusia y Occidente,
no es más que el efecto del impulso de esa idea.
EL PANAMERICANISMO EN EL CUADRO GENERAL DE LA.. 93

La unidad buscada será realizada útilmente si se admite que prevalezca la-


libertad de las naciones y de los individuos, o lo que es lo mismo, cuando sea
realizada por libre consentimiento y no por la fuerza.
A todo esto subordinamos la comprensión del americanismo.
CUANDO AMERICA SURGE EN EL MUNDO.
Cuando nuestra tierra fue descubierta, tales conceptos eran aún desco-
nocidos o estaban en estado puramente embrionario. El foso que separaba la
vida de Oriente y Occidente era profundo.
Con la destrucción del poder persa por Alejandro, se apartó cualquier
riesgo para la civilización europea, desenvuelta en el Mediterráneo. Este pe-
ligro oriental fue aun más remoto con la consolidación del poderío romano, en
el cuadro geográfico fijado por Augusto.
Después surgió Mahoma, en el siglo VI. cuya doctrina adquirió bastante
fuerza como para constituir una nueva corriente civilizadora que se extendió
por el norte de Africa y penetró en Europa, a través de España, cerca de dos
siglos más tarde.
Los progresos del islamismo ponen en peligro al mundo católico. Y ese
peligro, juntándose a las necesidades de orden político de la organización
europea, dió origen a las Cruzadas, que trajeron considerables reacciones
económicas y culturales y un mayor interés por el Oriente. Se estableció
naturalmente, un gran flujo de occidentales hacia las tierras del sol naciente.
Mercaderes o emisarios del Papa, buscaron esas rutas, no siempre desinteresa-
damente, y al volver, contaban maravillas de lo que habían visto, Pero no so-
lamente contaban maravillas.. Contaban, también la considerable extensión de-
las conquistas de la doctrina mahometana y su rápida marcha para el Norte y
Este de Asia. Y este peligro, sumado a los intereses religiosos, comerciales,
económicos y culturales hizo nacer en el Occidente un impulso fuerte para
tratar de incorporar a su sistema a ese vasto mundo que surgía. Este impulso
se desarrolla, naturalmente, condicionado por la geografía, escogiendo las lí-
neas de menor resistencia.
Pero las dificultades de comunicación retardan este movimiento y surge
la preocupación de encontrar caminos más fáciles, sin interferir en los cam-
pos mahometanos. Era necesario obtener rutas más seguras y especialmente,
a partir del siglo. XV.. cuando los turcos se apoderaron de Constantinopla y
llegan a amenazar de nuevo al Occidente y a la propia Roma, por la vía de
Grecia y de los Balcanes.
Y la obtención de estas nuevas rutas era posible. Posible y necesario.
Posible porque los progresos introducidos por los Arabes en Europa habían
dado frutos. Los europeos, desenvolviendo por cuenta propia, habían adquiri-
do un poder militar considerable, merced al perfeccionamiento de las armas
de fuego y principalmente, con la creación de una poderosa artillería, lo que
se agregaba a una mayor capacidad de construcción naval y del arte de na-
vegar.
Necesario, porque Europa vivía en un equilibrio inestable. Se evidencia-
ba la crisis aguda, tanto política, religiosa y económica, como social, produci-
da por lo que se llamó el Renacimiento, Era necesario darle desahogo.
Es la época, en que se produce el cambio paulatino del antiguo mundo-
feudal, para el moderno, durante el cual, como señala Cristovam Ayres, "to-
do presenta un estado de incertidumbre y dudas, coexistiendo mezclados los
viejos con los nuevos elementos, en mezcla confusa e inestable".
94 MEMORIAL DEL EJERCITO.

Afines del siglo XV, el problema es resuelto en parte por Portugal y Es-
paña, herederos directos de los progresos de la civilización árabe. Eran los
países cuya situación geográfica los colocaba en mejores condiciones para
cumplir esta tarea.
En busca del Oriente, de las Indias, Vasco de Gama contorna el Africa
por el Sur y Cristóbal Colón procura llegar al Oriente directamente, conven-
cido de la teoría de la forma esférica de la tierra, pero sujeto todavía a los
imprecisos conocimientos que entonces se tenía de la Geografía del mundo.
Así llega a chocar contra la inmensa barrera de la América.
No alcanzó el Asia ni la India pero el objetivo de su viaje fue logrado
de un modo sorprendente y habría de tener considerables repercusiones en
el futuro.
En el siglo siguiente, el XVI., Portugal y España tratan de apoderarse de
toda la América, viviendo, parasitariamente, de lo que en ella encontraban,
lo que va a constituir una de las causas de su decadencia,
La conquista del Nuevo Continente, dada la superioridad militar de los
conquistadores sobre los pueblos primitivos que la habitaban, fue rápida. Su
colonización, áspera y brutal, conforme a la mentalidad de la época.
El espíritu religioso ya bastante debilitado, prevalecente más en la forma
que en el fondo, fue luego reemplazado por el mercantilismo, quedando en
plano muy secundario, la idea de colonización civilizadora. Tal obra hizo pen-
sar a un otomano de nuestro siglo que las naciones de Europa, por su acción
colonizadora, no han producido otra cosa en el mundo que una tremenda con-
vulsión con infinitas crueldades.
Es el mismo concepto del portugués Cristovam Ayres. cuando comenta
las acusaciones de crueldad que algunos hacen a los árabes: "ningún prici-
pio religioso fue más lejos que el cristianismo en el ideal de caridad y ningún
pueblo, como el crisitano, abusó más de la fuerza y empleó mayor crueldad
en la conquista de otros pueblos y en la cristianización a sangre y fuego".
En tales juicios existe, sin duda, una verdad evidente, pero, no toda la
verdad. Hubo otros resultados de la acción colonizadora de los Occidentales
que hicieron posible el espíritu de fraternidad que hoy se va imponiendo y
que aun, ya se ha alcanzado en América.
Tal conducta se explica por el debilitamiento de la fuerza moral, que fue
incapaz de frenar los intereses egoístas de la política del siglo XVI., dominan-
te en Europa y dividida entre poderes rivales: política basada en el derecho
de la fuerza, en alianza con las astucias de la mala fe, que hahía inspirado al
Dante, al comienzo del siglo XVI., La Divina Comedia; a Maquiavelo, en el
siglo siguiente. La Razón del Estado; que Vieira pintara a lo vivo en el siglo
XVII., y que sugirió a Federico, en el XVIII.. esta sarcástica observación:
"comme on est convenu, parmi tous les nomines, que duper son semblable était
una actión lache, on a éte chercher un terme pour odoucir la chose, te é est le
mot politique quón a choisi".
SE FORMA EL ESPÍRITU AMERICANO.
Creo haber dicho lo suficiente para que podamos definir de cómo nació
la America y el ambiente en que se crió.
Surgió en un momento crítico de la civilización y creció en medio de las
disputas de las potencian dominadoras del mundo, las viejas y las que iban
surgiendo como Holanda, Inglaterra, y Francia.
Pero, a pesar de los errores cometidos desde el punto de vista humano, el
"hecho es que se operó en América una obra realmente civilizadora, cuya ca-
EL PANAMERICANISMO EN EL CUADRO GENERAL DE LA... 95

racterística principal es una reacción natural y espontánea a los mismos ierro-


rea cometidos. Es lo que nos parece ver en Jules Mancini, cuando señala que
las colonias reflejaban el espíritu metropolitano, pero, al mismo tiempo, iban
formando una sociedad con características propias que se amoldaban cada vez
menos a los estrechos moldes en que las metrópolis querían mantenerlas.
Es el embrión del espíritu americano que se va formando de esta suerte,
cuyas primeras manifestaciones en el Brasil, surgieron en el siglo XVII., con
la guerra holandesa, mientras que en la América del Norte, se implantaba
con las primeras colonias británicas, formada con elementos expulsados de la
madre Patria y cuya característica era desde luego, el amor a la libertad.
El divorcio entre los pueblos de la América Latina y las metrópolis, surge
naturalmente como una consecuencia de la formación de las poblaciones colo-
niales, en presencia de la prepotencia irritante de los europeos que estúpida-
mente trataban a todos los nativos, blancos y de su propia descendencia di-
recta, como a gente inferior; divorcio que se vuelve inevitable por las insufi-
ciencias de las concepciones dominantes en la política metropolitana, incapaz
de ver en las colonias otra cosa que una fuente de recursos, sin tener para
con ellas ningún deber.
La reacción, espontánea contra este estado de cosas, se convierte en revuel-
ta. Hace surgir un movimiento y un sentimiento propio en el Continente, pe-
ro no bastante fuerte de inmediato. Aun vacilante, cuando llega la oportu-
nidad, todos los pueblos reaccionan solidariamente para la conquista de la
libertad y después, para asegurar los intereses de la defensa de la propia in-
dependencia.
Y es que, fuera de los sentimientos rivales resultantes de la organización
colonial, los pueblos de América sufrían las influencias de la propia situación
geográfica, tendiente a diversificarlos. Las diferencias: en los dos procesos co-
lonizadores de Portugal y de España, les deban matices que hasta hay todavía
se manifiestan, a pesar de los progresos de la cultura y de las nuevas condi-
ciones de la civilización.
A fines del siglo XVIII., la situación para las colonias se volvía intolera-
ble. No obstante todos los obstáculos, habían progresado, pero las metrópolis
no habían modificado el sistema de relaciones que mantenían con ellas. De
aquí resulta una reacción que se intensifica cuando las luchas en Europa de
bilitan los viejos sistemas de gobierno, opuestos a las conquistas rechas por los
progresos del espíritu humano.
Los primeros elementos en reaccionar fueron las colonias inglesas de la
América del Norte, que se constituyen en los Estados Unidos, como un régi-
men republicano. Desde entonces vibra todo el ambiente continental. Ele-
mentos de élite aprovechan las tendencias en pro de la eliminación de la tira-
nía de los colonizadores y pronuncian movimientos rebeldes, entre las cuales
sobresale la revuelta de Tupac-Amaru y con ellos se inicia la lucha por la in-
dependencia.
Los impulsa no sólo el ejemplo de los Estados Unidos, sino el hecho de que
el Brasil se había vuelto autónomo desde que, en 1808, el trono portugués se
viera volcado por el vendaval napoleónico y tuviera que venir a refugiarse
aquí con su vieja monarquía que se esmeraba en ostentar un nuevo carácter-
americano.
En la América española se hacen de tal modo imperiosos los deseos de-
ruptura con el sistema madrileño, que basta aceptarían cambiarlo por el sis-
tema británico, más liberal o, como en el caso del Plata, en una unión más o
menos íntima con el nuevo reino del Brasil.
El apoyo de Inglaterra fue buscado con insistencia. Pero ésta no quiso
o no pudo prestarlo a causa de la guerra que movía Napoleón y de la famosa
política del equilibrio europeo. Se limitó a facilitar sentimentalmente el mo-
vimiento libertador, porque así convenía a sus intereses, todos de orden comer-
cial. Y aun mas, no se descuidó en adquirir una base para acciones futuras,
apoderándose de alguna casa en la zona del mar Caribe.
Fue por eso que Miranda, venezolano y militar formado en el Ejército
francés, no habiendo podido obtener el apoyo de Pitt, el tenaz adversario de
Napoleón, se decidió a iniciar solo la lucha para eliminar a España de América,
en el año 1805.
Al comienzo obtiene éxitos, pero después de una lucha de 5 añas, es ven-
cido, No es apoyado fuertemente por los pueblos americanos, vacíos aun de
un firme patriotismo, capaz de resistir los manejos de los agentes metropo-
litanos y de las organizaciones cléricas, temerosas del ateísmo del sistema re-
volucionario de Miranda. Pero el movimiento reaparece en 1812, impulsado
ahora por Bolívar, que combatiera con él. Creció entonces 10 que dos años an-
tes se manifestara en la Plata y en Chile, donde se destacaban las magníficas
figuras de San Martín y O'Higgins. Se formaron así dos corrientes liberta-
rias que se fueron a encontrar en las tierras del Perú.
Su conjunción 110 fue el fruto de un acentuado y solidario espíritu ame-
ricanista. Ni aún fue plencada con anterioridad. Resultó algo espontáneo, de-
bido principalmente al interés de los del Sur en batir las fuerzas españolas
en sus principales reductos, antes que pudieran ser reforzadas por la metró-
poli.
Desde que se encuentran en el Alto Perú, se produce un choque entre las
tendencias de San Martín y Bolívar. Primero, en torno a la forma de gobierno
que deberían adoptar las nuevas naciones; después, por la forma de organizar
a la nueva América libre. Pugna San Martín por una solución de sistema mo-
nárquico y Bolívar, por el republicano.
Bolívar va más lejos. En su entusiasmo, ve el panorama de una sola na-
ción en toda la América del Sur o por la menos, en cuanto a las de origen es-
pañol. Los del Plata disienten, celosos de su personalidad nacional, originada
en la existencia autónoma del Virreinato del Plata.
Este hecho 110 es único en su especie. con la lucha, surgió un patriotismo
local muy fuerte entre los grupos americanos formados por los diversas pai-
sajes geográficos en que se desarrolló la acción colonizadora, sentimiento que
predominó sobra la idea, americanista.
La evolución de esta idea sería muy lenta.
LA EVOLUCIÓN DEL ESPÍRITU AMERICANO.
La Independencia se realizó en toda América, Inglesa y Espartóla, bajo
la forma republicana preconizada por Washington y Bolívar. En el Plata
mismo, a pesar de las tendencias iniciales, no prosperó la idea monárquica,
gracias a la rebeldía natural de los caudillos, entro los cuales sobresale la fi-
gura enérgica de Artigas. Sólo el Brasil, por haberse transformado en reino
sin lucha, permaneció monárquico. Poco después, rompería los lazos de comu-
nidad con Portugal. Este hecho viene a juntarse a las otras causas que difi-
cultan la constitución de la unidad política americana.
Así se formaron múltiples nacionalidades, numerosas naciones libres, pero
débiles militarmente. Debilidad que los mejores espíritus del continente reco-
nocen y procuren conjurar por compromisos de apoyo recíproco, sin que aun
se haya conseguido resultados satisfactorios.
EL PANAMERICANISMO EN EL CUADRO GENERAL DE LA... 97

Sorprende, a quien no examina a fondo tales acontecimientos, que a pe-


sar de la opinión de sus hombres más eminentes, nunca se haya logrado for-
mar una unidad política y militar en América, y que solamente ahora se es-
boza de modo positivo.
¿Qué fuerzas invencibles se oponen? ¿Qué inpidió que se produjese este
hecho deseado por caso todos los responsables políticos, con raras excepciones?
Es que —como ya señalamos— a eso se oponían las influencias geográfi-
cas, las circunstancias generales de la formación colonial y las desconfianzas
contra el sistema monárquico del Brasil, mirado por algunos —erradamente—
como una cabeza de puente del reaccionismo. Después, vinieron las divergen-
cias heredadas del antagonismo portugués-hispánico, acrecentadas por el pro-
blema de la delimitación de los espacios propios al ejercicio de las respectivas
soberanías, También éste es motivo de discordias entre los pueblos de origen
español, lo que da lugar a manifestaciones de extremado patriotismo, cuya ex-
acerbación parece querer compensar, por un esfuerzo sentimental del hombre,
la debilidad de las naciones. Más tarde, aparece la desconfianza contra el im-
perialismo yanqui.
La propia proclamación de la doctrina Monroe, el 2 de diciembre de 1823,
el acto más positivo y enérgico, que Brasil no vaciló en apoyar, enunciación
de un sistema, político americano independiente del europeo, no encontró, des-
de el comienzo, una amplia acogida. La repercusión favorable que hubo en
casi toda la América, no fue lo bastante fuerte como para consolidar y per-
mitir el amplio desenvolvimiento de esa idea, ¡sin ninguna clase de reserva.
Esta idea no era comprendida en el mismo sentido y He la misma manera,
en todas partes, ni aun en Estados Unidos. Fue incluso rechazada por algu-
nos, más o menos claramente. Otros, más tarde, quisieron ver en la doctrina
Monroe. mucho más de lo que ella significaba, más que una mera oposición a
la recolonización. Algunos espíritus malévolos hasta cambiaron más tarde la
fórmula, dejándola como "América para los americanos . . . del Norte".
Evidentemente, el sentimiento americano espontáneo se presentaba impo-
tente para crear la deseada unidad política continental.
El primer Congreso Americano, convocado por Bolívar en 1824 y reali-
zado en 1836, no legró el éxito a que aspiraba el Libertador. Ni los Estados
Unidos ni Brasil, que aceptaron la idea de la convocación, concurrieron a él.
Los apartó el programa adoptado para loa trabajos, que interfería con los
asuntos de su política interna, como por ejemplo: La cuestión: de la esclavitud.
Además, el hecho de no tener un carácter netamente americano, ya que Ingla-
terra fuera llamada para desempeñar en él un importante papel.
Bolívar miraba más lejos. Evidentemente, quería consolidar la Indepen-
dencia antes que hacer obra de puro americanismo. En ese cónclave, también
estuvieron ausentes Argentina y Chile, recelosos de las ideas de Bolívar de
reunir todas las colonias bajo un mismo poder gubernamental.
Hubo otras tentativas, siempre de resultados limitados e incompletos.
Un 1864, cuando al Perú, queriendo hacer frente a resabios de recolonización
europea, tentó una vez más consolidar un compromiso global de defensa ame-
ricana, surgió hasta una manifestación francamente hostil. Fue la del señor
Rufino Elizaldo, Ministro de Relaciones Exteriores de Argentina, en res-
puesta a la invitación que le fuera dirigida a su nación. Dice así: "La América
independiente es una unidad política que no existe ni puede existir por medio
de combinaciones diplomáticas. América, formada por naciones independien-
tes, con necesidades y medios de gobierno peculiares, no puede constituir una
M. del E. 7.
98 MEMORIAL DEL EJERCITO.

unidad política común", Y llega hasta decir que su país se siente más ligado
a Europa que a sus hermanos del Continente.
El entonces Jefe de la diplomacia argentina, no era el único que pensa-
ba así. En asa época, cuando Estados Unidos se debatía en su. Guerra de Sec-
ción, muchos americanos, excitados por pasiones de política interna en sus res-
pectivos países, preconizaban la intervención de Europa en sus propias Pa-
trias. Por ese medio, Napoleón III., entronizó en Méjico un protegido suyo y
ensayaba hacerse protector del Ecuador.
Tales hechos llevaron a Estados Unidos a preguntar si la doctrina Mon-
roe tenía el carácter de una manifestación particular de su Gobierno, o si era.
una doctrina nacional, a la cual todos los gobiernos debían prestar su apoyo en.
su política internacional.
El Congreso decidió que se trataba de una doctrina nacional.
Esto representa un sensible progreso en la idea americanista. No bastante
avanzado y positivo todavía como para oponerse fuertemente a las ansias co-
lonizadoras europeas, que a mediados de! siglo XIX., aun preconizaban como
principio el de la "razón de estado" y que tenían, a la fuerza como supremo
argumento.
Es la época de la máquina de vapor. De prosperidad amplia y rápida de
aquellos países que disponían del carbón de piedra y especialmente, de aque-
llos que eran poseedoras de yacimientos de ese combustible. La política preva-
leciente en Europa, en aquella época, se orientaba sólo hacia dos órdenes de
ideas: tener campos seguros de obtención de materias primas necesarias a su
industria y contar con mercados ciertos pana la colocación de sus productos
manufacturados.
La recolonización de América latina entraba naturalmente en las ideas
de las potencias más fuertes de Europa. Pero felizmente, y felizmente porque
Estados Unidos no era bastante inerte para hacer respetar la doctrina Monroe,
estas potencias eran rivales y no era posible que se aliaran para una acción
común contra este Continente. Por lo demás, encontraban campo de acción
más fácil para la aplicación de su superioridad bélica, en Asia y Africa, sin
roces peligrosos.
Pero la cuestión fue agravándose día a día, en virtud del problema que se
dio cu llamar "el espacio vital", resultado del excedo de población en algunos
países europeos. Se formó una intensa corriente inmigratoria para la América
del Sur, naciendo así una política "inmigracionista" que no tardó en tomar
caracteres tendenciosos, como pasó con los alemanes y japoneses, de prepara-
ción para futuras conquistas.
Todo esto debió favorecer la consolidación de la "solidaridad americana"
y la creación en el Nuevo Continente de una unidad de fuerza moral y mate-
rial, política y militar. Sin embargo, los efectos de ese sentido, fueron débiles
y lentos, tenían en su contra, la propia influencia europea, que se dejaba sen-
tir con más intensidad, entre los europeos y los americanos, que entre los ame-
ricanos mismos. Se oponía también, la desconfianza de los latinos americanos
contra los Estados Unidos, no sin razones bien plausibles.
Estos hacían la política llamada del "big-stik" y del "dollar", usada pa-
ra llevar su soberanía hasta el Pacífico. Después, forzados por la necesidad
de la propia seguridad militar, realizaron la apertura del Canal inter-oceánico
de la América Central.
Después cambió todo. El aislamiento internacional ya no era posible en
vista de los progresos de la civilización industrial.
Pero durante todo el período que se inicia con la independencia y termi-
na en 1914, con la inauguración del Canal de Panamá, no cesaron los esfuer-
EL PANAMERICANISMO EN EL CUADRO GENERAL DE LA... 99

zos para la creación de relaciones continentales sin desconfianzas perniciosas.


No produjeron muchos resultados. Pero de ellos resultó, en 1890, un órgano
destinado al cultivo de un saludable sentimiento americanista y que se llamó
la Unión Panamericana.
A partir de aquí, se realizan valiosos progresos, encontrando siempre se-
rios tropiezos, entre los cuales deben contarse como los mayores, las mejores
facilidades de comunicación entre Europa y América que entre los mismos
países latino-americanos.
Después de la primera guerra mundial, comienza a modificarse sensible-
mente esto estado de cosas. Su causa es el rápido desenvolvimiento de la nave-
gación marítima continental y el surgimiento de la navegación aérea utilizada
en las relaciones corrientes de la vida civil.
A Europa contrariaba el desarrollo de la solidaridad americana, entre
otras cosas, por su mentalidad belicosa. Fabricantes y proveedores de arma-
mento para todo el mundo, se preocupaban naturalmente de organizar aquí
buenos mercados para los mismos, lo que los llevaba a estimular la prepara-
ción militar de unas naciones contra otras.
Esto era lo que convenía a sus intereses y a sus puntos de vista comerciales
y no les ocasionaba ningún perjuicio directo, porque sabían perfectamente
que una fuerza moderna es muy precaria, si no está asentada en una industria
sólida y fuerte.
Pero la reacción de la primera guerra mundial en el mundo entero, evi-
denciando hasta que punto las naciones eran interdependientes, trajo modifi-
caciones profundas en la forma en que los occidentales comprendían el senti-
do de la civilización del siglo XX., también repercutió fuertemente en el "sis-
tema americano". Reveló la importancia enorme de las Estados Unidos e hizo
comprender si no con la misma intensidad a todos los países de América., por
lo menos a la mayoría de ellos, cuanto valía la solidaridad continental como
garantía de sobrevivencia y de progreso común.
Desde entonces, y bajo la tuición de Estados Unidos, la Unión Paname-
ricana encontró campo más fácil para su labor. Pero aun no la apoyaban to-
ados. Todavía había algunos que desconocían lo que convenía más al desenvol-
vimiento del panamericanismo. Así se vio en la 5.ª conferencia de Santiago
de Chile, en 1923. La manera como el Jefe de la Delegación yanqui rehusó ad-
mitir la discusión de la ponencia para dar a la doctrina Monroe un significado
más amplio, fue un rudo golpe en el progreso que se venía evidenciando desde
que Elihut Root mostró una deferencia por las naciones más débiles, concu-
rriendo a la reunión de Río de Janeiro, en 1900.
Tal actitud fue la causa de que cinco años más tarde, en La Habana, los
Testados Unidos volvieran a ser asusados de imperialistas, con mucho funda-
mento.
Pero con los procedimientos de Roosevelt y de Cordell Hull, la situación
mejora considerablemente. Se inaugura la política del "buen vacino", testi-
monio de cuanto estos dos grandes estadistas supieron darse cuenta de la con-
veniencia de acelerar la formación de la "unidad americana", encaminando
la solución práctica del problema por el único camino capaz de obtener gran-
des y definitivos efectos.
Pero aún no era suficiente. Existían fallas de procedimiento, derivadas
de la idea incompleta que en el hecho tenían los americanos del Norte con res-
pecto a la América Latina, como lo señala Dunkan Aikman. Se les escapaba
la nítida percepción de sus complejos psicológicos y de sus necesidades reales.
No sabían medir bien la manera común que tienen los latinos de encarar las.
100 MEMORIAL DEL EJERCITO.

cuestiones políticas, económicas y culturales, no obstante su diversidad de ori-


gen y las diferencias creadas entre ellos por su evolución.
En atenión a ese desconocimiento, la política nueva del "buen vecino",
no podía dar desde luego sus mejores frutos, pues no obstante estar acepta-
da por todos, no todos hablaban el mismo lenguaje ni la interpretaban del
mismo modo.
Así, no era fácil para la América Latina, dados los antecedentes que he-
mos recordado, percibir claramente la sana intención de esta nueva ficción de
la política mundial yanqui, conducida por la opinión pública y cada vez más
afirmada en avanzados conceptos de civilización industrial, no guerrera ni
militar.
Tales razones explican el por qué en la Conferencia de Lima no obstan-
te existir un peligro visible para, toda américa —el germánico y el solapado
avance nipón, no fue posible hacer en beneficio de la "defensa común", más.
que una "declaración de principios", con la obligación de consulta entre los
Cancilleres, en casos de interés para ;la América.
Es verdad que tal oportunidad, dos fuertes corrientes doctrinarias de
conceptos internacionales, ejercían fuerte presión en toda América, en oposi-
sión a la influencia de los Estados Unidos: la nacista, retrógrada, actuando
sobre los elementos gubernamentales, y la comunista, ultra avanzada, y que
Rusia pusiera al servicio de su neo imperialismo eslavo, intoxicando la men-
talidad de las masas.
A pesar de todo esto, es evidente el progreso realizado en Lima. Antes de
Pearl Harbour. deliberan los Cancilleres americanos, reunidos en Panamá,
sobre la neutralidad en el conflicto europeo y definen el campo geográfico en
que esa neutralidad debía ser. respetada, incluyendo en ella todo el hemisferio
y aun las colonias pertenecientes a los países en guerra. Tal decisión y la de-
claración de no beligerancia inicial de Italia en el conflicto, fueron las dos
nuevas fórmulas de política internacional surgidas para definir un estado de
"casi guerra". Después de Pearl Harbour. las declaraciones de solidaridad ab-
soluta con Estados Unidos, fueron casi unánimes y no hubo ninguna nación
americana que fuera francamente hostil o que se desentendiese completa-
mente de las responsabilidades de la lucha.
Terminada la Segunda Guerra Mundial, el concepto de que la América
es fatalmente solidaria, se tornó de una claridad cristiana. Ya no se puede ad-
mitir sensatamente ninguna duda al respecto. El problema a resolver es ahora
más simple y se limita a encontrar la fórmula más conveniente para darle
eficiencia.
Los temores de una acción imperialista de los Estados Unidos, teniendo
a la vista su actual actitud universal, no tienen fundamento. Si tuviesen esa
clase de velocidad o asomos de cualquiera mentalidad militarista, les habría
sido fácil ejercer violencias brutales, crear hechos consumados, como pasó en
Europa cuando vino la segunda guerra mundial y se practica todavía, ame-
nazando una tercera. Hasta parece que pecaran en excesivos cuidados demo-
cráticos, en presencia de la política rusa. Cuidados que señalan el grado de-
progreso mental realizado en la gran Nación del Norte. Allá, ningún hom-
bre o sistema prevalece, sin haber conquistado antes todo el apoyo de la opi-
nión pública, formada por una enorme masa proletaria que disfruta del más
alto padrón de vida de la civilización actual y esclarecida por una élite de
opinión profesional, formado por un sistema universitario de extremo des-
arrollado.
La fórmula buscada no consiste en otra cosa que en hacer que se com-
prenda bien el Norte y el Sur del Continente.
EL PANAMERICANISMO EN EL CUADRO GENERAL DE LA... 101

El hombre del Norte, favorecido por un clima frío y tierras fértiles y


principalmente, por inmensas riquesas carboníferas, piedra angular de los
progresos materiales de la civilización en los siglos XIX., y XX., creó una
nación fuerte con una rapidez y amplitud nunca vista, sin los prejuicios tra-
dicionales de la vieja mentalidad europea.
El hombre del Sur, por el contrario, habitantes de una tierra casi toda,
montañosa o sumergida en el calor de los trópicos, no fue favorecido en nada.
Tuvo que vencerlas con esfuerzo redoblado, sin poder desenvolverse como el
del Norte. Esto sucedió incluso en países de clima Trío y planicies fértiles,
pues les faltaba el elemento básico de la riqueza industrial: los ricos yaci-
mientos de buen carbón de piedra,
Y esta es la primera causa de la diferencia entre los progresos de uno y
de otro. Su comprensión facilita ahora el mútuo entendimiento.

CONCLUSIÓN.
Es notorio que ese entendimiento va bien encaminado. La idea o el temor
fundado de que puede llegar un tercer conflicto mundial, debe repercutir
profundamente en el americanismo. Hace avanzar mucho en la formación
efectiva de la anhelada unidad americana, mirada como una etapa para alcan-
zar la más amplia unidad del mundo, término natural de la civilización in-
dustrial.
Se avanzó bastante en la Conferencia de Quintandinha, con la proscrip-
ción de la guerra "entre las naciones americanas" y el compromiso formal
del concurso de todas las fuerzas continentales, en defensa de cualquiera de
ellas que fuera agredida, sea cual fuere el agresor, la forma o el pretexto de-
la agresión militar.
Resta consolidar, afirmar en el sólido terreno de las realizaciones prácti-
cas esa unidad que hoy todos anhelan. Ello se obtiene por la creación de aque-
llos organismos necesarios al desenvolvimiento de una preparación militar ho-
mogénea, en vista de la defensa común, y conforme a las características de
la guerra moderna, en la cual la fuerza es la resultante de las posibilidades
científicas y de la pujanza económica.
Esto quiere decir que, si América está de acuerdo, en el hecho, en cons-
tituir una unidad militar, tiene también que saber hacerla de carácter polí-
tico y económico y no puede desconocer que esto exige, para ser verdadera-
mente operante, una sólida preparación intelectual, moral y material.
Los dos primeros aspectos tienen que evidenciar la existencia de un espí-
ritu de solidaridad a toda prueba, con vistas a una buena disciplina que im-
pondrá a todos, un esfuerzo por evitar las iniciativas aisladas, limitando los
impulsos entusiastas del orgullo nacional o continental.
El tercer aspecto, no puede dejar de considerar directamente, la prepara-
ción para la guerra. De hecho, esta preparación descansa en una sólida estruc-
tura técnica e industrial, que permita aprovechar todos los recursos continen-
tales. Todavía más. Reclama la posibilidad de utilizarlos oportunamente don-
de sea necerario lo que depende, no sólo de las existencias locales, sino de un
astenia de comunicaciones y transporte perfectamente adecuado para este ob-
jeto.
Desde el punto de vista netamente militar, es esencial la unidad de man-
do, facilitada por la adopción de una doctrina común, de un lenguaje único,
para que exista plena convergencia de todos los esfuerzos y todos se pueden
entender, en los diferentes campos de batallas y de operaciones. Pero esto debe
102 MEMORIAL DEL EJERCITO.

ser obtenido sin pérdida de las características nacionales, para que cada cual
pueda desarrollar al máximo, las fuerzas que le son propias.
Aquí está la tarea que corresponde a la Conferencia de Bogotá, tan dra-
máticamente interrumpida. Le correspondía realizarla, si no completamente,
por lo menos, avanzando un poco.
Este es el punto a que ha llegado el americanismo en el marco general de
la civilización occidental, como una etapa que señala los progresos humanos.
Hay que seguir adelante sin rivalidades ni veleidades de ninguna naturaleza.
Señores:
Franklin Délano Roosevelt —esa figura política imponente que la historia
de la humanidad conservará en forma destacada— dijo que el americanismo
viene del cerebro y del corazón, y no de la raza o del origen. Y nosotros, acep-
tando plenamente este principio, comprendemos que tiene sus raíces en el marco
físico de nuestras tierras y es una necesidad orgánica para el progreso y la
conservación de la civilización occidental. La obra de ese hombre es un ideal
de vida eterna, aprendiendo siempre, como dijera Pascal.
Obra que encuentra ahora, para avanzar en la senda del progreso, ese ad-
mirable espíritu de la moderna política yanqui, que no reniega del papel que
le corresponde al pueblo de la gran Patria del Norte, como leader del mundo,
pero que lo comprende sin alardes militaristas y sólo como un deber resultante
de su situación excepcional, adquirida al amparo de las brutales destrucciones
de la guerra y merced a sus priviligiadas condiciones de existencia. Espíritu
que se esmera por extender a toda la tierra Jas excelencias del régimen que
disfruta y que no pretende, como era hábito de los fuertes hasta ahora, apro-
vechar la debilidad ajena para mayor beneficio propio.

ANEXO

CALENDARIO DE LAS MANIFESTACIONES DEL ESPÍRITU


DE SOLIDARIDAD AMERICANA.

(Justicia et: pax osculatos sunt).


1750.—El Tratado de Madrid, entre Portugal y España, inspirado y re-
dactado por Alejandro de Guzmán, brasilero, Secretario particular de don
Juan V. y Ministro de Ultramar, libera a las Américas, portuguesa y española,
de las responsabilidades y consecuencias de las guerras que puedan haber en-
tre aquellos dos Estados. Adopta para ella un régimen de "paz perpetua y es-
píritu de vecindad". Alejandro de Guzmán, en las instrucciones dadas para
la demarcación de las fronteras luso-españolas en América, ordena inscribir
en los marcos que fueran construidos, la divina: "Justicia et pax osculatos
sunt".
1776.—Colonias británicas del Norte, se proclaman independientes, for-
mando una Confederación.
1777.—El Tratado de Madrid, que fuera revocado en 1761, es revalidado
por el de San Ildefonso, entre Portugal y España.
EL PANAMERICANISMO EN EL CUADRO GENERAL DE LA... 103

1782.—John Guncy Adams. Declara, al encargado de negociar la paz en-


tre Inglaterra y Estados Unidos, los principios americanistas.
1786.—José Joaquín de Maia. Estudiante brasilero en París, procura un
entendimiento con el Embajador de los Estados Unidos. Thomas Jefferson,
para obtener el auxilio de aquella nación en pro de la independencia del Bra-
sil, presentando como una de sus razones, el hecho de la existencia continental,
que hace a los habitante de América, "compatriotas en alguna forma".
1789.—Adams. En carta dirigida a Livinsgstone, reafirma los principios
americanistas.
17915.—José Joaquín de Maia. Creyó el momento de "transformar, con la
ayuda de la Providencia, a la América, unida por intereses comunes, en una
gran familia de hermanos".
1796.—Washington. Declara que "los paisanos de Europa tienen intereses
primordiales sin relación alguna con nosotros o, cuando mucho, una relación
muy remota".
1808.—Thomas Jefferson. Declara que existe una comunidad de intereses
americanos, con exclusión de toda influencia europea en este continente. Des-
envuelve más tarde, esta idea, proclamando la necesidad de una cordial coo-
peración entre las naciones americanas, para la formación de un sistema polí-
tico independiente del Europeo. Considera que el patriotismo americano debe
saber evitar los hábitos de guerra europeos.
1810.—Juan Egaña. Chileno. Proclama: "el día en que la América reu-
nida en Congreso, hable al resto de la tierra, su voz se hará respetar y será
difícil oponerse a sus resoluciones". San Martín. Argentino. Recomienda la
unión de la América del Sur para garantir "sus aspiraciones de libertad e
independencia".
1812.—Bolívar. Venezolano. Redacta un Memorial, sugiriendo la forma-
ción de una Conferencia americana.
1813.—Artigas. Uruguayo. Declara: "Será considerado acto inamistoso
todo lo que implique una amenaza de sujeción o de nueva conquista de las
provincias del Plata o de cualquier otra del continente americano".
1815.—Bolívar. En su célebre Carta de Jamaica, insiste en favor de la
idea de formar una Conferencia Americana.
1817.—Los revolucionarios brasileros de Pernambuco encargan a Cruz
Cabanga que obtenga, en nombre de los principios americanistas, el apoyo de
Jefferson para su causa, que implica la independencia de Brasil.
1818.—Bolívar. En carta a Pueyrredón. Presidente de las Provincias Uni-
das de Río de la Plata, dice que propondrá el establecimiento de un "pacto
americano", para que las naciones del continente formen un cuerpo político
que las represente ante el mundo "con majestad y grandeza sin ejemplo en
las naciones antiguas".
Jacinto Araujo Carneiro. Luso —brasilero—. Representando al Brasil en
Europa, escribe a Vila Nova, de Portugal, Ministro de don Juan VI.: "los
aliados natos del Brasil han de ser siempre los americanos del Sur y aun, los
del Norte".
O'Higgins. Chileno. Dice que hay que formar la Confederación Latina
de las Américas para defender sus libertades políticas y civiles.
1819.—Rodrigo Pinto Guedes. Luso —brasilero—. Sugiere la creación de
una Liga Americana.
1820.—Jefferson, Americano del Norte. En carta a "Williams Short, dice
que "le gustaría ver la Escuadras del Brasil y de Estados Unidos, navegando
como hermanas y siguiendo el mismo destino".
104 MEMORIAL DEL EJERCITO.

Henry Clay. Americano del Norte. Presidente de la Cámara de Represen-


tantes de los Estados Unidos. Sugiere la formación de una Liga Americana por
la Libertad Humana, con todas las naciones del Continente, de la Bahía de
Hudson al Cabo de Hornos, del Atlántico al Pacífico.
1821.—Bolívar. Propone a los Estados Unidos el establecimiento de un
Pacto Americano en oposición a la amenaza de reconquista española, apoyada
en la Santa Alianza y para la protección de nuestras Instituciones Republi-
canas.
Brasil. (16 de abril) aun bajo el gobierno de don Juan VI., da instruc-
ciones a su representante en el Plata, José Manuel de Figuereido para que re-
conozca la Independencia de Argentina y Chile, con acentuado espíritu ameri-
canista.
1822.—Silvestre Pinheiro. Sugiere la idea de una Liga de Naciones Ame-
ricanas bajo la presidencia de los Estados Unidos.
José Bonifacio. Brasilero. En instrucciones dadas al agente comercial y
político del Brasil en Río de la Plata, recomienda que se hagan ver las "incal-
culables utilidades que pueden resultar si los gobiernos americanos hicieran
una confederación o tratado ofensivo-defensivo que se opusiera a los manejos
de la política auropea".
Barón Roussin. Representante de Francia en Río. Informa a su Gobierno
que José Bonifacio es el principal promotor del "sistema brasilero puro" y que
el objeto de sus especulaciones políticas es la formación de todos los Estados
libres de América. José Bonifacio. Declara a Rivadavia, Ministro del Exterior
de las Frovincias Unidas del Río de la Plata, que el Príncipe Regente no de-
seaba ni podía adoptar otro sistema que no fuese el americanismo, por estar
convencido de que el interés de todos los Gobiernos de América, tendría que
ser homogéneo, derivado de un mismo principio que era el firme repudio
contra las pretensiones imperialistas de Europa.
Barón Wenzel Mareshal. Representante de Austria en Río, señala a su
Gobierno el entusiasmo americano de José Bonifacio.
Gonzalo Cruz. Brasilero. Escribe de Filadelfia a José Bonifacio, dicién-
dole la simpática acogida que la opinión pública americana, da a las noticias
sobre los acontecimientos de la revolución de la independencia del Brasil.
José Bonifacio. Envía al representante de Brasil en Argentina instruc-
ciones que dicen: aproveche esta noticia ( l a de que Portugal y España com-
binaban una expedición militar contra Brasil), para hacer ver rápidamente a
los gobiernos del Plata, cuanto urge una Federación con Brasil pues no se ne-
cesita ser muy zagaz para comprender que el verdadero fin de España no es
ayudar a Portugal con tropas, sino tentar nuevamente desembarcos en cual-
quiera de sus ex-colonias.
Gonzalo Cruz. Escribe desde Filadelfia, diciendo que si hay necesidad,
sería fácil obtener de los Estados Unidos navios de guerra y aun, contratar
Oficiales. Dice que se han fabricado fragatas y cañoneras para Méjico y Co-
lombia sin ninguna objeción del Gobierno de aquel país.
Monroe. Americano del Norte. Presidente de los Estados Unidos. En Men-
saje al Congreso, declara que los Estados Unidos consideran que las Naciones
Americanas ya no pueden ser colonizadas y. que reputarán como actos hosti-
les, las intervenciones de cualquier potencia europea para oprimir o dirigir
Estados cuya independencia habían reconocido.
1824.—Bolívar. Convoca a las Naciones Americanas para un Congreso en
Panamá, donde veía el centro natural del mundo y la localización natural para
la sede de una capital política universal.
EL PANAMERICANISMO EN EL CUADRO GENERAL DE LA... 105

Brasil. En instrucciones a su nuevo representante en Estados Unidos. Jo-


sé Silvestre Rebelo, adhiere a la Doctrina Monroe y sugiere la idea de una Li-
ga ofensiva y defensiva con el imperio como parte del Continente Americano..
Brasil. Es el primero en reconocer la Independencia del Paraguay. Vis-
conde de Cachoeira. Brasilero. Ministro del Exterior. Deja constancia en el
Plata, que la política brasilera era americana y por la independencia de cual-
quier tutela europea.
Brasil. Declara (31 de enero), en instrucciones dadas a su representante
en Estados Unidos, que trata del reconocimiento de la Independencia del Brasil
por aquel país, que "sus intereses son concordantes con los principios de go-
bierno de aquella nación".
Brasil. (30 de julio). En sus instrucciones dadas a su representante en el
Plata declara: "la política del Gobierno Brasilero es propiamente americana
y tiene por objeto principal, la independencia de toda especie de tutela eu-
ropea".
Colombia - Provincias Unidas y Chile. Con ocasión de la recepción de las
misiones permanentes americanas, manifiestan su regocijo por la Doctrina Mon-
roe, con la que concuerdan.
1826.—Se reúne el Congreso de Panamá, convocado por Bolívar en 1824.
Concurren Méjico, las naciones de la América Central, Perú y Colombia,
(Venezuela, Ecuador y Panamá formaban aun un solo estado con Colombia).
No concurren: Chile, (República del Plata, Brasil y Estados Unidos. Tales au-
sencias parecen resultar del hecho de que el referido Congreso, ha excedido los
límites del espíritu americanista, al admitir en su seno la influencia británica.
Además de su objetivo principal de salvaguardia de la independencia ameri-
cana, trataría también cuestiones de política interna, como las relativas a la
esclavitud.
En ese Congreso fueron adoptados los principios del arbitraje y la aboli-
ción del tráfico de esclavos.
Brasil. Recibe bien el ofrecimiento de Colombia para intervenir en la Gue-
rra del Plata, porque "un negocio americano debe resolverse entre Naciones
americanas".
Algunos norteamericanos, se muestran hostiles al Congreso de Panamá,
por motivos racistas, teniendo en cuenta que sólo concurren hombres de razas
inferiores.
1828.—Doctor Felipe Aranda. Ex Ministro de lo Exterior de Argentina.
Dice que la conclusión de las negociaciones de paz con Brasil, relativas a la
guerra del Plata, fue acelerada para evitar que Lord Ponsonby, en viaje para
Brasil, pareciera haber influido en su solución.
Clemente Pereira. Ministro del Exterior del Imperio. Declara a los nego-
ciadores de la paz, Generales argentinos Ramón Balcarce y Tomás Guido, que
el referido tratado era "un primer anillo de donde debería partir algún día
la formidable cadena de un sistema continental americano".
1829.—En instrucciones dadas a Duarte Ribeiro, para negociar si fuera
posible, un Tratado de Comercio con Perú. Dice el Marqués de Aracati, Minis-
tro del Exterior del Imperio: "ese tratado debe fundarse en principios libe-
rales, o para mejor decir, de política americana, a fin de que se estrechen cada
vez más, las relaciones de amistad y de buena vecindad".
1830.—General Tomás Guido. Representante de Argentina en Brasil. In-
forma a su Gobierno que el Imperio propuso la formación de un "vasto plan
continental americano", semejante al que Bolívar tentara realizar en Panamá.
1833.—Juan Dio Ganedo. Méjico. Recorre la América Latina, en nombre
de su país, para tratar de la convocación de un Congreso Continental.
106 MEMORIAL DEL EJERCITO.

1841.—Duarte de Ponte Ribeiro. Brasilero. Recuerda el mal que hace a


América la falta de un sistema uniforme de política y de Derecho Público
Externo, propio del Nuevo Mundo.
1847.—Se reúne en Lima un Congreso Americano. Comparecen Colombia,
Chile, Ecuador, Bolivia y Perú, en virtud de la amenaza de la intervención de
España en Ecuador, con el fió de restaurar el gobierno depuesto del Gral. Juan
José Flores. Se hace un tratado de apoyo mutuo para la defensa de la indepen-
dencia, soberanía e integridad territorial de los referíaos países.
Brasil. Declara al Perú que en el caso de concretarse la amenaza de inva-
sión de las fuerzas bajo el mando del General Flores, "su política estará de
acuerdo con los intereses americanos".
1856.—Se reúne en Santiago de Chile, un Congreso Continental. En éste,
Chile, Ecuador y Perú, firman un Tratado de Alianza y confederación. Se
firma en Washington una Convención, de mutuo apoyo y protección entre
Costa Rica, Salvador, Colombia, Perú y Venezuela.
Costa Rica, Salvador, Guatemala. Méjico, Colombia, Perú y Venezuela,
firman un tratado de mutuo apoyo.
1864.—Se reúne en Lima un Congreso Americano. Con motivo de la ocu-
pación de las Islas Chinchas por España se firma entre Perú, Bolivia, Chile,
Colombia, Ecuador, Guatemala y Venezuela, una alianza defensiva y de paz
mutua, obligándose dichos países a recurrir a medies pacíficos para resolver
sus diferencias.
Brasil. Declara en esa ocasión que el "engrandecimiento de América de-
pende de un acuerdo de los países que la componen, en que se fijasen los prin-
cipios regladores de sus relaciones internacionales y se comprometan a prestar-
se mutuo apoyo cuando peligran sus integridades e independencias".
La acción del representante del Brasil en Uruguay, este año, mereció más
tarde del historiador argentino R. Careano, la clasificación de precursor de la
política panamericana, que setenta años más tarde, los Presidentes republica-
nos sacaran de los simples gestos académicos para estar en el terreno de las
realizaciones y acción popular.
1866.—Brasil. Protesta contra el bombardeo de Valparaíso por la Escuadra
Española.
Estados Unidos interviene a favor de Chile.
1876.—Don Pedro II. Emperador del Brasil. Concurre personalmente a
asociarse a los festejos conmemorativos de la Independencia de los Estados
Unidos.
1877.—Se reúne en Lima un Congreso de Juristas americanos. Hay repre-
sentantes de Argentina, Bolivia, Chile, Costa Rica, Ecuador, Perú y Venezue-
la. Se confecciona un tratado de extradición y otro por el establecimiento del
Derecho internacional Privado.
l882.—James G. Blain. Secretario de Estado de los Estados Unidos. In-
vita a las Naciones Americanas para que se reúnan en un Congreso, en Was-
hington, a fin de discutir métodos de evitar la guerra entre sí. Algunas alte-
raciones en el Gobierno de Estados Unidos y la situación desfavorable creada
por la Guerra del Pacífico, hizo que la conferencia fuera postergada.
1883.—Se reúne en Caracas un Congreso Americano. Conmemorativo del
Centenario del Libertador Bolívar. Se hicieron varias declaraciones sobre De-
recho Internacional.
1888.—Se reúne en Montevideo una Conferencia Americana. Uruguay, Ar-
gentina, Chile, Perú. Paraguay, Bolivia y Brasil. Resultaron Tratados de De-
recho Civil, Comercial y Penal. Derechos de autores, marcas y patentes y pa-
ra el ejercicio de las profesiones liberales.
EL PANAMERICANISMO EN EL CUADRO GENERAL DE LA... 107

Byard. Secretario dé Estado de los Estados Unidos. Convoca para el año


siguiente, la Conferencia Americana proyectada para 1882.
1889— (2 de octubre). Se reúne en Washington la I. Conferencia Inter-
nacional Americana, presidida por el Secretario de Estado de Estados Unidos,
James G. Blain. Comparecen todas las naciones libres de América, excepto
Santo Domingo, en términos de absoluta igualdad. De ella resultaron: El Bu-
reau Internacional de las Repúblicas Americanas órgano colector y difusor de
las informaciones americanas; la decisión de efectuar periódicamente, Confe-
rencias Internacionales Americanas, en las diversas capitales de los Estados
Unidos de América; un Tratado de Arbitraje para ciertos conflictos; acuerdos
sobre tráfico aduanero y marítimo; medidas para facilitar el comercio, tales
como uniformidad de documentos comerciales, derechos portuarios, reglamentos
sanitarios, bancos inter-americanos, patentes y marcas comerciales, libertad de
navegación en ríos internacionales.
No consigue éxito la propuesta de declaración sobre la eliminación del de-
recho de conquista por efecto de la guerra.
27 de junio. Es empleada por primera vez, la expresión Panamericana, por
el diario norteamericano Post.
1890.—14 de abril. Se cierra la I Conferencia Internacional Americana.
Queda instalada La Unión Panamericana, que actuará por medio del Bureau
Internacional, con sede permanente en Wáshington.
1895.—Presidente Cleveland, de los Estados Unidos. Declara, a propósito
del diferendo anglo-venezolano, que "todo acto de soberanía británica, fuera
de las fronteras que le corresponden en América, encontrará tenaz oposición
de los Estados Unidos".
1894.—En reunión de los Representantes de las naciones americanas en
Washington, con el Secretario de Estado de los Estados Unidos, se deliberó
para extender la acción del Bureau Internacional Americano, a todos los asun-
tos relacionados con la vida económica y el desenvolvimiento de las naciones.
Fue creado un comité Ejecutivo de Cinco Miembros, cuyo presidente sería el
Secretario de Estado de los Estados Unidos.
1901.—22 de octubre. Se reúne la II. Conferencia Internacional America-
na, en Méjico. De ella resultan:
—adhesión a la Convención de La Haya en 1889.
—cuatro Tratados, seis convencionales y varias recomendaciones sobre asun-
tos jurídicos, económicos y de cooperación intelectual.
—José Higino, del Brasil, propone y se adapta la resolución de proceder
a Ja dosificación del Derecho Internacional Americano.
—se organiza el Consejo Ejecutivo, que pasa a llamarse Bureau Interna-
cional Americano y es creado un Consejo Administrativo General.
1902.—31 de enero. Se cierra la II. Conferencia Internacional Americana.
Francia, Inglaterra y Alemania, hacen presión militar sobre Venezuela para
cobrar deudas de este país a sus subditos. La presión cesa por la intervención;
de Estados Unidos.
Drago.—Define, en nombre de la Argentina, la doctrina relativa al caso
que lleva su nombre, por la cual queda establecida para América, la inadmi-
sibilidad de la intervención a mano armada, para la cobranza de deudas pú-
blicas.
1903.—Se reúne en Nueva York un Congreso Aduanero Americano, en
cumplimiento a una deliberación de la II. Conferencia Internacional.
1906.—23 de julio a 27 de agosto. Se reúne en Río Janeiro ,1a III. Confe-
rencia Internacional Americana. No concurren Haití ni Venezuela. Elihu Root
Secretario de Estado de los Estados Unidos, ejerce con Río Branco, la Presi-
108 MEMORIAL DEL EJERCITO.

dencia Honoraria de la Conferencia. La Presidencia efectiva, corresponde a


Joaquín Nabuco, que declara en solemne discurso: "la conciencia americana
es el sentimiento de nuestra órbita especial, enteramente separada de la eu-
ropea".
De esta Conferencia resultan:
—mejoría de las relaciones de los países latinos con Estados Unidas, un
poco tirantes por la acción americana en los procedimientos concernientes a la
apertura del Canal de Panamá.
—codificación del Derecho Internacional Americano:
—perfeccionamiento de las convenciones sobre los estatuios de naturali-
zación, redamaciones, deudas, patentes de comercio, etc.
—Se crea un Consejo Directivo de cinco miembros en el Consejo Admi-
nistrativo General del Bureau Internacional Americano.
—Esta Conferencia fue considerada por un internacionalista francés, como
preparatoria de la Conferencia Mundial de la Haya, de 1907.
1908.—Río Branco. Se manifiesta sobre el panamericanismo, diciendo:
"cuando ya no sólo se trate de ocupar un puerto, sino de bloquear medio conti-
nente, las cosas cambiarán substancialmente no sólo para la seguridad de nues-
tra América, sino también para nuestro prestigio".
1910.—12 de junio a 30 de agosto. Se reúne la IV. Conferencia Internacio-
nal Americana, en Buenos Aires. No concurre Bolivia.
Domicio de Gama.—Brasilero, propone que la Conferencia reconozca en
la Doctrina Monroe "un factor permanente de independencia externa". Re-
sultó de ella.:
—cuatro convenciones sobre cuestiones jurídicas, servicios marítimos.
Cooperación intelectual, intercambio de profesores y estudiantes, etc.
—se adopta la denominación Panamericana, en vez de Unión de las Repú-
blicas Americanas. El Bureau Internacional Americano, pasa a llamarse Unión
Panamericana.
—se fija la fecha de la V. Conferencia, a realizarse en Santiago de Chile
en 1914. No se efectuó en virtud de los acontecimientos relativos a la Primera
Guerra Mundial.
1914.—Coronel House. Adjunto al Gobierno de Estados Unidos. Proyecta
un Convenio inter-americano de seguridad y asistencia mutua.
Theodoro Roosvelt. Dice en Santiago de Chile que "las naciones america-
nas, hoy más que nunca, no pueden aceptar conquistas ni colonizaciones que
la disimulen".
1916.—Presidente Wilson. Declara que para que no haya dudas en el em-
pleo del poder americano, conviene la unión de los Estados de América para
"garantía mutua de absoluta independencia política y absoluta integridad te-
rritorial".
1917.—Gobierno del Uruguay. Declara que toda amenaza "a los derechos de
un país del continente debe ser considerada una amenaza para todos y provo-
car, de parte de éstos, una reacción uniforme y común". En virtud de este
principio en Uruguay no son considerados beligerantes los países de América
en guerra con otros no continentales.
—Doctor Wenceslao Braz. Presidente del Brasil. Fundamentando la de-
claración de guerra a Alemania, declara: "Brasil continúa imprimiendo a su
política externa, una forma práctica de solidaridad continental. Política que
por otra parte, fue también la del antiguo régimen, siempre que estuvo en pe-
ligro cualquiera de las naciones hermanas y amigas del continente".
1920.—Marcos Fidel Suárez. Estadista Colombiano. Lanza su doctrina so-
bre la libertad de imprenta en América.
EL PANAMERICANISMO EN EL CUADRO GENERAL DE LA... 109

1923.—25 de marzo a 3 de mayo. Se reúne en Santiago de Chile, la V.


Conferensia Internacional Americana. No concurren Bolivia, Perú ni Méjico. Al
inaugurarla, el Presidente Arturo Alessandri declara:
"El panamericanismo va más allá del propio ideal. Es una forma dinámi-
ca, eficaz, generado por el poder inevitable de las causas geográficas, historicas
y políticas, por factores absolutamente reales que invitan a una acción co-
mún".
Resultaron de ella:
—cuatro convenciones.
—sesenta deliberaciones, entre las cuales un Tratado para evitar conflic-
tos entre las naciones americanas y que se llamó la Convención Gondra.
—es reorganizada la Unión Panamericana.
—se proyecta la realización de una serie de conferencias de carácter téc-
nico y especializado, para tratar determinados problemas.
—se crea en la Unión Panamericana, cuatro comisiones permanentes para
tratar de:
* relaciones económicas y comerciales.
* trabajo.
* higiene.
* cooperación intelectual.
Fletcher.—Secretario de Estado de los Estados Unidos. Se opone que se
considere a la Doctrina Monros como una declaración continental, con todos
sus plenas consecuencias.
1928.—16 de enero a 20 de febrero. Se reúne en La Habana, la VI. Confe-
rencia Internacional. Concurren todos los países libres de América. Se adoptan
11 convenciones, 62 resoluciones y 4 acuerdos. Figuran en estas materias: Có-
digo de Derecho Internacional Americano, estatuto de los extranjeros, asilo,
agentes consulares, neutralidad marítima, guerra civil, aviación comercial, etc.
Algunos delegados acusan a Estados Unidos de llevar una polítiva inter-
vencionista en América.
1930.—17 de mayo. El Consejo Directivo de la Unión Panamericana, crea
el Día Panamericano (14 de abril), en conmemoración de la reunión de la I.
Conferencia Internacional y fecha de la creación de la Unión Internacional de
las Repúblicas Americanas por sugesión del Embajador del Brasil en Estados
Unidos, Silvino Gurgel do Ameral. Representante de Nicaragua. Sugiere que
todos los pueblos de América conmemoren mutuamente sus grandes fechas.
1931.—Se celebra en la Unión Panamericana en Washington por la pri-
mera vez el Día Panamericano con la presencia de los representantes de las
21 Repúblicas Americanas en sesión solemne de su Consejo Directivo.
Ministro de Relaciones Exteriores del Brasil. En su Memoria Anual de-
clara: "somos componentes de un gran todo que la naturaleza hizo grande;
seremos pequeños, débiles y poco respetados si nos dividimos".
1932.—19 Repúblicas por intermedio de sus representantes en Washing-
ton se dirigen a Paraguay y Bolivia, invitándolos a cesar en la guerra del
Chaco.
1933.—Es firmado en Río el Pacto Saavedra-Lamas, de conciliación y de
no agresión entre Argentina y Brasil.
—se inicia en el Instituto Histórico y Geográfico Brasilero, la conmemo-
ración sistemática del Día Panamericano por sugestión del Sr. Leo Rowe, Di-
rector General de la Unión Panamericana. La primera conferencia conmemo-
110 MEMORIAL DEL EJERCITO.

rativa fue dictada por el socio y notable internacionalista Doctor Rodrigo


Otávio.
Roosevelt. Declara en la Unión Panamericana que "adoptará la política
de buen vecino, porque las cualidades de éste son esenciales para el verdadero
panamericanismo respecto al derecho de los otros, comprensión mutua de los
puntos de vista ajemos y escrupuloso cumplimiento de los deberes recíprocos".
—26. de diciembre. Se reúne en Montevideo la VII. Conferencia Interna-
cional Americana. No comparece Costa Rica.
Resulta de ella:
—adopción del Pacto Saavedra Lamas.
—Cordell Hull. Secretario de Estado de los Estados Unidos. En nombre
del Presidente Roosevelt hace una declaración relativa a la iniciación de la po-
lítica del buen vecino.
—modificaciones al Código de Derecho Internacional Americano, sobre
deberes y derechos de los Estados en lo que se refiere a la extradición, derecho
de asilo y nacionalidad; acuerdos sobre interdicción en la intervención de un
Estado en asuntos internos y externos de otros.
—Cuestiones económicas, comerciales y políticas, tarifas, etc.
1934.—Profesor J. M. Pérez. Colombia. Hace resaltar en la Liga de las
Naciones, el inconveniente de su falta de entendimiento con la Unión Pana-
mericana.
1936.—Se reúne en Buenos Aires, la Conferencia Internacional para la;
consolidación de la paz.
—Roosevelt, declara que no se trata de "establecer alianzas, repartir des-
pojos de guerra, dividirse naciones o jugar con seres humanos como peones
sobre un tablero de ajedrez".
—Osvaldo Aranha. Representante de Brasil, declara que su Nación consi-
dera ofensa propia, cualquier hecho que pueda herir la soberanía de una na-
ción continental.
19318.—9 a 27 de diciembre. Se reúne en Lima, la VIII. Conferencia Inter-
nacional Americana. Comparecen todos los países y reafirman su solidaridad
continental. Se adopta la Declaración de los Principios Americanos, por los cua-
les "si la paz, la seguridad y la integridad continental de cualquiera de ellos
fuese amenazado por actos de cualquier naturaleza, se comprometen a comlbinar-
entre sí, las modalidades aplicables al caso". Se establece el "método de Con-
sultas", entre los Ministros del Exterior para tratar esos casos. Esta Conferen-
cia se presenta una tentativa para lograr la Unidad Americana, la cual fue acep-
tada en principio, pero no logró adquirir aun una consistencia práctica y
sólida.
—Cordell Hull. Declara que no debe "existir sombra de duda en ningu-
na parte, sobre la determinación de las Naciones Americanas de no permitir
en este hemisferio, la invasión de fuerzas armadas de cualquier potencia o
alianza de potencias".
1930.—Septiembre. Se realiza la I. Reunión de Consulta de los Ministros
de Relaciones Exteriores Americanos, en Panamá. Se trata de la situación de
América en vista de la guerra que se desencadena en Europa. Se delibera si
se hace una declaración general de neutralidad, fijando como límite de zona
neutral americana, una faja marítima hasta 300 kilómetros de la costa.
1940.—Los Ministros de Relaciones Exteriores de las Repúblicas Ameri-
canas, reunidos por segunda vez en La Habana se consultan sobre el caso, cu-
EL PANAMERICANISMO EN EL, CUADRO GENERAL DE LA... 111

ya posibilidad surge de que sean transferidas colonias europeas en América,


de un ocupante a otro. Se resuelve que tales transferencias son inadmisibles
y que en tal hipótesis, las Repúblicas Americanas tomarían a su cargo la admi-
nistración de las mismas.
1942.—Como consecuencia de la agresión japonesa a Pearl Harbour, se
reúne por tercera vez, en Río, los Cancilleres Americanos, en consulta sobre la
actitud de América. Se decide la ruptura de relaciones diplomáticas con los
agresores.
Brasil apoyó integralmente a los Estados Unidos.
1945.—Se reúne en Méjico, una Conferencia Internacional de donde re-
sulta el Acta de Chapui-tepec.
1947.—Se reúnen en Río los Cancilleres de todas las Repúblicas Ame-
ricanas. Resulta:
—una convención sobre la Unidad Americana;
—un compromiso de medidas militares comunes;
—las instituciones armadas de América adquieren, como deber principal,
la preparación de la defensa del Continente y, eventualmente, su entrada en
a ación de conjunte.
—La guerra es proscrita del ambiente americano.
Traducción de! Coronel ROGER SOTO MARÍN.
112 MEMORIAL DEL EJERCITO.

LA PENICILINA Y SU EMPLEO EN
MEDICINA VETERINARIA
Por el Mayor de Veterinaria JOAQUÍN WELTZ ESP1NOZA

INTRODUCCIÓN

La Penicilina es uno de los más valiosos agentes terapéuticos conocidos,


cuyo uso ya tan difundido en Medicina Humana, está empleándose también
con éxito, en numerosas enfermedades de los animales.
'La penicilina es un agente bactericida producido por un moho, y su
formación se debe a un fenómeno llamado "Antagonismo microbiano", el que
consiste, en que muchas especies de bacterias de hongos, son capaces, en con-
diciones favorables de dificultar e impedir el crecimiento de otras especies
microbianas.
Hace más de 60 años que se supo que este fenómeno de "Antagonismo mi-
crobiano" podría tener aplicaciones terapéuticas. Este hecho ocurrió cuando
Pasteur y Joubert describieron en 1877 el efecto antagónico de ciertos orga-
nismos contaminadores en el crecimiento del bacilo del ántrax.
Bouchard en 1889, vio que la Pseudonomas pyocyanea es antagonística con
respecto de otras especies de bacterias, demostrando que el medio del cultivo
en que la Ps. pyocyanea había estado creciendo largo tiempo, tenía la propie-
dad de disolver o matar muchas especies patógenas. Emmerich y Loew en
1899 utilizaron este descubrimiento y atribuyeron este fenómeno a la acción
del fermento "piocianasa'', afirmando que el antrax experimental podría ser
curado con esta substancia y además sugirieron su uso para el tratamiento
local de la difteria y de otras infecciones.
El poder terapéutico de la piocianasa fue puesto en duda por la mayoría
de los experimentadores; no obstante esto, parece haber estado en venta en
Alemania hasta fecha reciente.
Posteriormente estas experiencias indujeron a otros, investigadores a se-
guir estudiando el fenómeno del "Antagonismo microbiano" hasta llegar así
al descubrimiento de la penicilina.

DESCUBRIMIENTO DE LA PENICILINA
En 1929 el Prof. A. Fleming descubrió un notable ejemplo de antagonis-
mo microbiano. En una placa de agar-agar usada para el cultivo de estafilo-
cocos, creció un moho verde, producido accidentalmente por una contamina-
ción debida al aire; y en la proximidad de éste moho invasor, dicho profesor
notó, que las colonias de estafilococos se estaban disolviendo. Se hicieron cul-
tivos de este moho con el fin de estudiar con más detalles sus reacciones anta-
gonísticas respecto de los estafilococos y otros microorganismos, y Fleming
demostró el que moho, identificado más adelante como Penicillium notatum,
podía cultivarse en un medio líquido (caldo de peptona) y secretaba en dicho
medio de cultivo una substancia inhibidora del crecimiento de muchas bacte-
rias patógenas, entre las que se contaban los estafilo y estreptococos, que pro-
LA PENICILINA Y SU EMPLEO EN MEDICINA... 113

ducen algunas de las más destructivas lesiones infecciosas en el hombre, co-


mo en los animales. También se observó que otras bacterias como el Bacterium
coli y salmonella typhi, no fueron afectadas.
Fleming atribuyó el poder de inhibir el crecimiento de las bacterias, que
posee el medio, a la presencia de un agente bactericida, que llamó penicilina.
Se dio cuenta entonces, que la penicilina podía ser de utilidad para la aplica-
ción local como antiséptico en heridas infectadas, y en efecto, se trataron
por este medio algunos casos recalcitrantes. Con varios de estos experimen-
tos demostró que la penicilina parecía ser superior a los remedios a base de
potentes substancias químicas.
La buena suerte acompañó las observaciones de Fleming acerca de la
acción bactericida de su moho, pues el P. notatum no es un moho muy común y
es más bien raro que un cultivo esté contaminado con él.. Por otra parte, co-
mo lo han demostrado trabajes posteriores de otros investigadores, son mu-
dios los mohos productores de substancias bactericidas; tenemos así el P. no-
tatum, el Aspergillus tereus, el Aspergillus giganteus, el Penicillium cyclo-
pium, etc., que inhiben el crecimiento del estafilococo; pero, las substancias
producidas por los dos primeros no son tóxicas, mientras que las de los últi-
mos son muy tóxicas.
Clutterbuck, Lowell y Raistrick continuaron en 1932 los trabajos de Fle-
ming y trataron de aislar la penicilina y no lo obtuvieron, demostraron sola-
mente, que ella se formaba cuando el moho era cultivado en un medio sin-
tético, lo que facilitaría su aislamiento, llegando a la conclusión que era un
cuerpo muy inestable, y no prosiguieron por lo tanto la investigación.
Después de estas experiencias no hubo interés en aislar la penicilina, o
en estudiar su aplicación experimental.
DESCUBRIMIENTO DE LAS PROPIEDADES
TERAPÉUTICAS DE LA PENICILINA
En 1938 E. Chain y H. W. Florey se interesaron por investigar las pro-
piedades químicas y biológicas de las substancias bactericidas producidas por
micro-organismos. La existencia de tales substancias había sido establecida,
pero era muy poco lo que se conocía acerca de sus propiedades y se esperaba
que un estudio de ellas conduciría a la preparación de nuevos compuestos de
interés biológicos. Así se empezaron las investigaciones sobre las propiedades
de la penicilina, la que mostraba más interesantes características químicas y
biológicas.
El hecho de que esta substancia impidiera el crecimiento de estafilococos,
aparecía sobre todo importante, ya que hasta ese entonces no se conocía pro-
ducto alguno capaz de impedir de un modo eficaz la infección por estos or-
ganismos.
En vista de las afirmaciones de otros investigadores, de que filtrados de
cultivo de penicilina, neutralizados y estériles, retenían sin variación su acti-
vidad bactericida durante cierto tiempo, parecía probable que en circunstan-
cias especiales la sustancia activa podría ser aislada y purificada.
El método usado fue el siguiente :
Se siembra una placa de agar-agar con el organismo usado (en este caso
el Staphylococus aureus), se echa sobre ella un cultivo del organismo en caldo,
escurriendo el exceso y secando la placa durante una o dos horas en una estu-
M. del E. 8.
114 MEMORIAL DEL EJERCITO.

fa a 37° C. con la cubierta levantada. Unos cortos cilindros de metal o por-


celana vidriada, abiertas por los extremos, se colocan entonces en la superfi-
cie del agar, y las soluciones que se desea ensayar se vierten en ellos. Después
del período de incubación, la superficie del agar-agar se cubre con una par-
tícula continua de bacterias, excepto en un área circular alrededor de cada
tubo, donde la penicilina se ha difundido al exterior y ha inhibido el creci-
miento. El diámetro de esta zona está en razón directa de la concentración
de la penicilina en la solución del cilindro. El diámetro preciso de la zona pro-
ducida por una determinada solución, varía ligeramente de día en día, ya que
depende de un cierto número de factores, algunos difíciles de gobernar en la
práctica; pero es posible contrarrestar la variación incluyendo en cada ensayo
una o más soluciones de valor conocido.
Al igual que otros agentes activos de pureza desconocida, se halló conve-
niente expresar la actividad bactericida de la penicilina, en un término co-
mún de alguna preparación modelo de dicha substancia, y se le expresó por
"unidad".
Los hechos siguientes darán una idea del tamaño de cada Unidad:
1.—La penicilina pura contiene alrededor de 1.000 unidades por mili-
gramo.
2.—La mayoría de las variedades de estafilococos son habitualmente inhi-
bidas por una concentración de 0,01 a 0,05 unidades por mililitro.
Con el método de ensayo de Heatley se llegó rápidamente a la conclusión
de que la penicilina es un ácido de escaso peso molecular, soluble y estable en
varios solventes orgánicos.
Se dedujo ademas, que era posible extraer penicilina mediante el éter,
observándose que durante tales operaciones no hubo pérdida alguna de su
actividad bactericida, mientras las soluciones se mantuvieron frías.
Estas observaciones han formado parte integral de todo procedimiento de
extracción usado desde entonces.
En la actualidad se emplea cloroformo y acetato de amilo para la extrac-
ción y purificación de la penicilina en gran escala.
Evaporando en el vacío la solución acuosa en estado de congelación, se
obtuvo una preparación seca de sal de penicilina, que retenía su actividad du-
rante largos períodos. Las primeras preparaciones en bruto hechas, extrayen-
do la penicilina del medio del cultivo mediante éter y pasándola otra, vez a la
solución acuosa, contenían, según se sabe ahora únicamente, alrededor de 1 por
100 de penicilina pura. Sin embargo, aún este impuro producto, inhibía el cre-
cimiento de estafilococos y otras bacterias, en solución diluida al 1 por 500.000.
Tal efecto bactericida era superior al de muchos antisépticos fuertes, como por
ejemplo la acriflavina.
Obtenida la penicilina se hicieron experimentos terapéuticos en 8 rato-
nes infectados con estreptococos hemolíticos. Cuatro de estos animales fueron
tratados con repetidas inyecciones de la sal de penicilina impura, y cuatro
sirvieron de comparación. Uno de los animales tratados sobrevivió indefinida-
mente, mientras que los otros tres murieron muchos días después que los
compañeros dejados sin tratamiento, los cuales sucumbieron dentro de las 24
horas.
Los resultados alentadores de estos experimentos, comprobaron las propie-
dades químicos-terapéuticas de la penicilina, y se vio, que la mejor manera de
obtener rápidos resultados era mediante el esfuerzo coordinado de todos los
investigadores.
LA PENICILINA Y SU EMPLEO EN MEDICINA... 115

Los problemas inmediatos que se precisaban resolver eran los siguientes:


1.—Producir grandes cantidades de penicilina.
2.—Estudiar a fondo las propiedades biológicas de la penicilina, y
3.—Purificar la penicilina y estudiar su naturaleza química.
Los Dres.: N. G. Heatley y A. G. Sanders planearon y pusieron en prác-
tica laboratorios en gran escala para el cultivo del moho y la extracción de la
penicilina.
El Prof. A. D. Gardner colaboró en el aspecto bacteriológico de la in-
vestigación; el Dr. M. A. Jennings en el aspecto biológico y el Dr. E. P.
Abraham en el aspecto químico.
En cuanto al ensayo terapéutico en el hombre, tomaron la responsabili-
dad de las observaciones clínicas el Dr. C. M. Fletcher y el Dr. M. E. Florey,
y mucho otros doctores y cirujanos.
Para la preparación de mayores cantidades de penicilina se usaron reci-
pientes especiales, conteniendo cada uno alrededor de un litro del medio de
cultivo. Se empleó el medio sintético descrito por Clutterbuck, Lowel y Rais-
trick, añadiendo extracto de levadura de cerveza para acelerar el crecimien-
to. En estas primeras tentativas surgieron grandes dificultades, derivadas de
la contaminación del medio de bacterias atmosféricas, que producían un fer-
mento destructor de la penicilina. Esta observación fue de la mayor importan-
cia y es lo que explica el por qué ha sido tan difícil producir penicilina en
cantidad. Los procedimientos asépticos en gran escala, requieren un cuidado
meticuloso para impedir la contaminación con los siempre presentes organis-
mos del aire, y que ha sido el mayor obstáculo en el desarrollo de la obra de
las empresas comerciales.
Posteriormente se supo, que las preparaciones brutas de la sal de peni-
cilina, son mezclas de muchas substancias diferentes y la separación del reac-
tivo puro es un problema difícil, a causa de su inestabilidad respecto de mu-
chos compuestos químicos y las desfavorables solubilidades del ácilo libre y de
sus sales.
Se comprobó que además, de los ácidos y los álcalis, la penicilina era des-
truida por muchos iones metálicos, especialmente el zinc, cadmio, cobre, mer-
curio, y otros.
Las preparaciones más puras de penicilina inhibieron el crecimiento de es-
tafilococos en la asombrosa dilución de 1 parte en 50 millones; y con una
parte en 150 millones se obtuvo una fuerte inhibición parcial. Los gonococos
y meningococos se mostraron aproximadamente dos veces más sensitivos que
los estafilococos. También se constató que la penicilina no tiene efectos per-
niciosos en los animales, aun cuando se le administre en grandes dosis. Rato-
nes de 20' gramos de peso toleraron la inyección intravenosa de 20 mmg. de
una preparación de penicilina conteniendo 325 unidades por miligramo sin
ningún aparente efecto desagradable y que la dosis letal para ratones de 18
gramos era alrededor de 30 mg. de sal de sodio de 250 unidades por miligramo.
La falta de toxicidad se observa en preparaciones menos puras, pues se
comprobó con asombro que ninguna de las impurezas era tóxica, lo que ha he-
cho posible el uso clínico de la penicilina en bruto, sin tener que someterla
a un complicado proceso de purificación.
Para toda clase de usos clínicos se emplea hoy generalmente preparación
de penicilina conteniendo alrededor de 100 Unidades por miligramo.
Además se demostró lo siguiente, respecto de la penicilina:
(Que la penicilina no era tóxica para diferentes tipos de células o tejidos
(leucocitos, fibroblastos, células epiteliales, monocitos, etc.).
116 MEMORIAL DEL EJERCITO.

Que no se producía efecto alguno en la presión de la sangre, los latidos del


corazón o la respiración de los gatos.
Que podía ser inyectada directamente en el cerebro, en el líquido cerebro-
espinal de los conejos, sin síntomas tóxicos.
Que la sangre, pus, autolisatos de tejidos, o hidrolisatos de proteínas no
disminuían su actividad.
Que era excretada rápidamente por los ríñones.
Que no era influenciada en su actividad bactericida, por el número de
bacterias presentes. Este hecho, y la insensibilidad respecto de los productos
de descomposición de los tejidos, dan a la penicilina una importante ventaja
sobre las drogas del grupo de las sulfonamidas, las cuales no producen efecto
en presencia de los compuestos resultantes del desdoblamiento de las proteínas
o cuando el número de bacterias es grande.
Que la penicilina, aún en soluciones concentradas, no mata en seguida
las bacterias, sino que meramente inhibe su crecimiento, lo que es su princi-
pal acción en el cuerpo animal sobre las bacterias, inhibiendo también su
multiplicación. Esto tiene una gran importancia,, en aplicación clínica y hay
que tomar las medidas del caso a fin de que la penicilina esté en contacto con
los organismos el tiempo suficiente para permitir a los leucocitos realizar
su labor.
No se ha determinado aún, de un modo preciso, cómo opera la penicilina
para impedir la división de las bacterias.
Que la penicilina es absorbida rápidamente después de una inyección in-
tramuscular o sub-cutánea, pero no después de la administración oral, pues
es destruida por el ácido clorhídrico del jugo gástrico.
Que es secretada por la saliva y por la bilis.
Que no pasa desde la corriente sanguínea al líquido céfalo-raquídeo.
Descritas las propiedades biológicas, se deducía que la penicilina podría
tener propiedades químico-terapéuticas in vivo contra organismos suscepti-
bles. Los experimentos con animales demostraron que la penicilina no era
sólo un antiséptico, sino que también un agente quimioterápico de gran im-
portancia.
El diagnóstico final acerca de su valor en Medicina dependía sin embar-
go, de que pudiera o no ser usada con éxito para el tratamiento de las en-
fermedades que naturalmente atacan al hombre..
La primera inyección aplicada al hombre fue intravenosa, de 100 mg. y
del mismo material usado en los experimentos de protección de ratones (con-
teniendo alrededor de 10 unidades por miligramo). Poco más de una hora
después, el paciente tuvo escalofríos y un alza de temperatura.
Las repeticiones de la inyección dieron resultados semejantes, de lo que
se deducía que la penicilina impura contenía alguna substancia pirógena, la
que mediante separación cromotográfica, se logró eliminarla.
Se obtuvieron buenos resultados en el hombre en una infección produci-
da por estafilococos y por estreptococos. Varios casos de fuerte sepsia fueron
tratados con tan alentadores resultados, que se hizo imperativo el procurarse
grandes cantidades de penicilina.
Obtenida una mayor cantidad, se pudieren tratar numerosos casos gra-
ves de sepsia, la mayoría de ellos, pacientes que habían recibido toda clase
de tratamientos antes de que se aplicara la penicilina.
De lo numerosos casos tratados como ensayos, se llegó a establecer una
técnica para su uso y dosificación en diversas afecciones.
LA PENICILINA Y SU EMPLEO EN MEDICINA... 117

Se ha demostrado también en centenares de casos, que la aplicación local


es eficaz para librar las lesiones de los organismos patógenos que son suscep-
tibles, con la consiguiente gran ventaja para la cicatrización y restauración
del funcionamiento de la parte afectada.
Es innecesario hacer hincapié en la importancia de estas observaciones para
el tratamiento de las heridas de guerra, la mayoría de las cuales está inten-
samente infectada.
Los notables efectos químicos-terapéuticos que pueden obtenerse con la pe-
nicilina en infecciones generales y localizadas, han sido ahora confirmados
ampliamente por investigadores americanos, y son muchas las lesiones que
pueden curarse administrando la penicilina durante un tiempo suficiente y con
dosis adecuadas. Una posible excepción a esta regla es el caso en que las vál-
vulas del corazón estén afectadas.
Las potencialidades de la penicilina son grandes y uno no puede menos
de asombrarse de la sucesión de acontecimientos afortunados que han rodeado
su descubrimiento y desarrollo, y ocupa al presente una posición única entre
los antibióticos, por combinar a la vez, gran poder, bactericida y muy escasa
toxicidad.
EMPLEO DE LA PENICILINA EN MEDICINA VETERINARIA
Conocidas las numerosas propiedades curativas de esta prodigiosa droga,
por las muchas investigaciones hechas en los animales de laboratorio y en
el hombre, se ha extendido su empleo con éxito en Medicina Veterinaria.
En un principio el problema que se presentaba, en su uso, era la escasez
y el elevado costo, que hizo reducir su empleo sólo para el tratamiento de
enfermedades en los animales menores (perro, gato, etc.). Posteriormente, ha-
biéndose obtenido una mayor cantidad y a un menor costo, se le ha usado en
animales mayores y de las muchas experiencias, se ha llegado a considerarle
como un poderoso medicamento en las enfermedades que atacan al ganado pro-
ducidas por microbios, sobre los cuales la penicilina, tiene acción bactericida.
Los microorganismos sobre los cuales la penicilina tiene efectos inhibito-
rios comprobados son los siguientes:
N. meningitidis, Staph. aurens, Strep. pyogenes, B. antracis, A. bovis
(hominis), S. tetanis, Cl. weichi, Cl. septique, Cl. oedematiens, Strep. viri-
dans, Pneumococus, C. Diphtheriae, S. gárteeri, S. typhi, Estreptococos anae-
róbicos, Porteus, Strpt. viridans, Past. pestis, S. typhimurium, S. paratyphis
B., Bact. dysenterias Shiga, Br, abortus, Br. melitensi V. choleras, Bact. coli,
B. friendländeri, Ps. pyocyanea.
Sabemos por experiencias hechas en los animales que la penicilina actúa
eficazmente en el tratamiento de las siguientes afecciones:
Heridas infectadas, quemaduras, estafiloeocias y estreptococias, osteomie-
litis, ántrax, neumonías, gangrena gaseosa, edema maligno, artritis abiertas
supuradas, carbunclo, y distemper.
En experiencias hechas por el autor de este trabajo, ha visto los esplén-
didos resultados obtenidos en el tratamiento de los casos clínicos que a conti-
nuación se detallan:
Dos casos de artritis abierta supurada en caballares. Fueron tratados con
aplicaciones locales de penicilina y aplicación interna de 600.000 unidades dia-
rias repartidas en inyecciones intramusculares de 100.000 unidades cada una,
cada cuatro horas durante cuatro días.
118 MEMORIAL DEL EJERCITO.

Se hace, presente que estos casos de artritis no habían reaccionado a los


tratamientos corrientes.
Un caso de carbunclo externo en un vacuno (vaca). Se obtuvo resultados
positivos con un tratamiento similar al anterior, con la diferencia de que la
primera inyección fue de 200.000 unidades a la vez, para seguir después con
100.000 unidades cada cuatro horas, durante cuatro días.
Un caso de neumonía en el caballo. Tratamiento similar al anterior.
Tres caso de neumonía en perros Wire Hair. Se les aplicaron 5.000 uni-
dades de penicilina cada tres horas, durante tres días. Los tratamientos hechos
en estos animales se completaron con los medicamentos clásicos prescritos para
estas clases de afecciones. Dos casos de Distemper, en perros perdigueros. Se
les hizo un tratamiento a base de penicilina, semejante al anterior a los dos
perros. Uno de ellos murió.
De los resultados obtenidos en estos pocos casos clínicos descritos, y de
muchos otros de que se tiene conocimiento, se deduce que la penicilina es un po-
deroso agente terapéutico en Medicina Veterinaria.
Es de esperar que todos los Médicos Veterinarios sigan usando esta droga
en el mayor número de casos clínicos posibles, para poder a corto plazo, y una
vez recogidas todas las experiencias, indicar con precisión las diferentes afec-
ciones sobre las cuales la penicilina tiene una acción curativa eficaz, y con-
firmados sus valiosos efectos terapéuticos debemos difundir e intensificar aún
más su empleo en las enfermedades de los animales.
DERECHOS DE CHILE SOBRE LA ANTARTICA 119

DERECHOS DE CHILE SOBRE LA ANTARTICA


Por CAUPOLICAN CASANUEVA

Cordillera Gral. Cañas en Tierra de O'Higgins.

A cuarenta y cinco horas de navegación marítima, a dos y media horas


de navegación aérea, recorriendo una distancia de 428 millas náuticas, surgen
ante la mirada del viajero que ha partido de las islas Diego Ramírez, últimos
bastiones insulares de la costa continental, las islas situadas en el casquete
de un nuevo continente cubierto por los hielos. Son las islas Shetland del Sur,
las primeras de la Antártica. Grupo formado por nombres ya muy conocidos: De-
cepción, Clarence, Smith, Low, Snow, Elefante, etc. Separadas de la Tierra
Firme de Graham por el estrecho de Bransdfield, y del Cabo de Hornos por
e1 mar de Francisco Drake, constituyen la parte del Continente Antártico más
cercana al mundo conocido y civilizado.
La eventura prodigiosa del genovés, la no menos prodigiosa de Magalla-
nes, el periplo recorrido por Drake, las cien expediciones audaces de navegan-
tes de todas nacionalidades, que a través de siglos modificaron los mapas y las
cartas del mundo, no agotaron la sed humana de entregar al conocimiento del
orbe las ignotas regiones polares que aún no se habían explorado, y que per-
manecían misteriosas desde Ptolomeo.
El primero fue Jacob de Mahú, mercader de Rotterdam, organizador de la
Compañía de Magallanes, quien en 159$ armó cinco barcos, para que navega-
ran hacia la región austral del mundo. Los vientos y las tempestades, o quizás
la aventurera intención de Gherritz, piloto holandés, arrojaron a uno de aque-
llos hasta la latitud 64 al sur del Estrecho Magallánico, donde los navegan-
tes vieron atónitos una tierra alta con montañas cubiertas de nieve como el
120 MEMORIAL DEL EJERCITO.

país de Noruega. Era una de las que mas tarde se conoció por Shetlands del
Sur. El Continente Antartico había sido descubierto.
Dos siglos pasaron sin que el hombre se arriesgase a llegar allí nuevamen-
te. Después, se inició la fiebre qué aún no termina. La Antártica, última Thulé
de estos tiempos, fue presentando sus extraños contornos y su geografía miste-
riosa, a través de numerosas expediciones en los siglos XIX y XX. Cook, Smith,
Bellinghausen, Wedell, los Enderby, Dumont D'Urville, Wilkes, Ross, Dalil-
man, Scott, Charcot, Admundssen, Schakleton, Wilkins, Rymill, Byrd, y otros
que he olvidado, entregaron la noción de un nuevo continente; el Continente
Antártico.
Por estar sepultado bajo cientos de metros de hielos eternos, esta tierra
presenta un clima crudo, de una temperatura que llega a 52° bajo cero. Los
hielos que la cubren son o marítimos que forma una faja circumpolar, los que
se conocen como pack-ice o terrestres que cubren toda la Antartica, alcanzando
hasta una altura de tres mil metros sobre el nivel del mar.
Raras veces se ve el sol, este sol que amamos y que nos hace grata la na-
turaleza. No hay ríos, ni árboles, ni el verdor de las tierras septentrionales.
Solo en algunos sitios cercanos a la costa liqúenes y musgos y una hierba "aira
antártica".
De una extensión de catorce y medio millones de kilómetros cuadrados,
más del doble de Australia, el continente helado es recorrido por vientos te-
rribles que soplan a veces a razón de 100 a 200 kilómetros por hora. En enero
y febrero, suele el hielo desgarrarse en algunas partes. Entonces el conti-
nente permite exhibir picos montañosos de una altura media superior a otros
continentes.
En épocas ya perdidas, —la terciaria—, la geología ha podido precisar que
hermosos bosques y una vegetación espléndida decoraron estas tierras, las que
fueron cubiertas por la invasión de los hielos cuaternarios, que fueron después
retirándose de otras regiones para persistir en ésta, dejando sepultados sus
valles feraces por una gigantesca costra glacial eterna.
Si la fauna terrestre es pobrísima, en cambio la acuática es rica, constitu-
yendo' los mares antarticos las mejores reservas de ballenas, cachalotes y focas.
Treinta y dos especies de aves pueblan sus bancos y sus cielos siempre hura-
ños. Posteriores investigaciones, aseguran la existencia de un gran número de-
substancias minerales importantes: carbón, petróleo, oro y fierro, cobre, ura-
nio, manganeso, etc., lo que da al continente un sello promisor.
Presentada al lector la fisonomía histórica y geográfica de esta tierra, ex-
presaremos que uniformemente se ha dividido este Continente en cuatro cua-
drantes que toman los nombres de los elementos geográficos circundantes te-
rrestres o marítimos. Cuadrante Sudamericano se llama el que enfrenta a Sud-
américa; Cuadrante del Pacífico es el que se halla frente a ese Océano; Aus-
traliano al que enfrenta a Australia, y Africano al correspondiente a África.
El Cuadrante Sudamericano es el que está más cerca del mundo civilizado.
Para nosotros es importante, porque es el punto obligado de partida de las
expediciones, y, porque ahí se han realizado actos inequívocos de soberanía por
parte de nuestro país.
En este cuadrante está situado el Territorio Antartico Chileno, cuyos lí-
mites fueron fijados por el Decreto Supremo N.° 1747 de 6 de noviembre de
1940, suscrito por el Presidente Aguirre Cerda.
Cabe dejar establecido que los derechos chilenos en ese sector no emanan
del referido decreto. En derecho de gentes, como en el privado, nadie puede
prepararse una prueba, ni es creído bajo la sola fe de su palabra. Son los
DERECHOS DE CHILE SOBRE LA ANTARTICA 121

Antartica Chilena.

hechos y los antecedentes anteriores, imposibles de prever, y de formar con


antelación intencionada, los que fundamentan un derecho que posteriormente
se alega ante el desconocimiento que de él hace un tercero.
La suscripción del Decreto de noviembre de 1940 fue el corolario de an-
tecedentes variadísimos, que a través de los siglos dan a Chile fundamentos
sólidos para aspirar a la soberanía de esas regiones con preferencia a otra,
nación.
Dice textualmente el referido Decreto:
"Que la Comisión especial, nombrada por Decreto de este Ministerio N.°
" 1541 de 7 de septiembre de 1939, ha establecido los límites del Territorio
" Chileno Antártico en conformidad a los datos que suministran los antece-
" dentes geográficos, históricos, jurídicos y diplomáticos compulsados y que se-
" han venido acumulando hasta la fecha,
DECRETO:
"Forman la Antártica Chilena o Territorio Chileno Antártico, todas las
" tierra, islas, islotes, arrecifes, glaciares (pack-ice), y demás, conocidos y por
" conocerse, y el mar territorial respectivo, existentes dentro de los límites
" del casquete constituido por los meridianos 53° longitud oeste de Greenwich,
" y 90° longitud oeste de Greenwieh".
De esta manera, Chile consideró oficialmente como parte integrante de
su territorio nacional antártico la Tierra de Graham, (península que arranca
del Polo mismo hacia el norte, con una desviación hacia el este, brazo grueso
de la tierra helada que penetra hasta el grado 68 de latitud entre los mares de
Bellinsghausen y de Wedell), las islas que rodean y coronan esa península,
las Shetlands del sur, las Biscoe, Adelaida y Charcot, la tierra de Alejandro
I. y una masa inexplorada que llega hasta el Polo Sur.
Esta comarca mide 1.250.000 kilómetros cuadrados de superficie, y sobre
ella Chile ha declarado su soberanía por existir antecedentes geográficos, his-
tóricos, jurídicos y diplomáticos que los autorizan.
Los antecedentes geográficos que fundamentan los derecho chilenos sobre
el sector Polar Antártico, pueden sintetizarse en la premisa siguiente: " E l
Sector Antártico, debe quedar inherente al territorio continental chileno, por
existir una continuidad geográfica entre ambos".
La Geología ha comprobado que el continente americano y el antártico
estuvieron unidos, hasta que un cataclismo, ocurrido en la época terciaria, des-
truyó ese puente de unión, sumergiéndolo bajo esa masa de agua descubierta
por el Corsario Drake y que lleva su nombre. Las Shetlands del sur no serían
más que puntos de aquel puente hundido que ahora afloran de la superficie
marina.
Es sorprendente como geológica y morfológicamente, glaciológica y clima-
téricamente las características patagónicas occidentales se repiten en forma fiel
en la Antártica Chilena.
Los destacados geólogos (Priestley y Tilley en su "Geological Problems of
Antárctica" han escrito:
"Morfológicamente la tierra de Graham se yergue como la imagen de la
" Patagonia reflejada en un espejo al otro lado de las profundas aguas del
" Estrecho de Drake. La cadena de islas de la Patagonia Ocidental se refleja
" en las islas de su borde occidental. Esta simetría se rebela aún más en la
" arquitectura geológica, pues la estructura geológica de la Patagonia se re-
" pite en la Península de la Tierra de Graham".
La unidad continental está acusada también por aparecer en la Antár-
tica picachos montañosos y conos volcánicos que acreditan la existencia de una
masa cordillerana de configuración y estructuración geológicas idénticas a los
Andes, probablemente su continuación: los Antartandes.
DERECHOS DE CHILE SOBRE LA ANTARTICA 123

Edgard Suess, geólogo austríaco, en su obra '' La Face de la Terre'', admi-


tió que en el norte de la Tierra de Graham se distinguen claramente dos ca-
racterísticas esenciales de los Andes Occidentales, a saber: la diversidad de
rocas eruptivas andinas y la presencia de una flora terrestre mesozoica. Tesis
refrendada por las opiniones autorizadas de Sir Douglas Mawson, Briggen y
Windhausen.
Todo lo anteriormente expuesto indica pues que la tierra de Graham y
las Shetlands del Sur, son una prolongación natural del territorio patagónico
occidental chileno, que es el más cercano a ellas.
Los antecedentes Históricos no dejan duda alguna por ser secularmente
genuinos. El estudio de estos títulos merece cronológicamente dividirse en
anteriores y posteriores a la Emancipación de 1810.
Los antecedentes anteriores a 1810 demuestran en forma indiscutible que
la Corona de España otorgó mercedes y jurisdicciones a los conquistadores pri-
mero, y después, a los gobernadores y capitanes generales del Reino de Chile
sobre las comarcas situadas allende el Estrecho de Hernando de Magallanes
hasta el mismo Polo Antártico. No olvidemos para la conjugación histórica
de estos elementos de juicio dos premisas. Una, que el Príncipe español era
dueño de las tierras descubiertas o por descubrirse al occcidente de la línea
que se trazó cerca de las Azores en la Bula Papal de 1493, ratificada a posteriori
por el Tratado de Tordesillas, situación que a la época constituía la ordena-
ción jurídica del mundo internacional. La otra, que para situar dentro del
dominio español los territorios antárticos, debemos referirnos a la creencia
de la época, aceptada en todas las cartas del mundo, que las tierras patagónicas
se extendían ininterrumpidamente hasta el Polo mismo, tomando el nombre de
Terra Australis. Todos los geógrafos de esa edad así lo estimaron: Orontius
Finné de 1531 y Ortelius en 1570. Aún, después que el Corsario Drake des-
vaneció ese error navegando por las aguas que llevan su nombre, persistía aque-
lla creencia, como lo demuestra el famoso mapamundi de Mercator de 1587
y el Atlas del lovainés Wyfliet de 1597.
El Monarca español tenía en cierto modo razón al decir que en sus domi-
nios el sol no llegaba a ponerse, ya que oficialmente extendía sus títulos ¡hasta
el mismo Polo Sur. El famoso Mar del Sur, objetivos de todas las audacias
y de todas las aventuras, sus dilatadas riberas, islas y comarcas, canales y ma-
res, tierras exploradas y desconocidas, incluso el Polo sur, caían dentro de
las demarcaciones de las Coronas de Castilla y León. En la "Descripción de
las Indias Occidentales" suscrita por la indiscutible autoridad del cronista
Antonio de Herrera en 1615, se lee:
"Todo el dicho mar, sus riberas y tierras caen en la demarcación de la
" Corona de Castilla y de León, y todo lo demás que está por descubrir en
" este mar, desde la línea equinoccial hasta el Polo Antártico, que es el polo
" del sur, asimismo pertenecen a la Corona dé Castilla".
Otro hecho, singularmente interesante, es que el Conquistador don Pedro
«de Valdivia obtuvo la Gobernación de los territorios meridionales, nueve años
antes que la Gobernación de Nueva Extremadura.
En efecto, una Real Cédula suscrita en Toledo el 24 de enero de 1539 por
don Carlos Quinto, daba licencia y facultad a Pedro Sancho de Hoz, para
en nombre de la Corona Real de Castilla, ejerciera jurisdicción sobre las tierras
no exploradas que están de la otra parte del Estrecho de Magallanes, jurisdic-
ción que Sancho de la Hoz renunció en favor de don Pedro de Valdivia por
escritura firmada el 12 de agosto de 1540 ante el Escribano Real don Luis
de Cartagena, en Atacama.
124 MEMORIAL DEL EJERCITO.

Numerosas disposiciones de la Corona reafirmaron el dominio español so-


bre la Terra Australis. Las Reales Cédulas de Arrás en 1554 y 1555 que otor-
gan la Gobernación de estas zonas a don Gerónimo de Alderete; la de 1558
a don García Hurtado de Mendoza la de 1573 en favor de don (Rodrigo
de Quiroga y la de 1581 para don Alvaro de Sotomayor, dejan sentados indu-
bitablemente estos derechos monárquicos.
Tengamos en cuenta que España es entonces la potencia más fuerte de la
tierra. Sus comarcas desde el Polo Meridional, se extienden sobre la mayor par-
te del mundo civilizado. Junto con su poder material, España va entregando
su poder espiritual e intelectual. Ningún príncipe osa poner en duda este po-
der tan bien sentado en la fuerza como en el documento. Si el poder político
es impugnado, un Gonzalo de Córdoba o un Juan de Austria lo harén res-
petar. Si el espiritual es negado, los hermanos del Santo Oficio encenderán la
hoguera de la intolerancia. ,
Lógico es que una parte, un sector de esos inmensos dominios, como es el
referente a las lejanas tierras que están al otro lado del Estrecho de Magalla-
nes, en la Terra Australis, fuese aceptado urbi et orbi, tanto más si se conside-
ra que la fuerza de la espada no era la única en sustentarlo, sino que también
la de la historia y la de la ordenación jurídica de aquel entonces.
Las expediciones de Juan Bautista Pastenes, de Francisco de Ulloa y de
Juan de Ladrilleros, no fueron más que manifestaciones de ese ánimo de se-
ñor y dueño.
Hasta la literatura, aquella manifestación del arte que es el eco de la ver-
dad establecida, vibración refleja de lo que pasa en el mundo, refrendaba
ese poder:
"Dos sosas en Chile espero
que su gran piedad me de
porque con menos no quiero
que el alma contenta esté.
La primera es ensanchar
la fe de Dios; la segunda
reducir y sujetar
de Carlos a la coyunda
esta tierra y este mar
para que Felipe tenga
en este Antártico Polo
vasallos que mandar venga".

Así cantaba Fray Félix de Lope de Vega y Carpió, el año 1625 en su


comedia "Arauco Domado".
Opiniones de historiadores como Marino de Lobera y Solerzano Pereira
aceptan esta contigüidad del Reino de Chile al Polo.
Las expediciones de Francisco Drake, y las de Schouten y Lemaire que
en 1614-1615 descubrieron el Cabo de Hornos, echaron por tierra la aceptada
unión física entre Patagonia y Terra Australis, pero no por ello sufrió me-
noscabo la solidez de los derechos españoles a las regiones antárticas, por cuan-
to las Cédulas Reales fueron redactadas con intención manifiesta de llegar
al Polo, sin perjuicio de los accidentes geográficos que después se revelaron.
Fuera de ello, a pesar de los descubrimientos de esos pasos de agua seguíamos
siendo los únicos poseedores de la extremidad austral de América, y por lo
tanto, los vecinos más cercanos a los confines antárticos.
DERECHOS DE CHILE SOBRE LA ANTARTICA 125

Durante el período posterior, de la Colonia, muchos documentos ratifi-


caron directa o indirectamente el dominio latente del Reino de Chile sobre la
zona antártica: Reales Cédulas, documentos oficiales de Misiones, oficios de
Reales Audiencias, Relaciones de Consejos, informes de la Corona, descripcio-
nes de autoridades, (como la de don Manuel de Amat y Junient de 1761 di-
rigida al Consejo de Indias, sobre la cual se dibujaron las cartas geográficas
oficiales, sin excluir la de don Juan de la Cruz Cano y Olmedilla que sirvió
de base a la creación del virreinato de Buenos Aires), en fin, todo ese comple-
jo material que investigadores inteligentes han arrancado de los archivos para
justificar las pretensiones de Chile.
Ante ese bagaje podemos afirmar que pocos países como el nuestro pue-
den presentar tanta pureza de antecedentes en sus títulos para fundamentar
un reconocimiento internacional.
Después de la Emancipación de 1810, Chile recibió de España el dominio
que la. Capitanía General de Chile ejercía sobre los territorios en la misma for-
ma establecida por el soberano español desde el siglo XVI. O sea, el territorio
continental y sus islas, la patagonia, el Estrecho de Magallanes y las comarcas
meridionales a éste hasta el Polo Antartico. Esto es la manifestación del prin-
cipio internacional del uti possidetis —así como lo poseéis—, uti possidetis que
sólo fue alterado por la voluntad nacional en la cuestión de límites con la Re-
pública Argentina en 1881, que hizo a Chile perder la Patagonia y la mitad
de la Tierra del Fuego.
Quedó en Chile radicado el título conferido legalmente por el príncipe
español. Siempre así se entendió. Prueba de ello, es la estimación hecha por
don Bernardo O'Higgins y Riquelme en la carta dirigida el 20 de agosto de
1831 al capitán Coghlan de la Marina de S. M. Real Británica, documento en-
contrado por Carlos Silva Vildósola en los Archivos del Foreign 'Office.
Dice la expresada carta:
"Chile viejo y nuevo se extiende en el Pacífico desde la Bahía de Meji-
llones hasta la Nueva Shetland del sur en latitud 65° sur; y en el Atlántico
desde la Península de San José en latitud 42° en el Pacífico hacen 65°, o sea
3.900 millas geográficas, con una superabundancia de excelentes puertos en
ambos océanos, y todos ellos salubres en todas las estaciones".
Más adelante agrega el Prócer:
"Tampoco hay en toda la Unión una sola posición que pueda llamarse la
llave del Atlántico o del Pacífico, mientras que Chile posee evidentemente la
llave del Atlántico desde el grado 30 de latitud sur hasta el Polo Antártico
y la de todo el Gran Pacífico".
Reflexionemos un punto en la gran visión de nuestro Padre de la Patria,
que proclama hace más de un siglo la importancia de estas posiciones en la
avanzada austral del planeta.
El Tratado de Límites suscrito en la República Argentina de 1881 no
afectó en nada nuestros derechos antárticos, pues la convención sólo se refirió
a la cuestión de límites en el Continente, y sobre ese punto se alteró el uti
possidetis de 1810. Nuestra condición de vecinos inmediatos de la Antártica
no varió toda vez que permanecimos dueños del Estrecho de Magallanes, y de
todas las islas situadas al sur del Canal de Beagle hasta el Cabo de Hornos.
Los antecedentes jurídicos que tiene Chile para aspirar a la Soberanía
del Sector Antártico, son también vigorosos.
La cuestión antártica está situada dentro del Problema Polar, nombre que
toma en Derecho Internacional, el problema de determinar las reglas que ri-
gen o que deben regir la adquisición de la soberanía en las regiones polares.
126 MEMORIAL DEL EJERCITO.

Los territorios polares son susceptibles de apropiación, pero esta apropia-


ción debe sujetarse a un estatuto especial, toda vez que por la naturaleza geo-
gráfica y climatérica la vida humana se hace imposible de llevar en forma
permanente en esas regiones.
Las reglas sancionadas en el Congreso de Berlín de 1885 en materia de
ocupación, que exigen apropiación de un territorio "res nullius", ocupación
real y efectiva, y notificación de ella a los demás estados, son inadaptables a
estas zonas por las razones ya dichas; el hombre no puede vivir continua y per-
manentemente en esos lugares.
Por ello se han ideado otros sistemas jurídicos para solucionar la cues-
tión, entre los cuales ha tomado carta de ciudadanía con singular éxito el sis-
tema de los sectores polares, sistema aplicado por la práctica internacional. Fue
expuesto por vez primera por el senador canadiense Pascual Poirier en el
Parlamento de Ottawa en 1907. Las regiones polares no serían más que pro-
longaciones de los países que rodean al Polo, y que por lo tanto deben enten-
derse colocadas bajo la soberanía de esos países aplicando las reglas de la acce-
sión, es decir, trazando desde las extremidades de los territorios circumpolares
líneas convergentes hacia el Polo y todo lo que se encuentre entre dichas líneas
pertenecería al país respectivo. Así se solucionó el problema antártico, y los
tratadistas de derechos de gentes están en principios de acuerdo con la solu-
ción. René Waultrin, el maestro Paul Fauchille, el jurisconsulto soviétivo V.
Lakhtine son sus partidarios.
Sin embargo, el hecho de que esta teoría haya servido de cartabón para
determinar las aspiraciones de los países circundantes al Polo norte no es título
suficiente para aplicarla en todo su rigor con respecto a la Antártida. Gran-
des diferencias separan natural, geográfica y políticamente la circunstancia de
uno y otro polo. Con respecto al Polo norte, los estados vecinos a la Zona
Artica estaban muy cerca y era fácil la determinación del Sector. En la Antár-
tida sólo dos países estarían más cerca: Chile y Argentina. Los demás terri-
torios se hallan lejanos, separados por inmensas masas oceánicas. El factor ve-
cindad generalmente sería débil, con excepción de los países mencionados.
Chile no sólo cumpliría con el requisito vecindad para aspirar a la sobe-
ranía de su sector, sino con otro no menos importante: el requisito de ocupa-
ción efectiva polar. La ocupación efectiva polar es la ocupación inherente a los
territorios polares, la única que es compatible con la vida inhóspita de esas
regiones. La ocupación efectiva polar no puede ser continua, no puede exigir
la constitución de una autoridad organizada, ni el ejercicio de los atributos
normales de la soberanía o de la posesión. La ocupación efectiva polar jurídi-
camente sólo puede exigir la manifestación de un control natural por rudi-
mentario que sea, y ese control sólo puede manifestarse en el ejercicio de las
actividades económicas o industriales inherentes por naturaleza a la región,
cual es la pesca en la Antártica, única forma humana de labor y explotación
en el territorio. Las expediciones científicas por muy numerosas que sean no
pueden ejercer dominación, pues como ha dicho muy bien el célebre tratadista
Blunstchli "explorar es hacer un acto de ciencio no de política". E¡s la explo-
tación permanente, de conformidad a la naturaleza y al clima de la zona, lo
que fundamenta la ocupación polar. (No se requiere, —como piensa el profesor
Fauchille—, "una ocupación de habitación, sino de explotación. Y en esta
forma, Chile cumple también con el requisito de ocupación efectiva polar, pues
con ánimo le señor y dueño desde mucho tiempo ha ejercido la explotación pes-
quera en esa zona otorgando concesiones y hasta estableciendo bases en deter-
minados puntos de las Shetlands del Sur. La actividad administrativa de los
DERECHOS DE CHILE SOBRE LA ANTARTICA 127

poderes públicos chilenos se ha manifestado tradicionalmente con ánimo de se-


ñor y dueño sobre esas comarcas, en forma irrefragable desde mucho tiempo
antes que la Antártica surgiera como un problema controvertido en la comuni-
dad internacional.
,E1 31 de diciembre de 1902, el Ministerio de Industrias y Obras Públicas,
concedió en arrendamiento a don Pedro Benavides las islas Diego Ramírez
y San Ildefonso, para establecer bases de pesca, pudiendo efectuar trabajos
los beneficiados hacia el sur indefinidamente.
En enero de 1906, don Enrique Fabry y don Domingo de Toro Herrera
pidieron al Gobierno de Chile la concesión para explotar económicamente va-
rias islas, entre las cuales indicaban las Shetlands y Georgia y la tierra de
Graham, concesión que fue concedida por decreto de 1906, quedando obligados
los concesionarios a ejercer los actos administrativos que el Gobierno de Chile
juzgare conveniente para el resguardo de sus intereses las regiones mencionadas..
El 7 de julio de 1906 el Gobierno chileno autorizó la existencia de la So-
ciedad Ballenera de Magallanes la que ocupó la isla Decepción durante las
temporadas, estableciendo allí la base de su flotilla, previa autorización de la
Gobernación de Magallanes.
'Todos estos actos, añadidos a la explotación ininterrumpida que pescado-
res, balleneros y foqueros chilenos hacen de los recursos naturales del Conti-
nente Antártico, señalan el grado magnífico de ocupación efectiva polar que
Chile realiza en su sector, que agregado al requisito único e indiscutible de ve-
cindad, hacen de nuestro país el mejor titular de los derechos de soberanía so-
bre los territorios demarcados por Decreto de noviembre de 1940 por el Pre-
sidente Aguirre Cerda.
Las diversas potencias, a las que el Decreto fue comunicado, opusieron
reparos, fundamentándose en consideraciones de débil valor. Argentina, ale-
gando derechos exclusivos, objetó la decisión chilena, por mantener desde mu-
cho tiempo un observatorio en una de las Orcadas del Sur, isla que cae fuera
del cuadrante chileno antártico. Por lo demás, las conversaciones de 1941 entre
delegados argentinos y chilenos llegaron a promisorios acuerdos. Gran Breta-
ña, ha negado lisa y llanamente nuestras pretensiones, pues para ella, la zona.
antártica, por Decreto de 1908 cae bajo la dependencia de las islas Falklands,
islas sobre las cuales tampoco tiene título sano internacional.
Estados Unidos jamás ha reconocido a potencia alguna dominio sobre esas
zonas.
Frente a todas estas actitudes, nuestro deber es afirmarnos en nuestros
derechos que son más fuertes y más genuinos que otros para aspirar a la so-
beranía de ese sector, respecto del cual nadie sabe lo que guarda para el futuro.
Es necesario resguardar la soberanía chilena sobre esa zona hasta que sea
posible una utilización nacional.
Defendamos lo que la Naturaleza, la Historia y el Derecho nos han con-
cedido.
De la revista "Atenea" de Chile.
LOS CABALLOS DE ELIMINACIÓN Y EL EJERCITO
Por el Mayor HERNÁN VIGIL.

Cuando en 1943 los dirigentes del hipismo nacional, resolvieron entregar


al Ejército, como un aporte para fomentar su remonta, caballos fina sangre
eliminados en las carreras, estamos seguros que ni ellos ni nosotros, los direc-
tamente beneficiados, pudimos imaginar las proyecciones de esta feliz iniciativa.
Los datos estadísticos que obran en nuestro poder, hablan por si solos y
aclararán toda duda, respecto a la bondad o inconveniencia de tal medida.
Siendo la Escuela de Caballería, el plantel que ha recibido la casi tota-
lidad de este ganado y en donde los caballares recibidos han sido sometidos
al régimen de adiestramiento que es norma y característica de esa unidad, es
que hemos preferido basar los antecedentes de estas acotaciones, en los datos
obtenidos de ese instituto.
Ganado de eliminación recibido por la Escuela
Año 1943 1944 1945 1946 1947 1948 Total
Llegados 23 52 74 94 17 49 309
Devueltos 1 6 31 34 22 82 176
Quedan en la Escuela de Cab. 133

Porcentaje global aprovechable

Si de los 309 caballos recibidos por la Escuela, esta solo se ha reservado


133 y devuelto, adiestrados, a las Unidades 17'6, querría decir que ella ha apro-
vechado un 43%.
M. del E. 9.
130 MEMORIAL DEL EJERCITO.

De los 176 fina sangre entregados a las Unidades, tenemos pocos o nin-
gún antecedente, pero bien podríamos suponer que un 50% de ellos cumplen
variadas y diversas funciones en relación con la instrucción, lo que permitiría
deducir que el otro 50%, 88 caballares, habrían sido dados de baja por inúti-
les para el servicio.
Sumados los 133 caballos que se dejó la Escuela, a los 88 aprovechados por
las Unidades, tendríamos que el Ejército ha aprovechado el 71,5%.
Pero sabemos, por otra parte, que el total de caballos recibidos por el
Ejército suman 523 y que se han dado de baja sólo 64 animales. Ello nos sig-
nifica que el anterior porcentaje, arbitrario, que habíamos imaginado, debemos
aumentarlo al 87% de caballos aprovechables. Por cada 100 fina sangre se
pierden 13.
Porcentaje aprovechable en los deportes
De los 133 finos que tiene la Escuela y previa selección, 20 caballos actúan
en salto: 15%; 19 en adiestramiento: 15%; 10 en polo: 7,5%. Se obtiene así
un 37,5%.
Si se estudia el cuadro de premios obtenidos tanto en salto como en adies-
tramiento y que a continuación se -detalla, se concluirá con que este ganado
es de "categoría", ya que debemos suponer que sólo puede haber comenzado
a rendir después de no menos de tres años de adiestramiento, es decir, que
los 235 premios se han acumulado entre los años 1946, 47 y 48. Pero como
no todos estos caballos de condiciones especiales se recibieron el mismo año,
es que los resultados son más halagadores y sorprendentes todavía.
Cuadro de premios
los. 2os. 3os. Totales
En salto 68 49 46 163
En adiestramiento 31 24 17 72
Total parcial 99 73 63 235
Sólo 'van transcurridos seis años y ya se obtienen frutos, que por su ca-
lidad no parece posible negarlos. Considérese también que esto mismo ha obli-
gado a todo el deporte hípico en el país a cambiar el mestizo por el fino, con
la consiguiente ventaja para las mejores marcas, que hoy en día son indiscu-
tibles.
De mantenerse este ritmo, nuestro panorama hípico militar será en 1953,
es decir a diez años de la aplicación de este sistema, sobresaliente.
EMPLEOS DEL RADAR 131

EMPLEOS DEL RADAR


Por el Capitán HARALD SIEVERS FONCK

Las múltiples aplicaciones del radar han conducido a su instalación en tie-


rra, en buques y en aviones. Los radares instalados en tierra y en buques, po-
dríamos dividirlos en radares de primer aviso, radares de tiro y radares es-
peciales.
El radar de primer aviso indica la posición de buques y aviones. Instala-
do a flote, este radar, en particular, sirve como 'radar de navegación, ya que
permite ver en sus pantallas la conformación aproximada de la costa, y la pre-
sencia y posición de islotes, boyas y embarcaciones. Sin embargo, no sirve para
maniobras de atraque o de fondeo, ya que no indica la presencia de objetos
muy cercanos. La "distancia mínima", o sea la mínima distancia a la cual
el radar recién comienza a registrar ecos, fluctúa entre los 500 y los 5.000 m.
En general, su alcance varía entre los 60 y los 200 kms. Instalado en tierra,
este tipo de equipo tiene más bien empleo operativo que táctico, y trabaja den-
tro de la red de alarma antiaérea.
El radar de tiro es el radar táctico por excelencia. En tierra, se le emplea
para el tiro antiaéreo; en el mar, para el tiro antiaéreo o contra unidades de
superficie. Su alcance suele ser tres o cuatro veces el alcance del arma a que
dirige, a fin de dar al director de tiro cierto margen de tiempo para el alista-
miento. Puede cumplir cualquiera de las siguientes tareas:
1.—Dirigir un proyector antiaéreo sobre un blanco, hasta que éste sea vi-
sible desde la estación de control del proyector.
2.—Dar el aviso de la presencia de buques o aviones.
3.—Dirigir los anteojos de los directores de tiro sobre el blanco, para
ayudar a los operadores a reconocerlo a gran distancia.
4.—Medir la distancia de vuelo, y computar la altura de vuelo, cada vez
que la batería antiaérea no disponga de medidor de altura.
5.—Entregar a los directores de tiro un flujo continuo de datos sobre blan-
cos invisibles a causa de la oscuridad o mala visibilidad.
6.—Proveer los datos necesarios para trazar el trayecto de un blanco, a fin
de romper el fuego en un momento determinado, o para dar aviso a los cazas.
7.—Para seguir el trayecto de un avión propio, a fin de dirigirlo sobre
un blanco enemigo, como ser un buque o un avión.
En cuanto a los radares especiales, de aplicación abundante y variada, nom-
braremos solamente los usados para seguir el rumbo de proyectiles de artille-
ría, o de proyectiles cohetes, tanto propios como enemigos.
En los aviones, el radar se emplea de preferencia para la navegación, para
la ubicación de blancos, y para mantener la propia posición dentro de una
formación.
Nuestro territorio presenta grandes dificultades para el empleo del radar
operativo (de largo alcance), debido a su conformación geográfica y a su re-
lieve. El radar no registra lo que pasa detrás de un cerro o de una cordillera.
En cuanto al radar táctico (de tiro), podrá tener abundante empleo en el de-
sierto y en la llanura. En la montaña, encontrará su principal limitación en
la mala transitabilidad
132 MEMORIAL DEL EJERCITO.

La adquisición y el mantenimiento del radar son costosos. Su empleo ati-


nado exige la presencia de personal especializado, cuya instrucción demanda
bastante tiempo. Pero su rendimiento es tan grande, que equilibra con creces
estas desventajas.
Dentro de los radares de tiro, hay tipos que van indicando continuamente
al apuntador, hacia dónde debe apuntar; y hay otros, que automáticamente
apuntan las piezas y gradúan las espoletas, limitando la actividad de los sir-
vientes a la carga, disparo y descarga.
No sabemos si en la actualidad el sistema-radar es mas eficiente que el
sistema anti-radar; todos estos adelantos científicos están sujetos a una conti-
nua evolución. Pero la sola presencia de un radar obliga al enemigo a obrar con
mayor cautela, y le impone la fabricación de equipos anti-radar, y la instruc-
ción de personal experto. Uno de los triunfos más grandes de los anti-radaristas,
fue la construcción, por parte de los alemanes, de submarinos de madera pren-
sada, dura como el acero (incluyendo las maquinarias), casi imposibles de ubi-
car con radar, debido al débil eco que reflejaban.
EFECTOS CONTAMINADORES DE LA BOMBA ATÓMICA 133

EFECTOS CONTAMINADORES DE LA BOMBA ATÓMICA


Por HOWARD W. BLAKESLEE.

Bomba atómica Bikini.

Las bombas atómicas matan y hieren de siete maneras distintas. Tres años
y medio después de que fuera arrojada la primera bomba, puede ya decirse
con seguridad que no hay más clases de muertes. Cinco de ellas se encuentran
en el momento mismo de producirse el estallido y en los segundos que lo siguen.
Las otras vienen después y pueden tardar años en producir sus efectos.
Primero, tenemos el terrible golpe. El estallido atómico echa por tierra
casi todas las estructuras conocidas actualmente en el radio de kilómetro y
medio. Las deja en mal estado hasta en un radio de tres kilómetros y a veces
más. Pero, aquí nos encontramos con un "si", sin embargo. La fuerza de la
explosión hace esto siempre que estalle bastante por encima de los techos de
los edificios más altos. Si estalla en el suelo, el golpe no viaja tan lejos.
El segundo agente mortífero es el calor de millones de grados que se pro-
duce en el interior de una bomba atómica que estalla. Este calor se expande
con la rapidez de la luz, pero también desaparece rápidamente. Sin embargo,
es suficiente como para hacer arder cualquiera cosa combustible en el radio de
kilómetro y medio. Algunas cosas arden hasta una distancia de tres kilómetros
de la explosión.
El tercer agente son los rayos radioactivos. Estos son instantáneos y pro-
vienen del relámpaigo de la explosión. Los hay de dos clases, ambos igualmente
mortales. Unos son los rayos gama y los otros son los neutrones. Los rayos ga-
ma probablemente son fatales a la distancia de kilómetro y medio y causan la
caída del pelo a distancias mayores, los neutrones no viajan mucho más allá
de unos 800 metros.
El cuarto es la luz ultravioleta en forma de relámpago de gran intensi-
dad. Causa graves quemaduras en el cuerpo humano que esté expuesto a ella
hasta una distancia mayor a tres kilómetros. No mata, pero una persona que
estuviera tomando un baño de sol, podría quemarse en forma fatal.
134 MEMORIAL DEL EJERCITO.

El quinto es una esfera blanca compuesta de aire caliente y otros átomos


que se forma en el lugar de la explosión de la bomba. Es un sol, en miniatura,
de varios centenares de metros de diámetro, que puede quemar a una persona
en forma grave a kilómetro y medio de distancia. Además emite tremendas
cantidades de rayos gama. Esta esfera se alza rápidamente, se enfría en cor-
to tiempo y cambiando del blanco al rojo, forma una larga columna coronada
por un hongo multicolor. La esfera de fuego es peligrosa durante un espacio
de tiempo, que probablemente no sobrepase los 10 segundos. Para entonces
ya ha subido tanto que se ha puesto fuera de distancia para causar daños.
El alcance de estos peligros ha sido medido en las primeras cinco explo-
siones atómicas que ha habido en el mundo. ¿Hasta dónde podrá, llegar el ra-
dio de acción mortífero de las bombas más grandes? La respuesta es que no
podrá llegar mucho más allá del aumento de la potencia o de la energía.
Si la zona de destrucción completa es de kilómetro y medio de ancho, por
ejemplo, doblando la potencia de la bomba se aumentaría el radio en unos 300
metros.
Después de la explosión, se enfrenta uno con el sexto peligro: la trans-
mutación, el cambio de un elemento en otro. Los neutrones de la explosión
original chocan contra miles de millones de átomos, sobre y cerca de la super-
ficie de la tierra. Este choque cambia los átomos en nuevos elementos quími-
cos, todos ellos radioactivos. Los neutrones pueden transmutar parte del oro
que pueda tener usted en sus dientes, en su reloj o en su encendedor automá-
tico. Pueden transmutar parte del carbón que hay en su cuerpo y del fósforo
de sus huesos y cerebro. Es probable que ai se producen cambios en el oro de
sus dientes, de su reloj o de su encendedor, esto no lo mata, pero los dientes,
el reloj y el encendedor le causarán quemaduras radioactivas si los usa por al-
gunos días, porque el choque de los neutrones cambia los átomos en nuevos
elementos químicos, todos ellos radioactivos.
Todo esto es algo nuevo. Se conoce tan poco acerca de los efectos durade-
ros que uno no puede aventurarse a correr el riesgo. Por esto los médicos lo
examinarán a usted con un ¡Contador Geiger para ver si es portador de algo
que haya convertido temporalmente en una bomba atómica en miniatura.
El séptimo agente mortal es especulativo. Algunas autoridades dicen que
es el que entraña mayor riesgo para todos. Dicen que puede afectar a mayor
número de personas que las explosiones atómicas. Este riesgo lo constituyen
los átomos radioactivos que pueden elevarse a la estratosfera y esparcirse fi-
nalmente a todo el mundo. Finalmente, pueden caer sobre la tierra o en los
océanos. Esto quedó demostrado en la explosión submarina de Bikini. Después
que caen, estos átomos, pueden permanecer tan peligrosos como en los prime-
ros instantes de su nacimiento, por centenares de años.
Las bombas de plutonio, la mayoría de las cuales no se disgregan sino que
se vaporizan, son igualmente peligrosas y sus átomos permanecerán peligro-
sos por miles de años. No hay duda alguna de que los átomos se esparcen. Po-
cas semanas después de que estalló la bomba atómica de Bikini, algunos áto-
mos nuevos, fueron encontrados por detectores en Tulsa. Oklahoma, a más de
8.000 kilómetros de distancia.
Los átomos que caigan a la tierra estarán demasiado esparcidos como pa-
ra causar daños a aquellos sobre los que caigan. La especulación se refiere a
las plantas, animales diminutos y peces que hacen uso de estos átomos como
alimento. ¿Recogerán las plantas estos átomos y los concentrarán? Se sabe
que hay una alga en el mar que hace precisamente ésto. Si las plantas que sir-
ven para la alimentación hacen lo mismo que las algas, el hombre v los anima,
les las comerán, y también los átomos radioactivos acumulados. El hecho de
EFECTOS CONTAMINADORES DE LA BOMBA ATÓMICA 135

ingerirlos no acortará la vida de los átomos ni en un segundo. La cuestión


desconocida es qué cantidad de elementos radioactivos de estos podrá soportar
el hombre. Teóricamente estos elementos pueden causarle enfermedades y la
muerte. Esta enfermedad no aparecerá sino dentro de muchos años. Tomará,
tiempo, tanto el ingerir los átomos suficientes como el esperar por sus efectos,
porque no causan males de inmediato. Son pildoras atómicas de acción retar-
dada.
Los especuladores sobre este riesgo atómico se dividen en tres escuelas:
una que piensa que es el peor peligro de todos, y que amenaza a todo el mun-
do. Otra dice que todavía no sabemos todo lo serio que esto puede ser. La ter-
cera dice que "por cierto que encontraremos protección".
Usted no puede vivir allí si cae una lluvia atómica sobre su ciudad. Esta
es por el momento la situación. No se conoce todavía un medio para sanear a
un pueblo o a una ciudad después de una lluvia atómica, ni hay tampoco nin-
guno a la vista. El tiempo durante el cual debería evacuarse la zona sobre la
que ha caído la lluvia, podría durar entre algunas semanas y varios siglos.
La única seguridad es que el peligro no será permanente, para siempre.
Existen dos clases de lluvia atómica. Una es la producida por las bom-
basbas atómicas que estallan bajo el agua, como la usada en Bikini. La otra
proviene de las nubes alcanzadas por la explosión, como en el caso de la pri-
mera bomba atómica.
Cuando ]a lluvia atómica caiga sobre usted, puede seguir viviendo sin pe-
ligro si es que sabe que hacer. Si no, puede que perezca.
Pongamos el caso de lo que pasaría si una bomba submarina estallara en
la bahía de Nueva York: No habría relámpago de calor mortífero; no se pro-
ducirían emisiones mortales de rayos X, ni habría maremoto.
La parte superior del surtidor de agua puede estallar como en Bikini.
Este golpe dañaría la zona cercana a la playa. Olas tormentosas se levanta-
rían lo suficientemente altas como para llegar a Battery Place, y subir por los
dos ríos causando daños en los barcos y en los muelles. La columna de agua
formaría una nube que se expandería explosivamente, de varios kilómetros
de ancho por unos cuatro o cinco kilómetros de altura. El pie de esta columna
estaría a unos 800 metros de altura. Pronto tomaría la apariencia de una nu-
be cualquiera y de ella comenzaría a caer lluvia. Si el viento sigue una direc-
ción recta, se movería hacia el barrio de Manhattan, expandiéndose mientras
avanza. Esta tormenta atómica cubriría el distrito financiero cercano al puer-
to con un diluvio de agua. La lluvia todavía sería bastante intensa en el cen-
tro de la ciudad. Hacia el norte, sobre los suburbios de Westchester, la nube-
se esparciría hasta abrazar todo lo que queda entre el río Hudson y la línea
del Estado de Connecticut. La lluvia se haría más fina y los chubascos más
aislados.
Cada gota traería peligrosos átomos radioactivos de todas clases. En el
distrito financiero se presentaría otro peligro adicional. Una niebla blanca ra-
dioactiva se esparciría a alta velocidad en todas direcciones en un radio de ki-
lómetro y medio de la base de la columna causada por la explosión.
La lluvia y la niebla emitirán rayos gama o rayos X, que se propagan
muy bien por el aire y atraviesan las murallas delgadas. Las gotas de agua
también contendrían átomos que emiten otros rayos que se propagan sólo en
cortas distancias.
No le será posible a Ud. ver oler, escuchar o sentir estos rayos. Pero,
tanto en la lluvia como en la niebla estos rayos serían tan poderosos que ex-
ponerse a ellos sólo un instante, sería para que su muerte quedara decre-
136 MEMORIAL DEL EJERCITO.

tada. Las posibilidades de sobrevivir serían menores donde la lluvia fuera más
intensa.
Si usted se encuentra en la calle, su primer pensamiento deberá ser co-
rrer hasta la puerta más cercana. La segunda cosa será desnudarse si sus ropas
se han mojado; la lluvia atómica no puede seguirlo al interior de un edificio a
menos que sus ropas la lleven. Existen medios para limpiar esa ropa, pero
para ello se requiere un lavado especial.
En los techos, las murallas y el pavimento, los átomos radioactivos que-
darán como una película, increiblemente delgada, pero también increíblemen-
te poderosa. En su casa puede haber lugares seguros, pero, cuidado con las go-
teras. Puede estar usted a salvo en una parte de la pieza pero no en 9a otra.
El que usted escape sin daños dependerá de la guía de instructores adiestra-
dos, que, por ahora no existen. Probablemente habrá corredores libres, tanto
exteriores como subterráneos, por los cuales abandonar la ciudad. No habrá
ninguno de estos corredores completamente seguro, pero sí algunos de los cua-
les Ud. podrá pasar sin exponerse sino brevemente a las radiaciones atómicas,
sin demasiado riesgo. Tenga cuidado por donde va. No toque nada que esté a
la intemperie. No podrá permanecer largo tiempo en la ciudad porque los a)li-
mentos y el agua estarán contaminados.
En el caso de Nueva York, el centro y el Condado de Westehester tendrán
que ser abandonados. Los ríos estarán hirviendo de rayos X, y entre uno a
varios días. Cualquier barco que haya escapado a la contaminación de la llu-
via, recogerá agua radioactiva en su casco, después de unas pocas horas de na-
vegación por las vías fluviales de la ciudad.
En Bikini se encontró posible descontaminar los barcos de guerra, cacán-
doles la pintura y sus partes de madera fueron limpiadas pasándoles cepillo
hasta rebajarlas en una pulgada o más. Ninguna otra cosa dio resultados. A
los ladrillos y pavimentos no se les puede sacar la pintura. Si todas las partes
exteriores de Nueva York fueran cubiertas con una fina capa de plásticos, po-
dría solucionarse el problema y la gente podría volver, pero no antes de que se
encontrara algún medio para purificar el agua. Esto es más difícil que lim-
piar una ciudad.
Nadie podría comer peces de los alrededores de Nueva York. Los peces
continúan viviendo después de que sus cuerpos han absorbido átomos en can-
tidad suficiente como para ponerlos luminosos. No transmitirán esta radioac-
tividad a su prole.
Los problemas que van adjuntos a la posibilidad de escapar, son veinte-
nas y algunos inmensos, pero Ud. puede escapar, siempre que siga un plan y
tenga buena suerte.
Lluvia y polvo venenoso, ambos son riesgos adicionales donde haga explo-
sión una bomba atómica.
Usted puede vivir en una ciudad, en una aldea o en el campo, que no ha-
yan sido alcanzados por la concusión, el fuego a los mortales rayos radioacti-
vos de una explosión atómica. Pero si sopla el viento en la dirección de su ca-
sa, la lluvia el polvo, o ambos a la vez pueden obligarlo a abandonar su hogar
o el sector donde habita. Esta evacuación, será probablemente temporal. Pue-
de durar desde unos pocos días hasta varias semanas. La duración depende
de métodos de limpieza que no han sido perfeccionados
Las bombas atómicas no provocan lluvia pero cuando explotan en tiempo
amenazante, la lluvia arrastra hacia abajo los peligrosos átomos. Cuando ex-
plotan cerca de la tierra, succionan hacia arriba, un verdadero pilar de pol-
vo. Gran parte de este polvo es radioactivo.
EFECTOS CONTAMINADORES DE LA BOMBA ATÓMICA 137

Todo lo anterior se puso de manifiesto en la explosión de la primera bom-


ba atómica en Nueva Méjico. En los preparativos, nadie se dio cuenta de la
presencia de un rebaño de ganado que estaba escondido en un pequeño valle.
El valle no fue alcanzado por la explosión. Pero ésta ocurrió en una mañana
lluviosa y sobre los lomos del ganado cayeron lluvia y polvo. Partículas radio-
activas penetraron en el cuero. Poco después el pelaje presentaba grandes
manchas de color gris, que en forma de rayas, se alargaban hasta la cola.
Luego, ese pelo gris cayó. En algunas resese, el pelo volvió a crecer, pero en
otras fue reemplazado por llagas, formándose después largas y gruesas cica-
trices. Tres años después de da explosión, ese ganado se encuentra todavía so-
metido a observación en los laboratorios de Oak Ridge.
Ninguno de los animales murió a consecuencia de la ducha radioactiva,
pero muchos mostraron signos de menor resistencia a las afecciones de la piel.
Actualmente, los hombres de ciencia están observando las gruesas cicatrices
para ver si alguna de ellas toma un desarrollo canceroso. Nadie sabe a ciencia
cierta si eso puede ocurrir.
La mayor parte del polvo y del humo atómico de la primera explosión se
alejó en el aire sin causar perjuicios. Meses más tarde, cierta paja de trigo,
que crecía en dos lugares diferentes cerca de la frontera norte de Estados Uni-
dos, se puso radiocativa.
Esa paja fue utilizada en cajones donde se embaló película fotográfica,
y la radioactividad que había en la paja hizo que se velara toda la película.
La explicación es especulativa, pero da evidencia es buena. Algunos de los
átomos de la bomba cayeron en la tierra, probablemente arrastrados por la
lluvia. Las raíces de la paja recogieron estos átomos y, por una razón no ex-
plicada, los concentraron. Esta contaminación de la paja era demasiado dé-
bil para afectar a los humanos, pero la película es mucho más sensible a la
radioactividad que una persona. .
El incidente citado hace surgir una interrogante, que no sido contestada,
acerca de las plantas domésticas donde las lluvias y las polvaredas ponzoñosas
pueden ser más intensas. Los métodos corrientes de limpieza no son seguros.
Cualquier polvo levantado de la limpieza puede ser venenoso para el que lim-
pia. Cualquiera radioactividad peligrosa puede ser revelada y pueden señalar-
se los puntos o zonas de manera que la gente esté a salvo si se aleja. Por lo
general, unos pocos metros serán suficientes. Pero estos puntos peligrosos pue-
den aparecer en cualquiera parte y hacer muy difícil la vida normal.
Cuando una bomba explota en la tierra, o cerca de ella, con toda proba-
bilidad la vecindad inmediata al lugar se hará inhabitable durante años. La
bomba de Nueva Méjico explotó a unos 30 metros sobre el desierto, y abrió
un cráter en forma de fuente de unos 400 metros de ancho. Esta fuente toda-
vía es inhabitable debido a que la tierra se mantiene radioactiva. Dos meses
después de esta explosión, el mayor general Leslie Greves. encabezó un grupo
de 60 hombres que bajó el créter. El grupo permaneción allí durante unos
diez minutos recogiendo recuerdos y, a veces, desenterrando con los dedos des-
nudos. Nadie sufrió ningún daño, y ni siquiera la película fotográfica resul-
tó velada. Sin embargo, se informó al grupo que cualquiera que. en esa época
hubiera pasado 30 días seguidos en el cráter habría muerto probablemente de
quemaduras radioactivas.
Actualmente. Ud. podría permanecer mucho más tiempo allí porque la
radioactividad está solamente en la superficie,y está desapareciendo lenta-
mente. Una capa de tierra fresca sobre la superficie de vidrio del cráter anu-
laría probablemente bastantes rayos para hacer que la vivienda no implicara
peligro. Sin embargo, todavía habría bastantes riesgos resultantes de los ato-
138 MEMORIAL DEL EJERCITO.

mos enterrados que surgirían desde adentro del pasto o que saldrían a la su-
perficie portados por los gusanos. Aquéllos que viven con la preocupación ató-
mica temen más a estos riesgos que a los daños causados por las explosiones
atómicas. No hay actualmente respuesta para estos temores. Pueden ser justi-
ficados. Tiene, indudablemente, que haber medios de protección. Pero uno de
los mejores será, qué duda cabe, el alejarse de allí.
ARMAS DE GUERRA QUÍMICA DEL FUTURO 139

ARMAS DE GUERRA QUÍMICA DEL FUTURO


Par el Coronel D. M. E. BARRER.

La predicción de desarrollos futuros se efectúa con mayor precisión si


trazamos la historia de su pasado, proyectamos su curva histórica hacia el fu-
turo y. regulamos su curso y grado de progresión de acuerdo con aquellos facto-
res que la ciencia moderna indica son aplicables al problema en particular.
Emplearemos este método para escudriñar el futuro y determinar cuáles se-
rán las armas químicas que probablemente nos ayudarán a obtener la victo-
ria en la próxima guerra o que quizás eviten futuras conflagraciones mundiales.

MORTEROS

Como el mortero, y muy especialmente el mortero pesado, es el arma más


mortífera del campo de batalla moderno, comenzaremos con el mortero químico
de 4,2". A fines de la Guerra Mundial I esta arma de ánima lisa poseía una
cadencia de tiro de veinte proyectiles por minuto y un alcance máximo de
1.100 yardas. Era el mejor mortero del mundo a pesar de la inestabilidad, al-
cance limitado e imprecisión de su proyectil. Para el 1930 se rayó el tubo del
mortero, se instaló un disco de dilatación en la base del proyectil para estabi-
lizar su trayectoria y se conservó el rápido sistema de avancarga. Estos ade-
lantos aumentaron el alcance a 2.400 yardas y mejoraron la precisión sin va-
riar el peso del proyectil, el diseño del mortero o la carga propulsora.
Lo sadelantos en cargas propulsoras y métodos de ignición durante el
1940-41 extendieron el alcance del mortero, primero hasta las 3.200 yardas y
más tarde hasta una distancia máxima oficial de 4.400, aunque en ciertas iba-
tallas el arma alcanzó distancias mayores de 5.000 yardas. El prolongamiento
del tubo, un cambio en el rayado del ánima y otras pequeñas innovaciones ex-
tendieron su alcance otras mil yardas durante pruebas experimentales, pero
éstas nunca fueron integradas en los modelos de producción. Las fábricas es-
taban muy ocupadas manufacturando millones de proyectiles, miles de morteros
e inmensas cantidades de piezas de repuesto para abastecer veinticuatro batallo-
nes de morteros que operaron continuamente desde Italia hasta Birmania. Ahora
que hemos tenido el tiempo suficiente para incorporar todos los adelantos ideados
por los alemanes, los japoneses, los rusos y nuestros técnicos, nos es posible cons-
truir un mortero que poseerá una precisión extraordinaria a distancias de 5.000
yardas, y una precisión moderada contra objetivos-zona hasta 7.000 o más
yardas. La artillería y cohetes de largo alcance atacarán más efectivamente
que los morteros cualquier objetivo que se halle a mayor distancia. Debemos
aprender dónde un arma funciona más efectivamente y emplearla siempre bajo
esas condiciones. La obtención en pocos años de un alcance máximo seis veces
mayor que el original es un desarrollo de importancia en cualquier arma. Este
nuevo alcance máximo, una plataforma mejorada y un sistema de movimiento
lateral de 90°, permitirán que el batallón de morteros químicos del futuro lance
una concentración de 720 proyectiles por minutos contra el objetivo. Con li-
140 MEMORIAL DEL EJERCITO.

bertad de emplear proyectiles de alto explosivo, fumígeno, incendiarios, piro-


técnicos o de gases, es posible concentrar este volumen de fuego con efectos
desvastadores contra cualquier objetivo dentro de una zona de varias millas
cuadradas. Como cada proyectil lleva dos veces mayor cantidad de explosivos
que un proyectil de 105 mm., es fácil darse cuenta de la efectividad de estas
concentraciones.

ARMAS INCENDIARIAS
(Durante la Guerra Mundial II, el arma más primitiva del hombre —el fue-
go— fue nuevamente empleada como su arma más efectiva. Los estragos de
la bomba atómica no igualaron la devastación causada por un ataque aéreo en
masa con bombas incendiarias ni en el número de personas muertas ni en la
cantidad de propiedad enemiga destruida. Además, el costo de una bomba ató-
mica es mucho mayor que el de una concentración de bombas incendiarias.
Durante el último conflicto mundial, el Cuerpo de Guerra Química per-
feccionó dos tipos principales de bombas incendiarias (en tamaños desde dos
hasta 500 libras) y fabricó más de un billón de éstas.
El primer tipo usado fue una pequeña bomba electrónica alemana que con-
tenía una cápsula de magnesio metálico cargada con una mezcla de termita, la
que al ser incendiada derretía primero el magnesio y luego lo inflamaba pro-
vocando las llamas. Este tipo de bomba incendiaria alcanzó un alto desarrollo,
pero en el futuro, además del magnesio, probablemente se incluirá una aleación
de metales que causarán unas llamas más intensas y producirán una humare-
da nauseante. También se han hecho adelantos químicos y mecánicos que indu-
dablemente aumentarán la efectividad de este tipo de bomba.
El segundo tipo es una bomba incendiaria de dispersión, de manufactura
alemana, y que contiene gasolina gelatinosa. Esta era incendiada en varias
formas que admiten ciertas mejoras. Los pedazos de gasolina gelatinosa incen-
diados eran lanzados a considerables distancias cuando la bomba detonaba. Ha-
bía dos variedades de esta bomba — una que al detonar lanzaba porciones de
gasolina encendida en todas direcciones, y otra que lanzaba toda su carga en
una sola masa ígnea. La gasolina tiene una potencia calorífica por unidad de
peso muy alta, pero su densidad es sólo tres cuartas partes del agua. Lo que
necesitamos y probablemente desarrollaremos es una substancia doblemente más
densa y viscosa, que arda más intensamente y que tenga mayor contenido ca-
lorífico por unidad de volumen que la gasolina. La obtendremos aunque ten-
gamos que convertir el gas de mostaza en gelatina y usarlo como carga incen-
diaria. Sin embargo, existen mejores substancias incendiarias que el gas de
mostaza y probablemente las futuras bombas incendiarias serán por lo me-
nos tres veces más efectivas que las usadas en la Guerra Mundial II. Enton-
ces tendremos que construir viviendas subterráneas, pues estas nuevas y efec-
tivas bombas incendiarias serán usadas contra pequeños objetivos tácticos y
la bomba atómica y los gases tóxicos radioactivos serán reservados para usarse
contra objetives estratégicos de mayor densidad e importancia.
Es debatible si las construcciones subterráneas serán o no el único medio
defensivo, por lo menos en el campo de batalla táctico. Hombres en abrigos
subterráneos son objetivos ideales para los lanzallamas, que causan bajas sin
tan siquiera chamuscar la ropa de sus víctimas, simplemente consumiendo to-
do el oxígeno de la cueva y creando al mismo tiempo una alta concentración
de monóxido de carbono. La víctima muere rápidamente y sin dolor.
ARMAS DE GUERRA QUÍMICA DEL FUTURO 141

Los lanzallamas portátiles surgieron de la Guerra Mundial I como un


arma completamente desacreditada. Como Director de Investigaciones en el
servicio de Guerra Química durante la mayor parte del tiempo entre ambas
guerras mundiales, se me prohibió invertir dinero del gobierno en el desarro-
llo de lanzallamas hasta el año 1940; pero no podíamos negar que un arma
que lanzara grandes cantidades de aceite ardiente, era un arma importante.
Haciendo ciertas mejoras pertinentes en el antiguo lanzallamas portátil ale-
mán, y usando gasolina gelatinosa como combustible, logramos triplicar el
alcance. Era la única arma disponible que disparaba a ángulos de 90°, y era,
por lo tanto, muy efectiva contra japoneses ocultos en cuevas. Montada en
tanques era todavía más efectiva. El batallón de tanques lanzallamas americano
prestó continuos y diligentes servicios en Okinawa, Igual servicio prestaron
unidades similares de infantería de marina en el Pacífico y los batallones bri-
tánicos en Europa. Por desgracia, ambos tipos de lanzallamas eran muy de-
ficientes pues gran parte del combustible era consumido durante la trayec-
toria, aunque se emplease un combustible viscoso. Lo que necesitamos y obten-
dremos son lanzallamas que disparen con precisión y a distancias considerables
cápsulas metálicas incendiarias que hagan explosión y consuman todo su com-
bustible sobre el objetivo. Existen varias formas de alcanzar este fin, y pro-
bablemente se desarrolle alguna dentro de los próximos diez años, a pesar de
los pesimistas que arguyen que es imposible. Desarrollemos un combustible
más denso y viscoso, envasémoslo en cápsulas y obtendremos un lazallamas
portátil que producirá un efecto más devastador contra un objetivo a dos-
cientas yardas que el obtenido anteriormente a treinta y cinco o cuarenta yar-
das por un lanzallamas convencional. El lanzallamas ha iniciado su desarrollo
en su forma moderna. En alcance, todavía es superado por la flecha del indio
americano o del antiguo arquero persa. En cuanto al tanque lanzallamas, para
obtener un alcance efectivo de media milla, sólo es necesario convertir el ca-
ñó), en un lanzallamas. Una patente de una cápsula de combustible para lan-
zallamas tendría un valor de por lo menos un millón de dólares.

GASES FUMÍGENOS
En 1939 iniciamos una serie de estudios para producir neblina sintética.
Después de dos años de investigaciones, hallamos la solución en el laboratorio;
pero entonces surgió el problema de diseñar un mecanismo que la produjese
en gran escala en el campo de batalla. Se concibió una idea y se construyó un
mecanismo monstruoso que producía una liviana cortina de humo. Se facilitó
el problema de diseño al demostrarse que era posible producir una durable
cortina de humo mediante la condensación de una película de petróleo alre-
dedor de una gota de agua. Rápidamente se construyeron media docena de
maquinarias eficientes que producían humo artificial. Una de éstas fue per-
feccionada y transformada en el modelo Esso (M-l). Estaqué seguida por
un modelo más pequeño conocido como el generador M-2, que desempeñó un
papel destacado. La armada se decidió por un generador de humo artificial
de tamaño mediano designado el modelo Besler. Estos tres modelos produ-
jeron billones de pies cúbicos de humo que protegieren carreteras expuestas
y puntos de anclaje desde el norte de Africa e Italia hasta el Pacífico. Las
humaredas fueron generadas por millas cuadradas, mientras que antes de la
guerra se había empleado la unidad de artillería de 100 yardas cuadradas.
Se organizó una nueva unidad de guerra química, la compañía generadora de
humaredas, para emplear esta nueva arma. En Okinawa, las cortinas de Ura-
nio protegieron muchas embarcaciones contra los ataques suicidas japoneses,
pues a los pilotos enemigos se les hacía imposible estrellar sus aviones o diri-
gir sus bombas contra una embarcación u objetivo oculto. Con el advenimien-
to del radar las humaredas y las nubes ya no constituían defensa contra los
bombardeos de zonas. Hasta los disparos de los morteros y la artillería terres-
tre y naval fueron dirigidos por radar. Tal parecía que había terminado la
utilidad de los gases fumígenos; pero el tiempo continúa su marcha y nadie
puede predecir los acontecimientos futuros. Posiblemente en el futuro inme-
diato se desarrolle una combinación de humo y medios de interferencia contra,
radar y eventualmente se desarrolle una cortina de humo que refleje las on-
das radioeléctricas. Esto significa que las cortinas de humo del futuro serán
efectivas quizás hasta contra cohetes radiodirigidos y aparatos de radar para
la dirección de concentraciones y bombardeos. No podemos permanecer reza-
gados en esta lucha científica, pues hallaremos que nuestros cohetes radiodi-
rigidos serán desviados de su curso y vueltos a sus bases en lugar de seguir
hacia el objetivo a que fueron destinados.

G A S E S

Ha habido una variedad de especulaciones sobre por qué no se usaron


los gases tóxicos durante la Guerra Mundial II. Hubo muchas situaciones en
que su uso hubiese ganado batallas y hasta campañas: Corregidor y Bataan,
por ejemplo. El empleó de gases en suficientes cantidades en Anzio hubiesen
eliminado la cabeza de playa. El lanzamiento de gases contra Berlín hubiese
sido mas efectivo que las bombas explosivas o incendiarias. Por ejemplo, me-
dia docena de bombarderos semanales cargados con bolsos de papel llenos de
cristales lacrimógenos hubiesen lanzado suficiente gas contra Berlín para obli-
gar a su población a refugiarse en el campo y permanecer en él por largo
tiempo. El gas lacrimógeno no hubiese causado bajas, pero después de varios
días de uso continuo, la máscara de gas se haría intolerable y este gas tan
inocuo pudo haber causado el abandono de la capital alemana. Intensos ata-
ques aéreos con fosgenos en tiempo de frío y con gas de mostaza en tiempo
de calor hubiesen creado problemas de defensa aérea pasiva de gran magnitud.
Guando obtuvimos a OKinawa como base y supremacía aérea y marítima se-
nos hubiese hecho posible despoblar las ciudades japonesas con ciento cincuenta
mil toneladas de bombas de gases. Francamente, ninguna nación combatiente
estaba en posición para lanzar ataques de gases sin el temor de represalias
contra su propia población hasta pocos días antes de la victoria sobre el Ja-
pón — y entonces no eran necesarios.
Pero, ¿se emplearán los gases en el futuro? Quizás sean usados si ofrecen
ventajas militares a uno de los beligerantes. Ciertamente todas las naciones,
se prepararán para defenderse contra estos ataques; una labor considerable
si, además de sus actuales cualidades tóxicas, se le imparten características
radioactivas al arsénico, fósforo y azufre y otros componentes de los gases
bélicos. No hay duda que este nuevo gas creará graves problemas y preocupa-
ciones al comandante, oficiales químicos del EM y a los soldados. Los gases-
tóxicos radioactivos quizás sean más efectivos que la bomba atómica contra
objetivos estratégicos.
ARMAS DE GUERRA QUÍMICA DEL FUTURO 143

CONCLUSIÓN

Esta breve discusión sobre la evolución de las más importantes municiones


y armas de guerra química le darán al lector una idea sobre el número de ar-
mas en estado de desarrollo. Por acción del Congreso, el Servicio de Guerra
Química fue redesignado Cuerpo de Guerra Química. Sus científicos, tropas,
fábricas y sus facilidades de adiestramiento se confrontan con graves proble-
mas para absorber los cambios calidoscópicos que continuamente se registran
en física, biología, química e ingeniería, y aplicar estes nuevos desarrollos a
los problemas técnicos militares de ofensiva y defensiva. Esto constituye un
serio problema aunque no existen armas nuevas.
Pero éste no es el caso, pues existen nuevas armas de gran importancia para
el establecimiento militar. Por ejemplo, tenemos proyectiles radiodirigidos de
largo alcance, aviones radiodirigidos y cohetes de mediano alcance de gran
potencia que serán de máxima importancia para operaciones tácticas y como
portadores de agentes químicos de varios tipos, especialmente gases tóxicos
con cualidades radioactivas. Es muy posible que se usen ondas sónicas de
una frecuencia y alcance definido para disipar zonas limitadas cubiertas de
neblina y para causar serios trastornos en el sistema nervioso de hombres y
animales que se encuentren dentro de cierto límite.
Toda guerra produce una variedad de desarrollos mecánicos e inventos
químicos que eventualmente ayudan al progreso de la humanidad, aunque no
hayan sido evoluciones con ese fin. La última guerra produjo una variedad
tan extensa de éstos que tomará por lo menos cincuenta años de intensos es-
fuerzos para perfecionarlos para fines bélicos y adaptar los otros a la vida
comercial cotidiana. Ya hemos desarrollado varios agentes químicos que sólo
destruyen cierto tipo de vegetación y lanzallamas que revolucionarán la agri-
cultura y ¡horticultura. No hay duda que el Cuerpo de Guerra Química se en-
frenta a una inmensa tarea, pues ha de servir también a la armada y a las
fuerzas aéreas.
De la "Revista de los Servicios del Ejército Argentino".
144 MEMORIAL DEL MEMORIAL.

LA ORGANIZACIÓN MILITAR
Por el General J. M. SILVA PLAZAS (Colombia).

Días pasados, comentando acerca de problemas relacionados con la coope-


ración militar interamericana, aludimos a la transformación que ha experimen-
tado la concepción de la Organización Militar, después de las dos grandes gue-
rras, y afirmábamos que su tarea no consistía, como antes, únicamente en en-
cuadrar mayor número de efectivos que el enemigo sino que hoy abarcaba
todos los aspectos nacionales, puesto que la guerra se hace con la suma total
de la potencia física, económica, moral e intelectual de la nación.
Sin embargo, con ser esto tan evidente, son pocos los países en que tiene
aplicación práctica este moderno concepto. En la mayoría, la única actividad
de la organización militar consiste en el reclutamiento y la instrucción mi-
litar de un reducido número de ciudadanos y son ello, que es sólo una mínima
parte de lo necesario, las entidades encargadas de la defensa nacional consi-
deran cumplido su deber y satisfechas sus obligaciones para con la patria.
¡Pero dondequiera que, existiendo preocupación por la defensa nacional, se
ha advertido incoherencia entre la actividad de la organización militar y la
realidad de la guerra, se han tomado las medidas correspondientes: el servicio
militar se ha ampliado y perfeccionado en cuanto a su finalidad y alcance;
se han robustecido los organismos superiores de la dirección y conducción de-
la guerra; se han creado institutos para estudios político-estratégicos y lo que
es más importante, se ha vinculado a las fuerzas armadas con las actividades
relacionadas con el progreso nacional, con las cuales la organización militar
debe confundirse y trasmutarse, si es que no quiere permanecer extraña a su
pasión, que en la paz debe ser la de contribuir al engrandecimiento del país,
mediante una inteligente interpretación de las disposiciones constitucionales,
y legales que rigen el deber de defensa nacional.
Parece necesaria una revisión del sentido de nuestra organizasión militar
y que esa revisión debería iniciarse en la función y el alcance del servicio
militar obligatorio. Porque si la preparación de un país para la guerra no re-
side únicamente en el alistamiento de las fuerzas militares sino en el poder
de trabajo, en el espíritu de sacrificio y en la resolución de vencer de toda
la nación, unidos a su riqueza y al desarrollo de su economía, es lógico que
con sólo aprender a manejar un fusil o un cañón el ciudadano contribuiría.
a la defensa patria únicamente en uno de los muchos aspectos que la consti-
tuyen. Queda, pues, un amplio campo aún no intervenido por la organización
militar.
[Dentro de ese amplio margen se encuentra lo relacionado con la prepara-
ción estratégica del país, cuestión que se confunde con el fomento del desarro-
llo económico del país y que, en síntesis, consiste en la construcción de vías,
puertos, aeródromos, saneamiento y en general en todas las actividades ten-
dientes a permitir las operaciones y la subsistencia de las fuerzas militares
en campaña. Este es el campo propicio para nuevas formas del servicio mi-
litar. Por eso en diversos países los deberes para con la patria se satisfacen
sirviendo, ya en las tropas combatientes, ya en las formaciones encargadas-
de la preparación estratégica..
LA ORGANIZACIÓN MILITAR 145

En Argentina, Chile, Ecuador, Perú, las fuerzas militares participan en


forma activa y constante en la construcción de vías, obras de arte, irrigación,
explotación de ferrocarriles, líneas de radio y telecomunicaciones; transportes
aéreos, terrestres, marítimos y fluviales; labores portuarias, de saneamiento
y colonización, etc., todo lo cual se considera parte de la función específica
de las instituciones militares, por tener íntima relación con la preparación
estratégica nacional.
Cuando nuestros legisladores, en la ley sobre servicio militar obligatorio,
facultaron al Ejecutivo para que determinara la forma como debía prestarse
el servicio militar, sentaron la base legal para una mayor amplitud del ser-
vicio militar, haciéndolo extensivo, no sólo a mayor número de ciudadanos,
sino también a otros aspectos de la defensa nacional.
Mientras se realizan las labores necesarias a una transformación de esta
índole, la intervención de los batallones de ingenieros, de ferrocarrileros, de
transmisiones, las columnas de transporte, los escalones terrestres de las bases
aéreas, las flotillas, etc., en obras destinadas a mejorar la economía, serían
el mejor aporte a la preparación estratégica.
En resumen, es necesario que nuestra concepción de la organización mili-
tar salga de los estrechos límites del cuartel y que ocupe el lugar que le co-
rresponde como parte integral de la estructura nacional. Una vez que se la
haga actuar en todas las labores que le corresponden, se verá cómo ella es un
importante factor de progreso y no una carga para la nación.

M. del e. 10.
146 MEMORIAL DEL EJERCITO.

POR LA LIBERTAD DE LOS MARES

La logística de la defensa depende de la potencia naval


John L. Sullivan es un nombre de combate y el Secretario de Marina,
Sullivan, es un hombre de lucha. El desea una Marina de combate fuerte, aler-
ta, bien equilibrada, para que pueda cumplir con la finalidad de su existencia.
Desgraciadamente, la Marina Regular está actualmente muy distante de
la potencia autorizada por el Congreso. Contando un pequeño número de re-
servas que se encuentran sirviendo una ampliación de servicio, la Marina Re-
gular tiene 44.992 oficiales y 352.185 hombres de tropa, en tanto que el Cuer-
po Regular de Marina tiene 8.876 oficiales y 72.783 hombres de tropa, —lo
que da un total de 478.766 h.— Este número es inferior en 185.000 nombres
a nuestra potencia autorizada, y permite el manejo de sólo 277 buques de com-
bate de la Fleta de Marina y de 488 buques menores y auxiliares.
El Secretario Sullivan pide un aumento de 62.893 oficiales y hombres de
tropa para la Marina, y un aumento de 10.961 oficiales y hombres de tropa
para el Cuerpo de Marina. Estos aumentos proporcionarían:
1.—¿Fuerzas mejor equilibradas desplegadas en las dos zonas críticas del
mundo: Europa y el Lejano Oriente. Estas fuerzas navales apoyarían a nues-
tras tropas de ocupación en tierra y nuestros programas de ayuda económica
a las naciones amigas.
2.—.Fuerzas en cada costa, del Atlántico y del Pacífico, para apoyar a
nuestras unidades en Europa y en el Lejano Oriente, y para estar prepara-
dos para ejecutar aquellas operaciones que los Jefes del Estado Mayor en
conjunto han estimado más urgentes, en caso de una emergencia.
3.—Una Marina mejor equilibrada, incluyendo sus aviones navales que die-
ra la mayor importancia a la capacidad para una rápida-ofensiva y para am-
pliarse muy rápidamente a su potencia completa de tiempo de guerra en el
momento en que comience la movilización.
Él Secretario Sullivan dice que una Marina de esta clase tendría un po-
der naval más evidente y más convincente, incluyendo la fuerza aérea de cho-
que, que podría aplicarse rápidamente en puntos fosales. Esta Marina propor-
cionaría más barcos operativos y aviones con los cuales se podría combatir
a la amenaza más seria —los submarinos y aviones enemigos— y proteger nues-
tros embarques en las líneas marítimas vitales de comunicaciones.
La dependencia de las operaciones militares del apoyo logístico marítimo
está bien ilustrada por las estadísticas de la 2.a Guerra Mundial. En esa gue-
rra los 8.234 buques de la Marina recorrieron un total de 420 millones de mi-
llas. Los barcos americanos transportaron a través del Atlántico y del Pací-
fico 33 billones de pasajeros-millas y un cargamento de más de 676 billones
de millas-toneladas.
Es manifiesto el verdadero valor del control de los mares. En cualquier
conflicto más allá de nuestras costas, el Ejército y la Fuerza Aérea deben
confiar en la Marina para mantener abiertas las vías marítimas, y para ase-
gurar el libre paso del personal, equipo, municiones, combustibles y abaste-
cimientos a sus bases de ultramar.
POR LA LIBERTAD DE LOS MARES 147

La importancia del control de los mares no está limitada al tiempo de gue-


rra. Nuestra economía interna está de tal manera engranada que nuestra in-
dustria se estrangularía si hubiera siquiera una interrupción temporal en las
importaciones básicas de materias primas.
El Secretario Sullivan destaca el hecho que no puede fabricarse ni una
sola tonelada de acero sin manganeso, y que dependemos de las importaciones
para un 917% de nuestras necesidades. Las aleaciones indispensables de acero
requieren tungsteno —del cual debemos importar un 65%, por lo menos—
y cromo —del cual debemos importar casi toda la cantidad que necesitamos.
Todo nuestro estaño, la mayor parte de nuestro plomo y zinc, una gran can-
tida de petróleo, y una buena parte de nuestro cobre y hierro- también debe ser
importada. (En manganeso, hierro y cobre, Chile es un importante proveedor
de EE.UU. de N. A., y, por lo tanto, uno de los sustentadores de su industria
bélica).
El Secretario de Marina se da cuenta que únicamente la Fuerza Aérea
puede y debe estar preparada para lanzar ataques estratégicos en masa de
bombarderos. Sabe que el Ejército debe estar preparado para emplear todas
sus armas y servicios, de los cuales la Infantería es a la vez la base y el ba-
luarte. Pero también se da cuenta que el programa de preparación tierra-mar-
aire demanda gran potencia de los tres elementos constitutivos.
Es por eso que nuestro luchador Secretario de Marina desea una Marina
fuerte y bien equilibrada, para que coopere con nuestras fuerzas aéreas y te-
rrestres en la lucha crucial del futuro.
De la revista "Ordnance" de EE. UU.
Traducción del E. M. G. E.
ESTRUCTURA DE LA DEFENSA NACIONAL
FRANCESA Y ORGANIZACIÓN DE LAS
FUERZAS ARMADAS
Por P. H. TEITGEN.

1.—DURACIÓN DEL SERVICIO MILITAR

Queda un problema del cual se habló mucho, el de la duración del servicio


militar que debe fijarse en 12, 15 ó 18 meses. Generalmente la prensa trató
muy mal este asunto, no por sus conclusiones, pues la prensa goza de toda la
libertad requerida para hacerlo como lo parece, sino más bien, porque el pro-
blema ha sido mal planteado. Hay que poner de relieve ante toda una verdad
muy importante: el problema de la duración del servicio militar no es princi-
palmente un problema de efectivos. Este punto es secundario.
Dice el Gobierno: "Quiero una Fuerza Armada de 660.000 hombres". Su-
pongan Uds. que diga además: "No quiero que el servicio militar pase de los
6 meses. "Después de haberme dicho ese, me preguntará: "Se puede hacer?"
y contestaré yó: "(Perfectamente es posible". Sería insluso posible tener unas
Fuerzas Armadas de 660.000 hombres con tres meses de servicio militar. Y mu-
cho más aún sería posible tener unas Fuerza Armadas de 660.000 hombres sin
servicio militar. Lo que no se pide al servicio militar, se pide a las Fuerzas Ar-
madas regulares, pues es posible concebir unas Fuerzas Armadas regulares que
si fuera necesario alcanzarían 660.000 hombres. Sería más difícil el resluta-
miento en un país como Francia, pero si se está dispuesto a pagar mucho, es-
tos soldados de las Fuerzas Armadas regulares, suboficiales y oficiales qui-
zás se encontrarían los 680.000 hambres. Por consiguiente cuando le dicen a
uno. "El Gobierno quiere unas Fuerzas Armadas de 660.000 hombres, le
damos a Ud. estos efectivos con un servicio militar de 12 meses, pero no pida
más", el problema está mal planteado.

2.—DURACIÓN DEL SERVICIO Y FORMACIÓN DE LOS CUADROS

¿Cuál es el problema esencial? No es el de la cantidad, del número de


hombres, sino más bien es de la calidad y esta calidad de las Fuerzas Armadas
la hacen los cuadros bien instruidos y capases de enseñar bien. Para tener unas
buenas Fuerzas Armadas es preciso contar con Oficiales y Suboficiales del ser-
vicio activo que conozca muy bien su profesión y que sepan enseñarla a los
reclutas. Debe contar con Oficiales y Suboficiales de reserva que al igual que
los del servicio activo, conozcan perfectamente su oficio. ¿Por qué, Porque las
Fuerzas Armadas del tiempo de guerra, las movilizadas, en vez de contar con
un contingente, como es el caso de las ¿Fuerzas Armadas activas del tiempo
de paz, cuentan con 5, 6, 8, 10 contingentes. Los Oficiales y Suboficiales que
bastan a las Fuerzas Armadas activas del tiempo de paz, para el contingente
acuartelado, si valen para una clase no bastarán el día de la movilización pa-
ra 5, 6, 8, 10 clases. El día de la movilización será preciso que cada contin-
gente cuente con sus cuadros de Oficiales y Suboficiales de reserva. Por lo
ESTRUCTURA DE LA DEFENSA NACIONAL FRANCESA 149

tanto el problema de la enseñanza de los cuadros es fundamental. De no que-


rer abordarle o resolverle, más vale suprimir el Ejercito, puesto que no sirve
de nada que pasen todos los años 160.000, 200.000 ó 250.000 muchachos fran-
ceses por los cuarteles y las escuelas, si no se forman con ellos los cuadros que
tomarán el mando en caso de guerra o si se expone uno a la situación de no
poder volver a movilizarlos por no poder encuadrarlos. Se presenta este pro-
blema desde mucho tiempo. Se planteaba ya de manera sumamente difícil
antes de la guerra de 1939, debido que en aquel momento, se preparaban, en
realidad, menos Oficiales de reserva y menos Suboficiales que los necesarios
para poder, el día de la movilización, tomar el mando de la clase a la cual
pertenecían, y todos los años se licenciaba una cantidad de muchachos que
volvían a la vida civil, sin tener al mismo tiempo el número de Oficiales y Sub-
oficiales de reservas correspondientes. Por eso en 1939, salimos bastante mal
del paso, volviendo a llamar Oficiales y Suboficiales de reserva pertenecientes
a las clases anteriores que no se movilizaban por ser demasiado viejas. Se com-
pletaron entonces JOS cuadros de las clases movilizadas llamando (y eso muy
lejos atrás), los Oficiales y Suboficiales de reserva de clases anteriores, que
habían cumplido su servicio militar hacía (muchísimo tiempo y presentaban,
debido a sus años y el tiempo transcurrido desde entonces, un valor muy re-
lativo.
No hay que engañarse: no volveremos a hacerlo la próxima vez porque en
este caso no se podría ir muy lejos para buscar los Oficiales y Suboficiales
de reserva de las clases que se movilizará. Sería imposible encontrarlos. Se
llegará a las clases que no han hecho la guerra de 44-45 y a las cuales falta-
rá lo más importante. Por eso es preciso formar, sea como sea, al mismo
tiempo que la clase que cumple su período, el mismo número de Oficiales y
Suboficiales de reserva correspondiente los cuales perteneciendo a esta clase
tendrán que ser en un número tal que puedan tomar el mando en caso de
movilización, y eso es imposible con el servicio de 12 meses. Añadiré el pro-
blema de los especialistas, los cuales sin tener grado son técnicos y deben
aprender su oficio de veras. El Ejército necesita cada vez más especialistas
y técnicos, y es imposible darles una formación en 12 meses.
Se consideran a dos de nuestras Instituciones como necesitando más ins-
trucción: la Marina y la Aviación. Pero hasta ahora la Marina y la Aviación
han funcionado con un servicio militar de tres años por lo menos. Tienen un
«complemento con los hombres del contingente, una ayuda para los servicios de
tierra, para las labores de segundo orden, pero lo esencial de la Aviación y
de la Marina, lo constituyen los que se alistan por tres años, a lo menos. Y
es por el hecho que cuenta con alistados por tres a lo menos, que la Marina
hace frente a la complejidad de sus materiales y a la tecnicidad del combate.
Lo mismo ocurre con la Aviación.
Pero el Ejército también ha llegado a ser una Institución que necesita
mucha enseñanza y por consiguiente requiere cuadros que deben ser instrui-
dos largo tiempo. La opinión unánime es que no se puede instruir los cuadros
con 12 meses de servicio.
Existe además otro problema. Hemos visto que la duración del servicio
militar es un problema de calidad. Primero calidad de los cuadros pero tam-
bién cohesión de las unidades. Para que un Ejército tenga calidad es preciso
que haya cohesión entre las unidades y que pueda ser mantenida todo el
tiempo del servicio militar, o por lo menos, durante una parte importante
de esta duración, en el estado de unidades orgánicas tal como serán en tiempo
«de guerra, de manera que puedan funcionar. Es preciso que las compañías
.se mantengan en un grado de cohesión tal que los reclutas, después de los 6
meses de aprendizaje elemental, lo que se llama la escuela individual del
soldado y la escuela de grupo, queden en condiciones tales durante su servi-
cio activo, que puedan hacer ejercicios de compañías y batallones.
Con 12 meses de servicio militar no se puede contar con unidades cohe-
rentes, porque la mayor parte de este tiempo se dedica a la enseñanza del
soldado y a la formación individual de los cuadros y especialistas. Todo eso
requiere mucho tiempo y cuando los hombres han recibido su formación indi-
vidual de especialista, de técnico, de Suboficial y de Oficial, tienen que mar-
charse antes de haber podido prácticamente trabajar en el marco de la vida
orgánica de una compañía constituida y haciendo ejercicios como en tiempo
de guerra.
Es preciso entonces alargar la duración del servicio militar. El mejor pe-
ríodo sería sin duda alguna 18 meses, puesto que permite un sistema racional
para la formación de los Oficiales de reserva: seis meses en cuerpo de tropa,
seis meses en una escuela de -cuadros y aplicación y seis meses para recibir
la instrucción de Oficial de reserva en una Unidad orgánica constituida y
coherente. De este modo, no sólo han aprendido su oficio, sino que lo han
practicado durante seis meses y cuando han terminado son verdaderamente
Oficiales de reserva. Lo mismo es para los Suboficiales, técnicos y especia-
listas.
3—18 ó 15 MESES

Si en verdad el servicio militar de 18 meses presenta ventajas evidentes


para la formación, la instrucción y la cohesión de las Fuerzas Armadas, tiene
también convenientes de orden económico. En un país que se reconstruye,
que vuelve a edificarse, hay que tener en cuenta el interés general. El Minis-
tro de las Fuerzas Armadas no puede pensar únicamente y solamente en las
necesidades de las Fuerzas Armadas. Es preciso que vea el resto, es decir el
país que se reconstruye, las necesidades de la mano de obra, los intereses ge-
nerales más urgentes. El Gobierno me pidió considerar el servicio militar de
15 meses, lo que evidentemente, para la economía nacional, tendría la venta-
ja de devolver los muchachos a disposición de dicha economía tres meses an-
tes. Con el extremo período de 15 meses, se puede obtener una mejoría sobre
la situación actual e incluso resultados apreciables. Sin embargo, el servicio-
de 15 meses supone unas condiciones que el Gobierno ya aceptó.
He aquí la primera: el servicio de 15 meses no se puede realizar sino
que con un sistema de 4 incorporaciones anuales, es decir, que en lugar de lla-
mar a los conscriptos en dos veces, en abril y en octubre, la primera de la clase
de abril y la segunda en octubre, se deberán llamar en 4 períodos, puesto que 15
meses no se puede descomponer en períodos de 6 meses. Eso no quiere decir
que cada Unidad recibirá nuevos reclutas 4 veces durante el año, pues en
ese caso la instrucción sería imposible. En cambio las unidades serán descom-
puestas en dos categorías, repartidas en dos columnas que tomarán por tur-
nos sus reclutas a medida de las incorparaciones trimestrales.
Las incorporaciones trimestrales son desagradables para los conscriptos.
Para los estudiantes, les conviene partir en octubre, lo mismo que para los hi-
jos de agricultores, pues así se les permite hacer la cosecha y salir a principios
del invierno, época en que hay menos necesidad de los jóvenes en el campo. Con
la incorporación trimestral, todas estas facilidades desaparecen. Prácticamen-
te, es una agravación de la obligación militar, pero es una de las consecuen-
cias ineludibles del servicio de 15 meses.
ESTRUCTURA DE LA DEFENSA NACIONAL FRANCESA 151

Por otra parte, el servicio de 15 meses necesita aumentar los hombres de


tropa especialistas, los Suboficiales y Oficiales en servicio activo. Eso tam-
bién es otra dificultad. Con un servicio de 18 meses es posible emplear los
especialistas, técnicos, Suboficiales y Oficiales de reserva que se están instru-
yendo. Es fácil emplearlos en los territorios de la Francia de ultramar des-
pués de terminar su instrucción. Con un servicio de 15 meses es completa-
mente imposible, puesto que el Oficial, Suboficial o técnico del cual se trata,
al terminar sus cursos de aplicación, no le quedarán más que tres meses de
servicio, y es demasiado poco para mandarle fuera. No se puede pues con el
servicio de 15 meses formar los cuadros de las unidades para los territorios
de ultramar con personal de las clases llamadas mientras empleen su tiempo
obligatorio. Habrá que reclutarlos son la ayuda de contratas y recontratas y
por consiguiente, aumentar el número de los especialistas. Por otra parte, y
eso es una gran dificultad, el servicio de 15 meses, somete los cuadros y par-
ticularmente los cuadros subalternos a un régimen de trabajo y a un esfuer-
zo físico y moral enorme y no basta desconocerlo para decir que no existe.
En nuestras Escuelas de cuadros, nuestras Escuelas de aplicación, nuestros
campos ligeros y en todas las unidades que progresivamente van organizán-
dose de acuerdo con los medios disponibles, sobre las bases de los métodos mo-
dernos de instrucción, los Oficiales no están de vacaciones. Están con su ¿sec-
ción, su compañía, desde las 6 de la mañana hasta las 11 de la noche sin
parar. No dejan ni un momento a esos muchachos, a los cuales imponen un
entrenamiento intensivo. Para aquellos, son 3 ó 4 meses de su vida, pero el
Oficial cuando ha terminado con la primera serie, tiene que volver a empezar
con la segunda, sin interrupción. Con el servicio de 18 meses, se puede orga-
nizar la instrucción de los cuadros de manera a reservar a los instructores al-
gún tiempo de descanso. Con el servicio de 15 meses, es preciso acortar todo.
Los cuadros descansan y desde el 1.º de enero hasta el 31 de diciembre, se les
pide un esfuerzo que muy pronto se vuelve agotador, lo que supone un mejo-
ramiento de la situación económica de estos cuadros, de lo contrario, este es-
fuerzo no podrá exigirse por mucho tiempo.
A parte de estas reservas, suponiendo que se de satisfacción a estas con-
diciones y teniendo en cuenta las necesidades de la economía nacional, el ser-
vicio de 15 meses, puede dar resultados inferiores a los que se sacarían con
un servicio de 18 meses, pero finalmente aceptables y de todos modos muy
superiores a los que se pueden obtener con el servicio de 12 meses.

4.—LA MORAL DE LAS FUERZAS ARMADAS

Es mi deber hablar de un último problema: el de la moral de las Fuer-


zas Armadas.
Es mi deber llamar la atención sobre unas verdades que me parecen de
la mayor importancia. Se dice que la moral de las Fuerzas Armadas está de-
caída, por lo menos la de los cuadros permanentes. No exageremos. Nuestros
reclutas, los llamados el año pasado y este año, dan pruebas de buena volun-
tad, de espíritu de sacrificio y de un gran deseo de bien cumplir, como pocas
veces se ha visto, pero es cierto que existe un malestar en los cuadros perma-
nentes. Este malestar se traduce en las dificultades de reclutamiento que se
acreditan. Hay menos candidatos para ingresar en las grandes Escuelas y las
Escuelas de Armas Combinadas, es difícil reclutar a dos Suboficiales de plan-
ta. Hay pocos contratos, pocos vuelven a contratarse, y una numerosa dismi-
152 MEMORIAL DEL EJERCITO.

de los efectivos, porque los que han terminado su contrato y se van,


110 son reemplazados por igual número de nuevos contratados o de recontra-
tados.
Las causas de este malestar son de varias índoles. Primero, se debe a las.
condiciones de la situación actual y las cuales es difícil de remediar. No se
tiene una idea de la situación en la cual nos coloca el espantoso problema de
la vivienda. Se debe dar a conocer que actualmente la gran mayoría de nues-
tros Oficiales y Suboficiales de planta no tienen alojamiento, lo que significa
que están separados de su familia. Reciben una destinación para una guarni-
ción determinada. Llegan: imposible encontrar alojamiento. Deben permane-
cer en esta población, puesto que tal es su destinación; se alojan en un pieza
amueblada o en un hotel. No pueden traer a su familia y están condenados a
vivir sin ella. No cabe duda que esto provoca un ambiente moral deplorable
para aquellos hombres. Lo aceptaron al terminarse la guerra; han visto a to-
dos los desmovilizados regresar a sus casas, volver a reunirse con su mujer y
sus hijos. Ellos tienen que vivir separados. Esta situación es una causa indis-
cutible de desmovilización.
Por fin, queda la situación material que se da a las Fuerzas Armadas, la
cual es insuficiente, especialmente con respecto a los Suboficiales y Oficiales
subalternos. Ahora todo el mundo se da cuenta de esta situación. Primero, Jos
Suboficiales no tienen ahora estatuto, pues el texto que garantizaba su esta-
bilidad y ascenso, lo mismo que sus condiciones de carrera antes de la guerra,
fue derogado por Vichy. Es preciso volver a dotarlos de un estatuto y mejorar
considerablemente su situación material. Este problema va por buen camino.
Esta misma semana una conferencia plenaria tuvo lugar aquí con represen-
tantes de las Fuerzas Armadas, de la función pública y de las finanzas para
solucionar los puntos esenciales que plantea el estatuto, por lo menos, los re-
feridos al sueldo. No habrá como se pensaba —sin razón por cierto— una sola
categoría de Suboficiales, pero tres, quizás cuatro categorías, con la jerarquía,
y con un sueldo mejorado para cada una de ellas, según los diplomas de espe-
cialistas del ¡Suboficial. Por lo tanto, las cantidades indicadas en el momento
de la clasificación corresponderán a los Suboficiales sin ningún diploma de es-
pecialistas; pero los titularios de dichos diplomas tendrán un mejoramiento
considerable. Así mismo se están tomando medidas para mejorar la situación
de los Suboficiales subalternos, pero existen otras causas de desmoralización
para los cuadros a parte del alojamiento y destinaciones: Oficiales y Suboficia-
les tienen la impresión que en ciertos: momentos, el país, la opinión, las conside-
ra como una especie de cuerpo inferior al cual no se le otorga confianza ni la
situación moral, a la cual creen tener derecho. Es más una cuestión moral que
un problema material. Puede decidir un país que ya no tendrá más Fuerzas
Armadas. La opinión francesa y sus Asambleas representativas podrían en efec-
to decidir que ya no habrá más Fuerzas Armadas. Pero cuando se constata que
es preciso tenerlas, que es indispensable, entonces no se debe humillarles por
gusto, inútilmente e injustamente casi sistemáticamente. Cietro es que hay gene-
rales que no tienen mando. Siempre ha pasado lo mismo después de una guerra
y es un problema difícil de resolver. También hubo abusos, muchos automóvi-
les por ejemplo. Se remedió eso casi por completo. No daré datos precisos.
No me gusta herir a nadie. Pero la Defensa Nacional es otra cosa. Son también
los Oficiales y Suboficiales que no tienen auto, que quieren su profesión, que
se han consagrado al servicio de la Francia, por completo, y que tienen sólo un
deseo: el de formar poco a poco y a medida de los medios disponibles, unas
Fuerzas Armadas dignas de ellas. Pues la inmensa mayoría de ellos trabajan
mucho, duramente y difícilmente, en malas condiciones. De todos aquellos
ESTRUCTURA DE LA DEFENSA NACIONAL FRANCESA 153

nunca se habla. Eso es injusto y desmoralizador. No son malos los chistes res-
pecto a los abusos. Es bueno recordar al Ministro sus obligaciones en esta mate-
ria, pero no se debe criticar en forma humillante a las Fuerzas Armadas y
perjudicar gravemente su reclutamiento, su valor, su fe y por consiguiente
al país mismo. Les ruego a Uds. que sean objetivos. Si quieren Uds. darse
cuenta de los esfuerzos logrados por los cuadros que nuestras Fuerzas Armadas
de hoy día, díganmelo. Estoy dispuesto a darles a todos las facilidades para
que visiten las unidades y las Escuelas. Verán Uds. por si mismo. Verán que
hay en las Fuerzas Armadas francesas otras cosas que abusos y generales
sin comando. Hay todo lo demás, todo lo esencial, es decir mucho valor, espíri-
tu de sacrificio abnegación y sentido del deber.
Tradujo el Tte. Coronel Sr. MARCELO MARTIN.
154 MEMORIAL DEL EJERCITO.

EL INSTITUTO DE ALTOS ESTUDIOS


DE DEFENSA NACIONAL DE FRANCIA
Por GEORGES MAREY.

En los últimos días de noviembre se abrió, en la vieja y prestigiosa Escue-


la Militar de París, el nuevo Instituto de Altos Estudios de Defensa Nacio-
nal. En todo tiempo, la enseñanza militar superior ha estado fuertemente or-
ganizada en Francia, con sus Escuelas de Guerra, que tratan de táctica, las
de Estado Mayor, consagradas a la técnica, y los cursos inter-armas que con-
templan el aspecto estratégico de los problemas. Pero, el desarrollo de la "gue-
rra total" ha demostrado que la defensa de una nación ya no puede conside-
rarse como el dominio exclusivo de los militares. La defensa nacional, puede
decirse, se ha convertido en un asunto civil, tan grande es la importancia que
han adquirido en ellas los factores político, administrativo económico, social,
y tod'as las medidas de organización que, en caso de guerra, exaltarán el es-
fuerzo de la nación y pondrán en manos de los altos jefes militares los me-
dios adecuados para la lucha.
La creación del nuevo Instituto se inspira de estos principios. Su princi-
pal objetivo es, en efecto, poner en contacto estrecho a civiles y militares,
enseñarles a trabajar en común y a resolver juntos los diferentes problemas,
enfocándolos desde puntos de vista tan variados como lo son el origen y la
formación de los diversos auditores.
Estos auditores, actualmente en número de cincuenta, pertenecen a dis-
tintos sectores de la actividad administrativa, militar o privada. Figuran en-
tre ellos 15 oficiales de tierra, mar y aire, 25 funcionarios destacados por
sus respectivos ministerios: Relaciones Exteriores, Hacienda, Industrias, Tra-
bajo, Interior, Salud Pública, etc., y unos 10 representantes de la industria
y del mundo de los negocios. Todos ellos sen hombres de categoría, coroneles-
o jóvenes generales, altos funcionarios, jefes de servicios, y, como convenía no
separarlos de sus funciones habituales, el general Mast, director del Instituto,
se ha limitado a exigirles tres días de asistencia por semana, durante los siete-
meses que durarán los estudios.
Estos se dividen esencialmente en tres categorías de labores:
La primera comprende conferencias de gran clase, dictadas por Jacques
Rueff, presidente de la Agencia Interaliada de Reparaciones, en el orden eco-
nómico, y por el general Revers, jefe de Estado Mayor General del ejército
de tierra, en el orden militar. Uno y otro expondrán los problemas esenciales,
no en forma de lección "ex cátedra", sino mostrando todos los aspectos de
cada uno, a fin de abrir horizontes, suscitar ideas y dar base a futuras dis-
cusiones.
Estas discusiones forman la segunda categoría de trabajos, que se desarro-
llarán en "sesiones de comité" en que los auditores, por grupos de 7 a 8, ad-
quirirán la costumbre de trabajar en común y de aportar al problema en es-
tudio, cada cual su propia óptica. Por ejemplo, si se trata del servicio militar
en tiempo de paz, el militar lo expondrá como un problema de efectivos, el
financista como un problema presupuestario, el representante de la Educa-
ción Nacional se preocupará de la instrucción y de la educación física de los
EL INSTITUTO DE ALTOS ESTUDIOS DE DEFENSA... 155

reclutas, el de la Salud Pública de la higiene y la atención médica, en tanto


que el representante del Ministerio del Trabajo lo enfocará, ante todo, desde
el punto de vista de la, sustracción de mano de obra, y el economista como
una pérdida para la economía del país. Los resultados de estas discusiones,
después de ser condensados y analizados por la dirección del Instituto, en sus
cuatro secciones, Política, Económica, Militar, y de Legislación y Organiza-
ción, servirán de base para una crítica de conjunto y para proponer soluciones
nuevas al problema estudiado.
Análogo método se empleará en la tercera categoría de trabajos, que tra-
ta de los "casos concretos" estratégicos. Sea, por ejemplo, que se trate de
organizar una expedición militar. La suma de todas las experiencias y de to-
das las técnicas particulares representadas en el seno del respectivo comité
no estará demás para estudiar todos los detalles de la misión, los recursos
militares y su aplicación, los factores industriales, la organización de fuerzas,
el comando, los acuerdos diplomáticos previos con los gobiernos aliados, las
medidas de seguridad interior, etc. Así, los auditores del Instituto se pene-
trarán de esta verdad: que la guerra y la defensa de un Estado incumben en
primer término a los "civiles".
Al fin del ciclo de estudios, algunos de los funcionarios que hayan parti-
cipado en él serán llamados a formar parte del Estado Mayor de la Defensa
Nacional, en cuyo seno representarán al elemento civil indispensable. Otros
volverán a sus administraciones respectivas para dirigir las "Oficinas de De-
fensa Nacional", cuya creación es urgente. Otros volverán a sus anteriores
actividades públicas o privadas, pero mejor informados y más aptos que antes
para comprender en su conjunto los problemas nacionales.
En esta forma, el nuevo Instituto de Altos Estudios de Defensa Nacional
habrá cumplido una misión de elevado valor patriótico.
De "Extinfor-Pages de Prance".
Cortesía de la Embajada de Francia en Chile.
156 MEMORIAL DEL EJERCITO.

ESTRATEGIA DE UNA GUERRA FUTURA


(*) Por el Tte. Crl. F. O. MIKSCHE.

Se sabe bastante bien hasta qué punto la situación política actual, ca-
racterizada por una tensión constante entre el este y el oeste podría dar na-
cimiento a un conflicto; no es necesario que nos extendamos en detalles. Así
pues, nuestro propósito es menor en extendernos sobre las condiciones polí-
ticas, que son bien conocidas y sí mayor en tratar los factores estratégicos que
son, aún hoy, casi totalmente desconocidos.
¿Lo que deseamos, es demostrar de qué manera se desarrollaría un eventual
conflicto entre las dos más grandes potencias mundiales, la Unión Soviética
y el bloque anglo-sajón.
No tenemos la impresión de develar un secreto cuando señalamos que una
tensión creciente divide a Europa en dos bloques antagónicos. Admitimos que
se puede considerar a Noruega, Suecia, Dinamarca, Bélgica y Francia como
incluidos en el espacio estratégico anglo-sajón y comprobar que la política
de los estados del este de Europa, se apoya abiertamente sobre la Unión So-
viética.
En un solo vistazo vemos en sus partes esenciales la situación de las otras
partes del mundo; a través del medio Oriente, donde la diversidad de políticas-
es considerarte; en la India ,en China, donde la dos bloques poseen posicio-
nes políticas y estratégicas, y donde poco sorprendería encontrar la ocasión
de una separación definitiva del mundo en dos partes, el Japón al lado de Ios-
Estados Unidos.
Cuando se comparan paralelamente los recursos estratégicos de las dos-
coaliciones mundiales que hemos definido, se encuentran las siguientes con-
secuencias :
a) Una guerra eventual pondrá cara a cara, potencias de diferente natu-
raleza; de un lado la más grande fuerza terrestre, del otro, las más grandes
fuerzas marítimas y aéreas.
b) Desde el punto de vista de la geografía, la Unión Soviétiva se en-
cuentra muy aislada, en Europa tanto como en Asia. Rusia no posee las ba-
ses aéreas ni marítimas, ni los estrechos que le permitan intervenir de una
manera decisiva en las más importantes zonas de actividad aérea y sobre Cotí
principales océanos.
c) Mientras que Moscú sería llevada a limitar sus operaciones al espacio
comprendido entre el Báltico y el Pacífico, permaneciendo en su propio terri-
torio, las potencias anglo-sajonas controlarían sin la menor traba sus comu-
nicaciones exteriores de Nueva York y San Francisco a Ciudad del Cabo y
Londres.

(*) El Tte. Crl. Mikscke, ex-agregado militar de la Embajada de Checoeslovaquia en París,


es antor de cierto número de estudios concernientes a la guerra, especialmente de un
libro "Los Errores Estratégicos de Hitler", recientemente publicado por la "Bibliote-
ca del Oficial" de Chile, y que marca rumbos.
ESTRATEGIA DE UNA GUERRA FUTURA 157

d) La Unión Soviética dispondría en realidad de inmensas masas (po-


tencial humano). Las potencias anglosajonas tendrían una fuerte superiori-
dad técnica, industrial y comercial.
e) A través del mundo actuarían las simpatías por uno u otro bloque; las
potencias anglo-sajonas encontrarían numerosos partidarios en los países de
Europa central y la oriental, pero la influencia del ideal comunista podría
ser particularmente fuerte en ,China, la India y aún mismo en el Medio Oriente.

En las circunstancias presentes un eventual conflicto se desarrollaría en


tres teatros de operaciones: en Europa, en, el Medio Oriente y en Extremo
Oriente.
Las regiones árticas adquirirían, sin duda, un valor estratégico creciente
sin cesar, pero no es muy verosímil que pudieran operar allí ejércitos muy
grandes. Se trataría más bien de combates por bases marítimas y aéreas que
constituirían plataforma para un duelo de bombas volantes entre el continen-
te asiático y el continente americano.
Asimismo, cuando se admite que el Medio Oriente sería el principal cam-
po de batalla donde se enfrentarían la Unión Soviética y las potencias anglo-
sajonas no parese posible, en razón de su importante situación geográfica y
política, que Europa pueda quedar fuera de las principales fases del conflicto.
El continente europeo dispone de las mejores vías de comunicación y los ejér-
citos que podrían utilizarlas estarían en condiciones de ganar una guerra in-
ternacional. Va de sí que las operaciones en Europa no harían más que un
todo, tanto en tiempo como en espacio, con las que. se desarrollarían en Medio
y Extremo Oriente. Esto es especialmente claro para la unidad estratégica de
las operaciones militares en la Europa del Oeste y en el Medio Oriente. En
cambio, las operaciones en Extremo Oriente tendrían un carácter más o me-
nos aislado.

Las armas modernas: bombas atómicas, volantes o blindadas, no modifi-


carían mucho el desarrollo estratégico de la guerra; sean cuales sean los me-
dios puestos en acción ellos deberán ser empleados en función de sus posicio-
nes estratégicas, según ciertos principios generales, y esos principios son ante
todo impuestos por la geografía.
Como línea de partida de las operaciones militares en Europa se podrá,
admitir, a grosso modo, la actual línea de demarcación que separa el este del
oeste, es decir, poco más o menos, la línea Lübeck-Trieste.
Partiendo de este postulado nosotros vamos a considerar cada una de las
dos posibilidades de desarrollo de una guerra futura.
La primera hipótesis es la de una superioridad ofensiva del este. En ese
caso, será necesario contar con la invasión de Europa Occidental.
O bien, la hipótesis inversa; las fuerzas del oeste tomarían con éxito la
ofensiva y la tempestad se extendería sobre todo hacia el este, es decir, sobre
los territorios de la Europa Central y las estepas rusas.
La relación que existe actualmente en Europa entre las fuerzas estratégi-
cas, hace de la primera hipótesis la más probable. Los ejércitos de ocupación
estacionados en Alemania son demasiado débiles para detener un empuje enér-
158 MEMORIAL DEL EJERCITO.

gico proveniente del Este y los ejércitos de los estados de Europa Occidental,
no estarían en condiciones de resistir eficazmente ese peligro.

Lineas de fuerzas de la estrategia anglosajona

El ejército rojo, que realizaría entonces con 200 a 250 divisiones, el famo-
so plan Schilieffen o una de sus variantes, podría alcanzar por una marcha
rápida las costas del Atlántico y los Pirineos. Pero ¿cuál podría ser el pro-
pósito estratégico final de tal operación? Según toda verosimilitud el de al-
canzar la entrada oeste del Mediterráneo, es decir, Gilbraltar.
Es necesario, de cualquier manera, remarcar que la geografía de la pe-
nínsula ibérica no permite un pasaje rápido de la guerra relámpago y que la
posesión de Europa occidental y de España no es útil si el asaltante no ha po-
dido hacer pie al mismo tiempo sobre la costa norte de Africa, principalmente
en Marruecos.
De cualquier manera que se desarrollen las operaciones en Europa occi-
dental, tal avance del ejército rojo desde el «Elba hasta los Pirineos o hasta
Gibraltar estaría gravemente amenazado sobre su flanco derecho. La Escan-
dinavia constituiría una saliente amenazante. Así podemos preguntarnos si
una maniobra tal podría ser cumplida si no estuviera precedida por una toma
de posesión de Suecia y Noruega.
Pero hay otro territorio que constituiría una amenaza para esa estrate-
gia; las islas británicas. Y la más importante lección que ha dado la última
guerra es que para el que no controle Gran Bretaña, la invasión de Europa
no presenta seguridad. En este momento la superioridad técnica del mundo
anglo-sajón tomaría toda su importancia. El comando sovietico dispondría
de un inmenso ejército, pero estaría en estado de inferioridad en el aire y so-
bre el mar. En el caso de que no controlara Escandinavia, sus chances de invadir
las islas Británicas serían más reducidas aún que las que tuvo Hitler cuando
llegó a Calais
Por otra parte, es desde todo punto inverosímil que el comando soviético,
que estaría tanto en el mar como en el aire, dominado sin remedio por Jas
fuerzas anglo-americanas en el triángulo Scapa - Flow - Trondhein - Calais,
puede tener éxito en su empresa.
La segunda guerra mundial ha probado a este respecto, de manera elo-
cuente, que en el caso de un conflicto internacional, la posesión de Europa
ESTRATEGIA DE UNA GUERRA FUTURA 159

Occidental está en sí misma, muy lejos de ser, desde el punto de vista estra-
tégica, una etapa decisiva.

Como hemos visto, las operaciones en Europa Occidental y en el Medio


Oriente constituirán un todo. Nosotros consideramos que la base de partida
de las operaciones militares sería aproximadamente la región comprendida en-
tre el Mar Negro y el Mar Caspio. En ese sector, también el objetivo estra-
tégico de una ofensiva proveniente del este está definido por la geografía;
se trataría de cerrar la entrada este del Mediterráneo en Suez y ensayar el
control de Gibraltar, segunda puerta de este mar. Los otros objetivos serían
los Dardanelos, tercera posición llave de la cuenca del Mediterráneo y el gol-
fo Pérsico cuya ocupación favorecería al más alto punto una infiltración pro-
funda en dirección a Italia.
Esta estrategia, que es la única que los Soviets pueden aplicar en el Me-
dio Oriente, tendría consecuencias fáciles de discernir:
a) La defensa anglo-sajona sería, después de la pérdida de Gibraltar y
de Suez, rechazada hasta la línea Dakar-Djibuti.
b) Los otros puntos de apoyo que las fuerzas anglo-sajonas podrían
conservar en el Mediterráneo, como Italia, Grecia, Malta o Africa del Norte,
estarían condenadas, por su aislamiento a una lenta asfixia.
c) El corte, entre Gibraltar y Suez, de las más importantes vías de co-
municaciones del Imperio Británico obligaría a las fuerzas anglo-sajonas a
utilizar las rutas, mucho más largas, que rodean al Africa.

Linas de fuerza de la estrategia soviética

Bajo un panorama muchos más incierto se manifiesta el desarrollo de-


la estrategia de los Soviets en Extremo Oriente. Teniendo en cuenta la in-
ferioridad de Moscú, sobre el mar y en los aires, no es osado admitir un
avance en profundidad de Vladivostok hasta las Indias Holandesas y Ocea-
nía. Tal estrategia implicaría ante todo la toma del archipiélago japonés, cu-
160 MEMORIAL DEL EJERCITO.

yo semicírculo limita la acción de las bases aéreas y marítimas de Sibetia,


Manchuria y Corea. Tal infiltración del Ejército ruso desde la Manchuria,
a través de los vastos espacios de China Central y Meridional no puede ser
casi considerado, desde el punto de vista estratégico, como decisivo.
De todo esto, resulta que la única posibilidad que tendría la Unión
Soviética, potencia terrestre, en combate contra potencias aéreas y maríti-
mas, sería desplegar sus fuerzas en el Mediterráneo. Es allí solamente donde
Rusia, desprovista de fuerzas aéreas y marítimas importantets, podría apli-
car una estrategia en escala mundial, es decir, que interesaría a tres conti-
nentes: Europa, Africa y Asia.
Tal desarrollo militar ¿llevaría a su término la gran conflagración mun-
dial? No olvidemos que las fuerzas ango-sajonas quedarían en posesión de
América del Norte, América del Sud, las Islas Británicas, Africa del Sud,
Australia y otros territorios de gran importancia económica y no serían casi
alcanzados por esta situación. Para ellos la eventualidad de un retorno a
Europa, sería para siempre posible.
¿Podría Rusia en cambio, encarar la invasión de Gran Bretaña o de los
Estados Unidos?
Es seguramente en esa probabilidad donde se encuentra la clave de la
victoria.
Según toda verosimilitud, el desarrollo de la estrategia anglo-sajona
dependería en primer término del éxito que hubiera podido obtener la Unión
Soviética en su invasión de Europa Occidental y del Medio Oriente.
En el caso que el Ejército Rojo se hubiera infiltrado desde Gibraltar
al oeste y de Suez al este, las fuerzas anglo-sajonas tendrían previamente
la obligación de reconquistar la cuenca del Mediterráneo, Europa Occidental
así como los territorios perdidos en el Medio Oriente, es decir, Egipto y la
Mesopotámia.
De muy distinta manera se presentaría la situación en Extremo Oriente,
pues no parece muy posible que los americanos podrían perder sus bases en
el Japón.
Si las bases de partidas pudieran ser conquistadas por los anglo-sajones
en Europa y en el Medio Oriente, parece probable que su estrategia se des-
arrollaría de la siguiente manera:
El despliegue de los ejércitos de invasión anglo-sajones entre el Báltico
y el Mar Negro en dirección este supondría, por principio, la ocupación de
la región danubiana. En el caso que el Ejército Rojo pudiera establecerse en
los Alpes bávaros y austríacos su frente beneficiaríase de un importante
acortamiento y sería llevado a una línea que uniera el Báltico con el Adriá-
tico. El asaltante proveniente del este sería así limitado al terreno de ope-
raciones constituido por la llanura del norte de Alemania y las estepas po-
lacas, más o menos en el eje Berlín- Varsovia.
Estos hechos serían diferentes si la Unión Soviética llegara a perder la
cuenca del Danubio. En ese caso, se podría asistir a una repetición de la es-
trategia alemana de 1941-1944 caracterizada por un avance general de las
fuerzas asaltantes del Mar Negro al Mar Báltico. Esta hipótesis poseería la
posibilidad de desarrollarse según tres direcciones principales, a saber: a
través de la región de Varsovia hacia Moscú y a través de la región de Kiev
hacia Odesa v la cuenca del Donetz.
ESTRATEGIA DE UNA GUERRA FUTURA 161

De cualquier forma es muy verosímil que se discernirían importantes di-


ferencias entre esta estrategia de los anglo-sajones y la que emplearon a su
vez los alemanes; pues es necesario completar las operaciones de desembarco
sobre las costas del Báltico partiendo de bases situadas en Escandinavia, prin-
cipalmente en Suecia.

En el Medio Oriente, el ataque efectuado por los ejércitos anglo-sajones,


que se desarrollaría a partir de una línea Batum-Tabriz-Cabul, perseguiría,
a grosso modo, los fines siguientes:
a) Infiltración en Ucrania Occidental a través del Cáueaso a fin de lle-
gar, más o menos, cerca de la región de Donetz, partiendo los ejércitos de la
cuenca del Danubio.
Consideradas en su conjunto esas dos maniobras equivaldrían a un cerco
del Mar Negro.
b) Avance entre el Mar Caspio y el Mar de Aral teniendo como objeti-
vo: por una parte la invasión del valle inferior del Volga; por otra, la con-
quista de las regiones industriales situadas más allá de los Urales.
c) Invasión del Turquestán y las estepas Kirguises, teniendo como ob-
jetivos la Siberia Occidental (la región de Omsk y después la de Irkustk). Es
en ese teatro que las fuerzas llegadas de las costas del Pacífico podrían rea-
lizar su enlace con las que hubieran partido del Medio- Oriente.
En cuanto a la estrategia en Extremo Oriente, los aliados anglo-sajones
podrían utilizar como bases de partida, por una parte el archipiélago japonés
y por otra las regiones de China Central. Es de creer que en Manchuria ten-
drían lugar importantes, combates, después de los cuales los anglo-americanos
podrían avanzar a lo largo del río Amur y del Transiberiano hasta Irkustk.

Tales serían más o menos las grandes líneas estratégicas de una guerra
futura en la cual las armas mortíferas tendrían un carácter de horror mucho
mayor aún que el de la segunda guerra mundial.
Esta segunda guerra mundial fue perdida no solamente por Alemania sino
por toda Europa. Y un nuevo conflicto significaría la extinción total y defini-
tiva de la civilización europea.
El mundo pone hoy toda su esperanza en el feliz resultado de una con-
ferencia de paz. Pero sea cual fuere la conclusión de los debates no se puede
esperar, otro resultado que una paz armada. Y una paz armada será necesaria-
mente un período de inestabilidad económica y política durante él cual la re-
construcción de Europa estará frenada.
Por otra parte, es necesario contemplar que al finalizar todo período de
paz armada, surgen perpetuamente, nuevos conflictos.
¿Dónde puede Europa encontrar un medio de protegerse contra una nueva
guerra? En la unión de los europeos, que es lo único que podrá salvarnos de
esta última catástrofe.
Y este artículo habrá llenado plenamente su finalidad si ha iluminado un
peligro que pesa sobre nosotros los europeos, pero cuya amenaza no se reali-
zará necesariamente.
M. del E. 11.
162 MEMORIAL DEL EJERCITO.

En lugar de hacer descansar la seguridad del mundo sobre los pies, sería
mucho más seguro darle un tercer pie y ese debe ser una Europa Federal.
Nadie debe ver en esa evolución política un peligro de guerra, sino por
lo contrario, un factor de paz sincera y durable.
De la "Revista Nacional de Aeronáutica". Argentina.
LA OBRA "LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL... 163

LA OBRA "LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL.— LA


POLÍTICA Y LA ESTRATEGIA"
POR EL TENIENTE CORONEL JULIO CAMPO SEPULVEDA.

El Tte. Crl. Sr. Julio Campo Sepúlveda, es un distinguido Oficial de Es-


tado Mayor del Ejército de Chile, profesor militar titulado en las asignaturas
de "Historia Militar, Táctica, Servicio de Estado Mayor y Pedagogía Militar",
habiendo desempeñado estas asignaturas en varios períodos en la Academia de
Guerra. También ha hecho clases en las asignaturas de "Política y Estrategia"
y "Psicología Individual" en los Cursos de Temporada de la Universidad de
Chile.
De reconocidos méritos como escritor militar, es autor de las obras "Psi-
cología Individual — Aspectos Aplicados de Caracterología" y de la "Lógica
Aplicada — El Razonamiento y la Conducción de la Guerra", que fueron pu-
blicadas como volúmenes de la "Biblioteca del Oficial" del Estado Mayor
General del Ejército.
Esta nueva obra "LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL — LA POLITI-
CA Y LA ESTRATEGIA", es un libro muy interesante y de especial valor
para los miembros de las Fuerzas Armadas.
El título del libro basta para comprender la importancia profesional del
tema, que ha sido desarrollado con claridad, precisión y concisión y podría
agregarse además, con amenidad, no obstante la complejidad de su materia.
La presentación del trabajo ha sido muy correcta y para la mejor com-
prensión se ha acompañado de numerosos mapas que permiten al lector, seguir
objetivamente las operaciones que se tratan.
El estilo empleado por el autor es el literario militar, sobrio, ajeno a eru-
diciones académicas, pero, a la vez, liviano. Las materias son desarrolladas con
conocimiento, tacto y tino, demostrando la sólida preparación que debe tener
quien lo escribió.
La obra constituye un razonado estudio de los acontecimientos políticos
que precedieron a la segunda guerra mundial y la forma en que fueron condu-
cidas las operaciones (hasta terminar la campaña de Francia. El autor sigue
paso a paso el desarrollo de los hechos efectuando interesantes reflexiones, sin
dejarse llevar por partido alguno y manteniendo como única divisa allegar ex-
periencias de los errores cometidos que permitan deducir enseñanzas del pasa-
do para comprender el presente y prever al futuro.
Inicia el trabajo con un exordio, después del cual entra en materia anali-
zando las causas de la guerra mundial, entre las cuales se destacan el Tratado
de Versalles y los problemas que creó a los países afectados. Efectúa un estu-
dio de las pérdidas y ganancias de Alemania, Austria-Hungría y Rusia y de las
lógicas aspiraciones de dichos países, que darían origen en lapso no lejano, a
controversias y violencias. Analiza, además, con juicio profundo, los intereses
de Italia, Inglaterra y Francia, expresando la política de desconfianza impe-
rante entre las naciones que por toda suerte de apetitos y desasosiegos pondrían
en peligro la paz de Europa.
Continúa la obra describiendo la recuperación de Alemania, que supo, dar
a la guerra perdida la apariencia de un triunfo moral, y que atribuyó su de-
164 MEMORIAL DEL EJERCITO.

rrota a la deficiente conducción política que, generando el caos y promoviendo-


luchas intestinas, hizo la aparición de Hitler, y la creación de una mística en
torno de sus declaraciones que aseguraban la victoria final y la solución de los
problemas y dificultades que afectaban hondamente al Reich.
pon la aparición del intérprete y conductor del mesianismo germano para
su acción política internacional, el pequeño ejército de esa nación, pasaba a
ser la columna vertebral del gran ejército del futuro, con ocultos EE. MM. de
élite y cuadros conductores de gran selección, mientras las declaraciones di-
plomáticas se orientaban para obtener confianza hacia la nueva Alemania, que
hacía fe constante de sus propósitos de paz, anticomunistas, de unidad y de
trabajo.
En 1934 comienza la inquietud en Europa cuando von Blomberg, Minis-
tro de Defensa, publica el presupuesto, con lo que se inicia el armamentismo
guerrero. En 1935 Alemania establece el Servicio Militar Obligatorio, Inglate-
rra protesta, mientras que Francia decepcionada, busca la alianza de Rusia. Se
verifica un tratado entre Checoeslovaquia y la-Unión Soviética.
Alemania ha recobrado su confianza y demuestra su poderíos saltando por
sobre sus fronteras; el 7. III. 986. se apodera de la Renania, sin embargo Fran-
cia no reacciona. El 13. III. 938., efectúa la anexión de Austria; el 1.° X. 938.,
se resuelve la posesión del Sudete; el 14. III. 989., Alemania proclama el pro-
tectorado sobre Bohemia y Moravia; el 22. III. del mismo año, obtuvo de Li-
tuania la devolución de Memel.
El autor termina este interesante período con un razonado comentario:
" E l culto a la paz y los sacrificios que por ella se hagan satisfacen desde un
punto de vista teórico, pero la realidad exige abrir los ojos y ver que no es po-
sible contentarse con buenas intenciones. Para hablar duro al impetuoso hay
que ir hasta el fin, poseyendo los medios".
Explica en seguida claramente la causa de la guerra, las negociaciones
efectuadas y las reacciones Se los países ante los manejos de la diplomacia has-
ta que ésta cede su puesto a la estrategia.
A continuación analiza los errores aliados, como antecedentes capitales del
engrandecimiento de Alemania; describe con claridad cómo a causa de las fric-
ciones de la política interna de Francia, se da oportunidad para que Alemania
se levante a vista y paciencia de los otros Estados que la ayudan, especialmente
de Inglaterra, que teme al comunismo. Cuando Francia comprende su error es
ya tarde y se deja llevar por la dialéctica y las finuras diplomáticas en lugar
de constituir armamentos. Manifiesta que la causa principal de la política débil
de Francia fue la falta de respaldo armado, como consecuencia de las ilusio-
nes pacifistas. Expresa que dicho país se contentó con crear la Línea Maginot
para su defensa y con practicar una doctrina de guerra de mercader en que se
repartía con Inglaterra las exigencias bélicas.
Se refiere por último, al fracaso de la Sociedad de las Naciones, organismo
creado como máxima realización humana, y que se hizo ineficaz debido a la
desconfianza, al individualismo y a- la incomprensión de los socios.
Con ésto termina la I. Parte de la obra, que es la más interesante por cuan-
to en ella el autor parece haberse esmerado especialmente, por desarrollarla a
base de un razonado y concienzudo análisis de los acontecimientos.
Comienza la segunda parte que se refiere a la estrategia, con el estudio
de la campaña de Polonia, El autor hace gala de su imaginación respecto a las
apreciaciones que se efectuaron en los Estados Mayores Polaco y Alemán an-
tee de la campaña, para combinar con el dispositivo de despliegue de ambos
LA OBRA "LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL... 165

contendores. Describe a continuación el rápido movimiento de tenaza alemán


que tuvo el éxito previsto.
Muy interesantes son las reflexiones que efectúa el autor sobre el desarro-
llo de esa campaña al analizar las operaciones en líneas interiores y a la posi-
bilidad de ser realizable en Polonia. Deduce que Polonia no estaba en condi-
ciones de afrontar una guerra ante el potencial bélico alemán, que puso en
práctica en esta campaña los principios de la guerra de superioridad, sorpresa
y seguridad, y que empleó sus medios conforme a lo establecido en la ciencia
de la guerra.
Se inicia a continuación el estudio de la campaña de Francia con un aná-
lisis sobre la situación en que se encontraba esta nación, que carecía de respal-
do estratégico para un caso de guerra; respaldo que se lo exigía el manteni-
miento de sus rutas transmediterráneas hacia sus colonias, ya que su pérdida
significaba su muerte a breve plazo.
Estudia en seguida el ambiente psíquico de Francia previo a la campaña,
donde el autor describe el temperamento reinante en, dicho país corroído por
una pesada burocracia sin competencia y hasta venal, y de cómo, cuando llegó
la guerra, el frente interno continuó en estado de abandono, sin aprovechar el
tiempo para contrarrestar las imprevisiones de la pre-guerra.
Ocho meses de guerra inactiva terminan por minar la moral francesa,
mientras Gamelin está a la espera del golpe nazi para irse retirando de las
fronteras belgas-germanas con la idea de que al producirse el desgaste podría
contestar con la ofensiva para lograr la decisión y para hacer entonces una
guerra científica sin riesgo de muchas vidas.
A continuación, el autor expone la operasión realizada, previa hipótesis de
los respectivos planes operativos y de despliegue estratégico, lo que da origen
al capítulo "Reflexiones acerca de la campaña de Francia", que es de sumo
interés para el análisis profesional que efectúa sobre la aplicación de los prin-
cipios de la guerra.
Se refiere a la Línea Maginot en relación con la Siegfried, que en su con-
tenido objetivo son iguales, pero muy diferentes en lo subjetivo, ya que la pri-
mera era un medio de defensa demasiado influyente en la doctrina de guerra
francesa, y la segunda era para cooperar a los planes ofensivos alemanes.. El
corolario que deduce de ésto y de los acontecimientos sucedidos destaca la im-
portancia de la ofensiva en las operaciones.
La tercera parte de la obra constituye un importante estudio relacionado
con la educación política militar en el que analiza, con buen criterio, las teorías
de belicófilos y pacifistas, llegando a la conclusión que la paz es una utopía.
Se refiere a los problemas de los espacios vitales y al deber del momento de
asegurar la tranquilidad de un país con el necesario respaldo estratégico.
Muy interesante es el capítulo sobre "Relaciones Político-Estratégico" en
el cual el autor sustenta la conveniencia de conducir en forma coordinaba estas
relaciones, llegando a la conclusión que la debilidad del respaldo estratégico
conduce a una diplomacia vacilante y de claudicaciones. Se refiere, además, a
la organización de la Defensa Nacional y a los planes que origina. Termina la
obra con un estudio sobre '' Civilismo y Militarismo'', en el cual el autor ana-
liza el papel de la Fuerzas Armadas y manifiesta la inconveniencia de erigirse
en jueces del Gobierno, ni en dejarse llevar por los políticos, que las aprove-
chan en su objetivo y tratan en seguida de aliviarse de su carga. Se refiere
asimismo al peligro que significa que el militar espere protección del político
para alcanzar altos puestos lo que iría contra la superación y selección. Susten-
ta el acercamiento entre políticos y militares basados en el respeto y reconocí-
166 MEMORIAL DEL EJERCITO.

de sus capacidades, además, de una alta comprensión realista de su labor co-


mún para dar al país la armadura moral y material exigida por su seguridad.
En resumen es una obra de alto valor profesional, que por sus mereci-
mientos se hizo acreedora al Primer Premio del Concurso Literario Militar co-
rrespondiente al año 1948 y a su divulgación por intermedio de la "Biblioteca
del Oficial" del Ejército de Chile.

LA DIRECCIÓN.
NUEVAS OBRAS ADQUIRIDAS POR LA... 167

NUEVAS OBRAS ADQUIRIDAS POR LA BIBLIOTECA


DEL ESTADO MAYOR GRAL. DEL EJERCITO

Historia de Chile, tomo XI. — Francisco Antonio Encina.


Napoleón visto por un Médico — Boris Sokoloff.
Wellington, el Duque de hierro — Andrés Révesz.
Los dos Mariscales (Bazaine-Petain) — Philip Guedalla.
Diario del Conde Galeazizo Ciano.
Cuestiones del Leninismo — J. Stalin.
El don arrasado — M. Cholokhov.
V Consecuencias económicas de la segunda guerra mundial — Lewis L.
Lorwin.
Historia de la segunda guerra mundial, tomo VIII.: Las campañas del
Pacifico y de extremo oriente. Gral Carlos Martínez de Campos.—La batalla
del (Mediterráneo. A las órdenes del Almirante Cunningham — Comandante
George Stitt.
Operación Neptuno — Comandante Kenneth Edwards.
Guerra en Malaya — Douglas Bailey.
La otra China — Harrison Forman.
Misión en España. Testimonio del Embajador Británico — Sir Samuel
Hoare.
¿Para quién Palestina? — Frank Gervasi.
Africa en blanco y negro. Del Congo a Argel con el Gral. de Gaulle — Car-
los Sentís.
Que lo sepa el Occidente — Jerzy Gliksman.
La cortina de hierro (la historia de Gouzenko) — Igor Gouzienko.
La sexta columna en los países ocupados — J. Masaryk y otros.
Así cayó el facismo — Helena Moreno.
Ingleses, franceses, españoles — Salvador de Madariaga.
Francia después de la derrota — André Morize.
Ballet de sangre. La caída de Francia — Luis Rodríguez.
Vichy — París. De la derrota a la liberación — Gustavo Gutiérrez G.
El fin del armisticio — G. K. Chesterton.
El final. Consecuencias políticas de mis conferencias en Alemania — Con-
de Folke Bernadotte.
Fuimos los sacrificados — W. L. White.
La batalla por las materias primas — Thomas Daring.
La desintegración atómica — Fr. Joliot-Curie.
La energía atómica en la era cósmica — David Dietz.
Virreinato del Perú — Luis Hernández A.
Edad Media. Diez siglos de civilización — Enrique Bagué.
Historia de la edad contemporánea — Jvostov y Zubok.
Historia de Francia — André Mauroie.
Historia de Alemania — Charles Bonnefon.
Historia de la Humanidad — Hendrik W. Van Loon.
Historia Militar (texto y atlas) — A. Alvarez y J. Castro.
Psicología — Luis Juan Guerrero.
De táctica y de tiro de infantería — Alberto Rodríguez-Cano.
El combate ofensivo — Tte. Corl. López Muñiz.
168 MEMORIAL DEL EJERCITO.

Máquina de guerra — Mayor Gral. J, F. C. Fuller.


Filosofía del mando — Pedro Recacho Eguía.
Cuestiones de ante-guerra — Gral. Garlos Martínez de Campos.
Paso de cursos de agua —Tte. Corl. López Muñiz.
En enlace y las transmisiones en campaña —Tte. Corl. Domingo Castre-
sana.
La maniobra retardatriz por la División de Caballería — Capitanes A.
Martínez y V. Valderrábano.
Curso práctico de Topografía Militar. Lectura de planos — Cdte. J. Mo-
lina R.
Curso práctico de Topografía Militar. — Levantamientos expeditos. —.
Cdte. J. Molina E.
Topografía artillera. — Capitán Felipe Adrados.
Fotogrametría terrestre — J. de Ysasi-Ysasmendi.
Manual del instructor de Montaña — Comandantes Díaz Romanacha y Ro-
dríguez Llanos.
La cuestión de los servicios en el Ejército — Carlos Martínez de Campos.
Enmascaramiento y observación — Comandantes J. de Sotto y L. Urbano
Sanabria.
Química de los explosivos — Eduardo Ezama Sancho.
Guerra y victoria de España, 1936|1939. — Manuel Aznar.
La técnica de la batalla en España — Carlos Taboada Sangro.
Teoría de la guerra Gral. Carios Martínez de Campos.
Las tropas acorazadas y su cooperación con las otras armas — Corl. Gral.
Guderián.
La aeronáutica nacional al servicio del país — Secretaría de Aeronáu-
tica, Argentina.
TERCERA EXPEDICIÓN CHILENA A LA ANTARTICA

En ios primeros días del mes de enero, partió de Valparaíso la tercera


expedición chilena a la Antártica.
La expedición de este año, lleva por meta, relevar a las guarniciones de
la base "Soberanía" de la Armada y de la base "O'Higgins" del Ejército y
además instalar una nueva base más al sur del círculo polar, la que estará
a cargo de la Aviación.
Esta expedición es la más numerosa que se ha enviado a nuestro territorio
antártico; consta de 360 personas, entre tripulantes, militares, aviadores, hom-
bres de ciencia y funcionarios que van transportados en el petrolero "Mái-
po", la fragata "Covadonga" y el patrullero "Lautaro". El jefe de la expe-
dición es el comodoro Sr. Leopoldo Fontaine.
Llevan todos los implementos para construir e instalar la base "Expedi-
ción Presidente González Vídela" que estará a cargo de la Aviación y será la
base antártica más austral del mundo, ubicada probablemente en Bahía Mar-
garita.
Las obras para construir esta base estuvieron dirigidas por el arquitecto
Sr. Julio Ripamonti Barros, quien integra la expedición. En su construcción
se han empleado exclusivamente maderas chilenas, tales como araucaria, coigüe
terciados, impermeabilizados de la misma madera y roble y raulí para los pi-
sos. Los edificios que forman la base, tienen resistencia aún para el caso de
ser cubiertos por una capa de siete metros de nieve. En tal evento, se cava-
rán túneles para comunicar la base con los almacenes de abastecimientos al
aire libre y con el refugio de emergencia. El edificio de esta base tiene 135 me-
tros de superficie y consta de tres dormitorios de 3 x 4 metros, con capacidad
para seis hombres; una amplia sala de descanso de 4 por 7 metros, una pieza
de baño y lavandería, separada de los servicios higiénicos; una sala de motores
y calefacción, cocina, y una despensa para los víveres que no puedan ser man-
tenidos al aire libre. Completa el edificio una pequeña torre de observación.
En la construcción se ha consultado ademas, un refugio de emergencia de 20
metros cuadrados para casos de incendio. Refugios similares se llevaron para
las bases "O'Higgins" y "Soberanía". Estas construcciones serán montadas
en vigas de hierro, sobre roca y son de madera revestida de terciados aislados,
con 4 pulgadas de algodón silicado y forrados exteriormente con lana para do-
ble resistencia contra el viento. Los techos son de pino insigne, cubiertos tam-
bién con lana. El material empleado fue proporcionado por la Siderúrgica de
Valdivia y elaborado en la Fábrica de Material de Guerra del Ejército y en la
Maestranza Central de Aviación.
Se ha llevado por primera vez un equipo de perros esquimales, con todos
los accesorios para trineos, arneses, patines, esquíes y zapatos para la nieve.
Estos perros, cinco en total, fueron adquiridos en EE. UU. junto con el equipo
170
MEMORIAL DEL EJERCITO.

"Base O'Higgins" en la Antartica Chilena.


TERCERA EXPEDICIÓN CHILENA... 171

y traídos en avión a Chile; comen solamente carne cruda a razón de un kilo


diario, pero su manjar favorito es el aceite de higado de bacalao. Están a cargo
del Vice Sergento 1.° Jorge Di Giorgio, técnico explorador y experto en trineos.
Los miembros del Ejército que relevarán al personal de la base "O'Hig-
gins'', son los siguientes:
—Capitán señor Arístides Migueles Jáuregui.
—Teniente señor Carlos E. Olguín Muñoz.
—Teniente señor Jorge P. F. Moroni B.
—Vicesargento 1.° Jorge di Giorgio Valdés.
—Sargento 2.° Armando Rubén Bustamante.
—Cabo 1.° Ramón Alfonso Galaz.
—Soldado Pedro M. Carpió Choreiti.
Este personal, que fue elegido de un numeroso grupo de voluntarios, pasó
por toda clase de exámenes médicos y tuvo un período de entrenamiento y
adaptación en la cordillera, en el sur del país.
Deseamos a esta expedición un feliz viaje y a los que se quedan en las
bases toda clase de felicidades y buena suerte en el desempeño de su difícil
cometido. A los que regresan, después de un año y tres meses de ausencia, un
feliz retorno, después de salir airosos en esa difícil misión, cuyo cumplimiento
les ha exigido muchos sacrificios, gran espíritu militar y un acentuado amor a
la Patria.
172 MEMORIAL DEL EJERCITO.

EL CAPITÁN ALBERTO LARRAGUIBEL BATE


EL RECORD MUNDIAL DE SALTO ALTO
GRANDIOSA HAZAÑA REALIZADA EN EL CONCURSO HIPICO
INTERNACIONAL DEL REGTO. "CORACEROS".

El Regimiento "Coraceros" efectuó, en el mes de enero, su Concurso Hípi-


co Anual de Verano, que este año tuvo el carácter de Internacional, por la par.
ticipación de equipos de jinetes de. Colombia y Bolivia. La calidad técnica de
sus resultados, la óptima organización del torneo y el carácter sensacional, por
haberse batido un record del mundo en una de sus pruebas, el primero de
Chile, permiten clasificarlo como el más trascendental de los realizados hasta
la fecha.
Su acabada organización se debió a la aceitada dirección del Comandante
del Regimiento "Coraceros" Tte. Coronel Sr. Eduardo Yáñez Zavala, entu-
siastamente secundado por sus Jefes, Oficiales y Tropa. Pero además, consti-
tuyendo un motivo especial de orgullo, no sólo para ese Regimiento sino que para
la Institución, las ciudades de Viña del Mar y Valparaíso desde sus más altas
autoridades gubernamentales, edilicias e instituciones comerciales, cooperaron
con largueza, desinterés y espíritu patriótico, para hacer posible la realización
de un espectáculo magnífico, que ha dejado huellas imborrables en todos los que
lo presenciaron, y una repercusión mundial que quedará anotada en los anales
del deporte ecuestre.
El salto del record mundial.
174 MEMORIAL DEL EJERCITO.

En este marco de incomparable belleza, se pudo apreciar los evidentes,


progresos de nuestra equitación militar y civil. Los jinetes que ahora saltan al
primer plano son todos jóvenes, pero tras de ellos están las enseñanzas y cono-
cimientos de loa grandes maestros como Yáñez, Izurieta, Monti, Vigil, Lira, etc.,
que han sabido mantener en forma latente el amor por los deportes ecuestres,
impulsando incansablemente a un mayor perfeccionamiento la técnica de la.
equitación.
En el desarrollo total del torneo sobresalió el equipo de la Escuela de Ca-
ballería, ya que sobre 16 pruebas, ganó 11. La Escuela de Carabineros, obtuvo
3 y el Santiago Paperchase Club, 2. Formaron el Equipo de la Escuela los (Ca-
pitanes, Ricardo Echeverría, Alberto Larraguibel, Horacio Ortiz y el Teniente-
Luis Riquelme. Los demás equipos, aún cuando tuvieron lucida actuación, de-
bieron contentarse con escoltar a los vencedores de cada prueba, aúneme en in-
tensa y dramática lucha. En los jinetes civiles destacó el Sr. Javier Echevarría
del Santiago Papcrchase Club, ganador de las pruebas Doble Recorrido y de
Civiles y la Srta. Clemencia Sánchez de ese mismo club, ganadora de la prueba
de Damas. Las Srtas. Mery Serra y Sonia Burkhardt, también se destacaron
en forma especial.
No hay duda que la prueba que atrajo más la atención fue la de salto
alto, debido a que el público sabía que se intentaría batir el record mundial
que mantenía desde octubre de 1938 el Capitán italiano Antonio Gutiérrez en
su ca,ballo "Osopo", con la altura de .2.44 mts.,
En esa misma pista el 1.° de febrero del año pasado, el Teniente Larragui-
bel se había acercado a esa marca, mundial, el saltar 2,37 mts. arrebatándole el
record sudamericano a su compañero de equipo el Teniente Riquelme.
Ahora estaban los mismos jinetes en los mismos corceles y siempre compa-
ñeros de equipo, rivalizando después de un año más de trabajo constante y
adiestramiento común, para obtener una corona mundial, la primera que ten-
dría Chile, a fin de ofrendarla desinteresadamente al Ejército y a su Patria..
En el acta que se ¡levantó sobre el desarrollo y obtención del record del
mundo de salto, en la nota de la Federación de Deportes Ecuestres dirigida al
Sr. Ministro de Defensa Nacional y en la Circular Ministerial de este Secreta-
rio de Estado dirigida a las Fuerzas Armadas, está sintetizado el detalle de
esta, prueba y la importancia que tiene ese record. La transcribimos a conti-
nuación :
"ACTA EN QUE SE REGISTRO EL RECORD MUNDIAL
DE SALTO ALTO".
En cuanto terminó la prueba de salto alto, en que se batió el record mun-
dial, se reunió el Jurado y levantó el acta correspondiente, a fin de poder pedir
su reconocimiento oficial ante la Federación Internacional de Deportes Ecuestres,
con sede en París. Este jurado estaba compuesto por las siguientes personas:
—General de Brigada Sr. Walton Ojeda R. (Presidente de la Federación
Nacional de Deportes Ecuestres).
—Dr. Sr. Pablo Espinoza (Delegado de esa Federación).
—Tte. Corl, Sr. Eduardo Yáñez Zavala (Presidente del Concurso y Co-
mandante del R. C. 4 "Coraceros").
—Coronel Sr. José Gálvez F. (Juez de Salto Alto y Director de Ja Escue-
la de Caballería).
—Sr. Luis E. Gómez (Delegado de Honduras).
—Capitán Sr. Roberto Zapata (Secretario de la Federación de Deportes-
Ecuestres del Perú).
—Capitán Sr. Liborio Latorre (Jefe del Equipo de Colombia).
EL CAP. A. LARRAGUIBEL, BATE EL... 175

Fases del salto del record mundial.


176 MEMORIAL DEL EJERCITO.

El texto del acta es el siguiente:


"Acta del desarrollo de la prueba "Campeonato de Salto Alto" con el
propósito de batir el record mundial, verificado en la ciudad de Viña del Mar,
República de Chile, .
"A las 5,59 P. M. del día cinco de febrero del año mil novecientos cua-
renta y nueve, durante el desarrollo del campeonato de salto alto, programado
en el Concurso Hípico Internacional, bajo los auspicios de la Federación Na-
cional de Deportes Ecuestres, en la pista del Regimiento "Coraceros", el Ca-
pitán Alberto Larraguibel Morales, de la Escuela de Caballería del Ejército
de Chile, montando el caballo ."Huaso" (ex Faithfull), perteneciente al Es-
tado, salvó la altura de dos metros cuarenta y siete centímetros, (2,47 mt.), que
es superior en tres (3) centímetros a la última marca homologada como record
mundial, según el Art. 210 del R. G. F. E. I.
La prueba se desarrolló sobre una pista de césped, en un día de sol y en
un terreno completamente liso y nivelado (horizontal).
La construcción del obstáculo se ajustó estrictamente a lo establecido en
el B . G . F. E. I., capítulo V., Art. 2.°.
La altura fue controlada por los jueces, antes y después del salto.
Este campeonato se efectuó en presencia de un público superior a seis
mil (6.000) personas, encontrándose presentes los representantes de los países
de, Bolivia, Colombia y Chile y de los delegados de Argentina, Honduras y
Perú, debidamente acreditados por sus respectivas Federaciones.
Desarrollo detallado de la prueba: A.—Caballos inscritos: "Huaso" (ex
Faithfull); "Chileno" (ex Gaucho).
B.—Jinetes, Capitán Alberto Larraguibel M. ("Huaso") ; Teniente Luis
Riquelme 8. ("Chileno").
A petición de los jinetes participantes, la prueba se inició con la altura de
un metro ochenta y tres centímetros, (1,83 mts.), la que fué salvada a la pri-
mera tentativa por ambos competidores.
A continuación, y siempre a petición de los interesados, la varia superior
fue colocada a dos metros catorce centímetros (2,14 mts.), altura que fue sal-
vada por "Huaso" a la primera tentativa y por "Chileno" a la segunda.
Consultados los jinetes participantes, sobre la próxima altura, manifestaron
el propósito de salvar dos metros cuarenta y siete centímetros (2,47 mts.), a
fin de quebrar el record mundial de esta prueba.
El Comité, ante la petición formulada, controló por cada uno de sus miem-
bros e independientemente la altura Solicitada. En efecto, la vara superior que-
dó a dos metros cuarenta y siete centímetros (2,47 mts.).
TENTATIVAS: A la primera tentativa el caballo "Chileno" botó el obs-
táculo con los pies anteriores (dos faltas)", incurriendo en las mismas faltas en
la segunda y, tercera tentativas.
El caballo "Huasó", en su primera tentativa, rehusó el obstáculo, (dos
faltas ); en la segunda tentativa lo derribó con los pies anteriores (dos faltas),
salvándolo en ja tercera limpiamente y sin faltas
Salvado el obstáculo, los miembros del Comité procedieron, independiente»
mente, a verificar la altura, la que se mantenía en los dos metros cuarenta y
siete centímetros (2,47 mts.)..
Para constancia, las siguientes autoridades, miembros del comité que pre-
sidió la prueba, procedieron a firmar la presente acta, que se levantó en las
oficinas del Comando del Regimiento "Coraceros", a las 7,50 P. M., del mismo
día de la competencia, cinco de febrero de mil novecientos cuarenta y nueve.—
(Fdo.).—Pablo Espinosa, delegado de la Federación Nacional de Deportes
Ecuestres; Eduardo Yáñez Zavala, Tte. Corl. Pdte. del Concurso; Walton
Ojeda R., Gral. de Brigada, Pdte. del Comité; José L. Gálvez F., Coronel juez".
EL CAP. A. LARRAGUIBEL BATE EL... 177

Ultimas fases del salto del record mundial.


M. del E. 12.
178 MEMORIAL DEL EJERCITO.

NOTA DE LA FEDERACIÓN NACIONAL DE DEPORTES ECUESTRES


AL SR. MINISTRO DE DEFENSA NACIONAL.

El presidente de la Federación Nacional de Deportes Ecuestres, General


de Brigada don Walton Ojeda Riesgraf, y el Director Secretario de la misma
Institución, don Humberto Vilches Ramírez, han enviado la siguiente nota al
Ministro de Defensa Nacional, General de División don Guillermo Barrios Tira-
do, con motivo de la hazaña cumplida por el Capitán de Ejército don Alberto
Larraguibel Morales, al superar el record mundial de salto alto montando el
caballo "Huaso".
" E s muy grato para esta Federación poner en conocimiento de US., qué
el día sábado 5 de febrero del presente año, en el Concurso Hípico Internacio-
nal que se desarrollaba, en la ciudad de Viña del Mar, el Capitán don Alberto
Larraguibel Morales, de la dotación de la Escuela de Caballería, superó el re-
cord mundial de salto alto montando el caballo "Huaso", (ex Faithfull), de
propiedad fiscal, al salvar limpiamente la altura de.2,47 metros, en un obs-
táculo construido de acuerdo con las especificaciones a las reglas internacio-
nales. .
Esta marca, señalada por el Capitán Larraguibel, supera a la homologada
por la F. E. I., que era de 2,44 metros, y que detentaba el Capitán Gutiérrez,
de Italia, montando el caballo "Osopo", por lo cual, de acuerdo con lo estableci-
do en la reglamentación internacional vigente, esta Federación Nacional soli-
citará su registro oficial, enviando el acta cuya copia tengo el agrado de ad-
juntar para su conocimiento.
No escapará al elevado criterio de US., el transcendental significado que
esta hazaña deportiva representa para Chile y su Ejército, dado que es la pri-
mera vez que nuestro país obtiene un record de categoría mundial. Es muy sa-
tisfactorio para esta Federación, informar a US., que este triunfo no es pro-
ducto de una improvisación, sino por el contrario, la justa compensación del
trabajo perseverante y metódico de una técnica acabada proporcionada por la
Escuela de Caballería y asimilada en forma ejemplar por el Capitán Larragui-
bel en el adiestramiento de su caballo.
El organismo máximo del Deporte Ecuestre, que tengo él honor de presi-
dir, y que tomó la responsabilidad técnica para Ja realización de este Concurso
Hípico' Internacional, se siente orgulloso de informar a US. de esta difícil y
casi insuperable hazaña deportiva de un Oficial de Ejército, como también, de
entregar por primera vez a la Patria una corona mundial".

CIRCULAR DEL SR". MINISTRO DE DEFENSA NACIONAL


A LAS FUERZAS ARMADAS.

S|G. N.° 4 de 8. II. 949.


El Ministro de Defensa Nacional, General señor Guillermo Barrios Ti-
rado, envió la siguiente circular ministerial a los Comandantes en Jefe del
Ejército, Armada y Fuerza Aérea:
El Ministro infrascrito se ha impuesto, con legítimo orgullo de chileno y
de soldado, del magnífico triunfo conquistado por el Capitán de la Escuela de
Caballería, don Alberto Larraguibel Morales quien, montando el caballo "Hua-
so", en el reciente concurso hípico internacional, efectuado en el Regimiento
EL CAP. A. LARRAGUIBEL BATE E L . . . 179

de Caballería N.° 4 "Coraceros", de Viña del Mar, logró superar el record,


mundial en altura de 2,44 metros, salvando un obstáculo de 2,47 metros.
Chile, en consecuencia, desde el sábado 5 de febrero de 1949, ostenta su
primer record mundial. Se lo han proporcionado sus fuerzas de Defensa Na-
cional, en la persona del Capitán señor Larraguibel; para lograrlo, ha debido»
poner en juego las virtudes que hacen grandes a las naciones y a los pueblos;
perseverancia, confianza en el éxito, esfuerzo y valentía. Este hermoso triunfo,
con toda justicia, y sobrada razón, es celebrado por todos nuestros conciuda-
danos.
A nombre de S. E. el Presidente de la República y en el mío propio, hago
llegar al Capitán señor Larraguibel una calurosa y sentida felicitación por
este triunfo; hecho que el señor Comandante en Jefe del Ejército, se servirá.
disponer sea anotado en la hoja de servicios de este Oficial.
Este triunfo nacional en forma muy especial es de la Escuela de Caballe-
ría, motivo por el cual me es particularmente grato hacer extensivas las feli-
citaciones al director jefes y oficiales y personal de tropa.
La presente circular deberá ser leída por los comandantes de unidades y
reparticiones del Ejército, Armada y Fuerza Aérea, en reunión de oficiales
y tropa.
Anótese, comuníquese y Publíquese en los boletines oficiales del Ejército,
Armada y Fuerza Aérea.—Guillermo Barrios Tirado.
BIOGRAFÍA DEL CAPITÁN ALBERTO LARRAGUIBEL MORALES.

El Capitán Alberto Larraguibel Morales, nació en el año 1919 en Angol


Comenzó sus estudios en Chillán para seguir en el seminario de Concepción
hasta dar el bachillerato. Esta es la parte decisiva en su vida, pues sentía.
gran inclinación por la medicina por tradición de familia, pero, pudo más.
la atracción por Ja caballería e ingresó a la Escuela Militar. (Egresó de-
dicho plantel en 1939, con él grado de Alférez siendo destinado al R. C. 3
"HUSARES". En esta Unidad comenzó a dar sus frutos lo que era en él ins-
tinto, pues desde aquí comenzó su carrera de triunfos ecuestres. En las pri-
meras fiestas aniversarias que asistía en este Regimiento, tomó parte en su
primer concurso hípico, ganándose la mayoría de las pruebas. Después fué
enviado a Osorno al Concurso Hípico de la Exposición de la Sago, donde ganó
varías pruebas. Visto estos antecedentes la Superioridad dispuso su traslado
al Regimiento "Cazadores" en Santiago, con el fin de que se perfeccionara al
lado de los grandes maestros de equitación y donde se celebran la mayoría de-
los concursos hípicos de importancia.
En 1941, le fue entregado como premio la yegua "Acitrona" que le hizo
gustar los primeros triunfos de la serie que jalonarían su vida ecuestre.
En el año 1943, ya había adquirido mayor experiencia y formó parte del
equipo del R. C. 2 "Cazadores". Con ocasión del Concurso Hípico Oficial"
efectuado ese año en el Stade Francais, le empató, primero la "Prueba de Po-
tencia" al Mayor E. 'Lema que montaba el famoso caballo " D a x " y luego en
el desempeño, lo ganó ante el asombro del público asistente.
En esta oportunidad el premio le fue entregado personalmente por S. E.
el Presidente de la República.
Durante todo este tiempo estuvo dirigido por el Comandante Sr. Eduardo
Yáñez Z., siendo a su vez el primer Maestro de Equitación que tuviera.
En 1944, le correspondió actuar en la "Prueba Completa", montando el"
caballo "Otelo", siendo su calificación final, tercero, escoltando a experimen-
tados maestros.
180 MEMORIAL DEL EJERCITO.

En 1946, ingresó al Curso Extraordinario de Equitación, en la Escuela


«de Caballería, obteniendo el primer lugar y a la vez tí premio que destina el
Departamento de Remonta y Veterinraia consistente en un hermoso caballar.
En 1947, recibió su título de Maestro de Equitación y al año siguiente, en
el mes de septiembre ascendió a Capitán.
Este mismo año recibió a su cargo a "Huaso", entonces llamado "Fait-
full", hermoso fina-sangre que ya ostentaba el record de Chile de salto alto
con 2.20 mts.
Bajo la experta dirección del Mayor Rafael Montti, empezó, desde media-
dos de ese año, un intenso entrenamiento para la difícil prueba.
En su primera presentación con este noble animal, en el Concurso Nacio-
nal de da Escuela de Caballería en enero de 1948, actuó con evidente mala
suerte. Sufrió una fea rodada, cayendo mal y quedando lesionado.
Sin embargo se sobrepuso y a la semana siguiente en Viña del Mar, en el
Concurso del R. C. 4 "CORACEROS", obtuvo el record sudamericano con
2,37 mts., arrebatándoselo a su compañero de equipo el teniente Luis Riquel-
me, que la semana anterior lo había obtenido con 2,30 mts.
Desde entonces acá, ha pasado un año, tiempo dedicado a preparar con su
coequipier, el Teniente Riquelme, los dos animales, "Huaso" y "Chileno",
para batir el record mundial de salto alto, ya que se había visto, que ambos cor-
celes eran capaces de intentarlo.
Los sacrificios y desvelos dieron su resultado y así fue como Larraguibel
con "Huaso", nos dieron la alegría de tener en nuestra tierra un, record mun-
dial, el primero que obtendría Chile.
BIOGRAFÍA DE "HUASO".

Este fina-sangre, hijo de Henry Lee y de Trémula, nació en enero de 1934,


en el Harás Catemito de San Bernardo.
Es de color alazán y su primer nombre fue "Faitfull", en honor de sus
padres ingleses. Pasó sus primeros años en el Sur, en Los Cipreses. Cuando,
estuvo en la edad de correr, fue vendido a un turfman, quien lo probó en di-
versas carreras en los hipódromos, pero no dio resultado. Luego lo adquirió
el Sr. Eduardo Rebolledo probándolo en carreras de steeplechase, pero tampo-
co dio buenos resultados. En 1940, fue vendido en $ 4.000,00 al Capitán de
Caballería Gaspar Lueguis. Este Oficial al observarle sus buenas condiciones
para el salto, lo entregó a la Escuela de Caballería, donde después de algunas
pruebas y a pesar de la indocilidad que mostraba, fue adquirido por $ 25.000,00,
para el Ejército.
En la Escuela de Caballería empezó su verdadera carrera. Los maestros de
equitación con su técnica acabada, sus conocimientos, paciencia y cariño,, le
quitaron todas sus indocilidades, dejándole convertido en un animal de tem-
peramento, pero dóil, con un gran desarrollo muscular, apto para esa prueba
y aprovechando la inteligencia y la clase que sólo tiene el fina-sangre, hicie-
ron de él el primer caballo del mundo en el Salto Alto.
¡Sus grandes triunfos en esta prueba empezaron el año 1947. En febrero de
ese año batió el record de Chile, saltando 2,20 mts. Al año siguiente en enero
de 1948, le arrebató el record sudamericano al "Chileno" (Gaucho), saltando
2,37 mts. Un año después, en enero de este año, se convierte en campeón del
mundo en esta prueba, saltando 2.47 mts. y echando por tierra el record
anterior de 2 44 mts. que lo mantenía desde el año 1938 el Capitán italiano
Antonio Gutiérrez con su caballo "Osopo".
UNA ESTATUA INVISIBLE 181

UNA ESTATUA INVISIBLE


Por EDGARDO ANDRADE MARCHANT

El día sábado 5 de febrero de 1949, a las 17 horas con 59 minutos, el Ejér-


cito le ha regalado a la patria chilena una estatua ecuestre fundida en múscu-
los, donde es difícil saber cuales son los del hombre y cuales los del corcel. Es
un monumento bizarro, extraño, porque sobre un pedestal que tiene justamen-
le dos metros cuarenta y siete centímetros, medidos, y controlados por comisio-
nes y autoridades ad-ihoc, se encuentra el motivo escultórico representado por
un caballo que más parece un Pegaso, y un jinete que es una voluntad sobre-
humana guiando su extraño vuelo.
Asombra, ver que el grupo escultórico no toca el pedestal y se encuentra
virtualmente en el airé, porque al decir de los doctos, si el escultor hubiera he-
cho tocar el pedestal a sus héroes, humano y equino, no habría el tal monumen-
to. Otra cosa, rara, es que teniendo apenas 247 centímetros lo vean desde todo
el mundo, y sea estudiado con visible preocupación por los institutos y centros
ecuestres continuadores de las tradiciones de Pignerolo, Tor di Quinto, Sau-
mur, Hannover, similares a la gran usina de "magos de la equitación", esta-
blecida en San Isidro, Quillota, por el arma de Caballería del Ejército de Chile.
Siendo el hecho audazmente moderno, tiene en su realización la paradoja
de raíces ancestrales que han obrado en la fuerza anímica avasalladora del
obstáculo físico, con lo cual, los tradicionalistas están de plácemes, porque
restituyen al factor psíquico el dominio sobre la materia, y han vuelto a ha-
blar de "Raza Chilena", de "Raza Ecuestre", y de otras cosas, que en ver-
dad, sólo se oían en peroraciones patrióticas y euforias de las fiestas patrias.
Pero, la realidad existe, maciza, incontrovertible, en el monumento levan-
tado en el jardín de saltos del Regimiento "Coraceros" de Viña del Mar, ha-
cia el cual han venido en romería fervorosa todas las almas desde Arica hasta
la Antartica. También, han llegado manojos de corazones desde Nueva York,
de Londres, París, y las antípodas de ojos rasgados. En fin, de toda la rosa de
los vientos donde un chileno pena por la patria ausente, y donde oyera entre
carraspeo de estáticas envidiosas, la frase: "VIÑA DEL MAR. — CHILE. —
EL CAPITAN DEL EJERCITO DE ESTE PAIS, ALBERTO LARRAGUI-
BEL, MONTANDO EL CABALLO "HUASO" BATIO EL RECORD DEL
MUN1DI0 DE SALTO CON LA ALTURA DE DOS METEOS CUARENTA
Y SIETE CENTÍMETROS".
En verdad, es un regalo que hace el Ejército a su patria. Porque, tienen
el jinete y el caballo, fulgores del incendio de Rancagua saltado por los pingos
sedientos, con jinetes tiznados de pólvora y de sangre. Porque en el ritmo del
salto venceder, está don Bernardo, el jinete señero; Freiré, del corcel encabri-
tado ; Bueras, confundiendo sus barbas tempestuosas con las crines de su pingo
campesino; Manuel Rodríguez, y los Carreras, sobre caballos negros; Ruines,
Baquedano, Yávar, Parra y el Sargento Tapia, en cargas desbocadas a ¿a gloria.
Están los Blanche, Deichler, Yáñez, Ferrier, Moller, Cood, Zúñiga, Pérez, Lare-
nas, Silva, Rodríguez, Gálvez, Yáñez Eduardo, Izurieta, Vilchez, Vigil, Monti,
y tantos otros que son los mismos, con trofeos internacionales y adjetivos al
jinete chileno, en francés, inglés, alemán, italiano, polaco; castellano de la Puer-
ta del Sol, de Florida, Xochomilco y Guayaquil.
182 MEMORIAL DEL EJERCITO.

Obsequio del Ejército, como el que hace poco meses atrás forjara con vo-
lutariosa destreza y con sudores, Nilo Floody, el pentatleta mundial de la Raza.
Latina, y la cooperación al brillo internacional del basket ball chileno, de
Hammers y Gallo.
Ahora sería el caso cambiar las estrofas del coro del Himno de la Escuela
Militar, porque las "CIEN AGUILAS BRAVAS", están haciendo grande a
Chile, en el "MUNDO ENTERO".
HOMENAJE DEL EJERCITO AL CAP.... 183

HOMENAJE DEL EJERCITO AL CAPITÁN


ALBERTO LARRAGUIBEL M.

En el Cuartel del Regimiento "Cazadores" se efectuó en la tarde del 23


de febrero, el homenaje oficial con que el Ejército testimonió su adhesión y
simpatía al Capitán ALBERTO LARRAGUIBEL M., que recientemente se
coronó campeón mundial de salto alto con su caballo "Huaso".
A este homenaje adhirieron además, todas las instituciones deportivas del
país, representadas por el Consejo Nacional de Deportes y la Ilustre Munici-
palidad de Providencia, representada por el Sr. Alcalde DT. Raúl Ventura.

La tribuna Oficial, presidida por el Sr. Ministro de Defensa, Gral. Sr. Guillermo Barrios,
acompañado por los Grales. Sres. Horacio Arancibia Laso, Humberto Luco M.,
Teófilo Gómez y Walton Ojeda.

Asistieron a este acto el Sr. Ministro de Defensa Nacional, General de Di-


visión don Guillermo Barrios T., el Sr. Cdte. en Jefe accidental del Ejército,
Gral. de Dir. don Horacio Arancibia Laso, el Cdte. Gral. de la Guarnición, Gral.
don Santiago Danús P., los Generales señores Teófilo Gómez, Walton Ojeda,
Humberto Luco M., y otros altos jefes de las Fuerzas Armadas, los señores
Adictos Militares extranjeros, miembros del Consejo Nacional de Deportes y de
la ilustre Municipalidad de Providencia, y delegaciones de oficiales de la
guarnición.
Antes del comienzo de la ceremonia el aviador civil Sr. Carlos Cortinez M.
evolucionó con su avión ante el recinto del "Cazadores" escribiendo en el aire
el nombre de "Huaso".
Después de los honores de ordenanza a las autoridades asistentes, ejecuta-
dos por la Gran Banda de Guarnición, se presentó el Capitán Alberto Larra-
guibel M., montando en su caballo "Huaso", siendo recibido con una estruen-
dosa ovación.
184 MEMORIAL DEL EJERCITO.

El Presidente del Consejo Nacional de Deportes hace entrega al Capitán Alberto Larraguibel
de un pergamino recordativo de su hazaña

El Alcalde de Providencia Sr. Raúl Ventura coloca al Cap. Larraguibel una medalla de la
I. Municipalidad de esa Comuna. Inmediato se ve el caballo "Huaso" y su ordenanza.
HOMENAJE DEL EJERCITO AL CAP.. .. 185

A continuación, fueron leídas el Acta de la Federación Nacional de De-


portes Ecuestres, levantada con ocasión del record establecido por el Capitán
Larragmibel y la felicitación del Sr. Ministro de Defensa Nacional por este
mismo motivo.
Acto seguido hicieron uso de la palabra el Gral. Sr. "Walton Ojeda R.., a
nombre del Ejército y de la Federación Nacional de Deportes Ecuestres, el Sr.
Alcalde de Providencia, a nombre de la I. Municipalidad de esa Comuna y fi-
nalmente el Presidente del Consejo Nacional de Deportes Sr. Alejandro (Rive-
ra a nombre de esta institución.
Se dio término a esta ceremonia con la alocución en homenaje al caballo,
pronunciada por un Oficial del "Cazadores" y con la ejecución de la "Plega-
ria al Caballo" ejecutada por la Gran Banda.

La Sra. madre del Cap. Larraguibel recibe un bouquet de flores


de parte de un Oficial.

Terminada esta ceremonia la concurrencia pasó al Casino de "Cazadores"


donde se ofreció un cocktail como digno término de este homenaje sencillo y
militar, pero pleno de esa grandiosa solemnidad que le saben dar los cazadores
generosos, agradecidos y leales del soldado chileno.
Discurso del General Sr. Walton Ojeda.
" E n el nombre del Ejército de Chile y de la Federación Nacional de De-
portes Ecuestres, instituciones a las cuales tengo el honor de representar en
este homenaje, rendido a quien, en un acto de singular esfuerzo y superación,
coronara con un nuevo penacho de gloria el emblema patrio en los fastos del
deporte internacional, debo decir y pregonar al país entero, que por primera
vez se ofrece a. la admiración emocionada de nuestro pueblo, la figura de un
Capitán Larraguibel, que cumpliendo el destino de la virtud y pujanza de
nuestra raza, en magnífica justa, supera el récord mundial de salto alto, al-
canzando en forma impecable la marca de 2,47 metros, en alas de su noble ca-
ballo "Huaso".
186 MEMORIAL DEL EJERCITO.

Así como en los tiempos de la Grecia milenaria el deporte constituía el


culto a la salud, a la belleza y al vigor; y fue la palanca poderosa para lograr-
la unificación de aquel pueblo, creo también que en nuestra patria los célebres
Juegos Olímpicos, en donde se forjaban las excelentes virtudes de los ciudada-
nos griegos han de tener en estos momentos entre nosotros toda la fuerza de
su eco maravilloso para saber honrar al que supo poner su esfuerzo consciente,
el ardor y energía de su juventud, en una jornada ejemplar que perdurará en
la historia de nuestro deporte. Como en la época a que me refiero, en que una
simple corona de olivo ganada en las lides de los estadios de Olimpia, Delfos
o Corinto, era la más codiciada distinción a que podía aspirar un ciudadano
griego, así a nuestro Capitán Larraguibel, no le llevó otro incentivo en su tras-
cendental hazaña, que ganar para la Patria y para su nombre de soldado, la
gloriosa corona del triunfo y del honor, pese a que no vale riquezas materiales,
pero que és tanto más valiosa poique constituye el más legítimo galardón que
un chileno puede detentar a los ojos de sus compatriotas y del orbe entero.
Está magnífica hazaña que fuera gestada hace más de un año, en los mo-
mentos mismos en que un Riquelme y un Larraguibel batieron el record sud-
americano, con diferencia de posos días, fue el fruto de la perseverancia de
una firme conjunción de voluntades puestas al servicio de un ideal; fue la
obra tesonera de un perfecto adiestramiento de jinetes y caballos; fue, en otras
palabras, la realización espléndida de los métodos que con gran tino y diligencia
inspirara su maestro y jefe de la Escuela de Equitación, el Mayor señor Montti.
No fue, pues, esta performance, el fruto de una fácil casualidad, ni se
realizó sin sacrificios el salto monumental del Capitán Larraguibel. Las herra-
mientas del triunfo se comenzaron a forjar en largas y fatigosas jornadas de
trabajo, que es como se lahran las grandes victorias. Los que saben de los afa-
nes, desfallecimientos y esperanzas que constituyen el prólogo silencioso del
éxito, sabrán comprender mejor de estos sacrificios.
Así, tras este callado y duro trabajo, lleno de inquietudes y sinsabores,
llegó el día de la gran prueba, en que ambos campeones debían mostrar los re-
sultados de su tenacidad y el dominio de su técnica, frente a la valla impopen-
te, que por más de diez años permaneciera insuperada para los más audaces
jinetes del mundo, montando los mas diestros caballos.
Y en un atardecer de un 5 de febrero, en uno de esos atardeceres que sólo
Chile sabe prodigar con su hermosa geografía, se presentaron al escenario de
la lucha, enmarcado entre miles y miles de corazones anhelantes, los competi-
dores de esta justa memorable. Se cambian alturas preliminares, con alternati-
vas que dan emoción, para medir el arrojo y la pericia de nuestros jinetes; se
suceden caídas espectaculares y peligrosas, que sólo hacen agigantar el temple
de los contendores y su firme voluntad de vencer; y, por fin, la etapa del
triunfo estremecedor, en que el Capitán Larraguibel y su noble "Huaso",
identificados en una imperiosa y común decisión, se lanzan en picada certera
hacia el obstáculo y realizan el salto increíble, con la elegancia y perfección
que traducen la seguridad de su técnica.
Es el momento en que, ante la evidencia de la prueba asombrosa, el cora-
zón gigante de miles de almas congregadas en el estadio, siente el schok, tre-
mendo de lo que es grande y trascendental para ,1a patria, y queda absorto y
silencioso como si suspendiera un segundo sus latidos; y luego, la apoteosis, el
desborde de alegría, la reacción arrebatadora de la muchedumbre consciente"
del triunfo.
Señores, que lección más espléndida y convincente se desprende de esta
victoria, para los afanes que colman nuestra carrera de soldados; cómo emerge
HOMENAJE DEL EJERCITO AL CAP.... 187

nítidamente de ella todo lo que se requiere para alcanzar la meta deseada, y


que con voluntad y firmeza se propone el hombre a manera de cimera de sus
más caros anhelos. Voluntad, sacrificio, triunfo. He ahí la trilogía necesaria a
la cual no pueden sustraerse ni los más pequeños éxitos. Y para los que han
elegido la senda ennoblecedora del deporte, qué precedente más magnífico, por-
que la prueba de Larraguibel que lo ha elevado a la cima de la fama, será una
portada permanentemente de gloria que ha de llevar su resonancia a todos los
centros, deportivos del mundo.
Será enaltecedor para nuestra nación, el que un Larraguibel, chileno, mon-
tando en su brioso animal, fiel exponente de las cabalgaduras chilenas, figure
en adelante en el friso internacional de los grandes del deporte, tallados como
un centauro de maestría y coraje. En ellos ha florecido la sangre chilena, y los
representantes de los países hermanos y amigos que asistieron a la prueba, de
cerca o de lejanas tierras, han de llevar en su retina la visión objetiva de lo
que pueden el alma y la potencia facial de nuestro país.
Sólo me queda pedir que este fruto magnífico, sea agorero de nuevos éxi-
tos en la equitación nacional, que rubriquen y patenticen nuestra ya reconocida
competencia en este deporte. Las batallas se ganan definitivamente, cuando se
arrebatan al enemigo todos los recursos que le permitan rehacerse. Y esta ba-
talla memorable ganada por un soldado para la equitación chilena, ha de ase-
gurarse con otros triunfos que la hagan incontrastable.
No puedo, señores, dejar de mencionar en esta ocasión, la actuación que
le ha cabido en el éxito, a uno, tal vez el más olvidado en estos momentos. Me
refiero al soldado caballerizo Julio González Ibacache, que durante un año con
muchas noches de vigilia, supo prodigar al bravo y noble "Huaso", que dio
la ecuación del triunfo, sus más solícitos cuidados. Aun me recuerdo que en el
día de la magna prueba, a la vez que enjugaba el sudor de la noble cabalgadu-
ra, premiaba jubiloso y satisfecho con un agradable terrón de azúcar al que
hubiera sido durante tanto tiempo su compañero de pesebre. Vayan para este
activo y silencioso cooperador, los parabienes que justamente merece por la
parte que le cupo en esta gran jornada.
Señores, voy a terminar, pidiéndoos que me acompañéis con vuestro entu-
siasmo y vuestro sincero afecto que demostráis en este momento, a formular un
voto en homenaje al vencedor, al osado muchacho que a fuerza de constancia
y audacia deportivas supiera conquistar la victoria. Dice un verso de Píndaro,
que dedicara, precisamente, a un campeón victorioso en los Juegos de Corinto,
que el éxito pertenece al que ha sabido conquistarlo con su esfuerzo y su cora-
ge, y que los abundantes bienes del cielo y de la tierra se han dado para hacer
más grata su existencia. Honor y gloria, reciba, pues, el que conquistó este
triunfo que ha dado al pueblo de Chile justos timbres de orgullo entre el coro
de las naciones del mundo; que la figura del Capitán Larraguibel quede señe-
ra en la mente de los soldados de Chile, como un ejemplo de pujanza y deci-
sión ; y, finalmente, que la Providencia colme de favores al que ha sabido exal-
tar su fe en el triunfo y su patriotismo, concediéndole los dones y agrados que
hacen la vida digna de ser vivida".
188 MEMORILA DEL EJERCITO.

PREMIOS A LOS ESCRITORES MILITARES


DEL AÑO 1948

Nuestro Ejército goza de un bien merecido prestigio, dentro y fuera del


país, de contar con una oficialidad estudiosa, eficiente y preparada. Sus Es-
cuelas, Academias e Institutos de enseñanza militar forman la base fundamen-
tal que da origen a nuestro alto standard de eficiencia profesional, lo que se
ve realzado, en el hecho de que todo su profesorado, no solamente es chilenos-
sino que se ha formado en nuestros establecimientos de educación militar y ha
sabido asimilar las interesantes experiencias que los ejércitos móldelos han ob-
tenido en la últimas contiendas bélicas.
Como corolario de esta perspectiva, uno de sus frutos importantes es la
difusión de la cultura, militar a base de la iniciativa y trabajo particular y vo-
luntario de los oficiales estudiosos que, aparte de sus obligaciones específicas
y de las múltiples preocupaciones derivadas del momento, se han dado tiempo
para cooperar con sus trabajos literario militares en bien de la Institución y
del país, saciando a su vez sus inquietudes relacionadas con los diversos y com-
plejos problemas profesionales .
El Supremo Gobierno, la Superioridad del Ejército y sus organismos de-
difusión, literario militar, reconociendo estos esfuerzos y su importante y alta
significado, han querido estimular en la medida de sus medios, a los que han
sobresalido Cresta interesante labor.
En el año 1948 han sido otorgados diversos premios por trabajos publica-
dos, previo estudio, por jurados establecidos por la Superioridad. El detalle
de ellos es el siguiente:
Concurso Literario Militar 1948.
ler. Premio de $ 20,000,00, otogado al Teniente Coronel Sr. Julio Campo
Sepúlveda por su interesante obra "La Segunda Guerra Mundial — La Polí-
tica y la Estrategia", que la "Biblioteca del Oficial" tendrá el agrado de
publicar próximamente.
Premios otorgados por el Comando ten Jefe del Ejército a los mejores trabajos
publicados en la revista "Memorial del Ejército de Chile".
a) Capitán Sr. Oscar Guzmán Soriano, $ 1.000,00.
b) 6 premios de $ 500,00 cada uno a los siguientes colaboradores:
—Coronel Sr. Humberto Medina P.
—Mayor Sr. Rafael Moreno J.
—Mayor Sr. Eduardo Saavedra R.
—Mayor Sr. Eduardo Carrasco V.
—Capitán Sr. Mario Moya M.
—Capitán Sr. Raúl Valenzuela R.
PREMIOS A LOS ESCRITORES MILITARES... 189

Estímulo de la Dirección del "Memorial del Ejército de Chile", a sus cola-


boradores.
La Dirección del "Memorial del Ejército de Chile", ha acordado estimu-
lar, además, con la cantidad de $ 250,00 a todos los colaboradores, por los ar-
tículos originales que hayan sido publicado exclusivamente en la revista en
el año 1948 y que no hubieren obtenido premio del Comando en Jefe del Ejér-
cito. Estos colaboradores son los siguientes:
—Coronel Sr. León Guillard Tricot.
—Coronel Sr. Humberto Riquelme. .
—Tte. Coronel Sr. Octavio Cortés y Mayor Sr. Ramón Castro A.
—Mayor Sr. Benjamín Videla V.
—Mayor Sr. Manuel Reyno S.
—Capitán Sr. Armando Contaras.
—Capitán San. Sr. Luis Tornero R.
—Teniente Sr. Harald Sievers F.
La Dirección del Memorial tiene el agrado de dar a conocer el esfuerzo
desplegado por sus colaboradores del año 1948 y aprovecha esta oportunidad
para manifestarles su más sentido reconocimiento.

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